Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181125 - Número de Diario 82

(L28A1P1oN082F19181125.xml)Núm. Diario:82

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 25 DE NOVIEMBRE DE 1918

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO 1. - PERIODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO 1. - NÚMERO 82

SESIÓN ORDINARIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 25 DE NOVIEMBRE DE 1918

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Se da cuenta con los asuntos en cartera.

3. - En votación nominal se aprueba la iniciativa en que se autoriza al Ejecutivo para que ministre la cantidad de $20,000.00 al Estado de Tabasco. Es aprobada la minuta de la 1a. Comisión de la Corrección de Estilo, relacionada con la condonación de derechos aduanales que causen las medicinas adquiridas para combatir la epidemia de gripa en Puebla. Pasa al Senado para los efectos constitucionales.

4. - Primera lectura de los dictámenes de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, en que se concede licencia al C. Domingo Barrios Gómez, para aceptar y usar una condecoración del Gobierno del Japón; y de la 2a. de Gobernación, referente a la modificación hecha a la convocatoria a elecciones extraordinarias en los Distritos Electorales 7o. de Chihuahua, 8o. de Michoacán y Sur de Baja California, en virtud de las observaciones del Ejecutivo.

5. - Se dispensa la segunda lectura de los dictámenes de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que consulta se apruebe un proyecto de ley reglamentaria del artículo 4o. Constitucional; y de las Comisiones unidas 2a. de Instrucción Pública y 2a. de puntos Constitucionales, que proponen la aprobación de un proyecto de ley para combatir el analfabetismo en México; a discusión el primer día hábil.

6. - Continúa la discusión de la Ley de Ingresos, siendo aprobado en votación nominal el inciso (b) de la fracción XIII; es discutido y aprobado el inciso (I) y aprobados sin discusión los incisos (e),(f),(g),(i),(j),(k), (m),(n),(o),(p) y (q) de la misma fracción, así como la fracción I del artículo 1o. Se levanta la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. CÉSPEDES ELISEO L.

(Asistencia de 135 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 4.47 p.m.: Se abre la sesión.

- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veintitrés de noviembre de mil novecientos diez y ocho.

"Presidencia del C. Eliseo L. Céspedes.

"En la ciudad de México, a las cinco de la tarde del sábado veintitrés de noviembre de mil novecientos diez y ocho, con asistencia de ciento veintitrés ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente pasó el C. Secretario Soto, se abrió la sesión.

"El C. Prosecretario Aguilar leyó el acta de la sesión celebrada el día anterior, la que se aprobó sin debate en votación económica.

"Los CC. Macías Juan E., O' Fárrill y Secretario Pesqueira introdujeron al salón al C. José Verástegui, quien prestó la protesta de ley como diputado propietario por el 1er. Distrito Electoral del Estado de Querétaro.

"La Secretaría dio cuenta con los documentos siguientes:

"Oficio de la Secretaría de Gobernación, en que el Ejecutivo de la Unión pide que esta honorable Cámara le conceda al C. Breceda Alfredo, permiso para el desempeño de una comisión incompatible con su cargó de diputado. - A la Comisión de Gobernación en turno.

"Circular de la Dirección General del Timbre, en la que participa que ha sido nombrado Subdirector General de esa Renta el C. Ildefonso Rodríguez. - De enterado.

"Telegrama procedente de la cuidad de Mérida Yuc., en que el C. Carlos Castro Morales participa que ha hecho entrega del Gobierno a su cargo al C. Felipe Carrillo. - De enterado.

"El C. Carlos Castro Morales envía de la ciudad de Veracruz, un telegrama participando que ya sale para esta capital. - De enterado.

"La Secretaría de Gobernación envía, por acuerdo del ciudadano Presidente de la República, la Iniciativa de Ley Orgánica del artículo 27 constitucional, en el ramo de petróleo. - Recibo, a las Comisiones unidas 1a. y 2a. de petróleo, e imprímase.

"Presidencia del C. J. Guadalupe Ruvalcaba.

"La 1a. Comisión del Trabajo y Previsión Social, presenta una proposición que dice:

"Únanse las Comisiones 1a. y 2a. de Trabajo y Previsión Social, para que estudien y dictaminen en el Proyecto de Ley del Trabajo."

"La Asamblea, en votación económica, acordó dispensarle los trámites, pasando en seguida el C. Valadez Ramírez, uno de los signantes de la

proposición, a fundarla, después de lo cual se aprobó en votación económica.

"Se dio segunda lectura a la iniciativa presentada por los CC. Siurob, Basáñez, García Carlos y otros ciudadanos diputados, relativa a la reglamentación del artículo 62 constitucional, y consultada la Asamblea sobre si se admitía a discusión, está en votación económica la rechazó y el C. Zincúnegui Tercero hizo una moción de orden. La diputación del estado de Campeche se adhirió a la iniciativa del C. Siurob, por tanto, fue turnada a las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Gobernación.

"Se le dio segunda lectura y pasó a la Comisión de Hacienda en turno, en virtud de haberla hecho suya la diputación del Estado de Sonora, la iniciativa del C. Pérez Vela, relativa a que se reformen los artículos 249, 250 y 251 de la Ley de 1o de Junio de 1906.

"En seguida se dio cuenta con una iniciativa subscripta por la diputación del Estado de Tabasco y apoyada por varios ciudadanos diputados, relativa a que se autorice al Ejecutivo de la Unión para invertir la cantidad de $20,000.00 en auxiliar a los damnificados con motivo del desbordamiento del río Grijalva en el Estado de Tabasco.

"El C. Castellanos Díaz pasó a fundar la iniciativa y fue interpelado por el C. Méndez Benjamín, hablando en seguida en pro el C. Andrade, quien contestó una interpelación del C. Parra.

"En votación económica se consideró el asunto de urgente y obvia resolución, por lo que desde luego fue puesto a debate y sin más que una aclaración del C. Méndez Benjamín, se procedió a recoger votación nominal, de la que resultó que había una asistencia de ciento doce ciudadanos diputados, por lo cual, siendo las siete de la noche, se levantó la sesión citándose para el próximo lunes veinticinco a las cuatro de la tarde, a sesión de Cámara de Diputados."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán poner de pie. Se aprueba el acta.

- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:

"Gobierno del Estado de Yucatán. - Estados Unidos Mexicanos. - Nomenclatura: Sección 1a. - Ramo de Gobernación. - Número 10,484. - Circular.

"En virtud de licencia que por un mes me fue concedida por el honorable Congreso local para separarme de mi cargo de gobernador Constitucional de este Estado, con esta fecha, previas las formalidades de ley, he hecho entrega del Poder Ejecutivo del mismo al C. Felipe Carrillo, nombrado Gobernador Interino por el propio Congreso, entre tanto dura la licencia referida.

"Protesto a usted mi atenta consideración.

"Constitución y Reformas. - Mérida, Yuc., México., noviembre 13 de 1918. - C. Castro. - El Secretario General, Alf. M. Alonzo.

"A la honorable Cámara de Diputados. - México, D.F." - De enterado.

"Gobierno del Estado de Yucatán. - Estados Unidos Mexicanos. - Nomenclatura: Sección 1a. - Ramo de Gobernación. - Número 10,485. - Circular.

"Con esta fecha, previas las formalidades de ley, me he hecho cargo del Gobierno de este Estado, en virtud de haber sido nombrado por el honorable Congreso local, para el cargo de Gobernador interino, mientras dura la licencia que por un mes le fue concedida al Gobernador Constitucional. C. Carlos Castro Morales.

"Constitución y Reformas. - Mérida, Yuc., México, noviembre 13 de 1918. - F. Carrillo. - El Secretario General, Alf. M. Alonzo.

"A la honorable Cámara de Diputados. - México, D.F." - De enterado.

"Congreso del Estado de Hidalgo. - Diputación Permanente.

"Circular. - Tengo el honor de participar a usted, que el día de hoy quedó instalada la Diputación Permanente del Congreso del Estado, que clausuró ayer su último periodo de sesiones de segundo año de su ejercicio; dicha Diputación está formada por los CC. doctor Homero Rubio como Presidente, José Bárcena, Vicepresidente, Marcos López Jiménez, Secretario, y profesor Lauro Hernández y José Ibarra Olivares, suplentes.

"Reitero a usted con este motivo mi consideración más distinguida.

"Constitución y Reformas. - Pachuca, 16 de noviembre de 1918. - Marcos López Jiménez, D. S.

"Ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F." - De enterado.

- El mismo C. Secretario: Se va a proceder a la votación nominal que quedó pendiente en la última sesión, relativa a la autorización de veinte mil pesos que da el Ejecutivo para el Estado de Tabasco. Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Malpica: Por la negativa. (Se recogió la votación.)

El C. Secretario Pesqueira: ¿Falta algún ciudadano por votar? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.) Falta algún otro ciudadano diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió.) Aprobada la iniciativa por unanimidad de 146 votos por la afirmativa. Pasa a la Comisión de Corrección de Estilo.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"1a. Comisión de Corrección de Estilo.

"Minuta.

"Iniciativa de ley.

"Artículo único. Se concede al Gobierno del Estado de Puebla, la condonación de los derechos aduanales que cause la compra de medicinas hasta por la suma de tres mil quinientos dólares o sea siete mil pesos mexicanos; medicinas destinadas a los

establecimientos de Beneficencia de aquel Estado, para combatir la epidemia de gripa."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., 20 de noviembre de 1918. - M. F. Altamirano. - B. Vadillo."

Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada. Pasa el Senado para los efectos constitucionales.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"Comisión 1a. de puntos Constitucionales.

"Señor:

"A la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales fue turnada la solicitud que hace el C. mexicano licenciado Domingo Barrios Gómez, para que se le conceda permiso para aceptar y usar la condecoración de cuarta clase del Tesoro Sagrado, que Su Majestad el Emperador Yoshihito, del Japón, se sirvió conferirle.

"Esta Comisión estima fundada la solicitud del C. Barrios Gómez, toda vez que la fracción II del artículo 37 de nuestra Constitución previene que es necesario el permiso del Congreso Federal para admitir de Gobiernos extranjeros condecoraciones, títulos o funciones y, por tanto, somete a la consideración de esta honorable Asamblea el siguiente proyecto de ley:

"Artículo único. Se concede licencia al C. mexicano Domingo Barrios Gómez, para aceptar y usar la condecoración de cuarta clase del Tesoro Sagrado, que tuvo a bien conferirle Su Majestad el Emperador del Japón."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 15 de noviembre de 1918. - Ramón Blancarte. - J. Ruiz de Chávez. - M. Castillo Nájera." - Primera lectura.

- El mismo C. Secretario, leyendo:

"2a Comisión de Gobernación.

"Honorable Asamblea:

"La Comisión 2a. de Gobernación, que suscribe, ha examinado atentamente las observaciones que el Ejecutivo de la Unión hizo a los decretos referentes a elecciones extraordinarias de diputados propietario y suplente al Congreso General, Por el 7o. Distrito Electoral de Chihuahua, 8o. de Michoacán y Distrito Sur de la Baja California,

"Las observaciones se refieren únicamente al inciso (f), y dice textualmente el Ejecutivo que: pudiera dar lugar a falsas interpretaciones con motivo de los términos en que está concebida su redacción ya que el decir que la Cámara calificará esas elecciones en período ordinario o en extraordinario, si para ello se convocare, no parece significar de un modo claro y preciso, y que no dé lugar a distintas versiones del mismo concepto, si acaso para que esa H. Cámara haga tal calificación en período extraordinario, bastaría según dicho inciso (f), que se reunirá aquella en sesiones extraordinarias, cualquiera que fuera el objeto de ellas, o si solamente se ocuparía en período extraordinario de calificar las elecciones, si esta calificación estuviera comprendida entre los fines de la convocatoria.

"Expuesto el tenor de las observaciones del Ejecutivo, la comisión cree pertinente aclarar el concepto de la calificación que debe hacer la Cámara, en el sentido que se expresa la observación.

"Y para expeditar las elecciones pendientes a que se refieren los decretos que esta H. Cámara envió al Ejecutivo para su promulgación, también cree pertinente la Comisión, que la convocatoria se haga al mismo tiempo en los tres Distritos Electorales de los dos Estados de que se trata y el Distrito Sur de la Baja California.

"En consideración al tiempo que ha transcurrido desde que esta Cámara aprobó los dictámenes y el precepto constitucional que fija el tiempo previo que debe mediar entre la convocatoria y las elecciones, a fin de que las personas que ocupan puestos públicos, si desean entrar a la lucha electoral, puedan renunciarlos, también cree necesario la Comisión que subscribe, señalar un plazo mayor que el fijado en los incisos (b), (c), y (d), de los decretos enviados al Ejecutivo.

"Por lo expuesto, somete a la deliberación y aprobación de la Asamblea, el siguiente:

"PROYECTO DE LEY

"Artículo único: Se convoca al pueblo de los Distritos Electorales 7o. del Estado de Chihuahua, 8o del de Michoacán y Distrito Sur de la Baja California, a elecciones extraordinarias de diputados propietario y suplente al Congreso de la Unión, cuyo periodo terminará el 31 de agosto de 1920, y sujetándose a las siguientes bases:

(a) Las elecciones se sujetarán a lo prescripto en la Ley Electoral de 1o. de julio de 1918, observándose lo dispuesto en los incisos (a), (b), (c), (d), (f), (i), (k), (l) y (m) del artículo 3o. transitorio de esa ley.

(b) El registro de candidatos quedará abierto desde la promulgación de esta ley, y se cerrará el día 25 de marzo de 1919.

(c) La Junta Computadora se reunirá a los quince días siguientes a aquel en que se verifique la elección, que se efectuará el día 12 de abril de 1919.

(d) Los Presidentes Municipales cumplirán con lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley Electoral, el segundo domingo de marzo próximo, y con lo preceptuado en el artículo 32, dentro de los tres días siguientes al cuarto domingo del mismo mes de marzo.

(e) En todo lo demás se observará, en lo conducente, la Ley Electoral de 1o. de julio de 1918.

(f) La Cámara de Diputados calificará la elección de que se trata, en el próximo período de sesiones ordinarias o en el período extraordinario, si el Ejecutivo Federal, en uso de sus facultades, la convoca especialmente para ello.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D.F., 22 de noviembre de 1918. - R. Castro. - A. Quiroga. - F. Martínez del Campo." - Primera lectura, e imprimase.

- El mismo C. Secretario: Habiéndose dado primera lectura en la sesión del día 19 del presente mes al dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, que consulta se apruebe un proyecto de ley reglamentaria del artículo 4o. constitucional, y estando el folleto distribuído entre los ciudadanos diputados, en votación económica se consulta si se dispensa la segunda lectura, para que pueda pasar el dictamen a discusión el primer día hábil. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Dispensada. A discusión el primer día hábil.

También se dio lectura el día 20 del corriente al dictamen de las Comisiones unidas 2a. de Instrucción Pública y 2a. de Puntos Constitucionales, que consulta la aprobación de un proyecto de ley para combatir el analfabetismo en México. Estando ya el folleto distribuído entre los ciudadanos diputados, en votación económica se consulta si se dispensa la segunda lectura, para que pueda pasar el dictamen a discusión el primer día hábil. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensa la segunda lectura. - A discusión el primer día hábil.

- El C. Prosecretario Aguilar: Habiendo hablado en la discusión del inciso (b) de la fracción XIII del artículo 1o. de la Ley de Ingresos, los oradores que previene el Reglamento, y no habiendo podido hacerse la declaratoria de que estaba suficientemente discutido en virtud de que se desintegró el quórum, en votación económica se consulta a la Asamblea si considera el punto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutido. Se procede a la votación nominal. El inciso dice así:

"(b) Contribución sobre los enteros hechos en las Oficinas Recaudadoras de los Estados, Territorios, Distrito Federal y Municipios de los mismos, que se causarán y percibirán en la forma prescripta en el decreto de 9 de junio de 1917 y disposiciones relativas."

Se suplica a los ciudadanos diputados Cabrera Federico, Saldaña José P. y Villaseñor Mejía, se sirvan auxiliar a la Secretaría en sus labores. Se procede a la votación nominal.

El C. Basáñez: ¡Que se lea el inciso! (Voces: ¡Ya se leyó!) Es que la mayor parte de la Asamblea no lo recuerda.

