Legislatura XXIX - Año II - Período Ordinario - Fecha 19211108 - Número de Diario 38
(L29A2P1oN038F19211108.xml)Núm. Diario:38ENCABEZADO
MÉXICO, MARTES 8 DE NOVIEMBRE DE 1921
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921
AÑO II. - PERIODO ORDINARIO XXIX LEGISLATURA TOMO III. -NÚMERO 38
SESIÓN
DE LA
CAMÁRA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 8
DE NOVIEMBRE DE 1921
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.
2.- Cartera. El C. diputado Manuel Berzunza, participa que dará por terminada la licencia de que disfruta, el 1o. de febrero próximo; de enterado.
3.- Proyecto de reformas al artículo 94 constitucional, del C. diputado Manuel Zapata secundado por numerosos ciudadanos diputados más; a las comisiones unidas 2a. de Justicia y 2a. de Puntos Constitucionales, e imprímase.
4.- Iniciativa del C. diputado J. Melquiades Vergara, apoyado por numerosos ciudadanos diputados, a fin de que se incluya en el Presupuestos de Egresos de 1922, una partida para la construcción de una carretera entre Beristáin, Puebla y Tuxpan, Veracruz; a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
5.- Se le dispensa la segunda lectura al proyecto de reformas a las fracciones V y VI del artículo 82 constitucional, presentado por el C. diputado Fidel Ramírez M.; se admite a discusión; a las comisiones unidas 2a. de Gobernación y 1a. de Puntos Constitucionales.
6.- Continúa la discusión del proyecto de Ley de Ingresos; es aprobado en lo general. Se suspende la sesión.
7.- Reanudada ésta, se concede licencia al C. diputado Prieto Laurens.
8.- Proyecto de reformas a los artículos 49 y 50 de la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común en el Distrito y Territorios Federales, presentado por el C. licenciado Eduardo G. Bátiz, y hecho suyo por la Diputación de la Baja California; a la 2a. Comisión de Justicia.
9.- Continúa la discusión, en lo general, del dictamen de la mayoría de las Comisiones del Petróleo, sobre la reglamentación del artículo 27 constitucional en lo referente al petróleo.
10.- Para hechos usan de la palabra varios ciudadanos diputados. Se nombran dos comisiones para que se acerquen al ciudadano presidente de la República y al ciudadano secretario de Guerra y Marina a fin de que se impartan garantías a los ciudadanos diputados que se encuentran presentes en los sucesos políticos de Tacubaya. Se levanta la sesión para constituirse la Cámara en sesión permanente.
DEBATE
PRESIDENCIA DEL
C. LÓPEZ SOTO FRANCISCO
(Asistencia de 126 ciudadanos diputados.)
El C. presidente, a las 11.50 a. m.: Se abre la sesión.
- El C. secretario Aillaud, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día siete de noviembre de mil novecientos veintiuno.
"Presidencia del C. Israel del Castillo.
"A las once y cincuenta minutos de la mañana del lunes siete de noviembre de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión, en la ciudad de México, en presencia de ciento veintiséis ciudadanos diputados.
"Fue aprobada el acta de la sesión celebrada el día cuatro de los corrientes, en los propios términos en que fue dada a conocer por la Secretaría, y se acordó que se impriera y se agregara a su expediente un cuadro estadístico relativo a ingresos probables en el año fiscal de 1922, que presentó la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"Se continuó la discusión del proyecto de Ley de Ingresos.
"La Presidencia invitó al ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público a que pasara a la tribuna y expusiera sus ideas sobre el proyecto de ley a debate. Así que terminó su discurso el ciudadano secretario de Hacienda contestó interpelaciones de los CC. Salazar, Manero y Gandarilla. Este último hizo consideraciones acerca de los informes del ciudadano secretario de Estado y fue interrumpido, cuando dirigía una nueva pregunta, por el C. Moreno Jesús Z., quien hizo una moción de orden y pidió se leyera el artículo 93 constitucional, a lo que accedió la Secretaría. La Presidencia hizo aclaraciones, así como el C. Gandarilla; el C. Manrique hizo una moción de orden y el C. Gandarilla continuó en el uso de la palabra e interrogó nuevamente al ciudadano secretario de Hacienda; respondió a una pregunta del C. Manero e interpeló, a petición de éste, una vez más, al representante del Ejecutivo. El C. Manrique se refirió al decreto sobre facultades extraordinarias al citado Poder en Hacienda e interpeló al ciudadano secretario del ramo; este funcionario contestó, y el C. Manrique repitió su pregunta y fue cumplimentado por el ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público.
"El C. Manero paso a la tribuna a hacer consideraciones sobre la actitud del citado funcionario y formuló otras interrogaciones, que fueron contestadas por aquél.
"El C. Trejo, a nombre de la Comisión de Presupuestos y Cuenta, sostuvo el proyecto de Ley de Ingresos y se refirió a las objeciones hechas por el ciudadano secretario de Hacienda a este proyecto.
"La Presidencia dio las gracias al C. Adolfo de la Huerta.
"Se suspendió la sesión a la una y cincuenta y se reanudó a las cinco y veinte de la tarde, con asistencia de ciento veintiséis ciudadanos representantes.
"Presidencia del C. Francisco López Soto.
"La Secretaría dio cuenta con los documentos en cartera:
"Telegrama de la Legislatura del Estado de Oaxaca, en que se comunica le fue prorrogada hasta el día último del presente mes al ciudadano gobernador de esa Entidad, la licencia de que disfruta.
- De enterado.
"Oficio del Congreso del Estado de Querétaro, por el que solicita sea reducido el Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año fiscal. - Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Contaduría Mayor de Hacienda para el año económico de 1922, que presenta la Comisión Inspectora. - Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"Solicitud de licencia por veinte días, con goce de dietas, firmada por el C. Ernesto Aguirre Colorado.
"Dispensados los trámites, sin discusión fue concedida por la Asamblea, en votación económica.
"Escrito del C. Manuel Ortiz, por el que pide treinta días de licencia, también con goce de dietas.
"En la misma forma que la anterior, fue votada favorablemente esta solicitud.
"Proyecto de decreto subscripto por el C. Guillermo Rodríguez y otros numerosos representantes, por el que se destina la cantidad de cien mil pesos para proceder a la reconstrucción del camino nacional entre los municipios de Santa Rosa, Nogales, Río Blanco y Orizaba, así como del que va de Orizaba a Zongolica. - A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"Iniciativa del C. Miramontes, apoyado por la diputación del Estado de Jalisco a fin de que en el Presupuesto de Egresos para el año próximo figure la cantidad de ciento cincuenta mil pesos, para ayuda de la construcción de un camino carretero que unirá las capitales de Jalisco y Zacatecas.
- A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"A las cinco y veintisiete p.m. se levantó la sesión pública para pasar a secreta."
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. - México. - Estados Unidos Mexicanos. - Tribunal Pleno. - Secretaría de Acuerdos. - Número 2,952.
"Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de ustedes, para los efectos a que haya lugar, que con fecha 3 del mes en curso falleció el señor licenciado Enrique García Parra, magistrado de este Tribunal Superior, quien se encontraba disfrutando de una prórroga de licencia de dos meses por causa de enfermedad, la que deberá vencerse el día 20 del presente mes, estando substituído dicho señor licenciado García Parra, durante la separación de sus funciones, por el señor magistrado licenciado Manuel Rivera.
"Reitero a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.
"Sufragio Efectivo. No Reelección. México 5 de noviembre de 1921. - El presidente del Tribunal, Aurelio Velásquez.
"A los ciudadanos diputados secretarios de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. - Presente." - De enterado, y resérvese para el Congreso General.
"El gobernador del Estado de Coahuila comunica que, habiendo aceptado la renuncia presentada por el C. profesor Aureliano Esquivel, del cargo de oficial mayor de la Secretaría del propio Gobierno, ha nombrado para substituirlo al C. ingeniero Eduardo B. Méndez." - De enterado.
"El ciudadano gobernador constitucional del Estado de Durango comunica que con fecha 31 de octubre tomó posesión de la Secretaría General del mismo Gobierno el C. licenciado Ramón Martínez." - De enterado.
Telegrama procedente de "Mérida, Yucatán, 4 de noviembre de 1921.
"H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México.
"Esa H. Cámara se sirvió concederme licencia para que pudiera hacerme cargo del Gobierno de este Estado, con el carácter de gobernador interino. En virtud de que el día 1o. de febrero del año próximo venidero entregaré el Poder Ejecutivo al ciudadano que sea designado por el voto popular en las elecciones que para gobernador de esta Entidad federativa se verificarán en el presente mes, y como para la fecha en que he de hacer entrega del Gobierno habrá terminado el periodo de sesiones ordinarias de esa H. Cámara, me permito poner en su conocimiento, de acuerdo con el artículo 62 constitucional, que, cesando en las funciones de mi nueva ocupación el 1o. de febrero del año próximo venidero, daré por terminada para entonces la licencia que esa H. Cámara me concedió, entrando de nuevo en mis funciones representativas. Pido a esa H. Cámara se giren las órdenes correspondientes. Con las protestas de ley. El diputado propietario por el 5o. distrito electoral del Estado de Yucatán, Manuel Berzunza." - De enterado.
"La Liga Nacional de Maestros envía un memorial, por el que solicita se decrete en su favor, para sus necesidades más apremiantes, una subvención decorosa." - A la 1a. Comisión de Peticiones.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"El C. diputado Manuel Zapata, secundado por numerosos ciudadanos representantes, presenta un proyecto de reformas al artículo 94 de la Constitución Política de la República." - A las comisiones unidas 2a. de Justicia y 2a. de Puntos Constitucionales, e imprímase.
(El proyecto de referencia está concebido en los términos siguientes:)
H. Asamblea:
No hace falta, seguramente, gran elocuencia para hacer comprender a vuestra soberanía, la necesidad urgentísima de procurar la salvación del conflicto jurídico judicial surgido en la labor de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, conflicto que cada día aumenta, prometiéndonos llegar hasta lo irresoluble y hacer cada día más difícil o más caótica, si cabe, la Administración de Justicia en la República.
Tal es, suscintamente, la situación actual y la única que es dable esperar para el futuro, de continuar en pie la organización establecida por el artículo 94 de la Constitución que nos rige, para el primero y más alto tribunal de justicia de la nación.
Bastante se ha dicho ya en la prensa más docta de la República, en asambleas y reuniones científicas, y aun por simples particulares, sobre la urgentísima necesidad de una reforma constitucional sobre este punto, si no se quiere llegar al estado caótico social a que llegaría irremisiblemente toda sociedad en que la justicia fuera nula, como en verdad y prácticamente es nula, donde es necesario el transcurso de una o varias generaciones, para que llegue a administrarse.
Y la prueba evidente de estas consideraciones está en los siguientes hechos, patentes y palmarios:
1o. Existen en las mesas y anaqueles de la expresada Suprema Corte de Justicia, sobre 10,000 expedientes que ha de resolver dicho Tribunal en pleno, según vaya pudiendo, y ésto sin tener en cuenta un dato periodístico, que acusa 36,000.
2o. Ingresan diariamente sobre 25 expedientes por término medio; y
3o. La H. Suprema Corte de que se trata, sujeta a su organización constitucional actual, no puede resolver más de cinco asuntos diarios, cuando más.
La consecuencia de estos hechos es indiscutible; el número de negocios pendiente de resolución aumenta cada día más, en proporción aterradora, sin que haya una esperanza, remota siquiera, no ya de que el rezago desaparezca, sino de que no aumente, al menos.
Por tanto, la única solución posible para evitar, aunque sólo sea que el mal progrese, está en la reforma inmediata del artículo 94 constitucional, en términos que faciliten un mayor despacho diario de los asuntos que competen a la Suprema Corte de Justicia, a fin de que, si no fuere posible disminuir el recargo, por lo menos se evite que éste siga aumentando, con lo cual se habrá logrado, no sólo dar por terminado el conflicto, sino iniciar el desahogo, del rezago, iniciación que constituye por sí sola la salvación de la justicia nacional.
Y como la única manera de hacer más eficaz el despacho de los asuntos diarios de la Corte Suprema de Justicia, es, indiscutiblemente, el aumento de magistrados y su división en Salas, para conseguir mayor número de resoluciones diarias, en tal sentido se hace indispensable la reforma de que se trata.
Además, como la situación que se quiere resolver por esta proposición, tiene en la actualidad el aspecto de catástrofe nacional, es claro que su resolución debe considerarse urgente y obvia, en consecuencia, con tal carácter, o mejor dicho, a base de tal solicitud, me permito proponer a vuestra soberanía el siguiente proyecto de reforma constitucional:
Artículo único. Se reforma el artículo 94 de la Constitución general de los Estados Unidos Mexicanos, en los siguientes términos.
Artículo 94. Se deposita el ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia y en Tribunales de Circuito y de Distrito, cuyo número y atribuciones fijará la ley.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación se compondrá de veintisiete ministros y funcionará por medio de salas, compuestas a su vez de tres ministros cada una; y sus audiencias serán públicas, excepción hecha de los casos en que la moral o el interés público exigieren lo contrario.
La Corte y salas de que se trata funcionarán en los periodos y términos que establece la ley. Para que haya sesión en la Corte y para que funcione legalmente cualquiera de sus salas, será necesaria cuando menos la concurrencia de las dos terceras partes de sus miembros, sin que pueda subsistir ninguna de sus resoluciones sin la aprobación de la mayoría absoluta.
Cada uno de los ministros de la Suprema Corte designados para integrar ese Poder en las próximas elecciones, durará en su encargo dos años; los que fueren electos al terminar este primer periodo, durante cuatro años, y a partir del año de 1923, los ministros de la Corte, los magistrados de Circuito y los jueces de Distrito sólo podrán ser removidos cuando observen mala conducta y previo el juicio de responsabilidad respectivo, a menos que los magistrados y los jueces sean promovidos a grado superior.
El mismo precepto regirá en lo que fuere aplicable dentro de los periodos de dos y cuatro años a que hace referencia este artículo.
Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en México, a diez y ocho de octubre de mil novecientos veintiuno. - M. Zapata, diputado por el 15 distrito de Veracruz.
Hacemos nuestra la anterior proposición. - Manuel Tello. - Miguel B. Fernández. - José H. Romero. - Guillermo Rodríguez. - Manuel E. Miravete. - T. T. Gutiérrez. - Enrique Barón Obregón. - Enrique Meza. - Francisco Reyes. - Luis G. Morales. -A. Campillo Seyde. - Joel Flores. - A. G. García. - J. M. Vergara. - I. Mastache. - Aurelio Márquez. - A. Gutiérrez. - A. Contreras.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"El C. diputado J. Melquiades Vergara, apoyado por numerosos ciudadanos representantes, presenta un proyecto con el fin de que en el Presupuesto de Egresos para el año de 1922 se consigne, en el ramo de Comunicaciones, una partida de.... $500,000.00, para construir un camino carretero entre Beristáin, Puebla y Tuxpan, Veracruz." - A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
(La iniciativa de referencia está redactada en los siguientes términos:)
H. Asamblea:
Gran parte de la Sierra Norte del Estado de Puebla, que comprende los departamentos de Huauchinango, Villa Juárez, Pantepec, Francisco Z. Mena, Tlaola y otros pueblos en gran número y que dependen de esos departamentos, establecen su comercio con la capital de la República, Tulancingo y Pachuca, del Estado de Hidalgo, por medio del ferrocarril del mismo nombre, que tiene su estación terminal en Beristáin. Todos estos pueblos son esencialmente agrícolas, y para conducir sus productos se valen de bestias de carga, siendo, por lo tanto, sus vías de comunicación, caminos de herradura que, por las frecuentes lluvias en la región, solamente una pequeña parte del año se encuentran en buen estado para poder ser transitados con facilidad, y como en esos lugares no hay elementos pecuniarios suficientes, no resulta eficaz la reparación de los caminos referidos.
La mayor parte de los artículos de primera necesidad, como son maíz, frijol, papa, haba y gran cantidad de frutas que se producen en esos pueblos, tienen salida también en bestias de carga para las zonas petroleras de Tuxpan, Papantla, Zacamixtle, Llano de Enmedio, Furbero y otros lugares, en los que, además de obtener buena utilidad, favorece grandemente a esas zonas, pues se obtendrán dichos artículos a mejor precio; además de que, si se tiene en cuenta que la unión de esos pueblos por una vía de comunicación sería en extremo ventajosa, haría al mismo tiempo más fácil el tráfico y acortaría la distancia entre Beristáin y Tuxpan, a su grado más mínimo y, por ende, la de la capital de la República y este último punto.
Por las circunstancias y razones ya expresadas pido, con dispensa de trámites, se apruebe el siguiente acuerdo económico:
Único. Al presentarse el proyecto de Presupuesto de Egresos para el año de 1922, consígnese en el ramo de Comunicaciones una partida por la cantidad de $500.000.00, para construir un camino carretero que comunique a Beristáin, Estado de Puebla, con Tuxpan, Estado de Veracruz, pasando por Huauchinango y Villa Juárez, del mismo Estado de Puebla.
Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, a 3 de noviembre de 1921. - J. M. Vergara.
Hacemos nuestra la anterior petición. - Fidel Ramírez M. - José R. Colón. - Leobardo L. Lechuga. - Clemente Munguía. - Rodrigo Palacio. - Aurelio M. Aja. - Antonio Ortega. - M. Montero Villar. - T. Salgado. - T. López Soto. - A. Valadez Ramírez. - T. T. Gutiérrez. - Porfirio del Castillo. - L. Espinosa y Elenes. - M. G. Rojas. - Ingeniero Tereso Reyes. - Procuró Dorantes. - Leopoldo Guadarrama. - E. del Castillo. - J. C. Miramontes. - J. Gómez Luna. - Juan Quiroga. - Manuel F. Méndez. - Custodio Valverde. - A. Campilo Seyde. - F. de la Peña. - Leopoldo Estrada. - Doctor A. E. Vidales. - Arnulfo Portales. - Daniel Castañeda Nigra. - V. Rivera. - V. A. Alvarez. - Cosme D. Gómez. - A. García. - Manuel E. Miravete. - E. M. Barragán. - M. Zapata. - Fdo. Aguirre C. - Erasmo Trejo. - T. Mastache. - A. Hernández Coronado. - J. A. Olguín. - Francisco Garza. - A. Gutiérrez Castro. -Lucas Bravo. - Juan Angel Morales. - Gustavo P. Serrano. - E. von Borstel. - E. Arrioja Isunza. - Flavio B. Ayala. - Miguel B. Fernández. - Juan B. Salazar. -Guillermo Rodríguez. - Enrique Barón Obregón. - J. Macías R. - J. R. Berumen. -Joel Flores. - Fernando B. Martínez. - V. González. - Miguel Martínez Rendón. -Gustavo Arce. - Godofredo Guzmán Peláez. - Octavio Paz.- Manuel Rico G. -Macedonio B. Gutiérrez. - A. Guerrero. - Gustavo Correa. - Gabriel Martínez. - E. Fernández Martínez.
- El mismo C. secretario: Estando de segunda lectura e impreso el proyecto de reformas a las fracciones V y VI del artículo 82 de la Constitución Política, presentado por el ciudadano diputado Fidel Ramírez M., en votación económica se consulta si se acepta a discusión, con el fin de turnarlo a Comisión. Sí se acepta. Pasa a las comisiones unidas 2a. de Gobernación y 1a. de Puntos Constitucionales.
- El mismo C. secretario: Por disposición de la Presidencia continúa a discusión en lo general el proyecto de Ley de Ingresos. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el diputado Juan B. Salazar. (Voces: ¡No está!) El diputado Casas Alatriste tiene la palabra.
El C. Casas Alatriste: Honorable Asamblea: El día en que se puso a discusión este asunto por la Secretaría, me inscribí en el contra más bien con objeto de pedir a la Comisión ciertas aclaraciones sobre la forma en que hizo su proyecto de ley, que de combatirlo en su totalidad, puesto que, como es ya la convicción más íntima de todos los miembros de esta honorable Asamblea, la Comisión de Presupuestos y Cuenta ha llevado a cabo un trabajo que puede calificarse de sin precedente en los anales del Parlamento de México, y por esta razón yo también me complazco en enviar a la Comisión mi sincera y calurosa felicitación y mi aplauso más cordial. (Aplausos.)
Desde luego, ciudadanos diputados, quiero hacer resaltar ante vuestra consideración lo inusitado de la forma en que se van a votar los presupuestos en este año. La forma natural y lógica consiste en que el Ejecutivo, que tiene en sus manos todos los datos necesarios para formular el
cálculo de los ingresos probables, así como conocedor de las necesidades que la nación tiene, debe enviar oportunamente a las comisiones dictaminadoras el proyecto de ley respectivo, incluyendo también el presupuesto. El presupuesto, señores diputados, en mi concepto no es lo que la generalidad cree: la enumeración de las partidas por las cuales deben hacerse erogaciones para subvenir a las necesidades del Estado. El presupuesto es, señores diputados, el estado que manifiesta las probables entradas y las seguras salidas, que establece el probable déficit en el ejercicio fiscal de que se trata, o el superávit que posiblemente se alcanzará. Considero inútil, ante vuestra ilustración, exponer las diversas teorías que sobre la manufactura del presupuesto existen, pero sí debo asentar esto en honor de esta Cámara que ha sido vilipendiada en grado superlativo y que ha sido tachada de incapaz para abordar estos trascendentales problemas. Debo asentar, digo, que no conozco el caso en ninguna nación del mundo en que la Cámara por sí sola, careciendo de datos completos y casi teniendo que sacarlos de distintas fuentes, unas veces datos incompletos, otras veces defectuosos, haya logrado dar cima a un proyecto de presupuestos, y esto es lo que vamos a tratar de hacer en este caso. Naturalmente, las circunstancias harán que no sea un trabajo perfecto el que presente esta Asamblea, pero cuando menos sí será un precedente muy importante para lo futuro, que demostrará que el Poder Legislativo, cuya creación casi puede decirse fue debida a la necesidad de que el pueblo, por medio de sus representantes, votara las contribuciones y diera su sanción a los gastos públicos, ha reasumido este importante papel en México, porque, señores, realmente la razón de ser de los cuerpos legislativos es, como conocéis perfectamente bien, primordialmente la necesidad que los pueblos tenían de aprobar por medio de sus representantes las contribuciones que los señores decretaban, y si hemos tenido necesidad en este caso de reasumir nuestros más inalienables derechos de abordar este problema sin la colaboración del Ejecutivo, que, como digo, tiene la obligación de tener en sus manos el mayor acopio de datos, como administrador que es de los fondos públicos, debe saber lo que producen todas y cada una de las fuentes de ingresos. Este trabajo que la Comisión en estas condiciones ha tomado en sus manos, incuestionablemente es de muchísimo mayor valor y de muchísima mayor trascendencia que si hubiera mediado la tradicional iniciativa del Ejecutivo. Ya en concreto, ciudadanos diputados, y emprendiendo el análisis de este proyecto de ley en lo general, la objeción que primero se presenta a la vista, es la de que en esta ley, que por su misma consistencia, por su misma forma debe de ser sólo enumerativa de los preceptos legales en virtud de los cuales deben cobrarse las contribuciones, ha pasado a reglamentar muchos preceptos, ha entrado en verdaderos puntos de reglamento que no solamente no deben aparecer en una Ley de Ingresos esencialmente enumerativa, sino que positivamente ni siquiera en una ley orgánica; llega hasta el caso de incluir preceptos enteramente reglamentarios que el Ejecutivo, en uso del derecho que le da algún artículo constitucional, de proveer en la esfera administrativa al exacto cumplimiento de las leyes, debe de expedir. Al azar, buscando aquí, encontramos que reglamenta en una forma absoluta todos los preceptos relacionados con la recaudación de la contribución del Timbre, tanto federal como de estampillas comunes, y entra a disponer la forma de recaudación, también, de contribución sobre loterías y rifas. Quiero asentar también, en descargo de la Comisión por esta falta, que ha habido ya precedentes en las legislaturas anteriores, que han aceptado este procedimiento y que también, verdaderamente, si se fueran a hacer, como en teoría debían hacerse, reformas a la ley en virtud de la cual se cobran los impuestos, por ejemplo, a la Ley de 1906 que reglamentó la renta del Timbre, tendríamos necesidad de perder mucho tiempo: En esta forma, evidentemente se obvia todo esto y creo que ésta es la razón que la Comisión tuvo en cuenta para incluir estos preceptos de verdadera reglamentación. Sin embargo, creo yo que se ha pasado, que ha descendido a nimios detalles que no están bien en un proyecto de Ley de Ingresos. Esto es por lo que se refiere en lo general a la ley. Ahora, señores, como he dicho, siendo el presupuesto el estado que manifiesta los probables ingresos y las salidas seguras del Erario, es indiscutible que junto con este proyecto de Ley de Ingresos debía presentarse el cálculo de estimaciones probables y de rendimientos con motivo de esta ley. Esta fue otra de las razones, quizá la principal, que me movió, el día en que se puso a discusión este asunto, a inscribirme en contra del dictamen que habéis visto.
La Comisión, gallardamente ha salido al paso de esta objeción y ha presentado un cuadro de estimación en el que si bien es cierto que no se ha apegado estrictamente a las reglas de la ciencia, ha hecho, sí, unas apreciaciones de índole enteramente personal, como no podía menos de suceder en un país en donde las estadísticas, brillan por su ausencia, en donde las estadísticas, cuando las llega a haber, se sacan las conclusiones más contradictorias de una misma cifra. Y para terminar este discurso que, como habéis visto, no es propiamente en contra del dictamen, sino más bien es con el objeto de provocar aclaraciones de la Comisión, yo desearía que explicara la misma Comisión, por boca de alguno de sus miembros, por qué en algunas partidas de estimación se muestra extraordinariamente conservadora, como debe ser, y en otras es realmente optimista, optimista en una forma que los números no dan derecho a ser.
Así, señores diputados, al justipreciar la contribución federal que produjo en el año de 1920 en veintiocho millones y pico de pesos, estando el setenta por ciento en vigor, y que de enero a septiembre ha producido solamente veinte millones estando en vigor el cincuenta por ciento, calcula en doce millones al bajar a menos de la mitad ese impuesto, al veinte por ciento que propone. Realmente esta cifra de doce millones me parece demasiado halagüeña y desearía que la Comisión la justificara enteramente, para poder hacer las modificaciones respectivas al cuadro de estimaciones.
El C. Valadez Ramírez, interrumpiendo: Eso es en lo particular.
El C. Casas Alatriste, continuando: ¿Me permite que no es en lo particular? El cuadro de estimaciones tiene que ser discutido en lo general, porque cualquiera modificación que se haga en este cuadro, viene a modificar en una forma o en otra la suma de este cuadro de estimaciones; en consecuencia, tiene que tratarse en lo general. Me permito aclarar al ciudadano Valadez Ramírez, que un proyecto de presupuesto consta de todas estas partes, si no lo sabe: de Ley de Ingresos, cuadro estimativo de ingresos y de Presupuesto de Egresos, para obtener la diferencia, que es el déficit o superávit probable en el año fiscal siguiente. En consecuencia, sí está a discusión el cuadro de estimaciones. Creo también, señores diputados, que todas las contribuciones que la Comisión estima como probables, como rendimientos por concepto de alcoholes, licores, pulques, vinos y cervezas, también el cálculo de ellas es extraordinariamente halagüeño.
