Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19200921 - Número de Diario 24

(L29A1P1oN024F19200921.xml)Núm. Diario:24

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 21 DE SEPTIEMBRE DE 1920

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I.- PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 24

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 21

DE SEPTIEMBRE DE 1920

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera. Es turnado a las comisiones que tienen antecedentes un escrito del Ejecutivo de la Unión, rectificando el informe rendido por el ciudadano presidente de la República, acerca del uso que hizo de las facultades extraordinarias que le confirió el Congreso de la Unión para rescindir los contratos referentes al Ferrocarril Nacional de Tehuantepec. Pasa a las comisiones unidas 1a. de Gobernación y Salubridad la iniciativa de ley de la H. Legislatura de Sinaloa que adiciona, en la parte correspondiente, la Ley de Inmigración y el Código Sanitario de la República.

3.- Continúa la discusión de las candidaturas objetadas para integrar las comisiones reglamentarias de la Cámara. Se aprueban: la 1a. de Puntos Constitucionales, de Reglamento, 1a. de Relaciones Exteriores; 1a. y 2a. de Trabajo y Previsión Social y de Universidad y Bellas Artes.

4.- Se discute y aprueba una proposición referente a que la Comisión de Contraloría conozca de los estados de la cuenta de la Hacienda Pública Federal. Es discutida y rechazada una moción de varios ciudadanos diputados en que solicitan la condonación de las multas impuestas a los faltistas por la Presidencia. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. GARCÍA VIGIL MANUEL

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados.)

- El C. presidente, a los 5 p.m. Se abre la sesión.

- El C. secretario Zincúnegui Tercero, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados al Congreso de la Unión, el día veinte de septiembre de mil novecientos veinte.

"Presidencia del C. Manuel García Vigil.

"En la ciudad de México, a las cinco horas y cinco minutos de la tarde del lunes veinte de septiembre de mil novecientos veinte, se abrió la sesión con asistencia de ciento veintiséis ciudadanos diputados.

"El acta de la sesión celebrada el día anterior, fue aprobada sin debate.

"La Secretaría dio cuenta con los documentos en cartera:

"Proyecto de ley para reglamentar la fracción XII del artículo 123 constitucional, en relación con el artículo 3o. de la misma Ley, subscripto por los CC. Siurob, Alonzo Romero, Vadillo y ocho diputados más.- Imprímase y a las comisiones unidas 1a. de Instrucción Pública y 1a. de Puntos Constitucionales.

"Oficio de la Secretaría de la Comisión Permanente de la Legislatura anterior remitiendo 340 expedientes y 58 documentos, cuya resolución corresponde a esta H. Cámara.- Se turnan los expedientes a las comisiones respectivas y dése cuenta con los documentos en su oportunidad.

"El C. Siurob, a quien se concedió la palabra en contra del trámite recaído al Proyecto de Ley firmado por él y otros ciudadanos diputados, habló para fundar aquella iniciativa. El C. Llaca y el mismo C. Siurob hicieron aclaraciones, así como la Presidencia, y en seguida se aprobó por la Asamblea el trámite de que se trata.

"Memorial de la Secretaría de Gobernación, en que por acuerdo del ciudadano presidente de la República, hace del conocimiento de esta H. Cámara el conflicto político que existe actualmente en el Estado de Michoacán, con motivo de que dos Legislaturas se disputan el triunfo de las elecciones celebradas en aquella Entidad el cinco de julio último.- De enterado.

"Con relación al documento anterior usaron de la palabra los CC. Avilés y Villegas, el primero para aclaraciones y éste para rectificar hechos.

"La Presidencia, con objeto de que pudieran despacharse los asuntos pendientes, manifestó la conveniencia de que no continuaran tratándose cuestiones de política local.

"La Secretaría continuó dando cuenta:

"Memorial enviado por la Presidencia de la República, en que la señora Eugenia Ramos viuda de Tamírez y la señorita Eugenia Tamírez Ramos, solicitan se les aumente la pensión que disfrutan.

"La Mesa había determinado turnar este documento a la 1a. Comisión de Guerra, pero a insinuación del C. Céspedes, acordó que pasara a la 1a. Comisión de Peticiones. Este último trámite fue

reclamado por el C. Casas Alatriste, quien luego desistió de su moción.

"Circular por medio de la cual se da a conocer la firma que usará el ciudadano oficial mayor de la Secretaría de Guerra y Marina.- De enterado.

"Telegrama en que se participa la instalación del Congreso de Aguascalientes.- De enterado.

"Oficio de los secretarios de la Comisión Permanente de la Legislatura de Colima, en que dan a conocer los hechos por los que hasta la fecha no han podido instalar el Colegio Electoral del nuevo Congreso.- De enterado y transcríbase al Ejecutivo.

"Circular en que la Legislatura de Durango avisa que el veintiséis de agosto último clausuró un periodo extraordinario de sesiones.- De enterado.

"Circular de la Legislatura de Guanajuato, en que manifiesta que abrió su primer periodo con fecha quince de los corrientes.- De enterado.

"Circular por medio de la cual la Legislatura de Guerrero comunica que el día cuatro de los corrientes abrió su segundo periodo de sesiones extraordinarias De enterado.

"Cinco telegramas procedentes de Morelia, Michoacán, en que se participa:

"Por los CC. Guilebaldo Murillo y Alberto Coria que la Legislatura de ese Estado se constituyó en Colegio Electoral para computar los votos emitidos en la elección de gobernador;

"Por los CC. A. Gómez Campos y Alfredo Moreno, que se instaló la Legislatura de ese Estado y que rindió la protesta de ley como gobernador constitucional del mismo, el C. Francisco J. Múgica;

"Por los CC. Guilebaldo Murillo y Alberto Coria que el Congreso de ese Estado declaró gobernador al C. Francisco J. Múgica;

"Por los CC. J. Alvarado e Ignacio Colín López, que el Congreso local abrió su primer periodo de sesiones, y

"Por el C. Porfirio García de León, que protestó como gobernador constitucional de aquella Entidad.

"Los anteriores mensajes recibieron el trámite de "Recibo".

"Circular en que el C. José Molina comunica que el día 1o. del presente mes se instaló el Colegio Electoral de la Legislatura del Estado de Michoacán.- Recibo.

"Circular en que la Legislatura del Nayarit, avisa que eligió presidente y vicepresidente para el presente mes.- De enterado.

"Telegrama por medio del cual el C. M. Alvarez García expresa que se instaló la Legislatura del Estado de Colima y que nombró su Mesa directiva.- Recibo.

"Mensaje procedente de Guanajuato, en que el C. Antonio Madrazo comunica que se hizo cargo del Gobierno de ese Estado para funcionar durante el periodo constitucional que termina en 1923.- De enterado.

"Telegrama depositado en Guadalajara, Jalisco, en que el ciudadano gobernador provisional de ese Estado da a conocer las fechas en que se efectuarán las elecciones para restablecer los poderes locales.- De enterado.

"Circular en que el C. Fernando M. Estrada avisa que tomó posesión del Gobierno del Territorio de Quintana Roo.- De enterado.

"Telegrama de Villahermosa, Tabasco, en que el C. Carlos Greene hace presente su protesta, con motivo de los cargos que se le han hecho en esta Cámara al discutirse las credenciales de los diputados por Tabasco.- Recibo.

"Mensaje de la misma procedencia, en que el propio C. Carlos Greene participa que el Congreso de ese Estado abrió su periodo de sesiones ordinarias y leyó ante él, con su carácter de gobernador el informe constitucional respectivo.- De enterado.

"Telegrama en que el C. Donato Moreno avisa que tomó posesión del cargo de gobernador constitucional de Zacatecas.- De enterado.

"Circular en que el C. licenciado Félix Flores comunica que se hizo cargo de la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Coahuila.- De enterado.

"Escritos de protesta contra la creación del nuevo Estado de La Laguna, que envían los ayuntamientos de Candela, Hidalgo, San Juan de Sabinas y Nadadores, del Estado de Coahuila.- Contéstese que hasta la fecha no ha sido presentado a la Cámara el mencionado proyecto.

"Telegrama fechado en esta ciudad, firmado por el C. Alvaro Obregón, en que transcribe un mensaje que le fue dirigido de Papantla, Veracruz, y que tiene relación con las elecciones de diputados al Congreso de la Unión.- Recibo y a su expediente.

"Telegrama de Frontera Tabasco, por medio del cual los CC. Arturo Hernández y Alfonso Casanova hacen diversas consideraciones, con motivo de haberse desechado la credencial del C. Tomás Garrido C.- Recibo.

"Inventario de los expedientes electorales relativos a la elección de presidente de la República celebrada el día cinco del mes actual.- Para los efectos del artículo 4o. de la Ley de 24 de mayo de 1904, se turnan los expedientes a la Gran Comisión.

"Memorial en que los CC. Rafael Ceniceros y Villarreal, Benjamín Anguiano, René Capistrán Garza y nueve firmantes más, solicitan se declare ilegal el registro de la candidatura del C. Alvaro Obregón para presidente de la República y nulos los votos que a su favor se emitan.- Agréguese al expediente electoral respectivo.

"Como la Secretaría leyó solamente el extracto del documento anterior, el C. Manrique pidió la lectura íntegra y la Presidencia hizo una aclaración a este respecto.

"Escrito fechado en Guadalajara, Jalisco, firmado por los CC. Alberto P. Rodríguez, Francisco E. Samaniego y cuatro firmantes más, en que manifiestan que hacen suyo el memorial anterior.- Agréguese a su expediente.

"Ocurso del C. Alfredo Robles Domínguez, en que manifiesta que hace suyo en todas sus partes el memorial y de los CC. Rafael Ceniceros y Villareal y demás firmantes, relativo a las elecciones Presidenciales.- Agrégese a su expediente.

"Memorial fechado en San Luis Potosí, por medio del cual los CC. Paulino N. Guerrero, G. O.

Almanza y cuatro firmantes más, piden se deseche, por improcedente, la petición de los miembros del Partido Nacional Republicano, referente a la ilegalidad de los votos emitidos a favor del C. Alvaro Obregón para presidente de la República.- Agrégese a su expediente.

"Escrito en que los CC. Rafael Ceniceros y Villarreal, Diego Arenas Guzmán y socios, ratifican el memorial que con anterioridad presentaron, y piden se resuelva sobre el particular en breve plazo.- A su expediente.

"Se paso al estudio de la proposición de la Gran Comisión, relativa a las comisiones permanentes de esta H. Cámara.

"Después de una aclaración del C. Espinosa Luis, se aprobó en votación económica, que se repitió por haberla reclamado el C. Mijares, la 2a. Comisión de Petróleo, integrada por los CC. Basilio Vadillo, Aquilino Rama, Israel del Castillo, y suplente, Luis Espinosa.

"La 1a. Comisión de Petróleo, con excepción del C. Céspedes como suplente, candidatura desechada en la sesión anterior, fue aprobada también en votación económica. Los miembros aprobados de esta Comisión son los CC. Manlio Fabio Altamirano, José H. Romero y Francisco Ollivier.

"Reclamó el quórum el C. Mijares, a quien pidió el C. Casas Alatriste que retirara su moción.

"El C. Céspedes, la Presidencia y el C. Manrique hicieron aclaraciones sobre la forma en que quedó aprobada la 1a. Comisión de Petróleo.

"El C. Cerda reclamó el quórum. Pasóse lista y la Secretaría declaró que había una asistencia de ciento dos ciudadanos diputados. La Presidencia dispuso, a fin de que surgieran reclamaciones con motivo de las multas que se imponen a los ciudadanos diputados, se leyeran los nombres de los que no se encontraban en el salón. Así lo hizo la Secretaría, y sirviéndose de la última lista que se paso y anotando en ella algunos ciudadanos diputados más se vino en conocimiento de que estaban en el salón ciento catorce ciudadanos diputados.

"A las siete de la noche se levantó la sesión."

Está a discusión el acta. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra pueden pasar a inscribirse. No habiendo quien desee hacer uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada. Se va a dar cuenta con los asuntos en cartera.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"La Secretaría de Gobernación envía, con su oficio número 183, fechado el 12 de agosto, una protesta de varios vecinos de la municipalidad de San Bartolo Tutotepec, relativa a las elecciones celebradas en el 9o. distrito electoral del Estado de Hidalgo."- Agréguese a su expediente.

"La Secretaría de Gobernación transcribe, por medio de su oficio número 4,309, fechado el día 13 de los corrientes, una protesta formulada por los CC. Francisco Reinaud, D. Orozco y demás firmantes con motivo de las elecciones celebradas en el 7o. distrito electoral del Estado de Guanajuato."- Recibo, y Agréguese a su expediente.

"La Secretaría de Gobernación transcribe, por medio de su oficio número 4,314, de fecha 13 de los corrientes, una protesta subscripta por el C. José E. Maciel, relativa a las elecciones celebradas en el 11 distrito electoral del Estado de Michoacán."- Recibo, y agréguese a su expediente.

"La Legislatura del Estado de Aguascalientes comunica, por medio de su circular fechada el día 16 de los corrientes, que en la propia fecha abrió el primer periodo de sus sesiones ordinarias."- De enterado.

Un sello que dice: "República Mexicana.- Secretaría del Congreso del Estado de Durango.

"En sesión de hoy esta H. Legislatura tuvo a bien acordar se transcribiera a usted el texto de los considerandos y parte resolutiva del dictamen de la Comisión especial nombrada para resolver sobre si era de consideración todavía al C. General Domingo Arrieta como gobernador constitucional de este Estado, el cual es como sigue:

"Considerando 1o. Que el Plan de Agua Prieta expedido con fecha 23 de abril de 1920, reconocer como ley fundamental de la Nación, la Constitución expedida el 5 de febrero de 1917, según la cual el funcionamiento de esta H. Cámara está enteramente dentro de las prácticas legales, toda vez que fue reconocido dicho Plan con fecha 16 del mes de mayo próximo pasado.- 2o. Que el mismo Plan de Agua Prieta, en su artículo 5o., reconoce todas las autoridades legalmente constituídas que no combatieron ni hostilizaron al movimiento basado en aquel mismo Plan; y, por tanto, las autoridades, legal o ilegalmente constituídas, que atacaron y hostilizaron dicho movimiento revolucionario, quedaron ipsofacto desconocidas en sus funciones, sin que, bajo ningún concepto puedan considerarse nuevamente con carácter legítimo en sus funciones.- 3o. Que el C. general Domingo Arrieta salió de esta capital el día 11 de mayo anterior, dando aviso a esta H. Cámara de que se proponía visitar los municipios de Canatlán y Santiago Papasquiaro, siendo esto nada más que un pretexto, pues es público y notorio que al retirarse de esta ciudad salió al frente de las fuerzas rurales del Estado y al salir hizo requisiciones de armas y caballos a particulares, acto que no podía llevarse acabo si se trataba de visitar los municipios para remediar sus necesidades. - 4o. Que en virtud de la actitud hostil asumida por el general Domingo Arrieta para el movimiento iniciado en Sonora, esta H. Legislatura, con fecha 14 de mayo último tuvo a bien nombrar, por decreto número 222, gobernador constitucional interino al C. general Enrique R. Nájera.- 5o. Que los actos ejecutados por el señor general Arrieta, tales como

el incendio de puentes de la vía férrea, destrucción de vías telegráficas y tiroteo al tren explorador de las fuerzas federales entrañan un acto hostil para el movimiento iniciado en Sonora, este hecho, por sí solo, lo pone fuera de las garantías que a las autoridades legalmente constituídas concede el Plan de Agua Prieta. - 6o. Que como quiera que el decreto número 222 suponía que el regreso del general Arrieta se haría sin que éste desconociera el actual movimiento y que no ejecutaría actos de hostilización a las fuerzas federales o a los particulares residentes en los puntos por donde paso el general Arrieta, los hechos ejecutados por el propio general y sus acompañantes comprobaron el desconocimiento absoluto del Plan de Agua Prieta y, por lo mismo, se colocaron fuera del amparo que a las autoridades legales concede el Plan de referencia. - 7o. Que en vista de los hechos justificados que se acaban de narrar, por ser del dominio público, el general Arrieta dejó de ser gobernador constitucional del Estado desde el momento en que se rebeló contra el actual orden constitucional y, por lo mismo, es llegado el caso de hacer una nueva designación de persona que ocupe aquel elevado cargo hasta que termine el periodo constitucional actual, de acuerdo con lo dispuesto en la parte final del artículo 80 de la Constitución Política local.- Por lo anteriormente expuesto, la supradicha Comisión se honra en someter a la deliberación de los miembros de esta H. Legislatura, el siguiente proyecto de decreto. - Proyecto de decreto.- Artículo 1o. De acuerdo con el artículo 5o. del Plan de Agua Prieta, fecha 23 de abril de 1920, se desconoce al C. general Domingo Arrieta como gobernador constitucional del Estado Libre y Soberano de Durango, en virtud de no haber reconocido dicho Plan dentro del término legal y haber hostilizado al movimiento legalista.- Artículo 2o. Procédase por la H. Legislatura a nombrar gobernador constitucional interino, que termine el periodo constitucional, en la forma prevista por la parte final del artículo 80 de la Constitución Política local.

"Salón de Comisiones del H. Congreso del Estado.- Durango, junio 14 de 1920.- Carlos Cárdenas M.- Rúbrica.- Nicolás Martínez Q.- Rúbrica.

"Lo que comunicamos a usted para que se digne hacerlo del conocimiento de los honorables miembros de esa H. Cámara, protestándole las seguridades de nuestra atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- Durango, junio 16 de 1920.- Lorenzo Gámiz, D.S.- Mariano Campillo, D.S.

"Al ciudadano presidente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F."- De enterado.

"El ciudadano gobernador constitucional substituto del Estado de Aguascalientes comunica, por medio de su circular número 94, fechada el día 17 de los corrientes que en acuerdo de la misma fecha nombró al C. licenciado Pablo Medina López secretario de Gobierno, en substitución del C. licenciado Antonio Delgado."- De enterado.

"El ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público envía su oficio número 16, girado por el Departamento de Bienes Nacionales, con fecha 21 de junio del corriente año, acompañado de ocho anexos, y por el que rectifica el informe rendido por el Ejecutivo al Congreso de la Unión el 4 de diciembre de 1918, del uso hecho de las facultades otorgadas para rescindir los contratos relativos al Ferrocarril de Tehuantepec."- A las comisiones que tiene antecedentes, e imprímase.

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Secretaría de Hacienda y Crédito Público.- Departamento de Bienes Nacionales.- Expediente número 16.

"A los ciudadanos secretarios de la honorable Cámara de Diputados.- Presente.

"El Ejecutivo de la Unión, por conducto de la Secretaría de Hacienda, tiene la honra de dirigirse al honorable Congreso, rectificando el informe rendido en cuatro de diciembre de mil novecientos diez y ocho, por el ciudadano secretario de Gobernación, Aguirre Berlanga, sobre el uso hecho de las facultades otorgadas por el Congreso de la Unión al Ejecutivo, por decreto de diez y nueve de enero del mismo año, para rescindir los contratos de diez y seis de mayo de mil novecientos dos, veinte de mayo de mil novecientos cuatro y siete de mayo de mil novecientos ocho, que el Gobierno de la República tenía celebrados con los señores S. Pearson & Son Ltd.

"Con fecha cinco de marzo de mil novecientos diez y ocho, fue elevado a escritura pública, otorgada por los CC. Rafael Nieto, subsecretario de Hacienda y Crédito público, ingeniero José Covarrubias, oficial mayor encargado del despacho de comunicaciones y Obras Públicas, ambos por el Ejecutivo Federal, y don Federico Adams, en representación de los señores S. Pearson & Son Ltd., el convenio que rescindía los contratos mencionados, disolviendo la sociedad denominada "Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec."

"En este convenio, lejos de ajustarse a las bases aprobadas por ese H. Congreso, se ha faltado a ellas, originándose con esto un serio perjuicio a la nación, que reporta erogaciones dispendiosas, las que se pretende justificar ya con supuestas adquisiciones de bienes - de antemano propiedad del Gobierno -, ya con utilidades meramente imaginarias. Por este motivo, el actual encargado del Ejecutivo de la Unión, en cumplimiento de su deber, después de un detenido estudio, se ve en la necesidad de solicitar de ese H. Congreso que, lejos de aprobar el uso hecho de las facultades concedidas para la rescinsión de los contratos que dieron forma a la "Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, se faculte al Ejecutivo para desconocer el convenio relativo, procurando ajustarse a las bases aprobadas por el decreto de diez y nueve de enero de mil novecientos diez y ocho, y en caso necesario, para acudir a los tribunales, a fin de obtener la nulidad de ese convenio, elevado a escritura pública en cinco de marzo de mil novecientos diez y ocho.

"Poderosas razones traídas a la consideración

del actual Ejecutivo, inspirado por un espíritu de equidad y con el afán de salvaguardar en todas las esferas de su actividad los fondos públicos, ahora a su cargo, lo obligan a dar este paso, para remediar en cuanto sea posible las grandes pérdidas que el cumplimiento del convenio de referencia acarrea al Erario Nacional, exponiendo a la consideración de ese H. Congreso, los principales fundamentos de su actitud.

"Desde luego, en términos generales, debe decirse que el contrato de rescisión que nos preocupa, es altamente oneroso para el Gobierno: en virtud de él, se dice que vuelven a poder de la nación el ferrocarril y puertos que estaban administrados por los señores S. Pearson & Son Ltd., y que este sólo motivo es bastante para justificar, procediendo patrióticamente, cualquier sacrificio para obtener la rescisión de ese contrato. Si bien se analiza, no es exacto que ese contrato dé la propiedad al Gobierno de una línea que sólo poseía por mitad y, mucho menos, que sea sin desembolso y, antes bien, con utilidad, pues es indiscutible que el Gobierno es y ha sido, en todo tiempo el único dueño de ese ferrocarril, que introdujo a la sociedad para sólo los efectos de su administración; y recuperar ésta en las onerosas condiciones que se pactaron y en el estado que guardaba en la fecha de la rescisión, sólo conduce a colocar, tanto al propio Gobierno, como al mismo ferrocarril, en muy difícil situación para el manejo de éste, aparte de los fuertes desembolsos que hizo y las obligaciones futuras que para obtener ese negocio, tuvo que contraer el Gobierno. En el caso sólo es de considerarse la cuestión meramente mercantil del negocio. Esto es, si comercialmente hablando, convino o no al Gobierno encargarse de esa administración exclusivamente, eliminando de ella a su socio, mediante una fuerte indemnización: la respuesta negativa se impone. Primero, porque el negocio del Ferrocarril de Tehuantepec es un negocio ruinoso, que acarrea anualmente una pérdida de consideración, pérdida que reportaba a medias el Gobierno con la casa administradora, y en virtud de esa rescisión, será soportada sólo por el Erario. El estado detallado de ingresos y egresos del ferrocarril y puertos, terminales, etcétera, durante los años de mil novecientos quince y mil novecientos dieciséis, inmediatamente anteriores al año en que fue celebrado el contrato de rescisión, arroja una pérdida total en los dos años, de $ 3.331,475.62

"En segundo lugar, resalta con toda evidencia lo inconveniente de la rescisión, si se toma en cuenta que la liquidación trajo consigo la enajenación de 15,500 acciones de la América Hawaiian S.S. Co., pues se privó en parte al Gobierno de esta segura fuente de ingresos de la "Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec", sacrificándola en beneficio de su consocio y quedándole a la nación sólo la parte improductiva de la Compañía, formada por el ferrocarril y puertos. En los últimos años de la administración de los señores S. Pearson & son Ltd., sólo con los dividendos de esas acciones de la Hawaiian, se sostenía el ferrocarril sin que sea hiperbólico afirmar que, desde que está siendo administrado por el Gobierno, se está agravando el Erario nacional, pues sólo los intereses de la deuda del ferrocarril y amortización de bonos que el Gobierno tendrá que pagar, correspondiente al periodo del primero de enero de mil novecientos diez y ocho a la fecha, asciende, aproximadamente, a la cantidad de $2,750,000.00

"Examinando prolijamente el contrato de rescisión, se desprenden las observaciones siguientes:

"FALTA DE CUMPLIMIENTO DE LAS BASES

APROBADAS POR DECRETO DE DIEZ Y

NUEVE DE ENERO DE MIL

NOVECIENTOS DIEZ Y OCHO

"La simple lectura cuidadosa del convenio que nos preocupa, en relación con el decreto de diez y nueve de enero de mil novecientos diez y ocho, por el cual es H. Congreso fijó las bases con sujeción a las cuales se autorizó al Ejecutivo a rescincidir los contratos entonces vigentes con los señores S. Pearson & Ltd., muestra hasta la evidencia que no se cumplió con lo prevenido en dichas bases. La base I estable que se restituirán a la Nación, en propiedad exclusiva, el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec y los Puertos de Salina Cruz y Coatzacualcos, y no se procedió así con las 15,500 acciones de la American Hawaiian, S.S. Co., sino que se repartieron entre ambos socios. Estas acciones fueron adquiridas del producto de los bonos emitidos, que asumió el Gobierno conforme a la base III. La inversión del dinero de los bonos en acciones de la American Hawaiian, no tuvo por objeto una especulación ajena por otra parte a las actividades de la compañía, sino que fue una operación tendente a obtener el control de la American Hawaiian a fin de que los barcos de esta compañía naviera quedasen obligados al servicio de la línea interoceánica del Tehuantepec. La compra de las acciones proporcionaba un medio para la mejor explotación del ferrocarril y puertos y, por lo mismo, las acciones vinieron a ser parte integrante de la universalidad que éstos constituyen. De esta manera, conforme a los artículos 99 (incisos I y II) y 4o. (incisos VIII y último) del pacto social y I de las bases de que se trata, al pasar el ferrocarril y puertos al haber de la Nación, las acciones debieran pasar con ellos íntegramente.

