Legislatura XXVIII - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19190707 - Número de Diario 59
(L28A1P1eN059F19190707.xml)Núm. Diario:59ENCABEZADO
MÉXICO, LUNES 7 DE JULIO DE 1919
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
AÑO I.- PERIODO EXTRAORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 59.
SESIÓN
DE LA
CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA
7 DE JULIO DE 1919
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior. Se concede licencia a los CC. diputados Araujo Emilio, Soto José M. y Reyes Rafael. 2.- Es puesto a discusión el dictamen de las comisiones unidas 1a. de Hacienda, 2a. de Crédito Público, y de Ferrocarriles, en el que se niega al Ejecutivo de la Unión la facultad que solicita para adquirir el control de las acciones de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán. Los ciudadanos secretarios de Hacienda y Crédito Público y de Comunicaciones y Obras Públicas informan a la Asamblea. 3.- Es presentada por varios ciudadanos diputados una proposición para que se constituya la Asamblea en sesión permanente hasta la resolución de este asunto, y se rechaza en votación nominal. 4.- Es aprovechada una proposición presentada por varios ciudadanos diputados para que se continúe el día de mañana este debate en lugar del correspondiente al Proyecto de Ley del Trabajo. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del C. OLIVÉ ISAAC
(Asistencia de 133 ciudadanos diputados.)
El C. Presidente, a las 4.25 p. m.: Se abre la sesión.
El C. Prosecretario Aguilar, leyendo: "Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, día cinco de julio de mil novecientos diez y nueve.- Período Extraordinario.
"Presidencia del C. Isaac Olivé.
"En la ciudad de México, a las cuatro horas y veintisiete minutos de la tarde del sábado cinco de julio de mil novecientos diez y nueve, con asistencia de ciento veintisiete ciudadanos diputados, se abrió la sesión.
"Se aprobó sin debate el acta de la anterior.
"La Secretaría dio cuenta del dictamen de la 1a. Comisión de Gobernación, que consulta un Proyecto de Ley, por el que se convoca a elecciones de diputados al Congreso de la Unión en los distritos electorales 1o., 2o., 3o., 4o. y 5o. del Estado de Guerrero, cuyo dictamen, en su parte resolutiva, dice: "Artículo único. Se convoca al pueblo de los distritos 1o., 2o., 4o. y 5o. del Estado de Guerrero, a elecciones extraordinarias de diputados, propietarios y suplentes, al Congreso de la Unión, cuyo período terminará el 31 de agosto de 1920, sujetándose a las siguientes bases:
"a.)Las elecciones se verificarán de acuerdo con lo preceptuado en la Ley Electoral de 1o. de junio de 1918, observándose lo dispuesto en los incisos (a), (b), (c), (f), (i), (k), (l), y (m) del artículo 3o. transitorio de esa ley;
"b.) El registro de candidatos quedará abierto desde la promulgación de esta ley que se cerrará quince días después;
"c.) La Junta Computadora se reunirá diez días después de aquel en que se verifiquen las elecciones, que se efectuarán el día 3 de agosto del presente año;
"d.) Los presidentes municipales cumplirán con los dispuestos en el artículo. 27 de la Ley Electoral
. "e.) En todo los demás se observará, en lo conducente, la Ley Electoral antes citada."
"Después de una moción de orden del C. Andrade, y que la Secretaría leyó el artículo 145 del Reglamento, se declaró con lugar a votar en lo general este Proyecto de Ley, por unanimidad de ciento cuarenta y tres votos.
"A discusión en lo particular. El C. Morales usó de la palabra manifestar que no debía convocarse a elecciones en el 2o. distrito electoral, en vista de que no se encontraba en circunstancias normales, según datos que se le proporcionaron en un carta que le fue dirigida. El C. Castilleja opinó que no dejarán de verificarse las elecciones en dicho distrito, y que la Cámara, al calificarlas tuvieran cuenta esos datos. El C. Zincúnegui Tercero propuso que por los conductos legales, se procurara librar a ese distrito de la presión militar a que se refiere la carta dirigida al C. Morales. El C. Álvarez del Castillo, miembro de las comisiones apoyó el dictamen. Hizo aclaraciones el mencionado C. Morales Francisco César, y el C. Pastrana Jaimes sugirió se aplazaran las elecciones para fecha posterior.
"Suficientemente discutido el dictamen en lo particular y con lugar a votar fue aprobado por ciento cuarenta y un votos de la afirmativa contra
uno de la negativa, del C. Morales Francisco César. Pasó a la 2a. Comisión de Corrección de Estilo.
"A debate el artículo 70 del capítulo VII del Proyecto de Ley del Trabajo, cuyo capítulo presentan nuevamente reformado las comisiones.
"Hablaron en contra y en pro, respectivamente, los CC. Trigo y Pastrana Jaimes. El C. Siurob juzgó conveniente que se discutiera antes que este capítulo, el VIII, con objeto de establecer previamente la competencia de las juntas de Conciliación y Arbitraje, y leyó una proposición que con ese fin formuló en unión del C. García Vigil. En votaciones económicas sucesivas, la Asamblea resolvió que no se sometiera a su consideración la proposición de referencia, así como el artículo 70 no estaba suficientemente discutido.
"Ampliado el debate, usaron de la palabra los CC. Pastrana Jaimes y Trigo, el primero en pro y el segundo en contra.
"Presidencia del C. César A. Lara.
"En votación económica, que fue reclamada por el C. Siurob, se consideró el punto suficientemente discutido por setenta y nueve votos de la afirmativa contra cincuenta de la negativa, según recuento de votos que hicieron cuatro ciudadanos diputados designados por la Mesa. Con lugar a votar el artículo 70, se aprobó por ciento cinco votos de la afirmativa contra treinta y dos de la negativa.
"Votaron afirmativamente, los CC. Aguilar Antonio, Aguilar Pablo, Aguirre León Alarcón, Altamirano, Anda, Angeles Carlos L., Arriaga, Arrioja Isunza, Avellaneda, Avilés, Balderas Márquez, Barrera de la, Basáñez., Bouquet, Bravo Carlos, Bravo Izquierdo, Cabrera, Camarena, Casas Alatriste, Castellano Díaz, Castilleja, Castillo Nájera, Castillo Torre, Céspedes, Colina de la, Cornejo, Cuéllar, Chablé, Chávez, Esparza, Espinoza Luis, Espinoza y Elenes, Fernández Miguel B., Ferrel, Flores, Franco, Fuentes Barragán, Gaitán, Gámez Gustavo, García Adolfo G., García Antonino M., García Pablo, García Ruiz, Gil, Gómez Cosme D., González Galindo, González Marciano, Guerra, Guerrero, Gutiérrez Antonio, Gutiérrez de Velasco, Hernández Jerónimo, Hernández Loyola, Huerta, Lanz Galera, Lara, León, Maceda, Macías Rubalcaba, Madrid, Mariel, Márquez Galindo, Méndez Pánfilo, Meza, Moctezuma, Molina, Morales Hesse, Olivé, Pastrana Jaimes, Pérez Vela, Ramos, Ríos Landeros Rafael L. de los, Roaro, Rodríguez de la Fuente, Rodríguez Matías, Rodríguez Sabino, Rojas Rafael, Rosas, Ruiz Martínez, Ruiz Porfirio, Saldaña José P., Sánchez José M., Sánchez Salazar, Silva Federico, Silva Herrera, Silva Jesús, Siurob, Soto Rosendo A., Suárez Enrique, Tamez, Tello, Torre Rómulo de la, Treviño, Uzeta, Valadez Ramírez, Vázquez, Velázquez Juan, Velázquez López, Verástegui Franco, Verástegui José, Vilchis, Villaseñor Salvador Zavala Leobino.
"Votaron negativamente, los CC. Alejandre, Alencáster Roldán, Angeles Jenaro, Baledón Gil, Bravo Carlos, Carriedo Méndez, Castro Alfonso, Díaz Infante, Fernández Ledesma, Fierro, Gámiz Luis G., García Carlos, García Vigil, González Jesús N., Martínez del Río, Mena, Méndez Benjamín, Mendoza, Morales Francisco César, Palacios Moreno, Ruiz H. José María, Sánchez Margarito, Segura Silva Pablo, Solórzano, Soto Peimbert, Suárez José María, Toro, Trejo, Trigo, Urdanivia y Villaseñor Mejía.
"Por ciento treinta y dos votos de la afirmativa contra dos de la negativa, de los CC. Bravo Lucas y Ruiz H. José María, se aprobó el artículo 71, después de que el C. Trigo habló en contra e interpeló a las comisiones.
"El artículo 72 motivó el debate siguiente: El C. Valadez Ramírez contestó dos interpelaciones del C. Arrioja Isunza; el C. García Vigil rectificó un hecho asentado por el C. Valadez Ramírez, y éste hizo una aclaración; el C. Avellaneda habló en contra, y el mencionado C. Valadez Ramírez apoyó el artículo; el mismo C. Valadez Ramírez hizo aclaraciones que solicitó el C. Mena. Los CC. García Vigil y Trigo atacaron el artículo en cuanto a su forma, y las comisiones, tomando en consideración las observaciones de los oradores del contra, retiraron el artículo para modificarlo, previo permiso otorgado por la Cámara.
"El C. Avellaneda usó de la palabra para hechos relacionados con la discusión anterior.
"En seguida, la 2a. Comisión de Corrección de Estilo presentó la Minuta relativa al Proyecto de Ley por el que se convoca a elecciones extraordinarias de diputados en los distritos electorales, del 1o. al 5o. del Estado de Guerrero. Se aprobó sin debate en votación económica y pasó al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
"El C. Villalobos informó del resultado de la comisión que se le confirió en Unión del C. Álvarez del Castillo para visitar al C. diputado Salvador Escudero, que se encuentra enfermo. La Presidencia dio gracias a los comisionados.
"A las siete horas y treinta y siete minutos de la noche se cerró la sesión." Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
Aprobada.
El C. Secretario Pesqueira: Se va a dar cuenta con los asuntos en cartera:
"Emilio Araujo, diputado por el 1er. distrito electoral del Estado de Chiapas ante esta honorable asamblea atentamente expone:
"Que teniendo algunos asuntos urgentes de familia que atender en la necesidad de solicitar, con dispensa de trámites y goce de dietas una licencia hasta por 15 días y en tal virtud, a esta honorable asamblea atentamente pide se sirva acordar de conformidad su solicitud.
"México, 7 de julio de 1919.- Emilio Araujo." En votación económica se pregunta si se dispensa los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie.
Dispensados. Está a discusión. ¿No hay quién pida la palabra?
No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
Aprobada.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Honorable Asamblea:
"José M. Soto, diputado propietario por el 17 distrito del Estado de Michoacán, ante Vuestra Soberanía respetuosamente viene a suplicar que, con dispensa de trámites y goce de dietas, se le conceda una licencia por veinte días, con objeto de transladarse a la cabecera del distrito que representa, al arreglo de urgentes asuntos de carácter particular.
"México, julio 5 de 1919.- J. M. Soto."
En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
Se dispensan los trámites. Está a discusión la licencia. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.
No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba la licencia. Los que estén por la afirmativa, sírvase ponerse de pie.
Aprobada.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Honorable Cámara:
"Para atender asuntos urgentes de familia fuera de la capital, solicito respetuosamente una licencia hasta por quince días, con goce de dietas.
"Pido dispensa de trámites.
México, el 7 de julio de 1919.- Rafael Reyes."
En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Dispensados. Está a discusión ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
Aprobada.
- El mismo C. Secretario, Leyendo:
"Dictamen de las comisiones unidas 1a. de Hacienda, 2a. de Crédito Público, y de Ferrocarriles, por el que no se concede al Ejecutivo de la Unión la facultad que solicita para adquirir el control de las acciones de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán:
"Señor:
"El Ejecutivo de la Unión, por conducto de la Secretaría de Gobernación, inició ante esta Cámara, con fecha 14 de diciembre del año próximo pasado, la adquisición del control de las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" y de la empresa encargada de abastecer de combustible mineral las industrias de aquel Estado. Funda el Ejecutivo su iniciativa en la conveniencia de continuar su política ferrocarrilera que le permitirá construir, según la convocatoria de sesiones extraordinarias de las Cámaras, dos vías férreas: una de Peto a Bacalar y otra de Campeche a Santa Lucrecia. Este último ramal enlazará los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" al sistema ferrocarrilero del País.
"Para realizar esta empresa, para adquirir el control de las acciones aludidas poseídas por la "Compañía de Fomento del Sureste", el Ejecutivo considera que no habrá dificultades serias que vencer, PERO CREE INDISPENSABLE CONTAR CON LOS FONDOS SUFICIENTES PARA ELLO. Y en tal virtud, se le pide se le faculte para disponer de $10.000,000.00 del Tesoro o comprometer el crédito de la Nación por la misma cantidad.
"Los subscriptos, componentes de las comisiones 1a. de Hacienda, 2a. de Crédito Público, y de Ferrocarriles, y cuyo dictamen pasó la Iniciativa de Ley, lamentan no estar de acuerdo con ella y se permiten objetarla con las razones que siguen.
"El Gobierno nacional ha seguido siempre como postulado de conservación económica, la nacionalización de las empresas extranjeras. Fiel a esta política, adquirió el Ferrocarril de Tehuantepec, construido con capital inglés, y el Central y el Nacional construidos con capital norteamericano. El de Tehuantepec se nacionalizó en la conversión de la Deuda Pública de 1899. Y la empresa de los Ferrocarriles Nacionales, construida en el año de 1908 con un capital representativo de ............ $460.000,000.00, adquirió el control de las mas importantes líneas ferrocarrileras del país, construidas siempre por empresas extranjeras bajo el sistema de concesiones.
"El Gobierno, por tanto, ha tendido a la nacionalización y no ha la federalización o concentralización de los ferrocarriles que existen en la República.
"Entre nacionalización y centralización hay diferencias extremas. La primera es principio político de aplicación universal que hace que la riqueza pública, la riqueza social sea poseída por nacionales o por el Estado respectivo, a fin de que los componentes de la entidad política constituyan una vasta sociedad cooperativa, una sociedad con capital propio, una patria con riqueza propia, en que los beneficios del capital no saliendo al exterior, se invierten en la vitalidad y grandeza nacionales.
"La centralización es una mala doctrina política cuya aplicación se opone al buen funcionamiento del Poder federal. Al tomar éste la facultad de someter a tutela los intereses privativos de las entidades que constituyen la Federación, de centralizar administrativamente los servicios, sofoca las iniciativas regionales, forma una gran burocracia y llega a constituir un pueblo como ha dicho un estadista vendido a su Gobierno.
"Los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" dependen de una empresa nacional y no hay, en consecuencia, razón de economía política para que los adquiera o centralice el Poder federal.
"Apartándonos de los principios de política general y examinando la iniciativa desde el punto de vista de la factibilidad, resulta imposible para el Gobierno general la adquisición del control de las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán". El Tesoro nacional no tendrá superávit al terminar el año en curso y sí un déficit de ........ $10.000,000.00, según declaraciones de la Secretaría de Hacienda. Y bajo el supuesto de que mejoren los ingresos en los años subsiguientes, las atenciones de los distintos servicios públicos establecidos, que hoy se encuentran abandonados, exigirán
que se invierta en ellos la mayor cuantía de aquéllos. El Tesoro nacional, en consecuencia, no puede proporcionar al Ejecutivo los $10.000,000.00 que solicita para adquirir los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán."
"Comprometer al Crédito de la Nación para adquirir los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", no parece idea muy salvadora. El Gobierno sólo podría obtener un empréstito para adquirir estos "Ferrocarriles", hipotecándolos a capital extranjero o comprometiendo los ingresos aduanales, que, de otro modo, es imposible obtener la cantidad para adquirirlos. Cualquiera de los dos medios es inadmisible porque aumentaría la deuda pública de la Nación, ya bastante crecida con sus rentas insolutas, sin justificación poderosa para ello. Y los beneficios que proporcionan los mismos "Ferrocarriles", que están en completa explotación, ya no se emplearían para acrecer su prosperidad, sino para pagar los intereses de la deuda que se contraiga.
"Desde el punto de vista constitucional, la Cámara de Diputados no puede facultar al Ejecutivo a comprender el crédito de la Nación, toda vez que ignora las bases sobre las cuales se convendrá el empréstito para adquirir el control de las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", y ser atribución del Congreso de la Unión dar estas bases de acuerdo con el artículo 73, fracción VIII, de la carta Magna.
"Nuestros comentaristas constitucionales están contestes en que la interpretación de este precepto legal es el claro que proporciona la letra. Coronado dice: "El Congreso da al Ejecutivo las bases para celebrar los empréstitos, porque se necesita que esta operación se efectúe con DISCRECIÓN y unidad de pensamiento, a reserva de que las Cámaras aprueben tales empréstitos, pues tratándose de sacrificios que se imponen a la Nación, es claro que debe intervenir el Poder Legislativo."
"Si se facultara el Ejecutivo a comprometer el crédito de la Nación sin complementar los requisitos prevenidos en el artículo 73, fracción VIII, se violaría también, abiertamente, el artículo 49 constitucional, porque se daría el caso de que las atribuciones del Legislativo se delegaran en el Ejecutivo es decir: se reunirían dos poderes en una sola persona. Y el artículo 29 de la Constitución fija los casos en que el Congreso de la Unión delega sus facultades al Ejecutivo; y no son precisamente los hechos financieros comprendidos en la Iniciativa de Ley que estudiamos los que pudieran motivar de parte del Congreso de la Unión la delegación de sus facultades.
"Por estas consideraciones de orden político, económico y constitucional se permiten los subscritos someter a la aprobación de la honorable Cámara, la siguiente proposición:
"No se concede al Ejecutivo de la Unión de la facultad que solicita para adquirir el control de las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" y la empresa encargada del abastecimiento de combustible mineral."
"México, Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión a veintisiete de mayo de mil novecientos diez y nueve.- Agustín Franco.- Ramón García Ruiz.- José Ferrel.- R. Zerecero.- Carlos García.- J. Morales Hesse.- E. L. Céspedes.- R. Castro." - Rúbricas.
Está a discusión.
El C. Siurob: Pido la palabra.
El C. mismo C. Secretario: Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse.
El C. Siurob: ¡Pido la palabra!
El C. García de Alva: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Siurob.
