Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19200907 - Número de Diario 14
(L29A1P1oN014F19200907.xml)Núm. Diario:14Colegio Electoral
ENCABEZADO
MÉXICO, MARTES 7 DE SEPTIEMBRE DE 1920
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
AÑO I.- PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 14
SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL
DE LA
CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DIA 7
DE SEPTIEMBRE DE 1920
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.
2.- A discusión el dictamen relativo al 4o. distrito electoral de Sonora, se aprueban los puntos resolutivos primero y tercero, rechazándose el segundo punto; vuelve el dictamen a la Comisión.
3.- Es discutido el dictamen referente al 7o. distrito electoral del Distrito Federal, aprobándose el primer punto resolutivo; a votación el segundo punto, se levanta la sesión por falta de "quorum".
DEBATE
Presidencia del
C. GARCIA VIGIL MANUEL
(Asistencia de 153 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)
El C. presidente, a las 5.12 p. m.: Se abre la sesión.
- El C. secretario Tirado, leyendo:
"Acta de la sesión de Colegio Electoral de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el día seis de septiembre de mil novecientos veinte.
"Presidencia del C. Manuel García Vigil.
"En la ciudad de México, a las once y quince de la mañana del lunes seis de septiembre de mil novecientos veinte, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y cuatro ciudadanos diputados y presuntos diputados, según consta en la lista que previamente paso el C. secretario Saucedo.
"El C. secretario Zincúnegui Tercero leyó el acta de la sesión celebrada el día tres del presente mes, la cual fue aprobada sin debate en votación económica.
"La 5a. Sesión de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales presentó, reformado, el dictamen relativo a las elecciones en el 10 distrito electoral de Hidalgo, proponiendo para diputado propietario al C. Carlos Gómez y para diputado suplente al C. Alfonso de Ita. Sin discusión se aprobó.
"Asimismo, sin debate se aprobaron las credenciales de los CC. Norberto Domínguez y Francisco Chávez Olguín, como diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 2o. distrito electoral de Chihuahua.
"Leyóse el dictamen de la mayoría de la 5a. Sección de la 1a. Comisión, que se refiere a las elecciones en el 2o. distrito electoral de Nuevo León, y el voto particular formulado por el C. José María Soto. El dictamen, que otorga el triunfo como diputado propietario al C. Francisco González y González y como diputado suplente al C. Julio L. Leal, se puso a debate: a solicitud del C Céspedes, fundó el dictamen el C. Manrique, quien después paso a la tribuna para combatir los argumentos que en contra expuso el C. César A. Lara. El mismo C. Manrique contestó interpelaciones del mencionado C. Lara y del C. Candelario Garza. Los CC. Soto y Gama y Martínez Rendón usaron de la palabra para hechos, y acto continuo, en votaciones económicas sucesivas se declaró el dictamen suficientemente discutido y se aprobó.
"Las credenciales de los CC. Mariano Montero Villar, como diputado propietario, y Rafael Barajas, como diputado suplente, por el 2o. distrito electoral de Morelos, fueron aprobadas después de que el C. Soto y Gama, inscrito en pro, se refirió a un hecho.
"Se sometió a consideración de la Asamblea el dictamen firmado por los miembros de la 4a. Sección de la 1a. Comisión, que trata de las elecciones en el 3er. distrito electoral de Zacatecas y que propone a los CC. Juan Antonio Carrillo y Francisco Amézaga Palacio para diputados propietario y suplente, respectivamente; hablaron en contra los CC. Flavio B. Ayala y Luis Castro y López, y en pro los CC. Emilio Gandarilla y Juan Antonio Carrillo; éste contestó una interpelación del C. Prieto Laurens y dirigió una pregunta al C. Manrique, quien respondió: el C. Gandarilla hizo la aclaración de que retiraba los argumentos que en pro había expuesto; rectificaron hechos el repetido C. Carrillo y los CC. Manrique y Prieto Laurens. Suficientemente discutido el dictamen, se aprobó en votación económica la validez de las elecciones. El C. Juan Antonio Carrillo, debidamente apoyando, solicitó votación nominal para que se resolviera sobre su credencial y la del suplente, obteniéndose setenta y seis votos de la negativa contra tres de la afirmativa.
"En vista de la falta de quorum, y siendo las dos y treinta y cinco de la tarde, se suspendió la sesión.
"Reanudóse a las cinco y cuarenta, con asistencia de ciento treinta y nueve ciudadanos diputados y presuntos diputados.
"Recogida la votación nominal pendiente, resultaron desechadas las credenciales de los CC. Juan Antonio Carrillo y Francisco Amézaga Palacio, volviendo el dictamen respectivo a la Sección correspondiente para que lo reforme en el sentido de la votación.
"Sin discusión, se aprobaron las credenciales de los CC. Aurelio M. Aja y José Alberto Tapia como diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 8o. distrito electoral de Puebla, y las de los CC. Francisco Trejo y Pedro E. Elías para los mismo cargos por el 1er. distrito electoral del Nayarit. El C. Soto y Gama se refirió a un hecho relacionado con las elecciones en este último distrito.
"A Discusión el dictamen que hace referencia a las elecciones en el 4o. distrito electoral de Coahuila, que propone al C. Manuel H. Flores para diputado propietario y al C. Martín V. González para diputado suplente, hablaron en contra los CC. Fidel M. Ramírez, Luis Espinosa y Edmundo Bolio, y en pro los CC. Altamirano, miembro de la Sección dictaminadora, Luis León y Aureliano Mijares. El C. Emilio Gandarilla rectificó hechos e interpeló al C. Rafael Martínez de Escobar, quien contestó. El propio C. Martínez de Escobar inscripto en contra, hizo consideraciones acerca de la interpretación de la fracción V del artículo 55 constitucional y contestó una interpelación del C. Céspedes. Hicieron aclaraciones los CC. Bolio y Ramírez Garrido y una moción de orden el C. Luis Espinosa.
"Suficientemente discutido el dictamen, se aprobó en votación económica la validez de las elecciones, y por lo que respecta a las proposiciones para diputados propietario y suplente, el C. Luis León, debidamente apoyado, pidió votación nominal. Por ochenta y ocho votos de la negativa contra sesenta de la afirmativa se desecharon dichas proposiciones y volvió el dictamen a la Sección respectiva para que lo reformen en el sentido de la votación.
"Sin debate, se aprobó el que trata de las elecciones en el 3er. distrito electoral de Zacatecas, y que reformado presentó la 4a. Sección de la 1a. Comisión, proponiendo para diputado propietario al C. Leopoldo Estrada y para diputado suplente al C. Justo M. Sánchez.
"El C. Bolio y la Presidencia hicieron aclaraciones relacionadas con el turno en que se van poniendo a debate los dictámenes sobre credenciales.
"El C. Soto y Gama, invocando la fracción XI del artículo 23 reglamentario, solicitó se diese a conocer al final de cada sesión la orden del día para la siguiente. A este respecto, el ciudadano presidente hizo algunas aclaraciones.
"A las nueve y veinte de la noche se suspendió la sesión y se citó para las cuatro de la tarde del día siguiente, a sesión de Cámara de Diputados."
Está a discusión el dictamen. ¿No hay algún ciudadano diputado o presunto diputado que desee impugnar el acta? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 3a. Sección.
"H. Asamblea:
"A la 3a Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales fue turnado, para su dictamen, el expediente relativo a las elecciones verificadas el 1o. de agosto del presente año, en el 4o. distrito electoral del Estado de Sonora.
"Y después de una minuciosa revisión, nos encontramos con varias protestas; la primera, por la fórmula, Serrano - Macalpin contra el presidente de la Mesa electoral de la sección 1a., Juan R. Mejía, por haberle dado entrada a varios individuos sin identificar si son o no vecinos de esta ciudad.
"No dándole esta comisión importancia a esta protesta, porque en la misma se dice que se presentaron a votar los ciudadanos acompañados de dos testigos como marca la ley.
"Otra de los presidentes de casillas en los momentos de la Junta Computadora del 4o. distrito, protestando contra las discusiones enojosas que presentaban en el mismo local los candidatos.
"Otra de Antonio R. Campillo, candidato registrado para el Congreso de la Unión, pidiendo la nulidad de las casillas 1a. y 2a. de Caborca y 3a. de Tabutama, ambas del distrito de Altar, por infracciones al artículo 67 y por haber sido alterados los padrones, haciendo figurar entre ellos por el partido contrario, cientos de nombres de personas que no fueron personalmente a depositar sus votos como marca la ley, y que caen bajo la acción penal de los artículos 87 y 112 de la Ley Electoral.
"Haciendo la revisión minuciosa, como decimos antes, de todos los escrutinios de cada casilla, y tomando debida nota del número de votantes de cada candidato, resultaron del modo siguiente:
"Para diputados propietario y suplente, respectivamente: Antonio R. Campillo y Guillermo Macalpin, 1,022 votos; Gustavo P. Serrano y Guillermo Macalpin, 920; Gustavo Cárdenas y Jesús O. Lizárraga, 300; Francisco R. Velásquez y Rodolfo Garduño 469; José María Arana y Serapio Dávila, 167.
"Por consecuencia, la 3a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, somete a las deliberación de la H. Asamblea, los siguientes puntos resolutivos:
"1o. Es válida la elección verificada para diputados en el 4o. distrito electoral del Estado de Sonora.
"2o. Es diputado propietario por el mencionado distrito electoral el C. Antonio R. Campillo.
"3o. Es diputado suplente por el mismo distrito el C. Guillermo Macalpin.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, agosto 29 de 1920.- Felipe Carrillo.- Nicolás Cano.- M. García Vigil." Está a discusión el dictamen. Los ciudadanos diputados o presuntos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvase pasar a inscribirse.
El C. Serrano Gustavo P.: Pido la palabra.
- El mismo C. secretario: Se han inscripto, para hablar en pro del dictamen, el C. Bojórquez Juan de Dios, y en contra, los CC. Serrano Gustavo y Moreno Jesús Z.
Presidencia del
C. MARTINEZ DE ESCOBAR RAFAEL
El C. Cano: Pido la palabra, señor presidente, como miembro de la Comisión, para informar.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Cano: La Comisión informa a la honorable Asamblea que la documentación que el señor va a hacer del conocimiento de vosotros, no la tuvo a la vista, porque cuando el señor llegó a ella con los documentos, estaba el dictamen ya en la Oficialía Mayor. Así pues, la Comisión no ha tenido a la vista los documentos que el señor va a presentar para impugnar el dictamen.
El C. Casas Alatriste: Pido la palabra para suplicar a la Comisión retire el dictamen a fin de que se entere de los documentos que ella misma confiesa que no tuvo a la vista.
El C. Cano: La Comisión no cree poder retirar el dictamen, porque es mejor que la Asamblea en este momento escuche la lectura de los documentos y la defensa del interesado, para evitarnos la pérdida de tiempo. Si la Asamblea falla en contra del dictamen, nosotros los retiramos y fallaremos en el sentido que lo indique la Asamblea. Si no, se perderá el tiempo inútilmente.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Serrano.
El C. Serrano Gustavo P: Honorable Asamblea: Contrariamente a lo que pudiera esperarse, no traigo aquí un legajo de documentos. Al día siguiente de haber recibido mi credencial caí seriamente enfermo, y un día después de haberme levantado de la cama me puse en marcha y llegué apenas unas cuantas horas antes de que se pusiera a discusión mi dictamen; llegué tarde, señores, pero llegue a tiempo. Si hubiera deseado documentarme, tampoco lo podía haber hecho, porque no tuve tiempo; unas horas después de recibida la credencial y otras horas después de haberme levantado, no era posible que yo hubiera conseguido documentos. No traigo ninguno de Sonora; traigo la fe en el sufragio efectivo, en ese gran principio por el cual se ha venido luchando, y en este momento, señores diputados y presuntos diputados, no vengo a defender una credencial, esa ya la tengo ganada, por que me la ha dado el 4o. distrito electoral de Sonora, como lo saben los mismos que me van a impugnar. Para mí es secundario esto, señores; vengo representando a los distritos de Altar y Magdalena, que legal y justamente represento. Si se me niega la entrada y a la Cámara por razones de otro orden que no sean legales, allá iré, señores, a mi distrito a dar cuenta del resultado de mi comisión, a decirles: Señores nogalistas, señores de Magdalena , señores altaristas, he cumplido con mi deber y aquí estoy listo para volver a comenzar la lucha. Y como no pude conseguir ningún documento, simplemente voy a valerme de los que aquí encuentre. La Comisión no pudo oírme y sí creo, tengo fundamento para creer que oyó a la parte contraría, al menos obran documentos allí, en que se me acusa de todo lo que se quiera, señores; pero la parte legal del asunto, que es lo único verdaderamente importante, esto no está debidamente atacado. Hay varios criterios para juzgar de la aceptación de una credencial. El primero, el legal, éste es el único para mí, señores; el segundo, el que ha expresado con alguna elocuencia el C. Siurob: antes que la ley, está la soberanía del pueblo. Puede aplicárseme también este criterio, señores. El tercero, el de la aptitud del individuo. ¡Cuánto deseara yo que mi contrincante tuviera derecho para hacer uso de la palabra aquí, para que se juzgara de la aptitud de este individuo! No soy modesto, me considero muy por encima de mi contrincante y a su debido tiempo le demostraré. Voy a la parte legal. La Comisión dictaminadora, señores, creo que si me hubiera oído indudablemente habría rectificado el dictamen; no creo que haya tenido mala fe; las personas que la integran, aun cuando no las conocía antes de llegar aquí, por sus antecedentes, sé que son personas honorables; no desconfío, simplemente han sufrido alguna lamentable equivocación, que cuando el señor Cano y los demás me escuchen, creo que sabrán corregirse. Es humano equivocarse y es de caballeros enmendar los errores. Voy a referirme primeramente a la parte legal de la cuestión, muy al contrario de como se hecho en muchos casos aquí, y después, si fuera necesario, me ocuparé también de las otras partes. Mis documentos, señores, la copia del acta de la Junta Computadora: "Ingeniero Gustavo P. Serrano, votos computados, 931...
"...Ingeniero Gustavo P. Serrano, diputado propietario: Votos computados, 931; 258 blancos; 2 cruzados; 32 firmados; total: 1,225. Diputado propietario, Antonio R. Campillo: 741 votos computados; 337 blancos; 4 cruzados; 35 firmados; total: 1,161 votos..."
Así es que, señores, si se cuenta todo lo que cayó en los buzones de las casillas electorales, lo bueno, lo malo, lo firmado, lo que está en blanco, las boletas que no tienen sello del Ayuntamiento, todo, absolutamente todo, salgo ganando. Y si se computan solamente los votos que la ley dice que deben computarse, es decir, aquellos que no están firmados, aquellos que tienen la cruz conforme lo manda la ley, cruz que es absolutamente indispensable para que un voto sea válido, y no nada más es una exigencia de la ley: es una necesidad; bastante bien se sabe por qué se exige esa cruz. Si se computan solamente los votos legítimos, señores, saco 190 votos, sin tener en cuenta que hay algunas casillas que yo he denunciado como nulas, que la Junta computadora no las quiso anular, dejando esto a la Cámara de Diputados. Ahora bien; yo no sé como han hecho todas las sumas y restas. Ateniéndome a lo que dice la Comisión, y más todavía, ateniéndome a lo que pide el contrario, señores - soy ingeniero civil, no me he titulado; hago esta advertencia por lo que viene después, pero soy ingeniero y creo que por lo menos sé sumar y restar admirablemente bien - , después de aceptar todo lo que pide mi contrincante y de no aceptar nada de lo que yo pido, salgo ganando, señores. No me explico, pues, cómo fue este dictamen: solamente una
equivocación de suma. La Presidencia me concede permiso para que lea yo los documentos sin ocupar al secretario, para evitar pérdida de tiempo. Dice la Comisión:
"Y después de una minuciosa revisión, nos encontramos con varias protestas; la primera por la fórmula Serrano Macalpin contra el presidente de la Mesa electoral de la sección 1a., Juan R. Mejía, por haberle dado entrada a varios individuos sin identificar si son o no vecinos de esta ciudad.
"No dándole esta Comisión importancia a esta protesta, porque en la misma se dice que se presentaron a votar los ciudadanos acompañados de dos testigos, como marca la ley."
La protesta no dice eso, señores. Esta es la protesta:
"Los subscriptos ciudadanos en completo uso de sus derechos políticos, protestan una y cuantas veces sea necesario contra los actos del presidente de la Mesa electoral de la sección 1a., C. Juan R. Mexia, quien en contra de lo prescripto por la Ley Electoral para Poderes Federales vigente, permite y ordena a la vez sean empadronados cuantos individuos se le presenten, sin antes exigir de ellos la identificación de si son o no vecinos de esta ciudad, dándose igualmente casos de que una sola persona haya votado hasta tres veces en la misma Mesa y con sólo cambiarse de nombre; también lo acusamos de manifiesta parcialidad en favor del candidato a diputado C. R. Campillo, pues ha permitido que jovencitos que no representan tener más que catorce años de edad, depositen su voto, por sólo el hecho de llamarse soldados del Ejército, y que su voto sea a favor del candidato C. Campillo.
"Por otra parte, hacemos constar que el citado presidente de la Mesa citada, a estas horas, que son las 4.30 p. m., se encuentra en estado de ebriedad, por lo cual protestamos de la manera más solemne y enérgica.
"Confiamos, pues, que los ciudadanos a que toque resolver de estas elecciones, sabrán apreciar nuestra protesta, pues es nada menos que el momento y que la voluntad soberana del pueblo sea respetada, puesto que así se sentará el precedente de que la voluntad de los ciudadanos es la salvación de las instituciones republicanas, puesto que se respetará y garantizará su voluntad.
"Protestamos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.
"Los suscriptos, partidarios de la candidatura del C. Gustavo P. Serrano y Guillermo Macalpin.
"Nogales, Son., agosto 1o. de 1920.- Representantes del Partido Revolucionario Sonorense, A. B. Salazar.- Carlos Revilla.- Eugenio E. Encinas. - A. Escobar.- Firma ilegible.- P. F. Gutiérrez.- J. G. Carrillo.- L. Muñoz.- R. V. Vargas.- Carlos S. Valencia.- Miguel E. Martínez."
Representantes de un partido que no me postulaba a mí, no sé si postulaba al señor Campillo; pero, según este señor, era representante del señor Campillo y firmó la protesta: "Carlos Revilla".
De manera que no dice que iba acompañado de los testigos de ley. Otro de los presidentes de casillas, en los momentos de la Junta Computadora del 4o. distrito electoral, protestando contra las discusiones enojosas que presentaban los candidatos. Esta protesta absolutamente se podía haber pasado por alto, no tiene nada que ver. Otra del candidato Campillo, registrado, pidiendo la nulidad de las casillas de Caborca.
El señor Campillo pide la nulidad de las casillas 1a. y 2a. de Caborca; la 1a. casilla de Caborca, dice:
"Revisado el expediente, resultó lo siguiente: Para diputado propietario, Gustavo P. Serrano, y para diputado suplente, Guillermo Macalpin, 63 votos. Para diputado propietario, Francisco R. Velásquez, y suplente, Rodolfo Garduño, con 69 votos....." más que yo, señores. "Para propietario, Antonio R. Campillo, y suplente, Guillermo Macalpin, 1 voto. Fórmula Campillo - Macalpin, en blanco, una. Serrano - Macalpin, 3 en blanco. Velásquez Garduño, 1. Gustavo Cárdenas y Jesús G. Lizárraga, 2 votos. Para suplente, Jesús G. Lizárraga, 1 voto."
No falta, señores, ningún documento en ella. Se dice por Campillo que falta el acta final. Efectivamente, al presentarse el expediente, faltaba esa acta final, porque el presidente de la casilla dijo que creía que estaba en el expediente de senadores; pero al buscarla apareció. y se hace constar aquí, al final de acta, que esta acta final que faltaba, aquí está; no falta, pues, ningún documento, La 2a. de Caborca está también completa; no falta ningún documento. Simplemente en aquellos pueblos apartadísimos, a mucho más de cien kilómetros del ferrocarril y con escasa población; deben ustedes de considerar que la gente que forma las casillas no ha de ser de lo más ilustrada; se hace lo que se puede y lo mejor que se puede, señores. Suponiendo que hubiera faltado un acta, ya se ha dicho aquí que el hecho de que falte un acta, cuando se ve que todos los demás documentos están en regla, no es motivo de nulidad para una casilla. Pero si lo fuera, habría que anular algunas de las casillas en que el señor Campillo tiene más votos que yo; me tiene sin cuidado, entonces, que se anule o no, una casilla porque falte la forma "C" o la forma "D" en una acta, porque siempre el señor Campillo, si se le aplica este criterio, saldrá perdiendo. Que se levantó el presidente de la mesa a comer, y que cuando volvió había una pequeña diferencia en el padrón: no concordaba la suma anterior con el número de votantes, faltando dos o tres, y dijo el presidente, ingenuamente, que él había completado aquéllos; y a esto le llaman "haber agregado centenares de votos". En primer lugar, debo hacer constar que en la 2a. casilla de Caborca saqué 30 votos y el señor Campillo, 1; y en la primera, yo saqué 63, y Campillo, 1, a pesar de que Campillo afirma otra cosa. Pero aquí está el acta, que vale más de lo que dice Campillo. En la 3a. de Tubutama yo saqué 42, y no hubo más votos. ¿Cómo pudo haber centenares de votos, cuando que el acta dice que ese es el resultado de la votación? Es una falsedad del señor Campillo; falsedad, porque aquí está el acta, que es el documento más fehaciente que se puede exhibir a esta honorable Asamblea. Haciendo la revisión minuciosa, como decíamos antes, de todos los escrutinios de cada casilla, y tomando debida nota del número de votantes de cada candidato, resulta del modo siguiente: Conforme al acta, yo saco 1,225 votos, y el señor Campillo, 1,161; pero conforme a la Junta Computadora, los votos que son verdaderamente
votos y no papeles, me corresponden a mí 931, y al señor Campillo, 741; estos son los votos computados. Ahora bien; la Junta dice: Campillo, 1,022, y tenía, en total 1,141, y solamente los votos en blanco del señor Campillo son 337; de 1,141 quitamos nada más los blancos, que son nulos de toda nulidad, 337, quitamos otros 35 firmados, ya son muy cerca de cuatrocientos; de 1,161 quitamos esos, como pide quedan 1,022. Yo no me explico esto, sin anular ninguna de las casillas, de las que después demostraré hay muchas causas de nulidad. Ahora, Serrano: tiene 1,225 en total, y aparecen aquí 920; si se aplica el criterio de que no se nulifiquen los votos en blanco y simplemente se quita todo lo que el señor Campillo pide, y después de hacer algunas sumas mal hechas , siempre salgo ganando, es decir: le concedo al señor Campillo todo lo que pide y no me concedo nada a mí, y siempre salgo ganando. Por eso dije que no me explico este dictamen de sumas y restas. Ahora bien; se pide también por allí la nulidad de la 1a. sección de Magdalena, y se dice que yo tengo 35 votos en ella. Pues bien, señores: ¿saben cuántos tengo? ¡3 votos! El presidente de esa casilla es serranista, lo dije allí y todo el mundo lo sabía y, sin embargo, señores, saqué 3 votos con su cruz y veintitantos sin la cruz. Estos no los computó la junta a mi favor, como aquí se hace constar en el acta respectiva. Dice: "Magdalena. 1a. casilla. Francisco Sicre. La documentación de conformidad con los artículos 63 y 71 de la Ley de Elecciones de Poderes Federales, dando por resultado la votación como sigue: Fórmula Serrano - Macalpin, 3 votos; fórmula Campillo - Macalpin, 2 votos; fórmula Cárdenas - Lizárraga, 2 votos; Arana - Dávila, 1 voto. En blanco: resultó fórmula Serrano Macalpin, 24 votos; fórmula Campillo - Macalpin, 10 votos."
Suponiendo que se anule esta casilla, no resultaría en contra mía más que un voto 3 contra 2, por que los otros 24,a pesar de que el presidente de la casilla era serranista, resultaron en blanco, señores; no me sirvieron para nada. Ahora bien; si el señor Campillo pide aquí que se anule esta casilla, claro da a entender que los votos en blanco desea que se anulen, y si quiere que se anulen, es porque cree que se computaron y que debieron computarse; de otra manera, no pediría su nulidad; y se pide la nulidad de los votos en blanco, él sale con una diferencia a favor mío, es decir, yo salgo ganando más de 200 votos. Habla también de la 3a. de Magdalena, y pide que se anule, porque faltaron las formas "C" y "D". Y bien, señores, en muchas casillas más, en las que él tiene absoluta mayoría, por no decir unanimidad, en tres o cuatro de ellas faltan esas formas; sin embargo, a él no se le anulan y a mí sí. Aquí está el acta con la cual pruebo; no traigo ningún documento de Sonora, como no sea un certificado médico que demuestra que estuve enfermo: es el único documento que traigo de allá. Ahora, vamos a ver aquellas casillas en que yo pido nulidad: 4a. casilla de Nogales. Se habló por el señor Campillo de la alteración de los padrones electorales, porque había una palabra "voto" tachada y en otro sobraba un "voto", por equivocación de recuento, por lo que ustedes quieran; supongan ustedes que por mala fe hubo un voto de más de los que dice el acta. Vamos a ver la 4a. de Nogales, en donde el señor Campillo saca una inmensa mayoría en su favor:
"Petición de Antonio R. Campillo, candidato registrado, manifiesta que 14 boletas, fórmula Campillo - Macalpin, están sin sello del Ayuntamiento; pidió a esta mesa el recuento de las boletas inutilizadas y las votadas, dando un total de 403 votos, habiendo entregado el instalador 400; haciéndose constar que entre las boletas inutilizadas algunas carecían del sello del Ayuntamiento, adjuntándose la petición al expediente."
