Legislatura XXVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19181217 - Número de Diario 100
(L28A1P1oN100F19181217.xml)Núm. Diario:100ENCABEZADO
MÉXICO, MARTES 17 DE DICIEMBRE DE 1918
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
AÑO I. - PERÍODO ORDINARIO XXVIII LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 100
SESIÓN ORDINARIA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS EFECTUADA EL DÍA 17 DE DICIEMBRE DE 1918
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.
2.- Hechos.
3.- Continúa la discusión del dictamen de la 3a. Comisión de Guerra que consulta un Proyecto de Ley estableciendo que todos los miembros del Ejército Nacional deben ser mexicanos por nacimiento, siendo aprobado en lo general. Se suspende la sesión.
4.- Reanudada ésta en la tarde, rinde la protesta de ley el C. Sánchez Margarito, como diputado suplente por el 1er. Distrito Electoral de Guanajuato.
5.- Oficio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en que solicita se incluya en el Ramo correspondiente del Presupuesto de Egresos para 1919, una Jefatura de Hacienda para el Estado de Morelos; recibo y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta. Se da cuenta con los asuntos en cartera.
6.- Primera lectura al dictamen de la 2a. Comisión de Punto Constitucionales, que autoriza al C. Venustiano Carranza, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, a aceptar y usar la medalla de primera clase que le confirió el Gobierno de la República de Bolivia.
7.- La Comisión de Presupuesto y Cuenta presenta reformadas las partidas 20 y 21 de la Sección III; 52 y 53 de la Sección IV, 76, 81 y 82 de la Sección V, del Ramo Primero del Presupuesto de Egresos para 1919, poniéndose a discusión la 81. Se procede a la votación de todas, excepto ésta, siendo aprobadas. A votación la 81, es aprobada; pasa el Ramo Primero al Ejecutivo para los efectos constitucionales.
8.- Primera lectura al dictamen de la Comisión de Presupuestos y Cuenta, sobre el Presupuesto de Egresos para 1919, del Ramo Duodécimo; se le dispensa la segunda lectura y es puesto a discusión, siendo separadas por varios ciudadanos diputados, las partidas 1202, 12014 y 12015, 12018, 12019, 12020, 12026, 12032, 12034, 12057, 12083, 12089, 12090, 12091, 12092, 12093, 12096, 12104, 12111, 12113, 12114, 12115, 12123, 12124, 12125, 12126, 12133, 12134, 12159, 12306, 12309, 12310 y 12311. Son votadas y aprobadas las restantes. Puestas a discusión las objetadas, se reservan para su votación las 12002, 12014, 12015, 12018, 12019, 12020, 12026, 12032, 12034, 12057, 12083, 12159, 12306, 12309 y 12310. Es puesta a discusión la 12311.
9.- Los CC. Siurob, García Vigil y Saucedo, presentan una proposición a fin de que se interpele al Ejecutivo sobre el empleo de las partidas números 12309, 12310 y 12311 del Ramo a discusión, y para que se nombre una Comisión que le participe dicho acuerdo; dispensada de trámites, es puesta a discusión. Por haber sido reclamado el quórum se para lista y resulta que sí lo hay, pero se levanta la sesión por haber transcurrido la hora reglamentaria.
DEBATE
Presidencia del C. BLANCARTE RAMÓN
(Asistencia de 143 ciudadanos diputados)
El C. Presidente, a las 11.18 a.m.: Se abre la sesión.
- El C. Prosecretario Aguilar, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día diez y seis de diciembre de mil novecientos diez y ocho.
"Presidencia del C. Ramón Blancarte.
"En la ciudad de México, a las cuatro y veinte de la tarde del lunes dieciséis de diciembre de mil novecientos dieciocho, con asistencia de ciento cuarenta y tres ciudadanos diputados, según aparece en la lista que pasó el C. Prosecretario Aguilar, se abrió la sesión.
"El mismo ciudadano Prosecretario leyó el acta de la sesión celebrada el día 14 del presente mes, que se aprobó sin debate, y el C. Secretario Pesqueira pasó a dar cuenta con los documentos en cartera:
"Oficio de la Secretaría de Gobernación, en que manifiesta que se enteró de que esta honorable Cámara concedió permiso al C. Francisco Medina para desempeñar una comisión que le confiará el Ejecutivo. - A su expediente.
"Solicitud del C. Aguirre Berlanga, a fin de que, por las razones que expone, se le conceda licencia de quince días, con goce de dietas. Se le dispensaron los trámites, y sin discusión se desechó en votación económica por ochenta y tres votos de la negativa contra sesenta y cinco de la afirmativa, según recuento de votos que hicieron los CC. Rocha, Espinosa Luis, Gutiérrez Orantes y Padrés.
"Iniciativa de ley que modifica el artículo 116 del Reglamento del Congreso, adicionándolo con un nuevo artículo, firmada por los CC. Camarena, Meza, Zayas y Velásquez Juan.- Segunda lectura. Admitida a discusión, se turnó a la Comisión de Reglamento.
"Iniciativa de los CC. Leal y Gutiérrez de Velasco, apoyada por la diputación de Guanajuato, tendiente a que se modifique la partida relativa del Presupuesto de Egresos, fijando la cantidad de ciento cincuenta mil pesos, con objeto de procurar el sostenimineto de Estaciones Agrícolas Experimentales y Comisiones de Experimentaciones Locales, así como para subvenir a las ya existentes o que en lo sucesivo se establezcan. El C. Leal hizo una aclaración, y en seguida se turnó la iniciativa a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"Dictamen de la 2a. Comisión de Hacienda, que consulta un proyecto de ley para que se modifiquen las fracciones 139 - A, 139 - B y 243 - C de la Tarifa de Exportación sobre tabaco en rama o labrado, de fecha 31 de agosto del corriente año, en los términos que el mismo proyecto establece. - Primera lectura. A petición del C. Carrión se le dispensó la segunda lectura y se acordó se imprimiera para discutirse el primer día hábil.
"Reanudada la discusión del Presupuesto de Egresos en lo que respecta a las partidas de la Contaduría Mayor de Hacienda, se reservó para su votación, sin debate, la partida 76, por no haber estado presente el C. Pastrana Jaimes, quien la había apartado. Las partidas 81 y 82 se reservaron después de que el C. Soto Peimbert, a nombre de la Comisión, contestó una pregunta del C. Villaseñor Salvador.
"Se pasó lista para votar las partidas reservadas por el sistema de eliminación. y resultaron presentes ciento setenta y un ciudadanos diputados. La Secretaría, a solicitud del C. Flores Manuel H., recordó que el C. García Vigil objetó la partida 65, que igualmente trataba de votarse por haberse discutido suficientemente en la sesión anterior, en el sentido de que se aumentase el sueldo Oficial Mayor de la Contaduría Mayor, a veinticinco pesos diarios.
"Presidencia del C. Octavio M. Trigo.
"Procedióse a la votación de las partidas reservadas: la partida 65 se aprobó por ciento diez y seis votos de la afirmativa contra cincuenta y cinco de la negativa; las partidas 76, 81 y 82 se desecharon por ciento treinta y cuatro votos de la negativa contra treinta y siete de la afirmativa, volvieron a la Comisión para su reforma. Respecto de ellas, el C. Soto Peimbert expuso las razones que tuvo la Comisión para presentarlas en la forma que los hizo y pidió a los que las habían desechado, indicase cómo debían modificarse.
"La Secretaría dio cuenta del dictamen que presenta la mayoría de la Comisión de Presupuestos y Cuenta sobre la iniciativa subscripta por ochenta y y tres ciudadanos diputados, tendientes a que se creara en el Presupuesto de Egresos una partida destinada a abonar pesos diarios a cada miembro del Poder Legislativo por concepto de gastos de representación, y del voto particular que sobre el mismo asunto formuló el C. Candelario Garza.
"A discusión el dictamen, hablaron en contra los CC. Andrade, Altamirano y Quiroga, y en pro los CC. Espinosa Luis y Pastor: éste contestó una interpelación del C. Andrade; el C. Mancisidor interrumpió al C. Altamirano para pedir la lectura del artículo 195 reglamentario, lo que complementó la Secretaría; el C. Avellaneda renunció al uso de la palabra en contra, y acto continuo se estimó suficientemente discutido el dictamen. A petición del C. Avilés, debidamente apoyado, se recogió votación nominal, que produjo ciento trece votos de la negativa contra cincuenta y siete de la afirmativa, por lo que se declaró desechado el dictamen, que dice en parte resolutiva:
"Rechácese y archívese la solicitud que hace un grupo de diputados de esta honorable Cámara para que se decrete una partida de gastos de representación hasta la cantidad de cinco pesos diarios para cada representante.
"Fue puesto a discusión el voto particular, que concluye con este proyecto de ley:
"Adición a la Sección I del Presupuesto del Poder Legislativo, Ramo Primero.
"Partida número..... Para gastos de representación de doscientos cuarenta diputados, a $5.00 diarios cada uno, $438,000.00.
"Partida número..... Para gastos de representación de cincuenta y ocho senadores, a $5.00 diarios cada uno, $105,850.00."
"Usó la palabra, en contra, el C. Vadillo. quien después de que terminó su discurso, volvió a la tribuna para responder a interpelaciones que le dirigió el C. Altamirano. En pro habló el C. García Vigil; la Asamblea acordó se prorrogara la sesión y acto continuo se consideró el voto particular suficientemente discutido.
"Presidencia del C. Ramón Blancarte.
"Recogida la votación nominal correspondiente, se obtuvo el resultado de noventa y nueve votos de la afirmativa contra cincuenta y tres de la negativa. En tal virtud, se declaró aprobado el proyecto de ley transcripto.
"A las nueve y veinte de la noche se cerró la sesión y se citó para las once de la mañana del día siguiente."
Está a discusión.
El C. Rocha: Pido la palabra.
El C. Presidente: ¿Con qué objeto?
El C. Rocha: Para solicitar que se consigne en el acta que el C. Álvarez del Castillo pidió que se hiciera constar que yo fui quien reclamó la votación a propósito de la licencia del C. Aguirre Berlanga.
- El mismo C. Prosecretario: Con la aclaración hecha por el C. Rocha, se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si aprueba el acta. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie.
El C. Villaseñor Salvador: Pido la palabra para hechos, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra, para hechos, el C. Peña.
El C. Peña: Señores diputados: Todas las noches, en el silencioso recogimiento de mi modesta alcoba, cuando solamente el agudo silbato del vigilante nocturno turba la plácida quietud de la ciudad dormida, cruzan por mi cerebro una multitud de ideas incoherentes, de pensamientos fugitivos, fragmentos de discursos que me imagino deciros desde esta tribuna, no con el fin de buscar un aplauso que no merezco, ni con el fin de
conquistar una popularidad que no ambiciono ni necesito, sino con el fin de satisfacer un anhelo muy grande y muy hondo que llevo aquí en el corazón: el de ver restaurada esta Representación Nacional en el puesto de honor que legítimamente le corresponde por hechos positivos y elevada a un grado tal que entre arreboles de luz pueda atraer hacia sí todas las simpatías, todo el cariño y todo el respeto del pueblo mexicano que ha puesto en ella su representación, su augusta soberanía, su poder entero. Anoche el insomnio ha clavado en mí su garra formidable, no permitiéndome descansar sino hasta la alborada de hoy; me imaginaba que ayer habíamos vendido nuestra primogenitura por un platillo de lentejas; me imaginaba ver el honor de la Representación Nacional convertido en añicos y rebotando, peñas abajo, iba a perderse en el hondo abismo del desprestigio. ¿Alucinación? Tal vez. Quizá yo no sea más que una víctima de una neurastenia aguda; pero el hecho es ese y quiero ser sincero; porque, vamos a ver, qué es lo que se hizo el día de ayer. ¿Escuchamos acaso la voz del sacrificio, diré mejor, la voz del patriotismo que nos invitaba a renunciar por ahora a esa esperanza de remediar nuestras necesidades, de mejorar nuestras condiciones económicas, cuando esto fuera a costa del descarnado y exangüe tesoro federal? ¿O escuchamos la voz del egoísmo que con sus cantos de sirena nos apartaba del camino recto del deber que nos habíamos trazado? Yo no sé, ni es necesario que lo sepa; el hecho está consumado. Ahora lo que importa es venir a salvar el honor de la Cámara, es enmendar en lo posible el yerro, poner de manifiesto nuestra honradez si tenemos conciencia de haber obrado bien y a ello vengo a invitaros. ¿Cómo? ¿De qué manera? Con nuestros cinco pesos y sin ellos al fin y al cabo ese numeroso ejército de trabajadores y de menesterosos que no tienen delante de sí una partida del Presupuesto que crear, seguirán sintiendo en sus entrañas los dardos punzadores del hambre, el frío de su desnudez y la soledad de su abandono; ese numeroso ejército de desheredados no tendrá de sí más que la violencia o el pillaje, la prostitución o la mendicidad, calamidades y desgracias espantosas que nos avergüencen y en las que desgraciadamente no está su salvación si nosotros no nos acercamos a ellos tendiéndoles la mano para salvarlos, ya que nosotros nos hemos puesto en salvo. Nuestro deber estriba, pues, ahora en ir derecho a ellos para salvarlos, en dictar todas las leyes que resuelvan los problemas que a ellos les atañe, estriba en dictar todas las leyes que hagan que esa muchedumbre anónima que se consume entre el vicio y la crápula, entre la miseria y la degeneración, abandone las capitales para invadir el territorio nacional en busca de tierras que cultivar, en busca de obras de irrigación que llevar a cabo, en busca de placeres y minas para su explotación, en busca de industrias que deben desarrollarse, en fin, de todas esas riquezas nacionales que deben ser explotadas y que son las únicas que deben remediar las necesidades sociales y convertir a nuestro México en un pueblo próspero y feliz. Nuestro deber está, pues, en dictar todas esas leyes y en declarar que estamos dispuestos a que este período de sesiones se prolongue indefinidamente, por dos, tres, o cuatro meses más, lo que fueren necesario, hasta dar cima a todas esas leyes salvadores, de tal manera que de los 174 dictámenes que duermen en el seno de las Comisiones, no quede ni uno solo si fuere posible. Entonces ¿qué duda cabe que nuestro sueldo, por enorme que fuese, parecería mezquino ante la grandeza de nuestra obra realizada? Entonces, ¿ qué duda cabe que los que hoy nos atacan mañana vengan hacia nosotros para felicitarnos? Entonces se verá que no hemos venido a hacer obra de política de partido, de política banal, que no hemos venido a hacer obra de interés o medro personal; entonces y sólo entonces se verá que hemos hecho obra realmente meritoria, obra de verdad, obra de patriotismo y entonces el honor de la Representación Nacional se habrá salvado. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra para hechos el C. Alvarez del Castillo. No encontrándose en el salón el C. Álvarez del Castillo, tiene la palabra para hechos el C. Villaseñor Salvador.
El C. Villaseñor Salvador: Señores diputados: En la sesión de ayer en la tarde, al darse cuenta con los asuntos que había en cartera, se leyó una solicitud del C. diputado Aguirre Berlanga pidiendo una licencia de quince días. Es penoso decirlo, señores diputados, que la Asamblea no estuvo en lo justo ni en lo equitativo al negar en votación económica esa licencia; el señor diputado Aguirre Berlanga, yo creo, que como todos los demás señores representantes, tiene derecho a pedir licencia cuando la necesite, y es el primer caso en este período de sesiones que a un representante se le niega una licencia. Si al negarle la licencia al C. Aguirre Berlanga ha querido molestarse al Ministro de Gobernación que, entre paréntesis, hago saber a ustedes que no conozco más que de vista, yo creo que no está en lo justo la Asamblea. Entiendo, señores diputados, que el C. Aguirre Berlanga, como diputado aquí, se ha portado con nosotros como un buen compañero y no ha venido aquí... (Voces: ¡No, no ha venido!) Sí, sí ha venido muchas veces, pero las veces que ha venido aquí no ha venido a traer alguna consigna o a molestaron en alguna forma. Yo creo, señores diputados, que si hubiéramos votado nominalmente la licencia en cuestión, seguramente en estos momentos estaría disfrutando de licencia el C. Aguirre Berlanga.
El C. Secretario Soto: Se va a dar cuenta con los asuntos en cartera.
"Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos. - Sección de Archivo y Biblioteca. - Número 101.
" Se recibió en esta Secretaría la atenta comunicación de ustedes fechada el 13 del mes en curso, transcribiendo el trámite aprobado por esa H. Cámara en su sesión del 12 del presente, citando para sesión del Congreso General el 19 del corriente mes, a las 10 a.m.; y en debida contestación nos es honroso manifestarles que el Senado concurrirá a dicha sesión el día y a la hora señalados.
"Reiteramos a ustedes la seguridades de nuestra consideración muy distinguida.
"Constitución y Reformas. - México, 16 de diciembre de 1918. - B. Germán, S. S. - Juan Barrón
Vázquez, S.S. - A los ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente." - A su expediente.
"Secretaría de la Cámara de Senadores del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos. - Sección de Archivo y Biblioteca. - Número 100.
"Se recibió en esta Secretaría la atenta comunicación de ustedes fechada el 13 del mes en curso y copia de la proposición aprobada por esa H. Cámara, invitando al Senado a sesión del Congreso General para nombrar Juez 2o. de la Ciudad de México.
"Protestamos a ustedes las seguridades de nuestra consideración muy distinguida.
"Constitución y Reformas. - México, 16 de diciembre de 1918. - B. Germán, S.S. - Juan Barrón Vázquez, S.S. - A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados. - Presente." - A sus antecedentes.
- El mismo C. Secretario: Dictamen de la 3a. Comisión de Guerra, que consulta el proyecto de ley estableciendo que todos los miembros del Ejército Nacional deben ser mexicanos por nacimiento. Continúa la discusión en lo general de este dictamen.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Pérez Vela.
El C. Pérez Vela: Señores diputados: Al venir a impugnar el dictamen de la Comisión, no se crea por esto que sea yo un simpatizador del filibusterismo en nuestro país, eso en manera alguna, antes por el contrario. Yo, señores diputados, tengo en el fondo de mi alma un grato recuerdo para aquellos extranjeros que verdaderamente han venido a luchar a nuestra Patria por lo que realmente es la libertad; entre ellos recuerdo a un Francisco Xavier Mina, de la Guerra de Independencia; a un Régules, de la Guerra de Reforma, y casi no encuentro otros más por quienes efectivamente sentir cariño. Pues bien, ciudadanos diputados, tampoco vengo yo a hablar en favor de esos individuos que bien merecen el apellidárseles "gachupines," y no españoles que, tanto se han colado en las filas de la Revolución y que principalmente no han servido para otra cosa, sino para convertirse en ladrones de vacas; no, señores diputados, pero sí también no estoy de acuerdo con el dictamen de la Comisión, porque me parece que la Constitución, como han logrado demostrar ya de una manera enteramente clara el C. Leal y los demás oradores impugnadores de este proyecto, basta con lo que por ahora en el Constituyente de Querétaro se dejó de una manera tan clara y precisa consignado en nuestra Carta Magna. ¿Para qué pretendemos ampliar ese concepto todavía, haciendo más difícil para los ciudadanos que hayan nacido de padres extranjeros en el territorio de la República, el que no tengan los mismos derechos para ir a defender a la Patria en un momento dado? No debemos olvidar jamás esto, debemos convencernos plenamente de que estamos colocados a la vanguardia de los países latinoamericanos y tal vez más cercanos o más remotos, pero muy bien puede llegarse el día en que forzosa y necesariamente tengamos que tener un choque con el vecino país del Norte. (Siseos.) Claro está que nosotros de manera alguna debemos provocarlo o precipitarlo y es muy bonita también la teoría de bastarse a sí mismo, de no solicitar ni pedir ayuda de nadie, pero estamos viendo nosotros perfectamente, por la época en que nos ha tocado vivir, que, en la actualidad, todos los pueblos necesitan unos de los otros, vemos cómo las razas se agrupan principalmente para aniquilar a aquellas que les estorban. Por eso nosotros también, ¿por qué hemos de romper los hilos de esa unión estrecha que deben existir entre las veinte naciones latinoamericanas? Y creo que esta ley precisamente aprobándola tal como se nos presenta, viene a romper en parte, viene a dificultar las facilidades que deben tener los latinoamericanos que vengan a radicarse en nuestra Patria, y aun los que no estén aquí para que, en un caso dado, muy bien pudieran ayudarnos cumpliendo con sus compromisos de raza. Esas son las consideraciones que principalmente me han movido a no estar de acuerdo con los móviles, muy loables por cierto, que tuvo el C. diputado Trigo al pretender la moralización del Ejército; esto, más que con leyes de esta naturaleza, me parece que puede conseguirse con un verdadero empeño que tome para ello la Secretaría de Guerra de la República. No olvido tampoco, señores diputados, que, conforme a nuestra Constitución, ningún extranjero puede permanecer en servicio activo en el Ejército; luego basta necesaria y únicamente que nosotros pidiéramos que se aplique de una manera exacta -como debe ser -, la Constitución, para que muchos que se crea que no tienen méritos para permanecer en las filas del Ejército, salgan de allí. Debemos, pues, confiar en la cordura de los encargados del Ramo de Guerra para que ellos mismos depuro sí vayan haciendo esa depuración, que tanto se necesita, no solamente de elementos extranjeros que han logrado intercalarse, sino también de muchos nacionales. Todavía tenemos nosotros en el artículo 76 de la Constitución, en el párrafo segundo, que dice:
"Artículo 76. Son facultades exclusivas del Senado:
"II. Ratificar los nombramientos que el mismo funcionario haga de Ministros, Agentes Diplomáticos, Cónsules Generales, empleados superiores de Hacienda, coroneles y demás jefes supremos del Ejército y Armada Nacional, en los términos que la ley disponga."
