Legislatura XXX - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19230226 - Número de Diario 12
(L30A1P1eN012F19230226.xml)Núm. Diario:12ENCABEZADO
MÉXICO, LUNES 26 DE FEBRERO DE 1923
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921
AÑO I. - PERÍODO EXTRAORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO II. - NÚMERO 12
SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 26 DE FEBRERO DE 1923
SUMARIO
1. - Se abre la sesión lectura y aprobación del acta de la anterior.
2. - Cartera. Se concede licencia a los CC. diputados Cisneros canto, Iturralde y Canal.
3. - A discusión el dictamen de las comisiones unidas de Agricultura y Fomento, 2a. de Puntos Constitucionales y 1a. Agraria, referente a la autorización que solicita el Ejecutivo para expedir las leyes de Terrenos Baldíos y Nacionales, Colonización, Pesca y Caza. Se designa comisión que invite al ciudadano subsecretario de Agricultura y Fomento para que concurra a esta Cámara. El C. diputado Luis Espinosa informa del resultado de la comisión que se le confirió.
4. - Continúa el debate del anterior dictamen. Se levanta la sesión por falta de quórum.
DEBATE
Presidencia del
C. GARZA CANDELARIO
(Asistencia de 132 ciudadanos diputados.)
El C. presidente, a las 17.18: Se abre la sesión.
- El C. secretario Esparza Martínez, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veintitrés de febrero de mil novecientos veintitrés. - Período Extraordinario.
"Presidencia del C. Ricardo Covarrubias.
"En la ciudad de México, a la diez y siete horas y diez minutos del viernes veintitrés de febrero de mil novecientos veintitrés, se abrió la sesión, con asistencia de ciento treinta y seis ciudadanos diputados.
"Fue aprobada el acta de la sesión anterior, celebrada el día veinte de este mes, y se dio cuenta con los asuntos en cartera:
"El C. diputado Ramírez Luque solicita licencia por veinte días, con goce de dietas.
"Se dispensaron los trámites y sin debate se aprobó.
"El C. diputado Alcaraz Romero, en telegrama procedente de Huetamo, Michoacán, pide se le prorrogue por diez días la licencia de que ha venido haciendo uso.
"También se acordó de conformidad, previa dispensa de trámites y sin debate.
"El director de la Facultad de Ciencias Químicas envía una invitación del secretario de Educación Pública, para la inauguración de la Facultad de Ciencias Químicas, que tendrá lugar a las diez horas del día veinticuatro de este mes.
"La mesa designó en comisión para que represente a la Cámara en este acto, a los CC. Candelario Garza, Arnulfo Pérez H., José J. Razo, Angel Montoya, Saltiel Oliver y C. y prosecretario Santa Anna.
"La comisión de Administración representa un proyecto de decreto, por el que se amplía la partida 142 del Presupuesto de Egresos vigente.- A la 2a. Comisión de Hacienda.
"Continuó la discusión en lo general del dictamen de las comisiones unidas 1a. y 2a. de Petróleo, que consulta un proyecto de Ley Orgánica del artículo 27 constitucional, en el ramo de petróleo.
"El C. Goméz Campos dio fin a su discurso en pro.
"En contra habló el C. Murguía.
"El C. José Manuel Puig y Casauranc usó de la palabra en nombre de las comisiones dictaminadoras.
"Por último, se produjeron un pro y en contra, respectivamente, los CC. Luis Espinosa y Barón Obregón. El último interpeló al C. Aquilino Emilio Rama, quien paso a la tribuna para contestar.
"Suficientemente discutido el dictamen, se preguntó, en votación nominal, si había lugar a votar en lo general, y no habiéndose obtenido más de noventa votos por la afirmativa, la Secretaría declaró que no había quórum.
"A las diez y ocho horas y treinta y siete minutos se levantó la sesión y se citó para las diez y seis horas del próximo lunes veintiséis.
Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.
- El mismo C. secretario, leyendo:
Telegrama procedente de "Mérida, Yucatán, 23 de febrero de 1923.
"Presidente Cámara de Diputados:
"Estado suma gravedad mi padre, hame impedido tomar pasaje efecto concurrir sesiones extraordinarias. Suplico H. Cámara concédame licencia, dispensa trámites y goce dietas, hasta 15 marzo, pues tomaré pasaje primer vapor marzo esa capital, efecto asistir sesiones. - Atentamente, diputado, Arturo Cisneros Canto."
En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. A discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se concede la prórroga de licencia.
Telegrama procedente de "Valladolid, Yucatán, 24 de febrero de 1923.
"Presidente de la Cámara de Diputados:
"Por estar recién operado diríjome esa Cámara, solicitando me sea concedida licencia un mes, goce dietas; por correo envíole certificado médico.- Afectuosamente, J. M. Iturralde."
En votación económica se consulta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Concedida la licencia .
Telegrama procedente de "Matehuala, S. L. P., 25 de febrero de 1923.
"Diputado licenciado Emilio Gandarilla. - Secretaría Cámara de Diputados.
"Encontrándome enfermo, respetuosamente solicito H. Asamblea, con dispensa de todo trámite, quince días licencia, con goce de sueldo. Sírvase avisarme resolución, esta vía. - Atentamente, diputado, Jesús Canal."
En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvase manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. concedida la licencia.
Telegrama procedente de "Saltillo, Coahuila, 26 de febrero de 1923.
"Cámara de Diputados del Congreso de la Unión:
"Por prensa sabemos hase propuesto Ley Amnistía para nosotros.
"Protestamos una vez más contra imputación al considerarnos rebeldes. Formamos único Congreso legal, y esa ley no nos atañe. - Respetuosamente, V. Guajardo, presidente Congreso local. - Antonio Garza Castro. - R. de León Flores." - Recibo, y transcríbase al Ejecutivo.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Dictamen de las comisiones unidas de Agricultura y Fomento, 2a. de Puntos Constitucionales y 1a. Agraria, sobre la iniciativa del Poder Ejecutivo a fin de que se le autorice para expedir leyes de terrenos baldíos y nacionales, colonización, pesca y caza.
"H. Asamblea:
"A las subscriptas comisiones de Agricultura y Fomento, 2a. de Puntos Constitucionales y 1a. Agraria, fue turnada, para su estudio y dictamen, la iniciativa del Poder Ejecutivo de la Unión, quien, en la parte final de ella solicita autorización para dictar, dentro del término de un año y con carácter provisional en tanto no sean modificadas por el Congreso General, las leyes de terrenos baldíos y nacionales, de colonización, de pesca, de caza y forestal. Las mencionadas comisiones han estudiado determinadamente la proposición del Ejecutivo, así como la breve exposición de motivos que la informa y, en consecuencia, se permiten el honor, en cumplimiento de su deber, de rendir el siguiente dictamen:
"La solicitud del Ejecutivo, en nuestro concepto, debe ser analizada bajo dos puntos de vista igualmente trascendentales: de orden legal, constitucional, el primero, y de índole política para la Cámara de Diputados, el segundo.
"De hecho, la petición del Ejecutivo entraña una concesión de facultades legislativas especiales, una delegación de funciones del Poder Legislativo en favor de aquél, que indiscutiblemente está fuera de los preceptos constitucionales que deben ser la norma del Gobierno del que es parte integrante esta Cámara de Diputados, y fuera también de todos los precedentes revolucionarios sentados por las nuevas organizaciones liberales de Gobierno que substituyeron a las antiguas absorbentes y dictatoriales.
"Este escollo legal, sin embargo, parece que podría salvarse, al menos así lo sostiene el mismo Ejecutivo, en su exposición de motivos, cuando considera implícitamente que las leyes citadas antes, son o podrían asimilarse a "reglamentos o reglamentarias del artículo 27 constitucional", para cuyo dictado hay precedentes que permitirían la concesión legislativa de que se trata, y cuando invoca explícitamente en favor de sus tesis la autorización que para expedir reglamentos sobre "pesca y productos de las aguas" le otorga el artículo 4o., fracción II, de la Ley de 13 de diciembre de 1910. Las comisiones, aun cuando sobre el particular no encuentran serios motivos de controversia, difieren el criterio del Ejecutivo en que no se trata de los reglamentos que cita la ley antes dicha, y de otros de naturaleza asimilable a la de éstos, sino de leyes que, si bien se ha dado en llamar reglamentarias, de hecho y de derecho son Orgánicas, substanciales e interpretativas del propio artículo 27, y en tal virtud, que caen fundamentalmente dentro de las funciones exclusivas de los cuerpos legisladores; asimismo, aun considerando con el Ejecutivo que es el caso de la expedición de meros reglamentos, conforme a la Ley
de 13 de diciembre de 1910 que se invoca, no cabría dentro de la autorización de la fracción II del artículo 4o., una delegación de funciones en materia de colonización, bosques, caza, terrenos baldíos y nacionales.
"El artículo 27 constitucional que, con razón plena ha sido calificado de la "conquista máxima de la revolución", la expresión más precisa de todas las tendencias avanzadas y reformadoras de nuestra organización social, si bien establece lineamientos para diversos motivos de legislación aplicativa, indudable que amerita, para el mejor resultado práctico de las doctrinas que consagra, una interpretación concienzuda, tan elevada como lo exigen las ideas contenidas en dicho artículo, en la cual tomen parte todas las fuerzas intelectuales del país y particularmente las de los representantes populares. El citado precepto abarca el ramo de Agricultura y Fomento, no sólo las materias para las que se pide autorización legislativa, sino más de una decena de leyes orgánicas aplicativas, entre las cuales sobresalen las siguientes: fraccionamiento de latifundios, agraria (comprendiendo más de tres aspectos), de aguas, de caza, de pesca, colonización, de terrenos baldíos y nacionales, de control y de protección de recursos nacionales, de fomento agrícola (comprendiendo más de dos aspectos), etcétera, y en todas ellas es indispensable que el espíritu singular, significativo y trascendente, del propio precepto impere, se diluya de tal manera que la reforma social y económica que los constituyentes quisieron se realizara entre nosotros por la virtud de las ideas contenidas en él, se realice estrictamente, efectivamente; y aun cuando la Representación Nacional tiene, y lo ha demostrado y está dispuesta a seguirlo demostrando, absoluta fe, íntegra confianza, en los colaboradores del Ejecutivo que llevarían a cabo sin intervención nuestra la obra para la que se nos consulta, se hace necesario que la propia Representación, tangiblemente, contribuya en dicha obra.
"Vista la proposición bajo su aspecto político para esta Cámara, unánimes están las comisiones en manifestar que sería inconveniente una delegación de funciones, en este caso por tantos motivos especialísimo, no existiendo en nuestro concepto causas mayores en el momento, para obligarnos a esta abstención legislativa, ni para justificarnos ante nuestra conciencia revolucionaria y ante la opinión pública que ha esperado tanto tiempo una clara y franca actuación de esta Cámara con respecto a este y a otros preceptos constitucionales.
