Legislatura XXIX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19201127 - Número de Diario 78

(L29A1P1oN078F19201127.xml)Núm. Diario:78

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, SÁBADO 27 DE NOVIEMBRE DE 1920

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

AÑO 1. PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO 1. - NUMERO 78

SESIÓN

DE

CONGRESO GENERAL

EFECTUADA EL DÍA 27 DE NOVIEMBRE DE 1920

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Son discutidas y aprobadas las licencias que solicitan respectivamente, los CC. García Parra Enrique y Suárez Manuel H., magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

2.- Se procede a elegir substitutos de los ciudadanos magistrados a quienes se concedió licencia, levantándose la sesión por falta de "quorum"

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. ORTEGA MIGUEL F.

(Asistencia de 128 ciudadanos diputados y 39 ciudadanos senadores.)

El C. presidente, a las 11.45 a. m.: Se abre la sesión de Congreso General.

El C. prosecretario Castrejón: Se va a dar cuenta con los documentos en cartera.

" Al H. Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos:

" Exigiendo para su curación la grave enfermedad de que adolezco, reposo físico e intelectual por 3 meses como mínimo, según consta por el certificado médico que acompaño, atentamente suplico a ese Alto Cuerpo, si bien lo tiene, concederme licencia por dicho tiempo, para separarme del desempeño de mi cargo de magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, rogando a la vez que tal licencia sea con goce de sueldo, y si esto, por alguna circunstancia no fuere posible, que se me conceda en la forma y términos que ese mismo H. Congreso lo estime de justicia.

"Es gracia que solicito.

"Constitución y Reformas.- México, 18 de noviembre de 1920.- E. García Parra."

Acompaña un certificado que dice:

"Los médicos cirujanos que suscriben, Legalmente autorizados, para ejercer su profesión, certifican: que el señor licenciado Enrique García Parra se encuentra enfermo de agotamiento nervioso a consecuencia del trabajo mental excesivo y necesita reposo físico e intelectual por tres meses, como mínimo para su curación.

"Extienden el presente documento a pedimento y para los usos que convengan al interesado.

"México, noviembre 17 de 1920.- Doctor, R. Rodríguez.- Doctor, Roberto Torres Gil."

Está a discusión ésta licencia. La Secretaria hace del conocimiento de la honorable Asamblea, como antecedente, que ya se concedió con goce de sueldo una licencia a este mismo señor en el mes de julio, de dos meses.