"La base V no ha sido cumplida debidamente; se han repartido como utilidades entre ambos asociados cantidades que correspondían al Gobierno de la Nación.

"Al quedar el Gobierno federal, con arreglo a lo dispuesto en la base III, en la ineludible obligación de cubrir la cantidad de $22.599,551.45, importe actual del empréstito del ferrocarril, debió esta obligación ser compensada con algunos bienes de los introducidos al ferrocarril o puertos que pasan al Gobierno, o en efectivo. En el balance que sirve de base a la rescisión sólo se compensa en parte esa suma con $19.834,472.94, correspondiente a la propiedad mueble e inmueble adjudicada al gobierno, dejando de percibir $2.765,078.51, parte del precio primitivo de las acciones de la American Hawaiian, de tal manera que se cumplió rigurosamente con la base III, que protege los intereses de los señores S. Pearson & Son Ltd., y no así con la I y V, cuyo cumplimiento hubiera evitado pérdidas a

la Nación. Este procedimiento conduce a aumentar falsamente la utilidad en esa diferencia que paga únicamente el Gobierno.

"En otros términos, el saldo de $26,032,965.04, que arroja el balance que se tomó como base para el convenio, no puede constituir una utilidad, como se pretende en el artículo 12 del contrato de rescisión, pues la utilidad, según los tratadistas, se forma deduciendo el monto de los bienes existentes los capitales introducidos a un negocio y, en este balance, suprimida la partida "Bonos Vigentes" por $22.599,551.45, del pasivo, así como lo de "Propiedad Mueble e Inmueble" por $19.834,472.94 del activo, que pasa al Gobierno, existe una diferencia de $2.765,078.51, en que se aumentaron indebidamente las utilidades repartibles. Como de esos $2.765,078.51, se entregó a los señores S. Pearson & Son Ltd., el 35 por ciento, o sean $967,777.48, el Gobierno pierde esa cantidad que fue pagada por un falso concepto de utilidad. En la siguiente demostración se ve evidentemente el error:

"Con el fondo de $22.599,551.45, producido por bonos que adeuda el Gobierno, se hicieron las siguientes inversiones:

"En propiedad inmueble $ 15.048,079.35 "En propiedad mueble " 4.786,393.59 "En parte de precio de las acciones de la Hawaiian, S.S. Co....................... " 2.765,078.51 $ 22.599,551.45 "La propiedad inmueble, $15.048,079.35, y la propiedad mueble $4.786,393.59, quedaron a beneficio del ferrocarril, o lo que es lo mismo, pasaron al Gobierno , no sucediendo así con los $2.765,078.51, que fueron repartidos totalmente como utilidad, dando, por consiguiente, de más a los señores S. Pearson & Son Ltd., $967,777.48.

"Se ha faltado evidentemente a la base VI del decreto, pues el Gobierno no llegó a percibir los $17.000,000.00 fijados en esa base, como mínimum, a pesar de lo que se hace constar en el artículo 20 del contrato de rescisión. En efecto, en el artículo citado se hace ascender artificiosamente la suma recibida a $19.435,357.82., pero de aquí no se han deducido los $4.000,000.00 que impartan los bonos emitidos a favor de los señores S. Pearson & Son Ltd como parte de los $7.500,000.00 que autoriza la base VII en su inciso I, y la base VI es muy clara a a este respecto, pues dice: "La cantidad que el Gobierno deberá recibir por concepto de las utilidades de la rescisión de los contratos antes mencionados y liquidación de la sociedad, después de haberse pagado la indemnización a que se refiere la fracción siguiente, no será menor de 17.000,000.00 oro nacional y la indemnización total no asciende a $3.500,000.00 que deducen, sino a $7.500,000.00. Es lógico que no pueda haber utilidad cierta sin deducir lo que se quede adeudando. Tampoco se deduce de la cantidad de $19.435,357.82 el valor de la acciones de la American Hawaiian (véase el artículo 12 del contrato de rescisión, en que se consideran como utilidad), y aunque se considerara como utilidad el supervalor alcanzado y la parte del precio redimido aparte de precio que no lo está, $2.765,078.51, y que obra a cargo del Gobierno, nunca pudo considerarse ganancia, debió deducirse y, por lo tanto, está viciado de nulidad el contrato mismo, conforme al Codigo Civil. Aún más, el sumando de $3.181,295.77 de la cantidad de. $19.435,357.82 incluye cuentas contra el Gobierno de la Nación, arbitrariamente formuladas, y que al revisarlas han sido impugnadas en $523,235.71, según el anexo que se acompaña.

"Violaciones a la base VII

"Al hacer el contrato de rescisión, de que se trata, no se ha tenido en cuenta, en absoluto, el espíritu de la base VII del decreto que autorizó esa rescisión, espíritu que se hizo patente por las discusiones a que dio lugar en el recinto de ese H. Congreso, que indiscutiblemente quiso fijar un máximum al Ejecutivo para restringir el monto de las indemnizaciones a que tuvieren derecho los señores S. Pearson & Son Ltd., pero nunca fue el ánimo de esa H. Asamblea determinar cantidad que debiera cubrirse aun cuando no se justificara su procedencia. La misma letra del decreto expresamente dice: "que no excederá de $7.500,000.00 el pago que se haga a los señores Pearson por indemnización por los perjuicios sufridos con la incautación del ferrocarril y puertos y compensación por la renuncia del derecho de administración y explotación de los mismos.

"Para cumplir honradamente con esta base era indispensable haber comprobado rigurosamente esos perjuicios y haber justipreciado la compensación, atendiendo al valor de los derechos renunciados, tomando como primer elemento el éxito comercial de la empresa.

"Pero lejos de esto, arbitrariamente, se concede el máximum de la cantidad autorizada, con gran perjuicio del Erario Nacional, que no sólo pierde en efectivo la enorme suma de $3.500,000.00 para pagar supuestos perjuicios que en realidad no existieron, sino que contrae obligaciones por......$4.000,000.00 para comprar unos derechos sin valor. Este fue un negocio fabuloso para los señores S. Pearson & Son Ltd., que se ven libres de una pesada carga de la que ansiaban desprenderse y aún reciben siete millones y medio, gracias a la esplendidez con que se repartieron en ese asunto los fondos del Erario.

"Desde el treinta de agosto de mil novecientos trece, según carta del presidente de la American Hawaiian Seamship Company, al apoderado de la compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, expresamente hizo saber la compañía Hawaiian que a la apertura del canal de Panamá dejaría, según su contrato, de usar la vía internacional de Tehuantepec. De acuerdo con este aviso y por carta de veinticinco de septiembre de mil novecientos catorce, la misma compañía de Navegación declaró cancelado su contrato con la de Tehuantepec desde el diez y seis de agosto del mismo año, fecha en que se inauguró el canal de Panamá.

"Desde entonces, el ferrocarril fue un completo fracaso y así se ve en el estado de ingresos y egresos de los años de mil novecientos quince y mil

novecientos diez y seis, a que ya antes nos hemos referido, y que se acompaña.

"De cualquier manera, y sin referirse al hecho de que sólo debido a los dividendos de las acciones de la American Hawaiian, se pudo sostener la administración del ferrocarril y puertos, ni hacer mención del abandono en que, por improductivo, tenían los señores Pearson al ferrocarril, arrendando el material rodante a otras compañías, es evidente que ningún pago debió ser hecho por concepto de perjuicios sin probar éstos, tanto más, cuanto que era muy dudosa su existencia, ni debió darse compensación ninguna a los administradores de un negocio que sólo les producía pérdidas, por relevarlos de esas obligaciones que les eran tan perjudiciales.

"En resumen.

"Según la anterior exposición, puede claramente afirmarse: Que el contrato de rescisión de la compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, es altamente ruinoso para la Nación, porque no obtiene beneficio ninguno con él.

"Que en el referido contrato se han dejado de cumplir las bases I, V, VI, y VII que ese H. Congreso fijó para llevar a cabo la rescisión.

"Y además, que injustificadamente resiente el Gobierno las siguientes pérdidas:

"Por pago indebido de perjuicios no comprobados con violación de la base VII. $ 3.500,000.00 "Por pago de compensación improcedente para hacerse de un negocio ruinoso..... $ 4.000,000.00 "Por intereses cubiertos sobre los bonos expedidos. 400,000.00 "Pagado de más a los señores S. Pearson & Son Ltd., por falso concepto de utilidades. 967,777.48 "Por diferencia en cuentas contra la Secretaría de Guerra. 523,235.71 $9.391,013.19

"Debe considerarse sobre esto, los intereses que devengan los $4.000,000.00 en bonos, que al 5 por ciento anual, en 36 años, importan $7.200,000.00 menos $400,000.00 ya pagados, quedando por cubrir $ 6.800,000.00 Por lo que, en definitiva, el contrato de rescisión, de que se trata, de llevarse a cabo, costaría a la nación: $16.191,013.19.

"Por lo que es notoriamente procedente la desaprobación de ese H. Congreso del uso hecho por el Ejecutivo anterior de las facultades concedidas por decreto de diez y nueve de enero de mil novecientos diez y ocho.

"Responsabilidades Oficiales

"Son de exigirse a los que intervinieron en la liquidación como encargados de las Secretarías de Hacienda y Comunicaciones, con fundamento en lo dispuesto en el artículo 108 de la Constitución, desde el momento en que por lo menos han faltado al cumplimiento de su deber no defendiendo debidamente los intereses de la nación, con punible omisión que se ha traducido en un contrato altamente oneroso en que pierde el Erario varios millones de pesos.

"Según el artículo 113 de la misma Carta fundamental, las responsabilidades son exigibles dentro de un año después de que el funcionario deje de ejercer su cargo.

"Acciones Legales

"La nulidad a todas luces procedente del contrato de rescisión, es exigible ante los tribunales, tanto por faltar a ese contrato la aprobación del Congreso de la Unión, falta que redunda en incapacidad por parte de los funcionarios que firmaron el contrato, como por los errores de hecho y aritméticos en que se incurrió al hacer la liquidación, como también por la falta de objeto en el contrato al hacer los pagos por perjuicios no existentes, pudiendo el Erario federal repetir las cantidades pagadas.

"Anexos para información

"1o. Dictamen del Departamento Legal de la compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec en liquidación.

"2o. Memorándum del gerente liquidador de dicha compañía.

"3o. Contrato de la sociedad denominada: "Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec."

"4o. Contrato de rescisión de la misma.

"5o. Contrato de bonos a favor de S. Pearson & Son Ltd.

"6o. Balance general de la compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, practicado el 31 de diciembre de 1917.

"7o. Copias certificadas de las cartas de la American Hawaiian S. S. Co., de agosto 30 de 1913, septiembre 10 de 1913, septiembre 25 de 1914 y octubre 5 de 1914.

"Al rogar a ustedes se sirvan dar cuenta a esa H. Cámara con la anterior disposición, me es honroso protestarles las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, junio 21 de 1920.- El secretario, S. Alvarado."- A las comisiones que tienen antecedentes, e imprímase.

"La Secretaría de Guerra y Marina envía con su oficio 6,423 - 41 fechado el 25 de junio, una petición del C. José Angel Magaña, pidiendo se conceda una pensión a la viuda de C. Justino Torres expresidente del Partido Radical Tabasqueño."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El ciudadano encargado de la Secretaría de Relaciones Exteriores solicita, por medio de su oficio

número 4,677 fechado el día 15 de junio último, el permiso constitucional respectivo con el fin de que el C. José Arguimbau pueda aceptar y desempeñar el cargo de cónsul ad - honorem de Panamá en Liverpool."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"Secretaría del Congreso del Estado Libre y Soberano de Sinaloa.- Número 2,111

"A los ciudadanos diputados secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"México, D.F.

"Esta H. Legislatura, en sesión de hoy, tuvo a bien aprobar la siguiente iniciativa, presentada por el C. diputado Andrés Magallón, representante del II distrito electoral, que a la letra dice:

"Ciudadanos diputados:

"Bajo el rubro de "El Peligro Amarillo" publica el importante diario metropolitano, "El Heraldo de México", al margen del problema asiático, el siguiente sesudo editorial, en su número correspondiente al 23 de mayo último:

"No sólo para México, sino para todos los países latinoamericanos, la inmigración de la raza china ha constituído, más que un peligro, una verdadera epidemia viviente, cuyos desastrosos resultados se han encargado la experiencia de comprobárnoslos.

"Nosotros, por sentimiento de nacionalismo y mejoramiento de raza, emprenderemos una campaña razonada, tendiente a que se ponga remedio al mal.

"La inmigración china puede estudiarse desde distintos puntos de vista, siendo los de mayor trascendencia, la degeneración y el monopolio.

"En toda nuestra República, el chino se ha extendido como una plaga peligrosa. Nosotros no somos enemigos de las inmigraciones, pues tenemos la convicción profunda que estas corrientes de hombres son las que han servido para el engrandecimiento, en sus diferentes manifestaciones de vida, de todo el pueblo, siendo la Argentina y los mismos Estados Unidos, una prueba evidente de lo que afirmamos. Pero desde luego hay que hacer distingos. Las inmigraciones sanas, trabajadoras, laboriosas e inteligentes; las inmigraciones que se amoldan con nosotros, no sólo para convivir con nuestras costumbres y sentires, sino también para dejar producto efectivo, son benéficas, pudiendo notarse entre ellas, a la española, americana, inglesa, francesa, italiana, japonesa y hasta la misma turca. En cambio, existe una inmigración que, como la china, la más formidable en nuestros pueblos de América, en vez de beneficiarnos, nos hace un daño profundo, tanto económica como material y moralmente.

"El chino es un tipo étnico, extraño y complicado. No nada deja al país; por el contrario: absorbente, se lleva todo lo que puede, estancando las corrientes del capital. Para ellos no existe más que la China; hasta el arroz que se comen, su alimento predilecto y único, les viene de Pekín.

"Los monopolios deben a no dudarlo, constituir una de las tablas divinas de Confucio:, tal la causa por que los chinos se han apoderado de todas las lavanderías, zapaterías, tenerías, pequeños y grandes comercios y restaurants, por regla general, de segundo orden.

"Nuestro pueblo, sin fábricas suficientes para una vida cómoda, se dedica a las industrias y oficios de menor monto, como la lavandería, zapaterías, etcétera. Resumen: los desamparados de la fortuna, hombres y mujeres, tienen que ir a servir de esclavos a una raza grotesca, miserable, avara, sucia y antihigiénica.

"La peste bubónica, el cólera morbus y resto de epidemias asiáticas, devotos a su ancestro, las ha traído a América el chino. El juego de las adormideras, nos lo ha traído el hijo del Celeste Imperio.

"Nuestra República, sin leyes sabias de inmigración, admite en su seno a todo cristiano o hereje, sin distinción de raza ni color. No hay día de Dios en que nuestra prensa anote el arribo de centenares de chinos a nuestros diferentes puertos.

"El mal es grave y hay que preocuparse por las resoluciones de este problema, resuelto ya en países como Estados Unidos.

"Por lo que a nosotros respecta, creemos un deber de alto nacionalismo y de salvación y mejoramiento de raza, emprender, desde ahora, una campaña enérgica en contra de la inmigración que motiva estas líneas.

"El correo de la Tarde" en mayo 10 de 1918, dijo también lo siguiente sobre tan importante tema:

"Pero no es ello todo. Los chinos, en armonía con su espíritu de avaricia, no gastan más que lo indispensable para vivir y la mayor parte de lo que explotan lo guardan, amortizando así el dinero que recogen, puesto que difícilmente vuelve a la circulación; por lo que bajo este aspecto los amarillos no pueden ser considerados como factores de progreso o den impulso, al tomar participación en el comercio nacional.

"A "Excelsior", de 19 de mayo del corriente año, corresponde lo siguiente:

"Nuestro Gobierno ha comprendido que la libre inmigración de los asiáticos es un problema que tiene que resolverse en cualquiera forma; pero seguramente espera la oportunidad de formular un proyecto de ley en tal sentido, para someterlo a la aprobación de las Cámaras y que el mal deje de existir.

"Sin violar los tratados de inmigración, sólo las autoridades sanitarias están en condiciones de establecer determinadas restricciones a los chinos que llegan a nuestros puertos, y esto pueden hacerlo basadas en los preceptos del código sanitario, puesto que como antes decimos, la mayoría de los asiáticos llega en condiciones deplorables de salud y se nos dice que en esa forma podría contenerse en parte la amenaza, que como tal la consideran los habitantes de nuestras costas del Pacífico.

"El Heraldo de México" vuelve a decir, en su número de 2 de junio último, lo siguiente:

"El viajero que entrando por la aduana fronteriza de Nogales, Sonora, recorra los Estados mexicanos de la costa del Pacífico, tendrá la impresión de que viaja por una de las provincias de China.

"En Sonora, Sinaloa, Tepic, Baja California y Colima, la población china tiene una densidad alarmante en proporción con los pobladores mexicanos. Es aquella región de nuestro país una de las más invadidas por el elemento chino, y por lo mismo, una de las que mejor sienten la influencia de esa inmigración funesta para la República, y claman

por que se les ponga un hasta aquí. La necesidad de corregir ese mal ha tenido de tiempo atrás manifestaciones de disgusto marcadísimas; pero en los últimos tiempos ha cristalizado en una campaña formal para contrarrestar la influencia china en aquella costa: así, por ejemplo, en el Estado de Sonora, hay fundada una asociación de propaganda antichina que contaba hasta hace algunos meses con una hoja periodística y recientemente en la capital de Sinaloa se fundó una agrupación que persigue los mismos fines que la similar del Estado vecino.

"Decíamos al principio que quien viaja de Nogales hacia el Sur tendrá la impresión de hacerlo por una provincia china, los turistas que recorren la costa del Pacífico, se creerán viajando por la provincia china de Tzientzin o por las costas del golfo de Petchili.

"Los puertos de Mazatlán y Guaymas se han visto invadidos frecuentes veces por las terribles epidemias asiáticas, importadas por los inmigrantes chinos. Esto es lo que nos traen los chinos: epidemias, opio, vicios, deshonor. México no necesita una inmigración de tal naturaleza, que ningún bien acarrea al país, y sí muchas calamidades. ¿Por qué entonces seguirla aceptando?

"Tales son a grandes rasgos, ciudadanos diputados, los clamores que la prensa de distintos lugares del país viene levantando acerca de ese grave problema; y permítaseme declarar ahora que con ocasión del último viaje que hizo recientemente a la capital de la República, tuve la satisfacción de poner en manos del general Salvador Alvarado, presidente de la compañía editora de "El Heraldo de México ", una copia de los tratados internacionales existentes entre los gobiernos de México y China, a fin de que dicho órgano periodístico abriese una campaña en forma, tendente a inclinar a las autoridades federales a que resolviesen en un perentorio lapso tan grave cuestión. El caballero mencionado encomendó desde luego a uno de sus reporteros la misión de entrevistar al jefe de la Cancillería mexicana, de quien solicitaría los datos relativos a las reformas que en los últimos tiempos hubiesen sido hechas al texto de los tratados de referencia.

"Entrevisté, igualmente, a algunos de los miembros de la Representación Nacional, habiendo sido informado por el C. Juan Espinosa Bávara, diputado por Nayarit, que él había formulado un proyecto de ley sobre el asunto chino, en compañía de los demás diputados de dicha Entidad y de las diputaciones de Sonora y Sinaloa, sin que dicho proyecto haya sido presentado hasta la fecha a la consideración de aquella I. Cámara.

"También cambié impresiones sobre tan importante tema con el señor doctor José María Rodríguez, presidente del Consejo Superior de Salubridad, quien me informó que los estudios que había hecho sobre el particular, habían venido quedando pendientes de la resolución que debe dictar el señor presidente de la República.

"De todo lo expuesto se desprende, sin ningún género de duda, que el peligro amarillo continúa en pie, ya que ninguna providencia de índole general se ha dictado para remediarlo. Las dos leyes que ha aprobado esta H. Legislatura a iniciativa del subscripto y que en breve comenzarán a regir en este Estado, son de efectos puramente locales. Falta, por lo tanto, combatir el mal de raíz, estableciendo restricciones justas y adecuadas a la inmigración asiática, que a manera de infranqueable barrera puedan contener esa poderosa y funesta avalancha. Y como esto sólo se puede llevar a cabo por medio de prevenciones generales que decrete el Congreso de la Unión, con fundamento en el artículo 73, fracción XVI, de la Constitución general de la República, ya relacionándolas con la Ley de Inmigración, bien armonizándolas con las disposiciones del Código Sanitario, me es honroso someter a la alta ilustración de vuestras señorías, con dispensa de todos los trámites reglamentarios, la aprobación del siguiente proyecto de reformas a la Ley de Inmigración y al Código Sanitario de la República, en la parte que corresponda a fin de que sea enviado a las Cámaras de Diputados y Senadores del Congreso de la Unión, para su estudio y resolución, en estos términos:

"La H. Legislatura de Sinaloa, en uso del derecho que le concede la fracción III del artículo 71 de la Constitución general de la República, tiene la honra de someter a las honorables Cámaras de la Unión, la aprobación de la siguiente iniciativa de ley, que adiciona en la parte correspondiente, la Ley de Inmigración y el Código Sanitario de la República:

"Artículo..... Los agentes de inmigración de las aduanas fronterizas y los médicos delegados de sanidad del Consejo Superior de Salubridad, en los puertos del Golfo y el Pacífico, no permitirán la entrada a territorio mexicano a ningún individuo de origen extranjero que acostumbre habitualmente fumar opio, o el uso de las bebidas embriagantes, o que padezca de alguna de las enfermedades siguientes: sífilis, tuberculosis, tracoma, lepra, "borry - borry", gota asiática, enajenación mental o alguna otra enfermedad crónica o incurable que sea además contagiosa o hereditaria.

"Artículo..... Los extranjeros que pretendan penetrar a territorio mexicano, probarán ante el agente de inmigración o el delegado de sanidad, con certificado médico a satisfacción de dichos funcionarios, que no sufren ningunas de las enfermedades a que el anterior artículo se refiere.

"Artículo..... Todo individuo de origen extranjero que pretenda penetrar al país pagará por derecho de inmigración la cuota de cien pesos, moneda corriente del cuño mexicano, y exhibirá, además la suma de doscientos pesos como capital propio que le sirva para dedicarse a alguna ocupación u oficio honesto.

"Artículo..... La Secretaría de Gobernación podrá acordar, cuando lo estime conveniente, previa justificación en cada caso, que se reduzca o se dispense el pago de los derechos de que habla el artículo anterior.

"Transitorio.

"Artículo... El Ejecutivo de la Unión proveerá desde luego a la erección o acondicionamiento en los puertos de entrada de mar y tierra, de locales propios para cumplir las cuarentenas que a los inmigrantes se impongan, en los casos que así proceda, y dictará, igualmente las medidas administrativas conducentes para la mejor aplicación de las disposiciones prevenidas en esta ley.

