Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19180905 - Número de Diario 16
(L28A1P1oN016F19180905.xml)Núm. Diario:16Colegio Electoral
ENCABEZADO
MÉXICO, JUEVES 5 DE SEPTIEMBRE DE 1918
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS DE LOS ESTADOS MEXICANOS
AÑO I.- PERÍODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 16
SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EFECTUADA EL DÍA 5 DE
SEPTIEMBRE DE 1918
SUMARIO
1.- Se abre la sesión.- Es leída y aprobada el acta de la anterior. Se pone a discusión el dictamen relativo a las elecciones verificadas en el 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal; al sujetarse a votación resulta no haber quórum y se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del C. MONTES FEDERICO
(Asistencia de 141 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)
- El C. Presidente, a las 10:48 a.m.: Se abre la sesión de Colegio Electoral.
- El C. Secretario Soto Rosendo A., leyendo:
"Acta de la sesión de Colegio Electoral de la Cámara de Diputados del XXXIII Congreso de la Unión, celebrada el día cuatro de septiembre de mil novecientos diez y ocho.
"Presidencia del C. Montes Federico.
"En la ciudad de México, a las cinco y diez de la tarde del miércoles cuatro de septiembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia del mismo número de ciudadanos diputados que estuvieron presentes en la sesión inmediata anterior de Cámara de Diputados, se abrió ésta de Colegio Electoral.
"El C. Luis Carrión pidió se llamara a los ciudadanos presuntos diputados que se encontraban fuera del salón, y el ciudadano Presidente manifestó que podían penetrar en él cuando lo desearan.
"En seguida la Secretaría dio cuenta con los dictámenes de las Comisiones Revisoras de Credenciales que había en cartera, resultando aprobadas, sin debate, las credenciales siguientes:
"De los CC. Enrique Fernández Ledesma y Juan Parga, por el segundo Distrito Electoral del Estado de Aguascalientes; de los CC. Alfonso Castro y Rafael Hoyos, por el décimoséptimo de Veracruz; de los CC. Prisciliano Carriedo Méndez e Isaac C. Alfaro, por el décimoquinto de Michoacán; de los CC. Pablo Silva y Juan C. Salas, por el décimo sexto de Puebla; de los CC. Alvaro Rivera Castillo y Rodolfo Gamboa, por el cuarto de Yucatán; de los CC. Antonio Aguilar y José D. Aguilar, por el undécimo de México; de los CC. Carlos Bravo y Marcos Juárez, por el décimo de Oaxaca; de los CC. José Macías Ruvalcaba y Francisco Bañuelos, por el séptimo de Zacatecas; de los C. Cesar A. Lara y Joaquín Gallegos, por el sexto de Chiapas.
"Se suspendió la discusión del dictamen relativo al décimosegundo Distrito Electoral del Distrito Federal, que otorga el triunfo a los CC. Federico Silva y Enrique Cervantes Olivera, en virtud de que la Asamblea tomó en consideración y aprobó, sin debate, una moción del C. Vadillo, después de que éste la fundó en dos ocasiones y de que la Secretaría pasó lista, por haberse observado que no había quórum al votarse la referida moción suspensiva.
"Se continuó la sesión con asistencia de ciento cuarenta y seis ciudadanos diputados y presuntos diputados y se aprobaron, asimismo, sin que ningún ciudadano usara de la palabra, las credenciales de los CC. Matías Rodríguez y Enrique González, por el octavo Distrito Electoral del Estado de Hidalgo; de los CC. Ponciano López y Leopoldo Esteves, por el tercero de México, y de los CC. Ramón García Ruiz y Salvador Albarrán, por el décimotercero de Guanajuato.
"A las seis y cuarenta y tres se cerró la sesión y se citó para el día siguiente, a Colegio Electoral, a las diez de la mañana ."
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 3a. Sección.
"H. Asamblea:
"Los que subscriben, miembros de la 3a. Comisión Revisora de Credenciales de los presuntos diputados a la XXVIII Legislatura del Congreso de la Unión, después del examen minucioso del expediente relativo al 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal, hemos tenido a bien dictaminar lo siguiente:
"La mayoría de las casillas electorales funcionaron con arreglo a la ley vigente.
"Las protestas presentadas carecen de prueba fehaciente y no son de las que pueden invalidar la elección.
"En consecuencia, debe de aceptarse, por ser justificado, el cómputo de votos obtenido por la Junta Computadora, del cual aparece electo diputado propietario por dicho Distrito, el C. Guillermo Cordero, por una mayoría de 2,116 votos, y diputado suplente el C. doctor José Morales Gómez, por 2,094 votos, habiendo obtenido el candidato que sigue en la elección para propietario, C. Ernesto Aguirre Colorado, 793 votos y para suplente, el C. Rafael Campuzano Cienfuegos, 802 votos.
"Por lo expuesto, sometemos a la deliberación y aprobación de la Asamblea, las siguientes proposiciones:
"Primera. Es legal la elección verificada en el 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal.
"Segunda. Es diputado propietario por este Distrito, el C. Guillermo Cordero.
"Tercera. Es diputado suplente por el propio Distrito, el C. doctor José Morales Gómez."
"Sala de Comisiones del Congreso de la Unión.
- México, agosto 19 de 1918.- A. Aceves.- E. Soto P.- Santiago Roel."
- Está a discusión el dictamen.
El C. Siurob: Pido la palabra en contra.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Siurob.
El C. Siurob: Honorable Asamblea: Difícilmente podrá presentarse ante vosotros una credencial que se encuentre más manchada, una credencial que, tanto desde el punto de vista legal como desde el punto de vista político, pueda ser más objetable; una credencial tipo de imposición oficial, una credencial en que, en plena capital de la República, en el centro de todos los Poderes, frente a todos los encargados de administrar las leyes, en presencia de una multitud de ciudadanos conscientes y, por consiguiente, capaces de conocer sus derechos y ejercitarlos, se haya cometido una de las violaciones más estupendas de que quizá haya tenido conocimiento esta misma honorable Asamblea. Fue el tipo de las elecciones hechas bajo el impulso, bajo la presión de la Secretaría de Gobernación, y la Secretaría de Gobernación, en este caso, traté de imponer no a un hombre de limpios antecedentes, no a uno de aquellos antiguos revolucionarios, que anduvieron con las armas en la mano de los campos de la lucha, no a uno de aquellos que traen heridas en el cuerpo, que han prestado servicios desde la época de la revolución "maderista" y del renacimiento democrático de nuestro país, sino a uno de aquellos hombres más manchados, de los que, como demostraré a su debido tiempo, sirvieron a la usurpación en los momentos más terribles, en que se asesinaba a ciudadanos, en los momentos en que se violaban los hogares, en los momentos en que la leva era el supremo recurso de los pretorianos, en los momentos en que, en una palabra, la República hervía presa de una santa indignación contra una tiranía prepotente, y en que esa misma tiranía, en medio de una orgía de lágrimas, de oro y de sangre, absorbía todas las energías nacionales, consumaba la ruina de los proletarios, pisoteaba los derechos del pueblo y arrancaba de los hogares y de las familias a los ciudadanos para llevarlos al matadero.
Pero para proceder ordenadamente, voy a comenzar por impugnar la parte legal: si examinamos la parte legal, observamos que faltan las actas de las casillas números 1,4,11 y 20. Suplicaría a la honorable Comisión Revisora me hiciera el favor de traerme esas actas. Señor Presidente, y yo suplico a Su Señoría se sirva ordenar a la Comisión Revisora que traiga los expedientes correspondientes a estas casillas.
El C. Presidente: Se suplica a la 3a. Comisión Revisora se sirva traer los documentos respectivos.
El C. Siurob, continuando: En las casillas números 3,7,11,13 y 18, y en esta última, hubo una protesta de los representantes del partido contrario, no estuvieron debidamente integradas las Mesas, sino que unas faltaron miembros y en otra el Presidente estaba incapacitado. En cada uno de estos expedientes voy a ir demostrando cuáles son las violaciones en cada caso; pero por sí solas bastan para nulificar las elecciones en todas estas casillas, 1,4 11 y 20, porque en éstas no hay ni listas de escrutinio ni actas de ninguna especie, ni ninguna cosa que acredite que se cumplió con la ley, y en las 3,7,11,13 y 18, como dije, no estaban debidamente integradas las Mesas y, por consiguiente, caen directamente bajo la acción de una de las causas de nulidad.
El artículo 104, en la fracción VI que dice: "haberse instalado la casilla electoral en distinto lugar y condiciones diferentes a las señaladas por esta ley..." y no sólo, ciudadanos diputados y presuntos diputados, sino que una vez verificadas las elecciones en todo este Distrito, se hizo el cómputo de acuerdo con las listas que llevaban los representantes de los partidos y ¡cuál sería su sorpresa al encontrar que al día siguiente, en la Junta Computadora, el cómputo era enteramente diferente! La mayor parte de las casillas habían sido violadas, la mayor parte de las listas de escrutinio adulteradas en la forma que se va a ver en estos momentos. Suplico a la Secretaría se sirva dar lectura a esta lista de escrutinio.
Presidencia del C. LIMÓN URIARTE MIGUEL
- EL C. Prosecretario Bolio, leyendo:
"Casilla número 2: Guillermo E. Cordero, 26 votos; Román Rosas Reyes, 34; Ernesto Aguirre Colorado, 27..."
El C. Siurob, interrumpiendo: Voy a permitirme hacer una explicación a Vuestras Señorías. Aquí están dos escrutinios; el escrutinio verificado el 28 de julio de acuerdo con todos los datos recogidos en las casillas y luego el escrutinio verificado el 1º. de agosto en la Junta Computadora en que, como ustedes verán, aparece una enorme discordancia.
- El C. Prosecretario Bolio, leyendo:
"Casilla número 2: Escrutinio del 1o. de agosto: Cordero, 260; Rosas Reyes, 34; Ernesto Aguirre Colorado, 1..."
"Casilla número 3. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 13; Román Rosas Reyes, 13; Ernesto Aguirre Colorado, 18. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 213; Román Rosas Reyes, 10; Aguirre Colorado, 9.
"Casilla número 6. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 4; Román Rosas Reyes, 56; Ernesto Aguirre Colorado, 9. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 56; Román Rosas Reyes, 22; Ernesto Aguirre Colorado, 10.
"Casilla número 7. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 18; Román Rosas Reyes, 95; Ernesto Aguirre Colorado, 123. Escrutinio del día 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 155; Román Rosas Reyes, 68; Ernesto Aguirre Colorado, 16.
"Casilla número 8. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 10; Román Rosas Reyes, 19; Ernesto Aguirre Colorado, 9. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 18; Román Rosas Reyes, 19; Ernesto Aguirre Colorado, 8.
"Casilla número 9. Escrutinio del 28 de julio: Guillermo E. Cordero, 35; Román Rosas Reyes, 33; Ernesto Aguirre Colorado, 4. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 35; Román Rosas Reyes, 0; Ernesto Aguirre Colorado, 0.
"Casilla número 11. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 24: Román Rosas Reyes, 23; Ernesto Aguirre Colorado, 13. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 124; Román Rosas Reyes, 23; Ernesto Aguirre Colorado, 13.
"Casilla número 12. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 11; Román Rosas Reyes, 4; Ernesto Aguirre Colorado, 309. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 11; Román Rosas Reyes, 4; Ernesto Aguirre Colorado, 309.
Casilla número 13. Escrutinio del día 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 14; Román Rosas Reyes, 27; Ernesto Aguirre Colorado, 69. Escrutinio del día 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 200; Román Rosas Reyes, 16; Ernesto Aguirre Colorado, 8.
"Casilla número 14. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 29; Román Rosas Reyes, 22; Ernesto Aguirre Colorado, 42. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 29; Román Rosas Reyes, 22; Ernesto Aguirre Colorado, 42.
"Casilla número 15. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 24; Román Rosas Reyes, 18; Ernesto Aguirre Colorado, 23. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 29; Román Rosas Reyes, 12; Ernesto Aguirre Colorado, 23.
"Casilla número 18. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 17; Román Rosas Reyes, 65; Ernesto Aguirre Colorado, 39. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Colorado, 170; Román Rosas Reyes, 43; Ernesto Aguirre Colorado, 19.
"Casilla número 20. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 27; Román Rosas Reyes, 56; Ernesto Aguirre Colorado, 43. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 427; Román Rosas Reyes, 56; Ernesto Aguirre Colorado, 43.
"Casilla número 21. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 57; Román Rosas Reyes, 62; Ernesto Aguirre Colorado, 25. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 157; Román Rosas Reyes, 62; Ernesto Aguirre Colorado, 25.
"Casilla número 23. Escrutinio del 28 de julio:
Guillermo E. Cordero, 5; Román Rosas Reyes, 61; Ernesto Aguirre Colorado, 18. Escrutinio del 1º. de agosto: Guillermo E. Cordero, 19; Román Rosas Reyes, 67; Ernesto Aguirre Colorado, 0."