El C. Siurob: Pido la palabra en contra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Honorable Asamblea: Hemos querido nosotros sentar el procedente de que ningún empleado público solicite esas licencias tan excesivamente largas con goce de sueldo. Todavía, para mayor explicación, la Secretaría se ha permitido informar a la honorable Asamblea que uno de estos ciudadanos ha tenido licencia por dos meses con goce de sueldo en el mes de abril o julio, no recuerdo en qué fecha. Por consiguiente, creo que es el momento de sentar una de las bases de moralidad pública que consiste en que los empleados no pueden separarse tan largo tiempo de sus labores con goce de sueldo. Por otra parte, el padecimiento que aquí se alega en este caso es simplemente un agotamiento físico y nervioso. En la mayor parte de los casos no son muy fáciles de poder apreciar en el sentido de la fecha en que van a quedar restablecidos esos enfermos; por consiguiente, tampoco es muy fácil darse cuenta del verdadero estado de estos pacientes, pues muchas veces un agotamiento nervioso se remedia con un descanso de unos quince días y en otros casos el agotamiento nervioso necesita hasta de un año entero para poder subsanarse. Por consiguiente, si este señor ha pedido esta licencia antes de dos meses y ahora solicita otra por tres meses, fijaos bien, por tres meses con goce de sueldo, pues más vale que de una vez se separe del empleo que desempeña, porque quiere decir que no le permite el estado de su salud seguirlo atendiendo con toda corrección y con toda exactitud. Por todas estas razones yo pido que no se conceda la licencia con goce de sueldo, y que se conceda sin goce, puesto que también en esa forma la solicita el interesado.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Señores representantes: El magistrado García Parra solicita licencia por tres meses con goce de sueldo; presenta certificado, presenta un certificado, señores diputados y senadores, de autoridad médica según la cual el ciudadano García Parra necesita por lo menos el descanso de tres meses para recobrar su salud; y el compañero Siurob no sé por qué razón se opone a que esta licencia se conceda. Yo creo que nada hay más justo sino que concedamos la licencia. Parece que no hay puesto más ocasionado a enfermar y a agotar a quien lo desempeña que el de magistrado del Tribunal Superior. Con cierta frecuencia se han presentado a vuestra consideración solicitudes de licencia; es que el trabajo resulta verdaderamente excesivo. Es bien sabido que el número de expedientes que para su despacho se han encomendado a los magistrados del Tribunal Superior del Distrito Federal es verdaderamente abrumador, es una montaña de expedientes que para el magistrado que quiera cumplir con sus labores a conciencia, tiene que significar una verdadera fuente de agotamiento intelectual y de agotamiento físico. Dice el compañero Siurob: "¡Sólo se trata de agotamiento físico intelectual!" ¡Poca cosa! Una verdadera depauperización del organismo de estos magistrados que tienen que consagrarse a la resolución de asuntos verdaderamente arduos. Yo creo que resulta mezquino de parte del Congreso General el oponerse a que esta licencia se conceda. Si el obrero intelectual, el alto obrero intelectual se ha agotado precisamente en su trabajo ¿qué mucho que le concedamos una indemnización? Es una especie de accidente del trabajo, Si al obrero manual, si al obrero manual que sufre una impotencia temporal y pasajera como consecuencia de su rudo trabajo, se le concede en todos los países civilizados del mundo una indemnización, se le concede el estar separado de sus labores recibiendo salario, ¿cómo no hemos de conceder al trabajador intelectual, a un hombre a quien está encomendada la alta misión de impartir justicia? ¿cómo hemos de seguir siendo mezquinos, como lo hemos sido hasta ahora? ¿cómo entonces, exigiremos a los magistrados que cumplan verdaderamente con su labor, si no tienen el estimulo de la inamovilidad ni el estímulo siquiera de una licencia con goce de sueldo en los momentos en que su salud se agota por el cotidiano trabajo que no les permite seguir entregados a sus labores? Y si se tratase de hombres acaudalados que pudieran pasarse sin el sueldo que se les concede, entonces, entonces menos mal, sería oportuno regatear este sueldo; pero si es algo perfectamente ganado, si es un acto de justicia y de reparación que se le debe, si se han agotado en su trabajo mismo, nada más justo y equitativo el que concedamos la licencia tal como se pide; hay un certificado médico. Mientras este certificado médico no se impugne demostrando que ha sido arrancado por cohecho, que ha sido una verdadera farsa la solicitud de licencia está en pie nuestro deber para concederla es imperativo y categórico.

El C. Siurob: Para una aclaración.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Castrejón en contra.

El C. Castrejón: Honorables representantes : Si yo vengo a tomar participación en este debate, es debido sencillamente a esto: yo deseo que todos los individuos que prestan un servicio a la nación, les sea retribuido. A los magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal se les retribuye su trabajo con una cantidad alrededor de mil pesos mensuales. El señor magistrado Enrique García Parra ha obtenido anteriormente en el mes de julio de este año, una licencia con goce de dietas por dos meses. Ahora este señor, por su salud, o por las causas a que alude, desea otra licencia por tres meses, y el dice: " con goce de sueldo; si por cualquiera circunstancia no es posible, entonces sin goce de sueldo." Si él mismo conviene, si él mismo duda quizá que se le pueda conceder la licencia con goce de sueldo, lo natural es que nosotros la concedamos en esta forma. Que no se le obligue, ya que está enfermo, a ir a trabajar no concediéndole la licencia, pero que no se le paguen los haberes que corresponden al tiempo que no va a trabajar. Yo creo que se debe defender en esa forma el dinero de la nación, porque el señor García Parra, si ustedes concedieran la licencia con goce de sueldo, disfrutaría naturalmente de él, y aparte de eso, la nación tendría que pagar el sueldo del magistrado que lo fuera a suplir y, en ese concepto, le resultaría a la nación doble el pago de un individuo, de dos individuos por un solo servicio. Por estas razones, ciudadanos representantes, yo deseo que ustedes concedan la licencia que solicita el señor magistrado García Parra, pero que ésta sea sin goce de sueldo, ya que vamos, pues, a nombrar a un substituto, al que tendrá que pagársele ese sueldo que no devengue el propietario. (Aplausos.)

El C. Siurob: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Señores, la aclaración que deseo hacer es la siguiente: el señor García Parra alega que necesita esa licencia por encontrarse agotado física e intelectualmente. Yo sé, por distintos informes, que el señor magistrado García Parra es uno de los más lentos en el despacho, es uno de los que despachan no precisamente con mayor escrupulosidad, sino con más parsimonia todos los asuntos que caen bajo su control; apenas lleva un año y pico de meses de estar funcionando este señor magistrado y ya solicitó cinco meses de licencia con goce de sueldo. Para aclarar en todos sentidos lo afirmado por mí, me voy a permitir solicitar el testimonio de varios diputados En este momento no veo más que al señor diputado Pablo Sánchez, que es paisano del señor García Parra; yo lo interpelo para que diga si es o no verdad que los expedientes de Veracruz tardaba muchísimo en resolverlos, hasta el grado de que verdaderamente perdían la paciencia las personas que hacían solicitudes en esos expedientes.

