Legislatura XXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19211029 - Número de Diario 33

(L29A2P1oN033F19211029.xml)Núm. Diario:33

ENCABEZADO

MÉXICO, SÁBADO 29 DE OCTUBRE DE 1921

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO II.- PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO III. - NUMERO 33

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 29

DE OCTUBRE DE 1921

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior. Cartera. Se concede licencia al C. diputado Hurtado.

2.- Son turnadas a la Comisión de Presupuestos y Cuenta dos iniciativas de varios ciudadanos diputados: una para que se inviertan $100,000.00 en la construcción de un camino entre Palomas y Chihuahua, y la otra para que se asigne la cantidad de 150,000.00 para la reconstrucción de las carreteras que unen Linares con Matehuala y Monterrey con Saltillo.

3.- Informa del resultado de la comisión que se le confirió, el C. diputado De la Torre. Informa acerca de los sucesos de San Pedro, Coah., el ciudadano secretario de Guerra y Marina.

Para interpelaciones usan de la palabra varios ciudadanos diputados. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. HERNANDEZ ALVAREZ ENRIQUE

(Asistencia de 132 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 11.55 a.m.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Salazar, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veintiocho de octubre de mil novecientos veintiuno.

"Presidencia del C. Enrique Hernández Alvarez.

"En la ciudad de México, a las cinco y diez de la tarde del viernes veintiocho de octubre de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión con asistencia de ciento veintiséis ciudadanos diputados.

"Fue aprobada el acta de la sesión celebrada el día anterior y se dio cuenta con los siguientes documentos:

"Solicitud por veinte días de licencia, con goce de dietas, del C. Adolfo Contreras, Se dispensaron los trámites y sin debate se aprobó.

"Proyecto de Presupuesto de Egresos del Ramo Séptimo, correspondiente a la Secretaría de Guerra y Marina, formulado por el C. diputado Vito Alessio Robles. - A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"El C. Alessio Robles fundó su proyecto y el C. Siurob, a nombre de la Comisión de Presupuestos y Cuenta, le dio las gracias por la ayuda que prestaba a esta Comisión.

"Telegrama en que protesta la Legislatura de Tlaxcala por la intromisión del Senado en la situación política de Tabasco. - Recibo.

"El C. Fidel Ramírez M. informó del resultado de la Comisión designada para llamar al ciudadano subsecretario de Gobernación, con objeto de que informara sobre los sucesos políticos ocurridos últimamente en Coahuila y en los que ha tomado participación el C. diputado Mijares.

"El C. Vidales informó también acerca del resultado de la Comisión que visitó, por encontrarse enfermo, al diputado Ildefonso Peña.

"Continúo la discusión, en lo general, del dictamen de la mayoría de las comisiones 1a. y 2a. del Petróleo, que consulta el Proyecto de Ley Orgánica del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo.

"La Secretaría leyó el artículo 103 del Reglamento y la Presidencia solicitó de los ciudadanos diputados que cumplieran con ese precepto.

"Varios ciudadanos representantes a quienes se concedió la palabra en contra no se encontraban en el salón y en el mismo sentido renunció a hablar el C. Barón Obregón.

"El C. Pichardo pronunció un discurso en contra. El orador contestó interpelaciones de los CC. Zubaran y Jesús Z. Moreno, dando lugar las del primero a aclaraciones del C. Cienfuegos y Camus.

"La Cámara acordó suspender por breves momentos la discusión de la Ley del Petróleo, a fin de que el ciudadano subsecretario de Gobernación, quien se encontraba presente, pasara a informar sobre los sucesos de Coahuila. En efecto, así lo hizo este funcionario, dando lectura a varios mensajes recibidos de aquel Estado en la Presidencia de la República. El ciudadano subsecretario de Gobernación contestó interpelaciones del C. Borrego, motivando su respuesta rectificaciones y aclaraciones del propio C. Borrego y del C. Cerda. El C. Luis Espinosa hizo una proposición, tendente a averiguar el paradero del diputado Mijares. El C. Cerda respondió a una pregunta del C. De la Torre. El C. Cienfuegos y Camus hizo

consideraciones acerca del asunto de que se trataba y propuso que la Cámara tomara alguna determinación, con objeto de que se otorgaran amplias garantías al diputado Mijares. El ciudadano subsecretario de Gobernación continuó su informe. El C. Díaz Soto y Gama relató varios hechos en que han tomado participación las defensas sociales organizadas en algunos lugares del país e interpeló sobre el particular al ciudadano subsecretario de Gobernación, quien respondió. El mismo funcionario dio contestación a otra pregunta del C. Fidel Ramírez M. Asimismo el C. Rafael Lara G. interpeló al representante del Ejecutivo y la Presidencia manifestó que el ciudadano subsecretario de Gobernación le expresó que no contestaría si continuaban las interpelaciones en la forma en que se le estaban haciendo. El C. Lara G. usó de la palabra para aclaraciones y dijo que ya no deseaba la respuesta del aludido funcionario, quien concluyó su informe manifestando que asumía las consecuencias de su actitud. La Presidencia dio las gracias por sus informes al subsecretario de Gobernación.

"Se concedió la palabra al C. José Remedios Colón. El C. Luis Espinosa hizo una moción de orden y la Presidencia aclaraciones. Varios diputados se opusieron a que hablara el C. Colón y la Mesa determinó consultar si se concedía la palabra a este representante. Con este motivo el C. Chapa hizo una moción de orden. El C. Céspedes propuso que se dirigieran mensajes urgentes al gobernador de Coahuila, indagando el paradero del diputado Mijares, a lo que respondió el ciudadano presidente que se tomarían las medidas conducentes. El C. Colón sugirió el nombramiento de una comisión que marchara a Coahuila para averiguar la verdad de los hechos. La Mesa indicó que las proposiciones que se hicieran, se presentaran por escrito.

"Con dispensa de trámites y sin debate se aprobó una proposición de los CC. Alessio Robles, Luis Espinosa y otros varios ciudadanos diputados, que tiene por objeto celebrar sesiones las mañanas de los días hábiles, exclusivamente para discutir los Presupuestos para el próximo año de 1922.

"Asimismo la Cámara aprobó con dispensa de trámites y sin que nadie hiciera uso de la palabra, otra proposición de los CC. Francisco de la Torre, Octavio Paz, Bibiano Ibarra, Miguel G. Calderón y Vicente Rivera, relativa a que se llamara al secretario de Guerra y Marina para informar con referencia al atropello de que fue víctima en el Estado de Coahuila el C. diputado Mijares. Para cumplimentar este acuerdo se designó a los CC. De la Torre, Jesús Z. Moreno, Vicente Rivera, Israel del Castillo, Fidel Ramírez M. y secretario Aillaud.

"La Secretaría dio cuenta con la exposición de motivos del proyecto de Ley de Ingresos para 1922, que formula la Comisión de Presupuestos y Cuenta. -Primera lectura. En votación económica la Cámara le dispensó la segunda lectura, a fin de que el proyecto se imprima y se discuta el primer día hábil.

"El C. José H. Romero hizo una moción de orden que interrumpió la lectura del documento anterior.

"Se dispensaron los trámites a una proposición de los CC. Eliseo L. Céspedes y José Remedios Colón, relativa a que se nombrara una comisión de cinco diputados que fuera a Coahuila con objeto de averiguar la verdad de lo ocurrido al diputado Mijares, y que el presidente de la Cámara dirigiera mensajes urgentes al gobernador de ese Estado y al presidente del Tribunal Superior de Justicia del mismo, pidiéndoles informes sobre la situación del mencionado representante. La Presidencia, por conducto de la Secretaría, hizo la aclaración de que ya había ordenado se giraran esos telegramas y que por lo tanto sólo cabía resolver acerca del primer punto. Apoyó la proposición el C. Céspedes, quien contestó una pregunta del C. Borrego. Este representante habló en contra, interrumpiéndole aclaraciones del C. Céspedes. Usó de la palabra en pro el C. Sepúlveda, quien también fue interrumpido por aclaraciones del C. Borrego e interpelo a los CC. Siurob y Montero Villar, los que respondieron. Suficientemente discutida la proposición, el C. Sepúlveda, debidamente apoyado, pidió votación nominal, pero luego desistió e hizo una aclaración. En seguida la proposición fue desechada en votación económica.

"Los CC. Carlos Cuervo, Martín Barragán y diez diputados más, subscribieron otra proposición, la cual también se sometió a consideración de la Cámara una vez que se le dispensaron los trámites, y que tenía por objeto que se constituyera la Cámara en sesión permanente entretanto el presidente de la misma conferencia telegráficamente con las autoridades correspondientes de Coahuila, y llegar así a tener informes exactos de la situación del diputado Mijares. El C. Quiroga hizo una aclaración e inmediatamente la Cámara desechó la proposición.

"El C. González y González, refiriéndose al informe proporcionado por el C. Montero Villar al contestar una pregunta del C. Sepúlveda, hizo aclaraciones, manifestando que los familiares del diputado Mijares no tenían noticias de él.

"A las ocho de la noche se suspendió la sesión en espera de los comisionados que fueron en busca del ciudadano secretario de Guerra.

"A las ocho y veinticuatro se reanudó, informando el C. Francisco de la Torre del resultado de esa comisión.

"Se citó para las once de la mañana del día siguiente y se levantó la sesión siendo las ocho y veintiséis de la noche."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"A los CC. secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente.

"Habiendo desaparecido el motivo que tuvo el que subscribe para solicitar una licencia ilimitada, sin goce de dietas, que esa H. Asamblea tuvo a bien concederle, tiene el honor de participar a ustedes, para que lo hagan del conocimiento de la Asamblea, que con esta fecha vuelve a ocupar su curul. "Protesta su atenta y distinguida consideración.

-Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, D. F.,

28 de octubre de 1921.- J. Prieto Laurens."- De enterado y comuníquese a la Tesorería del Congreso.

"Honorable Asamblea:

"Silviano Hurtado, diputado al Congreso de la Unión por el 11 distrito electoral del Estado de Michoacán, hace ante esa H. Asamblea solicitud de licencia por treinta días, con goce de dietas, por tener urgente necesidad de ir al distrito que represento al arreglo de un asunto correspondiente al mejoramiento de Apatzingán. Solicito igualmente que la licencia que pido me sea concedida con dispensa de trámites.- México, D. F., octubre 27 de 1921.- S. Hurtado."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra se pregunta, en la misma forma de votación, si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Concedida.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"Los suscriptos, diputados en ejercicio por los distritos electorales 1o., 3o., 4o. y 5o. del Estado de Chihuahua, ante vuestra soberanía atentamente exponemos:

"Que consideramos de capital importancia y urgencia para los distritos que representamos, la terminación del camino que partiendo de Palomas, Chihuahua, y siguiendo la cuenca del río de Santa María, en cuyo recorrido tocará, entre otras, las poblaciones de la Ascensión, Corralitos, Casas Grandes, Galeana, el Valle de San Buenaventura, Las Cruces y Namiquipa), y continuando por Santo Tomás, C. Guerrero, Pedernales, Cusihuiriáchic, Carreteras y Santa Isabel, llegue a Chihuahua.