El C. Siurob: Siendo verdaderamente interesante y grave de este debate ciudadanos diputados, y habiendo sido asignado por tres comisiones, que son: La Comisión de Ferrocarriles, la Comisión de Crédito Público y la Comisión de Hacienda, ambas, o digo, todas esas tres comisiones deben haber estudiado el dictamen desde cada uno de los puntos de vista que les correspondía. Por tanto para que esta Cámara esté mejor informada, yo propongo a la honorable Asamblea y a la Presidencia también, que sea fundado el dictamen que es adverso a la iniciativa del Ejecutivo, por las tres comisiones, para de esa manera poder estar interiorizados de todos los puntos de vista en que está fundado el mismo dictamen, que son: los intereses ferrocarrileros y los intereses de crédito público, que se confunden en realidad con los de Hacienda, pero que pertenecen a una rama distinta en Hacienda. Esto es lo que quiero proponer y lo que propongo, de hecho, a esta honorable Asamblea.
El C. García Ruiz: Pido la palabra.
- El mismo C. Secretario: La Presidencia informa a Su Señoría, el diputado Siurob, que se hará como lo pide. Se han inscripto...
El C. García Ruiz, interrumpiendo: ¡Pido la palabra!
El C. Presidente: La Secretaría va a leer la lista de oradores inscriptos.
- El mismo C. Secretario: Se han inscripto en pro, los CC. García Ruiz, Agustín Franco, Edmundo Bolio, Velázquez López, Espinoza, Zincúnegui, Siurob, Castillo Torre, Alejandre, Basáñez, Camarena, Rivera Castillo, Iturralde y Lara. (Voces: ¡Catorce!) Se han inscripto en contra, los CC. José Luis Patiño, (Siseos.) Rodríguez de la Fuente, (Siseos.) Soto Peimbert, (Siseos.) Méndez Benjamín, (Siseos.) Palacios Moreno (Voces: ¡Uuuh! Siseos.) y Ruiz Porfirio. (Siseos. Campanilla.)
El C. García de Alba: Pido la palabra.
- El mismo C. Secretario: La Presidencia ordena a la Secretaría que haga la aclaración de que los diputados García Ruiz y Agustín Franco, miembro de las Comisiones, van a fundar el dictamen.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. García de Alba.
El C. García de Alba: Para eso quería la palabra, señor Presidente, para, de acuerdo con el artículo 106 reglamentario, pedir que cada uno de los presidentes de la Comisión o comisiones expliquen los fundamentos de su dictamen.
El C. Presidente: Así se va a hacer. Tiene la palabra el C. García Ruiz para que funde el dictamen.
El C. García de Alba: ¡Pero no como orador inscripto, sino como Comisión! (Aplausos al encender el orador a la tribuna.)
El C. García Ruiz, miembro de la Comisión: Señores representantes...
El C. Siurob, interrumpiendo: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob para una moción de orden.
El C. Siurob: Habiéndose dicho en la sesión pasada que esta honorable Asamblea había invitado a los ciudadanos ministros de Hacienda y Comunicaciones para que presenciaran este debate y aun informaran sobre los asuntos que se ofrecieran con motivo de esta iniciativa, únicamente quería saber si ya se había avisado a dichos ciudadanos secretarios, en primer lugar porque es un deber de cortesía, y en segundo lugar porque creo que muy pronto va a haber necesidad de interpelarlos.
El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al C. diputado Siurob, que oportunamente se giró un oficio a la Secretaría de Gobernación, comunicándole que hoy se iba a discutir el dictamen relativo.
El C. García Ruiz, continuando: Señores representantes: Formo parte de la Comisión de Ferrocarriles de esta Cámara y vengo a esta tribuna a defender, fundándolo a la vez, el dictamen que hemos tenido la hora de presentar a vuestra consideración. Pero antes de entrar en materia, yo quiero presentarles a ustedes de una manera leal, de una manera sincera, que no me ha guiado ningún interés mezquino, ni personal, ni político al dictaminar en la forma que lo he hecho; he creído proceder con honradez y eso es todo. Yo tengo el derecho, señores diputados de que nosotros convengáis conmigo en que soy honrado y sincero, porque no he dado yo motivos en mi corta vida política para que se crea lo contrario. Vosotros todos sabéis que no soy oposicionista sistemático; que no contrarío al Gobierno por sistema, sino por convicción.
En la XXVIII Legislatura - y a decidir verdad, esta es la primera vez que "se ha puesto el cascabel al gato"- por primera vez la XXVIII Legislatura ha puesto de una manera franca, de una manera sincera, de una manera directa el dedo en la llaga pública, y de allí que de nuestra actitud honrada, que de nuestra actitud justiciera se hayan levantado contra nosotros verdaderos torbellinos de protestas, de injurias, de conjeturas y de malos entendimientos. En los ministerios y en los círculos políticos incondicionales se nos trata como a un perro con rabia; todos nos critican; todos se admiran de que nuestra palabra sincera se haya levantado y enfrentado con el César.
Pero, señores, dejemos digresiones y entremos al asunto: El Ejecutivo, en el proyecto ridículo - así lo siento - que nos ha mandado a esta Legislatura, pide autorización para que nosotros le otorguemos autorización también para comprometer el crédito de la Nación hasta por $10.000,000.00 para comprar la mayoría de las acciones de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán. Bien señores representantes; si el crédito de la Nación inspira confianza en el extranjero, si los bonos de nuestra Deuda Exterior, de nuestra deuda Pública no se malbarataran con todos sus intereses de seis años a menos de 15 dólares en las bolsas de valores de los Estados Unidos, la Comisión, señores - y vosotros también - teníamos el derecho, el poder patriótico de suponer al Gobierno del centro en posibilidad de conseguir ese empréstito sin comprometer leoninamente, desastrosamente las poquísimas fuentes de ingresos conque contamos en la actualidad para vivir esta vida de angustias, esta vida ruin, esta vida precaria que vive en la actualidad el pueblo mexicano. (Aplausos.) Pero, señores yo os pregunto y quiero que me respondáis honradamente; quiero que acudáis primero a vuestro corazón y a vuestros sentimientos de hombres honrados: ¿no es verdad que para contraer ese empréstito tendríamos forzosamente que hipotecar, que comprometer los mismos ferrocarriles que se pretende comprar; o más aun, que para contratar ese mismo empréstito - y esta es una verdad que nadie, absolutamente nadie podrá, negar aunque digan lo contrario algunos paniaguados - tendríamos o que comprometer esos ferrocarriles o que comprometer los derechos aduanales, las entradas por concepto de derechos aduanales de la República? Y yo pregunto, señores, ¿es justo, es patriótico que el Congreso de la unión autorice semejante dislate? No, señores; ninguno de vosotros lo creéis así. O, decidme: ¿cree alguno por ahí que un individuo nacional o extranjero nos preste un centavo, sencillamente por nuestra linda cara? ¿creéis señores diputados, que alguna institución nacional o extranjera nos abra pródigamente su bolsillo sin más garantía que nuestra palabra de honor? No, señores; ¡eso no lo creen ni los locos del Manicomio! Pero vamos a suponer, y vamos de suposición en suposición, en hipótesis; vamos suponiendo que el ciudadano ministro de Hacienda, representando al Gobierno nacional, mediante una milagrosa - porque tal se podría llamar - operación financiera, consiguiera la millonada que perseguimos; vamos suponiendo que hemos convenido seguir viviendo la vida precaria a que me he referido sin maestros de escuela y sin confianza absolutamente del uno al otro confín de la República: ¿no sería más cuerdo? - digo -, no sería más patriótico, no sería mas justo que empleáramos ese dinero en pagar una parte de nuestra deuda exterior - pero una parte, he dicho y he dicho mal, he dicho un disparate -; destinarla a pagar, es decir, a dar un abonito, como vulgarmente se dice, de los réditos de esa deuda exterior? ¿No sería esto más patriótico? Pero vamos a seguir suponiendo; vamos a creer que todos hemos convenido en no pagar, que hemos descartado esa deuda sagrada, esta obligación, por creerla sin importancia, y que cuando nos cobren podemos responder como un valiente, porque al fin y al cabo, ¿quién es el guapo que le pega a un ser accidentado como estamos en la actualidad nosotros? (Aplausos.)
Pero sigamos suponiendo, sigamos en el terreno hermoso de las hipótesis. Nos vemos todavía poseedores de aquellos codiciados millones, los tenemos en nuestras cajas fuertes, y digo yo, después de haber descartado aquella obligación: ¿no sería también más cuerdo, más patriótico, más honrado destinar ese dinero a construir los ramales que el Ejecutivo pretende construir, y no sólo eso, señores, sino a iniciar la construcción de todas las líneas férreas que se quisiera en la República? Yo, por mi parte, quisiera tropezarme a cada paso con una cinta de acero; ferrocarrilero soy, y mientras más
ferrocarriles haya en mi patria mayor campo de acción tendrán mis actividades. Digo, señores: ¿no sería más cuerdo construir o iniciar la construcción de esos ferrocarriles y no emplear ese dinero en comprar, en controlar lo que de hecho nos pertenece, lo que es nuestro? Porque los ferrocarriles de Yucatán, señores diputados, pertenecen a una empresa nacional, pertenecen a dueños mexicanos y no hay motivo, no hay razón para que se pretenda nacionalizar lo que nacionalizando está. (Aplausos.)
Tal equivaldría, señores diputados - y permítaseme esta digresión -, a que el que habla consiguiera por allí un centenar de pesos para comprarle a mi mano izquierda el anillo que lleva, y hacerle un presente con él a mi mano derecha, suponiendo a mi mano izquierda mexicana y a mi mano derecha china o japonesa. ¿No es verdad, señores, que tiene mucha gracia el proyectito? Pero hay más todavía; hay más señores representantes: la suprema razón, el motivo supremo que da el Ejecutivo para pretender adueñarse de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", es decir, para comprar la mayoría de acciones de aquellos ferrocarriles, es, ¡y asómbrense ustedes de tanta sabiduría!, la razón suprema que se da en el proyecto que se ha leído, es ésta: que proyecta construir los ramales de Peto a Bacalar y de Santa Lucrecia a Campeche, y que primero, indispensablemente, consiguientemente, lógicamente, tiene que adquirir los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán". ¡Señores, qué lógica tan glacial, que consecuencias tan aplastantes, que razón tan abrumadora! De modo que si nosotros queremos, yo o algunos de ustedes, levantar una casa habitación aquí en la ciudad o en alguno de los pueblos de la República Mexicana, tenemos indispensablemente que comprar las casas de al lado y hasta la casa que quede a retaguardia de nuestros terrenos. ¿Por qué? pues por eso porque tenemos que hacerlo necesariamente, porque el modo de razonar del autor del proyecto seguramente que tendrá que sentar jurisprudencia, y por eso tenemos que comprar esas casas para poder construir la nuestra. Yo, con todo el respeto que me merece esta honorable Asamblea, someto a vuestra consideración el siguiente proyecto de Ley, con dispensa de todo trámite: "Mándese cubrir al autor del proyecto que nos viene del Ejecutivo, al que dio forma a tan luminosa idea, con una densa manta, o introdúzcasele en una campana neumática para que no se le vaya la inteligencia (Risas y aplausos.), porque ese hombre es un prodigio".
Pero, señores representantes, si lo expuesto no fuese suficiente para poner de una manera manifiesta la - ¿cómo diría yo? - estupidez - sin ofender a nadie - (Risas.) la poca habilidad - es menos dura la palabrita - con que se ha procedido en este asunto, todavía cuelga mucho, señores diputados, todavía hay mucho podrido. La "Compañía de Fomento del Sureste de México", principal accionista de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán", no ha pensado vender sus acciones todavía, es decir; ni por la imaginación le ha pasado poner en subasta pública sus acciones; no quiere venderlas, y no quiere venderlas y no ha pensado ponerlas en subasta, porque sencilla y llanamente aquella es una empresa próspera, aquella es una institución hábilmente manejada; porque los Ferrocarriles Unidos de Yucatán constituyen el orgullo de un Estado; porque sus hijos, los trabajadores de aquellos ferrocarriles, a costa de luchas, a costa de esfuerzos, a costa de sangre y a costa de su propia vida, han conservado sus ferrocarriles trabajando prósperos en continua actividad y progreso; es decir, aquellos hombres que merecen la misma consideración que todos los hombres de la República, aquellos obreros se han construido en propios constructores de su destino, cuidando trabajando con verdadera religión, con verdadero estoicismo aquellos ferrocarriles para que progresen, para que sean el timbre de orgullo de uno de los Estados de nuestra República Mexicana; por eso no quieren venderlos, y, sin embargo, señores, el Ejecutivo, el Gobierno del centro ya se da por allí a conseguir millones para arrebatar aquello arbitrariamente; para que una operación en el orden común, en la vida vulgar, para que una operación comercial pueda llevarse a feliz término, es indispensable - y ahora sí que es indispensable - que ambas partes estén de acuerdo; pero, señores, si una de ellas no quiere vender, aunque en alguna ocasión le haya dicho al comprador que podría venderla; cuando él quizás no quiere vender, no pretenda poner en subasta pública su propiedad, ¿cómo vamos nosotros a exigirle que la venda? ¿Con atropellos?, ¿Con presión brutal? Señores, esto me recuerda un caso que hace poco me sucedió aquí: un camarada mío luce un cronómetro, verdadera joya de orfebrería, y yo quisiera tenerlo, quisiera poseerlo, lucirlo en mi bolsillo, es decir, para lucirlo en mi uso personal; y ofuscado por poseer aquel cronómetro, aquel reloj de mi amigo, un buen día me fui hacia él, le presenté $200.00 y le exigía que me diera su cronómetro a cambio de los $200.00; el compañero me miró sorprendido, y por toda respuesta me dijo: "Estás loco? ¿Quién demonios te ha dicho a ti que quiero vender voluntariamente mi reloj? O qué, ¿pretendes arrebatármelo por la fuerza? Te advierto que si ese camino sigues, te va a costar caro y te va a ser muy molesto". El compañero aquel, señores representantes, tenía razón, y si no procedí yo con locura es decir, si no estaba loco cuando pretendí hacerme de su reloj, cuando menos mi procedimiento fue perfectamente estúpido y perfectamente ilógico. Recapacité sobre el particular y emplee aquellos dineros en pagar una deuda que contraje cuando mi familia y yo atravesábamos por crítica situación; entonces hice bien.
Eso, señores, y no otra cosa debe hacer el Ejecutivo y no venirnos aquí con domingo siete pretendiendo que en esta Asamblea no haya un solo hombre con sentido común. La política ferrocarrilera del Gobierno de la República ha sido siempre, y debe seguir siendo, aquella que tiende a nacionalizar lo que no nos pertenece, es decir, a controlar aquellas empresas extranjeras para evitar que el capital extranjero impere en una industria como la de los ferrocarriles, que tan importante es para la República en toda época, especialmente en tiempo de revueltas; pero entiéndase bien, señores representantes: nacionalizar lo que está nacionalizable, y no nacionalizar lo que esta nacionalizado porque los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", como he dicho ya, son nacionales, fueron declarados por el Congreso Local de aquel Estado como institución
de orden público por medio de un decreto, pertenecientes al Estado; el Gobierno tiene la mayoría, el control de sus ferrocarriles; ¿y cómo, señores, abusando del estribillo "nacionalismo", se quiere arrebatar a un Estado de nuestra República lo que legítimamente le pertenece? ¿cómo vamos a justificar al que hiere con alevosía, ventaja y premeditación? Nunca, señores; no podría justificársele aunque se venga aquí y vayan a todos lados a hacerse discursos elocuentes, llenos de bellísimas imágenes, aunque nuestros más prominentes políticos y nuestros más doctos licenciados agoten todos los recursos de que son capaces, la interrogación quedará en pie como una maldición. ¿Por qué? ¿Por qué se pretende arrancar la vida a un individuo sano, noble, patriótico, trabajador y laborioso? A pesar de todas las retóricas de todas las políticas y de todas las poéticas, la interrogación quedará allí, ¿por qué? Nadie podrá contestarla a satisfacción. El Gobierno del centro, señores representantes, no podrá respondernos nunca a satisfacción por qué pretende adueñarse atropelladamente, bárbaramente de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán"; y en cambio señores, en el Estado de Sonora los ferrocarriles de aquella Entidad federativa sí pertenecen todos, absolutamente todos a empresas extranjeras. (Voces: ¡Y en Sinaloa!) En Sonora y en Sinaloa, es verdad, todos los ferrocarriles pertenecen a empresas extranjeras y, sin embargo, el Ejecutivo no le ha pasado ni por la imaginación nacionalizar aquello que sí debía nacionalizarse. ¿Qué responderán a esto los que pretenden defender la actitud del gobierno del centro? Yo no encuentro; la única razón, señores representantes, es que aquellos ferrocarriles son norteamericanos, son extranjeros, es decir, pertenecen a dueños extranjeros y por eso no hay que nacionalizarlos; en cambio, los Ferrocarriles Unidos de Yucatán son mexicanos, y si se pretende desorganizarlos si se pretende disolverlos por medio de recursos gastados e hipócritas, porque ya se sabe que para que la cuña apriete a de ser del propio palo.
Por último, señores representantes, la "Compañía de Fomento del Sureste", poseedora del mayor número de acciones de aquellos ferrocarriles, se dirigió hace ocho largos años al Gobierno del centro solicitándolo una concesión para construir precisamente las líneas férreas que hoy pretende construir el Ejecutivo, y el Gobierno del centro dio a aquella solicitud honrada, a aquella solicitud noble, a aquella solicitud hecha con buena voluntad, una respuesta: la callada. No se volvió a decir nada de la solicitud de concesión. Hace pocos días un senador por Yucatán interpelaba al señor ministro de Comunicaciones en el Senado, preguntándole si sabía algo de aquella solicitud, si tenía siquiera rumor de qué había sucedido con ella; y el señor ministro de Comunicaciones le respondió que realmente esa solicitud había llegado al Gobierno desde hace tantos meses y que estaba en estudio. ¡Genial estudio, señores, se le ha dado a la solicitud aquella! Y ya vemos ahora cómo en debida respuesta a un acto noble, a un acto sincero de aquella compañía, se hace política y se mueven los bajos fondos aquí para conseguir los millones de pesos y arrebatarle aquella empresa sus propios ferrocarriles para que otra vez no tengan la osadía de dirigirse al Gobierno no solicitado construir vías férreas en la República. Señores, cuando dos empresas extrañas, dos empresas ferrocarrileras mejor dicho, hacen conexión en algún punto, esto es sabido de todos ustedes, esto es vulgarísimo, aquellas dos empresas establecen el intercambio mutuo para que sus carros, su equipo, pasen de un lado a otro mediante una cuota, mediante una renta. De modo que ¿por qué, digo yo, por qué se va a obligar, por qué se tiene necesidad de comprar un ferrocarril para construir otro? se ha olvidado torpemente de aquellos convenios que existen, que han existido toda la vida. (Campanilla.)
