Legislatura XXX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19220828 - Número de Diario 8

(L30A1P1oN008F19220828.xml)Núm. Diario:8

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 28 DE AGOSTO DE 1922

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO I.- PERIODO ORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO I.- NUMERO 8

8a JUNTA PREPARATORIA

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 28 DE AGOSTO DE 1922

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Son aprobados sin discusión los dictámenes que se refieren a las elecciones verificadas en los distritos electorales 9o. de Oaxaca, 1o. de Campeche y 2o. de Colima. Usan de la palabra para hechos los CC. diputados Israel del Castillo y Gustavo Arce.

3.- Se discuten y aprueban los dictámenes relativos a los distritos electorales 4o. de Sinaloa y 6o. de Coahuila.

4.- Sin discusión es aprobado el dictamen correspondiente al 6o. distrito electoral de Yucatán. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. PRIETO LAURENS JORGE

(Asistencia de 147 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. presidente, a las 17.45: Se abre la sesión.

- El C. secretario Ollivier, leyendo:

"Acta de la Junta Preparatoria celebrada por la Cámara de Diputado del Congreso de la Unión, el día veintiséis de agosto de mil novecientos veintidós.

"Presidencia del C. Jorge Prieto Laurens.

"En la ciudad de México, a las trece horas y diez y ocho minutos del sábado veintiséis de agosto de mil novecientos veintidós, se abrió esta Junta con asistencia de ciento ochenta y tres miembros de la Asamblea, según declaración que hizo el C. secretario Ollivier después de haber pasado lista.

"Sin objeción se aprobó el acta de la Junta celebrada el día anterior.

"El C. Justo Santa Anna rectificó hechos. Para lo mismo se concedió la palabra al C. José Manuel Puig Casauranc, pero éste se limitó a manifestar que esperaría que estuviera presente el C. Morones.

"El C. Rafael Pérez Taylor contestó alusiones personales e interpeló al C. Roque González Garza.

"Se puso a discusión un dictamen de las secciones 1a., 2a., 3a., 5a., 8a. y 10 de la 1a. Comisión de Poderes, que propone se declaren válidas las elecciones celebradas en los distritos electorales 3o. de Sinaloa, 3o. de Veracruz y 4o. de Zacatecas y diputados propietario y suplente, respectivamente, a los CC. Salomé Vizcarra - Carlos Bouttier, Isauro Barranco - Nabor Chargoi e Ignacio Sánchez Campa - J. Angel Acevedo.

"El C. Enrique B. Domínguez contestó una pregunta que el C. Manrique hizo a las secciones dictaminadoras y que provocó aclaraciones de la Presidencia.

"El C. Siurob hizo constar que se oponía al sistema de dictámenes globales.

"La asamblea aprobó el dictamen en votación económica y se hizo la declaración respectiva.

"La Secretaría dio cuenta con otro dictamen, de la 8a. Sección de la 1a. Comisión de Poderes, que en su parte resolutiva dice:

"Son válidas las elecciones para la XXX Legislatura verificadas en el 5o. distrito electoral del Distrito Federal el día dos de julio próximo pasado, y son diputados propietario y suplente, respectivamente, por ese distrito, los CC. Luis G. Malváez y Filiberto Rubalcaba, con una mayoría de 2,254 votos.

"El C. Díaz Soto y Gama pidió que se iniciara la discusión hasta que estuvieran presentes algunos miembros del grupo laborista, quienes impugnarían el dictamen. A ese respecto hicieron aclaraciones la Presidencia y el C. Juan Quiroga. Se repitió la lectura del dictamen y en seguida paso a la tribuna para hablar en contra, el C. Luis N. Morones.

"Presidencia del C. José Villanueva Garza.

"Con motivo de los conceptos vertidos por el C. Morones, el C. Prieto Laurens usó de la palabra para rectificación de hechos.

"Presidencia del C. Jorge Prieto Laurens.

"También rectificaron hechos los CC. José F. Gutiérrez y Díaz Soto y Gama, quienes se refirieron a lo expuesto por el C. Prieto Laurens. El primero, además, adujo razones en contra del dictamen, interrumpiéndole una moción de orden del C. Alvarez del Castillo por la que se conminó a los asistentes a las galerías para que guardaran compostura. El C. Días Soto y Gama dio respuesta a tres interpelaciones que le hizo el propio C. Alvarez del Castillo.

"Se concedió la palabra en pro del dictamen al

C. José Manuel Puig Casauranc. Este representante, durante su discurso, hizo mención a lo que con respecto a su persona manifestó en la Junta anterior el C. Morones. El orador leyó varios impresos para comprobar la veracidad de sus asertos y le interrumpió una aclaración del C. Manrique.

"Puso fin al debate, hablando en pro, el C. Luis G. Malváez, quien contestó alusiones personales e interpeló a los CC. Pérez Taylor y Francisco Escudero.

"Asimismo contestó alusiones personales el C. Morones y acto continuo se aprobó el dictamen en votación económica y se hizo la declaración correspondiente.

"La Secretaría anunció que en la próxima Junta se trataría los dictámenes relativos a las elecciones en los distritos electorales 9o . de Oaxaca, 1o. de Campeche y 6o. de Yucatán; el C. Manrique sugirió que desde luego se resolviera sobre esos asuntos, pero la Presidencia no accedió, en virtud de lo avanzado de la hora y de estar inscriptos varios oradores para tomar parte en la discusión de esos dictámenes.

"A las diez y seis horas y treinta minutos se levantó la Junta y se citó para las diez y seis del próximo lunes veintiocho."

Está a discusión el acta. ¿No hay quien pida la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 5a. Sección.

"H. Asamblea:

"A los subscriptos miembros de la 5a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, tocó conocer de la validez de las elecciones habidas en el 9o. distrito electoral del Estado de Oaxaca.

"Vista la documentación respectiva, aparece que el acta de la Junta Computadora y sus anexos están de acuerdo con los dispuesto en la Ley Electoral. Según el cómputo general hecho por esta Junta resulta una votación a favor de Israel del Castillo de 6,342 votos; a favor de Rafael Odriozola, 1,475; a favor de José González, 1,042 y a favor de Ignacio Martínez 718, todos como diputados propietarios.

"De la documentación que existe en el expediente, y por los oficios remitidos por el candidato José González y que corresponden a oficios remitidos por presidentes de casillas, aparece que dejaron de computarse, por no haber estado presentes en la Junta Computadora, algunos paquetes electorales, por lo que ha habido necesidad de hacer el cómputo de los nuevos votos que por separado han sido remitidos a la Oficialía Mayor de esta Cámara.

"Hecho el recuento, con el que está conforme el señor Ruiz Martínez, según su mismo informe, resulta que la votación queda como sigue: Israel del Castillo, 6,343 votos: Ignacio Ruiz Martínez, 2,474; José González 1,942 y Rafael Odriozola, 1,475.

"El candidato Ruiz Martínez está conforme con este número de votos, y los otros candidatos subscribieron el acta de la Junta Computadora, demostrando su conformidad con la votación obtenida por el candidato Israel del Castillo.

"El punto principal por el que el candidato Ruiz Martínez ataca la votación de Israel del Castillo, es, según él, por la presión ejercida por las autoridades locales en favor de aquel y para demostrarlo, acompaña copia de dos cartas puestas una al subsecretario de Gobernación y otra al secretario de Guerra; como toda esta documentación no prueba absolutamente nada, esta Comisión no tiene los fundamentos necesarios para poder declarar que existió esa presión, máxime cuando no existen ni protestas presentadas ante la Junta Computadora ni en la casillas, que trajeran luz en este asunto, y sí debe presumirse que no pudo existir esa presión tal como lo manifiesta el señor Ruiz Martínez en favor del señor Israel del Castillo, puesto que aparece comprobado que el suplente del candidato Rafael Odriozola es hermano del presidente municipal.

"Por lo expuesto, nos permitimos proponer a la consideración de la Cámara el siguiente punto resolutivo:

"Único. Son válidas las elecciones habidas en el 9o. distrito electoral del Estado de Oaxaca el día dos de julio último, y son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los CC. Israel del Castillo y licenciado Eduardo Vasconcelos.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 24 de agosto de 1922.- Moisés Huerta.- E. B. Domínguez.- S. Franco Urías."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados y presuntos que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

En consecuencia la Presidencia, por conducto de la Secretaría. declara que son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el 9o. distrito electoral del Estado de Oaxaca los ciudadanos Israel del Castillo y Eduardo Vasconcelos. (Aplausos.)

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a. Comisión Revisora.- 5a. Sección.

"H. Asamblea:

"A los subscriptos miembros del 5o. grupo de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales, les fue turnado el expediente electoral que corresponde al 1er. distrito de Campeche para resolver sobre la validez de las elecciones.

"Revisado el expediente respectivo se encontró que toda la documentación viene de acuerdo con la ley y con el acta de escrutinio de la Junta Computadora, sin que se encontraran protestas dignas de tomarse en consideración.

"La protesta presentada ante esta Comisión en contra de la candidatura Mena Córdoba consiste en que este señor es diputado local, pero aparece que fue electo también presidente municipal

desempeñando este último cargo por no poder ejercer dos de elección popular.

"De las constancias presentadas para justificar su separación definitiva de ese cargo, se llega en conocimiento que dentro de los términos legales quedó definitivamente separado de ese cargo el señor Mena Córdoba para lanzar su candidatura como diputado al Congreso de la Unión. La Junta Computadora expidió la Credencial a favor de este señor en vista de haber obtenido una gran mayoría de votos.

"Por todo lo expuesto, nos permitimos someter a la consideración de la H. Asamblea el siguiente punto resolutivo:

"Único. Son válidas las elecciones habidas en el 1er. distrito electoral del Estado de Campeche y son diputados propietarios y suplente, respectivamente, los ciudadanos Eduardo Mena Córdoba y Manuel Osorno."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 25 de agosto de 1922.- S. Franco Urías.- Moisés Huerta.- E. B. Domínguez."

Está a discusión el dictamen. Los ciudadanos diputados y presuntos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobado.

La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el 1er distrito electoral de Campeche los ciudadanos Eduardo Mena Córdoba y Manuel Osorno.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- 4a. Sección.

"H. Asamblea:

"A la 4a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales paso para su estudio y dictamen el expediente del 2o. distrito electoral del Estado de Colima formado con motivo de las elecciones de diputados al Congreso de la Unión verificadas el 2 de julio próximo pasado.

"Hecho el examen minucioso de todas y cada una de las casillas que funcionaron en el expresado distrito electoral, la misma 4a. Sección de la 1a. Comisión Revisora, pudo uniformar su criterio en el sentido de que las elecciones en el mayor número de municipios se hicieron bajo la presión de alguna autoridad deseosa de favorecer con el triunfo la fórmula Alfonso G. Moretín - Aniceto Castellanos, ya que según se pudo comprobar por las muchas irregularidades y detalles que se advierten en los expedientes hubo necesidad de nulificar por inaceptables y de acuerdo con las distintas fracciones del artículo 104 de la Ley Electoral de Poderes Federales vigente, las casillas siguientes: 2a., 4a., 7a. y 8a. de Comala, 2a., 3a., 4a. y 5a. de Cuauhtémoc, 2a., 5a., 6a., 7a., y 8a. de Coquimatlán cuyas votaciones arrojaron 1,863 votos que corresponden a fórmula Moretín Castellanos, 11 de la fórmula Saucedo - Orozco, 15 de la fórmula Vizcarra - Gudiño y 22 del candidato Milanez.

"La Comisión hace notar a la H. Asamblea que dichas nulificaciones han sido impuestas por la fuerza de la ley y por la elocuencia de los hechos observados; y que ha dejado sin considerar muchas otras deficiencias de pequeña monta que perjudican la elección de los candidatos Morentín Castellanos.

"Por las razones expuestas y de acuerdo con los datos numéricos que obran en poder de la Comisión, se consulta a la H. Asamblea la aprobación de los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Son buenas las elecciones verificadas en el 2o. distrito electoral del Estado de Colima.

"2o. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, los CC. Salvador Vizcarra y Manuel Gudiño.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 28 de agosto de 1922.- E. L. Céspedes.- G. Bosques.- Francisco Garza."

Esta a discusión el dictamen. Los ciudadanos diputados y presuntos diputados que deseen hacer uso de la palabra sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba.

Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado. (Aplausos.)

En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el 2o. distrito electoral del Estado de Colima los ciudadanos Salvador Vizcarra y Manuel Gudiño. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra para hechos el ciudadano Israel del Castillo.

El C. Del Castillo Israel: Señores jurados: Justicia a los peleceanos. Justicia clamaba ayer en su vibrante discurso el diputado Prieto Laurens, y justicia a los peleceanos, señores compañeros, es justicia a la revolución. Y no me quiero referir, señores compañeros, a los peleceanos que, como los laboristas y como algunos agraristas hicieron de la bandera de ese partido un guiñapo, explotándola para llenarse los bolsillos de dinero. No, señores; quiero referirme a los peleceanos honorables; a esos, señores, es a los que Prieto Laurens se refería. Justicia, señores, justicia; en esta bella palabra pueden caracterizarse todos los ideales de la revolución; es, puede decirse. emblema de la propia revolución. Cuando yo, señores, después de venir estudiando la psicología de la formación de las Cámaras de Diputados, desde la revolución hasta la fecha, he podido darme cuenta de que en la XXVII Legislatura, el P L C empezó a aplicar el cuchillo político; en la XXVIII Legislatura siguióse aplicando con doble fuerza ese cuchillo político y se instaló lo que dio en llamarse "aplanadora"; en la XXIX Legislatura la prensa dio en llamar a la mayoría de la Cámara, "tank", probablemente recordando a las piezas que sirvieron en la guerra franco - alemana; en la XXX Legislatura, señores compañeros, por distintas razones que no quiero exponer, se usaron los "globos". (Risas.) Estos globos, señores compañeros, que muchas veces llevan en su seno hasta gases asfixiantes, tuvieron, señores compañeros, sus muy grandes defectos. Yo alguna vez al compañero Breceda y al

compañero Gandarilla, después del primer globo, cuando me preguntaban a mí que cuál era mi opinión, yo les dije: desde el punto legal, yo no lo acepto; pero levantemos un poco nuestras pasioncillas de partido y tengamos en consideración que es todavía más necesario, es todavía más indispensable para la salvación de la nación, no que esté el P L C en el candelero ni que esté el Cooperatista, no que esté cualquier grupo, porque a mí me da absolutamente lo mismo, desde el punto de vista revolucionario, que esta Cámara hoy haya sido dirigida por los compañeros Alvarez del Castillo y Prieto Laurens o que ayer por García Vigil y Vadillo; para mí los cuatro elementos son elementos revolucionarios, y mientras yo vea que la Cámara está manejada, lleva las riendas de ella cualquiera de los hombres, cualquiera de los jóvenes que se han distinguido en la revolución defendiendo las ideas, ya con la pluma, ya en la tribuna, ya en los campos de batalla, para mí, creedme, señores, que mi conciencia estará perfectamente tranquila. ¡Justicia al Pélece! Señores compañeros, justicia es lo que necesita la revolución. Parodiando una frase de algún héroe de nuestra patria, podría yo deciros que si los revolucionarios no nos peleamos con los revolucionarios, la revolución se ha cristalizado en hechos y la patria se ha salvado. Y que no vengamos aquí, señores compañeros, con las ideas sidolventes de los socialistas, que no entienden lo que es socialismo; que no vengamos aquí con las ideas extremistas de los laboristas explotadores, ni con las ideas de los agraristas que también lo saben hacer. (Aplausos.) Es necesario, señores compañeros, que dentro de cada grupo se procure elevar el espíritu colectivo de ese grupo. Pues bien, señores; cuando yo veía que Legislatura a Legislatura va el grupo que domina a la mayoría ejerciendo una verdadera tiranía, una verdadera absorción, ayer con aplanadoras, más tarde con tanks y hoy con globos, decía: ¿adónde vamos a dar, que será de la XXIX Legislatura, que irá a hacer de las pobres minorías del grupo que logre controlar la mayoría? Me desvelé dos noches, señores compañeros, pensando cómo podría hacer esta Legislatura para poder conseguir, poner un contrapeso, un freno a esta tendencia arrolladora. Pero posteriormente de los primeros combates habidos en esta Asamblea entre cooperatistas, laboristas y agraristas, es verdad que ellos han escogido los dos flancos de la Cámara para sentarse y han colocado al Partido Cooperatista en el centro; de manera que ellos piensan siempre en sus luchas parlamentarias hacer un movimiento envolvente sobre la mayoría; pero he aquí que la vez pasada yo los ví batirse contra la mayoría como si fuera treinta dragones contra otros treinta dragones, y así es cómo de una manera impensada subió el señor Morones y después subió el señor Prieto Laurens y no pudo, porque no pudo hacer su movimiento, su punto de vanguardia, porque no supo mandar su guardaflanco y porque no pudo retaguardia a la mayoría. (Murmullos.) Mucho podido salió, señores compañeros, y otra vez lo mismo que ayer, lo mismo que en la XXIX Legislatura, se salpicó de lodo la Representación Nacional; se habló aquí de asesinatos, se habló de algunas otras características de la gente de baja ralea y de entre toda esta lucha, de entre toda esta inmundicia surgió algo, surgió la solución al problema que yo había encontrado o que yo buscaba para encontrar el contrapeso a esa tendencia absorbente de la mayoría. Este contrapeso, señores, es la conciencia, es la integral de la conciencia de cada uno de los elementos que forman ese grupo. Aquí tenéis el caso de Israel del Castillo, en el que la integral de la conciencia, de ese grupo que hoy es mayoría y que pertenece al Partido Cooperatista, supo hacerle justicia. No le hace que elementos que no han venido aquí a la Cámara por la voluntad de su distrito, no le hace que elementos que ayer lucharan por bandera distinta de la revolución, peleando por la Constitución de 57, se hayan opuesto en el seno de este bloque, que desde hoy reconozco revolucionario. (Murmullos.) Que la patria, señores compañeros, necesita que trabajemos, así se lo decía al compañero Breceda y al compañero Gandarilla cuando en un corrillo me preguntaba que qué opinaba de los globos. Si nosotros, es decir, si vosotros los que constituís la mayoría, que os habeís echado, que tenéis la responsabilidad de vuestros actos, porque sois la XXX Legislatura, si todas estas precipitaciones de que tanto se lamentaba la vez pasada el ciudadano Soto y Gama - él se lamentaba de que precipitadamente se hubiese formado la Cámara, pero no supo hacer una lamentación cuando se ponía a discusión el primer globo donde iba imbíbita su Credencial -, (Murmullos.) pues bien, señores; si nosotros, consecuentes con el papel, consecuentes con la misión que tenemos como primer poder de la República, logramos que todas estas injusticias que pudo haber llevado el globo se laven y que esta propia mayoría resuelva los problemas nacionales, tened la seguridad de que la nación entera os aplaudirá , tened la seguridad le que los peleceanos venimos aquí precisamente a eso, es indudable que a eso venimos, no tenemos aspiraciones futuristas ni cosa que se les parezca, venimos aquí precisamente a colaborar con vosotros, que hoy sois los refrenadores de esa política de agitación que ejercen los hombres que viven de la explotación de las clases populares. Para qué hablar, señores, del bolchevismo agudo, para qué hablar, señores, de la socialización de la tierra si la verdad amarga, la verdad triste es que nuestras finanzas cada día están en situación más precaria, que la bancarrota está regida en sistema y que la tiranía del Fisco se hace cada día más insoportable con el objeto de igualar los gastos nacionales, sin lo cual hasta la miseria es imposible en nuestra patria. Atendiendo a resolver estos problemas dentro de los principios de la revolución atendiendo a no impedir que los capitales desaparezcan, que se esfumen por esas ideas venidas a verter aquí en esta tribuna que hacen en la boca de Soto y Gama un poco más de mal que hiciera Soto y Gama escondido en las cuevas del Jilguero; contra esas tendencias y dentro de un criterio genuinamente equilibrista dentro del capital y el trabajo, es como debemos venir aquí a laborar por la patria. Si así lo hacemos, tened la seguridad de que todos nosotros pasaremos a la posterioridad como verdaderos mexicanos, y cuando nosotros rindamos el culto a la tierra, entonces nuestros hijos nos