"Que todas esas poblaciones debían a la fecha estar ya unidas por una vía férrea; pero los capitalistas de Chihuahua (capital del Estado), previendo que la construcción de la referida vía era contraria a sus intereses egoístas, la estorbaron, frustrando la empresa y originando con ello la ruina de todas las poblaciones citadas.

"Que obran como circunstancias favorables a nuestro proyecto, entre otras, las siguientes:

"1a. Que debido a que, como ya se dijo, existió una concesión para construir una vía férrea, con ese itinerario aproximadamente, se construyó un gran tramo de bordo; 2a. Que la expedición punitiva, de triste recuerdo, construyó una muy buena parte del camino en cuestión, el que conviene terminar y conservar; 3a. Que con la terminación de ese camino y su apertura al tráfico, recibirá un considerable impulso la agricultura ya existente en las riquísimas regiones por que atraviesa y se facilitará el establecimiento de nuevas y prósperas colonias agrícolas, en virtud de prestarse para ello muchísimo la región, a la que sólo hacen falta para desarrollarse, buenos caminos.

"En atención a las razones expuestas y a otras muchas que nos callamos por no hacer muy larga esta exposición, pedimos atentamente a vuestra soberanía, que os sirváis aprobar, con dispensa de todo trámite, el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. De la suma que se vote para la apertura y conservación de caminos para el año de 1922, destínense $100,000.00 (cien mil pesos) para la terminación del camino que une Palomas con Chihuahua, pasando por la Ascensión, Corralitos, Casas Grandes, Galeana, el Valle de San Buenaventura, Las Cruces, Namiquipa, Santo Tomás, C. Guerrero, Pedernales, Cusihuiriáchic, Carretas y Santa Isabel, (con un desarrollo aproximado de 700 kilómetros.)

"Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados.- México, octubre 19 de 1921.- S. García G.- J. Prieto Laurens.- E. Hernández.- Manuel Rico G.- I. Chávez Franco.- E. Gandarilla.- Francisco Tovar y Pérez.- E. von Borstel.- L. A. Aldaco." "Hacemos nuestra la anterior iniciativa.- M. Montero Villar.- Fernando Aguirre. -Custodio Valverde.- R. Ramos Pedrueza.- F. C. Manjarrez.- Jaime Solís.- Leopoldo Guadarrama.- T. Salgado.- Francisco Arias.- A. Portales.- L. Vicencio. -Juan Angel Morales.- F. Ramírez Luque.- A. Manero.- A. Gutiérrez Castro.- Francisco J. Barbosa.- C. Damián.- A. E. Rama.- Carlos Gómez.- A. Hernández Coronado.- Correa.- Tereso Reyes.- M. Martínez Rendón.- A. Castillo Nájera.- Juan Quiroga.- Erasmo Trejo.- A. Lazcano C.- E. Cárdenas.- E. Portes Gil.- Pedro de Alba.- F. Ramírez M.- E. Guerrero.- Guillermo Rodríguez.- Fernández Martínez.- Ignacio C. Villegas.- Carlos Cuervo.- J. M. Velasco.- F. B. Ayala.- A. Valadez Ramírez.- N. Domínguez.- José Castañón. - Abraham Franco.- F. Ollivier.- Octavio Paz.- L. Bravo.- R. Romero.- J. B. Salazar.- L. Gámiz.- H. S. Rodríguez.- D. Cerda.- Gustavo Arce.- Rodrigo Palacio.- J. Macías Rubalcaba.- Enrique Barón Obregón.- Pablo H. Sánchez.- Arturo Alarcón.- V. del Pino.- F. Castrejón.- F. de la Torre.- Leopoldo Reynoso Díaz.- Lucas Lira.- José Méndez.- J. B. Vásquez.- Uriel Avilés.- M. G. Calderón.- I. Cervantes.- Clemente Munguía.- Dostor A. Vidales.- Francisco Garza.- L. Bravo.- M. F. Ortega.- Godofredo Guzmán Peláez.- F. Martínez de Escobar.- César Lara.- J. Siurob.- Jesús Z. Moreno.- Gustavo P. Serrano.- Ignacio Luquín.- J. C. Miramontes.- M. F. Méndez.- Aurelio M. Aja." -A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"H. Asamblea:

"Encontrándose en pésimas condiciones los principales caminos que recorren el Estado de Nuevo León y que lo unen a dos de sus vecinas entidades federativas, y siendo de gran importancia su reparación, por encontrarse entre las regiones esencialmente agrícolas e industriales, favoreciendo, por ende, el desarrollo comercial del Estado; los que subscribimos, diputados propietarios por los distritos 1o., 2o., 3o., y 6o. de Nuevo León, presentamos a vuestra atenta consideración el siguiente proyecto de decreto:

"Unico. De la cantidad presupuestada por la

Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas y que sea aprobada por la H. Comisión de Presupuestos, destínese la suma de $150,000.00 (ciento cincuenta mil pesos) para la reconstrucción de las carreteras que unen a Linares (N. L.), con Matehuala (S. L. P.) y a Monterrey (N. L.), con Saltillo (Coahuila).

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 29 de octubre de 1921.

"Pedimos dispensa de trámites.- L. Guzmán.- Francisco Garza.- Francisco González y González.- Miguel Martínez Rendón.- Fidel Ramírez.- A. Gutiérrez Castro.- D. Cerda.- Marco Aurelio González.- Arnulfo Portales.- E. Aguirre Colorado."- A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

El C. secretario Salazar: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, se permite manifestar a los ciudadanos diputados que en su pupitre respectivo se encuentra un ejemplar de "El Demócrata", en que se publicó íntegro el Presupuesto de Ingresos. Como los trabajos de la imprenta de la Cámara, relativos al proyecto de ley, estarán hasta el lunes próximo, y deseando la Presidencia que este asunto entre el martes, se invita a los ciudadanos diputados para que lean el diario referido y vayan preparándose para la discusión, que se iniciará el día fijado. Se va a proceder a la elección de la Mesa. La Presidencia concede veinte minutos para cambiar impresiones.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano De la Torre Francisco.

El C. De la Torre: Señores diputados: La Comisión encargada de acercarse al ciudadano secretario de Guerra y Marina para que se sirviera venir a esta Asamblea a informar sobre los acontecimientos de San Pedro de las Colonias, tiene el honor de informar que el señor general Enrique Estrada se encuentra ya en esta Cámara.

El C. presidente: La Presidencia invita atentamente al ciudadano secretario de Guerra y Marina para que se sirva informar sobre los asuntos para que ha sido llamado.

El C. Enrique Estrada, secretario de Guerra y Marina: Ciudadanos diputados: Hace un momento se me notificó que debería presentarme a esta honorable Cámara, como tengo el honor de hacerlo, para informar sobre los incidentes de Torreón, relacionados con el señor diputado Mijares. Sólo por la prensa de hoy le había informado de que esta Cámara había tratado el asunto; por tal motivo, lamento no poder traer una información tan completa como yo quisiera, y también tengo que informar, en vista de no tener yo mismo esa información completa, que no he podido formarme un criterio preciso sobre el asunto. Informaré, pues, sobre los documentos oficiales que tengo en mi poder; luego lealmente les expondré cuál es el criterio de la Secretaría de Guerra en este asunto, y ofrezco desde luego la colaboración que pueda dar la misma Secretaría para la feliz solución de este incidente. Los documentos que en la Secretaría de Guerra obran hasta este momento, son los siguientes:

"El 21 de septiembre se quejó el presidente municipal de que el general Pablo Rodríguez había desarmado la Policía. Se transcribió esa queja al general Eugenio Martínez para que averiguase e informase.

"El 26 de septiembre, juez de Letras de San Pedro, Coahuila, presentóse al jefe de la Guarnición, solicitando garantías, porque diputado Aureliano Mijares, con un grupo de individuos armados, lo había injuriado y amenazado.

"Se le contestó que se concretara a cuidar que no se alterase el orden.

"El general Rodríguez avisó el 28 de septiembre que el gobernador de Coahuila se había dirigido a él pidiédole diera garantías al ciudadano juez de Letras, por lo que se le puso en su oficina una escolta de 10 hombres, al mando de un oficial.

"Se le contestó de enterado con aprobación.

"El mismo 28 de septiembre avisó el general Rodríguez que el gobernador del Estado de Coahuila ponía bajo sus órdenes al jefe de Seguridad Pública, Rito Rodríguez.

"Se le contestó de enterado.

"El 22 de octubre...." (Interrumpiendo la lectura.) He dado informe de estos documentos que datan desde septiembre, porque parece que están ligados con los últimos incidentes y para mejor ilustración de ustedes. "El 22 de octubre, el ciudadano presidente de la República transcribió la misma queja del presidente municipal de San Pedro, Coahuila, ordenando se mandaran jefes de confianza, a efecto de abrir una averiguación, habiendo salido inmediatamente un enviado del Departamento de Estado Mayor y otro jefe comisionado por el Estado Mayor de la Secretaría de Guerra y Marina.

"El 26 de octubre dio el general Rodríguez parte de que a las 11 de la noche, el juez 2o. de Primera Instancia de San Pedro, Coahuila, ordenó la aprehensión de Aureliano Mijares por delito de usurpación de funciones públicas e injurias, dando órdenes al jefe de Seguridad pública, quien al ir a ejecutar dicha aprehensión, fue recibido por Aureliano Mijares, en compañía de la Gendarmería del Municipio, a tiros, por lo que el jefe de Seguridad Pública y su escolta contestaron el fuego, dispersándose Mijares y sus acompañantes. General Rodríguez encontrábase dormido en su casa particular, donde fue avisado por capitán de vigilancia de los sucesos que ocurrían, saliendo con una escolta a restablecer el orden y poniendo preso al jefe de Seguridad Pública, para averiguar lo ocurrido. Se le contestó que no tenía facultades para detener al jefe de Seguridad Pública, por lo que debía ponerlo en inmediata libertad, por ser asunto que correspondía a la autoridad Civil.

"El 27 de octubre el ciudadano presidente de la República transcribió telegrama a la Secretaría de Guerra, en que manifiesta que diputado Mijares y representantes Confederación Obrera Mexicana fueron asaltados por Rito Rodríguez y quince hombres armados, por sugestión del general Pablo Rodríguez, quien desarmó a policía del mercado, obligando a refugiarse al presidente municipal en su

oficina, resultando herido diputado Mijares; agregando el primer magistrado que se informara si ya se habían enviado los comisionados para investigar sucesos.

