Legislatura XXX - Año I - Período Extraordinario - Fecha 19230509 - Número de Diario 42
(L30A1P1eN042F19230509.xml)Núm. Diario:42ENCABEZADO
MÉXICO, MIÉRCOLES 9 DE MAYO DE 1923
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.
AÑO I. - PERIODO EXTRAORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO II. - NUMERO 42
SESIÓN
DE LA
CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA
9 DE MAYO DE 1923
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Es leída y aprobada el acta de la anterior.
2. - Continúa el debate del artículo 4o. que adiciona el proyecto de decreto por el que se derogan las autorizaciones concedidas a varios Gobiernos de los Estados, para organizar fuerzas de seguridad, siendo retirado el artículo. A continuación se presenta reformada no aceptándose a debate. Votación de los artículos 1o. y 3o. que estaban reservados para ello; son aprobados; pasa el proyecto de decreto al Senado para los efectos constitucionales. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del C. ORTEGA ROMERO
(Asistencia de 132 ciudadanos diputados.)
- El C. presidente, a las 17:18 Se abre la sesión.
- El C. secretario Gandarilla, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día ocho de mayo de mil novecientos veintitrés. - Periodo extraordinario.
"Presidencia del C. Romeo Ortega.
"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y veintiocho minutos del martes ocho de mayo de mil novecientos veintitrés se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y dos ciudadanos diputados.
"Sin debate se aprobó el acta de la sesión celebrada el día anterior y se dio cuenta con estos dos documentos:
"Oficio en que la Cámara de Senadores participa que eligió presidente y vicepresidente para el mes en curso. - De enterado.
"Iniciativa de la diputación por el Estado de Hidalgo, a fin de que se convoque a elecciones extraordinarias de diputados al Congreso de la Unión en el undécimo distrito electoral de ese Estado. - A la 2a. Comisión de Gobernación.
"Continuó el debate de la adición presentada por algunos ciudadanos diputados al proyecto de decreto por el que se derogan las autorizaciones concedidas a los gobiernos de varios Estados para organizar fuerzas de seguridad.
"El C. Calderón dio fin al discurso en pro que inició en la sesión anterior.
"El C. Juan de Dios Robledo habló en contra e interpeló al referido C. Calderón, quien contestó.
"Presidencia del C. Alberto Gutiérrez.
"El C. Díaz Soto y Gama usó de la palabra en pro; durante su peroración hicieron mociones de orden los CC. Castellanos y Manrique y la Secretaría excitó a los concurrentes a las galerías para que guardaran compostura; contestaron interpelaciones del orador CC. Rodarte y Camacho.
"El C. Romeo Ortega paso a la tribuna e impugnó la adición a debate.
"Presidencia del C. Romeo Ortega.
"El C. Manlio Fabio Altamirano habló en pro. Le interrumpió la Presidencia para llamar al orden a los asistentes a las galerías, interpeló al C. Portes Gil, quien contestó, y dio respuestas a preguntas que le dirigieron los CC. José Manuel Puig y Casauranc y Rodarte.
"Con motivo de que la Secretaría consultó a la Asamblea si el asunto estaba suficientemente discutido, hicieron mociones de orden los CC. Manrique y Juan de Dios Robledo y aclaraciones la Presidencia y el C. Céspedes.
"El C. Luis Espinosa habló en contra.
"En pro lo hizo el C. Ángel G. Castellanos, quien fue interrumpido por una moción de orden del C. Julián S. González y por la Presidencia para ordenar que fuera desalojada una parte de las galerías, orden que fue retirada en atención a mociones de orden de los CC. Manrique y Luis Espinosa. Continuó el C. Castellanos y nuevamente le interrumpieron aclaraciones del C. Rubén Vizcarra y una moción de orden del C. Díaz Soto y Gama.
"En contra se produjo el C. Apolonio R. Guzmán. El orador interpeló al C. Juan I. Martínez, quien contestó, y fue interrumpido por una aclaración del C. Manlio Fabio Altamirano.
"El C. Manrique habló en pro. Le interrumpieron aclaraciones de los CC. Díaz Soto y Gama y Martínez Adame, mociones de orden de los CC. Rubén Vizcarra, y Díaz Soto y Gama, e interpelaciones de los CC. Díaz Soto y Gama, Hernández Galván, Otilio González, González Garza y Martínez Adame. El C. Manrique concluyó reclamando el quórum y pidiendo se le dejara en el
uso de la palabra para continuar en la sesión próxima.
