Legislatura XXX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19220825 - Número de Diario 6

(L30A1P1oN006F19220825.xml)Núm. Diario:6

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, VIERNES 25 DE AGOSTO DE 1922

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO I.- PERIODO ORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 6

6a. JUNTA PREPARATORIA

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 25

DE AGOSTO DE 1922

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Es leída y aprobada, previa una rectificación, el acta de la anterior.

2.- A discusión el dictamen relativo a las elecciones verificadas en el 13 distrito electoral del Estado de Veracruz. Se suspende la sesión.

3.- Reanudada ésta, continúa el debate sobre el referido dictamen, siendo aprobado. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. PRIETO LAURENS JORGE

(Asistencia de 175 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. presidente, a las 18: Se abre la sesión.

- El C. secretario Ollivier, leyendo:

"Acta de la Junta Preparatoria celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veinticuatro de agosto de mil novecientos veintidós.

"Presidencia del C. Jorge Prieto Laurens.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y treinta y cinco minutos del jueves veinticuatro de agosto de mil novecientos veintidós, se abrió esta Junta con asistencia de ciento noventa y cinco ciudadanos diputados y presuntos diputados, según consta en la lista que previamente paso el C. secretario Ollivier.

"El acta de la Junta celebrada el día anterior, fue aprobada sin objeción.

"La Presidencia contestó una interpelación del C. Manrique acerca del cumplimiento de la fracción XI del artículo 23 y de los artículos 29 y 30 del Reglamento.

"Dióse cuenta con un dictamen que presentaron las secciones Segunda, Tercera, Sexta y Décima de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, y que en su parte resolutiva dice:

"Son válidas las elecciones verificadas en los distritos siguientes: 11 del Distrito Federal; 8o. de Hidalgo; 1o. de Querétaro; 14 de Michoacán; 2o. de Veracruz y 7o. de México. Y son diputados propietarios y suplentes por los mencionados distritos, en el orden en que están enumerados, los ciudadanos siguientes:

"José F. Gutiérrez, Carlos Ortiz; Matías Rodríguez - Octaviano Flores; Francisco Ramírez Luque - J. Cruz Hernández; Ramón Sánchez Arriola Mariano Ramírez; Enrique Meza - Rosendo Bridat y Clemente Trueba - Leopoldo Pérez.

"La Secretaría declaró que estaba a discusión.

"El C. José Siurob hablo en contra. El orador fue interrumpido por el C. Juan Manuel Alvarez del Castillo para hacer una moción de orden; por la Presidencia, para llamar al orden a las galerías y por el C. Manrique, para solicitar la palabra de la Presidencia con objeto de hacer una moción de orden, lo que dio lugar a aclaraciones de este representante y de la Presidencia y a que la Secretaría leyera el artículo 104 del Reglamento.

Durante su discurso, el C. Siurob interpeló al C. Gandarilla, quien contestó.

"En pro usó de la palabra el C. Luis N. Morones.

"Después de una moción de orden del C. Eduardo Vasconcelos, impugnó el dictamen el C. Juan Pastoriza, quien concluyó pidiendo que aquél fuera retirado.

"El C. Siurob solicitó la palabra para contestar alusiones personales, pero la Presidencia no se la concedió en virtud de que no había concluido la discusión.

"En apoyo del dictamen se produjo al C. Ezequiel Salcedo.

"El C. Eduardo Vasconcelos pronunció un discurso en contra.

"Por último, habló en pro el C. Ezequiel Padilla.

"Agotada la discusión, el C. Eduardo Vasconcelos, debidamente apoyado, solicitó votación nominal y ella determinó, por ciento noventa y dos votos de la afirmativa contra diez y ocho de la negativa, la aprobación del referido dictamen.

"La Secretaría hizo la declaración correspondiente.

"El C. Siurob pretendió que se pusiera a discusión en lo particular el dictamen aprobado, y con ese motivo se leyó por la Secretaría el artículo 96 reglamentario.

"Se sometió a la consideración de la Asamblea otro dictamen de las diez secciones que forman la

1a. Comisión Revisora de Credenciales, y que concluye con el siguiente punto de acuerdo:

"Son válidas las elecciones ordinarias para diputados efectuadas el día dos de julio del corriente año en los distritos electorales: 7o. de Chihuahua: 17 y 18 de Guanajuato; 1o. de Guerrero; 5o. de Michoacán; 1o., 2o., 4o., y 6o., de Nuevo León; 4o., 5o., 6o., 7o., 10, 13 y 14 de Oaxaca; 13 de Puebla; 9o. de San Luis Potosí; 1o. de Tlaxcala; 1o., 8o., 12, 18 y 19 de Veracruz y 7o. de Zacatecas, así como el 7o. de Chiapas y el 6o. de Jalisco.

"Y son diputados propietarios y suplentes, respectivamente, por los citados distritos, los CC. Luis A. Aldaco y Emilio Aguirre; Francisco Olivares y José M. Benítez; Gustavo M. Bravo y José Ma. Hernández Loyola; Ismael Carmona y Juan R. Escudero; Federico Villegas y Maclovio Yañez; Miguel Martínez Rendón y Daniel Conchado; Francisco González y González y Jesús Ma. Gutiérrez; Juan Quiroga y Amado Villarreal; Eduardo Súlivan y Epifanio Martínez Ayala; José Reyes San Germán y Alfonso Francisco Ramírez; Joaquín Ogarrio Meixueiro y Antonio Márquez; Onésimo González y Pedro Hernández Ricardo Delgado y Ramón Castañeda; Manuel Díaz Chávez y Bartolo Castillo Fermín E. Díaz y Samuel González; Miguel G. Calderón y Rodolfo Zorrilla; José Gálvez y Pablo Landero León; Agustín Vidales y José Ma. Rivera; Pedro Suárez y Vicente Chavarría; Adolfo Azuera y Juan L. Alexandre; Guillermo Rodríguez y Francisco Méndez; Carlos Puig Cassauranc y Enrique C. Huerta; Manuel Miravete y J. Cadena; José Manuel Puig y Cassauranc y Manuel A. Limón; Leopoldo Estrada y Leopoldo Frías U.; Julio Esponda y Enrique Toledo, Francisco Z. Moreno y Abraham González.

"A solicitud del C. Ricardo Covarrubias, fundó el dictamen el C. Rubén Vizcarra.

"Hablaron en contra, el referido C. Covarrubias, así como los CC. Siurob, Medellín Ostos (estos dos últimos inscriptos en pro), Daniel Martínez, José P. Saldaña y Gustavo Velasco.

"En pro usaron de la palabra los CC. Otilio González, Gustavo Arce y Jenaro V. Vásquez, quien interpeló a los CC. Fausto Márquez, José Leyva, Manuel Franco Cerqueda, y Francisco Modesto Ramírez, siendo interrumpido por una moción de orden del C. Vasconcelos.

"A nombre de las secciones dictaminadoras, apoyaron el dictamen los CC. Martín Luis Guzmán y Enrique Parra.

"Durante el debate, la Presidencia hizo la aclaración de que había inscriptos en contra diez y nueve presuntos diputados y obtuvo la venia de la Asamblea para que la discusión se prolongara después de que hubieran hablado tres oradores del pro y tres del contra; el C. Vasconcelos hizo una moción de orden refiriéndose al número de firmas que calzaban el dictamen, y los CC. José P. Saldaña y Socorro García pretendieron que se diera cuenta con una moción suspensiva.

"En votación económica la Asamblea estimó suficientemente discutido el dictamen y le otorgó su aprobación, haciendo la Secretaría la declaración respectiva.

"Se levantó la Junta a las veintidós horas veinte minutos y se citó para el día siguiente, a las diez y seis."

Está a discusión el acta

El C. Manrique: Pido la palabra sobre el acta.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Manrique: Es inexacto que haya yo interrumpido al ciudadano Siurob; lo que hice fue aprovechar la interrupción de la Presidencia para una moción de orden, para cuyo objeto se me negó la palabra.

- El mismo C. secretario: Por disposición de la Presidencia se pregunta a la Asamblea si se aprueba el acta con la modificación que propone el ciudadano Manrique. Los ciudadanos que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Aprobada el acta con la modificación de que se trata.

- El C. secretario Gandarilla, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 10a. Sección.

"H. Asamblea:

"A esta 10a. Sección de la 1a. Comisión Revisora, fue turnado el expediente relativo a las elecciones para diputados al Congreso de la Unión, verificadas el día 2 de julio último en el 13 distrito electoral del Estado de Veracruz, en el cuál contendieron las fórmulas de los CC. Eulalio Martínez y Ventura Galindo, para diputados propietarios y suplente, respectivamente, sostenidos por el Partido Veracruzano del Trabajo y de los CC. Guillermo Fernández y profesor Juan Galicia, apoyados por el Gran Partido Ferrocarrilero.

"Las elecciones se verificaron sin incidentes que hayan motivado protestas de parte de los interesados, pero al reunirse la Junta Computadora el día 11 de julio, en el lugar señalado al efecto y con todos los requisitos legales, se suscitaron algunos incidentes con relación a la votación de algunas casillas.

"Se hace constar en primer lugar en el acta, que el C. Juan B. Luna entregó el ánfora correspondiente a la 4a. casilla, consistente en una caja de madera atada con cordeles, con una cédula pegada a guisa de sello, firmada así:

"El presidente de la 4a. casilla, Juan B. Luna.- Rúbrica.- El secretario, Encarnación Calderón.- Rúbrica.-"

Por separado, exhibió el mismo señor Luna un sobre conteniendo acta de instalación de la Mesa; acta de escrutinio de la votación y de clausura y el nombramiento de instalador; dicho sobre venía abierto.

"Con este motivo se presentaron dos protestas: una del representante del Partido Veracruzano del Trabajo y la otra del representante del Gran Partido Ferrocarrilero.

"Estudiada minuciosamente la documentación, esta comisión estima que no debe nulificarse la votación de la citada casilla que arroja 54 votos para la candidatura Martínez - Galindo y 271 votos para la candidatura Fernández - Galicia, en virtud de que por certificación notarial que se tuvo a la vista, el ánfora no presentaba huellas de violación, pues que el sello se encontraba intacto, y como ese testimonio hace fe, deben subsistir los

votos a favor de Fernández - Galicia, pues aunque otra cosa atestigüe Eulalio Martínez, su afirmación nada prueba.

El representante del Gran Partido Ferrocarrilero presentó una protesta manifestando su extrañeza porque en el expediente que llegó a la Junta aparece una votación de 130 votos en favor del distintivo "riel" o sea del partido a que pertenece, en tanto que en el comprobante que obra en su poder, requisitado debidamente por toda la Mesa y los representantes de los partidos contendientes, el número de votos a favor de su candidato es de 163.

"En la casilla 9a. la Junta Computadora restó a la fórmula Fernández - Galicia 12 votos, porque en el padrón no aparecía la nota relativa de "votó"; pero estando estos votantes inscriptos en el padrón y agregadas las credenciales relativas, deben abonarse a dicha candidatura.

"El representante del Partido Veracruzano del Trabajo protestó porque se hacía figurar a favor de la candidatura del Partido Ferrocarrilero 370 votos por la casilla número 11, por lo que, habiéndose efectuado el examen de las boletas, dice la Junta que se obtuvo como resultado 245 votos a favor de la candidatura del Partido Veracruzano del Trabajo y 344 a favor de la candidatura del Gran Partido Ferrocarrilero. El presidente de la Computadora, de acuerdo con el artículo 85 de la ley, declaró, en razón de no estar conforme con el resultado que expresaba el acta y que el verdadero número de votos en la casilla número 11, obtenido por las respectivas candidaturas, era el que se deja indicado, y le quitó a la fórmula Fernández - Galicia 26 votos en la casilla de referencia, porque no tenían en el padrón la palabra "votó".

"Según certificado del presidente de la casilla 3a. de Santa Rosa, confiesa que él preguntaba a los votantes que boletas deseaban, violando así el secreto del voto, por lo que la votación en esa Mesa debe anularse de acuerdo con el artículo 103, fracción VII de la Ley Electoral, descontándose con tal motivo 256 votos a la fórmula Martínez - Galindo.

"Algunas otras protestas fueron presentadas por el representante del Gran Partido Ferrocarrilero, diciendo que se reservaba el derecho de presentar las pruebas oportunamente, lo cual no aparece en el expediente que haya verificado.

"Hecho el cómputo respectivo, resultaron para la fórmula Fernández - Galicia 4,008 votos y para la de Martínez - Galindo 3,792 votos.

"Por todo lo expuesto, la Comisión estima que debe consultar a la H. Asamblea la aprobación del siguiente punto resolutivo:

"Único. Son válidas las elecciones ordinarias celebradas en el 13 distrito electoral del Estado de Veracruz, para la renovación del Poder Legislativo Federal, y que en consecuencia, son diputados propietario y suplente por el propio distrito, respectivamente, los CC. Guillermo Fernández y Juan Galicia.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 24 de agosto de 1922.- Francisco M. Ramírez.- J. E. Domínguez."

Está a discusión el dictamen. Los que deseen hacer uso de la palabra, pueden pasar a inscribirse.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Eulalio Martínez.

El C. Martínez Eulalio: Es muy probable que al encontrarme frente a un auditorio por demás respetable, frente a un público que pocas veces en realidad he estado frente a él, porque mi actuación como obrero, como trabajador de un centro industrial de Orizaba, de hilados y tejidos, no me ha dado la oportunidad de encontrar personas tan capacitadas, personas intelectuales como las que están presentes y a las cuales voy a dirigir la palabra con este motivo, que me siento cohibido.

Señores diputados, espero que la benevolencia de ustedes sea un tanto favorable para las pocas palabras que voy a manifestar, teniendo en cuenta que no he tenido más educación que la que he obtenido al pie de los telares desde edad de diez años; por esto, diré probablemente un sinnúmero de absurdos, pero también diré un buen número de verdades.

La honorable Comisión a quien fue turnado este expediente para conocer el resultado de las elecciones en el 13 distrito electoral del Estado de Veracruz, no ha tomado en cuenta documentos que voy a exhibir a esta Asamblea, porque tengo la conciencia de que ella sabrá hacer justicia, y si no se me hace - porque ya tengo el antemano el deseo, probablemente muy justificado, de dar el voto en favor del dictamen -, cuando menos debe quedar escrito en el libro de la historia de este Parlamento, que un obrero vino a defenderse con verdades y no vino a defender su persona, sino a defender el sinnúmero de trabajadores a quienes representa, al sinnúmero de obreros de hilados y tejidos de aquel distrito electoral, que le hicieron favor de darle su voto.

Por este motivo y para no cansar a la Asamblea repitiendo punto por punto lo que la comisión manifiesta, solamente diré que por lo que respecta a la casilla número 11, en la que se nulificaron al señor Fernández, a la candidatura contraria, 26 votos, debo manifestar que en la 1a. y 2a. casillas de Orizaba se nulificaron a la fórmula del Partido Veracruzano del Trabajo, o sea al que me sostuvo, 27 votos, y que en la casilla 11 encontramos 70 votos que no estaban de acuerdo con las prevenciones de la ley electoral. Siento, señores que se haya roto un pacto que formamos el señor Fernández y yo en la misma Junta Computadora, en el cual nos comprometíamos uno y otro a que, a partir de esa casilla, no se nulificaría un solo voto blanco que viniera en alguna de las boletas. Roto el pacto, no puedo justificar mi dicho, pero es la verdad, sin que tenga absolutamente ningún deseo de impresionar a esta Asamblea porque, por lo demás, me considero incapaz de lograrlo; digo ese fue el convenio al que se llegó y por eso son aquellos 26 votos, habiéndose nulificado 27 con anterioridad. Posteriormente en la casilla 13 encontramos al señor Fernández 60 boletas blancas y , sin embargo, nosotros, de acuerdo con el compromiso anterior, tuvimos que aceptarlas, para que aquí la Comisión respectiva fuera la única que pudiera declarar si esos votos eran válidos o no. Por lo que respecta a la 3a. casilla de Santa Rosa, en

que la Comisión nulifica toda la votación, porque indiscutiblemente es la casilla que me da el triunfo de una manera completamente legal, dice que el presidente de dicha casilla preguntaba a los votantes qué color era el que querían, el que deseaban. Es verdad, la Ley Electoral habla de que no debe preguntar el presidente, pero yo no recuerdo, ni consta en ningún documento el que aquel presidente de aquella casilla electoral haya preguntado a los votantes por que distintivo iban a votar; si así hubiera sido, está bien que la Ley Electoral faculte probablemente a la Comisión para nulificar ese número de votos; pero si así hubiera sido, no eran tan inocentes los votantes para decir: voy a votar forzosamente por el rojo y negro, que fue el distintivo que tuvo el Partido Veracruzano del Trabajo. Ahora bien, la Comisión nulifica esos votos y no toma en cuenta lo que yo pudiera decir, porque señores, no estaba aquí, anoche apenas llegué de estar desempeñando una comisión de los trabajadores, y por eso es que no tuve la oportunidad en su debido tiempo de presentar documentos que vinieran a esclarecer la elección y que vinieran a poner los puntos sobres las és de la verdad que hubo en las elecciones de Orizaba; pero para justificar a ustedes hasta dónde llegó el triunfo nuestro y la maniobra del Partido Ferrocarrilero para obtener el triunfo del señor Fernández, debo deciros que en la única casilla que se instaló en un pueblo inmediato a Santa Rosa, o sea la municipalidad de Soledad, perteneciente al 13 distrito, allí por un descuido del Partido Veracruzano del Trabajo no se enviaron representantes y como no tuvo representantes el Partido Veracruzano del Trabajo, al siguiente día de haber sido las elecciones tuvimos conocimiento, por personas del propio pueblo, de que allí no había habido prácticamente elecciones; que los señores partidarios del riel habían ido a formar, a constituir la casilla electoral y ellos habían sido los que en un momento habían formado padrones, etcétera, como puedo demostrarlo con un acta notarial que fuimos a levantar al lugar de los acontecimientos, en donde vecinos del pueblo manifiestan lo que dije. (Siseos en las galerías.)

¡De allí el contrincante mío se trajo 236 votos y el que había solamente obtuvo 2 en ese pueblo de indígenas, donde los trabajadores están afines con el Partido Veracruzano del Trabajo! Es un pueblo donde jamás han oído la palabra de un partidario del "Riel" y en donde era natural que los sufragios fueran a favor del Partido Veracruzano del Trabajo. (Siseos en las galerías.) Sin embargo, habiendo ido a hacer esta maniobra, fue cómo obtuvieron 236 votos en contra de 2 que solamente trajeron a favor mío. Dejo este asunto a la consideración de ustedes, antes que se lea este documento.

- El C. secretario Gandarilla, leyendo:

Al margen una estampilla de cincuenta centavos, cancelada con un sello que dice:

"Manuel Montiel y Cámara.- Notario Público.- Orizaba.

"En la cabecera municipal de Soledad, perteneciente al Distrito Judicial de Orizaba, a las doce meridiano, del día cuatro de julio de mil novecientos veintidós, constituido el subscripto notario público, en las casas consistoriales del Municipio Libre de este lugar, Soledad, del ciudadano Aurelio T. Pérez, con el objeto de llevar a cabo diligencia en el orden político, el expresado señor Aurelio T. Pérez, ante el club "Benito Juárez", que preside el ciudadano Miguel Antonio, que se halla presente, como los demás ciudadanos cuyos nombres serán listados, y hallándose también presente el ciudadano secretario del expresado club, ciudadano Mariano Aurelio García, dijo: que, en vista de una carta subscripta por el señor Mariano Aurelio García, la cuál carta se agregará al apéndice de este Protocolo, desde luego, protesta enérgicamente contra todos y cada uno de los actos llevados a cabo en las elecciones de este lugar, relativas a senadores y diputados por estar viciadas de toda ilegalidad conforme a las leyes relativas, y se reserva a su partido todos cuantos derechos y acciones competen, en el orden político civil y penal si fuese necesario. El expresado señor Aurelio T. Pérez, manifestó también que por no haber habido convocatoria para las elecciones de que se viene hablando, tampoco se hizo el registro de las respectivas candidaturas, y conforme a la ley no fue posible cumplir con la misma, por no haber existido, no existir aún autoridades competentes.

El ciudadano Melquiades Olaya, que trabaja en el corredor del Palacio Municipal, en su caracter de carrocero, dice: que el domingo próximo pasado llegaron aquí representantes de los partidos contrarios al distintivo del Arado, rojo y negro, y con festinación y exigencia, como cuatro o cinco veces al ciudadano presidente municipal de este lugar, instalaron ellos mismos, sin presencia de ningún instalador, la casilla, dada a los ciudadanos que se presentaban a votar, solamente boletas del riel, del círculo rojo, del tricolor de Francisco Tejada Llorca y Enrique L. Soto, diciendo que las boletas del arado no podían ser repartidas porque no estaban presentes los representantes del partido. Desde luego y por esta circunstancia, obligaron indirectamente a los ciudadanos que estaban presentes a votar por el distintivo que a ellos convenía, violando así la libertad del sufragio, y como las boletas y credenciales no estaban selladas ni numeradas por el honorable Ayuntamiento, cuál debían estarlo, ellos mismos se tomaron la libertad de hacerlo, diciéndole al ciudadano presidente, que les facilitara el sello del municipio para que ellos hicieran sus trabajos y que cuando terminaran que se fuera con ellos para que le dieran su propina, y el ciudadano presidente municipal, no previendo que incurría en una falta conforme a los requisitos de la ley, se los dejó a su disposición, habiendo aceptado la oferta de la propina, tomando licor con ellos hasta quedar incapacitado. esta acta se levanta a solicitud de los vecinos que no estuvieron conformes con los procedimientos políticos antes mencionados; firmando los que saben hacerlo; siendo testigos los señores Hermenegildo Francisco y José María Argüelles, vecinos de esta jurisdicción, mayores de edad, mexicanos, capaces a quienes conozco, por ante mí previa lectura y ratificación.- Melquiades Olaya.- Aurelio T. Pérez.- Mariano Aurelio García.- Miguel Antonio.- Estuvieron presentes a este acto, además de los firmados, los ciudadanos José Antonio Argüelles, Pedro de la Cruz, Cristóbal de Santiago,

Francisco Hermenegildo, Miguel Francisco, Domingo Velásquez, Crisóstomo Hernández, Salvador Antonio, otro Francisco Hermenegildo, Manuel Argüelles, Bernardino Pérez, Pedro Laureano, Camilo Rojas, Manuel de Jesús. Juan Apolinar, Andrés Avelino, Miguel Francisco Hernández, José Hernández, Pedro de los Santos, José Ramos, José Antonio y Francisco Hermenegildo.- Firman por ellos que manifiestan no saber hacerlo, el ya expresado ciudadano Mariano Aurelio García.- Rúbrica.

