Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19201015 - Número de Diario 44
(L29A1P1oN044F19201015.xml)Núm. Diario:44Colegio Electoral
ENCABEZADO
MÉXICO, VIERNES 15 DE OCTUBRE DE 1920
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
AÑO I. - PERÍODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 44
SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 15 DE OCTUBRE DE 1920
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.
2. - Continúa la discusión del dictamen referente al 5o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí; se aprueba el primer punto resolutivo y se rechaza el segundo punto, volviendo el dictamen a la Comisión para que lo reforme. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del C. ALESSIO ROBLES VITO.
(Asistencia de 126 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)
El C. presidente, a las 10.55 a.m.: Se abre la sesión.
- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:
"Acta de la sesión de Colegio Electoral celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día trece de octubre de mil novecientos veinte.
"Presidencia del C. Vito Alessio Robles.
"En la ciudad de México, a las once de la mañana del miércoles trece de octubre de mil novecientos veinte, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y dos ciudadanos diputados.
"El acta de la sesión celebrada el día once del presente mes, se aprobó sin debate.
"Prosiguió la discusión del dictamen que propone para diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí, a los CC. Rafael Nieto y Ramón de Mendizábal.
"Leyóse por la Secretaría el artículo 102 reglamentario y luego continuó el discurso que en pro inició en la sesión anterior el C. Luis Castro y López, a quien le fue prorrogado el término que para los discursos establece el Reglamento.
"Después de una moción de orden del C. César A. Lara, que dio lugar a aclaraciones de la Presidencia, habló en contra, por haberle cedido su turno el C. Joaquín Silva, el C. Aurelio Manrique. El orador interpeló a los CC. Mijares, González y González, Jesús M. Garza, y Luis León, quienes contestaron, y fue interrumpido por el C. Angel Silva para solicitar la lectura de un documento, a lo que no accedió la Asamblea, y por una moción de orden del C. Luis Espinosa.
"En pro usó de la palabra el C. Rafael Nieto. Por orden de la Presidencia se leyó el artículo 105 reglamentario, a fin de que no fuese interrumpido el orador. Este, durante su discurso, interpeló a los CC. Soto y Gama, Bordes Mangel y Borrego, quienes respondieron.
"A las dos y cincuenta de la tarde, previo acuerdo de la Asamblea, y encontrándose en el uso de la palabra el C. Nieto, se levantó la sesión."
Esta a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.
Continúa a discusión el dictamen relativo al 5o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí.
El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Rafael Nieto.
El C. Nieto Rafael: Señores representantes: Creo necesaria una ligera síntesis de los principales puntos que toqué en mi defensa anterior. Demostré en esa ocasión que mi contrincante ha sido candidato del Partido Católico derrotado en varias elecciones consecutivas. Como probablemente alguno de los señores representantes presentes en esta sesión no estuvieron en la anterior, deseo solamente mostrar una de las pruebas que mostré en aquella ocasión. Me referí la vez pasada a las fuentes en que el ciudadano Manrique fue a beber para venir aquí a lanzar calumnias e injurias en mi contra. Me olvidé, sin embargo, en aquella ocasión, de que además de los periódicos barraganistas de San Luis, hubo otro periódico, aunque de fecha muy anterior, que probablemente sirvió también de fuente al ciudadano Manrique; ese periódico se llamó "El Eco de San Luis" y su jefe de redacción fue el diputado, ahora socialista, don Francisco Soto. En ese periódico se defendió ansiosamente al usurpador Huerta y se atacaba con todo encono a los renovadores y radicales que estábamos en la Cámara de Diputados. No toqué en la vez pasada la cuestión legal de las elecciones y sólo deseo hacer una
breve alusión a los tres puntos en que se han concentrado los ataques de los oradores del contra. El ciudadano Manrique hizo un gran hincapié en la votación de la cabecera del distrito, es decir, Matehuala, como una especie de argumento moral, porque en realidad nosotros no hemos objetado legalmente esa votación; expliqué en la vez anterior que si la votación de Matehuala fue muy superior a mi contrincante el ciudadano Morales, se debió a la formidable presión de las autoridades azuzadas por el entonces gobernador, don Paulino Guerrero, que hizo viaje exprofeso para recomendar a mi contrincante. El ciudadano Manrique concentró igualmente sus ataques en dos casillas del municipio de Guadalupe; en la número uno afirmó insistentemente que la votación era sospechosa porque habían votado todos los ciudadanos empadronados. Yo afirmo que en esta ocasión es no sólo lógico y natural, sino que ya hay precedentes en la Cámara de que todos lo individuos que figuran en un padrón, hayan votado. Y es natural, la fecha que fijó la Ley Electoral para las elecciones, fue tan perentoria, que en muchos distritos esa ley no llegó sino uno, dos o tres días antes de la elección, y muchos padrones se hicieron en el momento de la votación; de suerte que no tiene nada de extraño que en el padrón sólo figuren los individuos que votaron. Hay otras dos casillas a las que se ha referido insistentemente el ciudadano Manrique: Son las casillas de San Judas y Vallejo; en estas casillas el ataque del ciudadano Manrique consiste en una acta notarial cuya falsedad se comprobó aquí, en que el presidente municipal dice que no sabe si hubo o no hubo elecciones. Aun suponiendo que el acta no hubiera resultado falsa, ese ataque resultaría absolutamente injustificado; pero habiéndose comprobado su falsedad, parece increíble que gente seria insista todavía en argumentar sobre la base de que esa elección es ilegal. El ciudadano Manrique, ya llegando a la cuestión política, ha hecho también gran hincapié en llamar a mi contrincante, ciudadano Morales, un hombre honrado; para el ciudadano Manrique la honradez en este caso consiste sencillamente en que el ciudadano Morales comenzó su vida de barrendero, logró casarse con la hija del patrón, y llegó a superintendente del ferrocarril. Muy bien; pero yo pregunto: ¿Puede llamarse honrado a un individuo que cobardemente, canallescamente viene a injuriar, viene a calumniar en hojas anónimas? Si así fuera - están aquí las hojas anónimas que conocen todos los señores representantes y es inútil leerlas - si así fuera, digo cabría recordar aquella frase de Zola, a quien ahora pretende emular el ciudadano Manrique; decía Zola: "¡Qué pícaros son los hombres de bien!"
Me referí en ocasión pasada a los ataques que me ha hecho Manrique en relación con mi viaje a Londres; demostré en esa ocasión que tras la lucha electoral de San Luis en el año pasado, que llevaron a cabo los partidos independientes de allá, con todo entusiasmo y una gran virilidad continuamos la lucha en la capital de la República, con el mismo entusiasmo, hasta el momento en que consideramos derrotada la democracia en San Luis, por culpa de la Comisión obregonista de la Cámara de Senadores. Considerados derrotados definitivamente en la capital de la República, no tuve empacho en aceptar mi viaje a Londres, supuesto que mi presencia en México no era ya necesaria. El ciudadano Manrique se refirió igualmente a que dejé abandonados a muchos de mis partidarios que estaban en la cárcel, haciendo especial referencia a los miembros de la Junta Computadora del Venado; dije la vez pasada que hice por ellos lo que humanamente hubiera sido posible hacer, es decir, dejarles recursos para ellos y sus familias y un abogado a mis expensas que los defendiera; esos señores miembros de la Junta Computadora están aquí en las galerías; la vez pasada los encontré a la salida en el pórtico de la Cámara y se mostraban indignados contra la intemperancia y las calumnias del ciudadano Manrique.
A propósito de la campaña electoral del año pasado en San Luis Potosí, no quiero alegar más méritos que haber secundado dentro de mis posibilidades la virilidad y el entusiasmo del pueblo potosino, y en este caso no tengo pretensiones de héroe, quiero sencillamente que se me compare con otros ciudadanos que estuvieron en casos similares. Pregunto qué hizo Truchuelo en Querétaro, García en Monterrey y López de Lara en Tamaulipas...(Voces: ¿Y Madrazo?) Madrazo en Guanajuato fue el único en realidad que se mostró digno y entero, pero nunca más digno y entero que los potosinos en San Luis Potosí. El ciudadano Manrique me trataba como representativo del régimen de Carranza en este Parlamento y yo me opuse a esta designación, porque creo que no soy el más indicado para ser el representativo de aquel régimen, y me refiero a la política de Gobernación y Relaciones, que es donde se hace política, no en Hacienda, donde se administra. En cuestión política, manifiesto que me separé de la Secretaría de Hacienda más de un año antes de la caída del Gobierno de Carranza; mencioné que había otros exministros de Carranza en la actual administración que quizá podrían considerarse con mejor mérito a esos títulos. Y aquí debo hacer una aclaración a propósito de una carta que el ingeniero León Salinas publicó en la prensa de hoy. Al mencionar los nombres de los ingenieros Pani y León Salinas y doctor Caturegli, no tuve en lo más mínimo la intención de atacarlos; los tres son buenos amigos míos; considero que los tres son elementos de valer dentro de la administración y he marchado de acuerdo con los tres. Asociado con el ingeniero Pani defendí enérgicamente en muchas juntas la integridad del artículo 27 constitucional en contra de los representantes de los petroleros,señores Garfield y Rohades; por lo tanto, al hacer referencia a ellos, sólo quise patentizar la injusticia de que a mí, que me separé más de un año antes del Gobierno de Carranza y cuando estuve en Hacienda estuve siempre en pugna con los ministros de Gobernación y de Relaciones, porque hay que advertir que yo fui acaso el único en el Gabinete que me opuse a la política germanófila de Relaciones; juzgo injusto, por tanto, que se me considere representativo de aquel régimen en política; en cuanto a que se representativo de aquel régimen en la gestión hacendaria, no rehuyo responsabilidades, estoy siempre listo a responder de ellas. Naturalmente no tengo la pretensión, cuando se trata de la gestión hacendaria del Gobierno anterior, de venir a defenderlo sobre la base
de que todo lo que se hizo estuvo bien hecho, lejos de mí tal pretensión; yo soy el primero en confesar que allí cometimos muchos errores, no porque quisiésemos cometerlos, sino porque las circunstancias a veces nos obligaban, porque la actuación era de vida o muerte para el Gobierno de la República; había ocasiones en que se dictaban medidas, leyes a sabiendas de que fracasarían, pero que en el momento eran salvadoras. El ciudadano Manrique, con esa insistencia martillante que le es peculiar, me hizo el cargo de mimetista, es decir, mi condición de adaptarme a cualquier medio; esta es una inculpación de las más injustificadas. Yo, ciudadanos representantes, en toda mi vida no he desempeñado más que un solo cargo de nombramiento gubernamental; subsecretario de Hacienda; he desempeñado tres cargos más de elección popular, el primero de presidente municipal de mi pueblo, inmediatamente a raíz del triunfo de la revolución maderista; el segundo como diputado a la XXVI Legislatura, y el tercero como diputado al Congreso Constituyente, ¿Cómo, pues, se viene a decir que yo trato de acercarme a todos los gobiernos? El señor Manrique me lanzó calumnias absolutamente inmerecidas a propósito de mi actuación en la XXVI Legislatura; el señor Manrique afirmó aquí que yo no había firmado el manifiesto del Partido Liberal; ya en la ocasión pasada la Secretaría dio fe de que existe mi firma en el manifiesto del Partido Liberal. Voy a leer un pequeñísimo párrafo de ese manifiesto para que se vea lo que yo firmé en tiempos de Huerta: "El brutal movimiento que ha estallado en la capital de la República, inundándola de sangre..." - aquí una aclaración: No es éste el manifiesto del Partido Liberal; es el manifiesto que expedimos los renovadores a raíz de haber estallado el movimiento de la Ciudadela; más adelante leeré otro párrafo - .
"El brutal movimiento que ha estallado en la capital de la República, inundándola de sangre, de lágrimas, de miserias y cubriendo al país de afrenta, indicándolo a los más angustiosos peligros internacionales, no es otra cosa que un intento de marcadas características reaccionarias, que trata de hacer retrogradar la vida política de nuestra patria a épocas de dictaduras militares y de oligarquías de clases privilegiadas, tal y como se vivía en plena era santanista."
Esto es lo que firmé el 16 de febrero de 1913. El manifiesto del Partido Liberal, en el que ya también la Secretaría hizo constar que existe mi firma, fue expedido el 27 de junio de 1913. Voy a leer un pequeñísimo párrafo para que la Representación Nacional se dé cuenta.
"Era tan notorio que el golpe que derribó al esforzado presidente Madero, más que a su persona, había sido asestado al principio de la legalidad, a la Constitución de la República y a patrias instituciones; y fue tan descaradamente revelado el pretorianismo del pacto de la Ciudadela, que su principal beneficiario vióse en la necesidad de legitimar su autoridad mediante su llamamiento por la Cámara de Diputados al ejercicio del Poder Ejecutivo, como ministro de Gobernación, del dimisionario presidente Lascuráin. Pero el ministro que completó su Gobierno - y en el que, a título de concordia, se concentraron bajo la hegemonía felicita las diversas odiosidades al derrocado legítimo presidente, siguió teniendo por único origen el militarista pacto de la Ciudadela, en que el Ejército, a pretexto de pacificación, atizó aún más las hogueras de la guerra civil, derribando a un presidente de elección popular para substituirlo por otro de su propia y exclusiva elección."
Esto firmaba en pleno régimen de Huerta. Pero no es todo; en el bloque Renovador se me confiaron algunas de las comisiones más peligrosas y delicadas. Se lee aquí:
"Como la señora de Pastelín buscara la protección de los diputados miembros del Grupo Liberal Renovador, éste nombró una comisión de su seno, integrada por los señores Luis Manuel Rojas, Miguel Alardín, Rafael Nieto y Adolfo C. Gorrión, para que se acercaran al señor ministro de Gobernación y solicitaran de él algunos informes sobre el particular..."
Más adelante:
"La reunión tuvo lugar en el Salón de Comisiones de la Cámara de Diputados, y en ella se acordó el nombramiento de una comisión, integrada por los diputados Luis Manuel Rojas, Miguel Alardín, Rafael Nieto y Adolfo G. Gorrión, encargados de refutar la tesis sustentada por el señor ministro de Gobernación en la reciente entrevista que a los mismos concediera a propósito de la misteriosa desaparición del diputado suplente Edmundo Pastelín..."
Después:
"Un diario de la mañana consignó ayer en sus columnas la noticia de que varios diputados del Grupo Renovador, entre ellos los señores Rojas, Alardín, y Nieto, rompieron lanzas con el señor ministro de Gobernación, a consecuencia de una entrevista que celebraron con el alto funcionario con ocasión del asunto de la desaparición del diputado Pastelín..."
Pero el punto decisivo en esto de mi actuación en el seno de la XXVI Legislatura, está en la cuestión del empréstito de Huerta. En esta ocasión los diputados renovadores pretendimos desacompletar el quórum, para evitar que el empréstito se votara; no obstante, se votó el empréstito, fingiendo el quórum, es decir: Poniendo en la lista diputados que no estaban presentes; sesenta y tantos diputados renovadores nos ausentamos del salón de la Cámara y nos fuimos al Salón Verde, y allí esperamos toda la votación del empréstito, con excepción del artículo quinto; en las listas de votación sólo aparecen renovadores por la negativa, los secretarios, que no podían ausentarse; todos los demás no aparecen en la votación. Suplico a la Secretaría se sirva dar fe. Dice al votar el artículo quinto en el empréstito, que fue la única votación a la que estuvieron presentes los renovadores: "La votación fue la siguiente: Por la afirmativa..."
El C. secretario Valadez Ramírez: La Secretaría hace constar que en la negativa se leen los siguientes nombres:
"Votaron por la negativa los 33 ciudadanos diputados que siguen: Alarcón, Ancona Albertos, Azar Mendoza, Balderas Márquez, Barrera, Bordes Mangel, Borrego, Cabrera Alfonso, Carrillo, Cravioto, Farrera, Gorrión, Jara, López Jiménez, López de Llergo, Luna Enríquez, Morales, Moya Zorrilla, Munguía Santoyo, Nieto, O'Farril, Ortega,
Palavicini, Peña Francisco de la, Ramírez Martínez, Ramos Roa, Rendón, Rivera Cabrera, Rivera, Rodiles Maniau, Silva Herrera, Ugarte Gerzayn, y Urueta."
El C. Nieto, continuando: Es patente, por tanto, la injustificación del cargo que a este respecto me lanzó el diputado Manrique. Pero hay más todavía: El diputado Manrique afirmó que no se había tratado de aprehenderme al dar el golpe de Estado, el día diez de octubre de 1913. Aquí está "El Imparcial" de esta fecha, publicando la lista oficial de Gobernación. Ruego a la Secretaría se sirva dar fe.
El C. secretario Valadez Ramírez: Número 7,127 de "El Imparcial", del sábado once de octubre de 1913:
"Los diputados aprehendidos.
"La siguiente es la lista de los diputados que fueron aprehendidos y alojados en celdas de la Penitenciaría y en departamentos del cuartel de la Canoa: Valentín del Llano, José Natividad Macías, Manuel Malo y Juvera, Jesús Martínez Rojas, Guillermo Meixueiro, Manuel F. Méndez, Román Morales, Jesús Munguía Santoyo, Eduardo Neri, Tranquilino Navarro, etcétera."
Luego, más adelante, dice:
"Algunos de los diputados de la lista que precede, se escondieron en algunos lugares ocultos de la Cámara, y fueros después hallados por la policía. Otros, entre los que figuran los siguientes, no habían sido encontrados todavía a la hora de escribir estas líneas, a saber: Alfonso G. Alarcón, José Castellot, hijo, Adolfo E. Grajales, Rafael Nieto, Enedino Colín, Manuel Orijel y Luis G. Zaldívar."
El C. Nieto: Creo haber patentizado, por tanto, mi actuación en el seno del Bloque Renovador, que fue absolutamente digna y apegada a los intereses revolucionarios. No quiero referirme a las calumnias que me ha lanzado el señor Manrique, y casi diría que esas calumnias son nada en comparación de las calumnias que ha ido repitiendo al oído de muchos representantes. Esta hoja anónima que se repartió y que había atribuído al señor Morales, casi estoy creyendo, dada la intemperancia del señor Manrique, que, al menos, fue hecha en colaboración con Manrique.
El C. Manrique: Estáis muy equivocado.
El C. Nieto: Creo inútil cansar a la Asamblea con referirme a esos cargos concretos; ya manifesté en la vez pasada que, para dar satisfacción a mis impugnadores, se hiciera una investigación sobre la fortuna que tenía antes y después de la Revolución; cómo la había adquirido y qué uso hacía de ella. Esa promesa que volví a repetir al Partido Liberal Constitucionalista, la repito y la sostengo, sea cual fuere el resultado de la discusión de mi credencial. Han circulado también aquí otros libelos, escritos por don Claudio N. Tirado; tampoco voy a referirme a ellos y sólo quiero hacer un recuerdo: En 1915, don Claudio N. Tirado se me presentó pidiéndome un empleo; tuve mucho gusto en dárselo; estuvo en ese empleo poco más de un año, y renunció; entonces ingresó al P. L. C.; estando ya en el P. L. C., volvió a solicitarme otro empleo, y tuve mucho gusto en darle, casi diremos una canonjía, porque lo nombre administrador de bienes intervenidos en Morelia; inmediatamente pidió una licencia con goce de sueldo, que no tuve empacho en concederle; pero duró poco la gratitud del señor Tirado: Como a los dos meses me mandó decir con un ex-empleado de la Secretaría de Hacienda que se encuentra por aquí en las galerías, que tenía gratitud para mí, que en el P. L. C. se me había comenzado a atacar, pero que él estaría siempre listo para defenderme, porque no era ingrato. Esto me basta para que la Asamblea juzgue de la talla moral del señor Tirado. Se ha insinuado por mis contrincantes, también en esas hojas sueltas, que el empeño que yo tengo para ingresar a la Cámara, es el hecho de conquistar un fuero; esta inculpación es, por supuesto, maliciosa, como casi todas las que se me hacen. Yo tengo un fuero, conforme a los artículos 109 y 110 de la Constitución General de la República, puesto que soy gobernador de San Luis; pero no es eso sólo: Conforme al artículo 113 de la Constitución, han prescripto cualesquiera responsabilidades que tuviera por mi actuación en la Secretaría de Hacienda. No obstante, señores representantes, si en cualquier momento hay en la Cámara responsabilidades por mi actuación pasada, yo seré el primero en pedir mi desafuero para que se me juzgue, y seré el primero, si se puede, en renunciar a la prescripción. Jamás en mi vida he pretendido rehuir responsabilidades por los actos que he cometido, ni oficial ni privadamente. El señor Manzanilla, radical y avanzado, venía aquí la vez pasada a impugnar mi ingreso a la Cámara, desde el punto de vista del capitalismo y del socialismo; el señor Manzanilla, indudablemente, con una inconsciencia inconcebible, vino a afirmar esos cargos; probablemente no lee y no está enterado de mi actuación como escritor y como político. Considera, señores representantes, que los tres grandes grupos que las ideas revolucionarias tienen enfrente, son estos: Primero, el grupo de los petroleros; segundo, el de los terratenientes, y tercero, los antiguos bancos privilegiados. Pues bien; voy a demostrar cuál ha sido mi labor como escritor y como funcionario, en frente de esos tres grupos. Por lo que respeta a los petroleros, ya hice alusión anteriormente a la labor ardua y tenaz que llevamos a cabo el ingeniero Pani y el que habla, discutiendo durante muchas semanas con los representantes de los petroleros, hasta obtener legítimamente una victoria, que consistía en el mantenimiento integral del artículo 27. Los dos representantes petroleros, Garfield y Rohades, accedieron desde nuestro punto de vista, y se conformaron con él; desgraciadamente, las compañías petroleras desconocieron los arreglos hechos por sus representantes. Aquí, en esta misma tribuna, he venido a defender la legislación relacionada con el artículo 27 y su integridad en materia de petróleo; aquí está el "Diario de los Debates" del 27 de diciembre de 1918, con un discurso mío defendiendo la integridad del artículo 27 en materia de petróleo, y en esa ocasión me atacaba desde el punto de vista de los petroleros, uno de los más conspicuos miembros del Partido Liberal Constitucionalista. Mi actuación en materia de tierras: Ya en la ocasión pasada me referí a que una de las primeras iniciativas sobre fraccionamiento de tierras y abolición de las tiendas de raya en las haciendas, fue presentada por mí. En 1912
publiqué una larga serie de artículos que más tarde se publicaron en un folleto sobre fraccionamiento de tierras y organización del crédito rural; en la actualidad estas ideas que campean en mis artículos, están saliendo a relucir como algo nuevo. Posteriormente hay infinidad de artículos, que casi formarían dos volúmenes, sobre cuestiones sociales y económicas; voy a escoger al azar cualquiera, para que se vea lo que escribía sobre estas cuestiones; pequeñísimos párrafos. Digo yo el 11 de septiembre de 1918:
"Hace dos mil años, el reformador agrario Tiberio Graco, sacrificado por la reacción, empurpuró las calles de Roma con su sangre. En el fondo, muy en el fondo, y quizá sin saberlo, Madero fue también sacrificado por la reacción latifundista. Y si latifundia perdiere Italia, como dice uno de los más sagaces historiadores romanos, hagamos que no sea estéril la sangre de esos mártires, y que salve a México, el derrumbamiento del arcaico despotismo agrario."