- El mismo C. Secretario: Habiéndolo solicitado algún ciudadano diputado, se va a dar nueva lectura al inciso (b) de la fracción XIII del artículo 1o. de la Ley de Ingresos, que dice así:

"Contribución sobre los enteros hechos en las Oficinas Recaudadoras de los Estados, Territorios, Distrito Federal y Municipios de los mismos, que se causarán y percibirán en la forma prescripta en el decreto de 9 de junio de 1917 y disposiciones relativas."

Por la afirmativa.

El C. Morales Francisco César: Por la negativa.

(Se procedió a recoger la votación.)

El C. Prosecretario Aguilar: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.)

El C. Morales Francisco César: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? (Algunos otros ciudadanos diputados dan sus nombres.)

El C. Prosecretario Aguilar: Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió la votación de la Mesa.)

El C. Morales Francisco César: Votaron por la negativa los CC. diputados siguientes: Alarcón, Alejandre, Arlanzón, Arriaga, Amezola, Anda de, Basáñez, Bravo Lucas, Breceda, Breña, Carriedo Méndez, Casas Alatriste, Castilleja, Cornejo, Chávez M., Díaz Infante, Espinosa Bávara, Fernández Martínez, Fierro, Franco, García Carlos, García Ruiz, Gómez Cosme D., González Jesús N., Guerrero, Gutiérrez Atanasio, Gutiérrez de Velasco, Hernández Eulogio, Iturralde T., Lanz Galera, Leal, López Emiliano Z., Macías Juan E., Mariel, Medina, Mena, Méndez Benjamín, Morales Francisco César, Morales Hesse, Navarro, Olivé, Padrés, Pérez Vela, Rivera Castillo, Roaro, Rojas Rafael R., Romero Cepeda, Ruiz H., Ríos Landeros, Saldaña, Sánchez José M., Sánchez Salazar, Soto José M., Suárez, Toro, Treviño, Vadillo, Velásquez López y Zincúnegui Tercero.

Total, 59. ¿Hay algún ciudadano diputado que desee reclamar su voto por la negativa?

El C. Prosecretario Aguilar: Votaron por la afirmativa de los CC. diputados siguientes: Aguilar Antonio, Aguilar Pablo, Aguirre Vito, Alcocer, Andrade, Angeles Carlos L., Angeles Genaro, Araujo Emilio, Arrioja Isunza, Avilés, Blancarte, Cabrera, Camarena, Cárdenas Emilio, Castellanos Díaz, Castillo Garrido, Castro Alfonso, Castro Roberto, Céspedes, Chablé, Esparza, Espinosa Luis, Fernández Miguel B., Flores, Galindo, García Adolfo G., García José Guadalupe, García Pablo, Garza, Gómez Noriega, González Marciano, Gutiérrez Orantes, Gil, Hernández Loyola, Herrera, Huerta, Lara, León, Limón Uriarte, Lomelí, López Ponciano, Maceda, Macías, Rubalcaba Madrid, Malpica, Mancisidor, Márquez Galindo, Martín del Campo, Méndez Arturo, Méndez Fortunato, Mendoza, Moctezuma, Molina, Morales Sánchez, Ocampo, O'Fárrill, Ortiz, Pastrana Jaimes, Paz, Quiroga, Ramos, Rebolledo, Ríos de los, Rodríguez Sabino, Rocha, Rodríguez Alfredo, Rodríguez de la Fuente Jesús, Rodríguez Herminio S., Rosas, Ruiz H., Silva Federico, Silva Pablo, Solórzano, Soto Peimbert, Tello, Tejeda Llorca, Torres Garza, Trigo, Urdanivia, Uzeta, Valadez Ramírez, Velázquez Juan, Verástegui Franco, Vilchis, Villalobos, Villaseñor Mejía, Villela, Verástegui José, Zayas y Zerecero.

Total, 91 votos. ¿Hay algún ciudadano diputado que desee reclamar su voto por la afirmativa?

El C. Morales Francisco César: Yo voté por la negativa.

El C. Prosecretario Aguilar: El C. Francisco César Morales reclama su voto, porque votó por la negativa.

El C. Amezola: Pido la palabra para hacer la rectificación que hizo el señor Francisco César Morales.

El C. Prosecretario Aguilar: Ya se hizo la rectificación, C. Amezola. ¿Ningún otro ciudadano diputado reclama su voto por la afirmativa? Total, 90 votos por la afirmativa. Queda aprobado, en consecuencia, el inciso (b) de la fracción XIII del Artículo 1o. de la Ley de Ingresos.

El mismo C. Prosecretario: Está a discusión el inciso (e) de la fracción XIII del mismo artículo 1o. de la Ley de Ingresos, que fue separado para objetarlo. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. ¿No hay quien haga uso de la palabra? en virtud de no haber ningún ciudadano diputado que desee hacer uso de la palabra, se reserva para su votación.

- El mismo C. Prosecretario Está a discusión el inciso (f), que dice: "Impuesto especial del Timbre a los tabacos labrados, conforme al decreto de 18 de mayo de 1917, Reglamento de 10 de diciembre de 1892 y disposiciones posteriores."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para ser votado en unión de los anteriores.

Está a discusión el inciso (g), que dice: "Impuesto especial del Timbre sobre pertenencias mineras, conforme al decreto de 26 de abril de 1918 y al Reglamento y demás disposiciones relativas."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para votarse en unión de los anteriores.

Está a discusión el inciso (i), que dice: "Impuesto especial del Timbre sobre terrenos petrolíferos y contratos petroleros, conforme al decreto de 31 de julio, 8,9 y 12 de agosto de 1918 y disposiciones relativas."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para ser votado en unión de los anteriores.

Está a discusión el inciso (j), que dice: "Impuesto especial del Timbre sobre botellas cerradas que contengan bebidas alcohólicas, licores, vinos y cervezas, ya sean de producción nacional o extranjera, y que se causarán en estampillas, conforme al Decreto de 24 de noviembre de 1917 y disposiciones relativas."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para ser votado con los anteriores.

Está a discusión el inciso (k),) que dice: "Impuesto especial del Timbre sobre el consumo de luz y fuerza eléctricas, conforme al decreto de 23 de junio de 1917 y 7 de junio de 1918."

Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. ¿No hay quien pida la palabra? Se reserva para su votación juntamente con los anteriores.

Está a discusión el inciso (1), que dice: "Impuesto especial del Timbre sobre ventas de primera mano de pulque y tlachique, conforme al decreto de 27 de junio de 1917, su Reglamento de 30 del mismo mes y año y disposiciones posteriores."

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra C. Malpica.

El C. Malpica: Señores compañeros: Mi objeto al impugnar el inciso (1) de la fracción XIII del artículo 1o. del Presupuesto de Ingresos para el presente año, no es precisamente, señores, venirme a oponer por el impuesto del veinticinco por ciento sobre ventas de primera mano sobre pulque, no es ese precisamente mi objeto, sino exclusivamente venir a señalar ciertas irregularidades que hay sobre la recaudación de esta contribución, causas muy justificadas para que haya una recaudación tan pequeña, y como yo tengo ciertos datos en mi poder, quiero que la honorable Comisión se sirva decirme en qué se fundó para calcular seiscientos mil pesos de ingresos sobre el impuesto del veinticinco por ciento de pulques.

El C. Rodríguez Alfredo, de la Comisión: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra

El C. Rodríguez Alfredo: Correspondió al señor Soto Peimbert el impuesto a discusión, así es que si el señor orador tiene la amabilidad de esperar un momento, el señor Soto Peimbert vendrá a contestarle.

El C. Malpica, continuando: Como de todas maneras podría decirme que le era indiferente haber calculado seiscientos mil pesos, que cincuenta mil, que cinco mil, puesto que no es más que un cálculo aproximativo de la entrada del pulque, vengo yo a informar a la honorable Comisión de ciertos datos que obran en mi poder, como decía a ustedes: en 1909, tengo datos estadísticos aquí de una Compañía Expendedora que se estableció en México y que tuvo, en números, una entrada aproximada de doscientos ochenta millones de pesos, cantidad muy respetable y que, dado el impuesto del veinticinco por ciento, el gobierno hubiera obtenido una entrada de setenta millones de pesos al año. Ya ven que sobre esos datos estadísticos tendríamos una entrada de setenta millones de pesos, que nos ayudarían de una manera práctica y efectiva a cubrir todas las necesidades por que atraviesa la República. En ese concepto, señores, he pensado muy detalladamente y creo que ya que cometemos la inmoralidad de permitir la venta del pulque en nuestra República, siquiera que sea con algún provecho benéfico, ya que hemos tenido que aprobar en estos momentos el sesenta por ciento, contribución tan enojosa, que hemos resuelto aceptar sencillamente para ayudar de alguna manera al Gobierno; creo también muy conveniente que nos fijemos y que la Comisión detalladamente estudie esta entrada, a fin de que no calcule una cantidad tan insignificante, sino que se documente un poco más y tenga un poco más de cuidado para que pueda dar los datos que yo he podido conseguir en unos cuantos días y que dan por resultado las cantidades que acabo de manifestar.

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra para interpelar al orador.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rodríguez Alfredo.

El C. Rodríguez Alfredo, de la Comisión: C. Malpica: ¿tendría usted inconveniente en ministrar a la Asamblea los datos que dice poseer, para juzgar de la veracidad y exactitud de esos datos?, pues la

cifra de setenta millones que nos ha enunciado aquí es sencillamente espantosa. El señor Malpica habla de una compañía que obtuvo enormes cantidades de rendimientos, ¿también pudiera comprobar Su Señoría la exactitud de estos cálculos, lo cuantioso de esas cantidades?

El C. Malpica: Sí, señor, y aunque no soy de la Comisión, con todo placer voy a ministrar todos los datos que tengo. Para que juzgue Su Señoría que no es sólo una cantidad irrisoria, voy a darle un dato insignificante que se puede tomar en el Ferrocarril Mexicano: la cantidad de pulque que diariamente trae el Ferrocarril Mexicano es de mil quinientas a dos mil barricas, con doscientos cincuenta litros cada una.....

El C. Rodríguez Alfredo, interrumpiendo: ¡Una interpelación!

El C. Malpica: Un momento. Son doscientos cincuenta litros por barrica, y calculando que ahora la entrada diaria sea de mil quinientas barricas por el Ferrocarril Mexicano, esto da un resultado de seiscientos ochenta y cuatro mil pesos al año. Esto es nada más la cantidad que entra por el Ferrocarril Mexicano, sin tener en cuenta el pulque que se introduce por el Interoceánico y por el Ferrocarril de Hidalgo. Estos datos los he podido adquirir en fuentes enteramente extraoficiales, y para comprobar esos datos, en el Estado de Puebla, de donde soy representante, he podido observar que la suma que paga el pulque allá al Municipio y al Estado, por el impuesto de introducción, es alrededor de diez mil pesos, solamente en la capital del Estado, lo que tendría que dar alrededor de trescientos sesenta y cinco mil pesos al año sólo la cantidad que entra allá en el Estado de Puebla, sin tener en consideración todos los Distritos y Municipalidades. Es natural que como yo no me he preocupado, como debería haberse preocupado la Comisión, puesto que a ella fue encomendado el trabajo de observar y dictaminar sobre los Presupuestos de Ingresos, he obtenido datos enteramente extraoficiales y pude juzgar la Comisión que si en México, en la capital, entra una cantidad de esa naturaleza, unidas las cantidades que entran por los demás ferrocarriles y, además, que entran por tierra, porque sabe perfectamente bien que entra mucho contrabando de los cuatro Estados de la República que producen pulque, se juntarían cantidades magníficas; podrían cuando menos, por términos sencillos, haber calculado lo que yo he podido obtener, una entrada de ocho millones de pesos como mínimum. Naturalmente, como ahora en la actualidad no está permitida la introducción de pulque a muchos Estados de la República, sino solamente en seis u ocho, está plenamente justificado que no podría ser la contribución de setenta millones de pesos que dije hace un momento y que causaron tanta impresión al señor general Rodríguez; pero debe tener en cuenta lo que le digo, señor general Rodríguez, que es cuestión de un poquito de escrúpulo en la Comisión para estudiar detalladamente, porque ya que han tenido fundamento para decirnos que no era posible evitarnos la contribución del sesenta por ciento que acabamos de aprobar, debía de haber pensado precisamente que hay muchos ramos que vamos a tener necesidad de aprobar, porque no hay quien le diga a la Comisión: Por estas circunstancias o por estas otras deben ustedes de aumentar o disminuir. Creo yo, y lo decía hace un momento, que el pulque debe merecer más atención por los datos que acabo de darles a ustedes y precisamente para fundar lo que aquí manifiesto a la Honorable Asamblea, estoy haciendo un proyecto de ley en compañía de otro ciudadano diputado, con objeto de ministrar una forma más práctica de recaudar la contribución de pulque, porque realmente lo que la Comisión ha hecho ahora en considerar una entrada de seiscientos mil pesos, creo esa suma no vale la pena para sacrificar a nuestro país continuamente día a día haciéndolo cada día más infeliz. (Risas.) Dada la circunstancia de que nosotros, el Gobierno todos le proporcionamos los elementos, le proporcionamos el veneno, el pulque que ni los nutre y lo tienen en condiciones de ser todo lo más malo posible; en este concepto es preferible, señores, si la Comisión no nos resuelve que pueda dar el pulque una contribución mayor de seiscientos mil pesos, más vale, señores, que no aprobemos la entrada del pulque y que no se considere ninguna partida por este principio. En este concepto, creo muy conveniente que si la Comisión no reforma la entrada o no hace un estudio detallado, se separe el inciso (l) a fin de que en su oportunidad presentemos nosotros un proyecto de ley que tienda a beneficiar un poco la situación económica del país. Ya les repito a ustedes, señores, por detalles los más insignificantes, podrán ustedes justificar que no es prudente ni razonable que nosotros vengamos a aprobar un artículo en que se faculta a que todo el pueblo mexicano consuma pulque, se venda y tengamos una contribución tan insignificante. Es natural que dirán todos que qué datos; los estudios que yo he hecho me hacen pensar que cómo es posible que haya una recaudación tan insignificante, pero aquí tienen ustedes un informe estadístico de Hacienda que suplico a la honorable Secretaría se sirva darle lectura

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rodríguez Alfredo, de la Comisión: ¿Pudiera usted decirme en que cantidad de carros del Ferrocarril se pueden transportar las mil quinientas barricas que dice usted penetrar diariamente por el ferrocarril Mexicano? Y otra: Suplico al señor Zerecero se sirva informar a la Asamblea si es verdad o no que por el Ferrocarril Mexicano se introducen a la ciudad de México mil quinientas barricas diarias con un contenido de 250 litros cada barrica.

El C. Zerecero: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra para contestar el C. Zerecero.

El C. Zerecero: Sería muy exagerado suponer que pudiera introducirse mil quinientas barricas exclusivamente por el Ferrocarril Mexicano, pues el Ferrocarril Mexicano cuenta en la actualidad con muy poco equipo apropiado para el manejo del pulque y, por otra parte, calculo que ni unidos el Hidalgo, el Central y el Interoceánico introducirían a la Capital esa cantidad de barricas. Sí estimo que está calculado en una cantidad muy corta el ingreso por ese concepto en el proyecto de Ley que discute, pero también creo que es muy exagerada la cifra de que nos ha hablado el señor Malpica, pues solamente faltó que dijera que ya venía el pulque curado.

El C. Malpica, continuando: No sé porqué dice el compañero que es una cantidad exagerada, puesto que un carro del Ferrocarril Mexicano ¿qué cantidad tiene, más bien dicho, para cuántas barricas tiene capacidad?

El C. Zerecero: Para cuarenta.

El C. Malpica: Un carro del Mexicano, señores, tiene una capacidad para cuarenta o cincuenta barricas como mínimum y hay un tren especial, si ahora no está el tren en corriente, podría decir el señor Zerecero que en tiempos normales corría un tren especial y aun en estos tiempos corre un tren especial de pulque y ese tren ¿cuántos carros remolca?

El C. Zerecero: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Zerecero.

El C. Zerecero: No siempre trae el mismo tonelaje, señor, regularmente son seis u ocho carros pudiendo traer cuarenta.

