Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181025 - Número de Diario 56

(L28A1P1oN056F19181025.xml)Núm. Diario:56

ENCABEZADO

MÉXICO, VIERNES 25 DE OCTUBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I. - PERÍODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO - NÚMERO 56 SESIÓN ORDINARIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 25 DE OCTUBRE DE 1918

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Son aprobadas dos proposiciones suscritas por varios ciudadanos diputados, en que piden se enlute la tribuna de la Cámara por tres días, con motivo de los fallecimientos de los CC. diputado Aniceto Ortega y constituyente Ascensión Tecpatl, ministrándose a los deudos del primero la cantidad de $2,000.00.

3. - Es discutida y aprobada una proposición en que varios ciudadanos diputados piden se cite al ciudadano ministro de Gobernación, para que se sirva informar a la Asamblea sobre varios puntos relativos a la cuestión agraria. Se nombra una Comisión para que se acerque al Ejecutivo y le comunique la determinación anterior. El C. Cabrera toma la palabra para hechos. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. ALVAREZ DEL CASTILLO JUAN MANUEL

(Asistencia de 134 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.40 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:

"Acta de se sesión de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el día veinticuatro de octubre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las cinco y veinte de la tarde del jueves veinticuatro de octubre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento treinta y ocho ciudadanos, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El mismo ciudadano Secretario dio lectura al acta de la sesión celebrada el día veintitrés del presente mes, la que se aprobó sin debate en votación económica.

"Los CC. Balderas Márquez, Fierro Manuel Ignacio y el referido C. Secretario Soto, introdujeron al salón al C. Rafael Jiménez, quien rindió la protesta de ley como diputado propietario al Congreso de la Unión por el 1er. Distrito Electoral del Estado de Puebla.

"La Secretaría dio cuenta con los documentos en cartera.

"Oficio del Congreso Nacional de Ayuntamientos, en que manifiesta que acordó invitar a los miembros de esta H. Cámara para que se dirijan telegráficamente a las cabeceras de los Distritos que representan, a fin de que nombren sus delegados al Primer Congreso Nacional de Ayuntamientos. - De enterado e imprímase.

"Telegrama procedente de Tetepango, Hidalgo, en que el C. Matías Rodríguez manifiesta que se encuentra enfermo y solicita licencia por los días necesarios para restablecerse.

"Con dispensa de trámites y sin discusión, se aprobó la solicitud.

"Escrito en que el C. Ruiz Chávez hace la misma petición que el C. Rodríguez.

"En igual forma se aprobó.

"Recogida la votación nominal que quedó pendiente en la sesión anterior por falta de quórum, acerca del artículo 1o. del Proyecto de Ley que autoriza al Gobernador de Tlaxcala para organizar fuerzas de seguridad en ese Estado, resultó aprobado por ochenta y tres votos de la afirmativa contra sesenta de la negativa.

"Votaron por la afirmativa, los CC. Aceves, Alejandre, Andrade, Araujo Francisco, Arlanzón, Balderas Márquez, Barragán, Bouquet, Bravo Izquierdo, Bravo Lucas, Breceda Alfonso, Cabrera Federico, Camarena, Cancino, Cárdenas Emilio, Carrión Luis G., Casas Alatriste, Castellanos Díaz, Castro Alfonso, Castro Roberto, Cornejo, Cuéllar, Chávez Manuel M., Díaz González, Espinosa y Elenes, Fernández Miguel G., Ferrel, Fierro Manuel Ignacio, Flores, Franco, Fuentes Barragán, Gámez, Gámiz, García Adolfo G., García Antonio M., García José Guadalupe, García Pablo, García Ruiz, Gómez Gildardo, Gómez Noriega, González Marciano, Guerrero, Gómez Cosme D., Lanz Galera, Malpica, Meade Fierro, Mendoza, Moctezuma, Molina, O' Fárrill, Ortiz Andrés, Ortiz José de la Luz, Parra, Paz, Ramos, Rebolledo, de los Ríos, Ruvalcaba J. Guadalupe, Sánchez José M., Sánchez Salazar, Schulz y Alvarez, Serrano, Silva Federico, Silva Herrera, Siurob, Solórzano, Soto Rosendo A., Suárez José María, Tamez, Tejeda Llorca, Torres, Trejo, Uzeta, Vadillo, Valadez Ramírez, Valladares, Velásquez

Juan, Velásquez López, Verástegui Franco, Villaseñor Mejía, Villela, Zayas y Zincúnegui Tercero. "Votaron por la negativa los CC. Aguilar Antonio, Alarcón, Alencáster Roldán Avellaneda, Baledón Gil, Basáñez, Berumen, Bolio, Bravo Carlos, Cancela Nogueira, Carriedo Méndez, Castilleja, Castillo David, Castillo Garrido, Castillo Nájera, Céspedes, Cordero, Esparza, Espinosa Luis, García de Alba, González Galindo, Hernández Eulogio, Hernández Jerónimo, Herrera, Huerta, Leal, León Oscar H., Lomelí, López Ponciano, Macías Juan E., Madrid, Mancisidor, Mariel, Martínez Ignacio E., Medina francisco, Méndez Benjamín, Montes, Morales Francisco César, Navarro, Ocampo, Olivé, Padrés, Pérez Vela , Pesqueira, Reyes Francisco, Roaro, Rocha, Rodríguez Alfredo, Rodríguez Herminio S., Roel, Saucedo, Soto Peimbert, Tapia, Toro, Torre Rómulo de la, Urdanivia, Vilchis, Villaseñor y Zavala.

"Una vez que habló en contra del artículo 2o. del mismo proyecto el C. Siurob, quien interpeló al C. Herrera Julio, se consideró suficientemente discutido dicho artículo y se procedió a su votación nominal, que fue interrumpida por la Secretaría para leer el artículo 142 reglamentario. El resultado de la votación fue de ochenta votos en sentido afirmativo contra sesenta y uno en sentido negativo.

"Votaron afirmativamente los CC. Aguirre Berlanga, Aguirre León, Andrade, Araujo Emilio, Avellaneda, Balderas Márquez, Bandera y Mata, Barragán, Blancarte, Bouquet, Bravo Izquierdo, Bravo Lucas, Breceda Alfonso, Cabrera Federico, Camarena, Cancino, Cárdenas Emilio, Carrión Luis G., Casas Alatriste, Castellanos Díaz, Castro Alfonso, Castro Roberto, Contreras, Cuéllar, Chávez Manuel M., Díaz González, Espinosa y Elenes, Fernández Miguel B., Ferrel, Fierro Manuel Ignacio, Flores, Franco, Fuentes Barragán, Gámez, García Antonio M., García José Guadalupe, García Pablo, García Ruiz, Gómez Gildardo, González Galindo, González Marciano, Guerrero, Iturralde, Malpica, Meade Fierro, Moctezuma, Molina, O' Fárrill, Ortiz Andrés , Ortiz José de la Luz, Parra, Peña, Paz, Ramos, de los Ríos, Rodríguez de la Fuente, Roel, Ruvalcaba J. Guadalupe, Sánchez José M., Sánchez Salazar, Silva Federico, Silva Herrera, Solórzano, Soto Peimbert, Soto Rosendo A., Suárez José María, Tamez, Torres, Trejo, Vadillo, Valadez Ramírez, Valladares, Velásquez Juan, Velásquez López, Verástegui Franco, Villaseñor Mejía, Villela, Zayas y Zincúnegui Tercero.

"Votaron negativamente los CC. Aguilar Antonio, Alarcón, Alejandre, Alencáster Roldán, Baledón Gil, Basáñez, Berumen, Bolio, Bravo Carlos, Cancela Nogueira, Carriedo Méndez, Castilleja, Castillo David, Castillo Garrido, Castillo Nájera, Castillo Torre, Céspedes, Cordero, Esparza, Espinosa Luis, Gámiz, García de Alba, González Jesús M., Gutiérrez Antonio, Gómez Cosme D., Hernández Eulogio, Herrera Julio, Huerta, Hernández Loyola, Lanz Galera, Lomelí, López Ponciano, Macías Juan E., Macías Ruvalcaba, Madrid, Mariel, Medina Francisco, Méndez Benjamín, Mendoza, Montes, Navarro, Ocampo, Olivé, Padrés, Palacios Moreno, Pérez Vela, Pesqueira, Reyes Francisco, Roaro, Romero Cepeda, Schulz y Alvarez, Serrano, Siurob, Soto José M., Tapia, Toro, Torre Rómulo de la, Urdanivia, Vilchis, Villaseñor y Zavala.

"Los artículos aprobados dicen:

"1o. Se autoriza al ciudadano Gobernador Constitucional del Estado de Tlaxcala para que organice un cuerpo rural con carácter de fuerzas de seguridad pública en el Estado, hasta de quinientas plazas."

"Segundo. Dicho cuerpo dependerá del ciudadano Gobernador del Estado De Tlaxcala, y su sostenimiento estará a cargo del Presupuesto de Egresos de esta Entidad Federativa, quedando sujeto en todo a las prescripciones de la Ley Orgánica y de la Ordenanza General del Ejército actualmente en vigor, en tanto no se reglamente la Guardia Nacional de dicho Estado."

"Pasa el proyecto al Senado para sus efectos constitucionales.

"La Secretaría continuó dando cuenta:

"Dictamen de la 2a. Comisión de Gobernación, que propone se conceda licencia al C. diputado Andrés Ortiz, por todo el tiempo que dure la Comisión que le confiará el ejecutivo de la Unión y se llame a su suplente.

"Sin debate de aprobó.

"Proyecto de ley subscripto por el C. Castellanos Díaz, que tiene por objeto suprimir las Capitanías de Puerto, estableciendo una oficina encargada de vigilar la navegación en los puertos, que se llamará "Jefatura de Puerto" y que será integrada por el personal que en el mismo proyecto se menciona.- Primera lectura, e imprímase.

"Proposición de los CC. Villaseñor Mejía, Balderas Márquez, Cancino Herminio y Méndez Fortunato, a fin de que se nombre una Comisión que deposite una ofrenda floral el día 30 de los corrientes en la tumba del ilustre demócrata don Francisco I. Madero.

"Sin debate se aprobó, así que se le dispensaron los trámites y la comisión quedó integrada por los ciudadanos que firman la proposición, en unión del C. Herminio Rodríguez S.

"Proposición de los CC. Trigo, Rodríguez Alfredo, Velásquez López, Soto Peimbert, Ortiz Andrés y Uzeta, relativa al nombramiento de una Comisión que se acerque al ciudadano Presidente de la República para suplicarle que autorice a la Dirección General de Telégrafos a que reciba los mensajes que los ciudadanos diputados dirijan a las autoridades de las Entidades que representan, en demanda de datos e informes que sean necesarios para el mejor desempeño de las labores de esta honorable Cámara.

"Se le dispensaron los trámites y sin discusión se declaró aprobada en votación económica, que fue repetida por haberla reclamado el C. Castilleja. El resultado de la segunda votación fue dudoso, y se comisionó a los CC. Díaz González y Castilleja para el recuento de votos; pero del informe que éstos rindieron, aún no se pudo llegar a ningún resultado y, en obvio de dificultades, el C. Meade Fierro, debidamente apoyado solicitó votación nominal, que produjo ciento veinticuatro votos de la negativa contra veintiséis de la afirmativa, por lo que la proposición resultó desechada.

"Proposición del C. Lanz Galera con objeto de que en la invitación que se haga al Senado para

que el Congreso elija dos Magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Magistrado del Distrito Sur de la Baja California y Jueces 5o. y 7o. de Instrucción de esta capital, se incluya el nombramiento de Juez Mixto de 1a. Instancia del Territorio de Quintana Roo.

"Se le dispensaron los trámites y se puso a debate; el C. Lanz Galera hizo una aclaración, solicitada por el C. Andrade, y en seguida se aprobó la proposición.

"Antes de darse cuenta con otros documentos, la Asamblea aprobó, a instancia del C. Silva Herrera, se pusiese a consideración de la misma el dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que consulta esta iniciativa:

"Artículo único. Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para gastar la cantidad de treinta mil pesos en auxiliar, en la forma que lo creyere conveniente, a las personas damnificadas por el último ciclón habido en la Baja California."

"Como a esta iniciativa se le dispensó la segunda lectura en la sesión anterior, fue puesta a debate. Ningún ciudadano usó de la palabra y la Cámara la aprobó por unanimidad de ciento veintisiete votos. Pasó a la 2a. Comisión de Estilo.

"Sin debate se aprobó el dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que propone no se acceda, por ahora, a la solicitud de la señora Guadalupe Nájera viuda de Ortiz, para que le sean cubiertas las pensiones que dice se le adeudan. en virtud de las críticas condiciones del Erario Nacional y de la necesidad que éste tiene de atender de preferencia a las víctimas de la Revolución Constitucionalista.

"Igualmente, sin discusión se aprobaron los dictámenes de la 1a. Comisión de Hacienda que consultan estos puntos resolutivos:

"No ha lugar a conceder la pensión solicitada en favor de la viuda e hija del C. licenciado Julio Zárate. Comuníquese a los solicitantes."

"No ha lugar a conceder la pensión que solicita doña Aurora Rodríguez de González. Comuníquesele."

"No ha lugar a la pensión que solicita para sus hijos la señora Rosario Alfaro viuda de Ramírez. Comuníquesele."

"Después de que el C. Silva Herrera, miembro de la 1a. Comisión de Hacienda, contestó una interpelación del C. Galindo Carlos, se aprobó el dictamen de la misma Comisión, que propone se resuelva no ha lugar a eximir de derechos de importación la maquinaria para una fábrica de llantas y artefactos de hule, introducida al país por la sociedad "Azteca, S. A.," y se comunique este acuerdo a los interesados y a las Secretarías de Industria y Comercio y de Hacienda.

