Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19200825 - Número de Diario 4

(L29A1P1oN004F19200825.xml)Núm. Diario:4

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 25 DE AGOSTO DE 1920

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO 1.- PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO 1.- NUMERO 4

CUARTA JUNTA PREPARATORIA

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA

25 DE AGOSTO DE 1920

SUMARIO

1.- Se abre la junta. Es leída y aprobada el acta de la anterior.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera. Usan de la palabra para hechos los CC. presuntos diputados Espinosa, Murguía y Pérez Abreu.

3.- Es presentada, discutida y aprobada una proposición de varios ciudadanos miembros de la junta para que sólo puedan formar parte del Colegio Electoral los presuntos diputados con credencial estrictamente ajustada a la Ley Electoral.

4.- Se aprueban, sin discusión, los dictámenes que se refieren a los distritos electorales 7o. de Guanajuato y 15 de México.

5.- Discusión y aprobación del dictamen relativo al 3er. distrito electoral de Michoacán.

6.- Son aprobados, sin discusión, los dictámenes referentes a los distritos electorales 1o. de Durango, 8o. de Guanajuato, 6o. de Durango y 6o. de Zacatecas. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. ALONZO ROMERO MIGUEL

(Asistencia de 179 ciudadanos diputados y presuntos.)

El C. presidente, a las 4.50 p.m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Reyes Ignacio C., leyendo:

"Acta de la Junta Preparatoria de la Cámara de Diputados del XXIX Congreso de la Unión, celebrada el día veinticuatro de agosto de mil novecientos veinte.

"Presidencia del C. Miguel Alonzo Romero.

"En la ciudad de México, a las cuatro y cuarenta y tres de la tarde del martes veinticuatro de agosto de mil novecientos veinte, con asistencia de ciento cincuenta y tres ciudadanos representantes y presuntos, según consta en la lista que paso el C. secretario Valadez Ramírez, se abrió esta junta preparatoria.

"Sin debate fue aprobada el acta de la Junta celebrada el día anterior.

"El C. García Vigil informó del resultado de la Comisión que entrevistó al Ejecutivo de la Unión para gestionar la libertad del C. presunto diputado Felipe Murguía. La Presidencia dio las gracias a la Comisión.

"Dióse cuenta del dictamen de la cuarta Sección de la primera Comisión Revisora de Credenciales, que propone para diputados propietario y suplente, respectivamente, por el décimotercer distrito electoral del Estado de Veracruz a los CC. Guillermo Rodríguez y Severino Méndez.

"El C. Soto y Gama pidió se diera cuenta con un escrito del Bloque Socialista, en que solicita se lea al final de cada junta la orden del día para la siguiente.

"Aprobado, sin debate, en votación económica, el referido dictamen sobre las elecciones en el décimotercer distrito electoral de Veracruz, y hecha la aclaración correspondiente, la Presidencia, obsequiando la solicitud del Bloque Socialista, manifestó que, al levantarse esta Junta, se daría a conocer la orden del día para la siguiente.

"Sin discusión fueron aprobados los dos dictámenes siguientes:

"De la primera Sección de la primera Comisión. Quinto distrito electoral de Coahuila. Diputado propietario, C. Andrés Gutiérrez Castro; diputado suplente C. Herminio Calderón S.

"De la cuarta Sección de la primera Comisión. Quinto distrito electoral de Chiapas. Diputados propietario, C. José Castañón; diputado suplente, C. Raymundo Enríquez.

"En cada caso se hizo la declaración correspondiente.

"Respecto del dictamen que produjo la sexta Sección de la primera Comisión, acerca de las elecciones en el primer distrito electoral del Distrito Federal, y que propone al C. Herminio Pérez Abreu como diputado propietario y al C. Gustavo S. Martínez como diputado suplente, se presentó una moción suspensiva firmada por los CC. Edmundo G. Cantón, Jorge Prieto Laurens, Antonio Díaz Soto y Gama y Francisco Soto. Después de que el C. Cantón la fundó, la Asamblea, en votación económica, acordó no tomarla en consideración. El C. Soto y Gama pidió votación nominal; pero como la declaratoria estaba hecha, la Presidencia no accedió.

"A discusión el dictamen de referencia, usó de la palabra en contra el C. Edmundo G. Cantón, quien

proporcionó dos documentos, que leyó la Secretaría. El C. Bordes Mangel habló en pro, siendo interrumpido por una aclaración del C. Cantón. El C. Prieto Laurens impugnó el dictamen. El C. Leopoldo Camarena, a nombre de la Sección dictaminadora, se produjo en pro. A solicitud del C. Aurelio J. Mijares. se leyeron varios documentos. El C. Manrique interpeló a la Sección dictaminadora, contestándole el C. Camarena quien fue interrumpido por el C. Israel del Castillo, para pedir que abandonasen el salón los ciudadanos que no fueran presuntos diputados. Con motivo de este incidente, el C. Manrique hizo una aclaración, y el C. Ernesto Aguirre Colorado una moción de orden. El ciudadano presidente obsequió la petición del C. del Castillo, invitando a los ciudadanos que no traían credencial, a que abandonaran el salón. El C. Nicolás Cano habló en contra del dictamen. El C. Leopoldo Camarena hizo aclaraciones, y el C. Antonio Díaz Soto y Gama rectificó hechos y contesto interpelaciones de los CC. Camarena y Pérez Abreu.

"En votación económica se consideró suficientemente discutido el dictamen y se aprobó la validez de las elecciones. Por lo que hace a la proposición favorable a los CC. Pérez Abreu y Gustavo S. Martínez, el C. Prieto Laurens, debidamente apoyado, solicitó votación nominal, y por ciento sesenta y cuatro votos de la afirmativa contra veintidós de la negativa, se aprobó dicha proposición. La Secretaría declaró que son diputados propietarios y suplente respectivamente, por el primer distrito electoral del Distrito Federal, los CC. Herminio Pérez Abreu y Gustavo S. Martínez.

"Sin debate se aprobaron lo dos dictámenes de que en seguida se hace mérito:

"De la cuarta Sección de la primera Comisión. Primer distrito electoral de Campeche. Diputado propietario, C. Juan Zubaran Capmany; diputado suplente, C. Lorenzo Mier y Terán.

"De la sexta Sección de la primera Comisión. Primer distrito electoral de Coahuila. Diputado propietario, C. Miguel Alessio Robles; diputado suplente, C. Daniel Cerda.

"Después de aprobado cada uno de los dictámenes anteriores, la Secretaría hizo la declaratoria respectiva.

"Se leyó el dictamen firmado por los miembros de la segunda Comisión Revisora de Credenciales, que propone para diputados propietarios y suplente, respectivamente, por el primer distrito electoral de Michoacán, a los CC. Uriel Avilés y José P. Ruiz.

"Los CC. Soto y Gama, Portes Gil, Berzunza, y Bravo y Juárez, presentaron una moción suspensiva. El C. Soto y Gama la fundó; el C. Avilés habló en contra con anuencia de la Asamblea, el C. Timoteo Guerrero, candidato a diputado propietario por el referido primer distrito electoral de Michoacán, usó de la palabra en pro.

"No habiéndose tomado en consideración la moción suspensiva, se puso a debate el dictamen.

"El C. Manrique pidió se leyeran las credenciales de los CC. Avilés y Guerrero y sugirió que se resolviera sobre el criterio que debía seguirse en adelante para los casos en que se presentaran dos ciudadanos con credenciales por el mismo distrito. La Presidencia estimó esto objeto de una proposición que debía discutirse separadamente. El C. Luis Espinosa hizo apreciaciones sobre el registro de las credenciales que no llenaran todos los requisitos de ley y opinó que, en el presente caso, la del C. Avilés era la legítima. El C. Borrego, en moción de orden, citó el artículo 107 del Reglamento. El C. Manrique hizo otro moción de orden. La Secretaría leyó las credenciales de los CC. Avilés y Guerrero. Este paso a la tribuna y habló en contra del dictamen, interrumpiéndolo el C. Ernesto Aguirre Colorado, para hacer una moción de orden, que dio lugar a una aclaración de la Presidencia.

"Siendo las ocho y quince de la noche, la Asamblea acordó que se prorrogara la sesión.

"El C. Guerrero concluyó de hablar en contra, y acto continuo el C. Soto y Gama contestó una interpelación del C. Luis Espinosa, quien adujo razones en defensa de la credencial del C. Avilés. El C. Zincúnegui Tercero, a nombre de la Comisión, sostuvo el dictamen, y así que el C. Manuel Padilla usó de la palabra en contra, se dió por terminado el debate.

"En votación económica, fue aprobado el dictamen, y la Secretaría declaró que son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el primer distrito electoral del Estado de Michoacán, los CC. Uriel Avilés y José P. Ruiz.

"A invitación de la Presidencia, el C. Timoteo Guerrero abandonó el salón.

"El C. Hernández Maldonado pidió se consignase al mencionado C. Timoteo Guerrero, por haber traído una credencial que no estaba ajustada a la ley, y el C. Zincúnegui Tercero insinuó que una Comisión acompañase en su salida al mismo C. Guerrero.

"La Secretaría leyó la orden del día para la Junta siguiente, y acerca de ella hicieron aclaraciones los CC. Andrés Gutiérrez Castro y Bordes Mangel.

"A las ocho y cincuenta y cinco de la noche se levantó esta Junta, citándose para las cuatro de la tarde del día siguiente."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

El C. secretario Valadez Ramírez: Se va a dar cuenta con los asuntos en cartera.

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden¡ Está pendiente de dilucidarse el punto relativo a la dualidad de credenciales. Suplico a su señoría el ciudadano presidente, con todo respeto, que dé preferencia a este asunto, supuesto que así se evitará que estén usurpando curules en esta Cámara individuos que no deben encontrarse aquí.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta a su señoría que se van a leer los documentos en cartera, y que tan pronto como se concluya esa lectura se irán tratando por orden los demás asuntos. Ese punto a que se refiere su señoría se pondrá a discusión inmediatamente.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Telegrama.- México, D.F.- Secretaría de Gobernación.- Agosto 24 de 1920.- Señores secretarios del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados.

"Tengo el honor de informar a ustedes para conocimiento de los respetables miembros de ese Colegio Electoral, que por acuerdo del ciudadano presidente de la República se ha mandado poner en libertad el C. Felipe Murguía, presunto diputado al Congreso de la Unión por el distrito de Tepeaca, Estado de Puebla. Atentamente, el subsecretario de Gobernación, encargado del despacho, licenciado J. I. Lugo".- De enterado y a su expediente.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para una aclaración.

Honorable Asamblea: En el documento que acaba de leer la Secretaría, se consigna que el presunto diputado por Tepeaca, C. Felipe Murguía, ha sido puesto en libertad por orden del presidente de la República. Suplico a la Presidencia ordene a la Secretaría tenga la bondad de volverle a dar lectura.

El C. secretario Valadez Ramírez: El telegrama dice que por acuerdo del ciudadano presidente de la República se le ha mandado poner en libertad.

El C. Espinosa Luis: Es precisamente lo que quiero rectificar.

El ciudadano presunto diputado Felipe Murguía no ha sido puesto en libertad por orden expresa del presidente de la República; es necesario que se sepa que el Poder Ejecutivo es una cosa y el Poder Judicial es otra cosa.

El C. presidente: (Campanilla.) La Mesa llama al orden al diputado Espinosa; todavía no está a discusión ese punto. Tenga la bondad de esperar a que se dé lectura a la documentación.

El C. secretario Valadez Ramírez: A solicitud del C. Felipe Murguía, se va a dar lectura a este documento.

"Juzgado 6o. de Instrucción.- Número de Partida 817.

"En la averiguación instruida contra Felipe Murguía, que se halla en la prisión militar como presunto responsable de calumnia, el juez que subscribe determinó: quede libre por falta de méritos.

"México, agosto 24 de 1920.- Firma del juez, A. Dovalí."- De enterado y a su expediente.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra en contra del trámite.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Espinosa Luis: Tenemos, ciudadanos presuntos representantes, dos versiones diametralmente opuestas en el asunto de la libertad del presunto diputado Felipe Murguía; por un lado el representante del Ejecutivo de la República dice que este ciudadano ha sido puesto en libertad por órdenes dictadas por él; y por otro lado, tenemos a un juez del orden Penal que dice que el C. Murguía ha sido puesto en libertad por falta absoluta de méritos. Es necesario que nosotros deslindemos bien las cosas, si fue el presidente de la República quien lo ordenó o si fue el C. juez Dovalí. Desde luego si fue el juez Dovalí, este ciudadano debe haber dado también la orden de captura en contra del C. Murguía y es el C. Dovalí el responsable inmediato del atropello al fuero que se ha hecho en la personalidad de este ciudadano; si por el contrario, el C. Murguía fue hecho prisionero, es decir, privado de su libertad, garantizada ampliamente en los artículos del 13 al 16 de la Constitución de la República, por el presidente de la República, él es el responsable de esta violación. Como el asunto es de suma importancia porque esta clase de atropellos pueden repetirse en los ciudadanos presuntos representantes, yo quiero que oficialmente se aclare cuál es aquí la autoridad que ha dicho la verdad: si este ciudadano fue puesto en libertad por orden del presidente de la República o por orden del licenciado Dovalí que no encontró méritos bastantes para fundar la culpabilidad del presunto ciudadano diputado Murguía; si fue el ciudadano juez de lo penal quien dictó esa orden de captura, debe procederse en contra de esta autoridad que no ha respetado el fuero de los compañeros extralimitándose en sus funciones; si, al contrario, ha sido el representante del Ejecutivo quien ha cometido esta violación a las garantías individuales, debe también procederse en contra del Ejecutivo de la República. (Aplausos.)

El C. presidente: El Reglamento dice que puede hablar uno en pro y otro en contra...

El C. Murguía: Quiero hacer una aclaración, señor presidente.

El C. Borrego: Moción de orden. Pido que se dé lectura al artículo 20, porque el artículo éste dice que las resoluciones presidenciales serán reclamadas; es decir, serán tramitadas esas reclamaciones cuando sean apoyadas por dos individuos y en el caso actual no ha sido apoyada por ningún individuo. Yo pido que se dé lectura al artículo para que se vea que mi moción es pertinente.

El C. secretario Valadez Ramírez: A petición del C. Borrego, se va a dar lectura al artículo 20 del Reglamento.

"Artículo 20. Este voto será consultado cuando algún miembro de la Cámara reclame la resolución del presidente, previa una discusión en que podrán hablar dos individuos en pro y dos en contra; lo cual se podrá hacer siempre que no haya mediado votación en el mismo negocio y se adhieran a la reclamación por lo menos dos de los individuos presentes."

El C. presidente: El señor Murguía había pedido la palabra en pro.

El C. Murguía: Pido la palabra para una aclaración, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Francisco Castillo.

El C. Castillo Francisco: Ciudadanos presuntos diputados: Me ha extrañado la peroración del C. diputado Luis Espinosa. Estoy por que se apruebe el acuerdo de la Presidencia, puesto que la Cámara, es decir, nosotros, en Colegio Electoral, no vamos a constituirnos en tutores del C. Murguía que fue privado de su libertad, y no somos nosotros los que vamos a consignar esos hechos al juez para que él los juzgue; es el C. Felipe Murguía quien tiene a salvo sus derechos para ejercitarlos ya sea en contra del presidente de la República o ya sea en contra del juez que atentó en contra de su libertad. No somos, pues, nosotros los que debemos resolver sobre este asunto, es de la incumbencia personal del C. Murguía.

El C. secretario Valadez Ramírez: No habiendo más oradores en pro ni en contra, se pone a votación.

El C. Murguía: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Murguía Felipe: Señores: El señor diputado Luis Espinosa, con toda razón pidió que se aclarara el punto de si el representante del Ejecutivo había ordenado mi aprehensión, o el juez 6o. de lo Penal. Debo manifestar a ustedes, con el respeto que me merecen, que no ha sido el juez 6o. de lo Penal, sino que ha llegado a mis oídos que el señor general Francisco Serrano había ordenado mi aprehensión en vista de las calumnias que publicaron los periódicos, y de las cuales fue víctima él y yo también. El señor general Serrano probablemente sin tener en consideración los artículos de la Ley Electoral que me amparan, más bien dicho, los artículos de la Constitución que me amparan, y por los cuales gozo de fuero, ordenó mi aprehensión, creyéndome inmiscuido en esa burda calumnia; pero ahora vengo aquí con la frente levantada y limpia a manifestarles que he sido puesto en absoluta libertad por orden del juez 6o. de lo Penal, quien no encontrando méritos suficientes para proceder en mi contra, dictó la orden de libertad absoluta, la cual no fue cumplida inmediatamente, sino hora y media después, pretextando el jefe de la prisión de Santiago que no obedecería esas disposiciones sino las que recibiera directamente de Guerra. Como ustedes comprenderán, esto es un nuevo atropello para mí; todavía más, tengo temores de que, para lo sucesivo se me siga molestando por mis enemigos políticos, mis enemigos formidables que se encuentran aquí, y yo, apelando a la recta justicia de ustedes, espero que me ampararán y protegerán contra las maquinaciones de mis enemigos, que se han valido de mi encarcelamiento para perjudicarme, extorsionarme, molestarme, malquistarme y mal informarme con todos ustedes, haciéndome aparecer como un culpable o como un hombre poco digno, como un revolucionario falso, cuando toda mi vida he sido honrado y he ido a los campos de la lucha a pelear y obtener el grado desde soldado hasta obtener el de coronel no por favoritismo, sino todos ganados en campaña y por méritos especiales. Con esto, señores diputados, queda demostrada mi inculpabilidad y estoy seguro de que en la convicción íntima de ustedes está que no soy un hombre falso que venga aquí a sorprenderlos con palabras mentirosas. No soy un orador ni mucho menos, pero sí vengo con el corazón en la mano, (Risas.) como un hombre que jamás ha mentido y que nunca mentirá, y advierto a ustedes que ni por un momento he querido hacer culpables al señor secretario ni al señor subsecretario de Guerra y Marina, ni al señor presidente, que tiene malas informaciones mías, el cual ha creído que soy el culpable de un asesinato en Tepeaca y esta mañana...

El C. Pérez Abreu: Moción de orden, señor presidente. Pido la palabra para una moción de orden. Tengo entendido que el señor está haciendo su autodefensa y solamente ha pedido la palabra para una aclaración; en consecuencia, pido que la Presidencia le quite el uso de la palabra.

El C. Espinosa Luis: Es una víctima, hay que dejarlo hablar y es innoble cortarle el uso de la palabra.

El C. presidente: La Presidencia ha comprendido esto, señores presuntos diputados; pero como se trata de un compañero, aun violando el Reglamento, la Presidencia ha tenido la benevolencia de conceder al compañero que haga la aclaración.

El C. Murguía Felipe: Para terminar, señores, no quiero cansarlos con mi peroración, que no significa nada, pero sí les diré que les protesto bajo mi palabra de honor militar, que si acaso yo salgo culpable de algún delito, se me corra vergonzosamente de este recinto, se me destituya del grado militar que tengo en el Ejército y se me destierre del país, después de extinguir una condena en la cárcel.

El C. secretario Valadez Ramírez: En votación económica se pregunta si se aprueba el trámite de la Mesa.

El C. Espinosa Luis: ¿Cuál es el trámite?

- El mismo C. secretario: De enterado y a su expediente.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

El C. León Luis: Pido la palabra para una alusión personal.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. León.

El C. León Luis: Como el señor Murguía, en su peroración ha hablado de los formidables enemigos que se encuentran aquí, y como la vez pasada yo me opuse a que reclamara su libertad esta Cámara, pudiera creerse que yo soy uno de esos enemigos, quiero hacer la siguiente aclaración: No me ha sido nunca conocido el señor Murguía, hasta esta mañana que él mismo se me presentó en lo personal. En mi poder han estado pruebas documentadas de que el señor Murguía cometió ciertos delitos en contra de la Ley Electoral; pero como el señor Murguía esta mañana me ofreció que va a venir a pulverizarlas, aquí quiero declarar, de una vez por todas, que tendré mucho gusto en que el señor Murguía depure su conducta aquí y que, por honradez, en caso que él destruya esas pruebas, yo subiré a la tribuna donde fui a atacarlo, a declarar que es un hombre honrado cuando ya traiga su documentación.

- El mismo C. secretario: Honorable Asamblea: Los subscriptos, diputados y presuntos diputados...

"H. Asamblea:

"Los subscriptos, diputados y presuntos diputados, sometemos a vuestra consideración la proposición siguiente:

"Única. Sólo pueden ser partes integrantes del Colegio Electoral los presuntos diputados tenedores de credenciales ajustadas a la Ley Electoral.

"Pedimos dispensa de trámites.

"México, Salón de Sesiones, agosto 25 de 1920.- Francisco Soto.- A. Arroyo Ch Nicolás Cano."

Se invita a uno de los que subscriben esta proposición, se sirva pasar a fundarla.

El C. Soto Francisco: Señores diputados y presuntos diputados: La proposición que acaba de leer la

Secretaría está fundada en motivos tan claros, que sólo personalismos y mezquindades han podido extraviar el criterio de la mayoría a este respecto. Se funda esta proposición en artículos terminantes de la Ley Electoral vigente, especialmente en los artículos 89 y 91 que reglamentan, de un modo que no deja lugar a duda, la regla a que deben ajustarse las juntas computadoras para extender las credenciales. El artículo 89 previene que estas credenciales deben ser expedidas a los ciudadanos que hayan obtenido mayoría absoluta de votos, y otro caso verdaderamente excepcional y raro que es aquel en que algunos candidatos hubieren obtenido igualdad de votos, es decir, que haya habido empate en los sufragios emitidos. Son los casos aparte de los distritos que establecieron dos juntas y que entonces tocará a las comisiones de Poderes dictaminar y esclarecer cuál fue la Junta legal y capacitada, por consiguiente, para expedir la credencial. Desde la primera de las juntas previas que celebramos y en previsión de los enredos, de los embrollos y de las dificultades a que daría lugar el absurdo en que hemos incurrido, yo presente esta moción a la Presidencia y hoy se vuelve a discutir porque los hechos nos han demostrado que a cada paso iremos tropezando con grandes dificultades si seguimos sosteniendo este precedente. Las juntas computadoras pudieron haber cometido errores, por ignorancia o por la presión de la autoridad. El oficial mayor tal vez no supo a qué atenerse en determinados casos y sólo así se explica que haya expedido tarjetas de presuntos diputados en casos que de ninguna manera pueden explicarse en los términos legales. Corresponde al Colegio Electoral rectificar sus normas, fallar y sentar un precedente de equidad y de justicia.