Esto escribía yo el 19 de septiembre de 1918.
En 1913:"La etapa primera de la Revolución toca a su término; más sólo el éxito en la segunda etapa de radicales reformas, mucho más ardua y trascendental, podrá salvarnos de escuchar más tarde la carcajada siniestramente irónica de la reacción.
"Más que PAZ sin JUSTICIA, vale JUSTICIA con REVOLUCIÓN."
En 1914: "Sobre el derrumbamiento del sistema de la burguesía que clamaba PAZ pretoriana sin JUSTICIA, se yergue la Revolución triunfante, hincando su garra formidable en el militarismo, en la plutocracia y en el feudalismo rural. Es así como tendremos justicia económica, justicia política, justicia social."
Esto escribí en 1914. El otro grupo de grandes intereses, los antiguos bancos privilegiados, escribía el 31 de diciembre de 1917: "Y es natural que la alharaquienta oposición suba de punto, cuando se trata de fundamentales cuestiones económicas, tendentes a arrancar privilegios a las clases capitalistas, y a colocar el manejo de los intereses vitales de un país, en las propias manos del pueblo."
Hay algo más hondo en la cuestión bancaria: En la conciencia de todos los señores representantes está que yo, el Gobierno, pero principalmente yo, me enfrenté constantemente con la fuerza económica bancaria, la más poderosa en los destinos de la República. Recordarán los señores representantes que en cierta ocasión se preguntó al gobierno francés si era yo persona grata para ir a representar allá al Gobierno de México. Está aquí la copia de una carta mía dirigida al ministro de Relaciones; dice así:
"México 1o. de octubre de 1918.
"Señor general Cándido Aguilar, secretario de Relaciones Exteriores. - Presente.
"Muy estimado amigo:
Por algunas conversaciones que he tenido con el señor don Agustín Legorreta, gerente del Banco Nacional, así como por algunas indicaciones que usted se ha servido hacerme, he llegado a formarme la opinión de que uno de los motivos por que el gobierno de Francia ha retardado su contestación a la pregunta que le hizo el Gobierno de México, sobre si sería yo persona grata como representante de México en aquel país, estriba en el hecho de haber refrendado con mi firma los decretos expedidos por el ciudadano primer Jefe, primero; y por el ciudadano presidente, después, con relación a los Bancos de emisión. De las mismas conversaciones a que antes me he referido, he sacado en consecuencia que, la actitud de gobierno francés se modificaría, caso de llevarse a buen término los arreglos sobre que he venido tratando con el representante del Banco Nacional.
"Considerando que en tales condiciones mi posición resulta bastante delicada, manifesté hoy al señor presidente mi intención de abstenerme de seguir conociendo el asunto del Banco Nacional, o bien, que se retire definitivamente la pregunta que se había hecho al gobierno de la República francesa. Al primer magistrado le pareció preferible esto último. Por tanto, me permito rogar a usted atentamente que, previo el acuerdo respectivo, tenga la bondad de ordenar sea retirada la propuesta que de mí se había hecho para representar a México en Francia."
Quiero referirme ahora a cuestiones generales, sociales y económicas, y voy a leer unos cuantos párrafos demasiado pequeños. Digo en un libro editado en 1916: "La actual Revolución de mi patria ha removido hondamente los cimientos de nuestra organización social. El sufrimiento de las masas, engendrado por intolerables condiciones económicas, y contenido durante largas décadas, estalló por fin demoliendo, con fuerza irresistible, los sólidos cimientos de un régimen arcaico.
"Como todos los movimientos de las masas, la Revolución mexicana no tuvo en sus principios ideales sociales concretos y definidos. Estos han venido fundiéndose en una concreción cada vez más clara, a medida que la menor intensidad de la lucha ha permitido, a los intelectuales del movimiento revolucionario, desentrañar los hondos problemas sociales de la informe nebulosa del sufrimiento popular.
"Hubo en el movimiento revolucionario iniciado por Madero en 1910, un revolucionario que al ser preguntado por el plan político por que luchaba, contestó que lo ignoraba; pero que iba a ofrendar su sangre a los campos de batalla, era "para ver mejorar las cosas". Ese revolucionario - símbolo concretó el sentir de la masa popular. "Ver mejorar las cosas": he ahí la aspiración suprema de un pueblo hambriento que quiso dejar de ser sufrido, y acabar con el monopolio de la riqueza nacional."
El 1o. de octubre de 1918 escribía: "El socialismo puede haber fracasado en sus inmediatos propósitos pacifistas; puede haber fracasado en sus prematuros anhelos unionistas del proletariado internacional; puede aún fracasar en muchos de sus postulados, y aun puede derrumbarse totalmente su sistema doctrinario; pero las reformas sociales reclamadas imperativamente por los oprimidos, habrán de surgir tras el derrumbamiento de una organización económica que por todas partes se agrieta."
El 24 de enero de 1917, decía: "En la organización actual de la sociedad, vienen ya resultando demasiado exclusivistas los factores de las divisiones territoriales y nacionales, y a su lado se
levanta un factor nuevo, de importancia creciente: La cohesión entre las diversas clases sociales internacionales. Cierto que la cohesión entre los partidos socialistas europeos, se rompió al estallar la guerra, pero también fueron patentes los vigorosos esfuerzos de tales partidos para evitarla; y aún en los momentos actuales, bajo la opresión brutal del militarismo prusiano y del navalismo británico, se escuchan las voces condenatorias de los más conspicuos representantes del proletariado. No en vano la palabra sincera de Barnard Shaw le acarrea la animadversión del orgullo inglés, y no en vano el verbo vibrante del doctor Liebnetch, no pudo ser acallado más que bajo la presión de las ergástulas alemanas."
Y todavía en fecha demasiado reciente, el día 11 de septiembre del año actual, escribía: "Todos estos son hechos reales, evidentes, reveladores de una grave dolencia, que no puede escapar a la penetración de los que se preocupen un poco por tan palpitantes cuestiones sociales. ¿El remedio? Posiblemente viene envuelto en la avalancha de ideas nuevas, en el tumulto de radicales tendencias, que están ya golpeando a las puertas de un inmediato futuro.
"Y es preciso no cometer de nuevo el error histórico en que ha incurrido la humanidad, cuando de teorías o principios heréticos se trata. Primero se consideran utópicos e impracticables; luego se califican de impracticables; luego se califican de peligrosos e inmorales. Viene después el intento de represión, los conflictos violentos y, los sangrientos sacrificios. Al final acaba por reconocerse que había en ello un fondo de justicia, y que sólo era preciso un procedimiento de canalización, de organización, de método. Evitemos el lento proceso, y hagamos un corto circuito, saliendo al encuentro de los nuevos principios, para vigilar su desarrollo y encauzar su acción."
El día 20 de junio del presente año: "A México, donde no existe el socialismo organizado y donde en lo general se tiene de él un concepto errado, apenas si nos llega débilmente la marejada de una lucha que adquiere proporciones mundiales.
"Pero no hay que olvidar, llegado el caso, que la negociación de un derecho y el desconocimiento de los principios democráticos, sólo pueden conducir a represalias enconadas. Los procedimientos brutales de un Orozco en Tampico, jamás podrán compadecerse con la Constitución Libérrima de 1917.
"Si hace un siglo los Estados Unidos eran el refugio de los deportados políticos de Europa, no desperdiciemos la ocasión de brindar asilo a los que no pueden ya respirar el aire de la libertad en la patria de Lincoln.
"Y precisa no perder de vista que si a los partidos avanzados se les cierra la puerta legal de los comicios, no tendrán ya distinta alternativa que la Revolución."
La palabra revolucionario ha sufrido en los últimos tiempos connotaciones disímbolas y contradictorias: A ocasiones se ha llamado revolucionario a aquel ha estado con Villa; un poco más tarde, al que ha estado contra Villa; luego, al que ha sido convencionista; más tarde, al que ha estado con Zapata; luego, al que ha estado contra Zapata, etcétera, etcétera, y ¡Oh sarcasmo!, recientemente se daba el mismo calificativo de revolucionario a aquel que había estado con Félix Díaz, por el solo hecho de que hubiera combatido a Carranza; la verdad es que en todos estos grupos considero que ha habido revolucionarios, reaccionarios y conservadores; pero yo sólo considero revolucionarios a aquellos que han luchado por una reforma social y económica; en mi concepto, ni siquiera merecen aquel calificativo de revolucionarios aquellos que no han tenido enfrente sino una reforma política, y es que la época de los reformadores políticos paso ya hace treinta años. En la actualidad los problemas vitales de la sociedad son esencialmente económicos, y no es revolucionario sino aquel que propugna por una reforma en el campo de la economía. En el Congreso Constituyente que, entre paréntesis, decía alguno de mis opositores que estuve con uno de los grupos, no el radical de aquel Congreso, diré que no asistí sino a tres sesiones de aquel Congreso para discutir el artículo 28 Constitucional. Pues bien; debido exclusivamente a mi esfuerzo personal fui al Constituyente e hice triunfar el artículo 28 tal como se encuentra en la Constitución; esa reforma en materia bancaria ha sido combatida por todas las borrascas; pero yo aseguro que ese precepto revolucionario quedará allí como una de las conquistas más firmes de la Revolución. (Aplausos.) Cuando de principios revolucionarios se trata, y me refiero a principios sustentados por la ponderación, por el equilibrio, por la ciencia, no creo sinceramente quedarme a la zaga de los que revolucionarios se titulan. Yo soy de los que creen que la organización actual de las sociedades está en bancarrota, que el régimen industrial capitalista se agrieta por todas partes, que es absolutamente necesario un cambio radical, pese a los que llevan a cuestas el enorme peso muerto del pasado. Usando un símil de Maeterlinck, diré que en mi corta carrera política siempre he combatido a aquellos que se creen predestinados a apagar las luces que los espíritus progresistas encienden, que siempre en el camino que conduce al futuro he combatido en cada encrucijada a aquellos que se creen predestinados a atacar el paso de las ideas nuevas. Yo he visto con regocijo la organización en el seno de este Parlamento, la organización de un grupo de radicales avanzados que serán los que encaucen las aspiraciones de mejoramiento de proletariado, que serán los que encaucen ese movimiento que no obedece a causas políticas y que, por lo tanto, su éxito no depende del mayor o menor número de sus adeptos, de un movimiento que ha sido forjado por un conjunto de fenómenos económicos y biológicos con que acabará por imponerse fatalmente a la vida, como se impone una tempestad sobre la tierra fecunda. (Aplausos.)
Señores representantes: Legal y democráticamente he ganado una credencial limpia; (Voces: ¡Sí! ¡No! Aplausos y siseos.) su aprobación no será más que una consecuencia lógica de los principios por los que he luchado, como habéis visto, y que en diversas ocasiones he venido a sostener en esta misma tribuna; pero si vuestra soberanía estima que mi credencial es ilegítima, me iré tranquilo, sin rencores para nadie, con la satisfacción de haber cumplido con mi deber y con la creencia de que las calumnias y las injurias que se me han lanzado,
precisamente por su violencia me dejan inmune, puesto que así como Mitrídates se consideraba inmune a los venenos por la costumbre de tomarlos, me considero inmune a las calumnias a fuerza de padecerlas. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Ramos Pedrueza.
El C. Silva Angel: De conformidad con el artículo 112 del Reglamento, parte final, suplico a la Presidencia repita la pregunta de si en votación económica se considera el asunto suficientemente discutido, puesto que han hablado un orador en pro y otro en contra después de ampliado el debate.
- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:
"Artículo 112. Cuando hubieren hablado todos los individuos que puedan hacer uso de la palabra, el presidente mandará preguntar si el asunto está o no suficientemente discutido. En el primer caso, se procederá inmediatamente a la votación; en el segundo, continuará la discusión; pero bastará que hable uno en pro y otro en contra, para que se pueda repetir la pregunta."
El C. Manrique: ¡Moción de orden! Pido atentamente a la Presidencia ordene a la Secretaría que antes de hacer la pregunta, se sirva leer la lista de los oradores.
- El mismo C. secretario: Han hablado en pro los ciudadanos Angel Silva, Ayala, Castro y López y Nieto; y en contra, los ciudadanos Francisco Soto, Manzanilla y Manrique, dos veces. Por otra parte de la Comisión ha hablado el ciudadano Moisés Huerta. Están inscriptos en pro los ciudadanos Ayala, Angel Silva, Castro y López, Zubaran y Espinosa; y en contra, los ciudadanos Ramos Pedrueza, García Vigil, Castrejón y Octavio Paz, que no han hablado.
En votación económica se pregunta a la Asamblea si considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido.
El C. González Marco Aurelio: Reclamo la votación! (Voces: ¡Pedimos votación nominal! ¡Ya se hizo la declaratoria!) ¡Reclamo la votación, señor presidente!
El C. Ramos Pedrueza: Pido la palabra para hechos.
El C. González Marco Aurelio: ¡Reclamo la votación!
El C. Ramos Pedrueza: El Reglamento me autoriza para pedir la palabra para hechos.
El C. Manrique: Reclamo la votación que acaba de hacerse; reclamo la declaratoria.
El C. González Marco Aurelio: ¡Reclamo la votación!
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al señor Manrique que ya está hecha la declaratoria.
El C. Manrique: Cabalmente por eso la reclamo.
El C. presidente: La Presidencia nombra al señor Manrique y al señor Marco Aurelio González...
El C. Quiroga: ¡Ya se hizo la declaratoria!
El C. Manrique: Cabalmente por eso la reclamo.
El C. González Marco Aurelio: ¡He reclamado la votación, señor presidente!
El C. Manrique: Para una moción de orden.
El C. presidente: Sí, señor; se va a acceder...
El C. Montero Villar: ¡Pido la palabra!
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique para hacer una moción de orden.
El C. Manrique: Tengo la palabra para hacer una moción de orden, compañeros. Al compañero Montero Villar, al compañero Quiroga y a la Presidencia cabe advertir que cabalmente en los momentos de la declaratoria es cuando puede reclamarse; antes no. Una vez que la Secretaría ha declarado...(Siseos.) una vez que la Secretaría ha declarado si hubo o no mayoría, es cuando conviene reclamar; yo reclamo la votación, pido que se repita y que se cuente, tanto a los que se pongan en pie, como a los que permanezcan sentados.
El C. Montero Villar: Pido la palabra para hacer una interrogación al ciudadano Nieto, si me lo permite. (Voces: ¡No viene al caso!)
El C. presidente: Pida usted la palabra para hechos.
El C. Montero Villar: ¿Tengo la palabra?
El C. presidente: ¡No! La Presidencia hace notar al ciudadano Manrique que, en los momentos en que debía reclamarse la votación, era cuando se dijo que había mayoría de pie.
El C. Manrique, interrumpiendo: Cabalmente.
- El C. presidente, continuando:...Antes de haber hecho la declaratoria.
El C. González Marco Aurelio: ¡Yo la reclamé oportunamente!
El C. presidente: ¡Un momento! Por lo demás, la Presidencia no tiene ningún inconveniente en acceder a la petición del ciudadano Manrique, haciendo que se repita la votación y nombrando a cuatro ciudadanos diputados para que hagan el recuento.
El C. secretario Valadez Ramírez: Por acuerdo de la Presidencia, se repite la pregunta. Los que estén por la afirmativa, considerando que el asunto está suficientemente discutido, sírvanse ponerse de pie. (Voces: ¡Hay mayoría! ¡No hay! ¡Que se cuenten! Se hace el recuento.) Por los informes de los comisionados, se viene en conocimiento que hay 85 ciudadanos representantes sentados y 65 de pie. (Aplausos.) En consecuencia, continúa la discusión.
Presidencia del C. DÍAZ SOTO Y GAMA ANTONIO
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Ramos Pedrueza.
El C. Ramos Pedrueza: Honorable Asamblea: Prologo la impugnación al dictamen que se encuentra a debate, declarando que ninguna enemistad personal contra el señor Nieto me impulsa a ello, sino el cumplimiento de un deber: Varios comitentes del distrito por el que fui electo, se han acercado a mí, de tal manera que no soy sino portavoz de los cargos que he de formular contra el señor Nieto. (Siseos.)
El C. presidente: La Presidencia previene a las galerías que, si siguen interrumpiendo al orador, serán desalojadas.
El C. Ramos Pedrueza: No tocaré la parte legal, ya que ésta ha sido tocada por los oradores del pro y del contra, aunque, a decir verdad, ninguna prueba definitiva se ha rendido ni en uno ni en otro sentido, pues el capitalismo del señor
Nieto no es obstáculo para venir a la Representación Nacional, ya que en nuestra Constitución no hay un artículo prohibitivo sobre el particular, ojalá que hubiese una prevención que impidiera que los banqueros o los capitalistas vinieran a la Representación Nacional, y digo que ojalá la hubiese, porque se impediría la compra de votos. Por otra parte, tampoco al señor Morales se le puede tachar de imposibilitado para venir a esta Asamblea, porque el hecho de pertenecer al partido católico en 1912, no es un obstáculo para ello. Y en cuanto a la estampita impresa, con que se recomienda a los católicos que voten por él, es harto conocido el expediente de estas impresiones para desprestigiar a un contrincante.
Los cargos contra el señor Nieto son los siguientes, algunos no pueden comprobarse, aunque en la conciencia pública existen; los otros serán plenamente comprobados y a él le tocará después, o a su representante, destruirlos. La Comisión Monetaria, señores representantes, fue establecida para especular con los valores o monedas nacionales, en beneficio del señor Nieto y de sus amigos, y es público y notorio que las principales agencias estaban acaparadas por un hermano político del señor Nieto. Existía en Nueva York una agencia integrada por los señores David Reyes Retana y por el señor Emiliano López Figueroa, en la que, en combinación con el señor Nieto, se ganaban el quince por ciento, negociándose el papel, los billetes de los Estados Unidos, cambiándose por valores en oro nacional; no puedo rendir pruebas de esto, por la lejanía de esta agencia de la capital de la República, (Siseos.) pero la prensa habló frecuentemente de esto. También, aunque sin pruebas fehacientes, se rumoró mucho que el señor Nieto había autorizado a la Secretaría de Hacienda para que quinientos automóviles de su propiedad, pasasen sin pagar los impuestos respectivos; esto no me ha sido posible comprobarlo. (Voces: ¿Ah!) Al señor Nieto, como he dicho, le tocará, en este caso, destruir el cargo; pero lo que sí está, señores diputados y presuntos diputados, plenamente comprobado, es la responsabilidad moral que el señor Nieto tiene en las emisiones de papel moneda, que tanto desprestigiaron a la Revolución. Se me contestará que eso salvó a la Revolución, pero no es esto cierto, porque determinada cantidad de dinero pudo salvarla, y se emitió mucho más del necesario para salvarla, y especialmente, la segunda emisión, la del papel infalsificable, que fue un "panamá", que fue una explotación que tantos dolores y tantas lágrimas y tantas miserias costó al pueblo. Es una responsabilidad del señor Nieto; el señor Nieto contestará que, no existiendo régimen parlamentario, no era él el responsable, sino el presidente de la República, y a esto yo respondo que, cuando un hombre es honrado, no colabora con quienes no lo son y, como ejemplo, cito al general Obregón, que se retiró de la administración pública cuando la Revolución comenzó a mancharse, y no quiso ser cómplice de los culpables. (Aplausos.) El cargo que puedo concretar y comprobar, es el siguiente: Está perfectamente demostrado por la prensa, que el señor Fuentes Oviedo hizo una denuncia de las casas de cambio que exportaban, en condiciones ilegales, moneda acuñada; esta denuncia fue hecha al señor subsecretario de Hacienda, don Rafael Nieto, quien mandó cerrar las casas; pero no consignó a los responsables, como era su deber, a las autoridades judiciales, porque la mayoría de éstas casas eran propiedad del señor subsecretario de Hacienda. (Voces: ¡Pruebas!) La prueba es que dejó sin castigar el delito. (Voces: ¡Aaah!) Cuando no se está interesado en que un culpable deje de tener el castigo correspondiente, se cumple con el deber de consignarlo a las autoridades, para que éstas lo impongan; pero cuando se tiene complicidad con los delincuentes, entonces no se cumple con tal deber. Por último, señores, voy a hablar de una gran responsabilidad del señor Nieto, la cual sí está perfectamente comprobada y que a él tocará destruir; si el señor Nieto destruye esta responsabilidad, seré el primero en felicitarlo. (Voces: ¡Aaah! Siseos.) Pido atentamente a la Presidencia que ordene a las galerías me permitan hablar, porque de lo contrario, no podré continuar.
El C. presidente: Tiene mucha razón el orador; tal parece que en las galerías hay personas interesadas en que no se haga la luz en este debate. (Voces: ¡Están pagados!) Toda persona culta sabe que, en una discusión, para que se conozca la verdad, debe haber pro y contra y debe escucharse a ambas partes. Se hacen muy poco favor a sí mismas las personas que, diciéndose honradas y conscientes, se oponen a que se diga la verdad, y lo que el señor orador asienta lo rebatirá el contra. Así es que yo excito a las galerías a que sepan respetar las argumentaciones que se presentan en un asunto que es de interés para el país, asunto que tiene un interés trascendental, porque se trata de hechos que la nación entera debe conocer. (Aplausos.)
El C. Ramos Pedrueza: Si los cargos que hago al señor Nieto son destruídos por él, seré el primero en felicitarlo y, tal vez, si el orador que me substituya en el pro orienta a la Asamblea en el sentido legal, el primero en votar a su favor seré yo; pero si el señor Nieto deja en pie y no destruye debidamente esos cargos, que traen consigo una responsabilidad penal, entonces declaro, con el valor civil y la energía a que mi deber me obligan, que aun cuando la acción penal prescriba, el señor don Rafael Nieto, en lugar de merecer ocupar una curul en el Congreso de la Unión, merece ocupar una celda de un establecimiento penal. (Aplausos. Siseos.)