"Se aprobó, en votación económica, así que hizo una observación el C. Espinosa Luis, la minuta de la 2a. Comisión de Corrección de Estilo, relativa al proyecto de ley que autoriza al Ejecutivo de la Unión para gastar treinta mil pesos en auxiliar a los damnificados de la Baja California y cuyo documento está concebido en los mismos términos que el proyecto de ley ya inserto en el cuerpo de esta acta. Pasó al ejecutivo para los efectos constitucionales.

"Puesto a discusión el dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que concluye con un acuerdo económico que dice no ha lugar a conceder a doña Soledad Marroquín viuda de Hidalgo y Costilla la pensión que solicita, por no estar comprobado que su finado esposo haya pertenecido a la familia del ilustre cura de Dolores, el C. Silva Herrera, miembro de la Comisión, contestó una pregunta del C. Siurob, quien agregó una aclaración. Acto continuo se aprobó el dictamen.

"Sin que ningún ciudadano hiciera uso de la palabra, la Asamblea otorgó su aprobación a dos dictámenes de la propia 1a. Comisión de Hacienda y a otro de la 1a. Comisión de Instrucción Pública, que, respectivamente, consultan estos puntos resolutivos:

"No ha lugar a conceder la exención de derechos de importación que para una locomotora y juego adicional de llantas y muelles, solicita la "Compañía Real del Monte y Pachuca", Comuníquese a los peticionarios y a la Secretaría de Hacienda, para los efectos consiguientes."

"No ha lugar a conceder la exención de derechos e impuestos federales que por un período de veinte años solicitan los CC. Clemente L. Chávez y Mariano C. Jiménez, en favor de la fábrica de sosa cáustica que se proponen establecer."

"Pase a la Comisión de Presupuestos y Cuenta, para los fines consiguientes, el memorial en que las señoritas profesoras de Instrucción Primaria del Distrito Federal solicitan se les igualen sus sueldos con los de los profesores del mismo Distrito Federal."

"También se dio cuenta en esta sesión con un memorial de varios vecinos del Distrito y Municipio de Huejotzingo, Puebla, hecho suyo por los CC. Vadillo, Sánchez José M., Saucedo, Cuéllar y Morales Hesse, que se refiere a una queja contra el Gobernador de aquel Estado, en vista de que este funcionario ha resuelto que entreguen la mitad de sus cosechas a los dueños de las haciendas de donde se tomaron las tierras que han poseído, de acuerdo con las leyes emanadas del Gobierno de la Revolución. La Mesa dió a este memorial el trámite de: "A las Comisiones Agrarias y de Puntos Constitucionales, en turno."

"El C. Sánchez José M., haciendo uso de la palabra para reclamar el trámite, pidió se leyera una proposición que sobre el particular había presentado, a lo que accedió la Mesa. El mismo C. Sánchez pretendió fundarla, pero a ello se opuso la Presidencia, porque estaba a discusión el trámite de la Mesa. El C. Siurob apoyó la intención del C. Sánchez; la Presidencia hizo aclaraciones, y los CC. Andrade y Espinosa Luis, mociones de orden; luego habló en contra el C. Sánchez, a quien interrumpió en dos ocasiones la Presidencia, en virtud de que no se concretaba a impugnar el trámite, y mociones de orden de los CC. Cancino Herminio y Quiroga.

"El C. Espinosa Luis usó de la palabra en pro, se apoyó en los artículos 103 y 104 constitucionales, y asimismo fue interrumpido por una moción de orden del C. Quiroga. La Secretaría leyó el artículo 62 del Reglamento y en seguida refutó el trámite el C. Vadillo, el que también fue interrumpido por una aclaración del C. Secretario Meade Fierro, a la que siguió otra de

la Presidencia solicitada por el orador, por una moción de orden del C. Malpica y por aclaraciones del C. Sánchez José M. Terminó el C. Vadillo pidiendo que la Mesa diera algún trámite a la proposición del C. Sánchez.

"Considerado suficientemente discutido el trámite que recayó al memorial de los vecinos de Huejotzingo, se aprobó en votación económica.

"Acto seguido se dio cuenta con la proposición del C. Sánchez, que también la firman los CC. Morales Hesse, Vadillo, Saucedo, Altamirano, Mariel, Castilleja y Siurob, y que se refiere a que se cite al ciudadano Secretario de Gobernación para que informe sobre los puntos que en la misma proposición se enumeran.

"Dispensada de trámites se puso a debate.

"Habló en contra el C. Molina, quien interpeló al C. Balderas Márquez.

"Presidencia del C. Horacio Uzeta.

"El C. Zincúnegui reclamó el quorum, por lo que la Secretaría se dispuso a pasar nueva lista, pero el C. Bravo Izquierdo, en moción de orden, insinuó la conveniencia de que se preguntara a la Asamblea si continuaba la sesión, no obstante haber transcurrido el tiempo reglamentario. La consulta en este sentido fue resuelta negativamente y a las ocho y cincuenta se levantó la sesión y se citó para las cuatro de la tarde del día siguiente, a sesión de Cámara de Diputados."

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Aprobada.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"Con motivo de la defunción del C. diputado Aniceto Ortega, y siguiendo los precedentes establecidos en casos semejantes, nos permitimos proponer a esta honorable Asamblea, con dispensa de todo trámite, las siguientes proposiciones:

"Primera. Enlútese por tres días la tribuna de esta Cámara.

"Segunda. Minístrese a los deudos del extinto ciudadano diputado Ortega, la cantidad de $2,000.00, para gastos de funerales, con cargo a la partida número 2 del Presupuesto."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 25 de octubre de 1918. - J. M. Alvarez del Castillo. - R. A. Soto. - F. C. Morales."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites a esta proposición. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. Los que deseen hacer uso de la palabra pueden pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra...

El C. Araujo Francisco: Pido la palabra. Nada más para ampliar el plazo de tres días, a nueve, porque es un miembro de la Cámara; entiendo que deben ser nueve días y no tres. (Voces: ¡ No, no !)

- El mismo C. Secretario: La Secretaría tiene el honor de informar a Su Señoría, que es la costumbre enlutar por tres días la tribuna de la Cámara.

- El mismo C. Secretario: En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Aprobada.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, tiene el honor de informar que, en cumplimiento del artículo 54 del Reglamento, ha ordenado la distribución de esquelas comunicando el sensible fallecimiento del C. diputado Aniceto Ortega, y que no se nombre Comisión, en virtud de haberse verificado ya los funerales de este ciudadano diputado.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"Considerando que es un deber de patriotismo el tributar manifestaciones - luctuosas y de sentimiento en memoria de los que se ausentaron del mundo de los vivos y de alguna manera contribuyeron en esta época, a la consolidación del orden en el país, y habiendo dejado de existir el C. Ascensión Técpatl, miembro que fue del Congreso Constituyente en Querétaro, circunstancia que lo cataloga en el número de los ciudadanos acreedores a estas manifestaciones, muy atentamente suplicamos a los miembros de esta Representación Nacional, aprueben, con dispensa de todo trámite, las siguientes proposiciones:

"Primera. Enlútese durante tres días consecutivos la tribuna de esta honorable Cámara en señal de duelo por la muerte del C. Ascensión Técpatl, que formó parte del Congreso Constituyente en la ciudad de Querétaro.

"Segunda. Invítese a la honorable Cámara de Senadores a fin de que honre la memoria del desaparecido en igual forma que ésta de Diputados."

"México, 25 de octubre de 1918. - José M. Suárez. - José de la Luz Ortiz."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites a esta proposición. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Aprobada.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"Los que subscribimos, diputados al Congreso de la Unión, teniendo en cuenta la situación en que se hallan los pueblos del Estado de Puebla, según lo manifiesta el memorial enviado a esta honorable Cámara, y que esa misma situación existe en otros pueblos de la República, por la grandísima importancia que tiene para la Nación la cuestión agraria, pedimos que, con dispensa de todo trámite, se sirva aprobar la siguiente proposición:

"Única. Cítese al ciudadano Ministro de Gobernación para que se sirva informar a esta honorable Asamblea sobre los siguientes puntos:

"Primero. Si ha autorizado el Gobierno Federal al ciudadano Gobernador de Puebla para dictar la disposición a que se refieren los vecinos de Huejotzingo y demás pueblos del Estado de Puebla.

"Segundo. Si han tomado medidas para hacer cumplir la circular de 31 de octubre de 1917, sobre aprovechamiento de cosechas en las posesiones provisionales de tierras que poseen los pueblos.

"Tercero. Si las posesiones provisionales dadas a los pueblos por jefes militares, en el período preconstitucional, las reconoce el Gobierno Federal, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley Agraria de 6 de enero de 1915 y artículo 2o. transitorio del decreto federal de 19 de septiembre de 1916.

"Cuarto. Si se ha activado la tramitación de las solicitudes sobre la dotación o restitución de ejidos y la ejecución de éstos en los casos ya resueltos definitivamente por el Ejecutivo de la Unión."

"Salón de sesiones, el 23 de octubre de 1918. - J. M. Sánchez. - J. Morales Hesse. - B. Vadillo. - Salvador Saucedo. - S. H. Mariel. - M. F. Altamirano. - José Castilleja. - J. Siurob."

Sigue a discusión este asunto. Los que deseen hacer uso de la palabra pueden pasar a inscribirse.

El C. Presidente: Habiendo hablado en contra el C. Molina, tiene la palabra, en pro, el C. Siurob.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Al abordar el asunto a debate, recuerdo alguna descripción que hacía Taine a propósito de un juicio literario sobre tres de los escritores más grandes que ha habido en la literatura mundial. Se refería a Balzac, a Hugo y a Zolá. A propósito de la manera de describir de cada uno, refería, a propósito de Balzac, que Balzac, si pasaba por la orilla de un pantano, con el estilo atildado que le era característico, con la absoluta corrección en el fondo y en la forma, pero siempre viendo las cosas tales como son, describía exactamente el paisaje, tomaba todos los detalles de colorido, todos los detalles de fondo y de forma y se limitaba a hacer una descripción bastante exacta. Hugo, siempre idealista, atravesaba por la orilla del pantano y se concretaba a tomar una que otra pincelada y aquellas pinceladas las trasladaba a su obra y a su libro; pero aquellas pinceladas solas bastaban para dar una idea hasta de los más bajos fondos del mismo pantano. En cambio, Zolá pasaba por la orilla del pantano, se establecía allí, armaba su tienda y se dedicaba con un zapapico o con una pala a espulgar el fondo del pantano y a hacer chorrear lodo fétido, percibía todos los olores y mismas malsanos y los trasladaba con la crudeza del realismo más absoluto a la grandiosidad de su obra. Igual cosa, conciudadanos, pienso yo en estos momentos. Por aquí desfilan oradores que al hablar del pantano fétido de nuestras transacciones políticas, se concretan a tomar una que otra pincelada; otros se detienen allí, estudian las causas de esas transacciones y trasladan de una manera más o menos correcta al ambiente y al medio; pero lo que se necesita no es eso; lo que se necesita es hacer lo que Zolá; plantar allí la tienda, establecerse en la proximidad del pantano y levantar aquel bajo fondo hasta darlo a conocer en toda su fetidez, en toda su abyección y en toda su ignominia, para que el pueblo cobre horror a las transacciones y para que se demuestre de una manera palmaria que nuestro Gobierno, que el Presidente de la República, no tiene derecho de transigir. Y digo que no tiene derecho de transigir, porque el haber sido elevado por el voto popular a la Primera Magistratura de la República, indica de una manera clara que es el encargado de vigilar por que se cumplan los destinos del pueblo, de acuerdo con sus propias tendencias; y si las tendencias del pueblo son radicales y progresistas, el gobernante no tiene absolutamente ningún derecho para transigir dentro del terreno de los principios; podrá transigir dentro del terreno de los hechos, más bien dicho, dentro del terreno de los intereses, y nada más; el terreno de los principios le está vedado; debe ser sagrado para todos nuestros gobernantes y esa es la causa perenne de nuestras guerras civiles: gobernantes que suben al Poder y que indebidamente en contra de toda justicia y en contra de todo derecho transigen con las ideas populares, violan ese camino recto trazado por la conciencia pública en el mar sin fondo de nuestras revoluciones; y una vez violados los principios conductores de la nacionalidad, una vez violados los principios esenciales que deben llevar a este conglomerado de hermanos que se llama la Patria Mexicana al progreso y al bienestar, vuelve a engendrarse el caos; vuelve a engendrarse la lucha civil, vuelve a engendrarse la anarquía que resucita como hidra de mil cabezas, destruyendo lo poco que hubiera podido construirse en el período efímero de paz ficticia. Si toco estos asuntos, es precisamente porque tienen íntima conexión con el debate; si queremos que se llame al Ministro de Gobernación, es porque estamos en presencia de una transacción indebida del ciudadano Presidente de la República y de nuestras autoridades, dentro del terreno de los principios, como voy a demostrarlo.

La Ley de 6 de enero de 1915, en uno de sus artículos dice lo siguiente, y suplico a la Secretaría le dé lectura:

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Ley Federal del 19 de septiembre de 1916.

"Transitorio 2o. toda posesión que, con el carácter de provisional, se haya dado a los pueblos, la conservarán éstos, entretanto el encargado del Poder Ejecutivo pronuncia la resolución definitiva; en la inteligencia de que harán suyos y podrán disponer de los frutos y productos de las tierras que hubieren cultivado y sembrado."