El C. Malpica: El Ferrocarril Mexicano en un viaje podría traer doscientas o trescientas barricas; como no solo hay un ferrocarril, puesto que hay dos o tres trenes que vienen al día, yo digo, en general, señor Rodríguez, la cantidad que trae el Ferrocarril Mexicano y, además puedo decir una cosa, señor: que me diga su Señoría si es justo y cree equitativo que al país se le permita la venta del pulque por una cantidad tan insignificante, como es la que tiene calculada, en seiscientos mil pesos.

El C. Quiroga: ¿Me permite una aclaración el orador?

El C. Rodríguez Alfredo: Señor Presidente, para contestar al orador

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rodríguez Alfredo, de la Comisión: Empiezo por decir al señor Malpica que fue Su Señoría quien dijo, quien expresó de manera clara y terminante, que solamente por el Ferrocarril Mexicano se introducen mil quinientas barricas. Ya ve Su Señoría que sus cálculos son demasiado exagerados, porque por los datos que el señor Zerecero nos proporciona, apenas en un tren especial se traerán de quinientas a seiscientas barricas, tercera parte de la cifra tan grande que expresa Su Señoría; así es que si debemos substraer a todas la cantidades que Su Señoría nos ha mencionado, la tercera parte, queda demostrado que los setenta millones son también exagerados, y a esos a que extraer, no la tercera parte, sino raíz cúbica.

Ahora, contestando la interpelación que hace su Señoría, debo decirle que a mí no me correspondió el estudio de este inciso, sino al señor Soto Peimbert, quien se encuentra ya en el salón y él podrá dar a usted las aclaraciones y explicaciones necesarias, a fin de que su Señoría no siga echando números y más números, que ya forman millones.

El C. Casas Alatriste: Para una moción de orden.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Casas Alatriste: El C. Malpica y la Comisión se han entretenido en una discusión verdaderamente bizantina, sobre la cantidad de litros de pulque que se consume en esta ciudad. El inciso a debate expresa el impuesto que se impone sobre la venta de primera mano de pulque y la cantidad en que está valuado en el proyecto, no es la que está a discusión. El C. Malpica, en mi concepto, debe concretarse a si es o no es procedente ese impuesto o si debe modificarse en tal o cual forma y no seguir haciendo cálculos que, de cualquier manera, serán inútiles y harán perder el tiempo a la Asamblea.

El C. Malpica: Me llama la atención que el señor orador llame bizantinas y perder tiempo para llegar a un acuerdo, pues de otra manera no podría yo convencer a la Comisión ni a la honorable Asamblea, Si Su Señoría se cree muy ilustrado en el asunto del pulque, creo que muchos otros no lo son y, en ese concepto, creo yo muy conveniente allegar datos de cualquiera manera, dada mis facultades, para llegar a demostrar de alguna manera, aunque con ciertas equivocaciones en número, la necesidad que hay de reformar lo más conveniente el proyecto de esta ley, a fin de que el cálculo que han hecho de seiscientos mil pesos y la forma de imponer esa contribución sea reformada totalmente y para el efecto me voy a permitir hacer una interpelación al señor diputado Zerecero, para que se sirva decirme si sólo un tren exclusivamente trae pulque o si puede Su Señoría darnos datos poco más o menos de lo que el Ferrocarril Mexicano trae.

El C. Zerecero: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Zerecero.

El C. Zerecero: Sería muy aventurado decir precisamente la cantidad de pulque que se introduce a la capital por el Ferrocarril Mexicano exclusivamente; pero como el mismo compañero Malpica nos ha dicho que no tiene datos oficiales, si no extraoficiales, creo que él debería haberse documentado mejor antes de tomar en serio este asunto. No puedo decir, mientras no consulte los datos estadísticos del Ferrocarril, que cantidad de pulque se introduce por el Mexicano exclusivamente.

El C. Malpica, continuando: No estoy autorizado, señores, para decir aquí la persona del Ferrocarril Mexicano que me informó sobre la cantidad de barricas, los carros y las máquinas que traen pulque a esta población; pero ya ven ustedes que, aun poniéndonos en un cálculo corto de tres a cuatrocientas barricas que entren por ese ferrocarril y teniendo otros dos de por medio, hay una cantidad exageradamente superior a la que ha tomado como base, como cálculo la Comisión, para darnos una cifra ridícula e irrisoria de seiscientos mil pesos al año por contribución de pulque, y tan es así, señores, que voy a demostrar a ustedes todavía más, cómo esa contribución necesita aumentarse o de una vez extirpar la entrada del pulque y de esa manera favorecer en algo a nuestro pueblo, para que no se vicie ni se siga perjudicando al grado de convertirse en los cerebros más criminales y absurdos que puedan existir en un país civilizado, y así de una vez, ya que se está sacrificando, que se sacrifique por algo que nos preocupe, a fin de conseguir algo que sea más efectivo, señores, porque da verdaderamente risa ver que en un mes entren a la Tesorería de la Nación cantidades como ésta, cantidades de cuarenta y tantos mil pesos y al mes y el siguiente suba esa cantidad a sesenta y cinco mil pesos y al mes siguiente baja

veintitantos mil, teniendo una fluctuación que yo no me explico. Seguramente los ferrocarriles y las entradas de pulque están aquí al capricho de esta contribución. Ya ven, señores, que es necesario que la Comisión se preocupe, no soy enemigo precisamente de la entrada del pulque, y no soy enemigo por otras circunstancias, sino por las necesidades que tiene nuestro país de arbitrarse fondos de cualquiera manera y en cualquiera forma. Es natural que, ya que nos sacrificamos, ya que permitimos que se venda pulque de la manera más escandalosa, que se consume como agua en el país y que favorece a funcionarios públicos - porque, óiganlo bien, señores, de un mes a otro, el que tiene que intervenir en esas contribuciones se hace rico con una facilidad asombrosa -, y es natural que si la Comisión que está encargada de examinar, estudiar y dictaminar, nos resulta con que por no tomarse la molestia, nos da una ley calculando seiscientos mil pesos, tendremos este resultado siempre, señores. Es necesario que la Comisión se fije detalladamente y que no se apruebe este inciso hasta que no presentemos aquí un proyecto de ley con objeto de moralizar esta contribución, con objeto de que ya que llegamos a un sacrificio, ese sacrificio sea en beneficio de nuestro pueblo, porque de esta manera podremos mañana o pasado quitar esta contribución del sesenta por ciento, y para que la honorable Asamblea se dé cuenta medianamente de lo que yo estoy diciendo, suplico nuevamente a la Secretaria se sirva dar lectura.

- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:

"Secretaría de Hacienda y Crédito Público. - Estados Unidos Mexicanos. - México. - Departamento de Impuestos.

"El actual impuesto especial sobre ventas de primera mano de pulque, que se cobra a razón del veinticinco por ciento sobre su valor original, fue establecido por decreto de 27 de junio de 1917 y reglamentado por decreto de 30 de junio del mismo año. Anteriormente las operaciones de venta de pulque causaban únicamente el impuesto de un medio por ciento, a que se refiere la fracción XXVIII de la Tarifa de la ley de 1o. de junio de 1906.

"Durante el primer mes de la vigencia del impuesto especial, su recaudación asciende a la suma de $249.53, defraudándose las esperanzas del Gobierno que esperaba obtener una recaudación considerable, pero ello se debió al desconocimiento de la ley por parte de los causantes y, como consecuencia de ello, al no cumplimiento de las obligaciones que esta ley imponía. En el mes siguiente se recaudaron $22,942.28 como resultado de la vigilancia que comenzó a ejercerse. En septiembre se recaudaron $50,453.32; en octubre $49,011.65; en noviembre $33,332.00; en diciembre $34,423.15; en este mes y en vista de que los resultados obtenidos hasta entonces no respondían a los cálculos que se habían hecho cuando se proyectó el impuesto especial, se estableció un servicio de inspección especial dedicado exclusivamente a la fiscalización del impuesto en cuestión, observándose los resultados en el mes siguiente, enero, en el que se recaudaron $61,881.05. Los Inspectores Especiales comenzaron a trabajar con las dificultades inherentes al desconocimiento del medio en que elaboraban, y como en esa época, la calidad del pulque se vicia bajando de valor, en el mes siguiente de febrero se recaudaron $50,357.15; en marzo $43,058.55; en abril $50,532.77; en mayo $45,848.17; en este tiempo pasó a depender directamente de la Secretaría de Hacienda la Inspección Especial del Pulque y se comenzaron a ordenar visitas a las haciendas productoras, para comprobar si se causaba el impuesto especial en las facturas de venta; como resultado de la intensificación de la vigilancia se logró ya en el mes de julio un ingreso por este concepto de $56,918.00; pero como la vigilancia y el trabajo de los Inspectores se ha acentuado, y como en esa época, la producción del pulque llega a su grado máximo, en agosto se recaudaron $73,669.90, recaudación superior a todas las anteriores y la mayor hasta la fecha, la que probablemente se debe a que en ese tiempo hubo compra de estampillas en gran cantidad para legalizar diversos contratos que se tiraron; en el mes de septiembre la recaudación ascendió a $63,394.70, y durante el de octubre, que son los datos completos que hasta ahora existen, se logró una recaudación al rededor de $65,000.00, es decir, ha bajado por las mismas circunstancias que el año pasado, o sea por la disminución de la producción debida a las temperaturas y fenómenos físicos de la naturaleza. - México, a 21 de noviembre de 1918."

Sin firma. (Voces: ¿Quien firma?)

El C. Malpica: La Secretaría de Hacienda, el sello lo dice. (Voces: ¡Es un papel!) Además, aquí está un plano, señores, que justifica los datos. Ustedes comprenden que si se acerca uno a la Secretaría de Hacienda o algún Ministerio, le dan a uno ciertos datos, pero yo no he podido que me los puedan autorizar; en ese concepto, son extraoficiales todos los datos que traigo aquí, y si Sus Señorías creen que todo esto es un montón de mentiras, pueden pasar ellos mismos a la Secretaría de Hacienda y voy a justificarles con un dato que acabamos de observar aquí, que sólo la entrada de 300 barricas por el Ferrocarril Mexicano que nos acaba de manifestar el señor Zerecero, 500 que acaba de manifestar que entran por el Mexicano, más las que entran por el Ferrocarril del Sur, más las que entran por el ferrocarril de Hidalgo y las demás que entran por el Ferrocarril Interoceánico, suman una cantidad poco más o menos de 1,500 barricas, que yo decía entraban a la capital. En ese concepto, señores, aun tomando como base la cantidad de mil barricas diarias, tendríamos sólo la contribución de seiscientos mil pesos al año por la entrada exclusivamente del pulque que se consume en la capital. Además, yo creo que no está lejos del alcance de la honorable Comisión y en general de cada uno de los representantes, saber la cantidad de pulque que se consume en cada uno de los Estados; teniendo en cuenta esos datos, ¿creen ustedes prudente que sigamos fomentando que la administración de esta contribución que podría beneficiar en algo la situación apremiante por que atraviesa el país, permitamos que continúe la inmoralidad de esta recaudación, aprobando así con la mayor sangre fría el artículo, el Proyecto de Ley de Ingresos? Creo que no, señores. Por eso vengo a suplicar a ustedes me permitan que separe el inciso (l) con objeto de que no se apruebe éste hasta no tener un proyecto de ley que presentaremos aquí próximamente,

porque, ya repito, señores, es cuestión de observar con más cuidado y con más escrupulosidad, por lo que les repetía hace un momento, esto es, que es preferible, ya que se permite la inmoralidad de vender el pulque, ya que como fruto de este liquido hay tantos crímenes, tanta gente en la miseria y tanta inmoralidad en general en nuestra República, siquiera sea con algún beneficio, siquiera que tengamos ocho o diez millones de pesos, ya que la caridad todo lo purifica. En este concepto, que tengamos una cantidad respetable para ayudar de alguna manera al comercio humilde, al comercio en pequeño y no de una manera tan tranquila aprobar definitivamente esta ley. Ya ven ustedes, señores, la conveniencia que hay o que tenemos de preocuparnos un poco más por que este inciso se retire del Proyecto de Ley de Ingresos hasta que lo estudiemos, hasta que presentemos una, dos, tres o cuatro leyes que lleguen a dar un resultado benéfico a nuestra República, porque es la única forma que debemos buscar nosotros a fin de conseguir arbitrarnos fondos, es la única forma y a todos los señores que se opusieron a que se aprobara definitivamente el sesenta por ciento de contribución que acabamos de aprobar, les digo que es la única forma; hacer proyectos de ley que graven estos artículos que no son necesarios, estos artículos que no tienden más que a perjudicarnos, que si los aprovechamos es por la mala situación y la pobreza en que se encuentra la República. Hay un dato más que voy a justificarles, señores, y si ustedes se preocupan como yo me he preocupado, en muy pocos días podrán obtener el dato siguiente: hay una negociación aquí que sólo por la venta exclusiva del pulque en la capital ofrece doscientos mil pesos mensuales. Ya ven ustedes, sólo por la venta en la capital dan doscientos mil pesos mensuales; figúrense ustedes las cantidades que se recaudan vendiéndose como se vende de una manera tan inmoral, tan descarada, hasta en las cantinas más elegantes (voces: ¡No, hombre!), y hasta en los figones más ínfimos se vende, así en todas partes el pulque; ¿por qué, señores? Porque hay muchas personalidades interesadas en esto, por eso es que nos dan aquí datos prácticos que comprueban de una manera tranquilísima que se dejan de percibir quince o veinte mil pesos de contribución, más o menos, al mes; por esto, señores, una vez más les suplico no aprueben la fracción (1) hasta que la Comisión, un poco más escrupulosa, se fije y se documente detalladamente, hasta que el señor Zerecero, como representante del pueblo, teniendo la obligación imprescindible de fijarse por las necesidades del mismo, vengan de una manera efectiva a decirnos: estos son los datos, porque es su obligación, así como de todos los compañeros, venir a ilustrarnos y a enseñarnos prácticamente lo que ignoramos; porque créanme que yo no soy el que me preocupe exclusivamente por esto, porque me interese o me deje de interesar, porque todos y cada uno tenemos la obligación de preocuparnos por las necesidades, por las conveniencias que hay de ayudar en alguna manera a arbitrar fondos al Ejecutivo para que pueda hacer una campaña efectiva, para que pueda haber un fondo para la instrucción, que tanto nos preocupa; es natural que por esta poca atención que le proporcionamos a cada uno de los asuntos que se tratan, no lleguemos a nuestro fin; yo lo único que ofrecí al Distrito por el cual soy representante y que me tiene aquí, es que me preocuparía por la instrucción, y creo, señores, aunque sea inmoral la venta del pulque y su contribución, lo que decía hace un momento: la caridad todo lo purifica, y aunque sea inmoral esa contribución más inmoral es todavía que vaya a los bolsillos de algunos personajes que se enriquecen día a día. (Aplausos.) Por eso es, señores, que hay una mafia en todas partes para que no se hable del pulque, porque seguramente, señores, hasta los mismos que están aquí en la Representación tienen participación y por eso están tan escrupulosos. (Aplausos.) Yo no tengo compromisos con los comerciantes de pulques, por eso les suplico honradamente que no permitamos la entrada de pulque sin que se sacrifique, si no con un veinticinco, con un cincuenta por ciento; así es que vengo a suplicar a ustedes, así es que vengo a pedir, porque solamente ofrecí a mi pueblo instrucción y ¿cómo se le puede dar? Exclusivamente con esas contribuciones elevadas, con contribuciones que nos traigan libros, con que puedan sostenerse las escuelas y mandarse profesores, en fin, que haya dinero primero que nada para que pueda distribuirse en alguna forma, pero si en lugar de que este dinero venga a las arcas de la Nación, tenemos una Comisión que no se preocupa por escudriñar y registrar detalladamente cada impuesto y nosotros venimos también aquí de una manera tan tranquila y festinada a aprobar este proyecto de ingresos, naturalmente, señores, estas contribuciones no son efectivas y estaremos en banca rota; mañana no habrá plata ni cobre, tendremos que hacer dinero de barro, porque ya se ha acabado hasta el fierro, señores no habrá moneda, pues ahora los pesos son tostones y los tostones son pesos. (Risas. Aplausos.) Por esto es, señores, que veo la necesidad de estudiar este inciso, si no se puede dar una contribución bastante aceptable y que sea definitiva, no aprobar este inciso hasta que no se presente otra ley. Seiscientos mil pesos a la Nación no le hacen falta; en cambio, el pueblo nuestro se perjudica más dándole a beber pulque que recaudándose seiscientos mil pesos, y creo que haya quien me contradiga lo que acabo de decir.