De manera es, ciudadanos diputados, que todavía tenemos en la Cámara colegisladora un celoso defensor del honor del Ejército y que allí tendrán que depurarse y quedar reducidos a la nada esos grados que ahora pueden ostentar algunos extranjeros para vergüenza nuestra. Por lo que he manifestado, y puesto a la consideración de Vuestra Soberanía, creo que es justo dar un voto reprobatorio a este dictamen, ya que podemos contar con los medios legales suficientes para ir procediendo a la depuración del Ejército Nacional.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa Luis. (Voces: ¡Ya ganamos! Risas.)
Presidencia del C. RODRÍGUEZ DE LA FUENTE JESÚS
- EL C. Espinosa Luis: Ciudadanos diputados: Como miembro de la Comisión que presenta el dictamen que pide la supresión de los extranjeros que militan actualmente en las filas del Ejército, me voy a permitir ampliar las ideas que expuse en la sesión pasada a este respecto, con el propósito de ver si puedo llevar al convencimiento de Vuestra Soberanía, que esta iniciativa en manera alguna viola los preceptos constitucionales.
El C. Pérez Vela, que ha venida a impugnar el dictamen, apoya sus razonamientos en la Constitución, diciendo que ésta no prohibe que los mexicanos nacionalizados puedan prestar sus servicios en el Ejército Nacional. La iniciativa que ahora se presenta a vuestra consideración no tiene por fin más que un alto sentimiento de verdadero patriotismo, que indudablemente tiene que palpitar en el corazón de todos los buenos mexicanos. En el fondo, esta iniciativa no es más que el deseo de que el Ejército Mexicano sea verdaderamente nacional, y la forma de conseguirlo es que todos los miembros del Ejército sean mexicanos por nacimiento, y al decir mexicanos por nacimiento, no quiere con estas palabra excluirse a los hijos de extranjeros que nazcan en el territorio nacional, supuesto que la misma Constitución define, de una manera terminante, que son mexicanos por nacimiento todos los hijos de extranjeros nacidos en el país, pero que al llegar a los 21 años manifiesten el deseo de aceptar la nacionalidad mexicana. Así, pues, si la Constitución expresa de manera tan terminante quiénes son los mexicanos por nacimiento, al venir a pedir nosotros por medio de esta iniciativa que el Ejército esté compuesto por puros mexicanos por nacimiento, no se va a excluir a los hijos de extranjeros que de hecho hayan aceptado nuestra nacionalidad. Esto en cuanto a lo expuesto por el C. diputado Pérez Vela.
En las organizaciones militares se dice que:
"Debe entenderse por Ejército la fuerza pública de diversas milicias y armas que sirven a la Nación para hacer la guerra en defensa de su independencia, integridad y decoro y para asegurar el orden constitucional y la paz interior, comprendiéndose bajo esa misma denominación tanto al Ejército de tierra como a la Armada Nacional."
Ahora bien, ciudadanos diputados, si en el concepto Ejército figura de una manera muy principal la Armada Nacional, y si la Constitución dice que para pertenecer a la Armada Nacional se necesita ser mexicano por nacimiento, es lógico deducir que para pertenecer al Ejército de tierra, también se necesita ser mexicano por nacimiento. La Constitución en ninguna de sus partes dice que para se miembro del Ejército de tierra no pueda serlo un mexicano por nacimiento, ni dice tampoco que debe serlo un mexicano por nacionalidad, es decir, ni acepta ni rechaza la idea propuesta por nosotros, la idea propuesta por la Comisión. Si la Constitución dijera que sólo los mexicanos por nacimiento podrían ser miembros del Ejército, la iniciativa presentada por el C. Trigo saldría sobrando; si la Constitución dijera que podían ser miembros del Ejército los mexicanos por nacionalización, nosotros, al pretender sostener esta teoría, estaríamos fuera de la Constitución; pero desde el momento en que la Ley Suprema no dice ni lo uno ni lo otro, creímos muy pertinente traer esta reglamentación a las leyes militares a efecto de que se reforme la forma antigua de organización en el Ejército y se le dé la que reclama nuestra naciente nacionalidad y que no es otra que poner al Ejército de tierra en consonancia con las condiciones del Ejército de mar. Así es como vemos que la Constitución, en su parte relativa dice:
"Para pertenecer a la marina nacional de guerra y desempeñar cualquier cargo o comisión en ella, se requiere ser mexicano por nacimiento. Esta misma calidad será indispensable en capitanes, pilotos, patrones y primeros maquinistas de los buques mercantes mexicanos, debiendo tenerla, además, los que compongan las dos terceras partes de la tripulación.
Ahora bien, ciudadanos diputados, la Comisión no se empeña en que a fuerza todo el personal del Ejército, desde el recluta hasta el general de graduación más alta, sean precisamente mexicanos por nacimiento, muy bien pueden hacerse exclusiones. El asunto está discutiéndose en lo general, y al entrar al debate en lo particular, al tratar artículo por artículo, cabrán todas las modificaciones que Vuestras Señorías juzguen pertinentes; pero la idea fundamental, la idea que nosotros sostenemos, es que el Ejército, ya sea en su composición de jefes y oficiales, únicamente esté representado por mexicanos de nacimiento, porque es natural suponer que sólo los mexicanos, que sólo los que han nacido en el territorio nacional, ya sea de padres mexicanos o extranjeros, sientan amor por la tierra donde han nacido; pero este sentimiento no pueden tenerlo nunca los extranjeros que han venido a nuestra tierra en son de aventureros, a enriquecerse.
Estos individuos jamás pueden apreciar ni sentir las necesidades de la Patria, a estos individuos no puede importarles el honor nacional, a estos individuos no puede importarles absolutamente nada la integridad de la Patria, y naturalmente que el extranjero que viene al país con el único deseo de enriquecerse, al ingresar a las filas del Ejército no será más que un aventurero, dispuesto a hacer dinero, sin fijarse en los medios y sin fijarse también que será uno de los principales elementos de discordia y prestigio para la misma institución, ya que lo único que le interesará será enriquecerse, sin fijarse en los medios y sin fijarse también en el prestigio nacional. La Constitución, en su parte relativa, no dice de ninguna manera que sea obligación del ciudadano mexicano pertenecer al Ejército Nacional; en cambio, sí dice de una manera bien precisa, que es obligación del mexicano, y aquí hay que hacer la diferencia, no es lo mismo ser mexicano, que ser ciudadano mexicano. Ser mexicano, tener condición de mexicano, es ser mexicano por nacimiento; ser ciudadano mexicano, es llenar todos los requisitos que fija la ley, aún siendo extranjero. Así, pues, hay una gran diferencia entre mexicano y ciudadano mexicano, y la Constitución dice, tratándose de los mexicanos, que
tienen obligación de alistarse y servir en la Guardia Nacional, conforme a la Ley Orgánica respectiva, para asegurar y defender la independencia, el territorio, el honor, los derechos e intereses de la Patria, así como la tranquilidad y el orden interior.
Naturalmente que esta obligación de todo mexicano, de alistarse en las Guardias Nacionales, no es la misma que la obligación de servir en las filas del Ejército. porque Ejército Nacional y Guardia Nacional, son dos instituciones enteramente distintas. El Ejército, propiamente hablando, es la institución federal, y Guardia Nacional, es la organización compuesta de todos los elementos de los Estados y, naturalmente, al mexicano únicamente debe corresponder como obligación, prestar sus servicios en cualquiera de los Estados donde se encuentre; pero el extranjero, o el hijo de extranjero no puede estar jamás dentro de esta consideración. Hay más, en la parte que corresponde a los ciudadanos mexicanos y donde sí ya están incluídos todos los extranjeros que llenan todos los requisitos necesarios para ser ciudadanos dentro de nuestro país, dice:
"Son prerrogativas del ciudadano - es decir, no obligación, la prerrogativa debe entenderse como una gracia, no como una obligación -.
"Son prerrogativas del ciudadano:
"IV. Tomar las armas en el Ejército o Guardia Nacional, para la defensa de la República y de sus instituciones, en los términos que prescriben las leyes."
Pero como ustedes ven, esto no es un mandato, es un precepto, no está en forma imperativa, es precepto, es, como lo dice, una simple prerrogativa, que es precisamente lo contrario de una obligación. Si la Constitución, pues, expresa de una manera terminante que no es obligación para los extranjeros, es decir, para los ciudadanos mexicanos alistarse en las filas del Ejército, ¿dónde está la incompatibilidad de la iniciativa sostenida por la Comisión y las teorías de los ciudadanos diputados que se oponen a ella? Es sencillamente una teoría verdaderamente absurda, está fuera del precepto constitucional. En cambio, se le concede al ciudadano mexicano, es decir, a los ciudadanos que han venido ya hombres a nuestra Patria, pero que tienen los requisitos para ser considerados como mexicanos, alistarse en la Guardia Nacional. Esto indica, pues, que si tienen obligación de alistarse en la Guardia Nacional, tienen únicamente como una gracia verdaderamente espontánea y voluntaria por parte de ellos, alistarse en el Ejército Federal. Está demostrado plenamente el punto constitucional. A los mexicanos en general se les obliga a que empuñen las armas, tanto en el Ejército, como en la Guardia Nacional; a los ciudadanos extranjeros que tienen en nuestro país la condición de ciudadanos mexicanos, tienen como prerrogativa, pero no como obligación, alistarse en el Ejército Nacional y, en cambio, sí tiene la obligación de alistarse en la Guardia Nacional que, como ya dije antes, no es lo mismo Guardia Nacional que Ejército Nacional.
Es cierto, ciudadanos diputados, que la Ordenanza General del Ejército, aun la más moderna que fue reformada en 1911, bajo el Gobierno del señor Madero, consigna que en uno de sus capítulos que para ser miembro del Ejército, para ser recluta, dice textualmente: "se necesita ser mexicano por nacimiento o por nacionalización;" pero desde el momento en que yo he demostrado de una manera palpable y evidente que la iniciativa presentada por el C. Trigo no pugna con la Constitución, venimos precisamente a pedir la aprobación de una legislación nueva que esté de acuerdo con las tendencias reformadas del espíritu actual, que esté de acuerdo con los sentimientos patrios, que esté de acuerdo con todos los ciudadanos que estén dispuestos a hacer de nuestra nación joven, una verdadera y perfecta nacionalidad.
Demostrado como está que la iniciativa no se opone a los preceptos constitucionales, único argumento que pudiera verdaderamente preocuparnos, pido a Vuestras Señorías que, haciendo obra de verdadero patriotismo, aceptemos esta iniciativa en lo general, y que al ser discutida en lo particular se le hagan todas las reformas que se crean pertinentes; pero que no abandonemos por un falso alarde de patriotería una idea verdaderamente noble y altamente conveniente para la institución militar del país.
El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. diputado Velásquez López.
El C. Velásquez López: Ciudadanos diputados: En esta Representación Nacional tenemos a un ciudadano diputado por el Estado de Chihuahua, que padece agudísima proyectomanía (risas), y que al traer a la consideración de vosotros sus descabellados proyectos de ley, haciendo yo una clasificación de ellos, he venido a dividirlos de esta manera: entre todos los que ha presentado hasta estos momentos, los hay regulares, malos y pésimos. Y entre los pésimos, ciudadanos diputados, está este proyecto que en estos momentos se debate. Este proyecto de ley no tan sólo ataca los principios generales de nuestra Carta Magna, sino que nosotros también, haciendo una excursión en el campo científico de la Historia, del Derecho y de la Filosofía, encontramos que este proyecto de ley es regresivo, estacionario y vulnera los sagrados principios de la fraternidad universal como consecuencia, como dice el licenciado Rodríguez, como una consecuencia de la unidad de la especie humana. Es indudable que este proyecto viola los más sagrados principios del justo gentium romano, porque para que nosotros pudiéramos aceptarlo como bueno o malo tendríamos que traer a colación cuando menos los sagrados principios del Derecho Internacional privado y ya veríamos que este proyecto de ley no tan solo ataca los principios generales de nuestra Carta Magna, sino viendo nosotros algunos otros principios de las diversas Cartas Magnas de los países más civilizados del mundo, vemos que ellos, fundándose en los principios sagrados del Derecho Internacional, han concedido a los extranjeros, mejor dicho, a los nacionales naturalizados, todos los derechos, obligaciones y prerrogativas que nuestra Ley Fundamental concede a esos extranjeros por naturalización. Indudablemente que los principios generales de nuestra Carta Magna se basa en la fraternidad universal, como dice el autor a que primeramente me he referido, que es de que para la legislación de los pueblos, sobre todo en tratándose en estos casos de
tan alta importancia, se rompen las fronteras y se abren las puertas de nuestra nacionalidad para todos aquellos que con sólo manifestarlo, ella tiende su túnica roja de la liberalidad para aceptarlos a todos dentro del seno de su nacionalidad. En el artículo 2o. de la Carta Magna de los Estados Unidos encontramos este párrafo, que a la letra dice:
"No podrá ser representante quien no haya cumplido 25 años de edad, siendo siete años ciudadanos de los Estados Unidos."
Ya vemos por este precepto que para llevar la delegación ante el Congreso de la Unión de los Estados Unidos, no tan sólo se necesita ser extranjero domiciliado en los Estados Unidos, sino que ella misma determina el tiempo que para ello es suficiente con el objeto de adquirirse la nacionalidad. El artículo 69, por ejemplo, de la Carta Fundamental de la República de Brasil, en su fracción VI, encontramos lo que sigue: Los extranjeros naturalizados de una manera diferente a las prescritas en el artículo anterior de esta Carta, dice que tienen derecho para desempeñar los cargos públicos, civiles y militares, los cuales son accesibles para todos los brasileños, etc. Vemos, pues, por este principio, que como todos los países han aceptado, mejor dicho, la calidad de nacional se adquiere de dos maneras, como es de principio general en derecho: primero, por naturalización, y segundo, por nacimiento. Y de esta manera lo determina también nuestra Constitución. En consecuencia, si aquí los oradores del pro de este proyecto de ley han venido a argumentar que son extranjeros, nos han dejado solamente comprender que se trata de extranjeros, pero no nos han dejado comprender que tan luego como se naturalizan llenando todas las formalidades de la ley, entonces dejan de ser extranjeros y pasan a la categoría de nacionales y tienen, por lo tanto, derecho para gozar de las prerrogativas y están obligados también a lo que las mismas leyes reglamentarias de los artículos constitucionales prescriben. El artículo 20 de la Constitución de la República Argentina, entre otras cosas, dice:
"Obtienen nacionalidad residiendo dos años continuos en la nación;"
Y tienen derecho a las mismas prerrogativas y están obligados a las propias condiciones que les exigen las leyes. El artículo 8o. de la Carta Fundamental de la República de Colombia, dice lo que sigue:
"Son nacionales colombianos: 3o. Por adopción: Los extranjeros que soliciten y obtengan carta de ciudadanía. Todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan, para defender la independencia nacional y las instituciones patrias."
El artículo 33 de la Carta Fundamental de la República del Perú dice así:
"Artículo 33. Los peruanos lo son por nacimiento o por naturalización."
Veamos, pues, que todos los países exigen para que se pueda tener la calidad de nacional, que ésta debe adquirirse, ya por naturalización, o ya por nacimiento. Por la naturalización ¿qué cosa es, señores? La naturalización no es más que el medio, no es más que la satisfacción de ciertas exigencias de las leyes fundamentales o leyes orgánicas para llegar a adquirir la nacionalidad, y la nacionalidad no es otra cosa sino entrar dentro de la familia de las nacionalidades; y más después, en sus artículos 35 y 36 dice:
"Artículo 35. Son peruanos: Los extranjeros mayores de 21 años residentes en el Perú que ejercen algún oficio, industria, etc.
"Artículo 36. Todo peruano está obligado a servir a la República con su persona y sus bienes, etc."
También, pues, aquí como acabamos de ver, se adquiere la calidad de la nacionalidad por los medios ya prescriptos en casi todas las naciones del mundo. El artículo 5o. de la Carta Fundamental de la República de Chile dice:
"Son chilenos:
"F. 3a. Los extranjeros que habiendo residido un año en la República declaren ante la Municipalidad del territorio en que residen su deseo de avecinarse en Chile y soliciten carta de ciudadanía."
Y cuando pasan ya de la calidad de ciudadanos que a determinada edad están obligados a los servicios y a las cargas del Estado, entonces es también cuando tienen esas prerrogativas y todas esas obligaciones. Por último, el artículo 6o. de la Carta Fundamental de la República de Guatemala dice a la letra:
"Son guatemaltecos naturalizados: 1o. Los hispano - americanos domiciliados en la República si no se reservan su nacionalidad. Los demás extranjeros que hayan sido naturalizados conforme a las leyes anteriores."
Aquí pues, por medio de la naturalización se adquiere la nacionalidad y basta con esto para adquirir todos los derechos y todas las obligaciones. Ahora bien, a reserva de pasar a ver si acaso este proyecto de ley vulnera o no los sagrados principios de nuestra Ley Fundamental, encontramos entre otras cosas el Código de Extranjería, lo siguiente en las relaciones sobre las leyes del Código de Extranjería hace el señor licenciado Rodríguez y que a la letra dicen: Suplico a la Presidencia indique a la Secretaría sirva leer. Aquí vamos a ver cuál ha sido el proceso que ha seguido nuestra legislación con el objeto de adquirirse la nacionalidad y con ello todas las prerrogativas de obligación que le sin adherentes.
- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:
"Establecido como precepto constitucional que todo extranjero puede naturalizarse, cumpliendo con los requisitos prevenidos en la Ley, fracción II del artículo 3o. de nuestra Constitución Política, que se expresa así: "Son mexicanos...II. Los extranjeros que se naturalicen conforme a las leyes de la Federación," era indispensable que nuestra Ley de Extranjería, viniera a reglamentar el precepto, declarando en su artículo 2o., que puede naturalizarse en la República, todo extranjero que cumpla con los requisitos establecidos en la misma ley. En esta virtud, todo extranjero puede hacerse mexicano sin excepción de nacionalidades, puesto tiene por base nuestras leyes, en dicha materia, el dogma de la fraternidad universal, como consecuencia de la unidad de la especie humana, sin tener en cuenta las diferencias, que han sido accidentales en el espacio, dado el primitivo origen del hombre. Nuestra República abre, por lo tanto, sus fronteras a todos los extranjeros y los proporciona los medios de naturalizarse, debiendo
llenar previamente determinadas formalidades que no son complicadas, y por tal motivo, pueden cumplirse con facilidad; de éstas nos ocuparemos después, porque es indispensable entrar antes en ciertas consideraciones de carácter general.
"La naturalización, es uno de los medios de adquirir la nacionalidad, puesto que hay otros que de pleno derecho, reconocen las legislaciones; su definición no puede ser más sencilla, pues aunque ha sido varia, siempre explica el mismo concepto. Unos expresan que la naturalización es la concesión de la nacionalidad, hecha discrecionalmente por un Estado al extranjero que solicita; otros, y ésta es la definición más concreta, expresan: "La naturalización, es la admisión de un extranjero en el número de los nacionales de un Estado," finalmente, Merlin, en la palabra naturalización, dice: "Es el acto por el cual un extranjero obtiene los mismos derechos y privilegios como si hubiera nacido francés;" pero es indudable que esta modalidad de la nacionalidad, es una de las conquistas más preciadas del Derecho Internacional de nuestra época, aunque en la práctica, las reglas establecidas en las Legislaciones, sean diferentes para llegar a obtenerla; sin embargo, la tendencia general se dirige a fundarla en la libre voluntad; en efecto, siendo una consecuencia del derecho de expatriación, se impone como principio fundamental, la libertad de opción. Cicerón, en la época de la República Romana había dicho ya: "Que nadie es ciudadano contra su voluntad."
El C. Velásquez López: Fijando, pues, nuestra atención en la definición que aquí se hace de lo que es la naturalización, la adquisición de la nacionalidad por los medios que prescriben las leyes, de tal manera que si un extranjero se naturaliza mexicano, no viene siendo otra cosa sino un simple mexicano, la ciudadanía se adquiere, indudablemente, por edad, y así, en nuestra Constitución vemos la obligación del ciudadano y la obligación del mexicano.
Pasando a lo que prescriben los artículos constitucionales de nuestra República, en su primero encontramos que dice así:
"Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece."
