Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19200918 - Número de Diario 22
(L29A1P1oN022F19200918.xml)Núm. Diario:22ENCABEZADO
MÉXICO, SÁBADO 18 DE SEPTIEMBRE DE 1920
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 22
SESIÓN
DE LA
CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 18
DE SEPTIEMBRE DE 1920
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.
2. - Se da cuenta con los asuntos en cartera, concediéndose licencia a los CC. diputados Rodríguez y Berumen.
3. - Continúa la discusión de los candidatos propuestos por la Gran Comisión para integrar las comisiones permanentes de la Cámara. Se aprueban los candidatos objetados, pertenecientes a las siguientes comisiones: Contraloría; 2a. de Corrección de Estilo; 2a. de Hacienda; 1a. y 2a. de Crédito Público; Industria y Comercio; 1a. de Instrucción Pública; 1a. y 2a. de Justicia; 1a. de Minas y 1a. de Petróleo. La Gran Comisión retiró las proposiciones relativas a las comisiones de Marina y 2a. de Minas.
4. - A discusión los candidatos propuestos para integrar la 2a. Comisión de Petróleo, se levanta la sesión por falta de "quórum".
DEBATE
Presidencia del
C. GARCÍA VIGIL MANUEL
(Asistencia de 126 ciudadanos diputados.)
El C. presidente, a las 5.10 p. m.: se abre la sesión.
- El C. secretario Tirado, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día diez y siete de septiembre de mil novecientos veinte.
"Presidencia del C. Manuel García Vigil.
"En la ciudad de México, a las cinco y veintidós de la tarde del viernes diez y siete de septiembre de mil novecientos veinte, se abrió la sesión con asistencia de ciento veintisiete ciudadanos diputados.
"Se leyó el acta de la sesión celebrada el día catorce del presente mes, la cual fue aprobada después de que la Presidencia contestó una interpelación del C. Ignacio Villegas.
"Rindieron la protesta de ley los CC. Edmundo Bolio, José Gómez Luna, Godofredo Guzmán Peláez, Fidel Ramírez M., Angel Alanís Fuentes y Alejo Bay como diputados propietarios por los distritos electorales cuarto de Yucatán, segundo de Sinaloa, undécimo de Puebla, cuarto de Coahuila, noveno de México y tercero de Sonora, respectivamente.
"También protestó como diputado suplente por el cuarto distrito electoral de Jalisco, el C. Luis Alvarez del Castillo.
"Se puso a discusión, en lo general, la proposición de la Gran Comisión sobre el nombramiento de comisiones permanentes de esta H. Cámara, asunto que en la sesión anterior quedó pendiente.
"El C. Manrique pidió se repitiera la lectura de la proposición y el C. Luis Espinosa que se sometiera a consideración de la Cámara la moción suspensiva que había presentado, a lo que accedió la Mesa, después de que el C. Siurob insinuó la conveniencia de que a la mayor brevedad se diera cuenta con un proyecto de ley por él firmado y que obraba en poder de la Secretaría.
"La moción suspensiva, así que se leyó el artículo 75 reglamentario a solicitud del C. Casas Alatriste, fue fundada por su autor. El C. Siurob invocó el referido precepto del Reglamento y opinó que no debía darse entrada a la moción del C. Espinosa, teniendo en cuenta la importancia que revestía nombrar cuanto antes las comisiones permanentes. El C. Luis Espinosa hizo una aclaración y la Presidencia contestó una pregunta del C. Borrego.
"Presidencia del C. Rafael Martínez de Escobar.
"El C. Manrique impugnó la moción suspensiva e interpeló a los CC. Luis Espinosa, Zubaran Capmany, von Borstel, Franco Urías, Vito Alessio Robles, y García Vigil, quienes contestaron, motivando la respuesta del último una aclaración del C. Luis Espinosa. El C. Manrique contestó una pregunta del C. Vicencio y en seguida la Asamblea, en votación económica, acordó no tomar en consideración la moción suspensiva.
"Leyóse la fracción IV del artículo 27 del Reglamento a solicitud del C. Luis Espinosa, quien, apoyándose en ese precepto, pidió que se imprimiera la proposición de la Gran Comisión o que, cuando menos, se repartieran entre los ciudadanos diputados listas de las comisiones que se trataba de nombrar. La Presidencia y el C. García Vigil hicieron aclaraciones a este respecto.
"Determinó al fin la Mesa que se leyera la proposición y que los ciudadanos diputados fueran apartando las comisiones o miembros de ellas con que no estuvieran conformes.
"Como resultado de este procedimiento se apartaron los nombres de los CC. siguientes: Manlio Fabio Altamirano, de la 1a. Agraria; José Siurob, de la 2a. Agraria; José Maqueo Castellanos, de la de Agricultura y Fomento; Juan Quiroga, como suplente de la Contraloría; Luis Castro y López, de la 2a. de Corrección de Estilo; Luis Espinosa, de la de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares; Juan Manuel Alvarez del Castillo, de la 2a. de Gobernación; Miguel Alonzo Romero, de la 2a. de Hacienda; Juan Quiroga, como suplente de la 1a. de Crédito; Manuel Padilla y Marco Aurelio González, de la 2a. de Crédito; Miguel F. Ortega, Andrés Gutiérrez Castro, Gustavo S. Martínez y Bernardo de la Vega, componentes de la de Industria y Comercio; Rafael Ramos Pedrueza, de la 1a. de Instrucción Pública; Constantino Llaca, de la 1a. de Justicia; Leopoldo Vicencio y Mauro Angulo, de la 2a. de Justicia; Manlio Fabio Altamirano, Macedonio Gutiérrez y J. Joaquín Silva, de la de Marina; Ramón Velarde y Carlos Chico, éste como suplente de la 1a. de Minas; Manuel Rico G., de la 2a. de Minas; Luis Castro y López, de la 2a. de Peticiones; Manlio Fabio Altamirano, José H. Romero, Francisco Ollivier y suplente Eliseo L. Céspedes, propuestos para integrar la 1a. de Petróleo; Basilio Vadillo, Aquilino Rama, Israel del Castillo y suplente Luis Espinosa, candidatos para la 2a. de Petróleo; Aurelio Manrique, de la 1a. de Puntos Constitucionales; Manuel F. Padilla, de la 2a. de Puntos Constitucionales; Luis Espinosa, Francisco González y González, Aurelio J. Mijares y suplente Flavio B. Ayala, propuesto para formar la Comisión de Reglamento; Juan Manuel Alvarez del Castillo y Octavio Paz, de la 1a. de Relaciones Exteriores; Aurelio J. Mijares, como suplente de la 1a. de Trabajo y Previsión Social; Nicolás Cano, Edmundo G. Cantón, Flavio B. Ayala y suplente Guillermo Rodríguez, a quienes se propone para integrar la 2a. de Trabajo y Previsión; Jesús B. González, de la comisión de Universidad y Bellas Artes. Asimismo se apartaron los nombres de todos los ciudadanos propuestos para los dos grupos de insaculados para las secciones instructoras del Gran Jurado.
"Algunos de los ciudadanos que anteriormente se mencionan fueron retirados por la mayoría de la Gran Comisión, por conducto del C. Manrique y en vista de las razones que éste dio a conocer.
"Como consecuencia del mismo procedimiento se aprobaron sin debate las siguientes comisiones:
"Aprovisionamientos Generales: CC. Andrés Gutiérrez Castro, Francisco Garza, Francisco Rodríguez, y suplente, Candelario Garza.
"Biblioteca y Archivo: CC. José G. Zuno, José María Soto, Ignacio C. Reyes, y suplente, J. Melquiades Vergara.
"Primera de Comunicaciones: CC. Francisco Ollivier, Juan B. Vásquez, Manuel Berzunza, y suplente, Prisciliano Carriedo Méndez.
"Segunda de Comunicaciones: CC. Gustavo P. Serrano, Guillermo Rodríguez, Agustín Arroyo Ch., y suplente, J. Melquiades Vergara.
"Tercera de Comunicaciones: CC. Norberto Domínguez, Manuel Navarro, Arnulfo Portales, y suplente, Aquilino E. Rama.
"Primera de Corrección de Estilo: CC. Jesús B. González, Pedro de Alba, Leopoldo E. Camarena, y suplente, Gustavo P. Serrano.
"Diario de los Debates: CC. Salvador Saucedo, Leopoldo Zincúnegui Tercero, Claudio N. Tirado, y suplente, Reinaldo Esparza Martínez.
"Primera de Gobernación: CC. Enrique Bordes Mangel, Salvador Franco Urías, Moisés Huerta, y suplente, Socorro García.
"Primera de Guerra: CC. Vito Alessio Robles, José Méndez, Leobardo Lechuga, y suplente, Jesús F. Azuara.
"Segunda de Guerra: CC. Macario Hernández, Mariano Montero Villar, Israel del Castillo, y suplente, Natalio Espinosa.
"Tercera de Guerra: CC. Ernesto Aguirre Colorado, Bibiano Ibarra, Herminio S. Rodríguez, y suplente, Agustín Castillo.
"Primera de Hacienda: CC. Juan Zubaran Capmany, Ignacio Borrego, Francisco Trejo, y suplente, Ramón Velarde.
"Segunda de Instrucción Pública: CC. Benito Ramírez G., José G. Zuno, Adolfo Cienfuegos y Camus, y suplente, Angel Silva.
"Primera de Peticiones: CC. Salvador Saucedo, Leopoldo Zincúnegui Tercero, L. Céspedes, y suplente, Aurelio M. Aja.
"Segunda de Relaciones Exteriores: CC. Adolfo Cienfuegos y Camus, Miguel Alonzo Romero, Reinaldo Esparza Martínez, y suplente, Mariano Montero Villar.
"Salubridad: CC. Francisco Reyes, Víctor del Pino, Federico Martínez de Escobar, y suplente, Manuel Navarro.
"Asimismo, fueron aprobados, sin debate, los CC. Antonio Díaz Soto y Gama, Francisco Soto, y suplente, Ignacio Villegas, como miembros de la 1a. Comisión Agraria; Basilio Vadillo, Luis León, y suplente, José Juan Ortega, como miembros de la 2a. Agraria; Enrique von Borstel, Juan de Dios Bojórquez, y suplente, Francisco González y González, como miembros de la Comisión de Agricultura y Fomento; Francisco Trejo, Porfirio del Castillo y Carlos Argüelles, como miembros de la Comisión de Contraloría; Miguel D. Martínez Rendón, Reinaldo Esparza Martínez, y suplente, Angel Alanís Fuentes, como miembros de la 2a. Comisión de Corrección de Estilo; Vito Alessio Robles, Macario M. Hernández, y suplente, Bibiano Ibarra, como miembros de la Comisión de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares; Ignacio Borrego, Carlos Argüelles, y suplente, Eduardo Arrioja Isunza, como miembros de la 2a. de Gobernación; Antonio Manero, Salvador Franco Urías, y suplente, Octavio Paz, como miembros de la 2a. de Hacienda; Antonio Manero, Gustavo S. Martínez y Roberto Casas Alatriste, como miembros de la 1a. de Crédito; José Bravo Betancourt, y suplente, Augusto Aillaud, como miembros de la 2a. de Crédito; Leopoldo E. Camarena, Pedro de Alba, y suplente, Fernando B. Martínez, como miembros de la 1a. de Instrucción Pública; Federico N. Solórzano, Socorro García, y suplente, José Remedios Colón, como miembros de la 1a. de Justicia; Ignacio Luquín, y suplente, Leopoldo Estrada, como miembros de la 2a. de Justicia; Enrique von Borstel, como miembro de la Comisión de Marina; Liborio Espinosa y Elenes y Uriel Avilés, como miembros de la 1a. de
Minas; Constantino Llaca, Gumaro Villalobos, y suplente, Erasmo Trejo, como miembros de la 2a. de Minas; Claudio N. Tirado, Antonio Valadez Ramírez, y suplente, Felipe de la Barrera, como miembros de la 2a. de Peticiones; Rafael Martínez de Escobar, Antonio Díaz Soto y Gama, y suplente, Joaquín Acevedo, como miembros de la 1a. de Puntos Constitucionales; Miguel F. Ortega, José Luis Solórzano, y suplente, Eduardo Arrioja Isunza, como miembros de la 2a. de Puntos Constitucionales; Joaquín Acevedo, y suplente, Miguel D. Martínez Rendón, como miembros de la 1a. de Relaciones Exteriores; Luis L. León, Felipe Carrillo y Froylán C. Manjarrez, como miembros de la 1a. de Trabajo y Previsión Social; Aurelio Manrique, Pedro de Alba, y suplente, José G. Zuno, como miembros de la Comisión de Universidad y Bellas Artes.
"Al darse lectura a los nombres de los ciudadanos propuestos para integrar la 3a. Comisión de Comunicaciones, el C. Norberto Domínguez pidió se le quitara de esta Comisión y se le cambiara a una Comisión de Minas, lo que dio lugar a una aclaración del C. Manrique.
"Puesta a discusión la candidatura del C. Manlio Fabio Altamirano como miembro de la 1a. Comisión Agraria, el C. Luis Espinosa interpeló al referido C. Altamirano acerca de sus conocimientos en materia agraria. Contestada la interpelación y después de que ambos ciudadanos hicieron aclaraciones, se aprobó la candidatura del C. Altamirano.
"También se aprobó la del C. José Siurob, como miembro de la 2a. Agraria, una vez que el propuesto respondió una pregunta del C. Luis Espinosa, idéntica a la que dirigió al C. Altamirano, y de que el C. Soto y Gama usó de la palabra en pro de dicha candidatura.
"Se leyó una proposición, que fue retirada en seguida por la Mesa, relativa al nombramiento de una Comisión para que asistiera a la llegada de los restos mortales del C. Joaquín D. Casasús.
"Continuó la discusión acerca de los ciudadanos objetados para formar parte de las comisiones permanentes.
"A debate la candidatura del C. José Maqueo Castellanos, como miembro de la Comisión de Agricultura y Fomento, habló en contra el C. Luis Espinosa. Los conceptos que éste vertiera fueron rectificados por el C. Maqueo Castellanos, de quien contestaron interpelaciones el referido Espinosa y el C. Cuéllar. El C. Manrique usó de la palabra en apoyo de la candidatura a debate, y el C. Espinosa volvió a hacerlo en contra.
"Suficientemente discutido el punto, la Asamblea acordó, en votación económica, que el referido C. Maqueo Castellanos, forme parte de la Comisión de Agricultura y Fomento.
"A las ocho y quince de la noche se levantó la sesión."
Está a discusión el acta. ¿Algún ciudadano diputado desea hacer uso de la palabra? No habiendo quien haga uso de la palabra, se pregunta, en votación económica, si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada el acta.
"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente.
"En virtud de haber sufrido un accidente el día de hoy, que me ha recluído en el sanatorio de la Cruz Blanca Neutral, el cual, según dicho médico, me tendrá en cama diez días, atentamente solicito, por el digno conducto de ustedes, ante la H. Representación Popular, se me conceda hasta quince días de permiso, con goce de dietas y dispensa de trámites.
"Protesto lo necesario.
"Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, a 18 de septiembre de 1920. - Herminio S. Rodríguez."
Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites a esta solicitud. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. ¿No hay algún ciudadano diputado que desee hacer uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada.
El C. presidente: La Presidencia nombra en comisión a los CC. Céspedes y Francisco Reyes para que se sirvan visitar al señor Rodríguez Herminio S., en nombre de la Cámara.
- El C. secretario Tirado, leyendo:
"Septiembre 17 de 1920.
"Honorable Asamblea: "Por tener asuntos urgentes de familia que atender en el Estado de Zacatecas, ruego a vuestras señorías se sirvan concederme un permiso de quince días, con goce de dietas.
