Legislatura XXVII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19171026 - Número de Diario 43

(L27A2P1oN043F19171026.xml)Núm. Diario:43

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, VIERNES 26 DE OCTUBRE DE 1917

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

PERIODO ORDINARIO XXVII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 43

SESIÓN DEL COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS CELEBRADA EL DÍA 25 DE OCTUBRE DE 1917

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Es desechado el segundo punto resolutivo del dictamen de la 3a. sección y de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, relativo a las elecciones celebradas en 7o. distrito electoral del Estado de Michoacán.

3. - Sucede lo mismo con el tercer punto resolutivo de dicho dictamen.

4. - Es aprobado el dictamen de la 4a. Sección de la Comisión Revisora de Credenciales, relativo a las elecciones celebradas en el 7o. Distrito Electoral de San Luis Potosí.

5. - La Comisión presenta modificado su dictamen referente al 7o. Distrito de Michoacán, siendo discutido. Se rechaza la 1a. de sus proposiciones y se aprueba la 2a. Vuelve el dictamen a la Comisión:

6. - Esta lo presente nuevamente modificado, poniéndose a discusión. Se levanta la sesión por falta de "quórum."

DEBATE

Presidencia del C. SIUROB JOSÉ

(Asistencia de 146 CC. diputados.)

El C. Secretario Aranda: De conformidad con el artículo 18 del Reglamento, se invita al C. Siurob José a que presida esta sesión, mientras viene el C. Presidente o alguno de los CC. Vicepresidentes.

(El C. Siurob ocupa la Presidencia.)

- El C. Presidente, a las 4.20 p.m. Se abre la sesión del Colegio Electoral.

El C. Secretario Aranda: "acta de la sesión de Colegio Electoral, celebrada por la Cámara de Diputados, el día veinticuatro de octubre de mil novecientos diez y siete.

"Presidente del C. Luis Sánchez Potón.

"En la ciudad de México, a las cuatro y diez y siete de la tarde del miércoles veinticuatro de octubre de mil novecientos diez y siete, con asistencia de un treinta y cinco CC. diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Aranda, se abrió la sesión.

"El mismo C. Secretario, leyó el acta de la sesión celebrada el día ocho de agosto último, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.

"El referido C. Secretario Aranda, dió cuenta con el dictamen de la tercera sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, relativo a las elecciones extraordinarias para diputados, propietario y suplente, al Congreso de la Unión, por el 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán, que termina con los siguientes puntos resolutivos:

"Primero. Es diputado propietario por el 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán, el C. Celerino Luviano.

"Segundo. Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. licenciado Marcelo Pineda."

"Una vez a debate, el C. Martínez de escobar, pidió se separara la elección del diputado propietario de la del suplente, a fin de discutirlas aisladamente; el C. Aguirre Colorado, hizo una moción de orden; la Presidencia, aclaraciones, y otra moción de orden el C. Neri; siguieron aclaraciones de la Presidencia y del C. Avilés; el C. Sánchez Tenorio, pidió se repitiera la lectura del dictamen; la Presidencia hizo nuevas aclaraciones, y el C. Alonzo Romero, como miembro de la sección dictaminadora, solicitó permiso para retirar el dictamen y presentarlo reformado. Concedido dicho permiso se presentó el dictamen, modificados sus puntos resolutivos en esta forma:

"Primero. Son válidas las elecciones de diputados al Congreso de la Unión, celebradas en el 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán.

"Segunda. Es diputado propietario por el 7o. distrito electoral del Estado de Michoacán, el C. Celerino Luviano.

"Tercero Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. licenciado Marcelo Pineda."

"El C. Martínez de Escobar, pidió que la sección ponente fundara la validez de las elecciones; el C. Neri hizo una aclaración y otra la Presidencia.

"El C. Alonzo Romero, paso a la tribuna para fundar el dictamen.

"Puesto a discusión el primer punto resolutivo de dicho dictamen, el C. Aguirre Colorado, usó de la palabra para rectificar un hecho, en seguida, el C. Avilés, habló en contra, y proporciono unos documentos que leyó el C. Secretario Aranda; el mismo C. Avilés, Dirigió interpelaciones a los CC. Neri y Guajardo, quienes contestaron.

"Presidencia del C. Jesús López Lira.

"El C. Alonzo Romero hizo rectificaciones, a las que siguieron otras del C. Avilés; el C. Martínez de Escobar habló en pro del punto resolutivo a debate, y después de aclaraciones del C. Cano y de la presidencia. El C. Avilés, impugnó la validez de la elecciones de que se trata.

"Presidencia del C. Luis Sánchez pontón.

"En pro usó de la palabra del C. Olivé, quien contestó una interpelación del C. González Marciano, y otras dos de los CC. Aguirre Colorado y Cámara: el C. Manrique rectificó hechos y después eludió la respuesta a una interpretación del C. Olivé. Este contestó una pregunta que le hizo el C. Ruiz Juan A., el que también interpeló a la diputación de Oaxaca, contestando por ella, el C. Montiel; siguieron aclaración del mencionado C. Olivé, y habló en contra el C. Andrade, quien solicitó la lectura de un telegrama, que hizo el C. Secretario Aranda. Se concedió la palabra, en pro, al C. Cabrera, Y éste se excusó de hablar en tal sentido por la razón que expuso.

"En votación económica, se consideró suficientemente discutida la proposición relativa a la validez de las elecciones. Acto continuo, el C. Alonzo Romero hizo aclaraciones, así como la Presidencia; y como se tratara de votar económicamente dicha proposición, el C. Alonzo Romero reclamó el trámite: siguieron mociones de orden de los CC. Avilés y Chapa y nuevas aclaraciones de la Presidencia. El C. Alonso Romero, apoyado por varios CC. diputados, solicitó votación nominal para resolver el punto discutido; y después de mociones de orden de los CC. Aguirre Colorado, Neri y Manrique, de la lectura del artículo 158 del Reglamento, que llevó a cabo el C. Secretario Magallón y de aclaraciones de la Presidencia, se recogió la votación nominal solicitada por el C. Alonso Romero, la que produjo un resultado de setenta y ocho votos de la afirmativa, contra setenta y tres de la negativa, declarándose, en consecuencia, que quedaba aprobada la primera proposición.

"Puesta a discusión la segunda, hablaron en contra y en pro, respectivamente. los CC. Martínez de Escobar y Gaitán, siendo éste interrumpido por una interpelación del C. Pruneda.

"La Presidencia manifestó que la Secretaría informaba, que no había quórum, en vista de lo cual, se leería la orden del día para la sesión siguiente, y se suspendería la presente. Dicha lectura fué hecha por el C. Secretario Aranda, y acto continuo, a las siete y cincuenta de la noche, se cerró la sesión."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie, Aprobada.

Presidencia del C. SÁNCHEZ POTÓN LUIS

El C. Secretario Portes Gil: Está a discusión la parte segunda del dictamen, que dice: " Es diputado propietario por 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán, el C. licenciado Celerino Luviano."

(Voces: ¡No, no! ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Andrade Cayetano.

El C. Andrade: Señores diputados: En vista de la manifestación hecha por la Asamblea, parece que en el ánimo de todos ustedes está la convicción de que el señor Celerino Luviano no debe formar parte de esta Representación. En esa virtud, voy a exponer muy brevemente las razones por las cuales he pedido la palabra en contra de esta elección. La Ley Electoral expresa claramente que una de las causas de nulidad de las elecciones es la presión, y por el telegrama a que se le dió ayer lectura por la secretaría, ha llegado a vuestro conocimiento que las fuerzas del general Rentería Luviano guarnecían el distrito de Huetamo el día de la elección; mas como quiera que ya la Asamblea decretó ayer que las elecciones eran válidas, queda, sin embargo, por examinar, el punto de vista político que, todo buen sentir, la Asamblea dijo que debe de ser antes que el punto de vista legal. El C. Luviano vino a presentarse al Congreso, a la XXVI legislatura, ya en pleno período huertista, en el mes de abril, y nada se podría objetar acerca de este hecho. Está demostrado palmariamente ser este señor un perfecto reaccionario, dando su apoyo al usurpador, votando favorablemente por el empréstito de libras esterlinas. (Voces: ¿Cuántas, cuántas?), doscientos.(Voces: Millones, Millones.)

Por esta razón, tanto desde el punto de vista legal como desde el punto de vista político, debe declararse nula la elección del ciudadano Celerino Luviano.

En cuanto a sus contrincante, el señor general Humberto Villela, por las Aclaraciones que hizo ayer el diputado Avilés, está plenamente comprobado que fué huertista, y, señores, nosotros admiramos, aun en los contrarios, la firmeza de convicciones, y todas aquellas personas de la dictadura porfiriana que aún continúan en sus convicciones antirrevolucionarias, nos merecen en cierto modo, respecto por su firmeza de principios; pero nos pasa lo mismo con todos aquellos que van a la cargada, y van procurando las ocasiones de río revuelto, El general Villela, habiendo servido primeramente a la Revolución en Huetamo, luego que vió que ésta, en cierto modo, fracasaba, vino a presentarse al huertismo y combatió a favor de ésta, contra la Revolución durante todo el período de la usurpación. Por esta razón, al pedir que se declare nula la elección de propietario, y si esta Asamblea da su voto en este sentido, al volver el dictamen a la Comisión, que no se reforme en sentido

que se declare al general Humberto Villela como diputado propietario, sino que también a él se le excluya, y de esta manera daremos entrada a alguna de los señores suplentes, que son merecedores de venir a ocupar un puesto a esta Representación Nacional. (Aplausos y voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Isaac Olivé. (Voces: ¿No está !)

El C. Secretario Portes Gil Se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el dictamen. (Voces: ¡Sí, sí!) Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta a la asamblea si se aprueba el segundo punto del dictamen, que dice: "Es diputado propietario por 7o. distrito electoral del Estado de Michoacán, el C. licenciado Celerino Luviano,"

(Voces: ¡No, no!) Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. No se aprueba.

A discusión la tercera parte del dictamen, que dice: "Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. licenciado Marcelo Pineda."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse.

El C. Ribera Cabrera: Señor Presidente Sánchez Pontón: suplico a usted se sirva inscribirme en pro.

El C. Presidente: tiene la palabra en contra el ciudadano Avilés Uriel.

El C. Avilés: Señores diputados: Me ha llamado sobre manera la atención, que la Cámara no haya sido consecuente con las ideas que había demostrado ayer, que todos estaban en pro de desechar la primera parte del dictamen presentado por la Comisión, en lo que se refiere a que deben de nulificarse elecciones en el 7o. distrito electoral de Huetamo. Yo sigo insistiendo sobre que sí se cometieron en ese distrito infinidad de irregularidades a la ley electoral; las pruebas fueron contundentes, porque en verdad, las pruebas presentadas por mí aquí, prueban la tesis de que se violó muchas veces la ley Electoral en Huetamo, y no tenían réplica para la Asamblea; en la votación económica se vió palpablemente que la Asamblea estaba de acuerdo en desechar el dictamen presentado por la Comisión, pero cuando a instancias del diputado Alonzo Romero, se vino a la votación nominal, se vió que ya no estaba consecuente con lo que había pensado primero. Pero, en fin, ha pasado todo ya, y acabáis de desechar la credencial de Luviano como propietario a diputado por el distrito de Huetamo. Ahora he pedido la palabra para hablar en contra del suplente, porque este individuo adolece en su mayor parte, de los mismos vicios de que adolece Rentería Luviano, porque un individuo que en verdad es honrado, ¿cómo es que se va a poner a la sombra de un pillo para sacar avante su candidatura? Hay allí mucha falta la honradez, señores, y un hombre que comienza por ir a cobijarse bajo la sombra de un hombre de los antecedentes de Luviano , no puede ser digno de venir a ocupar una curul en la Representación Nacional. Ahora yo sigo sosteniendo la tesis de que debe desecharse a este individuo, porque está comprendido dentro de la parte legal, porque sí hubo bastantes violaciones a la Ley Electoral en el distrito mencionado. Yo sigo aquí sosteniendo que los habitantes de la Municipalidad de Tuzantla no deben quedarse sin una representación genuina en esta Cámara puesto que es la mayoría de los habitantes de ese distrito electoral. Eso es por un lado.

Ahora vamos a la cuestión de la parte legal, en lo que se refiere a la personalidad del señor suplente de Rentería Luviano. Este individuo no es ciudadano michoacano; aquí , en este expediente, esta una carta subscrita por el que fué Gobernador del Estado de Guerrero en la época maderista (Voces: ¡Lugo, Lugo!), por el senador José Inocente Lugo, donde justifica que dió una pensión a este individuo para que estuviera haciendo sus estudios aquí en la capital de la República. Como es sabido de todos, señores diputados, que en los estados no pensionan más que a los hijos de Estado, luego quiere decir que este individuo no es michoacano (Murmullos), sino que es del Estado de Guerrero. Ahora, más todavía: este individuo no tiene ni siquiera el requisito de vecindad en el Estado de Michoacán, porque ha habitado siempre en un pueblo que pertenece al Estado de Guerrero y que se llama Zirándaro. Cuando fué nombrado Gobernador de Michoacán el Tristemente célebre Rentería Luviano (Siseos), entonces lo llamó para que fuera a acabar de hacerse célebre este individuo allá dándole un puesto en la administración de justicia, que, en obsequio de la verdad, lo hizo muy mal. En el poder Rentería Luviano no duró mas que cuatro meses, y esos cuatro meses fueron los que tuvo de vecindad en Michoacán el referido suplente del tío del ex - Gobernador Rentería Luviano.

Yo me voy a permitir suplicar a la Secretaria dé lectura a esa carta que está aquí del senador Lugo, para la Asamblea se convenza de lo asentado por mi. En cuanto a los méritos revolucionarios del suplente de Luviano, pues, señores diputados, no tiene ningunos. Lo único que ha hecho este individuo es andar pegado con Rentería Luviano, sirviéndole en lo que se puede, pero no ha sido nunca un revolucionario de convicciones ni cosa que se le parezca; siempre ha estado tranquilamente en el pueblo de Zirándaro, gozando de las delicias de aquellos lugares; pero nunca ha sido revolucionario. Por aquí tengo en mi bolsa.....si me hace favor la Secretaria de darle lectura a la carta a que me referí, del senador Lugo, se los estimaría demasiado.