"Si bien es verdad, como expresa el Ejecutivo, que las materias que se tendrían que estudiar, son tan arduas y extensas, que absorberían todo nuestro período de labores y aún no lograríamos finalizar con aquéllas, no lo es menos que esta H. Asamblea ha dado pruebas de actividad y de tino para proceder con acierto y rapidez al cumplimiento de sus deberes; asimismo, si es cierta la dificultad que se nos presenta relativa a que la expedición de esas leyes requiere mucho tiempo, también es verdad que sabríamos encontrar la fórmula adecuada de prontitud y de eficacia, para llenar nuestro cometido, y tanto es así, que, opinando como el Ejecutivo a este respecto, al finalizar el primer período ordinario de sesiones, se resolvió la formación de una comisión mixta, integrada por los presidentes de las comisiones de Agricultura, Agraria, Crédito, Hacienda, etcétera, y varios representantes de aquel Poder, para que estudiara toda la legislación del artículo 27 y la presentara como un todo compuesto de partes armónicas, de acuerdo con el espíritu del mismo artículo, en este periodo extraordinario de sesiones. En nuestro concepto, de ser por otros motivos infranqueable la dificultad del tiempo y la magnitud de la empresa legislativa, la solución es facilísima y sigue en pie por el procedimiento anterior, pues formulados los proyectos de ley, de acuerdo los representantes de la Cámara y del Ejecutivo, las discusiones posteriores serían breves y requerirían muy poco tiempo.
"Si la XXX Legislatura se ha significado por su labor efectiva en más de tres materias que las diversas legislaturas anteriores no habían podido tratar múltiples razones, coronaría su obra avocándose con empeño al estudio del artículo 27, y sentaría una importante procedente para el futuro, volviendo a esta Asamblea por los fueros de sus deberes primordiales, Esta razón debe ser considerada de tal fuerza, que por sí sola bastaría para fundamentar la resolución final de las subscriptas comisiones.
"Por otra parte, con el estudio del artículo 27, empezar seguramente la labor legislativa orgánica y de aplicación sobre todos los importantes preceptos constitucionales, como el 4o., el 123, etcétera, en los que se contiene totalmente el fruto inmaterial de nuestras conmociones revolucionarias; de sentar este precedente de resignación de facultades, más que constitucionales, revolucionarias, nos podríamos en el caso de repetir lo propio con los preceptos referidos y con algunos otros más.
"Por, última, consideración que no existiera ninguna de las circunstancias expuestas, habríamos de reflexionar sobre el precedente sentado por esta misma Legislatura cuando se trató de la autorización para la fundación del Banco de México, en la que, si bien depositamos nuestras facultades legislativas en el Ejecutivo, para salvar todo escrúpulo legítimo y justificado, establecimos siquiera bases generales de legislación posterior. Al menos, si todo lo invocado por las comisiones no fuere de tomarse en cuenta, deberíamos obrar en este caso como en el enunciado.
"Huelga manifestar a esta Asamblea que estamos en todo de acuerdo con las consideraciones generales del Ejecutivo, sobre la urgencia y conveniencia de dictar la legislación que nos propone; siendo satisfactorio para esta Cámara, haber expresado lo mismo en diversas ocasiones precisamente por boca del presidente de la Comisión de Agricultura y Fomento y de algunos otros de los subscriptos.
"El Ejecutivo está en lo justo al afirmar que sería casi imposible para esta Cámara realizar la obra legislativa que nos propone; con esta oportunidad debemos certificar una vez más la necesidad que existe de modificar la organización de nuestros trabajos camerales, siendo, indudablemente, una medida hacia la más alta eficiencia de ellos, la integración de comisiones mixtas tal como para el caso del artículo 27 se propuso y fue aceptado por el mismo Ejecutivo de la Unión; de esta
suerte, a la par que el aprovechamiento de nuestros breves períodos de actuación, ser efectivo, alejaremos un tanto la causa que ahora se nos presenta justificadamente como antecedente imperioso de resignación de facultades.
"Por todo lo expuesto, venimos a pedir a vuestra soberanía, y en razón también de que la Representación Nacional debe facilitar al Ejecutivo su labor por todos los medios posibles, omitiendo todo acto que pudiera, así sea involuntariamente, estorbar sus funciones, en bien de los intereses nacionales, no la aprobación de una resolución definitiva, sino, por ahora, la de los siguientes puntos de acuerdo:
"I. Envíese al Ejecutivo atenta nota, conteniendo sintéticamente las ideas anteriores, suplicándole que en caso de profesarlas en todo o en parte, sea servido de remitir a esta Cámara los proyectos de ley que seguramente tendrá ya dispuestos para ser promulgados de acuerdo con su solicitud, ofreciéndole esta Representación Nacional, avocarse a su estudio de la manera más activa, a fin de que produzcan sus efectos en el plazo que él hubiere proyectado. Manifiéstesele igualmente que, por lo que toca a los proyectos de leyes orgánicas del artículo 27 constitucional, que no tenga de antemano dispuestos, la Representación Nacional vería con agrado la realización de la comisión mixta que quedo planteada últimamente.
"II. Indíquesele que, en caso de que su sentir difiera esencialmente del de esta Cámara, la misma está dispuesta a reconsiderar el acuerdo anterior, previamente que haya oído con toda amplitud el criterio del Ejecutivo, a cuyo efecto veríamos con satisfacción que su representante en el ramo de Agricultura y Fomento se sirviera asistir a este recinto para informar sobre el particular a los ciudadanos representantes que lo deseen.
"Sala de comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 15 de febrero de 1923. - Por Agricultura y Fomento, Gilberto Fabila. - Carlos Cuervo. - Miguel G. Calderón. - Por 1a. Agraria, de acuerdo con los considerandos, teniendo diferente opinión respecto a los dos puntos resolutivos, que en mi concepto deben ser negando rotundamente las facultades solicitadas. - A. R. Guzmán. - Por 2a. de Puntos Constitucionales, E. Padilla. - M. Castillo Nájera."
Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.
El C. Rodríguez Guillermo: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Rodríguez Guillermo: Sabiendo que algunos diputados están de acuerdo con la primera parte, pero no con la segunda, yo desearía que al recogerse la votación se dividiera en dos partes, a fin de que los que estemos de acuerdo con la primera la aprobemos, y los que no estemos de acuerdo con la segunda, la desechemos.
El C. secretario Esparza Martínez: La presidencia al ciudadano Rodríguez, por conducto de la Secretaría, que tenga la amabilidad de presentar su proposición por escrito.
El C. Del Castillo Israel: Pido la palabra, con objeto de pedir a las comisiones que formularon el dictamen, con apoyo en un artículo reglamentario, que lo funden, ya que casi nadie escuchó la lectura.
El C. Rodríguez Guillermo: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Rodríguez Guillermo: Yo creo que no es necesario hacer la proposición por escrito, desde el momento en que los mismos miembros de las comisiones no están enteramente de acuerdo: uno de los firmantes, al firmar, hace una salvedad en el sentido de que él negaría rotundamente las facultades que pide el Ejecutivo, y en tal caso, es a la comisión a las que corresponde hacer las declaraciones del caso para la Asamblea se oriente debidamente en el sentido que debe votar.
El C. presidente: La presidencia manifiesta al ciudadano diputado Guillermo Rodríguez, que el ciudadano Gilberto Fabila, miembro de la comisión, va a fundar el dictamen.
El C. Fabila, de la comisión: Obsequiando la solicitud del compañero Israel del Castillo, vengo, en nombre de las comisiones, no a fundar el dictamen, puesto que su contenido por sí solo lo funda, sino más bien de hacer un resumen de lo que contiene, para que el compañero del Castillo, que fue uno de los que no escucharon la lectura, o de los que no leyeron el dictamen a su tiempo, se entere de lo que va a votarse por la afirmativa o por la negativa: El Ejecutivo solicitó permiso de esta Asamblea para promulgar las leyes de caza, pesca, forestal y otras, todas ellas formando parte de la legislación reglamentaria orgánica del artículo 27 constitucional. En su exposición de motivos del Ejecutivo no aduce razones en qué fundar esa solicitud, por demás extraña y anacrónica: extraña, por que no se compadece con las tendencias revolucionarias y renovadoras del momento histórico por que atravesamos; extraña, porque parece equipararse a tantas solicitudes de gobiernos muy diferentes al que ahora rige nuestros destinos. Posiblemente el Ejecutivo quiso imitar los procedentes de gobiernos anteriores al de Madero, dentro de cuyos Gobiernos de hecho al Ejecutivo legislaba con absoluta abstención de las Cámaras colegisladoras. Extraña, porque parece ser que el Ejecutivo no ha palpado los resultados de esos precedentes funestos, resultados que siempre han llegado a un límite: a que las legislaciones expedidas por el Ejecutivo en uso de facultades extraordinarias sean absolutamente conservadoras y sean absolutamente reaccionarias. Si tuviéramos la atención de analizar las legislaciones expedidas por los Ejecutivos en uso de facultades en los casos de abdicación de las Cámaras colegisladoras, certificaríamos, comprobaríamos con evidencia la afirmación que acabo de hacer. Decía yo que esa solicitud es anacrónica también, porque un Gobierno revolucionario del cual formamos parte, debe procurar, está obligado a procurar que todas las disposiciones legales de trascendencia para el país sean las síntesis de las aspiraciones, de las necesidades del pueblo, expresadas por conducto de sus representantes en la Cámara que para el efecto establece la Constitución federal. Como decimos las comisiones en el dictamen, la solicitud del Ejecutivo tiene dos aspectos: el legal y el político. Desde el punto de vista legal, y aun cuando mi voz no sea autorizada a este respecto por ser lego en leyes, creo cuando menos, intuitivamente, que está
fuera esa solicitud de todos los preceptos constitucionales. En su aspecto legal también, entre otras razones, no procede esta solicitud, porque para la "Cámara de Diputados legislar es una obligación y no un derecho, y es posible resignar, abdicar, ceder un derecho, algo que es propio, pero no una obligación que no puede descargarse o no puede un individuo o colectividad hacer descansar en ninguna otra entidad. Políticamente, no creo necesario extenderme demasiado para indicar que esta Cámara, eminentemente revolucionaria, no debe permitir que se establezca un precedente de esta naturaleza. Sería un precedente funesto, sería un precedente que nos descalificaría como revolucionarios ante la historia y ante el país. Además, como inmodestamente decimos con acierto en el dictamen, de abdicar en la legislación de esta parte del artículo 27, estaríamos obligados, o concederíamos al Ejecutivo la facultad de solicitar igual concesión por lo que hace a los artículos 123, 4o. y otros más que constituyen la médula de las conquistas revolucionarias. Tiene este dictamen un aspecto moral, o más bien, moralizador. En efecto, ¿es posible -y no me refiero al caso concreto del Ministerio de Fomento, sino a todos los ministerios en general - que desde 1917 a la fecha no hayan los departamentos técnicos de que están dotadas las Secretarías de Estado, estudiado siquiera una rama legislativa dentro del marco que establecen las ideas revolucionarias de la Constitución federal? ¿Es posible, - sin dirigir ninguna puya capciosa al Ministerio de Fomento - que sus direcciones de aguas, de bosques, de irrigación, de agricultura, etcétera en cinco años no hayan podido estudiar siquiera una ley dentro de los postulados del artículo 27? ¿Qué se hace, pues, en las direcciones de los ministerios? ¿Para eso se tiene allí personal técnico bien remunerado? ¿Para eso se tiene allí ese cúmulo de empleados: para firmar o dictar oficios? En mi concepto, repitiendo una vez más que no es por zaherir al Ministerio de Fomento, sino para decir verdades que pueden servir de estímulo, de catalítico a la flojera intelectual, a la flojera física de los funcionarios y empleados de los ministerios. ¿Es posible que durante cinco años no se haya podido estudiar una ley que puede abarcar treinta o cuarenta artículos y que en concepto de los hombres de buena voluntad puede producirse en ocho días? Pero este argumento sólo en apariencia, puesto que yo, y conmigo numerosos miembros de esta Asamblea estamos enterados de que en el Ministerio de Fomento, al menos en algunas direcciones, sí se ha trabajado en el estudio de ciertas leyes. Una prueba de ello es un libreto que ha circulado en esta Cámara desde hace más de dos meses, que contiene un proyecto de ley de aguas. Existen, pues en el Ministerio de Fomento, varios proyectos de leyes dentro del artículo 27. ¿Por qué no los manda a esta Asamblea? ¿Por qué quiere por sí sólo promulgarnos sin intervención de la Cámara de Diputados, y qué objeto puede tener ese egoísmo? que los diputados echemos a perder sus proyectos brillantes o que les agreguemos o que sumemos ideas tal vez sumamente radicales, esas son las únicas objeciones que en mi concepto podría tener el Ejecutivo para no enviarnos sus proyectos que ya tiene la Secretaría de Fomento; pero me parecen sumamente deleznables esos argumentos, puesto que dentro de la Constitución tiene el Ejecutivo facultades y medios para oponerse a cualquier yerro de la Cámara de Diputados. Creo, pues, y conmigo la Asamblea debe creerlo también, que no hay razones ningunas para que concedamos las facultades que nos pide el Ejecutivo.
