Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171016 - Número de Diario 34

(L27A2P1oN034F19171016.xml)Núm. Diario:34

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 16 DE OCTUBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERÍODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 34

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

CELEBRADA EL DÍA 15 DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera. Primera lectura de los dictámenes de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, referentes a los permisos solicitados por los CC. Carlos Félix Díaz y coronel Alberto Salinas y varios oficiales, para usar condecoraciones que les han sido conferidas por los Gobiernos de Bolivia y El Salvador, respectivamente. Segunda lectura de la iniciativa de ley, que autoriza a los Gobiernos de los Estados para crear su deuda agraria. Pasa a Comisión dicho proyecto.

3.- Se da cuenta con una petición del Sindicato de Obreros "Justicia y Trabajo," del mineral de Pozos, Gto., y se nombra una comisión que se acerque al Ejecutivo a poner en su conocimiento la situación de dichos obreros.

4.- A moción de varios CC. diputados se pone a discusión el dictamen de los Comisiones unidas de Justicia y 2a. de Puntos Constitucionales, relativo a suspensión de garantías individuales. Se suspende la discusión.

5.- Rectifica hechos al C. Aguirre Escobar. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. SANCHEZ PONTON LUIS

(Asistencia de 130 CC. diputados.)

El C. Presidente, a las 4.17 p. m.: Se abre la sesión.

El C. Secretario Aranda: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el día trece de octubre de mil novecientos diez y siete.

"Presidencia del C. Aguirre Colorado Ernesto. "En la ciudad de México, a las cuatro y diez y nueve de la tarde, del sábado trece de octubre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de ciento cuarenta y tres CC. diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

"El mismo C. Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día doce de los corrientes, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"El C. Secretario Portes Gil dio cuenta con los siguientes documentos:

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"Oficio de la H. Cámara de Senadores, en que acusa recibo del expediente y minuta relativos al proyecto de ley que concede autorización al C. Gobernador del Estado de Hidalgo para formar fuerzas de Seguridad Pública, en aquella entidad.- A su expediente.

"Oficio del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, transcribiendo otro el Juez quinto de 1o Civil, en que se pide informe sobre si los actos ejecutados por el C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, y que no se refieren a materia hacendaría deben sujetarse a la ratificación del Poder Legislativo.- A la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales.

"Oficio subscripto por el C. general Enrique C. Osornio, en que con su carácter de jefe del Departamento del Servicio Sanitario de la Secretaría de Guerra y Marina, manifiesta que se propone continuar en dicho puesto, por lo que no le es posible cubrir la vacante que dejara el C. Jesús Acuña como diputado al Congreso de la Unión por el 8º distrito electoral del Distrito Federal.- A la Comisión del Interior.

"Carta fechada en Veracruz, firmada por el C. Francisco J. Múgica, en que expresa que por acuerdo del Ejecutivo de la Unión y por haberle otorgado esta Asamblea el correspondiente permiso, se hizo cargo de la Aduana Marítima de aquel puerto.- De enterado y llámese al suplente.

"Proyecto de la ley subscripto por los CC. Vadillo, Manjarrez, Saucedo, Salvador, Magallón, Plank, Figueroa, Domínguez, Padrés, del Castillo y González Marciano, que trata del establecimiento de la Cámara de los Trabajadores en el Distrito Federal y Territorios.- A las Comisiones unidas de Trabajo y Previsión.

"Reanudada la discusión del dictamen de las Comisiones unidas de Estado, Departamento Interior, 2a. de Puntos Constitucionales y 1a. de Instrucción

Pública, relativo a la organización de las Secretarías de Estado, en la parte del artículo 1º que se refiere a la creación del Departamento de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares, el C. Hay usó de la palabra en pro.

"Presidencia del C. Aguirre Colorado Ernesto.

"Y después de que el C. Sepúlveda habló en contra, la Presidencia designó a los CC. Hay, Moctezuma, López Ignacio, González Torres, Peña y Secretario Aranda, para que introdujeran a una Comisión del Senado que se encontraba a las puertas del Salón.

"Presidencia del C. López Lira Jesús.

"El C. senador Lugo, Presidente de dicha Comisión pasó a la tribuna para informar acerca del estudio que aquella H. Cámara hizo de los proyectos de ley que conceden pensiones a las señoras Carmen Alatriste viuda de Serdán y Arcadia Enríquez viuda de Herrera, y entregó a la Secretaría esos documentos. la Comisión se retiró, después de que el C. Presidente contestó el discurso del C. senador Lugo.

"Continuó el debate interrumpido acerca de la organización de las Secretarías de Estado, concediéndose la palabra en pro al C. Manrique, miembro de la Comisión ponentes.

"Presidencia del C. Sánchez Pontón Luis.

"Acto seguido se consideró el punto suficientemente discutido y procedió a su votación nominal, la que produjo ciento treinta y cinco votos de la afirmativa, contra veinte de la negativa, por lo que la Secretaría declaró que quedaba aprobada la creación del Departamento de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares.

"Votaron afirmativamente los CC. Aguirre Berlanga, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Alonzo Romero, Andrade, Aranda, Araujo, Arellano, Avendaño, Avilés, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Basañez, Bello, Benítez, Betancourt, Bravo Izquierdo, Breceda, Cabrera, Cancino Gómez, Cano, Cárdenas, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Castañeda, del Castillo, Cepeda Medrano, Céspedes, Córdova, Cravioto, Cristiani, Cruz, Dávalos Ornelas, Dávila, Domínguez, Dyer, Esparza, Fentanes, Gaitán, Gámez Gustavo, Gárate, García Adolfo G., García de Alba, García Eliseo, García Jonás, García Pablo, Gómez Mauricio, Gómez S. Emiliano, González Ibarra, González Marciano, González Torres, Guerrero, Gutiérrez Antonio, Hay, Hermosillo, Hernández Ernesto, Hernández Jerónimo, Higareda, Jurado, Lailson Banuet, Lechuga Val, Layzaola, Lizalde, López Cauto, López F. Ricardo, López Ignacio, López Lira, López Miro, Luna Enríquez, Manrique, Manzanilla Tejero, Manzano, Márquez Rafael, Martínez Joaquín, Martínez Rafael, Mata Luis I., Medina Francisco, Medina Juan, Méndez, Mendoza, Meneses, Meza, Moctezuma, Narro, Navarrete, Neri, Ortega, Ortiz, Padilla, Padrés, Paredes Colín, Pedroza, Peña, Pereyda Cabonell, Pesqueira, Plank, Portillo, Pruneda, Ramírez Genaro, Rebolledo, Reynoso, Rivera Cabrera, Robledo, Rocha, Rodríguez Saro, Rojas Dugelay, Rojas Rafael R., Rosas, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sánchez José M., Sánchez Pontón, Saucedo J. Concepción, Segovia, Silva Herrera, Silva Jesús, Solórzano, Soto, Téllez Escudero, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres José D., Treviño, Uruñuela, Velásquez, Ventura, Viesca Lobatón, Villareal Jesús J., Villaseñor, Zapata, Zavala y Zubaran.

"Votaron negativamente los CC. Arreola, Esquivel, Figueroa, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, González Galindo, González Jesús M., Guajardo, Limón, Manjarrez, Mariel, Martínez de Escobar, Olivé, Ramírez Pedro, Ríos Landeros, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Vadillo y Valle.

"A continuación, el C. Hay pidió se reconsiderara la parte del artículo 1º relativa a la Secretaría de Comunicaciones y obras Públicas, que anteriormente se había declarado reservada para su votación, con objeto de proponer a la Asamblea cambio de nombre para dicha Secretaría.

"Tomada en consideración la proposición del C. Hay, fue puesta a debate, y sin que nadie hiciera uso de la palabra, se aprobó en votación económica, en vista de lo cual, otra vez se puso en consideración de la Asamblea la parte del artículo 1º que trata de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. En contra se concedió la palabra al C. Hay, quien surgió que la denominación de "Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas" se cambiara por la de "Secretaría de Comunicaciones y Obras Nacionales." En votación económica se consideró el punto suficientemente discutido.

"El C. Hay, ya para recogerse la votación nominal respectiva, hizo dos aclaraciones y una la Presidencia. Dicha votación dio un resultado de ochenta y tres votos de la afirmativa, contra sesenta y uno de la negativa, motivo por el que la Secretaría declaró que quedaba aprobada la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, con tal denominación.

"Votaron afirmativamente los CC. Aguirre Berlanga, Aguirre Colorado, Aguirre Efrén, Alonzo Romero, Ancona Albertos, Araujo, Avilés, Bello, Benítez, Betancourt, Breceda, Cárdenas, Carrascosa, Castañeda, Castillo del, Castro, Céspedes, Córdoba Daniel S., Cristiani, Cruz, Chapa, Dávalos Ornelas, Dyer, Echeverría, Esquivel, Gámez Gustavo, García Pablo, García Vigil, Garza Ernesto, Garza González, Garza Pérez, Gómez S. Emiliano, González Galindo, González Ibarra, González Jesús M., Guerrero, Gutiérrez Antonio, Hernández Jerónimo, Jurado, Lailson Baunet, Leyzaola, Lizalde, López Couto, López Ignacio, Luna Enríquez, Manzano, Mariel, Méndez, Mendoza, Meneses, Ortega, Padrés, Paredes, Colín, Parra, Pedroza, Peña, Pesqueira, Plank, Portes Gil, Portillo, Ramírez Genaro, Ramírez Laca, Rivas, Rivera Cabrera, Robledo, Rocha, Rodríguez Saro, Rosas, Rueda Magro, Ruiz Estrada, Saucedo J. Concepción, Segovia, Soto, Suárez, Téllez Escudero, Torres José D., Urueta, Uruñuela, Valle, Viesca Lobatón, Zapata y Zubaran.

"Votaron negativamente los CC. Aguilar Silvestre, Andrade, Arellano, Arreola, Aveleyra, Barragán Juan Francisco, Basañez, Bravo Izquierdo, Cancino Gómez, cano, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Córdova Gabriel J., Dávila, Esparza, Fentanes, Fernández Martínez, Gaitán, Gárate, García Adolfo G., García de Alba, García Jonás, García Salvador, García Eliseo, González Marciano, Guajardo, Hay, Higareda, Lechuga Val, López

F. Ricardo, López Lira, Manrique, Manzanilla Tejero, Márquez Josafat, Martínez Rafael, Medina Juan, Mendoza, Moctezuma, Montiel, Narro, Navarrete, Ortiz, Pardo, Peralta, Pereyra Carbonell, Ramírez Pedro, Rebolledo, Reynoso, Ríos Landeros, Rojas Rafael R., Ruiz Juan A., Sánchez José M., Sánchez Pontón, Saucedo Salvador, Sepúlveda, Silva Jesús, Solórzano, Treviño, Vadillo, Ventura y Zavala.

"El C. Basañez pasó a la tribuna para contestar alusiones personales, y acto seguido se levantó la sesión a las seis y veinticinco de la tarde, para pasar a secreta."

- El mismo C. Secretario: Está a discusión el acta. ¿No ha quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada el acta.

Presidencia del C. AGUIRRE COLORADO ERNESTO

El C. Secretario Portes Gil: "Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- Sección 2a.- Número 42.

"Habiendo sido modificado por ésta Cámara el proyecto de ley que concede una pensión de cinco pesos diarios, a la señora Carmen Alatriste viuda de Serdán, en el sentido de que dicha pensión sea sin descuento alguno, tenemos el honor de devolverlo a ustedes, para los efectos constitucionales.

"Protestamos a ustedes nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, a 13 de octubre de 1917.- L. J. Zalce, S. S.- J. Silva, S. S.- A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente."- Recibido y a la 2a. Comisión de Hacienda.

"Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos.- Sección 2a.- Número 41.

"Habiendo sido modificado por esta Cámara el proyecto de ley que concede una pensión de cinco pesos diarios a la señora Arcadia Enríquez viuda de Herrera, en el sentido de que dicha pensión sea sin descuento alguno, tenemos el honor de devolverlo a ustedes, para los efectos constitucionales.

"Reiteramos a ustedes nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- México, a 13 de octubre de 1917.- L. J. Zalce, S. S.- J. Silva, S. S.- A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente."- Recibo y a 1a. Comisión de Hacienda.

"Congreso del Estado Libre y Soberano de Querétaro de Arteaga.- Circular.

"Tenemos la honra de remitir a esa H. Cámara de la que son ustedes dignos Secretarios, cinco ejemplares de la Constitución Política del Estado que comenzó a regir en el mismo, el día 16 de septiembre próximo pasado.

"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- Querétaro, a 10 de octubre de 1917.- R. Nieto, D. S.- Eugenio Mendoza, D. s..- A los CC. Secretarios de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F."- Recibo y al archivo.

"Telegrama de Pachuca, Hidalgo, el 13 de octubre de 1917.

"Presidente de la Cámara de Diputados.

"Terminada que ha sido la licencia que la H. Legislatura se sirvió concederme para estar separado del Poder Ejecutivo del Estado, con esta fecha he vuelto a encargarme de él. Hórome en comunicarlo a usted.

"Atentamente.- El Gobernador del Estado.- General.- Nicolás Flores."- De enterado.

"Gobierno del Estado Libre y Soberano De Veracruz - Llave.- Secretaría General.- Departamento de Gobernación.- Circular número 15.

"Tengo la honra de comunicar a ustedes, que por haberse terminado la licencia que la H. Legislatura se sirvió concederme para estar separado del cargo de Gobernador constitucional del Estado, hoy, previas las formalidades legales, tomé posesión nuevamente del Poder Ejecutivo, por entrega que de él me hizo el C. doctor Mauro Loyo, que lo desempeñaba con el carácter de provisional.

"Protesto a ustedes las seguridades de mi distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- H. Córdoba, 6 de octubre de 1917. "El Gobernador constitucional del Estado.- C. Aguilar.- A los CC. Secretarios de la Cámara de Diputados.- México, D. F."- De enterado.

"Supremo Tribunal de Justicia.- Estado de Colima.- Circular número 1.

"Con fecha 3 del actual y bajo la Presidencia del que subscribe quedó instalado constitucionalmente, el Supremo Tribunal de Justicia del Estado, que funcionará hasta el 31 de agosto de 1919.

"Por acuerdo del mismo Tribunal, tengo la honra de comunicarlo a ustedes protestándoles mi atenta y distinguida consideración.

"Constitución y Reformas.- Colima, 6 de septiembre de 1917.- Víctores Prieto.- Firma ilegible.- A las CC. diputados Secretarios del H. Congreso de la Unión.- México, D. F."- De enterado.

"H. Cámara: Señores diputados:

"Un humilde constitucionalista, que en la Revolución y sin hacer alarde, sólo ha cumplido con un deber, ante ustedes muy respetuosamente, por medio del presente acude en demanda de justicia a fin de que la Suprema Ley discutida y aprobada en el Constituyente de la Histórica ciudad de Querétaro, no sea objeto de burla por patronos y las mismas autoridades. Es el caso:

"Cuando el pueblo en masa y lleno de ira se amotinó en la calle de Cadena el 25 de mayo de 1911, para pedir la renuncia del tirano, fueron los obreros panaderos, en su mayoría, quienes con todo amor al gran movimiento libertario, estuvieron al frente para recibir los primeros disparos de la soldadesca porfiriana. Cuando el señor don Venustiano Carranza, entonces Primer Jefe, salió con destino a Córdoba, fueron los obreros panaderos, y en número de tres mil cuatrocientos veintidós, los que gustosos abandonaron la inmunda tahona para abrazar el fusil vengador, dejaron en la miseria y en la orfandad a sus familias brindando su sangre y sus vidas a la sacrosanta Causa Constitucionalista, pues impulsados por un amor patrio y humanitario, formando poderosa falange, sin vacilaciones se lanzaron a la Revolución, en legítima defensa de sus sagrados derechos. Llevaban en sí la sublime esperanza que, al triunfo de la lucha, respirarían otro ambiente no tan penoso como el pasado; los dueños de panaderías, en su mayor parte de nacionalidad española, han sido los eternos esclavistas del pobre e infortunado obrero; sin piedad y sin conciencia lo han extorsionado, y como estuvieron amparados con las bayonetas de "gobiernos" déspotas y tiranos, esa era la causa por lo que todos permanecían en un completo silencio; en esta populosa ciudad de México, capital de la República, los obreros panaderos prestan sus servicios largas horas por la noche y parte del día; están poblados por tiernas criaturas menores de doce y menores de dieciséis años, que hacen un total de miles; esos menores no tienen instrucción, y siendo ellos los futuros ciudadanos, ¿Qué se espera? Y causas del rudo trabajo, el constante desvelo y mal alimento, se encuentran con rostros anémicos y amarillentos; sus cuerpos débiles y enfermizos, su vista quebrada y en estado moribundo. Las mujeres que desempeñan el trabajo con el carácter de "obreras panaderas manufactureras," están en una condición que causa vergüenza y escándalo a la civilización, y como la ley lo prohibe, por ser talleres insalubres y por trabajar de noche doce y catorce horas. Esta H. Cámara, sin discusión debe suspender el servicio de mujeres en el interior de las panaderías, hasta no salvar las conductos y requisitos de ley.

"Es más, señores diputados: en las ciudades de Orizaba, Córdoba, Jalapa, Veracruz, Coatepec, Jalancigo, Chicontepec y sus congregaciones, están los trabajadores desamparados de la justicia; trabajan de noche dieciséis y veinte horas; quiere decir, la noche y parte del día; por Coatepec que me desmienta Su Señoría el diputado Gabriel Malpica; por Jalapa, Su Señoría el diputado Josafat Márquez; en esos rincones del Estado de Veracruz, son despedidos los obreros, y como premio a sus constantes y buenos servicios, son villanamente maltratados y después consignados a la cárcel, calumniándoseles como lo desean; no me lo han contado, he recorrido una pequeña parte del Estado, Por estas razones, invito a los señores Gabriel Malpica, Josafat Márquez, Silvestre Aguilar, José Pereyra Carbonell, Salvador G. García y demás, a que hagan algo por su pueblo, a quien viene a representar. No esperemos a que el capital reaccionario aumente las dificultades a nuestro Gobierno emanado de la Revolución; ya lo estamos mirando con los industriales del rama textil - prácticamente es una obstruccional artículo 123 - , y esta infame proceder solo se desprende que lleve la intención de arrastrar al pueblo a una nueva lucha, lo que debemos evitar todos los que nos sintamos mexicanos, humanitarios y progresistas.

"¡Esperando se hará justicia! protesto lo necesario.

"Constitución y Reformas,- México, D. F., a 3 de octubre de 1917.- Muy respetuosamente.- Cayetano Sánchez.

"Al muy H. Congreso de la Unión.- Calles Donceles y Factor.- México - Presente."- A la Comisión de Peticiones.

"1a. Comisión de Puntos Constitucionales.

"Señor:

"Por conducto del Subsecretario de Estado, Departamento del Exterior, solicita de esta H. Cámara el señor Carlos Félix Diaz, primer Secretario de la Legación Mexicana en Bolivia, el permiso necesario para poder aceptar una condecoración que le confirió el gobierno de aquella nación hermana.

"Como el hecho de admitir un condecoración de un gobierno extranjero, produce en contra del que lo hace la pérdida de la calidad de ciudadano mexicano, por prevención expresa del artículo 37, fracción II, de la Constitución, y no existiendo razón en contrario para no conceder el permiso solicitado, proponemos para su aprobación el siguiente proyecto de ley:

"Único: Se concede al C. Carlos Félix Díaz el permiso que solicita para usar la condecoración que le confirió el Gobierno de la República de Bolivia."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 10 DE octubre de 1917.- Manuel Rueda Magro.- Rafael Martínez de Escobar.- Antonio Ancona Albertos."- Primera lectura.