El C. Secretario Pesqueira, interrumpiendo: Habiendo transcurrido la media hora que concede el Reglamento a los oradores, se pregunta si el orador puede continuar en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie.
Se concede mayor tiempo.
El C. García Ruiz continuando: Debo terminar, señores, para ceder el puesto a una gran lista de oradores que vienen a defender aquí, como yo, la justicia; pero antes de abandonar esta tribuna yo creo que vosotros habréis estudiado serenamente, habréis estudiado honradamente el dictamen de las comisiones y seguramente que todos daréis un voto afirmativo al dictamen que hemos tenido la honra de presentaros. Yo creo firmemente haber encontrado en ustedes, señores representantes, la serenidad que persigo para que juzguemos un asunto tan delicado, para que juzguemos un asunto que de juzgarlo erróneamente nos traería cieno, nos traería la maldición de la República; las críticas acerbas de todos los hombres de buena voluntad. Yo sé positivamente, señores, que en mi calidad de representante popular, insignificante personalidad, porque nada valgo, - también es verdad que nada pido -, no soy ni con mucho suficientemente fuerte para enfrentarme con el señor ministro de Hacienda, ni con todos los que vengan a defender al Ejecutivo; pero esos "sansones" políticos, esos monstruos de la política, esos gigantes no tienen en esta ocasión la razón, y yo, representante popular, humilde y todo lo que ustedes quieran, insignificante, creo tener la razón y con ella he venido a luchar; vosotros seguramente sabréis distinguir dónde está la justicia y dónde está el engaño, y a última hora daréis vuestro voto afirmativamente a este dictamen, que seguramente traerá mucha gloria a la XXVIII Legislatura, que bien la merece, señores representantes. (Aplausos nutridos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Franco para fundar el dictamen.
El C. Franco Agustín, miembro de las Comisiones: Señores representantes: Refiere Pablo Mantegazza que en su actuación en el Parlamento italiano, durante una sesión se le presentó un compañero de bloque, y le dijo: "Mantegazza, votará usted a favor de la Ley que se discute; es una Ley que consolida nuestro partido y beneficia los altos intereses de la nación." A Mantegazza no le parecieron suficientemente razonables las palabras del compañero de bloque y votó contra la Ley; entonces el compañero de bloque se aproximó a él y tocándole en el hombro, le dijo: "Mantegazza, eres un correcto caballero, pero un mal político." Julio Ferri, desde la tribuna del Parlamento francés, no tuvo
inconveniente en sostener, con un telegrama apócrifo en la mano, que ciertas fuerzas coloniales francesas habían ocupado una ciudad de Tonkin cuando tal hecho de armas no se había verificado. Bismark, el gran "Canciller de Hierro", no tuvo escrúpulos en alterar el despacho de Ems, con el fin de inclinar la voluntad del Kaiser a declarar la guerra a Francia en 1870.
Esos hechos históricos de la vida de los hombres públicos, crean en nuestro ánimo, señores representantes, la convicción de que en la vida política existe un gran mimetismo, una gran mendacidad que sólo tiene por objeto velar por la existencia de los derechos, velar por la existencia de las doctrinas, velar por la existencia de los atentadores del poder; en consecuencia, debemos desconfiar siempre de aquellos pensamientos que desde la tribuna parlamentaria se arrojan cuando estos pensamientos no van dirigidos a subsistir nuestras instituciones legales con otras más equitativas, a subsistir nuestro derecho con otro que responda a una mejor distribución de la justicia, a una mejor distribución del capital, a una mejor distribución de los beneficios y, en una palabra, a la transformación evolutiva de los bienes humanos.
Antes de esto me voy a permitir exhortar a la Asamblea en estos términos: se ha dicho siempre que los parlamentos del mundo son multitudes no diferenciadas, es decir, multitudes que obran por sentimientos impulsivos y no por reflexión yo desearía que en esta ocasión, en que se tratan asuntos graves, un asunto grave que se relaciona directamente con la vida económica de una entidad federativa, el Parlamento mexicano sea como la Academia Francesa, que en 1830, mientras tronaban los cañones en las calles de París y se alzaban las barricadas, ella, la Academia, discutía acerca de la teoría de la mutabilidad de las especies entre la teoría de Cuvier y la teoría de Darwin.
Las comisiones 1a. de Hacienda y 2a. de Crédito Público y Ferrocarriles, examinaron la Iniciativa del Ejecutivo acerca de la adquisición, del control de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" desde los siguientes puntos de vista: desde el punto de vista federativo, desde el punto de vista de la tendencia centralizadora del poder público, desde el punto de vista del socialismo del Estado, desde es punto de vista económico y desde el punto de vista constitucional. Me voy a permitir aludir sucesivamente a cada uno de estos puntos.
Las trece colonias norteamericanas, para poder conseguir su independencia de Britania, tuvieron necesidad de confederarse, es decir, de constituir un Gobierno central, que les dio muy buenos frutos en la guerra, les dio malos frutos en la paz. Entonces los políticos de aquellas trece colonias, entre ellas Hamilton, pensaron que era necesario constituir a la nación sobre la base de una constitución que respondiera a la autonomía de cada entidad federativa; organizaron una nación inflexible por su unidad y flexible por su variedad. La república hispanoamericanas, al independizarse de España, imitaron siempre el sistema de gobierno confederativo, es decir, el sistema de gobierno central, y esta imitación les costó una larga vida azarosa; Colombia tuvo que sostener una guerra civil por largo tiempo, y la Argentina tuvo que soportar la tiranía de Rosas, pero llegaron al final al sistema federativo, y así el federalismo, el sistema federativo ha venido a ser el sistema según el cual las entidades políticas que constituyen la Federación, ceden cierta parte de sus atribuciones al poder central con el único fin, con la única idea, con el único propósito de garantismo. El Poder federal, el Poder central ha venido a ser, en consecuencia, un poder tutelar que tiene la obligación de velar por las instituciones económicas, por las instituciones políticas de las entidades federativas, porque bien sabe el poder federal que el vigor de todo obedece a vigor de cada una de las partes; y como la Iniciativa del Ejecutivo precisamente pretenden arrebatar una de las instituciones económicas de un Estado federativo, la Comisión se vio en el duro caso, desde el punto de vista federativo, de rechazar la iniciativa del Ejecutivo. La tendencia centralizadora del Poder público se manifiesta en la Iniciativa; la centralización, señores representantes, es la aprobación de una autoridad excesiva de parte de Poder federal, que le permite extender sus brazos sobre todas las entidades federativas, pretenden substraer con su acción la acción de cada Poder local, pretende dar a la Nación una dirección única que, partiendo del Centro, llegue a cada una de las extremidades; se ha dicho que la centralización es una espada que tiene el puño en la Capital y la punta en cada una y en todas las entidades federativas; la centralización, señores representantes, no es la tiranía, pero es casi la tiranía; no destruye las voluntades; pero las ablanda, las somete, las dirige; raras veces obliga a obrar, pero se oponen necesariamente a que se obre; no destruye, pero impide crear; no tiraniza, pero comprime, mortifica, embrutece, ablanda, debilita y reduce, en fin, a cada nación en un rebaño de animales dóciles e industriosos, cuyo pastor es el gobernante. (Aplausos.) Por esta razón, señores representantes, desde el punto de vista de la tendencia centralizadora del Poder público, las comisiones se vieron en el duro caso de rechazar la Iniciativa del Ejecutivo.
Ahora bien; vamos a examinar la iniciativa desde el punto de vista del socialismo de Estado, o sea desde el punto de vista del intervencionismo oficial. Esta doctrina que hoy parece nueva, es muy antigua, y los egipcios y los griegos construyeron sus caminos reales; El senado de Atenas se abogó la facultad de construir, dirigir y vigilar los caminos reales; Tebas, lo mismo; los cartagineses construyeron grandes caminos empedrados, y Roma, comprendiendo que era indispensable para su prosperidad y defensa la construcción de caminos empedrados, y Roma, comprendiendo que era indispensable para su prosperidad y defensa la construcción de caminos, concluyó las vías regias y las vías militares: la vía Apia, la vía de Capúa a Roma y la vía Aurelia hablarán siempre a los siglos, de aquel distinguido imperio. En los estados modernos se socializan la vías férreas; el Ejecutivo de la Unión, en su Iniciativa pretende socializar lo que ya está socializado, porque hay un Estado municipal, hay un Estado provincial y hay un Estado federal; los ferrocarriles todos de Yucatán, por el solo hecho de estar sometidos a la acción del Gobierno de aquel Estado, están socializados, y el Gobierno del Estado, al pretender socializar lo que está socializado. Atenta precisamente contra un principio de fisiología política, que es el siguiente: cuando un organismo político superior
pretende realizar funciones que son desempeñadas por otro organismo inferior, hay despotismo, y cuando un individuo, convertido en soberano, impide el cumplimiento de fines colectivos, hay inmoralidad, hay libertinaje político. (Aplausos.)
Desde el punto de vista económico está, en la conciencia de ustedes, toda vez que aquí el año pasado equilibramos los presupuestos, el estado que guarda el Tesoro nacional. Se ha declarado por la Secretaría de Hacienda que tendrá un déficit a fin de año de $10.000,000.00; la Iniciativa, por consiguiente, se fundó en declaraciones oficiales para expresar que el Ejecutivo no podrá disponer de estos.... $10.000,000.00 del Tesoro nacional desde el punto de vista de la facultad extraordinaria que solicita para comprender el crédito de la Nación, pues bien sabemos, señores representantes, que no se han cumplido, que no se han llenado los requisitos prevenidos por la Constitución.
Estas son las razones, en conjunto, que han tenido las comisiones para rechazar la Iniciativa del Ejecutivo. Tengan presente, señores representantes, que somos legisladores ordinarios, que tenemos la obligación de velar por el cumplimiento de los principios establecidos por el Constituyente; tengan presente que toda nación es un organismo integrado de estos municipios y ciudadanos con autonomía propia; pero cuando contra esta autonomía se atenta o en contra ella se hiere, la Constitución es una farsa. (Aplausos nutridos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano secretario de Hacienda.
El C. Secretario Pesqueira: La presidencia pregunta si algún miembro de la Comisión quiere hablar inmediatamente.
El C. Ferrel, miembro de las comisiones: Voy a esperar que informe el señor ministro de Hacienda para que, si después de las razones que él exponga, tengo alguna que exponer en contra de ellas, pueda hacer uso de la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano secretario de Hacienda.
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: Honorable Asamblea: Cumpliendo con un deber constitucional y con el llamado que se ha hecho al Ejecutivo para que informe respecto a los fundamentos y razones que existen para sostener e insistir - sostener su Iniciativa e insistir en ella -, tengo el honor de dirigiros la palabra, lamentando solamente que no haya tenido a mi disposición todos los elementos de convicción necesarios para juzgar de cuáles son las verdaderas razones que existen para rechazar la iniciativa del Ejecutivo, pues debo confesar con entera sinceridad que las que he leído en el dictamen presentado por las comisiones, estuvieron muy lejos de convencerme y me hicieron sentir, cuando menos, tener el pensamiento de que en el fondo existían razones mucho más trascendentales, pero que no se tuvo el valor de exponer.
Paso a decir de palabra cuáles son las causas, más bien dicho, cuál es la manera de ver del Poder Ejecutivo en esta materia, aun cuando podría reducirme a leer unas cuantas páginas; tengo, sin embargo, la experiencia de la poca atención que se presta en las cámaras, en los cuerpos deliberantes, a los documentos que se leen, los cuales son, sin embargo, los más estudiados y los menos considerados y meditados de todos los que intervienen en un debate. Aquí oiréis a cada paso - puesto que no tengo conocimiento, entiendo que hay cuando menos diez o quince personas inscriptas en contra de la iniciativa del Ejecutivo y no sé si dos o tres en favor -, aquí oiréis a cada paso mencionar las palabras o los nombres: Yucatán, "Reguladora", "Compañía del Sureste", "Ferrocarriles Unidos", términos todos para los que son de la región y para los que estamos íntimamente empapados en el asunto, son de una significación clarísima y rápida; pero para todos los que no se encuentran perfectamente familiarizados con esta materia, pueden ser tal vez cuando menos obscuros o no tener la connotación rápida que el debate requiere.
En el Estado de Yucatán, no hay más que una sola fuente de riqueza: el henequén. El henequén en aquellos climas y en aquellas temperaturas no pueden moverse más que por vías ferrocarrileras; por consiguiente, toda la política del Estado de Yucatán se encuentra condensada en esta palabra: el henequén. durante la administración de la península yucateca por el señor general Alvarado, se hicieron los mayores esfuerzos que hasta ahora se han hecho para obtener de aquella riqueza el mayor producto que fuese posible; a ese efecto de desarrollo una idea que anteriormente había existido, tal vez en una forma un poco vaga, y se llevo a cabo la formación de una especie de comisión para el manejo de la fibra, y la cual se llama "Comisión Reguladora de Mercado del Henequén", y puede resumirse en dos palabras: "el único comprador y el único exportador que hay en la península, es la "Comisión Reguladora del Henequén", porque así como en el mercado americano el único comprador que existe y el único manufacturador es una gran empresa, un gran trust, es natural que los yucatecos se unieran para solidificarse y fortalecerse y procuraran, naturalmente, competir para elevar los precios de su fibra. La "Comisión Reguladora del Henequén", quiero decir, la institución financiera que domina por completo y que en absoluto tiene el manejo de toda la riqueza pública en el estado; la "Comisión Reguladora del Mercado del Henequén" es una institución de mucho mas fuerza, de mucho mas prestigio, iniciativa en todos los sentidos que el Gobierno mismo del Estado; el Gobierno del Estado de Yucatán, podemos decir, tiene en sus manos a la "Comisión Reguladora de Henequén pero en el fondo podemos decir que la riqueza pública del henequén, representada por la "Comisión Reguladora", es la que Gobierna al Estado de Yucatán. La "Comisión Reguladora", que podemos ya casar con el Gobierno de Yucatán, hacer de ella un solo matrimonio y decir siempre que hablemos de ésta: el Gobierno de Yucatán o la "Comisión Reguladora" - para el caso es igual -, es la que realmente maneja la riqueza pública del Estado. Durante el gobierno del señor general Alvarado se inició además una institución de desarrollo; después de que este gobernante había trazado los lineamientos conforme a los cuales debería desarrollarse la región henequenera de Yucatán y Campeche, tuvo una especie de visión más vasta respecto del desarrollo, ya no sólo de Yucatán, sino de todos los demás Estados del Sureste de la República,
o sea Campeche, Tabasco y Chiapas, y entonces pensó en organizar una empresa poderosísima, que sentándose, apoyándose digamos, en la ya existente "Comisión Reguladora del Henequén", pudiera extender su acción y provocar el desarrollo de todo el resto del Sureste; a esto fue a lo que se llamó la "Compañía de Fomento del Sureste". La "Compañía de Fomento del Sureste" no es en substancia más que una empresa para el desarrollo de todo el Sureste de México, organizada, controlada y poseídas todas sus acciones por el Gobierno de Yucatán, y la "Comisión Reguladora", es decir, la "Compañía de Fomento del Sureste" es una filial, como aveces se dice, de la "Comisión Reguladora". Los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" son una empresa que tenía ya existencia muy anterior a estas dos instituciones de que he hablado, pues había sido organizada, primero por muy diversas empresas de transportes que operaban ya en la península yucateca y que más tarde se consolidaron, se unieron para formar una sola compañía que de ahí derivó el nombre de "Compañía de los Ferrocarriles de Yucatán". La "Compañía de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán", organizada en 1902, estuvo compuesta del capital que aportaron la "Compañía Peninsular de Ferrocarriles", la "Compañía de Ferrocarriles de Mérida a Progreso y Uxmal", la de Mérida a Valladolid; la "Compañía del Ferrocarril Muelle y Almacenes del Comercio", y la Compañía Constructora del Muelle Fiscal de Progreso". Los solos nombres de las compañías que constituyeron esta gran empresa están indicando claramente que resumía todos los transportes, todos los sistemas de transportes terrestres de que podía disponerse, inclusive los sistemas de embarque de la fibra. Estas cinco compañías aportaron toda su existencia, todo su material rodante, todo su activo fiscal, digamos, el cual valorizaron aproximadamente en $20.000,000.00 y ademas afrontaron un poco de capital pagado en el momento de consolidarse, por valor aproximadamente de unos dos millones y pico de pesos, total: $23.000,000.00 que estuvieron representados por 23,000 acciones, las cuales estaban distribuidas entre todas estas empresas. Pasaron los tiempos; estas acciones estaban en poder de accionistas mexicanos y, como es natural, habían ido poco a poco pasando a las manos de la institución bancaria que mayor número de empresas económicas ha absorbido y dominado en nuestro país, la cuál, pasado el tiempo, absorbió también a otra institución bancaria local, y por fin se hacía, digamos, dueña de un gran número de empresas de la península - me refiero al "Banco Nacional" y al "Banco Peninsular"-. En determinado momento, en los momentos más difíciles para nuestra Patria, más difíciles para la Revolución - 1915 -, las acciones de la "Compañía de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán" se encontraban, prácticamente, en manos de los dos bancos, la agencia del "Banco Nacional" y el "Banco Peninsular" de las 23,000 acciones, cerca de 3,000 se encontraban en manos de los Bancos. En esta situación, y comprendiendo el general Alvarado que la influencia de presión que un sistema ferrocarrilero tiene sobre una región, en ninguna parte del mundo podría tener los caracteres de gravedad que tenía en Yucatán, supuesto que el que fuese dueño de los ferrocarriles era dueño de la península, así como en aquellas regiones el que es dueño del pozo de aguas es dueño de la región, comprendió que era indispensable adquirir el control de esas acciones y ponerlas en manos de alguna institución o de alguna persona que fuese suficientemente imparcial o independientemente para poder atender al desarrollo económico de la región sin parcialidades ni favoritismos.
