Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19201118 - Número de Diario 71

(L29A1P1oN071F19201118.xml)Núm. Diario:71

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 18 DE NOVIEMBRE DE 1920

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO I.- PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 71

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 18

DE NOVIEMBRE DE 1920

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Se da cuenta con los asuntos en cartera. El C. Díaz Soto y Gama informa acerca de la Comisión que se le confirió. Se concede licencia a los CC. diputados Bojórquez y García Rojas M.

3.- Es discutida y aprobada una proposición subscrita por el C. diputado Castrejón y hecha suya por numerosos ciudadanos diputados, relativa a que se verifiquen sesiones de Colegio Electoral todas las mañanas de los días útiles.

4.- Proposición firmada por el C. diputado Pedro de Alba, tendente a que se pida a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nombra una Comisión especial que investigue la violación del voto público en las últimas elecciones de poderes locales de Aguascalientes; se aprueba se nombra una Comisión para que se acerque a la Suprema Corte.

5.- Iniciativa presentada por el C. diputado Manuel E. Miravete y hecha suya por varios ciudadanos diputados, referente a que se incluya en el Presupuesto de Egresos una partida para la construcción de una carretera de San Andrés Tuxtla a Catemaco Ver.; a la Comisión de Presupuestos y Cuenta. Iniciativa del C. diputado Agustín E. Vidales, hecha suya por numerosos ciudadanos diputados, relativa a que en el Presupuesto de Egresos se incluya una partida destinada a la construcción de una carretera de Estación de Valles a Tancánhuitz, S. L. P.; a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

6.- Primera lectura a tres dictámenes de la 3a. Comisión de Guerra, que proponen, respectivamente, se conceda pensión a la señorita Ana María Palacios, al C. Leandro del Valle y al C. teniente de caballería Guadalupe González.

7.- Primera lectura al dictamen de la 1a. Comisión de Hacienda, que propone se pensione a la señorita María Torres Torija.

8.- Primera lectura al dictamen de la 1a. Comisión de Gobernación, que propone se reformen los artículos 50 y 60 de la Ley Orgánica del Distrito y Territorios Federales. Imprímase. Se continúa dando cuenta con los asuntos en cartera.

9.- Se recoge la votación pendiente del artículo 11 del proyecto de ley que reglamenta la fracción XII del artículo 123 constitucional, aprobándose. Asimismo, se aprueban los artículos 5o. a 8o. y 12 a 22. A discusión el artículo 4o., reformado, del mismo proyecto, se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. ORTEGA MIGUEL F.

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 4.45 p. m.: Se abre la sesión.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día diez y seis de noviembre de mil novecientos veinte.

"Presidencia del C. Miguel F. Ortega.

"En la ciudad de México, a las cuatro y cuarenta y cinco de la tarde del martes diez y seis de noviembre de mil novecientos veinte, con asistencia de ciento veintiocho ciudadanos diputados, se abrió la sesión.

"El acta de la celebrada el día anterior, fue aprobada sin debate.

"Dióse cuenta con los documentos siguientes:

"Oficio de la Secretaría de Gobernación, en que solicita se le devuelva el proyecto de Ley de Ingresos para 1921.- Devuélvase el proyecto de que se trata.

"Oficio de la misma Secretaría, al que acompaña una iniciativa de reformas a los artículos 43 y 45 constitucionales, a fin de dividir en dos distritos el Territorio de la Baja California.- Recibo, y a las comisiones unidas primera de Puntos Constitucionales y primera de Gobernación, e imprímase.

"Oficio del ciudadano secretario particular del ciudadano presidente substituto de la República, al que acompaña, por acuerdo de este funcionario, una solicitud de pensión de la señora María P. viuda de Galindo.- Recibo, y a la primera Comisión de Peticiones.

"Oficio del ciudadano juez de Distrito de Michoacán en que comunica que señala el día quince de los corrientes, a las cuatro de la tarde, para la conclusión de la diligencia de prueba en el juicio de amparo promovido por los CC. Manuel Gómez y José Cueto, contra Actos del Congreso de la Unión.- Recibo y a sus antecedentes.

"Telegrama procedente de Puebla, firmado por el C. Gabriel Tejada, en que se participa que el C. José María Sánchez, candidato al Gobierno de ese Estado, está en peligro de perder la vida, en un motín provocado por las fuerzas del general Aguilar.- Recibo, y transcríbase al Ejecutivo.

"Memorial firmado por un numeroso grupo de pagadores federales y hecho suyo por los diputados Candelario Garza y Enrique M. Barragán, en que se solicita aumento de sueldos para el próximo año fiscal a los pagadores de primera y de segunda y a los oficiales de Pagaduría.- Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"Solicitud del C. Adolfo G. García, relativa a que se le conceda licencia hasta por veinte días, con goce de dietas.

"Se aprobó sin discusión, previa dispensa de trámites.

"Proposición del C. Rodrigo Gómez, hecha suya por los CC. Castrejón, Díaz Soto y Gama, Soto Francisco, Llaca Constantino y Guzmán Luis, que en su parte resolutiva, dice:

"Nómbrese una Comisión de la Cámara, compuesta de diez diputados, para que haga presente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que esta Asamblea, por ser la genuina representante del pueblo, tiene el más vivo interés en que en el litigio relativo a la "Piedad, S. A., el cual está a punto de fallarse por ese alto tribunal, y que espera, por lo mismo, que al pronunciar sentencia definitiva en tan trascendental asunto, tendrá muy en cuenta el espíritu perfectamente revolucionario que anima el artículo 27 de la Constitución, pues es llegado el momento de que el pueblo se convenza de una vez por todas, de que las leyes decretadas al calor de la Revolución, cristalizan en una realidad y de que los hombres encargados de cumplirlas saben estar a la altura de la elevada misión que el mismo pueblo les ha confiado."

"Se puso a discusión, previa dispensa de trámites.

"El C. Rodrigo Gómez la fundó, a solicitud del C. Casas Alatriste, y contestó una interpelación de éste.

"Habló en pro el C. Soto y Gama, y acto continuo fue aprobada la proposición, en votación económica.

"Memorial firmado por el C. Porfirio García de León, y hecho suyo por cinco diputados michoacanos, en que se hace una relación del conflicto político surgido en el Estado de Michoacán y se pide el nombramiento de una Comisión de esta Cámara que se acerque al Ejecutivo de la Unión y lo excite para que cumpla el acuerdo del Senado, relativo a la desaparición de los poderes en aquella Entidad.

"A moción del C. Martín Barragán se preguntó si se dispensaban los trámites, lo que resolvió negativamente a la Asamblea y, en esa virtud, el memorial paso a la segunda Comisión de Gobernación.

"Rectificaron hechos los CC. Avilés, Barragán Martín y Villegas. Este fue interrumpido por una moción de orden del C. Portes Gil, y contestó una interpelación del C. José María Soto.

"El C. Avilés usó de la palabra para contestar alusiones personales; fue interrumpido por una interpelación y aclaraciones del C. Alessio Robles; retiró, a invitación de la Presidencia, una frase que dirigió al C. Villegas; asimismo, lo interrumpió la Secretaría para manifestar que se aplicaría multas a los diputados que abandonaran el salón, disposición por la que protestó el C. Rivera Cabrera; hizo una moción de orden el C. Esparza Martínez. El C. Avilés, así que dirigió una pregunta al C. Villegas, dio fin a su peroración.

"La Presidencia, para dar cumplimiento a la proposición del C. Rodrigo Gómez y demás firmantes, aprobada en esa sesión, designó a los CC. Soto y Gama, Rodrigo Gómez, Paz, Garza Candelario, Llaca Constantino, Salazar Juan B., Colón, Ramos Pedrueza, Berumen y prosecretario Zuno.

"El C. Candelario Garza informó del resultado de la Comisión que se dirigió al Ejecutivo para pedirle que derogue el Reglamento Electoral vigente en el Distrito Federal, para elecciones municipales.

"El C. Porfirio del Castillo pidió se diera cuenta con una proposición por él firmada, en unión de otros ciudadanos diputados, a lo que accedió la Presidencia, después de que el C. Leobardo L. Lechuga, contestó a una interpelación del C. Manrique.

"A moción del C. Aillaud se repitió la lectura del mensaje en que se manifiesta que corre peligro la vida del C. José María Sánchez, candidato al Gobierno de Puebla.

"La proposición de referencia, que fue aprobada con dispensa de trámites y sin discusión, tenía por objeto el nombramiento de una Comisión que se acercara inmediatamente al Ejecutivo y le pidiera que librara sus órdenes con urgencia, a efecto de que se garantizara la vida del C. José María Sánchez, miembro de esta Representación Nacional.

"La Comisión quedó integrada por los CC. Leobardo L. Lechuga, Porfirio del Castillo, Aja, Antonio Ortega, Murguía y prosecretario Camarena.

"Continuó el debate sobre el proyecto de ley que reglamenta la fracción XII del artículo 123 constitucional, en relación con el artículo 3o. de la misma ley fundamental.

"Las comisiones dictaminadoras presentaron, reformadas, las fracciones IV y V del artículo 3o.

"Hablaron en contra de la fracción IV de los CC. Franco Abraham, Manjarrez, Rico y Rodríguez Guillermo, y en pro, a nombre de las comisiones, los CC. Manrique y Ramos Pedrueza. Aceptadas por las comisiones las objeciones del C. Rico, la fracción IV fue objeto de una reforma. El C. Manrique hizo una aclaración, e incontinenti, por ciento veintidós votos de la afirmativa, contra cuatro de la negativa, de los CC. Arrioja Isunza, Franco Abraham, Hernández Macario y Huerta, se aprobaron las fracciones de que se trata y que están concebidas en estos términos:

"IV. El patrono queda obligado a proporcionar una parcela de labor, que estará cerca del plantel, no menor de diez metros cuadrados por alumno, y una extensión cinco veces mayor en las fincas agrícolas, que será destinada a la práctica de la agricultura;

"V. Quedan exceptuadas de la obligación anterior, las negociaciones que comprueben su imposibilidad de cumplir con ella, a juicio del inspector escolar y del Ayuntamiento del lugar."

"El artículo 4o., que también presentaron reformado las comisiones, fue retirado por las mismas, con permiso de la Cámara, inmediatamente que se puso a debate.

"Los artículos 5o., 6o., 7o. y 8o., que no fueron separados para ser discutidos, se reservaron para su votación.

"Respecto del artículo 9o. usó de la palabra en contra el C. Bolio.

"Presidencia del C. Ignacio Borrego.

"El citado artículo fue retirado por las comisiones, para modificarlo, después de que el C. Manrique se produjo en pro y de que el C. Ramos Pedrueza hizo aclaraciones.

"El C. Porfirio del Castillo informó sobre el resultado de la Comisión que entrevistó al ciudadano presidente de la República, para pedirle se libraran las órdenes conducentes, a fin de garantizar la vida del C. José María Sánchez.

"Presidencia del C. Miguel F. Ortega.

"Continuó el debate sobre la reglamentación de la fracción XII del artículo 123 constitucional.

"El artículo 10, una vez que el C. Ramos Pedrueza contestó una pregunta del C. Juan B. Salazar, fue retirado por las comisiones.

"El artículo 11 fue impugnado por los CC. Avilés, Colón, Rivera Cabrera y Pérez Gasga, y defendido, a nombre de las comisiones, por los CC. Manrique, Ramos Pedrueza y De Alba. Hicieron aclaraciones los CC. Esparza Martínez, Bolio y Juan B. Salazar.

"Suficientemente discutido, se declaró con lugar a votar, pero no se llegó a ningún resultado, en virtud de que se había desintegrado el quórum, pues votaron ciento siete ciudadanos diputados por la afirmativa y cuatro por la negativa.

"A las ocho y veiticinco de la noche se levantó la sesión."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien la impugne? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Aprobada.

El C. secretario Valadez Ramírez: Se va a dar cuenta con los artículos en cartera:

"La Cámara de Senadores envía un proyecto de Presupuesto de Egresos de la Propia Cámara para el año de 1921." - Recibo.- A la Comisión de Presupuestos y Cuenta e imprímase.

"Congreso Libre y Soberano del Nayarit.- Poder Legislativo.- Estados Unidos Mexicanos.- Diputación Permanente.- Número 1,259.

"Secretaría.- H. Congreso de la Unión.- México, D. F.

"Teniendo conocimiento esta H. Diputación Permanente, de los escandalosos atropellos que fueron cometidos a la Soberanía del Congreso del Estado de Tabasco, por el general Greene y su escolta, consistentes en haber asesinado a varios ciudadanos diputados del mencionado Congreso, esta propia Diputación Permanente protesta enérgicamente ante esa H. Representación Nacional contra tales actos, y pide que se castigue a los culpables con todo el rigor de la ley.

"Aprovechamos esta ocasión para hacer presentes a esa H. Cámara, las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- Tepic, Nayarit, noviembre 8 de 1920.- Diputado secretario, Miguel C. Madrigal.- Diputado secretario, Pablo Petes Zepeda." - Recibo y transcríbase al Ejecutivo.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Díaz Soto y Gama para informar del resultado de la Comisión que se le confirió.

El C. Díaz Soto y Gama: Ciudadanos diputados: Como presidente de la Comisión nombrada por esta Cámara para comunicar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación... (Voces: ¡No se oye!) Repetiré, pues. Decía que como presidente de la Comisión que esta Cámara nombró para comunicar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación el acuerdo que la misma Cámara tomó en la sesión de anteayer relativo al asunto de "La Piedad, S. A. ", en que se trata de cuantiosos bienes que el clero detenta en contravención de las Leyes de Reforma y que pertenecen en realidad a la Nación, tengo el honor de informar que la Comisión cumplió con su cometido y que por tratarse de un asunto de suma trascendencia, quiso que quedasen consignadas las palabras textuales vertidas por el presidente que habla, mediante una versión taquigráfica. Tendré el honor de leer esa versión taquigráfica para no alterar en lo más mínimo los conceptos que expresé a nombre de la Cámara, así como la respuesta del presidente de la Corte. Concedida que me fue la palabra por el presidente de la Corte que funcionaba en pleno, manifesté:

"El C, Antonio Díaz Soto y Gama, presidente de la Comisión: Como presidente de la Comisión nombrada por la Cámara de Diputados, tengo el honor de dirigirme a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para comunicarle el acuerdo que en sesión de ayer y casi por unanimidad tomó la misma Cámara de Diputados, el que leeré textualmente: "Nómbrese una Comisión de la Cámara, compuesta de diez diputados, para que haga presente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que esta Asamblea, por ser genuina representante del pueblo, tiene el más vivo interés en el litigio relativo a "La Piedad, S. A.", el cual está a punto de fallarse por ese Alto Tribunal, y que espera por lo mismo que al pronunciar sentencia definitiva en tan trascendental negocio, tendrá muy en cuenta el espíritu perfectamente revolucionario que anima el artículo 27 de la Constitución, pues es llegado el momento de que el pueblo se convenza, de una vez por todas, de que las leyes decretadas al calor de la revolución, cristalizan en una realidad y de que los hombres encargados de cumplirlas deben estar a la altura de la elevada misión que el mismo pueblo les ha confiado,"

"Es deber de la Comisión interpretar el sentir de la Cámara en un caso como éste, esencialmente delicado por todos conceptos, especialmente porque la Cámara de Diputados seguramente ha tenido en cuenta que estamos en momentos estrictamente revolucionarios, que el pueblo en el cual reside la soberanía y del cual los poderes no son más que órganos trasmisores de su voluntad: que el pueblo, digo, levantado en armas desde 1910 y después de tropiezos innumerables, después de haber sufrido traiciones de sus caudillos, ha llegado por fin a ver el triunfo en la lucha armada y espera igualmente el triunfo en el terreno legislativo y de las instituciones, en el terreno de los hechos consumados. En estas condiciones el pueblo está profundamente interesado, y con él la Cámara de Diputados, que se puede considerar como su representante más

genuino, sobre todo en estos momentos en que después de la Revolución emanada del Plan de Agua Prieta, sólo se ha renovado totalmente la Cámara de Diputados, y no los demás poderes. Por consecuencia, nosotros los emanados, se puede decir, de la voluntad popular subsecuente al movimiento de Agua Prieta, nos consideramos en el caso de poder hablar en nombre del país. La nación está esperando que se vuelvan realidad las leyes por las cuales tanto ha luchado; entre esas leyes la fundamental verdaderamente es la consignada por el artículo 27 de la Constitución, y el pueblo quiere saber si los tres poderes obran de acuerdo en política, o si las tendencias de alguno de esos poderes divergen de las tendencias de los otros. Es evidente que en este caso la independencia de los poderes palidece ante el principio fundamental de la armonía que debe existir entre los mismos poderes y de su orientación en un sentido común: o revolucionario, o moderado, o conservador.

"La Cámara de Diputados se hace eco, en este caso, de múltiples representaciones que ha recibido de distintos lugares del país, especialmente de numerosas agrupaciones obreras, cuyas solicitudes constan en este expediente apremiantes y enérgicas. Estas solicitudes tienden a lograr que el artículo 27, relativo al problema agrario y el 123, relativo a la cuestión del trabajo, sean una realidad."

La Comisión presentó el expediente en que constan todas las representaciones de corporaciones obreras pidiendo a la Cámara apremiantemente la reglamentación de los artículos 27 y 123 constitucionales.

"Ante el premio del proletariado de la República, la Cámara de Diputados ha tenido que tomar una actitud definida, y cuando se presenta el caso en que está de por medio el cumplimiento del artículo 27, y no ya en la parte agraria, sino en la parte relativa a la cuestión clerical, es un deber de la Cámara venir a precisar ante la Suprema Corte de Justicia sus propósitos y sus tendencias netamente revolucionarias, porque es claro que el país, la masa proletaria, especialmente, recibirá una profunda decepción si viese que algunos de los poderes o los tres poderes no sepan ponerse siquiera a la altura de las leyes de 57, porque comprenderá que si no se cumple con el pensamiento fundamental de los reformadores del 57, mucho menos se cumplirá con el pensamiento fundamental de los hombres de la revolución de 1920. Esta exposición, que es quizá difusa, que es quizá demasiado larga, tiende a llevar a la Suprema Corte de Justicia el convencimiento de que en este caso queremos guiarnos más que nada, por el espíritu revolucionario, y no conformándonos con una independencia absoluta de los poderes. Nosotros creemos que ese concepto de la división de los poderes es algo metafísico o abstracto cuando nos encontramos frente a la necesidad fundamental de que el Gobierno nacional obre como una unidad, en el sentido de cumplir los preceptos revolucionarios.

"En el curso de la exposición en que se funda el acuerdo de la Cámara, se hace constar por los firmantes, que la Cámara tiene confianza en la mayoría de los miembros de la Corte de Justicia, por entender que son revolucionarios. Así lo cree la Comisión; pero también cree conveniente un cambio de impresiones sobre ese particular, cambio de impresiones dentro de un criterio ampliamente revolucionario y no estrictamente legal.

"Es lo que la Comisión tiene que decir con toda atención y con todo respeto a la Corte de Justicia de la Nación."

El C. presidente de la Corte, contestó: "Queda enterada la Suprema Corte de Justicia de lo que manifiesta la Comisión que está presente, y que viene en nombre de la honorable Cámara de Diputados. En debida contestación tengo que decirle que la Suprema Corte de Justicia obrará siempre de acuerdo con la ley, que ésa será su única norma, y que ha sabido siempre cumplir con su deber y procurará cumplirlo en lo sucesivo."

Ante esta respuesta, el que habla contestó: "Pues bien; cumplida nuestra comisión, con toda atención nos despedimos de los señores magistrados, agradeciéndoles mucho se hayan servido recibirnos en una forma tan atenta como cordial."

Es el informe que tiene que rendir la Comisión que tuve el honor de presidir. (Aplausos.)

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"H. Asamblea:

"Con el objeto de desempeñar una comisión que me ha sido conferida por el Ejecutivo de la Unión y por el ciudadano presidente electo de la República, atentamente pido me sea concedida una licencia de diez días, con goce de dietas, y que la presente solicitud sea resuelta con dispensa de trámites.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, a 18 de noviembre de 1920.- J. de D. Bojórquez."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Concedida.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"El subscripto, diputado por el 5o. distrito del Estado de Zacatecas, ante vuestra soberanía, de la manera más atenta y respetuosa expone: Que estando en la necesidad imperiosa de atender asuntos de familia fuera de esta ciudad, suplico se me conceda una licencia por diez días, con goce de dietas, a fin de atender los asuntos de referencia.

"No dudando sea admitida mi solicitud, me es grato manifestar a vuestra soberanía mi atención y respeto.

"Pido dispensa de trámites.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, D. F., 17 de noviembre de 1920.- M. G. Rojas."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de

la palabra, en votación económica se consulta si se concede. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Concedida.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"Por las razones que expondré verbalmente a la consideración de vuestra soberanía, con dispensa de trámites me permito someter a vuestra deliberación la siguiente proposición:

"Unica. Por lo perentorio del tiempo y faltando de discusión y aprobación 36 credenciales de presuntos diputados, háganse sesiones de Colegio Electoral todas las mañanas de los días útiles, excepto los sábados."

"México, D. F., 17 de noviembre de 1920.- F. Castrejón."

"Hacemos nuestra esta proposición.- Candelario Garza.- F. M. de Escobar.- Edmundo Bolio.- Juan B. Salazar.- H. S. Rodríguez.- M. F. Ortega.- S. Franco Urías.- José D. Pérez.- A. Maldonado.- Lucas Lira.- J. Antonio Couto.- Juan Angel Morales.- B. Vadillo.- M. F. Altamirano.- Natalio Espinosa.- B. Carrillo P.- Uriel Navarro.- E. Aguirre C.- Aurelio M. Aja.- Porfirio del Castillo.- A. Gutiérrez Castro. - Francisco Barbosa.- Miguel Martínez Rendón.- Fidel Ramírez M.- Francisco Garza. - Francisco López Soto.- Erasmo Trejo.- E. Olguín.- E. M. Barragán.- C. Argüelles.- E. Hidalgo Catalán."

(Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Castrejón.

El C. Castrejón: Ciudadanos diputados: Las muestras de aprobación que todos ustedes dan en estos momentos a la iniciativa que tengo el honor de proponer a vuestra deliberación, me hacen creer que no naufragará. Creo que no es necesario hacer muchas consideraciones sobre este punto, y sólo voy a dar a ustedes unas cuantas cifras para que se den cuenta exacta de lo necesario que es dar término al trabajo de discusión de credenciales. De aquí al último día del año tenemos 36 días útiles, entre los cuales están 6 sábados, que no se cuentan para discusión de credenciales; por lo tanto, quedan 30, y de esos 30, con el procedimiento que estamos siguiendo de discutir únicamente lunes, miércoles y viernes, credenciales, resultará que serían 15, y todavía faltan 36 credenciales por discutirse, entre las cuales ustedes mismos saben que hay muchas que son de bastante discusión, que ocuparán uno o dos días; tal sucedió con la última que fue puesta a la consideración de ustedes y que es la de ciudadano Guzmán. Con este procedimiento, ciudadanos diputados, nunca vamos a acabar, y aun en el supuesto de que en los días que faltan del año para discutir las credenciales, terminásemos con el año, resultaría que esos 36 ciudadanos, que la mayoría de esos 36 ciudadanos que vendrán a discutirse al último recibirán cuatro meses de dietas por haberse paseado en los pasillos, sin haber prestado contingente ninguno en esta Cámara Por lo demás, ustedes mismos lo ven, lo observan porque es claro: con una muy censurable lenidad asistente a las sesiones, generalmente se comienza una hora después de la cita y con un número muy reducido de representantes y nunca están, al terminar las sesiones, ni siquiera el número de los que llegaron al iniciarse la sesión. De tal manera que se desintegran los quórums a cada rato. Por todas estas consideraciones yo creo prudente, señores diputados, que se trabajen los días martes y jueves en discusión de credenciales, esto es necesario, esto es indispensable, porque, de otra manera, no acabaremos este trabajo. Es indispensable que los ciudadanos diputados se den cuenta exacta de que han venido a trabajar, que es demasiado poco el trabajo que tienen para la responsabilidad tan grande que han adquirido. Muchos ciudadanos diputados han ido a ofrecer a sus distritos el oro y el moro, esa es la verdad, y muchos ni siquiera cumplen con la obligación de asistir diariamente a las sesiones. Yo deseo, ciudadanos diputados, que por todas estas consideraciones que yo he hecho y que creo que están dentro de la razón, debe ser aprobada por vuestra soberanía esta iniciativa. (Aplausos.)

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra en contra.

El C. secretario Valadez Ramírez: ¿En contra de la dispensa de trámites?

El C. Díaz Soto y Gama: En contra de todo.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama: Pido la palabra en contra, entiendo que con todo fundamento Hemos venido a esta Cámara, principalmente, a tratar los asuntos de orden público, y secundariamente la cuestión de credenciales. Darle una importancia tan decisiva a la cuestión de credenciales.....(Siseos. Voces: ¡Huy! ¡Huy!) darle una importancia de tal manera decisiva a la cuestión de credenciales, que impide, prácticamente otro trabajo serio, no puede ser admitida por las personas que consideren esto con toda serenidad. El trabajo efectivo de la Cámara empieza en el seno de las comisiones; yo digo: si se obliga a todos los señores diputados a trabajar a mañana y tarde diariamente, ¿a qué hora pueden dedicarse a estudiar los asuntos confiados a sus comisiones? El cerebro humano tiene un límite, desgraciadamente, de capacidad para su trabajo; el cerebro humano no puede soportar un trabajo de más de seis horas diarias de trabajo efectivo, de trabajo eficiente. El trabajo que se gasta en la cuestión de credenciales es trabajo cerebral muy intenso, lo sabemos todos los que tomamos parte en estas discusiones, y todo este trabajo cerebral se roba a asuntos más trascendentales de las comisiones. Todas las comisiones están atrasadas en sus trabajos; todas las comisiones tienen cuentas pendientes con esta Cámara y con la opinión pública; todas las comisiones tienen un débito con la opinión nacional, que está deseando la rapidez en la resolución de los asuntos, y, en estas condiciones, el señor compañero Castrejón, con un espíritu de conmiseración o de humanidad hacia los presuntos, viene a querer que las comisiones no trabajen. Yo de mí sé decirles que, si me quitan las únicas mañanas que puedo dedicar a las comisiones, yo no podré hacer, prácticamente, trabajo eficiente en las comisiones, en las comisiones que tengo a mi cargo, que son tan importantes, como la Comisión de Puntos Constitucionales, en donde le

consta a mi compañero de Comisión, el señor Manrique, que tenemos pendiente nada menos que la cuestión del parlamentarismo. ¿A qué hora estudiamos la cuestión del parlamentarismo?

