Legislatura XXX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19220911 - Número de Diario 16
(L30A1P1oN016F19220911.xml)Núm. Diario:16ENCABEZADO
MÉXICO, LUNES 11 DE SEPTIEMBRE DE 1922
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. Clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921
AÑO I.- PERIODO ORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 16
SESIÓN
DE LA
CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 11 DE SEPTIEMBRE DE 1922
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación de la acta de la anterior.
2. - Cartera. Se concede licencia a los CC. diputados José Villanueva Garza, Antonio G. Rivera, Mauricio Gómez y Enrique Ramírez.
3. - Se procede a la insaculación de la 1a. y 2a. secciones instructoras del Gran Jurado. Rinden la protesta legal los CC. Ruperto S. García y Francisco Flores, diputados suplentes por los distintos electorales 11 de Veracruz y 10 del Distrito Federal, respectivamente.
4. - Es retirada la proposición presentada por varios ciudadanos diputados, relativa a solicitar garantías para los empleados y obreros de la Compañía Periodística Nacional, S. A.
5. - Segunda lectura al escrito del C. diputado Morones, por el que propone ceder sus dietas a una institución de beneficiencia; se le dispensan los trámites, y puesto a debate, expresada por varios ciudadanos diputados una iniciativa para que se diga al C. Morones que si no solicita licencia o renuncia a su empleo, cae bajo la sanción del artículo 62 constitucional; se discute y aprueba dicha proposición.
6o. - Es discutida y desechada una solicitud de licencia del C. diputado Morones. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del
C. ALVAREZ DEL CASTILLO JUAN MANUEL
(Asistencia de ciento cincuenta y uno ciudadanos diputados).
- El C. Presidente, a las 16:55: Se abre la sesión.
- El C. Secretario Barón Obregón, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de diputados del Congreso de la Unión, el día nueve de septiembre de mil novecientos veintidós.
"Presidencia del C. Juan Manuel Alvarez del Castillo.
"En la ciudad de México, a las diez y seis horas y cincuenta minutos del sábado nueve de septiembre de mil novecientos veintidós se abrió la sesión con asistencia de ciento cincuenta y seis ciudadanos diputados, según aparece en la lista que paso el C. secretario Barón Obregón.
"El acta de sesión anterior, celebrada el día seis de los corrientes, fue aprobada con una aclaración del C. Salomé Vizacarra.
"Dióse cuenta con los documentos en cartera.
"Telegrama procedente de Jalapa, Veracruz, en que el C. José Dorantes, con el carácter de secretario de la Comisión permanente de la Legislatura local, aviso que instaló la Junta Previa del Congreso de ese Estado que funcionará en el próximo bienio. - Recibo.
"Mensaje de igual procedencia, por medio del cual el ciudadano gobernador del Estado transcribe una nota en que el C. Josafat Márquez le participa la instalación de la Junta Preparatoria de la XXIX Legislatura de aquella entidad. - Recibo.
"El C. Manlio Fabio Altamirano usó de la palabra para hechos relacionados con la formación de la Legislatura, a que se refiere el mensaje anterior, interrumpiéndole una moción de orden del C. Apolonio R. Guzmán, que dio lugar a aclaraciones de la Presidencia.
"Solicitud del C. diputado José Ismael Aguado, a fin de que se le conceda licencia por tiempo indefinido y se llame al suplente.
"Después de que el C. Manlio Fabio Altamirano se opuso a lo que pide el C. Aguado y éste le refutó, se dispensaron los trámites en votación económica, y ella motivó aclaraciones del referido C. Altamirano y del secretario Barón Obregón.
"Hablaron en contra de esta solicitud, el C. Juan Joachín y el repetido C. Altamirano, y en pro los CC. Aguado y Morones.
"Agotado el debate, la licencia fue concedida, debiéndose llamar al suplente.
"Telegrama depositado en Veracruz, en que los CC. José Pereira Carbonell y Joaquín Muñoz, como presidente y secretario, respectivamente, del Colegio Electoral de la XXIX Legislatura de ese Estado, participa que ese cuerpo, en virtud de no tener garantías en la ciudad de Jalapa, se trasladó al mencionado puerto. - Recibo.
"Telegrama de Jalapa, Veracruz, en que el C. Josefat Márquez, con el carácter de secretario de la Legislatura local, transcribe otro mensaje que dirigió al presidente de la República y al secretario de Gobernación, haciéndoles aclaraciones respecto de la instalación de la Legislatura local
presidida por el C. José Pereira Carbonell. - Recibo.
"El C. Manlio Fabio Altamirano se refirió. Yo a varios hechos relacionados con el telegrama anterior.
"Telegrama procedente de Jalapa Veracruz, por medio del cual el C. A. C. Patraca, como presidente de la Legislatura del Estado, da a conocer la nota que giró al presidente de la República y al secretario de Gobernación, haciéndoles saber que el C. José Dorantes, secretario de la Comisión Permanente de ese Congreso, no asistió con carácter oficial a la instalación de la Legislatura que ocupó el Gran Hotel, de aquella ciudad, - Recibo.
"Telegrama fechado en Jalapa Veracruz, firmado por el C. Josafat Márquez, como secretario de la Legislatura local, en que manifiesta que ese cuerpo acordó desaforar a los diputados José Dorantes y Rodolfo Serdán por delitos oficiales, y consignar a los ciudadanos que se instalaron bajo la presidencia del C. José Pereira Carbonell para Formar la XXIX Legislatura del Estado. - Recibo.
"Oficio en que los CC. Efrén Valenzuela y Pedro C. Rodríguez participan la instalación de la Junta Preparatoria de la XXIX Legislatura del Estado de Veracruz y dan a conocer los nombres de las personas que forman la Mesa Directiva. - Recibo.
"Telegrama depositado en esta ciudad, en que el C. Félix F. Palavicini transcribe otro que dirige al ciudadano presidente de la República, relacionado con la suspensión de la publicación del periódico "El Universal" - Recibo.
"Memorial en que numerosos redactores, colaboradores empleados y obreros de la Compañía Periodística Nacional, S. A., editora de "El Universal"
"El Universal Gráfico" "El Universal Ilustrado" y el Universal Taurino", transcriben el ocurso que dirigieron al ciudadano presidente de la República con motivo de la suspensión de la publicación de esos periódicos, y en el que concluyen pidiendo garantías a fin de que puedan reanudar sus labores. - Recibo.
"Al margen del asunto a que se refiere el documento anterior, usaron de la palabra para hechos los CC. Rafael Pérez Taylor y Luis N. Morones. Interrumpieron al primero la Presidencia, para llamar al orden a las galerías la Secretaría, con objeto de leer los artículos reglamentarios 193 y 195, el C. Luis Espinosa, a fin de pedir, en moción de orden, que el orador no se dirigiera al público.
"Previa dispensa de trámites, se puso a discusión una proposición firmada por los CC. diputados Romeo Ortega, Isidro Fabela, Justo A. Santa Anna y otros, que en su parte resolutiva dice:
"Que se nombren comisiones que se acerquen inmediatamente al Ejecutivo, al secretario del Gobernación y al gobernador del Distrito, para que ordenen con urgencia que se impartan garantías a los obreros y empleados de la Compañía Periodística Nacional, S. A., dejándolos trabajar."
"Así que la fundó el C. Jorge Prieto Laurens, hablaron en el turno que les correspondía, en contra, los CC. Luis Espinosa, Manlio Fabio Altamirano (inscripto en pro) y Miguel Cantón, y en pro, el C. Romero Ortega, habiendo hecho el C. Ismael del Castillo una moción de orden durante el discurso del C. Cantón.
"A las veinte horas y treinta y seis minutos, siendo visible la falta de quórum, el ciudadano presidente levantó la sesión y citó para las diez y seis del próximo lunes once."
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada
- El mismo C. secretario, leyendo:
"La Secretaría de Gobernación transcribe un escrito de varios vecinos del 5o. distrito electoral del Estado de Guerrero, relacionado con las pasadas elecciones de diputados." - A su expediente.
"La secretaría de hacienda y Crédito Público comunica que con fecha 5 de septiembre tomó posesión del cargo de director general de Aduanas el C. Luis G. Velázquez." - De enterado.
"El Congreso del Estado de Tlaxcala comunica que con fecha 6 de septiembre clausuró un periodo extraordinario de sesiones." - De enterado.
El ciudadano presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Morelos, comunica que con fecha 1o. de septiembre tomaron posesión del cargo de magistrados interinos propietarios del citado tribunal, los CC. Jorge Rodríguez Gil, Raúl Sánchez Yarza y Federico Toxqui." - De enterado.
"Honorable Asamblea:
"El subscripto propietario por el 16 distrito electoral del Estado de Veracruz, atentamente se permite solicitar de vuestra soberanía, que con dispensa de todo trámite se le conceda una licencia sin goce de dietas por el término de dos meses, para separarse de esta honorable Cámara, a partir de esta fecha.
"En consecuencia, pido atentamente se llame a mi suplente. - Protesto a ustedes lo necesario. - México, D. F. 4 de septiembre de 1922. - José Villanueva Garza."
Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Aprobada. Se llamará al suplente.
- El mismo C. secretario, leyendo: Telegrama procedente de "Jalapa Veracruz, 9 de septiembre de 1922.
"Presidente Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
"Hoy dije ciudadano secretario de Gobernación, lo que sigue:
"Con objeto de esclarecer maquiavélica y capciosa labor realizan falsos presuntos diputados que según periódico "Dictamen" reúnense puerto Veracruz, por acuerdo esta H. Legislatura, hónrome poner su conocimiento vía aclaración, que Oficialía Mayor entregó a comisiones revisoras Junta previa instalada legalmente conforme preceptos Constitución general y particular Estado, y que preside presunto diputado Efrén Valenzuela, expedientes electorales correspondientes distritos siguientes:
Ozuluama, Tantoyuca, Chicontepec, Tuxpan, Papantla, Jalacingo, Jalapa, Córdoba, Orizaba, Ixtaczoquitlán, Soledad de Doblado, Veracruz, Zongolica, Cosamaloapan, San Andrés Tluxtla, y Acayucan, faltando únicamente parte expedientes distrito Huatusco y los correspondientes a los distritos de Mizantla y Coatepec, que por malicia, o causa ignórase, no han sido remitidos. Expedientes y documentaciones recibidas conforme ley, servirán fundamento legal para dictaminar sobre elecciones verificáronse esta Entidad federativa". y por acuerdo misma H. Cámara hónrome transcribirlo usted su conocimiento y el de ese alto Cuerpo. - Atentamente, Josafat F. Márquez, diputado secretario." - Recibo.
"H. Asamblea:
"Antonio G. Rivera, diputado propietario ante esta XXX Legislatura por el 5o. distrito electoral del Estado de Sonora, viene a solicitar de vuestra soberanía una licencia hasta por veinte días, con gose de dietas, en virtud de tener urgentes asuntos que atender fuera de esta capital.
"Protesto lo necesario y suplico se dispensen los trámites a mi solicitud.
"México, D. F., a 9 de septiembre de 1992. - Antonio G. Rivera."
Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán ponerse de pie. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien tenga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por afirmativa se servirán ponerse de pie. concedida.
"H. Asamblea:
"El subscripto, diputado propietario en ejercicio, ante esta XXX Legislatura del Congreso de la Unión, expone:
"Que teniendo urgente necesidad de faltar a las secciones de esta H. Cámara, por cinco días consecutivos, se ve en la imperiosa necesidad de solicitar de vuestra soberanía, una licencia por el plazo citado, rogando que durante él, se llame a mi suplente, así como que sean dispensados los trámites a esta petición.
"México, D. F., a 11 de septiembre de 1922. - Mauricio Gómez."
El C. Presidente: tiene la palabra el ciudadano Gómez Mauricio para fundar su proposición.
El C. Gómez Mauricio: Señores diputados: Asuntos graves, de interés de familia, me obligan a ir al Norte, a mi ciudad natal, Monterrey, Nuevo León, por lo cual haré el viaje lo más rápido posible. Estaré ausente unos cinco o seis días, tomando en cuenta los días festivos, y como no quiero que quede acéfalo mi puesto en la Cámara, pido que llamen a mi suplente. (Aplausos.)
El C. secretario Barón Obregón: Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Dispensados.
El C. González Julián S.: Pido la palabra para una interpelación.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. González Julián S.: Quería preguntar al compañero Gómez si su suplente está cerca, porque si está es Quintana Roo, no sería posible que estuviera entre nosotros oportunamente.
El C. Gómez Mauricio: Está en las galerías. (Murmullos. Risas.)
- El mismo C. secretario: En vista de que no hay oradores inscriptos, se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba esta solicitud de licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo poniéndose de pie. Aprobada. Se llamará al suplente.
"H. Asamblea:
"El subscripto, diputado a esta H. Legislatura por el 18 distrito electoral del Estado de Michoacán, ante vuestra soberanía, respetuosamente se permite solicitar una licencia hasta por doce días, con goce de dietas, a efecto de poder salir al distrito que representa, al arreglo de varios asuntos particulares; en el concepto de que deseo que dicha licencia se cuente a partir del día 18 de los corrientes en adelante.
"Reitero a ustedes las seguridades de mi distinguida consideración y respeto.
"México, D. F., a 11 de septiembre de 1922. - E. Ramírez."
En votación económica se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse en pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse en pie. Aprobada.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Gran Comisión.
"H. asamblea:
"La Gran Comisión tiene el honor de proponer a vuestra soberanía, para hacer la insaculación de las sesiones instructoras del Gran Jurado, a los siguientes ciudadanos:
"1a Sección "Rafael V. Valderrama.
"Manuel Díaz Chávez.
"Eduardo Arrioja Isunza.
"Jaime A. Solís
"Adolfo Hernández Marín.
"Porfirio del Castillo.
"Gonzalo Bautista.
"Lorenzo Gámiz.
"Lorenzo Dávila.
"Liborio Espinosa y Elenes.
"Gilberto Bosques.
"Policarpo Rodríguez.
"Juan Patoriza.
"Joaquín Ogarrio Meixueiro.
"Juan I. Maríinez.
"Justo A. Santa Anna.
"2a. Sección "Francisco Ramírez Luque.
"César Martínez Rojas.
"Juan Joachín.
"Jacobo Cárdenas.
"Daniel Benítez.
"Enrique Meza.
"Luis Ramírez Corzo.
"Enrique J. Domínguez.
"Leopoldo Estrada.
"Agustín Gómez Campos.
"José Pérez Ortiz.
"Wenceslao Macip.
"Luis G. Malváez
"Roberto Rivero.
"Julio Esponda.
"Arturo Martínez Adame.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General. - México, a 6 de septiembre de 1922. - Durango, S. Francisco Urías. - San Luis Potosí, J. Prieto Laurens. - Oaxaca, O. González .- Aguascalientes, R. Quevedo. - Tamaulipas, E. L. Cépedes. - Colima, S. Vizcarra. - Campeche, E. Mena Córdoba. - Sinaloa, J. de D. Bátiz. - Chiapas, Luis Ramírez Corzo. - Zacatecas, F. Ollivier. - Distrito Federal, C. Argüelle. - Quintana Roo, Enrique M. Barragán. - Morelos, M. Montero Villar. - Coahuila, Otilio González. - Tabasco, I. Olivé. - Yucatán, José Castillo Torre. - Hidalgo, A. Lazcano C. Nuevo León, Francisco Garza."
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada. La Presidencia ha ordenado que se dé lectura a los artículos relativos de la ley orgánica.
"LEY DE 6 DE JUNIO DE 1896
"CAPITULO II
"De las secciones instructoras
"Articulo 10. En la segunda sesión ordinaria del primer período del primer año de sesiones, la Gran comisión de cada Cámara, al proponer las demás comisiones, propondrá también dos grupos de diez y seis individuos en la Cámara de Diputados y de diez en la de Senadores.
"Artículo 11. Aprobada la protesta de que habla el artículo 11. aprobada la propuesta de que habla el artículo precedente, de cada uno de los grupos se sacarán por suerte en las Cámaras, cuatro individuos para que formen las secciones instructoras del Gran Jurado, debiendo ser presidente de cada Sección, el primer nombrado, y secretario, sin voto, el último.
"Artículo 12. Los individuos restantes de los grupos propuestos, permanecerán insaculados en ambas Cámaras, para cubrir, respectivamente, por suerte, las vacantes que ocurrieren en las secciones instructoras.
"Artículo 13. El cargo de miembro de las secciones instructoras del Gran Jurado es preferible a cualquiera otra comisión para la que fueren electos en su respectiva Cámara, los diputados o senadores."
Se va a proceder a la insaculación de la 1a. Sección. La Presidencia suplica al ciudadano licenciado Antonio Díaz Soto y Gama se sirva pasar a sacar cuatro cédulas. Presidente de la 1a. Sección Instructora del Gran Jurado, Policarpo Rodríguez. Vocales, ciudadanos Lorenzo Gámiz y Manuel Díaz Chávez Secretario, Juan J. Martínez. Se va a proceder a la insaculación de la 2a. Sección. Se suplica al ciudadano Campillo Seyde pase a sacar las cédulas. Presidente, ciudadano Enrique Meza. Vocal, ciudadano Julio Esponda; vocal, ciudadano José Pérez Gil Ortiz; secretario, ciudadano Jacobo Cárdenas.
El C. presidente: Encontrándose a las puertas del salón los ciudadanos Ruperto S. García, diputado suplente por el 11 distrito de Veracruz, y Francisco Flores, diputado suplente por el 10 distrito del Distrito Federal, se comisiona a los ciudadanos Joachín, Enrique L. Soto y secretario Esparza Martínez para que se sirvan introducirlos a fin de que presten la protesta de ley. (Rinden la protesta legal los CC. García y Flores. Aplausos.)
- El secretario Barón Obregón: Se reanuda la discusión relativa a la proposición que presentaron los ciudadanos Fabela, Puig Casauranc, etcétera, relativa al asunto de "El Universal"
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Santa Anna, uno de los autores de la proposición.
El C. Santa Anna: Antes de hablar, pido a la Secretaría que tenga la bondad de leer lo siguiente:
- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:
"Estatutos de la "Unión de redactores, Obreros y Empleados de la Compañía Periodística Nacional, S. A.
"I. Se declara constituída la Unión de Redactores, Obreros y empleados de la Compañía Periodística Nacional, que contará como miembros a todos los empleados y obreros con que contaba esa compañía el 7 de septiembre del corriente año,
siempre que se adhieran a esta unión el mismo día en que se reanuden los trabajos de la compañía.
"II. La unión se establece con todos los derechos y obligaciones que a las corporaciones obreras de la Constitución Política del 5 de febrero de 1917.
"III. La unión acepta el reglamente general de la Compañía Periodística, con la supresión de los artículos relativos al contrato individual.