Y aquí viene la ocasión de fundar los dos puntos de acuerdo que las comisiones proponemos a esta Asamblea. Las comisiones, o el que tiene el honor de hablar, por lo menos, ha recibido numerosas observaciones de ciudadanos diputados; todos me han manifestado que por qué esa suavidad, que por qué esa diplomacia en los puntos de acuerdo; que por qué, si tenemos la razón, puesto que estamos en lo justo dentro del terreno legal y dentro del terreno político, por qué no, como el compañero Guzmán, valientemente negamos de plano las facultades que nos pide el Ejecutivo. Efectivamente, y en mi sentir íntimo estoy de acuerdo con el compañero Guzmán y con todos los que me han hecho esa misma observación; pero me parece más equilibrado que hagamos el Ejecutivo la atenta indicación que se propone, solicitando cortésmente que nos envíe esos proyectos de ley que tiene ya y que, de concedércele estas facultades, estoy seguro que a los ocho días los promulgaría. ¿Con qué objeto? Primero: con el exclusivo de cumplir con una fórmula, con el exclusivo de sentar un precedente en esta XXX Legislatura, de que todos los asuntos legislativos que le competan, pesen por este recinto; segundo: para que numerosos compañeros de Cámara viertan ideas nuevas, ideas provechosas, ideas justas, que tal vez falten a esos proyectos. Si esas ideas fueran demasiado radicales - que sería lo único que podrían temer los autores de esos proyectos - , el ejecutivo podría, dentro de la ley - , hacer observaciones y rechazar lo aprobado por esta Cámara.
Proponemos el segundo punto de acuerdo, porque -y aquí me permito contestar al compañero Rodríguez - si aprobamos nada más el primero, con exclusión del segundo, quedaremos en esta situación: El Ejecutivo dice "No remito los proyectos de ley que ya tengo". ¿Entonces negamos las facultades? Eso significa que, de hecho, el Ejecutivo admite la negación de facultades. En ese caso quedaríamos ya sin asunto a discusión; la Cámara no tendría motivo para meter las manos en la legislación del artículo 27 en asuntos de agricultura, sino hasta el próximo período ordinario de sesiones, cosa que podemos evitar con esa suavidad que tanto se me ha criticado, solicitando del Ejecutivo que envíe esos proyectos y que, en caso de no enviarlos, esté dispuesta esta Cámara a reconsiderar su acuerdo anterior. Esa reconsideración podrá ser lo que el compañero Guzmán propuso y otros muchos diputados desean; o podrá ser por ejemplo, que la Cámara nombre una comisión especial de su seno para que por sí, y haciendo abstracción de los proyectos que el Ejecutivo posee, se ponga a estudiar la legislación del artículo 27 y la presente el día primero de septiembre próximo.
El C. Espinosa: Pido la palabra antes que principie el debate.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Espinosa Luis: Para rogar a su señoría de manera muy atenta, que mande llamar al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, para que conozcamos su criterio y podamos juzgar de la importancia que tiene la solicitud de facultades especiales para legislar en el ramo de Agricultura; adelantando el que habla, desde este momento, que se opondrá ser con toda tenacidad a esa concesión.
El C. presidente: La Presidencia informa que ya se ha tenido en cuenta la solicitud del ciudadano Espinosa; así es que, aprobándose el dictamen, el ciudadano secretario de Agricultura vendrá a informar.
El C. Espinosa Luis: Perfectamente. La segunda parte del dictamen, que solicita la presencia del ciudadano secretario de Agricultura en esta Asamblea, no es más que la interpretación del sentimiento de todos los compañeros y de la necesidad de que esté aquí el ciudadano representante del Ejecutivo; pero, por cuestión de lógica, por cuestión de necesidad material, debemos invertir el tiempo y, en lugar de esperar a que sea aprobado ese artículo 2o. yo lo propongo a todo asunto sobre este debate, y ruego a su señoría, por segunda vez, que tenga la bondad, en todo caso, de consultar por medio de la Secretaría, a la Asamblea, que ella sea la que resuelva si se llama desde luego al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento, agregando que se nombre una comisión especial para que se acerque a dicho funcionario y le manifieste el deseo de esa Asamblea.
El C. presidente: La Presidencia hace saber al ciudadano espinosa que, después de consultar a la Asamblea, se hará lo que ella acuerde; pero sabe su señoría que su proposición debía ser por escrito, conforme al Reglamento.
El C. Espinosa Luis: Muchas gracias, señor presidente.
El C. secretario Esparza Martínez: Por disposición de la Presidencia, se consulta a la Asamblea si se toma en consideración la proposición del ciudadano Espinosa, relativa a que se llame al ciudadano secretario de Agricultura y Fomento. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo Aprobado.
La Presidencia ha tenido a bien designar para que cumplan con esta comisión, a los ciudadanos Luis Espinosa, Aquilino Emilio Rama, Olivé y prosecretario Martínez Adame. La Secretaría, por disposición de la Presidencia, ruega atentamente a los ciudadanos diputados que no abandonen el salón, entretanto la comisión que ha sido designada, se acerca a la Secretaría de Agricultura y Fomento, y por haberse excusado el ciudadano Aquilino Emilio Rama, se designa al ciudadano diputado Guzmán Apolonio R., para que lo substituya.
El C. presidente: Tiene la palabra para informar, el ciudadano Luis Espinosa. - El C. Espinosa Luis: Honorable Asamblea: En cumplimiento de la comisión que se sirvió conferirnos vuestra soberanía, a efecto de que nos acercásemos al ciudadano Ramón P. Denegri, secretario de Agricultura y Fomento, y le hiciésemos conocer el acuerdo vuestro para que se presentase en la Cámara de Diputados e informase los motivos por los que la Secretaría de su encargo pedía facultades extraordinarias para legislar en algunos de sus ramos, nos presentamos en la mencionada Secretaría de Agricultura y Fomento, y el ciudadano secretario del ramo se sirvió recibirnos después de hacernos esperar como diez o doce minutos..... (Voces: ¡No fue mucho.) Se sirvió manifestarnos que desconocía, que desconoce los proyectos de ley sometidos a vuestra consideración; que no fueron pedidos por él, sino que es un asunto acordado y formulado desde cuando era encargado de la Secretaría el ciudadano Villarreal - esto, como consta a la Asamblea, no es cierto, porque el Ejecutivo presentó esta solicitud de facultades ahora, dentro de este extraordinario de sesiones - y que, en consecuencia, no conociendo él estos asuntos, necesitaba antes de venir a esta Asamblea, acordar con el ciudadano presidente de la República. Que se sirva esta Asamblea excusarlo de que, por las razones expresadas, no obsequiase sus deseos. Lo que la comisión tiene el honor de informar a vuestra soberanía, por mi modestísimo conducto.
El C. secretario Esparza Martínez: Continúa a discusión el dictamen.
El C. Guzmán Apolonio R: Pido la palabra, como miembro de las comisiones.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Guzmán Apolonio R: Estando de acuerdo la Comisión Agraria en los puntos de los considerados del dictamen, pero no en los resolutivos, porque las comisiones de Agricultura y Fomento y la de Puntos Constitucionales, de una manera clara y terminante coquetean con el Ejecutivo, es decir: que no tienen el valor suficiente valor civil al negarle lo que en su proyecto de decreto pide: facultades extraordinarias, yo pido a la Presidencia que ponga a la consideración de la Cámara el punto resolutivo que yo propongo: que se le nieguen rotundamente esas facultades, porque sería funesto para el país darle esas facultades, y porque para mañana el poder Legislativo se arrepentiría de una manera muy dolorosa de haberlo dado esas facultades, porque ni dentro de un año ni dentro de dos, se darían esas leyes y sería funesto que el Ejecutivo diera esos mismos proyectos de ley que él pretende y nosotros no podríamos arrancarle al Ejecutivo esas facultades extraordinarias.
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano diputado Guzmán que lo que él solicita resultará de la discusión que se suscite en esta Asamblea y que, después de la discusión, puede el ciudadano Guzmán hacer la misma proposición.
El C. Murguía: Pido la palabra para hacer una interpretación a la comisión.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Murguía, para hacer una interpretación a la comisión.
El C. Murguía: El compañero que acaba de hablar como miembro de la comisión, propone que se modifique el dictamen de la comisión en el sentido de que se le nieguen rotundamente las facultades al Ejecutivo; y yo pregunto al compañero Guzmán: ¡Por qué, siendo miembro de las comisiones y siendo su criterio enteramente distinto a los demás....
(Voces: ¡Lo dice en el dictamen!) no presentó un voto particular sobre el particular?
El C. Guzmán Apolonio R: Pido la palabra para contestar al compañero Murguía.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Guzmán Apolonio R: Siendo la Comisión Agraria minoría con relación a las otras dos comisiones, ésta no estuvo de acuerdo con los puntos resolutivos de la Comisión de Agricultura y 2a. de puntos Constitucionales; no estuvo de acuerdo con los puntos resolutivos en los cuales se pedía que se formara una comisión mixta, es decir: que nombre el Ejecutivo personas de su confianza para que, en compañía de la comisión que nombre la Cámara, se formulen los proyectos de la ley; y la Comisión Agraria, por conducto de su presidente, manifiesta en el dictamen, y claramente lo expresa, que se nieguen rotundamente las facultades extraordinarias que pide para legislar en la cuestión de caza, en la cuestión forestal, en la cuestión de pesca, en la cuestión de colonización y en la cuestión de terrenos nacionales y baldíos, porque ya el Ejecutivo, de una manera tal vez capciosa, se burló de esta Cámara cuando él quiso formar la comisión mixta.
