Legislatura XXX - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19230315 - Número de Diario 20

(L30A1P1eN020F19230315.xml)Núm. Diario:20

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 15 DE MARZO DE 1923

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO I.- PERÍODO EXTRAORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 20

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 15 DE MARZO DE 1923

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Iniciativas de reforma a los artículos 9o., 14,16 y 18 del proyecto de Ley del Petróleo, formuladas por el C. diputado Céspedes y apoyadas por varios ciudadanos diputados; a las comisiones unidas de Petróleo, e imprímase.

3.- Proyecto del Ejecutivo que se refiere a la derogación de los decretos por los que se autorizó a diversos Estados para mantener tropas permanentes; recibo, a las comisiones unidas 3a. de Gobernación y 2a. de Guerra, e imprímase.

4.- Es nombrada una comisión que se acerque al ciudadano secretario de Gobernación y solicite garantías para los ciudadanos del Estado de Tlaxcala.

5.- Iniciativa de los CC. diputados Quevedo y Palacio, apoyada por numerosos ciudadanos diputados, a fin de que derogue el decreto por el que se autorizó al Gobierno de Aguascalientes para organizar fuerzas rurales en el Estado; a las comisiones que tienen antecedentes.

6.- Se recoge la votación del artículo 3o. del proyecto de Ley del Petróleo, siendo aprobado. A discusión el artículo 4o.

7.- El C. diputado Portes Gil informa acerca de la comisión que se le confirió.

8.- Continúa el debate del artículo 4o. Proposición de varios ciudadanos diputados, tendiente a que se llame al ciudadano secretario de Industria, Comercio y Trabajo, a fin de que asista a la discusión del proyecto de Ley del Petróleo; se le dispensan los trámites; a debate; se levanta la sesión por falta de "quórum".

DEBATE

Presidencia del

C. VALADEZ RAMÍREZ ANTONIO

(Asistencia de 131 ciudadanos diputados.)

- El C. presidente, a las 17:33: Se abre la sesión.

- El C. secretario Gandarilla, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día catorce de marzo de mil novecientos veintitrés.- Período extraordinario.

"Presidencia del C. Antonio Valadez Ramírez.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y veinticinco minutos del miércoles catorce de marzo de mil novecientos veintitrés, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y cuatro ciudadanos diputados.

"Sin debate se aprobó el acta de la sesión celebrada el día anterior y una solicitud por quince días de licencia, con goce de dietas, a contar del quince del presente mes, del C. diputado Garza Castro.

"El C. diputado Enrique Meza usó de la palabra para hechos.

"El C. diputado Gandarilla leyó un documento e interpeló a la comisión nombrada para tratar con el ciudadano presidente de la República los acontecimientos ocurridos últimamente en el municipio de Puente Nacional, de Veracruz.

"El C. Jenaro V. Vásquez paso a la tribuna e informó sobre el resultado de dicha comisión.

"Para hechos usó de la palabra el C. Miguel A. Quintero.

"Continuó la discusión del artículo 3o. de la Ley del Petróleo.

"Se concedió la palabra en contra al C. Cerecedo Estrada, quien renunció al uso de ella, en virtud, según manifestó, de que las comisiones dictaminadoras le habían ofrecido corregir el inciso (d).

"El C. José Manuel Puig y Casauranc hizo una aclaración en ese sentido, y la Secretaría leyó el artículo 3o. como las comisiones lo presentaron.

"El mismo C. Puig y Casauranc contestó una pregunta del C. Céspedes.

"El C. Israel del Castillo habló en contra y le refutó el repetido C. Puig y Casauranc.

"Suficientemente discutido el artículo 3o. y declarado con lugar a votar, se procedió a su votación nominal. Emitieron su voto afirmativamente noventa y cinco diputados y en sentido contrario, nueve.

"En vista de la falta de quórum se levantó la sesión, siendo las diez y ocho horas y quince minutos."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien desee hacer uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"El C. diputado Eliseo L. Céspedes presenta iniciativas de reformas a los artículos 9o., 14, 16 y 18 del proyecto de Ley Orgánica del Artículo 27 Constitucional, en la parte relativa al petróleo.

"Hacen suyas estas iniciativas los ciudadanos diputados Cerecedo Estrada, Carlos Puig y Casauranc, Joachín, Sánchez Rebolledo, Guillermo Rodríguez, Marín, Porfirio del Castillo, Jiménez, Quintero, Federico Villegas y Pérez de León."- A las comisiones unidas del Petróleo, e imprímase.

El C. Céspedes: Yo suplico a la Secretaría lea íntegro.

- El mismo C. secretario: A solicitud del ciudadano representante, se va a dar lectura a las iniciativas, completamente.

"H. Asamblea:

"Eliseo L. Céspedes, diputado al Congreso de la Unión por el 4o. distrito electoral del Estado de Tamaulipas, ante vuestra soberanía se permite exponer:

"Que no cabe duda que es de imperiosa necesidad, en bien de los intereses generales, el establecimiento de las zonas de reserva que establece el artículo 9o. del proyecto de Ley Orgánica del Artículo 27 Constitucional, en el ramo de Petróleo; pero, al mismo tiempo, estas zonas de reserva que pueden ser pequeñas o muy grandes, pudieran ser perjudiciales a los intereses de determinado Estado en particular, que podría ver cómo sus vecinos desarrollaban ampliamente sus recursos económicos, mientras él permanecía en la inacción. Que, por lo tanto, conviene dar intervención a las legislaturas de los Estados interesados, cuando se trate de establecer zonas de reserva, a fin de que sobre tan importante cuestión puedan emitir su parecer; y conviene igualmente, una vez establecida una de esas zonas, indemnizar de alguna manera al Estado en que se establezcan, indemnización que, naturalmente, debe quedar a cargo del Gobierno federal.

"Así pues, el subscripto cree que el artículo 9o. del proyecto debe quedar redactado en los siguientes términos.

"Artículo 9o. El Ejecutivo de la Unión queda facultado para declarar y establecer las porciones del territorio en las cuales deben constituírse las zonas de reserva, previa audiencia de las legislaturas de los Estados en que se trate de establecer dichas zonas y ratificación del Congreso de la Unión. -Sobre el subsuelo que abarca estas zonas no podrá otorgarse concesión alguna para la explotación del petróleo, mientras una nueva disposición no lo autorice, y mientras dure un terreno con el caracter de zona de reserva, el Gobierno federal pagará al Estado o Estados en cuyo territorio se halle ese terreno, una indemnización de un peso anual por cada hectárea reservada. Esta indemnización sólo dejará de pagarse por renuncia de la Legislatura interesada, renuncia que sólo podrá abarcar una anualidad cada vez."

"México, D. F., marzo 14 de 1923.- E. L. Céspedes.- Hacemos nuestra la iniciativa anterior: Guillermo Fernández.- Carlos Puig y Casauranc.- D. Cerecedo Estrada.- A. Sánchez Rebolledo.- Guillermo Rodríguez.- J. Joachín.- M. A. Quintero.- Martín C. Jiménez.- Efrén D. Marín.- J. B. Villegas.- R. Pérez de León.- Porfirio del Castillo."

"H. Asamblea:

"Eliseo L. Céspedes, diputado al Congreso de la Unión por el 4o. distrito electoral del Estado de Tamaulipas, ante vuestra soberanía se permite exponer:

"Que los términos en que están redactados los artículos 14 y parte final del 17 del proyecto de Ley Orgánica del Artículo 27 Constitucional en el ramo de Petróleo, dejan lugar a dudas sobre si las refinerías de petróleo se encuentran comprendidas en la industria petrolera, tal como lo concibe el susodicho proyecto y, por tanto, sobre si los Estados pueden gravar o no a dicha refinerías. Que por diversas razones las refinerías deben considerarse dividiéndolas en tres grupos:

"I. Las que explotan pozos y sólo refinan el petróleo extraído de sus propios pozos;

"II. Las que refinan petróleo extraído de sus pozos y comprado a otros productores, y

"III. Las que no tienen pozos y sólo refinan petróleo comprado.

"Las primeras no deben ser gravadas por los Estados; pero la Federación debe dar al Estado en que se halle la refinería, aunque no tengan ahí sus pozos, una parte de lo que perciba; las terceras, sí pueden ser gravadas por los Estados de su ubicación, como cualquier otra institución de comercio; y en cuanto a las segundas, debe calcularse la cantidad de petróleo comprado que beneficien, y sobre esta cantidad puede y debe gravarlas el Estado de su ubicación, sin perjuicio de que reciban también lo que le corresponda por la refinería considerada en el primer grupo.

"Por tanto, la Federación debe gravar a las refinerías que tengan pozos, calculando el impuesto sobre dichas refinerías, independientemente de las contribuciones que correspondan por la explotación misma del subsuelo cuando no se refinen los productos, a fin de no perjudicar a aquellos Estados que tengan refinerías, pero que carezcan de pozos dentro de su territorio; y la misma Federación debe, además, dejar que los Estados en que haya refinerías para beneficiar petróleo comprado a terceros, las grave libremente.

"En tal virtud, el subscripto propone que los artículos 14 y 18 del proyecto de ley, se modifiquen en los siguientes términos:

"Artículo 14. A juicio del Ejecutivo, los impuestos que graven la industria petrolera, así como la participación a que se refiere la fracción I del artículo 4o., podrá enterarse en especie o en moneda, de acuerdo con el valor fiscal que al efecto fijará la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; pero en todo caso, las leyes fiscales de la Fracción determinarán específicamente los impuestos que correspondan a la extracción de productos del subsuelo, y los que correspondan a la refinación o beneficio que hagan de ellos las empresas que tengan explotación directa de fundos petroleros.

"Tanto la participación a que se refiere la

fracción I del artículo 4o., como el producto de los impuestos sobre producción, sobre superficie de fundos petroleros y sobre refinación o beneficio que hagan las empresas a que se refiere el párrafo anterior, se distribuirán en la forma siguiente:

"Ochenta por ciento para la Federación.

"Veinte por ciento para el Estado dentro de cuyos límites estén ubicados el fundo petroleros o la refinería o establecimiento de beneficio correspondientes. Cada Estado cederá al municipio en que estén ubicados los fundos, refinerías o establecimientos, cuando menos la décima parte del impuesto que por tal concepto le corresponda, y el cual será recaudado en su proporción respectiva por las oficinas recaudadoras de los Estados y municipios, directamente de los causantes, conforme a los procedimientos que establezcan las leyes locales, después de haber recibido de la Secretaría de Hacienda la liquidación correspondiente.

"Cuando los terrenos correspondan a distintas jurisdicciones, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público hará la referida liquidación, proporcionalmente a la superficie que corresponda a cada jurisdicción, según la ubicación de los pozos y refinerías, teniendo en cuenta la producción de aquellos.

"Las leyes fiscales de los Estados podrán gravar libremente a las refinerías que, como instituciones de comercio, se dediquen a la refinación de petróleo comprado, sin perjuicio de que si esas refinerías benefician también petróleo, propio los Estados tengan, en la participación e impuestos federales, el porcentaje que esta ley les concede.

"Artículo 18. La industria petrolera es de la exclusiva jurisdicción federal y, por tanto, solamente estará regida por las leyes que dicte el Congreso de la Unión, salvo lo dispuesto en la parte final del artículo 14 de esta misma ley."

"México, D. F., marzo 14 de 1923.-E. L. Céspedes.

"Hacemos nuestra la iniciativa anterior.- D. Cerecedo Estrada.- (Una firma ilegible.) - J. Joachín.- Doctor Carlos Puig y Casauranc.- A. Sánchez Rebolledo.- Guillermo Rodríguez.- Martín C. Jiménez.- Efrén D. Marín.- R. Pérez de León.- Porfirio del Castillo.- F. B. Villegas.- M. A. Quintero."

"H. Asamblea:

"Eliseo L. Céspedes diputado al Congreso de la Unión por el 4o. distrito electoral del Estado de Tamaulipas, ante vuestra soberanía se permite exponer:

"Que el artículo 16 del proyecto de Ley Orgánica del artículo 27 Constitucional en el ramo de petróleo, establece la competencia de los tribunales federales para resolver las controversias que se susciten entre particulares, con motivo de la misma ley en proyecto. Que, en concepto del subscripto, este artículo es innecesario, supuesto que tratándose de una ley federal, existe ya la competencia de los tribunales federales, mediante la concesión concurrente que establece el artículo 104 de la Constitución en la parte final de su fracción I. Que la redacción del artículo, tal como está en el proyecto, implicaría, en realidad, una reforma constitucional que sería larga de tramitarse y que, de hacerse sin la tramitación adecuada, sería nula. Que quedando la competencia tal como está en la Constitución, será la Suprema Corte, es decir, un tribunal federal, el que resuelva en definitiva y, en tal virtud, la única innovación que trae el proyecto, es la facultad de someterse a la decisión de la autoridad administrativa. Que esta innovación puede establecerse, sin modificar la competencia de los tribunales, modificando la redacción del artículo respectivo del proyecto en estudio, en los siguientes términos:

"Artículo 16. Los tribunales de la Federación y de los a Estados son competentes en los términos del artículo 104, fracción I de la Constitución, para resolver las controversias que se susciten entre los particulares, con motivo de la aplicación de esta ley; pero éstos tienen facultad para someterlas de común acuerdo a resoluciones arbitrales de la autoridad administrativa, en cuyo caso, previo el acuerdo respectivo, se resolverán por conducto de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo.

"México, D. F., marzo 14 de 1923.-E. L. Céspedes.

Hacemos nuestra la proposición anterior: G. Hernández.- D. Cerecedo Estrada.- J. Jochín.- A. Sánchez Rebolledo.- Carlos Puig y Casauranc.- Guillermo Rodríguez.- Martín C. Jiménez.- Efrén D. Marín.- R. Pérez de León.- Porfirio del Castillo.- J. B. Villegas.- M. A. Quintero."

Quedan obsequiados los deseos del diputado Céspedes. El trámite es: A las comisiones unidas del Petróleo e imprímase. (Voces: ¿Para qué? Se pierde el papel.)

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Secretaría de Gobernación.- Número 2-0246.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente.

"Por acuerdo del ciudadano presidente de la República, tengo el honor de adjuntar a ustedes la iniciativa que formula el Ejecutivo de la Unión, a efecto de que sean revocadas las autorizaciones concedidas a algunos Estados de la Federación para organizar y mantener tropa permanente dentro de su territorio; en el concepto de que, con esta misma fecha, remito para su inmediata promulgación en el Diario Oficial, el decreto que amplía la convocatoria a sesiones extraordinarias del H. Congreso de la Unión, a fin de que se ocupe también de discutir y resolver sobre la expresada iniciativa.

"Igualmente, por acuerdo del propio primer magistrado, me permito suplicar a ustedes se sirvan dar cuenta a esa H. Cámara de Diputados con el proyecto referido, a la mayor brevedad posible.

"Me es grato reiterar a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, 14 de marzo de 1923.- Por ausencia del secretario, el subsecretario, Gilberto Valenzuela."- Recibo, a las comisiones unidas 3a. de Gobernación y 2a. de Guerra, e imprímase.

El C. Siurob: Suplico a la Secretaría, se digne volver a leer este documento.

- El mismo C. secretario: Con mucho gusto se satisfacen los deseos del compañero.

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Secretaría de Gobernación.- Número 2-0246.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente.

"Por acuerdo del ciudadano presidente de la República, tengo el honor de adjuntar a ustedes la iniciativa que formula el Ejecutivo de la Unión, a efecto de que sean revocadas las autorizaciones concedidas a algunos Estados de la Federación para organizar y mantener tropa permanente dentro de su territorio; en el concepto de que, con esta misma fecha, remito para su inmediata promulgación en el Diario Oficial, el decreto que amplía la convocatoria a sesiones extraordinarias del H. Congreso de la Unión, a fin de que se ocupe también de discutir y resolver sobre la expresada iniciativa.

"Igualmente, por acuerdo del propio primer magistrado, me permito suplicar a ustedes se sirvan dar cuenta a esa H. Cámara de Diputados con el proyecto referido a la mayor brevedad posible.