La cuestión agraria está pendiente de cambio de impresiones entre la Comisión y el señor general Obregón. ¿A qué hora y en qué condiciones de trabajo se va a estudiar la cuestión agraria? Las comisiones de Trabajo, ¿a qué hora van a estudiar los asuntos obreros? La Comisión de Petróleo, ¿a qué hora va a estudiar los asuntos del petróleo? Los demás argumentos del compañero son completamente ajenos al debate: que los diputados asisten o dejan de asistir; que la Cámara aplaude porque declara que no asisten, ¿y ésto que tiene que ver con que se trabaje los martes y los jueves? Que hay diputados o presuntos que se pueden pasar cuatro meses en los pasillos y reciben cuatro meses de sueldo, sin asistir a las sesiones, pues está sucediendo esto y sucede con y sin los trabajos de martes y jueves, y muchos diputados o presuntos, durante tres meses, han recibido sueldo íntegro por los tres meses; ¿y eso qué tiene que ver con el trabajo de los martes y de los jueves? Yo, francamente, confieso que es sencillamente imposibilitar todo trabajo de las comisiones al quitarles a los diputados, miembros de las comisiones, las dos únicas mañanas disponibles para el trabajo eficiente, en la resolución, en el planteo de las cuestiones que tienen después que someterse a la deliberación de la Cámara, y como la Cámara no puede resolver sin dictámenes de comisiones, resultará que el trabajo de la Cámara se vuelve ineficaz y nulo; más nulo e ineficaz de lo que ha sido; así es que, si la Cámara quiere que así sea, que apruebe la proposición del ciudadano compañero Castrejón. Yo, por esto, me opongo terminantemente a la dispensa de trámites, creo que vamos a perder el tiempo discutiendo este asunto.

El C. secretario Valadez Ramírez: En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie, en la inteligencia de que se necesitan las dos terceras partes de los presentes. Sí se dispensan los trámites. Está a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Me toca reproducir, sencillamente, los argumentos del ciudadano Díaz Soto y Gama, reforzarlos si cabe. Los lunes, miércoles y viernes se dedica por las mañanas a la Cámara a sus funciones de Colegio Electoral, y los martes y jueves pueden dedicarlos al estudio de los dictámenes; pero no voy a hablar siquiera de los dictámenes de Cámara de Diputados; no, voy a referirme simplemente a los dictámenes que faltan de discutir en Colegio Electoral. Si las comisiones, si los miembros de las comisiones están tan obligadas como cualquier otro diputado, a asistir a las sesiones de Cámara de Diputados, si se les obliga a asistir a sesiones a mañana y tarde, ¿en qué hora del día pueden dedicarse al estudio de los dictámenes pendientes de resolución? Indudablemente que no puede exigirse a las comisiones; si han asistido a las deliberaciones de Colegio Electoral y de Cámara de diputados, que son, a veces, tan apasionadas y tan deprimentes para el organismo, tan cansadas, tan fatigosas para quien asiste a ellas, no viniendo a fumar un pitillo y saliendo después a los pasillos a charlar con algún amigo, o viniendo aquí a escribir la correspondencia, sino asistiendo a las deliberaciones y participando en ellas activa y apasionadamente, ¿puede pedirse a las comisiones que todavía después de eso roben horas al sueño o se dediquen en algunas otras horas al estudio serio y detenido de los dictámenes? Seguramente que no. Yo creo que podría tenerse en cuenta la proposición del ciudadano Castrejón, tal vez en los momentos en que ya la Oficialía Mayor nos avisase que ya tienen todos los dictámenes en su poder, entonces, así; pero mientras haya dictámenes en poder de las comisiones y éstas no hayan cumplido aún con su cometido, yo creo que es irracional y poco práctico al exigirnos un trabajo mayor.

El C. Camarena: Pido la palabra para hacer una interpelación al ciudadano Manrique.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Camarena: El ciudadano Manrique ha expresado aquí que reproduce en todas sus partes la peroración del ciudadano Soto y Gama, y le voy a hacer una interpelación, que deseaba hacerle al primero de los mencionados compañeros. Está perfectamente calculado que no alcanza el tiempo para discutir las 32 ó 36 credenciales que faltan de presuntos diputados; en consecuencia, vamos a llegar al fin de año, y muchos de ellos, o algunos de ellos, van a quedar fuera. Yo pregunto al compañero Manrique, para que sirve contestar, ¿qué vamos a hacer con estos ciudadanos presuntos diputados, que se queden fuera, ¿vamos a aplazarlos para 8 meses después?

El C. Manrique: Pido la palabra para contestar. El señor Camarena ya supone demostrado que no va a alcanzar el tiempo para discutir las 36 credenciales pendientes, ya supone demostrado....

El C. Camarena, interrumpiendo: Y con sobrada razón.

El C. Manrique, continuando: El señor Camarena ya supone demostrado que esto sucederá. El ciudadano Camarena argumenta partiendo de la base de que ha de seguirse perdiendo el tiempo discutiendo una credencial por sesión; el remedio no está en discutir las credenciales los martes y los jueves, sino en reprimir un poquillo nuestro prurito de discutir hasta las credenciales más fáciles, no lo digo por el compañero Camarena. Si hemos de discutir y perder el tiempo en discusiones tan cansados como la de ayer, en la que apenas hubo argumentaciones serias, en que apenas se dijeron razones de peso, en que no se trataba de una personalidad de relieve político, social o moral; en la que no se trataba de un problema electoral completo e intrincado; si vamos a perder el tiempo por prurito de discutir, entonces tiene razón el compañero Camarena; pero si nos corregimos un poco y damos a cada cosa la importancia que tiene, yo creo que podemos afirmar que de las 36 credenciales restantes sólo unas pocas serán de aquellas en que haya mucha discusión. Podrán emplearse dos o tres horas en la discusión de estas credenciales; pero la mayoría son de fácil solución. De todas maneras insisto en que sería oportuno reconsiderar este asunto en el momento en que la Oficialía Mayor

avisase que todos los dictámenes estaban en su poder, cuando no hubiese dictámenes pendientes en el seno de las comisiones. Podría también proponernos otra cosa el compañero Camarena, y entonces estaría en perfecto acuerdo. El ciudadano compañero Castrejón puede reprimir su impaciencia. Se me ha interpelado y voy a contestar tan ampliamente cuanto la caballerosidad de la Asamblea me lo permita. (Voces: ¡Bien! ¡Bien!) No es el ciudadano Castrejón el árbitro de la Asamblea. (Voces: ¡Muy bien!) Digo, compañero Camarena...

El C. Castrejón: Usted es el que luego se queja de que lo interrumpan.

El C. Manrique: Digo, compañero Camarena, y yo también podría estar en perfecto acuerdo si se propusiese que dedicásemos todas las tardes, una vez terminada la sesión de Cámara de Diputados, una hora u hora y media al estudio de las credenciales en sesión de Colegio Electoral; pero dedicar las mañanas de los martes y los jueves, que son las únicas que tenemos hasta este momento usted, y yo y todos nosotros, para el estudio de los asuntos que se nos han encomendado, me parece poco práctico, compañero . Eso es todo.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Portes Gil.

El C. Portes Gil: Ciudadanos representantes: Yo difiero completamente de la opinión del ciudadano diputado Díaz Soto y Gama, expresada en el sentido de que la discusión de credenciales sea una cosa enteramente secundaria en la Asamblea. Conforme a los artículos constitucionales relativos, los poderes constan de determinados miembros que son representantes, ya sea de toda la nación, como al Ejecutivo, o ya de determinados distritos, como sucede con las Cámaras de Diputados y Senadores. Mientras determinado Poder no esté integrado por el número de miembros que previene la Constitución, puede decirse que es un poco defectuoso en su composición y, por lo mismo, no cumple perfectamente con todos los requisitos de ley. A la Cámara de Diputados le faltan, según se ha expresado, treinta y tantos representantes y, por lo mismo la Cámara de Diputados no está completa, debiendo haberse completado para el último de agosto anterior. En consecuencia, si pues a la Cámara de Diputados le faltan todavía 36 representantes, no es una Cámara completa; en consecuencia, el Poder Legislativo podemos decir que no está completo. Respecto de lo que alegan los compañeros del contra, de que no les quedará tiempo a las comisiones para hacer los estudios respectivos, yo creo que éste no es un argumento que debe tomarse en consideración. Nosotros estamos obligados a desempeñar nuestro encargo y a estudiar los expedientes que se nos turnen en calidad de comisionados, ya sea de día o de noche. Si los jueces, si los magistrados, si el presidente de la República se ven obligados a dedicar parte de las noches en el desempeño de sus trabajos, ¿por qué nosotros forzosamente hemos de pedir que sea el día el que se dedique a esos trabajos? Si no nos alcanza el tiempo suficiente en las horas hábiles del día, dediquemos un poco de las noches al trabajo para hacer nuestros estudios; pero cumplamos con nuestro deber. (Aplausos.) Si hemos visto también que la Cámara de Diputados está perdiendo lamentablemente el tiempo aprobando proposiciones tan descabelladas y tan torpes, como con la que acaba de dar cuenta el ciudadano Soto y Gama, es decir, urgiendo a la Suprema Corte de Justicia para que viole la ley, cuando se puede resolver tal o cual asunto sin violar esa ley, ¿por qué no hemos de distraer el tiempo ocupándonos de asuntos trascendentales y de verdadera importancia? Yo creo, por lo mismo, que esa proposición relativa a que se celebren todos los días, todas las mañanas sesiones de Colegio Electoral, yo creo que sí debe convenirse en ello, porque es un deber nuestro que el Poder Legislativo esté integrado cuando menos para el último de diciembre, ya que no lo hemos podido integrar para el día último de agosto. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Soto Francisco.

El C. Soto Francisco: (Siseos.) Yo suplico a los señores diputados, como a la parte del pueblo que nos observa y que representa una parte de opinión pública, que se abstenga de toda demostración hasta conocer mi pensamiento.

No sé por qué el compañero Castrejón y los demás que apoyan esta iniciativa solamente se fijan en que la Cámara tiene que discutir las credenciales que aún están pendientes. Ese trabajo, como dijo muy bien el compañero Soto y Gama, es secundario si se le compara con los demás que nos señala la Constitución en su artículo 65, compuesto de tres fracciones. Este enorme trabajo no podremos llevarlo a cabo en los pocos días que faltan para que se termine el actual periodo. El remedio no es el que propone el ciudadano Castrejón, no es el remedio ni para discutir las credenciales ni para llevar a cabo la tarea que nos marca la Constitución en el artículo a que me he referido. Efectivamente, desde ayer tenía formulada una moción que creo nadie sospechará que la haya hecho en estos momentos brevísimos que van de discusión, supuesto que la tengo aquí hecha a máquina y desde ayer empecé a cambiar impresiones con algunos compañeros para ver si están de acuerdo y presentarla suficientemente apoyada. Ruego a los compañeros que se sirvan escuchar la proposición. Dice así:

"H. Asamblea:

"En la exposición de motivos de un proyecto de reforma al artículo 67 constitucional, que muy en breve tendré el honor de presentar a vuestra soberanía, me propongo poner de resalto los inconvenientes de que las Cámaras del Congreso estén sometidas al Ejecutivo en muchas de las funciones que deberían ser privativas de ambas o de alguna de ellas.

"Mas como quiera que una reforma constitucional demanda un proceso dilatado, y como este período de sesiones está por fenecer en el término angustioso de unos cuantos días, habiendo por otra parte asuntos de urgencia intransferible que tratar, se corre el peligro de que esta Cámara entre en receso sin haberse ocupado en cuestiones importantísimas que el pueblo desea y exige ver realizadas cuanto antes.

"De todo lo anterior se desprende que es indispensable prorrogar nuestras labores por el plazo necesario para resolver sobre las credenciales pendientes de discusión, así como para dar fin a la tarea que la Constitución nos señala en los incisos

I, II y III de su artículo 65, pues la República no sancionará un receso, por mucho que nos apeguemos a la ley, sino a condición de que cumplamos antes los altísimos deberes para que fuimos electos.

"Pesa sobre las Cámaras actuales el imperativo de reparar en cuanto sea posible las omisiones de las legislaturas pasadas, que por diversas circunstancias dejaron incompleta la obra legislativa que el país tenía derecho de esperar.

"En tal virtud, con la seguridad de que todos vosotros consideréis como de urgente y obvia resolución, de acuerdo que voy a consultaros, estimo inútil extenderme en más consideraciones para que, con dispensa de trámites, déis vuestro voto aprobatorio:

"Único. Nómbrese una Comisión de esta H. Cámara para que se acerque al ciudadano representante del Ejecutivo, exponiéndole las poderosas razones que asisten a la misma para no suspender por ahora sus labores, e invitándolo a hacer uso de la facultad que le confiere el artículo 67 constitucional.

" En otros términos, para que esta Cámara, en vista del enorme trabajo que tiene encima, se acerca al ciudadano representante del Ejecutivo invitándolo a que nos convoque a un nuevo periodo, que la Cámara no tiene facultad de prorrogar, un periodo que, en mi concepto, es indispensable. Si el ciudadano Castrejón y los demás que secundan su iniciativa, tienen en cuenta, por una parte, que ese exceso de labores que se nos exige no es humano, estarán de acuerdo en que esto es más racional y más cuerdo que la otra iniciativa, porque con esos días escasísimos que ellos proponen que se aumenten para las labores de la Cámara, es imposible, ya no que llenemos la tarea que nos impone la Constitución, pero ni siquiera terminar las credenciales pendientes. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Rivera Cabrera.

El C. Rivera Cabrera: Señores diputados: Apoyo en todos los conceptos vertidos por el ciudadano diputado Portes Gil y, además, me permito apuntar especialmente este hecho: Recuerde la honorable Asamblea que ninguna de las Cámaras, ni aun la misma XXVIII Legislatura, tan duramente vilipendiada, ha retardado tanto tiempo las discusiones de los dictámenes correspondientes a sus componentes. Recuerde que la Legislatura pasada, el último dictamen discutido fue el del general García Vigil, y esta discusión fue aún anterior en relación a la presente fecha. Ahora todavía tenemos treinta y tantos expedientes sin ser discutidos; consecuentemente, se puede establecer muy bien la tesis de que esta Cámara le ha ganado a las otras en cuanto a pereza y en cuanto a menosprecio a los demás compañeros cuyas credenciales no han sido todavía discutidas. Por lo demás, respecto a la tesis sostenida por los señores Manrique y Soto y Gama, de que no cuentan materialmente con el tiempo necesario para estudiar los asuntos puestos a su consideración como miembros de comisiones y para asistir a las juntas de esta Asamblea, yo quiero manifestar, en primer lugar, que esos estudios no solamente pesan sobre ellos, sino sobre nosotros también, porque si es verdad que ellos dictaminan las iniciativas para proponer los dictámenes correspondientes a esta honorable Asamblea, muchos de los señores diputados, quizá la gran mayoría, también, empeñándose, estudian todos los asuntos que se someten a su consideración. Por otra parte, ¿quién es el principal, quiénes son los principales culpables de que esos dictámenes no hayan sido puestos hasta ahora a la consideración de la Asamblea? Pues ellos mismos, es decir, los mismos componentes de las comisiones de poderes; consiguientemente, ellos son los primeros que deben estar interesados en reparar la falta de consideración que hasta hoy han tenido con la Asamblea.

El C. Camarena : Pido la palabra para una pequeña aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Camarena: Para hacerle al compañero Rivera Cabrera la siguiente aclaración: El sexto grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales terminó hace un mes.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Castrejón.

El C. Castrejón: Ciudadanos diputados: Lamento tener en contra de esta iniciativa, con toda su oratoria de fuerza y de convencimiento a los ciudadanos Manrique y Soto y Gama; pero yo quiero que la Cámara demuestre que no es para darle el triunfo a los que hablan bien, sino a los que tienen la razón, y en este caso creo yo tenerla. Hace un momento les he dicho a ustedes, con números contando los días y las credenciales, el ridículo en que nos estamos poniendo; esta es la verdad; hay 212 diputados, hay 18 licencias, quedan, por tanto, 194; pero de estos 194 estamos viendo todos los días, estamos acostumbrados a ver que después de pasada una hora de la cita ordinaria, que no concurren más que el quórum limitado; que a las dos horas o a la hora y media de trabajo si se ofrece una votación ya no están en el salón, también esto es verdad. ¡Todavía así, con todas esas cosas, abogan los ciudadanos Manrique y Soto y Gama, por que no se acaben de aprobar las credenciales! ¡Parece mentir que ellos, que están posesionados de un espíritu de trabajo; que ellos, que sí saben trabajar, no quieran que vengan más ciudadanos diputados para que ellos, aun estando en momentos de trabajo, en momentos de sesión, pueden desprenderse como lo hacen otros tantos ciudadanos diputados para ir a hacer sus dictámenes! Casi nadie viene aquí, señores diputados, a hacer trabajo; fíjense ustedes que digo casi nadie, porque muy pocos son los que vienen por la mañana a trabajar, y casi todos los que vienen, los que vienen a hacer un dictamen o cosa así, al pasar lista se van a la biblioteca o a la sala de comisiones a trabajar, o vienen a trabajar en la tarde, no emplean nunca las mañanas. Por otra parte, esto también le consta a la Cámara, no estoy hablando delante de mudos ni de sordos (Risas.) que puedan negarlo, ni de ciegos que no lo han visto, las mañanas de los martes y jueves se emplean para ir a guillotinar gente allá en el bloque del "pélece"; en lugar de ir a discutir allá las credenciales previamente, deben discutirse aquí, porque el tiempo que se emplea allá bien se puede emplear aquí, y entonces habremos ganado tiempo (Aplausos.) Yo no quiero con esto, ciudadanos diputados, como dijo el compañero Soto hace un momento, conquistarme aplausos; yo creo que el mejor aplauso

que se puede dar a un individuo que tiene razón, es estar con él, y votar con él. Ya se han traído distintas consideraciones, distintos razonamientos que han hecho los compañeros que han secundado esta idea mía, y espero que ustedes aprobarán esta iniciativa. Por lo que se refiere a la maffia, debo advertir esto: yo no quiero congraciarme con nadie; en una sesión anterior he dicho que me importa muy poco echarme el mundo encima si tengo el convencimiento de que tengo la razón. Si la maffia vota con esta iniciativa, será porque tenemos razón, como ayer han votado la iniciativa de Rodrigo Gómez derechas e izquierdas; esto le consta a todo el mundo. (Voces: ¡Yo no voté!) No me interesan los casos aislados; de tal suerte, que no es cuestión de maffia, que no es cuestión de derechas, que no es cuestión de izquierdas, es cuestión de trabajo. Si ustedes examinan las firmas de todos los ciudadanos que han apoyado mi iniciativa, verán que no consta ni una sola de los de las derechas; he querido ser consecuente conmigo mismo, con mis correligionarios, con mis compañeros de convicciones y de ideas y he buscado las firmas entre todos los de las izquierdas; aquí no me dan ustedes ni una sola de la maffia, una sola de las derechas, lo cual quiere decir que tengo razón y para esto no necesito del apoyo de los de las derechas. Por todo lo que he dicho suplico que den un voto aprobatorio a esta iniciativa y sobre todo: que se cumpla.

El C. Soto y Gama: Pido la palabra, señor presidente, para un hecho. (Voces ¡A votar! ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Quiero hacer constar que la maffia o las derechas han encontrado su mejor defensor en el antes izquierdista compañero Castrejón. (Siseos.) Yo lo digo por esto: porque los bloques tienen el derecho indubitable de someter primero a su crisol las credenciales. (Siseos.) ¿Razón?: el criterio revolucionario; ¿razón?: el derecho que tienen de tener controlada a la Cámara. (Siseos.) Y después el derecho que tienen todos los hombres de criterio que no les gusta dejarse llevar por las impresiones tumultuosas y casi siempre engañosas de la Asamblea; el derecho que tienen los hombres conscientes de estudiar serenamente sin público en las galerías que venga a inclinar en cierto sentido la votación; (Siseos.) el discutir sin público de galerías que venga a premiar con aplausos las frases aparatosas y los golpes efectistas, los golpes de sainete, que son los que halagan a las galerías y a los oradores y los que producen aplausos, que son todo ese aparato escénico (Siseos.) que solo sirve para desorientar el criterio y nunca para ir de acuerdo con la razón. Se estudian ciertamente en las sesiones de los bloques las credenciales, en lugar de que vengan a ganarse o a perderse por sorpresa, como lo hemos visto en el caso de Delfino Guzmán, (Siseos.) simplemente porque el pobre se atolondró, se aturdió (Voces: ¡Ah! ¡Ah! Siseos.) y no pudo contestar de momento una lista de nombres que se le pedía, simplemente por esto esta Cámara, como mujer histérica, como niño sin conciencia, declaró que no conocía su distrito, y estos golpes escénicos, que no son razones, que no son argumentos de peso, son los que no se ven en el seno de los bloques. (Siseos.) Aquí se quiere que todas las discusiones vengan a ganarse por casualidad o por sorpresa, y nosotros, los conscientes, sin público de galería, queremos evitar todo eso. De todas maneras la Asamblea tiene el derecho de hacer lo que quiera; pero nosotros tendremos el derecho de decir que si se nos prohibe el trabajo previo de los bloques, se cometería un error grave. ¡Que hagan lo que quieran! (Aplausos.)

El C. Manrique: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra para una aclaración el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Debo aclarar previamente, señores diputados, que malévolamente me atribuye el señor Castrejón conceptos que no he expresado. Creo que ni yo ni el compañero Soto y Gama deseamos oponernos a que se trabaje en esta Cámara; a todos ustedes les consta que no faltamos ni una sola ocasión a las sesiones que aquí se celebran; no es a que se trabaje a lo que nos oponemos, queremos, como el compañero Castrejón, que la discusión de credenciales termine cuanto antes; en lo único que diferimos nosotros de los firmantes de la proposición, es en el camino propuesto para lograr este deseo. Yo deseo también, yo quiero también, como ellos, que la discusión de las credenciales termine cuanto antes, pero no creo que el medio más apropiado para lograrlo, sea discutir todos los días. Es bien sabido - no me refiero a mí mismo ni a algún otro compañero, sino a la Asamblea-, es bien sabido, digo, que las sesiones de Colegio Electoral que terminan a veces a las dos y media o tres de la tarde, son de lo más fatigoso, y si estas sesiones han de ser diarias, tendríamos que abandonarnos, no a la votación consciente, sino a una votación ligera en un momento de fatiga cuando por no seguir discutiendo más, diéramos nuestro voto aprobatorio a una credencial. Por que esto no suceda, para que nuestro trabajo sea consciente y recto y para que terminemos a la brevedad posible, creo inadecuado el medio que proponen los compañeros. No me opongo, y ninguno de ustedes lo creerá seguramente, a que se trabaje en esta Asamblea.

Presidencia del C. CANTÓN EDMUNDO G.

El C. secretario Valadez Ramírez: No habiendo más oradores inscriptos, se consulta si el asunto está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se consulta si se aprueba esta proposición. (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí! ¡Sí!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Hay mayoría de pie. Aprobada.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"El subscripto, diputado al Congreso de la Unión por el 1er. distrito electoral del Estado de Aguascalientes, se permite hacer del conocimiento de

vuestra soberanía los siguientes hechos relacionados con el conflicto electoral de aquel Estado:

"Primero. Las elecciones se verificaron el día 15 de agosto próximo pasado, con una Ley Electoral que no daba ninguna facilidad para que votaran los no empadronados, de tal suerte, que el resultado de las elecciones estaba en manos de los ayuntamientos, y como las elecciones de diputados al Congreso de la Unión fueron 15 días antes, buscaron la manera de eliminar el mayor número de votantes de aquellas regiones en que no habría de tener éxito la candidatura grata a esas autoridades.

"Segundo. La Ley Electoral y la Constitución Política del Estado en lo que se refiere a la elección de sus diputados al Congreso local, no autorizan las juntas computadoras para garantizar la independencia del acto electoral, sino que la Comisión Permanente del Congreso, cuyas funciones terminan, ejerce de Junta Computadora, siendo ella quien extiende las credenciales del futuro Congreso, dejando un margen para la revisión de las credenciales; pero desde el momento que la misma autoridad extiende esas credenciales, tiene asegurada la mayoría en la Cámara entrante.

"Tercero. Si lo que se refiere al Congreso, a pesar de ser sospechoso, pudiera tener alguna explicación, lo que atañe a la elección de gobernador constituye una flagrante violación constitucional y un atentado a las garantías de los partidos independientes, ya que la calificación y declaratoria de gobernador electo, las hace la Legislatura saliente en sesión plena, quitando con ese hecho la voz y el voto a los diputados que pudieran representar los legítimos intereses de los partidos contendientes, siendo además demostrativo que con esos procedimientos puede asegurarse el triunfo del grupo oficial, pues el Poder quedará siempre en las mismas manos y representado por elementos que sean similares a los ya existentes; en estas condiciones, los diputados salientes de filiación independiente optaron por desintegrar el quórum de la Cámara local; pero a pesar de ese recurso, la Legislatura sin quórum legal hizo la declaratoria en favor del señor don Rafael Arellano Valle, candidato del Partido Nacional Republicano.

"Dicho Congreso terminaba sus funciones el día 15 de septiembre próximo pasado, hizo la declaratoria en favor del señor Arellano Valle el día 6 del mismo mes, de tal suerte, que un Poder que estaba para terminar su gestión, se arrogaba la facultad de darle un Gobierno al Estado para los cuatro años siguientes; este hecho es más escandaloso si se toma en cuenta que el gobernador electo no tomaba posesión sino hasta el día 1o. de diciembre de 1920.