Y ahora bien, con este proyecto de ley presentado por el C. diputado Trigo, no encontramos otra cosa sino que vienen a restringirse hasta cierto punto las garantías individuales concedidas a todos los extranjeros, o a todos los mexicanos; aquí la Constitución no hace ninguna diferenciación de si sin mexicanos por naturalización o los son por nacimiento, y todas esas garantías las vemos en el curso de los derechos del hombre concedidas por todas las constituciones del mundo a todos los nacionales, desde el advenimiento de los derechos hombre por esa conmoción sagrada y sublime que se llamó la Revolución Francesa del 89. El artículo 14 de nuestra Carta Magna indica que a ninguna ley se dará efecto retroactivo en prejuicio de persona alguna. Aquí tenéis, pues, una de las garantías individuales que se encuentra restringida, se encuentra herida por el proyecto de ley que se ha sometido a vuestra consideración, y si la Constitución nuestra prescribe que no deben restringirse ni nulificarse las garantías individuales, ¿por qué nosotros vamos a apoyar tan paladinamente un proyecto de ley en el cual se vienen restringiendo los derechos adquiridos desde hace tiempo, pues quizá muchos de esos militares hoy en servicio del Ejército Nacional, vienen prestándolos desde 1910, y por lo tanto, si se suspenden todos los derechos que ellos tienen ya adquiridos no hacemos más que restringir y vulnerar el artículo 1o. de nuestra Carta Magna? El artículo 30 de nuestra Constitución, al hablar de los mexicanos dice:
"La calidad de mexicano se adquiere por nacimiento o por naturalización."
Y téngase en cuenta el argumento traído aquí para sostener este proyecto, de que nunca se ha querido hacer esa diferenciación o no se ha querido tomar en cuenta, de que la nacionalidad se adquiere por nacimiento o por naturalización y en el proyecto, al restringirse los derechos de todo extranjero que bien puede haber sido ya naturalizado o si no que lo será sin duda si acaso se le exige esto ya por nuestro gobierno o bien por las leyes especiales que al efecto se decreten, es incuestionable, entonces, que no podremos nosotros restringir esas prerrogativas y esos derechos que tienen adquiridos todos los extranjeros. Entre los mexicanos por naturalización encontramos como requisitos de nuestra ley lo que sigue en su fracción "(b) Los que hubiesen residido en el país cinco años consecutivos, tengan modo honesto de vivir y obtengan carta de naturalización de la citada Secretaría de Relaciones."
Así, pues, si esos extranjeros han cumplido con esta misma prescripción constitucional, es incuestionable que a nosotros no nos está permitido por ninguna ley que venga a restringir los sagrados principios de nuestra Constitución, restringir y vulnerar todos los derechos ya adquiridos. Al hablar de los extranjeros dice el artículo 33: "Son extranjeros los que no posean las calidades determinadas en el artículo 30."
Así, pues, si nosotros queremos que en el Ejército Nacional no presten sus servicios los extranjeros, ya sabemos de antemano que está esto prohibido por el artículo 33; pero al naturalizarse dejan de ser extranjeros y entonces tienen derecho a todas las prerrogativas que les otorga nuestra Constitución. Al hablar de los ciudadanos mexicanos dice que son prerrogativas del ciudadano - aquí ya entramos a suponernos nosotros que los que están prestando servicios en el Ejército Nacional son ciudadanos: - "Artículo 35. Son prerrogativas del ciudadano:
"IV. Tomar las armas en el Ejército o Guardia Nacional, para la defensa de la República y de sus instituciones, en los términos que prescriben las leyes."
"Artículo 36. Son obligaciones del ciudadano de la República:
"II. Alistarse en la Guardia Nacional."
Es muy cierto que la Guardia Nacional es una institución permanente formada por todos los ciudadanos de la República que están obligados a
prestar sus servicios en ella, tanto en época de paz como en época de guerra, cuando se necesiten los servicios militares de todos los ciudadanos. Es evidente que la Guardia Nacional, siendo una institución diferente al Ejército Nacional, tienen también todos, absolutamente todos, hasta los extranjeros, es decir, los que no conservan ni tienen todas las características ni las modalidades del mexicano por naturalización, tienen estas prerrogativas. Ahora bien, si el extranjero se naturaliza y cumple con todos los requisitos de nuestra ley, es incuestionable que nosotros no podremos entonces quitarles todas aquellas modalidades y todos aquellos derechos que tienen para aprovechar todas nuestras garantías individuales.
Ahora bien, en el artículo 89, el que habla sobre las prerrogativas y facultades exclusivas del Poder Ejecutivo, encontramos que tiene, entre otras, las que siguen:
"IV. Nombrar, con aprobación del Senado, los coroneles y demás oficiales del Ejército y Armada Nacional y los empleados superiores de Hacienda;
"V. Nombrar a los demás oficiales del Ejército y Armada Nacional, con arreglo a las leyes."
El proyecto de ley que ha sido sometido a vuestra consideración, en el caso remotísimo de que fuese aprobado por esta Representación Nacional, no viene también más que a cambiar, o a hacer, a obligar una de las reformas del artículo que da facultades exclusivas al Poder Ejecutivo, porque él es el que tiene esas facultades con los jefes que tienen un grado más elevado que coronel, con aprobación del Senado; y en aquellos grados que sean inferiores, solamente compete al Ejecutivo de la Nación hacer esos nombramientos. Si, pues, este proyecto de ley fuese aprobado, no viene también más que a obligar la reforma de ese artículo que prescribe todas las facultades que le corresponden al Poder Ejecutivo. Ya véis, pues, señores, que este proyecto de ley que yo desde mi curul me había permitido llamar absurdo, rompe con todos los sagrados principios del Derecho Internacional, porque viene a restringir entonces, entre las garantías y los derechos individuales del hombre, todos aquellos que les corresponden por naturalización a los extranjeros que hayan adquirido estas condiciones. Y es evidente que este proyecto de ley restringe y vulnera los principios de nuestra Constitución y ya vemos cómo del Derecho Internacional, cada día más fraternal, ya abriendo las puertas de todas las naciones para que éstas reciban y recojan las voluntades de todos aquellos hombres que quieran prestar sus servicios en el Ejército Nacional.
Yo pido, señores, que déis un voto reprobatorio a este dictamen porque rompe absolutamente con todos los principios y viene a vulnerar y a restringirlos en nuestra Constitución; y por el contrario siquiera haced por un momento una consideración acerca de todas aquellas altas personalidades de la historia mundial que han prestado sus servicios al lado de ejércitos extranjeros con el objeto de hacer triunfar las doctrinas y los principios de los pueblos que han prestado sus servicios y su contingente de sangre para hacer triunfar también las libertades públicas; si no, recordad a La Fayette que vino a prestar sus servicios en la guerra de independencia de los Estados Unidos de América, recordad a Garibaldi que fue a prestarlos cuando la guerra franco - alemana, recordad también al nieto de José Garibaldi que vino a prestarlos en nuestras filas revolucionarias en 1910 y por todas estas consideraciones recordad un momento, ya que en este proyecto se dice que se apruebe siquiera por un momento de sentimiento, recordad a esas altas personalidades del mundo que han prestado sus servicios y han ofrecido su contingente de sangre para ir a otros pueblos a hacer que conquisten sus sagradas libertades y para hacer, por medio de su sacrificio heroico, que siempre triunfen las libertades y los sagrados principios de los pueblos libres. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Ángeles Jenaro.
El C. Ángeles Jenaro: Señores representantes: Después de las discusiones que hemos oído a propósito del proyecto presentado por el señor diputado Trigo, casi muy poco tendré que agregar para robustecer todos aquellos argumentos que militan en pro de este dictamen.
No quiero colocarme desde el punto de vista jurídico, puesto que esto tocará a los señores jurisconsultos de la Cámara discutirlo. Acabamos de oír a un señor orador que ha aducido gran cantidad de razonamientos de índole jurídica, que ha procurado traer a esta honorable Asamblea el convencimiento de la necesidad que hay de que no sean admitidos en las filas del Ejército Nacional individuos que no tengan la calidad de mexicanos.
Yo quiero colocarme exclusivamente desde un punto de vista moral, por decirlo así, en lo que se relaciona esta alta institución Ejército. En mi concepto, señores, esta institución debe estar integrada por individuos que estén perfectamente compenetrados de todas nuestras necesidades, que sientan, como nosotros, todas las angustias y todos los dolores de una Patria cuando la vemos debatirse en medio de una angustia horrible, como es la de la guerra civil. En estas circunstancias, señores, creo yo que ninguno más apropiado para empuñar las armas, que exclusivamente el individuo que es mexicano, que siente la noción de Patria. No se venga a decir aquí, señores, que estos individuos vienen animados de los más altos ideales respecto del cariño de nuestra Patria; no se crea tampoco que al ocupar esta tribuna sea yo enemigo de la inmigración extranjera en nuestro país; por el contrario, debemos procurar que todos esos elementos de orden, elementos de progreso, vengan a prestarnos su ayuda poderosa; pero sí no dejo de reconocer, señores, que es de alta trascendencia y de alta importancia hacer hincapié en alguna cosa que es altamente importante: en la cuestión de la conveniencia personal. Acabamos de ver en esta guerra civil en que nos estamos debatiendo todavía, que multitud de extranjeros se lanzaron al combate, no por perseguir ideales, puesto que sé yo qué ideales pueden perseguir ellos respecto a la forma de Gobierno que nos rige; van animados exclusivamente, si no en su mayor parte, de ideales de conveniencia; no los llevan más que las miras enteramente personales, y así vemos que en el momento en que se empieza a cimentar la paz, los vemos a todos ellos disfrutando de sinecuras, los
vemos a todos ellos salir enriquecidos de las filas revolucionarias; y cuando tenemos multitud de ejemplos, y entre ellos numerosos militares que me escuchan aquí en la Cámara, que no tienen más patrimonio ni han alcanzado más ventaja de esta revuelta que el honor de haberse llamado revolucionarios; en estas condiciones, pues, señores, creo yo justo que haya una ley que tienda a cohibir, a limitar la ingerencia de un elemento extranjero en nuestros asuntos interiores; debemos procurar a todo trance evitar esa ingerencia, debemos fortalecer en nuestros conciudadanos el concepto del honor, el concepto de amor patrio, y eso sólo lo podemos sentir los mexicanos, exclusivamente los mexicanos, dígase lo que se dijere; yo no quiero desconocer los altos méritos de esos grandes patriotas que han combatido por nuestras libertades; la Historia les ha hecho justicia, y así tenemos grabados con letras de oro en ella el nombre de don Francisco Xavier Mina.
En los anales de la Historia, como lo acaba de decir el señor que me ha precedido en el uso de la palabra, encontramos a individuos que se han sacrificado por las libertades de la humanidad: La Fayette, entre ellos, Garibaldi, y algunos otros. Mucho honor para ellos, señores, pero hay que tener en cuenta que esos individuos que se han lanzado en pos de los ideales de la libertad, han ido a combatir a otros pueblos para conseguir la emancipación de ellos, han sacrificado muchos de ellos su vida, con tal de tener la satisfacción de llevar a la comunión universal de los hombres libres, a un pueblo que había hasta entonces estado subyugado, como pasó con los Estados Unidos y como pasó con nuestra Patria. Yo creo que será de alta enseñanza para nuestra nacionalidad, señores, el procurar a todo trance, que los individuos integrantes de nuestro Ejército sean mexicanos, excluir a los extranjeros; esto lo digo sin alardes de patrioterismo, lo digo porque es convicción íntima mía, salida del fondo de mi alma: si por alguna emergencia tuviera que tomar las armas para combatir por nuestras instituciones, por nuestras libertades, antes de soportar el acento de un extranjero que mal hable nuestro idioma, preferiría soportar el acento de nuestro coterráneo, el indito zacapoaxtla, dándome una orden para ir al combate. Yo creo que, en estas condiciones, todos nosotros debemos procurar meditar con un criterio sereno, con una rectitud de principios invariable y hacer a todo trance que en nuestro Ejército. cono en nuestra marina, sólo figuren elementos genuinamente mexicanos. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. diputado Andrade.
El C. Andrade: Ciudadanos diputados: Ya es realmente innecesario venir a hablar en contra de la ley y del dictamen que la apoya. Creo que el laborioso diputado Trigo, de muy buena fe y con fines loables, propuso la expedición de esta ley y que la Comisión la acogió de buena fe y hasta con un entusiasta sentimiento de patriotismo; pero nosotros incurriríamos en un error jurídico imperdonable en la Cámara, al venir a reformar la Constitución General de la República. por medio de una ley reglamentaria. El diputado Leal, en conceptos jurídicos precisos y contundentes, impugnó ya el dictamen; el diputado Franco, con lógica clarísima, también impugno el dictamen, convenciendo seguramente a la Asamblea; el diputado Velásquez López ha traído aquí al conocimiento de la Asamblea un caudal de doctrinas que fundan los argumentos de los diputados anteriores, y por eso dije que ya es inútil venir a impugnar la ley y el dictamen. Todo esto lo he oído, no obstante la tapazón timpánica, la otitis, o la inflamación de la trompa de Eustaquio, que padezco, según el decir del diputado Espinosa. (Risas.)
Los diputados que han venido a sostener la existencia de esta ley, dicen que nosotros proclamamos la existencia de extranjeros en el seno del Ejército Nacional. Se ha incurrido también en un error al venir a invocar este cargo a los que pugnamos por la no existencia de este proyecto de ley. El mismo proyecto de ley dice que para ser general, jefe, oficiales, clases o tropa del Ejército, será requisito preciso ser mexicano por nacimiento e hijo de padres mexicanos. En primer término, esto viene a destruir la existencia constitucional del artículo 32, que no prescribe este requisito para pertenecer al Ejército Nacional. Por lo que se refiere al Ejército de tierra tal parece - porque la ley se presta a interpretación -, que los mexicanos nacionalizados puedan pertenecer al Ejército de tierra. En lo que la Constitución ha sido más precisa y terminante, es al señalar los requisitos necesarios para pertenecer a la marina nacional; allí se exige que se sea mexicano por nacimiento; pero el proyecto de ley se avanza hasta el punto de crear el requisito de ser hijo de padres mexicanos; tendríamos que echar, por este error, del Ejército, a varios generales que han prestado sus servicios en la Revolución. Sólo conozco de vista al señor general Hay, hijo de irlandés y de irlandesa, esto es, ciudadano mexicano por nacimiento sin ser hijo de padres mexicanos, por más que, según las teorías jurídicas del señor Espinosa, no lo declararía, según la interpretación de la nueva Constitución, ni siquiera mexicano por nacimiento, por más que sí los es, puesto que nació y creció bajo la existencia de la Constitución de 57 y de la Ley Reglamentaria de las Extranjerías del 88, porque estos ciudadanos que nacieron entonces, cumplieron el requisito de aquella ley que prescribía que el ciudadano hijo de extranjeros nacido en territorio nacional, que al llegar a la mayor edad legal no expresaba dentro del año inmediato siguiente al cumplimiento de su mayor edad su expreso deseo de tomar la nacionalidad de su padre, tomaba entonces la nacionalidad de su nacimiento.
Ya se ha presentado la multitud de discusiones la filiación de la nacionalidad de los hijos de extranjeros nacidos en México y se les ha querido despojar de esa condición, aunque ya tenemos sentada jurisprudencia en el seno de la Cámara de Diputados en el caso del diputado, actual Oficial Mayor de Hacienda, del señor Madrazo, hijo de españoles que nació en México y llenó entonces, cuando cumplió la mayor edad, los requisitos de aquellas leyes y el señor Morantes, senador actual de la República. Esta es una digresión un poco inoportuna, pero que cabe, ya que el diputado Espinosa avanzó hasta el punto de despojar de su condición de mexicanos por nacimiento a los
ciudadanos que cumplieron con los requisitos establecidos por la Constitución del 57 y la ley reglamentaria respectiva del 88, porque no podían cumplir entonces con los requisitos de una Constitución, la de 1917, que estaba entonces en la mente del pueblo. Esta ley vendría a despojar de una prerrogativa constitucional a los ciudadanos mexicanos que no tuvieran la condición de hijos de padres mexicanos, y aun cuando algún abogado joven de la Cámara, inteligente por cierto, objetaba hace unos momentos que debía esperarse a llenar los requisitos de la ley reglamentaria, puesto que la fracción IV del artículo 35 dice:
"Artículo 35. Son prerrogativas del ciudadano:.................................
"IV. Tomar las armas en el Ejército o Guardia Nacional, para la defensa de la República y de sus instituciones, en los términos que prescriben las leyes".
Sí, porque cada ciudadano no podría tomar las armas por su propia cuenta sin que fuera llamado a alistarse en el ejército y sin llenar los requisitos y las determinaciones del Gobierno mismo. A propósito de los ciudadanos mexicanos por nacimiento a quienes esta ley quiere exigir el requisito de que sean hijos de padres mexicanos, tenemos actualmente al Gobernador del Estado de Hidalgo, general Flores, hijo de italiano y de una india otomí. A este ciudadano también se le objetó su condición de ciudadano mexicano; ya sabemos que no tiene la condición de hijo de padres mexicanos, pero sí se discutió si era ciudadano mexicano por nacimiento y se quiso entonces invalidarlo para que pudiera ser candidato al Gobierno de aquel Estado. Y esta ley vendría a echarlo del Ejército Nacional, porque en realidad no es hijo de padres mexicanos, pero sí es ciudadano mexicano por nacimiento en los mismos términos y por los mismos fundamentos legales que lo es el señor general Hay y el señor Madrazo y muchos otros servidores de la Administración Pública que nacieron de padres extranjeros, muchos de ellos de madres mexicanas, y que al llegar a la mayor edad no expresaron su deseo de tomar la nacionalidad de su padre sino que optaron por la nacionalidad de su nacimiento.
El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para una moción de orden. (Voces: ¡No, no!) Tengo derecho.
El C. Presidente: Se suplica al C. Espinosa se sirva decir qué artículo del Reglamento se está violando.
El C. Espinosa: Está discutiendo el C. Andrade Priego el asunto en lo particular y la discusión es en lo general. La Comisión dijo de una manera bien clara que está dispuesta a aceptar todas las modificaciones que la Asamblea tenga a bien indicar y que sólo se empeña en sostener el fondo de la iniciativa, es decir, la misma iniciativa en lo general y el C. Priego está discutiéndola en lo particular.
El C. Presidente: Manifiesto a Su Señoría que no se le concedió la palabra.
El C. Andrade Priego: Tomo muy en cuenta la observación del compañero Espinosa y por eso pido a la Comisión que ya no insista en su deseo de retirar el proyecto en lo general, porque la Asamblea deberá reprobarlo en lo general, y no por un espíritu de oposición de mi parte, sino porque para el caso de que fueren pertinentes las modificaciones que entraña el proyecto, ellas deberán presentarse con el aspecto y bajo la forma de una reforma a la Constitución y no bajo la forma y aspecto de una ley reglamentaria. Si la Comisión está conforme en que no exista el requisito de ser los miembros del ejército hijos de padres mexicanos, que es el fundamento principal de esta ley, ya no tiene razón de ser su existencia, porque los demás requisitos los previene la Constitución.
Por todo esto pido a la Asamblea que para no incurrir en un dislate parlamentario, repruebe la ley en lo general para entrar a discutir otros asuntos de mayor importancia. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el C. Trigo.
El C. Trigo: Ciudadanos diputados: Ante la muestra de desagrado de la Asamblea, deba manifestar que como al presentarse este proyecto de ley me ha guiado más que otra cosa el que creo interpretar fielmente los sentimientos de todos mis compañeros de armas, estoy dispuesto a apoyarlo aquí, puesto que es el sentir del Ejército Nacional y yo, como un miembro de ese Ejército, estoy en el deber de apoyar hasta el último extremo la proposición por mí presentada.
No voy a ocuparme de la peroración de mi compañero de diputación, el C. Velásquez López, porque como habrá visto la honorable Asamblea, Velásquez López no persiguió más que un solo fin: el ataque personal a mi (Murmullos.) a mí, a Trigo, que tiene motivos para no comulgar con las opiniones de él. Y como, por otra parte, a pesar de la erudición que ha llamado la atención al C. Andrade Priego, de que dio muestras el señor Velásquez López, lo conozco demasiado y sé que a pesar de que él lee, casi nunca se asimila nada de los que lee, sale sobrando que me tome yo la molestia de rebatir sus argumentos. Me ocuparé, por tanto, únicamente de las frases aquí vertidas por el C. Andrade Priego, queriendo demostrar la anticonstitucionalidad de esta ley.
El C. Andrade Priego, que dice que ha escuchado perfectamente bien a los oradores del pro y del contra, creo yo que ha hecho lo contrario: entenderlos bastante mal (Risas.) El C. Leal, que está aquí presente y que podrá decir si interpreto o no su manera de sentir, impugnaba el otro día el proyecto por esta razón: porque dice:
"Para ser general, jefe, oficial, clase o tropa del Ejército o Armada Nacional, será condición indispensable ser ciudadano mexicano por nacimiento, hijo de padres mexicanos, mayor de veinte años, y estar en pleno goce de los derechos de ciudadanía."