"Ahora bien; una protesta del C. Gustavo P. Serrano, candidato registrado, manifestando que las boletas votadas no concuerdan con las listas del escrutinio, y revisado el padrón resultó que 114 personas votadas en él y firmadas por el ciudadano presidente del Consejo Municipal, Fernando D. Niebla y el secretario del Consejo, A. V. Carrillo, habiendo otra hoja por separado conteniendo 61 votos. No aparece la firma del Consejo y del secretario del mismo, con fecha 1o de agosto, haciendo un total de 175 votantes, resultando 174 votos en la ánfora...."114 personas empadronadas y 175 que votaron en la 4a. casilla de Nogales, allí en la ciudad más populosa, la única ciudad del 4o. distrito electoral donde vive el señor Campillo, allí donde reciben todos los telegramas al minuto, donde se recibió la Ley Electoral desde luego, donde hay imprentas, todo lo que la civilización exige, señores, y allá cualquier pequeño detalle, en las apartadísimas regiones de Altar, allá entre los ganaderos, apenas falta la fórmula "C" o "D", ¡fraude electoral! Y aquí, señores diputados y presuntos diputados, saben por qué hay estos 61 votos de más, donde no se necesita recorrer leguas y leguas para empadronar, ¿saben por qué? Porque había un cuartel de unos cuantos pasos de esa casilla y es público y notorio en Nogales que estos soldados votaron en la 1a., en la 2a., en la 3a. y en la 4a. casillas cuantas veces quisieron, y es público y notorio que el presidente municipal y actual candidato a la presidencia municipal, don Adolfo Cárdenas, personalmente en su automóvil los llevó a votar. No tengo ningún documento para afirmar esto, pero los taquígrafos están tomando nota de lo que estoy diciendo y esto se va a saber en Nogales y no me atrevería a lanzar una imputación de esta naturaleza, pero en Nogales lo sabe todo el mundo. Así es cómo se agregó al padrón una lista de 61 personas, sin firma de nadie, como esas actas, y se les olvidó firmar o recoger la firma del amigo del presidente municipal o de cualquiera, se les olvidó, señores, y se denunciaron solos. Ese es el 4o. distrito de Nogales. Voy a impugnar otro de Nogales, población que está sobre el ferrocarril, allí en el foco de la civilización, del 4o. distrito electoral.
"Comisaría de Santa Bárbara.- Fernando Espinosa.- Se recibió el acta de instalación y el acta final..."
Aquí no hay fórmula "C" y "D", no hay nada.
"...El resultado de la votación es el siguiente: Fórmula Campillo - Macalpin, 30(treinta) boletas con el sello correspondiente.- Diputado propietario, 1 (una) boleta para Campillo.- falta el nombramiento del instalador, los padrones vienen firmados por el presidente de la casilla.- Falta la forma "C" y la forma "D".- Faltan las credenciales de los
electores y las boletas inutilizadas."
¡Allá en el ferrocarril, señores, a unos cuantos minutos de Nogales!
"Agua zarca"... de nogales también, señores, Carlos M. Verdugo, presidente.."
Este señor y el que sigue, de El Arizona, viendo lo mal, por no decir de otro modo por respeto a la Asamblea, que se habían hecho estas elecciones, no se atrevieron a ir a Altar. ¿Creen ustedes lógicamente que si estos señores que no son ricos - son muy pobres - , hubieran tenido una ocupación, el señor Campillo no los hubiera llevado como hubiera podido pagándoles su sueldo y hasta algo más, para que fueran a la Junta Computadora? ¡No los pudieron conseguir, no fueron! Mandaron sus expedientes con los presidentes de otras casillas, diciendo que tenían mucho que hacer.
"...Expedientes traídos por el C. Juan R. Mejía, presidente de la 1a. casilla electoral del municipio de Nogales..."
El mismo que estaba ebrio el día de la elección, el mismo ante quien se protestaba porque admitía cuanto se presentaba, y les decía: "Protesten, protesten, pero bajo mi responsabilidad sigan votando." ¿Qué responsabilidad tiene un ebrio, señores? A las cinco de la tarde el agente del Ministerio Público del Juzgado de distrito de Nogales ha presenciado que es cierto lo que nosotros decimos, con esta circunstancia: que ya a esa hora el señor Mejía no estaba ebrio, estaba... ahogado. (Risas.)
"...Faltan las formas "C" y "D"... nuevamente.
"...trayendo únicamente nombramiento del instalador, firmado por el comisario de Policía de Agua Zarca.- Trae acta de instalación, acta final y el padrón fechado en agosto 1o."
Serán equivocaciones, señores, pero aquí no vamos a averiguar esto; los documentos, y nada más.
"La votación resultó como sigue: Fórmula Campillo - Macalpin, 64 votos; fórmula Arana - Dávila, 2 votos.- Una protesta del candidato Gustavo P. Serrano, en la que hace constar que han sido presentados dos paquetes de documentos electorales correspondientes a las comisarías de Arizona y Agua Zarca, ambas del distrito de Magdalena, sin que a la Junta conste que en esos lugares se practicaron elecciones, como debió constarle, conforme al artículo 19 de la Ley Electoral en su reforma, no habiendo sido presentados por los presidentes respectivos, caso de que realmente haya habido elecciones legales, como lo expresa el artículo 82 y 72, párrafo III, de la Ley Electoral, por las irregularidades que anteceden, y a reserva de protestar por la revisión que de esos expedientes aparezcan, protesta ante esta Junta, y pide se agregue esta protesta al expediente respectivo, como se hace.
"...Aparecen en el padrón 34 votantes y aparecen boletas votadas 64..." Y allá se dice que se alteraron los padrones. Aquí sí que se alteraron. "El Arizona..."qué bueno fuera, señores, tener un pizarrón para ir sumando. "...Presidente, Jesús M. Campa..."Tampoco se presentó ante la junta, porque le dio vergüenza que se le fuera a echar en cara el papel que había desempeñado. "Nombramiento de instalador firmado por el comisario de El Arizona.- Acta de instalación.- Forma "C" y "D".- Fórmula Velásquez Garduño, en blanco, 2 votos; fórmula Cárdenas Lizárraga, 2 votos en blanco.- Fórmula Campillo Macalpin, 46 votos en blanco..."
46 votos en blanco, señores, y aquí viene lo más curioso. "Credenciales de electores en blanco..." (Risas) Aquí están, señores, las credenciales de elector en blanco y no son nulas estas elecciones; en cambio, todas las de Serrano a esas sí les faltaba la forma "C", alguna acta o alguna cosa, allá a ciento cincuenta kilómetros del ferrocarril, esas sí son nulas. "Santa Ana"; en Santa Ana, señores, hay una casilla en que el señor Campillo, sacó 62 votos. Todos, absolutamente, los del señor Campillo, traen la cruz, y hubo cinco votos para Serrano: tres traen la cruz y dos no. ¡Qué bien aleccionados estaban los partidarios del señor Campillo, que todos resultaron un modelo para votar! ¡Sesenta y dos, todos muy bien; tres de Serrano bien, y dos mal! Es una cosa verdaderamente casual, ¿pero saben ustedes por qué fue esta casualidad? Porque allí estaba un hijo del señor Campillo y algunas otras personas que le ayudaban, cuatro automóviles - yo no traía ninguno - ,y algo más que no digo que había también por allí. Y se perfeccionaron los expedientes en el Ayuntamiento de Santa Ana. Ahora, señores, vendría la segunda parte de mi defensa: todos los ataques que me dirige el señor Campillo ante la Junta Computadora, aprovechando mi ausencia por enfermedad. Si doce horas después hubiera llegado, el fallo de esta Cámara hubiera sido inapelable, señores; por eso dije que llegué tarde, pero que llegué a tiempo siquiera para defenderme. El señor Campillo me hace innumerables cargos. Vosotros, señores diputados y presuntos diputados, habéis oído hablar de política limpia y de política sucia, pero aquí se presenta un caso que no es ni de política limpia ni de política sucia; merece otro nombre, señores; y perdónenme si resulta duro: esto es política asquerosa, y nada más. El señor Campillo, cuando publicó su manifiesto, dijo que él deseaba hacer una política decente, y encontrándome - por casualidad - en la Cámara de Comercio de Nogales, le dije: "Tengo verdadero gusto en ver expresados esos conceptos, y yo por mi parte estoy perfectamente de acuerdo y le doy mi palabra, señor Campillo, de que voy a proceder en igual forma; nos vamos a lanzar a una lucha verdaderamente democrática y decente. Y, bien, señores, tuve la satisfacción de cumplir mi palabra; pero el señor Campillo no podrá decir lo mismo. Yo dejé peligrar mi elección, estuve única y exclusivamente a la defensiva, bien; cuando comenzó la campaña el señor Serrano era el más caballero de los cinco candidatos, era intachable, un hombre nuevo que no tenía vida política anterior, no había que decir nada de él; pero poco después resultó que el señor Serrano, que había entrado tres semanas antes de la elección, es decir, en último término a la lucha, comenzó a ganar terreno y se colocó en primera fila y se acabó la caballerosidad de Serrano, señores; entonces resultó el peor de los cinco candidatos y hubo el caso de dos señores candidatos que en hojas sueltas y en la tribuna, ante todo el mundo, se decían: "Tú eres un asesino", "Y tú eres ladrón." Y todo esto se olvidó, absolutamente todo, y entonces los cuatro a una se lanzaron contra Serrano y esto fue público en todos los pueblos del
distrito electoral donde me eligieron, entre otros, señores, los pueblos de Magdalena y Nogales. Allí habló un candidato y es costumbre que sale otro a rebatirlo y a veces son dos los que rebaten y atacan y a veces tres y en el caso, en una sola noche, fueron cuatro los que me atacaron. En Nogales, en el teatro "Hidalgo", no habiendo un asiento vació, tres días antes de la elección paso esto: me atacaron tres, y cuando el público de las galerías decía "que hable Serrano", yo dije: señores, hay que ser lógicos, aquí somos muchos los que tenemos que hablar y no podemos hablar dos veces, y por otra parte ya me han atacado tres individuos y falta el cuarto, y le cedí el turno de la palabra para constestarles a todos juntos. Y sucedió que así como decía el señor Campillo, que no hallaba con quién comenzar sus ataques y, por último, comenzó por Serrano y acabó con Serrano; así también éste empezó por Serrano y acabó por Serrano, y no hubo ya asesinos ni ladrones, ni nada de eso. Tomé la palabra para contestar y les dije: que me habían lanzado diez y siete cargos, pero que no había anotado los pequeños; los más importantes eran veinticuatro y a minuto y medio por cargo les contesté todos, señores. Esos diez y siete cargos son poco más o menos los mismos que aquí en una hoja asquerosa se me lanzan, y el público de Nogales, que es uno de los más conscientes que hay, a pesar de que ese público estaba formado por un 95 ó 98 por ciento de obreros, porque las clases acomodadas, los capitalistas, los latifundistas y todos esos istas ni siquiera se toman la molestia de asistir a las reuniones políticas; ese 95 por ciento de obreros que estaba allí, ¿sabéis lo que hizo cuando contesté los cargos? Pues bien; en primer lugar, la música que pagaba Campillo en el teatro pagado por él, con luz pagada por él, esa música me tocó dos dianas; el público me ovacionó estruendosamente, y el teatro se vació: tal fue la contestación a los diez y siete cargos que se me lanzaron. Que el C. Campillo, si está por aquí, diga si es cierto. Ahora bien; yo podría leer estas hojas; pero hay una de ellas que no la leo aquí por respeto a la memoria de mi padre muerto hace cerca de un cuarto de siglo, por respeto a mi madre y a mis hermanos y por respeto a vosotros mismos, señores diputados, porque nunca se han podido leer documentos tan asquerosos como éstos. Cuando me lancé a la lucha política hice esta declaración: creo que en las luchas políticas es permitido atacar todos los puntos de vista del candidato; pero de ninguna manera se debe descender a la vida privada. Sin embargo, mi vida privada esta abierta para que se discuta también; no obstante la palabra empeñada por el Señor Campillo, no obstante las promesas de decencia de otros candidatos, se discutió mi vida privada; no valía nada, señores; pero después de esto no solamente se discutió mi vida privada, sino que se discutió, se tomó el nombre de mi madre, el nombre de mi padre muerto, el nombre de mis hermanos, el nombre de un cuñado mío; y, por último, señores, aquí está un documento, por si alguien lo quiere ver; yo invitaría al señor Manrique, al señor Vadillo, a cualquiera de ustedes a que vea este documento, que no lo quiero publicar por respeto a lo que acabo de decir: Se tomó también el nombre de cinco nietecitos de mi madre, la menor de un año y la mayor de cinco, ¿Hay cosa más asquerosa que ésta? (Aplausos) Pero os estoy cansando. Yo me he concretado a la parte legal del asunto; sé que se me va a atacar, por lo que dejo para después, para la segunda vez que tome la palabra, el defenderme de la otra parte; pero que tenga mucho cuidado el que me ataque, porque si no es suficientemente atinado, quizá ruede el abismo junto con su defenso. (Aplausos).
El C. Carrillo Puerto Felipe: La Comisión desea hacer uso de la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Carrillo Puerto Felipe: Compañeros diputados: Voy a hacer una aclaración respecto al dictamen. Con toda minuciosidad revisamos paquete por paquete todos los expedientes que vinieron de Sonora, del 4o. distrito electoral. Nosotros, al hacer el dictamen, no hemos sido sugestionados absolutamente por nadie, ni hemos oído a nadie; ni el señor Campillo, ni el señor Serrano estaban aquí presentes cuando nosotros comenzamos a trabajar sobre este asunto, y nos hemos concretado especialmente a darles forma legal a estos asuntos, porque nos encontramos con muchos expedientes, con muchas casillas electorales en donde tenían muchos votos más; que se conocía que habían sido puestos especialmente, que no figuraban en el padrón, ni figuraban en el cómputo de votos. Con ese motivo tomamos nosotros en cuenta de que había habido fraude en muchas casillas electorales y ese fue el motivo por el cual nosotros hemos dictaminado en la forma que lo han visto ustedes; así es que el dictamen no ha recibido absolutamente la impresión de nadie; el dictamen ha sido netamente legal; nos hemos tenido absolutamente oportunidad de hablar ni con el señor Serrano ni con el señor Campillo, porque ninguno de estos señores estaba aquí cuando nosotros estábamos dictaminando. Esa es toda la aclaración que yo tenía que hacer.
El C. Casas Alatriste: ¿Me permite la Comisión que le haga una interpelación?
El C. Carrillo Puerto Felipe: Sí, señor.
El C. Casas Alatriste: Pido la palabra, señor presidente.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Casas Alatriste: Ha causado impresión en la Asamblea, según he podido oír, el hecho de que en el dictamen se asiente que no se tomó en cuenta una protesta en una casilla, en virtud de que en esa misma protesta se decía que los ciudadanos que votaban iban acompañados de dos testigos; sin embargo, el ciudadano que acaba de descender de la tribuna ha dado la lectura a la protesta y no se sienta lo que la Comisión asegura en el dictamen.
El C. Carrillo Puerto Felipe: pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Carrillo Puerto Felipe: Y así también hay otras protestas, y sin embargo de ellas había testigos de que se estaba llevando a los votantes. Hay padrones agregados en favor del señor Serrano, pero no los formamos en el Ayuntamiento, sino los que se hicieron con la lista de las personas que fueron a votar.
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Bojórquez.
El C. Bojórquez: ¿Tendría la bondad el ciudadano presunto diputado Serrano de contestarme una interpelación, una simple pregunta?
El C. Serrano Gustavo P.: Si la interpelación es pertinente, la contestaré; si no, no.
El C. Bojórquez: Creo que es pertinente. Simplemente quiero que tenga usted la bondad de decirme qué día lanzó su candidatura a diputado por el 4o. distrito electoral de Sonora.
El C. Serrano: No recuerdo exactamente; pero hay actas del "Club Independiente", de Caborca, del "Club Liberal Progresista", de Altar, y del "Club Democrático", de Nogales, impresas, y allí se dice que día fui postulado por ellos; me parece que fue aproximadamente el siete de julio o el ocho, en uno de ellos, y poco después, un día o dos, en el otro, y algunos días después en el de Nogales, porque se formó posteriormente.
El C. Bojórquez: Ciudadanos diputados: Cuando se leyó por primera vez el dictamen que rindió la Comisión, relativo al expediente del 4o. distrito electoral de Sonora, el ciudadano presunto diputado Serrano se acercó a mí y me dijo: ¿Tiene usted algún compromiso con el señor Campillo? Inmediatamente le respondí que no tenía ningún compromiso con el señor Campillo; y no lo tengo, señores, pero sí tengo dos compromisos sagrados: uno con la verdad y el otro con la revolución. (Voces: ¡No!) Es más poderoso el segundo que el primero. El C. diputado Serrano ha evadido en este momento la contestación a una simple pregunta que yo le hacía,...(Voces: ¡No! ¡No!) él no ha querido decir en qué fecha lanzó su candidatura. Y lo que consta a todos los ciudadanos presuntos diputados del 4o. distrito electoral del Estado de Sonora es que el C. Serrano hizo su propaganda en los último diez días que quedaban para las elecciones,....(Voces: ¡No! ¡No!) es decir, en los diez días anteriores. No hay por qué exaltarse, ciudadanos diputados, diez días antes de la elección hizo sus trabajos de propaganda electoral el ciudadano presunto diputado Serrano. Yo quiero hacer esta referencia por un hecho muy sencillo, por algo que debe llegar a vuestras conciencias para que podáis juzgar de la elección en el 4o. distrito electoral de Sonora. Fueron cuatro las candidaturas; ya se han dicho aquí los nombres de los candidatos, pero quienes sacaron mayor número de votos, quienes sacaron mayor número de sufragios fueron el C. Serrano y el C. Campillo. Pues bien, ciudadanos diputados; desde este momento declaro que si el C. Serrano lanza su candidatura treinta días antes de las elecciones, hubiera triunfado irremisiblemente en aquel distrito. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos. Aplausos) en aquel distrito, ciudadanos diputados, no triunfó - él mismo lo declaró pasadas las elecciones en la ciudad de Nogales, en Magdalena y en la estación de Santa Ana - , en todo el 4o. distrito electoral de Sonora. (Siseos.) Antes de que se reuniera la Junta Computadora,....(Siseos) el C. Serrano había declarado que él había salido derrotado en aquellas elecciones y, sin embargo, al verificarse el Cómputo en Altar, porque allí tenía él amigos, porque allí tenía él sus relaciones y porque sobre todo, venía el dinero, la Junta Computadora, extralimitándose en sus funciones - ya lo ha dicho la Comisión - formuló votos sin tener individuos empadronados con qué contar para ello; formuló votos, y ya lo veis de qué manera: cuando el mismo candidato había confesado en el 4o. distrito electoral de Sonora su derrota, la Junta Computadora le expidió su credencial al C. Serrano. Yo recogí estos informes sin ningún interés personal, en Nogales, en Magdalena y en Santa Ana, y el señor Serrano declaró en todas partes que había perdido y, sin embargo, en Altar el fraguó la trama y valido de la Junta Computadora, muchos de cuyos miembros estuvieron viviendo en su casa... (Siseos) y fueron alimentados por él, hizo que se expidiera la credencial en su favor. El mismo C. presunto diputado Serrano confiesa que la Comisión Revisora es honorable, pero al mencionar aquí cifras y más cifras, de las cuales no se ha podido llevar cuenta, porque esas cifras se van perdiendo en la imaginación de todos, no demuestra, de una manera categórica, que él triunfó en aquel distrito. Después ha venido a esta tribuna a leer protestas de sus partidarios, ¿pero qué tienen alguna fuerza legal o política las protestas de los partidarios de un candidato?...
El C. González y González, interrumpiendo: ¿Me permite el orador una interpelación?
El C. Bojórquez: Sí, señor.
El C. González y González: Con permiso de la Presidencia.
¿El representante del Partido Revolucionario Sonorense era amigo del señor Serrano, o el Partido Revolucionario Sonorense sostuvo la candidatura del señor Serrano?
El C. Bojórquez: Muchas gracias por la interpelación. El Partido Revolucionario Sonorense no ha actuado durante las últimas elecciones de diputados y senadores en el Estado de Sonora. Es testigo de esto el señor Manjarrez.
El C. Manjarrez: En efecto, el Partido Revolucionario sonorense, a partir de las elecciones para gobernador, no ha tomado participación alguna.
El C. González y González: En el dictamen existe una protesta del representante del Partido Revolucionario Sonorense, autorizada por otras muchas firmas, y el Partido Revolucionario Sonorense está comprobado que no es de los partidos que postularon al señor Serrano.
El C. Bojórquez: Otra vez vuelvo a agradecer al ciudadano que haga esta observación, porque precisamente el C. Serrano se ha valido aquí del nombre del Partido Revolucionario sonorense indebidamente, porque ya lo han dicho el compañero Manjarrez, lo sabe el presunto diputado Garza, lo sabe el C. León que durante las últimas elecciones para diputados, no actuó el Partido Revolucionario Sonorense; de suerte que esa protesta es nula, porque nadie tiene derecho para tomar el nombre de ese partido. La parte legal del dictamen es algo sobre lo que debe fijarse la atención de los ciudadanos diputados y presuntos diputados; no se presentó con oportunidad; el mismo C. presunto diputado Serrano, lo confiesa, el acta final de la computación de Caborca, de la computación de la 1a. casilla electoral. Sin embargo, esa acta él dice que apareció días después; ¿y por qué no sospechar aquí que esa acta fue hecha o confeccionada durante las juntas de la Computadora en Altar? ¿Por qué
no creer esto, cuando en Altar estaban todos los partidarios más decididos, los que más apoyaban la candidatura del C. Serrano? Porque hay que decirlo de una vez, señores diputados; en Sonora no todos somos revolucionarios, allí la reacción también pretende levantar cabeza, y en el Estado tenemos algunos pueblos que se distinguen por ser los focos del reaccionarismo, precisamente en esos pueblos que han sido en otras épocas las mansiones del cacique, del prefecto político. Así, se tiene que las ciudades de Altar, Guaymas, Hermosillo Alamos y Cócorit, cuentan con el mayor número de reaccionarios en aquella Entidad federativa. El C. Serrano pudo contar con elementos en la población de Altar porque allí reside un núcleo poderoso de conservadores y de reaccionarios como él; no porque el C. Serrano sea sonorense y se apellide Serrano, se vaya a creer que es revolucionario. (Siseos.) Estoy seguro de que la mayor parte de las personas que escucharon la débil defensa del C. presunto diputado Serrano, (Siseos.) de que la mayor parte de las personas que oyeron aquí cifras y protestas de sus mismos partidarios, no están al tanto de cómo se efectuaron las elecciones en el 4o. distrito electoral de Sonora, y sólo se dejan llevar en estos momentos por una pasión. (Siseos.) Por eso vengo a recomendaros, ciudadanos, diputados, que fijéis vuestra atención en estos hechos. El C. presunto diputado Serrano declaró, pasadas las elecciones, que había sido derrotado. (Siseos.) Después en Altar, en un foco de la reacción en el Estado de Sonora, el C. presunto diputado Serrano hizo que la Junta Computadora dictaminara a favor de él y le expidiera la credencial. La Comisión dictaminadora, según lo afirma él mismo, la Comisión dictaminadora en el seno de esta Cámara está integrada por personas honorables, por ciudadanos honorables; ellos han examinado detenidamente el cómputo habido en aquel lugar, y han declarado el triunfo en favor del C. Campillo. Ahora bien; después se presenta el C. presunto diputado Serrano con pruebas, con pseudo pruebas, puesto que no lo son, a demostrar que él triunfó, a decirnos que él triunfó, puesto que ninguno de los ciudadanos diputados ni presuntos diputados han hecho una suma en que se demuestre que el señor Serrano triunfó en el 4o. distrito electoral de Sonora; y, por todo esto, así como porque tenemos enfrente a los miembros de la reacción en el Norte del mismo Estado, (Siseos.) y porque me consta que el señor Serrano perdió; en nombre de la verdad y en nombre de la Revolución vengo a pediros un voto aprobatorio para el dictamen de la Comisión (Voces: ¡No!)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Moreno Jesús Z.
El C. Moreno: Honorable Asamblea: El presunto diputado por el 4o. distrito electoral del Estado de Sonora, señor Serrano, se ha presentado aquí como el caballero Bayardo, sin tacha y sin miedo. (Aplausos.) Ha venido con la documentación del expediente materia del dictamen, a presentaros uno por uno los datos explicativos que ponen de relieve el triunfo de su elección. Por esos datos hemos visto que, englobada la elección, tal como estaban los votos en las ánforas, resultó con una notable mayoría en su favor; aparecen mil doscientos veinticinco votos en favor de la fórmula Serrano - McCarty, contra mil seiscientos de la fórmula Campillo. Esto, considerando la elección total englobada y sin distingos de vicios de cualquier naturaleza; pero derivando al presunto diputado Serrano los sufragios que por vicios de elección pudieran considerarse como nulos, en este caso también, señores diputados, resulta con una notoria mayoría. Con esto tengo la absoluta certidumbre de que se ha formado la convicción definitiva en el ánimo de vuestra soberanía, acerca de quien obtuvo la representación del pueblo de aquel distrito electoral, en esta Asamblea. Pero es más, señores diputados: no pudiendo rebatir con argumentos de fuerza, y mucho menos con los documentos del expediente electoral el ciudadano que me ha precedido en el uso de la palabra, viene a hacer la eterna y veleidosa imputación de reaccionarismo al C. Serrano; y lo que es más, lo que ha hecho que me levante como impelido por una fuerza irresistible, es que esta misma acusación la han lanzado contra todos los pueblos de Alamos, Guaymas, Hermosillo y Altar. Pues bien, señores diputados; si hay algo injusto si hay algo verdaderamente tremendo, si hay algo que se necesita el olvido de toda la historia contemporánea para venir a hacer una afirmación de esta naturaleza que pugna con los sentimientos de los hombres honrados, es esto. En los fastos de la historia mexicana, ciudadanos diputados, figura para gloria de la República, el 13 de julio, fecha en que los ciudadanos del puerto de Guaymas de la ciudad de Guaymas - de ese foco de reaccionarismo a que se refiere el ciudadano diputado que me ha precedido en el uso de la palabra - , fueron a poner sus pechos generosos para salvar ese jirón de la patria mexicana de la invasión de Raousset de Boulbon. ¡Y también se ha hablado del reaccionarismo de Guaymas! ¡Qué bien representan al reaccionarismo de Guaymas el ciudadano Presidente de la República, señor Adolfo de la Huerta, que es hijo de ese lugar y que ha venido a poner el primer ejemplo en este país de verdadera democracia y de verdadero respeto a las instituciones! (Aplausos.) ¡Y se ha hablado del reaccionarismo de Alamos, señores diputados! Y vemos aquí, al frente de la Revolución triunfante, al general Alvaro Obregón, que es oriundo de Alamos; al general Hill, que es oriundo de Alamos...(Voces: ¡No! Perfectamente bien, señores; yo tengo derecho de considerar al general Hill como hijo de Alamos, porque durante los primeros años de su vida allí fue donde recibió su educación. (Una voz: ¡pero no lo quieren en Alamos!)