"Cuarto. Es bien sabido que el referido Partido Nacional Republicano, genuino equivalente del Partido Católico Nacional, no ha conservado su primitivo nombre por prohibir la Constitución general de la República que los partidos usen títulos religiosos en las contiendas electorales; pero por la esencia y por los procedimientos es el mismo. En Aguascalientes se hizo la propaganda dentro de las iglesias con todos los recursos aprovechables, llegando a distribuir a la hora de los oficios del culto, una publicación llamada "Hoja Popular", de la que transcribo los siguientes párrafos del número que fue distribuído el día de las elecciones: "Pues bien, ya que en esa lucha electoral se decide la causa de la religión, de la patria y de nuestra salvación temporal y eterna, alcémonos en masa todos los católicos, todos a votar por los que han de ser, no nuestros tiranos y vampiros, sino nuestros padres y redentores. Hoy se presenta en las elecciones la reconquista de nuestra patria, la batalla entre moros y cristianos, ente fieles y judíos, entre escogidos y réprobos. A votar, pues, a votar, todos los católicos: a votar sin pereza, sin miedo, sin interés de partido, sin condescendencias liberalescas, sin miras particulares. A votar todos con paso firme, con la cabeza erguida, con descarada libertad, si es menester, con la bravura del león, con la serenidad del mártir, y con aquel sublime entusiasmo de los soldados de Cristo que alegra a los ángeles y hace temblar a los demonios"...

"Por todo lo expuesto, y con fundamento en los artículos 39, 49, 41 y 115 de la Constitución general de la República, que se refieren al régimen fundamental de la Federación y de los Estados, apoyado asimismo en el artículo 130, fracción XI, que trata de la estricta obligación de las publicaciones religiosas de no hacer propaganda política; artículos y fracciones que en este caso de Aguascalientes han sido infringidos en detrimento de la soberanía del pueblo, y relacionando todos estos pormenores a lo que hay en el fondo, que es la "violación del voto público", se permite solicitar a vuestra soberanía, con dispensa de todo trámite, apruebe un acuerdo por el que se pida a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se sirva nombrar una Comisión especial que investigue lo relativo a la "violación del voto público" en las últimas elecciones de poderes locales del Estado de Aguascalientes, basándose en la parte final del párrafo 3o. del artículo 97 de la Constitución general de la República.

"Protesto lo necesario.- México, a 18 de noviembre de 1920.- Pedro de Alba."

En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión.

El C. Pedro de Alba: Pido la palabra para fundarla.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Pedro de Alba.

El C. De Alba: Señores diputados: Estos conflictos electorales de los Estados, si no fuera por que en ocasiones revisten caracteres trágicos, ya entre nosotros habrían pasado, por su frecuencia, a la categoría de un chascarrillo. Parece que entre nosotros se ha cumplido la profesía de Simón Bolivar, el libertador de América, cuando dijo, tratando de fundar el Senado vitalicio en su gran República de Nueva Colombia, "que las elecciones serían en los pueblos de América el verdadero azote de las naciones". Parece, digo, que entre nosotros ya llevamos mucho tiempo de sufrir a consecuencia de las elecciones, el país entero, en una convulsión a veces macabra y frecuentemente grotesca, se debate en asuntos electorales gastando sus mejores energías y sin que, muy frecuentemente, los resultados correspondan verdaderamente a la voluntad y al alma popular. Señores diputados: Hace días presente una demanda, una solicitud a esta

Asamblea, que estuvo a punto de fracasar. La retiré oportunamente para que no naufragara entre las interpretaciones jurídicas, porque ustedes saben que muy a menudo las causas más justas dejan su más blanco vellón entre estas cosas que se llaman trámites y procedimientos judiciales. En este sentido, y sin referirme en lo personal a ningún abogado, porque al fin y al cabo esa es la índole misma de la profesión, yo entiendo que a los abogados se les podría aplicar con más justicia aquella tremenda sátira que Moliére pone en boca de un médico cuando dice: "de que un enfermo sane contra las reglas del arte, a que un enfermo se muera con todas las reglas del arte, es mejor que se muera con todas las reglas del arte." (Risas.) Los abogados muy a menudo tienen esta idea: de que se haga justicia contra las reglas del arte, a que se cometa una injusticia con todas las reglas del arte, es mejor que se cometa la injusticia. (Risas.) Como digo, no es esto una alusión, porque al fin todos sabemos lo embrollado, lo complicado y lo tenebroso que en ocasiones resulta en México el ejercicio de la abogacía; pero yo ahora quiero hablar a ustedes del asunto de Aguascalientes, no bajo el punto de vista mezquino, no en lo que se refiere a la famosa política de campanario - de la que ya estamos ahitos-, no, señores; quiero hablar de algo fundamental, de algo que a cada uno de vosotros debe ocurrirle en su Estado, de aquellas incompatibilidades fundamentales de las legislaturas locales, de las leyes electorales con la fundamental de la República, con la Constitución misma, y que es preciso que poco a poco vaya remediándose porque, de otra manera, como decía ayer un amigo mío, los Estados de la República en vez de ser Estados confederados se convierten en verdaderas satrapías. En el Estado de Aguascalientes la historia es muy sencilla y a la vez muy clara: Ni la Constitución del Estado, ni las leyes electorales autorizan absolutamente para ningún acto electoral a las juntas computadoras; todo absolutamente está en manos de las autoridades, desde las elecciones municipales hasta la elección de gobernador, ellas dicen la última palabra; no hay Junta Computadora alguna para ninguno de estos actos electorales. En el caso concreto a que me vengo refiriendo, como digo aquí, en primer lugar se hicieron las elecciones para diputados y senadores al Congreso de la Unión el día 1o. de agosto. Del 1o. al 15 de agosto hubo tiempo de que se dieran cuenta los que organizan estos asuntos en el ayuntamiento, de cuáles lugares, cuáles poblados habían sido favorables a los partidos independientes al Partido Obrero, al Partido Laborista y al Partido Liberal, y luego cercenaron a su antojo los padrones y resultó en las elecciones de gobernador, que aquellos que tuvieron boleta para votar en las elecciones de diputados, no pudieron votar en las elecciones de gobernador, porque la ley electoral no autoriza ningún medio para que los que no estén empadronados puedan votar. Cuando las elecciones de poderes federales, se pusieron en las esquinas de la ciudad unos avisos en que el presidente municipal decía: "Si el padrón es deficiente, la ley electoral es clara y todo mundo puede votar con dos testigos"; pero en las elecciones locales ninguno de aquéllos pudo votar y una gran mayoría de miembros de los partidos Liberal, Obrero y Laborista, se quedaron sin emitir su voto, y este fue el principio del escándalo electoral en Aguascalientes. Después viene la segunda parte; aquí empiezan los procedimientos inconstitucionales, aquí empieza la incompatibilidad entre la Constitución local con la Constitución general de la República. Dice aquélla: las credenciales de los diputados electos serán extendidas por la Comisión Permanente del Congreso anterior. A nadie se le escapa que con este procedimiento tiene asegurado el grupo dominante la mayoría en el futuro Congreso, y de esta manera la Comisión Permanente del Congreso, constituída en Junta Computadora, extiende las credenciales para el futuro Congreso; es decir, un Poder determina quiénes irán a entregar otro Poder de elección popular que va a entrar.

Esto podría tener alguna explicación, acaso los antecedentes en nuestra República, si acaso el hecho de que de esta manera se evitara la instalación de dos congresos; pues bien; a más de esto, viene lo peor, viene la elección de gobernador, señores. Aquellos individuos que habían contendido como representantes de distintas tendencias, como afiliados a distintos partidos electorales, no podían tener que ver nada en la elección de gobernador, porque también la elección de gobernador, como lo dice la Ley Electoral del Estado, puesto que ni la Constitución lo prevé, está en manos del Congreso, cuyas funciones terminan, es decir, el Congreso de Aguascalientes cuyas funciones terminaban el 15 de septiembre próximo pasado, el día 6 del mismo mes y aquí tengo el manifiesto, hacia la declaratoria de que era gobernador constitucional del Estado para el próximo cuatrienio, el señor Rafael Arellano Valle; es decir, un Poder que nueve días antes de terminar su gestión representativa de la cual podía decirse que tenía el voto público aunque fuera indirecto, pues nueve días antes de terminar su gestión el Congreso saliente hacia el estudio, la calificación y la declaratoria, de que era gobernador del Estado de Aguascalientes el señor don Rafael Arellano Valle, candidato del Partido Nacional Republicano, para los cuatro años venideros. Esto yo creo, señores, que en ninguna parte de la República, por más que haya incompatibilidad, inconsecuencia de las leyes locales con la Constitución, podrá verse en esa forma; todas estas cosas, como lo asiento en mi demanda, están en pugna, en contra, con la definición de nuestro sistema de Gobierno republicano, democrático, representativo y popular, y hasta aceptando hasta la no reelección, y de esta manera no sólo no hay renovación de poderes, sino que están en manos del grupo que estaba anteriormente en el Poder, todos los destinos del Estado. ¿Y esto, señores, en esta época en que se trata precisamente de cambiar de hombres y de procedimientos, después de un gran sacudimiento revolucionario como el que vimos? Pues no, señores, ese mismo grupo le daba al Estado gobernantes espurios de entre sus mismas filas. Después de la elección o después de todas las inconsecuencias de incompatibilidades, cosas que puedo probar con la Constitución del Estado que tengo a la mano, Constitución hecha en tal forma, que tiene todas estas incompatibilidades y es a una de las cosas a que me refería; y como esto pudiera interesaros, porque quizá no hay una Constitución de Estado que no tenga una parte que

corregirle, es bueno que esta Representación Nacional, puesto que históricamente este Poder ha elaborado esta Constitución, tenga que preocuparse principalmente porque esta Constitución federal sea un hecho, y ya sabemos que en todas aquellas cosas en que las Constituciones locales contravengan las disposiciones generales de la Constitución de la República, siempre debe prevalecer el criterio de la Constitución de la República. Pues aquí, para ser gobernador, se dice que además de ser nativo del Estado, debe tener residencia, y ningún individuo, por más benéfico que haya sido al Estado y aunque haya residido 25 o 20 años, si no ha nacido allá no puede ser candidato a gobernador del Estado; esto es algo contra la Constitución general de la República, porque la Constitución general de la República dice claramente que por nacimiento o por vecindad se puede ser gobernador de un Estado. En esta Constitución del Estado verán ustedes otra cosa entre las facultades del Poder Ejecutivo: "Suspender a los munícipes cuando no cumplan con su deber, o cuando se hicieren indignos del cargo que desempeñan, dando cuenta inmediatamente al Congreso o a la Diputación Permanente en su caso; de tal manera que el gobernador tiene en sus manos a los ayuntamientos y es muy dueño de suprimirlos en sus funciones o en sus facultades, siempre que no estuvieren de acuerdo con su política. Con este solo artículo se le quitan sus facultades y se le quita su libertad y se le quita su personalidad jurídica al Municipio Libre. Podría señalar todavía algunas otras inconsecuencias de esta Constitución local del Estado, pero no quiero cansar demasiado la atención de ustedes. Ahora voy a referirme a lo que toca a la intromisión de los partidos de filiación netamente católica en la lucha electoral. Aguascalientes, señores, que siempre fue, e históricamente representa uno de los más egregios centros del liberalismo nacional, sobre todo por su tradición de la Reforma y de las guerras de intervención, se ha convertido ahora en el centro de México, en la representación de los intereses clericales por excelencia. Esta hoja que suplico a la Secretaría que dé fe, se titula "Hoja Popular". (Voces: ¡Que se lea!) Dice:

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Aguascalientes, 15 de agosto de 1920.

"Hoja Popular", Quincenal de propaganda católica.

"Con licencia de la Autoridad Eclesiástica. Registrado como artículo de 2a. clase", etcétera.

Pues señores, el 15 de agosto, el día de las elecciones de gobernador, a muy buena hora en todos los templos se repartió esta "Hoja Popular" de la cual voy a leer a ustedes, en el cual está incluído algo de lo que ya se leyó, y algo nuevo también. Dice:

"Pues bien, ya que en esa lucha electoral se decide la causa de la religión, de la patria y de nuestra salvación temporal y eterna, alcémonos en masa todos los católicos; todos a votar por los que han de ser, no nuestros tiranos y vampiros, sino nuestros padres y redentores. Hoy se representa en las elecciones la reconquista de nuestra patria, la batalla entre moros y cristianos, entre fieles y judíos, entre escogidos y réprobos.

"A votar, pues, a votar, todos los católicos; a votar sin pereza, sin miedo, sin intereses de partido, sin condescendencias liberalescas, sin miras particulares. A votar todos con paso firme, con la cabeza erguida, con descarada libertad, si es menester con la bravura del león, con la serenidad del mártir, y con aquel sublime entusiasmo de los soldados de Cristo que alegra a los ángeles y hace temblar a los demonios.

"Si todos los católicos acuden con estas disposiciones a las urnas, no está lejos el día en que triunfe la causa de Dios y respire la patria, y nos veamos libres del yugo de nuestros tiranos y opresores.

"Quedan todavía ¡parece increíble! algunos católicos que dicen: yo, como católico, cumpliré con Dios en mi casa y en la iglesia; pero como ciudadano, libre soy para votar o no votar, y para dar mi voto al que quiera. Esta es una mentira liberal, impía y perversa a más no poder. La verdad pura, limpia y de sentido común es que, si no votas, dejas, cuanto es tu parte, la religión y la patria en las manos de sus enemigos, lo cual no quiere Dios, y te pedirá estrecha cuenta de ello en su tribunal; la verdad es también que, si por un mezquino interés das el voto a tus enemigos, haces un tráfico de Judas y quedas responsable de los grandísimos males que causarán cuando se vean en el poder. Pero si cumpliendo con tu obligación lo das a los buenos y a los mejores, haces, como buen cristiano y buen ciudadano, un gran servicio a Dios y a la patria. El que esto no vea, diga que tiene ojos y no ve."

Podría argumentarse, señores, que ésta es una propaganda de ideas abstractas, que aquí no se particulariza; pues bien, señores; transcribo aquí un párrafo del Boletín Municipal de Aguascalientes, que dice:

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Boletín Municipal. Organo del M. I. Ayuntamiento. Aguascalientes, 8 de agosto de 1920.- Número 120.

"...Del C. Rafael Arellano Valle, presidente del Consejo "Agustín de Iturbide", de los Caballeros de Colón, solicitando una subvención para fines humanitarios.- Comisiones de Hacienda y Salubridad..."

El C. De Alba: Así es que aquí sacaron la castaña con la mano del gato y aparentan hacer una propaganda de ideas, pero la propaganda es por el candidato del Partido Nacional Republicano, puesto que es el jefe, o el gran oriente, o como se llame de los Caballeros de Colón en Aguascalientes y en las elecciones figura explícitamente como candidato del Partido Nacional Republicano. Así es que todas estas cosas son evidentes, todas estas cosas son claras; la publicación de esta "Hoja Popular" quincenalmente se reparte en las iglesias. Todo esto, es decir, los fundamentos de la Ley Electoral para que el Congreso saliente declare la validez y la justificación de las elecciones del Gobierno entrante, los tengo aquí a la vista en la Ley Electoral del Estado, pero no quiero cansar vuestra atención. Yo soy el espíritu menos jacobino que ustedes puedan imaginarse, no rechazo las ideas místicas y religiosas y hasta creo que representan un bello coronamiento de toda buena cultura y de toda vida humana; tengo mi espíritu abierto a todas las ideas y a todas las corrientes intelectuales, y en general, con lo que creo

interpretar, casi todos los de mi generación somos inclinados a la tolerancia; pero precisamente por eso mismo queremos que no se mezclen estos asuntos en esta forma tan alevosa, porque con esto, a partidos pobres como el Partido Obrero y el Partido Laborista, formados por trabajadores campesinos y ferrocarrileros de Aguascalientes, que se les coloque en la categoría de los réprobos, de los herejes, de los sarracenos, de todo esto que han escuchado ustedes aquí, es ponerles desde luego una marca indeleble para invalidarlos en las elecciones y colocarlos en lugar más débil; por lo mismo, no extrañará a ustedes que en Aguascalientes se haya hecho la declaratoria con todo este cúmulo de hechos verdaderamente desastroso, bajo el punto de vista legislativo, a favor de este candidato que se dice haber triunfado. Es más escandaloso todavía este hecho: que un Congreso local que salía haya hecho la declaratoria de un gobernador que entraba, cuando había tiempo suficiente, señores. El Congreso electo toma posesión el 15 de setiembre y el gobernador electo toma posesión el día 1o. de diciembre, según la Constitución de Estado. Así es que en cuatro meses no le concedían al Congreso nuevamente electo, donde, como digo, habría representantes de todas las tendencias y opiniones que lucharon, no se le concede la facultad de reconocer las elecciones de gobernador; y como el próximo 1o. de diciembre está fijado por la Constitución del Estado para la toma de posesión, yo quiero a todo trance que se evite allí todo género de fricciones, todo género de convulsiones sociales que tienen verdaderamente agotadas las energías de toda esa clase trabajadora de Aguascalientes, que a la vez que se preocupa de sus asuntos de inmediata urgencia, tuvo que haberse visto durante todo un año en estas luchas electorales, para encontrarse burlada al fin del año. Yo, señores, una vez que el señor Arellano tomara posesión del Gobierno y fuera reconocido por todos los poderes de la Unión como representante del Estado de Aguascalientes, muy a pesar mío tendría yo, aunque difiriéramos diametralmente de ideas, que colaboraran con él, que irle a la mano en algunos asuntos y que declararme representante, en algunas cuestiones, del Gobierno de Aguascalientes; pero como a la fecha no ha tomado posesión y como estos asuntos están litigando en la Suprema Corte de Justicia, puesto que todo los amparos ante el Juzgado de Distrito han fracasado, yo pido atentamente que la Cámara me apoye en el sentido que pido en mi demanda, que esta Cámara de Diputados, en vista de todos estos escándalos electorales, se sirva pedir a la Suprema Corte de Justicia el nombramiento de un comisionado especial que investigue todos estos asuntos y rinda un dictamen precisamente para evitar que aquellos hombres, llegados al colmo de la desesperación, pudieran llegar a cometer allí un desafuero el día de la toma de posesión del gobernador, verbi gratia. Así es que yo espero ser, como he sido escuchado, y de lo cual estoy altamente reconocido, espero ser apoyado también en este asunto, pues yo creo que es un asunto de interés nacional. En nombre de todas esas cosas de que venimos hablando en teoría, de la soberanía del pueblo, de la efectividad del voto, del sufragio efectivo; en nombre del Estado de Aguascalientes que, como dije antes, fue uno de los centros más genuinos y más puros del liberalismo, de la Reforma, de la Guerra de Tres Años y de la Guerra de Intervención; ese Estado de Aguascalientes, señores, que dio un general como José María Arteaga, con el que estamos ligados en una misma admiración los de Querétaro y los de Aguascalientes, que dio un hombre de Estado tan inteligente y capaz como Jesús Terán, que colaboró con don Benito Juárez en tantos asuntos difíciles; el Estado de Aguascalientes, que tuvo un héroe regional, tal vez el más elevado y el más puro en la Guerra de Intervención Francesa, José María Chávez, gobernador del Estado, un hombre caduco y viejo que supo, como los burgueses de Caláis, sostener la dignidad de su pueblo en una forma verdaderamente gloriosa, que fue hecho prisionero y después fusilado por los franceses, por los imperialistas, no lejos de Aguascalientes; pues bien; en nombre de ese pueblo de Aguascalientes, de esa tradición genuina liberal de la más alta y más pura donde hemos tenido el bochorno de escuchar que en algunas conferencias de las que llaman de propaganda y acción social se ha llegado a decir a los educandos, a la congregación de la Asociación Católica de Jóvenes Mexicanos, que desde el coloniaje, desde la época de virreinato no hemos tenido otros hombres que pudieran llamarse héroes que don Agustín de Iturbide y don Miguel Miramón -estas cosas creo que solamente allí se escuchan, allí se ven y allí tienen aliento precisamente porque los gobiernos pasados han sido tolerantes a títulos de liberalismo moderado-, ahora ya es necesario poner coto a todos estos abusos y yo espero ser apoyado en esta repetición por la honorable Cámara de Diputados, para que esta manera no se lleve al espíritu, a la conciencia de aquella gente pobre de aquella gente luchadora, una decepción más. Es necesario que ya que se trata de tiempos de gran lucha, no lleguemos a la conclusión a que llega "el escéptico" de Anatole France, de que el espíritu es estéril y el pensamiento es inútil.(Aplausos.)

El C. secretario Valadez Ramirez: En votación económica se consulta si se aprueba esta proposición. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada. Se nombrará la Comisión.

La Presidencia ha tenido a bien designar para que cumplan con el acuerdo tomado, a los ciudadanos diputados Alba Pedro de, Soto Francisco, Carrillo Puerto Benjamín, Arroyo Ch. Agustín Lomelí Manuel y pro secretario Castrejón

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"H. Asamblea :

"Manuel E. Miravete, diputado propietario en ejercicio, por el 18 distrito electoral del Estado de Veracruz ante vuestra soberanía expongo:

"La Comisión de Comunicación del anterior Legislatura, dictaminó favorablemente sobre la iniciativa presentada para la construcción de una carretera entre las poblaciones de San Andrés Tuxtla y Catemaco, pertenecientes al excantón de los Tuxtlas, el cual dictamen ha sido confirmado por la Comisión de Comunicaciones del actual XXIX Legislatura.

"Ahora bien; representado en esta H. Cámara los intereses de aquella región del suelo veracruzano, y conociendo a fondo sus necesidades, me permitiré hacer algunas consideraciones de hecho, que pongan de manifiesto la bondad de la iniciativa en cuestión.

"Es evidente que, por la situación geográfica en que se encuentran la ciudad de San Andrés Tuxtla y la villa de Catemaco, en una región fecunda en serranías de las más abruptas y riachuelos torrenciales, que atraen de continuo lluvia prolongadas durante gran parte del año y que se traducen en inundaciones, que hacen intransitables los caminos y difícil la comunicación entre estos pueblos y los más inmediatos, resultado por ello la región de que me ocupo, una víctima propicia al aislamiento, sumando al número ya doloroso de las zonas del país que han sido vistas no sólo con apatía, sino con indiferencia, por todos los gobiernos que ha tenido la República Mexicana.

"De aquí resulta que los moradores del excantón de los Tuxtlas y, principalmente, del feraz municipio de Catemaco, han vivido con un constante anhelo, que en la realidad puede traducirse por un afán de justicia, y desde el punto de vista sentimental, por el deseo de afirmar cada día más su calidad de mexicanos por el único medio factible, esto es, por las relaciones con los demás grupos mexicanos, relaciones de carácter económico, político, social o de cualquiera otro género, y es claro que esto sólo se consigue por medio de las comunicaciones, haciendo accesibles aquellas montañas con el ferrocarril o con las carreteras.

"Es una verdad admitida, no sólo por los moradores de aquella región, sino por los forasteros que la han visitado, entre los cuales se cuenta el barón Humboldt, que la parte más feraz, más productiva en lo que a agricultura se refiere, es la que comprende el municipio de Catemaco, pues ahí se responde más de la mitad de productos agrícolas como el tabaco, el frijol, el maíz, plátano, etc., que unido a la belleza natural de aquel lugar, lo hacen privilegiado por la naturaleza, pero siempre abandonado por los hombres, y esto han comprendido aquellos sencillos habitantes, y el hecho más palpable por su afán de justicia, lo prueba el significativo de haber dado aquel pueblo a la Revolución de 1910 y su consecuencia, la de 1914, un contingente del 70 por ciento de sus hombres aptos, pues en la Revolución vieron su salvación social y económica, y nada más justo que vean realizado su anhelo y colmada su satisfacción, en el hecho de la construcción de una carretera que una las dos poblaciones tantas veces mencionadas, con lo que encontrarán fácil salida los productos del municipio de Catemaco.

"Por todo lo expuesto, a vuestra soberanía suplico sea servida en aprobar el siguiente proyecto de acuerdo:

"Único. Inclúyase en el Presupuesto de Egresos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, una partida de $60,000.00, que serán destinados a la construcción de una carretera, de San Andrés Tuxtla a Catemaco."

"Protesto lo necesario.-México, a 12 de noviembre de 1920.-Manuel E. Miravete.

"Hacemos nuestra esta iniciativa.-Francisco Reyes.-F. Tejeda Llorca.-José H. Romero.-Guillermo Rodríguez.-A. G. García.-T. T. Gutiérrez.-Juan B. Sariol.-Enrique Meza.- Salvador Saucedo.-M. Zapata.-Adolfo Contreras.-M. Ramírez.-A la Comisión de Presupuestos y cuenta.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"El subscripto, presunto diputado por el 9o. distrito electoral de San Luis Potosí, ante vuestra soberanía, expone:

"Que durante la última campaña electoral, tuvo oportunidad de darse cuenta exacta del estado de completa ruina en que se encuentran los pueblos de la Huasteca potosina, debido al pésimo estado de sus vías de comunicación, completamente abandonadas, principalmente en los últimos años de trastornos revolucionarios, así como a la explotación inaudita que de dicha región se hizo a favor de los intereses del pasado régimen.

"Las ciudades y pueblos de Tancánhuitz, Aquismón, Huehuetlán, Coxcatlán, Xilitla, Axtla, etc.,graneros del Estado, pues surten a la capital de casi todos sus cereales, dando salida a cerca de 50,000 hectolitros de maíz y 30,000 quintales de café por año, amén de los demás productos agrícolas, hacen la conducción de sus productos a lomo de mula, por caminos intransitables, pues no cuentan con una mala carretera a la estación de Valles punto de embarque con el Ferrocarril de San Luis a Tampico.

"Además, inmensas cantidades de naranja, plátano, caña de azúcar y otras frutas, se desperdician, por ser imposible su conducción rápida, lo que origina pérdidas enormes a los habitantes de esta riquísima región, lo que redunda, igualmente, en perjuicio del Estado, de la nación misma, por ende.

"Habiendo prometido a mis comitentes algunas mejoras, es ésta de las de más ingente necesidad, por ser de utilidad pública innegable, y deseando contribuir con mi grano de arena al desenvolvimiento económico de mi Estado, que trae apareja de la cimentación de la paz en la rica zona oriental del mismo, no vacilo en dirigirme a vuestra soberanía, para suplicar se acceda a mi deseo ferviente, de que se construya una carretera de Valles a Tancánhuitz, cuyo costo, por los informes que he podido recoger, será alrededor de $60,000.00, gastos que se hará por una sola vez.