"Es copia de su original.- Orizaba, a cinco de julio de mil novecientos veintidós.- M. Montiel y Cámara."

Un sello que dice: "Manuel Montiel y Cámara.- Notario Público.- República Mexicana.- Estado de Veracruz Llave."

El C. Martínez Eulalio: Como habrán escuchado los señores diputados, este documento por sí solo manifiesta que en el pueblo de Soledad prácticamente quien hizo las elecciones fue el partido del "riel". Sin embargo, la Junta Computadora, al hacer el recuento en Orizaba, sacó una mayoría de 90 votos en favor del Partido Veracruzano del Trabajo, por 90 votos menos del partido del "riel". En esta última casilla, la de Soledad, se hizo constar en el acta, y creo que los señores de la Comisión no lo habrán olvidado, que los miembros de la Mesa no sabían leer ni escribir. ¿Cómo, entonces, se aceptó la votación de este pueblo, en donde prácticamente hizo las elecciones sólo un partido que está en pugna completa con la ley, y en cambio se pretende nulificar la elección de la 3a. casilla de Santa Rosa? Orizaba es un distrito eminentemente fabril, en donde los trabajadores de hilados y tejidos son los que forman la mayoría de aquel pueblo; yo fui el candidato de ellos, y esa fue la circunstancia por la que triunfé. Para terminar, debo manifestar que dejo esto a la consideración de la honorable Asamblea y, además, debo decir que el que habla, obrero como siempre, trabajador de una de las fábricas de Orizaba, regresará, si aquí no se le hace justicia, muy conforme a su distrito. Yo no soy de los que se decepcionan por una derrota en la lucha, pues estoy acostumbrado a luchar desde 1907, cuando la matanza de obreros por Porfirio Díaz en Río Blanco.

Niño todavía, todavía pequeño, me acuerdo que luché en favor de mis compañeros, y ahora, señores, seguiré luchando, mi vida ha sido siempre de estar cerca de los míos y no me importa que ahora sea desechado de aquí, si sé que el campo de acción de los trabajadores es muy grande. No solamente en el Parlamento se lucha... (Siseos.) al Parlamento hemos venido porque la mayoría de los trabajadores así lo ha deseado; pero si este Parlamento no acepta a un obrero, si este Parlamento rechaza a un representante de la clase trabajadora, yo me iré a seguir luchando con los míos; no soy de los que claudican, señores diputados; al contrario, esto me sirve de experiencia, esto me sirve para rebelarme, para seguir más en la brega en pro de los de mi clase; allí está mi acción, sino me aceptan como colaborador dentro de esta Cámara.

(Aplausos. Siseos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Altamirano.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Señores diputados y presuntos diputados: Un verdadero placer es para mi encontrarme en este debate frente al señor Eulalio Martínez, con quien ya he tenido oportunidad de encontrarme en algunos otros lugares, y digo que siento placer, porque quiero demostrarle al señor Eulalio Martínez, que alguna vez en un comité de la ciudad de Jalapa habló de políticos de mala ley, y le demostré que yo era uno de los políticos de buena ley; quiero demostrarle que no es cierta la popularidad de que el hace alarde y que dice tener en la región fabril de Orizaba; y para demostrárselo, le voy a hacer - porque creo tener derecho a ello - tres preguntas. La primera que le voy a hacer, con permiso de la Presidencia, es esta: Dígame el señor Eulalio Martínez si no es cierto que el presidente municipal de la ciudad de Orizaba es el señor don Martín Torres, medio hermano de él. Tenga la bondad de contestar.

El C. Martínez Eulalio: Antes. ¿tuviera usted la bondad de decirme qué es "medio hermano"?, porque yo no sé qué cosa es, ni he visto en el diccionario todavía la palabra "medio hermano". (Risas.)

El C. Altamirano Manlio Fabio: Entonces se lo voy a explicar: Que el presidente municipal de Orizaba tiene un parentesco con usted. por ser hermano de padre o de madre únicamente. Eso es lo que pregunto.

El C. Martínez Eulalio: Lo ignoro, señor. (Voces: ¡Ah!)

El C. Altamirano Manlio Fabio: ¿Ah, no sabe usted?

El C. Martínez Eulalio: No, señor. (Voces: ¡Ah! ¡Ah!)

El C. Altamirano Manlio Fabio: Segunda pregunta: Tenga la bondad el señor Eulalio Martínez de decirme, si no es cierto que la votación de Río Blanco, en la primera casilla, fue de ciento treinta y ocho votos el riel, por ciento treinta y nueve el arado, de usted.

El C. Martínez Eulalio: ¡Sí!

El C. Altamirano Manlio Fabio: Están los escrutinios.

El C. Martínez Eulalio: ¿Me permite, señor presidente? En la 1a. casilla de Río Blanco, como en la 7a. casilla de Orizaba, que es el Teatro Llave, el centro de la población - si usted no lo sabe se lo voy a decir -.

El C. Altamirano Manlio Fabio, interrumpiendo: ¡Sí lo sé!

El C. Martínez Eulalio, continuando: ...allí es adonde vota la reacción, adonde votan los enemigos de los trabajadores. En la 1a. casilla de Río Blanco votan todos los empleados de las fábricas y los amigos de los capitalistas.

El C. Altamirano Manlio Fabio: En la 1a. casilla de Río Blanco, como ustedes saben, los que conozcan aquella región, tiene que votar en su inmensa mayoría obreros, porque es un centro netamente obrero el de Río Blanco; y allí donde ha trabajado el señor Martínez, donde tiene sentados sus reales, donde él es el que manda. porque según el alarde de popularidad que hace él. es ser líder de los obreros; ¿cómo se explican, ustedes que en el propio centro de él, haya ganado el arado, su

partido, con un solo voto? De modo que ya ve el señor Martínez cómo es tan grande la popularidad de que el hace alarde en esta Asamblea. Sólo quiero demostrar al señor Eulalio Martínez que ha incurrido en algunas falsedades con respecto a las casillas que impugna. Existe en nuestro poder un certificado expedido por el presidente de la 3a. casilla de Santa Rosa, en que se dice terminantemente que era requerido por los votantes y que él personalmente preguntaba a los votantes la boleta que deseaban, entregándoselas y ellos devolviéndoselas. Firma este presidente de casilla. De modo que si en el momento de ir a votar preguntaba el presidente a los votantes cuál era el color que querían estaba violando el secreto del voto, y más aun, como el presidente de la casilla era partidario del arado, es indudable que el señor presidente de la casilla con este sistema influyó grandemente para que la votación fuera en favor de usted, y estas son las razones que ha tenido la Comisión, y muy fundadas, para nulificar esta casilla. Creo que existiendo este certificado, está en su perfecto derecho la Comisión para nulificar esta votación. (Aplausos.)

Con respecto a la casilla de Soledad, el señor Eulalio Martínez dice que allí los del Riel, los del Gran Partido Ferrocarrilero fueron a hacer las elecciones a su sabor, y nos trae una acta notarial, cuya validez, mejor dicho cuya veracidad yo podría discutir victoriosamente, pero no quiero discutirla. Hacer una acta de esa clase, nos es absolutamente fácil a cualquiera de nosotros, y quiero decirle al señor Martínez que si desea revisar el expediente de Soledad, se convencerá de que el presidente de la casilla es mentira que no sepa firmar, como usted dice. En el padrón, en todas las actas está la firma de Abundio Domínguez, firma que vio la Comisión, y por eso no nulificó esa casilla. No voy a seguir tratando esos puntos, porque la defensa del señor Eulalio Martínez ha sido tan débil, que no puedo yo proceder de una manera suficientemente enérgica en la defensa de este dictamen. Estoy dispuesto a venir todas las veces que sea necesario seguir probando al señor Eulalio Martínez que no es cierta la popularidad de que él hace alarde, que es mentira que todos los obreros fabriles unánimemente estén con él, y le voy a dar la razón de por que ni los obreros fabriles en su mayoría, ni los obreros ferrocarrileros pueden estar con usted, y si su memoria. señor Eulalio Martínez no le es infiel, usted debe recordar los hechos que no son de muy lejana fecha. Ustedes saben, señores diputados y presuntos diputados, que en muy reciente fecha la República fue conmovida por una gran huelga de ferrocarrileros. (Aplausos en las galerías.) ¿por qué fue conmovida ? Porque sabemos nosotros que el gremio ferrocarrilero, compuesto indudablemente también por obreros, es capaz en un momento dado, de paralizar todas las actividades de la República; por eso es que fuimos conmovidos al saber que se decretaba una huelga de ferrocarrileros, indudablemente que los ferrocarrileros, al decretar su huelga, estaban de acuerdo con todos los sindicatos y con todas las asociaciones obreras organizadas. Entre los representativos de esas organizaciones, mejor dicho, de la más importante de ellas, la Confederación Regional Obrera Mexicana, estaba el señor Martínez. El señor Eulalio Martínez - como le consta a la ciudad de México, como le consta quizá al compañero Manrique, que intervino directamente en aquellas pláticas de una manera interesante - dijo a los ferrocarrileros: "Compañeros: nosotros, los de la Confederación Regional Obrera Mexicana, los vamos a apoyar con todas nuestras fuerzas, indudablemente que vamos a girar telegramas a todas nuestras dependencias para que paralicen las actividades fabriles en toda la República."

Con este empuje, con esta ayuda, con esta fraternidad se sintieron, seguramente, más fuertes los ferrocarrileros y se sintieron también halagados, porque sabían que su movimiento, bajo aquellos auspicios, iba, indudablemente a obtener un sonado triunfo en la República, triunfo que nos hubiera halagado a todos los que estamos pendientes del movimiento obrero y social no sólo en México, sino en todo el mundo. ¿Qué pasó? Paso lo siguiente: que en el momento de los hechos, el señor Martínez, de acuerdo con los directores de la Confederación Regional Mexicana, en lugar de apoyar la huelga ferrocarrilera cuando ya estaba en vías de acción, giraron órdenes, inclusive a Orizaba, para que no se llevara a cabo el movimiento huelguístico. Ya ve usted por qué los obreros ferrocarrileros y los obreros fabriles no le tienen confianza. (Aplausos en las galerías.)

El C. presidente: tiene la palabra en contra el ciudadano José F. Gutiérrez

El C. Gutiérrez José F.: Señores diputados y presuntos diputados: He querido tomar participación en este debate en contra del dictamen a discusión, porque realmente me sorprende que la Comisión haya tenido un criterio tan estrecho para dejarse sorprender por las maquinaciones del señor Guillermo Fernández. (Siseos en las galerías.) Y voy a explicar detenidamente cada uno de los puntos objetables del dictamen, desde el punto de vista legal y a la vez, también, desde el punto de vista moral, rectificando las aseveraciones de mi estimado camarada Manlio Fabio Altamirano. Este compañero, que desconoce en lo absoluto el fondo de la cuestión social, que nunca ha estado dentro del corazón de los trabajadores, que no sabe la forma en que están organizadas las sociedades de resistencia y que, por lo tanto, no puede hablar de ellas, no está capacitado para venir a abordar un problema como el de la huelga de ferrocarrileros, en que yo tomé parte activa (Siseos.) como representante de la Confederación Regional Obrera Mexicana. El señor Manlio Fabio Altamirano desconoce el proceso seguido durante esa huelga y solamente su imaginación se ha dejado sugestionar por los embustes de algunos enemigos de la Confederación Regional Obrera Mexicana que, desgraciadamente para el honorable gremio de ferrocarrileros, tiene en su seno. (Voces: ¡Ah!) El dictamen manifiesta que por lo que se refiere a la 4a. casilla, instalada en el Colegio Hidalgo, de Orizaba, al abrir la Junta Computadora el paquete, se encontró con que estaba en perfecto orden y que no había motivo para nulificar un solo voto, y es menester que la Comisión manifieste un poco más de cuidado, para hacer honor a su prestigio, (Siseos.)

para que se pueda establecer en los anales parlamentarios, que se tiene una minuciosidad escrupulosa en el registro de credenciales para saber impartir amplia justicia a quien corresponda. Si yo comprendiera que efectivamente, el camarada Manlio Fabio Altamirano, que carece de popularidad en el 13 distrito del Estado de Veracruz, pueden tener ustedes la absoluta seguridad, señores diputados y presuntos diputados, de que no hubiera venido nunca a esta tribuna para impugnar ese dictamen, porque si algo fortalece nuestras luchas, es la sinceridad y la honradez con que siempre procedemos en nuestros actos. (Siseos. Aplausos en las galerías.)

En la casilla numero 4, instalada en el Colegio Hidalgo, de Orizaba, al abrirse la Junta Computadora se encontró que el ánfora que contenía los sufragios emitidos el día de la elección, había sido abierta, para arreglar la elección en favor del señor Fernández. (Voces en las galerías: ¡Ah! ¡Ah!) De este incidente se levantó una acta notarial, que consta en el expediente que obra en poder de la Comisión encargada de revisarlo. Si, pues hay una justificación plena de que en la casilla número 4 se procedió en esta forma fraudulenta y violando el voto popular y se ha certificado con una acta notarial que hace prueba plena en el expediente que tuvo a revisión la Comisión dictaminadora, no entiendo yo porque razón la Comisión no se sirvió tener en cuenta esa acta notarial para nulificar la elección de esa casilla. (Voces: ¡Ah! ¿Cuál es el criterio que va a normar a las comisiones en la revisión de expedientes? El camarada Roque González Garza, en sesiones anteriores, manifestaba que en todos sus actos había procedido como revolucionario, con estos dos criterios únicamente: con el criterio legal y en seguida con el criterio moral que debe normar en los actos de todo hombre honrado, y en el presente caso no he visto asomar por ninguno de los lados en la Comisión Revisora de expedientes, ese criterio moral a que hacía alusión el referido camarada González Garza. (Siseos en las galerías. Campanilla.)

Por lo que se refiere a la casilla 11 de Orizaba, se encontró al hacerse el recuento de los votos emitidos que se tenían anotados en el cómputo, 370 votos en favor del ciudadano Fernández; pero al hacerse el recuento en la Junta Computadora, se encontró con que no había tales 370 votos en favor del candidato Fernández, sino que solamente existían 344 votos, habiéndose descontado de esa casilla los 27. Y aquí, señores, entra el punto trascendental que ni debe perderse de vista. Los trabajadores poco acostumbrados a las luchas políticas, por la falta de preparación, por la falta de conocimientos, si ustedes quieren hasta por carencia de inteligencia de que adolecemos en su gran mayoría los elementos trabajadores, porque no hemos podido disponer del tiempo necesario para ir a abrevar en las aulas todas las ciencias, y especialmente, como en este asunto, la ciencia política, era imposible que en camarada Martínez, un humilde trabajador, un hombre que ha vivido de su trabajo toda la vida desde su más tierna infancia pudiera tener muy presente que un convenio ciertamente ilegal podría dar el triunfo a su contrincante . (Voces: ¡Ah! ¡Ah!) De allí que al hacerse ... (Siseos en las galerías.) á acabaré señores de las galerías. (Desorden en las galerías.) De allí que al hacerse el cómputo en la 13 casilla del cantón de Orizaba se encontró con que también en una de las ánforas que contenía votos en favor del ciudadano Martínez había una cantidad también de esas boletas que deben nulificarse en todas las elecciones; pero como antes se había aceptado el procedimiento de descontar las boletas del señor Fernández y negándose de manera terminante a aceptar que de esa casilla se nulificara los 70 votos que obraban en su poder de manera ilegal, se aceptó entonces descontar solamente los 27 que antes le habían sido descontados a Fernández, para así dejar los otros en favor de Martínez, y así, señores, si todos estos datos quizá no se han tenido en cuenta por la Comisión Revisora de este expediente, de todos estos documentos, que quizá no se han tomado la molestia los señores de la Comisión de revisar detenida y detalladamente (Siseos.) y apartándose en todos los perjuicios del partido y solamente con el criterio amplio de hacer justicia a secas, no veo entonces la razón de por qué se quiera...

El C. secretario Gandarilla, interrumpiendo: Se suplica a las galerías no interrumpan al orador. (Campanilla.)

El C. Gutiérrez José F., continuando: No vemos la razón entonces de por qué se haya querido hacer el dictamen en sentido aprobatorio para el señor Fernández. Si hemos venido hasta el Parlamento, señores, en defensa de los intereses de la colectividad; hemos venido hasta el Parlamento en defensa de los intereses del pueblo, no creo yo que sea razonable ni lógico el que se desatienda toda aquella documentación, aprovechándose de la ausencia del camarada Martínez, que estaba entregado por completo al desempeño de una comisión conferida por los trabajadores de ese distrito. (Voces: ¡Ah! ¡Ah!) Y aquí es donde debe aprobarse por qué el ciudadano Martínez tiene popularidad en su distrito: Sencillamente, señores, porque es un elemento bastante conocido; sencillamente porque es honrado porque su honradez lo pone a cubierto de cualquiera sospecha o de cualquiera maquinación en contra de los intereses de los trabajadores. ¿O es lógico suponer una colectividad de quince mil o más trabajadores que componen el distrito de Orizaba, pueda dar una comisión tan importante como la que acaba de desempeñar el ciudadano Martínez, a un elemento en que no tuviera confianza?

El C. Altamirano Manlio Fabio, interrumpiendo: ¿Cuál fue?

El C. Gutiérrez José F; continuando: Los trabajadores, ya cuando están cansados de que les engañe, como se les ha engañado por muchos embaucadores, no pueden hacer confianza en aquellos elementos que no están perfectamente identificados como sus tendencias. Hay otro hecho que demuestra desde luego por qué la elección ha sido en favor del compañero Martínez y por qué el deseo de venir a hablar en contra del dictamen producido por la Comisión que se encargó de revisar el expediente. Se ha presentado un acta notarial, y aunque el señor Altamirano no quiere hacerse eco de esa

acta debidamente certificada y dice que ésta nada prueba, yo creo que un trabajador que hace sacrificios para poder costearla, es porque tiene la confianza y la conciencia de que no envuelve una falsedad. El camarada Martínez, haciendo los sacrificios correspondientes a su exiguo salario, con sus condiciones económicas verdaderamente mezquinas, ha tenido necesidad de ver a un notario público que fuera a certificar que efectivamente, la nulidad de las elecciones en el pueblo de Soledad era un hecho; y es claro que solamente teniendo la conciencia segura de lo que se hacía, podía haberse impuesto ese sacrificio para conseguir esa acta notarial. ¿Qué, acaso no es un documento de importancia aquél que prueba que se hizo uso del soborno y el cohecho con el presidente municipal de Soledad para hacer que las boletas sólo se entregarán si pertenecían a la fórmula contraria a la candidatura Martínez - Galindo? Acaso no hace prueba plena en el expediente el que un notario certifique que el presidente municipal fue sobornado por el candidato Fernández en contra del candidato Martínez? (Siseos.) ¡Si en la misma acta notarial se hace constar no solamente que el presidente no entregó las boletas de la candidatura Martínez, si no que hubo más, aceptó la propina que se le ofreció, quizá por su crasa ignorancia, quizá por su falta de inteligencia y por su desconocimiento de la ley, y llegó hasta a irse, abandonando sus obligaciones como presidente municipal, a embriagar junto con los contrincantes del ciudadano Martínez! (Siseos) Si esto no hace prueba plena, si no es una demostración palpable de que aquí venimos solamente a defender la verdad y la legalidad de la elección en favor del ciudadano Martínez, señores diputados y presuntos diputados , entonces yo no sé en que forma vamos a impartir justicia, desechando todas aquellas pruebas que se nos presenten. (Voces: ¡Ya! ¡Ya!) Otro punto que citaba el ciudadano Manlio Fabio Altamirano:- se refirió a la casilla número 1 de Río Blanco -. El ciudadano Manlio Fabio Altamirano, yo no quiero suponer que por mala fe, no quiero suponer que por inquina en contra del compañero Martínez, que en algunas ocasiones se ha encontrado frente a frente impugnando las ideas del ciudadano Altamirano, no quiero creer que esto haya hecho eco en su conciencia para torcer su criterio y decir que en Río Blanco en la casilla número 1 solamente van a votar los trabajadores. ¡Mentira, señores! En el distrito de Río Blanco se instalan 6 casillas y en la casilla número 1 es precisamente adonde corresponde votar a toda la empleomanía de las fábricas, a todos los capitalistas y a todos los enemigos de los trabajadores. (Voces: ¿Ah! ¿Ah!)

En cambio, ¿Por qué no se ha referido el ciudadano Altamirano a las cinco casillas restantes de Río Blanco? Porque sabe el ciudadano Manlio Fabio Altamirano - ya que es del Estado y debe conocer su situación perfectamente - que en las 5 casillas restantes la mayoría aplastante dio el triunfo al ciudadano Martínez. Allí fueron los desarrapados, allí fueron los famélicos de justicia a depositar su voto, llevando la esperanza fija en el candidato Martínez, para que viniera al Parlamento a defender los intereses de la clase trabajadora. Claro está, señores, ¿Cómo va a hacerse eco de esto el ciudadano Manlio Fabio Altamirano, que en algunas ocasiones ha tenido que contender con el ciudadano Martínez por diferencias de criterio, por diferencias precisamente originadas por ese desconocimiento que tiene el ciudadano Altamirano de la cuestión social? (Voces en las galerías: ¡Ah! ¡Ah! Siseos. Aplausos.) Para que se vea hasta dónde desconoce el ciudadano Manlio Fabio Altamirano el fondo del asunto, ya que incidentalmente al hablar en apoyo del dictamen ha hecho referencia a la huelga de ferrocarrileros, voy a decir a ustedes en qué forma se solucionó esa huelga. (Voces en las galerías: ¡No! ¡No! Desorden Campanilla.) No son ustedes los que me van a callar. (Risas. Siseos.) La huelga de ferrocarrileros, señores diputados y presuntos diputados,....