Yo no sé si lo quieren en Alamos; yo se que allí fue educado y que el general Hill no ha abrigado principios reaccionarios. Por lo demás, parecería ocioso, después de estas breves palabras que no tienen más ánimo que colocar a aquel viril Estado fronterizo en el lugar de la consideración que merece de todos los mexicanos, el motivo por que he hecho uso de la palabra. Pro cuanto a la legalidad de la elección, tengo seguridad que con el alma de rodillas se puede presentar a vuestra soberanía la convicción de que la elección la obtuvo el C. Serrano y que, por tanto vais a dar un voto reprobatorio al dictamen que se discute.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Manrique Aurelio.
El C. Manrique Aurelio: Señores diputados: Mi pequeña experiencia en estos achaques de discusiones de Colegio Electoral, me advierte que ya es superfluo combatir el dictamen: el dictamen está ya perfectamente reprobado. (Aplausos.) En consecuencia más que en discurso, ni siquiera un breve discurso en contra, voy a citar un hecho y a hacer dos pequeñas interpelaciones. El hecho es éste: las comisiones dictaminadoras no nos hemos puesto de acuerdo, como habría sido bueno que lo hiciésemos, para uniformar nuestro criterio tocante a interpretación jurídica de determinados preceptos de la Ley Electoral y de la Constitución de la República; pero por lo que toca a la 5a. Sección, en cuyas labores participo, debo enunciar que nunca la 5a. Sección ha nulificado casilla alguna porque haya faltado en ella las formas "C" y "D", porque, confesémoslo de una buena vez: nuestra Ley Electoral, que constituye un plausible esfuerzo, no ha penetrado todavía en los hábitos y en la conciencia cívica del pueblo mexicano; es todavía para la enorme masa, para el enorme por ciento de analfabetos de nuestro país, una ley demasiado adelantada y, sobre todo, una ley demasiado complicada. Señores diputados: sobre todo, si habéis luchado por algún distrito rural en la República, ¿no habéis presenciado la congoja, el verdadero sufrimiento que tiene un pobre hombre que apenas sabe leer y escribir, para hacer un acta de instalación? Esto, que para cada uno de nosotros es, probablemente, una pequeñez, redactar una acta final de votación, pues no se trata sino de la simple expresión de los hechos ocurridos: "En la ciudad de tal parte, terminada la votación, no habiendo ya votantes, se hizo escrutinio, y resultaron tantos votos para fulano y tantos votos para mengano"; esto, que es la cosa más sencilla del mundo para cada uno de nosotros, es, sin embargo, un verdadero problema - a veces insoluble - para muchos de nuestros campesinos. Yo, señores diputados, al hojear algunos paquetes electorales, me he reído; he visto, con verdadero agrado, estos ensayos, que se antojan los torpes ensayos del avecilla que intenta levantar el vuelo por vez primera, que son seguramente el vislumbre de una nueva democracia y de una firme cultura. Pero prometí no hacer un discurso, y ya me estoy apartando de mí propósito. El hecho concreto es, pues, que nunca la 5a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, ha nulificado casilla alguna porque falta en ella la forma "C" o la forma "D". Las interpelaciones son dos; una de ellas a mi caballeroso amigo el C. diputado Luis L. León, si es que se halla presente. Creo que no; pero puedo afirmar que el compañero León me decía hace pocos momentos, en voz baja, que el señor Serrano, que no obstante ser el señor Serrano de un partido antagónico al suyo, del de León, él reconoce legalmente que Serrano ha triunfado en su distrito. (Aplausos.) Además, el compañero León decía, refiriéndose a la afirmación de Serrano, relativa a que el mismo presidente municipal de Alamos hubiese en su propio automóvil llevado a soldados de una a otra casilla para que en ellas votasen repetidas veces, León decía, refiriéndose a esto: "Todo eso es rigurosamente cierto."
Y bien sabéis, señores diputados, que León, aunque nativo de Chihuahua, es hijo adoptivo del Estado de Sonora.
La segunda interpelación, ésta si será una interpelación, lo haré a mi estimable compañero don Froylán Manjarrez, diputado por el 1er. distrito electoral del Estado de Sonora, es decir, por un distrito colindante del 4o., del de Altar y Magdalena, porque el señor Manjarrez viene por el distrito de Ures, y el señor Serrano es ya diputado por nuestro voto, por el voto que le daremos dentro de breves segundos, por el distrito de Altar y Magdalena; digo que el señor Manjarrez afirma que el señor Serrano ha triunfado lealmente. Pido permiso a la Presidencia para hacer esta interpelación.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manjarrez.
El C. Manjarrez: Señores presuntos representantes y representantes: No teniendo yo datos oficiales, pruebas concretas, algo de aquello que reclama esta Asamblea para que se crea a los oradores, no me pude inscribir en contra del dictamen; pero yo reclamo de esta Representación Nacional el absoluto respeto al voto del 4o. distrito electoral del estado de Sonora. El pueblo de Sonora, en todos los casos, y muy especialmente en el último movimiento, fue a la cabeza de la República para reconquistar el sufragio popular. Mi conciencia está que en el 4o. distrito electoral de Sonora triunfó el C. Serrano, y yo, en nombre del 1er. distrito electoral de Sonora y en nombre del pueblo todo del Estado de Sonora, ruego a la Representación Nacional que se apruebe la credencial del señor Serrano, que es hija legítima del sufragio popular. (Aplausos.) Bien decía el C. Manrique, que si falta una forma "C" o una forma "D", eso no quiere decir que no haya concurrido el pueblo a una casilla a depositar su voto, y el pueblo no tiene la culpa de que un escrutador, de que un secretario de Mesa, no cumpla con sus obligaciones. en buena hora que se castigue a aquellos individuos que formaron parte de una Mesa y que no cumplieron con la Ley; que se les castiguen, si es preciso, como lo determina la Ley, pero que se respete el voto público. Aquí la Comisión, como muy bien se asienta en ese dictamen, ha nulificado votos sola y exclusivamente por errores de la Ley, por errores de aquellos que no pudieron interpretar la ley; eso no prueba que no se haya votado. Aunque el señor Serrano no pertenezca a mi Partido, que es el Partido Revolucionario....
El C. Castillo Agustín, interrumpiendo: ¡Moción de orden! El señor pidió la palabra para contestar una interpelación, no para hacer un discurso kilométrico.
El C. Manjarrez: Estoy contestando la interpelación que se me hizo, y para contestarla tengo que fundar mi dicho, la Representación Nacional no me ha de creer nada más porque lo diga yo. estoy convencido del triunfo del señor Serrano, y aunque no pertenezca a mi partido, lo sostengo.
El C. secretario Tirado: No habiendo otro ciudadano orador inscripto, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
El C. Soto Francisco: Pido la palabra.
- El mismo C. secretario: Suficientemente discutido.
El C. Soto Francisco: Hago constar que pedí la palabra antes de que se declarara suficientemente discutido este asunto, y que no se me concedió.
- El mismo C. secretario: Están a votación los puntos resolutivos del dictamen En votación económica se pregunta si se aprueba el primer punto resolutivo, que dice:
"1o. Es válida la elección verificada para diputados en el 4o. distrito electoral del Estado de Sonora."
Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobado.
"2o. Es diputado propietario por el mencionado distrito electoral, el C. Antonio R. Campillo."
(Voces: ¡No! ¡No!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. (Voces: ¡No! ¡No!) Reprobado.
"3o. es diputado suplente por el mismo distrito, el C. Guillermo Macalpin." Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
El C. Serrano Gustavo P: ¡Para una aclaración, señor presidente!
- El mismo C. secretario: Aprobado el suplente. (Aplausos.)
La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: es diputado suplente por el 4o. distrito electoral del Estado de Sonora, el C. Guillermo Macalpin.
Vuelve el dictamen a la Comisión para que lo reforme en la parte conducente, en el sentido de la discusión.
El C. Cano: pido la palabra, señor presidente.
El C. presidente: ¿Con qué objeto?
El C. Cano: Para una protesta enérgica y respetuosa, señor. El compañero Francisco Soto, antes de que, efectivamente, se efectuase la votación, pidió la palabra para hacer una interpelación y tenía derecho para ello. Desde el momento en que no se le concedió, se ha pasado sobre el artículo reglamentario de esta Cámara y se ha mostrado otra vez más la parcialidad de determinar elementos de esta Cámara contra determinados elementos de ella misma; y como eso quizá pueda verificarse con algunos otros compañeros, yo protesto enérgicamente por la parcialidad de la Mesa.
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al C. Cano, que en los momentos en que el C. diputado Soto solicitaba la palabra para hacer una interpelación, se estaban poniendo de pie los ciudadanos diputados y presuntos diputados, en vista de la pregunta que hacía la Secretaría.
- El mismo C. secretario leyendo:
"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 3a. Sección.
"H. Asamblea:
"A esta 3a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, le tocó conocer del expediente relativo a las elecciones de diputados al Congreso General, verificadas en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal el 1o. de agosto del corriente año.
"Del estudio hecho se ve que las elecciones se efectuaron con normalidad.
"Los representantes de los partidos Laborista Mexicano y Liberal Constitucionalista, protestaron por la validez de las elecciones verificadas en la casilla 10. Revisado el expediente de la citada sección, se toma en cuenta la petición de nulidad hecha por los citados representantes, por encontrar que la mayor parte de su documentación es ilegal; por carecer de la firma de los funcionarios que instalaron la casilla y tomaron la votación, y también por carecer de nombramiento de instalador, el que, según el acta de la citada 10 sección, se pidió al Ayuntamiento que lo nombrase, en vista de que, tanto el instalador propietario como el suplente no se presentaron a cumplir con su misión; pero en el expediente no aparece el nombramiento del citado funcionario y el acta de instalación que se acompaña al citado expediente solamente tiene una firma. Atentos a las razones dichas y con fundamento en la fracción VI del artículo 104 de la Ley Electoral, se nulifica la votación emitida en la ya citada sección electoral. En la casilla número 15 hay una protesta del representante del Partido laborista Mexicano por haberse instalado la casilla antes de la hora que marca la ley y una contraprotesta del representante del "P. L. C", asegurando que no es cierto lo asentado por el representante del partido contrario. Como del estudio de los documentos no se desprende que realmente se haya instalado la casilla antes de la hora marcada por la ley, no se nulifica la votación emitida en ella. En las casillas 5a., 12 14, 21, 22 y 23, según el acta de la Junta Computadora, se registraron en la emisión del voto irregularidades, pero éstas no son de las que no son de las que nulifican la votación.
"Aun cuando se anulasen al candidato que trae la mayoría de votos la totalidad de los emitidos en las ocho secciones electorales que se mencionan, no modificarían sensiblemente el resultado de la votación, puesto que, deduciendo los 535 votos, suma que arrojan las ocho casillas citadas , de los 1,360 que obtuvo el candidato triunfante, C. Ernesto Aguirre Colorado, y sin deducir a los otros dos candidatos la votación obtenida por ellos en las casillas que se mencionan, aun así quedaría a favor del C. Ernesto Aguirre Colorado una votación de 825 votos válidos contra 386 obtenidos por el C. Luis N. Morones 395 obtenidos por el C. Felipe J. Domínguez.
"Hechas las deducciones respectivas de las votaciones emitidas en las dos casillas que se anulan por la razones supradichas, quedan para el C. Ernesto Aguirre Colorado, 1,295 votos válidos; para el C. Luis N. Morones, 367 votos válidos, y para el C. Felipe J. Domínguez, 382 votos válidos.
"Atentos a las consideraciones anteriores, sometemos a vuestra aprobación las siguientes proposiciones:
"1a. Son válidas las elecciones efectuadas para diputados al Congreso General, en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal, el 1o. de agosto del corriente año.
"2a. Son diputados, propietario y suplente, por haber obtenido la mayoría de votos válidos en el mencionado distrito, los CC. Ernesto Aguirre Colorado y Pedro Luna, respectivamente."
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados
del Congreso de la Unión.- México, a 25 de agosto de 1920.- M. García Vigil.- Nicolás Cano."
Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. Se han inscripto para hablar sobre este dictamen: el C. Espinosa Luis, en pro, y en contra los CC. Prieto Laurens, Manrique Aurelio y León Luis L. El C. Aguirre Colorado se ha inscripto también en el pro.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Prieto Laurens.
El C. Prieto Laurens: Honorable Asamblea: El C. Aguirre Colorado, que personalmente no me causa ni me ha causado ningún motivo para que venga yo a hablar en contra de su credencial por el 7o. distrito electoral del Distrito Federal, ha quedado ya en el ánimo de la asamblea por las anteriores discusiones en las que se ha hablado de él, perfectamente claro, perfectamente definido, que está invalidado para pertenecer a esta Legislatura, porque cae bajo el artículo respectivo de la Constitución, que establece de una manera terminante y categórica que los militares en servicio activo no pueden lanzar sus candidaturas para diputados. El C. Aguirre Colorado no ha negado esto, el C. Aguirre Colorado en esta tribuna ha venido a afirmar, ha venido a comprobar de una manera perfectamente clara, repito, que él es militar en servicio activo, que él se ausentó de la ciudad de México acompañado de una escolta y de su Estado Mayor, para ir a lanzar su candidatura en uno de los distritos del Estado de Tabasco; él mismo, por lo tanto, ha establecido la verdad de este dicho que estoy afirmando. El C. Aguirre Colorado ha confesado ser militar en servicio activo, porque, como ustedes han escuchado en anteriores ocasiones, el C. Aguirre Colorado - según un comprobante que obra en el expediente, en el anterior expediente de Tabasco, que ya ha sido discutido - , era jefe del Departamento de Caballería y, por tanto, era militar en servicio activo. Este punto es el que de una manera principal nosotros aducimos en contra del C. Aguirre Colorado. pero no es lo único que hay que decir aquí, señores, sobre las elecciones verificadas en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal. Es verdaderamente risible encontrarse con que el C. Morones, ha tenido una votación inferior a la que obtuvo en una sola casilla, la que le concede la Junta Computadora del 7o. distrito electoral, es inferior a la que obtuvo en una sola casilla, en la casilla de la calzada de la Viga, donde la Fábrica de la Victoria le dio la votación unánime al C. Morones y fueron más de doscientos setenta y cinco ciudadanos que sufragaron en esa casilla. ¡Y por todo el 7o. distrito electoral le conceden al C. Morones trescientos votos! Es precisamente esto lo que venimos a discutir aquí, la parcialidad de las autoridades municipales que, como en otras ocasiones lo he dicho, en la ciudad de México se manifestó principalmente en los distritos 1o., 3o., 5o. y 7o., a pesar de que el C. Aguirre Colorado no necesitaba seguramente de haber tenido de su parte esa parcialidad, porque el C. Aguirre Colorado contaba con agrupaciones bastante bien organizadas, no por él directamente, sino por su suplente, el C. Luna, que estuvo trabajando en el 7o. distrito con mucha anterioridad; y, repito, no necesitaba de la parcialidad de las autoridades municipales. Pero, por lo que ustedes quieran imaginarse, esta parcialidad se manifestó de una manera notoria allí, y es verdaderamente escandaloso encontrarse con que la Junta Computadora hizo perdedizos los votos a favor del C. Morones en muchas casillas y le nulificó votos, le computó o no le computó votos en el 7o. electoral, el hecho cierto es que aparece ante la Comisión dictaminadora un número insignificante de votos en favor del C. Morones. la parcialidad de las autoridades municipales consistió principalmente en lo que el C. Morones alega en sus documentos enviados a la Comisión dictaminadora. Lo que alega es lo siguiente: en primer lugar, no se empadronó a todos los ciudadanos que tenían derecho a votar en el 7o. distrito electoral; en segundo lugar, las credenciales de electores fueron repartidas casi la víspera de las elecciones y fueron repartidas por conducto del Comité del 7o. distrito electoral del Partido Liberal Constitucionalista. Esto, señores, está perfectamente demostrado por un acta levantada ante el Ayuntamiento de México, porque se descubrió que en el 1er. distrito, en el 5o. y en el 7o. se estaba haciendo esto mismo, es decir, que los repartidores de las credenciales de electores llevaban al mismo tiempo la propaganda del Partido Liberal Constitucionalista a las casas de los votantes. Y, señores, éste es un acto enteramente notorio de parcialidad del Ayuntamiento, y esto se explica porque los principales jefes de las oficinas que tuvieron que ver en el Ayuntamiento con la preparación de las elecciones, son miembros conspicuos del Partido Liberal Constitucionalista; así es que no es de extrañar que el C. Aguirre Colorado haya tenido a su favor la parcialidad de las autoridades municipales de la Ciudad de México. Además de todos estos detalles, se mencionan en el expediente datos muy curiosos que la Comisión no ha tenido en cuenta. Decía yo que en la casilla que se instaló en la calzada de la Viga, nos consta a varios compañeros del Partido Laborista y del Cooperatista que estuvimos allí durante una buena parte de la mañana, que todos, absolutamente todos los obreros fueron a votar, a pesar, naturalmente, de que no estaban empadronados, porque el Ayuntamiento no quiso empadronar esa zona de la ciudad, porque es una zona netamente obrera, porque es una zona fabril, y no convenía al P. L. C. empadronarla, pues sabía que todos eran partidarios del señor Morones. (Aplausos.) Y la casilla donde correspondía votar a los obreros de la fábrica de Guadalupe, a los del barrio de Santa cruz Acatlán, a los San Antonio Abad y a los de la Maestranza, en fin, a toda la zona fabril de San Antonio Abad, hacia la calzada de la Viga, en esa única región votaron más de seiscientos ciudadanos a favor del señor Morones, y en el expediente no aparecen sino trescientos votos por todo el Distrito Federal, sin contar con que también por San Lázaro votó un contingente obrero muy numeroso, y tampoco se toman en cuenta esos votos, es decir, que ahí ante la Comisión dictaminadora se presentó fraguado el expediente a favor del Partido Liberal Constitucionalista, con objeto de impedir que conociera la verdad la Comisión dictaminadora, porque yo creo en la honradez de los miembros de la Comisión; yo creo que el C. Cano, que es obrero, que es socialista, conoce perfectamente la situación del 7o. distrito
electoral, que es un distrito obrero, y me llama la atención que no se hayan tenido en cuenta los votos de los compañeros obreros, compañeros del señor Cano, que en el 7o. distrito electoral sufragaron a favor del C. Morones. Yo creo que no es culpa de la Comisión, yo creo que aquí lo que sucede es que se ha presentado el expediente fraguado desde la Junta Computadora de una manera fraudulenta; en la Junta Computadora predominó, como era natural, la mayoría de los presidentes de casilla conquistados por el P. L. C., y estos presidentes de casillas, debidamente aleccionados, arreglaron el expediente para que no vinieran los votos al Colegio Electoral a favor de Morones, ante el único que tiene derecho a calificar; ante el único que tiene derecho a computar. Ellos han hecho allá una calificación que la ley no les permitía. Ahora bien, señores; declara la Comisión que el que está en segundo lugar en número de votos es el C. Domínguez, no recuerdo su nombre, (Voces: ¡Felipe de J. Domínguez!) Felipe de J. Domínguez, éste es un candidato independiente. En esto, señores diputados, hay una intriga y voy a revelarla: ante los miembros del club "Belisario Domínguez", que apoyó al C. Ernesto Aguirre Colorado, a pesar de que el C. Aguirre Colorado los abandonó y hasta la fecha los tiene abandonados y no les prestó la más insignificante ayuda, por lo cual están sumamente disgustados, por lo cual ahora nada menos han presentado en masa una solicitud al P. L. C., retirándose y pidiendo que se les borre de las listas por las inconsecuencias que se les han hecho; ante ese club se dijo, en diversas ocasiones, que el C. Aguirre Colorado tendría que salir de la Cámara que no se preocuparan, que el C. Aguirre Colorado no podía ser diputado, porque era militar en servicio activo y que entraría entonces el C. Luna, presidente del club "Belisario Domínguez", el verdadero brazo fuerte del C. Aguirre Colorado en el 7o. distrito electoral. ¿Y sabéis lo que hizo entonces el C. Novelo? Se puso de acuerdo con el candidato independiente, y el candidato independiente es el que tiene, naturalmente, el segundo lugar, puesto que el C. Aguirre Colorado está inhabilitado para ser diputado, conforme a la Constitución; y yo entiendo que si vosotros habéis sentado aquí una teoría, si habéis sentado aquí una doctrina, si habéis sentado aquí una jurisprudencia terminante en esta materia legal constitucional, en la materia que más atañe a la Cámara juzgar que es la materia constitucional, en este caso, estando el C. Aguirre Colorado inhabilitado para ser diputado, como lo estuvo en el distrito de Tabasco por ser militar en servicio activo, no váis a ser vosotros capaces de prestaros a intrigas, a maniobras políticas para favorecer a otro paniaguado del licenciado Novelo: el C. Domínguez, que aceptó colocarse en segundo término. (Aplausos. Siseos.) Vosotros recordaréis lo que dijo aquí ingenua y honradamente el C. Aguirre Colorado - porque yo le reconozco eso al C. Aguirre Colorado - ; el C. Aguirre Colorado dijo aquí, no precisamente en la tribuna, sino desde su curul; manifestó que porque el licenciado Novelo le había dicho que a pesar de que él sabía que la Constitución prohibía a los militares en servicio activo lanzar su candidatura; que porque el licenciado Novelo le había dicho que no tuviera cuidado, él había aceptado su candidatura por el 7o. distrito electoral. ¿Quién es el licenciado Novelo para que sancione las violaciones a la Constitución? ¿Qué autoridad tiene este señor, por respetable que sea su partido, porque no es él el partido, para que no reconozca que el prestigio de ese partido está íntimamente ligado con el prestigio del mismo señor Novelo? (Aplausos.)
Este hombre, que lo mismo estuvo con la dictadura porfiriana que puede estar ahora con cualquiera otra dictadura; este hombre es el que dice al oído a un buen revolucionario, porque también así lo conceptúo a mi antiguo camarada de escuela, señor Aguirre Colorado; este hombre es el que insinuó a Aguirre Colorado que aceptara su postulación, violando de una manera flagrante la Constitución de la República. ¡Valiente revolucionarismo; valiente manera de prestigiar a un partido que tiene derecho a algo más respetable, a algo más serio en el primer puesto de ese partido, en la Presidencia de ese partido, en el cargo directivo por excelencia de ese partido! Yo, por más que no pertenezco al Partido Liberal Constitucionalista, en estos momentos siento indignación como si fuera miembro del partido, contra su presidente, contra su indigno presidente. (Aplausos.) Pues bien; Felipe de J. Domínguez aparece aquí con 382 votos, y se arregla la cosa perfectamente; treinta y tantos votos se quitaran a Morones, para dejarlo completamente fuera, es decir: como el C. Aguirre Colorado está invalidado para formar parte de esta Cámara, a menos que quieran ustedes darle gusto al C. Novelo, el C. Aguirre Colorado, invalidado constitucionalmente para entrar al Parlamento, deja el lugar al amigo del licenciado José Inés Novelo. (Aplausos.)
El C. Lara César A.: Pido la palabra, para interpelar a la Comisión.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Lara César A.
El C. Lara César A.: En días pasados se presentó a discusión el dictamen relativo a un distrito electoral de Puebla, en el que la Comisión que preside el C. general García Vigil, decía lo siguiente, refiriéndose al C. Murguía:
"Esta Comisión dictaminadora hace notar el hecho de que, aun cuando el C. Felipe Murguía hubiera obtenido la mayoría de los sufragios legales, se halla incapacitado para ser diputado, ya que el día en que se efectuaron las elecciones, se encontraba en servicio activo en el Ejército y continúa aún en él, desempeñando el puesto de subjefe del Departamento de Caballería de la Secretaría de Guerra y Marina, por cuya razón cae bajo la sanción de la fracción IV del artículo 55 de la Constitución General de la República.
" Bien; en la misma sesión e inmediatamente, se puso a discusión el dictamen que corresponde al 7o. distrito electoral del Distrito Federal, que por intervención del C. García Vigil se suspendió. Yo pregunto a la Comisión, ¿por qué negaba el triunfo, es decir, por qué descalificaba al C. Murguía, por el hecho de ser subjefe del Departamento de Caballería de la Secretaría de Guerra, y daba el triunfo en el 7o. distrito electoral el C. Aguirre Colorado, sin tener en cuenta que era el jefe del Departamento de Caballería de la Secretaría de Guerra y Marina? (Aplausos.)
El C. Cano, miembro de la Comisión dictaminadora: Antes de contestar la interpelación al señor compañero, voy a hacer una aclaración muy pertinente sobre el particular. Los miembros de la 3a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, nos hacemos solidarios de todos y cada uno de los dictamenes que se traigan aquí a su discusión; pero cada uno de los miembros de esta misma Sección, se encarga de estudiar detenidamente cada uno de los expedientes que le corresponden, y el resto de los miembros, viendo el dictamen y algunos documentos que ellos creen necesitar para orientarse, a fin de estampar su firma en ese dictamen, esa es la participación que tienen ellos y nada más. El dictamen a que se refiere el señor compañero lo estudió de una manera directa el C. García Vigil, y nosotros nada más vimos el dictamen, ya formulado y las pruebas más importantes que tiene este mismo expediente, y como el que habla y cada uno de los miembros de la Comisión tienen completa confianza en la honorabilidad de cada uno de los miembros de la misma, cualquiera que sea el fallo, cualquiera que sea la opinión que esta Asamblea se forme de los dictamenes emitidos por la 3a. Sección, se hace solidaria de ellos y para ello sí se necesita cierto valor moral, se necesita más valor (Siseos.) que para sisear desde arriba. (Siseos. Campanilla.)