Me voy a permitir leer por un momento, distrayendo la atención de ustedes con estas cosas áridas que, sin embargo, tenemos la obligación, por precepto constitucional, de tratar; me voy a permitir molestarlos, digo, leyendo algunos números. El impuesto de primera mano sobre alcoholes y licores, produjo, en el año de 1920, 2.900,000 pesos, digamos, en números redondos, tres millones. En lo que va de este año, 1.900,000 pesos, y se calculan para fin de este año, 2.500,000 pesos; sin embargo, la Comisión lo sube a 4.500,000 pesos. La razón que la Comisión aduce, consiste en que ha modificado la tarifa sobre vinos y licores, que ha aumentado el tanto por ciento por el que se debe causar este impuesto. A esta observación de la Comisión debo contestar, señores diputados, que el alza de los tipos de impuesto no corresponde generalmente a un alza proporcional en el monto de las contribuciones recibidas, porque al hacerlas extraordinariamente grandes, se provoca incontinenti una gran resistencia de los causantes, que se traduce en fraudes, en contrabandos, en cohechos y en otras muchas maniobras que sirven para defraudar al Fisco, y aquí, en consecuencia, no puede estimarse como un rendimiento proporcional el de pesos que produce un impuesto, con el tanto por ciento de la elevación de la tarifa de él.
Además, a pesar de estas circunstancias, debo hacer notar que es desproporcional la cifra de aumento de 2.000,000 de pesos como rendimiento probable por este renglón. Lo mismo tengo que decir sobre las demás líneas que se refieren a ventas de primera mano sobre vinos, cervezas y pulques. Por último, ciudadanos diputados, quiero hacer notar que en mi concepto las cuentas que hacen la Dirección de Correos y Telégrafos sobre probables rendimientos en el año que entra, me parecen un tanto cuanto cuentas galanas. El Correo, según datos fehacientes, en el año de 1920, en el año pasado produjo solamente seis y medio millones de pesos; en este año, ha producido hasta la fecha, hasta septiembre de este año, una cantidad de 6.400,000 pesos; y si se calcula que para este año producirá ocho millones y medio, considero que la línea ascendente que demuestran estas entradas del Correo, no justifica el suponer que se suba dos millones más en el año próximo con las mismas tarifas, tanto más cuanto que hay necesidad de reconocer que se siente actualmente en el mercado financiero una crisis aguda, que hay una restricción de negocios. Esto es incuestionable para todos aquellos que estén en cierto contacto con la situación económica del país, y alguna vez algún compañero nuestro me decía en lo privado que esta crisis se empezaba a resentir hasta en los anuncios de los periódicos; tengo entendido que este compañero fue el ingeniero Vito Alessio Robles. El enrarecimiento de los negocios, señores, también traerá consigo una diminución en la cantidad de piezas postales que transporte el Correo y lo mismo respecto de telegramas. En consecuencia no es, en mi concepto, muy prudente estimar un aumento tan considerable, un aumento de un 25 por ciento, ciudadanos diputados, un 25 por ciento más sobre los rendimientos del Correo en este año. (Voces: ¡Treinta y tres!) Ocho millones calculan que produce este año y lo suben a diez.
Estas son en lo general, ciudadanos diputados, las objeciones que tengo que hacer y la razón fundamental para pedir a la Comisión una apreciación enteramente conservadora de los probables rendimientos públicos. Eso, además de la crisis económica que se sienten intensamente ya como consecuencia del reajustamiento de todos los mercados después de la guerra europea, es señores diputados, el terror pánico que he experimentado al ver los anteproyectos de las distintas secretarías de Estado y de las distintas dependencias del Ejecutivo que crecen y crecen y crecen en una forma verdaderamente alarmante; ahí están, amenazantes, como bola de nieve que va a tragar a toda la República dentro de su crecimiento siempre constante, y yo quiero demostrar a la nación, al hacer una justa y exacta apreciación de los ingresos probables, demostrar a la nación que si le negamos los legisladores algunas nuevas mejoras que reclama imperiosamente, como caminos, como fomento extraordinario en la educación pública, irrigación, etcétera, no es porque los legisladores no estemos de acuerdo con que todas estas obras sean necesarias y convenientes, sino porque la situación del país, la situación del país afectada ya muy intensamente por fenómenos económicos de orden mundial, nos impide subvenir a todas estas necesidades, a pesar nuestro. Yo pido, pues, a la Comisión, que estas partidas que yo he objetado en su cuadro de estimación, las reconsidere y que justifique que no han sido demasiado elevadas estas apreciaciones. En resumen, ciudadanos diputados, objeto este proyecto por dos causas: primero, porque engloba disposiciones de carácter enteramente reglamentarias, que correspondería al Ejecutivo dictar en uso de las facultades constitucionales que le obligan a prever, en la esfera administrativa, al exacto cumplimiento de las leyes; y, segundo, porque me parece que las apreciaciones hechas por la Comisión en algunos puntos, son verdaderamente extraordinarias y muy altas.
El C. Alessio Robles Vito: ¿Me permite una interpelación?
El C. Casas Alatriste: Sí, señor.
El C. Alessio Robles Vito: Con permiso de la Presidencia. Hemos oído con toda atención los razonamientos que ha hecho el compañero Casas
Alatriste. Yo desearía que tuviera la bondad el señor Casas Alatriste de decirnos el estudio que ha hecho de esa estimación de partidas. ¿En cuánto calcularía él el monto total de los ingresos?
El C. Casas Alatriste: Yo calcularía que estas partidas tendrían que rebajarse, por lo menos, en unos ocho o diez millones de pesos y que, en consecuencia, el total de las estimaciones probables de rendimientos para el año que entra no pasaría de doscientos dos a doscientos tres millones de pesos. Quisiera también, aprovechando esta oportunidad, referirme a una partida, de la cual no me había acordado: es la de compensación de gastos de intervención del Gobierno federal, que se aprecia en 1.000,000 de pesos. Esta partida produjo, el año de 1920, 547,000 pesos; y hasta mayo de 1921 había producido quinientos catorce mil. Estos ingresos consisten en las cantidades que los individuos a quienes se les devuelven bienes intervenidos durante la revolución, ¿no es cierto? pagan en compensación al Erario federal. Como es sabido, todos los bienes intervenidos fueron devueltos, y solamente admitiría esta partida si esto se refiere a los sueldos de los interventores de los Bancos y de otros empleados del Gobierno interviniendo algunas negociaciones, de acuerdo con las leyes; pero como es ambigua la redacción de este renglón, desearía también explicaciones de la honorable Comisión.
El C. Trejo Francisco, miembro de la Comisión: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.
El C. Trejo Francisco: La Comisión va a abstenerse de entrar al detalle a que ha descendido el compañero Casas Alatriste. No se sabe si serán aprobadas las reformas a cuotas establecidas en la Ley de Ingresos, pues de esa aprobación, ya sea que se disminuyan o se eleven las cuotas fijadas por la misma Comisión, dependerá que los ingresos probables sean más o menos. Hay un detalle que la Comisión quiere hacer resaltar: los datos correspondientes de enero a septiembre, no incluyen absolutamente todas las cuentas de las oficinas encargadas de recaudación; por ser el mes de septiembre muy cercano a esta época, no habían llegado, cuando personalmente el que habla tomó los datos, todas las cuentas a la Contraloría. A esto se debe que las estimaciones se hayan establecido en esta forma; la Comisión no las cree optimistas y espera que una vez que se aprueben todos los incisos de que se compone la ley, la misma Comisión presentará un cuadro definitivo que servirá para basar en su monto la estimación de los presupuestos de egresos. En cuanto a la partida de compensación por gastos en la intervención, la Comisión no tiene inconveniente en retirar el millón de pesos que figura como cálculo de probabilidades, porque sólo debido a la rutina de venir considerando por este renglón alguna cantidad por ese concepto, la Comisión hace apreciaciones, pero haciendo notar que este cuadro lo formuló en unas cuantas horas, y que después no ha descansado; estudiándolo en detalle, ha venido al convencimiento de que la compensación de los gastos de intervención del Gobierno federal no es sino el reintegro que al Erario federal se le hace por cantidades erogadas por él mismo. Por tanto, de ninguna manera debe constar este ingreso y debe anularse completamente este renglón. En cuanto a que los ingresos sean de doscientos o doscientos diez y seis millones, no tiene importancia por ahora, ya que es indispensable que se apruebe o que se deseche la ley en lo particular, para que nosotros señalemos en concreto las cantidades probables de ingresos, de acuerdo con los términos de los preceptos que prevalezcan. En cuanto a la otra objeción, el compañero Padilla, miembro de la Comisión, va a encargarse de contestar.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Padilla.
El C. Padilla: Señores diputados: La objeción hecha por el compañero Casas Alatriste a la forma en que se presenta el proyecto de Presupuesto de Ingresos, por lo que se refiere a las reglamentaciones, o, mejor dicho, a las modificaciones que se hacen a la Ley del Timbre y a otras leyes, con objeto de disminuir o aumentar los impuestos, no tiene razón de ser por los motivos que voy a señalar. No es un reglamento el que se reforma en la Ley de Ingresos, sino que se trata de leyes expedidas por el Congreso General, como es la Ley del Timbre de 1906. No sería posible traer a la consideración de la Asamblea cada una de las leyes que tienen que reformarse, porque esto implicaría el trabajo de discutir y aprobar seis o siete leyes. Esto, como naturalmente se ve, traería como consecuencia que el tiempo de que dispone la Representación Nacional no sería suficiente para discutir estas leyes, ni menos aún para que, pasándose a la Cámara de Senadores, allí fuesen aprobadas y, en consecuencia, nos quedaríamos sin Presupuesto de Ingresos. En otros países se acostumbra que el Presupuesto de Ingresos no sea sino una enumeración de las leyes que están en vigor y en virtud de las cuales se recauda la tributación pública; estas leyes son de carácter terminante y sólo se modifican por una serie de leyes posteriores, no en el Presupuesto de Ingresos; en consecuencia, aquellas leyes de carácter terminante no tienen que listarse necesariamente en el Presupuesto de Ingresos, sino que, únicamente, se fija el cálculo de probabilidades de lo que pueden producir esas leyes de tributación. En México, en virtud de nuestra legislación y por los precedentes que existen, el Presupuesto de Ingresos tiene que señalar de una manera expresa cuáles son las leyes de impuestos que quedan en vigor y las probabilidades de lo que estas leyes produzcan. En numerosas ocasiones, y aquí tenemos todos los presupuestos de años anteriores, se han hecho estas modificaciones, de tal manera que no ha habido necesidad de formular nuevas leyes, sino que en el Presupuesto de Ingresos se han determinado las leyes en vigor. No quiero entrar a señalar las leyes de ingresos expedidas por el Ejecutivo desde el año de 1917 a la fecha, sino que voy a referirme al Presupuesto de Ingresos del año de 1912 a 1913, que fue el que más ampliamente se discutió en la Cámara de Diputados, porque en aquella época, dado el carácter que tuvo la XXVI Legislatura, fue de una contienda en que se reflejó, a la vez que la competencia de las personas que tomaron parte en la elaboración de los presupuestos, la necesidad del cubrir, en aquellos momentos, los gastos más importantes para sostener al Gobierno del señor Madero. La Ley de Ingresos de 1912 a 1913, establece diferentes fracciones; señalaré algunas de ellas:
"XIII. Derechos consulares por los actos siguientes:
"A. Por la certificación de los documentos conforme a las prevenciones de la Ordenanza General de Aduanas, y con sujeción a las cuotas que establece el artículo 78 de la misma Ordenanza, reformado por la ley de 20 de noviembre de 1905.
"B. Por las certificaciones de firmas, según el artículo 1o. de la ley de 12 de octubre de 1830, que se declara extensiva a la ratificación por medio oficio, o en cualquiera otra forma que haga las veces de certificación; en la inteligencia de que la cuota será de ocho pesos y no de cuatro como dice la expresada ley."
Aquí viene modificándose una ley anterior, disminuyendo la cuota. Ahora, en el inciso (e):
"Impuesto a los tabacos labrados conforme a la ley de 10 de diciembre de 1892 y su reglamento de igual fecha, al decreto de 20 de mayo de 1904 y demás prevenciones relativas; con la modificación de que las estampillas se expenderán a los precios siguientes:
"I. Las de cigarros y puros recortados nacionales, a razón de un peso el ciento "
II. Las destinadas para cigarros extranjeros importados, a un peso setenta centavos el ciento.
"III. Las de puros de perilla nacionales", etc.
Así, sucesivamente, hay diferentes artículos de la Ley de Ingresos de 1913, en que se reglamentan leyes anteriores sin necesidad de acudir al expediente de formular una nueva ley. No quiero cansar la atención de la Asamblea sobre este particular, pero me permito recomendar muy atentamente a los señores diputados se sirvan aprobar el Presupuesto de Ingresos en lo general, porque de rechazar por estas objeciones el presupuesto, tendría la Comisión que elaborar seis o siete leyes para reformar o derogar leyes anteriores y esto traería consigo la imposibilidad de que llegaran a elaborarse los presupuestos y la Cámara quedaría en ridículo después de haber pretendido retirar las facultades extraordinarias al Ejecutivo. Por consecuencia, siguiendo los precedentes ya establecidos por las legislaturas anteriores, debe aceptarse en la forma que presentamos el Presupuesto de Ingresos, a reserva de que con mayor tiempo y con mayores elementos, próximas legislaturas puedan modificar nuestro sistema de presentar el Presupuesto de Ingresos. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el diputado Manero.
El C. Manero: Señores diputados: Comienzo por lamentar el poco interés que la Cámara pone en cuestiones trascendentales, (Voces: ¡No todos!) en oposición al entusiasmo que demuestra en aquellas sesiones en que pueden herirse susceptibilidades, en que pueden tratarse cuestiones personales. Un asunto de la importancia y de la gravedad de éste, no puede votarse, no debe, por lo menos, votarse, con tanta festinación como la Cámara esta deseándolo. Yo soy ajeno a quitarle el tiempo a esta Asamblea, y si comprendiera que no tiene absolutamente ningún objeto el decir unas cuantas palabras antes de que esta ley se vote, no las diría. Voy a comenzar a explicar el por qué deseo hacer uso de la palabra breves momentos.
El compañero Casas Alatriste decía hace un momento: un buen presupuesto consta de tres documentos: el Presupuesto de Ingresos con la lista de las leyes que proveen a estos ingresos, el cuadro aritmético en el cual se calculan dichos ingresos y, por último, el Presupuesto de Egresos. No estoy completamente de acuerdo con el compañero Casas Alatriste; un buen presupuesto debe constar de algunas partes más: la primera es una exposición clara y precisa de los motivos fundamentales de ese presupuesto, es la justificación de ese presupuesto; después vienen las tres partes a que aludía el compañero Casas Alatriste; falta pues, en el presupuesto que presenta la Comisión, esta parte inicial justificativa y a eso, señores diputados, obedece el que yo quiera ocupar brevemente vuestra atención. Quiero hacer la exposición de motivos, la justificación del presupuesto que presenta la Comisión, más que la defensa del mismo presupuesto, supuesto que voy a enumerar cuáles son los defectos del proyecto que presenta la Comisión, y a demostrar que no podía haber presentado otro, aun cuando tenga esos defectos, es decir, a justificar el que presenta o hacer la exposición de motivos.
Hasta hoy, señores diputados, la discusión de los presupuestos habíase hecho en la Cámara... (Campanilla.)
- El C. presidente. Se suplica a los señores diputados pongan atención al orador.
El C. Manero: Decía yo, señores diputados, que hasta la fecha el Presupuesto de Ingresos y Egresos no ha llegado a discutirse en esta Cámara en lo general una sola vez en toda nuestra vida independiente. Desde que el señor Limantour....
El C. Manrique interrumpiendo: De feliz memoria.
- El C. Manero, continuando:...puso bajo un régimen de severa ciencia a la Secretaría de Hacienda, la Cámara de Diputados recibía anualmente un anteproyecto de presupuestos que nunca discutía en lo general, sino que se hacían algunas observaciones parciales, esencialmente en el de Egresos, aquellos diputados que tenían conexión con tal o cual Secretaría, defendían el punto de vista de esa Secretaría al discutir el presupuesto. Por lo tanto, es muy difícil que nosotros podamos ahora discutir realmente en lo general este presupuesto por antecedentes, por gregarismo, por inercia; vamos, no obstante, a hacer un esfuerzo por no pasar a la discusión en lo particular y sostenernos exclusivamente en la discusión en lo general. La parte esencial, la parte primordial de un presupuesto, no solamente desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista jurídico, es la iniciación del presupuesto.
En la Constitución de 1857 se ordenaba al Ejecutivo que presentara una iniciativa de presupuestos a las Cámaras, en tal o cual fecha, a fin de que fuera oportunamente discutida y aprobada por la misma Cámara. La Constitución de 1917, en este particular, tiene una verdadera laguna; nada dice de la fecha en que debe presentar el Ejecutivo sus presupuestos; por eso ayer yo me permití interpelar al señor secretario de Hacienda para que aclarara el punto de vista del Ejecutivo en este particular. Tiene tanta importancia la cuestión de iniciativa, como que influye grandemente en las previsiones que puedan hacerse del presupuesto, sobre todo por la fecha en que esa iniciativa se haga.
Así, tenemos que en Francia se preparan los presupuestos con diez y siete meses de anticipación y se discuten un año antes de que deban ponerse en vigor. En Inglaterra, el presupuesto se prepara por el mes de octubre, se discute en el mes de febrero y entra en vigor en el mes de abril. En Bélgica, se prepara en julio, se discute en octubre y entra en vigor en enero. En Italia, se prepara en noviembre, se discute en diciembre y entra en vigor en julio. En los Estados Unidos, se prepara en diciembre, se pone a discusión en junio y entra en vigor en julio. En Prusia, se prepara en abril, se discute en diciembre y entra en vigor en abril del año siguiente. Lo mismo exactamente se hace en Alemania. ¿Qué es lo que nosotros hemos hecho actualmente en México? Nosotros no hemos tenido iniciativa de presupuestos, el Ejecutivo no la ha enviado a la Cámara, la Comisión de Presupuestos se ha visto obligada a formular la iniciativa de presupuestos en un término de veinte días; de manera, señores, que esto debe justificar la falta de previsión, la falta de puntualidad que pudiera haber en las apreciaciones de la Comisión, y es muy importante justificar a las comisiones en este primer punto ante la Representación y ante la nación entera. Al discutirse en lo general un proyecto de ley, lo que realmente debe sostenerse o impugnarse es la esencia, es la substancia, es la parte capital de esa ley. Si yo presento, por ejemplo, un proyecto de banco sosteniendo la necesidad de instituir en México el Banco Único de Emisión como Banco de Estado, entonces el debate debe de versar esencialmente sobre el sistema de bancos, es decir, ¿es superior el sistema de Banco de Estado al de Banco Particular Único? ¿Es superior el sistema de pluralidad de bancos? ¿Cuál de esos sistemas es el mejor? Yo creo que nuestro sistema presupuestal actual es muy deficiente, que debe de reformarse substancialmente, y por ello ayer interpelaba atentamente al señor secretario de Hacienda para que me diera el punto de vista del Ejecutivo sobre este particular. Los sistemas más importantes que podemos estudiar para compararlos con el sistema que actualmente tenemos, y ver si debemos aprobar el continuar usando de este sistema o reformarlo son los siguientes: el sistema inglés, adoptado por los Estados Unidos, y en el cual realmente no hay presupuestos. En Inglaterra no hay un libro en el cual, como decía muy bien el diputado licenciado Padilla, se hagan constar todas las ordenanzas de los ingresos, el cuadro estimativo de los ingresos, todas las leyes de egresos y los fundamentos de este proyecto. En Inglaterra, simplemente cada año se presenta el ministro de Finanzas, es decir, el Lord del Tesoro, ante el Parlamento, y hace una valuación de las partidas de egresos y de ingresos, numéricamente. El Presupuesto de Ingresos no se reforma absolutamente en nada, ni se vota, porque, repito, son leyes permanentes que no se revalidan cada año, ni se votan cada año: son permanentes. Cuando quiere hacerse una modificación al Presupuesto de Ingresos, hay que votar una nueva ley especial. En los presupuestos de egresos pasa una cosa semejante, aun cuando sí se divide en dos partes: una que es constante, porque hay egresos que no pueden discutirse anualmente como, por ejemplo, el pago de la deuda externa y algunos de esta misma naturaleza, y otros que sí son variables, como, por ejemplo, los gastos de administración pública. Para éstos sí se forma un Presupuesto de Egresos, tal como nosotros formamos el Presupuesto de Egresos. Desde luego, seguiré haciendo primero una explicación sucinta de los diferentes sistemas, para compararlos con el que nosotros tenemos. Anualmente, en Francia, se forma una lista completa de todas las leyes de ingresos y egresos y se hace un cuadro estimativo de los resultados de este presupuesto, y se vota totalmente, es decir, que jurídicamente el presupuesto se renueva cada año en Francia, como se renueva en México. El sistema italiano deja intactos los ingresos y renueva los egresos, es decir, es un sistema mixto, hasta cierto punto, del sistema francés y el inglés. Por último, el sistema prusiano, adoptado por Alemania, deja íntegro el Presupuesto de Ingresos y de Egresos, es decir, no toca absolutamente ninguna partida; así es que real y positivamente en Alemania y en Prusia no hay presupuestos, solamente van modificándose las leyes existentes de carácter permanente, con nuevas leyes. Nosotros, señores diputados, como decía, teníamos adoptado el sistema francés, que consiste en reformar o revalidar jurídica y numéricamente el presupuesto cada año, es decir, hemos adoptado el sistema más engorroso, más difícil y más complicado, y, naturalmente, cuando no se encuentra la colaboración debida en el Ejecutivo para formar estos presupuestos, cuando se deja abandonada a la Cámara a sus solos recursos, es casi imposible hacer un buen presupuesto. Eso tengo que decirlo también en justificación del presupuesto que presentan las comisiones de esta Cámara. Yo creo, señores diputados, que paulatinamente debemos ir estudiando la modificación de nuestro sistema presupuestal, de tal modo que no tengamos cada año que venir a incurrir en todas estas dificultades y en todos los errores concernientes a estas dificultades. El día que podamos adoptar, y si no adoptar, por lo menos adaptar el sistema inglés a nuestro sistema presupuestal, habremos dado un paso enorme en la consolidación de nuestro sistema presupuestal y, sobre todo, iremos teniendo una jurisprudencia presupuestal - de la cual carecemos hasta este momento-, por la reunión constante, jurídica y económicamente, de todas las leyes presupuestales. El punto de vista del Ejecutivo hubiera sido de la mayor importancia en esta cuestión, supuesto que nada puede hacerse ni podrá hacerse en mucho tiempo en la Cámara de Diputados, sin la sanción y sin la iniciativa del Ejecutivo. Cuando yo consulté la opinión del Ejecutivo, ayer, sobre este particular, me mandó a estudiar un tratado en dos tomos del señor Stourm. He estado revisando ese tratado minuciosamente, pero no he podido encontrar el punto de vista del Ejecutivo. (Risas.) La última parte, señores diputados, que me queda por justificar respecto del presupuesto que presenta la Comisión relativa, es la de valuación. La valuación del presupuesto tiene también principios absolutamente científicos a los cuales debe ajustarse. La base de estos principios es siempre la estadística. Desgraciadamente en
México en ninguna de las dependencias del Ejecutivo tenemos un departamento de Estadística completo y eficiente. Debido a la iniciativa y al empeño ardoroso de mi querido compañero el diputado Trejo, la Cámara ha fundado un Departamento de Estadística que en muy poco tiempo prestará servicios inapreciables a la Cámara y al país. Desde luego, la valuación de los presupuestos que ha podido hacer la Comisión, se debe casi exclusivamente a la existencia de este Departamento; de otra manera, los datos que el Ejecutivo simplemente hubiera podido dar, hubieran sido insuficientes, y así lo ha dicho también la Comisión, para poder valuar los próximos ingresos. En el extranjero, esencialmente en Francia, en donde la cuestión presupuestal se lleva a término con un riguroso carácter científico, los impuestos están divididos en dos categorías para calcular su valuación: en impuestos variables y en impuestos invariables. Los impuestos invariables no sufren modificación alguna en el año subsecuente; es decir, en el cálculo de probabilidades para el año subsecuente, se acepta la cifra que dio el año próximo anterior, íntegramente, sin tocarla, y solamente cuando después de transcurrido el año de ejercicio ha variado esa partida, se considera ya con ese aumento en el año posterior. Respecto de los impuestos variables, hay un procedimiento científico absolutamente justo, que en este caso la Comisión no ha podido aplicar ampliamente, como decía yo, por la falta de estadísticas. En este procedimiento, señores diputados, no deja de entrar la capacidad personal del que valúa esas previsiones, es decir, del instinto, de la sagacidad, de la experiencia y de la ciencia que tiene el individuo que valúa el presupuesto.
El C. Manrique: El factor personal.