El C. Casas Alatriste: Moción de orden.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Casas Alatriste para una moción de orden.

El C. Casas Alatriste: Señor Presidente, mi moción de orden tiene a encauzar la discusión; la proposición del C. Malpica, lejos de favorecer al pueblo, lo perjudicaría puesto que suprimiría desde luego un impuesto que está pagando por el pulque y los directamente beneficiados serían los que explotan este ramo; además, los cálculos en el Presupuesto de Ingresos se calculan lo más moderado posible, porque son la base con que se debe contar seguramente, y vale más hacer un cálculo conservador que no pecar por exceso en esos cálculos; si el C. Malpica supone que esta contribución producirá más dinero, será mejor para las arcas nacionales. Lo que procede es cuando más excitar a las autoridades fiscales para que redoblen su vigilancia y que se cumpla estrictamente con el impuesto creado; pero la moción que trata de iniciar el C. Malpica no va sino a favorecer directamente a los explotadores del pulque.

El C. Malpica, continuando: Me llama la atención que el señor Casas Alatriste venga a decir que mi proposición es beneficiar a los productores de pulque; no, señor, mi proposición es absolutamente contraria y, al efecto, le hago a usted esta interpelación: ¿cree usted que nuestro pueblo se beneficia con seiscientos mil pesos o, digo, cree usted que nuestro pueblo se beneficiará más con no permitirle que beba pulque o recargarle ese ingreso de seiscientos mil pesos?

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra para contestar.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Casas Alatriste: El pueblo no se beneficia con la entrada de los seiscientos mil pesos, pero si se suprime este impuesto, los que se beneficiarían serán los explotadores del pulque, porque con la supresión de este impuesto no se prohibe que el pueblo siga bebiendo ese licor mal comprendido.

El C. Malpica, continuando: Me llama la atención del C. Casas Alatriste.....

El C. Casas Alatriste, interrumpiendo: Le está a usted llamando mucho la atención. Y, ¿cree usted, compañero que el pulque, al prohibir su venta, va a perjudicar al pueblo?, puesto que estará prohibo terminantemente que se venda, ¿cómo lo perjudica? ¿cómo beneficia a los productores? De ninguna manera.

El C. Malpica, continuando: Parece que el señor Casas Alatriste tiene ganas de guasear y no creo que esté en su perfecto derecho y yo vengo a suplicarles, como les decía hace un momento, que no debemos permitir que se apruebe este inciso, si que hasta que se haga un proyecto de ley que tienda a evitar la producción del pulque y que se acaben esos magueyes, si es necesario, o estúdiese que haya una contribución más efectiva, hasta que haya una contribución mayor que corresponda al perjuicio que reciba el pueblo con la venta del pulque; eso es lo que yo quiero decir y, naturalmente, que si no tenemos nosotros como base un proyecto de ley es difícil reglamentar este impuesto. - A la Comisión, como dice al principio, que no le preocupaba tener en cuenta como base de 500 o 600,000 pesos, y cuál sería mi desengaño, señores, al comprobar que la Secretaría de Hacienda cuando va mirando que la contribución es simpática, es halagadora, hace que ya no dependa de la oficina, si no que la traigan directamente a Hacienda, ¿para qué? Para que no haya muchos ojos ni manos que tengan que intervenir en esta contribución, sino sólo los interesados directamente. En este concepto, señores, creo que no debemos aprobar este inciso, porque a nuestro pueblo lo beneficiaría seguramente más dejar de percibir los seiscientos mil pesos, aunque dicen que las entradas no benefician al pueblo, pues seguramente cree el señor Casas Alatriste que los empleados y las personas que se pagan con las contribuciones del pueblo son exclusivamente damas de honor o no sé qué cosa y son autoridades y departamentos administrativos que tienden a la organización de un Gobierno. En ese concepto, toda contribución beneficia o perjudica al pueblo, por que el pueblo es el único que paga y el único que recibe beneficios en estas contribuciones.

En ese concepto creo, señores de mi deber, no permitir la aprobación del inciso (1), sino hasta que se presente un proyecto de ley que tienda directamente a beneficiar a la Nación con una contribución efectiva, no con una contribución que esté cayendo en todas partes, menos en las arcas nacionales. En ese concepto, señores, creo que tendrán en cuenta esto al dar su voto a fin de que no se apruebe este inciso. (Aplausos.)

El C. Zerecero: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Zerecero: Sólo deseo manifestar que está a disposición de la Comisión de Presupuestos de Ingresos la estadística, por lo que al Ferrocarril Mexicano se refiere relativa a la introducción de pulque, y si no se ha mandado antes, es porque la misma Comisión no la solicitó.

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Vadillo.

El C. Vadillo: Ciudadanos diputados: Antes que nada deseo hacer un completo elogio al C. Malpica, por la atención evidentemente justificada en el fondo, con que ha venido aquí, a impugnar este inciso del Proyecto de Ley de Ingresos que tenemos a debate.

Por lo que he podido entender en la peroración del C. Malpica, este ciudadano diputado viene estimulado por un espíritu de alta moralidad social, pretendiendo por medio del incidente legislativo de una ley de ingresos, restringir el uso, dijéramos el abuso en nuestras clase populares, de este mal comprendido licor llamado pulque y el tlachique. Siempre que en el Congreso se trata de este punto de economía hacendaria salen a debate los argumentos del orden moral que, siendo muy apreciables para todos en el fondo, son argumentos bastantes débiles en el terreno puramente económico y sobre todo ante la voz imperiosa de la necesidad pública. Recuerdo que en la XXVI Legislatura fue probablemente en donde se inició esta serie de ataques de orden fiscal al uso, por las clases populares, del pulque; si mal no recuerdo, el C. Vidal y Flor en aquella Legislatura y el C. Cabrera en aquella misma, tuvieron un debate bastante serio acerca de este particular; la XXVII Legislatura escuchó más o menos, ciertamente con más orden, con mayor peso, muchas de las argumentaciones que aquí ha hecho desfilar el C. Malpica y en la XXVI Legislatura y en la XXVII Legislatura, todos estuvieron de acuerdo que existe un fondo moralizador nada despreciable, sino muy atendible en estas tendencias de muchos ciudadanos representantes de restringir por medio de medidas fiscales el uso y el abuso, entre nuestras clases populares, del pulque. No obstante eso, ha prevalecido siempre a través del Congreso la idea de limitar, la idea puramente económica de limitar por medio de medidas fiscales el uso de este licor como alimento de consumo, atendiendo exclusivamente a razones de orden puramente económico, de orden puramente fiscal y nunca a razones de orden moral íntima. Precisamente desde este punto de vista vengo a apoyar la Ley de Ingresos desde el momento en que, como representante que fui en la pasada Legislatura, puedo aportar aquí algunas de las razones nada nuevas que ya se esgrimieron en aquella ocasión.

Antiguamente, cuando aquella confabulación del capital en México que dio origen al grupo

políticamente llamado "científico" y económicamente poderoso porque tenía entre sus manos los mejores negocios que se podrían hacer a la vera de la administración pública, antiguamente, repito, el negocio del pulque en el Distrito Federal y en la zona pulquera que abarca a gran número de Estados de la altiplanicie mexicana estaba exento de una tributación fiscal suficiente, precisamente por el interés económico que había entre aquellos individuos que manejan la Administración Publica. La Compañía de Pulques de aquella época, que estaba integrada por hombres prominentes en la política, natural era que para la mejor viabilidad del negocio, para el mejor éxito de él, éstos pudieron obtener, como efectivamente lo obtuvieron durante mucho tiempo, todo género de facilidades para este negocio que era pingüe en rendimientos y que enriqueció rápidamente a gran número de aquellos individuos. Esto no es, pues, un secreto para nadie. Cuando se inició el movimiento renovador en nuestro país cuando algunos representantes vinieron a esta Representación Nacional y lograron que ese artículo de consumo público fuese grabado y contribuyese a los gastos públicos en una proporción más equitativa, poco a poco se vino logrando hacer de él un fuente de rendimientos para el Erario Publico, hasta el grado en que tenemos ahora esta fuente de ingresos en la ley que ahora se consulta.

El C. Malpica, probablemente por la fogosidad de su expresión o por la íntima convicción que él tiene por el apasionamiento de moralista que aquí ha exhibido, ha involucrado los conceptos en que debe exponerse el problema de la tributación fiscal del pulque en el Distrito Federal. El C. Malpica parece afirmar que el rendimiento que ahora produce el Erario Público el pulque, es demasiado exiguo para la magnitud del negocio, para la magnitud de la producción y que el Estado obtiene una irrisoria cantidad por concepto de pulques. El C. Malpica olvidó que ahora estamos examinando el ingreso federal del pulque causado por la renta del Timbre y en cuanto a ventas de primera mano, pero además de esta contribución existen otras contribuciones de otra índole, tal como la contribución por introducción al mercado, tal como la contribución que se aplica a las ventas en los expendios y que son ya de naturaleza municipal o bien correspondientes al Gobierno del Distrito, cosa que está en estos momentos, como todos lo sabéis, en litigio, porque tanto se lo disputan el Gobierno del Distrito, como el Ayuntamiento de la capital; por consiguiente, a primera vista cae por su peso la argumentación del C. Malpica, desde el momento en que se le puede contestar que el pulque rinde al Erario Público, ya sea por concepto del Timbre, ya sea por concepto municipal, ya sea por concepto de contribución al Gobierno del Distrito, una cantidad mayor, mucho mayor de la que el se imagina, que obtiene el Gobierno por este capítulo; de manera que en términos generales podemos plantear el problema de esta manera: el pulque, desde el año de 1910 a la fecha, viene produciendo al Erario Público, de año en año, una cantidad mayor de la que antes producía; la cuestión que esta en saber si es llegado el momento en gravar más todavía este artículo de consumo para el pueblo, o no es oportuno. Ahora bien, señores, yo vengo a sostener, de acuerdo con la ley, que no es oportuno aumentar hoy, pero desde el punto de vista puramente económico, este rendimiento fiscal, y la razón es ésta: si al pulque se le considera, como debe considerársele aquí en estos momentos, como un negocio, como un artículo de consumo que está obligado a contribuir para los gastos públicos exclusivamente y no como un elemento de corrupción en las clases populares, debemos admitir que la rendición fiscal que se le exige ya es suficiente desde el punto de vista industrial. Es evidente que la industria pulquera en el Distrito Federal y en general en la zona a que es natural referirse uno, no pudiera resistir más todavía una gravitación mayor ¿por qué? Porque por concepto del Timbre, por concepto de tributaciones al Distrito Federal, por concepto de introducción al mercado, por concepto de ventas al menudeo, etcétera, ya tiene una gravitación tal que ha sido manifestada en dos formas; primera, por la protesta unánime de los productores que seguramente no ha dejado de ser escuchada por todos y, segunda, por el encarecimiento de este artículo de primera necesidad para nuestro pueblo. El encarecimiento del pulque para el pueblo debe tomarse mucho en consideración por una Asamblea de esta naturaleza que, siguiendo las intenciones que trajeron al C. Malpica a la tribuna, debe tener en cuenta precisamente que el pueblo mexicano hoy por hoy no considera al pulque como un alcohol excesivamente, como un medio de embriaguez, como un elemento de vicio, sino que lo considera como un elemento de alimentación.

Es inútil argumentar que el exceso en la producción se traduzca en un aumento en la criminalidad, la criminalidad es un resultado que tiene factores múltiples y no sería posible al C. Malpica establecer una relación estrecha y única entre el exceso en el mercado del pulque y el aumento de la criminalidad, porque quedarían todavía de fuera los factores de la educación, del atavismo, de las circunstancias sociales de nuestro pueblo que no es posible transformarlas y modificarlas con sólo una ley. El punto capital a que quiero llegar y a cerca del cual llamo poderosamente la atención de esta Asamblea, es el siguiente: los esfuerzos del Gobierno mexicano, tanto el gobierno federal como del gobierno popular de los municipios, no han podido llegar todavía, como seguramente tendrán que llegar porque ese es su deber, a substituir hoy por hoy este elemento de alimentación popular con otro más barato y mientras esto no suceda, mientras no tengamos la satisfacción de poder decir: el pueblo mexicano ahora tiene facilidades para alimentarse, el pueblo bajo, el pueblo ínfimo, con otro elemento de alimentación que no sea éste, no tenemos derecho de hacer que recaiga un impuesto directo, como es éste, sobre la espalda del pueblo y que tenga que privarse de tal alimento, que es evidentemente hoy un elemento de su alimentación. Por esa razón siempre que se discute una ley de esta naturaleza, los oradores forzosamente inciden en explicar si el pulque es o no es un elemento de alimentación y aun cuando la teoría científica pura, la teoría, propiamente hablando, pudiera decirnos que el pulque no es

propiamente un alimento en el concepto fisiológico de ella, es, sin embargo, un hecho que nadie puede negar, que nuestro pueblo, a falta de otra cosa, se alimenta con él; no es un secreto para nadie que el pueblo indígena, que tan denso es en el Distrito Federal y en la Mesa Central en lo general, no ha podido lograr a través de tantas centurias, de sufrimientos, de trabajos y de esfuerzos, no ha podido encontrar un elemento de alimentación que pueda suplir en cuanto a baratura a ese elemento que hoy por hoy es el de él. Los pueblos que en la Mesa Central, tales como los de la raza otomí, se alimentan en estos momentos con el maguey mezclado al maíz, aquellos pueblos que están acostumbrados a una alimentación tan rudimentaria que apenas si les mantiene la vida, evidentemente la causa de esta constante disminución en la raza tanto en su esfuerzo como en sus cualidades de mejoramiento intelectual, tendrán que buscar la razón de ello en que no tiene un elemento de alimentación más barato y esté más a su mano que este mismo. Los que de alguna manera hemos estado en contacto con el pueblo ínfimo, los que conocemos cómo se alimenta, los que sabemos que la Ley, que la intuición de los moralizadores, de los legisladores empíricos pretende que el pueblo se mejore en cuanto a sus vicios restándole esto que hoy por hoy es su alimento, nosotros conocemos lo inconveniente de que esta industria del pulque por ahora fuese restringida por medios fiscales, al grado de que encareciera más para el pueblo trabajador, para el pueblo humilde, para el pueblo sufrido. Razones de esta índole debería tener en cuenta el C. Malpica y dejar que la hacienda pública poco a poco en relación con el aumento de la producción del maíz, en relación con la política agraria de fraccionamientos de terrenos, en relación con la substitución de este producto llamado maguey con otro que sea más eficaz para la vida moderna, en relación con la industria que de día en día tiende a hacer de los productos naturales del maguey otros productos industriales que tengan mejor rendimiento y mayores facilidades en los mercados, que el fisco, que la hacienda pública vaya obteniendo paulatinamente un aumento en el rendimiento fiscal por este capítulo. En este sentido juzgo yo que aunque en términos absolutos estamos de acuerdo en que algún día la mano del fisco pueda ahogar la producción excesiva del pulque para que ésta no vaya a ahogar a su vez en los cerebros la idea nacional, ahogando los sentimientos y los instintos del pueblo bajo, hasta que la hacienda pública poco a poco vaya aumentando la contribución fiscal a esta industria del maguey, por ahora el veinticinco por ciento a que nos venimos refiriendo me parece suficiente, me parece sensato, me parece conveniente. Cuando en el Distrito Federal, cuando en la Mesa Central en donde la población indígena está acumulada, en donde la raza otomí, en donde parte de la raza azteca, parte de la raza tarasca, vayan teniendo medios de obtener maíz más barato que el pulque, entonces el fisco debe ir él mismo, por una razón de orden social también, aumentando estas contribuciones para ir restringiendo la venta del pulque, entre tanto que el C. Malpica, entre tanto que algunos ciudadanos no nos puedan dar un substituto para este alimento del pueblo bajo, debemos de dejar una moderada contribución a esta industria y aun cada uno de nosotros en términos absolutos debemos acceder a que subsista esta industria en tanto pueda substituirse con un medio de alimentación mejor. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Avellaneda.