"Pido dispensa de todo trámite. - Diputado, J. R. Berumen."
Se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites de esta licencia. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. No se dispensan los trámites. (Voces: ¡Sí se dispensan!)
El C. Espinosa: Hay dos terceras partes.
El C. Manrique: ¿De qué se trata?
El C. secretario Tirado: No hay mayoría.
El C. Espinosa: ¡Si están casi todos!
El C. secretario Tirado: Ahora sí hay mayoría, son las dos terceras partes. (Voces: ¡No hay mayoría!)
El C. presidente: Sírvanse ponerse de pie los que dispensen los trámites.
El C. secretario Tirado: Sí hay dos terceras partes; hay mayoría. Se dispensan los trámites.
Está a discusión. ¿Algún ciudadano diputado desea hacer uso de la palabra?
El C. presidente: Se ha inscripto para hablar en contra el C. Soto Francisco. Tiene la palabra el C. Francisco Soto.
El C. Soto Francisco: Señores diputados: Creo que ya es tiempo de que esta Asamblea ponga fin al diluvio de licencias que se nos están viniendo encima. Muchos ciudadanos diputados, no bien fueron aprobadas sus credenciales, han solicitado licencia para ir a sus distritos, invocando diferentes causas. Creo que esto es completamente antidemocrático;
si cada uno de nosotros hubiese ido a sus distritos a decir que a los ocho días de aprobada nuestra credencial pediríamos licencia para ir a cualquiera parte, a una comisión del Ejecutivo o a asuntos particulares, creo que no habría habido un solo conciudadano nuestro que hubiese votado en nuestro favor. Fuimos a contraer un compromiso en nuestros distritos; no dieron su voto a favor nuestro por venir a vivir cómodamente, no por nuestras lindas caras, dieron sus votos entendidos de que vendríamos a desarrollar una labor constante en favor de aquellos que nos dieron sus votos. En esta inteligencia hemos venido a esta Representación Nacional y por esto yo vengo a oponerme con toda mi energía a que sigamos concediendo con esta benevolencia tantas licencias a los ciudadanos diputados que apenas tienen ocho o quince días de que han sido aprobadas sus credenciales. Debemos, ante todo, ser constantes en nuestra labor y demostrar a nuestros electores que no hemos venido únicamente a ganar un sueldo, sino a trabajar con todas nuestras fuerzas, a trabajar a conciencia por ellos, porque éste es el compromiso contraído; si nosotros les hubiéramos puesto sobre aviso, si nosotros hubiéramos sido leales y francos y les hubiéramos dicho: votad por nosotros porque a los ocho días me separaré e iré a un puesto más satisfactorio para mí, a un puesto donde mi vanidad será más satisfecha, a un puesto donde yo, que soy incapaz de estar en la Representación Nacional, podré desempeñar mi ineptitud, entonces nadie habría votado en nuestro favor; todos hubieran dicho: que venga un ciudadano que sea constante, a cumplir con su deber, y no uno que nos venga a engañar pidiéndonos nuestro voto para que después venga el suplente. No, señores, hay que ser conscientes de lo que constituye para nosotros nuestra representación. Me parece que muchos de estos señores que piden licencia, o confiesan que no tienen conciencia del carácter que han recibido del pueblo, de la investidura con que han sido consagrados, o que ese carácter no obedece a una elección democrática. Si su elección hubiera sido democrática, respetarían esa consagración que han recibido de sus electores, y si ven con desprecio esa investidura, es que han sido impuestos por caciques o compadrazgos o por cualquiera cosa, pero no que hayan sido electos de una manera democrática por sus electores. Así pues, pido que votéis en contra de esta licencia y de las que se nos vengan a pedir en lo sucesivo. Bien está, señores diputados, que se concedan licencias a quienes estén enfermos, a los que invoquen una verdadera causa, no pretextos; pero cuando se vayan a recibir comisiones del Ejecutivo o comisiones que no tienen que ver nada con esta Representación Nacional, y lo mismo en cuestiones de pretextos, pido que invariablemente se rechacen estas licencias. Ha habido muchos que vienen aquí ya con componendas con sus suplentes; ha habido muchos que al llegar aquí ya vienen entendidos en que recibirán una comisión del Ejecutivo para irse a desempeñar esos cargos y, señores, ante todo hay que ser leales con nuestros electores. Nada tiene que ver la comisión que concede el Ejecutivo con el voto que nos ha dado el pueblo, y nosotros, señores diputados, debemos dar preferencia al voto que hemos obtenido democráticamente. Y repito, señores, si vemos con tanto desprecio esa investidura es: o que no tenemos conciencia de la importancia de nuestro puesto, o que no hemos sido electos democráticamente.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa.
El C. Espinosa Luis: Honorable Asamblea: Soy el primero en reconocer la buena voluntad manifestada en esta tribuna por el C. Soto al oponerse a que se concedan las licencias sin motivos justificados; pero también soy el primero en reconocer que en esta ocasión el C. diputado Soto ha procedido con absoluta ligereza. El C. Soto bordó los argumentos de oposición sobre verdaderas hipótesis, diciendo que esta licencia se pedía o porque el C. Berumen no tiene conciencia del cargo que representa, o porque no fue electo democráticamente; y no hay ni lo uno ni lo otro, compañero Soto. Se trata de una cosa íntima que es penoso leer aquí, se trata de asuntos de la vida privada; pero que no hay más remedio, ante la insistencia del compañero Soto, para hacerlos públicos. El C. Berumen ha recibido este mensaje de Zacatecas, fechado el día 7 de este mes, donde su señora esposa le dice que habiéndose encontrado enferma de gravedad y estando un poco mejorada y necesitando venir con urgencia a esta capital, le suplica que vaya por ella. Eso es todo. ¿Cómo vamos nosotros a negarle la licencia indispensable a un compañero para que pueda desempeñar con toda precisión un deber ineludible como es el presente? Ya ve el compañero Soto como sí se pueden pedir permisos muy justificados por otros conceptos que no sean los de la imposición ni de la falta de conciencia del cargo que se desempeña. Yo invoco, sí, el deber del compañerismo de todos vosotros. Estoy enteramente de acuerdo en que aquellos ciudadanos que vengan a pedir licencia para ir a desempeñar puestos que les da el Ejecutivo o ir a desarrollar labores distintas a las de sus representados, se les niegue de manera sistemática, porque en su oportunidad yo demostraré ampliamente lo funesto que es para la independencia del Poder Legislativo que sus miembros vayan a servir al Ejecutivo; entonces yo estaré con el diputado Soto, pero en este caso, señores compañeros, yo pido que por solidaridad aprobemos la solicitud presentada por el compañero Berumen.
El C. secretario Tirado: No habiendo inscriptos más oradores, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. Se sujeta a votación. Los ciudadanos diputados que aprueben la licencia del diputado Berumen, se servirán ponerse de pie. Aprobada la licencia.
- El mismo C. secretario: Sigue a discusión la postulación que la Gran Comisión hizo para integrar las comisiones reglamentarias.
El C. Siurob: Pido la palabra, señor presidente, para una moción de orden.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Siurob: Tengo presentado un proyecto de ley relativo a instrucción pública, y como ya esta comisión está integrada, pido que se dé lectura a ese proyecto, conforme al Reglamento, antes de que pasemos a integrar definitivamente las comisiones.
- EL C. presidente: Conste que eso propiamente no es una moción de orden, es una proposición. En la sesión pasada se empezó a discutir toda la lista de comisiones, y hoy lo debido es continuar discutiéndolas hasta integrarlas todas. La Presidencia sugiere la conveniencia de acabar de nombrar todas las comisiones para dar cuenta con los asuntos en cartera y que deben pasar a comisiones, y hacer el reparto general de todos esos asuntos.
El C. Siurob: Pues la única razón en que fundaba mi moción de orden es que el Reglamento dice el orden en que se dará cuenta de los asuntos dentro de la Cámara; primero dando cuenta con los asuntos en cartera y en seguida pasando a la orden del día. Como mi asunto estaba en cartera, en eso estribaba mi moción de orden para que se diera primero lectura a los asuntos en cartera y después se pasara a la orden del día. Por lo demás, aunque éste es un proyecto relativo a instrucción pública que, en mi concepto, tiene bastante importancia, no tengo ningún inconveniente en acceder a lo que dice su señoría.
El C. secretario Tirado: Está a discusión el suplente de la Comisión de Contraloría, C. Juan Quiroga, que fue separado por el diputado Mijares.
El C. presidente : Tiene la palabra en contra el C. Mijares.
El C. Mijares: Ciudadanos diputados: Creo que las discusiones que debamos tener para los nombramientos de los distintos compañeros que vayan a integrar las comisiones, debemos llevarlas a cabo sin el apasionamiento que hemos seguido para las discusiones de credenciales.
Estos nombramientos entrañan para la República un paso de trascendencia. La honorable Comisión, la honorable Gran Comisión no se fijó detenidamente, como lo expuso el señor Espinosa, aunque muchas veces su verborrea no le permite exponer los hechos malos que esta Comisión ha cometido, que están hasta cierto punto de conformidad con mis ideas. El señor Juan Quiroga ha sido nombrado miembro de una de las comisiones de Contraloría; el señor Quiroga no sabe en lo absoluto nada de los movimientos que tiene ese gran Departamento que depende del Ejecutivo de la Nación, y es lógico que cuando se presente cualquier asunto para dictamen de la Comisión a que quiere pertenecer, no venga naturalmente dictaminado con el elevado y alto criterio que estas cosas necesitan. Yo quisiera que los honorables diputados se fijaran ampliamente en aquellas personas que conocen perfectamente los negocios que se tratan en Contraloría, así como los grandes negocios en que tiene que dictaminar la Comisión de Hacienda y Crédito Público, para que no nos veamos en el caso preciso de que cada uno de aquellos proyectos que el actual Ejecutivo o el futuro presidente envíen ante la Representación Nacional, vengan y por el solo hecho de ser remitidos por el Ejecutivo o por cualquier secretario de Estado, sean incontinenti aprobados por las personas que integran estas comisiones. Yo, señores diputados, no conocedor de los altos problemas hacendarios que naturalmente hay que resolver para la patria, presiento que vayamos a tener que ver, paso a paso, cada uno de los proyectos que presente el Ejecutivo, aceptados sin una modificación por las honorables comisiones, porque no conocerán, señores, ni lo que se les presenta. Hay un caso concreto sobre estas cosas y que quiero hacer del conocimiento de la Cámara precisamente para que se vea que aquí hay personas que en el criterio de todos nosotros están como conocedoras profundas de las ciencias económicas - cuando menos esta es la pretensión que tienen - , como el señor Zubaran, que no ha protestado, señores diputados, por un gasto de novecientos mil pesos que se hizo en el Ayuntamiento de la ciudad de México, y que fueron gastados en papel, en plumas, en portaplumas, en lápices, en broches para papel y en otras fruslerías, cantidad que era suficiente para que el honorable Ayuntamiento tuviera tres o cuatro fábricas que le produjeran más económicamente todo el papel que gasta, todas las plumas que usa y todos los lápices que naturalmente muchos empleados se cogen en el Ayuntamiento; estos hechos, que si estuviera aquí el C. Zubaran no desmentiría, vienen a comprobar por qué la honorable Asamblea debe fijarse detenidamente en cada uno de los miembros que van a integrar las comisiones como la de Hacienda, como la de Crédito Público, como la Contraloría, para que no vayamos nosotros cuando se nos presenten aquí estudios, a pasarlos por alto. Pongamos el caso de la honorable Gran Comisión, que nos presenta el estudio de comisiones sin ni siquiera haber tenido la deferencia de invitar a los diputados a que estuvieran presentes en esa discusión. Mucha luz se hubiera hecho sobre el asunto y noto que el señor Aquilino Rama está riéndose; ya lo atacaré a él cuando esté en su puesto. El señor Aquilino Rama, que siempre sonríe y se burla de los oradores, es uno de los individuos que quiero yo pintar muy por encima del señor Norberto Domínguez, a quien respeto por su virilidad de haber venido a la tribuna a decir que era porfirista; el señor Rama, que siempre se burla de los oradores, es uno de los individuos que con su juventud y todo andaba mendigando los favores de Bonillas, y ahí están las pruebas; ya vendrá la discusión del lugar que le corresponde en el Petróleo y Comunicaciones. (Risas.) Yo no quiero, señores diputados, venir a servir de rémora; lo que quiero es llamar a las conciencias de ustedes. Yo creo que todos honradamente saben que el señor Juan Quiroga nunca ha desempeñado puestos en donde haya obtenido los conocimientos necesarios para saber esa relación que existe entre todas las cuestiones económicas. Yo creo que el señor Juan Quiroga nunca ha leído ni nunca ha abierto un texto de economía política; yo creo que el señor Juan Quiroga no sabe ni de dónde viene, no conoce ni uno solo de los medios por los cuales entra dinero al Gobierno y por los cuáles viene aquí a la Tesorería del Congreso para que se le paguen treinta y tres pesos treinta y tres centavos diarios. Esto es cierto (Siseos.) y es el caso, señores diputados, como lo he asentado, que vuestras conciencias deben pensar detenidamente en quiénes son aquellos que deban integrar las comisiones, para que no nos veamos en el caso preciso de dar espectáculos risibles cuando se traten en esta Asamblea las cuestiones hacendarias,
las cuestiones de contraloría, que hoy por hoy son el problema más difícil que se le presenta a la República. Hoy por hoy necesitan los señores diputados fijarse escrupulosamente en ciertas personas para que vengan a tomar parte en las comisiones agrarias y en otras comisiones que no tienen tanto interés, como la de Contraloría y Hacienda; es bueno que fijándonos un tanto más en los conocimientos que deban tener las personas que integran estas comisiones, veamos la manera de integrarlas de una manera que puedan dar los resultados prácticos y que no tengamos los que conocemos poco de cuestiones hacendarias la necesidad de andar recurriendo a estudios arduos para poder venir a combatir aquí dictámenes de comisiones que, naturalmente, por la fuerza que representa un dictamen, es muchas veces difícil tirar. Yo creo que aunque me ha faltado elocuencia, yo creo que aunque no he sabido exponer el punto tan claramente como he deseado, los señores diputados sabrán comprenderme y se servirán fijarse en una persona más competente que el C. Juan Quiroga, para que venga a integrar una Comisión tan importante como es la de Contraloría.
El C. Esparza Martínez: Pido la palabra en pro.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Esparza Martínez Reinaldo. (Voces: ¡Tribuna!)
El C. Esparza Martínez: Indudablemente el señor diputado Mijares no ha abierto en su vida un texto de lógica, porque sus argumentos han sido verdaderamente infantiles, absoluta y claramente desastrosos. El diputado Mijares quiere probablemente traernos a Carlos Guide a la Comisión de Contraloría; el señor Quiroga, por los antecedentes que de él me han sido referidos, y por el conocimiento personal que tengo de sus aptitudes, puedo asegurar a esta Asamblea que tiene, si no muy amplios, sí los suficientes conocimientos para integrar, para formar parte de la Comisión de Contraloría. El señor diputado Mijares pregunta: ¿el diputado Quiroga ha desempeñado algunos de esos puestos públicos que tengan relación con los conocimientos de economía política? ¿qué seguramente el talento y los conocimientos solamente con la práctica se adquieren, señor diputado Mijares? Contésteme usted.
El C. Mijares: Sí, señor. (Campanilla.) Me interroga el señor diputado. ¿Me permite la Presidencia contestar?
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mijares.