"Por las razones expuestas, me permito someter a la ilustrada consideración de esta honorable Asamblea, el siguiente acuerdo:

"Único. Inclúyanse en el Presupuesto de Egresos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, una partida de $60,000.00, que serán destinados a la construcción de una carretera de Estación de Valles a Tancánhuitz, en el Estado de San Luis Potosí."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados.-México, 11 de noviembre de 1920.-Doctor Agustín E. Vidales.

"Hacemos nuestra esta solicitud.-Aurelio Manrique, jr.-Angel Alanís.-Godofredo Guzmán Peláez.-Juan Angel Morales.-Francisco Castillo.-P.Dorantes.-A. Gutiérrez Castro.-César A. Lara.

-A. Díaz Soto Y Gama.-Rodrigo Palacio.-Gabriela Martinez.-Leopoldo Guadarrama.-Franco Urías.-M. G. Rojas.-Filemón Basaldúa.-F. Ramírez Luque -Carlos Gómez.-J. C. Miramontes.-Ignacio Luquín.-Cosme D. Gómez.-J.Joaquín Silva.-Doctor Juan B. Sariol.-S. Serrano Hermosillo.-Arnulfo Portales.-J. M. Vergara.-Jaime A. Solís.-M. G. Toro.-E. Gandarilla.-L. Gámiz.-Gustavo P. Serrano.-R. Alvarez.-E. L. Céspedes.-H. S. Rodríguez.-Liborio Espinosa y Elenes.-P.del Castillo.-José R. Colón.-A. Manero.-Manuel Tello.-E. M. Barragán.-A. Hernández Coronado.-J. F. Azuara.-Candelario Garza.-M. Lomelí.-Reinaldo Esparza Martínez.-Fidel Ramírez M.-J. Mijares.-J. Quiroga.-José D.Pérez.- Leopoldo E. Camarena.-Juan Zubaran.-Rubén Vizcarra.-Juan B. Salazar.-L. Aldaco Lic. Rodríguez López.-E. Hidalgo Catalán.-Francisco Garza.-V. Alessio Robles.-I. Borrego.-Antonio Ortega.-Francisco Barbosa.-Porfirio del Castillo.-P. Carriedo Méndez.-A. Manzanilla.-M. F. Ortega.-F. Castrejón.-F. C. Manjarrez.-Edmundo Bolio.-A. Castillo.-F. M. Escobar.-C. Damián.-M. A. González.-M. Barragán.-U. Lavín.-Felipe de la Barrera.-F.Guillén.-J.B. González.-Jesús Z. Moreno.-E. von Borstel.-Guillermo Rodríguez.-N. Domínguez.-Fernando Aguirre.-Leopoldo E. Estrada.-Pablo H. Sánchez.-Daniel Cerda.-Lucas Lira.-Rafael M. González.-J. Antonio Couto.-Manuel Ortiz.-Ed. G. Cantón.-M. Luis Guzmán.-Lucas Contreras.-V. Alvarez.-R. Velarde.-D. Montes de Oca.-F. B. Ayala.-Mauro Angulo.-M. Navarro.- Ed. Laris Rubio.-E. Aguirre C.-C. Munguía.-J. D. Bojórquez.-Llaca.-Leobardo L. Lechuga.-Octavio Paz.-F de la Torre.-Manuel Berzunza.-A. Cienfuegos y C.-A. Maldonado.-A. V. Ramírez.-J. M. Cuéllar.-S. García G.-A. G. García.-M. Ramírez.-M. Miravete.-E. Portes Gil."-A la Comisión de Presupuesto y Cuenta

.

- El mismo C. secretario, leyendo: "3a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"A la 3a. Comisión de Guerra que subscribe le fue turnado el expediente relativo al aumento de pensión que solicita la señorita Ana María Palacios, hija del extinto general de Brigada, Miguel, del mismo apellido, y revisado con todo detenimiento el expediente respectivo, se viene en conocimiento de que la 2a. Comisión de Guerra de la Cámara de Diputados de la XXVIII Legislatura, mandó un proyecto de decreto a la Cámara colegisladora, con fecha 29 de diciembre del año próximo pasado, en el que se consultaba el aumento de la pensión de la propia señorita Ana María Palacios, que venía disfrutándola de trescientos pesos anuales hasta la cantidad de seiscientos. Al devolver el Senado el expediente de referencia, en 27 de octubre último, consulta con la exposición de motivos, que esta Comisión considera pertinentes, que se fije a dicha señorita una pensión de cinco pesos diarios; por lo que no teniendo objeción ninguna que hacer a la minuta respectiva de la Cámara colegisladora, somete a la deliberación de la H. Asamblea, el siguiente proyecto de decreto, igual al que remitió la Cámara de Senadores: "Articulo único. Se concede a la señorita Ana María Palacios, mientras conserve su actual estado civil, una pensión de cinco pesos diarios, que le serán pagados sin descuento alguno, por los servicios que prestó a la nación su finado padre, el C. general de Brigada Miguel Palacios.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.-México, a 17 de noviembre de 1920.-E. Aguirre C.-H. S. Rodríguez."-Primera lectura.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"3a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"A la 3a. Comisión de Guerra que subscribe, fue turnado para su dictamen el expediente relativo a la pensión que solicita el C. Leandro del Valle, por los servicios que a la nación prestara su extinto padre, el general Rómulo del Valle.

"Examinado con toda minuciosidad el expediente en cuestión, venimos en conocimiento de que el extinto abuelo del señor Leandro del Valle, prestó importantísimos servicios a la patria durante la guerra de Independencia, militando a las órdenes del extinto cura don José María Morelos, concurriendo, entre las diversas acciones de guerra que sostuvo, nada menos que al sitio de Cuautla de Amilpas, que es una epopeya gloriosa para nuestra Historia. Se viene igualmente en conocimiento de que los grados los obtuvo el C. Del Valle por religioso escalafón, desde el año de 1812, en que ingresara a las filas del Ejército Insurgente, hasta obtener el de general de Brigada, que fue su último empleo, concebido por el ciudadano presidente don Benito Juárez, a quien le sirvió como jefe de sus Estado Mayor, precisamente en la guerra contra los franceses.

"Todas las circunstancias anteriormente expuestas, nos traen el convencimiento del derecho que asiste al señor Leandro del Valle, como nieto del extinto general Rómulo del mismo apellido, para percibir una pensión de la Tesorería Nacional, y en esta virtud, nos permitimos someter a la deliberación de la H. Asamblea el siguiente proyecto de decreto:

"Se concede una pensión vitalicia al C. Leandro del Valle, por la cantidad de seis pesos diarios, en recompensa a los servicios prestados a la patria por su extinto abuelo, el C. general Rómulo del Valle, y que le serán pagados íntegros por la Tesorería General de la Nación.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-México, 18 de noviembre de 1920.-E. Aguirre C.-H. S. Rodríguez."-Primera lectura.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"3a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"A la 3a. Comisión de Guerra que subscribe, tocó en turno conocer del expediente relativo a la

pensión que solicita el teniente de Caballería, C. Guadalupe González, por los servicios que prestara a la patria durante la Guerra de Intervención Francesa.

"Examinado con el debido escrúpulo el expediente de que se trata, se viene en conocimiento de que, efectivamente, el C. Guadalupe González concurrió a la gloriosa batalla del 5 de mayo de 1862, en defensa de la integridad nacional, en la ciudad de Puebla, en contra de las huestes francesas y combatió al lado del ex general Profirió Díaz en la famosa batalla del 2 de abril de 1862.

"Como consecuencia de lo antes dicho, justifica el C. González haber prestado buenos servicios a la patria, por lo que esta Comisión, en honor a la justicia cree prudente otorgar a dicho ciudadano una pensión vitalicia como premio a los buenos servicios que prestó a la nación en momentos angustiosos y por cuyo motivo se permite someter a la deliberación de la H. Asamblea el siguiente proyecto de decreto:

"Se concede al ciudadano teniente de Caballería, Guadalupe González, una pensión vitalicia por la cantidad de tres pesos diarios, en recompensa de los servicios prestados a la patria, y que le serán pagado íntegramente por la Tesorería General de la Federación."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-México, 18 de noviembre de 1920.-E. Aguirre C.-H. S. Rodríguez."-Primera lectura.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"1a. Comisión de Hacienda.

"Señor:

"El Congreso de la Unión por decreto de 6 de diciembre de 1917, otorgó a la señora doña Juana Solórzano y Domínguez, nieta de la señora Josefa Ortiz de Dominguez, una pensión de $600.00 anuales, de los cuales disfrutó hasta el 10 de septiembre del año en curso en que falleció.

"La señorita María Torres Torija, bisnieta de la Corregidora de Querétaro, con fecha 18 de octubre último, elevó una solicitud ante esta H. Asamblea, en el sentido de que por su situación pecuniaria sumamente difícil, se le concediera la pensión de que venía disfrutando su finada madre Juana Solórzano y Domínguez.

"Los suscritos, miembros de la 1a. Comisión de Hacienda que les tocó conocer de este asunto, examinaron las constancias del expediente respectivo y se enteraron de los comprobantes que la expresada señorita Torres Torija acompañó para fundar su petición, los cuales justifican su legítimo parentesco con la desaparecida; por lo que juzgan de justicia pasar a la solicitante la pensión de que disfrutaba un señora madre, en atención a los mentorios servicios prestados por la heroína doña Josefa Ortiz de Domínguez; en la inteligencia de que dicha pensión la comenzará a percibir la interesada desde el 11 de septiembre último.

"Por lo anteriormente expuesto, se permite someter a la aprobación de vuestra soberanía, el siguiente proyecto de decreto

"Artículo único. Se concede a la señorita María Torres Torija, bisnieta de la Corregidora de Querétaro, una pensión de seiscientos pesos anuales, que le serán pagados íntegramente por la Tesorería General de la Federación, mientras conserve su actual estado civil. Dicha pensión la comenzará a disfrutar la interesada, a partir del 11 de septiembre próximo pasado.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, a 15 de noviembre de 1920.- Juan Zubaran.- Francisco Trejo.- I. Borrego."-Primera lectura.

- El mismo C. prosecretario, leyendo:

"1a. Comisión de Gobernación.

"Señor:

"A la 1a. Comisión de Gobernación fue turnado el proyecto de ley por el que varios ciudadanos diputados a esta H. Legislatura proponen la reforma de los artículos 50 y 60 de la Ley de Organización del Distrito y Territorios Federales de fecha 13 de abril de 1917.

"La reforma que el artículo 50 se propone, es en el sentido de que los Ayuntamientos se renueven por mitad cada dos años, a fin de que los concejales o regidores duren cuatro años en el ejercicio de sus funciones, sin que puedan ser reelectos; salvo los suplentes, aun cuando por alguna circunstancia hubieren estado en ejercicio.

"La reforma del artículo 60 consiste en que cada dos años, en la primera sesión del mes de enero, los concejales nombren de entre ellos un presidente y un vicepresidente que duren dos años en su cargo, no pudiendo ser electos, por ningún motivo, para el periodo inmediato.

"Los firmantes, con el propósito de hacer efectivas dichas reformas proponen en el artículo 2o. de los transitorios, que los actuales concejales, de número par continúen en sus funciones hasta el 31 de diciembre de 1922, por haber sido electos el año próximo pasado.

"Examinado con detenimiento el proyecto de referencia, la Comisión estima que dada la importancia de las funciones administrativas encomendadas a los Ayuntamientos muy especialmente al de esta capital, dada la necesidad nacional de la no reelección para los puestos administrativos en las presentes condiciones de nuestra vida política y la de ampliar el periodo administrativo de los presidentes, puesto que un año no basta para desarrollar una labor eficiente, son de aceptarse en parte las enunciadas reformas que se proponen; pero respecto de la que se refiere a la ampliación del periodo de los concejales de número par hasta en 31 de diciembre de 1922 con el único fin de hacer prácticas las repetidas reformas, la propia Comisión estima que es improcedente por constituir una violación al voto público que los designó únicamente para el periodo que debe terminar el treinta y uno de diciembre de mil novecientos veintiuno.

"Por lo expuesto y a fin de armonizar las reformas se proponen con el periodo para el que han sido elector los actuales miembros que forman

los ayuntamientos de esta capital y Territorios Federales, sometemos a la consideración de la honorable Asamblea el siguiente proyecto que modifica en parte el sometido a nuestra consideración:

"Proyecto de ley.

"Artículo único. Se reforman los artículos 50 y 60 de la Ley Orgánica del Distrito y Territorios Federales expedida por el Ejecutivo de la Unión el 13 de abril de 1917, en los siguientes términos:

"Artículo 50. Los ayuntamientos se renovarán por mitad cada dos años y, por lo tanto, los concejales o regidores durarán cuatro años en el ejercicio de sus funciones.

"Los concejales no podrán ser reelectos. Esta disposición no comprende a los suplentes que por cualquier motivo hubieren estado o estuvieren en ejercicio. "Artículo 60. Cada dos años , en la primera sesión, del mes de enero, los concejales o regidores elegirán de entre ellos un presidente y un vicepresidente que durarán dos años en el ejercicio de su cargo, sin que puedan ser reelectos.

"Transitorios.

"Artículo 1o. Esta ley comenzará a surtir sus efectos desde la fecha de su promulgación, quedando derogadas todas las disposiciones que se opongan a ella

"Artículo 2o. Con el objeto de que los ayuntamientos queden integrados en la forma establecida por la ,presente ley, para renovar a los concejales o regidores de número par que deben durar en ejercicio hasta el 31 de diciembre de 1921, oportunamente se convocará a elecciones para que los sustituyan y los electos durarán en su cargo únicamente durante el año de 1922.

"Artículo 3o. Las leyes y reglamentos sobre elecciones municipales quedarán sujetos a las disposiciones contenidas en esta ley.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-México, noviembre 16 de 1920.- E. Bordes Mangel.- S. Franco Urías.- Moisés Huerta."- Primera lectura e imprímase.

Telegrama procedente de "Querétaro, Queretaro, 16 de noviembre de 1920.

"Ciudadano secretario de la H. Cámara de Diputados.- México.

"Calurosamente felicítolos por el proyecto de ley sobre ejercicio profesiones recientemente presentado.- Delegado de la Sociedad Farmacéutica.- Herón Zoyola." -Recibo y a su expediente.

"El ciudadano presidente municipal de la Ciudad Mier, Tamaulipas, envía con su oficio 765 fechado el 30 de octubre, una acta levantada por vecinos de aquel lugar por la que abogan por el establecimiento de la zona libre en las poblaciones fronterizas."- Recibo y a su expediente.

"Telegrama procedente de Puebla, Pues., 13 de noviembre de 1920.

"Ciudadano secretario de la Cámara de Diputados.- Cámara de Diputados.

"El delegado en Puebla de la Sociedad Farmacéutica Mexicana y los farmacéuticos titulados que ejercen en esta ciudad, felicitan calurosamente, por su honorable conducto, a miembros de la Comisión que presentó proyecto de ley sobre ejercicio profesiones; confiadamente esperamos sabrán defender derechos obtenidos por medio del estudio y del trabajo.- Manuel Ibáñez."-Recibo, y a su expediente.

"Telegrama procedente de "Guadalajara, Jal., 15 de noviembre de 1920.

"Ciudadano secretario Congreso Unión.

"Profesionales de Jalisco envían, por mi conducto, respetuosa felicitación esa Cámara, por presentación proyecto de ley que reglamenta artículo 4o. Constitución, siendo su aprobación, indicó cultura y civilización pueblo mexicano. Atentamente, M. N. Corvera."- Recibo y a su expediente.

"La Unión de Marineros y Fogoneros del Pacífico y el Sindicato de Estibadores y Jornaleros de Salina Cruz, Oaxaca, envían dos comunicaciones, por las que felicitan a esta H. Cámara de Diputados por la resolución que dio en el asunto de los puertos libres."- Recibo y a su expediente.

"La señorita Carlota Moreno y Goríbar solicita le sea concedida una pensión por los servicios que prestó a la patria su finado padre, el coronel Pedro Moreno."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"El C. Benito Morales Ontiveros envía un memorial, en el que propone a diversos ciudadanos para la dirección de los puertos libres."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El señor Federico Philippi envía un escrito, fechado el día 12 del presente en el que solicita se le conceda exponer personalmente ente el personal reunido de las dos Cámaras de la Unión, su proyecto de organizar una liga o confederación de las naciones americanas."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La señora Josefina M. viuda de Cuéllar envía un escrito, fechado en esta capital el día 11 del presente, por el que manifiesta que, como esposa legítima del extinto mayor de Caballería, Daniel Cuéllar, el Ejecutivo le concedió una pensión inferior a la que en justicia le corresponde, y pide, por lo tanto, le sea aumentada."- A 1a la. Comisión de Peticiones.

"La señora María de los Ángeles del Moral viuda de González, envía un memorial, fechado el 25 de octubre, por el que solicita le sea pagada la cantidad de $6,492.30 que el Erario le quedó a deber, por concepto de la pensión de que venía disfrutando con anterioridad."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La señora Refugio Román viuda de Roldán solicita le sea concedida una pensión por la muerte en campaña de su esposo, el capitán 1o. de Caballería Juvenal Roldán."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El C. Emigdio Rangel envía un escrito, fechado en León, Guanajuato, el día 12 de los corrientes, por el que solicita se decrete la conclusión de la moratoria de pagos."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"El C. Francisco Cervantes envía un memorial, acompañado de dos despachos, solicitando se le conceda una pensión por los servicios que han presentado a la nación."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El C. Eduardo García solicita se conceda una pensión a los deudos de su hijo el capitán 2o. Francisco García Moreno, que murió en campaña."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El C. Cleofas Castilla reitera la solicitud de pensión que con anterioridad tiene presentada ante esta H. Cámara ."- A sus antecedentes.

"La señorita Elena Gómez Bridat envía un telegrama, fechado el día 17 del presente, por el que solicita se ponga e discusión el dictamen relativo a la pensión que tiene solicitada desde el año de 1917."- A sus antecedentes.

"Los ciudadanos presidente y secretario del Gran Partido Agrarista Atlixquence comunican, por medio de su oficio número 9, fechado en Atlixco el día 13 de los corrientes, que ha quedado establecido el propio partido." - De enterado.

"El C. José Porfirio S. envía un escrito, fechado en Veracruz el día 15 del presente, en el que hace consideraciones relativas a la reglamentación del artículo 4o. constitucional."- Recibo, y agrégurese a su expediente.

Se va a proceder a la votación nominal del artículo 11, que quedó pendiente por falta de quórum en la sesión anterior.

"Profesorado

" Artículo 11. Los profesores y ayudantes serán nombrados por el Ayuntamiento a propuesta que le haga la Dirección o el Consejo de Educación, después de que hayan sostenido una prueba de competencia."

El C. prosecretario Castrejón: Por la afirmativa.

El C. secretario Valadez Ramírez: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

- El mismo C. prosecretario: Votaron por la negativa dos ciudadanos diputados.

- El mismo C. secretario: Por la afirmativa, 129. En consecuencia, queda aprobado el artículo 11.

- El mismo C. prosecretario: No habiendo sido objetados los artículos 12, 13, 14, 15, 16 hasta el 22, y también los 5o., 6o., 7o., y 8o., se va a proceder a la votación nominal de dichos artículos.

- El mismo C. secretario: Por la afirmativa.

El C. prosecretario: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

- El mismo C. secretario: Aprobados por unanimidad de 128 votos, todos los artículos no objetados, que son 5o., 6o., 7o., 8o., 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18 19, 20, 21 y 22. A discusión el artículo 4o., reformado por la Comisión nuevamente, que dice así:

"Artículo 4o. Programa de estudios.

"Primer año: Lengua Nacional. Elementos de aritmética y geometría. (Evaluación de magnitudes de cosas concretas.) Elementos de ciencias naturales. Dibujo y labores manuales. Ejercicios Físicos. Práctica de agricultura y canto.

"Segundo año: Lengua nacional. Elementos de geometría y aritmética. (Evaluación de magnitudes de cosas concretas.) Elementos de ciencias naturales. Historia patria y educación cívica. Geografía, dibujo y labores manuales. Ejercicios físicos. Práctica de agricultura y canto.

"Tercer año: Lengua nacional. Elementos de aritmética y geometría. Elementos de ciencias naturales. Historia patria y educación cívica. Geografía. Dibujo y labores manuales. Práctica de agricultura. Observaciones del funcionamiento de las distintas máquinas que haya en la negociación, y canto.

"Además de las oportunidades que se presenten durante las clases para ocuparse de cuestiones que atañan a la moral, a la higiene y a los acontecimientos históricos más importantes, se celebrarán una o dos veces por semana reuniones generales en las que se tratarán de preferencia los asuntos antes citados, y todos aquellos relacionados con el mejoramiento de los trabajadores.

"El programa detallado de las asignaturas que señala esta ley queda a cargo de la autoridad escolar correspondiente, quien hará la reglamentación de acuerdo con las necesidades de la región, cuidando muy especialmente de que se impartan a los

alumnos conocimientos de aplicación inmediata, tendente a perfeccionar los trabajos manuales y las industrias locales, así como también será la misma autoridad escolar la que intervenga en lo relativo a la aplicación de la disciplina, remoción o suspensión de un maestro, reconocimientos, enseñanza para adultos, admisión de estos estudios en planteles oficiales y en general todo lo que concierna a casos de la materia no prescritos en esta ley; todo ello de acuerdo con las leyes reglamentarias vigentes.

"Sala de Sesiones del Congreso de la Unión.- 16 de noviembre de 1920.- Pedro de Alba.- Leopoldo E. Camarena."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Vizcarra.

El C. Vizcarra: Señores diputados: me he inscripto, mejor dicho, he pedido la palabra en contra de este artículo reformado que se refiere al programa de estudios, porque yo no estoy de acuerdo en que un Congreso de la Unión se convierta en un Congreso pedagógico; yo no estoy de acuerdo también, señores diputados, en esas caricaturas de escuelas que hacen todos los individuos que se creen autorizados para legislar en asuntos educativos. Yo soy enemigo completamente de las escuelas que no llenan a satisfacción y que no llenan los requisitos indispensables que deben tener una escuela que cuando menos sea primaria. Porque si fuéramos pensado en hacer programas reducidos, llegaríamos a la conclusión de que mejor sería fundar escuelas fáciles, de fácil tiempo y de fáciles programas: saber leer, saber escribir y saber contar; y eso sencillamente, señores, ya no cabe, no digo en el criterio de los pedagogos modernos, sino en el criterio de las gentes cultas que saben que no es tan sólo, que no se pueden calificar tan sólo a los individuos de no ser analfabetos porque saben leer, porque hay muchas personas que saben leer, que saben escribir y que saben contar, y que son más perjudiciales o son más incultas que muchas personas que no lo saben hacer. Todavía más, señores; yo juzgo anticonstitucionales todas las escuelas que no sean primarias elementales y para demostrar esto, pido a la Secretaría que dé lectura al artículo 31 constitucional y que lea la parte relativa a las obligaciones de los ciudadanos mexicanos.

- El C. prosecretario Castrejón, leyendo:

"Artículo 31. Son obligaciones de los mexicanos:

"I. Hacer que sus hijos o pupilos menores de quince años concurran a las escuelas públicas o privadas, para obtener la educación primaria elemental y militar, durante el tiempo que marque la ley de instrucción pública en cada Estado."

El C. Vizcarra: Por la lectura de este artículo constitucional se verá, señores diputados, que la obligación de los mexicanos es hacer que sus hijos o pupilos concurran a las escuelas primarias elementales. Quiere decir que la mente de los legisladores establecieron como límite mínimo de educación la escuela primaria elemental, y en mi concepto este artículo de programa de educación debe quedar constreñido a lo siguiente: a decir que se sujetarán estas escuelas al programa de las escuelas primarias elementales que tengan en el Distrito Federal o en el lugar donde se establezcan; porque sencillamente se verá cómo los profesores tropezarán con muchas dificultades para interpretar esta serie de pedazos de programa de escuela, estas escuelas que no son ni primarias, ni rurales, ni especiales. Así pues, suplico atentamente a todos los ciudadanos diputados se compenetren de esta parte de la Constitución Política, y se deseche por completo la idea de establecer escuelas que tengan menor calidad de la que deba tener la escuela primaria elemental. Esta escuela es el límite mínimo de educación que la ley y los congresos educativos han establecido para los ciudadanos mexicanos; por eso se dice que la instrucción primaria es obligatoria y gratuita. Si vamos a establecer caricaturas de escuelas o escuelas que no llenen su objeto, se habrá ido al fracaso en los buenos deseos que puedan haber tenido los autores de este proyecto.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gutiérrez Teodomiro.

El C. Gutiérres Teodomiro: Señores diputados: Me llama la atención que el señor Vizcarra, que es profesor, llame a este programa pedazos de programa. Si el señor Vizcarra no lo ha leído detenidamente, debe hacerlo. Este programa llena perfectamente su objeto; este programa es completo, según el espíritu de la ley; contienen los elementos indispensables para que un niño pueda salir de la esfera mezquina en que se encuentra especialmente los hijos de los trabajadores de las fábricas, y los hijos de los mineros para los cuales han sido dictada o formada esta misma ley. De manera que la Comisión, en vista de las observaciones que hice en la sesión en que se discutió el artículo relativo hizo las modificaciones correspondientes y, vuelvo a repetir, que es programa perfectamente lógico y, perfectamente completo. Ahora, por otra parte el señor profesor Vizcarra está confundiendo lamentablemente el asunto, como lo han confundido muchas personas. No se trata aquí de discusiones pedagógicas; no estamos nosotros detallando programas y precisamente el error consiste en que no saben probablemente algunos señores que no están conformes con este asunto, lo que es un programa general; por más que se diga, esta Asamblea está perfectamente facultada para legislar en asuntos de programa general; vuelvo a repetirlo: el programa general no es más que la enumeración de las materias que deben enseñarse en una escuela. ¿Por qué entonces, cuando se trata, por ejemplo, de reformar los códigos, cuando se trata de reformar las leyes, porqué los abogados que están en la Cámara toman parte en estas discusiones y dan dictámenes relativos a ellas? ¿Por qué los profesores que estamos aquí en la Cámara, no hemos de poder hacer los mismo también? Cuando se trata, por ejemplo, de una cuestión de ingeniería, las comisiones relativas que están formadas por ingenieros, dictaminan también sobre el asunto, y ¿por qué tratándose de una cuestión de educación, en una cosa tan sencilla, no hemos de tomar también parte los profesores de la Cámara? Hay en la Cámara más de 25 profesores, probablemente hay más profesores que ingenieros y, sin embargo, se nos quiere evitar que tomemos parte en estas cuestiones. Un autor, una autoridad perfectamente reconocida en toda la República, en

su tratado de pedagogía dice lo siguiente, y para que se vea que tiene facultades la Cámara de diputados para legislar en la cuestión de educación. Dice así:

"La formación de los programas general y detallado, es de la incumbencia del legislador y de los cuerpos facultativos (escuelas normales, consejos de instrucción, inspección técnica, congresos pedagógicos)."

