Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181028 - Número de Diario 54
(L28A1P1oN054F19181028.xml)Núm. Diario:54ENCABEZADO
MÉXICO, MIÉRCOLES 23 DE OCTUBRE DE 1918
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO I. - NUMERO 54
SESIÓN ORDINARIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EFECTUADA EL DÍA 23 DE OCTUBRE DE 1918
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.
2. - Se da cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia al C. Luis G. Gámiz.
3. - Iniciativa del Ejecutivo, relativa a la adición del artículo 16 de la Ley Orgánica de Secretarías de Estado de 25 de diciembre de 1917, en que se específica quien cubrirá los puestos públicos, por faltas temporales o absolutas de los que los desempeñen. A las Comisiones unidas de Gobernación y de Puntos Constitucionales en turno. El C. Valadez Ramírez presenta una iniciativa, que apoya la mayoría de la Diputación de Jalisco, para que incluya en la partida respectiva del Presupuesto de Egresos de 1918, la cantidad de $5,000.00, para la construcción de un puente sobre el río Sánchez en el camino de Arandas a Atotonilco, Estado de Jalisco. A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
4. - La 1a. Comisión de Hacienda presenta una iniciativa, en que propone se autorice al Ejecutivo, para gastar la cantidad de $30,000.00, en auxilio de los damnificados por el último ciclón que invadió la Baja California; primera lectura; se le dispensa la segunda lectura y a discusión en la sesión próxima. Se sigue dando cuenta con los asuntos en cartera.
5. - Son aprobados varios dictámenes de la 2a. Comisión de Peticiones.
6. - Son aprobados los dictámenes de las Comisiones 1a. de Gobernación, 2a. de Peticiones y 1a. de Puntos Constitucionales, que proponen, respectivamente, se diga a la Legislatura del Nayarit que no está en las facultades de la Cámara de Diputados acceder a la petición de los vecinos del puerto de San Blas; se diga al C. Agustín H. Quijano que se dirija al Ejecutivo; y se conceda permiso al C. Félix F. Palavicini para que acepte y use la condecoración de "Comendador de la Corona de Italia". Este último asunto pasa al Senado. Es aprobada la proposición del C. Céspedes, relativa a que se enlute por tres días la tribuna de la Cámara, por la muerte del Constituyente de 1917, C. Fortunato de Leija.
7. - Se aprueba en lo general el dictamen de la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales, que propone se autorice al Ejecutivo de Tlaxcala, para que organice un Cuerpo Rural en esa Entidad, hasta de 500 hombres. A discusión el artículo 1o. del citado dictamen. Se levanta la sesión por falta de "quórum".
DEBATE
Presidencia del C. ALVAREZ DEL CASTILLO JUAN MANUEL
(Asistencia de 136 ciudadanos diputados.)
El C. Presidente, a las 4.35 p. m.: Se abre la sesión.
- El C. Secretario Meade Fierro, leyendo:
"Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el día veintidós de octubre, de mil novecientos diez y ocho
"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.
"En la ciudad de México, a las cinco y veinticinco de la tarde del martes veintidós de octubre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento cuarenta y siete ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.
"El mismo ciudadano Secretario leyó el acta de la sesión celebrada el día diez y nueve del presente mes, la cual, sin discusión, se aprobó en votación económica.
"El C. Villaseñor Mejía informó sobre el resultado de la Comisión nombrada para visitar al C. González Marciano, por encontrarse enfermo, y luego hizo una aclaración el C. Díaz González.
"Los CC. de la Torre Rómulo, García Adolfo G. y Secretario Soto, introdujeron al salón a los CC. Narciso Paz, Camilo Hernández Loyola, Felipe de la Barrera, Cosme D. Gómez y José de la Luz Ortiz, quienes rindieron la protesta de ley como diputados propietarios al Congreso de la Unión por los Distritos Electorales 5o. de Hidalgo, 18 de Guanajuato, 13 de México, 17 de Oaxaca y 1o. de Tlaxcala, respectivamente.
"El C. Secretario Meade Fierro dió cuenta con los documentos siguientes:
"Oficio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en que manifiesta haberse enterado de que el Congreso de la Unión nombró al C. licenciado Alfonso J. Cruz, Magistrado sexto del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. - A su Expediente.
"Oficio del Gobierno del Distrito Federal, que expresa lo mismo. - Igual trámite.
"Oficio del ciudadano Procurador de Justicia del Distrito Federal, acusando recibo del de esta honorable Cámara, en que se transcribió el memorial del Ayuntamiento de Mixcoac, D. F., asunto que dice
el mismo ciudadano Procurador ya pone en conocimiento del Presidente de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia, para los efectos a que hubiere lugar. - A su expediente.
"Oficio de la Secretaría de Gobernación, por medio del cual se pide licencia para el C. diputado Andrés Ortiz, por todo el tiempo que dure una comisión que le confiará el Ejecutivo Federal. - Recibo y a la Comisión de Gobernación en turno.
"Solicitud de los CC. Guerrero Antonio, Camarena y César Morales, a fin de que se conceda licencia al C. Aniceto Ortega, por todo el tiempo que permanezca enfermo.
"Dispensada de trámites, se aprobó sin debate.
"Escrito en que el C. Pánfilo Méndez pide permiso para dejar de asistir a las sesiones de esta honorable Cámara, en virtud de encontrarse enfermo.
"En la misma forma se aprobó
"Fue recogida la votación nominal, que quedó pendiente en la sesión anterior por falta de quórum, para resolver acerca del Proyecto de Ley de los CC. Méndez Arturo, Siurob, Uzeta y Medina Francisco, que tiene por objeto ampliar la partida número 12,310 del Presupuesto de Egresos vigente, en la cantidad de $200,000.00, que se destinarán inmediatamente para combatir la epidemia de gripe.
"Se obtuvieron ciento veintitrés votos de la afirmativa contra cinco de la negativa de los CC. Andrade, Castellanos Díaz, Cuéllar, de los Ríos y Saucedo, por lo que se declaró aprobado el Proyecto de Ley y pasó a la 1a. Comisión de Estilo, la que inmediatamente presentó la minuta relativa, concebida en estos términos:
"Proyecto de Ley.
"Único. Se amplía la partida número 12,310 del Presupuesto de Egresos vigente, en la cantidad de doscientos mil pesos, que se destinarán inmediatamente para combatir la epidemia de gripa."
"Aprobada la minuta en votación económica, pasó el Proyecto de Ley al Ejecutivo para los efectos constitucionales.
"La Secretaría continuó dando cuenta con los documentos en cartera.
"Solicitud del C. Francisco Reyes, a fin de que se le permita continuar desempeñando el puesto de profesor de partos, ginecología y pediatría en la Escuela Médico - Militar, en la inteligencia de que renuncia al sueldo que tiene asignado este cargo, cumpliendo así con lo que determina el artículo 62 constitucional.
"Previa dispensa de trámites, se turnó a la Comisión de Gobernación en turno.
"Iniciativa de ley para que se convoque a elecciones extraordinarias de diputados al Congreso de la Unión en el Distrito Sur de la Baja California. Por firmar la mayoría de diputación, pasó a la Comisión de Gobernación en turno.
"Proposición de los CC. Fernández Martínez, Cuéllar y Cornejo, que dice en su parte resolutiva:
"Ratifíquense, con carácter de permanentes mientras sea necesario, los nombramientos hechos en favor de los ciudadanos diputados que integran la Comisión Médica Investigadora."
Con dispensa de trámites y sin discusión fue aprobada.
"Proyecto de reforma al artículo 123 constitucional, subscripto por el C. Trigo, - Segunda lectura. Admitido a discusión, pasó a las Comisiones unidas de Trabajo y Puntos Constitucionales en turno.
"Proyecto de Ley firmado por el C. Saldaña José P., que tiene por objeto declarar sin efecto el artículo 119 de la Ley Electoral de Poderes Federales que está en vigor.
"Después de que la Secretaría leyó el artículo 60 reglamentario, el C. Saldaña hizo aclaraciones y solicitó permiso para retirar su proyecto, a lo que accedió la Asamblea.
"Dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que consulta un Proyecto de Ley que tiene por objeto conceder permiso al C. Félix F. Palavicini para que acepte y use una condecoración que le concedió el Rey de Italia. - Segunda lectura y a discusión en la sesión próxima.
"Dictamen de la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales, que termina con un Proyecto de Ley, por medio del cual se autoriza al ciudadano Gobernador del Estado de Tlaxcala, para que organice un cuerpo rural, con el carácter de fuerza de seguridad pública en el Estado, hasta de quinientas plazas. - El mismo trámite.
"En seguida, se presentó el Proyecto de Ley que momentos antes había retirado el C. Saldaña, modificado en estos términos:
"Único. Los ciudadanos que por cualquier causa no hubiesen votado en las elecciones de diputados y senadores al Congreso de la Unión, efectuadas el 28 de julio del presente año, no estarán en lo sucesivo impedidos legalmente para ejercer sus derechos de ciudadanos."
"Usó de la palabra, en contra, el C. J. Guadalupe Ruvalcaba, y en pro el autor del proyecto, el que, en virtud de haberlo hecho suyo la mayoría de la diputación del Estado de Tabasco, pasó a la Comisión de Gobernación en turno.
"Sin discusión se aprobaron un dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que propone se archive el expediente formado con la solicitud del Juez de Primera Instancia de Atzcapotzalco, para que se le concedieran dos meses de licencia por haber desistido de su petición aquel ciudadano; y los dictámenes de la 1a. Comisión de Peticiones, que terminan con estos puntos resolutivos:
"Por no ser de la competencia de esta honorable Cámara, archívese el memorial del C. Arturo González Carbajal y el proyecto que adjunta para la construcción de aparatos ortopédicos."
"Por no ser de la competencia de la Cámara de Diputados, archívese el memorial del C. Trinidad O. Velásquez, relativo a irregularidades que dice cometió el Juez Primero Menor de esta capital, y manifiéstese a dicho C. Velásquez, se dirija a quien corresponda."
"Pase a la Comisión de Guerra en turno el expediente formado con la solicitud de pensión de la señora María Castrejón."
"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, la petición de la señora Timotea M. viuda de Merodio, referente a que se le otorgue una pensión por los servicios de su extinto esposo, el general de brigada Telesforo Merodio."
"Nómbrese una Comisión Especial que examine la obra del señor Juan Sánchez y dictamine lo que crea conveniente, a fin de que, si lo creyere oportuno, formule alguna proposición encaminada a
evitar que salga de nuestro país el retrato caligráfico del Benemérito de las Américas."
"Dígase al C. Antonio Aguilar, Presidente Municipal de Tlatlauqui, Puebla, que no siendo de la competencia de la Cámara de Diputados intervenir en las dificultades que han surgido entre el Gobierno del Estado de Puebla y el Municipio que preside, se dirija a quien corresponda."
"Póngase en conocimiento de las Comisiones que están estudiando la reglamentación de los artículos 3o., 27 y 123 constitucionales, el contenido de los telegramas enviados por varios sindicatos y agrupaciones obreras del Estado de Puebla y del Distrito Federal, y excítese a dichas Comisiones para que a la mayor brevedad posible, presenten los dictámenes respectivos."
"Asimismo, sin debate, la Asamblea otorgó su aprobación a tres dictámenes de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que consultan estos acuerdos económicos:
"Invítese al Senado para que, constituído con la Cámara de Diputados, en Congreso de la Unión, nombre Juez Quinto de Instrucción de esta capital."
"Invítese al Senado para que, constituído con la Cámara de Diputados en Congreso General, resuelva lo que coresponda a fin de proveer de Magistrado al Distrito Sur del Territorio de la Baja California."
"Invítese al Senado para que, con la Cámara de Diputados, fungiendo como Congreso de la Unión, proceda a hacer los nombramientos de Magistrados 8o. y 17 del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y Juez Séptimo de Instrucción."
"A las siete horas y cinco minutos de la noche se levantó la sesión para pasar a secreta."
Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se consulta a la Asamblea si se prueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.
El C. Secretario Soto: Se va a dar cuenta a la Asamblea con los asuntos en cartera.
"Hoy, previas las formalidades legales, clausuró la XXV Legislatura de este Estado, su segundo período de sesiones ordinarias, correspondiente al primer año de su ejercicio, dejando instalada la Diputación Permanente que funcionará durante el receso, formando parte de ella el personal siguiente:
"Presidente, C. Héctor Victoria A.; Secretario, C. profesor Bartolomé García; diputados, C. doctor José D. Conde Perera, C. Doctor Diego Hernández Fajardo, C. Gonzalo Peniche Osorio.
"Lo que tenemos el honor de comunicar a ustedes para su conocimiento y efectos, protestándoles nuestra más alta consideración.
"Constitución y Reformas. - ¿Mérida, octubre 2 de 1918. - Héctor Victoria A., D. P. - José D., D. S.
"A los ciudadanos Secretarios del honorable Congreso de la Unión. - México, D. F." - De enterado.
"Telegrama procedente de Culiacán, Sinaloa, el 21 de octubre de 1918. - A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados.
"Esta honorable Legislatura, aprobó por unanimidad, en sesión de hoy, siguiente proposición del ciudadano representante por Mazatlán: "Exprésese a la honorable Cámara Popular de México, que pueblo de Sinaloa, representado por su actual Legislatura local, vería con sumo agrado que iniciativa presentada diputación Sinaloa la anterior XXVII Legislatura de la Unión, y secundada por todas las Legislaturas de la costa del Pacífico, sobre reinstalación de la Escuela Náutica de Mazatlán, sea unánimemente confirmada por los representantes del XXVIII Congreso de la Unión, teniendo en cuenta la capital importancia que ella reviste para la cultura del pueblo del litoral del Pacífico, no menos que el hecho de que el puerto de Mazatlán produce tres millones de pesos anuales al Erario Federal y que el sostenimiento de dicho plantel costaría solamente setenta y siete mil pesos el primer año y la mitad de esa suma en los subsiguientes.
"Atentamente. - A. Magallón." - Recibo, y a la Comisión que tiene antecedentes.