"IV. La unión pedirá inmediatamente su reconocimiento por la Gerencia de la compañía a manera de contrato, y con las siguientes condiciones:
"a) No se ejercerá ninguna represalia contra empleados u obreros que después del 8 de septiembre hayan manifestado descontento con la compañía, siempre que se haya adherido a esta unión y admitido estos estatutos.
"b) No podrá ser admitido ningún obrero o empleado nuevo sino con la aprobación del comité que queda integrado por los directores del periódico de la compañía, los jefes de los departamentos y de los talleres; "c) No podrá ser separado ningún obrero o empleado, sino por causa calificada por el Comité de Vigilancia; "d) Cuando la compañía desee separar un obrero o empleado, sin la aprobación, del Comité de Vigilancia, deberá ser indemnizado con tres meses del sueldo que disfruta.
"V. La unión, por su propio prestigio, no admitirá en su gremio a individuos mal afamados.
"VI. La Unión no podrá agruparse, con su carácter de unión, a ningún partido político.
"VII. Para que la unión admita confederarse con cualquier otro gremio de la República, necesita la aprobación de las cuatro quintas partes del personal de la unión.
"VIII. El domicilio social de la unión es el de la ciudad de México, en la calle Iturbide número 11.
"IX. La duración de la unión será la misma de la Compañía Periodística Nacional, S. A.
"X. Toda dificultad entre los miembros o con la gerencia de la compañía será fallada por el Comité de Vigilancia.
"Transitorios.
"I. Obténgase inmediatamente el reconocimiento de esta unión por el gerente de la Compañía Periodística Nacional, S. A.
"II. Inmediatamente que se obtenga el reconocimiento anterior, se ocurrirá al Gobierno del Distrito Federal para pedir el reconocimiento de esta unión.
"III. La Mesa Directiva electa hoy será provisional y durará en funciones hasta el 31 de diciembre del corriente año, y está integrada así: Presidente, José Gómez Ugarte; vicepresidente, José González M.; tesorero, Luis G. Cascos; secretario del interior, Carlos Noriega Hope; secretario del exterior, Carlos Gamboa. Vocales: 1o. Francisco Pérez; 2o. Francisco Colín Formador; 3o. Francisco Ramírez Cacho, formador de avisos; 4o., Francisco García; 5o. Gustavo Bravo; 6o., Rubén Martí, agente de avisos; 7o., Armando Manzanilla, fotograbador, 8o., Fernando Sosa Fotógrafo; 9o. Emilio Gutiérrez.
"Salud y Revolución Social. - México, D. F., septiembre 10 de 1922".
"México, 11 de septiembre de 1922.
"Señor don Luis Cascos, Tesorero de la Unión de Redactores, Empleados y Obreros de la Compañía Periodística Nacional, S.A. - Presente.
"Muy señor mío:
"Ruégole se sirva comunicar a la Unión de Redactores, Obreros y Empleados de Compañía Periodística Nacional, S.A. que, habiendo reconocido a esa unión he aceptado también que, reanudados los trabajos de la compañía, y cuando estemos en posesión de nuestra caja en las oficinas y talleres de "El Universal", se pagará íntegra la decena vencida a todo el personal adherido a la unión, así como se liquidará como finiquito los siete días, a los que no deseen volver al trabajo ni pertenecer a la unión por ustedes formada.
"Soy de usted amigo afectísimo y S. S. - Félix F. Palavicini."
"México, 11 de septiembre de 1922.
"Señor gobernador del Distrito Federal. - Presente.
"Tengo el honor de poner en su conocimiento, que con fecha de hoy he dirigido al presidente de la Unión de Redactores, Empleados y Obreros de la Compañía Periodística Nacional, S. A., la carta siguiente:
"Acabo de recibir de manos de empleados y obreros de la compañía, la solicitud para reconocer a la unión formada ayer, por redactores, obreros y empleados de la misma. Me he enterado de los estatutos, en los que piden que la gerencia reconozca esa unión y que queden abolidos por ese hecho los contratos individuales. - Deseando manifestarles el más amplio espíritu de conciliación, manifiéstole que reconozco a la Unión de Redactores, Empleados y Obreros de la Compañía Periodística Nacional, haciéndoles únicamente la salvedad de que oportunamente trataré con la unión las condiciones para el reajuste de la nómina que particularmente en los talleres es en la actualidad un 30 por ciento más alta que la de cualquier otro periódico, y debido a las pérdidas originadas a la compañía por el asunto de que fue víctima la madrugada del 8 de septiembre, pues debido a esas pérdidas no sería posible el sostenimiento de las nóminas actuales."
"En tal virtud, he autorizado a la unión para ocupar las oficinas y talleres de la compañía y trabajar inmediatamente en la misma, con la publicación de nuestros periódicos, siempre que me garanticen que el Gobierno del Distrito Federal le dará las garantías necesarias. - Félix F. Palavicini."
"México, 11 de septiembre de 1922.
"Señor presidente de la Unión de Redactores, Empleados y Obreros de la Compañía Periodística Nacional, S. A. - Presente.
"Muy estimado señor:
"Acabo de recibir de manos de empleados y obreros de la compañía, la solicitud para reconocer a la unión formada ayer, por redactores, obreros y empleados de la misma. Me he enterado de los estatutos, en los que piden que la gerencia
reconozca esa unión y que queden abolidos por ese hecho los contratos individuales. - Deseando manifestarles el más amplia espíritu de conciliación, manifiéstoles que reconozco a la Unión de Redactores, Empleados y Obreros de la Compañía Periodística Nacional, haciendo únicamente la salvedad de que oportunamente trataré con la unión las condiciones para el reajuste de la nómina, que particularmente en los talleres es en la actualidad un 30 por ciento más alta que la de cualquier otro periódico y debido a las pérdidas originadas a la compañía por el asalto de que fue víctima la madrugada del 8 de septiembre, pues debido a esa pérdida no sería posible el sostenimiento de las nóminas actuales."
"Deseando el mayor éxito y prosperidad a esa unión, me repito de usted afectísimo, atento y S. S. - Félix F. Palavicini."
"Ciudadano gobernador del Distrito Federal:
"Los subscriptos, comparecen ante usted respetuosamente, para manifestarle que han sido comisionados por la Unión de Redactores, Obreros y Empleados de la Compañía Periodística Nacional, S. A. constituída para poner en sus manos copia de los estatutos constitutivos, y de conformidad con los mismos, pedir el inmediato reconocimiento de esta unión por el Gobierno de su muy digno cargo.
"Protestamos a usted nuestra consideración y respeto.
"Salud y Revolución Social. - México, 11 de septiembre de 1922.
El C. Santa Anna: Señores: Como ven ustedes, ya la solicitud que elevamos el sábado un grupo de diputados no tiene objeto, puesto que los empleados de "El Universal", redactores, obreros, etcétera, han constituído una liga para defender sus intereses, Por lo tanto yo pido permiso a la Asamblea, a nombre de los demás signatarios de la solicitud, para que nos deje retirarla.
- El mismo C. secretario: Por lo expuesto por el ciudadano diputado Santa Anna, la Presidencía, por conducto de la Secretaría, consulta a la Asamblea si se permite retirar la proposición presentada. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Concedido. Se retira la proposición.
El C. Altamirano Manlio Fabio: Para una aclaración antes de que siga el debate.
El C. presidente: ¿ Con qué objeto ?
El C. Altamirano Manlio Fabio: Para hacer una aclaración con respecto a lo que dijo el compañero Santa Anna.
El C. Presidente: Ya no hay nada a discusión.
- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:
"Segunda lectura. - Honorable Asamblea:
"El subscripto tiene el honor de informar a vuestra soberanía, que consecuente con los principios y procedimientos que norman al grupo obrero representativo, al cual tiene el honor de pertenecer, ya ha iniciado las gestiones conducentes a efecto de que la Pagaduría de la honorable Cámara de Diputados ponga a la disposición de la Casa de Niños Expósitos, dependencia de la Beneficencia Pública, los emolumentos que le corresponden como diputado en ejercicio por el 12 distrito correspondiente al Distrito Federal, mientras perciba sueldo como director del Departamento de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares, y aprovecha la oportunidad para reiterar a ustedes las seguridades de su atenta consideración. - México, D. F., septiembre 6 se 1922. - Luis N. Morones."
De conformidad con el artículos 60 del Reglamento, se pregunta a la Asamblea si se admite a discusión, con el fin de turnarla a comisión.
El C. Ramírez Corzo: Pido la palabra. Honorable Cámara: Dados los antecedentes... (Voces: ¡ Tribuna !) Es muy poco lo que voy a decir. (Voces: ¡ No le hace ! El orador asciende a la tribuna.) Honorable Cámara: Dados los antecedentes que han figurado en casos semejantes y la conciencia que creo tenemos cada uno de nosotros de lo que entraña la solicitud del ciudadano Morones, yo suplicaría a la Asamblea que dispensara los trámites para que de una vez entráramos al debate.
- El mismo C. secretario: Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Dispensados. Está a discusión.
El C. Puig Casauranc José Manuel: Moción de orden. Señor ¿ qué vamos a discutir ?
El C. Altamirano Manilio Fabio: Si se concede o no la licencia (Murmullos.)
El C. Puig Casauranc: No, si no pide permiso. suplico al señor Morones se sirva decir si pide permiso en ese documento; entiendo que no, y entiendo que no hay nada a discusión. La Cámara no puede votar sino sobre proposiciones concretas, y en el caso no hay.
El C. presidente: Indudablemente que la solicitud del ciudadano Morones entraña una petición a la honorable Asamblea. Si el ciudadano Puig Casauranc desea conocer el pensamiento que animó al señor Morones a formar esta proposición o esta petición, nada más natural que se sirva interpelar al ciudadano Morones para que ilustre a la Asamblea sobre el particular, en vista del acuerdo que la Asamblea ha tomado en el asunto de que se dispensen los trámites.
El C. Puig Casauranc: Lo único que deseo es que a la hora en que se llegue a votación, la Cámara sepa qué vota, y como ese aviso aun cuando indudablemente entraña en el fondo una solicitud de licencia, esto no está expresado de una manera clara, la Cámara no puede proceder como Asamblea deliberadamente, no puede deliberar sino sobre proposiciones concretas que presenten los ciudadanos representantes o bien las comisiones. Yo, por lo mismo, para ajustarme absolutamente a los términos de ley rogaría al diputado Morones que en el caso de que se trate de una solicitud de licencia, que en ese caso lo exprese así, para que podamos votar, porque me parece a mí que es enteramente incorrecto sobre una proposición que es simplemente un aviso llegar a una votación de Cámara.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Morones.
El C. Morones: Señores diputados... (Campanilla).
El C. presidente: La Mesa Directiva había dado el trámite después de la segunda lectura, en la inteligencia de esto extrañaba un punto de derecho constitucional que había que aclarar, que pasara a la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, pero como quiera que la Asamblea, por conducto de uno de los representantes, pidió, la dispensa de trámites y esta dispensa fue aprobada por el Asamblea, la Presidencia no puede menos que ponerlo a discusión. Tiene la palabra el ciudadano Morones.
El C. Morones: Ciudadanos diputados: La comunicación que me permití someter a la consideración de la Asamblea a título de información, como muy lo dijera el ciudadano Casauranc, ha tenido como motivo fundamental el siguiente: me veo precisado por la índole de los trabajos que están a mi cuidado en el Departamento de Fabriles, a dedicar por completo mi atención a este establecimiento, pero al mismo tiempo existiendo aquí asuntos de importancia trascendental que resolver para los intereses del grupo político que me trajo hasta esta Representación Nacional por medio de su voto; deseando que no se mal interpretara la estancia del que tiene el honor de dirigirse a ustedes en esta Asamblea por unos días más, a título de información se permitió indicar a esta Asamblea cuál era su pensamiento o su deseo por lo que se refiere al caso concreto de las dietas que, como diputado, pudiera tener derecho a percibir. Al haber obrado así no me ha guiado, aparte de la consideración ya expuesta, sino quitar por anticipado todo prejuicio que en contra mía primero, y en contra de las características del grupo al que me honro en pertenecer después, pudieran manifestarse, al suponer que yo deseaba por los días de estancia que pudiera tener en esta Cámara - caso de que ella acuerde la solicitud de permiso que pienso enviarle - que deseaba percibir una cantidad más al sueldo que percibo en el Departamento de Establecimientos Fabriles. De manera que esas han sido las causas que he tenido para dirigirme a esta Asamblea a título de información, después de haber consultado a algunos abogados personales míos acerca de este punto, la interpretación que debería darse al artículo respectivo de la Comisión respecto a la compatibilidad o incompatibilidad del cargo que desempeño, con el puesto de diputado, para en su caso obrar de acuerdo con las necesidades, con las características, con las exigencias o con los compromisos, en una palabra, que tengo contraídos mis comitentes. Claro es que el deseo de retirarme de esta Asamblea es solamente temporal, puesto que supongo, más bien dicho, tengo el deber de venir al seno de ella cuando aquí ocupen la atención de esta Asamblea asuntos que por su naturaleza entrañen un interés manifiesto para el elemento trabajador organizado del país. (Murmullos.) El punto para mí... Suplico por esta vez a la persona que duerme, o que aparenta dormir, que tenga la bondad de escucharme. No se trata en este caso de una batalla parlamentaria, ni mucho menos; se me ha interpretado y estoy contestando. Decía a ustedes que aun cuando mucho es el deseo y tengo la voluntad firme para trabajar, para atender a mis labores como director del Departamento de Fabriles, como diputado deseo renunciar al sueldo que la misma Asamblea trata de señalarme puesto que puedo constar a hombres que me conocen que hasta la una o dos de la mañana diariamente salgo de mi oficina y puedo mostrar certificados de que en estos momentos si obro en el sentido en que lo estoy haciendo, es precisamente no porque eche a menos la importancia, el altísimo honor que puedo tener, que tengo de pertenecer en forma activa a esta Asamblea, sino porque existe en el departamento de mi cargo un problema que está por resolverse, el problema de la completa organización. La mayor parte de los ciudadanos diputados no saben lo que es el Departamento de los Establecimientos Fabriles; ojalá y sin apasionamiento...(Murmullos Gritos en las galerías Campanilla)... ojalá y sin apasionamiento de ninguna naturaleza la comisión que tiene que conocer este asunto, o cualquier otro de los ciudadanos diputados quisiera tomarse la molestia de visitar los establecimientos para que se diera cuenta de lo que son, para que se diera cuenta de la importancia que entraña y de la cuantía de los intereses que allí tiene el Gobierno. De manera que si yo no he hecho aclaración anteriormente a la que ahora realizo, ha sido sencillamente porque el trámite me parecía a mi que era el indicado, pasarlo a la Comisión de Puntos Constitucionales con el objeto de una vez por todas, de ver la incompatibilidad o la compatibilidad en su caso. Tenga entendido la Asamblea que yo deseo trabajar; soy hombre de trabajo hombre de lucha...(Murmullos. Gritos en las galerías. Campanilla.)...Aparte de cualquiera manifestación, he dado pruebas manifiestas de que defiendo con cariño, con toda honradez y con toda energía mis ideales y yo creo que esta actitud siquiera debe infundir respeto a los enemigos, si son honrados. Por el momento, salvo que algún otro de los ciudadanos diputados quisiera conocer algún detalle más acerca de esta cuestión, que con mucho gusto lo proporcionaré, yo dejo a la consideración de la Asamblea lo que he expuesto y le suplico, si no se encuentran en ello inconveniente, que esperen a que la Comisión de Puntos Constitucionales dé su fallo y ya entonces habrá margen para entrar de lleno a la discusión, completamente a la discusión, y se podrá pasar el pro y el contra de la información, del deseo que he tenido el honor de ratificar ante ustedes.
El C. Ramírez Corzo: Una interpelación, si lo permite el orador. Como realmente parece un poco obscura la idea que trató de expresar el ciudadano Morones en su proposición, desearía que él nos concretara si en su proposición o solicitud desea licencia de la Cámara para continuar en Fabriles, y sería el caso de llamar a su suplente, o si sencillamente él anuncia, como parece que resulta del texto ad litteram de la proposición, anuncia sencillamente que sus dietas o lo que le correspondería por dietas queda a disposición de la institución de beneficencia que quiera designar. Queremos saber para normar nuestro criterio.
El C. Morones: Concretamente, mi pensamiento ha sido éste: renunciar a uno de los emolumentos que percibo, cualquiera que sea, las dietas o el sueldo de Fabriles, porque deseo - éste ha sido mi pensamiento - he deseado trabajar; se me permita cumplir con la labor de reorganización encomendada a mi cuidado en el Departamento de
Fabriles y venir, si la Asamblea lo permite, se entiende; para eso envié ese aviso para provocar que pasara a la Comisión de Puntos Constitucionales, y que se me permita, al mismo tiempo cumplir con los compromisos contraídos con el elemento trabajador. Claro es que quien va a decir la última palabra en este asunto es la Asamblea; pero éste ha sido mi pensamiento. Ahora, honorable Asamblea, yo con todo respeto pido que se me permita que la Secretaría dé un certificado que se ha puesto a mi disposición por acuerdo del ciudadano presidente de la República con motivo de ataques a mi reputación de hombre honrado. (Murmullos. Voces ¡ Huy ! ¡ Huy !) Se trata de ataques personales y, afortunadamente para mí estas manifestaciones no prueban sino el apasionamiento de mis enemigos. (Sigue el desorden. Campanilla.)
El C. presidente: La Presidencia excita a las galerías para que tengan una poca de compostura y respeto para el orador.
El C. Morones: Tenga en cuenta que yo he recibido ataques y he atacado personalmente y nunca he pedido, salvo contadísimas veces, la palabra para contestar iluciones, y eso cuando éstas ha sido dirigidas a mi reputación.
- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:
"Estados Unidos Mexicanos. - Poder ejecutivo Federal. - México - Departamento de Contraloría.
"Asunto: Informe sobre su labor administrativa en el Departamento de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares, en cumplimiento al superior acuerdo del ciudadano presidente de la República.
"Al C. Luis N. Morones, director del Departamento de Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares. - Presente.
"En cumplimiento al superior acuerdo del ciudadano presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, tengo el honor de proporcionar a usted un informe tan amplio como lo permiten los datos que obran en el Archivo de este Departamento, relacionado con su actuación como jefe de Establecimientos Fabriles y aprovisionamientos Militares.
"Al tomar la Dirección de esa dependencia del Ejecutivo, formada pro ocho grandes fábricas de industrias completamente diferentes, con un valor de $10.000,000.00, y cuatro almacenes de aprovisionamientos, cuya existencia en números redondos importaban $3.000,000.00, se hizo usted cargo inmediatamente de la importancia que entrañaba resolver el problema de su organización y sin vacilar, consagró desde luego todas sus energías, solicitando, a la vez, el concurso de elementos que pudieran hacer más fácil la realización de la empresa, a la vez que su desarrollo en el menor tiempo posible.