"Me es grato reiterar a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, 14 de marzo de 1923.- Por ausencia del secretario, el subsecretario.- Gilberto Valenzuela."

La iniciativa de referencia dice así:

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Secretaría de Gobernación.- Número 2-0244.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presente.

"Por diversos decretos, expedidos todos con posterioridad a la Constitución de Querétaro, la H. Representación Nacional tuvo a bien conceder a varias entidades federativas, la autorización necesaria para organizar y mantener, dentro de sus respectivos territorios, tropas permanentes.

"Es indudable que la finalidad esencial perseguida por el H. Congreso de la Unión al conceder las expresadas autorizaciones, fue proporcionar al Ejercito federal un poderoso elemento de cooperación para obtener y consolidar, en el más breve plazo, la absoluta pacificación del país, garantizando debidamente la tranquilidad y el orden públicos.

"Ahora bien; es público y notorio: que los conflictos politico - sociales que agitaron al país en los últimos años, han terminado ya en forma definitiva; que actualmente todo el territorio nacional disfruta de completa paz y tranquilidad; y que, en esta virtud, el Ejecutivo federal ha podido concentrar desde hace tiempo, sus esfuerzos a organizar, disciplinar y moralizar al Ejército, logrando realizar esta labor con un éxito extraordinario y elocuente, pues se halla en la conciencia nacional la aptitud y capacidad de que disfruta dicha corporación para garantizar la seguridad del país, el imperio de las instituciones, el mantenimiento de la paz y el reinado de la ley.

"En este concepto, el Ejecutivo federal estima que las tropas permanentes que han organizado y mantenido algunas Entidades federativas, no son ya necesarias para la realización del fin que con ellas se perseguía, pudiendo en consecuencia, ser suprimidas o licenciadas.

"Por otra parte: la supresión de dichas fuerzas sería de utilidad manifiesta para las mismas Entidades que las sostienen, toda vez que, descargando el Erario local de los egresos considerables que originan, podrían ser reducidas considerablemente las contribuciones que en la actualidad gravitan sobre las fuerzas vivas del país, dejando al mismo tiempo a los Estados en posibilidad de nivelar sus presupuestos y de dar mayor eficiencia a servicios públicos urgentes que, como el de la instrucción pública, no ha sido posible hasta hoy atender debidamente.

"Además, la experiencia ha demostrado que las tropas permanentes organizadas por los gobiernos locales, no siempre están sujetas a un régimen estrictamente militar y carecen con frecuencia de la organización, disciplina y unidad de mando indispensable para constituir un factor de orden y de seguridad; pues desgraciadamente en repetidas ocasiones, que están en la conciencia de esa H. Representación Nacional, las fuerzas expresadas han dejado posibilidad para la comisión de actos delictuosos, ya sea de particulares o de los mismos elementos organizados, olvidando o desatendiendo su carácter, para ponerse al servicio de intereses políticos determinados o de ambiciones y sentimientos personales insanos.

''De esta suerte, no sólo han llegado a frustrar los propósitos y finalidades que les dieron vida, sino que pueden constituir un elemento de obstrucción para el desarrollo equitativo y armónico del programa político - administrativo que ha servido de norma al Gobierno federal.

"Por las consideraciones expuestas, el Ejecutivo juzga que la revocación de las autoridades concedidas por el H. Congreso de la Unión a algunas Entidades federativas para mantener tropa permanente, no afecta en manera alguna a la conservación del orden y la paz pública; beneficia ostensiblemente a las mismas Entidades que las sostienen y se imponen como medida indispensable para garantizar el imperio de la ley, para evitar toda posibilidad de trastorno interior y para asegurar al propio Ejecutivo federal la libertad de acción indispensable para el desarrollo de su programa.

"Por lo expuesto y usando de la facultad que le concede el artículo 71, fracción I de la Constitución general de la República, seguro de que el H. Congreso de la Unión sabrá apreciar las razones apuntadas y cooperar con él a cumplir la alta misión que la ley fundamental del país encomienda a los Poderes de la Federación, somete a esa H. Cámara de Diputados el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo 1o. Se derogan los decretos siguientes: decreto de fecha 8 de diciembre de 1917, concediendo autorización al gobernador del Estado de México para organizar fuerzas de seguridad; decreto de fecha 25 de diciembre de 1917, autorizando al gobernador interino del Estado de Sonora para mantener fuerzas de seguridad; decreto de fecha 19 de enero de 1918, autorizado al gobernador del Estado de Puebla para organizar fuerzas de seguridad; decreto de fecha 19 de enero de 1918, autorizando al gobernador del Estado de Durango para organizar fuerzas de seguridad; decreto de 19

de enero de 1918, autorizando al gobernador del Estado de Hidalgo para organizar fuerzas de seguridad; decreto de fecha 28 de diciembre de 1918, autorizando al gobernador del Estado de Veracruz para organizar fuerzas de seguridad; y decreto de fecha de 24 de noviembre de 1919, autorizando al gobernador del Estado de Jalisco para organizar un cuerpo de gendarmería rural.

"Artículo 2o. Las citadas Entidades Federativas procederán desde luego a disolver las fuerzas a que se refiere el artículo anterior.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, D. F., 14 de marzo de 1923.- Alvaro Obregón.- El presidente de la República.- P. A. del secretario de Gobernación, Gilberto Valenzuela."

Trámite: Recibo, y a las comisiones unidas 3a. de Gobernación y 2a. de Guerra, e imprímase. (Voces: ¡Dispensa de trámites!)

El C. Espinosa Luis: Señor presidente, pido la palabra para impugnar el trámite, en una moción de orden. En esto nada más: que en vista de la importancia del asunto y de la sencillez que encierra al mismo tiempo, pido que se declare de urgente y obvia resolución y se despache desde luego. (Aplausos.)

- El C. presidente Tiene la palabra el ciudadano Castellanos.

El C. Castellanos: señores diputados:

Seguramente que podrá llamar la atención de ustedes el que venga yo a apoyar el trámite, porque efectivamente, tratándose de un asunto de trascendental importancia y al mismo tiempo de urgencia, era lógico suponer - y creo que en el ánimo de todos nosotros está - que desde luego nos ocupemos de este asunto; pero hay necesidad de que veamos nosotros la trascendencia de esta cuestión, para que podamos hacer un estudio con toda la serenidad que se necesita y no vayamos a festinar una cuestión que, mañana o pasado, tengamos que lamentar, esto es, que no hayamos procedido con base firme. Yo estoy - lo declaro de antemano absolutamente de acuerdo con la proposición del Ejecutivo; pero vuelvo a decir: hay necesidad de que las comisiones - y este fue el objeto principal, más que apoyar el trámite, de que yo tomarse la palabra - me permiten hacerles algunas advertencias: no es solamente la cuestión de suprimir en siete u ocho Estados de la República esas famosas guardia civiles, guardias rurales o defensas sociales, es decir, en una palabra, esbirros puestos al servicio de los gobernantes, que solamente tienen estos dos objetos: o bien defender los intereses de los latifundistas la mayor parte de las veces, o bien apoyar a gobernadores impopulares. (Aplausos.) Pero vuelvo a decir que no es solamente en los Estados señalados por el Ejecutivo donde se debe limitar la acción del Congreso. Hay otros varios Estados en los cuales los gobernantes ni siquiera han tenido la franqueza, la lealtad, ni siquiera han tenido el pudor de pedir licencia a este Congreso para armar a esas fuerzas....

- El C. Azueta, interrumpiendo ¡Que se denuncien!

El C. Castellanos, continuando: Y naturalmente esos gobernadores, los que principalmente han cometido un doble delito, ya que nosotros encontramos en este momento la oportunidad de hacerlos entrar al orden, es necesario que resolvamos el problema, no simplemente por lo acontecido en Veracruz, ni por lo sucedido en Hidalgo, ni lo sucedido en Jalisco, sino por los que sucede en casi toda la República; casi en todas partes existen estas fuerzas que están, vuelvo a decir, y esta es la parte fundamental en que quiero que se fije la Asamblea y sobre todo, se fijen las comisiones: estas guardias son las que están haciendo labor contra la revolución. Estas defensas sociales con hombres armados, unas veces pagados por los hacendados y otras veces pagados por el Gobierno, al servicio de los hacendados, estos son precisamente los que obstruccionan la labor, poco o mucho revolucionaria, de esta Cámara. Es necesario que acabemos con esta plaga de una manera absoluta, porque mientras no quitemos este escollo, porque mientras no le demos al proletario, porque mientras no le demos al eterno explotado, no le demos libertad, mientras no le demos la protección que necesita, seguirán esas fuerzas siendo el eterno enemigo del pueblo. (Aplausos.)

El C. Gandarilla: Quiero hacer una aclaración a lo dicho por el compañero Castellanos. En la iniciativa que el Ejecutivo ha mandado a esta Asamblea, se refiere a la derogación de decretos expedidos por esta misma Asamblea; de tal manera que aprobando nosotros esta iniciativa, esos gobernadores que tienen sin autorización debida, no tendrán pretexto para decir que en otras partes existe y no se les dice nada; así es que la mente de esta iniciativa es más honda; que no haya pretexto para que el Ejecutivo se vea constreñido a permitir la existencia de esas inútiles fuerzas en los Estados.

El C. Castellanos: Para una aclaración: Ya ve la Asamblea que el señor Gandarilla y yo estamos de acuerdo; pero quiero de una manera terminante se incluya en la resolución a aquellos gobernadores que no tienen autorización. Las comisiones buscarán la manera de ponerlo, señores, para que no entremos en discusiones; pero que se ponga de una manera terminante. (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra. Señores compañeros:

No se necesita un gran esfuerzo para sostener el trámite de la Mesa, que es correcto y juicioso; de tal manera que me uno a la Presidencia que lo dictó y pido a la Asamblea que lo apruebe. Pero a manera de orientación a las comisiones que tendrán que dictaminar, quiero fijar un caso concreto para que lo resuelva vuestra soberanía: hay algunos gobernadores de Estados que sin autorización del Congreso de la Unión tienen fuerzas a su mando. Tengo desde el caso de mi Estado, donde el gobernante, que ya no cuenta con la voluntad del pueblo, sino al contrario, es despreciado y odiado, se ha visto en la necesidad de armar fuerzas para sostenerse ante el empuje de los pueblos que se han levantado en armas para derrocarlo. El Ejecutivo de Chiapas, hombre bárbaro e inconsciente, no tuvo más remedio que pagar y armar gente para que le guardara las espaldas, esta es la palabra, violando la Constitución. Como ya no tiene partidarios, es indudable que no hay un solo

correligionario que quiera exponer la vida para salvar la de este mandatario, que quiere subsanar esta falta de prestigio y simpatía pagando gente que se arme para defenderlo. Afortunadamente, no ha podido ni redondear el número de cien hombres que lo defiendan; pero de cualquiera manera, es indispensable que vuestra soberanía resuelva de una buena manera amplia, radical y absoluta, este problema que, de no resolverse pronto, vendrá a crear caciques en los Estados y hacer verdaderamente nulo el espíritu y la obra de la revolución. Por esto pido a las comisiones busquen la mejor forma de que estos gobernadores abusivos, violadores de la Constitución, sean, si no precisamente castigados, sí constreñidos a deshacerse de estas fuerzas. Se me ocurre que podrían las comisiones dictaminadoras poner un artículo diciendo que se faculta al Ejecutivo de la República para que en la forma que lo crea conveniente, suprima las fuerzas regionales de los Estados que no cuenten con autorización del Gobierno y para que recoja las armas que esos gobernantes han puesto en manos de sus paniaguados. La comisión verá el modo correcto de dar forma a mi pensamiento; nada más pido que tenga en cuenta la sugestión que hago y que creo que no será de interés solamente para Chiapas, sino para otros Estados de la Federación.

El C. secretario Gandarilla: No habiendo sido en realidad impugnado el trámite, sino que al contrario, ha sido sostenido por todos los que han hecho uso de la palabra, en votación económica...

El C. Siurob, interrumpiendo: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Siurob.

El C. Siurob: Sólo deseo, señores compañeros, corroborar en todas sus partes la opinión general de esta Asamblea. Como representante de una de las minorías de esta honorable Cámara, tengo a satisfacción manifestar a los presentes, lo mismo que al público de las galerías, que soy el primero en aprobar la medida propuesta hoy por el Ejecutivo de la Unión, por que la creo en absoluto de acuerdo con las nuevas tendencias que sigue la política del país; que soy el primero en reconocer que las fuerzas que tienen los gobiernos locales que para ello están autorizados, al igual que los que no lo están, son el primer escollo que se presenta para la libertad electoral en todas las entidades federativas, y el escape de los fondos públicos que deberían estar destinados a fines mucho más nobles y revolucionarios. (Aplausos.) Confirmo en todas sus partes la opinión de los compañeros que me han precedido en el uso de la palabra - Espinosa y Castellanos -, y, como ellos, suplico a las comisiones que en el artículo respectivo queden incluídos, de manera que no haya lugar a duda, los gobernadores que sin tener autorización del Poder Legislativo, mantienen fuerzas a su mando, y que también se establezca que el Poder federal pueda recoger las armas para que no se empleen por los gobiernos de los Estados. (Murmullos. Aplausos.)

El C. secretario Gandarilla: No habiendo sido en realidad impugnado el trámite, sino sostenido, la Secretaría va a darle de nuevo lectura. Dice así: "Recibo y a las comisiones unidas 3a. de Gobernación y 1a. de Guerra en turno, en imprímase". Y la Presidencia, respetuosamente y en vista del sentir de la Asamblea, invita, de la manera más atenta, por conducto de la Secretaría, a estas comisiones, para que a la mayor brevedad posible rindan su dictamen. (Voces: ¡Mañana!) Desde el momento en que la Presidencia ha dicho: "a la mayor brevedad", queda ya incluído el término "mañana". (Risas.)

- El mismo C. secretario, leyendo:

Telegrama procedente de: "Tlaxcala, Tlax., 15 de marzo de 1923.

"Secretario Cámara Diputados:

''Profundamente conmovido comunico honorable Asamblea, gente armada, órdenes gobernador, disparó sobre multitud inerme, causando cinco muertos y cerca de veinte heridos, algunos graves. Diputado Pedro Suárez y compañero Vicente de la Mora, secuestrados por regionales. Presunta Legislatura instalada, arrojada balazos recinto Cámara, hiriendo presunto Nicanor Serrano; honda indignación pueblo, cual clama garantías efectivas, evitar sucesos sangrientos repítanse.- Atentamente, diputados, Aurelio Peña.- Moisés G. Herrera."

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Padilla Ezequiel.

El C. Padilla: Señores diputados:

Antes de comentar lleno de emoción el telegrama que se acaba de leer, pido a la Secretaría se sirva dar lectura a los siguientes telegramas.

- El C. secretario Gandarilla, leyendo:

Telegrama procedente de: "Santa Ana, Tlaxcala, 14 de marzo de 1923.

"Senador Gerzayn Ugarte.- Lisboa, 32 (treinta y dos.)

"Participámosle para indicar quien corresponda, que Gobierno Estado instaló ciento veinte ciudadanos armados, azoteas Palacio Legislativo.- Rafael Garzón."

Telegrama procedente de: "Tlaxcala, Tlax., 15 de marzo de 1923.

"Senador Gerzayn Ugarte.- Lisboa, treinta y dos.

"Agradeceré que intervenga valiosa influencia ante ministro de la Guerra, para que ordene que fuerzas federales guarden orden, pues fuerzas Estado hicieron fuego pueblo. Tres muertos y cinco heridos.- Afectuosamente, senador, A. Meneses."

Telegrama procedente de: Tlaxcala, Tlax, 15 de marzo de 1923.

"Senador Gerzayn Ugarte.- Lisboa, treinta y dos.

"Urgente.

"Sangrientos sucesos, hijo gobernador disparó sobre comisión Congreso Unión y Cámara local. Regionales disolvieron Congreso local. Varios muertos. Urgen garantías.- José Bernal Castillo."