El C. Avellaneda: Señores diputados: Ya que parece que la Representación Nacional se propone sostener a un Gobierno a costa de la degeneración del pueblo; ya que aquí no se ha vertido una idea tendiente a suprimir la plantación del maguey, tendiente a ocupar, a utilizar el maguey en algo más adecuado, en algo más moral, en algo más industrioso, en algo más conveniente que en ese menguado licor embrutecedor de las masas; ya que se quiere que los mismos representantes del pueblo llevemos a nuestros hogares dinero pagado del Erario, extraído de los hogares humildes a costa de su degeneración y de su envilecimiento; ya que aquí no se ha dicho nada más que un apoyo del señor Vadillo diciéndose por vez primera que el alcohol, que el vino, que la prostitución, forman parte de la alimentación, (risas) que es artículo de primera necesidad. Jamás el señor Vadillo había dicho en esta tribuna en tan pocas palabras tan gran número de disparates. (Risas.) Sí, señor, bien comprendo yo que el señor Vadillo no entiende o ha leído muy poco de las legislaturas de otros países y voy a hacerles a ustedes un pequeñísimo relato de algo que me consta. Estuve yo hace algún tiempo en el Estado de Louisiana, y en éste como en otros Estados de la Unión Americana está prohibida la venta de licor; antes estuvo con tanta libertad como la tenemos hoy estos Estados que se llaman: "dry states" o sean Estados secos, que han entrado en un período de regeneración, en un período de mejoramiento físico y moral, tan elevado, tan grande, que no parece sino que los señores que creen que el pulque, que el alcohol, que el vicio debe formar parte de la alimentación de los pueblos, desconocen por completo lo más rudimentario, los más esencial de las costumbres y de la vida de otros pueblos; señores, no parece sino que a los miembros de la honorable Comisión no les han conmovido sus pechos invulnerables esos cuadros de degeneración que vemos en las calles: hombres tirados como cerdos en la vía publica. Parece que los señores de la Comisión y miembros de la Cámara no han pasado cerca de una pulquería y recibido ese pestilente ambiente que se percibe, no parece sino que ustedes creen que eso es higiénico, que es conveniente, que es culto, que es propio del siglo XX y todavía se viene a decir que es una fuente de riqueza, y todavía el señor Vadillo dice que poco a poco debemos ir circunscribiendo, acortando la producción del pulque, y yo le pregunto al señor Vadillo: ¿cuándo quiere el señor Vadillo que comencemos ese poco a poco, cuándo comenzaremos a aplicar las ideas moralizadoras, cuándo comenzaremos a hacer una verdadera labor honrada y digna para este pueblo que se desangra, para esta raza que se hunde, para este pueblo que cae? (Risas y aplausos.) Dígase lo que se quiera, señores, a todos nos consta cuán inmoral, cuán pérfida y cuán sucia es la conversación

de un ebrio, de un hombre inculto, casi salvaje, que sale de la taberna, de las pulquerías, de los figones, profiriendo palabras indignas de alguien que sepa modularlas; luego llega a su casa y allí tienen ustedes el cuadro desventurado de la esposa humilde y miserable que, sin comer, lo espera y recibe bofetones, insultos, atropellos, todo producto de esto que el señor Vadillo llama alimento de primera necesidad.

Si no tenemos señores, el valor suficiente para decir: suprímase todo esto aquí, si todavía queremos que los señores, que los altos empleados del Gobierno se llenen los bolsillos con los rendimientos y ganancias de la desangración de nuestro pueblo, siquiera gravemos esto, para que, aun en contra de la opinión del señor Vadillo, se reduzca así el uso muy grande y muy inmoral de ese pestilente, de eso que él llama el mal comprendido licor. Sí, señores, si queremos comenzar desde hoy, ¿para cuándo lo dejamos? Eso del mañana es muy mexicano, pero muy inconveniente; tiempo es de que estemos en nuestro sitio, a la altura de nuestro papel, al nivel de las circunstancias, a la altura de las necesidades públicas; necesitamos regenerarlo, y ya que no le damos al pueblo escuelas, ni ejemplos de ninguna especie, siquiera quitémosle ese sendero del vicio, siquiera reduzcamos ese foco de prostitución y de impudicia que se llama la venta del pulque, esa inmoralidad enorme que es vergüenza no sólo de la época, no sólo de la Patria, sino que va en detrimento, en menoscabo de la raza.

Señores, no vengo a suplicar, vengo a hacer ver a ustedes la conveniencia de que se grave cuanto más se pueda, de que aunque el señor Vadillo crea lo contrario, se aumente ese gravamen cuanto más sea posible, pues entonces tendrá menos facilidades el pueblo, el pobre, el hombre ignorante, el hombre inculto, el hombre que no recibe grandes dineros, que no tiene veinte pesos diarios, ese menos podrá comprarlo ese menos podrá ingerirlo, y entonces comenzaremos la moralización de ese pueblo que la necesita. (Aplausos.)

El C. Vadillo: Pido la palabra, para una aclaración.

El C. Soto Peimbert: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Soto Peimbert: Señores diputados: La Comisión tuvo en cuenta, como primer punto de vista, para rendir dictamen en el inciso que se debate la circunstancia de que el inciso se refiere a contribución federal. Lo único que a la Comisión tocaba en el caso resolver y documentarse para hacerlo con conocimiento de causa, era si el gravamen general del pulque era pertinente o no. Desde luego cabe sentar como antecedente que la forma de aplicación de ese impuesto federal sobre ventas de primera mano, obedece a la observación hecha por el Ejecutivo Federal, de que la forma en que estaba antiguamente grabado el pulque, no satisfacía plenamente ni las necesidades del Erario, por las dificultades de recaudación que tenía consigo, ni tampoco el monto de lo producido por el gravamen en esa forma, era lo que su concepto debería ser. Tengo a la vista el decreto en virtud del cual se graba con veinticinco por ciento sobre el valor del precio en plaza, la producción sobre ventas de primera mano, y dice así:

"Considerando: Que el sistema que se sigue para el cobro del impuesto sobre alcoholes, resulta adecuado para aplicarse a la recaudación del impuesto que se decreta al pulque; he tenido a bien decretar:

"Artículo 1o. Desde el 1o. de julio de 1917 el impuesto a las bebidas elaboradas con jugo de maguey llamadas pulque y tlachique, se causará en las ventas de primera mano, en la forma que lo determine el reglamento relativo, a razón del veinticinco por ciento sobre el precio de la venta.

"Artículo 2o. El impuesto que fija el artículo que antecede, será cubierto por los vendedores de primera mano. Cuando el pulque o tlachique se remita en consignación para su venta, se considerará perfeccionada ésta, por el sólo hecho de que estos productos salgan del lugar de producción, debiendo el fabricante cubrir el impuesto que corresponda, sobre el valor de la plaza.

"Artículo 3o. Las ventas de primera mano no causan el impuesto que fija la fracción XXVIII de la Tarifa de la Ley de 1a. de junio de 1906. El pago de este impuesto se hará independientemente del de la introducción, a que se refiere la Ley de Impuestos al pulque. (Texto vigente, 1910.)

"Transitorio. Se deroga el decreto de junio 28, que creó el impuesto de medio centavo sobre la producción de pulque y el Reglamento relativo, de 24 de agosto de 1916."

Como se ve por la sola lectura del decreto, la Comisión tuvo el dato perfectamente claro de que no era éste el único impuesto que gravitaba sobre el pulque; en consecuencia, mal se puede hacer por el señor Malpica el cargo de desconocimiento de gravamen sobre el pulque, atribuído por él a la Comisión. La Comisión sabe perfectamente cuáles son los capítulos de gravamen sobre el pulque, pero no le tocaba, en manera alguna, en juzgarlos para consignarlos en el dictamen, por cuanto que el único capítulo que se le consultaba era si el veinticinco por ciento sobre ventas de primera mano se encontraba adecuado o inadecuado y si el cálculo estaba bien o mal hecho.

No tocaré el punto de que si sea adecuado o no el veinticinco por ciento, porque tengo para mí que, para hacerlo con acierto, no me bastaría, no digo dos meses, ni siquiera seis meses para recoger datos estadísticos suficientes a fundamentar una conclusión. Sobre cualquiera producción Industrial, es claro que la implantación de la industria, los gastos de exportación de ella y las facilidades de consumo en el mercado, deben normar necesariamente las contribuciones, ya sea si es una industria en plena producción, con el objeto de mantenerla en ese estado si conviene así a los intereses sociales, o si es una industria incipiente, propia, nacional, como en el caso sería ésta, el de fomentarla; o bien, cuando la industria de que se trata lanza al mercado productos que vienen en contra del bienestar social, que determina un malestar cualquiera que debe, en concordancia con otras medidas de otra índole, ir a reprimir el abuso que se haga de ese producto, o ir poco disminuyendo sus males. Es claro que entonces sí cabría tomar

todos esos datos; pero, en primer lugar, no existen en ninguna oficina pública y, que yo sepa, en ninguna privada, ni siquiera todos estos datos: primero, superficie actual de poblado en producción; superficie de almácigas pobladas para la intensificación de la industria, o su mantenimiento en el estado actual; segundo, rendimiento por ágave, por año; tercero, utilidad que resulta al industrial; costo, promedio de costo en la Mesa Central, que es la más productora del pulque de explotación. En consecuencia, faltando estos datos esenciales, ¿cómo se podría con verdadero conocimiento de causa, manejando como debe manejarse esa cuestión económica, formular qué tanto por ciento le corresponde al pulque en el impuesto, y con qué cantidad debería gravársele arriba de ese impuesto, para ir determinado poco a poco la disminución de su uso? Esto es ilógico que se exija a una Comisión. Los datos oficiales sobre rendimiento del pulque a las oficinas públicas, están a la vista de quien quiera que desee mirarlos, y se encontrará que, contrariamente a lo asentado por el C. Malpica, la cantidad recolectada durante el período constitucional, que comprende del 1o. de julio al 31 de diciembre de 1917, alcanzó el producto de impuesto sobre el pulque, a $122,553.13. Le extrañará tal vez al C. Malpica que englobando estos números, el Ejecutivo fije, como rendimiento probable del pulque, la cantidad de seiscientos mil pesos durante un año; pero quiso el Ejecutivo, para formular este monto a lo recaudado por concepto del Timbre sobre pulques, encontrar lo siguiente:

"Pulque y tlachique. Este impuesto produce como promedio mensual $45,000.00, que se espera aumente a medida que se haga más efectiva la vigilancia, por lo que se puede estimar su rendimiento para 1919, en $600,000.00. El Ejecutivo procura poner remedio a los fraudes que cometen algunos causantes de este impuesto."

Ve entonces el C. Malpica que la Comisión tuvo a la vista tanto lo que se refiere a las leyes fiscales que gravan al pulque en todos sus aspectos, como a los factores que intervienen para que la recaudación obtenida por esos capítulos sea menor de lo que en verdad pudiera ser; pero como en las manos de la Comisión no está el proponer a ustedes aquellas medidas que tiendan necesariamente a limitar los fraudes que se cometan al fisco por concepto de esta recaudación, encontró pertinente, ya que en la iniciativa y en los datos oficiales que se le proporcionaron, el Ejecutivo consignaba todas y cada una de las circunstancias de tomarse en consideración, hacer suya la iniciativa tal y como el Ejecutivo la formulaba. Por lo demás, en el estado de organización general de la Administración cabe pensar que sería extraordinariamente difícil tomar el pulso fiscal a una medida que determinara un aumento en el gravamen del pulque, por cuanto que ese mismo estado determina fraudes que no han podido evitarse, ¿cómo, entonces, podrían recabarse los datos necesarios para formular una conclusión, si el aumento sobre este impuesto determinaría, o bien un alza en el valor del mismo en el expedido al menudeo, y en ese caso lejos de venir a beneficiar al pueblo vendría a perjudicarlo si tenemos en consideración que el consumo que se hace del pulque especialmente en la capital - que es donde mayor consumo tiene - no es meramente el que por concepto de alimento pudiera atribuírsele, sino que todos estamos convencidos de que ese consumo es vicioso, es decir, que va más allá de lo que pudiera alegarse como una bebida de mesa? Entonces, digo, ¿no estamos facultados para concluir que aun cuando el precio del pulque se suba, no por eso se restringirá su consumo, sino que los jornales vayan a aplicarse, derivándose de la aplicación de necesidades primordiales, a un consumo de pulque indebido? Atenta, pues a todas estas consideraciones, la Comisión cree haber obrado con un criterio perfectamente sano, haciendo suya la iniciativa del Ejecutivo y espera que la honorable Asamblea votará con la Comisión en este asunto.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Malpica, en contra.

El C. Malpica: Señores representantes: Vengo a hacer a ustedes unas ligeras explicaciones con objeto de que se formen un criterio exacto de lo que quiero demostrarles a ustedes de una manera lo más clara que me sea posible, y más práctica.

El señor Vadillo de una manera inexplicable nos ha venido a decir que el pulque lo considera como un artículo de primera necesidad para la subsistencia, una cosa que no sé como pueda explicarla el señor Vadillo, si sólo en la República existen tres o cuatro Estados que consumen este líquido. Quiere decir que hay otros estados seguramente pobres, todavía más que los que consumen el pulque y sin embargo, subsisten. Ya ven ustedes que no está en razón lo que dice el señor Vadillo de que sea un artículo de primera necesidad para la subsistencia, porque yo puedo demostrarles a ustedes - y cada uno lo sabe perfectamente bien - que no es necesario el pulque para vivir. Es enteramente ridículo que nosotros quedemos convencidos de creer que el pulque sea un artículo de primera necesidad, como la carne; es mentira, absolutamente no creo que esté en razón el señor Vadillo al asegurarnos tal aseveración. (Risas.) En ese concepto creo muy justificado que no debemos estar de acuerdo nosotros en seguir permitiendo la explotación del pulque, máxime teniendo en consideración que la contribución que recauda el Erario es tan insignificante, es tan irrisoria, como las que nos presenta la Comisión y que yo también he juzgado por datos estadísticos que me han ministrado en la Secretaría de Hacienda. Debo manifestar a ustedes que si nosotros nos oponemos y si yo vengo a suplicar a ustedes que si nosotros no nos oponemos y si yo vengo a suplicar a ustedes que se opongan terminantemente a que se siga explotando el pulque que da tan insignificantes contribuciones, vengo también a decir a ustedes que el maguey es una planta que no sólo da como fruto el pulque y el tlachique, sino que del maguey se pueden extraer muchos beneficios, como son la panela y una infinidad de artículos que produce. Créanlo ustedes, señores representantes, en tanto que todos hacen un cálculo rapidísimo de que una contribución de seiscientos mil pesos más la contribución que tiene el Estado y el Municipio, recaudará lo mismo y en igual cantidad que la que se recauda, hoy, si se consigue que el maguey se dedique exclusivamente a producir panela, a producir con su fibra, como en Yucatán, siquiera un henequén, siquiera

una fibra que tienda a beneficiar directamente a todos en general, tanto al pobre como al rico, porque ya ven ustedes que el maguey en Yucatán produce....

El C. Rodríguez, interrumpiendo: Para una interpelación si lo permite el orador. (Campanilla.)

El C. Malpica, continuando: una fibra con la cual se puede hacer telas finísimas y natural es si esa fibra se elabora, se lleva a los telares y nos traen telas aquí que puedan darnos una contribución igual: si nosotros les quitamos a los hacendados la explotación del pulque, naturalmente que tendrán que preocuparse por traer maquinaria, por emplear muchos braceros que vayan a sus fincas a cultivar esta fibra, y traer con esta fibra el beneficio de producir telas que nos beneficiarán en general. Es una mentira absurda que el pulque sea una necesidad para vivir. No señores, es un error grandísimo creo yo, naturalmente, que no deben tener en consideración la peroración del muy ilustre orador señor Vadillo, que en esta ocasión ha dado una nota discordante. (Risas.)

Creo, señores, muy conveniente que se fijen ustedes en el cálculo que yo he tenido y en el cálculo que yo he hecho sobre el impuesto con que se grava, del veinticinco por ciento sobre la venta de primera mano; es el que me ha dado los números que hace un momento manifesté a ustedes. Los hacendados comienzan desde el principio, desde la producción del pulque a cometer la inmoralidad, de ponerse de acuerdo con todos los consumidores para hacer aparecer de sus facturas que la venta de ese líquido ha dado una cantidad irrisoria, para que de esa manera la contribución, sea insignificante. Ya ven ustedes, señores que éstas son palabras muy prácticas de un individuo que se ha preocupado muy pocos días nada más en dedicarse un poco a la observación de la recaudación de esta contribución. Naturalmente, señores, que si nosotros vemos con indiferencia la aprobación de este inciso, seguirá día a día aumentándose realmente; pero no aumentando el Erario, como les dije hace un momento, sino aumentando a los favoritos aumentando a todos los inspectores para que vayan a las haciendas y que les dan mayores o menores cantidades para que no declaren la producción exacta de sus haciendas. En ese concepto, señores, la contribución del veinticinco por ciento me parece insignificante aunque tenga además de contribución que percibe el Municipio y el Estado.