El C. Rocha: Pido la palabra para preguntar con qué carácter firma este telegrama el señor Magallón.
El C. Secretario Soto: No se indica; pero la Secretaría tiene noticias de que el señor Magallón es diputado a la Legislatura local.
- El mismo C. Secretario, continuando:
"Estados Unidos Mexicanos. - Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. - México. - Presidencia. - Número 5,247.
"La respetable nota de ustedes, número 168, de fecha 17 del actual, ha dejado enterado a este Tribunal Superior de Justicia, que el Congreso de la Unión, erigido en Colegio Electoral, el 12 del presente, tuvo a bien nombrar al C. licenciado Alfonso J. Cruz, Magistrado sexto de este honorable Tribunal, habiendo rendido dicho funcionario la protesta de ley, en sesión del Congreso General, efectuada el día 17 del actual.
"Protesto a ustedes las seguridades de mi muy atenta y distinguida consideración.
"Constitución y Reformas. - México, octubre 19 de 1918. - El Presidente, D. Gutiérrez Allende.
"A los ciudadanos Secretarios del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos. - Presente." - A su expediente.
"Poder Ejecutivo Federal. - Estados Unidos Mexicanos. - México. - Secretaría de Hacienda y Crédito Público. - Dirección General del Timbre. - Circular.
"Tengo a honra comunicar a ustedes que hoy, previas las formalidades debidas, he hecho entrega de la Dirección General del Timbre al C. Luis J. Zalce, en virtud del nombramiento respectivo que se extendió a su favor por acuerdo del ciudadano Presidente de la República.
"Suplico a ustedes atentamente se sirvan tomar nota de la firma del propio señor Zalce, estampada al margen de la presente y aceptar las protestas de mi distinguida consideración.
"Constitución y Reformas. - México, octubre 1o. de 1918. - L. Aillaud.
"A los ciudadanos Secretarios del honorable Congreso en el Distrito Federal. - Presente." - De enterado.
"Poder Ejecutivo Federal. - Estados Unidos Mexicanos. - México. - Dirección General del Timbre. - Circular.
"Tengo el honor de comunicar a usted que hoy, previos los requisitos legales y en virtud del nombramiento respectivo, que expidió a mi favor el ciudadano Presidente de la República, he tomado posesión del empleo de Director General de la Renta del Timbre, por entrega que me hizo el señor León Aillaud, quien ha sido promovido a otro puesto de la Administración Pública.
"Protesto a ustedes las seguridades de mi mayor respeto y atención.
"México, octubre 1o. de 1918. - L. J. Zalce.
"A los ciudadanos diputados Secretarios del honorable Congreso en el Distrito Federal. - Presente." - De enterado.
"Luis G. Gámiz. - Cinco de Mayo 32. - Despacho 110. - México, D. F."
"Ciudadanos Secretarios:
"Tengo verdadera urgencia de pasar a Guadalajara, a hacer entrega de todo lo que el H. Ayuntamiento de aquella ciudad, me tenía encomendado, por lo que me permito suplicar a ustedes, de una manera encarecida y atenta, se me permita ir a cumplir con ese imperioso deber, que supongo podré atenderlo dentro del período de treinta días renunciables, sin goce de dietas.
"En vista de lo que antecede, tengo el honor de someter a la ilustrada consideración de ustedes, el siguiente acuerdo:
"Se autoriza al C. diputado Luis G. Gámiz, para que vaya a la ciudad de Guadalajara por el término de treinta días renunciables, sin goce de dietas, a la terminación de asuntos oficiales del Ayuntamiento Constitucional de aquella ciudad, que dejó pendiente en su calidad de ex - munícipe.
"Solicito dispensa de trámites.
"Salón de Sesiones de la XXVIII Legislatura. - México, 23 de octubre de 1918. - Luis G. Gámiz."
En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Dispensados. Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Poder Ejecutivo Federal. - México. - Estados Unidos Mexicanos. - Secretaría de Gobernación. - Iniciativa número 27.
"A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados. - Presente.
"La Ley Orgánica de las Secretarías de Estado, expedida el 25 de diciembre de 1917 se resiente de la falta de un sistema de substitución de los jefes de las Secretarías de Estado y de los Departamentos Administrativos, resultando que se siguen en esta materia en cada Secretaría las disposiciones del Reglamento respectivo; y según éstas, el Secretario es substituído mientras se hace el nombramiento de Secretario, por el Subsecretario, y éste a su vez por el Oficial Mayor. Sistema que ha dado buenos resultados, ya que cada uno de los funcionarios mencionados por su contacto diario con el superior inmediato y por el conocimiento que tiene de la marcha general de la Secretaría, puede sin perjuicio alguno para el servicio público ya continuar el despacho en la forma acostumbrada, cuando se trata de faltas accidentales, ya servir de intermediario en los negocios de cambio del personal superior de la Secretaría.
"Estas ventajas que los hechos diarios atestiguan, hacen conveniente que se adopte el sistema referido; pero no se escapará al criterio de los miembros del Poder Legislativo la conveniencia de que un asunto tan interesante, como es la substitución de un Secretario de Estado, que confiere facultades y da a un funcionario de categoría inferior, atribuciones que antes no tuviera, no debe quedar encomendado al reglamento interior de cada Secretaría, ya que esas facultades y atribuciones que se confieren al inferior jerárquico tienen influjo en las relaciones del público con el Poder Ejecutivo, y de ellas puede resultar la creación de derechos en los particulares o el desconocimiento de ellos por el Poder Público.
"Por lo expuesto, y en virtud de acuerdo del ciudadano Presidente de la República, tengo la honra de someter a la consideración de esa honorable Cámara la siguiente iniciativa:
"Artículo único. Se adiciona el artículo 16 de la Ley Orgánica de Secretarías de Estado de 25 de diciembre de 1917 en los términos siguientes:
"En las Secretarías de Estado, las faltas temporales del Secretario serán cubiertas por el Subsecretario, y las de éste por el Oficial Mayor. Las faltas absolutas se cubrirán en la misma forma entretanto se hace el nombramiento de la persona que deba ocupar el puesto vacante. En los Departamentos administrativos, el subjefe substituirá al jefe en condiciones análogas a las que se refiere el anterior inciso.
"Al rogar a ustedes se sirvan dar cuenta con la anterior, me es honroso protestarles las seguridades de mi más atenta y distinguida consideración.
"Constitución y Reformas. - México, 15 de octubre de 1918. - El Secretario, Aguirre Berlanga." - Recibo, y a las Comisiones unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales en turno.
- El C. propio C. Secretario, leyendo:
"Honorable Asamblea:
"El subscripto, diputado en ejercicio por el 9o. Distrito Electoral del Estado de Jalisco, con el respeto debido, ante Vuestra Soberanía expone:
"Que debido a la acción natural del tiempo, el camino nacional de Arandas a Atotonilco el Alto, se ha puesto de tal manera impracticable, que
resulta punto menos que imposible hacer el recorrido en carros o coches, resultando con esto muy perjudicado el comercio y la industria, muy importantes en aquella región; que el camino mencionado con su prolongación al Oriente, es la única vía que comunica a León y San Francisco, en el Estado de Guanajuato, con la estación terminal del ramal de Atotonilco, en la división de Guadalajara; y que, por estas y otras razones, que sería largo enumerar, conviene que esa comunicación quede expedita, siendo indispensable la construcción de un puente en el Río de Sánchez, punto medio entre Aranda y Atotonilco, Jalisco, muy atentamente suplico a esta honorable Representación Nacional, se sirva dar su aprobación a la siguiente proposición:
"Inclúyase en la partida respectiva del Presupuesto de Egresos de 1919, que está para discutirse, la cantidad de cinco mil pesos, que se destinarán a la construcción de un puente sobre el río de Sánchez en el camino nacional de Arandas a Atotonilco, Estado de Jalisco.
"Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados. - México, a los 23 días del mes de octubre de 1918. - A. Valadez Ramírez."
"La Diputación Jalisciense, en su mayoría, hace suya la solicitud arriba inserta.
"J. P. Alejandre. - J. G. Ruvalcaba. - J. V. Mejía. - M. Lomelí. - F. Cornejo. - A. Bouquet. - J. M. A. del Castillo. - J. Solórzano. - C. M. Cuéllar. - R. A. Soto. - Luis G. Gámiz. - C. Galindo. - B. Vadillo. - J. Aguirre Berlanga." - A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"1a. Comisión de Hacienda.
"Señor:
"El Ejecutivo de la Unión, por conducto del ciudadano Secretario de Gobernación, ha enviado a esta H. Cámara con fecha 14 de octubre de 1918, una Iniciativa de Ley solicitando autorización para invertir la suma de treinta mil pesos en auxilio de los damnificados por el último ciclón que asoló a la Baja California.
"Para fundar su iniciativa hace mención de los daños causados por el fenómeno atmosférico de referencia, consistentes en la destrucción de habitaciones que ha dejado sin abrigo a innumerables familias y en la destrucción también de otras propiedades particulares que indudablemente ocasionaron grave quebranto en los medios de su subsistencia con que se contaba en aquella región.
"Hace hincapié el que los daños mencionados asumen mayor gravedad, si se tiene en cuenta que en la actualidad son muy reducidos los recursos económicos de la Baja California, siendo de notarse que por la circunstancia antes dicha, el desastre ocurrido en la Península mencionada ha producido más graves consecuencias que si se hubiera verificado en cualquiera otra región del país.
"Menciona también el Ejecutivo, como fundamento de su iniciativa, la solidaridad nacional que impone a la República la obligación de auxiliar a aquellas regiones, cuyos habitantes se encuentran privados de los elementos indispensables para la vida.
"La 1a. Comisión de Hacienda, hondamente penetrada de la justificación con que el Ejecutivo procede y haciendo suyas las razones en que funda su humanitaria iniciativa, y tomando en consideración además, la urgencia del caso, no sólo ha creído de su deber apoyar el proyecto de la ley en cuestión, sino que teniendo presente la aflictiva situación en que se encuentran los moradores de aquella región, propone que dispensándose la segunda lectura de este dictamen, se señale desde luego día para la discusión del proyecto de referencia y en ese concepto, fundándose en el artículo 74, fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos, somete a la consideración y aprobación de esta H. Cámara la siguiente iniciativa:
"Artículo único: Se autoriza al Ejecutivo para gastar la cantidad de $30,000.00 (treinta mil pesos) en auxiliar en la forma que lo creyere conveniente a las personas damnificadas por el último ciclón habido en la Baja California.
"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 23 de octubre de 1918. - J. Silva Herrera. - E. L. Céspedes." - Primera lectura.
En votación económica se pregunta si se dispensa la segunda lectura a fin de que este proyecto de ley se discuta en la sesión próxima. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensa la segunda lectura y a discusión en la sesión próxima.
"Los CC. Miguel Cárdenas, Luis Septién y Leandro Hinojosa, vecinos de la Municipalidad de Tacuba, hacen una consulta referente a la renovación de Ayuntamientos." - A la Comisión de Peticiones en turno.
"La señora María R. viuda de González Torres, pide pensión como viuda del C. general ingeniero Salvador González Torres, diputado a la XXVII Legislatura." - A la Comisión de Peticiones en turno.
"La señorita Felipa Cruz Victoria, envía unos documentos relacionados con la petición de pensión que con anterioridad ha presentado." - A la Comisión de Peticiones que tiene antecedentes.
"El C. Ignacio Morales, envía un Proyecto de Ley sobre fomento y desarrollo de la agricultura nacional." - A la Comisión de Peticiones en turno.
"Los CC. Jacinto P. Flores, Bernardino López, Ignacio M. Correa y numerosos firmantes más, vecinos de Rincón Antonio, Oaxaca, hacen suyo el ocurso dirigido a esta H. Representación Nacional el 23 de agosto último, por los CC. Guillermo Ricárdez y
Raúl R. Laffon." - A la Comisión de Peticiones en turno.
"El C. F. Barrera, coronel jefe de las Armas en San Juan del Río, Querétaro, envía un escrito de protesta relacionado con la discusión de la credencial del diputado por el 2o. Distrito Electoral de Querétaro." - A la Comisión de Peticiones en turno.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"2a. Comisión de Peticiones.
"Señor:
"A la 2a. Comisión de Peticiones que subscribe pasó, para que fuera dictaminado, el escrito que envía de la población de Clifton, Estado de Arizona, E. U. A., el C. mexicano Ramiro J. Téllez, pidiendo que el H. Congreso de la Unión le otorgue permiso para seguir desempeñando el puesto de mensajero en los telégrafos del Gobierno de la Unión Americana.
"Como el escrito de referencia se encuentra ajustado a las prescripciones de la Ley, esta Comisión pide a la H. Asamblea dé su aprobación al siguiente acuerdo económico:
"Pase a la respectiva Comisión de Puntos Constitucionales, el escrito del C. Ramiro J. Téllez."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 22 de octubre de 1918. - Rafael L. de los Ríos. - Manuel Andrade."
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvase ponerse de pie. Aprobado.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"2a. Comisión de Peticiones.
"Señor:
"Fue turnado a esta 2a. Comisión de Peticiones el memorial que envía la señora Refugio Ruiz viuda de Barrelleza, relativa a la solicitud de pensión que presentó con anterioridad por la muerte en campaña de su hijo el teniente José B. Ruiz.
"De conformidad con el decreto de 19 de enero del presente año, por el cual se autoriza al Ejecutivo de la Unión para conceder pensiones a los deudos de militares y civiles muertos durante la Revolución de 1910 a la fecha, con fecha 30 de enero último, se remitió el expresado expediente a la Secretaría de Gobernación para que fuera resuelto por el ciudadano Presidente de la República; y en esta virtud la Comisión se permite proponer a la aprobación del siguiente acuerdo económico:
"Remítase al Ejecutivo de la Unión el expediente formado con motivo del memorial de la señora Refugio Ruiz viuda de Barrelleza, comunicando este acuerdo a la interesada."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 22 de octubre de 1918. - Rafael L. de los Ríos. - Manuel Andrade."