El C. secretario Esparza Martínez: Están inscriptos: en pro, el ciudadano Luis Espinosa; en contra, el ciudadano Pastoriza Juan.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Pastoriza Juan.
El C. Patoriza: Señores representantes: Estamos frente a un problema de gran trascendencia. Es necesario que vuestra soberanía preste toda la atención, porque se trata, nada menos, que de uno de los fundamentales de la carta magna.
Tan llevado y tan traído el artículo 27 dentro de su reglamentación, en todos sus ramos, en estos instantes, en que el Ejecutivo de la Unión viene y presenta un proyecto, presenta una iniciativa para que se le conceda una facultad para legislar en determinados ramos, nosotros necesitamos descender al estudio de esta iniciativa con todo un criterio analítico, desposeído de todos los eufemismos y llegando aquí con una amplia serenidad, con un amplio juicio, señores representantes. Desde luego, el ciudadano ministro de Agricultura estaba obligado a venir aquí a rendir un informe sobre este particular, dado que, por su conducto, por esa Secretaría de Estado ha llegado el proyecto de ley a esta Representación Nacional. Y al no hacerlo así es, o porque señor le han hecho el proyecto de referencia y no tiene conocimientos sobre el particular, o porque este individuo, ministro de Agricultura y Fomento no tiene las capacidades necesarias para venir aquí a dar la voz informativa sobre este particular. Yo desde luego, señores, tengo entendido que es obligatorio (Aplausos.) Por parte del ministro de Agricultura y Fomento venir a ilustrar vuestro criterio sobre este punto tan trascendental.
Voy a descender al estudio del dictamen de las comisiones y, desde luego parto de la teoría constitucional. Vienen los señores de las comisiones y manifiestan que, constitucionalmente, no debe aceptarse esta iniciativa, porque es invadir al Ejecutivo las esferas del Poder Legislativo. Desde luego, señores, yo ruego y digo: se trata de leyes reglamentarias, y en materia de leyes reglamentarias tenemos nosotros grandes precedentes dentro de nuestra legislación. ¿Y por qué? Porque, dado lo complicado de nuestra legislación sobre este particular, la larga elaboración de ellas, sería realmente imposible que las cámaras, señores, vinieran a hacer un estudio de artículo por artículo de un proyecto tan complicado y tan largo. Y tan es cierto esto, señores que en cámaras anteriores, cuando se ha tratado de la legislación en los distintos ramos civiles, mercantiles y penales y hasta en el orden administrativo, siempre se ha facultado al Ejecutivo de la República por decretos especiales para legislar sobre ese particular. Y yo pregunto, señores: ¿acaso porque se trata de que esta es una Cámara revolucionaria? Supongamos que en las pasadas épocas de las dictaduras las Cámaras estaban bajo los principios viejos del servilismo, y por eso concedían esas facultades especiales a los ejecutivos para legislar en determinados ramos; pero hoy que se trata de una Representación, sin duda alguna, genuinamente popular y de carácter revolucionario, es cuando estamos más obligados, señores a pensar que, para que haya una uniformidad dentro de la ley, que es tan complicada dentro de su mecanismo, debemos nosotros pensar que haya la mente única y armónica de un legislador, y que esto se consigue, sin duda alguna, concediendo la facultad al Ejecutivo, y más cuando el Ejecutivo de la Unión viene y pide solamente ésta con carácter provisional, dentro del término de un año. Y nosotros, señores representantes, tengamos entendido que, si mañana el Ejecutivo de la Unión no sabe interpretar este sentimiento de amplia liberalidad de esta Asamblea al concederle esta facultad, porque no se haya compenetrado bien de los problemas nacionales en el orden de la Reglamentación del artículo 27 en estos ramos, está dentro de vuestra misma facultad, entonces, descender al estudio de un proyecto y derogar el anterior, y entonces, con esto, habremos demostrado que el Ejecutivo federal no estuvo ampliamente compenetrado del problema nacional de esta índole, y en nuestra mano está llegar a reformar una ley que el Ejecutivo dé en determinado instante, porque no haya sido el verdadero sentimiento nacional en el orden revolucionario.
Supongamos que el Ejecutivo, en su proyecto, en su iniciativa, al promulgarla, no fuera la interpretación fiel de la necesidad revolucionaria; entonces nosotros, señores representantes, estaríamos verdaderamente capacitados para venir a decir: vamos a dar una nueva ley, porque tú no supiste hacer el verdadero uso de las facultades que la Cámara, en un verdadero gesto de liberalismo, supo concederte. No vengamos aquí a encerrarnos dentro de un estrecho molde, pensando que es nuestra soberanía la que se invade. No, señores; esos son lirismos; nosotros debemos pensar que, antes que sea la soberanía de la Cámara la que se invada, dados los antecedentes que hay en nuestra legislación actual, hay algo más trascendental, que es la ingente necesidad que existe de la reglamentación de estas leyes, dado que los anteriores Congresos no han sabido cumplir con el imperativo categórico que les ha impuesto la Constitución sobre el
particular. Y tan es cierta la tesis que sostengo, que las mismas comisiones unidas, no el compañero Guzmán, quien formuló un voto de carácter particular sino los otros miembros de las comisiones, en una de las partes de su dictamen, clara y terminantemente dicen:
"Indíquese al Ejecutivo que, en caso de que su sentir difiera esencialmente del de esta Cámara."
Es decir, respecto al nombramiento de la comisión de carácter mixto, que junta con las de la Cámara de la Unión, sean las que elaboran el proyecto de ley para que más tarde se someta a consideración. Las comisiones parten de un punto de vista analítico muy justificado, y dicen a este respecto con el Ejecutivo:
"La misma estará dispuesta a reconciderar el acuerdo anterior, previamente que haya oído con toda amplitud el criterio del Ejecutivo, a cuyo efecto veríamos con satisfacción que su representante en el ramo de Agricultura y Fomento se sirviera asistir a este recinto para informar sobre el particular a los ciudadanos representantes que lo deseen."
Desde luego las comisiones lo único que han querido es escuchar la voz que en su entender era la voz autorizada, que por desgracia no ha venido aquí para cumplir con un deber, la voz del secretario de Agricultura, y entonces las comisiones, dudosas de si negarían de una manera rotunda la petición del Ejecutivo, vienen a formular esta parte que a mi entender es esencialmente ambigua, porque viene a determinar que la comisión no está verdaderamente compenetrada del problema, para saber si niega una manera rotunda o para saber si concede. Y si la misma comisión, al estudiar este asunto viene y comulga con la idea de que es necesario escuchar la voz del secretario de Agricultura y Fomento, señores, esa es la prueba de que sobre este particular es necesario que nosotros dejemos una amplia libertad al Ejecutivo. ¡Si el Ejecutivo viniera a pedirnos algo que nosotros considerásemos que era una profunda inmoralidad.! Es necesario que seamos menos apegados a los llamados sagrados ritos de la ley cuando no son más que precisamente las formas del procedimiento. Si la forma del procedimiento no vulnera nada dentro de la moral amplia del derecho público, concedámoslo, señores, cuando verdaderamente hay antecedentes en la legislación mexicana, y así nosotros habremos llegado a una conclusión, señores. El poder Ejecutivo ampliamente compenetrado, a mi entender, de las necesidades nacionales en este orden de la reglamentación, supuesto que no es lo mismo - tengan ustedes entendido - , la reglamentación de un asunto tan trascendental, como la materia del petróleo; que si se tratara aquí, por ejemplo, de la materia del petróleo, un asunto de tanto interés nacional, yo sí sería el primero en oponerme, señores; pero se trata aquí de las leyes de aguas, de las leyes de pesca, de las leyes de terrenos baldíos y de las leyes agrarias, señores; y hay que tener entendido que éstas todas son reglamentaciones enteramente derivadas de la parte fundamental, y justamente el Ejecutivo en su proyecto dice que la reglamentación que él dar a todos estos artículos estará en exacta concordancia con el espíritu del artículo 27. Y si el Ejecutivo, señores, al concederle nosotros esta amplísima facultad, no supiera hacer uso de ella, nuevamente repito, estimados compañeros estaríamos en nuestro papel derogando esta ley de mañana y poniendo en vigor otra, supuesto que es facultad de nosotros legislar en todos los ramos, y así nosotros habríamos dado en estos momentos una oportunidad al Ejecutivo para que se cumpla con algo que no han sabido cumplir las Cámaras anteriores. Tengamos entendido que el lapso de tiempo de que nosotros disfrutamos es verdaderamente exiguo, señores compañeros. Est de por medio la Ley del Petróleo que ocupar mucho la atención de vuestra soberanías; después vendrá el período de sesiones ordinarias, y vendrá el momento en que se presenten vuestra consideración estudios sobre las reformas constitucionales, y así se pasará todo el período, señores, y nosotros materialmente no habremos tenido tiempo, a pesar de nuestra buena voluntad, para hacer esto, porque por desgracia en la vida y en las empresas de la acción de los hombres, no solamente se triunfa con buena voluntad. Si la buena voluntad fuera lo único que nosotros tuviéramos que poner, sin duda alguna que ya estarían resueltos muchos problemas trascendentales de la República. Para eso se necesita tiempo, y el tiempo en la medida del esfuerzo de los hombres no siempre está al alcance de ellos. Y nosotros, al aprobar las facultades al Ejecutivo sobre este particular, habremos demostrado, señores, que tenemos confianza, que tenemos confianza en el Ejecutivo, porque no es necesario que esta Cámara sea como las Cámaras anteriores, Cámaras esencialmente rebeldes las unas, ni Cámaras como las pasadas, Cámaras de incondicionales, de serviles y de limpiabotas; sino es necesario que esta Cámara, que es una Cámara de hombres conscientes y revolucionarios, sepa compenetrarse del momento histórico y no que el día de mañana vayan a creer que esta Cámara fue una Cámara de individuos incondicionales, que dio una facultad al Ejecutivo en determinado ramo. Si esta Cámara ha sido tan consecuente con el Ejecutivo de la Unión que ha aprobado la partida de gastos extraordinarios de trece millones de pesos, yo pregunto: ¿qué acaso el Ejecutivo federal consultó con vuestras soberanías? Y, sin embargo, en la ciencia de cada uno de vosotros está que el Ejecutivo invirtió estos dineros en bien del pueblo y en provecho de la República; y si nosotros tenemos confianza en un hombre como el presidente de la República, ¿Por qué simplemente por ir fuera del procedimiento vamos nosotros a querer venir a concluir que no es de concederse esa facultad? Yo, señores, que he estudiado hasta donde mis pequeñas facultades me han permitido, el dictamen de las comisiones y he estudiado el proyecto del Ejecutivo y en vista de los antecedentes que hay en nuestra legislación mexicana, en que se ha facultado infinidad de veces al Ejecutivo federal por decretos especiales a legislar sobre determinado ramo, vengo a pedir a vuestra soberanía déis un voto en contra del dictamen y favorable al proyecto que envió el poder Ejecutivo.
El C. Fabila: Pido la palabra para una interpelación al orador. Su señoría en todo su discurso ha estado haciendo el juego de quedar bien con Dios y con el diablo, incurriendo en una serie de
contradicciones. Yo quisiera interrogarlo sobre este particular. ¿Considera trascendentales los puntos legislativos que contiene, en asuntos de agricultura el artículo 27?