El C. Siurob, interrumpiendo: Como veis, ciudadanos diputados, la diferencia entre el cómputo, entre el escrutinio legal, la diferencia entre el escrutinio honrado verificado según los datos recogidos del día de la elección, contrasta sensiblemente con el escrutinio presentado el día en que se abrió la Junta Computadora. Así vemos por ejemplo - ya se acaba de leer - en la casilla número 2, el día de la elección el candidato Cordero no tuvo más que 26 votos y en cambio, a la hora del cómputo, cosa muy sencilla, le añadieron un cero: 260. (Siseos en las galerías) En la casilla número 3, el día de la elección aparecieron 13 votos en favor del señor Cordero; en cambio, el día del escrutinio aparecen 213, añadiendo ceros, sencillamente. Aquí se ve la diferencia en el número primitivo y los otros; es sencillamente un cero, por supuesto, no a la izquierda, a la derecha. Una casilla donde se puede ver esto de una manera palpable, es en la número 18: el día de la elección el C. Cordero recibió únicamente 17 votos en su favor; en cambio, el día en que se hizo el escrutinio aparece con 170, el consabido cero a la derecha, para no molestarse mucho, ¡para qué se molestaban si no era cosa más que de añadirle un cero! Es más sencillo añadir un cero que andar cambiando cifras y andar poniendo 1, 2 ó 5; un cero, sencillamente, para quien tenga la primera noción de aritmética sabe que el cero a la derecha aumenta diez veces el valor de la cantidad.
Era muy sencillo hacer esta modificación. En la casilla número 20 el día de la elección aparece con 27 votos el C. Cordero; en cambio, el día del escrutinio aparece con 427. (Siseos.) El día 28 el C. Cordero tiene 57 votos en una casilla; en cambio, el día del escrutinio tiene 157; aquí, para que no fuera siempre la misma cosa del cero, le añadieron un uno en el lado contrario, es decir, del lado izquierdo, y aumentó cien votos también por ese capítulo; así es que se estuvieron ejercitando en la mejor manera, en la manera más sencilla y más fácil, de acuerdo con los preceptos más rudimentarios de la aritmética, para ir aumentando cantidades de una manera sencilla, sin violar aparentemente el número; ¿qué significa número más, número menos, Cordero más, Cordero menos? (Risas.) Viene siendo algo enteramente semejante.
En muchas casillas, ciudadanos diputados, llegó el consabido C. Ostos es poderoso auto, con toda la facha que se cargaba este señor en aquellas circunstancias, e inmediatamente ordenaba que se levantaran las casillas; a las tres de la tarde se levantaron las casillas; la votación, que de por sí es exigua, y el C. Cordero que se confiaba en la omnipotencia de Aguirre Berlanga, los votantes que iban llegando poco a poco, como se verifica en una votación en donde no hay partidos demasiado enérgicos para hacer labor, en estas condiciones llegaba rápidamente el C. Ostos en su poderoso auto:- "Que se levante esta Mesa";- "Pero, señor, no se puede levantar, porque es contra la ley".- "Pues no está completa la Mesa, falta fulano, falta zutano - con cualquier pretexto -, sobre todo, esta orden viene de arriba", y por la orden de arriba y por la orden de abajo, se levantaba aquella casilla a
las tres de la tarde, sin esperar las votaciones e inmediatamente pasaban los expedientes al Ayuntamiento, en donde sufrían las consabidas modificaciones, que consistían en aumentar un cero a la derecha o uno a la izquierda.
Hay un testimonio fehaciente, en un empleado del Ayuntamiento el que hace esta declaración. Pido respetuosamente al señor Presidente se digne ordenar a la Secretaría dé lectura a estos documentos.
Presidencia del C. ORTIZ ANDRÉS
- El C. Secretario Soto, leyendo:
"México, agosto 29 de 1918.- Señor general Ernesto Aguirre Colorado:
"Estando seguro de prestar un servicio a mi Patria y a mi pueblo, hago a usted las siguientes declaraciones, que vendrán a aclarar las violaciones que a la Ley Electoral se cometieron en el 7º. Distrito Electoral de esta ciudad. Y para que mi dicho tenga validez que el caso reclama, pongo de testigos de que así declaro, a los CC. diputados Alvaro Pruneda y Miguel A. Peralta, a quienes no conozco hasta el momento de la firma.
"Los señores Guillermo Palomino, empleado del Ayuntamiento; José Morales, a quien después se premió con el cargo de Administrador de Rastros y Mercados; un señor Alarid, también empleado de Mercados; Isauro Moreno, empleado de Obras Públicas; un señor Barrera y otros muchos, fueron los comisionados para cometer el chanchullo electoral en el mencionado Distrito y estuvieron bajo la dirección del suplente de la fórmula Cordero - Morales Gómez. A estos individuos se les pagó a razón de veinticinco pesos por cabeza.
"Las violaciones a la Ley Electoral fueron estas:
"Los mencionados individuos estuvieron recibiendo órdenes del Presidente del Ayuntamiento y del Secretario, así como de otros miembros del Cuerpo concejil.
"En la Presidencia Municipal se les avisó que los instaladores ya estaban nombrados y que se les había ordenado que no entregaran sino a determinadas personas las Mesas, para que ninguno que no fuera del Nacionalista, pudiera ganar ni una casilla.
"Después de celebradas las elecciones se llevaron todas las ánforas y los expedientes a la casa del señor Salomón A. Mateos, también empleado del Ayuntamiento, que vive en el Cuadrante de la Soledad, donde tiene un tendejón y miscelánea. Allí se aumentaron boletas para el señor Cordero y su suplente y se rompieron muchas que pertenecían al C. general Aguirre Colorado. Los expedientes fueron corregidos, de acuerdo con las violaciones ya anotadas, y el señor Morales Gómez dio allí a los Presidentes de casillas todas las instrucciones para que no sufrieran ninguna equivocación en la Junta Computadora. Después se les entregó una cantidad de dinero que no puedo precisar y todos se retiraron a hacer la farsa a la Junta Computadora que se reunió al día siguiente, donde ya es sabido, en la calle de la Acequia.
"Empleado del Ayuntamiento, Raúl Méndez.- Testigo, M. A. Peralta..- Testigo, A. Pruneda."- Rúbricas.
El C. Siurob, continuando: Como véis, ciudadanos diputados, un empleado del Ayuntamiento delata todas estas cosas con una franqueza inaudita, expresando los nombres de los que consumaron la violación, diciendo en qué consiste la violación, a dónde se llevaron las ánforas y cuáles son todas las circunstancias que han caracterizado a este delito.
Todo esto, señores, está de acuerdo con la idea que no hemos formado todos, de muchos de los miembros del actual Ayuntamiento. Muy recientemente nombrado el Ayuntamiento, es necesario recordar y mirar bien, no es nada sospechoso el testigo Gonzalo de la Parra, que en su periódico, escribió un artículo en que sencillamente no bajaba en lo absoluto de llamar ladrones, violadores y usurpadores de funciones a los miembros del actual Ayuntamiento. En ese artículo decía que todos estaban vendiendo las concesiones, que todos estaban vendiendo los puestos públicos, que todos estaban vendiendo las prebendas y consumando las más atroces violaciones a la ley, a la justicia, a los deberes propios de su cargo. Yo no me voy a hacer solidario de lo que dice Gonzalo de la Parra, pero hay que ver que Gonzalo de la Parra pertenecía al "Partido Liberal Nacionalista" y que él mismo tira en contra del Ayuntamiento, que pertenece a su partido. Otros periódicos se encargaron de hacer lo mismo, y con eso basta para que el Ayuntamiento de la ciudad de México tenga una de las peores famas que ha tenido cualquier Ayuntamiento que haya habido en la capital de la República. Hoy mismo aparece una queja en que los ciudadanos encargados de autos, los chauffeurs, se quejan de que habiéndoseles puesto restricciones tremendas para ejercer su cargo, habiéndoseles dicho que debían hacer una nueva solicitud y que debían cambiar los sitios de autos, con el objeto de que hicieran gestiones para que volviera todo como estaba, ellos por lo pronto se conformaron con las condiciones que se les habían dictado; pero luego se presentó un individuo diciendo que venía de parte de un alto miembro del Ayuntamiento para que, si ellos querían hacer gestiones de volver a cambiar el sitio adonde estaba y a ellos se les permitiera seguir ejerciendo su oficio en las mismas condiciones que hasta la fecha, que si querían que así sucediera, que le dieran dinero, porque "él necesitaba untar la mano." En estas condiciones, todos los chauffeurs, o muchos de ellos cuando menos, dieron, unos, diez, otros veinte pesos; en fin, como les fueron pidiendo; y resultado: que después el mismo individuo se negó a acceder a lo que había ofrecido, hasta que no se le diera nueva cantidad de dinero.
Conocida es de toda esta honorable Asamblea - y por si no fuere conocida voy a repetirla en estos momentos -, la acusación hecha por el señor Ministro de España. El señor Ministro de España acusó al honorable Ayuntamiento, mediante una gestión diplomática, porque cuando el cierre aquel de cantinas y casas de comercio, empleados del Ayuntamiento se acercaron en nombre de algunos miembros de ese Ayuntamiento a decir que si querían que se abrieran las tiendas, que se les diera tal más cual cantidad de dinero. Esto provocó hasta una
reclamación de parte del señor Ministro de España en términos acres, en términos hasta demasiado duros, quizá un poco denigrantes para nuestro Gobierno, porque se le dijo, decía el señor Ministro de España - lo decía con una parte de justicia -: " ¿Es que yo trato con un Gobierno serio? Si yo trato con un Gobierno serio, si estoy representado ante un Gobierno legal y legítimamente constituido, ¿por qué se juega con todo un comercio, por qué se juega con hombres de buena fe que están ejerciendo sus derechos y primero se les niega el derecho de abrir sus establecimientos y luego se les trata de sacar una determinada cantidad de dinero, sin que sea está en concepto de multa, sin que sea en ningún concepto legal?" Todo esto demuestra la ruindad moral que existe en una mayoría, bueno, no diré una mayoría, en un determinado grupo de los miembros que componen ese Ayuntamiento; hombres que así proceden son capaces de hacer toda clase de imposiciones; a hombres que así proceden, ¿qué les importa la Ley Electoral? Si no temen a la reclamación de todo un gremio, el gremio de comerciantes, si no temen a la reclamación de todo otro gremio, el de chauffeurs, que hoy en la prensa de la mañana protesta en contra suya, ¿qué van a temer a lo que se diga aquí en la Cámara, qué van a temer a las reclamaciones que pueda hacer un candidato como el general Aguirre Colorado, que hoy se encuentra caído en desgracia, únicamente por ostentar convicciones liberales? Pero hay más, ciudadanos: la consigna de arriba protegió realmente y en mucho al señor Cordero; el C. general Aguirre Colorado, en los momentos en que se dio cuenta de que estaban levantando las casillas antes del tiempo que marca la ley, se presentó inmediatamente ante el Juez de Distrito que estaba en turno le indicó que estaba cometiendo aquella violación, y el Juez de Distrito se encogió de hombros y le dijo que no correspondía a él, que a quien le correspondía levantar el acta era al Comisario de la segunda Demarcación, y entonces el general Aguirre Colorado fue y se presentó al Comisario y le dijo que el Juez de Distrito le había enviado para que se dirigiesen al lugar en que estaban establecidas las casillas y se levantara el acta correspondiente; el Comisario se encogió de hombros también y dijo que ese era asunto del Juez y del Juez al Comisario y de Herodes a Pilatos, el general Aguirre Colorado no pudo obtener de nadie que se levantara una acta y se hiciera justicia. Las acusaciones fueron presentadas posteriormente y suplico al señor Presidente se digne ordenar a la Secretaría se dé lectura a esos documentos.
- El C. Secretario Bolio, leyendo:
"Ciudadano Juez de Distrito en turno.- Presidente.
"Vicente Sparza Paz, con domicilio en la primera calle del Rosario número 20, representante general del "Partido Liberal Constitucionalista" en el 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal, durante las elecciones de Poderes Federales, ante usted respetuosamente expone:
"El día 28 de julio próximo pasado, en que tuvieron lugar las elecciones para diputados y senadores al Congreso General, el Presidente de la casilla ubicada en la séptima de Jesús María número 116, violando la Ley Electoral, levantó como a las tres y media de la tarde de ese día las ánforas en que estaban depositados los votos. El Presidente de esta casilla, C. Eucario Villamil, contraviniendo las disposiciones electorales, se encontró durante su función electoral, siempre armado en la casilla de referencia.
"Este señor Presidente, en vez de hacer el cómputo respectivo, en el lugar en que estuvo situada la casilla electoral, como lo manda la ley, lo hizo en lugar ignorado, pues le fue imposible al declarante dar alcance al automóvil poderoso en que marchó con las ánforas ante dichas. Constan estos hechos a los CC. José A. Pantarroyo, con domicilio en la calle de San Felipe Neri número 111, y Francisco de G. Colorado, con domicilio en la primera calle de Belisario Domínguez número 19.
"Declaro a usted los hechos anteriores y pido atentamente a usted, ciudadano juez:
"Primero: Que se examine a los testigos que cito, sobre la veracidad de los hechos asentados.
"Segundo. Que se aplique al señor Eucario Villamil, Presidente de la casilla a que me refiero, el castigo que merece por haber violado la Ley Electoral, y
"Tercero. Que se me expida copia certificada de las diligencias que se practiquen en la averiguación del delito.
"Protesto a usted lo necesario.- Constitución y Reformas.- México, 8 de agosto de 1918.- V. Sparza P."
"Al ciudadano Juez de Distrito en turno.- Presente.
"Vicente Sparza Paz, con domicilio en la primera calle del Rosario número 20, representante del "Partido Liberal Constitucionalista", del 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal, ante usted respetuosamente expone:
"El 28 de julio próximo pasado, en que tuvieron lugar las elecciones para diputados y senadores al Congreso General, el Presidente de la casilla número 18, ubicada en el callejón de Zavala número 33, Pedro Velásquez, violando la Ley Electoral, abrió dicha casilla a las seis y minutos de la mañana. A las seis y cuarenta de la misma mañana sorprendí a la Mesa electoral de dicha casilla, levantando el acta de votación, por lo que protesto contra esa infracción.