Voy a hablar de uno de los más grandes "panamás" de que ha sido víctima nuestro país. (Voces: ¡Pruebas!) ¡Aquí están las pruebas! Los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz (me refiero a las obras ejecutadas en ellos) importaron 65 millones de pesos. El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec importó, cuando lo tomó Pearson 25 millones de pesos y la reconstrucción importó 24 millones de pesos, y el Gobierno dio dos millones en efectivo; total, aproximadamente, ¡Ciento veinte millones de pesos! Esto consta en el DIARIO DE LOS DEBATES y en el expediente que tengo a la vista. En el decreto respectivo consta que el Gobierno adquirió el ferrocarril y puertos que se estimaron, como dije, en ciento veinte millones de pesos, y desde un principio este contrato ha sido de tal manera leonino, haciendo el papel de león la casa Pearson &
Son y de víctima el Gobierno; y aquí voy a hacer que la Secretaría se sirva leer algunos documentos que a pesar de la desproporción enorme de dar esa casa dos millones de pesos y 120 millones de pesos el Gobierno, se asigna el 65 por ciento de las ganancias para el Gobierno y el 35 por ciento para la casa Pearson & Son. El Gobierno perdió tres millones y medio de pesos pagados so pretexto de los perjuicios sufridos por la casa Pearson, por la incautación del ferrocarril de Tehuantepec, cuatro millones de pesos, pagados en bonos al portador, por compensación de la renuncia de los derechos de Pearson a seguir explotando el ferrocarril y los puertos.
Siete millones, doscientos mil pesos, intereses que se pagarán a razón de 5 por ciento anual sobre los citados cuatro millones durante 36 años.
El ferrocarril dio utilidades en 912 - 913 de cuatro millones al año, al Gobierno.
La compañía naviera de Hawaiian proporcionaba el 80 por ciento de los ingresos. Esta compañía tomó como pretexto el desembarco de los norteamericanos en Veracruz y las medidas coercitivas del Gobierno, para defenderse del avance; pero en realidad esa compañía estaba para terminar su contrato, por haberse pactado que en la apertura del Canal de Panamá - que se inauguró en agosto de 1914 - se rescindiría el contrato de tráfico con la compañía. Sin el tráfico expresado el ferrocarril de Tehuantepec perdía considerablemente; la incautación y renuncia de derechos a explotar el ferrocarril no causaron daños, sino beneficios a Pearson. Aparentemente, los balances de la contabilidad del ferrocarril arrojaban grandes utilidades en la fecha de la rescisión; pero en realidad, esas utilidades provenían de una inversión en acciones de la Hawaiian hecha con fondos del Gobierno por valor de cuatro millones por conducto del ferrocarril, a fin de buscar un acercamiento con la compañía naviera para que ésta sostuviera el tráfico. Estas acciones alcanzaron gran valor por la guerra europea, por falta de barcos y dieron un dividendo anual de 250 por ciento aproximadamente. 4 millones daban 10. Este negocio fue extraño al ferrocarril y accidental.
El Gobierno perdió un millón de pesos en la liquidación que el señor Nieto le aceptó a Pearson, pues el fondo de utilidades en 31 de diciembre de 1917 arrojaba $24.000,000 y se repartieron entre el Gobierno y Pearson $27.000,000, para lo que fue necesario alterar artificialmente dicho fondo de utilidades con perjuicio del Gobierno. Si se examina el balance de liquidación, se notará que el Gobierno asume la deuda extranjera ($22.000,000) del ferrocarril y en compensación sólo recibe... $19.000,000, importe de la propiedad mueble e inmueble del mismo, habiéndose considerado indebidamente la diferencia, $3.000,000, como utilidad, cuando en realidad pertenecía al Gobierno esa suma íntegramente.
(El gerente liquidador no autorizó el asiento.) (Los libros de la liquidación arrojan un millón, aproximadamente, a cargo de Pearson.) El Gobierno perdió $400,000 por irregularidades en cuentas contra la Secretaría de Guerra, que Nieto aceptó como buenas sin estar revisadas, por servicio de transportes. (Las cuentas no están autorizadas por Guerra.)
La Cámara de Diputados, engañada por el señor Nieto...(Risas.)... en 1917, porque con alevosía, premeditación y ventaja hizo un informe del Ejecutivo, delictuoso, como voy a demostrarlo...(Voces: ¡Pruebas!)...Voy a lanzarlas. Tengan la amabilidad de tener un poco de paciencia los señores adictos al señor Nieto. La Cámara autorizó pues, creyendo que de buena fe obraba el Ejecutivo, por el habilísimo informe preparado por el señor Nieto, autorizó la rescisión de ese contrato perjudicial en alto grado para los intereses nacionales. (Voces: ¡Pruebas! ¡Pruebas!) Ahora más pruebas, señores. De manera que este negocio costó, aproximadamente, veinte millones de pesos a la Nación. El señor Nieto no es un hombre inconsciente; al contrario, ha demostrado ser un hombre inteligente, culto y consciente de sus actos. ¿Es admisible, señores diputados, que el señor Nieto haya obrado parcialmente con una parcialidad indiscutible, en favor de la casa Pearson & Son sin tener en cuenta la grave responsabilidad que adquiría, que contaría? ¿Es creíble, señores, que ningún interés haya tenido el señor Nieto en este caso? ¡Claro está, que no hay documentos con que demostrar que haya recibido dinero de la casa Pearson! (Siseos. Burlas en las galerías.) ¡Pero, señores míos, hay cosas tan claras que no necesitan pruebas! Cuando un funcionario de la talla de un subsecretario de Hacienda autoriza un asunto, un contrato tan ruinoso para la Nación, ¡Claro está que recibe dinero en compensación! (Aplausos. Siseos.) Se necesita tener el candor de un niño, la ceguedad de un ciego de nacimiento, o estar comprado por el señor Nieto para declarar que no es responsable. (Aplausos. Siseos.)
Pido a la Secretaría que se sirva dar lectura a estos documentos.
- El C. secretario Zincúnegui Tercero, leyendo:
"American Hawaiian Steamship Company.
"New York, agosto 30 de 1913.
"Sres. Strong & Cadwalader.
"Como apoderados de la Compañía del F. C. Nacional de Tehuantepec. - 40 Wall Street, New York, N. Y.
"Muy señores míos:
"Se nos informa que el contrato entre ustedes y esta Compañía, fechado en mayo 9 de 1905, según rectificado por convenio fechado en mayo de 1905, termina por su propia limitación y sin aviso cuando se abra el Canal de Panamá al paso de los vapores de esta Compañía, y nos permitimos notificarles que inmediatamente después de eso nos proponemos suspender nuestro uso de su ferrocarril y enviar nuestros vapores por la ruta del Canal.
"En caso de no ser correcta esta interpretación del contrato y éste continúe en vigor hasta que quede terminado por aviso de cancelación de seis meses, por la presente notificamos a ustedes que a la apertura del Canal de Panamá a los vapores de esta Compañía, elegimos cancelar dicho contrato, salvo que dicha apertura ocurra antes de la expiración de los seis meses, en cuyo caso elegimos cancelar el contrato a la expiración de los seis meses de la fecha de este aviso.
"Les suplicamos nos favorezcan con el acuse de recibo de este aviso. Entendemos que ustedes
notifican al vicepresidente, Bryan, del recibo y término de este aviso. "Su atento y S.S. - Fdo. S. Douglas, tesorero.
"Certifico que es copia exacta del original archivado en la oficina del Sr. F. Adams. (Traducción del inglés.) - México, 21 de junio de 1920. - E. Escobedo, contador." - El C. Ramos Pedrueza: La Compañía de la Hawaiiana, la Compañía Naviera, señores diputados, iba pues a terminar su contrato con el ferrocarril y de hecho lo terminó; mandó sus mercancías, especialmente azúcares, por la vía de Panamá, y el Ferrocarril de Tehuantepec, al perder el 80 por ciento de sus ingresos, en lugar de ganar, perdió; de manera que se indemnizó a la casa Pearson para no seguir perdiendo, por quitarle una carga. Pido a la Secretaría que tenga la amabilidad de leer estos conceptos del señor general Alvarado en una comunicación en que pide a la Cámara que no se autorice la rescisión del contrato del Ferrocarril de Tehuantepec.
- El mismo C. secretario: Existe al calce de este documento la firma del señor general Alvarado y un sello que dice: "Poder Ejecutivo Federal. - México. - Secretaría de Hacienda y Crédito Público." En la parte conducente dice:
"Desde luego, en términos generales debe decirse que el contrato de rescisión que nos preocupa es altamente oneroso para el Gobierno: En virtud de él, se dice, que vuelvan a poder de la nación el ferrocarril y puertos que estaban administrados por los señores S. Pearson & Son Ltd., y que este solo motivo es bastante para justificar, procediendo patrióticamente, cualquier sacrificio para obtener la rescisión de ese contrato. Si bien se analiza, no es exacto que ese contrato dé la propiedad al Gobierno de una línea que sólo poseía por mitad y mucho menos que sea sin desembolso y antes bien con utilidad, pues es indiscutible que el Gobierno es y ha sido en todo tiempo el único dueño de ese ferrocarril, que introdujo a la sociedad para sólo los efectos de su administración; y recuperar ésta en las onerosas condiciones que se pactaron y en el estado que guardaba en la fecha de la rescisión, sólo conduce a colocar tanto al propio Gobierno como al mismo ferrocarril en muy difícil situación para el manejo de éste, aparte de los fuertes desembolsos que hizo y las obligaciones futuras que para obtener ese negocio tuvo que contraer el Gobierno. En el caso sólo es de considerarse la cuestión meramente mercantil del negocio. Esto es, si comercialmente hablando, convino o no al Gobierno encargarse de esa administración exclusivamente, eliminando de ella a su socio mediante una fuerte indemnización: La respuesta negativa se impone. Primero, porque el negocio del Ferrocarril de Tehuantepec es un negocio ruinoso que acarrea anualmente una pérdida de consideración, pérdida que reportaba a medias el Gobierno con la casa administradora y en virtud de esa rescisión será soportada sólo por el Erario."
El C. Ramos Pedrueza: Un negocio ruinoso que se comprueba con el balance, señores diputados y presuntos diputados, en que aparecen las pérdidas anuales del Ferrocarril de Tehuantepec y con el informe con el memorándum del gerente liquidador, el señor Ortiz Palma.
- El mismo C. secretario: El documento en cuestión es un balance que dice: "Estado detallado de los ingresos y egresos del ferrocarril, puertos terminales etcétera; mostrando las utilidades y las pérdidas." En la parte conducente a las pérdidas dice: "Pérdidas, total: Tres millones trescientos treinta y un mil cuatrocientos setenta y cinco pesos sesenta y dos centavos." (Voces: ¡Pruebas!) Tenga la amabilidad la Secretaría de leer el artículo 15, inciso tercero; es el contrato de rescisión.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Contrato.
"Artículo 15. El Gobierno tendrá el derecho de exigir la rescisión del presente contrato, sólo en los casos siguientes:
"I.Por no proporcionar los contratistas la parte de capital con la cual deben contribuir;
"II.Por traspasar el presente contrato o alguna de sus concesiones a compañías o individuos particulares, sin la previa aprobación del Ejecutivo de la Unión;
"III.Por abuso de confianza, fraude contra la propiedad u otro hecho que importe un delito conforme al Código Penal vigente, cometido en perjuicio de los intereses de la nación, y de que sea culpable la Dirección Superior de la Compañía del Ferrocarril. En este caso procederá la acción de rescisión, aunque no esté intentado el juicio criminal."
El C. Ramos Pedrueza: Puede, pues, rescindirse sin indemnización alguna, señores diputados y presuntos, por cualquier fraude a la nación. Este fraude está comprobado con el oficio que el inspector del ferrocarril lanzó a la Secretaría de Hacienda. Tenga la bondad la Secretaría de leer.
- El mismo C. secretario: Un encabezado que dice: "Ferrocarril Nacional de Tehuantepec. - Administrado por el Gobierno. - Oficina del Gerente. - Inspección Administrativa."
En la parte conducente:
"Podría objetarse el que la Secretaría de Hacienda nombró una comisión para que estudiara la conveniencia de la rescisión del contrato y revisara las cuentas respectivas; pero a ello se replicaría fundadamente de que dicha comisión no llenó debidamente su cometido, pues ni siquiera vino..."
El C. Ramos Pedrueza, interrumpiendo la lectura: Fijaos bien, ciudadanos diputados y presuntos diputados, ni siquiera vino...
- El mismo C. secretario, leyendo:
"..Ni siquiera vino a inspeccionar las oficinas de las diversas estaciones del ferrocarril, para poder verificar debidamente la exactitud de los inventarios y, correlativamente, del activo de la empresa.
"Según tengo entendido, en el proyecto de ley en que se pide la autorización para la rescisión, se propone la partida de $4.000,000.00 para indemnizar a Pearson and Son de las utilidades que dejaría de percibir por el tiempo que se anticipa la terminación del contrato de explotación en común, cuando, hoy por hoy, y sin duda por mucho tiempo aún, el ferrocarril, lejos de producir utilidades, origina pérdidas.
"También la revisión de los inmuebles daría elementos de argumentación en defensa de los intereses nacionales, y ello quedará evidenciado si se nombra una comisión compuesta de hombres
competentes, honrados y patriotas que verifique los inventarios respectivos.
"Renuevo a usted las protestas de mi respeto y consideración.
"Constitución y Reformas.
"Rincón Antonio, 5 de enero de 1918.- El inspector administrativo, R. Fuentes Oviedo."
El C. Ramos Pedrueza: La comisión nombrada por el señor Nieto...(Voces: ¡Ya! ¡Ya! Siseos en las galerías.) ¿Qué tenéis interés en que no se conozcan estos detalles? ¡Seréis adictos al señor Nieto! (Aplausos.) La comisión nombrada por el señor subsecretario de Hacienda no inspeccionó. ¡Más parcialidad no podía verse! La Secretaría tendrá la bondad de leer este párrafo en que se demuestra que hubo los fraudes por los que el contrato podía haber sido rescindido sin indemnización alguna a la casa Pearson & Son.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Como se ve por los datos anteriores, los señores S. Pearson and Son tienen ocupados desde hace mucho tiempo en su servicio particular varios de los edificios del ferrocarril y, por ende, de la nación, y otros que no se citan, sin pagar alquiler alguno, y en cambio ellos están cobrando al mismo ferrocarril alquileres demasiado crecidos por otros que llaman suyos, y los cuales los cedían ellos mismos con su carácter de administradores del ferrocarril, unos sin cobrar renta y otros cobrándola inferior a la que ellos, para sí, percibían del ferrocarril.
"Por no encontrarse aquí el archivo del ferrocarril ni el de esta inspección, no puedo de momento documentarme para informar a usted del costo a que cargaron a la nación los señores Pearson los edificios de referencia; pero, según noticias adquiridas sobre el particular, fueron cargados a precios que pueden calificarse de altísimos, y me será difícil que en esos mismos precios figuren los inventarios que presentaron para la liquidación final. Este temor es el que inspiró al subscripto la insinuación que se permitió hacer en el oficio al principio citado y que con todo respeto y encarecimiento se permite reiterar por el presente.
"Renuevo a usted las seguridades de mi respeto y consideración.
"Constitución y Reformas.
"Rincón Antonio, Oaxaca, 19 de febrero de 1918. - El inspector administrativo, R. Fuentes Oviedo."
El C. Ramos Pedrueza: El fraude, señores diputados, estaba perfectamente comprobado; la casa Pearson usaba viguetas de hierro, materiales de la nación en construcciones propias; sería cansar vuestra atención leeros todos los cargos que en diversos oficios el señor inspector Fuentes Oviedo hace a la casa Pearson, perfectamente comprobados: Hoteles explotados por la casa Pearson con materiales de la nación; casas por las que cobra alquiler y que ocupa sin pagar renta a la nación, es decir, las alquila a otras compañías y no pasan esas rentas a la nación. Son éstos fraudes perfectamente comprobados. Además, señores, ¿Por qué pagar esos cuatro millones de pesos y ese interés de siete millones doscientos mil pesos y esos tres millones y medio de pesos, total: Quince millones de pesos, cuando en realidad el contrato de rescisión salva a Pearson de continuar perdiendo, de continuar con la insoportable y abrumadora carga de un ferrocarril que produce una pérdida porque los gastos no pueden ser sacados, desde el momento en que el tráfico es muy pequeño y en que el 80 por ciento lo hace la Compañía Hawaiiana, que deja de hacerlo para ir al Canal de Panamá? Me permito interpelar al ciudadano compañero (dirigiéndose al C. Agustín Castillo), que conoce perfectamente aquellos lugares, para que tenga la bondad de decirnos si es o no cierto que los puertos están construídos con dinero de la nación y que todas las obras son del Gobierno.
El C. Castillo Agustín: Yo he vivido en Salina Cruz...(Campanilla.) - con permiso de la Presidencia - , y muchas de las casas particulares están construídas con materiales que pertenecen al Gobierno y que se han comprado a los empleados de la casa Pearson: Más de quinientas o seiscientas casas. (Voces: ¡Huy!)
El C. Ramos Pedrueza: Ya lo oís, ciudadanos diputados; más de quinientas o seiscientas casas; ¿Cómo, pues, nos vino a decir el señor Nieto en aquella época, de que volvía a la nación el ferrocarril y los puertos, cuando lo han sido siempre, si no han dejado de ser de la nación jamás? Y esta indemnización no tuvo ninguna razón de ser, señores, ni mucho menos tuvo razón de ser y aquí está perfectamente probado con un estudio jurídico del jefe de la Sección de Bienes Nacionales de la Secretaría de Hacienda: "Que no debieran repartirse utilidades, como utilidades, esos cuatro millones de pesos que importaron las acciones de la Hawaiiana." Eso fue un obsequio a la casa Pearson & Son, ¿Y cómo explicarse esta generosidad de Nieto para con la casa Pearson? Yo no me lo puedo explicar, señores, sino como interesado en el negocio para recibir una crecidísima gratificación o comisión o como se le quiera llamar, pero perfectamente inmoral y que importa el delito que se llama cohecho o soborno. (Aplausos.) En este expediente, señores diputados, existen también las consideraciones, que si queréis pruebas, la Secretaría las leerá todas, por las que en el Departamento Jurídico de la Secretaría de Hacienda se comprobó con una plenitud meridiana, con una claridad meridiana, que la rescisión de este contrato es delictuosa por parte de la Secretaría de Hacienda, y que es un fraude a la nación que importa veinte millones de pesos, y esto, señores, cuando los empleados públicos estaban en las condiciones más difíciles, cuando se pagaba el 50 por ciento de los sueldos, cuando la miseria se cernía sobre la República entera. Y bien, señores diputados; si a un hombre en un momento de locura o impulsado por el hambre o por la miseria de sus hijos, se le condena y se le incapacita para ser representante del pueblo, cuando se comete este fraude cuantioso, cuando se recibe de la manera más inmoral una crecida gratificación por patrocinar a una compañía extranjera.... (Voces: ¡Pruebas! ¡Pruebas!) ¿Queréis la prueba? ¡Aquí está! Claro está que el señor Nieto no sería candoroso de poner un recibo a la casa Pearson diciendo: "Por haber patrocinado este negocio." (Siseos. Burlas. Campanilla.)
El C. presidente: La Presidencia ruega a las galerías que guarden compostura.
El C. Ramos Pedrueza: Claro está, señores diputados, que el señor Nieto no es tan imbécil de
poner un recibo a la casa Pearson diciendo: "Comisión por haberle arreglado un negocio que importó veinte millones, un millón de pesos", por ejemplo. (Aplausos.) ¡Claro está que no es tan candoroso! Es tan pueril esto, como que el señor Nieto nos venga a decir cuáles son sus bienes; claro está que los que tienen dinero procuran ponerlo a otros nombres y no solamente los individuos, sino hasta las colectividades! (Siseos.) ¡Sí, señores! ¿Quién ignora que el Clero tiene grandes cantidades y propiedades que no están a su nombre? El señor Nieto no es tan tonto de ponerlas a su nombre y, sin embargo, la otra vez se contradijo de una manera infantil...(Voces: ¡Huy!) Recordad que había ganado doscientos mil pesos en un negocio de petróleo...(Voces: ¡Cien mil!) O cien mil, y poco después nos dijo que su capital llegaría cuando mucho a cincuenta mil pesos...(Siseos.) Luego el señor Nieto se contradijo; es increíble que perdiera ciento cincuenta mil pesos. (Voces: ¡Huy!) Se contradijo, sí, señores. ¿No dijo el señor Nieto que había ganado cien o doscientos mil pesos en un negocio y que el total de su capital no llegaría a cincuenta mil pesos? Incurrió en eso, pero no es tan tonto para poner los bienes a su nombre. Todos sabemos, señores, que el señor Nieto tenía una posición muy humilde en Cerritos antes de mezclarse en la política, de ser empleado de Hacienda, y hoy, señores, posee cincuenta mil pesos y está en la conciencia pública que el señor Nieto es un poderoso capitalista. (Siseos.) Aquí hay una carta, señores, del señor Covarrubias, exsecretario de Comunicaciones en la época en que se firmó este contrato, dirigida al señor Norberto Domínguez, y que por casualidad encontré en el expediente. De esta carta pido a la Secretaría que lea este párrafo.
Presidencia del C. ALESSIO ROBLES VITO
El C. prosecretario Castrejón: La carta tiene al margen un sello que dice: "Loteria Nacional para la Beneficiencia Pública. - México."
El párrafo que el señor Ramos Pedrueza desea que se lea, dice así:
"El contrato de que se trata fue de sociedad, arrendamiento y explotación del Ferrocarril de Tehuantepec, que es una propiedad nacional, y fue un arreglo leonino, en que la parte del león correspondio a la casa Pearson, puesto que, sin haberle costado nada el ferrocarril, le vinieron correspondiendo casi la mitad de los productos durante más de veinte años, en que lo tuvo a su cargo. Constituyó una operación financiera estudiada y realizada por la Secretaría de Hacienda, no obstante lo cual fue firmado también por el de Comunicaciones por los puntos de técnica ferrocarrilera que contenía y solamente desde el punto de su conveniencia en lo relativo al mantenimiento de las vías envió a los periódicos para su publicación, cuando dieron la noticia de la actitud asumida en este asunto por la Secretaría de Hacienda, para refrescar sus ideas sobre el particular y afirmar su criterio, aunque bien sé que nunca falla.
"Suyo afectísimo y compañero que mucho lo estima. - F. Covarrubias."
El C. Ramos Pedrueza: El señor Covarrubias dice que volvió a la nación, y se encuentra en un error al creer que no era de la nación; pero eso está perfectamente probado; en consecuencia, esa rescisión vino a rematar la obra de explotación de la casa Pearson. Aquí tembién existe otra carta en que el señor Covarrubias demuestra que en un consejo de ministros, el presidente de la República, don Venustiano Carranza, llevó a cabo la inmoralidad de la rescisión de este contrato, de acuerdo con el señor Nieto. Pido a la Secretaría que se sirva dar fe de este documento.