Estoy seguro de que a esta proposición únicamente se opondrán aquellos que puedan venir aquí a invocar sentimientos personalísimos de mera conveniencia; pero esto, señores, me voy a permitir decirles que implica una ofensa a este Colegio Electoral, implica una ofensa a las comisiones dictaminadoras, porque de ninguna manera significa esta proposición que ya se prejuzgue de la validez de las elecciones; lo único que pedimos es que sólo se permita el acceso a los verdaderos presuntos diputados, entendiendo por verdaderos presuntos diputados a los poseedores de credenciales extendidas en términos estrictamente apegados a la Ley Electoral. Las comisiones vendrán después averiguar si las credenciales son legítimas; no se prejuzga de la validez de la elección. Quiero referirme a un hecho que guarda relación con esta proposición y que no es precisamente legal, sino político. Por lo que a mí respecta, confieso que me había equivocado en este punto; yo creí, señores diputados y presuntos diputados, que la desaparición un tanto sospechosa de la proposición que presente en compañía de otros dos ciudadanos presuntos diputados, se debía a una maniobra; lo creí así, porque no se le dio lectura nunca a esa proposición hasta ahora que hemos presentado una nueva, y, repito, que me equivoqué, pues estoy convencido de que no fue una maniobra. Algunos de los afectados o de los que pueden llamarse perjudicados por esta proposición, pertenecen al Bloque Liberal Constitucionalista. Yo por un momento creí que el Partido Liberal Constitucionalista sostendría sin reparar en motivo de legalidad y de justicia el criterio contrario; es decir, que la mayoría de los interesados en que no se apruebe esta proposición permanecerían aquí nada más por la imposición del número sin ningún fundamento legal y, repito, señores, me he equivocado y cumple a mi honor, como miembro del Bloque Socialista e indirectamente del Partido Liberal Constitucionalista, rendir este homenaje de verdadera honradez. El Partido Liberal Constitucionalista ha dado muestras de una imparcialidad verdaderamente laudable, porque en la mayoría de sus componentes se ha sobrepuesto la justicia y la legalidad a esos motivos mezquinos de personalismos y es el momento, señores, de demostrar que el Partido Liberal Constitucionalista y el Bloque Socialista, diga lo que diga la prensa reaccionaria, no están empeñados en dar un espectáculo ridículo ante la Nación; no están empeñados en defraudar las grandes esperanzas que la Revolución tiene en los revolucionarios avanzados; no, señores; veremos mañana si todavía la prensa reaccionaria tiene el cinismo de venir a hacer alarde de triunfos proféticos; ellos han pronosticado la ruptura entre los dos bloques y ahora se glorían de que han triunfado; no, señores; nada más falso, nada más absurdo. En sesiones anteriores de ambos bloques ha quedado demostrado plenamente, sobre todo a propósito de este punto, que es verdaderamente una piedra de toque, que en los dos bloques hay hombres honrados que marchan de acuerdo y hay hombres que están dispuestos a prescindir de todo personalismo para secar adelante la ley de la justicia. Esta unión, señores, es promesa hermosa de prosperidad para toda la República y no importa que estos periódicos vayan a sembrar desconfianzas y alarmas por toda la Nación. Ellos cuentan con la reacción; nosotros contaremos con el apoyo nacional, es decir haremos verdadera revolución, demostraremos que somos fuertes, que estamos unidos, que no habrá fuerza reaccionaria capaz de separarnos. El Partido Liberal Constitucional, que en su mayoría está de acuerdo con esta proposición, repito, ha demostrado su honradez. Dentro de él ha habido quienes levanten su voz, y a pesar de eso, la razón, la justicia y la legalidad se ha abierto paso en las conciencias de ustedes y estoy seguro, señores, de que esta proposición saldrá triunfante, como ha quedado ya evidenciado el criterio en las asambleas de los bloques por separado, y no se vaya a decir tampoco mañana en la prensa reaccionaria que estos acuerdos previos son disparates. No, señores. (Siseos.) Señores, debo advertirles, en respuesta a esos siseos, que soy un individuo acostumbrado a dormir sobre resmas de papel, junto a la máquina impresora de "Revolución". Así pues, ¡ya veréis si los siseos serán para mí, lo que dicen que decía Napoleón: que la música era para él el menos molesto de los ruidos! (Risas. Aplausos.)

Estos acuerdos previos, señores, en que todo mundo tiene derecho de tomar parte, en que se dilucidan las cuestiones con un criterio absolutamente independiente, en que no habla ni uno ni dos oradores del pro ni del contra, sino que hablan docenas, como en los acuerdos ha sucedido, son no sólo ventajosos para unificar el criterio, sino para venir a discutir los asuntos de enorme trascendencia. Se ahorra muchísimo tiempo y se

viene a laborar y a trabajar como debemos hacerlo y como es nuestro deber. (Siseos. Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Avellaneda.

El C. Avellaneda: Ciudadanos diputados y presuntos diputados: Después de la dolorosa experiencia con que vengo ante vosotros, vengo a declarar aquí que nada tan inmoral, nada tan antidemocrático, nada tan inconveniente como una proposición de tal naturaleza como la que se nos presenta en estos momentos. No basta, ciudadanos diputados, que allí sea uno objeto de las vejaciones más terribles y tremendas por parte de las autoridades; para aquellos que luchamos por el mejoramiento social, no basta que un presidente se niegue contra la ley y terminantemente a registrar una credencial; no basta, ciudadanos diputados y presuntos, que a mí se me haya negado hasta el derecho de penetrar hasta el local donde se desarrollaban las labores de la Junta Computadora; no basta que mis comitentes hubieran tenido que votar contra la voluntad de sus patrones, que les ordenaban, porque aquí está mi contrincante, que es un terrateniente que les ordenaban, como yo lo voy a probar el día que se discuta mi credencial que les ordenaban a palos, (Risas. Aplausos.) y voy a demostrar, porque traigo la documentación completa, voy a demostrar, ciudadanos diputados y presuntos diputados, que he sido el candidato más vejado, el más oprimido, el candidato más vejado que haya luchado en defensa del proletariado del Distrito Federal; y todavía después de todas esas injusticias recibidas, está lo peor: el que se presente aquí mi estimable compañero Espinosa diciendo que no debemos tomar ningún participio en la discusión de credenciales. Y después viene un ciudadano precisamente socialista a evitar el que uno de nosotros venga aquí a hacer las aclaraciones, a explicarnos el caso; a ustedes les consta cuán difícil es hablar a los miembros de las comisiones, hacerles comprender el caso de cada uno de nosotros, las circunstancias difíciles en que nos encontramos. Señores diputados, ¿por qué esa injusticia? ¿por qué, si vosotros tenéis un espíritu de amplia democracia, por qué si os llamáis revolucionarios, si vosotros os llamáis libertadores, por qué cerráis las puertas a los individuos a quienes el pueblo...? - Y el caso mío lo probará-, como el caso mío hay muchos, ¿por qué no se ha de dar el derecho de venir ante ustedes a exponerles los crímenes que se cometen con los comitentes en este distrito? Se trata aquí, ciudadanos diputados y presuntos diputados, se trata de hacer comprender el sin número de vejaciones, el sinnúmero de atropellos que a diario recibe el proletariado de mi distrito. Desde hoy hago la aseveración plena ante vosotros todos para que me tachéis en mi propio rostro si falto a ella, que no vendré a defender esa credencial, que no vendré a atacar a mi contrincante, sino que vendré a denunciar los hechos, los delitos que tuvieron lugar en aquel distrito únicamente. No importa que me quede yo o mi contrincante lo que pido es que se abra un amplio debate y que se ejerza justicia y nada más que justicia, que es lo que a este respecto vengo a solicitar de vosotros. Yo no sé con qué palabras pudiera llegar hasta el fondo de vuestras conciencias, hasta lo más sensible de vuestro ser, para que vierais por una especie de telepático conocimiento y os transportarais mentalmente al lugar donde yo he luchado. Y allí todo fue en contra: el Clero, el Capital, que representa mi contrincante aquí; más todavía que no quiero decir, porque no quiero darle manera de que busque otras salidas para mis ataques en el momento en que se discuta la credencial. Solamente quiero venir a denunciar los hechos. Desde hoy os digo que no vengo a solicitar justicia, porque la daréis a quien la tenga, estoy seguro de que vosotros lo haréis, no vendré a solicitar nada, vendré nada más a deciros: el proletariado de mi distrito, los individuos que expidieron mi credencial, que eran los únicos capacitados para expedirla, esos me dijeron: "vaya usted con ese papel y defiéndanos contra el Clero, defiéndanos contra el Capital; si no lo puede usted hacer, el fracaso es nuestro; más todavía, el triunfo es del Partido Católico de Michoacán...

El C. Espinosa Luis: Moción de orden. No se trata del Partido Católico de Michoacán, se está tratando de la proposición. (Siseos. Murmullos.)

El C. presidente: La Presidencia suplica al orador se sirva concretarse al punto a discusión.

El C. Avellaneda: En vista de que el ciudadano presidente también ampliamente demócrata, en el sentido ampliamente demócrata, me dice que no me disgregue, que me contraiga exclusivamente al trámite de la Mesa, que no me ande por allí con saltos que puedan venir al mismo punto a que se viene; que uno tenga precisamente el modo de pensar, el modo lógico de sacar consecuencias teniendo por premisa la que se le ocurra probablemente al señor presidente, y que no se puedan traer premisas de otra índole, que no se pueden citar casos, sino que aquí hay que sujetarse estrictamente, creyéndose que el que habla debe definir precisamente lo que el señor presidente entiende por sujetarse al trámite; pero debo hacer saber que es la primera vez que veo al señor presidente un poco riguroso; siempre el ciudadano presidente ha dado amplias pruebas de un amplio criterio democrático. Es, pues, en nombre de la justicia únicamente y en nombre de la justicia como os pido, muy especialmente, y repito que no vendré a defender mi credencial, no vendré a atacar a mi contrario, sino que vendré a deponer ante ustedes, a expresar ante ustedes, a verter ante ustedes algo de lo que en mi alma se agita, algo que me hiere, algo de lo que mi alma revolucionaria siente. Es por lo único por lo que quiero venir aquí; no me lleva ningún asunto personal; más todavía: no vendré yo a colaborar con vosotros, aunque se apruebe mi credencial, deseo que venga el suplente a que haga una labor honesta entre vosotros; estoy seguro de ello, de tal manera, que os suplico que en nombre de la justicia y de la democracia, no se apruebe esta proposición.

El C. Borrego: Pido la palabra.

El C. presidente: Se va a poner a discusión el trámite de la Mesa.

El C. secretario Valadez Ramírez: En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. Los ciudadanos diputados y presuntos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Alba Pedro de: Pido la palabra para una interpelación a los firmantes.

El C. presidente: Se les dará la palabra a los que se vayan inscribiendo.

El C. Alba Pedro de: Pido la palabra para una interpelación a los firmantes. Muy atentamente me permito preguntar al señor Soto, firmante de esta moción si se refiere a lo ya tratado relativo a las credenciales dobles, porque, en mi caso, se trata de una credencial que tiene simplemente un defecto de redacción. En mi distrito no hubo dos juntas computadoras, no hubo dos credenciales, no hubo más mayoría que la que obtuve en mi favor, y en mi credencial está firmada por el presidente municipal de Aguascalientes y certificada por el gobernador interino. Así es que quiero saber si se refiere al caso mío, o al caso de las credenciales dobles.

El C. presidente: La Mesa muy respetuosamente se permite llamar la atención al presunto diputado que acaba de hacer uso de la palabra, porque se trata de otro asunto y se va a poner a discusión, y después hará usted otra proposición en el sentido que indica. Tiene la palabra el C. Bravo y Juárez.

El C. Bravo y Juárez: Respetables presuntos diputados: Vengo a hablar en contra de una proposición que quiere meterse en el estrecho círculo del artículo de la ley, cuando todo el mundo sabe que hay muy pocos hombres honrados que sepan comprender y que sepan respetar la ley. Se quiere retirar de aquí, señores, con un criterio estrechísimo, a los hombres que vienen a defender, óigase bien, no la curul por intereses mezquinos, no como usurpadores, como lo ha dicho el compañero Soto, de cuya frase yo protesto, porque yo traigo mi frente limpia y no he creído nunca venir a usurpar un lugar que no me corresponde. Yo vengo a defender los intereses de mi distrito, la dignidad personal de los electores de aquel rincón del Jalisco, porque sí, señores, honradamente la credencial que yo traigo es la legítima. Y cuando no está todavía oreada por completo la sangre de una revolución que se ha hecho para que se respete el sufragio efectivo, cuando todo el mundo sabe que hay políticos sagaces y ambiciosos que en determinado terruño de la República dominan como caciques incontrastables por la fuerza de su dinero y de su osadía, entonces, señores, cuando allá en esos rincones de la patria faltan las garantías para el humilde, faltan las garantías para el hombre que se levanta sin recomendación ignominiosa; es allí cuando se burla la ley, esa ley que seguramente cuando queréis ahora que se respete, no habéis tenido cuidado de que se respete por allá en los Estados. Señores, ¿entonces por qué se nos quiere negar ese derecho - cuando aquellas autoridades ignominiosas no han sabido respetar esa ley -, ante la suprema autoridad electoral que sois vosotros, ante esta suprema autoridad electoral? ¿Por qué pretende negarnos, no la curul sino el derecho de decir la verdad, el derecho de defendernos lícitamente? ¿Cómo, señores, había de ser justo, en qué país del mundo la jurisprudencia sienta que a las partes contrincantes no se les oiga para juzgar? Solamente en México, después de una revolución que ha proclamado la libertad del sufragio, la libertad de los ciudadanos, se quiere ahora, señores desterrarla en este Congreso, donde debería imperar absolutamente el sentido democrático, alejando ese criterio absolutamente pequeño de la ley, cuando con la ley no se sabe cumplir. No, señores, si queréis ser justos, si queréis que la Historia diga que el primer Congreso de la Unión después de la última revolución ha velado por la defensa del sufragio efectivo, debéis ser justos admitiendo aquí la discusión de todos los intereses y de todos los que tengan conciencia de venir a defender un interés honrado. Señores, porque allá, en aquellos rincones donde son dos caciques hacendados los que dominan la autoridad; porque han puesto por su gusto al presidente municipal, cuando el presidente de la Junta Computadora es el sirviente de ese cacique y cuando los caciques esos también son candidatos a diputados, ustedes comprenderán que allí no hay libertad, y esa libertad y esa justicia venimos a pedirla aquí los que hemos luchado con las armas en la mano y los que hemos luchado en la tribuna y la prensa por la efectividad del sufragio, y para alcanzar la efectividad de la justicia. Señores, en el 10 distrito electoral de Jalisco ha habido un acontecimiento que revela, y revelará cuando la Comisión dictaminadora lo exprese ante ustedes, toda la verdad de un gran chanchullo. ¿Cómo es posible que en un distrito electoral que tiene cincuenta casillas, sea perdida la elección de esas cincuenta casillas tan sólo por los votos de los dos ranchos precisamente de los dueños, de los propietarios, que son los candidatos contrarios? ¿Cómo es posible que un presidente de la Junta Computadora sea árbitro para dominar, no ya el sentir de los demás miembros, sino negarles voz y voto, para hacer lo que le dé su gana con la fuerza armada y con la preponderancia del presidente municipal en ese lugar, y cuando estos hombres de la Junta Computadora han mandado un escrito, antes de terminar su labor, a esta Cámara de Diputados, denunciando los hechos y cuando se han quejado por telégrafo al gobernador del Estado, y cuando han dicho que no se les permite funcionar, y cuando se les ha obligado a firmar una credencial con fuerza armada en el salón, y luego se constituyen ante el notario en el mismo sitio donde se ha cometido el chanchullo a la ley y a la libertad del sufragio, y extienden otra credencial con toda la fe y con toda la libertad que tienen como funcionarios de Junta Computadora? ¿Cómo va a ser posible que se vaya a tachar de mala esa credencial? Yo no vengo a usurpar una curul, no la quiero, porque lo que deseo es la dignidad de los sufragantes de mi distrito y que sepan que vine aquí a la tribuna ante ustedes, a defender la legalidad y a defender la justicia. El mismo oficial mayor de la Cámara de Diputados ha dado la nota: se han presentado dos credenciales con visos de Legalidad; luego, ¿cómo se va a juzgar ahora que aquí debe estar solamente el que traiga la credencial con la primera firma del presidente de la Junta Computadora, si ese presidente de la Junta Computadora ha quitado toda función a los demás miembros que la componen, por medio de la fuerza, amenazando con desalojarlos del salón si hablan o discuten? Seamos justos, señores; si no se ha podido conquistar el cumplimiento de la ley en los rincones de Jalisco, si no se puede hacer justicia ahora a los

traigan derechos que alegar, y que están convertidos, como ya los convierte la ley, en suprema autoridad justiciera electoral, y entonces, señores, cuando vuestro voto decida cuál de las credenciales es la buena, si es la mía o la de mi contrincante; en este último caso yo iré dando un aplauso a vuestra actitud, iré a mi región a predicarles a todos que se ha hecho justicia, que he sido derrotado dentro de la ley, dentro de la legalidad, y que el Congreso de la XXIX Legislatura nacional no ha reducido su criterio a determinado radio, sino que ha cumplido estrictamente con la ley. Iré a decir que ha sido consecuente con ese criterio revolucionario, porque las mismas revoluciones, cuando han visto que los gobiernos se burlan de la ley y la atropellan constantemente, basta un plan, señores, bastó el Plan de Agua Prieta para echar abajo toda la legalidad en que quiso fundarse el dictador Carranza, y ahora, a este Colegio Electoral, como suprema autoridad, se le hace mucho trabajar oyendo a quince o veinte que vienen a reclamar un derecho legítimo. Yo vengo a hablar por todos; si yo soy un usurpador, si supone el señor Soto que yo venga a defraudar, yo los autorizo, señores, a que después de leer el expediente y las pruebas, no sólo para que me corran del salón vergonzosamente, sino que no aceptaría la obra bondadosa y magnánima que sucedió ayer con el presunto diputado de Michoacán, para que no se le consignara. Yo pediría que nadie me favorezca en ese sentido y, por el contrario, pediría que se me consigne, porque he venido a burlar esos principios que yo vengo a defender, porque he venido seguramente también a burlar el prestigio de la Cámara Nacional. No, señores, si queréis ser consecuentes con el momento histórico que vivimos; si queréis ser consecuentes con la libertad del pueblo mexicano que la está pidiendo día a día, a gritos, señores, vuestra obligación omnipotente, vuestra obligación original es oír a todos los que vienen a defender un principio de justicia y luego dársela a quien la tenga y negársela a quien no la tenga; pero, señores, ponernos a dos que pretendemos defender derechos efectivos, derechos reales, porque hemos luchado en los campos democráticos, ponernos en condiciones absolutamente difíciles para poder alegar esa justicia, porque no cabe duda que el de dentro tendrá más ventajas, y tendrá más ventajas sobre el que está fuera, sin oír esta discusión, todo esto es simplemente atentatorio al espíritu de justicia, al principio de libertad, y por esto yo pido, señores..... (Aplausos nutridos.) por esto yo pido, señores, no solamente porque es de justicia, sino por que es de prestigio para nuestro Partido Liberal Constitucionalista, por el cual fui candidato, yo pido, señores, que trabajemos para que se alarguen los debates; pero que no se burlen los anhelos del pueblo mexicano ni mucho menos se ahogue ese espíritu de justicia que está reclamando el pueblo mexicano, y por esto yo pido, señores, por su honor, por el honor del Partido Liberal y por el honor de la nación, y por ese grito que ya no cabe en la extensión, y por ese grito que ya no cabe en la extensión de nuestro país, de ¡Justicia, de Justicia y de Justicia!, que déis, cabida a todos los que traigan credenciales duplicadas, para que vengan a defender sus derechos. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Jesús Z. Moreno, en pro.

El C. Moreno: Honorable Asamblea: Hablar en nombre de la moderación y de la ecuanimidad cuando se trata de los más altos intereses de la nación, precisamente en los momentos en que se echa mano de los argumentos de oropel y de relumbrón para arrancar un aplauso, parécenme las condiciones más difíciles para dirigiros la palabra, precisamente cuando hace poco tiempo estaba yo en el campo.

Estoy absolutamente de acuerdo con la moción presentada por el presunto diputado Soto y demás signatarios de la iniciativa, porque en el fondo, aunque aquí se ha hablado mucho de intereses de partido, de intereses de candidatos, no se ha hablado de la médula de esta iniciativa, que son los intereses de la nación, y los intereses de la nación, señores, reclaman en estos momentos que antes del día último del mes actual que integrada la Cámara Legislativa y ¿cómo vamos a hacer trabajo fecundo y práctico para llegar a integrar esta Cámara si nos vamos a distraer constantemente en discusiones, más o menos bizantinas; que nos envuelven más que el interés privado o particular de cada uno de los presuntos diputados que vienen a sostener aquí, a querer hacer de esta Asamblea un club de demagogos? Yo estoy, señores, en el caso de duplicidad de credenciales. Tendré esta ocasión el momento más propicio para hablar de todos los elementos legales que amparan mi credencial; pero no es este el objeto, yo renunciaría y debemos renunciar todos los que estamos en estas condiciones a distraer por un solo momento a la Asamblea de la augusta función a que está convocada. Por otra parte, la iniciativa del señor presunto diputado Soto entraña un principio legal de magna trascendencia. Hasta estos momentos por el 14 distrito electoral de Veracruz nos encontramos dos presuntos diputados, se nos ha dado acceso a esta Asamblea y en las votaciones que se han verificado, un distrito electoral que no tiene más de un voto para decidir en el Congreso, ha estado teniendo dos votos. ¿Y qué criterio legal, señores, puede sostener el principio contrario de que si la Constitución y la ley da a un distrito electoral la representación de un solo diputado en la votación, deben existir dos votos y quizás hasta opuestos? No obstante mi incapacidad para intervenir en este debate de tanta trascendencia, no voy a seguir distrayendo vuestra atención, porque creo que no necesito invocar más que estos dos grandes causales para que podáis orientar vuestro criterio: primero, los altos intereses de la nación, de la patria, que están vinculados con que esta Asamblea quede debidamente constituida antes de fin de mes, y segunda, que no haya dos votos por un distrito que solamente tiene derecho a tener un voto. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. presunto diputado Villarreal.