Ahora bien; en el expediente del 7o. distrito electoral, el que habla lo estudió detenidamente, y en su oportunidad dirá las razones que tuvo para emitir el dictamen en la forma en que se ha puesto a vuestra consideración.
El C. Lara César A.: Una interpelación a la Comisión, si lo permite la Presidencia.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Lara, para una interpelación.
El C. Lara César A.: El compañero no contestó a mi primera interpelación; yo le preguntaba por qué la Comisión descalificaba al C. Murguía, por el hecho de ser subjefe del Departamento de Caballería, en un dictamen, y en otro dictamen que presentaba inmediatamente después, daba precisamente al jefe del Departamento de Caballería de la Secretaría de Guerra y Marina, su voto. Ahora bien; yo quiero preguntar a la Comisión, de la manera más atenta, se sirva decirme en cuál de los dos dictámenes estaba ajustada a la ley. La Comisión no sé por qué descalifica al C. Murguía, por ser subjefe del Departamento de Caballería; pero ahora le da el triunfo al C. Aguirre Colorado jefe del Departamento de Caballería de la Secretaría de Guerra y Marina. (Aplausos.)
El C. Cano: Primero debo contestar al compañero, que en el dictamen a que se refiere, había documentos oficiales que probaban que el presunto diputado está en servicio activo; y en el dictamen que en estos momentos se estudia, no consta ningún documento oficial. (Voces: ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!) Ya lo veréis, señores, al cabo tenemos que discutir este asunto. (Desorden. Campanilla.)
El C. Carrillo Puerto Felipe, miembro de la Comisión: Una aclaración de la Comisión: Yo hago constar a la honorable Asamblea que yo no quise firmar el dictamen, porque me parecía monstruoso que, nada menos que al líder del Partido Obrero de México, que es el que ha hecho una propaganda intensa en todas partes, sea quien hubiera sido desechado, solamente por ser obrero. (Aplausos.) Por esto es que no quise.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Cano: (Siseos.) Yo hubiera deseado que el compañero Carrillo no hubiese tocado este punto que es, hasta cierto punto, peligroso para todos los trabajadores. A la aclaración que hace el C. Carrillo es necesario darle su verdadero valor. Es verdad; todos los que saben que el señor Morones ha sido líder de los trabajadores, se extrañan de que en el Distrito Federal, y en un distrito esencialmente obrero, haya perdido; pero es necesario que sepan ustedes esto: El elemento radical, que tiene su asiento en Netzahualcóyotl número 162, hace más de tres años que viene luchando contra el señor Morones, protegido por los dineros de Venustiano Carranza. (Siseos. Aplausos.) A todos los señores que sisean les ruego que recurran a los archivos de todas las agrupaciones del Distrito Federal, y en ellos consta una comunicación enviada por la Federación de Tranvías, en la cual se hace constar que, en una sesión que se tuvo para separarse la Federación de Tranvías de la de Sindicatos, el secretario general de los sindicatos electricistas sacó a Morones ante veinte o veintidós representantes, y les hizo hacer constar que había recibido siete mil pesos del Gobierno. (Aplausos. Siseos.) Este documento se publicó en el periódico socialista que trabaja desde el año de 1907. El que habla concurrió como delegado al Congreso Regional Obrero de Saltillo, el primero que se verificó allí con dinero de Venustiano Carranza, de Mireles y con dinero de la American Federation of Labor. (Siseos. Aplausos.) El que habla se ha visto perseguido con el odio de Morones, que no hacía más que cumplir las órdenes que recibía del Gobierno. (Siseos. Aplausos.) El que habla, hace más de tres años que no tiene trabajo en ninguna industria del país, porque está boycoteado, porque no ha querido capitular con ninguno de ellos. Esa es, pues, la razón, señores, por la que los trabajadores a fuerza de propaganda hecha por nosotros, en la miseria y con la persecución de las autoridades carrancistas encima, hemos logrado minar el pedestal donde estaba el señor Morones. (Siseos. Aplausos. Gritos en las galerías. Campanilla.)
El C. secretario Tirado: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, excita a las galerías para que guarden la compostura que previene el Reglamento.
El C. Cano, continuando: El que habla jamás ha calumniado, lo que ha dicho en todos los mítines obreros, delante de los lugartenientes de Morones y delante del mismo Morones, lo ha sostenido en todas partes, no sólo aquí. Y yo siento que se me obligue a hacer esta declaración. ¿por qué? Porque quiero hacerla delante de Morones. Jamás he atacado a nadie, cuando no lo tengo en frente. (Aplausos.) Ahora Bien, señores; en el último Congreso celebrado en Aguascalientes, sus señorías, por medio de los periódicos, saben en qué condiciones concluyó este Congreso; saben los compañeros qué papel tan poco airoso desempeñó Morones, atacado entre otros por el compañero Díaz Soto y Gama. (Siseos.) Si se pasan ustedes por Netzahualcóyotl antes de sisear, para informarse, verán cómo el
elemento radical le ha sido completamente hostil a Morones en su propaganda; unos cuantos días antes de las elecciones estaba tapado por impresos socialistas mandados hacer por los compañeros de Netzahualcóyotl a fin de que no llegaran y el día de las elecciones, señores, algunos de los compañeros, para impedir que fuesen a votar los trabajadores, celebraron un mitin socialista en Netzahualcóyotl, cuyo salón estaba completamente atestado de compañeros. Ahora bien, compañeros; hechas estas aclaraciones, no es pues difícil que el compañero Morones haya tenido el resultado que tuvo en política, tanto más que para seguir aclarando este asunto será cuestión de perder mucho el tiempo en un asunto que no lo merece; pero es necesario hacer esta aclaración para que se vea por qué aquí en el dictamen está la votación en esta forma. Por una parte; por la otra, y yo apelo al testimonio del compañero Carrillo, si se encuentra en la Asamblea.
El C. Carrillo Puerto Felipe: ¡Presente!
El C. Cano: Compañero Carrillo, cuando usted me significó su inconformidad con el dictamen, ¿no le dije a usted que trajera a Morones, y que en compañía de él veríamos el expediente todo el tiempo que quisiera; que trajera toda las pruebas y que si éstas eran formidables que hiciesen variar las conclusiones del dictamen, se variaría a su favor?
El C. Carrillo Puerto Felipe: Sí, señor. (Aplausos.)
El C. Cano: Ahí tienen ustedes cómo no ha habido parcialidad. (Aplausos.) Independientemente de todo lo que ha habido entre Morones y nosotros, entre el elemento radical y elemento amarillo, yo declaro que aquí prefiero ver al C. Morones en estos escaños, y no al señor Aguirre Colorado con todos sus méritos revolucionarios que tiene. Espero, una vez hechas estas aclaraciones, que vendrán a atacar verdaderamente el dictamen, para yo venir a informar, no a defender, exponiendo las razones que tuve para hacer el dictamen en la forma en que está. (Aplausos. Siseos. Campanilla.)
El C. presidente: tiene la palabra en pro el C. Espinosa Luis.
El C. Espinosa Luis: Honorable Asamblea: Con la serenidad más absoluta que pueda ser posible en un hombre de mis años, y con la conciencia de pretender levantar por encima de la pasión mezquina, tomo parte en este debate. Vengo a la tribuna alejado por completo de los prejuicios de grupo y de enemistades personales. A todos vosotros os consta que no pertenezco al Partido Liberal Constitucionalista, al cual pertenece, como una de sus figuras principales, el C. Aguirre Colorado. A todos vosotros también consta que no pertenezco al grupo socialista de la Cámara de Diputados, cuyo grupo tiene interés, porque así se ha manifestado ya, de defender a toda costa al C. Morones. Colocado en este terreno de la más completa imparcialidad, vengo únicamente, ciudadanos representantes, a pugnar por los fueros de la justicia y por los fueros de la democracia. Me complace, ciudadanos representantes, tener en esta vez como contendiente a un compañero del empuje de Prieto Laurens, porque él vendrá con sus argumentaciones en contra a aportarnos todos los elementos bastantes para que se haga luz meridiana en este asunto y se vea que el triunfo del C. Aguirre Colorado es un triunfo verdaderamente legítimo.
El C. Prieto Laurens funda su requisitoria en contra del dictamen, en este argumento, que pudiera decirse único: en que el C. Aguirre Colorado es militar en servicio activo. Después, como un argumento secundario, invoca la parcialidad de las autoridades municipales en favor de la candidatura del C. Aguirre Colorado; pero a renglón seguido, con la honradez que caracteriza a todo hombre joven, con la ingenuidad de los elementos sanos, el señor Prieto Laurens confiesa también honradamente que el señor Colorado no necesitaba, para triunfar legítimamente, del apoyo de las autoridades municipales, ya que contaba con el apoyo formidable del partido más fuerte que hay en estos instantes en la República; es decir, con el apoyo del Partido Liberal Constitucionalista (Siseos.) y, además, con el apoyo de numerosos grupos de ciudadanos perfectamente bien organizados. Yo estoy seguro, ciudadanos compañeros, que por encima de toda la malicia del C. Prieto Laurens por desvirtuar el triunfo del C. Aguirre Colorado, se impone como una verdad absoluta, como una verdad soberana la confesión sincera e ingenua de que Aguirre Colorado ha triunfado en buena ley, de que el señor Aguirre Colorado no necesitaba del apoyo de las autoridades para salir triunfante en esta lid. El C. Prieto Laurens, despegándose un poco de las formas de la caballerosidad, increpa después de una manera bastante dura al C. licenciado Novelo, porque se permitió emitir un juicio jurídico en unión del licenciado Martínez de Escobar, sobre la personalidad del C. Aguirre Colorado, en cuanto a su calidad de militar en servicio activo. El C. Prieto Laurens, con gallardía de joven, por consideración al respeto de los hombres que, como el licenciado Novelo, son en la actualidad una figura prominente en política nacional, (Siseos.) debía de haberse producido en otros términos; el C. Prieto Laurens, con ligereza, dice que el C. Novelo es un presidente indigno del "Pélece". Yo creo que el C. Prieto Laurens no tiene razón, cuando menos en mi concepto, porque también no es él el llamado, no es el autorizado para juzgar la personalidad del licenciado Novelo, porque la razón es muy sencilla, ciudadanos representantes. El señor Prieto Laurens es actualmente el presidente de un partido, de un partido vencido; el C. Prieto Laurens, como todos sabéis muy bien, es el presidente del Partido Cooperatista Nacional. (Aplausos.) Y es natural, ciudadanos representantes, que el representativo del Partido Nacional Cooperatista venga aquí a vaciar todo su rencor de vencido en contra de los vencedores, que en este caso lo es el señor licenciado Novelo. El C. Carrillo jefe del Partido Socialista en Yucatán, también ha hecho una aclaración, que más que una aclaración se me antoja una puñalada en contra del sufragio. El C. Carrillo, al hacer la defensa del C. Morones, no se despoja de su compañerismo, no se despoja de sus sentimientos de correligionario de Morones y viene de una manera artera a querer desvirtuar un triunfo legítimo, diciendo que él no puso su firma al pie del dictamen, porque consideró que ese dictamen era una verdadera monstruosidad, y yo os aseguro, sin temor de equivocarme, que el C. Carrillo ha hecho esa aclaración a la Asamblea impulsado por la pasión de partido, por
la pasión más impetuosa, como es la pasión política. El señor Carrillo quisiera que a toda costa viniese a esta Representación Nacional el C. Morones y en manera alguna el señor Aguirre colorado; esto es todo, pero no es noble ni correcta la manera de atacar empleada por el C. Carrillo. En buena hora, ciudadanos representantes, que vengan todos los interesados en defender al señor Morones; pero que vengan a esgrimir razones, argumentos de peso, a combatir con la verdad, con la ley, el dictamen subscripto por la mayoría de la Comisión. Pero vamos, ciudadanos representantes, a hacer un ligero parangón de las personalidades de los principales contendientes, digo mal, no de los principales contendientes, sino del C. Aguirre Colorado y del C. Luis Morones. Es necesario, ciudadanos representantes, que entremos de lleno a la liza verdaderamente democrática y que sin temores de ninguna naturaleza, sin prejuicios de ninguna naturaleza, desenmascaremos a los verdaderos traficantes, a los verdaderos embaucadores de las clases proletarias. (Aplausos. Siseos. Campanilla.) No sólo, ciudadanos representantes, por la figura moral del C. Morones, sino por ocupar un tercer lugar entre los candidatos contendientes, la defensa de esa candidatura es una defensa verdaderamente inútil, es una defensa verdaderamente estéril; ya habéis visto cómo el ciudadano candidato que ocupa el segundo lugar en el cómputo de votos, que lleva una cantidad muy superior por encima de Morones, no ha tenido entre nosotros un solo amigo que levante la voz para decir que su candidato es al que en realidad le corresponde el triunfo, ¿por qué? porque no hay aquí un grupo de ciudadanos interesados en traer un correligionario y por desgracia un correligionario de relieve tan tosco dentro del concepto socialista, como lo es el C. Luis Morones. Yo en su oportunidad, ciudadanos representantes, diré quién es el C. Luis Morones y os probaré que no es ni siquiera un simple obrero, mucho menos un líder obrero. (Aplausos. Siseos.) Yo quiero hacer esta aclaración, ciudadanos representantes tengo el concepto más alto por la gente que trabaja, por la gente que produce; (Siseos. Aplausos.) pero también el desprecio más grande por la gente que explota al que trabaja, por la gente que corrompe al que trabaja. (Voces: ¡No! ¡No! Desorden. Campanilla.)
El C. presidente: Se llama al orden a las galerías, porque de seguir así se tendrá que aplicar el artículo reglamentario. (Voces: ¡Qué no mienta! ¡Qué no calumnie!)
El C. Espinosa: El ciudadano Luis Morones, cuya silueta, - porque no es un retrato el que bosquejó el compañero Cano - , aparece en la actualidad como una de las figuras más despreciables en la política de actualidad. Luis Morones es el tipo clásico del politicastro mexicano; Luis Morones, a raíz del triunfo de esta última revolución, un poco antes de ella, se había agregado al carro de los triunfadores y a Luis Morones, mal llamado líder obrero, podía encontrársele en una sola parte. ¿Podríais imaginaros que en los sindicatos, que en las fábricas que en los centros obreros y fabriles? No, ciudadanos representantes, ¿sabéis dónde estaba el ciudadano Morones? Luis Morones estaba en los carros del ciudadano Alvaro Obregón, acompañándolo a hacer su propaganda política, y ¿sabéis vosotros dónde estaba el ciudadano Luis Morones allá por febrero del año en curso? Luis Morones estaba en las antesalas del palacio Cobián pidiendo el favor de Aguirre Berlanga. (Aplausos.) Luis Morones no tiene ni siquiera el pudor de los políticos de verdad; Luis Morones no sabe ni siquiera conservar las distancias entre los prohombres de la política y el representante genuino de los intereses obreros. Yo no sé qué pueda haber más bajo, ni más perjudicial para los intereses obreros, para los intereses de la clase proletaria, a que sus líderes se conviertan en políticos, que no defienden los intereses generales del grupo al cual pertenecen, sino que únicamente defienden la satisfacción de sus instintos y de sus intereses personales. (Aplausos.) Y Luis Morones, ciudadanos representantes, es un tipo genuino de esta clase de politicastros. Luis Morones no hace lo que hicimos nosotros, nosotros que hemos puesto nuestro contingente al servicio de la causa de la Revolución y hemos combatido sin descanso la dictadura de Carranza. (Aplausos. Siseos. Silbidos. Campanilla.) Nosotros hemos puesto nuestro esfuerzo al servicio de la causa del pueblo y cuando el movimiento triunfante, cuando los hombres representativos de la Revolución lleguen al poder, nosotros, decorosamente, nos retiraremos de ellos, no para constituirnos en enemigos, sino, por el contrario, porque somos verdaderos amigos. Pero de esta actitud decorosa entre los que no venden sus convicciones y de los que se doblegan a los pies de los que mandan para alcanzar un puesto público, hay una diferencia muy grande, ciudadanos representantes. Y ya hemos visto cómo Luis Morones en lugar de convertirse en el verdadero líder de las clases obreras, en lugar de ser un hombre que guarde la distancia prudente entre el poder y las clases que él representa, no es más que un palaciego servil que anda detrás de los prohombres de la política (Aplausos. Siseos. Campanilla.) Y lo sabéis muy bien todos vosotros: no hay peor enemigo de las clases laborantes, de las clases pobres que producen, de aquellas que ganan el pan con el sudor de su frente, que los politicastros de oficio; los ciudadanos que representan a las clases obreras no deben, en manera alguna, ciudadanos representantes, unirse a los mandatarios, porque no hay peor enemigo de las clases trabajadoras que los mismos representantes del poder. El ciudadano Morones lo sabe muy bien y no es que yo critique, ciudadanos representantes, que el ciudadano Morones ocupe un escaño en la Representación Nacional; ¡No, es que Morones que si se presentase con el relieve insospechable de un luchador por las clases proletarias, como lo es Antonio Díaz Soto y Gama yo sería el primero en reconocer su derecho y en sostener que su puesto estaba aquí, ¿por qué? porque precisamente los hombres de convicción real, los hombres de convicción firme, deben venir a este palacio de las leyes para legislar y para que se procure que se legisle en pro de los intereses genuinos del proletariado; ¡pero no estos hombres, ciudadanos, que nos vienen aquí con la cerviz inclinada después de haber ido a recibir en las antesalas de los hombres del poder el visto bueno de una elección, imposible por su impopularidad de candidatos. Soto y Gama ha entrado a esta Representación Nacional de una manera gallarda, de una
manera altiva, de una manera verdaderamente digna, como deben venir los verdaderos representantes del pueblo. (Aplausos.)
El C. Luis Morones no sé por qué circunstancias, llamado líder obrero, tiene de los pies a la cabeza el molde auténtico de un burgués y toda la insolencia de un adinerado. Ved a Luis Morones: vestido a la última moda, con los casimires ingleses más finos, cortados por los cortadores de más fama, como son Bucher Bros y otros (Aplausos. Siseos. Campanilla.) ¿Tiene, señores representantes, algo de analogía el que se ande tan bien vestido como un conde, que como un simple ciudadano, con las clases trabajadoras? Y se nota el contraste de un ciudadano, como el C. Cano que no tiene esas pretensiones de líder, pero cuya sencillez cautiva y no engaña. ¿Qué tienen que ver con las clases proletarias los diamantes de muchos quilates que usa en la corbata el C. Luis Morones? ¿Qué tienen que ver los brillantes que usa en sus sortijas, con el sudor de las clases expoliadas? (Aplausos.) ¿Qué conexión tienen, ciudadanos representantes, la vida y el modo de ser de Luis Morones desempeñando un alto puesto en los Departamentos Fabriles, con el hambre de las clases proletarias? Yo no concibo a los logreros de la política en estos altos puestos llamándose los directores y los representantes de las clases laborantes. ¡Eso es mentira! ¡Eso es farsa! Los líderes de los obreros deben de estar con ellos, deben de ir a la lucha codo con codo con ellos, deben sufrir sus mismas desgracias y sentir sus mismos triunfos. Solamente así concibo yo a un líder obrero. Yo quiero sentar este hecho psicológico, que los que no sean paniaguados de Luis Morones deben reconocer; porque Luis Morones se ha colocado en virtud de su espíritu de politiquero en condiciones de tener una alta representación en estos momentos y tiene, por lo tanto, toda la fuerza para ser el protector de los de abajo. Yo preguntaría a los obreros de verdad, a los obreros honrados que me dijeran si el Luis Morones de ahora es el Luis Morones de hace ocho o diez años, el Luis Morones que ellos conocieron cuando era maquinista. (Voces en las galerías: ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí es el mismo! Desorden. Campanilla.) En cambio, ciudadanos representantes, voy a poner frente a la figura oropelesca de Luis Morones, a un revolucionario de convicciones como lo es el C. Aguirre Colorado. (Aplausos. Siseos.) Procuraré ser lo más parco, y lo más breve en mis conceptos, porque no acostumbro adular a nadie. Yo he nacido para la lucha y para el combate. (Siseos.)... y a mí me gusta siempre decir la verdad y exhibir todas las lacras morales y políticas de los individuos y en manera alguna ensalzarlos, porque el elogio parece que más denigra a quien lo hace, que a quien va dirigido; pero la figura del C. Aguirre Colorado, como revolucionario, no necesita exhibirse ante la consideración de vosotros, porque los revolucionarios viejos saben que es un revolucionario de abolengo, que allá en el lejano Estado de Tabasco, donde por las luchas populares se han levantado miles de hombres, Aguirre Colorado ha desempeñado un papel brillante y ha sido siempre el primero en responder a los llamados de los verdaderos defensores de las instituciones liberales. (Siseos. Aplausos.) Mucho podría decirse sobre la personalidad del C. Aguirre Colorado en esta tribuna; pero no hay objeto, sería ocioso, sería inútil, ya que es de todos vosotros ampliamente conocido. Después de haber hecho este pequeño paralelo entre el representante de la burguesía disfrazado de obrero y entre el legítimo representante de los intereses revolucionarios, entro a hacer algunas consideraciones sobre los argumentos esgrimidos por el C. Prieto Laurens, a efecto de que la Asamblea se convenza de que el triunfo es legítimo a favor del C. Aguirre Colorado. La defensa del C. Prieto Laurens es una defensa verdaderamente imposible, porque se necesitaría, ciudadanos representantes, que hubiésemos perdido el pudor, que hubiésemos perdido la razón, el juicio, para plegarnos a los caprichos de los que vienen aquí a defender al traficante de los obreros. (Siseos en las galerías.) El primer argumento, el argumento que pudiera llamarse toral en la defensa hecha por el C. Prieto Laurens, el argumento sobre el cual él pretende levantar su derrota, es éste: Que el C. Aguirre Colorado es militar en servicio activo, y a todos vosotros os consta que no fue por este capítulo por lo que no se aprobó la credencial que el C. Aguirre Colorado había obtenido en Villahermosa; a todos vosotros os consta, que entonces el C. licenciado Martínez de Escobar, con esa facilidad de palabra que le caracteriza, convincente y formidable, sostuvo que esa elección no era buena porque había habido presión directa, fuerte y descarada en pro de la candidatura del C. Aguirre Colorado.
El C. Prieto Laurens: ¿Me permite usted una interpelación?
El C. Espinosa: No es cierto, señores representantes, también, que se habló del impedimento por estar el C. Aguirre Colorado en servicio activo según los que lo atacaban y por no estarlo según los que lo defendían. Pero estoy seguro que a los que votaron en contra del señor Aguirre Colorado los movió, no el argumento de la incapacidad legal porque estuviese el señor Aguirre Colorado en servicio activo, sino el convencimiento de que efectivamente las autoridades de Tabasco habían ejercido presión en favor de su candidatura; esta es la verdad; yo lo declaro con toda honradez. El C. Aguirre Colorado expuso en esa ocasión como un argumento que podría la Asamblea tomar en consideración, la opinión de los CC. Martínez de Escobar y del señor José Inés Novelo respecto a su condición de jefe de un departamento en la Secretaría de Guerra; en el DIARIO DE LOS DEBATES se lee lo siguiente:
"El señor licenciado Novelo que está presente, me llamó alguna vez a las oficinas del P. L. C. en compañía de mi querido contrincante licenciado Martínez de Escobar, buenos jurisconsultos y abogados y definieron que el 7o. distrito electoral del Distrito Federal podía ser candidato, porque constitucionalmente no se me impedía, a pesar de que tuviera las funciones de jefe de Departamento de Caballería en Guerra, porque era meramente función administrativa. Conceptuando yo que habían llegado a aquella conclusión los dos abogados a que me refiero, no tuve inconveniente en afrontar la lucha, que ha ganado gloriosamente el P. L. C. en el 7o. distrito electoral, extendiéndome la credencial respectiva."
