Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19201008 - Número de Diario 39

(L29A1P1oN039F19201008.xml)Núm. Diario:39

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, VIERNES 8 DE OCTUBRE DE 1920

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I. - PERÍODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 39

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DíA 8 DE OCTUBRE DE 1920

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Continúa la discusión del dictamen referente al 5o. distrito electoral del Distrito Federal; se aprueba el primer punto resolutivo y se rechaza el segundo punto; vuelve a la Comisión el dictamen. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. ALESSIO ROBLES VITO

(Asistencia de 127 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. presidente, a las 10.52 a.m.: Se abre la sesión de Colegio Electoral.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Acta de la sesión de Colegio Electoral celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día seis de octubre de mil novecientos veinte.

"Presidencia del C. Antonio Díaz Soto y Gama.

"En la ciudad de México, a las diez horas y cincuenta minutos de la mañana del miércoles seis de octubre de mil novecientos veinte, se abrió la sesión con asistencia de ciento veintisiete ciudadanos representantes.

"El acta de la sesión que tuvo lugar el lunes de la presente semana, resultó aprobada en los propios términos en que fue dada a conocer por la Secretaría.

"Se procedió a recoger la votación nominal que quedó pendiente en la sesión anterior por falta de quórum y relativa al dictamen reformado sobre la elección de diputados en el noveno distrito electoral del Estado de Guanajuato. Por noventa y tres votos de la negativa contra cuarenta de la afirmativa, se declaró desecho y, en consecuencia, vuelve de nuevo a las 7a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, a fin de que lo reforme en el sentido de la discusión.

"El C. Nieto hizo una pregunta a la Mesa relacionada con su expediente electoral, que fue atendida con un informe de la Secretaría; el citado presunto representante insistió, y en seguida ordenó la Presidencia fuera cumplimentada la sugestión del C. Nieto.

"Dióse a conocer el dictamen sobre la designación de diputados por el 5o. distrito electoral del Distrito Federal, y que propone, como propietario, al C. Luis Sánchez Pontón, y como suplente, al C. Manuel Escudero.

"Presidencia del C. Vito Alessio Robles.

"puesto a discusión el dictamen de referencia, que formuló la 2a. Sección, el C. Garza Jesús M. apoyó la moción suspensiva firmada por él, y el C. Siurob, y a la cual acababa de dar lectura la Secretaría. El C. León Luis L. habló en contra, y la Asamblea acordó, económicamente, no fuera tomada en consideración la moción suspensiva.

"En contra del dictamen usó de la palabra el C. Prieto Laurens, y en pro el C. Espinosa Luis, quien fue interrumpido por mociones de orden de los CC. Siurob y Lara César A. El C. Espinosa Luis contestó una interpelación del C. Manrique

"Después de mociones de orden de los CC. Paz y Manjarrez, el C. Siurob paso a la tribuna a defender el dictamen. sucesivamente lo interrumpieron: una moción de orden del C. Manzanilla; una excitación de la Presidencia al C. Espinosa Luis para que retirara la frase injuriosa que vertió contra el C. Siurob; la ratificación del C. Espinosa respecto de dicha frase y la declaración de la mesa en el sentido de que se consignará al Gran Jurado el acta respectiva; respuesta de los CC. García Vigil, Mijares y Prieto Laurens a preguntas del mismo C. Siurob; una interpelación a éste del C. Garza Jesús M.; mociones de orden de los CC. Prieto Laurens y Lara César a.; petición de este último ciudadano representante, corroborada por el C. Espinosa Luis, a fin de que no sea expulsado de las tribunas un concurrente señalado por la presidencia; la declaración terminante de ésta, ratificando su determinación. Prosiguió su defensa el C. Siurob y volvió a ser interrumpido por mociones de orden de los CC. Espinosa Luis y Lara César A., por una aclaración del C. Manrique y por una disposición de la Presidencia, revocada después, tendente a que se desalojara uno de los palcos destinados al público.

"Presidencia del C. Ignacio Borrego.

"El C. Siurob fue interrumpido en esta vez por una moción de orden del C. von Borstel; la lectura del artículo 102 reglamentario; mociones de

orden de los CC. Manrique y Manjarrez; la votación favorable de la Asamblea al consultársele sobre si debía seguir en el uso de la palabra el C. Siurob; una aclaración del C. Prieto Laurens, quien contestó en seguida una interrogación de aquél, y una moción de orden del C. De la Torre.

"A las dos horas y siete minutos de la tarde se levantó la sesión, declarándose por la Mesa que continuaría en la próxima con el uso de la palabra el C. Siurob."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien desee hacer uso de la palabra? En votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

- El mismo C. prosecretario: Continúa a discusión el dictamen formulado por la 1a. Comisión Revisora de Credenciales referente al 5o. distrito electoral que termina con estas proposiciones:

"1a. Son válidas las elecciones para diputados habidas el día 1o. de agosto próximo pasado, en el 5o. distrito electoral del Distrito Federal.

"2a. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los CC. licenciado Luis Sánchez Pontón y Manuel Escudero."

- El mismo C. prosecretario: Por disposición de Presidencia se va a dar lectura al artículo 195 del Reglamento.

"Artículo 195. Los concurrentes a las galerías se presentarán sin armas; guardarán respeto, silencio y compostura, y no tomarán parte en los debates con ninguna clase de demostración."

El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra en pro el C. Siurob. (Voces: ¡No está!)

No encontrándose el C. Siurob, tiene la palabra en contra el C. León (Aplausos. Siseos de las galerías.)

El C. León Luis L.: Señores diputados y presuntos diputados: Cuando remonto la corriente de los tiempos en un esfuerzo de imaginación retrospectiva, y llego a los bellos años juveniles, a los bellos años estudiantiles en que formábamos nuestro espíritu dentro de la cultura, al mismo tiempo que por los acontecimientos revolucionarios de la nación, fraguábamos nuestra convicción revolucionaria en el duro yunque de las realidades sangrientas de la historia de nuestro país; cuando llego a esos tiempos, digo, y evoco el primer ideal de la Revolución, las primeras ideas que se perfilaban en el horizonte como una utopía, como una luz a la que aspiraba el espíritu sin lograr alcanzarla nunca vengo a comprender que el alma de todo este movimiento, que el principio efectivo, fuera de los que después de estudiar los problemas nacionales se han concretado como afirmaciones rotundas, que el alma, el nexo, el espíritu, el eje sobre el cual giró este movimiento, fue el sufragio efectivo. Hago, pues, en este momento un llamamiento a los viejos entusiasmos de entonces, a las fuerzas juveniles del estudiante, para venir a defender ese principio, nexo y alma de todo movimiento revolucionario de la República; el sufragio efectivo, tan vilipendiado por este informe, por este dictamen que, con un lenguaje frío con un lenguaje de rábula, quiere apartar vuestra consideración de la realidad de los hechos. Hago un llamamiento a esas fuerzas juveniles para defender el sufragio efectivo, porque aquí se ve amenazado por la bota poderosa de un militar, porque aquí se ve amenazada por esa caja de pandora de donde salen todos los documentos de este expediente, que se llama el Ayuntamiento de la ciudad de México. (Aplausos. Voces: ¡Bravo!) Y al mismo tiempo de que para defender una credencial traigo todo el fuego y toda la energía de que soy capaz, al mismo tiempo quiero traer, en un equilibrio casi griego, la serenidad, para no dejarme llevar por otra pasión que no sea la pasión del principio, que no sea la pasión del sectarismo, la pasión del partido político.

los partidos políticos nada tienen que ver en estos debates; los partidos políticos están compuestos por infinidad de miembros, y forman en nuestro país, señores diputados, una heterogeneidad manifiesta; al lado de verdaderos patriotas y al lado de verdaderos y desinteresados luchadores por los principios, están muchos individuos contaminados por la conveniencia, y no es justo, no es equitativo, lanzarle cargos a un partido porque haya cometido fraudes electorales uno de sus miembros. Aquí no se trata de atacar una elección del Partido Liberal Constitucionalista, sino la elección verificada en el 5o. distrito electoral. Yo creo que la solidaridad de partido no nos lleva a hacernos solidarios de los errores que cometen nuestros compañeros de partido. Señores: decía yo que era exclusivamente trivial este dictamen, que con un lenguaje aparentemente sereno, quiere desvirtuar los hechos; que no tiene la fuerza de convicción, que no tiene el calor de la pasión por defender un principio; que únicamente es un espejismo vago que se presenta ante ustedes para desviarlos del fondo de la cuestión.

En el 5o. distrito electoral, como de todos es sabido, se instalaron dos juntas computadoras. ¿Y sabéis lo que ha hecho con su lastimoso criterio la Comisión? Instalar una tercera. Los hechos, ante la conciencia del hombre que los juzgue, eran estos: aparecía una Junta Computadora organizada por los partidos coaligados Cooperatista y Laborista; aparecía una Junta Computadora organizada por los presidentes de casillas del Partido Liberal Constitucionalista. Indudablemente que, de las dos, una era la legítima, era la que estaba dentro de la ley, y la Comisión debió declarar cuál de las dos juntas computadoras era la legítima para computar esos votos, exclusivamente esos votos, porque de una Junta usurpadora, de una Junta ilegal, no tenemos ningún derecho para computar ningún voto; por ese solo hecho han quedado ya fuera de la legalidad esos votos. Pero no, señores; la Comisión, con un criterio y una medida que no me explico, instaló en la sala del Congreso una tercera Junta computadora, diciendo ésta cuáles eran los votos buenos y cuáles los malos. Examinemos la instalación de estas juntas. De 39 casillas de que consta el distrito electoral, funcionaron 38; los partidos del general Garza ganaron 26, y el señor Sánchez Pontón ganó 9, (Aplausos. Siseos.) e instaló una aparente Junta con 20 presidentes. Examinemos la legitimidad de la 1a. casilla, clave de la legitimidad de la Junta Computadora. Señores: dice la

Comisión que los argumentos que presentó en contra de la legitimidad de la 1a. casilla que aparece en el expediente de Sánchez Pontón, el general Garza, carecen de fundamento, primero, porque no prueban que habían llegado los individuos del Partido Liberal Constitucionalista a instalarse después de que estaba ya legítimamente instalado uno de los partidos coaligados. Veamos cómo lo prueba el C. Garza. El C. Garza lo prueba con una información testimonial, donde se presentaron cinco individuos a declarar que, habiendo estado presente el instalador oficial, señor Angel Ordieres, se negó a instalarlos cuando vio que su partido tenía minoría, y que acto continuo declararon ante el juez los cinco testigos lo anterior. Acto continuo el C. Ordieres se retiró, para volver con cuatro o cinco individuos, pretendiendo instalar una casilla, que llamó legal. Para nosotros este hecho no es asombroso, este hecho es de todos los días, lo hemos presenciado; este Ayuntamiento no tiene ni siquiera la disculpa de la originalidad, sino que sigue los mismos procedimientos que le enseño Saldaña Galván. (Aplausos. Voces: ¡No ¡No!) Sí, señores; cuando sé que defiendo la justicia; cuando sé que defiendo la verdad, no me importan las avalanchas del siseo. (Aplausos. Siseos en las galerías.) Algunas veces he ido a la orilla del mar, y el Océano, en su omnipotencia, en su espectáculo maravilloso de fuerza, ha arrojado alguna ola encima de mí, y si sabía que defendía una causa justa, he permanecido erguido, y cuando el Océano se ha retirado, solamente me ha dejado en los pies el fango. (Aplausos. Siseos.) Se dice que no se puede tachar de parcial al instalador, señor Angel Ordieres. Pues precisamente nosotros, por curiosidad, como coleccionistas, recogimos copias de las actas de las elecciones que se verificaron para elegir presidente de la República un mes después. Aquí están las actas perfectamente certificadas, y, ¿saben ustedes cómo aparece en esa casilla el señor Angel Ordieres, instalador en las elecciones para diputados? ¡Pues firmando como representante del Partido Liberal Constitucionalista! (Siseos.) Aquí está, señores; ¡no era parcial absolutamente! ¡Era imparcial! Primero instalador, ¡es claro, fue instrumento! Ahora, como ya no había un candidato formidable que luchara en contra del candidato del mismo partido, que era el general Alvaro Obregón, ahora firma como representante. ¡Pero cosas más notables se ven en estos mismos documentos que recogimos nosotros por curiosidad! Como veréis después, en algunas de estas casillas los presidentes, los que aparecen como presidentes de las casillas en la documentación presentada por los partidos del señor Sánchez Pontón, han sido tildados por certificados de la autoridad judicial, de los comisarios y subcomisarios, como que no residían, como que no eran vecinos de la sección respectiva. Pues bien, señores; esos documentos, que no hacen absolutamente ninguna prueba para la Comisión, porque la Comisión no admite más pruebas que las que vienen de la Secretaría del Ayuntamiento, esos documentos sí tienen una fuerza probatoria mayor en comparación con estas pruebas. aquí tenemos, por ejemplo, señores, que aparece que los presidentes de casillas en el 5o. distrito electoral, son una brigada nómada, una brigada ambulante que no tiene domicilio; aparecen aquí en estas copias: "En la casa número 47 de la Plaza de Dinamarca, casilla número 21 del 5o. distrito electoral, el señor José Martínez fue presidente en la elección presidencial, y este señor apareció, primero, presidiendo una casilla de Romita en la elección para diputados." ¡Cómo se cambian seguido estos señores presidentes de casillas! Tenemos aquí, señores, al señor José G. Zamora, que aparece como presidente de una casilla del señor Sánchez Pontón, que presidió en las elecciones para diputados la casilla del Puente de Alvarado; ahora aparece presidiendo la casilla número 25 de la calle de Londres. La brigada nómada, la brigada ambulante, unas veces instaladores, otras representantes de partido; unas veces en una calle, después en otra sección. Y, señores, yo creo que esto sí es probatorio y da mayor fuerza a la documentación presentada por el general Garza para asegurar, para afirmar que algunos de los individuos que aparecen como presidentes de casillas en el expediente de la Junta Computadora que organizó el señor Sánchez Pontón, no son vecinos de las secciones respectivas. Pasemos por alto eso; lleguemos a la vecindad del que aparece como presidente de la 1a. casilla, que es el señor Sánchez Tenorio. El señor Sánchez Tenorio sí es vecino de esa casilla, no porque lo afirme un comisario, no señor; un comisario no tiene derecho para saber quién vive dentro del radio de su jurisdicción, sino porque lo afirma el señor secretario del Ayuntamiento, y el señor secretario del Ayuntamiento afirma que vive en la calle del Nogal. Pues bien, señores; se equivoca topográficamente en su afirmación el señor secretario del Ayuntamiento, porque la calle del Nogal - y podríamos invitar una Comisión de la Cámara para que se fuera a desengañar - no pertenece a la 1a. sección a la 2a. (Aplausos. Siseos.) Ahora bien, señores; verán ustedes que esta Comisión que fue escrupulosa, tan excesivamente escrupulosa como dice ahora en su reportazgo "El Monitor Republicano", que examinó casilla por casilla, que hizo a un lado la paja para buscar el grano; esta Comisión, en dos casillas, la 2a. y la 16, da fe de que, efectivamente, fueron legítimas las instalaciones por los partidarios del señor Sánchez Pontón, porque presentan un acta donde se manifiesta que comenzaban a instalarse cuando hubo irrupción formidable de partidarios del señor Garza, arrogantes obreros que arrebataron la documentación! Da por probado el hecho, porque presentan un acta y un documento que da la autenticidad. ¿No creen ustedes que son las credenciales de los electores las que le dan autenticidad, que indican el hecho verdadero de que los electores de esa sección fueron a votar en la casilla que perdieron los partidarios del señor Garza? ¡No, señores, es el acta del instalador! Y aunque una información testimonial ante un Juzgado, aunque una fotografía como ésta, en que se ve a Sánchez Tenorio rodeado de tres individuos - de los cuales dos son militares -, aunque en otra se vean más de veinte en la verdadera casilla instalada, eso no prueba absolutamente nada a la Comisión; en cambio, las firmas de aquéllos, cuyas firmas no se sabe si eran auténticas, ¡sí prueban que hubo elección! Y a pesar de la irrupción de los partidarios del general Garza, milagrosamente - como sucede siempre -, se

salvaron los documentos oficiales! Examinado el expediente y viendo que en esta forma todas las pruebas vienen de parte del Ayuntamiento; examinando el expediente - no aisladamente en una casilla, sino formando una serie con todas las irregularidades cometidas en esta elección -, acordándonos de que al expedir la credencial, llegando a registrarse primero la del general Garza, el señor secretario del Ayuntamiento guardó la legalidad para otra credencial que sabía que iba a llegar, y se atrevió, violando la forma en que debe inscribirse una credencial conforme a la Ley Electoral, a ponerle una nota en que decía: "sin prejuzgar de la validez de la Junta Computadora", porque guardaba la legalidad, esa legalidad que él tiene con sus pruebas y con sus expedientes oficiales, para una credencial que no había llegado, pero que sabía que iba a venir, y ya adivinaba, en su gran clarividencia, que era la legítima. Si nosotros vemos que el Ayuntamiento no publicó las residencias de los instaladores si vemos que constantemente, ya por pruebas de uno y otro de los contrincantes, constantemente se está demostrando que seis o siete instaladores de casillas no eran vecinos del 5o. distrito electoral; si vemos todo eso; si vemos manifiestamente que el Ayuntamiento estaba de parte de uno de los candidatos; que los documentos que el Ayuntamiento presentó, para alegar que sí se instaló determinada casilla; que el presidente sí estaba empadronado; que el instalador también era vecino de la sección, etcétera, etcétera; y otras veces en que, risiblemente, dice que, por informe que tuvo de sus inspectores, sabe no se instaló determinada casilla, y lo dan como verdad absoluta los señores de la Comisión; si hacemos una serie con todos estos hechos, comprenderemos la parcialidad manifiesta del Ayuntamiento; indudablemente que entonces no será legítimo, no será justo restarle dos mil quinientos y tantos votos al general Garza, por documentación del Ayuntamiento. Pero hay más, señores: la Ley Electoral estatuye que certifique la autenticidad de las firmas de la credencial, el presidente municipal, y la credencial del C. Garza no fue afirmada por el presidente municipal, únicamente por el secretario del Ayuntamiento, con una anotación que decía: "que no prejuzgaba de la validez de la Junta Computadora", y no hacía otra cosa que afirmar que estaba prejuzgando. El presidente municipal se negó a firmarla, no firmó tampoco la del señor Sánchez Pontón. ¿Por qué? Porque todos reconocemos el talento diplomático de nuestro presidente municipal; todos sabemos que es muy afecto a eso que se llama estar muy bien con todos, que tiene el don de gentes, el ángel de las palmaditas, y que mientras hace una cosa por abajo, por encima aparenta otra nuestro diplomático presidente municipal. (Aplausos. Voces: ¡No! ¡No!) Y la credencial del señor Sánchez Pontón vino firmada por su segundo por ese alter ego, por esa figura inseparable del señor presidente municipal. (Siseos.) Sí señores, inseparable y complementaria del señor presidente municipal, que se llama el regidor Pérez Abreu, su compadre, y aunque sabemos que durante todo ese tiempo no se separó de la Presidencia Municipal el señor que lo es actualmente, el señor Zubaran, pues, sin embargo, como presidente municipal firma el señor Pérez Abreu; es sencillamente, señores, que con su talento político indudable, el señor presidente municipal se lavó las manos en este asunto, en la jofaina de Pilatos y le arrojó el agua sucia al pobre señor Pérez Abreu. (Aplausos en las galerías. Siseos. Campanilla.) Comprobado, pues, señores, que es ilegítima la 1a. casilla instalada, o que pretendieron instalar los partidarios del señor Sánchez Pontón, queda comprobado que el requisito de la 1a. casilla legítima, para que el presidente de ella presidiera la Junta Computadora, lo tienen los partidarios del señor general Garza; el requisito legal lo tiene la Junta Computadora que instalaron los partidarios del señor general Garza. (Aplausos. Siseos.) Por otra parte, señores, me extraña mucho el criterio de esta Comisión, si no estuviera influenciada por eso que se llama compañerismo o partidarismo, y me extraña mucho, porque cuando se trata de la elección en un poblado, cuando se trata de elecciones allá en provincias, surgen aquí siempre, virilmente, formidablemente, elocuentemente, a protestar contra todo aquello en que aparezca la imposición. (Aplausos.) Se ha pretendido aquí atacar los procedimientos, no ya de militares, no ya de un jefe, de un comandante militar de alguna plaza aislada; no ya de autoridad en ejercicio de sus funciones públicas, sino que aun aquí se ha venido a combatir la pretendida imposición de ese tipo que ha surgido de la discusión de las credenciales de esta XXIX Legislatura, y que han llamado el cacique patriarcal. (Murmullos.) ¡El cacique patriarcal! No pudiendo encontrar en él reunida ninguna autoridad, ninguna fuerza, ni la política ni la militar, le dan una autoridad moral y lo llaman el cacique patriarcal. ¿Y cómo no se indigna la Comisión ante las pruebas que hay aquí de una pretendida imposición en el 5o. distrito electoral? ¿Y cómo no se indigna ante esta serie de hechos que demuestra la intromisión del Ayuntamiento? Aquí hay documentación judicial que demuestra que las credenciales de elector se repartieron un día o dos antes del día de la elección, contraviniendo a lo dispuesto por la Ley Electoral, para que los individuos que las repartieran fueran precisamente a hacer propaganda. Aquí hay documentación judicial que demuestra que se repartieron las credenciales de elector junto con la propaganda del 5o. distrito electoral, y nosotros, señores, hablamos recio porque sabemos que decimos la verdad, justificando con hechos nuestros asertos. (Aplausos. Siseos.) Señores: Los hechos dicen más que los documentos y que las palabras. Cuando fueron sorprendidos los repartidores de credenciales, que lo hacían junto con la propaganda del Partido Liberal Constitucionalista, les fueron quitadas estas credenciales. Aquí están, señores. (Las muestra y las arroja. Aplausos. Siseos. Voces: ¡No! ¡No!) Vean ustedes si dentro de estos sobres no se encuentra la credencial de un elector, perfectamente requisitada por el Ayuntamiento, junto con la hoja de propaganda del Partido Liberal Constitucionalista. (Aplausos.)

El C. presidente: La Presidencia espera de la cordura y el civismo de las galerías, guarden debida compostura; en caso contrario, se verá obligada a mandarlas desalojar. (Aplausos.)

El C. León, continuando: Pasemos a examinar las casillas números 12 y 15, que se complementan.

Señores: ¡Los dioses no han muerto! ¡Es mentira que hayan muerto! Si la mitología griega quedó sumida en el polvo del pasado para recordarnos solamente el instante más delicioso de la Humanidad - como diría Urueta -, o la más bella página de la historia de los acontecimientos pasados, revive al presente, sólo que ahora los dioses actuales, los que se llaman inmortales sin ser académicos, los que disponen de los destinos de nosotros los pequeños y los efímeros, no viven en el Olimpo, no viven ya en las nubes de la gloria, sino que por lo general habitan, o en las comandancias militares de las plazas, o en los cuarteles generales de operaciones. (Aplausos en las galerías. Voces: ¡Bravo!) Los dioses contemporáneos, muy paganos, demasiado primitivos, casi tan burdos como nuestros antiguos ídolos aztecas, oficialmente también en los teocalis, y en ellos también gustan de las hecatombes de sangre, y si ya no pueden reconstruir el viejo Teocali de Tenoxtitlán en la plaza de Santo Domingo, ofrecen estas hecatombes para rescatar el oro de los efímeros, en el Hipódromo de la Condesa. (Aplausos.) ¿Y creéis que, a semejanza de los griegos, no a veces descienden del Olimpo para mezclarse entre las luchas de los humildes, de los efímeros, de los hombres? Pues sí, señores; y en esta elección del 5o. distrito, donde luchaban garcistas contra sánchez - pontonistas, descendió del Olimpo, como fúlgida estrella dice Homero, Palas Athenea, Palas Minerva, vestida con el uniforme de divisionario del general Hill. (Aplausos. Voces: ¡No! ¡No! Siseos.) y llegó con su criterio superior, con su criterio de inmortal, con su criterio de dios, a dirimir las humildes cuestiones electorales de los efímeros cooperatistas y peleceanos, y entonces, viendo que ellos no estaban en lo justo, sintiéndose, como inmortal y como dios, por encima del bien y del mal, por arriba de la ley, por encima de la democracia, corrió a los exaltados obreros y trajo un camión de yaquis para hacer respetar su divina autoridad. (Aplausos. Siseos. Murmullos en las galerías.) No me extraña que aplaudáis este gesto griego, maravillosamente heleno del general Hill. (Risas. Siseos.) Pues bien, señores; esto no es más que un síntoma. En la 12 otro general, el general Ángulo, funge como instalador sin ser vecino de la sección y después aparece en esta fotografía contraviniendo la ley; ¿pero qué es la ley para un inmortal? (Risas.) Contraviniendo la ley funge aquí, ciudadanos diputados, como miembro de la Mesa de la casilla, después de haber sido nombrado instalador, y es, además - esto a los dioses hay que perdonarles -, subjefe de un Departamento en la Secretaría de Guerra. (Voces: ¡Ah! ¡Ah! Aplausos. Siseos.) Pues bien, señores; esto es lo que nos debe indignar; nos debe indignar, no como una protesta contra el general Hill, nosotros conocemos su psicología, nosotros conocemos que todavía no es un dios que haya devenido, es un dios primitivo, es un dios que tiene todavía que tallarse por las manos purificadoras de Fidias, de la civilización, para que evite esos actos de su turbulento carácter; no, señores; lo que debe indignarnos no es la actitud del general Hill, que si cometió una torpeza, pasémosla por alto, bastantes merecimientos tiene en su lucha libertaria para que pasemos por esta torpeza, pero sí indignémonos contra el procedimiento, porque puede crear escuela, porque puede hacer que mañana se repitan los Murguía y los otros individuos que usó Carranza para producir la imposición. (Aplausos. Siseos.) Porque, señores, cuando un hombre se cree infalible, es terrible: puede llevarnos a todas partes, puede llevarnos a la teoría del general Díaz: ser el único, ser el omnipotente, saber él más de los destinos de la patria que todos los quince millones de habitantes de ella. Por consiguiente, señores, vayamos, no contra Hill, pero sí contra el procedimiento; que esta Cámara no admita una elección donde haya atropellos de militares; que no admita una elección donde se introduzca el Ayuntamiento con sus malas artes para violar el voto público. (Aplausos.) Vaya nuestra protesta contra los procedimientos empleados; que sea un remordimiento para los que cometieron esos abusos para que sepan que ya en México no pueden vivir las imposiciones. (Aplausos.) ahora, señores, yo recuerdo en estos momentos la figura... - está ausente el compañero Siurob y por eso no quiero calificarlo -, pero la figura poco airosa del compañero Siurob defendiendo la intromisión del general Hill en la 12 casilla, y recuerdo también, señores, aquella sesión tormentosa, donde vibraba el acento de la indignación en esta Cámara, donde se respiraba un ambiente de libertad, cuando venían a protestar aquí los diputados obregonistas por la imposición de Saldaña Galván, y entonces recuerdo, señores, que se irguió - a pesar de su pequeñez -, gigantesco Siurob, con todo su amor a la libertad, con toda su decisión y valentía para enfrentarse contra los tiranos, y protestaba enérgicamente contra la imposición del Ayuntamiento de mil novecientos veinte. Y entonces, señores, Siurob, para demostrar el procedimiento que seguían, tan falso, tan en contra de la democracia, tan en contra del voto público, mostraba la terrible arma saldañista, aquel palo que usaba la porra de Saldaña Galván, y ahora, señores, triste es confesarlo, en el momento que viene Siurob a hacer un papel tan desairador y lastimoso... sí, señores, me imaginaba que todavía fuera fiel a sus principios, podía erguirse al fin y decir que no estaba dispuesto a tolerar las imposiciones, levantando, no el palo de Saldaña Galván, sino el sable del general Hill. (Aplausos. Siseos.) Señores, si estos procedimientos han seguido individuos pertenecientes a un partido, ¿quiere eso decir que ataquemos a un partido? Indudablemente que no, no sería lógico. Los partidarios no lo deben ser de esta imposición, estos individuos, pueden tener toda una historia, como la tienen de hecho, una historia gloriosa, una historia de viejas luchas por la libertad pública, y en este caso sería injusto darles un baldón; pero también sería injusto por parte de ellos que por solidaridad con sus compañeros, por solidaridad fueran hasta la ignominia. Esto no deben permitirlo, no deben tolerarlo, no deben permitir que entre a la Representación Nacional por malas artes un individuo que es de su partido, sino que todos entren airosamente, gallardamente, con los votos de sus conciudadanos, limpios y legítimos, y no que entre por medio de malas artes lanzando una mancha y un borrón a su partido. Yo me dirijo a los miembros del Partido Liberal Constitucionalista para que en este caso se desprendan del compañerismo, se desprendan de la solidaridad y hagan justicia. (Aplausos. Siseos.)