"Este hecho consta a los señores Manuel Martínez Romano, señor Esteban Vidal, Román Rosas Reyes y Julio M. Hidalgo, personas cuyo domicilio en este momento no puedo precisar, por lo que respetuosamente suplico a usted se sirva proporcionarme citatorios, a efecto de hacerlos comparecer ante este Tribunal.
"Declaro a usted lo anterior y pido a usted, ciudadano Juez:
"Primero. Que se aplique al citado Pedro Velásquez y demás personas componentes de la Mesa, el castigo que merecen por haber violado la Ley Electoral, y
"Segundo. Que se me expida copia certificada de las diligencias que se practiquen en la averiguación del delito.
"Protesto a usted lo necesario.- Constitución y Reformas.- México, 8 de agosto de 1918.- V. Sparza P."
"Al ciudadano Juez de Distrito en turno.- Presente.
"Vicente Sparza Paz, con domicilio en la primera calle del Rosario número 20, representante del "Partido Liberal Constitucionalista", del 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal, ante usted respetuosamente expone:
"Que el 1º. del presente mes, en que tuvo lugar la computación de votos de las elecciones para diputados y senadores al Congreso General, el Presidente de la Junta Computadora arriba citada, se negó a recibir del subscripto una petición de nulidad que, con fundamento en el artículo 9º. de la Ley Electoral vigente, presentaba contra la violación cometida a dicha ley por la Mesa de la casilla electoral número 11, ubicada en la calle de Jesús María número 116.
"Igualmente dicho Presidente negóse, como lo manda el artículo 95 de dicha ley, negóse, repito, a remitir la autoridad judicial competente las reclamaciones y protestas que los diferentes candidatos y Representantes de los partidos políticos presentaron ante las casillas y ante la misma Junta. Presenciaron el hecho anterior los CC. candidatos Ernesto Aguirre Colorado, Román Rosas Reyes, Antonio de P. Escárcega y Julio M. Hidalgo y el representante del club vecino de la segunda Demarcación, cuyos domicilios ignoro en este momento, por lo que respetuosamente suplico a usted se sirva proporcionarme citatorios, a efecto de hacerlos comparecer ante este tribunal.
"Dicho Presidente violó también el artículo número 83 de la ley antes dicha, pues al hacer la computación de votos no se hizo con arreglo a la fracción III del antes dicho artículo, hecho presenciado por testigos arriba citados.
"Original acompaño la petición de nulidad rechazada.
"Declaro a usted lo anterior, y pido a usted, ciudadano Juez:
"Primero. Que previa averiguación, se aplique al citado Presidente, Jesús J. Morales, el castigo que merece por haber violado la Ley Electoral, y
"Segundo. Que se me expida copia certificada de las diligencias que se practiquen en averiguación del delito.
"Protesto a usted lo necesario.
"Constitución y Reformas.- México, 8 de agosto de 1918.- V. Sparza P."
Al margen un sello que dice: "Estados Unidos Mexicanos.- Juzgado 2º. de Distrito.- México, D.F.- Secretaría."
"Se recibió en este juzgado 2º. de Distrito, del señor general Ernesto Aguirre Colorado, un escrito de esta fecha en que se queja del señor Joaquín Hernández, Presidente de la casilla en la calle de la Alhóndiga número 16, por haber violado la Ley Electoral en las elecciones de funcionarios federales, verificadas el 28 del mes próximo anterior.
"México, 8 de agosto de 1918.- E. Osorno A., Secretario."
El C. Siurob, continuando: Como verán ustedes, ciudadanos diputados, por estos documentos que se acaban de leer, las acusaciones han sido presentadas ya, pero si el Juez en aquellos momentos no quiso cumplir con su deber, porque su deber era dar fe de las violaciones electorales que se estuvieran cometiendo, puesto que la Ley Electoral tiene uno de sus artículos en que expresamente ordena que los jueces de 1a. Instancia el día de la elección deben estar listos para recibir toda clase de demandas y toda clase de reclamaciones sobre violaciones a la justicia, mucho menos va a resolver ahora a tiempo oportuno. Ha dispuesto de los 15 días que le marca la ley para resolver sobre este particular y, sin embargo, han pasado los 15 días, han transcurrido ya, y el Juez no ha dicho una palabra sobre este asunto. ¿Qué demuestra esto? Que la consigna de arriba sigue surtiendo sus efectos; que la orden suprema, dada de una manera subrepticia, imposible de probar, porque como muy bien lo dijera el C. Rivera Cabrera el otro día, así como es imposible enseñar a toda la República la orden del asesinato del mártir Madero expedida por Huerta, así también es imposible enseñar a toda la República la consigna dada por el Ministro de Gobernación para que se violen las elecciones en el Distrito Federal, escrita de su puño y letra, matando así la libertad de sufragio.
Pero hay más, ciudadanos: el cómputo verdadero, el cómputo legal, el cómputo legítimo hecho en seguida de la elección, daba al C. Aguirre Colorado 793 votos, al C. Cordero una minoría absoluta de trescientos y tantos; ya sabéis en virtud de qué milagro el C. Cordero logró multiplicar duplicando los votos de sus casillas, logró hacer que el cómputo fuera en su favor, valiéndose de una Junta Computadora enteramente parcial y enteramente favorable a los fines aviesos de la imposición que se avecinaba, logró salir triunfante trayendo aquí esa credencial. Pero esta credencial es nula, pues fundados en la ley deben declararse nulos todos los votos que recibió el C. Cordero en las casillas números 1,4,11,20,7,13,18 y 23, pues en todas ellas no se puede conocer realmente la forma en que se instalaron aquellas casillas; no hay ningún documento, no hay actas de instalación convenientemente levantadas conforme a la ley, en otras faltan listas de escrutinio; en resumen, todos los expedientes se encuentran fuera de la ley y perfectamente comprendidos dentro de la fracción VI del artículo 104, que dice: "Haberse instalado la casilla en distinto lugar y condiciones diferentes a las señaladas por esta ley..." Ahora pido la palabra para preguntar al señor Presidente si la Comisión ya llegó, para interpelar al C. Aceves a fin de que se digne decirme si existen actas en las casillas número 1, número 4, número 20 y número 21. (Voces: ¡No está Aceves!)
Como véis, ciudadanos diputados, el juego que se quiere hacer ahora es el mismo que en la credencial rechazada injustamente del señor Dyer Jairo, las Comisiones que deben estar dentro del salón en el momento en que se está discutiendo una credencial que les corresponde, se van, ignoro por qué causa.
El C. Aceves, Presidente de la Comisión: Bueno, ya estoy aquí. (Risas) Pido la palabra. Señores diputados: El señor doctor Siurob quiere que se le presenten los expedientes y paquetes de las casillas 3,7,11,13,18,1,4,11 y 20. Como ustedes comprenderán, sería cuestión de reconstruir aquí la oficina que tengo allá para inspeccionar todos esos papeles. ¿Nos permiten ustedes un momento para que el señor doctor pase al salón y se satisfaga de estos documentos? (Voces: ¡Sí!)
El C. Saucedo: ¡Que los traigan aquí! (Voces: ¡No!)
El C. Siurob, continuando: Inmediatamente que termine mi discurso pasaré, en efecto, con el señor Presidente de la Comisión, a cerciorarme, puesto que él tiene tan buena voluntad de satisfacer mi demanda, pero para demostrar todavía más a esta honorable Asamblea que el C. Aguirre Colorado cuenta en efecto con toda la simpatía, con toda la adhesión, con la mayoría absoluta de sufragios en el Distrito por donde se lanzó candidato, voy a suplicar a la Secretaría se digne dar lectura al ocurso que dirigió a la Comisión Revisora de Credenciales un grupo de ochocientos ciudadanos; aquí están cuatro hojas de firmas con los domicilios de cada uno de los ciudadanos para que se compruebe su autenticidad y que todos éstos son leales y decididos partidarios que fueron a votar por él en las pasadas elecciones. Suplico a la Secretaría, se digne darle lectura. Este documento es una copia certificada, ciudadanos.
- El C. Secretario Bolio, leyendo:
"Ciudadanos diputados:
"Me es honroso comunicar a ustedes que con esta fecha, los vecinos del 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal han presentado original a la Comisión Revisora de Credenciales el siguiente memorial:
"H. Comisión Revisora de Credenciales:
"Los que subscribimos, vecinos del 7º. Distrito Electoral del Distrito Federal, ante esa honorable Comisión, exponemos los siguientes hechos:
"Primero. Nos es grato manifestar que todos y cada uno de los que esto subscribimos, dimos espontáneamente nuestro voto en favor del C. general Ernesto Aguirre Colorado el día en que se verificaron las últimas elecciones para Poderes Federales, como que era nuestro candidato a diputado propietario por este Distrito Electoral.
"Segundo. Hacemos constar que las fórmulas que contendieron en la lucha electoral, fueron: Aguirre Colorado - Campuzano Cienfuegos y Rosas Reyes - Lara, figurando en términos secundarios las candidaturas de Osorio como propietario y la fórmula Cordero - Morales Gómez.
"Tercero. Hacemos constar, asimismo, que el día de la elección (28 de julio), al computarse las casillas electorales, el resultado obtenido era el siguiente: Aguirre Colorado - Campuzano Cienfuegos, 806 votos; Rosas Reyes - Lara, 732 votos, y Cordero Morales, 348 votos, causándonos verdadera sorpresa que al reunirse la Junta Computadora aparecieran dos mil y tantos votos en favor del huertista Guillermo Cordero y su suplente.
"Cuarto. Manifestamos a esa honorable Comisión que en este Distrito muchos de los Presidentes de casillas evitaron que emitiéramos nuestro voto, cerrando la casilla antes de la hora indicada por la ley, o bien no acatando lo preceptuado en la fracción (k) del artículo 3º. transitorio de la precitada ley.
"Quinto. Consideramos que nuestro legítimo representante lo es el C. general Ernesto Aguirre Colorado, como diputado propietario, y el doctor Rafael Campuzano Cienfuegos como suplente, y no el connotado huertista Cordero, que de maneras muy rastreras ha obtenido una credencial apócrifa, a efecto de penetrar al recinto de la Representación Nacional, donde sólo deben sentarse los hombres de honor y de vergüenza y nunca conculcadores de los firmes principios proclamados por la Revolución.
"Por todos los hechos ya expuestos, a esa honorable Comisión nos dirigimos para que, haciendo un pequeño rasgo de justicia, arroje de ese templo de la ley, a los conculcadores de ella, como lo es Cordero y su suplente, para que entre el verdadero representante de nosotros, C. general Ernesto Aguirre Colorado, pues sería vergonzoso que en esta ocasión se burlara el voto popular, al igual que en los regímenes de Porfirio Díaz y Huerta.
"Protestamos nuestra atenta consideración.
"México, D.F., a 3 de agosto de 1918."- Siguen muchas firmas.
El C. Siurob, interrumpiendo: No queriendo molestar a la Secretaría con la lectura de todas estas firmas, voy a permitirme pasar este documento a los ciudadanos diputados, para que se cercioren de que son cerca de ochocientas, es decir, hay ochocientos individuos de este Distrito Electoral, que dicen que el C. Aguirre Colorado, el día de la elección, tuvo 800 de esos votos, que le seguía en votos su contrincante, el C. Rosas Reyes, con 732, y que les seguía todavía en votos a estos dos, el C. Cordero, con 348, es decir, el C. Cordero ocupaba el último lugar, y esto lo dicen ochocientos ciudadanos en copia certificada, dando sus firmas y sus domicilios, para verificarlo en todos los momentos. ¿Qué es lo que quiere decir esto? Que ochocientos ciudadanos, es decir, la inmensa mayoría de los votantes, afirman que todo esto es cierto. ¿Qué testimonio puede presentar el C. Cordero que contrarreste el testimonio de ochocientos ciudadanos que afirman que él fue el que obtuvo el último lugar en esta elección? ¿Qué testimonio más valioso puede presentar de que los votos del C. Aguirre Colorado son absolutamente legítimos, puesto que ellos mismos aseguran bajo su firma que dieron su voto por el C. Aguirre Colorado? Yo suplico a la honorable Asamblea se digne tener en cuenta este documento, enteramente irrecusable, este documento enteramente fehaciente, que comprueba hasta la evidencia que el C. Aguirre Colorado era realmente el que tenía la popularidad, el prestigio y los votos de todo ese Distrito, y que el señor Cordero no pudo ser más que un usurpador ahí, desde el momento en que ocupaba el último lugar en el número de los votos y se adelantó a dos de sus contrincantes que, por ser más conocidos, por tener muchísimo más limpios antecedentes, fueron los que obtuvieron la mayoría del sufragio.
¡Y ya lo creo! Un individuo que se encuentra manchando por haber servido a la dictadura, un
individuo que estuvo en la Prefectura de Coyoacán y en la de Atzcapotzalco los momentos en que se asesinaba a Serapio Rendón, en los momentos en que se asesinaba a tantos ciudadanos sin identificarlos siquiera, un individuo que escuchó a la sordina las confidencias que se hacían los asesinos, un individuo que tiene que haber tenido conocimiento de las violaciones infames que se estaban cometiendo y que, sin embargo, aguantó el chaparrón de infamias, y que cuando su conciencia, estoy seguro le gritaba: "Tú eres una de las ramas de ese patíbulo", él contestaba con la frase del supremo egoísmo: "A mí qué me importa, yo necesito comer."
