Legislatura XXVIII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19190609 - Número de Diario 35

(L28A1P1eN035F19190609.xml)Núm. Diario:35

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 9 DE JUNIO DE 1919

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO 1.- PERIODO EXTRAORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO II.- NUMERO 35

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 9 DE JUNIO DE 1919

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Varios ciudadanos diputados hacen uso de la palabra para impugnar el trámite dado por la Mesa, que dispuso se multara a los ciudadanos diputados que faltaron a la sesión el día 7 del actual; la Mesa sostiene su trámite. Los CC. Andrade, Camarena y Mancisidor, presentan una proposición para que se suspendan las referidas multas; dispensados los trámites, es puesta a discusión y votada, rechazándose. A del C. Angeles, es puesto a discusión el trámite de la Mesa, y votado que es, resulta reprobado. Alusiones personales. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. MORALES FRANCISCO CESAR.

(Asistencia de 140 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.19 p. m.: Se abre la sesión.

El C. Prosecretario Aguilar, leyendo: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día seis de junio de mil novecientos diez y nueve. Período extraordinario

"Presidencia del C. Francisco César Morales. "En la ciudad de México, a las cuatro horas y veintidos minutos de la tarde del día seis de junio de mil novecientos diez y nueve, se abrió la sesión, en presencia de ciento veintiséis ciudadanos diputados, según lista que pasó la Secretaría.

"El acta de la sesión efectuada el día anterior fué aprobada sin objeción alguna.

"Se dió lectura a la adición que propone el C. Juan Velásquez, representante del Distrito Norte de la Baja California, y hecha suya por otros ciudadanos diputados, respecto del Proyecto de Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común en el Distrito y Territorios de la Federación.- A las comisiones unidas 2a. de Justicia y 1a. de Puntos Constitucionales.

"Procédese después a recoger la votación nominal de artículos 133, 134, 136, 137, 138, 142, 143, 148 y 149 del Proyecto de Ley referido, que fueron los reformados por la honorable Cámara de Senadores, y que forman parte del capítulo único del título V, exceptuando el artículo 139, que reiteraron las Comisiones dictaminadoras para estudiarlo. El resultado fué afirmativo, por unanimidad de ciento cuarenta y tres votos.

"La Secretaría manifestó que las comisiones no encontraron motivo para reformar el capítulo III del título III, por lo que se puso a discusión.

"El C. Palacios Moreno se produjo en contra, y en pro el C. Parra, como miembro de las comisiones. El C. Castillo Nájera hizo una aclaración, que dió lugar a otra del C. Trejo, quien respondió a dos preguntas del C. Castillo Nájera. Este ciudadano representante volvió a interpelar y le contestaron. sucesivamente, los CC. Palacios Moreno y Mariel.

"El C. Villalobos impugnó el citado capítulo, que fué defendido a continuación por el C. Trejo. El C. Palacios Moreno, nuevamente usó de la palabra en contra.

"Presidencia del C. Roberto Casas Alatriste.

"El C. Blancarte, miembro de las comisiones ponentes como el C. Trejo, ocupó la tribuna a fin de sostener el punto a debate, y lo siguió el C. Toro, quien habló en sentido contrario.

"Y así que volvió a ser defendido el capítulo III del título III, relativo a los juzgados Correccionales de la ciudad de México, por el C. García Carlos, se consideró suficientemente discutido, y declarado con lugar a votar, se procedió a la votación correspondiente, resultando desechado por setenta votos de la negativa, contra sesenta y seis de la afirmativa.

"Votaron en sentido negativo los CC. Alarcón, Alencáster Roldán, Anda, Araujo Emilio, Arlazón, Arrioja Isunza, Avellaneda, Balderas Márquez, Bolio, Bouquet, Bravo Carlos, Breceda, Camarena, Carriedo Méndez, Casas Alatriste, Castillo Garrido, Castillo Nájera, Cordero, Escudero, Esparza, Fierro, Gámez Gustavo, Gámiz Luis G., Garza, González Jesús N., Gutiérrez Antonio, Gutiérrez Orantes, Hernández Jerónimo, Hernández Loyola, Huerta, León, Lorandi, Maceda, Macias Rubalcaba, Mariel, Márquez Galindo, Martínez Saldaña, Méndez Fortunato, Méndez Pánfilo, Morales Francisco César. Padrés Moreno, Pastrana Jaimes, Peña, Quiroga, Ríos Landeros, Rivera Castillo, Rodríguez Matías, Rodríguez Sabino, Rosas,

Sánchez Salazar, Saucedo Silva Herrera, Silva Jesús, Silva Pablo, Siurob, Soto Peimbert, Suárez José María, Tamez, Tapia, Toro, Treviño, Urdanivia, Vadillo, Velásquez López, Villalobos, y Zavala.

Votaron en sentido afirmativo los CC. Aguilar Pablo, Alejandre, Altamirano, Amezola, Andrade, Arlanzón, Avilés, Baledón, Barragán, Barrera, Berumen, Blancarte, Bravo Lucas, Cancino, Cárdenas Emilio, Carrión, Castillo David, Castro Alfonso, Céspedes, Colina, Contreras, Chablé, Fernández Miguel B., Franco, Gaitán, García Antonio M., García Carlos de Alba, García José Guadalupe, García Ruiz, Gil, Gómez Cósme D., Gómez Noriega, Guerra, Guerrero Antonio, Gutiérrez de Velasco, Leal, López, Mendoza, Navarro, O'Farrill, Parra, Pesqueira, Reyes Rafael, Rodríguez Herminio, Romero, Ruíz H. José María, Ruíz Martínez, Sánchez José M., Solórzano José, Soto Rosendo A., Tejeda, Tello, Torre, Trejo, Trigo, Uzeta, Valadez, Vásquez, Velásquez Juan, Verástegui Franco, Verástegui José, Villaseñor Salvador, y Villela. "Leídos los artículos transitorios, por la Secretaría, se pusieron a discusión, y fueron separados desde luego por el C. Villalobos, la fracción VIII del artículo 2o. y los artículos 13, 14 y 15.

"Los no objetado se reservaron para su votación, y una vez a debate la fracción VIII del artículo 2o. transitorio, el C. Espinosa y Elenes habló en contra; el C. Trejo en pro, apoyándose en la fracción (e) del artículo 72 constitucional, y en contra los CC. Palacios Moreno y Villalobos. Este último fué interrumpido por una advertencia del ciudadano Presidente.

"Agotado el debate, se declaró con lugar a votar la fracción VIII.

"Y de la votación nominal llevada a cabo inmediatamente, se desprendió que no había quórum, por lo que se levanto la sesión, siendo las siete y cuarto de la noche."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

Aprobada.

El C. Toro: Pido la palabra para hechos.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Toro: La Presidencia no tiene derecho para preguntarme lo que voy a decir.

El C. Presidente: Manifiesto al C. licenciado Toro que, en las sesiones extraordinarias, sólo deben tratarse los asuntos para los cuales fuimos convocados. (Voces: ¡Ya lo sabemos!)

Habiendo quedado pendiente de votación la fracción......

El C. Toro, interrumpiendo: Pido que se consulte a la Asamblea si se me concede el uso de la palabra. ¡El Presidente no es un soberano absoluto! (Voces: ¡Que hable! ¡Tiene derecho!)

El C. Presidente: Únicamente manifiesto con toda atención al señor licenciado Toro, que en las sesiones extraordinarias.....

El C. Toro, interrumpiendo: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: En cumplimiento de mi deber, debo manifestar a usted que en las sesiones extraordinarias sólo deben ser tratados los asuntos para los cuales fuimos convocados. La Asamblea es soberana para resolver, pero dentro de los límites del Reglamento y de la Constitución.

El C. Camarena: Pido la palabra.

El C. Toro: No sabe el ciudadano Presidente lo que voy a decir. Usted está también sujeto al Reglamento, y pido que se consulte a la Asamblea si se me concede el uso de la palabra.

El C. Castilleja: Una interpelación a la Presidencia. ¿La Presidencia sabe qué va a decir el C. Toro?

El C. Presidente: Estoy sujeto a las disposiciones de la Asamblea, es cierto; yo no vedo al C. Toro que hable, si la Asamblea lo consiente, ya que - según veo -, en su afán el que hable; pero lo que yo hago, es lo que mis obligaciones me señalen, Ahora, tiene usted la palabra; pero yo no soy quien se la concede, sino la Asamblea.

El C. Toro: Ciudadanos representantes: El señor Presidente ha creído que la Cámara de Diputados es una escuela primaria, donde los diputados deben estar sentados y donde los diputados no pueden llegar 5 minutos después de la hora reglamentaria, porque de lo contrario les impone una multa, cosa a que no tiene derecho. La ley es la Cámara y el Reglamento únicamente establece que se impongan penas en el caso de que falten los diputados a las sesiones, sin causa justificada, lo que no se lleva a efecto; pues sí así fuere, si se cumpliera con el Reglamento, diariamente tendrían que imponerse más de $2,000.00 de multas, porque más de la mitad de la Cámara falta y nunca se ha hecho y con los que no somos de la mayorías, ¿verdad? se nos impone la multa cuando al señor Presidente lo place. He dicho.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a la Asamblea que hasta íntimos amigos suyos - que para la Presidencia ninguno lo es, porque todos son iguales para ella - se le han acercado pidiéndole que les condonara la multa impuesta por la falta del sábado. La Presidencia indicó a los diversos diputados que se han presentado, que de condonársela a uno se la condenaría a todos, pero cree que está dentro de su deber al no condonársela a ninguno... (Aplausos.) y la Secretaría va a dar lectura al artículo constitucional que autoriza a la Presidencia para cumplir con su deber. (Voces: ¡Ya lo sabemos!)

El C. Secretario Soto: Artículo 64 de la Constitución: "Los diputados y senadores que no concurran..."

El C. Toro: interrumpiendo: ¡Que no concurran! (Voces: ¡Que no concurran!)

- El mismo C. Secretario, continuando:" ...a una sesión, sin causa justificada o sin permiso del Presidente de la Cámara respectiva, no tendrán derecho a la dieta correspondiente al día en que falten."

El C. Presidente: Ahora bien: la Presidencia manifiesta a los ciudadanos diputados que el único comprobante que tiene de que los diputados concurren, es la lista de asistencia; ningún otro documento la faculta para creer que los ciudadanos diputados han asistido... (Voces: ¡Las votaciones!)

No se puede tomar una votación, si no hay el número suficiente de diputados para que se haga esa votación; tan es así que cuando no hay siquiera 126 ciudadanos diputados, entonces no se celebra la sesión, y la votación se reservan para otra ocasión, que es lo que pasó al tomarse la votación de la fracción VIII del artículo 2o. transitorio de la ley que discutimos; en consecuencia, la Presidencia está dentro de su papel al apegarse el texto constitucional. (Aplausos.)