En ese concepto deben ustedes, bajo todos puntos de vista, retirarlo y, créanlo, que si los hacendados se ven, pero con energía impulsados a explotar sus magueyes en otra forma que no sea el pulque, tendrán que venir otras contribuciones y no nos avergonzaremos de recibir la contribución de telas, la contribución de azúcares y las contribuciones sanas y honradas, a tener que recibir hoy la contribución del pulque, del que tantos perjuicios recibe nuestro pueblo humilde, que es lo único que bebe y el único que acostumbra consumirlo. En ese concepto, si la República se sacrificara uno, dos o tres meses, perderá muy poco, señores, pero su grado de cultura, su grado de civilización subirá en muchísimo y será un orgullo para la XXVIII Legislatura haber implantado una negociación una explotación sana y honrada que no nos avergüence ante las naciones más civilizadas, porque recibiremos una contribución que no nos avergonzará jamás. En ese concepto, señores, creo que tomando la contribución como una base necesaria para arbitrarnos fondos, creo conveniente, señores, que debemos estudiar esto detalladamente, debemos uno y cada uno de los representantes del pueblo hacer una ley, hacer una ley que grave directamente al maguey que produce pulque, exclusivamente a la planta con que se explota el pulque. En cambio, darle todas nuestras mayores facilidades, todo nuestro contingente a los agricultores que del maguey produzcan telas, que produzcan azúcar, que produzcan panela, a esos toda nuestra consideración, a esos todas nuestras consideraciones, para que el impuesto lo más sencillo, lo más fácil, que no grave su industria. En ese concepto, señores, vengo una vez más a suplicarles que no deben aceptar la aprobación del inciso que tenemos a debate por los detalles que he enumerado. Es enteramente difícil, señores, es muy difícil llegar a conseguir que este veinticinco por ciento sea efectivo; es imposible materialmente, por la infinidad de astucias a que se presentan, tanto el consumidor como el vendedor, para ocultarle al Erario esa contribución tan benéfica, y, les repito a ustedes, señores, la Comisión no ha sido escrupulosa en esta vez; la Comisión sólo se ha limitado ha perder diez minutos yendo a la Secretaría de Hacienda a que le ministraran un dato parecido al que traigo yo, en el que dice que dan cuarenta y cinco mil pesos, por término medio. ¿Creen ustedes posible que se recaude cuarenta y cinco mil pesos de una contribución que perjudica a todos los hogares humildes, a todo aquel pueblo que representamos? Es absurdo, materialmente, señores y, en ese concepto, vengo a oponerme terminantemente a que se apruebe este inciso, hasta que no lo estudiemos y lo reformemos, y creo que en la conciencia de cada uno de ustedes está justificada mi aclaración. Desgraciadamente no me es posible hacer una explicación con frases elocuentísimas que les convencieran por medio de esa elocuencia, pero sí creo que verán la bondad, la conciencia sana con que yo vengo a demostrar a ustedes que no debemos permitir una contribución tan inmoral, que no debemos permitir que siga recaudando una contribución tan irrisoria, porque yo puedo asegurar a ustedes que con una invitación en los periódicos proponiendo en subasta el consumo del petróleo (risas, voces: ¡Petróleo?), tendremos.... o del pulque, tendríamos compañías que vendrían a ofrecernos, doscientos, trescientos o cuatrocientos mil pesos. Ya ven ustedes que así podríamos evitar a la Secretaría de Hacienda el trabajo laboriosísimo que tiene para recaudar cuarenta y cinco mil pesos. Es natural que si nosotros apoyamos esta iniciativa, no conseguiremos un fin efectivo y práctico y con toda justificación el pueblo verá que nosotros no nos preocupamos por las necesidades, sino que sencillamente venimos aquí a aprobar lo que se nos presenta. En ese concepto, creo que la Comisión no ha estado en lo justo con pensarse que yo he creído que sólo el pulque tiene, que nada más el pulque tiene la contribución del veinticinco por ciento. La Legislatura XXVII, señores, aprobó el cuarenta por ciento sobre esta contribución. Hubo debates dificilísimos, hubo discusiones grandísimas y al fin,

por transacción, se llegó a subir del dos por ciento al veinticinco. ¿Por que razón, señores, nosotros vamos a aceptar de una sola plumada aprobar una ley que nos presenta una contribución tan ridícula y tan exigua? En ese concepto, señores, vengo a suplicar, como les he dicho dos o tres veces (voces: ¡Veinte!), no se acepte la aprobación de este inciso, sino hasta que se presente una ley que moralice esta contribución, ya que es imposible de momento suprimirla.

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra para hacer una interpelación al señor Malpica.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

- El C. Rodríguez Alfredo, de la comisión ¿Podría decirme Su Señoría cuántas clases de maguey conoce? porque Su Señoría nos ha venido a hablar aquí que del maguey puede obtenerse telas, petróleo (risas), azúcar, panela, pulque y tlachique. Debe tener presente Su Señoría que el tlachique es una cosa y el pulque otra; que el maguey no produce pulque, sino aguamiel. El pulque es producto de la elaboración del aguamiel, para que la honorable Asamblea sepa a qué atenderse sobre el particular, suplico a Su Señoría se sirva decirme cuántas clases de maguey conoce.

El C. Malpica: Me llama la atención que el señor general Rodríguez venga a preguntar una cosa tan nimia, y le digo tan nimia por esto: porque sabe perfectamente bien que el maguey produce el aguamiel y el aguamiel es el pulque. Naturalmente, si dije petróleo, fue por un error (risas), pero no porque piense yo que lo produce. Además, conozco yo las haciendas pulqueras y sé que el maguey no solamente produce tlachique y pulque, sino que con su fibra se hacen ahora las reatas, y artículos así, que no perfeccionada su fibra, como pasa actualmente en Yucatán; en Yucatán la fibra del maguey o del henequén, porque el henequén no es más que un maguey parecido al maguey del pulque (voces: ¡No, hombre!), produce simplemente la fibra y esa fibra se lleva a Estados Unidos y con esa fibra se hacen telas finísimas. Para contestar la interpelación debo decirle que todo el maguey de pulque tiene dos o tres aplicaciones que son: la aplicación de esa fibra para hacer lo que le decía yo hace un momento que conocemos nosotros con nuestro sistema vulgarísimo y primitivo, se hacen las reatas. Naturalmente, si la fibra esta se llega a perfeccionar y podría conseguirse hacer telas o alguna otra cosa más benéfica que produjera la misma renta. En ese concepto, creo que todos los magueyes..... (voces: ¡A votar!), y teniendo en consideración que se trata exclusivamente del pulque, me refiero a los magueyes del pulque, no a los magueyes que producen otros líquidos, como el tequila y otras bebidas; en ese concepto, nos estamos refiriendo única y exclusivamente a las haciendas pulqueras.

El C. Rodríguez Alfredo: Pido la palabra. (Voces: Ya, ya! A votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Rodríguez Alfredo, de la Comisión, dirigiéndose al C. Malpica: Su Señoría no dio contestación a mi interpelación. Habló de las haciendas pulqueras, pero ha dicho lo que yo pedí que dijera a la Asamblea: las clases de maguey de que él tiene conocimiento.

El C. Malpica: No están a debate las diferentes clases de magueyes. (Risas.) Nos estamos refiriendo única y exclusivamente al maguey que produce pulque. Su Señoría debe entenderlo así.

El C. Rodríguez Alfredo: Hacía yo la pregunta a Su Señoría para demostrar a la Asamblea que su Señoría ha hablado de lo que entiende.

El C. Malpica: Está en un error Su Señoría porque, como repito, está a debate el maguey que produce el pulque y no el maguey que produce el tequila. (Voces: ¡Oh! ¡A votar!)

El C. Rodríguez de la Fuente: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Rodríguez de la Fuente.

El C. Rodríguez de la Fuente: Señores representantes: Yo reclamo un momento vuestra atención, porque en esta discusión la honorable Comisión dictaminadora no ha aducido argumento alguno que satisfaga a la honorable Asamblea, como lo voy a demostrar en este momento. No ha demostrar al señor Soto Peimbert desde esta tribuna, que el veinticinco por ciento de contribución federal que se pone al pulque sobre las primeras ventas, se han impuesto que se deben gravar a la industria pulquera, y no lo ha demostrado, señores diputados, porque no ha recurrido a las demás disposiciones que norman esta clase de impuestos. El C. diputado Vadillo en la tribuna manifestó que se oponía a que se aumentase el veinticinco por ciento a un cincuenta, porque además de este veinticinco por ciento federal venía una contribución municipal y la contribución del Distrito Federal y algunas otras. Yo voy a demostrar a Su Señorías que hay una disposición en el Gobierno del Distrito Federal que prohibe terminantemente a los ayuntamientos de este Distrito inmiscuirse en todos los asuntos que se refieran a la producción del pulque. Yo voy a permitirme hacer una historia de las distintas contribuciones que ha tenido el pulque en el Distrito Federal, para probar a Sus Señoría que este veinticinco por ciento es realmente exiguo, que este veinticinco por ciento debe aumentarse al cincuenta por ciento. (Voces: ¡Bien! Aplausos.)

La antigua disposición del Distrito Federal que normaba la contribución del pulque, señores diputados, era una contribución alcabalatoria, y era una disposición alcabalatoria, señores diputados, porque se cobraba por la introducción del pulque al Distrito Federal. Había en el Distrito Federal y en los Ayuntamientos un sinnúmero de inspectores que ocurrían diariamente a las cuatro de la mañana a las estaciones del ferrocarril para ver qué número de barricas se introducía. ¿Por qué? Porque había una disposición, señores, un decreto del Distrito Federal, en que cobraban de siete a ocho pesos sobre cada barrica de pulque. Ese impuesto era sobre la introducción de pulque a la ciudad de México. Pero vino el orden constitucional, vino la Constitución Política, señores diputados, estableciendo que no habría alcabalas en la República, y la Constitución Política de 1917 amparó a todos los introductores de pulque y dieron amparo por ese capítulo. Los introductores de pulque del Distrito Federal dijeron al Juez de Distrito que esa contribución que se les exigía en las estaciones - porque es la palabra -, era la verdadera, la contribución que se exigía en aquellos momentos era alcabalatoria, y la Constitución prohibe terminantemente las

alcabalas. Los introductores de pulque, señores diputados, ganaron el amparo y vino al poco tiempo abajo ese decreto del Gobierno del Distrito que exigía determinada contribución por la introducción del pulque. Yo quiero fijar los términos, señores, en esta discusión, para que vean Sus Señorías que el Erario sigue defraudándose, y con la obstinación nuestra de burlar todas las disposiciones, ha llegado el momento en que el Gobierno del Distrito, en lugar de recibir de nueve a diez mil pesos diarios por contribución, recibe solamente tres mil. Y voy a probarlo, señores diputados.

Yo no vengo a esta tribuna únicamente a decir que el pulque está gravado exiguamente, porque sí; yo voy a demostrar a ustedes que los introductores del pulque, que los inspectores del Gobierno del Distrito y de los Ayuntamientos y, seguramente algunos funcionarios públicos, se han abstenido siempre de tratar estas cuestiones del pulque, como de decía muy bien el C. Malpica, precisamente porque allí, señores, hay muchas ganancias, porque, señores, allí hay mucho podrido, allí señores, los miembros del Gobierno - algunos seguramente -, han tomado participio para repartirse ciertas utilidades. (Aplausos.)

El decreto aquel a que me referí hace un momento, cayó por tierra en virtud del amparo. ¿Qué tenía que hacer entonces, ciudadanos diputados, el Gobierno del Distrito para seguir recaudando las contribuciones? Voy a explicarlo muy brevemente. Hubo otro decreto, expedido ya en la época constitucional, que establecía el impuesto sobre las ventas al menudeo, y aquí también el Gobierno del Distrito vino defraudándose, vino defraudando todos sus intereses. Voy a explicar a los señores diputados cómo se hacía esta recaudación: El decreto de referencia manifiesta que todos aquellos expendedores de pulques debían de hacer un escrito manifestando al Gobierno del Distrito qué cantidad de pulque expendía diariamente. En esas manifestaciones, como en el mayor número de las que presentan los ciudadanos comerciantes, asientan una serie de inexactitudes, y un expendedor de pulque decía que vendía diariamente dos o tres hectolitros de pulque, para que se cobrase sobre esa cantidad que expendía, en realidad aquel expendedor vendía hasta diez hectolitros de pulque. ¿Cómo defraudaba al Fisco, señores diputados? De esta manera: manifestando que vendía dos hectolitros y teniendo en la vecindad próxima diez o quince hectolitros con que llenar el recipiente que tenía allí en su expendio.

Pues bien, señores diputados, el Gobierno del Distrito no ha logrado ni logrará recaudar lo que antiguamente recibía la Tesorería General, porque tiene, en primer término, un enemigo, que son los expendedores de pulque, que hacen la operación que yo manifestaba hace unos cuantos momentos; en segundo término, tiene de enemigo a los propios inspectores, porque si éstos son mil, vamos a poner por caso, hay en cambio dos mil pulquerías, mil figones y no sé cuántas otras zahurdas donde se venden tacos y se expende pulque. Esa es la verdad. Pues bien, señores diputados, mil o dos mil inspectores no pueden, indudablemente, estar en las horas en que este pulque se expende y, por lo mismo, los vendedores defraudan al Fisco, puesto que si llega un inspector y ve que, efectivamente, aquel señor, conforme a su manifestación, solamente tiene allí dos hectolitros de pulque, en cambio, en cuanto el inspector se salga de allí y rinda su informe. Aquel señor, como decía hace un momento, vuelve a llenar su recipiente, y entonces tiene allí cinco o diez hectolitros. Los mismos inspectores se ponen después en convivencia con el mismo expendedor y cobran y reciben cierta cantidad: cincuenta centavos o dos pesos, o lo que ustedes quieran, y no informan detalladamente al Gobierno del Distrito, como es su obligación. Estas consideraciones, señores diputados, me han hecho pensar lo mismo que el C. Malpica, que el Gobierno continúa recibiendo los impuestos sobre ciertas industrias o sobre ciertos capitales, en una proporción muy exigua, en relación a lo que debía recibir. El Municipio de la ciudad de México, o más bien dicho, el Ayuntamiento de la ciudad de México, recibió a mediados de este año, un escrito del Gobierno del Distrito, donde se les decía que no tenía ya derecho para inmiscuirse ni siquiera en dar licencias para que se expendiera pulque, ni siquiera para que se abriera un figón en donde se expendiera pulque. En consecuencia, todos estos asuntos que se relacionan con el pulque, hay que tratarlos directamente con el Gobierno del Distrito, pero el Gobierno del Distrito tiene ante sí una ley hacendaria, que no le produce lo que producía al Gobierno en años anteriores.