El C. Pastoriza: Sí los considero trascendentales.
El C. Fabila: Bueno, gracias. Va la segunda: ¿qué entiende usted por reglamentación de una ley y qué por una ley orgánica? - El C. Pastoriza: Entiendo por reglamentación de una ley orgánica todos los párrafos de una misma ley que no se aparten de la parte esencial, de la parte substantiva, que es propiamente de donde tienen que derivar las leyes reglamentarias.
El C. Fabila: ¿Este asunto qué es? ¿es ley reglamentaria u orgánica?
El C. Pastoriza: Es una ley reglamentaria. Sí, señor; es una ley reglamentaria orgánica de un artículo....(Voces: ¡No! ¡No! Murmullos) Sí, señores, es una ley reglamentaria de un artículo, que es la misma finalidad.
El C. Téllez: ¿Me permite una interpelación?
El C. Pastoriza: Sí señor.
El C. García Téllez: Dispensando, compañero, que lo interrumpa. ¿Como coordina usted su bello discurso con la doctrina constitucional en los artículos 29, 49 y 133 de la Constitución federal?
El C. Pastoriza: Coordino con los artículos de la constitución, porque al partir, al principio que yo dirigí la palabra a la Asamblea, claramente he dicho que existe toda una serie de antecedentes en el orden legislativo, en que se ha facultado al Ejecutivo federal por medio de decretos especiales para legislar sobre ramos trascendentales, y ramos no tan trascendentales como la cuestión del artículo 27, señores, sino ramos tan trascendentales como la cuestión del Código Civil, como la cuestión del Código Penal, que están directamente interesados en la vida y en los intereses de los hombres. (Murmullos.)
El C. Téllez: ¿Los precedentes que invoca su señoría no se refiere a las Cámaras porfirianas?
El C. Pastoriza: Sí, señor.
El C. García Téllez: ¿Qué, acaso el desprendimiento de una facultad que implica la supresión del Poder Legislativo, puesto que para eso se constituyó ese Poder, es una razón suficiente para que en los sucesivo, dentro de un régimen político y dentro de un concepto constitucional diverso, se sigan esos precedentes?
El C. Pastoriza: No ha leído el señor compañero la parte dictamen que dice: "que solicita autorización para dictar, dentro del término de un año y con carácter provisional, en tanto no sean modificadas por el Congreso, las leyes de terrenos baldíos y nacionalidades de colonización, de pesca y caza y forestal."
Aquí tiene usted el dictamen:
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Espinosa Luis.
El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes:
Vengo a esta tribuna poseído de un altísimo optimismo. Tengo la convección íntima de que todos los ciudadanos diputados saldrán en esta ocasión a la defensa de sus facultades, porque han comprometido que solamente conservándolas, que solamente defendiéndolas es como pueden ser en realidad representantes del pueblo, ya que cediéndolas, ya que renunciándolas se convertirían en instrumento negativo y no servirían para nada; y porque como hombres honrados saben también que al proceder en esta forma sería aún más honrado y más noble y más leal abandonar para siempre este recinto y poner el frontispicio del mismo un letrero que dijera: esta casa se alquila. (Murmullos.)
El compañero Pastoriza tan inteligente, el compañero Pastoriza tan capaz para abordar algunos temas y formular tesis que le hemos admirado y le hemos aplaudido, viene a esta tribuna a sostener un criterio no solamente absurdo, sino imposible a través del Derecho Constitucional.
El compañero Pastoriza est defendiendo un imposible: él conoce mejor que nadie la Constitución, ya que como hombre culto está obligado a conocerla y como diputado ha jurado guardarla y hacerla cumplir.
El compañero Pastoriza no ignora que la carta suprema está por encima de todas las leyes del país, y que existe en ella un artículo, el 29, que de manera terminante y diáfana señala qué requisitos se necesitan para que el Poder Legislativo pueda delegar sus facultades en el Ejecutivo de la República Si acaso el compañero Pastoriza desconoce este ya famoso artículo 29 u olvida su contenido, voy a permitirme la satisfacción de recordárselo, yo estoy seguro que la Asamblea toda sí la conoce.
El artículo 29, compañero Pastoriza, en su parte relativa dice textualmente:
"En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o cualquiera otro que ponga a la sociedad en grande peligro o conflicto, solamente el presidente de la República, de acuerdo con el consejo de ministros y con la aprobación del Congreso de la Unión, y en los recesos de éste, de la Comisión Permanente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculos para hacer frente, rápida y fácilmente, a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la suspensión se contraiga a determinado individuo. Si la suspensión tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, ésta conceder las autorizaciones que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación."
De este artículo, ciudadanos representantes, se desprende que para que el Poder Legislativo pueda delegar sus facultades, se requieren de una manera previa e indispensable estos dos requisitos: primero, que el país atraviese por una situación verdaderamente grave; segundo, que el Ejecutivo, previo consejo de ministros y aprobación del Congreso de la Unión, haya decretado la suspensión de las garantías individuales en todo el país o en alguna parte de él. Y yo pregunto, ciudadanos representantes: ¿están cumplidos en este momento los dos requisitos que exige el artículo 29 constitucional? Afortunadamente no, ciudadanos representantes. El país está en paz y el Ejecutivo, celoso de sus funciones de primer mandatario de la
República, tiene especial empeño y un interés muy grande por que las garantías individuales imperen en todos los confines del país.
En lugar, pues, de una situación candente, caótica y anárquica que justifique la declaración de la suspensión de garantías, tenemos un robusto principio de paz, augurio seguro de la prosperidad de la República.
Y si esto es cierto, si en lugar de anormalidad tenemos paz orgánica lo bastante bien cimentada que nos permita desarrollar nuestras labores legislativas, ¿en qué fundamento entonces, ciudadanos representantes, vamos a basarnos para delegar estas facultades extraordinarias? No lo veo, no lo encuentro, hablando con toda franqueza, ciudadanos representantes.
El compañero Pastoriza, por inteligente y no por ignorante, confunde a sabiendas el reglamento de una ley, con una ley reglamentaria o una ley orgánica de algún precepto constitucional. Yo no puedo hacerle al compañero Pastoriza la ofensa de suponer que él confunde estas cosas tan opuestas y tan distintas por ignorancia; él lo hace a sabiendas; pero, claro es, como inteligente tiene que acudir al sofisma, aunque éste se le escurra por entre los caminos rectos de la verdad, sin que lo pueda aprisionar para sostener su tesis completamente falsa y deleznable.
Voy a demostrar al compañero Pastoriza con otro artículo de la Constitución, cómo y por qué es muy distinto un reglamento a una ley orgánica, a una ley reglamentaria de un artículo constitucional. En efecto, compañero Pastoriza, el artículo 89 de la Constitución, en su fracción I, dice textualmente:
"Artículo 89. Las facultades y obligaciones del presidente son las siguientes:
"I. Promulgar y ejecutar las leyes que expida el Congreso de la Unión, proveyendo en la esfera administrativa..."
Es decir, dictando los reglamentos necesarios para que las leyes expedidas por el Congreso de la República o por alguna de sus dos Cámaras puedan tener debida aplicación. ¿Es así, compañero Pastoriza?
Si este artículo 89 de la Constitución de la facultades al Ejecutivo para hacer reglamentos y se las niega hacer leyes reglamentarias, puede estar seguro el compañero Pastoriza que el señor presidente de la República no va a confundir en este caso un reglamento con una ley reglamentaria y que como sabe que éstas son cosas muy opuestas y muy distintas, viene ante está Cámara, no a pedirnos facultades administrativas que expresamente le da el artículo 89, sino facultades legislativas que a esta Cámara, le señala el artículo relativo de la constitución.
Queda, ciudadanos representantes, demostrado de una manera palmaria que no tiene razón de compañero Pastoriza, al venir a sostener aquí el criterio opuesto al que con tanta honradez, con tanta justicia y con tanta ecuanimidad han sostenido las comisiones dictaminadoras.
El C. Pastoriza: Una interpelación. Me permito interpelar al ciudadano Espinosa para que me diga si esta Cámara aprobó autorizar al Ejecutivo el gasto de trece millones de pesos que hizo fuera de el presupuesto.
El C. Espinosa Luis: Hay ciertas cosas, compañero Pastoriza, que más vale no meneallo; y como este asunto de los trece millones, en mi concepto, no tiene que ver nada con la solicitud de facultades...
El C. Pastoriza, interrumpiendo: En concreto: ¿se aprobó, si o no?
El C. Espinosa Luis: Sí, compañero, a usted le consta y creo que usted votó por la afirmativa.
El C. Pastoriza: La Cámara aprobó autorizar al Ejecutivo esta partida de trece millones de pesos fuera del presupuesto. Hay que tener entendido, y el la base de que quiero que se parta, que no se encierre el criterio de la Asamblea en el sentido que es una invasión de facultades. La Asamblea está facultada, dados los antecedentes del carácter legislativo que ha habido, ha conceder esta facultad cuando lo juzgue pertinente.
El C. Espinosa Luis: Las comisiones dictaminadoras, interpretando sabiamente el sentimiento de esta Asamblea, respondiendo al momento político que vivimos, compenetrada del sentimiento revolucionario de la mayoría de los ciudadanos diputados que integran el Poder Legislativo, y del deseo de las mismas para colaborar dignamente con el Ejecutivo, ha formulado las partes resolutivas de su dictamen que son, en mi concepto, dignas de aplausos y aprobación. Dicen las comisiones dictaminadoras:
"I. Envíese al Ejecutivo atenta nota, conteniendo sintéticamente las ideas anteriores, suplicándole que, en caso de profesarlas en todo o en parte, sea servido de remitir a esta Cámara los proyectos de ley que seguramente tendrá ya dispuestos para ser promulgados ya de acuerdo con su solicitud, ofreciéndole esta Representación Nacional, avocarse a su estudio de la manera más activa, a fin de que produzcan sus efectos en el plazo que él hubiere proyectado. Manifiéstesele, igualmente, que, por lo que toca a los proyectos de leyes orgánicas del artículo 27 constitucional, que no tenga de antemano dispuestos, la Representación Nacional vería con agrado la realización de la comisión mixta que quedó planteada últimamente.
"II. Indíquesele que, en caso de que su sentir difiera esencialmente del de esta Cámara, la misma está dispuesta a reconsiderar el acuerdo anterior, previamente que haya oído con toda amplitud el criterio del Ejecutivo, a cuyo efecto veríamos con satisfacción que su representante en el ramo Agricultura y Fomento, se sirvan asistir a este recinto para informar sobre el particular a los ciudadanos representantes que lo deseen."
Esta es la parte resolutiva del dictamen que yo os pido con toda atención que aprobéis.
Por lo que hace a la voz informativa que el Ejecutivo en esta Asamblea por medio de su secretario de Agricultura y Fomento, debo de manifestar al compañero Pastoriza, que invocaba la necesidad de que se oyera la voz robusta y sabia del secretario de Agricultura y Fomento, que este ciudadano secretario no tiene voz, porque ya hemos visto la única vez que ha venido a informar a vuestra soberanía, que no habla, sino que lee, y un tanto mal.