El C. González Galindo: ¡Pido la palabra señor Presidente!

El C. Angeles: ¡Pido la palabra!

El C. Camarena: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene la palabra el señor compañero González Galindo.

El C. González Galindo: Voy a interpelar a la Presidencia para suplicarle tenga la bondad de decir... (Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna! ¡No se oye!) (El orador sube a la tribuna.)

Señores representantes: He pedido la palabra para preguntar a la Presidencia si hubo sesión el sábado. Señor Presidente: ¿tiene usted la bondad de decirme si hubo sesión el sábado?

El C. Presidente: El sábado no hubo sesión, sencillamente porque no asistieron los señores diputados.

El C. González Galindo, continuando: Señores representantes: Cuando no hay sesión, no se puede haber faltado a ella. (Aplausos, risas, siseos.) La Constitución dice que "se quitará un día de haber a los diputados que falten a sesión;" pero no hubo sesión el sábado, y lo que sucedió fué que algunos diputados tuvieron algún retardo y por los retardos no se aplica pena alguna: ¡fueron retardos los que hubo, no faltas! Por otra parte, la Presidencia no pudo haber dictado un acuerdo fuera de sesión; sólo podía surtir sus efectos si lo hubiera dictado dentro de ella; pero no habiendo habido sesión, no pudo haber tomado acuerdo, y no pudo haber habido falta si no hubo sesión. Aquí la culpa fué de la Presidencia....

El C. Trigo, interrumpiendo: ¡Moción de orden! Son las 4.30 y aun no comenzamos a discutir la Ley Orgánica de Tribunales. Estamos perdiendo lastimosamente el tiempo y creo que la Presidencia debe mantener su trámite, dejándose de discutir vaciedades que no llevan a ninguna parte útil.

El C. Presidente: La Presidencia mantiene su trámite. La Asamblea es soberana y puede aprobarlo o desaprobarlo, pues es soberana y puede aun deponer de su cargo al que habla.

La Presidencia va a justificar su conducta: tiene para el C. Toro, para el C. González Galindo y para los demás compañeros el más alto respeto; pero ya de antemano manifiesto cuál sería su conducta futura. La Secretaría tendrá la bondad de leer.

El C. Secretario Soto: En la sesión del sábado 24 de mayo, el C. Prosecretario Aguilar, por disposición de la Presidencia, dijo lo siguiente: "Por disposición de la Presidencia, se hace del conocimiento de los ciudadanos diputados que, a partir de la sesión próxima. se comenzará a pasar lista a las cuatro de la tarde, y si acabando de pasar lista no hay quórum, no se celebrará la sesión por ello y se aplicará la multa que previene el Reglamento. (Aplausos.)

En la sesión del martes 3 de junio, el mismo C. Aguilar dijo:

"Por disposición de la Presidencia, se hace del conocimiento de los ciudadanos diputados, que subsiste en vigor el acuerdo tomado por el ciudadano Presidente del mes pasado, respecto a que, a las cuatro en punto de la tarde se pasará lista, y si cuando acabe de pasarse lista, no hay quórum para celebrar la sesión, no se celebrará, pero se precederá como lo previene el Reglamento y con toda energía. (Voces: ¡Bien! Murmullos)."

El C. Presidente: En consecuencia, la Presidencia sostiene su acuerdo...

El C. Trejo, interrumpiendo: ¡Pido la palabra!

El C. Presidente, continuando: ...y se pasa a tomar la votación de la fracción VIII del artículo 2o. transitorio. (Voces: ¡No! ¡No!)

El C. Trejo: ¡Pido la palabra, Señor Presidente! ¡Señor Presidente, pido la palabra! ¡Pido la palabra, señor Presidente!

El C. Castellanos Díaz: ¡Pido la palabra!

El C. Camarena: ¡Pido la palabra! (Campanilla.)

El C. Presidente: Cuando termine de hablar el señor González Galindo; aun no termina de hablar el señor González Galindo.

El C. González Galindo, continuando: Como ha oído la honorable Asamblea...

El C. Castellanos Díaz, interrumpiendo: ¡Para una aclaración que viene a zanjar esta dificultad! (Campanilla.)

El C. Presidente: El señor Vicepresidente debe ser el primero en interrumpir al orador.

El C. Trejo: Suplico a la Presidencia que después de que hable el señor Galindo me inscriba.

El C. González Galindo, continuando: Deseo, señores diputados, hacer constar que quien tiene la culpa de que no se efectúen estas sesiones cuando falta el quórum - a la hora de pasar lista - es la Presidencia, por no tener la paciencia para esperar un momento. El mismo artículo 64 se refiere a que "cuando falten sin causa justificada", y mal puede el Presidente dictar un acuerdo por falta de asistencia, cuando no sabe si el retardo es por causa justificada o injustificada. Los diputados estuvieron llegando posteriormente a la hora y hubo quórum un poco después; si la Presidencia hubiera querido que hubiera sesión, habría esperado un momento y habría habido sesión, porque las sesiones dilatan cuatro horas, es decir, hasta las ocho de la noche pudo haber esperado el Presidente, y si a esa hora no habían llegado los diputados, entonces habría faltado a la sesión y entonces es cuando pudo haber tomado el acuerdo, pero no antes. En tal virtud, señores diputados, yo opino y propongo a la Asamblea que se sirva rechazar el trámite de la Mesa.

El C. Angeles: ¡Pido la palabra!

El C. Camarena: ¡He pedido la palabra varias veces!

El C. Presidente: El señor licenciado Trejo la había pedido con anterioridad

El C. Angeles: ¡Protesto contra la parcialidad de la Presidencia, yo la pedí mucho antes!

El C. León: ¡Moción de orden! Señor Presidente, corresponde hablar al C. Angeles.

El C. Trejo: Cedo mi turno al C. Angeles.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Angeles.

El C. Angeles: Para que la Secretaría informe si fueron multados.... (Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna!) Yo no quiero insistir más en la cuestión de las multas; pero sí quiero que consten estos hechos para que se vea que la Presidencia no ha obrado con justicia, sino únicamente por capricho. Deseo que la Secretaría informe si el viernes y los días anteriores en que no habido más que una asistencia de ciento y tantos diputados, han sido multados todos los que no han concurrido a las sesiones. Interpelo, además, al C. Castellanos Díaz, para que informe a esta Representación - pues fué él, no quien levantó la sesión, porque no hubo sesión, sino quien hizo la declaratoria de que no había sesión - si remitió alguna lista a la Tesorería del Congreso. El contestará negativamente, porque ninguna envió; en cambio, el C. César Morales, oficiosamente, después de que el C. Castellanos Díaz hizo la declaración mencionada, remitió una lista a la Tesorería.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a las personas que no están enteradas de cómo pasaron las cosas, que el sábado yo estaba aquí, mientras que el C. Castellanos Díaz no se encontraba en el salón, sino en alguno de los departamentos de la Cámara.

El C. Secretario Soto: La Secretaría contesta la interpelación del C. Angeles: en las sesiones en que se completa el quórum, nunca se ha multado a los que faltan a esas sesiones. (Voces: ¡Ah!) Creo que la Presidencia ha seguido únicamente el criterio de hacer efectivas las multas en casos en que por falta de asistencia bastante de ciudadanosnos diputados, no haya sesión.

El C. González Galindo: ¡Eso es anticonstitucional!

El C. Angeles: No es de justicia.

El C. Trejo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Trejo.

El C. Mancisidor: Que se someta el trámite a la resolución de la Asamblea. (Voces: ¡Moción de orden!)

El C. Mena: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: ¡Ya hay otra moción de orden!

El C. Gómez Gildardo: Para moción de orden he pedido la palabra, ciudadanos diputados. Esta cuestión, que es delicada para nuestra honorabilidad, en mi concepto, debe tratarse en sesión secreta y no en sesión ordinaria. Por lo tanto, pido a ustedes que, si se sigue tratando este asunto, se trate en sesión secreta.

El C. Morales Hesse: ¡No puede haber sesión secreta!

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Mena para una moción de orden.

El C. Mena: Como quiera que a lo que parece, la Presidencia ha puesto ya a debate el trámite que ha dado a este asunto, yo creo que la Presidencia debe entonces dejar que haya oradores en pro y en contra, y en este caso, yo pido la palabra en pro del trámite de la Mesa.

El C. Presidente: La Presidencia agradece al compañero Mena que quiera tomarse la molestia de hablar en pro del trámite de la Mesa, pero no lo ha puesto a discusión; lo sostiene y lo seguirá sosteniendo. (Aplausos.) Tiene la palabra el C. Trejo.

El C. Trejo: Señores diputados no son los $20.00, como ha dicho algún ciudadano diputado por ahí, los que nos interesan a nosotros. (Murmullos. Campanilla.) Señores diputados, Decía yo hace un momento que no son los $20.00 los que hacen escozor a este Asamblea; son las injusticias que se cometen. Habemos aquí en esta Asamblea un grupo de diputados que apenas si llegamos a 130 o a 140, que sabemos cumplir con nuestro deber y que diariamente venimos a la hora en que se pasa lista (Aplausos) y, en cambio, hay un grupo mucho mayor, pero llego al supuesto de que sea mucho menor el grupo que diariamente falta, que frecuentemente falta y, sin embargo, como ya informó la Secretaría, jamas se le impone la multa y ese grupo sí falta a las sesiones. (Voces: ¡Nombres!) La Secretaría es la que hace fe plena en este caso. Por lo demás, señores diputados, nosotros, como dijo muy bien el licenciado Toro, no somos ni niños de escuela, ni somos ningunos mercaderes para que se nos obligue por $20.00 a hacer esto o dejar de hacer aquello; solamente estamos obligados a cumplir con nuestro deber, pero no por los $20.00. (Voces: ¡No cumplimos!) ¡Si no cumplimos, vámonos a nuestras casas! Felizmente soy de los que singularizo por venir diariamente a las cuatro; a esa hora estoy ya sentado en mi pupitre, y allí está la Secretearía que puede dar fe; ¡no soy de los faltistas! Es triste que una cuestión de éstas haya movido tanta alharaca; pero la verdad es que no son los $20.00 los que la han provocado, sino la injusticia de la Presidencia. Hace un momento me acerqué al señor Presidente y le dije: señor, no son los $20.00 los que me obligan a venir aquí, sino la justicia de la causa. El sábado por la tarde estaba desempeñando una comisión como miembro de la Comisión de Puntos Constitucionales, con motivo de que tenemos para discusión dos leyes; así, pues, me encontraba en el Salón de Comisiones, y cuando salí de allí ya se había declarado que no había sesión. Hice después la observación al C. diputado Soto, quien me contestó que el Presidente había manifestado que era necesario arrasar con todos. Pues, señores, para arrasar con todos es necesario, en primer lugar, que se nos diga que el artículo 64 constitucional que se nos quiere aplicar, está reglamentado. Dicho artículo dice que cuando se falte a sesión, y aquí no ha habido sesión, como dijo muy bien el C. González Galindo; aquí lo que hubo fué una reunión, y por las intemperancias de algunos diputados, porque el Presidente tuviera necesidad de irse, o por lo que ustedes quieran, no hubo sesión en la tarde. (Aplausos.)