"1a. Comisión de Puntos Constitucionales.

"Señor:

"El coronel Alberto Salinas, por sí y diciéndose representante de los capitanes Felipe Carranza, Benjamín J. Venegas y Guillermo Villasana, pide autorización para usar la condecoración que les impuso el Presidente de la República de El Salvador, en ocasión del desempeño de una comisión que les confirió el C. Presidente de la República.

"Aunque los interesados no acreditaron en manera alguna el hecho de haberles conferido tal distinción, no hay razón para dudar de la verdad de sus afirmaciones.

"Por tanto, con apoyo en la fracción II del artículo 37 de la Constitución, proponemos para su aprobación el siguiente proyecto de ley:

"Único: Se concede autorización a los CC. coronel Alberto Salinas y capitanes Felipe Carranza, Benjamín J. Venegas y Guillermo Villasana, para usar la condecoración que les confirió el Gobierno de la República de El Salvador."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 10 de octubre de 1917.- Manuel Rueda Magro.- Rafael Martínez de Escobar.- Antonio Ancona Albertos."- Primera lectura.

- El mismo C. Secretario dio lectura a la iniciativa de ley que autoriza a los Gobiernos de los Estados para crear su deuda interior agraria.

El C. Luna Enríquez: Pido la palabra, señor Presidente, con objeto de fundar mi proposición.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Luna Enríquez.

El C. Luna Enríquez: Señores diputados: Como la Legislatura de Zacatecas presentó un memorial a vuestra Soberanía, pidiendo se expidiera una ley que autorice al Estado para crear su deuda agraria, algunos diputados del Estado de Zacatecas deseamos llenar ese vacío y nos hemos permitido presentar a Vuestra Soberanía un proyecto para esa reglamentación o para esa autorización. Seguramente que las consideraciones Generales que sobre este proyecto haga, no podrán poneros en condiciones de admitirlo o desecharlo, por lo que sólo me permitiré suplicaros lo teméis en consideración, ya que en él me he propuesto, hasta donde es posible, señalar bases para el monto de la deuda en cada Estado, pues fijarla en cada Entidad Federativa, sería una tarea más ardua, por las condiciones distintas de densidad de población, riqueza, terrenos, proporción de habitantes que se dedican a la agricultura, etc.; y el estudio de todas estas condiciones haría que la labor fuera más que tardada. Por lo tanto, solamente he determinado bases que obliguen a cada Legislatura a limitar el monte de su adeudo y a seguir un procedimiento tal, que impida irregularidades, que no serían remotas. No estamos autorizados para dudar de la honorabilidad de los Gobiernos de los Estados, pero como representantes del pueblo, estamos obligados a preverlo todo; y en el proyecto a que me refiero, he procurado proponer un procedimiento tal de emisión y amortización, que impide hasta donde se puede, irregularidades, excesos, etc. Como estas consideraciones no bastan, suplico a Vuestra Soberanía acepte a discusión este proyecto para que pase a la Comisión respectiva, la que, analizando uno por uno sus artículos, se servirá presentar dictamen según la crea conveniente.

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la asamblea si se admite a difusión el proyecto del C. Luna Enríquez. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. Se admite a discusión y pasa a la comisión especial del artículo 27 constitucional.

Presidencia del C. SANCHEZ PONTON LUIS

- El mismo C. Secretario: "Al C. Presidente de la Cámara de Diputado.- México, D. F.

"Señor:

"Es de nuestro deber poner en conocimiento de usted, así como de la H. Cámara de Diputados, el siguiente memorial, dirigido al C. Gobernador del estado, al C. Presidente de la República, por conducto de nuestro representante en esa capital, y a la vez a él mismo, hacemos última transcripción para que él levante la voz de protesta ante esa representación Nacional, para que sea del conocimiento de ella nuestra pésima situación, no obstante que a todos los recursos hemos ocurrido, sin que hasta la fecha hayamos tenido un resultado favorable, y si dejáramos esto al tiempo, cualquiera ayuda que fuera sería tardía para nuestras urgentes necesidades, muy respetuosamente pedimos la ayuda de esa H. asamblea que, en este caso, como en todos, nos sería benéfica en extremo, dados los actuales momentos por que atravesamos, por lo que pasamos a exponer:

"I. A fin de que tengan ustedes conocimiento de las múltiples violaciones que en el estado de Guanajuato se están cometiendo al artículo 123 constitucional, debido al egoísmo incalificable de las empresas y compañías mineras y al poco escrúpulo de nuestras respetables autoridades, el hambre se ha apoderado de nosotros, los obreros, por no tener más recursos de vida que la minería, estando ésta totalmente paralizada en los distritos e San Luis de la Paz y Pozos, en que nos encontramos, en el concepto de que hace todavía tres meses trabajaba en estas minas como dos mil obreros, los que, debido a la paralización de dichas negociaciones, hemos tenido necesidad de emigrar unos, de perecer otros, y el resto nos vemos en la imprescindible perspectiva de encontrarnos orillados al hambre que, por nuestra necesidades, nos hemos visto arrollados por tan desesperada situación, y como prueba de honradez y solidaridad, a este objeto nos hemos dirigido a los antes mencionados en este mismo memorial, para pedir el apoyo y la ayuda necesaria, antes que vernos arrollados por la ola devastadora del desprestigio y de la reacción; pues bien, H. Asamblea, hace aproximadamente dos meses estuvieron expulsándonos de nuestras faenas por motivos injustificados, en cantidades pequeñas, hasta quedar, como antes hemos dicho, sin trabajo y completamente paralizadas las minas; todo esto, como medio de nuestra subordinación, esperábamos que el Gobierno del Estado tomara cartas en el asunto por tales arbitrariedades, sin tener absolutamente ningún resultado hasta estos momentos, tanto más cuanto que se violaba el artículo 123 constitucional en perjuicio nuestro, teniendo la sana intención de hacerlo respetar hasta este último momento de nuestra honradez, que de ella no nos ha traído ningún resultado favorable.

"II. Puesto es bien conocida de todos vosotros la labor de obstrucción y de infamia llevada a cabo por el capitalismo de toda la República, labor tendente a destruir la obra revolucionaria y de nulificar las conquistas efectuadas por el constitucionalismo en pro de las clases proletarias, tras de las continuas luchas habidas entre el capital y el trabajo durante estos dos años, luchas en que siempre había salido vencedor el obrero, debido a la labor desarrollada por el Gobierno del Estado,

nos sorprendemos de que el capital está debidamente apoyado por el mismo, poniendo en bancarrota nuestros intereses, porque el capitalismo que compone estas negociaciones mineras, ha empuñado la espada de las venganzas y el puñal de las revanchas, haciendo una burla de todos nosotros los obreros y quizá hasta del Gobierno honrado de la Revolución, por profanar la Constitución que nos ampara.

"III. H. Asamblea: el medio que han usado las empresas mineras para aniquilarnos, es bien sencillo; pues a ciencia y paciencia de nuestras autoridades, principiaron por suprimir determinada cantidad de obreros, como hemos especificado antes, violando con este hecho el artículo 123 que nos ampara, dejándonos en la más espantosa de las miserias y orillándonos a convertirnos en buscar nuestro medios de vida con dificultades insuperables.

"IV. Deseoso todo este grupo de obreros de que la superioridad mandará inspeccionar dichas minas, tanto en sus almacenes como en lo general, por ser de nuestro conocimiento que han grandes cantidades de materiales en sus almacenes y bastantes fundos mineros caducos y algunos baldíos y sin ninguna producción, siendo beneficiosos los últimamente mencionados para trabajarlos en nuestro provecho y asimismo resolver satisfactoriamente nuestra actual situación, mientras llega la tan ansiosamente esperada Ley de Incautación a las industrias que haya paralizado sus trabajos, la que será indudablemente, la única esperanza de salvación a nuestra desesperada situación por lo que ponemos en conocimiento de la. H. Asamblea los arbitrarios procedimientos de estas últimas negociaciones mineras que durante el tiempo de la circulación del papel, explotaron nuestra trabajo con el miserable pago de un "papel." que no recompensaba, ni con mucho, nuestro anterior salario de un peso diario plata; y debido a la organización fundada entre nosotros por el hoy nuestro representante en ese H. Congreso, pudimos tener un resultado favorable a sus energías, desplegadas siempre en contra de dichas negociaciones. Pero ¡cuál sería nuestra decepción, que al entrar a circular la plata, no faltó pretexto para paralizarlas; pero mientras se nos estuvo pagando con el peso (?), papel, entonces sí había trabajo y se nos explotaba, no siendo lo anteriormente expuesto, de justicia, ni humanitario, por lo que estamos enteramente indignadísimos, tanto el pueblo como nosotros, en general en estos distritos; por todo esto pedimos una ayuda oportuna e indispensable para solucionar nuestra situación y dicho estado de cosas, que en la actualidad no se puede soportar, por el hambre notoria que reina entre nosotros. "No queriendo cansar más vuestras atenciones, nos permitimos suplicar a ustedes que hay más que ampliar a esta nuestra información por lo que ya nos dirigimos a nuestro representante, y él en su oportunidad, lo hará presente a todos vosotros, pues es tal el número de absurdos cometidos en contra nuestra por las empresas mineras, que nos vemos en la imprescindible necesidad de ponerlo en conocimiento de Vuestra Soberanía y a la vez pedimos a vuestro patriotismo ayuden a nuestro representante en esa Asamblea para que nos saque de esta desesperante situación, pues nuestro silencio criminal nos haría cómplices de la labor destructora de nuestros enemigos.

"Protestamos, con este motivo, nuestras más atentas consideraciones y respetos.

"Mineral de Pozos.- Guanajuato, octubre 2 de 1917.

"La Mesa Directiva del Sindicato de Obreros

"Justicia y Trabajo."- Jerónimo Márquez.- M. Trejo.- José Vadillo."

"Los subscriptos hacemos nuestro este memorial y con toda dispensa de trámites pedimos a la H. Asamblea:

"I. Que se nombre una Comisión que se acerque al Ejecutivo, a fin de pedir una ayuda para dichos obreros y poner en su conocimiento la situación de estos últimos.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. México, 15 de octubre de 1917.- Roberto Sepúlveda.- Ezequiel Ríos L.- Ricardo López.- Ignacio López.- F. de P. Mendoza.- López Lira.- Dionisio Zavala.- Justo González."

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Sepúlveda para fundar la dispensa de trámites.

El C. Sepúlveda: CC. Diputados; Creo que de vuestra memoria no se habrá borrado que la vez pasada, en que varios compañeros pidieron la palabra para rectificación de hechos, aunque yo estaba inscripto, manifesté que me reservaría para mejor oportunidad, cuando tuviera las pruebas en mi poder. Ahora ya tengo las pruebas y las presento ante vuestra soberanía, sin que por esto se entienda que yo levanto una protesta, porque ya es bastante conocida de ustedes la situación de Guanajuato.

Se trataba la vez pasada de lo referente a la situación de los profesores; aquí vemos la situación más desesperada de los obreros, el extremo a que se han orillado, por lo cual ocurren a vuestra soberanía para que les impartamos una ayuda. Yo tenía ya bastante conocimiento de esto y con toda paciencia procure que estos obreros unidos, esperaran los resultados del gobierno del Estado; pero parece que hasta la fecha no han tenido ningún resultado, pues hace dos meses que están pidiendo se cumpla el artículo 123 constitucional por haberlos separado de una manera arbitraria. De una comisión de obreros que se acercó a mí, he tenido conocimiento de que las negociaciones estas han procedido de una manera arbitraria al separarlos de sus faenas sin un motivo justificado cuando menos. La base principal, según he sabido por personas bastante allegadas a las negociaciones, es que parece que mientras pudieron estarles pagando con papel, entonces sí trabajan obreros; cuando empezó la circulación de la plata, como dicen ellos aquí (mostrando a los señores diputados el memorial de los obreros), inmediatamente pusieron pretextos y empezaron a separar a los obreros de grupos de diez y veinte hasta ponerlos en ferrocarril, quizá por el miedo que tenían de que se aglomerara todo aquel compacto número de obreros; pero debido a la organización, como dicen ellos aquí (volviendo a mostrar el memorial), pues cuando yo estuve entre ellos tuve la satisfacción de organizarles su sindicato de la manera más ordenada y siempre prescripta sobre la Constitución, y

asimismo parece que es una honra y una victoria para ellos haber tenido esa unión hasta el momento. por lo cual a ciencia y paciencia han estado soportando sin poder tener una ayuda suficiente; se han dirigido a mí, y yo he hecho por los conductos que he podido, lo más posible que he podido; pero parece que yo tampoco he tenido ningún resultado, y como yo así les manifesté en mi anterior carta que les contesté, que se esperaran mientras se resolvían aquí algunos asuntos que teníamos que resolver acerca de su situación, creo por es te memorial que está aquí al conocimiento de ustedes, que la desesperación, que la situación más bien por que atraviesan es muy apremiante, pues es mucho tener ya la paciencia necesaria durante dos meses.

Yo no sé de una manera cierta, o cuando menos qué carta habrá tomado en este asunto el Gobierno del Estado. Yo no quiero levantar aquí una voz de protesta, como he repetido, porque yo no vengo aquí por ningún rencor ni nada contra el Gobierno del Estado, ¡yo de eso poco me preocupo!; de lo que me he preocupado ha sido se esta situación. Como no hemos tenido ningún resultado, ni los obreros ni yo en lo particular, así es que yo deseo, como había dicho en anteriores días, llamar al patriotismo de esta H. Asamblea para que me ayude y a la vez ayudemos a salir de esta situación desesperada a estos obreros.

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se dispensan los trámites. (Voces: ¡Sí, sí! ¡Reclamo la votación!)

El C. Zavala: pido la palabra.

- El mismo C. Secretario: Se necesitan las dos terceras partes de los CC. diputados presentes, para que se dispensen los trámites. (Voces: ¡Sí las hay!) Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo ningún orador inscripto en contra, en votación económica se pregunta si se aprueba la proposición, que dice: (Leyó.)

Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

El C. Cruz: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Cruz: Para una interpelación a la Mesa.

El C. Presidente: Para una interpelación tiene la palabra Su Señoría.

El C. Cruz: Señores diputados: Son frecuentes las quejas que a diario se nos presentan relacionadas con infracciones que se cometen al artículo 123 constitucional.

A ninguno de vosotros se os culta que una de las causas principales de este malestar radica en el pretexto que toman la mayor parte de los industriales y de los comerciantes, de que no está reglamentado el artículo 123. En vista de esta consideraciones, yo me permito interpelar muy respetuosamente a la Mesa para que se sirva decirme si las Comisiones de Trabajo y Previsión Social han presentado, o tienen terminado algún proyecto de reglamentación relativo al artículo a que he hecho referencia; o en caso contrario, pido también a la respetable Mesa se sirva excitar a las mismas Comisiones a fin de que a la mayor brevedad posible se sirvan presentarnos un proyecto de reglamentación para que sea discutido lo más pronto posible entre nosotros, por ser un asunto de urgente necesidad.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a Su Señoría, que no han presentado las Comisiones ningún proyecto sobre reglamentación del artículo 123; que las Comisiones todas que no han cumplido aún con la entrega de los dictámenes dentro del timpo reglamentario, ya han recibido una atenta excitativa de parte de la Presidencia.

El C. Cruz José C.: Muchas gracias.

El C. Neri Eduardo: Pido la palabra como miembros de la Comisión.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

- El C. Neri Como miembro de una de las Comisiones, debe manifestar al compañero Cruz que las Comisiones no tiene obligación de formular proyectos de ley. La obligación de las Comisiones es dictaminar sobre las proyectos de ley que se presenten. En ese concepto las Comisiones no pueden aceptar el cargo que nos hace el señor Cruz.

El C. Secretario Portes Gil: La Presidencia nombra en comisión para el efecto expresado, a los CC. Diputados Sepúlveda, Siurob, López Lira, Ríos Landeros, Morales Hesse y Secretario Aranda.

- El mismo C. Secretario: "Señor:

"Los subscriptos pedimos a la H. Asamblea que en virtud de ser ya de suma urgencia, se trate en la sesión de hoy la ley de suspensión de garantías.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 15 de octubre de 1917.- Jonás García.- C. Garza González.- Raúl Gárate.- S. H. Mariel.- Manuel Lailson Banuet.- J. Aguirre Berlanga.- Ramón Blancarte.- Rosendo A. Soto.- J Morales Hesse.- Juan A. Ruiz.- Manuel Carrillo Iturriaga.- A P. Castañeda." (Aplausos.) Se pregunta a la asamblea si se toma en consideración; Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Se toma en consideración. Está a discusión . ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta sise aprueba la moción, los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobada.

Conforme a la parte relativa del art. 107 del reglamento que dice:

"Ninguna discusión se podrá suspender sino por estas causas: primera, por ser la hora que el reglamento fija para hacerlo, a no ser que se prorrogue por acuerdo de la cámara; segunda, porque la cámara acuerde dar preferencia a otro negocio de mayor urgencia o gravedad; tercera, por graves desordenes en la misma cámara; cuarta, por falta de quórum; quinta, por proposición suspensiva que presenten algunos o algunos de los miembros de la cámara y que ésta apruebe."

Se suspende la discusión del dictamen relativo a la ley reglamentaria de las secretarias de estado y se pone a discusión la ley de suspensión de garantías, los CC. Diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El dictamen respectivo dice:

Comisiones unidas de Justicia y 2a. de Puntos Constitucionales.

Señor:

- El C. Presidente de la República envió al Senado una iniciativa de ley, que pone en vigor la que expidió en 9 de octubre de 1916 el entonces Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de la Unión, contra salteadores, incendiarios y plagiarios, haciendo uso de las facultades extraordinarias de que por entonces se encontraba investido.

Dicha ley dejo de regir el 1º de mayo último, en que la República entró de nuevo en el período constitucional, con la vigencia de la nueva Constitución; pero subsisten las causas que motivaron su expedición debido al incremento que ha tomado el bandidaje y a la existencia de partidas armadas que sin ningún fin político cometen depredaciones en la agricultura, en las propiedades y en las personas, y descarrilan, dinamitan o asaltan trenes de pasajeros con aterradora frecuencia.

Como la vigencia de tal ley supone la suspensión de algunas de las garantías individuales que nuestra Constitución Política otorga al hombre y al ciudadano, esta iniciativa ha sido enviada por el Ejecutivo de la Unión, de acuerdo con el Consejo de Ministros; y para se ley, es preciso que sea aprobada, además, por el Congreso de la Unión.

El Senado de la República comenzó a estudiar un proyector que le fue presentado por sus Comisiones unidas, 2a. de Puntos Constitucionales y de Justicia, que difería de la iniciativa del Presidente; pero después de una larga discusión, ese Cuerpo Legislativo aprobó una moción suspensiva presentada por algunos CC. senadores, con el objeto de discutir preferentemente la propia iniciativa, pues se juzgó más apropiada a las urgentes necesidades que tendía a remediar.

La discusión en el Senado llegó a la aprobación de la ley del Ejecutivo, habiéndose modificado la fracción III del artículo 1º, los artículos 6, 8 y 10, así como una adición.

Las Comisiones unidas de Justicia y 2a, de Puntos Constitucionales de esta Cámara de Diputados, han estudiado detenidamente la iniciativa del Ejecutivo, las consideraciones en que se fundó la ley de 9 de octubre de 1916 y la discusión habida en el Senado. llegando a la conclusión de que las necesidades de la situación actual ameritan una suspensión de garantías; de que constitucionalmente el procedimiento que se sigue es el indicado conforme al artículo 29 de Constitución y de que el texto de la ley de 9 de octubre de 1916 que se propone poner en vigor, establece penalidades severas y medios rápido de represión de los delitos y atentados que tiende a remediar.