"Esta Contraloría cumpliendo con una de las más importantes obligaciones que su ley orgánica le impone, le proporcionó los elementos que solicitaba, y con toda satisfacción hace constar que, mientras usted ha estado al frente de aquella dependencia del ejecutivo, las disposiciones del Departamento de mi cargo han sido cumplidas estrictamente y eficazmente, dándole con ello un ejemplo de verdadera disciplina y ocasión de felicitarse por haber encontrado un hombre bienintencionado y dispuesto a secundarlo.
"La organización, en síntesis de esos establecimientos, se ha efectuado siguiendo los últimos sistemas que actualmente se usan en los países que en el campo de la industria van a la cabeza del mundo adaptándolos, naturalmente, al medio en que se opera, habiéndose obtenido los resultados siguientes, para las tres grandes divisiones que constituye una empresa industrial:
"Almacenes
"1. Inventario constante de existencias y valores."
"2. Sistema de contabilidad a balance diario de existencias y valores.
"3. Control efectivo sobre todas las existencias de materiales, impidiendo malos manejos.
"4. Localización rápida de todos los efectos y control sobre ésta, desapareciendo la amenaza de los empleados indispensables.
"5. Limitación de adquisiciones a lo estrictamente indispensable, evitando hacer fuertes inversiones inútilmente.
"6. Control absoluto, con responsabilidad definida, sobre el despacho de todo género de materiales.
"Costos "1. Control efectivo sobre el personal obrero, haciendo imposible las suplantaciones y demás de factores inherentes al manejo del mismo.
"2. Control absoluto sobre el empleo de materiales de todas clases que se consumen en las fábricas.
"3. Control absoluto sobre los trabajos que se ejecutan en los talleres y fuera de éstos, dentro del establecimiento.
"4. Control sobre el tiempo trabajado y producción de cada uno de los obreros.
"5. Contabilidad analítica de gastos a balance diario, para normar economías.
"6. Distribución razonada de gastos a base de hora, productos elaborados, para determinar costos exactos.
"7. Control sobre distribución de fondos, trabajo en talleres y productos acabados.
"Contabilidad "1. Comprobación diaria de operaciones de contabilidad ejecutadas en las distintas dependencias del Departamento, para evitar errores y retrasos en la marcha de las operaciones.
"2. Empleo de los sistemas más avanzados en contabilidad, cuyas cualidades son:
"Mayor rapidez en los procedimientos de trabajo, rigurosa exactitud en los resultados y menor personal para su ejecución.
"Reducción, al mínimum, del gasto de tiempo y de energía individuales.
"Formando parte del mecanismo de la organización del Departamento de su cargo, hállase
constituída una Agencia de Compras o Sección Proveedora, y precisamente es en ella donde siempre he ordenado, para garantía de los cuantiosos intereses que usted maneja y para tranquilidad suya y mía, permanezcan por cortos periodos, inspectores de mi absoluta confianza.
"A los señores Vicente García Rioja y Carlos K. tocó en suerte intervenir, al primero en el asunto de la adquisición de las frazadas, y al segundo, en el de la suela; casos concretos que considero conveniente dejar perfectamente esclarecidos, ya que el departamento de mi cargo tomó directa en ellos y nada se hizo censurable ni mucho menos que exija quedar oculto.
"La primera operación fue concertada el 22 de octubre de 1920, basándose en cotizaciones del día, y en 29 de diciembre del mismo año, es decir, dos meses después, la Agencia Financiera en Nueva York objetada el pedido, sin pensar tal vez por celo inmoderado en bien de los intereses cuya guarda le está encomendada, que el algodón estaba de baja, y consiguientemente sus productos; pero comercialmente la operación era perfecta, y atento a ello el ciudadano presidente, informado por usted acordó la ratificación de la operación concertada por el departamento de su cargo, adquisición que no se llevó a término por mutuo acuerdo de las partes contratantes, sin que esto significara falta de cumplimiento al compromiso contraído.
"En el segundo caso, antes de tramitar los documentos de pago sujetó a la decisión de un árbitro, de acuerdo con el ciudadano primer magistrado, en virtud de que según informes de los peritos de este departamento, la suela no había resultado de la calidad contratada; y siendo la opinión del referido árbitro favorable al vedador, no hubo ya inconveniente en dar por terminada la operación en la que intervino siempre un representante de esta Contraloría.
"El departamento de mi cargo estima haber interpretado fielmente los deseos del ciudadano primer magistrado al producir este informe; pero si así no fuere, a indicación de usted se ampliará cuanto sea necesario a un de que pueda satisfacer el objeto a que lo destine, agregando, por lo que a mí particular mente se refiere, estar convencido de sus dotes de organizador, así como de su acrisolada honradez y rectos principios que me hacen considerarle como uno de los mejores colaboradores del actual Gobierno.
"Reitero a usted las seguridades de mi muy atenta y distinguida consideración.
"Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, 5 de septiembre de 1922. - El contralor general de la nación, F. A. Bórquez."
El C. Morones, continuando: En esta forma con datos fehacientes que he puesto a la disposición de esta Asamblea para contestar, pues, los absurdos cargos lanzados por ese buen señor Malváez, que no ha podido en todo el lapso de tiempo transcurrido fortalecer su calumniosa e insidiosa acusación con documentos probatorios, ahora quedo a la disposición de esta Asamblea para contestar, si así lo estima alguno de los ciudadanos diputados, algo que se refiera al documento que a título de información está en estos momentos a la consideración de ustedes.
El C. Prieto Laurens: Pido la palabra. Para suplicar a la Secretaría o a la Presidencia, ordene a la Secretaría se de lectura al artículo 62 constitucional.
El C. Puig Casaranc José Manuel: Pido la palabra. Con la declaración terminante del ciudadano diputado Morones, me veo obligado a insistir en que no hay proposición ninguna a debate; por lo mismo, aun cuando la Asamblea haya dispensado los trámites, será indispensable, dada la aclaración del ciudadano diputado Morones, que este asunto pase a Comisión si queremos llegar a votar.
El ciudadano diputado Morones ha dicho terminantemente que es un documento informativo; yo no sé cómo vamos a votar un documento informativo.
El C. Prieto Lurens: Pedí antes a su señoría que la Secretaría diera lectura a un artículo constitucional. No hay de que esté nada a discusión para que se cumpla la Constitución de la República, y la Constitución está siendo violada por los ciudadanos Morones y Salcedo, y otros diputados que indebidamente violan la Constitución, aceptando puesto del Ejecutivo por los cuales obtiene una remuneración y no tienen ellos derecho a renunciar a un sueldo de la Cámara de Diputados que no les corresponde, porque la Constitución se los prohibe. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano González Jesús B. para hacer una interpelación.
El C. González Jesús B.: Señor Morones: Desearía yo saber por qué circunstancia se opone a usted a que venga a su suplente. ¿ No es su suplente un representativo de las clases obreras ? ¿ No es un hombre que pueda cubrir que el puesto de usted como representante por el distrito de Tacubaya honrosamente ? Si es así, ¿ Por qué circunstancia no de una manera franca y definida pide usted a la Asamblea el permiso necesario para retirarse y que se llame a su suplente ? Quiero saber cuáles son las causas que usted tiene para no proceder en esta forma.
- El C. Morones No me opongo a que venga mi suplente; tendrá que venir en virtud de que así fue convenido por el grupo, por el elemento trabajador que nos ayudó a triunfar en las últimas elecciones; de manera que no es que yo me oponga.
Al proceder en la forma en que lo he hecho, ha sido con el objeto de dejar a la Asamblea la aclaración en vista de un dictamen de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, acerca del caso concreto mío, como el caso de otros señores diputados: pero yo no me opongo a que venga mi suplente, ciudadano interpelante.
El C. González Jesús B.: Pido la palabra para insistir en mi interpelación. Entonces pregunto yo al señor Morones: si va a cumplir los compromisos que tiene con el grupo que lo eligió, que lo ha traído aquí, ¿ Por qué circunstancias no pido licencia de una buena vez de acuerdo con los compromisos contraídos con ese mismo grupo, expresando de una buena vez en su solicitud de licencia que al retirarse usted, debería llamarse al suplente ?
El C. Morones: Con todo el respeto que me merece, niego a usted el derecho, ciudadano diputado, de mezclarse en mis asuntos de compromisos contraídos con el trabajador; ese es asunto de mi partido y no de usted. (Murmullos.) Dejo
a la Asamblea el asunto para que proceda como lo crea conveniente. (Voces: ¡ Huy ! ¡ Huy !)
- El secretario Barón Obregón: La Secretaria, a petición del ciudadano Prieto Laurens, va a dar lectura al artículo 62 constitucional.
"Artículo 62. Los diputados senadores propietarios, durante el periodo de su encargo, no podrán desempeñar ninguna otra comisión o empleo de la Federación o de los Estados por los cuales se disfrute sueldo, sin licencia previa de la Cámara respectiva; pero entonces cesarán en sus funciones representativas mientras dure la nueva ocupación.
La misma regla se observará con los diputados y senadores suplentes, cuando estuvieren en ejercicio. La infracción de esta disposición será castigada con la pérdida del carácter de diputado o senador."
El C. Espinosa Luis: Pido la palabra.
El C. Salcedo: Pido la palabra.
- El C. presidente Tiene la palabra el ciudadano Parra.
El C. Espinosa Luis: Para una moción de orden pido la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Parra.
- El C. Espinosa Luis Señor presidente, se está violando el Reglamento, y conforme al mismo, tengo derecho a pedir que se me conceda la palabra para rectificar en este momento la violación que se está cometiendo.
El C. presidente: En moción de orden, tiene la palabra el ciudadano Espinosa.
El C. Espinosa Luis: Señores compañeros: Estamos perdiendo lastimosamente el tiempo por el solo hecho de que la Presidencia no quiere ajustarse a la verdad de los hechos y a los mandatos expresos del Reglamento. El ciudadano Morones, único interesado en este asunto, ha declarado de una manera categórica y terminante, que el documento presentado a la Secretaría de la cámara es sencillamente un aviso de que cede sus dietas a determinada institución benéfica para mientras desempeñar el trabajo en fabriles. (Voces ¡ No ! ¡ No ! De tal manera, señores, que no cabe allí el trámite que se dio, como lo manifesté hace algunos días, cuando se trató por primera vez este asunto de cualquiera manera, no queriendo que se perdiera el tiempo, acepté que se diera como bueno el trámite y pasara ese documento a la Comisión de Puntos Constitucionales para que ésta dictaminara. Se trae por segunda vez ese documento a vuestra consideración y vuestra señoría resuelve que este documento entre desde luego a discusión, dispensando una de las lecturas que le correspondía; de tal manera, señores, que no cabe en este caso más que entrar de plano a la discusión de este documento, en caso de que entrañara algo discutible; pero como no es objeto de discusión, yo creo que debemos ajustarnos al Reglamento y no discutir nada de esto, porque no tiene nada qué discutirse. En todo caso, si la Presidencia, como es natural, tiene que dejar ese documento a que corra la suerte natural que le corresponde, lo más que puede hacer es someter a votación este asunto, pero no a discusión, porque no tiene nada que discutírsele. De tal manera que yo incito a la Presidencia para que cumpliendo con el Reglamento, no deje que los ciudadanos representantes estén hablando al margen de este documento, que no tiene objeto. (Siseos.) Es natural. Al rechazarse este documento, como tendrá que hacerse, el ciudadano Morones se verá precisado a presentar una solicitud de licencia en forma, si es que no quiere permanecer en esta Asamblea. Yo les ruego, pues ciudadanos que no perdamos el tiempo, y a la Presidencia, que se sujete al Reglamento para que de una buena vez se aclare esta situación.
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Espinosa, que lamenta sobremanera que no se haya dado cuenta de la tramitación de este asunto. La Presidencia o, mejor dicho, la Mesa Directiva, dio este trámite: a la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, como quiera que un ciudadano de la Asamblea pidió la dispensa de trámites, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, hizo la pregunta debida conforme al Reglamento, a la Asamblea. La dispensó los trámites y en consecuencia lo que procedía era poner el asunto a discusión. Esta a discusión y, en consecuencia, lo que ha hecho la Presidencia es dar la palabra en pro y en contra, respectivamente, a los oradores que se han anotado, en la inteligencia de que una vez que se agote el debate, entonces la Presidencia hará la pregunta que su señoría desea. Si la Asamblea ha cometido una inconsecuencia, no es culpa de la Presidencia. Tiene la palabra en contra el ciudadano Parra.
El C. Parra: Señores diputados: Tenemos enfrente un punto constitucional sumamente sencillo; en realidad ha sido insidiosa la moción del ciudadano Morones, y yo creo que hizo bien en hacer que se leyera un documento que abonaba su honorabilidad, porque con esta moción queda un poco mal su honorabilidad ante la Asamblea; voy a demostrar porqué. En antiguas legislaturas estaba permitido a los diputados desempeñar a la vez varios cargos y percibir a la vez varios sueldos. La Constitución de 17, con sus tendencias revolucionarias, quiso impedir que los diputados disfrutaran a la vez de varios sueldos o desempeñaran a la vez diversas comisiones o diversos empleos. La razón constitucional es conocida de todos ustedes: aquellas canonjías había que acabar con ellas y, por otra parte, era necesario que los diputados solamente se dedicaran a su comisión de diputados, para que su labor fuera más efectiva y más eficaz. Aquí en este caso el señor Morones quiere disfrutar de dos sueldos.
(Voces: ¡ No ! ¡ No !) Sí, lo voy a demostrar, señor Morones.
El C. Morones, interrumpiendo: No es verdad.
El C. Parra, continuando: Sí señor. El señor Morones quiere disfrutar de su sueldo en los establecimientos fabriles, percibiéndolo, y quiere disfrutar de su sueldo de diputado, cediéndolo a una institución de beneficencia; las dos disposiciones de sueldos. Nadie puede disponer de algo que no le pertenece. Para que usted pudiera ceder sus dietas de diputado, necesitaba ser dueño de ellas; de manera que lo que quiere es percibir su sueldo en fabriles y lo percibe, y el otro se da el baño de rosas de cederlo a un establecimiento de beneficencia; por el resultado es que dispone de
los dos sueldos. Pero hay algo más extraordinario: cuando fue interpelado acerca de porqué motivo no podría venir su suplente, dijo que no tenía inconveniente en que viniera, y en este caso quiere él que la nación pague en favor de Morones tres cosas, pague tres sueldos: uno en fabriles, otro a su suplente y otro que se ceda a los establecimientos de beneficencia. Yo creo que la Asamblea festinó el asunto al dispensar los trámites; pero ya que esto se ha hecho así lo necesario es no solamente reprobar la moción del señor Morones, sino tomar providencias que yo iniciaré oportunamente para que se le aplique la sanción en que ha incurrido conforme al precepto que pidióse con tanta oportunidad que se leyera por parte del señor Laurens. Este precepto, de una manera expresa dice que el que lo viole pierde su carácter de diputado, y el señor Morones lo ha violado abiertamente y ha perdido su carácter de diputado. (Aplausos.)
Naturalmente dentro de esta discusión no podemos llegar a la conclusión de la pérdida de su carácter y esto se inclinará en la forma que ha ley y el Regimiento previene, pero por ahora es indispensable rechazar su proposición y quedan estos puntos sentados por los cuales me voy a permitir interpelar al señor Morones. Señor Morones: ¿ la decena corrida del 1o. al 10, en los Establecimientos Fabriles, la ha percibido usted o no ?
El C. Morones: Sí señor.
El C. Parra: ¿ La decena de diputado del 1o. al 10, la ha percibido usted o no ?
El C. Morones: No, señor, pendiente del resultado de los trámites dados por la Mesa, de que pasara a la Comisión de Puntos Constitucionales, he estado esperando que el dictamen fuera el que normara mi conducta.
El C. Parra: Muy bien; de manera que percibió usted su sueldo en Fabriles y respecto del sueldo de la Cámara estaba pendiente de la sorpresa que quería dar a la Asamblea para poder disponer de él; incurrió usted en la sanción del artículo constitucional respectivo. (Aplausos.) Señores diputados: El punto no merece ninguna discusión, es necesario someter a votación este primer punto que entraña la cuestión, una vez desechado, como indudablemente lo será entonces se propondrá en la forma debida la trascendencia que tiene este acto inmoral del señor Morones. (Aplausos.)
El C. secretario Esparza Martínez: Como por el curso que ha tomado el debate, se infiere que la solicitud presentada por el señor Morones entraña una solicitud de licencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que sigue abierto el debate, a fin de que se inscriban en pro o en contra los oradores que deseen hacer uso de la palabra, a fin de encauzar el debate se va a leer la siguiente proposición:
"Honorable Asamblea:
"Los subscriptos diputados en ejercicio, sometemos a vuestra consideración, con dispensa de todo trámite para encauzar el asunto a debate, el siguiente acuerdo:
"Dígase al C. diputado Morones que el artículo 62 constitucional no permite que los ciudadanos diputados o senadores puedan desempeñar, sin permiso de su Cámara, un empleo o comisión de la Federación por los cuales se disfrute sueldo, por lo cual, si no solicita licencia o renuncia a su empleo, cae bajo la sanción expresa en el mismo artículo 62, que previene que la infracción de esta disposición constitucional será castigada con la pérdida del carácter de diputado o senador.
"Salón de Secciones de la H. Cámara de Diputados. - Septiembre 11 de 1922. - México, D.F. - J. Prieto Laurens. - O González. - A. El Rama. - M. Castillo Nájera. - J. M. Puig Casauranc. - S. Francisco Urías."
Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. (Desorden.)
El C. Espinosa Luis: Moción de orden.
El C. Altamirano Manlio Fabio: Para moción de orden.
- El mismo C. secretario: Los ciudadanos diputados que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Dispensados los trámites. (Aplausos.)
Por disposición de la Presidencia se va a dar lectura al artículo 197 reglamentario.
"Los que perturben de cualquier modo el orden, serán despedidos de la galería en el mismo acto: pero si la falta fuese grave o importare delito, el presidente mandará detener al que cometiere y consignarlo al juez competente."
La Secretaría declara igualmente, por disposición de la Presidencia, que está resuelta de una manera rotunda a hacer cumplir, muy a su pesar, el Reglamento de esta Cámara.
El C. Espinosa Luis: He pedido la palabra para moción de orden.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Espinosa Luis: No puede darse entrada a otro negocio mientras no sea resuelto el que está a discusión; de tal manera que, como lo que se acaba de leer es una proposición nueva, a la cual no debía dársele lectura hasta en tanto no se rechazara la primera, es natural que rechazándose la primera, como tendrá que suceder, sale sobrando esta nueva proposición, pero, naturalmente, procediendo en una forma así contra el reglamento, no hacemos más que perder el tiempo y alargar este debate que está ya por resolverse, consultando a la Asamblea si está el asunto suficientemente discutido, y entonces no habrá necesidad de dar a conocer ese documento. Yo le suplico a la Presidencia que se someta al Reglamento, que se rechace primero la proposición del ciudadano Morones, y después si se quiere, aunque redundante, se le dé entrada al documento ese que, en mi concepto, no tiene razón de ser.