El C. Mijares: Yo, en primer término, compañero, le doy el alerta a la Asamblea. Ya se nos han presentado dos casos en que las comisiones han hecho lo que se les ha antojado; yo únicamente quiero, quiero y lo deseo sinceramente,que la Asamblea se forme un criterio de lo que es pertenecer a una Comisión como la de Hacienda, como la de Contraloría. Usted que dice que conoce perfectamente al señor Quiroga, usted que viene representando al grupo estudiantil de determinado Estado, no puede comprender, compañero, porque no sabe lo difícil que es ir a revisar asuntos en Contraloría, lo difícil que es ese puesto. Yo quisiera que después que usted hubiera acabado de hablar exponiendo todos los conocimientos que tiene de lógica, todos los conocimientos que tiene de contaduría, que algún miembro de esta Representación Nacional y que sea apto en cuestiones hacendarias, interrogue al compañero Juan Quiroga, para que le conteste algunas preguntas que, naturalmente, puedan concernir sobre los asuntos de Contraloría. (Murmullos. Risas.)
El C. Esparza Martínez: Dista mucho su señoría de constituirse en mi mentor, y mucho menos admitiría yo que fuera usted quien me hiciera indicaciones de esa índole. Yo absolutamente ninguna presunción ha hecho patente de que tenga conocimientos en materia de economía política; únicamente vengo a defender, vengo a abogar por la personalidad del señor Quiroga, porque, en mi concepto, no se necesita ir a una tribuna a hablar tan trabajosamente como lo hizo el señor Mijares, para demostrar cosas verdaderamente infantiles. Repito, el señor Mijares ha ido únicamente a la tribuna a exhibirse, porque no nos ha demostrado nada absolutamente, por lo que toca a la incompetencia de mi defenso.
Yo repito que estoy en aptitud de informar a la Asamblea, que conozco al diputado Quiroga; creo que sí puede formar parte de esa Comisión, porque tiene no muy amplios conocimientos, pero sí los suficientes, y por estas razones yo pido a la honorable Asamblea que no tome en consideración las palabras del C. Mijares.
El C. Quiroga: Pido la palabra, ciudadano presidente.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Quiroga.
El C. Quiroga: Honorable Asamblea: Debo de decir que no tengo el título de contador, como anoche que estuvimos hablando el señor Mijares y yo, sobre el particular, le decía, para representar la investigación en la Comisión que forma parte de la Contraloría; pero sí propuse al señor Mijares que se nombrara una comisión en esta alta Representación, para que se formara un examen de mi personalidad, después de no tener compromiso alguno, para tener que examinarme y se supieran exactamente los conocimientos que sobre el particular tengo.
El C. Avilés Uriel: No vaya usted hacer eso, va usted a rebajarse.
El C. Quiroga: No es rebajarme, señor; yo pido ese examen, para darle gusto a su excelencia el señor Mijares. (Voces: ¡Ya! ¡Ya! ¡Basta!)
El C. secretario Tirado: Se suplica a la Asamblea que se sirva guardar orden.
No habiendo más oradores inscriptos, se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. Se sujeta a votación. Los ciudadanos diputados que aprueben como suplente en la Comisión de Contraloría al C. Juan Quiroga, se servirán ponerse de pie. Aprobado.
El C. Quiroga: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. presidente: No está alterado el orden, señor Quiroga.
El C. Quiroga: Para una alusión personal.
El C. presidente: Con posterioridad se le concederá.
El C. secretario Tirado: Se pone a discusión la candidatura del señor Luis Castro y López,
separada por él mismo, de la 2a. Comisión de Corrección de Estilo.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Castro y López.
El C. Castro y López: Señores compañeros: La Gran Comisión tuvo a bien nombrarme a mí para la 2a. Comisión de Corrección de Estilo y para la 2a. Comisión de Peticiones. Si yo separé la una y si el compañero diputado Manrique, a solicitud mía, separó la otra, debo explicar a la Representación Nacional el porqué de mi solicitud para que se me retirara de estas comisiones. Debo advertir a la Representación Nacional que yo sé que al venir a esta Representación, estoy obligado a desempeñar todas las comisiones para las que se crea que yo puedo ser útil; pero también debo rogar a sus señorías que tengan en consideración las razones que me movieron a mí para pedir que se me separara de algunas comisiones. La razón que he tenido es ésta: yo al venir a esta Cámara de Diputados, he venido animado de la mejor intención de hacer el mayor bien que pueda dentro del seno de la Representación Nacional; tanto la Comisión de Corrección de Estilo, como la Comisión de Peticiones, son dos comisiones que no necesitan grandes conocimientos para desempeñarse, pero que sí son extraordinariamente laboriosas y quitan mucho el tiempo de que un representante puede disponer dentro del seno de esta Asamblea. Yo formo parte de la "Sociedad de Abogados de México"; van a ponerse a discusión muy en breve, proyectos de mucha importancia para la "Sociedad de Abogados de México", y no sólo para la "Sociedad de Abogados de México", sino para todos los abogados del país; tengo como abogado, obligación de velar y de estudiar cuidadosamente con todo mi más grande empeño, con toda mi enorme dosis de buena voluntad, con todo lo poco que yo sepa de Derecho, estudiar esas leyes orgánicas de tribunales que van a ponerse a discusión.Esa es una de las razones por que he pedido que se me separe de la Comisión, porque creo que más útil sería mi labor estudiando cuidadosamente esas leyes orgánicas de tribunales, esos proyectos de reformas al Código de Procedimientos Civiles y al Código de Procedimientos Penales que muy en breve se pondrán a la consideración de la Representación Nacional, porque es absolutamente preciso que todos los que somos o tenemos, por lo menos, el título de abogados, como los que tienen el título de médicos o de ingenieros y, en general, los que son peritos o están obligados a ser peritos en algo, pongan su buena voluntad, todos sus conocimientos, por pocos que sean, para el estudio y la mejor resolución de esos problemas. Esa es una de las razones que me han movido para separarme de esas comisiones. Otra de las razones es ésta: yo formo parte de un partido obrero, el "Partido Liberal Obrero de San Luis Potosí". Como miembro de un partido obrero, estoy obligado a dedicar todo mi entusiasmo, toda mi buena voluntad, todos los pocos conocimientos que tengo del problema obrero, para tratar dentro de la Representación Nacional la mejor solución de ese problema.
Yo quiero disponer de todo mi tiempo para tratar así el problema obrero que tengo obligación de tratar como miembro de un partido obrero, para tratar también el problema de la justicia en México, un problema que ya va siendo demasiado problema, porque todavía no ha llegado a la justicia el triunfo de la revolución; para solucionar, como abogado, para contribuir, dentro de mi insignificancia, a la solución de ese problema. Estas son las únicas razones que tengo para pedir a la Representación Nacional que me excuse de formar parte de estas dos representaciones, comisiones que puede desempeñar cualquiera otro miembro de la Representación Nacional; pero que me quitarían a mí mucho tiempo que pienso dedicar a la solución de estos problemas que más interesan a la Nación; sin embargo, yo soy subordinado a las decisiones de la Asamblea; si la Asamblea quiere que yo siga formando parte de estas comisiones, aun a costa del tiempo mío, aun a costa de mi contingente insignificante, pero muy entusiasta, en la solución de los problemas de trascendencia nacional que ya acabo de poner a la consideración de ustedes, estoy dispuesto, como estaré en toda ocasión, a recibir las órdenes y a obedecerlas, emanadas de la Representación Nacional.
El C. Manrique: Pido la palabra para una aclaración.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manrique para aclaraciones.
El C. Manrique: Yo no tengo, señores compañeros, nada serio que oponer a la objeción personal del señor Castro y López; sólo debo agregar que es un poco inexacto afirmar que estas comisiones quiten mucho tiempo a quienes las desempeñan; son dos las comisiones de Corrección de Estilo, y su única misión consiste en revisar y corregir las minutas de los proyectos de leyes en el momento de pasar de esta Cámara a la de Senadores. Como el proyecto de ley termina después de una discusión, a veces larga, en los tres meses que nos faltan, creo que a mucho estudiar de esta Cámara saldrán seis u ocho proyectos que, repartidos en dos comisiones de Corrección de Estilo... (Voces: ¿Cómo lo asegura usted?) Lo digo en vista de la experiencia que tengo. En la discusión de la Ley del Trabajo se emplearán dos o tres meses; en consecuencia, no es muy grande el trabajo. Hay también dos comisiones de Peticiones que tienen por objeto único leer las peticiones de los particulares, clasificarlas y ponerles el trámite de pase a la Comisión de Guerra, de Gobernación, etc., etc. Hecha esta salvedad, la Comisión no tiene nada serio que objetar a lo manifestado por el señor Castro y López.
El C. secretario Tirado: No habiendo más oradores inscriptos para hablar sobre este punto, se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se sujeta a votación. Los ciudadanos diputados que aprueben la candidatura del C. Castro y López para figurar como miembro de la 2a. Comisión de Corrección de Estilo, se servirán poner de pie. Aprobada.
Está a discusión la postulación en favor del C. Espinosa Luis, como miembro de la Comisión de Establecimientos Fabriles y Militares, separada por el mismo C. diputado Espinosa.
El C. Espinosa: En atención a que el C. Ingeniero Vito Alessio Robles separó también mi candidatura, y deseando - por curiosidad más que por
otra cosa - conocer los motivos que este señor compañero tenga para impugnar mi candidatura, me reservo para cuando él haya hablado. (Voces: ¡No está Alessio Robles!)
El C. secretario Tirado: No habiendo algún ciudadano diputado que haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si está suficientemente discutido.
El C. Espinosa: Moción de orden. Yo he dicho que no impugno mi propia candidatura hasta conocer las razones que aduzca el C. Alessio Robles para oponerse a que se me designe; esto como una curiosidad. Fundamentalmente yo rechazo toda candidatura para cualquiera Comisión en que se me quiera hacer figurar. Por lo tanto, yo no pido más que un aplazamiento, si es que el C. Vito Alessio Robles no está en el salón.
El C. presidente: La Presidencia no hace más que dar el trámite de rigor; usted se inscribió para hablar en contra y no lo ha hecho; lo ha hecho en tales términos que usted mismo no ha quedado satisfecho, sino que quiere aplazar la discusión de este asunto. La Asamblea ha resuelto ya que no debe aplazarse esta discusión y por esto la Presidencia, como es su obligación, ha puesto al debate este asunto. Si nadie se ha inscripto para hablar en contra más que usted, pregunta si se considera suficientemente discutido para proceder a la votación.
El C. Espinosa: ¿Me permite usted? Lamento sinceramente que el C. Alessio Robles no se encuentre en el salón; desearía saber los motivos que él tiene para impugnar mi candidatura, pero ya que desgraciadamente no está, me dedicaré a impugnarla yo mismo. Empiezo por manifestar que yo no sé lo que es eso de "Departamentos Fabriles y Aprovisionamientos Militares". Así es que ¿qué mayor franqueza? Está mi candidatura en esa planilla y en esa Comisión, y es nada más una de tantas combinaciones del caballeroso compañero Manrique, y eso es todo: que no se quiso averiguar la competencia de los compañeros para que figuraran en las comisiones y que así pudieran hacer trabajos más o menos eficaces. Ellos dijeron: "Vamos poniendo a uno del "Pélece" a toda costa en todas las comisiones, para que esté allí como inspector o director de la política nuestra; y después, para llenar los huecos que hubiera, para completar el número reglamentario, traigamos a otros nada más como lastre." Eso es todo; yo no puedo estar conforme, como ya lo dije, con esta política en manera alguna, es decir, no tengo voluntad para figurar en esa o en otra, y como creo que no puede obligárseme, se me antoja que esta es razón más que bastante para que no se apruebe este dictamen.
El C. presidente: La Presidencia hace notar a la Asamblea que, no obstante las aseveraciones del C. Espinosa, no está registrado el nombre del C. Alessio Robles como impugnador de la candidatura que está a discusión.
El C. secretario Tirado: No habiendo otro orador inscripto, se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el punto. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Rechazada. Está a discusión la candidatura del C. Juan Manuel Alvarez del Castillo, que separaron el C. Zincúnegui y la Comisión.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: Como ustedes recordarán, ciudadanos compañeros, la Comisión explicó que retiraba la candidatura del C. Alvarez del Castillo por haber el C. Alvarez del Castillo retirándose de la Cámara. Por consecuencia, en la primera sesión que efectúe la Gran Comisión propondrá persona que substituya al C. Alvarez del Castillo; entretanto, no es materia de discusión.
- El mismo C. secretario: Está a discusión, de la 2a. de Hacienda, el C. Miguel Alonzo Romero, separado por el C. diputado Espinosa.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa.
El C. Espinosa: Honorable Asamblea: Retiro, desde luego, cualquiera objeción que pudiera hacer a la candidatura del C. Alonzo Romero como miembro de la Comisión de Hacienda, y digo que la retiro, porque he recabado informes que me han sido dados completamente satisfactorios sobre la competencia del doctor Romero en este ramo; pero para no cansar a la Asamblea y, sobre todo, para no perder el tiempo, hago esta declaración: que retiro todas las objeciones hechas en la sesión de ayer, objeciones justificadas para todos los criterios de los representantes honrados, porque todos sentirán la misma indignación que yo, al ver en una Comisión de Puntos Constitucionales a Manrique, reconocido como competentísimo abogado, como poliglota, como otras cosas más, pero yo no sé ni que sea abogado, ni que haya hecho siquiera un curso de Derecho Constitucional. Y así por el estilo, podríamos examinar todos los proyectos de planillas y veríamos que allí, como lo asenté ayer, no ha imperado otra cosa que el criterio del compadrazgo y el criterio político. Habría, pues, motivo más que bastante para hacer en esta tribuna una ruda campaña en favor de los intereses generales del país; pero no la haré, señores representantes, porque sería ser más que un quijote, y yo no estoy dispuesto a desempeñar ese papel en el seno de esta Asamblea. Yo volveré a la tribuna a defender los intereses generales del país, cuando haya ya aquí un número bastante de diputados independientes, con independencia suficiente para enfrentarse a los intereses de los grupos; entonces volveré a esa tribuna a hacer esta defensa que ahora rehuyo, no por cobardía, sino por estéril. Declaro también, ciudadanos representantes, que tomaré la revancha en cuanto a que se haga justicia en la aprobación de credenciales, y no sólo en que se haga justicia, sino en que aquéllas sean despachadas lo más pronto posible, a efecto de que los ochenta compañeros que andan sufriendo en los pasillos de esta Cámara injustamente, vengan aquí a representar a sus comitentes cuanto antes y a defender los intereses generales del país. Para entonces reto yo a los señores que ahora se han despachado, como se dice vulgarmente, con la cuchara grande. Yo creí, señores representantes, que los miembros del Partido Liberal Constitucionalista dentro de la Gran Comisión procederían, al nombrar esta planilla, con un espíritu amplio, con un espíritu a base de capacidad; pero ya hemos visto, señores, que esto no fue más que una ilusión de los bienintencionados,
de nosotros, de los que pensábamos así; en cambio, ha sido todo lo contrario: una triste desilusión. ¿Para qué ir a luchar a esa tribuna? ¿Para qué ir a perder el tiempo, si ya sabemos que nuestras intenciones sanas se estrellarán forzosamente ante la roca inconmovible de esta mayoría que, de antemano y de una manera tan meditada, aprobó las credenciales de sus incondicionales? ¡Es absurdo, es inútil y es estéril! Por esta razón retiro todas las candidaturas que había separado en la sesión de ayer.
El C. secretario Tirado: La Secretaría toma nota de las palabras del C. diputado Espinosa, y retira todas las impugnaciones que había hecho.
El C. Espinosa: ¿Me permite una aclaración? Excepción de una o de dos, que hay allí mías, que no estoy dispuesto a dejarlas pasar.
El C. secretario Tirado: No habiendo otro orador inscripto, se pregunta si se considera suficientemente discutida la candidatura del C. Miguel Alonzo Romero. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se sujeta a votación. Los ciudadanos diputados que aprueben la candidatura del C. Miguel Alonzo Romero para la 2a. Comisión de Hacienda, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.