bendecirán; de otra suerte, señores compañeros, os maldecirán. Pero ya he cansado vuestra atención y solamente me resta decir, señores compañeros, algo que está seguramente en todas vuestras conciencias, y es lo relativo a la sucesión presidencial. (Murmullos.)

Nosotros necesitamos luchar dentro de este Parlamento contra las tiranías y contra el despotismo de la casa militar. Procuremos, señores, con una buena ley orgánica amartillando las conciencias de los soldados que tienen el mando de las fuerzas, forjándolas con el martillo de los ideales de la revolución, que se concreten estos señores a dar exclusivamente garantías, inyectarles un poco de civismo, porque ese Ejército que sirve para mantener el orden, es el Ejército que sirve también para no hacerlo. Si nosotros logramos esto, si nosotros logramos trabajar dentro de esta representación con el objeto de cristalizar en realidades todas las aspiraciones de la revolución, entonces, señores compañeros, habremos logrado hacer desaparecer para siempre el terrible dilema en que vive la patria, el terrible dilema en que vive México y que el pueblo de México lo espera cada vez que viene la sucesión presidencial: o la guerra civil, o la dictadura. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra para hechos el ciudadano Arce.

El C. Arce: Honorable Asamblea: Pedí la palabra para hechos precisamente recordando la significación, la trascendencia y la importancia de los incidentes ocurridos en la sesión última. Era necesario y es preciso para el prestigio de esta Cámara y para la significación de estas mayorías, aclarar hechos y poner claramente las cosas en su lugar. No es posible que estas mayorías callada, tranquila y pacientemente sigan soportando y oyendo sin contestar todo lo que se dice y todo lo que se oye, aunque aquí no se venga a decir. Es preciso serenar la contienda y hacernos cargo de la verdadera situación de esta Legislatura. Se ha hablado de injusticia, se ha hablado de procedimientos viciosos y reprobables y en todos los casos las responsabilidades caen no ya encima de las mayorías que se integraron en el seno de la Confederación, sino que vienen a ser únicamente responsabilidad de las mayorías que hoy quieren consideres como constituidas por los bloques del Cooperatista y sus aliados. Y no, señores, no, las dificultades que provocaron el incidente en la sesión última es el postrero tal vez, pero no ha sido el único; hubo una serie, una infinidad de dificultades, de incidentes, de obstáculos y de tropiezos y con buena voluntad, y con un espíritu elevado de patriotismo y con un propósito de finalidad y con un alto principio como miraje, siempre que el tiempo, según he dicho, pudo buscarse una solución y pudo continuarse el camino; si el incidente llegó al punto que vosotros habéis presenciado, débese sin duda a que culminó en un momento dado, sin el tiempo necesario para buscar una solución como en tantas otras había podido encontrarse. Se ha dicho que el procedimiento de esas mayorías, las de ayer, las de hoy, ha Estado basado fundamentalmente por un espíritu de injusticia, y con un tintineo constante, con un azotar continuo se ha citado el caso del presunto diputado Magallanes arrojado de aquí, según se dice, por el baldón de ser católico. Y no, señores, estas mayorías lo saben perfectamente y lo sabe toda la Asamblea: si Magallanes no ocupa un sitial en esta Cámara, no es por esta razón, aun cuando algunos diputados y presuntos diputados hubiesen vertido frases en contra de este presunto diputado, encaminadas únicamente a considerar su Credencial bajo el aspecto político, religioso, no fue en realidad el tema fundamental del dictamen de las comisiones ni fue seguramente el criterio que normó la decisión de esta respetable Asamblea; si Magallanes no entró a esta Cámara, si ni ocupa un sitial entre vosotros, no es por esa creencia, no es por ese criterio, no es porque tenga esta o aquella religión, sino porque su Credencial estaba viciada de ilegalidad desde su origen. Yo puedo citar este caso especial e individualmente porque Magallanes discutió en seno de la Comisión personalmente su Credencial, y ante los cargos concretos de falta de legalidad objetados contra algunas de las casillas en que fundaba su elección, no tuvo más que callar y someterse inexorablemente. Fue inútil, es verdad, fue inútil que oradores del contra vinieran a atacarlo en sus creencias religiosas, no era preciso, no era necesario. Pero ¿por qué no estos desahogos cuando viene a tomarse en consideración, cuando viene a discutirse un caso precisamente como éste? Si hay tanta libertad de oración, si hay tanta libertad de expresión, ¿por qué los oradores del contra no habrían de atacar esta Credencial o a este presunto diputado por sus creencias religiosas, y no por sus creencias religiosas, sino por otra razón más importante y significativa como dijera el compañero Pérez Taylor, no por sus creencias religiosas, sino porque estos hombres, tomando como pretexto la religión y las creencias y los principios dogmáticos, forman falanges engañadas de hombres que los siguen y que, como los Caballeros de Colón, vienen a convertir las creencias religiosas en instrumento de combate en las luchas políticas? ¿Quién podría afirmar, si en ninguna discusión se han atacado estos puntos? ¿Quién podría afirmar rotunda y solemnemente que aquí entre todos los que están no haya alguno o algunos que tengan estas creencias? Pero en el fondo de todo ¿que importa? ¿Qué podríamos decir del mismo Soto y Gama, tan radical y tan avanzado, que llegando ya a los lindes de la madurez, casi para mí toca hasta el misticismo por sus ideas, y no por sus ideas atrasadas o clericalistas, no, por sus ideas elevadas dentro de los mismos sentimientos revolucionarios, dentro del radicalismo de sus ideales, cuya base y cuyos principios, como todo ideal social moderno y contemporáneo, arranca y se basa en le más puro y noble sentimiento de humanidad? ¿Y qué podríamos decir de Castillo Tapia, si es quizá para quien lo conoce y aun para él mismo un franciscano, un franciscano por la elevación de sus ideas y por la pureza de sus principios? Y si eso decimos de un Soto y Gama, innegable por su idealidad, innegable por la pureza de sus principios revolucionarios, innegable para mí por la honradez con que trata y discute todos los problemas y todos los asuntos del agrarismo, ¿qué diríamos de algunos otros que cada uno de vosotros conocéis? (Murmullos.) No estas mayorías no han tenido en cuenta ni el

espíritu del presunto, diputado inclinado a esta creencia o religión, ni han tomado tampoco esto como arma. ¡Y el caso reciente de Israel del Castillo y el de tantos independientes como habrá aquí, sin duda, en estas curules, y el de tantos y tantos peleceanos que puede que haya o habrá cuando termine la discusión de Credenciales...! Es verdad, no podrá negarse que en el fondo por el procedimiento, el que se ha seguido hoy, el que se siguió ayer y el que se seguirá constantemente en la discusión de Credenciales, es claro que podrá haber injusticias, es claro que podrá haber errores. ¿Cómo es posible salvarse de esos errores? ¿Cómo es posible salvarse de esas injusticias? Si en las discusiones que vienen a hacerse aquí no solamente se sigue el criterio estrictamente ceñido a la ley, no solamente vino a seguirse el criterio estrictamente apegado a la verdad, sino que aun tomando estos principios como fundamento y como sólida base tiene que entrar el criterio pasional y político, tiene que entrar el criterio de partido, tiene que entrar, en fin, en la discusión y aun en la resolución de estos asuntos todo esto que la formación de los partidos políticos y la discusión de los asuntos políticos no puede llegar a arrancar nunca del espíritu y del corazón del hombre, estas mayorías tienen la conciencia de su responsabilidad y evidentemente cargando con todas aquellas injusticias, no muchas, algunas que se hubiesen cometido, debe estar plena y completamente justificado.

¿En los dictámenes globales a que se refirió Israel del Castillo se cometieron injusticias? Es difícil, en la forma que antes indiqué no puede negarse en absoluto; pero si mucho antes de las discusiones en el Colegio Electoral los candidatos, los bloques, los partidos distintos de la Confederación y los no confederados habían Estado estudiando con detenimiento las Credenciales de los presuntos diputados, ¿a qué venir aquí a este Colegio Electoral a entretenernos y a cansarnos con meses y meses de larga lucha, esgrimiéndose de un lado y otro las armas prohibidas, las armas más contundentes y aun los vocablos menos propios para la alteza y la dignidad de la Representación Nacional? ¿No hemos visto cómo los presuntos diputados estaban, no semanas, meses y meses enteros rondando por los pasillos de esta Cámara buscando la protección de amigos y de enemigos, buscando la protección de los que habrían de defenderlos, gastando muchas veces lo que ellos mismos no tenían de sobra y se pasaban los meses y después de mucho tiempo venir a resolverse su Credencial en contra de ellos mismos? ¿No se dio el caso, si ustedes lo recuerdan, y si no lo recordaré, oye algunos presuntos diputados fueron calificados y fueron resueltos sus casos un año después de verificada la elección? Pues bien, señores diputados, si en esos casos, con seis meses y aun con un año se cometieron injusticias, ¿qué de extraño que no cometieran algunas en la forma en que las discusiones se han hecho en este Colegio Electoral? Pero hay una justificación, hay una, y es el estudio previo que se hizo, aun sujeto a error y aun sujeto a injusticia, y hay otra excusa: la tranquilidad, aunque sea con protestas de aquellos que han sido rechazados legal o ilegalmente. (Murmullos.) Estos errores cometidos no es precisamente la forma de los dictámenes globales: las injusticias que pudieron haberse cometido no ha sido precisamente por el criterio adoptado en este Colegio Electoral; esas injusticias se cometieron precisamente por lo vínculos de solidaridad y de unión que existían entre los miembros de la Confederación Revolucionaria. Lo mismo se cometieron por unos y otros, lo mismo en favor de unos que en favor de otros y lo mismo en contra de unos que en contra de otros. En esta composición de los componentes de la Confederación Revolucionaria era preciso llegar a esta conclusión: había que entrar a hacer consideraciones de índole política, a hacer consideraciones de índole social y revolucionaria, y bajo estos tres aspectos fueron estudiadas y consideradas las Credenciales de los presuntos diputados. Era preciso pasar por encima de muchos obstáculos que parecían insuperables, a fuer de conseguir la unidad revolucionaria. El señor diputado Soto y Gama decía refiriéndose a estas mayorías: no tengo que atacarlas ni quiero profetizar nada, pero estas mayorías acabarán pronto, se disgregarán. Cuando el consejo viene de un enemigo, debe ponerse en duda el consejo; pero cuando el consejo viene de un amigo, debe escucharse siempre el consejo. El ciudadano Soto y Gama no es un enemigo, díganse lo que se quiera, piénsese lo que se quiera; el ciudadano Soto y Gama no puede ser un enemigo de esta Legislatura, ni de las mayorías ni de las minorías; y estas mayorías no se disgregarán, y no se disgregarán sencillamente, no por los procedimientos que hubiesen seguido ayer, ni por los procedimientos que sigan mañana, sino por la constitución misma, por la propia organización de esas mayorías. Estas mayorías no están formadas por elementos inconscientes que obren atraídas e impulsadas por una mano ciega ni por un poder inexorable; estas mayorías se han formado conscientemente, por la fuerza misma de atracción de los elementos que la componen. Los elementos de estas mayorías vienen como representativos de partidos políticos, de partidos políticos en la verdadera y genuina acepción de la palabra, de organizaciones políticas regionales.

Aquí está la representación de todas las agrupaciones regionales de la República; los representantes que forman estas mayorías vienen de Sonora, del Revolucionario Sonorense; vienen de Jalisco, de los partidos confederados de Jalisco; vienen de Durango, de los partidos revolucionarios de Durango; vienen de Tamaulipas, de los partidos revolucionarios de Tamaulipas; vienen de Michoacán, de los partidos revolucionarios de Michoacán , y vienen de Campeche, viene de Yucatán y de los Estados todos de la República como representantes de los partidos más avanzados de toda la nación. Estas mayorías no se han formado ni por ambiciones, ni por prebendas ni por forzamientos; estas mayorías se han formado por comunidad de ideales, por afinidad de principios, por afinidad de ideales, por afinidad de principios, por afinidad de ideas. En esta forma, ¿cómo es posible pensar en la disgregación de estas mayorías? En vosotros, representantes todos, en vosotros, ciudadanos diputados, está absolutamente condensada toda la fuerza de estas mayorías; no depende de un partido ni siquiera de la Confederación Revolucionaria la unificación y