El C. Sánchez Pablo: Pido la palabra para contestar la interpelación del señor Siurob.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Sánchez Pablo: Conozco de hace bastantes años, como paisano mío, al señor licenciado Enrique

García Parra, es un hombre de vastisima ilustración (Voces: ¡No se oye!) Es un hombre de vasta ilustración y de mucho conocimiento, bastante inteligente, pero, en efecto, es moroso en el despacho de los negocios.

El C. Siurob: Mi interpelación para el compañero es acerca de si sabe y le consta que algunos expedientes que estaban en poder de este señor magistrado han tardado mucho tiempo para ser resueltos.

El C. Sánchez Pablo: Es la voz pública en Jalisco, en Guadalajara.

El C. Siurob: Ya acaba de escuchar esta honorable Asamblea que este señor magistrado es extremadamente moroso en el desempeño de sus obligaciones. ¿De qué, pues, se ha cansado? También alguien dice que causa más la flojera que el trabajo; quizá al señor magistrado le suceda algo semejante. Por todas estas razones y por las expuestas por el estimable compañero que me precedió en el uso de la palabra, pido a la honorable Asamblea que esta licencia se conceda sin goce de sueldo. Necesitamos tener dinero para escuelas, necesitamos dinero para obras de irrigación, necesitamos dinero para caminos, necesitamos dinero la nación para muchas cosas y no debemos otorgarlo cuando el mismo solicitante no lo pide de una manera expresa. Ya digo: por otra parte, el agotamiento nervioso muchas veces, o se subsana en un mes o mes y medio, o no se subsana sino en varios años, y en ese caso, vale más que renuncie el señor magistrado. Es el caso en que está colocado.

El C. Manrique: Pido la palabra en pro por segunda vez.

El C. De Alba: Con permiso...

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Yo no pido la palabra para una aclaración; la pido francamente en pro. Creo, señores diputados, que debo insistir, que tengo derecho de insistir para que no cometa el Congreso General la aberración de obedecer a la sugestión del ciudadano Siurob, negando algo perfectamente legítimo y justificado. Un magistrado, un juez, se ha agotado en su trabajo; para reponer la salud perdida por el exceso de su labor, solicita una licencia con goce de sueldo, y no falta una voz, compañero Aguirre Colorado, (Risas.) que se levante inspirada por un espíritu de verdadera mezquindad, a pedir, so pretexto de moralidad administrativa, que no se conceda al magistrado lo que de derecho le corresponde. Se imagina el compañero Siurob que con su afirmación, corroborada por el compañero Sánchez, destruye la reputación de laborioso de un magistrado que antes de serlo del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, lo fue de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, desempeñando satisfactoriamente sus labores. ¡Qué fácilmente se echa por tierra, qué fácilmente se pretende echar por tierra una reputación forjada a costa de trabajo, a costa de laboriosidad! Porque el estimable compañero Siurob tiene impaciencias y actividades de ardilla, (Risas.) y sabe forjar en unas cuantas horas un proyecto de ley minera o alguno de tantos otros proyectos para hacer la felicidad de la República Mexicana, (Risas.) por esto El compañero Siurob imagina que un magistrado puede resolver un proceso arduo, en última instancia a veces, en dos o tres días. Y cuando el magistrado que quiere cumplir con su deber consulta códigos y consulta pergaminos y va a su biblioteca y se quema las pestañas, entonces no falta un compañero Siurob, el de las impaciencias y las actividades de ardilla, que trate de moroso al magistrado. (Risas.) Señores, el único asunto a discusión es este: ¿el ciudadano García Parra se ha agotado en su trabajo? Sí, o no. Hay un certificado médico que lo comprueba, hay testigos de honorabilidad sin tacha; entonces lo indicado es concederle la licencia y que no se argumente pobremente, como el compañero Castrejón, que ya el mismo ciudadano magistrado, en previsión de que se le negase el sueldo, pide la licencia con sin goce de sueldo. ¡Pues es claro! Esto no viene, compañero Rama, compañero Portes Gil, compañero Lara, sino a corroborar la fuerza de mi aserto. Tan urgido, tan necesitado está de entregarse al descanso el magistrado García Parra, que si no se le concede con goce de sueldo, aun así, sacrificándose, él sabe que debe dedicarse al descanso, que esto le es urgente porque su organismo empobrecido, su cerebro anémico exigen urgentemente el descanso, y un Congreso General, los senadores y diputados que conceden de muy buen grado a sus compañeros una licencia de un mes, de mes y medio o de veinte días para ir a tratar asuntos particulares cuando su salud no lo exige, ¿estos mismos representantes, estos mismos diputados y senadores van ahora a regatear a un magistrado dos o tres meses de licencia con goce de sueldo, que le son necesarios para recobrar la salud perdida en el cumplimiento de su deber? Esto sería indigno de este Congreso; yo creo que los ciudadanos representantes que me escuchan deben reconocer al ciudadano García Parra la licencia que solicita.