- El mismo C. prosecretario: Una carta - circular dirigida a los periódicos, firmada por el señor Covarrubias. Dice así:
"He leído hoy en el apreciable periódico que usted dirige, que la Secretaría de Hacienda ha remitido un escrito a la Cámara de Diputados, pidiendo que no se apruebe el contrato de rescisión del de sociedad y arrendamiento del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, que el Gobierno anterior celebró con la casa Pearson & Son Limited; y como se menciona mi nombre por la circunstancia de haberme tocado firmar accidentalmente ese contrato en nombre de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, por ausencia temporal del secretario del Ramo, me creo en el deber de manifestar que, efectivamente, por el motivo indicado me tocó en una de las brevísimas temporadas en que ocupé el puesto de oficial mayor de dicha Secretaría, asistir al consejo de ministros en que se trató el contrato de rescisión y firmarlo a nombre del secretario. En ese consejo, al cual asistieron los señores Pani, Nieto, Rouaix y todos los demás secretarios de Estado, recuerdo que fuí el único que hice algunas objeciones, que fueron contestadas por el señor Nieto, agregando el señor Carranza que además de las razones expuestas por el señor Nieto, tenía el Gobierno la imprescindible necesidad de arbitrarse fondos, que no podía obtener de otro modo y que, por tanto, tenía forzosamente que llevarse adelante la operación.
"A pesar de saber el desagrado con que el señor Carranza recibía las indicaciones que sobre sus resoluciones se le hacían, en el acuerdo siguiente le pedí permiso para que la operación financiera que contenía el contrato de rescisión fuese estudiado por la Secretaría de Comunicaciones..."
El C. Céspedes: Sígale, que se concluya la carta.
El C. Ramos Pedrueza: No tiene objeto ya, se refiere a que el señor subsecretario de Comunicaciones dice que sólo la parte técnica del ferrocarril era de su incumbencia y de su responsabilidad. Ahora esto: Este memorándum, señores, del gerente liquidador de la compañía, es la prueba más contundente de la inmoral operación de rescisión del contrato del Ferrocarril de Tehuantepec, indemnizándose, lo repito una vez más, para grabarlo en vuestras conciencias, indemnizándose a la casa Pearson, porque se le proporcionaba la ocasión de dejar de seguir perdiendo.
- El mismo C. prosecretario, leyendo:
"Memorándum del gerente liquidador de la Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, presentado a la Secretaría de Hacienda.
"$3.500,000.00 pagados por el Gobierno a la casa Pearson.
"Este pago se hizo por concepto de indemnización a los señores S. Pearson & Son Ltd., por los perjuicios sufridos por ellos como socios de la Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, a consecuencia de la incautación del citado ferrocarril y puertos terminales. (Véanse artículos 7o. y 17 del contrato de rescisión.)
"Nada más injusto que este pago, pues bien sabido es que para que la explotación del ferrocarril resulte un buen negocio, necesita del tráfico interoceánico, que constituyó en los años de 1912 y 1913 el 70 por ciento de sus ingresos. Si el tráfico interoceánico quedó en su mayor parte suspendido desde principios de 1914, en que la American Hawaiian, S. S. Co., retiró sus barcos que trabajaban en conexión con la línea del Tehuantepec - retiro que obedeció a la inauguración del Canal de Panamá, más bien que al conflicto con Estados Unidos en abril de aquel año - , es claro que en la fecha de la incautación del Ferrocarril de Tehuantepec, éste no tenía más entradas que sus ingresos locales, los que no bastaban para sus gastos de explotación, mantenimiento y conservación; de tal manera, que en la fecha de la incautación del ferrocarril y puertos terminales, la administración de este negocio, según se demuestra en el estado adjunto (anexo número 2), constituía una carga pesada para los señores S. Pearson & Son, Ltd., de la que el Gobierno vino a librarlos, pues se nota que en los últimos años el ferrocarril daba pérdidas, no obstante que la casa Pearson en esa época descuidó la conservación de dichas obras con el pretexto de la revolución.
"En resumen, este pago no se justifica en virtud de que los señores S. Pearson & Son, Ltd., no sufrieron perjuicios con la incautación del ferrocarril y puertos terminales, sino muy al contrario, como ha quedado explicado."
"$967,777.48 pagados de más a la casa Pearson.
"El balance general de 31 de diciembre de 1917, que se tomó de base para la rescisión del contrato, arrojó un fondo de utilidades de $23.267,886.53. Sin embargo, la cantidad que se repartió por concepto de utilidades, según balance de liquidación de la misma fecha, insertado en el contrato de rescisión y firmado por los señores R. Nieto y F. Adams, fue de $26.032,965.04.
"Si las utilidades eran de $23.267,886.53, ¿por qué se repartieron $26.032,965.04, o sean ........ $2.765,078.51 más de lo que, según la contabilidad, arrojó el fondo de utilidades?
"Es indudable que, si en una negociación se reparte algo más de lo que arroja el fondo de utilidades, o sea el saldo líquido de la cuenta de pérdidas y ganancias, le cantidad repartida de más, representa un perjuicio del activo o, en otros términos, una merma de éste. Y como el activo así mermado, paso a ser propiedad del Gobierno de la nación, y a la vez asumió el pasivo íntegramente, resulta patente que el Gobierno ha sido el perjudicado con el exceso repartido. En consecuencia, se repartió de más la cantidad de $2.765,078.51, de la que correspondió a la casa Pearson el 35 por ciento, o sean $967,777.48, que es la misma suma que arroja el saldo a su cargo en los libros de la liquidación.
"Sostengo que se repartió de más la cantidad de $2.765,078.51, por las razones siguientes:
"I. Si conforme a la fracción III del artículo 2o. del decreto promulgado por el Ejecutivo el 19 de enero de 1918, el Gobierno asumió los préstamos en forma de emisión de bonos, colocados en Europa, y que en esa fecha montaba a $22.599,551.45, justo es que percibiera en compensación, una cantidad igual en el activo, ya fuera en muebles, inmuebles, valores o dinero. Como se nota en el balance de liquidación, que figura en el contrato, sólo percibió $15.048,079.35 más $4.786,393.59 igual a $19.834,472.94, valor de la propiedad mueble e inmueble; existiendo una discrepancia de $2.765,078.51 con el importe de los prestamos en bonos, cuyo pago asumió.
"Por consiguiente, si se hizo cargo del pago de una deuda de la sociedad por $22.599,551.45 y, en cambio, sólo recibió propiedades por valor de ..... $19.834,472.94, los $2.765,078.51 de diferencia deben reintegrarse al Gobierno, pues no son repartibles.
"II. La fracción V del artículo 2o. del decreto citado, establece que las utilidades líquidas sobrantes, serán aplicadas al Gobierno de la República y a los señores S. Pearson & Son Limited, en la proporción que fijen los contratos respectivos, y por utilidades no puede entenderse la cantidad de........ $2.765,078.51, diferencia entre el importe actual del préstamo y el importe invertido, o en otras palabras, una parte del dinero obtenido en virtud del préstamo. Es absurdo conceptuar como utilidad una cantidad en que se merma el activo con perjuicio del Gobierno.
"III. Se observará que en el balance de liquidación figura como activo la cantidad de ........ $13.950,000.00, importe de acciones de la American Hawaiian S. S. Co., y que en el artículo 14 del contrato de rescisión, figura esta cantidad totalmente repartida. Esto fue indebido, pues estas acciones fueron compradas con dinero del préstamo en forma de bonos que asumió el Gobierno. De lo que se desprende que, de los $13.950,000.00, que representan las acciones sólo era repartible la cantidad de $11.184,921.49, debiendo haber sido reintegrada al Gobierno la cantidad de $2.765,078.51, saldo del valor original de estas acciones.
"IV. Por último, como en los libros de esta compañía aparece la firma S. Pearson & Son Limited debiendo la cantidad de $967,777.48, 35 por ciento de $2.765,078.51, como recibido indebidamente, el representante de la citada firma Pearson propuso hace algún tiempo al gerente de la liquidación, quien rehusó aceptarlos, unos asientos que son sencillamente falsos.
"Son los siguientes:
Balance de liquidación $ 19.834,472.94
a varios: a propiedad inmueble $ 15.048,079.35
a propiedad mueble. " 4.786,393.59
"(Las cuentas propiedad mueble e inmueble, representan inversiones en la vía, edificios y equipo de ferrocarril y, por lo tanto, pasaron a poder del Gobierno)
Bonos vigentes $ 22.599,551.45
a balance de liquidación $ 22.599,551.45
Balance de liquidación $ 2.765,078.51
a fondo de utilidades $ 2.765,078.51
"Con estos asientos se trató de hacer crecer artificiosamente el fondo de utilidades; pero si se hace una simple substitución, esto es, si se reemplaza en estos asientos la cuenta de balance de liquidación, que carece de sentido, por la cuenta de título apropiado, se verá que no hay lugar al traspaso del último de dichos asientos. He aquí:
"Gobierno Federal: $ 19.834,472.94.
"(En vez de balance de liquidación.)
A varios:
a propiedad inmueble $ 15.048,079.35 a propiedad mueble $ 4.786,393.59
Bonos vigentes $ 22.599,551.45
a Gobierno Federal $ 22.599,551.45
"(En vez de balance de liquidación.)
"Como se ve, en esta forma, que es la debida, no hay ninguna razón para traspasar el crédito de la cuenta "Fondo de Utilidades", la suma de $2.765,078.51.
"Firmado, A. Ortiz Palma."
El C. prosecretario Castrejón: El señor Ramos Pedrueza hace notar a la Secretaría que el compañero Zincúnegui ya leyó el balance a que se refiere este documento.
El C. Ramos Pedrueza: ¿No queríais pruebas? ¡Ahí están! (Aplausos.)
- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:
"En consecuencia, este pago no se justifica..." (Leyó.)
El C. Ramos Pedrueza: Se continúan haciendo aquí consideraciones que no hago leer para no cansar vuestra atención; pero tomando por base los libros de contabilidad del ferrocarril, comprobando un asiento artificioso, es decir, un asiento delincuente, se comprueba que cerca de un millón de pesos paso a manos de la casa Pearson, robándose a la nación. La Secretaría de Guerra se queja en este documento del pago también indebido, sin su autorización respectiva, de cuatrocientos mil pesos.
- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:
Un sello que dice: "Poder Ejecutivo Federal. - México. - Estados Unidos Mexicanos.
- Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
"Un sello que dice: Secretaría del Estado y del Despacho de Guerra y Marina. - México. - Departamento de Cuenta y Administración. - Sección 2a. - Mesa 3a. - Fletes y Pasajes. - Memorándum. - C. general oficial mayor, E. del Despacho. - Presente. El Ferrocarril Nacional de Tehuantepec se dirigió a esta Secretaría con fecha 29 de septiembre próximo pasado, manifestando que la Secretaría de Hacienda, en oficio número 6,009 de fecha 11 de enero de 1917, la facultaba para formular las cuentas a cargo de esta Secretaría, correspondientes a la época en que circulaba papel moneda, a base de oro nacional, con arreglo al inciso 3o. del artículo 40 del Contrato de Sociedad, celebrado con la nación y con relación a los servicios de trenes y coches especiales para uso del Gobierno. Con fecha 4 de noviembre próximo pasado esta propia Secretaría preguntó a la de Hacienda se sirviera informar si era verdad lo manifestado por la Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec. Su contestación se recibió hasta ayer, en oficio número 12,361, Mesa 4a., Departamento de Bienes Nacionales, indicando que sí está autorizada la expresada Compañía para formular sus cuentas bajo las bases indicadas. Siendo de suma importancia la disposición anterior, por lo que afecta a este Ministerio en lo particular y a la nación en general, me permito someter a la consideración de usted la opinión de este Departamento que tiene por base las discusiones anteriores sobres la materia fundada en hechos incontrovertibles y por ende en el derecho que asiste a cada una de las partes interesadas. - INFORME. - La Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec presentó en 11 de marzo de 1916, entre otras cuentas por cobrar, la número 3,932,678, amparando servicios de trenes y coches especiales por órdenes de esta Secretaría, durante el mes de diciembre de 1915, importando la cantidad de $178,382.65, papel moneda. Al efectuarse la revisión de esta cuenta se noto que no estaba de conformidad, porque habiéndose formulado conforme a las tarifas y suplementos en vigor para el público, no hacían al Gobierno el descuento de 50 por ciento a que tiene derecho en toda clase de servicios y porque además, debería haberse formulado conforme lo dispone el inciso 3o. del artículo 4o., del contrato de sociedad, cuya copia es adjunta. Se hicieron notar a la Compañia estas observaciones y manifestó en primer término, que si había aplicado la tarifa para el público, fue ateniéndose a lo que dispone la Ley sobre Ferrocarriles, en su inciso 6o. del artículo 145, que dice: "6o. En todos los casos en que la tarifa para el público, sea menor que la tarifa a que tenga derecho la nación, conforme a los párrafos anteriores, el Gobierno tendrá derecho a la tarifa menor". Y, que si hubiera aplicado la tarifa conforme al artículo 40, inciso 3o. del Contrato de Sociedad, habría resultado muy elevada en atención a los tipos de cambio de la época. Hacían observar además, que esto no establecía precedente alguno, puesto que en este caso sólo obraban así, por motivo de equidad y ajustándose a la Ley de Ferrocarriles en su parte relativa; que por lo tanto su cuenta importante de: $176,382.65 (sin el
descuento de 50 por ciento a que tiene derecho el Gobierno) estaba en lo justo, y que si cobraban conforme lo indicaba el Contrato de Sociedad, el importe habría sido de: $58,252.19, más el tanto por ciento conforme el cambio de la época. Como carecían de razón, se les hicieron nuevas objeciones, indicandoles que solamente se aceptaría su cuenta, por la cantidad de $58,252.10, ajustada conforme su contrato y atendiéndose para efecto del pago a los decretos de la Primera Jefatura, puesto que en la época de los servicios ningún ferrocarril tenía autorización, como ahora la tienen, para exigir que sus fletes les fueron pagados en moneda acuñada. Esta fue la opinión en el asunto de la Secretaría de Comunicaciones. Por último, se dirigieron a la Secretaría de Comunicaciones, suplicándole que diera a ésta de Guerra, su conformidad por la cuenta citada, por valor de $116,504.38, o sea el doble de lo que les facultaba a cobrar el Contrato de Sociedad, en virtud de que la Circular P - 16, de 13 de noviembre de 1915, aprobada por Comunicaciones, los facultaba a aumentar sus tarifas en un cien por ciento. El asunto desde aquella época no volvió a tener más trámites, quedando dentro de las facultades de esta Secretaría de aceptar la mencionada cuenta por los: $116,504.38, papel moneda, que pretendía la Compañía, o por: $58,252.19, papel moneda, más el tanto por ciento que les correspondiera conforme los decretos de la Primera Jefatura. Hoy las cosas cambiaron totalmente. Volvió al país la moneda acuñada y la Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec estima conveniente y equitativo corregir sus errores pasados, y al efecto hace gestiones ante la Secretaría de Hacienda para que lo autorice a formular sus cuentas a base de oro nacional, de acuerdo con su contrato de sociedad, pensando sin duda en las reiteradas instancias que le hizo esta propia Secretaría, para que así obrara cuando se discutió la cuenta número 3.932/678. Ante la demostración subsiguiente, se verá que es inaceptable la proposición de la Compañía. En 1916, se habría conformado porque su cuenta le hubiera sido reconocida por la cantidad de $116,504.38, papel moneda, o sean hoy, al tipo de 12 centavos que marca hoy la Ley de Pagos: $13,980.52 oro nacional; pero con las facultades que tienen la Hacienda, ya han formulado su nueva cuenta, cancelando para el objeto la anterior, y por valor de $51,449.44; es decir, treinta y siete mil cuatro cientos sesenta y ocho pesos, 92/100, más de lo que justamente deben recibir. Se deben tener en cuenta que no sólo se trata de una cuenta en la demostración que antecede, pero, hay además de ésta, otras veinte más, que conforme la lista que se acompaña, dan al Gobierno una pérdida efectiva de: $523,235.71, aceptando como correctas las cuentas a que la misma nota se refiere, lo cual desde luego puede asegurarse que no lo son, porque en muchas de ellas no vienen descontados el 50 por ciento a que tiene derecho el Gobierno. Por las consideraciones que anteceden y tomándose en cuenta únicamente la razón a que cada una de las partes interesadas tiene derecho, este Departamento se permite opinar: 1o. Que se diga a Hacienda que esta Secretaría no puede hacer suya la autorización que se concedió a la Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, para formular sus cuentas, por servicios de trenes y coches especiales a base de oro nacional, conforme al inciso III del artículo 40, del contrato de Sociedad, en virtud de los perjuicios tan onerosos que le resultarían, y, en atención a que la propia Compañía rehusó a formular sus cuentas bajo esta base, cuando así lo exigía esta Secretaría. 2o. Hacer del conocimiento de la Compañía del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, la anterior disposición, con la debida exposición de motivos, a fin de que procedan a cancelar las nuevas cuentas que han formulado a base de oro nacional, para así proceder a la revisión de las que fueron formuladas a base de papel moneda y con ajuste a la época, de acuerdo con las disposiciones de la Secretaría de Comunicaciones. Reitero a usted mi atenta consideración y respetos. - México, D.F., diciembre 11 de 1918. - El general asimilado, jefe del Departamento. - Rúbrica.
"Es copia que certifico está sacada fielmente del original que obra en el expediente número 16 del Departamento de Bienes Nacionales de esta Secretaría de Hacienda, relativo a la recesión de los contratos del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec.
"México, 16 de junio de 1920.- El secretario, S. Alvarado."
El C. Ramos Pedrueza: Finalizo, señores, manifestando que he comprobado, y comprobado queda aquí, que el señor Nieto tenía especial interés en que se pagara en oro nacional, cuando se había estipulado que se pagase a base de papel, es decir: Defraudándose los intereses del Gobierno. Existe aquí otro documento, que pongo a la disposición de los señores diputados y presuntos diputados, y que no hago leer para no cansar vuestra atención, en que se hace constar que, sin autorización de la Secretaría de Guerra, el señor Nieto dió orden para que, por servicio de transporte de tropas y elementos de guerra se pagara determinada cantidad. No me acuerdo cuál, con exactitud; pero alrededor de cuatrocientos o quinientos mil pesos, sin la autorización debida, de acuerdo la Secretaría de Hacienda con la casa Pearson.
Existen en este expediente también los fundamentos perfectamente legales claramente expresados, que demuestran que cuatro millones, un poco más de pesos, importe de cinco mil y tantas acciones, entregados a la Compañía Naviera Hawaiiana, entregados a la casa Pearson, pertenecían a la nación; claramente demostrado. Estos intereses de la nación, pues, pasaron por conducto del señor Nieto a la casa Pearson. No puede considerarse esto como utilidad, no debe considerarse, no es honrado considerarlo como utilidad. Ese era un negocio enteramente extraño al ferrocarril. El objeto del Gobierno al comprar estas acciones, fue atraerse a la Compañía Naviera Hawaiiana para que le diera el tráfico del ferrocarril y obtener las ganancias que tuvo; pero fue un negocio extraño al ferrocarril. En consecuencia, por ningún motivo se debía autorizar que estos cuatro millones de pesos pasaran a poder del ferrocarril. También, señores, habiendo quedado demostrado que hubo fraudes; que, conforme al artículo 15, inciso tercero, del contrato respectivo, se pudo rescindir este contrato sin indemnización alguna; yo interpelo al señor Nieto o a su representante para que después nos diga con qué derecho se indemnizó a la compañía que había
faltado a sus compromisos y que había dado lugar a que se rescindiera el contrato sin indemnización alguna, puesto que usaba materiales del Gobierno para construir casas particulares. Si el ferrocarril perdía, una vez alejado el tráfico de la Hawaiiana, ¿con qué derecho se decretaron tres millones y medio de pesos, más los intereses respectivos, siete millones doscientos mil pesos, más los cuatro millones de bonos, total, aproximadamente: Veinte millones de pesos? Es indudable, pues, que ésta, la circunstancia de pagarse en oro nacional y no a base de papel los gastos hechos con el ferrocarril, y la circunstancia de sin la autorización de Guerra pagar a la casa Pearson, se ve en todo esto, señores, con una claridad absoluta, que el señor Nieto tenía interés especialísimo en proteger a esta casa, y claro es, perfectamente lógico, que alguna compensación debió haber en este caso. Finalizo, pues, señores diputados y presuntos, haciendo un llamado a vuestras conciencias.(Siseos.) Si el señor Nieto o su representante vienen a esta tribuna a destruir los cargos que se les han hecho, en buena hora, que el señor Nieto entre a la Representación Nacional; pero si no quedan perfectamente destruídos, firmemente destruídos, y para ello habrá que leer estos documentos y refutarlos, en ese caso, señores diputados, y presuntos diputados, teneís el deber ineludible de negar vuestro voto a la credencial del señor Nieto. (Siseos. Aplausos. Desorden. Campanilla.) Si sois dignos representantes del pueblo, cumplireís con vuestro deber, y así conquistaréis uno de los más altos ideales de la Revolución; un ideal que, de realizarse, no sólo habrán de aplaudir los revolucionarios, sino los reaccionarios sinceros también; los reaccionarios honrados, y todos los hombres honrados: La depuración del Poder Legislativo. (Siseos. Aplausos.)
El C. Nieto: Pido la palabra, señor presidente.
El C. presidente: ¿Para qué?
El C. Nieto: Para hechos.
El C. presidente: Lo voy a anotar a usted para concedérsela cuando termine el debate. Tiene la palabra en pro el ciudadano Flavio Ayala.
El C. Ayala Flavio: Le cedo el turno al señor Nieto. (Aplausos en las galerías.)
El C. Nieto: Señores representantes: Tenía yo la impresión de que el señor licenciado Ramos Pedrueza era un hombre honrado. ( Siseos. Murmullos.Campanilla.) Tenía yo la impresión de que el señor profesor Ramos Pedrueza era un hombre honrado; pero ya no la tengo. (Aplausos.) En mi concepto, no son honrados los viles calumniadores. (Aplausos. Siseos.) El señor Ramos Pedrueza afirmó que hice negocios sucios en la Monetaria, por conducto de un hermano político. No tengo ningún hermano político, señor Ramos Pedrueza. (Aplausos Siseos.) Es, además, obligación de usted probar ese cargo, con cualquier cosa, con una carta, con algo; pero no venir a lanzarlo sin la menor prueba. (Aplausos.)
Dice el señor Ramos Pedrueza que yo tenía una agencia en Nueva York para negociar papel y oro nacional, en compañía de los señores Reyes Retana y López Figueroa; miente usted también, señor Ramos Pedrueza. (Aplausos.) Nunca he tenido esa agencia. Dice el señor Ramos Pedrueza que yo introduje automóviles sin pagar derechos. En primer lugar, no he traído nunca de los Estados Unidos más que dos automóviles que tengo, y en segundo lugar, los automóviles nunca han pagado derechos. Vean ustedes cómo miente el señor Ramos Pedrueza (Aplausos.) El señor Ramos Pedrueza, refiriéndose a la política general financiera de Hacienda, me hizo el cargo de las emisiones de papel. No es el momento el actual para discutir el tecnicismo de esas emisiones; pero si el señor Ramos Pedrueza se refería a las emisiones hechas en los momentos álgidos de la emisión, le recordaré que el general Obregón también emitió papel. (Aplausos. Siseos.)
El C. Manrique: Pero no se enriqueció con él.