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"2a. Comisión de Peticiones.
"Señor:
"En escrito fechado el día 11 de septiembre último, el C. Antonio Briseño pide que se decrete una pensión a favor de sus nietos, hijos del C. Ignacio Briseño, conductor de trenes militares, que murió al ser asaltado por los zapatistas el convoy en que viajaba.
"La 2a. Comisión de Peticiones, a cuyo estudio pasó el escrito mencionado, teniendo en cuenta que conforme al decreto de 19 de enero del corriente año, el Ejecutivo de la Unión está autorizado por el Congreso General, para conceder pensión a los deudos de los individuos que murieron en defensa de la Causa Constitucionalista, de 1910 a la fecha, suplica a esta H. Asamblea dé su aprobación al siguiente acuerdo económico:
"Remítase al Ejecutivo de la Unión, el expediente formado con motivo de la solicitud de pensión del C. Antonio Briseño, comunicando este acuerdo al interesado.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 22 de octubre de 1918. - Rafael L. de los Ríos. - Manuel Andrade."
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Aprobado.
"1a. Comisión de Gobernación.
"Honorable Cámara:
"El Congreso del Estado Libre y Soberano del Nayarit transcribe a esta honorable Cámara de Diputados, un memorial que varios vecinos del puerto de San Blas, de aquella Entidad, dirigen al ciudadano Gobernador de la misma. En este ocurso los vecinos, haciendo una relación de los merecimientos históricos del cura don José María Mercado, solicitan que, por una parte, se declare duelo en el Estado el día del fallecimiento del expresado señor cura Mercado, y que, por la otra, al puerto de San Blas se le denomine "San Blas de Mercado."
"Turnado este asunto a la Comisión que subscribe, los miembros de la misma estimamos que no encontrándose entre las facultades concedidas al Congreso de la Unión, ni entre las especiales de la Cámara de Diputados, las de hacer declaratorias como las que solicitan los vecinos del puerto de San Blas, y estando nuestro sistema constitucional de 1917 basado en esta materia, en el principio de que han de constar expresamente las facultades que no se reserven a los Estados, no es posible acceder a lo solicitado en el ocurso que motiva este dictamen.
"En esta virtud, la subscripta Comisión se permite proponer a esta honorable Cámara que apruebe el siguiente acuerdo:
"Único. Dígase a la Legislatura del Estado del
Nayarit, en contestación a su oficio relativo, que no está en las facultades de esta Cámara de Diputados el acceder a las peticiones de los vecinos del puerto de San Blas, que se contienen en el ocurso respectivo."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 12 de octubre de 1918. - Enrique Parra. - Marciano González."
Está a discusión el dictamen. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba? Los que estén por la afirmativa, sírvanse poner en pie. Aprobado.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"2a. de Peticiones.
"Señor:
"A la subscripta Comisión fue turnado, por acuerdo de esta honorable Cámara, el memorial que eleva el señor Agustín H. Quijano, pidiendo justicia por no considerar equitativa la pena de veinte años de prisión que se le impuso el 29 de diciembre de 1916, con apoyo en la Ley de 25 de enero de 1862.
"La Comisión estima que esta honorable Cámara de Diputados no está capacitada para resolver asuntos de esta índole en virtud de que el decreto de 30 de noviembre de 1917 autoriza al Ejecutivo de la Unión para conceder indultos y conmutar y reducir penas y, en tal virtud, se permite poner a la consideración de Vuestra Soberanía el siguiente acuerdo económico:
"Dígase al señor Agustín H. Quijano que se dirija al Ejecutivo de la Unión, quien está facultado por el decreto de 30 de noviembre de 1917 para conceder indultos y conmutar y reducir penas."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 22 de octubre de 1918. - Rafael L. de los Ríos. - Manuel Andrade."
Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"1a. de Puntos Constitucionales.
"Señor:
"El señor Félix F. Palavicini, ciudadano mexicano, radicado actualmente en los Estados Unidos de América, acudió a esta honorable Asamblea manifestando que había sido honrado por su Majestad el rey de Italia con la condecoración de "Comendador de la Corona de Italia", y que pedía el permiso constitucional para aceptar y usar la condecoración indicada, sin perjuicio de sus derechos de ciudadano mexicano.
"La Comisión que subscribe opina que es de accederse a la solicitud del señor Palavicini, ya que ésta ha sido hecha en los términos prescriptos por la fracción II del artículo 37 de la Constitución General de la República y, en esta virtud, consulta a Vuestra Soberanía el siguiente Proyecto de Ley:
"Se concede permiso al señor Félix F. Palavicini para que, sin perjuicio de sus derechos de ciudadano mexicano, acepte y use la condecoración de "Comendador de la Corona de Italia", que le concedió Su Majestad el Rey de Italia."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 17 de octubre de 1918. - Amado J. Trejo. - Enrique Suárez."
Está a discusión el Proyecto de Ley. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación nominal se va a preguntar a la Asamblea si se aprueba este Proyecto de Ley. Dice así:
"1a. de Puntos Constitucionales.
"Señor:
"El señor Félix F. Palavicini, ciudadano mexicano, radicado actualmente en los Estados Unidos de América, acudió a esta honorable Asamblea manifestando que había sido honrado por su Majestad el Rey de Italia con la condecoración de "Comendador de la Corona de Italia", y que pedía el permiso constitucional para aceptar y usar la condecoración indicada, sin perjuicio de sus derechos de ciudadano mexicano.
"La Comisión que subscribe opina que es de accederse a la solicitud del señor Palavicini, ya que ésta ha sido hecha en los términos prescriptos por la fracción II del artículo 37 de la Constitución General de la República y, esta virtud, consulta a Vuestra Soberanía el siguiente Proyecto de Ley:
"Se concede permiso al señor Félix F. Palavicini para que, sin perjuicio de sus derechos de ciudadano mexicano, acepte y use la condecoración de "Comendador de la Corona de Italia", que le concedió Su Majestad el Rey de Italia."
(Se tomó la votación.)
El C. Secretario Soto: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.)
- El mismo C. Secretario: Se procede a la votación de la Mesa.
(Se tomó la votación.)
El C. Secretario Meade Fierro: Votaron por la afirmativa 134 ciudadanos diputados.
El C. Secretario Soto: Votaron por la negativa 4 ciudadanos diputados. Aprobado el Proyecto de Ley y pasa al Senado para los efectos constitucionales.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Honorable Asamblea:
"Ha sido práctica observada por anteriores Legislaturas del Congreso de la Unión, tributar homenaje de condolencia a los miembros del Congreso Constituyente de 1857, enlutando la tribuna por el término de tres días con ocasión de su muerte
"Sin duda que esta práctica está absolutamente de acuerdo con la solidaridad de principios que norman determinada época histórica de la vida de nuestra Nación, y con los respetos que en todo momento merecen todos aquellos ciudadanos que han contribuído a hacer obra de beneficio general. "En tal virtud, la actual Legislatura debe observar igual laudable conducta, respecto a los miembros del Congreso Constituyente de 1917 que desgraciadamente mueran.
"Por tanto, habiéndose comunicado con fecha
de hoy que, en el puerto de Tampico acaba de fallecer, víctima de la asoladora "influenza española", el C. licenciado Fortunato Leija, elemento que fue del Congreso Constituyente de Querétaro, y signatario de la Constitución que nos rige, pido a la Soberanía de la honorable Cámara, con la necesaria dispensa de trámites, se sirva aprobar la siguiente proposición:
"Enlútese, por el término de tres días, la tribuna de la honorable Cámara de Diputados, en señal de condolencia por la muerte del constituyente de 1917, C. licenciado Fortunato de Leija, e invítese a hacer lo mismo a la honorable Cámara de Senadores."
"México, 23 de octubre de 1918. - E. L. Céspedes."
En votación económica se pregunta a la Asamblea si dispensa los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse en pie. Aprobado.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"2a. de Puntos Constitucionales.
"Señor:
"Por acuerdo de esta honorable Cámara de turnó a la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales, el expediente formado con motivo de la autorización pedida por el ciudadano Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala, para organizar un cuerpo rural de quinientas plazas en esa Entidad Federativa.
"La Comisión que subscribe ha estimado que no hay ningún inconveniente en conceder al Gobernador de Tlaxcala el permiso que solicita para la creación del cuerpo rural expresado, y que al concederlo sólo debe hacerse constar de una manera clara que dicho cuerpo formará la fuerza de seguridad pública en el Estado, dependerá del Gobernador, se sostendrá con cargo al Presupuesto de Egresos del mismo Estado y deberá sujetarse, en tanto se reglamenta la Guardia Nacional en esa misma Entidad Federativa, a la Ley Orgánica del Ejército y a la Ordenanza General del mismo, actualmente en vigor.
"Por lo tanto, esta Comisión propone a la honorable Asamblea el siguiente proyecto de ley:
"Artículo 1o. Se autoriza al ciudadano Gobernador constitucional del Estado de Tlaxcala para que organice un cuerpo rural, con el carácter de fuerza de seguridad pública en el Estado, hasta de quinientas plazas.
"Artículo 2o. Dicho cuerpo dependerá del ciudadano Gobernador del Estado de Tlaxcala y su sostenimiento estará a cargo del Presupuesto de Egresos de esa Entidad Federativa, quedando sujeto en todo a las prescripciones de la Ley Orgánica y de la Ordenanza General del Ejército actualmente en vigor, en tanto no se reglamenta la Guardia Nacional de dicho Estado."
Está a discusión en lo general este proyecto de ley. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. González Galindo.
El C. González Galindo: Ciudadanos diputados: Me dispensaréis que por el momento sólo venga a sugerir a la honorable Representación Nacional la conveniencia de que no se conceda, por ahora, autorización al señor Gobernador del Estado de Tlaxcala para organizar una fuerza de quinientos hombres. El proyecto de ley, en sus fundamentos, sólo dice que no tiene ningún inconveniente, y eso será en virtud de que no ha tenido a la mano ningunos documentos, ningunos escritos que funden la conveniencia para armar esos quinientos hombres.
Señores diputados: Ha sido ya muy frecuente que se presenten aquí solicitudes de los gobernadores de los Estados, pidiendo autorizaciones semejantes a ésta y se han concedido, porque se ha tenido en consideración que aquellos Estados la necesitan positivamente para garantizar la paz y el orden público en el Estado, pero no se encuentra en las mismas condiciones el Estado de Tlaxcala. El Estado de Tlaxcala es tan pequeño, está tan poblado, que difícilmente puede haber en él guaridas de revolucionarios; no tiene más que unos cuatro mil kilómetros cuadrados de territorio, sobre poco más o menos, y en él hay una población muy nutrida, muy intensa y, repito, no se altera la paz pública en el Estado; de suerte que no siendo necesario, mejor dicho, no estando alterada ni siendo posible que se altere la paz pública en el Estado, es por demás, y mejor diría yo, sería hasta peligroso la fuerza rural que se pretende armar en el Estado de Tlaxcala.
Las fuerzas de la Federación que guarnecen el Estado dan suficientes garantías para guardar el orden público y también ayudan eficazmente al Gobierno local para perseguir las gavillas de bandoleros que suelen visitar algunos pueblos; pero para esas gavillas de bandoleros, señores diputados, no se necesita una fuerza de quinientos hombres, ni siquiera de cien; sólo hay en la actualidad unos diez hombres armados, no sé con qué autorización, en el Estado de Tlaxcala, al mando de un individuo que se llama Felipe Juárez. Los desórdenes que este individuo comete con esos ocho o diez hombres armados, son ya inauditos, los pueblos se ven amagados por esa gavilla, que es una verdadera gavilla de hombres armados, y se explica que anden cometiendo desórdenes y anden profanando los hogares y robando, porque esto es lo único que hacen, violando las garantías individuales. Este individuo, que en otra época fue un bandido zapatista, en 1915, se rindió a las fuerzas del federal Carlos Fernández de Lara, en Atlixco o en Cholula, no recuerdo dónde; después vino a solicitar su ingreso a la brigada "Leales de Tlaxcala", que era al mando del general Máximo Rojas; allí fue recibido, no obstante de que había orden expresa de la Secretaría de Guerra, de que no fueran admitidos en las filas del Ejército Constitucionalista los individuos que hubieran militado en otras facciones armadas en contra del Gobierno Constitucionalista. Pues bien, este individuo no se ha regenerado, no ha modificado su manera de proceder y anda cometiendo atentados verdaderamente criminales en los pueblos que él visita. Es lamentable para mí que haya venido desprovisto de
documentos con que podemos demostrar a todos, los atentados que anda cometiendo este señor, pero si la honorable Asamblea tuviera a bien suspender la discusión de este proyecto de ley hasta tanto llegaran algunos documentos que probablemente tienen que poner en mis manos, demostraré la no conveniencia, el gran peligro en que se pondrá a los habitantes del Estado si se arman quinientos hombres o cien, cualquiera cantidad que sea, pues ya digo, estos ocho o diez individuos armados son suficientes para andar perturbando la paz de los hogares en el Estado. Solamente en extracto tengo aquí un apunte de lo que este individuo ha hecho en pocos días, esto me llegó en la mañana de hoy y solamente tomado de otros escritos que existen en poder de otras personas, pero me dan estos datos:
"Juárez con algunos hombres armados se presentó, sin orden de ninguna autoridad competente a catear la casa de Manuel Aguilar, que vive en Tepehite, en los primeros días de julio. Aguilar, que es un anciano de setenta años, nada pudo hacer y abusando de su debilidad, se apoderaron los que se hacían pasar por fuerzas de seguridad del Estado, de ropas y otros objetos de uso doméstico, que eran de la propiedad de Aguilar.
"El mismo Juárez, al frente de veinte hombres armados, fue a catear la casa del señor Miguel Sarmiento, en el mismo mes de julio, y también cometió abusos incalificables, dándose el título de jefe de las fuerzas de seguridad del Estado. El señor Sarmiento se quejó con el general Puente, y este jefe militar ordenó la detención de Juárez y de su acompañantes. El señor Sarmiento interpuso amparo. Este caso ocurrió en la Candelaria.