Y ahora, señores, analicemos serenamente qué es lo que se defiende: ¿La legalidad de la elección? ¿Cómo queda demostrada? Destruyéndolos, porque aquí se destruyen, los votos de Garza con certificados del Ayuntamiento; porque aquí se demuestra que el Ayuntamiento fue parcial, porque aquí se demuestra que la primera autoridad militar de la plaza fue parcial. En esta forma la elección de Garza es verdaderamente un triunfo, un triunfo legítimo luchando contra los poderosos, los formidables elementos de que su contrincante podía disponer. (Aplausos. Siseos. Desorden en las galerías.) por otra parte, señores, ¿cómo no se va a explicar que triunfe Garza? ¿Cómo no se va a explicar que triunfe este joven luchador que lleva un pasado humilde, pero sin mácula; este revolucionario que llegó adolescente a la revolución y en ella llegó a la edad madura, este luchador de todas las luchas, este hombre que no tiene una mácula política? (Aplausos. Siseos. Desorden en las galerías.) ¿Cómo no se va a justificar su triunfo si estaba en contra de una de las personalidades menos limpias del Partido Liberal Constitucionalista; de las que tienen un pasado no muy claro, de las que han cometido errores o pecados políticos, pero errores y pecados políticos que los revolucionarios, francamente lo declaramos, no podemos olvidar? Señores, nosotros venimos a defender a Garza porque su causa es justa y, además, lo venimos a defender porque es un viejo luchador de la revolución. (Aplausos.) Yo dejo estas consideraciones a la Asamblea; yo creo que en el fondo de todo hombre existe un juez: la conciencia; que ese juez decida en la causa de Garza. Señor licenciado don Luis Sánchez Pontón, gobernador de Puebla: Si os aprueban aquí la credencial vuestros compañeros, llegaréis, con las maravillosas cualidades de que estáis dotado indudablemente, a ministro; sois de los hombres que sabéis adaptaros maravillosamente al medio; pero quizá si estos procedimientos hacen escuela, si se sigue por este camino, se entronizará en el poder público una oligarquía y entonces las masas empezarán por ahí a hablar en contra de la autoridad que conmina sus derechos, que se los quita, que se los atropella, hasta que una nueva revolución produzca la caída de ese régimen si llega a corromperse, si llega a seguir estos procedimientos; entonces, señor licenciado Sánchez Pontón, estaréis muy alto, seréis ministro y con la pluma huertista con que escribisteis en el "Diario Oficial" de Puebla el elogio de Joaquín Maass, estaréis subscribiendo los acuerdos ministeriales. (Aplausos.) Y Jesús M. Garza, fuera de aquí, si la tragedia llega, si la tragedia se hace inevitable, porque se corrompa un régimen, Jesús M. Garza irá, como siempre, ignorado, decidimos y altivo, a batirse una vez más por la libertad. (Aplausos. Siseos en las galerías.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el C. García Vigil. (Aplausos. Siseos.) No encontrándose en el salón el C. García Vigil, tiene la palabra en pro el C. Sánchez Pontón. (Aplausos. Siseos. Gritos. Desorden en las galerías.)

El C. Sánchez Pontón: Honorable Colegio Electoral: Si estuviéramos en los tiempos caballerescos, (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos.) me placería saludar con la ceremonia de ritual a mi caballeroso contrincante el C. Jesús M. Garza, el que, contrastando con la conducta de ciertos miembros de esta honorable Asamblea, en la sesión de antier tuvo la gentileza de pedir la suspensión del debate que hoy nos ocupa, hasta que me encontrara presente para defender mis derechos. Ahora estoy ya aquí y podéis, señores del contra, continuar la discusión, porque ya tenéis en frente quien pueda deshacer vuestros deleznables argumentos. (Aplausos. Siseos.) Efectivamente, señores jurados, a todos vosotros consta cómo en la sesión de antier se quiso festinar la discusión de este asunto, de una manera inesperada, existiendo algún otro dictamen de fecha anterior a éste y precisamente cuando por una rara coincidencia en aquellos momentos no se encontraban en el salón ni los miembros de la Comisión Revisora ni algunos de los miembros que debieron hablar en este asunto, ni el que habla en estos momentos, ni tampoco presidía el C. Vito Alessio Robles, sino, también por rara coincidencia, presidía el C. Soto y Gama; (Aplausos. Voces en las galerías: ¡Huy! ¡Huy!) afortunadamente la maniobra que en esos momentos tan claramente se inició, no tuvo resultado alguno, debido a que se pudo prolongar el tiempo necesario para que esa sesión terminara y dar aquí ocasión a que no se arrancara por sorpresa un voto que no podía arrancarse seguramente por coincidencia. (Murmullos.) Esta maniobra solamente, señores miembros del Colegio Electoral, revela desde luego cuál era la psicología, cuál era el espíritu de que estaban animados mis contrincantes, puesto que ellos sabían perfectamente que era necesario arrancar por sorpresa, en los momentos estudiados en que no se encontrara alguien que pudiera defender el dictamen, (Aplausos. Siseos en las galerías. Campanilla.) cuando no hubiera una sola voz que pudiera levantarse en esta tribuna para ir serenamente, sin la virulencia, sin los ataques injustificados, sin toda esa palabrería oropelesca y hueca con que han venido mis contrarios a esta tribuna a defender algo que no puede defenderse. (Siseos. Aplausos. desorden en las galerías.) dentro del único criterio que esta Asamblea debe adoptar para esta clase de debates, que no es otro que el criterio esencialmente legal. Por mi parte, no me saldré ni un ápice de la línea de conducta que me tengo trazada para discutir este asunto. (Una voz: ¡No puede!) No podré, porque no sabréis qué línea es la que me he trazado, separarme ni un ápice de esa línea, porque solamente vengo aquí a hacer presente ante vosotros cuáles han sido los antecedentes de la elección, cuál ha sido el resultado de ella, cuál ha sido el criterio de la Comisión Revisora ha tenido para formular su dictamen y que es en conciencia lo que debe normar los actos de cada uno de los ciudadanos miembros de este Colegio Electoral para dar su voto en este asunto en que no se debate solamente la suerte de un presunto diputado, sino que se debate algo más que eso, el funcionamiento orgánico de nuestras instituciones democráticas: la pureza del sufragio. (Aplausos. Siseos. Gritos en las galerías. Campanilla.)

El C. prosecretario Castrejón: Por disposición de la Presidencia, por segunda vez va a leerse el artículo 195, relativo a las galerías. (Voces: ¡No! ¡No!)

"Artículo 195. Los concurrentes a las galerías se presentarán sin armas; guardarán respeto, silencio

y compostura, y no tomarán parte en los debates con ninguna clase de demostración."

El C. Sánchez Pontón, continuando: los antecedentes de la elección que en estos momentos está discutiéndose, son los mismos que en el Distrito Federal se han registrado tratándose de las otras credenciales, de las que ya la mayor parte de ellas se han discutido y aprobado en este Colegio Electoral. (Toses.) En todas estas elecciones verificadas en el Distrito Federal contendieron el Partido Liberal Constitucionalista (Toses.) por una parte, y los llamados Partido Laborista y Cooperatista unidos, y en cada uno de esos distritos se registró la misma pugna que en el distrito electoral que en estos momentos está a debate; la misma psicología, los mismos procedimientos, las mismas argucias, pero en una forma más precisa, más clara, más definida, se registraron en el 5o. distrito electoral por parte de los llamados cooperatistas y laboristas en contra del Partido Liberal Constitucionalista. (Aplausos. Siseos. Voces: ¡Huy! ¡Huy!) ¿Qué era, señores presuntos diputados y diputados al Congreso de la Unión, qué era en esos días de las elecciones lo que se discutía en esos distritos electorales de esta capital? ¿Qué era si no la hegemonía de esos dos partidos que habían venido luchando en elecciones pasadas en una forma organizada los unos, y los otros totalmente desorganizada, echando mano de elementos híbridos, tomando de aquí y de allá lo que podían de los empleados públicos de las secretarías, de los asalariados de otras dependencias del Gobierno, y siempre con la esperanza de triunfar sobre el Partido Liberal Constitucionalista, cuyos triunfos anteriores... (Aplausos.) auguraban desde luego a los miembros del Partido Cooperatista que era indudable, que era incuestionable el triunfo que debería tener en estas elecciones para diputados y senadores al Congreso de la Unión? ¿Cómo nació ese Partido Cooperatista? ¿Cómo nació ese Partido Laborista? (Murmullos. Siseos. Campanilla.) Es algo que es indispensable decir para que se tenga en cuenta cómo se desarrolló la lucha en todos los distritos electorales de esta capital y especialmente en este 5o. distrito electoral. el Partido Cooperatista, nacido de una facción arrancada por su falta de honorabilidad... (Murmullos. Siseos. Gritos en las galerías.)

El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡Miente usted!

El C. Sánchez Pontón, continuando: ....arrancada de una facción netamente burocrática, organizada únicamente para ganar las elecciones municipales en esta capital de la República....

El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡Miente usted!

El C. Sánchez Pontón, continuando: ....separada de ese Partido Cooperatista organizado principalmente por Berlanga y por Saldaña Galván....

El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡Miente usted! (Murmullos. Aplausos. siseos. Gritos en las galerías. Campanilla.)

El C. presidente: La Presidencia ruega muy atentamente al ciudadano presunto diputado Prieto Laurens se abstenga de interrumpir al orador y retire la palabra que ha dicho. (Murmullos. Siseos en las galerías. Aplausos.)

El C. Prieto Laurens: Con mucho gusto retiraría la palabra siempre que el señor Sánchez Pontón no estuviera aseverando cosas falsas, porque el Partido.... (Siseos. Aplausos. Desorden en las galerías) porque, señor presidente, el Partido Berlanguista, el mal llamado Cooperatista.... (Siseos. aplausos. Gritos en las galerías.) el Partido Cooperatista de Berlanga le dio dinero a Sánchez Pontón.... (Murmullos. Desorden en las galerías.) Señor presidente, las galerías no me dejan concluir.

El C presidente: Un momento, se va a exhortar nuevamente a las galerías a que guarden compostura.

El C. Prieto Laurens: Espero que las galerías se calmen un momento para que oigan.... (Sigue el desorden general.) Para retirar, señor, la palabra, solamente tengo que hacer esta explicación: El Partido Cooperatista de Berlanga pagó dinero a Sánchez Pontón. ¡Qué la Secretaría dé lectura a este documento para que se vea que el señor Sánchez Pontón miente! (Desorden general. Gritos. ¡Qué se lea! ¡Qué se lea! Campanilla.) ¡Señor presidente!

El C. presidente: La Presidencia, cumpliendo con el Reglamento que previene que un ciudadano diputado o presunto diputado puede interrumpir al orador para pedir lectura de documentos, ordena que se lea ese documento. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

El C. Manrique: Pido la palabra para una moción de orden.... (Murmullos. Desorden en las galerías.) Pido atentamente, señores, porque no debe coartarse la libertad de un orador, que sea lea el artículo 110; de su lectura resultará claramente que no se tiene derecho de interrumpir a un orador para exigir la lectura de un documento. (Aplausos. Siseos. Desorden. Gritos en las galerías. Campanilla.)

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Artículo 110. Cuando algún individuo de la Cámara quisiere que se lea alguna ley o documento para ilustrar la discusión, pedirá la palabra; y sin interrumpir al que habla, se le concederá de preferencia, para el solo efecto de la lectura."

(Aplausos. Siseos. Murmullos. Desorden en las galerías.)

El C. Bojórquez: Pido la palabra para una moción de orden. (Continúa el desorden. Campanilla.)

El C. Sánchez Pontón Luis: Para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra para una moción de orden el C. Sánchez Pontón.

El C. Sánchez Pontón Luis: Yo no tengo inconveniente, señores, en que se lean todos los documentos que se quiera, (Gritos en las galerías.) pero aquí, señores, lo único que debemos nosotros todos exigir, es que se cumpla el Reglamento para cuestión de orden, (Siseos. Gritos en las galerías.) porque todos los diputados tienen derecho de pedir que se lean los documentos y leyes que se quieran, como dice el Reglamento, sin interrumpir al orador. (Voces: ¡Qué se lea! ¡Qué se lea!) Todos vosotros podéis pedir la lectura de documentos y los contrincantes míos tienen todo el espacio de tiempo necesario para hacer su defensa, (Gritos en las galerías. ¡Qué se lea!) para presentar todos los documentos que deseen; pero si con el

pretexto de leer documentos a cada cinco minutos interrumpimos al orador e intercalamos cuestiones que no están a debate, en ese caso no habrá discurso ni discusión posibles. (Gritos: ¡Qué se lea! ¡Qué se lea!)

El C. Lara César A.: ¡Moción de orden! El artículo 110 del Reglamento dice terminantemente que se pedirá la palabra para lectura de documentos, y sin interrumpir al orador se le concederá preferencia... (Continúa el desorden. Voces: ¡Ah!) ¡Moción de orden....!

El C. presidente: La Presidencia, en acatamiento al mismo Reglamento, sostiene su orden: que se lea el documento (Aplausos. Voces: ¡Muy bien!)

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Ayuntamiento Constitucional. - México. - Número 2,034.

"Por acuerdo del ciudadano presidente municipal y en contestación al escrito de usted, de fecha 19 del corriente, la Tesorería Municipal informó lo siguiente:

"En cumplimiento del acuerdo de esa superioridad en el que pide informe de los sueldos cobrados por el C. Luis Sánchez Pontón, tengo el honor de transcribir a usted el que produce el ciudadano cajero general de esta oficina: - "Tengo el honor de manifestar a usted en cumplimiento respectivo, que en el archivo de la Pagaduría del honorable Ayuntamiento de esta capital, existen los comprobantes de pago por sueldos que disfrutó, sin interrupción, el C. Luis Sánchez Pontón, como inspector de reglamentos, con el haber diario de $5.25 (cinco pesos veinticinco centavos), desde el día 21 de febrero de 1919 hasta el día 23 de abril del presente año. - Protesto a usted las seguridades de mi atenta consideración y respeto. - Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, D. F., a 20 de agosto de 1920.- El cajero general, Francisco Rubio Rocha. - Rúbrica."

"Reitero a usted mi atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, agosto 20 de 1920.- El secretario general, J. Cataño Flores. - Al ciudadano regidor Rubén Vizcarra. - Presente."

El C. Sánchez Pontón, interrumpiendo: Únicamente. (Gritos en las galerías. Protestas. Desorden.)

El C. Lara César A.: ¡Moción de orden, señor presidente! Aunque el artículo reglamentario se pudiera prestar a cualquiera otra interpretación, debe considerarse aquí la voluntad soberana de la Asamblea.

El C. Sánchez Pontón: Yo no tengo inconveniente en que se lea, señor presidente, pero hago constar que se viola el Reglamento.

El C. presidente: Se pone en conocimiento de la Asamblea que la Presidencia va a mandar desalojar a un individuo que está en esa tribuna y que desde hace bastante tiempo de una manera cobarde está insultando a los oradores. (Señala a un individuo de las galerías. Aplausos. Siseos. Murmullos.) Se le va a mandar a consignar.

-(Un individuo de las galerías: ¡A mucha honra que me consignen!)

El C. De Alba: Pido la palabra, señor presidente.

El C. Mijares: ¡Qué lo echen fuera, pero que no lo consignen!

El C. prosecretario Castrejón: A petición del C. Sánchez Pontón, se da lectura a este otro documento:

"Ciudadano presidente del H. Ayuntamiento. - Presente.

"El subscripto, ante usted, de la manera más respetuosa, expongo:

"Que durante el año de mil novecientos diez y nueve y primeros meses del presente, desempeñe el cargo de inspector de Reglamentos en ese H. Ayuntamiento, con la comisión especial de estudiar y presentar algunos proyectos sobre reglamentos municipales. Que durante ese tiempo, presente al Ayuntamiento los siguientes proyectos: Reglamento de Diversiones, Reglamento de Empeños, Bazares y Casas de Remate; Código de Infracciones y Reglamentos Municipales de Policía y un proyecto de Ley Orgánica Municipal. Que los anteriores proyectos deben obrar en la Secretaría, o en la Sección de Gobernación, pues alguno de ellos llegó a encontrarse en cartera para su discusión en el Cabildo; y que siendo conveniente para mis intereses demostrar que durante el tiempo que presté mis servicios a ese H. Ayuntamiento, presente proyectos que demandaron concienzudos estudios, a usted pido se sirva certificar que en efecto los proyectos mencionados fueron presentados a la H. Corporación.

"Justa mi petición, espero se sirva acordarla de conformidad.

"Le protesto atenta consideración.

"México, a veintitrés de septiembre de mil novecientos veinte. - L. Sánchez Pontón."

Al margen un sello que dice: "Ayuntamiento Constitucional. - México. - Secretaría

"El subscripto, secretario del H. Ayuntamiento de la ciudad de México, certifica: que son ciertos los hechos asentados en el presente oficio por el C. licenciado Luis Sánchez Pontón.

"Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, 23 de septiembre de 1920. - J. Cataño Flores."

El C. Sánchez Pontón Luis: Continúo en el uso de la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Está bueno.

El C. Sánchez Pontón: Sobre este incidente provocado por el C. Jorge Prieto Laurens y a que se han referido estos documentos, hablaré posteriormente para no perder la ilación de mi discurso; pero desde luego manifiesto que ya he demostrado que si yo presté servicios al Ayuntamiento de México, fueron más bien que al Ayuntamiento mismo, a la ciudad, tratando de organizar los desorganizados servicios municipales. (Siseos. Campanilla.) en este sentido ninguna labor política, ninguna ayuda podía dar a ese Ayuntamiento, mientras tanto el C. Jorge Prieto Laurens daba una ayuda a esa corporación ilícitamente, y también percibía sueldos directamente del Ayuntamiento, y no por hacer algo, no por hacer siquiera un reglamento, sino por ir a hacer negocios un poco turbios con las barredoras de la ciudad. (Siseos.) Me refería, señores miembros del Colegio Electoral, a los antecedentes de esta elección. Con objeto de no prolongarme demasiado en ese aspecto político de la cuestión, me concretaré a decir simple y sencillamente lo siguiente: que si esos llamados partidos

Cooperatista y Laborista unidos no pudieron triunfar en los distritos electorales de esta capital, como es ya bien sabido, puesto que se han aquí en esta Asamblea admitido a los ciudadanos diputados que fueron electos por el Partido Liberal Constitucionalista en esos distritos electorales... (Siseos.) de ningún modo puede explicarse el triunfo de esos grupos políticos en un distrito como el 5o. de esta capital en donde no podían tener una ayuda efectiva, en caso de que alguna les hubiera prestado el elemento laborista, el elemento trabajador, que ninguna les prestó, como es muy fácil demostrarlo, en el 5o. distrito electoral, porque este distrito está formado por colonias donde solamente viven clases más o menos acomodadas y en el que muy pocas factorías, muy pocas masas obreras pueden presentar un conjunto electoral digno de consideración. La naturaleza misma de ese distrito electoral - El más difícil quizá, de toda la República por la índole de elementos que lo componen - , es una presunción de que un partido, aunque hubiera contado en este caso, que no contó, con la ayuda del elemento trabajador, hubiera podido aportar esas masas de votos que aparecen fraudulentamente en ciertas casillas de las que se dicen ganadas por los cooperatistas y en las que con toda justificación.... (Aplausos. Siseos. Gritos.) la Comisión Revisora ha nulificado la votación por cientos de votos por el motivo indicado. La Comisión dictaminadora tuvo un criterio perfectamente justo y hasta demasiado amplio para tratar esta cuestión. (Siseos.) Habiéndose presentado dos Juntas Computadoras que mandaron sus respectivos expedientes ante la Comisión Revisora, en mi concepto, tal como lo hice notar a esa misma Comisión, el criterio que debía haberse adoptado para examinar los expedientes para llegar a esta conclusión: ¿cuál de las dos Juntas Computadoras era la legalmente instalada? Este caso de una credencial doble no es como el de otros que se han presentado a esta honorable Asamblea; no se trata de una sola Junta Computadora que hubiera expedido de una manera ilegal dos credenciales a dos personas distintas, sino que instaladas dos Juntas Computadoras, era indispensable establecer antes que ningún otro estudio en detalle, cuál de ellas había sido instalada conforme a la ley. La Comisión dictaminadora no obstante que tenía todos los elementos en sus manos para llegar a demostrar cuál de esas juntas era la legalmente instalada, hizo a un lado esta cuestión tan importante; no quiso que se pudiera creer que habiendo prejuzgado o habiendo tratado de llegar a la conclusión de que una era la ilegal, natural y lógicamente tuviera que nulificarse toda la votación que en esa Junta se hubiera computado; porque era un criterio perfectamente lógico establecer este silogismo: si una Junta Computadora se ha instalado contra los preceptos de la ley, es natural que la votación que en ella se ha computado tiene que ser nulificada aunque cada voto en particular hubiera sido bien emitido, porque según la Ley Electoral, no puede computar votos ningún grupo de ciudadanos que no sea la institución que se llama Junta Computadora que se instale conforme a los cánones de la Ley Electoral. Pero ya repito que la Comisión tuvo un criterio demasiado liberal; quiso abrir las puertas a un estudio detallado de la votación y quiso también que pudiera depurarse en el crisol que sólo la paciencia de esta Comisión ha podido tener, revisando una por una las boletas de los expedientes y una por una las circunstancias en que cada casilla electoral se instaló, para llegar a la conclusión de quién tenía mayor número de votos bien emitidos; este ha sido el criterio de la Comisión y así podéis ver cómo en el dictamen, despreciando tanto las objeciones que nosotros hacemos a los requisitos constitucionales, del señor general Jesús M. Garza, despreciando razonamientos sobre la legitimidad de esa Junta Computadora instalada con toda la previsión y todo el perjuicio de dar una credencial al C. Garza, antes de entrar a ese estudio, como digo, la Comisión una por una hizo la relación de las casillas y llega a la conclusión de cuáles fueron buenas y cuáles fueron malas.

Atacar en este sentido la honorabilidad de la Comisión, como lo ha hecho uno de los oradores; dictar sentencias sobre esta honradez con que los CC. diputados Vadillo, Cienfuegos y Camus, y Castro han producido este dictamen; llegar hasta a hacer cargos velados sobre ese procedimiento que ha seguido la Comisión, es algo, señores diputados, que debe levantarse en las conciencias de vosotros para decir que sea una Comisión que habéis electo vosotros mismos.... (Voces: ¡Huy! Aplausos.) una Comisión electa por este Colegio Electoral, fundada precisamente en la honorabilidad insospechable de esos miembros, y cuando se ha presentado un dictamen, como pocos seguramente habrá en esta Asamblea presentando otra Comisión, se lanzan cargos sin justificarlos y sin haber presentado siquiera un solo documento, una sola prueba que tenga siquiera los visos de tal y que pueda destruir los resultados de este dictamen. Veamos desde luego cuáles son las objeciones que nosotros hemos presentado. (Voces de las galerías: ¡Huy!) Aun cuando los oradores no deben, conforme al Reglamento y conforme a la naturaleza de esta Asamblea, dirigir jamás sus palabras a las galerías, que en este caso no son sino la representación de la opinión pública que viene a presenciar los trabajos de este Colegio Electoral o de la Cámara de Diputados en su caso, yo suplico atentamente a aquellas personas que han venido, ya sea simpatizando con uno o con otro bando, que tenga la cortesía, que tengan la decencia de escuchar razones, que no injurias, y que puedan dictar su fallo o puedan hacerse cargo de cuál es la verdad de las cosas, después de que hayan escuchado a las partes contendientes. (Aplausos.) Suplico también encarecidamente a los miembros del Colegio Electoral que, aunque un asunto de estos aparezca árido cuando se trata desde el punto de vista estrictamente legal, aunque parezca cansado reproducir cada una de las razones que se han tenido para aprobar o nulificar cada uno de los votos, escuchen estos razonamientos, puesto que, como decía en un principio, no sólo se juega en ello la suerte de un presunto diputado, que esto no es nada por lo que a mí se refiere, sino que se versa también, además de la suerte de un diputado que tiene derecho a representar en este Parlamento a una fracción de la República, la pureza de nuestra Ley Electoral aplicada en momentos de intensa lucha política, así como la suerte de uno

de los partidos en pugna, puesto que en ello está vinculado el prestigio de las corporaciones políticas.

He presentado ante la Comisión Revisora esta serie de objeciones a la elección del C. Garza: En mi concepto, este ciudadano no tiene los requisitos legales para ser electo diputado al Congreso de la Unión. (Aplausos. Siseos. Gritos en las galerías.) Desde este momento hago la salvedad que en un principio hacía de considerar al C. Garza como capacitado moralmente para venir a esta Asamblea, y me complazco en reconocer que es uno de los revolucionarios a quien no se le pone ninguna tacha y que puede perfectamente representar a cualquier distrito electoral en esta Asamblea. De manera que desde luego queda descartado este criterio que no aplicaré de ninguna manera, y que ha producido tan escandalosos resultados en los anteriores congresos y aun en este mismo, que dejan a la opinión pública de la Nación siempre suspendiendo su juicio sobre la Representación Nacional, porque se puede ver que en algunos casos las pasiones políticas se sobreponen a los intereses de la Nación y que nuestras leyes son un guiñapo en las manos de algunos representantes que no tienen la conciencia necesaria al venir a ocupar un escaño en este recinto, despojándose antes de entrar en él de todas esas bastardas mezquindades que han sido la ruina de todos nuestros asuntos políticos. (Aplausos. Siseos.) El C. Garza necesitaba ser originario del Distrito Federal o vecino de él con residencia efectiva de seis meses anteriores a la elección; y el C. Garza, según las mismas notas que él ha publicado en su defensa, según el folleto que ahora mismo se ha repartido en defensa del mismo C. Garza, parece que no es originario del Distrito Federal y que no tiene la residencia efectiva de los seis meses anteriores a la elección. Dice el folleto que tengo a la vista que el C. Garza, aunque todos lo creíamos sonorense, resulta de Nuevo León; de todas maneras, de Sonora o de Nuevo León, no es del Distrito Federal; y en cuanto a la vecindad de él, ¿quién de vosotros, que haya participado directa o indirectamente, pero de cerca, en estas últimas luchas políticas, especialmente vinculadas con la personalidad del C. general Alvaro Obregón, quién que haya sentido los pasos de este candidato a la Presidencia de la República durante su maravillosa jira electoral a través del territorio de la Nación, no ha podido ver siempre vinculado el nombre del C. Obregón al del C. Garza, su jefe de Estado Mayor, que a través de la República lo acompañaba en casi todas sus jiras políticas, que naturalmente se desarrollaron precisamente en los seis meses anteriores a la elección? El C. Garza estuvo seguramente días contados en diversos períodos de esos seis meses en esta capital, como un transeúnte, como un pasajero, como alguien que se hospeda en un hotel para pagar hoy unos días y salir al día siguiente, muchas veces dejando su equipaje en el cuarto y siguiendo la cuenta del mismo alojamiento, para volver meses o días después, siguiendo, como decía antes, la campaña política y los trabajos del partido al cual él está afiliado; y si la caballerosidad del señor Garza no es desmentida, si esa fe que yo tengo en su honradez es cierta, seguramente que él será el primero que nos diga si es verdad o no lo que asiento, porque estando él presente me ahorra la dificultad de ir en peregrinación de una oficina a otra para buscar documentos que atestigüen lo que es más fácil atestiguar por la honradez de un caballero. Suplico me diga el C. Garza, con esa honradez que yo le reconozco, si es verdad lo que acabo de asentar o no.

El C. Garza: Pido la palabra. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Garza Jesús M.: Es cierto, como acaba de asentar el C. Sánchez Pontón que hube de abandonar temporalmente mi residencia en la capital para acompañar primero al general Obregón en su jira de propaganda, y después para lanzarme a la Revolución; pero yo considero, y en esto lamento mucho diferir de la opinión del C. Sánchez Pontón, considero que ha sido causa de fuerza mayor. (Aplausos.)

El C. Sánchez Pontón: Yo digo lo siguiente a esa contestación del C. Garza: Ciertamente, acontecimientos como los que provinieron de la Revolución iniciada en abril, que hicieron salir de la capital de la República y de sus domicilios habituales a una gran parte de los elementos políticos que de una manera directa venían actuando en aquellos acontecimientos, constituyen una causa de fuerza mayor; pero no antes del movimiento de abril cuando nadie estaba obligado a salir de la ciudad o de su distrito electoral, cuando todavía no principiaba la Revolución y no había una especie de suspensión de garantías para todos aquellos que tomaron las armas en defensa del Plan de Agua Prieta. En ese tiempo precisamente el C. Garza no se encontraba en esta capital y nunca tuvo la residencia y menos la residencia efectiva de los seis meses que la Ley Electoral exige en su artículo 42. (Aplausos. Siseos en las galerías.) Veamos otro impedimento que el C. Garza tiene para ser diputado al Congreso de la Unión. Dice el artículo 43 de la Ley Electoral: "Es nula la elección de diputado y senador que recaiga:

"I. Sobre militares en servicio activo en el Ejército Federal o sobre los que tengan mando en la Policía, en la Gendarmería Rural o sobre cualquier fuerza pública en el distrito donde se haga la elección, salvo que unos y otros se hubieren separado noventa días antes del día que la elección se verifique";

El C. Garza, general del Ejército Nacional, jefe del Estado Mayor del general Alvaro Obregón, despachó en el hotel Saint Francis, como tal, todos los asuntos que incumbían al Ejército Liberal Constitucionalista del cual era jefe el C. Obregón; firmó documentos y tramitó todos los asuntos concernientes a dicho Cuartel General hasta el último de mayo del presente año, día en que por voluntad expresa del general Obregón se disolvió ese Cuartel General con objeto de pasar todos sus negocios a la Secretaría de Guerra. Aquí veo en los escaños a muchos diputados que en aquella época, por negocios militares o políticos, acudían al despacho del C. general Alvaro Obregón y que trataban frecuentemente y a diario negocios de esa índole con el C. general Garza; y apelo a la conciencia de todos los que en esos días estuvieron en el Cuartel General, para que desmientan lo que en estos momentos estoy diciendo, y apelo nuevamente al C.

general Garza rogándole que me diga si es verdad que desempeño el puesto de jefe del Estado Mayor del general Alvaro Obregón hasta el último día de mayo del presente año.

El C. Garza Jesús M.: Desempeñe ese puesto hasta el día 2 de mayo del presente año.

El C. Sánchez Pontón: Hasta el día 2 de mayo del presente año. La ley requiere que sean noventa días antes de las elecciones cuando se efectúe la separación, y del 2 de mayo al 1o. de agosto en que se verificaron las elecciones, ni la bondad más grande, ni el buen empeño, ni los buenos deseos que todos tengamos de ver al general Garza sentado en estas curules, puede llevarnos a decir que hay noventa días. (Voces: ¡Si! ¡Cómo no!)