El C. Villarreal: Señores diputados y presuntos diputados: Por tercera vez tomo participación en estos debates y por tercera vez vengo a sostener que es perfectamente injusto, que es perfectamente antiliberal y que es perfectamente antidemocrático, sostener la proposición de los señores Soto y demás firmantes. Todos

sabemos que al Gobierno de la República, como al Gobierno de todas las naciones, lo dividen dos tendencias: la tendencia conservadora que desea establecer las dictaduras y la tendencia liberal que desea gobernar los países por medio de las leyes. A la cabeza de la tendencia conservadora está el papismo en todas partes en donde el catolicismo domina y el alto clero católico se infiltra en la política del país y hace todo lo que está a su alcance, y de la manera más artera, de la manera más hábil influye con aquellos elementos que son más sugestionables, con el objeto de convertir en régimen dictatorial el régimen de Gobierno que debe de normar los destinos de una nación. En cambio, el liberal desea que los países sean gobernados por las leyes, que haya un estricto apego a la ley y que haya un absoluto respeto a la voluntad de los ciudadanos. Después de todas las luchas revolucionarias en nuestro país, notamos que apenas se verifica el triunfo e inmediatamente hay una reacción hacia los sistemas dictatoriales. Nos quedamos asombrados: ¿cómo es que la nación misma, cuando se le increpa, cuando se le llama, cuando se le dice: ¡tus libertades están en peligro! se levanta como un solo hombre y sus hijos ofrecen su vida de una manera tan valiente y tan desinteresada, y cómo es que en el momento del triunfo que se ha alcanzado, cuando ya casi este país va a ser gobernado con las leyes, va a ser gobernado de una manera más liberal inmediatamente surge otra vez el sistema reaccionario, el sistema dictatorial, el sistema de la imposición? ¿Por qué? ¿A qué es debido todo esto? Es que dentro del elemento liberal, es que dentro del elemento netamente revolucionario se infiltran una multitud de elementos conservadores; es que la Revolución es traicionada en sus principios; es que se unen con los hombres de la ley, los hombres de la reacción, y es que después, en el momento en que se deben hacer valer los principios, los encargados de hacerlos valer vuelven otra vez a engañar a la opinión pública y a hacer que vuelvan otra vez a establecerse los antiguos sistemas dictatoriales. La Revolución, como dije esta mañana, no pudo, no tuvo tiempo de barrer con todos los que habían sido sus enemigos. Quedaron sembrados en todo el país aquellos elementos que habían sido establecidos por el Gobierno perfectamente inmoral del señor Carranza. En casi todo el país los ayuntamientos han sido impuestos, y si no han sido impuestos, su elección se ha debido en parte al fraude electoral. El Plan de Agua Prieta desconoció solamente al Ayuntamiento de la ciudad de México; pero ni siquiera a los ayuntamientos del Distrito Federal, y en casi todos estos ayuntamientos los mismos individuos de Aguirre Berlanga son los mismos encargados de estos ayuntamientos y de vigilar por la pureza de las elecciones. De manera es que en todo el país se ha notado de una manera verdaderamente triste, que los hombres de la reacción, los individuos puestos por Aguirre Berlanga en aquellos puestos en que deberían de haber vigilado la pureza de la elección, se encargaron de violarla y se encargaron de violarla a favor de algunos individuos o de algunos candidatos con objeto de quedar bien con el Gobierno provisional o con algún partido determinado, para después apoyarse en el mismo partido y seguir medrando de una manera indebida en los puestos que ocupan de una manera atentatoria. A eso se debe que haya surgido una multitud de conflictos en todo el país con motivo de las elecciones. En el Distrito Federal yo puedo presentar los casos de que individuos que hace dos años fueron impuestos por Aguirre Berlanga, electos en tres horas como miembros del Ayuntamiento, después de haber sido impuesta su elección por cincuenta hombres armados, fueran los encargados de hacer propaganda política a favor de determinados individuos; estos fueron los mismos que fueron a las casillas electorales; éstos fueron los mismos que formaron la Junta Computadora; éstos fueron los mismos que hicieron el fraude electoral. En estas mismas condiciones se presenta la elección de casi todo el país; tiene que surgir, como ha surgido, este conflicto; tiene que venir una multitud de individuos que han sido lastimados, violados en su derechos electorales; tienen que venir a manifestar que la elección hecha a favor de tal o cual candidato ha sido ilegal y que en cambio han podido obtener boletas por los medios que han estado a su alcance para que sea reconocida la pureza de la elección a su favor. Nosotros no podemos en un momento dado venir en un solo caso, es decir, no podemos juzgar por un caso todos los demás; cada uno de esos casos son distintos; hay casos en que se han establecido dos juntas computadoras; hay casos en que iniciándose una Junta Computadora por medio de la imposición o de la falsedad, los individuos que formaron las casillas desconocieron los trabajos de los que se imponían, verificando sus trabajos aparte y resolvían así cuál era el resultado de la elección. Se ha dado el caso, también, de que un individuo que haya tenido credencial expedida por la Junta Computadora, no haya podido obtener que el presidente municipal se la certificara y, en fin, no podemos englobar en un solo caso todos los casos que se han presentado en la República. Por eso es absolutamente indispensable que esta H. Asamblea oiga a todas y cada una de las personas que traen credencial, obrando después con la energía que sea necesaria, castigando y consignando a aquellos que violen la ley; pero de todas maneras oyendo a todos con objeto de que se depuren las diversas credenciales que se han presentado aquí. En la XXVII Legislatura se presentaron en el 6o. distrito electoral de la ciudad de México tres credenciales: se presentó la de Martínez, se presentó la del licenciado Urueta y se presentó la del doctor Atl o entiendo que la de Gómez Noriega; en fin, se presentaron tres credenciales. Absolutamente se le ocurrió a la junta electoral de aquella época quitarles el derecho de hablar a esos tres candidatos; se discutió ampliamente en esa elección y después se resolvió quién había triunfado conforme al concepto de la junta electoral. ¿Por qué venimos a establecer ahora, cuando esta junta electoral viene casi integrada en su mayor parte por elementos revolucionarios que han surgido después de este movimiento verdaderamente extraordinario y nacional que se hizo con objeto de garantizar la libertad de sufragio, con el objeto de evitar las imposiciones, ¿cómo es posible que este Colegio Electoral que debe ser de una mayoría de liberales, vaya a impedir a raíz de esta Revolución, cuando todavía están frescas las imposiciones dictatoriales,

que vengan a sentarse los hombres lastimados y que vengan a manifestar ante este augusto colegio todas sus penas, todos sus dolores y todas sus angustias? Además de esto, no es posible que las Comisiones, por muy buena voluntad que tengan, puedan especificar, puedan desmenuzar, puedan estudiar aquí cada caso particular; no es posible que la Comisión pueda explicar cada detalle que haya tenido verificativo en la elección, porque la Comisión no puede trasladarse a los distintos distritos electorales donde han tenido verificativo los trabajos de esa índole. Es difícil la condición de los individuos que vienen, como el orador que me precedió en el uso de la palabra en contra de esta misma proposición, quien vino a manifestar que él se encuentra en condiciones verdaderamente angustiosas para poder obtener una credencial con todos los requisitos de la ley. En el caso mío, como en otros muchos, el presidente municipal de Tacubaya, líder de la candidatura contraria, se opuso de la manera más terminante a identificar las firmas de una junta electora ¿contra esto qué medios, qué recursos tendría?...

El C. Paz Octavio: Moción de orden. El señor que está haciendo uso de la palabra está saliéndose del punto a debate; yo pido a la Mesa que lo concrete al punto a discusión. (Aplausos.)

El C. Manrique: Pido la palabra. Aprovecho la oportunidad que me brinda el C. Octavio Paz para recordar a la Mesa, que tan atinadamente ha estado dirigiendo los debates, que la norma de su conducta debe ser la que estableció ayer tarde al llamar al orden a un ciudadano diputado que interrumpió a un orador. En la Cámara de Diputados francesa, modelo de cortesía y de caballerosidad, está prohibido expresamente hacer mociones de orden -allí tienen un nombre propio, que no recuerdo, el interrumpir a un orador -. También lo prohiben el Carreño. (Risas y aplausos.) Y no me parece caballeroso interrumpir al C. Villarreal, el propio contrincante, cuando el C. Moreno y otros ciudadanos presuntos diputados han hablado forzosamente en apoyo de su tesis, de su caso personal, porque es inevitable la tendencia de querer generalizar cada uno de nosotros su caso personal para tornarlo en norma. Suplico a la Mesa se sirva tener en cuenta mi proposición, y aunque el Reglamento no prohiba expresamente las mociones de orden, yo creo que debemos tornar esto en habitual y por encima del Reglamento tener el hábito de la caballerosidad.

El C. presidente: Aunque la Mesa cumple estrictamente con su deber, empieza por llamar al orden al C. Manrique y acaba por llamar al orden al C. Paz, que han interrumpido al orador. (Aplausos.)

El C. Villarreal, continuando: Con esta proposición, señores diputados y presuntos diputados, se quiere dejar al presidente la facultad de decir cuál de dos credenciales es la buena. Ellos dicen: "La credencial buena es aquella que viene autentificada, aquella cuyas firmas vienen autentificadas por el presidente municipal, porque así lo dice la ley". Yo les pregunto: ¿Cuando no se puede materialmente hacer que el presidente municipal certifique unas firmas de una Junta Computadora legalmente constituida, el presunto diputado que no tiene otro recurso que adquirir la autenticidad ante un juez de lo Civil o ante un notario, o cualquiera otra autoridad que tenga fe pública, ha dejado de demostrar con eso que esas firmas sean verdaderamente auténticas? ¿La Ley Electoral ha tenido el deseo, ha tenido la idea de que sólo el presidente municipal de cada municipio sea el capacitado para decir si las firmas son o no auténticas? Indudablemente que no; esto es entender la ley de una manera corta. La ley deja que el presidente municipal de la cabecera autentica las firmas, porque es una autoridad que está en condiciones de que su firma fuese legalizada por el gobernador y sobre todo porque está más cerca de la Junta Computadora; pero precisamente cuando el presidente municipal se niega a autenticar esta firma, puede una autoridad cualquiera autenticarla, y si pues vienen dos credenciales, una autenticada por el presidente municipal y otra autenticada por el juez de lo Civil y se trata de dos credenciales, ¿por qué razón, por qué motivo el presidente de esta Junta Electoral puede decir que una credencial es buena y la otra mala? El orador que me precedió manifestó que hay una razón, una razón de peso, según él; es necesario que esta Cámara esté integrada antes del 1o. de septiembre próximo. Muy bien; yo estoy conforme en que dejen las credenciales dobles para que se discutan después, que cada vez que se presente una credencial donde haya una verdadera oposición y donde se inscriban varios ciudadanos en pro y en contra, que se apruebe una moción suspensiva y que todas estas credenciales se discutan para cuando la Cámara esté perfectamente constituida, para cuando haya una mayoría de presuntos diputados, y entonces que se reserven esas credenciales dobles para después, pero que no se viole a cada uno de los individuos, a cada uno de los Estados y la soberanía nacional, quitándole la voz y el derecho de defensa al individuo que trae una credencial y la presente ante la augusta representación de ustedes. (Aplausos.) Ya he dicho y lo dije esta mañana, que desgraciadamente la Ley Electoral no fue posible que fuese modificada en el tiempo tan corto que tuvo el Congreso anterior para hacer el estudio de la Ley Electoral, sobre todo debido a las luchas que había en el seno del mismo; esa Ley Electoral estaba preparada -y todos lo sabemos - para el fraude electoral, para el chanchullo electoral; esa ley estaba preparada por Aguirre Berlanga con el objeto de haber traído otro bloque nacionalista a esta Cámara de Diputados, si se le hubiese dejado. (Siseos y voces: ¡No!) Tan es así, que voy a presentar algunos de los motivos para demostrar que esa ley está preparada para el fraude electoral, porque todos lo sabéis, todos lo habéis conocido, y quien más quien menos sabe que en algunos de los distritos en que lucharon se cometió tal o cual fraude electoral. En primer lugar, establece la ley que las boletas deben ser firmadas por el individuo que va a votar, para que no se viole el secreto del voto, y después de que sea depositado en el ánfora electoral, después de habérsele dado, ante uno de los secretarios de la Mesa, debe poner en el padrón la palabra "votó." (Siseos y Campanilla.) Cuando se cuenta, ya sea sólo con el presidente de la casilla, cuando se trata de un individuo cuya conciencia se ha comprado, de un hombre de alquiler y esto pasa constantemente, y si llego a defender mi credencial lo demostraré, entonces, como él es

el único que guarda el paquete electoral, aun cuando esté sellado y firmado por todas las demás personas que integran la Mesa, (y así lo demostraré si se me deja permanecer aquí, porque tengo actas oficiales), basta con que se lleve ese paquete a su casa particular y con poner en el padrón, "votó, votó", se puede modificar la votación; de manera es que no habría manera de impedir esos fraudes electorales en esos momentos. Después la ley manifiesta que las juntas computadoras están obligadas a contar todos los votos, no obstante que establece en qué casos es nula una votación, establece que no se puede hacer ninguna lista electoral... (Siseos.) Yo no sé por qué a algunas personas de la galería no les agrada que manifieste cuáles son los defectos que tiene esta ley, cuando esto a todos nos interesa y a todos nos conviene saberlo. La Junta Computadora, conforme la Ley Electoral, debe limitarse exclusivamente a contar los votos, y no obstante que algunos de sus preceptos castigan a los que hacen un padrón falso, al que hace un padrón porque no puede hacerse sino en los términos establecidos por la ley - no se puede hacer después de la votación, porque la misma ley manifiesta que son motivo de nulidad los votos que se emitan en este sentido -, se le presenta un padrón falso a una casilla y el presidente de esa misma casilla pone una multitud de nombres de individuos supuestos y confiesa en la Junta Computadora, manifiesta que él aumentó el padrón...(Campanilla.)

El C. presidente, interrumpiendo: La Presidencia suplica al orador que se concrete al punto a discusión. (Aplausos de las galerías.)

El C. Villarreal: Me estoy concretando.... y en esas condiciones no tiene más remedio que aceptarse la votación y da por resultado que sanciona, y sanciona con estas frases: "Fulano de tal ha resultado diputado; o certificamos que ha sido electo diputado", no obstante que tienen la conciencia de que van mil o dos mil votos falsos. Si, pues, esta ley está tan plagada de defectos y es absolutamente necesario modificarla; si, pues, nosotros tenemos el convencimiento de que se ha prestado para que una multitud de individuos sin conciencia haya cometido el fraude electoral, ¿por qué no dejar a todos y cada uno de los individuos que traen una credencial y que la traen en las condiciones en que han podido obtenerla - generalmente dentro de la ley - para que vengan y defiendan su caso? Se ha criticado de una manera extraordinaria al Bloque Nacionalista, como se le llama a la aplanadora establecida por el antiguo régimen. Si nosotros no damos ni siquiera el derecho a los individuos amigos o enemigos del Partido Liberal Constitucionalista de que vengan a defenderse aquí y que vengan con el objeto de sostener sus derechos violados, habremos demostrado que no tenemos aquí una verdadera mayoría de liberales, sino que desgraciadamente hemos traído aquí una mayoría de conservadores. (Siseos.) El liberal no teme la discusión, la ama; el liberal goza con las turbulencias de las multitudes, el liberal desea siempre que se haga la luz, el liberal está de acuerdo con todos los adelantos y con todas las tendencias. (Aplausos.) El reaccionario teme la discusión y el reaccionario exige que solamente su voluntad se imponga; el reaccionario es hombre de imposición. (Aplausos.) El liberal es hombre de aliento y de progreso. Si nosotros constituimos una junta electoral de revolucionarios y liberales, debemos decirles a todos los hombres que se presenten aquí con una credencial: pasen a la tribuna, defiendan ustedes su derecho, demuestren que ha sido violado el voto público en perjuicio de ustedes y los liberales, respetuosos de la ley, sabremos darle el triunfo al que realmente lo haya obtenido. (Aplausos)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Bordes Mangel.

El C. Bordes Mangel: Después de la defensa que de sus supuestas credenciales han venido a hacer los oradores del contra, lamento que se haya llegado a abrir este debate, que es meramente sobre materia de orden; que se trate de establecer un criterio de vuestra soberanía sobre materias en que no debemos tener más criterio que el que establece ya la ley. (Aplausos.) Muy bello que se apele a las doctrinas democráticas; muy hermoso que se exciten los sentimientos del pueblo diciendo aquí: "Debemos venir a contender abiertamente todos los que tomamos parte en la lid democrática", pero muy ilegal que concedamos el derecho a todos los candidatos a diputados de toda la República para que vengan a formar el Colegio Electoral, (Aplausos.) porque lo que pretenden los señores portadores de simples credenciales al alegar su derecho de permanecer entre nosotros, es, ni más ni menos, esto: todo el que contendió como candidato a diputado, debe formar parte del Colegio Electoral (Voces: ¡No¡ ¡No¡) para alegar de viva voz sus derechos, porque por los procedimientos empleados por ellos para adquirir un documento que vienen llamado credencial, pueden disponer de esos medios todos los candidatos a diputados para ir con sus amigos a sacar otros documentos que no sean credenciales, para que el señor oficial mayor se los registre y les dé la tarjeta que a estos señores ha concedido entrar a este salón. (Aplausos.) ¿Que la ley es mala? Señores presuntos diputados que resultéis electos definitivamente: Tenéis delante de vosotros todo un período para corregirla en las próximas elecciones, pero ahora habéis venido aquí, habéis aceptado el mandato del pueblo sujetos a esta ley. (Aplausos.) Y mientras no exista otra mientras no esté corregida, mientras no tengamos nosotros otros medios para acreditar nuestra presencia aquí, es esa ley y sólo esa ley la que puede normar nuestro criterio para decir quiénes debemos estar aquí. Yo no creo en las credenciales malas de que hizo mérito momentos antes el licenciado Villarreal, creo que la proposición que se ha prestado aquí, puede reducirse, dentro de los términos estrechos, torcidos si se quiere, de la actual Ley Electoral. Por esto pedimos que se consideren presuntos diputados a los que la ley declara, a los que traen credencial, y credencial no es más que el documento que define la Ley Electoral, y todo lo que no sea ese documento definido por la Ley Electoral, no es credencial, y todo el que sea portador de ese documento que dentro de los estrechos límites de la Ley Electoral no es credencial, no tiene derecho a sentarse entre nosotros. ¿Que cerramos la puerta a los candidatos que quisieran venir a esta tribuna a defender sus propios derechos? Señores, muy contra nuestra voluntad la ley

les cierra la puerta a ellos, lo mismo que a los mil a quienes se les ha cerrado, porque no tuvieron habilidad bastante para sacar ese documento que ellos exhiben. (Aplausos.) Hemos escuchado hasta este momento la voz de los interesados, que son quienes han venido a contradecir esta proposición: ahora, señores, vamos abriendo un poco el espíritu y vamos oyendo la voz de la ley. Esta mañana extraoficialmente oí decir que en éste, como en otros muchos asuntos, debía establecerse el criterio democrático que está, según algunos lo decían, hasta contra el criterio legal. En primer lugar, por mucho que he trabajado dentro de mi cabeza, todavía no puedo interpretar qué cosa es eso que se nos dice "criterio democrático", tratándose de los asuntos que aquí tratamos. En segundo lugar, la ley es terminante en este sentido y creo que nosotros ni como presuntos diputados, ni como diputados más tarde, los que lleguen a quedarse aquí definitivamente, tenemos el derecho de pasar por encima de la ley mientras no haya sido corregida. Así pues, yo pediría que se estableciera el criterio puramente legal; que dejáramos de tratar de establecer criterios por los informes de los interesados que vienen aquí a contrariar la moción presentada; que nos atengamos exclusivamente a lo único que puede hacer fuerza sobre nuestras conciencias en estos momentos: A la Ley Electoral, y que sin interpretaciones torcidas - porque no se presta a interpretaciones la letra de la ley en lo que se refiere a credenciales - se disponga que abandonen el salón, que dejen de formar parte del Colegio Electoral quienes traen un documento que conforme a la ley no es credencial. Y yo, viejo luchador de lides democráticas, y yo, que quisiera como todos quisiéramos, ser muy simpático al pueblo por la cuestión de mis ideas democráticas, seré el primero en decir y en sostener: mientras no exista otra ley, lamento mucho que a esta tribuna no tengan acceso todos los que contendieron en las elecciones; pero si concedemos acceso a los que traen un documento que conforme a la ley no es credencial, ¿por qué no abrir de par en par las puestas para que vengan los mil y pico de candidatos que se presentaron en toda la República? (Aplausos y voces: ¡No!)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. León Luis.

El C. León Luis: Señores diputados y presuntos diputados: Frías, airadas, cortantes como el cuchillo de una guillotina o como la espada que los antiguos ponían en la mano de la Justicia y de la Ley, han caído las palabras del señor licenciado Bordes Mangel. Efectivamente, si nosotros nos ajustamos al criterio frío, cortante, acerca de la ley, indudablemente que este debate no tendría razón de ser; pero si nosotros, hombres de esta época de transformación, hombres de esta época en que se debate la humanidad entera transformando sus leyes, porque precisamente ya no caben dentro de ellas las actividades todas de la vida humana, si nosotros precisamente queremos ser de nuestro siglo y no parecernos a los rábulas antiguos que sobre toda la justicia y sobre todas las miserias levantaban y pesaban las conciencias con la balanza del mercader y no con la balanza de una justicia más alta donde se pesan los sentimientos, donde son de tomarse en cuenta todas las actividades humanas, donde son de tomarse en cuenta todas las miserias y todos los dolores y amarguras, nosotros tendremos que arrancar por inadecuado ese criterio seco, frío, que no debemos respirar y vivir en esta atmósfera democrática que ha creado entre nosotros la revolución. (Aplausos.) El argumento de orden personal más fuerte que sostiene el señor Bordes Mangel, es el de que este debate se había abierto y en él levantaban su voz los interesados. Yo vengo precisamente a combatirlo, porque los sostenedores principales, y no lo digo por el señor compañero Bordes Mangel, los sostenedores principales de esta proposición son precisamente los interesados. Yo no soy interesado, no estoy en el caso de una credencial doble y vengo a combatirlo precisamente porque lamento mucho que estos señores compañeros presuntos diputados se hayan fundado en una razón: el egoísmo, que es la razón personal. Para mí, que juzgo con otra psicología; tal vez par mí, que creo ser un representante de mi raza, con todos sus defectos, si se quiere, pero con alguna de sus pequeñas cualidades; para mí, que muchas veces cuando veo pelear al fuerte contra el débil, siento que dentro de mi pecho se yergue el eterno quijote de la gotita de sangre española que todos llevamos en nuestras venas nos ha dejado dentro, y que se yergue y se levanta con su viejo lanzón empuñado para desfacer los entuertos y las sinrazones, para combatir por los débiles; para mí, que tengo esa psicología, como para la honorable mayoría vuestra que debe tenerla por ser representante de mi raza, también para mí, yo creo que el lugar justo, que el lugar verdadero de estos señores diputados que tienen las credenciales legítimamente adecuadas en la forma en que la marca la Ley Electoral, debía haber sido este: "señores contrincantes que traéis una credencial falsa, mi posición es tan fuerte, mi posición es tan alta, tengo tanta justicia en mi causa, me siento tan poderosamente honrado con los procedimientos que seguí en mi campaña electoral, que si la Ley Electoral os cierra esas puertas, nosotros por hidalguía, por quijotismo, por democratismo, os las abrimos para que vengáis a contender aquí, para que vuestra voz se oiga, porque la ley con un criterio único, frío, sin vida, que precisamente no contiene todas las manifestaciones humanas, desde el momento en que estamos viendo que se presta a que se presenten varias credenciales, porque la ley ha de cerrar las bocas de los que quieran venir a protestar." Indudablemente que si el criterio legal lo impide, nosotros por un movimiento de revolucionarismo, por un movimiento de una ley más grande que la escrita, por un movimiento de una ley única que marca y dice que a todos debe oírseles antes de impartir justicia, nosotros debemos abrirles esas puertas. Indudablemente que, como decía el licenciado Villarreal, en el último movimiento han quedado muchas autoridades enemigas y es indudable también que muchos de los ayuntamientos puestos por el nuevo movimiento son también enemigos, si no precisamente de nosotros, sí enemigos del sufragio efectivo. Nosotros podríamos haber desbarrancado de sus puestos a personas que representaban los procedimientos antiguos, pero no podríamos destruir de una sola plumada el vicio viejo de la imposición que late por desgracia en tantos pechos

