Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19170904 - Número de Diario 3
(L27A2P1oN003F19170904.xml)Núm. Diario:3ENCABEZADO
MÉXICO, MARTES 4 DE SEPTIEMBRE DE 1917. DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
PERIODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II. - NUMERO 3
SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
CELEBRADA EL DÍA 4 DE SEPTIEMBRE DE 1917
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior. Se da cuenta con los asuntos en cartera.
2.- Es puesto a discusión y aprobado en votación nominal el inciso H, reformado, correspondiente a la fracción XIII del artículo 1o. de la Ley de Ingresos. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del C. URUETA JESÚS
(Asistencia de 144 CC. diputados.)
- El C. Presidente, a las 4:18 p. m.: Se abre la sesión.
El C. Secretario Aranda: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados el día tres de septiembre de mil novecientos diez y siete.
"Presidencia del C. Urueta Jesús.
"En la ciudad de México, a las cuatro y veinte p. m. del lunes tres de septiembre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de ciento treinta y nueve ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Prosecretario Limón, se abrió la sesión.
"El C. Secretario Aranda leyó el acta de la sesión celebrada el día treinta del mes próximo pasado, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.
"En seguida el ciudadano Secretario Portes Gil dio cuenta con los siguientes documentos:
"Oficio de la H. Cámara de Senadores, en que participa la elección de Mesa que funcionará durante el presente mes.- De enterado.
"Oficio de la Secretaría de Guerra y Marina, remitiendo sesenta y seis expedientes relativos a solicitudes de pensiones de deudos de militares constitucionalistas muertos en campaña, y cuatro expedientes que se refieren a pensiones de retiro de miembros del extinto ejército federal.- Pasen los expedientes, por turno, a las Comisiones de Guerra.
"Con motivo de este trámite, el C. Hay preguntó a qué Comisiones de Guerra se turnarían estos expedientes, pues, a su juicio, no las había, en vista de que las que funcionaron en el período extraordinario deberían ser substituidas por las que se nombrarán en este período ordinario. Contestó el C. Secretario Portes Gil leyendo el artículo 67 reglamentario. La Presidencia, por conducto del mismo C. Secretario, respondió una interpelación del C. Hay, quien insistió en el nombramiento de nuevas Comisiones. La Secretaría leyó el artículo 68 del reglamento y, a petición del C. López Lira, el 93. La Mesa sostuvo su trámite de que pasaran los expedientes de que se trata, por turno, a las Comisiones de Guerra.
"Telegrama del Congreso del Estado de Colima, en que participa que fue jurada y promulgada la Constitución Política de ese Estado.- De enterado.
"Oficio de la Secretaría de Estado, Negocios Interiores, en que se da cuenta de una solicitud del C. Carlos Félix Díaz, encargado de nuestra Legación en Bolivia, para que se le conceda permiso, a fin de que pueda aceptar del Gobierno de aquella República una condecoración.- A la Comisión de Puntos Constitucionales.
"Oficio del Congreso del Estado de Zacatecas, por el cual se solicita se expida, a la mayor brevedad posible, la ley a que se refiere la base E del inciso VII contenido en el artículo 27 de la Constitución, y que trata de la facultad que debe concederse a los Estados para crear su deuda agraria. - A la 2a. Comisión Agraria.
"Oficio del Gobernador del Estado de Hidalgo, en que solicita el consentimiento a que se refiere la fracción II del artículo 118 constitucional, para formar las fuerzas de Seguridad Pública de ese Estado.- A las Comisiones Unidas 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Guerra.
"Solicitud del C. Diputado Daniel Sánchez, para que se le conceda una nueva licencia de cuatro meses, llamándose al suplente.- A la Comisión de Estado, Interior.
"La Asamblea negó la dispensa de trámites que para esta solicitud pidió el C. Mata Filomeno.
"Memorial del C. Emiliano Z. López, electo diputado
al Congreso de la Unión por el primer distrito electoral del Estado de Sinaloa, en que, por las razones que expone, solicita se resuelva si, en vista de no haberse presentado oportunamente al cumplimiento de su encargo, existe alguna taxativa para su ingreso a esta Cámara, y, en caso negativo se le comunique el día en que deba presentarse.- A la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales.
"Oficio del C. Juez de Distrito del Estado de Zacatecas, remitiendo copia de la sentencia recaída en el proceso seguido contra Heriberto Rodríguez por la violación del artículo 30 de la Ley Electoral.- Recibo y agréguese a su expediente
"Reanudada la discusión del dictamen de la Comisión de Presupuestos, relativo al proyecto de ley de ingresos, y una vez a debate el inciso C de la fracción XIII del artículo 1o. el C. Siurob interpeló dos veces a la Comisión ponente, contestando el C. Basáñez, y pidió la lectura del voto particular del C. Padilla. Y después de que el C. Secretario Portes Gil leyó el inciso C tal como lo presenta la Comisión en su dictamen y el voto particular del C. Padilla, el C. Narro solicitó la lectura del decreto de 1o. de mayo de 1916 y disposiciones posteriores a que dicho inciso se refiere, lo que complementó el C. Secretario Portes Gil, leyendo solamente la parte relativa, en virtud de una moción de orden del mismo C. Narro.
"Los CC. Aguirre Efrén y Siurob usaron de la palabra en contra; los miembros de la Comisión CC. Padilla y Basáñez, el primero, para una aclaración y en apoyo de su voto particular, y el segundo, en pro. Los CC. Avilés y Cabrera hablaron, respectivamente, en contra y en pro; el C. Cepeda Medrano, lo hizo en contra, así como el C. Aguirre Escobar, quien interpeló al C. Siurob. El C. Cabrera nuevamente apoyó el inciso a debate y, como la Presidencia concediera la palabra en contra al C. Siurob, el C. Basáñez pidió se preguntara a la Asamblea si estaba el punto suficientemente discutido, a lo que no accedió la Presidencia, pasando a la tribuna el C. Siurob para hablar en contra. Y una vez que el C. Presidente leyó los nombres de los CC. diputados que habían hablado en contra y en pro, se consideró el inciso C. suficientemente discutido.
"Siguieron rectificaciones de hechos de los CC. Aguirre Escobar y González Jesús M., siendo éste interrumpido por una moción de orden del C. González Marciano. También rectificó hechos el C. Avilés, después de haber resuelto la Asamblea que continuara la sesión, a consulta de la Presidencia, originada por una moción de orden del C. Hay. El C. Avilés fue interrumpido por el C. Presidente, quien le indicó se concretara a rectificación de hechos.
"Se obtuvo un resultado favorable por ochenta y cuatro votos de la afirmativa contra setenta y cinco de la negativa, realizada la votación nominal del inciso C, que dice:
"Impuesto sobre pertenencias mineras, conforme "al Reglamento de 29 de junio de 1912, decreto de "1o. de mayo de 1916 y disposiciones posteriores."
"Votaron por la afirmativa los CC. Aguilar Alejandre, Alvarez, del Castillo, Arlanzón, Avendaño, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Basáñez, Bello, Benítez, Betancourt, Cabrera, Córdova Gabriel J., Cravioto, Cristiani, Dávalos, Ávila, Díaz González, Escudero, Esparza, Fentanes, Gámez Ramón, García Adolfo G., García de Alba, García Salvador, Gay Baños, Gómez Mauricio, Gómez S. Emiliano, González Jesús M., González Lauro, González Marciano, Guajardo, Hermosillo, Hernández Ernesto, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Hernández Luis M., Izquierdo, Lailson, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyzaola, Luna Enríquez, Manjarrez, Manrique, Manzano, Mariel, Márquez Rafael, Martín del Campo, Medina Juan, Montes, Ordorica, Ortega José M., Otero, Olivé, Paredes Colín, Parra, Pedroza, Peña, Pesqueira, Portes Gil, Pereyra Carbonell, Ramírez Genaro, Rebolledo, Reynoso, Rojas Dugelay, Rojas Rafael, Rosas, Segovia, Silva Herrera, Silva Jesús, Suárez, Solórzano, Téllez, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres José B., Uruñuela, Velásquez, Ventura y Villarreal Jesús J. "Votaron por la negativa los CC. Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alonzo Romero, Andrade, Aranda, Arreola, Avilés, Bandera y Mata, de la Barrera, Bravo Izquierdo, Cámara, Cancino Gómez, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Castañeda, Cepeda Medrano, Cienfuegos y Camus, Cisneros, Córdoba Daniel S., Carrascosa, Chapa, Domínguez, Dyer Jairo, Figueroa, García Jonás, García Pablo, Garza Ernesto, Garza Pérez, González Galindo, González Justo, Hay, Hernández Maldonado, Higareda, Jurado, Limón, Lizalde, López Couto, López Ignacio, Magallón, Malpica, Martínez de Escobar, Medina Hilario, Mendoza, Meneses, Montiel, Morales Hesse, Muñoz, Narro, Navarrete, Neri, Ortiz, Padilla, Padrés, Pineda, Pruneda, Ramírez G. Benito, Ramírez Llaca, Rivas, Rodríguez Saro, Román, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sáenz, Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Siurob, Urueta, Villarreal Filiberto C. y Zavala.
"Después de que el C. Secretario Portes Gil leyó la orden del día para la sesión siguiente, se cerró la presente a las ocho y treinta p. m."
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada.
El C. Secretario Portes Gil (leyendo): "El C. Subsecretario, Encargado del Despacho de Hacienda, envía, con fecha 3 de los corrientes, un oficio transcribiendo otro de la Dirección de Contabilidad y Glosa, manifestando que no es posible dar cumplimiento a lo prevenido en la fracción I del artículo 65 de la Constitución Política en el plazo fijado, y el mismo Subsecretario considera fundadas las razones expuestas por el Departamento de Contabilidad y Glosa, y pide, por acuerdo del C. Presidente de la República, que tomando esta H. Cámara en consideración la imposibilidad material que existe para presentar por esta vez la cuenta pública dentro del plazo señalado por el citado artículo 65, fracción I de la Constitución, se prorrogue el plazo por el tiempo que se juzgue conveniente."- A las Comisiones Unidas 2a. de Puntos Constitucionales y 2a. de Hacienda.