En esa virtud, tienen el honor de proponer a la aprobación de esta H. Cámara, el proyecto de ley que aprobó el Senado y que se inserta a continuación:

PROYECTO DE LEY

Artículo 1º Serán castigados con la pena de muerte:

I. Los que en las lineas férreas, dentro o fuera de las poblaciones, asalten los trenes para robar o cometer cualquiera atenta contra las personas: interrumpan la marcha de dichos trenes con los mismos objetos, destruyan o levanten la vía, pongan obstáculos en ella, quiten las uniones o planchuelas, o de cualquiera manera la descompongan, para impedir su uso o procurar descarrilamientos; dinamiten los trenes o coloquen bombas o explosivos en la vía, aunque no se produzca la voladura de aquellos, hagan disparos o lancen proyectiles sobre los trenes, asalten las estaciones o destruyan y deterioren éstas o las líneas telegráficas o telefónicas al servicio de las compañías ferrocarrileras o de la Federación;

II. Los incendiarios o plagiarios;

III. Los salteadores de caminos. con el objeto de cometer delitos contra las personas, el honor o la propiedad;

IV. Los que asalten las haciendas, ranchos, caseríos y demás centros de trabajadores en los campos, con el objeto de robar o cometer atentados contra las personas; y

V. Los que asaltaren en despoblado, para cometer robos con violencia o cualquier atentado contra la personas.

Artículo 2o Los jefes o jueces auxiliares, comisarios o tenientes de las haciendas, ranchos y demás poblados. y los propietarios, arrendatarios o encargados de fincas rústicas, están obligados a poner inmediatamente en conocimiento de la autoridad municipal correspondiente, los delitos de que trata esta ley, que hubieren sido cometidos en sus respectivas jurisdicciones o dentro de los limites de sus propiedades, ministrándoles cuantos datos le fuere posible recoger, con el objeto de que se haga pronta y eficazmente la persecución de los delincuentes, bajo la pena de cien a quinientos pesos de multa, en caso de que fueren negligentes en el cumplimiento de deber.

Igual obligación tendrá, bajo la misma pena, los particulares que hubiesen sido víctimas de alguno de esos delitos.

Articulo 3o Los vecinos de las haciendas, ranchos y demás poblados, tienen obligación de prestar auxilio a la fuerza pública que se encargue de la persecución de los malhechores responsables de alguno de los delitos comprendidos en el artículo 1º de esta ley, y en caso de que se negaren a hacerlo, siendo expresamente requeridos para ello, serán castigados con prisión. que no bajará de uno, ni excederá de cinco años.

Artículo 4o Serán castigados con pena que no baje de cinco ni exceda de diez años de prisión, que se hará efectiva en el lugar que designare el Gobierno de la Nación:

I. Las autoridades o particulares que dieren informes falsos al jefe de una fuerza de seguridad encargado de perseguir a los infractores del artículo 1º de esta ley, o que ocultaren a éste, para evitar que sean aprehendidos, o que protejan su fuga;

II. Los que recibieren cosas robadas para su venta u ocultación, o las compraren. sabiendo su origen, o tuvieren la costumbre de comerciar con objetos de esa procedencia.

Artículo 5o Conocerá de los delitos que se castigan con esta ley, el juez de primera Instancia del Municipio en cuya comprensión se cometieren y, en su defecto, la autoridad judicial que hubiere

en el lugar, conforme a las reglas siguientes:

I. Si el delincuente fuere aprehendido infraganti, la autoridad judicial que conozca del caso le impondrá inmediatamente la pena que corresponda, sin más formalidades que levantar una acta en que conste la comprobación del cuerpo del delito, la declaración del acusado, el testimonio del aprehensor o aprehensores y demás personas que hayan presenciado la comisión del hecho criminoso de que se trata, y el fusilamiento, en su caso:

II. Si el delincuente no fuere aprehendido infraganti, el Juez que conozca del caso deberá dejar concluida la averiguación respectiva, dentro de setenta y dos horas, a contar desde que el acusado estuviere a su disposición. Concluido este término, el Juez citará para una audiencia pública, que se verificará dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes, en la que se oirá al reo, a los testigos que depongan en su contra, a los que presentaren en su favor, y se darán a conocer todos los datos que arroje el proceso, oyéndose, acto continuo, al Agente del Ministerio Público y al defensor del acusado, dictándose inmediatamente la sentencia que corresponda.

Artículo 6o Las sentencias que se dictaren en los caso de la fracción II del artículo anterior, serán revisadas por el Tribunal Superior correspondiente, a efecto de confirmarlas, modificarlas o revocarlas, para lo cual el Juez que hubiese pronunciado la sentencia, remitirá, dentro de cuarenta y ocho horas, testimonio de todo lo actuado, para que sin más trámite que la vista de la causa, que se verificará dentro del tercer día y en la que informará el representante del Ministerio Público, se pronuncie sentencia definitiva dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes.

Artículo 7o El Ministerio Público intervendrá en todas las diligencias que se practiquen en los casos de la fracción II del artículo 5º de esta ley; y en los lugares donde no lo hubiere, desempeñara las funciones del Ministerio Público, el Sindico del Ayuntamiento y, en su defecto, el Regidor que sea nombrado.

Artículo 8o Se suspenden contra los salteadores de caminos, incendiarios, plagiarios y demás delincuentes a que se refiere esta ley, las garantías individuales que otorga la Constitución, en todo lo que dichas garantías se opongan al exacto cumplimiento y ejecución de la expresada ley.

Artículo 9o Esta ley regirá desde la fecha de su promulgación, hasta el 31 de agosto de 1918 y será obligatoria en toda la República.

Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 9 de octubre de 1917.- H. Medina.- Ramón Blancarte.- Emilio Araujo.- M. Rueda Magro.- Eugenio Méndez.- C. Garza González.

Está a discusión en lo general.

El C. Peralta Miguel: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Peralta: Para suplicar muy atentamente a la Presidencia se sirva consultar a la Asamblea si la discusión debe ser en sesión publica o en secreta. Yo me inclino a creer que debe ser en sesión secreta. (Voces: ¿Por qué? ¿Por qué?)

El C. Presidente: Me permito manifestar a Su Señoría, que el trámite de la Mesa en este momento es que prosiga en sesión pública. Por lo tanto, si Su Señoría quiere que sea en sesión secreta, sírvase hacer la proposición para ponerla a discusión.

El C. Peralta: ¿Necesita ser escrita la proposición? (Voces: ¡Por supuesto! ¡Indudablemente!) Reclamo el trámite, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra Su Señoría para reclamar el trámite.

El C. Peralta: Señores diputados: Indudablemente, en vista de la seriedad del asunto que va a discutirse en seguida, puesto que la suspensión de garantías es una medida extrema y habrán de presentarse aquí en la Asamblea y en la tribuna argumentaciones del tal carácter que yo creo que es innecesario que el público de la capital representado por algunos centenares de personas que vienen a ocupar las galerías, se entere de algunos detalles que indudablemente presentaremos aquí en esta Asamblea, yo creo que para la discusión de un asunto de esta naturaleza es necesario dejar la mayor amplitud y la mayor libertad a los CC. diputados para que presenten argumentaciones de la naturaleza que ellos crean conveniente. Por esto es que me permito suplicar muy atentamente a la representación Nacional que apruebe que en lugar de ser en sesión pública, sean en sesión secreta en la que se discuta esta ley de suspensión de garantías en toda la República.

El C. Presidente: Tiene la palabra para apoyar el trámite el diputado Manjarrez.

El C. Manjarrez: Muy débiles me parecen los razonamientos de mi compañero el diputado Peralta, que pide que un asunto de esta transcendencia se trate en sesión secreta. Dice el diputado Peralta que sin duda debe dejarse amplitud a los oradores que van a abordar este asunto y que esa amplitud no se puede conseguir si no es autorizando que sea en sesión secreta, debido a que quizás algunas revelaciones, o qué sé yo, se vendrá a hacer en esta tribuna. No, señores diputados; en necesario que sentemos el precedente de que todo, lo que pasa en la Nación debe saberlo la Nación. Si hoy se trata de la ley de suspensión de garantías, si mañana se tratara de algún otro asunto, es preferible que la Nación esté al tanto de lo que pasa aquí y que todos los diputados seamos responsables ante la Nación, que nos vea y que nos escuche todo cuanto digamos. Yo pido, señores diputados, que por todas estas consideraciones, que son más lógicas y que son de más peso que las expuestas por el compañero Peralta, la discusión de esta ley se haga el sesión pública. Además, no se ha visto hasta la fecha,- y creo que no existe en los anales parlamentarios -,que la discusión de un proyecto de ley se haga en sesión secreta; los proyectos de ley se discuten en sesión pública puesto que son leyes que tendrán que surtir sus efectos en el público. (Aplausos en las galerías y en algunas curules.)

El C. Secretario Portes Gil: Se pregunta a la Asamblea si se aprueba el trámite de la Mesa. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. (Voces: ¿De qué? ) De que se discuta en sesión

pública. Se aprueba el trámite de la Mesa. Está a a discusión en lo general.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Rivera Cabrera.

El C. Rivera Cabrera: Señores diputados; En los momentos solemnes, para la Patria, cuando están de por medio los sagrados intereses de la misma, debe hablarse con toda sinceridad, deben presentarse las verdades completamente al desnudo, sean quienes fueren los que pudieran sentirse las timados con la versión de ellas. Asimismo, en los propios solemnes momentos para la Patria, debe hacerse la profesión de fe que dejo sentada de una vez para siempre, cual es el camino que seguirán los ciudadanos y cual es la finalidad que se persigue o que persiguen aquellos que toman parte en los asuntos públicos de la República. Consecuente, pues, con este mi criterio, ante Vuestra Soberanía vengo una vez más a decir que ninguna circunstancia, por difícil que sea, me hará cambiar el sendero revolucionario que siempre he seguido y que hoy, como siempre, todos mis esfuerzos y todas mis labores no tenderán a otra cosa sino a procurar la felicidad de la Patria. Dicho lo anterior pasaré a tratar el fondo del asunto a debate, es decir, del proyecto de Ley de Suspensión de Garantías que se pone a vuestra consideración.

Yo estimo, señores diputados, que no es con suspensión de garantías, que no es con derramamiento de sangre, que no es a cañonazos, que no es con el exterminio, con los cuales únicamente, fundamentalmente, se puede llegar a la anhelada paz de que tanto ha menester la República. La Ley de Suspensión de Garantías, señores diputados, en todo tiempo ha sido signo inequívoco de la debilidad de los gobiernos que se han servido proponerla a la consideración de las Cámaras; sin ir muy lejos, partiendo desde el gobierno tiránico de Porfirio Díaz, vemos cuando inmediatamente después de la proposición que hizo y del otorgamiento que dio la Cámara, de la Ley de Suspensión de Garantías, inmediatamente aquel nefasto gobierno cayó, rodó, sin más impulsos que el aliento popular. En seguida, cuando el gobierno del señor Madero, también solicitó esta medida en esta Cámara,- yo era a la sazón miembro de ella -, no tardó mucho sin que la decena trágica surgiera, surgiera dentro de las blasfemias y de los enconos de los enemigos de la Patria y el gobierno del señor Madero cayó también.

Después cuando el gobierno del usurpador, cuando el dictador terrible, cuando el asesino colectivo se sentía ya tambalear en la silla que había usurpado, consultó la Ley de Suspensión de Garantías, que fue decretada, y ningún efecto eficaz se tuvo. Esa ley, muy por el contrato , ella, puede decirse, apresuró la caída de aquel chacal sediento de sangre cual nunca había existido en la República. Dicho pues, lo anterior forzoso es concluir que nada práctico conseguiremos con la expedición de esta ley, y sí como lo voy demostrar después, ella servirá para exacerbar los odios, para atizar, para llevar más leña a esta formidable hoguera en que se debate la República, y lejos de llegar a la paz que se desea, será el estado del país aún más caótico, aún más terrible, aún más desesperante de lo que es en la actualidad. Debemos pues, buscar, fijar, debemos escudriñar cuáles son las causas que se necesitan, que hay que satisfacer para poder conseguir, la hermosa finalidad que supongo es la que tiene la Ley de Suspensión de Garantías, es decir, que la paz sea un hecho. No es el afán de lucro, no es el afán de robo el que hace que el mal que actualmente nos azota se haya exacerbado; no, señores, hay que descartar eso; quizá ello sea una expresión mínima: las causas fundamentales de este estado terrible en que ya nos encontramos son otras, y las voy a decir: en primer término, es la cuestión internacional, es decir, la guerra europea; es decir, que el coloso del Norte exige que nosotros nos tornemos "aliadófilos," y nosotros, habiéndonos negado a ello, el coloso del Norte nos ha restringido, ha apretado más el tornillo con que nos ha estado ahogando, y lejos de ayudar, en vez de dejar que las cosas mexicanas sigan su curso natural, está tendiendo la mano al enemigo y le está dando elementos de guerra. elementos de dinero y elementos de boca para poder continuar en la tremenda obra que se sigue en contra de la República. En segundo término, la miseria, la miseria, señores diputados, que con sus enormes tentáculos está ahogando la población mexicana; es la miseria que se levanta por todas partes, la que grita, la que se enfurece y la que, cual víbora ponzoñosa, está empujando a los ciudadanos mexicanos para que, no teniendo más tabla de salvación, se dediquen al robo y quizá a otros excesos más punibles.

Y hay otras causas aún más hondas, aún más delicadas y deben decirse cuáles son, en esta tribuna, aun cuando para ello tenga yo que soportar, quizá la rechifla, quizá el anatema, quizá el odio de muchos de los que me oyen: los hombres de la Revolución, los sinceros, los leales, aquellos que desde un principio estuvieron con la Revolución y que ahora se encuentran alejados, ¿No es una consecuencia de esos actos lo que la venido a exacerbar el mal que nos corroe? ¿No está en la mente de ustedes la idea de que el alejamiento de muchos de estos hombres es causa del grave malestar de la República? Indudablemente que sí, señores diputados. Indudablemente que aquellos hombres que de todo corazón sirvieron a la República y ahora, empujados por la fuerza de una política tenebrosa se han alejado del centro del Gobierno, es una de las causas que ha producido el grave malestar que nosotros sentimos....(aplausos de la izquierda), y como consecuencia de esto, también otra de las causas de este grave malestar es el acercamiento, es decir el favoritismo que se dispensa a muchos hombres que por ningún concepto merecen y que actualmente están rodeando al Primer Jefe de la Nación. La actuación de esos señores, esa actuación morbosa, altamente perjudicial para los intereses patrios, esa es otra de las causas, señores diputados, que ha exacerbado este grave malestar que se siente por toda la República. (Voces: Es cierto, es cierto.) Y bien, ahora va otra parte: si esos señores maquiavélicos, si esos señores sin entrañas que por cuidar y por obtener ventajas particulares han causado y siguen causando muchos males a la República, también algunos hombres, muchos de los hombres a quienes actualmente se les han confiado las armas, muchos de estos hombres también están contribuyendo para que de una manera

intensa este malestar se esté desarrollando por todas y cada una de las partes de la República. ¿Acaso no está en la mente de todos ustedes que los grandes desmanes, los atentados sin nombre, las villanías de muchos jefes de armas en toda la República ha empujado a muchos ciudadanos, antes pacíficos, a empuñar las armas en contra de la Revolución Constitucionalista? Nada menos hoy, señores diputados leía en " Excélsior" esta noticia: un jefe de armas destacado en un pueblo del Estado de Veracruz, queriendo especular con el maíz, encontró en dicho pueblo a un individuo que compraba maíz para sacarlo fuera de la localidad. A efecto de no tener aquel competidor, lo apresó, lo sujetó a miles de tormentos y acabó por fusilarlo de la manera más ignominiosa.

Así como esa noticia, todos los días vienen a nuestro conocimiento hechos de esta naturaleza, y yo mismo podría citar en mi desventurado Estado de Oaxaca miles y miles de atentados que han sido cometidos por los hombres que tienen las armas actualmente. Y esos miles de atentados, lejos de aminorar, hoy están más acrecentados que nunca. Hay otra causa, señores diputados, que llamaremos la causa frerrocarrilera; todos sabemos las grandes especulaciones, pero qué digo, no especulaciones, los grandes robos que actualmente están cometiendo los hombres que tienen la dirección de la Lineas Nacionales en sus manos. ¿No eso contribuye de una manera eficaz.- permítaseme la palabra -,de una manera eficiente, para exacerbar el mal, el hambre, la miseria que actualmente se cierne sobre los pobres hombres de la República? Indudablemente que sí. ¿Acaso no oímos por todas partes decir a los expendedores de los artículos de primera necesidad, que si éstos están muy caros, es porque tienen que gratificar con mil pesos a don fulano de tal, jefe de estación en tal lugar; con quinientos pesos al jefe de las armas para que permita sacar tal o cual cosa; con dos mil pesos a tal y cual superintendente, etc. Y por ese orden una multitud de erogaciones extras que hacen indudablemente gastos que deben ser cargados al valor de la mercancía Ya esto lo sabremos nosotros y esta es una de las causas que influyen notablemente para el gran descontento que existe en la República. Por consiguiente, nuestra acción debe concretarse a hacer desaparecer todos estos males que yo he apuntado, e indudablemente que desapareciendo estos males, la paz será un hecho en la República y ésta entrará por la franca vía del progreso y del bienestar. Yo bien sé, señores diputados, porque una dolorosa experiencia me lo ha enseñado, que nunca jamás la paz en ninguna parte del mundo se ha hecho cercenando cabezas. Yo bien sé que las medidas extremas, que las medidas que no tienen un fondo de justicia, lejos de producir el fin apetecido, no hacer sino exacerbar el mal y acrecentar los odios y rencores.

Vuelvo a repetir, en las medidas de esta naturaleza que se quisieron poner o se pusieron en vigor durante los continuados gobiernos de Porfirio Díaz. Madero y el usurpador Huerta, ninguno de esos proyectos dieron el resultado apetecido. ¿Por qué? Porque la paz, señores diputados, no se hace a cañonazos. se hace llevando el convencimiento a las conciencias, de que se está laborando en pro de una causa buena; llevando el convencimiento a las almas, de que nuestra actuación es buena y altruista: la paz se hace, señores diputados, llevando a nuestros conciudadanos la felicidad y el bienestar que han menester. Por lo tanto, esta Ley de Suspensión de Garantías que se sirve consultarnos la Comisión, puedo asegurar, señores diputados, con el corazón en la mano, que lejos de producir el fin que se persigue, no haría sino exacerbar el mal y repito, bien podría tomarse por los enemigos de la causa, como un síntoma de debilidad del Gobierno carrancista. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Siurob.

El C. Siurob: Señores diputados: En la vez pasada, cuando se presentó el dictamen de la Comisión respecto a la ley de Suspensión de Garantías individuales que presentó el Ejecutivo, yo también fue uno de los que pidieron la palabra en pro de ese dictamen, es decir, en pro de la idea de sus pensión de garantías individuales. Muchos de los señores diputados que han conocido mi labor durante toda la Revolución, se han extrañado y me han preguntado que por qué yo, uno de los individuos que por su profesión, por su carácter, por sus tendencias, serían quien debiera oponerse a estas medidas, por qué ahora soy uno de los primeros en defenderlas, por qué quiero yo que vuelva la Revolución a desenvainar su espada vengadora y que vaya a castigar a todos aquellos perversos que se le oponen, y también quizá, dada la triste condición humana, que consiste en errar, vaya a castigar también a muchos inocentes, a muchos que tienen hambre y frío, a muchos que no tiene pan para llevar a sus familias.