El C. Nieto: Dice el señor Ramos Pedrueza que yo exporté moneda acuñada, contraviniendo la ley; miente usted, señor Ramos Pedrueza. (Aplausos.)
El C. Ramos Pedrueza, interrumpiendo: No dije eso.
El C. Nieto: Y voy a referirme al cargo capital, al cargo capital del señor profesor, es decir: El del Ferrocarril de Tehuantepec. Este asunto estaba ya definitivamente terminado. El Ejecutivo no tenía ya más que rendir informe a la representación Nacional, de la facultad que le concedió para rescindir ese contrato. Si este asunto ha vuelto a la Cámara, es por uno de esos caprichos del general Alvarado, que viene resultando tan genio como el señor Manrique. (Risas. Aplausos. Siseos.) Y vais a ver la contradicción más flagrante del general Alvarado. En el oficio que dirigió a la Representación Nacional, hace un poco de tiempo, sobre el asunto del Ferrocarril de Tehuantepec, afirmaba en primer lugar, que el ferrocarril era un negocio ruinoso, por la sencilla razón de que, estando el Canal de Panamá, no habría ya tráfico internacional por Tehuantepec. Ese es el principal argumento para pretender que el negocio será en lo futuro un mal negocio. Pues bien; en el decreto que salió hace tres días, el general Alvarado dice:
"Que la situación geográfica del Istmo de Tehuantepec, lo señala para servir de tránsito y de lugar de distribución comercial, tanto entre los países europeos y los de Oriente, cuanto entre la América del Norte y la del Sur y que, precisamente para satisfacer las necesidades del tráfico internacional, fue construído y mejorado el Ferrocarril Internacional de Tehuantepec."
Es decir, que en el espacio de una semana afirma que no hay tráfico por ahí, porque existe el Canal, y en el decreto firmado hace pocos días por el presidente de la República, el general Alvarado afirma que sí tiene importancia el Istmo de Tehuantepec. Pero no es eso sólo; la comunicación que a la Cámara dirigió el general Alvarado hace unas semanas, afirma, es decir, no afirma, pretende que el Congreso no apruebe la rescisión del contrato con Pearson. Ese fue el objeto de su ocurso; ese ocurso está en poder de las comisiones para estudiar si procede o no procede la rescisión del ferrocarril, y en este decreto que apareció hace tres días, hay un artículo que dice:
"Artículo 12. Cuando la Junta Directiva declare abiertos al tráfico los puertos libres de Salina Cruz y Puerto México, la administración, dirección y explotación del Ferrocarril Nacional de
Tehuantepec quedarán a cargo de dicha Junta, que recibirá la empresa por riguroso inventario."
¿Cómo, pues, quiere el general Alvarado que no se rescinda el contrato y ya hay un decreto que le da la posesión del ferrocarril a la Junta, de los puestos libres, a los cinco señores? (Aplausos.) Hay otro detalle, sumamente importante, revelador de esa genialidad del general Alvarado; (Risas.) hay alguna persona que fue de emisario con el apoderado de la casa Pearson, de esto hace algunas semanas, a decirle que no se interpretara la acción de la Secretaría de Hacienda en este caso como contraria a los intereses de Pearson, que sólo tenía un interés político para atacarme a mí. (Voces: ¡No! ¡No! Risas. Aplausos. Campanilla.) El señor diputado Ramos Pedrueza en realidad no ha venido aquí más que a repetir la argumentación de la Secretaría de Hacienda. La Secretaría de Hacienda, en la nota a que me refiero, afirma en primer término que el negocio del Ferrocarril de Tehuantepec es ruinoso porque acarrea, anualmente, una pérdida de consideración. Es absurdo, señores representantes, pretender que por el balance de 1915 y 16, es decir, en el período álgido de la revolución, cuando la vía estaba levantada en sus extremos, después de que desembarcaron los americanos en Veracruz, cuando por ese motivo las empresas navieras habían desviado su curso, en estas condiciones en que el ferrocarril indudablemente no podía rendir utilidades, tomar ese balance por base para decir que ese negocio era ruinoso. Indudablemente fue ruinoso en esa época y es ruinoso todavía, porque para hacer volver a las empresas navieras se requiere mucho tiempo, volver poner en condiciones los puertos de tránsito y el ferrocarril. El segundo punto de la Secretaría de Hacienda dice que como consecuencia de la liquidación se privó al Gobierno de ingresos consistentes en dividendos de la Compañía Naviera Hawaiiana. En realidad este cargo más bien podría ser un elogio, porque el Gobierno y la Compañía del Ferrocarril aprovecharon el momento oportuno para vender esas acciones. Como todo el mundo sabe, las acciones navieras, las empresas navieras, más bien dicho, prosperaron grandemente durante la guerra europea y los fletes se elevaron hasta cuatrocientos, quinientos y seiscientos por ciento. En esa época la compañía Naviera producía pingües utilidades; casi mensualmente repartía grandes dividendos. Resultó de esto que las acciones de la compañía naviera, propiedad del Ferrocarril de Tehuantepec, a pesar de lo que el señor Ramos Pedrueza dice que eran del Gobierno, subieron enormemente y el Gobierno aprovechó el momento álgido en que el precio de esas acciones había subido para venderlas y obtener una gran utilidad. Sobre la parte técnica del contrato del Ferrocarril de Tehuantepec, lamento mucho no haber podido terminar mi informe, el informe que presente ayer a esta honorable Cámara para que los señores diputados se hubieran documentado de antemano en este informe que parecía pesado leer, porque consta de catorce páginas, y demuestra punto por punto cómo son injustificados los cargos de la Secretaría de Hacienda. Voy a referirme brevísimamente a los principales puntos. La Secretaría de Hacienda imputa que en el contrato de rescisión no se cumplió con las cláusulas primera, quinta, sexta y séptima. La primera cláusula se refiere a que debería restituirse, me refiero a la cláusula de la ley que expidió el Congreso autorizando al Ejecutivo para rescindir el contrato con Pearson. La primera cláusula de ese contrato establece que deben restituirse al Gobierno el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec y los puertos. Entre paréntesis, diré que nunca se ha pretendido que la casa Pearson fuera propietaria de los puertos ni del ferrocarril. La propiedad efectivamente ha pertenecido siempre al Gobierno nacional; la casa Pearson sólo tenía derecho a administrar y al tanto por ciento de las utilidades que dice el contrato, por un término que aún falta, de treinta y seis años. La cláusula primera, contra lo que afirma la Secretaría de Hacienda, fue puntualmente respetada. Efectivamente, las acciones de la Compañía Hawaiiana que la Secretaría de Hacienda dice que no debieron liquidarse en la sociedad, porque pertenecían al Gobierno, no es exacto; las acciones se compraron conforme a su contrato primitivo, es decir, al contrato celebrado con el Gobierno anterior, con fondos del ferrocarril, y al liquidarse necesariamente tenían que entrar esas acciones en el activo del ferrocarril y no en la propiedad del Gobierno. El segundo punto se refiere a que no se cumplió la base quinta con respecto a la distribución de utilidades líquidas. Hay aquí un error fundamental de la Secretaría de Hacienda. La distribución de las utilidades líquidas se hizo, por supuesto, con el activo de la sociedad y teniendo en cuenta las utilidades de la sociedad; de ninguna manera debieron entrar allí las propiedades exclusivas de Gobierno. La secretaría de Hacienda erróneamente ha pretendido que determinados bienes que pertenecían al Gobierno entraron a la liquidación y que en tal concepto al Gobierno le corresponde mayor utilidad. No es exacto. La liquidación está perfectamente hecha, como más tarde tendrán los señores diputados oportunidad de verla en el informe amplísimo que acabo de rendir. Por lo que se refiere a la base sexta, esta base previene que el Gobierno debe recibir por concepto de utilidades no menos de diez y siete millones de pesos. La Secretaría de Hacienda argumenta que esta cláusula no se cumplió porque se dedujo una cifra mayor por indemnización a Pearson y que, por tanto, la cantidad queda en menos de diez y siete millones de pesos. No hay tal. De los veintidós millones doscientos mil pesos que recibió el Gobierno, se deducen tres millones quinientos mil que recibió la casa Pearson como indemnización, única cantidad que, conforme a la cláusula sexta, le pertenece, y queda una cantidad de diez y nueve millones cuatrocientos mil pesos que recibió el Gobierno, por tanto, superior a los diez y siete millones de pesos que estableció la cláusula sexta del decreto. Por último, se objeta que en el contrato de indemnización a la casa Pearson por los perjuicios sufridos por ella, se haya fijado en tres millones quinientos mil pesos, alegando que no ha existido ese perjuicio. Yo no sé qué criterio han seguido los señores del contra y el general Alvarado para interpretar este contrato. La casa Pearson tenía el derecho de administrar ese ferrocarril por treinta años; había estado recibiendo utilidades cuantiosas durante muchos años. El Gobierno va, toma el ferrocarril, lo incauta, y yo creo
absolutamente elemental que la casa Pearson tenga derecho a una indemnización; la han tenido todos los ferrocarriles, muchas empresas y la seguirán teniendo, desgraciadamente. Citaré para el efecto sólo un artículo de la Ley de Ferrocarriles, aquel que establece que en los casos en que el Gobierno tenga necesidad de incautarse un ferrocarril, se tomarán las utilidades de los cinco años precedentes, se hará un promedio y sobre esa base se indemnizará a la compañía. ¿Cómo, pues, cabe argumentar que la casa Pearson no tenía derecho a una indemnización? Por lo demás, señores, el fondo de la cuestión es sumamente sencillo: Cuando se trató este asunto, se discutió largamente durante muchas semanas, se llevó a consejo de ministros, se discutió en varios consejos de ministros y se escucharon argumentaciones, se rebatió largamente, se aprobó en consejo de ministros sin un solo voto en contra, solamente con alguna observación de detalle del ingeniero José Covarrubias; se trajo después a la Cámara, se discutió en la Cámara de Diputados durante muchas semanas; las comisiones en lo general estaban integradas por elementos opositores al Gobierno de Carranza, citaré simplemente al ingeniero Robles Domínguez que, como ustedes saben, fue de los más encarnizados enemigos del régimen anterior. Pues bien; después de muy largas discusiones, el señor ingeniero Robles Domínguez manifestó que estaba perfectamente convencido de la conveniencia del contrato, pero que, sin embargo, él no lo aprobaría porque eso le daría al Gobierno de Carranza diez y seis millones de pesos y que él no quería que tuviera más dinero para sostenerse más tiempo. Fue toda la argumentación del señor Robles Domínguez. El señor Ramos Pedrueza dice que la Secretaría de Hacienda manifiesta no estar conforme con algunos pagos que se reconocieron al Ferrocarril de Tehuantepec. En primer lugar, el secretario de Guerra estuvo presente en el consejo de ministros en que se discutió este asunto y lo aprobó allí; en segundo lugar, se aceptó el pago de cuatrocientos mil y pico de pesos a la casa Pearson, suponiendo que hubiera documentos que lo comprobaran. Si a la fecha hay algún pago incluído en esos cuatrocientos mil pesos que no esté comprobado, es muy sencillo: La casa Pearson es muy solvente, está en México y es muy fácil exigirle que restituya lo que recibió indebidamente. El señor Ramos Pedrueza hacía hincapié en que el contrato fue un leonino, pero en realidad los cargos que hace se refieren al contrato anterior. Efectivamente, los contratos primitivos celebrados entre el Gobierno del general Díaz y la casa de Pearson fueron demasiado leoninos; eso ya no era culpa del Gobierno pasado; el gobierno pasado tuvo que hacer un arreglo basado en aquellos contratos que eran muy beneficiosos para la casa de Pearson, pero no había otro remedio. Termino, señores representantes, refiriéndome a la cobarde imputación del ciudadano Ramos Pedrueza: Miente usted al pretender que yo haya recibido comisión alguna. (Aplausos.)
El C. Ramos Pedrueza: Pido la palabra para una alusión personal. (Voces: ¡No! ¡No! Aplausos.)
El C. presidente: Está anotado el señor Ramos Pedrueza para que en su oportunidad haga uso de la palabra para alusiones personales. Tiene la palabra en contra el ciudadano García Vigil. (Aplausos.)
El C. Silva: Para una moción de orden. Sigo, señor presidente, insistiendo en mi idea anterior de que se pregunte a la Asamblea si está suficientemente discutido el asunto. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí!)
El C. prosecretario Castrejón: De acuerdo con las prescripciones reglamentarias, se pregunta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie No está suficientemente discutido. (Aplausos.) Se amplía el debate.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano García Vigil. (Aplausos.)
El C. García Vigil: Ciudadanos representantes: Es singularísimo, verdaderamente sin precedente, el caso de la discusión de una credencial en lo que respecta a la del ciudadano don Rafael Nieto, por el distrito número tantos de San Luis Potosí. (Voces: ¡No se oye!) Efectivamente, nunca antes se había dado el caso de que transcurrieran cuatro sesiones consecutivas y no solamente en el término reglamentario, sino aun prorrogado éste, y que todavía no se llegara al final. Debo hacer también mención del hecho de que se haya ampliado el debate por dos veces sobre este mismo asunto; esto revela claramente que el caso requiere una atención extraordinaria de parte de todos nosotros y que el asunto que se está ventilando en estos instantes no es tan sólo el de una credencial sobre la legalidad de los votos o sobre la ilegalidad de los contrarios. Bien podemos considerar que siendo estas cuestiones de las credenciales bastante áridas desde el punto de vista legal, el expediente electoral del 5o. distrito de San Luis Potosí ha sido arrebatado como una hojarasca polvorienta en campo yermo, por el huracán de las pasiones políticas que todavía no han desaparecido, sino que, como una consecuencia del movimiento que se inició en mayo, reivindicador contra la acción dictatorial del Gobierno presidido por el ciudadano Carranza, viene todavía a traernos un nuevo ejemplo y a pedirnos consiguientemente una nueva acción en el caso de esta credencial, que la trae nada menos que un ministro de aquel régimen. (Aplausos. Siseos en las galerías.) De esta hojarasca polvorienta del expediente electoral, sin embargo, ha podido escapar una que otra hoja, ya sea la correspondiente a la casilla de Guadalupe, ya sea la de otras casillas en las cuales se ha probado suficientemente que desde el punto de vista legal hubo un fraude en favor del ciudadano Nieto. (Murmullos en las galerías.) De modo es que todos en puridad vendríamos acá a resolver un caso legal, si también todos antes hubieran concurrido a esta resolución únicamente invocando preceptos legales, pero vemos que hasta el más interesado en este caso, que lo es el ciudadano Nieto, ha desatendido completamente la parte legal y se ha llevado directamente por la atracción de lo político, es decir, ha aceptado la posición en que lo han emplazado sus contendientes y ha tratado de depurar su responsabilidad política en el pasado ante esta Representación Nacional. (Aplausos.) Yo, sin dejar de tocar oportunamente la cuestión legal y tan brevemente como se hace ya necesario, trataré también con igual brevedad el caso político aceptando de buen grado
también esta situación en que nos emplaza el ciudadano Nieto, dado que él ha aceptado esa misma situación. (Voces: ¡Ah! Murmullos. Gritos en las galerías) Ojalá que mis palabras puedan corresponder tanto a las aspiraciones del grupo revolucionario, cuanto a la caballerosidad que debo para el ciudadano Nieto; ojalá que el apasionamiento no me lleve a pronunciar una sola palabra que lo lastime; si mucho que caigan sobre su persona algunas críticas que dejen evidenciada su responsabilidad política con la dictadura de Carranza, pero permítame desde antes del ciudadano Nieto que retire anticipadamente cualquiera palabra que pueda lastimarlo en lo que hace a su decoro personal; no es ésta mi intención, confieso paladinamente que no me trae a la tribuna animosidad ninguna para este ciudadano Nieto, que solamente me veo traído acá porque estoy profundamente interesado en que la conducta política del régimen carrancista sea perfectamente evidenciada y que la revolución por ningún motivo, así como el ciudadano Nieto no tuvo en cierta ocasión entrañas de Francisco de Asís, tampoco la revolución vaya a resultar una Nuestra Señora de Misericordia. (Aplausos. Siseos.)
Pues bien, ciudadanos representantes; el caso es singularísimo. En cierta ocasión el ciudadano Nieto y glosando unas palabras de un autor suyo favorito, Nietzsche, pronunció desde esta tribuna el aforismo del amigo al amigo. Dijo el amigo: "No el haberme tú mentido, sino el no poder creerte ya más, fue lo que me conmovió tan profundamente." Así fue en el caso de la elección de San Luis Potosí; en el caso de estas elecciones, cuando de una manera muy casual el ciudadano Nieto vino a cristalizar la aspiración popular en contra de la dictadura del favorito por excelencia del ciudadano Carranza, de Juan Barragán en este caso singular de San Luis Potosí, en que el ciudadano Nieto fue invitado a volver por el camino aquel que él mismo se había marcado en varias ocasiones con una actuación que, aunque un poco dudosa, sin embargo relativamente firme en cuanto hace a los postulados de la revolución - digo esto refiriéndome a su actuación dentro del grupo renovador - , el ciudadano Nieto, digo, en el caso de San Luis Potosí no correspondió como debió a ese amigo que era el pueblo.
En aquel entonces, y todos nosotros lo sabemos porque lo hemos presenciado, hemos conocido perfectamente bien el sentir del pueblo de San Luis Potosí, el ciudadano Nieto no correspondió a la confianza del amigo; que esto fue por lo que el amigo, profundamente conmovido cuando su viaje a Londres, le dijo: "No el haberme tú engañado, si no el no poder creerte ya más, fue lo que me conmovió tan profundamente". Tan profundamente conmovido se ha quedado el pueblo de San Luis Potosí, que hoy muy escasamente puede el ciudadano Nieto invocar su personalidad en San Luis Potosí, pues esa popularidad ha venido por los suelos. (Siseos. Aplausos.) Yo no voy a negar de ninguna manera que el ciudadano Nieto ya en esta, ya en la otra ocasión, ya en esta forma o en la otra haya escrito y haya hablado sobre los postulados revolucionarios. La lectura de los papeles nos ha sido bastante y creo que todos los que estamos en la política desde hace unos cuantos años sí estamos al corriente de que de tiempo en tiempo el ciudadano Nieto ha pronunciado algunas frases parecen más bien un engaño que una sinceridad. (Siseos.) Digo esto porque siempre y particularmente en lo que hace a la cuestión política, los hechos deben venir seguidamente a las palabras. El ciudadano Nieto nos habla de su proletarismo, el ciudadano Nieto nos habla de su profesión revolucionaria; sin embargo de esto, nosotros sabemos y no podemos olvidarlo, que fue precisamente en Faros, en Veracruz, donde este grupo que rodeó al ciudadano Carranza, comenzó a prostituir a la Revolución, donde se incubó la dictadura que vino a culminar con las facultades extraordinarias de todos los órdenes que se le dieron al presidente de la República en Querétaro. Todos nosotros sabemos que durante todo este régimen el ciudadano Nieto no pronunció una sola palabra, no ya de rebeldía, siquiera de aliento para los rebeldes contra la dictadura.(Aplausos.) De manera que si en la época en que la férrea dictadura de Huerta requirió ciertas actitudes de parte de los que estuvieron solidarizados con el régimen de la Revolución presidida por el ciudadano Madero, el ciudadano Nieto estuvo en esas ocasiones más o menos bien, pero siempre bien, en buena hora. ¡Cuán lastimoso es que con posterioridad del ciudadano Nieto haya venido a conculcar aquellos principios, haya venido a defraudar muchas esperanzas y haya venido a hacerse solidario en absoluto de una nueva dictadura, tan oprobiosa como la anterior, tan ruin como aquella y que afortunadamente en política, por el fracaso que sufrió definitivamente en Tlaxcalatongo esa dictadura, se ha venido a comprobar que era contraria a todos a los intereses nacionales. (Aplausos.) No necesitamos hacer un análisis excesivamente minucioso, nos basta conocer las actitudes del poderosísimo hacendista de extraordinarias facultades, ciudadano Nieto, en su actuación dentro del régimen carrancista hasta la fecha, para que nosotros podamos sin equivocación alguna emitir nuestro voto desde el punto de vista político en lo que respecta a esta discusión. Para todos nosotros es evidente que aquel grupo que dió en crear un grupo llamado de legislación social, fue el que inspiró el fraude que culminó en un golpe de Estado dado a la Constitución de 57; que si aparentemente, interpretando el espíritu de la Constitución en lo que hace a ciertos preceptos de reformas sociales y políticas, tuvo cierta justificación en los casos de los artículos 27 y 123, debemos reconocer - y esto hay que decirlo constantemente - que el proyecto de reformas a la Constitución llevado a la Constitución de los constituyentes de Querétaro, no incluía de ninguna manera ninguno de estos principios que después han tenido un completo arraigo en la nación entera: Todos nosotros debemos reconocer, y si no es cierto, que me desmienta el ciudadano Nieto, que ese proyecto de reformas fue eminentemente conservador; de manera que si se hizo otra cosa, debemos agradecerlo - como lo he dicho ya muchísimas veces - al grupo radical que estuvo en el Constituyente de Querétaro, y a pesar de la obscuridad en que se encontraba, a pesar de la falta de preparación con que iba a desarrollar sus labores, pudo, aunque fuera a tientas, asir los principios fundamentales de la Revolución y sacarlos avantes ante la expectación pública. (Voces:
¡Bravo! ¡Bravo! Aplausos.) Estos artículos son el 27 y el 123. Es indudable que sobre estos artículos tendremos nosotros que echar todos los cimientos de la patria futura; pero si estas reformas se lograron de ese modo, hay que reconocer a quiénes se debió esto, hay qué proclamarlo y también hay que decir cuál fue el espíritu que inspiró aquellas reformas en ese cuerpo de legislación social fundado en Veracruz: Fue sustentado precisamente por ese grupo de renovadores que habiéndose enajenado la confianza pública por su conducta bastante sospechosa, con posterioridad a los acontecimientos de febrero de 1913, trataron todavía de hacer revivir la vieja doctrina de la dictadura haciendo creer al ciudadano Carranza que era posible ella, que no se podía gobernar en México, si no era a base de facultades absolutas. El ciudadano Carranza, mal glosando, mal interpretando, mal comparándose a Benito Juárez, dijo que cómo si este ilustre antecesor no había hecho otra cosa que gobernar con estas facultades, cómo él, que se consideraba inspirado por genios como los de Bolívar y otros, habría de gobernar fuera de este sistema! Así fue como el ciudadano Carranza fue paulatinamente centralizado el poder hasta darnos el espectáculo de la más completa dictadura legal. Nosotros, pues, en primer término, debemos hacer responsable históricamente al ciudadano Carranza de estos atentados a las libertades públicas, porque sin la libertad no hay progreso alguno, porque la libertad es lo más grande que tiene el hombre; pero si tenemos que hacer responsable en primer término al ciudadano Carranza, indudablemente también tenemos que escrudriñar y buscar a los segundos responsables, a los cómplices, a los coautores de este atentado y nosotros sin esbozo, sin tapujo alguno debemos decir claramente que ese grupo renovador, ese grupo de legislación social creado artificiosamente en Veracruz, ha sido el causante del nuevo espectáculo que hemos dado ante el mundo entero de tener que derramar y desgraciadamente haber tenido que matarlo (Siseos. Voces: ¡Huy!) digo por que murió en la contienda, a un presidente de la República. (Aplausos.) No eludamos, pues, las situaciones, y los responsables no deben eludir las responsabilidades. De entonces acá, ¿cuál ha sido la conducta de este grupo y particularmente la del ciudadano Nieto? En 1917, en sesión memorable del 2 de mayo - malhadada sesión - , se concedieron facultades extraordinarias en Hacienda al Ejecutivo y todos nosotros vimos que todavía ayer se ha debatido nuevamente esta cuestión, esta cuestión que es clara, de una claridad meridiana porque es anticonstitucional, así, anticonstitucional, el conceder facultades al Ejecutivo, es decir, delegar facultades legislativas al Poder Ejecutivo. Pues, señores, en esa sesión memorable del 2 de mayo de 1917, fue precisamente el ciudadano Nieto el que vino a esta tribuna a invocarlas, a pedirlas y, sobre todo, a involucrar tantos conceptos a efecto de engañar a la Asamblea y arrancarle precipitadamente un voto de confianza. (Aplausos.) En aquella sesión del 2 de mayo de 1917, sólo una diferencia de cinco votos, diferencia que desgraciadamente concedieron algunos miembros del Partido Liberal Constitucionalista, fue la que pudo dar al Poder Ejecutivo la causa determinante para el desarrollo de su política imposicionista; desde entonces a acá, todos los esfuerzos que se hicieron a efecto de arrancarle esas facultades anticonstitucionales, fueron nulos. De ello es responsable, sin equivocación alguna, el ciudadano subsecretario de Hacienda en aquella ocasión y hoy presunto diputado, don Rafael Nieto. (Voces: ¡Huy! ¡Huy! Aplausos.) Con posterioridad, en otra sesión vino nuevamente el ciudadano Rafael Nieto a invocar las facultades extraordinarias en Hacienda, vino a defender - cosa que él ha recordado hace poco lo que respecta a la cuestión de los derechos del petróleo. Sí, señores, porque así como el Ejecutivo actual malamente a base de facultades extraordinarias en Hacienda ha decretado la creación de los puertos libres, así también el Ejecutivo de Carranza, malamente basado en las facultades extraordinarias en Hacienda, legisló sobre la industria afectando confiscatoriamente al petróleo. Es indudable que el ciudadano Nieto, aun cuando lo dijo en aquella ocasión, no podrá negar de parte mía el patriotismo bastante para atender los negocios públicos y velar por la salvaguardia de estos intereses nacionales; pero es indudable también que nosotros en aquel momento teníamos que juzgar, como tenemos que juzgar actualmente, cuál es el móvil que inspira esas medidas dictatoriales, y todos nosotros sabemos que a semejanza de las medidas dictatoriales confiscatorias en lo que respecta al petróleo, legislando sobre industria, así también el ciudadano Carranza a base de facultades extraordinarias en Hacienda, legisló imponiendo contribuciones bastante onerosas al papel. ¿Por qué? Porque en aquella época el ciudadano Carranza creyó que podría hacer un contrapeso en la balanza europea; en lo que respecta a la contienda mundial quiso echar también el escaso peso de México, jugando con los destinos del país, jugando en esa balanza, y se opuso terminantemente a los dictados de la revolución mundial. (Aplausos. Siseos.)