¡Qué comparación! El C. Aguirre Colorado, un hombre que fue a la lucha libertaria, un hombre que estuvo en muchos combates ofreciendo su pecho a las balas de los enemigos, un individuo que sufrió privaciones, que sufrió fatigas, que sufrió hambres, que sufrió miserias, que su familia se vio perseguida, en su casa se vio intervenida por sus enemigos, que sus bienes fueron perdidos allá en su Estado natal, y que todavía hace muy poco y por nuestro propio Gobierno estaba intervenida una de aquellas casas, como resto de la intervención que hicieron sus enemigos, un individuo cuyo hermano fue asesinado también por un infidente que, desgraciadamente, ocupa en estos momentos una curul en el Senado; un individuo que ha sufrido por las causas males sin cuento y sin número, ¡cómo no iba a obtener los sufragios de todo un pueblo, cuando se vio su labor en la pasada Legislatura, en que, a pesar de no ser un individuo que tenga el uso de la palabra, de no ser una personalidad conspicua en la tribuna, sin embargo, dio su voto perfectamente consciente, estuvo en su puesto, muchas veces firmó iniciativas favorables a las libertades populares y a los principios de la Revolución!
Un individuo que jamás ha torcido su línea de conducta, un ciudadano honrado que está pobre después de haber manejado fuerzas durante tan largo tiempo - ¡cosa rara de estos tiempos! - que apenas vive con su familia y que no gasta carruajes, coches ni vive en palacios, ni diariamente lo saca la prensa vendida incensándolo continuamente.
¡Qué comparación!
El C. Cordero no pudo haber obtenido esos votos, esos votos han sido una usurpación, de todas maneras, material y moralmente hablando; materialmente hablando, porque se arrebataron las ánforas, se las robaron de los lugares en donde por la ley debieron haber permanecido hasta que se cerraran las casillas; moralmente, porque no se ha exhibido este señor con todas sus lacras ante aquel pueblo; si se hubiera exhibido con todas sus lacras, ¿creéis vosotros que hubiera obtenido un solo voto? Si le hubiera ido a decir al pueblo: "Yo soy Cordero, el Secretario del Ayuntamiento de Coyoacán, uno de los miembros de la Jefatura Política de Atzcapotzalco, yo estuve allí en los momentos en que se hacía leva, yo estuve allí en los momentos en que se asesinaba a los ciudadanos sin formación de causa; cuando yo estuve allí oí las confidencias de los asesinos que habían matado a Serapio Rendón", ¿creéis que el pueblo le hubiera dado su legítimo voto? ¿Qué pudo haber sido su elección si no un engaño, moral y materialmente hablando? Que el C. Cordero sirvió estos puestos, voy en este momento a demostrarlo. Pido a la Secretaría se sirva dar lectura a estos documentos.
- El C. Secretario Soto Rosendo A., leyendo:
"Contaduría Mayor de Hacienda.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Número 16.
"Ignacio de la Hidalga, Contador Mayor de Hacienda certifica:
"Que en virtud de la solicitud presentada por el C. Ernesto Aguirre con fecha diez del actual, se hizo la compulsa de los libros y documentos que comprueban la cuenta del Erario Federal por los años de 1912 a 1913, que en el libro auxiliar 91, Prefecturas del Distrito Federal, Cuenta de egresos 66, foja 31, constan los siguientes asientos:
"Cordero Guillermo.- Secretario de segunda.- Coyoacán.- Partida 4,839.- c/d. $5.00.- Anual.....$1,825.00.
DEBE
Abril 14.-1912.- Pagaduría de Gobernación.
Recibió:
En julio. . . . . . $ 155.00
En agosto. . . . . " 155.00
En septiembre. . " 150.00
En octubre 1,737.. " 155.00 $ 615.00
Junio 30.- 1913.- Pagaduría de Gobernación.
Recibió:
En noviembre. . . $ 150.00
En diciembre. . . " 155.00
En enero. . . . " 155.00
En febrero 4,449. . " 140.00 $ 600.00
Junio 30.- 1913.
Recibió:
En marzo. . . . . " 155.00
En abril. . . . . " 150.00
En mayo. . . . . " 155.00
En junio 6,490. . " 150.00 $ 610.00
$ 1,825.00
anual, $1,825.00
Junio 30; por el Ramo Quinto:
HABER
Importa su vencimiento 7,832.. $ 1,825.00
$ 1,825.00
México, junio 30 de 1913."
"Asimismo certifica que en los tomos de pólizas números 1,737,4,499 y 6,490 están agregadas las nóminas que corresponden al personal de Prefecturas, donde constan las firmas del C. Guillermo Cordero de haber recibido las cantidades arriba expresadas.
"Y a pedimento del interesado, extiendo el presente en la ciudad de México, a los diez días del mes de agosto del año de mil novecientos diez y ocho.- Ignacio de la Hidalga."
individuo que estuvo en la Prefectura de Coyoacán y en la de Atzcapotzalco en Al margen un timbre de a cincuenta centavos cancelado con un sello que dice: "Contaduría Mayor de Hacienda. - México .- Estados Unidos Mexicanos."
Al margen un timbre de a cincuenta centavos cancelado con un sello que dice: "Presidencia Municipal.- Estados Unidos Mexicanos.- Atzcapotzalco, D.F."
"Arturo Pérez, Secretario del H. Ayuntamiento Constitucional de la Villa de Atzcapotzalco, Distrito Federal, certifica: que por datos que obran en el Archivo de esta oficina, aparece que el señor Guillermo E. Cordero, en los meses de diciembre, del año de mil novecientos trece y enero y febrero de mil novecientos catorce, prestó sus servicios con el carácter de Secretario de la Prefectura Política de esta Municipalidad.
"Y a pedimento del C. Ernesto Aguirre Colorado, extiendo el presente en la Villa de Atzcapotzalco, a los veinte días del mes de agosto de mil novecientos diez y ocho.- Arturo Pérez."
El C. Siurob, continuando: Como véis, ciudadanos diputados, están perfectamente comprobados los hechos asentados aquí; no se viene, pues, a tratar de sorprender a esta honorable Asamblea con datos falsos, sino con datos absolutamente ciertos, perfectamente justos, sacados de oficinas públicas y debidamente comprobados. Mucho se ha hablado aquí en contra del criterio político, no sólo, ya se venía preparando el golpe contra la Revolución y contra los elementos revolucionarios desde mucho antes de que vosotros vinierais a esta honorable Asamblea, y buena parte de la prensa se ha esmerado en trazar artículos más o menos bien pergeñados, todos ellos tendentes a hacer creer a los ciudadanos de aquí no se debe tener absolutamente en cuenta el criterio político; muchos oradores de todas clases, de más o menos enjundia, se han ocupado de hablar en contra del criterio político, algunos con verdadera elocuencia, otros en estilo rastrero, pero a un cuando se haya hecho en el estilo más florido, nunca bastará esto para convencer a una Asamblea honorable, puesto que el balido del rebaño no deja de serlo aunque venga envuelto en una sinfonía pastoral de Beethoven, ni tampoco el grito de la reacción deja de ser el grito de la reacción aunque venga envuelto en un hosanna a nuestra naciente democracia. Así pues, yo seguiré defendiendo aquí que la Nación, por conducto de sus representantes, tiene derecho a tener en cuenta el criterio político después del criterio legal en todos aquellos casos en que para conveniencia de la misma Patria y de la misma Nación, sea indispensable que hombres más puros, que hombres más honestos, que hombres que han cumplido mejor con su deber vengan a ocupar los puestos públicos y está comprobado por los hechos; decidme, ¿qué hacen en estos momentos los conservadores que han entrado al poder? Ya en el Ayuntamiento, donde se encuentra un fuerte núcleo de conservadores, allí todo es desbarajuste, allí todo se encuentra bajo el régimen, bajo el control, salvo muy honrosas excepciones dentro de ese mismo Ayuntamiento, bajo el control y el régimen del dinero, de la codicia, de la usurpación, de todas aquellas componendas que nosotros rechazamos en los Gobiernos anteriores y que no nos cansaremos de seguir rechazando aquí mismo cuantas veces se nos presente la oportunidad de hacerlo. Pero, por otra parte, examinad los demás puestos públicos ocupados por conservadores: ¿Qué labor periodística creéis que estén haciendo, por ejemplo, Heriberto Barrón y Gonzalo de la Parra? Absolutamente nula, absolutamente contraria a los intereses de la Revolución, contraria a los intereses nacionales, una labor de servilismo, una labor de abyección, una labor de falta de economía para el Erario, en una palabra, no hay palabras con qué calificarla. ¿Qué labor está haciendo su eminencia el señor Macías al frente de la Universidad? (Siseos.) Si no fuera porque la juventud de por sí tiende a lo alto, si no fuera porque la juventud aspira a las cosas nobles y grandes por sí misma, no ha escatimado esfuerzos el señor Macías para corromper a aquella juventud, para convertirla al conservatismo, para regalar a la Patria en vez de una bandada de aguiluchos, un grupo de mochuelos, de hombres bizcos moralmente, de hombres incapaces de tener un amplio y un recto espíritu para juzgar los asuntos nacionales. ¿Qué están haciendo los demás conservadores en distintas partes? ¿Qué hicieron en la Legislatura pasada los elementos conservadores francos? - no me refiero a todas las derechas, a una parte de esas mismas derechas -, no vinieron aquí más que a callar y a cobrar, no vinieron a otra cosa. ¿Para qué os váis a servir del C. Cordero? ¿Qué iniciativas creéis que venga a traer aquí? Como no sea una iniciativa para que se vuelva al sistema de la leva "porque era el más conveniente para reclutar cuanto antes soldados que se necesitan urgentemente para la pacificación", yo no me imagino qué otra pueda traer aquí el C. Cordero! ¡Y a estos hombres conservadores, y a estos hombres que está demostrado que no coadyuvan en la obra revolucionaria, a estos hombres que está demostrado que no tienen la sinceridad y la franqueza para enfrentarse con los problemas nacionales y para venir aquí a laborar convenientemente, se les admite contra la ley mediante un chanchullo en contra de elementos puros y honrados revolucionarios! Pero hay más: ¿se le puede negar a la Nación el derecho que tiene para castigar a los que apoyaron a la Usurpación? La Constitución, en su artículo 115, la Constitución en uno de sus artículos establece que los autores y coautores del "Cuartelazo" tienen responsabilidad civil; estoy seguro de que si este Congreso es justiciero, hará una ley también sobre responsabilidad penal, porque es justa y porque es necesaria, para que no se atrevan estos individuos a venir a usurpar funciones que no les corresponden o que no se atreven a ir a engañar a los pueblos y hacerse pasar por revolucionarios; ¡qué bueno debe ser revolucionario, puesto que hoy todo el mundo quiere serlo! En este caso están estos ciudadanos, van a hacerse pasar por revolucionarios, siendo así que nosotros, es justicia, en cumplimiento de esa especie de responsabilidad que establece la Constitución, en lo que menos podemos privarlos, cuando menos es en sus derechos políticos, cuando menos, ya que usurparon junto con un Gobierno que entró por la puerta de la traición y del cuartelazo; cuando menos, ya que fueron cómplices mudos de
aquellos asesinatos y aquellos crímenes; cuando menos, ya que entraron al templo de la ley engañando a sus Conciudadanos; cuando menos sepamos negarles lo que tenemos derecho de negarles, los derechos políticos que perdieron desde el momento en que se doblegaron a las infamias de un Gobierno usurpador.
Más podría decir a esta honorable Asamblea, pero yo no quisiera tener que decir, valiéndome de algo que puede tomarse hasta como una ofensa que no quiero inferir; hace un momento se me pasó decir que "Cordero más, Cordero menos"; yo no quiero que vosotros penséis que yo lo digo por efender a alguien, no quiero hacer esta ofensa, yo sé perfectamente que dentro de las mismas derechas hay muchos ciudadanos que no están conformes con que entren estos elementos disolventes, estos elementos discordantes que vienen a hacer aquí una labor infame; pero yo apelo a la honorabilidad, yo apelo a la caballerosidad de estos honorables ciudadanos que me escuchan, para que elijan entre estos dos representantes: uno que entra contra toda la presión oficial, uno que entra en contra de los Poderes, uno que lanza su candidatura absolutamente independiente de ningún Poder; otro que estuvo ayudado por el señor Ministro de Gobernación, que estuvo ayudado por el Ayuntamiento de la capital de la República, que dispuso del dinero del pueblo para hacer chanchullos electorales y los consumó; uno, el C. Aguirre Colorado, es un hombre de limpios antecedentes, es un miembro del Ejército, que ha combatido con honor en contra de las huestes de la tiranía, hizo una buena labor en el pasado Congreso; el otro es un ciudadano cuya labor favorable a la Revolución es enteramente obscura, cuyo arrepentimiento no nos consta y que, como he dicho alguna vez, el que ha traicionado alguna vez, el que ha traicionado alguna vez, traicionará siempre; en este momento se dice revolucionario, es muy sencillo venir a hacer aquí gala y ostentación de haber sido revolucionario, porque después, cuando llega la hora de la cargada y la hora del triunfo, cuando llega la hora en que ya es muy fácil decidirse, algunos de estos ciudadanos vendrán aquí a hacerse pasar por constitucionalista.