mexicanos que a ello se prestan. ¿Tienen seguridad los sostenedores de esta proposición, de que en todo el haz de la República no hubo un solo Ayuntamiento que no hiciera presión en las pasadas elecciones? ¿Tienen la seguridad absoluta de que no hubo una sola autoridad militar que hiciera presión en las pasadas elecciones? ¿Creen ellos que por arte de magia, por arte de encantamiento, de una sola plumada destruimos para siempre el espíritu dictatorial imposicionista, que es un vicio y una gangrena que nos corrompe? Indudablemente que no. Si nosotros aprobamos esta proposición que echa fuera de este recinto a muchos presuntos diputados, porque sus credenciales no reúnen los requisitos legales, quizá los que verdaderamente hubieran triunfado serían los que salieran, por una ironía inmensa, y en este recinto quedaría el falsario, quedaría el que había conculcado los derechos del pueblo. (Aplausos.) Por eso es que yo, con un espíritu muy ampliamente justiciero, más ampliamente equitativo, vengo a pedir que se oiga aquí a todos los que tienen credenciales más o menos ajustadas a la ley. ¡ Y no deben estar tan distanciadas de la ley algunas, Ya que se les ha dado entrada aquí! No con un papel cualquiera se consigue la tarjeta de que hablaba el licenciado Bordes Mangel, porque el oficial mayor de la Cámara dice siempre en la tarjeta que reúne tales o cuales requisitos legales y le falta tal o cual. ¡Indudablemente que algunos traen, cuando les ha sido suministrada la tarjeta! Indudablemente que es falso por demasiado el argumento generalizador, de que con cualquier papel se podrá entrar a este recinto. Yo, señores, creo que efectivamente es un peligro sentar un precedente para las próximas legislaturas, pero es un peligro que no debe levantarse como una montaña es un peligro que siguiendo la indicación del señor Bordes Mangel, vosotros podréis corregir. Indudablemente, señores, que a mí se me ocurren dos procedimientos para corregir de una vez por todas las imposturas del sufragio efectivo: sea el primero un poco chusco, porque es de orden económico: para que no se presentaran tantos presuntos diputados aquí, rebajar las dietas a los diputados. Si ganaran veinte reales, no tendríamos aquí tantos. (Aplausos y risas.) El segundo argumento es legal, y debe pesar en el criterio legalista de los sostenedores de este dictamen. Indudablemente que la Ley electoral tiene una sanción establecida, penas para los burladores del voto, para los que falsifican expedientes electorales, para los que organizan fraudulentamente juntas computadoras, para los que por malas artes substraen credenciales y vienen a este recinto sin derecho alguno, y estas apenas que marca la Ley Electoral por desgracia, señores, las autoridades administrativas del país nunca las han impuesto, y mientras esto sea, mientras gocen de impunidad, mientras se sepa que si el chanchullo no resulta, se salen tranquilos a la calle a buscar otro ambiente u otra ocupación en la vida, mientras las autoridades administrativas no impongan ni hagan efectivas las penas que establece la Ley Electoral, los chanchullos y las farsas electorales seguirá efectuándose, porque gozarán de impunidad los falsarios del voto. ¿Por qué no haber absolutamente sanción contra sus malas artes, y por qué en último resultado han de decir, como se dice vulgarmente: "Lo haremos a ver si pega"? Indudablemente, señores, que si se hacen efectivas las penas que marca la Ley Electoral, encontraremos menos falsarios, porque ellos temerán el castigo. Yo os pido que votéis todos vosotros en contra de esta proposición, porque cerramos la voz de muchos que pudieran tener justicia, y antes de lanzar de aquí a los que verdaderamente pudieran haber sido los triunfadores en las pasadas elecciones, debemos abstenernos. Que vengan aquí, que hablen; no son tantos para que se nos asuste con la montaña de que la Cámara no podrá estar instalada para el 1o. de septiembre. Que se dejen las credenciales dobles, como proponía el licenciado Villarreal, para dictaminarlas al final; pero que nosotros en nombre de una ley seca, fría, que no tiene las palpitaciones de la vida, que no comprende la justicia enorme que puede asistir a algunos ciudadanos y los declara fuera de este recinto, que nosotros no los oigamos aquí, sería como si con esa ley les ahogamos la voz en la garganta, como si se tratara de una argolla que pudiera ahogar aquí muchas veces las verdaderas aspiraciones de los ciudadanos de muchos distritos. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Borrego, en pro.

El C. Borrego: Señores presuntos diputados: Me extraña sobremanera lo que acabo de oír del orador que me precedió en esta tribuna. Ayer venía a sostener los atentados del Ejecutivo de la Unión contra uno de nuestros compañeros, y ahora, señores, en nombre de un criterio liberal amplísimo, democrático y político, nos viene a proponer que violemos la ley y que hagamos pedazos la ley que ha servido de norma en los pasados comicios electorales. (Siseos. Desorden en las galerías. Campanilla.)

El C. presidente: Se suplica a las galerías se sirvan no interrumpir al orador.

El C. Borrego, continuando: Yo recogí con sumo agrado las frases de ese mismo orador pronunciadas en la primera sesión, frases sintetizadas en estas cuantas palabras: la revolución no ha venido a cambiar de hombres, sino de procedimientos. Y cuando él afirmó en esta tribuna que la revolución había venido a cambiar de procedimientos, yo entendí esto: señores presuntos diputados, la revolución ha venido a hacer respetar la ley. Estamos ahítos, es decir, señores, el país está ahíto de atentados a la libertad humana, de atentados a la vida, de atentados a la propiedad, a todas las libertades, y lo que quiere, lo que pide, lo que exige ahora, es que se respeten todas esas libertades, y jamás tendrán respeto esas libertades si no respetamos la ley. (Siseos.) Yo me permito llamar la atención de ustedes sobre que generalmente han venido a esta tribuna a impugnar la proposición que se debate, los interesados en este asunto....

El C. León Luis, interrumpiendo: Menos yo.

El C. Borrego, continuando: Yo no tengo credencial doble y, sin embargo, vengo a propugnar en favor de esta proposición, porque al propugnar en su favor, yo vengo a defender la legalidad, el único criterio que debemos aceptar. (Siseos. Murmullos.) La cuestión debería plantearse en estos términos, señores: ¿Tenemos derecho para

rasgar, romper o hacer mil pedazos la ley que ha servido de norma en los comicios electorales? ¿O tenemos la obligación, la imperiosa obligación de respetarla? Esta es la verdadera cuestión. Los que sostienen el contra quieren que hagamos pedazos la ley; los que defendemos el pro, queremos que se respete esa ley.

El C. Avellaneda, interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación?

El C. Borrego: Sí, señor.

El C. Avellaneda: ¿No está usted de acuerdo conmigo en que esa propia ley de que usted habla tan repetidas veces, establece que deben formar parte del Colegio Electoral los presuntos diputados que traigan credencial, y que es esta soberana Asamblea la que debe juzgar de esas credenciales?

El C. Borrego, continuando: Señores: Esta Asamblea no tiene derecho a violar la ley, porque la ley es el producto legislativo de ambas Cámaras; y la soberanía no consiste en hacer lo que nos dé la gana: la soberanía consiste simplemente en decidir en última instancia los asuntos que nos competen. (Aplausos. Siseos.)

Se ha venido aquí hablando de casos particulares, de cacicazgos , de intromisiones de las autoridades municipales, de todo el cúmulo de dificultades que han tenido algunos de los ciudadanos candidatos para obtener esta credencial. Pues bien, señores; yo afirmo a ustedes que la ley da el remedio para corregir esos atentados. En uno de los artículos de la Ley Electoral se establece el siguiente precepto: que el presidente municipal o los miembros que integran la Junta Computadora que se negaren a firmar una credencial, serán castigados con arresto mayor y multa de quinientos a cinco mil pesos. De manera que la falta de ese requisito en una credencial es motivo de responsabilidad, pero de ninguna manera da derecho a tener acceso en este recinto. (Siseos. Campanilla.) Yo creo, señores, y he podido observarlo durante las cortas sesiones a que he asistido, que el criterio de la ley es el que ha normado nuestros actos, el que los norma y el que los normará en lo sucesivo; fuera de la ley sólo tendríamos criterios anárquicos, erigiríamos el capricho en regla de conducta, porque todos esos criterios son tornadizos, volubles, que podemos aplicarlos de una manera en un caso y de otra manera en otro caso distinto. (Siseos. Campanilla.) Se ha impugnado la ley; el C. Villarreal ha venido a demostrar todo lo deficiente que encierra; pero, señores, (Siseos. Campanilla.) ¿la deficiencia de una ley es motivo para que la violemos nosotros que somos los encargados de dar leyes al país el día de mañana? (Siseos. Murmullos. Voces en las galerías. Campanilla.)

El C. presidente: La Presidencia exhorta a las galerías a guardar compostura, pues de otra manera se va a ver en la necesidad imperiosa de expulsar de las galerías a aquellas personas que no respeten este lugar.

- El. C. Borrego, continuando: Se dice , señores: ¿por qué se nos quiere privar de este derecho? Ese argumento es sofístico, nosotros no privamos de ningún derecho a los candidatos derrotados; ellos encontrarán suficientes abogados para venir a defender sus credenciales o para venir a impugnar las de sus contrarios. No es necesario que el candidato derrotado se halle en este recinto para que tenga toda amplitud en su defensa; pueden encomendarla a otros ciudadanos diputados todos aquellos que no estén conformes con la credencial que se discuta. Señores, quiero terminar recordando un pasaje histórico: los antiguos griegos inscribían en el frontispicio de su templo esta única palabra: Ley. Yo quiero que la inscribamos en la conciencia de todos nosotros para los actos futuros.

El C. Avellaneda: ¿Me permite una interpelación el orador? Pido la palabra, señor presidente, para una interpelación al orador.

El C. presidente: Si el orador lo permite.

El C. Avellaneda: C. Borrego, ¿admite usted una interpelación?

El C. Borrego: No tengo que contestar ninguna interpelación. (Voces: ¡A votar ¡A votar! ¡A votar!)

El C. secretario Valadez Ramírez: Habiendo hablado tres oradores en pro y tres en contra, en votación económica se pregunta si está suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido.

El C. Bravo Juárez: Pido votación nominal.

El C. Espinosa Luis: Pido votación nominal. (Voces: ¡No! ¡No!)

El C. secretario Valadez Ramírez: Se pregunta al C. Espinosa si está suficientemente apoyado.

El C. Espinosa: Suplico a siete ciudadanos compañeros que me apoyen.

El C. presidente: Se procede a la votación nominal, en vista de haber apoyado al C. Espinosa siete ciudadanos presuntos diputados.

El C. secretario Valadez Ramírez: Se va a proceder a tomar la votación nominal de la siguiente proposición:

"Sólo pueden ser partes integrantes del Colegio Electoral los presuntos diputados tenedores de credenciales ajustadas a la Ley Electoral."

Se ruega a los ciudadanos diputados se pongan de pie al pronunciarse su nombre.

El C. presidente: (Campanilla.) Se ruega a los ciudadanos diputados ocupar sus curules.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Artículo 143 del Reglamento.

"Las votaciones serán precisamente nominales: primero, cuando se pregunte si ha o no lugar a votar algún proyecto de ley en lo general; segundo, cuando se pregunte si se aprueba o no cada artículo de los que compongan el indicado proyecto o cada proposición de las que formen el artículo; tercero, cuando lo pida un individuo de la Cámara y sea apoyado por otros siete."

Atentamente se suplica a los ciudadanos diputados y presuntos diputados ocupen sus curules.

El C. Prieto Laurens: Ya no hay curules.

El C. Espinosa: Por la duplicidad ya no hay donde sentarse. (Risas.)

El C. secretario Valadez Ramírez: Por la afirmativa.

El C. Saucedo: Por la negativa. (Votación.)

El C. secretario Valadez Ramírez: ¿Falta algún ciudadano diputado o presunto por votar? (Varios ciudadanos y presuntos dan sus nombres.)

El C. Saucedo Salvador: ¿Falta algún otro diputado o presunto por votar?

El C. secretario Valadez Ramírez: Se procede a la votación de la Mesa.

(Se recogió.) Se declara cerrada la votación. Votaron por la afirmativa 127 ciudadanos diputados y presuntos.

El C. Saucedo Salvador: Votaron por la negativa 54 ciudadanos diputados y presuntos.

El C. secretario Valadez Ramírez: En consecuencia, se declara aprobada la proposición que dice así "Sólo pueden ser parte integrante del Colegio Electoral los presuntos diputados tenedores de credenciales ajustadas a la Ley Electoral."

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Espinosa: Suplico a la Presidencia, con todo respeto, que en virtud del acuerdo tomado por esta Asamblea, ordene se gire atento oficio al C. oficial mayor de esta Cámara a efecto de que ponga todo cuidado para que no se repitan estos registros dobles de credenciales; y que se digne hacer saber en este mismo momento, qué ciudadanos son los que tienen que abandonar el salón

- El C. secretario Valadez Ramírez: Continúa la discusión de expedientes electorales.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 6a. Sección.

"H. Asamblea:

"Hemos revisado cuidadosamente los expedientes relativos a la elección para diputado al Congreso de la Unión por el 7o. distrito electoral del Estado de Guanajuato, y hemos encontrado que están arreglados a la ley.

"De los candidatos que contendieron obtuvieron mayoría de votos los CC. Agustín Arroyo. CH., para diputado propietario, y José Rodríguez E. para diputado suplente, postulados por el Partido Liberal Constitucionalista de León. La votación en su favor fue de 2,280 (dos mil dos cientos ochenta) votos cada uno.

"En el expediente relativo a la casilla de la Sección 64, se encontró una protesta, porque la casilla se instaló en lugar diferente del designado en la lista de la división territorial: pero aun dando valor a esa protesta, que no justifica el hecho que asienta, y aun cuando se descontaran, por tanto, los votos obtenidos en esa casilla, por el candidato electo, que fueron 31 (treinta y uno), le quedaría una mayoría considerable a su favor, sobre el candidato en cuya representación se hizo la protesta.

"Además, algunos ciudadanos vecinos del distrito han dirigido a la Cámara de Diputados dos ocursos en que solicitan que se declaren nulas las elecciones, en virtud de que el C. Arroyo Ch. está legalmente imposibilitado para ser electo, por estar, a su juicio, sujeto a un proceso criminal. Uno de los solicitantes acompaña una copia certificada expedida por el Juzgado de 1a. Instancia del partido judicial de Celaya, en que consta que el señor Arroyo Ch. está sujeto a un proceso por injurias al ciudadano gobernador del Estado, el cual se inició el 12 de agosto de 1918.

"Con relación a lo anterior, esta Comisión ha tenido a la vista una copia certificada de varias constancias de la causa instruida contra el señor Agustín Arroyo Ch. por ultrajes al gobernador de Guanajuato, licenciado Agustín Alcocer, y en ella aparece una certificación del secretario del Juzgado de 1a. Instancia del partido judicial de Celaya, relativa a que el auto de formal prisión dictado contra el señor Arroyo Ch., no está autorizado ni por el juez ni por el secretario que regenteaban dicho Juzgado en la fecha en que se procedió contra el expresado señor.

"Ahora bien; conforme a los artículos 39, fracción III y 41 de la Ley Electoral vigente, carecen del derecho de ser elegibles los que estén sujetos a un proceso criminal por delito que merezca pena corporal, desde la fecha del auto de formal prisión, y como con la certificación que se ha tenido a la vista se justifica que en las diligencias instruidas contra el señor Agustín Arroyo Ch. no se dictó propiamente auto de formal prisión, puesto que el que aparece escrito en ellas no está autorizado conforme a la ley, es infundada la solicitud de nulidad de la elección hecha en favor del expresado señor Arroyo Ch.

"Acompañamos el expediente de los documentos relativos.

"En atención a lo expuesto, esta Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, tiene a honra proponer los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Es buena la elección verificada en el 7o. distrito electoral del Estado de Guanajuato.

"2o. Son diputados al Congreso de la Unión, propietario y suplente, respectivamente, por el expresado distrito, los CC. Agustín Arroyo Ch. y José Rodríguez E.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, 21 de agosto de 1920.- F. N. Solórzano.- L. E. Camarena.- J. M.- Sánchez."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados y presuntos diputados que deseen hacer uso de la palabra, pueden pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

La Presidencia por conducto de la Secretaría declara: son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 7o. distrito electoral del Estado de Guanajuato, los CC. Agustín Arroyo Ch. y José Rodríguez E.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 4a. Sección.

"H. Asamblea.

"A la 4a. Sección de la 1a. Comisión de Poderes, tocó examinar el expediente relativo a las elecciones efectuadas en el 15 distrito electoral del Estado de México, y previo estudio detenido del mismo, se obtuvo el siguiente resultado:

"Los CC. Antonio Manero y Manuel M. Rodríguez, como diputados propietario y suplente, respectivamente, obtuvieron 4,956 votos.

"Los CC. Leobardo Altamirano y Guillermo Tirado, como propietario y suplente, respectivamente, obtuvieron 3,872 votos, y los CC. José Castro y Eugenio Díaz obtuvieron 129 votos.

"Se instalaron 57 casillas, todas ellas de conformidad con lo prescrito por la Ley Electoral, encontrándose todos los documentos ajustados a derecho.

"Con el expediente se adjuntaron algunas protestas, que por no referirse a hechos que puedan alterar la legalidad de la elección, no han sido tomadas en cuenta.

"Después de entregado el paquete cerrado a la Cámara de Diputados, se recibieron algunas protestas que en substancia encierran tres afirmaciones:

"Primera. Que algunos presidentes de casillas, antes de verificarse la entrega de paquetes a la Junta Computadora, estuvieron en la casa del secretario del Ayuntamiento de la Municipalidad.

"Segunda. Que el C. Manero encarceló al presidente de la Computadora como un medio de presión sobre la Junta.

"Tercera. Que al integrarse nuevamente la Junta Computadora no presidio el vicepresidente, sino el secretario.

"Aparte de que los antes dichos cargos no implican nulidad total ni parcial de la elección, de acuerdo con el más estricto criterio legal, no son de tomarse en consideración las aseveraciones anteriores, por las razones siguientes:

"Primera. Los presidentes de casillas al entrar en la casa del secretario del Ayuntamiento, pueden haber tenido móviles perfectamente lícitos y de los papeles presentados, no se desprende otra cosa. Segunda. El presidente de la Computadora aparece no haber sido encarcelado por el C. Manero, sino por el juez de Primera Instancia, en vista de que el susodicho presidente se negaba a computar algunos votos. El señor Manero, por la vía legal, se dirigió al juez y éste ordenó la detención, según se desprende de las certificaciones presentadas por el C. Manero. El presidente pidió amparo y le fue negado por improcedente. Tercera. En cuanto a la suplencia del presidente detenido, con el secretario y no con el vicepresidente, el acta de la Computadora dice que se hizo así, en vista de que el vicepresidente no asistió a una sola de las sesiones y no se encontraba presente al ser detenido el presidente, por lo cual de acuerdo con el artículo 95 de la ley, entró en funciones el secretario.

"El C. Manero, por su parte, presentó a la Revisora algunos certificados, solicitando la nulidad de cierto número de votos de su opositor, aseverando haber sido obtenidos haciendo votar a las tropas sin padrón y sin credencial, y de haberse también empleado un coronel, como árbitro para velar por el voto público.

"La Comisión no cree necesario tener en cuenta dicho expediente, en vista de que el C. Manero supera a su contrario en más de mil votos, y por consecuencia no variaría el resultado de la elección.

Aun cuando no se presentó a la Comisión ninguna protesta alegando la incapacidad legal del C. Manero, éste sí presentó a la misma testimonio notarial perfectamente requisitado, que prueba completamente su capacidad legal para ser electo diputado y desempeñar toda clase de cargos públicos.

"Por lo expuesto, sometemos a la consideración de la H. Asamblea, los siguientes puntos resolutivos:

"Primero. Son válidas las elecciones verificadas en el 15 distrito electoral del Estado de México.

"Segundo. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito electoral, los CC. Antonio Manero y Manuel M. Rodríguez.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 25 de agosto de 1920.- Rafael Martínez de Escobar.- Claudio N. Tirado.- Uriel Avilés."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados y presuntos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie. Aprobado.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 15 distrito electoral del estado de México, los CC. Antonio Manero y Manuel M. Rodríguez.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"la Comisión Revisora de Credenciales.- 6a. Sección.

"H. Asamblea:

"En esta sección se ha revisado con detenimiento el expediente del 3er. distrito electoral de Michoacán, y después de estudiar todos los incidentes de la elección, nos permitimos rendir ante vuestra soberanía el dictamen siguiente:

"Jugaron tres candidatos, los CC. Bibiano Ibarra, José Ortiz Rodríguez y Antonio Navarrete, habiendo obtenido el primero 3,045 (tres mil cuarenta y cinco) votos; el segundo, 1,326 (mil trescientos veintiséis) y 809 ochocientos nueve) el último.

"Aparecen algunas protestas que procuramos valorizar, firmadas por el C. Manuel Hurtado, representante del candidato José Ortiz Rodríguez; pero de todos los puntos que comprenden ninguno tiene fundamento legal, pues las irregularidades señaladas no caen bajo las sanciones de nulidad que establece la Ley Electoral.

"Se cita, por ejemplo, el caso de que en una de las casillas que se establecieron en Morelia, presidio un empleado del Consejo Superior de Salubridad, y aun cuando llegara por esta circunstancia a declararse nula la votación de esa casilla, lo mismo que la de dos o tres más que se encuentran en condiciones análogas, de todos modos el candidato señor Ibarra resulta muy por encima de todos sus competidores.

"Por estas circunstancias sometemos a vuestra deliberación las siguientes proposiciones:

"Primera. Son válidas las elecciones efectuadas el 1o. de agosto último para diputados al Congreso de la Unión en el 3er. distrito electoral de Michoacán

"Segunda. Es diputado propietario por el expresado distrito, el C. Bibiano Ibarra.

"Tercera. Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. José Molina.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 23 de agosto de 1920.- F. N. Solórzano.- L. E. Camarena. - J. M. Sánchez."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados y presuntos diputados que deseen hacen uso de la palabra pueden pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse en pie.

El C. Padilla: Pido la palabra. (Voces: ¡Ya estamos en votación!)

El C. secretario Valadez Ramírez: Hay mayoría de pie...

El C. Padilla: ¡Pido la palabra! (Voces: ¡Ya está votado!)

El C. Manrique: ¡Moción de orden!

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manrique para hacer una moción de orden.

El C. Manrique: En tanto no se haya hecho declaratoria alguna, puede algún ciudadano diputado detener la aprobación del dictamen.

El C. Camarena: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Camarena: Siento bastante, señores diputados, no estar de acuerdo en el presente caso con el C. Manrique. El, conocedor como el que más del Reglamento, sabe que cuando un asunto se pone a votación, ya no es posible que ningún ciudadano haga uso de la palabra. En consecuencia, no sólo no tienen derecho los ciudadanos que se acercaron después de tiempo, extemporáneamente a hacer uso de la palabra, sino que el dictamen está debidamente aprobado, puesto que una inmensa mayoría de ciudadanos diputados se levantó de sus asientos para aprobar este dictamen. En consecuencia, no puedo yo de ninguna manera permitir que se tomen en consideración las palabras del C. Manrique. (Aplausos.)