conservación de esta fuerza dentro del bloque de la Cámara; la conservación de estas mayorías depende de la honradez de vosotros mismos y de que sepáis traer aquí la voz de vuestros representados y traer aquí y conservar siempre los ideales de vuestros partidos que aquí estén representados y defendidos. La Confederación Revolucionaria, que se inició primeramente con sólo dos elementos y luego llegó a constituirse en seis, podremos afirmar que está formada, no por seis, ocho o diez, sino por cuatrocientos o seiscientos bloques revolucionarios de toda la nación. Al principio, la Confederación surgió de la unidad de ideas entre cooperatistas y laboristas, y vino la primera lucha, la lucha municipal; para esta Confederación fueron invitados los laboristas, y ellos, por los escrúpulos que siempre tienen y que luego no tuvieron, perfectamente fundados para ellos, sin duda alguna, no quisieron entrar a estos primeros síntomas del a Confederación Revolucionaria. Luego, después de los sucesos ocurridos cuando la elección de la Comisión Permanente, se vió la indiscutible ventaja, la innegable ventaja de la unión de todos los elementos revolucionarios y avanzados. Entonces fue cuando a raíz, al calor de aquellos acontecimientos, se vió que era más necesaria que nunca la unificación de los partidos, de los hombres de principios que en aquella ocasión habían contenido. Entonces los mismos agraristas no tuvieron ningún inconveniente y se unieron a la Confederación. Y el Partido Socialista del Sureste, con sus representantes aquí, entonces fue uno de los que con mayor entusiasmo, uno de los que con mayor cariño y uno de los que con mayor calor tomó esta idea y procuró llevarla a la práctica, en unión de todos los miembros de los partidos de la Confederación. No ha sido uno solo el partido político que pueda atribuir el honor, la gloria de la Confederación Revolucionaria, y no es tampoco un solo partido el que pueda llamar a rebato y a rompimiento de filas a la Confederación Revolucionaria. Todavía es tiempo de que la reflexión, serenando los ánimos, haga ver la necesidad de hoy, como se vió la necesidad de ayer, de que continúe la Confederación con todos sus miembros o con la mayoría de todos sus miembros; ya no son tres, ni cuatro ni seis, sino que son, en mi concepto - como he dicho antes - la unidad formada por todos los partidos regionales de la República. Alegaba el diputado Soto y Gama respecto del Cooperatista, que en sus luchas había sido siempre derrotado y que esto como un presagio por sus procedimientos o por su manera de combatir en política, se convertiría también en una derrota si se ponía exclusivamente a dirigir estas mayorías. Y no es verdad. Habrá que refrescar un poco la memoria: el Partido Cooperatista tiene en su bandera y tiene en sus antecedentes muchas conquistas, muchas victorias, unas hechas realidad y otras victorias nada más en los ideales y en los principios, aunque en la práctica no hubiesen llegado a cristalizar. Ahí están las luchas municipales, en las cuales llegó el Cooperatista hasta los sitiales del Ayuntamiento, no solamente en la capital, sino en la municipalidades del Distrito; he ahí sus luchas en el Estado de México, en Hidalgo, en Michoacán, en tantos y tantos Estados de la República en que se ha hecho ver la acción directa honrada, consignada en los principios de este partido revolucionario. Y en la actuación durante los debates de la Comisión Permanente, fue decisivo y fue eficaz, porque el núcleo principal que en la Cámara había del bloque Socialista Democrático o bloque Social Demócrata, estaba formado muy principalmente por elementos del Partido Cooperatista, y esta organización, que fue la base, que fue el fundamento en que se levantó todo ese enorme desarrollo de trabajo que se cristalizó en las elecciones de la Comisión Permanente, no puede atribuirse a una sola persona, no debe atribuirse principalmente a la unificación de todos los elementos del mismo ideal y del mismo principio que tenían en el seno de aquella Cámara un mismo propósito. El ciudadano diputado Morones dijo en aquella ocasión, y conviene aclararlo también, que con aquel rompimiento que él dio por hecho, el Partido Laborista vendría a quedar reducido a la minoría o venía a quedar del lado de las minorías. Yo creo, señores, que no; creo que no, porque las minorías parlamentarias no se forman al capricho, no se forman por la voluntad, no digo de uno, ni de muchos hombres; las minorías parlamentarias se forman necesariamente en el seno del Parlamento y dentro de la actuación durante el trabajo, durante la lucha de la actuación legislativa ¿De qué serviría que Morones dijera que forman ellos hoy la minoría, si la minoría es la oposición a los tendencias de las mayorías que se forman? ¿Puede haber oposición en las tendencias si las mayorías van por el camino de los ideales revolucionarios, si van por el camino trazado por las exigencias del pueblo? ¿pueden ser minorías aquellos que en un momento dado, en la discusión de un ley trascendental o fundamental, tienen que votar del mismo que las mayorías? Si estas monerías persiguen un mismo ideal, un mismo propósito que las mayorías fortalecidas por el inmenso número de los representantes, ¿puede este grupo de hombres, aunque quiera, llamarse la minoría parlamentaria? Y de lo agraristas, ¿qué hemos de decir? ¿Acaso porque su número es escaso en este Parlamento pueden ellos decir o podremos decir nosotros que son la minoría? Ellos no son la minoría, ellos tienen ideas tan avanzadas, más avanzadas, y más radicales tal vez y durante los debates parlamentarios habremos de ver que en los debates que ellos susciten la mayoría irá votando con ellos, y en los debates de asuntos trascendentales que se someten a estas mayorías, los agraristas, con Soto y Gama a la cabeza, vendría a dar su voto también por los ideales y por las leyes avanzadas y pro gresistas de estas mayorías. Las minorías se formarán y se formarán muy pronto. No pensemos que todos los que están en esta Cámara tienen ideales avanzados y tienen un propósito firme de seguir los postulados de la revolución. No, ya saldrán, esos sí formarán las minorías, esos se aprovecharán de todas las ocasiones para ir en contra de los postulados de la revolución; esos sí formarán la minoría, porque en ningún caso, en ninguna ocasión darán su voto ni en pro de los ideales de la revolución, ni en pro de las leyes que la mayoría venga aquí a conseguir con su voto. (Aplausos.) Señores representantes: Yo os exhorto

fraternalmente a que tengáis un verdadero criterio de la significación de esta Legislatura; a que os hagáis cargo perfectamente de la importancia de los trabajos que tenéis que desarrollar. Esta Legislatura, en sus dos períodos de sesiones, tendrá una labor de suma importancia. Ahora la organización económica del país, la consolidación del Gobierno sobre las bases firmísimas de los principios revolucionarios, y después una más importante aún: saber con serenidad, con patriotismo y con alteza de miras, saber seguir las orientaciones del país y los impulsos de todos esos partidos regionales que vosotros representáis, para poder orientar a toda la nación hacia sus destinos altos y verdaderos, porque entonces en ese último lapso de esta Legislatura, será cuando se podrá saber si de verdad los mexicanos saben ser mexicanos y saben ser dignos y pueden salvar a su patria. Compañeros, el Partido Cooperatista puede decirse que ha cumplido su misión, ayudándoos a todos vosotros a formar estas mayorías; a unos y a otros, a todos los de esta Asamblea debo decir, que la misión en la función electoral, en la función camelar del Partido Cooperatista ha terminado. Puede ser digna del mayor elogio, porque ha hecho mucho en provecho de esta Cámara, ha formado mayoría de hombres conscientes y de hombres revolucionarios. Ahora os toca a vosotros continuar la labor, y si sabéis ser patriotas y si sabéis ser revolucionarios y si sois de veras hombres dignos que conocéis vuestra misión y vuestro deber, coged francamente el estandarte que levantó con toda entereza el Partido Cooperatista y terminó la misma Confederación Revolucionaria; sed dignos y procurad conservar esta unidad hasta lo último para poder decir que habéis cumplido con vuestro deber. (Aplausos.)

- El C. secretario Ollivier, leyendo:

"H. Asamblea:

"La 4a. Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales recibió, para estudio y dictamen, el expediente del 4o. distrito electoral del Estado de Sinaloa, formando con motivo de las elecciones para diputados, verificadas el día 2 de julio próximo pasado.

"Del examen atento y minucioso hecho por la expresada Sección en todos y cada uno de los documentos que forman la parte principal del expediente así como todas y cada una de las casillas que funcionaron en el expresado distrito electoral, se llega al convencimiento de que en las ya citadas elecciones triunfó por una mayoría de 1,659 votos la fórmula Angel Montoya A.- Alejandro G. Castro, pues el ciudadano, o, mejor dicho, la fórmula Matías Ayala - Alejandro G. Castro, a la que se extendió por la Junta Computadora la Credencial, quedó colocada en segundo lugar. Pero si esta circunstancia no bastase para justificar el presente dictamen, la Comisión hace notar a la H. Asamblea, que de ningún modo el expresado C. Matías Ayala puede ser favorecido con el triunfo, ya que, según constancia debidamente legalizada, que obra en el expediente, aparece el tantas veces citado señor Ayala, inhabilitado para ejercer el cargo de diputado, pues está a proceso, según un auto dictado por el juez Menor de Mocorito en funciones de Primera Instancia, con fecha 29 de Junio de 1922, siendo de aplicársele el texto imperativo de los artículos 39, fracción III; del 41, y de la fracción I del artículo 104 de la Ley Electoral de Poderes Federales vigente.

Por las razones expuestas, la Comisión se permite consultar de la H. Asamblea la aprobación de los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Son válidas las elecciones verificadas en el 4o. distrito electoral del Estado de Sinaloa el 2 de julio del corriente año.

"2o. Son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el expresado distrito, los CC. Angel Montoya A. y Alejandro G. Castro."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 28 de agosto de 1922.-E. L. Céspedes.- G Bosques." Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien desee hacer uso de la palabra....

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Matías Ayala.

El C. Ayala Matías: Señores diputados y presuntos diputados: Yo vengo a esta tribuna, la más alta de la República, a decir que todavía en estos momentos en que hablo, creo que las elecciones verificadas en día 2 de julio del presente año, fueron con el objeto de traer aquí a los representantes que debe mandar cada distrito electoral de cada Estado a esta Asamblea nacional. En estos momentos en que hablo, todavía creo que las elecciones de diputados el 2 de julio, repito, fueron con ese objeto, y que las elecciones se verificaron en cada distrito de cada Estado y no aquí en el recinto de esta Cámara. Protesto enérgicamente porque las elecciones se hacen en el recinto de esta Cámara, por el honor de esta misma Cámara.(Siseos. Campanilla.) Porque yo, señores, tengo la seguridad de traer una Credencial enteramente limpia; yo no digo que no venga aquí a defender una Credencial; yo si vengo a defender una Credencial a este lugar, porque ella es el mandato del pueblo que me eligió en el 4o. distrito electoral de Sinaloa. Mis contrincantes en el 4o. distrito electoral de Sinaloa que me eligió, fueron dos candidatos del Partido Cooperatista Nacional. Estos señores perdieron en buena lid, y a mí en este Parlamento se me ha acusado de enemigo de este partido, y voy a explicar a la Asamblea cómo nosotros en Sinaloa fuimos candidatos de un partido local, el Partido Democrático Sinaloense que no tenía ni tiene ningunas ligas con los partidos políticos de esta capital, y así es como nosotros tuvimos que luchar contra los individuos mandados de aquí de la capital; es claro, teníamos que ser enemigos del Partido Cooperatista, no por el propio partido, sino por los individuos que mandó este partido de aquí, que no eran ni sinaloenses ni tenían la vecindad. (Siseos en las galerías.) En estas condiciones voy a explicar a ustedes cómo se me ha hecho aparecer en este Parlamento como ocupando el segundo lugar de los candidatos en aquel distrito. Mis enemigos políticos, una vez sabiendo que yo no tenía ningunas tachas legales

para poder ser elegido, me inventaron un proceso y este es el caso, señores, un chanchullo como cualquiera otro que frecuentemente se forjan un día o dos antes de la elección. En estas condiciones, pasando yo por uno de los pueblos en propaganda política, un juez confabulando con mis enemigos dicta un auto de arraigo y yo, pasando por allí, dos días antes nada más de la elección, no podría detenerme allí; éste es el objeto y éste es el punto capital en que gira la nulidad de mi elección. Sin embargo, aquel juez confabulado, como digo antes, no tenía, de acuerdo con la ley, la facultad, no tenía ni siquiera el poder para detenerme allí, porque un arraigo en aquellas condiciones era una prisión o era un asalto en un camino real; en estas condiciones, no solamente confabulado el juez con mis enemigos dictó el arraigo, sino que más tarde dictó auto de formal prisión, el día 5 del mes de julio, y óigalo la Representación Nacional, la Ley de Elección de Poderes Federales dice que no puede uno ser diputado cuando haya un auto de formal prisión anterior a la elección, y el caso mío, señores, no es éste, es un chanchullo vulgar, y a pesar de todo el auto de formal prisión no vino sino después de la elección. Y yo quiero preguntar a la Asamblea si ese caso único mío en Sinaloa, tiene la faz de nulidad de una elección, apegada estrictamente al artículo 104 de la Ley de Elecciones de Poderes Federales.

En estas condiciones, señores, yo quiero explicar esto a la Asamblea, para que tomándolo en cuenta siendo éste el punto capital que achacan mis enemigos políticos para considerar que es nula mi elección, lo tome en consideración la Asamblea. En el expediente hay pruebas de esto; además, el que ocupa el segundo lugar en la elección mía en Sinaloa, es el que declara la Sección dictaminadora de la 1a. Comisión de Credenciales, válida y declara triunfante Sin embargo, el ciudadano Angel Montoya, al que declara triunfante la 1a. Comisión dictaminadora de Credenciales, hizo su elección a base de imposición por un cacique terrateniente de aquel lugar, único, porque en aquel distrito en que triunfó hay una municipalidad en que domina plenamente ese terrateniente. Yo no digo eso de terrateniente para que me apoyen los agraristas, no quiero endulzar los oídos del compañero Soto y Gama ni quiero traer aquí a colación que yo soy humilde trabajador, que soy un hijo del pueblo que he hecho lo que he podido para ocupara el lugar que ocupar en la sociedad, no quiero con eso tampoco halagar al Partido Laborista para que me apoye; quiero solamente poner los puntos sobre las cíes, como se dice. En el expediente hay documentos y pruebas fehacientes presentadas por uno de los candidatos que fueron contrarios míos, que demuestran plenamente que la elección verificada en el 4o. distrito electoral de Sinaloa fue hecha a base de presión por un jefe de acordada de aquella región. Estos documentos fueron presentados por el diputado J. Joaquín Silva, candidato del Partido Cooperatista en aquella región, y no obstante esto, señores, el candidato que declara triunfante la Comisión dictaminadora, es el ciudadano Angel Montoya, y se digo que en el expediente hay pruebas fehacientes y esto se puede leer por la Secretaría. A pesar de todo, señores, la bese de la elección del ciudadano Angel Montoya, fue hecha a base de presión, no oficial, sino a base de presión por medio de las armas, porque uno es jefe de acordadas en aquella región, es el que le hizo la propaganda toda en el distrito en que triunfó. Yo pongo esto en conocimiento de la Asamblea para que lo tome en consideración ; este punto capital y se refiere solamente a la elección respecto del punto legal puro. Respecto del terreno político, no sé qué hayan inventado mis contrincantes para decir que mi elección es nula; pero en el terreno político tengo que manifestar a la Asamblea que yo soy revolucionario desde 1910; estuve preso en el cuartel fatídico de la Canoa, traído en el tiempo de Victoriano Huerta desde Sinaloa, y estuve tres meses encerrado en esa mazmorra que se llamó la Canoa, y que queda enfrente de la Cámara de Diputados, y después salí, fugándome por Veracruz, y después, señores, fuí convensionista; si este es un delito, pueden ustedes apedrearme; pero fuí convencionista. Estuve en Estados Unidos desterrado. Si este es, pues, el delito que mis enemigos han explotado en el terreno político para declarar nula la Credencial y declarar triunfante al señor Montoya, yo seré el primero en aplaudirlo. Esta vez, señores, en el campo político yo quisiera que la Asamblea, dando un voto de justicia, dando un ejemplo de honradez, pusiera la Credencial mía sobre el otro que declara triunfante la Comisión dictaminadora.

Yo esta vez no quiero hablar del señor Soto y Gama, por ejemplo; no quisiera hablar del señor Morones por ejemplo, tampoco, que vienen aquí, según dicen, a explotar un partido político. Yo solamente quisiera que la Asamblea se apegara al terreno legal y que esta vez, obedeciendo a cualquier partido político, se concretara toda la Representación Nacional que viene aquí de los distritos de cada Estado de la República, a hacer justicia y a hacer labor en pro de la patria. (Aplausos.)

El C. Céspedes: Pide la palabra la Comisión.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Céspedes: Señores diputados: La Comisión dictaminadora no tuvo nunca a la vista, como lo asienta el ciudadano Ayala, cargos ningunos de carácter político para resolver en las forma en que lo hizo. Jamás oyó los labios de ninguno de los contrincantes cargos de índole política; tuvo la oportunidad de oír varias veces al ciudadano Silva, que en la votación ocupa el cuarto lugar, y tuvo la oportunidad también de examinar los famosos documentos a que se refirió el ciudadano Ayala, y atribuirles la fuerza que legalmente les corresponde. El ciudadano Silva presentó a la Comisión recortes de periódicos, que hablaban de presión, y la Comisión, atenta a todos estos cargos del ciudadano Silva, se remitió directamente a los expedientes de las distintas casillas que funcionaron en el distrito. Del examen hecho por la Comisión en la forma que enuncio, el ciudadano Ayala quedó en segundo lugar de votos, porque la Comisión tuvo forzosa necesidad de nulificar algunas casillas cuya votación estaba distribuida entre todos los candidatos por razones que encajan perfectamente bien, en los distintos artículos de la Ley Electoral de Poderes Federales vigente. Desde luego puedo citar como hechos concretos, la nulificación de las casillas 5a., 7a., 8a., 9a., 10, 11, 12, 15, 17, 18 y 22,

cuyos expedientes según constancia clara y terminante de la Junta Computadora, llegaron perfectamente violados y dirigidos, según oficio que obra en el expediente, por el presidente municipal de Sinaloa. También nulificó la casilla número 23 y la 24, porque son casillas que aparecen en el expediente que examinó la Comisión, sin documentación ninguna; vienen fajos de boletas únicamente. Además, para probar a ustedes que no hubo tal presión en el distrito electoral de Sinaloa, en el 4o. distrito electoral de Sinaloa, voy a citar la distribución que cada uno de los candidatos obtuvo en esa elección, tratándose de votación. Tengo aquí a la vista el examen de unas 30 casillas: 28 Ayala, 76 Montoya, Peña Rocha, 72 y Silva 2, etcétera, etcétera. Todas estas casillas, señores diputados, están perfectamente bien arregladas, en su documentación y en su votación son correctas, y la Comisión Revisora las computó en la proporción que toca a cada uno de los contendientes. La proporción que a cada uno de ellos tocó, indica claramente que no hubo presión, porque la votación se distribuyó en forma proporcional a todos los que contendieron. La misma Comisión, señores diputados, dice claramente en el texto de su dictamen que, del examen minucioso que hizo de todas y cada una de las casillas, el ciudadano Montoya obtuvo 1,659 votos, colocándose en el primer lugar del ciudadano Ayala, que obtiene, según cómputo de la Comisión, 1,219; de manera es que, en número de votos, el ciudadano Ayala perdió y el ciudadano Montoya obtiene el primer lugar. Como argumento que la Comisión cita en segundo lugar, me referí al auto de formal prisión dictado en contra del ciudadano Ayala. No es exacto que el auto de formal prisión haya sido dictado con fecha posterior al día de la elección.