Todos nosotros hemos oído en esta ciudad que anteriormente el Gobierno recibía de cinco a seis mil pesos diarios por la introducción del pulque, o por conducción del pulque. En la actualidad, señores diputados, debió la honorable Comisión de Presupuestos haber ido a las fuentes donde pudo recoger todos estos datos para que dándose cuenta exacta del impuesto que en realidad produce el Gobierno, pudiese habernos venido a decir desde esta tribuna cuál es el verdadero impuesto que debe tener el pulque en la ciudad de México, por contribución federal. Pero la Comisión de Presupuestos y cuenta no se tomó la molestia de ir al Gobierno del Distrito o al Ayuntamiento que también se los habría dado muy bien, puesto que está resentido por el Gobierno del Distrito y vino y nos dijo aquí que el veinticinco por ciento fuese. No, señores, yo creo conveniente que debe aumentarse esta contribución al cincuenta por ciento; es una contribución federal. En estos momentos que el Municipio no recibe nada del pulque, en estos momentos en que el Gobierno del Distrito recibe de tres a tres mil quinientos pesos diarios por el impuesto del pulque, que, ¿Sus Señorías no estarán conmigo en esta ocasión en lo que yo vengo a solicitar, en primer término, señores, porque el Gobierno está urgido de fondos y debemos ayudarle para que pueda cubrir sus presupuestos con toda comodidad? En segundo lugar, señores diputados, hay que tomar en consideración todas estas cuestiones de carácter moral a que aludía el C. Malpica; y en tercer lugar, señores diputados, debemos nosotros preocuparnos un poco más porque en realidad las disposiciones del Gobierno no sean burladas. Pero no, señores diputados, el carácter de nosotros es muy particular: si el Gobierno ordena que el día de mañana no deben concurrir

los ciudadanos al teatro porque la "influenza española" está en su auge en la ciudad de México, nosotros procuramos ir aun cuando nunca hayamos concurrido a los teatros; si el Gobierno determina que por la carestía de la vida mañana nosotros no debemos comer sino medio kilo de carne para toda una familia, compramos dos kilos de carne. Esa es la verdad de las cosas. Así en estos momentos, el introductor de pulque, el expendedor de pulque y los mismos inspectores nombrados por el Gobierno, defraudan los intereses de éste burlando sus disposiciones, porque es el carácter nuestro. Yo vengo a suplicar a la honorable Asamblea se sirva dar un voto reprobatorio a este inciso para que sea modificado en el sentido de la discusión por la honorable Comisión de Presupuestos. La honorable Comisión de Presupuestos ya lo demostró aquí, señores, que no ha ido a las fuentes de las disposiciones que están en vigor para que nos hubiese venido a sostener un dictamen como el que nos ha presentado. El cincuenta por ciento, señores diputados, como contribución federal, vendrá a producir algo más a la nación, y en ese caso se defraudará menos al Erario. Ya los señores de la Comisión han dicho aquí que la Secretaría de Hacienda presume que para el año de 1919 los ingresos serían mayores porque la vigilancia sería más estricta, y yo le digo a la Representación Nacional que si la Secretaría de Hacienda conserva esos mismos inspectores a que se hacía referencia, con toda seguridad que seguiremos lo mismo. Si las condiciones son idénticas, los resultados serán infructuosos para la Secretaría de Hacienda; la recaudación del impuesto del pulque vendrá a ser tan exigua como el año anterior, o menos; esos cuarenta y cinco mil pesos que el Gobierno recibe como impuesto al pulque, les aseguro a ustedes que gran parte de él se va en pagar a los famosos inspectores. En tal virtud, ciudadanos representantes, yo os suplico que déis un voto reprobatorio a este inciso, porque el veinticinco por ciento es completamente exiguo, porque el Erario se está defraudando diariamente, porque el Erario está siendo burlado en todas sus disposiciones por las personas a que antes me referí. Si el único argumento que adujeron aquí el señor Vadillo y el señor compañero Soto fue que había otras contribuciones, ya yo he demostrado a ustedes que en el Ayuntamiento no se cobra un solo centavo; que en el Gobierno del Distrito se cobra sobre las ventas que se hacen en las pulquerías, como en los figones, como en las zahurdas y que estos impuestos, señores, indudablemente son defectuosos. (Aplausos y voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Soto Peimbert, miembro de la Comisión.

El C. Soto Peimbert, de la Comisión: Señores compañeros: Yo juzgo casi innecesario volver a ocupar vuestra atención, porque ya la Comisión ha explicado con suficiente claridad en qué forma debe atacarse este problema.

El señor Rodríguez de la Fuente nos ha hecho, si ustedes quieren que le concedamos a lo que él pos quiso exponer, una historia de los gravámenes del pulque, pero a la Comisión no le toca en manera alguna venir a hacer relato de toda la odisea fiscal del pulque. (Murmullos.) En primer lugar, como lo asenté desde un principio, si se quiere que la Comisión en el caso resuelva si el veinticinco por ciento como primer gravamen, como gravamen de venta de primera mano del pulque es o no es económico, yo preguntaría al señor Rodríguez de la Fuente, que tan bien documentado se muestra, todos estos datos: ¿Me hace usted favor de decirme, con permiso de la Presidencia, qué número de meses tarda el hijo - como le nombran a la planta del pulque - desde que se lleva al almácigo hasta que sale para ser transplantado a un lugar en que, previo el desarrollo, comienza a estar en producción? (Murmullos.)

El C. Rodríguez de la Fuente: Con permiso de la Presidencia.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rodríguez de la Fuente: La Comisión de Presupuestos nunca debió fundar un dictamen, o un inciso como el de que se trata, en cuestiones de botánica. La Comisión, señores debió haber fundado su dictamen en las disposiciones legales que se basen en la Economía Política y en los ciencias de las finanzas para habernos venido a decir aquí que el veinticinco por ciento efectivamente no debe gravar al pulque, sino que es el cincuenta por ciento, porque los intereses del Gobierno se están defraudando diariamente. No puedo contestar a Su Señoría cuántos meses tarda el hijo para producir pulque, porque no son cuestiones de los diputados. Los señores de la Comisión, permítame el estimable compañero que me extienda un poco en esto, nunca debieron haber partido sino de la base fundamental, como son todas las disposiciones que hay en el Gobierno del Distrito y en la Secretaría de Hacienda. (Aplausos.)

El C. Soto Peimbert, continuando: Voy a demostrar al compañero que contrariamente a lo que él supone, no es un asunto de botánica, es un asunto esencialmente económico basado sobre la observación y el conocimiento directo de los hechos de donde han derivado precisamente esas leyes que él invoca.

El compañero debe saber que la naturaleza de los terrenos empleados en la plantación de magueyes influyen sobre manera en el costo de producción del pulque, y ese costo de producción justamente es el que debe tener en cuenta el legislador para gravar un producto. Ya he dicho también la primera vez que ocupé vuestra atención, que no es este el único factor para determinar un impuesto, que si el producto viene a influir determinando ciertas constancias sociales, es obligación del legislador el fijar esos constancias sociales; pero en el caso concreto me permito exponer también que la falta de estadísticas imposibilitaba, no digo a la Comisión, a cualquier que se dedicara exclusivamente a este asunto, para poder fijar si el veinticinco por ciento, o el cincuenta como el señor lo desea, son o no lo suficientes. Yo le vuelvo la oración por pasiva y le pregunto: ¿Cómo deduce de la legislación fiscal sobre el pulque que el veinticinco por ciento se corto, y cómo asienta que el cincuenta por ciento es lo que debe gravar? Y me permito exponerle este dato para que vea que conozco mejor que él esos datos, no porque tenga obligación como miembro de la Comisión de conocerlos, sino porque he estado en circunstancias

de saberlo: un maguey produce de utilidad, cuando ha sido explotado en debida forma, doce pesos. En esa virtud, para que usted pudiera calcular un rendimiento matemático como el que usted desea, necesitaría saber el número de magueyes en explotación que hay en la República. Ya ve, pues, que no es asunto de botánica, es un asunto de número.

El C. Rodríguez de la Fuente: ¿Me permite contestar Su Señoría?

El C. Presidente: Tiene la palabra para contestar el C. Rodríguez de la Fuente.

El C. Rodríguez de la Fuente: Es cuestión de números, señor compañero. En la XXVII Legislatura se creó el 25 por ciento de contribución federal sobre las ventas a que se refiere el inciso, y en esa ocasión estaba en vigor también el decreto a que hacía referencia yo hace un momento, y pagaban las barricas del pulque por su introducción, hasta ocho pesos diarios. Ya ve el compañero cómo entonces que pagaban ocho pesos diarios resistía la contribución del 25 por ciento a que se refiere. Hoy, señores diputados, que ya no paga ocho pesos cada barrica por su introducción, sino que pagan los expendedores de pulque, y están defraudando al fisco, no quieren los señores miembros de la Comisión que este 25 por ciento se aumenten a un cincuenta federal. Yo creo que es lógico, señores. Allí están los datos del Gobierno del Distrito, que vayan los señores de la Comisión al Gobierno del Distrito y encontrarán que la contribución diaria no es más que de tres a tres mil quinientos pesos, y entonces se convencerá el compañero de que esta cuestión de números también la conozco yo. (Aplausos.)

El C. Soto Peimbert, continuando: Vuelvo a repetir, y ruego al compañero Rodríguez de la Fuente fije su atención, que no ignora la Comisión el impuesto que sufre por introducción, de ocho pesos por barrica, y es más: está en circunstancias de anunciar al señor Rodríguez de la Fuente que hay un grupo de pulqueros dispuestos a pagar cien mil pesos por adelantado al Gobierno del Distrito con tal de que se les permita la introducción por dos de los andenes, con el objeto de que esto no revista carácter de monopolio, pero esto no pesa en manera alguna sobre el 25 por ciento que grava la venta de primera mano. Yo no me cansaré de repetir que el gravamen sobre la producción tiene que estar necesariamente fijado por el costo de explotación, esto es elemental en economía, si es que alguien quiere saber de economía. Una línea, cualquiera industria, cualquiera obra, cualquiera empresa, no se la va agravar más allá de lo que debe naturalmente gravarse por el esfuerzo que represente, y este esfuerzo no lo mido única y exclusivamente por el trabajo material, lo mido por el costo, lo traduzco a pesos y centavos. En esa virtud lo que ha alegado el compañero Rodríguez de la Fuente es únicamente que el ojo del Gobierno no está aplicado con la atingencia que debería estarlo para impedir que se defrauden los intereses del fisco; pero no ha podido en manera alguna atacar el que este 25 por ciento no sea el gravamen que corresponde a la producción de un artículo industrial, y este es un punto de vista de la Comisión. A la Comisión no le interesa que se hagan o no se hagan fraudes en la contribución del Gobierno del Distrito, no le interesa tampoco que haya un nuevo gravamen de veinte pesos por licencia para expender en determinados lugares el pulque; esto no es obligación de la Comisión; la Comisión ha tocado el punto desde aquel en que debió haberlo hecho. En cuanto a que no conozca la Comisión el reglamento que rige, tiene aquí el señor Rodríguez de la Fuente a la vista el reglamento del decreto relativo, y no encontrará en apoyo de su tesis ni uno solo de los artículos que pueda favorecerle. En consecuencia, todos los ataques que se hagan a la Comisión no consiste sino en la falta de documentación por parte de los que así lo hacen, para poder llevar al ánimo de ustedes el convencimiento de que hemos desatendido el asunto. Lejos de ello, lo hemos pensado y hemos llegado a una conclusión perfectamente fundada. Si hay alguno de ustedes que desee que le informe sobre cuál de los preceptos que reglamenta ese decreto es anti - económico, vulnera los intereses públicos y los intereses del fisco, la Comisión está en la mejor disposición para hacerlo. Si hay alguien que desee que se le diga el número de pesos y centavos que se recaudan por este concepto, también podemos decírselo, pero que se nos pida que nosotros modifiquemos una legislación vigente cuanto la encontramos justa, por el solo deseo de quienes no la encuentran así. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Basáñez. (Voces: ¡Huy!)

El C. Basáñez: Honorable Representación: Si dividimos el punto en dos partes, tales como la ley que pone el 25 por ciento sobre las ventas de primera mano, hablo en pro de la Comisión; si por otra parte, ponemos los seiscientos mil y pico de pesos que consulta la Comisión como ingreso a la Federación por concepto de este impuesto; hablo en contra de la Comisión. Tenemos el dato de que por el Ferrocarril Mexicano..... (Voces: ¡A votar, a votar!) por el Ferrocarril Mexicano (Voces: ¡A votar, a votar!) llegan a diario 580 barricas....(voces: ¡a votar, a votar! Campanilla!) 580 barricas.... (voces: ¡a votar, a votar!) Más tardaremos en la votación. (Voces: ¡a votar, a votar!) Más tardaremos en llegar a la votación si siguen ustedes con sus demostraciones y no quieren hacer caso de las argumentaciones que en la tribuna se presenten.(Voces: ¡A votar, a votar, a votar! Campanilla.) Decía yo.... (Voces: ¡A votar, a votar!) Estoy esperando, compañeros, que acabe la Asamblea para poder seguir yo. (Voces: ¡A votar, a votar!) ¿Ya es tiempo de que pueda seguir? (Voces: ¡A votar, a votar! Campanilla.) Decía Honorable Asamblea... (Voces: ¡A votar, a votar! Campanilla.)

El C. Presidente: Se ruega a los ciudadanos diputados se sirvan prestar atención al orador. (Voces: ¡A votar, a votar!)

El C. Basáñez, continuando: Entre más se opongan a la discusión, más se tardará en llegar a la votación. (Voces: ¡A votar, a votar! Desorden.) Pues no estoy dispuesto a dejar la tribuna si no me dejan hablar. (Voces: ¡A votar, a votar, a votar! Campanilla.) Son dos las consideraciones que voy a hacer.... (Voces: ¡A votar, a votar, a votar! Campanilla.)

El C. Prosecretario Aguilar: Tomando en cuenta la Presidencia que el orador tiene derecho al uso de la palabra, suplica atentamente a los ciudadanos

diputados se sirvan dejarlo que hable, a fin de que no sea necesario perder la media hora, cuando menos, a que tiene derecho.

El C. Basáñez, continuando: Hay dos ciudadanos diputados en la Cámara.... (Voces: ¡A votar, a votar!) Hay dos ciudadanos diputados en la Cámara.... (Voces: ¡A votar, a votar!) Repito, que son de los que hemos oído las palabras peores en esta Representación.... (Voces: ¡A votar, a votar) y son el ciudadano Amezola a quien su propietario.....

El C. Malpica, interrumpiendo: Moción de orden, señor Presidente.

El C. Presidente: Tienen la palabra el C. Malpica para una moción de orden.

El C. Malpica: Para manifestar que la Asamblea ya está convencida de la discusión. (Risas.) Les manifiesto que procede preguntar si está suficientemente discutido el punto, para que la Asamblea así lo manifieste.

El C. Presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Basáñez.

El C. Basáñez: Decía yo que hay dos ciudadanos diputados.... (voces: ¡A votar?) y no uno de ellos es el C. Amezola de quien su propietario dijo en esta Representación Nacional, mejor dicho, en lo particular, donde había más de ochenta representantes, que no quería que se quedase cuando el pidiese licencia, por considerarlo indigno de pertenecer a esta Representación. (Siseos.) Hay otro ciudadano diputado (siseos), Avellaneda, a quien hemos visto... (voces: ¡oído!) hemos visto, señores, en nuestros pupitres, algunos papeles cuando se discutió su credencial, en que nos los citaban como ciudadano americano. (Voces: ¡Pruebas!) La vez pasara se le echó de esta Cámara por el mismo concepto. Estos son los dos individuos que se oponen aquí a que se aclaren los asuntos.

El C. Amezola: Moción de orden.

El C. Presidente: ¿Que artículo del reglamento se está violando?

El C. Amezola: No está a discusión la personalidad del señor Juan de Dios Avellaneda, por lo tanto, tenga usted la bondad, señor Presidente, de exigir al orador que se concrete al punto a discusión.

El C. Basáñez, Continuando: Los Hechos son la elocuencia y comprueban lo que acaba de decir del señor que acá con sus impertinencias golpeando en el pupitre y diciendo: "a votar". Entro en la materia del pulque. Decía yo que por el Ferrocarril Mexicano se introducen a la Capital 580 barricas de pulque a diario, esto nada más teniendo en cuenta el distrito Federal; si sobre esto hacemos un cálculo probable de lo que se consume en otros Estados que son Puebla, Hidalgo, México, parte de Querétaro, Tlaxcala, El Distrito Federal, parte de Veracruz y parte de Michoacán, no sería una mal cálculo decir que se consume en esos lugares tres veces más de lo que se consume en el Distrito Federal, así es que tendríamos poco más o menos un consumo de pulque de dos mil... (voces: a votar, a votar) ....decía con las otras tres vías que traen pulque a la capital, agregadas al Mexicano, se podría calcular de mil a mil quinientas barricas diarias de consumo y si tenemos en cuenta esos Estados que dan tres veces más resultaría multiplicando el consumo de México por 4 y nos daría un consumo general de seis mil barricas; cada barrica tiene una capacidad de doscientos veinticinco mil litros.... (Siseos y risas)... es un error, doscientos veinticinco litros, multiplicados por seis mil barriles que se consumen en la República... (Voces: a votar, a votar, a la escuela.)