Desde luego el C. Leal estaba en lo justo, como lo reconocí aquel día, porque salía sobrando la fracción "ciudadano" desde el momento en que si se decía que era necesario ser ciudadano para ir al Ejército, ya entonces sí existía la pugna con la Constitución; pero como ya hice la declaración de que ese era un error de redacción, el C. Leal me dijo que retirada -o cuando menos así creí interpretarlo-, que retiraba la frase "ciudadano" desde luego había desaparecido esa pugna que él había creído encontrar. ¿No fue esta la manera de pensar de usted, C. Leal?
- C. Leal: En ese punto así lo manifesté.
El C. Trigo: Desde luego ve el C. Andrade Priego que no oyó como él creyó ni entendió tampoco la argumentación del C. Leal.
El C. Andrade: ¿Me permite una interpelación el compañero?
El C. Trigo: Con mucho gusto.
El C. Andrade: El señor diputado Leal tampoco estuvo conforme... (Campanilla.)
El C. Presidente: Se llama al orden al señor diputado Andrade Priego.
El C. Andrade: ¿Me concede usted la palabra?
El C. Presidente: La presidencia no puede conceder la palabra para interpelaciones, puesto que se ha sentado el precedente de que no se conceda la palabra a ningún ciudadano diputado sino hasta que termine de hablar el orador.
El C. Andrade: ¡Muy bien!
El C. Trigo, continuando: Desde luego yo, por lo que toca a la cuestión del sentimentalismo que es lo se que ha querido venir a explotar aquí, hago presente esto: todos mis respetos y toda mi estimación para los extranjeros que en los momentos de necesidad para nosotros vinieron a ayudarnos a conquistar la libertad que habíamos menester; pero de que yo sienta ese respeto, de que yo sienta esa estimación hacia esos extranjeros, no veo la razón de que esos extranjeros lleven sobre sí las insignias de un ejército que, por ser Ejército Mexicano, debe ser una institución netamente mexicana. Y ya que se habla de agradecimiento, que se habla de gratitud y que se habla de todas esas cosas, voy a presentar a la Asamblea el ejemplo más gallardo de hasta dónde debe procurarse en un país que el Ejército Nacional sea genuinamente nacional: Tenemos a Francia, madre intelectual de todos los países latinos, por la que sentimos verdadera admiración, por la que llevamos la misma sangre y somos de la misma raza de ella; en la misma Francia que admitió una "Legión Extranjera" que le ha prestado brillantes servicios, que desinteresadamente ha ido a combatir a los campos europeos y que un general, una de las glorias más legítimas de Francia, el general Petain, ha dicho estas palabras: "El regimiento de la "Legión Extranjera" es el primer regimiento de Francia;" y sin embargo de esto, señores, de todos aquellos extranjeros que han derramado su sangre en defensa de la libertad de Francia, de todos los extranjeros que han combatido bajo la gloriosa enseña francesa, de todos ellos no hay uno solo que tenga el orgullo, que tenga el honor, a pesar de haber expuesto su vida, de haberla arrostrado en cien combates, no tiene el honor, ninguno, de pertenecer al Ejército Nacional francés. En Francia existe la "Legión Extranjera" en la que están agrupados todos los individuos de distintas nacionalidades, a quienes su simpatía a Francia llevó a combatir a los campos de Europa, y tienen condiciones semejantes a las del Ejército, pero en ningún caso constituyen el Ejército Nacional francés. Y la prueba más evidente de esto es que un regimiento de la "Legión Extranjera" está mandado por un coronel francés; ni siquiera el jefe supremo de esa Legión es extranjero. ¿Por qué, señores, si Francia está obligada, como lo ha reconocido por boca de todos sus altos mandatarios hacia esos extranjeros que desinteresadamente fueron a derramar su sangre y a exponer su vida por la libertad de Francia, por que razón, repito, en ese gran país, en ese noble país no se reconoce a los extranjeros el derecho de militar en las filas de su ejército, y en México porque sí?, por que debemos seguir la teoría amplísima de que todo lo extranjero debe ser nuestro, ¿vamos a llevarlos al ejército? No veo ninguna razón y eso es bajo el lado del sentimentalismo que aquí se ha querido explotar; bajo el punto de vista jurídico estimo yo que anticonstitucional es todo lo que está en pugna con la Constitución. Desde luego tenemos que el artículo 32 de la Constitución nos dice:
"Artículo 32. Los mexicanos serán preferidos a los extranjeros, en igualdad de circunstancias, para toda clase de concesiones y para todos los empleos, cargos o comisiones del Gobierno en que no sea indispensable la calidad de ciudadano. En tiempo de paz ningún extranjero pondrá servir en el Ejército ni en las fuerzas de policía o seguridad pública.
"Para pertenecer a la marina nacional de guerra y desempeñar cualquier cargo o comisión en ella, se requiere se mexicano por nacimiento. Esta misma calidad será indispensable en capitanes, pilotos, patrones y primeros maquinistas de los buques mercantes mexicanos, debiendo tenerla, además, los que compongan las dos terceras partes de la tripulación."
La marina, C. Andrade Priego, la marina de guerra es un componente de la fuerza militar de un país; desde luego ¿cuál cree usted que haya sido el espíritu de los Constituyentes al exigir al marino, que es tan militar, que es tan soldado como el soldado del Ejército de tierra, al exigir a uno que sea mexicano por nacimiento y al otro que no lo sea?
El C. Andrade: ¿Puedo responder, señor?
El C. Trigo, continuando: Desde luego se ve que el espíritu de nuestra Constitución ha sido el mismo que me guió en mi proyecto para conseguir llevar al Ejército Mexicano a individuos que tengan la misma comunión de ideas, a los individuos que, como nosotros sienten verdaderamente el honor de la patría íntimamente ligado al honor personal de nosotros, porque por mucho que usted me diga, señor Andrade Priego, por mucho que un extraño nos quiera, al desear su nacionalización, al decir que siente cariño a México, no lo puede querer como usted y como los que hemos nacido en su suelo; eso por mucho que usted me diga. Yo reconozco que pueda haber uno que otro desinteresado, que puede haber uno que otro que tenga amor a México, pero usted supone que todos los extranjeros deben querer a México y preocuparse tanto por las libertades de México como los mexicanos. Esto de ninguna manera; quien piense así tiene un concepto muy pobre del espíritu patrio y del patriotismo de los mexicanos. Se ha traído aquí a colación que en los Estados Unidos de Norte América, y para el efecto el señor Velásquez López nos leyó algo relativo a la Constitución de Norte América, admiten en sus filas a extranjeros. El otro día hablaba yo del gran poder de atracción que tiene la República del Norte y que México no puede tener, cuando menos en muchos años, porque sus condiciones de vida son completamente distintas, porque las condiciones de nuestro Ejército son completamente distintas a las del Ejército norteamericano; el
componente mismo de nuestro pueblo es completamente opuesto al componente del pueblo norteamericano. Por lo tanto, no puede asemejarse, aunque se quiera, aunque se pretenda, aunque se coja de los cabellos la oportunidad, a nuestro pueblo, a nuestro ejército con el pueblo norteamericano. Desde luego se ha incurrido en un error y el señor Andrade fue uno de los que incurrieron grandemente en él: en que a discusión esta ley en lo general, ha empezado por atacarla en lo particular. Yo reconozco que efectivamente fui demasiado lejos en la ley, y el señor Andrade Priego me ha hecho justicia al considerar que ha sido por un espíritu muy noble y muy loable y, sobre todo, lo repito, porque creo interpretar el sentimiento de todos mis compañeros de armas. Efectivamente, no veo el por qué, -ya en un orden de cosas en que se coloca el señor Andrade Priego-, excluir a los mexicanos por nacimiento, hijos de padres mexicanos, de servir al Ejército. Hasta allí estoy de acuerdo; acepto que reforme en ese sentido, en lo particular, para agregar que se excluya a la clase de tropa, que se deje a generales, jefes y oficiales. Igualmente acepto la creación de la "Legión Extranjera," ya que se quiere ser grato hasta el último de los extremos con los extranjeros que militaron en nuestras filas y que han contribuído con sus esfuerzos a la obtención de nuestras libertades, aunque de los extranjeros que hay en las filas, un número reducidísimo por cierto es el que se ha preocupado de tan altas miras al ir a nuestro Ejército Nacional. Conforme con todas estas reformas; pero presumir por este solo hecho que porque se ha atacado en lo particular este decreto debe ser necesariamente desechado en lo general, señores diputados, es algo que no concibo, porque hay que tener en cuenta que en el Ejército actual militan más de sesenta o setenta mil mexicanos, que tenemos obligación de escuchar su voz, y que, repito, el sentir de los generales, jefes y oficiales y aun de la misma tropa de nuestro ejército, desea que en el Ejército Nacional haya mexicanos, no extranjeros, como en la actualidad sucede. Desde luego y por lo que toca al lado jurídico de la cuestión, no veo esa inconstitucionalidad de que nos habla el C. Andrade Priego, por una razón muy sencilla: porque la Constitución nuestra no prevé el caso, es decir, no prohibe expresamente que no deben ser mexicanos por nacimiento los individuos que deban servir en las filas del Ejército Nacional, y sino hay la prevención constitucional expresa y si no existe en ella la texativa, no veo por qué pueda haber pugna en una ley que no contradice absolutamente en particular la Constitución y en que se sienta el mismo espíritu que ya ha informado el artículo 32 de la Constitución.
Si en la Armada Nacional queremos mexicanos por nacimiento, no veo yo la razón de por qué en el Ejército Nacional no hemos de querer igualmente mexicanos por nacimiento. En buena hora que se circunscriba y que se retire del proyecto de ley por mí presentado la exigencia de que sea hijo de padres mexicanos, aun cuando también sobre esto podría decirse mucho, porque, lo repito, con datos estadísticos tendríamos una prueba de que hay más del ochenta por ciento de individuos mexicanos por nacimiento, hijos de padres extranjeros, que al llegar a la mayor edad siguen la nacionalidad del padre generalmente. Indudablemente que hay excepciones, indudablemente también que al seguir la nacionalidad del padre dejan de ser mexicanos, estoy de acuerdo en eso, puesto que desde luego acepto que se haga la reforma en el sentido de que se exija solamente que sea mexicano por nacimiento. Yo me permito suplicar, ya que no quiero ser demasiado extenso en este asunto para no fatigar a la honorable Asamblea, que antes de emitir su voto para rechazar en lo general esta ley, se sirva pensar en que si en realidad de verdad a la Cámara hemos traído un alto espíritu de nacionalismo, debemos empezar porque ese espíritu nacional se implante, primero que en ninguna parte, nuestra institución Ejército. Bien es cierto, como alguien me decía en días pasados, que en la actualidad propiamente el Ejército Nacional no existe. Quiero llegar hasta allá, ¿pero de ésto debemos de sacar la deducción de que en México jamás vamos a tener un Ejército Nacional? ¿Qué queremos demostrar al mundo que en México sobran energías en sus hijos para servir en las filas y para tomar una carabina cuando se hace necesario? Acepto igualmente que se traigan instructores extranjeros cuando ellos hagan falta; de acuerdo completamente, pero no por eso, señores, queráis necesariamente que sobre cada oficial y por sobre cada jefe mexicano que más que nadie, dígase cuanto se dijere, tiene el deber de sentir íntimamente vinculado el honor de su país con el suyo propio, esté un jefe superior extranjero que, por mucho que se haya nacionalizado y por mucho que quiera a México, es prácticamente imposible que pueda sentir ese cariño y ese amor hacia nuestra Patria que puede sentir todo mexicanos.
Por lo tanto, ciudadanos diputados, yo ruego que al votar tengáis en cuenta que esta es la primera piedra que se sienta en el edificio del nacionalismo para empezar a arraigar en nuestro medio un ejército decoroso, un ejército digno en que matemos por siempre el filibusterismo, en que echemos por tierra eternamente a los ciudadanos que vienen a prestar sus servicios en las filas del Ejército Nacional, no con las miras altísimas de un Francisco Javier Mina y otros, sino únicamente a convertirse en soldados de fortuna, a enriquecerse, a violar, a despojar, a cometer un sin fin de atentados que al fin y al cabo no caen sobre el extranjero que los comete, sino los individuos que llevan insignias de un ejército que tiene el derecho de ser respetado y de considerarse como una institución fuerte y respetable. A este respecto me permito, para que sirva al mismo tiempo para ilustrar el criterio de la Asamblea, suplicar al C. Valladares informe después que yo termine, ya que la Presidencia sigue el concepto de que no deben hacerse interpelaciones para no interrumpir al orador, cuál ha sido la labor de un señor militar extranjero que presta sus servicios en nuestras filas actualmente en el país, para que se vea a lo que estamos dando márgen al permitir la entrada a individuos extraños a nuestro país y que es imposible que sientan, como nosotros, la necesidad de nuestro mejoramiento social. (Aplausos.)
El C. Valladares: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Marciano González.
El C. Valladares: Tengo derecho a hacer la aclaración; de contestar la interpelación que hace el C. diputado Trigo.
El C. Presidente: Para aclaraciones pueden hablar los ciudadanos diputados después de que termine la discusión.
El C. Valladares: Se trata de una interpelación, señor Presidente. (Voces: ¡Tiene derecho a hablar!)
El C. Presidente: Voy a inscribir al C. Valladares para que haga aclaraciones después de que termine la discusión. (Voces: ¡No, no! ¡Tiene derecho a hablar desde luego!)
El C. Andrade: ¡Señor Presidente...!
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Valladares.
El C. Valladares: Efectivamente, señores diputados, una región de mi distrito ha tenido la desgracia de soportar las consecuencias de que nuestra Constitución no se establezca que los extranjeros que vienen a nacionalizar en nuestro país, no puedan prestar sus servicios en el Ejército Nacional. El teniente coronel Armando Sosa Jurado, de las fuerzas del C. general Heriberto Jara...
El C. Quiroga: ¡Es improvisado!
El C. Valladares: ...¡Supongamos! Goza de ese grado y con él ha ido a esa región de mi Estado; es de origen cubano y es el tipo por excelencia del filibustero... (Voces: ¡Es cierto!) ¿Qué interés puede sentir ese individuo por las ideas de la Revolución y por el pueblo mismo? Se ve claramente que no leguía otro objeto que el de enriquecerse; y aquí tengo precisamente documentos recibidos ayer en que se me pide que influya para que se paguen los vales de una manera atentatoria y sin ninguna autorización ha expedido ese teniente coronel al comercio de la localidad. La rica zona de Pluma Hidalgo, productora de café, ha sido declarada por él, a su antojo, zona rebelde, con el objeto exclusivo de saquearla y de apropiarse de todo lo que encontrara. Ya se ve, pues, que esos extranjeros que se nacionalizan no pueden tener interés alguno; no tienen en su mayoría el vínculo del idioma, de las costumbres y de los afectos, que es lo que constituye la verdadera nacionalidad. Yo desearía muy sinceramente que, ya fuera reformando la Constitución o estableciéndose en el reglamento respectivo, se prohibiera a los extranjeros que adopten nuestra nacionalidad, prestar sus servicios en el Ejército Mexicano. Para terminar debo decir a ustedes, y esto es muy importante porque tengo que hacer un elogio al señor general de división J. Agustín Castro, ante quien expuse todas las quejas recibidas de mis comitentes y quien haciendo honor a su manera de ser y a sus principios revolucionarios, ha sacado de allí a ese individuos que actualmente se encuentra en Veracruz a disposición de las autoridades competentes; las excepciones en extranjeros que prestan sus servicios eminentes a otros países son muy contadas, señores; son únicos los Garibaldi, los Bolívar y los Mina, pero en cambio tenemos un número muy respetable de Sosa Jurados.
Presidencia del C. BLANCARTE RAMÓN
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Marciano González.
El C. González Marciano: La idea del diputado Trigo cabalga sobre su espíritu lleno de sentimentalismo y verdadero ideal patriótico; pero aquí en nuestro medio donde, sobre todo en la actualidad, nada justifica ese sentimentalismo supuesto que pugna con la conducta observada por los extranjeros que prestaron sus servicios en las filas revolucionarias, es preciso que sucintamente vayamos nosotros espulgando nuestro Ejército, pero que no por aceptar una ley general vayamos a hacer efectiva una retroactividad de la ley, que desdice mucho del criterio de una Asamblea legislativa. (Voces: ¡Muy bien!)
Ya no hay para qué sacar a colación el propósito, el empeño puesto en su esfuerzo por Mina, por Garibaldi y por el ciudadano de todas las Repúblicas: Simón Bolívar; ya no hay para qué sacarlo a cuento. Desgraciadamente en nuestro medio, con excepción del nombre de Francisco Javier Mina, no tenemos otro que colocar sobre el tope de nuestra bandera como emblema de puritanismo, honradez y de amor a la libertad; y ese hombre que tuvo para la libertad un concepto amplísimo y que lo tuvo para la razón, que no es abstracta, ha podido sobrevivir por encima de los tiempos y de las generaciones como un recuerdo venerado que entraña y fortalece nuestras simpatías para los buenos españoles que continúan viviendo en el recuerdo de los mexicanos. Pero ya, desgraciadamente, aquellos tiempos pasaron. Veníamos en contra de la iniciativa del C. diputado Trigo; pero él nos ha puesto fuera de la barrera; ha levantado un dique y ese dique debe satisfacernos: pide a la Representación Nacional que exista en nuestro Ejército, a semejanza de lo que hay en el Ejército francés, la "Legión Extranjera." ¿Y qué más pueden pedir los nuestros y los extraños, los nuestros a quienes la Patria exige el sacrificio cruento de su vida, y los extranjeros que deben sentirse orgullosos de que haya pechos mexicanos que se sientan obligados a ellos por gratitud, y que vayan después a apreciar en su legendario heroísmo de europeos o norteamericanos esa gratitud del pueblo nuestro? Eso es todo. García Calderón, ese poeta que prístinamente ha escrito de todos los esfuerzos que sacrificó su vida precisamente en defensa de la heroica Francia, no legó a sus hijos otra historia que la historia escrita allí, burilada con su sangre. Y si están debidamente retribuídos los esfuerzos de los extranjeros con que sus nombres figuren en la "Legión Extranjera" de México, nosotros debemos apegarnos a ello, que quizá sea el único medio de que podamos disponer para hacer que desaparezca tanto filibustero, que si tienen nuestra gratitud, también tienen la condenación del pueblo, porque ha sufrido sus atropellos. Constitucionalmente la Comisión pide adaptar su idea, ha solicitado permiso para retirar este dictamen y modificarlo en este sentido, y no explico por qué la Asamblea se ha mostrado rehacia o, mejor dicho, ha negado su permiso. Yo ruego a
ustedes que tomen en cuenta, no las razones mías, que tomen en consideración que el propósito del diputado Trigo en un principio no llenaba las aspiraciones de nosotros, nos colocaba dentro de una censura acre, que desdecía de nuestra gratitud para aquellos que habían prestado sus servicios en el Ejército revolucionario; pero si él enmienda su propósito, si la Comisión misma está de acuerdo con él y unos y otros se proponen, no lesionar los intereses adquiridos y no menoscabar tampoco la gratitud nacional para los que se han sacrificado, para los que han sacrificado sus esfuerzos en aras de un ideal, yo pido a ustedes que permitan se retire este dictamen para que se modifique en el sentido que nosotros lo deseamos: que los extranjeros pasen a la "Legión Extranjera," aquellos que hayan prestado sus servicios. La retroactividad de la ley será motivo de consideraciones por parte de los abogados; pero si exigimos en la Armada Nacional sean mexicanos los que presten sus servicios, yo creo que en condiciones idénticas debemos de aceptar que figuren en el Ejército. El diputado Trigo, lo mismo que la Comisión, estoy seguro, insistirán en retirar ese dictamen para modificarlo de tal manera que cada uno de nosotros quede satisfecho y no se menoscabe el criterio que hasta hoy tenemos en concepto de algunos; de ser justicieros y de ser agradecidos. (Voces: ¡A votar, a votar!)
El C. Avellaneda: Para una aclaración, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Avellaneda: Deseo hacer constar, especialmente a los señores Trigo y González, que en tratándose de la libertad de Francia, que en tratándose de nuestra madre Francia, que es nuestra madre en ideales y a quien amamos, allá no hay de hecho "Legión Extranjera;" todos los que fueron allá a formar esa "Legión Extranjera" son los hijos espirituales de esa Francia querida; allá, de hecho, no hay extranjeros, si se tratara de la libertad de Francia o de la existencia de sus principios, que son los nuestros, esa legión no es en realidad extranjera, sino que es netamente francesa, es de alma francesa; pero aquí en México un Ejército formado por aventureros, por sinvergüenzas, no sería nada comparable a esa grandeza de una "Legión Extranjera."
El C. González Marciano: Pido la palabra para una aclaración. (Voces: ¡A votar!)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. González.