Repito, señores, que este asunto no es más que una flagrante injusticia, porque habemos un grupo que diariamente asistimos con puntualidad a las sesiones, y un día, por lo que ustedes quieran, alguno de nosotros falta, e inmediatamente se le multa; y, en cambio, no se aplica ninguna pena a aquellos ciudadanos diputados que siempre faltan y que nos obligan a estar aquí para que ellos se anden libremente paseando. Estoy de acuerdo en que se nos imponga una multa por parejo, pero que diariamente se pase la lista al comenzar y al terminar la sesión, para que se vea quiénes son los que

están y quienes son los que no están; pero no porque uno o dos diputados dejen de venir en un momento dado, se impongan las multas a nosotros, precisamente, que somos los puntuales.

Yo creo que la Asamblea, por decoro propio, debe rechazar el trámite que dio el señor Presidente. (Voces: ¡No! ¡Sí! Campanilla) ¡No es trámite del señor Presidente! No por lo que significan los $20.00, sino por decoro de la misma Asamblea. No es trámite del señor Presidente, porque no habiendo sesión no es Presidente, simple y sencillamente; para que sea Presidente se necesita que haya sesión, y mientras no haya sesión, el señor Presidente no es Presidente. (Voces: ¡Claro, y no puede tomar acuerdos!)

El C. Mena: Pido la palabra, señor Presidente (Campanilla.)

El C. Secretario Soto: La Presidencia suplica a los señores diputados se sirvan prestar atención al ciudadano orador.

El C. Trejo, continuando: Hoy nada menos tienen ustedes este hecho: 140 diputados asistimos a la apertura de la sesión; muchos no han venido ahora, y yo podía asegurar lo siguiente: el día de la próxima decena, esos que no han venido el día hoy, el día de la próxima decena no tendrán multa. ¡Esas son las justicias que se cometen aquí!

El C. Presidente: He escuchado lo dicho por el señor licenciado Trejo, y espero que su honorabilidad sabrá hacerme justicia. No le dije que trataba de arrasar con todos, sino que le dije: "Señor licenciado Trejo: me consta que es usted una de las personas más exactas y una de las personas más trabajadoras dentro de la Asamblea, y de quitarle la multa a uno, tengo que quitársela a todos; pero aunque yo tengo una estimación marcadísima para usted, como Presidente todos son iguales para mí; en consecuencia, si le quito la multa a usted, no hay por qué no quitársela a los demás". (Voces: ¡Sí hay!) pero yo le dije: "¡Estoy dispuesto a no quitársela a ninguno!"

El C. Mena: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Mena: Ciudadanos representantes: Lo que sí es verdaderamente penoso ya, es que sigamos bordando sobre este asunto; la injusticia no es de la Mesa o de la Presidencia al haber impuesto la multa que impuso; en todo caso, injusticia habrá en la Presidencia cuando no ha multado a los ciudadanos que, o no han asistido a las sesiones, o han salido de ellas antes de que terminen; la injusticia será ésta, pero no aquélla, y en esto hace muy bien la Presidencia; la razón es la siguiente: los que tenemos siempre la costumbre de venir a las 4 de la tarde estar aquí hasta que las sesiones se levantan, sucede que perdemos mucho tiempo, y no quiero decir que lo perdamos precisamente nosotros, quien lo pierde es la Asamblea, que deja de discutir durante esas horas; si, como quieren algunos ciudadanos diputados, esperásemos aquí indefinidamente hasta que hubiese quórum, resultaría como sucedió en el mes de noviembre último, que había veces que a las 5 de la tarde todavía no podía abrirse la sesión. Esto es claro que no debe suceder, y el único remedio que hay, es aplicar el castigo que la Constitución señala, dejando sin dietas a los ciudadanos diputados que no estén a la hora reglamentaria. (Voces: ¡No dice eso!) El Reglamento dice muy claro que los diputados tienen la obligación de concurrir desde el principio hasta el fin de la sesión. Favor de leer el Reglamento. El principio de la sesión es a las 4 de la tarde, y el fin a las 8, así, pues, la injusticia está.....

El C. Secretario Soto, interrumpiendo: Por disposición de la Presidencia, se va a leer el artículo 47 del Reglamento:

"Artículo 47. Los individuos de las Cámaras asistirán a todas las sesiones, desde el principio hasta el fin de éstas y tomarán asiento, sin preferencia de lugar, y se presentarán con la decencia que exigen las altas, funciones de que están encargados.

"No es permitido fumar en el salón de sesiones."

El C. Mena, continuando: ¡Perfectamente bien! Habéis oído que los diputados asistirán a las sesiones desde el principio hasta el fin; y hay por allí algunos individuos que quieren hacerse tontos a sí mismos, o que realmente lo son, que dicen que el sábado no hubo sesión; pero yo les preguntaría: ¿el viernes de la semana pasada, al levantarse la sesión, fuimos convocados para el sábado, sí o no? Si lo fuimos, debimos haber venido a la sesión a las 4 de la tarde; y los que no vinieron, que sufran el justo castigo de su falta. Espero que la Presidencia será lo suficientemente esforzada para sostener sus acuerdos y, sobre todo que la Asamblea la apoyará, para que así mañana podamos principiar nuestras labores desde a las 4 de la tarde. (Aplausos.)

El C. González Galindo: Una interpelación.

El C. León: Pido que se dé lectura al artículo 19 del Reglamento.

El C. Presidente: La Secretaría le dará lectura.

- El mismo C. Secretario, leyendo: "Artículo 19. El Presidente, en sus resoluciones, estará subordinado al voto de su respectiva Cámara."

El C. León: Ahora pido a la Presidencia que justifique su procedimiento.

El C. Presidente: Con todo gusto.

El C. Castilleja: ¡Es capricho de la Presidencia!

El C. León: Ahora pido a la Presidencia que justifique su procedimiento, es decir, quiero que me diga si ha tenido en la discusión el apoyo de la Asamblea, o no.

El C. Presidente: Con todo gusto, compañero. Cuando la Asamblea nombra un Presidente, le da el Reglamento y la Constitución, para que se ajuste a ellos, y yo estoy dentro de la ley al cumplir con sus disposiciones.

El C. León: Yo pregunto a la Presidencia si su resolución ha merecido la aprobación de la Asamblea, que es la única capacitada para otorgársela o para retirársela: ¿sí o no? O si ha obrado de modo propio, es decir, de un modo dictorial.

El C. Presidente: Tengo el honor de manifestarle al señor diputado León que, en ninguno de los dos casos en que la Presidencia indicó que se procedería en esa forma, cuando lo hizo el señor doctor Gildardo Gómez el mes pasado y cuando lo hizo la Secretaría en este mes, en ninguno de los dos casos, repito, protestó la Asamblea y sí aplaudió esta

actitud; en consecuencia, tácticamente, la Presidencia se ha subordinado al acuerdo de la Asamblea.

El C. León: ¡Pido la palabra!

El C. Secretario Soto, leyendo: "H Asamblea: "Con dispensa de todo trámite sometemos a vuestra soberanía este acuerdo

"ÚNICO

"Se dispensan las multas impuestas por la Presidencia el sábado 7 del actual.

"México, junio 9 de 1919." (Voces: ¡Firmas! ¡Firmas!) Andrade, Camarena, Mancisidor, y otra firma ilegible. (Voces: ¡Que la funden! ¡Que la funden! ¡Que la funden! ¡A votar! ¡A votar!) La Presidencia invita a alguno de los ciudadanos signatarios para que se sirva pasar a fundar su proposición.

El C. Alencáster Roldán: ¡Se funda por sí sola!

El C. Alencáster Roldán: ¡Se funda por sí ¡Tribuna! ¡Tribuna!) Señores: Da verdaderamente pena estar perdiendo el tiempo en discusiones de esta índole, pero ya que no podemos pasar adelante de otro modo, en compañía de otros señores diputados presentamos esta proposición.

Yo creo que el señor Presidente ha estado dentro del Reglamento al imponer la multa... (Voces: ¡No! ,Si!) Yo creo que el señor Presidente tiene el mejor deseo de disciplinarnos... (Voces: ¡No! ¡No! Desorden) a fin de que concurramos con más puntualidad a las sesiones, pues hay aquí numerosos diputados que sólo pasan lista y se van.... (Voces: ¡Nombres!) ¡Y sin embargo, están desvergonzadamente devengando los $20.00 a la nación! (Aplausos). El señor Presidente, bien pudiera ser que por un exceso de buena voluntad, para disciplinarnos y harcernos concurrir puntualmente a las sesiones, haya impuesto esa multa; yo soy de los que menos faltan, es decir, de los que más molestias originan a esta Asamblea; pero creo que la Asamblea es soberana para quitarse esas multas, y por eso, con otros compañeros, recurrimos al procedimiento legal proponiendo un acuerdo para que se someta ala discusión y resolución de la Asamblea, a fin de que por esta vez se quiten estas multas, no obstante que creo que la Presidencia está obrando bien. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Si! ¡Si!) ¿Por qué es, señores, que siendo 235 los ciudadanos diputados electos, sólo asisten 126 que forman el quórum, o 140 cuando más? ¿dónde están los otros diputados? En sus casas. De modo, pues, que para poder deshacer el acuerdo de la Presidencia, que está dentro del Reglamento, hemos propuesto este otro acuerdo que la Asamblea, en uso de su soberanía, puede aprobar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. León Oscar H.

El C. Castellanos Díaz: ¡Moción de orden! No se han dispensado los trámites a la proposición; es necesario que se consulte a la Asamblea sobre el particular.

- El mismo C. Secretario: La Secretaría contesta al C. Castellanos Díaz, que según el Reglamento, pueden hablar antes de pedirse la dispensa de trámites, un orador en pro para fundar la proposición, y otro en contra.