El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: ¡Falta un día!

El C. Sánchez Pontón: Hay la circunstancia, además, ciudadanos diputados y presuntos diputados de que la ley no solamente prevé el caso de la separación, sino que también prevé el caso de que se sea miembro activo del Ejército Nacional. Y ya en una ocasión precedente, cuando se trataba de la credencial del C. general Ramírez Garrido, lo mismo que en el caso de la credencial del C. general Aguirre Colorado, se leyó en esta tribuna de la Cámara el artículo 6o. y el 9o. de la Ordenanza, o de la Ley Orgánica del Ejército, en los cuales se consideran como miembros activos del Ejército todos los que forman la Plana Mayor, y en esa Plana Mayor están incluidos todos los generales. Hay, además, esta otra circunstancia: que precisamente las fuerzas que en esos días estaban comandadas por el Cuartel General del Ejército que mandaba el C. general Alvaro Obregón, estaban ubicadas en todo el Distrito Federal y tenían especialmente su cuartel en la jurisdicción del 5o. distrito electoral; en ella habían actuado principalmente los principales jefes de esa corporación y en ella todavía se encuentran muchos soldados que seguramente formaban parte de esa División del Ejército. Este es, pues, un argumento no solamente de carácter legal, sino que es un argumento eminentemente moral; y ya que se ha atacado desde esta tribuna la intervención de algunos elementos militares - que no tuvieron otro empeño que el de cumplir con su deber -, debemos también en este caso tener en cuenta cómo se ha utilizado también la fuerza moral, la fuerza material de que pueden haber dispuesto los elementos que, hasta los primeros días de mayo, estuvieron actuando militarmente cerca de la jurisdicción del 5o. distrito electoral y en ella misma. Estas consideraciones de carácter legal, como son la falta del requisito de vecindad, la naturaleza de jefe del Ejército y el hecho de no haberse separado los noventa días anteriores a la elección del cargo que tenía, impiden desde luego que el general Garza, aunque hubiera triunfado por el número de votos, pudiera ser electo como diputado al Congreso de la Unión. (Aplausos. Siseos en las galerías.) La Comisión Revisora no tuvo en cuenta estas objeciones que están tan perfectamente fundadas y desde luego despejaban el camino para estudiar alguna otra de las fases de la elección; pero la Comisión se despojó de todos esos argumentos, hizo a un lado todas esas objeciones y quiso entrar al estudio legal de la elección. Esta, como decía en un principio, se ha caracterizado por haberse formado dos juntas computadoras, las cuales tenían forzosamente que determinarse, una como Junta legal, y otra Junta ilícita, puesto que era imposible que las dos hubieran sido al mismo tiempo legalmente instaladas. La Ley Electoral requiere para que una Junta Computadora pueda instalarse, que sea integrada por la mayoría de los presidentes de casillas de un distrito electoral e instalada por el presidente de la primera de dichas casillas; era indispensable ver quién había sido el presidente de la 1a. casilla de ese distrito y dónde había estado el presidente de la misma casilla. La Comisión a este respecto dice:

"Casilla 1a. Esta casilla aparece duplicada. Consta que en la calle de Colonia, número 88, se instalaron dos casillas, una del Partido Liberal Constitucionalista y otra del Cooperatista Nacional. Revisados los dos expedientes de estas casillas, resultó que la del Partido Cooperatista no existe el nombramiento de instalador oficial, que lo fue el señor Angel Ordieres, y sí se encuentra tal nombramiento en la Mesa que instaló el Partido Liberal Constitucionalista, constando el nombramiento del señor Ordieres en el acta de instalación. En el expediente existe también un certificado del secretario del H. Ayuntamiento de la capital, comprobando que la casilla número 1 del 5o. distrito, tuvo por instalador al precitado señor Ordieres, y que se instaló en la casa número 88 de la calle de Colonia. En el expediente del Cooperatista sólo se encontró una lista de nombres sin firmas, una especie de escrutinio, en dos hojas y una acta de elección sin constancias de quién instaló la Mesa de que se trata.

"El C. Jesús M. Garza, candidato del Partido Cooperatista, en su escrito dirigido a la 2a. Comisión Revisora de Credenciales, impugna la legalidad de la Mesa instalada por el Partido Liberal Constitucionalista, afirmando que un grupo de individuos hicieron presión en el ánimo del instalador oficial, quien se negó a firmar el acta correspondiente, con posterioridad a la instalación; pero tal hecho no aparece probado en el expediente, y sí consta, por la información testimonial rendida ante el ciudadano juez 5o. de lo Civil, a petición del C. Rubén Vizcarra, del Partido Cooperatista, que la Mesa del P L. C., correspondiente a la 1a. sección de que se trata, fue instalada a las nueve de la mañana, hora en que se instaló también la Mesa de los cooperatistas, según la misma información testimonial.

"También el C. Garza objeta la legalidad del nombramiento del instalador de esta casilla, en virtud de que, según afirma el citado señor Garza, el C. Ordieres no es vecino de la sección 1a. Esta objeción, a juicio de la Comisión, no es motivo de nulidad del acto de la instalación, sino solamente significa un caso de infracción a la ley, de que es responsable la autoridad que nombró indebidamente al C. Ordieres para desempeñar el puesto de instalador, puesto que no es renunciable sino por causa justificada, y sólo puede ser recusado por los partidos políticos por falta de algún requisito, según el artículo 31 de la Ley Electoral.

"Asimismo, el C. Garza impugna en esta sección la designación del C. Enrique Sánchez Tenorio como presidente de la casilla correspondiente, presentando un certificado del subcomisario de la 7a. Demarcación, según el cual, el precitado señor Sánchez

Tenorio vive en la calle de la Colonia, número 61; es decir, fuera de la sección 1a. del 5o. distrito electoral. Contra este certificado del subcomisario de referencia, existe en el expediente una constancia del ciudadano secretario del H. Ayuntamiento, según la cual el señor Sánchez Tenorio es vecino empadronado de la 1a. sección del 5o. distrito electoral y vive en la calle privada del Nogal número 1.

"Por todo lo anterior, la Comisión que subscribe, solamente reconoció como legal y válida la casilla instalada por el C. Angel Ordieres, delegado oficial para dar formalidad a la instalación de Mesa habida en la 1a. sección del 5o. distrito electoral."

Ahora bien; consta en este estudio breve de la Comisión, que el C. Enrique Sánchez Tenorio fue el presidente de la casilla instalada, conforme a la ley, y aunque desde ahora hago la declaración, porque sé que es un argumento que se trata de esgrimir en esta tribuna, que no da la legalidad solamente el instalador, que no es este funcionario; el delegado de la autoridad, quien puede hacer nulos o válidos los votos de una elección, y que no reconozco como la única forma de dar legalidad a la elección, el que intervenga el instalador oficial en una casilla, puesto que todos vosotros sabéis cuántas veces estos delegados de la autoridad, son parciales; cuántas veces no se presentan a la hora de la elección, y los ciudadanos tienen que ejercer sus derechos sin una cortapisa semejante; aunque en este caso, como digo, no reconozco como el único factor esa presencia del instalador, pero asociado a todos los demás de la elección, resulta claro que no solamente la presencia del instalador, sino toda la documentación oficial de la casilla, todos los expedientes hechos por el propio ciudadano están ajustados a la ley; mientras que en esa casilla fraudulenta, duplicada, suplantada, más bien dicho, por el Partido Cooperatista, aparece que no hay ni padrones, ni acta de instalación firmada por un delegado de la autoridad, ni hay listas de escrutinio, ni hay absolutamente nada de lo que constituye el expediente de una elección. Hay dos certificados, que en este caso se encuentran en contraposición: uno, rendido por el subcomisario de esa Demarcación, en el que se asienta que el C. Sánchez Tenorio es vecino de la casa número 61 de la calle de Colonia, es decir, fuera de ese distrito, y hay otro certificado del secretario del Ayuntamiento de la ciudad, en el que se dice que está empadronado el C. Sánchez Tenorio, en esa sección número 1. Si la Secretaría.....

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

Un sello que dice: "Ayuntamiento Constitucional. - México. - Secretaría General.

"Juan Cataño Flores, secretario general del H. Ayuntamiento de esta capital, certifica: que con motivo de las últimas elecciones para diputados y senadores del Congreso de la Unión, los inspectores del propio Ayuntamiento, CC. Manuel Márquez San Juan, V. Morales y J. C. Briones, comisionados el día de las mencionadas elecciones para rendir un parte detallado de las casillas instaladas en el 5o. distrito electoral, informaron: que la instalación de casillas ubicadas en el citado distrito, que la número uno, instalada en la casa número 88 de la 6a. calle de Colonia, tuvo como instalador propietario al C. Angel Ordieres, nombrado por el H. Ayuntamiento, y que resultó electo presidente de dicha casilla el C. licenciado Enrique Sánchez Tenorio, vecino empadronado en la sección 1a. y domiciliado en la Calle Privada del Nogal, número uno.

"Y a pedimento del interesado, licenciado Manuel Escudero, se extiende el presente, para los usos que estime convenientes.

"México, D. F., a 10 de agosto de 1920. - J. Cataño Flores."

El C. Sánchez Pontón, continuando: Ahora bien, ciudadanos diputados; en el terreno probatorio, para cualquiera de vosotros que, sin ser abogado, haya tenido alguna vez algo que certificar, algún documento que presentar para que haga fe, ya sea en un juicio o fuera de él, ¿qué documento tiene más validez: el expedido por el secretario de un Ayuntamiento, o el expedido por un subcomisario de una Demarcación? No es posible afirmar, en este caso, porque destruiría alguna de las pruebas que los contrarios han presentado: que el ciudadano secretario del Ayuntamiento ha sido parcial. Esa prueba que ha rendido el señor Prieto Laurens, tan abrumadora, tan aplastante para mí, está firmada por la misma autoridad, por el secretario del Ayuntamiento. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos.) Y, por cierto, no es la única prueba que presentan los contrarios, que vienen del Ayuntamiento, ya sea emanada del propio secretario, o de alguno de los jefes de Sección. De manera que, si se niega la fuerza probatoria a un documento emanado de la única autoridad que puede certificar estas cuestiones de carácter electoral, porque ella ha tenido en sus manos los padrones, porque tiene los documentos necesarios para juzgar, teniéndolos a la vista, de qué vecino está empadronado o no en un distrito electoral, si no puede ser el secretario del Ayuntamiento, ¿quién es la autoridad capacitada para expedir tales documentos? Seguramente que era necesario no sólo objetar con injurias, como se ha hecho, al señor Cataño Flores, toda la personalidad honrada y pundonorosa de un funcionario, (Siseos. Gritos en las galerías.) sino que hubiera sido indispensable negarle ellos mismos esa facultad de poder certificar, y no haber ocurrido a él para traer un documento que hiciera fe ante esta Representación Nacional. El domicilio que está asentado en esta acta, está comprendido en el 5o. distrito; los mismos cooperatistas han presentado un plano de la ciudad, en el que puede verse, de una manera clara, que la casa donde C. Sánchez Tenorio vive, situada en la Calle Privada del Nogal, número uno, está precisamente dentro de la jurisdicción del 5o. distrito. Podéis revisar el plano que existe en el expediente. Pero ved cómo se contradicen de la manera más palmaria, y cómo el ridículo baña las sienes de los contrarios, con ese sudor frío que debe sentirse cuando se asienta en la tribuna de la más alta Representación, una falsedad, cuando se viene a contradecir documentos que ellos mismos han presentado en su expediente sobre lo referente a esta 1a. casilla; ved si no. (Aplausos. Siseos. Gritos en las galerías.) Conste, señores, que estoy probando, y voy a probar casi todo con los propios documentos que han presentado mis contrarios, los cuales obran en el expediente, y son los siguientes: Dicen que en un informe testimonial, rendido a petición del C. Vizcarra, se probó de una manera evidente cómo

habiéndose instalado la casilla que ellos suplantaron en esa 1a. sección, se presentó un grupo de ciudadanos, y habiendo hecho presión sobre el instalador oficial, impidieron que éste firmara el acta de instalación, e instalaron otra Mesa, a las once de la mañana, según dicen ellos mismos en su memorial; y a continuación, el acta levantada ante el Juzgado 5o. de lo Civil, dice lo siguiente:

El señor Vizcarra se dirige al juez y le hace un interrogatorio, al tenor del cual deben declarar los testigos que el mismo presente y, fijaos bien, los que sois abogados y los que no lo sois también, cómo una información testimonial carece de fuerza probatoria cuando el mismo interesado presenta a los testigos.... (Voces ¡Huy! Campanilla.) Cuando el mismo interesado presenta a los testigos.....(Voces: ¡Huy!) cuando el mismo interesado presenta a los testigos que desea que declaren, y el interrogatorio se refería a esos puntos: "..... a usted atentamente pido: I. Se sirva mandar turnar este escrito y anexos que acompaño, a fin de que, previa citación del ciudadano agente del Ministerio Público, se reciba la información testimonial que ofrezco rendir II. Que se me entreguen originales las diligencias respectivas, con objeto de exhibirlas ante la Cámara de Diputados, erigida en Colegio Electoral."

Y el interrogatorio se refiere, en uno de sus puntos, a lo siguiente: "Si sabe y le consta que la casilla que indica, se instaló a las nueve en punto de la mañana, estando presente el instalador propietario de la sección."

Y otro dice: "Si sabe y le consta que a las nueve de la mañana se instaló un grupo de individuos cerca de la casilla de que viene hablando, y es el que consta dentro del círculo rojo marcado en la fotografía adjunta."

De manera que el mismo C. Vizcarra, que trataba de demostrar que esa casilla instalada por ellos, había sido asaltada por un grupo de individuos a las once de la mañana, es decir, después de la hora oficial de la instalación, este mismo C. Vizcarra pretende, y demuestra efectivamente, según él, con esta información, que también el otro grupo se instalo a los nueve de la mañana. (Voces: ¡Huy! Aplausos.) Aquí está, señores, la información testimonial; yo os ahorro el trabajo de oír la lectura de esta constancia; pero cada uno de los testigos que aquí aparecen, asienta a estas preguntas: que, efectivamente, les consta que la casilla instalada por el C. Ordieres, y de la que fue presidente el C. Enrique Sánchez Tenorio, se instaló a las nueve en punto de la mañana, es decir: aparecen las dos mesas instaladas a la misma hora y, en ese caso, malamente podía suceder el asalto que ellos relatan en su escrito, diciendo que a las once de la mañana un grupo de individuos fue a levantar la Mesa instalada por los cooperatistas. Ved aquí cómo se contradicen, cómo con las mismas pruebas que presentan, se deshacen todos sus argumentos. (Aplausos. Siseos. Gritos en las galerías.) Por esta razón, la Comisión dictaminadora, de una manera perfectamente justa, dice en su dictamen lo que ya he leído, y condensa el estudio que ha hecho de esta información, diciendo: "tal hecho no aparece probado en el expediente, y sí consta, por la información testimonial...." Ahora bien, si hemos de acatar la ley, si ésta se ha de respetar este recinto.... (Gritos en la tribunas. Desorden.)

El C. presidente: La Presidencia hace notar que contrasta la falta de corrección de algunas personas que ocupan las tribunas, con la actitud correcta que han guardado durante toda la sesión las galerías. Les hace saber que no está dispuesta a seguir tolerando esas manifestaciones que impiden que se oiga a los oradores. (Aplausos.)

El C. Sánchez Pontón, continuando: La Ley Electoral, decía, previene como un requisito indispensable el que la Junta Computadora se instale por el presidente de la primera casilla y dice en el artículo 81: "Ya en el lugar designado, asumirá la Presidencia de la Junta el presidente de la 1a. casilla electoral de la cabecera, y nombrará dos secretarios y dos escrutadores de entre los presentes, para que lo auxilien en la elección que se hará de la Mesa de la Junta."

De manera que sí está demostrado el punto, como la Comisión lo ha conceptuado justificadamente, que el C. Sánchez Tenorio fue presidente legítimo de la primera casilla, que es vecino empadronado en esta sección; que se instaló la Mesa a las 9 en punto; que el expediente tiene todos los documentos oficiales y todos los que debe tener, y que el de los contrarios, no obstante ser suplantada la casilla, no tiene ni listas siquiera, ya no padrones sino ni listas firmadas por los miembros de la casilla, que naturalmente debe de una manera lógica llegarse a esta conclusión: la Junta Computadora fue la que instaló el C. licenciado Enrique Sánchez Tenorio, y por lo tanto todos los trabajos que en esa Junta Computadora se efectuaron son los apegados a la ley; en cambio, los que se hicieron en la otra Junta Computadora carecen de esa base legal y debe, por tanto, nulificarse la votación de esas casillas. Yo quiero, ciudadanos diputados, para no cansar la atención de ustedes, que sobre este punto gire la discusión, que los contrarios rebatan la argumentación que se hace sobre la primera casilla y yo me reservo para otra ocasión, después que se haya hablado sobre este punto, el hablar sobre las siguientes casillas, y pido, como lo he hecho ver a la Asamblea, que este asunto se juzgue con este criterio implacable, lógico y legal que hemos sentado, tanto el que habla como la Comisión, en este dictamen y que no se desprecie ninguna de las argumentaciones en esto de los dictámenes emitidos por la Comisión, si no es con las pruebas irrefutables que en estos momentos se están exhibiendo ante la consideración de la Asamblea. (Voces: ¡Huy! Aplausos. Campanilla.)

El C. León: Pido la palabra para hacer una interpelación.

El C. presidente: Está inscripto en contra el C. Lara César A., pero en virtud de haberle cedido su lugar al C. Prieto Laurens, tiene la palabra este ciudadano.

El C. Lara César A.: Moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Lara César A. para una moción de orden.

El C. Lara César A.: He cedido mi turno al C. Prieto Laurens, en la inteligencia de que me reservo el derecho que me asiste para hablar en su oportunidad.

El C. Prieto Laurens: Señores diputados: El

señor Sánchez Pontón vino a la tribuna y empezó hablando en términos que desvirtuaban el camino que él decía se había trazado; dijo que se había trazado el camino más apegado a la ley y a los hechos de la elección en el 5o. distrito y, sin embargo, vino a hacer un prólogo, un exordio de afirmaciones falsas y calumniosas que no quiero contestar desde luego, porque lo haré apegándose a los documentos que él trae y a los que nosotros traemos todos absolutamente irrefutables. El señor Sánchez Pontón afirmó desde esta tribuna, sin probarlo, que el Partido Cooperatista era berlanguista,.... (Voces: ¡Sí! ¡No!) pues bien, los que dicen que sí, no se han fijado en que el documento leído en esta tribuna prueba que desde enero hasta abril, cuando ya el general Obregón y todos los buenos peleceanos y todos los buenos cooperatistas estábamos en el campo de batalla, el señor Sánchez Pontón estuvo recibiendo sueldos de su cuñado Saldaña Galván a las órdenes de Aguirre Berlanga. (Aplausos. Siseos. Gritos en las galerías.) ¡Esta es la manera cómo se trata de sorprender la buena fe de una Asamblea, cómo se trata de arrastrar el criterio del compañerismo y de la solidaridad política! Los hombres honrados del "Pélece", como Vadillo, Cienfuegos, Lara, García Vigil y todos los demás peleceanos, no pueden tolerar que se venga a afirmar que el Partido Cooperatista era Saldañista y que yo estuviera con Saldaña Galván, cuando lo cierto es que fui echado del Ayuntamiento, cuando los buenos peleceanos que me escuchan, algunos en estas curules y otros en las tribunas: Rafael Lara, Tirado, Lavín, Esparza y otros fueron colocados el año pasado en el Ayuntamiento por nosotros los cooperatistas expulsados por Saldaña Galván; mientras a todos ellos los expulsaba Saldaña Galván, a su cuñado Sánchez Pontón le daba $5.25 por no hacer nada. (Aplausos.) Dejemos esta afirmación calumniosa y cobarde de este individuo que no tiene el valor civil de venir a afirmar con pruebas porque urge, señores, elevarnos del fango en que él ha vivido para entrar al seno de una discusión estrictamente legal, estrictamente honrada, revolucionariamente también, porque él rehuyó, señores, ese camino, porque él no quiso entrar por allí, claro está, no está facultado para entrar por allí. (Aplausos. Voces: ¡Huy!) Dice el señor Sánchez Pontón, y no prueba tampoco, que yo en el Ayuntamiento hice negocios turbios; que me lo pruebe, de lo contrario es un vil calumniador; existen en el Ayuntamiento de la capital pruebas fehacientes de que mi frente está limpia y la levanto honradamente. (Aplausos. Voces: ¡Huy!) Porque, señores, no pude yo ser ya un día más amigo de Saldaña Galván, porque yo no quise prestarme a sus porquerías, a sus negocios sucios. Allí están en el Ayuntamiento las cuentas rendidas, claras y puras, por mí, de eso que aquí vagamente viene a afirmar el señor Sánchez Pontón. Lo invito a él y a los honrados peleceanos a que examinen en el Ayuntamiento con toda escrupulosidad esas cuentas rendidas por mí, y si hay un solo detalle que se me pueda tachar, que se me expulse ignominiosamente porque no puedo hablar aquí de honradez y revolucionarismo hasta que esté completamente depurado. Yo, señores, lo sabe el señor Rafael Lara, he tenido que dejar mi casa, la casa en que vivía yo en el mismo lugar donde vivía el señor Lara, en una casa humilde de "El Buen Tono", porque no podía pagar la renta, como le acontecía al señor Rafael Lara, él es testigo de esto; en cambio el señor Sánchez Pontón ahora de fiestas orgiásticas a amigos científicos en Puebla y él sí vive holgadamente. (Aplausos.) Allí está el testimonio de Manuel Sierra, uno de los amigos científicos de Sánchez Pontón, que me ha dicho que como nunca en Puebla, ni en la época de Mucio Martínez, se daban las fiestas que da a sus amigotes el señor Sánchez Pontón. (Aplausos. Siseos.)

El señor Sánchez Pontón empezó afirmando que la elección en el 5o. distrito está caracterizada precisamente por todo aquello que es propio de las elecciones de los demás distritos de la ciudad de México y del Distrito Federal; pero que en el 5o. distrito parece, dice él, que se recargó un poco el colorido de esos detalles; aquí en el 5o. distrito de una manera precisa y clara dice él, sucedió lo que en los demás distritos. Tiene razón: en el 5o. distrito de una manera precisa y clara todo el engranaje del Ayuntamiento se constituyó para dar el triunfo al Partido Liberal Constitucionalista, mejor dicho, al señor Sánchez Pontón que no hace honor a ese Partido. (Aplausos.) Y como no quiero venir a esta tribuna a hacer afirmaciones gratuitas, las pruebas las traigo aquí. ¿Qué explicación tiene que en todos los distritos, absolutamente en todos, se publicara la lista de los instaladores y de sus domicilios, excepto en el 5o. distrito? ¿Qué quiere decir esto? Explicadlo vosotros; no hago comentarios; basta con saber que aquí he demostrado y que la Secretaría ha dado fe de que en el Boletín Municipal, órgano oficial del Ayuntamiento, consta que en el 1o., 2o., 3o., 4o., 6o., 7o. y 8o. distritos aparecieron las listas con los nombres de los instaladores y sus domicilios para los efectos del artículo 31 de la Ley Electoral, que dice así: "El instalador deberá ser elector de la sección, no tener cargo público y saber leer y escribir. Este cargo no es renunciable y sólo por causa justificada podrá ser eximido de él por la misma autoridad que hiciere el nombramiento.

"Todo elector de la sección o representante de partidos políticos podrá recusarlo por falta de algún requisito señalado por este artículo. La recusación será presentada ante el Ayuntamiento, quien la tomará en cuenta si es justificada."

Pues bien; los miembros del Partido Cooperatista y del Partido Laborista no hubiéramos podido jamás recusar a los instaladores, porque no se nos daban los medios necesarios; no sabíamos quiénes eran ellos y cuales sus domicilios ni podíamos acudir al Ayuntamiento cuando éste a los miembros prominentes del Partido Cooperatista y Laborista no quiso empadronarlos y no recibimos siquiera boletas de electores. Por consiguiente, a la Comisión dictaminadora, que en otro párrafo de su dictamen afirma que estaba el Partido Cooperatista con el Laborista unido, facultado para recusar a los instaladores, ¿cómo podía hacer esto?, contesto a la Comisión. Y así, pues, la Comisión queda plenamente convencida de que en este caso la parcialidad del Ayuntamiento favorece al señor Sánchez Pontón, porque el señor Sánchez Pontón sí sabía a quiénes favorecían los instaladores. Ya el compañero León vino a

demostrar en esta tribuna, con una prueba irrefutable, que el C. Angel Ordieres instalador de la 1a. casilla, que favorece al C. Sánchez Pontón fraguada por sus partidarios, que ese señor Ordieres aparece como representante del P. L. C un mes después. De manera que es claro: los instaladores eran reclutados en las filas de los comités del Partido Liberal Constitucionalista. Pero esto - como lo dije al señor Sánchez Pontón -, queda de una manera clara y terminante demostrado con los documentos que exhibí y que el señor Sánchez Pontón ignora. Yo no quise, señor Sánchez Pontón, rehuir la discusión con usted, ¡jamás me ha asustado usted a mí!; yo siempre he visto que usted lo único que venía a hacer a esta tribuna era a engañar a la Asamblea de la manera más tonta, porque usted dejó aquí todos los hilos para desbaratar su engaño. ¡Es claro! Yo quise desde la ocasión anterior demostrar a la Asamblea con documentos, con pruebas fehaciente, con declaraciones de parte - que en derecho son pruebas irrefutables - , con declaraciones de la parte contraria del señor Sánchez Pontón, con declaraciones del mismo Ayuntamiento quise demostrar que ellos no pudieron ocultar la verdad en ninguno de los casos y él ahora trata de desvirtuar la verdad como diciendo: "Pero, señores, ¿cómo se va a negar la fuerza probatoria de un documento firmado por el C. Cataño Flores, si el C. Cataño Flores también ha firmado otro documento que también traen los cooperatistas para abrumarme a mí? ¿Esto quiere decir que, o ellos no pueden negar la fuerza probatoria del documento de Cataño Flores, o es que el C. Cataño Flores no sabe lo que hace?" No, señores; es que el C. Cataño Flores, como empleado del Ayuntamiento, como jefe de la Secretaría, estaba obligado a dar fe de otro documento que no nos lo dio por cierto el C. Cataño Flores, sino que nos lo dio la Tesorería Municipal, en donde encontramos que su señoría el licenciado Luis Sánchez Pontón estuvo cobrando $5.25 diarios desde enero hasta fines de abril; el C. Cataño Flores, conforme a la ley, no podía negarse a certificar lo que llevábamos probado con las nóminas y con los documentos de la Caja de la Tesorería. Y ¿qué quiere decir que el C. Cataño Flores se haya visto obligado a firmar en este caso? Pues que sencillamente el imperativo categórico de la verdad no podía dar lugar a que el C. Cataño Flores se escurriera como rábula, como en el caso de la anotación a la credencial del general Garza, que dice: "Sin prejuzgar de la validez de la elección." es claro, el señor Sánchez Pontón tenía de su parte al señor Cataño Flores; pero en este caso las pruebas eran irrefutables y el presidente municipal y los regidores y el Cabildo mismo no se hubieran podido negar a dar fe de esos hechos: eran hechos, no afirmaciones; no era un simple dicho, era una prueba documental la que le presentábamos. En consecuencia, la pretendida argumentación del señor Sánchez Pontón para desvirtuar la fuerza de los documentos, no tiene razón de ser, porque invoca que el señor Cataño Flores nos dio documentos en contrario. Pues no, señores. entra en seguida el señor Sánchez Pontón, no sintiéndose muy seguro de sus votos, a alegar de una manera insistente y de la manera más acalorada, que el señor Garza no reúne los requisitos legales. Dice en su alegato impreso, que entiendo que él ha de reconocer como suyo, porque lo ha mandado repartir en todas la curules, que el licenciado Sánchez Pontón, si bien no es originario del distrito Federal - y a propósito de esto nos hizo una disertación de más de un cuarto de hora, sobre que el general Garza no es del Distrito Federal, sino de Nuevo León o Sonora -, en cambio, reúne el otro requisito; y, sin embargo, argumenta el licenciado Sánchez Pontón "si bien no es originario del Distrito Federal, si ha residido durante más de tres años anteriores a la elección y sólo se separó de él durante el movimiento revolucionario de abril que puede considerarse..." Escucharlo bien, "...como una causa de fuerza mayor..." Está bien. El señor licenciado Sánchez Pontón que estaba en México, según este comprobante oficial, hasta fines de abril, el C. Sánchez Pontón, que cobró sus sueldos hasta fines de abril, se fue a la revolución y volvió al mes con tres estrellas de coronel. No se sabe dónde las adquirió...

El C. Sánchez Pontón, interrumpiendo: Donde usted no las adquirió.