El C. Siurob, continuando: Como acaba de ver la honorable Asamblea, la Ley de 6 de enero establece claramente que todas las posesiones provisionales dadas a los pueblos por los jefes militares, no pueden ser derogadas hasta que una disposición del Presidente de la República, mediante el expediente de tramitación desechado por la Comisión Nacional Agraria, o aprobado, pero en todo caso desechado por el Presidente de la República, les niegue la posesión de las tierras que se les había dado provisionalmente. Pero el caso es que en el Estado de Puebla y en todos los Estados de la República - de los que yo tengo conocimiento por lo menos -, la posesión provisional dada por nosotros a los pueblos les ha sido arrebatada, les ha sido quitada y a los que no les ha sido quitada, les va a ser quitada muy próximamente; de ello tengo pruebas absolutamente claras; y voy a citar una dentro de muy pocos instantes. Pero para que se vea que eso sí se está haciendo por el Estado de Puebla... (Voces: ¡ Molina !) el compañero Molina, que afirmó que no estaba haciéndose eso; para que se sepa que sí es verdad que se está haciendo, aquí están documentos enteramente fehacientes que lo comprueban. Pido a la

Presidencia se sirva ordenar a la Secretaría que les dé lectura.

- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:

"Estados Unidos Mexicanos. - Estado Libre y Soberano de Puebla. - Presidencia Auxiliar de Nalmimilulco. - Municipalidad de Huejotzingo. - Número 110.

"La Secretaría General de Gobierno, en oficio número 4078, de fecha 25 de los corrientes, me dice lo siguiente: "En virtud de que la hacienda de Santa Ana de Arriba, no está comprendida dentro de la orden general girada a los pueblos del Valle de San Martín Texmelucan, por conducto de la Presidencia Municipal de Huejotzingo, para que suspendieran sus trabajos de pizca, entretanto este Gobierno dictaba las disposiciones del caso, a fin de solucionar las controversias existentes entre hacendados y pueblos, por las siembras efectuadas por los segundos en tierras de los primeros, ya sea por virtud de posesiones provisionales o por invasiones sin autorización legal, sírvase usted dejar al propietario de la referida hacienda de Santa Ana de Arriba continuar sus trabajos de pizca; en el concepto de que éste entregará en todo caso y si corresponde por los contratos que tengan celebrados, las medias de las cosechas con sus aparceros."

"Lo que transcribo a usted para su conocimiento a fin de que se cumpla lo presinserto en el presente oficio, emanado de la superioridad. Sírvase acusarme recibo del presente.

"Constitución y Reformas. - Xalmimilulco, septiembre 30 de 1918. - P. O. D. P., Fernando Hernández, Secretario.

"A los ciudadanos representantes agrarios. - Presente."

El C. Siurob, continuando: Como este documento, tengo otros, que no exhibo por no cansar demasiado a la honorable Asamblea, y porque voy a permitirme distraer algún tiempo su atención. Este documento comprueba varias cosas. La primera...

El C. Molina, interrumpiendo: ¿ Me permite usted una interpelación ?

El C. Siurob: No tolero que me interrumpa, señor compañero, suplico me dispense.

El C. Molina, interrumpiendo: Es en bien de la discusión.

El C. Siurob, continuando: Como decía, aquí tengo muchos documentos... (Voces: ¿ Cuáles son ?)... Aquí están otros que no pido que se lean, precisamente por no cansar demasiado a la Honorable Asamblea; pero documentos como éstos comprueban varias cosas: la primera, que el Gobernador del Estado de Puebla indebidamente se mete en asuntos que no entran dentro de su esfera de acción. En efecto, el Gobernador del Estado de Puebla no tiene que dar disposiciones sobre ejidos, ni tiene que dar disposiciones sobre aprovechamiento de siembras hechas en terrenos propios para ejidos. Segunda: el Gobernador del Estado de Puebla hace una labor todavía más profunda en asuntos de ejidos y se pone a hablar sobre las disposiciones subsecuentes que diera respecto de las posesiones definitivas de ejidos dados en posesión provisional. Como ustedes comprenderán, yo no culpo demasiado al Gobernador de Puebla, porque entiendo que esto viene de arriba; el Gobernador de Puebla se ve compelido realmente a ejecutar estos actos, porque éstos no son más que la prevención de otro acto todavía mayor y es este: que se quite la posesión provisional a todos los pueblos a los que se les había dado en esa misma forma. ¿ Qué derecho hay para quitar a los pueblos la posesión provisional de los ejidos que se les habían entregado ? El ciudadano Presidente de la República puede decir que muchos jefes militares dieron posesiones provisionales indebidas; ¿ pero se va a suponer que en todo el país ocurrió lo mismo, que todos los jefes militares nos hemos equivocado, conociendo como conocemos a fondo los ideales de la Revolución ? Indudablemente que no. ¿ Qué, todos los jefes militares de la Nación son tan faltos de espíritu público y tan carentes del conocimiento de las circunstancias que ninguno supo dar convenientemente tierras a los pueblos ? ¿ Por qué entonces se quitan todas las tierras a los pueblos para devolverlas a los terratenientes ? Esta es una transacción y hurgando en ese bajo fondo de nuestras transacciones, encuentro detrás de cada una de ellas al capital imponiéndose a los gobiernos. Ya es tiempo de cortar esas relaciones misteriosas que existen entre el capital y nuestros gobernantes; ya es tiempo de arrancar para siempre esas ligas secretas, tanto más pérfidas cuento que son traidoras, porque se hacen a espaldas de la ley y de los pueblos y sirven precisamente para arrebatarles el tesoro de sus más sagradas conquistas. Así, pues, lo que se pretende en este caso es conocer a fondo cuál es la política real del Gobierno sobre el particular, lo que servirá para saber cuál ha de ser nuestro criterio al dictar las leyes agrarias sobre las que muy pronto tenemos que pasar y esto orientará nuestra opinión, porque muy bien pudiera haber sucedido que el Gobierno hubiera tropezado con dificultades muy grandes al dar a los pueblos la posesión provisional de las tierras y al confirmarles la posesión definitiva, o al dar posesión a los que no la tengan y que la Cámara de Diputados pudiera zanjar estas mismas dificultades. Yo sé perfectamente que hoy el problema agrario interesa demasiado poco a los ciudadanos diputados.... (Voces: ¡ No ! ¡ No !)... Lo demuestra la poca atención que prestan a un asunto de tanta trascendencia. Aplausos en las galerías.) Y digo que prestan poca atención, porque todos se han esmerado en hacer comprender que las leyes agrarias no han sido más que el cebo para atraer a los pueblos a la causa del constitucionalismo; pero los pueblos no han ido allí por el cebo, han ido allí por la realidad de las cosas y los pueblos, cada día más poseídos de sus propios derechos, no cejarán hasta que no se les concedan esos mismo derechos. El Gobierno está equivocado, terriblemente equivocado, si cree que los pueblos se van a contentar con una limosna en este sentido; si cree que la opinión pública va a quedar satisfecha con que se le esté engañando únicamente procediendo con toda lentitud, con excesiva, con demasiada prudencia y con un espíritu de transigencia en esta clase de asuntos. Siquiera por el respecto que merecen los antiguos compañeros de armas, los hombres que fueron a exponer su pecho a las balas enemigas y que dieron posesión provisional a aquellos pueblos, y que son,.. por decirlo así, hijos predilectos de la

sociedad, los que recibieron la tierra en los momentos en que se andaba luchando por ella, en los momentos en que esa misma tierra fue regada con sangre de mártires, simplemente por ese hecho no se debería quitar la posesión provisional dada durante el período preconstitucional. La Cámara de Diputados en el Congreso pasado aprobó que se debía confirmar a los pueblos la posesión provisional dada durante la época preconstitucional; aquí está la ley. Suplico a la Presidencia se sirva ordenar a la Secretaría que le dé lectura.

El C. Secretario Soto, leyendo: "Transitorios... Artículo 3o. Se declaran legales y válidas todas las dotaciones o restituciones hechas con el carácter de provisionales por los Gobernadores de los Estados y los Comandantes Militares de los Territorios y del Distrito Federal, hasta la fecha de la promulgación de esta ley, y los expedientes respectivos seguirán tramitándose hasta su resolución definitiva."

El C. Siurob, continuando: Este fue el criterio de la Cámara pasada; pero ahora se oponen los elementos reaccionarios fundándose en las antiguas leyes fundadas en el antiguo derecho hoy en ruinas, en el antiguo derecho individual que se imponía al derecho colectivo, al derecho moderno; en el antiguo derecho individual demasiado exclusivista, demasiado egoísta, que ya no puede regir a las nuevas generaciones y que precisamente debe ser derogado por estas leyes nuevas que a nosotros nos toca dictar. Pero ni aun allí podrán encontrar refugio estos individuos obstruccionistas y reaccionarios que tratan de valerse de las antiguas máximas del derecho, y voy a demostrarlo: Los pueblos que están en la actualidad poseyendo tierras que les fueron otorgadas provisionalmente, tienen derecho a que no se les despoje del producto de aquellas tierras. Aquí está el Código Civil que en varios de sus artículos, a propósito de la posesión de buena fe, confirma que las tierras entregadas a los pueblos y que están poseídas de acuerdo con una ley y, por consiguiente, a título de buena fe, dan lugar a que los propietarios no puedan ser desposeídos del producto de las mismas. Pido a la Secretaría se digne darles lectura.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"De la posesión...

"Artículo 830. Es poseedor de buena fe el que tiene o fundadamente cree tener título bastante para transferir el dominio.

"Artículo 831. Lo es también el que ignora los vicios del título. La ignorancia se presume en este caso.

"Artículo 832. Es poseedor de mala fe el que posee, sabiendo que no tiene título; el que sin fundamento cree que lo tiene; y el que sabe que el título es insuficiente o vicioso.

"Artículo 833. El poseedor tiene a su favor la presunción de poseer de buena fe, salvo lo dispuesto en el artículo 861.

"Artículo 834. El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos, mientras su buena fe no es interrumpida."

El C. Siurob, continuando: Como ustedes ven, hay dos artículos esencialmente aplicables, el primero, o sea el 830, que dice:

"Es poseedor de buena fe el que tiene o fundadamente cree tener título bastante para transferir el dominio."

En este caso, los pueblos están poseyendo de buena fe, porque se confiaron a una ley dictada y que pasó a la categoría de constitucional. Aquí está el artículo de la Carta Magna en virtud del cual la citada ley de 6 de enero fue incorporada a la Constitución General de la República; es una fracción del artículo 27, que dice:

"Se declaran nulas todas las diligencias, disposiciones, resoluciones y operaciones de deslinde, concesión, composición, sentencia, transacción, enajenación o remate que hayan privado total o parcialmente de sus tierras, bosques y aguas a los condueñazgos, rancherías, pueblos, congregaciones, tribus y demás corporaciones de población que existan todavía, desde la ley de 25 de junio de 1856; y del mismo modo serán nulas todas las disposiciones, resoluciones y operaciones que tengan lugar en lo sucesivo y que produzcan iguales efectos. En consecuencia, todas las tierras, bosques y aguas de que hayan sido privadas las corporaciones referidas, serán restituídas a éstas, con arreglo al decreto de 6 de enero de 1915, que continuará en vigor como ley constitucional."

Si, pues, los pueblos están poseyendo de acuerdo con un decreto sancionado por la Constitución, es decir, que ha pasado a la categoría de ley constitucional, es claro que están poseyendo de buena fe, puesto que están poseyendo de acuerdo con la Ley Suprema de la República. Ahora bien; si están poseyendo de buena fe, conforme al artículo 834, que dice: "El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos mientras su buena fe no es interrumpida"; por consiguiente, la buena fe de estos poseedores no se ha interrumpido, desde el momento en que ninguna disposición ha sido dictada en contra de la posesión provisional que tienen estos pueblos, y si no ha sido dictada ninguna disposición, no sólo apoyada en alguna ley, pero ni siquiera aun arbitraria, ni siquiera una disposición fuera de toda ley, quiere decir que son poseedores de buena fe, y como esta buena fe no ha sido interrumpida, tienen derecho a poseer todos los frutos de las tierras que les han sido entregadas. Pero como es el caso que el gobernador del Estado de Puebla, indudablemente influenciado por la Primera Jefatura o por la Secretaría de Gobernación dicta disposiciones para que todas las tierras entregadas provisionalmente sean devueltas a los terratenientes, hay una flagrante contradicción de procedimientos, y para esa flagrante contradicción de procedimientos, para que los pueblos se convenzan de que no se les está engañando, para que nosotros sepamos a qué atenernos sobre el cumplimiento de una ley constitucional, para que nosotros cumplamos con lo que hemos ofrecido al venir a protestar allí, en ese lugar, al venir a decir que procuraremos el cumplimiento de todas nuestras leyes, necesitamos interpelar al Ministro de Gobernación para un asunto de urgente y de obvia resolución. Es urgente, porque no puede haber cosa más urgente para los pueblos y para la República, que saber a qué atenerse sobre el asunto tan trascendental de tierras; saber cuál es la política definitiva que va a seguir el Gobierno; saber cuál es el cambio de mira que ha tenido, qué

circunstancias lo han originado y si estas circunstancias son respetables, no tendremos más que inclinarnos ante ellas; pero si estas circunstancias no son respetables, nos queda el derecho de protestar y que toda la Nación sepa que la XXVIII Legislatura no ha sabido transigir con los verdaderos intereses del pueblo. Es asunto de obvia resolución, porque es un asunto absolutamente político y en que no se trata más que de exponer francamente cuál es el criterio político del Gobierno. Para ello, indudablemente que no vendrá el Ministro de Fomento, desde el momento en que el Ministro de Fomento no es el encargado de exponer la política del Gobierno; tendrá que venir el Ministro de Gobernación, porque el Ministro de Gobernación es el que tiene el deber de venir a informar aquí sobre los cambios en la política del Gobierno. Y no es necesario que se esté discutiendo ninguna ley para citarlo. Aquí tenéis el artículo 55 del Reglamento, que suplico a la Secretaría se sirva leer.