- El C. secretario Gandarilla, interrumpiendo:

La presidencia, por conducto de la Secretaría, pide a las galerías se abstenga de intervenir en el debate. Tienen obligación de escuchar a los oradores.

El C. Gutiérrez José F., continuando: La huelga de ferrocarrileros, señores diputados y presuntos diputados, tuvo este proceso: cuando los compañeros ferrocarrileros, cuando la sociedad gremial de ferrocarrileros se lanzó a la huelga, la Confederación Regional Obrera Mexicana, como lo dijo el ciudadano Altamirano, ofreció su apoyo a los trabajadores de los ferrocarriles , y la contestación del comité de huelga fue esta: "Nosotros aceptamos el ofrecimiento que se nos hace, pero aplazamos poner en práctica el movimiento hasta que lo creamos conveniente". Así las cosas, ellos siguieron desarrollando sus gestiones para resolver el conflicto, sin resultados satisfactorios, porque es menester que lo diga muy claro en este recinto, ya que se ha querido por este medio encauzar la opinión de la asamblea en contra del candidato Martínez; ya que se ha querido con un velo hacer que las suspicacias de los elementos que desconocen el movimiento de ferrocarriles se truequen en una manifestación hostil en contra del camarada Martínez. Como ellos no obtuvieron resultado en sus gestiones, porque está probado con documentos que el ciudadano presidente de la República enseñó a la Comisión que fue a entrevistarlo que la huelga tenía un fondo político que encabezaba el ciudadano Pascual Ortiz Rubio,....

El C. Rodríguez Guillermo: ¡No es verdad!

El C. Gutiérrez José F.: Los documentos que el ciudadano presidente de la República nos mostró en chapultepec en presencia del señor Vanegas, presidente de los ferrocarrileros, de Rodríguez y Faz, no dejan lugar a dudas de que había un fondo político en contra del Gobierno del general Obregón..... (Voces: ¡Pruebas! ¡Pruebas!)

El C. León: En contra de las conferencias de Nueva York, aunque no quieran.

El C. Gutiérrez José F.: Sí señor. El ciudadano León es testigo de la maniobra que había allí en el fondo; el ciudadano León es uno de los que en esos momentos estaba muy constantemente cerca del presidente y pudo darse cuenta de esa maniobra, y que cualquiera que diga que no es cierto, podemos recurrir con el respeto que se merece la Presidencia a solicitar todo el expediente de esa

huelga. Yo no digo ni inculpo al elemento ferrocarrilero que haya sido en masa el causante de ese desastre, no, señores; pero entre los directores de los ferrocarrileros, aquellos que después tronaron en contra de la Confederación Regional Obrera Mexicana, fueron los que vendieron el movimiento ferrocarrilero. (Voces: ¡No es cierto!) Con esto, señores, habiendo solicitado nosotros una entrevista con el ciudadano Presidente de la República para mediar en el Conflicto de los ferrocarrileros, nos decía estas palabras: "Con ustedes puedo tratar, porque sé que son personas si no inteligentes, cuando menos sensatas y pueden darse cuenta de lo que hay en el fondo". Y le hicimos ver que era necesario que fuera el comité de huelga de los ferrocarrileros que ahora sisean para que se diera cuenta exacta de lo que había en el fondo, y contra la opinión del presidente de la República que no quería tratar con ellos, abusando de la confianza que nos dispensó en ese asunto, llevamos hasta el Castillo de Chapultepec al Comité de huelga en masa y ahí, delante de ellos, nos ha presentado documentos donde se comprobaba que algunos elementos del comité habían recibido dinero de Pascual Ortiz Rubio para agitar ese movimiento de ferrocarrileros. (Aplausos. Siseos. Gritos: ¡Huy! ¡Huy!) Cuando la Confederación Regional Obrera Mexicana, de quien entonces era secretario general el compañero Martínez, se dio cuenta del fondo del asunto, no pudo menos, con toda la entereza que nos caracteriza, sin embagues y sin tapujos, que ordenar a la colectividad que no fueran a un paro que entrañaba una maniobra política. Más tarde siguieron desarrollándose esas conferencias en torno del señor Adolfo de la Huerta y del general Plutarco Elías Calles, y tanto el general Calles, que ya conocía el asunto del movimiento, el fondo del movimiento, como el señor de la Huerta, se negaban a tratar, rotundamente, con los ferrocarrileros. Sin embargo, la acción del compañero Martínez, su carácter tenaz y constante en defensa de los intereses de los trabajadores, hizo al fin que el ciudadano general Plutarco Elías Calles y el señor de la Huerta, a quién ya habían pasado los ferrocarriles, se decidieran a tratar con el comité de huelga de los ferrocarrileros y, señores, aquí es precisamente donde entra la maquinación de los enemigos del camarada Martínez, aquí es precisamente donde de una manera velada el compañero Manlio Fabio Altamirano, a quien no quiero tachar de enemigo irreconciliable de Martínez, a quien no quiero tachar de mala fe, deja entrever, para que se despierte la suspicacia en torno de las conciencias de los ciudadanos diputados y presuntos diputados que me escuchan. Llegamos a la conclusión con el ciudadano Adolfo de la Huerta de que absolutamente todos, sin excepción, de los ferrocarrileros, serían repuestos en sus lugares con el compromiso solemne de parte del comité de huelga de ustedes que ahora sisean, con el compromiso solemne de guardar absoluta reserva sobre la forma en que se iba a solucionar el conflicto y nosotros, conocedores de que los ferrocarrileros irían a un fracaso si no transábamos en la forma en que lo habían hecho, aceptamos también callar, sin decir una sola palabra de la forma en que se resolvió el conflicto. El ciudadano De la Huerta ofreció al Comité de ferrocarrileros que durante todo el tiempo que estuvieran sin trabajo serían indemnizados con trescientos pesos mensuales mientras se buscaba la manera de echar fuera a los rompehuelgas y que inmediatamente volverían a trabajar todos los del departamento de vía, y así como se planteó se hizo, y el mismo Comité de huelga ferrocarrilero, en la Secretaría del general Calles, con el propio teléfono de la Secretaría, se dirigió a todas las agrupaciones pidiendo que volvieran al trabajo Claro está, señores, que nosotros a la conocer la determinación que por solidaridad habían tomado los compañeros del Cantón de Orizaba, y conociendo cuál era el fondo verdadero de este incidente, tuvimos necesidad de recurrir a los compañeros de Orizaba diciéndoles que suspendieran la huelga que ya habían decretado como una demostración de que efectivamente la Confederación Regional Obrera Mexicana estaba dispuesta a ayudar moral y materialmente en el sentido que lo exigieran las circunstancias a los camaradas ferrocarrileros; pero que no se quiera hacer de este asunto, que el compañero Altamirano desconoce, una arma política que se esgrima en contra de la candidatura Martínez. Ya ve el compañero Altamirano cómo desconoce la cuestión social y no sabe como se desarrollan los movimientos y cómo esto no puede ser argumento para decir de la legalidad de la elección del camarada Martínez. (Siseos.)

Sí, señores, porque si no es bastante el acta que se ha leído por la Secretaría, probando que la elección del pueblo de Soledad debe declararse nula y que la honorable Comisión Revisora del expediente no ha tenido en cuenta, aquí está la copia del acta, certificada también, del presidente de la Junta Computadora; aquí está donde se prueba de manera eficiente que no es exacto, como se afirma en el dictamen, que el ciudadano Fernández haya obtenido una cantidad superior de votos a la del ciudadano Martínez. Dice:

"Sin embargo, computando los votos de la 4a. casilla de Orizaba, los de la 13 casilla del mismo lugar, y los del pueblo de Soledad, cuya cantidad fue 236 votos para el señor Fernández y 2 votos para el señor Martínez, todavía el candidato Martínez obtuvo 4,048 contra 3,960 votos que obtuvo el candidato Fernández." (Voces: ¡Ah! ¡Ah!) Y, señores, si con toda esta documentación, si con todos estos hechos relatados y certificados por una autoridad - porque mal que pese al ciudadano Altamirano, un notario público está facultado para cerciorarse de los hechos y dar fe en ellos en una acta notarial -, no hacen prueba plena para que la Comisión modifique su criterio, entonces, camaradas, yo no sé a qué parte vamos a llegar con estos procedimientos. Si aprovechándose de la ausencia del compañero Martínez, que estaba en el desempeño de una comisión conferida por los trabajadores, se da oído....

El C. Altamirano: Política.

El C. Gutiérrez José F.: No, señor, no política, social, eminentemente social. (Voces: ¡Huy! ¡Huy!) Sí, señores; si aprovechándose de la ausencia del compañero Martínez, el señor Fernández se ha llegado hasta la Comisión con el canto de la sirena a hacer torcer su criterio y a presentar pruebas falsas; si la Comisión no ha querido escuchar o si no ha querido tomar en cuenta las pruebas

presentadas por el camarada Martínez, entonces, señores, podemos decir que sentando este precedente como los que anteriormente se han sentado en dictámenes pasados, seguramente que será el cuchillo que nosotros mismos clavemos en el corazón de nuestra incipiente democracia nacional. (Aplausos. Siseos. Voces: ¡Huy! ¡Huy!)

El C. Altamirano Manlio Fabio: Señor presidente, con permiso del orador que sigue inscripto, pido la palabra para una aclaración brevísima.

El C. presidente: Tiene la palabra en pro del ciudadano Barón Obregón.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Sólo quiero hacer esta aclaración al compañero que acaba de hablar: que no acostumbro yo aprovechar las oportunidades, como esta, para dirimir cualquiera cuestión personal que yo tuviera con el señor Eulalio Martínez, Segundo, que el tiempo lo tenemos sobrado para demostrarle al señor Gutiérrez, si sé o no sé, si he entendido o si no he entendido la cuestión social; que en futuras discusiones lo emplazo para discutir en esta propia tribuna las cuestiones sociales; y ya veremos quién está en lo justo y quién tiene un mal criterio.

El C. Barón Obregón: Honorable Asamblea: No os extrañéis que un diputado veracruzano suceda en el uso de la palabra al compañero Manlio Fabio Altamirano, también del Estado de Veracruz, para defender este dictamen, porque precisamente son los intereses de nuestra propia casa los que vamos a defender en estos momentos. No se trata aquí de la vulgar lucha del frac contra la blusa; no se trata aquí tampoco de la vulgar lucha del capital contra el proletariado; no se trata aquí tampoco de una lucha en que un reaccionario contienda contra un revolucionario; se trata aquí justamente de dos blusas, se trata aquí de dos manos callosas que con el mismo espíritu, en la misma forma han nacido del trabajo, se trata de dos trabajadores: (Aplausos.) Guillermo Fernández y Eulalio Martínez. Guillermo Fernández, obrero del ferrocarril, y Eulalio Martínez, obrero de las fábricas. No es, pues, esa lucha titánica que hemos visto desarrollar entre dos elementos desafines, entre dos elementos que no cuentan con el mismo capital, que no están colocados en la misma balanza y que no están colocados con el fiel de la balanza en el centro; no se trata, pues, de una lucha en que un individuo esgrima para triunfar, el oro el maldito oro (Murmullos.) el oro que se usa para desarrollar intrigas; si no que se trata aquí en este caso de dos obreros que han puesto cada uno de ellos su contingente para entrar en una lucha democrática. ¿Por qué, pues, una contienda en estos momentos que parece avecinarse terrible? Aquí no vamos a esgrimir ya los argumentos gastados de los reaccionarios contra el proletariado, de los capitalistas contra el pobre; vamos a esgrimir los argumentos de los obreros contra los obreros. Y nosotros los veracruzanos necesitamos hacer precisamente hacer la defensa de este caso, porque Guillermo Fernández es un obrero veracruzano, Guillermo Fernández es un obrero nacido en la ciudad de Orizaba, y Eulalio Martínez no es un obrero veracruzano, sino un obrero del Estado de Puebla. En Orizaba, señores hay algo muy importante en la política local del Estado de Veracruz, si es muy necesario que todos vosotros conozcáis, con objeto de que os forméis cuenta cabal del fondo que entraña este problema. En Orizaba ya desde estos momentos la esfinge del futurismo, la esfinge de un futuro gobernador del Estado de Veracruz; en Orizaba, señores, la lucha en que en estos momentos está culminando en la discusión de esta credencial, ya no es la simple lucha democrática, ya no es la simple lucha de dos obreros, es ya también la lucha del futurismo. En Orizaba, señores, es donde radica uno de los líderes poderosos y fuertes del Estado de Veracruz, o por lo menos, que cree en su poder, que sueña con su poder, que es el general Heriberto Jara; en Orizaba, señores, la lucha de partidos ha tenido que ser cruel, ha tenido que ser reñida justamente porque se ha tenido que poner ya en juego el futurismo. ¿Qué es esto para nosotros los veracruzanos, señores; qué es esto para los que estamos contemplando en estos momentos un problema verdaderamente difícil en nuestro propio Estado? Pues es sencillamente el avecinamiento de una tormenta que tendrá que desencadenarse sobre el Estado de Veracruz, precisamente por las ambiciones - ambiciones no fundadas - de algunos de sus malos hijos, de algunos de los malos hijos del Estado de Veracruz. en Orizaba ha habido siempre lucha entre dos partidos el Partido Veracruzano del Trabajo y el Partido Ferrocarrilero que usa como distintivo el riel.

Esta lucha de dos partidos de obreros ha tenido sus consecuencias gravísimas en la Plubicilla; ha tenido sus consecuencias en que ha habido derramamiento de sangre, precisamente por el deseo ya manifiesto, como acabo de manifestaros, de ese futurismo que ya está ensangrentando el suelo de Veracruz. Ya desde ahora se están incubando los gobernadores futuros del Estado, ya desde ahora los partidos que están más o menos organizados en el Estado, empiezan una lucha con dos años de anticipación, que desgraciadamente tendrá que terminar en una verdadera tragedia, si es que nosotros, los que hemos venido en estos momentos con la representación del Estado a este Parlamento, no vamos a señalar o no señalamos, mejor dicho, esas lacras que necesariamente tiene que conocer el pueblo, y que es muy justo que desde ahora vaya conociendo. En Orizaba, señores, dos grupos de obreros organizados, los obreros de las fábricas y los obreros ferrocarrileros que tienen allí un verdadero centro, se disputan y se han disputado siempre el triunfo de las elecciones. En el período pasado triunfó el Riel, mandando como diputado al señor don Guillermo Rodríguez, y en esta elección el Riel nuevamente ha triunfado, como lo ha demostrado ya la Comisión hasta la sociedad, haciendo uso de los derechos que legalmente la misma ley señala justamente para aquellos casos en que tiene que conocer las elecciones al revisar los expedientes electorales. En Orizaba es donde, desgraciadamente, algunos vivos de los obreros son los que controlan aquella situación y es casi, casi, por decirlo así, Orizaba una verdadera incubadora de líderes; allí es donde viven algunos de estos vivos, del trabajo y esfuerzos de sus propios compañeros. Pues bien. señores; esa lucha que aparentemente está entre blusa y blusa ha sufrido una metamorfosis en el caso del compañero Eulalio Martínez;

ya don Eulalio Martínez no es un obrero, ni por la blusa; ya don Eulalio Martínez es ahora un verdadero líder que lleva bien puesto y con todo el corte del mejor sastre, un magnifico saco; (Siseos.) ya Eulalio Martínez no es el que tiene en sus manos los callos del trabajo; ya Eulalio Martínez no es tampoco aquel que, sudoroso, movía constantemente los talleres de las fábricas; (Siseos.) ya Eulalio Martínez no es tampoco el obrero humilde en aquella ocasión si hubiera tenido derecho de reclamar un puesto en esta honorable Asamblea. Guillermo Fernández sigue siendo el mismo obrero; Guillermo Fernández es el hombre que trae todavía en sus manos el callo de la palanca de la máquina; Guillermo Fernández sigue siendo trabajador. Si pues tenemos enfrente un dilema entre dos trabajadores, señores diputados, escojamos a aquel que mueve la palanca y no a aquel que mueve, desde la ciudad de México o desde los centros de organizaciones obreras, que mueve a las falanjes obreras (Siseos.) No hay que asustarse, señores diputados; al rechazar a un obrero no se va a rechazar a aquel hombre que, como acabo de decir, merezca estar sentado en un curul de este honorable Parlamento, porque el sudor de su frente lo ha traído al fin. No es eso, señores; ya se trata de este caso de la lucha de un líder poblano contra un obrero veracruzano; se trata de Guillermo Fernández, hijo de la ciudad de Orizaba, hijo del distrito electoral, contra Eulalio Martínez, que no es de ese distrito electoral, sino que es del Estado de Puebla. Por eso no tenemos nosotros empacho en defender el dictamen de esta comisión, por qué precisamente creemos que concediendo el triunfo a un veracruzano, se llena la justa aspiración de los demás veracruzanos. Se ha pedido aquí justicia por uno de los impugnadores del dictamen, se ha pedido justicia para un grupo de obreros. También yo en este caso demando justicia para otro grupo de obreros que, no porque estén en condiciones distintas de trabajo, dejan de ser los mismos obreros. Se trata aquí, en este caso, del grupo ferrocarrilero. (Murmullos.)

Señores diputados: No permitáis que por maniobras políticas del futurismo; no permitáis que por maniobras de uno de aquellos que pretende la gubernatura del Estado de Veracruz; no permitáis que las maniobras políticas, que esa trama de intriga que se está ya tejiendo y que está cubriendo el suelo Veracruzano, sirva en este caso para traer un elemento más que sirva justamente para ensangrentar el propio suelo del Estado de Veracruz. (Aplausos. Siseos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra del ciudadano Morones.

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra para interpelar a la Comisión y a los oradores.

El C. presidente: Está inscripto en contra él ciudadano Morones; pero si él lo permite, se concederá a usted la palabra.

El C. Morones: No tengo inconveniente.

El C. presidente: Está inscripto en contra del ciudadano Morones; pero si él lo permite, se concederá a usted la palabra.

El C. Morones: No tengo inconveniente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: mi interpelación la voy a hacer a la Comisión y a los oradores que han tomado la palabra en el debate. El debate se ha basado sobre todo, menos sobre el punto electoral, y puesto que en esta Cámara prevalece, según parece, el criterio legal, puesto que así lo ha declarado la Comisión, es necesario aclarar una serie de puntos, de hechos que no están suficientemente aclarados. Yo he visto el aspecto de esta Cámara después de cada discurso, silencioso, escéptico, dudoso, porque nadie se ha dado cuenta. En esa virtud yo pido a la Comisión y a los oradores me ilustren sobre los puntos a que van a referirse mis preguntas. Preguntaría desde luego a la Comisión esto: ¿qué fábricas comprende el distrito de Orizaba?

El C. Rodríguez Guillermo: Señor presidente: Pido la palabra.

El C. Díaz Soto y Gama: He pedido que la Comisión informe, y no he tenido respuesta alguna sobre que fábricas de hilados y tejidos comprende el distrito electoral de Orizaba.

El C. Ramírez Francisco Modesto: No está dividido por fábricas sino que está dividido en un solo municipio, que está dividido en diez y ocho casillas.(Aplausos.)

El C. Díaz Soto y Gama: Puesto que la Comisión ignora lo que sabemos todos lo mexicanos, porque nadie ha olvidado la infamia porfiriana, voy a interpelar a otra persona, señor presidente. Yo pido se respete la libertad de palabra. Voy a interpelar ahora al compañero Rodríguez. ¿Cuántas fábricas de hilados y tejidos hay? El, que conoce muy bien el distrito de Orizaba. (Gritos. Siseos en las galerías.) Para que me haga favor de decirme si es cierto que entre otras fábricas de hilados y tejidos, hay en el distrito de Orizaba las siguientes: la de Río Blanco, Santa Rosa, Nogales, ¿cuáles otras más?

El C. Rodríguez Guillermo: Pido la palabra para contestar. El mayor número de fábricas que existen en el distrito de Orizaba, está precisamente en la ciudad de Orizaba, y en el municipio de Orizaba ganó en una forma abrumadora el candidato Guillermo Fernández.

El C. Díaz Soto y Gama: No estoy preguntando quién ganó.

El C. presidente: Deje usted que termine el ciudadano que está contestando.

El C. Díaz Soto y Gama: Muy bien, así se hará; como no.

El C. Rodríguez Guillermo: En Orizaba, como lo sabe perfectamente bien el señor Soto y Gama, en todas las fábrica están organizados, así sean de la cervecería o de la fábrica que sea; y los que en el momento me vienen a la memoria, son las siguientes: Yute, Cerritos, Cocoloapan, Miraflores, Río Blanco, Santa Rosa, progreso, Cervecería Moctezuma, Cervecería Nogales, Ferrocarril Mexicano y nada más.

El C. Díaz Soto y Gama: Sigo preguntando, por que no me contestó. Yo no le he preguntado a usted por las cervecerías, ni por los ferrocarriles.

El C. Rodríguez Guillermo: También están organizados.

El C. Díaz Soto y Gama: Yo estoy preguntando a usted cuántas fábricas de hilados y tejidos hay, y usted se salió por la tangente diciéndome que sí había ganado Fernández; yo no le preguntaba a usted eso.

El C. Rodríguez Guillermo: Voy a contestar.

El C. Díaz Soto y Gama: Permítame. Ni le

preguntaba a usted sobre si estaban o no organizados los trabajadores. Yo quiero que me conteste usted concretamente, fuera de las cervecerías y de los ferrocarriles. ¿Las demás fábricas que usted ha enumerado son fábricas de hilados y tejidos? Fuera de las cervecerías y de los ferrocarriles.