El C. Prieto Laurens, continuando: No conocemos los combates liberados por el señor Sánchez Pontón; pero dejemos eso, que es de poca importancia. Que el señor Sánchez Pontón haya sido coronel de la noche a la mañana, esto no importa a la Asamblea; lo que le importa es ver si sus argumentos se vuelven contra él mismo. Dice él que él se fue a la revolución y que sus actos de fuerza mayor esas circunstancias, y entonces, ¿por qué no le concedéis que es causa de fuerza mayor a lo que aduce el general Garza? Y que éste sí se fue a la revolución, y mucho antes que usted, señor Pontón, porque durante la jira estuvo haciendo propaganda revolucionaria y la jira de Obregón no fue sino propaganda revolucionaria. Todos saben perfectamente bien que en todas partes se decía en todos los discursos, invariablemente, se decía: "si el voto popular no es respetado, entonces el pueblo tiene derecho para hacerlo respetar por la fuerza de las armas." Esa es una propaganda revolucionaria, y el C. Garza estuvo por esa causa de fuerza mayor al lado de Obregón y sí fue muchísimo antes que usted a la revolución y se fue a la revolución verdaderamente peleando en las trincheras, no como usted, no líricamente; el C. Garza sí estuvo peleando. (Aplausos.) Así es que este argumento le da la razón al señor Garza y se vuelve contra el señor Sánchez Pontón, porque es causa de fuerza mayor el que el señor Garza se haya ido de México desde fines de marzo a la revolución, y esto lo puede atestiguar el señor Benito Ramírez Garrido y lo pueden atestiguar muchos otros compañeros que estaban con el general Obregón. En consecuencia, señores diputados, esta es una prueba de que el señor Sánchez Pontón, en todo caso, está en iguales condiciones que el señor Garza. Ahora, insistiendo él en esos argumentos que considera capitales, porque, repito, no tiene mucha seguridad en sus votos, dice: "El señor Garza, además, según la Ordenanza, según la Constitución, es militar en servicio activo, porque es general. Era y es jefe del estado Mayor del C. general Obregón", y afirma más adelante: "El general Jesús M. Garza se encuentra en servicio activo, conforme el artículo 6o. y 9o. de la Ley Orgánica del Ejército, puesto que forma parte de la Plana

Mayor que siempre se considera en servicio activo y no se separó noventa días antes de la elección, ya que es notorio y conocido de todos que el día último de mayo, al disolverse el Cuartel General..."

Esta no es una causa de fuerza mayor. ¡Poca cosa! Para el general Garza que sí fue a pelear que sí estuvo en las primeras filas revolucionarias se puede decir, no se consideran como causas de fuerza mayor el que se haya ido a la Revolución; en cambio, el señor Sánchez Pontón, que se fue de civil y volvió de coronel, esa sí es causa de fuerza mayor, (Siseos. Aplausos. Campanilla.) De que el general Garza es militar en servicio activo, con los argumentos del señor Sánchez Pontón voy a hacer pedazos su afirmación: El señor Jesús M. Garza, honradamente, sin engañar a nadie, ha dicho y sostiene que él estuvo como jefe del Estado Mayor del general Obregón hasta la fecha que él dijo; pero sí es causa de fuerza mayor, señor Sánchez Pontón, y, en cambio, tiene en su poder un documento en que le dieron su licencia absoluta, su baja del Ejército en la época del C. Carranza. El señor Garza tiene en su poder ese documento y podrá demostrar que él mucho antes de que se iniciara el movimiento revolucionario, ya no era militar en servicio activo, no pertenecía ya al Ejército, por ese desbarajuste. Si después, por la fuerza de las circunstancias, porque el voto del pueblo era juguete de los compañeros del cuñado de Sánchez Pontón, de Bonillas, de Berlanga, etcétera, etcétera si después, por la fuerza de las circunstancias los compañeros de Bonillas, en donde figuró en primer lugar el cuñado del señor Sánchez Pontón, Saldaña Galván, que le pagaba a su cuñado $5.25 diarios, pues, señores, esa fuerza de las circunstancias obligó al general Garza, no a recoger su grado de general, era lo de menos, el general Garza no pidió su grado, fue a cumplir con su deber en las trincheras y Garza se marchó inmediatamente al campo de batalla; esas son causas de fuerza mayor, no patrañas como viene usted a decir aquí, señor Sánchez Pontón. (Risas. Aplausos.); pero el señor Sánchez Pontón ya no insiste más en este asunto, porque es resbaladizo el terreno que pisa, él no tiene tampoco el requisito de vecindad, es gobernador de Puebla, señores, ¿no lo hemos estado esperando? Es gobernador de Puebla desde antes de la elección; en consecuencia, ¿él se puede considerar como vecino residente efectivamente en la ciudad de México? Creo que no. No apelo a su honorabilidad porque yo creo que saldría sobrando apelar a ésta; pero él podría declarar que no es vecino de la ciudad de México. Sin embargo, considera que ese cargo de gobernador lo adquirió por el voto del pueblo; lo adquirió con la mayoría del Senado y eso lo llama él voto popular. Ustedes saben cómo está constituido el Senado; cómo estaba, sobre todo, y ahí es donde el señor Sánchez Pontón adquirió su cargo de gobernador. De manera que por más argucias y rabulerías que venga a argüir aquí, no podrá demostrar que ese voto absolutamente indirecto, lejano y remotísimo, ese voto indirecto del pueblo por el Senado para hacerlo gobernador de Puebla, no puede considerarse como él alega aquí en su documento, para que no se le considere como no vecino; más bien dicho, para que se le siga considerando como vecino porque desempeña un cargo de acción popular. (Gritos. Aplausos. Siseos.) Así lo afirma él. Pues bien, señores diputados; el señor Sánchez Pontón sigue adelante en su camino y empieza por asegurar que las casillas del Partido Cooperatista son falsas, que las casillas del Partido Cooperatista son fraudulentas. (Gritos. Aplausos. Siseos.) Afirma en este mismo papel que Luis G. Ramírez, Ignacio Vizcarra, Luis G. Ramos, Pedro Argüelles, etcétera, etcétera, son empleados del Ayuntamiento. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí! Gritos Aplausos. Siseos.) Y él dice que no tienen fuerza probatoria nuestros documentos, porque le traemos declaraciones insospechables enteramente, porque para convencer a toda la Asamblea, naturalmente que nosotros quisimos empezar por recurrir a pruebas las más insospechables, pruebas que absolutamente no tuvieran lugar a ser tachadas de parciales y una de ellas es la del suplente del señor Aguirre colorado, jefe de la sección de Salubridad y de Higiene, de la que depende en el Ayuntamiento este señor. Y este señor, como lo hizo constar la Secretaría en ocasión anterior, certifica en un documento oficial, Pedro Luna, candidato a diputado, y ahora diputado suplente por el 7o. distrito, certifica: "que el señor don Pedro Argüelles no es ni ha sido nunca empleado de dicho servicio; sino que, probablemente se le confunde con el C. Pedro Argüelles Espinosa, hijo del señor Argüelles, que sí es empleado de dicho servicio, como segundo jefe del mismo."

El que figura como presidente de la casilla. Y apelo a la honradez del señor Rafael Lara. No sé si habrá salido del salón; pero el señor Lara votó en la casilla donde era presidente el señor don Pedro Argüelles, y él puede decirnos si es cierto o no que es empleado del Ayuntamiento o no ha sido jamás (Gritos. Aplausos. Siseos.) De manera es que una prueba enteramente convincente para él, una prueba de la parte contraria nos la dio Pedro Luna y Rafael Lara donde votó él, donde votó Pedro Lara, donde estuvo de presidente de casilla el señor Pedro Argüelles; es lo que nosotros traemos aquí precisamente para destruir la serie de falsedades que dice el señor Luis Sánchez Pontón en este papel. Sigue diciendo que Luis G. Ramos, etcétera, etcétera, y con certificado de la tesorería del Ayuntamiento, con certificados de las actas de instalación que pueden servir para comparar, para establecer una comparación entre las firmas que aparecen como de presidentes de las casillas y como presidentes de los expedientes, se podrá aclarar que son puramente falsedades las que dice el señor Sánchez Pontón en este papel, porque ni Luis G. Ramos, ni Ramírez, ni Argüelles son empleados del Ayuntamiento; absolutamente ninguno de ellos; en consecuencia, está probada la falsedad de los argumentos del señor Sánchez Pontón. (Gritos. Aplausos. Siseos.) El dice que lo que más le interesa es demostrar que las casillas de él tienen todos los documentos oficiales; está claro, ¡cómo no iban a tener documentos oficiales! si el jefe de Gobernación, el jefe de Censo y Empadronamientos, el secretario del Ayuntamiento, el vicepresidente del Ayuntamiento, que debéis recordar fue candidato del Partido Liberal Constitucionalista y ahora diputado por el 1er. distrito, todos

estuvieron al servicio del señor Sánchez Pontón, y esto lo probamos con documentos. No lo venimos a afirmar gratuitamente, lo afirmamos y lo probamos. Aquí está probado, señores, con documentos enteramente irrefutables, que la Secretaría del Ayuntamiento, que el jefe de Gobernación, que el jefe de empadronamiento y Censo, etcétera, etcétera, estaban con el señor Sánchez Pontón, y son miembros conspicuos del Partido Liberal Constitucionalista. Figura en las constancias que hay en el expediente, un documento que no podrá decir el señor Sánchez Pontón que no tiene ninguna fuerza; un documento firmado por el señor Martín F. Reyes, jefe de los comités del Partido Liberal Constitucionalista y jefe a la vez de la oficina de Censo y Empadronamiento, señores diputados. Martín F. Reyes, inspector de los comités del "Pélece", jefe del Censo y Empadronamiento, es decir, el que tiene en sus manos todos los hilos de la preparación electoral, el que tiene en sus manos los instaladores, los documentos oficiales, las urnas, etcétera, etcétera, con el señor Ortega Belmont, su digno adlátere. Es cierto que Martín F. Reyes, al declarar aquí lo que declaró, hizo una declaración de parte y es una prueba. (Siseos. Silbidos. Campanilla.) La Secretaría ya dio fe de esto y sólo voy a recordarlo a la Asamblea. "Martín F. Reyes, inspector general de comités electorales del Partido Liberal Constitucionalista, nombra al señor Manuel Flores, presidente del comité electoral del 5o. distrito, en la parte de Santa María la Ribera.

"Patria, Libertad, Constitución. - México, julio 21 de 1920. - M. F. Reyes."

Al calce dice: "Me consta que el señor Martín F. Reyes desempeña el puesto de jefe de la Sección de Censo y Empadronamiento dependiente del Departamento de Estadística, que es a mi cargo.

"México, a 20 de agosto de 1920. - El jefe del Departamento de Estadística, Archivo y Biblioteca. - C. M. Tamayo."

Un sello que dice: "Ayuntamiento Constitucional de México, - Sección de Estadística. - agosto 20 de 1920.

El segundo jefe de Empadronamiento y Censo, dice:

"Ayuntamiento Constitucional.- México.- Sección Censo.- Número 1,809.

"A petición del C. Saúl Gómez Pezuela, hago constar que el señor Manuel Flores fue nombrado empadronador para hacer los trabajos del empadronamiento relativo a la elección para diputados y senadores próximo pasada.

"Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, 2 de septiembre de 1920.- El segundo jefe de la Sección de Censo y Empadronamiento, Filemón Fierro. - Al C. Gómez Pezuela. - Presente."

Pues bien, señores; el señor Manuel Flores, empadronador, jefe del comité del 5o. distrito electoral del Partido Liberal Constitucionalista en Santa María la Ribera, aparece como presidente de una casilla, y la honorable Comisión dictaminadora dice que las pruebas presentadas por el C. Garza no le parecen convincentes. ¡Claro! Aquí se trataba de nulificar votos de Sánchez Pontón, aquí no son convincentes; pero sí lo son las pruebas del señor Sánchez Pontón cuando presenta, simple y llanamente, un acta de instalación levantada por miembros del Partido Liberal Constitucionalista, porque escuchad lo que dice la comisión dictaminadora respecto de la casilla número 2:

"En la 2a. sección aparece la Mesa instalada por el C. Miguel Ruiz Celis, instalador suplente nombrado por el Ayuntamiento; hay acta de instalación, en que se nota que, estando redactando aquélla, se presentó el C. Gabino Vizcarra son un grupo de individuos, e interrumpió el acto, hizo nueva instalación, obligando al mismo señor Celis a firmar el acta. Hay también en el expediente del P. L. C. un principio de votación y una lista de votantes...

Dice, según el acta de instalación firmada por el instalador, en unión del presidente de la Mesa: "..... figura como presidente electo de la casilla, el señor Guillermo Davis, habiéndose nombrado a los demás miembros de la Mesa. Aparece el nombramiento del instalador suplente. En el expediente del Cooperatista aparece como instalador el mismo señor Miguel Ruiz Celis, pero el nombramiento del instalador que figura en el expediente, corresponde al señor Heriberto Valencia, instalador propietario nombrado por el Ayuntamiento, quien no se presentó. Hay acta de escrutinio, hoja de modelo "C", una lista que suple al padrón, sin autorizar por ninguna firma, acta de instalación.

"La Comisión que suscribe reconoció como auténtica la Mesa que instaló el señor Ruiz Celis primeramente, según el acta firmado por él en unión de los miembros de la Mesa que fue disuelta por el señor Vizcarra, reconociéndose, por lo tanto, como presidente de tal casilla, al señor Guillermo Davis."

El C. Vadillo: Pido la palabra, señor presidente. ¿Me permite el uso de la palabra, como miembro de la Comisión?

El C. Prieto Laurens: Sí, señor.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Vadillo.

El C. Vadillo: El señor Prieto Laurens está dando cuenta de algunos documentos que se refieren a la 2a. casilla. Suplico al señor Prieto Laurens sea servido de pedir que sean leídos los documentos que cita, para mayor conocimiento de esta honorable Asamblea; el empleado puede inmediatamente traerlos porque ahí están todos.

El C. Prieto Laurens: Con mucho gusto. El señor Vadillo quiere que se lean los documentos, ¡Qué se lean! Pero el dictamen dice eso. Según el acta de instalación, aparece que la casilla legítima es la del "Pélece", ¿cuál es la prueba? El acta de instalación. Muy bien. Esto sí le parece prueba al señor Sánchez Pontón y a la Comisión, y no le parece prueba una documentación oficial, una prueba oficial, una prueba testimonial, señores, que es de mucho mayor fuerza, de muchísimo mayor fuerza. Mayor fuerza tiene la prueba testimonial que una simple acta de instalación, una simple acta de instalación, que tenía la parcialidad del presidente de la Mesa y de los miembros, que eran del "Pélece". ¡Cómo iban a decir que la casilla del Cooperatista era buena! Eso jamás lo ha dicho nadie. Así es que el acta de instalación tenía que decir que la casilla del "Pélece" era buena, y esta es la única prueba para darle validez a la casilla número 2 del "Pélece" y desbaratar la del Cooperatista. Aquí probamos, con estas fotografías, el acta de

instalación firmada por el instalador que la Comisión dictaminadora reconoce como tal. En consecuencia, si nosotros probamos que este señor tiene en su acta de instalación, que su firma figura en la casilla Cooperatista, entonces, ¿a quién le da la razón la Comisión? ¿Quién tiene la razón? (Gritos. Aplausos. Siseos.)

El C. Sánchez Pontón: Que se lean los documentos.

El C. prosecretario Castrejón: Una hoja que dice:

"Nombre del instalador, Heriberto Valencia; domicilio, Olivo, número 8; casilla número 2; 2a. del Cedro, número 59; distrito 5o.

"Recibí del la Sección de Gobernación del H. Ayuntamiento, lo siguiente: dos ánforas para votación; útiles de escrutinio, tinta, goma, mango, papel; cuatro hojas de padrón; 100 credenciales en blanco para elector, 119401 - 119500 nombramiento por duplicado.

"México, julio 31 de 1920.

"Nota. Los instaladores tendrán las funciones del auxiliar electoral, dentro de lo ordenado por la ley, y con absoluto apego a ella."

La Secretaría da fe de tener a la vista un modelo "C" que previene la Ley Electoral, un padrón auxiliar, una lista de electores, que no está autorizada un nombramiento de instalador, expedido por el Ayuntamiento Constitucional de México a favor del C. Heriberto Valencia, con domicilio en la calle del Olivo, número 8, subscripta por el presidente municipal y el secretario del Ayuntamiento. El acta de escrutinio de la misma casilla, firmada por el señor G. Vizcarra. - Primer escrutador, Pedro Brito. - Segundo escrutador, Salvador Domínguez. - Secretario 1o., Guillermo Mancera. - Secretario 2o., Joaquín Fernández."

Un acta: "En la ciudad de México, a las nueve en punto de la mañana del día primero de agosto de mil novecientos veinte, presentes en la casa número 59 de la calle de "El Cedro", lugar designado para instalar la casilla número 2 del 5o. distrito electoral, los CC. Miguel Ruiz Celis, instalador suplente; auxiliar electoral; representante del Partido Cooperatista y representante del Partido Liberal Constitucionalista, se procedió a instalar la expresada casilla, y previa la votación de los electores presentes, resultaron designados por mayoría de votos: presidente, el C. G. Vizcarra; primer secretario, el C. Guillermo Mancera; segundo secretario, el C. Joaquín Fernández; primer escrutador, el C. Pedro García Brito; segundo escrutador, el C. Salvador Domínguez, quienes tomaron inmediatamente posesión de sus respectivos puestos. Acto continuo, el instalador hizo entrega al presidente de los documentos de que habla el artículo 52 (cincuenta y dos) de la Ley Electoral vigente, y por su parte, el auxiliar hizo entrega de los padrones correspondientes. Concluida la instalación de la expresada casilla, el presidente preguntó en voz alta si alguno de los presentes tiene que hacer queja o denuncia por cohecho, soborno o amenaza para que la elección recaiga sobre determinada persona, habiéndose contestado a esta pregunta que nadie podía hacer denuncia o queja alguna. Se hace constar que se recibieron cien boletas para la votación, así como dos ánforas, papel y útiles de escritorio. Se levanta esta acta de instalación de la Mesa, por triplicado, y se firma por todos sus componentes, así como por el instalador y los representantes de los partidos políticos que presenciaron dicha instalación.

"Presidente de la Mesa, G. Vizcarra. - Pedro G. Brito, primer escrutador. - Salvador Domínguez, segundo escrutador. - Guillermo Mancera, primer secretario. - Joaquín Fernández, segundo secretario. Miguel Ruiz Celis, instalador."

Presidencia del

C. DIAZ SOTO Y GAMA ANTONIO

"En la ciudad de México, a primero de agosto de mil novecientos veinte, reunidos a las nueve de la mañana en la casa número cincuenta y nueve de la segunda calle del Cedro, casa designada por el H. Ayuntamiento de esta ciudad para instalar la segunda casilla del 5o. distrito electoral, y estando presente el ciudadano instalador nombrado legalmente y cinco ciudadanos, que son los que señala el artículo 5o. de la Ley Electoral respectiva, se procedió acto continuo a elegir, por votación, al ciudadano presidente de la Mesa, saliendo electo para tal cargo el C. Guillermo Davis; para 1er. secretario, el C. Ismael Gutiérrez; como 2o. secretario, el C. Jesús L. García; como 1er. escrutador, el C. José Gilberto Flores, y como 2o. escrutador, el C. Florentino García; todos con domicilio y empadronados en la segunda sección electoral. Concluida la instalación de la Mesa, se procedió acto continuo a levantar el acta de instalación, y estando en esta labor, se presentó ante la Mesa, a las nueve y quince minutos de la mañana, un ciudadano de apellido Vizcarra, al frente de unos quince o veinte soldados uniformados y otros tantos civiles y de una manera altanera y agresiva, apoyado por el contingente de gente que era a sus órdenes, y no importándole la ley ni el grupo de ciudadanos que integraban la Mesa, que ya estaba instalada a su tiempo y con todos los requisitos debidos, procedió el citado señor Vizcarra a hacer una nueva elección para instalar otra Mesa, sin importarle las protestas del grupo de ciudadanos que integraban la Mesa del ciudadano presidente electo legalmente y que ya estaba instalada a la hora que señala la ley, y de una manera intencionada al hacerse una aclaración hicieron desaparecer, los del grupo del señor Vizcarra, parte del padrón y obligando al ciudadano instalador para que les firmara una nueva acta no obstante que los dichos señores habían presenciado que el instalador había firmado las primeras al ya electo presidente, C. Guillermo Davis, como consta por las actas que se levantaron y el nombramiento del ciudadano instalador, que obra en nuestro poder legalmente. El ciudadano instalador se vio precisado, para obviar dificultades mayores, a firmar contra su voluntad las actas que le presentó el C. Vizcarra, obrando, como antes hemos dicho, por medios ilícitos, pues lo acompañaban soldados con intenciones aviesas, pues, según sabemos, son los mismos que se presentaron a la 1a. casilla del 5o. distrito, instalada en la calle Amado Nervo número 88.

"En vista de todo lo expuesto en la presente acta y con el legítimo derecho que nos asiste, protestamos enérgicamente contra la ilegalidad de la Mesa que estuvo funcionando.

"Hago constar que lo expuesto en la presente acta es cierto.- El instalador, Miguel Ruiz Celis.- Guillermo Davis.- Jesús L. García. - José Gilberto Flores. - Ismael A. Gutiérrez. - Florentino García."

El C. Prieto Laurens: Señores diputados: Ya ven ustedes que la prueba de la Comisión es el acta de instalación del "Pélece", esto es todo, señores; esta es la prueba; se dice que el señor Vizcarra se presentó con soldados y, ¿dónde está la prueba de eso? La afirmación gratuita, única, exclusiva, de los miembros de la casilla del "Pélece". Esto no puede considerarse como una prueba, porque entonces, señor Sánchez Pontón, son pruebas también todas las afirmaciones de todos los miembros de todas las casillas del Partido Cooperatista. Bastaría con examinar las actas de instalación para darle la razón al Partido Cooperatista, porque afirman precisamente lo contrario. Así es que contra esa afirmación tenemos otra y, además, tenemos un documento enteramente irrefutable, el documento del instalador y la firma del instalador nuestro en el acta de la instalación nuestra. ¿Qué significa, pues, que la casilla de ellos tenga la firma de los miembros de esa casilla y la afirmación de que Vizcarra fue con fuerza armada? En cambio, señores diputados, aquí consta en el expediente la declaración del general Hill. Hay que hacer constar que no solamente, como dijo el C. León, fue a una casilla, en donde creyó que había obreros exaltados; fue también a la casilla número 1 y lo declaró y está en el expediente su declaración. El no lo niega, al contrario, en el número de hoy de "El Monitor Republicano" aparece la confirmación de sus palabras anteriores, aparece la confirmación del relato de todos los periódicos, porque dice que, efectivamente, fue a poner en su lugar las cosas, y, repito, señores, ¿quién era el jefe de la guarnición de la plaza? ¿llamado por quién fue a poner las cosas en su lugar y consideró que los obreros exaltados no tenían derecho a instalar la casilla número 1? El señor Sánchez Pontón dice que no ayudó el Laborista, porque no hay laboristas. ¿Y entonces los obreros exaltados, a los que fue a quitar el señor general Hill de la casilla? Esos obreros exaltados deben ser probablemente miembros de otro partido.

El C. Sánchez Pontón: ¡Eran soldados!

El C. Prieto Laurens: Los obreros exaltados, dice el señor general Hill que le parecían exaltados en la casilla número 1, y fue a disolverlos, y él quiere confundir a los contrarios, confundirnos con la aclaración de que a las nueve de la mañana se instaló también la casilla de ellos, según la misma declaración testimonial. (Gritos. Silbidos.) Sí, señores; a las nueve de la mañana estaba la mayoría de los miembros vecinos de esa sección instalando la casilla número 1, y a las nueve de mañana también estuvo un grupo de tres o cuatro individuos que aparecen en esta fotografía. Esos cuatro individuos, señores diputados, que se encuentran marcados con el círculo rojo, no podían constituir la Mesa a las nueve de la mañana; no habían tenido tiempo de llamar a Santo Domingo a la guarnición de la plaza. A las nueve de la mañana confiaban en que el instalador los iba a ver a ellos; a las nueve de la mañana tenían la seguridad de que la casilla número 1 era ganada por ellos; pero viendo que había mayoría de cooperatistas, acuden al general Hill. Así pues, señores diputados, lo que dice el señor Sánchez Pontón es cierto: A las nueve de la mañana estaban los peleceanos, y a las nueve de la mañana también estaban los cooperatistas que la instalaron como consta en esta declaración; pero el señor Sánchez Tenorio, que no es vecino y está probado aquí que no es vecino de esa sección, y el instalador, que tampoco es vecino de esa sección, estaban de acuerdo y entonces recurrieron al expediente facilísimo de llamar un camión de yaquis y expulsar a las once de la mañana a los exaltados obreros que habían ganado la casilla del Cooperatista. Ahora bien; la Comisión no le concede ninguna prueba a la declaración de un comisario nombrado por el general Ramírez Garrido, miembro del "Pélece"; además, todos los comisarios son miembros del Partido Liberal Constitucionalista, todos, absolutamente todos. (Gritos. Aplausos. Siseos. Campanilla.) Yo lo voy a probar. El señor comisario de la 7a. Demarcación de Policía, nombrado por el señor Ramírez Garrido, que ustedes saben es miembro del Partido Liberal Constitucionalista, en las sesiones de bloque y aquí mismo lo declaró paladinamente, y esto no es un reproche, es uno de los miembros connotados del Partido Liberal Constitucionalista; pero todos los comisarios son también compañeros del partido de él; de manera que, ¿qué puede alegar el señor Sánchez Pontón en contra de la afirmación del comisario, cuando, señores diputados, el jefe de la Sección de Empadronamiento, de Censo, de los comités del "Pélece" no nos permitían a nosotros ni siquiera que nos empadronaran, no nos permitían que obtuviéramos nuestras credenciales de electores, menos aún el secretario del Ayuntamiento? Nosotros, señores, no traemos la autenticidad oficial; nosotros no traemos el vale, el visto bueno del licenciado Zubaran o de los demás miembros del Ayuntamiento; no, señores.... (Gritos. Aplausos. Siseos.) nosotros para documentarnos, nosotros para probar que nuestras casillas son legítimas, hemos tenido que recurrir a los mismos medios; hemos tenido que vencer las mismas dificultades que el señor Martínez de Escobar manifestó en esta tribuna. (Gritos. Murmullos. Aplausos. Siseos.) Que de lea el DIARIO DE LOS DEBATES y escucharéis entonces cuál fue el criterio de la mayoría de esta Asamblea para juzgar el caso del señor Aguirre Colorado; que se lea el DIARIO DE LOS DEBATES y entonces recordaréis que el eminente miembro del Partido Liberal Constitucionalista, licenciado Martínez de Escobar, desde esta tribuna, con su elocuencia abrumadora, demostró, señores, que cuando las autoridades municipales de Tabasco no registraron ni empadronaron ni permitieron absolutamente nada a sus partidarios, entonces señores - dijo el señor Martínez de Escobar y lo confirmaron con su voto todos los peleceanos -, entonces dijo el señor Martínez de Escobar, que las casillas que no tenían los documentos oficiales eran buenas, porque el pueblo había ido a votar y el pueblo no estaba sujeto al capricho del general Greene. (Siseos. Aplausos. Campanilla.) Eso indica, señores diputados, que hay dos medidas para juzgar el caso del

Ayuntamiento de Tabasco y el caso del Ayuntamiento de México, que se postuló en masa para diputados por la ciudad de México, (Siseos. Campanilla.) que se postuló en masa para diputados por la ciudad de México. El único (Siseos.) el único que no valió de las autoridades municipales es el licenciado Martínez de Escobar. El señor Martínez de Escobar señores diputados, como puedo probarlo con el mismo Boletín Municipal, al que le dio lectura la Secretaría en ocasión anterior, el licenciado Martínez de Escobar cuando reclamaba en cabildo que se nombraran los consejos de Distrito para que fueran seleccionados todos los partidos en el nombramiento de instaladores, etc., etc. el licenciado Martínez de Escobar me dio la razón, fue el único peleceano honrado en el seno del Ayuntamiento, y él agregó, lo que le honra muchísimo: agregó que él, siendo regidor, no quería que se dijera en público que aprovechaba su puesto para influenciar a los habitantes del 2o. distrito, y que por tanto, renunciaría al carácter de regidor. Este rasgo no lo tuvo Pérez Abreu ni ningún otro.

El C. Sánchez Pontón, interrumpiendo: Ni usted tampoco.

El C. Prieto Laurens: Sí, señor; yo me postulé por el 11 distrito del Distrito Federal, no tenía jurisdicción el Ayuntamiento de México. Yo me postulé por el 11 distrito, donde absolutamente no tiene influencia el Ayuntamiento de la capital.

El C. Sánchez Pontón: Trabajó usted en el 5o. también.