El C. Padilla: Frente a hechos denunciados en la forma tan categórica y de tan dolorosa elocuencia como los que acaban de ser leídos ante vosotros, las proposiciones más duras, no necesitan defensa y la conclusión inmediata está ya en vuestras conciencias. Hace breves minutos...

El C. secretario Gandarilla: A petición del

ciudadano diputado por Zacatecas, Estrada Leopoldo, la Secretaría, con la venia del orador, va a dar lectura a este otro mensaje:

Telegrama procedente de "Jerez, Zacatecas, 14 de marzo de 1923.

"Ciudadanos diputados Leopoldo Estrada y Jesús B. González.- Cámara de Diputados.

"Gobernador Moreno, arbitrariamente apoyado fuerza armada, pretende distituirme, no obstante sostenerme mayoría Asamblea municipal. Suplícoles gestionar evítese atentado.- Atentamente, el presidente municipal, A. Cisneros."

El C. Padilla, continuando: Volviendo al asunto trascendental de Tlaxcala, señores diputados, yo creo que hechos como éstos no sólo significan la zozobra de los hombres que caen de entre las multitudes del pueblo, sino que significan también la zozobra de los principios, porque el régimen democrático no puede ir por esos senderos fratricidas y porque los individuos que en el Gobierno atropellan el más alto privilegio del hombre ciudadano -como es el de elegir a sus representantes - no hacen otra cosa sino ser en la nación - en la forma enérgica en que lo ha dicho el ciudadano presidente de la República - una verdadera vergüenza de la civilización de México. Hay una coincidencia que casi es un sarcasmo para la proposición que se acaba de leer: la nota en que el ciudadano presidente de la República, el propio Ejecutivo pide hoy mismo que se acabe con las fuerzas de los estados, que se llaman "voluntarios" o "defensas sociales" y que, en el fondo, no son más que legiones de esbirros que sirven para apoyar atentados contra la civilización y para denigrar los principios revolucionarios y los altos ideales del pueblo de abajo, porque está comprobado que cuando se ponen las armas en manos de ciudadanos civiles, se da armas a la pasión política, que siempre está dominada por los opresores, por los fuertes, ya sea por el dinero o por el Poder oficial.

Cuando las armas descansan en el Ejército, ya sabemos que el Ejército está sometido a un código de honor y que, por lo mismo, es muy posible - como ha sucedido para orgullo nuestro en la nación - que quede subordinado a los altos principios de ideales; que la bandera que flota sobre los ejércitos, sirva en cierta manera para garantizar los senderos que esos mismos ejércitos siguen, pero cuando se trata de ciudadanos civiles armados, no se obtienen, repito, sino para orientar por senderos fratricidas a todas las multitudes que van a ser víctimas en las contiendas electorales. Por estas circunstancias, señores, yo pido a todos vosotros que inmediatamente, como una forma de protesta enérgica, sentida, llena de profunda emoción, se nombre una comisión para que se dirija a quien corresponda, con objeto de que se impartan inmediatas garantías a los compañeros; pido que se nombre otra comisión que vaya a investigar los sucesos de Tlaxcala y que se obre inmediatamente con toda energía contra los responsables, contra aquellos hombres que no vacilan en subir al Poder con la mancha de la sangre del pueblo. (Aplausos nutridos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Lailson Banuet.

El C. Lailson Banuet: Señores diputados:

Los hechos que se acaban de desarrollar en Tlaxcala son acontecimientos diarios en esta patria de tiranos y de mercenarios. El Ejército no sirve para lo que dice el señor licenciado Padilla; el Ejército en México sirve para dar cuartelazos como el de Tlaxcala, el de la Ciudadela y todos los demás. (Aplausos.)

El C. Puig y Casauranc José Manuel: Muy cierto!

El C. Lailson Banuet: Creo que la patria será grande cuando no haya ni un solo general en su escalafón, cuando no exista éste ni el Ejército. (Aplausos.) Prometo a los compañeros aquí presentes constituirme en su enemigo cuando llegue cada uno de ellos a gobernador. (Risas.) Desgraciadamente, no fui a Tlaxcala como estaba invitado, debido a que no supe precisamente la hora de la salida. Bien hubiera querido estar allá para ver si tenía la ocasión de suprimir a un tirano más. En Pachuca no aconteció lo mismo porque, por desgracia, el pueblo de Hidalgo, más extorsionado, está más envilecido, si no, hubiera acontecido cosa igual. Allí se ha instalado una Legislatura en la que, de los diez y seis miembros que la integran, siete son asesinos, de la calaña, del tipo de López Soto. ¡Este es el Gobierno de la República Mexicana! No hay que pensar en que este gobernador es más bueno que el otro, sino hay que pensar cual es el peor. (Aplausos. Risas.)

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Tiene usted la palabra:

El C. Espinosa Luis: Honorable Asamblea: Tengo la pena de hacer una rectificación a mi muy estimado compañero Manuel Lailson Banuet. El ha asentado, en mi concepto, una falsedad, y la falsedad no sólo es eso, sino que entraña una ofensa para el Ejército Nacional, institución respetable que, aunque el compañero no lo crea, desempeña funciones de verdadera trascendencia. El Ejército Nacional sirve para defender la integridad y el honor de la patria y para defender a los gobiernos legalmente constituídos. Se entiende, cuando estos ejércitos están disciplinados sobre la base del honor. Me extraña el concepto del compañero Lailson Banuet, porque lo conozco desde hace tiempo y sé que es un viejo revolucionario, sé que es de los de la vieja guardia: Lailson Banuet no sólo ha sido revolucionario, sino también soldado de línea. El, después de la revolución de 1910, tuvo que seguir en las filas de las fuerzas rurales, adonde quedaron casi todos los revolucionarios civiles que empuñaron las armas. En esas condiciones estuvo el compañero Lailson Banuet prestando sus servicios en el Estado de Oaxaca y en otras partes. Por eso me parece un contrasentido que Lailson Banuet, revolucionario insospechable y soldado militar ayer, dentro de la connotación clásica de esta palabra, venga ahora a ensañarse en la forma que lo ha hecho y a menospreciar el Ejército que, en mi concepto, es una institución verdaderamente respetable. Por lo que yo tengo de militar, de una graduación escasísima, hago constar mi protesta y, al mismo tiempo, mi manera de pensar muy distinta a la de mi estimado compañero Laison Banuet.

El C. Lailson Banuet: Pido la palabra para contestar.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Lailson Banuet.

El C. Lailson Banuet: Voy a hacer una aclaración al señor diputado don Luis Espinosa: Pretender que el Ejército mexicano no sirva para los fines que he dicho, es no sólo no conocer la Historia, sino no darse cuenta del medio en que se vive. Yo estuve en el Ejército, transitoriamente, porque fui revolucionario; jamás desfilé por ninguna escuela y ni he ostentado grado ninguno ni tengo despacho dado por el presidente de la República o por el Congreso de la Unión. Por consiguiente, no me he considerado soldado, no soy soldado y sigo diciendo que los soldados en nuestra patria, mientras que no se regeneren, serán la amenaza de todas las libertades. (Aplausos en las galerías.)

El C. secretario Gandarilla: Se nombre la siguiente comisión para que ponga en conocimiento de la Secretaría de Gobernación lo acaecido en Tlaxcala y pida garantías......

El C. Espinosa Luis, interrumpiendo: Para una moción de orden.

Creo que se está obrando con alguna festinación. El ciudadano Padilla hizo una proposición para que se nombrara una comisión, y a la Asamblea nada se le ha consultado.

- El secretario Gandarilla: Se consulta a la Asamblea, en vista de los deseos del ciudadano Espinosa, y para que se haga patente el sentir de la misma Asamblea, se aprueba lo propuesto por el ciudadano Padilla respecto al nombramiento de una comisión que se acerque a la Secretaría de Gobernación. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado por mayoría. Se nombra, por acuerdo de la Presidencia, a los siguientes diputados para que integren la comisión de referencia: Portes Gil Emilio, Padilla Ezequiel, Rama Aquilino, Miravete, Cuéllar José de Jesús y secretario el que habla. Se suplica a los ciudadanos diputados no se ausenten, porque va a procederes a la votación del artículo 3o. de la Ley del Petróleo.

- El C. secretario Samayoa, leyendo:

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"En vista de los últimos acontecimientos que se han desarrollado en varios Estados de la República, el Ejecutivo nacional ha elevado a esta H. Cámara un proyecto a efecto de que sean suprimidas las agrupaciones armadas que bajo el patrimonio de los gobernadores se encuentran establecidas en los Estados de México, Sonora, Puebla, Durango, Hidalgo, Veracruz y Jalisco, fuerzas de las cuales han hecho uso los ciudadanos gobernadores de esas Entidades federativas, no precisamente con el objeto para el que fueron creadas, sino aprovechándose de su concurso para fines meramente políticos y particulares.

"En el Estado de Aguascalientes existen también fuerzas locales del que soy representante por el 1er. distrito; durante el Gobierno que presentaba el ciudadano Venustiano Carranza, merodió por aquellos contornos, con el carácter de cabecilla revolucionario, el general de apellido Bañuelos, por lo que fue autorizado el Ejecutivo del Estado para formar un cuerpo de fuerzas rurales; y como en la iniciativa que presentó el Ejecutivo de la Unión no está considerada la supresión de las citadas fuerzas que represento, y habiendo desaparecido las causas por las que fueron creadas, pues el general Bañuelos se unió al movimiento de 1920, y en la actualidad se encuentra radicado en el Estado de Guanajuato.

"No obstante esa circunstancia, las fuerzas rurales en el Estado de Aguascalientes han continuado en funciones, ya no para dedicarse a cuidar de la seguridad pública de los vecinos o la conservación del orden entre sus habitantes, sino únicamente se destinan a vigilar los intereses particulares del acaudalado gobernante y de sus amigos hacendados, ejercitando una persecución constante y tenaz en contra de los campesinos que en alguna forma procuran su mejoramiento propio y el de los suyos, habiendo salido relativamente bien librados de tales atentados, en atención a que a pedimento de los elementos ferrocarriles que allí radican, al ciudadano general Certuche, actualmente jefe de las operaciones militares en los Estados de Aguascalientes y Zacatecas, ha intervenido en esos conflictos, habiéndose registrado algunos delitos de sangre en Cosío y en algunos otros pueblos del Estado, originando la consumación de tales hechos, el que las víctimas de la soldadesca sean recluídas en el hospital Civil, sin que se abra alguna averiguación en contra de los criminales.

"En corroboración a lo que dejo expuesto, adjunto varios documentos o cartas de particulares que me han comunicado los hechos anteriores, suplicando a la H. comisión a quien se turne el presente asunto, tome en consideración los anteriores documentos y también el hecho de que habiendo desaparecido las causas que motivaron la creación de las fuerzas rurales en el Estado, se impone, en consecuencia, su extinción, puesto que cualquier acto delictuoso que se cometa por agrupaciones armadas, puede interpretarse errónea o maliciosamente como cometidos por soldados del Ejército Nacional, que siempre han sido más cumplidos en sus deberes y evitar generalmente fricción alguna con particulares.

"En vista de lo anterior manifestado, atentamente ruego se considere la siguiente iniciativa:

"Única. En vista de que ya no existen grupos rebeldes armados en jurisdicción del Estado de Aguascalientes, y a fin de evitar posibles desordenes o fricciones de parte de las fuerzas rurales en contra de los vecinos de dicha Entidad, se declara que no ha lugar a que las mismas fuerzas, para cuya creación fue autorizado el Ejecutivo del Estado, sigan prestando sus servicios; en consecuencia, hágase saber por los conductos debidos, a quienes corresponda, lo anterior, que establece la derogación del acuerdo relativo, para su fiel y completa observancia."

"Salón de Sesiones del Congreso de la Unión.- México, D.F., a 15 de marzo de 1923.- R. Quevedo. - Rodrigo Palacio.

"Hacemos nuestra la anterior petición, por

considerarla justa.- R. Covarrubias.- Ignacio C. Villegas.- Enrique García.- E. L. Céspedes.- E. Padilla.- I. Pérez Vargas.- J. D. Robledo.- A. Pérez Rojas.- F. Valencia.- Luis Espinosa.- E. von Borstel M.- G. Bautista.- Porfirio del Castillo.- A. E. Rama.- T. Reyes.- M. Samayoa.- Rubén C. Vizcarra.- E. Santa Cruz.- Jesús Magaña Soto.- S. Alcaraz R.- Francisco Olivares.- A. Valladares.- J. Barriga Zavala.- F. B. Villegas.- Alfredo Alvarez.- Francisco Escudero.- Vidal Solís.- Apolonio L. Castro.- D. Benítez.- T. Olivé.- Salvador Murguía.- I. Carmona.- Rafael Pérez Taylor.- L. Espinosa y Elenes.- J. Certucha.- Doctor Carlos Puig y Casauranc.- J. Trinidad Cano.- A. Campillo Seyde.- Guillermo Rodríguez.- Martín Jiménez.- A. Pérez H.- R. Garibay.- W. Macip.- E. Breceda.- J. Reyes San Germán.- G. Cerecedo Estrada.- Isauro Barranco.- José Gálvez.- G. M. Bravo.- J. A. Aguilera.- Juan Quiroga.- F. Herrera.- R. Otañez.- I. Romero.- Luis Ramírez Corzo.- F. González Guerrero.- Ricardo Delgado.- Vicente Aranda.- Fermín E. Díaz."

Trámite: A las comisiones que tienen antecedentes.

- El mismo C. secretario: Se va a proceder a recoger la votación del artículo 3o. de la Ley del Petróleo.

Presidencia del C. VILLANUEVA GARZA CIPRIANO

El C. Espinosa Luis: Suplico a la Presidencia ordene que se dé lectura al artículo 3o., porque ya no sabemos qué se va a votar.

El C. presidente: Ya se leyó, quedando únicamente para votarse; sin embargo, se va a acceder a sus deseos.

El C. secretario Samayoa: El artículo 3o. dice así:

"Artículo 3o. El derecho de explorar y explotar el subsuelo se adquirirá originalmente de la nación, por conducto de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, mediante concesiones que se otorgarán en concurso público, en cada caso, bajo las siguientes bases:

"I. Se otorgarán a sociedades mexicanas constituidas conforme a las leyes mexicanas, o a individuos nacionales o extranjeros. A estos, siempre que cumplan con los requisitos exigidos por el inciso I del artículo 27 de la Constitución Política de la República, y

"II. En dichas concesiones se estipulará:

"a) Que los interesados deberán establecer trabajos regulares en forma y plazos que los reglamentos respectivos señalen el efecto, y otorgarán las garantías necesarias.

"b) Que no se transpasarán, en todo o en parte, los derechos derivados de esas concesiones, a gobiernos o soberanos extranjeros, ni se admitirán a éstos como socios o asociados, ni se constituirá a su favor ningún derecho sobre aquéllos, cualquiera que sea la forma u objeto de esta constitución.

"c) Que el término de la concesión no excederá de cincuenta años.

"d) Que el concesionario pagará al dueño de la superficie una indemnización por el uso superficial de las hectáreas que ocupe, mientras no haya lugar a la explotación y a la participación de que habla el artículo 12."

El C. Espinosa Luis: Una aclaración. (Voces: ¡No! ¡No!) No voy a hablar en pro ni en contra, sino sólo a hacer una aclaración.

El C. presidente: Estamos en votación.

El C. Espinosa Luis: No ha empezado.

El C. presidente: Pero va a empezar.

El C. Espinosa Luis: Usted lo ha dicho: va a empezar. Le ruego que acceda a mi petición, que es correcta y reglamentaria.

El C. presidente: Ya no se puede.

El C. Espinosa Luis: Moción de orden. No está a discusión el artículo 3o. y por tanto, no voy a hablar en pro ni en contra; pero creo que no puede prohibírseme que manifieste mi inconformidad con ese artículo antes que emita mi voto. La comisión ha llegado a formular definitivamente su artículo, diciendo que la concesión del petróleo se adquirirá por medio de concursos públicos. Yo quiero que la Asamblea sepa antes de votar, que este es el disparate más grande que se puede concebir: no se puede sujetar a concurso público lo que no existe, lo que no está a la vista, lo que no puede trabajarse ni venderse. (Campanilla.) Después de esta aclaración, que vuestras señorías voten como gusten, pero hago constar que éste es un disparate que causará hilaridad en el Senado de la República y que pondrá en evidencia a esta Asamblea. (Campanilla.)