Aquí estamos nosotros haciendo el programa general y todo lo relativo a detalle, como, por ejemplo: distribución de tiempo, subdivisión del programa detallado, lo tendrá que hacer, naturalmente, el cuerpo consultivo que, en este caso, será la Dirección General. Simplemente, nosotros vamos a enumerar las materias que deben enseñarse, lo que no es un programa detallado; no nos vamos a ocupar de cuestiones técnicas correspondientes exclusivamente a el Directorio General. Para que se vea la fuerza de esta autoridad, diré su nombre el autor de esta pedagogía es el señor Enrique C. Rébsamen. Por otra parte, el señor Vizcarra dice que, conforme a la constitución, no podemos establecer sino escuelas Primarias. Esta ley se a formado exclusivamente para establecer estas escuelas especiales, que han funcionado mucho tiempo en las escuelas rudimentarias. Por lo mismo, pido a los ciudadanos diputados que reflexionen sobre los puntos que acabo de tratar y que, alejándose de todo punto extraño aprueben, la modificación que se hizo al artículo 4o. de la ley correspondiente.

El C. Ramos Pedrueza: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra.

El C. Ramos Pedrueza: Honorable Asamblea: Como miembro de la Comisión, vengo a sostener este artículo, fundándome en que, precisamente para no convertir a la Cámara en un congreso pedagógico, suprimimos la distribución de las materias y solamente expusimos el programa sintéticamente, dejando a la Dirección General de Educación Pública, que hiciera esta labor, para evitar discusiones de índole pedagógica, de carácter absolutamente, en el seno de la Cámara. El artículo constitucional que citó el profesor Vizcarra, dice que es obligación de los padres enviar a sus hijos a recibir instrucción primaria; pero si no hay escuelas, ¿cómo los van a enviar? Esta ley viene a llenar, precisamente, este vació; aun cuando sea obligatorio y constitucional, si no hay escuelas, no puede cumplirse con este precepto. Dada la dificultad que existe para esta creación de escuelas, y convencido de que debe uno luchar porque se haga lo posible y no realizar en toda su plenitud el ideal tan vasto y tan bello como el de la instrucción Pública en todas partes de la República, los autores de esta ley y al Comisión, de acuerdo con ellos, dictaminó en el sentido de que, ya que no es posible, porque sería sumamente difícil, al menos ya que si no es imposible, sí es sumamente difícil crear escuelas perfectas, como las que el profesor Vizcarra quiere, escuelas de instrucción primaria, es decir, escuelas que tengan seis años, primarias elementales y primarias superiores.....(Voces: ¡Cuatro años elementales!) cuatro años son elementales, pero con los dos, escuelas superior, una escuela que sea capaz de llenar ciertos fines, pues son seis años. Nosotros pensamos que la mitad, o sean tres años, venían, sino a llenar por completo este vació, sí no a llenarlo en parte; equivale como a que una muchedumbre hambrienta, a la que hay que alimentar, si no hay alimentos, si no hay posibilidad para nutrirla con manjares espléndidos, pues al menos con majares humildes, para que sacie su hambre. Así, la necesidad, el hambre, la falta de nutrición de nuestras clases infantiles proletariadas, debe llenarse, si no es posible en toda su plenitud, en parte al menos. Desde luego, escuelas primarias completas, perfectas, ideales, como las que el profesor Vizcarra desea - y hace bien en desearlas-, en la práctica es difícil realizar estas ideas; estas escuelas necesitarán un número mayor de profesores, locales más amplios, y los cuatro años de la escuela primaria elemental y los dos de primaria superior. Pensamos, pues, en que la instrucción rudimentaria en este caso, venía a prologar esa mejoría de las clases proletariadas infantiles, es decir: que si no se podía hacer en toda; se hiciese, al menos, la mitad de él Los elementos pecuniarios para una escuela en todas las fábricas, en todos los talleres, en todas las rancherías y en todas las haciendas, especialmente en pequeñas haciendas, en humildes rancherías y en pequeños talleres, no podrían sostener estas escuelas perfectas, y ya que no es posible esto, conformémonos con las otras, a las que el señor profesor Vizcarra llama, despiadadamente, caricaturas de escuela. Nos dice el señor profesor Vizcarra que, sabiendo algunos individuos leer, escribir y contar, son más peligrosos que algunos absolutamente incultos. Esto no me lo explico, ni mucho menos viniendo de un profesor, como lo es el señor Vizcarra, porque yo creo que podríamos darnos de santos, los que amamos la instrucción y comprendemos su trascendencia, con que todos los ciudadanos de la República supiesen, cuando menos, esto: leer, escribir y contar: sobre todo, leer, porque podrían leer buenos periódicos; sobre todo, leer, porque habiendo bibliotecas, aunque fuesen humildes, rudimentarias, puedo decir, pero con una colección de libros a su alcance, libros buenos; sabiendo leer, ya se despertarían en ellos ambiciones nobles de intelectualidad; podrían nutrir su intelecto en esas bibliotecas en sus horas de descanso. El señor licenciado Vasconcelos, en su proyecto sobre la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, trata también de las escuelas rudimentarias, aunque sea en la forma más humilde; trata de la redención espiritual de la raza indígena; trata de las bibliotecas, exponiendo, con una gran claridad, la necesidad de difundirlas, de desparramarlas, como una floración intelectual, por todos los ámbitos de la República, hasta los más altos riscos, hasta las más agreste montañas, hasta las más lejanas rancherías y hasta los más apartados rincones de la República, da una gran importancia a las bibliotecas; pero si el pueblo no sabe leer, ¿de qué le servirán esas bibliotecas? Absolutamente de nada .Hay un porcentaje alármente y doloroso de analfabetos y, por esto, digo yo que, simplemente realizando la conquista de que el pueblo mexicano en su totalidad supiese leer, escribir y contar, se abría dado ya un paso gigantesco hacia su redención espiritual, hacia su educación futura, por que sabiendo leer como podría leer buenos libros, y

los buenos libros son los mejores amigos y los mejores consejeros. Por esta razón, teniendo en cuenta esto no es sino un paso al cual seguirán otros en el camino del progreso intelectual de nuestro pueblo; teniendo en cuenta que esto no es sino el prólogo del gigantesco proyecto de la creación de la Secretaría de Educación Pública, con sus escuelas rudimentarias, y que esta ley no viene sino a prepararla, a iniciarla, a facilitara, por esta razón los autores de esta ley, entre los cuales tengo la honra de contarme, y la Comisión, entre la cual también me encuentro, sostenemos este proyecto; por que ya no es posible hacer el todo debemos, a lo menos, hacer una parte esencialísima es la educación de la juventud en las cuales, aunque sean muy humildes, para que la niñez desvalida de los campos, de los talleres de las haciendas, de las rancherías, comience su instrucción; no debemos exigir la perfección, ni una amplitud que no está al alcance del Erario, sino inmediatamente, con la mayor rapidez posible iniciar esto, que viene a dar, al menos una dosis de nutrición espiritual, a calmar esa hambre, a llenar esa necesidad tan imperiosa, que es la educación total, absoluta, de nuestro pueblo, y de sus clases infantiles.

El C. Franco: Pido la palabra en contra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manjarrez.

El C. Manzarrez: Ciudadanos diputados: Terminado al fin el periodo eminentemente guerrero de la revolución, sobre todos los espíritus, sobre todas las almas de la nación aparece el deseo vehemente de todas las clases sociales, absolutamente de todas, de laborar por la reconstrucción nacional. La lucha, pues, la tenemos planteada ahora en el campo de la política, en el campo de la instrucción, en el campo de la sociología, etcétera, etcétera. Pero examinemos en estos momentos las diversas tendencias que también en materia educativa aparecen ante la conciencia nacional: los reaccionarios o restauradores, los revolucionarios burgueses y los revoluciones socialistas. Los revolucionarios burgueses del tipo de Martínez de Escobar, de Manrique, etcétera, etcétera, que desearía colocar a la República en el mismo plano en que se colocaban los revolucionarios franceses después del 9 de Thermidor; los revolucionarios socialistas que, tomando como un paso hacia el ideal comunista, nos detenemos hoy por hoy en el socialismo democrático; y los reaccionarios o restauradores que desearían que el país, al reconstruirse, volviera en todas sus partes, en todos los órdenes de su vida a la misma situación en que hallaba antes de la revolución que se inició en 1910. Naturalmente cuando los revolucionarios socialistas no encontramos ante una ley que está llamada a educara a la niñez precisamente en los centros obreros nosotros tenemos que levantar nuestra voz y tenemos que tomar una participación activa a efecto de que los hijos de esos obreros estén debidamente preparados de acuerdo con la época. En estos momentos que son positivamente interesantes no sólo para la República Mexicana, sino para el mundo entero, en este momento en que viene uno de esos grandes choques que registra la humanidad, choques de civilización, nosotros debemos prepararnos, debemos preparar a nuestra niñez para que esté a la altura de esos nuevos ideales que apuntan a la Europa Oriental.(Aplausos.) Nosotros, pues, no podemos estar de acuerdo con esta parte de la ley que dice que se dará conferencias sobre el mejoramiento obrero; eso lo diría también una encíclica papal de León XIII. ¡No! Lo que necesitamos es que se haga algo más explícito, que se asiente algo que esté más acuerdo con la época. En los presentes momentos en que se aparece la lucha de clases, la lucha del proletariado y el capital, debemos colocar en la Ley de Educación un artículo para que el maestro enseñe al hijo del obrero la manera de defenderse en contra del capital, un artículo para que el hijo del obrero sepa comprender los nuevos ideales por los que lucha la humanidad. Para terminar esta peroración, diré que nosotros, si no hay quien presente un proyecto que pueda condensar mejor estas ideas, proponemos esto: entre una de las cláusulas de las materias que habrán de enseñarse en estas escuelas para los hijos de los obreros, deben señalarse clases sobre el mejoramiento de la clase obrera, preparándola para la lucha en contra del capital y enseñándole los nuevos ideales que apuntan en la humanidad.

El C. De Alba: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. De Alba: El hecho de que se haya presentado un programa general en los términos más amplios y completos que son dables desarrollar en un curso de tres años en una escuela rural, obedeció principalmente a la idea de la Comisión, de que estas escuelas no caigan en manos rutinarias que vayan a tratar de enseñar exclusivamente las cuatro operaciones aritméticas y a leer y escribir. Si el señor Manjarrez se fija en este programa, verá que es precisamente un programa que pudiera asemejarse un poco a aquellos programas de instrucción pública que soñó establecer el mismo León Tolstoi en Rusia: el programa de enseñar al aire libre y con la mayor emancipación posible; pero no es posible pedir más para hijos de campesinos y para hijos de obreros.

El C. Manjarrez, interrumpiendo: ¿Y por qué no?.

El C. De Alba, continuando: Irles a enseñar los conflictos entre el capital y el trabajo, me parece una utopía tan grande como decir que se les inicie en las teorías estéticas de Oscar Wilde, porque la estética es algo seguramente que no penetraría en forma íntegra, en forma sintética y compresiva en cerebros que tenemos que creer y aceptar desde luego que serán cerebros de una evolución retardada y difícilmente podrían ponerse a la altura de estas necesidades. Precisamente el señor profesor Vizcarra nos habla de que son más peligrosos los alfabetos a veces que los analfabetos y precisamente una cosa mal comprendida es la que da lugar a esa cosa perniciosa de los analfabetos; así es que nosotros no queremos colocarnos dentro del terreno de la utopia, sino que queremos colocarnos dentro del terciopelo práctico, y yo le suplico al compañero Manjarrez que se fije en que allí se habla de una escuela en la cual se dé preferencia a la enseñanza de observación y de aplicación inmediata; una escuela en la que la mayor su labor la va a desarrollar

en los campos, en la observación de las plantas, en la observación de las abejas, en la observación de los telares, en todas estas cosas que no se han hecho todavía entre nosotros. Ojalá y todas las escuelas primarias de la República se pudieran poner a la altura de estas necesidades de la escuela rusa, de la escuela sueca o de las escuelas que establecieron definitivamente las labores manuales, que es algo que trata de hacer esencialmente prácticos y no teóricos, y precisamente eso decía Tolstoi, que esta educación pública la enseñaban las clases dominantes para asegurar la educación ab eternum de todas las clases oprimidas. Hay que tener en cuenta todas estas cosas y, sobre todo, si hemos pensado que puede haber algunas dificultades para establecerlas, me parece que si en el programa se dice habilitar suficientemente o despertar suficientemente a los obreros que se enfrenten o para que luchen contra el capital, con todos los prejuicios, con todas las tendencias retardatarias de nuestras clases elevadas en el terreno capitales, seguramente encontrarán una dificultad mayor para establecer esta escuela.

El C. Ramos Pedrueza: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra.

El C. Ramos Pedrueza: ¿Me permite el diputado Manjarrez que lo interpele?

El C. Manjarrez: Con mucho gusto.

El C. Ramos Pedrueza: ¿Tiene usted la bondad de decirme en qué clase de revolucionarismo o de filiación política o social me cataloga?

El C. Manjarrez: De acuerdo con los antecedentes que tengo de su señoría, podría catalogarlo entre los revolucionarios socialistas; pero de acuerdo con la ley que ha signado su señoría, me permito catalogarlo entre el número de los revolucionarios burgueses. (Aplausos.)

El C. Ramos Pedrueza: ¿Tiene la bondad el señor diputado Manjarrez de informarme a qué ramo de la ciencia se podría...?

El C. Vizcarra: ¿Ya te está examinandos?

El C. Ramos Pedrueza: No tiene esto el carácter de examen; se trata nada más de orientar el criterio de la Asamblea, comenzando por orientar el mío. ¿En qué ramas de los conocimientos humanos podrían incluirse esas clases o prédicas a los hijos de los obreros y campesinos?

El C. Manjarrez: No entendí bien la interpelación en su parte final.

El C. Ramos Pedrueza: ¿En qué rama de la ciencia, en qué parte de los conocimientos humanos, de las ciencias conocidas, podrían incluirse las pláticas, conferencias, cursos, o como se les llame, sobre el mejoramiento de las clases obreras y de los campesinos dadas a los hijos de uno y de otros?

El C. Manjarrez: La escuela, podríamos llamarla, debe llamarse escuela racionalista para obreros, porque no se les va a enseñar, como antes, a dejar en libertad para que crean lo quieran, sino que se les debe encaminar por el lado en que está la justicia, por el lado en que está la verdad y por el lado en que está la razón. Ya la escuela laica es atrasada; ahora apunta una nueva escuela, que es la escuela racionalista.

El C. Ramos Pedrueza: Mi pregunta es ésta: ¿a qué ciencia: a la social, a la historia, a la moral, a cuál?

El C. Manjarrez: A la sociología; creo que tiene más puntos de contacto con la sociología.

El C. Ramos Pedrueza: Ya que el señor Manjarrez me hace el honor de creerme revolucionario, la cuestión de matices no me importa, sino la esencia; no creo que sea sospechable mi palabra en este caso, movida sólo por mi conciencia, por mi modesta experiencia de profesor. La otra vez, al tratarse de este punto, defendí la necesidad de que los niños lo fuesen hasta cierta edad; hoy creo un deber de conciencia venir a confirmarlo, es decir, ratificar lo que expuse ante esta honorable Asamblea. Yo no encuentro punto de contacto alguno entre el revolucionarismo y la niñez: si se tratase de la adolescencia, cambiaría de opinión; cuando el hombre comienza a serlo, aunque sea en la edad más temprana, es tiempo ya de iniciarlo en estas cosas; pero el niño, el niño es sagrado en este sentido; de no enseñarle razonadamente los elementos, al menos, de una ciencia, nos exponemos a impulsar a estos niños, según su temperamento, quizá al delito, al desorden o a una verdadera locura social. Yo quisiera que los más extremados revolucionarios, llámense socialistas o anarquistas, como se les quiera llamar, reflexionasen en el peligro que hay en que un niño en edad escolar y en cursos de tres años, vaya a estudiar esos problemas tan serios y tan fuera de su edad y de su tiempo. La edad escolar, nos dice la pedagogía, es de los siete a los quince años. Vamos a suponer que un director de estas escuelas, teniendo en cuenta el analfabetismo que reina en las escuelas, procura que los niños, a los siete años, vayan a estas escuelas rudimentarias, que afortunadamente se implantarán dentro de unos meses; tenemos, pues, al niño a los siete años de edad, y terminando su curso a los diez años, es decir: de los siete a los diez, edad en que aún no se inicia siquiera la adolescencia. El señor diputados Manjarrez ha dicho que esta rama de la ciencia pertenece a la sociología. ¿Qué no es verdaderamente triste o ridículo, señores diputados, que nos llamemos revolucionarios y queramos enseñar sociología, sin preparación alguna, a un niño de siete a diez años?

El C. Manjarrez: Elementos nada más.

El C. Ramos Pedrueza: Sí, señor; elementos, pero que requieren preparación.

Por otra parte, vuelvo a interrogar al ciudadano Manjarrez: ¿No tiene fe en la instrucción cívica y en la Historia Patria, como ejemplos, comentadas las lecciones, no fríamente dadas, no una cartilla de Historia Patria o una cartillas de instrucción cívica, como se da, con unos cuantos artículos de la Constitución, división de poderes, etcétera, sino como debe darse? Y aquí entra lo que en otra ocasión decía: la deficiencia del personal docente no debe afectar a la voluntad de una ley. Un personal docente completamente moderno, preparado pedagógicamente y en condiciones apropiadas para confiarle a esta niñez de los campos y de los talleres; un director de escuela de criterio revolucionario, sincera y honradamente liberal, enseñara a estos niños las lecciones de la Historia Patria y por Historia Patria entendemos hasta los últimos acontecimientos, porque todo lo pasado aunque sea reciente,

pertenece ya a la Historia y por instrucción Cívica debe entenderse la educación e instrucción del ciudadano en todos los momentos de la vida: en la escuela, en la calle, en los sitios públicos, y en las ceremonias, en las fechas gloriosas, en el hogar y en todas partes. Hay ahí elementos de sociología, pero en una forma menos alarmante y peligrosa que esas clases que no puede entender un niño de siete años. Si la instrucción cívica y la Historia Patria deben enseñarse cálidamente con el amor con que deben enseñarse estas ciencias, por ejemplo, un maestro al hablar a los niños de la Revolución maderista, de la Reforma, de la Independencia, de los movimientos sociales de nuestra patria, ¿no encajará perfectamente estos rudimentos de mejoramiento de la clase obrera, al explicarle los orígenes y los resultados de esta Revolución? Como he dicho en todos los momentos en que la instrucción Cívica tiene que preparar la vida del ciudadano, ¿no encajará perfectamente, sin la pretensión de enseñar al niño sociología de una manera tan amplia? Protesto, a pesar de mi intenso revolucionarismo, contra esto, que me parece o una locura o un delito. La niñez representa, se ha dicho mucho y es un bello símbolo, la primavera de la vida. Estas cosas dolorosas, estas infamias de la tiranía, estas amarguras del proletariado oprimido, de las clases bajas explotadas, todo esto que despierta rencor, odio y anhelos de destrucción y que es tan peligroso despertar en el alma del niño, esto representa el otoño o el invierno de la vida. Insisto aquí en lo que dije ya :¿le van a enseñar al niño después de esa primavera, el estío con todas sus tempestades, con su fieras borrascas? Ya vendrá el otoño con todas sus melancolía, ya el invierno con todos sus hielos; pero antes dejémoslo en esa edad diáfana de la primavera, no tratemos de destruirla en los niños que sueñan, que juegan y que cantan; dejémoslos en la primavera y no les hablemos de estas cosas; no, señores, por respecto a la naturaleza, por armonía y por orden de la naturaleza; al menos, porque no debe nevar en la primavera. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Salazar.

El C. Salazar: Las personas que han tratado estos puntos, los han tratado de vista sociológico; hablan de sociología y de escuelas primarias. No se trata de dar sociología en las escuelas primarias; la sociología tiene su lugar especial en cursos determinados ya en los escuelas profesionales; en las escuelas primarias no se enseña sociología. Quiere decir que se desconoce hasta la índole de la escuela primaria. Desde dos puntos de vista puede verse el problema: el uno es con la mirada del poeta. ¿Quién no recuerda las bellisimas páginas de Gutierrez Nájera, cuando comparar el niño con un pomito de perfume que hay que destapar poco a poco? Y los otros son los que ven al niño desde el punto de vista, de las necesidades sociales, desde el punto de vista de la necesidad que hay de prepararlo para la lucha por esa misma vida; los unos quieren encerrar al niño en cuatro paredes,negarle todo lo de la vida, alejarlo, poner un cordón sanitario entre ellos y la realidad; y los otros son los que, con un espíritu avanzado y progresista, van poco a poco iniciándolo en los problemas de la vida misma. ¿Qué sucede, señores diputados, cuando salimos de la escuela? Que nos encontramos completamente a obscuras de esos problemas sociales. Podrían aquí citar numerosísimos ejemplos.

Cuando el niño sale de la escuela está inutilizado para la, misma vida; aquí tenemos, por ejemplo, centros educativos en los cuales se pregona urbi et orbe que se prepara a la niñez para la vida, y no es cierto; si un niño abandona la escuela superior y sale a luchar en sociedades, es un individuo perdido; no está preparado para nada; sólo tuvo en sus manos manuales escolares que no lo pusieron en contacto directo con la vida, y cuando él pretenda emprender la lucha, fracasará la inevitabilidad. ¡Cuantos individuos pasaron por escuelas preparatorias, pongo por caso, que estuvieron estudiando tres o cuatro años y salieron de allí sin saber casi nada, porque no hicieron un curso de matemáticas bien hecho, ni un curso de pedagogía bien hecho, y están completamente inadaptados para la vida! ¿A dónde van? Al empleo o a buscar la vida en otro sentido, porque la escuela no los preparó, y muchos, aun después de recibir un título como profesionistas, un título de abogado o de médico, ¡Cuántas veces al salir de la vida, doctores hay que difícilmente saben recetar, no digo en enfermedades de diagnóstico difícil, pero ni una purga, Y cuántos abogados hay que tienen que vivir como parásitos sociales! Esto tratamos de evitar: que las escuelas sigan siendo un centro nada más de lujo, sino que sean un centro donde el niño se prepare debidamente para la vida. Todo depende del talento, de la cultura del maestro en tratar estos asuntos. Lo relativo al obrero de que tanto se ha hablado, cabe perfectamente en la cuestión de la Instrucción Cívica; si en la Instrucción Cívica se dan al alumno nociones sobre los derechos del ciudadano, por lo mismo allí cabe; de ahí que la Comisión haya colocado en forma de Asamblea este tema relativo a los obreros.

Claro está que si el patrón va a sostener una escuela, este patrón forzosamente va a procurar que no se diga nada al niño respecto al conflicto que vendrá; son las dos luchas de las clases, la clase trabajadora y el capitalista. Hacia allá tendemos nosotros cuerdamente, a ir preparando al obrero para que, conociendo sus derechos, también sepa exigirlos y entonces no se lance con la dinamita, por que la dinamita será bendecida por el obrero, porque el maestro no supo señalarle sus deberes (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Camarena, miembro de la Comisión.

El C. Camarena: Dos puntos de han discutido esta tarde en lo que se refiere al artículo 4o. del proyecto que está a vuestra consideración. El primero se refiere a si la Cámara de Diputados debe ocuparse en formar un programa de estudios, o esta comisión debe quedar encomendada a un cuerpo técnico.

Respetando, como siempre he tenido la costumbre de hacerlo, la opinión de la prensa, la opinión de los señores periodistas, así como representado la opinión de los compañeros profesores que vienen a hacer uso de la palabra, debo manifestar que a mí no me parece en lo absoluto pedestre que una Cámara de Diputados se ocupe en discutir un

programa. No insisto más en este asunto, sólo quiero recordar a la Asamblea que deseo que todos vosotros tengáis en consideración que anteriormente los programas salían ya aprobados, los programas -entiéndase bien, las leyes que iban a regir dentro de las escuelas- salían aprobadas conteniendo los programas de estudios, y si estos programas nunca se discutían, era simple y sencillamente porque en la Cámara no había maestros; ahora que los hay, es muy natural que se discutan los programas. Es un hecho que me parece importante, porque es un hecho que siempre han salido los programas de la Cámara de Diputados para las escuelas; nada más que anteriormente no se discutían y actualmente sí se discuten; esa es la diferencia. Pero hay otro punto y digo que éste me parece que ya está completamente dilucidado, y que la Asamblea se inclina precisamente a aprobar el artículo tal y como la Comisión ha tenido el honor de presentarlo ante vuestra consideración. Pero ha asomado otro punto que me parece en cierta manera más importante por su trascendencia: un pequeño grupo de la Cámara pretende aprovecharse de estas escuelas que se van a establecer en las haciendas, en los ranchos y en las fábricas, con el fin de desarrollar ciertas tendencias, y ese punto sí es muy importante; por que hay que hablar con toda franqueza, señores diputados: se trata de hacer obra bolchevique dentro de las escuelas, y eso la Comisión no lo puede permitir.

El C. Manjarrez, interrumpiendo: ¡Pues debe hacerlo!