"A las veintiuna horas y treinta y cinco minutos la Presidencia levantó la sesión y citó para las diez y seis horas del día siguiente."
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra en pro ni en contra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada el acta.
El C. presidente: Continúa a discusión el artículo 4o. adicional. Sigue en el uso de la palabra el ciudadano diputado Aurelio Manrique.
El C. Manrique: Acaba de prometerme el señor presidente que entraría a debate otra cosa; es sencillísimo...
El C. presidente: La Presidencia ruega al ciudadano Manrique continúe haciendo uso de la palabra y después se tratará el asunto que le acaba de indicar.
El C. Manrique: Señores diputados:
Como resultado de las observaciones que nos fueron hechas en el curso de la sesión de ayer relativamente al artículo 4o. a discusión, nos permitimos pedir atentamente permiso para retirar el artículo a debate, substituyéndolo inmediatamente por el artículo 4o. reformado en la forma que sigue:
- El C. secretario Gandarilla, leyendo:
"Artículo 4o. reformado. Las prevenciones de los artículos anteriores dejan a salvo el derecho que tienen los ciudadanos pertenecientes a las fuerzas disueltas, a conservar, exclusivamente para los fines de su defensa personal y la protección de su parcela, las armas cuya posesión les garantiza el artículo 10 constitucional. - Aurelio Manrique, jr. - A. Díaz Soto y Gama. - Ignacio C. Villegas. - J. P. Camacho. - Francisco Escudero. - E. Mena Córdova. - L. Bolaños. - Enrique Meza. - Leopoldo Reynoso Díaz. - Juan I. Martínez. - J. Siurob. - Ángel G. Castellanos."
Se consulta a la Asamblea si se permite retirar el artículo 4o., que presentaron los ciudadanos que ahora firman el nuevo artículo reformado. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Se permite retirar el artículo anterior y se presenta en la forma en que le ha dado lectura la Secretaría.
El C. Basáñez: Reclamo la votación.
- El mismo C. secretario: Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.
El C. Basáñez: He reclamado la votación. La declaratoria fue hecha en malos términos, porque la Secretaría debió haber dicho: hay mayoría, o hay minoría, y después haber hecho la declaratoria; no que hizo la declaratoria sin la previa frase de: hay mayoría o hay minoría.
El C. presidente: La Presidencia manifiesta que, realmente, había mayoría de pie y por eso se hizo la declaratoria de que se permitía retirar el artículo.
El C. Basáñez: No puede un diputado que está sentado en su escaño ser adivino y saber lo que se va a declarar. Para reclamar la votación, indiscutiblemente que se necesita conocer el parecer de la Mesa. Me es indistinto que se deje la proposición hecha por la comisión o que se haga la votación; pero que sirva esto de precedente, pues, repito, no se puede ser adivino. Pido la palabra en contra.
El C. presidente: Los ciudadanos que deseen inscribirse, en pro o en contra de la proposición a debate, sírvanse pasar a hacerlo.(Voces: ¡ No se oye !) Hasta este momento se han inscripto: en pro, el ciudadano Manrique; en contra, el ciudadano Basáñez. Tiene la palabra en pro el ciudadano Manrique.
El C. Manrique: Señor mío: El Reglamento indica que se dé en primer término la palabra a un orador del contra.
El C. presidente: Tiene usted razón. Tiene la palabra el ciudadano Basáñez.
El C. Basáñez: Pido que los proponentes funden su proposición.
El C. Manrique: Fundar la proposición no es una obligación de los firmantes.
El C. Basáñez: Hago una súplica.
El C. Manrique: Se desatiende la súplica. (Risas.)
El C. Espinosa Luis: Moción de orden. Apoyado en el Reglamento, pido a su señoría que invite a alguno de los ciudadanos que sostienen la proposición a fundarla. En buena hora que se rehusen a hacerlo, pero el deber de la Presidencia es conocer lo que pide el ciudadano diputado Basáñez.
El C. presidente: La Presidencia, acatando el Reglamento, ruega a uno de los ciudadanos diputados firmantes de la proposición, se sirva fundarla.
El C. Siurob: Pido la palabra...
El C. Manrique: Señores diputados:
La proposición a debate puede fundarse en términos claros y sencillos. ¿ El ciudadano Siurob desea hablar ?