El C. Moreno: Pido la palabra en contra.

El C. Siurob: Pido la palabra en contra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Castrejón.

El C. Siourob: Para hacer una interpelación.

El C. Castrejón: Ciudadanos representantes: Me veo obligado...

El C. De Alba: Moción de orden. Señores representantes: Yo entiendo que los dos puntos a debate son estos: la efectividad de la enfermedad del magistrado García Parra y la cuestión de su solvencia o insolvencia, porque no se va a lanzar a la calle a un individuo que vive exclusivamente de su trabajo, a título de que ya disfrutó dos meses de licencia, si es que está comprobado por el certificado médico que realmente padece un agotamiento nervioso adquirido en el desempeño de sus funciones judiciales. Yo suplico a la Presidencia, puesto que la Asamblea no se dio cuenta perfectamente de la lectura de este certificado médico, si a bien lo tiene, que se lea este documento, porque estábamos distraídos en la cuestión de propaganda para los substitutos y no percibimos bien cuáles son las razones que alegan los facultativos que firman este certificado, y a la vez me permito interpelar a los abogados que conozcan al ciudadano García Parra, para que nos digan si es un hombre solvente, que si se le niega esta licencia, pueda vivir a expensas de lo que ya posee él de antemano, o de sus propiedades.

El C. prosecretario Castrejón: El certificado cuya lectura ha pedido el compañero Alba, dice:

" Los médicos cirujanos que subscriben, legalmente autorizados para ejercer su profesión, certifican: que el señor licenciado Enrique García Parra se encuentra enfermo de agotamiento nervioso a consecuencia del trabajo mental excesivo; necesita reposo físico e intelectual por tres meses, como mínimo, para su curación.

" Extienden el presente documento a pedimento y para los usos que convengan al interesado.

"México, noviembre 17 de 1920.- Dr. R. Rodríguez.- Dr. Roberto Torres Gil."

El C. Castrejón: Ciudadanos representantes: Me he visto obligado a hacer uso de la palabra una segunda vez, en vista de que el compañero Manrique ha querido volver a hacer una atmósfera favorable a su defenso...

El C. Manrique, interrumpiendo: Con mucho derecho.

El C. Castrejón: Lo reconozco. Yo creo, señores representantes, que no es la manera de administrar correctamente el dinero de la nación el conceder licencias a cada momento a título de que los ciudadanos magistrados o quienesquiera que sean se agoten en su trabajo. Ustedes acaban de escuchar de los labios del compañero licenciado Sánchez, que el señor García Parra no es de los hombres que se distinguen precisamente por su actividad, sino, por el contrario, por la lenidad o morosidad con que estudia sus asuntos, con todo y que sea un intelectual de valía.

El C. Manrique: Para una interpelación al compañero Castrejón.

El C. Castrejón: No concedo la palabra al compañero Manrique y deseo que me deje hablar; cuando el está hablando, es costumbre suya que no lo interrumpan, y yo nada más exijo de él correspondencia.

El C. Manrique: Cuando termine, ¿me hará favor de permitirme una interpelación?

El C. Castrejón: Sí señor, Yo tengo aquí al frente los datos que se llevan en la Oficialía Mayor de la Cámara, respecto de las licencias, cuándo protestan los ciudadanos magistrados, etcétera, etcétera, y en la que corresponde al licenciado García Parra dice:

" García Parra Enrique, magistrado del Tribunal de Superior de Justicia del Distrito Federal, electo el 28 de octubre de 1919. Protestó el 29 de noviembre Licencia por 2 meses con sueldo, concedida el 5 de febrero último."