El C. Manero: Exactamente, el factor personal. Pero además de eso, hay un factor científico perfectamente justo, y es el siguiente: antes de 1891, el sistema que se siguió en Francia fue el que implantó Say, que consistía en tomar el aumento que en los tres años anteriores habían tenido los ingresos, sacar el término medio de ese tanto por ciento y aplicarlo a la partida del año próximo. Es el procedimiento que se llamaba de las mayoraciones y que descansaba en este principio económico: el desarrollo de una nación en el orden económico, es constante. A partir de 1891, a la fecha, se vió no solamente que este principio tenía múltiples excepciones, sino que el presupuesto calculado por ese procedimiento, caía constantemente en deficiencias; se notaba que había una gran disparidad entre los cálculos que había hecho el presupuesto y lo que se obtenía en los ingresos reales. Entonces el ministro Villele introdujo una modificación, que consistía en no aumentar los antecedentes, es decir, los datos que proporcionaba el año anterior, sino por causas absolutamente justificadas. La Comisión nos ha puesto un ejemplo aproximado de la aplicación de este procedimiento, y es el siguiente: calculados los ingresos por el primer semestre, cuando la Comisión ha tenido datos del tercer trimestre del año, simplemente lo que ha hecho ha sido aumentar el tanto por ciento correspondiente al cuarto trimestre, para calcular la partida correspondiente. Así, pues, la Comisión ha estado absolutamente dentro de lo justo y dentro de lo científico en este cálculo, y el cálculo de probabilidades que nos presenta está muy lejos de ser un cálculo optimista; es un cálculo sensato y un cálculo serio. No voy a caer en la discusión en lo particular, pero voy a poner un ejemplo respecto a la sensatez en las valuaciones de la Comisión: el ejemplo del petróleo. La Comisión nos presenta un cálculo aproximadamente de cuarenta y cinco millones de pesos. Para ver si es optimista ese cálculo, debemos ir a las fuentes mismas de producción. Consultados petroleros eminentes, me han manifestado que la producción actual de petróleo, en general, es de unos cuatrocientos mil barriles diarios; el impuesto actual de producción sobre el petróleo es de veintitrés centavos, y el último decreto de 7 de junio aumentaba estos impuestos en veinticinco centavos como derechos de exportación Los datos que el señor ministro de Hacienda ha prometido darnos, nos dirán si es exacto el dato que yo tengo de que una de las partes del arreglo llevado a cabo por la Secretaría de Hacienda con los petroleros, consiste en disminuir ese impuesto en un cuarenta por ciento, es decir, que venga a quedar reducido a diez y seis centavos. Pues poniéndonos en el caso más optimista de que las compañías petroleras pagaran los veinticinco centavos de producción, más los diez y seis centavos de exportación, vendríamos a tener, en números redondos un impuesto de cuarenta centavos, sobre los cuatrocientos mil barriles diarios que tenemos, importaría, aproximadamente, cincuenta y ocho millones de pesos. Es el cálculo más optimista que podemos hacer. Si las compañías se rehusan a pagar estos diez y seis centavos de exportación, entonces debemos conformarnos con los veintitrés centavos que tenemos de producción, y sería el cálculo más pesimista, porque nos daría un ingreso de treinta y tres millones de pesos aproximadamente. Ahora, señores diputados, ¿puede variar esta producción de cuatrocientos mil barriles diarios en el próximo año? Estas mismas personas bien informadas, más diré: los mismos petroleros, los mismos directores de las compañías de petróleo, me han manifestado que estiman no podrá pasarse en el año entrante de esos cuatrocientos mil barriles diarios, con un cálculo sereno. Me explicaban que a pesar de que pueden hacerse nuevas exploraciones y nuevas perforaciones petroleras, el caso de producción no es tan sencillo, porque en México los mantos de petróleo no se presentan fácilmente; se ha dado el caso de que perforando un pozo a muy pocos metros, a menos de quinientos metros de otro que daba un excelente resultado, no se ha podido encontrar ninguna cantidad de petróleo; en cambio, perforando a doscientos metros más, se han obtenido rendimientos petroleros, lo cual prueba que el subsuelo petrolero reviste en algunas ocasiones la forma como de un receptáculo de bolsa o de botella, con una pequeña superficie de perforación hacia la tierra, de tal manera que perforando muy cerca de ese pequeño cuello de aquel receptáculo, no se obtiene ningún resultado; es necesario tener la buena suerte de ir a dar justamente en la boca de aquella estrecha veta para obtener el petróleo. De manera
que aunque las perforaciones sigan siendo numerosas y las exploraciones sean también numerosas, es muy difícil encontrar el líquido. Así pues, no debemos pasar de este cálculo, ciudadanos diputados, y en este caso la Comisión está perfectamente en lo justo, porque dentro de un mínimum de treinta y tres millones de pesos y un máximum de cincuenta y siete, el cálculo de cuarenta y cinco que ha hecho está muy tolerablemente fundado. He puesto este ejemplo, para hacer ver que la Comisión no es optimista en sus cálculos ni tampoco peca por ser pesimista, está dentro de un terreno justo y sensato, en el cual necesitamos reconocer, también en descargo de la Comisión, que el principio elemental de avalúo que ha seguido es el de percepción personal, supuesto que se carece de datos y de estadísticas competentes para resolver esta cuestión. Para terminar, señores diputados, una vez que no he hecho una calurosa defensa del presupuesto que se presenta, sino una justificación de este presupuesto que sirva como una exposición preparatoria del mismo, debo decir lo siguiente simplemente: nosotros debemos votar sin titubear, no sólo el presente Presupuesto de Ingresos, sino el de Egresos, cualesquiera que estos presupuestos sean, porque debemos de tener muy presente el punto de vista político sobre todo otro punto de vista. Si nosotros no votamos los presupuestos en este año, de cualquiera manera, el Ejecutivo seguirá en uso de facultades extraordinarias; si nosotros votamos los presupuestos, aun cuando sean deficientes, ya cesa el Ejecutivo en el uso de facultades extraordinarias; nosotros estamos desde este momento habilitados y capacitados para reformar el mismo presupuesto, poniéndolo a la altura que paulatinamente lo permitan los adelantos en la organización administrativa del país. Por deficientes y peligrosos que resulten nuestros presupuestos, siempre serán para el país menos deficientes y peligrosos que las facultades extraordinarias en Hacienda.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gustavo Arce.
El C. Arce: Señor presidente: Me inscribí en contra para hacer algunas indicaciones en general a los presupuestos presentados por la Comisión; pero en realidad no tengo más que hacer un elogio de la Comisión por su empeñoso trabajo que ha presentado a la consideración de la Cámara, y como tenemos todos un interés vivo de que este asunto se ponga a votación, toda vez que ya se han tratado los puntos de vista que yo tenía, renuncio al uso de la palabra, reservándome para hacer mis observaciones cuando se entre a la discusión en lo particular. (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)
El C. secretario Aillaud: No habiendo más oradores inscriptos, se va a proceder a la votación. En votación económica se pregunta si está suficientemente discutido. Suficientemente discutido. Se va a proceder a la votación nominal. Por la afirmativa.
El C. Lavín Urbano: Por la negativa. (Se recoge la votación.)
El C. secretario Aillaud: Votaron por la afirmativa 128 ciudadanos diputados; en consecuencia, se declara aprobado el proyecto de Ley de Ingresos.
El C. presidente, a la 1.07 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para hoy a las 4 de la tarde a sesión de Congreso General.
SESIÓN
DE
CONGRESO GENERAL
EFECTUADA EL DÍA 8 DE NOVIEMBRE DE 1921
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Es prorrogada la licencia de que disfruta el C. magistrado Manuel Suárez. Se concede licencia al C. licenciado Cuauhtémoc Hidalgo, juez de 1a. Instancia del Partido Sur de la Baja California.
2.- Se procede a la elección del juez que sustituya al citado C. Hidalgo, levantándose la sesión por falta de "quórum".
DEBATE
PRESIDENCIA DEL
C. LÓPEZ SOTO FRANCISCO
(Asistencia de 127 ciudadanos diputados y 40 ciudadanos senadores.)
El C. presidente, a las 5.20 p. m.: Se abre la sesión de Congreso General.
El C. secretario Barragán: Telegrama procedente de "San Cristóbal, Chiapas, noviembre 2 de 1921.
"Secretario Congreso Unión. - Palacio Legislativo.
"Impidiéndome caminar inundación, correo supliqué prórroga mes licencia como magistrado. Ratifícola. - Licenciado Manuel Suárez."
La Mesa consulta si se dispensan los trámites a esa solicitud de licencia, y por disposición de la Presidencia se da cuenta con los siguientes antecedentes: el propio ciudadano magistrado ha venido haciendo uso de las siguientes licencias:
"En junio, julio y agosto de este año usó de licencia que con sueldo le otorgó la Comisión Permanente.
"En septiembre y octubre disfrutó de licencia con medio sueldo."
En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. Las personas que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano diputado Aguirre Colorado.
El C. Aguirre Colorado Ernesto: Ciudadanos representantes: Más bien no he pedido la palabra en contra ni en pro de la licencia que solicita el magistrado Suárez, sino para hacer una pequeña aclaración. Asienta el ciudadano magistrado Suárez en su mensaje dirigido de San Cristóbal, Chiapas, que la inundación le impidió venir a esta ciudad. Yo interrogaría a alguno de los ciudadanos diputados por Chiapas para que me dijera qué parte se ha inundado, de San Cristóbal las Casas para tomar en Arriaga el ferrocarril y venir a esta ciudad, porque en nada absolutamente las
inundaciones afectan a aquella ciudad; de manera que tal parece que ésta es solamente una fórmula que da el magistrado para pedir nueva licencia a este Congreso, más no por razón natural de que no pueda o le impidan venir las inundaciones de aquella región. Yo suplico a alguno de los diputados chiapanecos digan dónde se interrumpe el camino.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Solís.
El C. Solís: Honorable Asamblea: Para dar satisfacción a la curiosidad del ciudadano general y diputado Aguirre Colorado, me es grato indicarle que ese telegrama contiene una gran verdad. Es cierto que las inundaciones de que se ha tomado conocimiento en este Congreso, no se refieren a la ciudad de San Cristóbal las Casas, pero ello no quiere decir que en la parte del camino no haya ocurrido una enorme inundación y fue tal, que ha desaparecido el camino que entonces unía a la ciudad de San Cristobal las Casas con la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, porque estuvo durante quince días verdaderamente cubierto por el río, un río que se encuentra en un punto que se denomina El Burrero. Creo, pues, que con esto he dejado satisfecha la curiosidad del ciudadano diputado y sentada la necesidad de dar cabida a la justicia con qué el ciudadano magistrado del Tribunal Superior solicita esta licencia.
El C. Aguirre Colorado Ernesto: ¿Me permite una interpelación?
El C. Solís: Con mucho gusto.
El C. Aguirre Colorado Ernesto: Con permiso de la Presidencia. Suplico al ciudadano diputado Solís informe a la Asamblea cuál es el río que ha desbordádose por allá.
El C. Solís: Entre un punto que se denomina Tierra Colorada y El Burrero, existe en un espacio como de dos leguas un río que marcha a la vera del camino, y ese fue el que tapó....
El C. Aguirre Colorado Ernesto: ¿Cómo se llama?
El C. Solís: Río de El Burrero, así se denomina. Ese río fue el que tapó el camino y lo destruyó totalmente.
El C. secretario Barragán: No habiendo ningún otro orador inscripto, en votación económica se consulta si se concede licencia. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo.
El C. Manrique, interrumpiendo: Hago constar que estaba inscripto en pro.
- El mismo C. secretario, continuando: Se concede la licencia. En la misma forma de votación se va a consultar si se concede con o sin goce de sueldo, pues el señor no lo específica.
La licencia de que ha venido haciendo uso el magistrado de que se trata, ha sido con medio sueldo; ya se hizo la aclaración de que durante cuatro meses la tuvo con goce de sueldo.
El C. Aguirre Colorado Ernesto: Pido la palabra, señor presidente, con objeto de indicar cómo debe concederse la licencia. Honorables miembros del Congreso General: Yo creo que no debemos festinar este asunto. ¿Al magistrado que tiene seis u ocho meses de licencia, cuatro con goce de haber y dos con medio haber, todavía va a concedérsele licencia con goce de haber por mayor tiempo? Yo creo prudente que se le conceda la licencia, ya que lo ha imposibilitado, para presentarse, una causa natural, pero no con goce de haber, porque esto es una inmoralidad.
PRESIDENCIA DEL
C. CASTILLO ISRAEL DEL
El C. Espinosa: Pido la palabra, señor presidente.
El C. Manrique: Pido la palabra.
El C. presidente: La había pedido antes el ciudadano Solís.
El C. Solís: La cedo con gusto al diputado Manrique.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique.
El C. Manrique: Creo, señores representantes, que sería mezquino regatear al licenciado Manuel Suárez esta licencia de un mes; es una prórroga de un mes y, naturalmente, como la disfruta en este momento con medio sueldo, debe entenderse que la solicita en idéntica forma. El licenciado Manuel Suárez es un hombre honorable y competente que ha enfermado en el ejercicio de sus funciones judiciales. En estas condiciones sería mezquino, y a más de mezquino, injusto, el negar la licencia. No creo que el mismo compañero Aguirre Colorado insista; lo indicado es considerar que la prórroga que se le conceda sea en las mismas condiciones en que la ha disfrutado hasta hoy, esto es, con medio sueldo, no medio haber, porque entiendo que no tiene charreteras el señor Suárez. (Aplausos.)
El C. secretario Barragán: No habiendo ningún otro orador inscripto, en votación económica se consulta si se concede licencia con medio sueldo. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. No se concede. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) Se repite la votación. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Hay mayoría de pie. Se concede con medio sueldo. Se consulta a la Asamblea si aprueba que le ciudadano licenciado Andrés I. Duarte, que ha venido subistituyéndolo en la licencia de que ha hecho uso el ciudadano Súarez, continué en funciones. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobado.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Juzgado de 1a. Instancia del Partido Sur de la Baja California. - La Paz. - Estados Unidos Mexicanos.
"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados. - México, D. F.
"Cuauhtémoc Hidalgo, mayor de toda excepción, muy respetuosamente comparece ante ese H. Congreso de la Unión, para exponer:
"Que encontrándome delicado de la vista a consecuencia del exceso de labores en este Juzgado de 1a. Instancia que es a mi cargo, y necesitando por consiguiente pasar a esa capital en busca de mejor salud, con el respeto debido ocurro a ese H. Congreso, encareciéndole se sirva concederme, por los motivos indicados, una licencia de dos meses con gose de sueldo, para separarme del puesto de juez
de 1a. Instancia de este distrito; encareciendo a la vez a esa H. Asamblea, se sirva, si es posible, designar persona de este lugar para substituirme a fin de poder hacer uso desde luego de la citada licencia y atender a mi salud.
"Protesto lo necesario, y a ese H. Cuerpo Legislativo mis respetos; sirviéndose ustedes, ciudadanos secretarios, aceptar a la vez las seguridades de mi consideración distinguida.
- La Paz, Baja California, 4 de octubre de 1921.
- El juez de 1a. Instancia, C. Hidalgo."
La Mesa consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra.
El C. Manrique, interrumpiendo: Pido la palabra.
El C. Brioso y Candiani: Pido la palabra para interpelar a la Secretaría, para ver si hay algún documento que justifique la enfermedad o alteración de salud de este señor, como el certificado médico.
- El mismo C. secretario: La Secretaría informa que no hay ningún documento que justifique la enfermedad del ciudadano solicitante de la licencia, Cuauhtémoc Hidalgo, fechada el 4 de octubre en la Baja California.
El C. Lara: Tampoco hay ningún documento que diga que no está enfermo.
- El mismo C. secretario: No habiendo ningún orador inscripto....
El C. Manrique, interrumpiendo: Pido la palabra. Yo pido atentamente, no habiendo documentos justificativos, que algún honorable representante de la Baja California nos informe brevemente si se trata de persona honorable y digna de fe.
El C. von Borstel: Pido la palabra.
El C. secretario Barragán: Se suplica a los ciudadanos diputados se sirvan escuchar al orador.
El C. von Borstel: Honorable Asamblea: Habiendo preguntado el señor compañero Manrique si el señor Cuauhtémoc Hidalgo es persona honorable y honrada, yo, bajo mi fe de caballero, vengo a sostener que sí lo es. El señor Hidalgo es ampliamente conocido y fue por eso que yo tuve el honor de recomendarlo ante esta Asamblea para que fuera electo juez de la Baja California. El señor Hidalgo habrá podido tener algún error en el despacho de su cometido, pero ha obrado honrada y justicieramente y creo que mis paisanos se encuentran satisfechos hasta la fecha de la labor meritoria que ha desarrollado al frente de su Juzgado. Todos los asuntos pendientes que había de despacho, el señor Hidalgo los ha desempeñado con acierto y precisamente a eso se debe que haya enfermado gravemente de la vista y pretenda venir a esta capital en tiempo oportuno, pues de lo contrario, pudiera hasta cegar. Es por eso que yo suplico a esta Asamblea se sirva conceder esta licencia, ya que en la Baja California existe un licenciado, el licenciado Luis M. Calderón, que creo es conocido de algunos compañeros, que puede aceptar el puesto provisionalmente.
- El mismo C. secretario: En votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Se concede la licencia. Por disposición de la Presidencia se levanta la sesión de Congreso General y se pasa a sesión de Cámara de Diputados. (Voces: ¡No! ¡No!)
El C. von Borstel: Pido la palabra.
El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar a la honorable Asamblea que ha tenido a bien disponer que se levante la sesión de Congreso General, porque estima que no estando unificado el criterio de todos los señores diputados y senadores...(Voces: ¡Ya! ¡Ya!) La Presidencia citará en su oportunidad para sesión de Congreso General.
El C. Moreno Jesús Z., interrumpiendo: Moción de orden.
El C. Manrique: Moción de orden.
El C. presidente, continuando: No obstante, señores compañeros, si la honorable Asamblea no quiere que se levante la sesión, ya que la única razón que tiene es que la propia Asamblea no había unificado su criterio, la Presidencia está completamente de acuerdo en que se consulte a la Asamblea si quiere que siga la sesión.
- El mismo C. secretario: Se consulta a la Asamblea si continúa la sesión de Congreso General, con el objeto de elegir substituto del ciudadano juez de la Baja California. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Continúa la sesión de Congreso General.
El C. Manrique: Para una interpelación. Interpelo atentamente a la Presidencia para que se sirva explicar si fuera de esto no hay ya ningún otro asunto en la orden del día de Congreso General.
- El mismo C. secretario: Por disposición de la Presidencia se hace constar que no hay ningún otro asunto en la orden del día; que si es cierto que tienen conocimiento algunos compañeros de que ha fallecido algún ciudadano magistrado, hay substituto de él hasta el día 20 de este mes.
El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra.
El C. presidente: ¿Con qué objeto?
El C. Rivera Cabrera: Para pedir que se proceda igualmente al nombramiento de juez 1o. de lo Civil de esta ciudad, que está pendiente hace mucho tiempo, con grave perjuicio de la administración de justicia de la capital. Como quiera que el Congreso se reune de tarde en tarde, es necesario aprovechar esta sesión para hacer todos los nombramientos pendientes, y con esto ganará mucho la cosa pública, especialmente de esta ciudad. Por consiguiente, yo pido al ciudadano presidente que se proceda también a la elección de juez 1o. de lo Civil de esta ciudad, que desde hace más de dos meses se encuentra pendiente.
- El mismo C. secretario: La Secretaría manifiesta a su señoría que no hay nada oficial acerca del juez primero de lo Civil a que se refiere.
El C. Luque: Pido la palabra para una aclaración.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Luque: No tiene razón el ciudadano Rivera Cabrera al decir que la ciudad resienta grave perjuicio porque exista pendiente un nombramiento de juez; no está vacante. El señor juez primero de lo Civil, que es el señor licenciado Tapia, está en funciones y a mí me ha dicho
personalmente que ya no piensa hacer uso de la licencia, que elevaría un ocurso en este sentido para que el ocurso primeramente presentado no cause ningún efecto. Lo pongo en conocimiento de la Asamblea para que no se vaya a festinar un nombramiento que no es necesario.
- El. C. secretario Barragán: Por disposición de la Presidencia se conceden diez minutos para el cambio de impresiones y poderse verificar la elección del ciudadano juez de la Baja California. Se procede a llamar a los ciudadanos senadores.
(Se recoge la votación de los ciudadanos senadores.)
- El mismo C. secretario: Han votado treinta y cinco ciudadanos senadores. No hay quórum de Congreso General.
El C. secretario Aillaud: Por disposición de la Presidencia se levanta la sesión de Congreso General. (Voces: ¡Lista! ¡Lista!) Se procede a dar cuenta con los asuntos en cartera. (Voces: ¡No! ¡Lista! ¡Lista!)
El C. Avilés: Moción de orden. Debe usted ordenar a la Secretaría que pase lista. ¿Cómo vamos a perder el tiempo?
El C. secretario Barragán: La Secretaría no tiene inconveniente en pasar lista. Si su señoría duda de los números de votantes, puede contar las cédulas para convencerse.
El C. Avilés: Yo pido a la Presidencia que se sirva ordenar a la Secretaría pase lista.
- El mismo C. secretario: Lo que pretende el ciudadano Avilés no es ahorrar tiempo, sino hacer perder más. Se procede a pasar lista. (Pasa lista.) Hay una asistencia de 31 ciudadanos senadores, no hay quórum. (5.55 p.m.)
CONTINUA LA SESIÓN DE CÁMARA DE
DIPUTADOS
Presidencia del
C. CASTILLO ISRAEL DEL
(Asistencia de 127 ciudadanos diputados.)
El C. presidente, a las 5.55 p.m.: Se reanuda la sesión de Cámara de Diputados.
El C. secretario Barragán: Se procede a dar cuenta con los asuntos en cartera.
"Al ciudadano presidente de la Cámara de Diputados.
"El subscripto, atentamente solicita una licencia con goce de dietas, y dispensa de trámites, durante ocho días, por encontrarse enfermo de bronquitis y tener necesidad de seguir prescripciones médicas que le impiden concurrir a las sesiones de esa H. Cámara.
"México, 7 de noviembre de 1921. - J. Prieto Laurens."
En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Concedida.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"La Diputación de la Baja California hace suyo el proyecto de reforma a los artículos 49 y 50 de la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común en el Distrito y Territorios Federales, que formuló el C. licenciado Eduardo G. Bátiz." -A la Comisión 2a. de Justicia.
(El proyecto de referencia dice así:)
Supremo Tribunal Unitario de Justicia. - La Paz, Baja California. - Distritos Centro y Sur. - Número 1420.
Ciudadano diputado al Congreso de la Unión por el Distrito Sur de la Baja California, don Enrique von Borstel. - México.
Con fecha 5 de marzo del corriente año, cumpliendo con una de las principales obligaciones que en el ejercicio de mi encargo como jefe de la administración de Justicia en el Distrito Sur de este Territorio, me imponen las leyes relativas, y celoso por el buen nombre de tal administración, del Gobierno en general y de mi reputación como funcionario y profesionista, por los conductos debidos, elevé a la alta consideración del ciudadano presidente de la República, en los términos de la Ley de Organización Judicial vigente, un proyecto de ley conteniendo algunas importantes y necesarísimos reformas a la de Organización Judicial citada, tendentes a la supresión del Jurado Popular en los Territorios Federales, ya que, en más de cuatro años que cuenta en vigor la repetida ley que implantó el Jurado no ha sido posible formar aquí éste, por causas múltiples y justificadas, que sería prolijo enumerar.
El memorial dirigido al ciudadano presidente de la República dice como sigue:
"Sabido es que las leyes todas que han de regir en determinado lugar, deben ajustarse al medio y a las exigencias del mismo; para elaborarlas, es indispensable no solamente el conocimiento de la región geográfica en que han de imperar, sino que además, deben tenerse muy en cuenta los principios que la ciencia sociológica señala. Tal cosa jamás se ha observado por lo que toca a la legislación que en diversas materias rige en este Distrito Sur de la Baja California, para cuyo Territorio se ha legislado y se legisla equiparando sus condiciones a las del Distrito Federal, lo cual ocasiona lamentables errores, como el que motiva la proposición que encierra el presente memorial.
"La Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común para el Distrito y Territorios de la Federación, que ha resultado de las de aplicación más difícil en esta jurisdicción de la Baja California, por haber sido forjada como las demás, en las
circunstancias ya asentadas, contiene disposiciones cuya aplicación es casi imposible. Una de ellas, que está produciendo gravísimos perjuicios a intereses sociales y privados, es la que se refiere a la implantación del Jurado, pues aunque se reconozca la superioridad de éste sobre el tribunal de derecho, resulta en la práctica una institución enteramente exótica en la región, y hasta la fecha no ha podido ni podrá aclimatarse, por serle el medio enteramente inadecuado y adverso.
"Esta circunstancia, difícil si no imposible de eliminar, ha traído como consecuencia el que permanezca en las prisiones un regular número de personas que no pueden ser juzgadas por los tribunales de derecho existentes, ya que, conforme a los preceptos de la Ley Orgánica en relación con las demás leyes correspondientes, las causas deben versa en Jurado; y no habiéndose podido lograr hasta hoy la formación de dicho Tribunal del Pueblo, aquellos individuos permanecen sufriendo las cruelísimas torturas de la duda, y seguirán así mientras la ley no se reforme, con grave desdoro para el buen nombre de la administración de justicia, que repercute o podría repercutir en el del Gobierno general. Y como todos los funcionarios estamos obligados a velar por ese buen nombre, y teniendo en cuenta, además, las obligaciones que tiene quien esto escribe, por razón del cargo que desempeña, es por lo que me permito someter al recto criterio de usted, ciudadano presidente, para los efectos legales que al caso atañen, con fundamento en el artículo 86, fracción I de la Ley Orgánica de los Tribunales, el siguiente proyecto de ley:
"Artículo 1o. Se reforman los artículos 49 y 50 de la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común, como sigue: Artículo 49. Los juzgados de 1a. instancia a que se refiere el artículo 47, conocerán de los demás asuntos civiles y criminales del orden Común que se ventilen dentro de su territorio jurisdiccional, con excepción de los que esta ley encomienda a los jueces menores de Paz, quienes desempeñarán sus funciones dentro de los límites de su correspondiente demarcación. - Artículo 50. Los jueces de 1a. Instancia de los Territorios instruirán y fallarán todas las causas por delitos cometidos dentro de sus respectivos partidos, con excepción de aquellos que sean de la competencia de los jueces Menores o de Paz, con todas las demás atribuciones que los jueces de los Penal en México tienen en los suyos, conforme al artículo 42. - Artículo 2o. Queda derogado, por lo que comprende a los Territorios de la Federación, el capítulo IV de la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común.
"Al suplicar a usted muy atentamente, como lo hago, se procure la más pronta solución del presente asunto, en vista de la importancia que encierra, me es altamente honroso hacer a usted presente las seguridades de mi atenta consideración y respeto."
No obstante el trascendental interés del asunto y la súplica encarecida que contiene el proyecto transcripto, ha pasado un lapso de tiempo, muy corto, si se quiere, para algunos; pero inconmensurable para los infelices procesados que se encuentran en espera de saber cuál es su suerte definitiva, sin que haya dado al asunto el trámite legal; y esto unido al hecho de habérseme comunicado personalmente por cierto personaje de alta preponderancia oficial en esta clase de asuntos, que mi proyecto no estaba, a su juicio, suficientemente justificado, ya que de no poderse formar el Jurado con nacionales, podría hacerse con extranjeros, aprovechando el continuo roce que en la región tenemos con los americanos (lo que estatuyo bajo la más solemne protesta de decir verdad, aunque parezca increíble, ya que tal sugestión implica, entre otras cosas importantes, un gran desconocimiento de nuestro ambiente social), me inducen a dirigirme a usted en la forma en que lo hago para que, si a bien lo tiene, se sirva hacer suyo el proyecto de ley transcripto y presentarlo desde luego a la consideración de la H. Cámara de Diputados, suplicándole atentamente que en bien de los intereses sociales de sus conterráneos, intereses que han sido puestos en manos de usted, se sirva tomar decidido empeño por la rápida solución del asunto, mediante los procedimientos legales que para suprimir trámites tardíos en asuntos trascendentales y de urgencia como el presente, señalan las leyes y reglamentos que usted conoce.
Reitero a usted las seguridades de mi muy atenta y distinguida consideración.
Sufragio Efectivo. No Reelección. - La Paz, octubre 19 de 1921. - El magistrado, E. G. Bátiz.
Estando de entero acuerdo con el anterior escrito, lo hacemos nuestro en todas sus partes, solicitando atentamente se turne a la Comisión de Justicia respectiva, a efecto de que dictamine a la mayor brevedad. Igualmente pedimos se inserte en el DIARIO DE LOS DEBATES, para conocimiento de los ciudadanos diputados.
México, noviembre 3 de 1921. - El diputado por el Distrito Norte de la Baja California, R. Romero.
- El diputado por el Distrito Sur de la Baja California, E. von Borstel.
El C. presidente: La Presidencia suplica atentamente al ciudadano Teodomiro T. Gutiérrez venga a presidir, porque el que habla va a tomar la palabra en la discusión de la Ley de Petróleo.
Presidencia del
C. GUTIÉRREZ TEODOMIRO T.
El C. secretario Barragán: Continúa la discusión de la Ley del Petróleo. Tiene la palabra en contra el ciudadano Luis Espinosa. (Voces: ¡No está!) Como no se encuentra en el salón del ciudadano Espinosa, tiene la palabra en contra el ciudadano Israel del Castillo.