Esto fue lo que sobre el punto manifestó con toda honradez y con toda franqueza el C. Aguirre Colorado y efectivamente, ciudadanos representantes, vamos a hacer una interpretación justa y honrada de la Ley Electoral y de la Constitución a este respecto: el militar en servicio activo no es el que desempeña, ciudadanos representantes, funciones puramente administrativas en un Departamento de la Secretaría de Guerra. ¿Por qué? Porque el jefe de un departamento sólo tiene que ver con las funciones interiores del mismo Departamento, no es más que un empleado de la Secretaría de Guerra que despacha de una manera mecánica todos los asuntos acordados por la superioridad; pero el jefe de un departamento en la secretaría de Guerra no tiene autoridad para hacer movilización de tropas, no tiene autorización para hacer cambios de corporaciones, no tiene ninguna de las atribuciones que tiene el verdadero jefe militar en servicio activo. En cambio, ciudadanos representantes, nadie ha venido a protestar a esta tribuna porque Luis Morones, siendo candidato también, desempeña un cargo tan elevado y tan importante como es el de jefe de los Establecimientos Fabriles Militares. A todos vosotros os consta que ahí trabajan operarios por cientos y que muy bien pudieran, llegada la hora de la elección, trabajar de una manera decidida en favor del C. Luis Morones, así como también hasta ejercer presión moral, si se quiere, sobre todos los subordinados, a efecto de que fueran a prestarles su ayuda, aunque no estuvieran dentro de la ley por no ser del distrito que lo postulaba. (Aplausos. Siseos.) Yo quiero llamar la atención muy poderosamente de la Asamblea sobre este punto: Por un lado se pide la nulidad de la elección a favor del C. Aguirre Colorado porque era un militar en servicio activo, y ya he demostrado que desempeñaba un puesto administrativo en que no puede ni tiene absolutamente que mandar tropas de ninguna clase, más bien dicho, que no ejerce autoridad sobre las tropas; debo decir más aún: que el único jefe que tiene mando directo sobre las fuerzas del Distrito Federal, es el jefe de la guarnición. ¿Qué tiene qué ver, ciudadanos representantes, el jefe de la guarnición de la plaza con un ciudadano jefe del departamento de la Secretaría de Guerra? Absolutamente nada, ciudadanos representantes; en cambio, por el otro lado aparece el C. Luis Morones con toda la fuerza moral y material que le da su alto encargo, ¿cómo nadie viene a decir aquí por qué el C. Morones no se separó siquiera unos cuantos días antes, del puesto que desempeñaba para poder haber luchado en las elecciones de una manera decorosa, de una manera digna y que su triunfo hubiese sido insospechable? Nadie, ¿por qué? Porque los defensores del C. Morones tienen empeño precisamente en ocultar todos esos vocios, si no diré vicios legales, sí motivos verdaderamente inmorales para que en manera alguna pudiera darse el triunfo a este ciudadano. Después dice el C. Prieto Laurens que las autoridades municipales ejercieron presión a favor del C. Aguirre Colorado, y fíjese bien la honorable Asamblea, los mismos impugnadores no hacen en ningún caso mención de la presión militar. ¿Cómo es que el C. Aguirre Colorado, un militar en servicio activo como asienta el C. Prieto Laurens, no tuvo en ninguna de sus casillas la presión de las fuerzas militares? En cambio, vienen a denunciar la presión de la autoridad municipal; el C. Aguirre Colorado no tenía que ver en nada absolutamente con el Municipio de la ciudad de México; Aguirre Colorado no es ni siquiera regidor del Ayuntamiento de la ciudad de México. Ya ve, pues, la honorable Asamblea cómo después de analizados estos ataques se deshacen por completo y no existe de ellos ninguna fuerza que pudiera inclinar el triunfo a favor del C. Morones. No hay un solo documento en el expediente que pruebe que hubo presión militar a favor de la candidatura del señor Aguirre Colorado. ¿De qué le sirvió haber estado prestando sus servicios en la Secretaría de Guerra, si de ese Departamento no salió ningún elemento que fuera a servirle en su candidatura? En cuanto a los cargos que se hacen de que la autoridad municipal prestó apoyo decidido a esta candidatura, no son más que cargos infundados, porque el C. Prieto Laurens no ha presentado absolutamente una sola prueba seria, digna de que la Asamblea la tome en consideración. Creo, ciudadanos representantes, que está en la conciencia de todos vosotros que el C. Aguirre Colorado no está incapacitado constitucionalmente para poder ser representante; creo, ciudadanos representantes, que está en la conciencia de todos vosotros que no hubo presión armada a favor de la candidatura del C. Aguirre Colorado y estoy seguro también que estáis convencidos de que la presión de las autoridades municipales que invoca el C. Prieto Laurens no está justificada, no ha sido comprobada por la parte contraria a la candidatura del C. Aguirre Colorado. En cambio, yo os he demostrado, o he pretendido demostraros, que su credencial ha sido legítimamente ganada y que el triunfo corresponde de una manera absoluta a él. Invocando el sentimiento de justicia que debe ser la única norma de conducta de todos vosotros, yo os suplico que hagáis a un lado intereses de partido; peleceanos, socialistas e independientes: uníos en esta ocasión para hacer justicia a quien la tiene, y quien la tiene en este caso, es el C. Aguirre Colorado. (Aplausos. Siseos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Manrique.
El C. Manrique: Yo todavía no estoy, ciudadanos diputados, como nuestro compañero el señor Espinosa, más allá del bien y del mal. Yo todavía disto mucho de aquel superhombre que nos dibujara con unas cuantas pinceladas de mano maestra, en un libro, tesoro de ingenio, de estilo y de filosofía, Federico Nietzsche, en aquel bello libro "Así hablaba Espinosa". (Risas. Aplausos.) Confieso, sin embargo, que tengo mucho que aprender de este gallardo mancebo (Risas. Aplausos.) que aguardó pacientemente, con paciencia de hormiga, a que llegase el día, el preciso día que hubiere de aprobarse su credencial, para levantarse a decir que él no pertenecía a bloque alguno, ni al socialista, ni al Liberal Constitucionalista. (Aplausos.)
El C. Espinosa Luis: Falta a la verdad el compañero Manrique; fue antes de que se aprobara mi credencial. (Siseos. Campanilla.)
El C. Manrique: Yo tengo que aprender mucho de este gallardo mancebo. (Risas.) Este gallardo
mancebo, que luego de haber vigorosa y decididamente contribuído al triunfo de la Revolución, cuyo himno entonamos hoy, se ha retirado pacientemente a la vida privada; este gallardo mancebo que, como nuestro poeta, ¡nació como el león, para el combate! (Aplausos. Risas.) Este gallardo mancebo a quien, si no miente la voz de la calle, el simpático Fito, don Adolfo de la Huerta, le ofreció la cartera de Gobernación (Risas.) o, según otras versiones, la gubernatura del rico Estado de Chiapas. Pero este gallardo mancebo de mi cuento con un desinterés de que sólo tiene ejemplo la historia clásica, se vuelve, nuevo Cincinato, a su huerto, para dedicarse al cultivo de las cucurbitáceas. (Aplausos. Risas.) Y advertid, señores diputados, una extraña metamorfosis: en tanto que de mí ha podido observarse que, inflamado al calor de nuestras recientes luchas por la libertad, he olvidado mi natural serenidad y mesura, para tornarme en agresivo y cruel, el compañero Espinosa ha sufrido la opuesta metamorfosis: él, tan agresivo contra el Gobierno de Carranza; él, tan cruel y tan claro siempre en el hablar, hoy nos habla más allá del bien y del mal, de mesura, de fraternidad, de serenidad, de razón. Mis parabienes al C. Espinosa por la transformación. (Risas.) Pero que no se extravíe el debate; no está a discusión la personalidad buena o mala del señor Morones, la personalidad muy humana y, por lo mismo, con defectos proporcionados a sus cualidades, de Luis Morones. Que no se extravíe el debate - eso podría ser más o menos hábil - , pues no se trata, ciudadanos diputados, no lo olvidéis, no se trata aquí de Luis Morones, se trata de don Ernesto Aguirre Colorado. Que no se me diga que ambos lucharon en la misma elección y que, nulificada la elección, pudiera prepararse el triunfo de uno u otro, y que más tarde veríamos a quién correspondía el triunfo, si al C. Morones o al tercero en discordia; lo que importa decidir, sin preocuparnos por el momento por las ulteriores consecuencias, es esto: la Comisión propone: "Es buena la elección del C. Aguirre Colorado." Esa es la cuestión a debate. Que no se venga a extraviar la discusión pronunciando toda una catilinaria contra el señor Morones - que algo debe valer, con todo y sus defectos, cuando tanto se le discute y se consumen dos turnos desde esta tribuna - . Luis Morones sabe muy bien, o debe recordarlo, y quizá me escuche, que, compañeros en la reciente jira de propaganda democrática de un candidato popular, no estábamos, sin embargo, de acuerdo en todo, ni podíamos estarlo, por radicales diferencias de criterio. No vengo, pues, a hablar oficiosamente, ni por encargo del C. Luis Morones; él lo sabe muy bien. El compañero Morones puede recordar, a mayor abundamiento, mi discurso del 14 de febrero, en el Teatro Ocampo, de Matehuala, discurso que tenía un sentido para el público que escuchaba, y otro sentido para el público que estaba en el estado y de que formaba parte Luis Morones. ¿Lo recuerda el compañero León?
El C. León Luis L.: Me consta. (Aplausos.)
El C. Manrique, continuando: No vengo, pues, a abogar por el caso de Morones, vengo a abogar por el imperio de la ley; vengo a pediros, principalmente a los miembros del Partido Liberal Constitucionalista, lo que os pedí en sesión reciente: Que demostréis ante la nación que sois capaces de hacer justicia, a pesar de los vuestros; que sois capaces de hacer justicia, a pesar de los propios; esto he venido a pediros. También el compañero Jorge Prieto Laurens ha pretendido extraviar el debate, y ved, pues, cómo desde distintos puntos colocados, desde distintos puntos de vista, coincidimos, sin embargo, en una cosa: en pedir la aplicación de la ley, porque el compañero Laurens ha venido a hablar, movido por animosidad contra el Partido Liberal Constitucionalista y contra su presidente Novelo, y yo soy insospechable en este sentido. Yo vengo a hablar cabalmente, no para atacar al Partido Liberal Constitucionalista, sino para defenderlo. Yo vengo a defender el prestigio de mi partido, yo vengo a insistir en que el prestigio de un partido depende de la fuerza del partido, y la fuerza de un partido, depende de su amor a la justicia, de su amor a la ley, de su amor a la verdad. (Aplausos.) Yo vengo también, C. Jorge Prieto Laurens no a atacar al Partido Liberal Constitucionalista, por más que aparentemente me oponga a su triunfo al oponerme al ingreso a esta Cámara de uno de sus miembros; no, he venido a defender su prestigio y su respetabilidad. Quienes pertenecemos al Partido Liberal Constitucionalista queremos, porque esto es lo que quieren los partidos políticos en todas las naciones del mundo, prevalecer, predominar, tener en nuestras manos las posibilidades materiales y morales para transformar a nuestra nación; pero, ¿cómo lograrlo? ¿El triunfo de un partido, su prevalecía y su predominio dentro del Parlamento, dependen precisamente de su número? ¿Pretende el Partido Liberal Constitucionalista tener en la Cámara la unanimidad de los sufragios? No, no es esto lo que pretendemos, porque no hay nada más absurdo ni más contrario a la naturaleza humana, que la uniformidad. Porque ya lo dijo el poeta: "almas, rostros, campos, flores, nada hay en el mundo igual". Pretender que haya en esta Asamblea una absoluta uniformidad de criterio, de modo tal que a la voz o al signo imperativo de uno de los líderes se levanten los diputados como autómatas a votar el "sí" o el "no", es un absurdo que los miembros conscientes, los verdaderos intelectuales del Partido Liberal Constitucionalista no pueden pretender. Queremos ser fuertes, pero queremos ser fuertes moralmente, y las causas no se ganan solamente por el número, sino por la pujanza, por el vigor, por el entusiasmo de los combatientes, y debemos demostrar que somos respetuosos de la ley, y respetuosos de la ley seremos respetables, y el ser respetable es ser fuerte. Vengo, pues, a pedir a los miembros del Partido Liberal Constitucionalista que den un alto ejemplo de respeto a la ley. (Siseos. Aplausos.) Los siseos de las galerías, que nos agradan cuando se dirigen al compañero que sostiene la opinión contraria de la nuestra y que acostumbramos escuchar cuando con desdén saludan nuestra presencia en una tribuna; los siseos de las galerías pueden, sin embargo, ser un signo de la opinión, un signo por lo menos de una parte de la opinión, (Aplausos.) porque sería el caso de preguntarnos, con el inimitable "Fígaro", don Mariano José de Larra: ¿qué es la opinión pública? ¿Dónde está? Ya sé que en esto de la opinión pública hay muchos
pareceres; pero sea como quiera, para el político que debe ser observador, para el político que debe observar atentamente las menores palpitaciones de la vida de su pueblo, el siseo de las galerías puede ser un signo muy interesante para forjar su opinión con un elemento de juicio que no debe desdeñar si es verdadero político y, señores diputados, es mi deseo que ninguno de nuestros dictámenes, que ninguno de nuestros actos sean saludados por un siseo de las galerías, o lo que es lo mismo, dentro de los límites de la rectitud y de la propia opinión. Es claro que cuidamos de no desdeñar la opinión pública, que cuidamos de ajustar a ella nuestros actos, porque los partidos políticos viven de la opinión, como los árboles de la savia que chupan sus raíces del suelo; de manera que desdeñar la opinión, (Aplausos.) es torpe y suicida.
Voy a terminar, ciudadanos diputados, insistiendo en el precepto legal que invoqué en reciente discusión, para demostraros que hay una disposición legal, expresa, que nos obliga a reprobar la elección de Ernesto Aguirre Colorado; el artículo 55 constitucional, en su inciso IV, y éste es un imperativo categórico, que no podemos desconocer; el artículo 55, inciso IV, nos dice:
"Artículo 55. Para ser diputado se requieren los siguientes requisitos:
"IV. No estar en servicio activo en el Ejército Federal."
Y, señores, ya expliqué, y vuestro voto y vuestro asentimiento me dieron la razón, que el C. Ernesto Aguirre Colorado, jefe del Departamento de Caballería en la Secretaría de Guerra y Marina, era militar en servicio activo si hemos de creer a los claros y terminantes preceptos de la Ordenanza General del Ejército y al Reglamento Interior de la Secretaría de Guerra; y si, pues, reprobamos la elección de Ernesto Aguirre Colorado por uno de los distritos del Estado de Tabasco, si hemos de ser consecuentes, si hemos de ser lógicos, debemos reprobar también la elección de Ernesto Aguirre Colorado por el 5o. distrito electoral del Distrito Federal. (Aplausos. Siseos. Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí!) Que no se nos venga a establecer aquí distingos; es decir, que un jefe de Departamento manda en el interior de su oficina, ¿pues qué, el presidente de la República no manda cabalmente dentro de los muros del Palacio Nacional? Argumento más torpe que éste nunca en mi vida lo he escuchado desde esta tribuna. Aguirre Colorado, militar en servicio activo, porque lo quiere la Ordenanza General del Ejército, porque lo preceptúa el Reglamento Interior de la Secretaría de Guerra, está impedido constitucionalmente para ser diputado. ¿El señor Aguirre Colorado no puede, ni pudo tener mando de tropas? Me remito a sus propias palabras dichas desde esta tribuna hace pocos días: El C. Aguirre Colorado exclamaba en su defensa: "Si yo hubiera querido habría podido enviar cuatro, diez, veinte regimientos al Estado de Tabasco."
Está diáfana y claramente demostrado que el C. Aguirre Colorado fue militar en servicio activo; por eso la Constitución le impide el venir a esta Representación Nacional y a mayor abundamiento y creyendo yo por supuesto y proclamándolo la honorabilidad de la Comisión, que al presentar su dictamen no tuvo a la vista, porque ésta es la verdad, no tuvo a la vista comprobante alguno de que el señor Aguirre Colorado fuese militar en servicio activo, porque no se le llevó ningún documento en ese sentido; dejando a salvo, digo la honorabilidad de la Comisión, debo recordar, recogiendo las palabras del compañero César A. Lara, que hace pocos días la propia Comisión - haya sido el ponente el C. Manuel García Vigil u otro cualquiera de sus miembros - , la propia Comisión ha rebatido la credencial de Felipe Murguía, y entre otras razones expresaba el dictamen "por ser Felipe Murguía subjefe del Departamento de Caballería en la Secretaría de Guerra", y, señores, aquí del trivial argumento jurídico que se llama mayoría de razón, que podríamos formular en estos términos: si el subjefe del Departamento de Caballería en la Secretaría de Guerra está impedido de ser diputado, con mayor razón lo está el jefe del propio Departamento. (Aplausos.) Esto que digo, señores diputados, es una verdadera perogrullada, pero era necesario decirla; la Comisión hizo bien en dictaminar en favor del C. Aguirre Colorado si no tuvo a la vista los documentos que comprueban que era militar en servicio activo, pero cada uno de vosotros, si sois lógicos, pero cada uno de vosotros, si sois rectos, pero cada uno de vosotros si sois justicieros, debéis votar en contra del C. Aguirre Colorado, militar en servicio activo, recordando vuestro voto en la sesión en que se discutió el asunto de Tabasco, porque, señores, yo he escuchado en corrillos de amigos míos del Partido Liberal Constitucionalista palabras que son signos de un criterio que es necesario rectificar, que urge rectificar si el Partido Liberal Constitucionalista quiere salvarse; porque es necesario comprender que es más difícil y más peligrosa la posición del partido dominante y triunfador, que la del partido de la oposición; es más fácil, pero mucho más fácil, estar en la oposición, porque la persecución misma, porque la miseria, porque la humillación nos dan fuerzas si tenemos pujanza para levantarnos contra el mismo que nos humilla, para, nuevos Anteos, levantarnos con más vigor a cada nuevo golpe, a cada nuevo contacto con la tierra. ¡Ah, pero ser triunfador, haber vencido y no engolosinarse con el poder, y no abusar de él y no cometer injusticias porque podemos cometerlas quia nominor leo, porque nos llamamos leones, esto es difícil. Y vencerse y desdeñar el cometer una injusticia porque podemos cometerla, esto es grande, esto es ser fuerte. (Aplausos.) Y yo excito al Partido Liberal Constitucionalista a no olvidar, aurmiéndose en las delicias de Capula, que es triunfador, que su misma posición de triunfador le resulta peligrosa; que si se aurmiese y cometiese injusticias y perdiese su delicadeza y su sensibilidad y cometiese los mismos defectos y los mismos errores que el Gobierno de Carranza, estaría perdido. He venido, pues, a cumplir con un deber dando un toque de alerta a la Nación y dando un toque de alerta al Partido Liberal Constitucionalista, salvaguardia en estos momentos de nuestras instituciones y de nuestras libertades, para que no cometan injusticias, para que sepan hacer justicia a pesar de los propios, para que eliminen como diputado por el 7o. distrito electoral del Distrito Federal a Ernesto Aguirre Colorado, militar en servicio activo. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Aguirre Colorado Ernesto. (Siseos. Aplausos.)
El C. Aguirre Colorado Ernesto: Ciudadanos representantes: Un imprescindible deber me obliga nuevamente a ocupar esta tribuna y es nada menos que el de defender aquí el voto de mis conciudadanos. Lo anuncié en la discusión de la credencial, que traje por Tabasco: que estaba obligado y vendría a esta tribuna a defender nuevamente el voto de mis conciudadanos, libremente manifestado en las urnas electorales el 1o. de agosto del corriente año, en el 7o. distrito electoral de la ciudad de México. (Siseos.) No quiero rebatir cuestiones de orden meramente político que han esgrimido aquí los oradores, solamente quiero manifestar a la honorable Asamblea que no es la primera vez que el 7o. distrito electoral de la ciudad de México, en que he jugado como candidato del Partido Liberal Constitucionalista, me han confiado su representación ante esta Cámara, sino que es por segunda vez. Únicamente esa prueba quiero manifestarla con el DIARIO DE LOS DEBATES de la XXVIII Legislatura, en que, jugando el que habla como candidato del Partido Liberal Constitucionalista, contra el señor Morones y contra el señor León Osorio y algunos otros representantes del Gobierno, también obtuve la votación en las casillas electorales debido a que es público y notorio que en aquel entonces secuestraron Armando Ostos y otros del Ayuntamiento las ánforas electorales el día de la elección. Sin embargo, la Comisión, al dictaminar en 1918, manifestó que obtuve yo en segundo lugar novecientos y tantos votos en el 7o. distrito electoral de México. Ya veis, señores representantes, que en esta ocasión, siguiendo elocuentemente lo que había manifestado en un principio, hace dos años los ciudadanos del 7o. distrito electoral ratifican su voto confiándome su representación ante esta honorable Cámara. No dejaré por demás, sin embargo, de tocar una parte política del asunto, que es la que acaba de abordar el C. Manrique. Da un toque de alerta al Partido Liberal Constitucionalista. Yo os aseguro, señores representantes, que el Partido Liberal Constitucionalista siempre ha sido digno y fuerte, y seguirá siendo digno y fuerte si en su seno no abriga hombres de la talla de Manrique. (Risas. Siseos.) Porque Manrique, sabedlo, señores representantes, Manrique no estuvo, es de los advenedizos modernos del "Pélece", no estuvo en la XXVII Legislatura con ese partido; es de aquellos de los que en esta Asamblea hacen el papel de toreros, de esos diestros del coso de la Condesa: un Belmonte, (Siseos.) un Gaona se pueden comparar en aquella Legislatura con Manrique, el cambio de suerte era lo único que hacía, cuando le convenía votaba con el Partido Liberal Constitucionalista, y cuando no le convenía votaba por otro lado. Pero hoy que lo ve fuerte, viene por los fueros del "Pélece" un individuo que mancha ese partido. Solamente he querido manifestar esto. Así, vuelvo a decir, no vengo por encumbramientos políticos, ni porque quiera llamarme líder de ese partido al que he pertenecido desde su fundación; pero sí quiero manifestaros que es la ratificación espontánea de los vecinos del 7o. distrito la que me ha otorgado esta credencial. (Siseos. Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Luis L. León. (Aplausos.)
El C. León Luis L.: Señores diputados y presuntos diputados: Vengo aquí a cumplir con un deber que conceptúo sagrado: los líderes obreros de los establecimientos fabriles del distrito electoral cuya credencial se está debatiendo, me han encomendado que aquí levante su voz, ya que las maquinaciones políticas y las combinaciones de los altos directores de nuestra política, impiden que venga a levantarse, aquí, viril y protestativa, a defender sus intereses, la voz de Luis Morones. (Aplausos.) y siguiendo el ejemplo noble e hidalgo de Manrique, de este Manrique de quien se dice que es un advenedizo del partido peleceano y a quien ví noble, viril y valiente sostener los principios de la Revolución frente a todas las ignominias, frente a todos los poderes, frente a todas las maquinaciones imposicionistas del Gobierno de Carranza; de este Manrique que perdió los pedazos de su barba en las garras de los esbirros, de los serviles, (Aplausos.) de este Manrique que nos ha dado el ejemplo de la nobleza y de la caballerosidad al defender a un compañero ausente, diciendo que los cargos que a un compañero de él se le hagan, son cargos que se le hacen a él mismo, y por eso lo defendía y pedía una aclaración. En esta forma, pensando que se ha atacado aquí a Luis Morones y siguiendo el ejemplo caballeroso de Manrique, vengo a defenderlo de cargos injustos y, sobre todo, producidos por la violenta pasión.
El señor Nicolás Cano, olvidándose de su papel imparcial como miembro de la Comisión, ha venido aquí a hacer la requisitoria formidable de la personalidad política de Morones. ¿Dónde está, pues, la pretendida neutralidad, o la pretendida imparcialidad de la Comisión? El señor Cano ha venido a confesarnos que es enemigo personal de Morones: que los odios de Morones durante tres años lo han perseguido implacablemente (Aplausos.) y el señor Cano, con esa pretendida moralidad que siempre pregona, por moralidad, por respeto a sí mismo, por honradez, debió haberse abstenido de conocer el expediente en que estaba Morones, un enemigo personal de él. (Aplausos.) Señores: Cuando, las pasiones humanas son tan poderosas que desatan la lengua del representante de una Comisión que debe ser completamente imparcial, para venir a producir una requisitoria violenta en que se atropellaban las palabras porque la ira no le permitió manifestarlas más serenamente; cuando ha venido aquí impulsado por una iracundia feroz en contra del señor Morones, es indudable que nosotros tenemos mucho derecho para dudar de la imparcialidad de la Comisión. (Aplausos.) El señor Morones, señores, ha sido discutido en su personalidad política y en su personalidad en las luchas de clase, y, por consiguiente, yo tengo el mismo derecho para defenderlo. Cuando Morones, ese pretendido politicastro que, según el señor Espinosa, se ató al carro de los vencedores, pero se ató al carro de los vencedores, señores, cuando los vencedores era los vencidos, cuando el general Obregón, seguido de unos cuantos - que ahora sí que le sobran partidarios y propagandistas - , marchó a través de la República en su jira democrática, allí la voz estrepitosa de Morones, la voz fuerte,
formidable, libre en sus manifestaciones de rebeldía, se levantó en todos los centros obreros. Y no venga a decirnos un diputado que no es líder obrero. Manrique lo ha visto, Manlio Fabio Altamirano lo ha visto, en todos los centros mineros de Coahuila; en todos los centros obreros de la República se oía la voz estrepitosa de Morones que pedía una poca de justicia para su clase. (Aplausos.) Lo que aquí pasa, señores, es que en Morones se ha desatado el odio de los burgueses de nuestros partidos políticos; (Aplausos. Voces en las galerías: ¡Bravo!) lo que aquí pasa es que Morones, en la misma propaganda política del general Obregón, levantaba su voz y fustigaba a los políticos de oficio y a los políticos profesionales cuando querían ir a quemar incienso ante su ídolo. (Aplausos.) Fuera de esta digresión sobre la personalidad de Morones, yo quiero referirme a que todos los que han tratado aquí el pro del dictamen, no han hecho hincapié en el asunto del impedimento constitucional que tiene el ciudadano mi amigo, el general Aguirre Colorado, para ser diputado en esta Legislatura. El señor general Ramírez Garrido preguntaba sobre el asunto al subsecretario de la Guerra, señor Serrano, y le contestó en esta forma. La Secretaría podrá juzgar de la autenticidad de este documento:
"México, 27 de agosto de 1920.
"Señor general J. D. Ramírez Garrido.
"Inspector general de Policía.- Presente.
"Muy estimado compañero y fino amigo:
"Me refiero a la atenta carta de usted de esta fecha, en que se sirve hacerme algunas preguntas con relación a nuestro mutuo amigo el señor general Ernesto Aguirre Colorado, y para ser más explícito en mi respuesta, a continuación me permito reproducir esas preguntas con mi contestación relativa a cada una de ellas.
"1a. ¿El militar que se encuentra al frente de cualquiera de los departamentos de la Secretaría de Guerra y Marina, está o no está en servicio activo?
"R. Los militares que desempeñan puestos en los departamentos de la Secretaría de Guerra y Marina son considerados conforme al Reglamento de la misma y a la Ordenanza General del Ejército como en servicio activo.
"2a. ¿El general Ernesto Aguirre Colorado presentó su renuncia como jefe del Departamento de Caballería, está con licencia o fue separado, substituyéndolo con otra persona?
"R. El general Aguirre Colorado solicitó y se le concedió licencia económica." Por consiguiente, no dejó de estar en servicio activo. (Risas.)
"3a. ¿El general Ernesto Aguirre al ir a Tabasco llevó o no escolta y qué número de hombres fueron a sus órdenes?
"R. Solicitó y obtuvo una escolta de veinticinco hombres para su seguridad personal.
"4a. ¿El militar que lleva una escolta a sus órdenes está o no en servicio activo?
"R. Ya se dijo que Aguirre Colorado ha estado en servicio activo.