El C. González: El diputado Avellaneda entró en consideraciones generales que es preciso aclarar. Habló aquí de que los que han ido ha sacrificarse por Francia lo han hecho por la madre propia; pero eso no quiere decir que no exista en el Ejército francés la "Legión Extranjera." Dentro de ese espiritualismo en que el C. Avellaneda quiere flotar, es preciso que convenga en que no tiene razón. Si en nuestro Ejército existen muchos filibusteros, sólo es culpa de nuestros jefes que no han sabido mantener la disciplina que exigen a los nacionales. (Aplausos.) Ahora, después de que esos infelices sufrieron con nosotros abandonando a sus familias, que muchos las tenían, ahora queremos aventarlos a empellones, porque ya su esfuerzo y su contingente no es necesario. ¡Esto no es humano, ni es honrado! (Aplausos.) Yo no exijo que les abramos las puertas para que vengan en turba, como manada de lobos hambrientos, a devorar nuestras riquezas y violar la honra de la República; no, yo exijo a los que son la salvaguardia de decoro nacional, a los jefes del Ejército, que mantengan su disciplina, sin importar que vuelvan, para vergüenza o para oprobio nuestro, a flagelar las espaldas de los juanes, si esos juanes son extranjeros sin decoro y sin honor. Pero querer que cuando aplicamos ese concepto extensísimo de la "Legión Extranjera" se revuelvan extranjeros de buena fe, como hay muchos en nuestro Ejército, que han perdido a sus hermanos o a miembros de su familia en este esfuerzo titánico de la República, y elementos perniciosos; querer que apliquemos ese concepto general sin respeto para los buenos, los leales y los honrados, eso no es de hombres cultos, ni de un país civilizado. Si la Nación Mexicana no debe agradecer los esfuerzos de esos extranjeros, entonces los jefes, conscientes en absoluto de su deber, no debieron admitir en el Ejército a tales individuos. Esta es la historia de todos los pueblos, es legendaria; la ingratitud humana ha existido y existirá siempre en tanto que existan los hombres. Ahora ya no nos sirven, ahora encontramos todas las llagas de ellos, ahora es mefítico el olor que se desprende de su organismo; pero ayer, ayer eran nuestro compañeros, aquellos que se tiraban en el sarape en que nos dormíamos, eran los que velaban mientras nosotros departíamos con la familia y con el amigo. Eso, señores, es injusto; pero ya que se pretende que se nacionalice nuestro Ejército, hagámoslo, pero respetemos los derechos adquiridos y, más que los derechos adquiridos, respetemos nuestra Constitución, que es la sabia vivificante de un organismo que todos querríamos ver siempre fuerte y siempre enaltecedor. Repito, señores, yo difiero del parecer del compañero Avellaneda; sí existe la "Legión Extranjera" en Francia, sí existe y debe existir en otros países tan cultos como aquél, y yo no veo el motivo, señores, para que ya que pretendemos, ya que es necesario que se establezca en nuestro medio, en nuestro Ejército, la "Legión Extranjera," no abramos así, discretamente, no con estrépito, una puerta y que sea puerta de honor por donde salgan con toda dignidad y con toda la gratitud nacional los extranjeros que han servido en nuestro Ejército. ¡Loor para aquellos extranjeros que sin amor a la patria, pero con los principios sublimes del derecho y de la justicia, vinieron aquí, porque la razón y la libertad en todos los pueblos de la tierra son iguales! ¡No existen para ellos nacionalidades, porque la nacionalidad del derecho y de la justicia, en el cielo, en la tierra y en todas partes es la misma! (Aplausos. Voces: ¡ A votar, a votar !)
El C. Avellaneda: Pido la palabra para una aclaración. (Voces: ¡A votar, a votar!)
El C. Secretario Soto: Habiendo hablado ya todos los oradores inscriptos, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido este proyecto. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. De conformidad con el artículo 114 del Reglamento, se va a preguntar, en votación nominal, si ha lugar a no a votar en lo general en su totalidad el proyecto de ley. Por la afirmativa.
El C. Prosecretario Morales Sánchez: Por la negativa.
(Se procedió a recoger la votación.)
El C. Secretario Soto: Votaron por la afirmativa 95 ciudadanos diputados.
El C. Prosecretario Morales Sánchez: Votaron por la negativa 59 ciudadanos diputados.
El C. Secretario Soto: Aprobado en lo general el proyecto de ley.
El C. Presidente: Se cita a sesión para las cuatro de la tarde, para desarrollar la orden del día a que se va a dar lectura.
- El mismo C. Secretario: Orden del día 17 de diciembre, a las cuatro de la tarde:
Continúa a discusión el Presupuesto de Egresos para 1919, Ramos 1o. y 12.
El C. Presidente: Se cita para las cuatro de la tarde. Se levanta la sesión. (1.30 p. m.)
Presidencia del C. BLANCARTE RAMÓN
(Asistencia de 140 ciudadanos diputados.)
El C. Presidente, a las 4.21 p. m.: se reanuda la sesión. (Campanilla.) Encontrándose a las puertas del salón el C. Margarito Sánchez, suplente del C. Francisco Medina, se nombra a los CC. diputados Pastrana Jaimes, Quiroga y Secretario Pesqueira, para que se sirvan introducirlo al salón a que rinda la protesta de ley.
(El C. Sánchez Margarito rindió la protesta de ley como diputado suplente por el 1er. Distrito Electoral de Guanajuato.)
- El C. Secretario Pesqueira, leyendo:
"Secretaría de Hacienda y Crédito Público.- Departamento de Bienes Nacionales.- Mesa 4a.- Expendiente 129.
"Con motivo de estarse llevando a cabo por las fuerzas del Gobierno Federal la recuperación del Estado de Morelos, y existiendo el propósito de establecer todos los servicios públicos, se hace indispensable instalar en esa Entidad una Jefatura de Hacienda, que se encargue de concentrar y distribuir los fondos indispensables para atender dichos servicios, principalmente los destinados al pago de haberes de las tropas y demás gastos que demanda la pacificación.
"Como en el Proyecto del Presupuesto del Ramo de Hacienda y Crédito Público para el año fiscal 1919, no se consideró en la parte relativa a las Jefaturas de Hacienda, la que será establecida en el referido Estado, esta Secretará suplica atentamente, por el digno conducto de ustedes, a esa honorable Cámara, que, si lo estima conveniente, se sirva considerar las partidas respectivas aumentadas, sobre lo que comprenden en el mencionado proyecto, con el personal y gastos que en seguida se expresan y que corresponden a una Jefatura de tercera clase, que será la que se establezca en el Estado de Morelos:
"Partidas: Aumento:
"5,204. Un jefe de tercera.
"5,208. Un contador de tercera.
"5,214. Un oficial de tercera.
"5,215. Un oficial de cuarta.
"5,217. Un escribiente de primera.
"5,219. Un escribiente de segunda.
"5,221. Un conserje.
"5,222. Un mozo.
"5,223. Gastos de oficio, $30.00 mensuales.
"Reitero a ustedes mi atenta y distinguida consideración.
"Constitución y Reformas.- México, 14 de diciembre de 1918.- El Subsecretario Encargado del Despacho, R. Nieto.- A los ciudadanos Secretarios de la honorable Cámara de Diputados.- Presente.
"- Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"A los ciudadanos Secretarios de la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión.- México, D. F.- Número 1,053.
"Tenemos el honor de participar a ustedes que, de acuerdo con la Constitución Política de este Estado, esta honorable Cámara clausuró con fecha de hoy el segundo y último período de sus sesiones ordinarias, quedando en sus funciones la Diputación Permanente.
"Protestamos a ustedes nuestra atenta y distinguida consideración.
"Constitución y Reformas. - Campeche, a 30 de noviembre de 1918 .- Rafael Velasco, D. S. - P. E. Sotelo, D. S." - De enterado.
"José del C. Campos, Secretario de la Diputación Permanente del honorable Congreso del Estado, participa a usted con sentimiento, que ayer, a las 8.15 p. m., falleció en esta ciudad el C. profesor Benjamín Negroe G., Presidente de la misma y diputado propietario por el 2o. Distrito Electoral del Municipio del Carmen.
"Campeche, diciembre 10 de 1918." - De enterado con sentimiento.
- El C. Secretario, leyendo:
"2a. Comisión de Puntos Constitucionales.
"Señor:
"A esta 2a. Comisión de Puntos Constitucionales fue turnada la solicitud que hace el C. don Venustiano Carranza, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, pidiendo al honorable Congreso de la Unión autorización para poder aceptar y usar, sin menoscabo de su calidad de ciudadano mexicano, una medalla de primera clase que, como un homenaje de reconocimiento a las naciones amigas por el envío de Embajadas y Delegaciones Especiales, con motivo de la transmisión del mando supremo en la República de Bolivia el año próximo pasado, tuvo a bien concederle el Gobierno de esta nación.
"La Comisión estima que para usar esta clase
de condecoraciones es necesario, de conformidad con la fracción II del artículo 37 de la Constitución, pedir previamente permiso al Congreso Federal, para no perder la calidad de ciudadano mexicano, y estando de acuerdo con este criterio la solicitud de ciudadano Presidente de la República, como se sirve manifestarlo en su ocurso de fecha 9 de diciembre 1918, la Comisión no encuentra ningún inconveniente en que el honorable Congreso conceda el permiso solicitado y, en tal concepto, somete a la consideración de la honorable Asamblea, el siguiente proyecto de ley:
"Artículo único. Se concede permiso al C. Presidente Constitucional de los Estado Unidos Mexicanos, don Venustiano Carranza, para que, sin menoscabo de sus derechos de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la medalla de primera clase que le confirió el Gobierno de República de Bolivia."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, 14 de diciembre de 1918. - Emilio Araujo. - O'Fárril.- E. Arrioja Izunza." - Primera lectura.
- El mismo C. Secretario, leyendo:
"Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - Estados Unidos
Mexicanos. - Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"Honorable Asamblea:
"La Comisión de Presupuestos y Cuenta tiene el honor de poner a vuestra consideración, las siguientes partidas, reformadas en el sentido de la discusión y correspondientes al Presupuesto de Egresos del Ramo Primero.
"SECCIÓN III
"Taquigrafía Parlamentaria
"Partida número 20. Seis taquígrafos primeros,
a $4,380.00. $26,280.00
"Partida número 21. Seis taquígrafos segundos,
a $3,650.00. $21,900.00
"SECCIÓN IV
"Taquigrafía Parlamentaria
"Partida número 52. Dos taquígrafos primeros,
a $3,650.00 $ 7,300.00
"Partida número 53. Cuatro taquígrafos segundos,
a $3,285.00 $13,140.00
"SECCIÓN V
"Servidumbre
"Partida número 76. Diez mozos,
a $ 912.50 9,125.00
"GASTOS
"Partida número 81. Para gastos,
renta del local y traslación de archivo. $ 11,000.00
"Partida número 82. Para uniformes
de la servidumbre. $ 750.00
"Salón de Comisiones de la honorable Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, a 17 de diciembre de 1918. - A. Rodríguez. - Candelario Garza. - José Castillo Torre. - E. Soto P."
Está a discusión.
El C. Presidente: Ha sido apartada la partida número 81 por el C. Casas Alatriste. Tiene la palabra el C. Casas Alatriste.
El C. Casas Alatriste: Ayer esta honorable Cámara se sirvió votar en contra la partida que por $16,000.00 se solicitaba para la Contaduría Mayor de Hacienda, que abarcaba los gastos de renta de local, traslación de archivo y gastos imprevistos para la Contaduría Mayor de Hacienda. El motivo principal o, más bien dicho, el gasto más importante que se pensaba hacer con cargo a esta partida era la dotación de máquinas sumadoras y calculadoras para esa oficina, que son indispensables y han sido ya adoptadas en todas las oficinas de importancia del mundo, en que se tiene que hacer constantemente una labor de sumas y operaciones aritméticas, y que tienden a facilitar las labores de los empleados, ahorrándoles trabajo mental. Por esta razón yo me permito solicitar que se amplíe está partida o que se agregue otra partida más, que sea para la compra de máquinas para calcular y muebles de los nuevos empleados que habéis aprobado se adscriban a la Contaduría, por una cantidad que no puede ser menor de 3,000.00, que es bien modesta, puesto las máquinas de calcular tienen un valor de $ 500.000 $800.00, y no se va a solicitar más que la compra de cuatro máquinas de estrará naturaleza y poder dotar de escritorios y sillas al nuevo personal que estará en funciones tan luego como sea aprobado el Presupuesto; en este sentido me permito sugerir a la Comisión de Presupuestos y Cuenta se sirva reformar su Proyecto de Presupuesto, agregándole esta partida, que es indispensable para la buena marcha de la Contaduría Mayor de Hacienda. Yo creo que no os detendréis por el pequeño gasto de tres a cuatro mil pesos para dotar a esa oficina de los adelantos modernos y ponerla en condiciones de ser útil; no es una cantidad exagerada, se pedían $16,000.00, ahora piden $11,000.00 y con los tres o cuatro mil que solicito serán $15,000.00, siempre se logrará un ahorro.
- El mismo C. Secretario: No habiendo otra persona que haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si está suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie. Suficientemente discutido. Se va a proceder a la votación de las partidas 20, 21, 52, 53, 76, 81 y 82. Se procede a la votación nominal. (Voces: ¡Que se lea!) Se suplica a los señores Prosecretarios se sirvan auxiliar a la Secretaría .
El C. Casas Alatriste: Pido que se separe la 81 para votarla aparte.
El C. Secretario: A petición del C. Casas Alatriste se separa la partida 81 para votarla aisladamente. Por la afirmativa.
-El. C. Prosecretario Morales Sánchez: Por la negativa.
El C. Secretario Pesqueira: Se van a votar las siguientes partidas del Ramo Primero:
"SECCIÓN III
Taquigrafía parlamentaria
"Partida número 20. Seis taquígrafos
primeros, a $4,380.00: $26,280.00.
"Partida número 21. Seis taquígrafos
segundos, a $3,650.00: $21,900.00.
"SECCIÓN IV
Taquigrafía parlamentaria
"Partida número 52. Dos taquígrafos
primeros, a $3,650.00: $ 7,300.00.
"Partida número 53. Cuatro taquígrafos
segundos, a $3,285.00: $13,140.00.
"SECCIÓN V
"Servidumbre
"Partida número 76. Diez mozos,
a $912.50: $ 9,125.00.
"GASTOS
"Partida número 82. Para uniformes de la servidumbre,
$ 750.00."
(Se recogió la votación.)
- El mismo C. Secretario: Votaron por la afirmativa 162 ciudadanos diputados.
El C. Prosecretario Morales Sánchez: Votaron por la negativa 3 ciudadanos diputados.
El C. Secretario Pesqueira: Quedan aprobadas las partidas 20, 21, 52, 53, 76 y 82 del Ramo Primero.
Se va a proceder a la votación nominal de la partida número 81 del mismo Ramo, que dice: "Para gastos, renta y traslación de archivo, $11,000.00."
Los ciudadanos que voten por la negativa se servirán poner de pie.
(Se recogió la votación.)
Votaron por la afirmativa 144 ciudadanos diputados y 21 por la negativa. Queda aprobada la partida 81 del Ramo Primero. Habiendo terminado la discusión del Ramo Primero, pasa el Ejecutivo para los efectos constitucionales. (Aplausos.)
(El mismo ciudadano Secretario empezó a leer el dictamen sobre el Presupuesto de Egresos para 1919, del Ramo Duodécimo.)
En votación Económica se pregunta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura a este asunto, con objeto de pasar a discutirlo desde luego. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensa la segunda lectura.
Presidencia del C. RODRÍGUEZ DE LA FUENTE JESÚS.
El C. Prosecretario Aguilar: La presidencia encarece a los ciudadanos diputados se sirvan poner atención para que puedan separar desde luego las partidas que deseen objetar. (Voces: ¿Qué Ramo?) Ramo Duodécimo.
(El mismo ciudadano Secretario dio lectura al Presupuesto del Ramo Duodécimo. Siseos. Murmullos.)
Los ciudadanos que deseen separar alguna o algunas de las partidas, sírvanse pasar a la Presidencia con ese objeto.
Han sido objetadas las siguientes partidas por los ciudadanos que se mencionarán: 12,002, por el C. Alejandre; 12,014, por el C. Avilés; 12,015, por el mismo ciudadano; 12,018, 12,019, 12,020, 12,026, 12,032, 12,034 y 12,057, por el C. Pastrana Jaimes. (Voces: ¡Huy!) 12,083, por el C. Avilés; 12,089, 12,090, 12,091, 12,092, 12,093, 12,099, 12,104, 12,111, 12,113, 12,114, 12,115, 12,123, 12,124, 12,125, 12,126, por el mismo C. Pastrana Jaimes. (Voces: ¡Huy Siseos.) 12,133 y 12,134, por el mismo C. Pastrana Jaimes. (Siseos Voces:¡Huy!) 12,159, por el C. Lanz Galera; 12,306, por el C. Siurob José; 12,309, por el mismo C. Siurob; 12,310 y 12,311, por el mismo C. Siurob. ¿Ningún otro ciudadano desea separar otras partidas? (Voces: ¡No, no! Siseos.) Se va a proceder a la votación de las partidas no objetadas.
El C. Secretario Soto: Por la afirmativa.
El C. Secretario Pesqueira: Por la negativa.
(Se recogió la votación.)
-E. C. Secretario Pesqueira: Votaron por la negativa ocho ciudadanos diputados.
El C. Secretario Soto: Por la afirmativa 146. Aprobadas las partidas que se pusieron a votación.
Está a discusión la partida 12,002: "Un secretario, cuota diaria, $20.00."
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. diputado Alejandre.
El C. Alejandre: Señores diputados: La responsabilidad que pesa sobre el Poder Legislativo al aprobar estos Presupuestos con tanta ligereza, yo juzgo que es enorme, pero en este caso la culpa no es solamente del Poder Legislativo, sino de aquéllos que no mandan con oportunidad sus Presupuestos para poderlos nosotros estudiar con toda precisión, con todo juicio, como el caso lo requiere. Hasta la fecha no se ha recibido el Presupuesto de Guerra que es imposible que en unos cuantos días que nos quedan podamos nosotros aprobar; viene después el de Comunicaciones que es también extensísimo, el de Hacienda y otros muchos. Por consecuencia, yo desearía y hubiera querido atacar todos estos Presupuestos, cuando menos en todo aquello que nosotros que somos oficinistas y que hemos trabajado y que sabemos perfectamente lo que produce un empleado, vemos la desorganización que existe en muchas de las oficinas de todos los Ministerios que actualmente hay aquí en la República, especialmente en Hacienda, en Guerra y en Comunicaciones; pero ya que no es posible y que tenemos que apoyar esto así de una manera la ligera, yo solamente me permito hacer algunas observaciones porque juzgo que aquí solamente son pequeños errores de imprenta.
Me permito yo preguntar a la Comisión si la partida 12,305 que señala $3.00 diarios y tiene un total de $2,920.00, no está exacta porque, según la multiplicación, me parece que es un error. Suplico
a la Comisión me haga favor de informarme para en seguida referirme a la partida que yo pienso atacar.
El C. Presidente: La Presidencia suplica a algún ciudadano diputado miembro de la Comisión de Presupuestos y Cuenta se sirva informar al C. Alejandre.
El C. Garza Candelario, miembro de la Comisión: Sírvase usted repetir su pregunta.
El C. Alejandre: La pregunta es si están correctas las partidas 12,305 y 12,062. Suplico a la Comisión me haga favor de informarme.
El C. Garza: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Garza: La partida 12,305 dice:" Un médico, agente sanitario, $3.00," pero es error de imprenta, deben ser $8.00.
El C. Alejandre: ¿Y la 12,062? (Murmullos.)
El C. Garza: ¿El señor Alejandre qué quería respecto a esta partida?
El C. Alejandre: Saber si el total de $666.00 mensuales es lo que arroja anualmente $20,000.00.
El C. Garza: Es una operación o un cálculo mal hecho, señor Alejandre, deben ser $8.00.
El C. Alejandre: Al referirme a estas dos partidas, señores diputados, es porque creo que la segunda partida que yo he separado, la que se refiere a "Un secretario, $20.00" debe ser también un error. Todos los secretarios particulares, tanto en la Secretaría de Fomento como en la de Relaciones, en la de Guerra, tienen $10.00. En cambio aquí al secretario se le señala una partida de $20.00 diarios. El oficial mayor, en cambio, en todas las Secretarías, tienen $26.00 y aquí solamente tiene $12.00. Yo creí que también sería un error de imprenta, pero creo que éste no lo es. Por consiguiente, yo creo muy cuerdo, muy justo y muy equitativo, viendo que en otras Secretarías los secretarios tiene solamente diez pesos, no juzgo que al del Departamento de Salubridad Pública se le asignen veinte pesos. (Murmullos.) Yo, por consiguiente, creo que si le pusiéramos nosotros un sueldo de diez pesos diarios, igual al que ganan en las demás Secretarías los secretarios, sería equitativo y seríamos consecuentes con todos los presupuestos que ya hemos aprobado. (Murmullos.)
El C. Reyes: Pido la palabra en pro.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Reyes.