"En el pueblo de Tepetipac, la familia del diputado Pedro Suárez fue molestada por el mismo Juárez; aquí se apoderó de caballos y de otros objetos que, gracias a las diligencias que hizo el señor Suárez, le fueron devueltos.
"Las mismas fuerzas aprehenden a la mitad de la noche al señor Francisco Aguilar en el pueblo de San Juan Totolac y se apoderan de cuanto estaba cerca de su mano, bien entendido que se trataba de un civil, a quien se le dijo que se le detenía por orden del Gobierno, por haber sido acusado criminalmente."
Esto es en extracto algo de lo que ha hecho con esos pocos hombres armados ese individuo llamado Felipe Juárez y, repito, no sé con qué autorización existe esa fuerza armada en el Estado de Tlaxcala. En el Estado de Tlaxcala se goza de paz, porque las fuerzas de la Federación a las órdenes del general Margarito Puente dan suficientes garantías y sólo ha habido alteración de la paz cuando Felipe Juárez ha provocado una fricción con las fuerzas de la Federación, pues así sucedió últimamente, hace poquísimos días, cuando fue al pueblo de Lardizábal, en donde violó varios hogares, robó semillas y llevó a algunos individuos presos; estos individuos fueron puestos en libertad al llegar a Tlaxcala, en virtud de que se demostró que no había lugar a proceder en su contra. El señor general Margarito Puente preguntó al Gobernador que con qué autorización existía aquella fuerza, no sé qué contestación haya dado el Gobernador; pero el caso es que el general Margarito Puente se vio en el caso de ir a aprehender a este individuo, quien resistió a las fuerzas de la Federación y hubo un ligero tiroteo, una ligera fricción entre ambas fuerzas. De manera es que la existencia de fuerzas en el Estado, dependientes del Gobierno del Estado, son las únicas que provocarán más tarde el verdadero desorden a la paz, y es por esto, señores diputados, que es inconveniente que se dé la autorización al Gobernador del Estado de Tlaxcala para que arme quinientos hombres. Hay más: las fuerzas, esos quinientos hombres que pretende armar el Gobierno local, no son otras que las que constituyeron la llamada "Brigada Mixta de Tlaxcala." Esta brigada que estuvo destacamentada en varios puntos del Estado de Puebla, en primer lugar no era capaz para desempeñar las comisiones que le encomendaba la Secretaría de Guerra y el jefe del sector, y en segundo lugar, se cometían atropellos inauditos, con varias excepciones, es natural, pero algunos jefes poco escrupulosos estuvieron sacando de los haberes y de los forrajes de aquella brigada fondos que no se sabe adónde fueron a parar; llegado esto a conocimiento de la Secretaría de Guerra, ésta ordenó el desarme de esa brigada, y así fue que desarmó al escuadrón, al regimiento 43 me parece, que estaba a las órdenes del coronel Ascensión Tépatl. Esas fuerzas fueron desarmadas por el general Leovigildo Juárez, jefe de la misma brigada, después siguieron con otros escuadrones y aconsejados, mal aconsejados por individuos que dirigían aquella brigada, se sublevaron en la hacienda de La Capilla, donde estaban guarneciendo aquel lugar las fuerzas dependientes de la misma brigada, esas fuerzas se sublevaron contra los capitanes primero y segundo que estaban comandándolas y fue asesinado el capitán segundo que las comandaba. Después algunos de los asesinos que se sublevaron, y de lo que dió una amplia información la prensa de la capital, anduvieron junto con Sabás Ugarte y Celso Zepeda, que son dos revolucionarios que merodean por aquellos rumbos. Después se presentaron a las autoridades de algunos pueblos del Estado de Tlaxcala y éstas les aconsejaron que fueran a presentarse al Gobierno del Estado, ya era Gobernador el general Rojas, y este señor Gobernador no procedió en forma alguna en contra de esos sublevados, que debían haber sido consignados, conforme a la Ordenanza General del Ejército, a las autoridades militares correspondientes; sin embargo, varios días anduvieron paseando y después no sé si han seguido disfrutando de libertad y garantías o habrán ido a engrosar las filas rebeldes; de manera que los quinientos hombres para los que se pide autorización para armar, son los mismos que la Secretaría de Guerra ha mandado desarmar por convenir así al servicio de la Federación. Y, ¿cómo es que ahora la Representación Nacional va a dar una autorización para contravenir así las miras de orden y de paz que animan a la Secretaría de Guerra, en lo que hace a las guarniciones del Estado? No hay, no está perturbada la paz pública en el Estado y, repito, sólo estas fuerzas serían las únicas que provocarían desórdenes y andarían violando los hogares y ultrajando las garantías individuales en las ciudades pacíficas. Yo pediría muy respetuosamente a Vuestra Honorabilidad se
dignara no conceder esta autorización, porque en ves de acarrear paz y orden, vendría a alterar, vendría a perturbar la tranquilidad y se vendrían a provocar fricciones entre las fuerzas locales y las fuerzas de la Federación. Yo os suplico, por lo tanto, señores diputados, que os dignéis no conceder esta petición, porque es peligrosa para la paz en el Estado.
El C. Rocha José Federico: Pido la palabra para una interpelación al orador, si lo permite.
El C. González Galindo: Sí, señor.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rocha José Federico para una interpelación al orador.
El C. Rocha José Federico: Deseo que se sirva usted decirme si sabe que muy a menudo asaltan los trenes entre Santa Inés y Panzacola y si las fuerzas de la Federación no son suficientes para vigilar por esos rumbos. ¿Por qué Su Señoría se opone a que el Gobierno del Estado cree esas fuerzas de seguridad?
El C. González Galindo: No oí bien, señor compañero.
El C. Rocha: Deseo que Su Señoría me diga si sabiendo que a menudo se asaltan los trenes entre Santa Inés y Panzacola y no bastando las fuerzas de la Federación para vigilar el camino, ¿por qué se opone usted de una manera terminante para que se creen esas fuerzas de seguridad en el Estado de Tlaxcala?
El C. González Galindo: Sólo dos veces ha sido interrumpido, no interrumpido, sino atacado el tren, y eso, ¿sabe usted, señor Rocha, por que? Porque las fuerzas de la División Arena estaban en paz y en armonía con el Gobierno y debido a intrigas de política de un jefe que existe y que milita en la División del señor general Agustín Castro, provocó la fricción entre la División Arenas y el Gobierno de la Federación. Estas fuerzas sólo hacen, pues, poca cosa, porque pocas veces han llegado a esos lugares, ya digo, son dos veces entre Zacatelco y Puebla y esto no existiría si no fuera precisamente por las fricciones que han buscado las fuerzas del general Máximo Rojas, que entonces no era Gobernador todavía, y un jefe militar que existe en la brigada del general J. Agustín Castro; yo estoy seguro que si se arman esas fuerzas, ya preguntaré al señor Rocha y a toda la Representación Nacional cómo está dentro de pocos meses alterada la paz pública y suspendido el tráfico ferrocarrilero en las dos vías, en la del Interoceánico y en la del Mexicano; y esto lo digo, señor Rocha, porque sé muy bien, estoy en antecedentes de ello, de que la División Arenas sólo busca la manera de llegar a un avenimiento con el Gobierno, porque, en verdad, no está rebelada esa División contra el Gobierno de la Federación, sino solamente contra cierto jefe militar, y es natural... (Voces: ¡Nombres, nombres!) No tengo inconveniente en decirlo, porque para ello me sobra el valor civil suficiente: La División Arenas tiene fricciones desde meses anteriores con el general de División Jesús Agustín Castro, que era Subsecretario de Guerra.
Yo podría en su oportunidad, si permitís suspender esta discusión para días posteriores, traer aquí documentos que existen ya en las esferas oficiales, donde se dice claramente cuáles son los motivos de esa fricción, y la División Arenas - yo estoy seguro de ello - , entraría al orden, aportaría sus elementos para sostener al Gobierno de la Federación si se buscara por la verdadera vía pacífica y por medios diplomáticos un avenimiento entre ella y el Gobierno de la Federación. Y estoy seguro de que esa División vendría al orden, esa División prestaría apoyo al Gobierno y bastaría, como bastó cuando estuvo a las órdenes del Gobierno Constitucional, para resguardar el orden y la seguridad en toda la vía del Interoceánico, desde las goteras de la capital hasta la ciudad de Puebla y hasta Atlixco, y ha sido después de eso cuando se ha visto alterada la paz pública en el Estado, y estoy seguro de que esos quinientos hombres no sirven ni con mucho para sofocar ese movimiento y sí vendrán a agravar las circunstancias políticas del Estado, acrecentando y agriando más los ánimos entre las dos facciones, entre el Gobierno local y la División Arenas. (Voces: ¡A votar!) De modo que, señor Rocha, que en vez de que se autorice, de que se diera esta autorización, sería mejor que se buscaran los medios diplomáticos, y sólo la División Arenas, sólo ella, sería capaz de guardar el orden en la vía del Interoceánico y en la vía del Mexicano. Esto sería más patriótico y más diplomático y más efectivo, más práctico.
El C. Rocha: Para otra interpelación, si me lo permite.
El C. González Galindo: Sí, señor.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rocha.
El C. Rocha: Lamento mucho que no se haya usted servido contestar a mi interpelación. Me habló de otras muchas cosas que no conciernen a mi pregunta; pero ya que tan capciosamente la ha eludido, quiero hacerle una segunda interpelación: Que usted se sirva decirme, si lo tiene a bien, si están comprobados los cargos que usted le atribuye a ese señor Juárez y, en caso afirmativo, si ha procurado usted la consignación de esos hechos delictuosos y qué resultado han tenido sus gestiones.
El C. González Galindo: Los cargos que hice al capitán Felipe Juárez son ciertos, están comprobados. No están en mis manos los documentos, porque usted sabe, tanto como yo, que hace dos o tres días que soy diputado. Suponga usted el caso de que me hubieran desechado, de que hubieran desechado mi credencial, ¿de qué servía que yo hubiera tenido en mis manos esos documentos? Se esperaba, pues, que mi credencial estuviera aprobada para que yo fuera declarado diputado y así fueran puestos en mis manos estos documentos. No los han puesto, porque no ha habido tiempo, porque no se esperaba todavía que se pusiera a debate este dictamen. En cuanto a la consignación, señor Rocha, pues todo vendría una vez que estuviera en mis manos estos documentos; yo no soy la autoridad, no soy el Ministerio Público por otra parte, para haber consignado estos documentos; sin embargo, repito, si una buena intención anima a usted, como le animará a la Representación Nacional, podría yo allegar esos documentos y se llegarían a convencer de que es inconveniente y antipatriótico dar esa autorización al Gobierno del Estado.
El C. Cuéllar: ¿Me permite usted una interpelación?
El C. González Galindo: Diga usted.
El C. Cuéllar: Yo podría decir al señor González Galindo que no está en lo justo al hacer las apreciaciones relativas al asunto Arenas; pero como no es el caso, porque no está a discusión este asunto, me voy a permitir preguntarle la forma en que el Ejecutivo del Estado conservaría su soberanía si el Ejecutivo Federal se viera obligado a movilizar las fuerzas que tiene allí a las órdenes del general Puente.
El C. González Galindo: ¿Quisiera usted saber la forma en que qué?
El C. Cuéllar: En qué forma garantizaría el Estado de Tlaxcala su soberanía en el caso de que la Federación tuviera que movilizar las fuerzas federales que allí existen.
El C. González Galindo: La Federación, señor Cuéllar, tiene de pie en todo tiempo una guarnición en todo el Estado; basta una brigada que tiene distribuída en todo el Estado; en todo tiempo ha existido esa guarnición y existe actualmente y cuando salen a alguna operación dentro del Estado, es por un día o dos. Usted conoce que el Estado de Tlaxcala es sumamente pequeño, no se necesita andar días ni mucho menos gran número de leguas; salen de Tlaxcala y van a Calpulalpan, a Huamantla o a Altzayanca, o a cualquiera de esos pueblos; no están en el territorio las partidas de revolucionarios, no permanecen nunca en el Estado, siempre están fuera de él y basta una batida que dé cualquier destacamento, no es necesario que salgan todas las fuerzas, cualquier destacamento basta que dé una batida para que las partidas revolucionarias desalojen cualquier lugar del Estado; no tiene necesidad el Gobierno del Estado de tener otras fuerzas especiales allí.
El C. Cuéllar: Usted no ha contestado categóricamente mi pregunta y es que no se ha fijado usted en la mente de ella. El Ejecutivo Federal en todo tiempo puede movilizar las fuerzas que allí tiene para donde más las necesite y, en este caso, el Ejecutivo del Estado tiene que conservar su soberanía y para eso necesita la autorización; por eso en la Constitución existe un precepto relacionado con este asunto.
El C. González Galindo: El Gobierno del Estado no necesita fuerzas para mantener su soberanía incólume; las fuerzas se necesitan para garantizar la paz pública, no la soberanía. La soberanía del Estado se viene a hacer valer ante la Suprema Corte de Justicia o ante el Senado de la República por las vías legales que marca la Constitución. Estas fuerzas del Estado servirían sólo para garantizar la paz pública, y esa no se altera, porque los pueblos son enteramente ordenados y van a alterarla únicamente los elementos armados.