Está a discusión la candidatura del suplente de la 1a. Comisión de Crédito, C. diputado Juan Quiroga, separado por el C. diputado Mijares.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mijares.
El C. Mijares: Señores diputados: He expuesto ampliamente las razones por las que yo suponía que no debería aceptarse al señor Quiroga como miembro de las comisiones de Contraloría y Crédito. Ya no me vendrá el señor representante de la juventud a decir que no tengo necesidad de traer a colación la cuestión de la ciencia económica. Yo considero que serán arduos y difíciles los problemas que tenga que tratar esta Comisión, y vuelvo a suplicar a la Asamblea que piense detenidamente este asunto. Yo veo, naturalmente, que la mayoría está por aprobar las comisiones tal y como las propone la Gran Comisión; por eso, como no tengo la gran elocuencia del compañero representante de la juventud, me limito a hacer constar las mismas razones que expuse en mi primer mal discurso, para que, si a bien lo tiene la Asamblea, las tome en consideración y vea qué otro miembro más competente de entre nosotros, puede ocupar ese puesto.
El C. Esparza Martínez: Pido la palabra para contestar una alusión personal. (Voces: ¡No! ¡No!) Tengo derecho.
El C. presidente: No, en este momento no tiene derecho; se le concederá la palabra inmediatamente después de que termine la discusión.
El C. secretario Tirado: Habiendo retirado su objeción el C. Mijares, queda en pie la candidatura del suplente, Juan Quiroga.
El C. Mijares: Pido la palabra. La impugno con las mismas razones con que impugné la otra. Yo creo que la Asamblea, en este caso, meditando un poco más, puede comprender que el señor Quiroga no es para que nos venga a tratar del crédito público de la República.
El C. Borrego: Para interpelar a la Comisión, señor presidente. Para suplicar al señor secretario de la Gran Comisión, se sirva informarnos de los antecedentes que tiene del señor Quiroga, de su competencia en materia hacendaria para haberlo colocado en esa Comisión. Es la mejor manera de ilustrar a esta Asamblea y de saber a qué atenernos.
El C. Quiroga: Pido la palabra.
El C. Manrique: Como secretario de la Gran Comisión y como participante en la discusión que tuvimos, puedo informar que algunos señores compañeros propusieron la candidatura de Juan Quiroga, y se expresaron elogiosamente de sus conocimientos en materia hacendaria, sobre todo en materia de contabilidad. Debo también hacer observar que el señor Quiroga es suplente en ambas comisiones; en consecuencia, sólo entra en ejercicio. - bueno, huelga la explicación - , sólo entra en ejercicio a falta de alguno de los propietarios y, entretanto, suponiendo que el señor Quiroga no tuviese toda la competencia necesaria - porque debemos confesar paladinamente que no hay aquí especialistas, salvo una que otra honrosa excepción - , el ser suplente ya obliga a la persona a estudiar y a prepararse para el caso de que falte alguno de los propietarios. El señor Quiroga tiene buenas referencias como perito contador. Esto es todo lo que puedo informar.
El C. secretario Tirado: Se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutida la candidatura. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutida. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.
El C. Esparza Martínez: Pido la palabra para una alusión personal.
El C. presidente: Inmediatamente después de que se termine la discusión, C. Esparza.
El C. Esparza Martínez: Suplico a su señoría se sirva concedérmela.
El C. presidente: No es posible, porque hay interés en que se termine cuanto antes el nombramiento de estas comisiones; pero con objeto de que su señoría quede bastante satisfecha, la Presidencia va a poner a la consideración de la Asamblea su trámite: ¿Se concede permiso para que hable desde luego el C. Esparza Martínez, o con posterioridad? Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. No lo concede la Asamblea.
El C. Esparza Martínez: Entonces me inscribo en pro. (Voces: ¡No hay nada a discusión! Risas.)
El C. secretario Tirado: Está a discusión la candidatura del C. Manuel Padilla para la 2a. Comisión de Crédito, separada por la misma Comisión.
El C. Manrique: La Comisión hace observar lo mismo que dijo de Alvarez del Castillo: que toca a la Comisión proponer persona que substituya a Padilla, que pidió licencia por tres meses.
El C. secretario Tirado: Está a discusión la candidatura del C. diputado Marco Aurelio González para la 2a. Comisión de Crédito, separada por el C. diputado Mijares. ¿Retira su objeción el C. Mijares?
El C. Mijares: No; espero que la Presidencia me conceda el uso de la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra
de la candidatura del C. Marco Aurelio González, el C. Mijares.
El C. Mijares: Honorable Asamblea: Es satisfactorio para mí que conste en el DIARIO DE LOS DEBATES que he tomado la palabra para hacer del conocimiento de esta honorable Asamblea las personalidades que no son competentes para venirnos a dictaminar asuntos de tal trascendencia, como los que tienen que dictaminar las comisiones de Hacienda y Crédito Público; pero lo único que yo deseo por esta vez es que la Comisión nos dé informes del señor Marco Aurelio González para que la Asamblea vote como a bien tenga. Es una satisfacción para mí que esto conste en el DIARIO DE LOS DEBATES, porque yo conozco personalmente a estas personas y creo que no tienen los suficientes conocimientos, ni siquiera para saber cómo se asienta en un libro Diario cualquier asiento que se les presente; pero viendo naturalmente que la mayoría tiende a que estas candidaturas sean aceptadas, yo no hago más que hacer constar mi dicho para que mañana no vaya yo a ser uno de los que llevan sobre su espalda la responsabilidad del silencio por admitir a personas ineptas.
El C. Esparza Martínez: Pido la palabra en pro.
El C. presidente: Tiene usted la palabra en pro.
El C. Esparza Martínez: voy a valerme de este permiso que se me concede para hacer uso de la palabra, para contestar al C. Mijares. (Voces: ¡No! ¡No! Siseos. Campanilla.) Sin perjuicio de que hable en pro de la candidatura.
El C. presidente: La Presidencia se permite muy atentamente llamar al orden al C. Esparza Martínez. Ya está viendo su señoría cómo la Asamblea se resiste a escucharlo en la forma en que quiere hacer uso de la palabra. Con objeto de que podamos trabajar yo me permito suplicar a su señoría que no haga uso de la palabra en este momento, o que si quiere hacer uso de ella lo haga como debe hacerlo a efecto de que la Asamblea lo atienda; de lo contrario perderemos el tiempo y el señor Esparza Martínez no será oído.
El C. Esparza Martínez: Voy a hablar en pro.
El C. presidente, continuando: Pues tiene usted la palabra en pro, pero tenga la bondad de no comenzar con el preámbulo de que se vale de este subterfugio para contestar una alusión personal.
El C. Esparza Martínez: Es un recurso como cualquier otro, señor presidente. (Voces: ¡No!) No voy a medir mis fuerzas con el diputado Mijares; no le concedo esa consideración.
El C. presidente: Pues me permito indicar a usted que ese recurso no lo haga patente a la Asamblea; sírvase usted de él. (Risas.)
El C. Esparza Martínez: Vengo a hablar en pro del C. diputado Marco Antonio González, por que sus antecedentes me capacitan para ello. El C. diputado Marco Aurelio González ha hecho largos estudios en Estados Unidos y su competencia, a no dudarlo, lo habilita prácticamente para desempeñar la Comisión para que ha sido propuesto; ha trabajado en uno de los Bancos de Nuevo León y tiene una larga práctica adquirida en Bancos de los Estados Unidos, en instituciones de crédito de esta capital; y por esas sencillísimas razones yo abogo porque el C. Marco Aurelio González figure en esa Comisión, a pesar de que le cause muchísimo escozor al diputado Mijares, con quien no mediré mis fuerzas, repito. Esa es la razón, sencillamente, por la que he hablado en pro. (Risas y siseos.)
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: Interpelado por el C. Mijares, debo proporcionar a ustedes los informes que me fueron suministrados por el propio interesado, el compañero González: Aparte de recordar que figuró en el ejército maderista y otras cosas que no hay por qué tenerlas en cuenta en este momento, por lo que toca a la competencia en materia hacendaria, nos dice que en 1910 trabajo como empleado en el Banco de Nuevo León, en Monterrey; que el año de 1913 se fue a estudiar a los Estados Unidos, habiendo hecho un curso especial de contaduría y banca hasta el de 1917, trabajando después en algunos bancos de los Estados Unidos y regresando al Banco de Nuevo León, donde estuvo como ayudante del contador por un año. En 1919 estuvo aquí en la ciudad de México como representante de la Compañia Carbonífera de Salinas, encargado de distintas instituciones de crédito. Son los informes que proporcionó el interesado.
El C. secretario Tirado: Se pregunta a la Asamblea si está suficientemente discutida la postulación. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se sujeta a votación. Los que estén por la afirmativa, es decir, por que se apruebe la candidatura, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.
El C. Manrique: Señor compañero Espinosa: interrogamos a usted para que nos diga si retira su objeción a la Comisión de Industria y Comercio, apartada también en la sesión de ayer. (Voces: ¡Ya la retiró!)
El C. Espinosa: Pido la palabra para contestar.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Espinosa: Dije que retiraba todas las planillas que habían separado, excepción de las mías, y ahora agrego más: la candidatura del C. Céspedes para miembro suplente de una Comisión del Petróleo.
El C. Manrique: Ya no es tiempo, compañero, ya está aprobada.
El C. Espinosa: Está separada por mí.
El C. Manrique: Entonces en concreto: ¿ésta la retira?
El C. Espinosa: Todas las demás.
El C. secretario Tirado: Habiendo retirado su objeción el C. diputado Espinosa respecto a la Comisión de Industria y Comercio, en su totalidad, que separó ayer, se sujeta a votación. (Voces: ¿Cuál? "Industria y Comercio: Miguel F. Ortega, Andrés Gutiérrez Castro, Gustavo S. Martínez, y suplente Bernardo de la Vega.
Está a discusión. ¿Algún ciudadano diputado desea impugnar la Comisión?
El C. Mijares: Pido la palabra para interpelar a la Comisión, señor presidente.
El C. secretario Tirado: Se sujeta a votación. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie.
El C. Mijares: Para una interpelación a la Comisión, señor.
El C. secretario Tirado: Aprobado.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mijares para una interpelación a la Comisión. (Voces: ¡Ya está aprobada!) Pero es que está aprobada por ligereza de la Secretaría. Se concede la palabra al C. Mijares.
El C. secretario Tirado: La Secretaría pidió la votación después de que declaró que estaba suficientemente discutido.
El C. Mijares: Le suplico a la honorable Comisión, al secretario, que se sirva decirme si tiene conocimiento de que el señor Andrés Gutiérrez Castro sepa algo de industria, muy especialmente de comercio.
El C. Manrique: Es claro que la Comisión tuvo en cuenta las aptitudes del señor Gutiérrez Castro; la Comisión está formada así: la preside el licenciado Miguel F. Ortega, que expresó su deseo de figurar en ella, ya que se ha dedicado preferentemente al estudio de cuestiones de industria y comercio; el C. Gutiérrez Castro es comerciante...
El C. Franco Urías, interrumpiendo: ¡Conocidísimo!
- El C. Manrique, continuando:... muy conocido en Coahuila, según afirma el compañero Franco Urías, tal vez con ironía..Vuelvo a repetirlo. Aquí no hay especialistas.
El C. Franco Urías: No con ironía.
El C. Manrique, continuando: Muy seriamente. El C. Gutiérrez Castro es muy conocido y reputado como comerciante en Coahuila; el C. Gustavo F. Martínez es profesor de la Escuela de Comercio, también por eso lo tuvimos en cuenta y Bernardo de la Vega es un comerciante del Estado de Guanajuato, muy conocido y reputado allá.
El C. Ortega Miguel F.: Pido la palabra para una aclaración.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ortega: Para aclarar solamente, señores diputados, que cuando yo solicité pertenecer a esa Comisión, dije ante la Gran Comisión que no quería presidir esa Comisión, pero sí tenía interés en figurar en ella porque he sido dos años y medio director de la Oficina de Patentes y Marcas; y como abogado consultor de la Secretaría de Fomento, cuando a esa Secretaría pertenecían todos los datos que ahora pertenecen a Industria y Comercio, tuve oportunidad de conocer todos esos asuntos; más no solicité yo presidir esa Comisión, sino simplemente pertenecer a ella en un lugar secundario.
El C. Manrique: Para una aclaración. El señor compañero Bernardo de la Vega me suplica que aclare que no es comerciante, sino industrial; forma en la Comisión de Industria y Comercio.
El C. secretario Tirado: Hechas las aclaraciones de los ciudadanos oradores, se pregunta a la Asamblea si aprueba la Comisión. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. (Voces: ¡Ya está!) Aprobada.
El C. secretario Tirado: De la 1a. Comisión de Instrucción Pública había sido separado el C. Rafael Ramos Pedrueza por el C. diputado Camarena; pero éste se acaba de acercar a la Secretaría a manifestar que retira su objeción. En esta virtud se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba la candidatura del C. Rafael Ramos Pedrueza. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada. 1a. Comisión de Justicia. Está separada la candidatura del C. Constantino Llaca por el C. diputado Leopoldo Vicencio. (Voces: ¡No está!)
El C. Manrique: A nombre de la comisión, si no me desautorizan los compañeros, solicito que se aplace esta discusión para que no se crea que queremos aprovechar la ausencia del compañero Vicencio, que acaso tenga alguna objeción seria que hacer.
El C. Espinosa: Pido la palabra, señor presidente, en contra de la proposición hecha por el C. Manrique.
El C. presidente: La Presidencia va a dar su trámite en este caso: de acuerdo con todos los antecedentes, no puede aplazarse una discusión. Este es el trámite de la Mesa. Está a discusión.
El C. Manrique: Pido la palabra en pro.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Manrique: Por mi parte, sólo quise dar una muestra de caballerosidad, puesto que era el dictamen de la Comisión el que se objetaba; quise demostrar que la Comisión no tenía empeño en aprovechar la ausencia de un impugnador; por mi parte prefiero que se discuta desde luego.
El C. secretario Tirado: Se sujeta a votación económica. Los ciudadanos diputados que aprueben la candidatura del C. Constantino Llaca, para la 1a. Comisión de Justicia, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.
2a. Comisión de Justicia. Leopoldo Vicencio, separada por el C. Vito Alessio Robles.
Está a discusión. (Voces: ¡Es el mismo caso! ¡Está ausente!) Estando ausente el C. Vito Alessio Robles que impugna la candidatura del C. Leopoldo Vicencio, se sujeta a votación. Los que aprueben la candidatura del C. Leopoldo Vicencio sírvanse ponerse de pie. Aprobada. Está a discusión la candidatura del C. Mauro Angulo, para la misma Comisión de Justicia, que se separó por el C. Manrique.
El C. secretario Tirado: Retira su impugnación el C. Manrique. En votación económica se pregunta si se aprueba la candidatura del C. Mauro Angulo. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.
Marina: Está a discusión la candidatura del C. Manlio Fabio Altamirano, separada por la misma Comisión.
El C. Manrique: Pido la palabra. La Comisión retiró la candidatura del C. Manlio Fabio Altamirano para proponer persona que lo substituya, lo que hará a la primera oportunidad. No es, pues, materia de discusión, en este momento.
El C. secretario Tirado: Queda pendiente para cuando la presente la Comisión. Está a discusión la candidatura del C. Macedonio Gutiérrez, de la misma Comisión de Marina, separada por el C. diputado Alessio Robles. El suplente, J. Joaquín Silva, de esta 1a. Comisión de Marina, también está separado por la Comisión.