El C. Reyes: Indudablemente que el señor Alejandre ignora la labor que desarrolla el Secretario del Consejo Superior de Salubridad, pues si él se tomara la molestia de ir a presenciar todo el trabajo, las horas que ocupa este empleado en desarrollar esa labor intensa, seguramente que no vendría aquí a atacar la partida que, en mi concepto, apenas si renumera el trabajo tan importante, tan delicado y tan excesivo de ese empleado. El secretario de esa Institución trabaja desde las ocho, muchas veces hasta las tres y cuatro de la tarde, y al que quiera convencerse de ello poco trabajo le cuesta, porque bien cerca está esa oficina. Nosotros, como médicos, frecuentemente tenemos que concurrir a la Secretaría del Consejo Superior de Salubridad y puede verse el conjunto de gentes que están allí atentas esperando ser recibidas para que puedan resolver cuestiones importantes que allí tratan; pero independientemente de la labor de oficina, este señor tiene otras labores igualmente importantes que son las que se refieren a ayudar en la parte, digamos así, técnica a esos importantes servicios. Por consiguiente. la Asamblea puede votar con toda conciencia y con toda tranquilidad esta partida, segura de que no se le remunera con exceso.
El C. Alejandre: Pido la palabra para hacer una interpelación.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Alejandre.
El C. Alejandre: En todas las oficinas públicas el oficial mayor casi siempre hace veces como de jefe de oficina; siempre hemos observado y hemos visto que el oficial mayor reconoce y tramita todos los asuntos y es imposible que un oficial mayor tenga menos trabajo que un secretario, por mucha importancia que se le quiera dar. De consiguiente, no creo justo ni equitativo que a un oficial mayor se le asigne un sueldo de $12.00, en tanto que a un secretario se le asigne un sueldo de $20.00; en ningún departamento existe esta anomalía que encontramos en este Presupuesto.
El C. Reyes: Hago la aclaración al C. Alejandre de que continúa en un error, porque el oficial mayor en el Consejo Superior de Salubridad es puramente oficinista, mientras que el secretario desarrolla una importante labor de carácter técnico.
Presidencia del C. BLANCARTE RAMÓN
El C. Secretario Soto: No habiendo más oradores inscriptos ni en pro ni en contra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutida esta partida. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se reserva para su votación.
Está a discusión la partida 12,014: "Un vocal, médico, jefe de las secciones de campaña contra la tuberculosis, fiebre amarilla y el paludismo, cuota diaria, $15.00."
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Avilés.
El C. Avilés: Renuncio al uso de la palabra por las partidas esas, la 12,014 y la 12,015.
- El mismo C. Secretario: Habiendo renunciado al uso de la palabra el C. Avilés para objetar las partidas 12,014, y 12,015, se reservan para su votación.
Está a discusión la partida 12,018: "Diez inspectores a $1,460.00, cuota diaria, $4.00."
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Pastrana Jaimes (Voces: ¡Huy!) Se suplica a los ciudadanos diputados guarden compostura y oigan al orador.
El C. Pastrana Jaimes: Ciudadanos diputados: No os alarméis porque haya apartado varias partidas del Presupuesto, no es mi objeto atacarlas una por una sino que, como no hay exposición de motivos, estoy en el deber de pedir explicaciones para votar en conciencia.
He encontrado en este Presupuesto la enorme cifra de 344 inspectores, y me parece que sólo
este número es superior al de enfermos que hay en el Distrito Federal. Voy a pedir explicaciones. La partida 12,018 establece 10 inspectores para el tifo, paludismo, etc.; la partida 12,019, 200 agentes inspectores para ese mismo objeto, y deseo que algún doctor o miembro de la Comisión me instruya sobre el particular; necesito saber si esos inspectores sin únicamente para el Distrito Federal o van a ser distribuídos en toda la República. La partida 12,020 establece 15 jefes de agentes, dando por resultado que sólo en este ramo hay 225 inspectores. En la inspección de Sanidad tenemos 38 inspectores, nada más para el Distrito Federal. En el Departamento de Inspección de Comestibles y Bebidas tenemos la enorme cifra de 55 inspectores que, en mi concepto, son muchos para ese departamento. En el de Ingeniería Sanitaria tenemos 24 inspectores, con la novedad de que hay 12 para la inspección de habitaciones sean el Distrito Federal, más de 4 ingenieros para visitar establecimientos peligrosos en el mismo Distrito Federal. En el Departamento de Higiene Veterinaria hay 11 inspectores y en total hay el número de 344. Deseo únicamente que algún doctor o algún miembro de la Comisión me dé explicaciones para poder votar en conciencia.
El C. Reyes Francisco: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Reyes: Celebro que el señor diputado Pastrana Jaimes haya hecho las observaciones en conjunto para ahorrarnos tiempo y acabar con este trabajito, que buena falta nos hace el tiempo para dedicarnos a otras labores destinadas a los Presupuestos que nos faltan por estudiar. Las partidas 12,018, 12,019 y 12,020 se refieren al Departamento de enfermedades infecto - contagiosas. Con sólo ese título bastará para que el señor Pastrana Jaimes se convenciera de que están destinadas para combatir esa clase de epidemias, las enfermedades infecto-contagiosas como el tifo, la fiebre tifoidea, la tuberculosis, etcétera y naturalmente que tiene que existir todo ese conjunto de personal para constituir las brigadas sanitarias que en un momento dado se necesiten.
El C. Pastrana Jaimes: Para una aclaración.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Pastrana Jaimes: Los 200 agentes e inspectores ganan $2.50 diarios, no son doctores; de manera que son individuos que no conocen medicina y no pueden combatir las enfermedades.
El C. Reyes: Pero, señor, a nadie se le ocurre que los inspectores o que los agentes conozcan medicina; van casualmente a practicar las reglas y las indicaciones del personal técnico, de acuerdo con los conocimientos de la higiene que están perfectamente prescritos.
El C. Pastrana Jaimes: Son técnicos.
El C. Reyes: Pues si técnicos quiere usted llamarlos, técnicos los llamaremos. La partida 12,026, que también llama la atención del señor Pastrana Jaimes y que seguramente le llama la atención porque no está al tanto, debe saber que este es un individuo encargado de la polícia sanitaria es decir, un jefe encargado de los que andan viendo el estado de salubridad de las casas de asignación, y supeditado a ese empleado hay un número de agentes que andan inspeccionando si las meretrices han cumplido con las disposiciones sanitarias, mediante la comprobación de una tarjeta de sanidad; ese es el que se encarga de la polícia sanitaria, el que tiene a su cuidado el cumplimiento del reglamento y después viene un jefe de agentes de sanidad, es decir, un jefe de un grupo de quince o veinte individuos que necesitan quien los vigile y quien los dirija. Después viene la partida 12.034: treinta agentes de sanidad, que son esos empleados técnicos, si usted quiere. La 12,047 que establece un preparador de bacteriología y de vacuna animal, señor Pastrana Jaimes...
El C. Secretario Soto: interrumpiendo: no está separada.
El C. Reyes Francisco: continuando: Tiene usted razón en preguntar sobre el particular. En el Instituto Bacteriológico se necesita, además de practicar el examen microscópico, sacar amplificados todos los detalles; un dibujante va copiando lo que ve en el microscopio, aumentando las proporciones de los objetos que sólo al microscopio son perceptibles, y esto se lleva a cabo porque es un adelanto de la ciencia y un requisito indispensable; por eso se ven en los libros de Bacteriología fotograbados que justamente son los que se obtienen de allí...
El C. Pastrana Jaimes: Una aclaración.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Pastrana Jaimes: En el arte del dibujo y la pintura, el acuarelista de dedica a pintar paisajes, y no es un dibujante que amplifique las proporciones de los que se observa en el microscopio.
El C. Reyes, continuando: Además, hay otros trabajos del acuarelista o dibujante, como quiera llamársele. Respecto a la partida 12,089 que establece un jefe de inspectores en el Departamento de Inspección de Comestibles y Bebidas, debo recordar lo que ya dije anteriormente, que éste se dedica a la vigilancia del grupo de inspectores que obtienen muestras de alimentos...
El C. Pastrana Jaimes, interrumpiendo: ¿Pero son necesarios los 55 inspectores que hay en todo el Departamento?
El C. Reyes, continuando: Usted sabe que todos los empleados tienen que visitar las fábricas y todas las casas de comercio que se dedican a la venta de licores, a la venta de leche, etc.; de suerte que necesitan ir a recoger esas muestras y no debe a usted llamarle la atención, y yo lo invito a que vote con toda tranquilidad, que no cometerá usted un grave error, señor Pastrana Jaimes.
- El mismo C. Secretario: El C. Pastrana Jaimes ha manifestado que las mismas objeciones que hace a la partida 12,018 tendría que hacer a las restantes que apartó y que, en consecuencia, renuncia al uso de la palabra en las restantes. (Aplausos.)
Y no habiendo más oradores inscriptos, se reserva para su votación. A discusión la partida 12,083.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Avilés.
El C. Avilés: Señores diputados: Vengo a impugnar esta partida que se refiere a gastos de gasolina y reparación de automóviles, porque la creo completamente exagerada. Aquí el mismo presupuesto nos habla de cuatro automóviles, y yo quiero creer que esos cuatro automóviles trabajen diez horas diarias; casa automóvil gastaría, a lo sumo,
treinta litros de gasolina; la gasolina, como se sabe, en el mercado al por menor tiene el precio de $0.21 por litro, de modo es que esos cuatro automóviles harían un gasto, cuando más, de $25.20 diarios; eso es si trabaja diez horas cada automóvil. Ahora, pongamos también una partida de aceite, porque también los automóviles gastan aceite; esto importaría cualquiera cosa: $1.12 a lo más. Ahora, quiero creer que se necesite para gastos de llantas, para refacciones, etc.; pero como todos los días no se han de estar ni reventando las llantas, ni haciendo cambios de llantas nuevas, resultaría, y pongo yo, que $7.01 diarios serían suficientes para hacer frente a los desperfectos que sufrieran estos automóviles, y nos daría un promedio mensual de setecientos y tantos pesos para refacciones de automóviles. Luego quiere decir que, con partida de $1,000.00 sería suficiente mensualmente para hacer frente a la compra de gasolina y a la reparación y refacciones de los dichos automóviles. Veo enteramente exagerado que la Comisión pida para esos objetos $2,000.00 mensuales, es decir, $24,000.00 anuales. Después de la explicación que sobre este particular he hecho y que la creo justificada, porque el que dude de ella que tome un lápiz y haga una cuenta minuciosa del gasto de gasolina, de aceite y de lo que pueden importar las llantas, etc., para que vea que no pasa de hacerse un gasto - y es todavía muy crecido -, de $1,000.00 mensuales, pido a la honorable Asamblea rechace esta partida, poniendo en lugar de $2,000.00 mensuales, sólo $1,000.00, es decir, $12,000.00 anuales; lo creo de justicia, porque no sé en qué se va a emplear el resto. Es exageradísima la cantidad de $2,000.00 mensuales para la reparación, refacciones y gasto de gasolina de cuatro automóviles. Por lo tanto, pido que se rechace esta partida, modificándola en sentido que he expresado.
- El mismo C. Secretario: No habiendo más oradores que impugnen esta partida, en votación económica se pregunta si está suficientemente discutida. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se considera suficientemente discutida y se reserva para su votación.
- El mismo C. Secretario: Está a discusión la partida 12,159: "Un Delegado para el Territorio de Quintana Roo, cuota diaria, $5.00."
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Lanz Galera.
El C. Lanz Galera: Honorable Asamblea: Me he permitido impugnar la partida 12,159, correspondiente al servicio sanitario de Quintana Roo, que señala un delegado con una cuota diaria fija de $5.00, por las razones que paso a exponer: el citado funcionario conforme a los Presupuestos anteriores, devengaba un sueldo de $8.00 diarios; desde que se creó ese puesto, desempeñaba también, como desempeña hasta la actualidad, dos cargos, el de médico e inspector sanitario del Territorio y el de delegado del puerto del mismo. No hay razón para que hoy que la vida es más cara, a pesar de que continúa desempeñando los mismos puestos, se le reduzca el sueldo a $5.00, en vez de $8.00 que ganaba anteriormente. Se le han suprimido también los gastos para el bote de la delegación, se le han suprimido también los bogas, se le han suprimido también los gastos de oficio que todas las demás delegaciones tienen señalados en una cuota de $15.00 para esos gastos de oficio. No se le señala tampoco cuota para renta de casa, y en su mismo consultorio, en una pieza inmediata, tiene su despacho respectivo. Por ese concepto, yo creo justo que en vez de los $5.00 a que se le ha reducido, vuelva a tener el sueldo primitivo que ganaba, que son $8.00 diarios. En tal concepto, pido a la Comisión se sirva retirar esta partida para reformarla en el sentido indicado, y en el caso de no acceder a ello, ruego a la Asamblea se sirva rechazarla.
- El mismo C. Secretario: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta a la Asamblea si considera esta partida suficientemente discutida. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se reserva para su votación.
A discusión la partida 12,306: "Un inspector de ganaderías, delegado del Departamento de Salubridad Pública, cuota diaria, $10.00."
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Se la cedo al compañero Padrés, que va a atacar esta partida.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Padrés.
El C. Padrés: Ciudadanos diputados: Vengo a impugnar la partida 12,306, que dice:
"Un inspector de ganaderías, delegado del Departamento de Salubridad Pública, cuota diaria, $10.00."
En todas las épocas en que he visto yo manejar los ganados que se exportan a los Estados Unidos, he observado que hay un delegado que se dedica únicamente a vigilar la exportación de los mismos, y que las compañías exportadoras pagan a ese inspector diez centavos por cada cabeza que se exporta, pagando, además, los pasajes, gastos y toda clase de honorarios. Así es que considero inútil esta partida, porque sería tanto como que dicho delegado recibiera sueldo doble, ya que las referidas compañías le pagan cantidades mayores que el sueldo asignado en el Presupuesto. Por estas razones considero que no debe figurar esta partida en el Presupuesto y pido que se rechace de plano.
- El mismo C. Secretario: No habiendo más oradores inscriptos. en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutida esta partida. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se reserva para su votación.
A discusión la partida 12,309: "Para gastos contra la fiebre amarilla y el paludismo, asignación anual, $200,000.00."
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Siurob.
El C. Siurob: Honorable Asamblea: Esta partida, así como la 12,311 y la 12,310, comprenden gruesas sumas de dinero incluídas en el Presupuesto, con el objeto de atacar distintas enfermedades. Yo vengo, no precisamente a impugnarlas, sino a tratar de explicar el por qué de estas partidas. Hay algunos de estos padecimientos que se mencionan en las partidas, que sólo por excepción se presentan en la República y, por consiguiente, no están justificadas las gruesas sumas que aquí se
presupuestan. Otros, por el contrario, si se piensa emprender una campaña seria, eficaz y concienzuda contra ellos, la cantidad presupuestada es verdaderamente insignificante. Comenzaré por la fiebre amarilla y el paludismo. La fiebre amarilla es un padecimiento que se presenta con relativa frecuencia en nuestras costas, pero que casi siempre, en vista de lo bien conocidas que están las áreas de invasión, en vista de la práctica que tienen ya nuestros médicos establecidos en esos mismos puertos, casi siempre se limita rápidamente la epidemia y no abarca sino un corto número de casos. Por consiguiente, de estos $100,000.00 que se presupuestan, indudablemente que no se gastará ni la mitad en combatir la fiebre amarilla.
En cambio, si se trata de combatir el paludismo, como el paludismo existe de una manera endémica en todos nuestros largos litorales, la cantidad presupuestada es demasiado pequeña y, digo que es demasiado pequeña, porque ustedes saben, y si no lo saben los que no sean médicos, deben saberlo, que para combatir el paludismo se necesita emplear algunos procedimientos bastante costosos. Por ejemplo, los americanos en Filipinas y en Cuba, también para combatir el paludismo, han recurrido al procedimiento de extender sobre las aguas en donde pulula el mosquito progenitor, vector de esta enfermedad, han extendido capas de petróleo, porque la larva del mosco en los momentos de llegar a la superficie es cuando hace que brote de ella el mosco vector de la enfermedad; el mosco es el "Estegomíafasciata," como todo el mundo sabe. Pues bien, si se trata de combatir esta epidemia de una manera enérgica, es enteramente indispensable proporcionar una cantidad suficiente de petróleo para que pueda extenderse cuando menos en los sitios más poblados de los litorales, tanto del Golfo como del Pacífico, pues en las dos partes existe el paludismo y no sólo, sino que existe en una zona muy adentro de la costa, bastante lejos de la costa; por ejemplo, en el Estado de Michoacán llega a existir también alrededor de los lagos que quedan a muchos kilómetros, aun a cientos de kilómetros de la costa, como por ejemplo en Pátzcuaro, y existe también en el lago de Chapala y en alguno de los lagos del interior de la República; en Morelos, por ejemplo, es un hecho conocido que la mayoría de nuestros soldados se enferman de este terrible padecimiento y que precisamente si no ha dado muchas veces resultado la campaña en el Estado de Morelos, se debe única y exclusivamente a que no se ha combatido convenientemente esta epidemia; por eso es por lo que impugno esta partida. Si se trata de combatir con ella exclusivamente la fiebre amarilla, es demasiado; pero si se trata de combatir el paludismo, es muy poco; así es que pediría a la Comisión que aumentara siquiera otros cincuenta mil pesos para que la lucha contra esta epidemia pudiera hacerse de una manera más fructífera. El hecho de que la Cámara tenga desconfianza de que el dinero que decreta no se emplee de una manera conveniente por tales o cuales personas, no es una razón para que en principio nosotros no cumplamos con nuestro deber decretando las cantidades necesarias para combatir las calamidades públicas. Eso dependerá de que al hablar y al censurar aquí, nuestra voz tenga eco en la conciencia del Encargado del Poder Ejecutivo para que designe persona de su confianza que rija trabajos de esta índole, a fin de que así pueda cumplirse con los ideales que persigue la Cámara Popular. Nosotros no tenemos que ver más que el punto de vista absolutamente técnico; no tenemos más punto de mira que las necesidades públicas y éstas debemos interpretarlas: unos, los agrarios, a través de las necesidades que hayan observado en sus Distritos; y en el caso particular, nosotros, los médicos, con la conciencia y la seguridad que tenemos de la manera cómo se extienden las enfermedades en la República, su esfera de acción, la manera cómo ahora se combaten y la necesidad de combatir esas mismas epidemias en la forma más conveniente. Por lo tanto, no queriendo ser extenso en esta partida y ya que voy a impugnar otras de la misma especie, me permito sugerir a la Comisión que retire esta partida para aumentarla en $50,000.00, destinada exclusivamente a hacer la campaña contra el paludismo.
El C. Uzeta: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Baledón Gil.
El C. Baledón Gil: Señores diputados: Yo discrepo de la idea del señor compañero Siurob por lo que respecta a la partida número 12,309, que asigna la cantidad de $200,000.00 para combatir la fiebre amarilla y el paludismo. En efecto, la cantidad me parece, más que exigua, inútil, si se tratara de combatir el paludismo tal como existe en nuestro medio; pero no se trata de combatir el paludismo en su forma normal, como se presenta generalmente, sino únicamente se trata de combatir el paludismo en su forma aguda, endémica, en su forma verdaderamente epidémica. La mayor parte de la cantidad de los $200,000.00 se invierte para combatir la fiebre amarilla en los puertos en los que, en efecto, existe de una manera endémica y se utiliza para comprar petróleo y petrolizar la mayor parte de las fuentes donde se crea el mosco que produce el "Estegomía fasciata" y que es el vector de la fiebre amarilla. Por lo que respecta al paludismo, repito que no se ha atacado ni se atacará con una asignación de $200,000.00, pero debo hacer esta observación: la cantidad de $200,000.00 netamente es nominal, no existe de hecho; únicamente en el año en curso ha dado el Ejecutivo al Consejo Superior de Salubridad la cantidad de $20,000.00 que no han llegado ni a $30,000.00, en las partidas números 12,309 y 12,310 y 12,311 que harían una cantidad de $400,000.00, y eso debido a que se trataba de combatir la influenza; de otra manera no hubiera dado ni un solo centavo. Quiero hacer también esta aclaración que es oportuna: El Consejo Superior de Salubridad recauda anualmente la cantidad de $720,000.00; en el Distrito Federal recauda la cantidad de $32,000.00 mensuales simplemente por la inspección de carnes y otras entradas, y otra cantidad no menor de $25,000.00, que recauda mensualmente por contribuciones, patentes y otras entradas que por conducto de la Aduana ingresan a la Tesorería General de la Nación; de manera que el Consejo Superior de Salubridad representa en la actualidad, no un departamento de Egreso para el Gobierno Nacional, sino un departamento de Ingresos, porque en el año se vendrán a pagar, porque todo el Presupuesto es nominal, la cantidad de
seiscientos o setecientos mil y pico de pesos de ingresos, o una cantidad mayor que la que tiene de egresos. En tal virtud, yo conceptúo que las partidas existentes en el Presupuesto de Egresos son bastante exiguas, y esta cantidad que se asigna para combatir estas epidemias de fiebre amarilla, paludismo y otras, no son más que nominales; no existen de hecho; no se han dado en el año en curso más de $25,000.00.