El C. presidente: Se llama al orden al diputado Espinosa.

El C. Espinosa: Ya terminé. (Murmullos.)

El C. Robledo: Por la afirmativa.

El C. secretario Samayoa: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

El C. Robledo: Votaron por la afirmativa ciento treinta y seis ciudadanos diputados.

El C. secretario Samayoa: Votaron por la negativa cinco ciudadanos diputados. En consecuencia, se declara aprobado el artículo 3o.

- El mismo C. secretario: Está a discusión el artículo 4o.

"Artículo 4o. En las zonas federales, terrenos nacionales, baldíos y demás de dominio nacional, así como en aquellos cuyo título de propiedad hubiese expedido la nación con reserva del subsuelo, se otorgará la facultad de exploración a que se refiere esta ley, mediante concesiones que además de las bases enumeradas en el artículo anterior, contengan las siguientes:

"I. Se fijará una participación para el Fisco federal en los productos brutos de explotación, que podrá variar de un 10 a un 50 por ciento, según las condiciones de la región, y

"II. La explotación en los terrenos a que se refiere este artículo, no podrá detenerse sin

consentimiento del Ejecutivo dentro de las condiciones científicas de la operación petrolera, fijadas por informe técnico de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo."

La comisión pide permiso a la Asamblea para retirar este artículo y presentarlo modificado. Se pregunta a la Asamblea si se concede el permiso. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se concede el permiso. La comisión presenta modificado el artículo, en los siguientes términos:

"Artículo 4o. En los terrenos nacionales, baldíos y demás del dominio nacional, así como en aquellos cuyo título de propiedad hubiese expedido la nación con reserva del subsuelo, se otorgará un concurso, la facultad de exploración y explotación a que se refiere esta ley, mediante concesiones que, además de las bases enumeradas en el artículo anterior, contengan las siguientes:

"I. Se fijará una participación para el Fisco federal en los productos brutos de explotación, que no será menor de 10 por ciento , y

"II. (En la misma forma del proyecto de las comisiones.)

"En las razones federales se otorgará, en concurso, la facultad de exploración y explotación a que se refiere esta ley, mediante contrato por el que el concesionario tendrá únicamente el carácter de contratista, fijándose una participación para el Fisco, en los productos brutos de explotación, que no será menor del 25 por ciento.

"Los concesionarios de fundos petrolíferos colindantes con una zona federal determinada, tendrán derecho de preferencia para la obtención del contrato de explotación de dicha zona.

"Si fueren varios los solicitantes, con colindancias definidas, la zona federal podrá ser adjudicada a todos ellos."

Está a discusión.

El C. Cerecedo Estrada: Para una interpelación a la comisión, señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Cerecedo Estrada: En los últimos días de diciembre, o sea en las últimas sesiones ordinarias, nos dio el compañero Puig Casauranc una gran sorpresa mostrándonos una enorme lista de concesiones dadas en tiempos del señor Carranza, y como entonces manifestó su reprobación por todo aquello que tendía a favorecer a compadres, con mengua del Tesoro nacional, creo que seguirá reprobando todo acto igual. He oído, he sorprendido alguna conversación entre los diputados, en la que afirmaban que en la actualidad siguen las concesiones con el mismo auge que en tiempos del señor Carranza. Quiero que la comisión, ya que está dando estas sorpresas, nos informe sobre el particular para que la Asamblea forme su criterio respecto a concesiones, ya que se trata ahora de esto.

El C. Puig y Casauranc José Manuel: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Puig y Casauranc José Manuel: Señores diputados:

El compañero Cerecedo Estrada interpela a las comisiones para saber si aquella lista enorme de concesiones que conoció la Asamblea en los últimos días de diciembre próximo anterior, ha sido aumentada en los meses que van transcurridos del presente año. Como recordarán los señores diputados, el ciudadano secretario de Industria y Comercio tuvo la gentileza de dar a la prensa nacional, dos días después de las declaraciones que este miembro de las comisiones hizo en la tribuna, la lista que las comisiones no habían podido obtener nunca de esa misma Secretaría. La pregunta del compañero Cerecedo Estrada, en un país de perfecta organización democrática y administrativa, sería inútil, porque habría sido contestada ya ampliamente por la prensa periódica o por los boletines de petróleo, que habrían insertado inmediatamente cualquiera concesión que hubiera dado desde entonces. Las comisiones podrán al compañero Cerecedo Estrada, que estos datos deberían de ser suministrados a la Asamblea por el secretario de Industria y Comercio; que si no fuera México un país tan original, cuando de dar leyes de utilidad nacional se trata, estaría presente en todas las sesiones en que se discutiera esta Ley del Petróleo, cuya naturaleza eminentemente técnica, necesitaría de la voz oficial para orientar los debates. Pero las comisiones no quieren recurrir a este argumento para evitar la respuesta al compañero Cerecedo Estrada: aceptan la responsabilidad de dar a conocer a la Asamblea hechos que debieron haber sido públicos por conducto de la Secretaría de Industria y Comercio, y van a contestar de modo terminante que, fuera de la concesión de las zonas federales a los Ferrocarriles, que el público conoce, se han dado, en efecto, nuevas concesiones en zonas federales. Con fecha del 13 de febrero, fueron otorgadas seis concesiones en el lecho y zona federal de Arroyo Buenavista, del excantón de Tuxpan, que amparan diez y ocho permisos de perforación. Y la pregunta del compañero Cerecedo Estrada va a servir a las comisiones para fundar un artículo 4o., para demostrar la necesidad absoluta que había de establecer una distinción legal entre los terrenos nacionales y baldíos, y las zonas federales, porque quienes solicitan las zonas federales no proceden nunca, señores diputados, a tontas ni a ciegas: saben perfectamente su negocio y van a buscar... nada de "wild cat", nada de terrenos más o menos dudosos, sino zona perfectamente comprobada como petrolera, en la que la concesión sea un verdadero negocio que les permita, sin la inversión de un centavo, el obtener millones.

Así, los concesionarios que obtuvieron estas seis concesiones.....(Voces: ¿Quienes fueron?) Los concesionarios fueron dos señores apellidados Navarro, con los que nada tiene que ver el compañero Rubén Navarro, de esta Cámara, (Risas.) y otras dos o tres personas de apellidos que dicen tan poco como éste, para el caso del petróleo, pero que indudablemente, no han sido sino testaferros para adquirir las concesiones. Las concesiones tuvieron buen cuidado de localizar estas zonas federales. Van a ver los señores diputados con qué verdadera habilidad, con qué maestría, con qué verdadera sapiencia el medio petrolero, escogieron las zonas petroleras, desechando aquellas en que pudiera haber un átomo de duda para la obtención del petróleo. Estas concesiones van desde el lote 302 de Tepezintla, hasta frente de Potrero del Llano, en una extensión total de cuarenta

kilómetros de zona federal. Atraviesa esta concesión toda la hacienda de Juan Felipe, y en detalle es como sigue:

"Seis concesiones en el lecho y zona federal de arroyo Buenavista, del excantón de Tuxpan, que amparan 18 permisos de perforación.

"Las concesiones localizadas desde el lote 302 de Tepezintla hasta frente de Potrero del Llano en una extensión total de 40 kilómetros de zona federal.

"Atraviesa dicha concesión toda la hacienda de Juan Felipe.

"Acuerdo presidencial de febrero 13 de 1923.

"Expediente número 77,761. Secretaría de Industria y Comercio.

"Detalle de las concesiones:

"1. Zona federal sobre la margen izquierda del río Pánuco, en Potrero de la Isleta, desde el lindero entre los lotes números 1 y 2 de Potrero de la Isleta y río arriba hasta 5 kilómetros. Fracción que queda frente a la zona denominada Tamante.

¡Oro vivo, señores diputados, sólo que era negro!

"2. Zona federal margen derecha arroyo Buenavista, en la hacienda de Juan Felipe, en una extensión de 6 kilómetros, que se contará en la misma hacienda, aguas abajo del arroyo mencionado."

Existen pozos de magnífica producción en esta zona, y los pozos que se intenta perforar en zona federal, estarán a menos de quinientos metros de los pozos.

"3. Zona federal de la margen derecha del río Pánuco, desde el punto de separación entre la Mexican Gulf Oil Co. y "Regiones Petrolíferas Mexicanas", en terrenos de propiedad de Leobardo González, dos kilómetros aguas abajo. "4. Zona federal de la margen derecha del arroyo de Buenavista, en una extensión de 6 kilómetros, que se contarán del lindero Oeste del lote 302 de Tepezintla, hasta las tierras de Juan Felipe, aguas abajo.

"5. Zona federal de la margen izquierda del arroyo de Buenavista, en una extensión de 10 kilómetros, que se contarán desde las tierras de Juan Felipe, aguas abajo, hasta tierras de Alazán de Tuxpan.

"6. Zona federal de la margen izquierda del arroyo de Buenavista, de una extensión de 6 kilómetros y medio, desde el predio denominado Horcones, hasta el de Otital, aguas abajo.

"7. Zona federal de la margen derecha del arroyo de Buenavista, en una extensión de 6 kilómetros y medio, que se contarán desde las tierras de Alazán a Mayutla, aguas abajo.

"Depósito exigido por el Gobierno, $160,000.00; término de perforación, tres meses; regalía, 40 por ciento; duración contrato, 20 años.

La concesión es de fecha 13 de febrero.

El C. Altamirano Manlio Fabio: ¡Quién fuera ministro!

El C. Puig y Casauranc: Este miembro de las comisiones, señores diputados -y es la oportunidad de declararlo aquí, para que se sepa de una buena vez que es enteramente inútil guardar el secreto sobre estos asuntos- este miembro de las comisiones, que cuando aceptó su encargo se propuso hasta el término de sus facultades el conocimiento de la materia, ha estudiado las doscientas y pico de concesiones anteriores, con el mismo detalle que conoce éstas y guarda para cada concesión un récord; y tenemos, estamos en la absoluta posibilidad de conocer en el presente y en el futuro, cualquier cosa que se haga en la Secretaría de Industria y Comercio. De modo que la Asamblea puede estar perfectamente tranquila a este respecto; no se necesita, en realidad, que venga el ministro de Industria y Comercio.

En una Cámara amiga del Gobierno, como es esta Asamblea, resulta verdaderamente extraño, curioso, original, que haya un ministro que tenga miedo de venir a la Cámara. ¿Por qué se tiene miedo de venir a la Cámara de Representantes? Se me ha dicho que el licenciado Alessio Robles sostiene que no viene a la Cámara de Representantes, porque él es excesivamente radical y la ley que estamos aprobando, es conservadora. Pues bien; si fuera un ministro de verdadera conciencia revolucionaria, tendría obligación -entonces sí expresa y terminante - de venir a esta Asamblea a sostener sus puntos de vista radicales. Yo estoy convencido de que no es así. Esta ley, en la forma que fue presentada viene más radical que en el proyecto que se formó en alguna de las dependencias de la Secretaría de Hacienda o de Industria; los miembros de las comisiones han procurado quitar todavía más las partes que pudiera tener de aspecto conservador la ley; pero si las comisiones se hubieran equivocado, si hubieran dado a la ley un aspecto poco radical y si el ministro de Industria efectivamente fuera un hombre muy radical y que por eso no quisiera tener tratos con una Asamblea que considerara conservadora, era indispensable que viniera a esta Representación Nacional y pugnara por sus principios. ¿De otra manera cómo se explica que no venga el ministro de Industria a la Cámara de Diputados, cuando se está debatiendo la ley más trascendente de la Legislatura? Me parecía inexplicable, igualmente que cuando llegara el asunto de cuestión fiscal, no tuviéramos en esta Asamblea al ministro De la Huerta o al subsecretario Luis León; pero yo sé que éstos hombres, alguno de ellos, vendrán a esta Asamblea a sostener los puntos que corresponden directamente a su Secretaría.

Y duele, señores diputados, que haya necesidad de que las comisiones vayan, por procedimientos molestos, en algunas ocasiones costosos y de todos modos desagradables, porque se trata de obtener informaciones de orden público, no por conducto de un ministro, a obtener datos como éstos que exige la Representación Nacional y que los miembros de las comisiones están obligados a darle, para que se vea que cumplen con su deber. (Aplausos.) Yo no creo, señores diputados, que la razón de la ausencia del secretario de Industria, se deba a que sea excesivamente radical y no quiera por esto venir a esta Cámara; más bien afirmo mi concepto de que una dolorosa ineptitud impide a este hombre a venir a ponerse enfrente de los representantes para contestar a sus interpelaciones (Aplausos.)

Y es la oportunidad, señores diputados, de hacer de una buena vez ahora que va a desencadenarse