El C. Manrique: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Esa declaración de dómine del compañero Camarena no puedo yo de ninguna manera permitir, yo, ante mí y por mí, no es el C. Camarena quien aquí decide; es una Asamblea libérrima que tiene criterio y que debe demostrar que tiene conciencia! ¡Es abominable esa declaración!... (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden!

El C. Manrique: No interrumpa el C. Espinosa.

El C. Espinosa: ¡Para una moción de orden! ¡¡Tengo derecho!!

El C. Manrique: Estoy haciendo uso de la palabra...

El C. Espinosa: ¡Pero está usted faltando al Reglamento! ¡Pido la palabra para hacer una moción de orden!

El C. Manrique: ¡Para una verdadera moción de orden!

El C. Espinosa: ¡Es un desorden, compañero! Yo suplico a la Presidencia que tenga la bondad de ordenar... (Siseos.) que se dé lectura al artículo relativo al acto de la votación... (Siseos.) para que vea el C. Manrique que no está en lo justo al querer subordinar a la Asamblea a su propio criterio. El Reglamento para nosotros es una ley y debemos respetarlo por encima de todo. (Siseos y aplausos.)

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. Espinosa: He pedido la lectura de un artículo del Reglamento. (Voces: ¡Moción de orden!)

El C. secretario Valadez Ramírez: La Secretaría hace la siguiente aclaración: no hay artículo que trate precisamente este asunto... (Voces: ¡Sí lo hay!) pero existe el precedente de que nunca se ha permitido interrumpir las votaciones.

El C. Bordes Mangel: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Bordes Mangel.

El C. Bordes Mangel: En contra de lo que la Secretaría manifiesta, existe un precedente. Anteayer la Asamblea votó el dictamen que declaraba diputado propietario al señor Augusto Aillaud, y después de votado reconocimos todos que no había habido tiempo suficiente para que los representantes hicieran uso de sus derechos, por lo cual se aceptó que no tuviera efecto la votación. Pido ahora que no haya dos leyes y dos precedentes distintos para dos casos iguales.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta al compañero Bordes Mangel que, efectivamente, quedó sin efecto la votación a que se refiere; pero que no está dispuesta a seguir violando el Reglamento.

El C. Bordes Mangel: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Bordes Mangel: ¡Muy bien! Hago constar que la ley se viola sólo cuando se trata del C. Augusto Aillaud. (Aplausos.)

El C. presidente: La Presidencia nuevamente declara que aquello no es un precedente; aquello fue un error y no está la Presidencia dispuesta a seguir cometiendo errores.

El C. Bordes Mangel: Nuevamente pido la palabra muy contra mi voluntad.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Bordes Mangel: Entonces, si aquello fue un error, declare honradamente la Presidencia que es diputado por el distrito que se presentó el C. Augusto Aillaud. (Aplausos.)

El C. presidente: En virtud de no haberse hecho ninguna declaratoria posterior la Presidencia declara que no es diputado el C. Augusto Aillaud, por lo cual se someterá este asunto nuevamente a discusión, y suplico a los ciudadanos diputados permitan que sigamos adelante.

El C. Manrique: Pido la palabra, señor presidente, para una moción de orden.

El C. Presidente: ¿Qué desorden hay, C. Manrique?

El C. Manrique: Voy a expresarlo. No tiene la Presidencia, así la ocupe el sapientísimo doctor Alonzo Romero, el derecho de prejuzgar lo que voy a decir.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Dícese, señores diputados, que es la terquedad la energía de los necios. Hay ciertas pugnas en las que declararse vencido es vencer. He aquí por qué cuando el C. Espinosa insistía en quitarme la palabra me

senté tranquilamente; pero ha pasado el incidente y debo aclarar que, en defensa de nuestro honor, debemos comprobar que al negar, que al oponernos ayer y anteayer a la aprobación...

El C. presidente: La Mesa llama al orden al C. Manrique. ¡Esa no es una moción de orden!

El C. Manrique: A ella voy.

El C. presidente: Pero no debe andar con preliminares. (Risas y aplausos.)

El C. Manrique: Yo no concedo al C. Alonzo Romero ni a nadie el derecho de marcar límites a mi pensamiento.

El C. presidente: Se le llama a usted al orden. Ha pedido usted la palabra para hacer una moción de orden y tenga la bondad de concretarse a ella.

El C. Manrique: No es el C. presidente Alonzo Romero quien debe definir lo que por concretar se entiende.

El C. presidente: Se le llama a usted al orden.

El C. Gandarilla: ¡Moción de orden! ¡Artículo 104 del Reglamento!

El C. presidente: Que se le dé lectura.

El C. Manrique: No se puede interrumpir una moción de orden con otra nueva.

El C. presidente: Se llama a usted al orden, C. Manrique.

El C. Manrique: ¡Está bueno!

El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo: "Artículo 104. No se podrá reclamar el orden sino por medio del presidente, en los dos casos siguientes: primero, cuando se infrinja algún artículo de este Reglamento; segundo, cuando se viertan injurias contra alguna persona o corporación."

El C. Manrique: ¿Me hace la gracia el ciudadano presidente de que continúe en el uso de la palabra?

El C. presidente: ¿Con qué objeto?

El C. Manrique: Se lo imploro al señor presidente; se lo pido rendidamente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Espinosa: Pido que se cumpla con el artículo 104 del Reglamento. (Siseos.)

El C. Manrique: ¿Me permite el C. Espinosa que continúe hablando?

El C. Espinosa: El Reglamento no se lo permite.

El C. presidente: ¿Me permite el C. Manrique que lo interrumpa? (Risas.) La Presidencia declara que lamenta profundamente que uno de los miembros más distinguidos de esta Asamblea, que siempre ha dado muestras de cordura, en estos momentos esté metiendo el orden; yo le suplico de la manera más atenta que nos deje trabajar. El C. Manrique, en concepto de la Presidencia, es muy digno y muy honorable; pero le suplico que nos deje trabajar. Que se lea el artículo del Reglamento cuya lectura se ha pedido.

El C. Manrique: ¡Ya se leyó!

El C. presidente: Que se vuelva a leer, porque nadie se dio cuenta.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

Artículo 104 del Reglamento: No se podrá reclamar el orden sino por medio del presidente, en los dos casos siguientes: primero, cuando se infrinja algún artículo de este Reglamento; segundo, cuando se viertan injurias contra alguna persona o corporación."

El C. Espinosa Luis: No se ha hecho ninguna de las dos cosas. (Siseos.)

El C. presidente: Se llama al orden al C. Espinosa.

El C. Manrique: ¿Tengo la palabra, señor presidente? Me ha interrumpido usted en ella y me pidió permiso para interrumpirme y se lo concedí. (Risas. Aplausos.)

El C. presidente: La Presidencia manifiesta a las galerías que está en disposición de mandarlas desalojar si no se portan en la forma debida.

El C. Manrique: ¿Estoy en el uso de la palabra, ciudadano presidente, para una moción de orden?

El C. Espinosa: ¿Qué artículo se está violando? Tiene la obligación de decir qué artículo se está violando.

El C. presidente: Se llama a usted al orden, C. Espinosa, no se le ha concedido la palabra.

El C. Manrique: Ciudadanos compañeros...

El C. Espinosa: ¿Qué artículo se está violando?

El C. Manrique: Señores compañeros, prescindo de las bufonadas del C. Espinosa y me dirijo a todos vosotros en defensa de nuestro honor, para demostrar que al negarnos ayer y anteayer a aprobar mociones suspensivas, no procedimos con ilegítima o ilícita festinación; debemos hoy también demostrar que puede un ciudadano diputado impugnar un dictamen antes de que se haga la declaratoria por la Secretaría, que es la única autorizada para declarar que algo se ha votado, y no el C. profesor Leopoldo Ernesto Camarena. Antes que la Secretaría haga declaración alguna, la votación no existe, así los ciudadanos diputados hayan hecho un poco de gimnasia sueca y puéstose de pie. (Risas.) La votación termina con la declaratoria de la Secretaría; antes de ésta, puede cualquier diputado reclamarla. Si hay aquí algún ciudadano diputado o presunto diputado que crea tener razones que aducir, fútiles o serias - que esto lo veremos -, en contra de la credencial del C. Bibiano Ibarra, es nuestro deber escucharlo y es deber de la Presidencia, a pesar de todas las interpretaciones que quiera dar al Reglamento, conceder la palabra a este ciudadano orador; de lo contrario, habrá violado los derechos que le conceden sus sesenta mil electores al enviarlo aquí a hablar, a decir en alta voz lo que piensa, aunque sea un error; este es el deber de la Presidencia: suspender la votación y conceder la palabra a cualquier ciudadano diputado o presunto diputado que la haya pedido. (Aplausos.)

El C. presidente: La Presidencia declara al C. Manrique que el que estaba presidiendo anteriormente a mí, me manifiesta que no ha pedido la palabra el ciudadano a que se refiere.

El C. Castrejón: Se iba a levantar la persona que iba a hablar, cuando el C. secretario Valadez Ramírez iba ya a hacer la declaratoria.

El C. presidente: No he concedido a usted la palabra.

El C. Von Borstel: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Von Borstel: A fuer de hombre honrado, y siguiendo las palabras del señor Manrique, declaro que si aquí en la Asamblea se ha tratado de votar la credencial del señor diputado que está a

discusión, fue únicamente por la violencia con que obró el ciudadano secretario, porque el señor licenciado Padilla me consta que se había levantado para irse a inscribir antes de que se pretendiera tomar la votación.

El C. secretario Valadez Ramírez: La Secretaría hace la declaración siguiente: preguntó o hizo la advertencia de que los ciudadanos diputados o presuntos diputados que desearan hacer uso de la palabra, pasaran a inscribirse; volví los ojos a ver al ciudadano presidente y le pregunté si había alguno inscripto, y me dijo que no, y entonces lo que procedía era lo que hice: poner a votación el asunto y declarar que había mayoría de pie, porque efectivamente la había.

"Por estas circunstancias, sometemos a vuestra deliberación las siguientes proposiciones:

"1a. Son válidas las elecciones efectuadas el 1o. de agosto último para diputados al Congreso de la Unión, en el 3er. distrito electoral de Michoacán "

2a. Es diputado propietario por el expresado distrito, el C. Bibiano Ibarra.

"3a. Es diputado suplente por el mismo distrito el C. José Molina."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados o presuntos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Padilla Manuel: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Padilla.

El C. Padilla Manuel: Señores diputados y presuntos diputados:...(Voces: ¡Tribuna, tribuna!) (El orador asciende a la tribuna.) Vengo a hacer uso de la palabra en contra del dictamen que se ha sometido a vuestra consideración, porque estoy convencido de que el señor licenciado José Ortiz Rodríguez, candidato opuesto al señor general Bibiano Ibarra, obtuvo la mayoría de votos en el 3er. distrito electoral del Estado de Michoacán. Yo no desciendo a personalicemos, como ayer se hizo, porque aquí se trata de dos liberales: el señor Ibarra, que fue postulado por el Partido Liberal de Michoacán, el Partido Liberal Benito Juárez, y el señor licenciado José Ortiz Rodríguez, candidato independiente de filiación liberal y revolucionaria, muy conocido por sus antecedentes. El señor licenciado Rodríguez desde la época del Gobierno porfirista estuvo afiliado en el grupo revolucionario; después actuó durante la elección del señor Madero como uno de los líderes del Estado de Michoacán y trabajó muy empeñosamente por el triunfo democrático de este ciudadano, que vino a proclamar el cumplimiento del Sufragio Efectivo. El señor licenciado Ortiz Rodríguez, en la época de Huerta fue reducido a prisión, siendo miembro de la XXVI Legislatura, y perseguido inicuamente en sus pequeños intereses y en sus negocios por el tirano Huerta; al salir de la prisión fue a la Revolución y se unió con las fuerzas que mandaba el primer jefe; ocupó entonces el puesto de oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores y así vino con el grupo revolucionario a México, hasta que éste se dividió . Con motivo de la convención revolucionaria de Aguascalientes, el licenciado Ortiz Rodríguez se afilió francamente al grupo de la convención y fue subsecretario de Relaciones del señor general don Eulalio Gutiérrez en el Gobierno convencionista. Después de la derrota de la convención, el licenciado Ortiz Rodríguez sufrió tremendas persecuciones del carrancismo, tuvo que huir al extranjero y estuvo expatriado durante mucho tiempo. El licenciado Ortiz Rodríguez volvió a Michoacán sin haber solicitado indulto, expuesto a todas las contingencias a que se hallaba expuesto en aquella época un ciudadano que no se sujetaba a inclinar la frente delante de la tiranía. Alejado de la política y entregado a sus negocios profesionales, un grupo de liberales le ofreció su candidatura, el Club Miguel Silva, para diputado por uno de los distritos de Morelia, y otras varias agrupaciones lo postularon como senador por el Estado de Michoacán. El señor licenciado Ortiz Rodríguez tiene como suplente al revolucionario José María Mora, que es actualmente tesorero general del propio Estado. Hay en este punto un hecho que pone de manifiesto la voluntad de los ciudadanos del 3er. distrito electoral de Morelia: el licenciado Ortiz Rodríguez, que se presentó como candidato a senador por el Estado, obtuvo la mayoría de votos como senador en el citado 3er. distrito electoral y perdió , en cambio, la elección de diputado, en la cual jugaba con más probabilidades de éxito, puesto que como senador tenía enfrente la candidatura de dos ex gobernadores de Michoacán el general Rentería Luviano y el señor don Francisco Ortiz Rubio. En consecuencia, es muy raro que los ciudadanos del 3er. distrito electoral no hayan votado por el señor licenciado Rodríguez y sí le hayan dado todos sus votos para senador. Esta es una consideración que, aunque no es de carácter legal, sí deben tener en mente los señores diputados al resolver sobre este dictamen. El señor licenciado Ortiz Rodríguez presentó un escrito a la Cámara, que tuvieron a la vista las comisiones, respecto de diferentes cuestiones legales sobre la elección para diputado. Desde luego tenemos un escrito que pido a la Secretaría se sirva darle lectura, en que pide la nulidad de la elección del general Ibarra por haber estado en servicio de armas.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Copia del escrito presentado ante la Junta Computadora en Morelia.- 3er. distrito electoral.

"Al margen un sello que dice: A quien corresponda.- Sección de Guerra.- Número 454.

"Lázaro Cárdenas, general Brigadier y gobernador interino del Estado de Michoacán de Ocampo, certifica que el señor general Bibiano Ibarra desde el 6 de octubre de 1918 dejó de tener mando de fuerza, hasta el 15 de abril de 1920 en que se levantó en armas desconociendo el Gobierno del presidente Carranza, y dejó el mando de fuerzas el 7 de junio del año actual.

"Lo que hago constar a petición del licenciado José Ortiz Rodríguez, para los usos que le convengan.

"Sufragio Efectivo. No imposición.- Morelia, a 7 de agosto de 1920.- El gobernador interino del Estado, Lázaro Cárdenas."- Rubricado.

La Secretaría hace constar que es una copia.

El C. Padilla, continuando: Otro de los motivos de nulidad de la elección en el municipio de Santa Ana Maya, se expresa en este escrito:

"B. Porque en el municipio de Santa Ana Maya, se impidió por el representante de Ibarra, de acuerdo con el presidente municipal, que mis boletas, que estaban selladas y firmadas en la Presidencia municipal, llegaran a las mesas electorales y jugaran en la elección. Así consta del documento presentado ante la Junta Computadora y ante esta H. Cámara en ocurso posterior.

"C. Porque en Tendeparacua (Huaniqueo) el jefe de las armas, C. Sacramento Barajas, hizo la elección en favor del señor Ibarra, figurando como presidente de una casilla electoral y después como escrutador de la Junta Computadora. Documento anexo a este ocurso y actas de dicha junta."

El C. Avilés: ¡Pruebas!

El C. Padilla: Sacramento Barajas se llama el jefe de la casilla electoral de Tendeparacua.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Un sello que dice: Michoacán de Ocampo.- Ayuntamiento de Huaniqueo.- Número 85.

"C. Teofanes Sanguino.- Presente.

"En contestación a su oficio de usted de fecha 14 de los corrientes, manifiesto que los jefes de las defensas civiles de este lugar y la tenencia de Tendeparacua de este municipio, son los señores Clemente Chávez y Sacramento Barajas, respectivamente.

"Sufragio Efectivo. No reelección.- Huaniqueo, agosto 15 de 1920.- El presidente municipal, A. Contreras.

"Número 423.

"El infrascrito, gobernador interino del Estado de Michoacán de Ocampo, legaliza la firma que antecede por ser auténtica.

"Morelia, a 19 de agosto de 1920.- L. Cárdenas."

Como verán los señores diputados, esto prueba el hecho que se asienta en la solicitud del licenciado Ortiz Rodríguez, en el documento que pide se declaren nulos los votos de la casilla de Tendeparacua; porque el presidente municipal, Sacramento Barajas, era presidente de la casilla, y porque en el mismo pueblo de Tendeparacua, casilla 4a. de Huaniqueo, se hizo figurar un número de votos mayor que el que da el censo de 1910, que es al que debieron sujetarse las elecciones de diputados verificadas últimamente. En la casilla de San Miguel del Monte, pueblecito que según el censo de 1910 cuenta con 113 hombres, de los cuales hay un treinta por ciento inhabilitados para votar, quedando reducidos sólo a ochenta, se hace figurar una cantidad de votos de 137. En la 1a. casilla de Morelia, según documento que obra en el expediente, el presidente de la casilla era miembro o empleado del Consejo Superior de Salubridad del Estado de Michoacán, según aparece también comprobado en autos. Hay otras muchas irregularidades en las elecciones, verificadas en otras casillas, pero no quiero cansar la atención de la Asamblea haciendo hincapié sobre cada una de ellas, porque son cantidades menores de votos, pero que todos se incluyen en el cómputo general. Pido a la honorable Asamblea tenga en cuenta las razones fundamentales alegadas en el escrito del licenciado Ortiz Rodríguez para considerar la resolución de este dictamen en forma de que se cumpla la voluntad popular.

El C. Camarena: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Camarena: Ciudadanos diputados y presuntos diputados: Como compañero vuestro pedí la palabra hace unos cuantos instantes a fin de evitar que se consumara un disparate en contra del Reglamento. Por lo demás, en lo que se refiere a la impugnación un poco vehemente de mi culto amigo el señor Manrique, tengo que declarar, porque siempre he confesado mis errores, que no debí haber dicho: "no permitiré tal o cual cosa", porque esto apareció como un rasgo de pedantería de mi parte, y yo soy incapaz de estas cosas; sino que debí haber dicho: "me opongo terminantemente a que se viole el Reglamento." Doy esta explicación a mi excelente amigo el señor Manrique. Y como miembro de las comisiones dictaminadoras, haciendo honor a la serenidad que pretendo conservar siempre que se discuta alguno de los dictámenes que se producen honrada y lealmente en el 6o. grupo de la 1a. Comisión dictaminadora de Credenciales, tengo que decir ante vosotros que las argumentaciones presentadas por el señor licenciado Padilla son enteramente vacuas. ¿Cuál es el argumento toral, me decía hace un momento al oído uno de los compañeros bastante sensato y bastante discreto, cuál es el argumento total que ha presentado el señor licenciado Padilla? Ninguno absolutamente. El único que se podría tomar en consideración es el de que el C. general Bibiano Ibarra tenía mando de fuerzas en el distrito cuando se realizó la elección; pero esto, señores, no está probado. Habéis oído que la Secretaría da lectura a una copia, a una copia que no tiene ninguna certificación, que no tiene ningún valor; pero aun suponiendo que este documento estuviera perfectamente legalizado, perfectamente protocolizado, no podríamos tomarlo en consideración, puesto que en él mismo se dice que el C. Ibarra dejó el mando de las fuerzas que estaban a su cargo desde el año de 1918, y que posteriormente, llevado por las circunstancias y como un ciudadano que defendía los derechos de su país, se lanzó a una revolución, a este breve movimiento glorioso que acaba de pasar, y defendió los derechos del pueblo conforme a su propia manera de pensar; pero una vez terminado ese movimiento se retiró a la vida privada; de manera que el tiempo que el C. Ibarra permaneció frente a sus fuerzas no debe tomarse en consideración, porque ni siquiera grado militar tuvo. Esto mismo podría yo desde luego argüir en favor de una casilla que mencionó el señor licenciado Padilla. Dice él que un individuo de nombre Sacramento Barajas, militar, tomó parte en la elección como presidente de la casilla, y por el documento que habéis tenido ante vuestra consideración se ve muy claramente que este señor no es militar, que no tiene carácter militar desde el momento en que no es más que jefe de una defensa civil. Pero hay más, señores: preguntad a todos los vecinos de aquel Estado y veréis cómo los presidentes municipales son enemigos de los jefes de las defensas civiles y casi siempre están en pugna con ellos, pretendiendo hacer presión, pretendiendo deprimirlos; en consecuencia, este argumento carece completamente de valor. Luego se dice, por otra parte, que en la casilla de San Miguel del Monte, según el censo de 1910, y bien pudo mi estimable amigo el señor Padilla sacar el censo de 1810, por ejemplo, ven ustedes que la diferencia de

años es notable; se habla del censo de 1910, es decir, hace diez años, y le parece extraño al señor Padilla que de dicho tiempo acá haya aumentado la población en ese lugar. ¿Qué de raro tiene que haya aumentado la población en el término de diez años? Pero suponiendo que, conforme a su dicho, muy honorable y que yo tengo en consideración personalmente, no como miembro de una Comisión, suponiendo que su dicho sea suficientemente veraz, pues de ninguna manera podemos argüir sobre el resultado de una votación tomando en consideración un censo de hace diez años. El señor licenciado Padilla - que, como habéis visto, no traía su defensa preparada, como habéis visto estaba improvisando aquí, porque bien se ve que no conoce el asunto, que no ha procurado ir al expediente con el fin de darse cuenta de cómo está ese expediente - no puede presentar ante vosotros ninguna argumentación seria que sea digna de tomarse en consideración. Recuerdo también que se refería a la tercera casilla de Morelia y a una de las casillas que se establecieron en esa ciudad, y decía que debía declararse nula esa votación, porque el presidente de la casilla era empleado del Consejo de Salubridad. ¿Y sabéis quién era ese empleado? Era un agente de salubridad que había pedido licencia. Obra en el expediente la licencia que se le concedió . En consecuencia, nosotros, como miembros del 2o. grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, os aseguramos, con toda lealtad, que hemos procurado escarbar hasta en el último rincón de este expediente con el fin de venir a presentaros un dictamen enteramente ajustado a la ley. No podríamos de ninguna manera dar nuestro brazo a torcer, ni tampoco podemos favorecer a individuos perdidosos que se presentan aquí implorando la ayuda del señor Soto y Gama e implorando la ayuda del señor Padilla, ambos compañeros muy estimables, pero que desgraciadamente se han convertido en abogados de pobres. Presentamos, pues, este dictamen y lo ratificamos en todas sus partes ante vuestra ilustrada consideración.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Díaz Soto y Gama.