"En la misma fecha, el ciudadano presidente de la República comunicó a la Secretaría de Guerra haber ordenado a los generales Juan Andrew Almazán y Eugenio Martínez, se trasladaran a San Pedro, Coahuila, para hacer una minuciosa averiguación de los acontecimientos, consignando inmediatamente a los jefes militares que resultaran responsables, si no habían obrado de manera absolutamente justificada.

"El general Almazán rindió el siguiente informe con fecha 27 de octubre, manifestando que información presidente municipal de San Pedro sobre los acontecimientos, era absolutamente falsa, pues que él estuvo haciendo personalmente averiguaciones y que la verdad es la siguiente: que la Cámara Agrícola quejóse a juez Primera Instancia de que se robaban algodón en grande escala, y que juez descubrió que los autores de ese delito eran agentes de Mijares y presidente municipal que recogió regular cantidad la que puso bajo custodia de jefe de fuerza del Estado, C. Rito Rodríguez; que más tarde se presentó Mijares con la policía y sacó el algodón por la fuerza injuriando soezmente a juez y a Rodríguez. Al dar parte Rodríguez de lo ocurrido, el juez dio orden de aprehensión y al tratar de verificarla, Rito Rodríguez, fue recibido a balazos, y tuvo que contestar el fuego, dispersando a Mijares y los suyos, algunos de los cuales se refugiaron en el mercado; a esas horas el general Pablo Rodríguez se encontraba durmiendo en su casa y al recibir parte de los sucesos salió con una escolta cuando todo había pasado, y no permitió que sus soldados entraran en el mercado para evitar conflicto, siendo la actitud del general Rodríguez correctísima y aprobada por todas las clases sociales...."

Me estoy refiriendo al informe del general Almazán, tal como él lo da.

"El ciudadano gobernador del Estado repetidas veces ha pedido se le den garantías al juez y al vecindario contra atropellos presidente municipal, quien está acusado ante el Congreso hasta por los mismos regidores; que anteriormente Mijares con policía asaltó juez en su oficina, por lo que ha habido necesidad de proporcionarle desde entonces guardia de fuerza del Ejército; que como constantemente acusadores tratan de sorprender esa superioridad con falsedades, sugiere la conveniencia de enviar a esa región una persona de confianza para que se convenza desde luego que estos señores no tienen el menor motivo para distraer la atención de la Secretaría de Guerra de los graves asuntos que se desarrollan, ni trabajan por el bienestar del pueblo, ni son sus representantes: que el general Rodríguez es muy estimado en esa región y que unos cuantos tratan de conseguir que sea retirado para cometer otros mil atentados impunemente contra los mismos campesinos.

"Esta Secretaría en vista del telegrama anterior únicamente espera la información que rendirá a la misma el mayor Joaquín Díaz de León, enviado al efecto."

Para completar mi informe he transcripto hasta donde me ha sido posible los conceptos tanto del presidente municipal como del general Almazán. Sin duda que tratándose de un documento confidencial que mandaba la Secretaría de Guerra, no tiene toda la corrección que deseara si hubiera sido un documento que debía conocer esta Cámara, pero entiendo que es una lealtad y una corrección de su parte poner a ustedes al tanto de sus asuntos en la forma en que han sido girados esos documentos.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Cerda para interpelaciones.

El C. Cerda Daniel: Señores diputados: Más que interpelaciones al ciudadano secretario de Guerra y Marina, quiero hacer algunas aclaraciones sobre estos acontecimientos. En las informaciones dadas por el señor secretario de Guerra se dice que Aureliano J. Mijares fue mandado aprehender por ser cómplice en un delito de robo de algodón efectuado por los trabajadores de la región lagunera. Yo quiero dejar completamente aclarado este punto. En la región lagunera se han formado infinidad de sindicatos de campesinos, hay cerca de cincuenta, que controlan a todos los trabajadores de la región lagunera. Estos trabajadores, organizados naturalmente, han realizado una acción tendente a mejorarse económicamente, y esto no les ha parecido a los dueños de las haciendas de la región lagunera. Después de efectuadas las "pizcas" en la región algodonera, se siguen los trabajos de preparación de la tierra, levantamiento de bordos y todo lo necesario para preparar la nueva siembra del algodón; pero los señores hacendados expresamente no han querido hacer esta vez esa clase de trabajos para poner a los elementos trabajadores en una situación insostenible por la miseria. En estas condiciones, y en vista de las quejas reiteradas de los trabajadores, los hacendados accedieron a darles a los mismos trabajadores la pepena del algodón, es decir, el último residuo, lo que ya no es costeable para los hacendados "pizcar", y consintieron en que lo recogieran ellos para que se les auxiliara en algo en la miseria en que estaban. Pero cuando ya habían recogido, cuando ya habían hecho la pepena del algodón, los hacendados querían que se les vendiera a ellos mismos pagándoseles a cuatro centavos el kilo; los trabajadores contestaron negativamente, porque en Torreón pueden venderlo a catorce y dieciséis centavos el kilo. Cuando los trabajadores salían de la hacienda con rumbo a Torreón, con el algodón para venderlo allá a ese precio mejor, entonces los dueños de las haciendas, de acuerdo con las fuerzas de seguridad y entiendo, aunque de esto no estoy absolutamente seguro, que contando con el apoyo de las fuerzas federales en algunas otras ocasiones, aprehendían a los trabajadores que habían salido del casco de la hacienda acusándolos de robo de algodón, cuando no era sino el que habían pepenado con permiso de los dueños. Por esta injusticia flagrante es casi seguro que el ciudadano Aureliano J. Mijares haya realizado alguna acción yo no digo que absolutamente sujeta a los procedimientos legales, pero absolutamente justa desde el punto de vista de la justicia abstracta. El ciudadano Aureliano J. Mijares tal vez haya ido con algunos trabajadores a apoderarse del algodón que estaba depositado en alguna parte,

pero que pertenecía a los trabajadores y por ese pretendido delito un juez de Primera Instancia dio orden de aprehensión contra un diputado que goza de fuero y que no sé hasta dónde puede llegar la mentalidad de ese señor juez de Instrucción que así se atrevió a proceder. Me quiero referir a este hecho: repetidas veces la Confederación Regional Obrera Mexicana y las organizaciones obreras del Estado de Coahuila han hecho gestiones cerca del Ejecutivo para que sean removidas de la región lagunera las fuerzas federales que allí se encuentran, porque su actitud no es enteramente correcta, porque las fuerzas federales, no diré que absolutamente todas, pero en algunos casos y principalmente ese señor Rito Rodríguez que, según dicen, pertenece a las fuerzas de seguridad del Estado, pero que también según telegrama de la Secretaría de Guerra fue puesto bajo las órdenes del general Pablo Rodríguez, en repetidas ocasiones, digo, estos hombres han cometido todo género de atropellos, han allanado moradas de los vecinos de la población y aun haciendo requisas de armas viejas, pretextando que las armas que tenían los campesinos, que eran rifles viejos y escopetas, eran con las que se iba a levantar en armas con motivo de la lucha política en Coahuila, cosa absolutamente falsa. En este momento, el ciudadano Aureliano J. Mijares ya no desarrollaba ninguna clase de acción política, era una acción de socialista, pero en el sentido económico, se trataba de solucionar la situación aflictiva por que pasaban los trabajadores de la región lagunera. Yo quiero que el ciudadano secretario de Gobernación (Voces: ¡De Guerra!) de Guerra, tenga la amabilidad de decirnos si le consta a él que se han recibido quejas en el sentido de que las fuerzas federales de la región lagunera no se han portado absolutamente correctas y ciñéndose únicamente a su verdadera misión; si tiene noticia, por las quejas que hayan puesto los organismos obreros de aquel Estado o por algunas otras gestiones que se hayan hecho cerca de él para que se remuevan esas fuerzas por esa actitud. Yo quiero que el ciudadano secretario de Guerra tenga la amabilidad de contestar a esto.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano secretario de Guerra y Marina.

El C. secretario de Guerra y Marina: Al comenzar a informar a ustedes sobre los documentos que obraban en poder de la Secretaría de Guerra, relacionados con este asunto, manifesté que la información no era completa, que la información definitiva no se había recibido; que un criterio preciso personal no había tampoco podido lograr formarme. Por consiguiente, dar a conocer a ustedes estos documentos, no es que me haga solidario de ellos, ni puedo hacerme, desde el momento en que hay informes contradictorios del presidente municipal, del jefe de las operaciones y del general Rodríguez. Pero por las informaciones que da el señor diputado, parece que me puedo ir orientando un poco sobre el asunto. Es cierto que el jefe de Seguridad Pública quedó a las órdenes del general Rodríguez por orden del gobernador, en la tercera decena del mes de septiembre. Cuando este hecho se desarrolló no estaba ya a sus órdenes; el hecho de que el mismo general Rodríguez aprehendiera al jefe de Seguridad Pública, demuestra claramente que no estaba conforme con ese procedimiento; y si la Secretaría de Guerra ordenó que lo pusiera en inmediata libertad, no quería decir que la Secretaría de Guerra hubiera aprobado aquel procedimiento de un jefe de fuerzas del Estado, sino que sencillamente decía: puesto que no depende de nosotros ni es de nuestra competencia, póngalo en libertad para que la autoridad Civil, es decir, el gobernador del Estado, su superior inmediato, sepa lo que haga y quede bajo su responsabilidad la corrección con que proceda en el asunto. En consecuencia, en este incidente lamentable, en el principio de este incidente ninguna responsabilidad tienen las fuerzas federales, y el hecho de que haya sido aprehendido el jefe de las fuerzas del Estado por el jefe de las operaciones, demuestra casi directamente que desaprobó la conducta de este jefe de las fuerzas del Estado. Se me pregunta si las fuerzas federales han sido siempre correctas en la región. Todos somos humanos y consideramos siempre correctos los actos de aquellos que obran conforme a nuestra manera de pensar. Así es que la conducta del jefe de las operaciones sólo después de la minuciosa investigación que se está haciendo, podré decir si ha sido correcta o no, en concepto de la Secretaría de Guerra y Marina; mientras tanto, no podemos decir nada. Yo creo sinceramente que lo que ha pasado en este asunto es que casi todos hemos puesto algo de inconveniencia y algo de intemperancia y se ha producido este fenómeno violento que estamos averiguando. Quizá en esto haya una actitud indebida del señor diputado Mijares; quizá también haya una actitud indebida a un juez que da una orden contra un diputado que goza de fuero y creo también debe haber habido alguna falta de serenidad por parte de las tropas federales; estoy perfectamente dispuesto a admitirlo, factores todos estos tendentes a originar un hecho violento que tiene como resultado lo que acaba de pasar en la región de Torreón. Lo único que puedo asegurar por el momento, es que la Secretaría de Guerra está dispuesta a asumir la responsabilidad de esto en lo que a las fuerzas federales corresponde y poner el remedio después de las averiguaciones que se hagan. Creo que la mejor forma de caminar correctamente, es que cada quien en la parte que yerra, esté dispuesto a enmendarla y a reconocer su error. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.) Como decía a ustedes, sólo puedo garantizar en este momento que si se descubre irregularidad en el procedimiento de las tropas federales, será puesto el remedio; si hay responsabilidad, se hará la consignación a las autoridades competentes, y lamento muy sinceramente que haya sido atropellado el fuero de un miembro de esta Representación Nacional. (Voces: ¡Muy bien! Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Marco Aurelio González.