El C. Siurob: Aunque no soy autor de la proposición, yo deseo fundarla. (Risas.)
El C. Manrique: Yo invito atentamente al ciudadano Siurob a subscribir con nosotros la proposición, lo que le daría derecho a fundarla y defenderla. (Siseos.)
El C. Siurob: Con mucho gusto.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Siurob.
El C. Siurob: Señores diputados:
El fundamento de esta proposición es absolutamente sencillo. Desde hace mucho tiempo, cuando se ha tratado de desarmar a los gobernadores de los Estados, se ha advertido la tendencia de parte de los elementos de la reacción para que, al mismo tiempo que se haga el desarme, con el pretexto de hacer el desarme de las fuerzas que tienen a su cargo los gobernadores de los Estados, se desarme en general a todos los ciudadanos de la República, lo que trae como consecuencia una especie de castración del país, (Voces: ¡ No ! ¡ No !) puesto que es indudable, es absolutamente innegable que son las armas en poder de los ciudadanos, la mejor garantía que ha tenido siempre el país para las libertades públicas. Este es un hecho claro. ¿ Quiénes
han hecho siempre en México las revoluciones reivindicadoras, las revoluciones justas, las revoluciones honradas, las que secundan los mismos deseos e intereses del pueblo mexicano en las distintas etapas de su evolución ? De seguro que no han sido lo gobiernos, ni las fuerzas a cargo de los mismos gobiernos, sino que han sido los campesinos, los ciudadanos mismos; han sido todos aquellos individuos azotados por los malos gobiernos, perjudicados en sus derechos, y al conculcarse las propias leyes del país, han sido ellos los que han hecho las revoluciones reivindicadoras; ellos han sido los que han permitido, por medio de estas revoluciones que el país progrese y avance en su civilización, mejorando su provenir. ¿Qué tratan los elementos reaccionarios al pretender aprovechar esta ley, que sin duda será aprovechada por los caciques, si no se pone este artículo, para desarmar a todos los ciudadanos del país? Tratan, efectivamente, de castrar a la República para que, venga Gobierno malo o venga Gobierno bueno, los ciudadanos tengan que aguantarse, porque las armas estarían sólo en manos de los detentadores de las libertades públicas. El hecho de que tengamos en la actualidad un Gobierno que se esmera por cumplir con los principios de la revolución, no quiere decir, de ninguna manera, que para el futuro ese propio Gobierno siga en el Poder; no quiere decir que no haya muchos gobernadores de los Estados, que necesiten la mano eficaz del pueblo para hacerles comprender que están faltando a sus más estrictas y principales obligaciones para con los pueblos que los eligieron o que, por lo menos, parece que los eligieron.
El C. Altamirano Manlio Fabio, interrumpiendo: ¿ Como quién ?
El C. Siurob, continuando: Podría referirme a muchos gobernadores, compañero, pero no quiero hacer la cuestión política de campanario. Por otra parte, nosotros mismos hemos dicho a los campesinos que defiendan la tierra con las armas en la mano. ¿ No cuando se va a dar un ejido en el distrito de cualquiera de los señores representantes, no han sido ellos mismos lo que han ido a decir a los poseedores de estas tierras: "Si yo vengo a quitarte estas tierras, a mi mismo me tirarás con el arma que tienes para defenderlas" ? Pues bien; se trata de dar pretexto a los caciques, a los gobernadores que conculquen las libertades públicas, a los jefes de armas reaccionarios, para que quiten las armas a los campesinos y los entreguen atados de pies y manos a la reacción. La cuestión agraria tiene demasiados enemigos para que vayamos a quitar a los campesinos la última, la suprema defensa que les queda.
Contra los amparos, contra la prensa reaccionaria, contra los gobernadores también reaccionarios, contra la presión enorme que ejercen todos los enemigos de la revolución, el campesino no tiene más que el sagrado derecho de rebelión. ¡ Y hasta eso se pretende quitarle ! Después de los artículos anteriores, parece que esta ley es un arma en manos de los enemigos de la revolución. ¿ Para qué ? Para aprovecharse de ella e ir a quitar las armas que están en poder de los ciudadanos. No es verdad que los ciudadanos que están armados y que obedecen a jefes civiles exclusivamente, con independencia de los gobernadores y con independencia de la Secretaría de Guerra, abusen de esas armas. En la sierra de mi Estado hay más de dos mil ciudadanos armados y, sin embargo, no ha habido un solo disturbio. Hace poco, en el vecino Estado de Hidalgo se levantó un sujeto - El coronel Porfirio Rubio- y, sin embargo, a pesar de tener íntimas relaciones, grandes amistades con muchos elementos del lado del Estado de Querétaro, ni un solo individuo del Estado de Querétaro tomó las armas. ¿ Por qué ? Porque aquellos individuos han comprendido que necesitan esas armas para darse garantías, para defender sus parcelas, para hacer uso legítimo del derecho que otorga la Constitución a cada ciudadano para que pueda poseer armas para su propia defensa.