El C. Soto y Gama: Me permito hacer constar que en realidad nadie ha hablado en pro; la Comisión solamente se ha limitado a informar. Así es que espero que la Presidencia, sujetándose al Reglamento, conceda la palabra al C. Avilés, que va a hablar en pro, y a quien tengo deseos de oír.

El C. Avilés: Renuncio al uso de la palabra a fin de que haga uso de ella el C. Díaz Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Vuelvo a pedir a la Presidencia que, observando el Reglamento, hable un orador en pro. El C. Avilés se inscribió en el pro para hablar antes que yo; por lo tanto, debe hablar antes que yo y no quiere hacerlo. En consecuencia, pido a la Mesa se observe el Reglamento dando el turno al señor Avilés, o preguntándole si renuncia definitivamente a hacer uso de la palabra.

El C. presidente: Su señoría comprenderá que la Mesa no puede obligar a ningún orador a hablar, si renuncia a ello, ni tampoco puede exigirle que renuncie definitivamente.

El C. Díaz Soto y Gama: En ese concepto, me reservo desde ahora el derecho, si el señor Avilés habla después que yo, de hablar después que él.

El C. Camarena: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Camarena: En realidad de verdad el C. Soto y Gama tiene la razón. La Comisión sólo ha informado y, por lo tanto, debe hablar un orador del pro. Por lo demás, si el señor Avilés, inscripto en el pro, renuncia al uso de la palabra y a pesar de esto quiere hablar después que lo haga el señor licenciado Díaz soto y Gama, también el señor Díaz Soto y Gama puede volver a hablar en contra después de haber escuchado al señor Avilés.

El C. Avilés: De todos modos yo hablaré después.

El C. Díaz Soto y Gama: De manera que se trata de que el C. Uriel Avilés, en lugar de argumentos, cierre el debate con bufonadas. A eso me opongo y lo hago constar desde ahora. El se inscribió en el pro, según ya lo dije, para hablar antes que yo, y hoy teme hablar antes que yo, o no quiere hablar antes que yo. Me reservo, pues, el derecho que antes indiqué (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Díaz Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Es verdaderamente triste y más que triste sintomático, que un miembro de una Comisión oficial, de una Comisión Revisora de Credenciales, como cierre de su discurso, como argumento final que podría llamarse toral, esgrima la chocarrería de que el señor licenciado Padilla y yo nos hemos constituido en abogados de pobres. Esto quiere decir que a la Comisión le escuece que el señor Padilla y yo defendamos a los ausentes; esto quiere decir que la Comisión quisiera que los ausentes no tuvieran defensa. (Aplausos.) Ya se ha visto, señores diputados y presuntos, la deficiencia de la ley y el error de la ley a este respecto, error y deficiencia que han dado lugar a un largo y cansado debate en el cual por un lado se esgrime la legalidad y por otro la justicia y el espíritu democrático. Esa ley es mala y debe ser reformada, y antes que lo sea, nosotros, los del Bloque Socialista, hemos tenido el honor de constituirnos, como dice el señor miembro de la Comisión, no en abogados de pobres, sino en defensores desinteresados de los que aquí por ley no tienen voz, de los que aquí por una excepción rarísima, por una excepción cruenta, por una excepción inicua son llamados ante un tribunal para ser condenados sin ser oídos. Nosotros hemos tomado la defensa de aquellos presuntos diputados, de aquellos candidatos derrotados que nos ha parecido que tenían la razón, y en este caso vengo yo aquí con la plena convicción de que el señor Ortiz Rodríguez, ventajosamente conocido en todo Morelia y en su distrito, ha triunfado sobre su contrincante. Ayer el señor Avilés recurrió a ciertas bufonadas, a ciertos chistes, a ciertas gracejadas que produjeron risas y aplausos, pero no produjo ningún argumento. Hoy quiero ver los argumentos del señor Avilés. Todo este debate podrá reducirse a cuestión aritmética: a sumas y a restas; sumar los votos que deben anularse por viciados correspondientes a la candidatura Ibarra, que aparece como triunfante; restar después el producto de esa suma del total aparente de su votación, para ver si el residuo es superior o inferior a los votos

que aparecen comprobados a favor del candidato aparentemente derrotado. Decía el miembro de la Comisión que toda la argumentación del señor mi compañero Padilla se reducía a decir que el señor general Ibarra había pertenecido en un tiempo al servicio activo y que después se había separado de él dos meses antes de la elección; no es ese todo el argumento, ni es ese el argumento toral; el argumento toral consiste en que el señor Ibarra, a pesar de haberse separado del servicio activo, siguió teniendo grandes influencias sobre todos los que habían sido sus subordinados y, por lo mismo, logró que en dos casillas fueran presidentes de ellas jefes militares. En una de esas casillas fue presidente el señor Sacramento Barajas, en la casilla de Tendeparacua, según consta oficialmente en los documentos que la Comisión ha tenido a la vista. La Comisión ha confesado que el señor Sacramento Barajas era jefe de la defensa civil, y queriendo abusar de la credulidad o confianza de la Cámara, ha dicho que el ser miembro de la defensa civil no constituye impedimento. Es muy sensible que una Comisión oficial hable con tan poca seriedad. El artículo 43 de la Ley Electoral dice:

"Es nula la elección de diputado y de senador que recaiga:

"I. Sobre militares en servicio activo en el Ejército Federal o sobre los que tengan mando en la Policía, en la Gendarmería Rural o sobre cualquiera fuerza pública en el distrito donde se haga la elección, salvo que unos y otros se hubieren separado noventa días antes del día en que ella se verifique." (Aplausos.)

Ya ve el señor miembro de la Comisión como él, que quiere que se le crea bajo su palabra de honor, que viene a esgrimir como argumento el hecho de que honorablemente han examinado los miembros de la Comisión el expediente, y protesta por su honor que se han ajustado a la ley, cómo esa palabra y esa protesta no pueden ser tomadas en serio; ya ve el señor Camarena cómo ni siquiera se le puede creer cuando habla de detalles de la Ley Electoral. Y es que hay un propósito marcado en los miembros de la Comisión, de obstruccionar todas y cada una de las candidaturas independientes relativas al Estado de Michoacán; hay en esto un verdadero complot de la Comisión. Yo lo denuncié ayer, y entonces se me contestó por vía de radicalismo, por vía de jacobinismo, con una bufonada de opereta; hoy no se me puede decir lo mismo, porque el licenciado José Ortiz Rodríguez es un liberal connotado: fue miembro de la Convención, de la calumniada Convención, que en muchas cosas, por no decir en todas, fue más radical que el famoso carrancismo, disfrazado con el sobrenombre de constitucionalismo. De manera que podemos decir que el señor José Ortiz Rodríguez es verdadero revolucionario, porque perteneció a la muy radical, a la muy calumniada, pero muy revolucionaria, verdaderamente revolucionaria Convención. El señor Sacramento Barajas fue presidente de una casilla y en esa casilla cometió la suplantación de votos; en esa casilla hay intervención de la fuerza armada y hay una de las causas de nulidad que consisten en la presión de la fuerza armada en otra casilla, en la segunda de Huaniqueo, presidió el jefe de las armas, C. Clemente Chávez, según certificado adjunto que también obra en los documentos que la Comisión tuvo a la vista; en consecuencia, fue nula la elección allí. Los votos anulados son 194; puede consultar la documentación la Comisión. En la otra casilla, en la de Tendeparacua, los votos inutilizados son más de 912 y esto, además de las razones ya indicadas de la intervención de la fuerza armada, representada nada menos que por el jefe de la defensa civil o social que, como lo sabe toda la República, son las más temibles precisamente por su desorganización e indisciplina; además de esa razón hay otra que consiste en la suplantación visible de votos. Aquí los argumentos de la Comisión llegan a lo risible, la audacia de la Comisión nos quiere hacer creer que de 1910 a la fecha ha aumentado el censo de la población de los pueblos de Michoacán. El señor Camarena olvida todo esto, que ha habido bajas por la guerra, que ha habido bajas por la influenza, por la epidemia, por la emigración de la población, murieron la mitad, la tercera o cuarta parte de los habitantes que había, aumentado esto por la emigración. En el Estado de Michoacán emigran los campesinos y la Comisión nos quiere hacer creer que en épocas de guerra, señores diputados en épocas de guerra, señores diputados, en épocas de epidemia y de emigración, que son la peor condenación y de emigración, que son la peor condenación del latifundismo y la mejor defensa del agrarismo que hemos predicado, que en esta época aumenta el censo de la población en la República Mexicana. El censo del Estado de Michoacán, que hemos leído el señor Padilla y yo y de cuya lectura se desprende que la población de Tendeparacua solamente tiene 537 habitantes por votar, ¿cómo vamos a suponer que vayan a votar todos? Porque hay ancianos, hay niños, porque hay menores de 21 años, porque hay individuos morosos, etc., etc. Es decir, tenemos que hacer un descuento de un treinta por ciento, poniéndonos muy por lo bajo. El señor José Ortiz Rodríguez en su memorándum dice que quitando ese treinta por ciento, aunque debía haberse descontado un cincuenta por ciento, pero, en fin, poniéndonos dentro del treinta por ciento, resultarían los empadronados en total de votantes 376, y, sin embargo, la lista electoral confeccionada por el jefe militar Sacramento Barajas fue de 1,074 empadronados y los sufragantes 912 esto es lo que la Comisión no dice bajo su palabra de honor que está bien computado y yo declaro, señores, que está horrorosamente mal computado. Por último, esta casilla fue instalada sin nombramiento de instalador y sin intervención de instalador, y el padrón no está autorizado por nadie. ¡Claro! Cómo iba a hacerse si esto era autorizado por la voluntad del jefe de la defensa civil, que parece que le da todas las garantías al señor Uriel Avilés...

El C. Avilés, interrumpiendo: No, yo no, ¡Qué odio me tiene su señoría!

El C. Soto y Gama: O el señor Camarena, ¡Es que como los dos están ligados, de allí depende la confusión...(Risas.) Por supuesto que este no fue el único chiste electoral que se permitió el señor Padilla; lo mismo sucedió en la casilla de San Miguel del Monte, pueblo que según el censo, página 85 línea 34, debía haber consultado el miembro de la Comisión y no venir a decirnos que se atiene a la palabra del señor Padilla y

dejar la cosa en duda. Como miembro de la Comisión, está obligado a consultar ese censo; ese pueblo cuenta con 113 hombres, los cuales, por dichos treinta por ciento inhábiles para votar, quedan reducidos a sólo 80 empadronables y posibles sufragantes y, sin embargo, los votos a favor del señor Ibarra fueron 137 y el número de empadronados 194, necesariamente nulos; votos inutilizados al señor Ibarra, 137. De manera que no nos debemos atener a la palabra de la Comisión, ni a las palabras del señor Padilla, sino a los números. En materia de números no caben argumentos como los del señor Avilés y ¡llamemos argumentos a eso, haciendo mucho favor al asunto!...

. - El C. Avilés: !Qué odio me tiene usted!

El C. Soto y Gama: Aquí no cabe que se venga a decir como ayer el señor Avilés: "yo he triunfado, yo soy anticlerical" y yo también y ¿qué tiene qué ver eso? (Risas y aplausos)..."y yo salí de la gleba" y ¿qué tenía que ver con el asunto? Aquí hay números ¿verdad? Hay números, y los números dicen que hay que inutilizar 912 votos de la casilla de Tendeparacua, 137 en la casilla de San Miguel del Monte, por la razón de que el censo es muy inferior al empadronamiento y por la razón de que hubo presión militar. Si esos no son argumentos torales, si eso no es presión de la fuerza armada, si eso no es un cómputo mal hecho!!

En la segunda casilla de Huaniqueo, que estuvo presidida por el C. Clemente Chávez, según certificado adjunto, que debió haber sido revisado por la Comisión: votos inutilizados al señor Ibarra, 194. Hay otro caso, el de Santa Ana Maya, que es digno de que sea conocido. En el municipio de Santa Ana Maya se impidió por el representante del señor Ibarra, de acuerdo con el presidente municipal, que mis boletas, que estaban selladas y firmadas en la Presidencia Municipal, llegaran a las mesas electorales y jugaran en la elección." Así consta en el documento presentado ante la Junta Computadora y ante esta H. Cámara en ocurso posterior. Yo voy a leerles, porque la Secretaría no me inspira confianza para leer....... (Risas y aplausos)...... Lee muy de prisa, muy mal, no sé si en todos los casos o sólo en el mío, (no quiero hacer imputaciones.) Lee en una forma muy parecida a la que usan los párrocos viejos perfectamente aburridos del rosario, cuando después de tener diez o veinte años en una parroquia, modorramente a eso de las seis de la tarde, con una digestión difícil, se dirigen al auditorio de beatas y niñas cursis a chapurrear las ave María y Padre nuestro con una prisa terrible para satisfacción de las señoras y señoritas beatas, que lo único que desean es ir a tomar el chocolate. (Risas.) Exactamente, con la misma voz gangosa, con la misma voz cansada, exactamente en la misma forma poco parlamentaria lee el señor secretario, uno de ellos especialmente, los documentos que debía de leer en forma inteligible. Creo que podría esforzar la voz y yo la esforzaré aquí para que se oiga: "En la ciudad de Morelia...(Leyó.)

¡Esos jefes de la defensa social que inspiran tanta confianza por las garantías que dan según la Comisión! "El día 26 del pasado julio.. (Leyó.)

¡Ya ven ustedes qué bien se portan los jefes de las defensas civiles! "Substituyéndolo con el señor regidor... (Leyó.)

¿Cómo la Comisión quiere que se le crea bajo su palabra de honor y de honorabilidad cuando no da cuenta con este documento? "Tercero: que el expresidente señor García..."(Leyó.)

¡El mismo contra quien tiene saña la Comisión! "Cuarto: que al entregar el señor García..."(Leyó.)

Se ve la maniobra. El jefe de la defensa social, dando las garantías que tanto admira la Comisión, ¿verdad? destituye al presidente que no era servil y pone un presidente que se va a prestar para el chanchullo electoral. "Quinto: que las cédulas y distintivos... (Leyó.)

¡Qué precioso! ¡En pleno porfirismo! "O sea del Benito Juárez. (Leyó.)

El defendido por la Comisión, es decir, el defenso de la Comisión. Aquí no seré abogado de pobres, probablemente de ricos o de fuertes. "Todo está certificado.(Leyó.)

Está comprobado plenamente y todo esto la Comisión lo tuvo a la vista y omitió hablar de ello. Así, pues, hechas estas explicaciones resulta la operación aritmética a que me refería: resumen de sólo algunos votos inutilizados a la fórmula Ibarra, Santa Ana Maya, la casilla a que se refiere este documento "por eliminación de mis boletas." No habiendo boletas de la fórmula independiente, no pudieron votar 1,022 ciudadanos, por intervención de la fuerza armada y suplantación, 912; San Miguel del Monte (por suplantación de votos), 137.

Por ser estos vicios de forma y querer referirme al fondo, hago punto omiso de estos cuatro pueblos que quedan: San Mateo, Tendeparacua, San Miguel del Monte y Hauniqueo. Lista de votaciones en aquellos en que hubo presión oficial militar, y dan 1,022 más 912, más 134, más 149, 2,210. Dos mil doscientos diez votos se restan de los tres mil cuatrocientos cinco aparentes que tuvo Ibarra, quedan 1,195. ¿Estamos de acuerdo? Esto sí se puede certificar sin necesidad de protestas de palabra de honor; con qué 1,195 tiene la fórmula Ibarra; el licenciado Ortiz Rodríguez obtuvo 1,326 votos: ¿quién ganó la elección?

El C. Avilés, interrumpiendo: ¡Fue limpia la elección! ¡ Limpísima ! (Siseos, campanilla.)

El C. Soto y Gama, continuando: A todo esto hay que agregar algo que no puedo consignar a título de imputación terminante, porque no hay pruebas; pero sí está comprobado por el rumor público: que hubo en Morelia un espectáculo bochornoso, un espectáculo macabro, digno de la Edad Media.

Un buen día del año de 1917 o 1918, aparecieron trece infelices proletarios de ropa destrozada, de zapatos rotos, aparecieron ahorcados en el bosque de San Pedro, a las puertas mismas de la capital del Estado. La voz pública acusa al señor Ibarra. Hay un proceso pendiente. El jefe de la Policía se halla detenido y la voz pública sigue acusando al señor Ibarra. Los testigos se niegan a declarar; pero está vivo en la conciencia pública y se comprende que la sola enunciación del nombre del señor Ibarra, a quien la voz pública acusa de esos delitos. sea un factor de intimidación moral sobre los votantes. Esto lo presento en lo que vale como un hecho psicológico

y no como un hecho jurídico; no se podrá demostrar la acusación contra el señor Ibarra, !claro! Cualquiera va a declarar contra una persona que cuelga trece individuos a las puertas de Morelia...(Aplausos.) Y basta el hecho de que la voz pública señale a este señor como un eminente revolucionario de los de horca y cuchillo, para que todo el Estado le tenga un horror pánico y de ninguna manera quiera votar libremente. En estas condiciones yo pido a la Asamblea que sin dejarse alucinar por palabrería, sino atenida a los números, resuelva honradamente si es legítima o ilegítima la elección del candidato mi señor general muy señor mío, don Bibiano Ibarra. (Risas. Aplausos.)

El C. Camarena: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Avilés.

El C. Camarena: Pido la palabra como miembro de la Comisión.

El C. presidente: Después del C. Avilés se le concederá el uso de la palabra.

El C. Camarena: Como miembro de la Comisión, pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Camarena.

El C. Camarena: Al señor licenciado don Antonio Díaz Soto y Gama le escoció un poco que yo lo llamara abogado de pobres. Confieso que esta designación no fue malintencionada y voy a explicar por qué. (Siseos, campanilla.) Voy a explicar por qué. En sesiones pasadas, el señor licenciado don Antonio Díaz Soto y Gama ha defendido a clericales y latifundistas y se ha mostrado perfectamente desconocedor de los expedientes, por lo cual ha obtenido serias derrotas en esta Asamblea.

El C. Soto y Gama: ¡Muy honrosas!

El C. Camarena, continuando: ¿Qué de raro tiene, señores diputados y presuntos diputados, que después de esa falta de seriedad del señor Soto y Gama yo desconfíe de él?; ¿qué de raro tiene que después de verlo seguido por los pasillos de un cortejo innumerable de perdidosos a quienes él con toda bondad y con todo corazón atiende; qué de raro tiene, pues, que yo lo consideraran abogado de pobres? (Siseos. Campanilla.)

Dice el señor licenciado Soto y Gama que nos considera al C. Avilés y a mí como la misma cosa, por que nos ha visto en esta única ocasión ligados para defender un dictamen. Yo, como miembro de la Comisión, porque tengo obligación de defenderlo, y él como simpatizador del presunto diputado Ibarra pues yo tendría el mismo derecho para decir con todo respeto al señor Soto y Gama que está ligado con los latifundistas, por ejemplo, y con los reaccionarios, puesto que los ha venido a defender aquí; el mismo derecho me asiste. Ya ve el señor licenciado Soto y Gama cómo no tiene razón para hacer esas aseveraciones perfectamente ligeras. (Siseos. Campanilla.) Y por lo demás, quiero hacer constar una cosa, que es indispensable hacer constar desde esta tribuna: el señor licenciado Soto y Gama, con toda su seriedad, con la seriedad de que ha venido haciendo alarde, presenta bufonadas, verdaderos chistes de pueblo que no son compatibles con su carácter ni con su manera de ser. (Voces: Es cierto.) Entro ya al terreno legal para defender el dictamen que hemos presentado ante vuestra consideración. Nos asegura el señor licenciado Soto y Gama que nosotros, los miembros de la Comisión, no hemos querido oír tales y cuales cosas o que no hemos querido leer tales o cuales documentos. La verdad de las cosas, señor Soto y Gama, es que al hacer la revisión de los expedientes que están a nuestro cargo, hemos tenido en consideración todos los documentos y hemos oído a todo el mundo. Antes de que se presentara este dictamen, se acercó a mí uno de los señores contendientes en esta campaña electoral del Estado de Michoacán, a decirme que pretendía que yo retirara el dictamen, a lo cual contesté honradamente que no podía retirarlo porque figuraba en la orden del día y le dije: deseo que tenga usted presente que es la primera vez que se acerca usted a mí, que nunca ha ido usted a la Comisión con el fin de proporcionar tales o cuales informes y que nosotros hemos procedido teniendo en cuenta los documentos que existen en el expediente, y así es, señores diputados y presuntos, que este señor por primera vez se acercó a mí, como miembro de la Comisión, con el fin de pedir tal y cual cosa. El señor licenciado Soto y Gama invoca el artículo. El señor licenciado Soto y Gama es abogado e invoca en favor de su defenso el artículo 43 ¿ y sabéis cómo dice el artículo 43? dice así:

"Es nula la elección de diputado y de senador que recaiga:

"I. sobre militares en servicio activo en el Ejército Federal o sobre los que tengan mando en la Policía, en la Gendarmería Rural o sobre cualquiera fuerza pública en el distrito donde se haga la elección, salvo que unos y otros se hubieren separado noventa días antes del día en que ella se verifique."

El señor estaba defendiendo el caso de un presidente de casilla que había sido jefe de una defensa civil. Vosotros consideraréis si tiene razón él o tiene razón la Comisión. (Aplausos.) En cuanto a la cuestión del censo, nos dice el muy respetable señor Gama que no debemos computar tales o cuales votos, que no debemos hacer esto y aquello, teniendo en consideración que la población ha disminuído con la guerra, con la emigración, que ha habido mil factores para que todas aquellas regiones se despueblen; pero yo le pregunto al señor Soto y Gama: ¿cuáles son las consideraciones que ha tenido en cuenta, cuáles, son los documentos que ha tenido en frente para venirnos a asegurar que estos pueblos, que estas regiones se han despoblado? El viene a asegurarnos, bajo su palabra de honor, que el pueblo de San Miguel del Monte y algunos otros pertenecientes a los distritos electorales se han despoblado en efecto y le consta a él, pues tenemos necesidad de aceptar el dicho del señor Soto y Gama como algo inconcuso, como irrebatible, como algo que no admite discusión; pero en este caso comprenda el señor Soto y Gama que nosotros no pudimos proceder más que teniendo en cuenta los documentos que existen. ¿Cómo vamos nosotros a saber si en tales o cuales lugares se ha reducido la población? Esto es imposible para nosotros. ¿En dónde están los documentos fehacientes que atestiguan que la población ha disminuido o aumentado? En consecuencia, los argumentos del señor Soto y Gama tampoco tiene ningún valor en este caso. Vean

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ustedes que de sus propias pistolas - como se dice en lenguaje llano - pretende que se haga un descuento del 30 por ciento en esas poblaciones; yo reconozco en el señor Soto y Gama a un gran estadista, reconozco que es un hombre que se ha dedicado a estas cuestiones de contabilidad; pero francamente no puedo tener en consideración su dicho como miembro de la Comisión dictaminadora. Se refiere en seguida a la entrada de unas boletas y lee un documento que no está protocolizado, señores, y le tiene desconfianza a la Secretaría, a quien toda la Asamblea tiene perfecta confianza, y cuando la tiene la Asamblea, no debe venir el señor Soto y Gama a decir que no la tiene. El señor Soto y Gama viene a leer un documento para que se le crea bajo su fe de caballero, y no es así...