El C. González Marco Aurelio: Yo no he pedido la palabra ahora, señor presidente.

El C. secretario de Guerra y Marina, continuando: Me he encontrado con que el señor diputado presenta una teoría que, lealmente, les diré no acepto: querer justificar que cada quien se haga justicia con su propia mano. Se nos dice que es muy probable que el señor diputado Mijares haya

obrado completamente apegado conforme a la justicia al abrir una bodega y sacar de allí un algodón, que no quiero averiguar a quién pertenecía. Creo que es elemental en nuestra organización política que cada quien se sujete a los deberes y atribuciones que tiene; si había allí un algodón que pertenecía a los obreros, entiendo que había alguna autoridad que podía fallar en este asunto. Voy a suponer que en mi casa se encuentra algo perteneciente al diputado Moreno: nada más justo que, si él es el propietario, vuelva a su poder; pero entiendo que nadie aprobaría que él entrara a mi casa, la abriera y recogiera lo que es suyo. Inversamente, que hay algo en la casa del señor diputado Moreno, que es de mi propiedad exclusiva; si yo entrara a su casa forzando las puertas, estaba en su perfecto derecho para recibirme a balazos; es el caso un poco exagerado, pero tiende únicamente a demostrar lo que he sentado en un principio: que debemos sujetarnos todos a lo que son nuestras atribuciones y a lo que son nuestros derechos y reconocer lealmente nuestros errores, remediarlos cada vez que los hayamos cometido, cosa que pasará frecuentemente, mientras no lleguemos a una organización perfecta; mientras no nos sujetemos a esta manera de proceder. Esta es la única manera de solucionar satisfactoriamente nuestros asuntos. Y en este caso concreto, la Secretaría de Guerra, leal y honradamente, está dispuesta a seguir este camino. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Bonilla.

El C. Bonilla: Le cedo el puesto al compañero Soto y Gama, para continuar yo después.

El C. Díaz Soto y Gama: Tengo verdadera satisfacción.....

El C. Cerda, interrumpiendo: ¿Me permite, compañero? (Voces: ¡Ya, hombre, ya!)

El C. Díaz Soto y Gama: Si la Presidencia lo permite.

El C. Cerda: Nada más para hacer breves consideraciones.

El C. presidente: Solamente que el ciudadano Soto y Gama ceda a usted su turno, pues a él le ha sido cedido por el señor Bonilla.

El C. Díaz Soto y Gama: Tengo verdadera satisfacción..... (Voces: ¡Tribuna! ¡Tribuna! El orador asciende a la tribuna.) Decía yo, compañeros, que es para mí, como para todos vosotros, absolutamente satisfactorio ver la actitud reposada del señor ministro de la Guerra, a la vez que respetuosa para esta Asamblea, y a la vez que respetuosa para la justicia. Tengo verdadera satisfacción también de encontrarme frente a frente de uno de los más distinguidos agraristas del país que, por fortuna para el mismo, desempeña la Secretaría de Guerra. Para demostrar al señor secretario de Guerra que los agraristas, por exaltados que seamos, también sabemos colocarnos en un término de ecuanimidad y de reposo, quiero desde luego tributar un homenaje justo al señor general Estrada, que tuvo el honor de iniciar la reforma agraria en tiempos muy difíciles y luchando contra todas las obstrucciones de Carranza, en uno de los Estados del Norte de la República, y ese servicio eminente que prestó a la causa del agrarismo no la olvidaremos de ninguna manera los que en el Sur teníamos, a la vez, el honor de hacer esfuerzos por implantar allá la reforma agraria. Con este preámbulo de justicia, que no de adulación, porque son hechos que todo el mundo conoce, quiero en la misma forma atenta que él emplea para la Cámara, hacer ciertas preguntas al señor ministro de la Guerra, no con ánimo agresivo ni en actitud de combate, sino con deseos - si se me permite la inmodestia - de orientación, si cabe. Hojeando hoy la Constitución de la República con motivo de este asunto, me he encontrado con un artículo que me ha llenado de alegría, porque su aplicación podrá dar lugar a que se evitasen muchos abusos y conflictos. Dice el artículo 129 de la Constitución vigente:

"En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar."

Voy a demostrar al señor ministro de la Guerra que muchos jefes militares se han extralimitado de estos límites marcados por la Constitución y han invadido atribuciones netamente propias de las autoridades civiles, y también voy a demostrar al señor ministro de la Guerra que hay Estados, como Puebla, en que el jefe de las operaciones presta ayuda a los hacendados que se oponen abiertamente a la reforma agraria, invadiendo atribuciones que son propias de la Comisión Local Agraria y Comisión Nacional. Y como el señor ministro de la Guerra tiene frente a sí el problema, según dijo el ciudadano presidente de la República, de resolver si debe o no permitirse que continúe en una zona provocando conflictos el general Maycotte, yo quiero proporcionar ese dato al señor ministro de la Guerra, ya que tiene una excelente disposición para hacer justicia y de enmendar los errores en que incurrieran él o sus subordinados. Este artículo de la Constitución está siendo violado a tal extremo que hubo necesidad de que en la junta de gobernadores que se celebró hace poco tiempo en esta ciudad, varios gobernadores, entre ellos el de mi Estado natal, señor Nieto, cuyas dotes intelectuales no pueden ponerse en duda, y otro, entiendo que el de Durango, dirigieron apremiosa excitativa al Ejecutivo para que suprimiera lo que de hecho son comandantes militares, quejándose de los jefes militares en todo el país que, con honrosas excepciones, se extralimitan en sus funciones militares y se ponen a combatir muchas veces, a luchar a brazo partido - dando un espectáculo nada edificante - con las autoridades civiles. No es el caso del general Maycotte el único que ha presenciado la nación; existen también casos de pugna abierta, dolorosa, penosa, vergonzosa, entre el gobernador Múgica y el general Alfredo García en el Estado de Michoacán. Digo que son comandancias militares, aunque lleven el nombre de jefaturas de operaciones, porque en realidad ejercitan las mismas funciones que en tiempos funestos para nuestro país, en tiempo de Santa Anna, desempeñaban las comandancias militares, es decir, se atribuyen funciones civiles y desde ese momento dejan de ser jefaturas de operaciones para convertirse en comandancias militares, es decir, para desempeñar funciones mixtas que no están permitidas por nuestra Constitución, en que están mezclados lo civil y lo militar. Dice el resto del artículo, el segundo inciso:

"Solamente habrá comandancias militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión o en los campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere para la estación de las tropas".

Este es un precepto que nunca ha sido cumplido en nuestro país, pues desde la Constitución de 1857 que dice que los cuarteles deben estar fuera de las poblaciones, jamás hemos podido lograr que este precepto se realice siquiera un día, siquiera una hora. Continuamente las poblaciones tienen de visitantes a los molestos visitantes militares, y digo molestos, porque la ciudad de México presenció el año pasado la forma en que las fuerzas de la Guarnición de la Plaza cometieron atropellos visibles y brutales en las casillas electorales. Pero, en fin, sería mucho pedir que los cuarteles salieran fuera de las poblaciones. El artículo permite suplicar que se supriman las comandancias militares y si se hace, se cumple con el principio del artículo. "En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar."

Voy a demostrar al señor ministro de la Guerra que hay muchos Estados de la República en que se salen completamente de sus atribuciones las autoridades militares. Todo lo basaré también en documentación recibida en el Partido Agrarista y subscripta por sus agentes en los diversos Estados. Voy a comenzar por el Estado de Puebla, donde más visible se hace la intervención indebida, la ingerencia completamente anticonstitucional de los militares en asuntos civiles y en más graves y más delicados que en los asuntos civiles, como son los asuntos agrarios. En memorial que numerosos vecinos de varios pueblos del distrito de Huejotzingo acaban de elevar al primer magistrado de la nación, se lee literalmente lo que voy a tener la pena de leer, digo la pena porque es un poco extenso, pero que quiero leerlo para que no se diga que cambio ningún detalle. Este documento está en manos del presidente de la República. Dice así: "El día 9 del presente los vecinos del pueblo de El Moral estábamos recogiendo el fruto de nuestro trabajo, previa orden del gobernador del Estado, en los terrenos dados en ejido, cuando de una manera intempestiva fuimos sorprendidos a balazos por el administrador de la hacienda de Polaxtla, Antonio Arroyo, acompañado de sus dependientes, resultando herido uno de nuestros compañeros, José Pérez; también hicieron fuego en los hogares, especialmente en la casa del diputado Manuel Montes." No lo veo en este momento, pero él puede testificar, "y otros más, como puede justificarse con las huellas. Después de esto ocurrieron al jefe de la Guarnición de la Plaza de San Martín, y en seguida regresó dicho jefe con cincuenta hombres....." Lo más grave, porque ya lo anterior es grave: "Después de esto ocurrieron al jefe de la Guarnición de la Plaza de San Martín, y en seguida regresó dicho jefe con cincuenta hombres para suspender la recolección de las cosechas; les mostramos la orden del gobernador y dijeron que para ellos no valía nada, que la hacienda estaba en su derecho de recoger la cosecha." ¿Para qué? ¿Para apoyar al pueblo que recogía el fruto de sus labores? No, señores, "para suspender la recolección de sus cosechas".

A este propósito he recogido la frase perfectamente justificada de labios del señor ministro de la Guerra: "no puedo admitir la teoría de Mijares de que cada quien -textualmente- se haga justicia por su propia mano"; esa misma frase yo ruego al señor ministro de la Guerra la aplique al destacamento federal que ha hecho, que ha permitido que los hacendados se hagan justicia por su propia mano robando la cosecha levantada con el esfuerzo de los vecinos del Moral. No estaban facultados absolutamente los hacendados para recoger las cosechas y ha cometido un delito penado por las leyes el jefe de la guarnición de San Martín al prestarles ayuda a los hacendados para hacerse justicia por su propia mano, tomando las cosechas que eran del pueblo, cuando solamente una autoridad, la Local Agraria o la Comisión Nacional Agraria, podían determinar de quién fuesen. "El martes 11 el coronel Piña..." (este es el jefe de la guarnición de San Martín.) se presentó con gente armada amenazando a los vecinos del pueblo de San Lucas Atoyatenco, diciendo que él iba a recoger por haber comprado esa cosecha, que si se presentaba alguno a impedirlo lo recibiría a balazos...."