El C. Prieto Laurens: No es cierto: estuve en el 11, en San Angel, en Tlalpan, en Coyoacán, en Milpa Alta, donde absolutamente no tiene jurisdicción el Ayuntamiento de la capital. Así pues, señores, y les consta a todos que yo me retiré de mi curul, que yo me retiré prácticamente del cargo de regidor para ir a trabajar mi candidatura para diputado y yo no vengo aquí, señor Sánchez Pontón, con documentos oficiales. Para mí las pruebas me las da el voto popular, no necesito que me ponga el visto bueno el presidente municipal para que mi credencial sea buena; no necesito del secretario del Ayuntamiento y miembro de mi partido, que me dé un certificado de que mi elección es buena, y no necesito, señores diputados, que para que sea buena mi elección, sea necesario que a la casilla número 1 vaya el secretario del Ayuntamiento en automóvil acompañado de tres inspectores del Ayuntamiento, miembros del Partido Liberal Constitucionalista, para hacer constar que la casilla legítima es la que instaló el general Hill. (Gritos. Silbidos. Siseos. Aplausos. Campanilla.) La elocuencia del señor Martínez de Escobar, es la elocuencia del revolucionario honrado; es la elocuencia del que recuerda que en compañía del que habla fue a la casa de su cuñado Saldaña Galván, en Humboldt, a descubrir el chanchullo que Saldaña Galván estaba realizando con los instaladores, con los documentos oficiales, con los padrones, tal y cual ha sucedido en el 5o. distrito electoral con el señor Sánchez Pontón en esta ocasión. Las pruebas las tenemos aquí, señores, ¿quién tiene más derecho y más validez al declarar un hecho, señores, el secretario del Ayuntamiento, el vicepresidente del Ayuntamiento, el jefe de Gobernación, el jefe de Censo y Empadronamiento que, según todos estos documentos, son miembros del "Pélece", son jefes de comités, son candidatos a diputados, como el vicepresidente, en fin, todas las pruebas abrumadoras que existen en los documentos y la notoria convicción que existe en la opinión pública de que el Partido Liberal Constitucionalista en masa, se puede decir, domina en el Ayuntamiento? Y no como lo afirma el señor Sánchez Pontón, que somos nosotros los que lo dominamos; que el señor Vizcarra tiene Instrucción Pública, y el que habla, Limpia y Transportes, cuando con esa Sección de Limpia y Transportes desde hace más de tres meses no he tenido que ver con ella, y la prueba es que los miembros de la Sección de Transportes han llenado las galerías. (Gritos, Aplausos. Siseos.) Ya hemos visto el documento que el señor León tiene en su poder; la prensa dio fe de él, en que el jefe de esa Sección, Ladrón de Guevara, miembro del Partido Liberal Constitucionalista, decía al presidente de la Cámara: "Señor general García Vigil: Están listas la galerías con setecientos hombres.- Ladrón de Guevara." (Aplausos. Gritos. Siseos.) Pues bien señores diputados, ¿cuál certificado es más digno de tomarse en consideración? Aquí está el documento que yo he recogido, "para mi general García Vigil", firmado por el señor Ladrón de Guevara. (Siseos. Murmullos. Silbidos. Desorden. Campanilla. Gritos.) Señores diputados: No quiero perder el hilo de mi discurso. (Voces: ¡Qué se lea! ¡Qué se lea!) Lo único que necesitamos probar es la evidencia, es lo único que debe preocuparnos, si hubo parcialidad en el Ayuntamiento, porque, de lo contrario, no podemos seguir adelante, porque el señor licenciado Martínez de Escobar ha venido a la tribuna a sostener la parcialidad del Gobierno de Tabasco y la demostró con todo lo que es público y notorio, con los atentados, con la parcialidad de aquellos señores del Ayuntamiento de Tabasco, de la capital de Tabasco, que eran compañeros y miembros del partido que postulaba a su contrario. Así pues con esas mismas pruebas y con pruebas documentales y con pruebas que existen aquí en la Cámara, porque nadie me va a negar que el vicepresidente del Ayuntamiento, señor Pérez Abreu, fue candidato y ahora diputado por el 1er. distrito electoral, y el señor vicepresidente de ese Ayuntamiento dio su visto bueno a la credencial, sin estar fungiendo como presidente, ya lo dijo León, ¿por qué, señores, el licenciado Zubaran no firmó la credencial del señor Sánchez Pontón? Ya explicó por qué: porque es un buen diplomático, porque quiso lavarse las manos con su compadre y amigo Pérez Abreu. (Aplausos. Siseos.) ¿Pero qué sucedió? Le han quedado sucias, ¡pero qué sucias le han quedado las manos al señor Pérez Abreu! El señor Pérez Abreu se las manchó al firmar la credencial del señor Sánchez Pontón. El señor Pérez Abreu no firmó la credencial de Garza, la credencial de Garza la certificó el secretario del Ayuntamiento, poniendo una nota diciendo que no prejuzgaba, siendo que la ley no lo faculta para poner ni una sola letra ni para prejuzgar ni para tachar. Decidme, señores abogados, o todos los que conozcáis la ley, ¿qué artículo de la ley faculta a un secretario de Ayuntamiento para que le ponga anotaciones a una credencial, y qué artículo de la Constitución faculta al secretario del Ayuntamiento para certificar, para que la Comisión tenga en cuenta este certificado,

que la casilla número 1 fue instalada por Fulanito, por Menganito, por Zutanito, que todos ellos eran miembros de esa sección? (Aplausos. Silbidos. Gritos. Desorden.) El señor Sánchez Pontón dice que se reserva para hablar de otras casillas. Yo también me reservo para hablar de otras casillas, porque la honorable Comisión dictaminadora tuvo en cuenta en unos casos una prueba, y en otros casos no tuvo en cuenta esa prueba.

Pues bien, señores diputados; quedará en la conciencia de ustedes, quedará en la conciencia del pueblo de la capital, si es cierto o no es cierto que el Ayuntamiento de la capital estuvo de parte del señor Sánchez Pontón. Y haciendo un resumen os diré. (Voces: ¡Sí es cierto! ¡No es cierto! Gritos. Desorden.) Os diré, el resumen de pruebas es este: Primero, como en ningún distrito, no se publicaron las listas de los instaladores con sus domicilios, como en el 5o. distrito, en la primera prueba; segunda, como en ningún distrito, señores, el secretario del Ayuntamiento, el jefe de la sección de Empadronamiento y Censo, el jefe de gobernación, entonces director de Obras Públicas, todos miembros del Partido Liberal Constitucionalista, como consta en los documentos de que ha dado fe la Secretaría, porque la Secretaría ha leído que el señor Martín F. Reyes es jefe de los comités del "Pélece" y que Ortega Belmont es miembro del "Pélece", etcétera, etcétera, y que decididamente todos los que favorecen a Sánchez Pontón, todos los que tuvieron en sus manos el engranaje de la propaganda electoral, de la preparación electoral y de la realización del acto de la instalación, porque tenían los instaladores, etcétera, todos esos señores son miembros del Partido Liberal Constitucionalista y algunos de ellos candidatos a diputados a la vez que regidores y vicepresidente del Ayuntamiento, y encargados de poner el visto bueno a Sánchez Pontón. De todo esto, señores diputados, existen documentos probatorios del partido contrario, que son los de más fuerza, en que se demuestra que el señor Sánchez Pontón tuvo a su favor este detalle que es pequeñísimo: las credenciales de elector, las repartió el comité del "Pélece" y las repartió juntamente con una hoja de propaganda que decía más o menos lo siguiente: - Vais a escucharlo, porque es curioso -. El señor Sánchez Pontón decía: "Deseamos llamar muy especialmente la atención de usted acerca de que estos candidatos son civiles y civilistas". (Gritos. Murmullos. Desorden. Campanilla.) Efectivamente, señores, (Siseos. Desorden.) el señor Sánchez Pontón es civil, no obstante su carácter de coronel. Además, es civilista. (Desorden en las galerías.) ¿Quién le va a negar al señor Sánchez Pontón el derecho de llamarse civilista si estuvo recibiendo del señor su cuñado Saldaña Galván y de Aguirre Berlanga (Siseos. Gritos.) un sueldo? Otra frase de la propaganda, señores, que se repartió junto con las credenciales de elector, según lo prueba el acta del Juzgado de Distrito y el acta de la 7a. Comisaría: dos actas distintas, una relativa a un hecho y otra a los hechos consignados de que en el mismo sobre en que se repartía la credencial de electores, junto con estas pequeñas hojas de propaganda, que dicen así para terminar: "Fijaos que".... (Desorden. Gritos. Campanilla.) Quién sabe qué adivinación existe, que no quieren que se lea esto; (Voces: ¡Sí! ¡Sí! ¡Qué se lea!) "Fijaos que nuestros candidatos no son laboristas ni bolshevikis."

¡Es claro! Cuando el señor Sánchez Pontón defendió en un teatro de última categoría, el teatro Lírico, defendió el señor Sánchez Pontón la existencia del Ayuntamiento autónomo, pronunció un discurso altisonante elogiando a los soviets de Rusia, y ahora dice: "Yo no soy bolsheviki". (Aplausos. Siseos. Campanilla.) ¡Es claro! El señor Sánchez Pontón, y esto no lo digo, sino que lo puedo comprobar con los documentos que tiene el señor León en su poder, porque ahí está un folleto donde se publica el discurso del señor Sánchez Pontón, que le costó la canonjía de la Suprema Corte de Justicia por más datos, (Desorden. Campanilla.) en pleno período carrancista, cuando Carranza atentaba contra las instituciones de la revolución, del Municipio Libre....

El C. Sánchez Pontón, interrumpiendo: ¡Usted le iba entonces a lamer los pies a Berlanga!

El C. Prieto Laurens, continuando: ....el señor Sánchez Pontón disfrutaba de un cargo en la Suprema Corte de Justicia y ustedes recordarán que el discurso bolsheviki del señor Sánchez Pontón le costó que le quitaran la canonjía, y entonces su cuñado el señor Saldaña Galván lo recogió en el Ayuntamiento. Esa es la verdad. (Siseos. Campanilla.) Pues sí, señores, cuando se trató de pedirle un voto a algunos mochos, a algunos elementos enemigos de la revolución, en el 5o. distrito, que era a los que se dirigía el señor Sánchez Pontón, a los que quería conquistarse el señor Sánchez Pontón, les decía: "Yo no soy bolsheviki". Olvidaba ya que en otra ocasión, cuando estaba lleno el teatro Lírico por cooperatistas y por laboristas, entonces sí era bolsheviki el señor Sánchez Pontón. (Aplausos. Siseos. Desorden.)

El C. Alvarez del Castillo: Pido la palabra con fundamento en el artículo 106

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Alvarez del Castillo: Con fundamento en el artículo 106 pido que se sirva su señoría concederme la palabra; es una aclaración de interés para todos los miembros de esta Asamblea.

El C. presidente: ¿Para qué quiere usted que se le conceda la palabra?

El C. Alvarez del Castillo: Una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Alvarez del Castillo: Esa moción de orden consiste en esto: El artículo 106 del Reglamento especifica de una manera clara, de una manera terminante.... (Siseos. Campanilla.) que todo diputado tiene derecho a hacer interpelaciones a la Comisión al principiar el debate. Como en ocasión anterior no estuvieron los miembros de la Comisión dictaminadora en este asunto, por circunstancias que yo no conozco y que ella está obligada a especificar, entiendo que perdura en mí el derecho de interpelar a la Comisión sobre un asunto que es de vital importancia, porque es jurídicamente la base en que debió haberse fundado el dictamen de la Comisión y no en consideraciones superficiales. Mi interpelación, señor Vadillo, consiste en lo siguiente: ¿Conoce usted la letra y el

espíritu, por cierto antijurídico, oídlo bien, de la fracción III del artículo 55 constitucional?

El C. Vadillo: Voy a....

El C. prosecretario Castrejón: La Secretaría va a dar lectura a la fracción III, del artículo 55 constitucional:

"Ser originario del estado o Territorio en que se haga la elección, o vecino del él con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. La vecindad no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos públicos de elección popular."

El C. Alvarez del Castillo: Muy bien; me voy a permitir ilustrar un momento al C. Vadillo. (Risas.) El señor Sánchez Pontón aceptó, hace un momento, en esa tribuna, que la causa de fuerza mayor es exculpante. Muy bien, señor licenciado. Jurídicamente en todos los casos, en todo litigio, en todo juicio, la causa de fuerza mayor es exculpante. Cogiendo el argumento de usted, el señor general Jesús M. Garza, si bien no tuvo el requisito de vecindad, fue por causa de fuerza mayor que nosotros hemos admitido en virtud del movimiento revolucionario, no así el hecho de que usted haya perdido el requisito de vecindad, porque usted abandonó la capital, no por una causa de fuerza mayor, sino por haber aceptado el nombramiento de gobernador. En este artículo 55 que debemos rectificar en su construcción y en su ideología, se asienta lo siguiente: como primera providencia se confunden lamentablemente estas palabras "Residencia y vecindad". (Siseos. Murmullos.) Cosas perfectamente distintas. Segundo, en la segunda parte de la fracción III se dice: "La vecindad no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos públicos de elección popular."

Esto fue un gran defecto de los constituyentes, (Voces: ¡Ah! ¡Ah! ¡A!) yo entiendo que no precisamente se especifica (Siseos. Voces: ¡Ah! ¡Ah!) Sí, señores; yo entiendo esto y es la única solución aceptable que se le puede dar a este error jurídico; (Siseos.) aquí dice que no se pierde por ausencia en el desempeño de cargos públicos; se refiere a cargos públicos cuando debió de referirse a las personas única y exclusivamente electas para el desempeño de un cargo público. Yo consulté el caso al C. licenciado Martínez de Escobar y él me dio la razón, así es que su señoría, nosotros, debemos sentar este precedente: usted perdió el requisito de vecindad por el hecho de haber abandonado de un modo voluntario sin que nadie se lo forzara, sin que tuviera compromisos electorales, el requisito de vecindad; no está usted en la condición del señor Garza, por esto ruego a la Comisión que sea servida de especificar jurídicamente este asunto. Si estuviera el señor Castro López, él, que es más versado en el asunto, podría sentar el precedente.

El C. Ayala: Pido la palabra para hacer una interpelación.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Flavio Ayala.

El C. Ayala: Habiendo hablado tres oradores en pro y tres en contra, como señala el Reglamen... (Siseos. Murmullos. Desorden.) Sí, señores, debe la Presidencia consultar a la Asamblea si se prolonga el debate. (Voces: ¡Ah! ¡Ah!)

El C. presidente: Sólo ha hablado en pro el C. Sánchez Pontón. (Aumenta el desorden.) Únicamente el señor Sánchez Pontón.

El C. Garza Candelario: No, señor; se comenzó la discusión anteayer. (Voces ¡Ah! ¡Ah! Aumenta el desorden. Campanilla.)

El C. presidente: C. Flavio Ayala: A reserva de explicar a usted que en este momento se está discutiendo, creo que debo concederle la palabra a la Comisión, para contestar las interpelaciones que le han hecho.

El C. Vadillo: Honorable Asamblea: La circunstancia de esta interpelación del C. Alvarez del Castillo, orienta la breve exposición que habría de hacer en este asunto, en el sentido de satisfacerlo primeramente a él. El señor Alvarez del Castillo propiamente ha deseado exhibir que él es muy capaz para interpretar el artículo 55, fracción III de la ley. Me parece que mi opinión sale sobrando, (Risas.) porque la de él fue sumamente explícita rectificando al Constituyente y dejando bien sentada la jurisprudencia de este artículo constitucional. Hay una razón simple y sencilla, por la cual la Comisión, que no es un cuerpo técnico de abogados, sino un cuerpo de hombres que merecieron la confianza de vosotros para informarnos de las elecciones y no de jurisprudencias complicadas, hay una razón, digo, por la que la Comisión no tomó en cuenta el artículo 55, fracción III de la Constitución. Ese hecho es este: Que a la Comisión nadie, ni de una parte ni de la otra le presentó este problema. Estando ambos contendientes más o menos complicados en la red jurídica que los abogados encontrarían de este artículo - la constitución no hace mérito para el uno ni para el otro -, la Comisión se concretó a examinar las casillas, por la razón que voy a explicar con todo detalle. Antes de ello, señores representantes, deseo cumplir con un deber de estricta cortesía con vosotros. Disfrutando de una licencia económica que me concedió el ciudadano presidente, tuve que salir de esta capital. El dictamen entró cuando nadie lo esperaba, y en Guadalajara supe que se estaba discutiendo; aún más: supe que dos o tres caballeros valientes (Risas.) le arrojaron el cargo a la Comisión de haber sido cobarde. He venido, señores representantes, expresamente a dar mis disculpas más respetuosos y a recoger ese cargo de estos ciudadanos, a quienes deseo que se identifique para comprobar su valor, pues suelen atacar a individuos que no están presentes. Este dictamen del 5o. distrito electoral tiene, como vosotros lo comprendéis, ciudadanos representantes, importancia política principal; no ha pasado a vuestro estudio otro de mayor trascendencia, por lo que se refiere al equilibrio de los partidos políticos en lucha actualmente en la República. Pude ser sumamente trascendente para la situación, para la fisonomía política de esta Asamblea en los sucesivo; puede ser, evidentemente, de mucha importancia para la labor legislativa que se acerca en esta Asamblea, la cual se resuelve por mayoría; las cuales, de poco tiempo a esta parte, vienen constituyéndose por el acuerdo de los bloques parlamentarios que se forman en esta Asamblea. Consiguientemente, a pesar de las muestras de impaciencia que bajan de arriba, y que tanta mella suelen hacer en algunos de los ciudadanos representantes; a pesar de las muestras de fatiga que

son notorias en algunos de los compañeros, es necesario, es indispensable que, acerca de este asunto del 5o. distrito electoral, abramos un debate concienzudo Yo veo los esfuerzos de los que han tomado parte en esta discusión, para levantar el debate un poco más, de quitarlo de esa situación de a ras del suelo, como he visto con pena verdadera de mi espíritu a este muchacho, más impetuoso que acertado; más tempestuoso en la cabeza que acertado en descubrir la verdad, como es el señor Prieto Laurens. Este asunto necesita más serenidad, necesita más atingencia, necesita, señores diputados, mayores consideraciones. Además, ¿no esta elección se verificó en el corazón de la República? ¿No en los lugares aristocráticos? ¿No en aquella colonia que es el espejo de todos nuestros orgullos, (Siseos.) en donde el prócer, en el día de la elección, a tiempo de que abajo la democracia se organiza instalando las casillas, ellos asoman irónicamente el ojo, ven a los que se preocupan por el espíritu público, y ellos se dedican a hacer la elección de un día de campo en un día de sol perfectamente? Si no estudiamos este asunto seriamente, resueltamente, atingentemente, vamos a darles la razón a estos próceres que viven en la capital de la República, que se burlan de vosotros, de vuestros sacrificios, que se burlan de la patria, que ven que todo es una farsa y lo ratifican todos los días con este género de discusiones. ¿Acaso los hombres cultos del país, las clases medias inteligentes, las llamadas, en esta crisis mundial en que se está debatiendo el proletariado y las clases medias ilustradas, a quienes la Revolución francesa les entregó el Gobierno de los pueblos; acaso en esta crisis no va a probar con su cultura, que es capaz de tratar una elección, que es capaz de discutir el fenómeno sin mezclar la injuria, que es capaz de abrir un debate sin que se levante un oleaje de calumnias e injurias para los contendientes? Yo, señores, os invito a un momento de seriedad; yo os invito a un momento de conciencia; os invito a un momento de reflexión. (Aplausos.) En el 5o. distrito, la indiferencia pública para los actos políticos, es tradicional; en el 5o. distrito, salvo una región de un barrio pobre, salvo puntos de barriadas, salvo los elementos aislados que corresponden a las clases medias trabajadoras o inteligentes, la indiferencia es la más absoluta para los asuntos electorales. Ya lo dije hace un momento: esto que constituye nuestro falso orgullo es, quizá, en materia de política electoral, en materia de organización democrática, una de nuestras más positivas vergüenzas. El pueblo alto desprecia los esfuerzos que hicimos y que hacemos por implantar la democracia en México; el pueblo alto se burla de nosotros; el pueblo alto ríe con ironía de sarcasmo supremo, cuando nos ve empeñados aquí en discutir los destinos del 5o. distrito electoral, de que ellos jamás se acuerdan, de que ellos proclaman que no necesitan, de que ellos repudian absolutamente. Tanto el señor Garza, revolucionario limpísimo, como el C. Sánchez Pontón, revolucionario también, (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí! Gritos. Desorden en las galerías.) como Sánchez Pontón, revolucionario, con su talento, (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí!) ellos, los dos, son absolutamente nulos para las clases aristocráticas de la Colonia Juárez, de la Colonia Roma Quienes se diputaron el triunfo fueron las clases inteligentes, las clases cultas, las clases trabajadoras y, por ello, nosotros tenemos que hacer honor a ella y hacer un estudio serio y sereno de aquellas pocas votaciones que se recogieron en esas casillas. Lo que ha sucedido en le 5o. distrito, señores representantes, franca y puramente es lo que voy a expresar: Duda la indiferencia de la mayoría, allá el distrito quedó entregado en masa, como un botín, a toda esa masa violenta que existe en México como una familia parasitaria del presupuesto, y que se llaman los políticos alquilados. (Voces: :¡Bien! Aplausos.) En México, todos los días, a las ocho de la mañana....

El C. León Luis L., interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación?

El C. Vadillo, continuando: ...hay varios millares de hombres que van a golpear la puerta, frente a las puertas cerradas de los jefes de Sección, para buscar el empleo; en México hay miles de hombres que todos los días se acuestan rezando una plegaria fervorosa a la madre casualidad para que no les quite el empleo que tienen y de que viven ellos y sus familias. (Aplausos. Siseos en las galerías.)

El C. León: ¿Me permite una interpelación?

El C. Vadillo: En México hay un porcentaje notable, como vosotros lo sabéis bien, de este proletariado de levita que Francisco Bulnes acusa de ser el autor de todos los estragos políticos que ha habido en México, el adulador de todos los tiranos, el autor de todos los despotismos y que en los tiempos de paz no es sino una parvada de gallinas famélicas que van a picotear en las oficinas públicas arreglando eso que se llama asuntos administrativos; (Aplausos. Siseos. Murmullos Desorden.) y si hay alguno de las galerías que aulla, es por eso precisamente. (Aplausos. Siseos. Desorden. Campanilla.) Ahora bien, señores representantes; dado este medio de corrupción política que existe en la capital de la República y que se proyecta con mayor facilidad en las calles asfaltadas, limpias de las colonias aristocráticas el día de las elecciones, este acto supremo de las democracias modernas, este acto que viene en decadencia y que está poniendo en decadencia los regímenes representativos en todo el mundo y que es la causa de que se esté levantando del bajo fondo este oleaje de impetuosidades que se llama la dictadura del proletariado... (Aplausos. Siseos en las galerías.) y que esta dictadura del proletariado en los países nuevos, en los países en que el régimen político representativo debía de ser honrado, debía de ser efectivo, debía ser real, porque eso es, como lo he dicho, el patrimonio que nos dejó la República francesa cuando hizo su más alta revolución para quitar el poder a las clases aristocráticas y entregarlo a vosotros que sois la cultura; ese régimen del proletariado que no es para los países conscientes de la cultura de sus clase medias, sino esa triste pedantería moscovita, ese está siendo justificado por el abandono con que las clases cultas, con que las clases elevadas por el dinero y por la comodidad, ven estos fenómenos electorales. Así pues, el día de la elección no le extrañéis aquí en la capital de la República, ya que sí lo extrañaríais en vuestros distritos, donde se lucha con más atingencia, con más verdad, con más justicia, con más cariño por el régimen

representativo democrático, nos os alarméis de que aquí se haga con cada casilla todo un símbolo de nuestras miserias políticas; es entonces cuando se les entrega a los empleados por una parte, o a los políticos alquilados por la otra, la tarea de ganar casillas, de ir a disputárselas de hombre a hombre, de grupo a grupo, con la más absoluta falta de respeto a todos los cánones, a todas las formas, a todas las prescripciones legales, las más imperativas y las que tienen por fuerza la sanción más vigorosa.

El C. Cerda, interrumpiendo: ¡A veces van los generales!

El C. Vadillo, continuando: En México el sufragio es un harapo vil, es una bazofia miserable, ya lo he dicho aquí en la tribuna; lo dije en la XXVII Legislatura, lo ratifiqué en lo XXVIII. (Murmullos. Desorden en las galerías) y tengo la pena de venir a afirmarlo en la XXIX Legislatura. Aquí se ha evolucionado bastante poco, bastante mal, seguimos con la vieja tradición, o los empleados por una parte o los políticos alquilados, es decir, los que quieren vivir de la política; y en medio de estos dos bandos oprobiosos no pasa otra cosa que triste, claudicante, ensangrentada con los laureles que le arrojan los generales victoriosos, la ley miserable para ser escarnio de todos. (Murmullos. Siseos en las galerías.) En ese concepto, ciudadanos diputados, la Comisión ha recibido un expediente en donde consta una instalación de 30 casillas, en donde aparece que se instalaron dos Juntas Computadoras, una con 20 presidentes y otra con 26 presidentes. Consiguientemente hubo un exceso de casillas fraudulentas, y esto, señor Alvarez del Castillo, más que nuestra ignorancia que está muy por encima de la ignorancia vuestra en materia de Ley Electoral, en materia de interpretación jurídica, esto nos hizo dedicarnos al examen de las casillas, lo que vos llamáis futilezas, lo que llamáis superficialidades, que no es otra cosa que el examen del voto público individual llevado a la casilla. Si no examinamos aquí el voto las comisiones, ¿entonces qué vamos a examinar las comisiones? Esto nos hizo dedicarnos a ver casilla por casilla para identificar aquellas que fueran fraudulentas; esto nos hizo durar días y noches estudiando el expediente del 5o. distrito electoral. Los ciudadanos miembros que conmigo trabajaron en este expediente, pueden dar fe de los grandes esfuerzos que hicieron para ello, y yo estoy sumamente agradecido a los compañeros por la ayuda que nos prestaron con sus luces para orientarnos en este laberinto del 5o. distrito electoral. En el 5o. distrito electoral hay cosa como esta, como lo de la segunda casilla sobre la cual me impidió casi materialmente el señor Prieto que hiciera una explicación cuando él estaba manejando los paquetes aquí a sus guisa. Hay cosas como esta que ocurrió en la segunda casilla: estando instalada por un partido, llegan grupos del otro, desalojan a aquéllos, les quitan los papeles que pueden, uno de ellos es el nombramiento de instalador propietario, el cual no se presentó en ninguna de las dos casillas, y ese nombramiento de instalador propietario figura en la casilla del Cooperatista; pero el instalador no se presentó en ninguna de las dos. El que instaló las dos - ved este nuevo incidente - fue el instalador suplente; ese instaló las dos casillas: estaba una instalada, llegan los nuevos, desalojan a aquéllos y el mismo instalador les da la firma a éstos. Es un tal Ruiz Celis. En el expediente del Cooperatista ya no figuran más papeles sino ese nombramiento de instalador propietario que no apareció por allí en todo el día; figura un documento que no es nada, porque dice:

"Número de boletas entregadas por el instalador, 400; número de credenciales entregadas por los electores, 27; electores que extraviaron su credencial, según lista adjunta, que no recibieron credencial, 151; total de votantes, 178 electores que causaron baja en la Sección según listas respectivas adjuntas.. electores que no se presentaron a votar.....; electores que debieron haber votado en la Sección (total)....; boletas sobrantes que se inutilizaron"... Para el otro absolutamente nada! Figura un acta de escrutinio sin haber acta de instalación; (Aplausos. Voces: ¡Huy! ¡Huy!) figura esto: que el C. Prieto obligó al secretario a que dijera que eran padrones unas listas. No son padrones en ningún lugar del planeta; son listas.

El C. Prieto Laurens, interrumpiendo: Usted lo dice en el dictamen.

El C. Vadillo, continuando: Son listas que no están firmadas absolutamente por nadie; y, finalmente tenemos este otro documento que es un inventario de lo que el presidente municipal da al instalador. (Murmullos. Desorden en las galerías.)

El C. Prieto Laurens: ¿Me permite una interpelación, como yo se la permití a usted, caballerosamente? Suplico a la Presidencia que mi permita el uso de la palabra.

El C. Vadillo: El señor Prieto Laurens me impidió que yo lo interrumpiera.

El C. Mijares: ¡Moción de orden, señor presidente! El señor Vadillo no está como orador, está como Comisión y por lo tanto tiene la obligación de contestar a todas las interpelaciones. (Murmullos. Siseos. Aplausos. Desorden.)

El C. Prieto Laurens: Señor Vadillo, permítame la palabra como yo se la permití a usted.

El C. Vadillo: Decía hace un momento que el señor Prieto me impidió que hablara cuando estaba él en la tribuna.

El C. Siurob: ¡Moción de orden, señor presidente!

El C. presidente: La Presidencia ruega a los ciudadanos diputados y a las galerías que no interrumpan al orador. El C. Vadillo está cumpliendo con su deber al explicar el proceso psicológico en virtud del cual la Comisión se ha formado su opinión.

El C. Prieto Laurens: Insisto en pedir la palabra.

El C. presidente: Ruego al señor Prieto Laurens no interrumpa al orador.

El C. Prieto Laurens: No lo interrumpo.

El C. presidente: Ruego al señor Prieto Laurens, a los señores diputados y a las galerías guarden la compostura debida en este debate; al fin y al cabo la justicia tiene que resplandecer. ¿Por qué no somos serenos? (Aplausos. Murmullos. Desorden en las galerías.)

El C. Vadillo, continuando: Señores: Decía, por tercera vez repito, que el señor Prieto Laurens me había impedido dirigir la palabra a vosotros cuando

él estaba aquí; muy en su derecho, pero yo no me enamoro de la palabra para mí nada más, soy liberal en ese sentido; no sólo le cedo al señor Prieto la palabra, le suplico que me ayude a exponer este asunto a ver si es cierto o no, yo tengo los papeles, uno en la mano derecha y otro en la mano izquierda; aquí están los dos expedientes de las dos casillas.

El C. Prieto Laurens: ¿Entonces me permite usted aclarar, con permiso de la Presidencia?

El C. Vadillo: Sí.

El C. Prieto Laurens: La Comisión, señores diputados, establece en su dictamen lo siguiente: es prueba para ella que la casilla legítima es la del "Pélece" porque consta en el acta de instalación de la casilla del "Pélece" que un grupo llegó encabezado por el señor Vizcarra a desalojar a ellos, y su prueba en el acta de instalación. En cambio el señor Vadillo sube a la tribuna como comisión informadora y parece que está más bien defendiendo a Sánchez Pontón, como parte, (Voces en las galerías: ¡Huy! ¡Huy! ¡Sí! ¡Sí!) como parte, no como Comisión. Yo, señor Vadillo, de la manera más respetuosa concediendo honorabilidad a la Comisión, he dicho que la Comisión ha sido parcial, es lo único, porque considera, señores, como pruebas, el acta de instalación de una casilla del "Pélece" y no le da validez a nuestras declaraciones...(Gritos en las galerías.)

El C. Siurob, interrumpiendo: ¡Moción de orden, señor presidente!

El C. Prieto Laurens: Estoy informado, señor.

El C. presidente: La Presidencia no se opone de ningún modo, ni se opondrá a las manifestaciones de las galerías; (Voces en las galerías: ¡Bien hecho! ¡Bravo!) pero ha de hacer constar a los miembros de las galerías, que por un espíritu de orden elemental es preciso que dejen oír la voz de los oradores. (Voces en las galerías: ¡Con mucho gusto!) Es lo único que suplica.