El C. Rodríguez Guillermo: Conozco el argumento sofístico que va a esgrimir el señor Soto y Gama y por esa razón, como una aclaración, debo decir que el señor Fernández, como yo, un servidor de ustedes.

El C. Díaz Soto y Gama: Entonces me voy a dirigir a algún otro compañero que tenga buena fe para contestar. (Voces: ¿Ya! ¡Ya! Siseos.) Me voy a dirigir al compañero Manlio Fabio Altamirano. Compañero: seriamente si meterse al debate, yo quiero que me haga usted el favor de decirme cuáles son las fábricas de hilados y tejidos que existen en el distrito electoral de Orizaba. Quiero que me conteste si usted sabe contestar, compañero.

El C. Altamirano Manlio Fabio: El compañero Rodríguez ya las enumeró.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Cuántas serán?

El C. Altamirano Manlio Fabio: Puede usted contarlas.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Cuantas?

El C. Altamirano: Pues no soy contador público, compañero. ¿Risas. Aplausos)

El C. Díaz Soto y Gama: Entonces voy a hacer mi pregunta en otra forma.

El C. presidente: La Presidencia se permite indicar al ciudadano Soto y Gama que tenga la bondad de inscribirse en el sentido que guste.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Qué no tengo derecho para interpelar? (Campanilla.)

El C. presidente: Sea usted correcto; en estos momentos la Presidencia está hablando.

El C. Díaz Soto y Gama: Está bien ¡Me cuadro! (Desorden. Campanilla.)

El C. Presidente: Y le suplica la Presidencia que, fuera de sus burletas, respete el orden de los debates. Están inscriptos en pro y en contra, y con este sistema de desordenes capciosos de su señoría, tiene usted la palabra indefinidamente toda la tarde, y no continúa el debate. Tiene la palabra en contra el ciudadano Morones. (Aplausos.)

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra, señor presidente, para una moción de orden. (Gritos en las galerías. Desorden.)

El C. presidente: ¡No tiene usted la palabra!

El C. Díaz Soto y Gama: ¡Moción de orden! (Desorden. Campanilla.)

El C. presidente: No se le concede la palabra. (Voces de las galerías: ¡Fuera! ¡Fuera!)

El C. Díaz Soto y Gama: ¡Moción de orden! ¡Moción de orden!

El C. presidente: La Presidencia ordena al ciudadano Soto y Gama que se muestre ordenado y respetuoso. El señor Morones tiene la palabra. ¿Usted renuncia, señor Morones? (Desorden en las galerías.) La Presidencia ordena a las galerías guarden absoluto silencio para poder imponer el silencio al ciudadano Soto y Gama.

El C. Soto Díaz y Gama: He pedido la palabra para moción de orden. (Continúa el desorden.)

El C. presidente: No hay desorden porque ningún artículo del reglamento se está violando.

El C. Díaz Soto y Gama: Moción de orden.

El C. presidente: Como no hay desorden, no se le puede conceder la palabra, y si usted insiste se le desalojará del salón. (Voces: ¡Fuera! ¡Fuera! Gritos. Desorden en las galerías. Campanilla.)

El C. Díaz Soto y Gama: ¡Moción de orden! ¡Moción de orden! ¡Moción de orden!

El C. presidente: Se ordena a dos policías que procedan a desalojar del salón a este ciudadano. (Voces: ¡No! ¡NO! ¡Vámonos! Desorden.) La presidencia necesita saber si la Asamblea autoriza a la Presidencia para violar el Reglamento. (Voces: ¡No! ¡No!) Señor León, sírvase tomar asiento y no desordenar. La Presidencia ordena al ciudadano León guarde orden.

El C. León: ¡Puede usted mandar desalojarme, pero no me siento!

El C. Manrique: !A mí también! (Continúa el desorden.)

El C. presidente: Ruego a la Secretaría consulte si se viola el Reglamento.

El C. Manrique: ¡Que se nos arroje definitivamente!

El C. presidente: Ya conozco a todos los agitadores, entre los cuales se encuentra León.

El C. Gómez Rodrigo: Los diputados tenemos los mismos derechos.

El C. presidente: Sí, señor; pero la Presidencia ha llamado al orden... (Continúa el desorden.)

El C. León: ¿Qué artículo del reglamento faculta a la presidencia para que me ordene que me siente?

El C. presidente: No he ordenado a usted más que simplemente mantenga el orden.

El C. León: ¡No, ordenó usted que me sentara! ¡Suplico a los taquígrafos...! (Desorden. Campanilla.)

El C. Díaz Soto y Gama: ¡Pido la palabra para una moción de orden! ¡Moción de orden! (Continúa el desorden.)

El C. León: ...y espero que se me desaloje del salón.

El C. presidente, dirigiéndose al C. León: Yo únicamente dije que se mantuviera el orden.

El C. Díaz Soto y Gama: Yo he pedido la palabra para una moción de Orden, y espero que se me desaloje del salón. (Gritos. silbidos. Siseos en las galerías. desorden general. Campanilla.)

El C. presidente: Se levanta la sesión. se cita a los señores diputados y presuntos diputados para dentro de media hora; si dentro de media hora, la Presidencia queda facultada para violar el Reglamento, entonces podrán hablar todos los que les dé la gana. (19.30.)

CONTINUACIÓN DE LA JUNTA

PREPARATORIA

Presidencia del

C. PRIETO LAURENS JORGE

(Asistencia de 177 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. presidente, a las 20.15: Se reanuda la sesión. Tiene la palabra la Secretaría.

El C. Cisneros Canto: Moción de orden.

El C. presidente: Suplico al señor diputado que deje hablar a la Secretaría y después con gusto se le concederá.

El C. Gandarilla: La Presidencia ordena a la Secretaría dé lectura a los siguientes artículos reglamentarios:

"Artículo 19. El presidente, en sus resoluciones, estará subordinado al voto de su respectiva Cámara.

"Artículo 20. Este voto será consultado cuando algún miembro de la Cámara reclame la resolución del presidente, previa una discusión en que podrán hablar dos individuos en pro y dos en contra; lo cual se podrá hacer siempre que no haya mediado votación en el mismo negocio y se adhieran a la reclamación, por lo menos, dos de los individuos presentes.

"Artículo 21. Faltando esta circunstancia, el presidente podrá ordenar que salga del salón el individuo o individuos que se resistan a obedecer sus resoluciones....."

El C. presidente: Señor secretario: Subraye usted ese párrafo.

- El mismo C. secretario:

"Artículo 21. Faltando esta circunstancia, el presidente podrá ordenar que salga del salón el individuo o individuos que se resistan a obedecer sus resoluciones, quienes sólo permanecerán excluídos durante el tiempo de la discusión de ese negocio.

"Artículo 103. Comenzada la discusión, ningún individuo puede pedir la palabra sino en voz baja y acercándose al presidente, ni se podrá interrumpir al que habla, bajo pretexto alguno, a no ser para reclamar el orden.

"Artículo 104. No se podrá reclamar el orden si no por medio del presidente, en los dos casos siguientes: Primero, cuando se infrinja algún artículo de este Reglamento; segundo, cuando se viertan injúrias contra alguna persona o corporación.

"Artículo 199. Los presidentes de las Cámaras podrán ordenar, siempre que lo consideren conveniente, que se sitúe guardia militar en los edificios de las mismas, la que estará sujeta exclusivamente a las órdenes del presidente respectivo."

El C. presidente: Con toda serenidad, señores diputados, suplico a la Asamblea que me oiga para justificarme ante ustedes. Estaba en el uso de la palabra, según el turno de los oradores, como la manda el Reglamento, el ciudadano Luis N. Morones. Cuando iba a hablar el ciudadano Morones - la Asamblea lo recuerda bien -, el ciudadano Díaz Soto y Gama pedía la palabra para interpelaciones, e inició la serie de preguntas que él llama interpelaciones, a algunos diputados y a la Comisión. Estas preguntas y estas interpelaciones fueron contestadas por los aludidos. La Presidencia, en cada caso, concedió la palabra a cada uno de los aludidos, y cuando ya habían terminado las preguntas, el señor Díaz Soto y Gama se posesionó de la tribuna y, faltando al respeto a la Asamblea y a la Presidencia, se obcecó en hablar, violando el turno que el Reglamento marca, porque en ese momento no podía haber dos oradores en contra: Díaz Soto y Gama y Morones, sino Morones solamente. Se le llamó al orden al ciudadano Soto y Gama y él, con su acostumbrada indisciplina, no quiso acceder a la llamada correcta, pero enérgica, que le hice yo, y en virtud de eso la Presidencia le reiteró varias veces en este lugar y enfrente de él, la misma orden que el Reglamento faculta a la Presidencia para hacer. Sin embargo, el ciudadano Díaz Soto y Gama se encaprichó, como lo acostumbra, en posesionarse de esa tribuna, no bajarse de ella y no aceptar las llamadas correctas, pero enérgicas, que le hizo la Presidencia, y entonces, en virtud del artículo reglamentario que se ha leído, y teniendo la Presidencia en el recinto parlamentario fuerza pública para hacer cumplir su mandato, ordenó la salida del señor Díaz Soto y Gama. Fue entonces cuando la mayoría de ustedes le dio un voto de censura a la Presidencia, levantándose y negando de una manera expresa que se consultara a la Asamblea; la mayoría parlamentaria negó la facultad a la Presidencia que, conforme al Reglamento, tiene para expulsar a un individuo que no respeta los mandatos de la Presidencia y que viola el Reglamento y falta al respeto a la Asamblea. En consecuencia, la Presidencia cumplió con su deber, en cumplimiento del artículo reglamentario a que se ha dado lectura, y nada más quiere consultar a la Asamblea si se le faculta para violar el Reglamento al ciudadano Soto y Gama, si tiene el uso de la palabra violando el turno que está en vigor, pues tenía la palabra el ciudadano Morones. También advierte a la Asamblea que el señor Soto y Gama está apuntado en seguida en contra y que la Presidencia le ofreció que hablaría si la Asamblea lo permitía, como yo creo que lo permitirá en este caso. Yo creo que la Asamblea será suficientemente liberal y honrada para permitir que hablen oradores del pro y del contra y las comisiones todas las veces que sea necesario. El señor Díaz Soto y Gama no necesita insubordinarse ni necesita hacer gala de esa indisciplina que acostumbra tener y no necesita faltar al respeto a la Asamblea y a la Presidencia, aunque la Presidencia esté ocupada por un individuo insignificante, por el que habla, pero que insignificante y todo, representa en estos momentos a esta Asamblea y tiene obligación de hacerse respetar. (Aplausos.) Tiene la palabra el ciudadano Morones en contra.

El C. Siurob: ¿Me permite el señor presidente una moción de orden?

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: La moción de orden mía consiste en saber con qué derecho y con apoyo en qué artículo del Reglamento, se encuentra dentro del

Recinto parlamentario una multitud de individuos que no son ni siquiera presuntos diputados, sino que, a mi entender, son policías. (Aplausos.) Pues obedeció las órdenes de su señoría cuando se trató de expulsar al ciudadano Soto y Gama, y hago estas interpelaciones porque esto sí es interrumpir el orden, puesto que es orden que dentro del salón de sesiones no pueda haber más que diputados o ministros o personas que tengan carácter suficiente para permanecer dentro de este salón, y si continuamos por este camino, llegaría día en que entre un presunto y otro, pueda haber un policía y, en ese caso, no sé adónde podríamos llegar; así es que mi interpelación la creo enteradamente atinada, y en caso de que su señoría llegara a llamar y solicitar la ayuda de los policías, en ese caso que me haga favor de mandarlos salir.

El C. presidente: Accediendo con gusto a la petición del señor Siurob, y en cumplimiento del artículo reglamentario, se ruega a los empleados de la Cámara y a los agentes que se encuentran a las órdenes de la Presidencia en las puertas y en los pasillos, se sirvan retirarse y se abstengan de entrar al salón.

El C. Siurob: También los que están en la plataforma.

El C. presidente: Se les ruega que se retiren los empleados y los agentes y que permanezcan en los pasillos. La Presidencia da una satisfacción a la Asamblea, haciendo constar que el número de personas que se encontraba en las puertas era realmente muy grande, muchos empleados de la Cámara se encuentran en estos lugares y por esto están confundidos; pero están sólo unos cuantos agentes de la Policía Judicial, que pidió la Presidencia para guardar el orden en los pasillos y para impedir también que se introduzcan personas extrañas al salón; porque he observado que algunos ciudadanos diputados y presuntos diputados han querido meter a fuerza a algunos individuos extraños y, como lo ha dicho el señor Siurob, es solamente el salón para diputados, presuntos y ministros; pero ya no se permitirá la entrada a ningún individuo extraño al Colegio Electoral. Por esto están los agentes en las puertas. Tiene la palabra el ciudadano Morones, en contra.

El C. Morones: Honorable Asamblea: Dentro de la más completa serenidad, dentro del deseo perfecto, sincero, de procurar por todos los medios posibles evitar que se repitan hechos como el que desgraciadamente ocurrió hace algunos momentos al tratarse de asuntos de la trascendencia del que nos ocupa, permitidme que diga unas cuantas palabras al margen de la situación presente, porque creo de mi deber, porque creo honrado que es necesario aprovechar todas las oportunidades para evitar que el decoro colectivo de esta Asamblea se enfangue, se ensucie. Nada más peligroso en momentos como el actual, que provocar, con razón legal o sin ella, esta clase de incidentes. Yo creo que todos tenemos el deber de esforzarnos por acallar nuestras pasiones; yo creo que todos tenemos el deber de eliminar personalmente todo lo que llevemos de rencor y de odio y acordarnos única y exclusivamente de que con nuestro carácter de representativos venimos a esta Asamblea a cumplir con un deber sagrado. El pequeño grupo de elementos laboristas del cual formo parte, naturalmente que siente dentro de sí un deseo, firmísimo de que se le oiga, de que se le escuche, de que se le haga justicia. Naturalmente que al margen de ese deseo llevamos un montón de desencantos, un montón de desilusiones y mucho de sentimientos provocados por hechos que se han verificado aquí en sesiones pasadas; pero todavía creemos que el deber nuestro es hacer de nuestras animadversiones personales un reducto y una atalaya para colocarnos sobre ella; es decir, por encima de nosotros, de nuestro odios, y ver si es posible salvar los principios revolucionarios en esta barricada que se llama XXX Legislatura. Porque creemos que nuestra pequeña minoría nuestra insignificante minoría si se juzga por su número, nuestra gran mayoría, si se juzga por los representativos, por los elementos que están detrás de nosotros, tienen ese deber. Por esto ha lamentado sinceramente el grupo laborista que en algunas ocasiones, no lo digo usando un tono de censura, por el contrario, un tono conciliador, el presidente, y más bien dicho, el compañero Prieto, y dije que sus nervios, que es consecuencia natural de ese estado momentáneo, se extralimita usando el tono autoritario de un maestro que regaña a sus párvulos y que a veces trata de imponerse a gritos. No es la censura para el compañero Prieto precisamente, es que me permito manifestarle el deseo de darle un toque de atención en estos momentos, el deseo de manifestarle que tan impulsivos como él, que tan nerviosos como él somos cada uno de nosotros, y porque creemos que esas manifestaciones esporádicas pueden determinar crisis de trascendencia y de responsabilidad para esta Asamblea, lo invitamos a que si todavía conceptúa que ese organismo llamado Confederación Revolucionaria existe, a que si todavía conceptúa que ese grupo representativo de hombres afiliados a la Confederación revolucionaria tiene el deber de salvar la misma revolución, no se olvide de que si deberes tiene como presidente de este Colegio Electoral, también tiene deberes para con sus coasociados, para los confederados, para todos y cada uno de los diputados y de los presuntos diputados que aquí se reúnen, y que el principal deber que tiene es volverse temperante, es dar a su gesto toda la ecuanimidad que sea posible dar en estos momentos para no tratar de convertir ese gesto en acicate, en puñal que abra una herida por la cual se desahogue todo el detritus de nuestro organismo, todo lo que llevamos dentro en materia de pasiones y que pueden provocar tempestades como la pasada. Es el grito de un grupo de hombres que ha visto con pena, por qué negarlo, cómo este recinto se llena de fuerzas, de la policía judicial, de la policía militar y de todas las policías, etcétera, etcétera; cómo se invade cómo se parapetan los soldados en las puertas, cómo se convierten en cuartel, en una palabra, este recinto; lo ha visto con pena, pero ha esperado pacientemente el momento en que una reacción beneficiosa haga comprender a la mayoría parlamentaria que no tiene razón de ser ese procedimiento, que no hay motivo para llevarlo a cabo y que la misma dignidad de la propia Asamblea y de la mayoría le impone el deber elemental de desalojar por completo, de volver a hacer que este recinto sea verdaderamente un lugar en donde expandan

las ideas, en donde la controversia se presente, y no una cárcel, no una cárcel, guardada por los representativos de la fuerza bruta, etcétera, etcétera. Es natural, pero ha sido el deseo nuestro esperar que esa reacción se efectúe. Por esto hemos visto con beneplácito que en estos momentos se inicia, creemos que se inicia esa desocupación que tan necesaria y tan imprescindible es en estos momentos; por que no hay necesidad de hacer alarde de fuerza bruta que trate de acallar, aunque en vano, la voz de la razón. ¿Contra quién esa fuerza? ¿Para quién tanta preocupación? ¿Qué es lo que se teme? ¿A quién se teme? ¿Será, por ventura, al grupo que no forma parte de la mayoría? ¡Imposible! Somos unos cuantos hombres dispuestos a morir en nuestro sitio como todo el mundo; hombres que si la Asamblea quisiera, renunciaríamos hasta el derecho de legítima defensa, depositando en vuestras manos nuestras armas, quedando exclusivamente colocados bajo la salvaguarda de la razón, bajo la salvaguardia de la equidad, de la justicia y de la honradez, en una palabra. ¿Contra quién es esa fuerza? ¿Por qué se provocan estas manifestaciones? Simple y sencillamente porque quien se precie de ser hombre libre, quien tenga siquiera elementales nociones de lo que significa la libertad, no va a aceptar que detrás de él, que rodeándolo por los pasillos y por las galerías se disemine la fuerza con la consigna en todo caso de acabar con los rebeldes, de acabar con los que protestan, con todos aquellos que no quieren incondicionalmente sumarse al carro triunfador. Claro es que en estos momentos me parece necesario hacer estas consideraciones.... (Murmullos en las galerías.) la mayoría no necesita mancharse con esos procedimientos, la mayoría no necesita recurrir a ellos; (Murmullos en las galerías.) de sobra sé que precisamente aquellos que se consideran esbirros, son los que sisean. Todas las manifestaciones de libertad, cuando se presentan, hieren hondamente, atropelladamente, irrefutablemente a los esclavos, a los esclavos ya por temperamento, a los hombres eunucos que singularmente se ponen a disposición del que los paga mejor para venir a convertirse en porras; pero nosotros, en contra de esos hombres nunca usaríamos el derecho de que se eliminen de aquí, de que sean arrojados. Claro es que hemos aplaudido la energía del ciudadano presidente cuando esta energía ha tenido razón de ser; pero cuando hemos visto que solamente para los presuntos diputados y diputados existe esa energía, cuando trata de convertirse en hechos y para aquellos a quienes me he referido, para esos esbirros, para esos policías pagados y que a base de consigna vienen a echarse como jauría hambrienta en contra de la minoría a la cual me honro en pertenecer y en contra de los hombres libres, entonces naturalmente que tenemos que levantar nuestra voz, por que aquí, lo han visto ustedes, se desata una andanada de insultos, se hace de cada uno de nosotros una víctima propiciatoria, y las voces nuestras son acalladas por una gritería ensordecedora e inconsciente, y entonces la voz rapidísima, la voz de rayo del secretario Gandarilla, del diputado Gandarilla, dice: Por última, por última y por última vez mandaremos desalojar las galerías, pero todavía no las desaloja. Se llega el momento de emplear esa energía con los que verdaderamente tratan de hacer que estos debates de desvirtúen. Por eso nuestro toque de atención, por eso nuestra llamada afectuosa al ciudadano presidente y por eso, naturalmente que con la impaciencia emanada de los inconscientes, tenemos que apechugar y apechugaremos quién sabe hasta cuando, con tanta pequeñez, con tanta manifestación servil que puede tener otro cambio de acción, pero que éste es el menos propicio para que se desarrolle; y ahora, al referirme al asunto a debates, al tratar de la elección del ciudadano Eulalio Martínez, voy simple y sencillamente a procurar demostrar a esta Asamblea que uno de los oradores del pro ha dado la razón, ha aceptado de hecho que el elemento trabajador del distrito de Orizaba, controlado por las organizaciones obreras de este lugar, de la cual es miembro prominente el ciudadano Martínez, esta organización salió triunfante en la pasada lucha electoral y que la elección, la credencial del ciudadano Martínez es completamente legal. No me refiero, ni debo, ni puedo hablar en contra del contrincante, un ciudadano trabajador también, Guillermo Fernández. No lo conozco, es un trabajador y eso es bastante para que inspire respeto; pertenece al elemento ferrocarrilero, perfectamente, para nosotros, los elementos obreristas, no es el distintivo característico del proletario el que traiga la blusa a que se refería el ciudadano que habló en último termino en pro; para él los trabajadores tienen que distinguirse por la vestimenta, para él los trabajadores, para merecer el título de asalariados, se requiere que vivan en las peores condiciones; él, dentro de un provincialismo muy explicable, cree que solamente tienen derecho de ser trabajadores aquellos que cubriendo la apariencia del vestido y del traje, pueden ostentarse en todas partes mostrando las manos callosas, etcétera, etcétera. En el caso presente, tal parece, más bien dicho, la persona que habló en pro en último término manifestaba: No estamos en contra de Eulalio Martínez porque no haya triunfado, estamos en contra porque no es del Estado de Veracruz, porque en lugar de la blusa que dice que debe traer el ciudadano Guillermo Fernández - presumo yo que viene vestido a la última moda -, estamos en contra porque en ese distrito controlado por trabajadores, controlado por el propio Martínez, por la confianza de que goza allí, puesto que en época muy reciente fue el más alto representante de la organización obrera de aquel distrito, porque esta organización puede ser un peligro para los malabarismos políticos que tratamos de verificar en la próxima campaña de elección para gobernador. En una palabra, vino a corroborar una por una las versiones que hasta nosotros habían llegado referentes al procedimiento a los fundamentos tenidos en cuenta por la Comisión para llegar hasta un dictamen contrario al ciudadano Eulalio Martínez, y estas versiones son las siguientes: Se nos dijo: Si nosotros damos un dictamen aprobatorio al ciudadano Eulalio Martínez, desintegramos la diputación veracruzana, la desintegramos porque por razones muy especiales ha venido a corroborarlo el orador del pro a que me estoy refiriendo; desintegramos esta diputación y conseguiremos con ello poner en peligro la