El C. Camarena: ¿Por qué no lo permite? Voy a explicarlo francamente, y yo no necesito de ninguna manera preguntarle al señor diputado Manjarrez en qué grupo me cataloga, no necesito preguntárselo, porque yo tengo la conciencia de mis ideas y en consecuencia, no necesito que nadie me diga a qué grupo pertenezco; pero voy a interrogar al diputado Manjarrez en este sentido: ¿Qué le parecería que en los programas de estudios se pusiera una cátedra de religión católica o protestante?

El C. Manjarrez: Como la religión católica y la protestante están en contra de la verdad, indudablemente que me parecería muy mal....

El C. Camarena: ¿A juicio de quién? (Voces: ¡Del bolchevique Manjarrez!)

El C. Manjarrez: ¡Sí, señores, sí los soy! Y no vengo a decir al otro día a los representantes de la prensa que no dije lo que dije; lo que digo lo sostengo. El socialismo está basado en la verdad y en la razón; como el socialismo, según lo dije antes, es una nueva civilización que se impone en contra de los prejuicios, aun patrióticos, que nos ha legado la civilización occidental, por esto es por lo que he pedido que se pongan franca y abiertamente, y no me importa fracasar aquí, esas cátedras, llámeseles racionalistas, bolcheviques o como cuadre.

El C. Camarena: Pues bien, debo confesar, y conste que nunca he venido a esta tribuna a alardear de revolucionario, ni nunca he venido a alardear tampoco de socialista, diciendo que he apoyado a las clases trabajadoras en tal o cual sentido; pero si me parece la oportunidad de declarar solemnemente ante ustedes que una de las tendencias dominantes de mi vida ha consistido en ayudar al obrero por cuantos medios han estado a mi alcance... (Voces: ¿Pruebas!) Sin embargo, declaro que no profeso las tendencias bolcheviques y si las profesara no vendría a sostenerlas como miembro de una Comisión; no podía sostener estas ideas dentro de un artículo derivado de otro constitucional, porque eso significaría hacer una labor sectarista dentro de la ley. ¿Con qué derecho a proteger la tendencia bolchevique dentro de estas escuelas, y por qué no protegemos la tendencia liberal o cualquiera otra dentro de estas escuelas? El espíritu liberal, el espíritu ampliamente liberal es el que debe predominar en esta ley, y es el que nosotros venimos a sostener. El señor diputado Manjarrez, pretendiendo exhibir sus conocimientos en materia escolar, nos ha hablado de la escuela racionalista y nos ha dicho que la escuela racionalista está caracterizada porque se enseña allí la razón, porqué se enseña la verdad. Señores: Es cuestión de palabras únicamente(Voces: ¡No! ¡No!) Es cuestión de palabras; yo puedo demostrar que es cuestión de palabras únicamente. ¿Qué, en la escuela liberal en que nosotros nos educamos no se nos enseño la razón, no se nos enseño a descubrir los senderos de la verdad? (Voces: ¡No! ¡No! ¡Sí, como no!)

El C. Manjarrez: Desde luego estamos dentro del prejuicio de la patria.

El C. Gómez Rodrigón: Se enseñan las mentiras convencionales.

El C. Altamirano: Se enseña a rezar el Padre Nuestro los sábados.

El C. Camarena: Pero haciendo a un lado estas ideas que acabo de exponer, debo manifestar que hay otra circunstancia que debe tomarse en consideración para no aprobar las conferencias sobre bolchevismo que nos acaba de proponer el señor diputado Manjarrez, y es ésta: ¿Consideran ustedes ...

El C. Castrejón, interrumpiendo: ¡No sabe usted lo que es bolchevismo!

El C. Camarena: Le ruego al señor diputado Castrejón que no interrumpa; que sea un poco más cortés. Es está la circunstancia que quiero apuntar: ¿Qué clase de profesores van a tener a su cargo estas escuelas, que pueden llamarse rudimentarias, señores? Se entiende que son profesores de lo más humilde en materia de conocimientos; profesores que apenas, apenas están preparados para ir a impartir esta enseñanza a las escuelas. ¿Y les vamos a exigir a ellos que den conferencias sobre temas sociológicos? Porque aunque el señor Profesor Salazar venga a decirnos en esta tribuna que no se trata de sociología, sí, señores, se trata de sociología, se trata de enseñársela a la niñez, precisamente en una forma fácil; y lo más difícil para los profesores de las escuelas, es enseñar, justamente, esas cosas que a nosotros nos parecen fáciles. De manera que los profesores que van a tener a su cargo escuelas, son maestros que apenas cuentan con los conocimientos necesarios para irnos a impartir. ¿Y vamos a exigirles estos conocimientos? Allí tienen ustedes una dificultad material. Por otra parte, La Comisión no está dispuesta, de ninguna manera, a mostrarse sectarista y a proteger la tendencia bolchevique dentro de estas escuelas.

El C. Ramos Pedrueza: Pido la palabra, como miembro de la Comisión, para hacer una aclaración.

El C. Vizcarra: Pido la palabra.

El C. Salazar: Pido la palabra, señor presidente.

El C. Ramos Pedrueza: No hay que confundir...(Campanilla.)

El C. presidente: ¿Para qué quiere usted la palabra? (Dirigiéndose al C. Salazar.)

El C. Salazar: Para interpelar a la Comisión.

El C. Ramos Pedrueza: Yo antes quiero hacer esta aclaración, como miembro de la Comisión. No se debe confundir la parte de la niñez con los adultos; el programa va a abarcar ambas ramas. El señor diputado Manjarrez puede estar tranquilo, pueden cesar sus inquietudes; las conferencias pueden darse a los adultos, pero no a los niños. Insisto en interpelar al ciudadano Manjarrez para que me diga qué relación hay entre un niño recién nacido y la Revolución.

El C. Manjarrez: Me voy a permitir decir a su señoría que deduzco de la interpelación que me ha hecho, que no ha vivido mucho tiempo en los centros fabriles o entre los campesinos. El campesino cuando más llega a los diez años y se va al trabajo; el campesino no vendrá jamás a la escuela secundaria; el campesino no hace más que recibir las primeras nociones que se le pueden inculcar en la niñez. Si, pues, estamos ante estas circunstancias y no vamos a prepararlo en estos momentos, en que, pésele al señor diputado Camarena, está apareciendo una nueva civilización, y esta civilización dentro de algunos años forzosamente habrá tenido que triunfar, ¿qué vamos a hacer de nuestros niños, de nuestros jóvenes y, sobre todo, de los hijos de los obreros y de los campesinos, si los hemos educado dentro de los sistemas, liberales o laicos, que nos han propuesto los diputados del pro?

El C. Ramos Pedrueza: Pues bien; el señor Manjarrez no ha contestado mi interpelación, porque no puede haber nada de común ni de relación entre la Revolución y un niño recién nacido o de pocos meses de edad.

El C. Manjarrez: Las escuelas no son para esos niños de tres o cuatro meses.

El C. Ramos Pedrueza: Está probado que la inconsciencia de un niño recién nacido, es casi igual a la de un niño de siete años; obran por instinto y, puede decirse, que están en las mismas condiciones. (Voces: ¡No!) Por lo tanto, al comenzar un niño su edad escolar, es un absurdo, es monstruoso y es antipedagógico querer enseñarle sociología, sin la preparación debida, sin enseñarle antes la Historia, la moral, etcétera, como es un absurdo querer enseñar trigonometría rectilínea sin saber sumar antes. En consecuencia, tengamos en cuenta que, a los adultos, se les podrán dar estas conferencias; la Comisión, por mi parte, no se opone a ello; pero no a los niños, porque a los niños, vuelvo a repetirlo, no debe hablárseles de venganzas, rencores, desencantos, pesimismos, escepticismos; es hasta criminal hablarles de estas cosas; los niños, hasta la adolescencia, son sagrados; debe educárseles, pero teniendo en cuenta que esa educación debe estar en relación, en armonía; debe dejárseles con sus sueños, con sus cantos, con sus juegos. ¡Es un crimen pretender que los niños sean hombres antes de tiempo! La misma naturaleza va por grados: así como viene la primavera con sus explosiones de botones y capullos; el estío con sus tempestades; como viene el otoño con sus melancolías, y el invierno con sus desgarradoras tristezas, así viene la niñez, la pubertad, la adolescencia, la plenitud, el decaimiento y la vejez. ¿Por qué traer anticipadamente a los niños desencantos, rencores y pesimismos, cuando no debe pensar más que en sus juegos y en sus cantos? Vuelvo a repetir que esto es hasta un crimen, y que no debe nevar en primavera.

(Aplausos.)

El C. Vizcarra: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Vizcarra: Señores diputados: Voy a permitirme hacer algunas consideraciones, a efecto de interpelar después al ciudadano profesor Ramos Pedrueza, y estas consideraciones voy a hacerlas al margen de su discurso, que llamaré de las cuatro estaciones. Antes diré que ya me esperaba que el señor Camarena, que camina como el cangrejo, se asustara de las escuelas racionalistas. Estoy seguro que el señor Camarena no tiene, ni por curiosidad, en su biblioteca, el libro titulado "La Escuela Moderna", de Francisco Ferrer Guardia, que es el libro que dio nuevas orientaciones a la pedagogía moderna. Todos los pedagogos que no se inspiran en la nueva psicología, que no se inspiran en los nuevos estudios y en los adelantos de la ciencia, son pedagogos rancios. El señor Camarena se asusta de algo de que no debe asustarse, y de algo de que él ha hablado a veces, sin saber de qué habla. Yo muy especialmente suplico al señor Ramos Pedrueza se sirva decirme si la Escuela Nacional de Medicina, por ejemplo, y la Escuela de Jurisprudencia son o no escuelas especiales.

El C. Ramos Pedrueza: Sí son.

El C. Vizcarra: ¿Son o no escuelas especiales las que tratan de instituirse especialmente?

El C. Ramos Pedrueza: No son.

El C. Vizcarra: Pues el proyecto dice que sí son especiales.

El C. Ramos Pedrueza: Rudimentarias. (Siseos.)

El C. Vizcarra: Entonces son especiales, no están dentro de ningún programa, y como nosotros no legislamos en materia de programas de esas escuelas especialísimas, yo suplicaría atentamente a la Asamblea, que se está dando cuenta de la dificultad que hay para que puedan ponerse de acuerdo todos los legisladores en un programa para estas escuelas, que de éstos se encargaran los consejos de educación. Todos los que tienen la idea de la federalización de la enseñanza, saben que el Congreso delegará, si no, por decirlo así, todas sus facultades legislativas en materia de educación, sí la mayor parte, en los consejos de educación, y según el proyecto del señor Vasconcelos, se formará primero por los representantes de los maestros de los municipios, el Congreso de Educación del Estado, al cual pertenezcan los municipios y luego los congresos del Estado nombrarán sus representantes al Congreso Central de Educación, que residirá en la capital de la República. Así, pues, ya ven los señores diputados cuánta dificultad hay para que no tan sólo se pongan de acuerdo los maestros que están en esta Asamblea, sino mayormente los ciudadanos diputados y, en tal concepto, la Cámara de

Diputados debería aprobar, sencillamente, que estas escuelas se sujetaran al programa de la instrucción primaria elemental, y poner este proyecto en manos de los directores generales de instrucción Pública, para que ellos carguen con la responsabilidad legislativa de la materia que enseñan. (Aplausos.)

El C. Franco: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Franco.

El C. Franco: Si este Congreso ha de hacer una verdadera obra de reconstrucción nacional, tiene que resolver dos problemas importantísimos: el problema de los latifundios, o sea el de la repartición de tierras, pero en una forma racional, en una forma sensata que aumente la producción del país y, por lo tanto, la capacidad económica del mismo, y también tiene que resolver el problema de la educación pública de este país, en el cual millones y millones de hombres no saben ni leer ni escribir. Sentado este precedente, explico por qué a pesar de mis penas, a pesar de cierta enfermedad que padezco, vengo con todo entusiasmo a tomar parte en este debate y a opinar en contra de la proposición que ha presentado la Comisión a la aprobación de esta honorable Asamblea. El entusiasmo de los revolucionarios constituyentes de Querétaro los llevó a decir, los llevó a pensar, los llevó a legislar en una forma enteramente fuera de toda posibilidad económica, de toda posibilidad social, diremos aún: de toda posibilidad pedagógica. Uno de los artículos de la Constitución dice terminantemente, el artículo 31:

"Son obligaciones de los mexicanos:

"I. Hacer que sus hijos o pupilos menores de quince años concurran a las escuelas públicas o privadas, para obtener la educación primaria elemental y militar..." De modo que si esta es una obligación de cada ciudadano, es menester proporcionar la manera de que la cumpla, la manera de que la realice y, señores, tengo la pena de decir a ustedes que probablemente no hay en todo el país el número de profesores competentes, de profesores normalistas que pudieran impartir una verdadera enseñanza primaria elemental. Esto es un error, en mi concepto, de los constituyentes de Querétaro; pero es una ley, y como es una ley, a esta ley debemos atenernos. El artículo 123, en su fracción XII, dice:

"En toda negociación agrícola, industrial, minera o cualquiera otra clase de trabajo, los patronos estarán obligados a proporcionar a los trabajadores habitaciones cómodas e higiénicas, por las que podrán cobrar rentas que no excederán del medio por ciento del valor catastral de las fincas. Igualmente deberán establecer escuelas, enfermerías y demás servicios necesarios a la comunidad."

Luego estas negociaciones agrícolas, industriales o de cualquier naturaleza que sean, están obligadas a establecer escuelas; pero, ¿qué clase de escuelas?: las escuelas primarias elementales. (Murmullos.) Concordando el artículo 31 con el artículo 123, esto es lo que debe ser; pero estamos seguramente, en mi concepto, ante una imposibilidad; sin embargo, por lo que se refiere al Distrito Federal y a los Territorios, probablemente no al de Quintana Roo, porque habría de ser muy difícil conseguir maestros para lugares tan insalubres y tan poco poblados como es Quintana Roo, sí podemos conseguir maestros, y en ese sentido insisto en que se debe hacer en esta Cámara, se debe establecer que la escuela debe ser primaria elemental y de ninguna manera bajo el programa que presenta la Comisión. Además de eso, hay una razón de orden sociológico: el Distrito Federal, puede decirse, es el cerebro del país, de aquí es de donde puede brotar la luz, de aquí es de donde pueden brotar las mejores enseñanzas, los más grandes adelantos para el país, y si esto debe ser así, en el Distrito Federal es necesario que ayudemos a las generaciones que se han de levantar en el Distrito Federal, proporcionándoles una escuela primaria elemental a todos los niños, para que verdaderamente vengan a desempeñar después sus labores en el porvenir, con todos los medios, con todos los elementos, con todos los recursos que las negociaciones industriales en su caso o los ayuntamientos en su caso o el Gobierno, puedan establecer. De otro modo tendríamos en el Distrito Federal un gran número de niños que no supieran leer ni escribir, o que apenas tuvieran los conocimientos rudimentarios de lectura, escritura y las cuatro primeras reglas de aritmética, en cuyo caso la instrucción sería insuficiente. Es necesario que pensemos que el Distrito Federal debe ser el representativo del país y por esto insisto que debe ser el programa de escuela primaria elemental. Ahora, ¿cuál debe ser ese programa?

El C. Camarena: ¿Me permite la palabra el orador para una pequeña interpelación?

El C. Franco: Con todo gusto.

El C. presidente: Tiene usted la palabra para una interpelación.

El C. Camarena: Tiene la amabilidad su señoría de indicarme, ¿qué elementos, en su concepto, determinan la característica de una escuela elemental?

El C. Franco: El programa de instrucción pública debe determinarlo; hay una ley de instrucción pública y esa ley de instrucción pública señala cuáles son las materias que se tienen que estudiar en la escuela primaria elemental, y esa ley es la que debe regir para las escuelas primarias elementales.

El C. Camarena: Debo agregar que en tiempo de don Justo Sierra, cuando el Ministerio de Instrucción Pública estaba regido por el maestro eminente don Justo Sierra, hubo una época en que la Escuela Elemental comprendía cinco años; ahora comprende cuatro, ¿y por qué no podría comprender tres?

El C. Franco: No lo sé, pero es natural que el cuerpo técnico es el que tiene que resolverlo; yo no me refiero al número de años, que bien pueden ser tres, cuatro, cinco, la ley establece tres, cuatro o cinco años, y, además, las materias que se deben estudiar en el primero, en el segundo, tercero o cuarto año; a esa ley es precisamente a la que deben sujetarse estos niños y es absolutamente inútil que nosotros estemos discutiendo aquí el asunto, porque si la ley dice que deben establecer escuelas primarias elementales y hay otra ley que dice lo que es una Escuela Elemental, entonces la Comisión se está saliendo de su labor, de su trabajo.

Esta es mi humilde opinión. Ahora, por lo que se refiere a la proposición del compañero Manjarrez, respetando, como respeto profundamente, todas las ideas, cualquiera que sea su color, porque para mí en esta Cámara propiamente no hay reaccionarios, sino simplemente para hacer pasar proyectos de ley o leyes que no tienen nada que ver con la reacción o para hacer salir a algunos individuos que no son precisamente reaccionarios, sacar de aquí, más bien dicho, a individuos que no son precisamente reaccionarios y meter a otros que no sean ni medianamente liberales; pero se toma esto como caballito de batalla y es necesario que nosotros entendamos que debemos ser liberales en el más amplio y hondo sentido de la palabra, respetando todas las opiniones, abriendo nuestras conciencias a todas las luces, a todas las esperanzas, a todas las ideas. (Aplausos.) Yo bien sé, señores, que una ola, una ola inmensa y poderosa avanza sobre todo el mundo, y yo creo, con muchos, que debemos abrir canales antes que venga esa ola a destruir, antes que venga esa ola a deformar, a acabar verdaderamente con todo lo que existe. Debemos abrir canales por los cuales pueda escurrir el agua de esa ola, protegiendo a todos, vigorizando a todos, alentando a todos, porque es necesario que no hagamos ya en el país obra de destrucción, sino que hagamos obra de reconstrucción nacional y la podemos hacer, ¿salvando a quién?, salvando al ignorante, llevándolo a la escuela. Si nosotros conseguimos hacer una obra de tal naturaleza aquí al tratar del latifundismo, proporcionándole pan a los que no lo tienen, a los que no lo tienen sino de una manera muy escasa; si podemos impedir que haya hambres en el país, más o menos periódicas, y que haya gentes que casi no visten y que puede decirse que casi no comen, entonces habremos hecho una gran obra de reconstrucción nacional; entonces sí podremos haber tenido el orgullo de pertenecer a esta Legislatura, y si llevamos a la niñez hasta las esferas del ideal, del entusiasmo de la vida y de la lucha por la vida, entonces, señores, podemos estar orgullosos de nuestra labor, cualesquiera que sean los juicios de nuestros enemigos personales o de los enemigos de esta colectividad; pero no estoy conforme con la idea del compañero Manjarrez. Yo opino, con el señor Ramos Pedrueza, que al niño debe respetársele su conciencia, que al niño debe respetársele su inocencia, teniendo presente su edad; no ahora, señores, que hace muchos años recuerdo haber leído un artículo primoroso del gran escritor José Salgas, que principiaba con estas palabras: "Ya no hay niñez..." Y, señores, sería terrible, sería verdaderamente terrible, sería verdaderamente doloroso, sería malo, sería perjudicial para la misma niñez y para los intereses de la patria amada; sería perjudicial inculcar en los niños más o menos sentimientos de odio, sentimientos de ...

El C. Manjarrez, interrumpiendo: ¡Son de amor!

El C. Franco, continuando: No lo sabe usted cómo lo hará el maestro; no es el maestro usted, usted podrá enseñar doctrina de amor, porque sabe ser socialista, porque realmente el mismo Cristo fue un socialista, fue el que dijo que se repartieran las riquezas...

El C. Manjarrez: Eso es lo que se quiere que haga la Comisión.

El C. Franco Abraham: ¿Y sabe usted que así serán los maestros? No, señor; los que están imbuidos en la literatura roja de cincuenta centavos, en la literatura barata, muchos de ellos son incapaces de comprender las finalidades de la vida, son incapaces de comprender a dónde se va; usted sí lo sabe, yo sí lo sé, y yo quiero, yo quisiera, no que bajemos los que estamos arriba, sino que suban los que están abajo; yo quiero que todo el mundo se coloque en un plano superior intelectual, (Aplausos.) en un plano superior económico, en un plano superior moral, pero para esto no necesitamos que los que son superiores en moralidad, que los que son superiores en inteligencia, que los que son superiores en riqueza, se conviertan en pobres, en malvados y en inmundos; levantémonos y digámosles a todos los que están caídos como Cristo dijo a Lázaro: "Levántate y anda"; pero no les digamos que a los que están levantados los hagan poner de rodillas, porque eso también es contra los intereses del país y es también contra los intereses de la humanidad. Aquí en este país tenemos tal cúmulo de riquezas, es tan grande la extensión del país y somos tan pocos habitantes, que no necesitamos revolucionar en esa forma, no necesitamos revolucionar en una forma de destrucción; necesitamos simplemente enseñar al indígena cuáles son sus derechos y cuáles sus obligaciones; necesitamos enseñar al obrero que tiene derechos que ejercitar, pero que tiene también responsabilidades que aceptar si perjudica a los intereses sociales, si perjudica a los intereses de la colectividad, si hace en lugar de obra buena, obra de destrucción; se comprende la destrucción cuando se oponen las fuerzas, pero esta Asamblea es esencialmente, en su inmensa mayoría - yo lo puedo garantizar -, una Asamblea revolucionaria, seguramente que la mayoría, aun aquellos a quienes se llama "de las derechas", aun aquellos a quienes se les dice reaccionarios, difieren en los medios para llegar a la realización de estos fines; pero todos sabemos que el ignorante debe ser ilustrado, y esta es una verdad. La Constitución de Querétaro, al haber establecido que los mexicanos, como ciudadanos, tienen la obligación de mandar a sus hijos a la escuela, es un precepto muy alto que coloca a los constituyentes de Querétaro en un plano muy elevado, en el orden político; pero nosotros debemos entender una cosa: que si estamos consecuentes en cuanto al fin, no participamos tal vez de los mismos medios, ¿y sabe usted, señor Manjarrez, cuáles son los medios con que yo puedo creer, con los cuales se puede levantar a este pobre país, con los cuales se puede levantar a los humildes y a los ignorantes? ¿Cómo sabe usted ni ninguno de los que pueden criticar de qué manera puedo pensar en levantar a esa gente y si estoy o no conforme con las ideas vuestras?

El C. Manjarrez: Pido la palabra para contestar.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manjarrez: Desde que hablé en esta tribuna, dije que si había algún compañero que tuviera otros medios más prácticos que implantar, que los propusiera; si el señor Franco tiene otros medios como lo está diciendo, yo le agradecería mucho los

expusiera, se tarda en no haberlos expuesto ya. Si yo he pedido que se especifique en la ley, es porque precisamente los maestros nos han venido a dar una muestra, salvo su señoría, y salvo algunos otros, de que son revolucionarios; pero revolucionarios eminentemente burgueses, así los maestros que están aquí en la Cámara no entienden como usted y como yo el socialismo como doctrina de amor, como doctrina de igualdad, como doctrina, en fin, de justicia, y de razón; entonces nosotros debemos, por medio de la ley, obligar al maestro a que se eduque, a que esté perfectamente preparado, a que estudie para saber hacer buenos obreros y buenos ciudadanos del mundo.

El C. Franco: ¿Qué tiempo cree el compañero Manjarrez que el país tardaría en formar esos maestros? ¿Cree usted que realmente hay un número bastante de maestros que puedan comprender y comprender bien estas cuestiones sociológicas y económicas? Por otra parte, yo no quiero entrar a la discusión de este asunto, porque me parece completamente innecesario. Yo sostengo con el profesor Ramos Pedrueza y con algunos otros miembros de la Comisión, que esas ideas no se deben infiltrar en los niños. El tiempo mismo, la época misma en que vivimos, los periódicos que a diario más o menos se leen o se pueden leer por esos obreros, las enseñanzas y las cosas que se ven a diario, el medio ambiente en que se desarrollan y en que viven estos niños y se vayan desarrollando, ello mismo los llevará de la mano a la resolución de estos principios, y sabrán cómo tienen que luchar contra el capital, pero a manera de no destruirlo, a manera de no agotarlo, porque también ellos tendrán que sufrir las consecuencias.

Termino, señores, pidiéndonos en nombre de la pureza y en nombre de la inocencia de los niños, déis un voto reprobatorio a la adición que pretende el señor Manjarrez y pidiéndonos en nombre de la Constitución que establece en su artículo 31, que es obligación de los padres mandar a los niños menores de 15 años a las escuelas primarias elementales, que exijáis que el programa sea de enseñanza primaria elemental en las escuelas que tengan que establecer todas las negociaciones agrícolas o industriales. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Soto y Gama. ¿Desea hacer uso de la palabra el ciudadano Manrique?

El C. Manrique: Se reserva la Comisión a escuchar los argumentos del ciudadano Díaz Soto y Gama para contestarlos a la vez.