Luego quiere decir que el señor García Parra estuvo recibiendo sueldo por concepto de licencia con goce de él, de cinco de julio a cinco de septiembre; ahora vuelve a pedir una nueva licencia por tres meses y yo no me opongo a que se le conceda, muy bien, puede concedérsele a este señor la licencia que él desea para que restablezca su salud, pero no con goce de sueldo, porque si no resultaría que nosotros le daríamos sueldo a él y tendremos que darle sueldo al que vaya a substituirlo, y lo que dije antes, para un solo cargo, para un cargo que desempeña un individuo, hay dos sueldos; esto no es correcto, esto no es justo. Por otra parte, yo quiero que se siente un precedente con esta licencia, porque hay otra licencia de otro señor magistrado, del señor licenciado don Manuel Suárez, que viene exactamente en las mismas condiciones. Este señor tuvo ya una licencia de dos meses con goce de sueldo, y ahora pide otra por otros dos meses, también con goce de sueldo; y con este criterio, señores, va a resultar que a cada rato los señores magistrados van a estar pidiendo licencia, y entonces tendremos un solo tribunal pagado todo con licencia y otro tribunal suplente, también pagado, porque es el que está en funciones; entonces resultará que a la nación le cuestan esos servicios el doble de lo que en realidad debieran costarle. El compañero Manrique ha invocado que a los diputados y senadores se les concedan licencias hasta por un mes con goce de sueldo; perfectamente bien, en un mes con goce de sueldo...

El C. Manrique: Dos.

El C. Castrejón: Aquí no se ha concedido ninguna licencia por dos meses, compañero; aquí en la Cámara de Diputados se han concedido licencias hasta por un mes únicamente, nunca por dos. (Una voz: ¡Carrillo Puerto!) Bueno, un caso nada más. de cualquiera manera, trátase de diputados, de senadores o magistrados, yo considero inmoral, altamente inmoral que se esté pagando a individuos que no prestan sus servicios como debieran hacerlo. Por todas las razones que yo he expuesto, compañeros, deseo que, tomando en consideración la solicitud del señor García Parra y para precedente de las que vengan en lo de adelante, no se concedan licencias con goce de sueldo a individuos que ya las han disfrutado pagándoles la nación por no haber trabajado.

El C. Manrique: Para una interpelación.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Comienzo por pedir atentamente al señor compañero Ortega, que se sirva agitar discretamente la campanilla para que los compañeros ocupen sus asientos. (Campanilla.)

El C. prosecretario Castrejón: La presidencia, por conducto de la Secretaría, invita a los ciudadanos diputados a que ocupen sus curules.

El C. Manrique: Señores diputados y senadores: El señor diputado Castrejón ha hecho un gravísimo cargo al magistrado García Parra...(Murmullos.) El pequeño compañero Castrejón ha desaparecido, (Risas) el estimable compañero Castrejón hace un gravísimo cargo al magistrado García Parra, un cargo cuya gravedad él mismo no ha pesado. Sírvase decirme el señor compañero Castrejón si él sostiene - porque de sostenerlo, nuestro deber es consignar al venal magistrado a las autoridades correspondientes -, sírvase decirme el señor compañero Castrejón si sostiene con pleno conocimiento de causa cargo de lenidad en el ejercicio de sus funciones, que ha hecho al señor magistrado García Parra.

El C. Moreno: No sabe castellano.

El C. Castrejón: Yo voy a contestarle al señor Manrique sencillamente con esto: he hecho referencia del testimonio del compañero Sánchez y del compañero Siurob. Yo no puedo hacer un cargo gratuito; he dicho: " el señor fulano dice esto". Por otra parte, el que sea activo o que sea flojo, el que sea muy hábil o el que sea muy tonto, eso no justifica que la nación le pague por no trabajar. Además, aquí tengo un artículo que por analogía

se le podría aplicar al señor García Parra, es el artículo 51 del Reglamento del Congreso, que dice: "Artículo 51. No podrá concederse licencia con goce de dietas por más de dos meses."

Esto es moral y por analogía lo podemos aplicar a cualquier otro funcionario. Yo estoy de acuerdo en que el individuo que trabaja se le pague y que se le concedan unas vacaciones, ya sea por enfermedad o ya sea sencillamente a título de vacaciones, una cantidad con que la nación recompensa todavía mejor los servicios de un individuo; pero que esto no sea para estar derramando los dineros de la nación de una manera pródiga.

El C. Manrique: Señores representantes: El señor Castrejón ha aprovechado la coyuntura para hacer un nuevo discurso....

El C. Castrejón, interrumpiendo: Como usted su interpelación.

El C. Manrique: Las palabras del compañero Castrejón me han tranquilizado plenamente; yo creía que lanzaba al magistrado García Parra el grave cargo de ser culpable de lenidad; pero ahora comprendo, por su explicación, que no quiso decir lenidad, sino lentitud. No he dicho nada.

El C. Siurob: Pido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Siurob para una interpelación.

El C. Siurob: Por si no bastara mi interpelación anterior, ciudadanos representantes, voy a permitirme interpelar al ciudadano licenciado Vicencio para que diga si no ha llegado a sus oídos si no ha tenido conocimiento de que en efecto, en los puestos que ha desempeñado el señor García Parra ha sido moroso en el desempeño de sus labores.