Esto ya pasa de la raya; esto ya es complicidad y complicidad por lucro con los hacendados. "si se presentaba alguno a impedirlo, lo recibiría a balazos..."

Epoca de las cavernas, justicia por su propia mano.

"El día 12 en igual condición se presentó en el pueblo de El Moral, amenazándoles que el que se presentara lo recibiría a balazos..."

Peor que en la época de Porfirio Díaz y más o menos como en la época de Huerta. A esto se debe que nadie se presentó y se llevó la cosecha, sacando hasta de nuestros hogares lo que teníamos ya recogido.

Allanamiento de morada. "El día 13, en el pueblo de San Cristóbal Tepatlaxco, estando los vecinos del mismo sembrando en terrenos que tienen en posesión provisional de la hacienda de Chiautla, que representa el general Cesáreo Castro..." otro pretoriano muy conocido de todos los revolucionarios "su administrador, un señor Falcón..." un señor Falcón, es decir, los militares volviéndose latifundistas "...su administrador, un señor Falcón, acompañado de sus dependientes hizo fuego sobre los que estaban trabajando, denunciándolos ante el jefe de la guarnición de San Martín, coronel Piña..." de manera que el coronel Piña es ya la autoridad suprema para lo civil y lo militar en el infeliz, en el desventurado distrito de San Martín Texmelucan... "haciendo prisioneros a los representantes del pueblo, los cuales están presos en el cuartel".

Aquí está clara la extralimitación de funciones; un cuartel haciendo veces de alcaldía o penitenciaría para tener preso al hombre que no ha cometido ningún delito y para cometer una usurpación de funciones, porque no está facultada en ninguna forma una autoridad militar para poner presos a ciudadanos que no son militares. Es un caso de aplicación exacta del artículo 129:

"En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar."

Voy a procurar ser lo más breve posible para dar a ustedes pruebas de que se extralimitan los militares de la Federación. Nuestro agente, el agente del Partido Agrarista en Puebla, nos comunica que el cumplimiento de la ley de Tierras Ociosas, que gracias a las gestiones desesperadas que hicieron los vecinos de Atlixco, ayudados por la Secretaría de Agricultura por un lado, por el gobernador del Estado por otro, se estaba cumpliendo, ese cumplimiento de la Ley de Tierras Ociosas se ha suspendido por la acción brutal del pretorianismo de las fuerzas federales. Voy a leer los principales datos que sobre el particular tengo.

"En Tilapa acontecía que el administrador de la hacienda de Rijo, escoltado por cinco soldados, rompió una antigua toma de agua de ese pueblo..." El señor gobernador no ha logrado ser oído.

"Gran número de soldados rodeó el pueblo de Teyuca, sabiendo ya que tenía cuerpo regional y fueron desarmados los vecinos.

"Al estar sembrando los campesinos de la hacienda de Xalpatlaco, tierras ociosas, fueron expulsados por muchos soldados encabezados por el administrador de la hacienda, y al pedirles sus armas, dijeron que sus armas eran los arados.

"En la hacienda de Portezuelo, donde los infelices medieros antiguos les negaron tierra, y obtuvieron tierra ociosa, fueron sorprendidos y expulsados por soldados federales."

Informe que se puede comprobar con el dicho de los testigos de la localidad. La averiguación oficial se puede hacer por la Secretaría de Guerra, siempre que vaya allá un Juan Andrew Almazán, parte interesada y de tendencias reaccionarias. "En el pueblo de Tochimilco - pueblo de mucha importancia que fue uno de los principales asientos de zapatismo.

"Pocos días después el hacendado Malpica, en Tochimilco, conducía unos soldados personalmente, y desuncieron yuntas y expulsaban a los sembradores de unas tierras a que se consideraban con derecho por haberlas recibido de la revolución suriana."

Esto en Puebla. Quiero decir dos palabras de lo que pasa en Jalisco, porque es una oportunidad brillante el de tener frente a frente un ministro de la Guerra, que por fortuna es agrarista, que ha sido uno de los más eminentes, y que por una excepcional rareza está dispuesto a hacer justicia. Yo no creo en el militar; empiezo a creerlo en el señor ministro de la Guerra, y lo creeré si pone remedio inmediato a todo esto; si no, mi escepticismo sobre el pretorianismo no tendrá excepción.

Nos dice la Liga de Comunidades de Jalisco, que abarca ciento cincuenta y tantas comunidades de campesinos, todos indígenas del Estado de Jalisco:

"1o. Que el partido se dirija por conducto de la Comisión Nacional Agraria a la Secretaría de Guerra y Marina apoyando petición que la liga ha hecho a la Secretaría de Guerra pidiendo sea quitado el general Félix Barajas de la Jefatura de Armas de Autlán, por defender intereses de los terratenientes, siendo abiertamente hostil a las comunidades..."

Directamente traslado la queja de los vecinos de la localidad al señor ministro de la Guerra: entre otros cargos concretos se expone el siguiente: Que personalmente el presidente de la Liga de Comunidades de Jalisco presentó al general Barajas una Comisión del pueblo de Tepantla, encabezada por el presidente del Comité Agrario de dicho pueblo, y el expresado general, lejos de prestar las garantías pedidas, insultó a la comisión calificando de bandido autor de robos, al presidente del Comité Agrario, siendo esto de graves consecuencias para la comunidad.

Leo textualmente; está en el estilo propio de aquellas gentes:

"2o. La misma Comunidad de Tepantla ha sido despojada de sus ejidos, estando sembrados y en fruto, por Vicente Gascón, no dejándolos entrar a sus labores estando perdiéndose sus frutos. Que se presentaron al Juzgado de Ayutla en queja, y lejos de ser oída la comisión compuesta de cinco indígenas la intimidaron para que reconociera al terrateniente Gascón por patrón. Que saben van a poner destacamento y como es de la gente del general Barajas, temen atropellos y piden garantías."

Corro traslado atentamente a este respecto al señor secretario de Guerra.

"3o. La Comunidad de indígenas de Jirosto, del Municipio de Purificación, Jalisco, se queja de que ha sido nombrado jefe del destacamento de Purificación el terrateniente Juan Zavala", el terrateniente Juan Zavala. ¡Un terrateniente jefe de un destacamento! Ya aquí no es la complicidad del pretoriano y del latifundista; es la confusión de personalidades, es decir, el feudalismo resucitado. "...que ha sido nombrado jefe del destacamento de Purificación, el terrateniente Juan Zavala, quien tiene como antecedentes, que habiendo desempeñado algunos cargos públicos en la localidad, fusiló algunos indígenas, y temiendo ser víctimas de iguales atropellados, piden sea quitado de la región."

Aquí viene el cargo más grave contra el señor general Barajas, contra quien debe ser más severo el señor Estrada, precisamente porque es su amigo personal y precisamente es cuando más se demuestra energía, cuando tienen que sacrificarse sentimientos personales en bien público:

"V. El mismo general Barajas, en su decidido empeño de patrocinar a los terratenientes de la región, se prestó a ventas simuladas notariales de las tierras ejidales de la comunidad de Tepantla, figurando como comprador un incondicional de Barajas, de instintos asesinos, apellidado Díaz."

Así es que mi interpelación al respecto es la siguiente: ¿El ciudadano secretario de Guerra y Marina está dispuesto, como seguramente lo está, a que las autoridades militares dejen de ser y de que los jefes militares dejen de ser verdaderos comandantes militares, como sucedía en la época de don Antonio López de Santa Anna, para colocarse dentro de las leyes de la disciplina? Esa es mi primera interpelación. La segunda: el señor general Estrada se dirigió, con toda atingencia, hace pocos días, a la Secretaría de la Cámara, pidiendo noticias de las defensas sociales organizadas en los Estados

con la autorización de este Congreso. Seguramente el señor general Estrada tuvo en cuenta un artículo expreso de la Constitución de la República, que voy a leer:

"Artículo 118. Tampoco pueden, sin consentimiento del Congreso de la Unión:

"II. tener, en ningún tiempo, tropa permanente ni buques de guerra."

Basado en ese artículo, algunos Estados se han dirigido en diversas ocasiones a esta Legislatura pidiendo permiso para tener fuerzas de seguridad, defensas sociales, que es una frase huertiana y que, por cierto, es nombre que trasciende a burguesía; lo de las defensas sociales es un nombre que inventó Gustavo Le Bon, pero, en fin, esos son detalles, el fondo es que se necesita licencia del Congreso de la Unión para organizar defensas sociales; me voy a permitir interpelar a la Secretaría para que me diga si el Estado de Coahuila está autorizado para tener fuerzas de seguridad pública con el nombre de defensas sociales, o con algún otro, porque me acabo de informar con la Oficialía Mayor que los únicos Estados que tienen permiso para tener defensas sociales, son México, Sonora, Puebla, Durango, Hidalgo y Veracruz. Yo pido a la Secretaría informe por Coahuila.

El C. secretario Salazar: Las Secretaría manifiesta que Coahuila no está autorizada para tener defensas sociales y que solamente los Estados que tienen autorización son: México, Sonora, Puebla, Durango, Hidalgo y Veracruz.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Entonces mi interpelación es más concreta al señor ministro: ¿La Secretaría de Guerra puede desarmar, conforme a la Constitución, y debe desarmar las defensas sociales de Coahuila? No sólo por el artículo que acabo de leer, sino por otros artículos de la Constitución, que son muy conocidos. La Constitución no admite más que tres clases de fuerzas: El Ejercito de la Unión, que está autorizado por el Congreso, según el inciso relativo del artículo 73, que está autorizado el Congreso "para levantar y sostener el Ejercito y la Armada de la Unión y para reglamentar su organización y servicio."

Las fuerzas de Seguridad Pública que son aprobadas por el Congreso. Es así que las fuerzas de Seguridad de Coahuila no se encuentran en ninguna de estas tres clases, luego la Secretaría de Guerra debe desarmarlas. Yo ruego al señor ministro, nada más que acabe mis interpelaciones, nos diga si está dispuesto a cumplir con este precepto constitucional. Segunda interpelación. (Voces: ¡Tercera!) Tenía yo un apunte: Defensas sociales de otros Estados. Ahí realmente no caben interpretaciones. En el primer caso contra el deber de la Cámara para retirar toda clase de autorizaciones a los Estados que las tienen, para que conserven esos cuerpos, que en lugar de ser defensas sociales, son defensas de los hacendados contra los agraristas.

El C. Gandarilla: En Durango, no es cierto.