El C. Manrique: La Comisión solicitó en la sesión de ayer, que se retirase todo el proyecto; me permito recordarlo a ustedes, con excepción del compañero Von Borstel; en consecuencia, esto será materia de discusión posterior.
El C. secretario Tirado: Queda pendiente para que la Gran Comisión presente nueva postulación.
- El mismo C. secretario: 1a. de Minas. Están separados los CC. Ramón Velarde y Carlos Chico, como suplente, por el C. Soto.
El C. Soto Francisco: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Soto: Respecto del compañero Ramón Velarde, solamente quiero hacer esta advertencia: que la diputación de Guanajuato, en su mayoría, no concurre desde hace algunos días a las sesiónes; han ido a la toma de posesión del señor ingeniero Madrazo, olvidando que aquella propaganda fue eminentemente democrática y que así debió ser la toma de posesión, en forma sencilla y democrática, pero no voy a extenderme. He oído opiniones de que el señor Velarde, aunque ha vivido en un mineral, no conoce de minas y quiero relacionar este asunto con el del señor Norberto Domínguez, que no figura en la Comisión de Minas y que creo es especialista en la materia. Yo querría que la diputación de Guanajuato estuviese aquí, para que los compañeros nos informasen sobre los conocimientos del señor Ramón Velarde. De cualquiera manera, no creo que sea más competente que el señor Domínguez y como esta Cámara ha demostrado su falta absoluta de sectarismo, creo que el señor Domínguez quedaría muy bien en esta Comisión. Eso por lo que respecta al señor Velarde. Por lo que respecta al señor Chico, yo desearía que se le substituyera por una persona más conocida y más apta. Desde que el señor Chico protestó en esta Cámara, yo les dije a algunos compañeros que entraba a rendir la protesta de ley un apellido. Y efectivamente, el señor Chico no es otra cosa en Guanajuato más que un apellido, no se puede decir de él, como de Iglesias Calderón, que sea el apellido de una sombra o la sombra de un apellido; es simplemente un apellido y no sé que tenga conocimientos ni aptitudes para nada. La diputación de Guanajuato se abstuvo en este caso de atacar o defender a este señor a base de que era lo menos peor que había por el distrito de Silao, porque tanto él como el otro candidato son anodinos. Yo no tengo grandes datos a este respecto, aunque me intereso por todos los asuntos que se relacionan con mi Estado, pero no he podido interiorizarme de todos en una forma adecuada por algunas circunstancias, y quiero que conste mi protesta en contra de los compañeros de la diputación de Guanajuato de quienes he solicitado datos y se me han negado. En el caso de estos señores, por el distrito de Silao me dijeron únicamente que los dos eran muy malos, que la elección había sido tan sucia por un lado como por el otro, que en lo político los dos tenían el mismo valor negativo, de tal manera que yo que quería enterarme de estas cosas y adoptar una actitud racional, no pude hacerlo en ningún sentido porque no conozco a esos señores y los compañeros de diputación se negaron a proporcionarme datos. Yo iré a la tribuna para poner de relieve este hermetismo de los compañeros de diputación y para que toda la Representación exija datos terminantes sobre estos señores. Así, pues, acerca de este señor Chico, que repito que es un apellido solamente, pido que se le substituya en esta Comisión, que se ponga otro; y respecto del señor Velarde, no sé si tiene algunos conocimientos en minería; tengo noticias de que no, pero de cualquiera manera, si el señor Velarde es competente, creo que la Comisión debería hacer alguna modificación en esta Comisión de Minas para que en ella figurase el señor Norberto Domínguez, que aunque ha venido a entonar la loa del porfirismo, creo que se debe a que estando metido en un agujero, al sacar la cabeza no echó de ver todavía el ambiente evolucionista de toda la República. Yo creo que el señor Norberto Domínguez es un hombre honrado y de los menos venenosos de los que aquí se titulan reaccionarios. Creo que puede figurar con gran pericia en esa Comisión, y ya sea retirando al señor Velarde, o a otra persona si se aclara que el señor Velarde es competente, yo creo que el señor Norberto Domínguez debe figurar en esa Comisión; y al señor Chico debe retirársele porque nadie sabe quién es. (Voces: ¡Ni de dónde vino!)
El C. Siurob: Pido la palabra para dar algunos informes a la Asamblea.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Siurob.
El C. Siurob: Señores: Conocedor de algunos de los hombres de Guanajuato, por haber sido gobernador de aquella Entidad, debo decir que conozco tanto al señor Velarde como al señor Chico. El señor Velarde estuvo como director de la oficina del Catastro y, por consiguiente, se ocupó de la valorización de todas las propiedades en el Estado, teniendo para ese objeto, que conocer por fuerza el valor de propiedades mineras, y, además, sé que ha emprendido algunos pequeños negocios de minas; conoce quizá el problema por el lado de la pequeña minería, es decir: de la minería única que hacen casi los nacionales, que es la mineria en pequeña escala. En cuanto al señor Chico, sé perfectamente que no es minero; era agricultor. Fungió como administrador no sé de qué, pero es el caso que era empleado de Fincas Rústicas en Guanajuato; por consiguiente, estimo que el C. Velarde sí puede tener algunos conocimientos, en tanto que el C. Chico sí estoy de acuerdo en que no tiene conocimientos de minería.
El C. Soto Francisco: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Soto.
El C. Soto: Una ligera aclaración nada más. Yo dije que mi impugnación al señor Velarde no era por incompetencia, sino por noticias contradictorias que yo había tenido; pero, dadas las nuevas luces que aporta el compañero Siurob, que sí está enterado de estas personalidades, creo que sí puede quedar el C. Velarde y substituir al señor Chico por el señor Norberto Domínguez y que éste señor no quede como suplente, sino que sea presidente de la Comisión, o en algún puesto, pero que no sea suplente.
El C. domínguez Norberto: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Domínguez.
El C. Domínguez: Doy las gracias a nuestro apreciable compañero el señor Soto. En efecto, hice mis estudios en la Escuela de Ingenieros de México; mi hoja de servicios está a disposición de quien quiera verla. He trabajado durante los últimos años en el mineral de El Chico, en temporadas como ingeniero consultor y director interino. Represento a
un distrito eminentemente minero, como es el de Hidalgo del Parral y, precisamente por eso, creo que por ser yo del ramo, fue ésta una circunstancia favorable para mi elección. Yo he formado una plataforma, que firmaron los vecinos de Hidalgo del Parral, y uno de los números más importantes se refiere a asuntos mineros de orden técnico y que van a beneficiar a la clase obrera. Una de las cosas por las cuales se quejan más en los centros mineros de la República, es esta: las haciendas de beneficio, en la actualidad, son grandes haciendas instituídas con capitales enormes; paso la época de los pequeños metalurgistas; hasta hace cuarenta o sesenta años tanto en Parral, como en Pachuca, y otros muchos minerales, había pequeños metalurgistas que, sin un gran capital, podían trabajar y obtener buenas utilidades; pero el régimen capitalista, que ha hecho una concentración lo mismo en las industrias que en las minas, no permite que subsistan esos pequeños establecimientos metalúrgicos, y sucede que los mineros que trabajan en pequeña escala, se desesperan porque no saben qué hacer con sus minerales, y resulta que la situación de esos mineros es sumamente difícil, y uno de los números de mi plataforma es este: gestionar ante la Representación Nacional, o ante quien proceda, que las grandes empresas metalúrgicas reciban la maquila, cuando menos en un veinte por ciento de los minerales que tratan. De esta suerte, todos estos pobres mineros que ahora están en la miseria, porque no pueden encontrar la forma de explotar sus minerales, podrán trabajar ampliamente y llevar recursos a sus familias. Esa es la única razón por la cual tengo especial empeño, si mis colegas me honran, en formar parte de la Comisión de Minas. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: La Comisión va a informar acerca de los datos que se le suministraron a propósito de los señores Velarde y Chico, y que la indujeron a incluir a estos señores en el proyecto de la Comisión. Por lo que toca al señor Velarde, se nos dijo que se trataba de un minero práctico; por lo que toca al señor Chico, se trata, no precisamente de un minero, sino de un abogado especialista en asuntos mineros y, como ustedes pueden observar, esta 1a. Comisión de Minas no la formamos exclusivamente con mineros, sino que procuramos que hubiera un minero práctico, especialista en la cuestión de minas, análogamente a lo que hicimos en la cuestión del petróleo, en donde tenemos un abogado, un geólogo y un industrial. En consecuencia, no se nos dijo de Chico que fuese ingeniero minero: es un abogado entendido - tal se nos informó - en asuntos mineros. De Velarde se nos informó que era minero práctico. Como la sugestión del señor compañero Soto para que se utilicen los servicios del señor ingeniero Domínguez, viene a confundir un poco la cuestión, porque puede haber compañeros que reprueben la candidatura de Velarde por el deseo de beneficiar al señor Domínguez, es decir, de utilizar sus servicios, me permito recordar que ayer la Comisión retiró la candidatura del ingeniero agrónomo Manuel Rico G., para proponer en la próxima sesión la candidatura del señor Domínguez como secretario de la Comisión de Minas, y aun se habría aprobado ayer mismo, si el compañero Siurob no se hubiera opuesto a la secuela; lo vamos a proponer como secretario, porque hemos procurado ser equitativos: No hay un compañero que desempeñe a la vez la presidencia de dos comisiones. Por ejemplo, ya el señor ingeniero Domínguez es presidente de la 3a. Comisión de Comunicaciones; consiguientemente, ahora será secretario de la 2a. Comisión de Minas. En consecuencia, ya lo tenemos en cuenta; pido, pues, a ustedes, que no tengan en cuenta al señor compañero Domínguez en el momento de votar a Velarde, que, si ustedes lo desean, puede permanecer en la 1a. Comisión de Minas.
El C. secretario Tirado: Se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutida la candidatura del C. Ramón Velarde para la 1a. Comisión de Minas. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada la candidatura del C. Ramón Velarde. Se procede a la votación del suplente, Carlos Chico. Los que aprueben la candidatura del C. diputado Carlos Chico para la 1a. Comisión de Minas, se servirán ponerse de pie. Rechazada.
En la 2a. Comisión de Minas está separado el C. diputado Manuel Rico G., por sí mismo y por la Comisión.
El C. Manrique: Me remito a mis palabras de hace pocos momentos, señores compañeros. La Comisión propondrá en su oportunidad, al señor ingeniero Domínguez para que substituya a Manuel Rico G.
El C. secretario Tirado: Pendiente.
El C. Espinosa: Pido la palabra.
El C. Presidente: ¿Con qué objeto, ciudadano?
El C. Espinosa: Para siquiera protestar por el procedimiento del C. Manrique, ¿qué él es la Gran Comisión? Yo también pertenezco a ella, y los veintiocho compañeros restantes también.
¿Por qué él, desde esta tribuna, sistemáticamente dice: yo tengo esto, yo hago esto otro? ¿Pero de dónde, señores? (Risas.) Conforme al Reglamento, el compañero Manrique debe reservar estas candidaturas para un previo estudio en el seno de la Gran Comisión, y después venir con la representación de todos nosotros, pero no convertirse en la Gran Comisión; yo protesto contra esta usurpación de funciones del compañero Manrique.
El C. Manrique: El C. Manrique aclara que no ha incidido en el mismo error que señala el compañero Espinosa, de creerse la Gran Comisión; solamente me permito recordar dos cosas: primero, que hablé ayer - porque ayer fue cuando aparté estas diversas candidaturas - , señor Espinosa, hablé en nombre de veintiún miembros de la Gran Comisión y aún cuento con la adhesión del compañero Jesús B. González. Cero y van veintidós. Y la de Erasmo Trejo; y van veintitrés. En consecuencia, cuando he hablado no he usurpado funciones; se conoce que el C. Espinosa ha hojeado los códigos. He hablado en nombre de veintitrés miembros de la Gran Comisión, ninguno de los cuales me ha desautorizado.
El C. Espinosa: Me permito aclarar, porque es un hecho de capital importancia lo siguiente: el
compañero Manrique se ha salido por la tangente, ha rehuído el punto. He dicho que Manrique, sin consultar a la Gran Comisión, sin conocer su opinión, dice: se quita a éste y se pone a aquél; si les parece a mis compañeros. Claro, si este procedimiento es rapidísimo, tiene la rapidez del rayo; los compañeros que forman la Gran Comisión ni siquiera se dan cuenta de lo que hace Manrique. Es por esto que me he visto obligado a protestar contra este procedimiento. Es necesario que el C. Manrique reflexione; no lo estoy atacando porque vaya a la tribuna a decir que cuenta con los votos de veintidós o veintitrés miembros para proponer tales o cuales candidaturas; eso ya lo dijimos y los hemos repetido, porque ha sido precisamente la voluntad de la mayoría de la Comisión. Naturalmente que así no es censura, compañero Manrique; lo que he censurado a vuestra señoría han sido los procedimientos de que se ha valido para hacerse de esa mayoría; esto lo censuré ayer, ahora censuro otra cosa muy distinta: que allí mismo proponéis candidato que substituya al que se quita; vos mismo, creyéndoos la Gran Comisión. Yo lo que suplico a la Cámara es que no sea por más tiempo juguete de Manrique, que dé toda la solemnidad y todo el respeto que deben tener estos actos; que no consienta en que allí, sobre la rodilla o en barbecho - como diría también Manrique - , se hagan estas combinaciones; que todos los candidatos que son rechazados no se substituyan por Manrique en el acto, sino que queden esos lugares en blanco para que los llene la Gran Comisión después de un estudio concienzudo y meditado. Esto es lo que yo pido; ya ve Manrique que es una cosa muy distinta a la que él quiso referirse muy a la ligera.
El C. presidente: Tiene la palabra la Gran Comisión. (Risas y aplausos.)
El C. Manrique: La Gran Comisión. (Risas y aplausos.) Señor compañero Espinosa: es para mí verdaderamente satisfactorio, es para la Gran Comisión verdaderamente satisfactorio (Risas.) informar al C. diputado Espinosa. Es muy sencilla la aclaración, señor compañero Espinosa: Apelo a la memoria de los señores compañeros para que me digan si es verdad que yo haya propuesto aquí a persona alguna.
El C. Espinosa, interrumpiendo: A Domínguez.
El C. Manrique, continuando: Un momento, compañero Espinosa. En la sesión de ayer, efectivamente, propuse al señor ingeniero Domínguez, pero habiéndome llamado al orden el señor compañero Siurob, habiendo reclamado el procedimiento y habiendo la Presidencia de la Cámara aceptado su indicación, ya no se procedió a la ligera. Ayer cambiamos impresiones los miembros de la Gran Comisión y convenimos en lo que seguramente convendrá también el señor compañero Espinosa, en proponer al señor ingeniero Domínguez para substituir a Manuel Rico G. Por lo demás, si en la sesión que tenga la Cámara próximamente no se aprueba al señor ingeniero Domínguez, no habrá poder humano que nos haga proponerlo. Esto es lo que ha pasado; yo no he propuesto a nadie.
El C. Rico: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Rico: Para una aclaración. Me permití pedir la palabra para manifestar nuevamente a esta honorable Asamblea y a la Gran Comisión, que si retiré mi candidatura para la 2a. Comisión de Minas, fue porque no tengo conocimientos algunos en ese ramo; pero vuelvo a manifestar mi mejor disposición para prestar mis humildes servicios en cualquiera otra Comisión que se me designe. Vuelvo a manifestar que mi profesión es de agrónomo y, por tanto, la Comisión en que podía yo encontrar campo mejor para mis actividades, sería alguna de las comisiones agrícolas o de Agricultura y Fomento; pero como éstas comisiones están ya integradas, si la Gran Comisión cree que en cualquiera otra de las comisiones que hay vacantes se pueden utilizar mis servicios, estoy en la mejor disposición para aceptar el puesto compatible con mis aptitudes.