- El C. Secretario Soto, leyendo:

"Los Secretarios del Despacho asistirán a las sesiones siempre que fueren enviados por el Presidente de la República, o llamados por acuerdo de la Cámara; sin perjuicio de la libertad que tienen de asistir, cuando quisieren, a las sesiones."

El C. Siurob, continuando: Como ustedes ven, aquí no habla el Reglamento de que haya o no proposición a debate; de que haya o no asunto a discusión, sino única y exclusivamente hace mención de cuando la Cámara considere necesario que algún ministro informe. Nosotros, en este caso, debemos considerar necesario que se venga a informar, porque nos servirá su informe de norma en todas las discusiones agrarias que se presenten, calmará a los pueblos y tranquilizará a todos los ciudadanos de la República, puesto que todo el mundo sabrá a qué atenerse. No quiero decir que el Gobierno no haya cumplido en lo absoluto con el problema agrario; no, señores, yo mismo soy testigo de que se han dado ya ejidos a los pueblos y de que esta labor se continúa por el ciudadano Ministro de Fomento, para quien no tengo más que elogios sobre el particular; pero en el asunto en que la resolución depende del ciudadano Presidente de la República, las cosas andan de muy diverso modo. Ya lo véis: ¿ puede suponerse que todos los jefes militares de la República se hayan equivocado al dar posesión provisional de las tierras ? No, señores. ¿ Por qué, entonces, se transige en esta forma antes de examinar si aquellos hombres tenían o no razón ? ¡ Eso se llama condenar a la Revolución sin oírla; eso se llama condenar a los revolucionarios sin concederles el honor de escucharlos ! ¡ Así se ha tratado a todos los revolucionarios ! Se comenzó por exigir la renuncia por la vía telegráfica a un ministro, cosa que sólo se ha hecho con un ministro revolucionario; se continúa por expulsar del país a cualquier individuo revolucionario, por el simple hecho de que demuestra tener virilidad y se enfrenta a su manera, aunque sea... (Siseos.) y se termina por negar a los jefes revolucionarios toda atingencia al haber dictado resoluciones sobre el asunto de tierras. ¿ Qué significa esto ? Que los más grandes golpes serán para los revolucionarios; que a ellos hay que darles en la cabeza para que no sigan soñando en utopías; que hay que considerarlos como locos, a la manera que se consideró loco al apóstol Madero, porque la regeneración y la redención del pueblo es una cosa para la que se necesita que vengan los antiguos científicos. Pero no, ciudadanos diputados, es necesario que comprendamos que algo peor, cien veces peor que querer que se cumplan las promesas de la Revolución inmediatamente después de pasada una Revolución, algo peor que esa excitación de los revolucionarios viejos, algo peor que esa intransigencia y que ese apresuramiento de los revolucionarios viejos, es el hecho de olvidarse por completo de las promesas revolucionarias y de no volver a acordarse de ellas sino para pisotearlas.

Nosotros no queremos para el Ejecutivo ni la sombra de una sospecha. Ya es tiempo de que los Gobiernos de México se reconcilien con sus pueblos. ¿ Cómo se reconciliarán ? Demostrándoles que no se apartan un ápice de las tendencias primitivas, de las tendencias originales de esos pueblos consagradas con el fruto de sangre. Que venga al ciudadano Ministro de Gobernación aquí y que nos explique que el Gobierno no trata de quitar esa posesión provisional a los pueblos, o que nos diga francamente si el Gobierno ya transigió absolutamente en ese sentido, y que nos venga a exponer razones y que nos venga a exponer causas; pero que no se esté transigiendo a la sordina para que el pueblo se crea engañado, para que todos los habitantes de la República se crean burlados para atacar al Gobierno. Nosotros no queremos tener pretextos, ni para censurarlo ni para atacarlo; nosotros no quisiéramos tener más que elogios, pero no podemos menos que decirle al Gobierno, como amigos suyos y dentro de ese criterio, que debe aclarar sus ideas sobre este particular. Este asunto, como digo, es de vital, de capitalísima importancia y, por lo tanto, yo pido a esta honorable Asamblea que apruebe la proposición que se acaba de presentar, por las razones todas que dejo apuntadas. Primera: porque sirva de norma a esta honorable Asamblea en las discusiones posteriores y subsecuentes de asuntos agrarios; segunda: porque tranquiliza a todos los pueblos de la República y con especialidad a una vasta región del Estado de Puebla que no está ni siquiera pacificada, a fin de que sepan a qué atenerse sobre tan trascendental e importante asunto; tercera: porque es interesante para toda la República que se sepan las causas por las que el Gobierno ha tomado estas disposiciones, pues muy bien puede suceder que sean causas perfectamente atendibles y absolutamente justas y, en ese caso, nosotros no tenemos más que darle la razón; pero, de cualquier manera, necesitamos que haya luz en el terreno de la discusión, que se aclaren las ideas en un asunto tan trascendental; si no, de otra manera habremos dejado a todos estos pueblos entregados a roer sus propios remordimientos, por haberse metido a la lucha de hermanos, por haberse metido a regar con la sangre de esos mismos hermanos tierras que iban a ser para los usurpadores de la Patria, de la riqueza, del porvenir, de la justicia y del honor de la Nación Mexicana. Termino pidiendo a esta honorable Asamblea se digne aprobar la proposición que está a debate. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Olivé.

El C. Olivé: Honorable Asamblea: Si no hay asuntos en cartera que tratar, es menos lamentable que se haya admitido ayer a debate una proposición tan inútil como inoportuna. La proposición a que me refiero es inútil, porque, como ustedes acaban de oír al doctor Siurob, tiene por objeto, primero, que esta Asamblea sepa cuál es la orientación política que el Ejecutivo tiene en materia agraria; segundo, llevar el sosiego a los pueblos indígenas que se consideran amenazados en sus intereses, y tercero, dar cierta tranquilidad al país en general. Es inútil, también, porque desde luego la Asamblea, que es un cuerpo político que tiene como misión principal dictar leyes adecuadas a nuestra situación política y a nuestro medio social actual, no tiene que ir a preguntar al Ejecutivo cuál es su opinión, porque la Asamblea tiene ante todo obligación de saber cuál es el sentir general de la República a inspirarse en el sentimiento del país y en sus necesidades para dictar leyes apropiadas. De nada sirve saber qué cosa piensa el Ejecutivo, si lo piensa éste es malo; la Asamblea, por ningún motivo, puede seguir ese sentir, supuesto que nosotros tenemos una misión muy distinta de la del Ejecutivo y una independencia completa para tratar estos asuntos; en consecuencia, es inútil, por ese motivo, la proposición. Es inútil, además, porque nada absolutamente ganamos con perder el tiempo, dejando asuntos importantes, si los hay, para venir a discutir aquí una proposición que no nos trae nada realmente bueno, únicamente para llevar sosiego a la población indígena. (Toses. Campanilla.) Si el doctor Siurob tiene tanto anhelo de servir realmente al país en general, que no se concrete a protestar contra actos que no incumbe a esta Asamblea conocer, sino que se preocupe por estudiar una ley agraria, que es la única manera efectiva como podemos ayudar a los pueblos, haciendo aquí una ley, estudiándola y dándola a conocer al país. Esta es la única forma en que nosotros podemos ayudar de una manera efectiva a remediar esa situación de los pueblos indígenas y no venir aquí a hacer perder el tiempo a la Asamblea en discusiones inútiles. Realmente es lamentable que se deje aquí a los oradores únicamente hablar por hablar. El doctor Siurob ha invocado aquí el Código Civil para fundar la tesis de que se debe llamar al Ministro de Gobernación.

Si el doctor Siurob se apoya en el Código Civil para darle derecho al pueblo, reconoce que es un asunto netamente civil y los asuntos netamente civiles son de la incompetencia de los tribunales judiciales. Eso en primer lugar; en segundo lugar, siendo una cuestión netamente civil, es facultad exclusiva del Gobierno del Estado de Puebla, porque, como muy bien saben ustedes, estamos en un sistema federal en el cual tenemos facultades perfectamente distribuídas por la Constitución y de las cuales no nos podemos pasar. Si se trata de una cuestión civil, no corresponde a los Poderes federales, sino solamente es de la competencia del Poder Judicial del Estado de Puebla; así es que ningún Poder federal puede conocer de estos asuntos, no digo el Poder Legislativo, ni siquiera el Poder Judicial de la Federación puede juzgar de este asunto, invadir la soberanía del Estado de Puebla y desconocer nuestro sistema federal. Solamente un desconocimiento absoluto de nuestro sistema político puede hacer venir a tratar asuntos que no son de nuestra incumbencia; así es que yo me opongo a la proposición, en primer lugar, porque tenemos nosotros un sistema federal en el cual los Estados tienen perfectamente delimitadas sus facultades, siendo asunto de los Estados conocer de las cuestiones netamente civiles como esta cuestión de posesión o reparto de cosechas; solamente a los tribunales judiciales del Estado de Puebla les incumbe conocer de estos asuntos. Si el doctor Siurob quiere realmente ayudar a estos pueblos, que les haga un escrito para los tribunales locales del Estado de Puebla y que los patrocine, pues ésta será la manera más eficaz de ayudarlos. Eso en primer lugar, eso es en cuanto al fondo de la proposición. En cuanto a nuestras facultades, fundándome también en la misma Constitución, nosotros no podemos, por ningún motivo, llamar al ciudadano Secretario de Gobernación por dos razones: en primer lugar, porque las cuestiones de tierras son de la incumbencia de la Secretaría de Fomento, sin tener que ver nada en ello la Secretaría de Gobernación; y, segundo, porque, conforme al artículo 93 constitucional, sólo se puede llamar a los Secretarios de Estado para que informen, cuando se discute una ley o se estudia un negocio relativo a su Secretaría. ¿ Qué negocio se está discutiendo en el presente caso ? Se dirá que la proposición; pero para esto se necesita, según lo dicho, que se discuta un negocio referente a la Secretaría del Ministro que se llama; aquí, fuera de la proposición, nada se discute. Esta razón constitucional que expongo, fundada en el artículo 93 ya citado, es capitalísima, y por eso pido a ustedes que desechen la moción, porque el Ejecutivo, con perfecto fundamento, en caso de que nosotros la aprobáramos, podría decirnos que como en la Cámara no se discute ninguna ley ni se estudia ningún negocio relativo a la Secretaría de Gobernación, el Ministro del Ramo no puede venir a informar. Esta contestación del Ejecutivo nos daría una elección elementalísima de derecho constitucional. No está, pues, en nuestras facultades, pedir lo que se solicita. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Vadillo.

El C. Vadillo: Ciudadanos diputados: La función capital de esta Cámara es evidentemente la función legislativa; pero evidentemente también la representación que individualmente tenemos todos de un Distrito y colectivamente de la República, nos impone la obligación esencial, para el cumplimiento exacto de nuestros deberes acá, vigilar por los intereses de nuestros comitentes en lo particular y de los intereses de la República en general; por lo tanto, está dentro de las atribuciones más lógicas y más convenientes de esta Representación Nacional, el que ella misma tome participación activa cuando el interés de los pueblos y cuando, en lo general, el interés de la República reclame la atención de la Representación Nacional. La razón de la existencia de las Cámaras populares justifica esta aserción, porque si en los pueblos democráticos no fuera necesaria la fundación legislativa con relación a los intereses económico - sociales de los pueblos, bastaría para la función legislativa de un Cuerpo Consultivo de hombres prominentes profesionalmente, capaces,

escogidos, como un Consejo Consultivo del Gobierno, para que ellos desempeñaran la función de legisladores. Y estoy cierto, señores diputados, que acertaría mejor esta organización político - social que la de la reunión de los representantes populares, que no siempre tienen facultades profesionales suficientes para ser legisladores correctos. De consiguiente, salvo esa hermosísima voz, que tanto le envidio al C. Olivé... (Risas y aplausos.) porque me recuerda el agrado con que escucháis a este inteligente violoncello enamorado... (Risas y aplausos.) salvo esto, ciudadanos diputados, el C. Olivé ha violado en su base la intención de la proposición que tenemos ahora a debate. ¡ No !, esta Cámara es imposible que esté destinada exclusivamente a convertirse en una máquina de formar leyes; es imposible que nuestros pueblos nos hayan enviado acá para que metamos el cerebro entre la red de telaraña de las teorías jurídicas más o menos avejentamos, para que de aquí, por la sola fuerza de las leyes, les devolvamos la felicidad cuya consecución nos han encomendado los pueblos, especialmente los pueblos modernos que viven en la atmósfera de los intereses económico - sociales y al darnos la representación política por el mismo hecho nos han dado la representación de esos intereses y son ellos los que principalmente estamos obligados a satisfacer acá. Díganmelo las conciencias de cada uno de los ciudadanos representantes, sí no se sienten más obligados, si no se sienten más estrechamente ligadas con sus pueblos por el compromiso de satisfacer las necesidades materiales de índole económica que afectan a esos pueblos, que por la necesidad de ser unos buenos legisladores en esta Representación Nacional. ¿ Qué tendrían que hacer muchos representantes en este recinto, si para quedar tranquilos en su conciencia tuvieran la obligación de presentar el día en que fueran a sus Distritos, todo un Código formado o una ley que han iniciado, que han fundado, que han discutido y que han hecho triunfar en los debates ? ¿ Qué haríamos si fuera necesario esto para poder decir a los pueblos: así he cumplido con mi deber ? Afortunadamente no es cierta la teoría del diputado Olivé y muchos de los representantes que estamos acá podemos presentarnos ante nuestros comitentes y decirles: he cumplido con mi deber, porque he vigilado vuestros intereses políticos y sociales que me habéis encomendado el día en que me disteis vuestros votos.