El C. Díaz Soto y Gama: No está eso a discusión. Ya formularé una iniciativa al respecto.

El C. Gandarilla: Pero ese es un hecho falso. Las defensas sociales de Durango salvaron al agrarismo.

El C. Díaz Soto y Gama: Dice el compañero Gandarilla que es un hecho falso. La excepción confirma la regla. Las defensas sociales de Durango cumplen con su deber y no son una amenaza; pero demostrar que son amigas de la revolución y que son amigas de los campesinos del Estado de México, es una burla. En el Estado de Hidalgo, en el Estado de Veracruz, tampoco.

El C. Meza Enrique: En el Estado de Veracruz, no es cierto.

El C. Díaz Soto y Gama: Bueno, se discutirá eso. (Risas.)

El C. Serrano Gustavo P.: ¿Y en Sonora?

El C. Díaz Soto y Gama: No he hablado de Sonora; no conozco la situación de Sonora. De manera que las interpelaciones que hago al secretario de Guerra y Marina son éstas. La primera: ¿Procederá al desarme inmediatamente de las defensas sociales de Coahuila, que no están autorizadas por el Congreso de la Unión? Segunda: ¿Cuidará de que se cumpla por los jefes militares el artículo 129 para que:

"En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar."

Son las dos interpelaciones que hago al señor ministro.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano secretario de Guerra y Marina.

El C. secretario de Guerra y Marina: Una razón de orden, antes que todo. Me permito preguntar al señor presidente de la Cámara, con todo respeto, lo siguiente: Fuí citado aquí para informar sobre un sólo asunto..... (Aplausos. Voces: ¡Muy bien!) Desconozco el Reglamento de la Cámara, quiero ser respetuoso de él. ¿Usted dispone que conteste a las interpelaciones que se me han hecho?

El C. presidente: La Presidencia va a someter esto al juicio de la Asamblea.

El C. Avilés: Es potestativo del ciudadano ministro de la Guerra contestar o no esas interpelaciones.

El C. Alessio Robles: Moción de orden, señor presidente.

El C. presidente: Para una moción de orden tiene usted la palabra.

El C. Alessio Robles: Yo entiendo que las preguntas hechas por el ciudadano Soto y Gama están perfectamente relacionadas con el asunto para el que fue llamado el ciudadano secretario de Guerra y Marina; se refieren a dos puntos esenciales: Si se procederá al desarme de las defensas sociales de Coahuila, que no están autorizadas por el Congreso de la Unión, y la segunda, que es la más importante, si las fuerzas federales deben salirse de su verdadera misión. que es únicamente conservar la paz y el orden públicos y no extralimitarse ejerciendo funciones que no tienen ninguna conexión con la disciplina militar. La pregunta es perfectamente pertinente y yo creo que no hay ningún motivo por que el ciudadano secretario de la Guerra no deba externar su opinión sobre este particular.

El C. Soto y Gama: Pido la palabra para un hecho, señor presidente.

El C. presidente: En vista de que hay razones en pro y en contra, la Presidencia insiste en preguntar a la Asamblea si se concede la palabra al ciudadano secretario.

El C. secretario de Guerra y Marina: Un momento, señor.

El C. Soto y Gama: Para un hecho.

El C. Gandarilla: Moción de orden. El señor secretario de la Guerra pidió la palabra porque quiere informar sobre algo de este debate. Suplico atentamente a su señoría se la conceda.

El C. presidente: El ciudadano secretario de la Guerra ha dicho a la Presidencia que si la Asamblea quiere que hable, así lo hará. Por esto la Presidencia tomó esa medida. Ahora, si el señor secretario de Guerra pide la palabra, se le concede.

El C. ministro de la Guerra: Antes que todo una aclaración. Yo pregunté por el respeto que debo tener a los reglamentos, que desconozco, de esta Cámara. No es cierto, como dice el señor diputado Alessio Robles, que yo me excuse. Casi he preguntado si tenía facultades y se me dice que es potestativo. Si es facultad mía, contestaré a lo que se me pregunte y de este modo se puede evitar la votación de la Cámara y con gusto contesto a lo que se me ha preguntado. (Aplausos.)

El C. Alessio Robles Vito: Para una simple aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Alessio Robles Vito: Yo no he expresado que el ciudadano secretario de la Guerra se niegue a contestar..(Desorden. Campanilla.) únicamente algunos diputados decían que no era pertinente. Yo expresaré mi opinión diciendo que la pregunta hecha por el ciudadano Soto y Gama era perfectamente pertinente.

El C. Soto y Gama: Para rectificar un hecho.

El C. secretario de Guerra y Marina: Se hicieron dos interpelaciones concretas a la Secretaría de Guerra; pero para fundarlas se hizo relación de varios hechos que estimó concretos el señor diputado Soto y Gama. Debo agradecer desde luego un elogio inmerecido que hizo respecto a mi actitud cuando fuí gobernador de Zacatecas en relación con la reforma agraria. Debo decir, y lo digo sinceramente, que cumplí con un mandato de la Constitución que ordena a los gobiernos de los Estados resolver este problema en la misma forma en que dice el artículo 17 de la constitución. Así es que esto no era una facultad mía, era una orden; y como al protestar como gobernador protesté cumplir con la Constitución, tuve que cumplir con ese deber, tenía que hacerlo fuera agrarista o no fuera; tengo la satisfacción de ser un convencido de la reforma; lamento únicamente que ese elogio haya servido para dar fuerza a una requisitoria tremenda que se ha hecho aquí. (Risas.)

Si se ven las cosas desde un punto de vista unilateral, sin duda que la Secretaría de Guerra quedaría como el símbolo del pretorianismo; si se hacen alusiones únicamente a los errores que han cometido determinados jefes militares y si estos fueran únicamente los hechos que hubiese ejecutado la Secretaría de Guerra, sin duda que sería condenada y no tendría absolución. Creo que para juzgar de una labor se deben tener en cuenta los hechos en pro, los hechos en contra, descubrir la tendencia general y sólo así cabe el fallo. (Aplausos. Voces: ¡Muy bien!) Se comenzó por hacer alusión, por denunciar hechos de Puebla. Sobre los hechos de Puebla y sobre los que hayan sucedido sobre cualquiera parte del país, tiene la satisfacción la Secretaría de Guerra y Marina de aceptar con gusto cualquiera denuncia que se haga y siempre las consignará a las autoridades competentes. Cuando administrativamente ha podido poner remedio, inmediatamente lo ha puesto. Para no descender a detalles, puesto que quizá no me considero con la autorización completa para hacerlo, ya que esa aclaración no correspondería del todo a la Secretaría de Guerra, sólo debo informar lo siguiente: Que el señor general Maycotte se dirigió a la Secretaría de Guerra y Marina manifestando que su deseo es que el Gobierno general tenga el menor tropiezo en la política que pretende desarrollar y que sólo la superioridad conoce las razones que tiene para orientarla en tal o cual sentido y que deseando cooperar a que el mismo Gobierno lleve adelante su política y comprendiendo que los sucesos que se han desarrollado en Puebla pueden ser, cuando menos para los demás, un obstáculo que se ponga a la buena armonía que debe existir entre el jefe de las operaciones y las autoridades civiles y puesto también que él puede desempeñar cualquiera otra comisión de carácter militar, pedía otra comisión y la Secretaría de Guerra acordará de conformidad. Esto es lo que se refiere a Puebla. Por su parte la Secretaría de Guerra pondrá todo lo que esté de su parte para que las cosas allá caminen conforme a la ley y conforme a la política que se ha trazado el Gobierno general, en el sentido de las reformas que autoriza la Constitución. Me dicen que el general Alfredo García ha sido un obstáculo en Michoacán. No sé si con relación a la reforma agraria....

El C. Soto y Gama: Exactamente.

El C. secretario de Guerra: El general García no es jefe de operaciones, es jefe de las operaciones en el Estado de Zacatecas. Fue cambiada su comisión no porque se aprobara o desaprobara su conducta, sino por el simple hecho de que habiendo ya dificultades y siendo esas comisiones de menos importancia que las que se le podían confiar en otra parte, se le cambió. Actualmente es el general Sepúlveda. Para que pueda normar su criterio el ciudadano Soto y Gama, le diré que cuando fuí gobernador de Zacatecas, que por haber sido excomulgada por el Gobierno general la reforma implantada de acuerdo con la Constitución, el Gobierno de Zacatecas no tuvo autorización para tener tropas propias y también fuí relevado como consecuencia natural desde el momento en que fuí gobernador del Estado, fuí relevado del mando de mis tropas, de mi división, que fue distribuída en toda la República; pero casualmente quedó Alfredo García con el 9o. Regimiento en el Estado de Zacatecas y fue uno de los principales apoyos que tuvo para que no pudiera fracasar la reforma en lo poco que pudo hacerse durante mi Gobierno. Muchas veces lo que ha pasado es lo siguiente: Alguno que tiene determinada filiación, sea agrarista o nacionalista o lo que fuere, comete algún acto que resulta inconveniente; es reducirlo al orden o castigado, y entonces dice: estamos siendo víctimas de atropellos los agraristas, los nacionalistas, etcétera. Pondré un caso concreto: Supongamos que yo como secretario de Guerra entro al Café Colón, y faltando a mis deberes de corrección que debo tener, me embriago y escandalizo, y un gendarme me detiene; yo le

puedo decir: soy el secretario de Guerra, y él me puede contestar: pues no lo parece y mientras lo averiguo usted va a la comisaría....(Aplausos.) ¿Por el hecho de que hubiera yo sido detenido, podría lanzar el cargo de que la Inspección de Policía era enemiga de la Secretaría de Guerra? Indudablemente que no. Esto es lo que ha pasado en el caso del general Alfredo García. Se ha referido a las defensas sociales, y yo diré en general esto: la Secretaría de Guerra no les llama defensas sociales, nombre que ha anatematizado el ciudadano Soto y Gama; les llama defensas civiles. Las defensas civiles han sido el colaborador más eficaz en la pacificación del país y por esto se les ha admitido el derecho de que estén armadas.

El C. Soto y Gama, interrumpiendo: Como en Durango.

El C. secretario de Guerra: Cuando las defensas civiles obran mal, pues se les suspende esa autorización, aduciendo que toda, sin tener en cuenta los preceptos estrictamente legales, todos hemos aceptado que es el derecho que cada quien tiene de defenderse cuando no tiene la debida protección de las tropas que el Gobierno destina a eso, y es lo que ha pasado en la República. Si nosotros quisiéramos que el Ejercito desempeñara los puestos de Policía que se necesitan para todo el país, entiendo que un Ejercito de 250,000 hombres apenas bastaría. Por esto, en las rancherías, en los pueblos, hay las defensas y hemos cerrado los ojos sobre su existencia, colocándonos en esta situación, considerándolos como ciudadanos civiles que tienen el derecho de defensa cuando no tienen la protección de las tropas federales. Se ha lanzado la requisitoria contra determinadas defensas civiles, ¿pero qué nos dicen de las defensas civiles de Michoacán, que son agraristas y que también hemos sostenido?