"5a. ¿Con qué motivo pidió esa escolta el general Aguirre Colorado y qué razones alegó para pasar a Tabasco?
"R. Asuntos de familia.
"6a. ¿Caso de haber cesado el general Aguirre Colorado, los motivos en que se fundó esa superioridad?
"R. Aún es jefe del Departamento de Caballería de esta Secretaría."
Por consiguiente, señores, el muy estimable compañero Aguirre Colorado está impedido constitucionalmente para ser diputado. No puede absolutamente ser candidato porque la Ordenanza General del Ejército y la Constitución se lo prohiben. Por lo demás, se nos dirá que aquí, extraviándose la discusión, se ha venido a traer a colación a Morones, que es el que obtuvo el tercer lugar en la votación. Es que hay más en este asunto; es que estas componendas de nuestros grandes directores políticos no tienen límites. Primero Aguirre Colorado no podía ser diputado, y no pudo serlo - como se dijo - porque en Tabasco lo apoyaba el Gobierno del Estado y lo imponía, y ahora se nos viene a decir que es muy revolucionario. Yo pregunto si es un honrado revolucionario el que recurre a la imposición para sacar una credencial. (Aplausos.) Otro asunto: un señor Felipe de J. Domínguez obtiene la segunda votación; pues bien, señores, si hay razón de traer a este debate la personalidad de Morones, porque este señor Felipe de J. Domínguez, cuya candidatura fue improvisada, está también incapacitado para ser diputado en esta Legislatura, y está incapacitado precisamente porque está actualmente bajo la jurisdicción de un juez, porque está procesado por una máquina que sustrajo de los establecimientos nacionales. (Aplausos.) Debe constar en el expediente la copia certificada del oficio que el procurador general de la República mandó al señor Morones informándole sobre el particular. Y es más; aquí está el entonces inspector general de Policía, general Ramírez Garrido, que personalmente abrió la investigación y supo que una máquina que había costado cinco mil pesos a la nación, había sido sustraída de esos establecimientos y que en esos establecimientos que administraba Felipe de J. Domínguez se hacían trabajos particulares por él, y el general Ramírez Garrido hizo las investigaciones, encargado por la Procuraduría General de Justicia. Yo me permito interrogar al señor Ramírez Garrido para que diga lo que hay de cierto sobre el particular.
El C. Ramírez Garrido: Pido la palabra para contestar.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ramírez Garrido: Efectivamente, se hicieron estas investigaciones. La máquina se encontró y está incautada, está a disposición del Gobierno que ha comprobado el robo de que se trata, de cinco mil pesos. (Aplausos.)
El C. León Luis L., continuando: Venimos, pues, ahora, a que nuestros altos directores de la política nacional fallan en sus dos combinaciones: nos presentan por un lado al señor Aguirre Colorado con toda la odiosidad, imposibilitado para ser diputado por Tabasco, pero ahora resurge límpido, como saliendo de las ondas, bañado, clarificado y puro, por el 7o. distrito electoral del Distrito Federal. (Aplausos.) ¡Para Tabasco sí era militar en servicio activo y llevaba escolta! ¡Para Tabasco sí hubo maquinaciones para imponerlo por parte del gobernador Greene! ¡Para el Distrito Federal, el mismo individuo, ya
no, ya es un pobre candidato que lucha en contra de todos los poderes, ya es un pobre candidato que ni es jefe del Departamento de Caballería, ni está en servicio activo: es una víctima! Indudablemente, señores, que esto no es lógico. Y esa lógica que sí tiene Manrique, es la que quiero aplicar aquí. Yo señores diputados, muchísimas veces he unido mi débil esfuerzo al esfuerzo de estas juventudes vigorosas, entusiastas y honradas del "Pélece"; muchas veces en esos bancos de las izquierdas, en la XXVII Legislatura, levanté mi humilde voz al unísono de ellos para protestar en contra de los desmanes de un Gobierno dictatorial y absoluto; yo también en la pasada campaña política uní mi voz a esas juventudes, porque a ellas me unen mis tendencias. Puedo, pues, tener cierto derecho para hablarles como compañero y pedirles, como Manrique, que en nombre del prestigio de su partido, que en nombre de su pasado, que en nombre de la cadena de hechos con que han escrito gloriosamente hasta ahora su historia, voten en contra de este dictamen, voten en contra, saliendo nuestro compañero Aguirre Colorado por militar en servicio activo; y en contra de Felipe de J. Domínguez, por estar procesado por un juez por haber defraudado a la Nación. Así, vendrá aquí a la Representación Nacional un hombre que no cuente con vuestras simpatías personales, pero un hombre que sí representa las tendencias de un grupo numeroso de la Nación; un hombre que representa cuando menos una parte del conglomerado obrero, y es necesario que teniendo un espíritu amplio, permitáis que escuche su voz, y que venga aquí Tenéis muchos elementos para combatirlo cuando sus postulados sean contrarios a los vuestros, pero que se oiga aquí la voz del obrero y que no se diga: "El Partido Liberal Constitucionalista lo guillotinó y lo ahogó porque tuvo miedo de que su voz resonara en el recinto de la ley." (Aplausos en las galerías. Voces: ¡Bravo! ¡Bravo!)
El C. García Vigil: Pide la palabra la Comisión.
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Ramos Pedrueza.
El C. García Vigil: Pide la palabra la Comisión.
El C. Mijares: Para una moción de orden. Se está violando el artículo 85 del Reglamento. (Voces: ¡No! Desorden.)
El C. presidente: No, señor. La Comisión puede pedir la palabra en cualquier momento del debate.
El C. Mijares: Pero el señor García Vigil no puede ser miembro de una Comisión, porque es el presidente de la Cámara.
El C. Zubaran: No estamos en Cámara. Estamos en Colegio Electoral.
El C. Mijares: Yo voy a interpelar a la Mesa. ¿Es el Reglamento de la Cámara el que rige la actuación del Colegio Electoral, o el Colegio Electoral no tiene ningún reglamento?
El C. presidente: Tiene reglamento, pero es de sentido común...
El C. Mijares, interrumpiendo: ¿Cuál es?
- El C. presidente, continuando:... y lógico que el presidente de la Asamblea no pueda desempeñar una Comisión de Puntos Constitucionales, de Justicia, de Hacienda, etc., pero no una Comisión dictaminadora cuyo dictamen va subscripto con su firma. Tiene la palabra el C. García Vigil. (Siseos. Aplausos.)
El C. García Vigil: Con objeto de que el C. compañero Mijares quede más satisfecho, debo hacer la siguiente aclaración: Este dictamen está subscripto desde el mes pasado; fue presentado a la Oficialía Mayor casi simultáneamente con el dictamen por el distrito número tantos de Tabasco, en el cual se interesaba también la cuestión política del C. Ernesto Aguirre Colorado. En aquel entonces, siendo presidente de la Cámara el C. Alonzo Romero, puso a discusión primeramente el que se refería a Tabasco; con posterioridad todos nosotros conocemos los acontecimientos que se han desarrollado en el interior de la Cámara y, consiguientemente, esto me ahorra el seguir dando más explicaciones, puesto que todos vemos que no es que se hayan desempeñado simultáneamente estas dos funciones por parte mía. Además, hoy, durante toda la tarde he estado fuera de la Presidencia, excepción hecha de unos cuantos momentos en que se abrió la sesión, a efecto de que estos dos dictámenes que correspondieron a mi sección, los del 4o. de Sonora y 7o. del Distrito Federal, que han sido puestos a debate, no sufrieran ni siquiera las sospechas de algunos suspicaces respecto a parcialidad mía en la Presidencia. Creo que con esto quedará satisfecho el señor Mijares, y si vengo a esta tribuna es únicamente con objeto de rectificar algunos conceptos un poco imprecisos que ha emitido el C. León. Yo recogí las palabras referentes a que algunos directores de la política se hayan interesado hoy cambiando de criterio en favor del C. Aguirre Colorado, a diferencia de como sucedió con respecto al distrito electoral de Tabasco por el cual se sostuvo otra tesis. Digo esto porque yo, como miembro de la Comisión, debo salvar siempre la responsabilidad que me toca, esto es, debo esclarecer los puntos en los cuales está imbuída mi personalidad y sobre todo, mi criterio, a efecto de que no se arrojen estas imputaciones que no están fundadas, sino que se desmenuce perfectamente el caso y se ponga con toda claridad a la consideración de la Asamblea. El dictamen por el 7o. distrito electoral, es decir, el examen del expediente correspondiente al 7o. distrito electoral del Distrito Federal, correspondió por turno riguroso al C. Cano; de esto puede dar testimonio el mismo C. Carrillo, miembro de la Comisión e interesado en favor del señor Morones. En esta 3a. Sección no ha habido parcialidad alguna, sino que, enumerados bajo riguroso turno, nos ha ido tocando a García Vigil, a Cano y a Carrillo, y así es cómo le ha correspondido el examen de este expediente al C. Cano. Después ciudadanos representantes, el C. Cano nos ha presentado a los otros dos miembros de la Comisión el examen hecho del expediente respectivo y el proyecto de dictamen, esto es, la minuta. El C. Carrillo no lo ha aceptado, resueltamente lo ha rechazado sin especificar por qué, es decir, sin dar sus razones. Yo, viendo que surgía una discrepancia en el seno de la Comisión, insistí cerca del C. Cano a efecto de que fuera un poco más minucioso con objeto de que los escrúpulos del C. Carrillo quedaran satisfechos. El C. Cano volvió a examinar el expediente y yo avisé, como era natural, al C. Carrillo, para que él por sí mismo se satisfaciera respecto a la bondad de la credencial del C. Aguirre Colorado. El C. Carrillo ofreció traer pruebas en cierto plazo; se le concedió ese plazo y largas se
le dieron a él y todos nosotros sabemos que no ha traído ninguna de esas pruebas. Solamente adjuntó al expediente un legajo de unas ocho o diez hojas, en el cual se encuentran algunas protestas o argumentos de parte del C. Morones. Examinado nuevamente el expediente, tanto por el C. Cano, cuanto por el C. Carrillo y por mí, encontramos que no estaba fundado, y debo hacer notar que ni con posterioridad a la discusión y rechazo de la credencial del C. Aguirre Colorado por Tabasco, ha sido traído a la consideración de la Comisión dictaminadora el testimonio en el cual se asienta, como acaba de leerse en este momento, que el C. Aguirre Colorado ha estado en servicio activo. La Comisión dictaminadora no podía ir a buscar por sí sola, cuando las partes tan profundamente interesadas no traían estos testimonios a su conocimiento. Hechas, pues, estas aclaraciones, yo espero de vuestra benevolencia que tengáis en cuenta separadamente el criterio que os hayáis formado hasta estos momentos y hasta el final del debate por lo que hace a la bondad de la credencial del señor Aguirre Colorado o a su incapacidad, que tengáis en cuenta la conducta absolutamente recta de la Comisión que yo he presidido. (Aplausos.)
El C. León Luis L.: Pido la palabra para una interpelación al orador.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. León Luis L.: Antes debo hacer constar que yo soy uno de los que reconocen la honorabilidad del C. general García Vigil, y por esto me permito interrogarlo sobre si una vez que ha visto comprobado por el documento a que dí lectura, que es militar en servicio activo el general Aguirre Colorado, no ha modificado su criterio, o si tiene el mismo criterio que sostuvo en el dictamen.
El C. García Vigil: Señores representantes: Esto no lo puedo resolver inmediatamente; esto requiere un estudio previo, tanto del testimonio cuanto de algunas otras circunstancias que pueden concurrir. (Siseos.) Y soy enteramente lógico, tanto más cuanto que todavía el debate no se ha encauzado por una senda absolutamente cierta, esto es, perfectamente conocida y fijada. Digo esto, porque hasta ahora, prescindiendo yo de que pueda ser rechazado el dictamen, y dado que las frases de ritual son que vuelva a la Comisión para que lo reforme en el sentido de la discusión, considero yo que se hace necesario que se ventilen los intereses de las tres partes en este debate y entren en juego, a efecto de que la Comisión sepa perfectamente en qué sentido debe reformar su dictamen. Esto lo digo, para el caso de que sea rechazado, y me afirmo por estas razones en no contestar desde luego a la interpelación que me hace el C. León, pero sí le ofrezco que no rehuiré la contestación, no procederé tan a la ligera, esto es, tan rápidamente como él lo desea; pero sí le ofrezco que procederé con absoluta honradez y que cuantas veces este dictamen sea puesto a la consideración de la Asamblea, o este asunto - más claramente que este dictamen - , yo estaré aquí presente para contestar con entereza todas las interpelaciones que se me hagan y fijar en definitiva ante todos ustedes el criterio que acabaré de formarme. (Siseos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Rafael Ramos Pedrueza. (Siseos en las galerías.)
El C. Ramos Pedrueza: Honorable Asamblea: La certidumbre que abrigo de que las clases laborantes poseen una conciencia incorruptible, una honradez a toda prueba, me hace ascender a esta tribuna lleno de tranquilidad, porque estoy seguro que en este caso, ante la razón claramente expuesta y ante la justicia absolutamente desnuda, tranquilizarán sus pasiones, refrenarán sus ímpetus, se despojarán de todo fanatismo, serán lo que han sido siempre: los obreros honrados de México capaces de rectificar un hecho, capaces de cambiar una actitud nobilísimamente; capaces de estar con el caído, aun cuando no sea miembro de ellos, olvidando toda consigna, olvidando hasta los rasgos del compañerismo, olvidando todo sectarismo. (Siseos.) Sí, señores; así han sido siempre los obreros, y los que no obran así, no son honrados. (Siseos en las galerías.) Vengo a defender el dictamen en favor del general Aguirre Colorado, señores, (Siseos.) precisamente porque fui uno de los que votaron en contra de él cuando se trataba de la credencial por Tabasco. (Siseos. Voces ¡Huy! Desorden en las galerías.) Y vincular esto, no encontrar la diferencia en esto, señores, es estar cegados, es dar voz solamente al fanatismo, solamente al odio, solamente a la mala voluntad, y cerrar la voz, cerrar los oídos a la justicia, porque los casos son absolutamente opuestos, porque son antitéticos, porque así, señores, como no es posible que estén al mismo tiempo el día y la noche, la claridad y la sombra, el hálito envenenado de los pantanos y el aura pura de las cumbres, en este caso, señores, la verdad, la luz y el aura pura están del lado del general Aguirre Colorado, como en aquella vez estaban también la sombra, la noche y el pantano. (Aplausos. Siseos.) Señores: Se ha dicho que el general Aguirre Colorado tenía mando de fuerzas; ¿cómo iba a tener mando de fuerzas, si no estaba en México? (Siseos. ¿Cómo iba a tener mando de fuerzas si estaba en Tabasco? (Siseos.) Y así como en aquella vez yo voté en contra, porque se presentó con una escolta de cien hombres en aquel lugar dominado por el general Greene, ahora, señores, que se trata de un compañero nuestro, de quien se dice que fue a asuntos de familia, con ironía y con burla, cuando fue a recibir el último adiós de su padre, cuando fue a asistir a la agonía de su padre, porque el padre del señor Aguirre Colorado ha muerto hace tres días, vosotros no sois capaces de ensañaros, vosotros no sois capaces de burlaros de su dolor y, en este caso, no debéis burlaros de un hijo que va a recibir el último adiós de su padre, al que hace tres días perdió. (Voces: ¡Huy!) A eso fue el general Aguirre Colorado, no estuvo en México, no pudo tener mando de fuerzas; el puesto que desempeña es un puesto administrativo; ¿cómo, entonces, señores, festinaros; cómo, entonces, insistir en que tuvo mando de fuerzas, cuando no podía disponer la movilización de un solo hombre, cuando sólo estaba para cuestiones de puro trámite, cuando la Secretaría de Guerra es la que moviliza las fuerzas; cómo, entonces, decir que tenía mando de fuerzas, cuando no estaba en México ni podía disponer de un solo hombre, ni de una sola arma? Es necesario, señores, ser honrados y justos cuando se trata del porvenir político de un hombre, quien, como el general Aguirre
Colorado, hace doce años viene luchando en las filas revolucionarias, ha recibido heridas en el campo de batalla; ha estado preso en la dictadura de Huerta; ha ganado todos sus grados, desde el de soldado raso, y ha perdido a miembros de su familia en la lucha revolucionaria. Sí, señores; y cuando el Partido Liberal Constitucionalista ve que uno de sus hijos, ve que uno de sus compañeros se desvía del recto camino del deber, lo rechaza, como cuando se trataba del distrito de Tabasco; pero cuando no hay esa imposición, cuando no hay esa fuerza, esa liga de crímenes, entonces lo apoya y lo apoyará siempre, como en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal. (Voces: ¡Huy!) Ahora, señores, para el revolucionario que hace doce años lucha, (Siseos.) para el hombre que en este caso tiene la sanción legal absoluta, para el hombre que ha dado ejemplo en este caso de ganarse el voto de sus conciudadanos, exijo de aquéllos que tienen una conciencia honrada, que voten en favor del dictamen. Aquí se ve una maniobra política, señores; una clara maniobra política, señores, (Voces: ¡No! ¡No!) que voy a desenmascarar. Se ve al Partido Cooperatista y al Partido Laborista vencidos, tratando de atacar y denigrar al Partido Liberal Constitucionalista, (Siseos.) - sí, señores - tratando de atacar a personalidades como la del señor licenciado Novelo, y yo vengo aquí no como el señor Manrique, a no atacarlo, sino a defenderlo con toda energía. (Siseos.) Es una maniobra, señores; hay que traer de los cabellos, o como se pueda, al señor Morones, quien mientras los peleceanos arrostrábamos toda clase de persecuciones, iba a disfrutar de magníficas comisiones a Europa. (Siseos.) Está en tercer lugar, pero eso no importa; no importa pasar por la votación del segundo, que ha confesado, creo, en una carta, el triunfo legítimo del partido; no importa que se trate de un revolucionario de hace doce años, cuando el señor Morones no se enfrentaba a ninguna dictadura. (Desorden en las galerías.) No importa, hay que traerlo. ¿Verdad, señores? Pues aquí estamos nosotros para impedirlo, para impedirlo, sí señores; para impedirlo en nombre del Partido Liberal Constitucionalista, a quien el señor Prieto Laurens ataca cuando se ha fusionado a él.....
El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡Nunca me he fusionado!
- El C. Ramos Pedrueza, continuando:... puesto que al fusionarse al Partido Socialista, que a su vez se ha fusionado al Partido Liberal Constitucionalista, debería tener el pudor de no atacarlo en esta Cámara. Se ha llamado "partido oficial" al Partido Liberal Constitucionalista; se ha dicho que las elecciones se han hecho en el Ayuntamiento. ¡Pues yo vengo a protestar contra esa vil calumnia! (Voces: ¡No! ¡No! Siseos. Desorden en las galerías.) ¿Quién tiene más elementos en el poder, el Partido Liberal Constitucionalista que en estos momentos no tiene más que al General Lugo después de las elecciones y ningún otro antes más que al señor Lara y al señor Neri en puestos administrativos, o el Partido Laborista, que tiene a Morones, o el Cooperatista, que tiene a los señores Serrano y Calles y a muchos otros elementos? Se ha dicho que en el Ayuntamiento se han hecho las elecciones; lo que se ha hecho en el Ayuntamiento es robar las credenciales que llevaban los repartidores a muchos domicilios, como en el 2o. distrito. Esto es lo que se ha hecho contra el "Pélece". Que aquí hay elementos de uno y otro partido. ¿Señores, de manera oficial, en el Gobierno Federal, en el Gobierno de Distrito y en el Ayuntamiento no los hay también? ¿No está acaso el señor Gasca, del lado del Partido Laborista? ¿Por qué entonces se viene a atacar al Partido Liberal Constitucionalista, que es el que ha hecho este movimiento? (Siseos. Desorden en las galerías.) A pesar de esos siseos, a pesar de esas burlas, el Partido Liberal Constitucionalista es el que ha hecho el movimiento reivindicador. (Siseos y gritos en las galerías. Campanilla.)
El C. presidente: Se llama al orden a las galerías, o de lo contrario, se aplicará enérgicamente el Reglamento. Hay que respetar la libertad de pensamiento, hay que dejar hablar al señor Ramos Pedrueza, como a todos los oradores. (Aplausos.)
El C. Ramos Pedrueza, continuando: El Partido Liberal Constitucionalista, señores, que en la XXVII Legislatura promulgó las leyes de tierras ociosas, estuvo siempre del lado de los obreros y de los trabajadores humildes; que arrancó la careta a don Venustiano Carranza. Cuando todos los demás se inclinaban, él estuvo de pie; cuando todos callaban, él hablaba; cuando todos caían en el servilismo, él se erguía. Acordáos de la XXVII Legislatura y de su labor del Constituyente. Cuando todos vacilaban en atacar a los tiranos, él los reveló y señaló enérgicamente. ¿Por qué corresponderle así, señores? El Partido Liberal Constitucionalista, en el que alienta el alma heroica y brava del Quijote, está sufriendo en estos momentos, señores, las injusticias de que el Quijote fue víctima, cuando después de libertar a los galeotes, éstos lo injuriaron y lo golpearon. Esto es lo que está pasando, señores, al Partido Liberal Constitucionalista, que ha hecho este movimiento, porque lo demás, toda la parte extraña que de él vemos, es la floración, es el fruto; pero la raíz, el pensamiento secreto, la labor continua, en la sombra; la raíz de esa floración, señores, la tenemos, justo es decirlo, en la labor antigua, viril y prolongada, implacable y constante del Partido Liberal Constitucionalista. (Siseos. Aplausos.) Ahora, señores, no quiero retirarme de esta tribuna, porque consideraría una cobardía hacerlo así, sin defender al licenciado Novelo, sin protestar contra esas injurias que contra él se han lanzado. El viejo luchador, el "viejo joven" - porque si por juventud se entiende la energía, la laboriosidad y el entusiasmo, el licenciado Novelo es un joven - . ¿Conque así se paga, señores, un desinterés tan grande como el del licenciado Novelo, que hasta de su propio peculio y comprometiendo el porvenir de sus hijos cedió sus bienes y los hipotecó para libertar a compañeros nuestros que gemían en las mazmorras durante la dictadura? ¿Conque así se paga, señores, al que ningún puesto público ocupa; a ese hombre que se consagra al partido con el alma entera, que de día y de noche trabaja por él? ¿Se paga atrayéndole con una implacable ferocidad responsabilidades de hace muchos años, responsabilidades que casi todos, sin excepción, los de la generación pasada, tienen sobre su conciencia? De manera que sería condenar a la imposibilidad del mejoramiento; a la imposibilidad
del ascenso moral a un hombre que porque hace veinte años fue quizás porfirista, cuando todos lo eran; no podía ya después de una labor de muchos años, como el señor Novelo la tiene desde 1910, consagrarse a la reivindicación del pueblo? Sería un criterio muy injusto, sería un criterio propio de los inquisidores de Felipe II. Ahora, señores, contando, como contamos en el Partido Liberal Constitucionalista, con hombres como el licenciado Martinez de Escobar, que en Tampico, junto a una reja, temiendo ver llegar de un momento a otro la muerte, armado de su heroicidad, no se doblegó; tenemos a otro hombre, como García Vigil, que ha ido a todas las luchas como un ateniense, como iban los griegos al combate, al amor, como una bella fiesta, (Aplausos. Voces: ¡Huy!) porque les parecía bello, amar y combatir. Teniendo nosotros, señores, hombres, (Aplausos. Siseos en las galerías.) teniendo entre nosotros hombres, como el mismo compañero nuestro, Aurelio Manrique, cuya actitud no me explico en este caso; teniendo nosotros hombres como Basilio Vadillo, señores, que por sólo su labor en "El Monitor Republicano", en ese periódico que fue el portavoz de la libertad y que derrocó a la dictadura y que tan sólo por eso merece el aplauso copioso y resonante, (Aplausos.) teniendo entre nosotros hombres como Rafael Vega Sánchez, a quien acabo de ver en estas galerías, que publicó "El Voto" en la época de Victoriano Huerta, cuando todos los periódicos enmudecieron, y cuando todos los revolucionarios preferían irse a desafiar la muerte, aquí en la capital, en la "boca del lobo", como vulgarmente se dice, cuando los automóviles preñados de víctimas iban a Tlanepantla o a Coyoacán; Rafael Vega Sánchez, uno de los más viriles miembros del Partido Liberal Constitucionalista, editó "El Voto". ¿Cómo, señores, se atreven a dudar del Partido Liberal Constitucionalista? (Aplausos.) Pues bien, señores; estos hombres han estado en gran parte dirigidos por el licenciado Novelo; esta juventud entusiasta y viril le reconoce por maestro, (Murmullos. Siseos. Aplausos.) por guía, por compañeros. El ha puesto al servicio de nuestra noble causa su experiencia; por eso el licenciado Novelo, señores, es en estos momentos para nosotros no solamente un compañero, sino el símbolo, que muchos respetamos y queremos, del viril, del noble, del invencible Partido Liberal Constitucionalista. (Aplausos.) Pues bien, señores; el Partido Liberal Constitucionalista no ha desertado de su puesto ni de su camino al defender la credencial del general Aguirre Colorado. El licenciado Martínez de Escobar, que con tanta energía atacó la credencial del general Aguirre Colorado, por Tabasco, me ha confiado que, en su concepto, en este caso, es absolutamente legal por el 7o. distrito del Distrito Federal. Esa juventud, señores, a quien se ha aplaudido tantas veces, con tanta justicia, agrupándose en torno del viejo maestro y viejo luchador licenciado Novelo, está hoy en su puesto; estará siempre. Yo no dudo del partido, como el señor Manrique; no vengo a dar un toque de alerta a mis compañeros: tengo una fe tan grande, tengo una seguridad tan honda, tengo un sentimiento tan profundo de que ha de estar siempre en el cumplimiento de su deber, que hoy como ayer y como mañana, la divisa de Nelson, cuando en la batalla de Trafalgar escribió estas nobles palabras: "Inglaterra espera que cada uno de sus hijos cumpla con su deber", e Inglaterra Triunfó porque en ese caso representaba la justicia y la defensa de un país contra una dictadura que amenazaba derrumbar a la Europa; así, señores, el Partido Liberal Constitucionalista, hoy como ayer y como mañana y como siempre y defendiendo en este caso la credencial honrada de un honrado luchador, la credencial legítima de un legítimo triunfador, (Aplausos. Siseos.) a quien se le ha hecho la injuria de burlarse de la muerte de su padre, creyéndose que no había tal asunto de familia, (Voces: ¡No! ¡No!) diciéndose con gran ironía "asunto de familia", como si la agonía, la muerte de un padre no mereciera un profundo respeto; pues bien, señores: el Partido Liberal Constitucionalista en este caso espera que cada uno de sus hijos cumpla con su deber. (Aplausos. Siseos.)