De todo esto es, pues, solidario el ciudadano Nieto. Por último, llegó un instante en que el pueblo de San Luis Potosí, harto de la tiranía de Juan Barragán, busco un hombre; buscó un hombre y ese hombre, como milagrosamente, le salió al encuentro: Era Rafael Nieto. Para muchos esta fue una grandísima sorpresa; ¿era que Rafael Nieto, el antiguo renovador, el confeso de la dictadura de Carranza volvía al fin por los fueros de la libertad? ¿Venía al fin a ponerse dentro de las masas populares para salvarlas de esta opresión? Bienvenido; todos vimos con regocijo, con satisfacción esto y olvidamos, francamente, olvidamos cualesquiera clase de errores que hubiera tenido si al fin, en un momento de conciliación con el pueblo, venía a ponerse al frente de éste y sacrificarse como así lo exigía ese pueblo. No podrá negar el ciudadano Nieto que aunque un tanto distanciado el Partido Liberal Constitucionalista de él por esa actuación anterior suya a que me he referido vió con bastante simpatía esta conducta y la favoreció en cuanto le fue posible. De manera que el Partido Liberal Constitucionalista, fiel a sus postulados, no hizo otra cosa que acoger de manera indirecta al ciudadano Nieto que se mostraba en esos instantes como un reivindicador. (Aplausos.) ¡Pero qué desengaño! El ciudadano Nieto volvió la espalda repentinamente
a sus partidarios, y aquello que parecía un acto de rebeldía, de conciencia plena política, no fue, dado el régimen paternal de Carranza con sus ministros, más que el acto de un muchacho huraño que quizá por feo no había gozado de los favores de que había gozado el otro bonito, Juan Barragán. (Aplausos.) Sin embargo, hay que reconocer que si más feo que Juan Barragán lo fue el ciudadano Nieto, también fue más hombre que él. Esta actitud sumamente gallarda de Nieto aceptando aquella situación a que lo llevaba este petit maitre Juan Barragán, fue bastante para granjearle la simpatía no sólo del Partido Liberal Constitucionalista, sino de la nación entera. Eran los albores del movimiento revolucionario. El caso de San Luis Potosí fue típico y, sin embargo de eso, el ciudadano Nieto, en los momentos en que todo se esperaba de él, el que esperaba el Partido Liberal Constitucionalista que le pidiera, como era de su deber, el auxilio consiguiente para lograr armar (Voces: ¡Huy! ¡Huy!) bastante a aquella gente a efecto de reivindicar los derechos públicos, en un día cualquiera, en un cualquier día, toma el tren y se va al Viejo Mundo, nuevamente entregado a sus labores de hacendista, pero siempre fiel al Gobierno de Carranza (Voces: ¡Bravo! Aplausos y siseos.) ¿Cómo, pues, esta Asamblea revolucionaria que ha nacido como consecuencia de un movimiento. Armado, esta Asamblea revolucionaria que es hija, fruto de alguna sangre que se ha derramado desde mayo a la fecha; cómo, digo, esta Asamblea revolucionaria que ha ejecutoriado al régimen carrancista primero en los campos de batalla y luego en la tribuna y en la prensa, cómo esta Asamblea revolucionaria va a consentir el acceso a ella de un exministro de la dictadura carrancista? (Aplausos ruidosos) ¿Es que la Revolución es una señora gazmoña que primero se duele de las flaquezas y luego se exhibe sumamente flaca ella misma? ¿Es por ventura que la Revolución, como dije antes, es Nuestra Señora de la Misericordia? ¿Qué la Revolución no tiene responsabilidades políticas que le exigen obrar con dureza? Y aquí precisamente una parábola de Nietzsche, este autor favorito de don Rafael Nieto: En las parábolas de las antiguas y las nuevas tablas, en la última de ellas dice Nietzsche, es decir, Zaratustra: "¿Por qué te odio?" dice el acero al diamante. "Por duro". Pues bien, ciudadanos representantes, así como Nietzsche dijo: "Yo os arrojo estas tablas hacedlas duras" así os digo yo: Haceos duros haced triunfar a la Revolución. Afortunadamente, si el ciudadano Nieto no tiene entrañas de San Francisco, tampoco lleva desgarrada ni en un ápice la epidermis y menos tampoco le es arrebatado un solo centavo de su fortuna. (Aplausos.) ¿Qué dureza es ésta tan mezquina con la que puede probar el elemento revolucionario que se siente consciente de sus fines? ¿Qué mezquina dureza? No, si el ciudadano Nieto sale de aquí, como lo dice él, sin rencores algunos, también nosotros, al votar, debemos verlo salir sin remordimiento alguno. (Aplausos ruidosos.)
Señores el ciudadano Ramos Pedrueza ha tocado ya un asunto de orden eminentemente político como es el de la rescisión del contrato del Ferrocarril de Tehuantepec; y aunque suficientemente tratado, quiero presentar ante vosotros algunos casos singulares que afectan a ese ferrocarril, con objeto de que no os dejéis llevar por las palabras del ciudadano Nieto, las últimas que ha pronunciado en esta ocasión en que acababa de hablar. Comienzo por rectificar al ciudadano Nieto en que el asunto de la rescisión del Ferrocarril de Tehuantepec se haya discutido en esta Cámara durante semanas. El ciudadano Nieto debe recordar que fue en una sola sesión extraordinaria, mejor dicho, extraordinarísima, puesto que fue en domingo 30 de diciembre de 1917, cuando ya estaba para cerrarse el período de sesiones de ese año. Esa sesión comenzó a las once de la mañana y terminó, después de haberse declarado permanente, hasta la una de la mañana, esto es, hasta una hora del día siguiente. (Voces: ¡Ah!) Este es el DIARIO DE LOS DEBATES, el más voluminoso de cuantas sesiones ha tenido esta Representación Nacional, que trascribe todo lo tratado en esa sesión de 30 de diciembre de 1917. En aquel entonces el ciudadano Luis Sánchez Pontón y yo estuvimos, bajo todos los puntos de vista, la inconveniencia de rescindir ese contrato. (Voces: ¡Huy! Aullidos y gritos en las galerías.)
El C. presidente: La Presidencia ruega atentamente a las galerías (Voces: ¡Exige!) guarden la compostura debida. Es verdaderamente impropio estar oyendo aquí aullidos. (Voces: ¡Son coyotes!) En caso de que continúen de esta manera la Presidencia mandará en el acto desalojar todas las galerías. (Aplausos.)
El C. García Vigil, continuando: En aquel entonces fue objeto de discusión bastante prolongada la cláusula séptima de la ley relativa; esta cláusula se refería a la compensación de cuatro millones de pesos a la casa Pearson por lo que hace a la renuncia de sus derechos. También la anterior, esto es, la relativa a tres millones y medio de pesos por perjuicios sufridos por el ferrocarril bajo la administración de la casa Pearson. Pues bien, señores; yo quiero únicamnete, supuesto que todos vosotros tenéis formando ya vuestro juicio sobre este particular, señalar estos casos, que son típicos en lo que respecta a la rescisión de este contrato. No vaciló el ciudadano Nieto entonces, en decirnos que aquélla, la rescisión del contrato, era una operación brillante. Aquí está el "Diario de los Debates" a la vista, para que si él o cualquiera otro ciudadano representante quieren comprobar este aserto mío, se sirvan a revisarlo. Sin embargo de eso, el ciudadano Nieto, en declaraciones hechas simultáneamente con las declaraciones del ciudadano Covarrubias, nos dice en junio de este año: "¿Que se hizo un mal negocio? ¡Es posible!" Estas son las palabras del ciudadano Nieto en junio de este año, lo cual nos quiere decir que el ciudadano Nieto, al triunfo de la Revolución, ha comenzado a aceptar la mayor responsabilidad, la del mal negocio; "pero que de cualquiera manera que sea, la causa determinante de esta rescisión, de esta operación, está a salvo". Como todos nosotros sabemos, el patriotismo es una cosa sumamente elástica; nadie puede llegar a definir qué es, dónde principia y dónde acaba el patriotismo; cuáles son todas sus modalidades, todos sus efectos y todas sus consecuencias. De manera que esto del patriotismo es una cosa sobre la cual nada podemos demostrar. El patriotismo se
demuestra en ciertas ocasiones solemnes; ojalá que todos tengamos alguna vez una ocasión siquiera para demostrarlo; pero en el caso de la rescisión del contrato del Ferrocarril de Tehuantepec, el patriotismo no tuvo ingerencia alguna. Salta a la vista una falta flagrante de equidad y una inconsecuencia grave, cuando dice:
"VII. La cantidad que en efectivo o en valores inmediatamente realizables, a elección del Gobierno, podrá percibir la casa S. Pearson and Son, Limited, como total indemnización por los perjuicios sufridos a consecuencia de los transtornos políticos y de la incautación del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec y de los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, no excederá, en ningún caso, de tres millones quinientos mil pesos."
Yo quiero hacer veros que se dice: "En efectivo, o en valores inmediatamente realizables." De manera que, no obstante las condiciones tan malas en que se ha encontrado el Erario, como consecuencia de los perjuicios ocasionados por la Revolución, no obstante que hay una ley de indemnizaciónes que regula el procedimiento que se debe seguir para evaluarlas y, consiguientemente, aplicar las cantidades necesarias, parciales o en totalidad, a indemnizar esos perjuicios; no obstante esto y no obstante ser una casa poderosísima la de Pearson and Son, gozó de la franquicia, del privilegio exclusivo sin igual, de que a ella, antes que a cualquier otro reclamante, se le indemnizara con valores inmediatamente realizables, hasta la cantidad de tres millones y medio de pesos. Después, como diluída una cantidad mayor, a efecto de que ante los ojos de los diputados pasara en cierta forma y pudiera concederse la facultad que pidió el Ejecutivo, se dice:
"VIII. Como compensación por la renuncia que los señores S. Pearson and Son, Limited, hacen del derecho de administrar y explotar el ferrocarril y los puertos mencionados."
Pues bien, señores, esto es verdaderamente inexplicable; se dice que por la renuncia de los derechos de la casa Pierson and Son. Ya se ha probado suficientemente que el negocio del ferrocarril, una vez abierto el Canal de Panamá, decreció; ya se ha probado suficientemente que, en los momentos en que se rescindió el contrato, era un mal negocio el del Ferrocarril de Tehuantepec; ya se ha probado suficientemente que hubo un interés enteramente particular de nuestro Gobierno, el de arbitrarse fondos, el que inspiró la rescisión de este contrato. Pues bien, señores; conforme a la cláusula séptima, se le concede hasta una suma que no excede de tres millones y medio de pesos a esta casa Pearson, por exonerarla del grave peso, como negocio, del Ferrocarril de Tehuantepec; y bien recuerdo que en aquella ocasión se decía: Pero, ciudadanos representantes, tened confianza en el Ejecutivo; se dice aquí que "a lo más", por perjuicios que haya sufrido, percibirá la casa Pearson and Son tres millones y medio de pesos, "a lo más". Esto no quiere decir que el Ejecutivo no haga cuanto pueda, velando por los intereses de la nación, a efecto de reducir esta cantidad lo más que sea posible y, quizá, no es muy aventurado deciros que podemos reducirla hasta una cantidad como de un millón, o menos de un millón de pesos.
Luego se dice en la cláusula VIII:
"..... Y, consiguientemente, de las utilidades que les corresponderían, en en virtud de los contratos que han de rescindirse, el Gobierno podrá pagarles una suma que no exceda de cuatro millones de pesos, en bonos especiales, que se emitirán por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que devengarán un interés no mayor de cinco por ciento anual, y que serán amortizables dentro de un plazo de treinta y seis años."
Y el mismo argumento repetido: "Se pide esto como un margen bastante, pero dejando al Gobierno negociar con la casa Pearson. ¿Qué no tenéis confianza en el Gobierno del señor Carranza? ¿No sois vosotros mismos los que le habéis dado el triunfo?" En fin, estos recursos de convicción de los discursos oficiales del Gobierno carrancista. "Digo una cantidad que no exceda de cuatro millones de pesos; pero el Gobierno velará por los intereses nacionales, y no es aventurado decir que podrá reducir esta cantidad a la mitad o menos de la mitad." De manera que, en estas circunstancias, paso para muchos buenos ciudadanos representantes la ley que autorizó al Ejecutivo para rescindir el contrato del Ferrocarril de Tehuantepec; pero, ¡oh sorpresa! Justamente siete millones y medio de pesos se han necesitado dar a la casa Pearson, ni un centavo menos, para indemnizarla, tanto por los perjuicios sufridos por cuestiones políticas, cuanto por la renuncia que hizo de sus derechos para administrar el ferrocarril. Esto es bastante sorprendente; de manera que aquellas palabras del subsecretario de Hacienda respecto a que el Ejecutivo velaría por los intereses nacionales, no fueron más que una vana palabrería y un engaño vil. La Representación Nacional ha sido vilmente engañada, porque el Ejecutivo no hizo esfuerzo alguno, por que se han dado los tres millones y medio de pesos, íntegros, sin un sólo centavo menos, por perjuicios causados al ferrocarril, y los cuatro millones de pesos, íntegros, sin un sólo centavo menos, por la renuncia de los derechos de la casa Pearson and Son. (Aplausos.) Ahora bien; este asunto de la rescisión del contrato del Ferrocarril de Tehuantepec, es un asunto sumamente trascendental, que trae agitada a la opinión pública. Es indispensable que nosotros sepamos hasta qué punto es responsable la administración caída, por lo que hace a este contrato; es indispensable, consiguientemente, que el juicio definitivo de esta opinión, se halle todavía en suspenso. Digo esto, porque ya tenemos nosotros una acusación formal del cual secretario de Hacienda, en que numéricamente, con una exposición de motivos suficientemente clara, nos dice que esa rescisión del contrato fue bastante ruinosa para el país; de manera que estas circunstancias, y dado que en estas circunstancias, y dado que se haya influenciado en lo que hace a la credencial del ciudadano Nieto, esto es, porque afecta profundamente a esta Representación Nacional, supuesto que se trata de un presunto componente de ella y exministro de la dictadura de Carranza; y dado que hay una presunción seria, no un aserto, no una comprobación, respecto a que este negocio fue bastante ruinoso para el país, y sin que nosotros, menos yo, eche un manchón sobre la reputación del ciudadano Nieto, y basándome
precisamente en las palabras de él, que dice: "Habrá sido un mal negocio, esto es posible", pero como un mal negociante - supuesto que ha tenido la obligación de salvar los intereses del país en cualquiera operación - , el ciudadano Nieto es responsable, es solidariamente responsable con la dictadura del ciudadano Carranza, con el régimen caído, y nosotros tenemos que proceder en todas las cuestiones políticas, conforme a la nueva era política, esto es, conforme a los acontecimientos de mayo. De manera que nosotros no podemos condenar a priori al ciudadano Nieto, pero tampoco podemos absolverlo. En estas circunstancias, es claro que es de una vital importancia el caso de la recesión del contrato del Ferrocarril de Tehuantepec, por lo que hace a la responsabilidad del presunto diputado por el quinto distrito de San Luis Potosí, esta Representación Nacional, si suspende su juicio, debe también sentirse inspirada por la severa lección que nos ha dado los antecedentes históricos. Nosotros, en el caso actual, debemos, sin manchar la reputación del ciudadano Nieto, pero sí con la prevención debida, y dado que él ha aceptado esta discusión en el terreno político, debemos nosotros no echarle a empellones de la Representación Nacional, simplemente negarle nuestro voto para acceder a ella, porque la Revolución así nos lo pide; el movimiento de mayo no debe ser un movimiento estéril; las causas que determinaron este movimiento deben justificarse hasta el último momento y en sus últimas manifestaciones. De manera que, si ante la Revolución este movimiento, al cual nosotros hemos concurrido, se ha equivocado, puesto que los errores más graves y los delitos mayores se imputaron a la Secretaría de Hcienda, basada en las facultades extraordinarias; supuesto que es, se puede decir, el eje de toda la administración, la cuestión hacendaria, o nosotros nos hemos equivocado, o no. Si no nos hemos equivocado, ejecutoríemos, en el caso del ciudadano Nieto, presunto diputado por San Luis Potosí, una vez más a la dictadura de Carranza (Aplausos. Voces: ¡A votar! ¡A votar!)
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Espinosa Luis.
El C. Paz: Moción de orden. Yo suplico a la Presidencia se sirva preguntar a la Asamblea si está suficientemente discutido. (Voces: ¡No! ¡No!)
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Paz que de acuerdo con el Reglamento tienen que hablar un orador en contra y otro en pro. (Voces: ¡Bien! Aplausos.)
El C. Manrique: Tiene derecho.
El C. presidente: La Presidencia ruega atentamente a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules. (Aplausos.)
El C. Espinosa: Honorable Asamblea: No tenía el propósito de tomar parte en la discusión de la credencial del ciudadano Nieto; a no haber sido por las palabras del ciudadano Manrique, intemperantes y caluminosas en grado superlativo para la Asamblea, (Voces: ¡Ah! ¡Ah! Aplausos.) no hubiese venido a esta tribuna. Tenía el propósito, ciudadanos representantes, de permanecer quieto en mi curul escuchando con toda atención los argumentos del pro y del contra para formar un criterio definitivo y votar de acuerdo, de absoluto acuerdo con mi conciencia.
El C. Manrique, interrumpiendo: Pero....
El C. Espinosa, continuando: Manrique, en un momento de verdadera ligereza, de verdadera ceguedad, se atrevió a lanzar el cargo a la Asamblea, sin hacer distingos de ninguna naturaleza, sin tener el valor de personalizar, que todos aquellos votasen por el ciudadano Rafael Nieto demostrarían que estaban vendidos al oro del ciudadano Nieto. (Aplausos.) Y dijo más. Yo no puedo, ciudadanos representantes, permanecer impasible ante una calumnia tan soez. ¿Con qué derecho Manrique va a pensar que vosotros, a quienes tengo el derecho de considerar honrados, de considerar dignos, de considerar representantes legítimos de vuestros distritos, va a lanzaros esta calumnia de que estáis vendidos al oro del ciudadano Nieto? Yo no puedo, señores representantes, por eso estar callado en esta ocasión; yo vengo a demostrar a Manrique que no solamente votaré, oídlo bien, a favor del dictamen, sino que también levanto aquí mi humilde voz en pro de los intereses del distrito de San Luis que ha postulado al ciudadano Nieto. (Aplausos en las galerías.) Y no lo hago, ciudadanos representantes, nada más porque me sienta impulsado por la actitud, ya descalificada por la opinión pública, de Manrique en este caso; no, señores, lo hago también porque tengo el convencimiento de que el triunfo de Rafael Nieto en San Luis es legítimo. (Aplausos en las galerías.) Desde luego ciudadanos representantes, habéis observado la conducta de uno y otro de los interesados en este asunto; por un lado Manrique, desconocido, Manrique el manso, Manrique el dulzón, Manrique el compañero, Manrique el gallardo - devolviéndole la frase que me aplicara en otra ocasión - , airado, foribundo y soez. Por otro lado el ciudadano Nieto, sereno, ecuánime en el grado superlativo de la palabra....
El C. Manrique: ¡Tembloroso!