El C. Díaz Soto y Gama: Señores diputados: El miedo asomaba al rostro de mi estimable compañero, señor Franco, cuando tuvo que hacer la confesión de que Cristo, Cristo en cuyo nombre se enseña hoy la sumisión a la burguesía, la sumisión al capitalismo y a la clase opresora, había predicado el reparto de las riquezas; hizo esa confesión, pero la hizo tembloroso, tímido, y casi arrepentido. Sí, señores; Cristo, el mismo Cristo predicó el reparto de las riquezas, y eso que es la verdad, eso que es la justicia, se puede enseñar a los niños sin lastimar su pureza y su inocencia. Lo que lástima la pureza y la inocencia de los niños, es esa mentira que quiere predicarles el señor Franco, esa mentira que quiere predicarles el señor Camarena, esa mentira que quiere predicarles el señor Ramos Pedrueza; quieren que no se les rompan las plumas de sus alas, ¡pobrecitos! Se les quiere seguir enseñando en el catecismo de Ripalda. (Aplausos). Se les quiere seguir disimulando la verdad, que no conozcan la verdad hasta que ya la vida se las enseñe; más tarde la vida los golpeará rudamente; más tarde la vida les dirá que es mentira que haya esa armonía y esa paz y ese idilio bucólico que nos pintaba brillante y poéticamente el señor Ramos Pedrueza; (Aplausos.) la vida les dirá: "No, hombre, ¡que armonía, ni qué paz, ni qué democracia, ni qué instrucción cívica, ni qué Historia Patria, tan llena de mentiras y grandezas! ¡Lo que hay en la vida es una lucha atroz, es una lucha terrible, es la lucha del fuerte que despedaza al débil, la lucha del pescado grande que se come al chico!" (Aplausos.) La vida les abrirá los ojos, y ellos dirán: ¡Qué miserables y qué canallas fueron mis maestros, qué poco respetaron mi inocencia, cómo se burlaron de mi ignorancia; qué infeliz fue el Congreso de la Unión, que no supo decir a los maestros que enseñaran la verdad, en vez de que la vida viniera a enseñárnosla! Esa instrucción cívica que se preconiza, esa democracia mentada que se enseña, es el pasado; es el pasado derrotado; es el pasado vencido; es el pasado de mentira; es el pasado de ignominia; es el pasado de la defensa del capital y de la burguesía; y ahora queremos nosotros, ya que las ideas nuevas se están abriendo paso a cañonazos en Sebastopol, y a fuerza de energías de las corporaciones en Italia; ya que el bolchevismo está triunfando en la Europa Oriental y se está abriendo paso evolutiva e intelectualmente, por el triunfo de la intelectualidad del proletariado en Italia, (Aplausos.) queremos que la niñez esté preparada; no queremos que la venga a tomar desprevenida, porque sabedlo, señores Franco, Camarena y Ramos Pedrueza: el triunfo del bolchevismo es inevitable, así como suena; (Aplausos) el porvenir es del bolchevismo, y esto no es utopía. (Aplausos.) Esta civilización, la civilización actual, la civilización basada en esa ignominia de que los flojos y los haraganes, de que los que no trabajan tengan abundancia y, en cambio, los trabajadores sean los que tengan miseria, es contraria al precepto de San Pablo, que decía:

"El que no trabaja, no come"; aquí, donde se practica lo contrario, que el que trabaja no come y el que no trabaja se harta, y se banquetea, y se llena de orgías precisamente por el exceso de la riqueza, esa civilización ya está juzgada y vencida. Y aquí lo único que tenemos que hacer, es tender el puente; estamos en la etapa de preparación, señor Franco, no hay que alarmarse; estamos en la etapa de preparación para un mundo nuevo, y ustedes me vienen a salir con la instrucción cívica, con la enseñanza de la Constitución; vamos a ver lo que la Constitución dice, vamos a ver lo que dice la instrucción cívica; lo sabe muy bien el señor Camarena, lo sabe muy bien el señor Ramos Pedrueza; les voy a repetir a ustedes, los que hayan sido víctimas de esas latosas, de esas anodinas clases de instrucción cívica, les voy a decir lo que es esa instrucción cívica...

El C. Camarena, interrumpiendo: ¿Me permite usted una aclaración?

El C. Díaz Soto y Gama: Me corta usted el hilo de mi discurso; después hará usted aclaraciones. Dice el artículo 4o. de nuestra gloriosa Constitución de 57, copiado por la contraria y paradójica Constitución de 17:

"Artículo 4o. A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos."

Este artículo es el parapeto, es el baluarte de la burguesía; este artículo el es el que está invocando todos los días el capitalismo de Orizaba y de Veracruz; este artículo es el que está invocando todos los días "Excelsior" en editoriales aparentemente brillantes, y que son esencialmente anodinos, esencialmente vacuos, esencialmente imbéciles, como toda la literatura democrática, porque la literatura democrática se funda en vaguedades imbéciles; la literatura democrática se funda en tres grandes palabras, que son tres grandes mentiras: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Esto es lo que se nos enseña en las escuelas. La Revolución francesa, en esa Revolución gloriosa que no fue más que el fracaso del proletariado para que se enseñoreara la burguesía, y la burguesía se aprovechara de las esfuerzos del proletariado para recoger la herencia de la aristrocracia, y aprovecharla, y saborearla, y deglutirla; esas tres mentiras, estas palabras huecas de Libertad Igualdad y Fraternidad, son las que se comentan en las escuelas para extraviar al proletariado, para ponerle una venda en los ojos y para no hacerle ver dónde está el enemigo, para no hacerle ver que el enemigo está del lado del rico que abusa de la libertad; del lado del rico, que no practica la igualdad, ni menos la fraternidad. Pero quiero volver al artículo 4o., que dice:

"Artículo 4o. A ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos."

El veneno de este artículo está en lo siguiente: la organización de la sociedad se basa en esto: en el monopolio, por una clase privilegiada, de todos los medios de producción. Estando monopolizados los medios de producción, estando en poder de una casta de oligarcas llamados capitalistas, las tierras, las minas, las aguas, la fuerza motriz, etcétera, ningún hombre puede trabajar si no es yendo a ponerse al servicio de la burguesía; ningún hombre puede ir a trabajar si no es yendo a mendigar un puesto de trabajo al capital. ¿Es esto cierto, es esto utopía, es esto declamación? No, señores; estando cerradas las fuentes de trabajo, si no se va a pedirles a los burgueses que las abran; si el ciudadano Camarena, el ciudadano Franco o el ciudadano Ramos Pedrueza, proletarios, quieren encontrar trabajo, necesitan írselo a pedir de rodillas, sombrero en mano, al dueño de la fábrica, al dueño de la tierra, al dueño de la mina, y éste les contesta Yo les pongo estas condiciones: salario indispensable para que no se mueran de hambre; y entonces viene el artículo 4o. y dice: No se te puede impedir que trabajes como quieras; y el hombre aquél, sacrificado con el puñal del hambre encima, teniendo a su mujer, quizás, en cinta; teniendo a un niño enfermo; teniendo hambre, y de consiguiente, no pudiendo esperar ni 24 horas, vende su trabajo por el precio íntimo que le plugo al hombre aquél, que en nombre de la libertad, que en nombre de la igualdad, que en nombre de la fraternidad, asesina aquel hombre con el puñal de la necesidad. Es sensible tener que aceptar estas verdades, que son elementales; estas sí que están en los libros de la literatura barata, por fortuna barata, para que en México el pueblo y la intelectualidad mexicana abran los ojos.

A eso se reduce el socialismo, a enseñarnos cómo se combate esta libertad, y sobre todo en qué consiste esta libertad que aquí se preconiza, esa libertad que se concede a las individualidades fuertes para abusar de su potencialidad contra los débiles, débiles por su ignorancia o por su posición económica; débiles, señores diputados, porque están desposeídos de los medios de producción; y esa libertad se reduce a dos clases de libertades; primera: la libertad de explotar a la raza de los trabajadores hasta el grado de agotarla, hasta el grado de ahogarla hasta el grado de hacer que hombres que pueden vivir 50 o 60 años, vivan un promedio de 30 o 40 años; eso está demostrado por todas las estadísticas del mundo; esa libertad sirve para otra cosa: para explotar a lo más sagrado que hay: la mujer; la mujer no puede procrear debidamente, no puede dar hijos fuertes y vigorosos porque está aniquilada por la máquina, por el agotamiento del trabajo, y esa libertad de explotar al bello sexo, al sexo que tiene la maternidad, al sexo que lleva en sí la fecundidad, al sexo único que compite con Dios, al sexo que se le puede llamar como dijo Nervo: "Tú, mujer eres la única colaboradora efectiva de Dios", esa libertad de explotar al bello sexo es lo más canallesco y lo más infame que ha aplaudido la literatura y el credo del burgués. (Aplausos.) Se explota al hombre maduro, se le enferma, se le envejece prematuramente; se mata a la niña, se marchita la adolescencia de la mujer y se hace que esa mujer no pueda tener hombres fuertes, se ataca la virilidad y la grandeza de la raza, y eso en nombre del artículo 4o., en nombre de la libertad del trabajo; de manera que la libertad del trabajo no es más que la libertad del capitalismo para explotar a su antojo al ser humano, para explotar a su antojo el trabajo humano. Y luego viene la otra libertad más infame todavía, la libertad de los monopolizadores, de los monopolizadores de las producciones para explotar al consumidor matándolo de hambre, subiendo los precios hasta lo infinito. De manera que por un lado la libertad de explotar al trabajador y por otro lado la libertad de matar de hambre al consumidor. Estas son las libertades en la Constitución y que se quiere que se enseñen a los niños. Por esto nosotros cuando se nos habla de instrucción cívica nos horrorizamos, porque eso nos huele al pasado, nos huele a podrido, nos huele a mentira y nosotros queremos decirle al trabajador nada más esto: que no se le engañe, tú eres la víctima, tú eres el explotado, tú eres el débil y como eres débil, porque no tienes máquinas y porque no tienes ni tierras ni talleres y estas tierras y estos talleres están en manos de tus opresores, aprende esta verdad, que es la que queremos que se consigne, nada más esto: Esa mejoría no se te va a dar por la voluntad de capitalista, no es verdad que el capitalista sea tu aliado ni, como dice la economía política, que el capital es el factor del progreso y

quién sabe cuántas cosas más y que, por consiguiente, sin capital se derrumba el trabajo, y que el trabajador necesita del capital y que en interés del trabajador está que el capital prospere. Nosotros no queremos que se siga diciendo esto, nosotros queremos sencillamente que se le diga: El capital es tu enemigo natural, la ciencia moderna que se llama sociología, la verdadera sociología, la verdadera sociología socialista, no socialismo burgués, mentido y falsario, sociología en el verdadero sentido de la palabra, esa ciencia ha descubierto que la humanidad vive en una perpetua lucha de clases, en un conflicto de clases, no armonía poética y bucólica, señor Ramos Pedrueza. (Aplausos.) Nosotros pedimos simplemente que se obligue al maestro a que reconozca la verdad, que el capital es el explotador, el vampiro, el chupador de sangre humana; es el enemigo del trabajador, es el enemigo del que deja su sudor y su sangre sobre el surco y sobre el rodaje de las máquinas; eso queremos que se diga, que hay la lucha de clases que tiene por base para el trabajador, como medio de defensa, la unión obrera; nosotros queremos que se diga, no mejoría obrera en general, sino decirle al obrero: como estás aislado e indefenso, necesitas unirte con tus hermanos; sólo te salvará la unión. Y nosotros no vamos a exigir que se predique bolchevismo en las escuelas, sino que se diga que la unión obrera es una actitud de defensa, no una actitud de destrucción; que se le diga al obrero que se debe de defender contra el capital; queremos que se diga esto, que se precise el medio del mejoramiento, no el medio mentido de la alianza con el capital, el medio verdadero de la lucha contra el capital por medio de la organización obrera. Esto, señores, es claro, es justo y no es bolchevismo: esto es honradez y verdad, no ataca a la pureza ni a la inocencia de los niños, va contra la mentira y contra la ignominia. (Aplausos.)

El C. Camarena: Ciudadano Soto y Gama, deseo que me conteste usted tres preguntas, con permiso de la Presidencia.

El C. presidente: ¿Acepta el ciudadano Soto y Gama que le haga tres preguntas el ciudadano Camarena?

El C. Soto y Gama: ¡Sí, señor!

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Camarena.

El C. Camarena: La primera es esta: ¿Cree usted sinceramente, cordialmente, ciudadano Soto y Gama, que yo no esté de acuerdo con todas las ideas que acaba de expresar en estos momentos o que me oponga, tiene noticia de que me haya opuesto, que en alguno de los actos de mi vida haya ido en contra de las ideas que usted acaba de exponer, en contra del obrero tratando de deprimirlo, en contra del bello sexo, o, en fin, en contra de las ideas que usted acaba de exponer? Esa es la primera pregunta; la segunda es esta: ¿Cuál de las ideas...

El C. Díaz Soto y Gama: Contestaré la primera.

El C. Camarena: Creo que podrá usted contestarlas todas al mismo tiempo. Esa es la primera pregunta: si en alguno de los actos de mi vida he demostrado oposición a las ideas que acaba de manifestar su señoría en la tribuna. Segunda: ¿Cuál de los preceptos o cuál de las partes del artículo 4o. que se está discutiendo en estos momentos implica la teoría contraria, teoría contraria a las que acaba de exponer su señoría en esa tribuna? Y tercera: Como uno de los principios que acaba de proclamar su señoría es este: que la Constitución de 57 es un absurdo, es un disparate, que la Constitución de 17 es un absurdo mayor, porque no es más que una calca mal hecha de la Constitución de 57, quiero que me diga si el diputado Soto y Gama como maestro de escuela iría a enseñar a la escuela semejantes cosas, diciendo que la Constitución es un disparate.

El C. Díaz Soto y Gama: A la primera pregunta, que si creo que el ciudadano Camarena va o ha ido alguna vez contra las ideas que yo profeso, no, señores; lo que pasa es que usted ignora verdaderamente, a fondo, la doctrina socialista y tan la ignora usted, que sostenía en esa tribuna la herejía pedagógica que me dejó asombrado, por ser usted un profesor, de que la escuela racionalista consiste en enseñar algo sobre la verdad y sobre la razón; y como la verdad y la razón son unas cosas tan vagas, pues cuando la verdad y la razón están en manos de la Iglesia, según la Iglesia está en sus manos; cuando la verdad y la razón están en poder de la burguesía, la burguesía está en poder de la verdad y de la razón; y cuando está en poder del socialismo, según el socialismo, entonces está en poder del socialismo.

De manera que decir escuela racionalista es simplemente decir una palabra sin significación; es decir, no precisar que se trata de una clasificación especial de escuelas, es demostrar que se ignora lo que quiere decir escuela racionalista. De manera que usted, en parte por ignorancia, de lo que es socialismo y en parte por una timidez visible, por un temor visible al medio ambiente en que domina el capital en todas sus manifestaciones de vida, sea en los saraos, sea en las manifestaciones sociales, o sea en las manifestaciones de prensa; por miedo muy especialmente a la prensa, miedo que toda la Comisión parece haber sentido, por el hecho de que la prensa desnaturalizó el pensamiento de los opositores al dictamen diciendo que se trataba de hacer propaganda bolchevista, el señor Camarena y sus compañeros de Comisión salvaron el cuerpo y dijeron: no, nosotros no nos contaminamos de bolchevismo, todo menos eso! Así es que sea por ignorancia, sea por timidez, no se dió cuenta de que estamos laborando en el sentido de las ideas nuevas. Creo que he contestado, a mi modo, la primera pregunta. La segunda no la recuerdo, sírvase usted repetirla.

El C. Camarena: La segunda pregunta es si hay algún precepto o parte en el artículo 4o. que vaya como corriente contraria a las ideas vertidas por su señoría.

El C. Díaz Soto y Gama: Todo el fondo del artículo 4o. es burgués. El artículo 4o. no es más que la consagración de la desastrosa teoría económica que se llama laisser faire, laisser passer, dejar hacer, dejar pasar, dejar pasar al hombre que aniquila a la raza, dejar pasar al monopolizador, dejar pasar al hombre del trust, dejar pasar al capitalista, al que acaba con la virilidad de los hombres, al que acaba con la potencialidad de la mujer, que destruye la raza, ¡Dejar hacer...!¡Dejando hacer...! Consagrar la libertad del individuo frente al interés social, declarar que el derecho individual es

superior al derecho colectivo, eso no es lo que la corriente moderna dice; la corriente moderna dice otra cosa: frente a la libertad de un hombre de explotar a otro, está el interés general de la sociedad que impide esta explotación. Individualismo y liberalismo son la misma cosa, y socialismo y altruismo, o sea el altruismo que se demuestra con hechos, son la misma cosa. De manera que este artículo es opuesto a la corriente moderna y tan lo es, que el último conflicto de Veracruz, el último conflicto sindicalista ha consistido en la lucha entre el capitalismo y la tendencia obrerista de que el sindicato tenga el derecho de defensa, de que el sindicato tenga el derecho de impedir que los trabajadores no agremiados vayan en contra de los intereses de los de su clase, regalando por bajo precio su trabajo; es la lucha entre esa tendencia sindicalista y la tendencia burguesa de nuestra Constitución que permite esto contra el interés sindicalista, que permite que individuos no agremiados vayan contra el interés de su clase, contra el interés de los suyos. De manera que el artículo es completamente opuesto; no solamente va en parte contra la corriente, sino que es la negación de la corriente moderna. Eso lo sabe cualquier socialista; yo invito a cualquiera de los socialistas, al compañero Salazar, al compañero Pérez, al compañero Manjarrez, al compañero Altamirano para que me digan si estoy diciendo la verdad. ¿No es cierto que el artículo 4o. es la negación del credo socialista?

El C. Manjarrez: Es perfectamente burgués.

El C. Díaz Soto y Gama: La tercera pregunta, ¿Cuál es?

El C. Camarena: La tercera pregunta es ésta: su señoría, como maestro de escuela sería capaz de enseñar que la Constitución de 57 y la Constitución de 17 son un disparate? Porque a mi modo de ver, sería echar veneno en el espíritu de los niños. Convengo yo en que la Constitución de 57 tenga errores, que consigna absurdos, lo convengo, porque sé cómo se hizo esa Constitución de 1857, y convengo en que la Constitución de 1917 reproduzca en parte esos errores y consigne algunos otros; pero yo veo un grave inconveniente en ir a la escuela a decir al niño: "esas Constituciones son un disparate; el día que llegues a hombre debes pasar sobre esas leyes". Mi idea es ésta, ciudadano Soto y Gama: Las leyes tienen sus errores, pero debemos respetarlas siempre, porque nosotros aquí en la Cámara estamos en condiciones de reformarlas; esa es mi idea.

El C. Díaz Soto y Gama: El señor Camarena me da la razón, mejor que los otros argumentos en favor de la Comisión. Leí yo ayer un artículo que aunque venga de Cabrera, está bien escrito, en el cual Cabrera magistralmente señalaba la forma como la sociedad burguesa doma, reduce a cero la individualidad, digo la individualidad en el sentido de impulso de libertad intelectual; dice en su artículo que moralmente se le enseña la sumisión a la iglesia, se les enseñan dogmas de una moral ridícula; pero no quiero entrar en detalles, y esta moral consiste en acostarnos a las nueve de la noche o a las diez, en no ir a ciertos lugares...(Risas.) y robar al prójimo impunemente siempre que no se caiga dentro de un precepto. El mismo artículo dice que en materia económica se les enseña la sumisión al patrón, en materia política la sumisión a la ley; es decir, el rendimiento ante el ídolo hecho por el hombre. Esto es exactamente igual a la cuestión de la Guadalupana, se forjó la Guadalupe, se forjó el yate, se pintó la virgen y luego fue no sólo toda la clerigalla, sino el pueblo a rendirle homenaje a aquella obra de sus manos. (Aplausos.) Exactamente lo mismo son las leyes. Las leyes se hacen por hombres muy mal, pésimamente mal, el señor Camarena dice cómo se hizo la Constitución de 57, y si él sabe eso, los contemporáneos saben mejor cómo se hizo la Constitución de 1917, desastrosamente mal. Pues bien, esas leyes tan malas se volvieron ídolos, se volvieron dogmas y fetiches y papas...¡y no sé cuántas cosas más! Y todo el mundo ha visto ya lo que ha pasado en la Suprema Corte de Justicia cuando se le pide que obre revolucionariamente, y ella contesta, ella se parapeta detrás de la ley. Y hay diputados que aplauden esa declaración de la Corte! De manera que este artículo es uno de los enemigos más terribles de la educación. Me preguntaba el señor Camarena si como maestro de escuela yo iba a decir que la Constitución de 57 era buena o mala. Sentiría el placer más grande de mi vida en denigrarla. Yo pregunto al señor Camarena si ha leído el voto particular hermosísimo del más grande de los constituyentes, del más ilustre de mis paisanos, don Ponciano Arriaga. ¿Y sabe usted lo que dice en su voto particular don Ponciano Arriaga, el más ilustre constituyente? Que si no se aprobaba su voto particular referente al reparto de tierras, toda la Constitución no valía cuartilla, no valía un comino.

Desde entonces, decía, constituciones vendrán, revoluciones pasarán, y si no se reforma el régimen de la distribución de la tierra, no se habrá hecho nada en bien del pueblo; eso dice Ponciano Arriaga en la portada de la Constitución de 57, ese crímen que usted, seguramente, enseñó a los niños; siendo yo maestro, diría: la Constitución de 57 es pésima; y de la de 17 diría esto: el señor Carranza, ayudado por el señor Palavicini, por Macías y por Cabrera, introdujeron por sorpresa una serie de preceptos reaccionarios, y sólo cuando los constituyentes quisieron salir de su estupefacción y no se dejaron burlar por la habilidad de esos señores, introdujeron dos artículos, los únicos dos artículos buenos que tiene la Constitución de 17: el 27 y el 123; de manera que, haciendo caso omiso de todos los demás artículos, me dedicaría a comentar el artículo 27, que es socialista, y el artículo 123, que habla del precepto del socialismo de Estado, y les diría: este artículo 4o. lo copió el señor Carranza de la Constitución de 57, y yo no cometería el error de decir que la Constitución de 57 es buena ni que Juárez resolvió el problema obrero, ni cometería el error de decir que la niñez se iba a perder porque se le hablara de luchas de clases, ni todas esas cosas que dijo el ciudadano Franco con admiración de todos. No, señores; el señor Franco no ha hablado como socialista; todos los señores que han hablado en favor del dictamen, han hablado en un sentido que yo llamaría de revolucionarismo burgués porque, como dije, los liberales todos son, menos socialistas. De manera que yo concluyo diciendo: Si se quiere preparar el

porvenir, si se quiere hacer obra de verdad, refórmese ese artículo; si se quiere seguir haciendo obra de mentira, como hizo la Constitución de 1857, y como la hizo Juárez por cuestión de época, y que siguió haciendo Lerdo, porque Lerdo era un verdadero burgués, y después Porfirio Díaz, por tirano y por bandido, entonces, que siga la instrucción cívica como está, sin que se reforme ese artículo. (Aplausos.)

El C. Vicencio: ¿Me permite usted una interpelación, señor orador?

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Con qué objeto?

El C. Vicencio: Con el objeto de ver si me pongo de acuerdo enteramente con sus ideas, con permiso de la Presidencia.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Vicencio.

El C. Vicencio: Deseo que me diga usted si en el dogma bolchevista está faltar al juramento y al honor, y si el señor Soto y Gama ha protestado guardar y cumplir, de hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella se derivan, se prometió desde antes violarla, como hacen los empleados, los muchos empleados que había en Guadalajara, que después de protestar ante la Legislatura guardar y hacer guardar la Constitución del Estado, iban a contra protestar al cabildo de la ciudad. Es la única cosa, si como maestro, si como profesor, les va a enseñar a los niños que uno de los dogmas socialistas es violar el honor.

El C. Díaz Soto y Gama: Afortunadamente, el ciudadano Vicencio se ha dirigido a un abogado. El ciudadano Vicencio sabe que las leyes se interpretan en su conjunto. El ciudadano Vicencio sabe que cuando hay dos artículos que se contradicen, dos artículos que se contrapuntean, como quien dice, se debe estar con el artículo que mejor refleja el espíritu general, el espíritu - verdad del legislador; de suerte que yo interpreto de la Constitución, como aplicador de ella en esta Cámara, tengo que encontrarme con el artículo 4o., que paso por sorpresa, impuesto por las mañas de Carranza, y con el artículo 123, elaborado conscientemente por los congresistas, obra personal de ellos, que ellos impusieron contra Carranza, el mistificador del pensamiento revolucionario; y yo tengo que atenerme al artículo 123, en lugar de hacer lo que la Suprema Corte de Justicia: dar la preferencia al artículo 13, que es reaccionario, contra el artículo 123, que es revolucionario. Y yo doy la preferencia al artículo 123 sobre el 13, sobre el 4o. y sobre toda la Constitución. Me atengo al pensamiento fundamental, que es el de reforma social, y en lo que tiene la Constitución de reaccionaria en materia política, yo, como miembro de la Comisión de Puntos Constitucionales primero, y como diputado después, dictaminaré y luego votaré en favor de las reformas de lo que tenga de reaccionaria esta Constitución.

El C. Franco Abraham: Pido la palabra para rectificar hechos.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Franco: El compañero Soto y Gama dijo que, temblando y pálido, había yo hecho referencia a Cristo; el señor Soto y Gama dijo la verdad, si se refiere a la cuestión física; pero el señor diputado Montes de Oca sabe muy bien que anoche, precisamente, le hablaba yo de síntomas que yo considero peligrosos para mi salud y que le decía yo que muchas veces no había tomado parte en las discusiones, precisamente por cierta nerviosidad. ¿Es o no cierto, señor Montes de Oca?

El C. Montes de Oca: ¡Sí, señor!

El C. Franco: Por lo demás, yo no temo, señor Soto y Gama, manifestar mis ideas, ya sea que cuadren a la mayoría de una Asamblea, o no; soy hombre de convicciones y las sé sostener en el terreno de la lucha, en el terreno de las ideas. Por otra parte, para mí está muy lejos, estoy muy lejos de creer que se pueda decir con temor, que Cristo fue un socialista, cuando realmente el socialismo tiene como base, en mi concepto, aquel precepto de Cristo que dice: "Amáos los unos a los otros". y este otro: "Amarás a tu prójimo como a tí mismo", cosa que no han hecho todavía las sociedades cristianas.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Manrique: Señores diputados: Yo mismo me extraño al pensar, si me fijo en el detalle, que voy a contender en esta tribuna con un hombre cuyas ideas coinciden casi detalle a detalle con las mías. Lo que hay aquí entre el ciudadano Díaz Soto y Gama, no es ni puede ser una diferencia radical de criterios, no sostiene él las ideas del mañana y yo el viejo pasado, definitivamente condenado a desaparecer; no, no es de esto de lo que se trata, es que sencillamente creo que sus argumentos, que yo admito en tesis general, no son adecuados para demostrar lo que se trata de demostrar en este momento, a propósito del artículo 4o. Bien está que exponga sus argumentos con la vehemencia que le caracteriza, para fundar todo un sistema, todo su sistema filosófico de reorganización social; pero creo que la batalla que se ha librado en torno de este artículo hubiera sido más oportuna momentos más tarde. Lo que aquí sucede, señores, es que hay en nosotros mucha energía almacenada; es que el ciudadano Soto y Gama, lo mismo que muchos de vosotros, está ya impaciente y ansioso por llevar al terreno de la práctica sus ideas, por el glorioso devenir de un mundo nuevo, y a cada ocasión que se presenta, ya sea aparentemente trivial y transitoria, nos parece solemne y apropiada para exponer las ideas que bullen y germinan en nuestro interior. En primer lugar, debo rectificar, de paso, la clasificación que el estimable compañero Manjarrez hizo de mi persona.