El C. Castrejón: O en general, lento en su acción como magistrado.

El C. Vicencio Leopoldo: Pido la palabra. Voy a contestar la interpelación que se sirve hacerme el señor compañero Siurob. Conozco hace tiempo al señor García Parra, es un hombre honorable, muy trabajador, de manera que no acepto la palabra moroso que le aplica el señor Siurob. Sí es lento en sus resoluciones, como dice el señor Sánchez, quizá por mucho estudio de las cuestiones; pero es laborioso y es honrado.

El C. Siurob: Hemos recogido un testimonio favorable al señor García Parra y otro contrario, de manera que no podemos acerca de ese punto decir la última palabra; pero lo que no se ha podido destruir dentro de esta Asamblea es el argumento suficientemente sólido y fuerte del compañero Castrejón, en el sentido de que no debemos sentar de ninguna manera un precedente para que sigan solicitándose ante esta honorable Asamblea licencias por más de un mes con goce de sueldo y menos cuando esas licencias han sido ya solicitadas con anterioridad.

El C. Castrejón: Concedidas.

El C. Siurob: Es este un precedente de moralidad pública y no debemos transigir en lo absoluto en asuntos en que esté de por medio la moral pública. Ya parece que veo que en todas las oficinas se empiezan a solicitar licencias por tres meses con goce de sueldo y que todos por imitación a la Cámara de Diputados y en asuntos semejantes empiezan a conceder esta clase de licencias. Ya ve, pues, el compañero Manrique, que carece en absoluto de razón al dejarse guiar únicamente por sus sentimientos en un asunto que verdaderamente entraña una inmoralidad administrativa. ¿El compañero Manrique tiene deseos de favorecer al señor magistrado? Pues en ese caso que solicite que la nación le dé al señor magistrado una pensión para curarse, pero no que siga insistiendo en que se siente el precedente de que todos los empleados públicos se les pueden conceder licencias hasta por tres o cinco meses con goce de dietas. Contesto enseguida una alusión personal. El señor compañero Manrique ha dicho que yo tengo actividades de ardilla. (Risas.) Pues muy bien, compañero, agradezco en lo absoluto el vocablo; no comparo mis actividades de ardilla a vuestras actividades de batracio, a vuestras actividades de fraile benedictino pero por lo menos ya ha sido presentada por mí y aprobada por la Asamblea, una ley, la primera que se discute en este Congreso , mientras que vos no podéis decir lo mismo. (Risas.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Portes Gil.

El C. Portes Gil: Ciudadanos representantes: El poder Judicial y los miembros que lo integran en toda la República, durante todas las épocas ha sido siempre el poder más escarnecido y más vejado....

El C. Siurob, interrumpiendo: ¡No, qué va!

El C. Portes Gil, continuando: sus miembros, cuando llegan a determinada edad conservando una honradez inmaculada, los cuales.- en honor de la verdad - han sido muy pocos, llegan a la decrepitud generalmente sin tener los elementos necesarios para pasar esa decrepitud. Aptitudes como la del ciudadano Siurob, como la del ciudadano Castrejón, son las que llevan un profundo desconsuelo a aquellos jueces, a aquellos magistrados que han tenido por norma la honradez y la dedicación exclusivamente al trabajo judicial. Hay aquí testimonios de personas muy honorables, de abogados que cuentan algunos años de ejercicio profesional que atestiguan que el ciudadano magistrado García Parra ha dedicado la mayor parte de su vida profesional exclusivamente a trabajos judiciales. Allí está el compañero Pablo Sánchez que me acaba de manifestar que él conoce desde hace muchos años al ciudadano García Parra, y le consta que durante muchos años también ha desempeñado puestos judiciales; que siempre ha tenido por norma la honradez y la integridad absoluta. Yo creo que es un caso especial como éste, debe ser un estímulo para él y para otros que sigan su misma conducta, el que la Cámara le conceda una licencia con goce de sueldo cuando ha llegado al agotamiento cerebral. No veo yo, pues, motivo alguno para que se niegue esa licencia; esto servirá de estímulo para la honradez judicial que desgraciadamente es muy contada en la República. Si la nación gasta millones de pesos en servicios que no tienen importancia ninguna, en servicios especiales, en policía secreta en una serie de canonjías, en empleados que no hacen absolutamente nada, ¿por qué a un hombre viejo, a un abogado que ha sido siempre honrado y dedicado en el ejercicio judicial, por qué le vamos a negar determinada cantidad de dinero para que durante tres meses esté alejado de ese servicio? Yo creo que sería un gran

estímulo de parte del Congreso de conceder esta licencia, porque así haríamos que los demás magistrados y los demás jueces que conservan su honradez y su dedicación al estudio judicial, obtengan un estímulo, tengan un aliciente para seguir por esa senda; de esta manera estimularemos la honradez en el Poder Judicial, y el Congreso cumplirá con la alta misión que le está encomendada. En consecuencia, pido que se le conceda esta licencia con goce de dietas a un hombre que ha dedicado toda su vida al ejercicio de su profesión en el ramo judicial. (Aplausos.)