- El C. secretario Ollivier, leyendo:

"Mocorito.....Vistas las presentes diligencias y estando comprobado con las declaraciones de los testigos Camilo Soto y Alfredo Sosa, que hacen prueba plena, que el ingeniero Matías Ayala cometió el delito de desobediencia a un mandato legítimo de la autoridad pública, que se castiga con arresto mayor y multa de diez a cien pesos; con fundamento en los artículos 904 del Código Penal, en concordancia con el 404 del Código de Procedimientos Civiles, se decreta la detención del señor ingeniero Matías Ayala, por el delito de desobediencia a un mandato legítimo de la autoridad pública, a cuyo fin líbrese la orden respectiva al ciudadano agente del Ministerio Público, para su conocimiento.- Así lo decretó el juez Menor suplente en funciones del de Primera Instancia, por ante los testigos de asistencia.- Firmados: E. Quezada.- A., Manuel Moreno.- A., Cresencio C. Corona.- Lo que inserto a usted para su cumplimiento y fines siguientes, protestándole mi atenta consideración.- Mocorito, Sin., julio 6 de 1922.- El J. M. S. en funciones del de 1a. Instancia. - Firmado: E. Quezada.- En seguida, notificado el Ministerio Público, firmó.- Firmado: J. V. Peraza.- En la propia fecha se expidió copia solicitada al señor José L. Sánchez, quién firmó por su recibo.- José L. Sánchez.- Rúbrica.- Mocorito, julio diez y nueve de mil novecientos veintidós.- Líbrese exhorto con los insertos necesarios, al ciudadano juez de Primera Instancia de lo Penal de la ciudad de Culiacán, lugar donde se dice se encuentra el ingeniero Matías Ayala, a fin de que se proceda a librar las órdenes respectivas con objeto de que se lleve a cabo la orden de aprehensión dictada por este Juzgado.- Notifíquese.- El J. M. S. en F. del de P. Instancia.- Firmado: E. Quezada.- Cresencio C. Corona, secretario."

El C. Céspedes: Queda comprobado que la fecha del auto dictado en contra del ciudadano Ayala, es anterior al día de las elecciones; sin embargo, la Comisión no aduce este argumento como toral para fundar su dictamen; la Comisión se atiene al examen, preferentemente se atiene al examen y cómputo que hizo de cada una de las casillas que forman el expediente. Si cada una de esas casillas a que me he referido se tiene alguna objeción que hacer por parte del ciudadano Ayala, la Comisión tendrá gusto en satisfacerlo en cada una de sus interpelaciones.

El C. secretario Ollivier: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica.....

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Ayala.

El C. Ayala: Señores: El ciudadano Céspedes, que es el presidente de la Comisión dictaminadora que conoció de mi Credencial, ha leído aquí una serie de casillas, que dice textualmente que las ha nulificado la Comisión, por considerar que vienen violaciones de una manera flagrante. Quiero manifestarle a esta Asamblea que esa serie de casillas que leyó el ciudadano Céspedes, corresponde a una sola de las municipalidades de mi distrito electoral, y mi distrito electoral comprende cuatro municipalidades. Y quiero expresar aquí a la Asamblea, que la primera municipalidad, que es la cabecera, Sinaloa, es en donde se verificó todo eso de la violación aparente de las casillas que leyó el ciudadano Céspedes; esas casillas fueron violadas aparentemente y no realmente, por lo siguiente: en Sinaloa, señores, las elecciones locales para diputados se verifican el mismo día que las elecciones para diputados y senadores a los poderes federales, y lo obscuro para nuestro pueblo de la Ley Electoral, ha hecho que, al verificarse juntas las elecciones en la misma casilla, de poderes federales y de elecciones locales para diputados, los presidentes y miembros de esas casillas han envuelto los paquetes, por ignorancia, de elecciones de poderes federales y de elecciones locales, mandadas como dice la ley, las de elección local de Sinaloa, al presidente municipal, el presidente municipal, mejor dicho, el municipio que debe conocer de las elecciones locales el jueves siguiente al día de la elección, y viéndose que tiene que conocer y computar las elecciones de diputados locales, ha abierto esos expedientes, no sabiendo que vienen juntos los expedientes locales con los expedientes de las elecciones generales. En estas condiciones retiró del expediente lo que corresponde computar a ese municipio y mandó con un oficio especificando casilla por casilla a la Junta Computadora que verificó sus sesiones en otro lugar, todos los expedientes de elecciones federales.

Aquí la Comisión dictaminadora ha tomado en cuenta que venían abiertos esos expedientes y los ha nulificado de plano, no sé con fundamento en

qué señores; ningún artículo de la Ley Electoral de Poderes Federales dice que es motivo de nulidad de una elección el que vayan abiertos, por condiciones especiales, y aquí la Junta Computadora los ha desechado de plano sencillamente por el hecho de venir abiertos con un oficio a la Junta Computadora. Tomando en cuenta esta consideración que expongo a la Asamblea, se me han nulificado a mí no menos de quinientos votos y respecto del otro punto que toqué anteriormente, es la presión, y voy a decir a ustedes que no es en este distrito, que acaba de leer y el señor Céspedes, casilla por casilla donde hubo la presión, no es en esta municipalidad, sino en la municipalidad de Guasave, una de las municipalidades que forman el 4o. distrito Allí, señores, la votación del ciudadano Montoya solamente es de 1,222 votos y yo obtuve 76 nada más, haciendo del conocimiento de esta Asamblea dictaminadora que las elecciones locales de la municipalidad de Guasave nunca dieron más de mil votos, y a pesar de esto el ciudadano Montoya sólo tiene 1, 222, el ciudadano Silva 257 y el otro contrincante, que es el señor Peña Rocha, 200 y pico y sólo yo tuve 76. Esto digo está fundado en los documentos que existen en el expediente y conocido perfectamente bien por las elecciones verificadas allá, que nunca pasa de mil votos la elección local, prueba evidente que hubo presión y muy especialmente cuando aquí en el expediente figura que uno de los propagandistas es nada menos que el jefe de una Acordada en el distrito Norte; mejor dicho, en el 4o. distrito electoral y en toda la región Norte del Estado, el jefe de Acordada es y fue el propagandista más cercano acérrimo de la fórmula Montoya y esto ni siquiera era por su parte, sino que era mandado por uno de los terratenientes en grande escala de aquella región y que es un cacique que inmenso, si se puede decir, y que se llama Blas Valenzuela. Yo pongo esto a la Asamblea para que lo tome en consideración y repito que lo que dijo el ciudadano Céspedes en esta tribuna se refiere solamente a la municipalidad de Sinaloa, porque, el 4o. distrito está compuesto de cuatro municipalidades, que son: Sinaloa, Guasave, Mocorito y Angostura; y en Sinaloa sólo fue donde se abrieron esos paquetes en virtud, como dije antes, de estar allá, de obrar allá la circunstancia de que las elecciones locales se verificaron el mismo día de las elecciones generales. Además, la presión está comprobada aquí en los documentos, como dije antes, por medio de un oficio presentado a la Junta Computadora por el ciudadano Silva . (Aplausos.)

El C. Céspedes: Para una aclaración. El ciudadano Ayala hizo hincapié en la nulificación de casillas que la Comisión se vió obligada a hacer del Municipio de Sinaloa y yo quiero hacer notar que no favorece al ciudadano Ayala, porque en esa votación resultó favorecido el ciudadano Peña Rocha y el ciudadano Montoya y nulificadas como están por la Comisión, son los peores perjudicados; de manera es que el señor Ayala en estas casillas no sufrió ningún perjuicio; se le nulifican doscientos y pico de votos, cuando al señor Peña Rocha se le nulifican cuatrocientos noventa y uno y al ciudadano Montoya ciento veintitrés y al ciudadano Silva dos. De manera que la Comisión queda justificada declarando que no fue parcial en este asunto, que no quiso perjudicar precisamente los intereses del señor Ayala, que quiso ceñirse estrictamente a la ley, que quiso dictaminar de acuerdo con lo que manda la ley y en relación con las irregularidades que ofrecen los expedientes de cada una de las casillas.

El C. Ayala: Pido la palabra, señor presidente, para contestar una alusión del señor Céspedes.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Ayala.

El C. Ayala: El señor Céspedes, señores, dice que en la municipalidad de Sinaloa sólo se me han nulificado doscientos y tantos votos, y yo le pediría al señor Céspedes que leyera en la tribuna, casilla por casilla, los votos que se me han nulificado. Yo sé que ascienden a más de cuatrocientos. Además, yo le suplicaría a su señoría el diputado Céspedes que me dijera por qué en las otras casillas se me han nulificado a mí seiscientos y pico de votos, no sé por qué motivo, porque en las demás municipalidades aparecen nulificados seiscientos y pico de votos y para sumar, en resumen, mil y pico de votos nulificados, en mi fórmula, la fórmula Ayala - Castro. Porque si es verdad que en la municipalidad de Sinaloa se me nulifican doscientos cincuenta votos nada más, yo tengo seguridad de que todavía la fórmula Ayala - Castro quedaría arriba, porque el triunfo mío sobre la fórmula anterior del ciudadano Montoya es de cerca de cuatrocientos votos; ¿por qué razón entonces se me nulificaron doscientos y tantos en una municipalidad, bajo la fórmula Ayala - Castro, cuando declara la Comisión que habiendo hecho el escrutinio riguroso de los votos emitidos y de la fórmula Montoya queda ésta con 1,600 y yo con 1,200 solamente, y mi triunfo en Sinaloa acreditando por la Credencial que traigo y el cómputo hecho rigurosamente por la Comisión arroja 2,254 y aparecen en el escrutinio hecho por la Comisión 1,200? Quiere decir que se me han nulificado mil y tantos votos; no és por qué razón se me han nulificado, no sé por qué concepto. Porque al decir del señor Céspedes, se me han nulificado 200 y pico de votos; según él, quiere decir que en las demás municipalidades sin saber por qué se me han nulificado 800. Suplico al señor Céspedes que explique eso a la Asamblea. (Aplausos.)

El C. Céspedes: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Céspedes.

El C. Céspedes: Voy a darle al ciudadano Ayala las casillas nulificadas por la Comisión. La 5a. de Sinaloa se nulificó a todos los contendientes por la razón de que fue remitida abierta por la Presidencia Municipal y porque tiene una documentación perfectamente irregular y deficiente. Esa casilla consigna los siguientes votos: 21 para el ciudadano Ayala, 26 para el ciudadano Montoya, 0 para los otros dos que contendieron. La 7a. de Sinaloa se nulificó porque carece en lo absoluto de documentación y los números de votos nulificados corresponden: 1 al ciudadano Montoya, y Peña Rocha 58; allí no se le nulificó nada, porque nada obtuvo el compañero Ayala. La 8a. casilla se nulificó por las mismas razones ya expuestas, y esa 8a. casilla, rectifico, la 9a. de Sinaloa, se nulificó por las mismas razones de la anterior: contiene 1 voto

para Matías Ayala, 106 para Peña Rocha, y para Silva 2; de manera es que esta casilla no le afecta al ciudadano Ayala, es a los otros contendientes a quienes le afecta. En la 10 se nulifican 29 para Ayala, 43 para Montoya, 53 para Peña Rocha, 0 para Silva. En esta casilla son perjudicados en mayor grado los candidatos Montoya y Peña Rocha, porque obtienen mayor número de votos, están sobre Ayala que solamente obtuvo 29. La casilla 13 nulificada presenta 21 votos para Ayala, 35 para Montoya, 66 para Peña Rocha; fijaos bien que estas votaciones favorecen a los otros contendientes, no al ciudadano Ayala. En la 15 se nulifican 12 votos para Ayala, que es lo que ofrece la casilla, 74 para Peña Rocha; la casilla 17, 38 para Ayala, 17 para Peña Rocha, 0 para los demás. La 22, 47 para Ayala, 10 para Montoya, 97 para Peña Rocha. Es el ciudadano Peña Rocha el que está en primer lugar en esta casilla y, por consiguiente, el más perjudicado. Vienen luego otras casillas; la 2a. de Mocorito carece en lo absoluto de documentos. La 8a. de Mocorito carece de documentos; ésta se nulificó también. La 10 del mismo municipio nulificada por no tener documentos. La 11 se nulificó porque no vino papel ninguno. La 12 se nulificó por las causas de la anterior. La 13, por estar comprendida en la fracción VI del artículo 104 de la Ley Electoral, violación flagrante del secreto del voto. La casilla número 15 carece de documentación en lo absoluto y se nulificó. La casilla 23 carece también de documentos y se nulificó. La casilla 27 no tiene ni un solo documento; se nulificó su votación. La 37 de Mocorito se nulificó por carecer de documentación. La sección 38 tuvo su documentación y votación correctas; no se nulificó a pesar de que estaba una protesta más o menos fundada porque la casilla se instaló en una hacienda; pero como no está comprobado que esta casilla funcionara en las casa principal de la hacienda, por esto no se nulificó; no fue posible aplicarle el artículo relativo de la Ley Electoral. Dice únicamente la protesta fundada que se instaló en la hacienda, pero eso no es motivo para nulificar esta casilla. La 40 no tiene los documentos esenciales del expediente y por eso se nulificó. De manera, señores diputados, que la Comisión procediendo con apego estricto a la ley, examinando uno a uno todos los documentos que vienen en el expediente, tuvo necesidad de colocar al ciudadano Montoya en primer lugar, tuvo necesidad de darle el triunfo al ciudadano Montoya. El ciudadano Ayala quedó colocado en el segundo lugar en votación. Por esa razón y por las circunstancias que también cita la Comisión, de tener un auto de formal prisión en su contra, también declaró incapacitado, muy a su pesar, al ciudadano Ayala. (Aplausos.)

El C. secretario Ollivier: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se aprueba.

El C. Ayala: Pido la palabra. Pido votación nominal.

El C. secretario Ollivier: Si el ciudadano Ayala está suficientemente apoyado.

El C. Ayala: Pido a varios compañeros que me apoyen.

El C. Céspedes: Yo lo apoyo también si gusta.

- El mismo C. secretario: Se procede a recoger la votación nominal. El dictamen dice: Puntos resolutivos:

"1o. Son válidas las elecciones verificadas en el 4o. distrito electoral del Estado de Sinaloa, el 2 de julio del corriente año.

"2o. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el expresado distrito, los CC. Angel Montoya A. y Alejandro G. Castro."

En votación económica se consulta si se aprueba el primer punto relativo a la validez de las elecciones. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado. Son válidas las elecciones verificadas en el 4o. distrito del Estado de Sinaloa el 2 de julio del presente año. Se procede a votar el segundo punto.

El C. secretario Gandarilla: Se recuerda a la Asamblea el artículo reglamentario que prescribe que durante la votación no está permitido a los señores diputados y presuntos abandonar el salón. Por la afirmativa.

El C. secretario Ollivier: Por la negativa. (Se recoge la votación.) ¿Falta algún ciudadano diputado o presunto diputado por votar por la negativa?

El C. secretario Gandarilla: ¿Falta algún ciudadano diputado o presunto diputado para votar por la afirmativa? (Algunos ciudadanos representantes votan.)

El C. Garza Francisco: Rectifico mi voto por la afirmativa.

El C. secretario Gandarilla: El señor Garza Francisco sí, rectifica su voto.

El C. Presidente: Se suplica a los ciudadanos diputados ocupen sus curules.

(Continúa recogiéndose la votación.)

El C. secretario Ollivier: Votaron por la negativa 16 ciudadanos representantes.

El C. secretario Gandarilla: Votaron por la afirmativa 145 ciudadanos diputados y presuntos diputados. (Aplausos.)

El C. secretario Olliver: En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 4o. distrito electoral del Estado de Sinaloa, los ciudadanos Angel Montoya y Alejandro G. Castro. (Aplausos.)

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a. Comisión Revisora.- 10 Sección.

"H. Asamblea:

"A la 10 Sección de la 1a. Comisión Revisora, fue turnado, para su estudio, el expediente relativo a las elecciones ordinarias de diputados al Congreso de la Unión celebradas en el 6o. distrito electoral del Estado de Cohauila.

"Contendieron tres fórmulas: Primera: independiete, de los CC. Jacobo Cárdenas y José Garza Cabello. Segunda: Del Partido Cooperatista Nacional, integrada por los CC. Delfín Zepeda y Julio Guedea, y tercera: Del Partido Socialista de Mineros y Campesinos, en la que figuran los CC. Pedro González Villarreal y Jesús Gloria.

"Dirigida a esta honorable Asamblea existe una protesta formulada por el C. Pedro González Villarreal, que contiene un estudio de los casos Delfín Zepeda Cárdenas, con el objeto de

nulificar la votación emitida de ambos candidatos. Respecto a Zepeda, la única objeción seria es la relativa a la falta de los requisitos exigidos por la ley para poder ser electo, porque sospecha no sea originario de Coahuila.

"Se menciona también otros dos vicios en la elección de Zepeda, consistentes en haberse instalado una 11 casilla en el mismo municipio de Zaragoza, no comprendida en la división territorial, y también que el C. Guedea actuaba como presidente municipal el 29 de junio último en la municipalidad de Sabinas, siendo por lo mismo inválida la votación de esa municipalidad. "Respecto el C. Cárdenas, los cargos que se le hacen tienen aspecto político, sin que estén apoyados por prueba alguna y bajo el punto de vista legal sólo se atribuye a su elección para tildarla de nulidad, la presión que dice el protestante ejercieron el procurador general de Justicia y sus secuaces; el juez auxiliar del municipio de Jiménez impidió que ejercieran sus funciones el representante de Villarreal y el de Delfín Zepeda, porque la casilla número 4 del municipio de Sabinas, no se instaló en la Rosita, por la maniobra criminal del empleado del gobierno del Estado Ramón Cabazos, quien cohechó los presidentes de casillas para alterar los expedientes electorales. "Concluye el C. González Villarreal manifestando que todos los presidentes de los municipios del distrito electoral, ejercieron presión, y que la Junta Computadora que extendió credencial al C. Pedro González, dice: que no tiene la seguridad de que el candidato haya obtenido el triunfo, en virtud de que los CC. Jacobo Cárdenas y Jesús Garza Cabello, optaron, sin razón alguna, y sin legalidad de ninguna naturaleza, en formar su Junta Computadora por separado; en esta virtud, ha querido en todo caso la Junta Computadora que la honorable Cámara de Diputados sea quien resuelva este difícil asunto, y por consiguiente resolvió extender credenciales, tanto al C. Delfín Zepeda como al C. Pedro González.