El C. presidente: La Mesa manifiesta al ciudadano Espinosa que la proposición que hace un momento estaba a debate, es perfectamente indefinida, al grado de que no se sabe qué es lo que se va a resolver, ya en pro o ya en contra y, en consecuencia, la Presidencia ha creído que es perfectamente oportuna una proposición definida, con creta, categórica, que encauce el debate sobre el mismo punto a que se ciñó el anterior sobre el mismo negocio. (Aplausos.)
Para fundar la proposición tiene la palabra el ciudadano Prieto Laurens.
El C. Prieto Laurens: La información, señores representantes, el aviso que tuvo la bondad de
dirigir a esta Representación Nacional el señor don Luis N. Morones participando que había resuelto, de acuerdo con el grupo obrero representativo a que pertenece, continuar a la vez en la jefatura de los Establecimientos Fabriles Militares y en la diputación para la cual fue designado; el aviso, la comunicación, como lo dijo el compañero Parra, es un subterfugio, es una chicana, es algo así, algo que estaría muy bien cualquier tinterillo, pero que dice mucho de la honorabilidad de que ha venido a haber a esta tribuna el representante de ese grupo obrero tan importante. Con toda serenidad, con toda calma, señores representantes, hace falta que en este debate no pueda escurrirse, no pueda salirse por la tangente, como se dice en la vulgaridad de los casos, que no pueda salirse por la tangente, digo, el individuo que desea a la vez representar a los obreros, representar a los ciudadanos que le dieron su voto para venir a esta Cámara, y a la vez continuar en los Establecimientos Fabriles Militares, donde sus servicios son tan sagrados, tan importantes, tan benéficos, tan útiles, tan benéficos, señores, el señor Morones debe estar allá, no debe estar aquí; el señor Morones tiene más empeño por seguir en los Establecimientos Fabriles Militares.... (Una voz: ¡ Porque gana más !) No sólo porque gana más, no sólo por lo que se rumora, no sólo por lo que se ha dicho aquí no sólo porque en el informe presidencial ha puesto en ridículo al presidente de la República y con toda mala fe ha hablado aquí de honradez, y lo volverá a decir, y protestará cuando se le diga que no es honrado, como es natural; pero su presencia en los Establecimientos Fabriles es necesaria, entre otras cosas, para que se aclare por qué el señor Morones engañó al señor presidente de la República, porque el señor presidente de la República, que no sabe de ese engaño todavía, probablemente le continúa teniendo la confianza que debe tener un jefe de departamento tan importante. Efectivamente, señores Morones es insubstituible en el Departamento de Establecimientos Fabriles Militares; deben ustedes saber que en el informe presidencial, un detallito, algo así que paso inadvertido, que no pudo llamar la atención de la Representación Nacional, y tal vez ni del presidente de la República, y en esto es muy discutible el señor presidente, porque él deposita, como dije ante, toda su confianza en las manos de sus jefes de departamento y cree seguramente que no lo ha de engañar, que cuando le rinda un informe, ese informe está apegado a la verdad y ese informe es honrado, no trata de sorprender a nadie; pues por su insubstituibilidad en los Establecimientos Fabriles Militares, el señor Morones debe continuar con la confianza del presidente de la República; y debe continuar con la confianza del presidente de la República, porque lo ha sabido engañar admirablemente, porque el señor Morones asienta en su informe que el cartucho le cuesta a la nación, los cartuchos que se constituyen en el Laboratorio Nacional de Municiones y Artificios, le cuestan la insignificante suma de doscientos noventa y cinco diez milésimos de centavo; perdón, señores de peso, me equivoqué, señores; es decir: dos centavos y nueve décimos, casi tres centavos, se puede aceptar que son tres centavos, que cuesta tres centavos el cartucho. Pero aquí de su mismo informe se desprende, y podéis hacer las cuentas fácilmente de lo que cuesta la pólvora; se desprende que sólo de pólvora tendrá que costar más caro el cartucho, o sean cuatro centavos, de la pólvora, sin contar con el casquillo, sin contar con el cápsul, sin contar con la bala, sin contar con la camisa de la bala, etcétera, etcétera; de manera que al señor presidente de la República le conviene que un representante de los trabajadores, que un líder obrero que asalta las empresas periodísticas, que un líder que tiene tanto prestigio, como Morones, continúe altamente esta labor moralizadora, esta labor de economía, esta labor de organización, esta labor tan loable, señores que ha hecho que el contralor de la nación le firme un documento como tantos documentos que se han firmado; también en la época de Carranza firmaron documentos certificado que Juanito Barragán era muy honrado. (Aplausos.)
De manera que haciendo a un lado la insignificancia de la violación constitucional, haciendo a un lado la falta de respeto para que esta Representación y para sus votantes, los votantes del señor Morones, pues lo único que debe apreciar esta Asamblea es lo valioso que es para la nación, lo valioso que es para la República el contingente que presta el señor Morones al Gobierno; nosotros, que somos en verdad amigos de ese Gobierno, necesitamos que el Gobierno se desengañe. Hablando en serio, señores con toda formalidad - porque ya paso el momento de las consideraciones de palabra para el señor Morones y es bueno hablar ya con más claridad -, el Gobierno de la República necesita desengañarse saber cuáles son sus amigos cuáles son sus colaboradores y qué clase de colaboradores tiene. El presidente de la República indudablemente que no es un tonto, que no es un ingenuo, pero el presidente de la República tiene mucho que hacer, el presidente de la República tiene demasiado trabajo y demasiada buena fe en este caso para creer y seguir creyendo todavía que el señor Morones le está presentando todavía valiosísimos servicios en el Departamento de Establecimientos fabriles Militares. Y que, con documentos, señor Morones, con pruebas fehacientes, señores representantes, está plenamente demostrado que el señor Morones engaña al Gobierno, que el señor Morones se burla de la nación, que el señor Morones trata de ocultar la verdad en el informe presidencial, a la República que tiene derecho de saber, (Aplausos.) de conocer con exactitud matemática lo que le cuesta a la República el mantenimiento de ese "panamá" formidable que se llama los Establecimientos Fabriles Militares.
¿ Por qué es un "panamá", señores representantes ? Porque cada día cuesta más a la nación ese departamento, porque con el pretexto X o Z se aumentan los gastos y se aumentan las partidas y el personal y las nóminas de ese departamento, y dígase lo que se quiera, y por descargos que traiga Morones, y por cartas de recomendación que traiga este diputado, no nos podrá quitar de la mente lo que está a la vista de todos ustedes, en la conciencia
de los diputados, en el informe presidencial, y de aquí se desprende, señores, que se engaña a la República y que se le dicen cosas falsas, enteramente falsas. ¿ Con qué fin ? Con el fin de hacerse aparecer como un hombre muy competente, como un hombre muy honrado y casi insubstituible, como un hombre útil en ese departamento. Luego hay mala fe, luego no sabe la nación ni el presidente de la República, en primer lugar, lo que verdaderamente le cuesta la producción de cartuchos. Eso, señores representantes, se ha de discutir en otra ocasión con más detenimiento y entonces podremos llegar a la convicción íntima, a la convicción absoluta y terminante de que esto que yo llamo "panamá" de los Establecimientos Fabriles Militares debe desaparecer de una manera: arrojando de ahí a todos los mercaderes, que son lo mismo mercaderes de la política, y de los Establecimientos Fabriles. (Aplausos.) No se explica, señores representantes, de otro modo el interés del ciudadano Morones de permanecer al frente de esos establecimientos; es claro, ahí hay jugosos manejos para sus paniaguados, si ahí puede tener varios agentes de compras comisionados en la ciudad de México, y en la República y algunas veces hasta en el extranjero para obtener artículos para el Ejército; si allí puede dar sueldos fabulosos a sus amigos y a sus compadres, si allí puede sostener él solo todas las actividades del Partido Laborista, y esta declaración la hizo en una ocasión solemne ante los representantes de la Confederación Revolucionaria, del Agrarista, del Cooperatista y demás partidos confederados; declaró que de los Establecimientos Fabriles Militares había salido el dinero para la propaganda de todos sus candidatos para la República.
El C. Morones, interrumpiendo: ¡ Miente usted !
El C. Prieto Laurens, continuando: Aunque él en estos momentos tenga el descaro de decir que miento, él verá perfectamente comprobado lo que yo estoy asentado aquí. Este hombre, que no tiene vergüenza para engañar al señor presidente de la República; (Aplausos.) este hombre, que ha sido capaz de arrastrar a muchos obreros verdaderamente ingenuos a actos realmente criminales, este hombre es capaz de decir aquí muchas falsedades y de continuar diciéndolas. Sí, señores; el documento que presenta y que no ha sido posible resolverlo sino de la manera que proponemos los que subscribimos la moción que sirve para encauzar el debate, el documento de Morones no hace sino exaltar su personalidad, poniéndolo de relieve, marcando claramente lo que él es y lo que desea. Su grupo tiene que respaldarlo necesariamente, porque su grupo es él y porque forzosamente tiene necesidad de continuar en los Establecimientos Fabriles, porque, de lo contrario, se desmoronaría el Partido Laborista; el Partido Laborista quedará desmoronado cuando Morones ya no esté en Fabriles; de manera que para ellos es capital que Morones continúe al frente de este departamento, y para la República, pues claro, para la República es mucho muy importante que continúe, porque, tarde o temprano, el Ejecutivo tendrá que saber la verdad, porque si no la ha sabido, ya tendrá que saberlo dentro de unos cuantos días, porque a lo sumo en un mes quedará descubierta la maniobra del ciudadano Morones, político - financiera de los Establecimientos Fabriles Militares. Esa maniobra a diario, tenaz, que le produce a él, a la personalidad relevante de jefe de un partido, esa personalidad y esa maniobra tendrá que estar enteramente ligadas a la jefatura del Departamento de Fabriles. Lo mismo serán todos los demás miembros de ese partido, los mismos que tengan necesidad de continuar al frente de ese departamento, forzosamente tendrán que mantener su contingente de siervos, de lacayos de Morones, porque al lado de él obtienen puestos, obtienen canonjías, obtienen jugosas canonjías y porque es indudable que para ellos es de poca monta, de poca importancia la representación de los llamados obreros de su distrito, para venir a abogar por el proletariado en general a los obreros en particular; poco les importa eso absolutamente; ellos quisieran que el suplente estuviera aquí.
Señores, el asunto debe constreñirse, en mi concepto, a lo siguiente: El ciudadano Morones, el 1o. de septiembre era diputado al Congreso de la Unión, ya había protestado cumplir con la Constitución de la República; el ciudadano Morones, con fecha 6 de septiembre, es decir, seis días después de que ya era diputado al Congreso de la Unión, seis días después de que ya había protestado cumplir con la Constitución de la República, el ciudadano Morones viene a la Asamblea a decir que no cumple con la Constitución de la República, porque esto se desprende del aviso que presenta a la Asamblea; este aviso significa que se declara en rebeldía, que no cumple con la Constitución de la República, que antes de cumplir con la Constitución de la República están sus compromisos de partido; que antes que respetar la protesta que ha hecho aquí él con todos los demás diputados, de cumplir con la Constitución de la República, está el interés particular de continuar percibiendo los cincuenta o los sesenta pesos diarios que recibe como jefe de un departamento del Ejecutivo, más aquella gratificación de marras, aquella gratificación de que se nos dio cuenta en reciente ocasión.
De manera que el sueldo, la gratificación las canonjías, el engaño al presidente de la República, etcétera, etcétera, son de más importancia que la representación del pueblo de Tacubaya y de los demás municipios que representa aquí el ciudadano Morones. Pero falta aclarar también algo: el ciudadano Morones, al estar como diputado hasta el 6 de septiembre en que mandó su aviso: el ciudadano Morones, al seguir ocupando su curul como diputado en la Cámara de Diputados, ¿ puede pedir a la Cámara permiso para que vaya a ocupar un cargo del Ejecutivo ? Sí, señores, puede pedir permiso, pero no lo ha pedido; esta es la cuestión, señores representantes. El ciudadano Morones ha ocupado su curul hasta hoy, día 11, sin pedir permiso, violando el artículo constitucional, y desde el día 1o. hasta la fecha está bajo la sanción del mismo artículo constitucional, desde el 1o. hasta la fecha está infringiendo la Constitución, desde el 1o. hasta la fecha no tiene derecho a ocupar esa curul. El ciudadano Morones ha perdido su carácter de representante; el hecho material de firmar las
nominas o de recibir los treinta y tres treinta y tres diarios, eso no significa nada, lo que significa sí muy grandemente, es el hecho de que a la vez que está ocupando la curul, ocupa el cargo de jefe de departamento dependiente del Ejecutivo en los Establecimientos Fabriles Militares. En consecuencia, la moción que vengo yo a sostener es clara, es terminante, encauza el debate y la votación tiene que ser en este único sentido: el ciudadano Morones no puede ser representante del distrito que aquí representa, y a la vez ser jefe de aquel departamento del Ejecutivo. Opta por uno o por el otro; o es representante en esta Cámara, o es el jefe de aquel departamento. Es claro, él irá a escoger los más jugosos resultados, lo más productivo. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Torregrosa.
El C. Mena Alcocer: No puedo inscribirme en pro ni en contra; pido la palabra en contra; Se está violando el artículo 60 del Reglamento.
El C. Presidente: Usted tiene el deber de acercarse a la Presidencia, porque ésta no ha faltado al Reglamento. Usted tiene el deber de respetarla.
El C. Mena Alcocer: Se ha faltado al artículo 60 reglamentario, y cuando la Presidencia no cumpla con algún artículo... (Desorden. Campanilla.)
El C. secretario Gandarilla: La Secretaría interpela al ciudadano diputado para que diga si quiere hablar en moción de orden.
El C. Mena Alcocer: Muy bien. Entonces pido la palabra para una moción de orden. Pido la lectura del artículo 60 del Reglamento, pido a la Secretaría que le dé lectura para ver si la Presidencia está cumpliendo con este artículo.
- El C. secretario Gandarilla, leyendo:
"Artículo 60. Los proyectos de ley o proposiciones presentados por uno o más individuos de la Cámara, sin informar los que subscriben mayoría de diputación, se sujetarán a los trámites siguientes:
"I. Se presentarán por escrito y firmados por sus autores, al presidente de la Cámara, y tendrán dos lecturas, una en la sesión en que sean presentados y otra al tercer día de su presentación. En aquella sesión inmediatamente después de la primera lectura, podrá su autor o uno de ellos, si fueren varios, exponer los fundamentos y razones de su proposición o proyecto; "II. El día de la segunda lectura, después de ésta, podrán hablar una sola vez dos miembros de la Cámara, uno en pro y otro en contra, prefiriéndose al autor del proyecto o proposición, y "III. Inmediatamente se preguntará a la Cámara si se admite o no a discusión. En el primer caso, el asunto pasará a la comisión o comisiones a quienes corresponda, y en el segundo, se tendrá por desechado."
Se suplica a las galerías guarden el orden. Está servido su señoría.
El C. Mena Alcocer: No se ha cumplido con el inciso III.
- El mismo C. secretario: La Secretaría va a darle lectura otra vez.
"III. Inmediatamente se preguntará a la Cámara si se admite o no a discusión. En el primer caso, el asunto pasará a la comisión o comisiones a quienes corresponda, y en el segundo, se tendrá por desechado."
El C. Mena: La Presidencia preguntó si se dispensaban los trámites, pero no puso a discusión si debía aceptarse o rechazarse la proposición. (Voces: ¡ Están golpeando a un individuo en las galerías ! Desorden en las galerías. Campanilla.)
El C. Salcedo: Señor presidente, las puertas de las galerías están cerradas y están golpeando a un individuo; o las manda usted desalojar o permite que entren los demás individuos que están afuera, pues están golpeando a las personas que tratan de pasar las puertas que tienen cerradas exclusivamente para determinado grupo. (Continúa el desorden en las galerías. Campanilla.)
El C. presidente: La Presidencia manifiesta que no se ha dado orden de restricción de ninguna clase.
El C. Salcedo: Le suplicaría a la Presidencia que fijara su atención en lo que pasa ahí.
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Salcedo que no ha habido restricción de ninguna clase para el ingreso del pueblo a las galerías, y sí se permite informar a los ciudadanos diputados que están reclamando el orden en este sentido, que hace un momento un individuo estaba en estado alcohólico diciendo a los diputados desde las galerías ¡ mienten ! por lo que se ordenó que lo sacaran; pero, por lo demás, no hay censura de ninguna clase, puede entrar todo el pueblo.
El C. Salcedo: ¿ Permite usted que se abran las puertas para que pasen todos ?
El C. presidente: Sí, señor.
El C. secretario Esparza Martínez: La Secretaría va a hacer una aclaración sobre este asunto: Se abrió el debate respecto a la moción de algunos ciudadanos diputados, pero se preguntó primero a la Asamblea si se dispensaban o no los trámites, y se dispensaron.
El C. Mena Alcocer: No puede dispensar ningún trámite, señor presidente. (Risas.) ¿ Cómo se puede uno inscribir en este asunto ? ¿ Cómo quiere usted que me inscriba si hay dos proposiciones ?
El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar al compañero que no tiene la obligación de enseñarle el Reglamento a los diputados. Estos tienen la obligación de conocerlo. (Aplausos.)
El C. Mena Alcocer: Precisamente por esto lo digo; es usted el que no lo ha cumplido. De modo que no me inscribo en contra.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Torregrosa.
El C. Torregrosa: Señores diputados: Sería necesaria la paciencia de un Job para poder seguir soportando la falta de corrección, el poco honor que se le ha hecho a esta tribuna en sus debates, para mezclar siempre el personalismo, un personalismo exagerado, y querer destruir personalidades ya bien conocidas en la República, que pase a cualquiera calumnia o difamación, ochenta mil socialistas del sureste sostienen la personalidad del señor Morones.
(Aplausos.) Treinta mil socialistas del Estado de Campeche, coaligados también con esa gran Confederación Regional Obrera, sostienen esa misma personalidad; así es que deseamos que se use un lenguaje de caballeros, y no de caballeros de pega que no pueden destruir personalidades bien
sentadas y.... (Palabras descompuestas en las galerías.)
El C. presidente: (Campanilla.) La Presidencia no está dispuesta a permitir esas manifestaciones groseras de las galerías ya sea en pro o en contra del asunto o discusión. Por última vez les requiere a que sean consecuentes con las libertades que se les han concedido, pero si reinciden en estas inconsecuencias de parte de las galerías, la Presidencia muy a su pesar ordenará que se desalojen. Tiene la palabra el ciudadano Torregrosa.