El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Arrioja Isunza: Honorable Asamblea: En nombre de la Comisión me he permitido solicitar el uso de la palabra para informar únicamente acerca de los motivos que nos obligaron a producir este dictamen. No podría de ninguna manera hablar precisamente en pro y, sobre todo, con el ardor con que habla en contra el C. Modesto González Galindo, porque no es para mí una cuestión netamente política y, sobre todo, de esa política personal que ya aquí se ha entronizado, de tal manera, que no se puede evitar en ninguna de las cuestiones que se tratan. Este es un asunto que se turnó a la Comisión de Puntos Constitucionales; no fue en verdad más que para que se viera, se dictaminara acerca de si la Cámara debe o no debe en este caso dar la licencia, y cuando mucho, debería haberse puesto también en manos de una Comisión de Guerra para que esa Comisión de Guerra nos asesorara respecto a la necesidad netamente militar que pudiera haber para este permiso. Sin embargo, la Comisión ha creído conveniente conceder el permiso, y se ha basado en la solicitud misma que hace el Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala. La solicitud en sí dice que es de verdadera utilidad pública la creación de un cuerpo rural; que se está formando un proyecto para el establecimiento de este cuerpo rural y que de acuerdo con ese proyecto se desea lo más pronto posible, y tan pronto como lo permitan las circunstancias del Erario de Tlaxcala, levantar esa cantidad de gente. No venía al problema saber si era o no necesario; no podemos tampoco allegarnos los datos indispensables para resolver sobre la necesidad urgente que hubiera para armar quinientos hombres en el Estado de Tlaxcala, pero sí no pasó desapercibido para nosotros el hecho de que constantemente se repiten atentados a los trenes que van de la capital de la República a la ciudad de Puebla, pasando por tres o cuatro estaciones que corresponden al Estado de Tlaxcala; Zacatelco, por ejemplo, es el punto que escogen generalmente los rebeldes de esos rumbos para atacar los trenes, es el paso entre los volcanes y la Malinche y es sumamente difícil, porque se ha visto en la práctica, cuidar ese punto de tal manera que se evite toda clase de atentados. Pasa una temporada más o menos larga sin que haya algún atentado, y cuando el público menos se lo espera, resulta que una partida más o menos considerable ataca un tren, lo vuela, asesina, roba y comete toda clase de depredaciones. Así, pues, hemos creído - no sé si el número de hombres será excesivo, pudiera ser, porque el Estado de Tlaxcala es realmente corto - , pero hemos creído, digo, que sí se hace indispensable, si el Gobierno de Tlaxcala puede sostener esa cantidad de gente que exige, un cuerpo de rurales para la seguridad del mismo Estado y para seguridad personal de las personas que en él habitan. Yo creo que las argumentaciones del diputado González Galindo no llevan en el fondo más que un deseo de oponerse a su contrincante, a su enemigo en política, general Máximo Rojas; yo no defiendo de ninguna manera la personalidad del general Máximo Rojas, ni quiero ocuparme de este punto; pero sí he podido considerar, al oir la peroración del compañero, que en cada uno de sus conceptos vierte desde luego cierta inquina muy personal en contra del Gobernador de aquel Estado y tengo motivos para saber que militó en un partido político distinto al de él; de modo que yo creo que es un poco apasionado el compañero González Galindo y que por eso no ha dado aquí ningún fundamento que verdaderamente sea de fuerza tal, que nos lleve a votar en sentido contrario a este dictamen.
Nos habló de que un individuo que manda una fuerza de diez hombres comete toda clase de atentados y depredaciones. Ya el compañero Rocha dijo que por qué no había elevado alguna queja a las
autoridades competentes en contra de este individuo, ni se va a suponer tampoco que porque este individuo que manda diez hombres armados cometa algunas depredaciones o algunos atentados, van a cometerlos también todos los otros quinientos hombres que levante el Gobierno. Dice que tiene ya esta noticia: sabe perfectamente que los hombres que formarán la fuerza de seguridad son los mismos que la Secretaría de Guerra mandó desarmar. Pues, señores esos datos la Comisión era imposible que los tuviera y yo creo que no son más que debidos a la imaginación del compañero González Galindo, que no puede darnos aquí la seguridad, ni siquiera una presunción, de que esos mismos quinientos hombres que mandó desarmar la Secretaría de Guerra sean los que vayan a utilizarse precisamente para fuerzas de seguridad. Así, pues, en resumen, creo que desde el momento en que el Gobernador ha pedido la autorización, es porque cree fundadamente, en primer lugar, que puede sostenerse en el Estado de Tlaxcala esa fuerza de seguridad y, además, porque como él mismo lo manifiesta, es indispensable. El permiso de la Cámara, como decimos, en el dictamen, no veo que haya ningún inconveniente para que se conceda, salvo que el señor González Galindo nos compruebe de una manera precisa que haya inconvenientes graves en conceder esa autorización al Estado de Tlaxcala; que, por lo demás, se han dado, sin ninguna objeción, a distintos Estados de la República. De manera que tiene la palabra.....
El C. Quiroga, interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación el orador?
El C. Arrioja Isunza: Sí, señor.
El C. Quiroga, dirigiéndose a la Presidencia: ¿Me permite usted la palabra?
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Quiroga: Creyendo que, según los hechos, la Cámara de Diputados para dar esta autorización debe de hacer consideraciones morales, y considerando que en este hecho, más que en ningún otro, debe hacerse, porque en vista del estado económico en que se encuentran los Gobiernos de los Estados, es preciso fijarnos con cuidado en cómo están distribuídos los fondos de que disponen y al mismo tiempo la manera cómo los distribuyen, creo que debemos hacer esta consideración moral: que al facultar al Ejecutivo del Estado para el sostenimiento de quinientos hombres, perjudicaríamos todos los ramos administrativos, es decir, que los empleados se verían en el grave peligro de que por pagar a las fuerzas, no recibieran ellos sus sueldos. Interpelo por estas consideraciones a la Comisión para que me diga si tomó en cuenta los ingresos del Estado de Tlaxcala para hacer su dictamen. Hago notar a la Comisión que en el Estado de México se tenía permiso de la Cámara de Diputados, es decir, del Congreso, para poner mil hombres sobre las armas; que el mayor número que pudo ponerse fue de doscientos cincuenta hombres y, en vista de las dificultades económicas por que atravesaba el Estado, de no poder sostener ni siquiera esos doscientos cincuenta hombres, no digo ya a los mil que había concedido el Congreso de la Unión, tuvo que arreglar con el Gobierno Federal el que esas fuerzas pasaran a formar parte del Ejército federal y fueran pagadas por el Ejecutivo de la Unión.
Hago estas consideraciones, porque son verdaderamente consideraciones morales de importancia, para que nosotros no vayamos a perjudicar a los demás ramos administrativos por beneficiar únicamente al cuerpo que desea formar el señor Gobernador de Tlaxcala.
El C. Arrioja Isunza: Contestando de una manera precisa a la pregunta que se sirve hacerme Su Señoría, debo manifestarle que la Comisión no ha tomado absolutamente en cuenta los fondos con que pueda contar el Erario del Estado de Tlaxcala, para otorgar este permiso; la Comisión no podía absolutamente hacer un estudio del presupuesto tlaxcalteca, para ver si se iba a quitar de alguna otra parte determinada cantidad para ponerla a favor de las fuerzas. Se dice aquí que se tiene un proyecto para el establecimiento de esas fuerzas, y nosotros creemos que no ha sido ni será con detrimento de los demás ramos administrativos y quien está obligado a hacer que permanezca el equilibrio dentro de la administración, es el mismo Gobernador, si acaso la Legislatura del Estado. Ellos sabrán si alcanza esa cantidad de hombres, de dónde toman el dinero para armarlos, y si no pueden hacerlo, no los armarán, sencillamente. La Comisión no puede responder, ni la Cámara. La Legislatura pasada no creo yo que tenga ninguna responsabilidad ni ninguna culpa en que el Gobierno del Estado de Hidalgo, el Gobierno del Estado de Puebla, los Gobiernos de los distintos Estados a los cuales se les dió autorización para el mismo asunto, no creo que tenga ninguna responsabilidad en haber dado esas autorizaciones: ¿no se pudo llevar a cabo el armamento de esa gente? Pues nosotros no tenemos ninguna culpa. Pero lo que yo no veo es un motivo suficientemente legal y enérgico para negar al Gobernador del Estado de Tlaxcala el permiso para levantar ese número de hombres, dentro de los preceptos legales. El Artículo 118 constitucional, dice:
"Tampoco pueden, sin consentimiento del Congreso de la Unión......
"II. Tener, en ningún tiempo, tropa permanente....."
Quiere decir que el Congreso de la Unión debe dar o negar su permiso para que un Gobernador tenga tropa permanente o gente armada dentro del territorio del Estado; pero es únicamente una cuestión de orden político entre la Federación y los Estados. El espíritu de la Constitución llega solamente a ver que se eviten dificultades entre la Federación, el Gobierno General de la República y los Gobiernos locales de los Estados, y por eso quiere, como en otras circunstancias, que el Congreso de la Unión, que es la Representación Popular, sepa cuándo debe armarse gente en los Estados y dé su autorización para ello; pero de ninguna manera ha querido el artículo constitucional que el Congreso de la Unión estudie en sí mismo el asunto del armamento de gente en los Estados, o ver qué cantidad de gente se necesita; si debe adoptar tal o cual fusil o si debe tener tal o cual cosa. Por eso nosotros decimos que se sujete a la Ordenanza General del Ejército, que es lo más que se puede hacer; que se fije un término, y hemos creído conveniente que será el que transcurra en tanto no se reglamente la Guardia Nacional, y fuera de estas cosas, la Comisión no puede entrar en averiguaciones respecto a la cuestión del
presupuesto del Estado de Tlaxcala, que no es de su competencia.
El C. Quiroga: ¿ Me permite una interpelación ?
El C. Arrioja Isunza: Sí, señor.
El C. Quiroga: ¿ No cree su Señoría que nosotros, como representantes del pueblo, estamos obligados a impedir que las contribuciones sean gravosas ?
El C. Arrioja Isunza: La pregunta es un poco falta de precisión; es.... ¿ cómo ?
El C. Quiroga: Es concreta.
El C. Arrioja Isunza: Es muy general. Como representantes todos del pueblo, no debemos evitar... ¿ dice usted ?
El C. Quiroga: ¿ No estamos obligados a evitar que las contribuciones sean gravosas para el mismo pueblo ?
El C. Arrioja Isunza: Voy a contestar. Debemos, en principio, sí; pero debemos evitar nosotros, por ejemplo, en nuestra competencia, dentro de lo que nos compete. Si esa pregunta se la hiciera usted a los legisladores de Tlaxcala o al mismo Gobernador de Tlaxcala, entonces podrían contestar en este caso concreto. Nosotros debemos velar por que, en general, no se impongan demasiadas contribuciones, si no son indispensables; que no se moleste en sus personas a ninguno de los individuos de la República; pero por eso la administración está formada de Poderes distintos a los Estados, y por eso cada Estado tiene dentro de sí su administración propia también, perfectamente dividida, y en este caso, a ellos les toca velar, ellos sabrán después si votan o no votan; la Legislatura de Tlaxcala sabrá si vota o no vota una partida especial para esto; no nos toca a nosotros.
El C. Quiroga: ¿ Me permite ? Pues mi opinión es de que nosotros siempre estamos obligados....
El C. Arrioja Isunza: Dispense usted, si va usted a dar su opinión, puede usted pasar a darla aquí; yo contesté ya su interpelación...
El C. Quiroga: Es para que nos ilustre la Comisión. (Siseos.)
El C. Arrioja Isunza: ¿ Decía usted ?
El C. Quiroga: Para que nos ilustre la Comisión en todos los datos que tomó en cuenta para dictaminar en la forma en que lo ha hecho; por eso es que precisamente me referí a estos puntos, que son fundamentales para dictaminar en este asunto, cuando usted está en la tribuna.
El C. Arrioja Isunza: Pues ya dije hace un momento que la Comisión no pudo haber entrado en esta clase de consideraciones. Ya dije que si contra el permiso que se le da aquí, después la Legislatura de Tlaxcala no vota una partida especial para levantar en armas esa fuerza, no habrá los quinientos hombres. Eso ya no es culpa nuestra. La Comisión no ha encontrado de ninguna manera un impedimento suficientemente fuerte para negar el permiso y, puesto que se ha solicitado y no encuentra motivo para negarlo, lo ha concedido.
El C. Rocha: Pido la palabra, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Castillo Garrido. (Voces: ¡ Ya !)
El C. Rocha: Pido la palabra, señor Presidente, para solicitar la lectura de unos documentos.
El C. Castillo Garrido: Señores diputados....
El C. Rocha, interrumpiendo: ¿ Tengo la palabra ?
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Rocha: Pensando yo en la atinada moción del señor diputado Quiroga, recuerdo que hay un telegrama procedente del Gobierno de Tlaxcala, en el que se da a conocer a la Representación Nacional cuál es el Presupuesto de Egresos y cuál el de ingresos de aquel Estado. La lectura de este telegrama podría ilustrar en cierta forma a la Asamblea para que normara su criterio sobre este particular, y a la vez podría servir a la Comisión dictaminadora para que ella resolviera sobre este asunto.
El C. Secretario Soto: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, informa a Su Señoría que, en efecto, hay un telegrama en donde el Tesorero General del Estado de Tlaxcala habla de los ingresos y de los egresos del Estado; pero este telegrama no está a disposición de la honorable Asamblea, sino de la Comisión de Presupuestos y Cuenta, que fue la que pidió a la Secretaría que girara un telegrama circular a todos los Estados pidiendo esos datos. El telegrama, en efecto, existe, pero está en poder de la Comisión de Presupuestos y Cuenta, que pidió esos datos.
El C. Rocha: Pido la palabra.
- EL C. Presidente: ¿ Con qué objeto ?
El C. Rocha: Para suplicar a la Presidencia fuera muy servida de decirme qué inconveniente podría haber para que la Asamblea acordara que la Comisión de Presupuestos y Cuenta pusiera a disposición de la misma el telegrama y se le diera lectura, una vez que es oportuno en este asunto.
El C. Presidente: La Mesa no tiene ningún inconveniente en dirigirse a la honorable Comisión de Presupuestos a efecto de que, si no tiene dificultad, presente a esta Asamblea el mensaje a que hace referencia Su Señoría. Tiene la palabra el C. Castillo Garrido.