"H. Cámara de Diputados:
"Aureliano Esquivel, diputado propietario por el 4o. distrito electoral del Estado de Coahuila de Zaragoza, respetuosamente solicito de esa H. Cámara, con dispensa de todo trámite y en virtud del certificado médico que adjunto, una licencia con goce de dietas hasta por quince días, para atender al restablecimiento de mi salud.
"Protesto a esa H. Cámara mi distinguida consideración y respeto.
"México, 3 de septiembre de 1917.- A. Esquivel." (Rúbrica). Aprobado.
El certificado dice: "El profesor de medicina y cirugía que subscribe, legalmente autorizado para ejercer su profesión, certifica: Que el señor profesor don Aureliano Esquivel se encuentra enfermo de infección intestinal, por lo mismo, imposibilitado para efectuar sus labores durante quince días, según mi cálculo.
"Y a pedimento del interesado y para los usos que le convengan, extiendo el presente en la ciudad de México, a los tres días del mes de septiembre de 1917.
"Doctor Ambrosio Vargas." (Rúbrica).
Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Los que estén porque se conceda la licencia se servirán poner de pie. Concedida.
"Ciudad Victoria, Tamaulipas. Septiembre 3 de 1917.
"Señores Secretarios de la Cámara de Diputados.
"Respetuosamente solicito licencia treinta días, con goce de dietas, a partir 1o. septiembre, con objeto de aprenderme negocios profesionales y tratar con mis comitentes reglamentación artículo 27 constitucional, que tan directamente atáñeles. Suplícoles contestación a Pánuco, Veracruz. Atentamente, Eugenio Méndez.- Nota: Con timbre ley." - A la Comisión de Estado, Negocios Interiores.
"H. Cámara de Diputados. Presente.
"El que subscribe, diputado propietario por el 3er. distrito electoral del Estado de Coahuila, ante Vuestra Soberanía expone:
"Que teniendo asuntos urgentes de familia que reclaman su atención y que probablemente lo obliguen a salir temporalmente de esta ciudad, suplica a la H. Asamblea se sirva concederle una licencia por un mes y medio, sin goce de dietas y llamando durante la misma a mi suplente.
"Rogando que, con dispensa de todo trámite, se me conceda la licencia que solicito, me es grato hacer presente a la H. Cámara de Diputados mi alta consideración y respeto.
"Constitución y Reformas.- México, D. F.; septiembre 3 de 1917.- Aarón Sáenz. (Rúbrica).
Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Los que crean que se deba conceder la licencia, se servirán ponerse de pie. Concedida y llámese al suplente
. Al margen un sello que dice: "Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo.- Morelia.- Secretaría.- Número 174." Al centro:
"Ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- México, D. F.
"La H. Legislatura del Estado de Zacatecas se ha dirigido a la de esta Entidad Federativa, manifestando que, en sesión verificada el día 16 del que rige, tuvo a bien acordar se elevara memorial a ese H. Congreso, pidiendo se den los trámites necesarios a fin de que se dicte a la mayor brevedad posible la ley a que se refiere la base E del párrafo 6o. del inciso VII del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que facultará a los Estados para crear su deuda agraria, y a efecto de que en vista de ella, la Legislatura del propio Estado y las de los demás que se encuentren en el mismo caso puedan dictar en el menor plazo posible las disposiciones relativas al fraccionamiento de latifundios y organización del patrimonio de familia; pidiendo asimismo que esta Cámara apoye ante ese H. Congreso la petición de que se ha hecho mérito.
"Como este H. Cuerpo no tiene inconveniente alguno en acceder a los deseos de la Legislatura del Estado de Zacatecas, de la manera más atenta nos permitimos apoyar su solicitud, a fin de que ese H. Congreso se sirva tomarla en consideración al iniciar sus labores, para que, si es posible, se expida la ley citada, ya que ésta reportará grandes beneficios al proletariado.
"Protestamos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.
"Constitución y Reformas.- Morelia, 30 de agosto de 1917.- Diputado Srio., (Firma ilegible).- Diputado Srio., Castellanos." (Rúbrica).
Trámite: "Recibo y agréguese a su expediente."
El C. López Lira: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. López Lira: Suplico a la Mesa se sirva decirme por qué esa comunicación no pasa a una Comisión; esa comunicación contiene la sugestión de una ley. Las Legislaturas de los Estados constitucionalmente están autorizadas para iniciar leyes: Entiendo, pues, que la comunicación de que se trata deberá pasar a una Comisión para que dictamine sobre el particular.
El C. Presidente: Como esta solicitud no es sino una adhesión a solicitud igual hecha con anterioridad por otra Legislatura y esta solicitud pasó ya a la Comisión correspondiente, natural es que el documento que se acaba de leer, por tratarse de una simple adhesión, pase al expediente ya formado con la solicitud original y que estudia la Comisión.
El C. Secretario Portes Gil: "Al margen un sello que dice: "Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo.- Morelia -Secretaría.- Número 173." Al centro:
"Ciudadano Presidente de la H. Cámara de Diputados.- México.
"El H. Congreso del Estado, en sesión verificada el día 20 del mes actual, tuvo a bien aprobar el siguiente acuerdo:
"En vista de que el local en que se encuentra instalada actualmente la H. Legislatura del Estado es insuficiente, solicítase del Gobierno General el templo de San José, de esta ciudad, para que se traslade allí la misma H. Legislatura."
"Las razones que tuvo en cuenta para aprobar el acuerdo preinserto fueron las siguientes: La poca capacidad de la sala en que se verifican las sesiones, puesta de manifiesto, sobre todo en los actos solemnes que han tenido lugar últimamente; la falta de departamentos especiales para que las Comisiones puedan dedicarse al estudio de las labores que se les encomiendan; lo reducido del local que ocupa la Secretaría, por cuya razón los empleados de la misma no tienen la comodidad necesaria para el desempeño de su trabajo, encontrándose multitud de legajos y expedientes en completo desorden, por no haber lugar apropiado para darles debida colocación; la falta de local donde debe establecerse definitivamente la Contaduría General de Glosa, que es una dependencia del Congreso; la carencia de lugar conveniente para el archivo y biblioteca del mismo. A la vez que se tuvo en cuenta que, contando Morelia con más de cuarenta mil habitantes y aproximadamente con veinte templos, se ha creído que el de San José reúne las condiciones necesarias, por tener una casa anexa de ejercicios, en la cual pueden establecerse las oficinas de la Cámara.
"Lo que tenemos el honor de comunicar a usted para su conocimiento y a fin de que se sirva apoyar la petición de este H. Congreso.
"Protestamos a usted las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.
"Constitución y Reformas.- Morelia, 30 de agosto de 1917.- J. Silva, D. S.- Castellanos, D. S." (Rúbricas).- Transcríbase al Ejecutivo.
-El C. Múgica: Pido la palabra, reclamando ese trámite, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Múgica: Yo creo que para darle a esta comunicación la verdadera importancia que tiene.... (Voces: ¡Tribuna, tribuna!) Son unas cuantas palabras nada más. (Voces: ¡Tribuna, tribuna!)
(En la tribuna). Señores diputados: En vista de la importancia que tiene para el Poder Legislativo del Estado de Michoacán la iniciativa de ley que ha lanzado, yo deseo que la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión no dirija por medio de una transcripción al Ejecutivo esta nota, sino que nombre una Comisión de su seno para ir a suplicarle al Ejecutivo de la Unión que se sirva acceder a los deseos de la Legislatura local del Estado de Michoacán, con objeto de que aquel cuerpo pueda instalarse lo más pronto posible en un local adecuado para sus sesiones. Es única y exclusivamente lo que deseo, lo que quería decir. (Aplausos).
El C. Secretario Portes Gil: La Mesa sostiene su trámite, en virtud de que no es un asunto que competa directamente al Congreso General el solicitar un local para una legislatura de uno de los Estados.
El C. Avilés: Pido la palabra, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Avilés.
El C. Avilés: Señores diputados: La comunicación que la Legislatura Local del Estado de Michoacán dirige a esta Cámara expone razones que deben de tomarse en cuenta, y es verdad que el local que ocupa allí es enteramente reducido. Estoy de acuerdo en todo lo expuesto aquí por el diputado Múgica y creo que nada pierde la Cámara de Diputados con que se nombre esa Comisión para que vaya a suplicar al Ejecutivo que acceda a la solicitud de la Legislatura Local del Estado de Michoacán. Por lo demás, si el señor Presidente es un poco benigno, en ese caso creo que debe acceder a la solicitud, que entiendo, toda la diputación michoacana sostendrá. Así es que yo suplico al señor Presidente que si en sus facultades no está acceder a esto, consulte a la Asamblea para ver si ella está de acuerdo en que se nombre la Comisión de referencia.
El C. Presidente: La Mesa no tiene inconveniente alguno en consultar la opinión de la Asamblea; tampoco tiene empeño la Mesa en sostener su trámite. Simplemente cree que no es de la facultad de la Cámara de Diputados intervenir en asuntos de esta índole, pero si la Asamblea juzga pertinente la moción presentada por los CC. Múgica y Avilés, de que se nombre una Comisión que se acerque al Ejecutivo con el objeto de que se proporcione un local adecuado a la Legislatura de Michoacán, la Mesa no tiene inconveniente alguno en nombrar la Comisión, previo el voto de la Asamblea. En consecuencia, se consulta la opinión de la Asamblea.
- El mismo C. Secretario: Los que crean que es de aprobarse el trámite propuesto por los diputados Múgica y Avilés se servirán ponerse de pie.
El C. Blancarte: Reclamo el orden.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Blancarte.
El C. Blancarte: Lo que debe ponerse a votación es el trámite de la Mesa.