El C. Torregrosa: No ha habido un asunto serio e importante en esta Cámara, que no haya sido indebidamente prolongado con discusiones inútiles, mezcladas, como dije anteriormente, con la pasión más baja e indigna de personas cultas y de personas que han pretendido, ante le Partido Socialista del Sureste, presentarse como defensores del obrero; personas que sin rubor se han atrevido a llamar trapo a un pendón que significa la miseria a base misma del pueblo noble e inteligente que quiere el mejoramiento de las clases humildes. Estas personas que dejan a la pasión, el lugar de permitirle el paso al cerebro, a la lógica, a la reflexión, no hacen nada en contra de sus enemigos, los hace más simpáticos, los hace más dignos, y como nosotros, lo que nos creemos humildemente avanzados; nosotros, lo que creemos en el espíritu de la ley y no como aquellos ciegos, como los escribas, los padres de aquella época en que querían la circuncisión de un grupo de privilegiados, no los que ven aquí la letra que mata y no dignifica; nosotros sabemos muy bien que no puede amar un hombre radical, un hombre que no puede amar por la letra misma, sino por el espíritu que vivifica, sabemos muy bien, al invocar esta ley, que no puede ser más que un instrumento de dos filos.....
El C. Gómez Rodrigo: ¡ Señor presidente ! ¡ Pido la palabra para comunicar algo grave que acaba de acontecer !
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gómez para informar de algo grave que acaba de acontecer.
El C. Gómez Rodrigo: En vista de la orden que se sirvió dar su señoría, de que absolutamente podían entrar todos los ciudadanos que se encontraban en la puerta, salí yo con el objeto de proteger a algunos de ellos, y he sido amagado pistola en mano. Hay testigos, muchos, que lo presenciaron. (Burlas. Silbidos.) El jefe de ellos había dado orden de que abriera; pero llegaron dos cooperatistas con otros, y obligaron al jefe de la policía y se opusieron terminantemente, y a mí me amagaron con pistola en mano. Yo les dije que era diputado, que tenía fuero, y me dijeron que no les importaba que fuera diputado. Esto no puede ser, señores representantes. Le ruego a su señoría se sirva librar sus órdenes y que se practique la averiguación correspondiente.
El C. Presidente: La Presidencia tiene la mejor disposición de hacer respetar la persona y el carácter de los ciudadanos; para normar su criterio, le suplica se sirva informar a la Mesa Directiva con qué objeto andaba en esas funciones. (Burlas. Aplausos. Silvídos.)
El C. Gómez Rodrigo: La Presidencia acaba de manifestar a los ciudadanos, entre ellos al diputado Salcedo, que podían los diputados manifestarles a las personas que se encontraban fuera de esta Cámara, que tenían derecho a entrar...
El C. presidente: No es verdad.
El C. Gómez Rodrigo: Así lo dijo, sí así lo dijo la Presidencia, y nosotros les manifestamos a los que están afuera, porque hay una multitud afuera queriendo entrar, que podían entrar; pero inmediatamente les prohibieron la entrada. En esa virtud lo hice, señor presidente.
El C. presidente: Bajo ningún concepto fue la mente de la Presidencia el dar a los ciudadanos diputados funciones que realmente desdoran su función de representantes; sin embargo, en atención a lo que acaba de decir su señoría el diputado Gómez, la Presidencia, con todo gusto, obsequiará sus deseos. Hay más: la Presidencia, desde el debate pasado, demostró absoluta imparcialidad en las deliberaciones, y ahora está absolutamente resuelta a hacer respetar su autoridad, en la inteligencia de que si las galerías no restablecen el orden, como lo ha suplicado u requerido después, la Presidencia se verá en el penoso caso de mandarlas desalojar, cualquiera que sea el orador que se encuentre en la tribuna.
El C. Espinosa Luis: ¿ Y a los responsables de los amagos, a los gendarmes ?
El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Torregosa.
El C. Torregosa: Siguiendo esgrimiendo el argumento de esa ley escrita, pues es muy fácil
El C. Gómez Rodrigo, interrumpiendo: Un momento, señor presidente, no ha librado usted sus órdenes para que se abran las puertas y penetre todo el público que está fuera.
El C. presidente: Yo apelo al buen criterio de su señoría; las galerías están pletóricas de gente, ¿ cómo se va a dar entrada a más ?
El C. Gómez Rodrigo: Están vacías, siempre se ha acostumbrado que se llenen.
El C. Torregrosa: Esgrimiendo esa misma argumentación, indica notoriamente el apasionamiento político contra cualquiera cosa, cualquiera idea, cualquiera moción que presente el ciudadano Luis Morones. Ustedes, los paladines de la democracia, vienen a burlarla, a engañar a nuestro pueblo con esa mezcla, con esa llamada Convención Nacional Revolucionaria, presentándose como defensores del proletariado, y no conocen absolutamente ni el forro del respeto a la democracia, cuando se tiene miedo a una minoría insignificante, y traen porras y amigos para amenazar a los otros hombres libres que vienen a este recinto. Esto es vergonzoso, esto no es viril; así no se conquistan los votos del pueblo. Hay que dejar la libertad, el respeto completo.....
El C. Aranzábal Norberto: Para una interpelación.
El C. Torregrosa: Y de esa manera podríamos desempeñar una labor buena, hacer labor sensata que nos honre; pero no esta labor que es indigna de jóvenes que queremos nuevos ideales y nuevos derroteros. (Desorden en las galerías. Campanilla.)
El C. secretario Gandarilla: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, manifiesta que, siendo notorio el escándalo de las galerías y queriendo
cumplir estrictamente con el Reglamento, que es ley, pide a los ciudadanos de las galerías que las desalojen, para no verse obligada a ordenar sean desalojadas. La Secretaría, por orden de la Presidencia, aclara que solamente permanecerán los representantes de la prensa. (Algunos asistentes abandonan las galerías.)
Se suplica a los ciudadanos que aún permanecen en las galerías, que tengan la amabilidad de cumplir las órdenes de la Presidencia.
Se invita a los ciudadanos que han manifestado ser periodistas, se sirvan pasar a los palcos de la prensa.
El C. presidente: Ciudadanos diputados: Por más que sea una prerrogativa de la Presidencia la de ordenar que se desalojen las galerías, la misma tiene el honor y la satisfacción de dar a ustedes las gracias por haberla respaldado en este caso. En honor a la verdad, se trata de establecer un precedente que venga a realzar el prestigio de la honorable Asamblea; de otra suerte, como quiera que puede haber enemigos del régimen, que tengan la intención de entorpecer y de hacer infecundas las deliberaciones de la Asamblea, todos nosotros, en este caso, como un solo hombre, debemos ver por el decoro y por el prestigio del primer Poder de la República; en su consecuencia, yo me honro, como presidente de la Cámara, en dar las gracias a la Asamblea por haber tenido la benevolencia de respaldar esta disposición, que es en bien del Poder Legislativo. (Aplausos.)
El C. Torregrosa: Nunca es tarde cuando la dicha es buena. Parece que empezamos a dominar nuestros nervios y a tratar como personas cultas, preparadas para llegar a un acuerdo y tener el honor de ocupar una representación de un número bastante elocuente de habitantes. La República Mexicana tiene problemas que ustedes ya conocen, que materialmente da vergüenza ir a cobrar las dietas cuando hacemos un examen de conciencia y nos preguntamos ¿ qué hemos hecho en este mes ? Es bochornoso, es vergonzoso perder el tiempo, ¿ y por qué no vamos a discutir alguna cosa, a dejar a un lado la negra honrilla, a dejar a un lado aquellas muecas más o menos excusables cuando éramos estudiantes, cuando formábamos nuestros "mitotes" más o menos explicables en aquella época, pero que ya hombrecitos, ya representantes del pueblo, debemos hacer a un lado esas pasiones y dejar sólo que impere la razón y el criterio sano y el espíritu del buen mexicano ? Aquí hemos oído hablar de traición a la patria, traición a esto, robos por aquí, robos por allá. Compañeros: sinceramente en política, el hombre más inmaculado resulta un bribón, un Shylock ante los ojos de sus enemigos; todos somos puros, y si hacemos el análisis y el estudio, seguramente que lo único malo que tenemos es la falta de disciplina, del dominio de nuestras pasiones, y es lo que debemos hacer. Aquí yo vengo a defender la solicitud que hace el señor Morones, del espíritu de la ley; ¿ cuál fue el espíritu del legislador que pretende que no hubiera dos sueldos ? Que el individuo prestase un servicio verdaderamente bien remunerado y que no usase de esas alas para mangonear cuatro o cinco puestos públicos. El señor Morones no necesita del puesto de Fabriles, pero nosotros los obreros necesitamos al señor Morones en Fabriles.
El día que el señor Morones quiera ir a ocupar un puesto que le produzca en Yucatán, será recibido con arcos triunfales y Morones no necesita de Fabriles, la solidaridad del socialismo, compañero Prieto Laurens, es más fuerte, es a base de sacrificio. Lo que refirió el otro día un compañero es cierto, el ideal del socialismo no es el estómago, no es una condición más o menos agradable. Los cargos que se han hecho aquí a los directores del socialismo son muy propios del latino; en la América Latina es muy natural exigirle a un apóstol que vaya con los zapatos rotos, con el pelo revuelto y que sea enemigo decidido del jabón. En los países socialistas se desea que los hombres elevados se eleven más, que el pueblo que anda sin zapatos use también zapatos, automóviles, un buen chalet; lo que no queremos es la miseria y más cuando esos brillantes y esa buena indumentaria y satisfacciones han sido a costa de sacrificios que han hecho mucho bien a la humanidad.
¡ Benditos los que tienen brillantes y son jefes del movimiento obrero cuando nunca han claudicado ! Cada uno de nosotros que hemos tenido oportunidad en los momentos de crisis, de elevar nuestros ojos en tiempo de la imposición peleceana a Morones, estamos agradecidos a este buen amigo y estoy seguro que este señor Prieto Laurens en su actuación como líder del pensamiento radical y juvenil, estoy seguro en que el día de mañana tendré mucha alegría de verlo en flamante máquina y con una casita más o menos cómoda, porque tiene usted derecho, todos los hombres luchamos por un estímulo de mejoramiento, y eso en todos los pueblos, en todos los países está bien visto. ¡ Pobres de los pueblos que quieren llevar una vida ratonera, que no quieren ver a los hombres en la abundancia, abundancia a base de trabajo y esfuerzo de inteligencia, y por esto nosotros tenemos grande satisfacción cuando vemos el abdomen tan grande de un líder obrero, y no como el compañero Pérez Taylor quisiera ver en cada uno de nosotros la figura aquella muy célebre del inmortal Quijote de la Mancha, enjuto, débil, carente de recursos de todas clases; nosotros no queremos esa clase de Quijotes, queremos Quijotes del siglo veinte, con automóvil y con muchos dólares, porque sabemos que en la lucha social se necesitan muchos millones de dólares. Eso es lo que quieren los líderes, que cuando se trate de dinero, de enfrentarse al capital, no se diga que hay tales inconvenientes; actualmente se necesitan millones de dólares para poder conducir los movimientos obreros. El obrero sabe que el dólar sólo combate con el dólar y quiere por esto el socialismo apoderarse de todas las instituciones que manejen fondos, pero para el bien de la comunidad. Por esto queremos que se entienda que no daña absolutamente el espíritu de la ley el que el señor Morones ocupe su curul y deje ese dinero, esos treinta y tres pesos treinta y tres centavos, ya que con una sola clarinada el señor Morones puede percibir mil pesos diarios, si lo quiere, y si los compañeros socialistas creyesen conveniente que deban dársele esos mil pesos. Al señor Prieto le consta cómo responde el socialismo cuando es necesario. Yo en verdad por
dos o tres semanas estuve muy contento al ver que todos ustedes en cuestiones obreras estaban unificados en estas ideas en la Cámara. Yo dije: Esta Cámara va a hacer una labor enteramente sana; porque todas las ansias, porque todas esas ideas que tiene el pueblo, estallan aquí, en dos o tres días no sería posible que evolucionaran y es necesario ese criterio robusto, ese criterio fuerte de los hombres progresistas; pero que también pesen las dificultades. Pensé pues, que en esa forma íbamos a hacer una labor útil, una labor práctica, sólida. Pero empezaron la pasiones, solamente vimos claramente que aquí se puede hacer todo, menos legislar, menos no salvar a la patria, menos no hacerle difícil la vida a la misma patria. Ahora, tratándose del caso Morones, si se toma desde un punto de vista de la participación política, de la participación de ese salvajismo que tenemos todos los latinos, es muy natural que hay que destruir a ese abominable Morones que ha usurpado las funciones de diputado, Morones debía estar en la Penitenciaría; pero si vamos a tomar el espíritu de la ley, vamos a impedir que perciba esos dos emolumentos que él cede voluntariamente y no van a perjudicar a Morones; yo les digo que si ustedes quieren el puesto de Fabriles, no lo tendrán; el socialismo es muy grande en México, en los Estados Unidos y en toda la humanidad. Así es que como medida política es mala, y como medida económica es pésima. Yo apelo al criterio sano, reposado, a los que venimos a discutir, no a base de personalismo ni de rencillas, sino desde el punto de vista de la ley, que se le conceda al señor Morones ceder esas dietas a una institución de beneficencia y ocupar aquí su curul; no le hace daño a la patria, no va a morirse la Cámara de Diputados ni a impedirse sus labores porque el compañero Morones venga aquí a discutir dos o tres horas. Si discutimos menos necedades y empleamos nuestro tiempo en cosas serias, un par de horas serán suficientes.
Apelo al buen juicio de este grupo juvenil para que apoye la proposición.
El C. Prieto Laurens: ¿ Me permite una interpelación ?
El C. Torregrosa: Sí, señor.
El C. Prieto Laurens: Con permiso de la Presidencia. Señor diputado: ya que usted ha hecho una exhortación para que este asunto se discuta y se resuelva con toda serenidad, con toda serenidad lo interpelo a usted para que me diga: llegado el caso, por ejemplo, de que el señor Morones, ocupando su curul, tuviera que resolver un asunto en el que el Ejecutivo estuviera en contra de los intereses de la Cámara, ¿ cómo cree usted que el señor Morones, que recibía sueldo del Ejecutivo, que era empleado del Ejecutivo, pudiera tener un criterio imparcial, independiente ? ¿ no cree usted que esto sí daña al espíritu de la ley e independencia de los poderes ? Esa es mi interpelación.
El C. Torregrosa: Voy a contestar la interpelación del compañero Prieto Laurens. Lo felicito porque ese es el terreno legítimo de la Cámara, realzar la parte verdaderamente legal, la parte que necesitamos nosotros robustecer, porque aunque progresistas es indispensable esa ley en el momento actual para poder encauzar todas las energías de la misma sociedad. Yo creo, señor Laurens, que en ese caso y cuando el Ejecutivo no estuviese tan perfectamente de acuerdo con el Poder Legislativo como en este caso, sí sería un impedimento, una desventaja y creo que uno de los espíritus de la ley fue precisamente esto: delinear perfectamente bien las fronteras de los tres poderes. Yo creo con usted, pero en el caso del señor Morones tenemos que sería para nosotros, como hoy queremos, como está en la opinión pública, que el Poder Legislativo y el Ejecutivo en estos momentos críticos porque atravesamos deberían ser uno solo; nosotros los que tenemos el sentido práctico de las cosas, que vemos la necesidad sobre lo que debería ser y lo que es, como usted sabe Morones en ese puesto es más bien un eslabón de unión que no habría dificultad absolutamente con su actuación en esta Cámara y el Poder Ejecutivo; paro ya le digo, desde el punto de vista legal, en otras circunstancias sí se presentaría ese inconveniente.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Manlio Fabio Altamirano.