El C. Romero José H.: Moción de orden, señor presidente. Apoyado en el artículo 110 del Reglamento, pido que la Secretaría dé lectura al dictamen de la Comisión, con objeto de ver si está subscripto por el ciudadano Israel del Castillo. Que dé fe la Secretaría si está subscripto el dictamen de la mayoría de las comisiones por el ciudadano Israel del Castillo.
- El mismo C. secretario: La Secretaría da fe de que, en efecto, aparece firmado por el ciudadano Israel del Castillo.
El C. Romero José H.: En ese caso, pido que se dé lectura al documento donde haya retirado su firma de este dictamen. (Voces: ¿Para qué?)
El C. Del Castillo Israel: Señores diputados: Una vez más los señores miembros que integran la mayoría de las comisiones unidas del Petróleo, pretenden, no con argumentos, sino con verdaderos vericuetos, con falta absoluta de razón, con verdaderos argumentos de plazuela, señores compañeros, venir aquí a decir.....(Siseos, Voces: ¡Huy! ¡Huy!)... venir aquí a decir, señores compañeros, que yo firmé el dictamen de la mayoría de las comisiones, y querer el señor compañero Romero, el talentosísimo compañero Romero, que la Secretaría enseñe cuál es el documento en el cual yo pida permiso para retirar mi firma de ese dictamen, señores compañeros, cuando que fue puesto a la consideración de la Asamblea mi voto particular y la Asamblea entera, señor diputado Romero, la Asamblea entera, talentoso compañero Romero, de una manera expresa, de una manera categórica desde que aceptó mi voto particular y acordó que fuese impreso y de que se agregara a su expediente, tácitamente la honorable Asamblea, tácitamente esta respetable Asamblea aceptó que yo retirase la firma de la mayoría del dictamen de las comisiones. (Voces: ¡No! ¡No!) Me dicen algunos compañeros que no. Yo suplicaría a los señores compañeros que me dicen que no, que si no han visto, que si no saben, que si no hay antecedentes de que muchas veces la misma Comisión pide permiso para retirar un dictamen porque han llegado a su conocimiento mayores detalles o mayores datos sobre el particular. Señores compañeros, venir a traer argumentos de esta clase cuando se trata de discutir un problema de esta trascendencia, no es serio, señores compañeros, no es juicioso. No quiero, señores compañeros, seguir en el plano del debate que pusiera en la sesión pasada el compañero Obregón, porque a este debate, señores compañeros, no venimos a hablar con golpes teatrales, no venimos a hablar con golpes efectistas; necesitamos, señores compañeros, venir a hablar con razones.
Yo invito a todos los compañeros a que si en alguna cosa de las que voy a exponer yo en contra del dictamen de la mayoría no tengo razón, que entonces sí me interpelen, que entonces sí me digan los señores compañeros que yo no tengo razón, que estoy vulnerando los principios de la revolución; pero no permito, señores compañeros, que vengan aquí con argumentos tergiversados, es decir, no con argumentos, sino con golpes teatrales a querer hacer pedazos el trabajo de un compañero que no ha cometido más delito, señores compañeros, que no ha cometido más falta, que estar estudiando tres meses más el problema del petróleo, más de lo que estuvo estudiando en el seno de las comisiones. ¿Es sensato, señores compañeros, es justo que a un compañero que se ha esmerado en seguir estudiando el problema, que trae aquí la conciencia de sus razonamientos, que trae aquí la verdad, se le venga a argumentar en estas condiciones? Pero terminado este incidente y para aclarar de una vez para siempre todas estas cosas, me permito suplicar e interpelar a todos los miembros de la honorable Asamblea para que me digan quién había oído decir, como el ciudadano Barón Obregón, que de curul en curul y de boca en boca, de una manera venal, porque no se le puede llamar al ciudadano Barón Obregón ni siquiera falsario, porque él no se hizo responsable de eso, sino que dijo: por allí se dice, y anda de boca en boca y de curul en curul, interpelo a todos los compañeros para que me digan si antes de haber oído esas palabras venales del compañero Barón Obregón en esta tribuna que, vuelvo a repetir, en nada ilustran el problema, si es verdad que sabían que el compañero Pérez Gasga había copiado y yo había sido el firmón de un proyecto de Luis Cabrera. Nadie contesta; yo voy a contestar a la Asamblea y me voy a permitir interpelar al compañero Rama, a quien siempre he reputado honorable y sensato, para que me diga si no es verdad que el día que la prensa dio noticia de que yo había firmado un voto particular, me suplicó, me insinuó, me dijo en la Oficialía Mayor de la Cámara de Diputados que si no tenía yo inconveniente en enseñarle mi voto particular y después, porque siempre hemos discutido este problema, dicha sea la verdad, desde el punto de vista del interés nacional, porque no tengo nada que decir de él, sino que hemos discutido en el terreno de la razón, del derecho y de la lógica; muy bien, señor compañero Rama, iba a decir que después recordará usted que en la noche le dije: aquí está el proyecto, no tengo inconveniente en que usted lo lea. Le dio una hojeada y le dije que este proyecto era un estudio de varios abogados, que lo habían hecho con el compañero Pérez Gasga y que yo también lo había estudiado, transformándolo, y le dije al compañero Rama que entre los abogados figuraba Luis Cabrera. ¿Es cierto o no?
El C. Rama: ¿Me permite usted contestar con toda claridad y hablando de cosas que usted me dijo en el seno de la intimidad y que no me creo autorizado a decir si no es con su consentimiento?
El C. Del Castillo: Sí, señor.
El C. Rama Aquilino: En esa ocasión, señor compañero Del Castillo, en la Oficialía Mayor de la Cámara, yo le dije que si no tenía inconveniente alguno en que yo leyera su dictamen antes de haber sido dado a la publicidad, quiero decir, su voto particular, y usted me dijo que no lo tenía, y personalmente dio usted lectura a dicho voto. Haciendo alguna crítica de acuerdo con mi opinión y diciendo yo, no precisamente en serio, sino en broma, que aquello era demasiado reaccionario, me contestó usted que ese no era precisamente el voto original, el proyecto original del señor licenciado Pérez Gasga; que como a mí me constaba, había sufrido varias reformas, entre ellas suprimir aquella frase que tenía el proyecto original del señor licenciado Pérez Gasga y que usted no negará que dice "que la propiedad del petróleo se adquiere"....Usted recordará que cuando el señor licenciado Pérez Gasga nos mostró ese voto en el seno de la Comisión, todos hacíamos esfuerzos sobrehumanos para no soltar la carcajada, todos; pero por respeto y por estimación al compañero Pérez Gasga, nos retirábamos atrás o volteábamos la cara para no reírnos. Entonces usted nos dijo que lo había estudiado, que lo había meditado y que el señor licenciado Pérez Gasga había podido convencerlo. Además, me confió usted que aquel dictamen era
fruto del trabajo de varios abogados y que principalmente había trabajado en él el señor licenciado Luis Cabrera.
El C. Del Castillo Israel: Muy bien, muchas gracias, señor compañero Rama. Después de la declaración del señor compañero Rama, honorable Asamblea, juzgarán de la honradez del compañero que les está dirigiendo la palabra, que está haciendo uso de la palabra, y juzgarán también de la manera artera, de la manera venal cómo esa confidencia amistosa que tuve con el señor licenciado Rama, se la transmitió al sentimiento del compañero Barón Obregón....
El C. Rama, interrumpiendo: No, señor.
- El C. Del Castillo:...para que viniera a decir de oreja en oreja y de curul en curul, que sabía eso.
El C. Rama: ¿Me permite usted una aclaración?
El C. Del Castillo: Dejo, en fin, a la consideración de la Asamblea, que se forme de cada uno de nosotros la opinión que guste; por mi parte, ya tengo formada mi opinión.
El C. Rama: ¿Me permite usted una interpelación?
El C. Del Castillo: No permito ya interpelaciones.
El C. Rama: Protesto por mi honor de que yo no he hablado con Barón Obregón. No tenía el honor de conocerlo.
El C. Del Castillo, continuando: Pues bien, señores, una vez que ya hemos aclarado todos estos chanchullos (Siseos. Murmullos.) que no debiéramos ejercitar en tratándose de la discusión de una ley de tanta importancia, vamos a la ley, vamos al grano, señores compañeros. (Murmullos.) Yo suplicaría a la Presidencia que mandara llamar al ciudadano secretario de Industria y Comercio, pues es muy importante que este señor esté presente aquí en la discusión. Para no perder el tiempo y mientras llega el ciudadano secretario de Industria y Comercio, voy primero, si la Asamblea me lo permite, a rebatir todos y cada uno de los chistosos argumentos del compañero Barón Obregón.
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al orador que ya se llamó al ciudadano secretario de Industria y Comercio.
El C. Del Castillo Israel: La Ley del Petróleo, el motivo de la legislación de la ley, el individuo que conozca qué cosa es la industria del petróleo, comprenderá que en tratándose de este problema nacional, tenemos que estudiar dos puntos de vista: el punto de vista del mecanismo general de la ley y el punto de vista del respeto de los derechos adquiridos. Estos son los dos puntos fundamentales que me voy a permitir desarrollar en el discurso que váis a oír. Si no estuviese ante nosotros el problema del respeto de los derechos adquiridos, es claro que lo único que habría de discutir en esta Asamblea sería el mecanismo de la ley; y es el mecanismo de la ley, señor diputado Rama y señores compañeros, el que vengo a atacar aquí, y vengo a atacar también la interpretación torcida que las comisiones le han querido dar y que yo quise también darle en una ocasión en que estaba ignorante del asunto al respeto de los derechos adquiridos. Vamos a hablar entonces del mecanismo de la ley de las comisiones. Desde luego, todos los compañeros que hayan leído el dictamen de las comisiones, y me va a permitir en este momento la Comisión que diga que su articulado está un tanto cuanto desordenado, porque después de haberlo leído no se da uno cuenta de ningún mecanismo, y prueba de ello es que en los artículos transitorios como cartucheras al cañón, quepan o no quepan, metieron un artículo; no soy abogado, pero entiendo que transitorio quiere decir algo cuya vigencia es pasajera; sin embargo, las comisiones, como ya no tuvieron papel para ponerlo en el cuerpo de la ley, en los artículos transitorios pusieron un artículo que no quiero leer, pero que lleva imbíbita la idea de proteger la explotación en los Estados de la República, en los cuales no haya hasta la fecha explotación petrolera.
El C. Rama, interrumpiendo: Por diez años.
El C. Del Castillo Israel, continuando: Pero haciendo un esfuerzo de imaginación, haciendo un esfuerzo mental, voy a permitir manifestar a la Asamblea cuál es en mi opinión el mecanismo de la ley de las comisiones. Se trata, señores compañeros, de interpretar el artículo 27 constitucional; se trata, señores compañeros, de que nosotros digamos a la nación entera cuál es nuestro pensamiento por lo que toca a la interpretación del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo, y las comisiones establecen, las comisiones señalan como procedimiento para hacer sentir ese dominio de la nación sobre el subsuelo, el sistema de concesiones previo denuncio. Muy bien, señores compañeros, el sistema de concesiones previo denuncio, estableciendo así lo que las comisiones llaman fundo petrolero, este es el eje, esta es la base de lo que pudiéramos llamar nosotros el cuerpo de la ley de las comisiones. Voy a permitirme atacar primero este sistema de fundo petrolero. El sistema de fundo petrolero es en síntesis, es en idea fundamental el mismo que el de las pertenencias mineras. En tratándose de la explotación del petróleo, señores compañeros, todos vosotros sabéis que el petróleo se extrae por medio de un agujero que se le hace a la tierra, hasta llegar a tocar las napas del petróleo; esta es la forma en que se explota. (Murmullos.) ¿O no es la forma cómo se explota, por medio de un agujero, por medio de un pozo? La Ley Minera establece el sistema de pertenencias, establece el sistema de fundos fundada, naturalmente, en los procedimientos de explotación, es decir, que se abre un "tiro", que se siguen después las vetas, que se siguen los cañones lateralmente, y es necesario, claro, proteger a esos cañones, proteger a esas vetas; por eso se establecen los fundos, por eso se establecen las pertenencias mineras. En tratándose del petróleo, señores compañeros, no es eso lo que se hace; lo que se hace es un pozo, un agujero, y por él se sacan todos los hidrocarburos líquidos o gaseosos, hasta que la presión de los gases lo permita, o si no lo permite se bombean. Esta es la forma de la explotación y es la forma fundamental por la cual en el proyecto que ya empieza a atacar chistosamente el compañero Barón Obregón, yo acepto como principio, como mecanismo de mi ley el pozo perforado. Pues bien, no solamente por las razones que acabo de exponer es ilógica la presencia de los fundos petroleros en
tratándose la explotación del petróleo, sino por esta otra razón que también es elemental: el fundo petróleo es un cono que tiene por base la superficie del fundo y por vértice el centro de la tierra. Bien; los estudios geológicos acerca de la forma en que se encuentra distribuído en la superficie de la tierra el petróleo, indican que esa distribución es muy irregular en napas o mantos, de tal manera que un fundo petrolero en las condiciones en que lo establece la Comisión, perfectamente bien puede suceder que ni siquiera debajo de él haya nada de petróleo, que sólo sea la toma, por decirlo así, la única en la cual haya petróleo y es el caso en que el fundo petrolero está tangente a una bolsa o napa de petróleo. En el proyecto que he presentado yo, señor Barón Obregón, usted que ni siquiera leyó mi proyecto vino a decir osada y temerariamente que no había que tomarlo en serio, ¡qué poca consideración para un compañero que cometió el delito de haber estudiado tres meses más el problema del petróleo después del estudio que hizo en el seno de las comisiones.....!
El C. Manrique, interrumpiendo: ¡Qué ingratitud!
El C. Barón Obregón: ¿Me permite el orador una interpelación?
El C. Del Castillo Israel: Sí, señor.
El C. Barón Obregón: ¿Ha estado alguna vez en la región petrolífera?
El C. Del Castillo Israel: Sí, señor.
El C. Barón Obregón: ¿En qué época y cuándo?
El C. Del Castillo Israel: He estado en la región de Minatitlán.
El C. Barón Obregón: Pues desconoce usted por completo el medio en que se va a legislar en estos momentos precisos..... (Voces: ¡No se oye!) Digo que el ciudadano Israel del Castillo no ha estado en la Huasteca veracruzana, en la zona genuinamente petrolera; el señor Israel del Castillo no podrá nunca concebir un perfecto plano reglamentario del artículo 27 constitucional, porque desconoce el medio en que se va a aplicar la ley, porque desconoce también en absoluto todas las partes de la industria petrolera, porque ustedes acaban de oír aquí que habla de agujeros, agujeros que sólo hacen las tuzas y no las perforadoras. (Risas.) En consecuencia por eso es por lo que, en tesis general, no puedo conceptuar que el señor compañero del Castillo produzca aquí un proyecto reglamentario digno de tomarse en consideración por esta Asamblea.
El C. Del Castillo, continuando: Señores compañeros: Sigue el diputado Barón Obregón queriendo venir a argumentar ante esta honorable Asamblea con chistes. Esto es muy grave, señores compañeros. (Risas.) Dice el diputado Barón Obregón que yo no conozco la región petrolera, que yo no conozco el plano, (Voces: ¡El medio!) que yo no conozco el medio, me dicen algunos compañeros, que yo no conozco la Huasteca de su Estado, del distrito que él representa. Señores compañeros, ¿qué, vamos a legislar aquí solamente para el distrito del señor Barón Obregón? Pero yo no quiero, señores, rebajar el nivel, el plano de esta discusión, y voy a decir que el compañero Barón Obregón ni siquiera leyó mi proyecto, ni siquiera lo ha entendido, y no lo ha entendido porque aquí manifestó a la honorable Asamblea que yo establecía como fundo petrolero una zona circular, y decía: "imaginaos cuatro o cinco círculos tangentes y veréis cómo quedan huecos", decía. (Risas.) Y le voy a decir al compañero Barón Obregón que no ha leído mi proyecto, aunque se esté riendo. No lo ha leído, pues yo no acepto la protección circular, sino sólo para el caso de proteger al individuo que perfore y después a ese individuo se le deja la facultad para manifestar al Gobierno federal cuál es la zona de protección que necesita, para que, de acuerdo con el corte geológico -lea usted bien mi exposición de motivos, señor compañero Barón Obregón-, de acuerdo con los estudios que haga del corte geológico, de acuerdo con los estudios de la dirección de planos anticlinales, y de acuerdo, en fin, con todos los datos de carácter geológico, señale una superficie, que ni siquiera diga de qué forma, más o menos irregular, puesto que irregular es la distribución de las napas del petróleo en el subsuelo e irregulares son todavía los conocimientos geológicos en materia de petróleo. De tal manera, que ve la honorable Asamblea que el ciudadano Barón Obregón ni había visto ese detalle, ni lo había entendido, y malamente puede haber entendido el mecanismo general del proyecto de ley, que no vengo a defender, pues que simplemente vengo a atacar el dictamen de la mayoría de la Comisión. Todo el mundo sabe, y también el ciudadano Barón Obregón que conoce muy bien la región petrolera, porque nació allí que antes de explotarse un fundo petrolero, se explora. ¿No es verdad? Señor Barón Obregón, le suplico que si me va a contestar lo haga de una manera categórica y no con chistes.
El C. Barón Obregón: Con todo gusto voy a contestar. No se va a explorar un fundo, compañero, que es lo que usted me ha preguntado; se hace una exploración general en una zona, y de acuerdo con esos estudios, se viene a presumir que puede haber determinada zona petrolífera; de manera que no es el fundo el que se va a explorar.
El C. Del Castillo Israel: Otro chiste; yo pregunté si se exploraba o se explotaba primero. El compañero Barón Obregón ha dicho, y es la verdad, que lo primero que se hace es la exploración y después la explotación. Pues bien; señor licenciado Rama, dígame usted qué artículo de su dictamen habla de la exploración petrolera y de los procedimientos que debe seguir el secretario de Industria y Comercio para reglamentar dicha exploración.
El C. Rama Aquilino: Voy a contestar. Con permiso de la Presidencia. Desde luego digo a usted que aun cuando la exploración es previa a la explotación, no es en sí la materia exploración de las que se llaman substantivas, precisamente por el argumento que usted ha invocado, de que la ciencia geológica todavía está en pañales en ese sentido. Por eso es que usted decía que era muy irregular cualquier estudio que pudiera hacerse sobre una zona petrolífera, la mayoría de las comisiones del Petróleo dejó la facultad de reglamentar todo lo relativo a la exploración al Ejecutivo de la Unión, previa la ratificación del Congreso General, porque creíamos que estaba más capacitado que nosotros para esos estudios de carácter técnico.
El C. Del Castillo: Señores compañeros: Es
verdaderamente lamentable que cuando se le hace una interpelación seria al compañero Rama, diga que eso no es substantivo. Entonces no es substantivo nada, señores. Si no es substantiva la exploración y la explotación del petróleo, ¿pues entonces qué cosa es substantivo para el compañero Rama? Lo substantivo para el compañero Rama es poner en su exposición de motivos frases de relumbrón, venir aquí a decir que México no necesita hacer leyes confiscatorias, porque sus leyes son honradas. Hermosas palabras para explotarlas como título en la prensa y bien hace la prensa en poner esos rubros, para que llegue su eco, su resonancia a las naciones extranjeras; pero no es eso, señores compañeros, lo que debemos venir a argumentar aquí ni es eso, señores compañeros, lo que debemos venir a decir aquí para convencer a ustedes de la bondad o de la no bondad de una ley. Es claro que la opinión del compañero Rama, es claro que esas palabras de relumbrón no solamente están en la boca del compañero Rama; están en la boca de esta honorable Asamblea y están en la boca de todos los parlamentos del mundo que quieran vivir en armonía en este planeta, a menos que se consideren que están viviendo con respeto a los demás países como vive este planeta respecto de los demás planetas del sistema planetario. (Risas. Voces: ¡Pruebas!) Dice el compañero Rama que la exploración no es substantiva, que la exploración no es fundamental y yo deseo que esté aquí el señor ministro de Industria y Comercio para que nos diga si él se siente con facultades, si él se siente con los bríos suficientes, si él se siente tan poco revolucionario para quitarle a esta honorable Asamblea la facultad que tiene de señalar cuál es el mecanismo cuando menos general de una ley, y si la exploración no es una parte fundamental, ni debe formar parte integrante de una ley de exploración y explotación petrolera. Señores compañeros, entonces todos cuando vengamos aquí a atacar cualquiera otra cosa que se le haya olvidado a la Comisión, porque no dice honradamente: "no, señores, se nos olvidó", como me lo dijera el licenciado Zubaran: "sí, señor, en el proyecto las comisiones olvidaron completamente tratar lo relativo a exploración y yo no podría reglamentar eso". Ya ve la honorable Asamblea cómo sí estoy exponiendo razones; ya ven los señores diputados por Veracruz que lo que estoy haciendo es atacar el mecanismo general de la ley y tienen casi todos la creencia de que estamos perdiendo el tiempo. Yo desearía decir a los señores compañeros... (Voces: ¡No! ¡No!) por aquí por las izquierdas gritan que no; pero he oído a varios señores compañeros que dicen que cuando estamos discutiendo una ley en lo general estamos perdiendo el tiempo. ¡Claro que no, si tengo la íntima convicción de que no, es claro que no! Lo que estamos haciendo es ganar tiempo, porque es claro que si la estructura general de una ley es buena, los detalles serán peccata minuta, serán motivo de una discusión más o menos pequeña o grande; pero estando bien sentados los lineamientos generales de la ley, no es verdad que en la discusión en lo general se esté perdiendo el tiempo; culpa de esto fue el proyecto de Ley Agraria durara tanto tiempo en discutirse, porque se festinó en lo general; ¡a votar a votar! gritaban las derechas, sin que quiera decir que los señores de las derechas son reaccionarios, como lo dijera algún prominente político militante; no, los de las derechas son los que concurren más asiduamente a esta Asamblea; siempre las derechas están llenas de compañeros, como lo he podido observar ahora que estoy en el escaño de la Presidencia. De manera que ¡a votar, a votar! significaba que los compañeros de las derechas tenían la convicción de que se estaba perdiendo el tiempo, porque quieren que cuanto antes se trabaje. El compañero von Borstel a la cabeza de ellos, oía yo con toda tristeza hace tres días que gritaba: ¡a votar, a votar! un asunto en que no había hablado en pro más que el ciudadano Pichardo, tocando nada más un punto de la ley, y el compañero Castillo tocando el mismo punto y cuando estaban inscriptos en contra doce compañeros y el Reglamento previene que cuando menos se oiga a tres. Yo les suplico con toda estimación e inspirado solamente en el deseo que tengo de que se interpreten legítimamente los intereses nacionales, que no digamos ¡a votar, a votar! cuando se trata de una ley de tanta trascendencia. Precisamente, señor compañero von Borstel, a usted, que es un compañero sensato, honrado e inteligente y a los demás compañeros que así crean, trato de demostrarles que una vez que hayamos aprobado en lo general el voto de las comisiones, sería muy difícil que nosotros retorciéramos el criterio estrecho de las comisiones que tratan de vulnerar el principio de la revolución. Pues bien, decía que nada acerca de la exploración nos dice la mayoría de la Comisión; absolutamente nada. Respecto de la explotación ya dije a la honorable Asamblea cuáles son los inconvenientes que en mi concepto tiene el sistema de fundos petroleros y es tan incompleto este proyecto de las mayorías de la Comisión, que yo quiero que me diga también el señor compañero Rama y el señor compañero Barón Obregón y todos los señores compañeros del Estado de Veracruz que vienen aquí con objeto de defender los intereses muy legítimos - yo no les reprocho esa actitud - de su Estado, que me digan en qué artículo, en qué parte de la exposición de motivos de la Comisión se protege y dice en qué condiciones se encuentran todos esos pequeños propietarios, todos esos pobrecitos individuos de que nos hablaba aquí el compañero Barón Obregón con respecto a los contratos que se tienen hechos con todas las compañías petroleras. Yo desearía que el compañero Rama me dijera qué artículo de su ley dice en qué condiciones quedan esos que han hecho contratos con las compañías petroleras y que los han hecho por plazo más o menos largo y con motivo de lo que la mayoría de la Comisión no nos dice nada, pues ellos no saben ni cómo han quedado. Yo suplico al compañero Rama que me conteste.
El C. Rama: Si esos contratos están celebrados antes de 1917, están comprendidos en el artículo 5o.; si están celebrados con posterioridad a 1917, están comprendidos en el artículo 10.
El C. Del Castillo: Señores compañeros: Ya habéis oído cuál es la declaración del portavoz de las comisiones. Dice que los mexicanos, a quienes Barón Obregón vino a decir aquí que mi voto particular no defiende, están incluídos en el artículo
5o., y van a ver ustedes lo que dice el artículo 5o., es decir, el compañero Franco Abraham hace un contrato con una compañía antes de 1917. (Voces: ¡Pruebas!) y le alquiló su terrenito. (Voces: ¡Pruebas!) Señores compañeros, es una suposición. (Voces: ¡Ah! ¡Ah! Risas.)
El C. Casas Alatriste, interrumpiendo: Es un chiste grave.
El C. Del Castillo, continuando: Chistes se necesitan, señor compañero Casas Alatriste, para provocar la atención secundariamente pasiva de esta Asamblea en muchas ocasiones. Yo suplicaría a la Secretaría que diera lectura al artículo 5o. para que viera cómo uno de los comitentes del ciudadano Barón Obregón, que hizo un contrato antes de 1917 con una campaña que le dio el veinte por ciento o lo que sacara del petróleo, cómo el diez por ciento se protege con este artículo 5o.
- El C. secretario Aillaud, leyendo:
"Artículo 5o. No quedan sujetos a denuncio:
"I. Los terrenos amparados por contrato - concesión otorgado por el Gobierno federal para fines expresos de explotación de petróleo, contrato que continuará en vigor en todo lo que no pugne con los preceptos constitucionales;
"II. Los terrenos en los que se hubieren efectuado trabajos de explotación con anterioridad al 1o. de mayo de 1917, y
"III. Los terrenos respecto de los cuales se hubiesen celebrado antes del 1o. de mayo de 1917, contratos con las formalidades de ley, con estipulación expresa de que serían dedicados a la explotación del petróleo, y siempre que los beneficiarios declaren dentro del término de un año, a contar de la expedición de esta ley, la porción de terreno que deseen dedicar a la exploración y explotación del petróleo, pagando sobre esa porción los impuestos respectivos y quedando libre la excedencia no declarada.
"Los titulares de derechos en los casos de las tres fracciones anteriores, podrán explotar o seguir explotando sus fundos, sujetándose a las demás prevenciones de esta ley.
"Artículo 10. Cuando el concesionario de un fundo petrolífero no sea a la vez propietario de la superficie, deberá ceder al superficiario el 5 por ciento de la producción bruta, a título de indemnización, salvo pacto en contrario.
"Artículo 19. Los interesados en las concesiones petroleras otorgadas con posterioridad al 1o. de mayo de 1917, deberán ajustar a los términos de ésta sus respectivas concesiones o contratos, dentro del plazo de un año, a contar de la expedición de esta propia ley."