El C. Secretaria Portes Gil: "México, septiembre 14 de 1917. - Señores, general Humberto Villela y don Ubaldo López Celis. - Ciudad. - Muy señores míos: En Respuesta a la atenta carta de ustedes que fechada hoy, tengo la honra de manifestarles: que es verdad que el señor Marcelo Pineda B., de Zirándaro, Estado de Guerrero, disfrutó de una beca en esta Capital, por cuenta del Gobierno del Estado referido, para que siguiera sus estudios de Jurisprudencia, desde el año de mil novecientos diez, pues siendo yo Gobernador Constitucional de esa Entidad Federativa en los años de

mil novecientos once y mil novecientos doce, tuve conocimiento de ese detalle por haber refrenado el acuerdo a la pensión.

"En cuanto a la segunda pregunta de ustedes, referentemente a que el señor Marcelo Pineda B. haya lanzado su Candidatura para diputado del XXVI Congreso de la Unión, por el Octavo Distrito Electoral del Estado de Guerrero, no me consta ese antecedente, en virtud de que. Los trastornos interiores de dicho Estado, no permitieron que se verifiquen las elecciones en el distrito aludido. - J. I. Lugo."

Como acaban de oír ustedes, señores diputados, aquí tenemos una prueba de que el ciudadano suplente de Luviano no es ciudadano michoacano. Existe también en este expediente un mensaje del Gobernador de Michoacán, donde se hace constar que este individuo tenía cuatro meses de residencia en el referido Estado, y por tal circunstancia no puede se el representante del distrito de Huetamo, y más cuando para ello fué flagrante la imposición de los Rentería Luviano que, como asenté ayer y seguiré diciéndolo siempre que se pueda, que son unos caciques que han pasado sobre ese pueblo desde hace más de cincuenta años. ¿Cómo le vamos, a dar entrada aquí en la Cámara, señores diputados, a un individuo que va y busca una alianza con un hombre de los antecedentes de Rentería Luviano, con un hombre que tuvo la desfachatez de presentarse aquí en la época más álgida de periódo de Huerta para seguir sosteniéndolo en el poder, con un hombre que tuvo la desfachatez de haber aprobado el empréstito que pedía a Inglaterra del usurpador Huerta? Yo no creo que sea honrado un hombre que va tras de un hombre de los antecedentes de Rentería Luviano. Yo decía hace un momento, y aquí tengo otro documento que, aunque no está autorizado como sería de desearse, habla muy claro de la verdad de las cosas que sucedieron en Huetamo. Estos son unos datos que me dió un ciudadano de Huetamo y dice en su segundo punto:

"2o. El señor Pineda debe ser rechazado también, porque su elección adolece de los mismos vicios iguales e inmorales que la del licenciado Luviano. y porque de aceptarse se daría el caso de que un ciudadano guerrerense en pleno ejercicio de sus derechos cívicos, viniera a representar al pueblo michoacano se alega en favor de Pineda que cuando nació, pertenecía a Michoacán el pueblo en que viera la luz primera, pero desde que ese pueblo pasó a ser del Estado de Guerrero, Pineda ha gozado y ha sido tratado como guerrerense, y tanto que el Gobierno de Guerrero le dió una pensión como a hijo de ese Estado para que siguiera sus estudios en esta capital, y, por último, lanzó su candidatura a diputado al Congreso de la Unión en 1912 por el distrito de Mina, Guerrero. No puede ser diputado por Michoacán, un ciudadano guerrerense que carece del requisito de vecindad en el Estado de Michoacán."

Señores diputados, acabáis de dar una prueba de verdadera honradez revolucionaria desechado al candidato Rentería Luviano y debemos dar otra prueba de justicia revolucionaria desechado al suplente Pineda, porque adolece, casi en su totalidad, de los mismos vicios de que adolece Rentería Luviano. (Murmullos.)

Si queréis....(Campanilla.) Pues no sé de que modo, no sé qué hiciera yo para hacerse oír, señores diputados; por eso es que a la ahora de dar su voto cada ciudadano lo da, pues, casi de un modo inconsciente, porque cuando viene aquí el orador, parece que está predicando en el desierto, (Risas) y esto es de lamentarse, señores diputados, por que hay veces que muchos oradores vienen aquí muy bien intencionados y con razones que convencerían a los más incrédulos, pero que dado el poco caso que se hace, pues resulta que como suben así se bajan, la Asamblea vuelve a quedar como está, si haber oído nada. (Risas.) Yo esto lo lamento. señores diputados, porque debían, siquiera por el público que viene a vernos aquí, tener una poca más de compostura y una poca más de atención a los diputados que abordan esta tribuna. No es un juego de muchachos, señores diputados, esto de estar discutiendo la credencial de un presunto diputado; esto en un juego de hombres y atañe mucho a la Representación Nacional y al bienestar de la República. (Voces: ¡Bien, bien!) Yo no quiero cansar la atención de los señores diputados, porque, en verdad, pues no han prestado ni atención y no sé qué atención les cansaría; (Risas) pero me voy a concretar pidiendo a la Asamblea que haga justicia revolucionaria con el candidato Pineda, tal como acaba de hacer con el candidato Luviano. (Voces: ¡Muy bien! ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Alonzo Romero: Señores diputados: Faltaría yo a mi deber si no pusiera todos los medios para que esta Asamblea se diera cuenta de cómo está planteado el dictamen y cómo debe encaminarse la discusión. Hay tres puntos capitales: el punto legal, el requisito constitucional que se le exige al candidato de ser originario del Estado de Michoacán, y el requisito de vecindad. La cuestión legal no sé si habrá algún ciudadano diputado que venga a combatirla, pero conforme a los asuntos que constan, conforme a las pruebas que existen en el expediente y conforme a los puntos en que se basó la Comisión para fallar en este sentido, habiendo cumplido con todos los requisitos que esa misma Ley Electoral exige, el C. Pineda tiene la mayoría de los votos: eso por una parte. Como consta en el dictamen, trae el señor Pineda mil setenta votos, y no cabe duda, en vista de todas las boletas que se han nulificado, que en el terreno legal este señor obtuvo esa la mayoría. Pero no es eso el punto capital, señores diputados, el punto que verdaderamente constituye la piedra de toque, es si el señor Pineda es o no originario del Estado de Michoacán, Me voy a permitir hacer historia ligera sobre este punto, para que Vuestra Soberanía se dé cuenta de la parte jurídica de las cuestión y después los señores diputados que estén más al tanto de este asunto, que lo discutan de una manera serena y juiciosa; se trata nada menos de lo siguiente: el señor Pineda nació en Zirándaro, un pueblo que entonces pertenecía al estado de Michoacán, 1988; en 1906 este pueblo dejó de pertenecer al Estado de

Michoacán y paso a pertenecer al estado de Guerrero. Este es el punto jurídico, señores diputados, no sé hasta qué punto el señor Pineda es originario o no del Estado de Michoacán. Si se prueba que el señor Pineda es originario de Michoacán sale sobrando el requisito de vecindad, y, por consiguiente, es necesario encauzar este debate para que no perdamos miserablemente el tiempo.

Yo suplico atentamente a los señores abogados de esta Cámara que conozcan la parte jurídica de la cuestión, que vengan a tratar este asunto de la manera más imparcial. En lo que se refiere a la legalidad de las elecciones, ya manifesté antes que este señor ha obtenido la mayoría de sufragios; el punto capital es la cuestión de si el señor Pineda es o no originario del Estado de Michoacán.

Respecto a los cargos políticos que se le hacen, pues hasta cierto punto la Comisión no ha concedido importancia a estos cargos, porque consisten en lo siguiente; que el señor Pineda era un estudiante que tenía una planilla en blanco y que no había prestado a la Revolución ningún servicio ni había ocasionado ningún perjuicio; es un hombre completamente blanco como político y de eso no tendrá la culpa el señor Pineda, porque él es verdad que era estudiante, y, por lo regular, los estudiantes se dedican más bien a su carrera, no tiene la culpa el señor Pineda de no haber tenido oportunidad de ser político. Pero eso no tiene absolutamente una gran significación. El punto capital, como antes dije, es la cuestión de si es o no originario del Estado de Michoacán. Yo suplico atentamente a los señores diputados que se fijen en esta cuestión para evitar pérdida de tiempo.

Presidencia del C. LÓPEZ LIRA JESÚS

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Blancarte.

El C. Blancarte: Dos cosas me propondré principalmente, ciudadanos diputados, al exponer un razonamiento únicamente sobre el motivo que tengo para votar en contra de la aceptación de la credencial del suplente del señor Luviano, respecto a la falta de libertad, a la combinación que se hizo probablemente por el mismo señor Luviano cuando estuvo en el Gobierno de Michoacán, para estas elecciones. Accidentalmente me encontré con algunos ciudadanos michoacanos al viajar en el tren a raíz de las elecciones de Gobernador y como uno de los puntos accidentales que tocaron, fué este: En Michoacán la situación está bastante difícil y no se compondrá con la elección del Gobernador actual, porque realmente quien ha hecho allí labores que encaminan a levantar más a los rebeldes que se tienen ya en aquella región, es la labor que ha hecho el señor Rentería Luviano; haciendo cargos también de que había infundido en el Ejército que entonces dominaba en Michoacán, tal aversión hacia el candidato triunfante, que después del triunfo de las elecciones que llevaron al Gobierno al señor Ortiz Rubio, me decían, tendrán que ir muchos de esos soldados a engrosar las filas de los rebeldes, porque no triunfa su candidato que es el señor Múgica; y accidentalmente se trató del asunto de las elecciones de Huetamo y se me decía: Allí también el señor Rentería Luviano combinó de tal manera las cosas, que en unos lugares no se tuvo conocimiento de que hubiera elecciones, porque probablemente no habría podido imponer al pariente de él, que era uno de las fórmulas que se proponía allí para candidatos. Así es, pues, que no hubo allí verdadera libertad, no hubo elecciones en todo el distrito y en donde las hubo, de tal manera se combinó, que hubo verdaderas imposiciones y no libertad para que pudieran ir a sufragar los ciudadanos que de una manera consciente hubieran querido hacerlo. Así es, pues, que hubo en esa fecha un dominio absoluto de las fuerzas del señor general Rentería Luviano y hubo también la combinación dirigida por él de antemano para que las elecciones allí no pudieran ser libres. Por eso, pues, esa presión que hubo para imponer al señor Rentería Luviano debe haber sido la misma para imponer a su suplente, puesto que sabemos que los votantes no se fijan nunca en el suplente, sino en el propietario y si hubo presión para el propietario, yo creo que también la haya habido para el suplente. Por eso, conociendo yo la forma en que se hicieron esas elecciones, por eso voté yo en el mismo sentido de que no debería venir a esta Representación el señor Luviano y votaré también porque no entre el suplente; porque adolece también de la misma falta legal de que adolece el propietario, aparte de la cuestión política que ya se ha tratado detenidamente. Vuelvo, pues, a decir que mi argumentación se encamina por este punto de vista: que no hubo libertad de elecciones para diputados en aquel distrito.

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Rivera Cabrera.

El C. Rivera Cabrera: Pocas palabras, señores diputados, pues parece que la Cámara está ansiosa de votar este asunto. El señor Avilés es el menos habilitado para hablar en este asunto. (Voces: ¿Por qué?) Porque conocemos sus antecedentes con respecto a la campaña política para el Gobierno del Estado de Michoacán. (Voces: ¡Ah, ah!) El señor Avilés ha venido a atacar aquí sistemáticamente a todos aquellos ciudadanos que no laboraron en pro de la candidatura del señor ingeniero Ortiz Rubio, que él estuvo sosteniendo tanto en esta ciudad de México como en los villorrios del Estado de Michoacán; por consiguiente, la Cámara debe tomar en consideración el estado de ánimo, el estado psicológico del señor Avilés, y darle a sus palabras el crédito y la fe que se merecen. Esta Cámara de Diputados en la votación de ayer sentó un precedente innegable: que las elecciones fueron buenas, que las elecciones son válidas; tal es el resultado que nos indica la mayoría que obtuvo en lo particular este dictamen. Por lo tanto, la consecuencia lógica habría sido que hubiesen sido aprobadas las credenciales de los señores Luviano y su suplente Marcelo Pineda, pero por cuestiones políticas que la Asamblea tuvo a bien apreciar, fué eliminada la personalidad del señor Luviano y,

por consiguiente, como quiera que esa eliminación fué la consecuencia de lacras políticas, lacras políticas que no existen por lo que toca al señor Pineda, debe tenerse como buena esta credencial y aprobarse su candidatura. Debemos, pues, sostener. - si queremos ser lógicos -, la proposición que hace la Comisión respectiva, consultando se apruebe la credencial del señor Pineda. Dice el señor Avilés que el C. Pineda no es ni nativo ni vecino del Estado de Michoacán, requisito constitucional indispensable para poder tener la representación de aquel Estado en esta Cámara de Diputados. El señor Avilés, como toda persona que hace algún cargo, estaba obligado a probarlo. ¿Cómo? Pues allá él habría sabido cómo hacerlo, pues indudablemente que si nos sujetamos a las reglas generales de derecho para llegar a la conclusión que pretende el C. Avilés, es indispensable que el señor Avilés hubiera presentado a esta Cámara el certificado de nacimiento del señor Pineda, un certificado que explicara ampliamente de dónde es nativo dicho señor Pineda. Como tal cosa no la hizo, no hay que darle crédito a las palabras del señor Avilés y hay que tener al señor Pineda como nativo del Estado de Michoacán, tanto más cuanto que a ese particular el señor Alonzo Romero ya ha hecho las explicaciones necesarias. El señor Pineda nació en el distrito de Zirándaro, que también era del Estado de Michoacán, por tanto, nació en el Estado de Michoacán y su carácter no lo hizo perder una traslación que de ese distrito se hizo al Estado de Guerrero; por tanto, el C. Pineda debe considerarse como nativo de Michoacán, por lo tanto, no es necesario ya entrar al estudio del requisito de vecindad, porque está probado ampliamente el requisito de nacimiento. (Voces: ¡No, no!).

Los señores diputados que dicen que no, lo dicen sencillamente porque no, pero quisiera yo oír los razonamientos que tuvieran en esta tribuna a efecto de rectificar mi criterio, si es falso, o ratificarlo si, como lo creo, es ampliamente justo.