Si no se aprueba el artículo, pensad en la responsabilidad que tiene la Representación Nacional al haber puesto en manos de los enemigos de la revolución un arma para despojar a los ciudadanos de algo que debe ser la base de la respetabilidad del hogar, en un lugar como nuestro país en que, por desgracia, la policía, y aun muchas veces por la misma forma en que está constituída la policía, los ciudadanos no tienen garantías. ¿ Quién no sabe que hay regiones del país devastadas por cuadrillas de bandoleros, donde existen constantemente, aun en tiempos de paz, individuos maleantes que se dedican a alterar el orden ? ¿ No recuerda usted lo que ha sucedido al licenciado Colunga en Guanajuato, que una partida de bandoleros lo asaltó ? Sin embargo, esa ley es un arma para despojar a los ciudadanos del derecho que tienen de conservar sus armas y defenderse en cualquier momento. Si no hubiera otras razones, éstas creo que serían absolutamente suficientes para que la Cámara, al aprobar una ley que restringe el uso de las armas y de las policías rurales de los gobernadores, que muchas veces las utilizan como medios de imposición, no comprenda de ninguna manera a los ciudadanos, en los momentos en que la revolución les entrega tierras y les exige que las defiendan con las armas en la mano. Que se restrinja este derecho a los gobernadores, está bien, y estamos dispuestos a aprobarlos todos, ya ha votado la Cámara los artículos respectivos; pero que se restrinja este derecho a los ciudadanos, que no se ratifique explícitamente la declaración constitucional, entonces eso equivaldría a poner en las manos de los enemigos del pueblo el arma para castrar a la República, para que si mañana viene un Gobierno reaccionario, como desgraciadamente acontece en nuestro país, apenas dura una administración en el Poder, entonces se quite a los ciudadanos toda esperanza, hasta la más remota idea de poder salir de un régimen que atropelle las libertades públicas.
En nombre de los campesinos, que son los que han hecho la revolución, y de los hombres humildes que conservan siempre en su casa el arma que les sirve para reivindicar sus libertades, pido a esta Cámara que dé por fundada esta proposición suficientemente y que apruebe este artículo, porque es el único que puede corregir la restricción que ya se pone al uso de armas de parte de los ciudadanos, y que si está bien para los que puedan hacer mal, no lo está para la generalidad de los habitantes de la República, puesto que la generalidad es la que ha sabido encauzar al país hacia el sendero de las
libertades. Creo pues, fundada suficientemente la proposición e invito a los compañeros a que estén de acuerdo con ella.
El C. secretario Gandarilla: La Presidencia ordena a la Secretaría dé lectura a los siguientes artículos reglamentarios, para los cuales suplica atención a los ciudadanos representantes:
"Artículo 122. En la sesión en que definitivamente se vote una proposición o proyecto de ley, podrán presentarse por escrito adiciones o modificaciones a los artículos aprobados.
"Artículo 123. Leída por primera vez una adición y oídos los fundamentos que quiera exponer su autor, se preguntará inmediatamente si se admite o no a discusión. Admitida, se pasará a la comisión respectiva; en caso contrario, se tendrá por desechada."
Y en cumplimiento de estos artículos reglamentarios, y habiendo fundado la proposición el ciudadano diputado don José Siurob, que la subscribe, se pregunta inmediatamente a la Asamblea si se admite o no o discusión....
El C. Manrique, interrumpiendo: ¡ Moción de orden ! (Desorden en las galerías. Campanilla.)
El C. secretario Gandarilla, continuando: Se consulta a la Asamblea si se toma en consideración.....
El C. Manrique, interrumpiendo: ¡ Moción de orden ! ¡ Moción de orden ! (Sigue el desorden)
El C. secretario Gandarilla, continuando: Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. No se toma en consideración (Desorden.)