Voy a explicar, ciudadanos diputados, porque creo que ante todo es una obligación, ya que se trata de dictar una ley que va a suspender por un momento el régimen constitucional para cierta clase de individuos; ya que se trata, por decirlo así, de traer, hasta cierto grado, un desquiciamiento legal dentro de ese mismo régimen constitucional. La base para que este hecho trascendental e interesante pueda verificase, es el estudio concienzudo, el estudio critico de nuestra actual situación política. Ese estudio, que voy yo a emprender en estos momentos - aunque sea muy a la ligera, porque no bastaría un discurso de varias horas para hacer un estudio profundo sobre esta materia -, ese estudio profundo y concienzudo que yo he hecho en el fondo de mis conciencia, es el que conduce a venir a esta tribuna a sostener, contra mis antiguas convicciones de médico, contra mis antiguas convicciones de libertario, una ley que tiene mucho de terrible, pero que, en estos momentos tiene mucho de salvadora, Nuestra actual situación política, ciudadanos diputados, es la siguiente: la Reacción, como hemos dicho muchas veces aquí en esta tribuna, comienza a apoderarse del Gobierno, asumiendo esta intromisión en la esfera administrativa, el carácter de una verdadera conquista; el mal comienza desde el gabinete presidencial, y pasando a través del ejercito y através de todas las instituciones, llega hasta el corazón de ese mismo pueblo, después de pasar también por los Gobernadores de los Estados, y hace que desde el seno de gabinete, hasta el

último centro administrativo, predomine una vacilación continua, una falta de afinidad de miras, una falta de uniformidad de tendencias, una desorientación, un verdadero desaliento, y que este desaliento y todos estos males no son debidos a otra cosa, ciudadanos diputados, sino a la falta de radicalismo, a la falta de unidad, tanto en el Gobierno general como en los Gobiernos de los Estados para elegir a sus colaboradores, para elegir a todos aquellos que, sabiendo comprender la obra revolucionaría, que habiéndola sentido, que habiéndola vivido, son los únicos capaces de llevarla a la práctica; porque los hombres advenedizos, los que sin tener méritos ningunos, los que sin haber servido a la Revolución, los que sin haberla sentido, los que sin haber expuesto por ella la vida, los intereses, la familia o cualquiera cosa siquiera llegan al poder, esos hombres son los que son capaces de transigir con la Reacción; son los capaces de olvidarse de los primitivos anhelos de la Revolución, que era inflexible con los principios, que era intransigente con las personas, que no eran conciliadores en absoluto con nada que constituyera el régimen pasado, ni mucho menos con la traición, con la traición odiosa, con la traición que se erigió en reina de nuestro país durante tantos lustros y que es la causa actual de nuestra desventuras en el momento histórico por que atravesamos.

Digo que el mal comienza desde el gabinete presidencial, y voy a demostrarlo, Comienza desde el gabinete presidencial, porque en el seno de ese mismo gabinete están las fuentes de la división, porque allí se encuentran individuos de tendencias diferentes, individuos que no han sentido la Revolución en lo más hondo de sus anhelos y que, por consiguiente, no pueden colaborar juntos, Se encuentran mezclados, al lado un Rouaix, que es un hombre puro, que es un hombre honrado, que cuantas leyes ha enviado a este Congreso han tenido el espíritu que engendró esta Revolución (aplausos), se encuentran un Macías, ¡qué digo! vamos examinando uno a uno de los Ministros que componen el gabinete y os voy a demostrar esa falta de uniformidad que se nota en el actual Gobierno de la República y que es una de las causas del malestar que repercute en todos los ámbitos de la República. Comienzo por el ciudadano Ministro del interior; el ciudadano Ministro del interior es un hombre que carece en lo absoluto del talento necesario para las labores que le están encomendadas, cuya personalidad no tiene el relieve ni el prestigio que se necesita para ser jefe de un gabinete en un Gobierno constitucional emanado de una Revolución; el mismo ciudadano Aguirre Berlanga carece de iniciativa, y como carácter no es carácter, es un débil y, por tal motivo, señores diputados, este es uno de los elementos que podemos llamar discordantes en el seno del gabinete, ya que el Ministerio del Interior debiera estar ocupado por el más conspicuo revolucionario de la República, porque es el primer colaborador del ciudadano Presidente.

El ciudadano Ministro de la Guerra es un revolucionario de hecho; pero a pesar de esto, le falta también el prestigio necesario en el Ejército, ese prestigio que sólo dan relevantes merecimientos para que puedan tener la suficiente confianza, para que todos los miembros del Ejército puedan decir que se encuentran dignamente mandados por el individuo que legítimamente lo merece. El ciudadano Ministro de la Guerra tampoco tiene ideas propias, se concreta únicamente a ejecutar lo que el Ejecutivo le dice y el Ejecutivo necesita, no sólo que ejecuten sus disposiciones, sino individuos que sean capaces de sugerirle las medidas salvadoras, porque es imposible que ese hombre, que ese gigante Venustiano Carranza, pueda él solo pensar todas las medidas necesarias para el bien de la nación, para el restablecimiento de la paz, para la implantación de los ideales.

Por más grande que tuviera su cerebro, por más coloso que quieran suponerlo sus aduladores, es hombre y como hombre, estándole encomendadas problemas tan arduos y difíciles, es imposible que ese hombre solo pueda producir, por una maravillosidad de genio, todos los bienes de que necesita la nación mexicana. Necesita colaboradores, y si el Presidente Juárez supo rodearse de colaboradores que estuvieron a su altura de colaboradores inteligentes, eso mismo es una necesidad en el Presidente de la República en el lugar en que lo ha colocado el voto del pueblo.

Decía yo que el C. Ministro de la Guerra carece también de energía de acción, del prestigio que necesita para imponerse al resto del Ejército Constitucionalista. La consecuencia de este hecho es que muchos de los actuales generales siguen robando por medio de los haberes, de los forrajes, de los negocios, de las buscas y por medio de tantos otros sistemas que ha inventado la codicia humana y que pueden ser refrenados perfectamente por medio de un hábil sistema de inspección, del cual debía ser el jefe el C. Ministro de la Guerra....

El C. Otero, interrumpiendo: Se está haciendo.

El C. Siurob, continuando: Es cierto, ciudadano Otero (ya ha comenzado a implantarse, pero con mucha debilidad, con mucha falta...(Campanilla.)

El C. Presidente: Se llama el orden al C. Otero.

El C. Siurob, continuando: Es cierto que ha comenzado a hacerse ¡pero con cuánta debilidad, con cuánta trasigencia, con cuánta falta de tino todavía! Por cada brigada debía haber un vigilante y un vigilante que se turnara para examinar los actos de los jefes, oficiales y soldados. Estas mismas razones hacen, ciudadanos diputados, que el Ejercito Constitucionalista, que no recibe forrajes, porque los forrajes se quedan en poder de los jefes, y que no recibe tampoco haberes, hacen que el soldado para tener esos forrajes y para tener esos haberes los tome de donde quiera que los encuentre, ocasionando esa infinidad de reclamaciones que nos vienen de todos los ámbitos de la República y que contribuyen a gravar terriblemente nuestra actual situación. (Aplausos nutridos.) Esta misma falta de organización en el Ministerio de la Guerra, hace también, ciudadanos diputados, que haya falta de inteligencia entre los jefes y la Secretaría de Guerra; que los partes que se rinden ni sean rendidos con la debida amplitud; que no haya la suficiente sinceridad a su

jefe, que se le respete en lo absoluto. Cuando se le conoce, se rinde el parte tal cual fuere, sean cuales fueren las circunstancias, porque se sabe que aquel jefe sabe comprender el momento en que se encuentra colocado el subordinado; sabe darle todo el carácter que debe tener aquel parte, y por consiguiente, las consideraciones necesarias; pero la consecuencia de todo esto es que los jefes y los soldados en muchas partes, y con muy honrosas excepciones, no se ocupan debidamente de la campaña y esto trae como consecuencia este incremento que ha tomado el bandidaje en todos los ámbitos de la República.

Paso en seguida a ocuparme de los otros Ministerios: la Secretaría de Hacienda; allí tienen ustedes al C. Nieto, que está también actualmente al frente de ella o al C. Cabrera, como es también cierto, no han sabido en lo absoluto cumplir su cometido, a ello se debe una buena parte de los actuales levantamientos y de las circunstancias en que se encuentra la República. Desde hace mucho tiempo que somos el único país en el mundo que nos estamos manteniendo con la circulación de oro y plata únicamente y no es posible todavía que en tanto tiempo se dé una medida que venga a normar esta situación, evitando sus consecuencias, de las cuales la primera la estamos presenciando en estos momentos ósea la desmonetización en toda la República, no sólo, sino que en la Secretaría de hacienda, (vuelvo a repetir lo que tantas veces he dicho en esta tribuna), se encuentran precisamente muchos de los individuos que constituyen la flor de la Reacción, la flor de lo que ha quedado de la reacción aquí en la República. (Aplausos.) Yo he venido aquí a decir la verdad y en este momento no voy a callar cuanto sepa, voy a decirlo en términos claros, citando nombres de personas si fuere necesario. (Aplausos.) Allí tienen ustedes, señores diputados, en la Secretaría de Hacienda a un individuo de nombre Basave del Castillo. Este individuo ha servido a todos los gobiernos, a Díaz, a Huerta, a todos los gobiernos usurpadores o libertarios, o cualquiera que haya sido su filiación. Es un individuo que ha quebrado tres veces, esencialmente reaccionario y que se encuentra al frente de la Compañía de Préstamos y bien es Raíces, no sé cómo se llama, una compañía que manejaba veinticinco millones de pesos, pero que en la actualidad está quebrada y, naturalmente, un hombre que ha quebrado tres veces, tiene que quebrar la cuarta, (Risas y aplausos .)

Ya había dicho yo, ciudadanos diputados, que en la Secretaría de Hacienda uno de los principales errores que se han cometido, es invitar a esos extranjeros para que vengan a colaborar en nuestro país; todos repugnamos con la venida de estos extranjeros. Yo después me he dado cuenta de que son excesivamente perniciosos porque se llevan todo el reflejo de nuestra actual situación hacendaría, y van a las Universidades de los Estados Unidos a dar a conocer nuestra situación de bancarrota, y ya ustedes saben que toda bancarrota es amplía con la publicidad, se amplia con el descrédito que trae esa misma publicidad. Si ellos pues, va a hacer allá la copia fiel de nuestra bancarrota, si van a decir en qué consiste van a decir todo esto, será esta también una de las bases que tendremos para nuestras dificultades, para no tener una solución en nuestras dificultades económicas, y todavía encima los despilfarros que se cometen en todos los ministerios: un sinnúmero de empleados de sobra, muchísimas tareas tanto desde el punto de vista fiscal como desde otros puntos de vista administrativos, que no están reglamentadas y que hacen que al cobrarse un impuesto, este impuesto, lo que produce el impuesto, es menor cantidad que la que se gasta en el pago de los respectivos empleados. Ya el mismo C. Cabrera lo ha dicho aquí, dando una prueba de un rasgo de buena fe en medio de tantos rasgos de jesuítismo. (Risas.) No tengo en este momento, ciudadanos diputados, tiempo para decir a ustedes cuán hondo ha sido en el sentido del desconcierto nacional la labor de la Secretaría de Hacienda, pero la persona que está al frente de ella es un individuo que no es connotada revolucionario. (Aplausos), es un individuo que, según se nos dice, después de haber sido aprehendidos los diputados cuando el cuartelazo de Huerta, salio a los tres o cuatro días no se sabe por qué misteriosas influencias; que después, se dice, siguió sirviendo a Huerta. ¡De manera que qué confianza va a tener la Nación en un Ministro de Hacienda que no es connotado revolucionario, que no ha sentido íntimamente el movimiento revolucionario , que no lo ha vivido, que no se ha rozado tampoco con el pueblo, del cual no sólo, sino que se ha dicho en público, del cual no sólo, sino que se ha dicho en público que poseen una gran fortuna, sin que hasta la fecha haya presentado siquiera un justificante, una exculpante, sin que en ninguna forma siguiera haya dado al pueblo sus excusas.

Yo no me hago solidario de esta idea de que tenga o no tenga fortuna, porque pocas veces me he metido a investigar las fortunas de los demás; pero, por lo menos, yo digo que puesto que en público se le ha atacado, natural era que en público se defendiera. Lo que menos puede decir la Secretaría de Hacienda... puede decir que sea de Hacienda, pero no de Crédito Publico... (Risas), porque el crédito público no está en manos de la Secretaría de Hacienda, necesita cambiarse el personal de la Secretaría de Hacienda, quizá desde el ministro hasta el mozo y no sé hasta qué punto pueda hacerse ese cambio, pero cuando menos necesita ponerse al frente de ella un individuo perfectamente identificado con los principios y con la causa.

Paso en seguida al C. Ministro de Comunicaciones. El C. Ministro de Comunicaciones también es un ilustre desconocido, ni siquiera en su ramo se le conoce. Yo pregunto a los CC. diputados, ¿Quién conoce a este individuo que haya prestado grandes servicios en la Revolución, que haya hecho labor revolucionaria, que se haya sacrificado por la causa? No hay ninguno, pocos habrá que puedan citarme un rasgo siquiera; pero vamos suponiendo, yo sé perfectamente que este C. Ministro también sirvió a Huerta durante algún tiempo, no podré afirmarlo de una manera segura, porque no tengo las pruebas; pero sí puedo afirmar que no es revolucionario connotado, sí puedo afirmar que no merece la confianza del pueblo y voy a decirlo a ustedes. Recordarán que hace muy poco en la prensa,

y en este mismo tribuna, se dijo que se había vendido material de los ferrocarriles, cerca de cuarenta mil toneladas de hierro a un precio excesivamente bajo. Todo el personal de la Dirección de los Ferrocarriles depende de la Secretaría de Comunicaciones, o cuando menos debe depender, y nosotros no hemos visto que este C. Ministro se justifique de alguna manera, nosotros no hemos visto que la prensa, o valiéndose de cualquiera de los diputados ministeriales, nos venga a hacer aquí un resumen de en qué condiciones se vendió ese fierro. Estas contrataciones son las que deben ser publicadas, porque si nosotros venimos a hacer cargos públicamente, también esos contratos deben ser públicos, y toda la actuación de Gobierno debe ser como un cristal, porque si es de cristal para los extranjeros que vienen a buscar informes en nuestro país, con mayor razón debe serlo para todos los mexicanos. (Aplausos.)

Si Chandler y Kemmerer, o no sé cómo se llaman, vienen a enterarse de nuestras finanzas, a enterarse de nuestros asuntos y pueden entrar libremente a cualquiera oficina a tomar datos, ¿por qué a ese pueblo no se le dan esos datos espontáneamente, por qué no se le habla de una manera clara y se dan a conocer esos contratos en los cuales el pueblo, precisamente porque no son públicos, tienen muy justas, muy fundadas y muy amargas sospechas? La Dirección de los Ferrocarriles, es decir, este ramo de la Secretaría de Comunicaciones, anda pésimamente. No hay reparación de vías, como acaba de decirlo el diputado Rivera Cabrera; todo es una serie de negocios, todo es una mafia para utilizar el material rodante con beneficio de los propios empleados y no se la puesto hasta la fecha un remedio perfectamente eficaz., ¡Qué digo!, aun en la misma producción de los elementos de los ferrocarriles, de los carros, de las locomotoras y de todo el material rodante, ya era tiempo de que se hubiera pensado en un medio para defender ese material rodante, porque si bien es cierto que es inevitable el que haya descarrilamientos por dinamitación de vías y por asaltos, todos estos males, esos descarrilamientos serían mucho menos graves si se hubieran tomado ya las medidas que muchos de nosotros hemos sugerido al Gobierno para que se eviten y que no se han puesto en práctica en lo absoluto.

Continuamos en seguida, CC. diputados; no voy a referirme a los CC. Ministros de Comercio, Agricultura y Fomento, porque declaro, sin ambajes, que su labor me satisface, que sí creo que tienen la personalidad suficiente para ser revolucionarios y, por consiguiente, no voy a referirme a ellos; pero hay que ver que ellos dos constituyen la minoría en el Gabinete y que siempre que acuerde el C. Presidente de la República en Consejo de Ministros, ellos no impondrán allí sus tendencias, porque la mayoría es absolutamente contraria, es decir, es de personas débiles de carácter y que en todo caso no han sufrido lo suficiente al lado del pueblo y por lo causa para poder comprender el actual momento histórico de la situación política.

De los Departamentos, solamente me concretaré a hablar del Ministerio o del Departamento de instrucción Pública; pero breves palabras, para decir única y exclusivamente lo que tantas veces he repetido aquí: que la persona que se encuentra a la cabeza de este. Departamento es un cadáver putrefacto político, un hombre de cuya actuación moral, política y administrativa, está absolutamente descontenta toda la República, porque no puede consentir que un ser amoral, un ser que ha servido a todos los Gobiernos, se encuentre al frente de un ramo tan importante como es la educación pública. Si encontráis, pues, en el seno del gabinete a estos elementos de discordia, a estos elementos que impiden que la acción del Gobierno sea absolutamente rectilinea, derecha a su fin, a su objetivo, ¡Qué os pueda extrañar que en los Gobiernos de los Estados suceda lo mismo? ¿Qué os puede extrañar, como yo decía un momento, que desde el gabinete presidencial hasta el último empleado de los Gobiernos de los Estados predomine esta diferencia de tendencia, esta deficiencia en la ación, esta rectitud de miras y, en fin, todas aquellas condiciones que se necesitan para que este Gobierno sea fuerte, sólido, y logre imponerse en la opinión pública, llevando las mejoras que está llamadas a implantar por el voto que le ha conferido el pueblo?

Yo soy el primero en comprender que en virtud de tosas estas circunstancias y otras más, como es el apoyo, como decía el señor Rivera Cabrera, de los elementos que de los Estados Unidos envías a los enemigos, la situación de la República es bastante seria. Tendría que añadir, en lo referente al Ministerio de Gobernación, la acción de los periódicos, órganos del gobierno del periódico "El Pueblo." Este periódico se encuentra en poder de un enemigo de la Revolución, de un hombre que sirvió a las dictaduras, que fue expulsado de "El Pueblo" por más de cuatro veces y que se encuentra al frente ahora del periódico del Gobierno y que va a seguir haciendo lo que siempre, adular, adular y adular, obstruir al Poder Legislativo, ir a combatir a todos los revolucionarios sobresalientes, los de principios, porque son los pueden hacer sombra a las nulidades, y por lo demás no desempeñará seguramente su labor, que es prestigiar al Gobierno, espacia los principios revolucionarios, consolidarlos y hacer propaganda de las leyes que aquí se imitan; combatir al resto de la prensa, que en su mayoría, pagada por los enemigos de la causa, y si la prensa se combate por la prensa, y si el Gobierno no ha combatido a esta prensa por medio de su órgano oficioso, puede decirse que la prensa reaccionaria está triunfante en estos momentos gracias a la incurría del mismo Gobierno. Estas son, señores diputados, muchas de las causas del malestar, yo las vengo a señalar aquí porque así como yo estoy de acuerdo en la aprobación de la ley de Suspensión de Garantías, así también creo que es un deber ante esta tribuna, que representa en estos momentos el tribunal de la Revolución, el señalar a los de arriba, el señalar a los de abajo las causas por las cuales nosotros, los que obramos sincera, honrada y rectamente, creemos que la situación política ha empeorado

Voy a concretarme, señores diputados, a la ley de Suspensión de Garantías. Sea cual fuere la situación de la República, el hecho innegable el hecho que vosotros habéis admitido, vosotros los que habéis sido constituyentes, es que el período preconstitucional

no debió haber terminado tan pronto como se terminó, y que si terminó mucho antes, esto se debió a circunstancias políticas que dependían en parte de nuestras relaciones exteriores, y en parte de nuestra misma situación interior, pero en todos flota la idea de que el régimen preconstitucional terminó de una manera precoz, antes de que terminara la misma lucha armada.