El C. Espinosa: Y no podía ser de otra manera y ha bastado, ciudadanos representantes, que este asunto, que hubiera podido despacharse en una sola sesión, se tratase en cuatro y quién sabe si no en otras más.... (Voces: ¡No ¡No!) y por esto, ciudadanos representantes; porque no ha bastado a Manrique y a los confabulados con él para cometer aquí una iniquidad, este tiempo. Ellos no han podido, están convencidos de que no han podido llevar a la conciencia de los hombres honrados la seguridad de que la credencial de Rafael Nieto es mala. (Aplausos en las galerías.) Y como no han podido llevar esta certidumbre a esas conciencias honradas, Manrique y los suyos han necesitado de todas estas sesiones para hacer la política de zapa, política rastrera de escaño a escaño. (Voces:¡Bravo! ¡Bravo! Aplausos.) Esta es la verdad. Decía muy bien García Vigil hace unos instantes: Que el concepto de patriotismo es muy relativo. Es cierto, señores. Si Manrique tuviese aunque fuese una noción ligera de lo que es el patriotismo, no hubiese hecho gastar a la Nación - oídlo bien - $15,782 para venir a hablar exclusivamente de la tumba de su novia y de cosas por el estilo. (Aplausos. Risas.) El tiempo invertido por Manrique en esta tribuna para hablar de una manera tan
pedestre como lo ha hecho en esta vez, para venir aquí a sentirse un un superhombre, para venir aquí Manrique a demostrar que es algo así como supremo pan, como el jefe de todo un rebaño, (Aplausos en las galerías.) como el hombre mitológico de cuernos, patas y barbas de chivo (Risas. Aplausos.) que preside en las escenas bucólicas en el apacentamiento del rebaño; ha creído Manrique ciudadanos representantes, que tiene derecho para venir a esta Asamblea a exhibirse como tal; pero por fortuna, ciudadanos representantes, las intenciones malévolas de Manrique quedarán desmentidas ahora, como han quedado en otras ocasiones las de sus compañeros. (Aplausos. Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí!) Es claro que sí, ciudadanos representantes, lo estoy viendo, estoy seguro que vosotros no seréis cómplices de los intereses mezquinos y personales de Aurelio Manrique; lo estoy viendo, estoy seguro, lo habéis demostrado en muchas ocasiones, que no os habéis doblegado a la consigna de dos o tres que se llaman líderes de un grupo dominante. (Aplausos.) De todo se ha hablado en esta tribuna, menos de lo que se debería haber hablado, es decir de la legalidad del dictamen; así hemos visto que Manrique ha pretendido llenar de lodo al ciudadano Nieto; se ha hablado aquí por los demás oradores, de Nieto renovador, de Nieto ministro, de Nieto gobernador, de Nieto en el extranjero, de Nieto carrancista, de Nieto hacendista, como si se tratase de una película cinematográfica con muchos títulos a cual más sugestivo; pero nada se ha dicho de la legalidad o ilegalidad del dictamen. Por otra parte, también se ha hablado de Manrique: Se le ha llamado huertista, hombre a sueldo, hombre a soldada por el Gobierno de Huerta; se ha hablado de Manrique enamorado, de Manrique desequilibrado, de Manrique Rasputín y del Crispín de San Luis Potosí. Y bien, pregunto yo, ¿qué tiene que ver todo esto con el debate? Absolutamente nada; y si rememoro todos estos hechos es para demostrar la necesidad que ha habido por parte de los que representan los intereses de Manrique de desviar el debate del verdadero curso legal. Ellos están convencidos, como lo estáis todos vosotros, de que la credencial y el triunfo del ciudadano Nieto están del todo apegados a la ley; (Aplausos. Siseos.) pero ellos han rehuído el combate dentro de este terreno; de ahí la necesidad de hablar de todas estas cosas que no tienen ninguna conexión con el asunto que se debate. ¿Cómo podían dentro de un debate verdaderamente sereno y leal demostrar que el señor Nieto no había triunfado en el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí? (Voces: ¡A votar!) Quiero salirme de este camino ya tan trillado; haré hasta donde me sea posible a un lado las consideraciones de orden político y las de orden moral y entraré únicamente al terreno de la legalidad: Será dentro de este terreno sobre el cual borde mis deshilvanadas palabras.
Antes de esto, ciudadanos representantes, quiero nada más refutar, aunque sea muy ligeramente, algunos de los que compasivamente llamarenos argumentos expuestos por el ciudadano García Vigil. Dice el ciudadano García Vigil que hasta ahora el ciudadano Nieto y los que han ayudado a defender su credencial sólo han tratado el asunto desde el aspecto político. A esto, señores, sólo puede objetarse lo siguiente: Que son precisamente Manrique y ellos los que han obligado a la parte contraria a colocarse en estas circunstancias; nada más. El ciudadano García Vigil también nos dice, con un aplomo de convencido, que el ciudadano Nieto no es popular en San Luis Potosí. A esto cabe contestar con las palabras del ciudadano Díaz Soto y Gama, insospechables en este caso para la Asamblea, que son muy elocuentes y muy dignas de tomarse en consideración. El ciudadano Díaz Soto y Gama dijo en sesiones pasadas, que le constaba que el ciudadano Nieto es verdaderamente popular en San Luis Potosí. (Voces: ¡Sí! Aplausos.) Dice también el ciudadano García Vigil, que cómo esta Asamblea, compuesta por revolucionarios, va a permitir que el ciudadano Nieto entre a ella. Este es el argumento más deleznable presentado por el ciudadano García Vigil. Precisamente, ciudadanos representantes, la revolución última tuvo como finalidad suprema, como ideal único, defender la libertad del voto.
El C. Manrique: Cabalmente.
El C. Espinosa: En su oportunidad trataré con más amplitud este punto, porque es de verdadera trascendencia. Partiré, ciudadanos representantes, para entrar ya de lleno al examen legal de este asunto, de esta base: El ciudadano Manrique está completamente descalificado por sus propios hechos, como voy a demostrarlo, para venir a impugnar la credencial del ciudadano Rafael Nieto. Nosotros, señores, para normar nuestro criterio, debemos escudriñar el fondo de las cosas y yo os demostraré cómo Manrique es un completo descalificado para opinar en este asunto. (Aplausos.) ¿Sabéis, ciudadanos representantes, lo que hacía Manrique en esta capital de la República a fines del mes de julio próximo pasado? Sencillamente defender los intereses del Estado de San Luis Potosí representados por el ciudadano Rafael Nieto como gobernador constitucional de aquel Estado, en el Senado de la República. Allí estaba el ciudadano Manrique - con sus libros y periódicos bajo el brazo, como es costumbre en él - mendigando, digámoslo claro, el favor de los ciudadanos senadores a favor de los intereses del Estado de San Luis Potosí, cuando no debía haber asumido esta actitud pusilánime y de súplica, ya que iba a defender allí los derechos consagrados y los derechos legítimos de un pueblo. Y Manrique estaba allí a soldada. ¿Sabéis cuál era el precio? La credencial a diputado al Congreso de la Unión. (Aplausos.) Yo acepto de buen grado que un García Vigil suba a esta tribuna a hablar del contraste de la vida del señor Nieto tomándolo desde su principio como renovador hasta su última actuación como gobernador de San Luis Potosí; pero no puedo bajo ningún concepto, ni vosotros tampoco, aceptar que Manrique, que era un servidor, que era un cuasi empleado de Nieto hasta fines de julio, venga a esta tribuna a cansarnos aquí con la imposición y la ilegalidad de la elección del señor Nieto. ¿Por qué, si este pálido Nazareno... (Risas.) tenía el concepto real de la personalidad moral y política del señor Nieto, iba a defenderlo al Senado? Queda a vuestra consideración responderos; yo ya os dije lo que pienso sobre el particular: Es que a cambio de esto tenía este ciudadano una credencial, y ya
véis que esa es la moralidad de que blasona Manrique: se había vendido como un hombre sin honor...(Voces en las galerías: ¡Miente! Desorden.)
El C. presidente: La presidencia manda desalojar todas las tribunas del lado izquierdo.
El C. Quiroga: Señor presidente, no son culpables todos los asistentes; será uno, pero no todos.
El C. presidente: La Presidencia sostiene su orden.
El C. Castro y López: Es verdaderamente de llamar la atención que por un solo grito de una de las tribunas se manden todas desalojar; en múltiples ocasiones hemos visto que en casos en que está interesado el Partido Liberal Constitucionalista se han permitido toda clase de demostraciones. Este es un caso grave; es un caso serio; es un caso político que importa conocer a toda la nación, y que es necesario que el pueblo sepa lo que se va a cometer dentro del seno de Representación Nacional. (Aplausos. Campanilla.)
El C. presidente: La Presidencia hace saber que ha sido asaz tolerante con las galerías y sostiene en este caso su orden. (Aplausos.)
El C. Portales: Señor presidente, pido la palabra.
El C. presidente: Hasta que se desalojen las tribunas del ala izquierda.
El C. Portales: Para hacer una súplica a su señoría.
El C. presidente: No se le ha concedido a usted la palabra.
El C. Portales: ¡Allí en las galerías...! (Campanilla.)
El C. presidente: ¡No tiene usted la palabra!
- El C. Portales ¡Allí en las galerías...! (Campanilla.)
El C. presidente: A los guardianes del orden público se les previene que deben desalojar las tribunas del ala izquierda. (Voces: ¡Protesto! ¡Pido la palabra! ¡Moción de orden! Desorden. Campanilla.)
El C. Portales: Allí en las galerías hay muchos obreros que representan al pueblo y que vienen a ver lo que se hace en esta Representación Nacional; y como nosotros tenemos que dar cuenta de nuestros actos a la nación, deben permanecer allí en las galerías para que se den cuenta de lo que pasa en esta Asamblea.
El C. Manrique: ¡Moción de orden!
El C. Cienfuegos y Camus: ¡Moción de orden, señor presidente!
El C. Manrique: Señores compañeros: Pido atentamente a la Presidencia se sirva... (Campanilla.) Pido atentamente a la Presidencia...(Campanilla.)
El C. presidente: ¡Un momento! Hasta que se salgan las galerías.
El C. Manrique: Es cabalmente lo que quiero pedir. Ya se restableció el orden Pido la palabra. ¿Tengo la palabra?
El C. presidente: Sí, para hacer una moción de orden.
El C. Manrique: Pido atentamente a la Presidencia, en moción de orden, que revoque su acuerdo, procurando localizar en lo sucesivo, a la persona que escandalizare. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.) No puede culparse a la enorme mayoría de las galerías, de las impertinencias de una o dos personas.
El C. Presidente: La presidencia manifiesta al señor Manrique, que quiere sentar un precedente y por eso sostiene su orden.
El C. Lara César A.: ¡Moción de orden! Ha transcurrido la hora reglamentaria y pido que se interrogue a la Asamblea si se prorroga la sesión. (Voces: ¡Sí! ¡No! Una voz en las tribunas izquierdas: ¡Ni en la época de la dictadura de Huerta!)
El C. presidente: Los guardianes del orden público pondrán a ese individuo que gritó, a la disposición de esta Presidencia para consignarlo...(Voces: ¡No! Desorden.) La presidencia hace saber... (Gritos en las galerías.) La Presidencia hace saber que va a ordenar la consignación de esa persona por haber faltado al respeto a la Asamblea. (Voces: ¡No! Siseos y aplausos.)
El C. Ayala: ¡Moción de orden!
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Ayala: Después que su señoría ha consumado un atentado contra el pueblo mexicano...(Aplausos.) protesto enérgicamente contra esa actitud tan poco digna de la Presidencia, porque otras veces han sido injuriados los diputados desde las galerías, y sólo porque quienes injuriaban eran miembros del Partido Liberal Constitucionalista, se ha tolerado...(Voces: ¡No es cierto! ¡Sí es cierto!)
El C. presidente: La Presidencia hace saber al ciudadano Ayala que el ciudadano Espinosa, a quien se injurió desde las galerías, no es miembro del partido Liberal Constitucionalista.
El C. Ayala: Me permito aclarar a la presidencia que no me he referido al injuriado, sino a los injuriadores. En muchas ocasiones he visto en las tribunas a un señor que es miembro prominente de ese partido, que nos lanza insultos y, más que insultos, cosas que no se pueden decir y, sin embargo, La Presidencia y la Asamblea han estado sufriendo pacientemente; y en esta vez porque se trata de un desconocido, se ha mandado desalojar a todas las galerías. Esto es demasiado rigorismo.
El C. presidente: La Presidencia manifiesta que era necesario este rigorismo; ya las galerías habían degenerado y parecía que no estaban en el recinto de la Representación Nacional, sino en una plaza de toros o en una plaza de gallos. (Aplausos.) Habiendo transcurrido la hora reglamentaria, se pregunta si se prorroga la sesión. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse en pie. Se prorroga la sesión. Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Espinosa. La presidencia ruega a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules. La Presidencia ruega al ciudadano diputado González y González se sirva ocupar su curul. (Voces: ¡Qué exigencias!)
El C. Gómez Rodrigo: Moción de orden, señor presidente.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Rodrigo Gómez para hacer una moción de orden.
El C. Gómez Rodrigo: habiendo transcurrido más de media hora, yo suplico a la presidencia se sirva ordenar que se pregunte a la Asamblea si concede que continúe el orador en el uso de la palabra.
El C. presidente: La Presidencia ruega atentamente al ciudadano Gómez esté atento al debate.
La Presidencia acaba de preguntar a la Asamblea si se prorroga la sesión y la Asamblea dijo que sí.
El C. Gómez Rodrigo: La Asamblea acordó que se prorroga la sesión, pero yo pido que se pregunte si se concede permiso al orador para que continúe haciendo uso de la palabra.
El C. Espinosa: No tengo todavía media hora. (Voces: ¡Cómo no!)
El C. Quiroga: El orador ha hablado más de media hora, señor presidente. (Voces: ¡Que hable! ¡Que hable!)
El C. presidente: Se pregunta a la Asamblea si concede permiso al orador....
El C. Bordes Mangel: ¡Moción de orden!
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Bordes Mangel para hacer una moción de orden.
El C. Bordes Mangel: No hay derecho a preguntar a la Asamblea si se concede permiso al orador para que continúe haciendo uso de la palabra,puesto que el orador no ha hablado todavía media hora; habrá estado más tiempo en la tribuna, pero no ha estado hablando más de dieciocho minutos.
El C. Espinosa Luis: Es raro, ciudadanos representantes, que el ciudadano Rodrigo Gómez -que no ha sabido hasta ahora hacer otra cosa que consumar continuamente esta clase de interrupciones- no haya hecho la misma observación cuando el ciudadano Manrique subió a esta tribuna y habló tres horas; en cambio, cuando es Espinosa, se para, porque no tiene otra manera este bendito señor de defender los intereses que representa, a pedir que no hable más, aunque no haya llegado ni a la media hora que marca el Reglamento. Decía que Manrique es un completo descalificado para juzgar la actuación de Rafael Nieto y para hablar de ella en esta tribuna. Como no ha estado a discusión tantas sandeces y asuntos ajenos a este debate y, sin embargo, los habéis tolerado, quiero, demostrar, primero, la personalidad de Manrique para llegar a la conclusión de que cuanto diga no tiene ningún valor ni se debe tomar en cuenta. Manrique no hizo su propaganda para diputado en el estado de San Luis Potosí, sino hasta en los últimos días anteriores a las elecciones, tres o cuatro días antes del día en que iban a efectuarse ¿y sabéis quiénes hicieron toda la propaganda? Los mismos partidos que postularon al ciudadano Nieto dieron todo el dinero necesario para la propaganda, porque ya os dije que era el pago que se daba a Manrique por los servicios que prestó ante el Senado a la causa de Nieto. (Aplausos.) Pero nosotros no tenemos que discutir cuál era la figura política de Nieto, ni cuál era su figura moral; nada más tenemos que apegarnos a saber si triunfó o no legalmente en el 5o. distrito de San Luis Potosí: eso es todo y allá voy. El ciudadano Manrique ha traído a la consideración de vuestra soberanía un acta notarial que tengo el derecho de reputar falsa, y Manrique ha querido defenderse de las sospechas de muchos de sus compañeros sobre que fuese él el autor intelectual de ese documento, alegando que el acta tiene fecha del 15 de septiembre y que él no estaba en Matehuala ese mismo día. ¡Bonito argumento! (Aplausos.) ¿Qué, acaso Manrique no había confesado paladinamente que el 10 y el 11 de septiembre, si mal no recuerdo, sí había estado en Matehuala? ¿No era natural que desde entonces hubiese ya dejado arreglado el chanchullo con el venal representante de la justicia en aquel lugar? ¡Es claro que sí, ciudadanos representantes, y yo tengo derecho a creer que esto fue lo que sucedió! Y yo desde aquí, dispuesto a sostenerlo donde quiera, arrojo toda la responsabilidad de este documento falso sobre la personalidad del ciudadano Aurelio Manrique; y tengo derecho, porque así lo siento, a llamarlo falsario. (Aplausos.) ¿Qué de raro tiene, ciudadanos representantes, que el ciudadano Manrique haya salido el 10 o el 11 de Matehuala y el documento se haya extendido con fecha 15? Precisamente esto sí prueba la coartada que quería consumar vuestra señoría, pero en contra vuestra; es natural que en lugar de expedir el documento con fecha 10 u 11, se expidio con fecha 15, porque así convenía a vuestros intereses; era esa la forma en que os convenía para borrar todo rastro de este acto verdaderamente inmoral y perverso. Ya véis ciudadano Manrique, con cuánta facilidad y sencillez se desbaratan vuestros deleznables argumentos; ya veis, pues, como si es compatible que hubieseis sido vos el autor intelectual de este documento. En cambio, en contra están muchos documentos, están muchas actas firmadas por el presidente municipal de aquel lugar.
El C. Manrique: ¿Dónde están?
El C. Espinosa: En el expediente.
El C. Manrique: ¡A verlas!
El C. Espinosa: Que tenga la bondad la Secretaría de dar fe.
El C. Manrique: ¡Debéis mostrarlas!
El C. Espinosa: ¡Claro! Allá voy. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) Mientras se encuentran los documentos que ya fueron aquí leídos y enseñados en su oportunidad, y que deben existir aquí en el expediente, mientras tanto voy a continuar en el uso de la palabra. Esos documentos hacen prueba plena de que el presidente municipal de Guadalupe sí sabe firmar y por lo tanto, prueban también que el acta presentada por el ciudadano Manrique y por los interesados en este asunto es completamente falsa y, por lo tanto, se ha cometido un delito. ¡Ojalá que los interesados en este asunto consignen a ese alcalde en funciones de notario, a las autoridades competentes, para ejemplo y escarmiento de todos los malos funcionarios! La elección a favor del ciudadano Nieto, según el criterio de la Comisión expresó al que habla, en lo personal, es tan completa y tan correcta, que no quiso hacer consideraciones detalladas del asunto y de ahí que se concretara únicamente a suprimir...(Voces: ¿Ya se encontraron los documentos?) Aquí están los documentos... (Voces: ¡A votar!) El concepto de la comisión dictaminadora es que no necesitaba quitar votos, ni siquiera hacer mención de ellos, al ciudadano Juan Angel Morales, porque tenía la convicción de que el triunfo del señor Nieto era absoluto y de que vuestras señorías lo sancionarían. Ahora, toda la argumentación dentro del terreno legal de este asunto, ha girado dentro de un círculo vicioso; todos han venido a decir que la votación de las casillas sufragada a favor del señor Nieto es nula, porque coincidía en número de votantes con el número de empadronados. Quiero nada más suponer que hubiese presunción de un fraude electoral;
¿Pero qué los votos emitidos a favor del señor Morales son todos buenos? En cambio, ya hemos visto que dice la comisión dictaminadora; no creyó necesario descontar al señor Morales ni un solo voto, sin que esto quiera decir que, según el criterio de la Comisión, no haya en el expediente muchos cientos de votos malos. Claro es que no los mencionó, ni los descontó, porque no lo creyó necesario, porque bastaba traer a vuestra consideración el aspecto moral de la elección para convenceros de que el triunfo del señor Nieto dentro del terreno legal era absolutamente completo. Aquí están los documentos a que me he referido. Va a dar fe la Secretaría de que existe la firma del presidente municipal de Guadalupe.
El C. prosecretario Bojórquez: La secretaría da fe de que existen dos actas con la firma autógrafa del presidente municipal de Guadalupe.
El C. Manrique: ¿Cómo le consta a la secretaría que es autógrafa la firma?
El C. Espinosa: ¿Y cómo le consta a usted que es autógrafa la firma que viene en el documento que ha presentado?
El C. Manrique: Porque está legalizada.
El C. Bojórquez: A mí no me consta que sea autógrafa la firma; pero es la misma firma la que aparece, y tiene el sello del Ayuntamiento.
El C. Espinosa Luis: Ha oído la Asamblea; son enteramente iguales las firmas que aparecen en documentos distintos y traen el sello de la Presidencia Municipal de la villa de Guadalupe. Así pues, si esto no es prueba plena, yo no sé qué pueda hacerla sobre la autenticidad de estos documentos. (Aplausos. Voces: ¡A votar! ¡A votar!) Ahora bien; estos documentos no sólo están firmados por la Presidencia Municipal; también por la Secretaría del mismo Ayuntamiento. He demostrado, ciudadanos representantes, que, si hubiese necesidad de ir a un examen completamente minucioso de la votación por este distrito, habría que descontarle muchos votos, muchos cientos de votos al ciudadano Juan Angel Morales, y de todos modos, el ciudadano Nieto quedaría con una mayoría de votos abrumadora sobre su contrario. (Aplausos.) No se necesita, ciudadanos representantes, bordar mucho sobre este tema. Estoy seguro que está en vuestrá conciencia que la mayoría de votos buenos ha sido sufragada a favor del ciudadano Nieto. Cualquiera combinación que aquí se haga, si trajésemos el expediente y se pusiese a la consideración, es decir: ante vuestros ojos las boletas de uno y otro candidato, vosotros mismos os convenceríais de que es mucho mayor el número de votos buenos a favor del ciudadano Nieto. (Aplausos.) Esto, por lo que hace sutil al argumento traído a esta tribuna por el ciudadano Manrique, de que hay que descontarle todavía más votos al ciudadano Nieto, pero absolutamente ninguno al ciudadano Juan Angel Morales. Este es un criterio unilateral, absurdo e injusto sostenido por el ciudadano Manrique. Pero vamos a decir tres palabras acerca de la personalidad política del ciudadano Juan Angel Morales. Ya todos vosotros sabéis quién es Juan Angel Morales; ya os han leído aquí postulaciones de distintas épocas para distintos puestos qué, ciudadanos representantes, pretender meter a esta Cámara a un ciudadano que no ha triunfado y que, por añadidura es clerical recalcitrante? ¿Dónde está entonces vuestra firmeza de principios? ¿Dónde vues tros escrúpulos de revolucionarios? ¿Dónde está vuestro tezón, vuestro empeño por defender los principios de la justicia, por defender el principio de libertad? En buena hora que al C. Juan Angel Morales, a pesar de ser clerical, si hubiera triunfado en su distrito le abriéramos de par en par las puertas de esta Cámara, al contrario de lo que pide apasionadamente García Vigil para Nieto; pero no ha triunfado; pues a todos os consta que, legalmente, el representante de este distrito lo es el señor Nieto. (Aplausos.) ¿Por qué, pues, vais a aprobar a un clerical recalcitrante, a un tipo de esa especie que ha hecho más males a la patria; a un componente de ese grupo que se ha caracterizado por el delito más grande que puede cometer un hombre: por la traición a la patria? El ciudadano Juan Angel Morales sería en esta Asamblea un representante de los intereses clericales; sería un conservador, un retardatario, y a ese es al que pide Manrique. En buena hora que lo pida el sólo porque Manrique tiene intereses personales, intereses locales; pero nosotros, que hemos venido a esta Asamblea, precisamente a defender la libertad de los ciudadanos y a defender la libertad del sufragio, no podemos menos que dar nuestro voto al que en realidad ha ganado. Pero hay más, y necesito hacer un llamado a vuestras conciencias de hombres honrados: aquí se ha hablado mucho de grupos políticos; y bien: aquí no se trata de grupos políticos..... (Voces: ¡No se vayan! ¡No tengan miedo!)