"Como queda dicho, ninguna prueba apoya las objeciones indicadas, y de allí que la Comisión no haya podido tenerlas en cuenta.

"En virtud de ser discutible la legitimidad de las dos juntas computadoras instaladas en el teatro Allende, porque una lo fue por el presidente de la 1a. Casilla, alegando que se le obstruccionó para instalarla oportunamente, y la segunda fue instalada por uno de los presidentes, en virtud de que según certificación notarial eran la diez de la mañana y habiendo mayoría de presidentes no se presentaba el de la 1a. casilla, la Comisión resolvió hacer el cómputo general, reuniendo los elementos que proporcionan los paquetes enviados por las citadas juntas, siendo el resultado el siguiente: "Cárdenas - Garza Cabello, 2,498 votos; Zepeda Guedea, 2,205 votos; González Villarreal - Gloria, 1,984 votos.

"Este cómputo, respecto a los propietarios; pero respecto a los suplentes, existen algunas diferencias.

"Y arrojando el anterior escrutinio una mayoría absoluto en favor de la fórmula Cárdenas - Garza Cabello, la Comisión dictamina en el sentido que indican los siguientes puntos resolutivos:

"Único. Son válidas las elecciones verificada en el 6o. distrito electoral del Estado de Coahuila y son diputados por este distrito electora, propietario y suplemente, respectivamente, los CC. Jacobo Cárdenas y José Garza Cabello. "Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., a 28 de agosto de 1922.- Francisco M. Ramírez. - Moisés G. Herrera.

Está a discusión. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

No habiendo quien haga uso de la palabra....

El C. Prieto Laurens: Se llama a la orden a las galerías, advirtiéndoles que no se les permite hacer ninguna manifestación en contra de ninguno de los ciudadanos diputados. Tiene la palabra el ciudadano Gutiérrez.

El C. Gutiérrez José F.: Señores diputados y presuntos diputados: vengo a distraer la atención de ustedes en defensa de los candidatos González Villarreal en las elecciones del Estado de Coahuila, porque creo un deber ineludible el hacer patente a ustedes cuáles han sido las condiciones en que se han llevado a cabo las elecciones para diputados en la mayor parte de los distritos del Estado de Coahuila, en donde tuvieron que contender elementos pertenecientes a la clase trabajadora, en contra de los elementos, o los candidatos, mejor dicho, de imposición, por el gobernador del Estado. Ciertamente que estos elementos trabajadores que se lanzaron a la lucha política en las pasadas elecciones, han quedado en condiciones tales de demostrar en todos y cada uno de los casos la ilegalidad con que han obtenido las credenciales los contrincantes porque de nadie de ustedes es desconocida, seguramente, la situación en que el elemento trabajador vegeta desde hace muchos años o desde hace muchos meses en el Estado de Coahuila, debido a la enconada persecución de que son objeto, no solamente por parte de las fuerzas federales, no solamente por los presidentes municipales y jefes de las acordadas, sino por la hostilidad manifiesta del ciudadano gobernador de aquella Entidad federativa. Y las condiciones en que han quedado colocados estos trabajadores de aquella región, los imposibilita por completo para presentar pruebas irrefutables que demuestren, a juicio de la Comisión Revisora de los expedientes, cual es la legalidad o ilegalidad en cada uno de los casos. Se dice que las pruebas aducidas por Pedro González Villarreal en contra de la candidatura del ciudadano Cárdenas, no hacen prueba plena, que pueda demostrar la ilegalidad de la credencial del ciudadano Cárdenas. Y es natural, señores, que no haya manera alguna de hacer inclinar el criterio de las comisiones revisoras de los expedientes en favor de los ciudadanos que, de una manera legal, han obtenido el triunfo en contra de aquellos que, valiéndose de artimañas, han logrado arrancar las credenciales a los presidentes de la Junta Computadora, valiéndose de la presión y no han podido demostrar estos trabajadores la ilegalidad de estos hechos, porque no existen, señores, autoridades algunas en el Estado de Coahuila que atiendan a las quejas presentadas por los trabajadores, ni siquiera alguna autoridad que se presente a impartir amplia y debida justicia a ese elemento

pobre. Por esta razón, ciudadanos diputados, vengo a pedir de esta Representación Nacional que medite un momento en este asunto; que, haciendo a un lado el apasionamiento o los intereses que puedan jugarse en esta elección por el Estado de Coahuila, se detenga a meditar seguramente en este asunto, con objeto de inclinar su criterio para hacer, o para impartir, mejor dicho, amplia justicia a estos hombres que creen en lo absoluto de todos medios de defensa. Yo seguramente creo que la Comisión no se ha dado cuenta de la importancia que tienen para los trabajadores el que, haciendo inmensos sacrificios, que con objeto de llevar al seno de la Representación Nacional elementos genuinamente representantes de su clase, han hecho para obtenerlo. Seguramente la Comisión no ha tenido en cuenta los atropellos de que han sido víctimas los trabajadores en aquella región y no ha querido tener en cuenta también la presión brutal ejercida por todas las autoridades tanto civiles como militares en aquel Estado, que ha escapado a la consideración de la Comisión Revisora de expedientes, es necesario que la Asamblea, si no quiere tomarlo en cuenta, que no lo tome; pero es necesario que lo conozca y que mediante en la importancia de tiene seguir sentando el precedente de admitir en el seno de la Representación Nacional a individuos que, de una manera ilegal, de una manera fraudulenta, llegan hasta el seno de ella con credenciales arrancadas por el peso de la fuerza, por la presión ejercida en contra de los presidentes de las juntas computadoras. Yo solamente quiero recurrir al punto de vista moral de este asunto, ya que las pruebas presentadas por el candidato Gónzalez Villarreal, en lo que respecta al terreno legal, no han querido ser tomadas en cuenta o de nada han servido para que la Comisión formulara su criterio y dictaminara en un sentido de verdadera y amplia justicia. ¿Cómo vamos a esperar que los trabajadores obtengan de las autoridades el que se les imparta justicia en un caso de elección, cuando no han sido dignos siquiera de recibir esa justicia con todo apego a la ley por lo que se refiere a su situación en los actuales momentos? ¿Es posible creer que los presidentes municipales de cada uno de los distritos electorales del Estado de Coahuila, pudieran certificar de una manera completa la ilegalidad de la elección del ciudadano Cárdenas? ¿Es posible esperarlo del ciudadano gobernador del Estado o de cualquiera otra autoridad, cuando se han manifestado ampliamente hostiles a todo lo que sea elemento trabajador o a todos aquellos que se significan como representativos de la clase trabajadora? Indiscutiblemente que no. Por eso vengo a llamar a ustedes, vengo a llamar a la conciencia de los ciudadanos representantes, para que estudien detenidamente este asunto, tomando en cuenta las pruebas aducidas por el ciudadano Gónzalez Villarreal y tomando en cuenta la situación en que se encuentran colocados los trabajadores de aquella región; ya que no hay autoridades ni civiles ni militares en que aquella región, que impartan justicia al elemento trabajador, que cuando menos en esta ocasión los representantes del más alto Poder de la República sepan impartirla debidamente. Yo creo que el mejor prestigio para los representantes de la nación, será que, en todos estos casos, se apeguen estrictamente a los sentimientos de justicia y de equidad para poner a cada uno en el lugar que debidamente le corresponde. Sabemos de manera cierta que la credencial obtenida por el ciudadano Cárdenas no puede tener visos de legalidad, y apelo en estos momentos al criterio de la Comisión y a los dictados de su conciencia, para que, haciendo a un lado todo partidarismo y toda clase de sugestiones en contra de la candidatura de Pedro González y Villarreal, reformen su dictamen en el sentido de que las elecciones por este distrito han sido en favor del ciudadano González Villarreal, con lo que se demostrará, una vez siquiera, que la Representación Nacional está dispuesta a hacer amplia justicia y a impedir por todos los medios posibles que lleguen hasta el seno de ella, elementos que no han obtenido el voto de sus comitentes

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Otilio González.

El C. González: Ciudadanos diputados y presuntos diputados: Declaro con toda sinceridad que tanto el señor Morones como el señor Gutiérrez, que se han venido a inscribir para venir a hablar en contra del dictamen de la Comisión, que da el triunfo a la fórmula Cárdenas - Garza Cabello, sería digna de felicitación, si no fuera, como son, desgraciadamente tan imprudentes que ni siquiera reflexionan ni estudian si los hombres que llegan a ellos como líderes obreros, son honrados o no son honrados. (Aplausos). Yo no quiero atacar a usted, señor Morones, ni al señor Gutiérrez, haciéndoles el cargo de que están confabulados con los líderes obreros de Coahuila; no quiero lanzarles a ustedes el cargo de que son sus cómplices; por el contrario, creo honradamente que han venido a mentirles, y lo creo porque no puedo admitir, por ningún concepto, que hombres de la talla de Pedro González, puedan ser reputados como verdaderos directores de los obreros en mi Estado. Lo creo, porque ustedes, señores, quizá sólo aceptan como pruebas los simples dichos de ellos, porque tal vez solamente admiten como medios de demostración las quejas, desgraciadamente frecuentes, pero afortunadamente infundadas, que están mandando a los centros obreros de la capital de los grupos obreros de Coahuila. Por eso, señores, repito que admito la situación en que ustedes se ponen, máxime si considero que la defensa que ustedes vienen a hacer a esta tribuna, es motivo del compromiso que a priori hicieron de defenderlos. Ustedes dicen que en Coahuila ha existido una gran presión, que Arnulfo González se ha preocupado por hostilizar a los gremios obreros y que no hay autoridades que den garantías y que, por ende, los candidatos, en concepto de estas autoridades, no han podido traer aquí ninguna prueba; y yo pregunto señores: ¿hasta dónde puede llegar la presión de un gobernador? ¿En dónde encontramos una autoridad administrativa, militar o política, que cierre de un a manera absoluta las puertas para encontrar pruebas a cualquier ciudadano lesionado en sus derechos? ¿No podría, por ventura, quien en esa situación se hallara, encontrar alguna documentación, alguna información testimonial, alguna acta de notario que pudiera servir como elemento de prueba en el ánimo de la Comisión

Dictaminadora? Y eso, suponiendo, sin admitir, que Arnulfo González fuera un gobernante opresor, que no lo es por que todo el mundo está convencido de su amor a la revolución y de su criterio liberal, por que todo el mundo sabe su credo de hombre sano y de buen gobernante, y por todos aquellos que jugamos como candidatos a diputados en el Estado de Coahuila, estamos perfectamente convencidos de que su actuación fue la de un hombre completamente imparcial. Arnulfo González no hizo presión ni sobre una pulgada del territorio coahuilense; todos los candidatos jugamos con libertad. Lo que pasa, compañeros, es que tanto en la región minera, como en la región de la Laguna, del estado de Coahuila, desde ha largo tiempo viene prevaleciendo una situación de miseria económica, una situación de angustia colectiva, una situación en que, tanto los hombres de las minas como los hombres de los campos algodoneros, se debaten en la pobreza y levantan las manos clamando ayuda al cielo. Que no se inculpe, pues, a un gobernante de las condiciones económicas que prevalecen en el territorio que gobierna, originadas por mil motivos complejos, que vienen desde la revolución. Y dice el señor Gutiérrez que la Comisión debe reformar su dictamen, aceptando a González Villarreal como un triunfador, y yo digo que no, porque González Villarreal, señores, no es un verdadero líder obrero; González Villarreal jugó ha un año como candidato a diputado local, y fue estruendosamente derrotado, como lo fue en esta ocasión; González Villarreal es un hombre tan ignorante, tan torpe y tan y tan sucio como Benigno Ramón Pérez, el líder dizque "agrarista" de la Laguna contra Enrique Breceda. González Villarreal llegó a Saltillo cuando iba a integrarse el Colegio Electoral de la Cámara local con cierto desenfado y un tanto amenazador; con su sombrero a lo Pascual Orozco, sus recios botines rechinadores, el vientre saliente y la sonrisa despectiva, (Risas) creía ser, señores, el representante de todas las clases obreras de Coahuila, que llegaba a honrar los escaños del Congreso local. Creía que iba respaldado - y no llevaba siquiera credencial - por todos los mineros de la región del Norte de Coahuila; y cuando vió que la justicia se imponía, cuando vió que no habría de ser diputado en Coahuila, amenazó en la misma forma como amenazaran a Prieto Laurens en días pasados: con una bomba de dinamita, El laborista, habría de volar el Palacio de Gobierno de Saltillo ¡Y no hubo tal voladura, no hubo tal bomba, no hubo nada! (Risas. Aplausos.) No fue sino una simple amenaza, González Villarreal, señor Morones, es de los individuos que, con una palabra relativamente fácil y con una buena dosis de audacia, trata a todos los verdaderamente trabajadores de compañeros y hermanos. Es de los que se les acercan y empiezan a decirles doctrinas sociales que, a nuestros buenos hombres se les indigestan: de los que llevan siempre empuñado el pabellón rojo y negro, flameándolo con un aire de muerte; de los que llegan a pintar paraísos y maravillas ante los ojos de nuestros trabajadores, llenos de miseria para pedirles los diez centavos semanarios como cuota para el sostenimiento de su grupo. (Aplausos) Y así vive González Villarreal, señor Morones, a costa de los hombres que traen sus ropas llenas de tizne de carbón, a costa de los hombres que van a arrancar a la tierra el sustento de su familia, a costa de los que verdaderamente sufren para comer. El no hace sino recoger la colecta, para luego venir ante los poderosos del Laborista y Agraristas a decirles que tienen tantos miles de trabajadores, que tantos y tantos grupos de obreros les han dado su voto y que merecen venir a honrar una curul del congreso de la Unión...

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Calumnias!

El C. González Otilio, continuando: Gutiérrez deliberadamente no ha tocado el punto legal del dictamen que presenta la Comisión; se ha colocado sobre el terreno que para él es más peligroso: sobre el terreno moral. No ha podido convencer ni convencerá a esta honorable Asamblea del triunfo de Gutiérrez Villareal. El, como decía en un principio, ha sido de los aliados de González Villarreal y ha procurado contribuir en la forma que él conceptúa más eficaz al mejoramiento de las clases obreras en la región carbonífera de Coahuila, enviando oficios amenazantes al Gobierno del Estado, amenazándolo y diciéndole que debe proceder inmediatamente al mejoramiento de esas clases, a riesgo de que haya levantamiento belicosos, como si con un simple decreto, con una simple ley, simplemente con la voluntad de un mandatario, por más que sea buena y enorme, pudiera cambiarse la situación de las colectividades. Este hombre que reclama el triunfo, es exactamente de la misma medida y del mismo nivel moral de Juan Torres, otro líder de la misma región, que con frecuencia se acerca al Gobierno del Estado a dar, hablando llanamente, sablazos; que va a pedir dinero diciéndole al gobernador que lo necesita para iniciar la explotación de una mina de oro -parece que la mina de oro la ha encontrado en la Tesorería de Saltillo- y firma los recibos diciendo poco más o menos: recibí la cantidad de tanto, como ayuda que la Administración imparte a las clases obreras. Así es también Gónzalez Villarreal. En consecuencia, señores, ¿cómo vamos a aceptar aquí a un individuo que no merece venir a representar al pueblo? Soy el primero en decir que, cuando un obrero venga legítimamente a representar a la colectividad, que cuando un obrero haya alcanzado el triunfo, y venga a reclamar aquí sus derechos, se le reconozca, que se le acepte con los brazos abiertos y que venga a laborar con nosotros, que llegue y contribuya con su buena voluntad a la legislación que nosotros hagamos; pero que no se acepte, por ningún motivo, ni por el legal ni por el moral, ni por el político, a individuos que no son si no farsantes y que no se dedican sino a explotar a los hermanos de su clase. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Morones. (Siseos en las galerías. Campanilla.)

El C. Morones: Honorable Asamblea: Si cumplir con un deber, como es indiscutiblemente el tratar de que en el seno de esta Representación Nacional pueda ser escuchada la voz de un representante obrero, es un delito; si procurar, haciendo uso de un legítimo derecho de defensa, venir a salvar, no a Pedro González Villarreal, sino a los

Intereses que representa de un buen número de trabajadores de las minas, es algo odioso y ha servido o como han servido en ocasiones pasadas, de pretextos para que, precisamente aquellos, los menos indicados, los que no conocen, los que no saben cómo se forma un líder se conviertan en jueces de ellos y traten de calificar a los trabajadores de la región mexicana como una manada de borregos; si esos hombres han de ser los que no den la venia para hacer labor de organización obrera y defender los intereses de los de abajo, esos intereses estarían perdidos, porque los que se dicen jueces, representan, sin quererlo o conscientemente, a la reacción, no puede juzgar nunca equitativamente la labor de organización de los humildes.

Ayer desde esta tribuna, desde este mismo sitio, alguien queriendo salvar su personalidad, volcaba sobre mí la calumnia de ser un hombre falto de honor, sin pruebas, sin ningunas pruebas; que queriendo buscar un efecto teatral me señalaba como un individuo falto de honradez, falto por completo de principios que no supiera hacer honor a la confianza que en él depositaron los hombres que ocupaban los principales puestos del actual Gobierno. Para contestar en parte, pues ya contestaremos detalladamente ese calumnioso cargo de ese pobre señor que se llama Luis G. Malváez... (Risas) voy a suplicar a la Secretaría dé lectura a este primer documento.