El C. León: Honorable Asamblea: Vengo a oponerme a la proposición que presentó el C. Andrade Priego, porque los que nos hemos opuesto a la resolución de la Presidencia, como ya lo dijo el señor licenciado Trejo, no es por el interés de los $20.00 diarios, por el interés de los $20.00 de multa, ¡no señores!; me opongo yo a esta proposición por lo siguiente: porque en sí parece que el único móvil que ha guiado a los proponentes a sujetarla a discusión, es precisamente que se paguen los $20.00 pesos a aquellos a quienes se multo el sábado pasado, para que así terminen las cosas. ¡No señores! creo que es el momento oportuno de hacer constar que esta Presidencia y todas las anteriores presidencias, ninguna, absolutamente ninguna de ellas ha obrado con plena justificación, ni mucho menos con rectitud. Es muy cierto, porque a todos nos consta, que los diputados de la Representación Nacional suman 240; de ellos no concurren arriba de 130 a 140 individuos; este sábado, hoy, más bien dicho, que se han hecho efectivas las multas correspondientes al sábado, se hicieron únicamente para los individuos que no estuvieron presentes a la hora de abrirse la sesión, o a la hora en que debía haberse abierto la sesión el sábado pasado; pero en cambio en la Tesorería no sean hecho efectivas las multas correspondientes a todos los días anteriores. Ahora bien, yo creo que la Presidencia no tiene absolutamente ninguna razón para imponer multas, basándose únicamente las listas de apertura de las sesiones; muchos ciudadanos diputados vivimos fuera de México y estamos sujetos hasta a los contratiempos que sufre uno en un camino: un tren se retrasa en la vía de Tlalpan y llegó el diputado cuando se acaba de pasar lista, es multado y, sin embargo, él, venía a cumplir con su deber y desde luego no es justa esa multa; en cambio hay muchos individuos, casi todos los que están sirviendo en ministerios, en ferrocarriles, en otras clases de empleos, menos en la Representación Nacional que vienen a cobrar sus dietas hasta por dos o tres meses en junto, porque ni siquiera tiene necesidad de cobrar decenalmente y, sin embargo, a estos individuos siempre se les paga. (Voces: ¡Nombres! ¡Nombres!) Pueden ir a ver la lista, pueden ir a la Tesorería a informarse generales que están en la conciencia de todos. Por lo tanto, yo pido a los proponentes que también cambien el sentido de esta proposición, de modo que se haga constar que la Presidencia no ha tenido derecho, que, precisamente porque no ha tenido derecho para imponer esa multa, es por lo que se pide a la Asamblea que rectifique el trámite de la Mesa.

- El mismo C. Secretario: En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. ¡No hay quien solicite el uso de la palabra en pro o en contra? (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) En votación económica...

El C. Mena, interrumpiendo: Pido votación nominal. (Voces: ¡Votación nominal!)

- El mismo C. Secretario: Se procede a la votación nominal.

El C. Mena: Para una aclaración pido la palabra. ¿Qué es lo que va a votar la Asamblea?

- El mismo C. Secretario: Lo siguiente: Se consulta en votación nominal si se aprueba el acuerdo siguiente:

"Honorable Asamblea:

"Con dispensa de todo trámite sometemos a Vuestra Soberanía este acuerdo: "Único: Se dispensan las multas impuestas por la Presidencia el sábado 7 del actual."

(Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí! Murmullos. Desorden. Campanilla.) Se ruega a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules. (Desorden. Campanilla.)

El C. Blancarte: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Blancarte: No tiene razón de ser esa votación; si la multa fué impuesta conforme a la Constitución, es decir, sin no fué más que la aplicación de la Constitución o del Reglamento, cual quiera resolución que se tome en contra de esta disposición no tiene valor ninguno, porque ni la Constitución ni el Reglamento se pueden modificar. (Voces: ¡Estamos en votación! Campanilla.) Por lo demás, la proposición que va a sujetarse a votación, no tiene absolutamente razón de ser....(Siseos. Campanilla.) que se pongan las multas; si lo acuerda la Constitución, si lo acuerda el Reglamento, no tiene valor ninguna resolución tomada en contrario, no tiene objeto (Voces: ¡Pido la palabra! Campanilla.)

El C. Castellanos Díaz: ¡Moción de orden!

- El mismo C. Secretario: Se procede a la votación nominal.

El C. Castellanos Díaz: ¡Moción de orden! La Presidencia está violando el artículo 19 del Reglamento.

- El mismo C. Secretario: Por la afirmativa.

El C. Castellanos Díaz: Suplico a la Presidencia que haga leer el artículo 19 del Reglamento.

- El mismo C. Secretario, leyendo: "Artículo 19. El Presidente, en sus resoluciones, estará subordinado al voto de su respectiva Cámara."

El C. Castellanos Díaz: Pido la palabra. (Voces: ¡Estamos en votación! Desorden.) Incuestionablemente que no habiendo sesión y sabiéndolo la Presidencia, no tiene derecho para haber impuesto esa multa.

El C. Mena: Ya se ha abierto la votación y no sé por qué todavía hay individuos que están tomando la palabra; no tienen derecho a ello.

El C. Martínez Ignacio: Pido la palabra para una moción de orden. (Voces. Murmullos. Continúa el desorden. Campanilla.) No es la cuestión de los $20.00 para usted y toda la Asamblea, es que mañana nos crítica la prensa y el pueblo. Es una vergüenza que usted, que ha puesto el ejemplo de faltista, venga ahora a imponer multas. Eso le digo a usted. (Siseos. Voces: ¡Estamos en votación!

- El mismo C. Secretario: Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Malpica: Por la negativa. (Se empieza a recoger la votación.)

El C. Andrade, interrumpiendo: Moción de orden. (Voces: ¡Estamos en votación!) Moción de orden (Voces: ¡Cállate! ¡Estamos en votación! Campanilla. Desorden) Moción de orden.

-El C. Presidente: ¿Para qué?

El C. Andrade: Para ordenar la votación.

El C. Presidente: La votación la ordenan los secretarios.

El C. Andrade: Pero como no la ordenan ellos, cualquiera de los ciudadanos diputados puede ordenarla.

El C. Presidente: Dígame usted qué artículo del Reglamento se está violando.

- El C. Andrade: Está desorientada la Asamblea en cuanto al sí y al no de la votación. (Voces: ¡No! ¡No! Desorden.)

- El mismo C. Secretario: La Secretaría ha leído ya varias veces el acuerdo que se propuso, C. Andrade.

(Se continúa recogiendo la votación, y se concluye.)

El C. Prosecretario Malpica: Votaron por la afirmativa 51 ciudadanos diputados.

El C. Secretario Soto: Por la negativa 116 ciudadanos diputados. En consecuencia, no se suspenden la multas. (Aplausos.)

El C. León: Pido la palabra. De esta votación se acaba de ver que ha votado un número muy superior de diputados al de los que abrieron la sesión. Conforme al criterio anterior de la Presidencia, todos los ciudadanos que estén presentes y que llegaron después de la lista, deberían ser multados. ¿Tendrá derecho a hacerlo la Presidencia, sí o no?

El C. Presidente: La Presidencia contesta al C. Oscar H. León, lo mismo que dijo al señor diputado Angeles: no tiene esta Presidencia más documento para comprobar la asistencia de los diputados que la lista que se pasa; en consecuencia, la Presidencia necesita tener por lo menos 126 ciudadanos diputados para que haya sesión; no habiendo 126 ciudadanos diputados, no puede haber sesión y no habiéndola, ¿qué se quiere que haga la Presidencia con objeto de que asistan los señores diputados?

El C. León: No es mi pregunta. (Voces: ¡Cállate, Oscar! Murmullos. Campanilla.)

El C. Angeles: Pido la palabra (Voces: ¡Ya! ¡Ya! Desorden.) Para una moción de orden, (Murmullos. Campanilla.) Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Angeles.

-El C. Angeles: Para que se cumpla con el artículo 20 del Reglamento, por lo que se va a las resoluciones de la Presidencia en relación con el artículo 19. (Voces: ¡Que se lea! ¡Que se lea!)

- El mismo C. Secretario: "Artículo 20...."

El C. Angles, interrumpiendo: ¡19!

- El mismo C. Secretario, leyendo: "Artículo 19. El Presidente, en sus resoluciones, estará subordinado al voto de su respectiva Cámara."

"Artículo 20. Este voto será consultado cuando algún miembro de la Cámara reclame la resolución del Presidente, previa una discusión en que podrán

hablar dos individuos en pro y dos en contra; lo cual se podrá hacer siempre que no haya mediado votación en el mismo negocio y se adhiera la reclamación por lo menos dos de los individuos presentes."

El C. Angeles: Reclamó la resolución de la Presidencia, en cuanto a las multas, fundado en el artículo 20.

El C. Presidente: Ya la Asamblea lo aprobó.

El C. Angeles: Se desechó la proposición de los señores por la Asamblea, pero no se ha puesto a la consideración de la misma la resolución de la Presidencia respecto a las multas.

El C. Presidente: Ya la Asamblea lo aprobó.

- El mismo C. Secretario: En votación nominal que acaba de pasar, se consulto este punto. (Desorden, Voces: No! ¡No! Campanilla.)

El C. Angeles: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Angeles: Se desechó la proposición de los firmantes, pero no estuvo a votación ni se puso a la consideración de la Asamblea la resolución de la Presidencia respecto a la multas.

El C. Presidente: La Presidencia sostiene su trámite.

El C. Angeles: Por eso lo reclamo. (Voces. Desorden. Campanilla.)

- EL mismo C. Secretario: El trámite de la Mesa.... (Continúa el desorden.)

El C. León: Moción de orden. Algunos ciudadanos diputados se van saliendo del salón, y esto está prohibido por el Reglamento cuando estamos en votación.

El C. Presidente: Si a la hora de la votación no está el número suficiente de diputados, se aplicará la multa respectiva.

- El mismo C. Secretario: El trámite de la Mesa es que subsiste la multa que ha impuesto. (Voces: ¡No! ¡No! Desorden.) Se va a proceder a la votación. (Voces: ¡Ya está votado! ¡Ya está votado! ¡Ya está votado! ¡No! ¡No!)

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a la Asamblea que el señor Angeles ha reclamado el trámite de la Mesa; se desechó la proposición de los tres ciudadanos diputados, pero no el acuerdo de la Presidencia.

- El mismo C. Secretario: Se va a pedir la votación a la Asamblea.

El C. Mena: Pido votación nominal.

El C. Roaro: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Roaro, para una moción de orden.

El C. Roaro: Señores diputados: Yo creo que por honor de esta Asamblea no debíamos de haber durado una hora y media discutiendo este asunto. (Voces: ¡Cállate, entonces!) Es altamente bochornoso y mañana o pasado la prensa y la opinión pública que nos escucha y nos está viendo, serán el juez que nos juzgue severamente. (Aplausos.)

El C. Presidente: A petición del C. licenciado Angeles, se va a poner a votación el trámite de la Presidencia......

El C. Mena, interrumpiendo: Pido votación nominal.

El C. Avellaneda: ¡Moción de orden! (Murmullos. Desorden.) ¡Moción de orden! (Murmullos. Desorden!) ¡Moción de orden! (Murmullos. Campanilla.)