"Lo que tenemos el honor de comunicar a ustedes a fin de que se dignen dar cuenta con este documento a esa H. Cámara, para los efectos correspondientes.

"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra consideración distinguida.

"Constitución y Reformas.- Culiacán Rosales, diciembre 16 de 1919.- P.L. Gavica, diputado secretario.- Jenaro Noris, diputado secretario.

"A las comisiones unidas 1a. de Gobernación y de Salubridad, e imprímase.

"La Legislatura del Estado de Zacatecas manifiesta, por medio de su oficio número 317, fechado el 25 de marzo último, que apoya en todas sus partes la iniciativa de reformas al último párrafo del artículo 108 de la Constitución general, presentada ante la XXVIII Legislatura por los CC. diputados Valadez Ramírez y demás firmantes."- A su expediente.

"La Legislatura del Estado de Zacatecas comunica, por medio de su oficio número 294, fechado el 24 de marzo último, que aprueba en todas sus partes la iniciativa de reformas a la Ley de Inmigración y al Código Sanitario de la República, propuesta por la Legislatura del Estado de Sinaloa."- A las comisiones que tienen antecedentes.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Continúa a discusión el dictamen de la Gran Comisión en lo relativo a las comisiones 1a. y 2a. de Petróleo y 1a. de Puntos Constitucionales. La candidatura del C. Manrique fue separada por el C. Luis Castro y López. Está a discusión la candidatura citada.

El C. Castro y López: Honorable Asamblea: He separado, para atacar la candidatura del C. Aurelio Manrique en la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, por las razones que voy a exponer en seguida. La Comisión, la Gran Comisión de la Cámara de Diputados, según se nos expresó en algunas ocasiones por voz del secretario de esa misma Gran Comisión, ha tenido en cuenta sólo, para formar estas comisiones, la competencia. La Comisión de Puntos Constitucionales es una comisión esencialmente técnica, necesita peritos en Derecho Constitucional, y el C. Aurelio Manrique, que tiene conocimientos de miscelánea, no tiene la competencia necesaria para formar parte de una Comisión de Puntos Constitucionales. Hay en la Representación Nacional un gran número de abogados que, como tales, sí conocen Derecho Constitucional y sí están obligados a ser tenidos como peritos en Derecho Constitucional; a mayor abundamiento, aunque no habiéndose dedicado con exclusivismo al estudio del Derecho Constitucional, sí, por lo menos, han estudiado la ciencia del Derecho; sí, por lo menos, tienen terminología jurídica; sí, por lo menos, están en condiciones de poder especializarse en un determinado punto de Derecho Constitucional que se ponga a la consideración de esa Comisión, para que ella venga a proponerlo, a su vez, a la consideración de esta Asamblea. Es más, ciudadanos diputados: en la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales figuran dos abogados, están en primer lugar el C. licenciado Martínez de Escobar y en segundo lugar el C. licenciado Antonio Díaz Soto y Gama. Yo creo que, lejos de hacer bien, haría mal que el C. Manrique formara parte de esa Comisión que, ya he dicho y vuelvo a repetirlo, es esencialmente técnica, haría mal o no haría absolutamente bien ninguno dentro de la Comisión. Es indudable que, cuando se pase a esta 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, cualquier proyecto de reformas a la Ley Constitucional, indudablemente que ahí están dos abogados que, a fuer de abogados, debe presumírsele peritos en la Ciencia del Derecho y conocedores del Derecho Constitucional: el C. licenciado Díaz Soto y Gama y el C. licenciado de Martínez de Escobar; pero pudiera suceder que, si no hiciera daño el diputado Manrique dentro de esa Comisión en los momentos en que esta Comisión dictaminara, sí indudablemente que lo haría en los momentos en que viniera a sostenerse por la Comisión, ya dictaminado el asunto, en esta tribuna de la Representación Nacional. Y lo haría, no por otra cosa, sino por esto: porque no conociendo la terminología jurídica, porque no siendo perito en Derecho Constitucional, indudablemente que no podría encauzar una discusión tratando de asuntos que son esencialmente técnicos. El diputado Manrique va a formar parte de muchas otras comisiones, en las que indudablemente que podrá prestar grandes servicios. Hay ahí, entre las comisiones, muchas otras en las que la cultura del diputado Manrique si podrá ser muy útil; pero en la de Puntos Constitucionales no, porque no conoce Derecho Constitucional. Esto no es una censura al diputado Manrique; él no está obligado a saber Derecho Constitucional, como no estoy obligado yo a conocer la ciencia de la Medicina. En una palabra, ciudadanos diputados, al C. Manrique le sienta esa Comisión de Puntos Constitucionales, como a mí me sentaría la dirección de una sala de cirugía en el Hospital Juárez; como una sotana al C. Díaz Soto y Gama como a San Antonio un par de pistolas, que dijera Valbuena. En consecuencia, por bien de la nación, cuyos problemas van a debatirse dentro de esta Representación Nacional, yo pido que en esta ocasión se rechace, sin lastimar la susceptibilidad del C. Manrique, su candidatura en esta Comisión, para que se le utilice en otras comisiones en que pueda ser útil, y que sí sea competente.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Díaz Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Discrepo en absoluto del compañero Castro y López; en la Constitución nueva de 1917 me encuentro con una innovación que no esperaba, y digo que no esperaba, porque en esa Constitución, factor principal en la parte política, que lo fue el C. Venustiano Carranza, introdujo infinidad de preceptos verdaderamente reaccionarios, francamente reaccionarios. Uno de esos preceptos reaccionarios es el que veo con sorpresa consignado en el artículo que fija los requisitos indispensables para ser magistrado a la Suprema

Corte de Justicia. Se exige hoy -cosa absurda -, que para ser magistrado a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se deba poseer un título profesional de abogado. Esta innovación no constaba en la Carta Magna del 57, y con razón no constaba. Es perfectamente sabido por todo el que se titula, por todo el que se haya dedicado a los estudios sociales, que las profesiones todas, pero especialmente la de abogado, producen u originan ciertas deformaciones mentales. Todo abogado que ha ejercido largo tiempo la profesión de tal, está deformado mentalmente. Esta es otra verdad que todos conocemos; todo abogado que ha ejercido largo tiempo la profesión, se vuelve reaccionario, se vuelve conservador, esta es otra verdad que todos conocemos; todo abogado que ha ejercido largo tiempo la profesión, está enfermo de algo muy feo, que se llama amor a lo viejo, amor a lo caduco, amor a las fórmulas, amor a las superficialidades, amor a lo abstracto, y absolutamente periodo de contacto con la realidad viviente. El abogado se engolfa en cierta forma al priorismo del Derecho Canónico, de las viejas doctrinas del Derecho Romano, del Derecho Público, del derecho de los reyes bárbaros y visigodos, de todo lo antiguo, de todo lo malo de todo lo desastroso que ha podido a cumular esa falsa ciencia. Todo eso lo tiene depositado en su pobre cerebro el abogado cuyo cerebro está deformado por el ejercicio de la profesión. ¿Cómo, pues, se nos viene a defender ahora, con el mismo criterio de la Constitución de 17, que para entender un asunto, que todo el mundo entiende, como son los relativos al mecanismo de la vida social, de la vida que diariamente presenciamos, se necesita ser abogado, ser atrasado, es decir, tener el criterio conservador, es decir ser defensor de la legalidad vieja, y yo creo todo lo contrario. Para ciertos cargos, como por ejemplo, para ser miembros de la Corte de Justicia Suprema, se debe, con criterio amplio, con criterio de abogado, interpretar los preceptos legales conforme a las exigencias cambiantes de los acontecimientos sociales; para eso, en lugar de hacer falta, estorba el ser abogado. Ahora, para la comisión de Puntos Constitucionales, sobra también el ser abogado, cuando se ha ejercido la profesión prolongadamente. Ahí estamos dos abogados; yo, uno de ellos, odio cordialmente la profesión y estoy completa y absolutamente contra la legalidad vieja de la práctica. Yo protesto en mi ánimo y en público contra todas esas cosas vetustas que he tenido el honor de calificar de bárbaras, de salvajes en esa tribuna, en medio de una horrorosa protesta de las galerías, de gritos, que, noto con placer, que no se ha repetido porque también noto con placer que la intelectualidad de la metrópoli, aunque lentamente, ha prosperado, y no debido a las luces propagadas en la época del Porfirismo, sino al impulso y a las enseñanzas de la Revolución. El otro abogado, señor Martínez de Escobar, que por fortuna no tiene largo ejercicio profesional, está, por lo mismo, garantizado, hasta cierto punto, contra los prejuicios profesionales. El tercer miembro, Manrique, es un hombre que ha presenciado, que ha vivido durante diez años dentro del movimiento de renovación social y política que ha agitado a nuestra patria. Ha visto, paso a paso, acontecimientos de carácter social y político; ha sentido, detalle a detalle, los efectos de la vieja Constitución de 57; ha vivido al lado de la renovación, ha presenciado el nuevo mecanismo, el nuevo organismo, la nueva forma de organización que se llama Constitución de 1917; ama esa Constitución y, además de entender sus preceptos, los siente, los siente con toda el alma, no sólo intelectualmente sino con todo su ser de revolucionario y de mexicano. Por lo mismo, el C. Manrique, como todos los mexicanos que atentamente han estudiado los hechos que se han sucedido, las ideas que se han propagado durante diez años, está en condiciones de saber en dónde claudica en dónde cojea la Constitución de 17, en qué sentido la de 57 es superior, en qué punto la de 17 necesita reformas, en qué punto es plausible, en qué punto responde a las nuevas exigencias y en qué punto se aparta de ellas, para convertirse en más conservadora, en más opresiva que la de 57. El compañero Manrique sabe perfectamente que, merced a la sorpresa de que se fue víctima en el Constituyente, paso una serie de preceptos completamente depresivos para la autoridad legislativa; él lo sabe, como todos los mexicanos, y conoce perfectamente el chanchullo político de que se valió don Venustiano Carranza para reducir a cero la autoridad legislativa por medio de un presidente autócrata; conoce perfectamente el chanchullo traído, sabía perfectamente aquello de las facultades extraordinarias; sabe admirablemente cómo se recortó la constitución de 57 en lo relativo a responsabilidades presidenciales, para crear un presidente, de hecho, irresponsable, y para crear una dictadura, de hecho, legal.

Todo eso lo sabe el C. Manrique y lo saben todos los ciudadanos de esta Cámara Quizá el Señor Manrique - cuando algunos de nosotros, es decir, de los dos que estamos en esa Comisión, quizá en algunos puntos en los que estemos enfermos de formulismos o enfermos de tratados o enfermos de prejuicios jurídicos -, quizá él con su criterio desdejado de ideas aprendidas en los libros, con su cerebro limpio de vejeces que se han adaptado de otros cerebros; con su cerebro sano, limpio de ideas ajenas, con su cerebro sano de esas ideas burguesas, con su cerebro sano de esas ideas arcaicas, con su cerebro verá la realidad de las ideas modernas, que son las verdaderas ideas, porque las ideas que se sacan de los libros, por el hecho de no ser de uno mismo muchas veces no corresponden al momento presente ni a los hechos a que tienen que aplicarse. De manera que yo propondría que en lugar de que las comisiones de Puntos Constitucionales estuvieran integradas exclusivamente por abogados, que siempre hubiera esta feliz combinación que hoy se logra de uno o dos abogados contra uno o dos que no son abogados y esto es lo que debería ser. Por eso yo en la Comisión de Puntos Constitucionales exigiría que una de las primeras cosas que se establecierán fuera la de que para magistrado de la Suprema Corte de Justicia no se sacara a individuos del montón de abogados de vetustos, indigestos de Derecho Romano, de Derecho Canónico, de Derecho Público, ahítos de las leyes de las Siete Partidas, de las Pandectas, de la Novísima Recopilación, de preceptos imbéciles, aun del Código Civil nuestro y más imbéciles aún del Código Penal. Y por esto, con todo gusto, con el mayor placer acepto al

compañero Manrique y en cambio no aceptaría la colaboración del compañero Vicencio. (¡Risas y aplausos.) El Bloque Socialista ahora está en lo justo, ahora está con su tradición, con sus principios, al pedir que esa Comisión no esté integrada exclusivamente por abogados. Nosotros nos propusimos esto y si pusimos al licenciado Martínez de Escobar, es porque lo creemos moderno; y si pusimos al compañero Manrique, es porque no es abogado. Esas son las razones que tuvo el Bloque Socialista para proponer esa Comisión. (Aplausos nutridos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Gustavo Serrano.

El C. Serrano Gustavo: Honorable Asamblea: Ya algunos de los argumentos que pensaba yo aducir en favor del compañero Manrique los ha aducido el señor licenciado Soto y Gama, principalmente en lo que se refiere a que no se necesita ser abogado para integrar una Comisión de Puntos Constitucionales; por consiguiente, todos estos argumentos los pasaré por alto. Repetidas veces se ha querido exigir el título para desempeñar tal o cual comisión, y de hecho, hasta antes de entrar a la Cámara en las propagandas políticas se hacía mención de que el individuo tuviera o no tuviera título, de que fuera pasante o de que ya hubiera sido titulado. El otro día se impugnaba aquí al compañero Israel del Castillo porque era pasante de ingeniería y no titulado, aun cuando sea un ingeniero competente ya, sin ese visto bueno de la escuela. Actualmente al compañero Manrique también se le lanza el cargo de que no siendo abogado, no debería formar parte de la Comisión de Puntos Constitucionales. En primer lugar hay que ver que ya figuran dos abogados en la Comisión; en segundo lugar, que la Comisión no va a dictaminar por sorpresa, sino que se tomará el tiempo que sea necesario para cualquier dictamen que se le presente, dos o tres o más semanas si las necesitare; lo que hay que ver es si el individuo que va a formar parte de una Comisión está preparado científicamente para estudiar el problema que se le presente; no es posible que podamos nosotros tener única y exclusivamente especialistas en cada una de las comisiones, y aunque pudiéramos tenerlos, no sería deseable, sino que siempre es conveniente que se tengan otros elementos que estudien desde diferentes puntos de vista los proyectos de ley que pasen a sus manos. Ayer nada menos se paso a la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales el proyecto que se refiere a Instrucción Pública; yo quisiera saber si alguno de ustedes duda que el compañero Manrique no esté perfectamente capacitado para estudiar y dictaminar sobre este proyecto. Si se tratara de alguna otra persona que no nos fuera plenamente conocida, podríamos discutir sobre la inconveniencia de que integrara la Comisión, pero yo creo que tratándose en particular del compañero Manrique, no solamente en la Comisión de Puntos Constitucionales, sino que me atrevería a decir que en cualquiera Comisión podría figurar honrosamente y que está capacitado por su intelectualidad y por su larga práctica en toda clase de estudios y por su larga práctica parlamentaria, está plenamente capacitado para estudiar con toda serenidad y con todo conocimiento de causa cualquier proyecto de ley. Por mi parte, yo que figuro en la Comisión de Comunicaciones, hubiera visto con mucho gusto que figurara en ella el compañero Manrique, no obstante que no se ha dedicado a estudios de ingeniería. Sin embargo tratándose de un proyecto en el cual tuviera que dictaminar él, estoy seguro que al criterio del ingeniero podría él agregar muchas luces, podría él tener en cuenta muchos puntos de vista que quizá escaparan al criterio especialista del ingeniero. Se ha hablado mucho de títulos; y bien; voy a referir a ustedes, a este respecto, una anécdota: invitado al gran sabio Pasteur a un congreso médico, en Rusia, a la entrada al salón donde deberían verificarse las sesiones, el portero le preguntó por su título, creyendo que era un médico titulado como todos los demás que se presentaban allí, y Pasteur, riendo, contestó: no tengo ningún título, pero si lo que se necesita es el título aquí, pueden ir a París, donde encontrarán muchos médicos sin título y muchos títulos sin médico. Así pudiera decirse en el caso de nosotros: hay muchas personas que no tienen título y que, sin embargo, son mucho más competentes para ciertos estudios que algunos titulados. Por consiguiente, yo creo que en el caso particular del compañero Manrique no deberíamos ni siquiera discutir su nombramiento, pues es perfectamente bien conocida su personalidad como elemento intelectual y como elemento intelectual de primer orden en esta Cámara, y ojalá que pudiéramos tener muchos Manriques en esta Representación Nacional. ¡Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Castro y López.

El C. Castro y López: Pedí la palabra sólo para hacer una aclaración, porque aunque hablé clarísimo, paréceme que no se me entendió o no se me quiso entender.

Yo no sé si el señor licenciado Soto y Gama, por tener el título de abogado, tendrá atrofiadas o no las facultades intelectuales, aunque sí sé que es revolucionario, más revolucionario que abogado, porque de abogado muy poco, casi nada entiende, a pesar de que tiene el título de abogado. Es quizá un título sin abogado, como decía el orador que acaba de descender de la tribuna. En consecuencia, no tiene probablemente las facultades mentales jurídicas, porque no ha ejercido nunca la profesión, pero sí es revolucionario. En consecuencia, ya no se necesitaría allí el revolucionarismo de Manrique, porque lo llevaría el C. Soto y Gama. Hay también en la Comisión un elemento joven, el señor licenciado Martínez de Escobar, revolucionario también, y él llevaría, además de los conocimientos de abogado, llevaría indudablemente al seno de esa Comisión su revolucionarismo. En consecuencia, si hay dos abogados en esa Comisión y hay dos revolucionarios, yo diría que era necesario que fuera otro elemento técnico también; yo no digo que precisamente abogado, sino conocedor de derecho constitucional. Habrá indudablemente individuos que sin tener el título de abogados sepan más de derecho constitucional que los abogados mismos; pero justamente en este caso no se trata de un elemento que no es desconocido, sino que nos es perfectamente conocido y por eso es que yo he apartado para combatir esa candidatura, porque he visto al compañero Manrique desde esa tribuna tratar asuntos de derecho constitucional y tratarlos desastrosamente,

acusando un desconocimiento absoluto de derecho constitucional. Ahora, yo no tengo interés absolutamente ninguno en que el compañero Manrique figure o no figure en esa Comisión; yo quiero solamente que cuando venga a debate un proyecto de una Comisión, esa Comisión sepa, antes de traerlo al seno de la Representación Nacional, lo que se ha hecho en ese proyecto y es necesario, C. Díaz Soto y Gama, que los que forman ese proyecto hayan leído algo de lo que usted habla tan despectivamente, quizá porque se le olvidó ya, o porque no lo leyó nunca. Es necesario que conozcan las fuentes del derecho, es necesario que conozcan los antecedentes de la ley, porque no se va a reformar la ley sólo a base de criterio revolucionario, porque será una ley desorientada, y una ley para ser buena, C. Díaz Soto y Gama, necesita ser revolucionaria, capaz de adaptarse al medio para que se dicta esa ley, pero también estar dictada no sólo en castellano, sino en términos de derecho, estar hecha para gobernar un país, y por eso es absolutamente preciso que haya elementos técnicos en una Comisión técnica esencialmente, como lo es la de Puntos Constitucionales. Usted sabe, diputado Díaz Soto y Gama, que esa Comisión de Puntos Constitucionales no siempre labora aisladamente, casi siempre labora unida a la de Gobernación y en la de Gobernación, allí cabe ese criterio político, allí caben todos los antecedentes de que usted nos hablaba del diputado Manrique; allí cabe todo lo que sabe de la revolución, todo lo que usted nos ha hablado, porque esa es esencialmente política, pero la otra es esencialmente técnica, diputado Díaz Soto y Gama. Ahora, si su señoría, unido al diputado Martínez de Escobar, se creen bastantes para dictaminar en esos proyectos de ley como técnicos, leyes de toda verdad, que no vengan a quitar tiempo a la Representación Nacional, que no vengan aquí disparatadas, fuera del derecho, para que se les enmiende aquí, en buena hora que quede allí el diputado Manrique; ya están dos que a fuer de abogados tienen obligación de ser teóricos, y siento yo que no hayáis ejercido la profesión, lo digo por vos; del diputado Martínez de Escobar no digo una sola palabra, porque a confesión de parte, relevo de pruebas. A lo dicho por vos, sí sé decir esto: sed siempre revolucionario y defenderéis dentro de esa Comisión el criterio revolucionario; sois abogado, tenéis el título, habéis pasado por la escuela de derecho y tenéis demasiado talento para que cualquier caso de derecho constitucional que se ponga a la consideración vuestra en esa Comisión, lo resolváis estudiando el punto, estáis capacitado para estudiarlo, conocéis el tecnicismo jurídico porque estáis acostumbrado a él, porque sois abogado, sabéis cómo se hace una ley, aunque no la hayáis hecho nunca, pero vuestro talento, vuestra competencia, os hará hacer una buena ley y cuando vengáis a defender vuestro proyecto de ley en esta tribuna de la Representación Nacional, indudablemente que vendréis con criterio jurídico, con orientación jurídica, para que se discuta ese proyecto desde el punto de vista legal. La Representación Nacional pide que traigáis un proyecto hecho a conciencia, un proyecto ajustado a la ley, un proyecto que sea capaz de ser una verdadera ley y que no nos traiga a las múltiples dificultades a que nos han traído, quizá por esos mismos defectos que yo quiero evitar ahora, muchos de los artículos de la Constitución de 1917 que no tuvieron en cuenta muchos antecedentes, que no tuvieron en cuenta tampoco el tecnicismo jurídico, porque no estuvieron suficientemente empapados en el ambiente jurídico constitucional. Es lo único que yo pretendo, diputado Díaz Soto; indudablemente que vosotros sois los primeros en estudiar en el seno de la Comisión todos los proyectos de ley y vosotros los más capacitados para venir a defender esos proyectos y defenderlos bien dentro del criterio legal. Ahora, ¿vosotros os juzgáis bastantes? pues que vaya allí el diputado Manrique, yo no tengo ningún deseo de que vaya o no vaya a esa Comisión. (Aplausos. Siseos.)

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores...

El C. Manrique: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Manrique.

El C. Manrique: Sólo pensaba, y en realidad casi holgaba hacerlo, debía haberlo hecho personalmente, dar las gracias al compañero don Gustavo Serrano por su espontánea defensa, y al compañero Díaz Soto y Gama por la defensa que hizo también de mi candidatura. Las palabras pronunciadas ahora por el C. Castro y López me obligan a decir algunas brevísimas en mi defensa.

Bajo el ropaje de la frase impecable se advierte claramente la tortura de una pasión largo tiempo contenida que no ha de tardar en estallar desde esa tribuna. El C. Castro y López no tiene interés ninguno en que yo figure o deje de figurar en esa Comisión, pero se advierte claramente que hay interés en que yo no figure en la Comisión; pero afortunadamente esos argumentos del compañero Castro y López, que difícilmente ocultan la pasión que los mueve, no han hecho mella en vuestro ánimo. Yo no tengo que oponer a los argumentos del compañero Castro y López sino solamente estas palabras: es muy difícil no franquear el límite de la inmodestia, procuraré no franquearlo; entre la inmodestia y el conocimiento de aquello de que uno es exactamente capaz, no hay sino un paso. Yo tengo derecho a proclamar una sola cosa: que soy estudioso, que soy trabajador. Y si esto no bastara, yo invito al compañero Castro y López a que visite en mi casa mi pequeña biblioteca y allí se convencerá de que tengo libros que he hojeado, de ciencias sociales; que allí hay una pequeña biblioteca de derecho constitucional y de derecho público, desde el espíritu de las leyes por lo menos. Soy estudioso, y mí honor, mi pundonor, al ser aceptado por vosotros en plena sesión, es decir, para figurar honrosamente, es decir, para figurar de una manera honrosa en la Comisión de Puntos Constitucionales, me obligarían a no defraudar vuestras esperanzas. Las palabras del Compañero Castro y López confirman esto: que la Comisión está ya completa con el C. Díaz Soto y Gama y con el señor Martínez de Escobar. El Reglamento exige, sin embargo, tres personas; yo podría colaborar a su lado y aprender a su lado, éste es mi deseo. El Bloque Socialista en tal concepto me propuso, y lo que me falta de conocimientos, crea el compañero Castro y López que me sobra de buena voluntad, que me sobra de amor a mi pueblo y lo poco o mucho que yo haya podido sufrir me

hace pensar en un mañana mejor, me hace esperar días mejores y forjarme el íntimo propósito de colaborar al advenimiento de este mundo nuevo. A falta de otro título, C. Castro y López, tengo uno: soy licenciado de presidio; he estado en los presidios de la dictadura. (Aplausos y voces: ¡Muy bien!)