El C. Espinosa Luis: Para una moción de orden.
El C. León Luis L.: Pido la palabra para rectificar hechos.
El C. Garza Candelario: Moción de orden, señor presidente. Han hablado tres en contra y tres en pro; debe la Presidencia preguntar si está o no suficientemente discutido el asunto.
El C. Presidente: La Presidencia manifiesta a su señoría que tienen derecho a hablar en este caso, seis en pro y seis en contra.
El C. Garza Candelario: Pero si no es una ley; ese es un proyecto de ley.
- EL C. presidente: Se aplica en este caso esa disposición, y así se ha aplicado siempre. Tiene la palabra el C. Ramírez Garrido, en contra.
El C. Ramírez Garrido: Habiendo hecho una alusión el compañero Cano al compañero Soto y Gama, renuncio y le cedo mi puesto.
El C. Presidente: Tiene la palabra en contra el C. Soto y Gama. (Aplausos.)
El C. Soto y Gama: Nunca ha sido ni ha podido ser más clara y más fácil la posición de un orador del contra, que la posición que en este momento tenemos los que nos hemos arrogado el honor de combatir el dictamen. Nuestra posición es fácil, sencilla y clara, porque de parte nuestra está doblemente el criterio legal y el criterio político. El criterio legal, porque se ha probado hasta la evidencia, no en uno sino en tres debates sucesivos, que el señor Ernesto Aguirre Colorado pertenece al servicio activo, es militar en servicio activo. Sobre todas las pruebas legales que se han aducido, culmina una carta del señor subsecretario de Guerra y Marina, que terminantemente declara que el señor Aguirre Colorado, con el hecho de ser jefe del Departamento de Caballería, y habiendo obtenido simplemente licencia, forma parte del servicio activo, está en servicio activo. Sobre esto se ha hablado tanto y tan bien, que sería ocioso insistir; realmente el debate está agotado, realmente el soberano discurso de Manrique lo agotó totalmente; pero cumple a mi deber de socialista cumple a mi deber de amigo del proletariado, que no de representante, porque no me arrogo este honor, venir a decir aquí, contra lo que dijo el compañero Espinosa, que Morones, con sus defectos y con sus cualidades, con todo y sus defectos, representa
una porción, una considerable porción del proletariado mexicano. (Aplausos en las galerías.) En esas condiciones, y precisamente porque él y yo hemos tenido controversias y hemos tenido conflictos, por eso yo, miembro del bloque socialista en esta Cámara, tengo que declarar que ese bloque socialista, que ese grupo socialista, no se considerará completo mientras dentro de él no figure un representante del Partido Laborista (Aplausos.) y, sobre todo, uno de los líderes, quizá, o sin quizá, el principal líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana, que representa a muchos sindicatos y a muchas e importantes agrupaciones. Sobre este punto es preciso hacer constar o hacer ver, precisar, mejor dicho, el criterio político, el criterio político que ha dejado por los suelos, con asombro mío y de todos nosotros el señor profesor Ramos Pedrueza. (Risas.) El ha creído hacer la defensa del Partido Liberal Constitucionalista, y ha venido a comprometer gravemente su prestigio, tan gravemente, que si se hubiera cerrado el debate en ese momento, el prestigio del Partido Liberal Constitucionalista hubiera quedado casi definitivamente perdido. Yo vengo aquí a hacer una brevísima defensa de ese partido, defensa hipotética, defensa condicional: el Partido Liberal Constitucionalista no es por hoy, invencible; no está por hoy fuera de discusión, como lo sostiene el señor Ramos Pedrueza; el Partido Liberal Constitucionalista será invencible y estará fuera de discusión, si todos sus miembros saben obrar con la honradez y con la entereza con que ha obrado uno de sus miembros más honrados e ilustres, el señor don Aurelio Manrique. (Aplausos.) Platicando yo en días pasados con otro miembro prominente de ese partido, con el señor García Vigil, persona por todos conceptos honorable y digna de estimación, le decía: se ha sufrido, en mi concepto, una lamentable equivocación al haberle puesto al bloque dominante en esta Cámara, el nombre, o el título, o el mote, porque para mi es mote, de Bloque Liberal Constitucionalista. Cuánto mejor hubiera sido que a este bloque le hubieran dado una denominación más comprensiva: bloque revolucionario de la Cámara, o bloque radical de la Cámara. Entonces sí sería connotativo el nombre del bloque, entonces sí podría corresponder el nombre a la idea, a la idea que debe predominar en esta Cámara, la idea que debe mantenerse en el alma de los miembros honorables del Partido Liberal Constitucionalista. Es que dentro del bloque radical de la Cámara, hoy mal llamado Liberal Constitucionalista, deben tener cabida representaciones de todos los partidos. Yo no concibo completo el Bloque Revolucionario de la Cámara, si dentro de él están sólo representados los miembros del Partido Liberal Constitucionalista. Yo creo que ya es tiempo de decir claramente ante la nación, que el Partido Liberal Constitucionalista, con todo sus timbres de gloria, con todos los antecedentes que se le supongan, no es la Revolución, ni representa por sí sólo la Revolución. (Aplausos.) Para que la Revolución esté total e íntegramente representada dentro de esta Cámara, deben caber dentro del bloque que aquí lleve su representación, todos los partidos que han fungido en la lucha electoral; debe estar representado - sí, en lugar preferente si se quiere, eso lo dirán los debates, eso lo dirá el curso de los acontecimientos en esta Cámara - , debe estar representado el Partido Liberal Constitucionalista, pero debe también tener cabida el Partido Cooperatista, (Aplausos.) debe tener también cabida, sobre todo, el Partido Laborista, (Aplausos.) que no sólo se titula, sino que de hecho es representante de numerosos obreros y campesinos, no de todos los obreros y campesinos, pero sí de una porción numerosa de esos obreros y campesinos. Debe tener representación, como por fortuna la tiene, el Partido Nacional Agrarista, que no obstante su alianza, accidental con el Partido Liberal Constitucionalista, quiere tener y aspira a tener vida independiente. Digo más: debe tener representación en esta Cámara hasta el pasado, hasta el antiguo régimen, y por eso hemos aceptado a una persona como don Norberto Domínguez, exministro de Porfirio Díaz, pero que, sin embargo, traía una credencial limpia; debe estar representado aquí hasta el grupo reaccionario, porque esta Cámara debe ser la válvula de seguridad por donde se escapen las ansias de todos los grupos nacionales, y si se quiere que haya paz en México, debe tener cabida la voz de la reacción, no debe asustarnos esa voz caduca y gastada, porque esa voz, en lugar de comprimirse para producir humos nocivos, debe estallar aquí a luz, si sus representantes tienen el impudor de traernos aquí esas nauseabundas emanaciones del pasado; pero deben, en todo caso, los reaccionarios, deben tener el valor de venir a esta tribuna a expresarnos sus quejas y sus lamentaciones de vencidos, y debe la Representación Nacional darles cabida en su seno, porque sólo así, estando aquí representados los revolucionarios radicales, los revolucionarios moderados y los conservadores y aun los reaccionarios, sólo así se podrá decir que esta Cámara es la representación, no del "Pélece", sino la representación de la República Mexicana. (Aplausos.) Este criterio sencillísimo, este criterio elemental, este criterio que debe ser el a b c de toda política honrada, este criterio que se aplica en todos los parlamentos del mundo, porque en todos los parlamentos hay derechos representativos, muchas veces hasta de los monárquicos, de los absolutistas, hay centro, hay izquierda y hay derecha, en que tienen cabida hasta los más radicales, este criterio político tiene que aplicarse a algunos de los miembros del Partido Liberal Constitucionalista, no a todos. Y por haber sufrido esta equivocación lamentable, es por lo que ha fracasado el orador, muy estimable por otra parte, que me ha precedido en la tribuna. La cosa es tan clara, que verdaderamente da pena tenerla que deletrear. Por esta circunstancia, yo he pedido la palabra, para demostrar muchas cosas, entre otras, que yo, que he tenido controversias con Morones, soy el primero en reconocer su fuerte personalidad proletaria, soy el primero en desear que venga a esta Cámara; pero quiero que venga noble y abiertamente, no con trescientos votos, no con un número irrisorio, sino mediante la oportunidad de que se le dé a él y al Partido Laborista de contender noble y lealmente con cualquier contrincante que se presente, siempre que ese contrincante no sea un pretoriano, amparado por todo el prestigio y toda la fuerza de la Secretaría de Guerra, y que en una lucha abierta que se abra en el
7o. distrito electoral, se dé la oportunidad al proletariado de la República, de traer a este Parlamento a uno de sus miembros más connotativos, a uno de sus líderes de voz más poderosa, a uno de los hombres que, con todo y sus defectos, ha defendido, sí, con escándalo de la burguesía, los derechos del proletariado, y por esto se ha atraído las iras de los burgueses. Y yo, luchador contra la burguesía, yo por eso estoy con Morones, porque a Morones lo odia la burguesía. Así lo dije en Aguascalientes, y así lo repito: "Puesto que la burguesía quiere dividirnos, nosotros debemos unirnos." (Aplausos.) Y nosotros, los socialistas, con Felipe Carrillo a la cabeza, veremos con un gusto inmenso, con todo el placer de nuestra alma, que los debates de esta Cámara y la integración de esta Cámara sean el motivo para que se reintegre la unidad del proletariado mexicano, desgraciadamente maltrecha. En nombre, pues, de la solidaridad del proletariado, en nombre de la defensa común de sus intereses por todos los que amamos al proletariado, y en nombre de la necesidad que hay de que en esta tribuna se levanten voces potentes para defender a los que no saben defenderse, por eso he venido, más que a atacar a Aguirre Colorado, a defender la necesidad de que el proletariado de México tenga una representación muchísimo más amplia que la que hoy tiene, y ya que tan pocas curules están ocupadas por obreros, siquiera que una de estas curules esté ocupada por un hombre que en el que, con razón o sin ella - seguramente que con razón - , tiene confianza una gran parte del proletariado de la República. (Aplausos.) Y si Morones en su labor en esta Cámara no se hace digno de la confianza del proletariado mexicano, mejor que mejor, que se haga la luz; pero yo sé que Morones nos ayudará mucho, yo se que el Bloque Socialista tendrá un refuerzo en ese hombre, yo sé que todos unidos haremos aprobar las leyes obreras y las leyes agrarias y, por esta razón, es tan interesante este debate, por esta razón es tan sensible que algunos miembros del Partido Liberal Constitucionalista, no se hayan dado cuenta de estas verdades elementales, y por eso es triste que yo haya tenido que venir aquí cuando no hacía falta, para ver el desprestigio, la sima del desprestigio, el abismo de desprestigio en que se hundiría el Partido Liberal Constitucionalista, si cometiera el error de apoyar semejante dictamen. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa Luis. (Aplausos. Siseos.)
El C. Garza Candelario: Moción de orden. Suplico que se mande dar lectura al artículo 111 del Reglamento.
- El C. secretario Manjarrez, leyendo:
"Artículo 111. Antes de cerrarse en lo general la discusión de los proyectos de Ley, podrán hablar seis individuos en pro y otros tantos en contra, además de los miembros de la Comisión dictaminadora y de los ministros. En los demás asuntos que sean económicos de cada Cámara, bastará que hablen tres en cada sentido, a no ser que ésta acuerde ampliar el debate."
El C. Garza Candelario: Por eso yo, ciudadano presidente, suplico a usted que se sirva ordenar que se pregunte a la Asamblea si se amplía el debate, y si no, que se pregunte si este asunto está o no lo suficientemente discutido.
El C. Presidente: La presidencia no cree que esté en lo justo el C. Candelario Garza. Este no es un asunto económico de la Cámara...
El C. Garza Candelario, interrumpiendo: !Pero no es un proyecto de ley!
El C. presidente, continuando: Estoy hablando, tenga la bondad de no interrumpir. Cada proposición que presenta una Comisión, si se aprueba, tiene efectos de decreto; esa es la verdadera consecuencia de esa aprobación, y por lo tanto no es un asunto económico. Es como si se tratara de discutir un proyecto de ley y así lo ha sancionado la XXVII Legislatura, la XXVIII y mucho antes el Congreso Constituyente; de manera que no tiene razón su señoría el C. Candelario Garza y tiene la palabra en pro el C. Espinosa Luis.
El C. Manjarrez: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. Espinosa Luis: Honorable Asamblea: Suplico de la manera más atenta que se me permita dirigir unas palabras más, en primer lugar, para contestar algunas alusiones personales hechas por el compañero Manrique...(Siseos.) y después, para rectificar algunos hechos relativos al asunto que se discute.
El compañero Manrique, con una ironía muy suya, me llama desde esta tribuna el "gallardo mancebo", pretendiendo con esto de "gallardo mancebo" poner en evidencia mi actitud al venir a defender el dictamen y, en cambio, yo devuelvo la ironía, la triste ironía del compañero Manrique, con una evocación de verdadero compañero, recordándole que guardo para él el antiguo afecto de aquellos tiempos cuando en la casa del estudiante vivimos bajo el mismo techo y dormimos sobre un colchón de libros. Para mí el compañero Manrique es aún el mismo...
El C. Manrique, interrumpiendo: Y estáis correspondido.
El C. Espinosa, continuando: El compañero Manrique capciosamente vino a decir a esta tribuna que la voz de la calle dice que el ciudadano presidente de la República me ofreció el ministerio de Gobernación, el Gobierno de Chiapas y quién sabe qué otras cosas más; y yo necesito aclarar que esa voz de la calle traída a esta tribuna por el compañero Manrique, es absolutamente falsa El ciudadano presidente de la República me ha ofrecido algo que en mi concepto vale mucho más que todo eso, todo lo que el C. Manrique ha enumerado: el ciudadano presidente de la República me hizo el honor, en reiteradas ocasiones de ofrecerme el Gobierno de mi Estado, y yo, dando una muestra de patriotismo y desinterés, rehusé ese honor. El ciudadano presidente de la República, también de una manera espontánea, sin valerme de ningún amigo, me ofreció el consulado de Santander; y, consecuente con mis principios, no acepté ese Consulado. Hay más; el ciudadano presidente de la República también se ha dignado ofrecerme su amistad y esto sí lo he aceptado, porque para mí vale más la amistad de un hombre honrado, como lo es el C. de la Huerta, que cualquier otro ofrecimiento por más elevado que este sea. Ya ve el compañero Manrique cómo ha sido ligero al venir aquí a hablar a esta
tribuna de cosas que él ignora completamente. ¿En qué me desdora, ciudadanos representantes, lo que el C. Manrique ha venido a decir a esta tribuna? absolutamente en nada; para mí constituye un honor. El C. Manrique dice que yo he doblado las manos y le he vuelto las espaldas a la oposición, por un lado, y de una manera inconsecuente dice, por otra, que yo he enarbolado aquí la bandera de la oposición, después de aprobada mi credencial. Francamente, ciudadanos representantes, cuando veo discurrir de esta manera a Manrique, me parece que ha salido de la Castañeda y no de las aulas universitarias. El compañero Manrique dice que yo me he retirado a la vida privada, olvidando que yo estoy en esta Asamblea precisamente desempeñando funciones políticas. Yo no he dicho en ninguna ocasión que me haya retirado, ni que piense retirarme a la vida privada...(Siseos.)
El C. presidente: Se invita nuevamente a las galerías a que se porten correctamente. La presidencia ha sido tolerante al permitir que se hagan demostraciones en pro o en contra, pero dentro de la corrección; no obliguen, pues, a la Presidencia, a que tenga que aplicar con todo rigor el Reglamento.
El C. Espinosa, continuando: El compañero Manrique con toda ligereza ha venido a decir a esta tribuna que yo he doblegado las manos y he enmudecido. El compañero Manrique ha confundido las cosas. Yo no dije, como él probablemente lo entendió, que el C. Luis Morones fuera solamente un politicastro de oficio; no, señores. Yo quise decir algo más: que los que más o menos contribuimos al derrocamiento del régimen pasado, una vez consumado el triunfo hemos sabido guardar una distancia decorosa entre los hombres que han llegado al Poder, sin que haya ni el más ligero asomo de servilismo en nuestra actitud. A todos consta que he sido el único que se levantó en esta Asamblea para protestar por el encarcelamiento de un presunto diputado; y no por oposición sistemática, sino por defender el principio de fuero de que goza todo presunto representante desde el momento en que lleva una credencial en el bolsillo. ¿Porqué? Porque yo entiendo, ciudadanos representantes, que el cumplimiento del deber de un diputado, que el cumplimiento del deber para un amigo funcionario es marcarle sus errores precisamente para que los corrija, sobre todo si, como en el caso presente, esos funcionarios son honrados, como lo son los que en la actualidad representan el Poder Público de México. ¿Dónde está pues, la inconsecuencia? Yo he dicho esto: El C. Morones después del triunfo ha seguido prendido a las túnicas de los vencedores; el C. Morones no se ha plegado decorosamente a seguir a la cabeza de los obreros, sino que ha estado en las oficinas politiqueando e intrigando para conseguir el alto puesto que ahora tiene. Hechas estas aclaraciones sobre lo que a mí respecta, paso, ciudadanos representantes, a definir, a sentar, más bien dicho, el verdadero estado en que debemos colocarnos para decidir si la elección a favor del C. Aguirre Colorado es buena o no. En cuanto al punto estrictamente jurídico que el compañero Luis León ha querido ensombrecer para que no se presente de una manera meridiana a la consideración de vuestra soberanía, ya lo precisé desde hace un instante. El señor Aguirre Colorado, que no era más que el jefe de un departamento en que sólo desempeñaba funciones administrativas, no podía en manera alguna hacer presión en su distrito por medio de la fuerza armada, salvo que este distrito electoral, que es el 7o., hubiese estado poblado por puros militares; pero a todos les consta que esto no ha sucedido así; al contrario, no hay una sola protesta por presión militar en todo el 7o. distrito. Vosotros sabéis muy bien que el C. Aguirre Colorado desde mucho antes que se efectuaran las elecciones había salido para el estado de Tabasco a asuntos enteramente privados, que yo también soy el primero en censurar en el compañero León al venir con toda ligereza a darle un sentido contrario. Con toda ironía ha dicho que el señor Aguirre Colorado fue a Tabasco a asuntos de familia, dando a entender en el acento de su voz que Aguirre Colorado había ido a asuntos políticos, y esto no es caballeroso, ni hidalgo, ni correcto, compañero León. Se ha necesitado que la muerte haya venido con su voz elocuente e implacable a demostrar que no es cierta la imputación del señor León, para poner en claro que no se ha tratado en esta ocasión más que de una arma de muy mala ley. Ya el C. Ramos Pedrueza vino a esta tribuna y nos dijo que el C. Aguirre Colorado había ido a Tabasco no a asuntos de bloque, sino a ver a su padre enfermo, el que desgraciadamente ha muerto. Y, sin embargo, ciudadanos representantes, Luis León no ha tenido empacho en venir a asegurar a esta tribuna que el C. Aguirre Colorado había ido a otra cosa.
Yo quisiera, contestando el argumento expuesto por el compañero Manrique en esta tribuna hace pocos días, que él también viniese con un lápiz y un papel en las manos a descontar todos los votos que quisiese de Aguirre Colorado hacer triunfar la fórmula de Luis Morones....
El C. Manrique, interrumpiendo: ¿Todos, todos?
El C. Espinosa, continuando: ¿Cómo va a ser, ciudadanos representantes, que el C. Aguirre Colorado que ha alcanzado más de dos mil sufragios, pueda cederle el lugar de una manera decorosa, honrada y justa a Luis Morones, que solamente ha alcanzado trescientos votos?
El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡No es cierto!
El C. Espinosa, continuando: El C. Jorge Prieto Laurens dice que no es cierto. El expediente, cuya voz es más sincera, cuya voz es más imparcial y más elocuente, dice que sí es cierto. Hay más, ciudadanos representantes: ya está explicado hasta la saciedad el por qué del fracaso del C. Luis Morones. El C. Luis Morones ya no es un líder obrero... (Siseos.) todos los obreros están decepcionados de Luis Morones. Se ha expuesto aquí con verdadera claridad que los principales enemigos de la candidatura Morones fueron precisamente los mismos obreros. Pero hay algo, ciudadanos representantes, que es necesario poner en claro. El C. Prieto Laurens, con una ingenuidad verdaderamente infantil, con una frescura que no sé cómo calificar, viene a esta tribuna a decir: "Ciudadanos representantes: yo vengo a defender, yo vengo aquí a representar la súplica que me han hecho los obreros del
Departamento de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares para defender la credencial del C. Luis Morones..."
El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡No es cierto! ¡Miente usted!
El C. Espinosa, continuando: Como no quiero que haya duda sobre este particular, suplico a la Presidencia ordene a la Secretaría dé lectura a la transcripción taquigráfica relativa, para que vea el C. Prieto Laurens que sí es cierto lo que digo. (Voces: ¡fue León!) Como ya es demasiado tarde, ciudadanos representantes... (Voces: ¡Ah! ¡Ah! Siseos.) no quiero...
El C. secretario Zincúnegui Tercero: La Secretaría informa a la Asamblea que la parte de las notas taquigráficas a que alude el C. Espinosa, se encuentra en el Departamento respectivo de los ciudadanos taquígrafos. Por tal motivo, se envió ya por las notas para hacer la aclaración respectiva.
El C. Prieto Laurens: Pido la palabra para una alusión personal.
El C. Espinosa: Estoy en el uso de la palabra y no he terminado todavía.
El C. Prieto Laurens: ¡Uno de los taquígrafos es testigo de que yo no he dicho eso!
El C. Espinosa, continuando: Honorable Asamblea. Continúo en el uso de la palabra. El C. Prieto Laurens niega lo que yo he asentado y lo probaré dentro de muy poco; ahora voy a demostraros toda la inmoralidad que hay en el fondo de este asunto. El compañero Casas Alatriste, que es de una honradez intachable, va a tener a bien contestarme si es cierto que hace un instante me decía: "Compañero, el C. Morones ha sido postulado por los partidos Cooperatista y Laborista, al que yo pertenezco; así pues, por interés de partido, es decir, por obligación tengo que votar por él." Suplico al compañero me diga si es o no cierto.
El C. Casas Alatriste: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Casas Alatriste.
El C. Casas Alatriste: Declaré al señor Luis Espinosa que por convicción y por disciplina de partido estaba inclinado a votar en contra del señor Aguirre Colorado.
El C. Espinosa: Como ve la Asamblea, hay aquí ciudadanos que por disciplina de partido van a hacer algo monstruoso. ¿Qué, nosotros debemos apoyar todas las credenciales de los compañeros nada más por que las traen, aunque chorreen fraude? Esto no es posible. Pero hay más, si no fuera bastante lo dicho por el C. Casas Alatriste, están las palabras de un veterano insospechable, del C. Díaz Soto y Gama, que nos vino a decir: "No quiero que Morones entre fraudulentamente por las puertas de esta Cámara con trescientos votos." (Voces: ¡No!) Así lo ha dicho; aquí lo tengo escrito. (Voces: ¡No es cierto!) El C. Díaz Soto y Gama ha dicho esto: "No quiero que Morones entre por las puertas de esta Cámara con trescientos votos." ¿Qué quiere decir esto?
Está en la memoria de todos vosotros que él lo ha dicho. ¡Qué quiere decir con esto? Que, conforme a un artículo de la Ley Electoral, el que no tiene a su favor la mayoría de los sufragios, el que tiene una minoría irrisoria, como en este caso el C. Luis Morones, en manera alguna puede ser el representante; tanto más, cuanto que la mayoría de la elección está viciada por concepto de nulidad de la persona. Toda esa votación es absolutamente nula, y pretender que Morones venga a esta Asamblea con trescientos votos, es quererle abrir las puertas del chanchullo... (Voces: ¡Huy!) En cambio, ciudadanos representantes, También vino aquí el C. Luis León, con una inmoralidad que pasma, y lo digo así, porque yo no sé hablar de otra manera, mis palabras no son más que frases de verdad que yo arrojo a los individuos, a los ciudadanos que, en mi concepto, no se ajustan a la verdad, y en este caso desgraciadamente he colocado yo al C. Luis León; yo he sentido una viva simpatía por el compañero Luis León, he sido uno de sus más sinceros admiradores, pero cuando viene a la tribuna con argumentos tan innobles como éste, de decir que está incapacitado el que tiene el segundo lugar en votos, yo no puedo, ciudadanos representantes, dejar de levantar mi voz y protestar con toda energía. Como ve la honorable Asamblea, esa no es más que una copia de un papel cualquiera, sin firma, sin que tenga ningún viso de seriedad, ya no digo de legalidad. Y qué, ciudadanos representantes, la Asamblea, tan respetuosa de su propio decoro y del decoro de toda ella, ¿va a consentir en que se le venga a sorprender con papeles de esta clase, aunque en el fondo sea verdaderamente cierto? Yo creo que el C. Luis León tiene la seguridad del contenido de este papel; yo estoy seguro de que él lo ha presentado porque sabe que este hecho es cierto; pero no es, no debemos en manera alguna aceptar esta clase de papeles que no traen ninguna firma. ¿Por qué? Porque aceptar esta clase de papeles sería sentar un precedente funestísimo: todos nosotros estaríamos autorizados...
El C. león Luis L., interrumpiendo: ¡Pero está en el expediente el original!
- El C. Espinosa, continuando:... para mañana venir con papeles semejantes...
El C. León Luis L., interrumpiendo: ¡Para rectificación de hechos!