El C. Prieto Laurens: Señor Vadillo: Usted dice que en la casilla cooperatista aparecen papeles sin ningún valor porque no están los padrones, por que están unas listas sin autorizar, y el acta de instalación del "Pélece" a la que da usted absoluta validez, afirma categóricamente que los cooperatistas se llevaron los padrones. ¿Dónde están esos padrones? En la casilla del Cooperatista no están los padrones oficiales, está el padrón levantado en la Mesa únicamente, el padrón que se ha hecho siempre en las mesas electorales cuando el Ayuntamiento no ha querido proporcionar los documentos. (Aplausos.) Ahora bien; la Secretaría dio lectura a esa acta de instalación a petición del C. Vadillo cuando él me interrumpió, y yo le concedí que hablara; el señor Vadillo pidió que se leyera esa acta de instalación y dice que los cooperatistas se llevaron los padrones; era natural que esos padrones apareciesen en las casillas del Cooperatista y no, señores, aparecen listas hechas por la Mesa y no solamente aparece, como ya lo ha dicho el señor Vadillo. la credencial del instalador que no se presentó, aparece, y esto lo calló el señor Vadillo, la credencial del instalador suplente que se presentó y que firmó el acta de instalación. (Aplausos.) Señores diputados, ese documento existe allí y nosotros por precaución sacamos una fotografía del documento por si acaso se perdía, pero me he convencido de que no se perdió; el documento no se ha perdido, existe en la casilla número dos el documento comprobatorio de que fue instalada la casilla por los cooperatistas ¿y cuál es la prueba para que el "Pélece" sostenga que ese documento no existe en el acta de instalación? (Murmullos. Desorden. Campanilla.)

El C. Siurob: ¡Moción de orden! Ya basta, señor presidente, de estar tolerando la tiranía de las galerías. (Aplausos. Murmullos. Desorden. Gritos en las galerías.) Para que tengan el derecho de llamarse patriotas, necesitan respetar el recinto de la Representación Nacional, porque éste no es una plaza de toros. Los que en estos momentos ocupan las galerías no merecen ser tratados como pueblo, sino como populacho. (Siseos) A mí no me importa, a mí no me importa que todos los ciudadanos que están en las galerías se me echen encima; (Siseos.) a mí no me importa que los hombres inconscientes....(Gritos en las galerías: ¡Huy! ¡Huy! ¡Huy! Siseos. Campanilla.)

El C. Lara César A.: Moción de orden, señor presidente.

El C. presidente: Suplico a las galerías que dejen en libertad de hablar al orador.

El C. Lara César A.: Solicito la palabra.

El C. presidente: Voy a contestar al señor Siurob.

El C. Siurob: No he terminado, señor presidente. (Siseos.) Decía, señor presidente, que no importa que los hombres que no saben prescindir de sus pasiones políticas y respetar lo que tienen de sagrado, vengan aquí a querer ejercer presión sobre esta honorable Asamblea; su señoría debe exigir, como presidente de esta Asamblea, con mucha mayor energía que lo ha hecho hasta estos momentos, que las galerías guarden el respecto y la compostura debidos, y si siguen insistiendo en los gritos y escándalo que están haciendo los de uno y otro partido, mandar desalojar las galerías para que continuemos en secreto. (Aplausos. Siseos. Desorden.)

El C. presidente: La Presidencia tiene mucho gusto en aprovechar la oportunidad que le proporciona el señor Siurob para explicar el criterio con el que procede al presidir esta Asamblea. El que habla, al ocupar este asiento, no procede ni procederá movido por un temperamento de gendarme o de policía; (Aplausos en las galerías.) procederá con un temperamento de demócrata al que no le asustan ni le alarman y sí le agradan en el fondo de su alma estas pequeñas, pequeñísimas tempestades de nuestra incipiente democracia. (Aplausos en las galerías.) Igualmente manifiesta que mientras el que habla esté en la Presidencia, no aplicará nunca ese artículo porfiriano del Reglamento, que manda desalojar las galerías. (Aplausos en las galerías.) El público toma interés por los debates y las decisiones de la Cámara, y lo manifiesta con demostraciones de esta naturaleza. El que habla no consentirá que la Asamblea, que la Cámara resuelva este asunto en la forma en que se pretende hacerlo, ya que en esta Asamblea tiene fija su atención no sólo la metrópoli, sino toda la República. Por consiguiente, se exhorta a las galerías a que den una prueba de

que son ciudadanos conscientes y respetuosos de la voz, de la opinión de los oradores. Yo sé de sobra que los ciudadanos que integran las galerías son ciudadanos capaces de controlarse a sí mismo y sé que darán la prueba de que se controlarán. (Aplausos en la galerías.) Yo espero, pues, que permitirán que hablen todos los oradores del pro y del contra, amplia, amplísimamente, como es el deber de ellos y es el deber de los diputados, y es el deber de la Presidencia. (Aplausos en las galerías.)

El C. Siurob: Insisto en mi moción de orden. (Desorden. Voces: ¡Vámonos!)

El C. presidente: La Presidencia hace constar que los señores diputados en vez de ayudar a la Presidencia a introducir el orden en un debate de excepcional importancia como éste, contribuyen al desorden abandonando las curules sin motivo bastante, porque la Presidencia se compromete a mantener el orden por procedimientos decorosos, por procedimientos que no vayan en contra del espíritu democrático y de la libertad popular, de la libertad del pueblo para presenciar estos debates y para interesarse en ellos. Yo ruego a los señores diputados que ayuden a la Presidencia a mantener el orden, y si la Presidencia es incapaz de mantenerlo, entonces.... (Voces: ¡La Presidencia es la primera que no cumple con el Reglamento! Continúa el desorden. Gritos. Siseos. Campanilla.)

El C. Ramírez Luque: Ese no es pueblo, es populacho, es claque pagada de uno y otro. Continúa el desorden.)

- El. C. Siurob: Estoy en mi derecho....(Voces; ¡No! ¡No! ¡No!)

El C. presidente: Para demostrar a la Cámara y, sobre todo, a aquellos de los señores diputados que abandonan sus curules en seña de protesta por las demostraciones de ustedes (dirigiéndose a las galerías), yo los invito a que, en esta vez, definan de una vez por todas, que son capaces de asistir a un debate, sin tratar de interrumpir a los oradores. Yo espero que dejen hablar al C. diputado Siurob, que va a fundar su moción de orden. (Desorden.) Yo espero que respeten la libertad de los oradores; yo espero que dejen hablar y escuchen en silencio la moción de orden del doctor Siurob, que tiene derecho de ser oído. (Aplausos. Desorden. Campanilla. Varios diputados se levantan y hablan a la vez Voces: ¡Usted no cumple con el Reglamento!) Tengo que llamar al orden a los señores diputados. (Continúa el desorden.) Se llama al orden a los señores diputados y se les invita a que ocupen sus curules. (Continúa el desorden.)

El C. prosecretario Castrejón : Por orden de la Presidencia, se va a dar lectura al Artículo 108 reglamentario

El C. presidente: Tiene la palabra el señor general Garza para una moción de orden; también hablará el señor Sánchez Pontón para una moción de orden.

El C. Siurob: Yo he pedido la palabra, señor presidente. (Voces: ¡Cállate! ¡Cállate! Desorden.)

El C. presidente: Que hable el señor Garza y después hablará usted señor Siurob.

El C. Siurob, interrumpiendo: No, señor; no, señor. (Gritos en la galerías.)

El C. presidente: La Presidencia va a dar la palabra al señor general Garza y al señor Sánchez Pontón, para que inviten a sus partidarios a guardar orden; creo que es la mejor manera de arreglar esto. (Gritos. Desorden.)

El C. prosecretario Castrejón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría suplica atentamente a los ciudadanos diputados ocupen sus curules. (Continúa el desorden.)

El C. Siurob: La mejor prueba de que. (Voces ¡No! ¡No! ¡No! Desorden.)

El C. presidente: El señor doctor Siurob tiene derecho a hablar; ruego que se le oiga.

- El mismo C. prosecretario: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, ruega muy atentamente a los ciudadanos diputados que ocupen sus curules y guarden la compostura reglamentaria. (Aplausos. Murmullos. Siseos. Gritos en las galerías.)

El C. presidente: Tiene la palabra el señor doctor Siurob, ¿por qué no hace uso de ella?

El C. Siurob: Porque no me dejan hablar, señor presidente. (continúa el desorden.)

El C. presidente: Tiene a palabra el doctor Siurob. (Gritos en la galerías. Campanilla.)

El C. Siurob: La mejor prueba, conciudadanos, de que tengo razón . (Murmullos Desorden.) Conciudadanos: La mejor prueba de que tengo razón al hacer mi moción de orden es que habiendo pedido la palabra para hacer ejercicio de uno de mis derechos, se me ha impedido, el uso de ese derecho durante todo este tiempo, y que ha sido necesaria mi energía permaneciendo en esta tribuna hasta que se me escuchara (Murmullos. Desorden en las galerías.) o se disolviera esta sesión, para que yo pudiera hablar; pero como no todos los ciudadanos diputados que están aquí podrán hacer lo mismo, resulta que sí es muy efectiva la presión que ejercen las galerías insubordinadas contra el Reglamento y contra la Representación Nacional. (Murmullos en las galerías.) El señor presidente carece en lo absoluto de razón. (Aplausos. Gritos en las galerías.) Yo no pido al señor presidente que venga aquí a hacer el papel de policía, que no puede hacerlo para toda esa masa de ciudadanos, ni yo le pediría a tan estimable compañero que desempeñara papeles tan bajos; lo que sí le pido y sí le exijo, por respeto a la verdad, por respeto a la justicia, por respeto a la libertad, es que evite que las galerías estén abusando de su prerrogativa de pueblo, al asistir a estas sesiones. (Aplausos. Gritos en las galerías.) El Reglamento, señor presidente, como quiera que sí es un reglamento nosotros tenemos la obligación de sujetarnos a él para conservar el orden. Si su señoría pidiera que se expulsaran las galerías, yo sería el primero en oponerme; (Aplausos. Siseos.) que si su señoría quisiera que se expulsara a las galerías sin razón y sin justicia, yo sería el primero en levantarme y oponerme a este hecho; pero en estos momentos, en que estamos dando un espectáculo triste, un espectáculo vergonzoso para la Representación Nacional y para el pueblo mexicano, yo invito a los ciudadanos de las galerías y a los ciudadanos diputados a que comprendan, y a que vean francamente, sin apasionamiento, que tengo razón; (Aplausos. Voces: ¡Si! ¡Si!) que no es posible que estas sesiones sigan en la forma en que están verificándose y que el señor presidente debe comprender que forzosamente,

para cumplir con los principios, para cumplir con los ideales, para mantener el orden dentro de esta Asamblea y que pueda resplandecer la verdad, no tiene más remedio que aplicar el Reglamento. Es falso que, si se aplicara el Reglamento en toda su justicia, no sabría nada el pueblo, porque allí está la prensa, (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Siseos.) allí está la prensa de todos los colores políticos. (Voces: ¡No! ¡No! ¡No!) Frente a periódicos francamente reaccionarios, hay representantes de periódicos liberales a carta cabal y defensores del pueblo; por consiguiente, el pueblo siempre puede saber la verdad, aun aplicándole el Reglamento. (Murmullos. Gritos en las galerías.) Pero lo que yo no puedo conceder, ciudadanos diputados, lo que yo no puedo tolerar, es la tiranía de esto que no es poder, de esto que no es justicia, de esto que no es honradez, de esto que no es decoro y que se llama dos porras organizadas para venir aquí a atacar a esta Asamblea. (Aplausos. Voces: ¡Sí ¡Sí!) A toda la Asamblea le consta que existen dentro de este recinto dos porras perfectamente organizada; aquí está la del Cooperatista y aquí está la del otro partido. (Aplausos. Siseos. Gritos en la galerías.) Si el público que asiste a las galerías fuera público que normalmente viene a esta Cámara, yo no hubiera tenido necesidad de recurrir al Reglamento; pero frente a los caprichos políticos, frente a las pasiones políticas que me agitan alrededor de estos dos candidatos, y que hacen que cada partido traiga aquí su porra, yo tengo perfecto derecho, y nadie lo puede quitar, y haré uso de él por encima de todo el mundo. (Aplausos. Siseos. Desorden en las galerías. Campanillas.) Yo tengo derecho a que el señor presidente de la Cámara aplique el Reglamento en esta ocasión. No tendría derecho a llamarme revolucionario (Murmullos. Siseos. Gritos en la galerías. Campanilla.) si después de haberme opuesto a las dictaduras pasadas, fuera yo a tolerar la más pequeña, la más tonta, la más necia de todas las dictaduras, que es la dictadura del populacho. (Aplausos. Siseos. Desorden.)

El C. Garza Candelario: ¡Moción de orden , señor presidente!

El C. Mijares: Pido la palabra.

El C. Presidente: Siente decir la Presidencia que la moción de orden del señor. Siurob sólo originó el desorden.(Aplausos en las galerías.) Precisamente en este caso se trata de dos grupos políticos opuestos, que casi se equilibran de tal manera, que lo mismo sisean o aplauden a un orador del pro o del contra. El señor Siurob habla de presión de las galerías, y la Presidencia cree que no hay presión. Se necesita tener el corazón muy pequeño para dejar de venir a la tribuna, simplemente por temor a los siseos o estimulados por los aplausos El señor Siurob y la Asamblea han visto que antes de la moción de orden del primero, no había desorden, las galerías estaban calmadas, pero él se empeñó .(Murmullos.) La Presidencia responde de que las galerías conservarán el orden debido. Para eso va a apelar, en vez de a un procedimiento de fuerza, a un procedimiento de convicción; este procedimiento de convicción consiste en que los jefes de los dos grupos que se encuentran en las galerías, o sean el señor general Garza y el señor Sánchez Pontón, exciten a sus partidarios a que guarden el orden debido; es un procedimiento pacífico. Yo invito a esos señores a que hagan esa excitativa. (Continúa el desorden.) Tiene la palabra el señor Sánchez Pontón. (Aplausos.)

El C. Ramírez Luque: Pido la palabra.

El C. Sánchez Pontón : Ciudadanos: Yo no estoy de acuerdo con la moción del C. Siurob. Ya habéis visto cómo no me he inmutado ni un solo momento cuando las manifestaciones hostiles de las galerías trataban de hacer interrumpir mi discurso: soy respetuoso no solamente de la opinión pública, sino aun de esa misma porra de que hablaba el C. Siurob, porque sé que de todas maneras, aunque sea por un móvil mezquino o por un móvil alto, tienen derecho de venir a esta Cámara a presenciar lo que hacen los diputados. (Aplausos en las galerías.) En lo que no estoy de acuerdo, como no lo está mi respetable amigo el señor general Garza (Voces en las galerías: ¡Viva! ¡Viva! Aplausos.) es en que se interrumpa continuamente a los oradores; en que no se deje con serenidad seguir este debate y que naturalmente la Asamblea está bajo esa presión constante del siseo y del aplauso que no deja ni oír los razonamientos ni juzgar tampoco con serenidad. ¿Por qué, si vosotros creéis que venís armados de un derecho, no respetáis a los contrarios? Y naturalmente, señor, con ese equilibrio de que habla el señor de la Cámara, llegamos continuamente al ataque mutuo de unos a otros de los miembros de los partidos, que sin respetar este recinto, sin respetar a los ciudadanos diputados que el mismo pueblo ha elegido, ¿por qué entonces no escuchar atentamente a los oradores y hacer las manifestaciones correctas, decentes, que siempre se han tolerado y siempre se deben permitir en esta Cámara? Yo niego ser el jefe de unos de los grupos organizados, como se dice; niego que haya traído entre mis partidarios una porra; han venido algunos de mis amigos y la actitud de ellos ha sido perfectamente notada por la Asamblea. (Murmullos. Desorden en las galerías.) En todo caso yo ruego a mis partidarios a mis amigos y a todos los que en esta Asamblea han hecho alguna demostración en favor del dictamen que me es favorable, que no hagan esas manifestaciones; les suplico de la manera más atenta que se abstengan de hacer manifestaciones hostiles a los oradores del contra, que no profieran insultos como los que se han escuchado de las galerías para los señores diputados, y esa súplica la hago también a los que no son mis amigos, a los que no son mis partidarios, llamando a su decoro, llamando a su decencia para que no se den estos espectáculos en la Representación Nacional. (Aplausos. Murmullos en la galerías.)

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Garza.

El C. Garza Jesús M.: Ciudadanos diputados y presuntos diputados: Yo dentro de este recinto y dondequiera debo ser respetuoso de la ley, y voy a empezar por ser respetuoso del Reglamento. Yo no puedo dirigirme directamente a las galerías, por que me lo prohibe el Reglamento. (Aplausos.) Después de hacer una aclaración a su señoría, señor presidente, en lo que se refiere a grupos organizados, por lo que respecta a mí , que han venido a aplaudirme y a sisear a mis contrarios, debo aclarar que no he traído ningún grupo organizado; los que han estado aplaudiendo a mis defensores lo han

hecho espontáneamente, como espontáneamente fueron a votar los que por mí votaron en el 5o. distrito, y como espontáneamente hicieron propaganda los que por mí la hicieron. Suplico a su señoría tenga la bondad de dirigirse a los partidarios que tengo en las galerías rogándoles que se abstengan de hacer toda clase de demostraciones, a fin de que podamos terminar este debate. (Aplausos.)

El C. presidente: Señores: yo me hago eco de las profundas reflexiones del compañero Vadillo, hoy que se lamenta de que nuestra democracia tenga tantas lacras y tenga tantas claudicaciones. Como él decía, la reacción, la burguesía, las clases altas, se burlan de nuestra democracia y en todo encuentran ocasión para satirizarla. Yo no quiero que ustedes (dirigiéndose a las galerías), a quienes considero revolucionarios; yo no quiero que ustedes, a quienes considero ciudadanos conscientes, presten argumentos o presten pretextos a esa reacción para que se diga que el pueblo mexicano, y lo que es más, el pueblo metropolitano, no está apto para la democracia. (Aplausos.) La Presidencia no se quiere imponer ni necesita imponerse: apela a los procedimientos de convicción, que son los únicos que caben en una democracia; tiene la convicción de que el pueblo metropolitano es culto y tiene la seguridad de que ese pueblo sabrá portarse a la altura de su cultura y a la altura de su deber, permitiendo, autorizando, sancionando la completa libertad de debate en esta Cámara. (Aplausos.)

El C. Garza Candelario: Apoyando en el artículo 111 del Reglamento, pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra para una moción de orden el C. Garza Candelario.

El C. Garza Candelario: Esta discusión principió el miércoles pasado; en aquella sesión hablaron, en contra del dictamen, el C. Luis Espinosa, y en pro el C. Siurob; quedó esta discusión para continuarla ahora... (Siseos. Voces: ¡No! ¡No!) Ahora ha hablado en pro C. Sánchez Pontón, con el cual ya son los tres que marca el Reglamento en asuntos económicos; y en contra del dictamen han hablado el C. León y el C. Prieto Laurens, dos veces, son tres en contra, los mismos que marca el Reglamento también en asuntos económicos, conforme al artículo 111 en su última parte, que dice:

"En los demás asuntos que sean económicos de cada Cámara, bastará que hablen tres en cada sentido, a no ser que ésta acuerde ampliar el debate."

La Presidencia, conforme a este artículo, debe preguntar a la Asamblea si se amplía el debate y, en caso contrario, debe considerarlo como suficientemente discutido, para que de esa manera podamos terminar el debate. En caso de que se amplíe, puede la Presidencia muy bien citar para otra sesión.

El C. Manrique: ¡Para una moción de orden, señor presidente!

El C. presidente: Voy a contestar al C. Garza diciéndole que si bien es cierto que el señor Espinosa se inscribió en pro, en la conciencia y en la memoria de la Asamblea está que no habló ni en pro ni en contra; su discurso se limitó a atacar al Partido Liberal Constitucionalista y a elogiar en todos los tonos al C. Garza. Sin embargo, acabando de hablar un orador en contra, la Presidencia, para conservar su imparcialidad, preguntará si se considera suficientemente discutido el dictamen . (Voces: ¡No! ¡No! ,No!) La Presidencia manifiesta que sólo han hablado los ciudadanos Siurob y Sánchez Pontón , León y Prieto Laurens; de manera que la Presidencia cree que debe conceder la palabra a un orador del pro, pero en todo caso tiene la palabra y continúa en el uso de ella el señor Vadillo como miembro de la Comisión .

El C. Vadillo: Señores representantes: Vengo haciendo una enumeración de todos aquellos incidentes deplorables que afectan, no a la conciencia de un partidario de este candidato, o a un partidario del otro candidato; vengo haciendo una relación de todos aquellos incidentes deplorables habidos en el 5o. distrito electoral que afectan al espíritu democrático, que es lo que nos interesa a todos y que es lo que le interesa a la Comisión . Y yo decía que el examen que hizo el C. Prieto Laurens de la 2a. casilla, fue un examen prestidigitador, porque solamente presentó el lado que le convenía al C. Prieto. No mencionó en el expediente del Partido Liberal Constitucionalista, cuya casilla se instaló primero, si existían los documentos esenciales de la votación, y sí está probado que se arrebató el acta electoral por una banda de partidarios que interrumpieron el acto. Esos documentos están aquí presentes: figura acta de la instalación, nombramiento del instalador suplente porque ya se dijo que el instalador propietario no se presentó por allí, a pesar de que en el expediente cooperatista sí aparece el nombramiento del instalador propietario, pero sin haber aparecido en ninguna de las dos casillas este ciudadano; hay el acta que conocéis, porque ya fue leída, en que se dice por los miembros de la Mesa que fue interrumpida ésta; hay también el acta de instalación, que es sumamente esencial, y un principio de votación, que consta que es parte del padrón. La votación del Partido Liberal Constitucionalista fue sumamente exigua en esa casilla, en tanto que la otra es evidentemente fraguada, porque no hay nada que sea original y serio - no hay nombramiento de instalador, porque ese nombramiento lo arrebataron no se sabe de dónde para meterlo en el expediente; ese ciudadano no se presentó en ninguna de las casillas, es un señor Heriberto Valencia, nombrado para ser instalador propietario, y como el suplente instaló las dos, tanto la primitiva del Partido Liberal Constitucionalista, como la que se instaló después, del Partido Cooperatista, ¿qué tuvimos que hacer? Lo que dice el dictamen: reconocer exclusivamente la primera casilla que se había instalado con la exigua votación que tuvo, dando por hecho que ésta fue realmente fraguada con posterioridad, puesto que esta documentación no es documentación electoral; estas listas no están autorizadas por nadie absolutamente. Consiguientemente, no puede quejarse el C. Prieto de que haya aquí ventajas de la autoridad, hubo ventaja de los partidarios que se aprovecharon de los documentos que pudieron y fraguaron un expediente. Esto por lo que hace a una de las casillas, a la segunda, pero hay cosas estupendas en este expediente del 5o. distrito electoral. Hay un ciudadano que firmó como instalador, según creo es presidente, eso lo veremos luego; es un señor Ramírez; figura en los dos expedientes y luego este

mismo ciudadano protestó ante los cooperatistas, diciendo que él no asistió más que la Junta Computadora cooperatista y protestó ante el Partido Liberal Constitucionalista el mismo individuo, diciendo que solamente estuvo en la junta del Partido Liberal Constitucionalista. Allí hay, pues cuatro firmas, la Comisión no supo que hacer con esto y tuvo que nulificarse. Hay individuos en este expediente, ciudadanos representantes, para que veáis el nivel a que se ha descendido en algunos casos de elecciones en el Distrito Federal; hay individuos que confiesan llana y lisamente que ellos firmaron con un nombre supuesto tal o cual expediente. Uno de ellos es un señor, cuya declaración está aquí, diciendo que ellos tomaron el nombre de Fulano y de Zutano, porque así se lo dijeron sus partidarios y se presentaron a todos los actos de la elección . Desearía que ese documento fuera leído para que la honorable Asamblea viera cómo en este 5o. distrito electoral se entregaron a todo género de concupiscencias esos políticos, que son los lansquenetes de los partidarios y que constituyen una banda flotante en la ciudad y se prestan hoy a unos, hoy a otros y mañana a los enemigos de unos y de otros; esta clase de bribones electorales la creó Aguirre Berlanga, él la pagó, él la formó y él es el responsable de esta concupiscencia política que nos da tantas dificultades al examinar los expedientes. La primera casilla tan debatida, según parece prueba lo siguiente: que los partidarios del C. general Garza, estando por instalarse las dos casillas, fueron a disputarse los documentos oficiales, y en el expediente figura el padrón hecho pedazos; se echó sobre la casilla el señor Vizcarra y se llevó una parte del padrón; la otra la tenéis aquí. De manera que cuando vienen a hacerse grandes méritos de la presión de la autoridad, de la intervención de los soldados, debemos creer que exactamente ocurría por el otro lado y que si algunos hicieron presión, fueron los partidarios en masa, esa presión inevitable del momento que sólo porque no llevan los interruptores del acto electoral una gran gorra en la cabeza, ya no es presión militar, pero que de todas maneras es presión violenta. ¿Nosotros qué hemos hecho ? Absolutamente nulificar las casillas. Se alarman muchos de los representantes porque aparece gran número de casillas nulificadas en contra del C. Garza; pero en la proporción en que se nulificaron a él, se nulificaron al señor Sánchez Pontón, porque si éste presenta un número menor de casillas y Garza un número mayor, la proporción se mantiene más o menos. Sí debo de afirmar que hubo una mayor inmoralidad, una mayor intemperancia en los partidarios del general Garza que en los miembros del Partido Liberal Constitucionalista. (Voces: ¡No! ¡Si!) Se va a leer este documento, que merece ser consignado en la historia de estos tiempos.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"No tenemos inconveniente en hacer constar que abusando de nuestra inexperiencia en asuntos políticos fuimos invitados por don Rubén Vizcarra para ocupar con nombres supuestos la Presidencia de las casillas electorales número... que se instalaron en San Cosme número... y Arquitectos número...88, respectivamente. El primero de nosotros aparece firmando con el nombre de Manuel Fernández, como presidente de la casilla de San Cosme, y el segundo se resistió a firmar en el acta de la casilla de Arquitectos. Nosotros no somos vecinos del 5o. distrito electoral, no nos correspondía votar en dichas casillas, ni mucho menos presidirlas. Nuestros domicilios, respectivamente, están en las calles de Soto 128 y Camelia 110, que pertenecen al 4o. distrito electoral.- México, a 3 de agosto de 1920.- Jesús Camarena.- Carlos R. Croff."

El C. Vadillo, continuando : La Comisión hubo de hacer un examen cuidadoso, procurando pescar en este mar de fraudes, de cohechos, sobornos o de lo que se haya presentado, el voto legal de los ciudadanos; hemos hecho una expurgación casilla por casilla, y el sistema del debate adoptado por los ciudadanos que defienden o que atacan este dictamen es sumamente inconveniente, porque si es un dictamen a mayoría de votos, a mayoría de casillas válidas, los impugnadores del dictamen están obligados por método, por razón de método, exclusivamente a atacar cada una de las casillas. La Comisión está dispuesta, absolutamente dispuesta, como es su obligación, a defender punto por punto su dictamen con la documentación que existe aquí, sin poner una sola sílaba de apreciaciones acerca de personas, acerca de antecedentes, acerca de partidos; la Comisión exclusivamente se ha dedicado a las casillas electorales, al voto público; ha rendido su tributo al principio democrático, ha buscado aquí y allá qué votos fueron válidos y de esa validez estamos dispuestos a responder en un momento punto por punto; pueden los ciudadanos diputados hacer interpelaciones acerca de cada casilla y aquí está la documentación correspondiente de ellas; de manera que todo es literatura de parcialidad de la Comisión de que tengo noticia, de que se abusó en sesiones pasadas cuando por una desgraciada coincidencia nadie de la Comisión estaba presente en esta Asamblea, no es más que vacuidad, no es más que humo de globo reventado, no es nada cierto; nosotros tenemos fundamentos para cada uno de los puntos de nuestro dictamen . No es que pretenda yo amenazar a la Asamblea con un examen de días y que esto excite en ellas a su vez el deseo de cumplir pronto, sino que yo vuelvo a la necesidad de que este debate - que tiene interés político, aun cuando yo no puedo tratarlo desde el punto de vista político de los intereses de cada grupo -, sí debe ser ampliado, para que la Comisión tenga oportunidad de comprobar más su dicho, ampliado, porque estoy seguro, porque siempre ocurre así, de que en esta vez que se trata de justificar las casillas para dar una credencial a mayoría de votos, es preciso examinar las casillas viciadas, es necesario probarlo, es necesario que la Comisión justifique que no ha quitado o nulificado votos nada más porque sí, sino que lo ha hecho con todo apego a la Ley Electoral.

Se ha hablado mucho también del criterio político en este debate, y este es un punto sumamente delicado; la Comisión no se siente capacitada de tratarlo debidamente, porque teme herir susceptibilidades de unos o susceptibilidades de otros. Lo que sí sé decir, ciudadanos representantes, como diputado del pueblo, como miembro de esta honorable Asamblea, que ejerce también funciones políticas, que orienta a la nación en cuanto al criterio dominante respecto de los partidos, es que por el

conocimiento que tengo de este expediente del 5o. distrito electoral, el partido Cooperatista, que tuvo algunas fases de vida política, gloriosas, oportunas y atingentes en la época de don Venustiano Carranza, existe, a juzgar por los síntomas, en un estado de completa descomposición. (Siseos. Aplausos. Gritos)

El C. Mijares: ¡Moción de orden! El artículo respectivo del Reglamento autoriza a la Comisión para informar, pero no para criticar . No soy miembro del Cooperatista, ni del Constitucionalista, ni de ningún partido; pero creo que la Comisión se está saliendo de sus facultades. O dice el C. Vadillo que está informando, o que es orador en pro del dictamen. (Aplausos.)