- El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Y se le cree!

- El C. Camarena: No se le cree; pero después, en contra de esta información testimonial de cinco o seis individuos, aparece un documento en donde consta que el representante del candidato perdidoso que defiende el señor Soto y Gama se acercó al presidente municipal pidiéndole que entraran las boletas de su candidato y que estaba allí presente el representante del señor Ibarra, candidato, el cual dijo ante el presidente municipal que no debían recibir esas boletas, y entonces éste no las recibió. Señores, ¿podemos nosotros acaso creer que se haya ejercido presión sobre el presidente municipal de ese lugar, cuando viene una información de manos del mismo candidato perdidoso que a mí me acaba de mostrar fuera de la Comisión, y por la cual se ve que ante una indicación del representante del señor Ibarra no quiso o no pudo repartir las boletas? Conste, pues, que en esta casilla que pretende ganar el señor Soto y Gama a favor de su candidato, no hubo absolutamente ninguna presión; pudo haber torpezas, pudo haber habido cualquiera otra cosa que queráis, menos presión, que es lo que alega el señor Soto y Gama. No examino los demás argumentos, ni examino las demás consideraciones que se quieren tomar en cuenta, porque me parece completamente ocioso hacerlo; se dice, por ejemplo, que algunos expedientes no vienen los documentos necesarios; se dice que en algunas de las casillas uno de los escrutadores se retiró a las tres de la tarde y no volvió hasta las cinco; en fin, argumentos de esta naturaleza, irregularidades que para la seriedad de una elección no se deben tomar en cuenta. (Aplausos. Siseos.)

- El C. Soto y Gama: pido la palabra

- El C. presidente: Se le va a conceder la palabra al C. Avilés.

- El C. Soto y Gama: Me reservo el derecho de inscribirme nuevamente en contra y la Mesa tuvo la amabilidad de tomar en cuenta mi indicación.

- El C. Presidente: Después del pro que va a defender el señor Avilés.

El C. secretario Valadez Ramírez: Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, en votación económica se pregunta si se prorroga la sesión. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se prorroga la sesión.

- El C. Avilés: Señores diputados, señores presuntos diputados: El señor Soto y Gama me odia muy cordialmente, por lo que yo estoy, (Toses. Voces: ¡Ah! ¡Ah!) por lo que yo estoy absolutamente sin cuidado. Quiero ocuparme de la parte legal de este expediente, para demostrar al C. Soto y Gama que también, aunque no soy un matemático como él, también conozco números. (Toses.) Después de habernos venido a leer aquí el señor Soto y Gama un memorial hecho por el C. licenciado Ortiz Rodríguez, el cual ha venido a hacer un panegírico elevadísimo tanto de él como del licenciado Padilla, yo voy a demostrar al C. Soto y Gama cómo hizo un gran chanchullo el C. Ortiz Rodríguez en el pueblo de Coeneo, no obstante esa honradez olímpica de que hace alarde aquí el señor Soto y Gama, de que ésta investido el C. Ortiz Rodríguez. El caso en Coeneo, ciudadanos diputados, sucedió en esta forma: El representante del licenciado Ortiz Rodríguez, o, más bien dicho, al mismo tiempo que el representante, el suplente del C. Ortiz Rodríguez en el pueblo de Coeneo hizo las elecciones a su gusto. Este individuo se encerró en la casa particular de él y ahí confeccionó 800 y tantas boletas muy flamantes, las cuales mandó a la Junta Computadora del 1er. distrito electoral de Morelia. Se tuvieron y se argumentaron todas las pruebas; pero se tomaron en consideración aquellos votos, ciudadanos diputados, porque absolutamente en nada perjudicaban al C. Ibarra, y sobre todo, que era un mandato de la Ley Electoral, en que la Junta Computadora no tenía que hacer sino que contar; pero sí se consignaron esos hechos al procurador del Estado para que los pusiera en manos de la autoridad competente. Yo no sé hasta la fecha qué resolución haya dado el ciudadano juez a quienes hayan sido consignados esos hechos; pero me temo que no haya dado ninguna, porque ahí, ciudadanos diputados, hay una coalición completa en todos los abogados de Michoacán. El señor Ortiz Rodríguez puede decirse que es el que lleva ahí la voz cantante en la cuestión de abogados; este señor es a quien se dirige toda la abogacía de Michoacán, naturalmente que éste puede alzarse como le dé la mejor gana. (Risas y aplausos.) Por esto es que no me ha extrañado aquí, ciudadanos diputados, que aparezcan actas notariales como ésta, de que en Santa Ana Maya no se admitieron boletas, etc., y que vaya un ciudadano que es presidente municipal a declarar, después de muchos días, ante un notario público, a la capital, que allí se hizo presión, que allí se hicieron estas cosas; sobre todo, aparece aquí como testigo en esta declaración, es decir, en esta acta notarial un procesado, óigalo bien el señor Soto y Gama. El C. Antonio Navarrete, que aparece aquí como testigo en esta actuación, es un procesado, un individuo sobre el que pesan en la actualidad tres procesos, uno por injurias y otros dos por calumnias. (Siseos.)

- El C. Manrique: ¿Hay auto de formal prisión?

- El C. Avilés: Sí, señor. (Toses. Siseos. Campanilla.)

- El C. presidente: La presidencia manifiesta a los señores de las galerías, que ya no está en disposición de seguir con la benevolencia que ha seguido. Yo entiendo que las galerías, en gran parte, están integradas por gente que tiene educación; pero entre ellas hay muchas personas que están introduciendo el desorden. Les prevengo por última vez y en la otra se les aplicará el Reglamento.

- El C. Avilés: Después nos presenta aquí el C. Soto y Gama una argumentación donde deben descontarse al señor Ibarra tales y cuales votos de aquí y de allí. Pues en esa casillas también tuvo bastante votación el ciudadano contrincante de Ibarra, y de esas votaciones no hace caso absolutamente para nada el señor Soto y Gama. Claro, si hiciera caso pues se le restarían también al señor Ortiz Rodríguez y como consecuencia lógica tendría que quedar abajo, muy abajo, con todo y ese maremágnum que nos trae el señor Gama del señor Ibarra. De esto hizo caso omiso, tanto el señor Ortiz Rodríguez como el señor Soto y Gama. Esta es la honradez de que alardea el señor licenciado Soto y Gama. Ahora, por lo que se refiere al C. Soto y Gama y que presenta al C. Ibarra como un ogro, como algo así que tiene en jaque a todo el Estado de Michoacán, como algo que ahí nada más pronunciando una palabra es como un conjuro, es como si se presentaran todas las furias y obligaran a todo mundo a prosternarse y acatar las órdenes del señor Ibarra; aquí nos viene y nos dice que el rumor de la calle dice que Ibarra colgó trece ahorcados, (Risas y estruendosos aplausos.) aquí nos viene a decir el señor Soto y Gama que el señor Ibarra colgó a trece individuos en el bosque de San Pedro, en Morelia, que eso dice el rumor de la calle y que con ese rumor, el señor Ibarra aparece como algo sobrenatural, como si tuviera la vara mágica en la mano y a una sola señal de él todos estuvieran por el caso de obedecerle. Yo qué dijera del C. Soto y Gama, que también el rumor de la calle ha dicho mucho del C. Soto y Gama; el rumor de la calle ha dicho que el C. Soto y Gama había sido el director intelectual de los crímenes del zapatismo, cosa que yo había puesto en tela de juicio; pero eso también lo dice el rumor de la calle.

Ya ven ustedes, señores diputados, cómo aquí se ve una marcada mala fe del C Soto y Gama en contra del elemento liberal del Estado de Michoacán. ¡Ya no creo en el socialismo del señor Soto y Gama! (Aplausos. Risas.)

Yo creía que el C. diputado Soto y Gama fuera aquí en la República el jefe de los bolchevikes; pero ahora estoy desilusionado. (Aplausos y risas.) Desde el momento en que el C. Soto y Gama se ha echado a las espaldas la tarea de venir a defender a latifundistas y defender a reaccionarios y a atacar a liberales; desde el momento en que el C. Soto y Gama procede así, esa ilusión que yo vislumbré por un momento ha huido completamente de mí. No creo que el C. Soto y Gama sea el hombre que traiga las ideas rojas de la Rusia bolchevike. No, señores; (Aplausos.) ya el señor Soto y Gama es un claudicante. No cabe duda, ciudadanos representantes, que con lo años viene la claudicación. Ya los años han hecho claudicante al señor Soto y Gama, y como consecuencia, que se nos presente en esta Cámara, no con los arrestos de la Convención, no señores; ya esos arrestos han desaparecido en mucho. Viene aquí y se nos presenta un individuo claudicante, como el que quiere descansar ya. (Risas.) Así es que si ustedes meditan sobre la veracidad del dictamen de la Comisión, dictamen que está basado sobre verdaderos hechos y no sobre argumentos, que tienen un grandísimo fondo de falsedad hechos por el C. Soto y Gama, me darán la razón. Yo sí le digo al C. Soto y Gama que a quien verdaderamente apoyó el elemento oficial en el 3er. distrito electoral de Michoacán, fue el señor licenciado Ortiz y Rodríguez, y ésta es una prueba irrefutable, lleva como suplente el C. Ortiz Rodríguez nada menos que al ciudadano tesorero general del Estado, y yo pregunto, para que me conteste honradamente el C. Padilla, si es cierto o no es cierto.

- El C. Padilla: Pido la palabra. Es cierto que el señor licenciado Ortiz Rodríguez llevó como suplente al tesorero general del Estado; (Risas y siseos Voces: ¡Ah!) pero el señor tesorero pidió licencia para presentarse como suplente (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos.) y, además el señor tesorero general del Estado era del gobierno del señor ingeniero Ortiz Rubio, no del gobierno del señor general Cárdenas, que fue el que estuvo durante las elecciones.

- El C. Avilés: Otra pregunta me voy a permitir hacer al señor Padilla: ¿Ha vuelto otra vez a la Tesorería General del Estado el ciudadano suplente del licenciado Ortiz Rodríguez?

- El C. Padilla: Sí, señores. (Risas. Voces: ¡Huy! ¡Huy!)

- El C. Avilés: Para que vean ustedes, ciudadanos diputados, de quién estaba verdaderamente la presión, si no del tesorero general del Estado que manejaba a su antojo eso que es una verdadera fuerza moral incontrastable; ese es el que maneja todas las defensas civiles o las guardias civiles, teniendo muchas veces estas fuerzas que rendirle pleito homenaje, ciudadanos diputados, porque a veces se necesita que les pague esto o aquello y necesitan ir a sombrerearle. (Risas y aplausos.) Así es, ciudadanos diputados, que he demostrado yo aquí que el C. Ibarra no es asesino, que si la voz de la calle dice que él colgó a esos individuos en Morelia, también la voz de la calle dice que el señor Soto y Gama ha sido el director intelectual del zapatismo y, sin embargo, yo pongo en tela de juicio eso, así como el C. Soto y Gama pone en tela de juicio lo hecho por el C. Ibarra. He demostrado también que no ha habido esa presión oficial a que se ha referido el licenciado Soto y Gama, puesto que Ibarra cómo pudo usar esa presión cuando se hacían las elecciones para poderes generales y el gobernador del Estado era nada menos que un enemigo nuestro el general Cárdenas; que en la actualidad la casa del C. Ibarra está rodeada por fuerzas del general Cárdenas; cuando el partido nuestro no cuenta allá con apoyo de ninguna naturaleza, cuando el C. Cárdenas se ha mostrado completamente enemigo del elemento obregonista, ¿cómo iba a poderse imponer así, como dice el C. Soto y Gama? Y sí había otra fuerza, la del tesorero general del Estado, que ese sí fue preparando todas las cosas como mejor le convino. De modo que al criterio de ustedes, ciudadanos diputados, dejo que juzguen la elección del señor Ibarra. (Voces: ¿A votar! ¿A votar)

- El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Soto y Gama.

- El C. Soto y Gama: Noto desde luego ingenuidad, una hermosa ingenuidad que mucho me conviene en los señores diputados que contra el Reglamento y del deber han exclamado regocijados ¡A votar! ¡A votar! ¿Por qué se quiere que se vote tan de prisa? Si yo no traigo aquí argumentos, si yo vengo aquí a mentir, ¿por qué

no se me quiere oír? Si los argumentos míos no valen nada, ¿por qué no se me quiere escuchar? Ya otras veces, en las mociones suspensivas, hay un grupo de ciudadanos diputados que apenas se presentan las mociones suspensivas empiezan a gritar ¡no! ¡no! antes de oír la voz del pro y antes de saber de qué se trata. Hoy lo mismo, antes de oír al contra se dice ¡A votar! ¡A votar! Eso prueba parcialidad; esto prueba deseo preconcebido de hacer fracasar la candidatura independiente del señor Ortiz Rodríguez. Los argumentos del señor Avilés, haciéndole favor de llamar argumentos a todo lo que ha dicho, (Risas.) los argumentos del señor Avilés son originales: Yo no soy socialista, porque vengo a atacar al militarismo; yo no soy socialista, porque ataco al pretorianismo; yo no soy socialista porque vengo a denunciar ante la Cámara lo que la prensa de Morelia ha proclamado por todos los ámbitos del Estado de Michoacán. La prensa de Morelia ha dicho lo siguiente: "Jueves 1o. de julio..."

Aquí está la fotografía de los "13 ahorcados que colgó." (Risas. Aplausos.) Si dejar de ser socialista es denunciar ante la Cámara la intimidación moral que ejerce un hombre sobre el que pesa este cargo que está vivo en la conciencia pública, aunque no esté probado en los tribunales, pues hombre, con toda verdad confieso que he dejado de ser socialista y me he vuelto reaccionario, del mismo modo que el señor Avilés, al defender al pretorianismo, se ha vuelto socialista.

"LA JUSTICIA EN EL ESTADO DE MICHOACÁN

"Un espantoso crimen ha quedado sin castigo

"Trece infelices obreros, ahorcados en el bosque Cuauhtémoc, de Morelia, el domingo 10 de marzo de 1918, por unos militares, jefes de la guarnición, de las operaciones militares y de las fuerzas del Estado.

"Profirió García de León, gobernador interino de Michoacán, en funciones el día del crimen, no protesto por tamaña ofensa a la civilización y a la sociedad en que vivimos.

"Pascual Ortiz Rubio, gobernador constitucional de Michoacán, hizo igual cosa que su candidato hoy a la primera magistratura, García de León.

"Hace ya más de dos años y medio de ese espantoso crimen y no se ha castigado a los culpables.

"Los verdugos gozan de la impunidad y uno de ellos es el jefe de la propaganda garcíaleonista."

"Sigue en pie el asunto de los trece ahorcados. Adán Rubio, presunto cómplice de aquel tenebroso crimen, revela los nombres de todos los culpables.

"El licenciado Olvera en su puesto. El juez 1o. de lo Penal exhortó hoy a los que resultan inodados en este ruidoso proceso.

"Con todo empeño y en cumplimiento de un deber de funcionario laborioso y apto el señor licenciado don Antonio Olvera, juez 1o. de lo Penal de esta ciudad, ha venido practicando diligencias en el voluminoso proceso de los trece ahorcados, crimen por el cual a venido reclamando un justo castigo la sociedad moreliana.

"Adán Rubio, uno de los inodados en ese suceso desagradable y bochornoso, con sus declaraciones ha venido descubriendo a todos los culpables y cómplices.

"Hoy termina el término constitucional para que el señor juez Olvera formule o no el auto de formal prisión en contra de este vecino del Estado de Hidalgo y hoy huésped de la Inspección de Policía, lugar que está haciendo las veces de cárcel pública. A dicho Adán Rubio le fue negada la excarcelación bajo fianza, de cuyo acto apeló, sin que el Tribunal resuelva todavía en apoyo del juez o contrariando su acuerdo.

"Hoy se han estado formulando algunos exhortos para distintos puntos del país para hacer comparecer a los responsables de ese acto de cafres, ante la justicia. Entre esos exhortos se encuentra uno dirigido a los jueces de la ciudad de México, solicitando la captura del trágico Bibiano Ibarra, por suponer méritos bastantes de culpabilidad en el que durante tres años fuera favorito de don Pascual Ortiz Rubio, por cuya razón venía gozando no sólo de la impunidad de ese grave delito, sino de otros de peculado, que conocen el señor presidente de la República y el señor ministro de la Guerra, quienes tienen a Ibarra en el concepto de ser un pájaro de cuenta."

Hay que hacer notar que el C. Ortiz Rodríguez se dirigió a la Secretaría de Hacienda, pidiendo certificado por este peculado, y la Secretaría de Hacienda, hasta la fecha, no ha expedido este certificado, ¿es cierto o no es cierto, señor Padilla, que se ha solicitado ese documento de la Secretaría de Hacienda y no se les ha concedido? ¿Cuánto tiempo hace que solicitó el certificado el señor Rodríguez?

- El C. Padilla: Verdaderamente, no sé el tiempo.

- El C. Soto y Gama: Pero hace más de dos días, porque ayer estaba pendiente, según me dijeron ustedes. Pudo haberse extendido, y se le advirtió a Hacienda que era para hacerlo valer en este caso.

"Ibarra ahora se escudará con una credencial fraudulenta que presentará al Congreso de la Unión como presunto diputado, credencial que obtuvo con la presión de las autoridades militares y civiles de Santa Ana Maya, Huiniqueo, Villa Morelos y San Miguel del Monte.

"La sociedad moreliana está muy interesada en que purgue sus crímenes este advenedizo sonorense."

Creo yo que todo esto es mucho más serio que la supuesta presión que pueda ejercer el tesorero del Estado. El tesorero del Estado se retiró antes de las elecciones, y si vuelve a ocupar su puesto, es después de ellas, ¿o no es así? De manera que en la pregunta del C. Avilés, como en todo lo de él, no hay nada serio, y no tuvo la honradez de decir:

"Sí, señor, volvió a su puesto; pero después de las elecciones." Yo pregunto a todos ustedes, ciudadanos presuntos diputados y diputados, y preguntaría a las galerías si no fuera porque la Presidencia me llamaría al orden: "¿Ustedes a quién le tendrían más miedo, al señor Ibarra o al señor tesorero del Estado de Michoacán? (Voces: ¡A Ibarra!)

¿Qué presión es más fuerte, la presión militar o una suposición del señor Uriel Avilés de que el tesorero hubiera podido, de haber, que hubiese, empleado los caudales? Pero es una suposición, es una hipótesis, y lo que vengo a sostener yo no es una hipótesis, y tan no es una hipótesis, que me voy a permitir leer a esta honorable Asamblea lo que refiere el memorándum apoyado en documentos

fehacientes, comprobados, que obran en los expedientes. "Presento certificado de que....."

¿Entiende el señor Avilés lo que quiere decir "presento certificado"? Quiere decir: presento pruebas.

"II. Presento certificado de que el C. Sacramento Barajas, presidente de la casilla de Tendeparacua, municipio de Huaniqueo y tercer escrutador de la Junta Escrutadora, persona que encauzó la votación exclusivamente en favor del candidato Ibarra, es jefe de la defensa civil de Tendeparacua y, por lo mismo, inhábil no sólo para presidir la Mesa Electoral, sino para integrar la Directiva de la Junta Computadora."

Nada menos que escrutadores de la Junta Computadora, escrutador, el que hace el cómputo, el que hace el escrutinio.

El señor Camarena, miembro de la Comisión, se vale a este respecto de un error mío fácilmente explicable por la improvisación: el hecho de que yo había citado el artículo relativo a la elección de diputados. Tiene razón el señor Camarena; pero si él hubiera querido proceder con toda la rectitud del caso, no hubiera tenido inconveniente en leer el artículo 50 de la Ley Electoral, que dice así:

"Artículo 50. Es requisito indispensable para ser miembro de la Mesa de una casilla electoral, estar inscripto en el padrón de la Sección y no ser funcionario, empleado público ni candidato registrado, y saber leer y escribir."

Es evidente que el jefe de una defensa civil no sólo es un funcionario, sino un funcionario con fuerza armada, y es claro que no hay garantías en una casilla cuando se trata del jefe del la defensa civil. Esto respecto de una casilla; respecto de la otra, se trata de haber estado presidida por el jefe de las armas, Clemente Chávez; ¿tampoco es funcionario público el jefe de las armas? Todo esto queda incluso de nulidad que señala el artículo 104:

"Artículo 104. Son causas de nulidad de una elección:

.............................................................................................................................................................................

"II. Haber mediado cohecho, soborno o presión de alguna autoridad para obtener la votación en favor de determinado candidato;

"III. Haberse ejercido violencia en las casillas electorales por la autoridad o particulares, con el mismo objeto que indica la fracción anterior."

¿O cree el señor Avilés y la Comisión y cree la Asamblea que no sea detalle de pretorianismo el hecho de que las casillas estén presididas por militares? En la democracia mexicana se va a sentar el precedente de que las casillas estén presididas por militares; ¿qué dirían ustedes de que aquí en México las casillas hubieran estado presididas por los señores generales Elías Calles y Hill? (Voces: ¡Sería muy diferente!) En esa casilla no habría libertad de votar; habría presunciones de presión. La ley lo dice terminantemente: "no ser funcionario público, ni civil siquiera" y es claro que un militar ejerce más presión que un funcionario civil. ¿O cree el miembro de la Comisión que en la palabra "funcionario" no está incluido el jefe de las armas de una población? ¿O cree que ejerce más presión el funcionario, que el jefe de las armas? ¿No cree él que quepa aquí el argumento que llamamos los abogados y los dialécticos "por mayoría de razón"? Si un funcionario civil no puede ser miembro de la Mesa, con mayor razón no lo puede ser un jefe militar; de manera que yo no he recurrido a argumentos de relumbrón, ni siquiera a antecedentes como el señor Avilés. Y saca a colación aquí - que para mí eso sería muy honroso - que yo hubiera sido el director intelectual, no de los crímenes, sino de las glorias del zapatismo. No lo fuí! (Aplausos.) Yo, siempre modesto, que creo serlo, o por lo menos no jactancioso, digo urbi et orbi ante toda la República, que el mayor timbre de orgullo de mi vida es haber estado a las órdenes del más ilustre de los revolucionarios: de Emiliano Zapata! (Siseos.)

Eso de director intelectual de los crímenes, es frase que sólo se le ocurre al señor Avilés. Se dice autor intelectual; ¿pero director intelectual de los crímenes? es una frase chusca como otra cualquiera y él sabe que la opinión mexicana me ha acusado no de director de los crímenes del zapatismo, sino de haber tomado parte en los actos civiles del zapatismo. Digo esto para demostrar una vez más que el señor Avilés no tiene seriedad en los debates, verdaderamente.

¿Qué más puedo hacer yo para demostrar que en esta elección ha habido pretorianismo agudo? ¿qué más puedo hacer para demostrar que pesa más un hombre de los antecedentes del señor Ibarra, ciertos o falsos; pero en los que la opinión pública cree? Si basta que se le oiga nombrar para que se le tenga miedo a este señor, para considerarlo el presunto responsable de esos delitos. No se trata de darle la sentencia en contra, se trata de la intimidación moral intimidación comprobada con el hecho de que emplea a jefes de armas en las casillas.