El C. secretario Tirado: Está a discusión la candidatura de Luis Castro y López, de la 2a. Comisión de Peticiones, separada por el C. Manrique.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.
El C. Manrique: Señores compañeros: Obsequiando la indicación del compañero Castro y López pedí ayer que se apartase su candidatura como miembro de la Comisión de Peticiones. Hace pocos momentos que aprobasteis la candidatura del señor Castro y López para una Comisión de Corrección de Estilo; si aprobasteis en este momento su candidatura para la Comisión de Peticiones, este solo hecho, dado el criterio que hemos adoptado, de no hacer figurar a un miembro en más de dos comisiones, le impediría formar parte de algunas de las comisiones en las que nos expresó su deseo de participar: Justicia, Gobernación, Puntos Constitucionales, o Trabajo. Yo me propongo esto, no la Gran Comisión, no habla en estos momentos la Gran Comisión, sino Manrique; Manrique se propone proponer (Risas.) al compañero Castro y López cuando reorganicemos la Comisión de Trabajo y Previsión Social. De manera que teniendo en cuenta estas razones y las que hace pocos momentos expresaba el compañero Castro y López, de representar él a un grupo obrero y de interesarse por los problemas obreros, yo pido atentamente, señores compañeros, que no aprobéis la candidatura del señor Castro y López por estas solas razones para la 2a. Comisión de Peticiones.
El C. Soto: Pido la palabra. Yo creo que esta discusión es un poco disparatada, porque necesitaríamos descartar la personalidad del compañero López simultáneamente para esa Comisión obrera en que quiere figurar o para ésta; creo que habría que aprobar primero ésta. No creo que sea preferible nombrarlo para la Comisión que tenga que ver con los intereses obreros. Yo conozco un solo detalle de este señor como propagandista: haber ido a atropellar a los obreros de Matehuala. ¿Cómo es posible que un ciudadano así tenga respeto para los intereses obreros? Es el único detalle que yo conozco de este señor como obrero, y, repito, ha ido a atropellar a los obreros de Matehuala.
El C. Manrique: Yo me permito...
El C. Soto, interrumpiendo: El Partido Laborista de Obreros y Campesinos de Matehuala ha sido atropellado por este señor.
El C. Manrique, continuando: Yo me permito aclarar, señores compañeros, haciendo a un lado por el momento la observación del compañero Soto,
que se refiere a una lucha política local, sobre la cual ya hablaré yo con oportunidad, que ésta es cuestión de apreciación personal y en esto bien podemos coincidir Soto y yo. Por lo demás, no hay que confundir las cosas. Que el compañero Castro y López figure en una Comisión de Trabajo, es algo futuro; lo que en estos momentos está en pie es esto solo: el compañero Castro y López ha expresado sus deseos de no figurar en las dos comisiones de Corrección de Estilo, y de Peticiones: lo obligamos ya con nuestro voto a figurar, contra su expreso deseo, en la Comisión de Corrección de Estilo; no sería equitativo que lo obligásemos a figurar contra su propia voluntad expresamente manifestada, en la Comisión de Peticiones.
El C. Castro y López: Pido la palabra, señor presidente.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Castro y López.
El C. Castro y López: Honorable Asamblea: Ya dije una vez los motivos que tenía para rogar que no formara parte de estas comisiones. EL compañero Manrique, a petición mía, separó también esta mi candidatura, de la Comisión de Peticiones, que no es otra cosa sino una especie de Oficialía Mayor de la Cámara. Yo no quiero eludir el puesto; ya he dicho que estoy dispuesto a servirlo. En consecuencia, yo, si la soberanía vuestra quiere que forme parte de la Comisión de Peticiones, formaré parte de esta Comisión, porque lo único que haría sería quitarme un poco de mi tiempo, pero ya me buscaría tiempo para tratar esos problemas obreros y esas leyes. El compañero Manrique ha dicho que él en lo personal luchará por que yo forme parte de una comisión de trabajo. Si su deseo se logra dentro de la Gran Comisión, bueno; si no formo parte de la Comisión de Trabajo, eso no me impedirá tratar el problema obrero, estudiar el problema obrero, e intervenir en la solución del problema obrero, tanto en lo personal, desde la tribuna, como en lo personal también con mi voto en pro o en contra de lo que favorezca a los obreros. Yo no vengo a esta tribuna a contestar alusiones personales, ni menos cuando esas alusiones personales son absolutamente gratuitas y emanen de un Soto, a quien no tengo en consideración, ni en lo político ni en lo personal.
El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscritos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba al C. Luis Castro y López en la 2a. Comisión de Peticiones. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. No se aprueba. 1a. Comisión de Petróleo, separada por el C. Luis Espinosa.
El C. Espinosa: Pido la palabra.
El C. presidente: ¿No retiró usted todas las objeciones?
El C. Espinosa: Había hecho la observación, señor, de que retiraba todas, a excepción de la candidatura del señor Céspedes.
El C. secretario Zincúnegui Tercero: 1a. Comisión de Petróleo: Manlio Fabio Altamirano, José H. Romero, Francisco Ollivier, y suplente, Elíseo L. Céspedes.
Está a discusión el C. Elíseo Céspedes.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Espinosa.
El C. Espinosa: Honorable Asamblea: No voy a hablar precisamente en contra, tampoco en pro; voy a pedir que se separe al C. Céspedes por las razones que expondré en seguida. Tenía el deseo de impugnar todas las planillas, no solamente de la primera, sino de la segunda. Es lo más pintoresco que puede verse en el seno de estas comisiones - las dos a que me refiero - . Allí hay todo lo que puede desearse, menos conocimientos relativos. No me explico francamente qué fue lo que guió al C. Manrique, constituído en Gran Comisión, para incluir a estas personas allí. Ya nos habló de que hay geólogos, pero quiero que el compañero Manrique exhiba, ya no digo el título, los certificados que acusen los conocimientos de tales geólogos. Ya nos habló allí de que hay petroleros experimentados, y tampoco muchos de los que figuran allí saben nada de petróleo, como lo podría yo demostrar; estoy seguro de que esos ciudadanos diputados ni siquiera saben cómo chorrea el aceite de un pozo, ni eso siquiera. En cambio, ciudadanos representantes, a Céspedes, por el solo delito de no pertenecer al "Pélece" se le excluye. ¿Y sabéis lo que ha hecho Céspedes en todas las legislaturas pasadas? Especializarse, junto con el que habla, por más de un año estudiando constantemente la cuestión del petróleo, al grado de llegar él, Céspedes, a dictaminar las dos iniciativas que hay aquí sobre el artículo 27 de la Constitución en lo que al petróleo se refiere; esto es lo que ha hecho Céspedes y, sin embargo, ya véis ahí manifiesto el espíritu de sectarismo: Céspedes, que figura como suplente, como haciéndole un favor, una distinción, cuando él ha puesto todo su esfuerzo, toda su inteligencia para hacer un estudio concienzudo y profundo sobre la materia, os lo aseguro. Céspedes tiene ya hechos los dos dictámenes sobre las dos iniciativas presentadas a la Cámara, y ya véis la parcialidad de la Comisión, representada por el C. Manrique en este caso. El C. Céspedes antes de salir de esta Asamblea, que fue a un asunto urgente, como es el de un accidente sufrido por el compañero Rodríguez, amigo íntimo de él, me recomendó al salir, que manifestara a la Asamblea, a nombre de él, que en manera alguna consentía en figurar como suplente de esa Comisión. Yo no hago más que cumplir con el encargo del amigo, y creo que no hay derecho para obligar a prestar sus servicios en una forma como ésta a quien no quiere prestarlos. Yo suplico a la Asamblea que, por consecuencia de los procedimientos de hace unos instantes sobre este mismo asunto y por compañerismo también, separe y rechace la candidatura del C. Céspedes.
El C. Manrique: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: Señores compañeros: Como al referirme al señor compañero Céspedes, el C. Espinosa, sin poder hacer cargo más serio que el de llamar pintoresco al proyecto de Comisión del Petróleo, se ha referido al criterio que normó, en su concepto, a la Gran Comisión para proponer...
El C. Espinosa Luis, interrumpiendo: A vos me he referido.
- El C. Manrique, continuando:... - no,
compañero, sino a la Gran Comisión - , para proponer a los ciudadanos cuyos nombres habéis escuchado. Debo declarar, de una vez para todas, lo que aquí sucede. ¿No recordáis, señores compañeros, la tempestad de hace tres días cuando, con toda ligereza verdaderamente indigna de hombres serios, se rompió el quórum a pretexto de que las comisiones estaban formadas, citándose, por ejemplo, el caso del señor César A. Lara, diciéndose que integraba una Comisión en que no había figurado antes ni por asomo? Pues ya véis cómo todo se ha desvanecido tan pronto como la lista íntegra de las comisiones fue publicada por tres de los grandes diarios de esta capital; tan pronto como los compañeros tuvieron un ejemplar de la lista de comisiones, se convencieron de que los actos de la Gran Comisión habían sido equitativos y justos dentro de lo humanamente posible. Pero aquí es donde duele, en las comisiones de Petróleo; las comisiones de Petróleo han sido la manzana de la discordia, esa es la verdad de las cosas; ya véis cómo el C. Espinosa retiró todas sus objeciones respecto a las comisiones anteriores, diciendo que la lucha es estéril; ¡y claro que es estéril para su espíritu mezquino que se estrella ante nuestra firmeza que ha sido llamada de roca! (Aplausos.) El C. Céspedes, que formó parte de las comisiones de Petróleo en la pasada Legislatura y que no nos merece confianza como revolucionario; el C. Céspedes, que no tiene más antecedentes que haber ido juntamente con los de ingrata memoria doctor Uzeta, Rodríguez de la Fuente y otras personas a pasearse a la región petrolera de los Estados de Tamaulipas y Veracruz, a expensas del Erario; el compañero Céspedes quería presidir la 1a. Comisión de Petróleo, y como no se le tuviese en cuenta sino como suplente para que siguiera estudiando un poco, provocó la tempestad en que algunos compañeros ingenua e involuntariamente participaron sin comprender que no hacían otra cosa que obedecer las indicaciones de un líder sin bandera y sin adeptos; ya que a lo menos el compañero Espinosa tendrá muy pronto ochenta bravos soldados, reclutados entre los presuntos que deambulan por los pasillos de la Cámara. Señores compañeros, es necesario que las discusiones sean verdaderamente serias; vuestra cultura y vuestra experiencia de la vida deben ser ya bastantes para no dejares sorprender más por el espíritu indigno de inquietud de ciertos individuos que comienzan por imaginar que es una rara muestra de elocuencia descargar muchos y formidables puñetazos en los pupitres. Debo hacer una confesión, señores compañeros: yo soy un poco panteísta; ahora que están de moda los estudios orientalistas y que es de gente "bien" ser ocultista, panteísta y otras cosas - esto nada tiene de extraño - , yo creo en el alma de las cosas y debo confesaros que me estremezco en lo más hondo de mi ser cuando veo los formidables puñetazos que descarga el compañero Céspedes, creyendo que esto es muy elocuente y muy propio de una Representación Nacional, en el pobre pupitre que hace pedazos a cada formidable puñetazo que en él descarga. No, señores; si esto fuese elocuencia, los hombres más apropiados para representar dignamente a su pueblo en este Parlamento serían probablemente los mozos de matanza; pero aquí debemos venir a argumentar no con gritos, sino con razones, debemos venir a argumentar sinceramente, descubriendo el fondo de nuestros pensamientos...
El C. Luis Espinosa, interrumpiendo: ¡Moción de orden!
El C. presidente: No hay desorden.
El C. Espinosa: ¡Se está faltando al Reglamento!
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa para una moción de orden.
El C. Espinosa Luis: Mi moción de orden consiste en esto: que el señor Manrique, faltando a la caballerosidad característica en él, ataca a Céspedes que está ausente, en primer lugar, y en segundo lugar, mi moción de orden...
El C. Zincúnegui Tercero, interrumpiendo: ¡Esa no es moción de orden!
- El C. Espinosa, continuando:..va a esto, señor Zincúnegui Tercero: que no está a discusión la personalidad del C. Céspedes, ni como revolucionario ni como miembro de la Comisión del Petróleo.... (Aplausos.) supuesto que el que habla, en representación de Céspedes, ha pedido a la Asamblea que se retire esa candidatura porque el interesado no consiente en figurar en ella. ¿A dónde, pues, el motivo de la discusión? ¡Esa es mi moción de orden!
El C. Manrique, continuando: Olvidé, señores compañeros... (Campanilla.)
El C. presidente: Repetidas veces se ha dicho desde esta Presidencia, y no únicamente por la que ahora presido, sino por las que han actuado anteriormente, que no se puede coartar a ningún orador en el uso de la palabra; de manera que hay que dejarle completa libertad al vuelo de su pensamiento, siempre que proceda en forma decente y lógica, que es como lo ha estado haciendo el compañero Manrique. Por lo tanto, no pueden señalársele linderos algunos a un orador que está haciendo uso de la palabra.
El C. Espinosa Luis: Precisamente el papel de su señoría, como presidente de los debates, es el de orientarlos, sin permitir que se salgan de la esfera que les fija el Reglamento, y el compañero Manrique está muy fuera de ella y su señoría lo sabe; y si he invocado el respeto al Reglamento y el respeto al compañero ausente, es porque tengo absoluta confianza de vuestra señoría; si no, también me hubiera declarado vencido de antemano y hubiera dejado hablar al C. Manrique sin interrumpirlo.
El C. presidente: El C. Espinosa está confundiendo lastimosamente los conceptos: una es la condición de la cortesía del C. Manrique y otra la de la Presidencia. La cortesía, en este caso, le corresponde al ciudadano orador y la Presidencia no puede obligar al orador a que proceda en esa forma, porque no está insultando al C. Céspedes - cosa que no permitiría la Presidencia - ; está haciendo únicamente apreciaciones respecto a las aptitudes del C. Céspedes, cosa que por lo demás es bastante ligera.