El C. Castillo Garrido: Señores diputados: Aparte de la situación desconsoladora en que sin duda se encontrará el Erario del Estado de Tlaxcala, como lo están todos los del país, (Voces: ¡ No se oye !) vengo a oponerme a este dictamen porque seguramente la creación de esas quinientas plazas, diz que para la seguridad del Estado de Tlaxcala, sería una carga muy onerosa para el mismo Erario y, además, dice el Gobernador que para garantizar la tranquilidad de aquella Entidad. Conozco algunos antecedentes y el mismo señor Máximo Rojas, teniendo algunos destacamentos en diversos puntos del Estado de Tlaxcala, pretendiendo apoyar al Gobierno, los dejó al mando de determinados individuos que sólo se ocuparon de saquear, por ejemplo en Tlaxcala; en Huamantla como cincuenta hombres saquearon absolutamente al pueblo y posteriormente sucedió el mismo caso. Ha demostrado el señor general Máximo Rojas no haber podido establecer una disciplina entre sus fuerzas y, por consiguiente, estimo que esos quinientos hombres más bien serían un amago para los Estados circunvecinos. A mi parecer, siendo un Estado tan pequeño, bastarían los auxilios, en caso necesario, que le puedan proporcionar de esta capital, de Puebla, de San Andrés Chalchicomula y de otros puntos en donde hay guarniciones competentes; no creo
que sea necesaria más, si acaso, de cien hombres como guardias del Estado porque, repito, tendríamos en Tlaxcala un nuevo amago, esas fuerzas imitarían a las del general Mariscal en México y a las del mismo general Arenas; pocos días después las tendríamos levantadas en armas y en vez de conseguir la tranquilidad absoluta en el Estado, lo convertiríamos en una Entidad dominada por la anarquía. Así es que yo suplico a la Asamblea no acepte esta proposición.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Bravo Izquierdo.
El C. Bravo Izquierdo: Honorable Asamblea: El C. González Galindo, al pretender impugnar este proyecto de ley, no ha hecho sino venir a vacilar aquí todas sus pasiones y todas sus inquinas y todas sus enemistades que tiene con el señor Gobernador del Estado de Tlaxcala, confundiendo lamentablemente las cuestiones personales con las de interés general de un Estado. Argumenta respecto de que hay un individuo en dicha Entidad Federativa que se ocupa de cometer actos punibles. Ya que el C. González Galindo es tan celoso y tiene conocimiento de estos asuntos, que no se constituya en un solapador: que los denuncie ante las autoridades competentes, en la seguridad de que este individuo encontrará el castigo que merezca.
Durante la Legislatura pasada se dieron autorizaciones a diversos Gobiernos de los Estados para organizar fuerzas hasta por dos mil hombres. Al C. Castillo Garrido le sorprende, le espanta, ve un amago para las garantías, para la paz pública del Estado de Tlaxcala, la fuerza de quinientos hombres. Si se tiene en consideración la situación geográfica que ocupa dicho Estado, veremos que estos quinientos hombres son prácticamente insuficientes para el fin que persigue el ciudadano Gobernador. El Estado de Tlaxcala, como ustedes lo saben perfectamente, está amagado por gruesas partidas de revolucionarios, es decir, por las que se pudieran llamar mayores, que existen en los Estados de Puebla, Morelos y México. Las fuerzas zapatistas que operan en el Estado de México no hacen sino bajar de los campamentos que tienen establecidos en el Popocatépetl y están en territorio del Estado de Tlaxcala. Si como alguien decía aquí, el compañero Cuéllar si no me equivoco, el Gobierno de la Federación tuviera necesidad de movilizar las fuerzas federales que allí tuviera, para algún otro punto del país, indudablemente que el Gobernador del Estado se vería en una situación angustiosa al ver su territorio invadido por fuerzas rebeldes sin tener elementos con que combatirlos. También al C. Quiroga le preocupa el hecho de que si el Gobierno de dicho Estado de Tlaxcala tendrá o no tendrá con qué pagar las fuerzas que pretende organizar y sobre este particular entiendo que es cuestión que compete exclusivamente al Gobierno y a la Legislatura, pues cuando el Gobernador del Estado de México también se dirigió a esta Representación Nacional pidiendo la autorización para formar un cuerpo de rurales hasta por mil quinientas plazas, indudablemente que el C. Quiroga no estaba seguramente en antecedentes de si el Gobierno tenía ya los fondos suficientes con qué sostener esas fuerzas; es un escrúpulo que no tiene razón de ser. El C. González Galindo que con más ahinco, que con más mala fe muy bien reconocida ha venido a atacar aquí ese dictamen, no ha hecho sino exhibir su figura en esta tribuna, no ha venido aquí a hacer la labor que pretendía demostrar a la Asamblea que venía a hacer; vino a hacer una labor baja, mezquina, cobarde. Este proyecto de ley indiscutiblemente que sí tiene razón de ser; la Comisión en este proyecto de ley autoriza al C. Gobernador del Estado de Tlaxcala para organizar fuerzas hasta por quinientas plazas, y si el Gobierno del Estado de Tlaxcala no tiene los fondos suficientes para organizar las quinientas plazas, organizará cien, doscientas o trescientas, según las condiciones del Erario. Por consiguiente, señores diputados, no habiendo encontrado un argumento de peso, una razón plenamente justificada para que se niegue al ciudadano Gobernador del Estado de Tlaxcala la autorización que solicita para organizar las fuerzas que, en mi concepto, sí garantizarían la paz pública de aquel Estado, sí le ayudarían para el fin que se propone de ayudar a la Federación a conseguir cuanto antes la pacificación completa del país, no ocupando allí a las fuerzas federales que bien puede emplearlas entonces la Secretaría de Guerra en otra región del país; por consiguiente, señores diputados, pido un voto aprobatorio para el dictamen de la Comisión. (Voces: ¡ A votar, a votar ! Murmullos.)
- El C. Secretario Soto, leyendo:
"Telegrama procedente de Tlaxcala, Tlaxcala, el 22 de octubre de 1918. - C. Secretario de la Cámara de Diputados, R. A. Soto.
"Cobrando hasta septiembre, ingresos propios... $273,954.24. Cálculo probable todo el año...... $365,000.00. Pagado hasta septiembre por egresos, $293,398.82. Cálculo probable todo el año........ $400,000.00. Deficiente de 35,000.00. Cubierto con préstamo Gobierno Federal.
"Salúdolo atentamente. - El Tesorero General, Zeferino Murga."
(Siseos y Murmullos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Quiroga.
El C. Quiroga: Señores representantes: Precisamente la lectura de este telegrama viene a fundar mi discurso. Es uno de los motivos de mayor consideración que debemos tener en cuenta para autorizar o no al Gobierno del Estado de Tlaxcala para que ponga quinientos hombres sobre las armas, como lo solicita el Gobernador de Estado. Hemos visto por este telegrama precisamente del Gobierno del Estado de Tlaxcala, que los ingresos en todo el año se calculan en $365,000.00, y que los egresos se calculan en $400,000.00. De manera que arrojan un déficit de $35,000.00 (Murmullos y siseos.) Ahora bien, quinientos hombres más o menos dan su presupuesto de mil pesos diarios; son quinientos soldados, son quinientos pesos, aparte de las clases; los oficiales y los jefes, y el equipo correspondiente, las armas y el parque que tienen que ser por cuenta del Gobierno del Estado, arrojarían poco más o menos esta cantidad que he dicho, de mil pesos diarios, que da un total de trescientos sesenta y cinco mil pesos. Si los ingresos totales del Estado son de trescientos sesenta y cinco mil pesos, ¿ qué, acaso van a existir
únicamente en el Estado los quinientos hombres y se va a desechar a todos los demás empleados que existen conforme al Presupuesto de Ingresos ? No, estos trescientos sesenta y cinco mil pesos que se calculan de ingresos al año, no alcanzarían ni siquiera para sostener lo que ya está; ¿ cómo vamos nosotros a dar una autorización de una cosa nueva, que va a traer un Presupuesto de Egresos igual a los ingresos que se tienen por total en la Administración del Estado de Tlaxcala ?
Dicen los señores del pro que no debemos de tomar en consideración si puede o no puede el Gobierno del Estado de Tlaxcala pagara estos quinientos hombres; pues no sé a quién corresponda hacer consideraciones morales para dar una ley como la que pretendemos dar, si no es a nosotros; nosotros debemos de hacer esta consideración moral, que al autorizar al Ejecutivo de Tlaxcala para que ponga los quinientos hombres sobre las armas, le damos fuerza para que pida a la Legislatura local el presupuesto correspondiente para esta autorización que le hemos dado. Como quiera que conforme a los ingresos, no puede cubrir estos egresos, tendría una dificultad enorme para cubrir el resto de la Administración en el Estado y pondríamos en el caso a la Legislatura local de Tlaxcala, de gravar las contribuciones, de aumentarlas, porque las que hay no serían suficientes para cubrir tal presupuesto. Aquí viene la consideración moral: ¿ no estamos nosotros obligados a evitar que se graven con exageración las contribuciones, a quienes nos eligieron ? ¿ No somos nosotros los defensores del bienestar de nuestros comitentes ? (Murmullos. Siseos.) ¿ Ya acabaron ? (Risas . Siseos.) Pues bien, nosotros estamos obligados a evitar que por una autorización de éstas se aumenten las contribuciones en el Estado de Tlaxcala, como tendrá que suceder incuestionablemente. Yo estoy seguro que dentro de seis meses en el Estado de Tlaxcala no se pagará a los empleados, porque entonces sí, ya habiendo puesto a estos hombres sobre las armas, es una exigencia pagarles. Se dice - y esto, señores, yo lo he palpado, por eso lo digo a ustedes -, se dice que a los soldados hay que pagarles con puntualidad. Son los que más exigen y cuando no se paga a los soldados, éstos toman lo que necesitan para vivir de donde lo encuentran. Autorizamos nosotros los atropellos de la fuerzas si no tenemos la convicción de que se les va a pagar con toda puntualidad a los soldados de Tlaxcala. (Una voz: ¡ Cierto ! Murmullos. Voces: ¡ A votar ! ¡ Ya, ya !) Yo no bajaré de aquí hasta que no externe toda mi opinión sobre el asunto. (Aplausos.) He visto en el Estado de México que pasaba el Gobierno del Estado verdaderos apuros para pagar los doscientos cincuenta hombres que pudo armar, con la autorización que tenía del Congreso de la Unión para armar mil hombres; todos los días se tropezaba con estas dificultades, a tal grado, que no se podía dispensar el pagarles a los soldados de las fuerzas de seguridad del Estado, porque era tanto como autorizarlos para que tomaran los alimentos en cualquier parte que los encontraran, y no queriéndolo el Gobierno del Estado, procuraba siempre pagar con toda puntualidad a los soldados de las fuerzas de seguridad; pero sucedió lo siguiente: que al esforzarse en pagar a doscientos cincuenta hombres que tenía el Estado de México, no se podían cubrir los demás presupuestos diarios también, como son los alimentos de los enfermos en los hospitales, los internados de algunas escuelas, y éstos también urgían, como por ejemplo, también la manutención de los presos de la cárcel; estos gastos urgían y tenía que conseguirlos el Gobierno. Pues llegó un momento en que el Gobierno mismo que pidió la autorización para establecer esas fuerzas, se covenció de que no podía sostenerlas, porque era en detrimento de los demás ramos, y entonces pidió a la Federación que esos soldados pasaran por su cuenta a formar parte de un regimiento. Esto lo he visto en el Estado de México, y yo estoy seguro que la pobreza del Estado de Tlaxcala es mayor que la del Estado de México; yo les enseño a ustedes el presupuesto de ingresos del Estado de México y se convencerán de que es por un millón y pico de pesos y aquí vemos que el presupuesto del Estado de Tlaxcala únicamente es de trescientos sesenta y cinco pesos, (Risas.) de trescientos sesenta y cinco mil pesos de ingresos. ¿ Cómo no considerar también incompetente al Estado de Tlaxcala para sostener esas fuerzas, nada menos que quinientos hombres ? No, señores; ni cincuenta debe tener el Estado de Tlaxcala mientras no pueda cubrir debidamente todos sus ramos. (Aplausos.) Ya vemos que ha necesitado pedir a la federación treinta y cinco mil pesos para cubrir un déficit; qué, ¿ vamos a comprometer a la Federación para que en lugar de treinta y cinco mil pesos, el año entrante le pida a la Federación trescientos sesenta y cinco mil pesos ? No debemos pasar inadvertidas estas razones, porque son las fundamentales para poder nosotros dar o no esta autorización. Además, la Federación cuenta allí con fuerzas regulares que pueden mantener el orden, y si el orden se altera con exageración, ya tendrá buen cuidado la Secretaría de Guerra de mandar más hombres de las fuerzas regulares. ¿ Por qué va a ser indispensable que nosotros demos una autorización para poner quinientos hombres al mando del Gobernador del Estado ? No es indispensable, indispensable sería si la Federación confesara que no tenía fuerzas que mandar al Estado de Tlaxcala, pero si la Federación no ha dicho eso, la Federación cree conveniente tener - no sé cuántos miles de hombres tenga en el Estado de Tlaxcala, pero los que existen allí -, tener esos y no manda más en cuanto crea la Federación que necesita mandar más hombres, mandará más, y no grava así el presupuesto del Gobierno del Estado de Tlaxcala que, como digo a ustedes, no vendría a redundar más que en perjuicio de los habitantes de esa Entidad; y nosotros tenemos la obligación de defender los intereses de los habitantes de la República en general, no solamente los del Distrito que nos eligió. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Arrioja Isunza, de la Comisión: Señores diputados: Como miembro de la Comisión me veo obligado a ocupar nuevamente la atención de esta honorable Asamblea con objeto de hacerle advertir que el señor doctor Quiroga sufre un lamentable error al cosiderarse como si estuviera formando parte de la Legislatura de Tlaxcala y fuera a votar en el presupuesto la cantidad necesaria para el mantenimiento de esas fuerzas. El dictamen dice que se autoriza para formar un cuerpo de rurales hasta de quinientos hombres. Ya lo dijo no sé quién: El
Gobernador del Estado puede, si quiere, levantar cincuenta, cien, o ningún hombre; sobre todo, si él se pone en ridículo, porque no pueda después hacer el uso del permiso que la Cámara le concede, no es culpa nuestra. Nosotros no tenemos que fijarnos más que en la conveniencia que hay de que el Estado de Tlaxcala se resguarde por medio de fuerzas de seguridad pública dependientes del Estado, y toca a la autoridad y a la Legislatura del mismo acordar lo relativo a la parte económica; por lo tanto, como miembro de la Comisión, insisto en que el dictamen nos ha parecido bueno en esa forma, porque no tenemos nada que ver con que si el Gobierno puede o no puede sostener esas fuerzas de seguridad. Por lo tanto, la honorable Asamblea con su voto sabrá decidir en el asunto. (Voces: ¡ No, no ! ¡ A votar !)