El otro argumento del señor Camarena me parece que tampoco es argumento: dice que a mí sobre mi palabra se me tiene que creer, que de 1910 a la fecha ha disminuido el censo en vez de haber aumentado en esas poblaciones; pues yo le digo al señor Camarena que a menos que no haya habido víctimas por la guerra, a menos que no haya habido víctimas por la epidemia, a menos que no hubiese salido ningún individuo para tomar las armas, a menos que allá, por circunstancias especiales, no haya habido ni un solo muerto de influenza, a menos que allá, por excepción, no haya habido emigración de campesinos, pero como están emigrando principalmente de los Estados de Michoacán, de Jalisco y de Guanajuato, tenemos que suponer que ha disminuido el censo. No creo yo que suponga que en este lugar haya dobládose el número de los habitantes desde 1910 a la fecha. ¿O cree el señor Camarena que la República antes de la revolución tenía dieciséis millones de habitantes y que ahora tiene treinta y dos por efecto de la guerra? ¿Cree el señor Camarena que la guerra es prolífica, que la guerra es fecunda, cree que tiene la guerra una influencia fisiológica sobre las madres para dar más hijos? (Risas.) De manera que lógicamente, por presunciones, como se tiene que proceder, puesto que la Comisión no tuvo el cuidado de pedir datos sobre el actual censo de la población, sobre el censo de 1910, el único documento que hay sobre ese censo tenemos que hacer nosotros nuestra reflexión: si en 1910, antes de la guerra, antes de la

epidemia, antes de la emigración, tenía Tendeparacua 937 y hoy aparecen 1,074 y todas las personas aquí, la Cámara que obra como Jurado sobre su conciencia que no puede tener prueba plena, deben declarar que hubo suplantación de votos máxime cuando paso igual en San Miguel del Monte, máxime cuando una lista electoral era confeccionada por Sacramento Barajas, presidente de casilla, y aquí los abogados que hay saben que las presunciones concatenadas, ligadas entre sí hacen prueba plena, que hay intimidación de fuerza armada y que por todos conceptos hay algo que no es presunción y que la Comisión, con poca seriedad, quiso destruir en dos palabras y no destruyó. Dijo que si no se habían entregado las boletas en Santa Ana Maya, fue por que se opuso el representante del C. Ibarra; pero no explica que, según el documento que tuve el gusto de leer, y que leí íntegramente, se habían entregado a tiempo; pero se habían entregado con mucha anticipación al presidente, naturalmente el mismo que fue depuesto por orden de las autoridades militares. Vuelvo a leer lo conducente. (Leyó.)

Como ya había pasado el término, si estaban en poder del presidente anterior en todo esto se ve chapuza, el esfuerzo de la Comisión para sostener algo que no debería de sostener. Hay que reconocer que en Santa Ana Maya hubo irregularidad visible al no aceptar las boletas ¿por qué la Comisión se encapricha en sostener lo que está perfectamente desmentido por el expediente? Vuelvo, pues, a recurrir a las pruebas definitivas, a los números, no porque sea matemático, sino porque yo sé sumar y el señor Manrique me enseño a restar. De manera que es cuestión que pueden comprobar todos los señores: "Nulos los votos....(leyó.)

Total, vuelvo a decir, 2,210 votos; para 3,405, 1,195.

Creo que mayores pruebas no caben; creo que insistir sería fatigar a la Asamblea; en último caso, si hay duda sobre la elección del señor Ortiz Rodríguez, si hay pruebas de irregularidades visibles, pues que se anulen las dos elecciones y que se vuelva a hacer la elección; pero no se consienta que en nuestro país, en los momentos en que se están haciendo ensayos de democracia, las casillas estén presididas por jefes de las defensas civiles o por jefes de armas.

Yo excito a la Asamblea para que muy juiciosamente medite sobre el caso, para que no vaya a desilusionar al país con un voto dado imprudentemente.

- El C. Avilés: Pido la palabra.

- El C. Soto y Gama: Pido votación nominal y espero que me apoyarán los siete diputados que exige el Reglamento.

- El C. Avilés: Pido la palabra.

- El C. presidente: Tiene la palabra el C. Avilés.

- El C. Avilés: Ciudadanos diputados y presuntos diputados: El señor Soto y Gama acaba de dar lectura aquí a esos periódicos que son precisamente el portavoz del partido mugiquista, enemigo nuestro, así como portavoz del Partido Nacional Republicano en el Estado. Naturalmente que estos periódicos no iban a tratar al señor Ibarra con puñados de rosas. ¡Claro! Ellos tenían que ser ampulosos y están en su papel, y voy a demostrar aquí a los ciudadanos diputados cómo este pasquín es el órgano de los partidos coaligados en el Estado de Michoacán. Me permito suplicar a la Secretaría dé lectura aquí precisamente donde está la planilla que presentaron los partidos coaligados a la consideración del Estado, es decir, en contra de las candidaturas del Partido Liberal Obregonista de Michoacán. Los partidos coaligados son: el partido que sostiene aquí a Robles Domínguez y que en Michoacán sostuvo en las pasadas elecciones a Márquez de la Mora, y el partido mugiquista.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"El Heraldo de Michoacán". Morelia, 29 de julio de 1920.

"Candidatos que sostendrán los partidos coaligados "Popular Republicano", "Reformador Nacionalista" y "Socialista Michoacano" en las elecciones, el día 1o.:

"Senador propietario, general José Rentería Luviano; senador suplente, José Oseguera.

"Diputados:

"1er. distrito de Morelia: Propietario, licenciado Timoteo Guerrero; suplente, J. Trinidad García.

"2o. distrito de Morelia: Propietario, licenciado Francisco Chávez Díaz; suplente, José Aurioles Díaz.

"3er. distrito de Morelia: Propietario, Antonio Navarrete; suplente, Joaquín E. Aguado.

"Zinapécuaro: Propietario, doctor Fidel Rivera; suplente, Vidal Solís.

"Maravatío: Propietario, licenciado Adalberto Abascal; suplente, Rafael González.

"Zitácuaro: Propietario, José M. Pérez Colín; suplente, José Martínez.

"Huetamo Tacámbaro: Propietario, ingeniero Salvador Alcaraz; suplente, licenciado Rodolfo Chávez.

"Ario de Rosales: Propietario, coronel Constantino Rivera; suplente, Silvestre Marroquín.

"Pátzcuaro: Propietario, licenciado Eduardo Laris Rubio; suplente, José Victoria.

"Uruapan: Propietario, Ignacio Villegas; suplente, profesor Rafael Cano.

"Apatzingán: Propietario, J. Isaac Arriaga; suplente, José Chavéz.

"Coalcomán: Propietario, Ildefonso Valencia; suplente, Daniel Berber.

"Jiquilpan: Propietario, licenciado Luis G. Betancourt; suplente, licenciado Aurelio Gómez.

"Zamora: 1er. distrito: Propietario, José Méndez Ruiz; suplente, Felipe Montes.

"Zamora: 2o. distrito: Propietario, licenciado Torcuato Lemus; suplente, Lázaro U. Ramírez.

"La Piedad: Propietario, Luis G. Guzmán; suplente, profesor Francisco Mercado.

"Puruándiro: Propietario, doctor Francisco Lozano; suplente, José Sánchez Ponce."

- El C. Avilés, continuando: Figúrense ustedes, ciudadanos diputados, si estos individuos no iban a atacar sangrienta y felinamente a Ibarra, que ha sido el jefe del partido obregonista en el Estado de Michoacán; si no iba a haber lodo y cieno en este pasquín en contra de Ibarra, que siempre ha sostenido en Michoacán la bandera del obregonismo. Está claro; si estos hombres precisamente van en contra de las tendencias del obregonismo en el Estado de Michoacán. Ahora voy a analizarle al C. Soto y Gama lo que es una defensa civil y lo que es un militar. Las defensas civiles, señores

diputados, como debe constar a muchos de ustedes, están compuestas en los pueblos por los mismos habitantes, Allí se nombra un jefe, X o Z, que no tiene nunca carácter militar. (Voces: ¡Huy! Siseos.) Esto es cierto, ciudadanos diputados, por más que las viborillas sigan con sus silbidos. Las defensas sociales, civiles, como decía a ustedes, están compuestas en los pueblos por los mismos habitantes de ellos y las defensas civiles se crearon en el Estado de Michoacán precisamente para contrarrestar el bandidaje de Chavéz García y de Cíntora, del cual aquí en México era el representante el C. Padilla...

- El C. Padilla, interrumpiendo: ¡No es cierto! ¡Pruebas!

- El C. Avilés, continuando: Para eso se fundaron, ciudadanos diputados, las defensas sociales en el Estado de Michoacán, pero no tiene ningún carácter militar allí. ¡Que no venga a alardear aquí Soto y Gama que tienen carácter militar! Se organizaron precisamente para defender sus intereses atacados por el bandidaje que encabezaban Chávez García y Cíntora. Ahora volvió a olvidar el C. Soto y Gama, en este nuevo recuento de votos que hizo aquí, que también en esas casillas que él cree afectadas, allí tuvo bastante votación el C. licenciado Ortiz Rodríguez, y que descontándole esos votos también daría por resultado que los contrincantes del C. Ibarra quedaron mucho más abajo. Por lo demás, los otros ataques gratuitos que me ha lanzado aquí el C. Soto y Gama, eso que dice que carece de seriedad mi argumentación, pues... lo paso por alto. Mi argumentación ha carecido de seriedad, pero siempre he hecho que dos veces venga a la tribuna el C. Soto y Gama. (Risas y voces: ¡A votar! ¡A votar!)

- El C. Soto y Gama: Con fundamento en el artículo 110 del Reglamento, pido a la Presidencia se sirva ordenar a la Secretaría que en voz bien alta y clara dé lectura a este ejemplar de "Las Noticias", de esta ciudad de México, que no es órgano ni portavoz de michoacanos, explicando la fecha del periódico y leyendo el párrafo íntegro.

- El C. Espinosa: Moción de orden, señor presidente. (Voces: ¡No! ¡No!)

- El C. presidente: La presidencia manifiesta al C. Espinosa que no se ha alterado el orden. El C. Soto y Gama pidió que se leyera un párrafo relacionado con el debate, y la Presidencia no ha tenido inconveniente en mandar que se lea ese párrafo. (Aplausos.)

- El C. Espinosa: Entonces después.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Las noticias". Miércoles 25 de agosto de 1920.

"Fue aprehendido un salteador de trenes.

"Morelia, 24 de agosto.

"Las fuerzas del general Lázaro Cárdenas, acaban de aprehender a un individuo que, juntamente con otros siete, asaltó hace tres semanas el tren de pasajeros que llega todos los días a esta capital procedente de la Metrópoli. El asalto en cuestión tuvo lugar cerca de la estación denominada "La Goleta", a pocos kilómetros de Morelia; parece que dicho individuo a revelado a la justicia interesantes datos, afirmando que el director del tiroteo al tren fue Bibiano Ibarra, líder político del partido oficial que jugó en las últimas elecciones, y que el asalto fue una maniobra política que tuvo por objeto hacer aparecer al ingeniero Profirió García de León, quien viajaba en el convoy, como víctima de sus adversarios políticos. Probablemente el señor Bibiano Ibarra, que actualmente se halla en México, y pretende ser presunto diputado al Congreso de la Unión, será exhortado para que responda de este nuevo delito."

(Voces: ¡No! ¡No! Siseos. Aplausos.)

- El C. Avilés: Para una aclaración.

- El C. presidente: Tiene usted la palabra.

- El C. Avilés: Quiero aclarar, ciudadanos diputados, que ese periódico es nada menos que el órgano oficial de Aguirre Berlanga. (Voces: ¡No es cierto!) Quiero aclarar, ciudadanos diputados, que esa información viene también de los enemigos políticos nuestros, de los enemigos del obregonismo. Está claro, señores diputados, si todo el Estado de Michoacán ha sido obregonista, si allá fue donde el obregonismo alcanzó una de sus mayores glorias con el ingeniero Pascual Ortiz Rubio a la cabeza, si allá fue donde se hizo que por primera vez fracasara el tirano Carranza, ¿cómo no se va a atacar a Ibarra, si el tomó una parte activísima? (Murmullos y voces en las galerías. Campanilla.)

- El mismo C. secretario: En votación económica...

- El C. Soto y Gama: Para una moción de orden. No se ha preguntado todavía si está suficientemente discutido y yo he pedido votación nominal. Protesto contra la conducta de la Mesa, que concedió la palabra al C. Uriel Avilés cuando ya no había derecho conforme el Reglamento para usarla.

- El C. presidente: Me permito informar a su señoría, que en la misma forma en que usted pidió que se leyera el párrafo del periódico y se le concedió, puesto que estaba dentro del Reglamento, el C. Avilés pidió la palabra para una aclaración que se relacionaba con el debate; de manera que la Mesa ha procedido con equidad. En estos momentos se va a poner a votación, se va a preguntar si está suficientemente discutido el asunto.

- El mismo C. secretario: En votación económica se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido.

- El C. Soto y Gama: Pido votación nominal.

- El mismo C. secretario: Se procede a la votación nominal.

- El C. presidente: Se suplica a los diputados y presuntos diputados que no abandonen sus curules ni desalojen el salón.

- El C. Soto: La Presidencia invita al C. Manrique para que auxilie a la Secretaría.

- El C. Manrique: El C. Manrique ayudará a la Secretaría tan pronto como haya votado.

- El mismo C. secretario: Se procede a recoger la votación de las siguientes proposiciones:

"1a. Son válidas las elecciones efectuadas el 1o. de agosto último para diputados al Congreso de la Unión, en el 3er. distrito electoral del Estado de Michoacán."

En votación económica se pregunta si se aprueba la primera proposición. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada. En votación nominal la siguiente:

"2a. Es diputado propietario por el expresado distrito, el C. Bibiano Ibarra.

"3a. Es diputado suplente por el mismo distrito, el C. José Molina."

Por la afirmativa.

- El C. Soto: Por la negativa. (Votación.)

- El C. Manrique, al votar: ¡Por el honor de la Cámara, no! (Aplausos y siseos. Continúa la votación.)

- El C. Manrique: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? ¿Algún ciudadano diputado falta por votar?

- El C. Soto: Se procede a la votación de la Mesa. (Votación.)

- El C. secretario Valadez Ramírez: Votaron por la afirmativa 117 ciudadanos diputados y presuntos.

- El C. Soto: Votaron por la negativa 28 ciudadanos presuntos diputados. (Aplausos.)

- El C. secretario Valadez Ramírez: En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 3er. distrito electoral de Michoacán, los CC. Bibiano Ibarra y José Molina. (Aplausos.)

- El C. presidente: Suplico a los ciudadanos diputados que no desalojen el salón.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"2a. Comisión Revisora de Credenciales.

"H. Asamblea:

"A la 2a. Comisión Revisora de Credenciales fue turnado el expediente relativo a las elecciones verificadas el 1o. del actual en el 1er. distrito electoral de Durango.

"Examinados detenidamente los documentos relativos, éstos se encontraron, en lo general, apegados a la ley.

"Existen algunas irregularidades de forma en el cuerpo del expediente, las cuales no afectan el fondo de la elección. Se encontraron también algunas protestas por parte de los representantes de los dos candidatos que contendieron en la lucha, protestas que, aun siendo tomadas en consideración, no afectan el resultado final de la misma, que favoreció a los CC. Ignacio Borrego y Luis Zubiría y Campa, por lo que sometemos a la aprobación de esta H. Asamblea, los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Son válidas las elecciones para diputados efectuadas en el 1er. distrito electoral de Durango, el 1o. de agosto del mes en curso;

"2o. Son diputados propietario y suplente por ese distrito, los CC. Ignacio Borrego y Luis Zubiría y Campa."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 24 de agosto de 1920.- J. Siurob. H. S. Rodríguez.- L. Zincúnegui Tercero."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien desee hacer uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que son diputados propietario y suplente, respectivamente por el 1er, distrito electoral de Durango, los CC. Ignacio Borrego y Luis Zubiría y Campa.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"2a. Comisión Revisora de Credenciales.

"H. Asamblea:

"A la 2a. Comisión Revisora de Credenciales fue turnado el expediente relativo a las elecciones para diputados al Congreso de la Unión, efectuadas el 1o. del actual en el 8o. distrito electoral de Guanajuato.

"Del examen detenido de los expedientes, se desprende el triunfo del C. Enrique Bordes Mangel, quien obtuvo una mayoría de dos mil seiscientos cincuenta y cuatro votos sobre su contrincante, el C. Inés Salas Alva.

"En consecuencia, esta Comisión somete a la aprobación de la H. Asamblea los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Son válidas las elecciones efectuadas en el 8o. distrito electoral de Guanajuato, el 1o. del corriente mes.

"2o. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, los CC. Enrique Bordes Mangel y Edmundo Leal."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 25 de agosto de 1920.- J. Siurob.- L. Zincúnegui Tercero.- H. S. Rodríguez."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien desee hacer uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 8o. distrito electoral de Guanajuato, los CC. Enrique Bordes Mangel y Edmundo Leal.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"2a. Comisión Revisora de Credenciales.

"H. Asamblea:

"Al estudio de la 2a. Comisión Revisora de Credenciales, fue turnado el expediente relativo a las elecciones que para diputados celebró el 6o. distrito electoral del Estado de Durango.

"En la contienda jugaron dos fórmulas: Espinosa y Elenes - Espinosa y Elenes, y Palencia - Barrasa.

"Aunque el acta de la junta Computadora no consigna ninguna protesta, esta Comisión ha recibido de la Oficialía Mayor y de los propios interesados, una serie de documentos en que los contendientes tratan de probar que hubo presión oficial a favor de ambas partes.

"Después de un detenido estudio del expediente en cuestión, en el que aparecen varias cartas de partidarios de la fórmula Palencia - Barrasa, que aseguran haberse ejercido presión el día de las elecciones por elementos oficiales amigos de la fórmula Espinosa y Elenes, y una protesta del propio señor Palencia, en la que señala algunos motivos que, a su juicio, inhabilitan al señor ingeniero Liborio Espinosa y Elenes para ser diputado,

así como un telegrama signado por el señor general Agustín A. Castro, dirigido al presidente municipal de Tepehuanes, en el que le suplica mandar los presidentes de casillas convenientes, pagándoles sus honorarios, y en el que cree ver el señor Palencia presión de parte de dicho militar, la Comisión ha estudiado también la parte relativa a la fórmula Espinosa y Elenes en lo que concierne a protestas y demás, y ha encontrado que también existen por dicha parte documentos que tratan de comprobar que el general Aguirre, jefe de las armas en Tepehuanes, ayudó a la fórmula Palencia - Barrasa.

"La Comisión declara que en materia más que difícil distinguir entre los documentos apuntados, si existe o no la presión que por ambas partes se denuncia, pues mientras que en el caso del telegrama a que se hace referencia, signado por el general Castro, éste estaba en su derecho más legítimo para dirigirse en la forma que lo hizo, puesto que aún no es gobernador y sí presidente de un partido, las pruebas de la parte contraria que aseguran hubo presión de parte del general Aguirre, no son lo suficientemente fuertes para que esta Comisión pueda dar por hecho la presión que se denuncia.

"En tal virtud, esta Comisión tiene que ajustarse a los datos que consigna el acta de la Junta Computadora, y como de ella se desprende que la fórmula Espinosa y Elenes obtuvo 1,545 mil quinientos cuarenta y cinco votos, contra 85 ochenta y cinco de la fórmula Palencia - Barrasa, nos permitimos someter a la aprobación de la H. Asamblea los siguientes puntos de acuerdo.

"1o. Son válidas las elecciones en el 6o. distrito electoral del Estado de Durango, el 1o. de agosto del año en curso, para diputados al Congreso de la Unión.

"2o. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito electoral, los CC. ingeniero Liborio Espinosa y Elenes e ingeniero Miguel Espinosa y Elenes.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 24 de agosto de 1920.- H. S. Rodríguez.- L. Zincúnegui Tercero."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien desee hacer uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 6o. distrito electoral de Durango, los CC. Liborio Espinosa y Elenes y Miguel Espinosa y Elenes.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"2a. Comisión Revisora de Credenciales.

"H. Asamblea:

"A la 2a. Comisión Revisora de Credenciales fue turnado el expediente relativo a la elección para diputados al Congreso de la Unión, efectuada en el 7o. distrito electoral de Zacatecas el 1o. del mes en curso.

"Habiendo favorecido el voto popular a los CC. Roque Estrada y José Macías Rubalcaba, quienes obtuvieron notable mayoría como diputados propietario y suplente, respectivamente, sometemos a la consideración de la H. Asamblea los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Son válidas las elecciones verificadas el 1o. del actual en el 7o. distrito electoral de Zacatecas.

"2o. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, del citado distrito, los CC. Roque Estrada y José Macías Rubalcaba."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 25 de agosto de 1920.- J. Siurob.- H. S. Rodríguez.- L. Zincúnegui Tercero."

Está a discusión. los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 7o. distrito electoral de Zacatecas. los CC. Roque Estrada y José Macías Rubalcaba.

- El mismo C. secretario: Orden del día para mañana: (Leyó.)

- El C. Manrique: Para una moción de orden. Señor presidente, pido la palabra. Para objetar respetuosamente, como puede objetarse cualquier trámite de la Mesa, la orden del día de mañana. Suplicando atentamente a la Mesa se sirva incluir en la orden el dictamen relativo al 2o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí, o lo que es lo mismo, el dictamen relativo a la credencial del señor Díaz Soto y Gama. La elección del señor Soto y Gama fue unánime, fue el único candidato en su distrito y, en consecuencia, si hay dictámenes fáciles de resolver, lo será ciertamente éste. Como debe procederse diáfana y limpiamente, pido a la Presidencia que se sirva incluir en la orden del día de mañana el dictamen relativo al 2o. distrito electoral de San Luis Potosí.

- El C. Espinosa: Pido la palabra. Para hacer una súplica. En la orden día leída por la Secretaría la tarde de ayer, figuraba, entre los dictámenes que iban a presentarse a la consideración de esta Asamblea el relativo 7o. distrito de Chihuahua; me extraña que al hacerse nueva orden del día no se incluya. Suplico, por lo tanto, a la Presidencia, por ser de justicia, se sirva incluir ese dictamen.

- El C. presidente: La Presidencia manifiesta que, en su afán de que se voten aquellos dictámenes que no sean impugnables, ha estado poniendo los que vuestra soberanía ha visto. Yo no tengo ningún inconveniente en poner el dictamen que solicita el C. Manrique y aquel a que se refiere el C. Espinosa; pero se acercó un ciudadano diputado para impugnarlo y, en ese sentido, fue separado ese expediente; sin embargo, mañana se pone en la orden del día, pero a reserva de poner a discusión primero aquellos que no puedan ser impugnados, para que de esa manera podamos tener quórum para el día 1o. de septiembre. Yo suplico a la Cámara que tenga esto en cuenta, para no tener que lamentar después haber perdido miserablemente el tiempo. Se levanta la sesión y se cita para mañana a las once.