Entrando al fondo de la cuestión, ciudadanos representantes, aparece muy clara y muy urgente la necesidad de que el Gobierno de la República venga a decir al país, desde esta tribuna, cuál es su sentir actual en materia tan trascendente como lo es la política agraria. Yo sé bien, como sabéis vosotros, que en las Comisiones Locales Agrarias de los Estados, que en los comités particulares ejecutivos de los Municipios, que en las corporaciones campesinas de todos los pueblos y que en la mismísima Comisión Nacional Agraria, existe una confusión absoluta en materia de criterio acerca de la política agraria. La razón de todo esto es la serie de alternativas que ha tenido la ley primitiva dada en Veracruz en el año de 1915, que fue después reformada el 19 de septiembre de 1916 y que no ha sido reglamentada sino por una serie de circulares que la Comisión Nacional Agraria, dos años después de expedida la Ley, empezó a repartir por toda la República; es decir, que el asunto más trascendental para la vida moderna de México, la redistribución de las tierras, de la propiedad rural, ha querido resolverse por medio del procedimiento infantil de una serie de circulares para las cuales ha sido necesario un empleado en la Comisión Nacional Agraria, rodeado de un poco de papel carbón y de una bella mecanógrafa. No es posible que la política agraria haya tenido por elementos estos y esta es la razón principal por la cual en nuestro país en estos momentos existe una anarquía total de criterios, de tal manera que ni los Gobiernos, ni el Gobernador del Estado de Puebla que ha cometido tales arbitrariedades, ni los Gobernadores de las demás Entidades, que todos las están cometiendo, que también habrán de cometerlas, no pueden ahorita tener una ley reglamentaria en qué fundarse. Vosotros comprendéis perfectamente bien que tratándose de lesionar intereses tan vitales como son los de la tierra, teniendo que redistribuir la propiedad, no habrá un Gobernador sensato, no habrá una Legislatura, no habrá una Comisión Nacional Agraria que se atreva a ir a hacer una distribución de tierras, una dotación o una restitución, si no tiene a su espalda una ley fundamental en qué apoyarse para no crearse responsabilidades de orden civil o de orden penal en que hubiera de caer. (Murmullos y voces: ¿ Dónde está esa ley ?)

Ahora bien, ciudadanos diputados; nosotros necesitamos saber aquí eso mismo que vosotros pedís a grandes voces: ¿ dónde está esa ley ? Las restricciones o las dotaciones de tierras, ¿ conforme a qué ley se han hecho ?; porque es evidente que se han hechó y si no se han hecho, ¿ por qué se prometió hacer esta redistribución de la tierra como un lábaro, como una obligación, como una promesa sagrada en los días en que, como ya lo he dicho acá, la Revolución Constitucionalista no era otra cosa que un ideal atrincherado en Veracruz ? Es preciso, por consiguiente, que nosotros sepamos dos cosas: En virtud de qué ley se han dado dotaciones y restituciones a los pueblos, si existe esa ley, o si no existe, y si se ha fundado en acuerdos reglamentarios de la ley constitucional, pues entonces esos acuerdos han formado una jurisprudencia que está vigente. ¿ Por qué ahora se va a cambiar de criterio, a fin de que los Gobernadores de todos los Estados tengan una declaración alta que en estos momentos hará fuerza de ley ? Es un hecho, ciudadanos diputados, que podéis comprobar todos los que hayáis seguido los hechos paso a paso, como lo han hecho todos los que se interesan por los graves problemas de la República, es indudable que muchas dotaciones y restituciones de que el ciudadano Presidente de la República ha dado cuenta acá en su mensaje, se han resuelto conforme a una ley, conforme a una reglamentación, conforme a un criterio que pone a salvo de los amparos ante la Suprema Corte, como efectivamente los ha puesto, a muchos pueblos que son ahora los poseedores de las tierras dotadas o restituídas; y es necesario que nosotros sepamos cuál es esa ley. Una declaración del Gobierno General en esta materia hecha solemnemente ante la Representación

Nacional, conocida por los Gobiernos de los Estados y conocida por las Comisiones Locales Agrarias, sería efectivamente una verdadera ley y tendría una fuerza de ley, no por sí sola, sino porque daría mayor fuerza a las circulares y a las reglamentaciones hechas por la Comisión Nacional Agraria en esta materia; daría fundamento a todos los Gobernadores y haría que éstos no estuvieran poniéndose en el ridículo de cometer arbitrariedades, o poniéndose en el ridículo de no cumplir las leyes y las promesas agrarias.

Debéis comprender, ciudadanos diputados, esta otra nueva fase de la cuestión; es de un sumo interés político y es precisamente por esto por lo que invocamos el testimonio del Ministro de Gobernación acá; es de un supremo interés político en estos momentos que el Gobierno Nacional haga una declaración categórica en materia agraria. Los gobiernos de los Estados están solicitados en estos momentos, según los datos que proporciona el Boletín de la Comisión Nacional Agraria, por más de mil setecientos pueblos que han enviado sus escritos a los propios gobiernos pidiendo, con apoyo en la Ley de 6 de enero, la dotación o la restitución de las tierras que a ellos les pertenecen o que ellos necesitan. Ahora bien, los gobernadores no saben qué hacer en estos casos; centenares de expedientes yacen en el panteón de la Ley, como se llaman los archivos; las esperanzas de los pueblos golpean todos los días con la frente en las puertas cerradas de las Secretarías de los Gobiernos, y los pueblos vuelven otra vez a sus campos cultivados con su propio sudor, reclamados con esa propiedad que ellos creen tradicional e invulnerable, y se encuentran en la situación sumamente dificultosa de un Gobierno o General que ha prometido solemnemente la restitución de las tierras y un gobierno local que trata con absoluto desprecio esa misma materia. Es decir, señores diputados, que ya no tratamos ahora de invocar, los que acá pugnamos por los intereses rurales de la República Mexicana; ya no tratamos de invocar, repito, el sentimentalismo; ya no nos ponemos en el momento psicológico de los primitivos revolucionarios que fueron aldea por aldea sonando un tambor y llamando a los pueblos al toque de los clarines, para que fueran a dar el contingente de su sangre, prometiéndoles al mismo tiempo que los campos que ellos han regado con el sudor de todas las generaciones, habrían de volver a su propiedad; ya no pretendemos hacer estas promesas utópicas, porque ya le tenemos suficiente respeto al pueblo para ir a ofrecerle aquello que no pueden cumplir los Gobiernos. (Aplausos.) ¡ No !, ahora invocamos los hechos consumados, ahora invocamos la Ley, ahora nadie puede llamarnos utopistas, ahora nadie puede llamarnos locos, ahora nadie puede decir que venimos acá a soliviantar la sangre sufrida de las generaciones pasadas de nuestros ancestros; ahora nadie puede decir que nosotros venimos a traer acá el miraje de los sufrimientos, ni siquiera que venimos a valorizar en sentimiento lo amargo de las lágrimas; ahora nadie puede creer que el que se levanta en una tribuna es porque ha visto en el sufrimiento de los míseros campesinos cruzar el cuervo negro de todos los días, repitiendo aquellas palabras trágicas del cuervo de Edgar Allan Poe: "¡ Jamás !, ¡ jamás !, ¡ jamás !" sobre los campos cultivados que cosecha y usufructúa otro. (Aplausos.) ¡ No, ahora no invocamos el sentimiento, ahora no invocamos el altruísmo, ahora no pedimos compasión, ahora pedimos que se cumpla con la Ley. Ni siquiera, ciudadanos diputados, sería decoroso en este debate serio, trascendente y de una actualidad política innegable, venir a repetir la eterna canción de que de qué sirvieron los sacrificios hechos, que de qué sirvió la sangre derramada; ni siquiera venir a echar en cara a todos aquellos miserables que se sientan aquí y no sienten conmoverse su corazón ante el pueblo que los envió, ni siquiera tenemos nosotros el valor de decirles que aquella sangre ha permanecido estéril, que ha sido, como decía el poeta, vil estiércol para abonar los campos. (Aplausos.) ¡ No !, ahora buscamos la utilidad que tendrá para la Nación el escuchar una voz serena, una voz cierta, la voz categórica del Gobierno, a fin de orientar a todos los gobiernos de los Estados siquiera para utilidad de la misma Nación. El Gobernador del Estado de Puebla no hubiera cometido esa arbitrariedad que pugna con los más elementales principios de derecho privado, del Derecho Civil reconocido en todas las naciones, al ordenar que un campesino que ha cultivado las tierras dé, solamente por un mandato de una autoridad, la mitad de los productos al propietario; no, el Gobernador de Puebla no se hubiera puesto en el ridículo supino que haría que el último retórico de las academias de jurisprudencia de la Roma decadente se hubiera muerto de risa dentro de su túnica desgarrada en el último figón del Transtíber. Pero jamás se ha visto, jamás se ha podido sospechar que un individuo que ha cultivado tierras a título de buena fe y con el apoyo de una ley o de una autoridad, esté obligado, por concepto de un mandato de esa misma autoridad, a dar la mitad de sus frutos, la mitad de su sudor, sufriendo así una de las tiranías más aplastantes y más odiosas: la tiranía sobre la propiedad. Una declaración, ya fuese de la Comisión Nacional Agraria, ya fuese del Jefe del Gabinete, habría de evitar a muchos de los Gobernadores de los Estados ponerse en evidencia ante sus pueblos y ser ellos simplícita y evidentemente la causa de los levantamientos que aún no se pueden sofocar en el país. ¿ Será necesario, ciudadanos diputados, para fundar más y más la trascendencia de esta iniciativa el que venga a repetir acá a los oídos pudibundos de muchos que se sientan en esta Representación Nacional, que el pueblo mexicano, que el pueblo rural mexicano que consta de siete millones de campesinos no puede someterse ni por la fuerza de las armas, ni por la fuerza de las violencias, ni duplicando los ejércitos, que no son otra cosa que la brutalidad organizada sobre una idea íntimamente grabada en la conciencia de la población rural de nuestro país ? ¿ Quién duda que en el Estado del Nayarit, por ejemplo, si existe el pueblo levantado es porque la casa Aguirre y Hermanos es dueña de la mayor parte de ese territorio, y que la casa Aguirre y Hermanos está del lado del Gobernador y fue la que pagó las elecciones y fue la que hizo el triunfo electoral y es la que ahora cosecha los frutos

de la traición, que está dando para la República como fruto este levantamiento y este derramamiento de sangre ? ¿ Quién duda en esta Representación Nacional, ciudadanos diputados, que estas interrupciones del orden tan verdaderamente comentados fuera de nuestro país y que tienen lugar en el Estado de Michoacán, no se deben allí a una promesa incumplida que fue el C. Múgica a recordar a cada uno de los campesinos el día que hizo su campaña y que el Gobernador Ortiz Rubio se encargó de desmentir inmediatamente ? ¿ Quién duda, por último, ciudadanos diputados, que en el fondo de la conciencia nacional nunca ha existido ninguna idea de libertad, ninguna de justicia, ninguna idea de emancipación que no haya sido unida estrechamente y producido frutos, al par que la idea de la restitución de la propiedad ? ¿ Quién niega que el movimiento de la Independencia, que el movimiento de la reforma, que el momento llamado maderista - que no era otra cosa sino una liberación económica a cuyo final todavía nosotros no asistimos -, quién niega que todos estos movimientos han tenido en el fondo un deseo de mejoramiento de las clases rurales de nuestro país ? ¿ Y quién desconoce entonces que todos los gobiernos habidos en nuestro país deberían tener como base fundamental de su política un equilibrio en la propiedad, una redistribución por los medios fiscales o por los medios directos de la legislación a fin de satisfacer esta necesidad eterna, inmensa e histórica del pueblo mexicano ? Por consiguiente, ciudadanos diputados, la política agraria especial y a la vez un problema de política pura, porque si la política se ha de preocupar por la paz y la tranquilidad de los pueblos y por la satisfacción de sus legítimas necesidades para el desarrollo orgánico de los pueblos, entonces la redistribución de la propiedad en México es un problema de alta política, de política delicada, de política seria.