- El mismo C. Secretario: Los que crean que debe aprobarse el trámite de la Mesa, de que se transcriba esta comunicación al Ejecutivo, se servirán ponerse de pie. Aprobado el trámite.
(El mismo C. Secretario da segunda lectura al dictamen sobre acusación presentada en contra del Gobernador de Campeche, C. Joaquín Mucel.)
El C. Medina Hilario, interrumpiendo: Pido la palabra. ¿Se erige en Gran Jurado la Cámara, señor Presidente?
El C. Presidente: Se trata simplemente de dar segunda lectura al dictamen que presentó la Comisión.
El C. Medina Hilario: ¿No pasa en seguida a discusión?
El C. Presidente: La Mesa señala para la discusión el viernes próximo, que es el primer día hábil.
- El mismo C. secretario: (Continúa leyendo). Se señala para la discusión de este dictamen el viernes próximo, quedando desde mañana abierta
la inscripción para las personas que deseen hablar en pro o en contra.
XXVII LEGISLATURA
PRIMER AÑO
PERIODO EXTRAORDINARIO
ESTADO que manifiesta el número de expedientes tramitados por las Comisiones respectivas de la Cámara de Diputados, en los días del 1o. al del 31 de agosto de 1917.
COMISIONES EXISTENCIA PASADOS A TOTAL DESPA PEN- ANTERIOR COMISIÓN CHOS DIENTES
Estado, Departamento interior..... 2 12 14 12 2
Primera de Hacienda................. 8 0 8 3 5
Segunda de Hacienda................ 1 1 2 0 2
Primera de Crédito Público........ 1 0 1 1 0
Primera y Segunda de Justicia
unidas 4 2 6 3 3
Peticiones.......................... 9 8 17 11 6
Primera de Puntos Constitucionales. 2 0 2 0 2
Segunda de Puntos Constitucionales. 0 1 1 0 1
Primera de Guerra y primera de
Hacienda, unidas...................... 0 1 1 1 0
Segunda de Guerra................... 0 1 1 1 0
Tercera de Guerra................... 0 1 1 0 1
Presupuestos........................ 2 0 2 0 2
RAMO SECRETO
Administración..................... 1 1 2 2 0
Gran Jurado......................... 4 0 4 1 3
TOTAL............................ 34 28 62 35 27
México, 31 de agosto de 1917.- J. López Lira, D. S. (Rúbrica.) Porfirio del Castillo, D. S. (Rúbrica.)
El trámite es: Insértese en el acta.
"Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- Comisiones de Estado, Departamento Interior.
"H. Cámara:
"Fue turnado a esta Comisión de Estado, Departamento Interior, un telegrama procedente de Casas Grandes, Chih., del C. diputado Manuel M. Prieto, pidiendo una prórroga de diez días a la licencia que le fue concedida.
"Los subscriptos, miembros de la referida Comisión, estiman que es de concederse la prórroga solicitada y, en tal virtud, someten a la deliberación de la H. Asamblea la siguiente proposición:
"Concédase prórroga de diez días, con goce de dietas, a la licencia que disfruta el C. Manuel M. Prieto."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 3 de septiembre de 1917.- Francisco Medina.- J. A. del Castillo." (Rúbricas).
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba el dictamen. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobado el dictamen.
- El mismo C. Secretario: Continúa a discusión el proyecto de la ley de ingresos:
Fracción XIII. Inciso H. Impuesto especial del Timbre sobre ventas de primera mano de pulque y tlachique, conforme al decreto de 27 de junio de 1917, en el concepto de que dicho decreto se reforma en el sentido de que en lugar de 25 por ciento se eleva el impuesto a un 40 por ciento.
Está a discusión.
El C. Manrique: Pido la palabra en contra.
El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Manrique.
El C. Manrique: Debéis recordar muy bien, señores diputados, que este artículo, este capítulo de ingresos, relativo al impuesto de ventas de primera mano sobre pulque y tlachique, y que la ley relativa fijaba un 25 por ciento, fue calurosamente rebatido por varios de nosotros, que pedimos que la contribución, en lugar de ser de un 25 por ciento, se elevase al doble, es decir, al 50 por ciento. Vehemente y acalorada fue la discusión. El señor licenciado Cabrera sostuvo que el impuesto subsistiere en la proporción de un 25 por ciento, y todos los oradores del contra, que fuimos varios, solicitamos que el impuesto se elevase a un 50 por ciento. Recodaréis que el fundamento principal de nuestra argumentación fue este: Siendo el pulque una bebida declarada por la ciencia y la experiencia verdaderamente perjudicial para nuestro pueblo, para su salud fisiológica y moral, debiendo considerarse el agavismo, es decir, el abuso del pulque, como una verdadera plaga social, debe el legislador poner todos aquellos medios que considere adecuados para lograr la extinción de la funesta plaga. Uno de los medios es precisamente el de imponer fuertes contribuciones, contribuciones que sean verdaderamente prohibitivas. A eso el señor licenciado Cabrera arguyó, objetó que este sistema, este procedimiento de combatir el alcoholismo por medio de fuertes impuestos, por medio de fuertes gravámenes, era ineficaz. Sin embargo, tratamos de desvanecer su objeción insistiendo en que las estadísticas no eran verdaderamente probatorias en este sentido y que sí nos daban, por el contrario, razones suficientes para esperar que el aumento de la contribución que ya pesa sobre el pulque fuese eficaz en el sentido de lograr la disminución en la venta de este maléfico licor. Podemos equivocarnos; podrá suceder que, efectivamente, resulte ineficaz esta medida nuestra de elevar la contribución en esa proporción exagerada con el loable deseo de disminuir la venta del pulque. Podríamos equivocarnos, pero estamos haciendo verdaderamente obra de sociólogos experimentales; si la experiencia más tarde nos indica que nuestra labor ha sido ineficaz, que nos hemos equivocado,
que no hemos acertado con el procedimiento atingente, nunca será demasiado tarde para volver sobre nuestros pasos y reconocer nuestros errores; pero entretanto, y ya que el sentir dominante en la Asamblea fue el de que la contribución sea elevada a un 50 por ciento, y esto quedó demostrado por una abrumadora mayoría, esto quedó demostrado no solamente en las discusiones mismas, que fueron acaloradas, sino también, y es el argumento probatorio por excelencia para el señor licenciado Cabrera, quedó también demostrado por la votación misma que rechazó el impuesto del 25 por ciento, por una abrumadora mayoría. Pido, pues, a los señores diputados que en votación económica, o nominal, si la ley nos obliga a ello, rechace este impuesto en la forma que la Comisión lo ha presentado, con objeto de que se reforme por la propia Comisión, en el sentido de fijar un impuesto del 50 por ciento sobre las ventas de primera mano sobre el pulque y tlachique. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra algún miembro de la Comisión.
El C. Basáñez, de la Comisión: Señores diputados: Hoy vuelve al tapete de la discusión el impuesto sobre pulque y tlachique, el cual fue suficientemente discutido la vez pasada y desechado el dictamen de la Comisión, que proponía un 25 por ciento ad valórem sobre ventas de primera mano; este impuesto estaba basado en que se habían dividido las bebidas embriagantes en tres clases: Las cervezas, el pulque y los alcoholes. Las cervezas tienen un impuesto del 16 por ciento ad valórem sobre ventas de primera mano; los pulques y tlachiques un impuesto del 25 por ciento, y los alcoholes un impuesto del 40 por ciento. Esta decisión de la respetable Asamblea, al desechar el dictamen en que se señalaba el 25 por ciento sobre ventas de primera mano al pulque, la Comisión quiso interpretarla o creyó haber interpretado el deseo de la Asamblea, de igualar los pulques y tlaquiches con el alcohol y, en virtud de eso, nosotros, no creyendo que el gravamen a esas bebidas, netamente nacionales y nada más de determinada región de la República, no creímos conveniente gravarlas más que los alcoholes, y por eso hemos asimilado el impuesto de ventas a primera mano el de los alcoholes. No creemos conveniente que pague mucho más o más que los alcoholes y aguardientes. De allí parte el dictamen hecho en el sentido que ahora se somete a la consideración de Vuestra Soberanía, sin hacer observaciones de otra índole, pues ya bastante ha sido discutido en sesiones anteriores. Por lo tanto, yo pido, en nombre de la Comisión, a esta H. Asamblea, apruebe el dictamen en este sentido, pues ya quedan dichas bebidas asimiladas a aguardientes y demás licores que tienen el impuesto del 40 por ciento sobre ventas de primera mano, el cual ya ha sido aprobado por esta Asamblea, y creo injusto de todo grado que se grave más que dichas bebidas.
El C. Manrique: Pido la palabra para interpelar a la Comisión.
El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. González Galindo.
El C. Manrique: Para interpelación a la Comisión.
El C. Presidente: Suplico a Su Señoría que espere a que termine de hablar el orador. (Voces: ¡Ya acabó!) Tiene la palabra el C. Manrique.
El C. Manrique: Diga el ciudadano miembro de la Comisión, como es cierto, si no está obligada la misión, si no se devolvió el dictamen a la Comisión para que lo reformase en el sentido de la discusión, primero. Segundo: Diga el señor miembro de la Comisión si no fue el sentido de la Asamblea, el sentido de la discusión, que se elevase a un cincuenta por ciento el impuesto... (Voces: ¡Sí, sí!) Finalmente: Diga el señor compañero Basáñez si no está obligada la Comisión a acatar las indicaciones de la Asamblea. (Aplausos ruidosos).
El C. Basáñez, de la Comisión: Señor compañero Manrique: El dictamen se devolvió a la Comisión, e indiscutiblemente que para ser reformado, y la Comisión lo reformo. El sentir de la Asamblea no podemos nosotros interpretarlo tal cual dice el señor Manrique, ni estamos obligados a ello, pues no se le tomó el consentimiento, mejor dicho, su votación, en un sentido o en otro. Lo único que hizo la Asamblea fue desechar un dictamen al veinticinco por ciento ad valórem sobre ventas de primera mano; ya se ha dado aquí el caso de que muchos dictámenes se rechacen y las Comisiones los presenten en el mismo sentido, pues así lo han creído pertinente; la Comisión no recogió votación, ni en un sentido ni en otro, y creyó que el sentir de la Asamblea era que se asimilase, como antes digo, a los licores. Por eso es que la Comisión ha procedido en este sentido.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. González Galindo.