Así fue como la idea del señor general Alvarado cristalizó, y se llegó hasta formular un contrato con los dos Bancos que poseían esas acciones, conforme al cual el Gobierno del Estado de Yucatán compraba las acciones de los Ferrocarriles Unidos; pero el Gobierno de Yucatán no era el que directamente compraba, el que debía comprar, el que tenía el dinero para comprar, era la "Comisión Reguladora"; pero la "Comisión Reguladora" prefirió hacer esta compra por conducto de su filial, la "Compañía de Fomento de sureste", fue la "Compañía de Fomento del Sureste" la que de hecho adquirió las doce o trece mil y pico de acciones que constituían la mayoría de las acciones de los "Ferrocarriles Unidos".
Aun cuando no tiene gran conexión con el debate, sino para apreciar lo que valga el activo de estos ferrocarriles, es necesario saber que tiene esta empresa una hipoteca que fue originariamente por 825,000 libras esterlinas, en números redondos; $8.250,000.00, la cual subsiste en la actualidad, digamos por $7.500,000.00. Esta hipoteca, unida a otros descuentos que habría que hacer al activo neto de los "Ferrocarriles Unidos", hacen, según los cálculos más aproximados que a mi conocimiento han llegado, suponer que los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" representan un activo que llamaremos aquí, o que calcularemos aproximadamente, en unos $16.000,000.00, de los cuales, descontando las deudas que puedan existir, podríamos decir conservadoramente, que el capital líquido, el activo líquido de esta empresa podría calcularse en ........ $5.000,000.00 ó $6.000,000.00. El error que cometa yo en esta apreciación no tiene ninguna importancia en el debate. Las rectificaciones que se hagan de estas cifras son absolutamente inútiles no tienen pertinencia ninguna con la cuestión; solamente deseo hacer constar que no se trata de pagar $23.000,000.00 nominales, y que existe todavía una deuda hipotecaria de $7.500,000.00; pero si por si acaso queréis saber con un poco más de precisión cuánto valen esas acciones, debo manifestar que el precio en que las compró la "Compañía de Fomento del Sureste", el precio en que compró la mayoría, por la cual tuvo que pagar, en honor de la verdad, un alto precio, supuesto que se trataba de adquirir un mayoría, fue de 70 dólares por acción, o sean $140.00 por acción; por lo tanto, las doce mil y pico de acciones que , según mis datos, tenía adquiridas hasta principios de este año la "Compañía de Fomento del Sureste", le cuestan un poco menos de....... $1.800,000.00; las 14,000 acciones que podría, por tanto, adquirir, las que se supone que están en el mercado y se pueden adquirir le podrían costar hasta esta época $2.000,000.00. Estos valores sí son reales, estos valores sí son derivados de contrato,
de estos valores sí tenemos entera certeza, porque son los cargados en los libros de la Compañía; por consiguiente, esa mayoría de acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", que tan preocupados os debe de traer, valen un poco menos de.... $2.000,000.00, es decir, con $2.000,000.00 puede el Gobierno federal adquirir el control de las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán".
Ahora vamos a ver, como oí decir al respetable miembro de las comisiones, cuyo nombre ignoro, pero que tuve el gusto de escuchar, vamos a ver si la "Compañía de Fomento del Sureste" quiere o no vender; la "Compañía de Fomento del Sureste", como dije en un principio, fue una empresa, en sus pañales, de muy grandes vuelos; tenía un programa tan verdaderamente atractivo por lo audaz y lo asombroso de sus concepciones, que realmente es una de las concepciones más altas que se han hecho para el desarrollo del Sureste de nuestro país. Fue capitalizada esta compañía es sus principios con $100.000,000.00; a sabiendas el señor general Alvarado de que todavía esta cantidad era exigua para llenar los lineamientos del programa que se trazaba, desgraciadamente circunstancias independientes de la voluntad del gobernante hicieron que no se pudiera llevar a cabo la empresa con los vuelos que en un principio se había pensado, y más tarde se redujo el capital; pero hay que ver cómo se distribuyó el capital primitivo para que se vea cuál fue el primitivo objeto de la "Compañía de Fomento del Sureste" al organizarse: los $100.000,000.00 estaban distribuidos como sigue: el Gobierno federal, $51.000,000.00; se atribuyó al Gobierno federal, subscribió el Gobierno federal $1.000,000.00 desde luego, desde el nacimiento de la Compañía de Fomento del Sureste", la mayoría. Así pues, esta compañía nació sabiendo que tarde o temprano el Gobierno federal había de ser el poseedor de la mayoría de las acciones; el Gobierno de Yucatán subscribió $14.000,000.00 de la serie "B", y la serie "C", que tenía que tenía $35.000,000.00 se destinaba a ser subscripta por particulares; de esos $35,000.000.00, un millón tomaron los particulares yucatecos y $34.000.000.00 permanecieron en poder del Gobierno del Estado de Yucatán, con el propósito, declarado en un manifiesto del señor general Alvarado, de ser subscriptos por empresas particulares de los Estados de Campeche, Tabasco, Chiapas y Territorio de Quintana Roo, supuesto que este proyecto de desarrollo del Sureste de México no era el desarrollo de Yucatán exclusivamente, sino el desarrollo de todas las entidades federativas que habían de ser favorecidas por la empresa; casi era un sueño, no tenemos educación de negocios, ni educación financiera y, sobre todo, educación cívica suficiente para llevar a cabo una empresa de esta magnitud, y un año más tarde - esta empresa se organizó en mayo de 1916 - y un año más tarde, en mayo de 1917, se vio obligado el señor general Alvarado a reducir los lineamientos de su primitiva empresa y capitalizarla nada más en la suma de $5.000,000.00. En la escritura social..... (Campanilla.)
El C. Ferrel, interrumpiendo: Pido la palabra para hacer una interpelación al señor Ministro de Hacienda, que está informando sobre la cuestión de los Ferrocarriles Unidos, si él lo permite.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ferrel: La "Compañía de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán" se vio en la necesidad de reducir modestamente su capital de $100.000,000.00 a $5.000,000.00 ¿Quiere usted informarme, quiere usted informar a la Cámara, por qué fue esa reducción del capital?
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público, continuando: La interpelación del señor diputado Ferrel viene enteramente a tiempo, es perfectamente pertinente. Esa "Compañía de Fomento del Sureste", no la de los "Ferrocarriles Unidos", la Compañía de Fomento del Sureste", la que se vio obligada a reducir su capital de $100.000,000.00 vio obligada a reducir su capital de $100.000,000.00 A $5.000,000.00, las razones que para esto se expusieron están contenidas en la escritura de reforma y pueden resumirse en las siguientes palabras:
"Acto continuo los comparecientes, licenciados Pedro Solís y Gustavo Arce Correa, en uso de la autorización que les fue concedida, siguieron diciendo: que la sociedad mercantil de que se trata fue constituida con un capital de CIEN MILLONES de pesos oro nacional, equivalente a cincuenta millones de dólares, que debía ser subscripto en su totalidad en la forma que se menciona en la cláusula séptima, figurando entre los subscriptores el Supremo Gobierno federal, que ofreció subscribir todas las acciones de la Serie A, con un valor de cincuenta y un millones de pesos, que subscribieron los demás accionistas que concurrieron al otorgamiento de la precitada escritura de sociedad, que se obligaron a pagar en la forma que se expresa en la cláusula octava; que a consecuencia de las circunstancias que atraviesa el país, ni el Gobierno Federal ni el Gobierno local hicieron ninguna de las exhibiciones a que se comprometieron, pues este último sólo ha pagado hoy en cuenta de las acciones que subscribió, CUATRO MILLONES OCHOCIENTOS SETENTA Y CINCO MIL PESOS, y los demás accionistas, sólo han exhibido hasta hoy la suma de CIENTO VEINTE Y CINCO MIL PESOS, dando por resultado que en realidad sólo ha sido cubierto o exhibido de contado, CINCO MILLONES DE PESOS. Que por tal motivo, el Consejo de Administración de la referida compañía propuso a la Asamblea General de Accionistas que fuera reducido el capital social a la expresada cantidad de CINCO MILLONES DE PESOS, oro nacional."
Verán, pues, los señores diputados, que esta empresa, en que originalmente se pensó con $5.000,000.00, tuvo que reducir su capital por muy diversas razones, además de las financieras, de las cuales hablaré, si es necesario, un poco más tarde, porque ni el Gobierno federal pagó los $51.000,000.00, ni el Gobierno del Estado pagó los $49.000,000.00, ni los particulares pagaron el millón a que se habían obligado, porque el Gobierno federal subscribió $51.000,000.00, el Gobierno del Estado $48.000,000.00 y los particulares $1.000,000.00; total.....$100.000,000.00; de estos $100.000,000.00, el Gobierno federal no pagó nada, el Gobierno del Estado apenas había pagado cuatro millones y pico de pesos que, entre paréntesis, es la "Reguladora" la que los había pagado, y los particulares que habían subscripto $1.000.000.00, apenas habían podido pagar.....$125,000.00; en estas condiciones se redujo el tamaño
o las proporciones de la "Compañía de Fomento del Sureste" a $5.000,000.00, de los cuales se subscribieron como sigue: Gobierno del Estado de Yucatán, $4.875,000.00, es decir, lo que ya estaba pagado; diversos particulares, $125,000.00, es decir, lo que ya estaba pagado o, lo que es lo mismo, se capitalizó la Compañía al tipo, es decir, al capital que podían dar las acciones que ya estaban pagadas; el Gobierno federal no había hecho sus exhibiciones; la "Compañía de Fomento del Sureste", en su escritura de organización, cláusula XXVII, estipuló lo que era desde un principio el verdadero objeto de esta Compañía, y que se contiene en las palabras a que voy a dar lectura:
"Cláusula XXVII, El Gobierno federal tendrá el derecho, en cualquier tiempo, de adquirir por compra la negociación, con todas sus dependencias y departamentos. Para este efecto, acordada por el Gobierno la adquisición de la Compañía, se pondrá ésta inmediatamente en liquidación, conforme a las bases acordadas en esta escritura. Desde luego, el Gobierno federal podrá, si lo deseare, tomar posesión de la negociación, cesando en sus funciones al gerente general y a los miembros del Consejo de Administración, pero quedando en todo su vigor las facultades de la asamblea general de accionistas y de los comisarios. El Gobierno federal pagará a los accionistas según proyecto de liquidación, inmediatamente que éste quede totalmente terminado. El avalúo de los bienes de la Compañía se formará tomando en cuenta su valor material, y el importe del avalúo será lo que se pague a los accionistas, deduciendo el importe de las deudas a cargo de la sociedad. Corresponde a los comisarios en este caso, convocar a asamblea."
Está cláusula, que era una estipulación que se daba al Gobierno federal como Gobierno, independientemente de sus derechos como accionista... (Voces: ¡No! ¡No!) Voy a explicar esto, porque oigo algunos nos. ¿Qué necesidad tenía el Gobierno federal, si él representaba el cincuenta y uno por ciento de las acciones, si él tenía la mayoría y si él podía, por consiguiente, en cualquier caso.... (Voces: ¡No tenía nada!) intervenir e influenciar el manejo de la Comisión? ¿qué necesidad tenía el Gobierno federal de una estipulación tan precisa y tan terminante como es ésta, supuesto que era accionista por mayoría? (Voces: No dio nada. Murmullos.) Continúo. Esta estipulación, naturalmente debió quedar revocada cuando se reformó la escritura social, y el Gobierno federal ya no fue accionista: sin embargo, no fue así, sino que en la escritura de reforma a la primitiva escritura de constitución de la "Compañía de Fomento del Sureste", se dijo lo siguiente: "que, salvo estrictamente las modificaciones contenidas en las presentes cláusulas" - que ninguna de ellas se refiere a esta escritura, a esta cláusula, ni siquiera la menciona -...
"Que salvo estrictamente las modificaciones contenidas en las preinsertas cláusulas que acaban de relacionarse, la escritura de constitución social número 134, de fecha 3 de mayo de 1916, pasada en esta ciudad ante el notario don Maximiano Canto, queda en todo su vigor y fuerza en todos los demás términos que no se opongan a las presentes modificaciones; debiendo tenerse la presente escritura como parte integrante y complementaria de aquélla."
Cuando llegue el debate ya escucharé si es posible entender que con una estipulación tan precisa y tan clara debemos de admitir, ya no diré como abogados, pero simplemente dentro del sentido común, que una cláusula de una escritura que no está incluida entre las reformas, ha quedado derogada, porque la lista de las cláusulas reformadas ya hasta la escritura de mayo de 1917, por dos veces, una en que dice: "Se modificarán las cláusulas V, VI, VII, etc.," y no menciona la XXVII, y en seguida lista una a una las nuevas cláusulas con la forma que éstas deben tener y no menciona la XXVII; y luego dice: "queda insubsistente todo lo demás de la primitiva escritura." Pero este punto no había yo pensado traerlo a debate, si no es porque escuché que en el informe del señor miembro de la Comisión que tomó primero la palabra, se hace una especie de alarde de que la "Compañía de Fomento del Sureste" es una empresa tan próspera y tan bien acondicionada y, en general, tan sin necesidad de vender sus acciones que, en realidad, no tiene necesidad de venderlas. (Voces: ¡Es cierto!) Pero como escuché este alarde acerca de la "Compañía de Fomento del Sureste", creí necesario, creí que interesaría a los señores diputados saber que no es el Gobierno federal el que viene así nada más, pues porque "quiere quitarle el reloj" (Risas.) como hijo de vecino. (Aplausos.) No viene simplemente por "quitarle el reloj"; es que al encontrarlo le muestra un contrato en que él dijo: "Me has prometido venderme tu reloj en la cantidad de $200.00 Aquí está el contrato y, por consiguiente, vengo a exigir el cumplimiento de lo contratado." (Aplausos. Voces: ¡No! ¡No!) Continuemos. La "Compañía de Fomento del Sureste". en un principio, la "Compañía de Fomento del Sureste", en sus principios, abarcó una gran suma de negocios; entró en todas las empresas en que una empresa que se proponía verdaderamente, como su nombre lo indica, el fomento del Sureste de México, podía entrar; solicitó sus concesiones ferrocarrileras, solicitó sus concesiones de explotación petrolífera, solicitó sus concesiones de navegación; en fin, cumplió en su propósito con todos los lineamientos que se había propuesto. Pero aquellas épocas coincidían también con una época muy difícil en cuanto al abastecimiento de la península yucateca, y la "Compañía de Fomento del Sureste" entró, además, al negocio de compra y venta de mercancías; entró en negocios bancarios, entró en negocios industriales; en fin, se extendió en una forma tal como si realmente hubiera podido contar con los cien millones de pesos. En realidad, si las circunstancias no hubieran sido otras, tal vez nadie habría podido considerar exagerado el vuelo que se dio a la "Compañía de Fomento del Sureste"; pero precisamente ya en la época en que se reducía el capital, se vieron muchos de los inconvenientes que comenzaba a tener la "Compañía de Fomento del Sureste", sobre todo en su lucha y en su competencia mercantil con empresas que no estaban radicadas en Yucatán, porque la "Compañía de Fomento del Sureste", con sus negociaciones establecidas desde el Istmo hasta Yucatán, comenzó a ser una competidora demasiado fuerte para todas las demás empresas mercantiles, sobre todo mercantiles e industriales, que se encontraban radicadas desde el Istmo hacia la Península. En los momentos
en que principiaba este año y en que la situación del Estado de Yucatán se hacía un poco difícil, tuve oportunidad de conocer el estado de negocios de la "Compañía de Fomento del Sureste ", y, por si acaso, traigo a mano el balance de 31 de diciembre de 1918 que me convence a mi con números, y todavía números que quedan muy arriba de la realidad, de que la situación financiera de la "Compañía de Fomento del Sureste", no diré que era mala, pero no era la situación verdaderamente desahogada y tan amplia como se supone. Los negocios que verdaderamente tiene en sus manos en los momentos actuales la "Compañía de Fomento del Sureste" y que pueden ser de alguna significación, son: su departamento mercantil que se encuentra en vías de liquidación, porque los mismos gerentes y administradores de la "Compañía de Fomento" comprendieron que no debía continuar como un competidor mercantil frente a los particulares, cuando menos después de pasada la época de grave necesidad en que se había visto la península yucateca.
La "Terminal de Abastecimiento de Petróleo" que se encuentra en Progreso, la cual es una empresa que realmente honra a su iniciador y que viene a resolver el gravísimo problema del combustible en Yucatán. Fue establecida conforme a los últimos adelantos de la ciencia en esa materia con un costo aproximado de $1.700.000.00. Las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", que representan, como antes he dicho, aproximadamente...... $1.800,000.00 y otras diversas acciones en empresas también relacionadas con la "Comisión Reguladora", que sería innecesario enumerar. Si fuese indispensable o hubiese curiosidad en la materia, no tendría inconveniente en mencionar algunos de estos datos con la reserva natural que puede existir para mencionarlos, teniendo en cuenta que no es contra la "Compañía de Fomento del Sureste" este debate y que, por consiguiente, lo que no sea necesario no creo indispensable ponerlo a vuestra consideración.