Hace algunos años, al iniciarse apenas mi juventud, tuve la dicha de que cayese en mis manos una bella obra de uno de los más altos pensadores de la España contemporánea, de Antonio Zozaya. Ese librito, ese opúsculo, se llama: "La Contradicción Política," y desde entonces aprendí, porque fue una de las lecturas que dejan honda huella en el espíritu, que algunos, los que se empeñan por resolver exclusivamente el problema político, yerran lastimosamente, que toda la escuela que se funda, que pretende filosófica y sociológicamente, que pretende reformar el mundo reformando exclusivamente su situación política, se equivoca lastimosamente, porque la política no es la verdad entera, porque la política es sólo un aspecto limitado y mezquino de la vida porque la

vida es algo más que la política; porque quien quiera reformar la sociedad no debe pensar sólo en la reglamentación política, que es sólo un aspecto de la cuestión; de manera que, en pocas palabras, el pensamiento fundamental de Zozaya es éste: Toda reforma social, toda reforma de la humanidad en que vivimos si ha de ser fecunda, no ha de ser exclusivamente reforma política, debe ser en todo económico - social. En consecuencia, creo ser un pensador socialista nada más ocasionado a errar que las clasificaciones. Las clasificaciones son esfuerzos del espíritu humano para explicar los problemas para aprenderlos, para explicar los conflictos que la vida presenta; pero toda clasificación tiene algo de imperfecto. En consecuencia, no cabría claramente ni en uno ni en otro; pero si se empeña el ciudadano Manjarrez en catalogarme, en ponerme una etiqueta, en ponerme una etiqueta, pues que me ponga ésta: "Revolucionario Socialista". (Aplausos.) ¿Por qué? Porque de acuerdo con su pensamiento no soy de los que proclaman exclusivamente el principio democrático, que es imperfecto para contener el amplio espíritu de reforma social; creo ser un pensador socialista, soy pues un revolucionario socialista, compañero Manjarrez. (Aplausos.) Pero todos los argumentos del compañero Díaz Soto y Gama tienden ¿a qué? ¿a defender la doctrina socialista, a aprovechar una ocasión que se presenta para pedir una reforma socialista? Bien está, pero si tiende a reformar el artículo 4o., creo que no es del todo oportuno.

El C. Soto y Gama: Pido la palabra para contestar.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto y Gama: Dos palabras. Mi oposición al dictamen tiende exclusivamente a esto: a aclarar el pensamiento del artículo, que se aclare la forma por medio de la cual se va a impartir esa instrucción. En cuanto a procedimientos debo decir que los procedimientos varían desde la Encíclica Papal de León XIII, hasta el procedimiento netamente destructor bolchevique.

El C. Manrique: Entonces si lo que quiere el compañero Díaz Soto y Gama es que se aclare el pensamiento de la Comisión, yo debo decir, claro que en estos momentos hablo en nombre propio, pero creo interpretar el pensamiento de la Comisión, ya que el mismo compañero Camarena hace un momento protestaba porque se le atribuyesen pensamientos poco radicales y el compañero Pedro de Alba que difiere de nosotros en detalles, pero que en tesis general piensa como nosotros, es un pensador y un progresista, creo que también piensa como yo. Así es que nuestro pensamiento fundamental de reforma social de lucha por el advenimiento de una sociedad fundada sobre bases de mayor equidad y de justicia y de verdad, el pensamiento fundamental de la Comisión coincide con el del compañero Soto y Gama; si lo que quiere es que cuando más tarde se pregunte cuál fue el espíritu del legislador, que se venga al DIARIO DE LOS DEBATES, y en él se encontrará esta solemne declaración: la Comisión piensa esencialmente como el compañero Díaz Soto y Gama.

El C. Camarena: Para una pequeña aclaración. ¿Me permite el orador? Señor presidente, pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Camarena.

El C. Camarena: Estoy de acuerdo con lo expuesto por el ciudadano Manrique, pero lo que yo no quiero, lo que no deseo permitir, como miembro de la Comisión, es que se apunten dentro del programa o dentro de la ley ideas francamente bolcheviques, como las expuestas por el compañero Froilán Manjarrez, porque en mi concepto, aun cuando todos los puntos enunciados, todos los puntos desarrollados por el ciudadano Soto y Gama en la tribuna coinciden con las ideas que yo tengo, no quiero, de ninguna manera, no deseo permitir que dentro del programa figuren tendencias de determinada escuela, porque esto me parece sectarismo, por lo demás levantar el espíritu del obrero, no permitir que el capital se imponga brutalmente sobre él, ayudarlo para que luche, suministrarle las armas necesarias, todo eso, señores, les aseguro que está contenido en ese programa que presentamos a vuestra consideración y que yo trataré de sostener un poco más tarde.

El C. Soto y Gama: Ese es un argumento de manga ancha.

El C. Manrique: Voy a contestar en concreto las objeciones del compañero Franco y del compañero Soto y Gama, no por lo que toca a la doctrina, en la cual estoy en perfecto acuerdo, sino por lo que toca a la aplicación de la doctrina esgrimida como un argumento en contra de algunos de los incisos del programa. El ciudadano Franco argüía que las escuelas que deben fundar los patronos en las negociaciones industriales, agrícolas, etcétera, deben ser escuelas primarias elementales, aparte de que ya el señor Camarena contestó a la objeción desde el punto de vista de la ley de instrucción primaria. Aparte esto, digo, la fracción XII del artículo 123, que tratamos de reglamentar, no dice qué clase de escuelas deben ser éstas. Esto toca decirlo a la ley reglamentaria, a la ley adjetiva y la ley reglamentaria establece para pedir un imposible, para no pedir cosas muy difíciles de llevar a la práctica, que al menos por ahora para comenzar sólo exijamos una instrucción que comprenda un programa dividido en tres años. Como la ley constitucional no lo exige, no lo especifica, también habría podido la Comisión pecar por exceso y exigir a cada patrono el establecer no una escuela primaria elemental, sino una escuela primaria superior y hasta una escuela secundaria, pero no quisimos pedir demasiado y por eso exigimos solamente una escuela en la que se desarrolle un programa de estudio repartido sólo en tres años. Objeción del compañero Díaz Soto y Gama objeción del compañero Manjarrez, porque son en realidad una misma; en torno de este concepto de instrucción cívica, en torno del concepto de historia patria, en torno del concepto de los problemas obreros. Debo decir sintéticamente que la Comisión al presentar su nuevo programa, lo hizo aceptando las ideas del compañero Juan B. Salazar, que coincidían esencialmente con las del compañero Díaz Soto y Gama. Si se hubiese escuchado más atentamente la lectura del artículo a discusión, acaso hubiéranse ahorrado

esta discusión dejándola para más tarde, para una ocasión más propicia. El final del artículo dice:

"Además de las oportunidades que se presenten durante las clases para ocuparse de cuestiones que atañan a la moral, a la higiene y a los acontecimientos históricos más importantes, se celebrarán una o dos veces por semana reuniones generales en las que se tratarán de preferencia los asuntos antes citados y todos aquellos relacionados con el mejoramiento de los trabajadores."

Los asuntos antes citados y todos los relacionados con el mejoramiento de los trabajadores. Se entiende aquí, naturalmente, porque el concepto es sintético, genérico, el mejoramiento intelectual, moral, físico y social del trabajador, pero como la ley debe distinguirse por su sencillez y por su sintesismo, no podemos especificar todo esto; el mejoramiento de los trabajadores, esto es bastante. ¿Que por qué no queremos decir expresamente qué clase de conocimientos deben de impartirse a los obreros? Por dos razones: Primera, porque si tratamos de especificar, inmediatamente incurrimos en la posibilidad de una interminable discusión; sobre conceptos generales es muy fácil ponernos de acuerdo; ¿deseáis el mejoramiento de los trabajadores, señores diputados? De fijo que no habrá uno solo de vosotros que se levante para decirme que no; pero si se pretende imponer un criterio, si se pretende marcar no ya una finalidad, sino también un procedimiento, entonces sí surge la discusión, la discusión sobre el detalle, la discusión sobre lo secundario. Entonces sí se deslindan aquí los campos, y quieren los unos que se proceda de un modo y los otros de otro. He aquí por qué nos hemos esforzado porque el articulado de esta ley tenga la cualidad que deben tener todas las leyes: ser claras y ser sintéticas.

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Eso no es claro!

El C. Manrique, continuando: Ahora voy a responder a los argumentos de fondo del compañero Manjarrez y del compañero Díaz Soto y Gama, y lo haré brevísimamente. ¿Por qué es secundario, en mi concepto, que se trate de fijar aquí el detalle, lejos de preocuparnos sólo por la adquisición y la conquista definitiva del concepto genérico? Por una razón muy sencilla: El compañero Díaz Soto y Gama, el compañero Manjarrez y todos los que se preocupan por el detalle del programa, han olvidado este concepto sintético que debe servirnos de norma siempre que tratemos de emprender reformas educacionales, reformas de la escuela; el concepto es éste: el mejoramiento de la escuela no depende del programa, no depende de la aprobación de tal o cual metodología o de tal o cual procedimiento; esto, señores compañeros, no es la finalidad, esto es lo secundario; lo esencial, ¿sabéis que es lo esencial? ¡Es el maestro! La escuela será, como toda empresa humana, lo que sea el maestro; la escuela no la vamos a reformar simplemente con leyes y con programas, porque el día en que, compañero Díaz Soto y Gama, fijásemos aquí textualmente bolchevismo"- y yo soy consecuente, ya véis que estoy generoso; (Risas.) yo acepto que fijemos esto, neta y descaradamente, sin temor a las palabras, en el programa: "Los profesores deberán dar conferencias teórico - prácticas de bolchevismo -.(Risas.)... Bien, yo casi estaba tentado a retirar mi firma de este dictamen y a proponer esa reforma, pero, señores diputados, entendedme bien: Mientras no tengamos profesores bolchevistas, el bolchevismo que se enseñe en la escuela, obediente a nuestro programa, será un bolchevismo burgués, ciudadano Díaz Soto y Gama; (Aplausos.) será con un nuevo disfraz, con una nueva etiqueta, de esas etiquetas que tanto preocupan al compañero Manjarrez, (Risas.) la misma doctrina burguesa, la misma doctrina del viejo régimen que nosotros condenamos, que nosotros debemos condenar.

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación?

El C. Manrique: Con mucho gusto.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama para una interpelación.

El C. Soto y Gama: Precisamente porque nosotros desconfiamos de los maestros, y tenemos razón de desconfiar al ver las muestras que el profesorado tiene en esta Cámara, precisamente porque sabemos que el profesorado está enfermo de porfirismo educativo, si cabe la expresión, (Risas.) porque es lógico si el porfirismo educó al actual profesorado, es natural que le haya inoculado muchas tendencias; precisamente porque sabemos que el profesorado es burgués, queremos marcarle la pauta, y el sofisma del compañero Manrique consiste en llamar clara a una ley que todo tiene, menos claridad. Si nosotros fijáramos una tendencia sectarista, si nosotros dijéramos, como él ha dicho en un arranque de habilidad y de buen humor, que se predicara el bolchevismo, tendría mucha razón en atacarnos; si nosotros dijéramos que se predicara el socialismo, también tendría razón, pero nosotros queremos que se diga nada más aquello que ya está conquistado sin lugar a duda: que el obrero, por sí solo, es vencido por el capital irremisiblemente; que el obrero para tener algún medio de defensa necesita la unión. Si nosotros pedimos precisamente que se le señale el camino al maestro burgués, pedimos lo justo, tomamos precauciones contra el profesorado burgués, queremos evitar que el profesorado burgués cambie esta orientación, queremos señalarle la tendencia unionista, pero tendencia unionista de defensa contra el capital; estas dos frases: unionismo y defensa contra el capital; nada más. En esto, por muy burgués que sea el profesor, ajustándose al programa tiene que decir la verdad; del otro modo, con la frase de "mejoramiento" el profesor se aprovechará de esta vaguedad para hacer de las suyas, es decir, para enseñar que el capital y el trabajo son hermanos, que el interés del trabajo está en que el capital se organice, se prepare y quién sabe cuántas cosas más. Es lo que queremos evitar.

El C. Manrique: Señores compañeros: En primer lugar las palabras del compañero Díaz Soto y Gama me recuerdan que aquí se ha cometido un error; si los compañeros están discutiendo y quieren que la discusión gire en torno de una adición, tiempo, hora y oportunidad habrá para que se proponga esta adición que en nada contraría al resto del programa que debe aprobarse definitivamente. Esto

lo marca claramente la ley, esto lo marca claramente el Reglamento, y si no lo marcara el Reglamento, lo marcaría un espíritu de método que es clave del éxito en todas las empresas humanas. De manera que si lo que se discute es lo oportuno, lo beneficioso de determinada adición, de esta adición, cabría presentarla más tarde; pero en este momento, si no peca por exceso sino por defecto, el programa debe aprobarse a reserva de aprobar más tarde las modificaciones propuestas por el ciudadano Manjarrez y el ciudadano Díaz Soto y Gama; pero yo, compañeros, debo de volver al argumento principal. Insisto en sostener enfáticamente este concepto: la escuela será lo que sea el maestro. Ninguna empresa humana se define con reglas; no hay en el mundo ideas que combatan las unas con las otras como entes metafísicos; lo que hay son hombres de carne y hueso, y el Islamismo se llama Mahoma, y la Revolución Francesa se llama Dantón, Robespierre y Vergniaud, y nuestra Guerra de Reforma se llama Juárez, y Ocampo, y Arteaga y Zarco, hombres de carne y hueso que tenían el celo apostólico de la propaganda, que eran capaces de dejar una huella en la vida, una huella definitiva en la historia de su pueblo. Querer que hablemos aquí de concepciones vagas, soñar que habremos reformado la escuela el día en que forjemos un programa más o menos bello, si no tenemos antes maestros, oídlo bien, si no tenemos maestros reformadores, maestros entusiastas, maestros imbuídos de la nueva doctrina, maestros compenetrados de la necesidad de remover hasta sus cimientos esta vieja y caduca sociedad, señores, con el programa no habremos conseguido contagiar al maestro de un entusiasmo que nunca tuvo. Aquí del viejo apólogo de los cangrejos: Recordáis que en cierta ocasión reuniéronse los cangrejos para deliberar, y pensando cómo caminaban el hombre y algunos otros seres, discurrieron que era bueno enseñar a los pequeñuelos a caminar hacia adelante; pero surgió la dificultad de quién enseñaba a los cangrejitos, a la nueva prole, quien la enseñaba a caminar hacia adelante. (Risas.) No hubo cangrejo adulto que fuese capaz de enseñar a marchar hacia adelante a los pequeñuelos, a los párvulos de kindergarten. (Risas. Aplausos.) De manera que, para terminar, compañeros, no vamos a reformar a la sociedad, no vamos a crear una niñez nueva, no vamos a crear un mundo nuevo con un programa escolar sólo porque en él suprimamos el concepto de instrucción cívica y lo substituyamos por otro; lo que necesitamos es ante todo y sobre todo, maestros reformadores; lo que necesitamos es maestros apóstoles, lo que necesitamos es maestros capaces de sembrar en los niños las nuevas ideas. Y que no se me diga siquiera que se necesita de un curso especial yo recuerdo que siendo profesor de Botánica en la Escuela Nacional Preparatoria, y siéndolo de algunas otras asignaturas, cuando menos oportuno parecía, porque me dirán ustedes, ¿qué tienen que ver las diatomeas o las cucurbitáceas con el problema social? Pues no, señores; cuando menos lo imaginaba yo mismo, se presentaba la oportunidad de decir algunas palabras que reflejasen mi propio sentir sobre la conducta moral de los niños, de los jóvenes, y sobre el problema social y, creedlo, no lo digo por presunción, no era mi clase una ensalada indigesta de cosas que nada tuvieran de contacto entre sí, y recuerdo que el compañero Juan B. Salazar, que vino a hablarnos de muchas cosas, no es un teorizante; yo le recuerdo en la Escuela Nacional Preparatoria reuniendo a los niños, como quería que aquí se asentase, reuniéndolos semanariamente para leerles bellas páginas de Sócrates y de Platón y para leerles bellas páginas de Enrique Rodó y de algunos otros maestros de la literatura universal. De manera que todo esto puede hacerse, pero necesitamos maestros, necesitamos reformadores, que mientras esto no haya, mientras no reformemos la Escuela Normal y llevemos a la caduca Escuela Normal las nuevas ideas, todo esto será en vano, señores compañeros. Aplacemos la batalla, ciudadano Díaz Soto y Gama; no es la más brillante oportunidad librarla en torno de la instrucción cívica; la instrucción cívica, este concepto de instrucción cívica no encierra un concepto petrificado, las palabras de instrucción cívica podrán significar todo eso que queréis, para los maestros de antaño del porfirismo; para los maestros de la nueva generación estas mismas palabras adquirirán nueva vida, nuevo vigor; no discutamos sobre palabras, preocupémonos de reformar, pero para reformar necesitamos reformadores y para la nueva escuela necesitamos también maestros que salgan de una nueva Escuela Normal más vigorosa, más fuerte y más sana.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Ramos Pedrueza.

El C. Ramos Pedrueza: Señores diputados: No me atrevería a cansar la atención de vuestras señorías si no fuese de inmensa trascendencia este punto que necesitamos dilucidar a la mayor brevedad posible. Comienzo por manifestar al señor Soto y Gama que yo nunca he tenido, y espero no tener jamás, miedo a la prensa; le recuerdo mi actitud cuando la credencial del señor Nieto. Tampoco temo aparecer bolchevista, porque declaro que en síntesis simpatizo con esta doctrina; la parte que tiene de violencia, de odio, no la puedo aceptar, porque el odio sólo engendra ruinas y miseria; la parte que tiene de amor, amor a la verdad, amor a la justicia, amor al progreso, y como ésta es mucho mayor que la otra - afortunadamente es en una proporción mucho mayor -, esa la amo. Comienzo, en nombre de la Historia, por rectificar los conceptos del señor Soto y Gama, referentes a la Revolución Francesa, porque, si fracasó el proletariado, abrió el camino a las redentoras ideas y a todas las revoluciones modernas, y los revolucionarios no podemos condenar el movimiento político más trascendente que registra la Historia, ni podemos condenar la obra de la Convención, ni las grandes reformas realizadas merced a la elocuencia maravillosa de Mirabeau, de Dantón, de Marat, de Vergniaud, de Isnard... de todos los grandes revolucionarios franceses; fue el camino - porque en la naturaleza todo se hace por evoluciones y no a saltos -, fue la base de las revoluciones futuras, y seguramente ni nuestra revolución de Independencia ni nuestra Guerra de Reforma, ni la Revolución de 1910, ni el agrarismo actual existiría, si no tuvieran sus raíces, hondas, fuertes y vigorosas en la proclamación de los derechos del hombre y del ciudadano, de la Revolución Francesa, tan grande

y tan gloriosa, tan esplendente, que nos basta escuchar los acordes de la Marsellesa para que todo temperamento verdaderamente revolucionario se estremezca de entusiasmo, de amor, y aplauda clamorosamente la evocación de esa venganza justiciera del pueblo, que si no se llevó a término, se inició al menos trágica y elocuentemente con la demolición de la Bastilla. También, señores, quiero hacer una rectificación: No es verdad que los maestros estemos enfermos de porfirismo; no es verdad que haya reaccionarios en el profesorado. Al contrario, yo evoco los nombres de Vadillo, de Cienfuegos de Vizcarra, de Camarena, de Salazar, de todos nosotros, señores, que hemos engrosado las filas revolucionarias. Si alguna vez el profesorado, el magisterio, se ha penetrado de su misión progresista, ha sido en esta época y en esta revolución. Preguntad, señores, a la revolución desde 1910 a la fecha, cuántos maestros hay, y veréis que es un número, por su abundancia, consolador, quienes dejando las aulas, para no enseñar mentiras precisamente, para no seguir en el régimen porfirista, para no enseñar mentiras convencionales, han dejado a pesar de su amor por la enseñanza y de su temperamento de maestros - porque el maestro debe tener un temperamento -, han dejado la escuela para ir a engrosar las filas revolucionarias. El ciudadano Díaz Soto y Gama, a quien yo admiro como revolucionario, pero a quien encuentro perfectamente deficiente como maestro, comete este error, señores, y el error de Soto y Gama y de los que con él opinan, es error de tiempo, nada más que de tiempo. En buena hora que se enseñen al hombre - comprendiendo por hombre desde su adolescencia - estas amargas verdades de la vida; pero a los niños insisto en que no se les deben enseñar. ¿Por qué, señores, no se enseñan otras verdades que también son útiles para la vida? ¿Qué opinaríais vosotros si se enseñara a los niños de cinco años los misterios de la generación, y a un niño de seis años los horrores de la sífilis? Diríais que no deben saber eso los niños, ni el ciudadano Soto y Gama se atrevería a enseñar a una hija suya los misterios de la generación o los horrores del incesto.

El C. Bolio: Pero es la escuela racional...

El C. Ramos Pedrueza: Si es racional, debe enseñarse eso a los adolescentes.

El C. Bolio: Para una interpelación al orador.

El C. presidente: Si el orador la permite.

El C. Ramos Pedrueza: Con mucho gusto.

El C. Bolio: Dígame usted, compañero profesor Pedrueza, ¿cómo explicaría usted en una escuela mixta adonde concurren al cuarto año muchachos de quince años y muchachas de quince años, cuando cierta función fisiológica viene a demostrar que ya éstas son mujeres?

El C. Ramos Pedrueza: Pues, o no lo enseñaría, o lo enseñaría de un modo absolutamente sintético. (Risas.) Además de que los quince años no son los siete años, compañero Bolio, hay una gran diferencia entre un niño de siete años y una mujer de quince; la mujer a los quince años es mujer, y el niño a los siete años es aún inconsciente. No, señores, no divaguemos; seamos honrados y seamos sinceros, porque tenemos el deber de ser sinceros; no enseñaríamos esto a nuestros hijos, no les enseñaríamos las lacras y los dolores de la vida, no les enseñaríamos las monstruosidades, los incestos, los amores sádicos ni la pederastia, no enseñaríamos nada de eso y no debemos enseñarlo tampoco, porque precisamente en este país, por los sufrimientos acumulados en los trabajadores y campesinos en tantos años de esclavitud de la raza indígena y que es para la que estamos legislando, al enseñarles claramente, desnudamente en todos sus horrores este mejoramiento en una forma de propaganda violenta y revolucionaria, sólo los enseñaríamos a odiar, señores, porque recordarían que sus padres han sido víctimas de injusticias, los enseñaríamos a odiar a los tiranos, a odiar a la sociedad, y los niños no tendrían el criterio suficiente para comprender lo que deben hacer y lo que no deben hacer; sembraríamos ideas de odio, y esto no puede producir más que desastres. Para sembrar amor en el corazón de los niños es preciso extender un velo sobre las más grandes injusticias de la humanidad, porque los niños que sólo supieran odiar no serían niños. Por eso, señores...

El C. Salazar, interrumpiendo: ¿No cree usted que la enseñanza racional prepara para la vida? Sí o no.

El C. Ramos Pedrueza: Prepara progresivamente, señor profesor.

El C. Salazar: Si prepara para la vida, ¿es más útil decirle al niño que el asno le da una coz a Pedro, o que hay peligros en la vida y que hay luchas sociales y que debemos prepararlo? Conteste usted honradamente.

El C. Ramos Pedrueza: Sí, señor...

El C. Salazar, interrumpiendo: ¿Pues entonces?

El C. Ramos Pedrueza, continuando: Pues esto, señores, se les puede enseñar en esa forma absolutamente infantil a que me he referido antes. El señor Soto y Gama y el señor Salazar parecen despreciar - sobre todo el señor Soto y Gama - la Historia Patria y la Instrucción Cívica, pues no es verdad que se enseñe así la Instrucción Cívica en las escuelas modernas. Yo protesto como maestro los que han hablado así no saben lo que es una cátedra de un profesor competente y revolucionario.

El C. Bolio: Pido la palabra. Precisamente, señor compañero Pedrueza...

El C. Ramos Pedrueza: Diga usted.

El C. Bolio, continuando: Yo le he hecho a usted la pregunta, porque fui en Yucatán uno de los autores de la escuela racional, es decir, la escuela que prepara para la vida, la escuela que es donde se inspira la naturaleza. Si yo le pregunté a usted si un muchacho de quince años y una muchacha de quince años están en una escuela mixta y sorprende la naturaleza ciertas cosas fisiológicas, debe indudablemente el maestro tener la preparación suficiente para explicarles qué fenómeno ha acontecido. (Risas.)

El C. Ramos Pedrueza, continuando: Sigue el señor Bolio incurriendo en un error de tiempo...

El C. Bolio, interrumpiendo: ¡Progresivamente!

El C. Ramos Pedrueza, continuando: A los quince años se es adolescente...

El C. Bolio, interrumpiendo: Progresivamente, para profesor de escuela normal...

El C. Franco, interrumpiendo: Perdone el señor. Eso es lo que hacen precisamente los sacerdotes en

la confesión: acabar con la inocencia de los niños, y eso es lo que quieren ustedes también!

El C. Ramos Pedrueza: Pues bien, señores diputados, para terminar... (Voces: ¡Ya no hay quorum! Murmullos. Desorden. Campanilla.)

El C. Manjarrez: Reclamo el quorum para que se apliquen las multas.

El C. secretario Valadez Ramírez: Orden del día para mañana a las diez:

"Sesión de Colegio Electoral.

"A las 4 p.m.: Continuación del debate sobre el proyecto de Ley Reglamentaria de la Fracción XII del Artículo 123 Constitucional.

"Proyectos de decreto concediendo diversas pensiones.

"Proyecto de ley por el que se reforma el artículo 28 de la Ley del Notariado, de 19 de diciembre de 1901."

El C. presidente, a las 9.25 p.m.: Se levanta la sesión.