tendencia de cierto candidato, de uno o dos de los elementos de la diputación de Veracruz, entre ellos, por no citar a algunos otros, al mismo ciudadano Manlio Fabio Altamirano. No es una sátira la mía, pero efectivamente, compañero Manlio Fabio Altamirano, aun reconociendo el perfecto derecho que usted como cualquiera otro tiene de aspirar a la candidatura a gobernador del Estado de Veracruz, aun reconociéndolo, como lo reconocemos, no aceptamos que el procedimiento presente seguido en contra de un elemento nuestro que ha triunfado, arranque de base tan falsa, arranque de bases tan endebles, como son sentar por anticipado un criterio, tener el prejuicio de que le elemento obrero muy considerable, muy compacto en el distrito de Orizaba, como lo saben los mismos ciudadanos que integran la diputación de Veracruz, pudiera constituir una barrera infranqueable, un derecho perfecto de lanzarse candidato por el Estado de Veracruz, ya sea el ciudadano Manlio Fabio Altamirano o cualquiera otro persona; pero hasta estos momentos, apelando a la razón, apelando a la equidad, se puede demostrar que en ese distrito controlado por trabajadores, donde dentro de las factorías enumeradas se llega al resultado de que la mayor parte de estas fábricas son de hilados y tejidos, son de elementos asociados a la organización a que pertenece Eulalio Martínez, en donde en su mayor parte los elementos trabajadores del ramo textil que ha dado su voto al compañero Martínez, seguramente forman una mayoría, y habiendo ¡cómo no ha de haber! elementos como el gremio de ferrocarrileros, que cuentan con un contingente regular, si no tan grande como el de los trabajadores del ramo textil, ¿cómo no decir desde luego que está controlado por éstos, ya que ha sido reconocido por los oradores del pro? Aunque se trate de un trabajador estimable por todos conceptos, desde luego era posible que triunfara otro elemento, que en épocas pasadas ha sido preciso, cuando se ha tratado de respetar el voto, ha sido preciso contar con la aquiescencia, con la confianza del elemento trabajador organizado de ese lugar, para salir triunfante en las elecciones, ya sea en las municipales o en las de poderes federales. De tal suerte, que basta hacer un ligero examen de la situación de aquel distrito para llegar a la conclusión única de que hubo razón legal, de que hubo razón moral para que Eulalio Martínez trajera la credencial legalmente ganada, sin detrimento, porque no creo que sin razón vayamos a hablar en contra del ciudadano Guillermo Fernández, simple y sencillamente porque desgraciadamente en la última elección dos trabajadores contendieron, no uno porque sea un ferrocarrilero, para nosotros no puede haber ni la distinción de procedencia ni la diferencia de que unos son trabajadores ferrocarrileros y otros del ramo textil; para nosotros, tanto respeto merece el trabajador modesto del ramo textil, como lo merece el más alto trabajador intelectual o manual de los ferrocarriles o de cualquiera otra negociación que tenga una importación para algunos muchos más elevada que las factorías de hilados y tejidos; para nosotros, que pretendemos hacer la unificación de los trabajadores todos, por encima de estas pequeñas dificultades, por encima de estos puntos negros, no hay razón para considerar que debemos estar en contra de Fernández porque tenga blusa o no la tenga. No, precisamente la acción de los enemigos de los trabajadores de los ferrocarriles, de los trabajadores del ramo textil, etcétera, etcétera, ha sido crear el prejuicio en los trabajadores mejor remunerados; crear el prejuicio de que no deben estar en contacto y perfectamente unificados con sus compañeros de esclavitud, con sus compañeros que trabajan a base de salario y que desarrollan sus actividades, ya sea como peones, ya como albañiles, ya como tejedores, etcétera, etcétera. La labor de estos hombres ha tendido siempre a crear ese prejuicio y a decirle al elemento ferrocarrilero: Tú estás en un plano más superior, tú estás considerado como algo más exquisitamente labrado, más exquisitamente obtenido, arrancado del seno de las actividades proletarias y por ese solo hecho no te puedes comparar ni moral ni materialmente con el trabajador cuando sea del ramo textil. La acción ésta se ha venido desarrollando día tras día, el canto de la sirena capitalista ha conseguido en muchos casos -y creo que en éste se puede presentar como un ejemplo -, ha conseguido hacer que la fe en la conciencia de clase que tiene cada uno de los elementos ferrocarrileros, en algunas ciudades como Orizaba, crean firmemente que tienen mayor derecho para ir a representar a los suyos elementos del ferrocarril, que, humildes, modestísimos trabajadores de las fábricas de hilados y tejidos. Si se hace un examen, si se hace un examen concienzudo de esta labor, se llegará indiscutiblemente al resultado de que esta lucha de trabajador contra trabajador en un distrito de Veracruz obedece precisamente a los malos consejos, a los capciosos consejos de los integrantes políticos, de los elementos capitalistas, etcétera, etcétera, en el caso de Eulalio Martínez, que pueda tacharse que no es un trabajador, llevando la representación de la organización nacional de los trabajadores de la República, haciendo un viaje de estudio a Europa, va apoyado por la acción por la confianza de los elementos todos de la República de los que integran su mayoría la Confederación Regional Obrera Mexicana, va a Rusia a estudiar el problema aquél y vuelve, y es natural que si fuera otro hubiera aceptado algo. Y no, señores, en lugar de ocupar un puesto aquí en México, vuelve al taller, vuelve a trabajar, como les puede constar a algunos de los elementos del contra. Vuelve al taller, al modesto telar, puesto que tenía antes, y de ahí la confianza de sus compañeros lo lleva a la lucha electoral; de manera que no es un advenedizo, que no es un mistificador, no es un embaucador, que sin detrimento de la persona, de las cualidades, de los intereses de gremio, de los amigos de los ferrocarrileros, pueden perfectamente a conciencia votar a favor de Eulalio Martínez, porque en todo caso querrá decir que si en esta ocasión un elemento del gremio ferrocarrilero no puede salir avante por este distrito, por otros muchos saldrían ferrocarrileros nuestros compañeros, nuestros hermanos de lucha. En toda la nación y en toda la acción de las organizaciones obreras nuestras tiende a acercarse espiritualmente a ellos, tiende a procurar con toda sinceridad la cooperación de las

clases trabajadoras, a matar el prejuicio existente también en los trabajadores modestos en contra de los trabajadores ferrocarrileros, y para conseguirlo hemos ido a algunos de los centros ferrocarrileros, en donde se desarrolla la actividad de sus miembros, como en Aguascalientes, Saltillo, Monterrey y otros lugares, y hemos ido a tratar de acabar con el prejuicio del distanciamiento creado por la acción, por la política de división llevada a efecto a través de distintos elementos, ora políticos, ora capitalistas, etcétera, etcétera. En estas condiciones, con toda sinceridad, después de los acontecimientos verificados, después de la acción que temen algunos de los elementos de la diputación veracruzana, que pudiera desarrollarse por anticipado y con detrimento de los intereses revolucionarios, para ellos, en favor de tal o cual candidato, hay que declarar terminantemente esto: La organización obrera de la cual ha sido representante unánimemente Eulalio Martínez, estima que no es llegado el momento de ocuparse de la elección de poderes en el Estado de Veracruz; que es su deber tratar de que no se rompa la armonía entre los distintos elementos del Estado, y ha visto con pena cómo intrigas políticas u obcecaciones de otra índole han tratado de distanciar a dos representativos, a dos elementos que han sido populares en el Estado, al gobernador Tejeda y al general Guadalupe Sánchez. Ha visto con pena cómo la reacción, porque para nosotros no puede ser otra cosa, ha tratado de hacer que choquen estos elementos que dentro de una cooperación consciente podrían hacer próspera al Entidad federativa en donde desarrollan sus energías, y ha visto cómo día a día va agravándose esta división, con grave perjuicio de los intereses de la revolución, con grave perjuicio de las mayorías trabajadoras y con beneficio exclusivo de los reaccionarios. Ha visto con pena cómo la sirena política que hacen sonar estos enemigos políticos se llega unas veces al gobernador y otras veces al jefe de las operaciones para decirles: Tú eres el amo en el Estado de Veracruz, puedes, si quieres, convertirlo en ínsula y gobernarlo a tu antojo; escúchanos, óyenos"; y creen los trabajadores, principalmente los organizados, que antes que otra cosa, deben hacer labor de avenimiento, de concordia, porque hasta estos momentos el Estado de Veracruz es uno de los Estados en donde las esperanzas de los trabajadores por la acción gubernamental y por otras causas han ido realizándose, han principiado a entrar a un período de realización, de cristalización, perfectamente viable, perfectamente plausible, de manera que nadie ha pensado todavía en quién va a ser o quién deba ser el candidato para las próximas elecciones. ¡Jara! ¡Jara! que es el pretexto que se esgrime por algunos amigos de Jara, por tales o cuales razones, es un peligro para el Estado, y los veracruzano deben oponerse con antelación a ese peligro uniéndose en contra de quienes no sólo son amigos, sino incondicionales de Jara. En el caso de Martínez conociéndolo a fondo, es uno de los elementos que más distanciado se ha encontrado de Jara. Me consta que en dos o tres ocasiones en conferencias tenidas cuando la acción equivocada o no de algunos elementos partidarios del general Jara, trataban de dar al traste con la Confederación Revolucionaria, en esa ocasión he visto cómo la acción de Martínez se ha mantenido en contra de Jara y manifestándole que no podían por ningún motivo, bajo ningún concepto, manejarse los intereses de los trabajadores con anticipación, preparando el terreno propicio para él o para cualquiera otra persona. En estas condiciones, ¿por qué esgrimir como un arma en contra de un elemento legítimo toda la suspicacia política, emanada unas ocasiones de la buena fe, de los intereses colectivos; pero otras también de ambiciones muy personales? Tiempo habrá de contender en el Estado de Veracruz, tiempo habrá de que la situación se aclare y de que honrada y lealmente vaya a luchar cada quien en el puesto que le corresponde y con los elementos que tenga; pero traer aquí como un argumento poderoso que el ciudadano Martínez debe ser arrojado de esta Cámara simple y sencillamente porque no es veracruzano, según dicen, cuando existe el acta de nacimiento, o porque se le cree amigo del general Jara, esta es una razón que pugna con la honradez más elemental y tratan de halagar al elemento ferrocarrilero para arrojarlo en contra de sus hermanos, de sus compañeros de miseria, los trabajadores del ramo textil, prometiéndoles que será arrojado uno de los que pertenecen al ramo textil para que se siente un ferrocarrilero, ¡como si no se tratara de dos individuos que tienen el mismo valer! ¿Es equitativo, es honrado dar al traste con las esperanzas, con las ilusiones, con los deseos y exigencias justificadísimos de más de ocho mil trabajadores que laboran en el distrito de Orizaba? No me atrevo, ni es la intención nuestra creer que si Guillermo Fernández viniera aquí, si es trabajador, que no lo dudo, se diera al traste con estos intereses, porque nosotros qué mezquinos seríamos si por tratar de sacar avante a Martínez nos resolviéramos en improperios contra los ferrocarrileros! No, nuestra acción va a convencer, va a tratar de hacer luz, va a provocar el dictado de conciencia de la Asamblea para que no cometa una injusticia, simple y sencillamente porque hay algunos que temen por el control que existe en Orizaba, control del que forma parte Eulalio Martínez, temen que las ambiciones políticas o los intereses de partido se desvirtúen. Ellos mismos están probando la popularidad de Martínez. Si Eulalio Martínez no fuera un peligro para ellos; si fuera un insignificante; si fuera un descalificado; si fuera un hombre que no mereciera el cariño y el afecto de los suyos, ¿a qué ese empeño de tratar de eliminarlo? Indiscutiblemente que no existiría, y por eso yo apelo a la conciencia de todos ustedes. Hasta aquí hemos llegado pacientemente en busca de un rayo de esperanza; hasta aquí hemos llegado pacientemente, anhelosos de que se permita - triste es emplear el vocablo -, que se permita que hombres como Martínez ocupen un sitial en este recinto. Hemos visto con pena, ayer, cómo han sido arrojados vergonzosamente algunos de los elementos trabajadores, que no había razón para hacerlos víctimas de esos procedimientos; hemos visto con pena y con vergüenza cómo hombres de la talla intelectual de Lombardo Toledano, que en estos momentos forma en la avanzada del pequeñisimo

grupo de intelectuales revolucionarios, ha sido arrojado de aquí ignominiosamente. Hemos visto cómo a otros hombres a quienes no conocemos, se les ha negado el derecho de defensa, etcétera; pero, a pesar de todo esto, si no es bastante, como si no fuera suficiente, ¿en lugar de estos elementos de por sí buenos, de por sí representativos, se ha puesto, acaso invocando el criterio moral, a hombres que puedan substituirlos ventajosamente para bien de los intereses de las colectividades? Indiscutiblemente que no. Se ha visto cómo hasta aquí los tentáculos de ese comendador Palavicini se yerguen y se abren mandando a sus representantes, los neorreaccionarios Puig Casauranc; se ha visto cómo estos elementos se llegan, sin pudor de ninguna naturaleza, a usurpar un puesto que no les corresponde, y si en nombre de la legalidad y de la equidad se hablara, y fueran estos términos los que se tuvieran en cuenta por la Asamblea, podía haberse comprobado hasta la evidencia que, por lo menos, estos señores no tienen los requisitos constitucionales que les dieran derecho para venir a este recinto; pero no se ha mencionado la cuestión legal, si día a día con beneplácito se trata única y exclusivamente de convertir la acción legal en algo maleable, en algo dúctil que se amolde cada vez que conviene a determinados intereses. Claro que esto es motivo de vergüenza para todos. Yo veo la sonrisa candorosa de uno de los aludidos, de los testaferros de esa ignominia nacional que se llama comendador Palavicini, lo veo sonriente; pero debe saber perfectamente que al comendador le han costado quién sabe cuántas vergüenzas y cuántas iniquidades las cruces que le han colocado en el pecho. El estigmatizado de la revolución, el descalificado de los hombres dignos - claro es que la reacción tiene que aplaudirlo -, hasta aquí nos ha enviado ese triángulo fatal que se llama: Pérez Taylor y los dos Puig Casauranc. (Aplausos.) Esto no hay que tocarlo. (Desorden. Protestas de los aludidos.) Aquí sí duele, naturalmente: ¡Se trata del señor comendador! Es el dueño de la catedral de la prensa, el autor de la exploración presidencial, en virtud de la cual resultó unánimemente electo presidente.... (Risas. Aplausos. Siseos.) Cuando se trata de personajes de comedia, de carnaval, como éstos, entonces sí, entonces sí entra y se fija la atención de todos y se provocan las manifestaciones. No pasará mucho tiempo en que los mismos que han apoyado la ignominia cometida ayer y en virtud de la cual hizo que entraran aquí hombres descalificados o representativos de él, porque cuando tales criados usa, tal amo será, tendré que estar en contra de estos hombres para que vean cómo este futurista - éste sí de verdad futurista - trata de acogotar con su personalidad internacional los principios más elementales de la revolución. Es un contraste singular que mientras la reacción internacional capitalista crea y le cuelga cruces, aquí, en México se esté deseando fortalecer una gran cruz para colgarlo a él. (Aplausos. Siseos.) Que pasen los representativos, los testaferros, los lacayos del señor Palavini.....

El C. Puig Casauranc José M.: ¡Usted es el lacayo! (Campanilla.)

El C. presidente: Se llama al orden al señor diputado. (Murmullos.)

El C. Puig Casauranc Carlos: ¡Que retire la palabra ofensiva!

El C. Morones: No retiro mi palabra, y agrego..... (Murmullos.)

El C. Puig Casauranc Carlos: ¡Entonces es usted más lacayo!

El C. Santa Anna Justo: ¡Que retire esa palabra ofensiva! (Murmullos.)

El C. presidente: Se llama al orden a los ciudadanos diputados y voy a suplicar al señor orador que retire la palabra ofensiva, y si no la retira, conforme al Reglamento se hará constar en el acta.

El C. Morones: No la retiro, y agrego que estos testaferros de la reacción tendrán en un futuro inmediato que sentir el peso de la revolución, de esa revolución que precisamente trata maquiavélicamente de vejar la acción bufonesca del comendador de comedia. (Aplausos. Siseos.) Yo sé que justamente con el triángulo famoso vienen pequeños adláteres; personalidades de segundo término; pero a cada uno le será llegado su turno. Por algo me decía el señor que me increpó que retirara la palabra lacayo, pero había que inventar en el diccionario una palabra más enérgica que aplicar a estos corifeos de la reacción. Pero en esta ocasión se trata del humilde, del trabajador Eulalio Martínez, y aquí sí hay que aplicarle aquello de que no es de Veracruz, de que no viste blusa y otras cosas que, francamente, no pueden tomarse muy en serio; pero como estoy seguro, como estamos seguros, como queremos obsesionadamente suponer que todavía hay aquí un fondo de pudor elemental, que hay un fondo de pudor revolucionario, confiamos en esta vez, después de serenada la contienda que ha pasado, después de las voces de avenencia dirigidas a los revolucionarios, ¡quién piensa en los reaccionarios! (Voces: ¡Muy bien!) que se han venido a verter aquí, tenemos la seguridad y tenemos la confianza de que, sin detrimento del valor intrínseco de Guillermo Fernández, se afirme por medio de vuestro voto la asistencia del señor Eulalio Martínez, modesto trabajador del ramo textil. (Aplausos, Siseos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Puig Casauranc.

El C. Puig Casauranc: Procuraré que mi temperamento nervioso se contenga y y mi lengua no conteste las palabras soeces del señor Morones, con las que correspondería contestarle. (Aplausos.) Voy a tratar con entera tranquilidad el asunto acerca del 13 distrito electoral de Veracruz, y sin duda aluna dos personas habemos aquí, o tres, una en las galerías, otra en el salón y otra que es el que habla, que sabemos cómo han pasado los sucesos.

Del fracaso del Partido Veracruzano del Trabajo no tiene la culpa nadie, sino el mismo partido, y las razones las voy a exponer sucintamente. El 13 distrito electoral, en el que jugué hace dos años - perdiendo por veintidós votos y sabiendo perder, porque no vine aquí a litigar cosas que no merecía, como le consta al señor diputado Rodríguez que fue mi contrincante y que me venció - me es perfectamente conocido hasta en sus más pequeños detalles. Aquí tendrá oportunidad el señor Díaz Soto y Gama de saber el número exacto de

trabajadores y el número de fábricas que existen en ese distrito, porque yo fui delegado de la Confederación Nacional Revolucionaria en el Estado de Veracruz, nombramiento que se me retiró por telégrafo, debido a las maniobras de dos representantes de ellos aquí, que ignoraban quién era yo, porque confundían a José Manuel con Carlos Puig, a pesar de que son distintos, ya que cada quien tiene su modo de pensar y de ser. Ese nombramiento que se me había retirado por telégrafo fue reconsiderado, dándoseme una amplísima satisfacción y devolviéndome toda su confianza la Confederación Nacional Revolucionaria.