El C. Manrique: He pedido la palabra para una moción de orden... (Voces en las galerías: ¡ No ! ¡ No ! ¡ No ! Desorden. Campanilla.) Señores diputados: Es ridículamente abominable... (Voces en las galerías: ¡ Huy ! ¡ Huy !) No me bajo de la tribuna mientras no se respete mi derecho de hablar, señor presidente. (Sigue el desorden.)
El C. presidente: La Presidencia suplica a las galerías se sirvan guardar la compostura debida.
El C. Manrique, continuando: Es abominable, señores diputados... (Voces en las galerías: ¡ Huy ! ¡ Huy !)
El C. secretario Gandarilla: La Presidencia indica a las galerías se sirvan guardar compostura y escuchar atentamente al orador. (Voces en las galerías: ¡ No ! ¡ No ! ¡ Bájate !)
El C. Manrique: Eso es un poquillo difícil. Es abominable, señores diputados, la conducta pérfida y desleal... (Gritos en las galerías.)
El C. Puig y Casauranc José Manuel: Señores compañeros: Necesitamos forzosamente demostrar nuestra fuerza de mayoría parlamentaria concediendo a la minoría el derecho elemental de expresar sus ideas; y si las galerías que asisten a esta sesión son amigos del cooperatistas, deben saber que por decoro del partido mismo, es indispensable que los oradores de las minorías tengan libertad absoluta. Sobran a las mayorías elementos para ir a contestar a esa tribuna y para, en un debate de ideas, satisfacer plenamente a la opinión pública y a la conciencia nacional. (Aplausos.) Exhorto, por lo tanto, a todos los compañeros y al público que asiste a las galerías, a que permita que esta sesión que va a tener indudablemente carácter y color definitivamente político, pueda celebrarse dentro de los órdenes de un parlamento, para que sea en prestigio del país y no en desdoro de la Nación. (Aplausos.)
El C. Manrique: Es evidente que los señores diputados aprueban con todo entusiasmo, con toda convicción las ideas expresadas por Puig, de respeto a los oradores de la minorías y, sin embargo, en abierta, en plena contradicción con los deseos de los señores diputados, está la conducta de las galerías, visiblemente sugerida, indudablemente sugerida, no por la mayoría cooperatista, sino por un pequeño grupo de directores de la mayoría cooperatista. (Gritos en las galerías.)
Era elementalmente fácil prever que suspendida ayer la discusión, las galerías habrían de verse hoy reforzadas. (Desorden en las galerías.) Ha habido a la entrada de las galerías individuos señalados ex profeso, entre los cuales puedo mencionar a un anónimo - Juan Silva- que exige a cada uno de los asistentes a galerías la presentación de la credencial cooperatista... (Desorden en las galerías.) Y cuando sabemos a ciencia cierta, señores diputados, que se ha querido formar un público ex profeso, recordamos, podemos recordar quienes hemos pertenecido a legislaturas anteriores, como pueden recordarlo también quienes han asistido a las sesiones de otras legislaturas... (Sigue el desorden.)
El C. López Olivares, interrumpiendo: Estos señores, (Señalando un palco.) están insultando a uno con palabras soeces y, sin embargo, se permite que sigan aquí. (Voces en las galerías: ¡ Huy ! ¡ Huy !)
El C. presidente: Que los asistentes a ese palco, (Señalando el de la derecha.) se abstengan de insultar a los ciudadanos diputados, porque la Presidencia se verá obligada a mandarlos desalojar.
El C. Manrique: En cuanto a mí, estoy por encima de las injurias que se me quieran torpemente lanzar desde cualquier sitio. Y digo, señores diputados, que es fácil recordar para quienes hemos pertenecido a legislaturas anteriores, como es fácil también el recordarlo a quienes han asistido a sesiones de anteriores legislaturas, ya como cronistas de la prensa o ya como espectadores... (Aplausos en las galerías.) es fácil advertir, digo, (Aplausos.) que cada vez (Aplausos.) que una mayoría parlamentaria... (Aplausos.) Si la Presidencia quisiese cumplir con su deber (Aplausos.) advertiría fácilmente que es un grupo fácilmente localizable (Aplausos.) el que provoca el desorden (Aplausos.) aquel palco y este otro. (Aplausos.)