Ahora bien, ciudadanos diputados, con estos antecedentes, ¿ por qué ese tropezón que el espíritu pequeño del señor Olivé se dio en la Constitución para ir a encontrar allí tapujos a esta iniciativa e impedimentos de orden legal a esta aspiración que es de la Nación, que tiene que ser de todos nosotros ? ¿ Qué, hemos de desechar este hecho de que queremos preguntarle al ciudadano Ministro si cabe la política agraria de llevarla adelante o no ? Por lo menos, ciudadanos diputados, como un elemento de información para nosotros, como un elemento de información para los hombres honrados para saber si aquí venimos a satisfacer o no esta necesidad nacional, necesitamos saber lo que dice el Ministro de Gobernación, es necesario que él venga a decirnos si la tesis de Hamlet es la tesis de toda la humanidad, si todo es: palabras, palabras, palabras; y si esto es así, si todo se ha perdido, si los pueblos tienen otra vez que agachar la cabeza y resistir otra vez el rebenque de estos parásitos de los campos, que se llaman hacendados; si todos los revolucionarios que aquí hay todavía tienen que bajar la frente ante esta fatalidad de los hechos, si los intelectuales que han visto levantarse al pueblo y que no pueden menos de aprovecharse de ese levantamiento general para poder formar una tesis, para decir que el pueblo aspira a esto con justicia o sin ella, pero aspira a ello. Si los hombres pensadores van a sacar de aquí la conclusión de que nuestro pueblo, de que nuestro país por una razón simplemente geográfica, porque está erizado de montañas y cada montaña ha sido siempre en los pueblos un baluarte de la libertad, porque cada montaña ha sido siempre un guardián de la libertad de los pueblos, de su orgullo, de su altivez, así se llamen los caudillos de ellos un bandido como Zapata, o un heroico como Espartaco o un sublime como Guillermo Tell. Si nuestro país geográficamente, si económicamente, si históricamente, si políticamente está necesitando de sus hombres, de los nombres que se ponen al frente de él, se eleven un poco en el nivel de las muchedumbres vulgares y alcen un día los brazos para predicar una verdad, una promesa, si estos hombres están obligados a ir a los pueblos, para llamarlos, necesitamos siquiera saber si los hombres actuales están dispuestos o no a cumplir las promesas que hicieron, las leyes que dieron o las necesidades de los pueblos que conocen o no conocen. Es por esta razón, ciudadanos diputados, por la cual sería verdaderamente una infantileza, una pequeñez, una risible actitud de que algunos ciudadanos diputados por no tocar la majestad del señor Ministro de Gobernación, por no molestarlo en la difícil digestión de todos los hombres eminentes (aplausos), por no verlo torcer el gesto cuando el pueblo lo llama a informar, por no sentir el desagrado de que un día su lugarteniente, este zuñigamirandesco aspirante a la Secretaría de Hacienda, don José Reynoso (aplausos), no pueda darles la consabida palmadilla, en los pasillos; si por no dar cabida a que la prensa oficial mañana vaya a ser objeto de ludibrio a quienes tienen aquí el valor, el valor digo.... (murmullos), la ocurrencia de enfrentarse contra sus sátiras menguadas, que por esta razón no vayamos a querer probar al ciudadano Ministro de Gobernación, haciéndole una pregunta, es decir, ¿ qué el pueblo mexicano no merece la atención de que el ciudadano Ministro de Gobernación tome su automóvil y venga a la Representación Nacional a decir qué siente en materia agraria ? ¿ Es acaso un secreto de Kábala, va a hundirse el planeta porque le preguntemos al Ministro qué siente en materia agraria ? (Aplausos.) No, ciudadanos diputados, tengo para mí que hemos tocado bien o mal el problema nacional más importante, tengo para mí que es la palabra del Ministro de Gobernación aquí, hoy, la más solemne que yo escucharé con religiosidad si dice a favor de los pueblos lo mismo que si dice contra ellos, porque lo que el Ministro de Gobernación nos diga aquí, con tal que sea la verdad, será de trascendencia enorme para la vida de la República, para la vida política de la Nación, porque ya no es tiempo de creer, ciudadanos diputados, ya no es tiempo de creer que los pueblos van a someterse por el sport de satisfacer a los viejos gobernantes. Cualquiera que tenga conciencia del momento presente, del sacudimiento del espíritu universal, cualquiera que tenga su conciencia como debe ser: un repercutor de las grandes verdades que sacuden a la humanidad, cualquiera, en fin, que tenga conciencia de este sacudimiento nervioso de la humanidad que reclama algo, ese tiene que saber que los pueblos, efectivamente, han llegado a su soberanía. Las obras más grandes, las

que parecían soñados hace diez años, el pueblo las ha realizado en unas horas. La organización comunista sobre materia de tierras en las Rucias, nos está demostrando de lo que son capaces los pueblos llegados al grado de cultura media general a que se ha llegado allá. Los secundamientos de todos los pueblos europeos nos están demostrando que el eje de la paz pública es la satisfacción de las necesidades públicas y por esa razón un socialismo de Estado apunta en el horizonte de la Historia como una forma nueva de la vida social y política; ¿por qué?, porque los pueblos han llegado a su madurez, porque el fruto esperado por aquel obrero del pensamiento alemán, el inventor de la imprenta, ha llegado a su culminación, porque los pueblos ya saben leer, porque forman hoy una individualidad por la compenetración de su intenciones, de sus aspiraciones, de sus conocimientos y de su esfuerzo. Porque los pueblos que antiguamente tuvieron la religión de sus dioses, los que tuvieron después la religión de sus héroes, ahora tiene la religión de su soberbia, ahora tienen la religión de su altives y de su soberanía al pie de su trabajo. Porque los pueblos hoy tienen como divinidad a la vida, porque los pueblos hoy han substituido a todas las legislaciones, a todas las teorías jurídicas, por una sola teoría jurídica: el derecho supremo de vivir. (Aplausos.)

¡Qué tiempos tan pasados aquellos en que las teocracias hebreas levantaron un fetiche sobre la vulgaridad arrodillada de los pueblos y era su divinidad el elemento pacificador de todos los pueblos! En aquella época, los pueblos se solazaban con ver que en la más remota región adonde habían llegado sus dominios pudiera en los bosques sagrados levantarse un día la blancura de un templo pagano y saber que allí adentro en el ara, muchos veneraban al dios nacional al dios que había consagrado el Senado y el pueblo romano. ¡Qué tiempos tan pasados aquellos en que una divinidad blanca, desde lo alto de la acrópolis vigilaba a un pueblo laboriosos, aun pueblo pacífico, a un pueblo supremamente artista, sólo porque este pueblo artista sabía por la tradición y por la superstición que allá arriba, coronada por los regios laureles, estaba la divinidad que presidía los destinos y la felicidad de aquel pueblo! ¡Qué tiempos tan pasados también, ciudadanos diputados, aquellos en que en los tiempos heroicos, el supremo orgullo de un romano consistía en que al pie de la Torre Antonia, en el más lejano confín de sus dominios, estaba al pie del estandarte del pueblo victorioso la insignia de uno de sus héroes; entonces los pueblos tenían la realidad de lo sublime; pero ahora hemos llegado a la época prosaica, a la época de la realidad, del realismo social; en la actualidad, un alemán o un industrial neoyorquino son capaces de morir de satisfacción si saben que en el centro de la Senegambia han podido poseer un par de huevos fritos en una cacerola hecha en una de sus casas industriales; (Risas.) ¿por qué?, porque ahora priva la realidad, lo práctico, porque ahora priva la religión del egoísmo, la religión del trabajo, la religión de la fuerza, satisfaciendo siempre a este supremo derecho del pueblo que ha llegado a la conciencia de tener el derecho de vivir. Hoy un pueblo perece, no porque sea arrastrada la divinidad por las calles; hoy un pueblo se subleva, no porque haya bajado uno de sus profetas de lo alto de un monte incendiado para darles las tablas de la Ley; hoy un pueblo se subleva, ya no por la voz de un héroe; hoy se subleva por la misma razón que se subleva una columna a quien le faltan los elementos para vivir, y hoy los Gobiernos también están fundados, no en las teocracias, porque no hay quien crea en las teocracias ni en los heroísmos, porque el militarismo ha muerto; no en la fuerza bruta, sino únicamente en la armonía fundada en esto: en aquel Gobierno que satisfaga las necesidades de vivir.

Por esta razón, ciudadanos diputados, el pueblo mexicano, que ha arribado a la civilización cuando todos estos postulados de la vida social han llegado a su culminación, también por esa razón el pueblo mexicano, que ha arrivado a su virilidad, ha tiempo que estas verdades ya no son tesis de discusión en las academias, sino verdades aplaudidas y aprobadas por los precursores; ahora el pueblo mexicano es una infantileza creer que se haya levantado únicamente por el asesinato de su Presidente, porque si este elemento de tragedia fue suficiente bandera para conmover a las muchedumbres, lo cierto es que los mismos caudillos de este supremo movimiento se vieron precisados en los días angustiosos y críticos a poner antes que su bandera, un hombre llevando un arado para que los pueblos entendieran que se les iba a dar la tierra a ellos. (Aplausos.)

Y después de todo esto, señores diputados, ¿es posible justificar al C. Olivé, cuya voz hoy me parece más profunda, me parece más quebradiza, me parece más armoniosa para cantar una serenata al pie de una dama en el balcón de la amada, (Aplausos.) pero nunca para venir a oponerla al verbo rojo del pueblo que reclama el cumplimiento de una promesa sagrada, venir a oponer estos argumentos trillados de una interpretación constitucional, más o menos constitucional, un abogado más o menos abogado? (Risas y aplausos.) No, señores diputados, pongámonos a la altura del momento, pongámonos a la altura del deber, a la altura de la necesidad; nadie tenga aquí en los labios, ni allá en su conciencia o en su corazón, que esta iniciativa ha nacido de un deseo de obstaculizar, de poner en ridículo al Ministro, de poner en evidencia al Gobierno, de poner en dificultades las teorías; nada de eso, los que aquí nos llamamos oposicionistas o los que, con una satisfacción que apenas puedo calificar, somos llamados oposicionistas, no queremos otra cosa que saber qué es lo que hay en la política del Gobierno acerca de materia agraria. Yo afirmo que tan grave sería la afirmación del Ministro de Gobernación que nos viniera a decir aquí que el Gobierno ha dado media vuelta en materia de política agraria que yo afirmo que me callaré para siempre en cuanto a ese detalle, pero que yo, como ciudadano representante del pueblo, necesito saberlo, porque tan grave sería decirlo, tan grave sería afirmarlo, como tan grave sería mentirlo, que esto podría dar origen, evidentemente daría origen a una prolongación de ese estado caótico que existe en la República, debido precisamente a la insatisfacción del anhelo, de la interrogación que tiene el pueblo rural de nuestra República acerca de materia agraria. ¡Cómo es posible que nosotros que fuimos a los pueblos y

les dijimos: he aquí la ley constitucional, he aquí la ley que el Gobierno ha dado y que es la mejor garantía para procedimientos; y ahora vamos a decirles: el Gobierno no la cumple, el Gobierno no la puede cumplir, el Gobierno no la quiere cumplir! ¿Qué diría el pueblo si sus diputados fuesen a decirle eso por amor a la verdad, cuando el pueblo rural mexicano no vive para otra cosa, sino para vivir al pie de la tierra siempre, porque la tierra es su único patrimonio, porque así como los incas adoraban al rayo del sol que se filtraba a través de los muros en el templo de Cajamarca, el pueblo mexicano no adora otra divinidad más que a la antigua divinidad que adoraban también los aztecas: a la tierra.

Ahora bien, señores diputados; es necesario que el Ministro nos venga a decir si el pueblo mexicano, cuya representación tenemos nosotros, puede seguir adorando o no a esa su divinidad, a esa su madre, a esa divinidad que ha alimentado a sus antepasados, a esa que es el único consuelo para sus dolores, que es único consuelo para sus miserias, que es el único consuelo para sus lágrimas! (Aplausos nutridos.)

El C. Presidente: tiene la palabra el C. Espinosa Luis en contra. (Siseos.)

El C. Espinosa Luis: Señores diputados: Véome en un aprieto al venir a esta tribuna después del brillante discurso dicho por el C. Vadillo en pro de la tesis de llamar al ciudadano Secretario de Gobernación para que venga a informar a esta Asamblea sobre la orientación o las disposiciones dadas por el Ejecutivo en materia agraria. No voy a entrar al fondo de este asunto que, expuesto de una manera aparatosa, tal parece que tuviera proporciones enormes, pero que, en realidad, señores diputados, es un asunto que no tiene esa importancia. . . (Siseos.) que de manera tan hábil le ha dado el C. Vadillo. (Siseos.)

Yo no he censurado nunca la oposición al Gobierno por ninguno de los medios que pueda hacérsele, siempre que sea una oposición justa, serena y razonada, porque estoy convencido que la oposición es necesaria para la realización de los principios, para la moralización de los hombres del Gobierno y para garantizar los intereses del pueblo.

Así, soy de los primeros en aplaudir la oposición correcta hecha por la prensa, como la oposición que se haga en esta Asamblea a los hombres que no cumplen con su deber, es decir, a los hombres públicos o al Gobierno, cuando se aparten de la verdadera orientación revolucionaria; pero de ninguna manera podré estar conforme con apresuramientos y con intemperancias, que tales demuestran que hay en el fondo de tales intemperancias y de tales apasionamientos, finalidades verdaderamente personales e intereses completamente bastardos. (Voces: ¡Qué bárbaro!) Creo, señores diputado, que en estos momentos es conveniente una oposición razonada, pero de ninguna manera una obstrucción sistemática, porque lo uno y lo otro son asuntos enteramente distintos. Los que venimos a esta Asamblea con el ánimo de no hacer oposición, ni mucho menos obstrucción, es porque tenemos la conciencia de que uno de los principales deberes de los hombres públicos es dar todo su apoyo al gobierno de la República para que pueda consolidarse. . . (Siseos.) para que pueda hacer la paz y para que, por último, pueda cumplir con las promesas hechas al pueblo por la Revolución. (Siseos. Campanilla.)

El C. Presidente: La Presidencia apela a la cultura de los asistentes a las galerías, a efecto de que se sirvan permitir al orador exponer libremente su opinión.

El C. Espinosa Luis, continuando: Estoy seguro de que muchos de los que están en esta Cámara, revolucionarios de verdad, que preferirían morir antes que traicionar sus convicciones, cuando empuñaron el fusil para lanzarse a los campos de la lucha y echar abajo la tiranía porfiriana y la usurpación huertista después, no podrán nunca cambiar sus ideales, y si transitoriamente vienen aquí a asumir una actitud verdaderamente serena, no es porque hayan abdicado de sus ideas revolucionarias, ni porque hayan traicionado sus principios, estoy seguro que todos pensamos, cuando todavía no se había desplegado el proceso revolucionario, que era necesario darle al pueblo todo aquello que necesitaba por medios violentos, y de allí que la Revolución, en su forma destructiva, cometiera todos los excesos que ha cometido y que tarde o temprano la historia tendrá que justificar, porque muchos de nosotros, señores diputados, creímos que era necesario para darle tierras al pueblo, de esas tierras de que tiene tanta necesidad; acabar si era posible con todos aquellos individuos que se opusieran a la realización de este ideal, porque creímos que era necesario pasar por sobre todas las propiedades para darlas al pueblo por medio de la fuerza, porque creímos que era necesario reconquistar todas las ventajas que traía en el fondo la Revolución por medio de la fuerza y por esos nunca medimos consecuencias ni pensamos si se lesionaban o no intereses de unos cuantos o de toda una colectividad, y de allí, en medio de esta forma que pudiera llamarse enteramente violenta, tremolando la bandera roja de la Revolución se ha pasado por muchas partes de la República cometiendo verdaderos atentados, cometiendo verdaderos actos de injusticia.