La Iniciativa que estamos discutiendo, más bien dicho, la Iniciativa que motivó el dictamen que estamos discutiendo, hace referencia a los Ferrocarriles Unidos de Yucatán y a la empresa encargada del abastecimiento de combustible mineral. Hasta este momento yo no he oído ninguna palabra, ni leído, que se refiera a esta materia, tal vez por mi ausencia y por falta de un conducto más directo con el debate; pero también esta empresa de abastecimiento de petróleo que no está organizada independientemente como los ferrocarriles de Yucatán, se encontró en manos de la "Compañía de Fomento del Sureste" y existe otra empresa relacionada con la "Compañía de Fomento" que no se menciona en la Iniciativa, pero que es bueno que la conozcáis, porque esa sí tiene relación absoluta y directa con las obligaciones del Gobierno federal en materia de finanzas y de crédito público; me refiero al llamado "Banco Refaccionario" de la península yucateca, del cual es accionista la "Compañía de Fomento del Sureste" y tenedor de la mayoría. Si, pues, escogemos los tres principales renglones de la actividad de la "Compañía del Sureste", que son: la "Terminal de Petróleo", valor $1.700,000.00; "Banco Refaccionario", sus acciones, valor aproximado $500,000.00 y acciones de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán, valor en números redondos: $2.000,000.00, tenemos una suma de... $4.200,000.00, que es lo que valen las empresas más importantes de la "Compañía de Fomento del Sureste", Puedo asegurar a los señores diputados, sin temor de que me desmienta ni siquiera el gerente de la "Compañía de Fomento del Sureste", que si quitamos estos tres renglones, esta Compañía no tiene razón de existir; tendrá que disolverse, porque las demás empresas en que está interesada, no son de la categoría ni de la importancia de estas tres empresas. Así pues, si el Gobierno federal quisiera adquirir la "Terminal de Petróleo" y las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", éstos tendrán un costo aproximado de $3.700,000.00; si quisiera adquirir - que no quiere, o cuando menos no lo ha dicho hasta hoy - las acciones del "Banco Refaccionario", tendría que pagar el total de $4.200,000.00 a la "Compañía de Fomento del Sureste". El Gobierno federal tenía dos caminos que escoger para adquirir el activo de la "Compañía de Fomento del Sureste", más bien dicho, tiene dos caminos que escoger: (Murmullos.) venir a la Representación Nacional y pedir francamente la autorización para invertir ese dinero en adquirir esto, lo cual implicaba, o borraba de una vez, resolvía de una vez el problema de si la "Compañía de Fomento del Sureste" quería o no quería venderlas, y el segundo camino sería notificar a la "Compañía de Fomento del Sureste", conforme a esta cláusula, que era llegado el momento en que el Gobierno federal quisiera adquirir todo su activo. ¿Qué habría pasado en ese pasado en ese segundo caso? Pues juzgando lo más pesimistamente desde el punto de vista federal, habría pasado que la "Compañía de Fomento del Sureste" tal vez habría dicho: "No quiero disolverme considero derogada esa cláusula", y entonces el Gobierno federal y la "Compañía de Fomento del Sureste" habrían ido ante la Suprema Corte para saber si esta cláusula está o no derogada. Eso es hipotéticamente. Efectivamente, ¿queréis saber qué habría hecho la "Compañía de Fomento del Sureste"? Habría hecho lo que vulgarmente decimos en negocios: "arañarle las manos al Gobierno", es decir, inmediatamente decirle que sí, porque bien vale la pena realizar todo su activo desde luego, ponerse en liquidación y dar salida a todos los renglones de actividad que había tenido, supuesto que la "Compañía de Fomento del Sureste" no puede subsistir si no existe en Yucatán una perfecta unión entre todos los productores de henequén. Como la "Comisión Reguladora" no podría funcionar si no es por virtud de todas las voluntades de la Península y, por consiguiente, existiendo dificultades de parte de la "Comisión Reguladora," tienen que existir de parte de la "Compañía de Fomento del Sureste" y, por lo tanto, esta se habría visto obligada a disolverse. Pero no hablemos de ese segundo punto que no está a debate.
El Ejecutivo escogió venir ante la Representación Nacional a solicitar la autorización para adquirir únicamente los ferrocarriles de la "Terminal de Petróleo". ¿Por qué lo hizo así el Ejecutivo? No lo sé, no estaba yo... (Voces: ¡Eso es lo que queremos saber! Risas. Murmullos.) Dice el dictamen
de los señores comisionados: "El Ejecutivo de la Unión por conducto de la Secretaría de Gobernación, inició ante esta Cámara, con fecha 14 de diciembre del año próximo pasado." Digo que no lo sé en una forma casi, para despertar el interés de la Cámara... (Risas.) distraída como está constantemente por los ujieres que pasan urgentísimos recados a los señores diputados y que les impiden escuchar. (Risas.)
El C. Morales Hesse, interrumpiendo: ¡Nosotros sí lo sabemos!
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público. continuando: ¿Por qué escogió el Gobierno federal de pedir únicamente autorización para comprar francamente como Gobierno, estas empresas, en vez de poner en liquidación a la "Compañía de Fomento del Sureste" ¿Por dos razones: primera, porque hacer otra cosa habría aparecido, habría sido una especie de agresión, o ataque claramente hecho contra los Estados que se suponía favorecidos con la existencia de la "Compañía de Fomento del Sureste". en seguida, porque así, sobreentendido que era más conveniente para uno y para otro; pero, sobre todo, porque el Gobierno federal habría hecho un muy malísimo negocio ateniéndose a la cláusula de la escritura de la "Compañía de Fomento", en vez de venir aquí. Por consiguiente, lo hizo porque considera que es mejor traer francamente a la discusión de la Representación Nacional este hecho y no discutirlo en una forma judicial con la "Compañía de Fomento del Sureste", Es más: me permito llamar la atención de los señores sobre el hecho de que teniendo el Poder Ejecutivo en diciembre del año pasado facultades extraordinarias en materia de Hacienda, en este punto no quiso hacer uso de ellas, sino que trajo ante la Representación Nacional el problema con el fin de que pudiera francamente discutirse en este recinto. (Murmullos.)
El C. García Vigil, interrumpiendo: ¡No podía...!
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público, continuando: Dice el señor diputado García Vigil que "no podía". porque esto implicaba la contratación de un empréstito. Voy a indicar a los señores diputados que en aquella época probablemente implicaría comprometer el crédito hasta cierto punto, pero no contratar un empréstito; en la actualidad no implica nada de esto. Para esto suplico a ustedes que olviden por un momento a la "Compañía de Fomento del Sureste" y vuelvan sus ojos a la "Comisión Reguladora" que, en substancia, es la madre, la matriz de la "Compañía de Fomento del Sureste", y de la que realmente salen los fondos para todos los negocios que se han hecho y a la que la "Compañía de Fomento del Sureste" está adecuada en regulares cantidades. La "Comisión Reguladora del Mercado del Henequén" vende todo el henequén que toma de los hacendados, en Estados Unidos, y recibe giros en dólares por el importe de sus mercancías; puede decirse que desde que se entorpecieron las comunicaciones marítimas en todo el mundo y especialmente entre los puertos mexicanos y la península, casi no consume ninguna mercancía la península yucateca, que no venga de Estados Unidos. El sistema que la "Comisión Reguladora" ha seguido, es el de emitir determinada cantidad de bonos representando $1.00 oro nacional cada bono, que es con lo que paga a todos los hacendados el henequén que les compra, a reserva de canjearles estos bonos por los giros que puede expedirles contra Estados Unidos por sus depósitos que puede tener por ventas de henequén. Por razones que muy cuidadosamente no traeré al debate porque no está a discusión la cuestión relacionada con la "Reguladora" y las dificultades que ésta tiene en su manejo, la "Comisión Reguladora" desde fines del año pasado, sobre todo, desde principios de este año, ha venido teniendo muy serias dificultades para la venta de su henequén y en la actualidad tiene, podemos decir, un stock - o un acervo, como se diría en castellano - de 800,000 pacas que no ha vendido y, por consiguiente, no tiene dinero en dólares sobre que girar y, en consecuencia, no puede cambiar su papel que anda circulando en el mercado, por dólares. El Gobierno Federal en principios de este año vio que no podía darle la ayuda que tal vez de él debía esperarse, es decir, suministrarle fondos para que pudiera seguir adelante, y entonces lo que hizo el Gobierno federal fue darle una especie de moratoria para que todos sus impuestos no se le cobraran por lo pronto en dólares. Esta moratoria consiste nada menos en que el Gobierno federal lleva una cuenta a la "Comisión Reguladora" por los derechos de exportación porque la "Comisión Reguladora" es la única que exporta henequén y le carga el importe de los derechos de exportación y todos los demás impuestos que los particulares le pagan en el Estado en papel; el Gobierno federal, en vez de exigir a la "Comisión Reguladora" su pago inmediato, se vio en el caso - no diremos que fue un servicio, un favor -, pero se vio en el caso de esperar para esa redención; fueron acumulándose cantidades en la Jefatura de Hacienda de Mérida, de papel, y simplemente fueron depositadas en manos de la "Comisión Reguladora" y hecho el cargo de dólares a dos por uno, con el fin de que el Gobierno federal tuviera en forma de crédito asegurado nada más el papel que depositaba. Esta explicación que hago en la forma más vulgar y más sencilla que puedo hacer, significa únicamente que el Gobierno federal ha esperado a la "Reguladora" para exigir el pago del papel que de ella ha recibido durante estos seis meses y que en la actualidad, según el último informe que acabo de recibir de la Jefatura de Hacienda de Mérida, la Comisión Reguladora adeuda al Gobierno federal, por papel depositado, $4.700,000.00. (Siseos.) Por consiguiente, el Gobierno federal es acreedor de la "Comisión Reguladora" por $4.700,000.00 No sé si algún ciudadano diputado querrá una explicación de los motivos que el Gobierno federal ha tenido para dejarse adeudar de la "Reguladora" esa cantidad; pero la contestación es sumamente sencilla: No ha vendido henequén la "Comisión Reguladora" por diversas circunstancias y, por consiguiente, no tiene fondos en dólares. En consecuencia, el Gobierno federal, si no quiere conducir el fracaso a la "Comisión Reguladora" y, por consiguiente , el Estado de Yucatán tiene que ser consecuente y esperar a ver si más tarde las condiciones cambian. Baste decir que en la actualidad la "Comisión Reguladora"
debe al Gobierno federal la cantidad de $4.700,000.00. (Murmullos.)
No voy a contestar, ni es la época ni el momento de contestar, diversos argumentos que se han hecho suponiendo otras cosas. Me he limitado a exponer a los señores diputados los hechos; a hacerles conocer estas personalidades que se llaman la "Reguladora", la "Compañía del Sureste" y "Ferrocarriles Unidos", y a mostrar cómo está la situación económica en estos momentos entre unos y otros.
En los momentos actuales, si quisiéramos adquirir la mayoría de las acciones de los "Ferrocarriles Unidos", pagándolas todavía más caro de lo que costaron, no necesitaríamos desembolsar más de $2.000,000.00; si quisiéramos adquirir la "Compañía Terminal de Petróleo", no necesitaríamos desembolsar más de $2.000,000.00; realmente no creo que valga uno y otro renglón más de $4.000,000.00. La "Comisión Reguladora" que, en substancia, es la misma "Compañía de Fomento del Sureste", adeuda al Gobierno federal una deuda que es de inmediato cumplimiento, que es efectiva, que es papel de la "Comisión Reguladora". que está representada por sus existencias de henequén $4.700,000.00; hay fondos suficientes en manos del Gobierno federal por virtud de este crédito para adquirir las acciones de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" y la "Empresa de Transportes y de Petróleo". (Murmullos.) No son, pues, ni los fondos ni el derecho de adquirir lo que está a discusión; lo que espera el Poder Ejecutivo es la autorización de las cámaras. Los fundamentos que el Poder Legislativo pueda tener para negar esta autorización, siempre se consideran respetables por parte del Ejecutivo, si estos fundamentos, como lo espero y como lo creo, están exclusivamente basados en la conveniencia nacional; pero cualesquiera que sean los fundamentos que se retuvieren, el Ejecutivo tendrá que verlos con el respeto que le merece el Poder de donde le vienen las autorizaciones en esta materia. (Risas.)
Esto es lo que por vía de informe en la materia puede decir la Secretaría de Hacienda; el señor secretario de Comunicaciones podrá informar desde otros puntos de vista totalmente distintos respecto de la situación ferrocarrilera. Decía que esto es....
El C. Velásquez López, interrumpiendo: Para una interpelación, señor Presidente, antes de que termine el señor secretario.
El C. Presidente: Si el orador lo permite.
El C. Velásquez López: Como hay un punto de sumo interés..... (Campanilla.)
El C. Presidente, interrumpiendo: Si el orador lo permite.
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: Sí, señor.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Velásquez López.
El C. Velásquez López: Como hay un punto de bastante importancia y antes de que termine su información el secretario de Hacienda, deseo que se sirva informar a esta Asamblea por qué el Gobierno central no puede consagrar su atención a la construcción de las líneas de Santa Lucrecia a Campeche, y de Peto a Bacalar, si antes no controla los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán".
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: El artículo 126 del Reglamento de esta Cámara dice que antes de comenzar la discusión - porque todavía no estamos en la discusión -, "podrán los secretarios del Despacho informar a la Cámara lo que estimen conveniente y exponer cuanto fundamento quieran en apoyo de la opinión que pretendan sostener."
Dentro de este artículo podría el que habla expresar no solamente los datos que ha expresado, sino los fundamentos que tiene el Ejecutivo para su iniciativa; pero si el señor diputado que me ha hecho el honor de interpelarme no estima que es improcedente, le diría que es más bien en el terreno del debate donde tendremos ocasión de tratar estos puntos. Hasta ahora he hecho lo mismo que los señores miembros de la Comisión que me han precedido en el uso de la palabra: me he limitado a informar. No conozco como razones en contra de la iniciativa del Ejecutivo, más que lo que he visto impreso en el dictamen y lo que han publicado algunos órganos de la prensa y que está reproducido en un folleto que ha circulado extensamente y, naturalmente, hay todavía "mucho paño de donde cortar", y en su oportunidad podremos llegar a ello. Le prometo al señor diputado interpelante que contestaré con toda precisión todos estos puntos en cuanto el debate los traiga a colación.
En los momentos actuales me preparaba solamente, al cerrar este informe, a manifestar a los señores diputados algo que es necesario manifestarles: yo no sé - y aquí no debe sonreír el diputado Siurob -, yo no sé verdaderamente cuáles son las razones para tan grande interés en los momentos actuales respecto de este debate, no porque el asunto no merezca esto y muchísimo más alta y honda consideración, sino porque es tan sencillo que realmente me he sorprendido de ver agitarse la opinión alrededor de él; es un debate tan fácil que, si no hay en el fondo de él pasiones políticas o rencores personales, podría ser resuelto en una misma sesión; es cuestión sencillamente de decir al Ejecutivo sí o no respecto de la autorización que se solicita. (Risas y murmullos.) Y los fundamentos para decir al Ejecutivo sí o no, son sumamente sencillos desde el momento en que se conoce la cuestión; lo que me supongo es que la cuestión no había sido conocida a fondo por un gran número de representantes; los miembros de la diputación de Yucatán y aun los senadores por Yucatán que firmaron algunos comunicados a la prensa, para mí merecen todo mi respecto y están absolutamente en su lugar en el terreno que han escogido; pero lo que no me explico es por qué el resto de los representantes del Sureste no han tomado el mismo interés que los representantes de Yucatán, (Voces: ¡Todos!) y lo que no me explico tampoco es por qué teniendo tantas otras razones de verdadero peso la diputación de Yucatán, de verdadero peso que no he visto expuestas, se han limitado exclusivamente a expresar en el dictamen de las comisiones algunas que, en honor de la verdad, considero deleznables.
El C. Franco Agustín, interrumpiendo: ¿Me permite usted que le responda?
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público: Sí, señor.
El C. Franco Agustín: Como usted ha aludido
a la diputación de Yucatán... (Voces: ¡No se oye!) Como usted ha aludido a la diputación de Yucatán y la ha supuesto usted autora del dictamen, me voy a permitir decirle que el dictamen fue formulado por las comisiones de Hacienda, Crédito Público y Ferrocarriles, y tuvieron que ceñirse en el dictamen a los fundamentos que expuso el Ejecutivo en su iniciativa. Ahora, no como componente de la Comisión de Crédito Público, sino como yucateco que está también al tanto, como usted, de las condiciones económicas de la "Reguladora" y de los "Ferrocarriles Unidos" y de la "Compañía de Fomento", tendré oportunidad de tratar el asunto.
El C. secretario de Hacienda y Crédito Público, continuando: Mi criterio de representante del Ejecutivo en materia de Hacienda, me impone, naturalmente, en este debate, las limitaciones consiguientes, que no tendría si tuviera el honor de pertenecer a esta Asamblea.
Espero escuchar de los oradores del pro todas las demás razones que puedan existir; tomaré debida nota de ellas, y prometo desde luego que las contestaré dentro de la forma y dentro del tono en que me habéis escuchado. Veo afortunadamente que el dictamen está firmado por personalidades a veces hasta tan alejadas en opiniones políticas unas de otras: el señor Castro, el señor Céspedes, el señor Franco, etc., que desde luego descarto toda idea, toda inculpación de pasión política de ningún género; pero de parte también del Ejecutivo, ya que es el momento de expresarlo, debo decir que es injusta la suposición de que no haya pensado en el bien de Yucatán; que no tiene razón absolutamente ni ningún fundamento ni ningún motivo en lo más mínimo, para no desear el bienestar de la península, y que si en cualquier momento existe un conflicto entre el bienestar de la península y los lineamientos generales de política de todo el país, y el Ejecutivo estuviere equivocado, el Ejecutivo tendría que reformar su criterio adecuándolo al bien de todos y a la fórmula más patriótica que pudiera encontrarse para resolver estas cuestiones. Así pues, pueden creer los miembros de la diputación de Yucatán que no ha habido ninguno de los gobernantes ni de los miembros de este Gobierno revolucionario que no haya estado convencido del siguiente hecho: esta Revolución es la primera que ha hecho algo efectivo en bien del Estado de Yucatán; esta Revolución, representada en Yucatán por el general Alvarado, ha hecho todo lo que podía humanamente hacerse dentro del período de dificultades en que nos hemos encontrado. (Voces: ¡No! ¡No es cierto!) Esta Revolución, representada por don Venustiano Carranza, tiene también el más firme propósito de no desviarse en un ápice de lo que le dicte el bienestar y el progreso de esa región. (Aplausos.)
El C. Castillo Torre: Pido la palabra para interpelar al señor ministro de Hacienda.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra. (Voces: ¡Tribuna!)
El C. Castillo Torre: El señor ministro de Hacienda terminó su brillante discurso haciendo una apología de la política del Gobierno central en lo que se refiere al Estado de Yucatán. El nos ha dicho que la política del Gobierno central no pretende más que favorecer y hacer bien en la región yucateca, y yo le pregunto: ¿por qué entonces ha presentado una iniciativa para controlar una empresa que es una empresa nacional y está administrada por yucatecos y constituye una verdadera gloria del Estado y una seguridad de su iniciativa privada? ¿Por qué en vez de procurar adquirir esos ferrocarriles para mal administrarlos, porque el peor de los administradores es el Estado, según lo ha dicho en otra ocasión el C. Cabrera, el Gobierno central no se ha preocupado por conseguir alguna cantidad para nacionalizar los ferrocarriles yanquis que recorren el Norte de la República? (Aplausos.)