La carta que el señor diputado Avilés hizo leer en esta tribuna, no hace fe en estos asuntos; el señor Lugo, por más que sea senador, no es autoridad o funcionario capacitado para acreditar hechos de esta naturaleza. La vecindad se acredita de varias maneras, con el certificado del Presidente Municipal de la población, con los contratos de arrendamientos de casas o por hechos ejecutados por un término no interrumpido de tiempo en la ciudad en que se vive, pero nunca por carta de un senador que ni siguiera es, en estos momentos, vecino del Estado que representa, de hecho al menos, porque ficticiamente sí lo es. Carece de requisitos o de antecedentes revolucionarios, dice el celebrísimo señor Avilés. Yo no conozco ley alguna, señores diputados, por la cual, para ser diputado se necesita tener un gran cúmulo de antecedentes revolucionarios; no, es en el criterio político de la Cámara en donde existe la idea latente de que los señores representantes del pueblo no deben ser enemigos de la Revolución; nada más a eso se ha concretado la labor política que aquí se ha iniciado; mas nunca de ninguna manera, pero ni siquiera en el criterio político, vamos a exigir a todos y a cada uno de los señores diputados una gran cantidad de antecedentes revolucionarios, porque tanto sería como querer que todos fuesen héroes.

El señor Blancarte sigue explotando la cuestión de la presión que se dice se ejerció en las elecciones que favorecieron al señor Rentería Luviano; de ayer, sentó el precedente de que esas elecciones fueron buenas; por lo tanto, debe considerarse como un caso de cosa juzgada y ya no hay otro recurso sino seguir sosteniendo lo mismo, pues que aún muy fresca está en la memoria de los señores diputados que esas elecciones fueron buenas, por la votación de ayer. Es inútil, pues, entrar en consideraciones sobre este particular, y, por lo tanto, debemos desechar las argumentaciones que hace el licenciado Blancarte. Cuenta, además, el licenciado Blancarte, algunas versiones de ciertos rumores que, según dice, varios ciudadanos michoacanos soplaron a su oído ayer y ninguna garantía pueden ofrecer esas versiones ni esos rumores. Ellos pudieron provenir de gente honorable; pero también pudieron haber provenido de gentes que están apasionados en los asuntos michoacanos y que les dan el barniz que les conviene, según sus intereses políticos. Por lo tanto, esta Cámara, si quiere ser seria, no debe prestar ningún crédito a las aseveraciones del licenciado Blancarte, Creo que las consideraciones y razonamientos que yo he aportado a esta tribuna, son bastantes para convencer a los señores compañeros de que la credencial del señor Pineda debe aprobarse de una manera absoluta, y así atentamente me permito suplicárselos.

Presidencia del C. SÁNCHEZ PONTÓN LUIS

El C. Blancarte: Pido la palabra para la aclaración de un hecho.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Blancarte.

El C. Blancarte: Dos puntos deseo simplemente tratar; uno, el que no porque se hayan declarado como válidas las elecciones, no debemos considerar el punto de que hubo presión para favorecer a un candidato y se declaren que no son válidas por lo que se refiere a ese candidato, y, sin embargo, no se puede decir que sea cosa juzgada, sino que debemos ir al debate sobre la validez de determinados individuos por lo que se refiere a votos sufragados en su favor que pudieran ser libres o no, y en éste caso viene la nulidad de elección, por más que las elecciones sean válidas. Así es que no es un argumento el del C. Rivera Cabrera. El otro argumento que me había convencido de que no había habido libertad en aquella elección, viene, no de aquel hecho, sino de las constancias que obran en el expediente de las realizaciones de hechos que se esperaba que vendrían también y que están verificándose en Michoacán, y son estas: cuando se verificaron las elecciones para Gobernador, había levantados en armas una cantidad relativamente insignificante, con posterioridad se han aumentado en número y no son versiones, sino son hechos que debemos dar por comprobados, no como se comprueban

los hechos ante un juez, sino por los hechos que están actualmente sucediéndose en la República, por los antecedentes, por las versiones comprobadas con hechos. Las versiones fueron hechas de tal manera, se hizo propaganda por Múgica en tal forma, que era claro que si no salía triunfante, los soldados de Rentería Luviano tendrían que ir a engrosar las filas de los rebeldes con armas y parque, lo que ha resultado una realidad, porque yo no creo que sean otros los que han ido a aumentar esos grupos.

Luego, También se dice, Rentería Luviano no ha hecho solamente eso con la propaganda, sino una imposición en aquel distrito, y esas versiones están de acuerdo con las cartas de vecinos de allá y con las quejas presentadas en el expediente, lo cual afirma mi convicción, y eso no exige una prueba jurídica, una prueba como se exige en un juzgado, sino una prueba de convicción moral, que es la que basta para votar. Como creo que no estoy absolutamente aislado en esta Asamblea, sino que tengo compañeros partícipes de mis ideas, digo: el que se convenza votará como se haya convencido, y si no se convence, yo creo haber cumplido con mi deber y mi voto quedará justificado. Es lo que quería aclarar.

- El C. presidente Tiene la palabra, en contra, el C. diputado Meza Enrique.

El C. Meza: Señores jurados: Se ha tratado aquí el punto de vista legal bajo dos aspectos: Primero, el origen del C. Pineda, y segundo, la cantidad de votos emitidos. Una y otra cosa para mí valen nada en estos momentos; la cuestión del cuchillo de los tres filos que ha provocado aquí tantas escisiones, es una cuestión, señores, de verdadero fondo. Yo traigo en mi conciencia una cota impenetrable a los filos de ese cuchillo, y, por lo tanto, no temo a ellos, y, en consecuencia, quiero que se aplique siempre. (Voces: ¡Muy bien!) Se ha hablado aquí del criterio político y del criterio legal; con esos dos aspectos incidentalmente me voy a referir al criterio político, porque, debo decirlo, me trae aquí el criterio moral; no soy michoacano, y, en consecuencia, no conozco esas personalidades; pero un debate de dos tardes ha bastado para que ese nombre de Luviano sea ya una verdadera obsesión en mis orejas. Son muchos Luviano, señores diputados, para un distrito, para el distrito de Huetamo; se ve que en ese distrito todos son Luvianos, y hay un hecho más grande todavía: a Pineda algo le toca de Luviano. Acabo de saber por un diputado michoacano, que el señor Pineda es pariente de los Luviano. Yo interpelo a ese señor diputado, al señor Barragán, para que me diga si es verdad lo asentado.

El C. Barragán Martín: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Barragán: El señor Sidronio Sánchez Pineda, actual diputado al Congreso local de Michoacán, encontrándose preso conmigo en Ulúa, cuando íbamos deportados a Quintana Roo en la época huertiana, me refirió que era pariente de Marcelo Pineda, y eran parientes ambos de Rentería Luciano. Queda contestada la interpelación.

El C. Meza, continuando: Pues bien, señores diputados, aunque en historia tenemos grandes ejemplos de que descendientes de verdaderos pillos en política hayan sido después verdaderas glorias nacionales en esta misma esfera de actividad social, también es cierto que en el caso de Luviano, hay un hecho que arroja sobre Luviano una gran presunción de su debilidad de carácter como revolucionario. Pineda es un hombre joven y al señor Luviano, aunque no lo conozco, me lo imagino como uno de esos viejos lobos en política, diestros en todas las intrigas y en todas las triquiñuelas, porque pregunto yo y sugiero y quiero evocar, en la conciencia de todos ustedes está, esta incógnita: ¿por qué Luviano, pletórico de energías, o por qué Pineda, pletórico de energía, lleno de juventud, no optó por explotar un prestigio propio revolucionario, si no que fué buscando el padrinazgo de ese Luviano, que es un cacique, a quien precisamente por cacique ya hemos desechado de esta Asamblea por dos veces? (Aplausos.) Allí ven ustedes, señores diputados, cómo el criterio legal y el criterio político no viene al caso en estos momentos y sí el criterio moral que tan pocas veces se trae a esta tribuna. Un orador que me ha precedido en el uso de la palabra y que es miembro de la Comisión, mi estimado amigo el señor diputado Alonzo Romero, hizo hincapié aquí, con gran entusiasmo muy loable de mi parte, sobre el cuchillo de los tres filos e insistió en ese filo político. Pues bien, señor Alonzo Romero, ¿no os parece que aquí, más que venir a insistir sobre el número de votos, debíais haber venido a hablar de esas componendas y padrinazgos?

El C. Alonzo Romero: Porque a mí no me constan.

El C. Meza, continuando: A mí me constan por una gran presunción: no cabe duda que la Revolución Constitucionalista ha sacado a flote muchas personalidades; la gran mayoría de esta Cámara, señores diputados, está integrada por elementos jóvenes; todos los elementos jóvenes, dígolo por mí, tuvimos siempre el problema enfrente de los viejos, de los ancestrales políticos de nuestra región, que nos veían, por un fenómeno biológico, como un amago. (Veces: ¡Es cierto!) Pues bien, hay otra cosa para que yo funde como real eso, esto que ha comenzado en mí como presunción, y es lo siguiente: el pueblo, al nombrar sus plataformas, procura que estos individuos piensen igual, y así lo manifiestan y así se dice: yo deseo que el señor fulano de tal sea diputado suplente del señor mengano de tal, porque creo que se identifican, y todos tienen, cuando existe ese proceso en los clubes o en los partidos que los postulan, la entera libertad de aceptar o no aceptar esos paralelos con esos individuos. Yo os aseguro que en esta Asamblea no hay ni el quince por ciento de casos en que el propietario haya sido de un partido diverso al del suplente; de todos nosotros, la mayoría, el noventa y cinco por ciento, hemos figurado con plataforma análogas, con una sola tendencia, con una sola aspiración; esa es otra presunción que me hace creer que el señor Pineda, a pesar de conocer como un cacique a Luviano, aceptó esa plataforma, con todas sus consecuencias.

Pero dejémonos del criterio legal, que está en los tantos o cuantos votos que obtuvo, en si es michoacano, pues, por lo dicho, parece más guerrerense que michoacano y vamos al criterio moral:

un hombre que ha tenido la debilidad de aliarse con un cacique, no puede, dentro del criterio político, dentro del criterio moral, ofrecernos ninguna garantía como revolucionario que venga a cumplir con su deber, condensando en leyes nuevas, que seguramente el señor Luviano, como otros muchos abogados viejos, no tiene ni siquiera idea remota de lo que significan. (Aplausos.) Para no entrar en el terreno de las alusiones personales, me detengo aquí; pero la verdad, ya estoy cansado de oír invocar los códigos cada vez que viene a esta tribuna un abogado viejo. Para ellos los códigos son la columna que no se debe tocar, y el proverbio, el aforismo dura lex sed lex, lo tienen más metido en la cabeza, que yo no sé qué otra cosa. En estas circunstancias, señores diputados, yo pido a ustedes que en esta ocasión votéis en contra, teniendo presente que el joven que acepta padrinazgos con individuos caducos y de tendencias perversas en política, debe despertar en nosotros una gran presunción de que seguirá, indudablemente, sus pasos y de que, por lo tanto, en una Asamblea sana no deben entrar elementos corrompidos, y si no corrompidos, por lo menos, susceptibles de corromperse. (Aplausos. Voces: ¡A votar, a votar!)

El C presidente: Tiene la palabra en pro el C. diputado Navarrete. (Voces: !A votar!)

El C Navarrete: Señores diputados: vengo a hablar en pro de la candidatura del señor Pineda (siseos), porque reúne el requisito de vecindad y lo comprueban estas cartas, que voy a dar a la Secretaría para que les dé lectura; pueden dar testimonio de los firmantes, los señores diputados Gaitán y otro señor de Michoacán, que está ahí.

El C. Manrique: Cano.

El C. Secretario Aranda: "México, octubre 16 de 1917. - Señor don Marcelo Pineda. - Presente. - Estimado amigo:

"Como usted lo solicita en su atenta, de fecha 14 del presente, con gusto hago constar que usted ha tenido su domicilio en Morelia, Michoacán, durante más de un año, constándome tal aserto, por estar yo también radicado en esa capital y ver a usted con demasiada frecuencia, aparte de que nuestros domicilios estaban muy cerca uno de otro, en la calle de Guerrero.

"Por demás es decirle a usted que está debidamente autorizado para hacer de esta carta el uso que usted desee.

"Sin otro particular, quedo como siempre, su afectísimo atento amigo y seguro servidor. - José Figaredo."

"Fábricas de aceites de San Lázaro. - Plaza de San Lázaro, número 31 bis. - Sauve Hermanos Sucesores. - Teléfono, Mexicana, 7109 rojo. - México, D. F.

"México, 7 de octubre de 1917. - Señor Marcelo Pineda. - Ciudad. - Muy señor nuestro y amigo:

"En contestación a la atenta grata de usted fechado el 1o. de los corrientes, tenemos el gusto de manifestarle que sí estamos dispuestos, como lo hacemos por medio de la presente, a atestiguar que usted ha estado radicado en Morelia y en el Distrito de Huetamo, del Estado de Michoacán, desde hace más de dos años, pues nos consta por las frecuentes operaciones mercantiles que con usted hemos hecho en nuestro comercio establecido en Morelia, denominado "Al Progreso."

"Sin otro particular, quedamos de usted afectícimos amigos y atentos seguros servidores. - Sauve Hermanos Sucesores.

"Guillermo Ibáñez. - Isabel la Católica número 66. - México, D. F., 16 de octubre de 1917. - Señor don Marcelo Pineda. - Presente. - Muy señor mío y amigo:

"En contestación a su grata de ayer, le manifiesto que no tengo inconveniente en declarar, como lo hago por la presente, de acuerdo con sus deseos, por ser la verdad, que desde el mes de octubre de 1915 a la fecha, ha residido usted en Michoacán, lo cual me consta, por los negocios comerciales que, primero en representación de su papá, y después del fallecimiento de éste, en la de la sucesión y en su propio nombre, ha estado tratando conmigo, ya verbalmente en sus viajes a ésta, o bien por cartas que me ha dirigido de Morelia, donde ha tenido su domicilio.

"Autorizándolo para que haga de esta carta el uso que le convenga, me repito de usted afectísimo amigo y seguro servidor. - Guillermo Ibáñez."