El C. presidente: No habiendo más oradores inscriptos...

El C. Siurob: Pido la palabra, señor presidente, para interpelar al compañero Portes Gil.

El C. presidente: No habiendo más oradores inscriptos....

El C. Siurob: No, señor presidente, hay un orador que pide la palabra.

El C. Siurob: Compañero Portes Gil: Abundando en las mismas ideas de usted, de que a los buenos servidores de la nación se les debe otorgar una recompensa, y suponiendo que en este caso se encuentra el ciudadano García Parra, ¿no opina usted que es más lógico, que es más razonable, que es más justo, que está más de acuerdo con la ley que se solicite para ese señor García Parra determinada cantidad del dinero de la nación para que, con esa cantidad se cure, y no que se siente el pésimo precedente de que a los empleados de la administración, se les pueda conceder licencias por tres meses con goce de sueldo?

El C. Castrejón: ¡Cinco! Dos primero y ahora tres.

El C. Portes Gil: Pido la palabra. Como lo que sugiere el ciudadano Siurob, traería como consecuencia la expedición de una ley, puesto que lo establece la Constitución misma, y esto, naturalmente, dilataría bastante tiempo en la discusión en las dos Cámaras, e indudablemente la enfermedad del ciudadano García Parra no es de aquellas que esperan que el Congreso expida una ley, yo creo que no deja el Congreso de cumplir con su deber al conceder, económicamente, una licencia a un hombre que se encuentra agotado y que le urgen los recursos para curarse. La expedición de una ley es dilatada, y mientras se expide, pueden pasar muchas cosas, inclusive el fallecimiento del ciudadano García Parra.

El C. Siurob: Ciudadanos diputados y senadores: Yo sigo sosteniendo que, por encima de los hombres, están los principios, y que antes de sentar un mal principio, en el sentido de que los empleados públicos tienen derecho a solicitar permiso por tres meses, con goce de sueldo, debemos preferir los principios a los hombres.

El C. Lara César A.: Pido la palabra.

El C. prosecretario Castrejón: En votación económica se consulta si el asunto está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de píe. Suficientemente discutido. Se va a dividir en dos partes la proposición de licencia.

El C. Manrique: Para una moción de orden.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique, para una moción de orden.

El C. Manrique: Señores representantes: Nadie ha solicitado que se divida la proposición en parte alguna.

El C. Siurob, interrumpiendo: Yo solicito.

El C. Manrique, continuando: Ahora sí, pero de oficio, el ciudadano Castrejón, que siempre demuestra su parcialidad cuando confunde sus funciones de diputado con sus funciones de prosecretario, de oficio no tiene derecho de hacer división alguna, cuando no lo pida algún compañero.

El C. prosecretario Castrejón: La secretaría quiere hacer esta aclaración al ciudadano Manrique, que tiene muy distintas apreciaciones, según también, está en el asunto en pro o en contra. El señor García Parra dice que se le conceda licencia con goce de sueldo o sí, por cualquier circunstancia, no se le concede así, entonces la pide sin goce de sueldo. Por tanto él mismo hace las dos proposiciones, y la Secretaría iba a consultar, primero, si se concede la licencia, y después, si se concede con o sin goce de sueldo. Esto es lo razonable, señor Manrique.

El C. Siurob: ¡Es claro!

El C. prosecretario Castrejón: En votación económica se consulta a la Asamblea si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se concede la licencia. En votación económica se consulta a la Asamblea si se concede esa licencia con goce de sueldo.(Voces: ¡No! ¡Sí!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Hay mayoría. Se concede con goce de sueldo.

- El mismo C. prosecretario, Leyendo:

"Ciudadanos diputados y senadores al Congreso de la Unión:

"Manuel H. Suaréz, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, y con domicilio en la casa número 24, de la calle Melchor Ocampo, de la ciudad de Mixcoac, D. F., ante la recta justificación y benevolencia de los HH. representantes a quienes tengo el honor de dirigirme, respetuosamente expongo:

"Me encuentro bastante quebrantado de salud, a grado tal, que estoy imposibilitado de seguir desempeñando las funciones de mi cargo, a menos que no me separe, por una temporada, para recibir atenciones médicas, según prescripción del médico que me atiende.