El C. secretario Ollivier: (leyó) (Siseos. Desorden en la galerías.)

El C. Malváez: Moción de orden. Los documentos que acaba de leer no demuestran sino una cosa: que el señor presidente de la República se halla en tinieblas de lo que pasa en Fabriles. Esto por una parte; por otra el señor Morones me ha llamado...

El C. presidente, interrumpiendo: No está usted haciendo uso de la palabra para una moción de orden, está usted interrumpiendo al orador; tenga la bondad de sentarse.

El C. Morones: Ayer aseveraba el señor Malváez, que fue el mismo presidente de la República el que comisionó a...

El C. pastoriza, interrumpiendo: Moción de orden. El orador ha pedido la palabra para ir en contra del dictamen y no está haciendo uso de la palabra para impugnar el dictamen. (Aplausos.)

El C. presidente: Sigue en el uso de la palabra el ciudadano Morones; él sabrá cómo ataca el dictamen.

El C. Morones: Tengo necesidad de defenderme cuando se trata de la reputación de hombre que, como yo, tiene honor, el altísimo honor de representar a algunos números de trabajadores.(Voces: ¡Ah! Campanilla.) Cuando se lanzan cargos de otra índole, desahogos de otra especie, me tomo nunca el trabajo, ni me lo tomaré seguramente, de contestar estas manifestaciones; más o menos inconscientes; pero en el caso presente, cuando precisamente se trata de borda al margen de si tiene o no tiene derecho algunos trabajadores a ser líderes, ser representativos y se aduce para argumentar en contra todo ese género de calumnias, todo ese cúmulo de injurias, ¿por qué el ciudadano Pastoriza se espanta y quiere callarme, cuando otros ciudadanos presuntos diputados o diputados han hecho, con todo derecho, su defensa? ¿Casos? El señor Puig Csauranc en la sesión del sábado, en lala sesión de antier. De manera que en este caso, precisamente para fundamentar la defensa de los intereses de los trabajadores de Coahuila, he de referirme - pese al ciudadano Pastoriza -, como lo estoy haciendo, a la característica especial que se presenta aquí, de que algunos elementos miembros de esta Cámara, sin derecho ninguno, sin conocimientos ningunos de lo que es la organización obrera, (siseos.) de lo que significa batallar en sus filas en los momentos de peligro, sin que nunca hayan aparecido en esos mismos momentos dando su apoyo y su cooperación al grupo de huelguistas que protesta, que se rebela y que lucha por su mejoramiento, vengan ahora, convertidos en jueces, a tratar de formar un tribunal a los líderes obreros cuando precisamente para llegar a ser Líder obrero se necesita haber pasado por el tamiz riguroso de las pruebas más enérgicas y se necesita haber luchado activamente, no escondido en el recinto de una oficina única y exclusivamente aprendiendo la teoría socialista en los libros que más o menos acertadamente se ha publicado. En la calle, en el seno de las asambleas , es allí donde se lucha, donde se conquista la confianza, es allí donde se forja el espíritu, donde se forjan los hombres que después van representando intereses por ellos conocidos, por ellos también defendidos, a todos los frentes que la lucha obrera implica, al frente social, al frente social, al frente económico, al frente político. Me explico muy bien, ¡cómo no explicarme! que la reacción mueva a sus hombres, a los neorreaccionarios y que el aplauso de la prensa de la prensa reaccionaria estalle estrepitosamente cuando trata de injuriarse a los representantes de los trabajadores. ¿Cómo no, si precisamente esa prensa tiene el papel principalísimo de desvirtuar la acción revolucionaria, si precisamente esa prensa es la sirena que trata de corromper al pequeño o grande grupo del elemento revolucionario que encierra este recinto? Por eso aplaude la prensa reaccionaria, por eso aplaude la reacción. ¿Qué no es significativo, qué no es sintomático para los elementos verdaderamente revolucionarios que integran esta Asamblea, el hecho de que se canten hosannas, se queme incienso, se halague la vanidad, se trate en todas las formas de estimular el poder de las mayorías azuzándolas en contra de los elementos laboristas, aplaudiendo todas las manifestaciones dirigidas en contra de la federación de los trabajadores? ¿Qué no es sintomático que todas y cada una de las declaraciones que desde esta tribuna se han hecho en el sentido de condenar los postulados de la revolución, los condensados en los artículos 27 y 123, se han aplaudido rabiosamente por esos elementos reaccionarios? ¿No es sintomático para los verdaderos revolucionarios el hecho de que estruendosamente la claque que forma las galerías estalle en aplausos atronadores cuando se trata nada menos que de hacer el panegírico de los capitalistas y de los terratenientes? ¿Es posible que en esta Asamblea el espíritu revolucionario, el verdadero espíritu revolucionario, se haya perdido, haya sido absorbido

por la vanidad que el poder engendra, aunque ese poder sea momentáneo, indiscutiblemente avocado a desaparecer? Con gritos, con insultos, echando encima de los representantes de los partidos Laboristas y agraristas todas las injurias no conforme la mayoría con tener en su mano los destinos de esta Asamblea, no conforme con tener en su mano el poder bastante para arrojar de su seno sin justificación o con justificación, a los hombres de la revolucionó, todavía trata de envilecerse más injurriéndonos. En el caso presente de Pedro González Villarreal, no se trata de un hombre sino que se trata de un grupo de intereses representados en cada uno de los labriegos y mineros de la región Norte del Estado de Coahuila. Yo quiero suponer que Pedro González Villarreal tenga todas las lacras que ha querido artribuirle el ciudadano Otilio González; yo quiero suponer que Gónzalez Villarreal carezca de la pulcridad, carezca de la inteligencia y de la preparación que la burguesía que los neorreaccionarios creen que es indispensable para defender los intereses de los trabajadores para justificar la existencia aquí de uno de sus miembros, pero aun admitiendo todo esto, en el caso de Gónzalez Villarreal no hay derecho ni pruebas bastantes para excluirlo. ¿Qué, esos hombres, esos elementos que se dicen al tanto de las caractéristicas especiales , de las circunstancias especiales que median dentro de la organización obrera, dentro de los grupos de trabajadores, desconocen que al defender y al pretender que venga aquí Pedro González Villarreal lo hacemos única y exclusivamente para que haya un cauce seguro y eficiente, para que hasta aquí lleguen las protestas, las quejas, las peticiones, la voz en una palabra, de todo el sentimentalismo, de todas las manifestaciones arrancadas al dolor humano, que tienen en estos momentos un ejemplar tristísimo de injusticia, precisamente en los lugares donde los compañeros que ungieron con su voto a Villarreal tratan de ser escuchados, tratan en un clamor postrero, en una manifestación tal vez última, de confianza y de serenidad, que se les dé margen para que uno de los suyos, malo o bueno -tienen más derecho de juzgarlo ellos a que lo mandan -, forme parte de esta Asamblea? Pedro González Villarreal, como Benigno Ramón Pérez, como Daniel Cerda y como otros muchos compañeros han formado sus modestísimas personalidades dando su contingente, el que han podido, el que han sabido dar, a la lucha que en pro del mejoramiento del proletario se viene realizando en el Estado de Coahuila; Pedro González Villarreal, con todos los defectos que quiera suponérsele, representa una tendencia, representa una clase, representa una fuerza, representa una protesta representa un símbolo. Desposeeos por un momento del sectarismo que ofusca, desposeeos por un momento del partidarismo que en ocasiones extremas ofusca también, y colocarlos exclusiva y llanamente en el papel de jueces, pero que equitativamente tratan de ver y de pensar en el momento presente, la conveniencia o inconveniencia de que se siente en un sitial de esta Cámara el trabajador Pedro González Villarreal, representante de los miembros de Coahuila . Señores, indiscutiblemente uno de los grandes anhelos, una de las grandes esperanzas que el pueblo trabajador de México alienta al margen de las actividades de la XX Legislatura, es el deseo de ver reglamentados debidamente los artículos 27 y 123; es el hacer un supremo esfuerzo por ver si se desenvuelven estos dos principios y se convierten en realidades, que positivamente sean una demostración de justicia y una manifestación de beneficios indiscutiblemente arrancados en virtud de esos mismos principios revolucionarios. La característica especial del pueblo trabajador de México en estos momentos, es la de tener fijos los ojos y el pensamiento en las actividades nuestras, es precisamente la esperanza de ver que algunos de sus elementos pueden defender y presentar los puntos de vista del movimiento obrero del país a la consideración de los integrantes e la Cámara y ver si es posible que con la cooperación modestísima de todos -me refiero al grupo pequeño de laboristas- se pueda llegar a resolver, esta reglamentación tan anhelada. Desde el punto de vista de los egoísmos, hasta en esos, creemos nosotros, hablando con toda sinceridad, que es conveniente sentar aquí a González Villarreal y otros elementos representativos del movimiento obrero, porque por lo menos ellos, como partirán las responsabilidades, cada una de la las responsabilidades que han de sobrevenir a esta Legislatura, con motivo de cada una de las disposiciones legales que apruebe. Si después de hacer la obra legislativa que se refiere al trabajo y a la cuestión agraria, han participado en ella representantes de los trabajadores del campo y de la ciudad; si después de las discusiones arduas que indiscutiblemente tendrán como campo de acción de recinto, se llega a conclusiones de carácter legal, entonces la responsabilidad de la misma revolución -si hemos de creer todavía que esta Legislatura en materia de legislación de leyes (Risas.) es el único recurso de la revolución-, entonces tenemos necesidad de admitir, entonces tenemos necesidad de que compartan con nosotros todas y cada una de las responsabilidades uno y otro de los elementos representativos de los trabajadores del campo y de las ciudades. Si estas leyes, hechas a base de cooperación, resultaren ineficaces, o no correspondieren al anhelo del proletario de México, ¿de quién sería la culpa? ¿Sería única y exclusiva mente de la mayoría integrada por elementos que no puedan considerarse como miembros de la familia obrera? ¡No! Tenía que ser la responsabilidad, también, de las mismas clases trabajadoras que habían tenido la oportunidad de dejarse sentir, de hacerse oír, y en todo caso, si desgraciadamente no se consiguieran resultados benéficos en la medida de nuestros deseos, por lo menos serviría de experiencia, por lo menos calmaría, por lo menos justificaría ante los intereses de los trabajadores, ante sus ojos, todo el trabajo y toda la buena fe que se pusiera en elaborar leyes equitativas, leyes sabias para beneficio de los desheredados de la fortuna. Empeñarse en estrangular, en restringir la representación obrera simple y sencillamente porque algunos de nosotros, rebeldes por naturaleza. rebeldes por instinto, rebeldes, en una palabra, contra toda manifestación de fuerza, brutalmente empleada para echar de aquí a elementos obreros, hemos hecho patente esta

rebeldía con manifestaciones enérgicas llevadas a cabo en esta Asamblea, es incurrir en un grave y trascendental error. Sé que después van a venir hombres faltos de conocimientos en la cuestión obrera a lanzarse cargos, a presentar a la organización más representativa del país, la Confederación Regional Obrera, como una manada de hombres sin conciencia que se emplea contra las masas trabajadores para romper sus huelgas; pero la organización obrera del país muy pronto va a contestar a estas audacias en la única forma que puede contestar: negando su cooperación, negando su confianza, desautorizando todos y cada uno de los proyectos de ley que sin su auxilio, sin su modestísimo sin auxilio, pretendan aprobarse exclusivamente atendiendo a los intereses, y el criterio capitalista y por ende, reaccionario... (Desorden Voces: patriota!) ¡Patriota! Precisamente invocado el patriotismo, precisamente invocando es cómo en mucha ocasiones se hace obra de estrangulamiento de toda tendencia que verdaderamente haga patria, en el sentido más amplio, como la entendemos los socialistas, como debe entenderse la patria, no la patria mezquina, no la patria reducida inicuamente por las aspiraciones de un grupo ambicioso, a la nada; no; la patria que forma un concurso de cooperación, de civilización y de progreso al margen de perfeccionamiento humano; la patria que tenga en su seno la representación imbíbita de los dolores de los de abajo, aquella patria que reconozca que no por ser humilde, ni por llevar botín es que rechinen y por ir desarrapado, no se tiene derecho de sentarse en el seno de esta Representación Nacional. ¡La patria por tantos invocada y por tan pocos comprendida!; la patria precisamente en cuyo nombre se cometen tantas infamias, esa patria que sólo ven algunos através de sus ambiciones personales esa patria es la que se necesita hacer que la sientan, que la comprendan los de abajo, aquellos a los que no se les hace justicia, aquellos que, en una palabra, sienten la opresión de un tirano, como sin duda lo es Arnulfo González, un hombre que dedica toda sus actividades a enfangarse en una vida de crápula y de orgía. (Siseos.) ¿Estos hombres pueden tener el concepto claro y preciso de lo que es la patria? ¿Uno de los corifeos de Arnulfo González puede venir a hablar de ella? ¡No! indiscutiblemente que no. A la clase obrera se le quiere negar hasta el derecho de estar en minoría en esta Asamblea; que se siente uno de ellos aquí, representándola. ¡Qué va a saber el señor Otilio González, el señor Perez Taylor, pseudosocialista, el señor Malváez y muchos otros, qué van a saber de organización obrera y de lucha social...! ¿Cuándo se ha visto a algunos de estos señores en la acción proletaria? ¿Cuándo se les ha visto formando sindicatos, haciendo organización, ir en peregrinación hermosa por los cuatro ámbitos de la República, despertando del marasmo en que yacen centenares de trabajadores del campo y de las ciudades? ¿Cuándo se ha visto a esos señores enfrentarse ante una Asamblea integrada por elementos trabajadores, a la acción justificada de elementos trabajadores, a la acción justificada de ellos, a sus desconfianzas y pasar por el tamiz de todas sus suspicacias? ¿Cuándo? ¡Nunca! Es obra enormemente superior a las escuálidas fuerzas de que quieren dar muestra desde esta tribuna.

En consecuencia, si hace un momento manifestaba que el elemento revolucionario está representado en minoría en esta Asamblea -y no me refiero exclusivamente al tratar de la minoría, a los elementos agraristas y laboratoristas, sino que queremos creerlo, hay algunos otros hombres que, sin pertenecer al Partido Agrarista y Socialista, sienten la revolución, que está en minoría-, es por que se ha formado un verdadero conciliábulo para, por parte de la mayoría, arrojar de esta Representación, Nacional a los que representan con su dolor a los humildes y que por no tener palabras menos elocuentes, dejan de representar a los trabajadores en su dolor en sus angustias.

Indiscutiblemente que si no fuera así, el caso Breceda y otros muchos casos no hubieran sido tratados en la forma en que lo fueron. La parte legal.... (Murmullos.) Sí, hay que hacer ruido cuando se habla de legalidad, hay que hacer ruido, pero más ensordecedor, si precisamente debe ruborizarnos al hablar de legalidad el haber llegado a comprobar que quienes la invocan, son los que más han pisoteado esa palabra. !Como no! Se habla de legalidad cuando conviene hablar de ella. Para los trabajadores, para aquellos que carecen de los conocimientos suficientes para preparar el chanchullo electoral, a ellos sí hay que exigirles la documentación completa; para ellos todo el rigor del la acción iconoclasta de la mayoría obsesionada por esa palabra. Aquellos hombres que, amparados por la legalidad o no comprendiendo su significado, cometen infinidad de burlas a esa propia legalidad, para ellos es una espada de Damocles, teniéndola siempre suspendida sobre sus conciencias; pero se amparan para justificarse, diciendo que han triunfado legalmente, por más que saben que la legalidad de que blasonan es enteramente convencional y vergonzante. Para los trabajadores no, a ellos hay que exigirles todo, y si no lo hacen en la medida del deseo, entonces hay que echarlos fuera. Así pensaban y así siguen pensando elementos que se dicen de tendencias avanzadas, y así seguirán pensando, por desgracia, todavía algún tiempo aquellos elementos precisamente que la legalidad la entienden a su modo, aquellos que no tienen escrúpulos en falsear una situación, aquellos que recaban certificados falsos, aquellos hombres que echan mano de todas las argucias para dar a sus actos una capa de legalidad irrisoria, porque saben que si presentaran su causa desde el punto de vista moral y hubiera un tribunal moral también, serían condenados indefectiblemente a ser excluídos de esta Representación Nacional. En el caso de González Villarreal, como si no fuera bastante el hecho de haber arrojado de aquí a dos o tres hombres que representan grupos respetables de trabajadores del Estado de Coahuila, también hasta al último elemento que quedaba, hasta al último hombre trabajador, líder obrero, porque ha venido en gana y está de moda y es nota de ser muy valiente el criticar a la los líderes obreros, por ese solo hecho egoísta, se le arroja de aquí. ¡Hacer el panegírico de Arnulfo González y declarar enfáticamente que no ha hecho obra de opresión.... (Siseos) decir

que es un gobernante ideal! ¿Ojalá, señores diputados y presuntos diputados, ojalá que por un momento se sintiera la necesidad de enviar una comisión al Estado de Coahuila, para que fuera a presenciar cómo pisotea la más alta investidura de ese Estado, el actual mandatario de ella, por desgracia! (Siseos.)....

El C. González Otilio, interrumpiendo: ¡Protesto!

El C. Morones: ¡Protesta! Protestan naturalmente los hombres que deben su elección al favor oficial; tienen que protestar cuando se ataca a los hombres que les han dispensado el favor de venir aquí.

El C. González Otilio: ¿Y los diez mil pesos de la suela?