El C. Navarrete, continuando: Como se ve por estos documentos, el presunto diputado suplente tiene el requisito de vecindad.... (Voces: ¡No se oye!) Aquí los dos cargos únicos que se le han hecho a Pineda, que aparentan cierta seriedad, son, uno, que le hace el ciudadano Avilés, y otro, el señor diputado que me precedió en el uso de la palabra. Se refiere a que este señor Pineda amalgamó su nombre con el de Rentería Luviano; el señor Pineda no tuvo conocimiento de que Luviano pretendía postularse por el distrito de Huetamo, sino que Luviano utilizó su nombre para que prosperara su candidatura.

Otro de los cargos que hace el ciudadano Blancarte, y el cual merece una rectificación, es que la Reacción en Michoacán ha aumentado, debido a que los soldados de las fuerzas de Luviano y de Múgica habían ido a engrosar las filas rebeldes. No, señor diputado Blancarte, las fuerzas del señor general Múgica han sido recogidas ya y están con él en Veracruz. El señor Luviano, José Rentería, que opera ahora en Durango, se llevó también sus fuerzas; la Reacción, al aumentar en Michoacán, es debido a que se ha desarrollado la miseria: allí la Reacción, lo que se llama la Reacción ha ido a engrosar las filas de los revolucionarios, por que en Michoacán se impuso la Reacción; como es esencialmente agrícola el Estado de Michoacán, los terratenientes impusieron, como en la época de Aristeo Mercado y en otras épocas impusieron a Ortiz Rubio, haciendo votar al peonaje. (Voces: ¡Es cierto! ¡Mientes! ¡Es cierto!)

El C. Barragán Martín: ¡Miente, mentecato!

El C. Blancarte: Pido la palabra para hacer una interpelación.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Blancarte: Para suplicar al orador que

me diga si sabe cuál es el número exacto de fuerzas que había en Michoacán, cuál es el número de individuos que formaban esas fuerzas, si es el mismo que salió para Veracruz y Durango, o fué muy disminuido ese número.

El C. Navarrete: Fué muy disminuído ese número; queda allí pequeñas fuerzas, señor diputado Barragán; usted me dice ahí que miento y que soy un mentecato; tenga usted la bondad de retirar esa injuria, que no la consiento. (Voces: ¡Bien hecho!)

El C. Barragán Martín: Por respecto a la Asamblea la retiro; pero fuera de ella la ratifico.

El C. Navarrete: Estoy a sus órdenes fuera de la Asamblea.

Por las consideraciones que he hecho aquí, es injusto, señores diputados, que vayamos a invalidar una elección que corresponde al señor Pineda; es necesario dejar esos escrúpulos, porque es michoacano, nació en el distrito de Zirándaro, el que dejó de pertenecer a ese Estado por un laudo presidencial, muy injusto por cierto, en 1906; los vecinos de Zirándaro y Jungarabato siguen considerándose como michoacanos siempre y tienen gran cariño por ese pueblo; además, está justificado que reúne el requisito de vecindad. Por todas estas consideraciones pido a ustedes que voten en favor de la credencial del señor Pineda. (Voces: No, no; sí, sí. ¡A votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. diputado Ruiz José.

El C. Ruiz José P.: Señores diputados: Francamente no tengo ya que decir en contra del dictamen que está a debate. Creo que esta H. Asamblea ha normado ya perfectamente su criterio respecto de lo que se ha dicho, que el C. Pineda no puede ser diputado por Michoacán. Eso es cierto; por el año de 1906, si mal no recuerdo, los distritos de Zirándaro y Pungarabato pasaron a pertenecer al Estado de Guerrero; en consecuencia, siendo el C. Pineda originario de la Municipalidad de Zirándaro, es natural que en el momento en que se hicieron las elecciones extraordinarias por el 7o. distrito de Michoacán, el C. Pineda era del Estado de Guerrero. Ahora, no ha tenido ni el requisito de residencia, porque el C. Pineda siempre ha residido en el Distrito, o digo, en el pueblo de Zirándaro; así es que cuando el general Rentería Luviano vino a ocupar el Gobierno Provisional de Michoacán, como a los dos meses, más o menos, llamó al C. Pineda para que le prestara algún servicio en su Gobierno; de consiguiente, habiendo él asumido la gobernatura del Estado en el mes de marzo, dos meses después llamó al señor Pineda, quiere decir que en el momento de la elección tenía cuando mucho cuatro meses; así, pues, el C. Pineda no es michoacano porque las poblaciones de Zirándaro y Pungarabato pertenecen a Guerrero. Ahora, respecto a que adolece de los mismos defectos de la candidatura del señor Luviano, eso es inconcuso. Otra cosa más: se sabe que como no repartieron boletas ni dieron aviso oportuno de que se iban a verificar las elecciones por el 7o. distrito de Michoacán, era natural que careciera del número suficiente para llevar a efecto las elecciones y que tuvieran necesidad de recurrir Luviano y Pineda a traer gente del distrito, o quiero decir, del pueblo de Zirándaro y Pungarabato para que vinieran a emitir su voto a Huetamo.

Los documentos que acaba de leer aquí el C. Navarrete no tienen verdaderamente ningún interés, porque son éstos de particulares y los documentos que existen en el expediente de que el C. Pineda no es de Michoacán son bastante elocuentes. Así es que pido, por lo tanto, a esta H. Asamblea, se sirva dar su voto negativo, tanto más cuanto que no es la única fórmula que ha entrado en juego en estas elecciones, hay otra fórmula que es la de Villela y López Celis y quizá en esta fórmula sí no tenemos, no precisamente al propietario, sino al suplente, que no tiene manchas políticas. Así es que pido a esta H. Asamblea que haga justicia votando en contra del dictamen.

El C. Avilés: Pido la palabra para rectificar un hecho.

El C. Presidente: Tiene la palabra para rectificar un hecho el C. Avilés.

El C. Avilés: Señores diputados: Me voy a permitir hacer una interpelación al C. Rivera Cabrera que proponía la separación del Istmo para, según dicen las voces, declararse califa de esos lugares. (Voces: No.) cuando hubiese dejado de pertenecer el Istmo al Estado de Oaxaca y él viviera en el Istmo ¿sería ciudadano oaxaqueño o ciudadano istmeño.?

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra. El precepto constitucional, señor lúcido Avilés, dice: se necesita para ser diputado ser originario del Estado por el cual se es electo; no dice ser ciudadano. Por lo tanto, en este asunto debe atenderse al concepto de originario y se es originario del lugar en que se nace, señor Avilés. Está contestada su pregunta.

El C. Avilés: Pues confieso paladinamente que el gran trasluminoso licenciado Cabrera, (risas,) no ha sabido contestar a mi interpelación, porque no me explicó si una vez separado el Istmo del Estado de Oaxaca, si todos los ciudadanos que vivieran en ese lugar siguen siendo ciudadanos oaxaqueños o ciudadanos istmeños; yo no sé, señores, cómo podrán interpretarse eso. Estos señores abogados, como alguien decía, siempre enredan las pitas; como siempre toda la vida la viven en esta vuelta y en esta otra y en interponer esta cosa y la otra, resulta que todo lo envuelven y todo lo juzgan conforme a un criterio netamente legal.

Desde el momento en que dejó de pertenecer Zirándaro a Michoacán y perteneció a Guerrero, todos los habitantes de ese lugar indudablemente que tienen que ser ciudadanos del Estado de Guerrero. (Voces: No, no.) Yo no sé cómo se explicaría entonces el caso, CC. diputados, cuando pasan estas cosas, ¿o es que un individuo como el ciudadano Pineda tiene dos personalidades, una personalidad de ciudadano michoacano y otra personalidad de ciudadano guerrerense? Yo no me lo explico, acabamos de probar aquí que este individuo lanzó su candidatura alegando los mismos casos que alega hoy, por el distrito de Mina, del Estado de Guerrero. Hoy lanza su candidatura por el distrito de Huetamo del estado de Michoacán alegando las mismas cosas, que es originario del Estado de Michoacán. Yo no quedo conforme y creo que ni la Asamblea en su mayoría ha quedado conforme

con las luminisísimas ideas vertidas aquí por el luminosísimo licenciado Cabrera. (Voces: ¡No es licenciado!) Nos decía aquí con mucha candidez el C. diputado Navarrete, que no era cierto que las fuerzas de Múgica y las fuerzas de Rentería Luviano hubiera ido a engrosar las filas de la revolución en ese Estado y yo le voy a hacer una interpelación al C. diputado Navarrete y si es honrado debe contestarme: los treinta hombres que guarnecían el distrito de Pátzcuaro y que se pasaron con todo y bagajes al enemigo, que diga de quién eran, si de Múgica o de qué otro general.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Navarrete para contestar.

El C. Navarrete: Eran de la Nación, señor Avilés. (Voces: ¡Ah, ah!)

El C. Avilés: Luego acaba de decir que eran de la Reacción. (Voces: ¡Ya perdiste el oído! ¡De la Nación! Risas.) ¡Ah! bueno, dice que eran de la Nación, pero esas fuerzas de la Nación estaban al mando de Múgica, luego ¿de quién fueron esos soldados en el momento de su paso al enemigo, a qué general pertenecían, si no era al general Múgica! Con eso está probado lo que el diputado Blancarte vino a asentar a esta tribuna, y que yo por decoro no había querido tocar antes. Ahora que es una verdad todo lo expresado aquí por el diputado Blancarte, es cierto, y todo ciudadano michoacano lo testifica. Ya vemos, señores diputados, cómo día a día la Reacción, la verdadera Reacción representada por los ambiciosos despechados, es la que está fomentando la rebelión en el Estado de Michoacán. Yo aquí traigo cartas, pero ya no quiero abordar esas cuestiones, señores diputados, cartas escritas por connotados mugiquistas donde consta que hay gentes pagadas por el mugiquismo para que levanten en armas a individuos del Estado de Michoacán. Aquí traigo estas pruebas, pero no quiere ahondar esta cuestión y por eso no las exhibo a la Representación Nacional; que hubo chanchullos en las elecciones de allá, es cierto, señores, como consta a todos esos infelices del distrito de Huetamo, que hace más de cincuenta años están pisoteados por la bota claveteada de Rentería Luviano, y eso es triste.

En verdad, señores diputados, causan tristeza las niñerías que nos viene a traer aquí el diputado Navarrete, diciendo que la Reacción está en Michoacán, que si se han levantado ahí en armas ha sido por la imposición; la imposición, señores diputados, hay que decirlo muy claro, es la que quería hacerse a favor del general Múgica; la imposición, señores diputados, estaba desde el Centro, desde aquí partió la ramificación para imponer al general Múgica en el Estado de Michoacán. ¿Y quién sostenía esa candidatura, esa imposición al Estado de Michoacán, si no era el Gobernador Rentería Luviano? ¿Y todavía, señores diputados, se nos viene aquí con niñerías de que si la revuelta ha tomado incremento en el Estado de Michoacán, ha sido por la imposición del ingeniero Ortiz Rubio! ¡Qué pobres de espíritu son! Toda la República debe sentirse orgullosa de que allá en el Estado de Michoacán sí se hizo respetar el voto popular y los michoacanos tuvimos la entereza suficiente para habernos opuesto a toda clase de imposiciones (aplausos de las derechas), y esta imposición, señores diputados, no tengo yo, como dijo alguna vez el diputado Hay, pelos en la lengua para no decirlo aquí; esta imposición, señores diputados, partió de aquí, desde el Centro. (Voces: ¿Quién la hacía? ¿Quién la apoyaba?) ¡Y todavía, señores diputados, se sigue allí, en el Estado de Michoacán haciéndose política al verdadero candidato del pueblo, que lo fué el ingeniero Ortiz Rubio! ¡Todavía en estos momentos se le sigue haciendo política! Ahí están muchas cosas que hablan elocuentemente de la política de la política pérfida que se ha seguido contra el Gobierno del ingeniero Ortiz Rubio por el sólo hecho de quererlo desprestigiar; la revuelta en el Estado de Michoacán en estos momentos estuviera extinguida, señores, si se hubiesen mandado hombres que hubiesen dirigido las fuerzas, a aquéllos que más que políticos hubiesen sido soldados; pero, por desgracia, señores diputados, se mandó a jefes políticos para que fueran a hacer política en contra del ingeniero Ortiz Rubio, en vez de que fueran a batir a los rebeldes. ¿Qué es eso, señores diputados, que más de cinco mil hombres en el Estado de Michoacán, diseminados en todo su territorio en guarniciones de 20 a 25 hombres y compuesto el enemigo, que en esa época no pasaba de 500 a 600 hombres, pudiesen éstos ir dando golpe tras golpe a los elementos del Gobierno y quitándoles armas y parque? ¿Y eso por qué, señores diputados? Por el solo hecho de querer desprestigiar la administración honrada que está allá sobre todas las intrigas de propios y extraños, del ingeniero Ortiz Rubio. Yo no quería haber venido a tocar estas cuestiones, pero como me siento demasiado honrado y también ya se hacían nudos en mi garganta, quiero exponerlo aquí. En el Estado de Michoacán el día que vaya un jefe honrado a hacerse cargo de la campaña en ese Estado, inmediatamente desaparecerán como por encanto todas las partidas revolucionarias que hay allí, porque yo conozco la campaña en Michoacán y sé como se hace, yo conozco lo que es el Estado de Michoacán, señores diputados, y sé también cómo se bate al rebelde allí, cómo se le extermina, ¿por qué es que la cantidad de fuerzas del Gobierno que andan persiguiendo a aquellos individuos no han podido asestarles un golpe de muerte? Dicen, donde se llora allí está el muerto, señores diputados, (risas) y es la verdad. Si no se ha hecho la pacificación en el Estado de Michoacán, es porque anda la cuestión política más que otra cosa, y vuelvo a repetirlo, porque se pretende desprestigiar la personalidad política del señor Ortiz Rubio, que supo imponerse no obstante la imposición de aquí y de allá, supo el pueblo michoacano llevarlo a que ocupara la primera magistratura del Estado, y una vez allí, naturalmente, sin elementos, porque no tiene ningunos, ¿qué va a hacer el Gobernador Ortiz Rubio cuando no dispone de una carabina, de nada para contrarrestar al enemigo? ¿Qué puede hacer él cuando se le mandan jefes de armas que en vez de combatir al enemigo le van a hacer política? Y eso está perfectamente comprobado y eso lo sabe el señor Navarrete, y eso lo sabe también y lo saben también todos los michoacanos. Es triste decirlo, pero nosotros, los michoacanos seguiremos insistiendo en que vaya al Estado de Michoacán