El C. Cuervo: Pues que vengan a leer. (Risas. Murmullos.)
El C. Espinosa Luis: Ahora, si el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento que sería, como es natural, el más autorizado, el mejor preparado, el más conocedor de estos proyectos de ley, declarara oficialmente a la comisión que ha ido a invitarlo para que venga a esta Asamblea, que él desconoce estos proyectos y que no son suyos, sino que fueron representados por el general Villarreal, ¿que podemos esperar de, ciudadanos representantes, del secretario de Agricultura y Fomento en este caso? Absolutamente nada, ni una luz, ni una razón, ni un criterio; sale sobrando, por lo tanto, esperar la presencia del secretario de Agricultura y Fomento para resolver el asunto a debate.
En cambio, ciudadanos representantes, los que todavía estamos enamorados del ideal agrarista, los que creemos que se a hecho política agrarista en todo el país a base de patriotismo y de sinceridad y no a base de convencionalismo político ni de camouflage, debemos defender nuestras prerrogativas, debemos defender nuestros derechos de legisladores para ser nosotros quienes tengamos como uno de nuestros galardones más preciados, la satisfacción de haber dado estas leyes que reclama urgentemente el país y que son, sépalo el compañero Pastoriza, más importantes que la misma ley reglamentaria del artículo 27, en la parte relativa al petróleo.
Yo sé, compañero Pastoriza, que la tierra y el agua son más indispensables al pueblo humilde, al pueblo trabajador, para vivir, confortarse y engrandecerse, que la resolución del problema del petróleo, que tiene un aspecto que, si bien es cierto que es muy delicado, es sólo un aspecto internacional; de tal manera, que nosotros cometeríamos una falta imperdonable renunciando a algo que debe constituir un ideal para cada representante. Por esta razón, señores, yo pido a todos y a cada uno de los ciudadanos diputados que no sólo no deleguen estas facultades, sino que las defiendan con entusiasmo y con calor, para que puedan mañana, al regresar a sus distritos, decir que su labor ha sido fructífera, porque han venido aquí a darle al pueblo pan, es decir, tierra y agua: elementos indispensables para su mejoramiento efectivo.
Al menos, señores, si he de ser franco -y permítaseme esta inmodestia-, yo tengo como una de mis satisfacciones más íntimas haber purgado siempre porque se le retirasen al Ejecutivo las facultades extraordinarias de que venía gozando en el ramo de hacienda desde la XXVII Legislatura. No quiero creer que esta obra sea solamente mía; pero sí tengo la seguridad de que, en gran parte, se debe a mi pequeño esfuerzo; esta obra de dignidad, independencia y de civismo, viene a reivindicar a la Cámara, viene a colocarla en su verdadero papel y a darle una de sus facultades, la más poderosa y más importante. Gracias, señores, a esta recuperación de facultades, ya se tiene en cuenta a los señores diputados; antes eran unos "don nadie", antes eran despreciados en las secretarías de Estado, antes no significaban nada en el concepto de los hombres que integran los otros elementos del Poder; sobre todo, ante algunos secretarios de Estado del tiempo de Carranza, que no supieron interpretar su papel y que, en lugar de formar un acercamiento con los representantes del pueblo, los rechazaban por la pugna política que había entre el Legislativo y el Ejecutivo.
Afortunadamente, el Gobierno actual a comprendido las finalidades del Gobierno y sabe que los elementos constitutivos del Poder público no solamente no deben distanciarse, sino que deben abrazarse más estrechamente, que deben unirse en forma compacta para poder una labor sabia, fructífera y patriótica.
Por lo tanto, termino, ciudadanos diputados, pidiéndonos que deis un voto aprobatorio al dictamen de la comisión (Aplausos.)
El C. presidente: tiene la palabra en contra el ciudadano Olivé.
El C. Guzmán Apolonio R.: Pido la palabra, como miembro de la comisión. Quiero dar algunas explicaciones para fundar más el dictamen.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Guzmán Apolonio R.
El C. Guzmán Apolonio R.: Honorable Asamblea: De una manera metafórica, podemos decir que el artículo 27, en la distribución de sus elementos naturales, podemos separarlo en dos grandes grupos: los elementos que se consideran de las raíces para abajo de la planta, y los elementos naturales que se consideran de las raíces para arriba. Ya en esta honorable Asamblea se está discutiendo en una de sus partes la ley de distribución bajo el punto de vista económico, ya que no diplomático; los elementos que se consideran de las raíces de la planta para abajo. Y los elementos naturales que nosotros queremos distribuir equitativamente entre nuestro miserable pueblo, de ese pueblo al que ha detentado siempre el capital; quiere hoy el Ejecutivo, de una manera arbitraria, de una manera atentatoria, de una manera que nos a engañado -digamos aquí la verdad - al bloque de las mayorías cuando queríamos discutir la Ley del Petróleo, pues aquí nos manifestó clara y terminantemente que se formaría una comisión mixta del Poder Ejecutivo con la Cámara para que, de una manera igual y con un criterio uniforme, se reglamentara el artículo 27.
Después de engaño viene y nos sorprende con que quiere arrebatarnos lo más grande que puede tener esta Cámara para legislar; viene a pedirnos facultades extraordinarias en los ramos de Fomento, es decir, de los elementos naturales de la planta, de las raíces para arriba: legislar en la cuestión de terrenos baldíos y nacionales, legislar en la cuestión forestal, en la cuestión de caza y pesca, en la cuestión de colonización. ¿por que vamos, señores diputados, a dejar nosotros entregadas, cual una damisela, todas nuestras facultades y todo nuestro cariño en brazos del Ejecutivo? para que dentro de un año no podamos nosotros recogerle esas facultades y decirle: todas vuestras leyes que habéis dictado con facultades extraordinarias, son como las del tiempo de Juárez, cuando dictó la Ley de Terrenos Baldíos y Nacionales en el 63, que de una manera engañosa y aparatosa dijo: solamente dos mil quinientas hectáreas damos a todos los denunciantes de estos terrenos, y todo sabemos
perfectamente bien detrás s de ese postulado muchos individuos, muchos señores que tenían el capital iban contra el pobre, porque no tenían los elementos necesarios para seguir su tramitación, como lo decía claramente el artículo 21 de aquella ley. Después vino la ley atentatoria de los Terrenos Nacionales y Baldíos del 94, la cual fue todavía más arbitraria que la del 63. Dijo: Todos los ciudadanos de la República están facultados para denunciar en una superficie mayor de las dos mil quinientas hectáreas, y aun cuando no estén cercadas, aun cuando no tengan un seto vivo ni nada, podrán estos individuos conseguir que se les titule y salir del dominio de la nación esa superficie que se denuncia. ¿Y quien puede decirnos que hoy puedan dar una Ley de Terrenos Nacionales y Baldíos usurpando, detentando los derechos de los pueblos contra la Ley de enero de 1915? Absolutamente nadie nos lo puede asegurar. Después del engaño que hizo el Ejecutivo a esta Cámara, de que se formaría una comisión mixta para expedir y estudiar una ley tremenda, quizá más atentatoria de lo que ustedes puedan tener idea, nosotros no le podemos tener, dentro del orden moral, esa confianza que él tanto quiere hacer respetar a este Poder. (Aplausos.)
Después viene otra ley, la de Colonización. Señores: de una manera espontánea conozco su proyecto, es altamente individualista, va contra la colectividad, va contra ese grupo que se llama agrarista, va contra los laboristas, contra todos aquellos que llevamos el ideal revolucionario; va a favor de todos estos extranjeros que vienen y quieren tener las mejores tierras va esa ley dando los derechos mejores, los derechos más necesarios para el capital extranjero que quisiera venir a tener aquí sus uñas propiamente clavadas sobre nuestro miserable pueblo. Lo que nosotros necesitamos, señores, no es la colonización extranjera, lo que nosotros necesitamos es, de cualquiera manera franca y sincera, de una manera respetuosa, bajo la etnología de nuestro pueblo, levantar a esta alma nacional de ocho millones de indios que tenemos en la República, que no podemos mantener todavía porque las tierras mejores desde la Richardson y otras tantas concesiones que tiene en Sinaloa, en Nayarit y en otros Estados, está el capital extranjero y no pueden ser ni pueden dar sus disposiciones las Cámaras para salvar a esa clase, a esa alma, a esa grandeza que nosotros estamos gravitando sobre sus espaldas, sobre esa millonada de indios; ¿y así queremos dar facultades al Ejecutivo, al Ejecutivo que va a dar esas leyes favorables al criollo, que es la minoría, que es la que gobierna, la que manda? No, señores; debemos negarlo clara y terminantemente al Ejecutivo y decirle: somos tus amigos, pero esta clase de facultades no te las entregamos, no somos tan torpes, no somos tan tontos; la Cámara de Diputados puede dar perfectamente bien una ley, dentro de su seno se encuentran hombre capaces para hacer esa clase de proyectos y que salgan de ella para que vayan a la Cámara colegisladora. El Ejecutivo, señores diputados, de una manera muy presumida y muy pretenciosa, dice: en la Cámara no hay hombres para hacer esa clase de leyes. Nosotros, que tenemos las estadísticas en la mano, podemos hacerlas perfectamente bien. ¿Cuál es la causa? Porque si ellos tiene elementos, la Cámara puede también tenerlos para hacer esa clase de layes. No, señores diputados; no os dejéis engañar por las apariencias. Si el Ejecutivo es nuestro amigo, nosotros somos sus amigos, diciéndole: no te damos esta clase de facultades extraordinarias, manda tus proyectos para que nosotros los estudiemos bien, y nosotros, en un análisis perfecto, sin pasiones de ninguna especie, con el conocimiento claro de los hechos, de la etnología de nuestro pueblo, del clima y de la tierra, y un sin fin de elementos que concurren en todo ello, podemos perfectamente bien dar esa clase de leyes. ¿por qué no hizo la Secretaría de Agricultura y Fomento, por conducto del señor presidente, una cosa análoga, como lo hizo el señor Adolfo de la Huerta al pedirnos facultades, mandar esas bases? ¿por qué? Porque les falta talento a todos los individuos que rodean al señor ministro de Fomento; porque toda esa clase de individuos que se hallan alrededor de él dicen que es una Cámara castrada, como lo han manifestado mil veces. ¿y vamos nosotros a demostrarle a la República que es en efecto una Cámara castrada que no puede hacer, que no tiene las facultades necesarias para hacer una ley tan mezquina y tan sencilla, como es la de terrenos baldíos y nacionales, como es la de colonización, como es la forestal y la de caza y pesca? Señores: vosotros vais a demostrar lo que la prensa reaccionaria nos está cantando a cada momento, que somos incapaces de dar una ley; ¿vamos a dar una prueba a esa prensa entregando todas nuestra facultades al Ejecutivo? Entonces yo le digo a la honorable Cámara: señores, retirémonos de aquí y le ahorraremos a la República doscientos setenta y cuatro mil pesos mensuales, y entreguemos todo el poder al Ejecutivo para no hacer ninguna ley. (Aplausos.)
El C. Gómez Rodrigo: para una interpelación pido la palabra.
El C. Guzmán Apolonio R.: Contestaré la interpelación.