El C. presidente: La Presidencia ordena a las galerías que ocupan esos palcos, se sirvan desalojarlos.
El C. Siurob: Moción de orden. Hace un momento observé que el ciudadano presidente volteaba a ver a los ciudadanos que están en ese palco y les hacía una seña que debe ser convencional. Suplico a la Presidencia que para guardar orden, ya que no valen los artículos reglamentarios, que haga una seña a los de este lado y otra seña a los del otro.
El C. secretario Gandarilla: La Presidencia, para cumplir con el Reglamento, invita a los ciudadanos que se encuentran en los dos palcos intercolumnios, se sirvan abandonarlos. (Aplausos.) La Presidencia indica a las galerías que, para evitar
desalojarlas totalmente, suplica a los asistentes a ellas se sirvan no interrumpir por ningún concepto al orador. La Presidencia suplica a los ciudadanos que se encuentran en ese palco, se sirvan abandonarlo, porque el ciudadano Manrique no continuará hasta que no lo abandonen completamente. (Risas y desorden en las galerías.)
El C. Manrique: Digo, señores diputados, que es desleal la conducta de la Presidencia y desleal la conducta de la Secretaría, al dar estos trámites insólitos que no tienen otro objeto que el arrebatarnos a los miembros de las minorías el derecho de defender nuestras ideas.
El C. Barón Obregón, interrumpiendo: Moción de orden. Ya estoy cansado de escuchar día a día que Manrique este haciendo cargos injustificados a la Presidencia y a la Secretaría.
El C. Manrique: De enterado, y al Archivo.
El C. Barón Obregón: Guárdelo en su bolsillo.
El C. Manrique, continuando: Y ahora, señores diputados, reitero que es desleal la conducta de la Presidencia y que es desleal la conducta de la Secretaría al ordenar....
El C. Gandarilla, interrumpiendo: ¡ Eso no es cierto !
El C. Manrique, continuando: ...a pesar de la protesta del ciudadano Gandarilla, que se dé un trámite indebido invocando el artículo 122 reglamentario. Y es visible que a pesar de que el que habla solicitara oportunamente la palabra para moción de orden, el ciudadano Gandarilla pretendió engañar no sé a quién -seguramente que no a la Asamblea, si está ella formada por hombres consientes- poniendo atropelladamente a votación un artículo y declarado desechada una proposición que cinco minutos antes (Desorden.) había sido tomada en consideración. Señores: el dilema es inevitable: O la Presidencia y la Secretaría han procedido así por una supina ignorancia del Reglamento.....
El C. Gandarilla, interrumpiendo: ¡ Moción de orden, señor presidente ! ¡ Esta sí es moción de orden ! Tomo la palabra por indicaciones de la Presidencia para una moción de orden que estriba en lo siguiente: La Secretaría, o sea el secretario Gandarilla, ha procedido en esta ocasión con absoluta imparcialidad. Le consta al ciudadano Manrique -y no podrá negarlo porque lo creo un caballero- que en todos mis trámites me he ajustado estrictamente a lo que dispone la Presidencia. La Secretaría ha querido precisamente que en debates como éste no venga la pasión política de Manrique a tildar a uno de ignorante o de hombre de mala fe. (Aplausos ruidosos.) Sepa el ciudadano Manrique que siempre sabré respetar los derechos de todos. Por otra parte, la Presidencia ordenó -y está la presidencia para indicar si es o no cierto- que se diera lectura a los artículos 122 y 123, dándoles cumplimiento. La Secretaría ha cumplido con su deber a pesar de que el ciudadano Manrique la vitupere injustamente como ahora. (Aplausos.)
El C. Manrique: De enterado, y al Archivo. El artículo 122 reglamentario lo invocamos ayer los firmantes de la proposición en los momentos en que se votaba definitivamente la ley, no ayer, sino anteayer, y en uso del derecho que nos concede el artículo 122 reglamentario, presentamos, pidiendo para ello toda dispensa de trámites, la iniciativa que constituye el artículo 4o. adicional; y esta Asamblea, en cumplimiento de los artículos 122 y 123 reglamentarios, aceptó ya a debate el artículo 4o. a discusión. Ahora bien; iniciada la discusión de los artículos, los firmantes del primitivo artículo 4o. adicional, han creído oportuno reformarlo y han pedido permiso a esta Asamblea para retirar el artículo primitivo presentándolo acto continuo reformado en los términos que conocéis. Y hubo ya, señores diputados, y para verificarlo apelo a vuestra caballerosidad, una primera votación en la que aceptásteis a discusión este artículo 4o. reformado que pretendemos discutir ahora. El artículo reformado está ya aceptado a discusión. (Voces: ¡ No !) La mayoría de esta Cámara, según declaratoria hecha por la Secretaría, y a pesar de la reclamación extemporánea del diputado Basáñez, que no fue atendida por la Presidencia, una mayoría de esta Cámara, digo, admitió a discusión el artículo 4o. reformado.