El C. Altamirano Manlio Fabio: Señores diputados: Yo voy a tratar el punto a debate desde un plano muy distinto al que se ha tratado hasta este momento. Yo recojo las palabras del ciudadano Torregrosa, porque sé que son la verdad. El espíritu que debe animar a todo individuo que se titule socialista, debe ser un espíritu de abnegación y un espíritu de sacrificio. Y precisamente yo vengo a apelar al espíritu de abnegación y al espíritu de sacrificio para que no se nos deje solos en la discusión de problemas tan arduos, como son los problemas sociales. Los problemas socialistas, señores diputados - y esto lo saben muy bien los líderes del Laborista -, no se reducen a los discursos más o menos rimbombantes, discursos más o menos oropelescos, de oportunidad, que pronunciamos en un mitin o en una asamblea de trabajadores. No, señores; eso se hace para preparar al pueblo trabajador al entusiasmo y a la energía que debe tener en todos los períodos de su actuación a fin de llegar a consolidar los principios socialistas. Pero de aquellos discursos, de aquellos gritos espontáneos de entusiasmo que transmitimos a los trabajadores para que no cejen ni un momento en su lucha, de aquellos discursos, a los discursos que deben hacerse en esta Cámara, a los trabajos que deben hacerse en esta Cámara Legislativa para encauzar precisamente ese movimiento socialista dentro de carriles que no nos lleven a un desastre, hay mucha diferencia, señores diputados. Yo no me voy a meter a escudriñar si el diputado Morones ha violado la Constitución durante seis días o durante doce; a mí también me tiene sin cuidado, porque yo soy de los que no se apegan a la letra escrita de la ley; eso es una pequeñez para nosotros; lo de más trascendencia es lo siguiente:
Las comisiones de Trabajo y Previsión Social tendrán que redactar los proyectos de leyes que debe dar esta Cámara, porque así se ha comprometido con el pueblo que la ha elegido; esta Cámara tendrá que estudiar, devuelta por la Cámara de Senadores - si es que la Cámara de Senadores la estudia -, la ley que reglamenta el artículo 123 y en esa ley, señores diputados, y en todas las cuestiones que se van a tratar aquí, no sólo tenemos que discutir
exabrupto, rápidamente, en un debate improvisado, sino que debemos estudiar las cuestiones que van a debatirse. Tenemos que dedicar, los que queremos hacer labor parlamentaria efectiva, estudiando cada uno de los puntos que entraña el problema social, la mayor parte de horas de nuestra vida, porque ese estudio nunca termina, señores diputados. No vamos a estudiar únicamente las leyes que rigen en Francia, en los Estados Unidos o en Australia - que está tan adelantada dentro del socialismo -, no; si nosotros nos metiéramos a hacer lo que hicieron los constituyentes del 57, a copiar leyes de otro país para venir a meterlas, a encajarlas dentro de nuestro país, aunque las circunstancias de éste no sean iguales a las de aquél, haríamos una detestable obra legislativa. No, señores, necesitamos estudiar las circunstancias actuales de México; necesitamos estudiar su psicología histórica; necesitamos estudiar toda clase de antecedentes y todo esto ponerlo de acuerdo con nuestro modo de ser peculiar como raza latina; después de todo este estudio entonces podremos nosotros, de acuerdo con los principios generales del socialismo, redactar las leyes que van a salir de esta Cámara de Diputados; y en esta labor es donde sinceramente creo que se necesita la labor de los compañeros laboristas de esta Cámara. Los señores laboristas deben saber que quien más se interesó dentro del bloque Cooperatista porque quedaran estos elementos en el seno de las comisiones de Trabajo y Previsión Social, fui yo. He querido - aquí sí haciendo a un lado toda clase de personalismo - que colaboren todos los diputados de esta Cámara por eso hemos procurado colocarlos dentro de estas comisiones. Sí considero que los señores del Laborista por el hecho de haber estado dentro de asociaciones netamente de trabajadores, conocen la manera práctica de cómo se organizan los sindicatos, cómo trabajan, cómo desarrollan su labor, cómo se ponen en contacto con otras asociaciones obreras, etcétera, cómo se hace la propaganda dentro de los sindicatos y agrupaciones obreras; todos estos detalles que produce la práctica, aunados con los conocimientos científicos que ellos hayan podido adquirir en libros especiales, todo esto nos hace falta aquí dentro de la Cámara de Diputados. No ese cierto lo que dice el diputado Morones de que él quiere estar en los Establecimientos Fabriles por que quiere terminar la obra de reorganización; no, compañeros, este es un pretexto nada más. ¿ Qué en dos años o más que ha estado usted al frente de los Establecimientos Fabriles Militares, en ese tiempo tan largo no ha podido usted organizar absolutamente esos departamentos ? Indudablemente que sí. Claro que deben estar ya organizados, por que creo que dos años bastan para organizar perfectamente ocho fábricas y cuatro almacenes que dependen de esas fábricas. De modo, señores, que esta no es la razón fundamental que tiene el señor diputado Morones. Otra: ¿ Qué el Ejecutivo, o el Partido Laborista mismo, no encontrarían otra personalidad que pudiera regentear aquellos Establecimientos Fabriles ? ¡ Indudablemente que sí !, porque no voy a considerar al Partido Laborista ni a los individuos que rodean al Ejecutivo tan faltos de competencia que no pudieran encontrar otro ciudadano con las mismas aptitudes de organizador que concurren o que pueden concurrir en el ciudadano Morones. Además, las labores que se van a desarrollar en esta Cámara, referentes al trabajo y previsión social, no son labores que se puedan desarrollar a la hora de las sesiones, señor compañero Morones. No es que usted o que Salcedo tengan que venir, o que José Gutiérrez tenga que venir aquí a la hora de discutir tal o cual punto, ¡ no ! ¡ Si precisamente la labor legislativa está dentro y en el seno de las comisiones; tenemos que reunirnos los tres grupos de la Comisión de Trabajo y Previsión Social para distribuirnos el trabajo, para ver cuál va a ser el plan que vamos a desarrollar, para ver qué puntos va a tratar cada uno de esos individuos, etcétera. Es decir, tenemos que organizar nuestros trabajos dentro de la comisión para hacer algo, si es que efectivamente deseamos hacer algo. De manera que el señor Morones no podría estar en Fabriles durante la mañana o durante la tarde, sin dejar de venir a las comisiones de Trabajo y Previsión Social. Se ha dicho que el que mucho abarca poco aprieta, y el señor Morones no puede ser al mismo tiempo, por las razones que estoy acudiendo, jefe de Establecimientos Fabriles y diputado al Congreso de la Unión. Ante esta disyuntiva la Cámara es la que tiene que resolver.
Yo debo advertir que el espíritu que animó a los constituyentes de 17 para poner ese principio en la Constitución, fue indudablemente el siguiente:
Primero: garantizar la independencia de los diputados, porque como decía muy bien Prieto Laurens, un individuo que al mismo tiempo es diputado y empleado del Ejecutivo, no puede tener la absoluta libertad de criterio que se necesita para venir a esta tribuna a sostener cualquier punto de trascendencia. Segundo: Tuvo en cuenta que en pasados regímenes, los diputados, que entonces eran los favoritos del dictador, desempeñaban al mismo tiempo que el cargo de diputados, otras muchas funciones o comisiones que les rendían pingües ganancias. Esto ha querido evitar el legislador de 17: el acaparamiento de puestos públicos o comisiones del Gobierno. Creo que estos dos puntos son absolutamente claros y que están basados en la moral. Ya ve el señor diputado Morones que he tratado el punto desde un plano más elevado que lo han hecho los demás señores diputados. Por esta razón, como miembro de la Comisión del Trabajo y Previsión Social, como simpatizador del movimiento obrero, porque eso no me lo puede negar el señor Morones, aun cuando nos hayan distanciado algunas veces pequeñísimos detalles personales, yo en este carácter suplico a la Asamblea que apruebe esta moción y después, que en su oportunidad, niegue la licencia al diputado Morones, para tenerlo en nuestro seno a fin de que nos ayude, porque está obligado a hacerlo, a laborar en las leyes obreras que tendrán que salir de este Parlamento. (Aplausos. Voces: ¡ A votar !)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Aquilino Emilio Rama. (Voces: ¡ No está !) No encontrándose en el salón el ciudadano Aquilino Emilio Rama, tiene la palabra en contra el ciudadano Montero Villar.
El C. Montero Villar: Honorable Asamblea: Me opongo terminantemente a la iniciativa
presentada por algunos compañeros, y la cual viene a dar por resultado que el señor Morones deje esta Cámara, por el respeto me merecen los trabajadores del Estado de Morelos y por el que también profeso a los obreros del Distrito Federal. No cabe duda, señores, que el señor Morones no podrá, como dice el compañero Altamirano, estar aquí y estar en los Establecimientos Fabriles por la mañana; pero también es conveniente que reflexionemos que no es su labor únicamente la que se va desarrollar aquí en las comisiones, sino que él es el portavoz de todos los obreros de la República. (Voces: ¡ No !) y que naturalmente será el único que sostenga las opiniones de todos los trabajadores de la República. (Voces: ¡ No ! ¡ No !) Desde luego hay que reconocer que es la cabeza visible del Partido Laborista; el no sería capaz, y me concederá el mismo compañero con todo respeto que no lo suponga el autor de todas las iniciativas que traiga a la Cámara, puesto que naturalmente no hay cabeza posible; pero sí le reconozco el mérito de poderlas interpretar ante esta Representación Nacional. Por tal motivo, es de tenerse en cuenta esto y también para que los obreros no crean que por un ardid político, nosotros quitamos a un hombre que si en lo político puede sernos hostil en cierta forma, en el asunto societario sí es de bastante valer en esta Cámara. Por eso yo me permito solicitar un voto negativo para la iniciativa que se discute.
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Puig Causauranc.
El C. Puig Casauranc José Manuel: Señores diputados: Se hace estrictamente necesario prolongar el debate aunque la Asamblea esté cansada, porque el compañero Montero Villar ha venido a demostrar a esta tribuna que no se ha entendido suficientemente el objeto de esta proposición, que no tiende a que el señor Morones salga de esta Asamblea. Precisamente los que redactamos esa proposición, lo hicimos para dar una forma concreta y definida al debate y para que la Cámara tuviera algo qué votar. Esta proposición no significa, en suma, sino un aplazamiento del debate. Se pide únicamente que se comunique al ciudadano diputado Morones el texto del artículo 62 constitucional para que, en vista de él, ajuste su conducta, sea renunciando al cargo de jefe de Establecimientos Fabriles, o sea pidiendo una licencia a esta Representación, o tomando cualquier otro camino que pudiera sugerirle el estudio de este punto constitucional. He querido señalar claramente este punto, porque contrariamente a lo que el ciudadano diputado Prieto Laurens opina, que el puesto del señor Morones está en Fabriles, yo creo, sinceramente, que el puesto del señor Morones - quédese en Fabriles o no - está en esta Cámara.
Circunstancias que todos vosotros conocéis, han podido hacerme aparecer como un futuro blanco de ataques de los laboristas y, precisamente por la consideración de enemistad que hasta ahora existe, tengo especialísimo interés en que el ciudadano diputado Morones permanezca en esta Cámara. Pero se trata de una cuestión de principio: si permitiéramos que el diputado Morones continuara, con sueldo o sin él, en el Departamento de Fabriles, en esa comisión del ejecutivo, que sólo es inferior a la del cargo de ministro, ya que los jefes de departamentos gozan de autonomía perfecta y sólo tienen acuerdo con el ciudadano presidente de la República, ¿ cómo podríamos evitar en lo futuro que los miembros de esta Representación Nacional aceptaran comisiones del Ejecutivo ? El espíritu del legislador en este punto fue no indudablemente el afán egoísta de limitar los ingresos a los señores diputados, sino impedir la influencia directa que el Gobierno tiene que ejercer sobre sus colaboradores y empleados; y por esto en la distinción elástica de nuestro Derecho Constitucional se estableció la decisión de poderes, considerándolos iguales para que los miembros de la Representación Nacional no tuvieran en ningún caso que sentirse cohibidos por indicación del Poder Ejecutivo. No he podido llevar mi rencor personal hasta creer en los cargos que se han hecho al diputado Morones; confieso sinceramente que todavía creo en honorabilidad; considero que, como decía el compañero Torregrosa, hay perfecto derecho, absoluto derecho para que un hombre que se distinga en cualquiera actividad humana, así sea en la jefatura de un grupo social obrero, alcance toda la comodidad y toda la holgura que puedan alcanzar un capitán de industria. Cuando la delegación rusa llegó a Génova a las conferencias para arreglar las deudas de aquel país, todo aquel pueblo se esperaba ver llegar a unos osos de los Montes Urales y no fue posible saber en la estación quiénes eran los delegados bolcheviques y los de los otros países monárquicos, porque los delegados bolcheviques se presentaron en Génova como lo que eran, como unos perfectos caballeros; y en esa delegación encabezada por Tchitcherin, un aristócrata de veinte generaciones y una de las cabezas del movimiento bolchevique ruso, cuando en un banquete al rey de Italia se dijo por el jefe del Protocolo, que tal vez fuera preciso evitar los brindis porque posiblemente los bolcheviques no querrían brindar por una cabeza monárquica, tuvieron la nueva sorpresa de ver que los delegados bolcheviques, absolutos gentlemen, hombres perfectamente refinados, se anticipaban a las demás delegaciones brindando por la salud del rey, como un jefe de Estado. Esto significa que aun en las organizaciones sociales más avanzadas, que hasta en los momentos de convulsión social más intensa, es perfectamente admisible y no puede ser motivo de desconfianza en lo absoluto, que tenga la representación de las clases humildes un hombre que posea el aspecto físico o mental de un potentado. Y hecha esta explicación, por lo cual no encuentro motivo de ataque en los brillantes ni en los trajes ingleses del diputado Morones, voy a entrar al verdadero fondo del debate.
No somos tan ingenuos los que hemos presentado esta proposición, que creamos que la salida del señor Morones del Departamento de Fabriles cambiara las cosas en ese departamento. Sabemos perfectamente bien que, dentro o fuera de Fabriles, el señor Morones seguiría teniendo allí la misma influencia. Por lo mismo, no es verdad que nuestra proposición tenga un alcance político que tienda a restar fuerzas o elementos al diputado Morones. Por lo que toca a mí, se trata simplemente de definir un punto de estricto Derecho Constitucional: es indispensable impedir que en lo futuro,
veinte, treinta o cien diputados se dejen pagar por el deseo de posición o de honores - no quiero suponer que por el más bajo deseo de riqueza - y acepten del Ejecutivo comisiones que no podríamos negarles si hubiéramos tolerado que el diputado Morones estuviera al frente de los departamentos Fabriles y continuara siendo diputado.
Los elementos que aplazamos a nuestros adversarios de ayer y de hoy para un futuro próximo para que entonces puedan definir quiénes vienen a esta Cámara a hacer labor revolucionaria y quiénes vienen a hacer obra retardaría de movimiento político o social, tenemos todavía plena fe en la actuación de esta Cámara. Ha dicho el diputado Torregrosa que perdemos miserablemente el tiempo; que la pasión es el único acicate que mueve nuestras lenguas, y que el país ha de sentir rubor mirando nuestra acción anodina y hasta antipatriótica. Y bien, señores diputados, siento firmemente la convicción de que esto no es así; precisamente las asuntos de verdadero interés que hay en cartera han sido aplazados, porque hemos querido que se serene el ambiente, porque no queremos dar el espectáculo de debates enconados y de tono personalista cuando se discutan los asuntos de interés vital para el país; puede estar cierto el compañero Torregrosa de que esa unificación que él creyó ver en los primeros días y que hoy sospecha que está perdida, existe en realidad y que hay en esta Cámara un propósito firme y resuelto de acción revolucionaria que irá hasta donde llegue la acción radical de los líderes laboristas; pero queremos que los líderes laboristas estén aquí cumpliendo con la Constitución. No nos asombraríamos ni nos espantaríamos si hasta llegara a presentarse una proposición de cambio de nuestro régimen constitucional, pero mientras el régimen constitucional exista, tenemos la obligación de ajustarnos estrictamente a sus cláusulas. La proposición a debate dice únicamente: "Dígase al ciudadano diputado Morones que el artículo 62 constitucional no permite que los ciudadanos diputados o senadores puedan desempeñar sin permiso de su Cámara, un empleo o comisión de la Federación por los cuales se disfrute sueldo, por lo cual, si no solicita licencia o renuncia a su empleo, cae bajo la sanción expresa en el mismo artículo 62 que previene que la infracción de ésta disposición constitucional será castigada con la perdida del carácter de diputado o senador". Como ven los señores diputados, los que redactamos esta proposición no quisimos, no pretendimos decir que hubiera el diputado Morones caído bajo la sanción del artículo constitucional expreso. Nuestra proposición no tenía el más insignificante tono de agresión: consistía estrictamente en repetir el artículo constitucional de esa Constitución que hemos protestado cumplir hace apenas diez días. La circunstancia feliz de que este debate haya continuado sin galerías, que en esta tarde eran, en su mayor parte, amigas nuestras y que en otras han sido, casi en su totalidad, nuestras enemigas, permite que el debate haya podido continuar en su ambiente de serenidad y de cordura. Y yo, en nombre de los verdaderos cooperatistas que venimos a esta Cámara a hacer una labor de ideas y no una obra de pasión, me permito rogar, para concluir, a todos mis compañeros, que unos y otros, cuando llenen las galerías de amigos suyos, los obliguen, exijan de ellos absoluto respecto a esta Cámara para que ni allá se lancen inventivas contra los laboristas, ni acá contra los cooperatistas, como se hizo el sábado, en la sesión anterior. Estamos, señores diputados, en un momento verdaderamente serio y trascendental para la vida nacional. México se halla en estos instantes en un ángulo forzado de su evolución, del que no podrá venir sino la consolidación del régimen de Gobierno con todos los avances libertarios de la revolución, o bien la disolución social. Señores diputados, si hemos luchado por venir a esta Cámara, vengamos a hacer en ella obra gubernamental; es indispensable que todos nuestros procedimientos, que todas nuestras medidas estén encaminadas a conseguir nuestros propósitos o nuestras obligaciones para nuestros comitentes, pero dentro de los textos constitucionales. Si no es así, nuestro papel no está en esta Cámara; para lograr algo que esté fuera del régimen constitucional, están los campos de la revolución social. (Voces: ¡ A votar !)
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Luis Espinosa.
El C. Barón Obregón: Pido la palabra para una aclaración.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Luis Espinosa.
El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes: El asunto que tanto trabajo ha proporcionado a algunos compañeros y que está a discusión, es un asunto sencillisimo, no es más que un trámite que debió haber dado la Presidencia desde el día en que el ciudadano Morones presentó su pliego de aviso y que por no haberlo hecho, por un capricho de seguir, no por mala intención, sino por falta de comprensión de lo que debería hacer en aquel instante, no hizo. Empiezo suplicando a la Presidencia, con el respeto que me merece como representativo de esta Asamblea, que se fije más en las objeciones que le hagan algunos compañeros y que abandone ese aire de suficiencia que nos lleva a estos lamentables fracasos y a estas pérdidas de tiempo verdaderamente costosas para los intereses nacionales. Si se me hubiera oído la primera vez, no hubiéramos perdido tanto tiempo, no se hubieran agitado las pasiones, ni hubiéramos dado márgen a presenciar las escenas vergonzosas como las que tuvieron lugar hoy en las tribunas de esta Cámara. Cuando se presentó la solicitud del ciudadano Morones, clara y terminantemente dije que no cabía, que no era pertinente el trámite de la Presidencia; indiqué que no se trataba de un proyecto de ley ni que tampoco se trataba de una proposición que tuviera alguna finalidad legislativa; dije en forma clarísima que el pliego de Morones constituía simplemente un aviso que entrañaba un asunto económico y que, por lo tanto, era improcedente enviar ese documento a las comisiones de Puntos Constitucionales para que dictaminaran sobre él y que lo que correspondía era el trámite de que no había lugar a tomar en consideración el aviso del ciudadano Morones por oponerse al artículo 62 constitucional, que es exactamente lo que ahora piden el ciudadano Prieto Laurens y otros ciudadanos diputados. Tal parece
que hubieran copiado mis palabras que constan en el DIARIO DE LOS DEBATES correspondiente a la sesión a que he hecho referencia. Pero no, señores, la Presidencia tenía empeño en que la Asamblea se sometiera a su voluntad, aunque ésta no estuviera dentro de los cánones de la justicia ni dentro de los preceptos reglamentarios. Después de llamar la atención a la Presidencia y a la Asamblea para que otra vez no se proceda con la festinación con que hoy se ha procedido, porque ya hemos visto cómo desgraciadamente se llega a estas pasiones tan mezquinas y tan bajas, quiero, sencillamente, traer el asunto que se discute a su verdadero punto donde se hallaba en un principio. También violando el Reglamento, como lo manifesté en su oportunidad, el ciudadano Alvarez del Castillo incidió, con una testarudez baturra, en el error de que se diera entrada a la proposición del ciudadano Prieto Laurens, que yo me atreví a juzgar de completamente ociosa, y es claro, señores representantes: si estaba a discusión, por acuerdo de vuestra soberanía, el pliego del ciudadano Morones, nosotros no podíamos, mientras no concurriera alguna de las circunstancias que señala el artículo 72 del Reglamento, suspender la discusión sobre aquel negocio. Dije también que ese aviso del ciudadano Morones no era materia de debate, sino que era materia de un simple trámite de la Presidencia, diciendo al señor Morones que no se podía tomar en consideración su aviso porque pugnaba con el artículo 62 constitucional. Sin embargo, vuestra soberanía aprobó que se discutiera ese asunto que me cansé de repetir que no era materia de discusión, pero "tuerto o derecho", vuestra soberanía había mandado que se discutiera el contenido de ese pliego y nosotros no debíamos haber permitido bajo ningún concepto que se diera entrada a esta última proposición, sin haber votado primero la anterior. Esto, como es natural, nos hubiera ahorrado este enojosísimo debate; pero no se hizo así y ahorita no hay más remedio que apechugar con esta situación creada. (Voces: ¡ Ya ! ¡ Ya ! ¡ A votar !) Yo no sé qué tenga que ver, ciudadanos representantes, la personalidad del ciudadano Morones con este asunto. Tampoco sé qué tengan que ver las intenciones del ciudadano Morones en este debate. El ciudadano Morones aclaró perfectamente bien que él se reservaba el derecho de presentar su pliego de solicitud de licencia en el momento que lo creyera oportuno y que lo que estaba a discusión no era más que un simple aviso que él presentaba a la Asamblea para que no se fuera a sospechar de su conducta, esto es, para que no se creyera que tenía la intención de cobrar dos sueldos. Estoy de acuerdo en que constitucionalmente el procedimiento del ciudadano Morones es completamente erróneo; quiera que no, el ciudadano Morones disfruta en estos momentos de dos sueldos: el que ha cobrado, conforme lo declaró hace un instante, en Fabriles, y el que también quiere cobrar mandándolo a una casa de beneficencia, porque aunque él no reciba el dinero, basta que él haga uso de él en la forma que le dé la gana para que así esté cobrando, para que sí reconozca ese dinero como algo que es suyo, ya que de otra manera no podrá disponer de él.