El C. Morones, continuando: Escuchad o no las palabras y las ideas nuestras, queda a vuestra consideración rechazadas o admitirlas; pero tener entendido, señores diputados y presuntos diputados, que, aun con el conocimiento pleno, completamente pleno, de que algunos casos que defendamos, por tratarse de elementos revolucionarios, habrán de ser excluídos de aquí, aun con ese conocimiento hemos de venir a defender a la organización obrera del país, hemos de venir a defender a sus representantes, hemos de venir a cumplir este deber elemental. En legislaturas pasadas si por desgracia, salvo una que otra honrosa excepción, se dejó que pasaran los acontecimientos sin protestas, si nadie vino a turbar el sueño reparador de una buena parte de los señores presuntos diputados o diputados ya, si nadie les habló de miseria y de protestas, si nadie se enfrentó cumpliendo con su deber, con la acción de una mayoría que, en este caso, me parece equivocada y me parece que camina hacia su destrucción inmediata, hoy habremos de venir a molestar vuestros oídos, habremos de venir a presentar a vuestros ojos los cuadros de miseria que conocemos, porque los hemos vivido. (Risas en las galerías.) Si esto es desagradable, lo sentimos mucho; pero tenemos el deber, aun sin vuestro consentimiento, de venir a defender nuestra causa y nuestros principios. Si se trata de una mayoría integrada por elementos revolucionarios, si quiera debería merecer respeto la acción enérgica de un grupo pequeño de elementos laboristas y agraristas; si se trata de una mayoría de hombres ajena a todo compromiso enteramente enclavando a sus intereses, seguramente que ese respeto se traduciría en una actitud de calma -aunque fuera aparente- para oírnos; pero no, la claque es necesaria. Para vosotros era preciso preparar un ambiente de teatro y de escenario, para que se os aplaudiera rabiosamente, aun antes de saber lo que irían a decir los favorecidos del momento. Para los que representan tendencias e ideas, sentimientos, etcétera, para estos la rechifla , creyéndose que con estos procedimientos nos callarían; ¡y qué pobres y qué mezquinos seríamos si nos espantáramos, si nos desalentáramos ante esas manifestaciones de inconsciencia! ¡No! Para los hombres del día el momento presente lo es todo; ellos están encantados de la vida, ya son poderosos, ya pueden disponer de la Cámara a su antojo, y esto constituye una gran vanidad, una ambición satisfecha sin grande trabajo; pero para que nosotros, que sabemos que la mayoría parlamentaria laborista y agrarista no habrá de tener verificativo sino pasados muchos años; para nosotros, que sólo representamos la tea incendiaria del pensamiento reivindicador de los de abajo; para nosotros, que queremos convertir la tribuna en un instrumento de propaganda para hacer sentir nuestras tendencias, como dijera el compañero Soto y Gama, no tenemos prisa; nuestra política, nuestra política única es la de esperar. En un momento preciso se necesita más energía y conciencia dominando la voluntad y las pasiones, para saber esperar y para ser serenos, que para sumarse a la mayoría que injustamente, que torpemente ha venido echándosenos encima. El caso de González Villarreal es, seguramente, el acto con que va a terminar la función política del Estado de Coahuila, y vendrá alguno que otro caso más de trabajadores, de representantes de obreros que seguramente, tendrán que ser desechados por las comisiones, ¡ya lo sabemos! Pero yo apelo a la conciencia de los revolucionarios, a la conciencia del pequeño grupo de hombres revolucionarios, para que se den cuenta de la situación. Sin quererlo, sin sentirlo, están siendo manejados hábilmente por la reacción, que fue objeto de sus ataques ayer; sin sentirlo, están sirviendo admirablemente de instrumentos.

Es ya tiempo de que despierten del sueño que desgraciadamente implica muchos desengaños y muchos peligros y que surjan de nuevo a la vida de la actividad revolucionaria; es tiempo todavía de que haciendo un examen de conciencia se vuelva sobre los pasos, se vulva al sendero de la rectitud, se vuelva al sendero de la revolución. (Siseos. Desorden en las galerías.) Yo sé que los llamados de esta naturaleza en el momento presente son extemporáneos, yo sé que hablar de estas cosas es algo que debe desagradar hondamente; pero los únicos que deben ganar la partida, los únicos gananciosos a la postre si no nos damos cuenta, si no nos defendemos, van a ser los reaccionarios, va a ser la reacción. Echándonos unos sobre los otros, halagando las pasiones de los que controlan la situación en la Cámara de Diputados, indiscutiblemente que van a conseguir adeptos y que van a tratar de ahondar aún más las divisiones, que van a tratar de ahondar aún más las divisiones, que van a tratar de decir que se elimine a los representantes de los trabajadores, porque es muy molesto que a cada sesión venga a hablar en contra de la reacción y en contra de la burguesía. Las palabras "reacción" y "burguesía" son algo que cansa y que fastidia; pero no podemos dejar de repetirlas. Hemos hecho de estas dos palabras algo obsesionante que crea dentro de nosotros un criterio único y que nos da vigor y energía cada vez que vemos aparecer, aunque sea en el rostro de un revolucionario a quien hemos conocido como tal, el hueco de un reaccionario que halagando su pasión, trata de herir a la revolución misma. - El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Muy bien! (Risas. Aplausos.) - El C. Morones, continuando: ¡Soto y Gama es loco! y lo somos todos, aquellos que sentimos el deber de sacrificar nuestra modestísima personalidad en aras de un ideal. (Burlas

en las galerías. Campanilla.) Generalmente a aquellos hombres, que tenemos el valor civil que nuestra propia convicción nos da, de llamar a las cosas por sus nombres y de desenmascarar a los que en la encrucijada política momentánea, tratan de herir los intereses de la revolución, se nos llama locos, se nos llama audaces, se nos llama explotadores de los trabajadores, etcétera. ¡Veremos! No pasará mucho tiempo sin que la acción de la revolución, que quieran o no los elementos reaccionarios, habrá de manifestarse, acalle las manifestaciones reaccionarias. (Siceos).

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Muy bien! (siseos Voces ¡Cállate! Campanilla.)

El C. Morones, continuando: No pasará mucho tiempo sin que se haga sentir la acción -la moral primero y la acción material después- de los centenares de hombres del campo y de las ciudades, señores reaccionarios... (Voces: ¡Ah! ¡Ah!) que vosotros habéis repudiado de esta Cámara. (Gritos en las galerías: ¡Ya vienen los rojos!) Hasta esos elementos de los cuales estamos distanciados por procedimientos de lucha, hasta esos elementos, me refiero a los rojos, a los que verdaderamente sienten la revolución, hasta esos vendrán sumados al contingente de proletarios para escupiros el rostro por tránsfugas de la revolución! El Partido Laborista no existe, decía el Señor Prieto Laurens, el Partido Laborista no Significa nada, no es nada, el Partido Laborista es Morones; y yo pregunto al hoy omnipotente César Prieto Laurens, ¿Por qué si el Partido Laborista no ha sido ni es nada, se fue tan galante a sus exigencias? ¿Por qué si no significan nada los elementos del laborista y del agrarista, por qué tanta preocupación, por qué tanto empeño por que haber adoptado una actitud de víctima cuando se era el amo, cuando se es el amo? Preguntas son estas que vale más que no sean contestadas; sé que lo serán, pero en la forma en que acostumbra hacerlo Prieto Laurens, con gritos, preparada la claque para el aplauso, porque no sabe resistir las manifestaciones hostiles; sé que indiscutiblemente vendrá a volcar el fuego de su intemperancia y de su neurastenia, pero eso no contestará nada; la misma negación de poder y de fuerza de los partidos laboristas y agrarista, es sencillamente la justificación de que el laborista y el agrarista existen, Son pequeños en número, pero son mucho en calidad, (Siseos, Aplausos, Murmullos, Desorden en las galerías.) Tengan calma y escuchen. Ayer decía el señor Prieto Laurens: "nos bastamos nosotros para enfrentarnos al "Pélece", fuimos nosotros los que destruimos al "Pélece". Yo suplicaría al señor secretario que diera lectura a este recadito que el señor Prieto Laurens dejó en mi oficina en los días memorables en que se libraba de la batalla con el "Pélece". (Siseos.)

El C. secretario Ollivier: (Leyó.)

El C. Morones: Pero el Partido Laborista huía, no se necesitaba. (Murmullos. Siseos. Desorden en las galerías.)

El C. Olivé Isaac, interrumpiendo: No era el Partido Laborista, eran los obreros de Fabriles.

El C. Morones: Tenga calma, estamos solos. Sé que es una audacia tocar al ídolo; pero nosotros, rebeldes por instinto, no sentimos ese respeto servil por ese mismos ídolo....

El C. Pastoriza: Aquí no hay servilismo ni hay ídolos.

El C. Morones, continuando: Al que le venga el saco que se lo ponga, señor mío. De manera, señores que los líderes obreros están sujetos al sectarismo de los hombres del día en esta Cámara; de manera que Pedro González Villarreal no es un líder obrero, y como lo ha dicho el representante de Arnulfo González y otros más lo pueden decir, esto da derecho para que sea arrojado de la Cámara! Voces: ¡Ya!) antes de retirarme de esta tribuna, yo voy - haciendo caso omiso de toda manifestación que intencionalmente trate de llevarse a cabo para que el dictamen de la Comisión pase sin protesta, como fuera de desearse, porque tal parece que la lucha da miedo, da temor, etcétera -a pedir a los hombres que en alguna forma han contribuido efectivamente para que la revolución hecha pródromo, germinara, escuchen concentrados en sí mismos, al menos por esta vez, la voz de los trabajadores, la voz de los mineros, la voz de los hombres que tienen derecho a ser oídos, a la voz de los hombres que claman justicia contra una situación de la cual no son responsables. No pretenden seguramente estos hombres que de la noche a la mañana se trasforme el actual estado de cosas. ¡No! Tratan simple y llanamente de hacerse oír. ¿Quién, pues va a ser líder obrero, según el criterio presentado ahora por hombres que no tienen derecho de manifestarlo? Por el camino que se lanza nuestros impugnadores, ¿van a ser ellos los que decidan si tiene o no derecho un representativo de los trabajadores para estar a nuestro lado? (Una voz de las galerías: ¡Diez centavos!)

Si fuera verdaderamente productivo el oficio de líder obrero, y en el caso de Villarreal, sobre todo, aseguro a la persona que hablaba interrumpiéndome, que muchos de los convenencieros que se sientan a la mesa servida de este banquete político hubieran escogido el oficio de líderes obreros. Sin hacer caso a elementos que traen la consigna de aplaudir cuando el amo lo quiere o sisear cuando el amo lo quiere también, no me colocaré en un plano inferior a esa inconsciencia y vuelvo a decir que en un llamado supremo a la honradez, que en supremo llamado a los principios revolucionarios, hagáis justicia. ¿Qué puede pasar aquí si se admite a un hombre que, como González Villarreal, trae una tendencia definida? ¡Tal parece que se tiene miedo, verdadero pánico de que en este recinto parlamentario un grupo numeroso de hombres de convicciones planteen los problemas que llevan sobre sus espaldas y sobre sus conciencias; tal parece que a este temor pueril, infantil, como lo llamaba el ciudadano Soto y Gama, obedecen todas estas intrigas y eliminaciones odiosas! Si hay hombres que creen que la verdad debe manifestarse en todos sus aspectos, si hay hombres que creen todavía que es preferible que desde esta tribuna en controversias acaloradas o no se deban las tendencias del pasado, el presente y el futuro, entonces deben haciendo caso omiso de la consigna, haciendo caso omiso de los compromisos, votar por González Villarreal. No es a González Villarreal. No es a González Villarreal a quien favorece este voto, será indiscutiblemente a muchos trabajadores que tienen el

derecho, tanto o más que nosotros de sentarse en los escaños de esta Legislatura, (Siseos, Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Elpidio Barrera.

El C. Barrera Elpidio: Ciudadanos representantes: Los oradores del pro y los oradores del contra nada absolutamente han dicho sobre el dictamen a debate que pueda ilustrar a la respetable Asamblea. (Aplausos) Debo de hacer un paréntesis para decir algo importante.

Aún están frescas en vuestra memoria las discusiones con motivo del caso del 4o. distrito electoral de me Estado, por mil títulos querido; aún os consta que las pruebas fehacientes que traje yo a esta tribuna convencieron a propios y extraños, a los ciudadanos diputados a las galerías hostiles, porque yo tenía la razón, para pedir que a esta Asamblea no entrara un individuo del nivel moral de Enrique Breceda; aún están impresas en vuestra memoria las verdades sacrosantas e irrefutables que yo vine decir ante esta honorable Asamblea; estáis convencidos, ciudadanos diputados, de que cumplí con un deber, sagrado, porque iba de por medio el asesinato vil y cobarde cometido en mi padre. Y señores diputados, a esa actitud digna y honrada que yo asumí, debido a la actitud digna y honrada que asumieron los cincuenta y nueve ciudadanos que votaron en favor mío, es decir en contra del dictamen, yo sé que se han externado en el seno del Partido Cooperatista, acres censura para mí. (Voces: ¡No! ¡No!) Yo, señores, vengo a manifestarles, especialmente al Partido Cooperatista, que aquí en esta ocasión, en este debate, vengo a aprobar mi absoluta honradez, vengo a probar que Elpidio Barrera está con el Partido Cooperatista, con el bloque de ese partido, cuando el dictado de su conciencia vaya de acuerdo con los dictámenes que se presenten en esta tribuna. Hace un momento fuí censurado y visto con ojos de extrañeza porque yo diera mi voto en contra del dictamen de Sinaloa. Y, señores, es que abomino de ese cerco infernal en que tienen maniatados a los hombres honrados que hay en esta Cámara para que voten en contra de los dictados más altos, en contra de los dictados de nuestra propia conciencia. (Aplausos.) Yo vengo a decirle al Partido Cooperatista que obraré siempre de acuerdo con el dictado de mi conciencia, y que si se me expulsa, como ha llegado a mis oídos, del seno del bloque cooperatista, santo y muy bueno. Creo haber sentado un precedente de honradez y con eso me basta. (Aplausos.) Debo manifestar en breves palabras la profunda desilusión que me causó ver votar en favor de Breceda a individuos que me manifestaron en los momentos del debate que había voto libre; y, señores, jóvenes impetuosos, jóvenes intelectuales que sirven de guía al Partido Cooperatista, votaron en favor de Breceda, plenamente convencidos de que es un elemento que denigra a esta Representación Nacional. Señores, he dicho al principio que ni los oradores del pro ni los oradores del contra han dicho una sola palabra sobre este asunto, y a semejanza de aquel caso en que, os traje, hoy os traigo también. Soy vecino de ese distrito; en el 6o. distrito de Coahuila, cuya cabecera es Allende, pase mi niñez, tengo vínculos, recuerdos inolvidables en aquel terruño, yo sé perfectamente que el único partido que en aquella región de mi Estado tiene relaciones es el Partido Laborista, el Partido Laborista controla en lo absoluto. Vengo a decir la verdad y vengo a defender al ciudadano Cárdenas, porque vengo a decir la verdad. Escuchadme, señores representantes: en aquella región, repito, saben ustedes que están las principales minas de carbón de la República; el elemento trabajador domina allí ese elemento trabajador está sindicalizado y está también unido políticamente y todos ellos pertenecen, fanáticamente, si ustedes quieren, al Partido Laborista Mexicano. (Voces: ¡Ah!) Pero el candidato del Partido Laborista en aquella región, señores, fue Pedro González Villarreal, líder que, debo confesarlo, porque anduve en las mismas personalmente, es un hombre bastante querido en aquella región; pero Pedro González Villarreal fue un mes y días antes de la elección a hacer sus trabajos electorales. Yo conocedor de aquella región a fondo, dije: indudablemente que Pedro González Villarreal triunfa, pero cuando supe a quién llevaba como suplente, entonces dije -y aquí hay testigos de que Pedro González Villarreal llevaba como suplente a Jesús Gloria, individuo que había ocupado un lugar en la Legislatura local y había tenido que intervenir en las elecciones municipales en aquella región, quien había cometido los atropellos más inauditos e incalificables en contra del voto popular en aquel pueblo libre; en las municipalidades, Jesús Gloria, suplente de Pedro González Villarreal, ni para gendarme puede ser electo en aquella región. (Murmullos.) Personalmente se lo manifesté así al candidato del Partido Laborista, y la elección vino a probar dicho, porque Pedro González Villares salió en tercer lugar, es decir, en último lugar en votos. Vemos ahora auguraba yo un triunfo al candidato laborista. En primer lugar, porque contaba con todo el contingente unido y disciplinado de las minas que forman la parte Sur de este distrito, que está compuesto por catorce municipalidades; es enormemente grande, pues hay distancias como de Villa Acuña a Juárez de más de cien leguas. Señores, en aquel entonces ya había principiado sus trabajos un candidato cooperatista y he aquí el gran error del Partido Cooperatista al mandar individuos a Coahuila que eran enteramente desconocidos o generalmente odiados. El señor Delfín Cepeda fue allá haciendo saber el árbol genealógico de su familia, para identificarse con aquel pueblo.