Por todas estas razones, fundándome en que el pueblo mexicano fue a luchar precisamente para conquistar el derecho político de no admitir en su seno a elementos corrompidos, que sólo vienen a sembrar gérmenes de disolución y de amenaza para el porvenir, a impedir la obra de la reconstrucción nacional y a prestarse a las consignas que se dan arriba, pues no otra cosa es lo que significa el hecho de que vengan a este Parlamento individuos con consigna del Ministro de Gobernación, individuos muchos de los cuales sirvieron a las pasadas dictaduras. ¿Qué le costaba al señor Ministro de Gobernación haberse valido de revolucionarios limpios, qué le costaba haberse valido de hombres que más o menos pudieran ante el pueblo ostentarse con una hoja de servicios clara? Pero no, esos no se prestaban a la consigna, de esos había que sospechar, había que sospechar de los revolucionarios más que de los reaccionarios. Aquéllos, lo revolucionarios, parece que tienen lepra: al Ejercito no pueden ir, porque no se les confía un hombre; no pueden ir a los puestos públicos, porque nadie cree que sean capaces de ellos, no se cree que sirvieron más que para carne de cañón. Acuden, en cambio, los reaccionarios al voto popular, compiten con los revolucionarios por medio de chanchullos, por medio de violaciones, por medio del dinero que viene del mismo Tesoro Público, en contra de individuos que son absolutamente contrarios a sus ideas y son vencidos por ellas, valiéndose precisamente de esos artificios, de los artificios infames ejercitados a la sombra de la imposición de las autoridades.
Por todas estas razones, si todavía la Revolución tiene aquí admiradores entusiastas, si todavía la Revolución tiene adeptos, si todavía, como yo lo sé ciertamente, creéis vosotros que el pueblo mexicano no debe perder el derecho que acaba de conquistar, de expulsar de su seno a los elementos malévolos que han hecho una labor malsana, pido a esta honorable Asamblea que vote en contra de este dictamen, y que haga nulas estas elecciones, puesto que no hay datos ningunos para corroborar cuáles fueron con certidumbre los votos emitidos. No pido siquiera que se apruebe la candidatura del señor Aguirre Colorado, puesto que hay aquí una serie de imposiciones tales, que no permiten asegurar cuál es efectivamente la cantidad de sufragios emitidos; a lo menos que se declaren nulas, para que el pueblo manifieste su voluntad terminante, y pueda venir al seno de esta honorable Asamblea, un hombre capaz, consciente y digno de representar al pueblo de este Distrito. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro, el C. Efrén Rebodello. (Aplausos. Siseos.)
- El C. Vadillo. Pido la palabra en contra.
El C. Rebolledo Efrén: Honorable Asamblea: Los revolucionarios constitucionalistas han tenido la rara fortuna de ser ellos los que tremolaron el estandarte rojo de la rebelión y de haber sido ellos mismos los que lo plantaron en el edificio demolido del enemigo aniquilado; los revolucionarios constitucionalistas, poniendo en los pomos de sus espadas ideas de progreso y de libertad. como otros jefes ponen en las empuñaduras de sus estoques oro y piedras preciosas, lucharon primero bizarramente por ellas y después tuvieron la rara fortuna de dejarlas estampadas en el Código Fundamental de la República. Todos los principios revolucionarios, todas las conquistas de la Revolución, ellos tuvieron la rara fortuna de verlas convertidas en leyes cuando se congregaron con ese objeto en esa ciudad de Querétaro, que es el mismo tiempo santuario de arte, ara de heroísmo y página de historia. Estaba bien, señores representantes, que en tiempo de la lucha los revolucionarios constitucionalistas, ciegos ante los sufrimientos y la destrucción, no se dejaran guiar sino por la llama de su coraje, precisamente porque fueron sordos y ciegos como el torrente desbastador. Fue de ellos el triunfo, pero entonces estaba justificada la violencia, porque la Revolución era la Revolución; pero desde hace tiempo, la Revolución se ha constituido en Gobierno, es decir, se ha convertido en justicia y deber dar a cada uno lo que es suyo. Es más, señores representantes: la Revolución debe convertirse en caridad y tender sobre todos los vencidos su manto de amor. Es necesario señores representantes, que todos los mexicanos, unidos por los vínculos de la fraternidad y de la solidaridad y supuesto que ya está demolido el régimen antiguo por sus vicios y por sus defectos, y
supuesto que no existen los obstáculos de los intereses creados ni las rémoras de la rutina, todos nos empeñemos en edificar, si no la Jerusalem ideal del visionario de Patmos, si no la ciudad Utopía descrita por Tomás Moor, cuando menos un régimen que sea mejor que el régimen hecho pedazos. Es necesario que todos los mexicanos, inspirados por verdadero patriotismo, como el que hizo decir al gran Gambetta: "La France est au dessus de tout"; nosotros, todos los mexicanos revolucionarios y todos los de buena voluntad, remontándonos por encima de los intereses de partido y por encima de las pasiones de secta, no nos dejemos guiar sino por esta divisa: México está por encima de todo. (Aplausos.)
Antes de que se inauguraran estas sesiones del Colegio Electoral, la prensa abrió una encuesta periodística acerca de todos los políticos militares, con el objeto de saber qué criterio era el que debía imperar aquí durante la discusión de credenciales; y la mayoría de esos políticos, inclusive algunos de los que el año pasado aplicaron la teoría de los tres criterios, estuvieron de acuerdo en que debía observarse el criterio legal. En estos momentos en que la Asamblea va a dar su fallo sobre la credencial del señor Guillermo Cordero, es cuando vamos a ver la ley de esas declaraciones; esta votación va a ser la piedra de toque que comprobará si esas declaraciones eran ley o cobre dorado, porque si esos políticos declararon ante la prensa, es decir, ante el pueblo de la Nación entera, que se iba a aplicar el criterio legal, ahora no pretenderán que impere otro criterio, delante del público de las galerías.
Se hacen cargos al señor Guillermo Cordero por haber prestado servicios en el régimen de Huerta; pero no se dice que prestó servicios a la Revolución: fue Prefecto Político durante la época de Huerta, pero desempeñando todavía ese puesto sublevó al batallón 11 explorador en contra de ese régimen, estando a punto de ser fusilado por tal motivo. Además, desde mayo de 1914 el señor Cordero se afilió a la Revolución y prestó sus servicios en el ramo más delicado de todos en tiempo revolucionario, en el ramo del Ministerio de Relaciones Exteriores. Cuando una nación se encuentra en Revolución, cuando no mantiene el régimen dentro de sus fronteras y no tiene tampoco un gobierno constituído, ninguna nación tiene la obligación de mantener relaciones con ese país, y solamente se debe al tacto y a la habilidad del Gobierno revolucionario el que algunos gobiernos mantengan relaciones con él. Yo sé y me consta que el señor Cordero estuvo en la Oficialía Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores y que estaba encargado del Archivo reservado, de todos los documentos secretos de la Revolución, prueba de la confianza que tuvieron en él los revolucionarios eminentes. Si, pues, el señor Cordero se ha vindicado ante la Revolución, si tiene el aprecio y la estimación de muchos revolucionarios de valer, ¿por qué ahora va e encontrar a la Asamblea inflexible e inexorable? ¿Por qué si cometió una vez una falta y se ha arrepentido y ha borrado su falta, ahora ha de dejar toda esperanza, como los miserables que en el poema del bardo florentino transpusieron los umbrales de la ciudad del dolor?
El señor Siurob, refiriéndose a la elección del señor Cordero, hace un cómputo de los votos obtenidos por el señor Cordero y de los votos obtenidos por el señor Aguirre Colorado. Yo pregunto a la Secretaría y a la Comisión que me digan si ese escrutinio que presenta el señor Siurob es el escrutinio firmado por el Presidente y los Secretarios de la Mesa, que es el que, conforme a la ley, hace prueba legal.
El C. Aceves, de la Comisión: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Aceves: El escrutinio que tuvo en cuenta la Comisión para dictaminar con el fundamento que lo hizo, es el que consta en el expediente, y tengo en estos momentos algunos documentos que prueban que en las casillas a que se refirió el señor doctor Siurob están perfectamente completos los documentos y no se ha perdido ninguno.
El C. Rebolledo, continuando: Yo me refiero al escrutinio de que dio cuenta aquí el señor general Siurob y deseo saber si esas cifras que da él, están fundadas en el escrutinio dado por las autoridades correspondientes, para que haga prueba plena, es decir, por el Presidente y los dos Secretarios de la Mesa, o quien hizo el escrutinio cuyas cifras leyó aquí el señor Siurob. (Dirigiéndose al ciudadano Presidente): ¿Me permito usted interpelar al señor Siurob?
El C. Presidente: Sí, señor.
El C. Siurob: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Este escrutinio es el que se deduce de todos los documentos presentados por los vigilantes de las Mesas el mismo día de la elección y está certificado por ochocientas firmas de ciudadanos de ese mismo Distrito Electoral. (Siseos.) Ya he expresado claramente en qué consiste la discordancia entre estos datos, que fueron los primitivos y, por decirlo así, los ajustados a la ley, y los obtenidos en la Junta Computadora, después de haberse modificado todos los expedientes en el Ayuntamiento, como consta por la declaración de un empleado de esa Corporación, por las acusaciones hechas ante el Juez de Distrito y por otras circunstancias. Aquí hay muchos ciudadanos del mismo Distrito a quienes consta que se cometieron esas violaciones. Por lo tanto, esta es la presunción legal y aun la prueba de que, en realidad, se llevaron a cabo esas mismas violaciones.
El C. Rebolledo: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Rebolledo: Me extraña que el C. Siurob presente como documento de prueba uno que no lo es, puesto que él fue uno de los legisladores que tomó parte en la confección de la Ley Electoral vigente, que dice que, respecto de los votos, sólo hace prueba el escrutinio firmado por el Presidente de la Mesa y dos Secretarios. (Aplausos.) Respecto al documento anonadador, según el doctor Siurob, que ha presentado con las firmas de ochocientos individuos, pido a la Secretaría me haga favor de decirme qué fecha tiene.
El C. Secretario Soto Rosendo A.: Está fechado en México, el día 16 de agosto de 1918.
El C. Rebolledo, continuando: ¡Hubo tiempo sobrado, del 28 de julio último a la fecha citada, para que el señor Aguirre Colorado juntara ochocientas
firmas, y hasta se me figuran pocas! (Risas.) Así pues, honorable Asamblea, os suplico que apliquéis exclusivamente el criterio legal; que si la credencial del señor Cordero, por el estudio minucioso que del expediente hizo la Comisión, resulta que es nula por alguna de las causas especificadas en la Ley Electoral; si el propio señor no tiene los requisitos que exige la Constitución para ser ciudadano; si ha cometido un delito por el cual lo podamos consignar a las autoridades, consignémoslo y que el Juez competente lo despoje de sus derechos políticos, como en la pena de la degradación se arranca a los militares sus insignias porque sean indignos de seguir perteneciendo a su grado en el ejército donde están afiliados; pero si no es así, señores diputados, no vayamos a aplicar el criterio político; dejemos que el "cuchillo de tres filos" permanezca tomándose de orín y oxidándose en una de la vitrinas de esta Cámara, y que quede allí como recuerdo de una época en que privó aquí el fanatismo político. Yo me refiero a toda la honorable Asamblea; no a los revolucionarios de ayer, sino a los legisladores de mañana, y estoy seguro de que ellos no le darán oídos al fanatismo, así oyeran la palabra ardiente de Savonarola, o el verbo airado de Maximiliano de Robespierre; ellos, estoy seguro, no atenderán sino a la justicia. En la Ley Electoral del año pasado, señores, se trató de ponerle un artículo conforme al cual se excluirían de la Representación Nacional a ciertos individuos por motivos políticos; ese artículo, que fue aprobado aquí por mayoría, fue rechazado por mayoría en el Senado y, por consecuencia, para que se pueda excluir a un individuo de la Representación Nacional, tendría que ser por una ley, y esa ley no pasó en el Senado. Es más, señores diputados, en el Senado se está aplicando exclusivamente el criterio legal en todos los casos sometidos a la deliberación de aquella honorable Asamblea.
No trato yo, como el señor Siurob, señores diputados, de halagar al público de las galerías o cuando menos de provocar las bajas pasiones que duermen muchas veces en las raíces de nuestro seno. Dice el gran comediógrafo Benavente, refiriéndose a la parte de bondad y de maldad que existen en cada uno de nosotros, que existen en cada uno de nosotros dos personalidades: el caballero de las nobles acciones y el villano de los ruines sentimientos. Señores representantes: Yo pido a ustedes, a la parte de ustedes representada por el caballero de las nobles acciones, que aprobéis este dictamen; quizá no tendréis el beneplácito o el aplauso de los exaltados y de algunos individuos de las galerías, pero tendréis la aprobación de vuestro distrito electoral; estáis hasta por encima de la justicia para dar vuestro voto, supuesto que el fuero os pone por encima de esa misma justicia; la Nación es la única que os puede demandar por el fallo justiciero que vayáis a dar en este caso, y la Nación no sólo os justificará, sino que os aplaudirá y la historia tocará vuestra frentes con resplandores de prestigio. (Aplausos.)
El C. Altamirano: Pido la palabra para una interpelación.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Altamirano: Suplico al C. Siurob muestre las copias autorizadas que indebidamente debieron haber obtenido los representantes del señor Aguirre Colorado en la casilla electoral, para ver si están de acuerdo con las cifras que citó en la tribuna.
El C. Siurob: No las tengo aquí; sólo tengo los datos contenidos en el expediente. Los documentos están en el archivo del Partido. Sin embargo, tengo en mi poder un comprobante firmado por el Presidente del Partido y demás elementos, en que constan esos datos.
El C. Aceves: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Rodríguez Alfredo: Suplico respetuosamente a la Presidencia indique a las Comisiones que ya que el C. Siurob manifestó que los documentos existen en poder de las Comisiones, éstas los muestren a la Asamblea. (Voces: ¡No dijo eso!).
El C. Siurob: ¡Una aclaración!