El C. presidente: La Presidencia ruega al ciudadano Soto Francisco, no interrumpa al orador.
El C. Espinosa: Por mi parte, puede el ciudadano Soto pretender interrumpirme, porque no lo conseguirá. A todos os consta que la voz de grafófono rayado del ciudadano Soto, se ahoga en su propia garganta. (Aplausos.) Decía, ciudadanos representantes, que este asunto no es ni siquiera de grupos políticos; aquí no hay más que un interés personal: el interés personal del ciudadano Aurelio Manrique. Ya habéis visto como ha subido a esta tribuna pálido, tembloroso, como un epiléptico, pensando en que, si vosotros no os hacíais cómplices de sus bastardas intenciones, perderá la partida y quedará en ridículo en su Estado. (Aplausos.) Bien, señores. Yo quiero invitaros, porque os considero honrados, a que castiguemos la injuria de manrique, la injuria lanzada a toda la Representación Nacional, de que sólo los vendidos votarían por el ciudadano Nieto, precisamente no haciéndonos instrumento de sus pasiones verdaderamente bastardas y pasionales. (Murmullos.) Aquí no hay interés de grupo; aquí no hay consigna de nadie;
aquí no hay acuerdo de nadie tampoco. Estaís en condiciones de votar por quien tenga la justicia; estáis en condiciones de hacer justicia. Si ayer, en la XXVIII Legislatura, García Vigil, Vadillo y Siurob levantaban su palabra candente en contra de los acuerdos del Bloque Liberal Nacionalista, yo -que ahora soy un completo independiente- vengo con el mismo derecho a reclamar, a hacer mía la voz de estos señores, que ahora han creído, que ahora han pensado, en su locura de grandeza, ser los pastores de un grupo de hombres dignos y honrados, que no de un rebaño como ellos se los han imaginado. (Aplausos.) Oid lo que decía Siurob en ocasión semejante a ésta: "Yo aspiro a entrar a esta honorable Asamblea....." (Leyó.)
Igual cosa podría deciros el ciudadano Nieto, si cometiésemos con él una injusticia. Oid lo que decía Vadillo, este hombre que, por su conducta, ha merecido el respeto de toda la Asamblea cuando no era Gobiernista sino, al contrario, era oposicionista:
"He sentido un profundo pesar, cuando estoy hecho tres dobleces y silencioso en mi curul, observando como esta juventud que viene de las provincias, todavía manifestando la energía con que seguramente lucharon allá, dobla sumisa la cabeza ante las mayorías, sin una protesta."
Yo os digo lo mismo: ¡Juventud altiva, que habéis disputado en buena lid vuestra elección, que habéis contado con el sufragio de la mayoría por vuestras virtudes, no os dobleguéis servilmente ante el interés de Aurelio Manrique! (Aplausos.) Y hay más; García Vigil decia: "La disciplina de partido no puede llevarse hasta el punto....." (Leyó.)
Y yo os digo otro tanto: ¿a qué esa cobardía que han sentido algunos compañeros; para qué el afán de arrebañarse cuando se puede estar solo con la bandera de la conciencia? Yo os exhorto a que, imitando a García Vigil, a Vadillo y a otros tantos que supieron mantener su independencia en la Legislatura pasada, votéis por quien tenga verdaderamente la justicia, que ya está demostrado que la tiene el ciudadano Nieto. (Aplausos.) Ahora bien; si la nación entera, si la opinión pública honrada a condenado con el anatema más afrentso el criterio político y el criterio moral aplicado a las credenciales, os pregunto: vosotros, revolucionarios, vosotros, hombres honrados, ¿qué contestaríais mañana a vuestros representados cuando al volver a vuestra provincia os pidieran cuenta de vuestros actos y os dijeran que por qué votasteis en contra de una credencial completamente legal y limpia como ésta? (Aplausos.) Señores, he terminado; nada más quiero recordaros las palabras de García Vigil: ¿con qué derecho cerráis las puertas de este Parlamento a un hombre que ha ganado en buena lid? Si la revolución última se hizo para no permitir que se burlara la libertad del voto, no se puede menos sino que ser consecuente con este principio revolucionario y que, apartándoos de todo sentimiento mezquino, de todo interés personal representado por Manrique, votéis a favor del dictamen: ¡eso es lo que os manda vuestro deber! (Aplausos.)
El C. prosecretario Castrejón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría manifiesta que han hablado en pro los ciudadanos Angel Silva, Ayala, Castro y López, Nieto dos veces y Espinosa; en contra los ciudadanos Soto Francisco, Manzanilla, Manrique dos veces, Ramos Pedrueza y García Vigil, además de la Comisión, representada por el ciudadano Huerta. En votación económica se consulta a la Asamblea si considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido.
El C. Espinosa: Reclamo el quorum. (Voces: ¡Votación nominal!)
Tengo derecho, señor presidente, de reclamar el quorum, conforme al Reglamento.
El C. Manrique: La votación rectificará el quorum, señor presidente. (Voces: ¡Votación nominal! Desorden.)
De la votación puede inferirse si hay o no hay quorum. Si no hay quorum, no es válida la votación y se repite.
- El mismo C. prosecretario: Habiendo reclamado el quorum el ciudadano Espinosa, se procede a pasar lista. (Voces: ¡No! ¡No! Desorden.)
El C. Paz: En la misma votación se conoce el quorum. Aquí están todos.
El C. Mijares: Moción de orden, señor presidente.
El C. Espinosa: Pido la palabra, señor presidente. Yo no puedo creer, señor presidente, como no lo creería nadie, aunque lo viera, que la rectitud y la honradez demostradas por vuestra señoría se dobleguen ante las insinuaciones de algunos compañeros. Yo he reclamado el quorum y lo he reclamado con apoyo en un artículo reglamentario que para nosotros es una ley y es la que está por encima de cualquier capricho de los señores representantes. (Aplausos de las galerías.)
El C. Paz: Moción de orden. Pido que se lea el artículo 19.
El C. Zincúnegui Tercero: Estamos en votación y no cabe pasar lista.
El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo: "Artículo 19. El presidente, en sus resoluciones, estará subordinado al voto de su respectiva Cámara."
- El mismo C. prosecretario: Se consulta a la Asamblea si se pasa lista. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
El C. Espinosa: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Espinosa: Precisamente el objeto de reclamar el quorum es que no se cometan actos indebidos. Tengo la seguridad de que no hay quórum ¿Con qué derecho se levantan los compañeros a censurar un acuerdo tomado por la presidencia apoyada por el Reglamento....?
El C. Ramos Pedrueza: ¡La Asamblea es soberana!
El C. Espinosa: No puede darse como bueno un acto de esta Asamblea cuando no hay quorum suficiente. Lo he reclamado y, por lo tanto, aunque los señores se opongan, tiene que pasarse lista. Lo que cabe es darle lectura al artículo reglamentario que me autoriza a pedir que se pase lista. (Aplausos. Voces: ¡Votación nominal! Desorden.)
El C. presidente: La Presidencia ruega al ciudadano Espinosa cite el artículo en que ha fundado su petición.
El C. Manrique: ¡Votación nominal es lo que cabe!
El C. Díaz Soto y Gama: Habiendo la Asamblea soberanamente resuelto que no se debe pasar lista por la sencilla razón de que en la votación nominal se verá si hay o no quorum, quiero que la Presidencia me diga si la soberanía de esta Asamblea reside en su mayoría o en el ciudadano Espinosa.
El C. presidente: La Presidencia informa al ciudadano Díaz Soto y Gama, que mientras no se pase lista no se sabe en realidad si hay o no quorum.
El C. Díaz Soto y Gama: Vuelvo a interpelar a la mesa: ¿está la Mesa dispuesta a respetar la soberana resolución de la Asamblea? (Voces: ¡A votar!)
El C. presidente: La Presidencia manifiesta que mientras no se sepa de una manera fija que hay quorum, no puede haber una desición de la Asamblea.
El C. Castrejón: ¡Moción de orden! (Campanilla.)
El C. presidente: Estoy hablando yo.
El C. Ramos Pedrueza: Pido la palabra para hacer una moción de orden.
El C. Manjarrez: Puesto que se ha pedido votación nominal, la votación nominal, ésta misma, será la que determine si hay o no quorum!
El C. Espinosa: ¡He reclamado el quorum!
El C. Manjarrez: Señor presidente, ¿qué objeto tiene que se pase lista y luego se haga la votación nominal? Es un trabajo doble.
El C. presidente: El ciudadano Espinosa, en el perfecto uso de sus derechos ha reclamado el quorum.
El C. Manjarrez: Pues se verá en la votación.
El C. Bojórquez: ¡Pues claro! Vale más la opinión de muchos diputados que la de uno solo.
El C. Castrejón: Pido la palabra para hacer una moción de orden.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Castrejón para hacer una moción de orden.
El C. Castrejón: Compañeros: Yo voy a suplicar a ustedes, muy atentamente, que condescendamos con el ciudadano Espinosa, aunque claro se ve aquí una maniobra muy sucia. Es visible el quórum, pero él, en su derecho, reclama el quorum. Pasemos lista y después votemos y ganaremos el punto y le demostraremos al ciudadano Espinosa que, con todo y su maniobra, es bastante ya la conciencia que se ha formado aquí en la Asamblea contra el ciudadano Nieto. (Aplausos.)
El C. Manrique: No, señor.
El C. prosecretario Castrejón: Se va a proceder a pasar lista. (Voces: ¡No! ¡No!)
El C. Manrique: Para una moción de orden pido la palabra. ¿Me la concede la Presidencia?
El C. presiente: Sí, señor, sí se la concedo.
El C. Manrique: Señores: disputamos una cuestión en forma...
El C. Espinosa: ¡Pero si no hay Asamblea!
El C. Manrique: Yo no he hablado de Asamblea, ciudadano Espinosa. Disputamos - quienes estamos aquí y no formamos Asamblea, en vuestro concepto- una cuestión de forma. Pues bien; si el compañero Espinosa lo que quiere es saber si hay o si no hay quórum y, en consecuencia, si nuestras resoluciones son o no válidas; en lo único que difiere el procedimiento del ciudadano Espinosa del nuestro -que somos los que pedimos votación nominal-, es en esta pequeñez: en lugar de la lista se pase en orden alfabético, se pasa por curules, agregando el voto afirmativo o negativo de cada uno de los ciudadanos diputados.
El C. Espinosa Luis: ¡Pido la palabra, señor presidente!
El C. presidente: ¿Con qué objeto?
El C. Espinosa Luis: Para pedir la lectura del artículo 63 constitucional, que es el que me apoya, y el 107 del Reglamento.
El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo: "Artículo 63. Las Cámaras no pueden abrir sus sesiones ni ejercer cargo sin la concurrencia, en la de Senadores, de las dos terceras partes, y en la de Diputados, de más de la mitad del número total de miembros.
"Artículo 107. Ninguna discusión se podrá suspender sino por estas causas: primera, por ser la hora que el reglamento fija para hacerlo, a no ser que se prorrogue, por acuerdo de la Cámara; segunda, porque la Cámara acuerde dar preferencia a otro negocio de mayor urgencia o gravedad; tercera, por graves desórdenes en la misma Cámara; cuarta, por falta de quorum; quinta, por proposición suspensiva que presente alguno o algunos de los miembros de la Cámara , y que ésta apruebe."
El C. prosecretario Castrejón: Insistiendo la Presidencia en que se pase lista, la Secretaría va a proceder a ello. (Principia a pasar lista.)
El C. Manrique: ¡Moción de orden! La Asamblea, con quorum o no, ha rechazado el trámite de la Presidencia, de que se pase lista. ¿Obedece la Presidencia, sí o no?
El C. presidente: El artículo constitucional relativo es preciso. El señor Manrique, al entrar a esta Cámara como diputado, protestó guardar y hacer guardar la Constitución General de la República, y sobre ella no está nadie. (Aplausos.)
El C. Manrique: ¿Y qué? (Voces: ¡Que se pase lista! ¡Que no se pase!)
- El C. prosecretario Castrejón, procede nuevamente a pasar lista.
El C. presidente, al principiar la lista: La Presidencia ruega a los ciudadanos diputados que ocupen sus curules.
El C. Paz: Pido la palabra para una moción de orden.
El C. prosecretario Castrejón: Hay una asistencia de 131 ciudadanos diputados; hay quórum. (Aplausos prolongados.)
El C. Espinosa Luis: Pido la palabra, señor presidente. Pido votación nominal. (Desorden.)
El C. presidente: Un momento.
El C. Espinosa: Pido votación nominal. (Continúa el desorden. Campanilla.)
El C. prosecretario Castrejón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, suplica atentamente a los ciudadanos diputados y presuntos diputados, ocupen sus curules.
El C. Presidente: La Presidencia hace saber a la Asamblea, que se han inscripto para rectificar hechos, los ciudadanos.....(Voces: ¡No! ¡No!)
El C. Ramos Pedrueza: Renuncio al uso de la palabra.
El C. prosecretario Castrejón: Se procede a la votación.
El C. Bordes Mangel: Yo no he renunciado al uso de la palabra.
El C. presidente: Están inscriptos para rectificar hechos, los ciudadanos Soto Francisco, Macías Rubalcaba, Bordes Mangel, Luis Espinosa Portales Armando, Manrique Aurelio, quien renunció; Gómez Carlos y algunos más.
De acuerdo con el artículo reglamentario que previene que después de terminado el debate se conceda la palabra para rectificación de hechos, tiene la palabra el ciudadano Francisco Soto. (Voces: ¡Votación! ¡Votación!)
El C. García Vigil: Moción de orden.
El C. Moreno: Moción de orden.
El C. Soto: Renuncio al uso de la palabra.
El C. presidente: El Ciudadano Soto ha renunciado al uso de la palabra para rectificación de hechos.
El C. García Vigil: Moción de orden.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. García Vigil: Me permito rectificar a la Presidencia lo últimamente asentado por ella. El Reglamento no dice que inmediatamente después del debate se harán las rectificaciones de hechos; el artículo relativo dice que cualquier orador, aún cuando no esté inscripto, podrá hacer uso de la palabra para rectificación de hechos o para contestar alusiones personales. El Reglamento no precisa si dentro del debate mismo, si al final o con posterioridad; únicamente, esto es, después de la votación. Hay que inferir que las rectificaciones de hechos tienen que hacerse dentro del curso del debate, para que conduzcan a un fin noble; esto es: para esclarecer el punto del debate y llegar a una conclusión. (Voces: ¡No! ¡No!) Esto es indudable, y lo mismo debe inferirse respecto a las alusiones personales, porque pueden envolver hechos falsos respecto a ellos; pero se ha declarado suficientemente discutido el punto, y no cabe otra cosa más que proceder a la votación. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Bordes Mangel.
El C. Bordes Mangel: Con el objeto de no desviar la discusión, he esperado pacientemente los cuatro interminables días que ha durado este debate, para rectificar hechos que me interesa que consten dentro del cuerpo del mismo debate; es decir, antes de la votación. Como, entre otras cosas, se ha puesto en duda desde esta tribuna, la honorabilidad de un hombre honrado y de un amigo mío, quiero que dentro del mismo debate consten las rectificaciones que tengo que hacer, y pido atentamente a la Presidencia que no se proceda a la votación hasta que no se me haya permitido hacer uso de la palabra.
El C. García Vigil: Moción de orden. (Desorden. Campanilla. Voces: ¡No! ¡No!)
El C. Espinosa: Pido la lectura del artículo 101 reglamentario. (Desorden.)
El C. García Vigil: Suplico a la Presidencia se sirva informar, por conducto de la Secretaría, si el asunto ha sido declarado suficientemente o no discutido.
El C. Espinosa Luis: He pedido la palabra antes para una moción de orden. (Voces: ¡No! ¡No!) Un momento, señores; no se ha declarado suficientemente discutido el asunto. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!)
El C. presidente: La Presidencia manifiesta que, por conducto de la Secretaría, fue declarado este asunto suficientemente discutido; pero debo hacer notar que, para rectificaciones de hechos y para alusiones personales, hay varias personas inscriptas, y como se trata de hechos.....
El C. García Vigil, interrumpiendo: Las rectificaciones de hechos en este caso, no pueden ya conducir a hacer luz en el debate. (Murmullos. Siseos. Desorden. Varios ciudadanos diputados piden la palabra. Campanilla.) Un momento, estoy en el uso de la palabra. Suplico a su señoría ordene a la Secretaría que se lean los artículos relativos al asunto, pues dicen que inmediatamente después de que se declare suficientemente discutido un asunto, se procederá a la votación. Esta será económica o nominal, ya es esta modalidad de la votación.
- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:
"Artículo 112. Cuando hubieren hablado todos los individuos que puedan hacer uso de la palabra, el presidente mandará preguntar si el asunto está o no suficientemente discutido. En el primer caso, se procederá inmediatamente a la votación; en el segundo, continuará la discusión; pero bastará que hable uno en pro y otro en contra, para que se pueda repetir la pregunta." (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)
El C. García Vigil: Ruego a su señoría que se sirva dar cumplimiento a esta parte del Reglamento, y que se proceda inmediatamente a la votación. (Aplausos. Siseos.)
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Bordes Mangel. (Voces: ¡No! ¡No! Gritos. Desorden. Campanilla.)
El C. García Vigil: ¡Una moción de orden, señor presidente! El Reglamento es terminante; dice que se debe proceder inmediatamente a la votación. (Aplausos. Siseos. Gritos. Desorden. Campanilla.) Estoy en el uso de la palabra. Ciudadano presidente: Así como la Asamblea, genuinamente revolucionaria, como lo está demostrando, ha sido consecuente (Voces: ¡Huy! ¡Huy! ¡Sí! ¡Sí! Campanilla.) con el ciudadano Espinosa, y se ha procedido a pasar lista, en acatamiento de un artículo reglamentario, porque así debe hacerse cuando se reclama el quorum, igualmente, una vez resuelto que sí hay quorum, debe procederse inmediatamente a la votación.(Aplausos.)
El C. presidente: La Presidencia va a dar lectura a los artículos reglamentarios. (Voces: ¡No! ¡No!)
- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:
"Articulo 101. Los individuos de la Cámara, aun cuando no estén inscriptos en la lista de los oradores, podrán pedir la palabra para rectificar hechos o contestar alusiones personales."
El C. presidente: Hace constar la Presidencia que, cuando en el curso del debate, han pedido algunos de los oradores la palabra para rectificar hechos o para contestar alusiones personales, se les ha manifestado que al terminar la lista de oradores inscriptos en pro o en contra.....(Voces: ¡No! ¡No! ¡A votar! ¡A votar!)
El C. Bojórquez: El precedente establecido en otras legislaturas, es de que la rectificación de
hechos se hace después de la votación, o al principiar la sesión del día siguiente. Así sucedió durante el Congreso Constituyente de Querétaro. (Voces: ¡Ya! ¡Ya!)
Esas rectificaciones de hechos que se piden no son sino con el objeto de llevarnos otra vez al debate, y esto no debemos admitirlo. De todas maneras los interesados podrán rectificar hechos después de la votación o en la sesión próxima.
El C. Aguirre Colorado: Moción de orden. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)
El C. presidente: La pidio primero el ciudadano Ortega. Tiene la palabra el ciudadano Ortega.
El C. Ortega: Aquí hay dos artículos reglamentarios: uno, el 101, que no dice si las rectificaciones de hechos y las aclaraciones deben hacerse antes o después de la votación, y el artículo 112, que ya ha leído la secretaría, que dice que una vez que se declara suficientemente discutido un asunto, se pasará inmediatamente a la votación. (Voces: ¡Inmediatamente!) En consecuencia, la Presidencia debe someter el asunto a la desición de la Asamblea. (Voces: ¡Sí! ¡Sí! ¡No! ¡No!) Que se pregunte a la Asamblea si se procede a la votación.
El C. presidente: La Presidencia va a someter a la consideración de la Asamblea si se procede a votar inmediatamente. (Aplausos. Varios ciudadanos diputados piden la palabra. Campanilla)
El C. prosecretario Castrejón: En votación económica se pregunta si se procede a la votación. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) Sí se procede a la votación. Las partes resolutivas del dictamen son las siguientes:
"Primera. Son válidas las elecciones verificadas en el 5o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí, el día 1o. de agosto próximo anterior."
En votación económica se consulta si se aprueba la primera parte. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie.
El C. Espinosa Luis: Pido votación nominal para la segunda parte.
El C. prosecretario Castrejón: Se procede a votación nominal del 2o. punto.
El C. García Vigil: Moción de orden. Es conveniente, para que conste en el "Diario de los Debates", que la Secretaría no salve ciertos trámites que debe dar. Que declare que sí son válidas las elecciones.
El C. prosecretario Castrejón: Son válidas las elecciones efectuadas en el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí. Se procede a la votación del segundo punto. (Voces: ¡Que se lea!) El segundo punto resolutivo del dictamen, dice así:
"Segundo. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el propio distrito, los CC. Rafael Nieto y Ramón de Mendizábal."
El C. secretario Valadez Ramírez: Por la afirmativa.
El C. prosecretario Castrejón: Por la negativa. (Votación)
El C. presidente, durante la votación: La Presidencia excita a las galerías a que no hagan manifestaciones de ninguna clase.
El C. Castillo: Sin tanto mitote, ¡no!
El C. presidente: Se levanta la sesión. (Voces: ¡No, todavía no; hasta que se conozca el resultado!)
El C. prosecretario Castrejón: Votaron por la negativa 117 ciudadanos diputados y presuntos diputados. (Aplausos.)
El C. secretario Valadez Ramírez: Votaron por la afirmativa 31 ciudadanos diputados. En consecuencia, vuelve el dictamen a la Comisión, para que lo reforme en el sentido de la discusión.
El C. presidente, a las 3.40 p. m.: Se levanta la sesión, y se cita a sesión de Cámara a las cinco y media de la tarde.