un jefe de operaciones honrado, un jefe de operaciones que lleve un espíritu de trabajo y entonces se verá cómo la pacificación del Estado de Michoacán se hace como por encanto. Allí esas chusmas vandálicas andan desarmadas en su mayoría, pero ¿cómo se les va a hacer algo si van quinientos o seiscientos contra veinticinco soldados, como sucedió en Tacámbaro, que veinticinco soldados estaban guarneciendo una plaza de importancia, y a unos cuantos kilómetros había como seiscientos hombres y supieron la movilización que hacía el enemigo sobre esa plaza y nadie se movió a ayudarlos y aquellos valientes supieron, en obsequio de la verdad, batirse hasta quemar el último cartucho? ¿Cómo estarán en Tacámbaro esas mujeres, cómo estarán esos ancianos, cómo estarán esas jóvenes deshonradas, los ancianos muertos de hambre, los esposos, cómo estarán los esposos, señores diputados, en qué estado estarán aquellos infelices después de la entrada de las chusmas vandálicas de Inés García Chávez, a las cuales lo debemos? Lo vuelvo a repetir, y no me cansaré de repetirlo, si se manda un jefe de operaciones honrado, debían en estos momentos haber mordido el polvo ya. Hace todavía unos seis o siete días acaban de volar otro tren entre el ramal de Morelia a Uruapan, y esto sucede todos los días en las goteras de Morelos; ahí cerca, a unos cuantos kilómetros, hace unos quince días, que los rebeldes compuestos de unos cuarenta y tantos individuos, detuvieron un tren, lo quemaron, volaron, hicieron toda clase de atropellos. ¿A qué viene todo eso, señores diputados? Lo vengo a confesar, se debe a esa política de desprestigio que se ha querido hacer caer sobre la cabeza del ingeniero Ortiz Rubio, el cual está ahí solo y abandonado, sin elementos de ninguna naturaleza, nada más con su gran corazón de patriota y de revolucionario que ha sabido sostener en todas las épocas y que las diatribas lanzadas aquí por el diputado Navarrete lo dignifican. (Voces: ¡A votar!)

El C. Secretario Aranda: No habiendo oradores ni en pro ni en contra, se consulta a la Asamblea si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Está suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba.

El C. Pruneda: Pido votación nominal.

El C. Secretario Aranda: Al que haya pedido votación nominal, se le suplica invitar a sus compañeros; se necesitan siete. - El C. Pruneda: Hay más de siete, señor. - El C. Secretario Aranda: En votación nominal se va a preguntar si se aprueba la siguiente proposición: "Segundo. Es diputado propietario por el 7o. distrito electoral del Estado de Michoacán, el C. licenciado Celerino Luviano."

Presidencia del C. LÓPEZ LIRA JESÚS

El C. Secretario Alonzo Romero: Se procede a la votación. Por la afirmativa.

El C. Sánchez Tenorio: Por la negativa. (Se recogió la votación.)

Presidencia del C. SÁNCHEZ PONTÓN LUIS

El C. Secretario Alonzo Romero: Votaron afirmativamente los siguientes veinte CC. Alonzo Romero, Arellano, Arreola, Cano, Díaz González, Gaitán, Garza Pérez, Manzanillo Tejero, Martínez Joaquín, Méndez, Navarrete, Padrés, Pereyra Carbonell, Plank, Pruneda, Rebolledo, Rivera Cabrera, Rojas Dugelay, Ruiz Estrada y Téllez Escudero.

El C. Presecretario Sánchez Tenorio: Votaron negativamente los CC. Aguilar, Aguirre Crisóforo, Aguirre Efrén, Aguirre Escobar, Alejandre, Alvarez del Castillo, Aranda, Avendaño, Avilés, Bandera y Mata, Barragán Juan Francisco, Barragán Martín, Bello, Benítez, Betancourt, Blancarte, Bravo Izquierdo, Breceda, Cabrera, Campero, Cantú, Cárdenas, Carrascosa, Carrillo Eduardo S., Carrillo Iturriaga, Castañeda, Castillo, Céspedes, Cienfuegos y Camus, Córdova, Cravioto; Cristiani, Cruz, Chapa, Dávila, Domínguez, Dyer, Escudero, Esparza, Esquivel, Fentanes, Figueroa, Gámez Gustavo, Gárate, García Adolfo G., García Pablo, Garza Ernesto, Gay Baños, Gómez Mauricio, Gómez S. Emiliano, González Galindo, González Ibarra, González Jesús M., González Justo, González Marciano, Guajardo, Guerrero, Gutiérrez, Gutiérrez Orantes, Hermosillo, Hernández Garibay, Hernández Jerónimo, Higareda, Izquierdo, Jurado, Lailson Banuet, Lechuga Val, Leyzaola, Limón, Lizalde, López Couto, López Lira, Luna Enríquez, Magallón, Manrique, Márquez Josafat, Márquez Rafael, Martínez Rafael, Mata Filomeno, Mata, Luis I., Mendoza, Meneses, Mercado, Meza, Moctezuma, Montes, Neri, Ortega, Pardo, Paredes Colín, Parra, Pedroza, Peralta, Pesqueira, Prieto, Ramírez G. Benito, Ramírez Genaro, Ramírez Llaca, Ramírez Pedro, Reynoso, Ríos Landeros, Rivas, Robledo, Rocha, Rodríguez Saro, Ruiz José P., Ruiz Juan A., Sánchez José M., Sánchez Pontón, Sánchez Tenorio, Saucedo J. Concepción, Saucedo Salvador, Segovia, Sepúlveda, Silva Jesús, Solórzano, Soto, Torre Jesús de la, Torre Rómulo de la, Torres José D., Treviño, Urueta, Uruñuela, Vadillo, Ventura, Viesca Lobatón, Villaseñor y Zavala.

Total: ciento veintiocho votos.

- El mismo C. Prosecretario: En consecuencia, se desecha el punto segundo a discusión por ciento veintiocho votos de la negativa, contra veinte de la afirmativa. Vuelve el dictamen a la Comisión para que lo reforme en el sentido de la discusión.

- El mismo C. Prosecretario: "1a. Comisión Revisora de Credenciales. - Cuarta sección.

"Señor:

"Habiendo examinado el expediente relativo a las elecciones extraordinarias verificadas en el 7º. distrito electoral, que corresponde al Municipio de

Río Verde, del Estado de San Luis Potosí, la 4a. Comisión Revisora que subscribe, en virtud de haber encontrado en debida regla y conforme a la ley el expediente de que se trata, tiene el honor de someter a la H. Cámara la siguiente proposición:

"Primero. Es buena y legal la elección verificada en el 7o. distrito de San Luis Potosí.

"Segundo. Es diputado propietario por el mismo distrito el C. Enrique Anaya, con mil sesenta y un votos, y suplente, el C. Julián Ramírez Martínez, con mil cuarenta.

"Salón de Comisiones de la Cámara de Diputados. - México, a 11 de octubre de 1917. - J. Siurob. - Morales Hesse."

Está a discusión el dictamen. ¿No hay quien pida la palabra?

El C. Manrique: Pido la palabra, para interpelar a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Deseaba pedir la palabra con objeto de que esta discusión se normalice; quisiera que la Comisión accediese a mi deseo de dividir la proposición final en otras dos, distinguiendo entre la elección del propietario y la del suplente, para impugnar la una, dejando, en cambio, en pie, la otra; pero ya que no está en estos momentos la Comisión integrada por los señores Siurob y Morales Hesse, pediré después la palabra en contra.

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra, para una proposición.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

- El Rivera Cabrera: Como habrá oído la Asamblea, el dictamen de la Comisión es diminuto, por lo que es imposible formarse concepto exacto de las causas fundamentales que existen en el expediente y que influyeron en el ánimo de la Comisión para proponer a la aprobación de la Cámara las proposiciones que allí se hacen; podremos oír los razonamientos que manifieste en la tribuna el C. Manrique; pero es indudable que también debemos estar en antecedentes acerca de todos los detalles del expediente procesal, a efecto de que, a la hora de la votación, podamos producir un voto consciente. Por lo tanto, para normar mi criterio, y supongo que este es el sentir de la Asamblea, considero indispensable que la Comisión, ya que no lo hizo de una manera expresa, en la tribuna funde debidamente el dictamen que sujetan a la consideración de la Cámara.

El C. Manrique, interrumpiendo: No están.

El C. Rivera Cabrera: Si no están, pido que se suspenda la discusión.

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Manrique.

El C. Rivera Cabrera: Para una moción suspensiva.

El C. Manrique: Pido la palabra, para interpelar a la Comisión.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique, para hacer una interpelación a la Comisión.

El C. Manrique: Compañero Siurob: El dictamen de la 4a. Comisión Revisora sobre las elecciones verificadas en el 7o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí, - elecciones extraordinarias para diputados propietario y suplente -, termina con dos proposiciones: la primera se refiere a la validez de las elecciones; la segunda engloba en una sola expresión, en una sola causa al diputado propietario y al diputado suplente. Como yo me propongo impugnar la elección de uno de ellos sin tocar la del otro, deseo que el compañero Siurob se sirva, - siguiendo en esto el ejemplo del compañero Alonzo Romero en la pasada sesión -, dividir esta segunda proposición en otras dos, diciendo: "Es diputado propietario el señor Enrique Anaya," y "Es diputado suplente el C. licenciado Julián Ramírez Martínez."

El C. Siurob: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.

El C. Siurob, Presidente de la Comisión: Ciudadanos diputados: La 4ª. Comisión Revisora, al examinar este expediente encontró que se encontraba en regla, es decir, que estaba ajustado en todas sus partes a los preceptos legales, que no había ninguna protesta de parte de los partidos que allí hubo y que, por consiguiente, no era objetable desde el punto de vista absoluta y perfectamente lega, ni el candidato propietario ni el candidato suplente. Por tal motivo, opino esta misma Comisión, que tengo el honor de presidir, que encontrándose en las mismas condiciones el propietario y el suplente, es tan legal la elección del uno como la elección del otro, desde el momento que en las dos elecciones concurrieron las mismas circunstancias, es decir: que todos los documentos se encuentran en perfecta regla, que examinadas las boletas, no adolecen de ninguno de los defectos que estamos acostumbrados a observar en las boletas electorales y que, por último, no hay ninguna protesta de parte de los clubes locales. Por todas estas razones, estima la Comisión de mi cargo que ninguno de los dos candidatos tiene objeciones desde el punto de vista legal; pero como pueden hacérseles objeciones desde el punto de vista político, o por cualquier otro motivo, la Comisión de mi cargo no tiene ningún inconveniente en formular dos proposiciones, como se pide.

El C. Secretario Aranda: Se consulta a la Asamblea si se permite a la Comisión retirar el dictamen, a fin de presentarlo en el sentido que se acaba de indicar. Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner de pie. No se concede. Está a discusión la primera proposición que dice: "Es buena y legal la elección verificada en el 7º. distrito electoral de San Luis Potosí," Los diputados que deseen hablar se servirán pasar a inscribirse. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada la primera proposición. "Segunda. Es diputado propietario por el mismo distrito electoral el C. Enrique Anaya, con mil sesenta y un votos, y suplente el C. Julián Ramírez Martínez, con mil cuarenta."

Está a discusión. Los CC. diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.

El C. Manrique: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Señores diputados: Mi petición relativa a que se dividiese esa proposición, con que la Comisión termina su dictamen, diciendo

quienes son diputados, respectivamente, propietario y suplente, era perfectamente lógica y pertinente; al decidir hoy algo contrario a lo que decidísteis ayer, puesto que ayer permitísteis a la Comisión representada por el compañero Alonzo Romero que retirase su dictamen y lo presentase modificado y hoy negáis idéntica cosa al compañero Siurob, sólo tiene una explicación: que probablemente este asunto aún no ha despertado vuestro interés. Como quiera que sea, voy a atacar la segunda parte del dictamen de la Comisión por lo que se refiere al diputado suplente. Por lo que toca al diputado propietario, no tengo dato ninguno que ofrecer a vuestra consideración, no así por lo que se refiere al suplente. Voy en esta ocasión a repetir argumentos que ya he expuesto ante vosotros más de una vez. A propósito de esto y como yo insistiera tercamente en alguna ocasión sobre determinadas ideas, algún consista comentaba mi actitud diciendo: "El C. Manrique repitió las mismas ideas que había expresado en ocasiones análogas y esta insistencia suya ha resultado chocante, ha llamado la atención." Y creo, señores diputados, que no debemos procurarnos tanto por la novedad de las ideas cuanto por su verdad y por su solidez. Que importa que se os la millonésima vez que dos y dos son cuatro, si esta es una verdad fundamental? ¿Que importa análogamente que se os repita por centésima vez tal o cual postulado político si este postulado político es ya de una verdad por todos admitida? Como sé que vuestra opinión está ya formada, solamente me detendré en patentizaros la analogía, la clara y evidente analogía entre el caso del suplente, licenciado don Julián Ramírez Martínez y el de Celerino Luviano a quien hace un momento rechazamos. Como quiera que ya dimos nuestro voto, no tengo otra cosa que hacer sino deciros: Ciudadanos diputados: como os supongo conscientes de vuestras resoluciones, sólo una cosa os pido; que apliquéis al señor al señor abogado Ramírez Martínez el mismo criterio que en análogas condiciones aplicásteis al presunto diputado Celerino Luviano.

Corría el año 1913 y en febrero los vencidos por la Revolución de 1910 conspiraban en la sombra y daban un golpe de muerte a las libertades públicas; llegando el momento en que los representantes legítimamente electos por el pueblo debían con su ejemplo señalar un claro y luminoso derrotero a la Nación, muchos de ellos, en el instante de prueba, vacilaron y no tuvieron la fortaleza necesaria que entonces se exigía para cumplir son su deber, que estaba claro, perfecta y definidamente indicado. De estos diputados fue Celerino Luviano; de estos diputados fue el licenciado Julián Ramírez Martínez. (Voces: ¡No!)