sobre este modesto representante la furia de una Secretaría, es indispensable hacer la historia de esta enemistad que no de mí para él, pero si de él para mí, va a surgir desde esta noche. Los señores diputados recuerdan que cuando por interpelaciones del diputado Barón Obregón vino el secretario de Industria a esta Cámara, habría sufrido la más tremenda derrota que pudiera recordar los anales parlamentarios, si no hubiera sido por hombres amigos del Ejecutivo, no de Miguel Alessio Robles, Arce, Prieto Laurens y el que habla, capotearon con cierta habilidad la cuestión y, representando distintos aspectos del problema petrolero, distrajeron la atención de la Asamblea hacia la ineptitud del secretario de Industria, salvando el decoro del Ejecutivo federal. ¿Es la verdad esto, señores diputados? (Voces: ¡Sí! ¡Sí!) Sin embargo, y esta es otra prueba de la buena fe de los que entonces defendimos al Ejecutivo, el ciudadano secretario de Industria y Comercio tuvo buen cuidado de presentar aquella jornada parlamentaria como un triunfo personal de Miguel Alessio Robles, y así, a siete columnas, se dijo en los periódicos del día siguiente -no ataco, no quiero con esto pretender decir que los honorables cronistas parlamentarios hubieran modificado la esencia de la sesión; sus crónicas fueron perfectamente ajustadas a la verdad, pero sabemos bien, los que de prensa conocemos, que una versión correcta, estricta, como las que hacen estos hombres que ocupan los palcos de la prensa, puede ser modificada por una cabeza que no es de la competencia ni de la responsabilidad de los cronistas -, al día siguiente se dijo que había obtenido Miguel Alessio Robles un enorme triunfo parlamentario; que se había captado en su favor la opinión de esta Asamblea, que Barón Obregón había quedado muerto para siempre envuelto en una túnica de dólares y de petróleo. Y no sé si había la túnica de dólares y de petróleo; mis dudas tuve entonces y así lo manifesté con toda lealtad; pero sí estoy y perfectamente convencido de que esa tarde la Asamblea nacional habría dado clara, rotundamente, el voto de desaprobación más amplio y más terminante a la política del Ejecutivo en materia de concesiones de petróleo, si los verdaderos amigos del ejecutivo, para salvar su decoro, no hubiéramos venido a luchar aquí a favor de Alessio Robles. Por tanto, ya se verá que no hay motivo de enemistad ni de inquina personal de este modesto representante para el secretario de Industria y Comercio. No me apresuré a publicar la lista de concesiones, y cuando dos días después la publicó el secretario de Industria, dijo públicamente, en declaraciones que firmó, que le extrañaba que un representante que no era seguramente un san Francisco de Asís, hablara de esas cosas. De el partió el primer ataque. Fue una ofensa canallesca y torpe de un hombre que le había servido, con toda sinceridad, para salvar el decoro del Ejecutivo, que no a partía de un San Francisco de Asís, que no podían partir de él los ataques. Hablaba indudablemente, se veía en el fondo de la idea, la torpe insinuación así hecha también contra el diputado Barón Obregón, de que pudiera uno ser movido, en el caso de hablar sobre concesiones petroleras, por los intereses ajenos a los intereses que debe tener y sentir un representante del pueblo. Y, entonces, públicamente también y con todo decoro, y con toda mesura rebatí el señor secretario de Industria y Comercio, y no me permití una sola frase intemperante; sólo la pequeña ironía de decir que nunca había dudado de la honradez del ciudadano secretario de Industria y Comercio, que me parecía tan clara y transparente como el cristal de roca. Me refería a su reconocida incompetencia cerebral. Fuera de este insignificante desahogo, nunca volví a ocuparme del ciudadano secretario de Industria y Comercio. Me interesaba la cuestión petrolera; tenía la obligación de dedicar a ella todas mis energías y por eso, desde ese momento, empecé a buscar datos hasta poder, como ahora, presentar esto a la Asamblea, que no es conocido todavía por la Asamblea. Estas concesiones, señores diputados, como decía, indican claramente que las zonas federales se encuentran en condiciones muy distintas de los demás terrenos de propiedad nacional; que no es el caso como en las zonas baldías, como en el ejidos, como en las excedencias, como en aquellos terrenos que hubiera rentado la nación con reservas del subsuelo; que no es el caso de superficies enormemente extensas y en las que la localización de un fundo petrolífero significa una inversión en ocasiones de centenares de miles de dólares; que el que pide una zona federal, va a medir los metros, va a pedir tres, o cuatro, o cinco kilómetros de una zona determinada enfrente de un pozo en plena producción. Y, entonces, ¿Cómo habría sido lógico que las comisiones equiparan las condiciones de las zonas federales a las de los terrenos baldíos y nacionales? Por esto - y esta parte de mi pobre discurso se refiere ya plenamente al artículo 4o. a debate - por esto, en las modificaciones que presentamos, modificaciones explicables - porque cuando se presentó el proyecto inicial de la ley no conocíamos, no era humanamente posible que conociéramos en detalle todas estas circunstancias de las zonas federales y del problema petrolero - por esto, decíamos, había necesidad de establecer para las zonas federales una distinción, sobre todo en lo que a regalías se refiriera, y por eso marcábamos para los terrenos nacionales, ejidos y terrenos baldíos el diez por ciento de regalía; como límite interior tuvimos necesidad de aplicar a las zonas federales, como mínimun también, un veinticinco por ciento. Prueba: que en estas seis concesiones que fueron otorgadas, no a gentes que iban a perforar, sino a gentes que iban a vender... (Voces: ¡A coyotear!) que iban a coyotear, como sugiere tan hábilmente el compañero Manlio Fabio Altamirano, que va a coyotear seguramente, no hubo inconveniente en que los concesionarios aceptaran un cuarenta por ciento de regalía. Como la Asamblea ve, los mismos concesionarios están dando la razón a las comisiones: ellos aceptaron un cuarenta por ciento de regalía, y apuesto cualquiera cosa, pongo en entredicho mi honor, de que sobre ese cuarenta por ciento de regalía se ha pedido ya, y si es necesario se buscará en los records de todos los compradores de concesiones de petróleo. Se ha pedido ya, por lo menos un diez por ciento para el concesionario después de la venta de la concesión. ¿Qué significa esto? que por lo menos la nación habría podido obtener, si hubiera hecho el contrato directamente con quien fuera a explotar el petróleo, un cincuenta por ciento de regalía, es decir,

un diez por ciento más de regalía, que habría de traducirse, a la larga, en millones de pesos. Pero, naturalmente, queda todavía el factor venta, quedan los cientos de miles de pesos que se habrán de pedir por el traspaso de esta concesión y esto es particularmente interesante, porque las comisiones han sostenido la tesis, desde la iniciación del debate, de que en todos aquellos casos en que la nación, por conducto del Ejecutivo federal, y especialmente de este Ejecutivo, tenga comprometido ya su decoro, su palabra, su prestigio de grupo de hombres serios y respetuosos de sus actos, habrá que respetar lo hecho, cuando una concesión haya sido materia de traspaso, autorizada expresamente por el Ejecutivo, y por esto agradezco la oportunidad que me brinda el compañero Cerecedo Estrada, porque si esta concesión se traspasa, habrá que entrar - y este miembro de la comisión tendrá que defenderlo - habrá que entrar al número de concesiones que tendrán que confirmarse. Por lo mismo, es indispensable que, haciendo esta pública exposición de detalles de la concesión del 13 de febrero a los señores Navarro y otros, se sepa de una buena vez si no ha sido traspasada - que no le sé - para ver si evita ese traspaso y si de ese modo estas zonas federales pueden alguna vez darse a quien mejor las aproveche y dé más garantías todavía al Gobierno, puesto que se sabe ya que sobre el cuarenta por ciento hay un diez por ciento al margen de lo que puede pertenecer a la nación. El compañero Cerecedo Estrada - y esta es la oportunidad de rectificar algún concepto que él equivocó penosamente para mí -, el compañero Cerecedo Estrada, que fue un revolucionario de acción, a quien nunca quise asemejar al general Peláez, ni significar que hubiera militado bajo sus huestes, sino simplemente en una figura torpe, pero de ciertas tendencias literarias, hablé de ello para significar que por los argumentos que estaba dando, se perfilaba su rostro hasta parecerse al del general Peláez; el compañero Cerecedo Estrada debe conocer una mesa de "Los Coroneles", él que fue general, la mesa de Metlaltoyuca.

El C. Cerecedo Estrada: Sí la conozco.

El C. Puig y Casauranc José Manuel: El compañero Cerecedo Estrada posiblemente sepa que esta mesa de Metlaltoyuca o de "Los Coroneles", al Norte del Estado de Puebla, a doce kilómetros al Sur del río Tuxpan, es de una enorme perspectiva y potencialidad petroleras, por la sencilla razón de la cercanía de la capa caliza de Tamasopo, en cuyos interiores, en cuyas oquedades se supone fundamentalmente que existen enormes bolsones de petróleo. Pues bien; la zona de Metlaltoyuca -y esto no se refiera ya a una concesión nueva, sino es otro papel que salió al azar al revolver entre las listas de las concesiones -, la mesa de Metlaltoyuca también está en grave peligro de salir del dominio de la nación por una serie de sutilezas y de argucias leguleyas; y como es curioso, y como podría ilustrar la opinión de esta Asamblea en lo que a concesiones de dominio nacional se refiere, voy a hacer una somera, una pequeñísima historia de esta zona de Metlaltoyuca, para que los señores diputados se den cuenta de lo vivos que son los petroleros, los coyotes petetroleros especialmente. En 1891, el 14 de noviembre, se dio una concesión de la mesa de Los Coroneles a un caballero Reeves para colonizar; no se hablaba ni una palabra de petróleo. En 1897 se traspasó, con autorización expresa del Ejecutivo, a la Compañía Internacional de Terrenos y Colonización, Sociedad Anónima, la mesa de Metlaltoyuca; el 3 de noviembre de 1920 se declaró caduca la cocesión por falta de cumplimiento de contrato y con un amplio y sereno espíritu de justicia, el Gobierno federal dio un plazo razonable, hasta diciembre de 1921, para revalidar oportunamente los derechos sobre la mesa de Metlaltoyuca. Por tal concepto, quedaron los terrenos que componen esta mesa -verdadero filón de oro negro - clasificados en dos grupos: grupo A, que comprende terrenos revalidados oportunamente por concesionarios, titulares o acreedores o en algún modo interesados con los tenedores de la concesión primitiva, y grupo B, que comprendía terrenos no revalidados y que por no revalidados habían vuelto automáticamente al poder de la nación. Estos terrenos del grupo B, que comprenden trece mil hectáreas, fueron obtenidos, sin que se pueda encontrar esta obtención en la lista oficial de concesiones, por la Corporación Petrolera Mexicana, para un concesionario Camus o Camou; esta zona de Los Coroneles, que ni siquiera ha sido objeto de una concesión definitiva, también ya, señores diputados, es materia de coyoteos, está también en el mercado y de buena o mala fe podría obtenerse hoy o mañana, y una vez obtenida y si quienes la obtengan son especialmente extranjeros, harán valer derechos sobre una propiedad cuyo origen es tan dudoso, como habrá podido juzgar la Asamblea. Y hay centenares de casos más, señores diputados. Se me afirma, por quien dice lo que sabe, que hay una solicitud en estos días para obtener veintiún mil hectáreas de terrenos que pertenecieron a Limantour en el Istmo de Tehuantepec, que pertenecieron seguramente de modo mal habido, yo no juzgo sobre el asunto, pero son veintiún mil hectáreas de terrenos nacionales, que están por obtenerse en estos días y que espero que con esta denuncia pública a la Representación Nacional no se obtendrán en tanto que la Representación Nacional no diga cómo quiere que se otorguen los terrenos nacionales. (Murmullos.) En el mismo estado de solicitud están veinte mil ochocientas y tantas hectáreas de demasías en la hacienda de San José del Carmen, de mi distrito. Hay un contrato - concesión para la compañía de "El Águila", un contrato - concesión vigente, pero la concesión de "El Águila", como los señores diputados saben, no es exclusiva; ampara solamente tres kilómetros alrededor de cada pozo que se perfore. Y sobre estas veinte mil ochocientas y tantas hectáreas, está en vías de concederse una concesión antes de que se conozcan los términos de la ley que va a expedir esta Cámara. Ahora bien, señores diputados, cuando en diciembre se pensaba que la Representación Nacional, por falta de tiempo, no habría de tratar el problema petrolero, podía explicarse, podía aceptarse que se siguieran dando concesiones; pero esta concesión del 13 de febrero, ya plenamente decidido que hubiera un período extraordinario para tratar de la materia del petróleo, y estas concesiones que están en vías de otorgarse, son, señores diputados, motivo

de posibles trastornos hasta de orden legal. ¿Cómo vamos nosotros humanamente señores diputados, a conformar los intereses y los compromisos del Gobierno, que queremos respetar, si no se nos dan a conocer todos los términos de las concesiones que se han otorgado? (Aplausos.) ¿De qué modo, señores, habrá de demostrar en esta dolorida tierra mexicana, que se es sinceramente amigo del Gobierno, que se tienen deseos de ayudarlo en su obra de reconstrucción, si por torpezas de secretarios de Estado, constantemente se hostilizan y se estorba la obra reconstructora de los amigos del Gobierno? (Aplausos.) Sería indudablemente una falta de respeto a la Representación Nacional el que se siguiera hablando de concesiones en terrenos nacionales, baldíos y federales, cuando la Representación Nacional viene tarde a tarde, con la conciencia llena de deber, a tratar de solucionar este problema. Es absolutamente indispensable poner un dique a las impaciencias de los coyotes petroleros; es enteramente necesario que la nación, de una buena vez, sepa que estamos aquí para hacer leyes, que estamos aquí para hacer las leyes de acuerdo con los compromisos y las necesidades del país, pero que no queremos ser tratados en la forma en que se nos ha estado tratando; que es indispensable que todo lo que en materia de petróleo se haga, lo conozcamos nosotros y que la Representación Nacional diga su última palabra sobre este problema trascendental. (Aplausos.)

El C. Gandarilla: ¿Me permite una interpelación el señor orador? Su señoría, con verdadera indignación, de la que nos hacemos eco todos los representantes que aquí nos encontramos, manifestó que el ciudadano secretario de Industria y Comercio, que tal es el responsable, no ha considerado a las comisiones de esta Cámara, lo bastante, lo necesario, para decirles qué es lo que hay en esas concesiones; es decir, que uno de los altos empleados del Ejecutivo se ha negado a suministrar a las comisiones los elementos necesarios, para que estas comisiones desarrollasen su labor patriótica. ¿Es cierto que este ciudadano secretario se ha negado, que no ha dado todas esas luces que ustedes, como miembros de las comisiones, le han pedido? Siendo perfectamente cierto y estando establecido por nuestras leyes, que no deben ser letra muerta, estando establecido que los diputados y con más razón las comisiones, tienen derecho para que se les otorguen todos los informes, yo pido respetuosamente a la Asamblea, y, por ende, al mismo orador, que establezcan que venga el secretario de Industria y Comercio para que responda a todas y cada una de las interpelaciones que se le hagan. (Aplausos.) Yo quiero que el señor orador se haga eco de este mi deseo, que es el de mis compañeros, y que se establezca de una vez por todas que los representantes del Ejecutivo deben guardar a esta Cámara todas las consideraciones que merecen los verdaderos representantes del pueblo como tales. (Aplausos.)

El C. Puig Casauranc José Manuel: Los señores diputados leyeron, seguramente, la afirmación del ciudadano secretario de Industria y Comercio, de que las dificultades que yo había denunciado en esta tribuna, no en una ocasión, sino varias veces para obtener la lista de concesiones, eran dificultades imaginarias, y como mi afirmación, después de lo que yo he expuesto, pudiera parecer interesada, ruego al ciudadano Certucha, miembro de la comisión, que diga si es verdad que las comisiones se dirigieron por oficio al ciudadano secretario de Industria pidiéndole la lista de las concesiones desde el mes de noviembre último y si se obtuvo respuesta del ciudadano secretario del ramo. La misma pregunta hago al diputado Aquilino Rama, que firmó el oficio de remisión, según me aseguró.

El C. Rama: Para contestar, señor presidente. Efectivamente, honorable Asamblea; las comisiones del Petróleo, por mi conducto, solicitamos del ministro de Industria y Comercio una lista completa de las concesiones otorgadas, a fin de tener elementos para establecer el artículo relativo de una manera cuerda y de una manera pertinente. Al día siguiente de ese oficio, de haber mandado ese oficio, el ministro de Industria y Comercio contestó que ya se mandaría. Han transcurrido tres meses, señores diputados, y hasta la fecha no hemos recibido la lista de concesiones. (Siseos.)

El C. Puig y Casauranc: ¿Es cierto lo que he afirmado, compañero Certucha?

El C. Certucha: Sí, señor, absolutamente cierto.

El C. Puig y Casauranc: De manera que los señores diputados ven y pueden apreciar, que este representante del pueblo comprende su misión y que sabe esperar tres meses tranquilamente para refutar una afirmación dolosa de un ministro. Los señores diputados ven ya que no dijo verdad el secretario de Industria cuando aseguró que se habían dado a las comisiones toda clase de facilidades. Es natural, señores diputados, que desde entonces comprendimos que era inútil pedir nuevos datos ya, y, por lo menos el que habla, nunca pretendió obtener nuevos datos de la Secretaría de Industria y Comercio y, en cambio, sí pretendió obtenerlos y los obtuvo siempre, de la Secretaría de Hacienda, y para cumplir con sus misión recurrió hasta a enemigos políticos y oyó muchos días al agente fiscal del gobierno del Estado de Veracruz, y se carteó y puso muchos telegramas al Gobierno del Estado para agotar completamente el conocimiento de la materia. De modo, señores diputados, que este artículo 4o. establece una distinción fundamental entre concesiones otorgadas en terrenos nacionales, baldíos y demás de dominio nacional y zonas federales. Luego los demás miembros de la comisión, especialmente el distinguido abogado Aquilino Rama, explicarán lo que significan zonas federales.