El C. Presidente, continuando: advirtiendo al señor licenciado Angeles que la Presidencia se ha sometido a la Constitución y al Reglamento que ha sido formulado por las dos cámaras, y que la Cámara de Diputados no puede desechar los acuerdos tomados por las dos cámaras.

El C. Avellaneda: ¡Moción de orden!

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Avellaneda.

El C. Avellaneda: Señores diputados: No sé cómo titular los actos que se acaban de desarrollar aquí; parece mentira que tanto resquemor y tanto dolor produzcan $20.00 a los representantes de la Nación. (Aplausos. Murmullos.) Sí, señores, antes que los $20.00, antes de lo que sea ha dicho de injusticias, cuando no lo son, debemos tener en cuenta la Carta Fundamental de la República. Contra eso, señores diputados, no demos decir ni una palabra, puesto que la protestamos; para tener derecho a los $20.00, primero se protestó esa Constitución, y esa Constitución.... (Voces: ¡Esa no es moción de orden! Murmullos.) Voy a citar el artículo..... (Murmullos.)

Mi moción de orden consiste en esto, para resumir: el artículo 64 de la Constitución, dice:

"Los diputados y senadores que no concurran a una sesión, sin causa justificada, no percibirán la dieta correspondiente.

El C. Andrade, interrumpiendo: ¡No hubo sesión! (Voces: ¡No hubo sesión!)

El C. Avellaneda, continuando: Voy a contestar a ustedes, señores diputados, que se encierran en un círculo vicioso; si no hubo sesión, responsable son ellos, puesto que faltaron, debiendo estar aquí cumpliendo con sus deberes. (Aplausos. Murmullos. Desorden, Campanilla.) Sí, señores; a una falta se agrega otra falta. A la falta del cumplimiento del deber, se agrega la falta a la Representación Nacional. (Siseos. Campanilla.) Si no hubo sesión, no fué culpa de los que vinimos, no es culpa de la Presidencia, no es culpa del Reglamento, no es culpa de la Nación, sino de los que no estuvieron aquí. (Aplausos en las galerías.)

De manera que no estoy de acuerdo en que haya votado esto ni el otro, sino que debemos sujetarnos a la Constitución, por lo cual los diputados que no concurran a la sesión, no tienen derecho a dietas, según el artículo 64. -El C. León: Pido la palabra para una interpelación al C. Avellaneda, (Voces: ¡No! ¡No!) Es muy sencilla.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. León: Para suplicar al C. Avellaneda me diga con fundamento en qué artículo constitucional cobró $600.00 en la Tesorería de la Cámara para curarse cuando anduvo malo de un balazo en un brazo. (Risas. Aplausos.)

El C. Avellaneda: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Eso no está a discusión.

El C. Avellaneda: Tengo derecho para contestar a una interpelación.

El C. Presidente: Se le manifiesta al C. León que no es eso lo que está a discusión y que se está infringiendo el orden en la Asamblea, y al C. Avellaneda

que no es este lugar donde han de hacerse estas aclaraciones. Se va a proceder a recoger la votación.

El C. Secretario Soto: Se va a recoger la votación nominal al trámite de la Mesa; consiste en lo siguiente:

El C. Parra, interrumpiendo: No se ha puesto a discusión. Pido la palabra.

El C. Martínez Ignacio: Pido la palabra. El señor Presidente tiene facultades para resolver esto. Quiero que me haga usted el favor de poner la moralidad sobre toda la Cámara. Quiero decirles a ustedes..... (Murmullos. Desorden. Voces: ¡Pido la palabra! Campanilla.)

- El mismo C. Secretario: Está a discusión el trámite de la Mesa. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. - El C. Martínez Ignacio: Señor Presidente: Quiero ver el trámite. (Risas. Desorden.)

- El mismo C. Secretario: A petición del C. Angeles, se va a poner a discusión el trámite de la Mesa, que consiste en que subsistan las multas impuestas por la Presidencia.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Andrade.

El C. Andrade: Señores diputados: Vengo a hablar en contra del trámite de la Mesa, que consiste en mandar hacer el descuento de las dietas del día 7, por no haber algunos ciudadanos diputados, concurrido a la sesión. Debo manifestar a ustedes que hace un momento estaba yo en la inteligencia de que la Presidencia obrada con justificación en todos sus actos; pero he obtenido el conocimiento de que entre las persona que no asistieron el sábado, está el señor Vicepresidente Casas Alatriste, a quien no se le mandó poner la multa. La Secretaría también tiene compadrazgo con muchos señores diputados, a quienes les anota la asistencia sin que vengan aquí. (Voces ¡No! ¡No! ¡Nombres!) Diré lo que dijo, muy cuerdamente, un compañero: no soy delator; los hechos en la conciencia de todos ustedes están. Es un antecedente muy odioso el que vamos a establecer, señores. Le ha caído la multa en su gran mayoría a los ciudadanos diputados que asistan con más frecuencia a las sesiones, y resultan salvados muchos individuos a quienes no les vemos la cara aquí más que en la Pagaduría. (Aplausos en las galerías.) Es necesario, señores, que obrando con entera justificación, se rechace el trámite de la Mesa. Podría yo señalar los nombres de más de 20 diputados que no vienen más que a pasar listas y se van; (Voces: ¡Nombres!), otros que ni siquiera vienen, que no son compadres de los señores secretarios y les anotan asistencia, sin que vengan. Estamos en el deber de votar en sentido contrario al trámite de la Mesa, para no sentar este precedente que sería muy odioso.

El C. Valladares: ¡Que pruebe sus cargos!

El C. Presidente: El C. Andrade Priego dice que no es, delator y, sin embargo, acusa al compañero Casas Alastriste de no haber asistido ese día. Primero advierto al señor licenciado Andrade Priego que fué la Presidencia quien la víspera dió permiso al compañero Casas Alatriste..... (Voces: ¡Ah! ¡Ah!)

El C. León, interrumpiendo: Moción de orden. La Presidencia no puede tomar parte en los debates. Deje su asiento. (Aplausos. Murmullos. Desorden.) ¿Usted se cree que está aquí en Marruecos?

- El mismo C. Secretario: El C. Andrade Priego ha hecho un cargo a la Secretaría, que me veo obligado a contestar. Si los secretarios tenemos compadres aquí, o no, es la Asamblea -que ha visto la conducta que hemos asumido dentro de la Representación Nacional- la que debe contestar al C. Andrade. (Aplausos.) Todos los ciudadanos diputados saben que para la Secretaría no ha habido "bloques" dentro de la Cámara; (Aplausos.) ha habido solamente..... (Aplausos.) ha habido únicamente ciudadanos diputados, eso es lo que ha visto la Secretaría dentro, pues todos le merecen el mismo respeto, ha sido respetuosa con todos y ha sido también consecuente, en cuanto sus atribuciones se lo permiten, con todos también. (Aplausos. Voces: ¡Es cierto) La Secretaría no anota a nadie que no esté presente en las sesiones o que no avise; a vosotros, a muchos de vosotros, os consta que, cuando no pueden estar en una sesión hablan por teléfono o mandan algún recado a la Secretaría; ¿qué puede hacer la Secretaría, si no tomar en cuenta respetuosa como es la Secretaría, de todos los ciudadanos diputados, qué puede hacer si no otra cosa que tomar en cuenta ese recado que recibe, de los ciudadanos diputados? A la Secretaría no le toca juzgar si es un motivo justificado el que los impide venir aquí, tienen la atención de avisar a la Secretaría que no vienen, y la Secretaría tiene una marca convencional para indicar los ciudadanos que avisan que no pueden estar presentes en la sesión; pero nunca les pone raya de asistencia a esos ciudadanos diputados, únicamente les pone una marca convencional para que no se les tome en cuenta esa falta, puesto que han alegado ya algún motivo que la Secretaría no tiene derecho para considerar injustificado. (Aplausos.)

Ahora, otra cosa, señores diputados: ¿qué puede hacer la Secretaría cuando pasa lista, no se completa el quórum y en seguida vienen los diputados alegando que estaban en el Salón Verde o en los pasillo, y que, por lo tanto, tienen derecho a que se les anote asistencia? Lo que yo hice el sábado, ciudadanos diputados, fué esto: no podía alterar la lista de asistencia, porque no puedo faltar a mis deberes, no puedo engañar a la Asamblea, diciéndole que hay quórum y luego que aparezca en la lista que no hay quórum: sobre todo, lo que hice fué anotar a los ciudadanos diputados que estuvieron aquí unos momentos después de que suspendió la sesión, esa lista se la hice presente al ciudadano Presidente para que, si a bien lo tenía, tomara en cuenta a esos ciudadanos diputados que me constaba a mí que habían llegado momentos después; el ciudadano Presidente creyó necesario, en vista de la actitud que la misma Asamblea asume cuando no se completa el quórum, que de todas partes empiezan a pedir a la Presidencia que cumpla con el Reglamento, que se multara a esos ciudadanos que no estuvieran aquí, que no los tomáramos en cuenta; de manera que el C. Andrade no tiene razón en venir a lanzar esos cargos a la Secretaría y el más rotundo mentís que puede dar la Secretaría al C. Andrade sería, como lo ha hecho, someter y dejar a la Asamblea misma

que conteste al C. Andrade si tiene razón o no. (Aplausos.)

Estas son, ciudadanos diputados, las razones que da la Secretaría. (Aplausos.)

El C. Prosecretario Bolio: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Bolio.

El C. Prosecretario Bolio: Como miembro de la Secretaria me veo obligado también a contestar. (Voces: ¡Que hable Vadillo! ¡Qué hable Bolio!) me veo obligado a contestar.... (Murmullos. Campanilla.)

El C. Martínez Ignacio: Moción de orden. Señores: debemos de discutir otras cosas de más importancia y que no seamos objeto de una crítica en el pueblo, en las galerías y en las misma Cámara. Sabemos que los secretarios cumplen con su deber, y que usted, señor Presidente, no cumple, su puesto que usted admite estas discusiones tan tontas y tan bajas, para una crítica de mañana; permítame usted que le vuelva a repetir esto.

El C. Presidente: La Secretaría ha sido aludida y para alusiones personales la Secretaría, lo mismo que los demás miembros de la Cámara, tienen derecho a uso de la palabra. (Murmullos. Desorden. Campanilla.)

El C. Martínez Ignacio: Señor Presidente.... (Voces: ¡Ya! ¡Ya!) Señor Presidente....