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado. "2a. Comisión de Puntos Constitucionales. Candidatura del C. Manuel Padilla, separada por la Comisión."

El C. Manrique: Está pendiente este asunto. Toca a la comisión proponer persona que substituya al compañero Padilla.

- El mismo C. secretario: La Comisión ha retirado la candidatura del C. Padilla, de la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales. "Comisión de Reglamento: Luis Espinosa, separado por él mismo; Francisco González y González, separado por él mismo; Aureliano Mijares, separado por él mismo; Flavio B. Ayala, separado por él propio. Están a discusión. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Espinosa Luis: En contra.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Se ha inscripto en contra el C. licenciado Luis Espinosa. (Voces: ¡No es licenciado!) Casi. El C. Espinosa se ha inscripto en contra de todos los miembros.

El C. Espinosa: No, señor; nada más en contra de mi propia candidatura.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Espinosa: Para manifestar a la Asamblea, más bien, para suplicarle de la manera más atenta a la honorable Asamblea, que se sirva no aprobar mi candidatura, en atención a que no conozco nada de este asunto, ni quiero tampoco conocer.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: En votación Económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.

El C. Espinosa: No hay mayoría.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No se aprueba. Está a discusión la candidatura del C. Francisco González y González.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. González y González.

El C. González y González: Yo os suplico que no aprobéis mi candidatura, porque no tengo carácter para desempeñar esa Comisión; yo creo que hay muchos otros señores diputados más competentes que yo, para poder contribuir o colaborar en la Comisión de Reglamento. Si en alguna otra Comisión de las que han quedado sin integrar debidamente, pueden ser útiles mis servicios, estoy dispuesto a prestarlos. Además de esta circunstancia, ya figuro en otra Comisión, y creo que ya con esa es suficiente, para que pueda desarrollar todas mis actividades. No me considero capaz, digo, porque mi carácter y mi temperamento no se prestan para esta Comisión. Yo os suplico que votéis en contra de mi candidatura.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Se va a poner a votación la candidatura del C. González y González, como miembro de la Comisión de Reglamento. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. No se aprueba. El C. Aureliano J. Mijares, como miembro de la Comisión, separado por él propio.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mijares.

El C. Mijares Aureliano: No es la súplica hecha por el compañero Espinosa y el compañero González y González, la que vengo a hacer. Creo, en primer término, que el compañero Espinosa sí era una persona apta para desempeñar esa Comisión, y no así el compañero González y González, que está en mis mismas condiciones. Novicios en cuestiones parlamentarias, no podríamos, a conciencia, dictaminar sobre ningún proyecto que venga a regir, a mostrar el camino que debe seguir en sus discusiones y en su actuación, la Cámara de Diputados, cuando muchas veces no somos ni aptos siquiera para expresarnos. Y ya en ocasiones distintas, cuando he tratado de demostrar a esta Cámara la incapacidad de algunos de los miembros para integrar algunas comisiones, no ha sido suficiente mi elocuencia para llevar a vuestro ánimo la convicción. Por lo tanto, como me creo inepto para desempeñar esta Comisión, pongo a la consideración de ustedes la súplica que hice para el compañero Quiroga y para el compañero Marco Aurelio González, es decir: que no me acepten en esta Comisión, porque no tengo la aptitud suficiente para desempeñarla.

El C. Manrique: Pido la palabra en pro.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro, el C. Manrique.

El C. Manrique: Compañeros: Las renuncias que sucesivamente hicieron de sus postulaciones Espinosa, González y González, Mijares y Ayala, renuncias iniciadas por el compañero Espinosa y seguidas, por una natural imitación, por los compañeros.....

El C. Mijares: No, señor.

El C. Manrique: Sí, señor. Se explica por la creencia de que se trataba de una Comisión deprimente; cierto que no se trata de una Comisión que suponga enorme poder político, esto es todo; pero es una Comisión de estudio, y de estudio de una cuestión tan interesante como es el Reglamento, quiere decir, de formas al reglamento, el estudio de un nuevo Reglamento. ¿A quién se oculta que el Reglamento que tenemos es anticuado, que tiene prácticas que nos quitan demasiado el tiempo, que pueden simplificarse en más de una ocasión? Lo que se necesita, pues, es un poco de estudio, un poco de amor al estudio, para que se compare este Reglamento con el de otros parlamentos del mundo, para proponer reformas al Reglamento. El Compañero Mijares es un compañero estudioso, me consta. No hablo en defensa de la candidatura del compañero Espinosa, ni de la candidatura o postulación del compañero González y González, porque personalmente González y González me había suplicado que no lo hiciese, y en cuanto al compañero Espinosa, no habría habido razón que lo hiciera desistir de su propósito; pero Mijares es estudioso y puede contribuir, junto con la persona que proponga la Comisión, a presentar un proyecto de

Reglamento, que mejore el que actualmente observamos.

El C. Mijares: Pido la palabra, para una alusión personal.

El C. González y González: Para una alusión personal.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mijares.

El C. Mijares: El compañero Manrique lo ha dicho: se trata nada menos que de lograr la implantación de un Reglamento que se equipare a los reglamentos que rigen actualmente en los grandes parlamentos extranjeros. Un hecho hay que notar: parece que en esta Cámara se discutirá el proyecto del parlamentarismo vosotros podréis suponer que un reglamento que venga a regir la Cámara en una actuación parlamentaria, es difícil, es quizá uno de los puntos, es quizá uno de los asuntos en donde deban conocer los que decía el compañero Castro y López, hombres que sepan más o menos poner las frases adecuadas y, sobre todo haber leído con anterioridad, haber estudiado detenidamente los reglamentos que rigen en agrupaciones similares a la Cámara de Diputados. Si se implanta el parlamentarismo, y como yo mismo me considero inapto (Voces: ¡Inepto!) para hacer tal renovación, considero que es una de las comisiones que no es del todo necesario estudiar, y en vez de que se discuta actualmente y que estemos perdiendo el tiempo, se separe esta Comisión, para que a su debido tiempo la Gran Comisión someta a la consideración de nosotros, las personas competentes que la integren. El compañero Manrique me ha hecho el honor de defenderme; pero si soy estudioso, lo soy en otras cosas y no en esta de renovación del Reglamento. Por lo tanto, vuelvo a hacer la súplica de que no votéis por mí, para que en un tiempo futuro, cuando sea necesario, se ponga a la consideración de la Asamblea, el nombramiento de la Comisión de Reglamento.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores.....

El C. presidente: Para aclaraciones, tiene la palabra el C. González y González.

El C. González y González: La aclaración es la siguiente: el señor Manrique ha dicho que, por imitación, por seguir al señor Espinosa, y a la Asamblea le consta que, generalmente, mi opinión ha estado contraria al señor Espinosa. Yo he pedido que se rechace mi candidatura, por convicción, antes de que el señor Espinosa pidiera que se rechazara su candidatura. Yo le había dicho al señor Manrique: hágame favor de proponer a otra persona para la Comisión de reglamento, porque me siento incapaz de poder hacer el dictamen sobre el Reglamento; esto es todo.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba la candidatura del C. Mijares. Los que estén por la afirmativa, Sírvanse ponerse de pie. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí! ¡No hay mayoría) Ahorita sí hay.

El C. presidente: Se nombra a los CC. González y González y Cerda para que cuenten a los que estén sentados y a Camarena y López para que cuenten a los que están de pie. (Voces: ¡Sí hay mayoría!) Aprobada la candidatura del C. Mijares.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: "Comisión de Reglamento". Suplente, Flavio B. Ayala, separado por él propio. Está a discusión.

El C. Ayala Flavio: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Ayala Flavio: Es sólo para pedir que se separe mi candidatura... (Voces ¡No se oye!)... El motivo que he tenido para pedir que se separe mi candidatura que figura como suplente en la Comisión de Reglamento, ha sido el de que no me creo yo con los conocimientos parlamentarios suficientes para poder desempeñar esta Comisión. Por otra parte, es un precedente establecido en esta Cámara que los ciudadanos diputados sólo deben figurar en dos de las comisiones; yo he visto en la planilla que presenta la Gran Comisión, que figuro en tres de las comisiones: en la de Reglamento, 2a. de Trabajo y 2a. de Insaculados. Por este motivo, ciudadanos diputados, yo he venido a pedir atentamente a vuestra soberanía, que se me retire de la Comisión de Reglamento, primero por las razones que he dejado apuntadas, y segundo porque no tengo un especial empeño en figurar en la Comisión de Trabajo, en la cual tengo el propósito de poner todas mis energías y todas mis atenciones. Compromisos solemnemente contraídos con el elemento obrero que represento, me obligan a pedir a vuestras señorías que se me permita seguir formando parte de la 2a. Comisión del Trabajo, porque esa es una Comisión en la que estaré en aptitud de prestar algún contingente de poder hacer algo en pro de la clase obrera. Por esto pido a la Asamblea que se me retire de la Comisión del Reglamento. En cuanto a la de Trabajo, en su oportunidad me presentaré a defenderme, ya que alguno de los ciudadanos diputados apartó toda la Comisión del Trabajo para ser impugnada.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Manrique: Sólo quiero aclarar a lo dicho por el compañero Ayala, que se trata de la suplencia de la Comisión y, además, el compañero Ayala figura ya en la 2a. Comisión de trabajo. Por lo que toca a la Comisión de Insaculación, es decir, a la lista de insaculación, la Comisión la retira y no figurará ya.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En igual forma se pregunta si se aprueba la candidatura del C. Flavio B. Ayala, como suplente de la Comisión de Reglamento. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

1a. de Relaciones Exteriores: Juan Manuel Alvarez del Castillo, separado por la Comisión.

El C. Manrique: Debe considerarse insubsistente esta postulación, por haberse retirado el C. Alvarez del Castillo de la Cámara.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: La Comisión ha retirado la candidatura del C. Juan Manuel Alvarez del Castillo.- Octavio Paz, separado por el C. Leopoldo Vicencio, quien no se encuentra presente.

El C. Paz: Pido la palabra.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: ¿En pro o en contra?

El C. Paz: En pro.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Paz.

El C. Paz: (Voces: ¡No! ¡No!) Yo deseaba aclarar ante esta honorable Asamblea el motivo por el cual figuro en esta Comisión, pero si creen que van e perder el tiempo, (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) entonces mejor me callo la boca. (Risas.)

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo oradores inscriptos en pro ni en contra, se pregunta a la Asamblea si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

1a. de Trabajo y Previsión Social: Suplente, Aureliano J. Mijares. Separado por el C. Guillermo Rodríguez. Está a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Rodríguez.

El C. Rodríguez Guillermo: Ciudadanos diputados: El objeto de separar al C. Mijares de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, se debe exclusivamente a que tengo la convicción de que para tratar los diferentes asuntos de las comisiones, hay que conocer precisamente el asunto de que se trata. No basta la voluntad, es preciso el conocimiento práctico del asunto sobre el cual va uno a dictaminar. Por ejemplo yo, un ferrocarrilero, si pugnara por pertenecer a una Comisión de Salubridad, seguramente sería un absurdo, sencillamente porque no conozco nada de salubridad. Así, en las cuestiones de trabajo, yo no he tenido la suerte desde hace tiempo, de interesarme en estos asuntos; he llegado a convencerme de que la Ley del Trabajo en los diferentes Estados, como se ha hecho, es sencillamente inaplicable, porque quienes se han encargado de este trabajo no conocen el asunto que tienen en sus manos. Por esta circunstancia he impugnado la candidatura del C. Mijares, porque no conozco antecedentes de él que comprueben de una manera eficaz que es competente en hacer leyes que beneficién a los trabajadores. Ahora, si él comprueba que ha laborado y tiene antecedentes sobre el particular, yo puedo convencerme y lo aceptaré desde luego.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Tiene la palabra en pro el C. Cerda.

El C. Cerda: Señores diputados: El motivo que tengo para rogar a ustedes que se acepte la postulación del C. Mijares, es la siguiente: el C. Mijares, que ha sido diputado al Congreso local de Coahuila, es un convencido en las cuestiones que se refieren a beneficiar a los trabajadores; él fue el líder de los trabajadores en la Cámara local de Coahuila y a él se debe en su mayor parte la aprobación de la reglamentación del artículo 123 en ese Estado. Por consiguiente, no quiero cansar más a ustedes con otras argumentaciones y pido atentamente que en vista de este precedente que creo yo que es suficiente para que vuestras señorías den su aprobación, se dignen ustedes votar en favor de la candidatura del C. Mijares como miembro de la Comisión de Trabajo.

El C. Rodríguez: Pido la palabra.

El C. Mijares: Pido la palabra en contra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Rodríguez.

El C. Rodríguez: Una vez que he tenido el gusto de escuchar que el C. Mijares tiene antecedentes que demuestran que ha laborado en pro de los trabajadores, no tengo inconveniente en aceptarlo y retiro la impugnación que había hecho.

El C. Manrique: La Comisión pide la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Mijares.

El C. Mijares: Honorable Asamblea: Es conocida por todos la ingerencia que connotados líderes obreros que ahora tienen un lugar en esta Cámara, han tenido con respecto a las luchas obreras. Si yo, como diputado al Congreso local del Estado de Coahuila, firmé una ley del trabajo, no me creo por esto acreedor a llamarme autor de esa ley; los mismos obreros fueron los autores de ella. Por lo tanto, yo no intervine en lo que se puede decir es establecimiento de tal ley sino con mi voto en la Cámara local, y como considero que a esta Comisión deben pertenecer aquellos líderes obreros, como el señor, que siendo ferrocarrilero puede naturalmente aplicar debidamente verdaderos principios obreros a la Ley del trabajo, yo suplico a ustedes que no se apruebe mi candidatura para que en su oportunidad la Comisión nombre al compañero, o a cualquier otro de los líderes obreros que pueda tener una acción más efectiva en esta Comisión.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Manrique: La Comisión cree haber acertado al proponer al compañero Mijares. La verdad es que hace mal el compañero Guillermo Rodríguez en objetarlo; se trata de un compañero estudioso y que tiene antecedentes en este sentido. Ya el compañero Cerda explicó cómo, debido al compañero Mijares, a su laboriosidad y a su entusiasmo, la Legislatura del Estado de Coahuila aprobó recientemente la Ley Reglamentaria del Artículo 123. No se trata sino de una suplencia; resulta, pues, hasta mezquino objetarla. El compañero Mijares estudiará; la suplencia misma le servirá de estímulo, y estoy seguro de que, en el momento de entrar a fungir como propietario, el compañero Mijares podrá desempeñar con toda competencia el puesto para el que se le propone.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido En la misma forma se pregunta si se aprueba. Lo que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobado.

2a. Comisión de Trabajo y Previsión Social. Nicolás Cano, separado por el C. Cerda. Está a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Cerda.

El C. Cerda: Señores diputados: En unas cuantas palabras procuraré explicar a ustedes lo más claramente posible, cuáles son los motivos que he tenido para venir a pediros que no aprobéis la candidatura del C. Cano. El C. Cano ha hecho, desde hace mucho tiempo, una labor en contra de los trabajadores. Cuando se fundó la Confederación

Regional Obrera Mexicana en el Congreso Obrero celebrado en Saltillo, el C. Cano hizo una labor absolutamente nociva para las clases trabajadoras; cuando la misma Confederación hacía desesperados esfuerzos cerca de la American Federation of Labor, para que esta confederación de trabajadores, tan potente en los Estados Unidos, hiciera allí presión a fin de desbaratar las maniobras de la asociación defensora de los intereses americanos en México que, como ustedes saben, es una asociación formada por capitalistas americanos, principalmente petroleros, el C. Cano hizo una labor muy desfavorable, no sólo para los trabajadores de México, sino para la misma nación en general, puesto que mientras la Confederación luchaba por hacer esta labor, que vendría a redundar en beneficio de la patria, puesto que quitaba la amenaza de intervención de parte de la nación vecina, el C. Cano hacía una labor absolutamente contraria, hacía una labor en todas las agrupaciones, en doscientas agrupaciones que formas la Confederación Obrera de México, solicitando que no dieran su aprobación para que los directores de la Confederación hicieran las gestiones que se hacían en esos momentos. Afortunadamente para la causa de México y para la causa obrera en general, las maniobras del C. Cano no dieron ningún resultado y, antes bien, se pudo hacer una labor absolutamente favorable para la patria, para los intereses nacionales Hay otro hecho que prueba palpablemente cuál es la labor del C. Cano: Hace pocos días, al discutirse aquí una credencial, la del C. Aguirre Colorado, cuyo contrincante era el más connotado líder de los obreros organizados de México, el C. Cano, que sabe perfectamente que el hecho de venir aquí el C. Morones no era más que dar motivo a que se oyera aquí la voz más autorizada que pudiera hablar en pro de los intereses de los trabajadores, el C. Cano, con toda mala fe dictaminó en contra del C. Morones y vino a hacer aquí tremendas imputaciones contra este señor. Eso da la medida de los que es capaz de hacer el C. Cano; oponerse él, que se dice líder obrero, a que entré el más connotado líder de los obreros a la Cámara, es sencillamente un acto de traición a la causa de los trabajadores. Por consiguiente, señores, creo que no es posible, no es necesario explicar más el por qué de oponerse y de pedir a vosotros que no deis entrada en una Comisión de Trabajo y Previsión Social en que están de tal manera y tan grandemente vinculados los intereses de la clase trabajadora, a Nicolás Cano y, por tanto, os pido que os dignéis no dar vuestra aprobación para la candidatura de este ciudadano en una de las comisiones de Trabajo y Previsión Social. (Siseos.)

El C. Cano: Pido la palabra para una aclaración.

El C. Altamirano: Pido la palabra.

El C. presidente: ¿Para qué, ciudadano?

El C. Altamirano: En contra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Cano. (Aplausos. Siseos.)

El C. Cano Nicolás: Señores diputados: No vengo a defender una postulación hecha en mi favor para una comisión de las muchas que funcionan en esta Cámara; de ello se encargarán los compañeros que me propusieron para esta Comisión, ya que, seguramente, tendrán algunas razones para apoyar esta candidatura. Si la Cámara cree que no tengo méritos, que no tengo las facultades necesarias para desempeñarla, en buena hora que se me rechace; yo no vengo absolutamente a defender una Comisión, porque nunca he defendido comisiones: vengo a aclarar puntos nuevamente trascendentales para los trabajadores. El compañero, a quien no conozco, porque parece tener pocos días en esta Cámara, tengo la seguridad de que en el bolsillo todavía trae los dineros de Aguirre Berlanga, que todavía le queman los bolsillos.....

El C. Cerda, interrumpiendo: ¡Miente usted! (Varias voces: ¡Miente!)

El C. Mijares: ¡Miente! (Campanilla.) Una aclaración. Está difamando el orador.

El C. Cano, continuando: El señor no ha venido a decir si tengo o no los conocimientos y facultades necesarias para desempeñar esta Comisión. El señor para probar que yo no puedo desempeñarla, se ha metido por los campos de las personalidades obreras que, hasta cierto punto, muy pocas veces se toman aquí en consideración. Es en este punto en donde voy a hacer estas aclaraciones, completamente pertinentes. Efectivamente, señor Cerda, yo me opuse en el Congreso Regional del Saltillo, a que saliera secretario general de la primera Confederación Regional, el señor Morones, por las razones que aduje al señor Morones en el mismo Congreso de Saltillo y que no pudo contestar satisfactoriamente. Además, después de que los acontecimientos vinieron a probar que yo tenía razón, muchos de los compañeros, que en una componenda asquerosa con él se abstuvieron de dar datos, razones y comprobar hechos para que el Congreso no hubiese dado su voto al señor Morones como secretario general, estaban arrepentidísimos de su cobardía, de su traición. Posible es señor, que yo, sin saberlo, sea lo que usted dice; pero sí me permito decirle una cosa, señor Cerda: que mientras que Morones y toda la camarilla de él nadaban en la opulencia, yo -apelo al testimonio de muchos ciudadanos diputados que me conocen -, he vivido en la más espantosa miseria, y he vivido así, porque no quise nunca, entiéndalo usted bien, ir a arrastrarme a don Venustiano Carranza, a ninguno de los gobernadores de los estados, a ninguna de las compañías mineras, a las compañías industriales, ni a la gerencia de la Compañía de Tranvías Eléctricos del Distrito Federal. (Aplausos.)

Algunos de los señores diputados aquí me han distinguido con su amistad, y vuelvo a repetir; he pasado épocas de verdadera miseria y apelo a ellos para que digan a qué compañero le he pedido un centavo para vivir. Y no se diga, señor, que vivo solo, no: tengo familia. Eso por una parte, por la otra, esto prueba hasta la evidencia, y hace muy mal el señor Cerda en venir a echarle más lodo a Morones, cuando es incontrovertible que ha recibido dinero de la Secretaría de Gobernación para estos asuntos; que el Congreso Regional de Saltillo fue hecho con dinero del Gobierno, fue hecho con dinero de la American Federation of Labor, cosa completamente probada; y tan es así, que yo en el mismo Teatro Ideal hice a algunos compañeros dos o tres interpelaciones, que no pudieron contestar. Además, si Morones es completamente radical, si había

hecho alarde de carrancismo, ¿por qué se metió en política, cosa prohibida absolutamente por los estatutos societarios? Además, cuando Morones impugnaba a aquellos que honradamente creíamos que la política no resolvería estas dificultades, pero sí nos daría medios para combatir con ventaja, él politiqueaba con Aguirre Berlanga y se llenaba los bolsillos con dinero de la Nación. Por otro lado, el Congreso Regional de Saltillo no fue hecho para beneficio de los trabajadores, porque apelo al testimonio del señor para que me diga qué beneficio hemos recibido de él. Tenemos casos típicos como este: hace poco tiempo se incendió una mina en Pachuca; de las agrupaciones de obreros de esa localidad, algunas de ellas están afiliadas a la Confederación Regional Obrera; por consecuencia, el director general de esta agrupación tenía la obligación forzosa de acercarse a las compañías y hacer algo por lo trabajadores, y la Confederación Regional Obrera no ha hecho absolutamente nada en este caso. ¿Por qué? Porque no es su misión venir a cumplir con compromisos societarios: su misión es venir a cumplir con compromisos políticos contraídos con los enemigos de los verdaderos trabajadores. El que habla, cuando Morones y los demás con todo el dinero que tenía en su bolsillo se callaba la boca, pidiendo limosna, yo, por solidaridad, lanzaba documentos protestando contra los atropellos cometidos en contra de los obreros; cuando el que habla constituyó el Cuerpo Central de Trabajadores de la República Mexicana, que se vio disuelto por una huelga política, los señores en ese entonces apelaban hasta a la venganza política para poder amedrentar a los líderes que formaban parte de ese Cuerpo Central de Trabajadores. Y si hay alguien que haya hecho males muy grandes a las organizaciones obreras, ha sido Morones y su camarilla. Esto, compañero, permítame usted que le diga, es inútil discutirlo aquí, ni es aquí donde vamos a resolverlo: lo resolveremos el día 1o. de enero, cuando empiece sus sesiones el Congreso Obrero Panamericano. Tenemos las avanzadas de la American Federation of Labor en México. En buena hora; han salido derrotadas una vez y seguramente que saldrán aplastadas la otra. Usted me parece que es obrero de la Unión Minera "Rosita", de Coahuila, ¿no es así?

El C. Cerda: Sí, señor.

El C. Cano, continuando: Pues la Unión Minera "Rosita", de Coahuila, una de las principales agrupaciones que constituyen la Federación Regional Obrera, cometió la inmoralidad de tener treinta y tantos votos para decidir sobre una cuestión, mientras nosotros teníamos uno solo. Esto es completamente inmoral, y es claro, llevaban el asunto completamente preparado para ganarlo. Esto que le digo a usted no se refiere por ningún motivo a los trabajadores, sino a aquellos que hace mucho tiempo los están explotando en provecho propio. En cuanto al asunto a discusión, vuelvo a repetirlo: si la asamblea cree que yo puedo formar parte de esa Comisión, en buena hora, y si no, también en buena hora. En cuanto al asunto asociatorio, ya tendremos oportunidad de resolverlo en mejor lugar. (Voces: ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Altamirano Manlio Fabio.