Yo estoy de acuerdo en que el gobierno de una revolución triunfe por tres capítulos: Primero, en el terreno de las armas, después, en el terreno político, y por último, en el terreno de los principios. Si no hemos obtenido todavía la victoria en el terreno de las armas, si no hemos obtenido la victoria de una manera absoluta, la victoria política, puesto que aún no logramos implantar los estatutos políticos revolucionarios, si mucho menos estamos en la posibilidad de decir que hemos obtenido el triunfo en el terreno de los principios, es necesario pues, que se prorrogue de alguna manera aquella parte del régimen preconstitucional que sea necesario prorrogar para que los enemigos no se encuentre sobreexcitados por los aparentes facilidades que les da nuestra carta magna y que sigan de esta manera conspirando contra la Revolución, contra el gobierno y contra todo lo que signifique bienestar para el pueblo mexicano.

Es más, ciudadanos diputados ya de hecho esta imperando la Ley de Suspensión de Garantías en todo el territorio, nosotros lo único que vamos a hacer es darle una sanción legal es hacer intervenir un juez, es hacer una autoridad civil en el Distrito, tribunal que va a juzgar a los presuntos reos de suspensión de garantías. En la actualidad el que los fusila es el jefe de armas, en la actualidad el que les aplica la ley es el jefe de operaciones, en toda la República; nosotros queremos que se pase por el tamiz del juez, por un tamiz de justicia que se aplique esta ley; en realidad están más suspendidas las garantías individuales en este momento que después de la ley; después de la ley tendremos más derechos a exigir que un jefe de operaciones o un comandante de escuadrón no aplique esta ley, tendremos derecho a exigirles que no asesinen, porque habrá personas encargadas por esta misma ley, de aplicarla y por consiguiente, de reglamentarla, y en cierto modo de impedir que se cometan abusos; que la ley es deficiente, soy el primero en decirlo, ya la he estudiado y veo muchas deficiencias; es preciso e indispensable que dentro de esta ley estén comprendidas los que conspiran en las ciudades ... (Aplausos.) los que valiéndose de las garantías que les otorga nuestra Carta Magna se ocupan de hacer aquí propaganda revolucionaria, de pegar en nuestras principales avenidas los cartelones inmundos que predican la traición y el odio.

En los momentos actuales las tendencias del Gobierno han sido hasta ahora las de conciliar los ánimos, quizá de conciliarlos demasiado como no lo merece todo un hato de traidores, que de esa manera llamo yo a los reaccionarios... (Aplausos.) para los cuales, señores diputados, ni ahora ni nunca debemos tener conmiseración, porque si México sigue gobernado por los traidores, como había sido gobernado hasta antes del régimen constitucionalista, si los traidores siguen imperando en todas partes, entonces si parecerá nuestra raza, entonces si perecerán nuestras instituciones, entonces sí parecerá toda esperanza, todo ideal que tenga el pueblo que no ha hecho otra cosa que soñar la esperanza de que llegue un día en que se haga justicia.

Ya digo, esa ley es deficiente. Aquí deben estar comprendidos los militares que desoyendo sus deberes, sus más sagradas obligaciones, lejos de dar garantías, asesinan, violan, matan o en cualquiera otra forma violan las garantías individuales. (Aplausos.) Si toda la Nación lo sabe, por qué ocultarlo, porque lo vamos a ocultar nosotros; es justicia que todo el pueblo se convenza, y que nosotros mismos demos les para refrenar aquellos individuos que tratan de quebrantar los ideales del pueblo mexicano; debe comprender, como decía yo, a aquellos individuos que en el seno de las ciudades están conspirando... (Aplausos), pero debe eximir a aquellos individuos que por hambre en un camino real, o en unas sementera, toman unas cuantas mazorcas porque no tiene qué comer, porque no tienen pan para llevar a su familia. Se me decía que no hemos expedido ninguna ley que viniera a beneficiar a ese pueblo; sí, señores diputados, ya hemos expedido algunas y tenemos en cartera muchas más que muy pronto van a ser discutidas y probablemente a aprobarse. Allí están para la clase obrera que venía ayer quejosa, dando gritos de protesta, con ideas inspiradas por la Reacción, que venía a quejarse ante esta H. Representación de que los industriales los trataban mal; ¡no hemos discutido ya, señores diputados, que el Ejecutivo pueda incautarse de las fábricas y pueda dar trabajo a todos esos obreros?

Allí tenemos nosotros, porque la hemos presentado nosotros los miembros de la Comisión Agraria, las leyes relativas a las tierras ociosas, ya está presentada y se discutirá dentro de muy pocos días; allí tenemos la ley de reglamentación de la Ley de 6 de enero, que también ha sido presentada por un grupo de diputados socialistas y liberales, entre los cuales tengo el honor de contarme. Ya estamos trabajando en el palenque de lo altos problemas nacionales, ya estamos tratando con todo nuestro esfuerzo de resolverlos ¿Pero mientras que los resolvemos vamos a esperar sentados, sin dar a ese Gobierno constitucional lo que tiene derecho a pedirnos, si él comprende que es una necesidad imperiosa la suspensión de las garantías individuales? Sus razones tendrá para ello y una muestra de solidaridad para ese Poder, y una muestra de confraternidad en llevar adelante los anhelos populares, debe ser la aprobación de la Ley de Suspensión de Garantías individuales, precisamente para demostrar al Encargado del Poder Ejecutivo que si somos capaces de venir a esta tribuna a censurar algunos actos que tal vez ejecute o ejecuten sus subordinados, también somos capaces de darle las leyes que él mismo solicita, cuando estas leyes son necesarias y que redunda en bien de la República, cuando estas leyendo son necesarias, cuando son perfectamente justificadas por los hechos y por las circunstancias.

Yo, uno de los humildes miembros del Partido Liberal Constitucionalista, que nos preciamos de

venir a hacer no una labor de oposición a outrance, sino un labor honrada, la que ha hecho siempre el Partido Liberal de la República, señalar algunas de sus deficiencias con buena fe, con sana intención, como se le señala a un compañero o a un hermano sus mismas deficiencias, yo también vengo a ser el primero, antes que ningún diputado ministerial, en apoyar la Ley de Suspensión de garantías individuales. Se me dice que siempre que se ha dictado una ley de Suspensión de Garantía esta ley ha sido el anuncio de la caída de los gobiernos; este es un hecho absolutamente falso; cuando estos gobiernos han estado constituidos bajo la base de los ideales que los han llevado al poder. Si el gobierno del señor Madero, a pesar de la ley de Suspensión de Garantías individuales, y digo a pesar porque no fue a causa de ella, sino apesar de ella, cayó, esto se debió, ciudadanos diputados, no a que cayera por la ley, sino a que aquel gobierno no esta constituido de acuerdo con los ideales que lo habían llevado al poder, aquel gobierno había fracasado porque no había uniformidad de criterio, no había tendencias fuerte y decididas en favor de los idéales que lo habían llevado al poder; pero nosotros durante el régimen preconstitucional nos hemos sostenido perfectamente; más todavía, hemos llegado al triunfo con la ley de Suspensión de Garantías individuales.

Así en que no es esta una razón, es una razón que cae como un castillo de naipes ante la sola consideración que acabo de exponer; ningún gobierno, sean cuales fueren las leyes que se expidan, siempre que estas leyes están de acuerdo con las circunstancias, caerá por efecto de estas leyes, siempre que cumpla con los ideales de aquellos que le han elevado al poder, es decir, siempre que cumpla con su cometido, manifestado claramente al verificarse el triunfo en los comicios. Por todas estas circunstancias, ciudadanos diputados, y a reserva de que aprobemos todas las mociones necesarias para que esta ley se amplíe y comprenda todos los casos que debe comprender, vengo a pedir a ustedes que, en lo general, sea aprobada la Ley de Suspensión de Garantías; individualmente, en lo particular, yo mismo, personalmente, voy a venir aquí a combatir muchos de los artículos de esta ley; yo mismo voy a traer adiciones en el sentido en que acabo de expresar; pero creo que es una muestra de nuestra colaboración, hacia el Poder Ejecutivo, creo que es una muestra de fraternidad de nosotros, colaborar en el Gobierno de la República, y creo, por último, que es una consecuencia de nuestros principios revolucionarios darle al Gobierno amplias y plenas libertades, para que, si acaso no puede consolidarse, nosotros no tengamos en absoluto ninguna culpa, porque hemos dado al representante del Poder Ejecutivo todo aquello que con toda justicia nos ha solicitado para llevar a cabo sus altas obligaciones. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Peralta Miguel.

El C. Peralta: Señores diputados: son tan graves, señores diputados, los síntomas de la enfermedad social que trata de remediarse con este proyecto de ley, que vale la pena perder el tiempo en hacer una especie de resumen o de cuadro de la verdadera situación actual del país. Este resumen deberían venirlo a hacer aquí, en apoyo de la suspensión de garantías, los ciudadanos Secretarios encargados de los ramos de Gobernación y de Guerra; pero ya que ellos no han cumplido con ese deber rudimentario - ignoro yo por que motivo -, es de nuestro deber llamar la atención de la Nación respecto todos los síntomas que se presentan en las diferentes partes de la República, porque si es verdad que en algunas partes de la República, en Chihuahua, por ejemplo, se conocen los síntomas particulares del Estado, en cambio se desconoce lo que pasa en Veracruz, lo que pasa en la región del Istmo, o en la región del Sur. Por eso debemos hacer un análisis cuidadoso de la verdadera situación actual por que atraviesa nuestra República , procurando encontrar también las razones de esos males que están llevando al Gobierno a un terrible predicamento. Si nosotros debemos de guiarnos por las noticias que la prensa - que no creo que debamos guiarnos por esas noticias -, por esas noticias nada más, sí debemos tomar como auxiliares para normar nuestro criterio, las noticias de los diferentes viajeros que de las diversas partes de la República llegan a esta capital, y por estos debemos de creer que la situación es mucho más seria de lo que pretenden hacer creer los individuos que se encuentran en las altas esferas oficiales.

En efecto nosotros tenemos conocimiento de que casi todos los días se asaltan dos o más trenes en diversas parte de la República, tenemos conocimiento de que partidas de hombre alzados en armas se acercan a diversas poblaciones de la República, algunas de ellas de suma importancia, amenazándolas; tenemos conocimiento de que algunos de los jefes de nuestro Ejército han defeccionado, tenemos conocimiento de que abundan las partidas de malhechores en todas partes de la República, tenemos conocimiento de que no hay, en realidad, un solo, estado , una sola Entidad Federativa, en donde no haya centenares o millares de hombres levantados en armas actualmente, contra el Gobierno general de la República, o bien, contra los Gobiernos locales de los Estados; aun aquí mismo, en la capital e la República, estamos presenciando día por día síntomas alarmantísimos de una descomposición general, estamos a merced del primer ratero que se oculta detrás del primer árbol para quitarnos todo lo que llevamos encima, estamos viendo todos los días y a cada momento, que los elementos de la Reacción, que no descansan en su labor de obstrucción al Gobierno, y que no han perdido todavía la esperanza de volver otra vez al festín de la administración, están haciendo toda clase de esfuerzos día por día, para ver de conseguir el desprestigio del Gobierno, de la Nación, para ver de conseguir el triunfo otra vez sus aspiraciones; y cuando nosotros nos encontramos frente a frente de una situación de esta naturaleza , no podemos menos de preguntarnos cuáles son las razones por las cuales el organismo nacional se encuentra en semejante estado de desorganización, y para esto tenemos que hacer una revista de lo que ha pasado durante los últimos años

y de lo que está pasando en los actuales momentos.

Tenemos en el Norte algunas partidas de soldados todavía de los villistas; es verdad que el general Murguía ha manifestado mucho empeño en conseguir el pronto aniquilamiento de esta fracción armada, y hasta cierto punto lo ha conseguido, puesto que ha localizado por completo el enemigo, y raras veces logra salir ese enemigo del Estado de Chihuahua para internarse en algunas partes de la serranía del Estado de Durango, de manera que tenemos en factor, el villismo; debemos tomar también en consideración otro factor que tiene cierta importancia, porque cuenta con muchas simpatías en diversas partes de la República, en todos aquellos individuos que no tienen ninguna confianza en el Gobierno y que desean su ruina; el zapatismo. El zapatismo, por más que se quiera, vive todavía, y vive no solamente en ese Estado infeliz que ha estado en sus manos por más de cuatro años, vive en algunas parte del Estado de Puebla, vive en una región extensísima del Estado de Guerrero, vive en una gran parte del Estado de México y aun se dice que en algunas partes de las Huastecas, hay individuos levantados en armas, proclamando los mismos principios que había proclamado con anterioridad el Plan de Ayala y sosteniendo que son zapatistas en sus principios

Por otra parte, tenemos en la parte del Istmo y parte de Oaxaca, al felicismo, al felicismo que tiene ramificaciones en la mayor parte de las capitales de los Estados, entre los elementos pensantes y entre los elementos pudientes; aquí mismo, en la capital de la República, no cabe la menor duda que está el centro director de esa facción armada. El felicismo, en la parte Sur de la República y del Istmo, está dando mucho que hacer a las tropas del Gobierno, y ya se han mandado contra él cuerpos armados y se ha mandado una gran parte del Ejército, una división cuando menos, y según la voz pública lo hace conocer, en lugar de triunfos ha habido algunas derrotas para las fuerzas del Gobierno, naturalmente sin que esto se pueda comprobar, supuesto que nosotros los diputados, y el pueblo en general, nos encontramos perfectamente a obscuras de la verdadera situación actual de la República.

Por otra parte, debemos tomar en consideración otro factor de mucha importancia y que es contra el que principalmente va encaminada esa Ley de Suspensión de garantías; el bandolerismo, individuos que sin bandera política, que sin principios de ninguna clase, se han agrupado en diferentes partes del país, al derredor de jefes sin conciencia y son los que asaltan trenes, son los que asaltan las poblaciones pequeñas, son los que asaltan a los viajeros y los desvalijan de todo aquello que llevan encima; pero, señores diputados, hay que tomar en consideración otro factor de muchísima importancia, contra el cual yo no quisiera, como verdadero representante del pueblo, que se encaminara esa ley de Suspensión de Garantías, que después de todo, creo que será aprobada por esta Representación Nacional.

Aquí no se trata de levantar en alto, como decía el C. diputado Siurob, la espalda de la Revolución, aquí no se trata de hacer uso del puñal de Bruto, aquí se trata de algo mucho más serio, se trata de algo que no es la reivindicación, que no es ni siquiera la justicia, aquí si se quiere aplicar la ley de Suspensión de Garantías a esta clase de individuos, se cometerá una gran injusticia como sanción a la injusticia que ha provocado el levantamiento de esos hombres. En efecto, señores diputados, ¿Cuáles son las partes de la República en donde más intensa es la revolución en estos momentos? ¿Cuáles son aquellos Estados donde se han agrupado núcleos fuertes de hombre armados? Indudablemente que es en aquellos Estados en donde se ha burlado el voto popular. Si los individuos que han ido a depositar su voto conscientemente, sí saben que han triunfado por mayoría absoluta de votos y si saben que estos votos han sido defraudados; que en lugar de garantizar al voto popular se ha hecho uso de fraudes, esos hombre tienen el derecho de ir a la revolución...... (aplauso) tienen el derecho que nosotros mismos hemos tenido, el mismo que nosotros también llevamos en nuestra bandera cuando fuimos a la Revolución. ¿Por qué, entonces, se trata aquí acaso de aplicar la ley del embudo? ¿Se trata aquí de hacer ver que cuando nosotros lo hicimos estuvo bien hecho y cuando ahora se levantan en Veracruz., en San Luis Potosí, en Coahuila y en México.... (aplausos) y en alguna otra parte de la República, se trata de calificar a esos hombre, con el título de latrofacciosos, con el título con que fuimos calificados nosotros? ¿Se trata de decir que son, como a nosotros se nos decía, simples roba - vacas, como lo fuimos nosotros, se trata de simples bandidos? No, señores diputados, se trata de hombres que conscientes de sus derechos van al campo de la lucha, como nosotros fuimos y como nosotros iríamos en busca de que sean hechos efectivos los derechos que les da la Constitución del país y que les da también el derecho de gentes. Por eso digo que nosotros no debemos obrar aquí con el criterio de la ley del embudo, debemos al contrario, señores diputados, en un lado opuesto para ver contoda clarividencia, para ver con toda ecuanimidad cuales son los males latentes en nuestro país, para ver de darles el remedio oportuno.

El señor doctor Siurob vino a hablar aquí en pro de la ley de Suspensión de Garantía, y, realmente, vino a hablar en contra; el señor diputado Siurob hizo uso de una argumentación muy feliz por cierto, que puso los puntos sobre las íes en muchos asuntos que tenía yo intención de tratar en esta tribuna, y le doy las gracias por haberme ahorrado ese trabajo. El señor Siurob hizo notar un hecho particular: la falta de cohesión, la falta de armonía del Gobierno, los malos procedimientos que se están empleando, procedimientos que tendrán la peor de las sanciones en esta Ley inicua de Suspensión de Garantías, porque nosotros al dar esa Ley de Suspensión de Garantías no haremos otra cosa que calificar de buenos los procedimientos que está empleando actualmente el Gobierno en su esfera política y también en la pacificación general del país, cosa que mi conciencia de revolucionario y de hombre honrado no permite hacer. Por otra parte, señores diputados, consideremos un momento la posibilidad de dar esta Ley de Suspensión de Garantías, ¡A qué extremo nos conduciría!

¡Quiénes serían aquellos encargados de llevar a la práctica esa Ley de Suspensión de Garantía?

El Ejército..... (voces: ¡No, no!) desde luego como primer factor el Ejército no digo como único factor, señores diputados, sino como uno de los principales factores, ¿Y qué es el ejército en estos momentos? Debo decir con toda sinceridad que yo lamento en extremo que ese ejército victorioso con la Reacción, que ese ejército que supo ajustar las cuentas a Victoriano Huerta y que después las ajustó también a Francisco Villa, después del triunfo haya caído en la más ignominiosa de las inmoralidades. En efecto, solamente aquellos que por verdadera obsecación quieran hacerlo, se atreverán a decir que nuestro Ejército es un Ejército digno de llamarse así. Todo lo contrario, señores diputados - con muy honrosas exepciones, por supuesto -, todo lo contrario, el jefe de armas es el principal verdugo de los pueblos, el jefe de las armas es el que le quita la cosecha al pobre que ha estado trabajando en sus campos meses enteros, el jefe de las armas es el que impide la salida de las mercancías para las otras partes del país, si no se le da una contribución especial; el jefe de las armas es el que está imponiendo su criterio en las autoridades políticas, el jefe de las armas es el que está autorizando con su propia inmoralidad, la inmoralidad de sus subordinados, y nosotros, aquí mismo en la capital de la República, estamos viendo escenas que nunca se habían visto antes, que nunca se habían visto en la época preconstitucional cuando la Comandancia Militar de la Plaza existía, ¿Cuándo el general Hill era el Comandante Militar de la Plaza se presenciaron esas escenas? ¿Cuándo había un individuo o individuos que fueran y aprehendieran a otra persona, la llevaran al lugar solitario y allí la fusilaran ignominiosamente para despojarlo de lo que tuviera? ¡Cuándo se había presentado el caso, como se presentó el otro día, en la colonia de San Rafael, que dos o tres militares perfectamente uniformados, tripulando un magnífico automóvil esperaran a una señorita a la salida de su casa, la hicieran subir por la fuerza, la condujeran al lomerío de Santa Fe y allí, como verdaderos brutos, pretendieran hacer uso de ella? ¿Cuándo se había presenciado esto? ¿Cuándo se había ensuciado así el uniforme del Ejercito, cuándo se había manchado la alta institución que llevó a la victoria a la Revolución, de ese modo? Por eso, señores diputados, hay que tomar estas cosas en consideración.