Así pues, dentro de este concepto es claro y lógico que el ciudadano Morones está violando la Constitución y no está cumpliendo con su deber; pero ruego a la Asamblea que para no perder más el tiempo no sigamos bordando sobre el vicío; que ya que tontamente se dio entrada a esa proposición, la votemos en el sentido que se quiera, pero que la votemos y que esperemos para juzgar de la conducta del ciudadano Morones a que él presente su solicitud de licencia, como indudablemente la presentará después que se apruebe o rechace esta proposición. (Voces: ¡ A votar !)
El C. secretario Esparza Martínez: Habiendo hablado tres oradores en pro y tres en contra, se consulta a la Asamblea si el asunto está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa sírvanse ponerse de pie.
Suficientemente discutido. Se va a proceder a la votación y por disposición de la Presidencia, antes de proceder a ella, se va a repetir la lectura de la proposición a debate:
"Los subscriptos, diputados en ejercicio, sometemos a vuestra consideración, con dispensa de todo trámite, para encauzar el asunto a debate, el siguiente acuerdo:
"Dígase al C. diputado Morones que el artículo 62 constitucional no permite que los ciudadanos diputados lo senadores puedan desempeñar, sin permiso de su Cámara, un empleo o comisión de la Federación por los cuales se disfrute sueldo, por lo cual, si no solicita licencia o renuncia a su empleo, cae bajo la sanción expresa en el mismo artículo 62 que previene que la infracción de esta disposición constitucional será castigada con la pérdida del carácter de diputado o senador."
En votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba la proposición. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Aprobada.
El C. Salcedo: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Salcedo: Para una aclaración a las palabras vertidas por el ciudadano diputado Prieto Laurens al referirse al asunto del ciudadano Morones en que me incluyó, lo mismo que a otras personas, suplicaría a la Secretaría diera lectura a este documento.
- El C. secretario Esparza Martínez, leyendo:
"Por Ejecutivo Federal. - México. Estados Unidos Mexicanos. - Secretaría de Educación Pública. - Número 27,018.
"Al C. Ezequiel Salcedo. - Presente.
"Por acuerdo del ciudadano presidente de la República, esta Secretaría ha tenido a bien disponer se conceda a usted licencia sin goce de sueldo, a partir del 1o. del actual, para estar separado del empleo de jefe segundo de departamento, director de los Talleres Gráficos de la Nación, dependientes de esta propia Secretaría.
"Lo comunico a usted para su conocimiento.
"Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, 6 de septiembre de 1922. - El subsecretario, encargado del Despacho, F. Figueroa."
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Honorable Asamblea:
"El subscripto, diputado por el 12 distrito electoral del Distrito Federal, solicita de vuestra soberanía con el debido respeto, y con dispensa de todo trámite, se le conceda una licencia por dos meses, llamándose a su suplente, con el fin de que pueda seguir desempeñando el puesto que le ha encomendado el Poder Ejecutivo de la Unión.
"México, D. F., a 11 de septiembre de 1922. - L. N. Morones."
En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se dispensan los trámites. Está a discusión. Tiene la palabra en contra el ciudadano Luis Espinosa.
El C. Morones: Pido que se me permita fundarla.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Morones.
- El C. Morones:Ciudadanos diputados: Antes de que se iniciara la discusión sobre el documento que a título de información envié a la consideración de esta Asamblea, manifesté categóricamente a la misma que el único motivo que tenía para obrar así era buscar la forma de poder disponer de un tiempo razonable para cumplimentar mis deberes dentro de la comisión que me ha conferido el ciudadano presidente de la República y poder, en su oportunidad, venir a esta Asamblea a cumplir con mis deberes y a cumplir con mis compromisos. Si durante dos campañas políticas, con todo tesón y con toda conciencia, en forma desigual por la escasez de recursos de que ha adolecido siempre el grupo laborista a que pertenezco, con un empeño que en todo se compadece con las exigencias del grupo político al cual me honro en pertenecer, traté y conseguí el triunfo para venir al seno de esta Representación Nacional a traer el modestísimo contingente, el sentir de los elementos trabajadores con los cuales he convivido, no se explicaría que en esta ocasión, en que he podido conseguir este anhelo, tratara de abandonar el sitial que ocupo, simple y sencillamente teniendo en consideración mezquinos intereses. Declaré, al hacer uso de la palabra por primera vez en esta Asamblea, que me consideraba enteramente dispuesto a renunciar cualquiera de los sueldos que se me señalaran, y que si obré en la forma en que lo hice, fue con el objeto de recoger el particular sentir de esta Asamblea para normar mi criterio; en tal virtud, una vez que la Asamblea acuerda, como lo ha indicado con su voto aprobatorio a la proposición a que acaba de darse cumplimiento, que debo solicitar permiso, presento esta solicitud de licencia por un tiempo limitado, con el objeto de que se me permita, como se ha permitido a otros diputados, ir a cumplir con deberes que tengo necesidad imperiosa de cumplimentar.
El ciudadano Prieto Laurens, con la intemperancia característica en él, dentro del cartabón a que ajusta todos sus actos, ha asentado aquí la acusación en contra mía de que he engañado al presidente de la República, y otra serie de embustes propios de él. Declaro enfáticamente que nadie podrá probarme - y ya se verá si estoy en lo justo - que he precedido en la forma que el ciudadano Prieto Laurens ha indicado a ustedes. No son intereses materiales, y estoy dispuesto a demostrarlo, los que me han movido a obrar como lo hice antes de ese debate; y los que me mueven ahora para tratar de conseguir de ustedes la aquiescencia, a efecto de cumplir con esos compromisos a que ya me he referido. ¿ Cómo voy a pasar desapercibida, cómo voy a echar en saco roto la obligación que tengo de traer el contingente que pedía el ciudadano Manlio Fabio Altamirano, al seno mismo de las comisiones y a aportar esos conocimientos prácticos y teóricos, en la proporción pequeñísima en que los tenga, para tratar de que esta Asamblea satisfaga un anhelo justísimo, una aspiración justísima del pueblo trabajador organizado de México, al tratar de dar forma práctica a los preceptos constitucionales ? ¿ Cómo voy a tratar de eludir la responsabilidad que habrá de recaer en esta Asamblea directamente, cuando en virtud de su trabajo se lancen en forma de leyes esas mismas disposiciones ? Yo suplicaría a los elementos que integran la mayoría a que por esta vez no se dejaran mover por la pasión partidarista, a que por esta ocasión den ejemplo de conciencia, den una demostración fehaciente de que colocan discusiones, de la índole de ésta, por encima de las pasiones que las han movido otras veces. Absolutamente para todo aquel que quiera conocer el por qué de la petición que en estos momentos la Asamblea va a discutir, estoy en la mejor disposición de que compruebe, de que vea si aparentemente dos años son bastantes, a juicio del diputado Altamirano, para organizar el departamento que es a mi cargo, tenga en consideración que apenas hace tres meses escasos que volvieron a la jurisdicción de mi departamento seis de las grandes fábricas, precisamente también de la industria militar, que integran el conjunto de dependencias del Departamento de Establecimientos Fabriles. Hace apenas tres meses escasos que estas fábricas han vuelto a ser administradas por el que tiene el honor de dirigirse a ustedes en este momento y es un tiempo insuficiente para poder llevar a la práctica el sistema de organización actualmente imperante en las otras factorías. No se trata de almacenes pequeños, de fábricas pequeñas también; se trata de fábricas en las cuales, en la más pequeña, trabajan alrededor de ochocientos o mil trabajadores; se trata precisamente de las fábricas de cartuchos que en estos momentos se quiere normalizar en su programa de trabajo. En este momento todavía no acaban de entregárseme, todo a base de inventario, los intereses de esas mismas factorías, porque tienen una gran variedad de maquinaria y materiales en sus almacenes; comenzó a efectuarse la entrega en mayo, y a estas fechas, no está concluída todavía, porque ha habido necesidad de llegar a comprobar cada una de las existencias que representan algún valor dentro de esas mismas factorías. ¿ Cómo, pues, no verme obligado a recibir y a tratar de controlar tal y como están los otros establecimientos, estas fábricas que son tan importantes ?
Precisamente para satisfacción de la misma comisión que esta Cámara tiene nombrada en relación con el Departamento de Fabriles. El Departamento de Fabriles ha sido atacado muchas veces sin conocerse a fondo, sin haberse tomado el trabajo de visitar sus factorías y ver cómo la revolución, a través de uno de sus más modestos representativos, ha tratado de cumplimentar, dentro de lo viable y dentro de lo posible, cada uno de los postulados del programa revolucionario, sobre todo, el que tiene como bandera el movimiento obrero organizado. En estos momentos se inicia la instalación de los salones de cuna en cada una de las fábricas, que permite a las trabajadoras poder depositar a sus hijos pequeñitos antes de entrar a sus labores, dejándoles al cuidado de facultativos y de gentes expertas y sujetos al régimen alimenticio a que deban ajustarse; se trata de inaugurar un internado creado para los hijos mayorcitos del mismo personal obrero, para que sean llevados allí en la mañana, se les dé alimentos al mediodía y puedan ser recogidos y llevados a sus hogares después de la labor diaria; se trata de ajustar las tarifas en estos mismos talleres; se trata, en una palabra, de hacer una serie de mejoras de las cuales no soy iniciador, sino simplemente intérprete, de acuerdo con el programa nuestro, con el programa de la organización obrera.
El C. Altamirano Manlio Fabio: ¿ Me permite una interpelación ? Pido la palabra para una interpelación ?
El C. presidente: Si el orador lo permite.
El C. Morones: Sí, señor.
El C. Altamirano Manlio Fabio: Yo juzgo de suma importancia todo ese programa que se está desarrollando en Fabriles, pero consecuente con lo que dije en esa tribuna y que repito en esta discusión, me permito preguntarle: ¿ qué ese programa social de organización de esas factorías no lo puede desarrollar otro ciudadano del mismo Partido Laborista que fuera designado por el presidente de la República ? ¿ qué quiere el ciudadano diputado Morones que yo le haga el ultraje al Partido Laborista de considerar que no hay otro compañero de trabajo que pueda desarrollar con la misma atingencia, con la misma laboriosidad y con el mismo orden todas las cuestiones, lo mismo que usted ? Esta es la pregunta.
El C. Morones: Mi respuesta es ésta, compañero: Antes de dar el paso que di con el famoso informe que motivó la discusión, se reunieron a invitación mía los elementos representativos, no solamente del Partido Laborista, sino de la Confederación Regional Obrera Mexicana, y les expuse mi propósito de solicitar un permiso del Ejecutivo para venir a ocupar aquí la curul; les expuse la causas que tenía, previendo, naturalmente, que había de surgir esta tempestad que se ha desencadenado sobre mí, indicándoles que en uno o en otro deberíamos esforzarnos porque la acción que desarrollamos en Fabriles -y digo desarrollamos porque no soy más que un intérprete del programa que he manifestado- no se perdiera, porque el Departamento de Fabriles es un campo de experimentación, de aplicación de la teoría, puesto que estamos sujetos allí a la prueba enérgica de ver si la teoría concuerda con la práctica, a ver si se hace compatible con ella toda la utopía que nos achaca el enemigo, ya en el terreno de la responsabilidad industrial, ya en el campo de las finanzas. Después de estar discutiendo bastante tiempo con mis compañeros, con el grupo a que pertenezco, quedó trazado el cartabón dentro del cual estoy. Yo he soportado esta tempestad con el único aliciente de haber sido un elemento disciplinado para ese grupo al cual me honro en pertenecer. Me permito interpelar a mi compañero Gutiérrez para que diga si es verdad o no lo que estoy diciendo.
El C. Gutiérrez José F.: Pido la palabra para contestar.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Gutiérrez José F.: Lo que ha asentado el compañero Morones es absolutamente cierto. Después de reunidos los elementos del Partido Laborista de la Confederación Regional Obrera Mexicana, trazamos ese mismo programa a que se está refiriendo el ciudadano Morones. Por lo tanto, lo que él dice es absolutamente cierto.
El C. Morones: Se sujetó el caso del señor Salcedo al mismo criterio de estos elementos representativos de la organización obrera de la República, y en el caso del compañero Salcedo acordaron que obrara como se ha expuesto aquí. Esta disparidad en los procedimientos que a primera vista no se explica, tiene su explicación íntima al hacer estas declaraciones; a Salcedo le dijeron: "no es posible que los poquísimos elementos del bloque Laborista se salgan de allí. Usted solicita un permiso para ir a ocupar su sitial en la Cámara y Morones debe seguir, por lo menos, por determinado tiempo y hasta que lo juzguemos necesario, en el Departamento de Fabriles". No porque yo sea indispensable allí, no porque no haya compañeros dentro de las organización obrera que con creces puedan llevar a cabo una labor como la modestísima que yo he desarrollado; pero todos nosotros, por más que se me ha hecho la ofensa de suponerme el amo de estos grupos, todos nosotros sujetamos de antemano nuestros procedimientos a la decisión de los elementos más representativos del país. Así pues, a esta reunión vinieron veintidós delegados de distintos Estados de la República y estuvieron presentes los comités de las organizaciones obreras del Distrito Federal, y allí les expuse cuál era mi deseo en vista de que presumía cuál sería la actitud de esta Cámara al tratar mi caso. Ese criterio me impusieron y a el me he agustado, porque trabajando a base de confianza recíproca, como trabajamos nosotros, cada cual tiene que hacer la parte de sacrificio de su modesta personalidad y apechugar con las consecuencias. Creo, pues, haber contestado con toda sinceridad al compañero Altamirano. El conoce de estas cuestiones y algunos otros de los representantes que me escuchan conocen también que los líderes, por más que se les haya señalado como elementos que a base de una autocracia absoluta obran, cuán difícil es resolver algunos puntos sin la aquiescencia previa de los elementos representativos obreros. Este es el caso mío, misma situación que se presentó cuando me fue ofrecido el puesto del Departamento de Fabriles entonces me fue ofrecido y no solicitado, y fue rehusado por mí; fue llevado a la consideración del grupo la actitud mía y este acordó, en
virtud de que la negativa de mi parte había sido interpretada por la persona o personas que bondadosamente me ofrecieron el puesto, como un deseo de no compartir las responsabilidades administrativas, fue acordado por el grupo mío, grupo representativo del movimiento obrero de la República, que aceptara y que aceptaran otros elementos, Gasca, Salcedo, etcétera. Yo hago explicación porque se ha pretendido insidiosamente hacerme aparecer como un individuo apegado a la ubre del presupuesto, deseando a todo trance en todas las ocasiones aprovecharse de una posición que se juzga holgada. Han hablado tanto en contra de mi modesta personalidad, tantos individuos, se ha apelado a tantos absurdos, francamente los que no me conocen suponen que, dentro de su aspecto malo, soy un hombre temible; por estas circunstancias se me ha hecho un reclamé que no merezco, aunque sea dentro de un aspecto malo; pero si se tuviera la suficiente calma para saber lo que representa la obra que estamos verificando, cada quien en la esfera de acción que le ha sido asignada, entonces los hombres bienintencionados, los que hayan estado equivocados, no los que obran a base de pasiones y de mala intención, se convencerían de que nosotros somos los menos indicados; tenemos que forzar nuestra propia convicción y nuestra rebeldía innata para ajustar nuestros actos al estrecho círculo de las actividades dentro de un puesto oficial, y que si acepté en este caso, por ejemplo, de Departamento de Fabriles, fue con el firmísimo propósito - ya que lo hemos pregonado -, de demostrar que el elemento trabajador está capacitado para organizar, y yo invito precisamente a los enemigos, a los elementos pasionales, a que vayan al Departamento de Fabriles; si hay aquí alguien que por fortuna mía haya visitado esas fábricas, yo le pediría con toda atención hiciera algunas aclaraciones a este respecto, para que se vea cómo se emplea la actividad; no soy de los hombres que van a su oficina a firmar solamente, no soy de los hombres que tienen la desfachatez de cobrar la nómina sin haber devengado con creces el sueldo que disfrutan; soy de los hombres que trabajan y el trabajo de Fabriles, pequeño y todo, se ha obtenido a fuerza de sacrificio, de duras alternativas y de grandes responsabilidades; entiéndase que Fabriles no es una empresa particular, es una dependencia de Gobierno y si hay un verdadero interés en garantizar, pero después de observar y hacer un estudio de los intereses nacionales, que se vayan a esas fábricas a la hora que se quiera y que se analice la labor que se lleva a cabo; pero que no se vengan a lanzar cargos sobre asuntos que se desconocen completamente. Si a algunos de mis impugnadores, sobre todo aquellos que se han ocupado de Fabriles, les preguntara algo elemental respecto a organización industrial, no me contestarían; si algunos de mis impugnadores les preguntara cómo se mueve el taller, cuáles son las bases que deben tomarse en cuenta para hacer trabajar una factoría, etcétera, no me respondería, porque es enteramente fácil hacer la labor de crítico -generalmente los críticos tienen mucho de imbéciles cuando no recomiendan el procedimiento que crean que puede implantarse para substituir aquel que censura -; no podría responder, estoy seguro, sino con una salida de pie de banco, como se dice vulgarmente. De manera que pido a esta Asamblea que no suponga que deseo marcharme de esta Cámara por dos meses exclusivamente para ir a ganar un sueldo más o menos crecido. Pocos elementos de los que hay aquí podrán creer que todos los elementos que disfrutamos un sueldo, tenemos la obligación imperiosa de dar un tanto por ciento de ese sueldo a las organizaciones obreras; podría mostrar con recibos cómo se distribuye lo que muchos consideran el fabuloso salario que disfruto, y no solamente yo, sino que todos los elementos, absolutamente todos, del Partido Laborista que ocupan un puesto en el Gobierno o en otra parte, tienen la obligación imperiosa de ceder ese tanto por ciento para auxiliar de compañeros. Hay muchos que hablan aquí de que algunos otros pagan cincuenta o sesenta pesos; pero ellos no saben que hay compromisos contraídos para ayudar a las organizaciones obreras, para ayudar a los movimientos obreros, etcétera. En el caso presente no estamos sino cumpliendo estrictamente con un deber y el deber mío en este caso, de acuerdo con la resolución tomada por los elementos representativos, después de escuchar la última palabra en el asunto que ha ocupado largo tiempo vuestra atención, es solicitar este permiso.