Pues bien, ese 13 distrito estaba destinado a ser jugado por uno de los miembros de la Confederación Nacional Revolucionaria, y de aquí que se tratara de poner de acuerdo al partido ferrocarrilero, fuerte y poderoso en Orizaba, y a las agrupaciones de obreros textiles de los municipios de Río Blanco, Nogales y Santa Rosa. Se entró en pláticas y se trató de llegar a un acuerdo para que el diputado propietario por este distrito fuera un ferrocarrilero y el suplente textil, con el compromiso de que el suplente vendría a esta Cámara a representar el mismo distrito cuando se trataran asuntos del orden textil; en cambio de esto se trabajaría por unanimidad para que el representante a la Legislatura del Estado fuera un obrero. Desgraciadamente esto fracasó por ambiciones personales y llevóse a cabo la convención del Partido Veracruzano del Trabajo en Río Blanco. Me extraña que el señor Morones diga que el señor Eulalio Martínez no tiene simpatía por el señor general Jara, si el general Jara fue el presidente de la Convención del Partido Veracruzano del Trabajo que se efectuó en el teatro de río Blanco. A esta convención no tuvieron acceso más que los representantes de las corporaciones, de los pequeños clubes que formaron, 30 ó 40, para tener mayor representación. Así el señor presidente municipal de Orizaba, pariente muy cercado del candidato a diputado Eulalio Martínez, fue como representante sin dejar su carácter de presidente municipal de Orizaba; el inspector de Policía fue también como representante, y un empleado de instrucción pública también. De esta manera ganaron en el seno de la citada convención, la candidatura en que se postulaba al señor Martínez, suscitándose una profunda división, puesto que el grupo de Cocoloapan y el grupo ferrocarrilero sostenía al señor profesor Saavedra Guzmán, connotado laborista que como el señor Morones no es obrero, pero que tiene sus ideas laboristas y las defiende y ha sabido defenderlas siempre. De allí se suscitó una profunda, una enorme división en el Partido Veracruzano del Trabajo, que agregada a los sucesos sangrientos del mes de enero en Río Blanco, en donde jugaron dos candidatos obreros y hubo desgraciadamente derramamiento de sangre y varios muertos por armas proporcionadas por el general Palacios, entonces jefe accidental del sector de Orizaba, vino a poner en tal estado la situación que se vio seguramente el fracaso del Gran Partido Veracruzano del Trabajo. Se me acercó a mí un amigo pidiéndome apoyo, porque tengo partido en Orizaba, señor Morones, y lo sabe bien usted y todos los laboristas lo saben; se acercó a pedirme apoyo y le manifesté terminantemente que mis compromisos con la Confederación Nacional Revolucionaria eran no meter la mano en los asuntos de Orizaba, y al señor Fernández que está presente en las galerías, le consta que sé respetar mis pactos y no los ayudé. Sin embargo, el partido ferrocarrilero no quedó conforme, entró a la lucha y venció legalmente. El número de fábricas, señor Díaz Soto y Gama, de obreros textiles lo tiene usted en seguida: En Río Blanco trabajan 2,438 personas, esto fue tomado de la lista de pago del 10 del mes de agosto; Nogales 765 personas; Santa Rosa 1,546 personas; la fábrica de Mira - Fuentes - una pequeña fábrica que existe en Nogales - 250. Total: 4.999 entre hombres, mujeres y niños, porque en esas fábricas- y probablemente el señor Díaz Soto y Gama no lo sabe - hay muchos jóvenes, yo los he visto, de diez y siete y diez y ocho años que tienen a su cargo cuatro telares y trabajan mejor muchas veces que los hombres. Haciendo una reducción aproximada - un treinta por ciento - entre mujeres, ya que existe un departamento grande de éstas, y entre hombres que no llegan todavía a la edad ciudadana, quedan aproximadamente como tres mil quinientos trabajadores en ese rumbo. En Orizaba, Cocoloapan, con 846, comprendiendo el turno del día y el turno de noche (El turno de noche es el de obreros libres y tiene 152.) La fábrica de Cerritos, que tiene 421 hombres. (El turno de noche tiene 183 libres.) Son las dos fábricas, las dos únicas donde hay obreros libres en los turnos de noche. La fábrica del Yute, con cerca de 320. (Este sí es grupo de sindicados.) Aproximadamente da el total de obreros sindicados: 6,650. De estos obreros sindicados debe contar el señor Díaz Soto y Gama todos los que jugaron, todos los que sostuvieron al "Triángulo Rojo" en Orizaba, que no pueden votar por el Partido Veracruzano del Trabajo, no porque no sean obreros, sino porque ven tras el partido la figura de Jara -que para mí no crea el señor Morones que sea una figura temible como candidato o presunto candidato a gobernador del Estado. Me parece - y perdóneme el compañero Barón Obregón que lo diga - fue una torpeza haber acudido a ese argumento. No venimos a atacar al señor Martínez porque no es orizabeño; probablemente lo sea. Yo no soy, pero me considero más veracruzano que cualquiera, porque lo que soy y lo que valgo lo debo al Estado de Veracruz adonde llegué cuando apenas contaba seis años de edad. Debemos limitarnos en este asunto tan trascendental a la parte absolutamente legal, dando un pequeño interés a la parte moral. Con el señor Martínez, a quien una vez he hablado, fui presentado por un respetable líder laborista, el señor Gonzalo García, dos días después de mi triunfo en Ixtaxochitlán. Me va usted a permitir, señor Morones, que le diga que está usted muy equivocado si cree que yo usurpé el puesto de representante del 12 distrito electoral de Veracruz. Lamento infinito que la discusión de mi credencial no se haya sujetado a discusión como el presente caso, porque habría habido oportunidad de demostrar que mi triunfo fue enteramente legal y que mi credencial fue ganada legalmente con mi esfuerzo propio; se habría visto que desde el 6 de enero empecé a reconocer pueblo por pueblo, municipio por municipio hostil, catorce municipios hostiles y un municipio amigo, desde la falda del Pico de Orizaba hasta quince leguas abajo

de Omealca, porque mi distrito comprende todo el antiguo cantón de Orizaba, menos las ciudades de Río Blanco, Nogales y Santa Rosa; este distrito lo he trabajado admirablemente bien y tengo de ello gran satisfacción, prueba inequívoca de que la persona que sostuve yo para candidato a la Legislatura, triunfó y derrotó a Gonzalo García. Pero volviendo al asunto del 13 distrito porque el asunto del 12 ya paso, y tocando alguno de los puntos que los señores oradores del contra han tocado...¡Ah! me faltaba advertir que de esos seis mil y pico de ciudadanos, los del Triángulo Rojo no votaron por ellos. La fábrica de Cocoloapan fue la que causó la esasión y votó con el riel; La fábrica del Yute, la cual vota en las casillas 17 y 18, dio 95 la 17 y 100 la 18 para el señor Martínez, 195, por 44 la 17 y 25 la 18, para el señor Fernández 69, pero en ese lugar donde son obreros sindicalizados, porque en Río Blanco en las demás casillas la votación fue así: Eulalio Martínez, 139, 107, 160, 154, 115 y 101; y Guillermo Fernández, 138, 55, 112, 97, 21 y 21. Total: 776 el arado y 444 el riel. De manera que en el mero centro de la ciudad, Eulalio Martínez apenas por 300 salió ganando, cosa asombrosa. Todos sabemos que Río Blanco es la fábrica más importante del país, donde hay más obreros, porque claramente dice que hay 2,438, y en Santa Rosa apenas hay 1,546, entre hombres, mujeres y niños, y sin embargo, en Santa Rosa, en tres casillas, obtuvo el candidato Eulalio Martínez 949 votos contra 135. Muy sencillo: A los tres representantes del "riel" se les corrió ignominiosamente y no estuvieron presentes en las casillas. La 4a. casilla, en que tanto ruido han hecho los señores interesados en el contra, se presenta una ánfora que tiene una faja atravesada tapando la hendedura y firmada por el presidente y el secretario. En cambio, la casilla número 14, en la que el "riel" tuvo 33 votos y el "arado" 142, falta en el paquete nada menos que el acta de instalación, como consta en el expediente y como consta en el acta levantada en la Junta Computadora, Junta Computadora en la que tuvo 24 presidentes de casillas el "arado". Los señores lo pasan por encima, ¡porque no es cosa delicada! Sin embargo, se computan los votos. El señor Eulalio Martínez discute que es legal que se le hayan quitado 26 votos en la 4a. y 33 en la 9a. casillas a la candidatura del "riel". En primer lugar, las juntas son computadoras y no calificadoras. Deben las juntas computadoras recontar las boletas, tomar nota de las infracciones y extender la credencial a quien tenga mayor número de votos válidos. Pero aceptando que esos votos se descuenten a la candidatura "riel", queda muy por encima todavía, porque es de nulificarse una casilla en la cual se violó el voto. Séptima fracción del artículo 104 de la Ley Electoral, que dice:

"Artículo 104. Son causas de nulidad de una elección:

"VII. Haberse violado por cualquiera causa el secreto del voto.

"Artículo 105. La nulidad de que habla el artículo anterior no afecta a toda la elección, sino simplemente a los votos que estuvieren viciados..." Se refiere a la casilla de Santa Rosa en la cual el candidato del Partido Veracruzano del Trabajo pierde 257 votos por 19 del "riel". De la casilla de Soledad, lugar que se encuentra en plena sierra, como a cinco leguas de Santa Rosa, se presenta aquí una acta notarial levantada ocho días después, en la cual se asienta naturalmente lo que dicen los señores; pero es de manifestarse que si se embriagaron el día de las elecciones, pueden también haberse emborrachado después y aun con el mismo notario, de quien es bien sabido por los orizabeños que es muy afecto al alcohol; pero aún más, esa acta notarial, como cualquiera otra acta notarial que no traiga certificada la firma del notario por el gobernador del Estado, es un papel absolutamente nulo, porque debe saber el señor Martínez que todo documento notarial que sale de un Estado, debe ser firmado y registrada la firma por la primera autoridad. Como datos curiosos figuran los siguientes: El señor pariente muy cercano de don Eulalio Martínez, presidente municipal, de sus pistolas suprimió una casilla. En Orizaba siempre ha habido 19 casillas, y en esta ocasión hubo 18 por el temor de un presidente más para enemigo; una irregularidad, puesto que no están facultados para hacer ninguna división o modificación que no esté ordenada en el Diario Oficial en el mes de diciembre de los años nones. En conclusión, descontándole los 56 votos que le hacen tanto escozor al ciudadano Eulalio Martínez, queda la candidatura "riel" con 3,954 por 3,792 para la candidatura "arado" con una yunta, un labrador en el centro y dos círculos, uno rojo y otro negro. Respecto a la parte moral, yo me permito, para terminar, suplicar al señor secretario que dé lectura a esta carta que en junio 10 de 1922 dirigió el señor Rodríguez, de quien hablaba el señor José F. Gutiérrez, que conoce perfectamente bien los asuntos ferrocarrileros. - El C. secretario Ollivier, leyendo:

"Orden de Maquinistas y Fogoneros de Locomotoras.- Miembro de la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras de la República Mexicana Dirección General.- 1a. Rosales número 1.- México, D. F.

"Eduardo Venegas Pearce, presidente y Comité General de Ajustes.- Apartado número 8,407.- Teléfono 2,061 Juárez.- Asunto particular.- Junio 10 de 1922. "Señor Guillermo Fernández, maquinista 2a. División, Ferrocarril Mexicano.- Orizaba, Veracruz.

"Estimado compañero y amigo:

"Contesto tu carta anterior y te participo que los muchachos están entusiasmados por tu designación como Comité General de Ajuste y vicepresidente de la corporación; el compañero Venegas tiene el mismo interés, pues tú sabes cuánto ha luchado él por nosotros para salir adelante en esta lucha tan tremenda contra la inmoralidad y el favoritismo reinante y la parcialidad de los jefes del Ferrocarril.

"Me comunicaron lo de tu candidatura para diputado a la próxima Legislatura de la nación, y con sorpresa conocí que tu contrincante es Eulalio Martínez, exsecretario de la Regional Obrera; este sujeto fue uno de los principales que engañó al Consejo Ejecutivo de la Confederación Ferrocarrilera para hacer fracasar el movimiento, pues

tú recordarás que un día te platiqué acerca de que cuando ya estaban de acuerdo para ir con nosotros y la General de Trabajadores al movimiento, resultó Gutiérrez, me refiero a José F., con que el señor Morones no quería que se hiciera la huelga; claro está que por estos hechos se han granjeado la animadversión de los trabajadores ferroviarios, siendo el primer movimiento que se efectuó la separación de la Federación Ferrocarrilera de Aguascalientes, de la Regional. Es lástima grande que estos hombres manejen a las clases laborantes como quiera, como mejor conviene a sus intereses personales, pues figúrate que en la huelga del año pasado, los sindicatos de la Regional estaban de acuerdo, mientras los líderes contrariaban los mismos mandatos de sus representados. Te deseo un triunfo sincero en la campaña electoral, pues sería muy triste que un individuo que sólo tiene en su abono una traición para nuestros elementos, saliera triunfante en un distrito donde hay los suficientes ferrocarrileros para hacerte triunfar, dado tu prestigio entre el elemento.

"Yúdico también es candidato, y hace pocos días el señor Malváez me enseñó un cliché, donde aparece un recibo de Yúdico a la Tesorería de los Ferrocarriles, como policía especial del Consejo. Yo creo que este fue el premio de su traición a los ferrocarrileros, y quisiera saber, y lo indagaré, cuál fue el premio para Eulalio Martínez.

"Seré más extenso otra ocasión; por ahora sabes que te aprecia tu compañero y amigo.- S. Rodríguez, secretario general." (Aplausos. Voces: ¡A votar!)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Díaz Soto y Gama. (Siseos en las galerías. Campanilla.)

El C. Díaz Soto y Gama: Compañeros: Ahora que por un verdadero favor del destino puedo hacer uso de la palabra, (Risas.) yo también me voy a permitir leer, a pedir que se lea un pequeño artículo del Reglamento. Sé o temo que se me vaya a interrumpir; la vez pasada el recurso que se empleó contra mí fue el de mociones de orden sin sentido, sin razón, descabelladas, absurdas, pero que me rompían el hilo del discurso. Ya que el señor presidente se permitió el lujo de una pequeña reprimenda a mi persona, yo quiero que ordene la lectura del artículo reglamentario que habla de que no se puede interrumpir al orador, que las mociones de orden se hagan allá en la Mesa ante él, porque no quiero yo que se me interrumpa. Y ruego que las galerías no sean tan torpes de hacer comprender su temor a la defensa que voy a hacer, guardando silencio. Si mis razones son nulas, no las tomará en cuenta la Asamblea. Yo ruego a las galerías oigan lo que tengo que decir; de otra manera creeré que vienen a ejercer presión o que tienen temor de los argumentos que voy a expresar con absoluta claridad. Antes voy a pedir que se lean los artículos reglamentarios.

El C. secretario Ollivier: Por disposición de la Presidencia, la Secretaría va a dar lectura a los artículos 103 y 104 del Reglamento.

"Artículo 103. Comenzada la discusión, ningún individuo puede pedir la palabra sino en voz baja y acercándose al presidente, ni se podrá interrumpir al que habla, bajo pretexto alguno, a no ser para reclamar el orden." "Artículo 104. No se podrá reclamar el orden sino por medio del presidente, en los dos casos siguientes: Primero, cuando se infrinja algún artículo de este Reglamento; segundo, cuando se viertan injurias contra alguna persona o corporación."

El C. Díaz Soto y Gama: En estas condiciones creo que se me oirá, tengo derecho a ello. (Siseos en las galerías.) Comienzo por ver que las galerías insisten en su tonta actitud que no conduce a nada. Si yo protesté airado contra el presidente, fue por una serie de motivos: Primero, porque no reconozco derecho al presidente para destruir una vieja e invariable costumbre parlamentaria que es la de permitir a un orador en cualquier momento del debate que para ilustrar su criterio se dirija en forma de interpelación a la Comisión o a los oradores. En todas las Legislaturas revolucionarias y porfirianas se ha usado este derecho de interpelación, y yo no he de permitir ni el señor Prieto Laurens ni a ningún presidente que se siente en ese sitial ni aun invocándose la disciplina porque no soy militar, ni me gusta la palabrita, ni la acepto, que me limiten el número o la forma de las interpelaciones. ¡"Hombre decía alguien -, pero usted interpela mucho!" Pues tengo el derecho de interpelar cuantas veces quiera, cuando lo crea necesario y a cuantas personas guste; sobre todo a la Comisión tengo el derecho de hacerle no una pregunta, ni dos ni tres, sino quinientas si puedo hacerlas, máxime cuando no me contestó la pregunta el señor licenciado Modesto Ramírez, quien fingió ignorar las fábricas que existían; no me quiso contestar caballerosamente, sino que me dio una respuesta descortés diciendo que él no era contador. Tampoco me quiso contestar el compañero Rodríguez, y ante esa forma capciosa de salirse del debate, ante esa forma de impedir la ilustración de la Asamblea, yo tenía que rebelarme. Mi segundo caso de indignación fue que el señor Prieto, olvidando su carácter de neutral, su carácter imparcial en esa Presidencia se permitió erigirse en juez del debate y lanzó contra mis preguntas el epíteto de capciosas, que no tiene el derecho de lanzar contra nadie, contra ninguno de los oradores. No es el señor Prieto el que tiene que calificar a los oradores en sus apreciaciones, no es el juez de los debates, no puede absolutamente intervenir en los debates, no tiene absolutamente derecho de intervenir con el peso de su autoridad en el debate, no tiene el derecho.... (Siseos. Desorden.) en lo absoluto de inclinar el debate con el peso de su autoridad, en un sentido o en otro. Por eso yo no podía tolerar que él se permitiera calificar de capciosas mis preguntas; más capciosas eran las respuestas, porque él no tiene derecho a decir si eran capciosas las preguntas o capciosas las respuestas..... (Siseos.) Voy a entrar al terreno del debate, y para eso voy a seguir el curso de mis interrumpidas interpelaciones. Yo ruego a la Comisión y a las personas a quienes me dirija, que contesten con seriedad. Compañero Guillermo Rodríguez: ¿Qué obreros son los que forman el Gran Partido Ferrocarrilero? Ruego se me dé una contestación seria para no

perder el tiempo. ¿Qué clase de obreros forman el Gran Partido Ferrocarrilero de Orizaba?

El C. Rodríguez Guillermo: Con permiso de la Presidencia. El Gran Partido Ferrocarrilero lo componen gran número de obreros de las fábricas que no están conformes con las farsas llevadas a cabo por el general Heriberto Jara y sus satélites, entre los cuales se cuenta el señor Eulalio Martínez.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: No me referí yo a las tendencias personales. (Risas.) Me va a obligar el señor Rodríguez a hacerle quinientas preguntas con esa forma de contestar. (Siseos. Risas) No me refiero a las tendencias políticas de esos señores obreros, compañero; hágame favor de entender; yo le digo a usted que qué clase de obreros, o a qué gremio pertenecen los que forman el Gran Partido Ferrocarrilero; que sean partidarios de Jara, o de usted, o de Manlio Fabio, eso no me importa ni le importa a la Asamblea en este momento; sobre todo, no me importa a mí que lo estoy interrogando. Le ruego a usted cortesía y deferencia, porque de otra manera creeré que no quiere ilustrar a la Asamblea: ¿A qué gremio obrero pertenecen los que forman el Gran Partido Ferrocarrilero de Orizaba?

El C. Rodríguez Guillermo: Pido la palabra. En seguida del señor Soto y Gama voy a tener el gusto de explicar ampliamente en que consiste el triunfo del señor Guillermo Fernández.

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Otra vez!

El C. Rodríguez Guillermo, continuando: Y debo decirle, contestando su pregunta, que el Partido Ferrocarrilero está integrado por trabajadores que viven de su trabajo, no por individuos que viven a costa de los trabajadores. (Aplausos en las galerías. Campanilla.)

El C. Díaz Soto y Gama: Voy a intentar otra vez, con otra persona, con el compañero Manlio Fabio, a ver si tiene mayor seriedad. (Risas.) Compañero Manlio Fabio: ¿De ese Partido Ferrocarrilero de Orizaba, forman parte los zapateros?

El C. Altamirano Manlio Fabio: No.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Los cerveceros?

El C. Altamirano: Tampoco.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Los obreros textiles?

El C. Altamirano: Un momento. Aquí ya tengo que explicar. El Gran Partido Ferrocarrilero creo que está integrado primero por trabajadores ferrocarrileros, luego por un buen número de trabajadores textiles.

El C. Soto y Gama: ¿Como cuántos?

El C. Altamirano: No he hecho la cuenta, compañero; tengo que decirle que no tengo a la mano las estadísticas. Además, está integrado por otra clase de obreros, que no son ni ferrocarrileros ni textiles, sino que pertenecen a otros grupos.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿A qué grupos?

El C. Altamirano: Pues, hombre, tendría que hacer una gran enumeración.

El C. Díaz Soto y Gama: Ya que el compañero fue más atento, voy a dirigirme otra vez al señor Rodríguez para que me diga si tiene la amabilidad de informarme a qué otras agrupaciones de obreros pertenecen los que, siendo miembros del gran partido ferocarrilero, no son ferrocarrileros. (Una voz de la galería: ¡Decididamente se ve que estás loco!)

El C. Rodríguez Guillermo: Me parece que he contestado bastante claro. Muchos obreros organizados en las fábricas, pertenecen al partido ferrocarrilero, y éstos son los que no están de acuerdo ni se someten a las farsas que acostumbra efectuar o se propone, el Partido Veracruzano del Trabajo. Debo aclarar que precisamente el presidente del Partido Veracruzano del Trabajo, era una ferrocarrilero; pero como es un hombre honrado, fue necesario que un día antes de celebrarse la llamada Convención, presidida por Jara, fue necesario destituirlo para poner a un maniquí que se prestara incondicionalmente a la farsa de la Convención, donde bajo la presión del presidente municipal de Orizaba sacaron, por tener la consigna de hacerlo así, al señor Eulalio Martínez, elemento desprestigiado, porque en Orizaba está reconocido como un traidor recalcitrante de la organización de los trabajadores. (Aplausos en las galerías.)

El C. Díaz Soto y Gama: Voy a interrumpir un momento mis interpelaciones, para hacer un pequeño comentario al margen de esos que acaba de decirnos el compañero Rodríguez y que él cree que es una novedad para nosotros. No es novedad lo que acaba de decirnos el compañero, ni mucho menos es novedad la singular, la curiosa, la chistosa carta que nos ha leído el señor Puig Casauranc.

El C. Puig Casauranc: No la he leído.

El C. Díaz Soto y Gama: Esa carta quiere decir esto, señor Puig Casauranc, por eso le llamo chistosa: Que los elementos ferrocarrileros están en pugna con los obreros textiles. ¡Ya lo sabíamos! ¡Sí la lucha ha sido entre ellos! Y quiere decir esto más, que también es muy conocido: Que todos los que fueron a la huelga están enemistados con los que no aprobaron esa descabellada huelga, (Desorden en las galerías.) y eso ya lo sabemos. ¿Usted cree que la huelga fue muy fundada, señor? (En las galerías risas y voces: ¡Huy!)

El C. secretario Gandarilla: Se llama al orden a las galerías, a fin de que no lancen exclamaciones en contra del orador.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Usted cree que la huelga fue perfectamente fundada?

El C. Puig Casauranc: Me reservo mi opinión.

El C. Díaz Soto y Gama: Ya lo sabía yo. Como el señor Puig Casauranc es muy reaccionario, lo regañaría su jefe, el señor Palavicini, si dijera que una huelga de esa magnitud que -apenas en teoría, por supuesto - paraliza el servicio todo de comunicaciones, es una huelga lícita. Perdone usted que le ha ya querido obligar a cometer una indiscreción, que podría perjudicar a usted en sus intereses. Le ruego me dispense.