El C. Martínez Adame, interrumpiendo: Dio permiso para retirar el anterior.
El C. Manrique: Que el ciudadano Martínez Adame no revele mala fe o profunda ignorancia de un Reglamento que debe conocer....
El C. Martínez Adame: ¿ Me permite usted decir algo ?
El C. Manrique, continuando: No quiero venir a entablar diálogos que no hacen sino desviar la atención de la Asamblea. Ya es demasiado que se me obligue a emplear diez minutos es sostener una moción de orden fácil y llana. Se pidió a la Asamblea, simultáneamente, el permiso para retirar el artículo y presentarlo a continuación modificado. Si la Asamblea hubiese negado el permiso, señor Martínez Adame, habría seguido a discusión el primitivo artículo 4o. adicional.
El C. Martínez Adame, interrumpiendo: Habría habido necesidad de fundarlo.
El C. Manrique, continuando: No se necesita, ciudadano Martínez Adame, de dos votaciones sucesivas. La votación que concede permiso para retirar el artículo primitivo permite, ipso facto, la discusión del artículo reformado. Y entienda el señor Martínez Adame que no fue en acatamiento a precepto reglamentario alguno, sino mera condescendencia de nuestra parte, lo que permitió al ciudadano Siurob el venir a defender aquí el asunto. Lo que el ciudadano Basáñez quería, por su absoluta ignorancia de la cuestión, por su profunda ignorancia de la cuestión, era -para emplear una expresión familiar- que alguien soltase prenda. Esto quería el ciudadano Basáñez y lo ha logrado; pero no es leal que la Presidencia quiera volver a una votación ya enunciada. Protesto, pues, señores diputados, por la determinación de la Presidencia e insisto, si hay caballeros en esta Asamblea, en que se permita que continúe el debate. Toca a la Presidencia, en estos momentos, conceder la palabra a un orador del contra: al ciudadano Basáñez; y a continuación debe reconocer el derecho que nos asiste a los del pro para defender el artículo a discusión.
El C. secretario Gandarilla: Habiéndose hecho la declaratoria correspondiente, se procede a recoger la votación. Por orden de la Presidencia, de los
artículos 1o. y 3o. que no fueron objetados. Por la afirmativa.
El C. Manrique: No. está aceptado a discusión el 4o. Pido la palabra para una moción de orden. (Gritos en las galerías. Voces: ¡ No ! ¡ No !)
El C. presidente: No tiene usted la palabra.
El C. secretario Gandarilla: Se suplica a los ciudadanos secretarios y prosecretarios auxilien a la Secretaría. Por la afirmativa.
El C. secretario Barón Obregón: Por la negativa. (Comienza la votación)
El C. Manrique: ¡Moción de orden! (Desorden en las galerías. Campanilla.)
El C. presidente: No tiene usted la palabra. (Continúa la votación.)
El C. Manrique: Para una moción de orden. (Gritos en las galerías. Campanilla.)
El C. presidente: No tiene usted la palabra. (Voces: ¡ Vámonos ! Continúa la votación.)
El C. secretario Gandarilla: ¿ Cómo vota el ciudadano Manrique ? ¿ Falta algún ciudadano diputado por votar ? (Voces: ¡ Falta Manrique ! La Presidencia consulta al ciudadano Manrique cómo vota. Murmullos.) Se procede a recoger la votación de la Mesa. (Votación.)
El C. secretario Barón Obregón: Votaron por la negativa cinco ciudadanos diputados.
El C. secretario Gandarilla: Votaron por la afirmativa ciento veintiocho ciudadanos representantes. En consecuencia, han sido aprobados los artículos 1o. y 3o. Pasa la ley al Senado para los efectos constitucionales respectivos.
El C. presidente: No habiendo más asuntos en cartera, se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis. (18.20.)