El C. ministro de Hacienda y Crédito Público: Como estas ideas... (Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna!) Como entiendo que el señor diputado Castillo Torre está inscripto en el pro, y como entiendo que expondrá todas estas ideas que son motivo del debate, me permito suplicar a la Secretaría me inscriba en el contra y cuando toque mi turno tendré ocasión de contestar a esas y a todas las demás - no llamaré interpelaciones - argumentaciones, que se expresen contra la idea del Ejecutivo. (Siseos y voces: ¡Huy! ¡Huy!)
El C. Basáñez: Ciudadano Presidente, pido que se lea el artículo 93 de la Constitución.
El C. Siurob: Pido la palabra, señor Presidente, para una moción de orden.
El C. Secretario Pesqueira: A pedimento del C. diputado Basáñez, se va a dar lectura al artículo 93:
"Artículo 93. Los secretarios del Despacho, luego que esté abierto el período de sesiones ordinarias, darán cuenta al Congreso del estado que guardan sus respectivos ramos. Cualquiera de las cámaras podrá citar a los secretarios de Estado para que informen, cuando se discuta una ley o se estudie un negocio relativo a su Secretaría."
El C. Siurob: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Honorable Asamblea: Yo lamento muy sinceramente que el ciudadano ministro de Hacienda haya perdido en esta ocasión los bártulos al ser interrogado por el C. diputado Castillo Torre, y una prueba de este hecho consiste en que no desconociendo el Reglamento - como sin duda no lo desconoce el C. licenciado Cabrera, puesto que ha sido diputado en varias legislaturas - ha solicitado que se le inscriba en contra, siendo así que, como ministro de Estado, no sólo no puede, sino que no debe ascender a la tribuna parlamentaria a contener dentro del debate. (Voces: ¡Claro!)
El ciudadano ministro de Hacienda tiene obligación de dar informes, y cuando esos informes no los rinda oportunamente y cuando lo soliciten los ciudadanos representantes, indica cualquiera de estas dos cosas: o que el ciudadano ministro de Hacienda necesita meditar mucho para poder contestar, o que el ciudadano ministro de Hacienda quiere valerse de un ardid parlamentario, que no es propio de un ministro cuando se trata de dar a conocer a la Representación Nacional hechos que son de su legítima incumbencia. (Aplausos.) Por esta razón yo suplico al señor Presidente se digne suplicar al señor ministro Cabrera, que concrete si informa o no informa sobre estos hechos, puesto que no le cabe
más que, o informar o no informar. Si tiene que informar, que informe en el momento en que lo soliciten los ciudadanos representantes, no cuando se haya pasado el momento oportuno y que la idea se diluya en el cúmulo de argumentaciones variadas, de sofismas. de falacias y argucias y aun de verdaderas argumentaciones que vayan a exhibirse ante esta honorable Asamblea: y si el señor ministro de Hacienda no quiere informar sobre estos hechos, entonces pido a la Asamblea que lo tenga en cuenta. (Aplausos.)
El C. Casas Alatriste: Pido la palabra para pedir que se lea el artículo 127 del Reglamento.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Artículo 127. Pasada esta vez, sólo se les concederá la palabra, en el turno que les toque, conforme a lo dispuesto en los artículos precedentes; a no ser que, ya por sí, o excitados por algún miembro de la Cámara, tuviera que informar sobre hechos, pues entonces podrán hacerlo breve y sencillamente, con tal de que sea antes de cerrarse la discusión."
El C. Presidente: Manifiesto a Su Señoría que, efectivamente, el artículo 93 de la Constitución manda que los ciudadanos secretarios del Despacho se presenten a la Cámara a informar; también el artículo 126 manifiesta que los ciudadanos secretarios del Despacho pueden informar antes de que comience la discusión; pero también esta Presidencia estima que ni la Constitución ni el Reglamento limitan el uso que pueden hacer los ciudadanos secretarios del Despacho respecto a las veces que vengan a informar a la Cámara. En consecuencia, pueden informar al principio de la discusión y durante la discusión; pero para que los secretarios del Despacho puedan informar durante la discusión, se necesita naturalmente que se inscriban en la lista de oradores... (Voces: ¡No! ¡No!) La Presidencia cree que los secretarios del Despacho pueden venir a informar durante la discusión, pero, naturalmente, necesitan inscribirse.....
El C. Basáñez, interrumpiendo: Pido la palabra.
El C. Presidente, continuando: En esa virtud, habiendo pedido la palabra el ciudadano secretario del Despacho, naturalmente para informar, supone la Presidencia que en el curso de la discusión, y lo ha inscripto en el lugar que le corresponde.....
El C. Céspedes, interrumpiendo: Para una moción de orden.
El C. Presidente, continuando: En consecuencia, suplico a la Asamblea (Voces: ¡No se oye!) Sírvanse guardar silencio, señores diputados. Como decía a Su Señoría, los ciudadanos secretarios del Despacho tienen derecho para informar durante el curso de la discusión. En esa virtud, he inscripto al ciudadano secretario de Hacienda en el turno que le corresponde, que es el noveno. Así es que, conforme al artículo 127 del Reglamento, el ciudadano secretario de Hacienda está inscripto en el noveno lugar, y sólo podrá hacer uso de la palabra antes de que le toque su turno, cuando lo interpele algún orador o cuando informe sobre algún hecho.
El C. Basáñez: Pido la palabra.
El C. Siurob: ¡Moción de orden! Suplico a usted, señor Presidente, me dé la palabra para una moción de orden; para que se digne imponer el orden en la Cámara, pues nadie ha escuchado las palabras de usted.
- El mismo C. Secretario : La Presidencia suplica muy atentamente a los ciudadanos representantes se sirvan guardar silencio para poder continuar el debate.
El C. Fierro: ¡Que hable la Secretaría por la Presidencia!
El C. Siurob: Señor Presidente. La moción de orden a que yo me referí, consiste en que los ciudadanos ministros de Estado no pueden ser inscriptos en contra; como el C. licenciado Cabrera pidió que lo inscribieran en contra y esto es contrario al espíritu de la Constitución, que no da a los secretarios de Estado más que voz informativa; por consiguiente, no tienen derecho más que hacer uso de la palabra para informar y no para tomar la palabra en pro o en contra. Esa era la moción de orden que yo hacía y por la cual suplicaba a Su Señoría que no diera al señor secretario de Hacienda la voz en contra ni en pro, sino simplemente conforme a la Constitución y al Reglamento, para informar cuando se le pida.
El C. García Vigil: Una moción de orden, señor Presidente. (Veces: ¡Que se lea el artículo 127!)
El C. Presidente: Tiene la palabra, para una moción de orden, el C. García Vigil.
El C. García Vigil: Ciudadanos representantes: Yo creo que no sólo el C. Siurob, sino un número considerable de miembros de esta Asamblea ha prejuzgado respecto al acto indicado por el C. licenciado Cabrera, al decir al Presidente que lo inscribiera en el contra. Yo encuentro que el artículo 126 sobre este punto aclara bastante lo que ha motivado cierto desorden en la Asamblea. Dice así:
"Artículo 126. Antes de comenzar la discusión podrán los secretarios del Despacho informar a la Cámara lo que estimen conveniente y exponer cuantos fundamentos quieran en apoyo de la opinión que pretendan sostener." Esto quiere decir que los secretarios del Despacho están facultados para sostener una opinión.... (Voces: ¡Claro! Murmullos.) Sucesivamente el artículo 127, dice: "Pasada esta vez...." es decir, antes de iniciarse el debate," sólo se les concederá la palabra, en el turno que les toque, conforme a lo dispuesto en los artículos precedentes; a no ser que, ya por sí, o excitados por algún miembro de la Cámara, tuvieren que informar sobre hechos, pues entonces podrán hacerlo breve y sencillamente con tal de que sea antes de cerrarse la discusión." (Murmullos.) Todos los artículos precedentes son los recapitulados en el capítulo: "De las discusiones", del 94 en adelante. De manera que nosotros debemos considerar la acción del secretario de Estado con sujeción al artículo 127, enteramente dentro de todos los artículos procedentes. (Aplausos.) esto es, dentro de todo el capítulo de la discusión, y es indudable que en el caso actual el ciudadano secretario de Hacienda, teniendo derecho a sostener una opinión, se inscribe en el contra del dictamen, que es la opinión suya; en tal virtud y con sujeción al mismo artículo 127, con derecho pleno a las franquicias que le conceden todos los artículos del capítulo de las discusiones, se inscribe y hablará para sostener esa opinión en el turno que le corresponde. En esta virtud, yo creo que está perfectamente ajustado al Reglamento. (Aplausos.)
El C. Basáñez: Pido la palabra.
El C. Espinosa: ¡Para una verdadera moción de orden! (Siseos y voces: ¡Ah! ¡Ah!)
El C. Presidente: No habiendo desorden, continúa el debate.
El C. Basáñez: ¡Yo reclamo el trámite que ha dado la Mesa!
El C. Espinosa: Señores: Quiero hacer constar lo siguiente: El señor secretario de Hacienda ha pedido, para contestar la interpelación del C. diputado Castillo Torre, que se le inscriba, de tal manera que queda en condiciones de contestar a esta pregunta después de que el C. Castillo Torre haya hecho uso de la palabra. Conforme al artículo 127 del Reglamento interior de la Cámara, el ciudadano Secretario de Hacienda debe inscribirse siguiendo el turno, es decir, después de todos los ciudadanos diputados que estén inscriptos en la lista respectiva... (Voces: ¡Así está! ¡Ya! ¡Ya!) Por lo tanto, señores diputados, el ciudadano secretario de Hacienda no estará en condiciones de contestar en el momento oportuno al C. licenciado Castillo Torre, en cambio, el mismo artículo 127 del Reglamento, le da facultad para que pueda contestar dentro o fuera del debate cualquiera interpelación que se le haga. Por lo tanto, si a bien lo tiene, debe contestar esa interpelación ahora mismo. pero de ninguna manera pedir que se le inscriba en determinado lugar. (Murmullos. Siseos.)
El C. Secretario Pesqueira: La Presidencia informa, por conducto de la Secretaría, que el ciudadano ministro de Hacienda está inscripto en el noveno lugar, es decir, después de todos los que se habían inscripto con anterioridad.
- El mismo C. Secretario: La Presidencia manifiesta que continúa el debate.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano...
El C. Mena, interrumpiendo: ¡Moción de orden, señor Presidente!
El C. Presidente: No hay desorden.
El C. Mena: Sí hay desorden, porque quien debe hacer uso de la palabra ahora es el ciudadano ministro de Comunicaciones, por su turno, para informarnos como lo ha hecho el ciudadano ministro de Hacienda.
El C. Presidente: La Presidencia no concedió el uso de la palabra al C. diputado Mena. Se permite informar que el ciudadano secretario de Comunicaciones no ha pedido la palabra y, en consecuencia, no puede concedérsela.
El C. Mena: Pido la palabra, ciudadano Presidente.
El C. Presidente: Habiendo solicitado informar el ciudadano secretario de Comunicaciones, tiene la palabra.
El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Honorable Asamblea: Tengo el honor de dirigiros la palabra para informar respecto a los Ferrocarriles de Yucatán en la parte que le corresponde a la Secretaría de mi cargo. (Leyendo.)
"Memorándum de las concesiones vigentes otorgadas a la Compañía de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán.
"Concesión número 23.- Ferrocarril de Mérida a Progreso.
"Fecha : 17 de enero de 1874.
"Subvención que se pagó: $6,000.00 por kilómetro. $215,400.00.
"Plazo de reversión: Indefinido.
"Longitud del Ferrocarril: 35 kilómetros 900 metros.
"Este ferrocarril se encuentra terminado y en explotación.
"Concesión número 28.- Ferrocarril de Mérida a Peto.
"Fecha: 27 de marzo de 1878.
"Subvención que se pagó: $6,250.00 por kilómetro.
"Plazo de reversión: 99 años, que terminan el 27 de marzo de 1977.
"Derrotero: Mérida a Peto y ramal de Acancéh a Sotuta.
"Longitud del ferrocarril: 207 kilómetros 500 metros. $1.296,875.
"Este ferrocarril se encuentra terminado y en explotación.
"Concesión número 33.- Ferrocarril Peninsular.
"Fecha: 14 de septiembre de 1880.
"Subvención que se pagó: $6,000.00 por kilómetro, suma que después fue ampliada a $6,250.00.
"Plazo de reversión: 99 años, que terminan el 23 de febrero de 1980.
"Derrotero: Mérida a Campeche y ramales de Umán y Hunucmá y de enlace con la línea de Mérida a Valladolid.
"Longitud del ferrocarril: 199 kilómetros 228 metros. $1.245,175.
"Este ferrocarril se encuentra terminado y en explotación..." (Murmullos.)
El C. Secretario Pesqueira, interrumpiendo: La Presidencia suplica muy atentamente a los ciudadanos representantes se sirvan prestar atención y guardar silencio.
- El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, continúa leyendo:
"Concesión número 36.- Ferrocarril de Mérida a Valladolid, con ramal a Progreso.
"Fecha: 12 de octubre de 1880.
"Subvención: $6,250.00 por kilómetro.
"Plazo de reversión: 99 años, que terminan el 15 de diciembre de 1979.
"Derrotero: Mérida a Valladolid y ramales de Conkal a Progreso y Citás a Tizimín.
"Longitud del ferrocarril: 268 kilómetros 724 metros. $1.679,525.
"Este ferrocarril se encuentra terminado y en explotación.
"Concesión número 78.- Ferrocarril de Mérida a Izamal.
"Fecha: 15 de mayo de 1884.
"Subvención pagada, $6,000.00 por kilómetro.
"Plazo de reversión: 15 de mayo de 1983.
"Derrotero: Mérida a Izamal.
"Longitud del ferrocarril: 66 kilómetros 486 metros. $398,916.
"Este ferrocarril se encuentra terminado y en explotación.
"Subvención total, $4.221,575.
"Concesión número 225.- Ferrocarril de Mérida a Muna.
"Fecha: 21 de febrero de 1900.
"Subvención: no se le otorgó ninguna.
"Plazo de reversión: 99 años, que terminan el 8 de marzo de 1999.
"Derrotero: Mérida a Muna y prolongación de Ticul y Tekax.
"Longitud del ferrocarril:
"Línea terminada de Mérida a Ticul: 79 kilómetros 800 metros.
"Línea para construir hasta Tekax: 36 kilómetros 400 metros.
"La línea por construir debería haberse entregado el 8 de marzo de 1916.
"Las compañías propietarias de las anteriores concesiones, Peninsular de Ferrocarriles de Yucatán, de Mérida a Progreso e Izamal, del Ferrocarril de Mérida a Valladolid con ramal a Progreso y del Ferrocarril, Muelle y Almacenes del Comercio, se fusionaron el día 1o. de noviembre de 1902, para formar la "Compañía de Ferrocarriles Unidos de Yucatán S. A." a la cual transfirieron los derechos y obligaciones que tenían de acuerdo con las mencionadas concesiones, habiéndose aprobado el traspaso con fecha 14 de diciembre de 1902.
Con fecha 15 de enero de 1906, se celebró un contrato con la nueva empresa, reformando y refundiendo en una sola las diversas tarifas de fletes que correspondían a cada concesión, sin alterar las demás estipulaciones. Las bases máximas de las doce clases por los primeros cinco años (que terminaron en 1911) quedaron de $0.08 a $0.04 por tonelada, kilómetro, y en lo sucesivo, de $0.07 a $0.03, por tonelada, kilómetro.
"Con fecha 4 de junio de 1907, se celebró con la misma empresa un contrato para establecer estaciones en la capital de Mérida, y en el puerto de Progreso. Las obras que se hagan en virtud de este contrato en los ferrocarriles expresados, pasarán al dominio de la Nación en las fechas respectivas de reversión y sólo las que queden anexas al Ferrocarril de Mérida a Progreso que tiene concesión a perpetuidad, tendrán un plazo de reversión que termina el 15 de diciembre de 1979.
"Por contrato de 10 de mayo de 1911, se prorrogaron los plazos del contrato anterior, de tal manera que las obras deberían terminarse en el curso de este año.
"El contrato de 10 de mayo de 1912, autorizó a la empresa para importar libre de derechos los materiales destinados a la construcción de la estación terminal de Mérida"
El C. Secretario Pesqueira, interrumpiendo: La Presidencia suplica nuevamente a los ciudadanos representantes se sirvan guardar silencio y prestar atención.
- El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, continúa leyendo:
"Consideraciones por las que el Ejecutivo trata de adquirir el dominio de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán
"La adquisición de los ferrocarriles de Yucatán por el Gobierno, es una necesaria consecuencia de la construcción ya autorizada por el Senado, de las líneas de Santa Lucrecia a Campeche y de Peto a Quintana Roo.
"En efecto, las vías de la península completan el sistema que unirá el centro de la República con el territorio de Quintana Roo. Conservando una solución de continuidad en el camino, se rompería la unidad y cohesión de la red, con sus naturales inconveniencias, y, por más de un concepto, amenguaría la importancia de las líneas de Santa Lucrecia y de Peto.
"Por el contrario, de venir al dominio de la Federación los Ferrocarriles Unidos, se alcanzarían las siguientes ventajas:
"I. Una sola administración para toda la red, en lugar de tres, lo que supone considerables economías en el personal directivo y en el material rodante, que podrá, éste último, moverse libremente de un punto a otro de su extenso derrotero, llenando las necesidades del servicio donde se presentaren;
"II. La homogeneidad en los diferentes elementos de la explotación.- La gerencia general dirigiría todo el movimiento, poniendo en conexión y en armonía horarios, fletes, trenes métodos contabilidad, etc. Disminuirá el número de las dependencias y oficinas de aprovechamiento, como las de combustible, bastando probablemente un depósito de aceite en el Istmo y otro en Yucatán para dotar todo el sistema ferrocarrilero de que se trata;
"III. Las líneas de Yucatán son de dos anchuras diferentes: de vía ancha (1 m 435), 103 kilómetros; y de vía angosta (0. m. 914), 755 kilómetros. Pues bien, el Gobierno Federal, disponiendo del control de las líneas, podría establecer en la península el escantillón normal, para que pasaran los trenes sin interrupción de un extremo a otro de la República. Se evitarían los transbordos, ahorrando gastos y molestias al público;
"IV. Sumando los números de kilómetros anotados arriba, se obtienen 858 kilómetros para la extensión total de los Ferrocarriles Unidos de Yucatán. Las dos líneas cuya construcción acaba de aprobar el Senado, alcanzarán juntas una longitud de 1,115 kilómetros y costarán, según presupuesto aproximado, $38.000,000.00. Si se piensa que con sólo $10.000,000.00 se lograría el dominio de la red peninsular, se comprenderá la ventaja de la combinación, desde el punto de vista financiero.