El C. Gómez Rodrigo: Compañero:
¿Considera usted que la Cámara de Diputados está capacitada, por razón del tiempo, para dictar todas las leyes que necesita nuestro país; considera usted que las leyes que se tratan de expedir ahora por la Secretaría de Agricultura, son leyes de gran trascendencia, son fundamentales, como son las leyes que se relacionan con la pesca, los bosques y demás que verdaderamente pueden considerarse como leyes reglamentarias?
El C. Fabila Gilberto, interrumpiendo: ¡Usted no sabe de eso!
El C. Gómez Rodrigo, continuando: Indudablemente que sí, compañero, no son de la trascendencia que el compañero a querido sostener y estamos viendo, compañero, que la Cámara de Diputados hasta la fecha por falta de tiempo, porque no se reúnen todos los diputados, pues por ejemplo, ahora no están reunidos aquí todos los diputados, ni siquiera quorum hay. (Voces: ¡Faltan los agraristas!) Somos muy pocos y aquí estamos. Continuo: Hemo estado, señores, tratando de las cosa con serenidad; la Cámara de diputados no ha tenido tiempo suficiente para tratar sobre leyes de
verdadera trascendencia, como son las leyes del Petróleo; todavía no se ha podido dar la Ley del Petróleo, que sí es de gran trascendencia para el país.
El C. Fabila: Moción de orden.
El C. Gómez Rodrigo: En consecuencia, señores...
El C. Fabila: Las ideas que expresa el ciudadano Gómez no son motivo de interpelación; que pase a la tribuna a sostener sus ideas.
El C. Gómez Rodrigo: Estoy haciendo mi interpelación y fundándola. Hasta la fecha no se ha acostumbrado interrumpir al que hace una interpelación y la puedo hacer tan larga como se desee.
El C. Guzmán Apolonio R: Señores diputados: Materialmente he quedado asombrado de la pregunta que me hace un prominente miembro del Partido Agrarista, como pomposamente lo dice la presa. Me manifestó el señor Gómez que son de poca importancia las leyes que se van a dar sobre colonización y terrenos baldíos y nacionales. Acaso usted, señor Gómez, como agrarista no sabe que las leyes de terrenos baldíos y nacionales y de colonización fueron la causa del robo de tierras que sufrieron los pueblos; ¿qué acaso usted no sabe perfectamente bien que el artículo 1o. de la Ley de 6 de enero, desde esa fecha hasta nuestros días, nos dice que son nulas todas las ventas que la Secretaría de Agricultura y Fomento, la Secretaría de Hacienda y toda otra autoridad local o federal hayan hecho, por detentación de estas mismas leyes? ¿Qué acaso usted, como agrarista que se siente de corazón, o de labios para afuera - ya que no siente de corazón - , no cree que esas leyes son más importantes que la Ley del Petróleo, porque la Ley del Petróleo puede terminarse en cien años, y la tierra con sus abonos, con sus mejoradores, jamás terminará de dar productos en las plantas para servir de alimentación al mismo pueblo, para que obtengamos sus frutos y podamos sustentar a la humanidad dentro del orden animal? ¿Qué no sabe el señor Gómez que las leyes de Colonización del 75, en el tiempo de Lerdo, y del 83, en el tiempo de Manuel González, fueron las leyes más atentatoria, en que se crearon las comisiones deslindadoras que arrebataron, que usurparon y quitaron la vida a todos esos pueblos? Me admira, señor Gómez, que usted me haga estas preguntas de que son baladíes todas estas leyes que nosotros queremos hacer sobre terrenos baldíos y nacionales, y de colonización. ¿Qué no sabe usted, señor Gómez, que en el artículo 4o. de la Ley de 910, en que se facultaba al Ejecutivo para dar leyes de pesca, éstas fueron atentatorias contra todos los pobres pescadores? ¿Qué no sabe usted todavía que en la Secretaría de Agricultura y Fomento se acaba de dar una circular en que se les prohibe terminantemente a los pobres pescadores pescar todos los productos que llevan los ríos, porque no tienen el dinero suficiente, igual al capitalista? Y todavía el señor Gómez viene a hacerme una pregunta de esas baladíes, de esas infantiles y elementales; ¿todavía el señor Gómez quiere que nosotros dejemos y deleguemos facultades al Ejecutivo para que dé leyes atentatorias como las pasadas? (Aplausos.) Voy a contestar la segunda pregunta al señor Gómez. (Aplausos.) Manifiesta el señor Gómez que la Cámara... (Desorden.) Voy a terminar.
El C. Gómez Rodrigo: Me está usted haciendo otra pregunta. (Aplausos.)
El C. Espinosa Luis: Moción de orden, señor presidente. Se trata de hacer luz en este asunto.
El C. presidente: No hay desorden.
El C. Espinosa Luis: Sí, compañero. El compañero Gómez...
El C. presidente: Se suplica al señor Espinosa se acerque a la Presidencia.
El C. Gómez: Estoy interpelando al señor y continúo en ese derecho.
El C. presidente: Se manifiesta al señor Gómez que luego que termine el señor le daré el uso de la palabra.
El C. Guzmán Apolonio R: Señores diputados: De una manera sombría, capciosa, un miembro prominente del partido...
El C. Espinosa Luis: Pido la palabra en moción de orden. El ciudadano Gómez...
- EL C. Gómez Rodrigo: Serenamente contésteme usted.
El C. Espinosa Luis: Moción de orden. Compañero Gómez, le ruego me atienda, es en beneficio de usted. En moción de orden declaro que el compañero Gómez ha hecho dos preguntas al señor Guzmán, como consta a toda la Asamblea, y que éste la lleva contestada una. Ruego al compañero Gómez espere que le contesten la segunda y que se siente. (Aplausos.)
El C. Guzmán Apolonio R: Señores diputados: De una manera sombría, capciosa, dice el señor Gómez que la Cámara no está facultada ni tiene la disposición necesaria para dictar esta clase de leyes por lo largo que podía salir ella. Y le participo al señor Gómez que, dentro de los diferentes grupos que en esta Cámara se albergan, se encuentran hombres capacitados e inteligentes; - voy a comenzar por las minorías - : En el grupo "peleceano" se encuentra el ingeniero Israel del Castillo, muchacho inteligente que podría colaborar perfectamente bien con las comisiones agrarias, de petróleo o cualquiera otra; en el otro grupo, en el "laborista", se encuentran también individuos capacitados para poder ayudarnos y poder colaborar en el problema agrario y en el problema obrero; en el grupo "agrarista" se encuentra el mismo señor Gómez y el señor licenciado Soto y Gama para poder colaborar; y en el grupo de la mayoría, en el grupo la cooperatista, en este grupo, al que siempre se está tildando, debo manifestar que se encuentran hombres de corazón y de inteligencia que perfectamente bien podremos sacar esas leyes adelante, mejor de lo que pudiera hacerlo con sus paniaguados la Secretaría de Agricultura y Fomento. (Aplausos.)
El C. Gómez Rodrigo: termino mi interpelación, comenzando por decir que no fue la interpelación que usted dice, la que yo hice: yo le dije a usted esto: que si consideraba que la Cámara estaba capacitada para dictar, por razón de tiempo - esto le faltó a usted tomar en consideración - , por razón de tiempo, legislar sobre todas las materias de trascendental importancia que tiene pendientes esta Cámara. Y le cité el caso de que la
Cámara no ha podido legislar todavía sobre asuntos verdaderamente transcendentales que est n pendientes. Por lo mismo, nada tendría de particular que la Cámara, conociendo el patriotismo del Ejecutivo de la Unión, le diera esas facultades que solicita, pues sería incapaz, como lo ha demostrado muchas veces, de ir a dar leyes contrarias a la revolución. Quiero que me conteste compañero con toda sinceridad, si cree usted - pero contestando con toda sinceridad, compañero - , que la Cámara tendría el tiempo necesario para legislar sobre todas las materias importantes que tenemos pendientes. Lacónicamente contésteme usted.
El C. Guzmán Apolonio R: Voy a contestarle.
Señores diputados:
Es la primera vez que ocupo esta tribuna, y desgraciadamente me han hecho preguntas. Voy contestarle al compañero Gómez, que la Cámara sí tiene tiempo cuando ella está dispuesta a dar una ley de importancia, para beneficio de la colectividad; y le voy a explicar al compañero Gómez que, aun cuando el Partido Agrarista - óigalo bien la República Mexicana - no quería que diéramos la Ley de Cooperativas, la dimos en quince días, a pesar de ese pesimismo que usted tiene de las colectividades de la Cámara, que no, que no tiene tiempo, que no pueden porque son leyes de muchos artículos, y la Ley de Cooperativas Agrícolas, estando incluido el Banco, se dio en menos de quince días; y las declaraciones que han hecho los miembros prominentes del Partido Agrarista dicen: Para qué queremos leyes de cooperativas si al cabo tenemos los representativos en la Secretaría de Agricultura y Fomento?
El C. Gómez Rodrigo: No es cierto, no hemos hecho esa declaración.
El C. Guzmán Apolinio R: El señor Gómez, con el desplante que le caracteriza, dice que no es cierto; en cambio las declaraciones de la prensa, las cuales ningún miembro prominente del partido agrarista ha desmentido categóricamente, siguen en pie y tengo derecho para seguir creyendo en esas declaraciones. Dicen que no ha habido ningún miembro del partido que desmienta esas versiones.
El C. Gómez Rodrigo: Lo digo públicamente:
Seguimos sosteniendo la Ley de Cooperativas Agrícolas.
El C. presidente: No tiene la palabra el ciudadano Gómez.
El C. Gómez Rodrigo: Bueno, contesto porque me hacen interpelaciones.
El C. Guzmán Apolonio R: El compañero Gómez cree que estoy haciendo interpelaciones; lo único que estoy haciendo es contestarle sus interpelaciones. La Cámara está facultada y tiene empeño, puede perfectamente despachar toda esa clase de leyes tan importantes y puede ser que dentro de mi cariño, dentro de mi pasión, de lo que siento yo más importante que la Ley del Petróleo, mucho más importante que las leyes de minas, nosotros tenemos todavía la obligación de tratar la repartición de los bienes naturales de la tierra, de la cual todavía no se ocupa y quiere entregar lo más sagrado que le entregó el pueblo, la mejor de esas facultades, para que - y esto lo sabe usted bien - , en el departamento legislativo de la Secretaría de Agricultura y Fomento, en que son puros reaccionarios, hagan lo que quieran, y me admira que venga el señor Gómez a decirnos que démos esas facultades. ¿Todavía quiere el señor Gómez que entreguemos esas facultades a don Valentín Gama, que si es hombre de ciencia calculando la trayectoria de un astro que camina por los ámbitos del Infinito, es incapaz de resolver una concesión de tierras, porque es un reaccionario completo? ¿Y todavía quiere el señor Gómez que entreguemos nosotros todo lo que es de forestal, y todo lo que de más grande tienen los pueblos, la conservación de sus manantiales, de sus aguas, para la conservación de sus corrientes, se lo entreguemos al hombre más reaccionario que podemos tener, como es el que está al frente de la Dirección Forestal, el licenciado De la Barrera? ¿Y todavía quiere más, con todas esas circulares que está dando la Secretaría de Fomento, contra los pueblos, y todavía viene a hacerme el señor Gómez interpelaciones para que entreguemos nosotros lo más sagrado y más grande dentro del orden constitucional y dentro del orden en que se nos entregó por los pueblos, porque nos creyó revolucionarios, para que nosotros legisláramos; todavía así quiere que lo entreguemos a una Secretaría inepta, a una Secretaría que no tiene los hombres capaces para hacer esa reglamentación? Por lo tanto, señores diputado deseo, yo espero del patriotismo de ustedes, yo espero que no sea ésta una Cámara castrada; yo espero dentro del orden más grande que tienen los señores diputados, dentro del orden que les entregó el pueblo, que le nieguen al Ejecutivo las facultades que pide para legislar en la cuestión de terrenos nacionales y baldíos, y en las de pesca, caza y colonización. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Olivé.