El C. Rebolledo: ¡Moción de orden!
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rebolledo para una moción de orden.
El C. Rebolledo: El señor Siurob quebranta el Reglamento pidiendo la palabra para una aclaración; no hay ningún artículo conforme al cual se pueda pedir la palabra para una aclaración. Que la pida con otro objeto, pero que no la pida para una aclaración.
El C. Siurob: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: El C. Rebolledo está en un error. La aclaración de un hecho o la rectificación de un hecho sí es materia para pedir la palabra en una discusión y sobre todo en una discusión de credenciales. Si el C. Rebolledo trata de coartarme el uso de la palabra...
El C. Rebolledo, interrumpiendo: ¡Nunca, señor!
El C. Siurob, continuando: ...para que defienda legítimamente a un ciudadano cuya credencial se discute, puede valerse de otro procedimientos que no pugnen con el espíritu democrático, y ya que él desde el Japón fue uno de los miembros del partido de Victoriano Huerta, que compró armas y todo lo necesario para dicho usurpador...(Aplausos.) que no venga a exhibirse aquí como un miembro poco democrático de aquella dictadura. Pero volviendo al asunto...
El C. Rebolledo, interrumpiendo: Pido la palabra para una alusión personal.
El C. Siurob, continuando: ...acabo de recibir noticias por otro de los candidatos, el C. Román Rosas Reyes, de que los documentos relativos al cómputo y de los representantes del partido existen en el expediente; de manera que pido a la Honorable Comisión que los lea o que los exhiba.
El C. Rebolledo: Pido la palabra para una alusión personal.
El C. Presidente: Después se le concederá a usted la palabra.
El C. Aceves, de la Comisión: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Aceves: Señores diputados: Entre las
muchas casillas que trae apuntadas el señor doctor Siurob en que alega que los documentos en los que fueron alterados los números y robadas las actas tanto de instalación como de cierre de las casillas, fui a sacar el paquete de la casilla número 20 que él reclama y están todos los papales perfectamente completos y hasta las boletas le traje a Su Señoría el doctor Siurob para que, si quiere verlas, allí las tiene a su disposición...
El C. Siurob, interrumpiendo: ¡Las hicieron en el Ayuntamiento!
El C. Aceves, continuando: Señores diputados: La Comisión no es posible que tenga en cuenta lo que se hizo en el Ayuntamiento el día de la elección y mucho menos es posible que tenga en cuenta, para venir a producir un dictamen, los documentos que en la bolsa del doctor Siurob en estos momentos estén haciendo prueba en contrario para el asunto en discusión. ¿El señor doctor Siurob tiene la bondad de decirme qué cantidad de votos obtuvo el C. Aguirre Colorado, según su cómputo?
El C. Siurob: Voy a pedir el documento respectivo; pero antes me permito decir que no culpo a la Comisión porque no haga de estos documentos, ni tampoco porque los expedientes estén en tal o cual forma. ¡Ya lo creo que todas las actas, listas de escrutinio y demás documentos deben estar nuevecitos y flamantes, como que fueron hechos en el Ayuntamiento con machotes especiales y con todo especial para cada uno de estos asuntos!
Ahora, contestando la pregunta que se me acaba de hacer, debo decir que el número de votos que obtuvo el C. Aguirre Colorado fue de 806, conforme a esas listas; 732 se emitieron en favor del C. Rosas Reyes Lara, y 348 para el señor Cordero.
El C. Aceves, continuando: Si el señor Aguirre Colorado ganó 806 votos, es porque tiene 806 partidarios. ¿Qué de extraño parece a ustedes que le sobren seis partidarios útiles para que firmen otro documento mañana? Ya firmaron 800; le sobran 6 para hacer otra reclamación después. Consideren ustedes que la Comisión no puede dictaminar más que con los papeles que tiene a la vista. Aquí hay un certificado del Juez 1º. de Distrito Supernumerario, respecto a una solicitud; se saca una copia y se trate a la Comisión, ¿qué prueba esto? Que solicitaron allá se abriera un proceso por el delito de suplantación de votos. Pues.... está enterada la Comisión de que allá fueron a solicitar eso y que el juez de Distrito dio ese certificado; pero el resultado de la denuncia o la justicia que la autoridad pudo haber impartido, no la llegado a nuestro conocimiento. El dictamen está basado en los documentos que tenemos a la vista; si el Juez de Distrito y un Comisario no quisieron hacer justicia el día de las elecciones, según lo asienta el C. Siurob, ¿qué culpa tenemos nosotros en que después de cerca de veinte días que hemos empleado en estar determinado sobre este asunto, desconozcamos por completo todo aquello? ¿Qué de particular encuentra usted el dictamen esté en este sentido? Suponiendo que los documentos, como usted dice, hubieren sido hechos en el Ayuntamiento, y fuera todo esto un fraude, si el fraude que llega a nosotros está perfectamente documentado y no tenemos documentos en contra ¿con qué vamos a juzgar? ¿Con los documentos que nos llegaron o con los que tiene usted en su poder?
El C. Siurob: Pido la palabra, señor Presidente, para contestar la interpelación que me están haciendo.
El C. Presidente: Si lo permite el orador.
El C. Aceves: Sí, señor.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Ya he dicho, señor Presidente (de la Comisión.) que no culpo a la Honorable Comisión; que esos documentos que exhibió ante la Honorable Asamblea para que la Asamblea se convenza, son de un empleado del Ayuntamiento que dice que todo esto fue una pura imposición. Si un empleado del Ayuntamiento y 800 ciudadanos, y por otra parte la acusación presentada ante el juez, todos confirman que así fue, la Asamblea entera juzgará y sabrá apreciarlo; pero no culpo para nada a la Honorable Comisión.
El C. Aceves: Tenga la bondad de decirme, señor Siurob, quién firma ese documento.
El C. Siurob: El señor Raúl Méndez.
El C. Aceves: ¿Y quién más?
El C. Siurob: Con dos testigos.
El C. Aceves: ¿Quiénes son?
El C. Siurob: El señor Pruneda y el señor Peralta.
El C. Aceves: Está firmado el documento por el señor Peralta y por el señor Pruneda como testigos; ¿qué extraño pudiera parecer.... ¿Qué fecha tiene si me hace usted el favor, señor Siurob?
El C. Siurob: 29 de agosto.
El C. Aceves: Todavía tenía fuero el señor Peralta y ustedes saben que le ha de haber entrado un poquillo de aire frío al empleado del Ayuntamiento en cuanto lo vio llegar, con objeto de que le soltara algún documento. ¿Qué tiene de extraño que un empleado de esos tenga miedo y suelte el documento que le piden? Pero ese documento que viene de un empleado del Ayuntamiento ¿por qué no viene del Presidente del Ayuntamiento, por qué no viene de una autoridad más seria? Los documentos que trae el señor doctor Siurob no hacen fe porque no vienen de la autoridad competente, no están certificados; de tal manera, señores que el mismo doctor Siurob lo ha dicho, no hay más documentos que son éstos. La Comisión ha dictaminado con los documentos que a ella pudieron llegar sobre este asunto. No se podría evidentemente dar ningún otro dictamen si no es el presente que está basado en los documentos que tiene el expediente. La Asamblea tiene ya su criterio formado sobre este asunto; no puedo ni debo seguir hablando sobre esto, porque sería perder el tiempo; a la Asamblea queda fallar en el sentido que mejor le parezca.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Vadillo.
El C. Rebolledo: Pido la palabra para una alusión personal.
El C. Vadillo: Honorable Asamblea: Deseo empezar esta breve alocución haciendo amplia justicia al apreciable caballero y distinguido poeta señor licenciado don Efrén Rebolledo. No había tenido el gusto de escuchar en esta tribuna al C. Rebolledo desde allá a los principios de la Legislatura pasada,
cuando vino acá a defender con pericia y honradez notables su credencial impugnada en aquella ocasión como manchada del mismo borrón político que ahora él defiende en un compañero. El C. Rebolledo en aquella época estaba recién llegado del poético país de Oriente y, como ahora traía todavía en el alma cálida el recuerdo de las bellezas lejanas de allá encontrándose aquí en un ambiente caldeado por las pasiones políticas y por los fanatismos muy en boga en la época, por una exigencia social de aquel tiempo muy justificada, y supo él quedamente, pausadamente, viniendo felinamente desde su asiento, demostrarnos que él había sido quizá reo de algún delito "poético" de que entonces se le acusó en esta tribuna, pero no de delito "político." Nada de extraño es, pues, que ahora con esa misma habilidad adquiera en la carrera diplomática, con esa ductilidad fácil con que se insinúan los diplomáticos en el espíritu de las multitudes y de los hombres, haya podido persuadir a la Asamblea, por lo menos a una gran parte, y recoger palmas muy merecidas a su verbo literario a favor del C. Cordero.
Hecha esta breve exposición que juzgo de justicia, vengo a fundar las razones de orden legal y político por las cuales me opondré a la aprobación de la credencial del C. Guillermo Cordero. Hemos escuchado detenidamente la impugnación hecha por el C. Siurob; hemos escuchado con toda atención de la defensa fragmentaria hecha aquí y allá por algunos ciudadanos representantes y por un miembro de la honorable Comisión, y la síntesis de todos estos debates nos deja en el espíritu una duda siempre insistente y siempre amarga. Los señores que defienden el dictamen de seguro que no han podido llevar la convicción a la Asamblea destruyendo este cargo capital hecho por el C. Siurob - aun cuando no fundamentalmente probada por el C. Siurob -, que es precisamente lo que amarga más las dudas en este asunto: que la elección del C. Cordero estuvo apoyada, auxiliada de manera eficaz, de manera persistente por las autoridades municipales de la capital; que en muchos casos faltaron los documentos necesarios de una elección; que en algunas ocasiones el C. Ostos ejerció presión sobre los miembros de las casillas y éstas se levantaron fuera de tiempo; que en algunos casos también, puesto que la Comisión no ha deshecho todos los cargos, quedan siempre la duda de que en algunos casos ha sido el escrutinio violentado, que ha habido una verdadera suplantación de votos. Por mí sé decir, ciudadanos diputados, y dado que he tenido la oportunidad de estudiar gran parte de los expedientes electorales del Distrito Federal, para mí, por dondequiera que el C. licenciado don Armando Zacarías Ostos ha pasado, allí ha habido una sospecha grande fraude electoral. No conozco al C. Armando Z. Ostos y tengo curiosidad intensa por conocer a esta aviesa figurilla que ha ido zigzagecando por todos los expedientes electorales y que en todas partes ha dejado una protesta de los contendientes. Quisiera ver esta psicología inquieta del C. Ostos prendida en el escalpelo de uno de estos grandes pintores de psicologías humanas, por ejemplo, en algún Benito Pérez Galdós; mejor, bajo la pluma austera de don Emilio Zola, este gran pintor de las cosas sucias e innobles. (Aplausos.)
Legalmente existe una duda indubitablemente en el ánimo de todos nosotros; no nos ha persuadido el C. Siurob, pero tampoco nos ha persuadido la Comisión, porque las Comisiones ha tiempo - me refiero a algunas -, tienen la costumbre ilegal, indebida, inmoral, de venir acá a discutir credenciales con el ánimo pontifical de imponer su dictamen; ya vimos cómo se nos negó una vez por una de las Comisiones más honradas hasta entonces, el traer una acta que exigimos en el derecho que nos da el Reglamento. Cualquiera que comprenda el espíritu de la Ley Electoral, sabe bien que el acto mecánico de las elecciones se verifica en las casillas; que la función de las juntas computadoras no es sino un trámite de esas mismas elecciones, y que allí no se ejecuta absolutamente nada que vea a las violaciones; por consiguiente, la elección se consuma en esta Asamblea y es aquí la primera instancia de los candidatos derrotados, que es donde viene a buscarse la verdad en materia de elecciones.
Si pues, las Comisiones se encierran en este círculo de que lo que no venga de las juntas computadoras no es de tomarse en cuenta, ¿para qué son estas discusiones en el seno de la Asamblea? Si la verdad va hecha es la que viene de las juntas computadoras, entonces ¿para qué sirve la discusión de las credenciales? Si las comisiones que son recopiladoras de la documentación, no vienen a oír el valor probatorio o poco probatorio, o nulo, de la documentación que aquí se presenta, entonces ¿qué clase de discusiones son éstas?;
Repito, en esta credencial que se discute existe una duda enorme acerca de la verdad legal, y esto hará que todos los ciudadanos honrados se abstengan de dar un voto afirmativo a este dictamen, que es preciso que sea fundado con mayores elementos por la misma Comisión.