El C. Prosecretario Bolio, continuando: Un momento. (Voces: ¡Duro! ¡Duro!) Decía que también tengo derecho para contestar a la alusión personal que hizo el C. Andrade Priego, sitiando el caso concreto, de que sí es verdaderamente honorable la Secretaría; quizás por un error, por una confusión o por lo que sea, pero viene a demostrar de que no tenemos compadrazgos de ninguna clase: yo estoy multando, habiendo asistido aquí como le consta al señor Alarcón, como le consta al señor Avellaneda, como le consta al C. Padrés, como les consta a muchos que vienen aquí a las 4 en punto y, sin embargo, no he alegado, nada por disciplina de la Secretaría. Por lo demás, puedo decirle al señor Andrade Priego que creo, que es más honorable la Secretaría que él. (Risas. Aplausos. Voces: ¡Bravo! ¡Bravo!) -El C. Andrade: Pido la palabra. (Voces: ¡No! ¡No! ¡No! Desorden. Campanilla.) Señor Presidente, moción de orden. ¿Tengo la palabra? El señor Bolio hace un momento reclamaba arriba de la tribuna al Secretario Soto que por qué motivo no lo habían puesto en la lista, cuando en otras ocasiones en que faltaban, lo ponían ¿Es cierto, señor Soto?

El C. Prosecretario Bolio: Pido la palabra para contestar a esto.

El C. Secretario Soto: Está Su Señoría en un error: el C. Bolio me decía que él había, estado a las 4 en punto; yo le decía esto; que no lo había visto y cuando llamé lista no oí su contestación; de modo que pudo haber estado, pero yo no me dí cuenta de que estaba y apareció con falta. Esa explicación le daba yo al C. Bolio y le decía: "Es imposible, pues aun cuando los conozco a todos y en muchas ocasiones basta con que pasen por los pasillos para ponerles asistencia (Voces: ¡Si! ¡Si! Aplausos), puede ser que si algún ciudadano diputado está sentado en su curul y lo llame por su nombre y no me conteste, pues pasa inadvertido para la Secretaría.

El C. Andrade: Si el C. Bolio tuviera la honorabilidad de que blasona, no hubiera pretendido que se le quitase la multa.

El C. Alvarez del Castillo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Alvarez del Castillo: Señores diputados: La discusión se está haciendo interminable y enojosa; yo entiendo que muy en su derecho están algunos ciudadanos diputados, de alegar un día de dietas; puesto que en la consciencia de todos nosotros está que esas dietas son insuficientes para el sostenimiento decoroso de los representantes de la Nación. (Siseos en las galerías.) Por otra parte, es justificable la conducta del Presidente de la Cámara al creer de manera recta y justa que interpreta un artículo constitucional o reglamentario. Yo creo, señores diputados, que por encima de los baratísimos intereses económicos de todos nosotros está el cumplimiento del deber de esta honorable Representación Nacional; en consecuencia, yo exhorto a todos vosotros a que aprobemos este trámite de la Mesa. (Voces: ¡No! ¡No!) Está a discusión la Ley Orgánica de los Tribunales.

El C. Parra: Pido la palabra en contra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Bolio.

El C. Bolio: Yo tengo que decir al señor Andrade Priego que no me extrañan las palabras que ha vertido aquí, porque es un resorte de leguleyos al desvirtuar las palabras que he dicho. Por lo demás, yo conozco perfectamente y sé que es un caníbal vestido con traje de civilización, pues ni los guantes la han cortado las uñas, ni los calzones le han quitado los instintos lúbricos....

El C. Andrade, interrumpiendo: ¡Bellaco!

El C. Trigo: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Trigo.

El C. Trigo: Honorable Asamblea: Vengo a ocuparme única y exclusivamente de lo que ésta a discusión en este momento: el ciudadano Presidente, subordinado a la Soberanía Vuestra, determinó ayer imponer multa a quienes no concurrieron a la sesión del sábado próximo pasado. Es verdaderamente lamentable, ciudadanos diputados que por un asunto tan trivial -puesto que yo no hago la injuria a los compañeros míos, de suponer, como muchos han venido a asentar aquí-, la idea de que únicamente discuten la cantidad de dinero que se les quita, sino que, lejos de ello, como muy justamente lo decía el C. Trejo, él únicamente hizo presente que es lastimoso que esta disposición recaiga sobre quienes cumplen y, en cambio, escapan a ella individuos que, como el señor Aguirre Berlanga, únicamente les vemos la cara en el momento de pasar lista aquí; pero yo permito hacer a la Asamblea esta reflexión: bien está que en esta ocasión hayan caído dentro de esta sanción de la Presidencia individuos que son los menos acreedores (ya no a castigo, porque yo no lo tomo así, sino a reproche, que es este el verdadero calificativo que debe darse a esta multa), individuos que son quienes menos causa y menos motivo dan para este reproche; pero la Asamblea no me puede negar que en muchas ocasiones, cuando se pasa lista y cuando se dice que falta "Fulano" o falta "Zutano", todos entonces nos levantamos de nuestras curules a gritar: "¡Multa! ¡Multa!" (Aplausos.) Constantemente lo estamos haciendo, y eso lo hacemos, porque el día que

gritamos, estamos aquí. Entonces vemos que los perjudicados son los que faltaron y no tenemos en cuenta que al otro día somos nosotros los que faltamos, y entonces la multa se nos impondrá a nosotros.

Yo recuerdo en cierta ocasión, siendo Vicepresidente de esta honorable Cámara, que tres o cuatro diputados me gritaban, un día que suspendí la sesión por falta de quórum: "¡Que se imponga la multa!", y el C. Toro me increpó de una manera formidable, diciendo que yo era un individuo impulsivo, violento, tirano, etc., nada más porque me había plegado al gusto de aquellos diputados. Yo creo, señores, que por disciplina, por respeto a la Presidencia que nosotros, cuando menos la mayoría, hemos elegido para llevarla allí, debemos sencillamente apoyar este trámite.

Yo creo que si todos los ciudadanos diputados tuvieran la conciencia de su deber, que impone venir a las cuatro en punto para marcharnos a la hora de terminar la discusión, no habría Presidente que fuera capaz de multarnos, porque no habría motivo para ello. Desde luego se desprende que si se nos impone multa es porque hemos dado motivo a ello y el mismo Reglamento dice que cuando un diputado se enferme o deje de concurrir a una sesión por falta justificada, debe dar aviso por escrito a efecto de que se le tenga en cuenta esa falta de asistencia. Repito, ciudadanos diputados, por decoro de esta honorable Asamblea, por decoro de todos nosotros, por quitar siquiera esa mezquindad que ya algunos nos han venido a decir aquí: que venimos a pelear los $20.00 que se nos descuentan, en fin, por todos estas pequeñeces, mantengamos el trámite de la Mesa y vayamos a discutir....

El C. Angeles, interrumpiendo: No es justo.

El C. Trigo, continuando: Menos justo es, ciudadano diputado, estar perdiendo dos horas en discusiones completamente carentes de importancia.(Aplausos de las galerías.) Repito, C. Angeles, y particularmente a usted me refiero porque es uno de los que tiene un buen sentido práctico....

El C. Angeles, interrumpiendo: Gracias.

El C. Trigo, continuando: Particularísimamente a usted, C. Angeles, porque en esta ocasión estimo que no está usted en lo justo; yo creo que sin haber hecho toda esta alharaca, sin haber perdido dos horas y aun esta tarde - porque yo creo que ya no haremos nada -, bien podría haberse apelado a otro medio y nos hubiéramos evitado este espectáculo y la censura a la que nos hemos expuesto por parte del pueblo que nos está viendo desde ahí. (Aplausos en la galerías.)

Yo creo, ciudadanos diputados, que si elegimos un Presidente en virtud de un mandamiento reglamentario, lo elegimos para respetar sus decisiones, lo eligimos para que sea una figura respetable en esta Asamblea. (Voces: ¡No! ¡No!) ¿Qué al elegir Presidente, nos proponemos elegir un monigote que debe estar al capricho nuestro? Al C. Toro yo lo he visto dos o tres veces pararse en su curul y exclamar: "¡Multa!", cuando se pasó lista y faltó quórum.

El C. Toro, interrumpiendo: Pido la palabra.

El C. Presidente: Está en el uso de la palabra el C. Trigo.

El C. Trigo, continuando: Hemos llegado ya en un asunto que inicialmente carecía de interés - me refiero cuando menos al interés general, descontado el interés económico nuestro -, hemos llegado a presenciar una cosa repugnante: a los CC. Andrade y Bolio, injuriándose es un sitio en que, como éste, las injurias deben dejarse para mejor ocasión y fuera de este recinto. Si continuamos por este camino, ciudadanos diputados, sin llegar al acuerdo de votar el trámite de la Mesa; ¿lo aprobamos o no lo aprobamos?, ¿sí o no? Pues en ese caso, ciudadanos diputados, esperemos la votación, dejemos que ésta siga su curso y en ese caso cada quien cumpla con lo que su conciencia le dicte, y nos evitaremos dificultades y nos evitaremos este escándalo que nos pone a la altura, ya no de chacales, sino de individuos carentes de conciencia. (Aplausos.)

Yo repito, ciudadanos diputados, y exhorto más que a nadie a los individuos incluídos en la lista de la multa, para que en esta ocasión, cerrado la puerta a toda suposición de que únicamente hacen esta defensa mezquina y miserable, para dar un mentís a esa imputación que se ha hecho de que defienden ustedes los $20.00 de dieta, voten para que se sostengan el trámite de la Mesa, porque si vamos a contrariar los acuerdos del Presidente de la Cámara, vale más no tenerlo y que cada quien obre como le plazca dentro de esta Asamblea. (Aplausos y voces: ¡A votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Parra.

El C. Parra: Honorable Asamblea: Voy a continuar el camino indicado por el compañero Trigo, es decir, voy a procurar dar término a este incidente. Sin que yo crea que el voto debe inclinarse en contra del acuerdo presidencial, precisamente por la razón de dignidad que invocaba el compañero que antes habló aquí, voy a explicar que el motivo que han tenido todos los compañeros que se oponen al trámite de la Mesa, es que es absolutamente inusitada la energía con que lo ha puesto. Ha dicho: "No dispenso a nadie esta falta y no admito ni siquiera discutirla". Sobre ello, sobre este punto es sobre lo que tiene que versar el debate. Ahora bien, creo que nosotros nos hemos desorientado por una razón bastante sencilla: la Constinuación, en efecto, dice que se imponga multa a quienes falten sin causa justificada, pero ¿quién es aquel compañero, aunque sea el Presidente, que pueda calificar la justificación de esa falta? ¿Pues qué, quiere el C. César Morales que cada uno de nosotros traiga aquí, como en la escuela, un justificante de por qué no pudo venir? (Aplausos.) ¿Es posible que cada uno de nosotros fuéramos a pedir a nuestro tutor un justificante de por qué no pudimos estar a tiempo en la sesión? (Aplausos y siseos.) La dignidad de la Representación Nacional exige (Siseos.) que cada uno de los diputados.... (Siseos. Campanilla. Voces: ¡Las galerías! ¡Las galerías!)