El C. Prieto Laurens: ¡El original está en el expediente!
El C. presidente: Se llama al orden al C. Prieto Laurens; no se le ha concedido la palabra.
El C. Espinosa Luis: El original no existe en el expediente. (Voces: ¡Lo trae Soto y Gama!)
El C. Espinosa: pero el C. Soto y Gama no es el expediente.
El C. Díaz Soto y Gama: ¡Aquí está! (Aplausos.)
El C. Espinosa, continuando: Tengo la pena de manifestar a la Asamblea que es otro documento el que me presenta el C. Díaz Soto y Gama; yo estoy hablando de éste...(Voces: ¡Ah! ¡Ah!) Suplico a la Secretaría que busque, a ver si está el original en el expediente.
El C. Prieto Laurens: Morones lo mandó; debe estar.
El C. Espinosa: Pero no está.
El C. Prieto Laurens: Entonces hay un fraude.
El C. Espinosa: No hay nada.
El C. secretario Zincúnegui Tercero: La Secretaría declara que después de buscar escrupulosamente el original de la copia de que se trata, ha encontrado que no se halla en el expediente.
El C. Prieto Laurens: ¿Por qué no se encuentra?
El C. García Vigil: La Comisión pide la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. García Vigil: No se encuentra porque no se ha enviado. Desgraciadamente el C. Morones no envió documentos que hicieran prueba bastante a fin de ser tomados en consideración; el C. Morones mandó unos papeles, legajo al cual me referí hace unos cuantos minutos, y notas escritas en máquina; pero los documentos auténticos, los que podían probar esa inmoralidad o esa orden de proceder en contra del señor Domínguez, no los ha hecho llegar a la Comisión el señor Morones.
El C. Prieto Laurens: Pido la palabra para una aclaración.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Prieto Laurens: El C. Morones envió por conducto del señor Carrillo el documento a que ha hecho referencia el C. García Vigil; y envió también después, certificados, los documentos originales que comprueban que el C. Felipe Domínguez es un ladrón, lo que también comprueba el C. Ramírez Garrido. (Aplausos.)
El C. Espinosa Luis: La honorable Asamblea se ha convencido de que los defensores de Morones necesitan de estas armas tan innobles, como es la de calumniar, para sacar avante a su candidato. El único autorizado para decir la verdad en este caso es el C. García Vigil, presidente de la Comisión, y él con toda honradez, con toda entereza, con toda indignación se levanta de su asiento y dice que no es cierto, como lo asienta Prieto Laurens, que estos documentos hayan llegado al expediente. Así es como se quiere sorprender a la Asamblea, así es como se quiere arrebatar un voto en contra de la justicia. Y, ciudadanos diputados, esto es verdaderamente inmoral y atentatorio; es necesario que nuestros hechos, que nuestras acciones dentro de este Parlamento, tengan como bandera algo que los justifique, algo noble, algo que constituya un ideal. y yo os juro, ciudadanos representantes, que mientras se trate de discutir credenciales en esta Asamblea, yo vendré a defender a todos los que en el fondo tengan la justicia, a aquellos que en el fondo hayan ganado en buena lid. Es triste, ciudadanos representantes, que los que han defendido los principios revolucionarios, vengan a esta Asamblea de una manera capciosa, en una forma dolosa, a querer torcer la voluntad del pueblo, a querer desfigurar el verdadero sufragio. Yo invito a todos los interesados para que encuentren la fórmula algebraica de descontar los dos mil votos del C. Aguirre Colorado y darle el triunfo al que trae trescientos votos. Esto sencillamente es un absurdo, pero defender esto, ciudadanos representantes, sería llegar hasta la ignominia. Y yo estoy seguro de que después de todo lo que se ha expuesto en esta tribuna, después de que a vuestras conciencias ha llegado la convicción de que no pudo haber presión militar por parte del C. Aguirre Colorado, porque no estaba en México, porque no tenía mando de fuerzas, porque no tenía soldados a quienes mandar para hacer torcer la voluntad de los ciudadanos, porque no tenía armas con qué arrancar los votos a la fuerza, esos votos obtenidos por el C. Aguirre Colorado son espontáneos, son legítimos. Este es el verdadero fondo de la cuestión. En cambio, ciudadanos representantes, nadie os ha exhibido más que el que habla, la gran fuerza depositada en las manos de Morones por medio de los cientos de obreros que él comanda...(Siseos. Gritos. Desorden en las galerías.)
El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡Allí están los obreros que votaron por Morones, que vienen a reclamar sus votos escamoteados por la Comisión!
- El C. Espinosa, continuando:... Allí está la respuesta: dice el C. Prieto Laurens que los que protestan en las galerías son los mismos obreros que enviara Morones... (Sigue el desorden en las galerías.) ¡Allí están, ciudadanos representantes!..... (Aumenta el desorden en las galerías.) Si alguna duda os quedara, ciudadanos representantes, allí tenéis a los paniaguados del C. Morones... (Siseos, gritos y protestas ruidosas en las galerías, donde el desorden arrecia. Campanilla.)
El C. presidente: Se suplica atentamente a las galerías que no sigan haciendo manifestaciones de desorden. El que habla nunca ha sido partidario de que la Mesa ejerza una tiranía sobre las galerías, puesto que todos los concurrentes a las galerías son ciudadanos, son hombres que tienen sangre en las venas y es natural que experimenten impresiones y que hagan algunas manifestaciones; pero lo único que se les exige es cortesía. Y también se ruega al C. diputado Espinosa que no se dirija a las galerías, porque se establecen diálogos indebidos. (Voces de las galerías: ¡Nos ataca y tenemos que contestar! ¡Somos hombres honrados! ¡Qué no calumnie! Campanilla.)
El C. Von Borstel: Pido que se lea el artículo 195 del Reglamento.
El C. secretario Manjarrez: Con toda pena y contra mi voluntad voy a dar lectura al artículo 195, por orden de la Presidencia: "Artículo 195. Los concurrentes a las galerías se presentarán sin armas; guardarán respeto, silencio y compostura, y no tomarán parte en los debates con ninguna clase de demostración." - El C. Espinosa Luis: Señores representantes: Os suplico que penséis lo que sería de vosotros los que habéis ganado en buena lid una credencial, si por un incidente, como es el de que contaran en esta Cámara con una mayoría de correligionarios vuestros contrincantes, se os arrojara ignominiosamente, ¿qué diríais al dar cuenta a los ciudadanos de vuestro distrito? Pensad que cometer una injusticia como la que pretenden los del Partido Laborista, sería tanto como llenarse de ignominia. Poneos la mano sobre el pecho y pensad que hemos venido a hacer justicia exclusivamente a quien la tenga.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Vito Alessio Robles.
El C. Alessio Robles: Señores: Se ha hablado mucho en esta tribuna, pero no se ha tocado el verdadero fondo a debate. Vengo a hablar en contra del dictamen y vengo a hablar también en contra de los presuntos diputados a que se contrae el dictamen, y en contra también de los que me han precedido en el uso de la palabra. Vengo a hablar contra del poeta de barba nazarena y de ironía volteriana; vengo a hablar en contra del compañero León, que ha venido a exhibir aquí una carta del señor subsecretario de Guerra. Pero como quiero normar todas mis palabras a la ley, voy a
permitirme, con permiso de la Presidencia, hacer algunas interpelaciones. Ruego al señor general Aguirre Colorado me diga que grado tiene actualmente en el Ejército.
El C. Aguirre Colorado Ernesto: General brigadier.
El C. Alessio Robles: El señor Aguirre Colorado no puede ser diputado; (Aplausos.) pero no por las razones que ha aducido el señor León y que están calzadas con la firma del señor subsecretario de Guerra. El señor subsecretario de Guerra dice que los militares que desempeñan puestos en los departamentos de la Secretaría de Guerra son considerados, conforme al Reglamento de la misma y a la Ordenanza General del Ejercito, como en servicio activo. Esto no es cierto, señores; la palabra militar es una palabra genérica que comprende desde el soldado raso hasta el general de División; los militares inferiores a la categoría de general que están comisionados en un Departamento, no están en servicio activo; la Ley Orgánica del Ejército los considera como en comisión. No es cierto que la Ordenanza General del Ejército y el Reglamento de la Secretaría de Guerra digan esas cosas. El señor subsecretario de Guerra dice que un militar que lleva escolta está considerado como en servicio activo. Eso tampoco es cierto. Los militares en comisión pueden llevar escolta; aquí han llevado escolta hasta las mujeres...(Risas.) ¿El general Aguirre Colorado no puede ser diputado? (Voces: ¡No!) No puede ser, y no puede ser diputado ningún general tampoco. El artículo 6o. de la Ley Orgánica del Ejército Nacional, que está vigente, dice:
"Artículo 6o. La Plana Mayor se compone de: generales de División, generales de Brigada y generales brigadieres."
El artículo 9o. dice: "La Plana Mayor se considera siempre..." - fijaos bien - "...siempre como en servicio activo." El señor general Aguirre Colorado es actualmente general brigadier y, por lo tanto, pertenece a la Plana Mayor del Ejército. Por consiguiente, está en servicio activo, y conforme al artículo 55 de la Constitución, está incapacitado para ser diputado. (Aplausos.) Pido a la Presidencia que tenga la bondad de concederme permiso para seguir haciendo algunas otras interpelaciones.
El C. presidente: Puede usted hacerlas.
El C. Alessio Robles: Apelo a la honorabilidad del señor diputado León, para que me diga, bajo su palabra de honor, si sabe, le consta y puede afirmar que contra el señor Felipe de J. Domínguez se ha dictado por algún juez auto de formal prisión.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. León para contestar.
- El León Luis L.: Voy a contestar la interpelación del C. ingeniero Vito Alessio Robles. No me consta que se haya dictado auto de formal prisión contra el señor Felipe de J. Domínguez; pero he tenido en mis manos la documentación de que ha sido consignado al Juzgado 4o. Supernumerario del Distrito por el procurador general de Justicia de la Nación, y he tenido en mis manos también las investigaciones que practicó el señor Ramírez Garrido en la época en que era inspector general de Policía, de las que resultó ser ciertos los hechos que motivaron la acusación presentada contra Domínguez, por lo que se le abrió proceso.
El C. Alessio Robles: Apelo a la honorabilidad del general Ramírez Garrido para que me diga si puede afirmar, y le consta, que contra el señor Felipe de J. Domínguez se haya dictado auto de formal prisión por autoridad competente.
El C. Ramírez Garrido: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ramírez Garrido: hasta este momento no se ha dictado auto de formal prisión; pero sí me consta que en los libros de la Pagaduría del Departamento de Establecimientos Fabriles Militares aparece que se entregaron a Felipe de J. Domínguez para mandar construir una máquina, cinco mil pesos. Esa máquina nunca se entregó a dichos Establecimientos, y de las investigaciones practicadas se comprobó el robo a la Nación de la máquina, que se encontró en otra parte. (Voces: ¿Cuándo?)
El C. Alessio Robles: ¿Quién proporcionó a usted esos datos?
El C. Ramírez Garrido: La policía puesta a mis órdenes. Puedo llevar a usted a ver los libros y a ver la máquina.
El C. Alessio Robles: Yo vengo aquí a defender los fueros de la verdad y de la ley; vengo a protestar contra uno de mis compañeros del Partido Liberal Constitucionalista que vino a hablar en nombre de todo el Partido Liberal Constitucionalista. El Partido Liberal Constitucionalista va a apegarse estrictamente a la ley; en ello estriba su fuerza, en ello estriba su respetabilidad. Con esto me bastaría para mi argumentación; el señor Felipe de J. Domínguez, a quien ni siquiera conozco de vista y que no sé si estará o no afiliado al Partido Liberal Constitucionalista, no está impedido legalmente para ocupar el lugar, para venir a ocupar una curul en esta Asamblea El señor Morones, en cambio, sí está incapacitado para venir a ocupar una curul; voy a demostrarlo también con la ley en la mano. El señor Luis Morones desempeña actualmente el cargo de director de los Establecimientos Fabriles Militares, ¡oídlo bien! Ese puesto es más importante que muchos ministerios, tiene un presupuesto de cerca de veinte millones de pesos. Los empleados, oficiales y obreros de los Establecimientos Fabriles Militares están considerados en la Ley Orgánica del Ejército como auxiliares del Cuerpo de Artillería. Cada uno de los empleados y obreros tiene una asimilación militar; desde el jefe de contabilidad hasta los maquinistas, los obreros de primera, de segunda y de tercera, todos están considerados como soldados: los cabos y obreros como cabos, los jefes de talleres como sargentos...(Voces: ¡No! ¡No!) Eso dice la ley que está vigente, señores; no lo digo yo. Ahora bien, señores, la misma Ley Orgánica del Ejercito Nacional habla de la situación de los auxiliares del Cuerpo de Artillería. Situación: I. En servicio activo; II. En Comisión. III. En reserva. En artículo 89 de la misma Ley Orgánica dice:
"Artículo 89. Se considerarán en la fracción I del artículo anterior - es decir, a la situación en servicio activo - , los comisionados en los cuerpos de tropa y en los establecimientos de construcción del material de Guerra." que son los Establecimientos Fabriles Militares. (Aplausos.) Conforme
a la ley, el señor Luis Morones está en servicio activo, y conforme al artículo 55 de la Constitución no puede ser diputado. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.) En consecuencia, señores, vengo a pedir que déis vuestro voto reprobatorio al dictamen, y que venga a ocupar una curul el que ocupa el segundo lugar, supuesto que no está demostrado que se haya dictado auto de formal prisión en su contra (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Ernesto Aguirre Colorado.
El C. Aguirre Colorado: Honorable Asamblea: El señor ingeniero Vito Alessio Robles apuntó ante la honorable Asamblea y definió deslindando los campos de cada quien en su jerarquía militar y en los servicios que desempeña cada civil en el ramo militar. Asentó que el general Brigadier pertenece a la plana mayor del Ejercito, conforme al Reglamento de la Secretaría de Guerra y Marina...(Voces: ¡Conforme a la Ley Orgánica!) Rectifico. conforme a la Ley Orgánica. Pues bien, manifestó que todos los que pertenecen a la Plana Mayor del Ejército se consideran siempre en servicio activo. Manifiesto también el C. Alessio Robles que cuando un militar desempeña un puesto en algún departamento, se considera en comisión. En consecuencia, yo agrego que estando en comisión un militar, no está en servicio activo. De manera que si el ciudadano presidente de la República, que manda el Ejército de la nación, puesto que es el jefe supremo, ordena a un general, por ejemplo, que reciba el Departamento de Estadística de la Secretaría de Gobernación, pregunto yo: ¿estará en servicio activo ese general?
El C. Alessio Robles: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Alessio Robles: El señor Aguirre Colorado no me oyó bien seguramente. La disposición de la Ley Orgánica que se refiere a los empleados en los departamentos, que se consideran en comisión, se refiere únicamente a los oficiales de la categoría de coronel inclusive, abajo, no a los generales. Los generales que pertenecen a la Plana Mayor siempre se consideran en servicio activo, cualesquiera que sean las funciones que tengan encomendadas; por tanto, aquí no puede ser diputado ningún general.
El C. Moreno Jesús Z.: Pido la palabra para hacer una aclaración al orador antes de que abandone la tribuna. Me voy a permitir hacer una interpelación al C. Aguirre Colorado.
El C. presidente: ¿Para qué solicita usted la palabra?
El C. Moreno Jesús Z.: Para aclarar si el señor Aguirre Colorado, conforme a la ley, es general, que es la base de la discusión y del criterio sostenido por el ingeniero Vito Alessio Robles. ¿El grado militar que usted tiene, está reconocido por el Senado de la República?
El C. Aguirre Colorado: No, señor.
El C. Moreno Jesús Z.: En consecuencia, el C. Aguirre Colorado no es general del Ejército.
El C. León Luis L.: Para rectificar hechos pido la palabra.
El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra para rectificar hechos.
El C. Cano: Pide la palabra la Comisión.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Cano: Habiendo agotado los oradores del pro y del contra su argumentación, la Comisión ha oído atentamente los argumentos expuestos por los unos y por los otros, y de ellos se deduce que no han probado con documentos fehacientes y que estuviesen incluídos en el expediente electoral que se discute, no le han probado a la Comisión, con ningún documento, que el señor Ernesto Aguirre Colorado sea general. De consiguiente, pues, la Comisión no recibió, junto con el expediente, ningún documento fehaciente que le probase que el señor Ernesto Aguirre Colorado tenía la categoría militar que se le asigna. En el curso del dictamen tampoco se han recibido; en el intervalo de tiempo que este dictamen ha estado en la Oficialía Mayor, tampoco se han recibido; en los documentos presentados por los impugnadores del dictamen en esta tribuna, tampoco se han traído documentos fehacientes. Así, pues, no puede tacharse por ningún motivo de parcialidad o de ruindad al dictamen emitido por la Comisión. Una vez oídas las argumentaciones del pro y del contra, la Comisión acatará el fallo que dé la Asamblea a este dictamen y lo reformará en el sentido en que haya emitido su voto. Debe también la Comisión hacer una aclaración muy importante: la Comisión Revisora de que soy miembro, jamás ha tenido la oficiosidad de informar por cuenta propia de lo que le interese a ninguno de los contrincantes. También hace constar - y apelo al testimonio de todos aquellos compañeros que van allá a pedir datos del estado en que se encuentran sus expedientes - , que ha dado toda clase de facilidades, poniendo a su disposición el telégrafo y las oficinas postales para recabar todos los documentos que ellos creen pertinentes para defender sus derechos; pero nunca por oficiosidad ni de motu proprio ha pedido un documento ni lo pedirá tampoco, porque en este caso podría acusarse a la Comisión de parcialidad. Hechas estas aclaraciones, la Comisión espera el fallo de la Asamblea, el cual acatará un miembro disciplinado de ella. (Voces: ¡A votar!)
El C. presidente: Tiene la palabra el C. León.
El C. Díaz Soto y Gama: He pedido la palabra para rectificar hechos.
El C. presidente: Primero tiene la palabra el C. León.
El C. León Luis L.: Rectifico lo que dijo el C. Espinosa que yo había dicho, es decir, que vino en representación de los obreros de Fabriles; yo dije: de los centros fabriles del 7o. distrito electoral del Distrito Federal, donde no están los talleres de los cuales es director el señor Morones. Este señor, por caballerosidad, no quiso lanzarse a la lucha en el distrito donde viven los obreros que el maneja.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Díaz Soto y Gama.
El C. Díaz Soto y Gama: Quiero rectificar este hecho. El compañero Espinosa me atribuye algo que yo no he dicho. Dijo el compañero Espinosa más o menos esto: que los diputados del contra pretendíamos que el compañero Morones entrara a esta Cámara fraudulentamente. Yo no dije eso, yo lo que dije fue esto: que sería más honroso para el señor Morones, más honroso para el proletariado
mexicano, que sería más conforme al criterio democrático y a la verdad electoral, que el compañero Morones, en lugar de entrar aquí por una irrisoria votación, es decir, por un irrisorio número de trescientos y tantos votos, entrara dándosele la oportunidad al proletariado de la capital, de demostrar su fuerza triunfante trayendo una copiosa y abundante votación en una nueva elección que se verificara en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal. Evidentemente que en la convicción de toda la Asamblea está que se debe anular la elección íntegra y pareja; con eso se resuelven todas las dificultades; eso es lo único que procede. De manera que la rectificación que deseo hacer es esta: que en la conciencia de la Asamblea está la conformidad de que se anule la elección y se proceda a verificar una elección ejemplar, una elección moral para satisfacción del proletariado de la República y allí el compañero Morones y todos sus partidarios del Partido Laborista, podrán demostrar la fuerza aplastante del mismo proletariado contra cualquier contrincante de la clase media, o de la clase clerical, que son iguales.
El C. Prieto Laurens: Pido la palabra para hacer una breve rectificación.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Prieto Laurens.
El C. Prieto Laurens: Señores diputados: Ya para terminar y adhiriéndome en todo a lo que ha dicho el C. Díaz Soto y Gama, debo hacer esta rectificación: el señor ingeniero Vito Alessio Robles, dentro de la clasificación que ha establecido de que los empleados de Fabriles son militares en servicio activo, cae también el C. Felipe de J. Domínguez empleado del departamento de Curtiduría de los Establecimientos Fabriles Militares. Por consiguiente, la elección debe anularse, porque entonces los tres están incapacitados. (aplausos.)
El C. Lara Céser A.: Pido la palabra para hacer una aclaración. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)
El C. presidente: De conformidad con el artículo 113 del Reglamento, va a darse lectura a la lista de las personas que han hablado en pro y en contra. Han hablado:
"En pro: La Comisión, Luis Espinosa, Aguirre Colorado Ernesto, Ramos Pedrueza Rafael, La Comisión, Espinosa Luis y Aguirre Colorado Ernesto.
"En contra: Prieto Laurens Jorge, Manrique Aurelio, León Luis, Garrido José Domingo, Soto y Gama Antonio Díaz, Alessio Robles Vito y Ramírez Garrido José Domingo."
El C. secretario Manjarrez: En votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el dictamen. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta...
El C. Aguirre Colorado Ernesto: ¡Pido votación nominal!
El C. presidente: Si hay siete ciudadanos que apoyen al C. Aguirre Colorado, tiene derecho a que se haga la votación nominal. (Voces: ¡Sí está apoyado!) Entonces se hará la votación nominal. La votación cree la Presidencia que debe dividirse, porque una parte consulta la validez de las elecciones y la otra quiénes son los diputados que se deben declarar electos; por lo tanto, se divide la votación y desde luego se procede a votar la primera parte resolutiva del dictamen.
El C. secretario Manjarrez: Se va a tomar la votación del primer punto resolutivo... (Campanilla.)
El C. presidente: Señor Aguirre Colorado: ¿Usted ha pedido que sea la votación nominal de cada uno de los puntos resolutivos?
El C. Aguirre Colorado Ernesto: Deseo que se haga la votación nominal en lo general.
El C. secretario Manjarrez: Se va a poner a votación el primer punto resolutivo, que dice:
"Son válidas las elecciones efectuadas para diputados al Congreso General en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal el 1o. de agosto del corriente año."
Se procede a la votación nominal. Se suplica al C. diputado Manrique Aurelio tenga la bondad de auxiliar a la Secretaría para tomar votación. Lo mismo al C. diputado Ramos Pedrueza Rafael se llama a los ciudadanos prosecretarios. Se suplica al C. Marco Aurelio González pase a auxiliar a la Secretaría.
El C. Manrique: Se interroga al C. Aguirre Colorado, por orden de la Presidencia, para que explique de qué incisos, de qué puntos resolutivos pidió votación nominal.
El C. Aguirre Colorado Ernesto: En general de todos los puntos resolutivos.
El C. presidente: La Presidencia cree que basta votar la primera proposición que declara válidas las elecciones; si el voto resulta en contra, quedan implícitamente insubsistentes las demás.
El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden! En virtud de que el compañero Manrique ha estado en contra del dictamen, pido que se cambie para recoger también el contra.
El C. presidente: La presidencia cree que absolutamente ningún diputado puede dudar de la honorabilidad del C. Manrique. (Aplausos).
El C. Ramos Pedrueza: Por la afirmativa:
El C. Manrique: por la negativa.
(se recoge la votación.)
El C. Manrique: Votaron por la negativa la primera parte del dictamen los CC. Acevedo.... (Voces: ¿Cuántos?) ¿Cuántos? Total: 41.
El C. Ramos Pedrueza: Votaron por la afirmativa....
El C. Acevedo Joaquín, interrumpiendo: Hago constar que yo no voté por la negativa, sino por la afirmativa.
El C. Manrique: Se rectifica vuestro voto. He aquí por qué convenía leer la lista, ciudadanos diputados. (Voces: ¡Son cuarenta!)
El C. Ramos Pedrueza: Votaron por la afirmativa noventa diputados y presuntos diputados. (Aplausos.) Queda, en consecuencia, aprobada la primera parte del dictamen que dice:
"Son válidas las elecciones efectuadas para diputados al Congreso General en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal, el 1o. de agosto del corriente año."
El C. Manrique: Pido votación nominal para la segunda parte del dictamen. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!)
El C. Ramos Pedrueza: Se procede a la votación nominal. (Voces: ¡No se vayan!
El C. Manrique: Se recomienda a los señores
diputados se sirvan ocupar sus asientos y se les recuerda el artículo reglamentario que prohibe salir del salón en los momentos de la votación. (voces: ¡A votar! ¡A votar!) No se continuará si los señores diputados no ocupan sus asientos.
"2a. Son diputados propietario y suplente, por haber obtenido la mayoría de votos válidos en el mencionado distrito, los CC. Ernesto Aguirre Colorado y Pedro Luna, respectivamente."
(Aplausos. Siseos. Gritos. Desorden en las galerías. Campanilla.)
Por la negativa.
El C. Ramos Pedrueza: Por la afirmativa. (Se recoge la votación.)
El C. Manrique: ¿Cómo vota el C. Alessio Robles?
El C. Alessio Robles: Sí y no.
El C. presidente: No se puede razonar el voto.
El C. Alessio Robles: Me ha puesto en un verdadero conflicto la Mesa.
El C. presidente: El voto debe ser "sí" o "no".
El C. Alessio Robles: Yo tengo impedimento para el propietario; para el suplente no. Voto que no para el propietario y que sí para el suplente.
El C. Manrique: Se reforma en el sentido de la discusión, compañero.
El C. Alessio Robles: Entonces ¡No! (Continúa la votación. Escándalo. Gritos en las galerías. Campanilla.)
El C. presidente: La Mesa advierte enérgicamente a las galerías que si continúan con el desorden, mandará desalojarlas. (Voces: ¡Qué nos desalojen!) (Continúa la votación en medio de gritos de las galerías.)
(Gritos, arrecia el escándalo. Campanilla.)
El C. Manrique: El resultado de la votación...(Gritos. Crece el escándalo. Silbidos. Campanilla.) - El C. presidente, a las 10.30 p.m.: En vista de que es un verdadero escándalo se levanta la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde. (Voces: ¡No! ¡No! Gritos. Silbidos en las galerías.)