El C. Del Castillo Israel: Con qué ya ve la honorable Asamblea que el artículo 5o. que pretende el ciudadano Rama que en él están involucrados los intereses de los señores mexicanos que hayan hecho contratos con los petroleros antes de 1917, no dice más, sino que no quedan sujetos a denuncio X y Z terrenos. Dejo a vuestra conciencia para que juzguéis si esto protege a un contrato hecho con una compañía petrolera antes de 1917. ¿Qué otro artículo dijo el compañero que defendía estos contratos? (Voces: ¡El 19!) Dice el ciudadano Rama que cuando el concesionario de un fundo no sea a la vez propietario de la superficie, deberá ceder al superficiario el 5 por ciento de la producción. Dejo también a la honorable Asamblea que conforme a su criterio diga si el hecho de que el artículo asiente que el superficiario tiene derecho al 5 por ciento de la producción, garantiza los derechos que haya adquirido el propietario con anterioridad a 1917, en donde hay hasta el 40 y 50 por ciento de la producción.
El C. Rama: Salvo pacto en contrario.
El C. Del Castillo Israel: Dice así el artículo:
"Artículo 19. Los interesados en las concesiones petroleras otorgadas con posterioridad al 1o. de mayo de 1917, deberán ajustar a los términos de ésta sus respectivas concesiones o contratos...."
Muy bien; esto sí garantiza los contratos hechos antes de 1917. ¡Qué bien garantiza el ciudadano Rama diciendo nada más que se sujetan a esta ley...! ¡Palabras huecas y más huecas como de hueco está lleno el dictamen!
El C. Moreno Jesús Z., interrumpiendo: ¿Me permite el orador una interpelación?
El C. Del Castillo Israel: Sí, señor.
El C. Moreno Jesús Z.: En un cambio de impresiones que quien habla tuvo ocasión de celebrar con su señoría hacia la opinión de que el artículo 5o. de esta ley era el eje de diamante en que se habían fundado las comisiones para producir su dictamen, su señoría decía entonces que consideraba este punto de vista de las comisiones como poco revolucionario, es decir, que no llegaba de una manera radical y absoluta a fijar, de acuerdo con los términos del artículo 27 constitucional, el dominio de la nación sobre el petróleo, que a su juicio no solamente debía importar ese dominio, sino la propiedad. En estos momentos su señoría dice que este dictamen de las comisiones es malo, porque no garantiza ni protege suficientemente al superficiario. ¿No es esto? (Murmullos.) Pues si no es esto lo que está diciendo su señoría, entonces yo no sé castellano. Lo que yo quiero preguntarle muy atentamente teniendo en cuenta esos antecedentes, es esto: ¿cuándo tenía usted razón, cuando quería usted un criterio radicalista, con el cual estoy de acuerdo, si usted quiere, o cuando dice ahora que este artículo 5o. o que este proyecto de ley no protege debidamente al superficiario, que es la pugna precisamente, del concepto del dominio del subsuelo?
El C. Del Castillo: Honorable Asamblea: Creo que todos vosotros habéis oído que lo que yo dije es que los miembros de la Comisión no tienen ningún artículo preciso, concreto, en el cual diga en qué condiciones quedan los mexicanos, no las compañías petroleras, compañero Rama, los mexicanos que han hecho con esas compañías contratos antes de 1917. El señor compañero Rama citó tres artículos de la ley que, señores, por lo que toca a mí, honradamente declaro que no creo que con esos artículos se proteja a esos contratos y se diga en qué condiciones quedan esos mexicanos. Yo me voy a permitir leer a la Asamblea el artículo de mi voto particular para que vea cómo, en qué forma delimito en qué forma concreto yo la situación en que quedan esos mexicanos, que efectivamente no saben cómo van a quedar.
El C. Rama, interrumpiendo: ¿Me permite usted una interpelación?
El C. Del Castillo: No permito ninguna ya. (Risas.)
El C. Rama: Conste que no quiere usted que lo interpele.
El C. Del Castillo, continuando: Voy a leer el artículo, señor Rama. "Los arrendatarios o usufructuarios de terrenos petrolíferos y todos aquellos que hubieran adquirido de terratenientes particulares antes del 1o. de mayo de 1917, un derecho real o personal para la explotación del subsuelo petrolífero, cualquiera que sea la denominación que se haya dado a esos derechos en los contratos respectivos: arrendamiento, usufructo, opción, permiso, promesa de venta, censo, venta del subsuelo, etcétera, con tal que el carácter petrolero de la operación conste expresamente o se deduzca claramente de la escritura que crea esos derechos."
Este es un inciso de un artículo transitorio que en su cabeza dice que: "Durante cinco años, contados desde la vigencia de esta ley, gozarán de un derecho exclusivo y preferente para localizar y perforar pozos, como si tuvieran concedido ipso jure un permiso de exploración, los siguientes:"
El C. Manrique, interrumpiendo: Se pronuncia ipso yure.
El C. Del Castillo Israel, continuando: Ipso yure, dice el compañero Manrique, que es erudito. "Artículo 6o. Los convenios o arreglos celebrados entre los superficiarios y los petroleros para la distribución de productos o pago de rentas o regalías, permanecerán en vigor y sujetos a sus términos por lo que hace a los pozos cuyo derecho de explotación queda confirmado por esta ley, y a los que se localicen y perforen en los terrenos objeto de dichos convenios, durante los plazos de exploración que esta ley reserva a los usufructuarios en el inciso (b) del artículo 3o. y en el artículo 4o. transitorios."
Esto sí es hablar de lo que yo quería, esto sí es decir con toda claridad cómo queda toda esa falange de mexicanos que son bastantes y que han hecho contratos con anterioridad a 1917 con las compañías petroleras.
El C. Rama, interrumpiendo: Eso dice nuestro artículo 5o., aun cuando usted no lo entienda.
El C. Del Castillo Israel, continuando: El artículo 5o. que dice el compañero Rama que protege, que señala, que delimita, que concreta en qué condiciones quedan esos intereses, voy a demostrarle que ese artículo 5o. es lo peor que puede tener el proyecto, es la traición de la revolución, oídlo bien, y lo dice un revolucionario de ideas y de hechos, no un individuo que ha estado viviendo de la política de acuerdo con sus altas y sus bajas; lo dice un revolucionario de conciencia y lo va a demostrar a la Asamblea. Ciudadano Rama: ¿os acordáis de que estudiasteis Lógica? ¿Os acordáis del pobre de Stuart Mill? Con vuestras triquiñuelas de abogado, ciudadano Rama, con vuestros razonamientos sofísticos queréis venir a emborrachar a la Asamblea diciendo: "soy radical, defiendo el nacionalismo"; pero el silogismo no lo podrá usted destruir, ni tampoco la Asamblea, ni podrá usted destruir mañana a las compañías petroleras y todo el país os lo señalará; este es el silogismo: todos los mamíferos maman, ningún ave mama, luego ningún ave es mamífero. Este es un perfecto silogismo. Pues bien; ahora, en vez de mamíferos, en este silogismo vamos a poner: todos los concesionarios están sujetos a denuncio; los señores petroleros no están sujetos a denuncio; luego, señores, los señores petroleros no son concesionarios. Esta es la verdad.
El C. Rama, interrumpiendo: ¿Me permite una aclaración el compañero Del Castillo, para que estudie lógica bien?
El C. Del Castillo: No permito ya ninguna interrupción.
El C. Rama: Eso fue en bárbaro.....
El C. Del Castillo, continuando: Todos los señores concesionarios necesitan, estar sujetos a denuncio; los señores petroleros no están sujetos a denuncio, luego los señores petroleros no son concesionarios. ¿Es verdad o no es verdad esto, señores diputados? (Voces: ¡No! ¡No!) Yo quiero que los compañeros que me dicen que no, me digan dónde está el vicio lógico de este silogismo; yo no vengo aquí a discutir con argucias de abogados; pero sí creo tener criterio lógico, y la lógica no la podrá hacer pedazos el compañero Rama, porque la lógica es la base fundamental de toda ciencia social, es la base del poliedro de las ciencias sociales, sobre la cual descansan estas mismas ciencias. (Una voz: ¡Se trata de legislar!)Se trata de legislar, señor compañero, y la legislación no me negará usted que no puede hacerse sin conocimientos de lógica, sin conocimientos de economía política, sin conocimientos de sociología, sin conocimientos de estadística y sin conocimientos de todas las ciencias sociales. ¿Usted cree, señor licenciado, que se puede legislar sin conocimiento de todas estas ciencias sociales? ¿Verdad que no? Pues bien, señores compañeros; como es lógico que no estando sujetas a denuncio las compañías petroleras, puesto que a las compañías petroleras es a las que protege el artículo 5o., no es verdad que a los mexicanos, porque lo que pretende la Comisión con este artículo es, ¿saben ustedes qué? Hacer lo que hicieran con la República Mexicana, lo que hicieran los americanos con la República en el año de 1847: llevarse el oro y dejarnos el cuerno. Eso es lo que pretende la Comisión; pretende que todo el subsuelo actual reconocido como petrolero, que todo el subsuelo que el señor ingeniero Ordóñez nos vino a decir, el primer geólogo de la República en asuntos petroleros, el primer geólogo que descubrió él primer pozo de la Mexican Petroleum Co., hoy la Huasteca Petroleum Company, que dice que solamente en las costas del Golfo hay petróleo, solamente en la región Norte del Estado de Veracruz es donde hay esas verdaderas bellezas mundiales, porque no existen en ninguna parte pozos de doscientos mil barriles; en las costas del Pacífico, nos dicen los miembros de la Comisión, sí los hay en parte, y en la Mesa Central, en la base del Popocatépetl, en el Valle de México, en el Valle de Querétaro y en el Bolsón de Mapimí, el geólogo dice que no hay petróleo, y yo también lo creo; lo único que quieren las comisiones es que las compañías petroleras, haciendo uso indebido de dizque un derecho que no tenían, porque dicen que la Ley de 84 reconocía al superficiario la propiedad del subsuelo, ya con un contrato, ya con una compra, el caso es que todos los terrenos están en poder de
las compañías; y lo que el compañero Rama pretende nacionalizar, los terrenos para los cuales sí admite denuncio, es la base del Popocatépetl, la Mesa Central, el Bolsón de Mapimí. Las compañías petroleras que ya tienen acaparados todos los terrenos petrolíferos no están sujetas a denuncio, cuando el denuncio es el mecanismo que yo establezco para hacer sentir el dominio directo de la nación, cuando yo digo, interpretando el artículo 27, que la concesión sólo se adquiere mediante denuncio y después se expresa que no están sujetas a denuncio todas las poderosas compañías petroleras que ya tienen acaparado todo el terreno genuinamente petrolífero. Y veamos por qué razonamiento tan ilógico, por un razonamiento de abogado, por una triquiñuela, por una lemniscata de Pascal, se trata de demostrarnos que es un perfecto derecho adquirido y pretende que no lo sujetemos a denuncio; y vuelvo otra vez, ya que mis conocimientos en Derecho son nulos, a recurrir a la lógica para que vosotros, que sois conscientes y que estáis animados de buena voluntad para defender los intereses de la nación, no os dejéis sorprender y para que votéis de acuerdo con la lógica y la razón. Dice el ciudadano Rama, involucrando en su exposición de motivos las razones que tuvo para no sujetar a denuncio.... (Voces: ¡Lea! ¡Lea!) No lo leo, porque lo conozco de memoria. Indudablemente que las leyes de 84, 902 y 909, sobre todo la de 909, que clara y categóricamente dijo que el dueño del suelo lo era del petróleo, indudablemente -dice el compañero Rama-, que solamente lo que esta ley pudo dar a todos los superficiarios no fue precisamente la propiedad del subsuelo, sino que fue simplemente una expectativa, una expectativa de derecho para buscar el petróleo. Completamente de acuerdo con el compañero Rama. Y dice: al amparo de estas leyes se ejercitaron, se crearon derechos adquiridos. (Murmullos.) Yo suplicaría al compañero Romero, que es miembro de la Comisión, que me atendiera, pues ésta realmente es la parte fundamental de mi argumentación. Pues bien, señores; dice el compañero Rama que las izquierdas de la Asamblea son propietarias de un terreno A y las derechas son propietarias de un terreno B; a A y a B la ley de 84 y la ley de 909 les dijeron: "Tú eres propietaria también del petróleo que está debajo de tí". Pero en concepto del compañero Rama y en concepto también del que habla y en concepto de todos los compañeros que quieran resolver este problema a base de los intereses nacionales, no les pudieron haber dado propiedad, porque no pueden ir las leyes contra la naturaleza de las cosas. No es esa mi razón, pero la acepto, señores compañeros. No puede ir contra la naturaleza de las cosas; la propiedad es algo que puede asirse, que puede reivindicarse. (Voces: ¡Es la verdad!) Es la verdad, sí, señores, dicen los abogados; es la verdad, digo yo también. Por consiguiente, esas leyes no pudieron darles el derecho de propiedad del subsuelo, sino simplemente la expectativa. ¡Ah, señores compañeros! ¡Pero apenas las derechas vendieron su terreno, entonces sí, entonces ya no vendieron su expectativa! ¡Miren ustedes qué curioso! Apenas lo vendieron, ya vendieron el derecho a ese subsuelo; nada más por el solo hecho de que las derechas vendieron su terreno, esas sí ya tienen un perfecto derecho adquirido. ¿Qué les parece a ustedes, señores compañeros, la lógica de la Comisión?
Conforme con la Comisión, en que esas leyes no pudieron darle indudablemente al superficiario más que la expectativa para buscar el petróleo; pero apenas ingresó al patrimonio de la familia, dice el compañero Rama, porque las izquierdas vendieron su terreno, porque ingresó un centavo, si las izquierdas no pudieron, si las izquierdas no eran dueñas más que de esta expectativa, señor compañero Rama, ¿por qué habían de vender un perfecto derecho si no vendían más que lo que nosotros les reconocemos, la expectativa de buscar petróleo, entonces por qué habían de vender lo que no tenían? Usted está de acuerdo en que solamente tenían la expectativa; pero ahora quiere que al vender, resulte aquello de en vez del caballo blanco, el caballo blanco de Napoleón.
El C. Rama, interrumpiendo: Porque usted no entiende Derecho, como yo tampoco entiendo de túneles.
El C. Del Castillo Israel: Dice el ciudadano Rama que yo no entiendo de Derecho. No entiendo de Derecho, pero sí entiendo de Lógica...
El C. Rama: Tampoco.
El C. Del Castillo, continuando: Dice él que tampoco. La verdad es que ahora ratifico el concepto de que Rama tiene un profesor, o sea que es muy pretencioso y muy pagado de sí mismo. La Lógica es la ciencia de la prueba, dijo Stuart Mill, y lo único que estoy haciendo es razonar; si los razonamientos no son lógicos, entonces que la Asamblea me diga que no tengo razón; pero que no se me diga que no tengo conocimientos de Lógica; puedo tenerlos o no, pero el sentido del razonamiento es innato del individuo y está en armonía con su ilustración. Pues bien; el señor Rama está de acuerdo en que los propietarios, al amparo de la Ley de 84 y congéneres, solamente adquirieron la expectativa a buscar petróleo, y ahora por el solo hecho de haberla vendido, ya resulta un perfecto derecho adquirido; no vendieron más que la expectativa; pero después de la venta, ya aparece un perfecto derecho adquirido al subsuelo, porque todos los terrenos que hayan sido vendidos antes de 1917, con apoyo de la Ley de 84 y similares, no están sujetos a denuncio. Vuelvo a repetir que, puesto que el hecho de no estar los terrenos sujetos a denuncio, si el denuncio es el mecanismo que la Comisión establece para hacer sentir el dominio directo de la nación, si es el procedimiento que las comisiones señalan para hacer sentir dicho dominio, si no se somete a denuncio esto, pues es claro que aquellos terrenos no estarán sujetos al dominio directo de la nación. Y es verdad, si no están sujetos a denuncio, si todos los concesionarios están sujetos a denuncio y si los petroleros no están sujetos a denuncio, los petroleros no son concesionarios; de manera que los petroleros con mucha razón y con mucha lógica después de que aprobemos esta ley, a pesar de que nos venga a decir aquí el señor compañero Rama que él no les concede nada y que él los sujeta a caducidad, porque eso nos viene a decir el compañero Rama, que él no les concede nada y que él sujeta a caducidad a todo el mundo;
no, señores compañeros; lo que necesitamos aquí es no venir a decirlo, no venir a decir que los sujetamos a caducidad, por causas, por modalidades que dicte el interés público, señores. ¡Y qué frase tan hueca es ésta: que dicte el interés público! ¿Quién va a ser el juez? Después de que nosotros aprobemos esta ley, ¿quién va a fallar sobre cuál es el interés público? ¿Será acaso, señor compañero Rama, el Poder Ejecutivo? ¿Será acaso el ministro de Industria y Comercio? No; es el momento, señores, de que aquí veamos cuál es el interés público y en vez de venir a decirlo, hagámoslo; es necesario que en estos momentos pesemos, veamos cuál es el interés, y en vez de decirlo en nuestra ley con una frase hueca que nada significa, hagamos que cada uno de los artículos de la ley cristalice, diga la verdad respecto de cuál es la interpretación que este proyecto le da a ese interés público. Claro, señores, bajo frases de tanto relumbrón salimos sobrando nosotros; la Ley de Bancos será según lo dicte el interés público, la Ley del Petróleo será, claro, según lo dicte el interés público y las leyes no serán confiscatorias, porque México no necesita hacer leyes confiscatorias para hacerse respetar. Lo que necesitamos, señores, es precisamente que nuestra ley sea la trasparencia, sea la clara luz, la precisa interpretación de ese propio interés público. Es necesario no venirlo a decir, necesitamos hacerlo. Dice el compañero que es diputado por Veracruz y que está también interesado, como todos nosotros, en que este problema se resuelva cuanto antes, que eso vamos a hacerlo en la discusión en lo particular; ya repito, señores compañeros, creo que primero lo que debemos aceptar aquí es el mecanismo general de la ley, si el mecanismo general de la ley es bueno, señores compañeros, si el mecanismo general de la ley es aprobado por la mayoría de la Asamblea, si el mecanismo general de la ley interpreta genuinamente los intereses de la revolución, si en el mecanismo general de la ley se protegen y concilian estos intereses, que con muy buena intención cree el señor Barón Obregón que concilia el dictamen de las mayorías, perfectamente bien, señores; y si es así, ¿para qué venimos a hablar en contra, señor compañero....?
El C. Campillo, interrumpiendo: ¿Me permite la palabra para una aclaración?
El C. Del Castillo Israel: ¿Quiere usted interpelarme? Lo acepto.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Campillo.
El C. Campillo: Nosotros, los diputados veracruzanos, estamos con el dictamen de la mayoría, porque es el que concuerda más con el proyecto de ley de la Legislatura de Veracruz. Esa es la aclaración que quería hacer.
El C. Del Castillo: Bueno, señores compañeros; dice el compañero Campillo que a él lo manda la Legislatura de Veracruz, que la Legislatura de Veracruz está de acuerdo con el proyecto de ley de las mayorías.
El C. Campillo: Es el que está más de acuerdo.
El C. Del Castillo Israel, continuando: Es el que está más de acuerdo con el proyecto de las mayorías. Si me he dirigido de una manera atenta y caballerosa a los compañeros de Veracruz, es porque con ellos palpita en mi corazón el deseo de que se resuelva este problema cuanto antes. Si no lo hemos resuelto, resolvámoslo; si la Legislatura de Veracruz tiene su opinión, creo que esa opinión puede no ser la de esta Asamblea. Si nosotros vamos a legislar tratándose de petróleo, solamente teniendo en cuenta los intereses de los compañeros de Veracruz, señores compañeros, entonces el artículo 27 sale sobrando. Lo que venimos a hacer aquí es a recobrar un derecho; lo que venimos hacer aquí es a nacionalizar todo el subsuelo de la República, lo mismo el Estado de Veracruz que Tabasco, que el Estado de Sonora, que el Estado de Yucatán; de tal manera, señores, que aun cuando en mi distrito hubiera petróleo, que no lo hay, yo no vendría a defender los intereses de mi distrito, sino que vendría a defender los intereses de la nación; pero vamos al grano, señores. Decíamos que el artículo 5o. de la Comisión, que dice el señor Rama con un tortuoso razonamiento, que pretende que una vez que se ha vendido una expectativa, por el solo hecho de haberla vendido - es la tesis que sostiene el compañero-, el que habla no piensa, señores, que una compañía petrolífera a la hora en que compró o en que arrendó un terreno petrolífero estableció un perfecto derecho adquirido. El que habla piensa que esa compañía compró esa expectativa, porque no puede comprobar lo que no tiene, licenciado Rama.
Si usted acepta que los superficiarios solamente tenían la expectativa de buscar y de sacar el petróleo, es claro que fue lo único que pudieron vender, ¿cómo iban a vender otra cosa si no la tenían? El que habla, estima que a la hora en que una compañía compró esta expectativa, estableció, creó un interés para buscar petróleo y en los artículos transitorios de mi voto particular, con toda claridad, con toda precisión explicó cómo se pueden proteger esos intereses creados al amparo de las leyes anteriores a la Constitución. Que los congresos constituyentes tienen facultades para hacer leyes retroactivas, eso está en el corazón de los abogados más rábulas y de los abogados más inteligentes; está en el corazón también de todas las naciones del mundo, está también imbíbito en el derecho internacional; de tal manera, señores compañeros, que nosotros no venimos aquí a discutir si el Congreso Constituyente de Querétaro tuvo facultades o no para dar efectos retroactivos al artículo 27. Yo no he hablado con un señor constituyente, no he hablado con un solo señor constituyente que no me diga: ¡Claro!, el objeto de nosotros al nacionalizar el subsuelo fue el de disponer que todo el subsuelo de la nación, que absolutamente todo, se nacionalizara. Es decir, señores, al nacionalizarse el subsuelo quiere decir que todos los frutos de ese subsuelo corresponden a la nación, es decir, a todos y a cada uno de sus vivientes y a ninguno de ellos; de tal manera que la nacionalización es un bien general para toda la nación, no solamente interesa a Veracruz e interesa a cualquiera otro de los Estados petroleros, sino que interesa a la nación entera. El objeto es que de esa riqueza, que es de todos, el fruto de esa riqueza se reparta entre todos, ese es el objeto de la nacionalización; de tal manera que el día que nosotros logremos sacar de los impuestos petroleros ciento veinte o doscientos millones de pesos,
habremos nosotros conseguido que se quiten ya de la nación todos los impuestos de la propiedad nacional. Así es que como se consigue que los frutos de la nacionalización del petróleo redunden en beneficio de todos los habitantes de la República. Esto es lo que pretendió el Constituyente, eso es lo que pretendo yo, respetando esos derechos; es decir, no esos derechos adquiridos, sino esos intereses creados y dando oportunidad de que durante el plazo de cinco años esos intereses los transformen en perfectos derechos adquiridos. La honorable Asamblea probablemente ya debe estar cansada.
El C. Campillo, interrumpiendo: Sí, señor, muy cansados.
El C. Moreno Jesús Z.: No estamos cansados.
El C. Del Castillo Israel, continuando: El compañero Campillo Seyde está un poco falto de cortesía. Yo nunca interrumpo con monosílabos y es natural que me lastime en parte; pero verá mi buena intención, verá que yo, como él, estoy interesado en la solución del problema y que no es caballeroso y correcto que cuando un compañero ha estudiado un problema se le venga aquí a querer destantear con monosílabos más o menos molestos.
El C. Campillo, interrumpiendo: ¿Me permite usted una interpelación?
El C. Del Castillo, continuando: No la permito. El señor licenciado Rama y todos los señores abogados que estén aquí y en general todos los compañeros que tengan conciencia, que tengan perfectamente formado su juicio de lo que es legislación, comprenderán que debe ser uno solo el criterio que norme el espíritu de una ley y que debe ser uno solo el eje sobre el cual se ramifique todo el articulado de una ley. Y bien, si el eje que ha establecido la mayoría de las comisiones en el formulado de su ley es el de la concesión previa denuncia, yo quiero que me digan los señores compañeros si no se vulnera, si no se rompe ese eje poniendo un artículo en el cuerpo de la ley que diga: "no quedan sujetos a denuncio". Si es el denuncio el eje de su ley, si es el denuncio la forma cómo los compañeros de la Comisión, no el señor Barón Obregón que vino a hablar en pro del dictamen y que no está de acuerdo con lo del denuncio, es decir, con lo fundamental del dictamen, si el denuncio es el eje, si es el medio que la Comisión establece para establecer la concesión, que es el procedimiento que la Constitución establece para hacer sentir el dominio directo de la nación sobre el petróleo, ¿cómo vamos a ser consecuentes, señores, con aprobar un dictamen cuyo eje, cuyo fundamento, cuyo sistema, cuyo cimiento de vida es el denuncio y luego tiene otro artículo en su cuerpo de ley que dice que no están sujetos a denuncio, es decir, señores, este eje se quiebra y resulta una disparidad, una dualidad de criterio en la formación de la ley que es excesivamente peligrosa, y esto no lo ignora el compañero Rama, el compañero Rama no puede ignorarlo, porque el compañero Rama es abogado? De tal manera, señores compañeros, que el compañero Rama divide el subsuelo de la República en dos grandes zonas: una, en la que se sujeta a denuncio por el solo hecho de que esos sí tuvieron la suerte de vender o de contratar esa expectativa de derecho y a los otros, al resto de la República solamente les concede el compañero Rama el plazo de dos años para tener un derecho preferente para denunciar. Ve el compañero Rama el derecho de expectativa que les dieron las leyes de 84 y similares a todos los superficiarios de la República, solamente porque unos tuvieron la suerte de haber vendido o contratado así, ya no están sujetos a denuncio y no estar sujetos a denuncio, eso yo no sé, señores, sí jurídicamente esto indicará la propiedad del subsuelo; pero lo que lógicamente sí se deduce es esto: si la mayoría de las comisiones establece que el mecanismo, que el procedimiento para hacer sentir el dominio directo de la nación es el denuncio, es claro, señores compañeros, que están sujetas a denuncio las compañías petroleras y las compañías petroleras con mucha razón, con una lógica contundente vendrán mañana a decirnos: no, si yo no estoy sujeto a denuncio; si tú en tu ley dijiste que las concesionarias son previo denuncio y yo no estoy sujeto a denuncio; por consiguiente, yo no soy concesionario y ¿quién podría hechar por tierra esa lógica, quién podría hechar por tierra esa razón que los señores petroleros pueden con muchas razones exponernos? ¿Quién lo podría hacer, señores compañeros, quién podría decir que esto que estoy diciendo no es la verdad desnuda, quién podría decir que la rectitud, que la veracidad de este silogismo no es tan recto y tan veraz como la del silogismo vulgar a que antes me referí en mi discurso? Me permito someter a la consideración de la Asamblea este mismo argumento. Por esto, señor Rama, usted que en la parte de su discurso la última vez que subió a esta tribuna dijo: Yo no les concedo nada, yo estoy de acuerdo en que mi proyecto es completamente radical. A todo el mundo, a todos los explotadores del petróleo los sujeta a la caducidad; pero esto, fíjese bien, que está escrito en un articulado que dice: derechos y obligaciones del concesionario y desde el momento en que el mecanismo de la ley de las comisiones establece que para ser concesionario se necesita el denuncio, porque así lo dice en su artículo 3o. el señor Rama: "La explotación del subsuelo se hará mediante concesiones que se otorgarán en cada caso, previo el denuncio respectivo."