El C. González Galindo: Señores diputados: Aun cuando ha manifestado ya la H. Asamblea su sentir de que se eleve el impuesto a un cincuenta por ciento, alegando que fue el sentir de ella en la ocasión pasada, cuando se discutió primeramente, estoy entendido que no todos los que votamos en contra lo hicimos en el sentido de que se aumentara esa contribución; yo fui de los que votaron en contra la vez pasada, pero la razón no fue que quisiera que fuera gravada más esa contribución, sino, por el contrario, llegaría al extremo de decir que no debería gravarse por ese capítulo la producción del pulque. No voy a defender, por supuesto, esa bebida que, según dicen en esta H. Asamblea, está calificada por la ciencia y dizque por la experiencia, como venenosa, como degeneradora de la raza y quién sabe qué más. (Voces: ¡No, hombre! risas.) (Una voz: ¡No, hombre, si constituye la felicidad!) No constituye la felicidad tampoco, pero yo he de advertir a los señores diputados que lo que están atacando como bebida nociva a la salud no es el pulque que producen las haciendas productoras, sino es el pulque que ellos conocen en México o en Puebla, es decir, en la ciudad de México o en la de Puebla o en otras capitales, y eso.....
El C. Garza Pérez, interrumpiendo: ¿Y en Tlaxcala?
El C. González Galindo: En Tlaxcala, señor compañero se conoce otro pulque que no conoce usted y creo que ningún otro de los señores diputados.... (Murmullos, siseos y voces: ¡Pruebas, pruebas!) La prueba la voy decir. Aseguran que
es nocivo, que no es alimenticio, que degenera la especie.....
El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¡Lo estamos viendo!
El C. González Galindo: Lo están viendo en algunos de ustedes (risas), pero eso la capital; tiene razón. En la capital, donde no es pulque lo que se toma, sino una mixtura, una mezcla de substancias verdaderamente nocivas que hacen en las tabernas de aquí.....
El C. Cepeda Medrano, interrumpiendo: ¿Y en Tlaxcala?
El C. González Galindo: En Tlaxcala no se hace eso; en Tlaxcala se produce legítimo, y la prueba es que los campesinos, los peones, los trabajadores de esas haciendas productoras valen físicamente, animalmente hablando, valen por tres o cuatro de los de la capital. (Aplausos y risas.) He hablado claro; dije que animalmente hablando, es decir, físicamente hablando. (Aplausos y risas.) Físicamente el campesino de esas haciendas vive el doble, si no el triple de la edad que viven los habitantes de la ciudad de México. (Risas y murmullos.) Resisten mejor el trabajo y pueden dormir sin necesidad de un mullido colchón, sin el cual no podría dormir un habitante de la capital. (Risas.) Al peón que se alimenta con maíz, frijoles y pulque le caen tempestades, pasa las noches en vela, se serena y no le da catarro, como les pasa a muchos de los señores diputados. (Aplausos y risas.) Pues es cierto, compañero. La constitución física del trabajador que está alimentado con comidas pobrísimas, pero excesivamente nutritivas, lo está demostrando; en las haciendas casi no hay necesidad de médico, de lo que abunda en la capital; los médicos allí son planta exótica, y no porque sean refractarios a la civilización, no porque sean refractarios a la ciencia, sino porque no tienen necesidad de ello. ¿Por qué? (Voces: Por el pulque.) Pues eso es, toman pulque, toman maíz, toman frijol, y sin tomar esos alimentos completos que la ciencia higiénica ha clasificado como los más nutritivos y los más higiénicos, están más fuertes, están más vigorosos, se reproduce más vigorosamente la especie; allí en las haciendas es prolífico el peón..... (voces: ¿Aaah!) y se sucede; sucede que el pulque que toman en la capital no produce esa vida, esa lozanía, ese vigor de que disfruta el peón, el campesino en las haciendas pulqueras. Ustedes hablan de ese pulque de la capital, no conocen seguramente, y por eso tienen razón en atacarlo y eso se explica, no en toda la República se conoce y se produce; en el Estado de Jalisco, si mal no estoy entendido, allí se produce en abundancia el mezcal o el tequila y no atacan esto, suprimir esa bebida, no la han atacado como nociva no han dicho que sea venenosa - digo que sea venenosa, porque entiendo que todos los alcoholes son venenosos, pero el pulque lo es en menor cantidad -; no puede compararse esa bebida, que para el peón constituye verdaderamente un alimento, aun cuando otra cosa digan los señores del contra; digo que esa bebida realmente es un alimento y así lo ha demostrado la gente que lo toma; yo, por supuesto no lo tomo.... (Risas y voces: ¡Pruebas!) Señores: Hay aquí compañeros que me conocen, (Voces: ¡Pruebas!) apelo a los diputados Hernández Maldonado, que está presente, y Luis Sánchez Pontón, para que me digan si alguna ocasión me han visto tomar un solo trago de pulque o más de un trago. (Risas.) Está también aquí el diputado Marcelo Portillo, y podría citar a algunos otros a que digan si alguna vez me han visto tomar un trago de pulque. (Risas.)
El C. Hernández Maldonado: Pido la palabra.
El C. González Galindo, continuando: Yo sé decir señores diputados, que por lo que hace a mí no me perjudica ni atañe nada la supresión absoluta del pulque, absolutamente (Voces: ¿Entonces?); pero eso no quiere decir que venga a ver por un error, socialmente hablando, que se va a cometer. Las semillas de que se alimenta el campesino están muy caras; ya se queja la gente por esas haciendas de que el Gobierno Constitucionalista, de que la Revolución, en vez de venir a beneficiar al peón, al campesino, lo ha venido a perjudicar, porque si antes comía con poco, ahora no come ni con mucho que le paguen sus patrones. Y si a eso se agrega que le van a aumentar la contribución del pulque, de que se alimenta también, no va a pagar el capitalista, el hacendado, el productor del pulque, sino que va a pagar el peón, el trabajador, porque los dueños de hacienda no van a pagar ellos prácticamente de su bolsillo y lo van a vender al peón o a todos sus dependientes en la misma tarifa que le han puesto a esa bebida; a toda su gente le van a aumentar y les van a decir, como ya me lo dijeron algunos, que si les aumentan naturalmente las contribuciones, tendrán que aumentar el precio del pulque a sus peones, a toda esta gente del trabajo....
El C. Manrique: ¡Pues es lo que queremos!
El C. González Galindo, continuando: .....y entonces la gente que no puede tener maíz para comer, ni pulque para beber, va a tener más de un motivo de descontento, y eso no contra su patrón, no contra el hacendado, sino contra el Gobierno que ha recargado de contribuciones los artículos que para esa gente son de primera necesidad. Yo repito, no tomo absolutamente pulque, y eso a mí no me perjudica. (Voces: ¡Pruebas, pruebas!) Cuando yo no me he creado esa necesidad no tengo necesidad de tomar, pero los que tienen esa necesidad, los que se han creado, alimentado y vivido con ese alimento, creo que es un atentado de lesa humanidad (Voces: ¡Ah!) quitarles un alimento que verdaderamente les va a provocar descontento (Voces: No es alimento); pues para mí sí, para ustedes no lo será; vayan y pregunten al peón, vayan a preguntar al trabajador que está con la barreta trabajando allí en la tierra, que está labrando el maíz, y entonces él que lo diga mejor; pero no ustedes que no conocen esto ni yo que tampoco lo conozco. Yo lo hago en bien de esa clase a quien se le va a gravar más el costo de su vida; en su régimen alimenticio se va a sentir hondamente alterada y el descontento en las haciendas tendrá que venir en contra del Gobierno que haya dictado esa ley. (Aplausos.)
El C. Padilla: Pide la palabra la Comisión.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Higareda, en contra.
El C. Higareda: CC. diputados: El orador que
me precedió en el uso de la palabra ha venido a decir aquí que si aumentamos el impuesto al pulque y al tlachique vamos a hacerle un mal a nuestra clase menesterosa. Esto no es verdad, señores diputados; precisamente con el deseo de hacerle bien deseamos aumentar el pulque. Voy a decir por qué: Mientras más barata es una bebida, indudablemente que los pobres pueden comprarla más fácilmente, y de esa manera ellos se envician más; pero si aumentamos el precio de esa bebida, señores diputados, indudablemente que obligamos a los pobres a que trabajen más, es decir, los alejamos un poco de esos lugares de vicio, de esos lugares de corrupción, de esos fangos en donde se han hundido tantas generaciones miserablemente, que está pidiendo la industria, que está pidiendo la nacionalidad en los momentos de prueba. Aquí se dijo, señores diputados, dijo el señor licenciado Cabrera, que si aumentamos el precio sobre las bebidas del pulque y del tlachique disminuimos los alimentos de nuestra clase menesterosa. Esto, señores diputados, no es cierto (Voces: Sí es cierto.), toda vez que conocemos perfectamente que los individuos que se embriagan, desgraciadamente no comen; esto es una verdad. (Voces: ¡Pruebas, pruebas! Risas.) Lo conoce todo el mundo. Ya el señor diputado Siurob dijo los males que ocasiona el pulque como vicio. Se ha defendido aquí el impuesto de un cuarenta por ciento alegando únicamente que así se beneficia a las clases menesterosas. No, señores diputados, así no se les beneficia, así se les hunde más en el vicio; así nunca se seca ese charco, como dije antes, en la generación pasada y las que vengan; debemos nosotros moralizar naturalmente a esas clases; irlas alejando poco a poco. Yo no soy de opinión de que se suprima el vicio inmediatamente, porque eso sería imposible; eso daría margen a que viniera la especulación de bebidas embriagantes de peor calidad como el tequila y otras, pero sí que se aumente naturalmente el impuesto para obligar al trabajador a que trabaje más, para obligarlo a que se aleje un poco del vicio, toda vez que le cuesta más. Ahora bien, de esta manera el individuo no puede comprar el pulque porque es más caro, indudablemente que no lo bebe y no se embriaga ya. Por eso, señores diputados, yo opino que se aumente lo más que se pueda, si posible es a un cincuenta por ciento. La mayor parte de los CC. representantes que me escuchan saben que tres cosas de manera muy principal han degenerado a nuestras clases menesterosas: Primero, el clero que les oculta la verdad y las explota; en seguida, los Gobiernos que, habiendo sido tiránicos, las privaron de la educación, que es el pan del entendimiento, vida del espíritu; y el vicio en tercer lugar, señores diputados, que los aleja del trabajo. ¿Por qué no aumentar eso como medida de mejoramiento para esas clases? Se dijo aquí por el C. licenciado Cabrera que en ningún país del mundo el aumento de la contribución ha causado un provecho inmediato. Sí, señores, en algunas partes del mundo, en los países escandinavos, al principio de su mejoramiento social, y los países escandinavos ahorita están en una altura envidiable, precisamente porque se ha alejado a la mayor parte de esos individuos - con la educación y con las medidas que ha tomado el Gobierno a ese respecto - de los lugares de prostitución y de vicio. Yo opino que si se aumenta un cincuenta por ciento sí hemos logrado algo, y si posible fuera, más, señores diputados; por eso opino que el aumento sea de un cincuenta por ciento y no de un cuarenta por ciento. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Padilla.