"Como mis escasísimos recursos no me permitirían hacer las erogaciones consiguientes al objeto indicado, suplico se sirva el H. Congreso de la Unión concederme una licencia de dos meses, con goce de sueldo.

" Adjunto el certificado del señor doctor J. Meza y Gutiérrez, con el cual acredito la necesidad que me obliga a elevar esta solicitud.

" Sufragio Efectivo. No Reelección.- Mixcoac, D.F., noviembre 25 de 1920.- Manuel Suárez."

Acompaña un certificado médico.

Una estampilla de cincuenta centavos, debidamente cancelada: "Doctor j. Mesa y Gutiérrez.- 3a de Versalles, 49.

" El médico cirujano, legalmente autorizado, que subscribe, certifica: que el señor licenciado don Manuel Suárez está actualmente enfermo y

necesita de un descanso completo de dos meses, por lo menos, para atender a su salud.

"México, noviembre 24 de 1920.- J. Meza."

El C. prosecretario Castrejón: Está a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Castrejón.

El C. Castrejón: Ciudadanos Diputados y senadores: Vuelvo a tomar la palabra en contra de esta proposición, por las razones que aduje antes. Ahora verán ustedes cómo el señor Manrique todavía se va a empeñar más en que, por antecedentes, invocando lo anterior, se apruebe esto. Es para lo que yo deseaba usar de la palabra, pues me parece que esas razones son bastante fundadas, que hay bastante razón en todo lo que dije antes, referente a la licencia del ciudadano García Parra; por lo demás, la Asamblea puede tirar el dinero de la nación, si así le place. (Siseos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Lara César A.

El C. Lara César A.: Respetable Asamblea: Fuera de que hay muchísimos antecedentes de que cuando un ciudadano representante del pueblo, ya sea senador o diputado, se encuentre enfermo de alguna gravedad y solicita para atender a su salud, la licencia se le concede con goce de dietas, y hay más: se le determina una cantidad para que atienda a su salud. Hoy que se trata de una persona que no es del Poder Legislativo, que no es compañero nuestro, pero que sí forma parte de otro poder - del Poder Judicial -, entonces sí, todos, como un solo hombre se levantan para decir que no se le conceda.(Voces: ¡No! ¡No! Risas.) Voy a hacer una aclaración: se levantan todos los ciudadanos que han tomado la palabra en contra, que son varios, (Risas.) para decir que no se conceda; esto es absolutamente injusto, dados los antecedentes que hay, como ya os acabo de expresar, de los ciudadanos representantes del Poder Legislativo, a quienes no solamente se les da licencia, sino se les determina una cantidad para atender a su salud. A mí me consta, porque conozco mucho al licenciado Suárez, que se encuentra muy enfermo. Me consta también que el ciudadano licenciado Suárez es un abogado muy competente y muy trabajador; que no es flojo, que es activo, que por el desempeño de sus funciones como magistrado al Tribunal Superior de Justicia se encuentra absolutamente enfermo; por lo que yo pido, en atención al antecedente que se acaba de implantar en esta Asamblea, hace un momento, como dice Castrejón, y por razón de estricta justicia, que se conceda también la licencia al ciudadano licenciado Suárez.

El C. secretario: Zincúnegui Tercero: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido. (Voces: ¡Sí!) Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se concede la licencia en la forma solicitada, esto es, con goce de sueldo: Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se concede la licencia.

- El mismo C. secretario: Se va a proceder a la votación de los ciudadanos que deban substituir a los magistrados a quienes se ha concedido la licencia. Se hace la aclaración de que la votación se hará en una sola cédula; el ciudadano que aparezca en primer lugar en dicha cédula, será el que ocupe el lugar del magistrado a quien se concedieron los tres meses de licencia.

El C. Manrique: Para una moción de orden, señor presidente. Reclamo el quorum de ciudadanos senadores.

El C. secretario Zincúnegui Tercero: Se va a pasar lista de ciudadanos senadores. Se ruega atentamente a los señores representantes del pueblo ocupen sus curules. (Pasó lista.) Hay una asistencia de 18 ciudadanos senadores. (Siseos.) No hay quorum de senadores. Se levanta la sesión de Congreso General y se abre la sesión de Cámara de Diputados.

El C. Siurob: Pido la palabra, en mi calidad de presidente accidental de la Comisión de Presupuestos, para dar cuenta a la Asamblea.

El C. presidente, a las 12.40 p. m. : Se levanta la sesión de Congreso General y se pasa a sesión secreta de Cámara de Diputados, conforme a la orden del día.