"V. Progreso, por su situación geográfica y por su importancia, merece servir de punto terminal a la línea de Santa Lucrecia. En Progreso, convergerían los contingentes del Sureste y del Suroeste, dando salida a los productos exportables de la parte
oriental de las comarcas istmeñas y a los del Territorio bañado por el mar de las Antillas.
"VI. Los Estados de Veracruz, Chiapas, Tabasco y Campeche, intensamente agrícolas en la región que atravesará el ferrocarril de Santa Lucrecia, proveerían de materias de primera necesidad a la población de la península, dedicada casi exclusivamente al cultivo del henequén; y si bien para este comercio no es indispensable la consolidación, se comprende sin esfuerzo que disminuyendo el costo de explotación, las facilidades del tráfico y la reducción de las cuotas, redundarían en beneficio de productores y consumidores, especialmente de los consumidores de Yucatán, cuya vida resulta hoy tan cara.
"VII. Finalmente, la política ferrocarrilera que ha adoptado el Gobierno, requiere imperiosamente esta operación, que haría más estrechas las relaciones y más íntimos los vínculos entre los diferentes pueblos que integran la familia mexicana."
Suplico atentamente a los ciudadanos diputados se sirvan indicarme si desean algunos otros informes de la Secretaría de mi cargo.
El C. Mena: Pido la palabra para hacer una pregunta al señor secretario de Comunicaciones.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Mena: ¿La reversión de los ferrocarriles a la Nación con todo su material rodante y demás pertenencias de las compañías será, gratuita, o en qué forma está estipulado que se haga esa reversión?
El C. Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: La reversión de los ferrocarriles solamente consiste en todas las construcciones enteramente fijas; nunca hasta ahora se ha verificado un contrato en que la reversión sea del material rodante. La reversión de estos ferrocarriles a favor de la Nación es en virtud de la prerrogativa de explotar un servicio público cuando no se otorga una subvención, con mucha mayor razón otorgándola; de manera que la reversión de los ferrocarriles, en todo caso, es sin costo alguno para el Gobierno al final de los contratos.
El C. Villalobos: Pido la palabra para una interpelación.
El C. Mena: Permítaseme terminar. Lo que hemos oído ha sido la teoría, pero no la realidad de las cosas, que es lo que pregunto y lo que importa a la Asamblea. Está bien que la forma bajo la cual se hacen las concesiones sea la indicada; pero lo que yo pregunto es bajo qué condiciones han de volver a la Nación todas las propiedades que ahora lo son de esos ferrocarriles. Usted nos ha dicho únicamente - o esto he creído entender - que la reversión de las líneas será sin costo alguno para la Nación.
El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: En lo que se refiere a las construcciones fijas solamente.
El C. Mena: Lo que yo quiero saber, y por última vez ruego a usted tenga la bondad de decírmelo, son las condiciones en que la Nación ha de obtener lo que no le es cedido gratuitamente.
El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Si al Gobierno, al terminar el plazo de explotación de una compañía ferrocarrilera, le conviene adquirir el material rodante, entonces lo pagará según convengan ambas compañías, es decir, la compañía y el Gobierno. Respecto a las obras de arte, esas pasan a favor del Gobierno en cambio de la explotación durante el plazo y de la subvención cuando esas compañías son subvencionadas; de manera que en este caso el material rodante pudiera pasar a favor de la Nación, siempre que al Gobierno le convenga adquirirlo y por el precio que pueda estipular. Si no le conviene adquirir el material rodante, solamente quedarán a favor de la Nación todas las obras de arte o, como dije antes, todas las obras que son fijas.
El C. Villalobos: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Villalobos: Señor ministro: ¿Puede usted informar a esta Asamblea si el Gobierno tendría algún inconveniente para realizar el propósito de ligar la red ferroviaria de Norte a Sur, en construir - pidiendo previamente la autorización - la vía de Santa Lucrecia a Campeche, o tendría algún inconveniente, siendo indispensable controlar primero los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" para después principiar la construcción de la vía de Santa Lucrecia a Campeche?
El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Como considero que esta pregunta no le compete a la Secretaría de mi cargo constestarla, suplico atentamente me haga usted el favor de eximirme de ella.
El C. Castillo Torre: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Castillo Torre: Le ruego muy atentamente a Su Señoría se sirva informar a la Asamblea, si eso no le es molesto, cuántos kilómetros de vía ancha y cuántos kilómetros de vía angosta tienen los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán."
El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Ciento tres kilómetros de vía ancha, y setecientos treinta y nueve kilómetros de vía angosta.
El C. Castillo Torre: Yo desearía que, para ilustrar a la Asamblea acerca de los propósitos del Ejecutivo, el señor ministro de Comunicaciones se sirviese decir con cuántos fines el Estado construye ferrocarriles o, en otros términos, qué fines son los que el Estado se propone al construir ferrocarriles.
El C. secretario de Comunicaciones y Obras Públicas: Según mi entender, no me corresponde a mí contestar esa pregunta. (Aplausos.)
El C. Secretario Pesqueira: La Presidencia suplica a los ciudadanos diputados se sirvan guardar el orden suficiente para continuar el debate. (Voces: ¡Para empezarlo! ¡Para principiar el debate!)
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra del dictamen, el C. diputado José Luis Patiño.
El C. Patiño: Señores diputados: He subido a esta tribuna bajo malos auspicios; he venido aquí después de que esos debates que hoy debieron haberse iniciado, comenzaron tiempo ha. En efecto, con fines perfectamente fáciles de explicar, algunos miembros de las comisiones unidas 1a. de Hacienda, 2a. de Crédito, y de Ferrocarriles, han estado constantemente haciendo declaraciones por la prensa; me refiero al señor presidente de ellas, diputado Agustín Franco, pues si bien es verdad que en algunas ocasiones algunos de los miembros de esas comisiones también hicieron declaraciones por
la prensa, pudiera explicarse que fue con motivo de otras declaraciones hechas por el señor secretario de Hacienda sobre el particular. Después, por su exclusiva cuenta y riesgo, el señor Franco siguió declarando, y en todos los casos que lo hacía se escudaba bajo su cargo de presidente de las comisiones unidas. Principalmente, en el periódico "El Heraldo" es donde esas declaraciones se han hecho con más vigor, con más energía y todo con el fin bien premeditado de encaminar el criterio, con objeto de que se apoyara ese dictamen, que es adverso a la Iniciativa de Ley. Después hemos visto que el señor diputado García Ruiz, miembro también de las comisiones unidas, nos espeta un brillante discursito patriotero salpicado con cuentecitos llenos de imágenes brillantes, de símiles caseros, pero no por eso menos llamativo, y pretendiendo apoyar ese dictamen, no hizo más que ostentar una vez más la parcialidad con que procede. No parece, al hacerlo, sino que teníamos presente aquí o, al presidente de la "Compañía de Fomento del Sureste" o, cuando menos, a uno de los vocales de la Mesa Directiva, del Consejo Directivo. De antemano nos viene diciendo que "a título de qué se pretende arrebatar esas acciones que controla la "Compañía de Fomento del Sureste"; nos dice que "esta Compañía no quiere venderlas y que no quiere venderlas porque es un negocio brillante." ¿Cómo esta tan bien interiorizado con el señor García Ruiz? No lo sé; pero el hecho es que de antemano ha demostrado su parcialidad. En seguida tenemos al señor diputado Franco con su peroración erudita que, en realidad, no viene a fundar el dictamen, pues no nos presenta ningún argumento; y si esto digo respecto a su peroración, con mucho mayor motivo lo diré respecto al dictamen que no tiene fundamento de ninguna especie. Es natural, ya digo, que bajo estos malos auspicios y dado la ninguna autoridad que tengo, porque bien pobre de palabra soy y ya con la hostilidad manifiesta que he tenido encima, agregado todavía por las murmuraciones y hasta por las amenazas de algún diputado que estaba cerca de mí, necesito vencer mi natural temor para hablar libremente. (Voces: ¡Nombres!) No lo conozco; es el señor que está allí.....
El C. Iturralde, interrumpiendo: ¡Yo soy! (Aplausos.)
El C. Patiño continuando: Pero tengo el deber de venir a esta tribuna para atacar ese dictamen, porque lo considero infundado e injusto, pues estoy en posesión de datos que evidentemente, si la Asamblea es justiciera - como lo espero -, harán que se inclinen del lado de la Iniciativa presentada por el Ejecutivo, desechando ese dictamen de las comisiones unidas. Mi labor se concretará a hacer algunas relaciones de hechos, a explicar esas relaciones íntimas que existen entre algunas empresas yucatecas que están girando todas al rededor de un mismo centro. El dictamen que se discute hoy es de trascendental importancia, porque entraña cuestiones capitales para la vida económica de todo un pueblo y para la tranquilidad de toda la región de nuestra patria, que en un tiempo fue próspera y feliz y que hoy se ve undida en la desolación más grande y en las fronteras de la miseria: todo esto es, indudablemente, debido a la labor de malos hombres, de hombres sin conciencia y sin escrúpulos, de hombres perversos que, en su afán de dominar despóticamente con torpes miras, no han omitido atentado alguno contra los yucatecos, contra la mayoría de ellos, y que en esta forma han ido maniatado, una a una, todas las fuerzas vivas de la península yucateca. Esos hombres ególatras, sin conciencia y muchas veces hasta sin la noción del más rudimentario deber, ningún esfuerzo han omitido, ningún acto por reprobable que sea, para llegar a sus fines aviesos; no se han detenido ni siquiera ante el respeto que merecen las vidas humanas; tampoco ante los dinteles de la propiedad, ni ante los hogares, y ni siquiera ante las tradiciones de ese pueblo luchador.... (Voces: ¡Nombres!) Los nombres no tardaré en darlos porque me veré precisado a hacerlo; no vengo con apasionamiento, sino con la obligación de descubrir la llaga y los hechos descarnados, pésele a quien le pesare.
Probablemente parecerá exagerado este pequeño preámbulo; pero no es sino un pálido reflejo de la realidad, porque tan luego como conozcan ustedes los hechos, esos encadenamientos de las cosas, entonces se formarán una idea exacta de todo y reconocerán que cuanto he dicho es poco, siendo preciso rechazar ese dictamen, que no sé en qué fuentes se habrá inspirado.
En la Iniciativa de Ley de que se trata, el Ejecutivo de la Unión ha expresado que para realizar la empresa que se propone, esto es, la de controlar los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" y la "Empresa Abastecedora de Minerales" pide autorización para invertir hasta $10.000,000.00, o para comprometer el crédito de la Nación, y expresa terminantemente que no habrá dificultad seria de vencer para adquirir el control de las acciones anteriormente poseídas por la "Compañía de Fomento del Sureste" y aun agrega que cree indispensable contar con fondos suficientes para ello.
Ya el señor secretario de Hacienda sobre esto nos ha explicado de manera perfectamente clara cómo podrá hacerse esta inversión, cómo podrá adquirirse ese control sin un sacrificio para la Nación y sin comprometer el crédito de ella. Ya hemos visto que la Federación es acreedora del Gobierno de Yucatán. ¿Cómo? La forma la ha explicado perfectamente ya el señor licenciado Cabrera. Que la "Compañía de Fomento del Sureste" se niega a vender esas acciones, que se resiste, como lo dijo el señor diputado García Ruiz, ya también ha explicado el señor secretario de Hacienda que existe una cláusula que no está derogada de una nueva escritura, es decir, una cláusula en vigor en virtud de la cual el Ejecutivo podrá adquirir la "Compañía de Fomento del Sureste"; de consiguiente, esa dificultad aparente está perfectamente subsanada. Dicen también las comisiones unidas que: "El Gobierno nacional ha seguido siempre como postulado de conservación económica, la nacionalización de las empresas extranjeras. Fiel a esta política, adquirió el Ferrocarril de Tehuantepec," etcétera.
Esto no puede ser más falso, señores diputados. Si efectivamente existe ese postulado, pudiera ser en relación con las vías de comunicación de la República por motivos que a nadie se escapan; pero de esto a que se pretenda nacionalizar todas las empresas, hay una diferencia enorme. Es claro que si esto intentara el Gobierno, hasta la
Autonomía de la Nación peligraría, ni podríamos habernos sostenido como Nación independiente; si en esta forma se pretendiera ahuyentar el capital extranjero, es evidente que no podríamos subsistir. Esto asienta las comisiones, sin tomarse el trabajo de justificarlo, sino de una manera falsa, de buena fe, lo reconozco; pero al fin y al cabo, falsamente; naturalmente todo lo que se borde sobre ello será falso y las consecuencias igualmente falsas. Mucho se ha dicho aquí también, fue el argumento, el estribillo en todos los artículos periodísticos, y aun aquí se ha esgrimido ahora, que el gobierno pretende nacionalizar lo que nacionalizado está; que no se ocupa el Gobierno de controlar aquellos ferrocarriles cuyas acciones están en manos de extranjeros y sí se pretende arrebatar las que están en poder de empresas particulares.
En primer término debo decir que esa "Compañía de Fomento del Sureste" está muy lejos de ser una empresa particular; es una empresa netamente oficial, por más que se pretenda quitarle ese carácter; bastarían las explicaciones que ha dado el ciudadano secretario de Hacienda para comprender por qué lo es: esa empresa fue organizada con capital oficial y fue declarada de utilidad pública por decreto número 531, de fecha de 1o. de mayo de 1916. Es cierto que los motivos que tuvo el entonces Gobernador de Yucatán para organizar esta empresa, no pudieron haber sido más plausibles y que se tuvo un programa demasiado vasto, como también lo explicó el ciudadano secretario de Hacienda, quien nos dijo que el capital primitivo de esa negociación, es decir, el capital con que debió haberse organizado era de $100.000,000.00, que vino a quedar reducido a $5.000,000.00, que dice que de esos $5.000,000.00, $1.000,000.00, mejor dicho, las acciones están en poder de particulares por valor de esta cantidad, pero no lo sabemos, ni está comprobado tampoco. El hecho real es que las acciones de esta compañía, en su mayoría abrumadora pertenecen, una parte al Gobierno de Yucatán y otra parte a la "Comisión Reguladora del Mercado del Henequén". Para que la honorable Asamblea pueda darse exacta cuenta del funcionamiento de esas empresas, muy a la ligera y a fin de no molestarlos, diré a ustedes lo siguiente, advirtiendo que llamaré a las cosas por su propio nombre, no como lo ha hecho el ciudadano secretario de Hacienda, con tanta finura, si no dándoles el nombre que verdaderamente tienen. Todas esas empresas de que se ha hablado "Compañía de Fomento del Sureste", "Banco Refaccionario", "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", no son más que empresas parasitarias de la "Comisión Reguladora del Mercado del Henequén". (Voces: ¡No! ¡No!) No puedo llamarlas filiales", porque el término es muy afectuoso, y la verdad, en este caso, no se pude emplear. El objeto principal, al funcionar la "Compañía de Fomento del Sureste" y las demás empresas fue emplear un sistema de absorción, monopolizador, puesto en juego por el general Salvador Alvarado, entonces gobernador y comandante militar del estado, para tener a todo el mundo sujeto a su capricho y a su voluntad. No diré que la "Comisión Reguladora" no tuvo fines enteramente patrióticos en su principio; sí los tuvo, pero después se les torció; se llevó a la "Comisión" por mal camino y sirvió de sistema de opresión para cometer toda clase de atentados contra las personas.
El señor secretario de Hacienda nos decía en virtud de qué circunstancias es acreedora la Federación, esto es, por contribuciones que le ha pagado esa "Comisión Reguladora" en papel moneda, que no ha podido canjear; y yo tengo que agregar que esa "Comisión Reguladora del mercado del Henequén" tiene a la fecha $18.000,000.00 de papel depositados por los particulares, a quienes no solamente se les ha engañado, sino que se ha cometido tremenda burla con ellos. La "Comisión Reguladora del Mercado del Henequén" estaba obligada a canjear esos vales de caja que expedía, por giros en dólares al 2 por 1, mediante un premio insignificante; como tenía esa obligación encima, procuró encontrar los medios de eludirla - y esto ocurría en la época en que contaba con los fondos necesarios -; pero ya que no podía eludirla, cuando menos quería sacar todas las ventajas y todos los provechos por su situación, y se daba el caso constante de que a las personas que se presentaban con sus vales de caja pidiendo el giro correspondiente, no se les expedía, se les aplazaba por dos, tres, cuatro, ocho o quince días, hasta que aquella gente, aburrida y necesitada, ocurría al "Banco Refaccionario", otro parasitario de la "Reguladora", y ahí, con un premio brutal, con un premio escandaloso, se les entregaban sus giros.
El C. Mena, interrumpiendo: ¡Entonces sería cómplice, no parasitario!
El C. Patiño, continuando: Entro en digresiones, porque algún diputado me obliga a ello. Porque el "Banco Refaccionario" ha vivido a expensas de la "Reguladora", por eso le he dado el nombre de parasitario, no por la complicidad no para defraudar los intereses de aquella institución. Allí se les expedían en el "Banco Refaccionario", con premios verdaderamente escandalosos, y naturalmente ese "Banco Refaccionario" estaba en íntima conexión con la "Comisión Reguladora". Para tener obligados a los hacendados, a los productores de henequén, el comandante militar de esa época, don Salvador Alvarado, obligó a todos los productores a firmar unos contratos llamados de coasociación; en virtud de esos contratos estaban obligados a entregar toda su producción a la "Comisión Reguladora", ¡desgraciado de aquél que se atreviera a no hacerlo! Se le consideraba como reo del delito de fraude, Fue una legislación dada verdaderamente peregrina, y sería cansar a ustedes el enseñarles todas las disposiciones especiales, aquí tengo el folletito relativo; pero allá hubo algunos espíritus viriles, algunos hombres enérgicos que se opusieron terminantemente a entregar su Henequén, que no querían ser tutoreados, que les indignaba que un hombre que se presentó allí por la fuerza de las armas quisiera obligarlos a hacer su capricho; esos hombres se sublevaron, mejor dicho, se le sublevó su amor propio y se negaron a entregar su henequén; pero, ¿qué sucedió entonces? Que el general Alvarado ideó la manera de evitar que sacaran sus productos; controló los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán" y no había manera de transportar su henequén si no era por esos ferrocarriles; pedían carros y se les negaban sistemáticamente.