El C. Padilla: Señores diputados: Al reformar el dictamen que está a discusión, la Comisión no tuvo en cuenta la calidad de la bebida de que se trata, ni si es alimenticia o no para el pueblo; la Comisión únicamente ha estudiado el asunto bajo su fase económica. Tenemos la producción de cerveza gravada con un dieciséis por ciento; los alcoholes de destilación, el tequila, el mezcal y otros similares, con un cuarenta por ciento, que es el máximum a que se ha elevado el gravamen en el ramo de bebidas embriagantes. Esto ya está aprobado, señores diputados. ¿Con qué criterio, pues, iba a proceder la Comisión al crear un impuesto para el pulque, para esta bebida, que si en un igual volumen que otras, como el tequila, como el alcohol, es menos embriagante, vamos a recargarle un cincuenta por ciento como quieren los señores diputados? Nosotros vimos la graduación, nosotros vimos la producción, económica y, en este concepto, creímos que no estábamos autorizados más que a igualarlo al tequila, a los mezcales, alcoholes y demás de destilación. Por otra parte, se nos pone como argumento que gravando fuertemente al pulque las clases proletarias, las clases trabajadoras consumirán menos y las conduciremos por un camino de regeneración. Demasiado sabéis, señores diputados, que la evolución no da saltos; las clases actuales, las que están viciadas, no podrán dejar de beber de un día para otro por el hecho de que el litro de pulque valga unos cuantos centavos más; lo comprarán a cualquier precio que sea y cercenarán la parte del salario destinado para alimentos, para maíz, para frijoles, etc., para emplearla en pulque, y esto, naturalmente, dará por resultado que se alimenten más mal, recibiendo siempre los perjuicios de la bebida degeneradora. Ya la otra vez que se discutió esto se presentó esta tesis: Que si se quería evitar que el pueblo se degenerara por medio de la bebida nacional, debería a toda costa evitarse que se produjera el pulque, que los grandes campos ocupados actualmente por los magueyales, o bien se destinaran a otra cosa, o bien que el producto del maguey ya fuera utilizado como fibra, o bien se sacara azúcar o cualquiera otra elaboración que fuera productora y que compensara al capital invertido actualmente en las haciendas magueyeras. Pero creemos que es absolutamente un disparate económico, bajo este punto de vista, poner un cincuenta por ciento al pulque, porque absolutamente no podría resistirlo; vendía un desequilibrio desde la producción hasta su venta, e indudablemente vendría el aquelarre en este ramo. Por lo tanto, debemos ser cuerdos con los gravámenes que tienen las demás bebidas.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cabrera.
El C. Cabrera: Señores diputados: En la discusión que sobre este asunto tuvo lugar anteriormente sostuve yo que era inconveniente subir el impuesto de ventas de primera mano al pulque, a más de veinticinco por ciento; pero la Cámara de Diputados rechazó el dictamen de la Comisión que lo ponía en veinticinco por ciento, y la Comisión no podía hacer otra cosa que ponerlo al cuarenta por ciento, que era el máximo que se había fijado para los alcoholes. Justamente juzgado, el dictamen de la comisión es correcto y es de acuerdo con el sentir de la Cámara. La Comisión no tiene absolutamente razón para ser atacada a este respecto, porque no ha hecho más que producir su dictamen en el sentido de la discusión, expresado en votos. Yo sigo creyendo que el impuesto de cuarenta por ciento que fija la Comisión es todavía demasiado alto; pero me parece absurdo pretender, como pretenden algunos oradores del contra, no solamente elevarlo hasta el cuarenta o, sino llevarlo hasta el cincuenta por ciento, o como decía el diputado Higareda, "o más," porque para ciertos diputados, ciertos principios de regeneración moral por medio de las leyes fiscales, les parecen verdades del catecismo del Padre Ripalda, absolutamente incontrovertibles y, por consiguiente, no se paran absolutamente a ver cuáles van a ser las consecuencias de los impuestos sobre la riqueza Nacional, sino que creen que de una plumada y aquí sentados en su curul van a hacer la regeneración de nuestra raza, sin fijarse en que lo único que van a hacer es la destrucción de la riqueza de la Mesa Central. (Aplausos). Yo no estoy hablando ni para los diputados de Hidalgo, ni para los diputados del Distrito Federal, ni para los Diputados de México, ni para los Diputados de Tlaxcala, ni para los diputados Puebla; todos estos diputados saben perfectamente que el maguey en la mesa central tiene una función económico-agricola muy importante que no hay que desatender so pretexto de moralización. Los diputados de Jalisco, y no me refiero a todos, sino por ejemplo al señor diputado Higareda, que entiendo es Diputado por Jalisco.... (Voces: de San Luis, de Jalisco) Jalisco y San Luis están en las mismas condiciones; los diputados de aquellas regiones en que el Maguey no desempeña las mismas funciones en la Agricultura que en México y en que el maguey está produciendo un alcohol, ¿Qué dirían si aquí se propusiese que el tequila fuese gravado también con el cincuenta o sesenta por ciento o más para que destruyamos esa propiedad, ese producto? (Aplausos). Un diputado por Tabasco dice: ¡Muy. bien! ¡Claro! como que en Tabasco no hay maguey.
El C. Cabrera: Allá voy, a la caña. Cuando de una planta o de un producto natural estamos libres de escoger entre destinarlo a un producto o destinarlo a otro, sería absurdo y criminal destinarlo a la fabricación de alcoholes. La última disposición sobre alcoholes, dictada durante la época de guerra en Estados Unidos, prohibiendo la fabricación de "whiskys," por medio de cereales, es una de las disposiciones más sabias que pueden tomarse en un país y, en mi concepto, en México se hará bien en continuar la política de prohibición absoluta del empleo del maíz para la fabricación de alcoholes. Antiguamente, el Estado de Guanajuato era testigo de que, en muchos casos, se compraba el maíz más barato para la fabricación de alcohol que para la alimentación del pueblo. Está bien, cuando de un producto se pueden hacer dos cosas: Una, para la alimentación del pueblo y otra para un vicio; sería criminal no favorecer, inmediatamente, el destino de aquel artículo para la alimentación del pueblo. Si se me pudiese probar que el maguey existente en la Mesa Central puede servir para la fabricación del pulque, al mismo tiempo que para otra fabricación o para otro empleo directamente encaminado a la alimentación del pueblo, yo sería el primero en estar, no solamente por el aumento de las contribuciones, que no da resultado; sino por la prohibición absoluta de la fabricación de alcohol, de la fabricación del pulque del maguey en el país. Si el maguey que se produce en la Mesa Central no fuera tan pulposo como es, y fuese más fibroso, yo sería el primero en pedir, en abogar aquí por la supresión del pulque, para que destinásemos el maguey a la producción de fibras; pero cuando el maguey, en la actualidad, además de desempeñar una función económica, como ya dije, no puede servir en estos momentos más que para la producción del pulque, es absurdo estar pretendiendo elevar las contribuciones inconsideradamente. ¿Por qué hemos de tratar al pulque peor que al tequila? ¿Qué tiene el pulque peor que el tequila? ¿Por qué no poner al tequila en las mismas condiciones, entonces? El tequila tiene cuarenta por ciento de ventas de primera mano; los alcoholes de otro género, más perjudiciales, tienen cuarenta por ciento; el alcohol de caña, que, indudablemente, se fabrica del jugo de la caña, en vez de limitarnos a la fabricación de alcohol de melazas, tienen únicamente el cuarenta por ciento, y, sin embargo, no he oído a ningún diputado todavía que clama contar el maguey, clamar contra la fabricación de alcohol hecho de la caña de azúcar. Allí estoy con el diputado Aguirre Colorado. Sí, señor; si la caña de azúcar nos puede servir para la fabricación de azúcar y desviamos la producción, en vez de fabricar fabricamos alcohol, yo estoy por el gravamen del alcohol de la caña de azúcar a tipos verdaderamente altos y prohibitivos; pero que no se nos diga que debemos matar, de una plumada, al pulque, sencillamente porque se cree que es la única causa de del malestar social de las clases bajas; no, señores, la causa del malestar de las clases bajas tiene muchas y muy complejas causas; es falta de educación, es miseria natural, es falta de alimentación, son condiciones históricas, son condiciones sociales que han pesado sobre nuestro pueblo; no nomás es el pulque, no hay que echar la culpa al pulque de todos los males que vienen de nuestros antecedentes históricos y, si se ofrece, hasta de nuestros antecedentes de raza. Es cierto que el pulque ejerce una influencia deprimente y nociva en el abuso que se hace de él en las clases bajas; pero no hay que echar al pulque toda la responsabilidad de lo que ocurre en nuestro país. He dicho en otra ocasión, sobre todo, que el pulque no tiene consumo más que en la Mesa Central, que no es un artículo que pueda exportarse ni que pueda sacarse a otros lugares y que, por consiguiente, no tiene defensa de ningún género el maguey, el