En muchos Estado de la República hasta estos momentos no se sabe efectivamente lo que es la Revolución y principalmente en algunos de los Estados del Norte, donde tanto las fuerzas vandálicas de Villa no han dejado más que desolación y ruina, como también las fuerzas nuestras, y esto hay que decirlo verdaderamente, porque es cierto que ni nuestro Ejército es glorioso, a pesar de todo cuanto se ha dicho en contra, también es cierto que algunos de sus miembros y aun parte de sus colectividades han pasado por todos esos lugares deshonrando a la Revolución. (Aplausos y siseos.) Así pues, señores, en todos estos Estados de la República no se sabe lo que es en realidad la Revolución; no así por ejemplo en Yucatán, que yo conozco de vista, donde he estado algún tiempo, donde, efectivamente, los ideales revolucionarios, impuestos con menos fuerza, impuestos con menos violencia, han enraizado en el corazón del pueblo y es allí donde se ven los mayores frutos de tanto sacrificio y tanta sangre; es allí en donde se ve a las sociedades obreras mejor organizadas que en ninguna parte de la República; es allí donde se ve que el peón del

campo y el jornalero del puerto ganan los más altos salarios de la República; es allí donde se ve el mayor número de escuelas; es allí donde se ve que hay planteles especiales que son casi poblaciones enteras donde sólo se imparte educación al indígena maya; es allí donde en todas sus manifestaciones se ve la obra grande y solemne de la Revolución Constitucionalista. Si nosotros, pues, teníamos esta convicción al lanzarnos a la lucha y a ahogarlo todo fieramente con tal de que se diera al pueblo lo que se le había ofrecido; si nosotros estábamos dispuestos a pasar por encima de todo con tal de satisfacer este anhelo popular, después, señores, cuando este movimiento agitador; cuando esta revolución convulsiva que removió todos los escombros sociales de la República vino a consolidarse en las leyes de Querétaro, el criterio de los revolucionarios tiene que ser consiguientemente otro. (Voces: ¡No, no!) Desde entonces, señores diputados. (Voces: ¡No, no!) Me refiero al criterio en cuanto a los procedimientos, pero no en cuanto al fondo. Naturalmente que estoy hablando de la forma violenta, por medio de la cual muchos de nosotros pensamos hacer realizar nuestros ideales. Yo pensé muchas veces que para sanear el medio político de mi pueblo era necesario que se decapitara a muchos ciudadanos enteramente viciados en aquella política de obstrucción, (Siseos.) pero después, señores, calmadas estas impetuosidades por el respeto augusto a la Ley, he llegado a la convicción de que el procedimiento para llevar adelante y para cumplir las promesas revolucionarias tiene que ser completamente muy otro. Y es así como nosotros hemos venido a darle todo nuestro apoyo al Ejecutivo, y no digo al Gobierno, porque el Gobierno lo es también el Legislativo, lo es también esta Representación Nacional. Si un vez que por medio del concurso verdaderamente patriótico de todos los mexicanos la paz se ha consolidado como tiene que consolidarse a pesar de todo y a despecho de todos los enemigos del gobierno; si después de que la paz impere en toda la República; si cuando los hombres del poder estén en condiciones de poder cumplir todos los compromisos hechos al pueblo y no los cumplen, entonces, ciudadanos diputados, yo os protesto, yo os ofrezco solemnemente desde este instante y aquí públicamente, que volveré a mi tierra a empuñar las armas con el corazón tan indignado como antes al ver que se han burlado los principios revolucionarios; pero antes no, antes creo que nosotros debemos encauzar la función pública por el verdadero sendero de la Ley, pero venir a pedir, como se pide ahora, que el Congreso, o más bien dicho, que la Cámara de Diputados invada las funciones del Poder Judicial, no es precisamente venir a cumplir con esta orientación política que muchos de nosotros hemos traído aquí verdaderamente definida y verdaderamente firme. Venir a pedir que la Ley no se cumpla, es precisamente venir a hacer una obra de obstrucción y nunca de revolucionarismo. Venir a pedir aquí que en la Representación Nacional se traten asuntos que no son de su competencia, no es cumplir con la Ley, ni tampoco cumplir con nuestro deber. (Siseos.) Yo sí acepto la teoría de que en esta tribuna de la Representación Nacional todos los diputados con el derecho que tienen de representantes de sus Distritos, con el derecho que tienen como representantes de sus Estados y del pueblo, vengan a levantar aquí su voz airada, en contra de todos los hombres que pisoteen los derechos de sus conciudadanos, de todos aquellos funcionarios civiles o militares que, faltando a su deber, no cumplen con los mandatos imperiosos de la Ley; pero naturalmente esto como una demostración de protesta, ya se trate de asuntos que correspondan al elemento judicial, al Ejecutivo o al Legislativo, pero de ninguna manera a querer valerse de la Cámara de Diputados para hacer que ésta, apartándose de las facultades que expresamente le concede la Constitución, vaya a invadir facultades que le corresponden a otro elemento de Poder, porque, ciudadanos diputados, llevar a cabo esta aberración, sería tanto como autorizar al ejecutivo y al Judicial para que se entrometieran en los asuntos que son de la exclusiva competencia del Legislativo. Son muchos los artículos constitucionales que marcan de manera precisa o que indican de manera clara que lo que se pide por el ciudadano diputado Sánchez y los demás ciudadanos diputados que con él firman la proposición a debate, es enteramente anticonstitucional. Pero ya no quiero cansar la atención de ustedes con la lectura de innumerables artículos y por eso me concretaré a tratar este asunto bajo el punto de vista legal, con relación a la cuestión agraria. El artículo 27 constitucional, en una de sus fracciones dice: "El ejercicio de las acciones que corresponden a la Nación por virtud de las disposiciones del presente artículo, se hará efectivo por el procedimiento judicial. . . "

Así, pues, todas las acciones que da el artículo 27 deben ser únicamente tramitadas, estudiadas y resueltas por la autoridad judicial, pero de ninguna manera por el Poder Legislativo o por elementos del Poder Legislativo si el Gobierno del Estado de Puebla ha dejado de cumplir algunos de los artículos de la Constitución, no toca exigirle responsabilidades ni enderezarlo hacia el camino recto, a esta Cámara de Diputados, sino al elemento judicial. Si allí no se cumple con las leyes de la materia, no es a nosotros, sino en todo caso al Ejecutivo, a quien le toca intervenir para que el elemento judicial haga cumplir al Gobernador de Puebla sus deberes. Por lo demás, señores, yo voy a someter a la consideración de ustedes un hecho que vendrá a poner de manifiesto que los ciudadanos que pretendan que se llame a declarar aquí ante esta Asamblea al ciudadano Secretario de Gobernación, no tienen razón en lo absoluto.

Los pueblos del Distrito de Huejotzingo del Estado de Puebla estuvieron durante muchos años bajo el dominio absoluto del zapatismo, las tierras que los ciudadanos de esos pueblos tienen en posesión arbitraria desde entonces fueron repartidas por los zapatistas y no por el Gobierno legítimo.

El C. Siurob: ¡Bien hecho!

El C. Espinosa Luis, continuando: Entonces, si está bien hecho ¿para qué es la Ley? El ciudadano diputado que no venga dispuesto a respetar la Carta Magna, no se respeta a sí mismo ni cumple con su deber de representante. Estará bien esto, como dije antes, si cuando la paz se haya hecho y el Gobierno de la República, cualquiera que él

sea, no cumple con su deber dando las tierras que los pueblos reclaman, entonces será muy bien hecho pisotear una ley que no se ha cumplido o que no se ha sabido hacer cumplir, pero antes no. Estas tierras fueron dadas arbitrariamente por las armas zapatistas, contra las cuales hemos estado combatiendo. . .

El C. Sánchez José M., interrumpiendo: ¡No es cierto!

El C. Espinosa Luis, continuando: Las palabras del señor Sánchez, que me dicen que no es cierto, en mi concepto son muy honorables; pero para desvanecer mi afirmación no me basta que desde su curul me diga que no es cierto, yo quisiera un documento, una prueba fehaciente capaz para convencer a esta Asamblea de que mi afirmación no es cierta.

El C. Sánchez José M.: Pido la palabra para una interpelación, si me lo permite el orador.

El C. Espinosa Luis: Sí, señor.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Sánchez José M. para una interpelación al orador.

El C. Sánchez José M.: Las tierras que reclaman los hijos del distrito de Huejotzingo fueron repartidas en la época del general Coss y cuando esa comarca estaba al mando del general Coss fue cuando se repartieron las tierras. Yo para esto me voy a permitir interpelar al diputado García, para que diga si es verdad que estas tierras fueron repartidas en la época del general Coss, es decir, en 1915.

El C. García Carlos: Pido la palabra para contestar, señor Presidente.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. García Carlos para contestar.

El C. Espinosa Luis: No es necesario, conozco ampliamente el asunto. En el Estado de Puebla los ciudadanos amparados por la bandera zapatista se han apoderado de tierras que no pertenecían a la Nación, sino a propiedades privadas. De tres maneras se posesionaron: unas todavía no legalizadas, pero que fueron dadas por los jefes revolucionarios que operaron en el Estado de Puebla; ante estas concesiones yo no levantaré mi voz para pedir absolutamente nada, puesto que considero que es más que suficiente; el hecho de que un jefe capacitado por el solo hecho de haber sido o ser miembro del Ejército Constitucionalista, merece sus decisiones todo el respeto de los hombres revolucionarios. Hay otra forma: la posesión verdaderamente arbitraria, las tierras dadas por los jefes zapatistas que ante un criterio sereno y honrado no son dignos de ninguna consideración. Existe otra forma: la inversión hecha por los mismos ciudadanos sin que se las hayan dado ni las autoridades civiles del Estado de Puebla, ni los militares que operaron en el Estado; ni los zapatistas cuando tremolaron su bandera de infamia por aquella región. . .

El C. Villaseñor Salvador: Para una aclaración.

El C. Espinosa Luis: No lo permito. (Siseos.) Así, pues, son tres las causas que pueden señalarse en el asunto de reparto de tierras, o, mejor dicho, en la invasión de tierras en el Estado de Puebla. El C. Sánchez no ha traído aquí documentos que vengan a demostrar, que vengan a probar qué clase de tierras son esas, si son de las que fueron repartidas por los jefes constitucionalistas, si son de las que fueron repartidas por los jefes zapatistas o son las que tomaron arbitraria y voluntariamente los ciudadanos habitantes de aquellas regiones.

El C. Sánchez José M.: Una aclaración.

El C. Espinosa Luis: No la permito, señor. (Siseos.) En esa región de Huejotzingo hace lo menos cinco o seis años que todos los hacendados no habitan en sus respectivas propiedades y no habitan, señores diputados, porque desde hace tiempo, desde hace seis años toda esa vasta región del Estado está en poder de los zapatistas, zapatistas abiertos primeramente y zapatistas solapados después, cuando hipócritamente quisieron someterse al Gobierno Constitucionalista, y naturalmente que estos individuos que no tienen ni han tenido garantías para dedicarse al trabajo honrado, que no pueden tener garantías para exponer sus propiedades legítimas, no pueden ir a vivir allí y atender sus intereses mientras esa región no esté debidamente garantizada por las armas constitucionalistas. Ya lo dije ayer, en esa región hay muchos capitalistas pacíficos que son precisamente los que tienen en explotación todas esas tierras y, señores, se ha hablado mucho del socialismo zapatista y para que ustedes se den cuenta de cuáles son las teorías de esos ciudadanos del sur, voy a manifestar un hecho elocuentísimo: Allá en esas regiones, en aquel reparto en gran escala, pequeñísimas parcelas tocaron a los soldados y distintos oficiales, pero en cambio las tierras mejores de las mejores haciendas, en una proporción considerable quedaron bajo la explotación inmediata de los principales jefes zapatistas; así, pues, ¿dónde está el desinterés, dónde está la nobleza de ese socialismo de que tanto han hecho alarde los que no conocen en el fondo las artimañas zapatistas? Eso sería una arbitrariedad, eso sería un abuso cometido a la propiedad legítima amparado por el artículo 14 Constitucional, sobre la que se viene a pedir aquí que la Representación Nacional se inmiscuya indebidamente. Si es cierto que el pueblo pide que se le informe cuál es la orientación del Gobierno en materia agraria, señores, creo que no es al Secretario de Gobernación a quien corresponde venir a informar, sino en todo caso al Secretario de Fomento y voy a decir por qué: este asunto traído por el señor Sánchez a esta Cámara de Diputados es un asunto enteramente sencillo, aunque aquí traigan apariencias verdaderamente colosales; se trata de un dictamen de varios vecinos del Distrito de Huejotzingo ante el Gobernador del Estado de Puebla y este funcionario, para resolver el conflicto, convocó a los individuos que tenían esas tierras en posesión transitoria y a los propietarios de las mismas y como allí no pudo llegarse a un acuerdo, porque los propietarios exigían una contribución mayor que los que poseían la tierra transitoriamente querían dar, no fue posible resolver el asunto y pasó éste aquí a la Secretaría de Fomento. Los dueños de haciendas del Estado de Puebla exigían una contribución por las tierras de se legítima propiedad porque ellos no explotan, sino que las explotan los individuos que se han posesionado arbitrariamente de ellas, porque el Gobierno

del Estado de Puebla exigía una contribución correspondiente, no a los individuos que tenían en explotación aquellas tierras, sino a los que ante el registro público y registro catastral aparecen como dueños legítimos y, naturalmente, estos individuos que desde hace seis años no recogen ningún fruto de esas tierras de su legítima propiedad, y no pueden o ya no quieren pagar por más tiempo esta contribución; el Gobierno les exige, esa es en el fondo la cuestión, señores diputados. Si el pueblo tiene, como yo le concedo, un derecho amplísimo para saber a qué atenerse en cuanto a las promesas revolucionarias, señores diputados, no es a un simple Secretario de Estado a quien toca levantar la voz para decirle a los pueblos cuál será la orientación del Gobierno sobre materia agraria o sobre cualquiera otra materia revolucionaria. Señores diputados, conforme a la Constitución, es a esta Representación Nacional a quien toca decir al pueblo por medio de leyes que aquí se dicten, cuál es la orientación actual del Gobierno que lo componen los tres poderes y no solamente el Ejecutivo, esta Representación es la que piensa, es la que quiere, es la que desea dar esa orientación al pueblo y a la Nación entera. (Voces: ¡Huy!)