Conque, como el asunto de la huelga no es un dogma, puesto que no hay dogma en asuntos sociales, yo, socialista de ínfima clase, con todos los defectos que me supongan y todas las manchas que me quieran echar, yo, Antonio Díaz Soto y Gama, nunca aprobé esa descabellada huelga, que muchos elementos conscientes tampoco aprobaron y que fue un redondo fracaso. De manera que el campo obrero y el campo socialista se dividió en hombres apasionados por la huelga, maniáticos de esa

huelga, dogmáticos de la huelga - verdaderos fanáticos, como el compañero Guillermo el compañero Manlio Fabio; también el compañero Manrique estuvo algo contaminado del mal - e individuos que completamente nos conservamos fríos dentro de esa huelga - entre otros, el que habla -. ¿Qué tiene de particular, pues, que los que están envueltos en un fracaso sean enemigos de los que no los acompañaron al fracaso? ¿Qué novedad tiene esa carta que ha hecho leer el señor Puig, si no es la de que parece fraguada en la redacción de "El Universal" y tal vez redactada por el mismo Palavicini? Lo digo por el ataque final contra Yúdico: El mismo ataque que le ha dirigido la prensa reaccionaria. Yo creo que esa es una estratagema periodística de Puig Casauranc; yo creo que quiere confundir los dos oficios: El de orador parlamentario y el de periodista. Creo que es un mal periodista; pero, al fin, periodista.

Voy a procurar después de esto seguir con mis interpelaciones. Ahora a los compañeros del otro grupo. Voy a proceder a la inversa. Compañero José F. Gutiérrez: ¿Tuviera usted la bondad de decirme por qué clase de elementos está formado el Partido Veracruzano del Trabajo?

El C. Gutiérrez José F.: Por todos los de las fábricas de hilados y tejidos. Con permiso de la Presidencia. (Voces: ¡No todos!) Y también está formado por los de la Cervecería Moctezuma, de Orizaba.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Cuántos obreros de las fábricas de hilados y tejidos, más o menos, figuran en este partido y cuántos cerveceros; en total: Cuántos obreros forman este partido en el distrito de Orizaba?

El C. Gutiérrez: En el distrito de Orizaba creo que el número total de trabajadores que forman el Partido Veracruzano del Trabajo pasa de ocho mil.

El C. Díaz Soto y Gama: Agradezco la respuesta.

El C. Gutiérrez: Porque no solamente son los trabajadores de hilados y tejidos y los de la cervecería, sino que también hay obreros de artes gráficas y otras industrias, todos lo cuales pertenecen a dicho partido.

El C. Díaz Soto y Gama: Es decir, que no es un partido formado exclusivamente por obreros textiles, sino que está formado en gran parte por obreros textiles. Después de esto, voy a hacer una pregunta a aquellas personas que no tengan la mala memoria del señor Modesto Ramírez, sobre cuáles son las fábricas que existen en Orizaba; ésta es una pregunta dirigida a los que conozcan nuestro país. ¿Sabe algún diputado que la ciudad de Orizaba, centro de fábricas de hilados y tejidos, sea un gran centro ferrocarrilero? Yo no lo sé, y si hay alguno que lo sepa, que me lo diga. (Voces: ¡Le voy a contestar!) Un momento, fue una pregunta retórica. Un momento, una poca de calma. No siga usted. Yo sé que los centros ferrocarrileros de la República, los grandes centros son éstos: Aguascalientes; ese sí es un gran centro ferrocarrilero, donde sí tiene gran preponderancia el elemento ferrocarrilero; merced a esto, pudo obtener una votación aceptable el candidato revolucionario contra el candidato de los Caballeros de Colón, merced a la circunstancia de ser un gran centro ferrocarrilero con grandes maestranzas, eso nadie lo ignora. Torreón, gran centro ferrocarrilero; Veracruz, centro ferrocarrilero; San Luis Potosí, centro ferrocarrilero; Cárdenas, gran centro ferrocarrilero; Apizaco, relativamente centro ferrocarrilero.

Pero de Orizaba, se necesita toda la pasión del compañero Guillermo Rodríguez para venir a decirnos que Orizaba es centro ferrocarrilero. Los centros ferrocarrileros son generalmente aquellos por donde hay cruce de líneas, como Torreón, estación de bandera hace 30 ó 40 años, que se convirtió en población gracias al cruce de líneas, pero nunca Orizaba puede ser centro ferrocarrilero. ¡No, Hombre! (Una voz: ¡Sí!) Bueno; entonces, ya que el compañero, por simpatía para su tierra, me quiere hacer creer que Orizaba es centro ferrocarrilero, le voy a decir esto: No predomina allí el elemento ferrocarrilero, no puede predominar. Todo el mundo sabe, sin haber ido a Orizaba, que Orizaba es el primer centro textil del país. ¿Quién no conoce aquel famoso motín de los obreros textiles allá por los años odiosos del porfirismo, cuando fueron a asaltar las casas de obreros en forma tal, que los cadáveres llenaban verdaderas carretadas humanas? ¿Quién ignora que siempre ha sido centro eminentemente textil Orizaba? ¡Verdaderamente es venir a tomarle el pelo a uno hacerle creer que en Orizaba dominan los ferrocarriles sobre los textiles! Y tan es una verdadera sorpresa la que se quiere dar en esta Asamblea, que todo el alboroto de hace un momento vino precisamente de eso: De que las galerías vienen aquí sistemáticamente dispuestas a sostener una tesis que no conocen, tan sólo porque se les da la consigna y la viene a cumplir. Yo no sé si les pagan o no, pero no me importa. (Gritos en las galerías. Campanilla.) Yo lo que sé es que vienen a cumplir con una consigna. Estos hombres, menos serenos que los diputados, tan pronto como ven que peligra su causa, dicen: "¡No!" e interrumpen al orador, y apenas empiezo mis preguntas, las galerías se alarman; y apenas vieron ciertos elementos "cooperatistas" que podían perder el punto y obtener una victoria los "laboristas", e inmediatamente, con la sola pregunta - pregunta capciosa para el señor presidente, para mí perfectamente lógica - de cuántas fábricas de hilados y tejidos hay en Orizaba, ante esa pregunta - que mereció, vuelvo a decir, que el señor presidente, ¡fíjense en la parcialidad de la Presidencia! la calificara de capciosa - se formó la tempestad. ¡Era claro! ¡Imposible que venga una multiplicación de ferrocarrileros como la multiplicación de los panes de Evangelio! Por mucho que me digan los señores veracruzanos interesados en sostener a la burguesía de Orizaba... (Voces: ¡No! ¡No!) Un momento. Por mucho que me digan, hay una inmensa mayoría de obreros de hilados y tejidos respecto de los obreros ferrocarrileros. El señor Puig Casauranc, tan honrado - no dudo en este momento, no tengo derecho para dudar en este momento, por más que sea muy mal síntoma que trabaje en "El Universal"-.

El C. Puig Casauranc: ¡No trabajo allí!

El C. Díaz Soto y Gama: ...reconoce que hay mayoría de obreros de hilados y tejidos. ¿Ya nos vamos entendiendo poco a poco! Ya ve el que

dijo que estaba yo loco, que el loco era él. Estoy dentro del carriol de la lógica. Sé que es absurdo que los ferrocarrileros, gremio respetable para mí, triunfen en Orizaba. Tiene evidentemente un enorme derecho a presentar candidato por Aguascalientes, lo mismo que por Torreón y Cárdenas. Cárdenas es mi tierra y sé que allí dominan los ferrocarrileros. Sé que en Apizaco sería un absurdo que los laboristas metieran a zapateros como candidatos; pero de la misma manera es disparatado e injusto contra las fábricas de Orizaba, consagradas por la sangre derramada cuando las hecatombes porfirianas, pretender nulificar la elección de un compañero admirable luchador como Martínez, para imponer a un ferrocarrilero que no tiene el derecho de sentar allí sus reales. El triunfo tiene que pertenecer al Partido Laborista si en esta Asamblea hay justicia y sentido común. Voy a continuar mi argumentación y esa argumentación después la voy a comprobar con cifras, porque afortunadamente tengo cifras. Decía yo que respetaba al gremio ferrocarrilero, decía que lo respetaba menos que a otros gremios y estoy obligado a explicar por qué lo respeto menos que a otros gremios. El gremio ferrocarrilero, digo, los directores, la masa de conductores y maquinistas que forman el núcleo director, tienen sueldos infinitamente superiores a los que ganan los trabajadores del campo; ganan mucho más también que los obreros textiles; verbi gratia, me decía el compañero que él trabajó en el ramo textil, del cual tuvo que arrancarse para emprender su campaña electoral, y que ganaba de 25 a 39 pesos por semana, en total cien o ciento veinte pesos al mes. En cambio los conductores ganan de quinientos a ochocientos; los maquinistas, de ochocientos a mil. Pues bien; resulta de ese mayor sueldo que el ferrocarrilero se vuelve instintivamente burgués. (Voces: ¡Qué bárbaro! Risas.) Como en nuestro país son casi totalmente desconocidos los temas sociales, si no es por los que hacemos de ellos un especialidad, llama la atención esa afirmación y es recibida con burlas superficiales, a flor de labio, que no nacen del corazón ni menos del cerebro; pero yo, que sé lo que me digo en esto, recuerdo una frase fulgarísima de un gran socialista: en E todo proletario, si se rasca, aparece el burgués. Esta es una novedad para las galerías, y por eso me gusta que vengan a empezar a conocer estas cuestiones. Pues bien; si la mayoría, si todos los proletarios tienen algo de burgués, ¿quién va a negar que el ferrocarrilero tiene un mucho de burgués? Escarbo yo en mis recuerdos de juventud y me encuentro con un amigo ferrocarrilero, muy estimable para mí por haber sido uno de los primeros luchadores del Partido Liberal Potosino - cuya fecha de fundación fijaba audazmente el compañero Aguirre Benavides en 1894 -, Partido Liberal fundador del partido de los Magón, del cual formé parte como vicepresidente, siendo presidente Camilo Arriaga, no hijo de don Ponciano, sino sobrino o pariente en segundo o tercer grado -; pues bien; entonces conocí yo a un ferrocarrilero llamado Benjamín Millán: todas las noches se ponía su "smocking" y todas las noches iba a los bailes a alternar con la pequeña burguesía de su barrio. Es perfectamente sabido que el ferrocarrilero, por razón natural económica, como puede vestir bien y puede ponerse hermosas corbatas, fistoles, anillos y quizá bastón, es aceptado en los círculos de la clase media, donde muchas veces el elemento femenino desea contraer alianza en condiciones económicas aceptables. (Risas.) Es perfectamente explicable que el elemento ferrocarrilero tienda a llegar a esas tertulias y llegue de hecho. ¡Cuántos Ferrocarrileros conozco yo que tienden a formar el "Club Thé" el "Club Violeta" y el "Club Terpsícore"! Yo he recibido - no bailarín, ignorante en materia de coreografía - invitaciones de clubes ferrocarrileros que me causan momentos de placer, de risa. Esto significa que hay mayor contacto entre el gremio ferrocarrilero y la burguesía, que entre los campesinos y la burguesía: El eslabón, el trait d'union entre la burguesía y el proletariado es, quiérase o no, el gremio ferrocarrilero. De allí viene que el gremio ferrocarrilero se vuelva desgraciadamente burgués, y permítaseme que lo diga con dolor de mi corazón, hasta conservador. No sé si estará en este momento aquí el compañero Aurelio Manrique. (Voces: ¡Sí está!) Compañero Manrique, ¿qué papel ha hecho el elemento ferrocarrilero en las pasadas elecciones municipales de nuestra querida tierra natal, San Luis Potosí, y qué papel hizo en las pasadas elecciones donde usted jugó como diputado? (Voces: ¡Están de acuerdo!) ¡La verdad siempre está de acuerdo!

El C. Manrique: Compañero Díaz Soto y Gama.... (Campanilla.) Con permiso de la presidencia.

El C. presidente: Pida la palabra su señoría.

El C. Manrique: Como es clásico que al interpelarse a un diputado se concede ipso facto y también ipso jure la palabra al interpelado, casi sobra exigir al diputado, a título de homenaje, de vasallaje, que pida la palabra a la Presidencia. De manera que a la impersonal Presidencia y no a la persona que ocupa el sitial de la Presidencia, pido la palabra para contestar.

El C. presidente: Se le concede la palabra.

El C. Manrique: De modo es que habiendo pedido la palabra, no a título de vasallaje al hombre de carne y hueso que ocupa la Presidencia, voy a contestar la interpelación del ciudadano Díaz Soto y Gama, y es muy sencilla la respuesta.

Comienzo contestando al ciudadano Díaz Soto y Gama, mi interpelante...... (Voces: ¡Tu cuate! Risas.) y mi amigo, y necesito contestarle a pesar de que haya suspicaces que crean que nos hemos puesto previamente de acuerdo. Es éste un gran error, estamos en desacuerdo en ciertos aspectos de la cuestión en el debate del 13 distrito de Veracruz. Yo no soy de los que aceptan la influencia, ni soy reflejo, pequeño o grande, reflejo de ninguna otra. (Una voz: ¡Buscas aplausos!) Pues bien, tengo que comenzar mi respuesta al ciudadano Díaz Soto y Gama con la palabra de los vicios dialécticos: Distingo. (Murmullos. Desorden.) Me extraña que partan interrupciones cabalmente del grupo de ferrocarrileros que saben que soy buen amigo suyo. Distingo, ciudadano Días Soto y Gama, entre los ferrocarrileros de San Luis Potosí, y no es ésta cuestión local, ciudadano Puig Casauranc, porque el problema de San Luis Potosí es

esencialmente en sus rasgos principales el mismo problema de las demás ciudades de la República, porque el problema local de San Luis Potosí, como habéis dicho desde vuestra curul, se distingue de los problemas locales de las diversas poblaciones de la República solamente en lo accesorio, en lo secundario, pero es idéntico en los esencial, en lo primario, y en San Luis Potosí los ferrocarrileros pueden fácilmente dividirse - en tesis general -, en obreros mecánicos que juntos con los maquinistas y juntos también con una parte del gremio de conductores y auditores, constituyen la porción más revolucionaria y más avanzada en materia de luchas sociales de los propios ferrocarrileros; y el gremio oficinista, que es - en tesis general, yo no quiero sentar dogmas ni verdades absolutas -,comprendiendo también los despachadores, el menos avanzado, o la parte menos avanzada de estos propios ferrocarrileros. Pues bien, en la ciudad de San Luis Potosí fue fácil - lo mismo en diciembre del año pasado, en las elecciones pasadas, que en las recientes elecciones de diputados - observar una graduación: El elemento ferrocarrilero menos avanzado - oficinistas y despachadores, a quienes en tesis general he aludido - engrosó las filas del Partido Republicano de San Luis y estuvo de parte de mis enemigos, de nuestros enemigos; en tanto que la mayoría de obreros mecánicos, la mayoría de los elementos más avanzados dentro del gremio ferrocarrilero, estuvo, con relativa actividad, de parte nuestra, del lado de la confederación Revolucionaria Potosina. Esto es lo que tengo que contestar al ciudadano Díaz Soto y Gama. (Aplausos)

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Pues yo voy a decir lo que vi en San Luis Potosí, con gran dolor de mi corazón...

El C. Rivero Roberto, interrumpiendo: ¡Moción de orden...! (Siseos)

El C. presidente: ¿Qué artículo del Reglamento se está violando?

El C. Rivero: El artículo 102, que dice: "Los discursos de los individuos de las Cámaras sobre cualquier negocio, no podrán durar más de media hora sin permiso de la Cámara." (Siseos) El señor Soto y Gama tiene ya más de media hora de estar hablando... (Siseos)

El C. Díaz Soto y Gama: Pido permiso a la Cámara, o que lo pida la Presidencia; no sé si ya paso la media hora. ¿Lleva usted la cuenta con reloj en mano? No hago a la Cámara la ofensa de creerla tan poco escrupulosa para no respetar el derecho al uso de la palabra y para interrumpirme con motivos baladíes. - El C. Rivero: Pido que se cumpla con el Reglamento

El C. presidente: En vista de que se ha señalado el artículo que se ha violado y sin que la Presidencia dese obstruccionar al ciudadano Soto y Gama, pero cumpliendo con el Reglamento se va a preguntar a la Asamblea si permite que continúe hablando el orador.

El C. secretario Gandarilla: Se consulta si se permite que continúe el uso de la palabra el ciudadano Soto y Gama. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Sí se permite. - El C. Díaz Soto y Gama: Gracias, voy a entrar en materia. (Voces: ¡Ya!) Si me quieren quitar la palabra, me bajo de la tribuna y todo se acabó. Decía yo que quería explicar lo que vi en San Luis Potosí porque es doloroso para el gremio obrero en general. Vi una casilla situada en la calle, no recuerdo su nombre, que forma el costado de la iglesia de San José, me encontré con el presidente de la casilla ganada por el Liberal Republicano, y por lo tanto miembro del mismo, era un empleado ferrocarrilero, conductor o cosa semejante, que estaba mano a mano con la burguesía y atacando a los socialistas y demostrando su absoluta inconformidad con el socialismo. En cada elección que hace la burguesía en San Luis Potosí cuida de poner en gancho al elemento ferrocarrilero en forma de un candidato o dos para regidores o diputados, etcétera. En esta ocasión el gancho fue la suplencia de la diputación. En los casos de elecciones municipales, el gancho es el cargo de uno o dos regidores y en gran parte, o en masa, el elemento ferrocarrilero, con excepción del demasiado humilde, el que por su humilde remuneración tiene que estar con su clase, en gran parte tiene a honor, a honra el votar con la burguesía. Hemos tratado de atraerlos, los invitamos a una reunión, a un mitin en el Teatro Principal de la población y no logramos llevarlos a nuestra causa. Esto quiere decir que mi tesis es exacta, que el conductor, el oficinista, el auditor y muchas veces el maquinista tienden a llegar a la burguesía, y sienten enorme satisfacción en alternar con la burguesía. Esto como conducto o camino o transición para llegar adonde quiero llegar. Analizando una lista de escrutinio firmada por todos los miembros de la Junta Computadora, que me ha proporcionado el compañero Eulalio Martínez, me encuentro con esta curiosidad estadística que da toda la clave de la elección de Orizaba. Voy a rogar al señor secretario rectifique los datos que lea para que diga si digo o no la verdad:

Municipio de Orizaba. Van ustedes a ver cómo en todas las casillas de la ciudad de Orizaba, donde domina, como en todas las capitales, el elemento reaccionario - como domina en México, en San Luis, en Durango... en fin, en todas las capitales, con excepción quizás de Veracruz -, van ustedes a ver cómo en Orizaba, en todas las casillas, sin faltar una, es preponderante el número de votantes a favor del candidato ferrocarrilero, afín a la burguesía, cercano a la burguesía, aproximado a la burguesía, (Una voz: ¿Mientes!) es preponderante respecto de la votación del candidato Martínez, representante de los obreros menos bien remunerados.

"1a. casilla: Distintivo "arado", 71 votos, contra 189 del "riel". 2a. casilla: 54 contra 186; 3a., 85 contra 144; 4a. casilla, 54 contra 271; 5a. casilla, 164 contra 136; 6a. casilla, 97 contra 267; 7a. casilla, 92 contra 244", etcétera.

Ruego a usted me diga (dirigiéndose al C. Gandarilla) si no está en la mayor parte de los casos mayor el número.

El C. secretario Gandarilla: Sí.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: En cambio, en las fábricas, como era lógico, en las fábricas de hilados y tejidos no iba a triunfar el

ferrocarrilero; no iba a triunfar el semiburgués, no iba a triunfar el hombre que va a las tertulias de los burgueses, el hombre que no busca la compañía de los obreros, porque nadie me dirá que el conductor busca la compañía del zapatero: El conductor va a los bailes de los burgueses, tiene lazos con los burgueses, su familia entera es burguesa y todo su sello social es burgués; en cuanto a costumbres, en cuanto a tendencias, en cuanto a pretensiones, desdeña la clase obrera, esto es sabido perfectamente; se siente superior al obrero; en cambio, el obrero textil se siente hermano en igual plano que los zapateros, que los panaderos, etcétera; de ahí viene esto que la Confederación Regional Obrera Mexicana no pudo conseguir más que transitoriamente la inclusión en sus filas del elemento ferrocarrilero, porque ese elemento ferrocarrilero, manejado burocráticamente y más burócrata desde que las Líneas Nacionales son una burocracia, el elemento burocrático ferrocarrilero siente por el elemento director de la Confederación Regional Obrera, los celos naturales, la rivalidad oficial. Los directores oficiales, los directores burócratas de grupo con pingües, con enormes sueldos, con sueldos casi presidenciales o más que presidenciales, naturalmente rechazan la tutoría del proletariado, de los elementos directores del resto de los obreros, y de ahí viene eso: Que el elemento director ferrocarrilero, odia a Morones, odia a Eulalio Martínez y a todos los demás, evidentemente; primero, porque esos directores obreros ferrocarrileros son burgueses en su mayoría; no son solicitados, le tienen un temor pánico al socialismo; son burócratas, y esos burócratas son los que infunden, en unión de otros elementos más bajos, el oído al grupo trabajador, y por eso el elemento ferrocarrilero, viene a ser un elemento disolvente, discordante y sistemático en el seno de la gran familia obrera. Esto es un axioma que sabemos absolutamente todos los mexicanos que nos hemos asomado siquiera a la cuestión obrera; lo digo con dolor, para ver si se corrige el mal, haciendo el primer esfuerzo, porque hay una pugna dolorosa entre el elemento ferrocarrilero burócrata, aristócrata, y el resto de esa masa obrera. Estas son verdades que todo el mundo conoce. De manera que esta pugna tiene más trascendencia de lo que se cree; esto equivale a permitir que se engría más de lo que está el elemento ferrocarrilero y a humillarse más al elemento textil. Es la verdad neta y descarada.

El C. Bautista Gonzalo: ¿Me permite usted una interpelación?