dinero empleado ya y fincado ya en el maguey no tiene más defensa que la substitución gradual de la fabricación del pulque por alguna otra fabricación de otro artículo. Ahora bien: Aquí se pretende que se suba el impuesto al pulque, no sólo al cuarenta por ciento, como lo ha hecho la Comisión justamente, porque así se lo ha mandado la Cámara que lo haga, sino que se quiere que se suba al cincuenta por ciento, al sesenta o más. ¡A mí qué me importa, si al cabo no soy de la Mesa Central! dicen algunos señores diputados, o qué me importa a mí, al fin yo no lo tomo, dicen algunos otros. No; hay necesidad de ver desde luego si del maguey puede hacerse inmediatamente otro uso que no sea el pulque. (Voces: Azúcar, fibra.) Unos dicen fibra, otros dicen azúcar, otros dicen vinagre (risas), no saben, no han vivido en la Mesa Central en contacto con el tlachiquero, no saben qué función desempeña el maguey; pero los que han vivido en contacto con ellos, como el diputado González Galindo y algunos otros, no opinan por matar el pulque. Del aguamiel no pueden hacerse, en la actualidad, más que nuevos ensayos de bebidas alcohólicas; hasta la fecha, del aguamiel no se ha podido producir más que lo siguiente: Un azúcar de muy mala calidad y de excesivo costo, que nunca puede competir con el azúcar de caña. Si nosotros, en Sinaloa, en Morelos, en Veracruz, en Puebla, producimos azúcar de caña a precios sumamente bajos, para competir con las azúcares de remolacha europeas y las azúcares de caña aún de Cuba, ¿Por qué vamos a ser tan tontos, tan verdaderamente tontos, por no llamarnos o por no llamar a algunas personas imbéciles para querer fabricar del aguamiel del maguey azúcar que no puede competir con el azúcar de caña? Se fabrica con el aguamiel un vinagre que no ha llegado todavía, ni con mucho, a la perfección suficiente para que pueda ser utilizado como artículo culinario, pues los vinagres fabricados del aguamiel tienen un dejo demasiado pronunciado a maguey, que no permite el uso en las cocinas, mientras no se haya modificado químicamente el procedimiento y la manera de fabricación. Se produce también del aguamiel una especie de champaña, que se nombra "Champaña mexicana," pero que apenas la conocemos unos cuantos, y esta champaña no resiste, en realidad, ni con mucho, la competencia con la más mala de las sidras importadas de España. El champaña del aguamiel no es más que el aguamiel fermentado, y guarda también un dejo de aguamiel muy pronunciado y que produce - aquí del diputado Siurob para corregirme - una inflamación intestinal, muy bien conocida entre todos los que la toman, de todas las vías eliminatorias. Hay una cosa que sí se produce bien del pulque y del aguamiel, señores diputados, alcohol. Cada vez que en el tinacal hay necesidad de mandar tirar el producto de las tinas por infracciones del contrato de los introductores, con el fin de dejar libre el tinacal, en vez de tirar el pulque se echa al alambique, se le llama tirar, pero, en realidad, se echa al alambique. Lo único que se ha producido del aguamiel o del pulque, que no sea pulque, es aguardiente. Esto no es resolver la cuestión. Esto es desviar la producción del pulque, en vez del pulque, que es una bebida puramente fermentada, a una bebida puramente destilada, que es el aguardiente. Y yo querría que me contestaran les enemigos del pulque y amigos del tequila si realmente no es preferible que se produzca una bebida fermentada de mucho menos condiciones nocivas y tóxicas y no una bebida destilada. ¿Dónde está la justicia que nos diga que si tenemos un maguey que produzca pulque debe pagar un cincuenta o sesenta por ciento, "o más," y, en cambio, el maguey que produzca alcohol nada más tendrá que pagar el cuarenta por ciento? ¿No es esto absurdo? ¿No es esto ir contra los intereses propios del agricultor y del pueblo mismo? Es decir, queremos curar al pueblo mexicano de beber pulque dándole de beber aguardiente. Este es el punto sobre el cual quiero llamar la atención de los señores diputados, para que se ponga un límite; ya no quiero yo que se vuelva al veinticinco por ciento, que nos quedemos en el cuarenta por ciento que pide la Comisión; pero pretender, inconsideradamente que subamos los impuestos porque sí, es no conocer las condiciones especiales de nuestro país. Temo cansar la atención de los señores diputados mencionando ciertos hechos, pero veo que todos los que no son de la Mesa Central no se dan cuenta exacta de la función del maguey en las tierras de las laderas y en las tierras muy fácilmente deslavables, que el maguey desempeña en la Mesa Central. El maguey no es una planta que hayamos creado porque nos dio así la gana, es una planta que está naturalmente indicada como un procedimiento para retención de las tierras propias para la labor, a fin de que no se deslaven en la Mesa Central de nuestro país, que es una altísima mesa, en donde toda el agua corre rápidamente, en donde toda el agua corre torrencialmente hacia abajo, da lugar, si se ha desmontado y se ha comenzado a sembrar, al cabo de tres o cuatro años estaría absolutamente inútil para la agricultura, si el maguey no viniese a ejercer la función de retención de los limos y la tierra vegetal. Esta es la verdadera función del maguey, y, en la actualidad, en que casi en todas las fincas magueyeras el maguey se siembra ya a curvas de nivel, es absolutamente necesaria la existencia de esa planta para la conservación de esa tierra de labor. Se ha dicho mucho que la tierras sembradas con maguey son tierras perdidas para la agricultura; los que esto dicen no conocen realmente la Mesa Central. He dicho en otra ocasión, y repito ahora, que la principal producción, uno de los lugares mejor productores de cebada es la Mesa Central de México, y los diputados por Tlaxcala vendrán en este caso en mi apoyo; Huamantla, Calpulálpam, Barra de Escandón, Morelos, etc., son tierras productoras de cebada, pero que se siembra en los intermedios de las melgas del maguey; por consiguiente, no es que esas tierras estén perdidas para la agricultura: Es que se siembra principalmente cebada, avena, centeno, entre el maguey mismo de manera que la tierra tiene el maguey, que produce un producto diariamente, y tiene las siembras, que producen un producto anual; económicamente, al maguey lo llamo yo el refaccionador de las tierras de la Mesa Central. En cualquier país o en cualquier lugar donde se hacen siembras agrícolas
anuales, tomemos, por ejemplo, La Laguna en los Estados de Coahuila y Durango, tomemos, por ejemplo, todas las tierras de labor del Norte, en donde hay irrigación; pero, principalmente, La Laguna, como ejemplo, no se concibe la agricultura, sin una refacción, sin la intervención del capital, que, en su carácter de prestamista viene a ayudar a la agricultura mientras la cosecha se produce. Hay aquí diputados del Estado de Coahuila, pero no conozco directamente quién es el representante.... (Voces: ¡Gámez, Gámez!) Pues bien, el diputado Gámez, representante del Estado de Durango, de Nazas, de Indé, en fin, los representantes de La Laguna saben perfectamente que el cultivo del algodón y los cereales de La Laguna es imposible sin el prestamista, sin el banquero que, casi siempre, se lleva la mitad de los productos del agricultor. En la Mesa Central, señores diputados, la agricultura de los cereales no necesita refacción, refacción extraña; la refacción se hace por cada finca con los productos del maguey, es decir son los productos del maguey que diariamente y durante todo el año, con muy pocos días de excepción en la época de las lluvias, está produciendo constantemente el importe del pulque, y ese importe es el que se destina al pago de los salarios y al pago de semillas y, en general, a la refacción de la finca que al fin del año ha de producir el maíz, la cebada, el centeno, el trigo o cualquiera otra producción que allí se hace. Es cerrar los ojos a los hechos absolutamente locales, a condiciones absolutamente nacionales y mexicanas, estarnos hablando aquí de Suecia y Noruega, donde el promedio de iletrados apenas es de uno por ciento, cuando estamos en un país que no produce lo mismo que Suecia y Noruega y donde el promedio de iletrados es de ochenta por ciento. No, señores diputados, no hablemos de Suecia y de Noruega; hablemos de México y especialmente de la Mesa Central. La Mesa Central tiene sus condiciones especiales en que el maguey desempeña funciones físicas, funciones agrícolas y funciones económicas especiales, que no hay que desatender. Estoy con los Diputados que desean suprimir la embriaguez, con todos los que desean una medida de moralización para nuestro pueblo, pero seamos razonables en los procedimientos que empleemos; no matemos al enfermo para curarlo. Necesitamos, ante todo, que el maguey que en la actualidad se produce en la Mesa Central pueda, sí, pueda ser substituido por otra clase de maguey que desempeñe las mismas funciones, que produzca en fibra lo que éste produce en pulque y que ayude a la agricultura, y cuando eso lo tengamos no nos andemos con medias tintas poniendo impuestos al pulque: Prohibámoslo; dictemos una ley que prohiba la fabricación del pulque; fue mucho más sensata la idea de la revolución de 1914 al prohibir terminantemente la fabricación del pulque, que la idea de pretender imponer impuestos de cierta magnitud; pero en la actualidad no estamos preparados para esas reformas, porque hay una considerable riqueza invertida y una función importante, trascendental que desempeña el maguey; mientras no hayamos substituido esto por otra cosa, no debemos establecer impuestos que vengan a matar considerablemente esta industria con perjuicio, no precisamente de la industria misma del maguey, sino con perjuicio del resto de la agricultura de la Mesa Central. Yo, pues, suplico a los señores diputados y llamo la atención de los que no son de la Mesa Central, porque estoy seguro de que todos los diputados de la Mesa Central, especialmente los de Hidalgo, México, Tlaxcala, Puebla y el Distrito Federal, saben muy bien a qué atenerse en materia de impuestos al pulque; pero los que no son de la Mesa Central piensen que están atacando una rama, una fuente de riqueza para la agricultura en general, sin haber puesto su atención en cómo van a substituirla. Yo, señores diputados, pedí la palabra en contra, porque todavía creo que el cuarenta por ciento es alto, pero contra lo que he pedido la palabra es contra esa tendencia de que no sólo el cuarenta por ciento que propone la Comisión, sino el cincuenta o sesenta o más, ¿Qué me importa?; contra esa tendencia a subir inconsideradamente los impuestos sin tener en cuenta las condiciones de nuestro país, es contra lo que he pedido la palabra; por lo demás, no encontréis absurdo que, puesto que la Cámara así lo determinó, yo votaré afirmativamente por el dictamen de la Comisión, y mientras otra cosa no se haga, suplico a los señores diputados voten afirmativamente por el dictamen de la Comisión (Aplausos.)