En los terrenos nacionales, baldíos y demás de dominio nacional, con la misma condición de un concurso, que esta Asamblea aprobó para las concesiones en terrenos particulares, se establece, como mínimo -se agregará la palabra de concurso público -, se pidió como mínimo el 10 por ciento de regalía; pero en las zonas federales se hizo una distinción. Desde luego, se dice claramente que: "..... el concesionario tendrá únicamente el carácter de contratista, fíjandose una participación para el fisco, en los productos brutos de explotación, que no será menor del 25 por ciento....." (Voces: ¡Es poco!) El 25 por ciento, compañero, es suficiente, porque habrá zonas federales de valor petrolero más reconocido que otras. La especial

significación de estas palabras, de que el concesionario tendrá únicamente el carácter de contratista, es prever para el futuro la necesidad del Gobierno de que en los terrenos federales, de producción segura, de éxito indudable, el petróleo que se extraiga pueda estar sujeto a ciertas nuevas modalidades de Derecho, por ejemplo: puede alguna vez, para el petróleo que se extraiga en las zonas federales, y considerándose simplemente como contratista el perforador, exigirse que este petróleo sea refinado en totalidad o en parte en tierra mexicana y aquí veo aparecer en el rostro de mi distinguido compañero Israel del Castillo la misma objeción inteligente que me ha hecho tantas veces en pláticas privadas; me dice: están estableciendo ustedes verdaderas distinciones entre concesionario y concesionario; van a poner a unos en condiciones de ventaja y a otros en condiciones de verdadera desventaja. Desde luego, y me adelanto a la refutación que indudablemente va a venir del distinguido compañero, desde luego, no hay dos casos, señores diputados, en la explotación del petróleo, en que un perforador tenga los mismos estipendios. No habrá, seguramente, dos casos en que haya tenido que pagar la misma renta, la misma prima, en que haya hecho los mismos gastos de exploración y explotación, que le haya costado lo mismo la perforación de los pozos. Por ejemplo, en toda la zona de Pánuco, la perforación un pozo petrolero nunca pasa, casi nunca pasa de cuarenta a cincuenta mil pesos, y, en cambio, hay zonas como Zacamixtle, en las que es absolutamente imposible hacer una perforación, a menos de gastar doscientos mil pesos. Ya ven, pues, señores diputados, que hasta la naturaleza misma en esta materia de petróleo, como en todas, establece diferencias. Es absolutamente imposible que todos estén en condiciones semejantes. Pero tratándose de tierras en las que no se ha discutido nunca ni la superficie, ni el subsuelo, como dominio nacional, tratándose de terrenos que, como los federales, los señores diputados han visto que son escogidos siempre, que son medidos centímetro a centímetro, que se calcula, que se sabe desde antes de la perforación hasta el número de barriles que va a tener un geyser, habría sido infantil ponerlos en las mismas condiciones de los terrenos particulares.

En los terrenos particulares, las compañías tienen que pagar la indemnización al superficiario, después la expropiación, el cinco por ciento de regalía; esto en los contratos futuros; en los antiguos han tenido que hacer enormidad de gastos. En una zona federal no hay exploración; en una zona federal todo el trabajo para tener un geyser consiste en que un amigo obtenga la concesión, en gastar cincuenta o sesenta mil pesos para hacer un agujero hasta la capa caliza. Esta es la verdad, señores diputados. De manera que no veo por qué no establecer todo lo más que se pudiera, sin estrangular la industria petrolera; porque el hecho mismo de que estas concesiones a que me he estado refiriendo, estas seis concesiones con diez y ocho permisos en zonas federales, estén en el mercado, y se pida por ellas - El dato lo sé - millón y medio de pesos, y se obtenga el diez por ciento de regalía, significa que es comercial, que es ventajoso, que habrá quien las obtenga, que no se impedirá con esto el desarrollo de las zonas federales; pero aun en el caso de que, por considerarse excesivas estas concesiones, se invadiera la zona federal frente a un pozo en plena producción, zona federal que tenga petróleo, se encontrará siempre un contraste, que es lo que establecemos en el artículo 4o.: que se comprometan a hacer un agujero y a dar al Gobierno un tanto por ciento elevado de lo que obtengan de esa perforación. Por lo mismo, señores diputados, en lo que se refiere a zonas federales, era indispensable establecer una alta regalía y, fijando como mínimo el 25 por ciento, las comisiones creen haberse detenido en un justo medio.

No pasaba lo mismo en los terrenos nacionales y baldíos; hay terrenos nacionales y baldíos que, para ir a explorarlos, se necesita gastar a veces hasta millonadas en caminos y puentes; hay, por ejemplo, alguna concesión, que se verá cuando le llegue su turno al artículo de las concesiones, hay una concesión por Mezcalapa, en la cual ha habido necesidad de hacer catorce puentes y gastos materiales de consideración para hacer llegar la maquinaria al lugar de la concesión, gastos, señores diputados, de un millón de pesos. Es claro que en estas condiciones no podíamos ser tan exigentes, poniendo el 25 por ciento como mínimo, porque en las zonas federales, el desarrollo de estas regiones de terrenos nacionales y baldíos, que es absolutamente indispensable que se desarrollen, y de las cuales y no de la exploración en terrenos particulares -y es necesario que esto lo tenga muy presente la Asamblea -, de la explotación del petróleo en concesiones otorgadas ya en terrenos nacionales y baldíos, depende y dependerá probablemente durante el año próximo, la exportación petrolera de México. De manera que estas son cosas que hay necesidad de impulsar; el subsuelo de los terrenos nacionales y baldíos debe desarrollarse, porque no hay complicaciones legales de ninguna clase, porque no hay impedimento de ninguna naturaleza; porque no se forma la madeja internacional, porque son terrenos cuya propiedad no se ha discutido nunca: han pertenecido y pertenecen a la nación.

Para terminar, señores diputados, y refiriéndome al ruego del compañero Gandarilla y ofreciendo a esta Asamblea, por respeto propio, por respeto a ella y por verdadera lealtad al Ejecutivo federal, que no aprovecharé la presencia del secretario de Industria para hacer cuestión personal de esta materia tan interesante del petróleo, yo ruego a la Presidencia de la Cámara que, sin necesidad de acuerdo expreso, sino simplemente cumpliendo con el Reglamento y como se hizo desde el primer día en que se inició el debate de la Ley del Petróleo, se pase atento oficio a los secretarios interesados en la materia del petróleo, para que vengan, no a recibir injurias, que, por lo menos de mí, no las recibirán, ni a recibir ataques sin fundamento, sino a ilustrar la opinión de la Asamblea y a ayudar a que este debate sea verdaderamente luminoso y de una vez para todas resuelva, si es posible, el difícil problema del petróleo en México. (Aplausos.)

El C. secretario Gandarilla: La Presidencia respetuosamente consulta a la Asamblea si permite

que la comisión que se acercó a la Secretaría de Gobernación rinda su informe en estos momentos. Los ciudadanos diputados que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Concedido.

El C. Cerecedo Estrada: Para una pequeña aclaración.

El C. presidente: Se suplica a la comisión rinda su informe. Tiene la palabra la comisión.

El C. Cerecedo Estrada: Realmente la contestación del ciudadano Puig.... (Campanilla.)

El C. presidente: No se le ha concedido la palabra al compañero Cerecedo Estrada; tiene la palabra la comisión para informar.

El C. Portes Gil: Ciudadanos representantes: En acatamiento al mandato de la Representación Nacional, la comisión que he tenido la honra de presidir, se acercó al ciudadano subsecretario de Gobernación para poner en su conocimiento los acuerdos de esta honorable Asamblea, con motivo de los asesinatos cometidos en el Estado de Tlaxcala por fuerzas regionales dependientes de aquel Ejecutivo. El ciudadano subsecretario de Gobernación nos manifestó que ya con anterioridad el Ejecutivo federal tenía conocimiento de esos hechos y que inmediatamente había librado las órdenes correspondientes al jefe de las operaciones militares, a fin de que se procediera al desarme de todas las personas que se encontraran en el Palacio Legislativo o en sus alrededores, y que al mismo tiempo, se había ordenado al jefe de las operaciones que procediese también al desarme, o mejor dicho, a vigilar el orden y a evitar que las fuerzas regionales cometieran nuevos atentados. Que el jefe de las operaciones militares tiene órdenes estrictas del ciudadano presidente de la República para dar garantías al pueblo de Tlaxcala. Asimismo nos manifestó el ciudadano subsecretario de Gobernación que ya retiraba estas órdenes, a fin de cumplir los acuerdos de esta Asamblea. (Aplausos.)

El C. secretario Gandarilla: La Presidencia respetuosamente invita al señor Luis Espinosa a que haga uso del turno que le corresponde, teniendo la palabra en contra.

El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes:

El diputado Puig Casauranc, siempre tan mesurado, siempre tan medido, siempre tan ecuánime, ha dado en esta ocasión mucho en qué pensar al compañero que tiene el honor de dirigiros la palabra.

Es bien poco lo que el señor diputado Puig dijo alrededor del artículo 4o. que se discute, y en cambio, es bien mucho cuanto manifestó en contra del ciudadano secretario de Industria y Comercio, desentendiéndose de su manera peculiar de no personalizar en los debates, sino al contrario, entrando al fondo de las cuestiones y elevando siempre estos mismos debates.

Yo quiero tratar al compañero Puig en esta ocasión, con toda la consideración que merece. Desde luego declaro que encuentro en la conducta de tan estimado compañero dos motivos esenciales: el primero, un despecho manifiesto -y perdóneme el compañero Puig si hablo así, ya que no tengo intención de lastimarlo - en contra del ciudadano secretario de Industria y Comercio. Esto, ciudadanos representantes, salta a la vista, no puede negarse. El otro motivo, es el de hacerle cargos gratuitos, infundados y que no tienen absolutamente ninguna fuerza legal, como pasaré a demostrarlo. Por lo que hace a los cargos del compañero Puig al ciudadano secretario de Industria y Comercio, porque no se encuentra presente en esta Asamblea, porque no viene aquí a discutir con nosotros la Ley del Petróleo, una materia de trascendencia tan grande para el país, debo manifestarle con el Reglamento en la mano, que tendría razón de sobra su señoría, si en México rigiera el régimen parlamentario en vez del presidencial, rígido y personalista.

Nosotros tenemos una ley que debe ser la norma de nuestra conducta dentro de esta Asamblea y esta ley, señores compañeros, fija de manera precisa las relaciones del Legislativo con el Ejecutivo, esto es, del Legislativo con el ciudadano presidente de la República y sus secretarios de Estado. Los artículos que hablan de estas relaciones, son los siguientes:

"Artículo 55. Los secretarios del Despacho asistirán a las sesiones siempre que fueren enviados por el presidente de la República, o llamados por acuerdo de la Cámara; sin perjuicio de la libertad que tienen de asistir, cuando quisieren, a las sesiones."

De este artículo se desglosan, desde luego tres conceptos por los cuales puede estar presente en esta Asamblea un secretario de Estado; primero, por la voluntad potestativa del ciudadano presidente de la República, jefe directo de los secretario de Estado; segundo, por llamado de esta Cámara, que tienen la obligación de obedecer, como lo manifesté en el caso del señor Denegri; tercero, por voluntad propia del secretario de Estado.

El artículo 88 dice: "Las comisiones, por medio de su presidente, podrán pedir de cualesquiera archivos y oficinas de la nación todas las instrucciones y copias de documentos que estimen convenientes para el despacho de los negocios;....." fíjense, podrán pedir, "...y esas constancias les serán proporcionadas, siempre que el asunto a que se refieran no sea de los que deban conservarse en secreto, cuya revelación pueda ser perjudicial al servicio o los intereses públicos."

Debe entenderse, ciudadanos representantes, que una comisión tiene, conforme a este artículo, facultad para acercarse a cualquiera Secretaría de Estado, a cualquiera dependencia del Ejecutivo, a reclamar los documentos o los datos necesarios para ilustrar su criterio sobre la materia que tenga que dictaminar; pero no debe concretarse de una manera un tanto imperiosa, como en el caso manifestado por el compañero de esta comisión, a pedir al ciudadano secretario de Estado que se le proporcionen esos datos por una razón de interés personal, de deseo de cumplir con el cargo que se le ha conferido. Deben, además de pedir, como es natural, al secretario de Estado los datos o los documentos que necesiten, ir ellos mismos a las fuentes directas, a los archivos si es necesario; ver a los jefes de departamento para que les sean entregados

estos documentos y yo creo, ciudadanos representantes, que esto no menoscaba en nada la dignidad del diputado, y en caso de que alguien tenga tan grande amor propio, que se sienta lastimado por ir personalmente, ¿qué cosa más sencilla que mandar a un empleado de la Cámara de Diputados, debidamente autorizado, para que sea él quien requiera estos documentos? Hay muchos motivos para hacerse de elementos necesarios para formarse una opinión seria y profunda sobre el asunto sobre el cual tiene que dictaminarse.

El artículo 126 dice: "Antes de comenzar la discusión, podrán los secretarios del Despacho informar a la Cámara lo que estimen conveniente y exponer cuantos fundamentos quieran en apoyo de la opinión que pretende sostener."

Fíjense, no lo que a la Cámara quiera forzosamente, sino lo que estimen conveniente informar los secretarios de Estado y cuando empiece la discusión, no dice que siempre.

El artículo 128 dice: "Los secretarios del Despacho no podrán hacer proposiciones ni adición alguna en las sesiones. Todas las iniciativas o indicaciones del Ejecutivo deberán dirigirse a la Cámara por medio de un oficio."

Este artículo veda la los secretario de Estado hacer otra cosa que no sea la de rendir simples informaciones; no pueden presentar adiciones, artículos o modificaciones; esto sólo puede hacerlo el Ejecutivo por medio de la Secretaría respectiva, la de gobernación, y en la forma ya bien conocida de vuestra soberanía.

Señores: Sin analizar profundamente estos artículos del Reglamento interior del Congreso, que tienen fuerza de ley, se llega al convencimiento preciso de que un secretario de Estado no está en condiciones de venir a sostener una polémica con los impugnadores de un dictamen; que, en cambio, este Reglamento da a las comisiones un derecho amplísimo para que se acerquen a todas la secretarías de Estado a recoger cuantos informes, cuantos datos y cuantos documentos crean necesarios. Si esto es claro, si esto no deja lugar a duda, yo entiendo, ciudadanos representantes, que los ataques que se han hecho aquí al licenciado Alessio Robles, secretario de Industria y Comercio, son ataques enteramente pasionales, movidos por quién sabe qué suspicacias del compañero Puig y Casauranc, porque ni siquiera quiero creer que esa pasión abarque a toda la comisión, ya que no he oído más que a este apreciable compañero atacar al secretario de Estado de referencia.

La actitud gallarda, la digna de respeto, compañero Puig y Casauranc, sería en este caso, la de atacar un poco más alto. El compañero Puig Casauranc debe saber, porque es hombre culto, que dentro de nuestro régimen presidencial, los secretarios de Estado son irresponsables, que el único responsable, y en sentido muy relativo, es el ciudadano presidente de la República; y digo que muy relativamente, porque, conforme a la Constitución de 17, ni siquiera puede encausarse, ni exigirse responsabilidad al representante del ejecutivo por violaciones a la Constitución (Murmullos.) Naturalmente que durante el tiempo que está en ejercicio. Si esto es así, ciudadanos representantes, yo considero pasional y demasiado ligero, atacar sin motivo ni fundamento a los secretario de Estado, sobre todo como en el caso actual en que el ciudadano Alessio Robles no está presente.

El compañero Puig y Casauranc, con un criterio que pasma, en los momentos en que ya descendía de la tribuna, declaró pública y solemnemente que no atacará a Alessio Robles cuando esté aquí presente y que no personalizará los debates. Señores, yo considero más noble, más caballeroso y más leal atacar frente a frente a un adversario, porque entonces aquél puede defenderse, y no atacarlo por detrás, como lo ha hecho el compañero Puig y Casauranc hace unos instantes, aprovechándose precisamente de la ausencia del ciudadano secretario de Industria y Comercio.

Este, naturalmente, es un criterio personal mío y no sé si lo comparta la Asamblea. (Murmullos.) Pero de cualquiera manera es muy mío y por eso lo expongo (Voces: ¡Que venga!) Yo no levantaré mi voz para oponerme a que el ciudadano licenciado Alessio Robles venga a esta Cámara, ya que reconozco en la Asamblea un derecho muy legítimo para llamarlo, y puede hacerlo; yo votaré por que esto se haga, si es que alguien tiene la intención de que se le llame.

Sí debo manifestar a vuestra soberanía, que se me hace muy rara, casi pudiera sospechosa, la pasión enconada del compañero Puig y Casauranc, al juzgar la conducta política y administrativa del licenciado Alessio Robles. Yo entiendo que el licenciado Alessio Robles no es el que debe ser atacado en esta ocasión, si se quiere atacar la política petrolera del gobierno. Los que no estén conformes con ella, deberían atacar al señor presidente de la República, general don Alvaro Obregón, quien es, ante el criterio constitucional, el único responsable de los actos de sus secretarios de Estado.