Ayer estuve de visita en el distrito electoral que yo represento y con lágrimas en los ojos algunos de los habitantes de los pequeños pueblos me expusieron cuál es la verdadera situación por que atraviesan; me dijeron cuáles son los abusos del jefe de las armas y me pidieron que votara, como votaré, contra esa Ley inicua de la Suspensión de Garantías, y me dijeron algo más: el Presidente Municipal, cuyo nombre no quiero honrar trayéndolo aquí a esta tribuna, los ha amenazado con la Ley de Suspensión de Garantías, los ha amenazado con hacer uso de esa ley inicua en caso de que no se presten a sostener su candidatura en los próximas elecciones a que serán convocados. Por eso, señores diputados, es que yo me opongo de una manera terminante a esa Ley de Suspensión de garantías, por eso hablo en contra de ella y por eso la ataco también en cada una de sus partes; júzguese de una ley a ver si es posible encontrarlo, será la primera vez en la historia de un país en que se encuentre una solución así, júzguese de una ley que pueda también castigar a los poderosos que pueda también castigar a los hombres de dinero, que pueda castigar a aquellos que desde el periódico o desde sus bufetes están dirigiendo la reacción, por que aquí, señores diputados, ya se ha dicho y casi saldría sobrando el repetirlo, aquí los periódicos ahora lo mismo que en tiempo de Madero, son rebelión, son los que están llevando al ejército a la desmoralización y a pensar en algo en que no había pensado antes; ahí está ese periódico asqueroso que edita don "Gonzalo de la Torta." ¿Saben ustedes cuál es el título que a siete columnas trae en su edición de ayer? Dice que los obreros llevaron en procesión o en manifestación, el cadáver de uno de sus compañeros como una protesta contra los atentados del Ejército.

De esta manera están laborando para que el Ejército se desprestigie cada día más, y para que el Ejército empiece a pensar, como pensó en tiempo de Madero (Risas y voces: ¿Qué acabas de hacer?) En la rebelión, y ya estamos viendo los primeros síntomas, ya hay un general en la frontera que se levantó contra el Gobierno de la Nación.

Por eso, señores diputados, yo creo que en conciencia nadie puede votar esta Ley de Suspensión de Garantías si quiere conservar su propia dignidad, si quiere conservar su propio aprecio, porque yo creo que el hombre que a sí mismo no se aprecia, ha perdido lo más caro que puede tener un hombre. Puede ser que después de dos o tres o meses, de dos o tres años, con la suspensión de garantía venga la pacificación como la sueñan; puede ser que después venga la paz de los sepulcros, pero entonces habría que decir con aquel poeta nacional: "ya ni en la paz de los sepulcros creo." (Risas y siseos.)

Por eso, señores diputados, debemos pensar con seriedad, debemos exigir a los Subsecretarios de los ramos de Gobernación y de Guerra que nos vengan a hacer una verdadera pintura de la situación del país y que nos digan cuáles son los procedimientos que van a seguirse, porque estos que nos presentan en este dictamen no son para ser tomados en consideración; los procedimientos que habrán de seguirse para llevar a la práctica la Ley de Suspensión de Garantías, y entonces se discutirá sobre nuevas bases, porque las que presentan en este dictamen no son para ser tomadas en consideración por una Cámara de hombres libres, por una Cámara de representantes del pueblo. (Aplausos.)

El C. Peña Aurelio: Pido la palabra para una interpelación al orador.

El C. Presidente: Solamente que el orador lo consienta.

El C. Peña: ¿Me lo permite usted?

El C. Peralta: No.

El C. Peña: Pido la palabra, señor Presidente, para interpelar a la mesa.

El C. Presidente: ¿Con que objeto?

El C. Peña: Suplico atentamente a Su Señoría

me haga el favor de decirme el cumplió con lo dispuesto en el artículo 125 del Reglamento.

El C. Presidente: Informo a Su Señoría que habiendo sido aceptada la discusión de la ley por una moción de urgencia, no se hizo la citación con anterioridad; pero inmediatamente que la Asamblea aprobó que se discutiera la Ley de Suspensión de Garantías, telefónicamente se ha citado al C. Subsecretario del Interior, con objeto de que tuviera conocimiento y se presentase si a bien lo tenía.

El C. Peña: Pido la palabra para suplicar a usted me haga el favor de decirme si se ha citado al Subsecretario de Guerra.

El C. Presidente: No, señor; no se citó al Subsecretario de Guerra porque no tenía intervención directa en esta ley.

El C. Secretario Alonzo Romero: Se ha presentado la siguiente moción con el carácter de urgente:

"Señor:

"Los subscriptos diputados someten a vuestra consideración las siguientes proposiciones, para las cuales solicitan la necesaria dispensa de trámites:

"Primera: Constitúyase la Cámara de Diputados en sesión permanente con objeto de aguardar la llegada del C. Secretario de Guerra y Marina, quien deberá presentarse a informar sobre el actual estado militar del país, en relación con la Ley de Suspensión de Garantías que se discute y con fundamento en la parte final del artículo 93 constitucional.

"Segunda: Nómbrese una Comisión de la propia Cámara de Diputados, para comunicar este acuerdo al C. Secretario de Guerra y Marina.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. -México 5 de octubre de 1917 - Aurelio Manrique jr.- M. G. Aranda."

(Aplausos.)

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Si se dispensan los trámites. Está a discusión; los que deseen hacer uso de la palabra...

El C. Rivera Cabrera: Moción de orden. En primer lugar hago presente a la Asamblea que no obstante que yo había pedido la palabra para hablar en contra de la dispensa de trámites que se solicitaba, la presidencia no se sirvió escucharme no obstante de que uno de sus miembros, el señor Secretario presente, me escuchó perfectamente. En segundo término quiero hacer saber a la Asamblea que para la dispensa de trámites se necesitan las dos terceras partes de los presentes en la Asamblea y notoriamente no los había. Reclamo esta votación y pido que se haga el recuento apoyado en el respectivo precepto reglamentario.

El C. Presidente: La Presidencia informa a Su Señoría que respeto a su moción de orden, en primer término no es moción de orden y en segundo término que no se inscribió para hablar en contra de la dispensa de trámites; y respecto al segundo punto, manifiesto a usted que sí hubo no solamente las dos terceras partes, sino casi una nimidad de la Asamblea.

El C. Rivera Cabrera: Yo he reclamado la votación y por lo tanto Su Señoría esta obligada proceder al recuento

- El mismo C. Secretario: La Secretaría se permite manifestar al C. Rivera Cabrera, que ya la declaratoria está hecha; por consiguiente, está a discusión. (Voces: ¡No, no!) La secretaria hizo la declaratoria oportunamente.

El C. Cabrera Luis: Pido la palabra para una moción de orden. Yo no concibo cómo se puede reclamar una votación si no hay una declaratoria; precisamente porque se hizo una declaratoria, cuando un miembro de la Cámara reclama la votación, tiene que tomarse nuevamente.

- El mismo C. Secretario: La Secretaría se permite manifestar al C. Cabrera, que no se ha reclamado la votación; el C. Rivera Cabrera reclamó de la Presidencia no habérsele concedido oportunamente la palabra. (Voces: ¡No, no!) Sí, señores, no ha reclamado la votación.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra, señor Presidente. Yo admiro profundamente el valor civil de la Mesa para asegurar que no fue reclamada la votación, desde el momento en que a toda la votación, desde el momento en que a toda la Cámara le consta que en su oportunidad hice esa reclamación, y habiéndose hecho con oportunidad nuevamente, vuelvo a insistir en que se haga el recuento.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a Su Señoría que es la primera vez que concreta su petición reclamando la votación, y que, por lo tanto, no tiene inconveniente en proceder al recuento de los votos.

- El mismo C. Secretario: Se repite la votación. en votación económica se pregunta si se dispensaron los tramites, en el concepto de que se necesitan las dos terceras partes. Los que estén por la afirmativa de se servirán poner de pie. Se nombra a los CC. Rivera Cabrera y Manjarrez para que cuenten a los que están parados, y a los CC. Paredes Colín y Federico Rocha para que cuenten a los que están sentados.

El C. Manjarrez: Pido la palabra, El señor Rivera Cabrera, autor de la moción, está convencido de que hay mayoría absoluta y me autoriza para que lo manifieste a la Mesa.

El C. Secretario: La Mesa manifiesta al C. Manjarrez, por conducto de la Secretaría que habiendo reclamado la votación el C. Rivera Cabrera y siendo reglamentario nombrar a las personas para que cuenten el número de votos, no puede revocar su decisión.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra. Para informar que sí hay mayoría.

El C. Presidente: Manifiesto a Su Señoría que ahora tiene la Mesa que cumplir con el precepto reglamentario. (Aplausos.)

El C. Rivera Cabrera: Con todo respeto me permito manifestar al C. Presidente que él no tiene la potestad cuasi divina de penetrar en mi pensamiento y adivinar sí he hecho el recuento o no de la votación. Debe bastarle mi palabra y darle crédito, porque no tiene derecho a pensar lo contrario.

El C. Presidente: Suplico a Su Señoría el diputado Rivera Cabrera, que se sirva informar el número exacto de los que están de pie.

El C. Rivera Cabrera: Noventa y cinco en pie. (Risas.)

El C. Manjarrez: 98 son los ciudadanos que están de pie.

El C. Secretario Alonzo Romero: El resultado es: de pie 98, sentados 38; por consecuencia se aprueba la dispensa de trámites.

El C. Rocha: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Juan de Dios Robledo.

El C. Robledo: Señores diputados: He pedido la palabra en contra de la moción presentada por el C. Manrique y otro diputado, por dos razones: primero, porque bajo el punto de vista legal, quien debe informar y actuar en el caso de esta ley es el Ministró de Gobernación, a cuyo ramo pertenece, y segundo, porque el Ministro de la Guerra no podría conveniente y políticamente venir a informar en la Cámara, en sesión pública, sobre el estado militar que guarda la nación. Hay asuntos delicados que es imposible poner a la consideración del público y ya que el C. diputado Peralta ha hecho intemperantes e inexactas declaraciones sobre el estado de la República, no debemos nosotros ni podemos provocar que el público se entere de las explicaciones del Ministró de Guerra. (Aplausos.) Yo sé que de venir desvanecería gran parte de las aseveraciones exageradas y quizá mal intencionadas del C. Peralta; pero no podrá venir, ni debe venir a informar en público de un ramo tan delicado como es el de la guerra, cuando estamos aún en un tiempo de lucha contra la Reacción; por eso pido que de plano, por el criterio legal y por la conveniencia política, por el criterio de sentido ordinario o de sentido común, sea rechazada la moción del C. Manrique y compañeros. (Aplausos.)

El C. Presiente: El C. Manrique tendrá la bondad de apoyar su proposición. (Siseos.)

El C. Manrique: Señores diputados: Daríamos una prueba de imperdonable y punible ligereza si siguiésemos adelante en esta discusión sin escuchar antes un informe de labios tan autorizados como los del Ministró de Guerra sobre la situación militar del país. Claro está , mi petición no lo dice en ninguna de sus partes, que no hemos de pedir al Ministró de la Guerra que no nos informe de aquello que no deberá informarnos, debe informarnos sencillamente... (Siseos.) debe informarnos sencillamente de todos aquellos datos que crea necesarios para ilustrar esta cuestión a debate. Yo no se cómo el compañero Robledo y también el compañero Méndez afirmaban que el ministro de Guerra es absolutamente ajeno a esta discusión.

El C. Robledo: No he dicho eso.

El C. Manrique, continuando: ¿Qué importa que la ley sea materia de la Secretaría de Estado del Interior? Indudablemente que la expedición de esta Ley de Suspensión de Garantías esta en intima conexión, está estrechamente unida al estado militar del país; si el estado actual de nuestro país se halla muy distante de la pacificación, claro está que esto y solamente esto puede justificar poderosamente la expedición de esta que esto y solamente esto puede justificar poderosamente la expedición de esta Ley de Suspensión de Garantías. ¿Cuál es si no, el argumento principal, el argumento fundamental de los oradores del pro? Que el estado militar del país es muy grave, que se halla nuestro país en estos momentos muy lejos de su necesaria y deseada pacificación. Entonces ¿Cómo hemos de oponernos a escuchar de labios del Ministro de la Guerra los datos que creo pertinentes? No lo vamos a obligar a revelar secretos militares que sólo tenderían a empeorar la situación; no, queremos obligar al Ministro de la guerra; lo único que solicitamos es que nos suministre todos aquellos datos que juzgue pertinentes, y sólo ellos, para ilustrar esta cuestión. De otra manera cometeríamos una imperdonable ligereza. Ya que aquí hacemos cargos que debemos suponer sinceros bien fundados como los hacen los diputados Rivera Cabrera y Peralta, seria por lo menos absolutamente carente de equidad si al lado de los reproches que han hecho los CC. Rivas Cabrera, Peralta y Siurob, y que harán seguramente algunos otros ciudadanos diputados, no escucháramos también al testigo de descargo que el Ministro de la Guerra. No queremos, lo repito, revelaciones secretas militares, pero sí saber lo que puede llamarse la verdad oficial, una declaración del Ministro de la Guerra, a quien, por otra parte, tenemos pleno derecho de llamar a informar; a la parte final del artículo 93 constitucional, que ya invocamos para llamar al Subsecretario de Hacienda, don Rafael Nieto, a propósito de la presencia en esa Secretaría de los norteamericanos Kemmerer y Chandler, nos faculta clara y expresamente para proceder como lo pido. Dice este artículo, que por lo demás debéis saber de memoria. (Risas.) "Cualquiera de las Cámaras podrá llamar a los Secretarios de Estado para que informen cuando está discusión..." (Voces: ¡Eso no es de memoria!) ¿Y qué importa al C. diputado González que me apegue yo al texto mismo de la ley, si no vario el texto constitucional en ningún detalle esencial? "Cualquiera de las Cámaras podrá citar a los Secretarios de Estado para que informen cuando se discuta ley o se estudie un negocio relativo a su Secretaría."

Ahora bien: ¿tiene o no tiene conexión? Yo quisiera que algún C. diputado lo afirmara así, categóricamente: ¿Tiene o no tiene conexión? la Secretaría de Guerra, los asuntos de ella encomendados, con la suspensión de garantías Si alguien sostiene esta tesis victoriosamente, entonces yo seré el primero en retirar la proposición; entretanto, ella queda en pie, es justa, es legal, es razonable, es prudente el llamar al Secretario de Guerra para que nos informe sobre el estado actual del país.

El C. Secretario Alonzo Romero: En votación económica se pregunta si está suficientemente discutida. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Está suficientemente discutida. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se aprueba.

El C. Presidente: Continúa la discusión de la Ley de Suspensión de Garantías, y estado presente el C. Subsecretario del Interior, tiene la palabra para informar a nombre del Ejecutivo.

El C. Aguirre Berlanga Manuel: Señores diputados: La misma naturaleza de los preceptos de

la ley de Suspensión de Garantías, que en calidad de minuta viene a este H. Cámara de parte de la de Senadores, dan desde luego luces sobre la situación y sobre los móviles que tuvo el Ejecutivo de la Unión al presentar la iniciativa contra los incendiarios, plagiarios y salteadores de caminos. Es público y notorio el número de asaltos a mano armada que constantemente se suceden en los distintos Estados de la República y aun en la capital.

Nadie ignora tampoco, porque la misma naturaleza, como dije al principio, de los preceptos de la Ley nos indican la necesidad urgente de tomar medidas para salvar a la sociedad de todos los malhechores que sin conciencia van contra la tranquilidad de la sociedad, contra el orden, contra la ley. En un período no mayor de dos meses ha habido no menos de diez a doce asaltos a los trenes y voladura de los mismos; en esos asaltos los bandoleros llegan cometer hasta el crimen de asesinar a los inocentes; después de robar han cometido hasta violaciones y atentados groseros al honor de las personas.

Tampoco nadie ignora, porque es público, el que en las rancherías y en las ciudades pequeñas, en los pueblos, se cometen robos y asaltos contra las personas, validos muchos de los delincuentes de la situación en que se encuentra el país y aveces hay, que decirlo desde luego, no precisamente para defender al Ejército, porque a él no le es imputable el cargo artero de esos asesinos, visten el traje militar para cometerlos; pero sin miembro del Ejército, sin ser soldados del Ejército Constitucionalista (aplausos), que han peleado y han derramado su sangre por establecer en la República Mexicana los principios de justicia, por establecer la libertad y conseguir el imperio de las leyes; ese Ejército del pueblo, es Ejército formado por ciudadanos formados que abandonaron todo: hogar, familiar y comodidades, que s se lanzaron a la lucha ofrendando heroica y desinteresadamente sus vidas y su sangre para volver a la República al Régimen Constitucional. (Aplausos.)

El coronel Peralta, cuyo proceder me extraña de masiado, no está en lo justo. Diariamente se calumnia al Ejercito Constitucionalista, sin duda porque hombres sin conciencia, criminales y rateros vulgares, y reaccionarios, recurren a la estratagema de usurpar el nombre de nuestro militares y vestir el glorioso traje de Constitucionalista para cometer sus fechorías y hacer aparecer a los militares como responsables de todos esos delitos. Hay algunos soldados y algunos jefes militares malvados; pero éstos constituyen la excepción. Todo el mundo sabe, señores diputados, que es una ardid, que es una estratagema contra el Gobierno y contra las instituciones; que todos los reaccionarios procuran siempre atacar no solamente a los miembros del Poder Público, sino a los sostenedores de las instituciones, como lo es el Ejército. En esta ocasión el Ejército del pueblo, el Ejército de ciudadanos armados, que habiendo hecho a un lado todas sus comodidades y sólo guiador por la consecución de un principio sublime han derramado su sangre, han impuesto y han restaurado y reconquistado los derechos de la sociedad y las instituciones de la República. Precisamente los que hayan sido miembros del Ejercito Constitucionalista, entre los cuales según sé, alguna vez ha pertenecido el señor diputado Peralta, deberían ser más cantos y no venir a imputar un cargo tan ignominioso como injusto al Ejército de la República Mexicana.

La mayor parte, no diré la mayor parte, creo que todos los casos de robo que se han referido, de los asaltos que se atribuyen a soldados o jefes del Ejercito Constitucionalista, son cometidos por bandoleros, rateros y delincuentes que para despistar a la policía se cubren, se visten con el uniforme del ejército constitucionalista.

Desgraciadamente en la actualidad, por razones económicas y por la premura del tiempo, no se ha reorganizado el Ejército en la forma debida y, por consiguiente, tampoco se ha uniformado; no existe un traje que pueda distinguir el verdadero miembro del Ejército, del que no lo es; y sólo para cometer sus fechorías se valen de esa estrategia, por el estado actual de la República, por la actitud que han tomado los enemigos del Gobierno y de las instituciones republicanas y por las enemigas de la Revolución Constitucionalista y de sus principios, recurriendo a todos los medio para hacer cuanto esta a su alcance con el propósito malvado de minar la solidez del Gobierno y de procurar que no exista la tranquilidad social, así como impedir que los negocios públicos y privados se desarrollen debidamente. Se ha hablado aquí de unas proclamas sediciosas; nadie ignora que se ha escrito folletos contra la Constitución y también que no se desconoce que la bandera de los enemigos del Gobierno y aun a los traidores de la patria, han consistido en negar la legalidad de la Constitución y considerar que no existe ley, y que, por tanto, son ilegítimos todos los poderes de la Unión y de los Estados.