El C. Presidente: Como el C. Cabrera pidió la palabra en contra y de hecho habló en pro, tiene la palabra en contra, el C. Manrique.
El C. Manrique: Debo comenzar, señores diputados, por hacer constar este hecho histórico incontrovertible. (Voces: ¿Cuál?) Contrariando el dictamen de la Comisión, que nos pidió que se estableciese un impuesto de solo veinticinco por ciento, nos levantamos numerosos diputados, numerosos diputados levantamos nuestra voz abogando todos porque se estableciese un impuesto del cincuenta por ciento; esto es innegable. Convencida la Asamblea, más que por el brillo de nuestra argumentación por la justicia misma de nuestra causa, porque es la justicia de las causas la que da a veces elocuencia a los más torpes oradores; convencida la Asamblea de la justicia, de la verdad, de la nobleza de nuestras intenciones, votó negativamente el dictamen de la Comisión; por una abrumadora mayoría fue desechado y, en consecuencia, no toca ahora a la Comisión sino el venir a interpretar sabiamente el sentir de la Asamblea. Este fue claro, terminante, categórico, expresado no solamente por los oradores, sí que también por la votación. La votación fue desfavorable para el dictamen, y éste, en consecuencia, debió haber sido modificado por la Comisión, que debió haber acatado sumisa y obedientemente el mandato soberano de la Asamblea; debía haberse presentado ese dictamen pidiendo el cincuenta por ciento y ya ni siquiera debía haber sido motivo de nuevas discusiones, poniéndolo inmediatamente a votación. La Comisión, sin embargo, en su amor propio no quiso dar su brazo a torcer y escuchó las indicaciones muy sabias y muy respetables del señor licenciado Cabrera y nos presenta un dictamen en el sentido de establecer un cuarenta por ciento. Ya sabemos muy bien por qué; porque, a pesar de nuestra inexperiencia, y digo de nuestra inexperiencia, porque creo que están conmigo la mayoría de los
señores diputados, a pesar de nuestra inexperiencia, por lo que toca a nuestros graves problemas nacionales, no somos, sin embargo, tan ignaros que dejemos de desconocer que no es el alcoholismo, el vicio del pulque, el único problema que tenemos que resolver, ni la única causa de los males que nos aquejan. Ya sabemos muy bien que son mucho muy complejas las causas de nuestra degeneración social, física y moral, de nuestra miseria; ya lo sabemos, pero quiero que reconozca el señor licenciado Cabrera una sola cosa: Ya la reconoció y con esto me conformo, que al lado de otras muchas causas muy diversas, es el pulque una de las determinantes de nuestra miseria social. Pues entonces, combatámoslo. En esto estamos todos de acuerdo. Ahora, el señor licenciado Cabrera, haciendo gala de su erudición, haciendo gala de su ciencia, de sus conocimientos prácticos, nos viene a demostrar como una fatalidad histórica que pesa inevitablemente sobre nosotros, nos viene a demostrar palmariamente, a pesar de todos nuestros entusiasmos, a pesar de todas nuestras generosas intenciones, que es en vano, señores diputados, que abriguemos la generosa intención de corregir este vicio, de sanar esta llaga. No, el vinagre que se extrae hasta ahora del pulque tiene un dejo demasiado desagradable para los paladares delicados; no, el azúcar que se extrae del maguey es muy inferior todavía al azúcar de la remolacha y de caña; la fibra, no hay que pensarlo; los magueyes que hay en la Mesa Central son más bien pulposos que fibrosos, la fibra está muy lejos de competir con la del henequén, con la de la lechuguilla y otras fibras similares; total, todo intento de regeneración, todo deseo de substituir la mefítica, maléfica bebida del pulque por cualquier otro producto, por cualquiera otra fuente de riqueza, todo se estrella contra la inexorable fatalidad histórica tan maravillosamente descrita ante nosotros por el señor licenciado Cabrera. De manera que no hay esperanza de regeneración; de manera, señores diputados, que debemos repetir la frase: "Dejad toda esperanza; nuestro infierno, el infierno de nuestros males nacionales es eterno, es interminable." Más tarde vendrá el problema nacional y querremos resolverlo, y entonces el licenciado Cabrera nos demostrará, con claridad meridiana y acopio de erudición, que es en vano que tratemos de regenerar a nuestra raza por la escuela, y más tarde trataremos de resolver nuestro problema económico y se nos demostrará también que la fatalidad y los antecedentes históricos nos obligan a seguir perpetuamente la misma vía de miseria. De manera que es en vano que nos afanemos, señores; dejemos nuestros entusiasmos, que son cosa banal, que son una carga demasiado pesada para nuestras espaldas; no, dejemos el cuarenta por ciento, que es lo más razonable. ¿A qué intentar otra cosa si todo sería absurdo, si todo sería necio? ¿Por qué? Porque no lo pienso yo así. No, señores licenciados (risas), señores compañeros, señores licenciados, ingenieros y diputados que no lo sean, pero que todos albergáis un corazón generoso sin necesidad de ciencia; no, señores diputados; cierto que la ciencia y la reflexión como norma de nuestros actos son cosa útil y loable, pero no seamos todo experiencia, señores diputados, ni seamos todo reflexión ni seamos razón pura, que tenemos algo más que la razón pura, señores diputados, y tenemos también entusiasmos y sentimientos y por ellos nos guiamos y por ellos nos movemos; no, señores diputados, rechacemos el dictamen de la Comisión para que ella lo presente reformado en el sentido de que el impuesto sea de un cincuenta por ciento, que por lo demás no hará así otra cosa más que atacar el mandato que ya anteriormente expresamos, y es en vano que se argumente ya; la discusión está ya prácticamente agotada. Solamente una cosa me resta deciros, señores: Que si la ciencia sólo ha de servirnos para matar ilusiones y entusiasmos, para cerrar nuestros ojos a la verdad, entonces, señores diputados, yo reniego de la ciencia del señor licenciado Cabrera, como todos seguramente hemos renegado de la ciencia de los "científicos" y de la ciencia de Bulnes, que no sirvió a Bulnes para dar a nuestra patria nuevas orientaciones, sino sólo para sembrar en nuestros corazones escepticismos, desaliento, desengaño. (Aplausos ruidosos.)
El C. Presidente: Ahora tiene la palabra en pro, el C. diputado Cabrera. (Risas y aplausos.)
El C. Cabrera: Señores diputados: Yo no tengo la culpa de cambiarme del pro al contra; es la Presidencia la que me cambió hace un momento al pro, puesto que declaró que mi discurso había sido en pro y, en consecuencia, daba la palabra al C. Manrique, en contra. Por consiguiente, si yo estoy sosteniendo las ideas contrarias a las del diputado Manrique, que son la tendencia a elevar inconsideradamente el impuesto, no importa que pida la palabra en pro o en contra. Yo estoy aquí para estar contra la inconsiderada elevación, la irreflexiva elevación del impuesto al pulque. Debía ser un diputado del Estado de San Luis Potosí, lugar donde no produce pulque el maguey, donde hay maguey, pero no produce pulque el maguey (Voces: ¡Hay tunas, hay colonche!) el que naturalmente tomase la palabra en contra de las ideas expuestas por mí. Estas breves palabras que voy o decir todavía, casi tienen el carácter de una refutación de alusiones personales. No, señores diputados, yo no quiero seguir cargando con esa fama de suficiencia con que me agobian, modestamente digo, con que me agobian los CC. diputados Manrique, o Siurob, por ejemplo. Cuando yo hablo acerca de algún tema aquí, es porque realmente, además de la razón pura, C. Manrique, además de la reflexión y además de la experiencia de la vida que he tenido en la Mesa Central, me impulsa el afecto y el cariño que siento por la Mesa Central, que considero mi provincia. Yo no me llamo ni de Puebla, ni de México, ni de Tlaxcala; pero yo soy de Puebla he vivido y he luchado en el Estado de México mucho tiempo de mi existencia, y he vivido y he luchado mucho tiempo también en el Estado de Tlaxcala y conozco personal y directamente el manejo de esta materia. Jamás he poseído una pulgada de terreno ni una hectárea de terreno que produzca pulque, ni tengo intereses de ningún género en esa materia, pero he vivido al lado del tinacalero, al lado de tlachiquero, he visto el uso que él hace de su tlaxolole día a día y sé la manera cómo se trabaja, cómo se siembra y cómo se cultiva en la Mesa Central. No es simplemente la razón pura, no es lo que yo haya
aprendido en los libros lo que me impulsa a hablar en este sentido, es la observación directa; aquí digo lo que decía en otras ocasiones, CC. diputados, ahora es la observación personal que yo he tenido, lo que he visto, lo que yo he palpado, y, sobre todo, lo que yo he sentido y he visto sufrir, lo que me hace venir a la tribuna a defender con tesón un punto que se me hace aparecer hasta como antirrevolucionario, hasta como defensor de los grandes intereses de los trusts pulqueros, o cosa así; no soy enemigo de las reformas revolucionarias; lo que quiero es que las hagamos con un poco de sentido común y no a tontas y a locas; es necesario dar instrucción, es necesario abrir una condición económica a nuestro pueblo, es necesario suprimir los vicios que lo agobian, pero es necesario saberlos suprimir. El aumento a las contribuciones del pulque no lo paga el hacendado, el aumento a las contribuciones del pulque saldrá del maíz y de los frijoles que no comprará el desgraciado pueblo. (Voces: ¡Bien!) La contribución del pulque la pagarán, sea del tamaño que sea, los consumidores del pueblo bajo; a las empresas pulqueras, a los hacendados pulqueros, les importa muy poco el impuesto sobre ventas de primera mano, porque están seguros de que si no es a siete centavos, mañana será a diez, será a quince o a veinte centavos como se venda el litro de pulque, y si no alcanza, cada litro de pulque llevará dos litros de agua o de cualquiera otra substancia y todavía se pagará. Es, por consiguiente, en defensa de la alimentación del pueblo de México como yo hablo en contra del impuesto excesivo al pulque; yo no he dicho que no debe intentarse buscar otro elemento de producción al maguey: Lo que he dicho es que los que se han encontrado hasta la fecha, económicamente no son substitutos del pulque. El Diputado Manrique hace hasta una especie como de volteo de espectativa de mis palabras y dice que la champaña tiene un mal gusto, que el azúcar no compite con la remolacha; pues es cierto: El que bebe champaña quiere encontrarle un buen gusto y el que encuentra un mal gusto en la champaña de aguamiel no la compra. Económicamente el productor de champaña no tiene mercado; por consiguiente, le conviene más fabricar pulque que fabricar champaña. Si el azúcar se ha de vender, el de caña a diez centavos y el de maguey, para que costee, a quince, es natural que nadie comprará azúcar de maguey, pero el argumento principal a que deseo referirme es sencillamente que el impuesto que se ponga al pulque será pagado por el consumidor...