Si el compañero Rama no sujeta a denuncio a todas las compañías petroleras, las compañías petroleras mañana, con este razonamiento tan lógico, tan sencillo y contundente, dirán: No, si nosotros somos concesionarios, los concesionarios están sujetos a denuncio y nosotros no. Y dice el compañero Rama: yo sujeto a todos por parejo; que conste en el DIARIO DE LOS DEBATES, porque debo advertirle que esta discusión no es nueva para nosotros; ya al final, en las postrimerías de la discusión, ya cuando llegaron allá los señores licenciados Vasconcelos, Pérez Gasga, el compañero Cienfuegos y Camus, cuando llegaron allí cuatro o cinco compañeros a discutir con nosotros, ya se acordará el compañero Rama que yo no estuve de acuerdo en que no se dijera exactamente en qué condiciones quedan esos señores petroleros. Si no están sujetos a denuncio, ¿entonces qué son? ¿cómo quedan, señores compañeros? Si no están sujetos a denuncio, dice el compañero Rama, yo a todos los sujeto a la caducidad, los sujeto a pagar los mismos impuestos, yo a todos los sujeto a la caducidad por eso de que no paguen los impuestos o
que no obedezcan las leyes reglamentarias. De tal manera, señores compañeros, que no es esto lo que necesitamos; lo principal de una ley es el cuerpo de esa ley; si hay alguna duda en la interpretación de la ley, entonces el juez, entonces el interesado recurrirá a interpretarla con la exposición de motivos, y si con la exposición de motivos y con el cuerpo de la ley no puede precisar su criterio de una manera clara y pertinente, entonces ya recurre al DIARIO DE LOS DEBATES; pero, señores compañeros, va a dejar duda en el cuerpo de la ley este razonamiento que he dicho. Si la ley establece que las concesiones, que un concesionario lo es previo denuncio, y el denuncio previo no se le exige a las compañías petroleras, las compañías petroleras no son concesionarios y, por consiguiente, como todos esos artículos que dice el compañero Rama, en que a todos los sujeta a los mismos impuestos, a caducidad - están en los derechos y obligaciones del concesionario y en las disposiciones generales -, es claro, señores, que los petroleros no querrán argumentar alegando este lógico razonamiento que acabo de hacer, no querrán ni sujetarse a las disposiciones generales, ni a los derechos y obligaciones que esta ley marca al concesionario. Yo creo que el compañero Rama está bienintencionado, que él cree que su proyecto es radical; yo creo que él también quiere ser radical; pues hagámoslo claramente, no nada más lo digamos; hagamos que el proyecto efectivamente sea radical; que no nos venga a decir el señor Rama que no sujetarlos a denuncio es peccata minuta. No recuerdo qué dijo en la sesión pasada, pero parece que dijo que era como si un contrato que se tuviera que hacer en escritura pública, no se hiciera sino privado; que era peccata minuta, que era como poner hablar sin h. Ya ven los señores compañeros que no es peccata minuta, ya ven que este razonamiento que estoy haciendo en estos momentos, perfectamente lo pueden hacer las compañías petroleras y que si el señor compañero Rama, después de estos razonamientos no quiere que nosotros digamos con toda claridad, pues es llegado el momento no de decir aquí que caduca una concesión por no sujetarse a las modalidades del interés público; ¿quién, vuelvo a repetir, va a juzgar de esas modalidades de interés público? ¿Quién es el juez para que nosotros interpretemos el interés popular? ¿Es una frase que debe formar parte integrante del cuerpo de una ley?. Indudablemente que no. Eso no debe decirse, sino asentarlo en el DIARIO DE LOS DEBATES; esto debemos hacerlo para que quede inscripto en un artículo de la ley. Después de todo lo que ha dicho el señor compañero, ¿vais a aprobar un dictamen cuyo eje, cuyo cimiento es doble, que hay dualidad de criterio en cuestión legislativa? Lamento que no esté el secretario de Industria para que él nos dijera que no se siente capacitado para reglamentar, y claro que no, señores; la reglamentación, la exploración necesita cuando menos la Asamblea, el Poder Legislativo, señalarle el camino. ¿Vais a aprobar una ley que vulnera - como lo he demostrado hasta la saciedad, de buena fe -,tal vez, vuelvo a repetir, el principio del artículo 27? ¿Vais a aceptar una ley que, como he dicho en un principio, establece un sistema para las concesiones de fundos petrolíferos, que no está de acuerdo con el sistema que se sigue en la práctica para explotar el petróleo? Dejo a la consideración de ustedes el peso de mis razonamientos y espero que la Asamblea oiga pacientemente los razonamientos del compañero Rama; pero que sean razonamientos, que venga aquí con la misma lógica a atacar, no con triquiñuelas de carácter jurídico, porque los abogados están acostumbrados a ir a defender a un asesino diciendo que no lo es... (Risas.) están acostumbrados a ir a defender a un individuo que está sentado en el banquillo de los acusados, y en vez de decir, en vez de traer las pruebas que hay en el expediente que demuestren que este señor no es, no ha cometido el delito que se le imputa, estos señores recurren a argumentos teatrales, recurren a esto: ¡Oh! Los hijos de este ajusticiado son diez.....(Risas.) los hijos de este individuo que tenéis sentado en el banquillo, son muchos, y este individuo ha cometido el delito por ver por la vida de esa pobre esposa y ver por la vida y la salud de esos pobres hijos.....(Risas.) No, señores, yo espero que el compañero Rama no venga aquí con golpes teatrales, sino que venga aquí con argumentos que se dan a las masas inconscientes que no saben cumplir con su deber. Yo espero que el compañero Rama venga aquí con la lógica, con la razón y con la buena intención que tengo derecho para suponerle. Terminado esto, señores compañeros, sólo me queda suplicar a la Asamblea que me haga favor de decirme si es justo el cargo que el compañero Barón Obregón me hiciera de que yo solamente soy un firmón.(Risas. Aplausos.)
- El C. Rama: Pido la palabra, señor presidente.
- El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Rama, miembro de la Comisión.
- El C. Rama: Señores diputados: Antes de contestar al señor Israel del Castillo, yo desearía preguntaros con toda sinceridad si no estáis cansados, si estáis dispuestos a escucharme unos breves momentos....(Voces: ¡Sí, hombre!) Señores diputados: Sinceramente, cuando el compañero Israel del Castillo en los corrillos me asustaba; sinceramente, cuando el compañero Israel del Castillo, fuera de esta Cámara, decía que me iba a hacer unos cargos tremendos, que me iba a convencer de la bondad de su voto y que yo mismo vendría a defenderlo aquí, hubo un momento en que yo dudé; pero ahora, señores diputados, que he oído los cargos, ahora que me he podido dar cuenta de que el señor Israel del Castillo, a pesar de haber estado cinco meses trabajando con nosotros, no ha podido comprender el problema del petróleo, señores, francamente casi no vale la pena contestarle. El argumento formidable de él es un silogismo; él ha dicho que los diputados recurren a argucias; pero en este caso en que yo me he portado aquí como un abogado, y así le consta al compañero, voy a procurar que él mismo conteste destruyendo su propio silogismo. La premisa mayor de su silogismo fue imperfecta, le voy a decir por qué: porque no era una proposición general; la segunda premisa tampoco fue perfecta porque no estaba comprendida dentro de la proposición general, y como una consecuencia lógica la deducción fue fatal. Usted dijo todas las concesiones, y quiero que usted me haga favor de rectificar si me equivoco. Todos los concesionarios
están derivados de un denuncio, ¿cómo dijo usted? Hágame favor de decírmelo.
- El C. Del Castillo: Yo dije, honorable Asamblea: Todos los concesionarios están sujetos a denuncio y si no quiere el compañero Rama, todos, diré: los concesionarios están sujetos a denuncio.
- El C. Rama: Entonces ya no es una proposición general, señores diputados. Un momento. Usted dice que no todos los concesionarios están, sólo una clase.
- El C. Del Castillo: Los concesionarios, es una proposición general reconocida por todos los legisladores del mundo.
- El C. Rama: Usted dice: los concesionarios; voy a demostrarle que no todos y no se debe emplear los concesionarios. Quiero que me conteste: ¿Los ferrocarriles, cómo están, en virtud de qué pueden explotar un servicio ferroviario? Los ferrocarriles de México, que tienen la explotación del tráfico ferroviario, cómo están, en qué situación jurídica se encuentran? ¿En virtud de una concesión? ¿Acaso los ferrocarriles han seguido el sistema de denuncio?
- El C. Del Castillo Israel, interrumpiendo: ¿Y eso qué?
- El C. Rama, continuando: Ya ve usted que no todos los concesionarios derivan de un denuncio. El error de usted deriva, señor, en creer que concesión forzosamente implica denuncio y de ignorar que la concesión puede derivar de una ley o de un contrato, porque hay concesión previo denuncio, concesión ley, concesión contrato. Ya ve usted, pues, que el silogismo no es perfecto; ya ve usted, pues, que no puede destruir nuestro eje, que nuestro eje no se quiebra, como usted dice, por esa sola consideración. Usted atacó también el sistema que nosotros adoptamos para reconocer determinados derechos, e incurre en el error en que ya incurrieron algunos compañeros, de creer que derecho adquirido forzosamente implica derecho de propiedad. No, señor diputado Israel del Castillo, derecho adquirido no implica única y exclusivamente derecho de propiedad, puede implicar un derecho de posesión, un derecho inmaterial. Le voy a poner un ejemplo clásico: usted, como ingeniero, tiene un derecho adquirido para ejercer su profesión y para cobrar honorarios por sus servicios profesionales, no puede decirse que ese derecho adquirido sea un derecho de propiedad. Ya ve usted, pues, que no es exacto ese cargo. Dice: los petroleros vendrán a decir que "nosotros no somos concesionarios", ¿por qué, señores diputados? ¿Qué los petroleros no están sujetos a una concesión ley? ¿Qué es lo que nosotros decimos? Vamos a enaltecer un poco el debate, señores diputados, y a procurar entrar a la médula del asunto y a dejarnos de todo eso que usted decía de mecanismos y de agujeros. Cuando el Congreso Constituyente de Querétaro estableció el principio que consagra el artículo 27 constitucional, obedeció a antecedentes de orden moral, de orden político, de orden económico y de orden jurídico. Vamos a analizar cada uno de estos aspectos para que así la Asamblea sepa si nuestro dictamen está de acuerdo con ello o no lo está. Esa es la verdadera discusión en lo general; lo demás han sido argucias, no de abogado, sino de ingeniero, argucias malas, más malas que las que solemos emplear los abogados.
- El C. Del Castillo Israel, interrumpiendo: ¡Pruebas!
- El C. Campillo: ¡La lógica!
- El C. Rama, continuando: Señores diputados: La Comisión es tan radical, que estima que el Constituyente no quiso hablar tan sólo de dominio eminente; el Constituyente, en nuestro concepto, habló de propiedad, de propiedad lisa y llanamente, nada de dominio supremo ni de dominio eminente; el Constituyente declaró propiedad de la nación el petróleo que se encontrara en el subsuelo de la misma; en consecuencia, nosotros no tenemos que andar con antecedentes históricos, ni de las leyes españolas, ni de la Ley de 84; no, señores. El estado de México por su propia soberanía, por la facultad que tiene de organizarse a sí mismo, por lo que Aristóteles llamaba Autarquía, se dio esa forma de propiedad, declaró propiedad de la nación todo el petróleo, el que existía antes, el que existe ahora, el que aparezca mañana; todo el petróleo es propiedad de la nación. ¿Cuál fue el objeto de declarar propiedad de la nación este aceite? ¿Tuvo acaso el Constituyente en su espíritu la idea de que la nación, de que el Estado llamado México se pusiera a explotar ese petróleo, a expenderlo, a perforar pozos? No, señores, seguramente que no. Obedeció a principios de orden moral, de orden económico y de orden jurídico. De orden moral, porque no era justo que determinados individuos que habían constituído monopolios, porque una clase privilegiada explotara eso que debía aprovechar a todos los ciudadanos del país; de orden económico, porque siendo la industria del petróleo una industria de vital importancia, debía estar regida por leyes que momento a momento fueran cambiando de acuerdo con las necesidades del Estado; de orden político, porque también el petróleo es un gran factor para la constitución política tanto interior como exterior de un Estado. En consecuencia, vamos a ver si el dictamen de la Comisión se ha ajustado a esos preceptos. Si toda la Asamblea está de acuerdo, si toda la Asamblea está conforme en que México al declarar la propiedad del petróleo no quiso apropiárselo así, en la misma forma en que un particular se apropia una casa o se apropia un reloj, sino para regular, para establecer determinadas modalidades dentro de la industria petrolera, es claro que nosotros no vulneramos el principio del artículo 27 constitucional al eximir a un individuo determinado, por H o R circunstancias del requisito, óigalo usted bien, del requisito de denuncio, puesto que lo dejamos sujeto al pago de impuestos, fundamento económico, lo dejamos sujeto a la caducidad, que es donde estriba la reversibilidad de la propiedad, óigalo usted, de la propiedad, nada de dominio a la nación, y lo dejamos sujeto también a todas las modalidades que establece el interés público en cualquier momento. En consecuencia, tenemos la plena seguridad, y la Asamblea seguramente estará conforme con nosotros, en que hemos sabido respetar en toda su pureza el espíritu del artículo 27 constitucional. Es inútil, señores, que se venga a decir a esta tribuna que porque nosotros eximimos del requisito de denuncio, ya establecemos dos porciones
una que queda nacionalizada en realidad, y otra que no lo queda. Yo no quisiera atacar el voto particular del ciudadano Israel del Castillo......
- El C. Del Castillo Israel, interrumpiendo: No está a discusión.
- El C. Rama, continuando:....No quisiera, pero en vista de que el verdadero interés de algunos estriba en tirar nuestro dictamen para que se discuta su voto, yo voy a adelantar algunos conceptos. El señor Israel del Castillo, con el señor licenciado Pérez Gasga, así como el compañero Espinosa - en esto coinciden - , condenan la caducidad. El señor Israel del Castillo de una manera muy extraña dice: sólo caducan los pozos petroleros por agotamiento de los mismos o por abandono de ellos; pero yo creo que el señor Israel del Castillo, más bien dicho, el señor licenciado Pérez Gasga - por que es tecnicismo jurídico - , incurrió en un error. El error consiste de decir que caduca el objeto. Un objeto no caduca, señor, caduca un derecho y derecho es algo inmaterial. Ahora, lo que pasa es que se extingue la propiedad, el derecho no caduca, sino que se extingue la propiedad, es decir, el objeto materia del derecho de propiedad, ¿Cómo va a llamarse a eso caducidad, el agotamiento de un pozo, señores? ¿Cómo se va a llamar a eso caducidad? De esto no le hago ningún cargo, señor Castillo, porque usted es ingeniero,....
- El C. Pérez Gasga, interrumpiendo: Yo le voy a contestar después.
- El C. Rama, continuando....y no está obligado a conocer el tecnicismo jurídico. Yo, más respetuoso de la técnica de otra materia, no hablaría de la perforación de un túnel, del material de resistencia; pero, en fin, usted sí se atreve. Sin embargo, yo no le hago ningún cargo; ¿pero cómo va a ser caducidad, estimable señor compañero Israel del Castillo, el agotamiento de un pozo, cómo se dice que caduca cuando se abandona, si esas son las formas clásicas de la extinción de la propiedad, señor? Usted en cierta ocasión dijo una frase sonora, al tratarse de la Ley Agraria. Es una tanteada a la revolución, y ahora yo diría: esta es una tanteada a un revolucionario.
- El C. Del Castillo, interrumpiendo: Es otro chiste de teatro que se trae el señor.
- El C. Rama, continuando: En consecuencia, señores diputados, yo voy a hacer mi interpelación al compañero, si la permite.
- El C. Del Castillo: ¡Cómo no!
- El C. Rama: Yo quiero que me diga que si su voto es tan nacionalista, como le voy a poner un caso concreto, me resuelva la pregunta que le voy a hacer: Un individuo que tiene derecho a explotar un pozo petrolero, como usted dice en su voto, cumple con todos los requisitos de ley, es decir, paga los impuestos, se sujeta a todos los reglamentos administrativos y de policía, yo quiero que me diga ¿cómo en determinado momento puede la nación hacer reversible su propiedad?
- El C. Del Castillo: Señores compañeros: No eludo absolutamente ninguna interpelación del licenciado Rama; no obstante que yo no soy abogado, porque tengo alguna fe en la causa que estoy defendiendo. Dice el compañero Rama que cómo hace la nación para recobrar el derecho de propiedad que tiene sobre el petróleo.
- El C. Borrego, interrumpiendo: ¡Nunca lo pierde!
- El C. Del Castillo Israel, continuando:....que nunca lo pierde, que nunca lo pierde, que nunca debe perderlo y solamente en mi voto particular - que, entre paréntesis, no está a discusión - ,solamente termina el derecho de explotación de un pozo por abandono o por agotamiento de él. Yo le voy a decir al licenciado Rama que el derecho que la nación tiene, el dominio directo, el derecho de propiedad que la nación tiene de acuerdo con su soberanía para tener el derecho de propiedad sobre todo el territorio nacional, lo cede a todos y cada uno de los ciudadanos para establecer la propiedad privada, es decir, ya este punto, este punto, que es el capital, ya fue motivo de un debate intensísimo, formidable, con motivo de la discusión de la Ley Agraria; se habló aquí de la socialización de la tierra; se habló aquí de que no había pequeños propietarios, de que no había propiedad privada, de que el dueño de la tierra, decía el compañero Manjarrez, es de quien la explota, no de quien la compra, no de quien ha puesto a su servicio un esfuerzo para adquirir esa propiedad. Si esta Asamblea considera que nosotros debemos no nacionalizar el subsuelo, es decir, no concederle a la nación la propiedad del subsuelo para darla a todos y cada uno de los individuos que quieran poseer ese subsuelo, el derecho para explotarlo, entonces lo que las comisiones pretenden es socializar el subsuelo.
- El C. Rama, interrumpiendo: Ese es el espíritu del artículo 27.
- El C. Del Castillo Israel, continuando: Pero, señores, pretenden las comisiones socializar el subsuelo, pretenden las comisiones que socialicen el subsuelo, pretenden las comisiones que con su ley, la nación, por conducto de su Gobierno tenga el teje maneje, un freno para recobrar ese derecho de propiedad que solamente compete a la nación. Solamente, señores compañeros, yo pregunto al licenciado Rama: ¿qué cosa va a hacer la nación con todo ese subsuelo que no quiere sujetar a denuncio? Yo le diría al compañero Rama: ¿qué haría la nación cuando deseosa de recobrar su soberanía, cuando deseosa de recobrar el derecho eminente, el dominio directo que tiene sobre el petróleo, le dijesen los petroleros: No, si yo no estoy sujeto a denuncio; no, si yo no soy concesionario, porque no estoy sujeto a denuncio?; de tal manera, señores compañeros, que la interpelación del compañero Aquilino Rama solamente se puede interpretar en esta forma: Pretende socializar el subsuelo de la República; es decir, pretende que una compañía, después de haber aportado aquí millones y millones de capital ¿verdad? de la noche a la mañana, porque así lo exige el interés público; es decir, porque así lo pide el interés del ministro de Industria, caduque esa concesión. El voto particular del que yo hablé, tan reconoce esa propiedad, tan pretende que recobre la nación esa propiedad, que sólo por dos años, no por toda la vida como quiere el compañero, solamente por dos años da permiso de explorar, y tácita y terminantemente lo digo en un artículo de la ley. Esos plazos son improrrogables, por ningún motivo pueden agrandarse, por ningún
concepto el ministro de Industria puede alargar ese plazo, ese plazo de dos años que les doy a los mexicanos o extranjeros para que exploren. Ya ve el licenciado Rama cómo lo que yo pretendo en mi voto es establecer algo sensato, algo práctico, algo que sea factible. ¿Acaso cree el compañero Rama si ahora que se trata precisamente de conquistar por la nación el subsuelo, el compañero Rama se asusta y siempre está con que no, que así lo exige la integridad nacional, que nosotros respetemos todos los terrenos que tienen los petroleros, que son los únicos terrenos que tienen petróleo, señores compañeros, que esos no los sujetemos a denuncio, cuando menos, señores compañeros,....? (Voces: ¡No! ¡No!) Cuando menos, señores compañeros que dicen que no, y que es el señor Romero solamente el que dice que no, y no debiera hacerle caso puesto que no es más que él, que solamente esos terrenos son los que tienen petróleo, ya lo dije en la tribuna; luego lo que la Comisión pretende es que los extranjeros se lleven el oro y dejen el cuerno, como lo hicieron en 47 los americanos en México, después de una guerra injusta, llevándose la parte Norte de la República y dejaron el cuerno. No quiere sujetar a denuncio, el señor Rama, a todos los terrenos que tienen las compañías petroleras, no los quiere sujetar porque es peccata minuta; él quiere algo más, quiere la socialización del petróleo, y yo le diría al compañero Rama, ¿tiene inconveniente en suprimir ese artículo, si es tan radical? ¿quiere el compañero Rama decir clara y terminantemente que todo el mundo debe denunciar, como lo hacía Carranza, que fue - pese a quien pese y hagamos nosotros punto omiso de los errores políticos de los hombres - , como lo hiciera Carranza interpretando leal y firmemente el espíritu del artículo 27? Que recuerde el compañero Rama, cuando él probablemente todavía no pensaba en la revolución, que fue Venustiano Carranza, en Veracruz, que fue Venustiano Carranza el primero que iniciara la nacionalización del subsuelo en tratándose del petróleo, y entonces sujetó a todos y cada uno al denuncio. ¿Por qué, señores? Porque el establecimiento del denuncio es el único camino es la única manera cómo la nación puede ejercer su soberanía sobre el subsuelo, puede ejercer el dominio directo del subsuelo.
- El C. Rama: Yo le hice al compañero una interpelación que no me ha contestado. Hizo un discurso corrido.
- El C. Del Castillo: La Asamblea dirá si he contestado.
- El C. Rama: La Asamblea sabe que no me ha contestado, que conforme a su artículo 7o., que voy a leer, se dice:
"El derecho para la explotación de un pozo petrolero, sólo podrá caducar por el agotamiento y abandono él."
En consecuencia, yo le preguntaría en qué forma la nación iba a hacer reversible el derecho de propiedad que tiene. Su dictamen lo único que hace es crear la propiedad privada y eso va en contra del artículo 27 constitucional. Ya apareció el peine.
- El C. Del Castillo, interrumpiendo: Yo le voy a demostrar que no.
- El C. Rama: En este momento sé que hay algo demasiado grave. Se dice que han asesinado a un compañero diputado; en consecuencia, renuncio a la palabra. (Desorden. Confusión.)
Presidencia del
C. CASTILLO ISRAEL DEL
- El C. Rivera Cabrera: Acabo de recibir un aviso telefónico de un amigo de Tacubaya, de que en estos momentos la fuerza federal que fue puesta a disposición del presidente municipal, estuvo haciendo fuego sobre los diputados que iban a presenciar el cambio de presidente municipal. Se dice que han muerto algunos compañeros.(Voces: ¡Nombres! ¡Nombres!) No se dice quiénes son, porque no ha sido posible penetrar a la línea de fuego, se presume que son compañeros del Pélece. Se dice que son los señores Siurob y el señor Martínez de Escobar. Yo me voy a permitir hacer una proposición: que se constituya en sesión permanente la Cámara de Diputados, y esta otra segunda proposición: que se nombre una Comisión para que inmediatamente se acerque al Ejecutivo para que nos informe sobre los acontecimientos y sobre las medidas que ha tomado para castigar el atentado monstruoso que se ha cometido en contra de nuestros compañeros. (Aplausos.) Que antes se nombre otra Comisión para que vea al secretario de la Guerra para que suspendan el tiroteo. (Aplausos. Desorden.)
- El C. presidente: Se va a nombrar la Comisión, para hacerlo lo más rápidamente posible. Se nombra al señor Lara, al compañero Leyva, al señor Borrego, Franco Cerqueda y al compañero Francisco Ollivier, para que vayan a Guerra, y se nombra a los compañeros Manrique, Portales, Romero, Vega Bernardo de la y Rodríguez para que se acerquen al ciudadano presidente de la República; y si los compañeros quieren, nombraré otra Comisión para que vaya a la Jefatura de Guarnición de la Plaza...(Voces: ¡No! ¡No! Murmullos. Campanilla.)
- El C. Borrego: Yo renuncio a la Comisión. (Murmullos. Confusión. Campanilla.)
- El C. presidente: Se suplica a los señores diputados se sirvan ocupar sus curules y conservar el orden.
- El C. Lara César A: Pido la palabra, señor presidente.(Murmullos. Campanilla.) Se ha nombrado una Comisión, de la cual tengo el honor de formar parte, pero ya que el ciudadano Borrego ha pedido la palabra para informar de lo que está pasando, yo suplico que antes de que vaya esa Comisión, haga uso de la palabra el compañero Borrego.(Murmullos. Campanilla.)
- El C. Borrego: Yo creo que ante todo debe procederse a hablar por teléfono, poniendo los hechos en conocimiento del presidente de la República y al ministro de Gobernación, sin perjuicio de que las comisiones vayan a cumplir con su cometido y a decir al presidente que se den garantías. (Murmullos.)
- El C. presidente: Me permito suplicar al ciudadano Borrego que, en nombre de la Asamblea, hable por teléfono al ciudadano presidente de la República
y a cuantas personas estime conveniente. (Murmullos. Campanilla.)
- El C. Franco Abraham: Pido la palabra.
- El C. Manrique: Pido atentamente a la Presidencia se sirva agregar un secretario o prosecretario a cada una de las comisiones.
- El C. presidente: La Presidencia nombra al prosecretario Angulo y al secretario Barragán...(Voces: ¡No está Barragán!) Ya va el prosecretario Leyva. (Murmullos.)
- El C. Franco Abraham: Casualmente oí en los escaños de esta Cámara, que se decía que un grupo de diputados peleceanos iba a Tacubaya con el objeto de instalar por la fuerza a los munícipes que habían sido depuestos sin ningún motivo. Cuando yo supe esto, supe, además, que algunos de los contrarios del P. L. C., algunos miembros del Social Demócrata, creyendo que cumplían con un deber, dijeron que iban a Tacubaya para evitar ese atentado. (Murmullos.) Me acerque al compañero Borrego y pido que me haga favor de decir si es la verdad que corrían peligro precisamente en esos momentos las vidas de diputados de uno y otro bando, porque yo quiero que se respete el voto público; pero que nos respetemos los unos a los otros, que no se consideren enemigos los que tienen los mismos ideales; sino unirnos para defender los altos principios nacionales, los principios de la revolución. Y le dije al señor Borrego: es necesario que usted vea esto. El me dijo que no había peligro, porque estos diputados peleceanos iban simplemente a presenciar los acontecimientos. He creído cumplir con mi deber, compañeros; lamentando no haber insistido o ir a tomar parte en la lucha y caer con unos o con otros o para evitar que unos y otros cayeran. (Aplausos.)
- El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Borrego.