Sí el compañero Puig y Casauranc cree que alguno de los secretarios de Estado no cumple con su deber, debe denunciar abiertamente, ante nosotros mismos y tener valor para decir que el presidente de la República hace mal sosteniendo en las secretarías de Estado a funcionarios ineptos o malvados. Creo, ciudadanos representantes, que esto es lo digno, que esto es lo correcto, que esto es lo honrado.

Por mi fortuna, he seguido siempre este último camino; aquí hay compañeros, entre otros, veo a Manlio Fabio Altamirano que sabe de nuestras pasadas luchas; él sabe que cuando combatimos a Carranza nunca nos valimos de la suspicacia de atacar a un secretario de Estado para atacar indirectamente a aquél, sino que tuvimos el placer, tuvimos la satisfacción, tuvimos el regocijo de decirle las verdades a Carranza mismo y que cuando fue necesario se las dijimos también a los secretarios de Estado aquí mismo, cara a cara, frente a frente... (Murmullos.)

No se necesita valor para eso, señor compañero, se necesita nada más una poca de vergüenza y de dignidad y saber cumplir con el deber. (Aplausos.)

Cuando se tiene, como nosotros, fuero; cuando se sabe que se goza de impunidad absoluta por las opiniones que se digan dentro de este Parlamento...

El C. Altamirano Manlio Fabio, interrumpiendo: ¡No siempre!

El C. Espinosa Luis, continuando: ...no tiene mérito atacar a ningún funcionario; pero tiene mérito, y grande, el tener la caballerosidad de hacerlo frente a frente. Yo sé que la protección del fuero es muy relativa; por encima de este fuero hay eso otro que se llama hombría y que nos hace a todos iguales cuando se tiene la misma dosis de pundonor.

El C. Cerecedo Estrada: ¡Que lo diga lo de Tlaxcala! (Risas. Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Es asombroso que el compañero Puig, probablemente con una gran dosis de sinceridad, pero que a algunos de nosotros nos ha sonado bastante mal, haya declarado desde esta tribuna alguna vez: yo me sentiría honrado si llevara en mis venas sangre sonorense. ¡Y en estos momentos, en que, naturalmente, son los sonorenses los que tienen el pandero en la mano...! (Risas. Aplausos.) El compañero Puig, en otras ocasiones, además de esta declaración, hecha desde la más alta tribuna de la República, ha dicho: nosotros tenemos que hacer una labor conjunta con el Ejecutivo. El Ejecutivo es y debe ser algo intocable, algo excelso, algo que está muy cerca de Dios. Aquí se ven tantas cosas extraordinarias... ¿cómo?... ¿cómo dice Gandarilla?... ¡Ah, sí! trascendentales, Gandarilla, graves. (Risas.) ¿Qué tiene de raro estas confesiones agudas, ciudadanos representantes? ¿Qué tiene de raro, por ejemplo, que el compañero Padilla venga a hablar de la orgía de sangre de Tlaxcala, alfombrando de rojo el camino por donde rueda la democracia, cuando hace alguno años él mismo se paseaba por esa alfombra de sangre mexicana, pregonando las virtudes excelsas del huertismo? (Aplausos. Voces: ¡Es cierto!) ¡Qué de raro tiene, ciudadanos representantes, que dentro de estas anomalías el compañero Puig, muy respetable en lo privado, pero cuya personalidad revolucionaria es muy dudosa, por ciertos datos que tenemos, nos diga ahora, que si fuera verdadera o legítima la conciencia revolucionaria del licenciado Alessio robles serían muy distintos sus procedimientos en la cuestión petrolera?

No señores; la conducta del compañero Puig en este caso, es sencillamente risible. Alessio Robles puede darle mucho al compañero Puig de lo que le sobra de revolucionario. Si quiere un hecho, una prueba recientísima, le daré esta: cuando los obregoneros - no los obregonistas - creyeron torpemente que el general Obregón, que la candidatura del general Obregón sería patrocinada por Carranza, en un momento de mal cálculo para tales convenencieros, todos ellos se hicieron partidarios; pero poco después, cuando empezaron las persecuciones al general Obregón y a sus partidarios y llegó el momento de prueba, y se necesitó demostrar que se era leal, que se era adicto, que se necesitaba estar a su lado, no sólo estar a su lado, sino estar dispuesto a todo, vimos que Alessio Robles, que ha tenido siempre posición económica desahogada, cedió con verdadera satisfacción de amigo su residencia particular para que le sirviera de refugio, de cuartel general, al ciudadano Alvaro Obregón, candidato a la Presidencia, entonces de triunfo muy obscuro para los convenencieros, ya que estaba el bonillismo, al que sirvieron algunos compañero presentes, en su plena fuerza. (Risas. Aplausos.)

Pero no es esto todo. En los momentos de la lucha, combatiendo contra el bonillismo, Alessio Robles empuñó la pluma, hizo periódico y emitió ideas probablemente no tan luminosas, no con esas que parecen ráfagas de oro, expuestas por el doctor Puig desde esta tribuna; pero, en cambio, las exponía franca y públicamente desde las hondas simas de su inferioridad intelectual, dispuesto a jugarse su libertad, exponiéndose a ir a la cárcel, y entonces, en aquel entonces, no sé qué hacía el señor Puig y Casauranc! Pero ahora ya vemos qué es lo que hace. El señor licenciado Alessio Robles, a quien se le quiere negar conciencia revolucionaria, ha hecho labor pro - patria en España; ha dejado bien sentado el nombre de México en Sud América y ha hecho, en realidad, obra revolucionaria. Si algunos defectos puede tener, ¿quién de nosotros no los tiene? No hay hombre perfecto, ciudadanos representantes; todos tenemos defectos, defectos más o menos perdonables, pero no hay uno inmaculado, ni mucho menos, perfecto.

Yo creo que dentro de los hombres que deben merecernos más respeto, precisamente por su personalidad revolucionaria, precisamente por su desinterés, precisamente por su entusiasmo juvenil y por su amor a la causa del pueblo, está Alessio Robles. Sin embargo, ciudadanos representantes, si esto no fuese así, habría que confesar honradamente, que el único verdaderamente capacitado para aquilatar los méritos del señor secretario Alessio Robles, sería el ciudadano presidente de la República. Yo no niego...

El C. Rodríguez Guillermo, interrumpiendo: ¡La opinión pública!

El C. Espinosa Luis, continuando: La opinión pública es una cosa muy vaga y muy relativa, compañero. Yo no niego el derecho de nosotros, como representantes del pueblo, de hacer crítica de la labor de los secretarios de Estado; creo hasta un deber nuestro señalar los defectos que se les encuentren en su manera de ser y en sus procedimientos; pero de esto, ciudadanos representantes, a convertirnos, como lo ha hecho esta tarde el compañero Puig, en los enemigos jurados de un secretario de Estado, a quien se le hacen cargos, no solamente de incapacidad. Yo entiendo que los que procedemos honradamente, deberíamos, en el caso del doctor Puig, atacar al presidente de la República, que sostiene en la Secretaría de Industria y Comercio, al ciudadano Alessio Robles, siempre que lo juzgáramos inepto o poco escrupuloso.

No comparto, como es natural, las opiniones del compañero Puig, y por eso no lo hago; pero sí toca a él y a los que piensen como él, atacar a los que sostienen a un mal secretario, y no precisamente a ese secretario, cuya calificación de incompetente, hecha por el doctor Puig, es muy discutible. En esta Asamblea, por fortuna, habemos muchos que no tenemos intereses de concesiones petroleras ni de gajes de ninguna naturaleza en ninguna Secretaría; que tenemos nuestro criterio muy a salvo y muy por encima de las pasiones mezquinas y personales.

Termino, ciudadanos representantes, diciendo que yo estoy completamente decepcionado por lo que hace a los debates sobre la Ley Reglamentaria del Petróleo; que fui uno de los más entusiastas por aportar mí modestísimo contingente en esta obra, para mí, urgente, necesaria e importante; pero que, en vista del curso que han seguido los debates, en vista de las armas esgrimidas por la comisión y de su amor propio, convencido como estoy que nuestro ataques, que nuestra posición a la comisión no sirve para componer las cosas, sino para empeorarlas más, como paso con el artículo 3o., considero ocioso perder y hacer perder el tiempo. Atacarlos, impugnarlos con verdadero entusiasmo, hubiera sido uno de mis más altos deberes, una de mis más grandes satisfacciones. Me retiro de esta lucha verdaderamente triste. Sé que no pueden ya prosperar lo propósitos de los bienintencionados. Quede para los ciudadanos rancios del Senado, enmendarnos la plana, y yo sólo pido a mis compañeros que tenían el propósito de impugnar esta ley, que la dejen pasar, que se haga a sabor de la comisiones, para que sean ellas, únicamente ellas, las responsable ante la patria, de la monstruosidad que se está incubando aquí en estos momentos.

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. Puig y Casauranc José Manuel: Señores diputados:

Debo comenzar por desvanecer el único ataque que me hiere en la palabras del diputado Espinosa. El diputado Espinosa recuerda que alguna vez, en la tribuna de esta Cámara, dije que yo, que soy veracruzano, me honraría teniendo sangre sonorense en las venas; pero el compañero Espinosa, o no recuerda, o no sabe, que esto no lo dije en la XXX Legislatura. La primera vez que esto lo dije, fue antes de que se firmará el Plan de Guadalupe, cuando en esta Asamblea, durante la XXVI Legislatura, José María lozano dijo que si se confirmaba el cargo de traidor a la patria, de Maytorena y de Obregón, quería sacar a su hijo la sangre sonorense que tenía dentro de las venas; entonces, en pleno período de terror, cuando todavía don Venustiano Carranza no se decidía a enfrentarse, no porque no tuviera valor, sino porque estaba en el período preparatorio, no se decidía a enfrentarse directamente con la dictadura huertiana y a firmar el Plan de Guadalupe, este representante popular gritó desde esta tribuna: yo, que no tengo sangre sonorense en las venas, me honraría con tenerla, y lo dije porque no había un sólo compañero de la diputación de Sonora en la Cámara, y el insulto arrojado al pueblo de Sonora me dolía a mí, veracruzano, pero mexicano antes que nada, como si hubiera sido un insulto a mí mismo. (Aplausos. Voces: ¡Muy bien! ¡Muy bien!) ¿Es verdad este hecho, diputado Mauricio Gómez, que formó parte de la Legislatura XXVI?

El C. Gómez Mauricio: Lo recuerdo muy bien, compañero.

El C. Puig y Casauranc José Manuel: Y yo ruego a los compañeros que busquen en el DIARIO DE LOS DEBATES de la XXVI Legislatura, y si no encuentran textuales estas frases, que me escupan el rostro. ¡Qué diferentes habrían sido esas frases, señor Espinosa, si, como insidiosamente decía usted, las hubiera lanzado cuando estaban arriba los triunfadores! Las repetí en esta Cámara en una dolorosa ocasión, en una ocasión en que para salvar el decoro de la Asamblea, burlada, porque se nos proponía declarar traidores a la patria a todos los levantados en armas, dije yo que siquiera en recuerdo de aquella acusación de traidor a la patria lanzada contra Obregón, no debía permitirse ahora que en una Cámara revolucionaria quisiera también tachar de traidores a la patria a los levantados en armas contra el general Obregón. Esta es la verdad, ciudadano Espinosa, y por eso, afortunadamente, existen DIARIOS DE LOS DEBATES. Ya ve su señoría que no soy de los que adulan cuando los hombres están en el Poder. (Aplausos.) Y pasado este punto, que era para mí el único interesante, y aunque en el curso de su peroración el compañero Espinosa haya usado de epítetos como falta de valor y otros muchos más, yo quiero decirle, porque es él, que sólo por esa circunstancia no califico su comentar de necio, aunque siquiera por ser consonante de Miguel Alessio, vendría perfectamente a pelo; (Risas.) pero no fue necio el comentario de su señoría Espinosa; fue a veces hasta falto de sintáxis: dijo el compañero -y en el DIARIO DE LOS DEBATES se verá - que yo me movía por despecho, contra Miguel Alessio Robles. Yo no conozco despechos en favor ni despechos en contra, sino despecho por. Debió haber dicho: despecho porque ha pedido esto y no se le ha concedido. Ahora, repitiendo el argumento infantil que usara cuando atacó en esta tribuna el Consejo de Salubridad, debió haber dicho, aunque resultara fantástico el cargo: despechado porque quiere ser ministro de Industria y no lo ha conseguido; pero despechado contra Miguel Alessio Robles, era una perfecta tontería, gramatical y lógica. (Risas.)

Dice el compañero Espinosa en una brillante lección reglamentaria, que dentro de un régimen parlamentario, los ministros no pueden venir nada más así porque sí a la Cámara de Representantes, o algo por el estilo. Ya lo sé, compañero Espinosa. Yo me pongo en el caso de que no tuvieran en ninguna circunstancia obligación legal de venir a la Cámara. Ya ve si le concedo mucho al compañero Espinosa para refutar su argumentación. Yo concedo que dentro de nuestro régimen parlamentario, en ningún caso, ni mandados por el presidente -¡vaya, para que se satisfaga el compañero!- en ningún caso tienen obligación de venir los secretarios de cualquier ramo a esta Cámara; pero sostengo y sostendré siempre que, cuando se debate un asunto de trascendencia nacional, quien tenga en el hueco de su mano la clave de la cuestión, es, antes decía únicamente inepto; ahora digo más, es antipatriótico el secretario de Estado que se niegue, que no venga voluntariamente a decir a esta Cámara todo lo que sepa sobre una trascendental cuestión. Esa es mi tesis, no que por obligación, por exigencia legal, no porque fuéramos a consignarlo al Gran Jurado, no porque fuéramos a exigirle responsabilidades, sino por decoro, por patriotismo, por amor a la verdad, por el deseo de hacer bien a su patria, por cumplir honradamente con los deberes que le impone, si no de modo expreso, sí de modo tácito, su alto puesto

de funcionario de la Federación. Esa es mi tesis, compañeros. (Aplausos.)

Por esto, durante mi exposición anterior yo no hablé de exigencias, yo no pedía siquiera que se llamara al secretario de Estado; yo ni siquiera soy partidario de que se apruebe una moción para llamarlo. Me referí al hecho penoso de que estuviera pasando el debate sobre una Ley de Petróleo, sin que los secretarios estuvieran presentes, y ese ataque que hice contra Alessio Robles, lo repetiré siempre que, tratándose de algún punto relacionado con una Secretaría de Estado, no esté el ministro presente, así se llame ministro Adolfo de la Huerta, de quien soy leal y buen amigo, no político. El compañero Espinosa dice que los tiros deben apuntarse más alto. Como en esta Cámara hay un DIARIO DE LOS DEBATES, y como este humilde representante, ni aun en los momentos en que el compañero Espinosa pueda creerlo enfurecido, dice una sola palabra más de la que desea decir, cuando se lea este DIARIO DE LOS DEBATES se verá que no tenía yo que dirigir tiros más altos, ya que lo que estaba atacando era la ignorancia en que se mantenía a la Representación Nacional de un hecho que podía afectar profundamente al texto de la ley que estábamos expidiendo.

Yo no mentía, yo no decía que esa concesión hubiera sido otorgada por una regalía insignificante; yo no estaba obligado siguiera a decir qué tanto por ciento era el de la regalía; podía haber dejado que naciera la suspicacia en algunos representantes de que había sido una concesión otorgada por una regalía irrisoria. Pero como yo no vengo a desahogar pasiones, como yo vengo a cumplir con un alto deber, como estaba informando a la Asamblea nacional, dije inmediatamente: esta concesión tiene una regalía de 40 por ciento, y el hecho de que la concesión tuviera una regalía de 40 por ciento era ya, indudablemente, por lo alto de la regalía, por lo excepcionalmente alto de la regalía, casi un elogio para la forma en que había sido extendida la concesión. Con qué ya ve el compañero Espinosa que no había por qué dirigir tiros más altos. El presidente de la República no tiene obligación de conocer ni de ordenar cuestiones de mero trámite en las secretarías de Estado. Sería infantil pensar que el presidente de la República distrajera su atención hasta el extremo de estar diciendo a Miguel Alessio Robles: Miguelito: No te olvides de mandar a la Cámara esos datos que la comisión te está pidiendo. (Risas. Aplausos.)