El C. González Galindo: ¡ Pido la palabra !
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Gómez Galindo: Ciudadanos diputados: Es sólo para hacer una pequeña aclaración; no quiero cansar más el ánimo de la Asamblea. Yo estoy en la inteligencia de que venimos a trabajar hasta agotar nuestras fuerzas, pero veo que muy pronto se agotan y se acaba la paciencia; por eso no voy a dilatarme mucho; solamente deseo hacer presente, refiriéndome a lo que dice el señor Isunza en representación de la Comisión, que sí es de tenerse en cuenta el estado económico del Estado, porque a la larga todas esas fuerzas que se arman en los Estados, cuanto éstos no pueden sostenerlas, las entregan a la Federación, y como un lastre le dicen: "Mira lo que haces con esos hombres." Y esto es gravar al Erario de la Federación.
¿ Cómo no hemos de estar interesados, por ejemplo, en que no se graven tanto el Erario de la Federación como los de los Estados, si esos erarios son el producto de los sudores de los pueblos ? Pues qué, ¿ no hemos de ver de qué manera no se grava más al pueblo, que ya está cansado de contribuciones ? Yo creo, señores diputados, que la mejor manera de mantener la paz y la seguridad en los Estados y en cada localidad, es el respeto a las instituciones, es el respeto al derecho de los hombres, es el respeto a los hogares, es el respeto a los ciudadanos, es el respeto a la ley. Con sólo eso, con sólo el respeto que se tenga a la justicia, con sólo que la administración de justicia esté bien administrada, con eso estará garantizada la paz. Para qué queremos más hombres armados que no son, a la postre, más que para derramar sangre inútilmente y gastarla después solamente para cometer venganzas y represalias ? No, señores; debemos convencernos de la necesidad ingente que hay de escatimar sangre a la Patria; ya es mucha la que se ha derramado.
Debo decir también a la honorable Comisión, a la cual respeto, como respeto personalmente al señor Isunza, porque entiendo que sus palabras son honradas, que a mí no me anima ningún sentimiento apasionado en contra del Gobernador del Estado. No, señores diputados; es cierto que soy, mejor dicho, no soy enemigo. El Gobierno del Estado podrá o no podrá ser enemigo mío, o amigo; yo soy sólo un diputado independiente por lo que hace al Gobierno del Estado, y mi objeto no es ni el servilismo incondicional ni la oposición sistemática, porque cualquiera cosa, cualquiera de estos dos extremos son afrentosos, son humillantes, y la norma de conducta que he procurado seguir es la de honradez, la de integridad y la de lealtad, señores diputados, y al venir a levantar aquí mi voz contra el dictamen que autoriza a armar a esos quinientos hombres, no lo hago sino por buscar el bien de todo el Estado, porque si esto fuera apasionado, yo hablaría únicamente por los que fueran mis partidarios y no es para ellos para quienes levanto mi voz: es para todos los habitantes del Estado, así amigos como enemigos ¿ Qué tiene que ver que ahora se diga que yo tengo apasionamiento para el Gobierno local ? Protesto de la manera más solemne y por lo más sagrado que pueda haber, la Patria, que no me anima ningún sentimiento de animadversión. Soy todavía relativamente joven... (Voces: ¡ Niño ! Risas.) y no quiero todavía mancharme con crímenes de política a que orillan las pasiones, la política de campanario. No, señores diputados; yo os exhorto y os hago un llamamiento para que aquí pongamos un límite a esa masa enorme de gente que ya está armada en la República y que no puede garantizar la paz; al contrario, la está amagando.
Lo que dice el señor Quiroga respecto del estado económico, es exactamente cierto. Decía hace un rato que no tengo aquí los documentos y por eso no los presento; pero hace pocos días el Gobierno del Estado ha puesto un decreto en el que exige a los hacendados que le den, a título de ayuda pecuniaria, dos o tres meses adelantados, en numerario, porque hasta la fecha los empleados no están cubiertos en sus sueldos. A los mismos diputados de la Legislatura local se les deben todavía más de tres decenas de sueldos, y si eso pasa con los diputados, ¿ qué no sucederá con los empleados de la administración en general, y qué no sucederá con los maestros de escuela, que ellos sí necesitan estar al corriente en sus sueldos ? ¡ qué digo los maestros de escuela, si ni siquiera los hay ! Debería preocuparse la Representación Nacional por alentar a los Gobiernos de los Estados para el fomento de la educación, de la instrucción primaria, que es la que verdaderamente tiene que traer la paz y el progreso de la Nación. (Voces: ¡ Ya, ya !) Yo, pues, invito a la honorable Asamblea se digne no aprobar ese dictamen, para no ir a autorizar que se armen esos quinientos hombres. (Voces: ¡ A votar !)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Vadillo.
El C. Vadillo: En vista de que ya la Asamblea está bastante cansada, renuncio al uso de la palabra.
El C. Presidente: Para una aclaración, tiene la palabra el C. Villaseñor Mejía. (Voces: ¡ Huy ! Siseos.)
El C. Villaseñor Mejía: Honorable Asamblea... (Voces: ¡ Tribuna !) Los discursos de los estimables compañeros Quiroga y González Galindo hubieran estado perfectamente dichos en la Legislatura de Tlaxcala en el momento en que aquélla se dedicara a estudiar el presupuesto con motivo de la concesión que se pretende hacerle a aquel Estado, cuando se hablara de la conveniencia de establecer ese cuerpo de rurales, y entonces se consultaran las fuerzas económicas de aquel Estado. Vengo a hacer esta aclaración, señores, porque
equivocadamente los que han hablado en contra de la proposición que se debate, han creído que el permiso que venimos a conceder aquí, que todavía tiene que estar sujeto a la sanción del Senado, por que es función del Congreso y no de esta Cámara exclusivamente el dar este permiso, que con esto bastaría para que la Legislatura de Tlaxcala fuera allá a dar por sentada la existencia de estos hombres. ¿ Por qué negarle al Estado de Tlaxcala la concesión que pide, señores, si no hay por ella perjuicio ninguno para aquel Estado ? La aparición aquí de un mensaje que habla del Estado económico del Estado de Tlaxcala es accidental, señores, y no creo que esta honorable Asamblea para estos permisos tuviera necesidad de tomar en consideración esta circunstancia, porque allá a la Legislatura de Tlaxcala toca estudiar la parte económica de su Estado y no a nosotros. Así pues, señores, no veo ningún compromiso y ningún peligro en que esta honorable Asamblea dé su permiso o su consentimiento a fin de que pase al Senado para que se sancione la concesión que se haga, entendido, señores, de que si el Estado de Tlaxcala no pude pagar estas fuerzas que tienen que ponerse en pie pagadas por aquel Estado, sea aquella Legislatura a quien corresponda resolver...
El C. Quiroga, interrumpiendo: Moción de orden. Suplico a la Presidencia que haga notar al señor Villaseñor Mejía que no pidió la palabra en pro del dictamen, sino que la pidió para una aclaración, y está hablando en pro del dictamen manifiestamente. (Aplausos.)
El C. Villaseñor Mejía, continuando: Me extraña sobremanera que el señor Quiroga crea que una aclaración no puede llevar datos que sean en pro o en contra de lo que se debate. La aclaración mía consiste en probar que el señor Quiroga, lamentablemente equivocando su papel y considerándose diputado a la Legislatura de Tlaxcala, ha venido a hablar a aquí de la parte económica, y digo yo que no es a nosotros a quienes corresponde tomar en cuenta la parte económica. El permiso que concedamos para que se pongan en pie de defensa los quinientos hombres o hasta los quinientos hombres que solicita el Gobernador de Tlaxcala, no va ni siquiera a darse por obligada la Legislatura de Tlaxcala para que ésta cree las quinientas plazas que se le conceden al Gobernador en su solicitud. Por tal motivo, señores, si hacemos la concesión de que se trata, está todavía sujeta a la sanción del Senado y no vamos a perjudicar a aquel Estado, porque allá los legisladores suyos de la Entidad que gobierna, verán la convivencia de crear o no crear esos hombres, si éstos van a ser un perjuicio del erario exiguo, porque tenemos conocimiento de un mensaje que accidentalmente se presentó, sobre que las rentas de aquel erario son malas. (Voces: ¡ A votar, a votar !) Con tal motivo, debe votarse por la afirmativa.
El C. Bravo Izquierdo: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Suárez José María.
El C. Suárez: Renuncio al uso de la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Bravo Izquierdo.
El C. Bravo Izquierdo: Aun cuando no se autoriza al Gobierno de Tlaxcala para organizar las fuerzas que solicita, de hecho las tendría en pie, porque sucedería lo mismo que ha sucedido en el Estado de Puebla. En el Municipio de San José Ixtapan y en algunos otros contiguos hay cuatrocientos hombres armados, que están bajo las órdenes directas del Gobierno, sin que perciban un solo centavo de sueldo; éstos sólo son movilizados para combatir al enemigo y en otros casos especiales en que el Gobierno lo estima conveniente. De manera que si en el Gobierno de Tlaxcala no hay dinero suficiente para pagar las fuerzas, se organizarán en la misma forma que lo han sido en Puebla y en algunos otros puntos de la República, donde no se cuenta con fondos para su sostenimiento.
El C. Secretario Soto: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera este asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación nominal se va a consultar a la Asamblea si aprueba en lo general el proyecto de ley, que dice así:
"Artículo 1o. Se autoriza al ciudadano Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala para que organice un cuerpo rural, con el carácter de fuerza de seguridad pública en el Estado, hasta de quinientos hombres.
"Artículo 2o. Dicho cuerpo dependerá del ciudadano Gobernador del Estado de Tlaxcala y su sostenimiento estará a cargo del Presupuesto de Egresos de esa Entidad Federativa, quedando sujeto en todo a las prescripciones de la Ley Orgánica y de la Ordenanza General del Ejército actualmente en vigor, en tanto no se reglamenta la Guardia Nacional de dicho Estado."
Por la afirmativa.
El C. Secretario Meade Fierro: Por la negativa. (Se recogió la votación.)
El C. Secretario Soto: ¿ Falta algún ciudadano diputado por votar ? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.)
El C. Secretario Meade Fierro: ¿ Falta algún ciudadano diputado por votar ? Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió.)
El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa los CC. Aceves, Alejandre, Andrade, Araujo Emilio, Araujo Francisco, Arlanzón, Arrioja Isunza, Avilés, Balderas Márquez, Bandera y Mata, Bouquet, Bravo Izquierdo, Bravo Lucas, Camarena, Cancino, Cárdenas Emilio, Carrión, Casas Alatriste, Castellanos Díaz, Castro Alfonso, Colina de la, Cornejo, Cuéllar, Díaz González, Espinosa y Elenes, Fernández Miguel B., Ferrel, Fierro, Flores, Franco, Fuentes Barragán, Gámez, Gámiz, García Antonino M., García José Guadalupe, García Pablo, García Ruiz, Gómez Gildardo, González Marciano, Guerrero, Gutiérrez Antonio, Gómez Cosme D., Malpica, Martínez del Río, Meade Fierro, Méndez Arturo, Méndez Fortunato, Mendoza, Moctezuma, Molina, O' Fárrill, Ortiz Andrés, Ortiz José de la Luz, Parra, Pérez Carbajal, Paz, Ramos, Rebolledo, Ríos, Rodríguez de la Fuente, Saldaña, Sánchez José M., Sánchez Salazar, Silva Federico, Solórzano, Soto Rosendo A., Suárez, Tamez, Torre Jesús de la, Torres, Trejo, Uzeta, Vadillo, Valadez Ramírez, Valladares, Vásquez, Velásquez, Velásquez López y Villaseñor Mejía.
Total, 70 ciudadanos diputados.
El C. Secretario Meade Fierro: Votaron por la negativa los CC. diputados Aguilar Antonio, Alencáster Roldán, Alvarez del Castillo, Baledón Gil, Basáñez, Bolio, Bravo Carlos, Cancela Nogueira, Carriedo Méndez, Castilleja, Castillo David, Castillo Garrido, Castillo Torre, Esparza, Espinosa Bávara, Espinosa Luis, González Galindo, Gutiérrez de Velasco, Herrera, Huerta, Hernández Loyola, Leal, Lomelí, López Ponciano, Macías Juan E., Madrid Mancisidor, Mariel, Medina Francisco, Mena, Méndez Benjamín, Montes, Morales Francisco César, Navarro, Ocampo, Olivé, Padrés, Palacios Moreno, Pérez Vela, Pesqueira, Quiroga, Reyes Francisco, Roaro, Rocha, Saucedo, Soto José M., Tapia, Toro, Torre Rómulo de la, Verástegui Franco, Vilchis y Villaseñor Salvador.
Total, 52 ciudadanos diputados. En consecuencia, no hay quorum. Por disposición de la Presidencia se procede a pasar lista. (Voces: ¡ No, no ! ¿ Para qué ?) Con objeto de ver si se reúne el quórum.
(El mismo ciudadano Secretario empieza a pasar lista. Voces: ¡ Sí hay quorum !)
El C. Villaseñor Mejía: Pido la palabra para una aclaración.
El C. Secretario Pesqueira: La Secretaría hace la siguiente aclaración: se dijo que no había quorum en virtud de haber hecho una mala suma de votos; sí hay quorum.