- El C. Borrego: Compañeros: En asuntos de esta naturaleza...(Desorden. Campanilla.) en asuntos de esta naturaleza, ciudadanos diputados, es algo más que una simple falta, es casi un crimen el no prestar silencio a aclaraciones que interesan al decoro y al prestigio de esta Cámara y que es nada menos la vida de los diputados que han ido a Tacubaya. Yo reclamo de ustedes se sirvan conceder un poco su atención para oír lo que en realidad hay sobre este asunto. Lamento, señores, que el compañero Franco, tan sereno, tan ecuánime, venga aquí a dar informaciones que no tienen por fundamento hechos reales, que se nos viene ahora con datos falsos, inexactos, y yo diré a ustedes que no es verdad que los compañeros que se hallan ausentes de este recinto por haber ido a Tacubaya, fueran con el propósito de ir a autorizar a sus miembros a ejercer un atentado contra el Municipio de aquella municipalidad.
- El C. Franco, interrumpiendo: Yo no he dicho eso.
- El C. Borrego: Apelo a las versiones taquigráficas.
- El C. Franco: Dije que algunos señores miembros del Social Demócrata me informaron que iban por la fuerza, y después, que no iban sino a presenciar los acontecimientos de instalación de los regidores. Así pues, que no iban por la fuerza, sino que estaban dispuestos a imponerse por medio de la ley.
- El C. Borrego, continuando: Pues celebro haberme equivocado y que el señor Franco no haya dicho lo que yo entendí que dijo. En el Municipio de Tacubaya ocurrió hace unos cuantos días un verdadero atentado municipal, un verdadero golpe de Estado dado por altos funcionarios de la Federación. Afortunadamente o, más bien dicho, por desgracia, estos hechos no repercutieron aquí en esta Cámara y el atentado pudo consumarse. Ignominiosamente se arrojó a un presidente municipal, es verdad, manchado con todo linaje de faltas, de horrores y de crímenes, pero se le arrojó de la manera más ilegal y atentatoria del puesto en que estaba. Yo apelo al compañero Vito Alessio Robles para que me diga si es verdad o no lo que estoy afirmando...
- El C. Alessio Robles: Es verdad. (Voces: ¡Es cierto!)
- El C. Borrego: Yo les dije: señores, celebro infinito que se haya arrojado de la Presidencia Municipal a un individuo que tan mal cumplió con sus deberes, que cometió tantos desaciertos, que se enriqueció a expensas del dinero del municipio...
- Un ciudadano, desde el palco de la prensa: ¡Y usted lo puso! (Murmullos. Protestas. Campanilla.)
- El C. Borrego: Falta a la verdad, por no decir otra frase más enérgica, el que se ha atrevido a aseverar tal cosa. (Murmullos. Desorden. Campanilla.)
- El mismo ciudadano, desde el palco de la prensa: ¡Nunca he faltado a la verdad, usted lo puso! (Protestas. Murmullos. Desorden. Campanilla.)
- El C. presidente: Se suplica muy atentamente al señor que está ocupando el palco de la prensa, se sirva desocuparlo. (Murmullos. Gritos. Campanilla. Voces: ¡Fuera! ¡Fuera!)
- El C. presidente: Señores compañeros: Fuera de la cuestión política, está el respeto a esta Asamblea. No debemos permitir que tomen participación en los debates los individuos que no tienen derecho a ello. (Gritos. Desorden. Campanilla.)
- El C. Borrego: Continúo, señores; con una ligereza reprochable en una persona que conoce los deberes parlamentarios y, por lo mismo, es más culpable, ha venido a decir que yo he puesto en ese cargo al presidente municipal que fue expulsado hace unos cuantos días. Si no fuera el afecto que le profeso a la persona que hizo tal aseveración, le hubiera contestado: miente usted y es usted un ignorante, porque esos puestos no se dan de una persona a otra, porque los nombra el cabildo, son de elección en segundo grado. De manera que si ese señor estuvo el frente del municipio, fue porque el cabildo lo nombró.
- El C. González y González: Pido la palabra para una interpelación al señor diputado Borrego.
- El C. presidente: Si el orador lo permite.
- El C. González y González: Tiene usted la bondad de decirme, ¿influyó usted en alguna forma para que fuera designado el presidente municipal de Tacubaya a que usted se refiere? (Protestas. Voces: ¡Moción de orden! Campanilla.)
- El C. Lara César A: ¡Moción de orden, señor presidente! Señores diputados: He pedido la palabra para una moción de orden, y es por esto: estamos nombrados para una comisión que vaya a la Secretaría de Guerra, y necesitamos conocer los
detalles, para poder hablar del asunto. Nosotros suplicamos que vaya al grano el señor Borrego.
- El C. Borrego: La pregunta era enteramente infantil del compañero González y González, al preguntar si yo influí. Esa influencia puede ser de muchas maneras. Si entiende usted por influencia que se me preguntara si fulano de tal era buena persona, pues tenía que decir que sí; pero si usted quiere dar a entender que influí en el sentido de que mi persona o mis recomendaciones fueran de tal manera decisivas para que se nombrara a dicho señor, le diré que esa influencia no la tuve. Con motivo de consumar ese atentado, algunos de los munícipes de Tacubaya, apoyados por el gobernador del Distrito Federal.... (Desorden. Campanilla.)
- El C. Vizcarra, interrumpiendo: Señor Borrego, ¿me permite usted una interpelación? (Voces: ¡No! ¡No!) Para eso está el Reglamento. Estoy preguntando si el licenciado Borrego me permite una interpelación para aclaraciones. Ya ven ustedes cómo no estoy fuera del Reglamento y es una inconsecuencia el que se me interrumpa.
- El C. presidente: Se llama al orden al ciudadano Vizcarra; que pida la palabra antes.
- El C. Vizcarra: Pido la palabra, señor presidente. (Desorden. Campanilla.) Para interpelar al orador, si el orador lo consiente.
- El C. Borrego: Si es sintética la interpelación, sí.
- El C. Vizcarra: Sí señor. ¿Reconoce usted o no el derecho que tienen los ciudadanos de repeler a cualquier mandatario cuando este mandatario se porta como un verdadero ladrón, como usted mismo lo ha manifestado, y quitarle cualquiera dignidad gubernativa, como el pueblo de Tacubaya en masa hizo en la persona del ladrón Alvaro Torre Guerra, sí o no, señor Borrego? Pues si usted asiente, es el caso de pensar en Carranza. Cuando el pueblo estaba ya cansado de soportar a este tirano, de un solo movimiento lo arrojó del Poder. Es el mismo caso de Torre Guerra, señor licenciado Borrego. Usted podrá aducir cualquiera otra razón en el sentido de la defensa de los intereses que usted representa en Tacubaya, pero por ningún motivo yo acepto que el señor Borrego, el antiguo revolucionario y el hombre en que siempre he reconocido honradez, se nos venga a presentar aquí como el defensor del cleptómano más acérrimo que hemos encontrado en esta última época de desastres municipales.
- El C. Borrego, continuando: Señores: A ustedes consta que yo no he vertido una sola palabra en defensa de Torre Guerra; por el contrario, lo he fustigado, lo he castigado como se merece todo aquel que no es honrado y no cumple con sus deberes; pero sí digo al señor Vizcarra que un crimen no se corrige con otro crimen, y que si Torre Guerra era ladrón y asesino, las autoridades judiciales son las únicas competentes para haberlo expulsado de allí. De otra manera, señores.....
- El C. Vizcarra, interrumpiendo: ¡Es el mismo caso!
- El C. Borrego: No hay paridad en uno y otro caso: la insurrección es un derecho legítimo de los pueblos, pero no fue el pueblo el que fue a arrojar a Torre Guerra, fue un grupo de regidores...
- El C. Vizcarra: ¡Fue la opinión pública!
- El C. Borrego, continuando: .....fue un grupo de regidores que, en connivencia con el gobernador del Distrito, fueron a arrojarlo del puesto que ocupaba, y entre una insurrección y un golpe de Estado hay la misma diferencia que media entre el acierto y el error, entre el crimen y la virtud. Señores: Voy a demostrar a ustedes de manera clara y evidente que el derecho asistía enteramente a los que han ido en estos momentos a la municipalidad de Tacubaya a ejercitar derechos perfectamente legítimos, perfectamente legales. Autorizados por el señor ministro de Gobernación para consumar, como decía a usted hace poco, el atentado, estos señores munícipes, tres o cuatro munícipes pertenecientes al Partido Cooperatista...
- El C. Vizcarra, interrumpiendo: ¿Cuál atentado?
- El C. Borrego: El atentado de haberse ido a apoderar por la violencia, por la fuerza, del municipio de Tacubaya. Me extraña que siendo usted un revolucionario no reconozca que es un grave error ocurrir a la violencia y al atentado para ejercitar un derecho; los tribunales están expeditos para hacer justicia a cualquiera que lo solicite.
- El C. Vizcarra: A eso recurrimos para echar fuera a Carranza.
- El C. Borrego: Ya expliqué a usted que una cosa es la insurrección que brota del alma del pueblo, y otra es el atentado que brota de las tenebrosidades de aquellos funcionarios, como el gobernador del Distrito.
- El C. Vizcarra: Nosotros fuimos los primeros en repudiarlo.
El C. Borrego, continuando: Como la casi totalidad de los munícipes de Tacubaya pertenecían al Partido Liberal Constitucionalista, érales imposible a los cuatro miembros del Partido Cooperatista obtener el quorum necesario para celebrar sesiones de cabildo; entonces discurrieron expulsar a tres concejales propietarios y llamar a sus suplentes, y de esa manera poder tener quorum. Los tres concejales propietarios me vinieron a comunicar ese hecho, y yo los llevé con el señor secretario de Gobernación para informarle del estado que guardaba el municipio de Tacubaya. El señor licenciado Lugo, consciente de sus deberes y de sus derechos, ordenó al gobernador del Distrito que diese a estos señores regidores propietarios las garantías necesarias para ir a ejercer sus funciones, y al presidente municipal, al que funge actualmente con ese cargo, le escribió una carta diciéndole que era necesario, que era indispensable que estos señores entraran al cabildo para que el funcionamiento de esa corporación estuviese enteramente ajustado a la ley. Los tres regidores propietarios aún no se habían presentado al cabildo, cuando recibieron informes de que serían aprehendidos si se presentaban. En vista de esto, ocurrieron aquí al bloque del Partido Liberal Constitucionalista, y al mismo tiempo al Partido Liberal Constitucionalista, pidiendo la ayuda de uno y otro grupo para que asistieran al cabildo de hoy a presenciar la entrada de ellos, por si había alguna resistencia, para que dieran fe de ello. Estos son los hechos reales que precedieron al atentado que se dice están cometiendo con los señores diputados. En estos momentos acabo de
recibir una tarjeta de persona que viene de Tacubaya a comunicarme lo que haya pasado desde el momento en que fueron los compañeros, los señores diputados, a acompañar a aquellos regidores. Si la Cámara me lo permite, iré a recoger estas noticias a los pasillos, y en seguida continuaré mi peroración. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!)
- El C. presidente: La Presidencia cree que ha llegado el momento de poner a la consideración de la honorable Asamblea si esta propia Asamblea se constituye en sesión permanente para conocer de este asunto.
- El C. Castillo Nájera: Pido la palabra. Habiendo ido el compañero Borrego a los pasillos a recoger informes de lo que ha pasado en Tacubaya, yo creo que es pertinente oír esa información para ver si vale la pena que esta Representación Nacional se constituya en sesión permanente, por que bien pudiera suceder lo que paso no hace mucho tiempo, en que la Cámara se aventó una gran plancha con motivo del asunto Pallares.
- El C. presidente: La Presidencia invita al ciudadano Hidalgo Catalán, que viene del teatro de los acontecimientos, informe a la Asamblea sobre el particular.
- El C. Hidalgo Catalán: Honorable Asamblea: Poco es lo que tengo que decir sobre el particular. Como ustedes habrán sabido, el presidente municipal de Tacubaya citó a todos los regidores para una sesión que tendría verificativo hoy a las siete de la noche, y con ese motivo algunos de nuestros compañeros del mismo Partido nos invitaron a fin de que fuéramos a presenciar este acto. Fuimos los compañeros Maqueo Castellanos, Solís Jaime A., Peña Ildefonso, Avilés y algunos otros compañeros: serían unos ocho o diez. Llegamos con los señores regidores a Tacubaya y estuvimos como media hora frente al local donde se celebran los cabildos. Más tarde llegaron los compañeros regidores que en número de nueve penetraron al salón después de ejercer cierta presión moral sobre el presidente municipal, porque éste había mandado suspender que hubiera sesión Se convenció el señor presidente municipal y paso al salón de cabildos y allí, después de que les dio la entrada - yo entré también al local - se salió diciendo que regresaría al momento. Vino entonces un oficial y dijo que la sesión no era pública y que debíamos desalojar el salón. Entonces nosotros nos opusimos terminantemente, porque no era facultad del señor presidente municipal dar esa orden, porque estaban allí los señores regidores y formaban quorum, y ellos deberían de dar esa orden. En consecuencia, nos opusimos terminantemente y entonces el señor presidente municipal no volvió. En esos momentos me comisionaron los compañeros para que yo hablara por teléfono a los compañeros Martínez de Escobar y a algunos otros correligionarios, a fin de interponer su influencia para que fuera retirada la fuerza armada que ocupaba el salón de cabildos. Cuando yo regresaba, señores, con unos cinco o seis amigos de Tacubaya que me acompañaban, iba yo a penetrar al salón, cuando en esos momentos salieron con las carabinas en las manos y empezaron a disparar, gritando "Viva el Partido Cooperatista". Parece que hay heridos; yo no pude penetrar al salón, porque fue una balacera escandalosa.... (Una voz: ¡Por precaución!) No precaución, compañero, estaba en la puerta. Algunos compañeros me informaron que había habido varios heridos; yo no podría precisar a ustedes si hubo también algunos tiros dentro del salón donde estaban los compañeros, pero sí en la calle a todo el pueblo le dispararon, y de ahí que haya habido algunos heridos; según tengo entendido, el señor Sevilla fue herido en el estómago. No puedo informar más acerca de la suerte que hayan corrido nuestros compañeros, porque en esos momentos, inmediatamente tomé un automóvil para venir a informar a esta honorable Asamblea.
- El C. Hernández Macario: Para una interpelación al orador. La tropa que había allí, ¿era de la Federación o de la Gendarmería Montada?
- El C. Hidalgo Catalán: Era de la Federación, compañero.
- El C. Hernández: Muchas gracias.
- El C. presidente: Tiene la palabra el diputado Rivera Cabrera, para informar del resultado de la comisión que se le confirió.
- El C. Rivera Cabrera: Señores diputados: Cumplimentando la comisión que se me dio, hablé telefónicamente con el presidente de la República, en Chapultepec. El señor presidente, por conducto de su ayudante, me mandó decir lo siguiente: que era la primera noticia que tenía de los acontecimientos; que en ese momento ordenaba al jefe de las operaciones en el Valle que personalmente saliera para Tacubaya a dar garantías a los diputados y a evitar que se siguiera el acontecimiento, evitando también que las fuerzas federales tomaran participio en él. Esto es lo que puedo informar respecto de mi comisión.
- El C. presidente: Tiene la palabra el diputado Borrego.
- El C. Borrego: Voy a ampliar la información que dí hace poco; acaban de venir personas de Tacubaya y me refieren lo que paso desde el momento en que llegaron los señores diputados. Hoy martes es día de cabildo; a las siete de la noche se hallaban nueve regidores en el salón de cabildos; pocos momentos después se presentó el presidente municipal, negándose a celebrar la sesión; se le exigió que lo hiciera, puesto que había quorum para celebrar la sesión; y en vista de esta circunstancia se resolvió iniciarla; pero aún no empezaba, cuando salió a la calle, mandó llamar a la Policía y dio orden de que expulsaran a todos los que estaban allí en la sesión. Según los informes, un piquete, no de fuerzas federales - este fue el error que desgraciadamente olvidé rectificar cuando hizo uso de la palabra el compañero Franco - , no es la fuerza federal la que está protegiendo esos atentados: son las fuerzas del Gobierno del Distrito, con las que probablemente consumaron, hace un mes, el atentado, y ahora necesitan de esa misma fuerza para seguir cometiéndolo; no son fuerzas federales, sino las del Gobierno del Distrito. Un grupo de esas fuerzas penetró, y según me han informado, hicieron más de sesenta disparos para desalojar el salón. No dan más detalles de quiénes sean los heridos ni si los ha habido, sino que la información se refiere a esto: que penetraron al cabildo y dispararon
sobre el público que invadía la sala del cabildo y golpearon a muchísimas personas que se hallaban afuera deseando presenciar el acto. Esas son las informaciones que he recibido y que corroboran lo que acaba de informar el compañero Hidalgo Catalán.
- El C. presidente: Tiene la palabra el diputado Avilés, para informar a la Asamblea.
- El C. Avilés: Señores diputados: Habiendo sido invitado un grupo de diputados para presenciar uno de los cabildos del Ayuntamiento de Tacubaya, nos presentamos alrededor de unos seis señores diputados. Después de algunas objeciones por parte del señor presidente municipal, éste personalmente fue y abrió el salón de cabildos; cuando vio que en el lugar designado para que se sentaran los munícipes, había mayoría, según se decía allí, de enemigos del partido a que pertenece el señor presidente municipal, inmediatamente este señor abandonó el salón y en seguida mandó un piquete de soldados, compuesto de unos seis, al mando de un oficial, para que por la fuerza arrojaran del salón a lo munícipes presentes y al público que, entre paréntesis, llenaba completamente el lugar que tiene designado.
Los señores munícipes, como era natural, dijeron al oficial que ellos no abandonaban el salón, puesto que conforme a la ley, no tenía ningunas facultades para arrojarlos de allí; que trajera una orden por escrito del ciudadano presidente municipal, y que entonces ya las cosas tomarían otro cariz.
Parece que se convenció ese señor oficial, y en seguida volvió ya con la orden escrita por el presidente municipal, donde ordenaba este señor, de plano que fuera desalojado el salón por la fuerza. Entonces los señores munícipes que estaban allí, y el público, entre ellos algunos señores diputados, alegraron que no era justo que se usara de aquel procedimiento: que a la casa del pueblo de Tacubaya fuera fuerza armada a desalojarlos, pero sin más requisitos este oficial dijo que era una orden del presidente municipal y que por la fuerza haría que desalojaran aquel salón, y sin más, mandó cortar cartucho y hacer fuego sobre los asistentes. Entonces, ya de antemano estaban apostados unos esbirros por el lado Poniente del Palacio Municipal, y otros esbirros por el lado Oriente; entonces, simultáneamente, abrieron el fuego sobre los transeuntes y sobre los curiosos que había en la calle. Hubo varios muertos y varios heridos en la contienda esa, y estos señores tan torpes fueron en su proceder, que se hacían fuego tanto de parte de un lado, de los soldados, como de otro, es decir: que estos señores llevaban intencionalmente por objeto ametrallar al pueblo allí.
Nosotros entramos a un expendio de gasolina o agencia de coches que está frente a la Presidencia Municipal, y de allí nos estuvimos comunicando por teléfono a esta Cámara y fue donde yo dí la noticia de estos acontecimientos. No sé yo el resto de los compañeros qué suerte correrían. Después que terminó esto, el compañero Ibarra y el compañero Castillo dimos una vuelta por las calles aquellas, pero no pudimos encontrar a nadie absolutamente, eso fue lo paso.
Yo creo, señores diputados, haciendo comentarios a este caso, que ha sido uno de los acontecimientos que más pinta el desgobierno que actualmente existe en el Gobierno del Distrito Federal, del cual es gobernador el ciudadano Gasca, porque según el decir de algunos de los vecinos de Tacubaya, éste señor desde en la mañana había preparado ya todo aquello y ya los esbirros de este señor Gasca llevaban allí las instrucciones necesarias para impedir por todos los medios posibles que se reuniese el cabildo de Tacubaya. Mañana indudablemente que estos señores van a alegar que se trataba de asaltar el Ayuntamiento, que se iba hacer esto y lo otro, precisamente para eludir la responsabilidad enorme que por este hecho ha recaído sobre el señor gobernador del Distrito, puesto que es el inmediato responsable de todos estos acontecimientos. Yo no me explico, ciudadanos diputados, cómo un jefe de partido, cómo un descarado jefe de partido está al frente de una oficina tan importante como es el Gobierno del Distrito. Pónganse los líderes de partidos en cualquiera otra parte, dénseles las canonjías que se les quiera dar, pero nunca se les ponga al frente de un Gobierno para que éste le sirva para abusar, como en esta vez lo ha hecho el ciudadano Gasca, de la fuerza armada, mandando desalojar un Ayuntamiento que no tenía derecho a disolver y, sobre todo, ametrallando al pueblo. (Aplausos.) Ya es tiempo, señores diputados, de que esta Cámara represente el papel que verdaderamente necesita representar en estos casos; es necesario que ella use de la virilidad de que debe de usar para poner coto a estos desmanes de estos tiranuelos de nuevo cuño, de estos señores que han sobrepujado a la época huertiana, porque ni en la época huertiana vimos, señores, que de un modo tan descarado un gobernador del Distrito Federal mandara disolver un Ayuntamiento en la forma en que lo ha hecho este señor Gasca. Aquí tienen ustedes una prueba fehaciente de este periódico sostenido antes por el señor ministro de Hacienda, don Adolfo de la Huerta, y ahora, según se dice, sostenido por el Gobierno del Distrito Federal. Este papelucho, que edita uno de los hombres más asquerosos que ha tenido el gremio de periodistas, ese señor Fadrique López, del cual ha de tener muy buenos antecedentes el ciudadano Vito Alessio Robles, este periódico ya él lo anticipaba, ya lo decía aquí y puede leerse. Dice: "Puede correr hoy por la noche sangre en Tacubaya. Un complot preparado para derrocar al actual Ayuntamiento y substituirlo por particulares". Esto decía ya el órgano precisamente del señor Gasca y estos señores que han tenido el ojo tan poco avisor, que se han valido de los hombres más asquerosos que han escrito en el periodismo nacional, como es Fadrique López, para que estén apoyando los desmanes de ellos y se estén gastando los dineros de la nación en sostener papeles de éstos que son la vergüenza nacional, como ustedes ven, ya todo estaba preparado y cuando se presentó el ciudadano Maqueo Castellanos acompañado de algunos de los munícipes de Tacubaya a solicitar del señor presidente, o así llamado, de Tacubaya, que fuera a abrir el salón de cabildos, este señor no puso objeción de ninguna naturaleza, inmediatamente fue a abrir ese salón de cabildos. Luego, lo que estos señores querían,
era que todos los munícipes y todo el público que iba a presenciar aquella sesión, cayeran en la ratonera para luego asesinarlos allí villanamente, como lo hicieron. Yo protesto bajo mi palabra de honor que no hubo tal asalto ni se pretendió tal asalto al Ayuntamiento de Tacubaya, sino que esta preparación estaba hecha de antemano por los esbirros de Gasca para hacer caer en la ratonera tanto a los munícipes como a los ciudadanos diputados que habían sido enviados para que presenciaran esa sesión, así como al público que había llenado aquel lugar para luego en seguida, vuelvo a repetir, ametrallarlo allí, como de hecho lo hicieron. Yo, después de haber dado aquí estos informes, ciudadanos diputados, que indudablemente vendrán a ampliar algunos de los otros que estuvieron en el teatro de los acontecimientos, no me resta más que lanzar desde aquí, desde la tribuna más alta de la República, puede decirse, hasta mi más indignada protesta por los acontecimientos que acaban de desarrollarse esta noche en Tacubaya, que no honran a ningún Gobierno, ciudadanos diputados. (Aplausos.)
- El C. Vizcarra: Pido la palabra.
- El C. presidente: Tiene usted la palabra.
- El C. Vizcarra: Señores diputados: Yo no quiero abordar este asunto sin tener verdaderos datos de lo ocurrido en Tacubaya. Nosotros podemos presumir, que la alteración de nervios de los compañeros que acaban de llegar del teatro de los acontecimientos y, sobre todo, la pasión política, una vez más nos venga a hacer perder el tiempo y a suspender la discusión de la Ley del Petróleo, tan importante para la nación, (Murmullos. Siseos. Desorden.) para ocuparnos de verdadera politiquería de campanario, (Siguen los murmullos y el desorden. Una voz: ¡En los campanarios no hay balazos.) que se está suscitando en alguna de las municipalidades del Distrito Federal. (Una voz en las galerías: ¡Asesino!) A mí no me llama la atención que dos o tres gandules y dos o tres esbirros de profesión pagados por determinados elementos, vengan a gritarme aquí asesino, cuando lo único que he hecho es repeler una agresión cuando se me ha llevado a ese terreno, agresión que está plenamente justificada por los hechos subsecuentes que se han venido verificando en esta misma Cámara de Diputados. (Desorden. Campanilla.)
- El C. presidente: La Presidencia suplica muy atentamente al compañero Vizcarra que a efecto de que las galerías respeten a la Asamblea, no se dirija él a las galerías, pues así la Presidencia no podrá obrar con energía...
- El C. Meza: Para una moción de orden.
- El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Meza, para una moción de orden.
- El C. Meza: Señor presidente, antes de que el señor diputado Vizcarra se hubiera dirigido a las galerías, ya se le había insultado, habiéndose usted quedado en silencio cuando al ciudadano Roque González Garza lo mandó expulsar de allí. Debía usted investigar quién profirió el insulto al diputado y mandarlo también hacer salir de aquí como hizo usted con el ciudadano Roque González Garza.
- El C. presidente: La Presidencia manifiesta al compañero y a la Asamblea, que honrada y sinceramente no tiene más empeño que defender el decoro de esta Representación Nacional, no tiene absolutamente ninguna parcialidad en este debate y que obrará con todo energía contra cualquier elemento de las galerías que trate de interrumpir el debate, y por esa razón es por la que se le suplica al ciudadano orador que no se dirija a las galerías, por prohibirlo un precepto reglamentario.
- El C. Meza: Para una aclaración. Insisto en que antes de que el señor diputado Vizcarra se hubiera dirigido a las galerías, de allá había venido un grito a él e invito a usted para que con la capacidad que tiene como presidente de la Asamblea, llame a uno de los gendarmes para que saque al individuo y se sirva consignarlo, porque ha llamado asesino a un diputado.
- El C. presidente: La Presidencia no tiene absolutamente ningún inconveniente de expulsar de las galerías a la persona que haya proferido esa palabra en contra del ciudadano diputado Vizcarra. En esa virtud, suplico al compañero me haga favor de señalarlo.
- El C. Meza: No lo he visto, si lo hubiera visto ya lo hubiera dicho; pero tiene usted a su disposición a los policías de las galerías para que lo hagan. Mi papel es otro, no es el de policía.
- El C. presidente: La Presidencia estima que si el papel del compañero no es el de policía, la Presidencia no puede estar tampoco pendiente de todo lo que pasa en las galerías. (Voces: ¡Tiene usted medios!) Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Vizcarra.