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra en pro.

El C. Manrique: ¡Bueno, pasad!

El C. Rocha Federico: Pido la palabra en pro.

El C. Hermosillo Hilario: Pido la palabra en pro.

El C. Manrique, continuando: El compañero Rivera Cabrera tiene la buena costumbre de pedir en alta voz que se le conceda la palabra, aunque otro orador esté demandando vuestra atención. La verdad es que debiera acercarse al oído del Presidente y solicitar respetuosamente la palabra en voz baja.

El C. Rocha Federico: ¡Gracias por el consejo, compañero Manrique!

El C. Manrique: Sea lo que fuere, yo insisto en argumentación. Por lo demás, bien pudiera suceder que los argumentos posteriores de los diputados Rocha, Rivera Cabrera y Hermosillo, me convenciesen; como no tengo empeño en sostener esto, sino que creo partir de datos que supongo verdaderos, sigo adelante. Durante la decena trágica, recordarán las personas que en aquellos días se hallaban en esta ciudad, que apareció en las calles - debe recordarlo el licenciado Urueta -, se fijó en las esquinas, en los muros, una hojita amarilla que contenía una enérgica protesta del "Grupo Renovador" de la Cámara, contra los conspiradores de la Ciudadela, y a la vez una promesa solemne ante la Nación, de sostener la causa de las libertades públicas. Al pie de esta hoja hallábanse las firmas de todos los diputados del "Grupo Renovador" y, es claro, en el momento era de prueba, y todos, absolutamente todos, si acaso habían estado más o menos desunidos en circunstancias de otra índole, en aquel momento preciso tenían el imperioso deber de unirse, de adoptar una resolución única, unánime, inequívoca. ¿Y sabéis lo que sucedió, señores diputados, poco después? Que, naturalmente, no había sido posible a los diputados el reunirse, el pedirse el consentimiento, el solicitar el asentamiento de todos y cada uno de ellos, de donde resultó que se estamparon al pie de aquella proclama las firmas de todos y cada uno de los diputados renovadores, porque se creía fundadamente, que ninguno habría de negar a su partido, que ninguno habría de negar a su causa. Sin embargo, en ocasiones sufrimos sorpresas verdaderamente amargas. Yo me explico, señores diputados, que si en estos momentos se tomasen los nombres de todos los señores diputados del "Liberal Reformista" o del " Liberal Constitucionalista," sin haberles pedido su conocimiento, tratándose de algún asunto de poca monta, podría cada uno de ellos reclamar diciendo: "Mi nombre se ha tomado sin mi consentimiento;" pero en momentos como éstos, que se refieren verdaderamente al sentir, a la causa fundamental perseguida por determinado grupo político, no cabía negación posible, a riesgo de incurrir en una reprochable traición. Pues bien, entre las firmas de estos diputados hallábanse le firma de Julián Ramírez Martínez; pero pocos días después triunfante ya el cuartelazo - no recuerdo si en "El Imparcial" o en alguno otro de los periódicos, o en varios de los periódicos diarios de aquella época -, apareció una carta del licenciado Julián Ramírez Martínez, y creed que lamento sinceramente que el licenciado Ramírez Martínez - de trato caballeroso y de claro talento, por otra parte -, no tenga en esto momentos voz en esta Asamblea. Sólo una cosa tengo que decir en mi disculpa: que tengo la firme convicción de que diría esto mismo que estoy diciendo, si estuviese presente. Pues bien, el licenciado Ramírez Martínez, a la manera como siglos antes había negado a su Maestro, negó también la causa vencida, la causa de los caídos, y publicó una carta, que debe existir en la colección de la Biblioteca Nacional y en los periódicos de la época, diciendo que se había tomado su

nombre sin su consentimiento. Este es sólo un detalle que nos indica muy claramente que no se trata de un hombre de ejemplar fortaleza moral.

Por lo que toca a su actuación en la Cámara, no la conozco en detalle; recuerdo algún discurso que él pronunció como miembro del "Grupo Renovador" - paréceme que sobre ejidos -, discurso que, indudablemente, lo hace aparecer como amante de las libertades y del progreso de nuestras clases populares; pero, repito, en el momento de prueba, no estuvo a la altura de su deber, no obedeció la voz imperiosa de su conciencia. Después - a menos que os convenza de lo contrario más argumentaciones de los CC. Rivera Cabrera, Rocha y Hermosillo -, Ramírez Martínez perteneció en esta Cámara como había permanecido Luviano; y si dísteis un voto negativo a Luviano debéis darlo tambíen a la elección del licenciado Julián Ramírez Martínez, como presunto diputado suplente por el 7o. distrito electoral de San Luis Potosí.

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Rivera Cabrera.

El C. Rivera Cabrera: Señores diputados: Como habeís notado, el señor Manrique no ha atacado en lo absoluto la credencial del ciudadano Ramírez Martínez desde el punto de vista legal; por lo tanto, debemos descartar este concepto, para fijar toda nuestra atención en los cargos políticos, cargos que no tienen fundamento alguno y que el propio señor Manrique ha hecho al señor Ramírez Martínez. Debe equiparse - dice el orador -, el señor Ramírez Martínez a Celerino Rentería Luviano, porque ambos, durante el Congreso maderista, militaron bajo la misma bandería política ¡Falso, señor Manrique, os habeís producido con notoria falsedad! El Señor Rentería Luviano, desde entonces, ya había inscripto su nombre en el pabellón felicista. (Voces: ¡Sí, es cierto!) El señor Ramírez Martínez siempre militó en aquella época, de una manera firme y tenaz, bajo la augusta sombra de la Bandera maderista. ¿Es verdad, señor compañero Neri?

El C. Neri: Sí es cierto.

El C. Rivera Cabrera: ¿Es verdad, señor compañero Cabrera Luis, es verdad, como dije, que el señor Ramírez Martínez, durante el Congreso maderista, militó de una manera activa, tenaz y firme, bajo la augusta sombra de la bandera maderista?

El C. Cabrera: Es verdad, y ya tendré ocasión de hablar en pro de este asunto. (Campanilla.) - El C. Rivera Cabrera, continuando: Dos testimonios honorables, señores diputados: uno, de un compañero de entonces, colega de ahora, que milita en las filas del "Partido Liberal Constitucionalista; otro, de un ex colega y actual compañero, que ente la faz de la Nación no milita en las filas de ningún partido, pero que, tácitamente, milita en pro de los de la derercha. Por lo tanto, si les damos a esos testimonios la alta fe que se merecen. debemos todos convenir en que no se puede haber paridad en actuación política entre el señor Ramírez Martínez y el señor Rentería Luviano. Queda, pues, completamente pulverizado el cargo que sobre este particular hizo el señor Manrique.

Proclamas murales en las cuales los diputados renovadores prometieron solemnemente a la República defender la causa de la legalidad. Entre otras firmas, al calce de estas proclamas, aparecía la de Julián Ramírez Martínez. ¡Yo quisiera haber visto entonces al C. Manrique..... (Voces: aclaro !) Yo quisiera haberlo visto con los fantasmas de Huerta y Urrutia enfrente, para poder apreciar y aquilatar sus actividades y la orientación que, el entonces hubiera seguido! Pero dice el diputado Manrique que el señor Ramírez Martínez, no obstante que su firma fue estampada de una manera expresa, negó a su Señor y nada hizo y de una manera cobarde se retiró de sus legiones. Señor Manrique: no es cierto; Ramírez Martínez no se retiró, siguió militando en pro de la causa libertaria, prueba de ello, la Penitenciaría. Me diréis: "No es mérito bastante"

Y aquí viene la eterna cuestión de los renovadores, y creo que mi palabra sobre este particular debe merecer algún crédito, porque bien conocía es de todos vosotros la actuación política que yo estuve desarrollando desde la época del señor Madero en el seno del "Bloque Renovador," como fundador de él y como un miembro pertinaz del mismo; y también consta de una manera evidente la actuación política que yo asumí cuando he considerado que algunos, miembros de aquel bloque en la actualidad no están sino haciendo política, ¿y óigase bien!, algunos miembros de aquel bloque en la actualidad no están sino haciendo política insana y antipatriótica....(Voces: ¡Nombres!) Los nombres están en la mente de todos vosotros; pero si se repite la insinuación los diré.... (Voces: ¡Nombres!) ¡Palavicini, Ugarte, Macías!.... (Voces: ¡Y Nieto!) Según el criterio de ustedes, sí; yo todavía tengo entre paréntesis a ese señor Nieto. Bien, decía yo que al señor Ramírez Martínez no debe considerársele como un desertor de las líneas libertarias; así el señor Manrique lo ha reconocido desde el momento en que dijo, que leyó o se entero de un discurso del mismo en el que trataba de un manera amplia y con recto criterio la cuestión de los ejidos populares, de los ejidos del pueblo, o, mejor dicho, acto del cual deduce el señor Manrique que el señor Ramírez Martínez es de espíritu altamente liberal. Consiguientemente, a confesión de parte, señores diputados, revelo a pruebas. Es, pues, indudable, que el señor Ramírez Martínez es un individuo perfectamente capacitado para pertenecer a este Congreso. (Voces: ¡A votar, a votar!) A votar decís señores diputados, y eso me hace convencer de que en el ánimo de todos ustedes está ya latente, u de una manera palpable, la justicia que asiste al señor Ramírez Martínez, y, por lo tanto, haciendo eco a vuestra opinión, yo os suplico atentamente, que déis a su credencial el voto aprobatorio que en justicia merece.

El C. Manrique: Pido la palabra, para hacer una interpelación al C. Rivera Cabrera.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Manrique, para hacer una interpelación al orador.

El C. Manrique: ¿Se sirve decirnos el señor Rivera Cabrera si él negó su firma y si no es cierto, como afirmé, que la había negado el señor Ramírez Martínez, y, finalmente, si no es cierto que dimos ya un voto reprobatorio a Celerino Luviano por el hecho solo de haber permanecido aquí, desentendiéndonos de su actuación política?

El C. Rivera Cabrera: Primera pregunta: "Si

yo negué mi firma:" Contesto a esa primera interrogación, señor Manrique, que por no estar yo ya actuando en aquel Congreso no firmé esa proclama; yo estaba ya a la sazón en el campo revolucionario.

El C. Manrique: ¿La hubiéras negado?

El C. Rivera Cabrera: No ¿Cuál fue la segunda pregunta?

El C. Manrique: Si la negó Ramírez Martínez.

El C. Rivera Cabrera: "Si la negó Ramírez Martínez" Yo no podría probar un hecho negativo, señor Manrique; usted que dice constarle que el señor Ramírez Martínez afirmó su adhesión al gobierno de Huerta, o del usurpador Huerta y bandido Huerta, que son los calificativos que bien merece, es al que le toca probar esa adhesión; yo no puedo probar un hecho negativo. ¿Cuál fue la tercera pregunta?

El C. Manrique: "Si negamos la entrada al presunto diputado Luviano, ¿por qué no la hemos de negar al C. Ramírez Martínez?"

El C. Rivera Cabrera: Contesto que es indudable que la Cámara negó su voto al C. Celerino Luviano, porque Luviano perteneció desde la época maderista de una manera notoria, a la bandera felicista; mientras que Ramírez Martínez perteneció al grupo maderista. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Secretario Aranda: No habiendo ningún orador en contra, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. (Voces: !No hay quórum! ¡Si hay quórum!)

En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobado.

En consecuencia, la Presidencia me ordena manifestar que es diputado propietario por el 7o. distrito electoral de San Luis Potosí, el C. Enrique Anaya, por haber obtenido mil sesenta y un votos; y suplente, el C. Julián Ramírez Martínez, en cuyo favor se sufragaron mil cuarenta votos.

- El mismo C. Secretario: La tercera sección de la 1a. comisión Revisora de Credenciales, presenta modificado su dictamen a las elecciones celebradas en el distrito de Huetamo.

" H. Asamblea:

"La tercera sección de la 1ª. Comisión Revisora de Credenciales presenta modificado su dictamen en los siguientes términos, manifestando que los ciudadanos propuestos son los que siguen en votos a los desechados por esta H. Cámara:

"Primero. Es diputado propietario por el 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán, el C. Humberto Villela.

"Segundo. Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. Ubaldo Celis.

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso General, - México, 25 de octubre de 1917. - Miguel Alonzo Romero."

Esta a discusión la primera proposición. Los diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Rivera Cabrera: No sé qué empeño existe en despechar a las volandas este dictamen; es posible que la Cámara se forme un criterio exacto de las razones que lo fundan. Por lo tanto, pido a la Comisión estudie a consciencia el asunto y nos presente después el resultado de su estudio por el cual orientemos nuestro criterio. Indudablemente que este es un asunto que puede ser de importancia, indudablemente que puede ser de importancia, porque ya vamos muchas veces que asuntos que al parecer son insignificantes, resultan al fin de trascendental importancia. Por lo tanto pido a la Mesa no se sirva dar cuenta con este asunto, si no es en alguna sesión posterior, de tal manera que nosotros podamos estudiara dicho asunto.

El C. Alonzo Romero, Presidente de la Comisión: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Me permito manifestar a su Señoría el diputado Rivera Cabrera y a la Asamblea, que la Presidencia no puede posponer este asunto ni puede tampoco pedir que la Comisión presente modificado su dictamen en la forma que lo ha hecho. La Comisión en todo caso tendrá el deber, a petición de cualquier miembro de la Cámara, de informar los motivos por los motivos por los que ha reformado ese sentido el dictamen.

El C. Alonzo Romero: precisamente pedía la palabra para eso señor.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión, para informar.