El C. Díaz Soto y Gama: No son agraristas. Ahí está Ladislao Moreno.

El C. secretario de Guerra: El hecho de que Ladislao Moreno no sea agrarista, no quiere decir que en total no lo sean; un hecho particular nada demuestra. Se nos ha dicho que todos los militantes somos pretorianos, y el ciudadano Soto y Gama descubre que hay algunas que son agraristas. (Aplausos.) Me dicen o se me informa que las defensas civiles del Estado de Michoacán no están autorizadas para subsistir; sin embargo, el gobernador del Estado de Michoacán ha pedido que dependan de él, y al jefe de las operaciones se le ha dicho: Deje que las defensas civiles se entiendan con él, con el ciudadano gobernador del Estado de Michoacán. El gobernador del Estado de Michoacán, según mi criterio, es agrarista. Las defensas civiles dependen de él; si no les pone él remedio...

El C. Díaz Soto y Gama: Están contra él.

El C. Avilés: Pero no es gobernador del Estado de Michoacán, Múgica. (Voces: ¡No está a discusión esto!)

El C. secretario de Guerra: Me dicen que no está a discusión esto. Estoy hablando de cosas fuera de la discusión; pero entiendo que se me ha obligado a ello. (Risas. Voces: ¿Claro!) Se ha dicho también que los militares no debemos estar acantonados dentro de las poblaciones. Estoy completamente de acuerdo con el señor Soto y Gama; hay hasta el proyecto, es decir, no sólo el proyecto, sino ya se pusieron a la venta los cuarteles que están dentro de las poblaciones; hay el proyecto de construir acantonamientos militares lejos de las partes urbanizadas, donde haya el perfecto control de los jefes sobre la tropa, donde puedan dedicarse las tropas a su instrucción; pero ustedes, al discutirse las partidas, van a encontrarse con este escollo: que el dinero es un obstáculo. Mientras no podemos construir esos acantonamientos fuera de las poblaciones, nos van a permitir que vivamos dentro. (Risas. Aplausos.) Debo también informar de una manera terminante que la Secretaría de Guerra es partidaria, como ya lo he dicho, de que cada quien se limite a cumplir con sus obligaciones y hacer uso de los derechos que le corresponden. Las defensas civiles, nosotros, en la Secretaría de Guerra, hemos sentado el precedente de que deben depender de los señores gobernadores. Si ellos nos dicen: estas defensas civiles que dependen de nosotros no deben ser desarmadas, les deja uno a ese Gobierno o a esa autoridad local la responsabilidad de su determinación; pero de motu proprio no va la Secretaría de Guerra y Marina a efectuar un desarme, cuando no sabe si tiene autorización o no. Si ellos son civiles, porque les hemos llamado civiles, no son fuerzas del Estado; hemos sentado el precedente de que deben entenderse con los gobernadores de los Estados y así se ha estado haciendo, poco a poco, y esos gobiernos nos dicen: Dejen que dependan de nosotros, y nosotros no podemos desarmarlas sin atropellar algo que si no está precisamente en la ley. sí está precisamente en el sentido común, al que debemos recurrir siempre que no haya una ley que precise un caso. No sería posible ni conveniente que tuviéramos una ley tan complicada que fuera a hechos de detalle, y menos en situaciones anormales. Digo anormales, por esta razón: La Secretaría de Guerra considera prácticamente pacificado el país; pero lo considera pacificado militarmente. Necesitamos sostener esa pacificación mientras las acertadas disposiciones de las autoridades civiles, en las que se encuentra principalmente este poder, que es el genuino representante de una autoridad civil, no nos den una base orgánica que nos haga a nosotros limitarnos al papel que nos corresponde. El hecho de salirnos de esta situación ha sido a solicitud de las autoridades civiles; no en rara vez, sino diariamente en la Secretaría de Guerra y Marina se reciben algunas solicitudes de gobernadores, de presidentes municipales o de simples vecinos, en que piden destacamentos para una población y para que vivan allí dentro, para que les garanticen su vida y sus intereses, pidiéndonos que hagamos funciones de policía, que sólo corresponden a las fuerzas del Estado o a las policías municipales, y nosotros lo hacemos, porque creemos muchas veces que hay necesidad de hacerlo, y esto a solicitud de esos vecinos.

No estoy rechazando completamente los cargos que se han hecho; he dicho que cada hecho que se me denuncie lo consignaré y se pondrá desde luego el remedio que la Secretaría de Guerra y Marina pueda hacer administrativamente, sin perjuicio de que las autoridades castiguen a los responsables; pero no olvidemos que no hemos salido de una

situación anormal y que todos, militares, diputados y, en general, hasta el más simple ciudadano, estamos enseñándonos a cumplir con nuestro deber dentro del régimen de libertad constitucional que hemos adoptado. (Aplausos. Voces: ¡Muy bien!) La interpelación concreta: si serán desarmadas las defensas sociales que haya en el Estado de Coahuila, la contesto diciendo que si el gobernador del Estado lo solicita, y es aprobado por quien corresponda, la Secretaría de Guerra cumplirá con esa orden. Se nos pregunta que si la Secretaría de Guerra, si las tropas federales se limitarán a la función constitucional que se les tiene encomendada. También contesto de una manera terminante que todos los actos interiores de la misma Secretaría de Guerra van encaminados a ese fin, y si de golpe no se logra eso, es porque las disposiciones no tienen la fuerza mágica de producir una reforma. Por ejemplo, se da una ley, y para que esa ley surta sus efectos, necesita no sólo una preparación antes de darse, sino después el acondicionamiento y la aceptación de la misma ley por todos aquellos a quienes se refiere. Sería muy fácil ser reformadores en estas circunstancias; les bastaría a ustedes dictar una ley, señores diputados, que dijera: Artículo único. Cada quien cumpla con su deber, de acuerdo con el reglamento adjunto, y se suprime el Gobierno y se suprime el Ejército Federal y vivimos muy contentos. (Risas. Aplausos). Debemos tener presente esto: además de las leyes, necesitamos adecuarnos todos al cumplimiento de la misma ley, y esa es una labor larga, y no olvidar también lo que ya he repetido varias veces: todos, absolutamente todos estamos aprendiendo y debemos continuar con buena voluntad, a cumplir con nuestro deber, dentro de la libertad constitucional que nos hemos impuesto. (Aplausos.)

- El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra.

- El C. presidente: Antes que el ciudadano Soto y Gama la ha pedido el ciudadano Gandarilla.

- El C. Soto y Gama: Hace mucho que me inscribí.

- El C. presidente: Hace más que se inscribió el ciudadano Gandarilla. Tiene la palabra el ciudadano Gandarilla.

- El C. Gandarilla: Sólo quiero dirigir a esta muy honorable Asamblea dos palabras y hacer una brevísima interpelación al honorable secretario de Guerra y Marina, que en esta ocasión ha estado a la altura de su deber. El ciudadano licenciado Soto y Gama, haciendo una furibunda requisitoria contra las defensas sociales, ha olvidado un punto capital: que en el Estado de Durango las defensas sociales están integradas por los mismos campesinos que han recibido sus tierras. En consecuencia, esas defensas sociales son las que han sostenido y sostendrán la reforma agraria que, según el decir del señor secretario de Agricultura, después del Estado de Morelos, es el primer Estado que realizó esta reforma. La breve pregunta que haré al señor secretario de Guerra es ésta: No hace mucho tiempo, y todos ustedes lo saben perfectamente, que hubo un levantamiento en el Estado de Durango, de los hermanos Arrieta. Ese levantamiento fue sofocado no obstante que amenazaba ser arrollador, y fue sofocado gracias a la intervención de las defensas sociales en la región de la sierra. Ruego al señor secretario me haga el favor de decir si es cierto lo que estoy diciendo.

- El C. secretario de Guerra: Es cierto que las tropas federales tuvieron la colaboración de las defensas sociales de Durango.

- El C. Gandarilla: Muchas gracias. Dejo en su lugar a las defensas de mi Estado y me retiro de la tribuna dando a ustedes las gracias. (Aplausos.)

- El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

- El C. Soto y Gama: Voy a rectificar un hecho. El hecho que quiero rectificar es el siguiente: La requisitoria que el señor secretario de Guerra califica de formidable hecha por mí, no fue enderezada contra la Secretaría de Guerra, cuyos actos están, siguen y estarán a la discusión de la opinión pública. He atacado los actos de los jefes militares que dependen de la Secretaría de Guerra, y el señor secretario de Guerra ha reconocido que es un derecho no sólo de un diputado, sino de un simple ciudadano y una obligación de él corregir los errores cometidos. La conducta del ciudadano secretario de Guerra, revolucionario como él se llama, agrarista como yo le llamo, está en tela de juicio, como la conducta de todos los hombres públicos de todos los países, como todos los hombres; pero especialmente en un momento crítico como éste. De manera que los revolucionarios evidentemente nos reservamos la obligación de ratificar o rectificar nuestras apiniones, de lanzar nuestro fallo definitivo acerca de la personalidad del señor secretario de la Guerra; del revolucionario que ha sido, es y creemos que sigue siendo, señor general don Enrique Estrada, y esa opinión, ese fallo, dependerá de si cumple o no cumple con las promesas que ha hecho de hacer que las autoridades militares queden absolutamente reducidas a sus funciones exclusivamente militares, en vez de que merezcan el reproche que varios gobernadores de Estado, no yo, no un exaltado, sino varios gobernadores de Estado dirigieron expresamente a esos jefes militares pidiendo permiso al Ejecutivo Federal para que desaparecieran lo que ellos llamaran, no yo, comandancias militares. Creo que a eso debo reducirme. En cuanto a lo que dice el compañero Gandarilla, no hablo exclusivamente con los miembros de las derechas que varias veces he calificado de reaccionarios, hablo con la Cámara; naturalmente a los miembros de las derechas no les conviene que se aclare que hay militares que se prestan a ser instrumentos de los latifundistas; hablo con el resto de la Cámara especialmente, rogando un poco de paciencia; por delicadeza, por dignidad personal están obligados todos los diputados a oír con la misma atención a un simple diputado, como a quien tiene el prestigio de ser secretario...(Aplausos.) de Guerra. No habla muy bien en favor de la dignidad y de la delicadeza de los señores que interrumpen el que se deshagan en aplausos cuando un hombre de la fuerza moral, política y militar de un secretario de Guerra toma la tribuna, y en cambio se espanten, se encadalicen, interrumpan y quieran que un diputado que está cumpliendo con su deber, con el más elemental de los deberes de los diputados, deje de pedir a un servidor de la nación que cumpla con su deber y reduzca al orden a sus subordinados. (Aplausos.) Estamos,

señores diputados, haciendo ensallos de parlamentarismo, y el parlamentarismo no empieza por la bajeza; el parlamentarismo empieza por el civismo. (Aplausos)