El C. Manrique: Había olvidado la elemental precaución que en lo sucesivo tomaré cada vez que comience a hablar, esto es, pedir al compañero Espinosa que me avise de una vez por todas si se propone o no interrumpirme. Como quiera que será ésta la última interrupción, termino explicando que si ataqué al C. Céspedes, consta que mis ataques
no han consistido en diatribas ni en insultos, sino en apreciaciones de si es más o menos elocuente el descargar puñetazos en las mesas, si tiene interés figurar en las comisiones de Petróleo, etc.; y he hecho estos ataques porque sé muy bien que también se los haría en su presencia, por lo que no he tenido escrúpulos; lo reprobable sería que no pudiese lanzárselos en su propia cara. Volviendo al punto, insisto en que el criterio de la Comisión ha sido este: no tenemos especialistas en México en cuestiones de petróleo; esto lo podemos decir de una manera general. El doctor Flores, que ha escrito desde su gabinete sobre cuestiones de petróleo y algunos otros, como el señor ingeniero Vásquez Schiaffino, son especialistas que comienzan a formarse. En la Cámara desgraciadamente no hay verdaderos especialistas en cuestiones de petróleo, y por eso hemos querido formar una Comisión que fuese lo menos incompleta posible; de aquí ese aspecto pintoresco que el compañero Espinosa señalara, el cual yo llamaría complejo, porque el problema es muy complicado y tiene diversos aspectos, lo cual hizo que la Comisión quisiese abarcarlos todos. El problema del petróleo es un problema jurídico, un problema de orden legal; de ahí la necesidad de contar la Comisión con un abogado; éste lo es el C. Altamirano: revolucionario, abogado y representante de la región, con conocimientos además en legislación petrolera. Viene después el compañero José H. Romero, que si bien es verdad que tiene un título de médico cirujano, es un verdadero petrolero; es industrial y conoce perfectamente el expediente de los negocios petroleros. Tenemos también a un ingeniero, que lo es don Francisco Ollivier; es ingeniero minero y civil, es decir, es geólogo. Habríamos preferido a un ingeniero de la región y que en ella hubiese trabajado largos años, ya que el señor Ollivier es de Zacatecas, aunque ha trabajado en otros lugares de la República; pero insisto en que escogimos lo mejor. Por lo que toca a la suplencia del compañero Céspedes, es éste un sentimiento muy personal de Céspedes que preferiría, naturalmente, presidir la Comisión del Petróleo; pero la Comisión, la Gran Comisión, la mayoría de la Gran Comisión opinó que era preferible que figurase como suplente. A ustedes toca decidir si conviene o no aceptarlo, pero la Gran Comisión ha cumplido con su deber formando un grupo, escogiendo a un grupo de personas que se hubiesen, siquiera relativamente, especializado en el difícil problema del petróleo. Y como se trata de un problema de interés vital para la Nación, y como el criterio revolucionario no podemos olvidarlo, porque hay aquí poderosísimos intereses en juego y cuando se trató de la integración de las comisiones del Petróleo, es necesario decirlo, casi todos los abogados de la Cámara se sintieron especialistas en cuestiones petroleras y se acercaron a la Gran Comisión para pedirle su ingerencia, es decir, para pedirle pertenecer a esta Comisión; cuando hubo un estimable amigo mío, especialista en otros ramos del saber humano, que me indicó deseaba pertenecer a esta Comisión, cuando a mí no me consta su competencia en la materia, sino que es accionista de unas compañías petroleras, cosa que no debemos tener en cuenta, porque aquí no venimos a defender intereses particulares, sino los grandes intereses nacionales, por todo esto creemos que, aunque imperfecta, la labor de la Gran Comisión en este particular merece vuestra aprobación. Esto es todo lo que tengo que deciros; si aprobáis o no al compañero Céspedes, es cosa que os compete directamente.
El C. Siurob: Pido la palabra para un hecho.
El C. Espinosa: Pido la palabra para suplicar al C. Manrique que nos diga algo también respecto a los demás candidatos de la otra Comisión del petróleo, a efecto de que los aprobemos de una sola vez.
El C. presidente: Eso no está a discusión.
El C. Espinosa: Bueno, cuando esté.
El C. Siurob: Pido la palabra para un hecho.
El C. presidente: No prevé el Reglamento que se dé la palabra para hechos.
El C. Siurob: Bueno, pues entonces pido la palabra para hacer una aclaración que se relaciona personalmente con el C. Céspedes.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Siurob: La aclaración que yo deseo hacer es la siguiente: en las comisiones del Petróleo que se nombraron en la pasada Legislatura, debo decir a esta honorable Asamblea que en sesiones públicas y en sesiones secretas fueron diversas veces interpeladas esas comisiones sin que pudieran nunca dar informes absolutamente satisfactorios a la Cámara. Por consiguiente, yo no sé qué clase de especialización adquirieron estos mismos ciudadanos diputados; el caso es que por más empeño que tenía la Cámara en que se presentaran estas leyes cuanto antes porque el asunto era de urgencia, porque estaban pendientes conflictos con los Estados Unidos por este asunto, amenazando con dificultades internacionales - y la prensa debe recordar este asunto y todos los ciudadanos diputados que hayan pertenecido a la pasada Legislatura - , y por más que nosotros tratamos de que este asunto se removiera con urgencia, nunca conseguimos que las comisiones presentaran su dictamen a tiempo. Se fueron a pasear con los petroleros y nunca supimos a qué criterio se podía atener la Cámara en esas cuestiones. Se convocó a sesiones secretas, especialmente para el caso y nunca obtuvimos luces de ninguna especie. Digo esto para que la Cámara sepa a qué atenerse, si se crearon o no especialistas; y en todo caso, si lo son, que vengan a demostrarlo, a fin de que no procedamos nosotros sólo por la suposición de que algunos individuos se formaron especialistas porque fueron a hacer un paseo a Tampico y a comer mariscos en la playa. De manera que suplicaría a los interesados dijeran en qué consiste su especialización, a fin de que la Cámara esté enterada de ello.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Espinosa: Pido la palabra.
El C. presidente: Me permito manifestar al C. Espinosa que sobre un mismo asunto sólo puede hablar un orador dos veces.
El C. Espinosa: Sí, señor, pero deseo contestar la interpelación del C. Siurob.
El C. Siurob: Hice una aclaración.
El C. Espinosa: Que es necesario contestar.
El C. Siurob: He hecho una aclaración que se refirió a que las comisiones de Petróleo de la pasada Legislatura nunca dieron un informe satisfactorio en las diversas ocasiones en que se les
interpeló. Yo mismo las interpelé, porque viendo que el conflicto internacional en buena parte podría depender de esto, quise saber hasta qué punto podría la Cámara intervenir y dictar una resolución; pero los miembros de las comisiones petroleras nunca proporcionaron ningún informe, cosa que puede comprobarse leyendo los diarios de los debates, donde aparece que se les interpelaba y las comisiones se quedaban calladas.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: Voy a hablar no como Comisión, sino como Aurelio Manrique, en pro. Quiero, en realidad, aprovechar la oportunidad, ya que llegó el C. Céspedes, para probar ante ustedes que no quise aprovechar su ausencia al hacerle cargos que por lo demás nada tienen de serios. C. Céspedes, dije en ausencia de usted - voy a repetirlo en pocas palabras porque no tengo derecho a quitarle el tiempo a la Asamblea - que usted creía que la elocuencia estribaba - esto lo dije a guisa de ironía - en descargar formidables puñetazos sobre los pupitres, y dije también que su enfado de hace dos días dependía de que la Gran Comisión no quiso hacer figurar a usted como presidente de la 1a. Comisión de Petróleo, sino como suplente. Esto lo dije en su ausencia.
El C. Céspedes: Pido la palabra.
El C. presidente: ¿En pro o en contra?
El C. Céspedes: Pues para hablar, porque he sido aludido por los distintos oradores que me han precedido. Quiero hablar sobre el particular que se discute, porque he sido aludido por dos ciudadanos oradores: por el C. Siurob, que aludió a las comisiones del Petróleo pasadas y por el C. Manrique, que acaba de hablar en estos momentos y, además, por el interés que tengo de que la Asamblea me excuse de figurar como miembro suplente de esa Comisión.
El C. presidente: La Presidencia le concede a usted la palabra para hablar en contra.
El C. Céspedes: En contra voy a hablar. Honorable Asamblea: Es cierto que en la pasada Legislatura tuve el alto honor de ser miembro de una de las comisiones del Petróleo. En cumplimiento de tan honrosa comisión, me dediqué a estudiar el punto que, por lo demás, no era demasiado ajeno a mí. Ha dicho el C. Siurob que las comisiones del Petróleo de la pasada Legislatura varias veces fueron interpeladas para que rindieran cuenta de sus trabajos. Cierto que se les interpeló; cierto que no se presentó dictamen en aquella ocasión, cosa que no dependió de mí exclusivamente; aquí tengo yo el dictamen que iba a rendir en aquella ocasión sobre el particular, pero no me obligaba a mí presentar el dictámen. Por lo demás, consulten su memoria muchos de los ciudadanos diputados de aquel entonces y verán que hubo cierto interés político en que no se presentara ese dictamen. No quiero entrar en consideraciones amplias sobre el particular, porque no es discreto entrar en ellas. Como miembro de aquella Comisión, tuve la oportunidad de sondear, hasta donde mis fuerzas me lo permiten, el problema tan importante y tan difícil del artículo 27 constitucional, por lo que respecta al petróleo; sobre este particular hice acopio de todos los datos que ilustraron mi criterio y que me permitieron hacer un dictamen de las dos leyes: la del Estado de Veracruz y la que remitió el Ejecutivo a la XXVIII Legislatura. Repito, aquí tengo escrito mi dictamen, que iba a ser un voto particular en aquel entonces, porque yo no estaba de acuerdo con la mayoría de la Comisión sobre su parecer respecto al artículo 27 constitucional. Estas comisiones no ofrecieron dictamen a la Cámara y, en consecuencia, mi voto particular no fue presentado. El problema del petróleo, aparte toda falsa modestia, me ha preocupado como ninguno otro de los que se debaten en la actualidad, y en el límite de mis fuerzas me he empeñado en estudiarlo y practicarlo. Ya en mi Estado, desde el año de 1912 tuve oportunidad de dedicarme un poquito a esta materia; entonces, si mal no recuerdo, en el Congreso de la Unión se resolvió en contrario un contrato, una concesión solicitada por una compañía americana que pretendía tender de Veracruz a Estados Unidos un oleoducto. Posteriormente se llevó este asunto a la resolución de las legislaturas de Veracruz y Tamaulipas, separadamente, con objeto de obtener lo que deseaba la compañía; la Legislatura de Veracruz otorgó tal permiso, que igualmente se trató luego de obtener de la Legislatura de Tamaulipas; pero es el caso que como el oleoducto tendría que atravesar el Pánuco, el problema ofrecía ya un carácter federal, dejando de ser de la competencia exclusiva de cada una de las Legislaturas. Llevado el negocio a conocimiento de la Legislatura de Tamaulipas, se resolvió en sentido adverso para los solicitantes. Entonces algunos de nosotros tuvimos oportunidad de dedicarnos en nuestro Estado a observar la importancia de esta cuestión. El Estado de Tamaulipas en la actualidad, no sólo en su región Sur, sino en todo el Norte, puede decirse, ofrece importancia, ofrece interés para los distintos exploradores en esta materia; en todo el Estado se hacen exploraciones y ya casi todo el territorio del Estado está arrendado por distintas compañías petroleras, por cierto bajo buenas bases y utilidades para los propietarios de esos terrenos. La importancia creciente de este asunto ha hecho que los tamaulipecos nos fijemos antes que en la agricultura en éste, que seguramente es un asunto de competencia terrible a la agricultura, porque la agricultura en un momento dado no podrá competir en salarios con los que pagarán estas industrias y los que ella paga actualmente; en consecuencia, nosotros tenemos la obligación ineludible de ver que el Estado y de ver que la Federación saquen el mayor producto posible de esta su riqueza. Esas consideraciones nos han hecho a los diputados por Tamaulipas fijar nuestra atención en ese problema. Sobre el asunto, en la pasada Legislatura tuvimos oportunidad de efectuar conferencias con los gerentes de todas las compañías, que manejaban los intereses de los capitalistas, los intereses del capital, y tuvimos también oportunidad de efectuar conferencias también con todos los terratenientes en pequeño de la región petrolera. Unos y otros expusieron su punto de vista sobre la materia; nosotros nos limitamos a oír todas esas opiniones para después glosarlas en la forma que conviniera a los intereses nacionales. La circunstancia también de haber sido constituyente y de
haber colaborado, aunque en muy pequeña parte, a la formación del artículo 27 constitucional en las reuniones particulares que en la casa del señor Rouaix tuvimos algunos compañeros diputados en Querétaro, pues me ha hecho también preocuparme un poco porque esta conquista de la Revolución, esto que es esencialmente patrio, no sea defraudado. Por esta última consideración también me he dedicado al estudio de esta materia. Ahora bien, el señor Siurob preguntaba a la Cámara o, mejor dicho, hacía la pregunta a los miembros de la Comisión del Petróleo que quiénes se habían especializado en la materia. Yo le contesto al señor Siurob que es tan relativamente nueva esta industria en nuestro país, esta riqueza nacional, es tan relativamente nuevo el interés que el país ha venido tomándose por esta riqueza nacional, que no es posible abarcar en lo absoluto todo lo que debe ahondarse en esta materia, pues aun en la Secretaría de Industria y Comercio está careciendo de muchos datos importantes. ¿Por qué? Porque las compañías petroleras, apoyadas en el oro, apoyadas en su soberbia, no han querido ministrar toda clase de detalles a la Secretaría de Industria del Gobierno Federal de la República, porque temen que sobre sus capitales se hinquen, como ellos dicen, las garras del Gobierno. Así que los informes oficiales que sobre el asunto hay, dudo mucho que sean absolutamente completos. Más aún, no se ha ahondado todavía sobre el estado exacto y verdadero que guardan las regiones petroleras en relación con la forma en que son poseídas por las compañías y en relación también con la forma en que están poseídas por los que se llaman sus propietarios. Es tan complejo el problema que por más interés que he tenido en estudiarlo, declaro que no lo he llegado a dominar en lo absoluto, aunque sí puedo, con el interés que tengo y el afán que me anima, de preocuparme por esta riqueza de mi Estado, colaborar de una manera decisiva, pero en una forma positiva. No quiero figurar como suplente para que cuando falte alguno de los propietarios se me llame para trabajar, porque así no se hace una labor armónica, así no es posible que entre yo a colaborar; al cabo de un período de tiempo en que la Comisión haya ilustrado su juicio, no es posible que yo pueda hacer criterio en el seno de las comisiones. En esa virtud, me permito renunciar ante la Asamblea esta honrosa comisión, que al fin y al cabo, desde mi curul o desde la tribuna puedo tratar la cuestión.
Preguntaba también el C. Siurob que cuáles eran las facultades de los miembros de las comisiones, y le contesto que pase la vista por los elementos que las integran y verá que está muy lejos el C. Vadillo de conocer esta matería; es de Jalisco y probablemente no conoce la región, mejor dicho, no sabe cómo sale el petróleo de un pozo. Respecto de los otros miembros de la Comisión, pues con excepción del compañero Romero que ha trabajado en algunas compañías y que está más o menos documentado sobre la materia y el compañero Altamirano que ha vivido en la región, que ha tenido la impresión viviente de las cosas y que, en fin, se ha preocupado algo también por el asunto, que es el que da los dineros en ese territorio, pues con excepción de ellos, yo no sé que los demás elementos conozcan algo sobre el particular. Repito, no tengo interés especial en figurar en esta Comisión ni como suplente; por lo mismo, ruego a la honorable Asamblea me excuse de figurar en estas comisiones.
El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se consulta a la Asamblea si considera el punto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba la candidatura del C. Eliseo Céspedes como suplente de la 1a. Comisión de Petróleo. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. No se aprueba. Habiendo retirado el C. Espinosa su objeción a la 2a. Comisión del Petróleo...
El C. Rama Aquilino: Pido la palabra en contra.
El C. Espinosa Luis: ¡Pido la palabra, señor presidente!
El C. Rama: Yo la he pedido primero.
El C. Espinosa Luis: Para manifestar que, efectivamente, retiré mi deseo de atacar esta Comisión, pero que de manera muy expresa hice la súplica al C. Manrique de que tuviera la bondad de informar sobre las personas que forman estas comisiones, aunque sea muy a la ligera, como lo hizo antes; y como no he desistido de esta idea, le repito mi súplica.
El C. Rama: Pido la palabra en contra de mi propia candidatura.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: La Comisión - puedo hablar esta vez en nombre de la Comisión, porque participé en sus trabajos, tal me interpela el compañero Espinosa - , creo que mi impresión, al menos esta tiene que ser mi impresión personal, es la de que, en conjunto, la 2a. Comisión es inferior a la 1a. También en la 2a. tuvimos el mismo criterio general; atendiendo a la complejidad del problema, procuramos reunir a personas que tuviesen los diversos conocimientos necesarios para la solución del gran problema petrolero. El compañero Vadillo es de sobra conocido; efectivamente, no es de la región, pero se ha dedicado al estudio del problema social, y el problema petrolero envuelve un problema económico - social. En cuanto al compañero Israel del Castillo, él es el geólogo de la Comisión. Por lo que ve al compañero Rama, es un abogado especialista en asuntos petroleros, si hemos de atender a la información y a la vehemente defensa que de su candidatura hizo en la discusión habida en el seno de la Gran Comisión, el señor Salvador Franco Urías, a cuyas reiteradas instancias se debió que el C. Rama formase parte de esta Comisión. Es lo que puedo informar someramente al compañero Espinosa.