Ahora bien, para castigar y, en consecuencia, poner todas las medidas necesarias que remedien los males y a efecto de que sirviendo de ejemplo se eviten los atentados y, la comisión de delitos contra las personas y contra los intereses sociales, son indispensables leyes como la presente que, saliéndose de los moldes ordinarios, de los moldes que solamente con para las épocas normales, procuren y consulten procedimientos adecuados que nos lleven a conseguir el fin de castigar rápida y prontamente a los responsables y librar a la sociedad de todos los gérmenes, de todos los miembros que son una ramera para su existencia y un enemigo constante de su tranquilidad.

La ley consulta la aplicación de pensar severas y la suspensión de determinadas garantías para los salteadores de camiones, para los plagiarios, para los incendiarios y para los que vuelan los trenes. Estos delitos, en la actualidad debido al incremento del bandidaje, son numerosos,. Generalmente las sociedades se procuran y se consultan remedios fuertes, remedios eficaces, remedios prontos contra todos aquellos actos delictuosos, y que estén creciendo en tal naturaleza, que sean una amenaza, una amenaza a la tranquilidad, una amenaza que probablemente sea acaso causa de males muy superiores que debemos prevenir, si a tiempo, oportunamente, no se toman esas medidas de rigor, medidas enérgicas, medidas indispensables en situaciones

como la presente. En tesis general este es el estado de la República, y son lo los motivos además de los que vienen en la misma iniciativa, por los cuales el Ejecutivo de la Unión ha consultado la suspensión de garantías y la aprobación de la iniciativa de ley contra los delincuentes a que he hecho mención hace un momento. Sobre algunos casos concretos, sea en el momento, o sea mediante el termino indispensable para conseguir los datos que yo no pueda proporcionar, tendré el gusto de informar a los miembros de la Comisión o a los señores diputados que lo deseen, (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Uriel Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: "Las Prerrogativas de las Aguilas" escritas por de la Parra Palavicini, han resultado nada, más bien, algo en pro del Ejército, comparado ese artículo con las diatribas que lanzó el coronel Peralta en contra del Ejército, (Aplausos.) Esas " Prerrogativas de las Aguilas," no llegaron a pintar absolutamente nada que se comparara con lo que asentó aquí el mismo coronel, ¡Qué pronto se le olvidaron las heroicidades de ese Ejército formado por el pueblo! (Aplausos.) ¡Y tiene razón! Ese Ejército Constitucionalista saló de la gente ranchera, de la gente del pueblo y no de los ministros evangélicos, (Aplausos.) De ahí su falta de ilustración y esa la causa por la que ahora el coronel Peralta, habiendo pertenecido al mismo Ejército, ahora lo vilipendia. Yo me he sentido indignado al oír cómo calificó el señor Peralta a ese Ejército que siempre ha sido abnegado y que sigue siéndolo. ¡Ya se olvidó de cuando él también fue jefe de armas y estando suspensas las garantías, durante la época preconstitucional, indudablemente que aplicó esa espada de que ahora se asusta!

¿Cuántas veces la prensa de la capital nos llevaba a los de provincia, que a mucha honra tengo serlo, y cosa que me echaba en cara un periódico mendaz que se llama "Retención," y que es de los principales que está sosteniendo la Reacción en la capital de la República. (Aplausos.) ¡Cuántas veces, digo, ese periódico reaccionario que a todos los ámbitos del país está llevando su voz en contra de la Revolución Constitucionalista: cuántas veces, repito, la prensa de la capital nos llevaba, no solamente noticias, sino fotografías de cómo se aplicaba la suspensión de garantías a rateros y no rateros! Y eso no fue ayer, fue en la época en que estaba en servicio activo el coronel Peralta. El, ahora se asusta de que se pida la suspensión de garantías. Dice un adagio vulgar que:

"El pensar diferente, pues es..... pensar diferente." (Risas.)

Este Ejército abnegado y que lo sigue siendo, porque si alguna vez cometió algunas tropelías, algunos atentados, no ha sido precisamente por ley, ha sido instigado por las Reacción, porque también es cierto que dentro de ese grupo, dentro de ese Ejército hay muchos reaccionarios, eso todo el mundo lo sabe, ¿Y por qué el coronel Peralta sobre ese Ejército viene a lanzar aquí cargos tremendos, como los que acaba de lanzar? ¿Por qué? ¿Qué él pertenece hoy, porque no está en servicio activo, a ese Ejército? No, señor Peralta, no todo esta todavía podrido en Dinamarca, hay mucho todavía de bueno, y en verdad, y en verdad, y en verdad os digo.... (risas), que vosotros tenéis la culpa, que vosotros tenéis la culpa de lo podrido que hay dentro de ese Ejército. (Voces: ¡Bien! ¿Quiénes? ¡Pruebas! ¿Nombres! Campanilla.) Durante el periodo preconstitucional, señores, cuando estaba en vigor la supervisión de garantías, la República se vío, no por un día, sino por varios meses, en un estado completamente de paz; se podía transitar por todos los caminos, se podía dormir tranquilamente en todos los poblados, y estaba en vigor la suspensión de garantías. ¿Hoy, por qué se nos viene aquí, como nos dice el diputado Cabrera, de garantías, es porque están próximos a caer los gobiernos? No es cierto, señores, porque cuando en el período preconstitucional estuvo en vigor la suspensión de garantías, entonces fue cuando mas fuerte estuvo el Gobierno, fue cuando por todos los ámbitos de la República se podía transitar, se podía vivir tranquilamente. Como decía el diputado Siurob, y eso es muy cierto, señores, dice que el período constitucional...... o mas bien entiendo que no decía él eso, quizá esta sea una idea nueva mía a vieja..... (Risas.) Desde que el período constitucional sentó sus reales en la capital de la República, y sí decía el diputado Siurob que había sido prematuro, desde entonces, señores, la República se ha visto envuelta, como ahora está, en un caos, Como nos acaba de decir el señor Subsecretario de Gobernación.....

El C. Ramírez G. Benito, interrumpiendo: ¡No tengo miedo! ¡Dilo con buen modo, allí esta el Subsecretario del Interior!

El C. Avilés, continuando: Yo no tengo por qué hacerle la barba al Subsecretario del interior, porque ni siquiera acostumbro ir a visitar los Ministerios, como lo hacen muchos de los que se hacen llamar enemigos del Gobierno u oposicionistas y no salen de allí, ¡Desafío al Secretario del Interior y a todos los Ministros, para que digan si alguna vez el diputado Avilés ha legado a mendigar un pedazo de pan!

Todos los días se asaltan trenes, se roba y se mata, pero ninguno ha puesto el dedo en la llaga: no es precisamente allá, en el campo rebelde, donde está la dirección de esos atentados; no es allá donde se fraguan los asaltos; donde se hace toda esa labor es aquí, en la capital de la República; es aquí donde está el semillero de la Reacción y donde todos los reaccionarios de todo el país han venido a reconcentrarse.

Aquí es donde día a día, noche a noche, hora a hora y minuto a minuto, salen correos, y aun mensajes, indicándole al bandolero cuál es el tren que debe asaltar; aquí, señores, precisamente aquí, es donde esa prensa mendaz, de un modo velado, indica diariamente al enemigo lo que debe hacer ¡Debe acallarse a esa cloaca, y a esa infinita podredumbre de mochos, de retrógrados y reaccionarios, que continuamente están conspirando contra el Gobierno! Sobre esos es contra los que debemos ir, a ellos hay que sacarlos, no tenerles compasión. Vemos a un hermano de Macedo, a un licenciado Macedo apoyado incondicionalmente por un Juez de Distrito, para que se suprimiera la publicación del "Archivo de la Reacción;" allí está la

Reacción en ese juez venal que quizá - y hay que decirlo muy alto -, comprado por algunos pesos del rico Macedo, había puesto la justicia a su servicio, con objeto de que no se siguiera conociendo todo lo malo de los reaccionarios ¿Y por qué no decirlo, señores? ¿Ahora vemos que anoche acaba de llegar otro reaccionario de alta talla..... (Murmullos), anoche acaba de llegar otro reaccionario de alta talla, cuyo nombre por aquí tengo.....(Voces: ¡Pablo Escandón!) Pablo Escandón, señores; se le tomó, se le llevó un rato a la comisaría, se dijo: están sus papeles en regla, y en libertad. ¿Y qué viene a hacer don Pablo Escandón con sus millones? Pues nada más a conspirar contra el Gobierno, no viene a otra cosa. ¿Qué instrucciones traerá de allende el Bravo, donde están allá todo ese cúmulo de reaccionarios, donde se bulle Calero, donde se bullen todos esos y donde ha sido siempre ese don Pablo Escandón un satélite de ellos? ¿Qué no traerá para los reaccionarios de acá?

Y si el diputado Siurob no me deja mentir, me decía el sábado: "Compañero: Ayer en mi hotel me fue a decir un individuo que se estaba fraguando un complot, que él se comprometía al siguiente día a decirme los nombres;" eso me dijo el sábado el diputado Siurob y así, señores, todos los días se conspira contra el Gobierno. Eso de que el uniforme militar se usa, pues es un uso corriente, señores; todos los pillos que no pertenecen al Ejército lo usan, porque con él siempre aparecen impunes, ¿Pero por qué vamos a culpar al resto del Ejército, que en su mayoría es honrado? En verdad, sí, señores; hay unos que sí son bandidos, pero esos no son los Constitucionalista, esos no son los hombres que han sacrificado su hogar, que han sacrificado familia, que han sacrificado interese, esos bandidos son los que han siempre estado esperando al sol que nace. (Aplausos.) ¿Por qué vamos a culpan al Ejército? Como esa protesta muda que hicieron ayer los obreros de la capital paseando el cuerpo de uno de sus miembros por todos los cuarteles, ¡por qué vamos a culpar a ese Ejército cuando no se ha comprobado que los asesinos de ese trabajador hayan sido soldados Constitucionalista? ¿Por qué vamos a lanzar esa mancha sobre el Ejército glorioso que hizo morder el polvo a Huerta, que hizo morder el polvo Villa y que hará morder el polvo a todos los reaccionarios habidos y por haber? (Aplausos.)

Yo lamento que el coronel Peralta haya venido aquí a arrojar esa mancha sobre ese victorioso Ejército que ha sabido ser abnegado! ¡Cuántas veces ha tenido tres, cuatro y más semanas sin un centavo de haber y ha sabido sostenerse siempre en las trincheras e ir de cara a desafiar el peligro! ¡Y todavía se nos dice que no dictemos la suspensión de garantías, que no aprobemos esa ley, porque se va a matar a muchos inocentes, porque muchas palomitas andan asesinando y robando por hambre; muchas palomitas asesinan, violan y matan por hambre! Pues que trabajen, la República es muy extensa para que arranquen el pan de la tierra que, según la Escritura, debe tenerse con el sudor de la frente. Eso debe saberlo el diputado Peralta.

La verdad de las cosas es que se va al campo a robar, a volar trenes, y no por hambre, sino porque el arado que dignifica pesa más que el rifle que mata; el arado pesa, y eso de ir a regar el suelo con el sudor de la frente es muy duro; el rifle es más liviano; no hay comparación entre decir: "la bolsa o el dinero" y preparar el rifle, a labrar la tierra para de ella obtener el sustento por eso hay muchos bandidos. Todos los días leemos en ese periódico de escándalo, mendaz, que se llama "Redención," que da asco tomarlo en las manos, pero que tiene mucha influencia entre las chusmas de bandidos; todos los días dice: "El Gobernador zutano acaba de destruir la siembra de X, y así por el estilo. Yo señalo a esa prensa como la más responsable de todo los acontecimientos que se están sucediendo, porque esa prensa lleva la valentía a todas las chusmas. ¿Cómo no se hace una labor de oposición honrada, cómo no se señala, cómo no se le dice al Gobierno: "Esto es lo que debes hacer;" pero con un modo mesurado; ¿Cómo no se tiene el valor de acercarse al Ministro X, al Ministro Z, al Presidente de la República y decirle con valor civil: "Tú estás haciendo mal, vengo a darte este consejo, porque te estás hundiendo;" y no con articulejos, no en un papelucho inmundo lanzar tres o cuatro insultos sobre cualquier hijo de vecino. (Risas.) Ya eso cansa señores, la historia nos lo está enseñando desde hace mucho tiempo: Don Sebastián Lerdo, aquel gran Presidente que dejó, que soltó a la prensa y que siempre que le iban a enseñar un artículo contra él decía aquella hermosa sentencia: "Los errores de la prensa se combaten con la prensa." y quiénes eran los que le hacían la oposición a don Sebastián Lerdo, si no eran los porfiristas? ¿Y quiénes fueron los que lo hicieron caer si no fueron los porfiristas? ¿y quiénes fueron los que anduvieron como principales figuras en el gabinete de don Sebastián Lerdo, si no fueron todos aquellos periodistas mendacen que habían estado atacando de un modo ruin y terrible aquel gran hombre?

¿Qué sucedió en la época del apóstol Madero, que también con su buen corazón dejó en libertad a los periodistas? ¿Y cómo se le ponía en todos esos "papasales" que inundaban la capital de la República? Y él, con su buen corazón y tal vez mal aconsejado, dejaba que aquellos individuos siguieron atacando de mil modos a su Gobierno; ¿Y quiénes fueron los primeros hombres que ocuparon los primeros puestos en la usurpación huertista, si no fueron esos periodistas mendaces que habían estado atacando al Presidente Madero? Eso es lo que busca indudablemente ese papasal de "Redención," para que si mañana, por desgracia, llegase a caer el Gobierno del señor Venustiano Carranza, ir a ocupar estos individuos uno de los ministerios. esta es la historia de todas las épocas, señores; la oposición, cuando no es oposición sana, no se hace nada más por hacer, no se hace por el bien general, sino que se hace por el bien propio; la oposición, señores, cuando es sana sí es sana, porque alguien decía: "Acoge el consejo del enemigo, porque ese consejo será bueno;" pero esos consejos que lanzan estos individuos todos los días por todos los ámbitos de la

República, no son buenos consejos, son consejos que llegan a un fin, son las avanzadas de la Reacción que están disfrazadas con el ropaje de revolucionarios, ¡Y qué chulos revolucionarios!

Don Venustiano Carranza, en reciente conferencia que tuvimos en él, nos decía: "Es verdad que hay muchos hombres malos dentro de la Revolución, pero también es cierto que hay muchos hombres buenos; hay muchos que comienzan, ¡óiganlo bien! por ser patriotas y acaban por ser ladrones. Cuando llamo a un jefe y le quito el mando de fuerzas porque está cometiendo desmanes, ese es un enemigo más que tengo." Ahora, alguien decía, -parece que era el señor Peralta -, que la imposición de algunos gobernadores en los Estados había traído levantamientos y que no era justo que a esos trastornadores del orden les aplicáramos la Ley de Suspensión de Garantías. Sepa el señor Peralta que el Estado de Michoacán es uno de los que están en revuelta y que el Gobernador fue electo por el voto popular... (Voces: ¡Pruebas!) allí no hubo imposición de ninguna naturaleza; nos decía también que Coahuila está en revuelta. Puedo yo asegurar que ese Estado estarían en tranquilidad si los levantados en armas en esa región lo estuvieran por cuestión de imposiciones. Todo candidato que no sale electo es un enemigo que tiene el que sí salió y que tiene también el Estado, la Revolución y el Ejecutivo. Eso lo estamos viendo todos los días y hay muchos y yo podría mostrar pruebas de que varios de los candidatos a gobernadores que han salido derrotados, son los primeros que han fomentado la Revolución; y el mismo señor Peralta lo decía hace un momento, en los Estados donde los han derrotado.

Esa es falta de patriotismo; si vemos que la patria se está debatiendo en un lago de sangre; se vemos que esta dolorida patria, está perdiendo todos los días centenares de hijos, ¿Por qué, por no ir a satisfacer una ambición ruin, por no irnos a sentar a una silla gubernativa, por ese simple hecho vamos a llevar otra vez al pueblo a que se mate? Eso sencillamente es ser mal mexicano, señor Peralta.

Yo estoy de acuerdo en que todo aquel que trastorne el orden público, yo estoy de acuerdo en que debe castigársele con todo el rigor de la ley y así lo estamos viendo todos los días, señores, no ha habido un gobierno en toda la República en que el contrario diga que salió electo, siempre salió derrotado; todavía nos decía que el señor Peralta: "Como se ha burlado allá en los Estados el voto popular, por eso se han lanzado a la lucha." ¿Y qué diría el señor Peralta de esta Cámara, donde también se burló muchas y muchas veces el voto popular? (Aplausos.)¿Qué diría el señor Peralta cuando a un señor Mares con siete mil y tantos votos que traía, se le arrojó de esta Cámara para que entrara otro con cuarenta y tantos votos? ¿Eso era o no burlar el voto, señor Peralta? Y, sin embargo, dice el señor Peralta que no hay que castigar a aquellos que se lanzaron a la lucha, porque se ha burlado el voto popular. ¿Qué diría, vuelvo a repetir, de esta Cámara, donde muchos de los que están sentados en las curules, no están por el voto popular. (Aplausos. Voces: ¿Cuáles, quiénes? ¡Nombres!) Si esos nombres en vez de pedírmelos aquí a mi se toman la molestia de pedirlos allá a los distritos por donde salieron electos, no tendrán inconveniente esos distritos en ir dando nombre por nombre. Y es triste, señores, no se me puede quitar la idea de esos ataques que se vienen a hacer al Ejército. ¡Qué pronto los hombres nos volvemos ingratos!, ¡Qué pronto la pasión nos cega....(risas. Voces: ¡Ciega!), Como ustedes quieran, es igual.(Risas.)

Yo estoy de acuerdo de que en la Ley de Suspensión de Garantías deban incluirse dos artículos más. Uno de suspensión de garantías para todos los periódicos mendaces y de escándalo..... (aplausos) y el otro de suspensión de garantías para todos los politicastros que, dentro de la capital, con especialidad, están conspirando día y noche contra la integridad de la Revolución. A esos debe castigárseles de un modo severo y duro. Ya no es un misterio entrar a un café o a cualquiera parte donde no haya tres o cuatro mequetrefes que, a tambor batiente, hablan en contra del Gobierno; ya no es un misterio que en cualquier rincón de cualquier conducta se encuentren tres o cuatro conspiradores; eso es moneda corriente. Y aquí va, óigalo bien el Inspector General de Policía, una censura para él, porque la policía de todo se ocupa, menos de vigilar a esa caterva de reaccionarios conspiradores que hay en la ciudad de México. (Aplausos.) Yo no soy apasionado del Gobierno, ni soy ministerial tampoco.....

El C. González Marciano, interrumpiendo: ¡Peralta dice que sí!

El C. Avilés, continuando: ¡Peralta, Peralta, Peralta!.....Si no ha tenido empacho en venir a denigrar al Ejército, menos lo puede tener para decir que yo soy ministerial..

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Sois un buen chico! ¡Seguid! (Voces: ¡Es un achichincle!)

El C. Portes Gil: Habiendo transcurrido la media hora reglamentaria, se pregunta si se concede permiso al orador para que siga hablando. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Sí se concede. (Voces: ¡Duro con Peralta!)

El C. Avilés: Vociferaré o continuaré, como dice el diputado Manrique; pero creo que estoy en mi más perfecto derecho de decir aquí lo que siento, como vino a decirlo el señor Peralta. Únicamente me resta, para concluir, señores, pedir a la Representación Nacional que apruebe este dictamen, porque, en verdad, es salvador; que apruebe este dictamen, porque con esto deben temblar todos los malvados. Yo tengo aquí en mi bolsa un anónimo que me pusieron indudablemente los reaccionarios, diciéndome que hiciera testamento, porque había venido aquí....(Aplausos, risas), Porque había venido aquí a apoyar la suspensión de garantías. (Risas.)