El C. Altamirano: Señores diputados: No vengo a atacar al compañero Cano en lo que se refiere a sus antecedentes con respecto a las asociaciones de trabajadores, porque no conozco estos antecedentes; más que atacar al compañero Cano, vengo a abogar aquí por que en su lugar se nombre otra persona, porque la Comisión no está homogéneamente integrada para laborar en pro del la Ley del Trabajo. En estas comisiones creo yo que debe figurar una persona que sea competente en achaques de asuntos ferrocarrileros. Yo tengo entre mis amigos al señor Guillermo Rodríguez, que es un perito en estos asuntos ferrocarrileros y que la Comisión, quizá por desconocimiento de sus antecedentes, por que es demasiado modesto, no lo ha hecho figurar en las comisiones del Trabajo. El señor Guillermo Rodríguez ha sido electo por el pueblo obrero y trabajador del distrito de Orizaba que, como saben todos ustedes, es el distrito netamente obrero, netamente industrial del Estado de Veracruz y uno de los centro fabriles de mayor fuerza en la República. Yo creo sinceramente que en la Comisión debe figurar el señor Rodríguez, y más aún también sinceramente creo que el señor Rodríguez puede tener mayor competencia que el compañero Cano en estos asuntos. Yo tengo entre mis manos los documentos que acreditan su competencia y que acreditan de una manera fehaciente, de una manera sobrada, los antecedentes del señor Rodríguez con respecto a los asuntos obreros y asuntos sociales que se refieren a los obreros. Estos son certificados de las agrupaciones en que ha figurado, de las convenciones a las que ha concurrido por delegación expresa de sus compañeros de trabajo; tengo aquí los certificados de su competencia como hombre práctico de trabajo; tengo todos los datos para suplicar a la Asamblea que deseche la candidatura del compañero Cano, a quien estimo en lo particular y con quien no tengo ninguna diferencia, y que en su lugar acepte al compañero Guillermo Rodríguez, a quien en su oportunidad propondremos a la Gran Comisión para que figure en la Comisión del Trabajo como una de las personas más capacitadas para discutir la Ley del Trabajo en lo que se refiere o tendrá que referirse a ferrocarriles. (Aplausos y siseos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Siurob.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Vengo a hablar aquí en apoyo de la candidatura del compañero Cano, porque yo sí puedo dar noticias acerca de sus antecedentes, acerca de su actuación y hasta cierto punto acerca de sus conocimientos. Cuando yo estaba en el Gobierno de Guanajuato, conocí al C. Cano, que era un obrero efectivo, es decir, obrero que ganaba el pan trabajando en las minas; era estimadísimo entre sus compañeros como un elemento intachable, tanto por la fraternidad que conservaba con ellos, por su actividad en el trabajo, como por su energía para defender los derechos de los trabajadores. Me encontré al llegar a aquel Estado con que había ya una sociedad bastante fuerte y poderosa de los mismos trabajadores, y que las compañías mineras ejercían una opresión, con tal rapacidad, hacia los trabajadores, que éstos estaban reducidos a sueldos verdaderamente exiguos, a condiciones terribles en su vida de trabajo, y que, dada la carestía de los artículos de

primera necesidad, el C. Cano y los demás trabajadores tenían que salir de noche a conseguir esos artículos en condiciones muy difíciles. Pues bien; ayudando yo a este grupo de trabajadores, yo mismo les dije que no debían contentarse con esa situación y les ofrecí ayudarles en cuanto fuera posible. El C. Cano ya había hecho una huelga al frente de los trabajadores, y aquella huelga no había tenido feliz éxito porque había un Gobierno hasta cierto punto favorecedor de los capitalistas, pero su actitud había sido valiente, enérgica y decidida; posteriormente el C. Cano levantó el espíritu de todos los obreros; se llegaron a formar huelgas, se sostuvieron perfectamente huelgas hasta de cinco mil trabajadores, verificadas en medio del más absoluto orden, hasta el grado de que yo mandaba retirar en absoluto toda la policía, porque tenía una confianza ciega en el espíritu que había logrado infundir el C. Cano, acompañado por otros de sus compañeros, entre los trabajadores. Aquellos trabajadores se portaban con una corrección como ya quisieran portarse por ejemplo, algunos grupos de profesores en el Distrito Federal, (Risas.) o cualquier otro grupo de los que han actuado y que generalmente en sus discusiones acaban en cena de negros. Pues bien; en aquellas circunstancias, el C. Cano supo defender los derechos de los trabajadores con toda energía y con todo radicalismo y logró lo que nunca se había visto allí: que de un lado estuvieran los orgullosísimos representantes de las compañías mineras, en un teatro, a donde asistió todo el pueblo, del otro lado los trabajadores exponiendo sus demandas y en medio la representación, como tribunal de arbitraje y como una previsión de los futuros tribunales de Arbitraje, del Gobierno del Estado. Posteriormente el C. Cano vino al Congreso Constituyente y fue uno de los que colaboraron eficazmente en la formación del artículo 123, marcando el sello de radicalismo en este mismo artículo. Posteriormente el C. Cano no acudió al auxilio de los poderosos; yo en aquel tiempo era, lo mismo que ahora, un simple diputado. Pues bien; ni a mí, como antiguo amigo, como antiguo compañero de luchas en el Estado de Guanajuato en favor de la libertad, ni a mí acudió siquiera en solicitud de auxilio. Venía y me hablaba de la lucha obrera, me hablaba de los derechos de los trabajadores, conmigo cambiaba impresiones sobre la libertad de los pueblos y nunca, jamás, me pidió un auxilio, ni un centavo siquiera, no obstante que yo sabía que se encontraba en la miseria. Yo suplico a esta honorable Asamblea que mida la diferencia que existe entre los obreros recamados de brillantes que siempre están solicitando el auxilio de los que mandan y los obreros que tienen familia y viven en condiciones difíciles, acerbas, y que nunca se plegan ante los poderosos. En aquella época se fundaron en Guanajuato escuelas para los obreros y una asociación cooperativa de consumo y se puso al frente de estos trabajos para establecerlos, el C. Cano. De manera que él conoce el funcionamiento de las cooperativas de consumo y conoce también el funcionamiento de las escuelas de obreros y de esta clase de asociaciones en toda su plenitud. Ha colaborado, pues, a la formación de las leyes, ha sido absolutamente rectilíneo en su comportamiento, ha sufrido hambres y miserias por defender la causa de los humildes y nunca ha renegado de su origen obrero, puesto que del Congreso Constituyente salió para el taller y no a intrigar a las antesalas de los ministerios. ¿Queréis mejor candidato? Pues bien; si queréis mejor candidato es necesario que vayáis a subir en alas de vuestra imaginación a buscar lo que sólo existe en el mito y en la leyenda: ángeles revestidos con la envoltura material humana, que yo por mi parte declaro que daré mi voto al compañero Cano, porque me merece plena y absoluta confianza como hombre de ideales, como hombre rectilíneo y como hombre que sabe cumplir con su deber. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Rodríguez Guillermo. (Voces: ¡Ya! ¡Ya! Siseos.)

El C. Rodríguez Guillermo: Ciudadanos diputados: Verdaderamente son difíciles las circunstancias en que vengo a esta tribuna, porque es muy penoso hacer la propia apología de uno, pero cumple a mi deber, conforme al compromiso que tengo con mis electores, hacer todo lo posible por figurar en la Comisión de Trabajo.

El compañero Cano ha dicho que poco le interesa pertenecer o no a dicha Comisión; en cambio, yo, fuera modestia, debo decir con entera franqueza, que sí deseo ardientemente, como una cosa muy interesante para mí, pertenecer a esa Comisión, por dos circunstancias: un revolucionario prominente, del cual no digo el nombre, porque no me gusta adular a ningún individuo, ha dicho que los ferrocarrileros son el segundo ejército. Todos hemos visto en la pasada campaña, en la revolución de diez años, que esa clase abnegada va en primera línea siempre, sacrificando su vida y sus intereses y, sin embargo, el compañero Cano y todos los que hayan colaborado en la formación de la Ley del Trabajo se han olvidado por completo de esta abnegada clase que yo represento. Yo es primera vez que entro en cuestiones políticas; cuarenta días antes de venir a esta Cámara todavía trabajaba en un taller de ferrocarril. Diez y seis años tengo de vivir continuamente la vida práctica y de lucha en pro de los trabajadores y es para mí muy honroso decir que he asistido a seis convenciones en las cuales he defendido los intereses de esos mismos trabajadores. Así es que si esta vez por tal o cual circunstancia no permitís que yo pertenezca a esta Comisión del Trabajo, he cumplido con el deber que me impuse de hacer todo lo que fuera posible por pertenecer a esa Comisión, seguro de que podría hacer algo, en primer lugar, porque me sobra voluntad para hacerlo, y en segundo lugar, porque no pongo como única razón el que sea yo trabajador: no, señores; pongo como razón que pueda convenceros, el que en muy distintas ocasiones he colaborado de una manera práctica para hacer los reglamentos del ferrocarril, reglamentos de varias sociedades, reglamentos de las fábricas y eso me da derecho, al menos a mi juicio así lo creo, de pertenecer a la Comisión que se encargue de hacer la reglamentación del artículo 123, porque es el asunto que más conozco, es en donde con mayor eficacia puedo prestar mis servicios. A nadie escapa la grandísima trascendencia de este problema, a nadie escapa la agitación nacional que existe y dondequiera vemos movimientos obreros,

sencillamente ¿por qué? Porque la legislación actual no corresponde precisamente a las necesidades que subsisten en los centros de los trabajadores Yo, que me considero por los conocimientos, por la vida práctica, por diez y seis años que llevo de vivir en fábricas y talleres, capacitando para hacer ese estudio, rogaría a ustedes que me incluyeran en esa Comisión. No digo como el compañero Cano, que poco me importa pertenecer a ella; no, señores; yo hice el compromiso solemne con mis electores, de poner todo mi esfuerzo, todo mi entendimiento, todo cuanto sé y he acumulado en mi experiencia al servicio de la resolución del problema obrero. Ahora, si vuestra soberanía me desecha de esta Comisión, he cumplido con mi deber.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Arroyo Ch. (Voces: ¡Ya! ¡Ya!)

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Renuncia al uso de la palabra. No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. En la misma forma se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada.

La misma Comisión 2a. de Trabajo y Previsión Social, (Leyó.) separados por el C. Guillermo Rodríguez. Está a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Rodríguez.

El C. Rodríguez Guillermo: Como el objeto principal que perseguía era figurar como propietario en la Comisión a que antes se ha aludido, si se me desecha, según he notado por la votación que acaba de pasar, no tiene objeto que siga yo pugnando por pertenecer a una Comisión por la cual me creo y seguiré creyéndome capacitado como el que más, no como suplente, sino como propietario. Ya digo: hay la circunstancia de que el representante de mi diputación no estuvo presente en la Gran Comisión y por eso no hubo oportunidad de que yo alegara este derecho para figurar en la Comisión. Ya digo: desde el momento en que he expuesto todo lo que debía exponer en apoyo de la razón y de la justicia que me asisten, dejo enteramente a vuestro criterio la decisión.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido el punto. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. Se va a tomar la votación relativa a la candidatura de los C. Edmundo G. Cantón, Flavio B. Ayala y suplente Guillermo Rodríguez, relativa a la 2a. Comisión de Trabajo y Previsión Social. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

Universidad y Bellas Artes: Jesús B. González, separado por el C. Esparza Martínez.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el C. Esparza Martínez.

El C. Esparza Martínez: Ciudadanos diputados: Extraño os parecerá que venga a hablaros de arte, dado el carácter de este alto cuerpo, casi pura y convencionalmente político, pero vengo a velar por los fueros del arte, porque el arte es mi culto y creo estar en mi puesto. Cumplo, pues, con un dictado de mi "yo", profundamente egoísta y hondamente representativo de mi personalidad.

Creo contarme entre los soñadores, entre los autopistas, tal vez entre los enamorados del ideal y creo que en el seno de esta Representación Nacional tenemos también una alta y significativa misión que cumplir: somos las partículas más vibrantes de nuestra época y tenemos que expresar y que traducir en ensueños nuestras verdaderas inquietudes; queremos bajar por la sinceridad hasta las raíces más hondas del alma nacional para descubrir nuevos manantiales de alucinación y de encantos. Nuestra divisa no puede ser más clara: beber el vino mejor en el vaso más impecable. Entro a hacer algunas otras consideraciones de orden puramente ideológico, consecuente con la tesis que voy a sostener. La influencia del arte en la vida y en la evolución de los pueblos es incontrastable; no hay rama del saber humano, ni se concibe fase alguna de la actividad individual y colectiva, que no se rija por los imperativos categóricos del arte; la historia misma, fría y severa, se siente quebrantada, profundamente modificada ante el influjo vivificante del arte, virtual manifestación de todo lo puro, de todo lo grande de todo lo noble. Yo pienso con Alfredo de Vigni, que la verdad del arte en la historia, es más verdadera que la verdad real; la humanidad sólo se preocupa de lo verdadero cuando se trata del carácter general de una época y sólo se preocupa de los grandes acontecimientos que arrastran a los individuos. El espíritu humano no los ama tanto reales como bellos, hermosos como completos: ante la sucesión de los siglos han de permanecer incólumes, tal como los creó el poeta alemán, la figura de Felipe II, el monarca del Escorial, la silueta de Rodrigo Díaz de Vivar; tal como el enorme vate lo concibió en su poema del Cid. Y vosotros me daréis: ¿Qué contingente aportan los artistas a la obra política? Permítaseme que evoque la figura ruidosamente universal de Gabriel d'Annunzio, aviador y poeta, militar y político, que es el símbolo de las libertades italianas; (Aplausos.) permítaseme que evoque la vigorosa personalidad de Guillermo Valencia, el cantor de las glorias de Colombia, candidato popular a la presidencia de su país; permítaseme que evoque la figura deslumbradora de Netzahualcóyotl, el indio símbolo, el poeta rey, árbitro de los destinos de su pueblo; y por último, ciudadanos, dejadme evocar con cariño, con veneración, la figura de don Justo Sierra, maestro de juventudes y mentor de varias generaciones. (Aplausos en curules y galerías.) Y pues, se admite la influencia de los artistas en la obra política, creo que tenemos derecho a que nuestras sugestiones sean oídas, a que nuestras indicaciones sean respetadas. Y yo he pedido que sea separada la candidatura del C. diputado Jesús B. González como miembro de la Comisión de Universidad y Bellas Artes, porque el C. diputado Jesús B. González no es liberal; porque él viene ahora revestido con la piel de oveja a querer figurar en el grupo de los avanzados. (Aplausos y siseos.) Los campos están destinados: estamos frente a frente, ahora, dos bandos perfectamente definidos, y si vamos a integrar las comisiones a base de competencia, yo pido algo más: que nos sujetemos a un amplio espíritu deliberativo y

justificadamente razonable. De esa manera, los que de achaques de arte entendemos, contribuiremos con nuestro óbolo entusiasta y sincero a la obra de reconstrucción nacional; los que de socialismo, defendiendo sus teorías salvadoras en el seno e las sociedades; los que de Derecho, esgrimiendo la ley en defensa de las buenas causas y, por último, los que de política, encauzando las actividades todas de la Nación por senderos convenientes de engrandecimiento y de progreso efectivos. De esa manera nos acercaremos cada vez más al tipo ideal de sociedades y de Gobierno a que todos anhelamos, que vaya en consonancia con el estado actual reinante y con las modernas prerrogativas civilizadoras, y entonces podremos cantar como Juan Luis Uluan, el cantar del Rhin: que la humanidad llegará a ser más hermosa de día en día, que todo va a cambiar. (Aplausos.)

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Manrique: Placer más hondo quizá que el que hubiera experimentado el cínico al hallar, tras de buscarlo trabajosamente, un hombre, hemos experimentado en discutir en el compañero Esparza Martínez a un esteta. Pero convengamos en una cosa: a su bello discurso le falta una cualidad que es para mí como una décima musa o como una cuarta gracia: la oportunidad. El compañero Esparza Martínez nos ha entusiasmado al calor de sus nobles pensamientos y nos ha deleitado con la grata música de su bella oración, pero el compañero Esparza Martínez no ha demostrado que esté demonstrandum lo que debe demostrar: que el compañero Jesús B. González no debe figurar en la Comisión de Bellas Artes. Para demostrar esto el compañero Esparza Martínez debió haber demostrado dos cosas: o que el C. Jesús B. González es un ignorante, o que el C. Jesús B. González es un beocio, que nada entiende de cosas de arte o que dejando a salvo la reputación artística y literaria de González, haya otra persona, Esparza Martínez, por ejemplo, que pueda sustituirlo con ventaja. Mientras esto no demuestre el compañero Esparza Martínez, de su bello discurso, de sus citas de Goethe y de Schiller, no hemos de inferir, lógicamente, que Jesús B. González debe de ser eliminado por nuestro voto negativo, de la Comisión de Bellas Artes. Vuestro bello discurso, C. Esparza Martínez resultaría más oportuno bajo las naves del Anfiteatro de la Preparatoria, ante un público más homogéneo, menos preocupado y menos atosigado y atormentado con las preocupaciones de la vida diaria. Volvamos a la realidad; ahora hablemos de Eugenia Grandet, es decir, hablemos de don Jesús B. González. (Risas.) La Comisión cree haber acertado al proponer a Jesús B. González como miembro de la Comisión de Bellas Artes: Jesús B. González es también esteta. Recuerdo en estos momentos la imagen de don Jesús Urueta, cuando en aquel discurso de ustedes conocido, en aquel "after dinnerspeech" nos decía que cómo el avaro de no sé que cuento de alguna novela picaresca, aguaba hasta el agua, así entre nosotros la política envenenaba hasta el veneno. Es imperdonable que este nobilísmo esteta que se llama don Reynaldo Esparza Martínez, de nombre caballeresco y eufónico, (Risas.) es imperdonable digo, que porque el compañero don Jesús B. González haya tenido determinada filiación política más o menos antagónica de la muestra, quiera eliminarlo hasta de una Comisión de Bellas Artes. Esto no es correcto, compañero Esparza Martínez. Entonces sí habríamos demostrado un imperdonable sectarismo al querer llevar la política hasta los dominios puros y sublimes del arte. No, compañero Esparza Martínez: seamos un poco más humanos y un poco más tolerantes: Al compañero don Jesús B. González, a quien yo no le reconocería la beligerancia política, sí debo reconocerle la beligerancia como entendido, como ducho en achaques artísticos. Debo manifestar que el compañero don Jesús B. González es un joven culto y estudioso; el compañero Jesús B. González es uno de los pocos críticos de arte que en México tenemos; el compañero Jesús B. González es periodista y ha colaborado, cabalmente escribiendo la página de arte, la página de teatros, etcétera, en diarios como "El Heraldo" y "El Universal"; colabora también en "El Universal Ilustrado"; escribió un ensayo interesantísimo sobre la obra de nuestro malogrado pintor mexicano, don Saturnino Herrán; el compañero González es competente. Mientras no se nos demuestre que es un incompetente y un beocio, o que hay persona más apta para substituirlo, la Comisión cree tener derecho, prescindiendo de la belleza innegable del bello discurso de Esparza Martínez, para sostener su postulación.

El C. Espinosa Martínez: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Jesús B. González.

El C. González Jesús B: Señores diputados: Comienzo por agradecer infinito al señor Manrique las frases cariñosas que me ha dedicado. No creo yo, positivamente, estar a la altura que precisa para desempeñar la Comisión que se me ha conferido; no la renuncié en un principio, porque creí, y sigo creyendo, que todos nosotros estamos obligados a trabajar dentro de la Cámara, a hacer una labor positivamente intensa, y si me faltaba preparación, como me falta en realidad, pues pensaba estudiar y, sobre todo, me apoyaba en los dos excelentes compañeros que llevo en esa Comisión. Por esa circunstancia no había renunciado; pero en cuanto supe que el señor Esparza Martínez pensaba atacar mi candidatura, desde luego me acerqué a él para suplicarle que, en lugar de atacarme, hiciera de plano la proposición de otra nueva candidatura, para que me substituyese. Al señor Manrique también me acerqué, suplicándole que me suprimiera de la Comisión. Así pues, una vez más insisto en mi renuncia, porque estoy perfectamente convencido de que no tengo la suficiente capacidad para ese puesto y quisiera, sin falsa modestia, que la Asamblea concediera ese puesto al señor Esparza Martínez. Ahora, me falta, señores, hacer una breve aclaración. Van varias veces que en esta tribuna se me lanza el cargo de reaccionario; otros, como el señor Esparza Martínez, me llaman lobo con piel de oveja. Pues bien, señor Esparza Martínez; voy a quitarme la piel de oveja, para que usted vea únicamente al lobo. No soy, en realidad, del Partido Liberal Constitucionalista, y no soy del Partido Liberal Constitucionalista, en primer lugar, por pudor. Cuando no se aprobaba todavía mi

credencial, tuve el gusto de pasar, juntamente con todos los miembros de la diputación de Zacatecas, a ver al señor Novelo para un asunto en general de la diputación. Al hablar yo con el señor Novelo - y para esto, apelo al testimonio del señor licenciado Leopoldo Estrada, que está aquí presente -, comencé diciéndole: "Señor, yo no soy del Partido Liberal Constitucionalista ni seré tampoco del Partido Liberal Constitucionalista, ni menos seré en este momento, porque se creería que yo pretendía hacer pasar mi credencial, que traigo perfectamente limpia y apoyada por un número suficiente de votos, congraciándome con ese grupo." El señor Novelo quedó, hasta cierto punto, satisfecho de mi franqueza, me dio la mano, y me dijo que estimaba mucho más la conducta mía, que la de muchos otros ciudadanos que, por salvar su credencial, se habían inscripto en el Partido Liberal Constitucionalista. Así pues, desde allí empecé a demostrar que era un lobo, o un lobezno, pero que no me cubría con la piel de oveja, como dice el señor Esparza Martínez. Ahora bien; tampoco pertenezco al Partido Socialista, del señor Soto y Gama, (Risas. Voces: ¡No es de él!) y voy a decir por qué. Tengo muy grandes simpatías para ese partido, siento un positivo deseo de colaborar, dentro de esta Cámara, por la clase obrera, por las clases laborasteis; pero tengo un escrúpulo, y voy a decirlo de una vez, para que se sepa; mi escrúpulo es el siguiente: en primer lugar, ahora está de moda ser bolchevique. Eso está bien dentro del orden social y, principalmente, en la República Mexicana, a raíz de este movimiento; pero no siempre voy yo a la moda en las cosas sociales. En segundo lugar, no soy socialista de plano, mientras no me convenzan perfectamente bien los socialistas de muchas cláusulas de su programa. Hay esto: todo el mundo, en la actualidad, como decía antes..... bueno, no todo el mundo, pero sí mucha gente, dice que es socialista y que la bandera roja para acá, y para allá, y ¡qué sé yo qué! Pero nadie hay, hasta ahora, que se preocupe por la clase media; la clase media es la clase intelectual de un país; la clase media es el báculo..... (Aplausos en las galerías.) la clase media es el báculo en que se apoya la patria para caminar por los mejores senderos del progreso; la clase media es, a la fecha, y ha sido siempre la clase que padece juntamente con las clases inferiores: nadie me podrá negar que en las épocas difíciles económicas de esta ciudad, y en toda la República, la clase media ha tenido muy grandes y serios padecimientos. Y bien; yo pregunto ¿porque es más numerosa la clase trabajadora, porque es más fácil de conseguir con una palabra alborotadora el voto de esa clase, vamos a olvidar que existe la clase media? Pues sí existe y tiene tanto derecho como el proletariado, a la protección de las leyes. Hemos visto frecuentemente que, en los conflictos entre el capital y el trabajo, la clase media resiente muy grandes perjuicios, ¿y por qué yo y otros muchos, mientras otros individuos están a la moda, no hemos de poder quedarnos un poco detrás y preocuparnos de que esa clase no padezca con las medidas de los socialistas, ni con las restricciones de los capitalistas? Respecto a lo reaccionario, voy a permitirme referirles un cuento. Yo ya no sé qué soy; a ratos sí creo que soy reaccionario, por más que no acabo de entender todavía esa palabra. Un individuo muy neurasténico compró una vez un conejo, y varios de sus amigos, que se habían propuesto tomarle el pelo, como vulgarmente se dice, se apostaron a diversas distancias del mercado y entre la casa de aquel individuo de mi cuento. Sale el primero de ellos y le dice: - ¿qué hay, fulano adónde vas con ese gallo? -¡Hombre, no es gallo, es un conejo! - ¿Pero cómo va a ser un conejo, qué no le estás viendo la cresta, la cola y las patas?- A la cuadra siguiente, otro individuo le dice: - Adiós, fulano, ¿no me invitas a comer gallo?- Pero, hombre, si no es gallo, es conejo.- Es gallo, no es conejo.- Y así le fueron diciendo el otro y el otro amigo, hasta que llegó a su casa, y le dijo a su mujer: Hija, hazme favor de hacerme este gallo, conejo o lo que sea, que ya no sé lo que es. (Aplausos.) Así, me han dicho tantas veces que soy reaccionario, que no soy reaccionario, que ya no sé si en verdad lo soy; pero, como estoy distrayendo a la Asamblea con cosas perfectamente inoportunas, vuelvo a la cuestión y suplico atentamente que, si a bien lo tienen, se sirvan secundar mi proposición y nombrar en mi lugar al señor Esparza Martínez. (Aplausos.)