Yo he sido respetuoso y atento, como el más, con el señor Estrada, porque no tengo el derecho de decir que ha prevaricado; en cambio, fuimos durísimos, crueles, con un hombre como Lugo que creemos que ese sí ha prevaricado. (Aplausos.) Yo, si cumple con su deber, si consigue reducir al orden a la indomable clase de los pretorianos, como tengo el derecho de llamarlos así porque tengo el derecho de ser antimilitarista, yo tendré para él más sonoro de los aplausos, el más efusivo, la más calurosa felicitación; pero si el señor don Enrique Estrada general del Ejército Nacional, notable revolucionario durante su actuación en el Estado de Zacatecas, vacila o claudica en la Secretaría de Guerra, yo tendré obligación, tendré necesidad de decir: El señor general Enrique Estrada no se ha mostrado a la misma altura en la Secretaría de Guerra, al frente del Ejército Nacional, como se portó en la época preconstitucional durante su actuación en el Gobierno de Zacatecas. Creo yo, señores, que ya es preciso ser honrados en este país, que ya es preciso tener energía, que ya es preciso saber hablar con los ministros mano a mano, no viéndolos en un plano más alto, sino viéndolos en un mismo plano. (Aplausos.) Yo creo, señores, sinceramente, que mientras el Poder Legislativo, por lo menos algunos de sus miembros, crean que el Poder Ejecutivo está más alto que el Poder Legislativo, no habrá democracia en México. (Voces: ¡Nombres! ¡Nombres!) Un momento, lo digo por la actitud......

- El C. Castillo Francisco, interrumpiendo: ¡No hemos sido ministeriales nunca!

- El C. Soto y Gama: Lo digo, señores, porque hay muchas diferencias entre la actitud con que se recibe todavía en esta Cámara, por algunos miembros a un ministro, a la actitud con que se recibe, no el ataque a un ministro, sino a la exhortación a un ministro para que cumpla con su deber y haga que sus subordinados cumplan con él. Yo no sé por qué se sorprenden todavía los miembros de las derechas y se disgustan tanto porque se exhorta a un ministro. (Desorden. Protestas. Voces: ¡Nombres! ¡Nombres!) ¿Qué obligación tengo de decir nombres, si la Cámara conoce quiénes son? Algún miembro de las derechas de la Cámara... (Desorden Gritos.) Tal vez, los aludidos, entre los que han dado muestras de eso que he calificado de no muy exacta delicadeza... (Protestas.) De manera, señores. que quiero rectificar solamente un punto que mencionó en su habitual atolondramiento el muy estimado compañero Gandarilla, después de que yo aclaré que la excepción confirma la regla y que el hecho de que las defensas sociales de Durango estuviesen integradas por campesinos, no desvirtúa mi afirmación de que en otros Estados las defensas sociales estuviesen al servicio de los hacendados. Quiero aclarar este hecho: ¿Es cierto o no, compañero, que las defensas civiles o sociales de San Pedro de las Colonias, están no sólo al servicio de los hacendados, sino que están pagadas por ellos?

- El C. González Marco Aurelio: Sí es cierto.

- El C. Díaz Soto y Gama: Ya ve el ciudadano Gandarilla cómo en Coahuila, Estado limítrofe con Durango, el caso es inverso; en el Estado de Durango las defensas civiles están con los campesinos; en el Estado de Coahuila, que es el punto a que se refiere mi interpelación, están no sólo al servicio, sino a sueldo de los hacendados. ¿Podemos admitir, señores, que con motivo de razones como las que ha expuesto el señor ministro de Guerra, continué rigiendo en México un régimen feudal? Y para concluir debo decir: si la paz orgánica - me permito decírselo respetuosamente al señor general Estrada -, la paz orgánica se logra únicamente cumpliendo con la ley revolucionaria ya conquistada, la misión de la Cámara es completar la legislación revolucionaria; pero si hay una ley revolucionaria ya conquistada, ya incorporada en el texto constitucional, como es la de 6 de enero de 1915, el deber de todas las autoridades, si quieren restablecer esa paz orgánica y principalmente que nadie el deber de los miembros del Ejército Federal, que son los guardianes de las instituciones, es apegarse a esa ley, someterse a esas instituciones y no hacer lo que se está haciendo en Puebla, lo que se hace en Michoacán, que el Ejército Federal, faltando a su deber, se convierte en facción interesada, se ha convertido en instrumento de los latifundistas, que son enemigos de la revolución agraria, en vez de ser sostenedores de las instituciones que debían cumplir y hacer cumplir. (Aplausos.)

- El C. presidente: La Presidencia cree que es de orden que el señor ministro conteste, por haber sido interpelado.

- El C. ministro: Sobre la primera parte de lo que ha dicho el ciudadano Soto y Gama, sólo quiero refutar que yo vine obedeciendo a un llamado de ustedes. Así es que no entiendo por qué el quiere ver que estamos en planos diferentes He venido obedeciendo una orden de ustedes, y vengo satisfecho a cumplir con esa orden. Por otra parte, si la Cámara ha tenido algunas atenciones para conmigo, creo, dentro de mi rudeza de soldado, haber correspondido a esa atención, aun cuando ustedes merecen más. El señor Soto y Gama habló nuevamente en general sobre los cargos que se hacen al Ejército. Sería una discusión interminable si quisiéramos convencernos unos a otros de una cosa y de lo contrario. Ustedes que están aquí juntos, me doy cuenta por lo mismo que ha dicho el señor Soto y Gama, de que hay grupos que tienen tendencias opuestas y hasta este momento no se han convencido. Hemos nosotros, los militares, tratado de convencer a los demás de que hemos cumplido o procurando cumplir con nuestro deber y, por mucho que yo dijera, no convencería al ciudadano Soto y Gama, como él no me convencería a mí. Ahora sólo quiero hablar de algunas disposiciones que se han dado y que pueden indicar cuál es la tendencia de Guerra en este asunto. Varias veces que por la Comisión Nacional Agraria se han hecho denuncias respecto a algunas defensas civiles que no han obrado bien, se ha dado la orden de desarme. Cuando se ha perdido esa orden de desarme, la contestación invariable ha sido esta; generalmente alguna compañía o hacendados han pedido que no se lleve a cabo el desarme; la contestación ha sido la siguiente: Si todo un gobernador

local de un Estado, para tener fuerzas propias del Estado, necesita la autorización del Congreso de la Unión, la Secretaria de Guerra se encuentra no sólo en la imposibilidad de conceder esa autorización a una autoridad civil, ya que no es de su competencia, sino que las mismas Cámaras no podrían conceder permiso a un particular para que tuviera fuerzas a su servicio. Colocados en ese terreno, se ha seguido ese sistema. En cambio, para las defensas civiles que cumplen con su deber y que las mismas autoridades civiles las sostienen, dejamos que subsistan, y para no contrariar la ley en este sentido, la Secretaría de Guerra las considera como civiles que tienen perfecto derecho para defenderse contra el bandolerismo cuando las fuerzas federales no pueden prestar servicios para todas las rancherías de los pueblos. En cuanto a lo demás, es innecesario repetirlo por lo que respecta a los principios a que nos hemos sujetado en nuestra labor en la Secretaría. Les pido mil perdones si les he distraído su tiempo, y espero que no quedará completamente decepcionado el señor Soto y Gama respecto a la labor de la Secretaría de Guerra.

- El C. presidente: La Presidencia va a hacer la aclaración. En vista de que el ciudadano secretario fue llamado para que informara en lo referente al caso de Mijares, y como la Presidencia ha visto que se ha desviado el debate, suplica a los oradores que estén inscriptos, se ciñan a éste.

- El C. Avilés: Señores diputados: Me pasaría yo de mal michoacano si no viniera a hacer aquí una rectificación de hechos. El ciudadano Soto y Gama ha traído aquí la cuestión de Michoacán diciendo que Múgica es un agrarista completo y que en ese Estado las fuerzas federales que están allá al mando del ciudadano García habían tratado de entorpecer la labor de él. Vuelvo a repetir que me pasaría de mal michoacano si no viniera a hacer esta, esta rectificación: en el Estado de Michoacán, ciudadanos diputados....

- El C. presidente, interrumpiendo: Se suplica a los ciudadanos diputados no abandonen el salón.

- El C. Aguirre Colorado: Moción de orden. Como quiera que el ciudadano secretario de Guerra y Marina fue llamado a esta honorable Asamblea para informar sobre la desaparición de nuestro compañero Mijares, y realmente se ha desviado muchísimo la discusión, yo quiero volver a entrar en el terreno de los acontecimientos, es decir: el caso en que el ciudadano secretario pudiera informar sobre la participación que las fuerzas federales dependientes de la Secretaría de Guerra y Marina han tomado en la aprehensión o acontecimientos de la desaparición del ciudadano Mijares. En esta virtud, suplico atentamente que en lugar de seguir haciendo rectificaciones de hechos, sobre las defensas sociales de Michoacán y de otros Estados de la República, nos concretemos a pedir informes de nuestro compañero Mijares. Quiero hacer una interpelación al ministro.

- El C. presidente: Se llama al orden al señor Aguirre Colorado. Ha pedido la palabra para una moción de orden, y está haciendo una interpelación. Se le recuerda que está hablando al ciudadano Avilés.

- El C. Aguirre Colorado: Suplico atentamente a la Presidencia que llame al orden al orador para que se constriña al punto a debate, porque el ciudadano Avilés está discutiendo sobre cuestiones de Michoacán, y el asunto es para informarnos de los acontecimientos de Coahuila.

- El C. presidente: No hace tres minutos que la Presidencia llamó al orden a los oradores. No queriendo ceñirse a esto, a la Asamblea le toca resolver si pueden seguir haciendo uso de la palabra o no. La Presidencia da las más cumplidas gracias al ciudadano secretario de Guerra y Marina.... (Aplausos.)

- El C. Avilés: El presidente no tiene derecho de ninguna naturaleza para coartar la palabra a un orador, si no es que esté faltando al Reglamento. Ni su señoría ni la Cámara tiene derecho de coartarme la palabra.

- El C. presidente: Quien lo impidió fue el ciudadano Aguirre Colorado.

- El C. Avilés: Pues no tiene derecho el ciudadano Aguirre.....

- El C. presidente, a la 1.45 p.m.: Se levanta la sesión. (Risas.)

- El C. secretario Salazar: Se cita para el lunes a las once de la mañana, para hacer la elección de Mesa Directiva.