Ahora permitidme, señores representantes y presuntos representantes, que haga una breve exposición de orden político, aprovechando la oportunidad manifiesta que nos da esta credencial. Declaro de antemano que no voy a referirme al individuo C. Cordero; el señor Siurob y la Secretaría ya leyeron acá un documento en que se prueba que este ciudadano sirvo un cargo político, un cargo político bajo el régimen de Huerta; pero yo no voy a insistir acerca del C. Cordero, yo voy a tomar el caso del C. Cordero como un símbolo político en el estado presente de la vida nacional y voy a examinar esa tesis: ¿El huertismo, señores representantes, es en estos momentos un peligro para la Nación? ¿Sí o no? (Murmullos.) Por consiguiente, los representantes de aquel sistema o de aquellos intereses políticos creados, ¿en esta Asamblea son un peligro para la Patria, son un peligro para el Gobierno que se organiza, son un peligro para las instituciones que se fundamentan? ¿Sí o no? (Voces: ¡Sí!) Y voy a aludir aquellos ciudadanos diputados que ahora vienen a predicar acá esa caridad cristiana del perdón y del olvido. Bien sé que más de cuatro de esos ciudadanos que predican la evolución en materia de las ideas, es porque traen detrás el pecado "argumedista" o el pecado "huertista" o el pecado "villista" en su historia política. Bien sé que se pretende justificar con una ley del pensamiento, lo que fue la aceptación de un crimen nacional, y no es lógico esto. Para mí, el huertismo en estos
momentos tiene una representación viva, el huertismo no ha muerto, el huertismo, si lo ponemos bajo la tumba de la piedad republicana, se levantará todavía transformado en el ave negra que ha de batir aún sus alas sobre los destinos amargos de nuestra Patria. El huertismo tuvo en la historia nacional esta característica que ningún pensador debe olvidar: un rápido triunfo, una imposición brutal; en unos cuantos meses la administración de Huerta pudo apoderarse de todo el organismo nacional y dominarlo vigorosamente. Precisamente, el mayor mérito de la Revolución Constitucionalista consiste en haber podido derrocar en diez y nueve meces un régimen que se apoderó inmediatamente de las mismas entrañas de la Nación. ¿Qué significa esto en Sociología? Que el huertismo encontró la raigambre de su organización en los elementos más vitales y más enérgicamente activos de nuestra nacionalidad; ya sabéis cómo el clero aprobó desde luego el huertismo; cómo los terratenientes del país fueron los primeros propagandistas de él; ya sabéis cómo los viejos políticos de México fueron los propagandistas también de ese sistema corruptor. ¿Qué quiere decir esto? Que es de considerarse muy seriamente, que es de tenerse en cuenta muy razonablemente la circunstancia de si el huertismo ha desaparecido o no de nuestras instituciones. Los intereses creados por aquel sistema de Gobierno subsisten, subsisten también los intereses militares, los intereses políticos y los intereses religiosos a los cuales se abrazó aquella administración que en pocos meses pudo dominar a la República; subsisten vivos, están latentes y están activos en estos momentos, porque en sociología no se mata tan fácilmente esta clase de intereses, porque en sociología después de una revolución, después de una inundación de sangre, aparece siempre debajo, como una raíz cuando se ha podado, como un germen que se ha abonado con el estiércol de los soldados muertos en las campañas, aparece siempre el interés social creado anteriormente. Nada parece, pero en sociología nada se muere. ¿Acaso ignoráis, señores diputados, que el felicismo vive de las huastecas? ¿Acaso ignoráis que en el Norte todavía existen bandas que andan de peñasco en peñasco, tiritando de frío, pero enérgicamente sosteniendo una bandera de rebelión? ¿Quién desconoce en los peñascales agrios de Morelos, hirsutos y descarnados, la rebelión, representada por estos hombres indomables, todavía persiste y es un amago constante para nuestras instituciones? ¿Quién desconoce que en el Estado de Michoacán, quién ignora, aun cuando lo neguéis, que en gran parte del Estado de Michoacán hay bandas de forajidos que tienen subreticiamente la bandera del villismo, la bandera del zapatismo, la bandera del huertismo? Entonces no es la República un campo de orégano adonde puedan ya venir a refocilarse tranquilamente los viejos enemigos de la República: entonces es una inconsecuencia de los legisladores el pretender no ver el peligro para las instituciones, solamente porque en la literatura color de rosa de la prensa oficial se dice que en México todo marcha como una balsa de aceite. ¡No!, Blanquet vive; ¡no!, sus espías están en la ciudad. Cartas que ha publicado la prensa se cruzan de los unos a los otros y en las huastecas, los grandes intereses que allí están regenteados forzosamente por esa cauda de políticos bribones que viven en San Antonio, Texas, y que son el constante amago par la tranquilidad del país.... (Voces: ¡Es cierto! Aplausos).... .....y los intereses religiosos tan vivamente exitados por Huerta, subsisten todavía, porque Huerta presentó el caso único en la historia de México revolucionario desde 57 para acá, en que su Ministro de Gobernación haya andado del brazo con el arzobispo de México y le haya pedido su colaboración eficaz para la organización política del país. ¡Y eso no olvida el clero y suspira todos los días, más hoy que siente el contraste de una Constitución que lo ha relegado a su verdadero término, que lo ha subordinado al estado oficial! ¿Y no sabéis que hace poco, según la prensa y reduciéndolo a los caracteres legítimos, ha habido un complot que aparece con todas las características de una ridiculez, pero que de todas maneras significa que en el fondo hay agitación religiosa? ¿No sabéis, por ventura, que en el Estado de Jalisco ha habido levantamientos de orden religioso, insuflados los creyentes por ese espíritu de rebelión que infunde todos los días el sacerdote? ¿No habéis recibido, como he recibido yo de mi Distrito, cartas en que los campesinos preguntan por qué el Gobierno quiere quitarles sus sacerdotes? Sencillamente porque estos mismos están predicando entre las clases indígenas que el Gobierno se opone a su religión y los tiraniza. Ahora bien, nadie que tenga conciencia del estado actual de la República, desconoce que son los sacerdotes refugiados en los Estados Unidos los que fomentan el espíritu rebelde contrario a las instituciones establecidas, y que esos sacerdotes tienen, tuvieron, y precisamente por eso están expatriados del país, relaciones íntimas con el huertismo. ¿Y qué me decís de los intereses sociales, de los del dinero, tan activo, tan de peso, tan fuertes en esta clase de asuntos? ¿No sabemos acaso que la administración de Huerta empezó por armar a los hacendados de la República y que pretendió, siguiendo el sistema de Porfirio Díaz, implantar la paz por la vía de los terratenientes en contra del pueblo vencido? Si alguna vez se hace la historia social de nuestra Patria en los últimos cincuenta años, se verá que don Porfirio pudo establecer esa paz de que tanto se envaneció el cientificismo, precisamente por el sistema de protección al capitalista rural, mediante el armamento y las facultades omnímodas que se le dieron entonces para que fuera el agente pacificador en cada perímetro de dominación.
¿Qué ha hecho el Gobierno actual si no lo contrario? ¿No podríais vosotros mismos certificar que, excepto en casos excepcionales, en la mayoría de los casos los pueblos son ahora los agentes de la pacificación, es decir, que el pensamiento íntimo del Gobierno revolucionario ha sido echarse en brazos del proletariado, en contra del hacendado en ciertos casos y no a la inversa como lo hizo Porfirio Díaz? Luego los hacendados están constantemente anhelado aquellos buenos tiempos en que ellos llevaban la palabra, en que sus vaqueros fueron el estado mayor de sus tropelías, en que ellos fueron los dominadores, los reyezuelos y los dueños de los campos, de las vidas, de las haciendas y de la influencia política de que ahora carecen. Los diputados por el Estado de Michoacán, si es
que tienen conciencia de lo que ocurre en su Estado, no me dejarán mentir; en infinitos casos se ha comprobado que este oprobioso bandido, vergüenza histórica que será para nosotros, Inés Chávez García, ha recibido el constante apoyo de los hacendados. Ahora bien, los hacendados, además de que son una cuadrilla de bandidos en México, no son tan imbéciles; ellos bien saben que no sería su caudillo José Inés Chávez, hay alguien más sobre José Inés Chávez, hay alguien más sobre José Inés Chávez, y ese se llama Blanquet, se llama el huertismo. Siendo esto así, señores diputados, como evidentemente lo es, ¿queréis que el huertismo tenga representantes acá, cuando ya los tiene en el Ejército, cuando ya los tiene en la administración, cuando ya los tiene en todos los centros vitales de la República? ¿Ahora queremos que se sienten al lado de los legisladores, es decir, para que vengan a oponerse mañana a que se haga la justicia que está todavía pendiente contra ellos, para que vengan a ser obstruccionistas y, en último caso, los espías de los campos en donde todavía se combate en contra de nuestras propias instituciones?... (Voces ¡A votar, a votar! Siseos.)
El cuartelazo, la traición de Huerta, tiene dos aspectos: el aspecto de orden penal, dijéramos, que no ha podido ser debidamente castigado, y el aspecto de orden político, que previene que sea castigado por los partidos políticos. La ley, el espíritu revolucionario, la Cámara pasada, que hubiera querido de buena gana organizar una guillotina y pedir ella la plaza del verdugo contra los mismos huertistas, no pudo localizar cuáles eran los criminales, no pudo dar una ley de penalidad, por determinadas exigencias de la Constitución, ¡qué sé yo!, por lo que ve a leyes retroactivas, etc., pero de todas maneras, nunca se supo dónde localizar el delito y quienes fueron los autores verdaderamente materiales, que en todo tiempo caerán, eso sí, bajo la severidad del Código Penal. El crimen político no lo debe castigar el Gobierno, ni le conviene, como tampoco a los tribunales, sino a los partidos políticos; cuando éstos se organizan debidamente, entonces son los agentes de depuración de sus miembros y de la administración pública a la cual están avocados. Un partido político que no tiene la tendencia de ir a ser mañana la administración, que no tiene la tendencia egoísta de ir a desembarcar ilusiones en el puerto dorado de los ministerios, ese no es un verdadero partido político; pero también un partido político que no tiene el escrúpulo necesario para escoger a sus miembros, para signarlos, para examinarlos, para contraseñarlos como hombres honrados, que den honra y prestigio a su partido y que den, a la vez, utilidad a la Patria, tampoco ese es un partido político organizado. Y a esto es precisamente a lo que he querido llegar; el Bloque "Liberal Nacionalista", en su seno, siguiendo su costumbre - que no me atrevo a calificar -, ha examinado la credencial del C. Cordero, ignorando yo si la ha aprobado, si ha exigido a sus miembros la obligación de votar en pro o en contra, o bien si, lo que es más razonable, les ha dejado libertad para que voten como mejor les parezca. De todas maneras, si esta credencial es admitida, si este C. Cordero se sienta en los escaños de la Representación Nacional, señores, ¡entonces, yo me lavo las manos! Yo no quiero ser responsable de que en esta Cámara haya un individuo del cual desconfío políticamente y de cuyo triunfo legal no estoy cierto. El futuro nos reserva graves cosas; quizá del otro lado de las fronteras, ahora que las nacionalidades perecen como briznas de paja en el incendio, ahora que el destino de las nacionalidades es cuestión de una convención de cuatro soberanos y del envío de un ejército, ahora que no hay respeto ni para las grandes verdades ni para los grandes compromisos internacionales, ahora que nadie sabe lo que durará y lo que no durará ni en las ideas ni en las nacionalidades, ni en la geografía, ni siquiera en la topografía de los pueblos, porque se han descubierto esas máquinas demoníacas que todo lo destruyen, ¡quién sabe qué nos reserve el porvenir! Y para ese futuro preñado de amenazas, para ese futuro preñado cuando menos de indecisiones, yo quisiera ver en la Representación del pueblo mexicano a hombres que íntegramente estuvieran con nosotros, que representaran las tendencias del Gobierno, que representaran las tendencias revolucionarias íntegramente y que fueran el día del sacrificio o el día de la gloria o el día de los errores, solidarios nuestros y que no fueran de despertarse en su corazón el atavismo del crimen, de los crímenes de que fueron coautores o cómplices directos o indirectos, pero de todas maneras cómplices, porque están contraseñados como tales.
Por esto quiero hacer la declaración de que respeto a todas las organizaciones que aquí se lleven a cabo; que si el Bloque "Liberal Nacionalista" ha acordado tener en su seno a este individuo, como ha acordado tener a otros cuya conciencia política no tiene la nitidez de que se ha blasonado, sea responsabilidad del Bloque "Liberal Nacionalista". El es el que, por la lógica de las circunstancias, es el órgano del Gobierno aquí, ejerce esa especie de soberanía política que le da el número, que le da la situación, que le da el tiempo y que sea responsabilidad de él tener en su seno a este manojo de individuos cosechados de todas partes, que han empezado a demostrar la incontinencia de su criterio, porque antes de que el gallo cante, tres voces los ha negado ya ... (Aplausos.)
Nosotros, yo por dos razones capitales, vamos a negar nuestro voto afirmativo a esta credencial; primero, porque la Comisión ha sido impotente para deshacer la duda que nos ha infundido la argumentación del C. Siurob, y segundo, porque no queremos hacernos cómplices de las posibles ocasiones en que estos individuos, que ya han traicionado una vez, vuelvan a traicionar de nuevo a la República. (Aplausos.)
El C. Secretario Soto Rosendo A.: No habiendo más oradores inscriptos ni en pro ni en contra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el dictamen. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido.
El C. Fernández Martínez: Pido votación nominal.
El C. Siurob: Pido la palabra para exponer algunos hechos, para manifestar que no había ningunos documentos.
El C. Secretario Soto: Se va a proceder a la votación nominal.
El C. Rodríguez Alfredo: Antes de procederse a la votación, pido que se conceda la palabra al C. doctor Siurob, con objeto de que informe, lo que servirá para que la Asamblea, ya que el asunto se va a sujetar a votación, tenga un dato más, a fin de emitir un voto consciente y justo.
El C. Presidente: Sírvase usted presentar por escrito su moción.
El C. Rivera Cabrera: ¡Moción de orden!
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Rivera Cabrera: Solamente las mociones suspensivas o cualesquiera otras de índole fundamental deben ser presentadas pro escrito; pero no una moción como la del C. general Rodríguez, que es obvia y puede ser considerado desde luego.
El C. Siurob: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Siurob: Conforme a un artículo reglamentario, señores representantes, en realidad le concedo razón a la Mesa y realmente no tengo ningún derecho para interrumpir la votación; pero al mismo tiempo hago uso de esta moción de orden para decir a la honorable Asamblea que, en efecto, todas las casillas a que me he referido, en ninguno pudo mostrarse documentación de ninguna especie.