El C. León, interrumpiendo: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. León: Con fundamento en el Reglamento y en el derecho que me asiste, pido que se constituya ésta en sesión secreta.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Artículo 195. Los concurrentes a las galerías se presentarán sin armas; guardarán respeto, silencio y compostura, y no tomarán parte en los debates con ninguna clase de demostración.

"Artículo 197. Los que perturben de cualquier modo el orden, serán despedidos de la galería en en el mismo acto; pero si la falta fuese grave o importare delito, el Presidente mandará detener al que la cometiere y consignarlo al juez competente."

El C. León: Insisto en mi moción de orden.

El C. mismo C. Secretario: Por disposición de la Presidencia, atentamente se suplica a los ciudadanos que ocupan las galerías, se sirvan ajustarse a los artículos a que se ha dado lectura.

El C. Parra, continuando: Pues bien, señores diputados, la razón de todo esta discusión de la tarde, estuvo en esto: el Presidente de esta Cámara no puede - ya lo dijo un señor compañero nuestro -, no debe de convertirse en un tirano hasta el grado de exigir a cada uno de los diputados que justifique su falta de asistencia en términos inadecuados. Los representantes aquí reunidos, por el solo echo de ser representantes merecen una completa fe, de suerte que cualquiera que se llegue a la Presidencia y le diga que no pudo venir porque estaba ocupado, eso es bastante para que la Presidencia acepte aquella justificación. Si el individuo faltare a la verdad, sería en mengua de su crédito personal, pero la Presidencia no puede jamás calificar las excusas que presente un diputado.

Yo estuve también en un caso semejante como el del compañero Trigo: en alguna ocasión que tuve la honra de presidir esta Asamblea, levanté la sesión sin imponer multas, porque tengo la convicción de que estas son multas son enteramente inadecuadas para Asamblea tan honorable como es la Cámara de Diputados. Sin embargo, la Cámara me exigió que pusiera multas, y las impuse, pero entonces a cada uno de los diputados que se acercaba a decirme: "no asistí por este motivo," yo sin vacilar, porque no tengo derecho para dudar de su honorabilidad, le justificaba la falta de una sola vez. (Aplausos.) En consecuencia, señores diputados, este era el camino que se debió haber seguido; está bien que el señor Presidente Morales haya impuesto esa multa, pero debía también, - antes de hacer esta discusión enojosa por dos horas -, haber tenido en cuenta que está en la obligación más estricta de no dudar, absolutamente, de la honradez de cada uno de los ciudadanos representantes. Por lo mismo, yo ruego al señor Presidente que, dando una muestra de ecuanimidad, retire su trámite, que deje sus energías para cuando esté con niños de escuela, pero no para cuando esté entre compañeros de Cámara.

El C. León: Moción de orden.

El C. Altamirano: ¿Me permite el orador una interpelación?

El C. León: El C. Altamirano está pidiendo la palabra para una interpelación.

El C. Altamirano: Yo quiero que el C. Parra a quien tengo en un alto concepto como hombre apegado a la ley, me diga...

El C. León, interrumpiendo: Moción de orden. ¿Estamos aquí pintados, o que? Con fundamento en el artículo 34 del Reglamento pido que se constituya ésta sesión en secreta. (Voces: ¡No! ¡No! Desorden. Campanilla.) Insisto en ello.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Artículo 33. Después de la sesión pública, los lunes de cada semana habrá sesión secreta para despachar los asuntos económicos de la Cámara u otros que exijan reserva."

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al C. diputado León que esto es para el período de sesiones ordinarias...

El C. León: Hágame Su Señoría favor de ver la fracción I del 32. Creo que no es el momento oportuno de venir a estudiar el Reglamento, señor Presidente.

El C. mismo C. Secretario: "Artículo 32, fracción II..."

El C. León, interrumpiendo: ¡Fracción I del 32!

- El C. mismo C. Secretario, leyendo:

"Artículo 32. En las sesiones se dará cuenta con los negocios en el orden siguiente:

"I. Acta de la sesión anterior, para su aprobación. Si ocurriese discusión sobre alguno de los puntos del acta, deberá informar la Secretaría y podrá hacer uso de la palabra dos individuos en pro y dos en contra, después de lo cual se consultará la aprobación de la Cámara;

"II. Comunicaciones de la otra Cámara, del Ejecutivo de la Unión, de las Legislaturas y de los gobernadores de los estados;

"III. Iniciativas del Ejecutivo, de las Legislaturas y de los individuos de la Cámara;"... etc.

"Artículo 34. Si fuera de ese día ocurriere algún asunto de esta clase, podrá haber sesión secreta extraordinaria por disposición del Presidente de la Cámara, o a moción de algún individuo de ella, o por indicación del Presidente de la otra Cámara o del Ejecutivo."

Está servido Su Señoría.

El C. Angeles: Que se lea el artículo 35, fracción III.

- El mismo C. Secretario: "Artículo 35. se presentará en sesión secreta:

"... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... .... ... ... ... .... ... "III. Los asuntos puramente económicos de la Cámara." (Voces: ¡Ahí está!)

- El mismo C. Secretario: Por disposición de la Presidencia se va a dar lectura al artículo 42 del Reglamento y al 67 de la Constitución, respectivamente:

"Artículo 42. Cuando el Congreso General se reúna en sesiones extraordinarias, se ocupará exclusivamente del objeto u objetos designados en la convocatoria; y si no los hubiere llenado el día en que deban abrirse las sesiones ordinarias, cerrará aquéllas, dejando los puntos pendientes para ser tratados en éstas."

"Artículo 67. El Congreso tendrá sesiones extraordinarias cada vez que el Presidente de la República lo convoque para este objeto; pero en tal caso no podrá ocuparse más que del asunto o asuntos que el mismo Presidente sometiere a su conocimiento, los cuales se expresarán en la convocatoria respectiva. El Ejecutivo puede convocar a una sola Cámara a sesiones extraordinarias, cuando se trate de asunto exclusivo de ella."

El C. Angeles: Para una interpelación a la Presidencia. ¿Entonces por qué la Presidencia ha

consentido en que se esté violando el Reglamento con esta discusión?

El C. Presidente: La Presidencia no sometió a discusión esto; fueron ustedes quienes, insistiendo, exigieron de la Presidencia que se discutiera este asunto. (Murmullos y voces: ¡A votar! ¡A votar! Desorden.)

Tiene la palabra el C. diputado Altamirano.

El C. Altamirano: Tengo la palabra para una interpelación al señor compañero Parra, y le pregunto lo siguiente: ¿Cree el señor Parra que es factible llevar a la práctica el artículo que impone la multa cuando un diputado no asiste a la sesión, si no hay una sanción a este artículo?

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Parra.

El C. Parra: Sí lo creo, señor compañero, porque eso estaba basado en la honradez de cada uno de los ciudadanos diputados.

El C. Altamirano: Pido la palabra, señor Presidente: (Voces: ¡No! ¡No! ¡A votar!) Sencillamente si nos vamos a eso, debemos borrar ese artículo de la Constitución. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra en C. Peña.

El C. Peña: Voy a hacer una pequeña aclaración... (Voces: ¡No! ¡No! ¡A votar!) Deseo hacer una pequeña aclaración antes de votar este trámite. (Voces: ¡No! ¡No! ¡A votar!) Yo vengo a hacer esta pequeña aclaración antes de votar el trámite de la Mesa, porque conforme al artículo 49 del Reglamento yo le reconozco al Presidente el derecho de imponer esta clase de multa. El artículo 49 del Reglamento, dice así: - voy a ser muy breve -. El artículo 49 del Reglamento, dice así:

"El senador o diputado que por indisposición u otro grave motivo no pudiese asistir a la sesión, o continuar en ella, lo avisará al Presidente por medio de un oficio o de palabra; pero si la ausencia durase más de tres días, lo participará a la Cámara para obtener la licencia necesaria."

De modo que aquí este artículo le reconoce, tácitamente, al Presidente, el derecho de poner en práctica el artículo constitucional en caso de que no se le avise por escrito o de palabra. Yo manifiesto a usted que en esto reconozco el derecho que tiene él de imponer estas multas; yo soy de los multados, no vengo a hablar porque me duelan los $20.00, y pueden consultar las listas que están en la Conserjería, a ver si - fuera del sábado - he faltado a las sesiones; pero por este artículo 49 se demuestra el derecho que tiene el Presidente para imponer estas multas cuando no se le avise de oficio o de palabra. Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Avilés: Pedí la palabra en contra. (Voces: ¡Que hable Avilés! ¡A votar! ¡A votar!) Pedí la palabra en contra del trámite de la Mesa.

El C. mismo C. Secretario: Conforme al Reglamento, en la discusión de un trámite de la Mesa puedan hablar dos ciudadanos en pro y dos en contra; ya se ha cumplido con este artículo reglamentario.

El C. Avilés: Pido la palabra en contra de la tiranía de la Mesa.

- - El mismo C. Secretario: Ahora procede consultar a la Asamblea si se considera suficientemente discutido.

El C. Avilés: Pido la palabra en contra de la tiranía de la Mesa.

- EL mismo C. Secretario: Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Está suficientemente discutido. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí! Desorden. Campanilla.)

El C. Avilés: Pido la palabra en contra.

- El mismo C. Secretario: Suficientemente discutido el trámite de la Mesa.

El C. Avilés: Para alusiones personales, pido la palabra. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) Para alusiones personales, pido la palabra. (Desorden.)

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a recoger la votación......

El C. Mena, interrumpiendo: ¡Pido votación nominal!

- El mismo C. Secretario, continuando: Se va a proceder a recoger la votación nominal respecto a si se aprueba o no el trámite de la Mesa....

El C. Andrade, interrumpiendo: ¡Pido votación nominal! (Murmullos.)

- El mismo C. Secretario, continuando: que consiste en esto: subsisten las multas impuestas en la sesión del sábado en la tarde. (voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí! Murmullos.) Se procede a la votación nominal Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Malpica: Por la negativa. (Se procedió a recoger la votación.)

El C. Jiménez, interrumpiendo: Rectifico mi voto. ¡No! (Siseos. Murmullos.)

El C. Secretario Soto: El C. Jiménez rectifica su voto. (Continúa recogiendo la votación, y concluye.)

El C. Prosecretario Malpica: Votaron por la negativa 78 ciudadanos diputados.

El C. Secretario Soto: Por la afirmativa, 75. En consecuencia, no subsiste las multas. (Aplausos. Siseos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra al C. Avilés Uriel, para alusiones personales. (Desorden. Campanilla.)

El C. Prosecretario Aguilar: Se suplica a los ciudadanos diputados se sirvan escuchar al orador. (Voces: ¡Gracias! Murmullos.)

El C. Avilés: Señores diputados: Hay hechos que deben rectificarse y no permanecer impunes, y yo suplico a la Presidencia que ordene a la Secretaría nos lea aquí la lista de los ciudadanos diputados a los cuales se les ha concedido licencia. (Voces: ¡Que se lea!)