- El C. Vizcarra: Dando por terminado este incidente, al que no le doy mayor importancia, sigo insistiendo en que es verdadera pérdida de tiempo estarse ocupando de asuntos de los cuales no tenemos perfecto conocimiento y estamos verdaderamente bordando sobre el vacío. Aquí estamos juzgando los intereses de los partidos, y es indudable que los que pertenecen a un partido vienen aquí a relatar hechos completamente favorables a los intereses de ese partido. Yo no quiero entrar en consideraciones sobre este asunto porque, como he dicho, no me gusta hablar cuando no tengo perfecto conocimiento de los hechos. Me reservo para cuando estos hechos sean del conocimiento público; pero sí, señores, me creo en la obligación de venir a hacer aquí rectificaciones a las palabras y consideraciones hechas por el compañero Borrego y también a las consideraciones hechas por el compañero Avilés.
El compañero Borrego vino a decir aquí que el presidente municipal de Tacubaya desconoció a tres regidores propietarios; el compañero Borrego sabe perfectamente bien que esos tres regidores propietarios hicieron causa común con Torre Guerra en todos los latrocinios que cometió en Tacubaya, donde sufrieron los atentados contra la propiedad hasta las mismas vendedoras de la plaza, donde todos los derechos del municipio se dieron como concesión por una iguala a determinado individuo y ya no era el Ayuntamiento el que tenía derecho de cobrar esas contribuciones ni a las placeras. En Tacubaya, señores, donde Torre Guerra, acompañado de esos tres regidores, iba sorprendiendo y asaltando verdaderamente a los comerciantes, exigiéndoles entrega de cantidades exorbitantes y esto no es mentira, esto está perfectamente
comprobado por la misma prensa, porque el mismo señor Alessio Robles, en su periódico, hizo una campaña formidable en contra de Torres Guerra . No fue un partido, fue la sociedad de Tacubaya indignada la que exigió a los demás regidores que desconocieran a Torre Guerra, y así fue como salió Torres Guerra expulsado del Ayuntamiento de Tacubaya por la opinión pública, y naturalmente que tenían que seguir la suerte de Torre Guerra esos dos o tres individuos que hicieron causa común con Torre Guerra.
Hacen muy poco honor los verdaderos peleceanos a su partido en admitir a individuos de este estilo y andarlos patrocinando, porque es patrocinar nombrar a representantes dentro del Bloque del "Pélece" para ir a acompañar a estos bandoleros a posesionarse de los puestos de donde fueron desechados por la opinión pública y por el cabildo, porque el " Pélece" debería ocuparse en otras cuestiones y no en andar patrocinando estos asuntos, porque tiene todavía otros problemas más trascendentales. Yo no me explico cuál es la idea de absorción de este Partido Liberal Constitucionalista que quiere controlar toda la República. Claro que no va a poderla controlar nunca y que tiene que tener sus desprestigios, como en el caso de Tacubaya. No, señores, el "Pélece" actual viene sufriendo un cambio; que ya no es el "Pélece" de 1917 cuando celebraba sus sesiones de 15, de 25 y de 30 individuos y el local de su partido estaba ocupado por soldados y esbirros de Carranza y, sin embargo, allí, en el Partido Liberal Constitucionalista se hablaba y se decía en nombre de la libertad y en nombre de la honradez. Ahora no, señores; el "Pélece" ya perdió su fuerza moral (Voces: ¡No! ¡No! ¡Qué bárbaro! Siseos.) porque ha admitido dentro de su seno a millaradas de individuos cuyas voces conocemos y cuyas caras conocemos; que siempre han estado a sueldo, que siempre han sido los esbirros de todas las épocas; sin embargo, yo le pregunto a ese pequeño bloque del "Pélece" de la Legislatura pasada si no son esos individuos que ahora los apoyan, los mismos que ahora nos vienen a insultar a nosotros y, sin embargo, ahora ustedes los protegen porque creen que les son útiles, y están muy equivocados, porque ese es el lastre, ese es el suicidio del "Pélec". El señor compañero Avilés, que no fue peleceano en la Legislatura pasada y que se caracterizó por enemigo del "Pélece" en la Legislatura pasada, de los más tremendos enemigos del "Pélece", ahora sí viene a enarbolar la bandera de la honradez y viene a enarbolar la bandera del patriotismo y viene a hablarnos de Gasca. Señores, nosotros somos los primeros en detestar a Gasca; ¿cómo vamos a estar conformes con un gobernador del Distrito que, promulgado un decreto no cumple con su deber y atiende un acuerdo verbal del presidente de la República, y aún no se publica una reforma y, sin embargo, no se cumple con la ley que reglamenta y se espera la reforma veinticuatro horas, reforma que viene a beneficiar en todo, y viene a poner otra vez en manos del Ayuntamiento de la ciudad de México la elección, la renovación de su Ayuntamiento? Esos son los jefes de partido a que se refiere el señor Avilés. Yo no quiero seguirme ocupando más de este señor Gasca, pero si lo juzgara como partidarista, podría expresar aquel dicho tan vulgar, le diría al señor Gasca: "No me defiendas, compadre" Nosotros preferiríamos un gobernador del Distrito que fuera completamente ajeno a cualquier partido y aun lo preferiríamos peleceano, porque entonces sí podríamos abrir campaña contra él y no estar soportando a un individuo tibio, a un individuo que no tan sólo no sabe cumplir con sus deberes de partidarismo, sino que no sabe cumplir ni siquiera con los deberes que tiene con la ley. Ese es el jefe de partido a que se refiere el compañero Avilés. Puede ser que el señor Gasca sea un obrero que está incapacitado para ejercitar la política, pero allá que se las avenga él. Ahora sí le voy a contestar al señor compañero Avilés: ¿sabe usted quién sí no debe estar en un puesto completamente administrativo y que se presta a todas las especulaciones de la política? Se lo voy a decir. (Voces: ¡Lugo!) Es el señor procurador de Justicia de la Nación. Yo, al señor procurador de Justicia de la Nación lo felicito porque es un buen pelicano, por que expone su prestigio, expone su puesto y expone todo en pro de su partido y eso no se lo podemos tener a mal viéndolo desde un punto de vista del partidarismo; pero viéndolo desde un punto de vista moral, ¿cómo vamos a admitir que la Justicia de la República, de toda la nación, esté en manos de un furibundo político? Y diga si no el señor compañero Avilés, cuando usted no era peleceano, el señor Neri fue electo secretario y funcionó hasta la última Mesa Directiva del "Pélece", y fue secretario y siguió siendo secretario y publicó iniciativas y publicó muchas convocatorias siendo procurador de Justicia de la Nación. ¿Usted cree que eso está dentro de la moral? Eso sí es de tachársele. Y no me refiero a los ministros peleceanos, que como peleceanos lo hacen muy bien, pero que como ministros lo hacen muy mal, porque no quiero acalorar a la Asamblea ni seguirle quitando el tiempo; pero sí yo espero de la cordura de ustedes que no nos vayamos a tirar la quincuagésima plancha de estar perdiendo el tiempo, cuando quizá nos vengan a informar, dentro de unos momentos, que no ha corrido la sangre ni ha llegado al río, y que ningún compañero está lastimado. Sigamos ocupándonos en problemas trascendentales y que los hechos se desarrollen y los conozcamos bien para tomar una determinación que esté dentro de la ley y de la práctica, para que nosotros podamos hacer algo en pro de lo que nosotros determinemos.
- El C. Rivera Cabrera: Pido la palabra.
- El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Avilés para rectificar hechos
- El C. Rivera Cabrera: En seguida yo. Pido la palabra para hablar después del señor Avilés.
- El C. Avilés: Señores diputados: El que haya tomado un poco en cuenta las palabras vertidas aquí por el compañero, indudablemente que ha llegado a la conclusión de que ha estado completamente de acuerdo en lo que yo he venido a asentar aquí. Y debe también el ciudadano Gasca, ya que de él se ha venido a tratar aquí, estar muy satisfecho de la defensa que ha venido a hacer aquí su antiguo aliado y compañero. Cuando el ciudadano Gasca, y esto no lo voy a decir por defenderlo, apoyaba hasta lo increíble a estos señores,
entonces era el compañero predilecto de estos señores; pero ahora parece que el ciudadano Gasca, convencido de la inutilidad de ellos, de la poca cordura de ellos, del ningún valor de ellos, ha buscado otros horizontes enteramente distintos para poder desarrollar sus miras políticas, y el compañero ha venido aquí a ponerse el saco, se lo puso porque le vino. Yo no vengo a atacar aquí precisamente a determinado partido, sino que vengo a atacar al ciudadano Gasca que sí es jefe de un partido; luego quiere decir que el ciudadano Gasca sigue siendo jefe de estos señores, puesto que este señor lo ha venido a defender. (Voces: ¡Ah!) Ahora dice este señor que no ha corrido la sangre, y que si corrió, no ha llegado al río. Le deben estar muy agradecidos los señores obreros y el pueblo en general, porque sólo los toma en consideración cuando corre la sangre, es decir, que ésta llegue al río. (Risas.) Yo emplazo al compañero a que mañana venga a asistir a los funerales que tendremis indudablemente en esta ciudad, porque algunos de los muertos indudablemente que son de aquí, y también lo invito a que vaya a Tacubaya a asistir a esos funerales. El pueblo le debe estar a usted muy agradecido, porque usted sí es un paladín de los intereses del pueblo. Como ustedes se habrán fijado, ciudadanos diputados, este señor no viene aquí a hacer sino una apología de su yo, una narración que en síntesis no viene también sino a arrojar mucho veneno sobre este señor Gasca, sobre el que también, dije yo, recae la responsabilidad de los acontecimientos de Tacubaya, porque es uno, es verdad, de los responsables de lo que acaba de suceder allí. Estos señores también indudablemente se sienten responsables de ese hecho, se sienten responsables de ese caso, puesto que este señor ha venido a resollar por la herida. Ahora, en lo que se refiere a este señor, a que yo me haya convertido en paladín del "Pélece", la cosa es muy explicable, ciudadano compañero, eso tiene una explicación enteramente llana y corriente, y yo le voy a preguntar a usted: ¿por qué ayer usted había sido peleceano, y cuando vio que el "Pélece" no era del agrado del magnate, del agrado del Gobierno, por qué usted volvió chaquetas y se fue a adherir a otro partido?
- El C. Vizcarra, interrumpiendo: ¿Me permite que le conteste?
- El C. Avilés: Eso es más vituperable, compañero, porque eso quiere decir que la mira de usted ha estado siempre hacia el sol que nace.
- El C. Vizcarra: ¿Me permite usted que le conteste, compañero?
- El C. Avilés, continuando: Mi actuación dentro de esta Cámara siempre ha sido y seguirá siendo de cariz enteramente independiente, y yo iré precisamente adonde sienta que están mis convicciones; no seré lastre, como no he sido nunca de partido de ninguna naturaleza, nunca me ha gustado ser lastre a mí, compañero, yo siempre he ido donde he sentido que están mis convicciones, donde he sentido que está mi deber. Yo haré una poca de apología en lo que se refiere a mí, ciudadano compañero, y yo, como usted, indudablemente si hubiera ido a mendigar el apoyo de las altas esferas oficiales, indudablemente que esas altas esferas del actual Gobierno tenían que darme ese apoyo, porque yo, como muchos, estuve siempre del lado y siempre sosteniendo los intereses de este nuevo Gobierno, cuando no era Gobierno todavía. Pero, como vuelvo a repetirle a usted, yo voy donde están mis convicciones; por eso es que me ha visto usted aquí asumir una actitud no precisamente hostil al Gobierno, sino una actitud de honradez en lo que se refiere al Gobierno, y así dejo contestada la objeción que usted ha hecho sobre ese particular, y sólo me resta decir, para terminar este asunto, ciudadanos diputados, que esta Cámara sí debe de tomar una actitud ya serena, ya ecuánime sobre los acontecimientos que acaban de desarrollarse en Tacubaya y no echarlos así como así en saco roto, porque si el ciudadano presidente municipal de Tacubaya, apoyado por el ciudadano gobernador del Distrito, enemigo de mi estimable compañero, se atrevió, sin tener autorización de ninguna naturaleza, a mandar arrojar a los munícipes que estaban en el salón de cabildos del Ayuntamiento de Tacubaya, salón donde pueden estar reunidos no solamente nueve ciudadanos munícipes, sino uno...(Risas.) ...el caso se dará aquí mañana, ciudadanos diputados, puede mañana un presidente de la Cámara, a quien no le guste que estén reunidos dos o tres ciudadanos diputados, mandarlos arrojar a balazos de este salón, nada más porque sí, porque al señor presidente le ha venido en gana. Yo creo que nosotros debemos de protestar ante el señor presidente de la República, así como ante la nación, por este atropello incalificable que se ha cometido en Tacubaya, y en el cual no ha querido creer el ciudadano compañero y ha venido aquí a ponerse en uno de los más solemnes ridículos, no haciéndose aparecer como defensor del pueblo, sino como verdugo de ese pueblo, puesto que este señor solamente ve que es una catástrofe cuando la sangre llega al río.
- El C. presidente: Tiene la palabra el diputado Rivera Cabrera.
- El C. Rivera Cabrera: Señores diputados: Qué triste y lamentable es hablar de pequeños y mezquinos intereses de partido, de mezquinas pasiones humanas, cuando tenemos el cadáver de un compañero; qué triste y lamentable es que el ciudadano diputado cooperatista que hizo uso de la palabra hace un momento en esta tribuna, haya venido a hablar de los intereses de su partido, del señor Neri, del señor Gasca y de señores que no vienen al caso. (Voces: ¿Quién es el muerto? Desorden.) Cuando tenemos el espectro de algún compañero muerto y de muchos ciudadanos diputados...(Voces: ¡Nombres! Desorden. Campanilla.) El señor licenciado Novelo va a decir quién es el muerto. (Voces: ¡El licenciado Novelo no puede hablar!)
- El C. presidente: La Presidencia, considerando por los informes que ha tenido de algunos compañeros, que todavía hay varios compañeros que fueron a Tacubaya y no han venido a la Asamblea, se permite someter a la consideración de la misma si aprueba se nombre una comisión que vaya a Tacubaya para que sepamos exactamente lo que ha pasado.
- El C. Aguirre Colorado Ernesto: Pido la palabra para una moción de orden, señor presidente.
Ruego atentamente a la Presidencia que en virtud de no saber la suerte que pudieran correr algunos representantes del pueblo en Tacubaya, se declare permanente esta sesión, en tanto no venga esa comisión.
- El C. presidente: La Presidencia, estimando pertinente la razón del ciudadano diputado Aguirre Colorado, pregunta si es el caso de constituirse en sesión permanente. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) (8.50 p.m.)
SESIÓN PERMANENTE
DE LA
CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA AL DIA 8
DE NOVIEMBRE DE 1921
SUMARIO
1.- Se constituye la Cámara en sesión permanente, nombrándose una comisión que se dirija a Tacubaya y se informe de los sucesos políticos ocurridos en dicho lugar. Los CC. diputados Manrique y Lara César A., informan acerca de las comisiones que respectivamente se les confirió. Es leída y aprobada el acta de la presente sesión, levantándose esta.
DEBATE
Presidencia del
C. CASTILLO ISRAEL DEL
(La misma asistencia de la sesión inmediata anterior.)
- El C. presidente, a las 8.50 p.m.: Se declara la Cámara de Diputados en sesión permanente.
La Presidencia se permite preguntar a la Asamblea si se le autoriza a nombrar la comisión que vaya a Tacubaya a conocer los hechos. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) En votación económica se pregunta si se aprueba la proposición de la Mesa. (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) Se nombra en comisión a los compañeros Enrique Fernández Martínez, Macario M. Hernández, Campillo Seyde y al compañero Eliseo Céspedes.
- El C. Avilés: Para una aclaración pertinente. Ciudadano Presidente: Es una aclaración importante respecto a la comisión que acaba usted de nombrar.
- El C. presidente: No tiene usted la palabra.
- El C. Avilés: Bueno; pues voy a hacer la aclaración: los esbirros en Tacubaya no dejan acercarse a nadie absolutamente al teatro de los acontecimientos; esa es la aclaración que quería hacer.
- El C. Vizcarra: Pido la palabra, señor presidente.
- El C. presidente: Señores compañeros: Algunos compañeros me han venido a decir que la aclaración del ciudadano Avilés es pertinente, y yo creo que las comisiones, en virtud de esa aclaración, pueden solicitar previamente el auxilio de la fuerza armada para desempeñar su cometido. (Voces: ¡Eso debe solicitarlo el presidente!)
- El C. Vizcarra: Señor presidente, pido la palabra. (Desorden.)
- El C. presidente: Manifiesta la Presidencia que en tanto no se recobre el orden, no puede continuarse la sesión; en consecuencia, invita a todos los señores compañeros a que calmen su excitación y ocupen sus curules.
- El C. Manjarrez: Pido la palabra, señor presidente.
- El C. secretario Aillaud: Se suplica a los compañeros tomen asiento para que haya orden.
- El C. Manjarrez: Respetuosamente pido la palabra al señor presidente.
- El C. presidente: Primero tiene la palabra el ciudadano Vizcarra.
- El C. Vizcarra: Si no es extemporáneo, señor presidente, y contrariando lo que ha interpretado de mis palabras el señor Avilés, yo, como uno de los más interesados en la suerte de cualesquiera de los miembros de esta Asamblea, hacía la petición a usted de que me inscribiera en esa comisión, para ir con ella a investigar la suerte que hayan corrido los ciudadanos diputados, y venir a informar sobre los acontecimientos. Si es extemporánea esta solicitud mía, entonces la retiro.
- El C. presidente: La Presidencia no tiene inconveniente, y, en consecuencia, nombra al compañero Vizcarra para que forme parte de esa comisión. Tiene la palabra el señor diputado Manrique, presidente de la comisión que fue a ver al señor presidente de la República.
- El C. Franco Abraham: Pido permiso a la Presidencia para acompañar al ciudadano Vizcarra.
- El C. Manrique: Señores diputados: Cumpliendo con vuestro mandato, la comisión que presidí se dirigió al Palacio Nacional primero, y a Chapultepec momentos después, para entrevistar al ciudadano presidente de la República. Le participamos lo que estaba indicado, que teníamos nosotros datos imprecisos sobre que algo grave ocurriera en Tacubaya, donde compañeros nuestros estaban en grave peligro, ignorando si alguno de ellos había sido herido o quizás muerto. El presidente nos expresó entonces que momentos antes había recibido telefonema de esta Cámara de Diputados, obteniendo así la primera noticia de lo sucedido. Inmediatamente había ordenado que se indicase al general jefe de la guarnición que enviase fuerza competente a Tacubaya para dar garantías a los diputados al Congreso de la Unión y para restablecer el orden en caso necesario y para tomar las medidas indicadas. Nos consta que efectivamente se dio esa orden por uno de los capitanes del Estado Mayor, y satisfecho con la promesa del presidente, de que estaría atento a cualquiera indicación de la Asamblea para resolver lo que resultase indicado, nos retiramos a Tacubaya, donde nos encontramos a los compañeros de la otra comisión; allí se reunieron las dos comisiones. Entrevisté, en nombre de las comisiones, extralimitándome un poco de la comisión que nos fuera conferida por la Cámara, pero ésta fue amplia, - con objeto de obtener datos - al actual presidente municipal de Tacubaya, Luis Jacobo López.
El señor López nos dio lo que es, naturalmente, su versión personal de lo sucedido; nos refirió poco más o menos esto - insisto en que es, naturalmente, versión personal - nos refirió que siendo este, día de cabildo, tuvo noticia oportuna de que algunos compañeros nuestros, pertenecientes a un grupo político contrario, antagonista del grupo a que pertenece Luis Jacobo López, presidente municipal de Tacubaya, acompañando a algunos regidores, como Herrera Alarcón e Iraola, se presentarían exigiendo la celebración de un cabildo. Se abrieron las puertas del salón de cabildos y comenzó a celebrarse. Entonces, no conviniendo al presidente López que el cabildo se celebrase en aquella forma, con asistencia de los regidores Herrera Alarcón e Iraola, que habían sido considerados como depuestos en su funciones, habiendo sido llamados sus suplentes al ejercicio de sus funciones, ordenó a la fuerza que estaba fuera, y según nos expresó el mismo señor López, era gendarmería montada, ordenó a esta fuerza, digo, que desalojase el salón. Aquí se provocó naturalmente el conflicto; el presidente municipal nos dice, en su versión, que fueron nuestros compañeros diputados, y el grupo de ciudadanos que los acompañaba, el grupo de partidaristas que los acompañaba, el que primero disparó.
El C. Avilés, interrumpiendo: Miente.
El C. Manrique, continuando: Es claro, yo necesito subrayar que es la versión del señor López. Naturalmente los compañeros, cada uno, según su interés o según la participación que haya tomado en el conflicto, explicará las cosas a su modo. Explicamos esto como un dato que pudiera servir para esclarecer lo sucedido; pero lo interesante es esto: que el conflicto había desaparecido en esos momentos. Nos consta que el general Ramírez Garrido, jefe de Estado Mayor del secretario de Guerra, indicaba al presidente municipal, Luis Jacobo López, que ya había ordenado se retirase la fuerza del 17 Regimiento. Esto lo escuchamos accidentalmente, porque coincidió nuestra presencia con la llegada del general Ramírez Garrido. Ordeno ya, dijo, que se retiren las fuerzas del 17 regimiento; al cabo ustedes tienen policía. Ignoramos si esta fuerza del 17 regimiento haya intervenido en el conflicto o haya llegado posteriormente a tratar de restablecer el orden. Esto lo ignoramos. Como se nos indicase que en esos momentos, compañeros nuestros diputados, estaban en la comisaría, nos informamos si era en calidad de detenidos y se nos dijo que no, que sólo se trataba de levantar un acta. Allí encontramos al compañero Jaime Solís y otros dos o tres compañeros tratando de levantar un acta - porque ha de ser la base del procedimiento posterior - discutiendo allí sobre el asunto con un señor Montaño, ignoro quién sea, si regidor o comisario, pero, en fin, esto era para nosotros poco interesante y no podíamos, como Comisión oficial de esta Cámara, intervenir en estas minucias y solamente, luego de habernos enterado de que ningún compañero nuestro estaba ya en peligro.... (Una voz: ¿No hay muerto?) No lo hay, compañero. Se nos informó, por los propios compañeros Solís y otros, que el compañero Sánchez Pontón había sido herido, se supone que ligeramente, en una mano. Esto es todo; además, hubo heridos; resultó herido un policía, y según el presidente municipal, seis personas más, no diputados....(Voces: ¡Pero son gentes!) Digo que de compañeros nuestros solamente Sánchez Pontón fue herido; no hago apreciación ninguna. Es una desgracia lamentable que haya habido otros heridos. Y como el presidente Obregón nos indicase que estaría dispuesto a tomar las medidas que fuesen necesarias en caso de que se presentase nuevo conflicto, con esto quedó terminada nuestra misión.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano César A. Lara para informar acerca de a comisión que se le confirió ante el ciudadano secretario de Guerra y Marina.
El C. Lara: Señores diputados: Tratando de cumplir debidamente con la comisión con que nos honrara el ciudadano presidente de esta Cámara, nos trasladamos inmediatamente a la Secretaría de Guerra. Todas las dependencias de ella estaban cerradas, encontrándose únicamente allí un oficial de guardia, quien con toda atención nos hizo pasar y una vez que le expresamos que se trataba de un asunto urgente y grave, llamó luego por teléfono a la casa del general Estrada, habiéndose contestado que él no se encontraba allí. Como una medida de orden, me permití llamar al señor general Ramírez Garrido a su domicilio, también por teléfono, y él me contestó inmediatamente. Le expliqué el asunto y me dijo que se trasladaría personalmente al lugar de los sucesos. Como el compañero Manrique acaba de informar, y como consta a los compañeros que fuimos a Tacubaya, el general Ramírez Garrido cumplió con el ofrecimiento que me hiciera, constituyéndose personalmente en el lugar de los sucesos y retirando la fuerza del 37 regimiento de la Federación que había ocurrido a los disparos, pero que no tuvo ninguna participación en el conflicto. Este se suscitó entre los partidarios que querían entrar al Ayuntamiento y las fuerzas de la Policía Montada. El señor Ramírez Garrido retiró la fuerza que ocurrió a los disparos, con lo que demostró que cumplía el ofrecimiento que había hecho. Esto es lo que tengo el honor de informar a la honorable Asamblea.
El C. Gandarilla: Una interpelación, señor presidente. Suplico a su señoría tenga la bondad de informarme sobre algo trascendental, ya que no estuve al principio de esta discusión o de este asunto, si los señores compañeros nuestros, Sánchez Pontón, Solís, etcétera, etcétera, estaban en Tacubaya en el desempeño de alguna comisión de esta Cámara, o si andaban espontáneamente allí. (Murmullos.)
El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar al ciudadano Gandarilla que los compañeros Sánchez Pontón, Solís, etcétera, no tenían ninguna comisión de la Cámara. (Desorden. Campanilla.) La Presidencia suplica a los ciudadanos diputados no abandonen el salón; estamos en sesión permanente; acaban de aprobar que nos declaramos en sesión permanente y ya se van todos. (Aplausos.) La Presidencia estima, creyendo interpretar el espíritu de la Asamblea, que ya acabó el motivo por el cual nos declaramos en sesión permanente; pero deben esperarse para leer el acta y aprobarla. Por consiguiente, se suplica a la Secretaría se
sirva dar lectura al acta de la sesión, y a los compañeros que no abandonen el salón.
- El C. secretario Aillaud, leyendo:
"Acta de la sesión permanente celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día ocho de noviembre de mil novecientos veintiuno.
"Presidencia del C. Israel del Castillo.
"En la ciudad de México, a las ocho y cincuenta de la noche del martes ocho de noviembre de mil novecientos veintiuno, se abrió la sesión con asistencia de los mismos ciudadanos representantes que estuvieron presentes en la sesión pública inmediata anterior, de acuerdo con una moción presentada en esa sesión por varios ciudadanos diputados.
"La Asamblea acordó se nombrara una Comisión a fin de que se dirija a Tacubaya a tomar informes de los hechos ocurridos en ese lugar, y la Presidencia designó, con este objeto, a los ciudadanos Fernández Martínez, Hernández Macario, Campillo Seyde, Céspedes y Aguirre Colorado Ernesto.
"El C. Avilés hizo una aclaración, y después de otra de la Presidencia, ésta, atendiendo la petición del ciudadano Vizcarra, declaró que este representante formaría parte de la comisión citada.
"El ciudadano Manrique paso a informar acerca de la comisión que se le confirió cerca del ciudadano presidente de la República, a fin de hacer de su conocimiento los sucesos de que se trata.
"El ciudadano Lara César informó a su vez acerca de la comisión que llevó cerca del ciudadano secretario de Guerra, en representación de esta Asamblea y relacionada con lo acontecido en Tacubaya.
"El ciudadano Gandarilla hizo una interpelación a la Presidencia y fue debidamente atendido.
"Se leyó la presente acta."
Está a discusión.
- El Arce: Pido la palabra. Como la Cámara se ha declarado en sesión permanente para un asunto tan importante, como consideramos todos los aquí presentes el asunto, y el señor Rivera Cabrera habló de un cadáver, creo que no debe suspenderse la sesión permanente mientras el señor Rivera Cabrera no nos aclare ese asunto. (Risas.)
El C. Rivera Cabrera: ¡Es usted muy chistoso!
El C. secretario Aillaud: ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.
El C. presidente, a las 9.05 p. m.: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las once de la mañana.