El C. Alonzo Romero: Creo que no se necesita hacer un estudio muy profundo ni hacer esfuerzo intelectual para poder dar datos sobre esta cuestión que está a debate. Ayer, cuando se trató de discutir si eran válidas o no las elecciones de una manera general, manifesté a la Asamblea que en poder de la Comisión existían documentos, es decir, protestas tanto de un candidato como de otro, en que mútuamente se hacían cargos de villistas, zapatista, huertista, etc. Sobre el particular yo, como manifesté también, no tengo que dar un fallo severo, toda vez que en mi concepto - y sigo creyéndolo -, no ha existido hasta este momento ningún dato que documente los cargos que se hacen a dichos señores. Recibimos una carta de un señor del Estado de Michoacán en que el C. Villela había sido primero revolucionario, después había engrosado las filas de Huerta y que hasta había sido del Estado Mayor de uno de los generales de Huerta, pero esa no pasaba de ser una carta, que, en mi concepto, no era documento. Mandó un periódico en el cual se hacía constar que el C. Villela era jefe del Estado Mayor de ese general huertista, pero de una manera general , sin hacer hincapié en el nombre del señor Villela. Posteriormente, cuando ya la comisión había hecho su dictamen, recibió una certificación del señor general Aguirre Colorado, como lo manifesté ayer, en que manifiesta que el señor Villela era revolucionario porque había estado con él en el cuartel de la Canoa, por motivos que el señor Vellela le había contado al señor general Aguirre Colorado, con motivo de haber sido revolucionario; pero el señor general Aguirre Colorado, como recordarán ustedes, manifestó

que efectivamente él había dado ese certificado en que justificaba que él había estado preso con el señor Villela, pero que eso pasó en junio de 1913 y que después de este instante no pedía absolutamente justificar la conducta revolucionaria del señor Villela; y según ha sabido la Comisión, verbalmente, pero sin tener ninguna prueba, el Señor Villela, después de haber salido de la cárcel, ingreso a las filas de Huerta. Por consiguiente, la Comisión, basándose en eso, como quiera que se han declarado válidas las elecciones y que quien seguía en votos era el señor Villela, colocó a este señor. Se retira o se rechaza la credencial de este señor, quien sigue en votos es un individuo que solamente obtuvo 45; pareciéndome una inmoralidad que por 45 votos se venga a esta Cámara a representar a sesenta mil habitantes. Lo manifiesto a la Asamblea para que tenga en cuenta que ayer hice hincapié, una, dos, tres y mil veces sobre que debía discutirse separadamente a los propietarios y a los suplentes, para que al declararse que eran nulas las elecciones de los propietarios, quedaran desechados todos; pero el haber declarado válidas la elecciones, se comprendían las de todos, hasta la de los que soló traían un voto. De tal manera que estoy perfectamente posesionado del asunto, porque he estudiado a conciencia el expediente, como acostumbro hacerlo; y manifiesto al C. Rivera Cabrera que no tengo necesidad de hacer un gran esfuerzo intelectual para fundar mis dictámenes cuantas veces sea necesario que los presente. (Voces: ¡Muy bien!).

El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra para una interpelación al orador.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rivera Cabrera: Según vuestro criterio señor doctor Alonzo Romero, ¿no está afecta la pluralidad de votos emitidos en esa elección en el asunto de que se trata, si resulta electo el señor licenciado Villela?

El C. Alonzo Romero: Desde el momento que manifesté ayer que la elección de propietarios debía separarse, era porque me fundaba precisamente en la pluralidad de los votos. En efecto, tiene razón Su Señoría y por eso considero que es una inmoralidad que al rechazarse a este señor venga el individuo que indiqué. (Voces: ¡Que entre el suplente!) Ya la Asamblea sabrá a qué atenerse sobre el particular.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Andrade.

El C. Andrade: Señores diputados:... (Voces: ¡No hay quórum!) Dado el estado de ánimo de la Asamblea, no hago leer por la Secretaría los documentos que comprueban que el señor Villela fue huertista y fue zapatista, pero basta deciros lo siguiente: la carta y el artículo a los que ha hecho referencia el señor Alonzo Romero, están firmados por el jefe del Estado Mayor del general a cuyas órdenes militó el señor Villela, y de las filas revolucionarias de este general fue de las que se separó el señor Villela para venir a presentarse a Huerta. Después certificó aquí el señor Guajardo que el señor Villela era zapatista, y las palabras del señor Guajardo merecen entero crédito, porque él era secretario particular del señor general Alfredo Elizondo. Como se ha dicho aquí, no siempre es fácil aducir pruebas documenta das acerca de la actitud de algún individuo; si no están a la mano los generales a cuyas órdenes militó, ni hay los documentos necesarios, no se pueden aducir; pero con los testimonios dichos, tanto del jefe del Estado Mayor del general Rentería Luviano, como del secretario particular, que lo era el señor Guajardo del general Alfredo Elizondo, queda plenamente comprobado que el señor general Humberto Villela ha sido un maromero, es decir, fue huertista, fue zapatista y actualmente es constitucionalista, y con eso demuestra que no tiene ninguna convicción, sino que es un convenenciero. (Aplausos.) El sentir de la Asamblea desde ayer, fue que se declararan nulas las elecciones de los propietarios, y por lo mismo yo suplico a la Asamblea que así reitere esto, que se declaren nulas las elecciones de los propietarios a fin de que entre el suplente, que es el señor Ubaldo López Celis, supuesto que ya se rechazó al señor licenciado Marcelo Pineda. Esa es la función de los suplentes: venir en lugar de los propietarios. No siendo conveniente ni el señor Celerino Luviano ni el señor Humberto Villela, ni el que tiene un número irrisorio de votos, pues forzosamente y de una manera natural hay que traer al suplente que es un individuo sin tacha, el señor Ubaldo López Celis, y en este sentido suplico a la Asamblea que dé su voto. - El C. Fernández Martínez: Pido la palabra para solicitar la lectura de documentos.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Fernández Martínez: El señor diputado Alonzo Romero, Presidente de la Comisión que estudió este asunto, ha manifestado en esta tribuna que obran en poder de la Comisión, en el expediente respectivo, una carta firmada por no sé qué persona y un recorte de periódico en donde se habla de la conducta asumida por el señor Villela. Pido atentamente a la Presidencia tenga la bondad de suplicar a la Secretaría dé lectura a esos documentos.

El C. Secretario Aranda: "Aguascalientes, septiembre 28 de 1917.

"Señor diputado Miguel Alonzo Romero. - México, D. F.

"Muy señor mío:

"Por recomendación de un amigo, cuyo nombre debe usted conocer, doy a usted los datos relativos a la actuación política del hoy general Humberto Villela.

"Villela era mayor habilitado en el cuerpo rural que, en tiempos del señor Madero, mandaba el hoy general José Rentería Luviano; al empezar éste su campaña contra el huertismo, le dio, con acuerdo del general Gertrudis G. Sánchez, el grado de coronel, y en los últimos días de marzo de 1913 fue mandado a Jiquicheo, comisionado para que en dicha población recabara elementos de guerra, siendo a la sazón Huetamo el centro de operaciones.

"Viéndose Villela alejado una jornada de los jefes de la Revolución, consumó una verdadera traición, pues invitó a la escolta que mandaba a que defeccionara, y no habiéndolo conseguido, abandonó la escolta, y sólo con su asistente, marchó a Zitácuaro a presentarse a las autoridades huertistas.

"De Zitácuaro marchó a México, y habiéndolo visto en reaccionario de quien era conocido, llamado Alejandro Ochoa, lo denunció ante las autoridades militares de México como espía de los revolucionarios, basándose en que es pariente cercano del general Rentería, y en que militaba a sus órdenes poco antes de la rebelión de éste.

"A consecuencia de esto fue hecho prisionero e incorporado al Ejército Federal en calidad de soldado raso; pero habiendo logrado, comprobar su adhesión al huertismo, por la influencia que su hermano el licenciado Leopoldo (hoy también general) Tenía ante los corifeos del huertismo, logró pronto se le reconocieran el grado que tenía en el maderismo.

"Los lugares en donde estuvo después, no los sé con precisión; sé que estuvo destacamentado en Chalchicomula, Puebla, como jefe del destacamento; sé también que asistió, a las órdenes del general Velasco, a la última toma de Torreón, pero ignoró qué grado tendría en esa época.

"Lo que sí es un hecho, es que durante todo el tiempo que duró la lucha contra el huertismo, Villela le sirvió, y cuando se rindió el ejército federal, el general Telesforo Gómez, de quien era conocido, lo incorporó a su fuerza; de esa fecha para acá ha servido en donde ha servido la fuerza del general Telesforo Gómez, hoy al mando del hermano de éste, Abundio Gómez; es decir, primero estuvieron en el zapatismo, y cuando un huertista - zapatista, Félix C. López, dio muerte al general Telésforo, en el Estado de México, toda su fuerza pasó al Estado de Michoacán y se incorporó al general Amaro, quien a su vez, pocos días después, abandonó al causa sanchista y se incorporó al Constitucionalismo, la víspera de la segunda batalla de Celaya.

"De lo primero, hasta su llegada a Zitácuaro, hay cuantos testigos se quiera; de las Comisiones que haya desempeñado en tiempos del huertismo, aunque indudablemente debe haber testigos, no podría yo citarlos, pero basta con pedirle su hoja de servicios en esa época; de lo acontecido después también hay todos los testigos que se quiera.

"Villela tiene una hoja de servicios firmada por el general Rentería, que comprende hasta la fecha en que traicionó a la Revolución; ignoro lo que haría para engañar a los jefes respecto al tiempo que sigue a marzo de 1913; al señor Carranza le dijo, según he sabido, que había militado a las órdenes de Sánchez; de abril de 1915 a esta fecha, probablemente su hoja de servicios se le afirmó el general Amaro, de quién fue jefe de Estado Mayor hasta que yo lo ataqué en la prensa, tanto a Villela por su desfachatez como a Amaro por su condescendencia; le adjunto el artículo que publique a este respecto, rogándole me lo devuelva, pues el único ejemplar que conservo.

"Soy de usted afectísimo servidor y amigo. - P. Pulido."

- "Cero, y sigue.

"Los ex - federales se infiltran en el Ejército del pueblo y pueden corromperlo.

"De nuestro colega, "El Renovador," de Morelia, Mich., tomamos el interesante artículo que transcribimos en seguida:

"El progreso de la humanidad, ha tenido desde hace muchos siglos tres grandes enemigos: el Clero, el Militarismo y la Plutocracia, representada esta última, en pasados siglos, por la nobleza. La Revolución Mexicana, el gran paso que nuestra Patria ha dado con la esperanza de encarrilarse en la senda del bienestar general, ha tropezado con esos enemigos, que son los mismos, siempre los mismos, y que hoy parecen vencidos.

"En artículos anteriores he puesto de manifiesto como por un inexplicable torpeza de nuestros jefes militares, esa escoria social que se llamó "Ejército Federal" vuelve a enseñorearse de nuestros sufridos soldados, que mañana serán conducidos a la traición y a la infamia por culpa directa de sus mismos jefes. Los soldados de lo que fue División del Norte no hubieran tenido que matar soldados patriotas y morir a mano de ellos, si su jefe Francisco Villa, no hubiera dado el título de compañero a Felipe Ángeles, y seguido los consejos de un Díaz Lombardo. Los soldados zapatistas no serían perseguidos como perros, si Zapata no les hubiera dado por jefes a Higinio Aguilar, a Juan Andrew Almazán y no hubiera dado oído a las intrigas del notario huertista Antonio Díaz Soto y Gama.

"Es mentira que esté vencido el enemigo en el campo de batalla. En el diario "Renovador" correspondiente al 16 de diciembre, acabo de leer la noticia de que el coronel Francisco Ortíz, elemento villista, se ha afiliado por completo a la buena causa del Constitucionalismo con 25 hombres, y ofrece completar 100; y estas incorporaciones se efectúan por un subordinado del general Obregón, y cuando este alto jefe ha decretado no digamos honores para esos jefes enemigos, ni siquiera amnistía.

"Esa incorporación significa, pues, no solamente una falta de sentido común por parte del general Amaro o del jefe subalterno que lo haya aceptado, sino una verdadera desobediencia a las órdenes superiores, y cuando el general Amaro sea llamado al orden, toda la Reacción que tiene a su alrededor soplará a su oído, lo adulará, le dirá que es el hombre de más mérito, el más valiente de los nacidos y lo exitará a la rebelión. ¡Oh, mexicanos! ¿Hasta cuándo tendremos experiencia?

"Es mentira que la Reacción esté vencida en el campo de batalla. Se me informa que en México, las columnas organizadas para combatir el zapatismo, llevan oficialidad exfederal; quizá eso no sea cierto, pero lo que sí es un echo es que José Epigmenio Carbajal, huertista primero, villista o zapatista hasta hace un mes, y siempre reaccionario, rinde parte a un general constitucionalista, Salvador González, de haber derrotado a los reaccionarios. ¡Ya José Epigmenio Salazar no tendrá necesidad de engrosar las filas de Silvestre Mariscal!

"Mentira que la Reacción está vencida en los campos de batalla, y la prueba de ello es que los jefes constitucionalistas no desarman a la que tienen en sus filas. ¿Es porque la temen? ¿Es porque la aman? En cualquier caso el resultado es el mismo; la Reacción enseñoreándose del Ejército, y los jefes, en vez de consagrar sus energías a cumplir con su deber, las dedicarán a odiar los que, como yo, nos atrevemos a marcarles ese camino.

"¡Que responsabilidad tan grave tienen esos jefes que, ya sea por estupidez o por ambición, están destruyendo toda la labor revolucionaria! ¡Cómo caerá sobre ellos el anatema de la historia!

"Y la prensa, ¿qué hace? Callar, hasta la fecha. Publica artículos laudatorios para los jefes y alaba cualquiera medida que tomen; publica las órdenes de los altos jefes, pero no ayuda a hacer que esas órdenes se cumplan. Apenas si "El Demócrata," de México, ha emprendido la campaña contra los empleados civiles, labor ciertamente meritoria, pero que no basta. Hay que evitar que la Reacción se apodere del Ejército; y no bastan artículos en que se ataque el mal en general, hay que citar casos concretos. Hay que decir, así, con claridad: que el general García tiene casi toda la oficialidad huertista, un mayor Leopoldo González, dos capitanes Jaime Aburto y Ramón Peñaloza, etcétera, aun cuando se disguste Aburto, Peñaloza, González y García. Hay que decir que el general Amaro tiene huertista hasta el jefe de su Estado Mayor, aun cuando se disguste Amaro y toda la Reacción que lo rodea; y aun cuando sepamos que la vida peligra en cualquier encrucijada. Los que hemos desafiando el inmenso poder huertista, no debemos callar por una cobardía punible; habrá algunas otras víctimas, pero es posible que a Revolución se salve, esta gran Revolución que hoy camina rápidamente al fracaso.