- El C. Secretario Lorandi, leyendo:

"Licencias concedidas por la Cámara:

Alcocer Ernesto. Castillo Torre José. González Marciano. Gutiérrez Orantes Raúl. Meade Fierro Ernesto. Meza Enrique.

Morales Sánchez Gregorio. Ocampo Conrado. Ramos Matías.

Rodríguez de la Fuente Jesús. Rojas Rafael. Saldaña José P. Sánchez Margarito. Saucedo Salvador. Schulz y Alvarez Miguel. Serrano Francisco R. Torres José T. Trigo Octavio M. Zincúnegui Tercero Leopoldo.

"Licencias económicas para hoy:

Malpica Samuel R. Pérez Vela. García de Alba."

El C. Avilés: ¿Cuántas son por todas ?

El C. Secretario Lorandi: 19 licencias concedidas por la Cámara, y 3 económicas.

El C. Avilés, continuando: Ahora vuelvo a suplicar a la Presidencia se sirva decirme cuántos son los ciudadanos diputados que por falta de elección, o más bien dicho, los Distritos que por la falta de elección no están representados en esta Cámara. (Siseos. Voces: ¡Huy! Campanilla.)

O más bien, para ahorrar tiempo, dice los señores Secretarios que yo les diga cuántos son los ciudadanos diputados que hay en lista.

El C. Secretario Soto, Interrumpiendo: No, que usted pregunte.

El C. Avilés, continuando: Yo les suplicaría, haciendo eco a lo que ellos me dicen, que me dijeran cuántos diputados efectivos hay en lista.

- El mismo C. Secretario: ¡234!

El C. Avilés, continuando: 234, dicen los señores Secretarios que hay en lista; 234 y hay concedidas 22 licencias; luego quiere decir que restamos de 234..... (Risas. Voces: ¡A la escuela!), 22 licencias, quiere decir que nos queden 212 ciudadanos diputados que deben estar presentes aquí en la Asamblea.

Y ahora, yo voy a exigir todavía de la Presidencia que mande arrancar esa lista (Voces: ¡Lista! Risas.) ignominiosa hasta cierto punto, que está allí en ese cartelón que de un modo indebido se tiene a un lado de la conserjería de la Cámara, para que se diga a ver cuántos ciudadanos diputados, en realidad, son los faltistas.

Me dicen los ciudadanos Secretarios que del sábado en ese cartelón ignominioso (Risas.) que hay ahí, o ignominioso, como ustedes quieran, si ya alguna vez en esta tribuna dije que el castellano era muy amplio y muchos de ustedes no están al alcance de lo que es el verdadero español (Risas.) y que lo deben entender, ciudadanosnos diputados, tal como se habla en la provincia de cada uno de vosotros. (Voces: ¡No! ¡No!) Sí, señores, ¡qué me van a gritar que no! Aquí os venís a dar ese tinte de que sabéis mucho, pero cuando se os sujeta a un examen verdadero, pues resulta, señores diputados, que son pocos los que sabéis lo que es el verdadero español.

Resulta aquí que yo os voy a leer esta lista que me acaban de traer y que data desde el 2 de junio, de los faltistas, y yo voy a exigir también de la Presidencia que me presente la lista de los ciudadanos faltistas desde el 2 de junio, y verán ustedes cómo aquí no están todos los que han faltado. El 2 de junio, nos dice aquí la Secretaría:

"Ciudadanos diputados que no asistieron a la sesión del día 2 de junio:

"Amezola, 1. (Voces: ¡Uno!) Escudero, 2. (Voces: ¡Dos!) García Vigil, 3. (Voces: ¡Tres!) González Galindo, 4. (Voces: ¡Cuatro!) Macías Juan E., 5. (Voces: ¡Cinco!) Martínez Saldaña, 6. (Voces: ¡Seis!) Pérez Carbajal, 7. (Voces: ¡Siete!) Ríos Landeros, 8. (Voces: ¡Ocho!) Rodríguez Herminio, 9. (Voces: ¡Nueve!) Roel Santiago, 10. Rojas Rafael, 11, y Segura, 12. (Voces: ¡Doce!)

12 ciudadanos diputados fueron los que faltaron, de 212 ciudadanos diputados que debían haber estado presentes el 2 de junio, cosa que es una falsedad absoluta, porque no estuvieron presentes los 200 ciudadanos diputados. Y yo pido a la Secretaría o, más bien, exijo que venga y nos lea aquí la lista de asistencia del 2 de junio. Señores diputados: Yo a vuestra honradez, no a la honradez de la Secretaría, voy a apelar, para que me contestéis cada uno de vosotros si el día 2 de junio había 200 diputados en esta Asamblea. (Voces: ¡No! ¡No!) Yo quiero que me contestéis, bajo vuestra palabra de honor; (Risas.) y, sin embargo, en esta lista, aquí, casi existen esos 200 diputados. (Murmullos. Siseos.) Casi existen esos 200 diputados.

El C. Secretario Lorandi, interrumpiendo: En honor de la verdad, y aunque en esta ocasión estoy enteramente de acuerdo con el que hace uso de la palabra, debo decir que el día 2 de junio aparecen, según la lista presente, 127 ciudadanos diputados. (Voces: ¡Muy bien!)

El C. Casas Alatriste: Para una aclaración. Pero eso es al principio de la sesión.

El C. Prosecretario Aguilar: Al abrirse la sesión, el ciudadano Secretario Soto hizo declaratoria de que había quórum con 127 ciudadanos diputados. Posteriormente a esa declaratoria, llegaron los diputados que constan aquí marcados con lápiz rojo. Si esos señores diputados, si los ciudadanos diputados marcados con lápiz azul, creen que es una irregularidad de la Secretaría anotar las asistencia cuando vienen a pedirlo, en ese caso no hubo la asistencia; pero si eso que aceptan todos los días todos los señores diputados que no puedan llegar cuando se hace la declaratoria del quórum, lo admiten como bueno, entonces es lógico y justo que también hoy lo admitan como bueno, y entonces aquí está la lista correspondiente a ese día, para comprobar la asistencia que hubo. (Aplausos.)

El C. Avilés, continuando: Señores diputados: Esos individuos que aplauden son los que menos asisten a las sesiones; (Risas.) hoy por una mera casualidad han asistido a ésta, pero aquí está esa lista y yo vuelvo a apelar a la palabra de honor de los ciudadanos diputados que están presentes aquí, para que me digan si el 2 junio han ocurrido 200 diputados y senadores a estas curules (Voces: ¡No! ¡No!) y, sin embargo, aquí en esta lista tenemos alrededor de 200 ciudadanos diputados anotados que ocurrieron el 2 de junio, cosa que es inexacta, porque en la conciencia de todos los señores diputados que ocupan estas curules está que no ocurrieron. Así es, señores diputados, que no obstante que esta

Asamblea ha desechado el acuerdo del ciudadano Presidente, de que debían de aplicarse multas a los faltistas del sábado, yo sigo insistiendo en que aquí hay una demasiada irregularidad y un demasiado favoritismo que en estos momentos se deja ver, porque si pasamos una lista justa enteramente, las curules no estarán ocupadas por arriba de unos 130 ciudadanos diputados y, sin embargo, tenemos aquí individuos, como Martín del Campo, que nunca ocurren a estas sesiones, si no es el día de pago (Aplausos.) o el día en que se trata de renovar la Mesa de esta Asamblea; tenemos al C. Paz Narciso, que dejó de ocurrir a estas sesiones desde el principio en que se abrieron, hasta hace unos pocos días; tenemos al C. O' Fárrill, que nunca ocurre a estas sesiones, si no es hasta hoy; tenemos al C. Berlanga, que muchas veces viene y pasa lista, pero ya un flamante automóvil lo espera a las puertas de esta Cámara, en el cual toma pasaje y tranquilamente se va a pasear a las calles de la metrópoli; tenemos al diputado Breceda, que también viene a esta Asamblea muchas veces y otras no, y pasa lista y también tranquilamente va a pasearse por las calles de esta metrópoli; tenemos al C. de la Colina, que también es uno de los que vienen y pasan lista aquí e inmediatamente sale de esta Asamblea y se van; tenemos al C. Orozco y Muñoz, que adolece de la misma cuestión; tenemos al C. Castillo Nájera, que también adolece, o, más bien, cojea del mismo pie. (Risas.) Tenemos al C. Escudero, tenemos al C. Díaz González, tenemos también al mismo C. Blancarte, (Risas.) que viene aquí a esta Asamblea e inmediatamente la abandona; tenemos al C..... de Chiapas, (Voces: ¡Araujo!) Araujo, que también.... y se me antoja que en estos momentos no está ni en esta Asamblea siquiera...

El C. Araujo Francisco, interrumpiendo: ¡Aquí estoy!

El C. Avilés, continuando: Viene aquí a esta Asamblea e inmediatamente la abandona para ir a atender sus negocios, etc., etc. Yo no diré tampoco del ciudadano mi paisano... (Voces: ¡Parra!) Enrique Parra, ni del C. Silva Herrera, ni del C. Gaytán ni de otros muchos que adolecen, o más bien, "cojean de la misma pata". (Risas.) Y así, señores diputados, por el estilo vemos que siempre esta Cámara no está compuesta arriba de 126,127 ó 130 ciudadanos, diputados ¿Qué se hace el resto de esos señores? ¿Adónde van o qué tienen que hacer?... yo pregunto.

El C. Arlanzón, interrumpiendo: ¡Qué te importa! (Risas.)

El C. Avilés, continuando: ¿Adónde van? ¿A qué vienen? ¿A qué los mandaron?

El C. Aguire Vito: ¡A vacilar! (Risas.)

El C. Avilés: Me dicen aquí, aquí este señor de las patillas (señalando al C. Aguire Vito), que los mandaron a "vacilar"; (Risas.) pues la "vacilación" se deja para otros casos, pero no cuando se trata efectivamente de venir aquí a tratar los asuntos de la Patria. (Campanilla.) Ustedes y el señor Presidente que "ahorita" toca la campana, pueden decir todo lo que se les antoje, pero yo estoy en lo justo al hacer esta rectificación de hechos. Ustedes podrán reírse y el señor Presidente podrá tocar la campana cuantas veces se le pegue la gana, pero yo estoy en lo justo en hacer esta rectificación de hechos, porque es verdaderamente un escándalo que apenas asistimos 126 ó 127 ciudadanos, que somos - porque yo me precio de ser de los que concurren a sentarse tarde a tarde - los que venimos a estas curules, a presenciar los debates de esta Asamblea.

El C. Presidente, a las 6.45 p. m.: Ciudadanos diputados: Apegándome al artículo 198 del Reglamento, se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde para discutir la Ley del Trabajo.