El C. Malpica, interrumpiendo: Para una interpelación al orador, con permiso de la Presidencia. El objeto del señor orador es demostrarnos la contribución que daría el número de barricas que manifiesta. Para ayudar un poco al señor orador, voy a decir lo que quiere dar a atender a la Asamblea: mil quinientas barricas de pulque con doscientos cincuenta litros da capacidad cada una, producirían por contribución al veinticinco por ciento sobre ventas de primera mano, la suma de $ 684,375.00 al año. Ya con esta base puede el orador hacer una modificación muy sencilla para demostrar lo que se propone. (Risas. Voces: ¡Aaaaah!)

El C. Basáñez, continuando: Pues bien, calculado el consumo de la República en seis mil barriles, teniendo cada barril doscientos veinticinco mil litros.... (risas), quiero decir doscientos veinticinco litros.... (voces: ¡A votar, a votar!), resultan un millón trescientos cincuenta mil litros de pulque diariamente.... (Voces: ¡A votar, a votar!) El impuesto es de un cuarto de centavo por cada litro, por lo que es muy fácil hacer el cálculo del producto anual.

Ahora, considerando la cuestión desde el punto de vista en que la ha tratado la Asamblea, que pretende se aumente el veinticinco por ciento, manifiesto que soy de ideas mucho más moralizadoras que las que profesan algunos compañeros que quieren establecer impuestos prohibitivos; pues yo, si se trata de echar abajo el pulque por completo, impidiéndose su venta en toda la República, seré uno de los que estén de acuerdo; pero no estoy conforme con que se grave en la forma que se desea, por muchas circunstancias que son perjudiciales. Los argumentos del compañero Rodríguez de la Fuente son un hecho elocuentísimo, al asegurar que todo el mundo trata de defraudar al fisco, el que no percibe más ingresos, precisamente porque lo defraudan. Creo que en la actualidad lo que necesitamos más que leyes, son hombres. Si gravamos el pulque con un impuesto mayor del veinticinco por ciento, pasará lo que ya nos explicó o lo que ya expresó en esta tribuna el compañero Soto Peimbert, que es lo siguiente: nuestro pueblo se encuentra tan viciado que no porque se le suba el impuesto va a dejar de tomar el pulque..... (voces: ¡Claro!), y entonces resultará que si el valor del pulque sube, lo que el pueblo deja de percibir es alimento, porque lo que tenía para comprar los frijoles para llevarlos a su hogar, lo comprará en pulque... (voces: ¡A votar, a votar! Campanillas.) Estos argumentos ya se han expresado en esta tribuna, no sólo en esta Cámara por la boca del compañero Soto Peimbert, sino en las Legislaturas pasadas.... (Voces: ¡Ya, hombre ya! ¡A votar! Desorden.) Así es que por lo expuesto y por un sin fin de razones que se podrían exponer aquí, yo pido a ustedes, a la Comisión, que haga un cálculo lo más exacto de los productos, pero no que se modifique el impuesto, porque resultará antieconómico e inmoral. (Aplausos. Siseos.)

El C. Prosecretario Aguilar: No habiendo más oradores inscriptos ni en pro ni en contra, se

Pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se considera este asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación nominal se consulta si se aprueba el inciso (1), que dice así.....:

El C. Malpica, interrumpiendo: Pido la palabra. (Voces: ¡Estamos en votación!)

El C. Prosecretario Aguilar, continuando: "Impuesto especial del timbre sobre ventas de primera mano de pulque y tlachique, conforme al decreto de 27 de junio de 1917; su Reglamento de 30 del mismo mes y año y disposiciones posteriores."

El C. Basáñez: Pido la palabra para una aclaración. (Voces: ¡Estamos en votación!) Es una pequeña aclaración.

El C. Rodríguez Alfredo: Ya estamos en votación, aunque sea grande la aclaración.

El C. Secretario Pesqueira: Se procede a la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Malpica: Por la negativa.

(se recogió la votación.)

- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.) ¿Falta algún otro ciudadano por votar? Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió.)

El C. Prosecretario Malpica: Votaron por la negativa 95 ciudadanos diputados.

El C. Secretario Pesqueira: Votaron por la afirmativa 44 ciudadanos diputados. En consecuencia, queda desechado el inciso (1), volviendo a la Comisión para que lo reforme en el sentido de la discusión.

El C. Soto Peimbert: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Soto Peimbert: Ruego a Su Señoría se sirva ordenar la lectura del inciso (f) del artículo 72 de la Constitución.

- El mismo C. Secretario: El inciso (f) del artículo 72, dice así: "En la interpretación, reforma o derogación de las leyes o decretos, se observarán los mismos trámites establecidos para su formación."

El C. Soto Peimbert: Como el haberse desechado el inciso (1) de la fracción XIII del artículo 1o. de la Ley de Ingresos implica una modificación a un decreto vigente sobre gravamen del pulque, reclamo el trámite y pido que pase el inciso a una Comisión de Hacienda.

El C. Rodríguez de la Fuente: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Rodríguez de la Fuente: Señores representantes: Solamente el desconocimiento absoluto de nuestra Constitución y de nuestras leyes hace que un miembro de la Comisión de Presupuestos y Cuenta venga a sostener aquí lo que acaba de decir. El capítulo respectivo de la Constitución Política dice: "De la iniciativa y formación de las leyes," y el capítulo segundo habla del Poder Legislativo. Aquí se trata de un decreto y no de una ley. La Asamblea permitió que la Comisión retirara el inciso para modificarlo en el sentido de la discusión, es decir, aumentándose el impuesto del veinticinco al cincuenta por ciento. ¿Que cómo lo hace la comisión? Proponiendo una ley o haciendo lo que mejor le convenga: debe conocer el texto de la Constitución y las leyes que aquí están establecidas.

El C. Soto Peimbert: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Soto Peimbert.

El C. Soto Peimbert: de la Comisión: Con el objeto de que la discusión se encauce debidamente, hago punto omiso de las palabras del C. licenciado Rodríguez de la Fuente, que debiera ser el primero en reconocer que mal está el que pudiera interpretar con criterio jurídico una ley quien no es abogado; pero por sobre esta consideración está esta otra: la obligación que tengo de exponer mis ideas y de exponerlas en forma tal que puedan ser pesadas en el ánimo de todos y cada uno de los ciudadanos representantes. Yo asiento como premisa mayor que el inciso (f) del artículo 72 de nuestra Constitución dice a la letra lo siguiente: "En la interpretación, reforma" - y hago hincapié especialmente sobre esta palabra "reforma" -, o derogación de las leyes o decretos, se observarán los mismos trámites establecidos para su formación."

Ahora bien, tengo ante la vista un dictamen relativo a la ley de ingresos.....

El C. Fierro Manuel I., interrumpiendo: Es un proyecto.

- El C. Soto Peimbert, continuando:....en consecuencia se refiere a una ley.....

El C. Fierro Manuel I., interrumpiendo: A un proyecto de ley.

El C. Soto Peimbert, continuando: A un proyecto de ley, si usted lo desea, pero basado sobre leyes fiscales vigentes, como voy tener el honor de demostrarlo a ustedes. El inciso (1) se refiere al "impuesto especial del Timbre sobre ventas de primera mano de pulque y tlachique, conforme al decreto de 29 de junio de 1917; su Reglamento de 30 del mismo mes y año y disposiciones posteriores."

"Conforme al decreto - claro y terminante -, de 27 de junio de 1917, su Reglamento de 30 del mismo mes y año y disposiciones posteriores." En consecuencia, hay este hecho incontrovertible que será o no jurisprudencia, pero es sentido común: hay un decreto vigente que grava con el veinticinco por ciento las ventas del pulque de primera mano; en consecuencia, para que nosotros podamos incluir en el Presupuesto el inciso (1) modificando en el sentido de la discusión, debemos basarlo necesariamente sobre una reforma a este decreto, y la reforma consiste a que en lo subsecuente no será el veinticinco por ciento con lo que se graven las ventas de primera mano de pulque y tlachique, sino el cincuenta por ciento, y mi pregunta es esta: ¿Es la Comisión de Presupuestos y Cuenta la capacitada para hacer esta reforma, o toca a una Comisión hacendaria proponerla y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta englobar la cantidad que por ese concepto se recauda y en los fundamentos legales expresar que ese decreto se basó en la reforma?

El C. Presidente: La presidencia, por las razones que pasa a exponer, cree que ha estado en lo justo al dictar el trámite que la Asamblea ha objetado. Dice el inciso (f) del artículo 72 constitucional que: "En la interpretación, reforma o derogación de las leyes o decretos, se observaran los mismos trámites establecidos para su formación."

Bien, esta Ley de Ingresos ha sufrido todos los trámites de reglamento, todos los trámites de ley para hacer puesta a discusión. Además, el artículo 6o. de la misma Ley de Ingresos, en su texto dice:

"Todos los decretos y demás disposiciones de carácter general, dados por el Ejecutivo de la Unión en uso de las facultades extraordinarias y en materia de ingresos, continuarán en vigor en todo lo que no se oponga a la presente ley."

En tal virtud, la Ley de Ingresos que está a debate, en mi concepto, zanja la dificultad en su artículo 6o., porque si nosotros con el voto soberano de la Asamblea desechamos la parte fundamental del decreto de 27 de junio de 1917, que establece el veinticinco por ciento, desde este momento queda desechado el decreto; y así lo ha previsto la Comisión en su citado artículo. Por estas consideraciones, la Presidencia cree que ha estado en lo justo, apegándose a los mandatos de la ley. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

El C. Garza Candelario, de la Comisión: La Comisión no se opone a que este decreto sea modificado; pero si se opone al conducto por el cual se quiere modificar. (Siseos.)

El C. Prosecretario Aguilar: Habiendo sido objetado el trámite de la Mesa, en votación económica se consulta a la Asamblea si se aprueba en el sentido de que vuelva a la Comisión de Presupuestos y Cuenta para ser reformado en el sentido del debate. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se aprueba el trámite de la Mesa. Se ruega a los ciudadanos diputados no se ausenten, porque se va a proceder a la votación de las fracciones no objetadas.

El C. Malpica: Pido la palabra, señor Presidente. (Voces: ¡Estamos en votación!)

El C. Presidente: No hay nada a discusión, ciudadano diputado.

El C. Malpica: Con objeto de una aclaración.

- El mismo C. Prosecretario: Se va a dar lectura a los incisos (m), (n), (o), y (p), que no han sido objetados.

"(m) Impuesto especial del Timbre sobre ventas de primera mano de cerillos, conforme al decreto de 21 de junio de 1917 y disposiciones relativas."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"(n) Impuesto especial del Timbre sobre Teléfonos, conforme al decreto de 11 de junio de 1918."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra? Se reserva para su votación.

"(o) Impuesto especial del Timbre sobre el pago de créditos hipotecarios, conforme a la Ley de 30 de agosto de 1918."

Está a discusión. ¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. Malpica: Pido la palabra, señor Presidente.

El C. Presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Malpica: Con objeto de hacer una aclaración. Estos incisos están apartados para impugnarlos por el doctor Siurob, y como no se encuentra en esta Asamblea, pido a Su Señoría que se voten los no objetados y que se dejen pendientes éstos para cuando esté el doctor Siurob aquí, a fin de que nos haga observaciones sobre cada uno de los incisos, para orientar el criterio de la honorable Asamblea.

El C. Presidente: La Presidencia no tiene la culpa de que el C. Siurob no haya venido a la Asamblea, porque la misma Presidencia anunció con anterioridad la orden del día. En consecuencia, creo que la Asamblea no debe esperar.

El C. Prosecretario Aguilar: ¿No hay quien haga uso de la palabra en pro o en contra? Se reserva para su votación.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"(p) Impuesto especial al Timbre sobre avisos y anuncios, conforme al decreto de 5 de junio de 1917 y 3 de mayo de 1918, y demás disposiciones vigentes."

Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? Se reserva para su votación.

- El mismo C. Prosecretario, leyendo:

"(q) Impuesto especial del Timbre sobre los capitales que administran las instituciones de Beneficencia Privada, conforme a los Decretos de 19 de julio y 16 de octubre de 1917."

Está a discusión. ¿No hay quien pida la palabra? Se reserva para su votación.

- El mismo C. Prosecretario: Se va ahora a dar lectura a la fracción e incisos separados para su votación.

"I. Derechos de importación, con arreglo a la Tarifa contenida en el decreto de 31 de julio de 1916 y sus demás reformas, aclaraciones y adiciones, los cuales derechos se causarán conforme a la Ordenanza General de Aduanas Marítimas y Fronterizas, expedida el 12 de junio de 1891, reformada por decretos de 29 de marzo de 1904, 4 de diciembre de 1908 y 25 de diciembre de 1917, y sus demás reformas, aclaraciones y adiciones."

"(e) Impuesto Especial de Timbre sobre ventas de primera mano de licores, alcoholes, tequilas, mezcal y demás bebidas alcohólicas de producción, nacional, vinos y cervezas de producción nacional, e impuesto sobre productos similares procedentes del extranjero, con arreglo al Decreto de 24 de noviembre de 1917, Reglamento de 28 de junio de 1912 y Decreto de 29 de octubre de 1914, y disposiciones posteriores.

"(f) Impuesto especial del Timbre a los tabacos labrados, conforme al Decreto de 18 de mayo de 1917, Reglamento de 10 de diciembre de 1892 y disposiciones posteriores.

"(g) Impuesto especial del Timbre sobre pertenencias mineras, conforme al Decreto de 26 de abril de 1918 y al Reglamento y demás disposiciones relativas.

"(i) Impuesto especial del Timbre sobre terrenos petrolíferos y contratos petroleros, conforme a Decreto de 31 de julio, 8, 9, y 12 de agosto de 1918 y disposiciones relativas.

"(j) Impuesto especial del Timbre sobre botellas cerradas que contengan bebidas alcohólicas, licores, vinos y cervezas, ya sean de producción nacional o extranjera y que se causarán en estampillas conforme al Decreto de 24 de noviembre de 1917, y disposiciones relativas.

"(k) Impuesto especial del Timbre sobre el consumo de luz y fuerza eléctrica, conforme al Decreto de 23 de junio de 1917 y 7 de junio de 1918.

"(m) Impuesto especial del Timbre sobre ventas de primera mano de cerillos, conforme al

Decreto de 21 de junio de 1917 y disposiciones relativas.

"(n) Impuesto especial del Timbre sobre teléfonos, conforme al Decreto de 11 de junio de 1918.

"(o) Impuesto especial del Timbre sobre pago de créditos hipotecarios, conforme a la Ley de 30 de agosto de 1918.

"(p) Impuesto especial del Timbre sobre avisos y anuncios, conforme al Decreto de 5 de junio de 1917 y 3 de mayo de 1918, y demás disposiciones vigentes.

"(q) Impuesto especial del Timbre sobre los capitales que administran las instrucciones de Beneficencia Privada, conforme a los Decretos de 19 de julio y 16 de octubre de 1917."

Se procede a la votación nominal. Se suplica al C. Cabrera Federico se sirva auxiliar a la Secretaría.

El C. Secretario Pesqueira: Por la afirmativa.

El C. Cabrera Federico: Por la negativa. (Se procedió a recoger la votación.)

- El mismo C. Secretario: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? (Algunos ciudadanos diputados dan su nombres.) ¿Falta algún otro ciudadano diputado por votar? Se procede a la votación de la Mesa. (Se recogió.)

El C. Cabrera: Votaron por la negativa los CC. diputados: Alejandre, Arriaga, Basáñez, Castilleja, Castillo David, Cornejo, Chablé, Fernández, Martínez, Lanz Galera, Malpica, Padrés, Roaro y Sánchez José M. Total 13 votos.

El C. Secretario Pesqueira: Votaron por la afirmativa 123 ciudadanos diputados. En consecuencia, quedan aprobados la fracción I del artículo 1o. y los incisos (e), (f), (g), (i), (j), (k), (m), (n), (o), (p), y (q) de la fracción XIII del citado artículo de la Ley de Ingresos.

El C. Presidente, a las 8.52 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez a. m. a sesión de Colegio Electoral. (Voces: ¡Orden del día!) Discusión de los dictámenes sobre las elecciones verificadas en el 1er. Distrito de Oaxaca y en el 14 de Michoacán.