El C. Olivé Isaac: Vengo a usar de la palabra en contra de este proyecto, de este dictamen, porque realmente los puntos resolutivos no están de acuerdo con los fundamentos del mismo.
Las comisiones, en uno de tantos considerandos, dicen con perfecta razón que la Cámara no puede, constitucionalmente, conceder al Ejecutivo facultades extraordinarias, porque hay artículos terminantes que lo prohiben. ¿Por qué, entonces, si las comisiones han visto tan claro este punto, si están convencidas de que constitucionalmente es imposible concederle al Ejecutivo las facultades que solicita, por qué no lo dicen así en sus puntos resolutivos, sino que hacen un punto que realmente no se sabe lo que dice, que es ambiguo, es vago? Señores, las comisiones, a pesar de que dice la Constitución que está prohibido conceder al Ejecutivo facultades extraordinarias, y que por lo mismo no debemos hacerlo, en su primer punto resolutivo dicen que se envíe al Ejecutivo una nota participándole lo que las comisiones desean, para que si está conforme con ellas entonces el Ejecutivo mande los proyectos de ley que tenga sobre el particular; y si no está conforme el Ejecutivo con el criterio de las comisiones expuesto en sus considerandos, ¿qué irá a hacer el Ejecutivo? Es decir, se le dice tácitamente: si no estás conforme, no mandes esos proyectos de ley; cosa que puede hacer perfectamente bien. El punto resolutivo, como ven ustedes,
realmente no sólo es ambiguo, sino que está en contra de lo que se expone en los considerandos y dice así, unas insinuaciones que nosotros no podemos admitir; dice el Ejecutivo - en su primer punto resolutivo - "que sea servido de remitir a esta Cámara los proyectos de ley que seguramente tendrá ya dispuestos para ser promulgados de acuerdo con su solicitud, ofreciéndole esta Representación Nacional avocarse a su estudio de la manera más activa, a fin de que produzcan sus efectos en el plazo que él hubiere proyectado."
No sólo encontramos en este punto resolutivo discordancias con los considerandos, sino hasta encontramos cosas que nosotros no podemos aprobar, porque eso de que aprobemos nosotros que se le diga al Ejecutivo que mande un proyecto de ley para que lo promulguemos, es algo que realmente no puede aprobar la Representación Nacional; nosotros no podemos promulgar leyes, nosotros expedimos leyes, el Ejecutivo las promulga; nos vamos a pedirle al Ejecutivo que mande una ley para que la promulguemos; esta es otra cosa que está incluída en el primer punto resolutivo, y naturalmente la Asamblea debe rechazarla. Además, señores, no solamente por las contradicciones que hay entre este primer punto resolutivo y los considerandos, debemos rechazar este dictamen para de plano negarle al Ejecutivo las facultades extraordinarias, como debe hacerse, sino que realmente el Ejecutivo, también con nosotros, está incapacitado para expedir buenas leyes. El Departamento de Agricultura y Fomento es un departamento perfectamente incapaz; nosotros hemos visto los escándalos que ha dado continuamente en la cuestión agraria; nosotros vemos que tiene un jefe que realmente no sabe lo que hace ni lo que firma, y así a cada rato está poniéndose materialmente en ridículo, y sólo está al frente del Ministerio porque no ha tenido la dignidad suficiente para renunciar, cuando el Ejecutivo lo desautorizó en un punto de trascendencia ante la opinión pública, y en la consignación que también hizo del Gobernador de Tamaulipas. ¿Cómo va a ser posible que nosotros tengamos confianza en el Ejecutivo, que tiene como jefe de Departamento a una persona inepta? ¿qué, el presidente de la República, por más buena fe y mejor corazón que tenga, por muy revolucionario que sea, vamos a creerlo nosotros un hombre perfectamente capacitado para todo? ¿Es posible que un solo hombre abarque todas las materias de legislación que tenemos pendientes y que son tan importantes? Porque se nos dice: el presidente es patriota, el presidente es honrado, el presidente es muy honorable; ¿la Cámara se va a entregar, va a claudicar de lo único que tiene de poder, que es la facultad de legislar, cuando va a depositar ofrenda tan sagrada en las manos de un hombre todo patriotismo, todo pureza? Pero, señores, ¿por qué olvidan ustedes que ese hombre no puede hacerlo todo, y que sus principales consejeros son una punta de ineptos, desde el jefe del Departamento de Agricultura, el subsecretario encargado de ella, hasta los jefes de departamento? Y no solamente encontramos la ineptitud, sino la mala fe, el soborno, el cohecho. Sabemos que no hay honradez en el personal: ¿por qué entonces, vamos a confiar una serie de leyes tan importantes, como son las agrarias, las de caza y pesca, en las manos de hombres que no saben expedir leyes adecuadas? ¿Por qué el Ejecutivo, señores, no hace esos proyectos de ley y los manda a la Cámara de Diputados para que así salgan mejor elaborados, si el Ejecutivo expone su criterio en los proyectos de ley y nos los manda a nosotros para que a través de las necesidades de los pueblos y con el criterio revolucionario que impera en esta Asamblea se expidan esas leyes?
Indiscutiblemente que tendremos entonces una ley mejor elaborada que la pueda salir con un solo criterio, unilateral, como serán las que expidiere el Ejecutivo de la Unión. Si éste no nos garantiza eficacia, si no nos garantiza tampoco que las leyes que se expidan sean buenas, siquiera buenas, ¿por qué vamos a darle facultades extraordinarias que tampoco podemos darle? Con esto comentaríamos nosotros un acto perfectamente violatorio de la Constitución, pasaríamos sobre nuestras facultades omnímodas y entonces, señores, es lo que vamos ha hacer? Si sólo porque se dice que no tenemos tiempo suficiente para expedir leyes, vamos a delegar en el Ejecutivo estas facultades, entonces no podríamos expedir ninguna ley, porque todas las leyes son complicadas y tienen muchas observaciones, y entonces la Cámara no estar capacitada para expedir ninguna ley y sale sobrando el Poder Legislativo. Entonces reformemos la Constitución y que únicamente haya un sólo cuerpo que expida, ejecute y aplique las leyes. Si no vamos a respetar nuestra Constitución, lo fundamental del sistema democrático, que es precisamente esa división de facultades; que el Ejecutivo únicamente tenga las facultades que le correspondan, que el Legislativo tenga la facultad enorme de dar las leyes; si no vamos nosotros a respetar esas facultades elementales que realmente vienen a ser las características de Gobierno, pues entonces de una vez por todas vamos a reformar al Constitución, porque siempre, en todas las épocas, existir este argumento para las Cámaras: incapacidad, porque son cuerpos colegiados; y si éste es un mal inherente, intrínseco, que viene unido al Poder Legislativo, pues, señores, suprimamos el Poder Legislativo porque siempre este Poder, por ser una Asamblea numerosa en donde naturalmente tiene que perderse el tiempo en discusiones a veces inútiles, y porque cada quien expondrá su criterio siempre, el Poder Legislativo tendrá ese mal que vendrá a retardar las leyes, pero, al fin y al cabo, son leyes mejor elaboradas que si las elabora el Poder Ejecutivo, porque aquí, en la Representación Nacional, está representado el pueblo por medio de los diputados.
Por las razones que he expuesto, suplico a los honorables miembros de las comisiones, que tengan la bondad de modificar su primer punto resolutivo en el sentido de que se diga al Ejecutivo que no pueden concedérsele facultades extraordinarias, por prohibirlo la Constitución, o por razones que ellos quieran; que supriman el segundo punto resolutivo, que es inútil completamente, porque es decirle a el Ejecutivo de antemano: si no estás conforme con nuestro criterio, nosotros, servilmente, aunque sabemos que, conforme a la Constitución, no podemos darte facultades extraordinarias, le concedemos nuestro acuerdo. Esto es inútil, señores,
y, además de inútil, es peligroso. Ustedes saben que es cosa muy natural, en cuestiones de Gobierno, invadir facultades: todos los hombres tienden a ser poderosos; somos como un pulpo, o como un sapo, que nos esponjamos. Y todo individuo que no encuentra un valladar que le impida esa expansión, cada día tenderá a hacerla más y más grande; y si nosotros, en lugar de ponerle al Ejecutivo, de manera serena, correcta, sensata, pero enérgica también, como valladar a esas facultades, a la invasión de las facultades nuestras, como valladar a esa invasión nuestra energía, sino que nosotros mismos lo invitamos a que viole, a que se salga de las facultades que la Constitución le da , diciéndole: si tú no estás conforme con esto, a pesar de que creemos que no debemos darte esas facultades, te las concedemos, ¡claro es a quién le dan pan que llore! (Risas.)
- El Ejecutivo, naturalmente, dirá: yo no estoy conforme con el criterio de ustedes, creo que sí pueden darme facultades extraordinarias, y pido que reconsideren su acuerdo y me las den. ¿Y vamos a reconsiderarlo, cuando está en nuestra conciencia que no debemos hacerlo? Indiscutiblemente que no . ¡Entonces, a qué viene la segunda parte del punto resolutivo? Es perfectamente inútil y debe suprimirse. Yo pido a esta comisión que, por la razón que expongo, suprima esa parte del segundo punto resolutivo. Además, como es necesario que también la Cámara no sólo le demuestre al Ejecutivo que está dispuesta a defender sus facultades, sino también que está dispuesta a trabajar y tiene deseos de hacerlo, sería conveniente que las mismas comisiones propusieran que se nombre una comisión especial que pueda estar, por ejemplo, formada por los presidentes de cada una de las comisiones de Agricultura y Puntos Constitucionales, Agraria y demás materias que tengan relación con el asunto, para que está comisión se encargue de formular los proyectos relativos; naturalmente que se pondrán de acuerdo con el Ejecutivo y el Ejecutivo expondrá su punto de vista y, en su oportunidad, pediremos que, si el Ejecutivo no lo hace, que se nos convoque a sesiones extraordinarias para que se expidan estas leyes, por que sabemos cumplir con nuestro deber.
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano diputado Padilla.
El C. Padilla: Voy a tomar la palabra en pro, pero antes reclamo el quórum, con el objeto de que, si hay quórum bastante, yo justifique mis argumentaciones.
El C. secretario Esparza Martínez: (Lista.)
Hay una asistencia de setenta y seis ciudadanos diputados; no hay quórum.
El C. presidente, a las 19.45: Se levanta la sesión y se cita para el próximo miércoles a las diez y seis.