El C. Esparza Martínez: Pido la palabra. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Esparza Martínez: Compañeros: Mi propósito no ha sido averiguar si el señor González es un gallo o no lo es. (Risas.) El patriarcal compañero Manrique (Risas.) no sé qué motivos haya tenido para pintarnos a su señoría el señor González, como un superhombre; dice que es un esteta. Probablemente, señor Manrique, el C. Jesús B. González es un esteta, porque es un sastre en cuestiones de estética.....

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡No, el esteta, sois vos! (Risas.)

El C. Esparza Martínez, continuando: El señor Jesús B. González dice que no es reaccionario; pero dice también que él cree a veces que ya es reaccionario; yo también lo creo. En la pasada lucha electoral el C. Jesús B. González contendió con un compañero mío de aulas, el licenciado Rodolfo Delgado, que en buena lid supo tenderle el guante en las elecciones y, desgraciadamente, supo el señor González, por su influencia o por sus simpatías, no sé, por qué, quitar el triunfo al compañero Delgado, quien lo aceptó de buena fe, como caballero, y la propia presencia del señor Jesús B. González en este recinto, es demostración, ¿de qué? De que somos respetuosos del voto del pueblo y que está aquí obedeciendo únicamente a un mandato popular; pero eso no le quita sus tintes de reaccionario, sus tintes de retrógrado, porque tiene un criterio estrecho, y si el C. Manrique dice que no importa tener un criterio estrecho, no sólo en política, sino en arte, yo protesto seriamente, señor Manrique. ¿Ignora usted, acaso, que las bellas artes en los modernos tiempos son radicalísimas y que no pueden admitir y que no pueden tolerar criterios tan estrechos, como el del C. diputado Jesús B. González? ¡Ellos serían capaces de arrojar un velo sobre la Venus de Milo, por no ver, por no contemplar sus senos voluptuosos y sus carnes desnudas! (Aplausos.)

Yo colocaré al señor González en la clasificación del maestro Stendhal, en el grupo de los que claman "continuemos", frente a la voz "analicemos" de la Revolución, que pide la renovación de todos los sistemas. Sí, señor Manrique; si admito, si tolero un criterio estrecho en política, en arte no lo tolero, en arte soy radical y por eso me opongo a que el señor González figure en la Comisión de Universidad y Bellas Artes. El propio pseudónimo que el moderno esteta lleva, ¿lo conoce usted, señor Manrique? El señor González firma "Buffalmaco". Es éste un personaje bufonesco que lo pinta a las mil maravillas; representa el criterio estrechísimo del señor González. No tengo más que argumentar; creo que sólo con el hecho de que su señoría no ha podido desvirtuar el cargo que estoy dispuesto a sostener en cualquier terreno, está inhabilitado para figurar en una Comisión que tiene tanta trascendencia, como lo he manifestado en la tribuna, no sólo para la vida social, sino para la vida política y para la evolución general de nuestro país, Hay muchos artistas en esta Cámara; hay pintores, hay poetas; yo no tengo más antecedentes del compañero González en materia de arte, que los que el compañero Manrique, de una manera tan superficial y tan vacua, ha querido expresar. Yo simple y sencillamente con los argumentos que he expuesto he tenido el propósito de hacer que esta Asamblea me escuche para que sea rechazado el señor González de la Comisión a que tantas veces he hecho referencia.

El C. Espinosa: Pido la palabra en pro.

El C. Lara Rafael: Una interpelación. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa.

El C. Espinosa: Honorable Asamblea: Admitiendo, sin conceder, que sea cierto lo que asienta el C. Esparza Martínez, respecto a la personalidad del C. Jesús B. González, de que es un reaccionario, me permito preguntar al compañero Esparza Martínez y a la Asamblea, ¿qué tiene que ver el arte o las teorías con la personalidad política de un representante? (Voces: ¡Mucho!) No señores; en arte, señor doctor Cantón - y usted, como persona culta, me va a dar la razón -,puede haber tres criterios y algunas bifurcaciones de estos tres criterios: el criterio reaccionario, pero en arte es cosa muy distinta a la de la política, en primer lugar; puede haber el criterio ecléctico, que es el término medio, y el iconoclasta, enteramente radical, destructor de todas las viejas teorías sobre el arte. Pero yo pregunto: dentro del sentimiento de la estética, dentro de la educación del gusto, ¿por qué no puede ser Jesús B. González un iconoclasta en arte, en las reglas sobre arte, y un ciudadano con tintas de reaccionario, como benévolamente dice el compañero Esparza Martínez? ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro?, pregunto yo. Es muy lamentable, señores, que estemos aquí haciendo un arma de combate político una teoría enteramente descabellada. ¿Por qué vamos a confundir que un individuo revolucionario en política, no sea retardatario en arte? ¿Dónde está la incompatibilidad? Absolutamente no existe; es un absurdo el que está sostenido. Y yo protesto, siquiera por esa palabra que se llama "Arte" y que aquí se está profanando de una manera tan lamentable. No hay que confundir las cosas. Es natural que un revolucionario pueda ser un retrasado en cuanto a sus conocimientos artísticos, porque no hay razón, ni lógica ni filosófica, ni de ninguna otra naturaleza, que a fuerza traiga un paralelo entre el radicalismo revolucionario y el radicalismo artístico. ¡Eso es falso, absolutamente falso! Podrá haber...

El C. Esparza Martínez, interrumpiendo: ¡Usted no entiende de arte!

El C. Espinosa Luis: ¡Porque usted dice que no entiendo! Le dejo a usted el derecho de ser el único que entienda sobre arte, señor Esparza Martínez! (Aplausos.) ¡Precisamente la fatuidad de usted nos trae aquí a la memoria a esas parejas de baile que todos creen que son los que mejor bailan!... (Risas y aplausos.) esa fatuidad, que es un sentimiento que está precisamente en contra de la bondad altísima de la estética. La estética también, señor Esparza Martínez, tiene bellezas por la bondad, no solamente por la petulancia. Yo sostendré siempre, y lo sostendrán los que entiendan, aunque sea algo de estas cosas, que un revolucionario rojo puede ser un retrógrado en cuestiones de arte, que puede ser un iconoclasta en cuestiones de arte; así como un reaccionario en política puede ser un iconoclasta, también en cuestiones de arte. (Voces: ¡No! ¡No!) Claro que sí, si son cosas muy distintas una de otra! Que el temperamento del individuo sea más armónico y se una tendencia política con una tendencia artística, claro está, no lo niego; ¿pero por qué no vamos a aceptar en esto, como en todo, que haya excepciones? Claro que sí; aquí no puede haber reglas fijas y definitivas. Acepto que el señor González pueda tener tintes de reaccionarismo, pero creo que es un hombre culto que conoce bastante de arte y merece un lugar en la Comisión de Bellas Artes. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Manrique: Señores compañeros: Creo que se está desviando el debate; creo que, si hemos de ser francos, incluídos los míos, pocas veces se habrán pronunciado tantos disparates en materia de arte como en esta ocasión. No voy a decir una palabra más sobre el particular, porque comienzo por reconocerme profano en materia de arte; sobre cualquiera otra cosa atreveríame a opinar, menos sobre arte y estética, cosas tan lejos de mi condición; pero sí rectifico, aunque sea de paso, la especie del C. Espinosa, de que el arte sea una cosa y la vida social otra, porque creo que las clasificaciones sólo son cosa de los sabios, pero la vida es una; rectifico sólo de paso la teoría imposible de sostener, en la realidad, porque la vida misma la está contradiciendo y vuelvo a llevaros a la cuestión. En el parlamento inglés, el presidente que, entre paréntesis, no se renueva cada mes, sino que dura todo el tiempo que el parlamento dura en funciones, lo que ahorra un tiempo precioso; el presidente, digo, cuando los oradores se desvían, tienen la palabra consagrada "to the question", volvamos a la cuestión. Desgraciadamente entre nosotros hay más libertad de discutir y perdemos mucho el tiempo; y para no contribuir a esta pérdida de tiempo, sólo me resta recordaros que es verdaderamente estrecho y mezquino el criterio partidista que se quiere aplicar a esta cuestión, completamente ajena a la política

militante. No voy a definir si el señor González es revolucionario o cosa por el estilo; ¿pero queremos aplicar el criterio partidista a estas cuestiones? Entonces si pusiésemos en todas las comisiones a los del grupo dominante, esto sí sería verdaderamente inicuo. Yo puedo exigir a los miembros del Partido Liberal Constitucionalista disciplina y firmeza; pero cuando me dirijo a escuchar un buen trozo de ópera, no pregunto si son peleceanos los cantantes, señores compañeros. (Aplausos.)

El C. Cantón: Pido la palabra para contestar una alusión, en defensa del arte.

El C. presidente: No es posible concederle la palabra, sin saber en qué sentido desea usted hablar.

El C. Cantón: En defensa del arte, que ha sido el origen de toda la discusión.

El C. presidente: Sírvase usted pedir la palabra en pro o en contra.

El C. Castillo Agustín: ¡Pido la palabra en pro!

El C. Cantón: Entonces pido la palabra para una alusión personal.

El C. Castillo Agustín: ¡Pido la palabra en pro! ¡Tengo derecho!

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Castillo Agustín.

El C. Agustín Castillo: Un ranchero mañoso me contó, señores diputados, este cuento que les voy a contar a ustedes: que a Mozart se le antojó hacer música de cámara acurrucado junto al brocal de un pozo despostillado, y que el Genio, chocado por esta postura antiacadémica, le mandó al diablo, regándole olores de azufre, y la música del Genio y el genio de Mozart y las notas de su música, salieron disonantes. (Murmullos.) Al sublime poeta que acababa de hablar contra el señor González, le ha resultado su música como la leyenda del ranchero mañoso, del Mozart frailesco: ¡disonante! (Murmullos. Siseos. Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. secretario Tirado: No habiendo más oradores inscriptos, se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se considera el punto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutido. Se sujeta a votación. Los que aprueben la candidatura del C. Jesús B. González, se servirán ponerse de pie. Aprobada. (Aplausos.)

- El mismo C. secretario: Se va a dar cuenta con un documento:

"Honorable Asamblea:

"Con fecha 14 de los corrientes, y con relación a los estados correspondientes a la cuenta de la Hacienda Pública Federal por el ejercicio económico que comenzó el 1º. de enero de 1919 y que terminó el 31 de diciembre del mismo año, que remitió la Contraloría, se aprobó el siguiente acuerdo: "Recibo, a la Comisión de Presupuestos y Cuenta, e imprímase."

"Dicho trámite es correcto y se compadece con lo que establecen los artículos 19 y 80 de nuestro Reglamento; pero, como al tener conocimiento los que suscriben, de los términos en que está concebido el oficio con que remitió tales documentos el auditor general encargado actualmente de la Contraloría, de que el balance general que figura como anexo número 1, no comprende los saldos de activo y pasivo, provenientes de ejercicios económicos anteriores, juzgamos conveniente que los estados mencionados se turnen también a la Comisión de Contraloría, para que ésta estudie la formación del balance general, que adolece de capitales defectos. Pedimos que la anterior proposición sea aprobada con dispensa de trámites.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados, a 20 de septiembre de 1920.- Francisco Trejo.- Carlos Argüelles."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si le dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Se somete a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra.

El C. presidente: ¡Sírvanse pasar a inscribirse!

El C. Casas Alatriste: Solamente es para pedir, con apoyo en un artículo reglamentario, de cuyo número no me acuerdo, que los proponentes funden su moción, que funden su proposición, porque tengo entendido que hay una ley previa que ordena que estos estados sean primeramente estudiados por el órgano técnico con que cuenta esta honorable Representación: la Contaduría Mayor de Hacienda.

El C. presidente: ¿Qué es lo que usted propone?

El C. Casas Alatriste: Que los proponentes funden su solicitud.

El C. presidente: Se invita a cualquiera de los firmantes a que funden su moción.

El C. secretario Tirado: Se invita al C. Trejo y al C. Argüelles a que funden su proposición.

El C. Trejo Francisco: Señores: Con toda claridad, en el oficio en que se remitieron los estados de la cuenta correspondiente a 1919, el auditor, en funciones de contralor, indica que el balance general carece de los saldos que por créditos activos y pasivos pertenecen a la época del Gobierno preconstitucional y de los anteriores a éste; es decir: se ha formulado un balance general que no comprende los saldos procedentes del año de 1913 para acá. Desde luego, es evidente la defectuosa formación de ese balance. El reglamento indica, en los artículos 79 y 80, que los estados, al ser recibidos, año por año, se turnarán a la Comisión de Presupuestos y Cuenta; pero cuando el Reglamento fue hecho, el Departamento de Contraloría, de reciente creación, no había sido establecido y, por lo mismo, el Reglamento no podía ordenar que al turnarse los documentos a la Comisión de Presupuestos y Cuenta, se hiciera a la vez a la Comisión de Contraloría. Los miembros que formamos la mayoría de la Comisión de Contraloría, al darnos cuenta de este defecto, quisimos, no por lo que al fondo de la cuenta de 1919 se refiere, sino respecto de su forma, tomar conocimiento de estos estados. Entiendo que el dictamen que la Comisión de Contraloría pudiera rendir, en vista de tales documentos, podría ampliar el conocimiento que de ellos debe tener esta Asamblea. Por otra parte, el texto de la comunicación impresa y que se ha distribuído, no comprende todos los estados que forman la cuenta, probablemente por la premura con que fue hecha esta impresión y por la enorme cantidad de números que contienen los estados que los

comprueban y justifican. El ánimo de la mayoría de la Comisión ha sido contribuir con su dictamen, a que esta Cámara se dé cuenta de la forma en que han sido rendidos los estados por el año de 1919. No ha sido costumbre, hasta ahora, que la Comisión de Contraloría tenga conocimiento de esto; el Reglamento no lo previene; pero cuando fue hecho el Reglamento, el Departamento de Contraloría no existía. Si ustedes resuelven que los estados pasen a la Comisión de Contraloría, nosotros tendremos sumo placer en tener a la vista los documentos de que están formados y en dictaminar con la oportunidad debida.

El C. Lara G. Rafael: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra, para hacer una aclaración, el C. Rafael Lara.

El C. Lara G. Rafael: Con objeto de ilustrar el criterio de la Asamblea, me permito hacer las siguientes aclaraciones: durante el período que, pudiéramos llamar preconstitucional, y durante el efímero dominio del general don Pablo González en la ciudad de México, con o sin objeto, decretó dicho general que el Departamento de Contraloría, sin desaparecer, suspendiera sus labores, a efecto de que las órdenes giradas por el Cuartel General, surtieran sus efectos, es decir: fueran efectivamente obedecidas por el tesorero general de la nación, sin pasar por la previa censura y la censura inmediata, facultades que son de la Contraloría. A esta suspensión, por las condiciones anormales en que estaba el país, obedece que la cuenta a que se refiere la comunicación, sea una cuenta escueta y carente de muchas documentaciones precisas para hacer la glosa debida. Remediado que fue este defecto por el ciudadano presidente substituto de la República, comenzaron a pedirse a todas partes de la República que se rindieran cuanto antes las cuentas para formar la cuenta general. Estas no llegaron a su debido tiempo; pero ya todos los señores diputados conocen lo poco eficiente que es ese Departamento de Contraloría. No es esta la única vez; desde que está establecido, ni una sola vez se ha rendido la cuenta completa. El señor Casas Alatriste y algunas otras personas, que han estado en legislaturas anteriores, saben perfectamente que el Departamento de Contraloría no ha respondido a la eficiencia de que se le creía capaz cuando se le instituyó. De manera es que, si en circunstancias que pudiéramos llamar normales para la República, el Departamento de Contraloría no puede rendir a su tiempo la cuenta general, pasando - y esto es triste confesarlo - de una manera falsa con los saldos como efectivos de un año a otro, menos lo podría hacer pasando por una época anormal. Yo creo que el trámite debido es este: que pase a la Comisión de Contraloría, y a más se oiga la voz del contador mayor de Hacienda, que está capacitado legalmente para que opine en estos asuntos. La Cámara, a su debido tiempo, se dará cabal cuenta de este asunto, porque tanto el señor Antonio Manero como el que habla, tenemos algún estudio pendiente, que presentaremos a la consideración de nuestras señorías, acerca de cuáles son las condiciones de este Departamento de Contraloría, de cuáles son las reformas ingentes que necesita para funcionar debidamente y de que, en nuestro concepto, debe depender del Legislativo, puesto que si el Legislativo es el que sanciona los presupuestos, es el Legislativo también quien debe ejercer la vigilancia previa e inmediata sobre el manejo de los fondos.

El C. Trejo Francisco: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Trejo: Las explicaciones del compañero Lara han venido a robustecer lo que ya dije antes. El ánimo que la Comisión de Contraloría tuvo para presentar la proposición a que se ha dado lectura, es porque también tiene proyectos respecto a la forma definitiva en que debe operar ese departamento, proyectos que desde luego ponemos a la disposición del señor Lara y del señor Manero que nos anuncian que tienen estudios hechos sobre el particular, con objeto de que, cambiando ideas, se normalice de una vez por todas, el funcionamiento de ese departamento. De ninguna manera quise aludir a que el defecto de la cuenta formada pudiera imputarse a la gestión del compañero Lara; esto es resultado de varios años de positivos desaciertos en el departamento. Así, pues, réstame pediros, ya que el señor Lara también ha opinado, que aprobéis el trámite de que se turnen los estados a la Comisión de Contraloría, sin perjuicio de que se escuche la voz de la Contaduría Mayor de Hacienda.

El C. Casas Alatriste: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Casas Alatriste: Quería aclarar a la Asamblea que el trámite que se va a dar, aun cuando en el fondo estoy de acuerdo con él, porque indudablemente las luces de la Comisión de Contraloría serán muy importantes en este asunto, el trámite de que pase la cuenta a la Comisión de Presupuestos y Cuenta, se funda en una ley antigua, la del 31 de mayo de 1881, que establece la secuela que debe seguirse para la revisión de la cuenta; y esta secuela, como muy bien lo saben los señores diputados, es que pasen los estados de la cuenta a revisión a la Contaduría Mayor de Hacienda, como órgano consultivo de la Cámara de Diputados; y una vez rindiendo este informe la Contaduría Mayor de Hacienda, el informe deberá ser dictaminado por la Comisión de Presupuestos y Cuenta, la que someterá a la Asamblea las resoluciones que de este mismo informe se deriven. En consecuencia, la intervención de la Comisión de Presupuestos y Cuenta o la intervención de la Comisión de Contraloría o de cualquiera otra Comisión del Congreso, no vendrá sino hasta que la Contaduría Mayor de Hacienda haya rendido el informe respectivo. Quería yo hacer esta aclaración. Y por lo que toca a que la Comisión de Contraloría intervenga, considero que, aun cuando sea en contravención de la ley que acabo de citar, no será ningún inconveniente el que tome parte en la discusión de este dictamen.

El C. Trejo Francisco: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Trejo Francisco: Efectivamente, el trámite está fundado en la ley a que se refirió el compañero Casas Alatriste; pero vuelvo a insistir en que aquella ley fue dada cuando el departamento de Contraloría no existía, y si los asuntos que vengan del departamento de Contraloría no van a ser

turnados a la Comisión de Contraloría, ¿entonces para qué sirve esta Comisión? En aquellas épocas la Cuenta General de la Nación la rendía la Dirección General de Contabilidad y Glosa, mejor todavía, a la Tesorería de la Federación; con posterioridad se creó la Dirección de Contabilidad y Glosa, y a ésta vino a substituirla la Contraloría de la Nación. Así, pues, insisto en que se dé el trámite que la mayoría de la Comisión ha solicitado.

El C. secretario Tirado: No habiendo ningún otro ciudadano diputado que desee hacer uso de la palabra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutida la proposición. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Suficientemente discutida. Se sujeta a votación. Los ciudadanos diputados que aprueben la proposición, se servirán ponerse de pie. Aprobada.

El C. presidente: Ciudadanos representantes: Está en cartera un escrito firmado por varios ciudadanos diputados y dirigido al presidente de la Mesa, es decir, al presidente de la Cámara, pidiendo la condonación de las multas, es decir, la revocación del acuerdo relativo a las multas por faltas. Se va a dar lectura a él y con posterioridad hará alguna aclaración la Presidencia.

- El C. secretario Tirado, leyendo:

"Ciudadano presidente:

"Los que subscriben, diputados a la H. Legislatura, ante usted respetuosamente exponen: que tienen conocimiento de que esa Presidencia ha ordenado que a los infrascritos se les imponga por su falta de asistencia a la sesión del día 14 del mes actual, la multa de un día de dietas.

"Como el acuerdo de su señoría no está justificado en el artículo 64 de la Constitución, puesto que esa tarde del día 14 asistieron a la sesión, de una manera atenta suplican se sirva levantar la multa correspondiente.

"Esta petición la hacen extensiva a todos los que están comprendidos en el acuerdo de esa Presidencia.

México, septiembre 18 de 1920.- José R. Colón.- Ignacio Castillo Garrido.- M. Lomelí.- Leopoldo Vicencio.- F. Ramírez Luque.- N. Domínguez.- Manuel Rico G.- L. Chávez Franco.- Luis Espinosa.- E. Arrioja Isunza.- César A. Lara.- J. R. Berumen."

El C. Manrique: ¡Moción de orden! Creo que éste es asunto de sesión secreta.

El C. Espinosa: Pido la palabra.

El C. presidente: ¿Para qué?

El C. Espinosa: Para dos cosas: La primera, como iniciador de esta súplica dirigida a su señoría, para fundarla; y la segunda, para contestar al señor Manrique que este asunto es de sesión ordinaria y no secreta, porque es una consecuencia de la facultad que tiene el presidente de aplicar el artículo constitucional relativo a las faltas de asistencia de los representantes. Naturalmente como éste es un asunto conexo con aquél, no debe ser tratado en sesión secreta; es cierto que el Reglamento dice que todos los asuntos económicos se tratarán en sesión secreta, pero éste es, repito, la consecuencia de la aplicación de un artículo constitucional. Creo, pues, que sí está dentro de lo correcto el que se trate esta cuestión en sesión pública.

El C. presidente: La Presidencia, tratando tan sólo de que se gane el mayor tiempo posible, va a consultar a la Asamblea si se trata este asunto en sesión pública, es decir, si se sostiene el trámite de la Mesa. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Hay mayoría de pie. Se tratará en sesión pública. La Presidencia quiere hacer la siguiente aclaración: Con motivo de algunas faltas de asistencia que tuvieron varios diputados, incluidas en la primera decena de este mes, se había dictado por el que habla, la orden de multa consiguiente para que la hiciera efectiva la Tesorería; pero en vista de un escrito que se presentó para ser sometido a la consideración de la Asamblea, firmado por un gran número de diputados y, además por las razones que se esgrimieron ante la misma Presidencia, así como con el objeto de evitar toda clase de discusiones inútiles, revoqué de plano el acuerdo por lo que respecta a la primera decena y me atuve a la consideración que hicieron los signatarios del escrito, en el que ellos mismos decían: "en la inteligencia de que a partir de la fecha de mañana" y la fecha del escrito era diez, es decir, desde el once se aplicarán sin excepción alguna las multas a los diputados que sin permiso falten". En esta virtud la Presidencia, considerando que interpretaba el verdadero sentir de la Asamblea, como dije antes, revocó el acuerdo por lo que hace a las multas correspondientes a la primera decena; pero también se afirmó en su criterio de aplicarlas para las siguientes. En estas condiciones, pues, se han acordado las multas correspondientes al día catorce, que creo que fue cuando faltaron algunos ciudadanos representantes, según la lista que se paso. A pesar de esto, varios ciudadanos representantes han presentado de nuevo este escrito y la Presidencia se sirve hacer la siguiente aclaración: que entre los firmantes del nuevo escrito están los CC. Leopoldo Vicencio, Francisco Ramírez Luque y Eduardo Arrioja Isunza, tres de los signatarios del primero que dijeron que: "en la inteligencia de que a partir de la fecha de mañana, se aplicarán sin excepción alguna". Ahora, como la Presidencia no tiene interés alguno en perjudicar en sus intereses puramente materiales a los ciudadanos representantes que han faltado, se ha dicho que esto lo someterá a la aprobación, es decir, a la consideración de la Asamblea, para que subsista el trámite dado con anterioridad, si así lo acuerda, o para que se revoque el acuerdo respectivo si así lo resuelve también la Asamblea. En esa virtud, se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración lo que solicitan los ciudadanos representantes.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para fundarlo. Tengo derecho.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para hacer una interpretación a la Presidencia.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Espinosa para fundar la proposición.