"Morelia. diciembre 18 de 1915. - P. Pulido."

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Guajardo Candor.

El C. Fernández Martínez: Pido la palabra para una interpelación al señor diputado por Chalchicomula, referente a este asunto.

El C. Presidente: Nada más que termine el orador.

El C. Guajardo: Señores diputados: Quiero relatar algunos hechos que me constan acerca de la actuación política del general Villela. El general Villela, en 1913, pertenecía, como ya se ha dicho aquí, a las fuerzas del general Rentería; a los pocos meses o días del cuartelazo, el general Rentería Luviano se pronunció se levantó en armas contra Huerta, y el hoy general Villela lo abandonó y vino y se presentó a esta capital y se incorporó a las fuerzas que combatían a la Revolución, hasta que triunfó la Revolución. En 1914 se incorporó el general Villela al general Telésforo Gómez; el general Telésforo Gómez pertenecía a las fuerzas del general Munguía, que estaban en el Estado de México, y cuando el general Munguía movilizó sus fuerzas a la costa del Pacífico, entonces el general Telésforo Gómez combatió la retaguardia de las fuerzas del general Munguía, y entre esas fuerzas que quedaron en el Estado de México, estaba precisamente el hoy general Villela. Parece que en el combate que sostuvieron las fuerzas del general Munguía, las fuerzas que combatieron contra el general Gómez, estaban al mando directo del hoy Gobernador del Estado de Coahuila, general Neyra. Después de tres o cuatro mese de andar con los zapatistas - yo no sé si definitivamente el general Gómez haya sido zapatista -, pero lo cierto es que, después de tres o cuatro meses de andar con ellos, en una francachela que tuvieron en Valle de Bravo los zapatistas mataron al general Gómez, y entonces el hermano de éste, comerciante, se puso al frente de las fuerzas del general Telésforo Gómez y puso una comunicación a los generales Elizondo y Amaro, que estaban en Zitácuaro, diciéndoles que quería adherirse a ellos para combatir a los zapatistas. Salieron las fuerzas de los generales Amaro y Elizondo a combatir a los zapatistas a El Oro, Estado de México, y yo me quedé en Zitácuaro para recibir las fuerzas del general Gómez. Llegó el general Gómez y tocó la coincidencia de que, en el mismo momento en que entraban ellos a la ciudad de Zitácuaro, por otra calle entraba un grupo de zapatistas, más o menos igual al grupo que comandaba el general Abundio Gómez; se pusieron de acuerdo los dos jefes, el jefe zapatista, o villista, porque unas veces decían que eran villistas y otras veces decían que eran zapatistas, con el general Gómez, y en este acuerdo obraron de consuno para imponer un préstamo a la ciudad, de diez mil pesos. Inmediatamente telegrafié yo a los generales Amaro y Elizondo a El Oro, y se vinieron, regresaron, y para el siguiente día estaban sitiando a Zitácuaro, por que no sabía que actitud asumiría en resumen el general Gómez. Cayeron prisioneros todos los zapatistas, al mando de un general Saldaña, que fue ex - federal, y los de su Estado Mayor todos eran ex - federales, cayeron todos prisioneros y solamente no se desarmó a la gente del general Gómez, porque dijo que él venía a unirse al Constitucionalismo; los otros fueron desarmados todos, hechos prisioneros y mandados a Morelia, y allí creo que fueron fusilados, según tengo informes. En esas fuerzas que llegaron a Zitácuaro al mando del general Abundio Gómez, iba el teniente coronel Villela, como pagador de esas fuerzas. de modo que el coronel Villela, o el hoy general Villela, había estado en tiempo de Huerta, durante todo el tiempo, combatiendo a la Revolución. Cuando el general Munguía ordenó a las mismas fuerzas donde estaba Villela, que salieron rumbo al Estado de Jalisco, entonces el general que comandaba esas fuerzas, quizá por instigación del mismo Villela, se volteó contra las fuerzas del general Munguía. Después, esas fuerzas se unieron a las fuerzas de los generales Amaro y Elizondo.

En estas condiciones, cuando supo el general Amaro que el general Elizondo había recibido esas fuerzas, pidió al teniente coronel Villela y a un subteniente Román o Durán, para castigarlos, es decir, para fusilarlos, y el general Abundio Gómez puso una carta, estando en Acámbaro, a raíz de haber triunfado las fuerzas constitucionalistas en Celaya, puso una carta, que voy a suplicar a la Secretaría se sirva dar lectura, para que vean ustedes cómo el mismo general Abundio Gómez dice que, efectivamente, el hoy general Villela, había defeccionado de las fuerzas revolucionarias para unirse a Huerta, pero que, después, ha cumplido con su deber; eso también a mí me consta: desde que se unió a las fuerzas constitucionalistas ha cumplido con su deber, según informes que tengo; pero eso no quita que haya sido huertista y villista o zapatista, no sé qué cosa.

El C. Secretario Aranda: "Acámbaro, 6 de mayo de 1915. - Señor general don Alfredo Elizondo, Gobernador del Estado. - Morelia, Michoacán.

"Mi apreciable general: Tengo el gusto de remitirle a usted dos caballos, que me entregó el señor Alvarez, y de participarle que, por ahora, estamos sin novedad.

"A la vez aprovecho la oportunidad para suplicarle muy especialmente se sirva interponer su valiosa influencia en el ánimo de mi general Amaro, a fin de que el teniente coronel Humberto Villela y el subteniente Román Durán, no sean perjudicados, pues he recibido orden de él para remitírselos, con objeto de que respondan de su conducta, que el primero defeccionó y el segundo fue su prisionero; de esto nada tengo que decir a usted, puesto que sus antecedentes son bien conocidos de usted; pero sí con toda sinceridad puedo decirle que, durante el tiempo que han estado conmigo, se han manejado con absoluta honradez, estando apegados al cumplimiento de su deber, y siguiendo el camino del bien; por lo tanto, le estimaré muchísimo se tome la molestia de influir, a fin de que no se les perjudique.

"No los remito ahora, porque sé que mi general Amaro está fuera de esa, pero en el próximo tren daré cumplimiento a su orden.

"Anticipándole las gracias por lo que bien de ellos hiciere, que no dudo, les ayudará, sírvase aceptar mis recuerdos más afectuosos. -A. Gómez."

(Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Guajardo, continuando: He querido relatar los hechos anteriores, porque me constan a mí. Eso es todo lo que tengo que decir.

El C. Secretario Aranda: No, habiendo más oradores inscriptos en pro ni en contra, se pregunta si está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Sí está suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba la primera proposición, que dice: "Es diputado propietario por el 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán, el C. Humberto Villela."

(Voces: ¡No, no!) Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Desechada.

Está a discusión la segunda proposición, que dice: "Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. Ubaldo Celis."

Está a discusión. (Voces: ¡Aprobado, aprobado!) Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie.

El C. Rivera Cabrera: Esto no se ha puesto a discusión.

El C. Secretario Aranda: Sí se puso a discusión y nadie pidió la palabra. Se pregunta a la Asamblea si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobado. (Aplausos.)

- El mismo C. Secretario: La Secretaría, por orden de la Presidencia, hace la siguiente declaración: "Segundo. Es diputado suplente por el mismo distrito el C. Ubaldo Celis."

(Voces: Que proteste, que proteste, está en las galerías.)

El C. Meza: Pido la palabra.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Meza: Para suplicar muy respetuosamente a la Presidencia, que estando el diputado suplente en las galerías, nos constituyamos en Cámara de Diputados y pase a rendir la protesta de ley, si la Asamblea no tiene inconveniente. (Voces: Si, sí, de una vez.)

El C. Presidente: En concepto de la Presidencia, habiendo sido rechazado el dictamen por lo que hace al propietario, debe volver a la Comisión con objeto de que dictamine sobre este punto que ha sido rechazado. Mientras tanto.... (Voces: ¡Luego, luego! Murmullos y desorden.)

El C. Meza: El hecho es este, señor Presidente: desde luego no hay diputado propietario y hay diputado suplente; si, pues, desde luego puede ser representado un pueblo de la República, ¿por qué lo vamos a tener sin representante estando ya aprobado, como eso sí es un hecho, el suplente? (Voces: ¡De una vez, de una vez! Continúa el desorden.)

El C. Fernández Martínez: Pido la palabra.

El C. Alonzo Romero: Señores diputados: Me voy a permitir manifestar a ustedes otra vez que el que le sigue.... (Campanilla.)

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Alonzo Romero, Presidente de la Comisión: Ya que la Presidencia ha tenido la bondad de concederme el uso de la palabra (toses), me voy a permitir manifestar únicamente a la Asamblea que el que le sigue en votos al señor Villela solamente trae cuarenta y cinco. Está desechado el señor Villela, y, naturalmente, si no se declaran nulas las elecciones de propietario, ¿cómo se va a llamar al suplente? (Voces: ¡Cierto!) Yo pido permiso a la Asamblea para retirar el dictamen y presentarlo modificado en este sentido, pidiendo la nulidad de las elecciones de propietario, como lo manifesté en un principio. (Voces: ¡Bien, bien!)

El C. Avilés: Moción de orden.

El C. Presidente: Para una moción de orden, tiene la palabra el C. Avilés.

El C. Aviléz: Habiendo sido desechado el dictamen en lo que se refiere a propietario, el trámite dado por la Mesa de que vuelva a la Comisión es el razonable, porque la Comisión no puede por sí sola retirar el dictamen, puesto que quien lo ha retirado ya es la Asamblea. Esto no debe resolverse sobre la rodilla, sino que la Comisión debe de presentar otro dictamen sobre la cuestión del propietario.

El C. Secretario Aranda: Habiendo sido rechazado el primer punto del dictamen, vuelve a la Comisión para que lo reforme en el sentido de la discusión. (Voces: ¡Vámonos! ¡No hay quórum!)

El C. Martínez de Escobar: No, de una vez.

El C. Secretario Aranda: La Comisión presenta su dictamen modificado por lo que hace al primer punto, en los términos siguientes:

"Primero. Se declaran nulas las elecciones extraordinarias de diputado propietario por el 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán."

Está a discusión.

El C. Avilés: Pido la palabra en contra del dictamen. (Voces: ¡No, no!)

El C. Fernández Martínez: Solicito que se vuelva a leer la parte resolutiva del dictamen.

El C. Secretario Aranda: "Primero. Se declaran nulas las elecciones extraordinarias de diputado propietario por el 7º. distrito electoral del Estado de Michoacán."

(Voces: ¡Eso es lo lógico!)

El C. Presidente: Tiene la palabra C. Avilés, en contra.

El C. Avilés: Esto, señores diputados, si se hubiera atendido a los razonamientos que expuse yo cuando pedí que declararan nulas todas las elecciones en el 7º. distrito electoral de Huetamo, no estuviéramos ahora cometiendo este error que se pretende cometer, o se está cometiendo ya. Nos acaba de decir la Comisión que hay aquí un señor que trae cuarenta y tantos votos, ¿Como es que la Comisión nada más así viene y nos dice: se declaran nulas las elecciones para diputado propietario, cuando todavía la Comisión no ha estudiado si esos cuarenta y tantos votos que trae este señor que aparece allí como diputado propietario, son buenos o nulos? Se ha sentado aquí el precedente, señores diputados, de que han venido diputados con una escasísima cantidad de votos y no recuerdo si el señor general Múgica vino a esta Cámara con cuarenta y tantos votos (voces: No, no, con ciento y tantos), o con ciento y tantos, pero no pasó de allí. ¿Por qué vamos a usar de dos medidas, de dos criterios en este caso? No, señores, no estoy de acuerdo, debemos de ir con la ley. ¿Por qué la Comisión no presenta un dictamen en el que se refiera a los cuarenta y tantos votos que ella misma ha confesado que trae este señor? Eso es lo justo, lo honrado; nosotros no debemos festinar esta cuestión, debemos ser lógicos, y ya que cometimos el error de no haber desechado, como yo muy justamente pedía, y comprobé con documentos que hablaban muy elocuentemente, que debía de haberse votado en contra de la primera proposición de la Comisión Dictaminatoria, que decía que eran válidas las elecciones en el Distrito de Huetamo, si entonces la Asamblea hubiera sido consecuente con este criterio legal que ahora quiere esgrimir aquí, se hubiera evitado todo esto. Yo estoy de acuerdo en que la Comisión debe de estudiar estos cuarenta y tantos votos que aparecen aquí y decir si son buenos o malos....

. - El C. Alonzo Romero, interrumpiendo: Ya se han estudiado.

El C. Avilés, continuando: Pues si ya están estudiados estos cuarenta y tantos votos, a quien debe de declararse diputado propietario es a este señor que trae los cuarenta y tantos votos, y no nada más a las volandas debe de presentares un dictamen. Ahora, señores diputados, no hay que festinar este asunto. Yo me voy a permitir suplicar a la Presidencia que pase lista a ver si está el número exacto de CC. diputados para que podamos tratar este asunto. Suplico respetuosamente a la Presidencia que ordene pasar lista. Esto no debe festinarse así, señores diputados.

El C. Presidente: La Secretaría va a hacer el recuento.

El C. Secretario Aranda: Se llama al orden a los CC. diputados, suplicándoles se sirvan ocupar sus curules para hacer el recuento.

El C. Alonzo Romero: Me permito hacer un aclaración, si la Presidencia me concede la palabra, con el permiso del orador. (Voces: ¡No hay quórum!)

El C. Secretario Aranda: Sírvanse ustedes ocupar su curul, señores diputados.

El C. Alonzo Romero: Pido la palabra, señor Presidente, para un aclaración.

El C. Presidente: Se está haciendo el recuento para ver si hay quórum.

(Se hizo el recuento.)

El C. Presidente, a las 7.23 p.m.: En vista de que del resultado del recuento se desprende que no hay quórum, se levanta la sesión y se cita para mañana a las nueve de la mañana. (Siseos y voces: ¡Orden del día!)

El C. Presidente: Se va a dar lectura a la orden del día.

El C. Secretario Aranda: "Orden del día 26 de octubre.

"En la mañana, a las nueve: Discusión del dictamen sobre la Ley Orgánica del Ministerio Público Federal."

El Jefe de la Sección de Taquigrafía, JOAQUÍN Z. VALADEZ.