El C. Secretario Soto Rosendo A.: Son 80 votos por la afirmativa.
El C. secretario Meade Fierro: Y 52 por la negativa. (Aplausos.)
El C. Secretario Soto Rosendo A.: En consecuencia, queda aprobado el proyecto de ley en lo general. Está a discusión el artículo 1o., que dice así:
"Artículo 1o. Se autoriza al ciudadano Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala para que organice un cuerpo rural, con el carácter de fuerza de seguridad pública en el Estado, hasta de quinientos hombres."
El C. Quiroga: Pido la palabra en contra.
El C. Secretario Soto Rosendo A.: Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.
El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Quiroga.
El C. Quiroga: Señores representantes: Se ha perdido la votación en contra del dictamen en lo general, pero no se ha perdido en lo particular...
El C. Arlanzón, interrumpiendo: Porque no se ha votado.
El C. Quiroga, continuando: Por eso es que vengo a hablar en el artículo que más interesa para la conveniencia del Estado de Tlaxcala. Dice el artículo 1o. que se autoriza al Ejecutivo del Estado de Tlaxcala para formar un cuerpo hasta de quinientos hombres. Naturalmente, en vista de que se aprobó en general, ya que no me puedo oponer a que se organice un cuerpo, el cuerpo tiene que organizarse; pero únicamente insisto en las consideraciones que hice anteriormente en esta forma, para que no autorice la Asamblea la formación de ese cuerpo por quinientos hombres, sino por cien; es suficiente para el respeto efectivo que necesita el Gobierno del Estado ese número, y cita este argumento, porque es el único que han expuesto los señores que defienden el dictamen, es decir, que el Gobierno del Estado necesita una fuerza que haga respetar sus acuerdos, una fuerza que esté allí para que le teman. Pues bien; queriendo concederles razón, insisto en mi petición primera sobre que debemos preocuparnos del estado económico de Tlaxcala y concederles facultad únicamente para organizar hasta cien hombres, que vendrán a hacer un gasto como de doscientos pesos diarios, con lo cual será un poco menos el apuro para el Gobierno del Estado de Tlaxcala: por eso es que hago presente esta consideración, a fin de que se compadezcan ustedes los habitantes de la referida Entidad. Ya verán dentro de tres meses cómo se vendrá a esta tribuna a hablar de hechos, refiriéndose al proyecto de ley aprobado por esta honorable Asamblea; ya verán ustedes cómo dentro de tres meses se podrá venir a esta tribuna a manifestar el estado angustioso de Tlaxcala, las necesidades por que estarán pasando sus habitantes, y el mismo Gobierno, que no podrá pagar todos los ramos de la Administración; ya verán ustedes cómo dentro de tres meses, hablando aquí en esta tribuna, se dará la razón a quienes hablamos ahora en contra del dictamen. Por hoy, no quiero más que insistir sobre las consideraciones que expuse antes para dar facultades al Ejecutivo de Tlaxcala, únicamente por cien hombres, cuando más.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Espinosa Luis. (Voces: ¡ Nadie ha hablado en pro, que hable la Comisión.)
El C. Espinosa Luis: Señores diputados: He pedido la palabra para impugnar el artículo 1o. del Proyecto de Ley que autoriza al Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala para crear un cuerpo rural hasta quinientas plazas, porque en mi concepto hay razones de verdadera importancia que debe conocer esta Asamblea para oponerse a que el cuerpo de referencia se forme en el número que la Comisión respectiva propone a la consideración de esta Asamblea. Es de todos conocido que la mayor parte de los habitantes de la región de Tlaxcala y parte del Estado de Puebla que queda sobre los volcanes, son zapatistas por convicción. Para que la Asamblea se dé cuenta del modo de ser de los individuos que pueblan estas regiones, me voy a permitir demostrarles con hechos que estos individuos tienen en el cerebro arraigada de una manera muy honda la idea del zapatismo. Las fuerzas, o más bien dicho, los hombres que pertenecieron primero al zapatismo... (Campanilla.)
El C. Secretario Pesqueira: Se suplica a los señores diputados por orden de la Presidencia, se sirvan ocupar los curules y dejar hablar al orador.
El C. Espinosa Luis, continuando: Los hombres que pertenecieron al cabecilla Cirilo Arenas, que por algún tiempo se sometió al Gobierno y que últimamente defeccionó, son y han sido todos ellos zapatistas. Estos individuos, antes de que se rindieran al Gobierno, cuando hacían la revuelta bajo las órdenes de Zapata, se dedicaron a demoler todas las fincas rústicas de aquella región, no dejando más que escombros con el propósito preconcebido de que todos los dueños de aquellas propiedades no volvieran a explotarlas, supuesto que no quedaría de todo ello más que ruinas y tierra;
querías no dejar ni vestigios de aquellas propiedades para que de esta manera se les facilitara adueñarse de las tierras y explotarlas como dueños verdaderos y legítimos. Naturalmente, ante una destrucción tan completa y tan bárbara, y digo tan bárbara, supuesto que con nada podrán justificar la destrucción de fincas valiosísimas, muchas de las cuales valían más de un millón de pesos, con un fin tan particular y tan bastardo, se produjo como consecuencia un conflicto muy grande entre los dueños legítimos de las propiedades arrasadas y los zapatistas que se habían amnistiado con el deseo de gozar del amparo del Gobierno para seguir aprovechándose de las tierras que habían desolado. De esta manera la región de los volcanes y gran parte del Estado de Tlaxcala estuvo substraída durante mucho tiempo a la acción del Gobierno Federal y de los Estados de Puebla y Tlaxcala, y no diré gobernada, sino en posesión absoluta de los hombres armados que se consideraban ya dueños legítimos de aquellas tierras. Estos hombres, viciados con tales ideas verdaderamente absurdas, nunca podrán garantizar su lealtad al Gobierno; estos hombres que tiene arraigada muy íntimamente la idea de que ellos deben ser, a pesar de todo, dueños de aquellas tierras, tendrán que ser lo que siempre han sido, es decir, los individuos, la facción que levantando una bandera de verdadera piratería de tierras, se quiere imponer allí por medio de la fuerza, no respetando los derechos legítimos de los dueños de esas propiedades y, naturalmente, concederle al Gobernador de Tlaxcala que ahora eche mano de esa gente ya viciada y forme un cuerpo no menor hasta de quinientos hombres, significa un verdadero peligro no sólo para la garantía de esas propiedades legítimamente adquiridas, sino también para la garantía del mismo Gobierno. Yo estoy conforme en que se le permita al Gobernador de Tlaxcala que forme esta milicia rural pero hasta por cien hombres, porque cien hombres vendrán a servir como un caso de experimentación para poner a prueba la lealtad de esos individuos, que yo considero sumamente peligrosos. Si después estos individuos corresponden a la confianza del Gobierno de Tlaxcala, no habrá inconveniente en permitir que se aumentara el número de plazas de ese cuerpo regional.
Creo que la razón expuesta es muy digna de tenerse en consideración y, por lo tanto, pido a la Asamblea que se reforme el artículo 1o. en el sentido de que se conceda al Gobernador Constitucional de Tlaxcala permiso para la creación de ese cuerpo rural, pero únicamente hasta por cien plazas.
El C. Sánchez José M.: Para una interpelación al orador, si me lo permite la Presidencia.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Sánchez José M.: El C. diputado Espinosa ha dicho que las haciendas de gran parte del Estado de Puebla y de Tlaxcala se encuentran casi totalmente destruídas. ¿ Pudiera decirme el señor Espinosa qué hacienda es la que se encuentra destruída ?
El C. Espinosa: Con mucho gusto. Le citaré en primer lugar la hacienda del Arzobispo Gillow, que vale más de un millón de pesos, y todas las haciendas que están alrededor de los volcanes donde yo operé hace como ocho meses por espacio de tres meses, y allí no hay más que paredes, allí no hay más que ruinas. Y aquí está el señor Malpica que me dice que también una hacienda de él está completamente arruinada. Lo que yo he manifestado antes no es porque me lo haya dicho nadie, sino que yo lo he visto con mis propios ojos. En todas estas haciendas no hay un solo habitante, todos los individuos viven en los pueblos pequeños, pero lo que fueron las haciendas importantes de esa región, todas están en ruinas.
El C. Sánchez José M.: La hacienda de Gillow, a que se ha referido Su Señoría, se encuentra arrendada por el señor José Falcón y no es cierto que esté destruída y en ruinas; se está explotando la planta de luz, el tinacal y las tierras y la hacienda casi toda se encuentra en buen estado. Las demás haciendas tampoco están destruídas, pues todos los hacendados están trabajando activamente.
El C. Espinosa: En cuanto a lo dicho por el C. Sánchez, debo ampliar mi rectificación anterior. Cuando estuve operando por allá, esa hacienda la tenía arrendada el general Cesáreo Castro, quien era el jefe de las operaciones en el Estado de Puebla; pero este general jamás pudo disfrutar de un solo grano de trigo, que es lo que más produce esa hacienda, porque estuvo siempre en poder de los arenistas. No he dicho que las tierras ya no produzcan nada, eso es un absurdo; todas esas tierras están en completa producción, pues están bien cultivadas y se cosecha allí en abundancia trigo, maíz, frijol, chile, etc; lo que yo he dicho es que están destruídas las fincas de la hacienda y que no han quedado más que tierras, y que alrededor de las grandes haciendas existen varios pueblecillos donde habitan los hombres que hacen las labores del campo. Así, pues, no hay contradicción entre lo que afirma el señor diputado Sánchez y lo que yo he asegurado.
El C. Villaseñor Mejía: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Villaseñor Mejía.
El C. Villaseñor Mejía: Nunca creí que el dictamen a discusión, que comprende únicamente dos artículos, fuera a entretenernos en la discusión particular, después de convencida la minoría de que la mayoría de la Asamblea lo había aprobado; y digo que no creía que se discutiera en lo particular, porque el dictamen en lo general contiene la proposición que en lo particular debe aprobarse, es decir, el permiso que se concede al Gobierno de Tlaxcala para que organice una fuerza rural hasta de quinientos hombres. Pero como el señor diputado Espinosa, inteligente compañero, ha venido a impugnar en lo particular este dictamen, voy a hacer uso de sus propios argumentos y a probarle que no es consecuente con sus ideas.
Ha venido a hablarnos de la inmoralidad reinante en los hijos de Tlaxcala, extrañándome que no se hayan levantado a protestar tres o cuatro diputados de ese Estado, porque según sus argumentos no existen personas capaces de formar el cuerpo que se pretende establecer, y digo que no es consecuente, porque después de haber hablado de una inmoralidad que no tiene puntos de comparación, quiere que se conceda el permiso hasta por cien hombres y no por quinientos.
El C. Espinosa Luis.: ¿ Me permite una aclaración, con permiso de la Presidencia ?
El C. Villaseñor Mejía: Sí, señor.
El C. Espinosa Luis: Para decirle que yo no he lanzado el cargo a los habitantes del Estado de Tlaxcala de que sean inmorales en ningún sentido. Yo he dicho que los habitantes del Estado de Tlaxcala se colindan con el Estado de Puebla en la región de los volcanes, en su mayoría son zapatistas y, naturalmente, los representantes de Tlaxcala que están aquí, convencidos de esa gran verdad, no pueden levantarse a protestar de ella misma. Esa es la aclaración que quería hacer.
El C. Villaseñor Mejía, continuando: El señor Espinosa, en la aclaración que acaba de hacer, da la razón para que esta honorable Asamblea apruebe el dictamen; se refiere él a una región pequeña de aquel Estado y no a todos los habitantes de él, y como al Gobierno de aquel Estado toca, en caso de formarse este cuerpo, escoger hombres honrados y capaces de saber respetar su nombre y la designación que en sus personas se haga, pido a la Asamblea que cesen de discutirse estos puntos en lo particular y vuelva a dar su voto aprobatorio como ya lo hizo en lo general. (Voces: ¡ A votar !)
El C. Secretario Soto Rosendo A.: En votación económica se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el artículo 1o. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse en pie. Suficientemente discutido. Se procede a la votación nominal. (Voces: ¡ No hay quorum !)
El C. Quiroga: Moción de orden.
El C. Presidente: Para una moción de orden tiene la palabra el C. Quiroga.
El C. Quiroga: Teniendo en cuenta lo que dice el Reglamento, me permito hacer notar a la Presidencia que yo creo que aquí lo que procede es preguntar a la Asamblea si hay lugar a votar o no, para que si dice la Asamblea que hay lugar a votar, entonces se vote sobre el dictamen tal como está; si no, se votará sobre el dictamen reformado en el sentido de la discusión.
El C. Presidente: Para no perder tiempo, la Presidencia se permite suplicar al compañero Quiroga tenga la bondad de consultar el Reglamento.
El C. Secretario Soto: "Artículo 1o. se autoriza al ciudadano Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala, para que organice un cuerpo rural, con el carácter de fuerza de seguridad pública en el Estado, hasta de quinientos hombres." Por la afirmativa.
El C. Secretario Meade Fierro: Por la negativa.
El C. Secretario Soto: (Al principio de la votación.) La Presidencia suplica a los ciudadanos diputados ocupen sus curules y guarden el orden necesario para poder tomar la votación. (Se procedió a recogerla.)
El C. Cuéllar: (Durante la votación.) Suplico a la Presidencia exhorte al C. Díaz González a que guarde orden, ya que él es tan celoso de que se cumpla el Reglamento.
El C. Díaz González: ¡ Moción de orden ! ¿ Por qué interrumpe la votación este diputado ?
- El mismo C. Secretario: ¿ Falta algún ciudadano diputado por votar ? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.)
El C. Secretario Meade Fierro: ¿ Falta algún otro ciudadano diputado por votar ? Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió.)
El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa 73 ciudadanos diputados.
El C. Secretario Meade Fierro: Votaron por la negativa 51 ciudadanos diputados. Hay, pues, una asistencia de 124 ciudadanos diputados, y por lo tanto, no hay quorum.
El C. Presidente, a la 7.59 p.m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a Colegio Electoral, a las 10 a.m.