El C. Siurob: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Siurob: Honorable Asamblea: Como acabáis de oír, el compañero Baledón Gil ha expuesto un hecho que también ya es conocido de nosotros, y es que no se proporcionan por el Ejecutivo las cantidades necesarias para combatir esta clase de epidemias. Al Director del Consejo Superior de Salubridad, debiendo habérsele proporcionado cantidades semejantes a éstas que estaban en el Presupuesto, no se le han dado más de $50,000.00, y esto para combatir la influenza , resultando que no se han combatido en lo absoluto las otras epidemias. Siendo así yo pregunto: ¿qué objeto tiene el hecho de haber nombrado médicos, delegados en todos los puertos, como Ensenada, Frontera, Guaymas, Laguna del Carmen, Manzanillo, Progreso, Mazatlán, etc., si estos médicos no van a poder disponer de los elementos necesarios? ¿Se van a concretar única y exclusivamente a hacer en unos cuantos minutos la visita de los buques que llegan y el resto del tiempo se lo van a pasar de ociosos? Si así va a ser, salen sobrando estos médicos y con poner un práctico o como llaman a los médicos de puerto, una "media cuchara", para que inspeccione los barcos, con eso sería suficiente; y éste no necesitaría ganar ocho pesos diarios, ni tener a sus órdenes un personal de empleados que importa $9,000.00 al año para cada puerto.
Me permito llamar vuestra atención sobre este hecho significativo de que no se han proporcionado los elementos indispensables para combatir estas epidemias, y esto es tanto más grave cuanto que la experiencia nos está enseñando en estos momentos que por no haberse combatido suficientemente la epidemia española, por no habérsele puesto todos los obstáculos que científicamente debieron haberse puesto en juego para que no avanzara al Centro, ya que no pudo contenerse en su avance al Centro, siquiera para que no avanzara a los Estados de Sur de la República; ya que no se ha hecho esto y que hemos visto que la epidemia se ha paseado por toda la República produciendo un número de defunciones que equivale, no digo a una revolución, sino a dos revoluciones, desde el momento en que el número de muertos sobrepasa con mucho al de las víctimas de toda la Revolución desde 1910 hasta la fecha, cabe suponer que si se sigue economizando dinero en estas partidas, nuestras costas van a despoblarse por la sencilla razón de que volverán estas epidemias con la intensidad y la crueldad que en años anteriores y acabarán por desaparecer comarcas enteras, como ha sucedido en algunos puertos, entre ellos Manzanillo y algunos otros puertos del litoral del Pacifico en donde las epidemias dejaban casi deshabitados esos lugares. El caso es muy sencillo, si el Ejecutivo no ha de dar este dinero ¿para qué votarlo?, ¿para qué votar cantidades inútiles? Por eso yo quisiera que se interpelara al ciudadano Director del Consejo Superior de Salubridad para que nos dijera todas estas cosas: en primer lugar, qué cantidad se le ha dado para combatir estas epidemias; en segundo lugar cuál es la intensidad de las mismas epidemias en la República, tanto de la fiebre amarilla como del paludismo, en un promedio de años anteriores; después, para que en lo referente a las partidas subsecuentes nos diga qué otras endemias y qué otras epidemias a más de las que aquí se mencionan y catalogan, existen en el resto de la República y luego después para que nos diga en qué forma se va a emprender la campaña contra la sífilis y contra la tuberculosis, porque eso de votar partidas de cien mil y de doscientos mil pesos sin saber siquiera la forma en que se va a organizar una campaña, sin saber la distribución del personal que va a tomar parte en esa campaña y la forma, siquiera somera, en que se va a hacer una campaña por el estilo, equivale a votar de una manera absolutamente inconsciente. Yo, como médico, habría faltado a mi deber si no advirtiera a esta honorable Asamblea que está en el peligro, que precisamente en estos momentos está en el peligro de votar una suma sin ningún conocimiento de causa, sin tener absolutamente antecedentes, votar una suma a ojo de pájaro, a ojo de buen cubero, sin conocer absolutamente sobre la materia. Por tanto, yo voy a presentar en estos momentos una proposición para que se interrogue y se interpele al ciudadano Presidente del Consejo Superior de Salubridad a fin de que nos informe sobre todos estos asuntos; mientras tanto, si se ha de votar ahora, en esta misma sesión, pido que se vote en contra de esta partida, hasta que no se nos venga a explicar de una manera consciente en qué se pretende gastar este dinero y si se ha de dar o no.
El C. Uzeta: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Uzeta: Señores diputados: El objeto de estas partidas que figuran en esta Ley de Egresos... (Murmullos. Voces: ¡No se oye!)
El C. Secretario Soto, interrumpiendo: La Presidencia llama al orden al C. diputado García de Alba,....etc. (Risas.)
El C. Uzeta, continuando: El compañero Siurob viene a impugnar tres partidas de la Ley de Egresos referentes al Consejo Superior de Salubridad, entre las que hay una que se refiere a la campaña contra a la fiebre amarilla y el paludismo, y la cual tiene asignados doscientos mil pesos. Esta partida, como acaba de decir el doctor Baledón Gil, tiene por objeto combatir no solamente la fiebre amarilla, que por fortuna en nuestro país ha decrecido bastante hasta el grado de que realmente los casos que se mencionan entre nosotros se pueden titular esporádicos, es decir, casos aislados, raros; sino también el paludismo. Este, como acaba de decirlo también el doctor Siurob, es endémico en casi todo el litoral del Golfo, así como en el Pacífico y también en el Sur de la República; en una palabra: en todas aquellas regiones donde existen pantanos. Para hacer una campaña enérgica contra el paludismo, esta cantidad no solamente resultaría insuficiente, sino minúscula, dada la extensión de la zona palúdica y de nuestro país, donde se puede
decir que pocas son las regiones en que el paludismo no haga víctimas. Para combatir el paludismo hasta terminar con él, no serían suficientes $200,000.00, sino que se necesitarían millones de pesos, porque sería preciso el drenaje y la defecación de todos los lugares donde existen pantanos, hasta secar completamente la tierra, para que no se desarrolle el mosquito que es el vector principal de esta infección. Así es que esta partida, así como está en este Presupuesto de Egresos, esta honorable Asamblea debe sostenerla tal como lo pide el Consejo Superior de Salubridad, porque está calculada esta cantidad para el caso en que vengan brotes agudos de epidemias en regiones malsanas de la República por un motivo o por el otro; por la abundancia de lluvias, por el internamiento algunas veces de lenguetas de mar en las playas, que después se separan y allí dejan estancada el agua; vienen con ese motivo brotes de epidemias agudas de paludismo y esta partida está puesta con este fin, pura y exclusivamente para combatir los brotes agudos de las epidemias de malaria. En cuanto a la otra partida, la 12,311 que se refiere al combate contra la tuberculosis y la sífilis,....
El C. Siurob, interrumpiendo : No está a discusión, nada más la primera.
El C. Uzeta, continuando: ....el Consejo de Salubridad pretende ahora establecer una campaña contra la sífilis en otra forma distinta de cómo hasta ahora se había hecho; es decir, antiguamente la campaña contra la sífilis consistía en la inspección de las mujeres prostitutas, mediante los agentes de sanidad y mediante el reconocimiento de estas mujeres hecho periódicamente; para eso, como ustedes han visto en otras partidas, en el departamento de sanidad está también el personal adecuado para este objeto, pero el Consejo de Salubridad ahora tiene una tendencia que obedece a los conocimientos modernos respecto de la sífilis y tiene por objeto esta campaña el evitar que los matrimonios se verifiquen cuando la sífilis está todavía en pie en alguno de los cónyuges; y para esto se requiere un personal experimentado que haga la reacción denominada "de Wasserman," que consiste en buscar si hay gérmenes de sífilis en la sangre, en un momento dado, en el organismo, para lo que se necesita el establecimiento de un laboratorio adecuado, que debe ser llevado de una manera muy estricta para poder hacer el número de reacciones necesarias tantas veces cuantos pretendientes a matrimonio existan en un momento dado.
Ese es el ideal que ha perseguido el Consejo Superior de Salubridad: lograr con el tiempo que todo individuo antes de contraer matrimonio legal, vaya primero a que su sangre sea recogida y pase al Departamento de Salubridad con el fin de que se vea si esa sangre no está infectada de sífilis. En esta forma, lo que se pretende es cuidar la raza mexicana para que no se siga produciendo la degeneración de la especie por la transmisión de la sífilis hereditaria; un ideal que es muy digno de tomarse en cuenta, en vista de la importancia tan grande que tiene el hecho de buscar el mejoramiento de la raza desde el punto de vista orgánico. A esto tiende esta partida, al establecimiento de esa labor especial para la reacción de Wasserman. En cuanto a la tuberculosis, estamos notando cada día el aumento de esa plaga, denominada por los americanos peste blanca, que cada día ocasiona más víctimas en nuestro país, principalmente en los lugares cercanos a la costa y en la tierra caliente. Como ustedes saben, nuestro país comprende las zonas tórrida, templada y fría, es decir, las tres; y en la zona cálida, sobre todo, la tuberculosis hace destrozos terribles. Los veracruzanos tienen bastante conocimiento de esto, lo mismo que todos los habitantes de los puertos, donde el paludismo, digámoslo así, prepara el terreno para que la tuberculosis después en los organismos ya debilitados por el paludismo, haga los destrozos que todos conocemos. El objeto de esta partida es combatir esa plaga tremenda de la tuberculosis que cada día hace mayores destrozos entre nosotros, y tiene por objeto conseguir el aislamiento de los enfermos, la desinfección de sus ropas, la desinfección de los lugares que ocupan o que habitan, etcétera, de manera que una partida de $100,000.00, como aparece aquí, para el combate de dos grandes plagas de la humanidad, como son la tuberculosis y la sífilis, es relativamente reducida y el hecho de que en este presupuesto al comienzo se diga que se piden $100,000.00 para combatir estas dos plagas, la tuberculosis y la sífilis, la Asamblea debe tomarlo en consideración y no sólo como ensayo ahora aceptar esta cantidad, sino después en lo futuro aumentarla conforme a las circunstancias.
El C. Secretario Soto: No habiendo más oradores inscriptos en pro ni en contra de la partida 12,309, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutida. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse en pie. Suficientemente discutida. Se reserva para su votación.
A discusión la partida 12,310.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Siurob.
El C. Siurob: Honorable Asamblea: Para esta partida existen las mismas razones exactamente que para combatir la anterior. Como pueden ustedes ver por la lectura del Presupuesto, esta partida de $100,000.00 está destinada a combatir otras epidemias que no sean la fiebre amarilla y la malaria; estos otras epidemias son la gripa, el tifo, la meningitis cerebro - espinal y distintas fiebres eruptivas. Esta partida también es absolutamente exigua para combatir tanto número de epidemias; baste recordar a Vuestras Señorías, que el tifo, por ejemplo, ha abarcado casi todos los Estados de la República, haciendo también innumerables víctimas en algunos de ellos. Recuerdo acerca de este punto las epidemias terribles de tifo en los Estados de Querétaro, Guanajuato y en todo el Bajío. Ahora lo mismo pasa con las fiebres eruptivas como la escarlatina, el sarampión y otras que azotan con desoladora frecuencia muchas poblaciones del interior de la República. De manera que la partida de $100,000.00 destinada para este gasto, es absolutamente exigua; debiera cuando menos aumentarse al doble, porque si se quiere mantener la salubridad en las poblaciones, es indispensable gastar dinero. De otra manera el Ejecutivo no habrá cumplido con su deber y el Consejo Superior de Salubridad estará, como adorno, como objeto de ludibrio para la prensa y
para todos los ciudadanos; y hay que ver que esto es con justicia, porque no ha cumplido con su deber, y no lo cumple no porque no lo quieran los jefes, sino porque no disponen de los fondos necesarios para el caso. Si el Ejecutivo no da las cantidades necesarias, esto no debe importarnos, porque salvaguardamos nuestra responsabilidad y la responsabilidad será suya. Pido, pues, a la Comisión que retire esta partida para aumentarla a doscientos mil pesos.
- El mismo C. Secretario: No habiendo más oradores inscriptos, se pregunta si se considera suficientemente discutida la partida 12,310. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se reserva para su votación.
A discusión la partida 12,311.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
- El mismo C. Secretario: La presidencia ruega a los ciudadanos diputados que están en pie, que se sirvan ocupar sus curules.
El C. Siurob: Honorable Asamblea. La discusión de esta partida, que será la última que me ocuparé y que me haga distraer vuestra atención en este ramo, tiene una muy alta importancia porque sencillamente equivale, no a combatir sólo los males existentes, no a combatir sólo los padecimientos de los ciudadanos mexicanos, sino a prevenir males futuros, ya que la sífilis y la tuberculosis desgraciadamente son enfermedades que dejan su huella en la prole y que se trasmiten de una a otra generación trayendo consecuencias fatales para la raza y, por consiguente, para la Nación. Reclamo un momento vuestra respetable atención, porque el asunto que voy a tocar tiene mucha mayor importancia que la que vosotros le estáis dedicando en estos momentos.
Habéis visto que se trata de discutir partidas del Presupuesto de Salubridad y como estas partidas no tienen nada de político, ese algo único que desgraciadamente es capaz de conmover el espíritu de muchos de vosotros, que es el lado político, el lado en que se puede hacer crecer o deprimir a los demás, no os interesa y por eso lamento sinceramente la poca atención que estáis dedicando en estos momentos a un asunto de tan alta importancia. Ha dicho el señor doctor Uzeta que el ciudadano Jefe del Departamento de Salubridad se propone combatir de una manera muy especial las enfermedades venéreo - sifilíticas y debo advertir al compañero Uzeta que no únicamente las sifilíticas, sino las venéreas en general; usted comprende, por ejemplo la infección Du Crey, la infección Gonocócica, la infección sifilítica, y por consiguiente el plan que debe trazarse el Consejo Superior de Salubridad debe ser mucho más amplio y es un plan que debe presentar a este Presupuesto. Nosotros debemos ver, los médicos de la Cámara, que somos los que debemos tener especial atención en este asunto, debemos saber la forma en que se van a combatir esta clase de males que por desgracia se han generalizado tanto en nuestra América y especialmente en nuestro país. Si los procedimientos se concretan única y exclusivamente a hacer el análisis que ha dicho el compañero Uzeta de la sangre de todos los individuos que van a contraer matrimonio, demasiado poco será lo que se habrá hecho, porque debe saber muy bien el mismo compañero Uzeta, que las reacciones tanto de Wasserman como la de Noguchi no son absolutamente probatorias respecto de que el individuo esté o no indemne del padecimiento .
No bastará con esto seguramente, pero suponiendo que con esto bastara, no debemos votar esta partida de $100,000.00 a ojo y necesitamos que en este mismo Presupuesto nos venga una oficina completa presupuestada, en la que se van a hacer esta clase de reacciones; necesitamos saber que va a haber un personal médico que se va a encargar de este asunto, aunque debo advertir a esta honorable Asamblea que este no es el procedimiento con que se van a combatir los padecimientos; se necesita tener dispensarios absolutamente encargados de combatir las enfermedades venéreo - sifilíticas, dedicados exclusivamente a esta clase de enfermos, porque hay que advertir que estos individuos en virtud de su psicología especial y circunstancias especiales debidas a su mal, tienen en la generalidad de los casos consultorios enteramente especiales. Hay médicos que cuando comienzan a atacar las enfermedades venéreo - sifilíticas acaban por no tener clientela más de esta clase, porque parece que esta clientela excluye en cierto modo a la otra, por circunstancias psicológicas, que nosotros los médicos conocemos perfectamente y que sería ocioso exponer a esta honorable Asamblea; pero lo que permite darse cuenta de que en el Consejo Superior de Salubridad no han estudiado perfectamente esta campaña, ni tienen un plan perfectamente preconcebido sobre la manera de hacerla, es que se pone la partida en globo sin darnos absolutamente detalles sobre el particular. Esta no es una pandemia, ni epidemia que se va a combatir en donde quiera que se encuentre; esta es una enfermedad que existe de una manera endémica, que existe en una gran masa de la población y que se necesita combatir por medios perfectamente especificados en todas las naciones que han entrado dentro de un cartabón enteramente característico y, por consiguiente, para que tenga la campaña los resultados apetecidos, se necesita que también esta misma campaña se someta a esos procedimientos prácticos, a esos procedimientos eficientes que son los que van a dar el máximum posible de individuos curados. No votéis esta partida de $100,000.00 sin saber de una manera consciente cómo se va a emplear este dinero, cómo se van a combatir esas epidemias; que se nos diga cómo se va a combatir estas epidemias, porque nosotros no queremos gastos inútiles, porque nosotros no queremos gravar a nuestros comitentes y a los contribuyentes; por consiguiente, no queremos gravarlos con cantidades, ni que el Gobierno tenga constantemente la amenaza sobre nosotros de que hay tanto de déficit; nosotros queremos disminuir ese déficit, y ya que ayer os habéis aumentado el sueldo, cuando menos que vaya compensado esto con que hayáis descargado al pueblo de una parte de ese peso inútil que pesa sobre sus espaldas. Yo no me encontré aquí cuando se trató de este aumento y sería absurdo e inútil que emitiera mi parecer en la cuestión, pero ya que está hecho, cuando menos eso indica el empeño que debe tener esta honorable Cámara en quitarle a este Presupuesto toda la "paja," en despojarlo de todo aquello
inútil, de todos aquellos gastos que son verdaderas canongías, de todos aquellos gastos que son campañas, como ésta, apenas presupuestada, pero que no sabemos ni siquiera cómo se van a hacer y que nosotros vamos a dar el dinero sin saber cuál va a ser la obra. ¿Qué concepto os formaríais, señores diputados, de un individuo que sin saber todavía cómo va a hacer una obra, en el momento de presentarse al artesano que va a consumarla os dijera: esta obra vale $5,000.00. Indudablemente que si tuvieran que salir de vuestros bolsillos aquellos $5,000.00, no los daríais y porque ahora esta cantidad no tiene que salir de vuestros bolsillos, ¿os mostráis desprendidos y pseudo - liberales en un asunto que no toca directamente a vuestra persona? El señor Presidente del Consejo Superior de Salubridad se presenta aquí como ese artesano que nos dice: voy a hacer la campaña contra la sífilis y la tuberculosis, pero no os dice cómo ni cuándo, no os dice de qué procedimientos se va a valer, ¿y vosotros vais a dar ese dinero con esa ligereza tan sólo porque ese dinero no es vuestro? Si así entienden el liberalismo las mayorías de este Congreso, entonces querrá decir que son precisamente contrarias a los ideales del verdadero liberalismo, porque el verdadero liberalismo consiste en dar para lo necesario, en ajustar las cantidades necesarias para los gastos públicos, siempre que esto redunde en bien de las clases proletarias y populares; pero ir a votar una partida únicamente sugestionados con los nombres de dos terribles padecimientos, de la peste blanca - como ha dicho el C. Uzeta -, y de la peste roja, que son las enfermedades venéreo - sifilíticas - como las llamo yo en este caso - equivale a derrochar y a tirar el dinero del pueblo y otra cosa más: a sembrar la inmoralidad de parte de los funcionarios públicos, pues luego que los funcionarios públicos se convenzan de que esta Cámara aprueba partidas sin ton ni son, sin tener en cuenta la relación de las cantidades de esas partidas con las necesidades públicas, entonces todos empezarán, como vulgarmente se dice, a cargarse a la manta fiada y a comenzar a poner partida sobre partida por cantidades imaginarias y, en resumen, nosotros habremos hecho lo peor que podemos hacer en toda nuestra gestión, porque hay que advertir que, como muy bien lo ha dicho el C. Vadillo desde el comienzo de esta discusión de Presupuestos, la discusión de Presupuestos es la única en la que tenemos oportunidad de normar la marcha de nuestro Gobierno, de vigilar por la moralidad dentro de la Administración, es la única oportunidad, y ya que desgraciadamente las faltas cometidas en la Constitución de Querétaro nos desarman para convocarnos a nosotros mismos a un período extraordinario cuando lo exijan las necesidades públicas, ya que desgraciadamente nos encontramos desarmados aún acerca de llamar con toda libertad a los ciudadanos Ministros para que informen sobre determinados asuntos, por lo menos hagamos uso de la única fuerza que tenemos y esa fuerza consiste en regir la política nacional por medio de los Presupuestos; introduzcamos la moralidad en el seno del Consejo Superior de Salubridad, de una manera estricta, pues si bien esa moralidad ya existe, se necesita que exista refinada hasta en los detalles, de una manera minuciosa, para que nosotros no tengamos sobre nuestra responsabilidad el peso enorme de haber votado cantidades únicamente sugestionados por un nombre, únicamente sugestionados por ideas y no por realidades, por hechos justificados que vengan verdaderamente a combatir los males de que adolecen las clases proletarias.