El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Ya lo sabemos!
- El C. Cabrera, continuando:...Y el consumidor lo deducirá de sus substancias alimenticias y el argumento de equidad, el argumento de más fuerza que puedo presentar a los que no son diputados por la Mesa Central, es que no se concibe que bebidas fermentadas como la cerveza - no sé si el "colonche" pague algún impuesto - (Risas), pero el "tibico," el "tepache," el "colonche" y demás bebidas fermentadas que pudieran obtenerse en algunas regiones de nuestro país, no pagan impuesto. El pulque sí se quiere que pague impuesto; la cerveza, en cuya fabricación hacemos entrar considerablemente la cebada, que si no es artículo de primera necesidad en nuestro país, ya lleva trazas de serlo, la cerveza no paga más que el dieciséis por ciento; el alcohol de caña, que está desviando la producción de azúcar, porque en los trapiches no solamente se fabrica alcohol de caña, como dije antes, de las melazas, de los residuos de las melazas, sino que se ponen directamente los jugos al alambique, el alcohol de caña paga únicamente el cuarenta por ciento; el tequila, producto de un maguey también - en eso los diputados de Jalisco y San Luis tiene mejores conocimientos que yo -, el tequila, producto también de un maguey, no paga más que el cuarenta por ciento, a pesar de ser una bebida destilada y a pesar de contar considerablemente mayor cantidad de alcohol que el pulque. ¿Por qué razón si todas las bebidas netamente alcohólicas pagan exclusivamente el máximum del cuarenta por ciento, el pulque, que es menos alcohólico, queremos que pague el cincuenta, el sesenta "o más?" Limitémonos al cuarenta por ciento; votemos con el dictamen de la Comisión. Acepto francamente tomar la defensa del dictamen y pido a los señores diputados se sirvan votar por el pro, votar por el dictamen de la Comisión para no seguir adelante en esto, y para concluir, una palabra. No, señor Manrique, la opinión de la Cámara no se toma en números de los dictámenes, la opinión de la Cámara, en votos quiere decir "sí" o "no," y una vez vuelto un dictamen a la Comisión, la Comisión lo reforma, no porque tenga obligación de someterse a que ella crea que es el sentir de fulano o de zutano, sino que vuelve al seno de la Comisión para que lo vuelva a estudiar y vuelva a presentar un dictamen que, en su concepto, sea científico, atinado y justo. El dictamen de la Comisión proponía el veinticinco por ciento y fue desechado, pero cada diputado que dijo "no, no" al desechar el dictamen, no agregó, diciendo, "no, y voy por el cincuenta" (risas); los que dijisteis "no," dijisteis "no" porque esa fue vuestra opinión, pero la Comisión, al recibir el dictamen, quedó en su derecho de interpretar ese "no" de acuerdo con las necesidades del país y con las necesidades de la industria nacional; no quiere decir que necesariamente porque se dijo "no" al veinticinco quiere decir por fuerza que es el cincuenta; mañana el diputado Higareda podrá decir: "Ese dictamen fue rechazado con un "no" que a mi oído sonó setenta y cinco," y Manrique dice que a su oído suena cincuenta, a mi oído sonaría diez probablemente (Risas) y al oído de la Comisión, que tiene que ver cuánto paga la cerveza, cuánto pagan el tequila y los alcoholes, encuentra que el máximum que pagan los alcoholes es el cuarenta por ciento y está en lo justo al decir que el pulque pague únicamente el cuarenta por ciento. Así es que, por consiguiente, cesemos ya en el sistema de interpretar los votos de la Cámara conforme a nuestro propio deseo. El dictamen de la Comisión nos consulta el máximum de lo que paga cualquier otro alcohol. ¿Queremos más? La Comisión consulta el máximo de los máximos de todo lo que pagan los demás alcoholes. ¿Todavía se desea más contra el pulque? ¿Todavía se desea algo más? Propongasemos la ley de prohibición francamente de la fabricación del pulque; ya la discutiremos; pero entretanto
no se haga una injusticia, porque sí se considera una injusticia de parte de la Mesa Central, supuesto que el resto de los diputados del país, que son en mayor número, habrán votado contra un producto que es exclusivamente de la Mesa Central, y, sobre todo, de producto de pulque a producto de pulque, el tequila es más nocivo como producto alcohólico; es más caro, contiene mayor proporción de alcohol y no le hacemos pagar más que el cuarenta por ciento, y queremos que el pulque pague más del cuarenta por ciento. No, señores, limitémonos al cuarenta por ciento, votemos con el dictamen de la Comisión y a otra cosa. (Aplausos. Voces: ¡A votar, a votar!)
(El C. Presidente leyó la lista de oradores).
El C. González Galindo: Para una rectificación, señor Presidente. Hago constar que no hablé en pro del dictamen, sino en contra.
El C. Secretario Aranda: Se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido el dictamen. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutido. Se procede a la votación nominal.
El C. Secretario Magallón: Se procede a la votación.
(Se efectúa ésta.)
- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún C. diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa.
Votaron por la afirmativa los CC. diputados Aguilar, Aguirre Berlanga, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Alvarez del Castillo, Andrade, Aranda Arellano, Arlanzón, Avendaño, Avilés, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Basáñez, Bello, Benítez, Betancourt, Blancarte, Bravo Izquierdo, Breceda, Cabrera, Cámara, Campero, Cantú, Cárdenas, Carrillo, Carrillo Iturriaga, Castañeda, Cepeda Medrano, Céspedes, Córdova, Cristiani, Curiel, Carrascosa, Dávalos Ornelas, Dávila, Díaz González, Dyer, Escudero, Fentanes, Flores Garza, Gárate, García Adolfo G., García de Alba, García Eliseo, García Salvador, Gay Baños, Gómez Mauricio, González Galindo, González Lauro, González Marciano, Guajardo, Guerrero, González, Ibarra, Hermosillo, Hernández Ernesto, Hernández Gerónimo, Hernández Luis M., Herrera, Lailson, Lanz Galera, Lechuga Val, Leyzaola, Lizalde, López Couto, Luna Enríquez, Malpica, Manzano, Márquez Josafat, Márquez Rafael, Martínez de Escobar, Martínez Joaquín, Martínez Rafael, Mata Luis I., Medina Francisco, Medina Hilario, Mendoza, Meneses, Meza, Moctezuma, Múgica, Neri, Ordorica, Ortega, Olivé, Padilla, Paredes Colín, Parra, Pérez Gasga, Pesqueira, Plank, Pereyra Carbonell, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Rebolledo, Rivas, Rivera Cabrera, Robledo, Rojas Dugelay, Rojas Rafael, Román, Rosas, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Saucedo J. Concepción, Silva Jesús, Solórzano, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres José D., Treviño, Urueta, Uruñuela, Velásquez, Ventura y Villarreal Jesús J.
Votaron por la negativa los CC. Castillo Porfirio del, Cisneros, Córdoba, Cruz José C., Chapa, Domínguez, Figueroa, Gámez Gustavo, García Jonás, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gaxiola, González Jesús M., González Justo, Gutiérrez Antonio, Hérnandez Garibay, Hernández Maldonado, Higareda, López Lira, Magallón, Manjarrez, Manrique, Mariel, Morales Hesse, Navarrete, Padrés, Pardo Peralta, Pineda, Portes Gil, Portillo, Ramírez G. Benito, Ríos Landeros, Rueda Magro, Saucedo Salvador, Soto, Torres Berdón y Zavala.
Aprobado el inciso "H" por ciento veinte votos de la afirmativa contra treinta y nueve de la negativa. (Aplausos.)
El C. Manrique: ¡Bien por los treinta y nueve!
- El mismo C. Secretario: Orden del día para la sesión de mañana: (Leyó.)
- El C. Presidente, a las 6:45 p.m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde.
El jefe de la sección de taquigrafía,
JOAQUÍN Z. VALADEZ.