¡Y todavía el señor Peralta dice que no hay que castigar a esas palomitas.... (Risas), Que todavía hay que tenerles conmiseración! No, señores, no se roba por hambre, porque el hambre no ha llegado a su máximum....(Risas. Voces: ¡Máximo!).... Es que el hambre no ha llegado a su colmo, señores, si así quieren ustedes; se roba por el solo hecho de querer robar; se roba por el solo de querer hacer mal; se roba, porque todos aquellos

hombres están instigados también por la Reacción, porque, tras esos hombres está la Reacción. Aquí, señores, cada comerciante, cada vendedor, cada individuo de esos que trafican con la miseria del pueblo, es un reaccionario. Me abismaba ver la proposición, quién sabe que día, de un señor edil, de un señor municipal que había propuesto en el Ayuntamiento que iba a vender la azúcar barata, que en la parte "X," allí todos fueran a proveerse de azúcar barata al módico precio de sesenta y cinco centavos kilo.... (Risas.)

El C. Peña, interrumpiendo: Y cuando iba uno ya no había.

El C. Avilés, continuando: .....Y según me dice aquí el compañero (señalando al C. Peña), cuando fueron ya no había y valdría noventa centavos. (Risas.) Vemos que otro edil también propone la venta de quién sabe qué tantos miles de zapatos a precios de fábrica. Dice: "Vamos a vender zapatos a precios de fábrica," que no están al alcance de los pobres, porque los zapatos que menos valen, valen cinco y siete pesos y no están al alcance de los pobres. (Voces: ¿Y cuándo van?) Cuando van, indudablemente que ya valen diez pesos.

Esa es la labor que hace todo el comercio de la capital; el comercio de la capital por ende, es reaccionario, no de hoy, ¿Desde cuándo viene poniendo obstáculos para la vida del pueblo? ¿Desde cuándo viene elevando día a día las mercancías a un precio que no está al alcance de todos? ¿Y por qué? También aquí va un reproche para el señor Presidente del Ayuntamiento. Porque no ha tenido el valor suficiente este señor (Que parece que es un general y que ha sido también un revolucionario), De poner un hasta aquí a toda esa caterva de reaccionarios sinvergüenzas que están explotando a la clase pobre. Así vemos fuera de las puertas, en los portales y en todas partes, una infinidad de chiquillos y de mujeres, todos escuálidos y muriéndose de hambre; y que, en cambio, unos cuantos sinvergüenzas se están enriqueciendo, como por ejemplo, los detallistas de carne. Hoy leí en el periódico que en el Rastro la carne vale doce o quince centavos kilo y que en la ciudad se vende a setenta y cinco centavos y aún a peso..... (Voces: ¡No exagere compañero!) ¿Por qué el Presidente Municipal no se fija en todo eso, con objeto de ayudar al pueblo?

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Al grano!

El C. Avilés, continuando: Dice el C. Manrique que al grano, y cuando él viene va a todas partes menos al grano.

Creo que sin resabios de ninguna naturaleza debe votarse esta Ley de Suspensión de Garantías, porque traerá indudablemente el bienestar para la República; así veremos como muchos de esos sinvergüenzas que ahora dicen y tornan, volverán a sus cubiles, como vuelven las víboras venenosas. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Se suspende la discusión de la Ley sobre Suspensión de Garantías, en vista de que hay un asunto que se va a tratar en sesión secreta; pero antes se va a conceder la palabra al C. Aguirre Escobar para rectificación de hechos. (Voces: ¡Está ausente! ¡A votar, a votar!) Se concede entonces la palabra al C. Juan de Dios Robledo con el mismo objeto. (Voces: ¿Ya llegó el C. Aguirre Escobar!) Tiene la palabra el C. Aguirre Escobar.

El C. Aguirre Escobar: Señores diputados: El Sábado anterior, no estando en el salón de la Cámara de Diputados, vino el diputado Basánez a hacer una rectificación de cargos que yo le había dirigido, fundado en hechos que constan a la Cámara. En el desarrollo de su discurso y para hacerme aparecer como un individuo indigno de ocupar un asiento en este Congreso, me acusó de villista y para justificarse se trajo a cuento lo dicho por Cándido Aguilar en el Congreso Constituyente. Como este es un punto que pudiéramos llamar histórico, toda vez que se refiere a un hecho que consta en libros que relatan acontecimientos de la Revolución y que constan también en el "Diario de los Debates" del Congreso Constituyente y como probablemente mañana en algunos otros libros que se escriban haciendo historia de la Revolución; solamente por lo que tiene de histórico el punto, he querido venir a ocupar la atención de la Asamblea para poner las cosas en su sitio, hablando claro y diciendo la verdad.

Era el 29 de noviembre de 1916... (Voces: ¡Y sin embargo llovía!)... cuando se presentó a debate la credencial del muy ilustre señor don Heriberto Barrón, (Siseos.) Por un sentimiento de patriotismo, (Voces: ¿De quién?) De Heriberto Barrón, (Siseos.) Porque la casualidad había hecho, que yo me encontrase algo documentado sobre la conducta de Barrón y su procedimiento durante la época del huertismo, creí de mi deber oponerme a la aprobación de aquella credencial y tomé la palabra en contra. En el curso de mi peroración para atacar a Barrón de mejor manera y con mejor éxito, tuve que establecer ciertos puntos de comparación para hacer resaltar más lo execrable de la figura de ese político nefasto para el país. Como he dicho, en el curso de mi peroración tuve que referirme a ciertos elementos que rodean, que rodeaban entonces al entonces Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y hoy Presidente de la República, don Venustiano Carranza; entre los elementos aludidos, entre los hombres que puse como tipos de comparación para poder medir la figura de Barrón, le tocó en suerte a ese señor que se llama don Manuel Amaya y que es jefe del Protocolo. Don Cándido Aguilar - que yo no sé qué negocios sucios, porque Manuel Amaya no puede tener un negocio bueno, un negocio honrado -, para sostener a su colega se levantó de su curul, cuando en cierto momento le interrogaba yo sobre la veracidad de mis cargos a Heriberto Barrón, y con una pose propia de un "Pepe el Tranquilo," se levantó diciendo: "Señores, yo hablaré después, porque el señor Aguirre Escobar no tiene derecho de hablar así." ¡Como si un hombre como yo y como yo cualquiera de ustedes no pudiera decir verdad sin la venia de Cándido Aguilar. Terminado mi discurso, después de hechas las comparaciones con Amaya, Natividad Macías y otro ser racional de esos, subió a la tribuna don Cándido y dijo: "El señor Aguirre Escobar no es un

hombre honrado, Aguirre Escobar no es un revolucionario, Aguirre Escobar es un infidente" y otras cosas; ustedes las oyeron por boca del diputado Basáñez.

Pues bien, era el 29 de noviembre... (Voces: ¡Y sin embargo llovía!) faltaba un día para que terminaran las sesiones previas del Congreso Constituyente y se entrara a la sesión del Congreso general; el 30, en la mañana, con motivo de la credencial del diputado Martí, quise hacer la rectificación para que la Asamblea, en aquella disyuntiva, en aquella afirmación y en aquella negación viera quién era el hombre que se producía con verdad y cuál el embustero, puesto que no podía haber dos que al mismo tiempo dijeran verdad o mentira. Cuando pedí permiso a la Asamblea para hacer aquella rectificación, puesto que no era el asunto a debate, el asunto, la credencial del cubano Martí; al pedir permiso, repito, para hacer aquella digresión, los diputados de la derecha se opusieron, y nadie me habría impedido a que lo hiciera, puesto que habría hablado aunque no hubiera sido con la venia de ellos, pero mis compañeros de la izquierda, aquellos que eran mis iguales, me rogaron que no hablara, por patriotismo, puesto que faltaban unas cuantas horas para terminar las sesiones previas. ¡Desde ese día estoy sufriendo las fatales consecuencias de no haber hablado entonces! Sin embargo, en la noche, al terminar las sesiones previas, sin que nadie hiciera presión y sin que nadie insinuara a Cándido Aguilar para que hiciera rectificación, él de su espontánea voluntad hizo la rectificación del hecho, consta en el "Diario de los debates" Esa es la relación de los hechos.

Ahora vamos a la verdad. El general Aguilar dice que Aguirre Escobar es un infidente y que yo fui a Veracruz a tratar de cohecharlo. Cuando la Convención de Aguascalientes, mejor dicho, cuando la Convención de México, representé a mi jefe Luis Gutiérrez. Ordenado el traslado a Aguascalientes, fui en cumplimiento de mi deber, sin importarme el peligro. Terminados nuestros trabajos, regresé a México, y cortadas las comunicaciones, no pude incorporarme a mi jefe, pero estuve con él. Estando en México, se ofrece la salida a Puebla; salgo, llego a Puebla y fuimos aprehendidos Rodríguez Cabo, Contreras, el telegrafista Becerra y yo.

Llegados al puerto de Veracruz el 14 de enero, fuimos presos el 15, y el 25 de enero se ordenó que se viera en Consejo de Guerra nuestra causa. Una hora faltaba para que se llevara a cabo el Consejo de Guerra, cuando va la orden del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, ordenando que se suspendiera todo procedimiento. En ese momento llegaban nuestros abogados defensores y nos dijeron: "Más vale así; estaban condenados a muerte el señor Rodríguez Cabo, el señor Contreras y el telegrafista Becerra; el teniente coronel Aguirre Escobar está absuelto de toda responsabilidad." el general Cándido Aguilar, al hacer la imputación aquella en el Congreso, la hizo con toda la malicia, con todo el doblez que le es característico a ese político perverso y de pose; y tan es así, que voy a demostrarlo; por eso he dicho que más que por mí, por asentar la verdad en un acontecimiento histórico. Voy a permitir suplicar a la Presidencia que la Secretaría dé lectura a esta sección de servicios, de comisiones especiales, de esta hoja de servicios de Luis Gutiérrez, firmada por Luis Gutiérrez, porque creo que nadie podrá poner en duda su lealtad al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista entonces y Presidente de la República hoy.

El C. Bandera y Mata, interrumpiendo: Bueno, lo de la catedral. (Risas.)

El C. Secretario Aranda: "Comisiones especiales que ha desempeñado.

"El 17 de julio de 1914, al ocuparse la plaza de San Luis Potosí, y después de haber desempeñado el puesto de Jefe de Estado Mayor, fue comisionado para estudiar las leyes Agraria y del Trabajo. Con esta misma fecha fue nombrado jefe de la Oficina de Bienes Intervenidos, permaneciendo al frente de ella hasta los últimos días de septiembre. El 1o. de octubre fue comisionado para representarme en la Convección de México, primero, y después en la de Aguascalientes, habiendo permanecido en dicha comisión hasta el retiro de los GG. generales Obregón, González y algunos altos jefes, es decir, hasta la disolución de la Convención, fecha en que regresó a la ciudad de México. Debido a la interrupción del tráfico, no le fue dable incorporarse a las fuerzas de mi mando. Durante todo este tiempo el coronel Aguirre Escobar permaneció fiel a la causa constitucionalista y en constante comunicación telegráfica conmigo."

El C. Aguirre Escobar, continuando: Creo, señores diputados, que la opinión de Luis Gutiérrez, ese rudo soldado que no tiene, como dice Espinosa Mireles, los refinamientos de la gente culta, pero que tiene siempre entereza como hombre para enfrentarse contra las tiranías y para cumplir con su deber, merecerá la atención y el aprecio que se merece. Para justificar a la Asamblea, y que no se vea que es un dicho mío, lo que vengo a exponer aquí, voy a permitirme interrogar al ciudadano Presidente de esta Mesa, para que él, que era Secretario de la Comandancia militar de Veracruz, diga si no es cierto que el fiscal, al terminar sus conclusiones, pedía la absolución mía, que no le agradezco, pero estoy citando hechos. Señor Sánchez Pontón, ruego a usted diga si es cierto.

El C. Presidente: Es enteramente exacto.

El C. Aguirre Escobar: En tal virtud, entre dos individuos que afirmábamos y negábamos en el Congreso Constituyente, hay uno que miente, y quien ha mentido es Cándido Aguilar. No me extraña que el señor diputado Basáñez venga a citar la opinión de Cándido Aguilar como la voz de la Divina Providencia, nada de extraño tiene que un individuo como Basáñez, venga a decirnos que el diputado Cándido Aguilar dijo esto o lo otro, y que al decirlo, como que bajó el Espíritu Santo a santificarlo. No quiero que al hacer esta aclaración de hechos, porque yo no diré como pude salir absuelto en Veracruz, no sé que razones tuvo Luis Gutiérrez para poner esto en mi hoja de servicios, la que me mandó expresamente de Saltillo; no quiero, digo, que al hacer esta aclaración, se me tenga en el concepto de carrancista, porque esa no ha sido mi intención, sino sólo referir un hecho: al quedar con Luis Gutiérrez, no fui a buscar a Carranza como el principio mismo, sino que,

en medio del maremágnum, del desorden de la lucha, él representaba la fracción fue que mejor encarnaba los principios revolucionarios en la práctica; no veía otro horizonte: estaba con Carranza, puesto que con él estaba Luis, que era mi jefe. Si de algo sirve esta justificación, quiero que la tengáis para que me consideréis simplemente como un revolucionario, sin adherirme a ningún ismo, y sin que me creáis carrancista, villista, zapatista o gutierrista, sino solamente revolucionario.

En cuanto al cargo de villista, lo tomo bajo dos aspectos: el primero, el malo, la acepción mala, tomo yo el cargo de villista por los elementos malos que ha tenido esta facción y lo que ha hecho precisamente que se tuerzan los elementos buenos que puede haber en ella; ¿Pero por qué el diputado Basáñez viene a hablar de una manera tan despectiva contra esa facción que, errada y todo, porque es error, porque Villa jamás puede ser un símbolo, porque no son más que reaccionarios los que están detrás de él, por qué viene a hablar en ese tono despectivo de una facción de hombres que podrán tener sus errores, pero que, comparados con Basáñez no sirve para nada.....? (Siseos.) ¿Qué viene el señor Basáñez a tratar de criticar la conducta de hombres que han sido valientes, que si no han vencido, ha sido porque no tienen razón, porque no tienen justicia, porque no les asiste el derecho?

Hizo, además, el diputado Basáñez el cargo de que yo había.....(voces: ¡Catedral! ¡Catedral!), desalojado la Catedral de San Luis Potosí. Pues se asusta de muy poco el diputado Basáñez. ¡Qué bien se ve que si ha andado en la Revolución, lo disimula mucho! Muchas veces los jefes no tienen la culpa de lo que hagan los soldados y los oficiales, y más en una época de revuelta, en que no se puede tener la disciplina, porque no se tiene con qué pagárseles a los soldados. Yo lo desafío a que justifique su cargo: aquí está precisamente mi hoja de servicios, para probarle lo contrario. Creo que estará satisfecha la Asamblea..... (Rumores. Voces: ¡Sí, sí!) Creo que la imputación del señor y ese valor que le viene a dar a la opinión de ese soldado de chocolate..... (Risas), Que se llama Cándido Aguilar, no tendrá el valor que quiso darle. Yo entiendo que el águila laureada, o el Aguilar estrellada del general Cándido Aguilar, le falta mucho todavía para justificarla en su cabeza, y que hay muchos soldados de la Revolución que no se han arrastrado nunca a los pies de nadie y que por eso están todavía postergados, teniendo más méritos, siendo más revolucionarios que él. Para terminar, señores..... (Murmullos.) Voy a terminar: al iniciarse las sesiones de este Congreso, tuve la honra de ser nombrado entre el grupo de diputados que forman la Gran Comisión, como su Presidente. En esos días la mayor parte de los diputados se acercaba a sus compañeros de la Gran Comisión, para insinuarles que deseaban formar parte de alguna de esas comisiones, que deseaban servir en algo, porque su misión, su deseo, todo, había sido venir a servir a la Patria en este Congreso. Entre los individuos que de una manera más marcada e insistente se insinuaron para tener comisión, fue el diputado Rubén Basáñez. ¿Y qué comisiones creen ustedes, señores diputados, que insistía el señor, ilustre diputado por Veracruz, quería desempeñar?

El C. Montes Federico, interrumpiendo: ¿La Presidencia de la República?

El C. Aguirre Escobar, continuando: No, señor; Hacienda y Presupuestos. Cuando alguna vez se le decía: " Pues en otra Comisión," no, respondía: Hacienda y Presupuestos. ¿Yo qué creí, señores?, que la insistencia de él obedecía a dos cosas capitales que deben influir siempre en el ánimo de un hombre cuando pide el desempeño de una Comisión: buena fe, deseos de servir al pueblo y competencia.

De la buena fe yo no quiero juzgar, pero la Cámara sí puede juzgar de la segunda parte, la Cámara ha visto la competencia del señor Basáñez y omito decir una palabra, porque estoy leyendo en los ojos de cada uno de los diputados qué opinión tienen tan triste del señor Basáñez, como Presidente de la Comisión de Presupuestos. Con motivo del nombramiento del señor Basáñez para esta Comisión, un diputado de Sonora, no me acuerdo, o de Sinaloa, no sé de qué parte, me decía: "Señor Presidente de la Comisión, yo no sé por qué veo algo malo, algo negro en la insistencia del señor Basáñez en formar parte sólo de la Comisión de Presupuestos de Hacienda;" yo le contesté: "tal vez no tenga usted razón, tal vez la competencia del señor Basáñez es lo que le insta a formar parte de esa Comisión;" pero, ¡ah, señores; que transcurren tres meses, que se viene la cuestión del papel infalsificable y entonces el ilustre financista... (Risas y voces: Financiero) enseñó la carta y se va por las calles de Capuchinas buscando marchante para la opinión, para el voto que el pueblo veracruzano le había dado, para que lo viniera a representar. En estos momentos procuro la documentación escrita y procuro rectificar la opinión verbal de algunos compañeros de Comisión y de algunos diputados de este Congreso para hacer la acusación en debida forma por el cohecho o el nombre que tenga en el tecnicismo jurídico, por el delito que ha cometido el señor Basáñez, por estar insistiendo en formar parte de una Comisión de Hacienda para venir a vender aquí su voto; esto ya tendré ocasión de probarlo aquí en este Congreso.

Así pues, yo creo que he hecho la rectificación positiva, clara, concisa. Creo que si he venido a traer estos papeles mugrosos aquí, es contra mi costumbre, señores, porque nunca me gusta andar rectificando hechos con papeles, ni con recomendaciones, ni con el dicho de nadie. Yo quiero que si alguien me cree, me crea después de haberme conocido, no por papeles ni por certificados de nadie. Y en cuanto al diputado Basáñez yo emplazo a la Asamblea; estoy ahora precisamente en el momento de conseguir la documentación necesaria para pedir su proceso por cohecho.

El C. Presidente: Se levanta la sesión pública para entrar en sesión secreta. Antes se va a dar lectura a la orden del día.

El C. Ramírez G. Benito: Pido la palabra para la rectificación de un hecho.

El C. Presidente: Se le concederá mañana a Su Señoría.

El C. Basáñez: Pido que se me anote para mañana.

El C. Secretario Aranda: La orden del día para la sesión de mañana es: "Continúa la discusión del dictamen que consulta el proyecto de Ley de Suspensión de Garantías."

El C. Presidente: Habiendo tenido noticia la Presidencia de que el C. Rafael Márquez, diputado a esta Legislatura, ha sufrido la pérdida de su esposa, se nombra en Comisión a los CC. diputados Lizalde, Luna Enríquez y Esparza Cuauhtémoc, para que le hagan presentes las condolencias de esta Asamblea.

El Jefe de la Sección de Taquigrafía,

JOAQUIN Z. VALADEZ.