El C. Espinosa Luis: Honorable Asamblea: He firmado esa petición dirigida al ciudadano presidente de la Cámara, no porque yo me halle en el caso de los demás compañeros a quienes se les ha puesto la

pena relativa por haber faltado, a mí no se me ha impuesto pena ninguna, porque no he faltado, porque yo nunca falto; pero sí lo he hecho para tener derecho de abogar por estos compañeros. El ciudadano presidente de esta Cámara, gallarda y gentilmente ha declarado que él no tiene inconveniente en retirar esa pena, siempre que la Asamblea lo acuerde. Debo aclarar que yo sostendré siempre la necesidad de poner algún correctivo a los ciudadanos representantes que no vengan a esta Asamblea a cumplir con su deber; creo necesario que el presidente de la Asamblea sea inflexible, no sólo una vez, sino cuantas fuese necesario, a efecto de procurar que no falte el quórum y que los representantes se acostumbren a estar aquí no sólo con la puntualidad debida, sino con la condición que impone el mismo Reglamento, es decir, durante toda la sesión. Pero ahora invoco la benevolencia del señor presidente en atención a que muchos compañeros son completamente nuevos e ignoran que recae sobre ellos una pena cuando faltan.... (Siseos.) y hay otra razón que me ha movido a tomar esta defensa, o sea la de que esta multa fue impuesta, no porque los representantes hayan faltado, sino porque se salieron como quince o veinte, haciendo uso de un ardid parlamentario, que es casi un derecho, porque está consagrado por todos los parlamentos del mundo. Yo también repruebo con toda severidad el abuso de este derecho de descompletar el quórum; pero sí lo creo necesario en algunos casos cuando se trata de tomar una determinación, algún acuerdo respecto del asunto que se está discutiendo y cuando no queda otro recurso para llegar a ese acuerdo. Hacerlo sistemáticamente por obstruccionar, es reprobable, y yo lo censuraré cuantas veces se repita en esta Cámara. En el caso presente se trataba de un asunto de bastante importancia, como era el de reconsiderar la planilla propuesta por la Gran Comisión, y naturalmente que estábamos en nuestro derecho al tomar esta medida como último recurso, ya que no nos quedaba otra cosa por hacer. El señor presidente verá en esto una defensa legítima de los intereses que representamos y no el deseo de faltar a nuestro deber dentro de esta Asamblea. Por esta razón suplico a los compañeros que aprueben que el presidente retire las penas impuestas; en la inteligencia de que como esto ya se hizo público y ninguno de los compañeros lo ignora, en lo sucesivo no me ocuparé de defender a aquellos a quienes el señor presidente, con toda justificación, imponga una nueva multa.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manjarrez: Deseo saber si esas multas fueron impuestas por el hecho de que algunos diputados descompletaron el quórum o por simples faltas de asistencia comunes y corrientes.

El C. presidente: La Presidencia se sirve manifestar al C. Manjarrez que no se lleva registro en la Secretaría sobre si las faltas provienen por el hecho de que se quiso descompletar el quórum o porque no se asistió a la sesión. Cuando alguien reclama el quórum, lo que se hace es pasar lista, y si algún diputado falta, se le anota como ausente. Esto es todo, sin investigar si la causa de su ausencia fue por un fin político momentáneo o por otra causa cualquiera. Eso es todo lo que puede informar la Presidencia, y en el caso particular, en este caso, lo que ha sucedido es que en determinados momentos, reclamándose el quórum, se paso lista, y habiendo sido por causa de los faltistas por lo que no se pudo continuar la sesión y habiéndose pedido por los restantes que se aplicaran las multas, la Presidencia acordó ante la Tesorería la imposición de estas multas.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manjarrez: No me pude inscribir ni en pro ni en contra, puesto que allí entre los multados existen dos clases de diputados que han sufrido esa misma pena: unos que la han sufrido por haber hecho uso de un legítimo derecho que se concede a todos los parlamentarios y ya hay precedentes en otras legislaturas establecidas, del derecho que tienen las minorías cuando se trata de oponerse a algo atentatorio de las mayorías, de descompletar el quórum. No voy yo ni a censurar ni a justificar el hecho de que la vez pasada se haya descompletado el quórum, no es ese el punto a debate; pero yo sí opino que si se trata de aquellos individuos que injustificadamente hayan faltado a la asistencia reglamentaria, debe aplicárseles con todo rigor el artículo relativo de la Constitución. No es una razón justificada la que daba hace un momento mi excelente amigo el diputado Espinosa: que los diputados sean nuevos y no conozcan la ley. ¡Si todo diputado que llega a estos escaños tiene la obligación de conocer la ley! Así pues, a aquellos que hayan dejado de concurrir a la Asamblea tal como se ordena por el Reglamento y por la Constitución, debe aplicárseles la multa; pero a aquellos que hicieron uso de un legítimo derecho al descompletar el quórum, derecho reconocido ya y establecido por varios precedentes, a esos no se les debe aplicar multa alguna.

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para hacer una aclaración relativa al punto a debate.

El C. Lomelí: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. Espinosa Luis: Yo la he pedido antes.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. Gustavo P. Serrano, que la pidió antes.

El C. Serrano: En primer lugar deseaba yo preguntar al señor presidente si las multas que se han impuesto hasta ahora son simplemente las del día 14 o la de todos los faltistas.

El C. presidente: Se han impuesto a todos los faltistas, unos días a unos, y otros días a otros.

El C. Serrano: He pedido la palabra, más que para hablar en pro de la proposición, que parece que la mayoría de la Asamblea está de acuerdo en que por esta vez se condonen las multas por las razones que acaban de ser manifestadas, para sentar este precedente. Desde este año hemos comenzado a ganar un sueldo fabuloso... (Murmullos) y digo fabuloso, por las condiciones especiales por las que atraviesa el país.) (Aplausos de las galerías.) No es fabuloso para las necesidades que tenemos que satisfacer, puesto que, dadas las condiciones actuales de vida, es una suma que sólo nos permite vivir decentemente; pero el país sí hace un sacrificio para podernos sostener en estas condiciones. Ahora bien;

se ha dicho aquí que un minuto que se gasta en una sesión cuesta cincuenta pesos y, conforme a mis cuentas, que probablemente están hechas tomando en consideración todos los factores, son cerca de doscientos pesos los que cuesta cada minuto de una sesión; y cada sesión, según mis cuentas, y estoy dispuesto a probarlo allá afuera, cuesta muy cerca de cuarenta mil pesos... (Voces: ¡No! ¡No!) Sí, señores... (Voces: ¡Menos! ¡Menos! ¡Pruebas!) ¡Ya lo probaré a su debido tiempo! Ahora bien; cuando una docena a dos de individuos faltan a la sesión y no hay quórum, ¿qué resulta? Que la Nación los multa con quinientos o seiscientos pesos, pero por otra parte desembolsa cuarenta mil; y no es lo más triste que cueste cuarenta mil pesos una sesión, sino que como es tan limitado el número de sesiones que tenemos que verificar cada año, se dejen de tratar dentro del período de sesiones ordinarias asuntos cuya importancia no se puede estimar en pesos y centavos; por esta razón, señores, yo pido que por última vez, y nada más que por última vez, y teniendo en cuenta diferencias de opinión, se condone esta multa, pero que en lo sucesivo - voy a fundar esta parte después -, que en lo sucesivo por ningún motivo, que no sean de los que el artículo 64 de la Constitución explícitamente dice: "por causas justificadas, previo permiso del presidente", que, salvo estos casos, se apliquen de una manera rigurosa y sin excepción, las multas todos los días y en cualquier caso que al pasar lista no se encuentren presentes los señores diputados; repito, que estamos ahora en una situación que yo califico de lamentable, pero que amenaza en convertirse en vergonzosa, señores diputados; la Nación entera nos está juzgando, nos está juzgando duramente y puede ser que con el tiempo, con justicia nos juzgue duramente; hasta la fecha hemos gastado todo el mes en discusiones de credenciales, yo no sé si nos habremos extendido demasiado en estas discusiones, probablemente sí, señores; se va a gastar la cuarta parte del período de sesiones en discusiones que podrían haberse abreviado mucho si se hubieran atendido única y exclusivamente al criterio legal; pero, en fin, ya lo que se hizo hecho está y no tiene remedio. Lo que quiero decir es que no se vuelva a perder ninguna sesión, y que seamos estrictos en el cumplimiento del artículo 64 constitucional, porque hay personas que vienen nada más dos o tres veces por semana y no se vuelven a parar en la Asamblea. Por lo demás, aunque esta multa que se les aplica es un pequeño correctivo, no repara el mal que se hace, porque la ausencia de diez o veinte hace que todos los demás, que formamos la inmensa mayoría de la Cámara, no podamos cumplir con nuestro deber y entonces la Cámara va a ser la que reporte las consecuencias de ese juicio duro, pero justo, que nos hará la nación por no haber hecho una labor verdaderamente patriótica y honrada; es decir, por culpa de una docena o dos de individuos que son faltistas, la Cámara será la que resienta los perjuicios y los presentirá también la nación entera. (Aplausos.)

El C. Lara Rafael: Pido la palabra.

El C. Mijares: Pido la palabra.

El C. Borrego: Para un hecho.

El C. Lomelí: Pido la palabra.

El C. Colón: Pido la palabra.

El C. Lomelí: Yo pedí la palabra antes.

El C. Espinosa y Elenes: Para una moción de orden.

- El C. presidente Tiene la palabra el C. Espinosa y Elenes para una moción de orden.

El C. Espinosa y Elenes: Para que pueda haber debate, tiene que haber un trámite y entiendo que no hay ningún trámite de la Presidencia sobre esta solicitud. ¿Cuál es el trámite que está a discusión?

El C. presidente: La Presidencia ha puesto a la consideración de la Asamblea la proposición, pero no ha dado ningún trámite, sino únicamente la sujetó a su consideración para abrir después el debate. La Asamblea resolverá primero si se toma en consideración, y siendo así, se pondrá a discusión; en caso contrario, se considerará que queda desechada. Por esto la Presidencia va a poner a votación el asunto.

El C. Borrego: ¡Moción de orden! Después de decir unas cuantas palabras, pediré a su señoría que se lea determinado artículo. El señor Espinosa ha dicho que la multa impuesta a estos señores fue por haber incompletado el quórum el día 14; y la facultad de la Presidencia es para imponer multas a los diputados que no concurran a una sesión. Ahora bien; el incompletar el quórum en un momento dado no corresponde al caso previsto en el artículo 64 constitucional; la no asistencia de los diputados es lo que se castiga; el descompletar el quórum no, porque es recurso de las minorías en los parlamentos donde la fuerza del número es el todo.

El C. presidente: La Presidencia se ve en el caso de hacer algunas aclaraciones. No es cierto que no tiene inconveniente en condonar las multas; la Presidencia sí tiene inconveniente en condonar las multas. Ahora, por lo que respecta a esto que se ha dicho que es un derecho legítimo de las minorías, descompletar el quórum, la Presidencia sostiene que no es un derecho, sino en recurso; quiere decir esto que precisamente el que incomplete el quórum por obtener las ventajas que de ello saca, renuncia a las dietas... (Voces: ¡No!) Es un recurso como quien dice: si a mí no se me castiga en otra forma más que imponiéndoseme una multa porque no vengo a la sesión, pues yo dejo perder la dieta y me voy, pero salvo mi cuestión política, el asunto por el cual estoy profundamente interesado. Por consiguiente, este es un recurso, y así lo ha interpretado la Presidencia, no es un derecho; el derecho debe estar consignado en algo, y yo suplico, tanto al C. Manjarrez, como al C. Borrego, como a cualquiera otro de los ciudadanos diputados, que diga dónde está consignado que es un derecho el descompletar el quórum. Si esto fuera un derecho, entonces no sería obligación estar en la sesión; son dos tesis enteramente contradictorias. (Aplausos.)

El C. Borrego: Ruego a su señoría se sirva mandar dar lectura al artículo 64 constitucional. Yo digo que sólo en este caso tiene derecho la Presidencia para imponer multas, en caso de no asistencia a las sesiones; el que viene a las sesiones y por cualquiera razón incompleta el quórum, asiste a las sesiones y, por lo tanto, no está comprendido en el texto expreso del artículo 64 constitucional.

El C. presidente: Es que el C. Bolio... (Voces: ¡Borrego!) o Borrego, comete un error que se

llama en lógica petición de principio, esto es, que el C. Borrego cree que asistir a las sesiones es pasar lista, y esas son cosas distintas: una cosa es pasar lista, y otra cosa es asistir. (Aplausos.)

El C. Lara Rafael: Pido la palabra para hacer una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Lara Rafael: El C. Serrano subió a la tribuna, en primer lugar a decir que era necesario que se condonaran las multas, pero comprendió que su causa era ingrata y en seguida se fue diciendo que era necesario que trabajásemos y otras cosas. La verdad es esta: que cuando él estaba en la tribuna yo no sabía si era el diputado Serrano o si era el chato Rugama el que estaba hablando . Esos argumentos de teatro no vienen al caso. La verdad es que si hemos faltado, es necesario que se nos multe, porque es necesario que trabajemos. Hay que sentar el precedente ya de una vez y el castigo hay que sentarlo también ya de una vez. ¿Por qué estamos ahora, como estuvimos en la vez anterior, con el "ya no lo vuelvo a hacer" de los niños? Si la vez pasada se dijo: "Esta es la última," ésta debe ser la última. Necesitamos ser serios. Y es necesario no querer disfrazar aquí las cosas y las necedades con una máscara, para que las galerías nos otorguen unos cuantos aplausos. Debemos ser más serios. Si es necesario que se nos multe a los diputados faltistas, ¡qué se nos multe! Es necesario que por el decoro de esta Asamblea, que está muy por encima de muchas cosas y precisamente para no incurrir en esos bochornos, si se nos multa por falta de asistencia, debemos admitir la multa.

El C. Espinosa: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. Solórzano José Luis: Para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Solórzano José Luis: Deseo me diga su señoría cuál es la prueba, la demostración o el comprobante, o como quiera usted llamarlo, de que un diputado asiste a la sesión.....

El C. Zincúnegui Tercero, interrumpiendo: ¡Las listas!

El C. presidente: La Presidencia va a contestar. La prueba es la siguiente: que de acuerdo con la lista que pasa la Secretaría, consta que ha pasado lista, ya sea cuando se ha pasado lista general, o que después se haya presentado este diputado haciéndose presente a la Secretaría, o ya sea porque haya votado en votación nominal, o ya sea porque con posterioridad haya pasado una, o dos, o tres veces lista, o cuantas veces hayan sido necesario, y se haya comprobado que estaba presente. Si ha pasado una vez lista, es decir, al abrirse la sesión, y aquí hay que hacer hincapié, ¿quedamos ya por esto relevados de esta obligación? Pues estamos seguros de que podríamos irnos cinco minutos después de haber pasado lista, y no funcionaría la Cámara de Diputados. De manera es que se requiere, forzosamente, que cuantas veces sea requerido cada uno de los ciudadanos representantes en cuanto a asistencia en el salón, se encuentren presentes y, consiguientemente, si en un caso, en una ocasión, resulta que no está presente este ciudadano, está por ausente en la sesión y, con más razón si este ciudadano ocasiona la clausura de la sesión por falta de quórum, porque entonces la asistencia no solamente es una falta por lo que respecta un solo individuo, sino que esta falta afecta particularmente a la constitución de la Cámara, puesto que la sesión se suspende por la falta de éste y de otros ciudadanos que también faltan a ella. (Voces: ¡Sí! ¡Sí! ¡No! ¡No! Varios ciudadanos diputados piden la palabra. Campanilla.)

El C. Espinosa: ¡Moción de orden! Estamos ya en el caso de que este asunto pase a discusión y se pregunte si se dispensan o no los trámites. Si se toma en consideración.

El C. presidente: No se pide dispensa de trámites. (Murmullos. Desorden. Campanilla.) Como ya se va a poner a discusión, se va a dar lectura al artículo 47 del Reglamento:

- El C. secretario Tirado, leyendo:

"Artículo 47. Los individuos de las Cámaras asistirán a todas las sesiones, desde el principio hasta el fin de éstas, y tomarán asiento sin preferencia de lugar, y se presentarán con la decencia que exigen las altas funciones de que están encargados."

El C. Manrique: Pido que se lea el artículo cuarenta y nueve; el artículo cuarenta y nueve completa el anterior.

El C. Mijares: Pido la palabra.

- El C. secretario Tirado, leyendo:

"Artículo 49. El senador o diputado que, por indisposición ú otro grave motivo no pudiese asistir a la sesión o continuar en ella, lo avisará al presidente por medio de un oficio o de palabra; pero si la ausencia durase más de tres días, lo participará a la Cámara, para obtener la licencia necesaria."

El C. Mijares: Pido la palabra, para una aclaración, señor presidente.

El C. Borrego: Pido que se lea el artículo sesenta y cuatro constitucional.

El C. Mijares: Pido la palabra para una aclaración. (Desorden. Campanilla.)

El C. presidente: Tiene la palabra, para una aclaración, el C. Mijares.

El C. Mijares: Hay un caso esencial en este asunto, y es aquel en que no únicamente en el Reglamento está considerada la falta de asistencia, sino que hay un artículo en la Constitución, en el sesenta y cuatro, al que daré lectura, y sobre el que no puede pasar ni la Asamblea ni el presidente:

"Artículo 64. Los diputados y senadores que no concurran a una sesión, sin causa justificada o sin permiso del presidente de la Cámara respectiva, no tendrán derecho a la dieta correspondiente al día en que falten." (Aplausos.)

Después, como complemento, viene la explicación del Reglamento a decir ya qué es asistencia, y asistencia es la estancia continuada; por lo menos, yo por mi parte declaro que el día que me sea necesario descompletar el quórum, o que al grupo socialista, al que pertenezco, le sea necesario descompletar el quórum, este grupo, creo yo, interpretando su sentir, que es lo suficientemente patriota para, al descompletar el quórum, perder los treinta y tres pesos treinta y tres centavos, que son los que ganamos los diputados. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos. Campanilla.)

El C. Soto Francisco: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Solís: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Soto. (Desorden. Campanilla.)

El C. Soto Francisco: El señor diputado Espinosa declaró que es cierto, o al menos uno de los multados, que habían recurrido al recurso o al derecho, como se quiera llamar, de descompletar el quórum. Como esa maniobra fue provocada por el C. Espinosa y por el C. Céspedes, yo pregunto si estos señores están incluidos en la lista de los multados, o se contentaron con echar fuera a los demás y regresar ellos al salón. (Aplauso. Siseos. Protestas. Campanilla.)

El C. Espinosa: Pido la palabra para una alusión personal.

El C. presidente: Se manifiesta al C. Espinosa que es una interpelación que se le hizo a la Presidencia y que, en tal virtud, ésta tiene que informar sobre si pasaron lista o no.

El C. Espinosa: Pido la palabra para aclaraciones.

El C. presidente: La Presidencia informa que el C. Espinosa, no obstante que invitó a romper el quórum, paso lista y estuvo en esta tribuna vigilando al C. secretario Zincúnegui Tercero.

El C. Soto Francisco: ¡Que se le multe o que no se multe a nadie! (Murmullos. campanilla.)

El C. Espinosa: Pido la palabra.

El C. presidente: El C. Céspedes también paso lista, y ni Céspedes ni Espinosa han sido multados, porque estuvieron presentes.

El C. Solórzano José Luis: Pido la palabra. Una vez que ha hablado un orador en pro y uno en contra, de acuerdo con el Reglamento, debe preguntarse a la Asamblea si se toma en consideración la proposición presentada.

El C. secretario Tirado: Se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración la proposición. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se toma en consideración. Está a discusión. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. (Murmullos. Campanilla. Varios ciudadanos diputados piden la palabra.)

El C. presidente: La Presidencia suplica a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules.

El C. von Borstel; Pido la palabra. He pedido la palabra para que se lean dos artículos del Reglamento: el artículo ciento cincuenta y seis y el artículo ciento cincuenta y siete.

El C. secretario Tirado: Está a discusión.

El C. presidente: Está inscripto para hablar en pro, el C. Solís Jaime. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos. Campanilla.) Tiene la palabra el C. Solís Jaime.

El C. Solís Jaime: No me interesan a mí los treinta y tres pesos; pero a mí me interesa la injusticia. Yo he estado presente en esa sesión; sin embargo, estoy multado. Es una consideración muy sencilla; si quieren, acusen esa consideración al hecho de que es uno novel. Ese día protesté, habiendo yo protestado ese día, quiero que algunos señores diputados me digan si el día que un diputado novel protesta, ese día falta a la sesión. Esta es la única razón que yo tengo. Ahora, si se considera como una cuestión de un móvil político que se tuvo, yo quisiera preguntar respetuosamente al señor presidente: ¿tuvo usted la bondad de ordenar que ayer fueran multados los que faltaron, señor presidente?

El C. presidente: Voy a contestar.

El C. Solís: Si es así, estoy conforme con la multa, señor.

El C. presidente: Sus señorías han escuchado que, después de haber sido consultadas las listas de los presentes, las listas de los ausentes con licencia y las listas de los ausentes sin justificación, se ha formado la lista de los multados.

El C. Solís: ¿El señor Camarena está multado?

El C. presidente: Consultaré. (Risas.) La Presidencia informa que el señor Camarena no está multado, porque tenía licencia el señor Camarena.

El C. Solís: ¿Quisiera el señor Camarena hacerme el favor de decirme si tenía licencia?

El C. Camarena: Sí la tenía yo.

El C. Solís: Por mi honor, señores, protesto que el señor Camarena a mí personalmente me dijo que no tenía licencia. (Aplausos. Risas. Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Solórzano: Señores diputados: Debo declarar, en primer lugar, que vengo a hablar en pro de la proposición, aunque no había visto contra, no precisamente para esta proposición salga avante, desde el momento en que, no habiendo inscriptos oradores en el sentido del pro, tácitamente esta Asamblea ya la ha aprobado, (Voces: ¡No! ¡No!) sino porque quiero que se siente un precedente en el sentido contrario a la tesis sustentada por el general García Vigil, que preside esta Asamblea. Debo declarar que no formo parte del grupo de los multados y que no es un mezquino interés material el que me trae a hablar a la tribuna. El diputado que, en mi concepto, ha puesto el dedo en la llaga, es el licenciado Borrego, que ha invocado el texto constitucional, que de cualquier manera y de un modo indiscutible, está sobre cualquiera prescripción reglamentaria. El artículo sesenta y cuatro de la Constitución, es terminante, y dice que cualquier diputado o senador que, sin causa justificada, faltare a una sesión, sufrirá un descuento de la dieta correspondiente al día de su falta. Ahora bien; el señor general García Vigil, al contestar a la interpelación que desde mi curul le hice en el sentido de cómo se comprobaba la asistencia o, en su caso, la falta de asistencia de un diputado, me contestó que con la lista que reglamentariamente debe pasarse al principio de la sesión, a efecto de saber si la Asamblea cuenta con el quórum reglamentario para poder dar principio a sus labores. En esta circunstancia, cualquier diputado que pase lista, lista se entiende inicial, aquella que sirve para declarar si la Asamblea cuenta con el quórum necesario. Aquellos diputados que pasaron lista reglamentariamente, legalmente, asistieron a la sesión. (Protestas. Gritos. Campanilla.) Voy a demostrarlo, señores diputados. Cualquiera otra lista que se pase de votación, o en caso de que algún diputado reclame el quórum, no es la lista que sirve para saber si la Asamblea cuenta con el número suficiente de miembros para dar comienzo a sus trabajos. A cualquiera de los diputados que desde su curul me hacen señas de que no, voy a plantearle este problema: Sí abierta una sesión se cuenta con el quórum reglamentario y comienzan los trabajos a X minutos.....