Todos allá, gente culta, porque nos cabe a los coahuilences de aquella región el orgullo de poder decir que allí los analfabetos existen a un 4 ó 5 por ciento; en aquella región, donde sí se tienen prácticas democráticas, se hacían esta pregunta: ¿Y este individuo quién es? Es un viejo revolucionario. Delfín, por lo poco que lo he tratado, sé que es un buen muchacho, es un individuo revolucionario, identificado con la revolución, pero nada conocido en aquella región; por lo tanto, todos los ciudadanos del 6o. distrito electoral estaban poseídos de una apatía terrible. Yo os lo digo, señores, porque yo palpé el sentir general de aquel distrito y pude convencerme de que no había amor por la cuestión electoral, de que nadie se preocupaba

por que hubiera elementos nada identificados con aquel pueblo libre. Pues entonces, señores surgió a la palestra el ciudadano Cárdenas, cuya elección , con razón -oídme bien-, con razón, al principio se tildó de imposición de parte del Gobierno del Estado, y digo que con razón, porque al ciudadano Martínez lo llevó a aquella región nada menos que el procurador general de Justicia del Estado, que en estos momentos me está escuchando desde las galerías; este ciudadano, bastante conocido allí, hermano del suplente del ciudadano Cárdenas, cumplió con un deber de ciudadano, y después de que se comprobó esto, quedaron todos satisfechos, porque el ciudadano Garza Cabello había renunciado aquel puesto y practicaba sus derechos de ciudadano, como que estaba en pleno uso de ellos. El ciudadano Cárdenas a la lid democrática contando con las amistades y con los vínculos que el ciudadano Garza Cabello contaba en aquella región porque fue secretario general de Gobierno de don Luis Gutiérrez durante mucho tiempo. Así las cosas, vino a presentarse el candidato laborista; pero Jesús Gloria, un político de altos vuelos, como él se titula, porque tiene el chanchullo al dedillo, la hipocresía y la mentira también son sus armas favoritas, este individuo engaño a los elementos laboristas de aquella región, llevando dizque una representación de catorce clubes políticos, y tuvieron una convención en las minas. De allí surgió la candidatura de Pedro González Villares Gloria. Jesús Gloria. se fue a hacerle la campaña en la parte Norte del distrito, que comprende las municipalidades de Allende, Zaragoza, Morelos, etcétera; este individuo que, como os digo, había cometido infamias mil cuando fue diputado, no podría tener eco, señores, entre aquel pueblo que nunca olvida, que tiene en cuenta el comportamiento de cada uno de sus hombres, cuando en lugar de servirle, como tenemos la ineludible obligación de hacerlo todos aquellos que ganamos un centavo de la nación, aquel pueblo no olvidó aquellos agravios, porque hubo, para vergüenza de Coahuila, hubo municipios en que se hicieron tres o cuatro veces elecciones, porque a la señora Legislatura del Estado no le satisfacía ninguno de aquellos individuos que habían sido electos honrada y popularmente El ciudadano Pedro González Villarreal se quedó trabajando en la parte Sur, o sea las minas, y he aquí el por qué de su derrota. Si el ciudadano Pedro González Villarreal, que cuenta con la votación unánime de las minas -Cosa que no podemos negar porque el Partido Laborista ahí es fuerte-, este ciudadano hubiera llevado a otro suplente, si no hubiera sido el politicastro Jesús Gloria, hubiera triunfado, señores, honradamente lo confieso; pero el ciudadano Cárdenas ha sido triunfante, y la parte dudosa de la cuestión está en que hubo dos juntas computadoras, y os voy a decir el porqué. Yo estoy a 52 Kilómetros de la cabecera del distrito, y en mi automóvil fui a cerciorarme de la verdad de los hechos. El ciudadano presidente municipal de Allende, Eliseo González M., es, según los impugnadores del dictamen, aunque no lo han dicho aquí, pero yo sé, el principal responsable del chanchullo que dizque se hizo allí, en Allende, instalando dos juntas computadoras. El ciudadano Eliseo González M., presidente municipal de Allende, es un hombre honrado, y yo abono su honradez porque fue compañero mío de escuela, lo conozco y he seguido su vida política palmo a palmo, y sé que es un hombre, en una excepción, si ustedes quieren, ahorita en nuestro Estado donde, señores el dinero del pueblo se despilfarra vergonzosamente; a esa pobre víctima del municipal que se llama maestro, no se le paga; pero, en cambio, hay para orgías y para despilfarros mil. Pues en aquel municipio a los profesores se les paga y se han hecho mejoras de consideración, y el presidente municipal a que me he referido, rinde mensualmente nota detallada de los ingresos y de los egresos de aquel municipio Así es, señores, que no puede tacharse a este individuo de parcial, por las razones que voy a exponer. Dio orden, como le compete, de que la Junta Computadora se instalara en el Teatro Juárez, o en el Teatro Allende, quiero decir. A las nueve de la mañana estuvieron allí reunidos 33 presidentes de casillas; el distrito se compone de 65 casillas electorales. Estando presentes 33 presidentes, todos partidarios del ciudadano Cárdenas aquella Junta Computadora, esperaron las nueve de la mañana y entraron al salón; esperaron hasta las diez, hasta las once, y en otra Junta Computadora, en otro grupo más bien, estaban 28 presidentes, quienes esperaban refuerzo en el tren que pasa con rumbo a Piedras Negras a las diez y media de la mañana. No le llegó el refuerzo, y entonces se deciden ir a la Junta Computadora, capitaneados por el politicastro que he mencionado tantas veces: Gloria; éste era el que manejaba todo el asunto allí. Bien; se enteraron de que tenía mayoría Cárdenas, y entonces, con un pretexto fútil, oídme bien, con el pretexto de irse a comer a las doce, abandonan aquel salón. Los señores Cárdenas les dijeron: señores: tenemos preparado un lunch y pueden quedarse, máxime cuando la Ley Electoral prohibe que abandonen el salón. Pues no, señores; se han salido e instalaron su Junta Computadora con 28 presidentes, entre los cuales estaba el de la 1a. casilla, un pobre muchacho, ingenuo, completamente ignorante en cuestiones electorales. Lo sugestionó Gloria y se lo llevó El, acatando así el dictado de su propia honradez, se resistía; pero Gloria ejerció presión sobre él y se lo llevó. Pidieron para esto garantías a la fuerza local; el ciudadano jefe de las armas se negó a proporcionar a Cepeda y a González fuerzas, señores, porque aquello iba a ser algo grave trataban de bajar del foro del teatro a la Junta Computadora del ciudadano Cárdenas; el presidente municipal fue el conducto por el cual el ciudadano Cárdenas pidió la fuerza armada para impedir cualquiera cosa que intentaran hacer sus contrarios, y la fuerza armada se quedó afuera del salón. A mí me consta, porque pasé a las once o doce de la noche en que daba el "¡quién vive!" "cabo de cuatro" y "alto ahí", cosas vergonzosas en aquella región, en que nos preciamos de demócratas. señores; pero hubo indispensable necesidad de recurrir a estos medios vergonzosos. Muy bien; la Junta Computadora extendió una credencial al ciudadano Cárdenas; ella fue certificada por el ciudadano presidente municipal. Muy bien; recurrieron ante él los otros dos candidatos con dos

credenciales extendidas por apreciaciones. El se negó a certificarlas, no porque fuera parcial, sino porque ya había certificado una, extendida por la Junta Computadora instalada en el lugar por él de signado y que, conforme a la Ley, era la que debía ser certificada.

Así es, señores que creo que con mi humilde voz he puesto al tanto a esta honorable Asamblea de la verdadera situación política legal del 6o. distrito electoral de mi Estado. El ciudadano Cárdenas no tiene, absolutamente, ningún vínculo conmigo. Yo lo conocí hace poco; como me he propuesto, señores, venir a defender a esta tribuna respetable toda causa noble y digna, vengo a apoyar el dictamen. Porque el Partido Cooperatista ha estado en lo justo al dictaminar en favor del ciudadano Cárdenas. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra para una interpelación. el ciudadano Malváez. (Voces: ¡A votar!)

El C. Malváez: Honorable Asamblea: Para mí es sumamente penoso subir a esta tribuna para exhibir desvergüenzas; pero el señor Morones así lo quiere. Ustedes se fijarían en que el documento firmado por el presidente de la República tiene fecha de enero de 1921. Además, tengo otros datos en cartera y yo no quisiera descorrer este velo, pero si el señor Morones lo quiere, estoy dispuesto a hacerlo.

El C. Morones: Puede usted hacerlo.

El C. Malváez: El Departamento de Fabriles hizo un contrato de 20,000 sarapes (Risas.) a 2.75 de dólar en Nueva York. Pues bien, señores; la Agencia Financiera de Nueva York -y a la contraloría de la Nación le consta esto -compró exactamente los mismos sarapes vendidos por la misma persona que había hecho el contrato con la Contraloría, a 2.10 de dólar, que resultaba una ganancia para el coyoteo de Fabriles de 13,000 dólares. (Aplausos.) Y yo me permito respetuosamente interpelar al compañero Peralta, con permiso de la Presidencia, para que diga si esto es o no verdad. Voy a advertir que el señor coronel Peralta entonces era oficial mayor de la Contraloría General de la Nación.

El C. Peralta: Pido la palabra. Declaro sinceramente que no tengo ningún motivo de animadversión personal contra el señor Morones. La única ocasión en que traté, con su carácter de director general de Establecimientos Fabriles, con el siguiente motivo: el señor Morones contrató en Nueva York 20,000 cobijas, no a 2.75 de dólar, sino a 2.85 de dólar. El representante de Contraloría en Nueva York telegrafió diciendo que la misma cobija, con la misma trama, color y peso, el mismo vendedor, las ofrecía a 2.10 de dólar. Como ésta era ya una operación consumada, se llevó el caso a conocimiento del presidente de la República, quien de manera expresa y terminante desautorizó esa operación. Esta circunstancia me ha autorizado a considerar al señor Morones un mal administrador por ineptitud o por dolo. (Aplausos.) los documentos originales obran en poder de la Contraloría de la Nación; el telegrama dirigido por la Agencia Financiera de Nueva York está en la Secretaría de Hacienda, por si alguien quiere aclarar esto.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Malváez.

El C. Malváez: Honorable Asamblea: El señor Morones me ha llamado un pobre hombre, y el señor Morones tiene razón, yo no he podido dejar de ser honrado para ser rico.

El C. Morones: Pido la palabra, señor presidente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Morones.

El C. Morones: Creo que la única forma de poder llegar a conocer con toda exactitud la veracidad o no de lo aquí asentado, está en recabar una información completa y detallada de cada uno de los casos que ha citado el ciudadano Malváez porque ésta será la forma, que no dejando lugar a duda, pueda normar el criterio de esta Asamblea y juzgar a cada quien de acuerdo con lo que merezca. El caso que señala el ciudadano Malváez es un caso perfectamente señalado y conocido por el ciudadano presidente de la República , quien en virtud de las circunstancias especiales que mediaron en él, precisamente en Nueva York, ordenó la remoción del personal, casi la totalidad del personal de la Agencia Financiera en Nueva York. No solamente hay este caso, hay otro más reciente en el cual hubo necesidad de desenmascarar a quienes pretendieron obstaculizar una adquisición que se hacía para el Gobierno en condiciones perfectamente legales, por la intervención que tuvo en ella la Contraloría. Un caso reciente de falsedades también, en el cual un hombre poco escrupuloso de Agencia Financiera, al llegar a su poder el pedido de Fabriles, ya sancionado por el Departamento de Contraloría, puso un telegrama en estos términos más o menos: "Se pueden conseguir frazadas de la misma clase a menor precio". Como en el pedido rezaba que los precios convenidos en México estaban sujetos a rectificación por parte de la Agencia Financiera, la cual tenía el deber si eran más elevados de los que en plaza existían y el deber por parte del comprador de sujetarse a lo que dispusiera la Agencia Financiera, en estas condiciones se indicó a la Agencia Financiera que debería hablar con el vendedor, y proponerle que en igualdad de condiciones se optaría por que él vendiera; pero si no se apegaba a la redacción que marcaba la persona ésta informante de la Contraloría, entonces quedaría descartado y en libertad la Agencia Financiera para contratar con quien le conviniera de acuerdo con el contrato formulado por el Departamento. Pues bien; la compra la hicieron a un precio menor que el estipulado; pero esas frazadas, al llegar aquí, habiendo sido contratadas frazadas nuevas, entregaron frazadas usadas, es decir, el desecho del equipo que usara el Ejército americano. El asunto llevado a la consideración del ciudadano presidente de la República tuvo este acuerdo: niéguese el Departamento a recibirlas. Y en el caso señalado por el ciudadano Malváez, las frazadas no se adquirieron. Yo invito a que de una vez por todas porque sé que este es el callejón de las intrigas, en el cual se colocan los hombres que, faltos de elementos para defender su causa, apela a estos subterfugios, apelan a estos subterfugios, yo pido, por el mismo decoro de la Representación

Nacional, que se solicite un informe de este caso concreto, para que se vea que la operación que indica el ciudadano Malváez no se llegó a realizar. (Voces: ¿Y la suela?) la suela a que se refiera el ciudadano Malváez, yo lo invité a que las pruebas; pero no las tiene ni puede presentarlas. La suela fue comprada a Enrique Llórente, agente de Juan M. García, por recomendación especial, no para que se le comprara, sino para que se tuviera en cuenta su ofrecimiento. Convenida la operación, que no fue hecha por mí señor Malváez, como no es ninguna compra hecha por mí... (Una voz: ¡Por los coyotes!) sino directa y expresamente por el inspector de Contraloría, que está en las oficinas de mi cargo; cuando se recibió la suela se vino a la conclusión de que no reunía las características fijadas para su admisión, entonces, en virtud de un dictamen pericial, se le dijo al interesado que no podía recibirse esta suela si no estaba en las condiciones en que había sido contratada. El interesado, señor Llórente, hizo venir al entonces gobernador de Nuevo León para exponerle el caso, y estuvieron a verme, y yo, espontáneamente les manifesté, como consta a los mismos señores, que no tenía ningún inconveniente en que si el dictamen en virtud del cual nos habíamos rehusado a recibir la mercancía, no estaba ajustado a la equidad, si por falta de conocimiento, etcétera, se había dictaminado en contra de sus intereses, estaba enteramente dispuesto a recibir la mercancía, recurriendo a un árbitro. Yo mismo presente el caso a la consideración del ciudadano presidente de la República , y él me indicó que lo del arbitraje era lo más pertinente. (Voces: ¡A votar! ¡A votar) El arbitraje del señor Zetina fue favorable a la suela, (Risas.) a las muestras de suela, cuya suela fue recibida. El ciudadano Malváez puede ver las pruebas que existen a la disposición de quien lo solicite, de que esa suela, no obstante el dictamen del ciudadano Carlos Zetina, no ha podido emplearse en los usos a que estaba, destinada, por su mala calidad. Estos tres dictámenes periciales que apoyan el primitivo dictamen... (Voces: ¡A votar!) sobre el cual se tomó la decisión del Departamento de mi cargo, están a su disposición. Es, Pues necesario acabar con esta campaña de intrigas al permitir que hombres sin pruebas vengan a esta tribuna a manchar la reputación de los hombres honrados. Pido, pues, que se tome en consideración esta petición: por el decoro mismo de la Asamblea urge que se sepa si es verdad lo que dicen estos señores.

El C. secretario Ollivier: Habiéndose agotado el registro de oradores, se pregunta si el asunto está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba el dictamen. Los que estén por afirmativa, sírvanse indicarlo. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba el dictamen. Los que estén por la afirmativa, sírvanse indicarlo. Aprobado el dictamen. En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados por el 6o. distrito electoral del Estado de Coahuila, propietario y suplente, respectivamente, los ciudadanos Jacobo Cárdenas y José Garza Cabello (Aplausos.)

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a Comisión Revisora,- 2a. Sección.

"Honorable Asamblea:

"A esta 2a. Sección de la 1a. comisión, Revisora de Credenciales fue turnado, para su estudio dictamen, el expediente relativo a las elecciones verificadas en el 6o. distrito electoral Estado de Yucatán.

"Revisados los paquetes electorales se encontraron con toda la documentación legal respectiva y con el total de la votación en favor del C. Miguel Cantón, como diputado propietario, y Rafael Cebada T., como diputado suplente. Además, y por conducto del C. L. Manzanilla, se recibieron en esta Comisión un oficio remitiendo cuarenta y un paquetes de boletas marcadas con el distintivo del Partido Cooperatista Nacional, en las que aparecen como candidatos el C. Anas tacio Manzanilla y Teodoro Batum, y como candidaturas no registradas, en la misma boleta, la fórmula A. Manzanilla Ignacio Marchían, así como en paquete separado las actas de instalación y clausura de las diversas casillas electorales. El señor Manzanilla presentó un memorial dirigido a la Comisión investigadora del Partido Cooperatista en el que se queja de haberse ejercido presión en favor de la fórmula Miguel Cantón - Rafael Cebada T.

"El juicio de la Comisión es favorable a la fórmula Cantón - Cebada, por haber obtenido la unanimidad de los votos emitidos en el distrito de referencia, los cuales ascienden a la suma de ... 14,782.

"Respecto a la documentación y boletas remitidas por el señor Manzanilla, la Comisión no las tomó en cuanta por ser enteramente ilegales.

"En consecuencia, se permite someter a vuestra consideración los siguientes puntos resolutivos:

"1o. Son buenas y válidas las elecciones verificadas el día 2 de julio del corriente año en 6o. distrito electoral del Estado de Yucatán.

"2o. Son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los CC. Miguel Cantón y Rafael Cebada T. "

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 21 de agosto de 1922. - Roque González Garza.- Liborio Espinosa y Elenes.- Adolfo H. Marín."

Está a discusión. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobado.(Aplausos.) La presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados, Propietario y suplente, respectivamente, por el 6o. distrito electoral del Estado de Yucatán, los ciudadanos Miguel Cantón y Rafael Cebada T.

- El C. Presidente, a las 21:30: Se levanta la sesión y se cita para el miércoles a las once de la mañana.