El C. Díaz Soto y Gama: En la ciudad de Orizaba tuvo mayoría de votos el compañero Guillermo Fernández. Vamos a ver cómo en las fábricas tuvo evidentemente aplastante mayoría de votos el compañero Eulalio Martínez.

El C. Bautista: ¿Me permite una interpelación el ciudadano Soto y Gama?

El C. Díaz Soto y Gama: Después, señor. ¿Se acuerda usted que se leyó un artículo del Reglamento?

El C. Bautista: Por eso me dirijo a usted.

El C. Díaz Soto: Sí, después, con calma. "Municipio del Río Blanco: 1a. arado, 139 contra 138 el "riel". Lógico. ¿Cómo los obreros de hilados y tejidos van a votar con los ferrocarrileros? Es absurdo. (Voces: ¡Esa es locura.!) A sostener que eso es absurdo, le llaman locura por allí. ¿No? (Murmullos.) "2a. casilla, 107 contra 55 votos del "riel". 3a. casilla", la anulada y con razón. ¡Cómo no! "256 contra 9." (Murmullos.) Con qué, ¿por qué creen ustedes, señores diputados, que se anuló la 3a. casilla? Por una forma tinterillesca, por una razón que cabe en un tribunal vulgar, en esos tribunales que manchan la justicia, no en éste, que debe ser un tribunal de conciencia, que debe ser un tribunal de moral; porque al llegar allí, le preguntaba el presidente de la Mesa o algunos miembros de la Mesa, evidentemente del ramo textil, un compañero, un camarada de los que diariamente tratan, con los que conviven amistosa y fraternalmente, le preguntaba: Oiga, compañero: ¿Qué boleta tiene? Contestación del otro: Pues la nuestra, compañero, la del arado. ¡A eso se llama violar el secreto del voto! De manera que se cree que cuando esto se hace en familia, porque es una casilla en que sólo hubo 9 del riel, cuando todos eran miembros de la misma comunidad, quizá viviendo en la misma casa de vecindad, tratándose diariamente en la misma fábrica, querían que ocultaran las boletas, y presentarles el montón, como si fuera una lotería, a ver qué bola se saca. ¡No, hombre! Es perfectamente lógico que el obrero textil hasta por broma le dijera: ¿Cuál quieres? ¿La del riel? ¡No, ya sabes que no soy traidor a mi clase, mejor dicho, a mi gremio!; quiero la mía, la del arado. ¿Es legítimo anular esa votación? ¿Es creíble que en Santa Rosa, fábrica de hilados y tejidos, los obreros vayan a votar por el "riel"? No, señores; fueron con 9 votos, y quieren quitarles a esos obreros de Santa Rosa el derecho sagrado de votar por su color, por su distintivo "arado", por su gremio "hilados y tejidos", y el compañero, que no es abogado por su fortuna, nos viene con argucias de tinterillo, de que un documento notarial, para valer, debe estar legalizado con la firma del gobernador (Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. presidente: Se llama al orden a las galerías

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Pero cree usted, compañero, que el obrero Martínez va a tener dinero, tiempo y curiosidad para facilitar los sellos del notario, empresa que le contaría tres o cuatrocientos pesos, para hacer un acta notarial falsificada? ¿Pasa usted a creer semejante cosa? ¿Le parece a usted verosímil? ¿Verdad que no? De manera que prescindamos de argucias y vayamos a la verdad. En Orizaba sólo puede y debe triunfar un elemento del ramo textil. En Cárdenas, compañero, si viniera aquí en lugar de Gabriel Martínez, que ganó su elección en cierta forma que no quiero en este momento clasificar; si en lugar de Gabriel Martínez hubiera venido por Cárdenas, mi distrito natal, un ferrocarrilero, yo hubiera subido a esta tribuna a defender esa credencial con el mismo calor que he subido a esta tribuna a evitar que por apasionamiento de Manlio Fabio Altamirano y de Guillermo Rodríguez, se quieran poner las cosas al revés: En un distrito que está dominado por el elemento de

hilados y tejidos, se quieren meter subrepticia y capciosamente el elemento ferrocarrilero. De manera que si hay justicia en esta Cámara, se debe votar a favor del humilde obrero Eulalio Martínez, propagandista del socialismo, y de ninguna manera por Guillermo Fernández. Voy a terminar con una interpelación. (Voces: ¡A votar! ¡A votar! Siseos en las galerías.)

El C. secretario Gandarilla: Si las galerías insisten en interrumpir al orador, la Presidencia ordenará se desalojen.

El C. Díaz Soto y Gama: El compañero Manrique me contestó con demasiados distingos para que el argumento resultara claro. El compañero Rodrigo Gómez se acercó a mí a decirme qué actitud tomó el elemento ferrocarrilero en Durango; yo me sospecho que fue muy parecida a la que tomó en San Luis Potosí, mi ciudad natal. Ruego a la Presidencia conceda la palabra al ciudadano Rodrigo Gómez.

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Gómez.

El C. Gómez Rodrigo: Señores diputados: Quiero hacer constar que en las elecciones que acaban de pasar, el señor Felipe Pescador, muy conocido ferrocarrilero, que estafó a la nación, y por lo cual se le formó proceso, lanzó su candidatura como senador por el Estado de Durango, y fue apoyado exclusivamente por el elemento ferrocarrilero. Ahora bien; como pudiera creerse que yo soy parcial porque el compañero Soto y Gama...

El C. Alejandre, interrumpiendo: ¡Pido la palabra! Protesto porque el señor dice que estafó... (Murmullos)

El C. Gómez Rodrigo: Voy, un momento. El compañero Soto y Gama, que me hace esa pregunta, es íntimo amigo mío...

El C. Alejandre: Yo protesto por eso. Yo soy ferrocarrilero y protesto contra lo que se dice de los ferrocarrileros. ¿Por qué se lanza un cargo que no se puede probar? (Desorden. Campanilla)

El C. Gómez Rodrigo: Tengo derecho a que no se me interrumpa.

El C. presidente: Se suplica al ciudadano Alejandre que pida la palabra.

El C. Alejandre: Le suplico que después de que hable el señor, me permita la palabra para rectificar lo que acaba de decir.

El C. Gómez Rodrigo, continuando: Continúo manifestando que para que no sea crea que yo soy parcial en este debate, porque el señor Soto y Gama sea mi íntimo amigo, yo quiero que se interpele al compañero Gandarilla, que se interpele al compañero Franco Urías, que se interpele a todos los diputados por Durango, al compañero Castillo Nájera, para que digan contra quién tuvieron que luchar constantemente y quiénes apoyaron al candidato Felipe Pescador.

El C. Alejandre: Pido la palabra. El señor ha lanzado un cargo a un individuo que no se puede defender. (Campanilla)

El C. presidente: Señor diputado: Después de que haya terminado el señor Soto y Gama, para alusiones personales o para lo que usted guste, se le concederá la palabras de acuerdo con el Reglamento.

El C. Alejandre: Pero si este es el momento oportuno...

El C. presidente: En estos momentos no le puedo conceder la palabra.

El C. Alejandre: Después que se acabe la sesión para nada sirve. (Campanilla)

El C. presidente: Se suplica al ciudadano Alejandre que no introduzca el desorden. Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Todas estas disquisiciones sobre la mayor o menor tendencia retardataria o poco avanzada del elemento ferrocarrilero, forman exclusivamente lo que los españoles llaman los aledaños de la cuestión, los alrededores, no es el fondo; el fondo es la cuestión del cómputo de votos. Ante la fatiga de la Asamblea iba yo a bajarme de la tribuna, pero tengo que cumplir con mi deber hasta el fin y voy a permitirme hacer un rapidísimo cómputo de votos con ayuda de la Comisión, porque quiero que la Comisión me ayude eficazmente. Compañero Martínez, encuentro yo en esta lista de escrutinio los siguientes totales: Total de votos en favor de la candidatura del "riel", o sea la de Guillermo Fernández, 4,048 votos. Es exacto ¿Verdad? No, al revés, 4,048 para Eulalio Martínez...

El C. Ramírez Francisco Modesto: Sí, señor.

El C. Díaz Soto y Gama: Para la del "riel", 3,960; diferencia a favor de Martínez, según la Junta Computadora, 88 votos. Vea la Asamblea cómo está obligada a fijar su atención en lo que va a seguir: Le anula la Junta Computadora una casilla con pretexto de que se violó el secreto del voto, cosa que yo no acepto, porque me parece que equivale a una argucia, le anula 236...

El C. Ramírez Francisco Modesto: Sí, señor.

El C. Díaz Soto y Gama: Le quitan al candidato que tiene 88 arriba. Muy bien; pero admitiendo, suponiendo, sin conceder, que sea rebajada sea legítima, vamos a ver la substracción que hace en mi concepto con mejor derecho, con mayor razón el compañero Eulalio Martínez, que expresó que no pudo ser oído por la Comisión porque acaba de llegar a la ciudad de México. ¿Me hiciera favor el compañero de expresar la cantidad que crea él se debe anular en cada casilla y luego el total de los votos que pide él se anulen? (Voces: ¡A votar! ¡A votar!) Los impacientes tendrán necesidad de oír el final, el resultado de la votación, forzosamente, es su deber.

El C. Martínez Eulalio: En la 9a. casilla...

El C. Díaz Soto y Gama: Ruego a la Comisión tome nota para que me ayude en el cómputo tan sencillo.

El C. Martínez Eulalio: En la 9a. casilla le computaron al señor Fernández 370 votos; pero al hacer el recuento le faltaron al señor 26.

El C. Ramírez Francisco Modesto: Es en la 11.

El C. Martínez Eulalio: Esa fue la causa por la que la Junta Computadora no computó los 26 votos que indebidamente se le habían anotado.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Me permite usted una pregunta? ¿Eso quiere decir que hubo diferencia entre la lista de escrutinio y el número de boletas.

El C. Martínez Eulalio: Sí.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Está bien hecho el descuento?

El C. Martínez Eulalio: En la casilla número.

11 se encontraron al hacer revisión 70 boletas blancas. De acuerdo con la ley esas boletas blancas no debían computarse. Entonces fue cuando se convino en que habiéndose descontado a mí 27 anteriores, se descontaran de esas 70 solamente las 27 que a mí se me habían descontado en la 1a. y 2a. casillas y a él se le computara el resto y de allí no se volvería a descontar absolutamente ningún voto, por más que viniera en blanco.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿De manera que son 26 y 70?

El C. Martínez Eulalio: En la casilla única del pueblo de Soledad, por las razones que ya expuse y por el acta notarial que se ha leído, en mi concepto no deben computarse 236 votos; el total de estos votos son 332.

El C. Díaz Soto y Gama: Como decía un periódico reaccionario, "El Universal", si los números no engañan (Siseos)

El C. presidente: Se llama al orden a las galerías y también a los compañeros diputados, porque si se interrumpe nuevamente al orador, más se alargará este debate. Las galerías deben ser conscientes y respetar el Reglamento; de lo contrario, el ciudadano Soto y Gama no podrá terminar.

El C. Díaz Soto y Gama: Exactamente, y ya estoy por terminar. (Voces: ¡Vaya!) Con que si los números no engañan, como decía el otro día un periódico reaccionario, como nunca dejaré de calificarlo, "El Universal", si los números no engañan, 332 es una substracción mayor que 236, y como ya tenía ventaja, 88 arriba, la candidatura del "arado", resulta ahora con una nueva ventaja. Suponiendo que se deba anular, no voy a exigir que se anulen en este instante; en el supuesto, en la hipótesis de que tenga razón el compañero Martínez, resultaría con mayoría evidente la candidatura del "arado", ¿no es así? Con mayoría evidente la candidatura del señor Eulalio Martínez. ¿No es así, señor presidente? En esa hipótesis, me refiero a la cuestión de números, o si no yo hago la resta aquí, señores. La voy a hacer.

El C. Ramírez Francisco Modesto: ¿En qué sentido me hace usted la pregunta? ¿Como interpelación?

El C. Díaz Soto y Gama: Como interpelación, si es que usted quiere hacer la resta; si no tiene esa amabilidad, la hago yo.

El C. Ramírez Francisco Modesto: Pero resulta que ese cómputo, como yo me he atendido a lo que arrojan los expedientes, no resulta esa mayoría, sino que ateniéndonos a los expedientes deben descontarse 236 por las razones expuestas por los oradores del pro, fundados en el certificado del presidente municipal; respecto de los votos que anula el señor Martínez, cuyos documentos no conozco y que me inculpa que no hemos tenido en consideración, cuando confiesa que él vino con ellos anoche, porque andaba en una comisión, indudablemente que nosotros no podríamos tomarlos en consideración; de suerte que con arreglo al expediente, resulta con una mayoría la candidatura de Fernández. Si esos documentos que trae Martínez, aunque sea una acta notarial, porque lo único que acredita es el hecho que los testigos declararon allí, si son buenas o malas esas elecciones, esa es apreciación de Asamblea. - El C. Díaz Soto y Gama: Confieso lo que tengo que confesar; les ruego un último momento de atención.

El C. Siurob: ¿Me permite una interpelación?

El C. Díaz Soto y Gama: Después, voy a acabar. No podía yo hacer cargos a la Comisión por no haber atendido razones que no se presentaron ante ella; pero la Asamblea sí está obligada a oír los nuevos datos que trae el debate nada menos que el interesado. El interesado, pues, quiere que se anulen esas casillas y la Asamblea está obligada a juzgar en conciencia si las razones que da son dignas de tomarse en cuenta o no. El alega que en la 4a. casilla de Orizaba, instalada en el colegio "Hidalgo", al abrir la Junta Computadora el ánfora que contenía los sufragios emitidos el día de la elección, se observó "que el ánfora de referencia había sido abierta para arreglar la elección de esa casilla en favor del señor Fernández", Esa fue la sospecha derivada de la presunción legal que tuvo en cuenta la Junta Computadora perfectamente fundada, porque la ley, al ordenar que estén cerrados los expedientes, lo ha hecho para evitar substracciones o fraudes; si estaba abierta, tenía perfecto derecho la Computadora de anularla. De manera que la anulación de la 4a. casilla es fundada. Respecto de la casilla del pueblo indígena de Soledad, donde no es posible que sean amigos de los ferrocarrileros o simpatizadores de ellos, porque la propaganda ferrocarrilera no llega a ese pueblo con la misma eficiencia y asiduidad con que llega la propaganda obrera textil, que están en continuo contacto con el campo...

El C. Altamirano: Sí llegó.

El C. Díaz Soto y Gama: Estoy razonando, compañero; probablemente mal, ahí se asienta esto: "En la casilla que se instaló en el pueblo de Soledad, los partidarios del señor Fernández, el día de la elección fueron a dicho pueblo y conquistándose con dádivas al presidente municipal, instalaron la casilla, cuyos padrones hicieron en ese momento, integrando la Mesa los partidarios del señor Fernández, con excepción del presidente; que el día 6 que se instaló la Computadora en Orizaba, se descubrió que no sabía leer ni escribir; con tal motivo, las elecciones en ese pueblo prácticamente las hizo el partido ferrocarrilero, como puede comprobarse con un acta notarial levantada en el lugar de los acontecimientos, y que se adjunta para mayor constancia". Es el argumento. ¿Cómo puede comprobarse que una acta notarial....(Desorden en las galerías. Voces: ¡Ya, hombre, ya! Campanilla!) A riesgo de que vuelva la rechifla o los siseos de las galerías, que yo no tomo en consideración, voy a terminar con esto: Suplicando a la Presidencia y a la Secretaría que se lea la parte de esa acta que el interesado, señor Martínez, considere pertinente que conozca la Asamblea. Agradezco a la Asamblea la atención con que me ha oído y no puedo decir lo mismo de las galerías. (Aplausos. Siseos)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Altamirano.

El C. Alejandre: Pido la palabra

El C. Altamirano Manlio Fabio: Ciudadanos diputados: En vista de la hora que es, no voy

a hacer uso de ese derecho y no voy a ir a la tribuna. Solo quiero decir al compañero Soto y Gama que, de acuerdo con los escrutinios, se deduce esto: Primero, que fue muy reñida al votación, y que estuvo muy dividida. En consecuencia, no es cierto que unánimemente las fábricas de Orizaba hayan votado por el señor Eulalio Martínez, porque con los mismos escrutinios se demuestra que se dividió la votación. Segundo: Que en la ciudad de Orizaba hubo ese exceso, hubo esa superioridad de votos en favor del señor Guillermo Fernández, en virtud de que hay otras pequeñas industrias, que no entran en el ramo de las textiles, como los zapateros y todos los oficios que nosotros conocemos. Por último, que en la misma ciudad de Orizaba, cuya votación tilda de reaccionaria y burguesa Soto y Gama, el señor compañero Eulalio Martínez ganó 1,2,3,4 y 5 de las 18 casillas que se instalaron en Orizaba y, finalmente, que recuerde el compañero Soto y Gama que él, para poder entrar a esta Asamblea, se le nulificaron varias casillas en su favor, por haberse violado el secreto del voto. (Aplausos.)

El C. Siurob: Para una interpelación.

El C. presidente: Habiendo hablado todos los oradores del pro y del contra, la Presidencia ruega a la Asamblea que escuche lo que va a decir en pocas palabras: Han pedido la palabra varias personas, para alusiones personales; conforme al reglamento; no se les puede negar y tiene la palabra el ciudadano Guillermo Rodríguez

El C. Siurob: He pedido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Siurob: Mi interpelación consiste en esto: Este obrero, según aparece en los datos que se dan, fue sostenido exclusivamente por obreros textiles. Ahora bien; es muy extraño que el partido que a él lo sostiene se llame el partido del "Arado." (Voces ¡Ah!) Lo racional es que ese partido se llamara Partido de la Lanzadera, del Carrete o de cualquier otra cosa. (Risas. Aplausos.) Así como, por ejemplo, no podrá suceder que a un club de zapateros se les fuera a poner Club de la Garlopa. La interpelación tiene su cola, y la cola es ésta: Que puesto que un obrero textil le pone a su club, Club del Arado, es claro que no lo sostuvieron los obreros textiles, sino algún otro pequeño grupo de trabajadores de los campos. (Voces: ¡Ah!)

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra. (Voces: ¡No! ¡No!)

El C. Siurob: Ya no lo interpelo, compañero.

El C. Díaz Soto y Gama: Tengo que contestar.

El C. Siurob: Fue una simple interpelación retórica.

El C. Díaz Soto y Gama: Tengo que contestarla. Pido la palabra, señor presidente. (Murmullos.)

El C. presidente: Se llama al orden a los ciudadanos diputados y se les suplica al ciudadano Soto y Gama que sea breve. Tiene usted la palabra.

El C. Díaz Soto y Gama: Van a ser dos palabras. A mí no me molesta, al contrario, me divierte mucho la gracejada o chascarrillo del compañero Siurob. (Risas.) Es ingeniosa y ha venido a quitar algo la fatiga; pero no creo que la Asamblea, formada por hombres serios y mayores de edad, vaya a decidirse por una gracejada. Ahora, contestando el fondo, le diré que me ha dado un argumento, compañero. ¿Ya ve usted cómo los obreros textiles están en contacto con los del campo para atraérselos? (Voces: ¡Ah!) Un momento: Me ha dado usted un argumento para la casilla de Soledad. Ya ve usted cómo el pueblo indígena o campesino de Soledad, está en contacto inmediato y directo con los señores textiles, que para llevar su propaganda hasta allá, aceptan el nombre simpático del Arado, aceptan el distintivo simpático del Arado. Quiere decir, que el Partido Veracruzano del Trabajo, que en Orizaba, centro industrial está formado por los obreros textiles de la ciudad, en el resto del Estado está formado por los trabajadores del campo, que tratan de atraerse a los textiles; pero los ferrocarrileros no usan el arado, usan el riel, y los ferrocarrileros van a lo largo de las vías férreas y toman muy poco o ningún contacto con los campesinos. De manera que usted ha venido a demostrar indirectamente con su gracejada, que la casilla de Soledad, la ganó noble, carrecta y decorosamente el Partido del Arado. (Voces: ¡Ah!)

El C. Siurob: Muchas gracias.

El C. presidente: Tiene la palabra, para una alusión brevísima, el ciudadano Alejandre.

El C. Alejandre: Señores diputados: El único ferrocarrilero que creo que hay en esta Asamblea actualmente, es un humilde servidor de ustedes. Ayer, de la manera más vil, de la manera más baja (Siseos) fueron guillotinados tres ferrocarrileros que salieron de esta Asamblea: El señor Guadalupe de Anda, el señor Margarito Ramírez, a quien le debe la vida el general Obregón, y el señor Daniel Martínez, que fue diputado por uno de los distritos de Monterrey, precisamente por un centro ferrocarrilero. Y después de eso se viene a echar aquí lodo sobre un gremio al que muchos de ustedes le deben servicios de consideración. (Murmullos.) Yo, por mi parte, protesto de la manera más enérgica contra lo que se ha dicho de ese gremio y contra las palabras que dijo el señor, en una forma indebida, dirigidas al señor Pescador, y suplico a la Presidencia de la manera más atenta y enérgica, que pida a este señor que sea un poco más caballero y que si tiene algo contra el señor Pescador, que se dirija a él en lo personal. El señor Pescador, es un hombre cumplido y no será usted capaz de enfrentarse contra él. Yo pido a la Presidencia que retire eso; el señor Pescador es uno de los grandes ferrocarrileros, y todos lo admiramos, porque es el administrador número uno de los ferrocarriles. (Aplausos.) - El C. Gómez Rodrigo: Pido la palabra. (Voces: ¡No! ¡No!) El señor Pescador está procesado por haber dispuesto de los fondos de los ferrocarriles. - El C. secretario Gandarilla: Se pregunta a la Asamblea si considera el punto suficientemente discutido. En votación económica, se pregunta si se aprueba el dictamen. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobado. En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que son diputados por el 13 distrito de Veracruz los ciudadanos Guillermo Fernández y Juan Salazar. - El C. presidente, a las 22.30: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las once de la mañana.