El C. Sánchez: Para una aclaración. Señor Espinosa, yo protesto de la manera más solemne contra la imputación que ha hecho usted a los hijos de Huejotzingo, pues no es cierto que todos ellos sean zapatistas, y voy a aclarar el punto permitiéndome interpelar al señor don Mariano Urdanivia, que estuvo en el Ministerio de Gobernación en la época del general Coss, y al señor Araujo, que está al lado de usted, para que digan si esos pueblos no estuvieron bajo el control del Gobierno revolucionario y si prestaron su contingente para ayudar al triunfo de la Revolución y que en esa época cuando se les convocó por el general Francisco Coss, el 2 de febrero de 1915, para darles posesión provisional y atender a las demandas de sus tierras; interpelo al C. Urdanivia para que lo entere de este punto que acabo de aclarar.

El C. Urdanivia: Pido la palabra para contestar.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Urdanivia.

El C. Urdanivia: Efectivamente, en Huejotzingo, como en todos esos lugares limítrofes del Distrito Federal, hay zapatistas; pero no se puede generalizar, ni con mucho, que todos los habitantes sean zapatistas.

El C. Araujo: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Araujo.

El C. Araujo: Efectivamente, el general Coss ocupó Huejotzingo el 25 de enero de 1915, ya en Cholula el día 23 se había convocado a los pueblos del Estado de Puebla a una convención de Presidentes Municipales para que se reunieran en Cholula el día 2 de febrero de 1915. Ese decreto lo hizo el general Coss en Cholula acompañado del doctor Atl; el 2 de febrero concurrieron los Presidentes Municipales y desde entonces se procedió a la repartición de tierras, y no sólo a la repartición, sino a la dotación provisional para que ese año el pueblo pudiese sembrar. Cuando tomamos Huejotzingo no encontramos resistencia alguna de parte del pueblo, se constituyó inmediatamente el Ayuntamiento, quien concurrió a la convención que ha dicho.

El C. Espinosa: Pido la palabra para contestar la interpelación que me hizo el C. Sánchez.

El C. Presidente: La Presidencia se permite manifestar al C. Espinosa, que no se le hizo ninguna interpelación.

El C. Espinosa: El me interpeló.

El C. Presidente: Nada más fue una aclaración. Tiene la palabra en pro, el C. Trigo.

El C. Trigo: Honorable Asamblea: Después del conceptuoso discurso del C. Vadillo, y del muy largo del compañero Espinosa, en que, en realidad, de verdad, no nos dijo nada, absolutamente nada que nos convenciera para que el ciudadano Ministro de gobernación no deba venir a informarnos aquí, voy a permitirme hacer algunas apreciaciones sobre este particular, en la inteligencia de que yo no vengo a hacer labor de oposición, de que paladinamente declaro que mi más ferviente anhelo es estar cerca del Gobierno, es ayudar al Gobernador en todo aquello que sea normal y que sirva para ayudar a nuestro pueblo, a quien tenemos obligación de defender y de representar aquí.

Yo no veo por qué pueda llamarse oposicionista a aquellos que piden que el señor Secretario de gobernación venga a informarnos acerca del criterio que norma los actos del ejecutivo en materia agraria; yo no veo tampoco por qué tomar fundamentalmente en este asunto la cuestión de Puebla, que para mí no es sino el incidente ocasional que trae a debate una cuestión de suma importancia en nuestro país y que de una vez por todas debemos esforzarnos en resolver cuanto antes.

Desde luego voy a permitirme presentar dos casos prácticos que ocurrieron en mi Distrito, en el lejano Estado de Chihuahua, en donde un pueblo como San Pedro Madera, que es un centro fabril que tiene cinco mil habitantes, no es dueño ni siquiera de las calles de aquella población; y no crean ustedes que por falta de energía de aquel pueblo, que no ha querido ejercer sus derechos, sino que cuando ha exigido sus derechos, se encuentra con una Comisión Local Agraria, Comisión Local Agraria que por momento de las economías del señor Gobernador, fue clausurada y actualmente no tiene a quién dirigirse, y si se dirige a la Comisión Nacional Agraria, se encuentra con el obstáculo eterno de los expedientes, con el obstáculo eterno que cierra las puertas para todo lo que es importante para aquel pueblo, para todo lo que es labor de justicia, y como el pueblo de San Pedro Madera, existe otro pueblo, el pueblo de Namiquipa, que tiene tres mil habitantes y que tiene títulos de propiedad legal desde la época del Márquez De Croix, Virrey de México, y que, sin embargo, nunca ha podido aprovecharse de los terrenos de que disponía, y aquellos dos pueblos, señores, han tenido necesariamente que ir a la lucha armada en 1910, primero que nadie en la República Mexicana, no precisamente porque les pesara la tiranía de Porfirio Díaz, no por eso, sino porque era un pueblo que se veía vejado, porque era un pueblo que se veía despojado de sus principales derechos, y el pueblo de Namiquipa igualmente, repito, fue el primero en coger el arma reivindicadora y en 1913 fue el primero igualmente en lanzarse a la lucha, y si las aspiraciones de esos pueblos no se satisfacen debidamente, yo puedo asegurar igualmente que Chihuahua no se pacificará, sino que continuará

eternamente con ese gesto de rebeldía, puesto que no puede haber paz cuando se carece de lo necesario, cuando se carece de un pedazo de tierra, de qué vivir y de qué comer. (Aplausos.) Repito, yo no hago labor oposicionista, no tengo absolutamente ningún motivo de rencor ni de encono, ni para el señor Secretario de Gobernación, ni para ningún otro de los Secretarios de Estado; pero no veo tampoco por qué pueda considerarse alguna fracción de los ciudadanos diputados, que sea deprimente para un Secretario de Estado venir a informar a esta Asamblea ¿Por qué? Si la obligación, no de un Secretario de Estado, sino de todo mexicano, es informar a su pueblo de su labor y de su obra, ¿es que acaso estamos heciendo una labor deprimente, es que acaso estamos haciendo una labor bochornosa para ocultarnos y no decir la verdad? Como decía justamente el C. Vadillo, que se le diga a nuestro pueblo que no queremos o no podemos cumplir con nuestras obligaciones; que se le diga que nosotros deseamos pisotear nuestros ofrecimientos, que los que han caído defendiendo lo que ellos creyeron muy legítimo no se llevará jamás a la práctica; pero que en buena hora se le diga de una vez y no se le siga engañando, ya que es tiempo de que digamos la verdad. (Aplausos.)

Hay quien sostiene aquí que no debe llamarse al señor Secretario de Gobernación, porque no es él el que conoce de estos asuntos en materia agraria, y si bien es cierto que esto puede ser tomado en consideración, yo me permito preguntar a la Asamblea: ¿No es el Secretario de Gobernación el Secretario de Estado y de hecho y de derecho el jefe del Gabinete? ¿No es él quien tiene la obligación de informar sobre todas las cuestiones que se susciten y en las que debe informar el Ejecutivo? ¿Por qué se considera deprimente que el señor Aguirre Berlanga venga a informar? ¿Por qué queremos hacer de esto una labor de política de encrucijada? ¿Por qué queremos hacer creer, señores, que los oposicionistas son las personas que han firmado esta proposición? ¿Qué, acaso nada más en la oposición se debate el problema agrario? ¿Es que los Distritos de los señores de la mayoría, de los que formamos las derechas, no se encuentran en igualdad de circunstancias? ¿No adolecen de los mismos defectos y de los mismos vicios? ¿No se sacuden y se debaten ante los mismos problemas? ¿Pues entonces por qué no queremos que venga el señor Ministro de Gobernación a rendir un informe aquí? No se le pide para hacer labor de obstrucción, no se pide para censurarlo. Por el contrario, debemos pedir que venga a informar, no con el deseo de censurar su labor, sino, lejos de eso, con el deseo de ayudarlo, con el deseo de saber el criterio que norma sus actos para marchar de consuno con él, para marchar de acuerdo con él.

Yo, como muy bien estima el C. Vadillo, creo que la obligación del diputado no es sólo legislar, debe ir más allá de la cuestión, debe tratar los asuntos que afecten directamente a su Distrito y ya que éste debe ser el criterio principal de nosotros, no veo la razón, señores, de oponernos para que un Ministro de Estado sea quien deba venir a informar a la Representación Nacional de estos asuntos que tiene obligación de conocer si quiere ser consciente de sus obligaciones, si quiere tener la conciencia de lo que es el concepto alto y elevado, de lo que es ser diputado, de lo que es ser representante de un Distrito. No veo por qué, señores diputados, por qué pueda ser deprimente que venga aquí el Ministro de Gobernación para que se trate de impedirlo. Yo creo que quienes han hecho campaña electoral, yo creo que quienes creen haber triunfado leal y honradamente, yo creo que quienes creen, que quienes tienen la pretensión leal y honradamente, no creo que esos individuos crean que venir a la Representación Nacional a representar al pueblo signifique venir a sentarse en los escaños de esta Cámara, contemplar tranquilamente las espirales del humo de su cigarro, dejar marchar el tiempo y no ocuparse del pueblo absolutamente para nada. Por esto, señores diputados, yo me permito solicitar de esta honorable Asamblea que dejando a un lado el criterio oposicionista, que dejando a un lado esa política de encrucijada que a cada paso desgraciadamente se pretende desarrollar en esta Cámara, votéis por la afirmativa, no tomando como base el caso de Puebla, puesto que, como lo ha dicho el C. Espinosa, para eso están las autoridades, para juzgar al Gobernador de aquel Estado si ha faltado a su deber; no bajo ese aspecto, sino viendo el interés general de la República, puesto que yo creo que todos los Estados se debate por el mismo problema agrario. (Aplausos.)

El C. Secretario Soto: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta a la Asamblea. . . (Campanilla.)

El C. Cabrera: ¡Para una aclaración, señor Presidente!

El C. Siurob: Para aclarar un hecho, señor Presidente.

El C. Secretario Soto: Habiendo hablado tres oradores en pro y tres en contra, se pregunta a la Asamblea si considera el punto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, se servirán poner de pie. Suficientemente discutido. En votación económica. . .

El C. Siurob, interrumpiendo: Pido votación nominal. (Voces: ¡Sí, sí!)

El C. Secretario Soto: La parte resolutiva dice así:

"Única. Cítese al ciudadano Ministro de Gobernación para que se sirva informar a esta H. Asamblea, sobre los siguientes puntos:

"I. Si ha autorizado el Gobierno Federal el ciudadano Gobernador de Puebla para dictar la disposición a que se refieren los vecinos de Huejotzingo y demás pueblos del Estado de Puebla.

"II. Si se han tomado medidas para hacer cumplir la circular de 31 de octubre de 1917, sobre aprovechamiento de cosechas en las posesiones provisionales de tierras que poseen los pueblos.

"III. Si las posesiones provisionales dadas a los pueblos por jefes militares, en el período preconstitucional, las reconoce el Gobernador Federal, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley Agraria de 6 de enero de 1915 y artículo 2o. transitorio del decreto federal de 19 de septiembre de 1916.

"IV. Si se ha activado la tramitación de las solicitudes sobre la dotación o restitución de ejidos y la ejecución de éstos en los casos ya resueltos definitivamente por el ejecutivo de la Unión."

Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Secretario Pesqueira: Por la negativa. (Se tomó la votación.) ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa.

El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa 118 ciudadanos diputados. (Aplausos.)

El C. Secretario Pesqueira: Por la negativa 22 ciudadanos diputados. (Siseos.)

El C. Secretario Soto: Aprobada la proposición en todas sus partes. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

El C. Presidente: Se comisiona para acercarse al Poder Ejecutivo y comunicarle la determinación que se acaba de tomar, a los ciudadanos diputados Castillo Torre, O'Fárril, Sánchez, Saldaña, Lomelí y Secretario Soto. Tiene la palabra para una aclaración el C. Cabrera.

El C. Cabrera: (Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna!) Únicamente para la aclaración siguiente: (Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna!) Como la proposición dice que se llame al Ministro de Gobernación para que informe si él ha dado alguna orden al Gobernador del Estado de Puebla en cuya virtud haya dictado las disposiciones a que hacía alusión el C. Sánchez, debo manifestar, por encontrarse en esta ciudad el ciudadano Gobernador, que él no ha dictado ninguna disposición ni verbal ni escrita respecto a este asunto. (Murmullos.)

El C. Presidente: a las 7.20 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para sesión de Colegio Electoral mañana a las diez.