El C. presidente: Tiene la palabra el C. Rama Aquilino E., en contra.
El C. Rama: Debo decir, honorable Asamblea, en primer lugar, que no tengo ningún interés personal en pertenecer a esta Comisión, a la que se ha llamado, quizá con razón, la manzana de la discordia, y respecto de la cual el compañero Manrique dijo que varios abogados, juzgándose especialistas en la materia, habían solicitado, acercándose a él, que los incluyera en esa Comisión.
El C. Manrique: ¿Me permite usted una aclaración?
El C. Rama: Un momento. Suplico a todos los compañeros que integran la Gran Comisión, que me digan si yo he solicitado pertenecer a alguna de las comisiones de Petróleo; ninguno podrá decir que lo he solicitado. Si el compañero Franco Urías me propuso, fue, seguramente, porque él así lo creyó conveniente, pero nunca porque yo le hubiera manifestado el más insignificante deseo de permanecer a esas comisiones. El señor Espinosa ha dicho que en ésta Comisión hay algo demasiado pintoresco, que seguramente los que estamos incluídos en ella no sabemos ni cómo chorrea el aceite; pero yo digo a Espinosa: ¿cree, acaso, que para hacerse una Ley del Petróleo, se necesita saber cómo chorrea el aceite? Tal vez esto sea necesario para ser capataz, tal vez esto sea necesario para perforar un pozo; pero para hacer una Ley del Petróleo, señor Espinosa, se necesita tener conocimientos jurídicos, porque sépase que en la Ley del Petróleo, antes que todos esos conocimientos prácticos que él ha enunciado, se necesita saber lo que es propiedad; se necesita saber lo que es soberanía nacional; se necesita saber lo que es no retroactividad de la ley y hasta dónde alcanza este principio, porque allí está vinculado todo lo que significa la Ley del Petróleo. Aquí, señores, en esta tribuna, yo he oído decir, y esto consta a toda la Asamblea, que la soberanía nacional consiste en algo que pudiéramos llamar un capricho de esta Asamblea; aquí, señores, y a todos nos consta, se ha dicho que por la soberanía popular se viola la ley, y eso, señores, es un absurdo, esa es la negación de la soberanía nacional. La soberanía nacional, el fundamento filosófico de la organización política de todo Estado, radica precisamente en la voluntad libre y soberana de un pueblo; pero esa voluntad tiene una manifestación concreta, porque la voluntad es algo abstracto, y esa manifestación de la voluntad es la ley, y quien viola la ley, quien viola la manifestación esencial de la soberanía popular, nunca diga, que nunca se atreva a decir que lo hace por esa misma soberanía popular. En consecuencia, ya se ve que, si yo no conozco cómo chorrea el aceite, sí tengo los conocimientos jurídicos necesarios, señor Espinosa, para hacer, no diré yo que un brillantísimo proyecto de ley; pero sí para sostener los principios técnicos que seguramente los prácticos no están capacitados para hacerlo. Ya he dicho que no tengo ningún interés y que soy el primero en suplicar a esta honorable Asamblea que me exima de pertenecer a esa Comisión. Ahora, señores, que he contestado a lo que dijo el señor Espinosa, de que aquí figurábamos con falta de conocimiento casi todos, yo reto al señor Espinosa para que me examine, desde el punto de vista jurídico, en lo que quiera, y soy el primero en declarar que suplico respetuosamente a esta honorable Asamblea que no me admita en esa Comisión; yo sé que es de demasiada trascendencia y que es superior a mis fuerzas, porque no sólo envuelve un problema nacional, sino un arduo problema internacional. Creo, señores, que ahí se debe llevar a hombres de reconocido talento. He visto figurar en la Comisión de Puntos Constitucionales a individuos que no saben lo que quiere decir Derecho Constitucional; pero esto, siquiera es nuestro, se queda en casa; pero esto otro que, desgraciadamente, ha llegado a tener casi una importancia internacional, exige que escojamos a hombres de reconocido prestigio y de reconocido talento, a hombres cultos; y mi personalidad es insignificante para ocupar esa alta Comisión que se me ha confiado. Quédame, por último, referirme a un latigazo que el compañero Mijares me dió en el rostro. Con toda intención esperé hasta este momento, porque soy enemigo de hacer perder el tiempo a esta Asamblea con alusiones personales; el señor Mijares, porque yo me reía, sin saber de qué, seguramente que no fue de él, indignadísimo me llamó bonillista, fundándose en una lista en la que aparecía mi nombre. Yo digo al señor Mijares que, si en esa lista figura mi nombre, no tengo la culpa de ello y puedo demostrar amplia y satisfactoriamente a él y a esta Asamblea, con la credencial respectiva, que, habiéndoseme designado como delegado a esa convención, a esa farsa, no acepté, y esa credencial la tengo en mi poder. No tengo la culpa de que quien haya dado mi nombre, no haya hecho antes las aclaraciones necesarias, ni tampoco tiene la culpa la prensa porque recibió la lista, incluyéndose allí mi nombre; pero mi mejor prueba es que la credencial respectiva obra en mi poder, la cual mostraré tan luego como tenga el tiempo necesario para ir a mi casa por ella.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: Debo comenzar por manifestar que al hablar de abogados que se sintieron especialistas en la materia petrolera, no me quise referir al C. Aquilino Rama, sino a los que quedaron descontentos de no haber figurado en las comisiones y que se acercaron al que habla, diciéndole: "Compañero, tengo conocimientos pequeños en materia petrolera y deseo figurar en algunas de las comisiones del Petróleo." Del compañero Rama tuvimos los mejores informes suministrados por el C. Franco Urías, quien nos recordó, entre otras cosas, el hecho muy interesante de que la tesis profesional del C. Aquilino Rama versó cabalmente sobre la cuestión petrolera, a la que se ha dedicado posteriormente. Esto es lo que tengo que informar; no lo aludí y la Comisión creyó que estaba seriamente capacitada para seguir estudiando el problema petrolero dentro de la relatividad de nuestros conocimientos, porque ya insistí en que no tenemos verdaderos especialistas.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Espinosa.
El C. Espinosa: Honorable Asamblea: Empiezo por manifestar mi extrañeza sobre lo asentado por el compañero Aquilino Rama, estimabilísimo bajo todos conceptos para el que habla. Probablemente el C. Mijares fue el que le dió el latigazo en pleno rostro y yo soy el que sufre las consecuencias... (Risas.) porque no he aludido al compañero Rama en ninguna ocasión. Yo hablé de la policromía de esta Comisión, pero en manera alguna aludí a la persona del compañero Rama; al contrario, yo tengo de él un magnífico concepto, y creo que sería un elemento valiosísimo dentro del seno de estas comisiones. Por estas razones, en lugar de pedir que sea separada su candidatura, yo suplico a la Asamblea
que la apruebe, en la inteligencia de que tendrá allí un buen elemento que trabajará y cumplirá con su deber...
El C. Rama: Para una alusión, señor presidente.
El C. Espinosa: En cuanto al concepto por mí vertido con anterioridad, debo sostenerlo: soy el primero en reconocer la cultura amplísima y general del C. profesor Vadillo; pero para asuntos como el asunto del petróleo, no se necesita un hombre de cultura general. ¿Por qué? Porque ya sabemos bien que los hombres de cultura general y por más amplia que sea, no se han especializado en casi nada; de ahí que hayan tenido tiempo para estudiar de muchas cosas sin conocerlas a fondo todas ellas; yo puedo citarles este caso que es elocuente y que puede servir como una justificación a mis palabras: Yo conocí a un médico, que es una verdadera gloria nacional como bacteriólogo, que no sabía gramática, escribía unas cartas verdaderamente detestables, y cuando yo le hacía algunas observaciones respecto a las faltas de ortografía, me contestaba: "Pero, Espinosa, ¿qué quieres que yo haga si desde la primaria que "agarré" una gramática no me he vuelto a ocupar de ella? Me he especializado en mis estudios médicos." Y yo creo que nosotros necesitamos hombres como este médico, que, hasta donde sea posible, se hayan dedicado exclusivamente a los asuntos petroleros, ya sea en forma práctica o en forma teórica; esta es la teoría fundamental que vengo sosteniendo. El C. Vadillo tendrá conocimientos amplios y bastantes sobre muchas cosas, pero no hemos sabido hasta hoy que haya hecho un solo estudio sobre materia petrolera. Yo reto o invito, más bien dicho, a todos los compañeros para que me den una referencia sobre los conocimientos en esta materia del C. profesor Vadillo. Conste que siento por este compañero la admiración más grande por su cultura, pero no le conozco - tal vez no esté en lo justo - ningún conocimiento sobre materia del petróleo; por este motivo he venido atacando esta planilla. Está el caso típico que nos propone el compañero Manrique, a quien suplico me atienda para que vea que también voy a procurar demostrar que no ha estado en lo justo al efectuar su selección. Nos habla del compañero Israel del Castillo, diciendo que es un geólogo y que es un ingeniero. Entiendo que el compañero Manrique procedió en esto de acuerdo con la información que recogió por allí, pero que desgraciadamente, esto lo digo con sinceridad, no es cierta, porque entre los amigos que tiene el señor Del Castillo, me considero como uno de ellos, pero esto no quita que rinda tributo a la verdad. El C. Israel del Castillo no es todavía un ingeniero titulado; dejó las aulas desde hace muchos años y es soldado desde 1914, habiendo estado en las filas en servicio activo en compañía del que habla. No tiene, pues, la madurez del profesionista titulado, ya no digamos del experimentado, porque como todos sabéis, el profesionista recién salido de la escuela no tiene más que el título, ya que los conocimientos grandes y profundos los adquiere después en la práctica; en la escuela, el profesor da nociones ligeras y generales sobre la materia, indicando las fuentes que pueden consultarse después; así es en el fondo en México una carrera profesional, y ya se trate de un médico, de un ingeniero, de un abogado, etc., los conocimientos sólidos los adquiere después de largos años de práctica. El compañero Israel del Castillo no ha hecho esto, sin embargo, se nos presenta como un geólogo y como un ingeniero, cuando en realidad no es ni lo uno ni lo otro. Así pues, en este caso tampoco está en lo justo el compañero Manrique, y por el estilo podría citar a otros varios en que menos lo está. No quería personalizar estos asuntos, porque es muy feo y muy penoso; pero me he visto obligado a ello, porque el compañero Rama ya se estaba dando por aludido sin que yo hubiera dicho ni media palabra de su persona, y porque es necesario que justifique mi radicalismo, más bien dicho, mi oposición sobre esas candidaturas. Ya ve la honorable Asamblea cómo no hay en el fondo de lo dicho por el C. Manrique más que un deseo de disimular ciertas aptitudes para poder llenar las planillas a su completa voluntad; eso es todo lo que hay en el fondo: la planilla esa es de Manrique, no es de la Gran Comisión.
El C. Siurob: Pido la palabra para hacer una interpelación a la Secretaría.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Manrique: Señores compañeros: Afirmó el compañero Espinosa que son muy penosas estas discusiones. Yo de mí sé decir, de mi impresión personal, que si todas las discusiones de esta Cámara fuesen tan caballerosas y tan plácidas como la de esta tarde, nunca nos íríamos apenados a nuestras casas.
Discusión modelo de discusiones, tranquila, serena y plácida ha sido ésta; no veo por qué se apena el compañero Espinosa. Vuelvo a la Comisión. Voy de menor a mayor; me refiero a la fuerza de las objeciones. El compañero Aquilino Rama ha sido defendido por el propio compañero Espinosa, que en un principio pareció impugnarlo; no queda sino su propia objeción, retirando su candidatura; ya sabremos más tarde si la tenemos o no en cuenta; yo, por mi parte, opino que no se debe tener en cuenta, es decir, insisto en la postulación del compañero Aquilino Emilio Rama. El señor Israel del Castillo no es ingeniero titulado, lo sabía ya la Comisión. Diré de paso que no es verdad que esta planilla sea mía; cierto que colaboré, porque este es mi deber, en la formación de la planilla; pero, por ejemplo, el compañero Aquilino Rama fue propuesto por otro miembro de la Gran Comisión que no fuí yo; es más: yo me opuse ligeramente a la postulación del compañero Rama, ¿no es verdad, compañero Franco Urías? hasta que él me satisfizo, es decir, no me satisfizo - ¡bueno, diré "me" por lo que toca a mi objeción - , explicando, recordando que el compañero Rama había escrito su tesis profesional sobre el asunto del petróleo y dedicado posteriormente a cuestiones petroleras. Entonces desaparecieron las objeciones y fue aceptado por unanimidad de los presentes el compañero licenciado Aquilino Emilio Rama. El señor Israel del Castillo fue propuesto, si no me equivoco, por el representante de Oaxaca en la Gran Comisión y aprobado después de una ligera discusión por todos los presentes, a sabiendas de que el compañero Israel del Castillo no es titulado, pero es un completo ingeniero, sólo le falta la fórmula del título; - en este caso es una verdadera fórmula - . El
compañero Gustavo P. Serrano, por ejemplo, por propia confesión, no es un ingeniero titulado; sin embargo, preside, con vuestro beneplácito, una Comisión de Comunicaciones; pero después de haber abandonado la escuela y faltándole sólo el examen profesional, se ha dedicado ampliamente a la práctica de su profesión. Y crea el compañero Espinosa que si tuvimos en cuenta al C. Israel del Castillo, aparte de su aptitud, fue porque ya habíamos hecho más para con otros; por ejemplo, don Gumaro Villalobos figura en una Comisión de Minas; el compañero Bojórquez y otros, en las comisiones agrarias, de Agricultura y Fomento; el C. Vito Alessio Robles es ingeniero, pero ingeniero militar, figura en una Comisión de Guerra y figurará tal vez en una Comisión de Marina. Vuelvo al compañero Vadillo, a quien más seriamente ha objetado el C. Espinosa. Como no se oculta al propio compañero Espinosa que hay aquí un interesantísimo problema social, nacional e internacional, como explicó acertadamente el compañero Rama, y como creemos que toda la tesis, que la médula de la Revolución de 1910 a 1920 está en estas cuestiones de la tierra, en estas cuestiones del artículo 27 que envuelve, entre otros, el problema social, hemos querido garantizar la tesis social de la Revolución mexicana y por eso incluímos al C. Vadillo en la 2a. Comisión de Petróleo. (Aplausos.)
El C. Siurob: Pido la palabra para una interpelación.
El C. Espinosa: Pido la palabra para contestar este último punto.
El C. Moreno Jesús Z.: Reclamo el quórum.
El C. Siurob: Reclamo el orden. He pedido la palabra para interpelar a la Secretaría.
El C. presidente: Ha pasado completamente desapercibida su petición.
El C. Siurob: Que la Secretaría lo diga.
El C. Moreno Jesús Z.: He reclamado el quórum. Sólo hay noventa y siete ciudadanos diputados.
El C. presidente: A pedimento del C. Moreno, se va a pasar lista.
El C. secretario Zincúnegui Tercero: (Pasa lista.) ¿Falta algún ciudadano diputado por pasar lista? (Algunos ciudadanos diputados dan sus nombres.) ¿Falta algún ciudadano diputado por pasar lista? Hay una asistencia de noventa y ocho ciudadanos diputados. No hay quórum.
El C. presidente: Se levanta la sesión y se cita para el lunes próximo a las diez de la mañana a Colegio Electoral, y en la tarde, a las cuatro, a Cámara de Diputados. (8 p. m.)