El C. Aceves: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Siurob: Moción de orden. Desde el momento en que ya no se me pudo conceder a mí la palabra, no sé qué se le pudiera conceder a la Comisión.
El C. García de Alba: Moción de orden. Pido se lea el artículo 112 del Reglamento.
El C. Secretario Soto Rosendo A.: La Presidencia ordena a la Secretaría dé lectura al artículo 112 a que se ha hecho alusión. Dice así:
"Artículo 112. Cuando hubieren hablado todos los individuos que puedan hacer uso de la palabra, el Presidente mandará preguntar si el asunto está o no suficientemente discutido. En el primer caso, se procederá inmediatamente a la votación; en el segundo, continuará la discusión; pero bastará que hable uno en pro y otro en contra, para que se puede repetir la pregunta."
El C. Cabrera Federico: Reclamo el quorum.
El C. Aceves: Moción de orden. Es por demás que se haga la votación; no hay quorum.
El C. Presidente: Ya fueron a llamar a los miembros de la Gran Comisión que están en el salón verde y en estos momentos vienen.
El C. Secretario Lorandi: Se invita a las CC. Morales Hesse y Díaz González para que se sirvan ayudar a la Secretaría en sus labores. Por la negativa.
Se suplica, por disposición de la Presidencia, a los ciudadanos diputados, se sirvan ocupar sus curules.
El C. Secretario Soto Rosendo A: Por la afirmativa.
(Se empezó a recoger la votación.)
- El mismo C. Secretario: El C. Aguirre de León Francisco, como vota?
El C. de León: No estuve aquí durante la discusión.
- El mismo C. Secretario: No puede usted dejar de votar.
El C. de León: Estaba trabajando en la 4a. Comisión de Poderes.
El C. Secretario Lorandi: Conforme al Reglamento, el C. Aguirre de León tiene que votar.
El C. de León: No.
(Concluye la votación.)
El C. Secretario Soto Rosendo A.: Votaron por la afirmativa 104 ciudadanos diputados.
El C. Secretario Lorandi: Por la negativa 15 ciudadanos diputados. (Voces: ¡No hay quorum!)
El C. Basáñez: A nosotros se nos pueden haber pasado algún ciudadano, y como son pocos los que faltan, pido que se lean las listas.
- El mismo C. Secretario: No hay quorum; así lo declara la Presidencia.
El C. Presidente, a la 1.20 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para la tarde a las cuatro en punto a Cámara de Diputados
SESIÓN ORDINARIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EFECTUADA EL DÍA 5 DE SEPTIEMBRE DE 1918
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. La Gran Comisión comunica haber nombrado su Presidente y su Secretario; de enterado. La Presidencia designa una Comisión que introduzca a rendir la protesta de ley a los CC. Aguilar Antonio, Bravo Carlos, Carriedo y Méndez Prisciliano, Castro Alfonso, Fernández Ledesma Enrique, García Ruiz Ramón, Lara César A., López Ponciano, Macías Ruvalcaba José, Meade Fierro Ernesto, Rivera Castillo Alvaro, Rodríguez Matías y Silva Pablo.
2.- Se procede a la elección de los miembros que deben integrar las Comisiones Inspectora de la Contaduría Mayor de Hacienda y de Presupuestos y Cuenta; se da cuenta con el resultado de la votación y por no haber dado éste la mayoría requerida a ninguno de los candidatos, debe repetirse la elección. Se pasa lista para ese efecto, y por falta de quórum se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del C. MONTES FEDERICO
(Asistencia de 126 ciudadanos representantes.)
- El C. Presidente, a las 4:50 p. m.: Se abre la sesión de Cámara de Diputados.
- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:
"Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del XXVIII Congreso de la Unión, celebrada el día cuatro de septiembre de mil novecientos diez y ocho.
"Presidencia del C. Federico Montes.
"En la ciudad de México, a las cuatro y cincuenta
y dos de la tarde, del miércoles cuatro de septiembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintisiete ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.
"El mismo ciudadano Secretario leyó el acta de la celebrada el día tres del presente mes, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.
"Por designación de la Presidencia, los CC. Fontes, Padrés y Secretarios Pesqueira, introdujeron al salón al C. Francisco R. Serrano, quien protestó como diputado propietario al Congreso de la Unión por el 3er Distrito Electoral del Estado de Sonora.
"En seguida se dio cuenta con un oficio de la honorable Cámara de Senadores, en que participa que eligió su Mesa Directiva para el presente mes, así como Secretarios, y con una solicitud del C. Miguel Espinosa y Elenes, a fin de que se le conceda licencia por dos meses, sin goce de dietas, y se llame a su suplente.
"Al primer documento se dio el trámite de "De enterado," y la solicitud de que se trata se aprobó sin debate en votación económica.
"El ciudadano Presidente, en vista de que la Gran Comisión aún no había presentado su dictamen sobre proposiciones de Comisiones y no habiendo más de que tratar en sesión de Cámara de Diputados, sugirió se pasara a la de Colegio Electoral, lo que aprobó la Asamblea, después de que el C. Padrés apoyó el parecer de la Presidencia y de que se leyó el artículo 81 del Reglamento, a moción del C. Rosas.
"A las cinco y diez se suspendió la sesión para pasar a la de Colegio Electoral.
Está a discusión el acta. ¿Se aprueba? Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Gran Comisión.
"La Gran Comisión, en se sesión celebrada ayer, eligió Presidente al C. Efrén Rebolledo y Secretario al que subscribe.
"Lo que tengo el honor de comunicar a ustedes para que lo hagan del conocimiento de esa honorable Cámara.
"Constitución y Reformas.- México, 4 de septiembre de 1918.- J. Silva Herrera.
"A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados.- Presente." - De enterado.
El C. Vázquez Jenaro V.: Pido la palabra. Manifiesto a la Presidencia que se encuentra a las puertas del salón el diputado por el 12 Distrito Electoral del Estado de Oaxaca, que no ha prestado la protesta de ley y, en tal virtud, suplicó a la Presidencia se sirva hacerlos pasar para que le sea tomada.
El C. Presidente: Ya la Presidencia tiene conocimiento de que hay varios ciudadanos diputados que no han protestado, y desde luego va a proceder a nombrar la Comisión que los introduzca, Encontrándose a las puertas del salón varios ciudadanosnos diputados, se nombra a los CC. Efrén Rebolledo, Eliseo Céspedes y secretario Pablo Aguilar, a fin de que se sirvan introducirlos para que presten la protesta respectiva.
El C. Secretario Soto: Se suplica a los asistentes a las galerías, se sirvan ponerse de pie.
(Rindieron la protesta de ley los CC. Aguilar Antonio, Bravo Carlos, Carriedo Méndez Prisciliano, Castro Alfonso, Fernández Ledesma Enrique, García Ruiz Ramón, Lara César A., López Ponciano, Macías Rubalcaba José, Meade Fierro Ernesto, Rivera Castillo Alvaro, Rodríguez Matías y Silva Pablo.)
El C. Presidente: De acuerdo con los artículos 79 y 81 del Reglamento, se va a proceder a la elección de la Comisión de la Comisión Inspectora de la Contaduría Mayor de Hacienda y de la de Presupuestos y Cuenta, concediéndose diez minutos a los ciudadanos diputados para que se pongan de acuerdo respecto a la elección.
El C. Giffard: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Giffard: Honorable Asamblea: En algunas de las papeletas que han circulado donde constan los nombres de los candidatos que integrarán la Comisión Inspectora de la Contaduría Mayor de Hacienda, figura el que habla con el título de licenciado; y como carezco de ese título, me veo en el caso de aclarar el punto a fin de que la Asamblea no vaya a sufrir algún error.
El C. Secretario Soto Rosendo A.: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, consulta a la Asamblea si las dos votaciones deban hacerse en un solo acto. (Voces: ¡Sí, sí! ¡No, no!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se harán en un solo acto las dos votaciones.
El C. Silva Herrera: ¡Moción de orden!
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Silva Herrera: Es enteramente contrario al Reglamento resolver que la votación de dos distintas Comisiones se verifique en un solo acto. Estaría bien tal caso si se tratase de una misma Comisión cuando hubiesen de elegirse todos sus miembros; pero nunca en el caso presente.
Por otra parte, la votación como se propone, en vez de economizar tiempo traerá complicaciones y el gasto de un tiempo mayor, puesto que no hay el número suficiente de ánforas para dedicar a unas determinadas cédulas y otras ánforas a otras boletas, y en vista de las diversas anotaciones que a la vez, conforme se vayan sacando las cédulas, deberán ejecutarse por los miembros de la Mesa. En tal virtud, me opongo a que se verifique una sola votación y pido que se lleven a cabo por separado.
El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a Su Señoría, el C. Silva Herrera, que no ve por qué sea absurdo que se hagan las dos votaciones en un solo acto cuando hay tantos precedentes de varias votaciones que se han hecho en un solo acto. Tiene el compañero, ni más ni menos la última votación donde se eligieron las Comisiones de Poderes, que
fue en un solo acto. Además, en cada una de las boletas que tiene en su poder los señores diputados, en la parte de arriba se indica a qué Comisión pertenecen los miembros que se van a elegir y, en consecuencia, creo que no hay ninguna dificultad ni se aumentará el trabajo, sino que, al contrario, se economizará el tiempo.
El C. Machorro Narváez: Pido la palabra.
El C. Presidente: ¿Con qué objeto?
El C. Machorro Narváez: Para una aclaración.
El C. Presidente: Ya está votado este asunto, no creo que esté nada a discusión.
El C. Machorro Narváez: No había mayoría.
El C. Secretario Soto Rosendo A.: Se procede a recoger la votación.
(Se efectuó este acto.)
El C. Secretario Pesqueira: Hay 126 boletas de votación y ninguna obtuvo la mayoría de 64 votos que se requieren; en tal concepto, voy a leer el número de votos obtenidos, sin orden de numeración, solamente por orden alfabético.
"Comisión Inspectora de la Contaduría Mayor de Hacienda: Araujo Emilio, 58 votos; Avilés Uriel, 1 voto; Blancarte Ramón, 1 voto; Breceda Alfonso, 51 votos; Breceda Alfredo, 1 voto; Cárdenas Rafael, 14 votos; Casas Alatriste Roberto, 61 votos; Castillo Torre José, 2 votos; Casas Roberto, 2 votos; Céspedes Eliseo 6., 1 voto; Cornejo Francisco, 1, voto; Galindo Carlos, 1 voto; García de Alba José, 2 votos; Giffard Juan Manuel, 25 votos; González Marciano, 1 voto; Hernández Jerónimo, 25 votos; Mariel Samuel H., 5 votos; Padrés Gustavo, 6 votos; Rebolledo Efrén, 1 voto; Rodríguez de la Fuente Jesús, 53 votos; Rubalcaba J. Guadalupe, 46 votos; Serrano Francisco R., 7 votos; Solórzano José I., 1 voto; Soto Prembert Enrique, 61 votos; Tejeda Francisco, 55 votos; Torre Rómulo de 1a, 6 votos; Treviño Francisco L., 43 votos; Urdaniavia Mariano D., 49 votos; Vadillo Basilio, 8 votos; y Rodríguez Samuel, 1 voto."
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Comisión de Presupuestos y Cuenta: Ángeles, 1 voto; Araujo Emilio, 1 voto; Araujo Francisco, 1 voto; Cárdenas Rafael, 1 voto; Casas Alastriste, 35 votos; Castillo Torre, 37 votos; Castro Roberto, 35 votos; Cornejo, 2 votos; Fontes , 2 votos; Gámez Gustavo. 1 voto; García de Alba, 54 votos; Garzas Candelario. 57 votos; González Marciano, 1 voto; Hernández Jerónimo, 1 voto; Leal, 4 votos; León, 2 votos; Malpica, 1 Voto; Mariel, 1 voto; Medina Antonio, 1 voto; Morales Hesse, 7 votos; Olivé, 3 votos; Parra, 2 votos; Rodríguez Alfredo, 62 votos; Rodríguez de la Fuente, 1 voto; Ruvalcaba, 1 voto; Saucedo, 5 votos; Soto Peimbert, 2 votos: Tejeda. 33 votos; Torre Jesús de la, 1 voto; Torre Rómulo de la, 3 votos; Torres José T., 58 votos; Trejo, 1 voto; Treviño, 62 votos; Vadillo, 4 votos; Vilchis, 1 voto, y Villalobos, 3 votos."
Como para obtener mayoría se necesitan sesenta y cuatro votos, no habiéndolos se repite la votación. (Murmullos.) Se va a pasar lista de asistencia.
(Se pasó lista. (Voces: ¡No hay quorum!) Hay una asistencia de 121 diputados presentes. No hay quorum. Murmullos. Campanilla.)
El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a esta Honorable Asamblea que tiene en cartera varias iniciativas de algunos ciudadanos diputados para que se pase lista a las cuatro en punto, a la hora que se cite a sesión, así como al terminar ésta, con objeto de que a los ciudadanos diputados que no estén al terminar la sesión, darlos por faltistas y aplicarles el artículo constitucional. (Aplausos y voces: ¡Muy bien!) Pero en vista de que no hay quorum, no se les puede dar lectura ni se puede tomar ningún acuerdo sobre estas proposiciones, y solamente la Presidencia lo manifiesta así a esta Honorable Asamblea, a fin de que en la próxima sesión se tome el acuerdo correspondiente. Se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde a sesión de Cámara de Diputados. (7:15 p. m.)