Ahora que hemos entrado a la discusión, cualquier dato de esta naturaleza podrán ustedes averiguarlo con el ministro de Comunicaciones; estoy seguro de que ascienden a miles las quejas, ya sea directamente enviadas al Ejecutivo, o por conducto de la Secretaría de Comunicaciones. Cuando fue necesario estrechar todavía más aquella red para impedir la salida de todo producto de Yucatán, entonces la "Comisión Reguladora" adquirió nueve barcos, aparentemente con fines muy loables; pero a renglón seguido los arrendó a la parasitaria de "Fomento del Sureste", la que cobraba los fletes, tratando de impedir la extracción de cualquier henequén que no procediera de la "Comisión Reguladora"; así que de este modo obligaban a los demás productores, o a que se les pudriera su henequén, a que se les quemara o a someterse a pasar por las horcas caudinas. Después - y me estoy limitando a hacer una relación procurando alejarme de todo apasionamiento -, (Murmullos.) los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán".....
El C. Rivera Castillo, interrumpiendo: ¡Moción de orden!
El C. Presidente: No se ha alterado el orden..... (Voces: ¡Que hable!)
El C. Rivera Castillo: Insisto en mi moción de orden. El orador se está saliendo de la línea del debate. ¡Está atacando a la "Comisión Reguladora", porque está pagado por los enemigos de ella!
El C. Patiño, continuando: Aunque debería desoír las palabras del señor diputado, toda vez que habló sin que se le concediera la palabra, llegaron a mis oídos y tengo que contestarlas: si hablo de la "Comisión Reguladora del Mercado del Henequén", es porque estoy estrictamente obligado a señalar las relaciones que hay entre ellas y los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", cuyo control pretende el Ejecutivo; por eso es que aparentemente me he salido de la materia del debate, pero en el fondo hay una íntima relación y se desprende de lo mismo que estoy relatando, señores diputados.
Continúo: decía que esos "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", con los que se formó la sociedad relativa de la forma que ya también lo dijo el señor secretario de Hacienda y que creo inútil repetirla, llegaron a ser en un momento dado - y aquí va el punto vulnerable y el punto que causara ciertos resquemores -, fueron el centro de verdaderos politicastros que hasta la fecha están cometiendo los mayores desórdenes allá. Todo el individuo que en Yucatán no cabía dentro de la administración, iba a tomar su empleo - empleos que se creaban ad hoc para cada individuo -, a los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán." Hasta la fecha existen allí, y allí los sueldos hasta de los obreros fluctúan - los de los mismos obreros -, de $5.00 a $15.00 diarios. (Voces: ¡Está bueno! Aplausos.)
Muy satisfecho estoy de que haya merecido un aplauso la frase, y voy ahora a explicar para lo que sirven los $5.00 o $15.00 diarios que gana un obrero. Naturalmente todo, de una madera segura y que no se pueda evitar, sale de los henequeneros, porque no hay otra producción allí; ya eso lo saben ustedes perfectamente: la única producción es el henequén; de manera que no se hace más que estarlo grabando constantemente, por un lado; por otro, circulando un papel enteramente depreciado, como son esos vales de caja, suben los artículos de necesidad y han estado subiendo de una manera no proporcional, sino tan exagerada, que resulta que esos obreros, con los sueldos de que disfrutan en los ferrocarriles, no alcanzan a atender a sus necesidades. Para poder cubrir su presupuesto los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán", constantemente, a su arbitrio, a su antojo, están aumentando las tarifas que ya son verdaderamente prohibitivas, y proceden así - entiendo yo y aun podría afirmarlo - sin la autorización de la Secretaría de Comunicaciones; piden permiso para aumentar las tarifas y no se les concede. Tengo noticia de que la última autorización que solicitaron no ha sido resuelta aún. Constantemente se están recibiendo quejas en la Secretaría de Comunicaciones y ese Ministerio ha tratado de corregir los males, sin haberlo logrado. Ahora, si esos ferrocarriles, en un momento dado pueden ser un peligro y una amenaza, nada tiene de extraño que por medios legítimos trate de controlarlos la Federación. De antemano hago la salvedad de que está muy lejos de mi ánimo pensar que todos ahí abriguen ideas separatistas, pues siempre he sostenido que las personas cultas no han profesado esas ideas; pero sí ha habido en ese Estado muchos que han incurrido en error; todo el mundo sabe lo ocurrido en 1915, cuando Ortiz Argumedo inició su aventura separatista; preparó su movimiento y en ese entonces los ferrocarriles estuvieron ligados íntimamente, proporcionando a Argumedo todos los carros y las máquinas que pedía; y cuando De los Santos estuvo allí y pidió un convoy, se encontró con las manos atadas y tuvo que irse a Campeche: esto es perfectamente sabido y de ello tiene absoluto conocimiento el Gobierno. No es de creerse, pero se siguen germinando esas ideas separatistas entre algunos elementos yucatecos, eso constituirá una amenaza terrible para la estabilidad de la Nación; por eso no puede verse que signifique una arbitrariedad ese intento del Ejecutivo, de controlar los ferrocarriles en la forma en que se ha dicho. Ahora, cuando se presenten las objeciones sobre este particular, las contestaré oportunamente.
En el dictamen que se ha presentado y que no se a apoyado todavía, porque los señores García Ruiz y Franco no lo han hecho, no se contienen fundamentos que merezcan que se apruebe ese dictamen; los señores García Ruiz y Franco han pronunciado discursos que vale la pena que se les aplaudan, pero no han aportado ningún elemento nuevo. Sí entiendo que la Asamblea se ha ilustrado con el informe que acaba de oír y que en el curso de la discusión irán obteniéndose cuantos datos y elementos necesiten. Ya vimos que cuando se interpeló al ciudadano secretario de Hacienda, justamente se negó a contestar porque aun no se entraba al debate, porque aun no comenzaba la discusión propiamente; pero ahora ya está en condiciones de contestar. Otro punto que presentan aquí en el dictamen, es: se dice que:
"Si se facultara al Ejecutivo a comprometer el crédito de la Nación sin cumplimentar los requisitos prevenidos en el artículo 73, Fracción VIII, se violaría también, abiertamente, el artículo 49 constitucional, porque se daría el caso de que las atribuciones del Legislativo se delegaran en el Ejecutivo, es decir, se reunirían dos poderes en una sola persona. Y el artículo 29 de la Constitución fija
los casos en que el Congreso de la Unión delega sus facultades al Ejecutivo; y no son precisamente los hechos financieros comprendidos en la Iniciativa de Ley que estudiamos, los que pudieran motivar de parte del Congreso de la Unión de sus facultades."
Esto, señores diputados, apenas vale la pena de tocarse, es enteramente pueril. Que la Cámara diga que sobre determinadas bases se lleva a cabo la operación, es otra cosa; pero que se diga que se reúnen en la misma persona las atribuciones de los poderes, el Legislativo y el Ejecutivo, es una torpeza inaudita, dicho sea con perdón al respeto que merecen los miembros de las comisiones. Quisiera y aun me proponía dejar para otra ocasión algunos puntos importantes sobre este asunto, pero quiero llevar a la Asamblea la convicción, el ánimo de que es preciso para el bienestar de la península yucateca y para todo el bienestar de la Nación que se controlen esos ferrocarriles, que haya derechos para dirigirlos y gobernarlos, aparte de las muchas razones que hay para pretender que exista una comunicación directa con Yucatán - donde si es que alguna vez se ha llegado a ver mutuamente los demás estados como extraños al de Yucatán, ha sido por la dificultad de las comunicaciones y no por otra causa -, aparte de esos motivos que existen, podría haber otros quizá verdaderamente importantes. El señor gobernador de Yucatán, ese ingenuo obrero de que nos ha hablado la prensa cuando ha venido por aquí el señor gobernador, pues no ha entendido bien el socialismo, parece que llega al borde del "bolshevismo", o yo no entiendo; pero el hecho es que con la mejor buena fe, si se quiere, ha incitado al pueblo a cometer verdaderos delitos. (Siseos y voces: ¡Pruebas!)
Evidentemente que se me pedirán las pruebas. Yo pregunto, señores diputados, si un gobernante está autorizado para decirle al pueblo, muchas veces inconsciente, que se deja arrastrar por sus pasiones, que no es más que una hoguera apagada y no basta una chispa para encenderla; si es cuerdo, si es debido que el gobernante de Yucatán le dirija palabras como éstas: en la ciudad de Mérida el señor gobernador del Estado reunió a los elementos principales allí, con el objeto de discutir y encontrar el medio para contrarrestar la difícil situación por la que atraviesa el Estado; se reunieron allí los ferrocarrileros, las ligas de resistencia, multitud de agrupaciones, muchas de ellas políticas, y algunos comerciantes; se habló de todo en aquella reunión y hubo alguno de los concurrentes que pidió al gobernador del Estado que se corrigiesen los abusos cometidos en el puerto de Progreso con motivo de la venta clandestina de alcohol, dado que se trata de un Estado seco; y entonces el señor gobernador - y esto es de fecha muy reciente, puesto que de ello nos da cuenta la prensa de aquella ciudad, 4 de junio de corriente año -, dijo a este propósito lo siguiente:
- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:
"Un obrero:
"Yo pido que se nombre un preboste."
"Otro obrero:
"Pido que se cumpla con el Estado Seco en Progreso, donde de la manera más triste se vulnera. Que el comité haga efectivo el Estado seco."
"Señor gobernador:
"Este asunto compete únicamente a las autoridades de Progreso. Si una persona va a una bodega a vender aguardiente, que le rompan un hueso, que lo saquen a patadas. Si se le rompe un hueso, con toda seguridad que no volverá a proponer su mercancía. El herido irá al hospital y el heridor en tal caso, no debe ser castigado." (Textual.)
El C. Zincúnegui Tercero: ¡Como la circular 158!
El C. Iturralde: Pido la palabra, señor Presidente.
El C. Rivera Castillo: ¡Moción de orden señor Presidente!
El C. Presidente: No se ha alterado el orden.
El C. Rivera Castillo: Quiero interpelar al orador.
El C. Patiño: Si es sobre hechos que conozco, le contestaré.
El C. Rivera Castillo: Desearía saber qué periódico es el que da esta información.
- El mismo C. Secretario: El periódico se llama: "Revista de Yucatán", y es de la fecha 4 de junio de 1919, editado en Mérida.
El C. Rivera Castillo: ¡Gracias! La "Revista de Yucatán" es un periódico pagado precisamente por nuestros enemigos de la "Comisión Reguladora", que han pagado también al licenciado Patiño para que venga a hacer esos cargos.
El C. Patiño continuando: Voy a contestar a su Señoría para dejarlo satisfecho. No puedo conocer la filiación de ese periódico; sé que es un diario respetable de la península yucateca, y eso me basta, y sé que si ese diario hubiera asentado una falsedad, el gobernador de Yucatán lo habría contradicho, habría hecho una aclaración, cuando menos, si quería proceder democráticamente. Ahora si Su Señoría me permite, me pregunto si le merece fe "La voz de la Revolución", diario que se edita, asimismo en Mérida.
El C. Rivera Castillo, interrumpiendo: ¡ Alguna!
El C Patiño, continuando: Ya lo oyen ustedes, señores diputados, le merece alguna fe, en lo que le conviene a Su Señoría; en lo demás; ¡letra muerta! ¡pagado también! Con esas doctrinas y teorías verdaderamente disolventes, el señor gobernador de Yucatán es altamente peligroso que tenga en sus manos esa arma que ha estado esgrimiendo constantemente; porque ustedes dirán, evidentemente, que nada tiene que ver el gobernador de Yucatán con la "Comisión Reguladora del Henequén"; pero ya he explicado anteriormente que la "Comisión Reguladora de Mercado del Henequén" es una institución oficial que tiene por presidente al gobernador de Yucatán. Los ferrocarriles adeudan a la "Comisión Reguladora del Mercado del Henequén", por un préstamo que se vieron precisados a hacer, es decir, no se vieron obligados a hacer, sino que su presidente y demás lo dieron, por $3.250,000.00. El "Banco Refaccionario" depende de la "Comisión Reguladora del Henequén"; se ha formado con capital de ella, y la "Compañía de Fomento del Sureste", pues nació a expensas del gobierno, de la "Reguladora", todo ha sido lo mismo allí. Digo yo que si tenemos ese instrumento verdaderamente de
terror, porque en manos de ellos no puede ser más que eso, ¿puede creerse que el ejecutivo de la Unión haya procedido con ligereza al solicitar esa iniciativa? Lo ha hecho después de maduro examen, indudablemente, después de pensar el pro y el contra, después de saber todas las dificultades que se presentarían. Ahora, quizá no vendría al caso, señores diputados, esto a que me voy a referir, pero uno de los señores diputados por Yucatán, que me han interpelado, ha sostenido que la "Revista de Yucatán" es un periódico asociado con lo que me pagan a mí, y no puedo defenderme de ese cargo porque no entiendo; protesto enérgicamente, y no es capaz el señor diputado que acabar de hablar, de probarme - no digo probarme -, si no de presentar siquiera presunciones de que a mí se me paga por venir a una tribuna.....
El C. Rivera Castillo, interrumpiendo: ¡Pido la palabra! (Siseos. (Voces: ¡Siéntate! Campanilla.)
El C. Presidente: La presidencia suplica atentamente a los ciudadanos diputados tengan la bondad de guardar orden y compostura, especialmente al señor Rivera Castillo.
El C. Patiño, continuando: Como el señor diputado por Yucatán ha hecho la aseveración diciendo qué clase de filiación tiene ese periódico, pues ya que le reconoce algún valor a "La Voz de la Revolución", en esa misma honorable Asamblea a que me he referido, el señor gobernador de Yucatán encontró un medio muy sencillo para quitar cuanta dificultad se presentara para curar al enfermo de raíz, y éste fue el de destruir la riqueza pública, el acabar por medio de un incendio con el stock de henequén, que valía $90.000,000.00. Se me dirá que esto no esta a debate, pero, repito, está relacionado tengo que referirlo, y en ese periódico "La Voz de la Revolución", aquí están las palabras textuales del señor gobernador Castro Morales.
- El C. secretario Pesqueira, leyendo:
"Si no vendemos el henequén dentro de un mes a un precio justo, quemaremos cincuenta mil pacas, y el otro mes quemaremos cien mil más y así, y quitar sucesivamente, hasta que acabemos con todo el henequén."
El C. Patiño, continuando: Esto, señores diputados, da la medida de la labor que está desarrollando el gobernador de Yucatán. ¿Vamos a dejar en sus manos más elementos? ¿Vamos a permitir que cualquier día haya algún disturbio o algo grave? Evidentemente que no. El Ejecutivo de la Unión a aducido razones en su Iniciativa de Ley bastante poderosas; pero como es evidente que en el curso de estos debates saldrán todas esas podredumbres de que he hablado, es conveniente que de antemano la Asamblea lo sepa, para que vaya normando su criterio.
No quiero cansar más a ustedes; me he limitado a hacer una relación; yo no soy de los que saben preparar brillantes discursos, porque no tengo tiempo ni las aptitudes necesarias: eso se queda para los oradores de valía y para los tribunos parlamentarios que tenemos. Yo he cumplido con mi deber, y pido respetuosamente a la honorable Asamblea que deseche ese dictamen, que no está fundado y que no lleva más que determinado fin torcido.
- El C. Secretario Pesqueira leyendo:
"Honorable asamblea:
"Los que suscribimos, diputados en ejercicio, con fundamento en el artículo 43 del Reglamento pide que la Cámara se constituya en sesión permanente para tratar el asunto relativo a la Iniciativa de Ley enviada por el Ejecutivo, pidiendo se le autorice disponer hasta la suma de diez millones de pesos o comprometer el crédito de la Nación, para obtener el control de los "Ferrocarriles Unidos de Yucatán".
"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados. México, 7 de julio de 1919.- J. Iturralde T.- A. Velásquez López.- A. Franco.- José Castillo Torre.- R. García Ruiz.- Edmundo Bolio.- P. C. Méndez."
En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
Se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba.
El C. Camarena: ¡Pido votación nominal! (Voces: ¡Votación nominal!)
- El mismo C. Secretario: Habiéndose pedido votación nominal y estando suficientemente apoyada la petición, se procede a ella.
El C. Secretario Soto: Por la afirmativa.
El C. Secretario Pesqueira: Por la negativa. (Se procedió a recoger la votación.)
El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa 72 ciudadanos diputados.
El C. Secretario Pesqueira: Votaron por la negativa 80 ciudadanos diputados. En consecuencia, queda desechada la proposición.
- El mismo C. Secretario leyendo:
"Honorable Asamblea:
"Los que suscribimos..... (Murmullos. Desorden.) La Secretaría informa que se va a dar cuenta con un asunto relacionado con el debate..... (Voces: ¡Ya pasó la hora!)
"Honorable Asamblea:
"Los que suscribimos, diputados en ejercicio pedimos con dispensa de todo trámite, que mañana continúe el debate relativo al dictamen de la adquisición de los "Ferrocarriles de Yucatán", en vez de la Ley del Trabajo. Pedimos dispensa de trámites.
"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados, a 7 de julio de 1919.- S. Villaseñor.- R. G. Ruiz.- A. Franco.- Edmundo Bolio.- A. Velásquez López.- Jorge M. Mancisidor."
En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo.
Se dispensan los trámites. Está a discusión.
No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba.
Aprobada.
Orden del día para mañana: Continúa la discusión de la iniciativa del Ejecutivo.
El C. Presidente, a las 8.06 p. m.: Se levanta la sesión.