El C. Reyes Francisco: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Reyes: Señores diputados: Ojalá que la indiferencia que se nota en toda esta Asamblea no sea motivo para que a la hora de la votación vayáis también con indiferencia y no atendiendo todas las razones que aquí se han expuesto en el pro y en el contra, a votar en contra de la partida que está a discusión en estos momentos. Yo soy de la opinión del señor doctor Siurob: que todos los Presupuestos deberían de venir perfectamente estudiados, perfectamente documentados, y yo me esperaba, puesto que nunca he sido político ni menos había tenido el honor de pertenecer a esta honorable Cámara de Diputados, que los jefes de cada una de las instituciones cuyos Presupuestos se discuten aquí, estarían aquí presentes a fin de ilustrar el criterio de la Asamblea; pero, desgraciadamente, no pasa así. Yo, pues, tendría mucho gusto en ver aquí entre nosotros al ciudadano Presidente del Consejo Superior de Salubridad, a fin de que nos ilustrara y cada uno de los señores diputados votara con perfecto conocimiento de causa; pero si esto no ha pasado así, y debe de lamentarse, yo, en cambio, sí me interesé, aunque fuera de una manera ligera, por estos Presupuestos, y por dos veces me dirigí al Consejo Superior de Salubridad, a fin de pedirle instrucciones sobre lo que rezaba este Proyecto de Presupuestos.
Figura aquí la partida de $100,000.00, destinada a combatir la sífilis y la tuberculosis. La campaña contra la sífilis, indudablemente, señores, que va a ser nueva, puesto que nunca había figurado. El señor doctor Siurob parece que olvidó que en alguna de las conversaciones que tuvimos él y yo con el Presidente del Consejo Superior de Salubridad, nos expuso de una manera general, cuáles eran sus propósitos y cuáles sus proyectos para comenzar esta campaña de trascendental interés, con lo cual indudablemente que sí haremos obra de nacionalismo, porque así procuraremos conservar nuestra especie e indudablemente mejorarla. El señor general Rodríguez nos informó al señor compañero Baledón y a mí, ayer que estuvimos presentes en la Secretaría del Consejo Superior de Salubridad, nos expuso, repito, de una manera general, cómo se va hacer esta campaña. Se están haciendo en este momento las experiencias necesarias a fin de obtener a costo muy bajo, al alcance de todas las fortunas, uno de los medicamentos que más están en boga para combatir esta enfermedad, o sea el "Salvarsán," y el señor general Rodríguez nos dijo que dentro de muy pronto tendrá el gusto de ofrecer esta preparación, que tiene todas las garantías y que, como digo, de un costo ínfimo, a fin de ponerla al alcance, como dije hace un momento, de todas las fortunas. También se va a poner a disposición la dependencia del Consejo Superior de Salubridad que se refiere al Instituto de Bacteriología, e indudablemente que este Instituto cuenta con todos los elementos necesarios para
hacer las investigaciones indispensables para ver si existe o no la sífilis en determinados individuos, y son perfectamente conocidos de ese bacteriólogo, porque es una persona perfectamente apta, así como todo el personal que está a su disposición, a fin de poder llegar a hacer un diagnóstico preciso por cualquiera de las reacciones, ya sean los métodos de que aquí nos habló el doctor Siurob, o ya sean otros métodos que por demás está que aquí los refiera yo. Así, pues, ya ven ustedes, señores, que no es así, a guisa de simple plumada, como el Presidente del Consejo Superior de Salubridad ha inscripto en este Presupuesto que está a discusión, de cómo se va a gastar la partida correspondiente de $100,000.00, que es insignificante, como lo son las otras partidas de $100,000.00 y de $200,000.00 que anteriormente se han discutido. Verdaderamente es una desgracia, y debe recordar el doctor Siurob que en alguna entrevista que tuvimos con el Presidente de la República él y yo, que sentí una verdadera decepción de cómo se encuentra la salubridad entre nosotros, yo expresé al ciudadano Presidente de la República que el estado actual de nuestra sanidad, estaba a la altura de la Patagonia, y efectivamente, así pasa, señores. La partida de cerca de $2.000,000.00 que suma la cantidad en todo este Presupuesto, es una pijotada comparada, por ejemplo, con partidas como las que tiene destinadas Cuba, donde se gastan de $6.000,000.00 a.... $8.000,000.00, para esa campaña tan importantísima, y cábeme la honra de decir aquí que algunos de los Ministros que actualmente van a desempeñar algún cargo diplomático en Francia, el ingeniero Pani, en algunos de los Consejos verificados en días pasados, tuvo el valor, si tal puede llamársele de decir que después de los Presupuestos de Instrucción Pública, que debe ocupar en categoría en cuanto a cantidad, después de Instrucción Pública - y no como veremos el Presupuesto de Guerra -, debería ocupar el segundo lugar el Presupuesto destinado a Salubridad Pública. Nosotros vemos que apenas una miserable cantidad de....$2.000,000.00 se ha destinado en este Presupuesto, y no debemos sorprendernos porque estos...... $2.000,000.00 no se hayan gastado en el año actual; hay partidas, como la partida número 12,310, de la cual apenas han puesto a disposición del Consejo Superior de Salubridad $30,000.00, de suerte es que los $70,000.00 no crean ustedes que han sido malgastados por el Consejo Superior, nada de eso, no ha dispuesto este Consejo más que de $30,000.00, y ya ven ustedes, señores, cuando esta Asamblea, alarmada justamente por la epidemia de la gripa aprobó una partida de $200,000.00 para combatir esa epidemia, no se dio absolutamente ni un centavo y, por consiguente, el Consejo Superior de Salubridad se vio en la tristísima condición de no poder ayudar a los Estados e impartirles todos los auxilios que fueron solicitando. Así, pues, repito, no tengáis escrúpulos en votar esta partida de $100,000.00, que estoy seguro de que serán perfectamente invertidos y , repito, dentro de muy breves días la prensa os anunciará que el Consejo Superior de Salubridad nos ofrecerá una novedad, es decir, la preparación del "606," con lo cual estoy seguro de que se va a conseguir un éxito feliz en esta campaña contra la sífilis. (Aplausos)
El C. Siurob: Pido la palabra nuevamente en contra.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Soy enemigo de todas las farsas, con excepción de las de los circos, a donde va uno a divertirse; pero las farsas que son electorales, como la última que se acaba de hacer en la ciudad de México, o si son farsas de Presupuestos como las que se vienen a presentar aquí, como hombre honrado no puedo admitirlas, como hombre honrado tengo que rechazar todas esas farsas. Por tanto, yo acabo de presentar al señor Presidente, y pido que dé cuenta inmediatamente, una proposición en virtud de la cual pido que se llame a informar al Ejecutivo sobre el empleo de esas partidas, sobre si se han de dar o no se han de dar. Si no se han de dar, ¿qué objeto tiene que votemos estas partidas? En lo de adelante y mientras esté en esta honorable Asamblea, me propongo ser muy minucioso en el límite de mis facultades y hasta donde alcancen mis conocimientos, en el empleo de todas estas partidas de todos los ramos que yo pueda abarcar y comienzo por este ramo que me corresponde directamente, porque es el que se relaciona con mis conocimientos profesionales. Así es que si yo me veo obligado a transigir, transigiré ante el número, pero no ante el derecho, transigiré ante la mayoría, porque no tengo otro remedio que ser aplastado por esta mayoría, pero de ninguna manera transigiré cuando yo crea que tenga justicia.
En este caso es cierto, el señor Presidente del Consejo Superior de Salubridad nos ha dicho que la campaña contra la sífilis se va a emprender en esta forma y en la otra, pero, ¿en qué partida de los Presupuestos aparece un establecimiento fundado con el objeto de hacer todos esos análisis? ¿En qué partida de los Presupuestos aparece un establecimiento en que se vaya a crear el "neosalvarsan" mexicano? No sabemos, pues, cómo se va a gastar ese dinero. No sabemos siquiera si se va a dar por el Ejecutivo y si no se va dar, ¿qué objeto tiene que andemos haciendo gala de que tenemos un Presupuesto de tantos más cuantos millones? Lo que importa es si se gastan o no se gastan y quitarle al Ejecutivo el pretexto de decir que los Presupuestos son demasiado grandes y que precisamente por eso debemos votarlos. Yo pido al señor Presidente que, formando parte de esta discusión, como relacionado con ella y por ser absolutamente indispensable a esta Asamblea para formarse un juicio cabal de la cuestión a debate, dé cuenta con la proposición que le acaba de ser presentada.
- El C. Secretario Soto, leyendo:
"Siendo indispensable se interpele al Presidente del Departamento de Salubridad sobre el empleo de diferentes partidas para combatir epidemias y enfermedades endémicas, pedimos a la honorable Asamblea sean aprobadas las siguientes proposiciones:
"Primera. Interpélese al Ejecutivo sobre el empleo de las partidas números 12,309, 12,310 y 12,311.
"Segunda. Nómbrese una Comisión que le participe el acuerdo de esta honorable Asamblea."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, 17 de diciembre de 1918.
"Dispensa de trámites.
"J. Siurob. - M. García Vigil. - Salvador Saucedo."
El C. Siurob: Pido dispensa de trámites, señor Presidente.
- El mismo C. Secretario: En votación económica se pregunta a la Asamblea si dispensa los trámites. (Voces: ¡No, no!) Los que estén por la afirmativa sírvanse poner de pie; en el concepto de que se necesitan las dos terceras partes de los ciudadanos presentes. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión. Los que deseen hacer uso de la palabra se servirán pasar a inscribirse.
El C. Presidente: Tiene la palabra, en contra, el C. Uzeta.
El C. Uzeta: Señores diputados: Vengo a oponerme a esta proposición, porque no la encuentro procedente. El hecho de que la partida de la Ley de Egresos venga en estos términos, no justifica de ninguna manera la presencia del Presidente del Consejo Superior de Salubridad en este lugar, ni menos del Ejecutivo, porque si tenemos confianza en la persona que está encargada de ese Departamento, debemos comprender que se trata de una persona que tiene los conocimientos técnicos necesarios para un asunto de esta trascendencia o de esta importancia. El Presidente del Consejo Superior de Salubridad es un médico competente que, naturalmente, debe saber cuáles son los recursos de que se debe valer para combatir la sífilis y la tuberculosis. Como decía hace un momento el compañero, decía, como haciendo referencia a lo que yo había dicho antes, que no había una sola variedad de reacción como la de Wasserman y Noguchi, sino que hay varias, son muchas.....
- El mismo C. Secretario, interrumpiendo: La Presidencia llama la atención a los CC. Bandera y Mata, Araujo Francisco y García Vigil.
El C. García Vigil: Ruego a la Secretaría tenga la bondad de repetir, porque no me dí cuenta.
El C. Uzeta, continuando: El compañero Siurob decía hace un momento que hay varios procedimientos para saber si la sangre de un individuo, en un momento dado, contiene o no los gérmenes de la sífilis; no deseo insistir sobre el particular, porque aquí no se trata de dar una clínica sobre la sífilis ni es un lugar apropiado para ello. Nosotros al leer el Presupuesto de Egresos, en donde se nos dice por la persona encargada, con los conocimientos técnicos necesarios para el caso, que va a combatir la tuberculosis y la sífilis, debemos tener la confianza completa en aquella persona que va usar todos los recursos al alcance de la ciencia moderna para hacer tal campaña; de otro modo ¿cómo sería que nosotros, al discutir cada una de las partidas de Presupuestos, cuando se dice por ejemplo en una partida: "dése para combatir la malaria y la fiebre amarilla" exigiéramos aquí nosotros la explicación de cuáles son los procedimientos que va a seguir ese inspector o ese Presidente de Consejo Superior de Salubridad para combatir la fiebre amarilla y la malaria? porque aquí no se trata de que nos den una explicación de la técnica de cómo se van a establecer estas campañas, sino simplemente de las cantidades que se requieran para tal campaña. Porque no es del orden nuestro, no es a nosotros a quienes nos toca, no, señores, no puede ser a nosotros, porque entonces en lugar de una Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, sería necesario que fuera un congreso médico; en esa forma sí, cuando se tratara de un congreso médico en donde se discutiera que los procedimientos que se a seguir son buenos o son malos. Nosotros como diputados, salvo el caso de los que somos médicos, que tenemos obligación de tener conocimientos sobre el particular, los demás no tienen obligación de saberlo. La partida de $200,000.00 para estas dos campañas de la sífilis y la tuberculosis, el mismo compañero Siurob ha venido a decir que le parecen cortas, que le parecen pequeñas; bueno, si el señor Siurob tiene ya, por lo que acaba de decir, la convicción de que la cantidad que se pide es relativamente reducida para una campaña de tal interés como es ésta contra la tuberculosis y contra la sífilis, pues entonces, si le parece poca cantidad, ¿cómo es que viene a pedir aquí que se le explique en qué va a consistir esa campaña, puesto que el doctor Siurob con sus conocimientos sobre el particular, como médico que es, debe saber los procedimientos que se siguen para combatir los dos azotes de la humanidad, la sífilis y la tuberculosis? No creo yo, que el Congreso, la Cámara de Diputados sacara ventaja ninguna con que se le viniera hacer aquí una explicación técnica de los procedimientos, que, por ejemplo, viniera aquí el Presidente del Consejo Superior de Salubridad y le dijera en qué consiste la reacción Wasserman, Hecht-Noguchi. Yo creo que no es lo que quiere el señor doctor Siurob. Ahora, por otro lado, ¿en qué consiste una campaña contra la tuberculosis, una enfermedad inminentemente contagiosa? Pues consistirá naturalmente en todos aquellos medios que sirven para evitar la difusión de esa enfermedad. El hecho de que sabiendo de que es por medio del esputo como la contaminación se produce, por el contagio directo, será por todas las circunstancias, por todos los medios que sirven para destruir, para nulificar el poder viruliento del esputo; así será como se logre esa campaña, al mismo tiempo que por el aislamiento de los enfermos en sanatorios apropiados, la desinfección consiguiente de los lugares habitados por los contagiados, etc.
El señor doctor Reyes, que me precedió hace un momento en el uso de la palabra, dijo entre otras cosas una de mucho interés y es ésta: que el proyecto del Consejo Superior de Salubridad no se reduce pura sencillamente a los medios necesarios para descubrir la existencia de los gérmenes y evitar la producción, la herencia, sobre todo la herencia, sino también en producir los medicamentos necesarios para la curación de esa enfermedad, a un precio que se encuentra al alcance de todo el mundo. Por ese solo hecho, con el hecho de que el Consejo Superior lograre conseguir que los medicamentos necesarios para el tratamiento de esta enfermedad estén al alcance de todas las fortunas, sería ya un gran paso en el tratamiento y en la profilaxis. Por tanto, señores, yo pido a los señores diputados que no vayan a aprobar esta moción ....(voces: ¡No, no!)... por considerarla improcedente, porque la explicación técnica de los medios de que se puede valer el Presidente del Consejo Superior de Salubridad para combatir estas dos plagas, la tuberculosis y la sífilis, no es del resorte de esta Cámara de Diputados, porque no se trata de un Congreso Médico, sino de un Congreso de Diputados.
El C. Siurob: Pido la palabra en pro, señor Presidente.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Honorable Asamblea: Como habréis observado, todos los argumentos que ha venido a esgrimir aquí el estimable compañero Uzeta son como los mandamientos de la ley de Dios, se encierran en dos, primero: la confianza que debemos de tener en todos los funcionarios públicos, porque esa confianza que debemos de tener en todos los funcionarios públicos debe ser la base de toda nuestra actuación en esta Asamblea, esa confianza provinciana no exenta de malicia.... (Risas.) ....que nos hace que nosotros vengamos aquí con los ojos cerrados a votar única y exclusivamente basados en esa confianza para que ese sea el mejor camino de que los dineros del pueblo desaparezcan en manos de los especuladores, pero hubiera perdido ya la confianza el compañero Uzeta si se acordara de que personas en quienes habíamos depositado esa confianza durante el año pasado, vendieron por hierro viejo de los ferrocarriles material rodante que se podía poner en perfecto estado y lo dieron a un precio la mitad más bajo de lo que debía valer; hubiera perdido ya esa confianza si recordara simplemente que el Ayuntamiento de la metrópoli envió a una persona a comprar maíz para venderlo al pueblo y sucedió que cuando trajeron ese maíz ya salía más caro que el que se vendía aquí en la plaza; ya hubiera perdido esa confianza el compañero Uzeta si se acordara que uno de los estimables señores ministros compró material rodante para los ferrocarriles, unas locomotoras que se describieron preciosas y que sólo sirvieron durante un mes o dos para arrastrar la mitad de los carros que decían que podían arrastrar. En fin, no quiero traer más datos que robustezcan la confianza de mi estimable compañero Uzeta, pero básteme decir que con sólo estos datos basta para que nosotros no tengamos confianza en nada ni en nadie y que hagamos uso de esa confianza en el máximo de los casos y en la forma más efectiva que nos sea posible para fiscalizar los actos de los encargados del Poder Ejecutivo.
Ahora vamos a la segunda parte. El otro artículo de los mandamientos, es decir, lo que se refiere a que al hacer la interpretación se pretende que el señor Ministro nos venga a dar clase, no queremos, estimable compañero, que se nos venga a dar clase, porque la clase ni la aprovecharía Su Señoría, ni yo, que ya conocemos un poco de este asunto, ni el resto de los diputados que no conocen absolutamente nada y que nada tampoco les interesa la parte técnica de esta cuestión; lo que nosotros pretendemos es que nos diga en globo el plan práctico, el plan de brocha gorda de ataque contra esta clase de padecimientos. Por ejemplo, la creación de dispensarios públicos, los lugares donde se van a fundar esos dispensarios, la manera como se va a dotarlos; segundo cuánto puede costar aproximadamente la fabricación del neo - salvarsán, porque la fabricación del "neo - salvarsán" exige laboratorios absolutamente propios, si no se está perdiendo el tiempo en esas desdichadas experiencias, esas experiencias harán que se produzca un "neo - salvarsán" que ni el compañero Uzeta, ni yo, nos atreveríamos a propinárselo a los pacientes, porque sería el mejor modo de cumplir con nuestra misión al estilo como ridiculiza los médicos el vulgo, es decir, proporcionándoles la muerte; no sólo, sino que se necesita que el Consejo Superior de Salubridad fabrique otros antisépticos, porque se pueden fabricar allí, son de práctica y fácil fabricación y los consejos de salubridad de todo el mundo tienen talleres semejantes donde fabrican lo necesario para sus necesidades y de esta manera no tienen que estar importando como nosotros, que lo digo para vergüenza nuestra, estuvimos trayendo últimamente azufre de los Estados Unidos, cuando tenemos allí, simplemente en la falda del Popocatépetl, el azufre necesario para desinfectar todas las casas de la ciudad de México y, sin embargo, allá iban trenes a traer toneladas de azufre, cobrando la cuota de importación de los Estados Unidos y haciendo girar una multitud de empleados de aquí para allá y de allá para acá y, sobre todo, pagando a los especuladores. Se necesita, pues, que el Presidente del Consejo Superior de Salubridad, ya que hace mucho tiempo que ninguna persona de salubridad o conocedora del ramo nos venga a hablar aquí de algo que tanto nos interesa, porque precisamente alguien ha dicho que toda cuestión política es una cuestión de higiene, si tenemos la seguridad de que toda cuestión política es una cuestión de higiene, es absolutamente indispensable que nos preocupemos de nuestra higiene pública y necesitamos que venga él y también el ciudadano Ministro de Hacienda, si fuere necesario, a decirnos por qué no se han dado estas cantidades especificadas para combatir esta pandemia. Si no se han dado porque no hay dinero, entonces sale sobrando que estén en los Presupuestos y que nosotros vayamos a votar estas cantidades para hacernos la ilusión, para irnos muy satisfechos a nuestros Distritos, creyendo que hemos hecho algo bueno, pero en el fondo no habremos hecho nada. ¿Qué objeto tiene ir a votar partidas de $100,000.00 o de $200,000.00, si de todas estas partidas no se han podido dar más que $30,000.00 o $50,000.00, según dice el compañero Reyes?
El C. Toro: Moción de orden. No hay quórum.
El C. Presidente: ¿Reclama el quórum Su Señoría?
El C. Toro: Sí, señor, porque se ha ido la mayoría de los diputados a recibir al señor Reynoso.
(Se precedió a pasar lista.)
- El mismo C. Secretario: Hay una asistencia de 147 ciudadanos diputados; hay quórum. Habiendo llegado la hora reglamentaria, se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se prorroga la sesión. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse en pie. No se prorroga la sesión.
El C. Presidente: Se cita para mañana a las cuatro de la tarde a sesión de Cámara de Diputados, para continuar la discusión de los Presupuestos y la orden del día a que se va a dar lectura.
- El mismo C. Secretario: Continúa la discusión de los Presupuestos de Egresos. Discusión del dictamen sobre el uso hecho por el Ejecutivo de la Unión de las facultades extraordinarias que se le concedieron en el Ramo de Hacienda. (7.58 p. m.)