El C. Vadillo: Lo que he afirmado no es otra cosa que la síntesis de lo que he venido exponiendo con hechos; he declarado que el partido Cooperatista, y lo he probado, ha cometido una serie de fraudes, de suplantaciones....(Siseos.) ¿Acaso no he venido a informar acerca de esto? Vosotros lo juzgaréis como queráis, pero es la verdad; así me consta como miembro de la Comisión. He visto las boletas, las pruebas, los elementos todos y afirmo que los partidarios del señor Sánchez Pontón cometieron también varios atentados a la ley y afirmo, y consta ello en el expediente, que esas casillas han sido todas nulificadas y que como resumen austero y que como final sumamente severo para uno y otro partido, tal como me he manifestado en este discurso para ellos he dado un dictamen que he entregado a la conciencia de vosotros; me he abstenido yo de partidarismo, sin embargo de que he calificado duramente a los dos partidos en el 5o. distrito electoral, no puedo menos de repetirlo a vosotros. Bien explicado de que no es para intimidar vuestras conciencias en el ánimo de un partido o del otro, es simplemente como un medio de hacer culminar este juicio que yo he hecho en el dictamen y que por la carencia de tiempo, por las circunstancias que concurren, no podemos ampliar más como debiera de ser. Si alguna palabra pudiera yo decir de índole política sería. señores, en esta ocasión solemne, únicamente ésta: la necesidad que existe en la República en los días por que atravesamos, de que el Partido Liberal, el Partido Liberal Mexicano llegue a una completa unificación, llegue a asumir franca y debidamente su papel; hace tiempo que el Partido Liberal Mexicano está con las armas en la mano, él es responsable ante la historia de todos los trastornos de la paz pública habidos de una década a esta fecha; él es responsable ante el porvenir, de la obra legislativa que sentaréis vosotros, él es el responsable si mañana o pasado por un descuido absoluto a que llegue el régimen representativo en México llegan a consumarse entonces los hechos supremos y el poder público que por el régimen representativo ha correspondido a las clases cultas, a quienes el pueblo le ha dado su confianza desde hace un siglo, él sería el responsable de que ese poder fuera a caer de sus manos, fuera a hundirse más abajo de las capas sociales y de allí descendiera en esta roja floración de los tiempos modernos que se llama la dictadura del proletariado. Yo juzgo, señores representantes, que el régimen representativo ha llegado a su decadencia en Europa, que las clases medias de allá han sido indignas de su prestigio, han sido indignas de la herencia que les dejó la Revolución francesa en sus manos, cuando el abate revolucionario por excelencia, aquel de quien hablaba Mirabeau y decía que cuando él hablaba se iluminaba Francia, se levantó en un gesto revolucionario y dijo: "¿qué cosa son las clases medias?" y él se respondió: "Son todo", desde entonces el régimen de los pueblos que antes estaba entregado a la teocracia, que después lo estuvo a la aristocracia, fue confiado a las clases medias, a las clases cultas, y estas clases dieron entonces una prueba eminente de que son capaces para ello. Ellas produjeron al genio soberbio de Miradeau; ellas produjeron a aquel genio sombrío de Robespierre; ellas produjeron a aquel temperamento demoníaco de Marat; ellas hicieron que la República francesa, en un arranque de genio como representante del mundo entero; diera este Código supremo que se llama La Declaración de los Derechos del Hombre, y ellas mismas hicieron que un hombre desconocido, en una noche trágica, se levantara invitando al pueblo a las armas con las palabras: "Vámonos hijos de la patria" de la Marsellesa. Esas clases medias fueron las que tuvieron el rasgo heroico de Andrés Chenier de ir cantando al patíbulo; ellas las que dieron el espectáculo sublime de que dos ajusticiados se dieran un beso en la frente al pie del cadalso; ellas mismas pusieron el ejemplo de suprema energía para los principios, de gran amor para las verdades supremas, de gran espíritu y sacrificio para hacer triunfar las ideas salvadoras. Pero las clases medias europeas, quién lo va a negar, de entonces acá han degenerado. ¿Qué son en la actualidad? ¿No son acaso la degeneración de las aristocracias? ¿No viven pegadas como un parásito a los poderosos capitales de Europa? ¿No son ahora los representante parlamentarios de Europa en lo general? ¿No son rechazados con energía por los pueblos y sólo subsisten mediante el régimen capitalista que predomina allá porque precisamente se han adherido a las clases poderosas, porque la aristocracia de la sangre ha sido substituida por la aristocracia del dinero, y esta aristocracia soberbia ha hecho de los parlamentos un juguete (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. Gómez Rodrigo, interrumpiendo: ¡Moción de orden! El Reglamento permite que hablen los oradores media hora , y el señor Vadillo lleva ya de estar hablando más de una hora. (Voces: ¡A votar!)

El C. Vadillo: Voy a concluir.

El C. presidente: Ruego a los señores diputados y a las personas que ocupan las galerías, permitan que concluya el orador.

El C. Vadillo, continuando: Esas razones hacen que el mundo americano, a donde vosotros representáis esas clases cultas - pero no como degeneración de las de arriba, sino como exaltación de las de abajo - eso hace que vosotros toméis el Partido Liberal Mexicano como una verdadera bandera; eso hace que ese Partido Liberal Mexicano evolucione los problemas hacia los problemas sociales que agitan a todo el mundo; eso hace que ese Partido Liberal Mexicano sea el que establezca el equilibrio social, y para ello, señores, necesitamos un esfuerzo de unión, un esfuerzo de coordinación, un esfuerzo de

abandonar todas estas banderías y todos estos personalismos, para reconocer como base del Partido Liberal, como fruto de los largos años de combate entre nosotros, no sólo la preponderancia de las clases cultas, sino la preponderancia de la justicia y de la libertad del pueblo! (Aplausos.)

El C. prosecretario Castrejón : Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, Consulta a la Asamblea si se prolonga la sesión. (Voces: ¡No! ¡Si! ¡A votar! ¡A votar!) Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Sí se prorroga la sesión. (Aplausos. Campanilla.)

El C. Sánchez Pontón: Pido la palabra.

El C. presidente: Como la Presidencia tiene que obrar conforme a su conciencia y su conciencia le dice en realidad nada más dos personas han hablado en pro, concede la palabra al tercer orador del pro, señor profesor Ramos Pedrueza.

El C. Mijares: Pido la palabra para un hecho.

El C. presidente: Después que hable el señor Ramos Pedrueza.

El C. Mijares: Pido la palabra para un hecho. Vuestra señoría ofreció al compañero Garza que inmediatamente que acabara de hablar la Comisión usted preguntaría a la honorable Asamblea si estaba este asunto suficientemente discutido. Yo le suplico a usted que cumpla con lo ofrecido para que no haya necesidad de hacer una nueva moción de orden.

El C. presidente: Para la Presidencia es un honor, tanto como un deber, someterse a la decisión de la Asamblea, y no tiene ningún inconveniente en preguntar a la misma si considera suficientemente discutido el asunto.

El C. Sánchez Pontón: Pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: La Asamblea es soberana y podrá decir, repito, si el dictamen está suficientemente discutido. En consecuencia, la Secretaría va a preguntarlo a la Asamblea.

El C. secretario Valadez Ramírez: En votación económica se pregunta a la Asamblea.

El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Moción de orden!

- El c. Sánchez Pontón: ¡Moción de orden!

El C. Siurob: Reclamo el quórum. (Desorden. Voces: ¡A votar!)

El C. Manrique: Un momento . (Voces: ¡Estamos en votación!) En el momento, señores míos, de irse a preguntar en votación económica si el asunto está suficientemente discutido, he hecho mi moción de orden, por lo que es oportuna Consiste mi moción en advertiros que no tenemos derecho a violar el Reglamento El derecho que asiste a un orador para usar de la palabra, está expresamente consignado en el Reglamento, y no podemos dejarlo al arbitrio de nuestro apetito, al arbitrio de nuestra hambre: esta es la verdad de las cosas. Confesemos (Voces: ¡que ya estamos fastidiados!) honradamente los del pro y los del contra, que lo que pasa es que lo largo y aveces tedioso del debate, ha consumido nuestras energías y ya necesitamos tomar un alimento, (Voces: ¡A votar!) ya tenemos hambre.

- El C. León Luis L., interrumpiendo; ¡Hambre de justicia!

El C. Manrique, continuando: Pero no hay que confundir nuestro cansancio con nuestro convencimiento. (Voces: ¡A votar!) Voy a terminar. El artículo 111 claramente expresa que pueden hablar en, asuntos económicos de la Cámara, tres individuos en pro y tres individuos en contra; pero es perfectamente sabido que el C. Espinosa acudió al ardid de inscribirse en pro, porque ya la lista del contra estaba completa; pero el C. Espinosa - cuyo ardid no podemos aprobar - habló realmente en contra del dictamen. (Voces: ¡No!) Sí, señor. En consecuencia, lo único que sabe.

El C. Manjarrez, interrumpiendo: ¿Y Vadillo?

El C. Manrique, continuando: El señor Vadillo, compañero Manjarrez, es miembro de la Comisión. Lo único que cabe. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) ¡Un momento! Lo único que cabe, compañeros, es declarar que se suspende la sesión por haber transcurrido la hora reglamentaria.

El C. presidente: La Presidencia cree de su deber contestar al C. Manrique y explicar cuál ha sido, en su sentir, el criterio de la Asamblea. En primer lugar, el punto es dudoso, y no hay tal violación al Reglamento, puesto que, de hecho, el C. Espinosa se inscribió en pro, y la Asamblea tiene el derecho de juzgar, según su sentir, si cubrió su turno o sí no lo cubrió, y, además, la Asamblea parece que ha entendido que el C. Vadillo habló en pro. De manera que no es el caso de que la Asamblea haya violado el Reglamento, sino que lo ha interpretado según su soberano criterio. Así es que la Presidencia sostiene su trámite y se va a proceder a la votación. (Siseos. Aplausos. Gritos en las galerías.)

El C. Sánchez Pontón: ¡Moción de orden! Pido la palabra.

El C. presidente: La Presidencia declara que, no habiendo nada a debate, puesto que está agotado, éste no puede conceder la palabra a su señoría. (Aplausos.)

El C. Sánchez Pontón: Reclamo el trámite.

El C. presidente: Está impedida la Presidencia, por el Reglamento, para concederle la palabra al C. Sánchez Pontón. (Voces: ¡Que hable! ¡Que no Hable!).

El C. secretario Valadez Ramírez: En votación económica se pregunta a la Asamblea si considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. (Aplausos.)

El C. Sánchez Pontón: Reclamo el trámite.

El C. presidente: Se van a leer los artículos 114 y 115 del Reglamento, que impiden a la Presidencia concederle la palabra al C. Sánchez Pontón, o a cualquier otro representante.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Artículo 114 Declarado un proyecto suficientemente discutido en lo general, se preguntará si ha o no lugar a votarlo en su totalidad; y habiéndolo, se procederá a la discusión de los artículos en particular. En caso contrario, se preguntará si vuelve o no todo el proyecto a la Comisión, Si la resolución fuere afirmativa, volverá, en efecto, para que lo reforme; más si fuere negativa, se tendrá por desechado.

"Artículo 115. Asimismo, cerrada la discusión de cada uno de los artículos en lo particular, se

preguntará si ha o no lugar a votar; en el primer caso, se procederá a la votación; en el segundo, volverá el artículo a la Comisión ."

El C. presidente: La Presidencia manifiesta que la Asamblea declaró que el asunto estaba suficientemente discutido y, en consecuencia, lo que procede es pasar a la votación.

El C. Sánchez Pontón: Señor presidente, no haga usted esa parcialidad.

- El mismo C. secretario: Se procede a recoger la votación.

El C. Sánchez Pontón: No, es un atentado.

El C. presidente: La Presidencia no ha concedido a usted la palabra.

El C. Sánchez Pontón: Aunque no me la conceda. De todas maneras diré que es un atentado el que se trata de cometer. (Voces: ¡No! ¡No!) Sí, señores; todo diputado tiene derecho a hablar dos veces, por lo menos; ¿por que no se me ha de oír? (Voces: ¡No! ¡No! Siseos. Desorden.) En primer lugar, señores diputados....(Voces: ¡No! ¡No! Continúa el desorden.) En primer lugar, ciudadanos diputados, no es un asunto económico el que se está discutiendo; se necesita que hablen seis oradores; no es económico el asunto, y yo tengo necesidad de hablar dos veces. (Sigue el desorden. Voces: ¡No! ¡No! Siseos. Campanilla.)

El C. prosecretario Castrejón: La Presidencia ha concedido el uso de la palabra al C. Sánchez Pontón. La Presidencia, por conducto de la Secretaría, suplica muy atentamente a los ciudadanos diputados ocupen sus curules.

El C. Lara César A: Moción de orden.

El C. Siurob: Moción de orden, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. César A. Lara para una moción de orden.

El C. Lara César A.: He pedido la palabra para una moción de orden y la moción de orden es esta: Ya el asunto está considerado suficientemente discutido por la voluntad de la Asamblea; pero el C. Sánchez Pontón ha pedido la palabra para una moción de orden, y por cortesía, por caballerosidad o por lo que ustedes quieran llamar, debemos dejarlo hacer uso de la palabra; no debemos votar este asunto sin oírlo antes; no debemos negarle la palabra, por que estamos violando hasta los rudimentos más chicos de la cortesía y de la caballerosidad. Yo pido, pues, que hable el C. Sánchez Pontón.

El C. Siurob: ¡Moción de orden!

El C. presidente: La Presidencia, en prueba de imparcialidad, concede la palabra al señor Sánchez Pontón por tratarse de un interesado, nada más por eso; contra el Reglamento, y nada más al señor Sánchez Pontón.

El C. Siurob: ¡Moción de orden!

El C. presidente: No puede concedérsele, señor Siurob.

El C. Siurob: ¡Moción de orden!

El C. presidente: No cabe.

El C. Siurob: Sí cabe conforme al Reglamento. ¡Moción de orden!

El C. presidente: Primero la pidió el señor Sánchez Pontón; sobre todo, señor Siurob, la pidió veinte minutos antes que usted el señor Sánchez Pontón y por eso la tiene él. - El C. Siurob: Pero yo tengo derecho para hacer una moción de orden.

El C. presidente: También él la pidió para lo mismo.

El C. Sánchez Pontón: Señores diputados: La moción de orden que deseo hacer está perfectamente especificada en el Reglamento; no puede interpretarse porque no se presta a interpretaciones, el término que usa ese artículo. Además, no se puede considerar este asunto como económico, porque ya en otras discusiones de credenciales habéis concedido la palabra a más de tres oradores, puesto que cada elección de diputado se considera como un decreto de las Cámaras, puesto que es una ley la que el Congreso emite cuando aprueba la credencial de un diputado. Por otra parte, el Reglamento permite a todos los oradores que hablen dos veces y así se ha hecho siempre en toda clase de discusión de credenciales; en estos casos se deja hablar por lo menos dos veces a los interesados, por que no es posible que en una sola exposición puedan rebatir los argumentos del contra emitidos posteriormente a sus discursos. Tengo derecho y ustedes tienen el deber de escucharme por segunda vez para combatir los ataques de carácter político que se me han dirigido, tanto porque tengo todas las pruebas necesarias para deshacerlos, como porque no puedo permitir que un degenerado mentalmente, que un menguado pueda lanzarme cargos que puedo perfectamente con documentos fehacientes probar que no son ciertos. (Siseos. Aplausos.) El espíritu del Reglamento es perfectamente claro y no hay un solo parlamento en el mundo donde los oradores no puedan ser escuchados por segunda vez; sería un atentado incalificable y pasaría a la historia una resolución por la cual no se permitiese que los oradores fuesen escuchados en su defensa. (Siseos.) Votad en contra si lo habéis determinado, pero oid; como decía el orador romano: " pega, pero escucha primero." Reclamo la memoria del señor presidente quien honradamente declaró que solamente habían hablado dos oradores en pro, que eran el doctor Siurob y yo que he hablado hoy...(Voces: ¡A votar!) porque la Comisión no puede ser considerada en el número de los oradores inscriptos, ya que sin inscribirse puede hablar cuantas veces tenga necesidad de ello. El C. Espinosa no ha hablado en pro, pero aun suponiendo que así fuera, por lo menos tengo el sagrado derecho de que se me escuche por segunda vez. (Siseos.) Y vosotros, todos los que habéis pasado por el tamiz de estos debates en vuestra credenciales, cuando se os han lanzado cargos, cuando se han afirmado falsedades en esta tribuna, habéis tenido el derecho y lo habéis ejercido ampliamente, para que se os oiga nuevamente. ¿Por qué a mí no se me va a escuchar? ¿Qué no tengo el mismo derecho, cuando vengo ungido por una parte de los votos de sesenta mil habitantes? (Siseos. Aplausos.) Sí señores. Por lo tanto, yo concreto: mi moción de orden consiste en pedir que se cumpla con el Reglamento, porque se ha festinado una votación en la que estaban parados muchos ciudadanos diputados, porque había desorden en la Asamblea, pero en la que no se ha votado de una manera serena, de una manera calmada; así es que yo pido que se reconsidere ese trámite dado por la Presidencia y que se me conceda el derecho de hacer uso de la palabra.

El C. secretario Valadez Ramírez: Se procede a la votación.

El C. Gómez Rodrigo: Yo pido que se consulte nuevamente a la Asamblea si está suficientemente discutido este asunto. (Voces: ¡No! Desorden.)

- El mismo C. secretario: Aun cuando con esto se viola el Reglamento, para dar una prueba la Mesa de imparcialidad para el señor Sánchez Pontón, nuevamente se pregunta si el asunto está suficientemente discutido. los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido.

El C. Sánchez Pontón: Pido la palabra, señor presidente. Yo no he pedido que se vote nuevamente.

- El mismo C. secretario: Se procede a la votación,

El C. Sánchez Pontón: Señor presidente, pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene usted la palabra para una moción de orden.

El C. Sánchez Pontón: Yo he pedido a su señoría que pregunte a la Asamblea si tengo o no derecho de que se me escuche nuevamente.

El C. prosecretario Castrejón: Se consulta a la Asamblea si se concede nuevamente el uso de la palabra al C. Sánchez Pontón . (Voces: ¡Sí ¡No!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Si se le concede. (Aplausos.)

El C. Sánchez Pontón: Ciudadanos diputados: Como es evidente y nadie puede negarlo que en esta Asamblea influye cierto punto de una manera legítima y hasta cierto punto con exageración indebida el criterio político, y puesto que se toma como uno de los factores para emitir el voto a favor de una persona o en contra de ella, yo como he manifestado antes, deseo, y vosotros estoy seguro que por caballerosidad y honradez me lo concederéis, estaréis conforme en que se lean unos documentos cortos en los cuales aparece clara y terminantemente probada mi actuación política, para que se destruyan esos cargos injustificados, que sólo puede lanzar un menguado que no absolutamente otra arma...(Aplausos. Siseos.) que no pudiendo apelar a otras armas que la calumnia y la injuria, se atreve a lanzar teniendo máculas profundas en su vida política, contra una persona que, aunque humilde, ha sabido mantenerse siempre firme en la lucha por los principios. (Aplausos. Voces: ¡Sí! ¡No!)

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Correspondencia particular del presidente de los Estados Unidos Mexicanos. "Chapultepec, 18 de mayo de 1912.

"Señor Luis Sánchez Pontón.- Puebla.

"Muy estimado amigo:

"Recibí la grata de usted, de la cual me entere con detenimiento, así como de la que escribió a Angelita, mi hermana.

"Mucho le agradezco sus felicitaciones tan cariñosas. Usted, el mismo de siempre, tan afectuoso, tan entusiasta y lleno de fe como de costumbres. "Respecto a las elecciones de diputados, hable usted con el licenciado Meléndez, con quien traté ese asunto, pues desde hace algún tiempo le he dedicado toda mi atención al asunto de las elecciones de diputados, con el deseo de que vengan personas de reconocido patriotismo a servir a la patria, y no a ver qué ventajas personales obtienen para ellos.

"Yo deseaba que usted fuese uno de los que vinieran formando la diputación de Puebla, pero supe que la edad de usted no lo permitía.

"Siento que usted no venga de diputado, tanto por los servicios que nos hubiese prestado en la Cámara, como por la satisfacción de tenerlo cerca; pero con lo que dice usted en su carta a mi hermana Angelita, me he consolado de lo segundo puesto que, de todos modos, piensa usted venir para acá dentro de un año, cuando termine sus estudios.

"Ya sabe que será recibido con los brazos abiertos, como a mis buenos y leales amigos y que siempre contará conmigo para todo lo que pueda servirle.

"Sin otro particular, me repito una vez más su amigo que lo aprecia y su atento S. S.- Francisco I. Madero."

"Correspondencia particular del presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

"México, 23 de enero de 1913.

"Señor don Luis Sánchez Pontón.- Apartado postal 349.- Puebla, Pues.

"Estimado amigo:

"Contesto la grata de usted, de 18 del actual, manifestándole que, según toda probabilidad, iré a esa a principios del entrante mes, siempre que me lo permitan varios importantes asuntos que tengo pendientes de resolución. Con toda oportunidad avisaré a usted mi decisión definitiva.

"Celebro que esté usted en espera de obtener su título profesional, y me será muy grato festejar con usted el buen éxito de su próximo examen.

"He tenido gran satisfacción al saber que piensa usted presentar su candidatura para diputado al Congreso local, por el distrito de Huejotzingo, y ya doy, dentro de la órbita de mis facultades, los pasos conducentes a asegurar a usted el concurso de mis amigos políticos, para el buen éxito de su elección.

"Mucho le agradezco su adhesión y me es muy satisfactorio saber que cuento con su valiosa colaboración en la ardua tarea que me he echado a cuentas, de realizar, para bien del país, los propósitos de libertad que nos movieron a tomar las armas en 1910.

"Quedo de usted, como siempre, amigo afectísimo y atento S. S.- Francisco I. Madero."

"Correspondencia particular del secretario de Guerra y Marina.

"México, 5 de junio de 1914.

"Señor general de División don Juan A. Hernández, gobernador del Estado de Puebla.

"Muy estimado compañero y fino amigo:

"Con referencia a su apreciable carta del día 2 del actual, por la que se sirve indicarme las súplicas de varias personas prominentes de esa capital, quienes recomiendan la libertad del señor Luis Sánchez Pontón, consignado al servicio de las armas, manifiesto a usted que ya se ordena su baja a las fuerzas de que depende.

"Sabe usted que siempre lo aprecia y le desea

todo bien, su afectísimo compañero, amigo y atento S. S.- A. Blanquet."

"Correspondencia del gobernador del Estado de "Puebla, junio 8 de 1920.

"Señor general don Aureliano Blanquet, secretario de Guerra y Marina.- México.

"Mi muy estimado señor general y fino amigo:

"Tengo el gusto de hacer referencia a la estimable carta de usted, fecha 5 del mes en curso, en la que se sirve manifestarme que, atendiendo la súplica que me permití hacerle para que fuera puesto en libertad el señor Luis Sánchez Pontón, que había consignado al servicio de las armas y que prestaba sus servicios en la columna del señor general Rubio Navarrete, había dispuesto su baja en las fuerzas de que depende.

"Con la consideración de siempre y reiterando a usted mi agradecimiento por sus siempre bondadosas deferencias, me repito a sus órdenes, como su adicto subordinado, atento amigo y afectísimo, seguro servidor.- J Hernández."

El C. León: Señor presidente: Pido la lectura de dos documentos.

El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra el C. Sánchez Pontón.

El C. León: Pido la palabra, para que se lean unos documentos.

El C. Ramos Pedrueza: Reclamo el quórum, señor presidente. No hay quórum. (Voces: ¡Sí hay!)

El C. Sánchez Pontón: He pedido la lectura de estos documentos, porque la ilación de ellos, aun cuando no parezca clara, puede explicarse con estas palabras, la ilación entre unos y otros. (Siseos.) Cuando fenecía el período del ilustre presidente Francisco I. Madero, que era precisamente en los últimos días de enero de 1913, fue fechada esta carta; allá se esperaba que el ciudadano presidente fuera a Puebla, como lo había ofrecido a sus partidarios y amigos; cuando estaba yo para obtener mi título de abogado, le había escrito sobre el particular , y recibí esta contestación. Los acontecimientos que se desarrollaron desde los últimos días de enero y primeros de febrero, conocidos de todos vosotros, hicieron que se frustrara esa visita del C. Madero a Puebla y, por lo tanto, no tuviera el gusto de verlo, como había ofrecido, para ese fin; ustedes deben comprender, y no se escapa a la psicología de ninguno, que cuando se tiene no solamente la admiración y cariño de partidarismo que nosotros teníamos para el C. Madero y que nos había hecho pisar los umbrales de la cárcel desde los albores de 1910, y cuando todavía no habían sonado las primeras balas de la Revolución, pero que sí ya se había organizado el Partido Antirreeleccionista y en él militaban todos los estudiantes del Colegio del Estado de Puebla desde esa época, reclamando precisamente la violación del voto en las elecciones de junio de 1910, había ido con el compañero Alfonso G. Alarcón, que conocen muchos de los presentes por haber sido diputado a la XXVI Legislatura, encarcelado por el esbirro de Mucio Martínez y por toda la cáfila de los porfiristas de aquella época. Después del cuartelazo, seguí desempeñando un puesto en la administración, dado por el gobierno maderista, que era el de redactor del periódico oficial del Estado, cargo en el que únicamente me ocupaba, de una manera perfectamente determinada dentro del espíritu de ese periódico, siguiendo mis estudios. En ese periódico oficial, que todos vosotros podéis hojear en las colecciones que hay en esta Cámara que nunca jamás se haya escrito ni en anteriores épocas, ni posteriormente, algún artículo, ningún documento que no hayan sido los decretos, actas de las sesiones del Congreso local, del Supremo Tribunal, de la Tesorería General, etcétera.

- El C. León Luis L. Yo pido que se lean los ejemplares de ese periódico que traigo aquí.

El C. Sánchez Pontón: Invito, por lo tanto, al C. León, para que hojee todas esas colecciones y vea si alguna vez escribí algún. artículo. Llegó la época de la usurpación huertiana y después del cuartelazo las condiciones en Puebla fueron excepcionales; no se encargó por lo pronto del Gobierno ninguna persona enviada por el Centro, sino que habiendo un gobernador constitucional, que lo era el licenciado Carrasco, y habiendo éste pedido licencia porque era un anciano no podía hacer frente a las difíciles circunstancias de entonces y temeroso también de incurrir en responsabilidades, se separó del Gobierno, dejando en su lugar a uno de los magistrados del Tribunal Superior, de acuerdo con la Constitución local. No se había sentido en Puebla ninguno de los atropellos característicos del Gobierno de Victoriano Huerta, sino que se había continuado el orden constitucional y todos habíamos seguido colaborando. (Voces: ¡Ah! Siseos.) aunque ya con los preparativos de la Revolución Constitucionalista, pues pertenecía a la Junta Revolucionaria de aquel Estado, en plena capital del mismo, sin embajes, sin esconderme, sin irme a ocultar a las montañas, donde si es cierto que se pueden hacer muchos méritos revolucionarios, en cambio allí se está a salvo de las balas traidoras de las dictaduras. (Voces: ¡No! Aplausos.) En esa época, encargado posteriormente el C. general Joaquín Maass del Gobierno del Estado de Puebla, fue su secretario de gobierno el señor licenciado don Enrique González Martínez, actual representante de México en una de las repúblicas sudamericanas, y él, que es un caballero, que es todo un hombre culto, había hecho tal labor en medio de las mismas masas de estudiantes revolucionarios, porque nunca claudicaron los estudiantes del Colegio del Estado en esa época, como pueden testiguarlo todos los diputados por ese Estado y muchos que, aunque no son diputados del Estado, sí conocen esa actuación, como el C. Bordes Mangel y otros que no se separaron jamás, sino que hacíamos una labor intensísima de propaganda entre todas las clases sociales, aun dentro del mismo Ejército, y esa época, digo, separado yo casi, para terminar mis estudios, pero sin que se me hubiera aceptado una renuncia a ese puesto del periódico oficial, porque el mismo doctor Enrique González Martínez me había aconsejado como elemento discrecional, sin que se me hubiera aceptado esa renuncia, fue cuando se publicó, escrita por una mano, que desde luego no puede ser la mía, porque ha escrito tantos artículos, ha escrito tantas líneas en contra de todas las dictaduras y seguirá escribiéndolas cuando las haya, no pude

haber escrito ese elogió fúnebre que se imprimió en el Periódico Oficial, como única excepción en todo el Periódico Oficial de esa época, escrito por alguno de los aduladores del gobernador de aquel Estado...(Siseos, Voces: ¡Huy!) Yo no pretendo nunca, ciudadanos diputados compararme con ninguno de vosotros, sé perfectamente que no puedo tener los méritos del C. Garza, ni los de otros muchos que están sentados en estas curules y que ha servido en puestos políticos a otros regímenes, al mismo de Victoriano Huerta; no pretendo aquilatar mis méritos ante esta Representación Nacional, pero quiero dejar escrito en la conciencia de vosotros y en el DIARIO DE LOS DEBATES cuál ha sido la verdadera actuación de un hombre que jamás se ha separado de una línea de conducta y que puede levantar, a pesar de las menguadas calumnias de sus enemigos, la frente perfectamente limpia. (Siseos. Aplausos. Gritos) La carta de Aureliano Blanquet que se ha leído, demuestra que en esa época, por la propaganda que se venía efectuando contra el Gobierno usurpador, fuimos consignados un grupo de profesionistas y algunos estudiantes a las filas del Ejército y enviados a las avanzadas de Veracruz al mando de Rubio Navarrete. Sería interminable si quisiera enseñarles los periódicos de esa época, las fotografías en el campamento y todas las instancias hechas por distintos grupos de obreros, estudiantes, comerciantes y agricultores del Estado de Puebla, interesándose por la suerte de los que habíamos sido de aquella manera ultrajados. Para que veáis el tenor de una de ellas, voy a pedir la lectura de este documento.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Los subscriptos, alumnos del Colegio del Estado de Puebla, a solicitud del señor licenciado don José Mariano Pontón, antiguo maestro de este plantel, y sin dar a este documento otro carácter que el de una recomendación, no tenemos inconveniente en acreditar que el señor Luis Sánchez Pontón, exalumno de este Colegio, gozó durante su carrera de una general estimación por su inteligencia y aprovechamiento, habiéndosele considerado, siempre como uno de los más distinguidos estudiantes. En diversas épocas fue honrado con los nombramientos de secretario, vicepresidente y presidente de la Junta de Estudiantes, y en el concurso verificado en la ciudad de México el año de 1910, mereció la distinción de ser nombrado segundo vicepresidente por unanimidad de votos.