El presidente no se ocupa, de ordinario, de estas cosas, aunque, desgraciadamente, hay muchas veces en que tiene que ocuparse, compañero Espinosa, hasta el extremo de que vemos el hecho verdaderamente penoso de que el señor presidente de la República, para poder acordar, para que no lo molesten majaderos -y hay secretarios de Estado que son verdaderos majaderos -, tiene que irse a Cuernavaca para arreglar los asuntos de la cosa pública. No tiene tiempo, materialmente, para estarse ocupando de ver si la Secretaría de Industria cumple o no con una petición que le haga una comisión de la Cámara de Representantes. No hay, hasta ahora, por qué dirigir más altos los tiros; pero yo no tengo especial interés en que el compañero Espinosa crea que yo soy muy valiente para dirigir tiros; yo soy excesivamente tímido, compañero Espinosa, lo he demostrado a la Asamblea; yo tengo verdadero pavor en atacar a las gentes, porque como yo soy de los que se acercan a ministros, como yo pido concesiones, como yo estoy obteniendo prebendas, como yo gano mucho dinero, fuera de esos mil pesos que gano en la Cámara, pues, naturalmente, necesito ser muy moderado y necesito ver a quiénes ataco. ¡No, no, no! No, compañero Espinosa. Con toda mi timidez debe saber que a mí me importa un pito todos los señores ministros, habidos y por haber; debe saber el compañero Espinosa que las épocas, ésta y la de la XXVI Legislatura, son las más penosas de mi vida económica; debe el compañero Espinosa saber que este humilde diputado, cuando o viene a la Representación Nacional, nunca ve un enfermo, nunca cobra un peso, nunca gana un centavo fuera de lo que recibe de la Cámara de Diputados, así sean doscientos cincuenta, como en la Legislatura XXVI, o sean mil, como en la XXX Legislatura. Por tanto, compañero Espinosa, no tengo porque andar con contemplaciones, tampoco por futurismo; a mí no me interesa para el futuro que un ministro o el presidente de la República que, entre paréntesis, no será ya el mismo presidente cuando se forme Cámara nueva, me ayude para venir a esta Asamblea. Si para entonces quiere Dios que siga teniendo el mismo anhelo de bienestar público, y siga sintiendo la misma responsabilidad para de algún modo ayudar a la reconstrucción de México, si para entonces pienso y siento así y quiero seguir sacrificándome, vendre a esta Asamblea con o contra la voluntad de los ministros de Estado y del presidente de la República. Esta es la verdad, señor diputado Espinosa; este señor se ha convertido en un gratuito defensor de Miguel Alessio Robles, es decir: en un defensor perpetuo de todas las gentes a quienes yo ataco; el defensor que fue ayer de Malda - y entre paréntesis, voy a referir a la Asamblea un hecho curioso -. Los señores diputados saben todos que eso ir a Europa es una cosa agradable.....

El C. Altamirano Manlio Fabio, interrumpiendo: ¡Claro! (Risas.)

El C. Puig y Casauranc, continuando: El compañero Manlio Fabio Altamirano lo sabe por experiencia propia. (Risa. Aplausos.) En París y Berlín y en Roma, hay devaneos y circunstancias que hacen la vida agradable.

- El C. Altamirano Manlio Fabio, interrumpiendo ¡En Roma, no!

El C. Puig y Casauranc, continuando: Lo siento, compañero. Hay circunstancias bastantes halagadoras para la vida de un prójimo. Pues bien; este modesto representante, si no quisiera cumplir con su deber, si fuera de las gentes que nada más tratan de sacar provecho a una situación, ya no estaría en la Cámara de Diputados peleando con el compañero Espinosa, peleando amigablemente, amistosamente, con el verdadero afecto cordial que le tengo al compañero. Ya no estaría en la Cámara, estaría en Francia, en España, en Alemania, en donde se le pegara la gana, compañero, porque hace más de un mes que, precisamente una persona a quien defendió el compañero Espinosa, el doctor Malda, me fue a ver y me dijo: el Consejo Superior

de Salubridad quiere que usted vaya a Europa a estudiar los hospitales para niños tuberculosos, para construir después en Veracruz un gran hospital para niños tubérculos de las escuelas. Va usted a Francia, va usted a Calais; visita todas las costas de España, visita las de Alemania, y como lleva usted una misión muy especial para el Instituto Pasteur, va usted a estarse, como mínimum, mes y medio en parís.

Señores diputados, realmente era una tentación, van a concederme, (Risas.) Pero este modesto diputado tenía una obligación, tenía un compromiso, había aceptado ser miembro de las comisiones del petróleo: como forma parte de la mayoría, hubiera logrado muy fácilmente, con sólo pedírselo a sus amigos, con sólo acercarse de uno en uno a todos ellos, que aun en pleno período extraordinario se le concediera licencia con goce de sueldo y no se llamara a su suplente y se dieran todas las facilidades que se pueden dar a un hombre de la mayoría que ha trabajado siempre con todo ahínco, siempre con toda lealtad, para esa mayoría; de manera que no habría habido dificultad de ningún género. Me dijo el doctor Malda: "Ya firmó el presidente de la República el nombramiento para esta comisión. Quince días antes de la fecha en que quiera usted tomar el vapor, me avisa para extenderle sus credenciales, y darle sus cartas, pasajes y comodidades". Y sin embargo, compañero Espinosa, vea usted que estoy muy tranquilamente aquí - eso que fue en febrero se me ha olvidado -, que sigo y seguiré en esta Cámara, en tanto que haya un solo día de sesiones, que yo vine aquí a trabajar y de cuando en cuando a oír los discursos del compañero Espinosa; pero esto entra realmente en la diversión, en la sana diversión que tiene que compensar los serios momentos de estudio, de mal estudio, de estudio deficiente. Yo sentiría rubor si estuviéramos discutiendo una Ley de Accidentes del Trabajo, por ejemplo, y si yo, que cuando fui médico (y no fui muy mal médico) no supiera de cuestiones de accidentes de trabajo, y estableciera mal la compensación para cada caso y fuera a equivocarme pidiendo por la falta de un dedo lo que se pide por la falta de un ojo; pero en petróleo he puesto el máximum de mi voluntad, mi insignificancia, todo mi propósito de trabajo y mi perfecta honradez, y mi perfecta honradez, para presentar un proyecto, bueno o malo, pero que, sin embargo, satisfaciera plenamente las exigencias de la vida nacional. Y voy a insistir en un hecho que prueba absolutamente la buena fe excepcional de las comisiones del Petróleo, y es que precisamente para que no resultara que algún compañero de alguna minoría se creyera ahogado por las decisiones de la mayoría, los miembros de las comisiones fuimos al bloque y suplicamos que no se discutiera en bloque la Ley del Petróleo, en ese ambiente familiar, enteramente apropiado en que podría haber un quórum de sesenta o sesenta y cinco compañeros, en que a una segunda cita, conforme al reglamento del bloque podían ir sólo treinta ciudadanos diputados y tomar acuerdos y ser obligatorios, conforme al reglamento del bloque. Los miembros de las comisiones hubiéramos podido, si hubiéramos querido, por un amor propio exagerado, ir al triunfo de una mala ley, obtener la obligación, el compromiso de los miembros del bloque, como se hizo cuando el convenio Lamont De la Huerta, que se discutió en bloque, serena y ampliamente, pero ya estaba formado el criterio absolutamente en la Cámara cuando se vino a votar. Así se hubiera hecho en el caso del petróleo: oír las opiniones de la minoría aquí con todo respecto, pero sin que eso modificara el sentir de la Cámara....

El C. Rama, interrumpiendo: Así hizo el Pélece.

El C. Puig y Casauranc José Manuel, continuando: Sin embargo, los miembros de las comisiones asistieron a varias sesiones con libertad absoluta a un debate amplio y público, con las galerías plenas, con toda la prensa enfrente, expurgando todo, analizándolo todo, dando oportunidad a todas las minorías de que hablasen, de que presentaran sus puntos de vista, y la Asamblea ha visto que en muchas ocasiones, puntos de vista de los compañeros de la minoría, como los presentados por el compañero García Téllez, han sido inmediatamente aceptados por las comisiones. Es decir, estas comisiones han venido a dar un ejemplo de trabajo perfectamente libre a la Representación Nacional, sin componendas políticas de bloque. Por lo tanto, el compañero Espinosa hace mal en retirarse del debate. No hay propósitos formados, compañero. Usted mismo ha visto que la oposición más fuerte ha surgido de miembros de la mayoría del Cooperatista, que la oposición ha salido de los miembros de la diputación de Veracruz - de la que se honra en formar parte el proponente -, que han votado en contra del artículo 3o. De modo que no hay razón lógica para que el compañero Espinosa se retire del debate. No estaría bien; indudablemente que en muchos puntos dará luz al debate. No hay en los miembros de las comisiones propósito ninguno deliberado de no oír sus indicaciones. Todas serán oídas cuando las comisiones se convenzan; pero es claro que si las comisiones pueden estar en un error y que entonces será el Senado el que nos componga la plana; pero anunciar de una vez, como el compañero lo hace, que se retira del debate, podría significar para los maliciosos, una retirada en falso, una demostración de que ante una comisión que medianamente conoce el asunto - que podrá estar equivocada, pero que sabe todo lo que se refiere a cuestiones del petróleo, hasta lo que no quieren decir los ministros, que puede decir mucho, hoja por hoja a cualquier secretario de Industria -, podía parecer que ese miembro se retiraba porque presentía que ante una comisión que había trabajado iba a perder Terreno. yo no lo creo, yo estoy convencido de que el compañero Espinosa, cuando dijo que se retiraba, lo dijo de buena fe; pero le suplico encarecidamente, le ruego que no lo haga, esta comisión dará pruebas patentes en el curso de los debates, de aceptar toda indicación juiciosa de los compañeros, sea quien fuera quien la presente. Y para terminar, compañero Espinosa, debo decirle que el hecho de que haya advertido al final de mi peroración anterior que no me proponía injuriar al secretario de industria y comercio significaba únicamente respecto a la Asamblea: deseo no presentar una de esas escenas más o menos canallescas,

en que todo de vuelve golpes en al tribuna: ¡Ladrón! ¡Uf! ¡Sinvergüenza! ¡Uf! No señores; demasiado sabemos que con el fuero podemos decir en la tribuna todo lo que se quiera. Por lo demás, hay gentes que, como este diputado que tiene miedo, hay gentes que han dicho, sin embargo, que yo, cuando el general Garza era comandante militar de la plaza y todo el mundo le tenía miedo, le endilgué un artículo con mi firma, diciéndole horrores, porque permitió que se le diera el tiro de gracia con la bala expansiva a un fusilado, y yo no soy de las gentes que tienen miedo, compañero Espinosa, y no tengo miedo por una sola razón: porque no es tan amable la vida, porque los médicos que estamos acostumbrados a jugárnoslas en una autopsia, operando un miembro con gangrena, exponiendo un padrastro a la infección del vidrio séptico, y eso, de balde, porque esos padecimientos casi no se ven sino en los hospitales, los médicos tenemos un profundo desdén por la existencia y, por otra parte, como lo único que pudiera querer conservarse era la vida o la posición y hay gentes como el que habla, que sólo están arruinados cuando están en la política, no tenía por qué tener satisfechos a los ministros ni al presidente de la República ni a nadie. Y para concluir, de una manera absoluta, le digo al compañero Espinosa - que habla por allí de bonillismo y que pudiera haber hecho pensar a algunos de los compañeros que fuera bonillista, no revolucionario -, lo siguiente: cuando el compañero Espinosa no nacía a la vida pública, este representante estaba ya en una Cámara revolucionaria.

Cuando el señor Madero se murió, entonces, estando fuera de México el presente, las minorías antimaderistas, formando entonces mayoría, como pasa siempre en este país en que todo mundo se va a la cargada, le obsequiaron con el nombramiento de presidente de la comisión Inspectora de la Contaduría mayor de Hacienda, que el señor Espinosa sabe que es el cargo de más significación, de más confianza dentro de una Cámara. Ellos creían que como este diputado, que entonces tenía veinticinco años, no había comido en ningún pesebre político y estaba casi a punto de morirse de hambre, porque como el asno de Buridán encontraba igualmente odiosos los falsos revolucionarismos de Ernesto Madero, y los excesivos reaccionarismos de Lozano y compañeros, y como este diputado era absolutamente independiente, se iría a la cargada, y este diputado vino a decir el primer discurso revolucionario que se dijo en esta Cámara el mismo día, si no recuerdo mal -con diferencia de horas habrá sido -, del discurso valeroso, enormemente sincero del diputado González Garza. Esto fue cuando la discusión de la Ley de Amnistía, y me fui a la penitenciaría como todos los compañeros honorables cuando se disolvió el Congreso. Después, cuando se acabó aquello y como yo creo que el hecho de estar en la cárcel no son méritos revolucionarios, a la salida de la cárcel y al triunfo de Carranza, no fui a ver a Carranza. Don Venustiano me estuvo llamando, llamando. Estaba en mi Estado, en Veracruz. Yo tenía entonces, como el compañero tendrá que reconocer, algún prestigio, aún cuando fuera un insignificante prestigio; yo era diputado, había estado preso en la penitenciaria, y tenía que tener alguna significación política en el distrito, de modo que hubiera sido para mí la cosa más fácil meterme de cabeza al carrancismo. Lo estuve observando; no me gustó, compañero, entre otras cosas, porque entraron los carrancistas al hospital donde estaba yo y me fusilaron enfermos y soldados del batallón que me habían estado haciendo guardias en la Penitenciaría y que metían los chuzos en la comida; pero que dentro del hospital eran sangrados, y cuando los fusilaron me dio asco el carrancismo, profundo asco; pero me fui del país, no me fuí a la reacción, y cuando regresé estuve en Tampico y allí Portes Gil dirá si fuí bonillista, o carrancista, o alguna cosa. No, yo hablaba allí horrores, con absoluta libertad, del carrancismo, en tiempo de Carranza, y escribía horrores del carrancismo en tiempos de Carranza, y escribí en favor de Obregón cuando la cosa estaba muy dudosa, cuando todavía no se moría don Venustiano en Tlaxcalaltongo. Yo pongo punto final, con esto, a los ataques, no pasionales, pero sí un poquitín desafinados, del compañero Espinosa. Yo soy de los hombres que van a cualquier terreno y en la próxima ocasión quizá no trate con guante relativamente blanco, al compañero Espinosa. (aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Pido la palabra.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Espinosa que con anterioridad se presentó una proposición a la que se va a dar lectura, y después se le concederá con todo gusto la palabra.

- El C. secretario Gandarilla, leyendo:

"H. Asamblea:

"Los que subscribimos, en atención a la importancia que reviste el debate sobre la Ley del Petróleo, sometemos respetuosamente a vuestra consideración, con dispensa de todo trámite, el siguiente punto de acuerdo:

"Llámese al ciudadano secretario de Industria y Comercio para que asista a la discusión de la Ley del Petróleo, con objeto de que informe sobre el particular.

"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados.

- México, marzo 15 de 1923.- J. Certucha.- Porfirio del Castillo.- E. Portes Gil.- E. Gandarilla.- Mauricio Gómez.- Guillermo Rodríguez."

En votación económica se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Está a discusión. Los ciudadanos que quieran hacer uso de la palabra en contra, sírvanse pasar a inscribirse, lo mismo que los que quieran usar de la palabra en pro.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Espinosa.

El C. Rodarte: Reclamo el quórum.

El C. Espinosa Luis: Señores representantes: Voy a ser muy breve.

El C. presidente: Habiendo sido reclamado el quórum y siendo visible la falta de él, se levanta la sesión, citándose para mañana a las diez y seis, y quedando en el uso de la palabra el ciudadano Espinosa. (20.27.)