El C. Manrique: Mejor N minutos. (Risas. Campanilla.)

El C. Solórzano: X o N minutos , es lo mismo. Después, cuando un diputado, al notar que en el salón no hay el suficiente número de individuos que legalicen el quórum, y la lista que se pase arroja un resultado en ese sentido, de que no hay quórum, ¿por este sólo hecho de haberse terminado la sesión pronto, puede decirse que no hubo sesión? Decir lo contrario, sería sencillamente negar que había habido asuntos, que no se habían tratado asuntos con el quórum perfectamente reglamentario. Si, pues, hubo sesión legal, los individuos que se hayan salido, ¿pueden haber faltado a esa sesión? Cualquiera prescripción reglamentaria..... (Risas. Siseos. Protestas. Campanilla.) cualquiera prescripción reglamentaria que se quiera invocar, tiene un carácter secundario. El Reglamento no puede estar sobre la Constitución; el Reglamento en todo es una ley orgánica, y las leyes orgánicas (Protestas. Campanilla.) no pueden ampliar los preceptos de la Constitución. (Aplausos.) La Constitución, en su artículo sesenta y cuatro, se limita a ordenar de una manera expresa, que no deja lugar a duda, que se multe a aquellos diputados que no asistieron a la sesión, y el Reglamento no puede, so pretexto de reglamentar este artículo, extralimitarse haciendo que se imponga esa misma pena al diputado que asistió, pero que después se salió de la sesión. Debe imperar el texto constitucional sobre el Reglamento, tanto más cuanto que hay hasta datos de orden cronológico. El Reglamento que sirve para normar los debates, la vida íntima, la vida económica de este Parlamento, es de tiempo muy anterior a la Constitución de 1917, que es la única que contiene el precepto relativo a la suspensión de las dietas el día que falten los diputados o senadores. En esa virtud, aquel diputado que pasa lista, está presente en la sesión, desde el momento en que la sesión se lleva a cabo, y tiene derecho a su dieta. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí!)

El C. Mijares: Pido la palabra. (Voces: ¡A votar! ¡A votar! Murmullos. Campanilla.)

El C. presidente: Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. En contra, el C. Pedro de Alba. (Murmullos. Voces: ¡A votar! ¡A votar! Campanilla.)

El C. presidente: Se suplica al C. Espinosa y demás colegas, que no estén gritando ¡A votar! ¡A votar! (Risas.) Con fundamento en el artículo 120 del Reglamento, que dice: Cuando sólo se pidiere la palabra en pro, podrán hablar hasta dos miembros de la Cámara; la Mesa ya no concederá la palabra. En esta virtud, se pone a votación. (Desorden. Campanilla. Voces: ¡Votación nominal!) Estando apoyado el C. Alessio Robles por siete ciudadanos, se procederá a la votación nominal.

El C. Manjarrez: Pido la palabra para una proposición.

El C. secretario Tirado: A petición del C. von Borstel, se va a dar lectura al artículo cuarenta y siete. (Campanilla. Desorden.)

El C. von Borstel: Pido que se lean los artículos ciento cincuenta y seis y ciento cincuenta y siete.

El C. secretario Tirado: A petición del C. Valadez Ramírez, se va a dar lectura al artículo cuarenta y siete.

"Artículo 47. Los individuos de las Cámaras asistirán a todas las sesiones, desde el principio hasta el fin de éstas, y tomarán asiento sin preferencia de lugar, y se presentarán con la decencia que exigen las altas funciones de que están encargados."

"No es permitido fumar en el salón de sesiones."

El C. von Borstel: Pido que se lean las artículos ciento cincuenta y seis y ciento cincuenta y siete.

El C. Manrique: Ya se había declarado suficientemente discutido el punto.

- El C. secretario Tirado, leyendo:

"Artículo 156. Cuando llegue el momento de votar, los secretarios lo anunciarán en el salón y mandarán que se haga igual anuncio en la sala de desahogo. Poco después comenzará la votación.

"Artículo 157. Mientras ésta se verifica, ningún miembro de la Cámara deberá salir del salón ni excusarse de votar."

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Se suplica al C. José María Soto pase a auxiliar a la Secretaría. Se suplica al C. Casas Alatriste pase a auxiliar a la Secretaría. Se va a proceder a la votación.

El C. Manjarrez Froylán: Pido que se divida la votación, señor presidente. Yo no puedo votar en favor de los faltistas, pero sí en favor de aquellos que hicieron uso de un recurso o derecho, como se le quiera llamar; por esto suplico que se vote por un lado la cuestión de los faltistas, y por otro lado, la parte que se refiere a los que descompletaron el quórum, y que conste que no soy de los multados.

El C. presidente: Se suplica al C. Manjarrez se sirva no desviar a la Asamblea del punto. Es una proposición concreta la que se ha presentado. Aquí no se habla de faltistas. Se ha puesto a votación la proposición sobre la que se ha debatido.

- El C. secretario Zincúnegui Tercero, leyendo:

"Ciudadano presidente:

"Los que subscriben, diputados a la H. Legislatura, ante usted respetuosamente exponen: que tienen conocimiento que esa Presidencia ha ordenado que a los infrascritos se les imponga, por su falta de asistencia a la sesión del día 14 del mes actual, la multa de un día de dietas.

"Como el acuerdo de su señoría no está justificado en el artículo 64 de la Constitución, puesto que esa tarde del día 14 asistieron a la sesión, de una manera atenta suplican se sirva levantar la multa correspondiente.

"Esta petición la hacen extensiva a todos los que están comprendidos en el acuerdo de esa Presidencia.

"México, septiembre 18 de 1920.- José R. Colón.- Ignacio Castillo Garrido.- M. Lomelí.- Leopoldo Vicencio.- F. Ramírez Luque.- N. Domínguez.- Manuel Rico G.- L. Chávez Franco.- Luis Espinosa.- E. Arrioja Isunza.- César A. Lara.- J. R. Berumen."

Esta a votación. Por la afirmativa.

El C. secretario Tirado: Por la negativa.

El C. Zubaran Juan: ¿Por la afirmativa es que no se condonen las multas? Es necesario aclarar.

El C. presidente: La afirmativa es que se

perdonen las multas y la negativa es que sí persiste la multa.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Se suplica a los señores diputados se sirvan ocupar sus curules a fin de no entorpecer la votación; al C. Barragán, al C. Maqueo Castellanos, Céspedes, Trejo, Casas Alatriste, González y González, etcétera, etcétera. Por la afirmativa.

El C. secretario Tirado: Por la negativa.

El C. Cantón Edmundo: Dígame usted como se vota: en pro del trámite de la Mesa o en pro que se condonen las multas.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Si vota usted por la afirmativa, vota por que se condonen las multas. El C. Cantón rectifica su voto por la afirmativa.

El C. Espinosa, interrumpiendo la votación: ¡Moción de orden! Pido que su señoría tenga la bondad de cumplir con lo mandado por el artículo 23. (Voces: ¡Estamos en votación!) Artículo 23, fracción II. Que se sirva su señoría cumplir con ese artículo, con esa fracción.

El C. presidente: ¿Que se le dé lectura?

El C. Espinosa: Cumplir con lo que manda, señor. (Risas.)

El C. presidente: ¿Qué parte?

El C. Espinosa: Artículo 23, fracción II, del Reglamento.

El C. presidente: La Presidencia está cumpliendo con su deber.

El C. Espinosa: No, señor, dispense usted que no. Precisamente la fracción II del artículo 23 dice: "obligaciones del presidente:

"II. Cuidar de que, así los miembros de la Cámara como los espectadores, guarden orden y silencio."

Y hay personas que están haciendo manifestaciones en pro y en contra. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Campanilla. Continúa la votación.)

El C. secretario Zincúnegui Tercero: El C. González y González rectifica su voto.

¿Cómo vota el C. Berumen J. Rudecindo? Se procede a la votación de la Mesa.

- El C. González y González rectifica su voto. Votó por la negativa.

El número de votos obtenidos por la afirmativa es de treinta y siete.

El C. secretario Tirado: Por la negativa ochenta y seis. (Voces: No hay quórum. Que se pase lista.)

El C. Espinosa Luis: Moción de orden, señor presidente. Antes de declarar que no hay quórum, suplico a su señoría que tenga la bondad de ordenar que los secretarios lean los nombres de los diputados faltistas para que se les aplique esta multa. (Aplausos.)

- El C. Cuéllar No debe ser, porque ya paso la hora reglamentaria.

El C. presidente: Se va a dar cuenta con la lista de la votación. (Protestas.)

El C. Céspedes: No, señor.

El C. Manjarrez: La votación fue de que.... (Desorden. Gritos. Campanilla.)

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Por la afirmativa votaron los CC. Alanís Fuentes, Arrioja Isunza, Berumen, Borrego, Cantón, Castillo Garrido, Castro y López, Cerda, Céspedes, Colón, Chávez Franco, Chico, Domínguez, Enríquez, Espinosa, Espinosa y Elenes, Franco Urías, García Adolfo G., Garza Candelario, Gómez Gárlos, Lomelí, Luquín, Manjarrez, Martínez de Escobar Federico, Moreno, Ollivier, Pino, Quiroga, Rama, Ramírez Luque, Rico G., Romero, Sariol, Solís, Solórzano José Luis, Tello Romero y Vicencio.

¿Hay algún ciudadano diputado que reclame su voto por la afirmativa? El C. Chávez Franco Liborio está anotado. ¿Hay algún ciudadano diputado que reclame su voto por la afirmativa? El C. Enríquez Raimundo está anotado.

El C. secretario Tirado: Por la negativa votaron los CC. siguientes: Acevedo, Aguirre Colorado Fernando, Aguirre Emilio, Aillaud, Aja, Alba, Alessio Robles, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo, Alvarez Vicente, Arroyo Ch., Avilés, Ayala, Barbosa, Barragán, Berzunza, Bojórquez, Borstel, Bravo Betancourt, Camarena, Cano, Carriedo Méndez, Casas Alatriste, Castillo Israel del, Cienfuegos y Camus, Cuéllar, Damián, Díaz Antonio, Díaz Soto y Gama, Esparza Martínez, Espinosa Natalio, Estrada Leopoldo, Estrada Roque, García Vigil, Garza Francisco, Gómez Cosme D., Gómez Luna, González Jesús B., González Rafael M., González y González, Gutiérrez Castro, Gutiérrez Macedonio B., Gutiérrez Teodomiro T., Guzmán, Hernández Alvarez, Hernández Macario M., Hidalgo Catalán, Huerta, Hurtado, Ibarra, Lara G. Rafael, López Soto, Llaca, Manrique, Maqueo Castellanos, Martínez Fernando B., Martínez Gustavo S., Méndez, Mijares, Miramontes, Montero Villar, Ortega José Juan, Palacio, Paz, Portales, Ramírez G. Benito, Ramírez M. Fidel, Ramos Pedrueza, Rivera, Rodríguez Guillermo, Sánchez Anaya, Saucedo, Serrano, Silva Ángel, Siurob, Solórzano Federico N., Soto Francisco, Soto José M., Tejeda Llorca, Tirado, Trejo Erasmo, Trejo Francisco, Valadez Ramírez, Vega, Vergara, Villalobos, Villegas, Zincúnegui Tercero, Zubaran Capmany y Zuno.

Los CC. Alonzo Romero y Camarena reclaman su voto por la negativa.

(No habían votado, no se vale. (Gritos. Desorden. Campanilla.)

Con el número de diputados que han reclamado su voto, resultan noventa por la negativa y treinta y siete por la afirmativa; ciento veintisiete, hay quórum. (Protestas ruidosas. Campanilla.)

El C. Espinosa: Pido la palabra.

El C. Céspedes: Pusieron el voto del C. Alonzo Romero y no votó en el acto de la votación.

El C. Espinosa: Una vez cerrada la votación no deben incluirse los votos.

Pido la palabra, señor presidente, para una aclaración. (Siseos. Desorden. Campanilla.)

El C. presidente: Se suplica al C. Espinosa que guarde el orden. Se suplica a los ciudadanos diputados que ocupen sus curules.

El C. presidente: Se suplica a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules. Se invita a la Secretaría a que informe qué ciudadanos diputados han reclamado su voto.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Entre los ciudadanos que han reclamado su voto no los recuerdo a todos de memoria, recuerdo a Alonzo Romero, que se acercó a la Secretaría a reclamar su voto por la negativa; igual cosa hizo el C.

Camarena, creo que la Secretaría no puede tener ojos para todo: o está tomando la votación, o ve quién está entrando y quién está saliendo del salón, C. Céspedes; la obligación nuestra es tomar votación y anotar los votos de los ciudadanos diputados; no podemos ver quiénes están saliendo y quiénes están entrando.

El C. Espinosa: He pedido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: ¡Un momento, señor! Estamos en votación.

El C. Espinosa: No, Señor; ya no.

El C. presidente: La Presidencia suplica se sirvan guardar orden. Sírvase la Secretaría informar cuántos ciudadanos han votado por la afirmativa y cuántos por la negativa.

El C. secretario Tirado: Por la negativa noventa votos.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Por la afirmativa treinta y siete.

El C. Espinosa: Pido la palabra.

El C. presidente: ¡Un momento!

El C. Espinosa: Suplico, de la manera más atenta, a la Secretaría, que tenga la bondad de repetir el número de votos que dijo la primera vez que leyó la lista, tanto en pro como en contra, la primera vez.

El C. secretario Tirado: Ochenta y ocho por la afirmativa.

El C. Espinosa: No, señor, ochenta y seis . (Murmullos. Siseos. Campanilla.)

El C. presidente: Se llama a usted al orden, señor Espinosa.

El C. Espinosa: La Secretaría ha informado que habían votado ochenta y seis. Eso fue lo que leyó y pido que se lea la versión taquigráfica y allí se verán los datos.

El C. presidente: La Secretaría sírvanse aclarar, porque debemos partir de hechos comprobados. La Secretaría informó que había ochenta y seis por la negativa, ¿si, o no?

El C. Bojórquez: Yo verifiqué la votación; yo hice el cómputo. Llevé la mitad de los votos por la negativa, es decir, al partir la hoja la parte que me tocó a mí, las primeras letras, fueron cuarenta y siete, y el C. Hidalgo Catalán contó treinta y nueve; de suerte que en un principio eran ochenta y seis votos por la negativa.

- El mismo C. secretario: Yo tengo que hacer esta aclaración.

El C. Espinosa: Pido la palabra.

El C. presidente: Deje usted que haga explicaciones el secretario.

El C. Espinosa: No las necesito. Yo pedí la palabra, la tengo porque usted me la ha concedido. Si no he terminado, ¿cómo se me interrumpe?

El C. presidente: Ruego a sus señoría que no se precipite.

- El mismo C. secretario: Por la violencia con que en la negativa se hizo cómputo, el C. compañero Hidalgo Catalán contó mal su votación. Aquí está un voto del C. Palacios Rodrigo, que por no haber margen para ponerle la raya al principio, se la puso aquí (señala la lista) uno; después en el recuento se encontró otro más, (Voces: ¿De quién?) se encontró otro más y no puedo precisar su nombre, porque no me recuerdo. Había un error aritmético de otro más; entonces votaron ochenta y ocho. Reclamaron su voto los CC. Alonzo Romero y Camarena; son noventa. Está aclarada la cuestión.

El C. Espinosa: Empiezo por esto, señor presidente: Que primero...

El C. presidente: Un momento. No se le ha concedido a usted la palabra.

El C. Espinosa: Hice una interpelación a la Secretaría para poder seguir.

El C. presidente: ¿Qué es lo que desea usted? (Desorden.)

El C. Espinosa: Deseo que se me conceda la palabra para impugnar el resultado del escrutinio.

El C. presidente: Sírvanse usted precisar en qué punto.

El C. Espinosa: En la suma, porque no estoy conforme con ella.

El C. presidente: Perfectamente bien; la Presidencia va ordenar que se dé lectura a efecto de que cada uno de los ciudadanos representantes cuente para ver si está bien la suma o está equivocada.

El C. Espinosa: No antes de que yo haya hablado. (Desorden. Campanilla.)

El C. presidente: Primero se tiene que proceder en esta forma: O la Secretaría se ha equivocado al computar los votos, o dolosamente los ha suplantado. Si se ha equivocado al computar los votos, es indispensable que lleguemos a la conclusión de quiénes fueron los votantes de la afirmativa y los de la negativa, para ver si hay o no quórum; de manera que esto es lo que se tiene que rectificar. Se va a dar lectura a los votos de la negativa, y se suplica al señor Espinosa en particular y a los demás diputados, para que vayan contando los votos; para esto se leerán las listas poco a poco.

El C. Espinosa: Eso no es lo que quiero. Tengo derecho a hablar después de que haya expuesto mis ideas, enteramente distintas a las de su señoría; usted dispondrá lo que guste; pero mientras tanto, le suplico que me reconozca el derecho que tengo para hablar en esta ocasión.

El C. presidente: No, señor diputado. La Presidencia quiere que se parta de hechos enteramente comprobados. Después se pondrá a discusión cualquiera cosa.

El C. Espinosa: Entonces cederé yo, señor.

El C. presidente: Lea la Secretaría la lista de los votantes por la negativa.

- El mismo C. secretario: Se procede a leer la lista de los votantes por la negativa.

Acevedo, Aguirre Colorado Fernando, Aguirre Emilio, Aillaud, Aja, Alba, Alessio Robles, Alonzo Romero, Alvarez del Castillo Luis, Alvarez Vicente, Arroyo Ch., Avilés, Ayala, Barbosa, Barragán, Berzunza, Bojórquez, Borstel, Bravo Betancourt, Camarena, Cano, Carriedo Méndez, Casas Alatriste, Castillo Israel del, Cienfuegos y Camus, Cuéllar, Damián, Díaz Antonio, Díaz Soto y Gama, Esparza Martínez, Espinosa Natalio, Estrada Leopoldo, Estrada Roque, García Vigil, Garza Francisco, Gómez Cosme D., Gómez Luna José, González Jesús B, González Rafael M., González y González Francisco, Gutiérrez Castro, Gutiérrez Macedonio B., Gutiérrez Teodomiro T., Guzmán Luis, Hernández Alvarez Enrique, Hernández Macario M., Hidalgo Catalán, Huerta, Hurtado, Ibarra, Lara G.

Rafael, López Soto, Llaca, Manrique, Maqueo Castellanos, Martínez Fernando B., Martínez Gustavo S., Méndez, Mijares, Miramontes, Montero Villar, Ortega José Juan, Palacio, Paz, Portales, Ramírez G. Benito, Ramírez M. Fidel, Ramos Pedrueza, Rivera, Rodríguez Guillermo, Sánchez Anaya, Saucedo, Serrano, Silva Ángel, Siurob, Solórzano Federico N., Soto Francisco, Soto José M., Tejeda Llorca, Tirado, Trejo Erasmo, Trejo Francisco, Valadez Ramírez, Vega, Vergara, Villalobos, Villegas, Zincúnegui Tercero, Zubaran Capmany y Zuno.

El C. presidente: Los van a contar; ¿cuantos son? Hidalgo Catalán fue quien tomó la votación ¿Cuántos son? Declare la Secretaría. (Voces: ¡El señor Aguirre Colorado no votó)

El C. Aguirre Colorado: Yo Tomé la lista de la afirmativa. (Murmullos. Siseos Campanilla.)

El C. presidente: ¡Un momento, señores!

El C. Espinosa: ¡Quiero hacer una aclaración!

El C. presidente: tiene usted la palabra para una aclaración.

El C. Espinosa: Hemos contado ochenta y nueve votos y de allí hay que quitar uno.

- El mismo C. secretario: Se invita al señor Espinosa a que venga a contar aquí.

El C. Espinosa: Como seis, hemos contado ochenta y nueve.

- El mismo C. secretario: Noventa por la negativa; se declara rechazada la preposición.

El C. Garza Candelario: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Camarena, que la pidió con anterioridad para rectificar un hecho

El C. Camarena: Señores diputados: Bien saben ustedes que soy poco afecto a ocuparme de cuestiones personales; sin embargo, en esta ocasión quiero rectificar un hecho asentado en la tribuna de la Cámara por el diputado Jaime Solís. Aseguró él, por su honor, que yo le dije que no tenía licencia al retirarme en la sesión de que se acaba de tratar. No es verdad tal cosa; le dije que no tenía necesidad de pedir licencia y que como miembro de una Comisión dictaminadora de credenciales, había yo avisado que me retiraba a trabajar en el seno de la Comisión. Es todo lo que tengo que aclarar. (Aplausos. Siseos.)

El C. presidente: tiene la palabra el C. Garza Candelario.

El C. Garza Candelario: He pedido la palabra para pedir respetuosamente a la Presidencia que tenga la bondad de mandar dar lectura a la lista de los faltistas, y para suplicarle a la vez que tenga la bondad de aplicar la multa en este caso, así como en todos los demás, aun cuando el quórum no se rompa; que se aplique la multa a todos aquellos individuos que falten a la sesión.

El C. presidente: Se va a dar lectura a la lista de los faltistas y de los que están con licencia. Esto, como lo pide el C. Garza Candelario, e interpretando a la vez el sentimiento de la Asamblea. (Voces: ¡Ya no! ¡Ya no! ¡Son las nueve de la noche!)

El C. Cuéllar: Moción de orden. Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, suplico a la Presidencia consulte a la Asamblea si se prorroga la sesión, porque habemos muchos ciudadanos que no estamos dispuestos a estar perdiendo el tiempo.

El C. presidente: Como lo solicita el C. diputado Cuéllar, habiendo llegado la hora reglamentaria, la Presidencia consulta a la Asamblea si se prorroga la sesión.

El C. Garza Candelario: Pero necesitamos conocer antes esa lista.

El C. presidente: La Presidencia prorroga la sesión únicamente para el efecto de leer las listas.

El C. Cuéllar: Yo protesto por la actitud de la Mesa al prorrogar la sesión, porque la Asamblea ha manifestado claramente que no debe prorrogarse. (Voces: ¡No! ¡No!)

- El mismo C. secretario: Se procede a dar lectura a la lista de los ciudadanos diputados que faltaron.

Aguirre Colorado Ernesto, Altamirano, Angulo, Argüelles, Azuara, Barrera de la, Bay, Bolio, Bordes Mangel, Carrillo Puerto, Castillo Agustín, Castillo Porfirio del, Contreras, Cuervo, García Socorro, González Marco Aurelio, Guzmán Peláez, Lara César A., Lechuga, León, Manero, Martínez de Escobar Rafael, Martínez Rendón, Navarro Manuel, Navarro Uriel, Olguín, Ortega Antonio, Ortega Miguel F., Ortiz Reyes Francisco, Reyes Ignacio C., Rodríguez Herminio S., Sánchez José María, Silva J. Joaquín, Vadillo, Vásquez y Velarde.

Se va a dar lectura a la lista de los ciudadanos diputados que tienen licencia.

Aguirre Colorado Ernesto, Altamirano, Argüelles, Azuara, Barrera de la, Bordes Mangel, Carrillo Puerto, Cuervo, Díaz Soto y Gama, Guzmán Peláez, Lara César A., Lechuga, León, Martínez de Escobar Rafael, Navarro Manuel, Olguín, Ortega Antonio, Ortega Miguel F., Reyes Francisco, Reyes Ignacio C., Rodríguez Herminio S., Sánchez José María, Silva J. Joaquín, Vadillo y Velarde.

El C. presidente: La Presidencia aclara que el C. Soto Y Gama se acercó a la Presidencia hará aproximadamente tres cuartos de hora, diciendo que tenía un asunto urgente y solicitó permiso. (Risas y aplausos.) Se cierra la sesión y se cita para mañana a las cuatro de la tarde. (Voces: ¡No! ¡No! ¡A las once!) Es para sesión de Cámara de Diputados; ya el Colegio Electoral está citado desde la sesión última de Colegio Electoral. (9.06 p.m.)