"La solidaridad que debe existir entre los miembros de la gran familia escolar, nos autoriza a unirnos a las otras recomendaciones, deseando que la nuestra contribuya a la pronta libertad del estimable compañero.

"Puebla.- Emiliano Gómez.- Saúl C.- Nazario Valerdi.- F. Monroy Quijano.- F. J. Barrientos.- J. Larrañaga.- Enrique Navarrete.- Gonzalo Vargas.- Rafael Garay.- Julio Palma.- Aarón I. Amelco.- Rodolfo Sánchez Almada.- Joaquín Rodríguez.- B. Mares.- Rogelio H. Domínguez.- Enrique Suárez.- Eduardo Moreno, jr.- Lucio Vilchis.- Juan San Martín, jr.- Siguen más firmas.

"Oficina, 2 de septiembre de 1914.

"Señor licenciado Isidro Fabela, oficial mayor, encargado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.- Ciudad.

"Muy estimado amigo:

"La presente será puesta en manos de usted por el señor licenciado don Luis Sánchez Pontón , estimado amigo mío, de quien son los antecedentes que siguen:

"El licenciado Sánchez Pontón es uno de nuestros primeros y más firmes correligionarios en el Estado de Puebla, siendo también de las primeras víctimas de la dictadura, pues en julio de 1910 fue reducido a prisión por la resuelta campaña electoral emprendida en pro de las candidaturas antirreeleccionistas. Durante el Gobierno emanado de la revolución de 1910 desempeñó el cargo de director del periódico oficial del Estado. Por último, el mes de mayo de este año fue enviado a las avanzadas de Veracruz por el procónsul de Huerta, general Juan A. Hernández, entonces gobernador de Puebla en compañía de varios profesionistas que hacían labor revolucionaria.

"Por lo que respecta a sus cualidades intelectuales, puedo decir a usted que durante su carrera obtuvo los principales premios, especialmente en Derecho Internacional, materia por la que siente especial predilección.

"En cuanto a su aspecto moral, aseguro a usted que es de honorabilidad indudable y de firmeza de ideas a toda prueba.

"Por los datos anteriores, no dudo podrá usted utilizar sus servicios en el ramo de Relaciones, donde puede colaborar con eficacia a la obra del Gobierno actual.

"Me es grato, con este motivo, saludar a usted atentamente, y quedar como su siempre afectísimo amigo y seguro servidor.- Fernando González Roa."

El C. Sánchez Pontón: Creo, ciudadanos diputados, que con estos documentos que son una ínfima parte de los que pueden existir en mi archivo de aquella época salta a la vista que de ninguna manera podía ser partidario ni siquiera indirecto, ni siquiera ínfimo de la usurpación huertiana, el que fue un amigo y admirador del apóstol Madero y sigue siéndolo todavía, porque de nada puede servir el título de haberlo sido en aquella época, si en esta época no se hace honor a los sentimientos de aquel mártir, precisamente viniendo a pugnar por el lema del Partido Antirreeleccionista: el sufragio efectivo. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) Un poco de calma, señores diputados. Se han hecho otros cargos que son completamente infundados, por el C. Prieto Laurens: Se refirió a mi actuación durante las últimas épocas y podemos establecer una justificación perfecta de que no es exacto de yo haya estado en esos días de abril en los que, según el certificado expedido por el Ayuntamiento - que aquí sí tiene una gran fuerza probatoria y que es todo un dictamen en contra mía - de que en los días de abril, empezada ya la revolución obregonista, había permanecido todavía en esta capital y seguía prestando mis servicios en el Ayuntamiento. Aquí está el C. Zincúnegui Tercero a quien interpelo de una manera atenta, para que se sirva decirme qué días me encontró en Michoacán durante la última Revolución.(Voces: ¡No está!) Allí está el C. Bibiano Ibarra, quien también me encontró en Morelia estando él al lado del ingeniero Ortiz Rubio y llegando yo de Uruapan .

¿Como por qué días fue aquello, tiene la bondad de decirme?

El C. Ibarra Bibiano: Como el día 20 de abril, más o menos.

El C. Sánchez Pontón: Como el día 20 de abril. Muy pocos de ustedes, ciudadanos diputados, ignoran aquella labor de preparación revolucionaria y de oposición perfectamente justificada que hizo "El Monitor Republicano" de aquella época, del cual me honro en haber sido jefe de redacción al lado del compañero Vadillo y al lado del compañero Castrejón, que también colaboraba en ese mismo periódico, se hizo una de las labores más intensamente revolucionarias, no obstante que siempre estuve dentro de la ley haciendo la oposición que la prensa contraria debe hacer a un Gobierno cuando ya, como el de Carranza, se había separado de todos los principios que lo habían fundamentado; se estuvo preparando la elección del general Obregón y también, para un caso dado, la Revolución de abril. Y en esa publicación fui uno de los que escribieron más artículos en contra del llamado civilismo de Bonillas, y por lo mismo, no puedo ser partidario de Bonillas ni de Berlanga, sino, al contrario, uno de los que más los atacaron, no como los atacó esa piltrafa política que se llama Prieto Laurens. (Aplausos. Siseos.)

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"Ejército Reivindicador. Cuartel General de Operaciones. En atención a la viril y patriótica actitud asumida por usted en los presentes momentos de prueba para los verdaderos principios revolucionarios, traicionados por el actual régimen tiránico que preside Venustiano Carranza y teniendo en cuenta su demostrada adhesión a la causa obregonista, estimada en todo su valor por el jefe supremo de la Revolución, este cuartel general de operaciones ha tenido a bien expedir a usted el presente despacho de coronel de arma de caballería en la inteligencia de que este nombramiento será oportunamente ratificado por el mencionado jefe del movimiento reivindicador.

"Sufragio Efectivo. No Imposición .- Uruapan, 23 de abril de 1920.- El jefe de operaciones, general de Brigada: Martín Espinosa.

"Al C. licenciado Luis Sánchez Pontón.- Presente.

"Tomada razón. abril 28 de 1920."- Firma.

La Secretaría tiene a la vista un periódico que se llama "El Noventa y Tres" periódico revolucionario.

"Morelia, Michoacán, 1o. de mayo de 1920."

En un párrafo de este periódico se lee lo siguiente:

"El año anterior desempeño el puesto de inspector general de Policía de Morelia. Además de los militares mencionados, son huéspedes distinguidos de Morelia el diputado y licenciado Luis Sánchez Pontón, jefe de redacción del diario obregonista

"El Monitor Republicano" que tan valientemente se portó durante los días en que el tirano de Cuatro Ciénegas tenía entre sus garras al manco de León con motivo de la intriga Cejudo."...

El C. Sánchez Pontón. El certificado. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) El certificado que ha expedido el Ayuntamiento respecto a que yo hubiera estado desempeñando en cargo en el Ayuntamiento de la capital hasta los último días del mes de mayo, es completamente inexacto, porque huelga decir que era imposible estar en la campaña de aquella época en el Estado de Michoacán y estar al mismo tiempo aquí. (Voces: ¡Ya! ¡Ya! ¡Ya!)

En esa época, señores diputados, desempeñaba yo primeramente el cargo de Abogado en la Suprema Corte de Justicia, y por lo tanto, si tenía el cargo en el Ayuntamiento, únicamente era como lo he demostrado en el certificado que se leyó: para hacer algunos reglamentos que no podían hacer por cierto los señores munícipes que debían haber estado velando por los intereses de la ciudad, cuando cobraban $15.00 diarios, que a éstos sí les pagaba el Gobierno de Carranza. (Murmullos. Aplausos. Siseos.) En aquella misma época, no obstante, señores diputados, que yo tenía este cargo en la Suprema Corte de Justicia, no tuve empacho en haber tomado participación en algunas de las manifestaciones más elocuentes contra Carranza, respecto al Municipio Libre en la ciudad de México, y no me arrepiento de aquel discurso pronunciado en el teatro Lírico; no me arrepiento ni me arrepentiré ni de esas hojas que se hicieron en mi ausencia, en mi propaganda, como diputado; las reconozco como mías. Aquí tenéis, ciudadanos diputados, todo el expediente de la Federación de Sindicatos Obreros de esta capital, para que el que tenga la curiosidad, para que el que tenga la atención de leerlos alguna vez, si no ahora, para el que desee convencerse de cuál era el criterio, y cuál es todavía, de los trabajadores de la capital y de toda la República.(Aplausos.) Para ahorrar la lectura, para ahorrar el trabajo de leer uno de tantos documentos (Campanilla. Desorden.) y para ahorrar el trabajo de leer los documentos que existen en el expediente, pido que la Secretaría lea uno de tantos documentos que existen aquí.

El C. prosecretario Castrejón: El documento a que alude el C. Sánchez Pontón, dice así:

"La Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal, tuvo conocimiento y participación en el asunto de las compañeras: Felipa Aguirre, Carmen García, Angela Bernal y María Zúñiga, a las cuales se les comunicó por medio de una carta el que quedaban separadas de la fábrica " Suárez y Orozco" procedimiento que desde luego no fue aceptado, en atención a determinados procedimientos que desde luego se tomaron en cuenta, para no aceptarse; pues bien, en el fondo de la dicha separación de las referidas compañeras, se ha puesto en claro que no hay más pretexto para ello, pues en el fondo sólo se toman en cuenta que las mismas compañeras habían formado parte del sindicato de su oficio, a la vez que ser decididas de la organización eficiente de los elementos que laboran.

"En la fecha en que estos acontecimientos se desarrollaban, la misma Federación, por petición del sindicato afectado por estas separaciones, se dirigió a usted con el objeto de consultar si era pertinente la separación de las ya tantas veces referidas compañeras, quedando desde esa fecha con la autorización más amplia para tramitar el asunto, bajo el punto de vista jurídico que a últimas fechas presentó el caso que motiva la presente declaración, la cual se hace a nombre de las compañeras y de la Federación de Sindicatos Obreros del

Distrito Federal por conducto de su comité y a la vez que sirva como una demostración plena de que es usted quien está capacitado para hacer las gestiones que dentro del mismo punto de vista sea necesario hacer.

"Esperando que sabrá obrar enteramente de acuerdo con sus antecedentes y la confianza que los mismos obreros le han depositado, aprovechamos la presente para reiterarle una vez más las seguridades de nuestra consideración más distinguida.

"Salud y Revolución Social.- México, D. F., julio 6 de 1919.

"Por el Comité Ejecutivo de la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal, el secretario del interior, José López Cortés.

"Al C. licenciado Luis Sánchez Pontón.- Presente."

El C. Sánchez Pontón: Señores diputados: Tengo todavía la satisfacción de que el concepto que en esa época tenía la Federación de Sindicatos del Distrito Federal, y la que tenían otras muchas agrupaciones obreras de la República, verdaderamente obreras, no .... (Desorden. Campanilla. Voces: !Lista! !Lista!)

El C. Gómez: Pido que se pase lista.

El C. presidente: La votación dirá si hay quórum.

El C. Sánchez Pontón: No deseo, señores diputados, cansar más la benévola atención de ustedes. (Voces: ¡Vaya, hombre!) Veo desde luego que para mí son despreciables, como han sido siempre, los ataques virulentos que lanzan los hombres sin experiencia y sin pudor, ( Aplausos.) y que tratan de manchar la reputación limpia, porque ante las sombras que ellos llevan en la conciencia, no pueden llevar nada claro, nada limpio; (Gritos. Murmullos. Desorden.) pero debo tocar por último el punto relacionado con la elección y al que se refería el C. Vadillo, presidente de la Comisión dictaminadora, con objeto de que podáis daros cuenta solamente con este punto que aparece probado en el expediente: cuáles fueron los procedimientos y las armas de que se usó en las casillas de este 5o. distrito electoral, de las mesas legítimamente instaladas por los ciudadanos electores de cada una de las secciones aquí aparece perfectamente probada y podéis verlo, si queréis, cómo el C. Prieto Laurens, armado de los mismos garrotes aquellos que usaba Saldaña Galván, (Voces: !Tu cuñado! Desorden. Murmullos. Campanilla.) él, acompañado de otros miembros del Partido Cooperatista, como los señores Vizcarra y otros, llevaban gente en los camiones armados con los mismos garrotes que sirvieron para ganar las elecciones berlanguistas, ( Voces: !Mientes! !Mientes! Gritos. Campanilla.) levantando las casillas que habían sido instaladas previamente. Señor profesor Ramos Pedrueza, ¿tiene usted la bondad de darme el acta que obra en poder de usted.?....En el acta levantada en una de las casillas de este distrito, en la casilla número 35, aparece firmada no solamente por el presidente de la casilla, por los miembros de la misma, sino por otros ciudadanos, esta acta que es el baldón de ignominia que puede tener un individuo. En esta acta se dice lo siguiente:

El C. prosecretario Castrejón: La Secretaría tiene a la vista un acta levantada para protestar en la casilla número 35 y en la parte que desea el señor Sánchez Pontón que se lea, se dice: "En seguida tomaron posesión de sus puestos los ciudadanos; y constituidos legalmente, preguntó el presidente a los electores que estaban presentes, si tenían alguna queja que exponer conforme a la ley, a lo que contestaron que eran electores vecinos todos de la sección electoral con la credencial correspondiente; y al levantarse el acta respectiva se presentó intempestivamente el regidor Jorge Prieto Laurens acompañado de un grupo hasta de veinte individuos y dos automóviles, algunos con palos y en son de desafío gritando y amenazando a los miembros de la Mesa electoral. Acto continuo el presidente de la Mesa se puso en pie y dijo al referido regidor que qué cosa era lo que deseaba, a lo cual contestó que la casilla iba a ser de ellos por la buena o por la mala y que por sus fuerzas desde luego desalojaba el local donde estaba instalada la referida Mesa. El presidente le hizo saber que la casilla estaba instalada legalmente como podía comprobarlo el instalador propietario que estaba presente, y quien a su vez también protestó por la actitud asumida por el citado regidor Jorge Prieto Laurens.

"Acto continuo, y sin más formalidades que el uso de la fuerza personal del referido regidor y los suyos, armados de bastones, se precipitaron sobre la Mesa y los ciudadanos que integraban ésta, habiéndose apoderado del acta de instalación, documentos, ánforas y útiles que estaban sobre la Mesa; habiéndose registrado algunos golpes entre los que estaban presentes.

"En seguida el susodicho regidor Jorge Prieto Laurens subió a un automóvil de los que ya se hicieron mención, llevándose consigo los documentos, ánforas y objetos referidos, desapareciendo violentamente; y los demás individuos que lo acompañaban tomaron distintos rumbos; lo que se hace constar para los efectos del artículo 104 (ciento cuatro), fracción III (tercera) de la Ley Electoral vigente; así como que de estos actos se dio conocimiento telefónico al señor secretario del honorable Ayuntamiento."

Está firmada esta acta por: "El presidente, A. Noriega.- El instalador, Miguel Villegas.- El 1er. secretario, David Villegas.- El 2o. secretario, J. M. Chávez. - 1er. escrutador, A. Frontana.- Escrutador, Salvador Oropeza.- El representante del P. L. C., F. Robles.- Testigo elector, Pedro Benavides."

El C. Sánchez Pontón: El señor general don Benjamín Hill, a quien se ha atacado con motivo de la intervención que tuvo en algunas de las casillas y que tenemos la obligación moral de defender, (Gritos. Campanilla.) no porque sea uno de los miembros del Partido Liberal Constitucionalista, ni por el puesto que ocupa, sino como fuera otro ciudadano que hubiera tomado participación en una de estas casillas, ha hecho hoy unas declaraciones que aparecen en "El Monitor Republicano" y en las que desmiente las frases calumniosas que se le dirigieron en la sesión anterior de Colegio Electoral. Dice esto:

"Entrevistamos, con este motivo al jefe de la Guarnición, general Hill, quien nos manifestó que

se veía en la necesidad de repetir lo que ya había declarado con anterioridad.

"Dice que el día de las elecciones, supo que varios automóviles, tripulados por cooperatistas y laboristas, se estaban apoderando por la fuerza de las casillas. Estos informes los recibió, precisamente por los miembros de una de las casillas asaltadas. Que como esto constituía un abuso, inmediatamente dispuso que un camión con tropas saliera para el sitio en que se cometía el escándalo; pero que cuando los soldados llegaron, ya los autores de la fechoría habían desaparecido.

"Nos dice, igualmente el general Hill, que aquí ha ocurrido el caso curioso de que precisamente los que violaban la ley y cometían un acto bochornoso, son los que ahora quieren aparecer como inmaculados, y lanzan cargos a diestra y siniestra, como si con ello lograran justificar su conducta, que ya todos conocen."

El C. Juan Sariol: Pido que se le dé lectura al artículo 102 del Reglamento.

El C. presidente: No puede interrumpirse al orador.

El C. Sánchez Pontón Carlos: Reclamo el quórum. (Risas. Gritos. Desorden.)

El C. presidente: Un momento, señores, tengan calma. (Gritos. Aumenta el desorden.)

El C. Sánchez Pontón Carlos: Reclamo el quórum, señor presidente. Hace más de media hora que no hay quórum; pido que se pase lista, tengo derecho a ello.

El C. presidente: La Presidencia..... (Aumenta el desorden. Campanilla) Una vez que termine el orador, en la votación se verá si hay o no quórum; es perder el tiempo en dos listas.

El C. Aguirre Colorado: !No hay quórum! (Desorden.)

El C. presidente: Sí hay quórum, señores. Estando hablando el señor Sánchez Pontón, no se le puede interrumpir. Siga usted, señor Sánchez Pontón. (Aumenta el desorden. Campanilla.)

El C. Ramírez Luque: El señor tiene más tiempo del que tolera el Reglamento.

El C. presidente: Sírvase continuar, señor Sánchez Pontón. Se encarece a las galerías, silencio.

El C. Sánchez Pontón: No sé por qué se trata de festinar la resolución de este asunto, como no se ha tratado de festinar la resolución de otras credenciales; pero, de todas maneras, yo agradezco la atención de vosotros, y voy únicamente a concretar el punto que acabo de tocar, y es la intervención del general Hill en algunas casillas. Yo digo que tenemos la obligación de poner en claro estos hechos, y no estoy conforme en que intervenga ningún elemento militar en las elecciones; de manera que, en este caso, he sido el primero en pedir que la Comisión hubiera nulificado, como efectivamente nulificó, esa casilla, no obstante que la intervención del general Hill no tuvo por objeto absolutamente que la votación se inclinara por un lado o por otro. (Voces: !Huy! !Huy! Desorden. Campanilla.) Recojo una frase del C. Prieto Laurens, que es ésta: que lo principal es tener en cuenta .... (Voces: !Ya! !Ya! Silbidos.) Un momento, señores.

El C. prosecretario Castrejón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, suplica muy atentamente a las galerías dejen que termine el orador.

El C. Sariol: Pido la palabra.

El C. presidente: La Presidencia ruega a las galerías y a los ciudadanos diputados, que escuchen al orador, porque está haciendo uso de un derecho de defensa, y es un deber nuestro escucharlo.

El C. Sariol: Pido la lectura del artículo 102 reglamentario.

El C. prosecretario Castrejón: La Secretaría, a petición del compañero Sariol, va a dar lectura al artículo 102 reglamentario.

"Artículo 102. Los discursos de los individuos de las Cámaras, sobre cualquier negocio, no podrán durar más de media hora, sin permiso de la Cámara."

El C. presidente: La Presidencia cree que la Cámara le concederá el permiso; sin embargo, se va a preguntar. A muchos oradores.... (Desorden. Voces: !No! !No!)

El C. Sariol: Ya ha hablado dos veces.

El C. presidente: Es de nobleza dejar hablar al señor Sánchez Pontón. La Presidencia hace constar que, a diversos oradores que no han estado en el caso del señor Sánchez Pontón, que está haciendo su defensa y que tiene derecho para hacerla, se les ha permitido hablar más de media hora; de manera que manifiesto a la Asamblea que, por honradez al C. Sánchez Pontón, se le permita ampliar su discurso.

El C. Sánchez Pontón: Decía que el C. Prieto Laurens había dicho que lo principal en este asunto era ver la intervención del Ayuntamiento de esta capital, porque los documentos que habían presentado, prueban la intervención del Ayuntamiento, y yo os digo, y yo os ruego que os fijéis. Más de cuatro o cinco presidentes de casillas, de las que se dicen ganadas por los cooperatistas, eran altos empleados municipales, según aparece de este expediente. (Silbidos. Gritos. Campanilla.)

El C. prosecretario Castrejón: A petición del C. Sánchez Pontón, se va a dar lectura a este documento:

"Ayuntamiento Constitucional.- México.- Sección de Gobernación.- Mesa de Personal.- Número.....

Un timbre de a cincuenta centavos, cancelado con un sello que dice: "Ayuntamiento Constitucional de México.- Septiembre de 1920.- Justicia y Personal."

Al centro: "Juan Cataño Flores, secretario general del H. Ayuntamiento de esta capital, certifica: Que en el registro de personal que existe en la Sección de Gobernación de este H. Ayuntamiento, aparece que el 1o. de agosto último las personas que en seguida se expresa, desempeñaban los empleos que a continuación se mencionan:

"Luis Ramírez, como jefe de la Sección de Instrucción Pública.

"Rómulo Freyría, como jefe del Almacén de este H. Ayuntamiento.

"Pedro Argüelles, como segundo jefe de la Sección de Limpia y Transportes.

"Ignacio Vizcarra, como inspector de pulques.

"Y a pedimento del interesado, licenciado Manuel Escudero, se expide el presente, en la ciudad de México, a los seis días del mes de septiembre de mil novecientos veinte.- J. Cataño Flores."

El C. Sánchez Pontón: De manera, señores

diputados, que es muy curioso el cargo que se lanza al Ayuntamiento de esta ciudad, cuando se dice que ha intervenido de una manera positiva en el resultado de esta elección; cuando los cooperatistas habían sido registrados en el Ayuntamiento, cuando ellos han llevado a las casillas electorales a una buena suma de elementos del propio Ayuntamiento, como lo prueba este certificado, y cuando el C. general Garza no es un enemigo del Ayuntamiento, sino que cuenta con amigos en él, tanto del Partido Cooperatista, como entre los que no lo son, y el individuo que tiene a su favor elementos militares, que tiene todas las relaciones políticas, que tiene toda la influencia que puede desarrollar el C. Garza para un caso como éste, que ha utilizado a los altos empleados del Ayuntamiento, ya no sólo para expedir el certificado, sino para tomar casillas como presidentes, es de justicia creer que el Ayuntamiento haya impuesto esa candidatura. Por último, señores diputados, no os cansaré más. (Voces: ¡Ah! ¡Ah! Gritos.) Para los que votéis en contra de mi credencial, que es limpia, (Gritos. Desorden.) que ha sido el resultado de una lucha electoral democrática, en la que ha habido toda esta clase de fraudes, pero que son naturales dentro de la lucha de los partidos políticos; pero que en este crisol que la Comisión ha aplicado tanto a uno como a otro, en ese crisol de la Comisión he resultado con más de mil ochocientos votos buenos sobre los del C. Garza. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Murmullos) Aquí tenéis en el expediente un cómputo hecho para las dos juntas computadoras, en el cual se van nulificando todos los votos de las casillas que no ha aceptado la Comisión como buenas, y de él aparece que yo tengo dos mil doscientos veintiséis votos buenos contra mil cuatrocientos cincuenta y cuatro del general Garza (Siseos. Aplausos. Voces: ¡Ya! ¡Ya!) Para los que tengáis ya un compromiso previo, para los que os hayáis comprometido, por un sentimiento de amistad o de alguna otra naturaleza, a votar en esta forma, sabréis que el criterio legal está conmigo, que el criterio político no puede aplicarse y que, si se resolviera este caso por un acuerdo previo tomado por los bloques, que en el caso mío no se ha tomado, porque el Partido Liberal Constitucionalista está en libertad de votar, como quiera que sea, tendrá que caer una mancha sobre la Representación Nacional, que os avergonzará y quedará escrita en este expediente, donde hombres honrados han puesto la mano y han estudiado hoja por hoja en estos expedientes que están aquí, la historia de una elección en la que han jugado elementos que, si es cierto que pugnaron con violencia, con energía, también es cierto que la Ley Electoral, que la justicia está enteramente de nuestra parte, (Gritos. Murmullos.) porque no se ha podido contrarrestar el dictamen emitido por la Comisión Revisora.

El C. prosecretario Castrejón: Se procede a la votación de los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Son válidas las elecciones para diputados habidas el día 1o. de agosto próximo pasado, en el 5o. distrito electoral del Distrito Federal.

"2o. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los CC. licenciado Luis Sánchez Pontón y Manuel Escudero."

El C. Reyes Francisco: Pido la palabra, para que se divida la proposición. (Gritos. Desorden. Campanilla.)

El C. prosecretario Castrejón: En votación económica se pregunta si se aprueba en primer punto resolutivo, que dice:

"Son válidas las elecciones para diputados, habidas el día 1o. de agosto próximo pasado, en el 5o. distrito electoral del Distrito Federal."

(Voces: ¡Sí! ¡Sí!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado.

El C. Prieto Laurens: Pido votación nominal.

El C. León: Se ha solicitado votación nominal. (Voces: ¡Votación nominal! ¡Votación nominal!)

El C. Sánchez Pontón Luis: Pido votación nominal.

El C. presidente: Habiendo sido pedida la votación nominal, y otros ciudadanos han hecho también la misma solicitud, se procederá a la votación nominal.

El C. secretario Valadez Ramírez: Se procede a la votación nominal. Por la negativa.

El C. Castrejón: Por la afirmativa.

El C. secretario Valadez Ramírez: Se va a votar el segundo punto resolutivo, que dice:

"Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los CC. licenciado Luis Sánchez Pontón y Manuel Escudero."

El C. prosecretario Castrejón: Por la afirmativa.

El C. secretario Valadez Ramírez: Por la negativa.

(Sigue la votación.)

El C. Ortiz Manuel: Que se lean los nombres.

El C. prosecretario Castrejón: A solicitud del C. diputado Manuel Ortiz, se va a dar lectura a las listas de votación. Votaron por la afirmativa los siguientes CC.: Aguirre Colorado Ernesto, Aja, Barbosa, Castillo Agustín, Castro y López, Cervantes, Cuevas, Damián, Fernández Miguel B., García Vigil, Hernández Álvarez, Hidalgo Catalán, Lara G. Rafael, Lechuga, Lira, Manrique, Martínez de Escobar Federico, Martínez de Escobar Rafael, Martínez Gustavo S., Méndez, Ortega Miguel F., Ortiz, Ramos Pedrueza, Silva J. Joaquín, Toro, Trejo Francisco y Vadillo. Total, 28 ciudadanos diputados y presuntos diputados. (Aplausos. Gritos. Campanilla.)

El C. secretario Valadez Ramírez: Votaron por la negativa los CC. siguientes: Acevedo, Aguirre Emilio, Alanís Fuentes, Alba de, Aldaco, Álvarez del Castillo, Álvarez Ricardo A., Ayala, Barragán Enrique M., Barrera de la, Barroso, Basaldúa, Berumen, Berzunza, Bojórquez, Borstel, Bravo Betancourt, Bravo Lucas, Camarena, Cantón, Carriedo Méndez, Carrillo Puerto Benjamín, Casas Alatriste, Castillo Garrido, Castrejón, Cerda, Céspedes, Colón, Cuéllar, Cuervo, Chávez Franco, Díaz Antonio, Díaz Soto y Gama, Domínguez, Enríquez, Esparza Martínez, Espinosa Natalio, Espinosa y Elenes, Estrada, Franco Abraham, Franco Cerqueda, Franco Urias, García Adolfo G., García Rojas, García Socorro, Garza Candelario, Garza Francisco, Garza Jesús M., Gómez Carlos, Gómez Luna, Gómez

Rodrigo, González Jesús B., González Rafael M., Guerrero Alberto, Guerrero Eduardo, Gutiérrez Castro, Gutiérrez Macedonio B., Guzmán Luis, Guzmán Peláez, Hurtado, Ibarra, Lara César A., León Luis L., Lomelí, Luquín, Macías Rubalcaba, Manero, Manjarrez, Manzanilla, Márquez, Martínez Fernando B., Martínez Rendón, Mendoza, Meza, Mijares, Miramontes, Montero Villar, Montes de Oca, Moreno, Ollivier, Palacio, Pino del, Portales, Portes Gil, Prieto Laurens, Quiroga, Rama, Ramírez G. Benito, Ramírez Luque, Ramírez M. Fidel, Ramos Esquer, Reyes Francisco, Rico G., Rivera Constantino, Rodríguez Guillermo, Romero, Sánchez Anaya, Sánchez Pablo H., Sariol, Serrano Gustavo P., Silva Angel, Solís, Solórzano José Luis, Soto Francisco, Tello Romero, Torre de la, Valadez Ramírez, Valverde, Vicencio Leopoldo, Villalobos, Villegas, y Zuno. Total, 112 ciudadanos diputados y presuntos diputados. (Aplausos. Voces: ¡Viva Garza!)

El C. prosecretario Castrejón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría declara: vuelve a la Comisión el dictamen, para que sea reformado en el sentido de la votación. Se cita a sesión de Cámara de Diputados para mañana a las 3 en punto.

El C. presidente: Para Congreso General, a las 4 de la tarde. Se levanta la sesión. (4.50 p. m.)