Sí creo que el Departamento de Fabriles no tenga una necesidad muy grande de elementos en virtud de cuya influencia y de cuyos actos se me dio ese puesto de confianza, pero tengo necesidad de presentarles como un balance que los aliente, cuál ha sido la labor de uno de los individuos dentro de ese puesto administrativo; no, obrar en otra forma sería sencillamente no estar a la altura de las circunstancias. La labor administrativa es la más difícil, sobre todo cuando administración pretende, se pretende que sea ajustada a un canon nuevo, a una organización moderna. Hay infinidad de detalles que al hombre verdaderamente apasionado por el progreso, debieran hacer meditar, por el que se refiere a la posición que algunos de nosotros guardamos; que vaya la labor de los críticos de los elementos desafectos a nosotros al mismo campo donde actuamos, y si son honrados, habrán de venir a esta tribuna y habrá de declarar que por lo menos hay la suficiente voluntad, hay el suficiente interés para tratar de hacer todo el bien posible, sin perjuicio de los intereses que se han colocado bajo nuestra salvaguardia. Se supone al señor presidente mal informado de lo que pasa en Fabriles; se supone al presidente ignorante de estas cuestiones, y debe saber el señor Prieto Laurens que porque no conoce bastante cómo están los Establecimientos Fabriles, es por ello por lo que ordenó que volvieran a mi control seis de las fábricas, que principalmente son de la industria militar, hace tres meses. No, no es tan fácil comprobar un cargo, pero yo espero, y espero pacientemente a que pueda probar las calumnias que ha lanzado desde esta tribuna el ciudadano Prieto Laurens; no las probará seguramente. Ahora bien; volviendo al asunto de mi petición, yo no puedo prescindir de mi labor en esta Cámara; yo he censurado acremente, tal vez con apasionamientos, a las legislaturas pasadas, porque he
juzgado que no se han preocupado íntima e intensamente por el problema social; he creído que sólo han tratado de salir del paso, que no ha habido aquí un número bastante de elementos revolucionarios y representativos al mismo tiempo, que tratara de condensar el problema, el enorme problema social, por medio de leyes que, en consonancia con el medio en que vivimos, pueden prácticamente ser una demostración de las teorías modernas; creo que ha ocurrido lo que señalaba el compañero Altamirano, que se ha copiado de otros países la parte bondadosa de las legislaciones, creyendo que México es un campo propicio para que florezca, para que fructifique ese producto exotico, porque muchos de los procedimientos llevados a cabo en materia de organización o de legislación social en otros países, no pueden encajar en México por más que sean avanzados. El estado social, el problema social que en estos momentos gravita sobre México es único, absolutamente único. El movimiento obrero de la República tiene la característica especialísima de haber constituído su conciencia, su conciencia de clase, ciertamente, tomando como procedente o como experiencia tales o cuales programas de otros países pero no inclinándose resueltamente por ninguno, sino dando una nueva conformación a su conciencia de clase. La característica del movimiento obrero tal y como lo siente, no digo que como lo comprende, porque por desgracia muchos de nuestros compañeros no tienen los alcances suficientes para comprender la magnitud de este programa; sí que los siente, es precisamente en una forma muy distinta de la que desarrollan sus energías los trabajadores de otros países. Nosotros, que hemos elaborado la constitución, el plan constructivo del movimiento obrero de la República, claro es que no vamos a quedarnos en la Asamblea del sindicato únicamente, sino que nuestro deber, ya que hay oportunidad, es el de venir a esta tribuna precisamente a presentar a la consideración de ustedes el plan de organización, el plan constructivo que hemos pensado que debe adoptarse para bien de todos. Naturalmente que la acción nuestra tiende a controlarlo todo; pero en paralelo con el grado de cultura que por medio de la propaganda eficiente podamos inculcar en el espíritu, en la conciencia y en el organismo de nuestros compañeros. Claro que si se presenta una oportunidad también, oportunidad caótica, oportunidad de desmembramiento, entonces la acción revolucionaria de nuestro pueblo trabajador tiene que manifestarse dentro de una política iconoclasta dentro de una política destructora pero llevando fijo ya en su imaginación y en su conciencia el plan constructivo con que va a subsistir aquello que destruye, el plan constructivo que va a servir de base a la nueva sociedad que piensa edificar. Todas estas tendencias, así, en forma atropellada, manifestadas a ustedes, les da una idea de lo que representa para nosotros estar dentro de esta Cámara. ¿Cómo no vamos a ayudarlos, a sentirnos contentos dentro de las pasiones que se desatan, si sabemos que dentro de los elementos que hay aquí, por muy atrasados, por muy sordos y ciegos que estén a las palpitaciones de la humanidad y al espectáculo que da la misma en el sitio donde se debate, propugnando por su bienestar, obran por razón de ambiente, por razón de afinidad, por razón de la ley ineludible de armonía, de hacerse sentir el plan que pretendemos presentar a vuestra consideración? Sí tendremos que traer , ya no en una forma de discurso ampuloso, sino con la sequedad, con la austeridad del hombre que trata de hacer obra constructiva, a vuestra consideración los perfiles, los lineamientos de la organización, no solamente la organización de las clases asalariadas, no solamente la organización de los de abajo, no solamente la organización de los trabajadores musculares, sino también la forma o la fórmula de hacer adaptables esas ideas, adaptables a la nueva sociedad con que soñamos, al nuevo medio que pretendemos crear, cada una de las tendencias generosas, llámese grupo intelectual, llámese hombres de ciencia, etcétera, para tratar de aprovechar su concurso, para tratar de convertirlos en un gran consejo o pequeño consejo luminoso de donde parta en fuente de saber la teoría, la teoría secamente expuesta, que después tendrá que ser modelada por el sentimentalismo, por la tendencia generosa del pueblo trabajador. ¡Cómo vamos a renunciar, compañeros de Cámara, cómo vamos a renunciar a esta bella oportunidad? ¡Podemos saber si en la Legislatura próxima podamos estar aquí algunos de nosotros? ¿Quién puede responder del porvenir? Si estamos ya dentro ,¿Por qué se nos supone tan mezquinos, por qué se nos supone tan pequeños? ¿por qué no se nos concede siquiera un átomo de honradez, un átomo de quijotería para creer que si ahora pedimos que se nos dé esa facilidad de ausentarnos de la Cámara, hemos de venir aquí a cumplir con nuestro deber? No, si la labor que pretendemos desarrollar en esta Cámara no va a ser un previo plan de previos fracasos; el plan que traemos de las organizaciones es elaborado desde el primer momento en que adquirimos experiencia, desde el primer momento en que nos lanzamos en la forma atropellada en el terreno escabroso de la propaganda radical, hasta el punto en que hemos llegado, en el cual la experiencia, a base de triunfos efímeros, ya ha formado una nueva personalidad moral en cada uno de nosotros, y ya responsables de nuestros actos y respaldados por la acción de los elementos de la República, venimos a traer a vuestra consideración -Así lo pretendemos - ese plan de que os he hablado. Si por un momento me hacéis el honor de permitirme que distraiga vuestra atención, tened la seguridad de que puedo, aunque sea también esquemáticamente, deciros la ventaja que resulta a esta Legislatura de tener en su seno hombres representativos; que se acalle la pasión del señor Prieto Laurens y de otros elementos y que nos hagan justicia, que nos hagan justicia concediéndonos que somos hombres representativos.
Esta Legislatura tiene lo que a otras les ha faltado: tiene detrás de sí, a través de nuestras modestísimas personalidades -no es Morones, no es Gutiérrez, no es Salcedo -; nosotros no somos más que un cauce, malo si ustedes quieren, pero cauce al fin, dentro del cual viene a hacerse sentir y a provocar la meditación de todos, el movimiento obrero del país. En esta ocasión, cualesquiera de
las resoluciones que aquí se acaten tienen la sanción, por anticipado, del movimiento obrero, precisamente de aquellos a quienes se pretende ayudar por medio de las leyes que elaboremos aquí.
¿Por qué? Porque los que vamos a presentar el plan ya tantas veces anunciado, antes de traerlo a la consideración de ustedes, va a ser discutido en la convención próxima de nuestra organización que habrá de verificarse el 20 de septiembre, con asistencia de 315 delegados de toda la república. Antes de que conozca la Cámara este plan, allá va a discutirse y lo presentaremos después de haber conseguido de antemano la aceptación de los elementos representativos del país, en tal forma que, cuando aquí lleguemos, hemos de venir con la sanción anticipada de aquellos que pudieran protestar si se aprobara una ley o una disposición que en lugar de beneficiarlos, burlara una vez más sus aspiraciones. Posiblemente, es casi seguro, este plan será atacado; se necesitarán días o tardes o sesiones y sesiones; pero nosotros esforzándonos por cumplir con nuestro deber, procuraremos hacernos entender, procuraremos que se nos preste la cooperación de todos los ciudadanos diputados.
Posiblemente será modificado, en parte, pero obrando dentro del optimismo que debe caracterizar todos los actos de un hombre que se siente con responsabilidades, tenemos el optimismo y sentimos el optimismo de que la mayor parte de esta Asamblea estará con nosotros, si verdaderamente domina el criterio revolucionario. Ya en le terreno de la discusión se vera cómo sabemos salir del terreno de las pasiones, en que ahora se nos ha pretendido colocar y ya verá como somos lo suficientemente fuertes, lo suficientemente conscientes para colocar nuestros credos, para colocar nuestros principios por encima de todas las personalidades, y ya se verá cómo sin rencores y sin odio, solicitaremos el concurso de los hombres capacitados, solicitaremos el concurso de aquellos pensadores, de aquellos intelectuales que, aunque hayan sido combatidos por nosotros, si reconocemos que alguna de sus teorías, aunque sea una, es bastante para adaptarla dentro del plan revolucionario nuestro, en esa parte, en ese detalle iremos a tratar de ponernos de acuerdo con él, y los combatiremos en conjunto o en detalle cuando haya lugar; pero este programa nuestro necesita hombres que lo desarrollen y somos unos cuantos los que vamos a pretender desarrollarlo, no porque exista el deseo, sería hasta cierto punto imprudente asegurar que existe el deseo de parte de la mayoría de cerrar sus oídos a esas consideraciones y sus ojos a ese espectáculo, sería imprudente afirmarlo; no, sino porque en estos momentos, en estos precisos momentos que vivimos, cada uno de los pocos elementos que están de acuerdo con nosotros porque sienten esa necesidad, habrán, indiscutiblemente que habrán de manifestarse dentro del cumplimiento de sus deberes, tratando de ganar la mayor suma de voluntades para la aprobación de este proyecto, de todos y cada uno de los proyectos que se refieran a la solución, aunque sea en parte del problema social. No traemos escuetamente, únicamente la solución de una parte del programa, no venimos a solicitar medios de cooperación para la realización de tal o cual teoría; no, hemos creído que el nuevo plan de organización tiene que abarcar indiscutiblemente varios aspectos: el aspecto social, el aspecto administrativo. el aspecto político, el aspecto financiero, etcétera; de tal manera que, hecha esta exposición, ciudadanos diputados, ¿cómo puede suponerse que el que habla pretenda desechar, desposeerse del altísimo honor que habrá de caberle, si tiene la oportunidad de cumplir con su deber socialista? Si solicito este permiso temporal es exclusivamente para poder cumplir también con mis otros compromisos; ¿qué prueba queréis exigir de mi en materia de desinterés - me refiero a aquellos precisamente, precisamente a aquellos que me atacan -, para demostrar hasta la evidencia que soy desinteresado como el que más? No renuncio al derecho de perfeccionamiento y progreso, que como individuo miembro de una colectividad, tengo perfecta razón para conquistar. Cualquiera que sea este sacrificio, yo lo hago con tal de que se comprenda, siquiera sea por esta vez, que nos anima buena fe; no se trata de permanecer en fabriles para tener a disposición del que habla tales o cuales elementos para arrojarlos como jauría en contra de los enemigos; si en tal forma hubiéramos procedido, seguramente estaríamos descalificados ante nuestros propios elementos; no se ha procedido en esa forma.
Son seis o siete mil hombres los que trabajan en Fabriles, y si existiera la voz imperativa del que manda y ordena, si no existiera en mí la consideración elemental de que con destruir a un hombre no se destruye un atendencia, otra cosa hubiera sido; se hubiera provocado trastorno, un desquiciamiento, aunque fuera insignificante, pero desquiciamiento al fin. Cuando se ha puesto a nuestra consideración en el seno de los grupos doctrinarios a que pertenecemos, la teoría, la absurda teoría, de ajustar las tendencias avanzadas de esos grupos al procedimiento de quitar la vida a los hombres del partido contrario, nos hemos opuesto, y nos hemos opuesto terminantemente y seguiremos oponiéndonos, sencillamente porque con destruir a un hombre no se hace otra cosa sino hacer víctima y dar una bandera a la causa contraria; cuando se trata del elemento clerical, se ha dicho: hay que eliminar tal o cual cura; no, hay que matar el prejuicio Dios, no el prejuicio cura.
Yo apelo, pues, al criterio honrado de los hombres que me escuchan para que se vea que somos incapaces, de ejecutar actos que insidiosamente, dentro de la pasión política, dentro del ambiente envenenado, no han venido a arrojar. Cuando haya necesidad de ejercitar una acción, cuando verdaderamente los intereses de clase peligren, allá iremos todos, creánlo, allá iremos todos. Posiblemente nos seguirán unos cuantos de los miembros de esta Asamblea; pero iremos a compartir las responsabilidades; no somos de aquellos que vemos los toros desde la barrera; es muy fácil mover multitudes, es muy fácil soliviantar ánimos, es muy fácil lanzar a los grupos obreros dentro de un desorden y dentro de una ira más o menos justificada a ejecutar empresas que al fin y a la postre no traen como consecuencia más que debilitamiento y el desgaste de energías. Nosotros profesamos la teoría de que todos debemos procurar que se consiga con el menor desgaste de energías
morales y materiales; cuando se imponga un sacrificio de energías de una u otra categoría, bien aceptado el sacrificio, pero antes, no; antes cubrimos todos los frentes de nuestra lucha, los cubrimos como mejor podamos cubrirlos; hemos de apelar a la estrategia, y la estrategia elemental de toda lucha aconseja que debe procurarse por todos los medios mantener el conjunto y la fuerza del contingente que se maneja para estar mejor preparados para el futuro. No somos de los que juegan la última carta por un asunto fútil; la última carta, cuando llegue el momento, cuando el medio lo exija, habremos de jugarla sin vacilaciones, cuando creamos que sea nuestro deber desarrollar el máximo de empuje; pero por pequeñas pasiones políticas o por grandes que sean, por pequeños intereses encontrados, por hombres, no vale la pena sacrificar ni un miligramo de una gota de sangre de los trabajadores. Sería absurdo y criminal sencillamente. No, no combatiremos a los hombres, combatiremos a las tendencias hechas hombres efectivamente; pero con nuestros enemigos pasionales muchas veces seguimos esta política: dejarlos que ahoguen en su propia audacia; que parezcan a fuerza de falta consistencia en sus convicciones, que sean hombres circunstanciales, que se plieguen a todos los ambientes, que se adapten a todas las mismas circunstancias, y que caigan, idolos rotos. destrozados por su propia impotencia. Ese es nuestro credo, esa es nuestra teoría. ¿Cómo puede creerse que si dispusiéramos de hombres en gran cantidad y nos movieran las pasiones y nosotros fuéramos los amos, estarían algunos de los elementos que más nos han atacado, gozando, sin que de nuestra parte hubiera un atropello, de todo género de garantías? Créanlo; yo he visto con pena que se nos confunde con el rufián, con el rufián que trata de asaltar a un individuo por la espalda en una encrucijada; he visto con pena que muchos de los señores representantes, rectifico, han venido a lamentar que reciben anónimos y que su vida está en peligro y nos señalan, voltean la cara hacia donde estamos; pero no, el día en que la parte bestial del individuo dominara a la parte noble de él, o sea la razón y los principios, tendríamos el valor suficiente para hombre a hombre, cara a cara, volver a reproducir la escena de fiereza de la lucha de dos individuos que tratan de eliminarse, con el fin de eliminarse únicamente; lo digo con franqueza, cuando hay un lance personal, cuando se vea un compelido a aceptarlo, estamos dispuestos a aceptarlo; pero recurrir a la encrucijada, a procedimientos nefastos, es sencillamente no estar a la altura de nuestro deber, es sencillamente renunciar al enorme honor, al grandísimo honor de defender nuestra causa sin necesidad de apelar a tan ruines procedimientos.
Ciudadanos representantes: Os he dicho ya en forma atropellada cómo es imposible que el que os dirija la palabra pretenda salir de esta Asamblea única y exclusivamente porque desee ir tranquila y llanamente a cobrar la nómina en el presupuesto de Fabriles; no, porque habrá de demostraros el que os habla, también, que precisamente porque los suyos lo mandan, es por lo que tendrá que volver a l seno de esta Asamblea a hacer todo el trabajo que ha esbozado esta ocasión. Si puede más la pasión política de momento, si puede más el sectarismo que hace de los hombres verdaderos autómatas y que aleja de ellos todo sentimiento elevado, habré de observarlo y habremos de convencernos de ello tan pronto como el debate termine y se vote esta cuestión; pero yo todavía quiero creer, todavía abrigo una ligera esperanza de que habréis de conceder a la minoría Laborista, integrada por hombres honrados, integrada por hombres dignos, habréis de concederle la oportunidad que solicita con todo derecho, oportunidad que no ha sido negada hasta estos momentos a nadie, de cumplir con sus deberes en otra parte, para volver, cuando las circunstancias lo exijan, a cumplir con sus compromisos en el seno de esta Asamblea. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Espinosa Luis.
El C. Espinosa Luis: Ruego a la presidencia tenga la bondad de consultar a la Asamblea si está dispuesta a que continúe el debate, que puede durar mucho. (Voces: ¡ Sí ! ¡ Sí !)
El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Espinoza, que conforme al Reglamento su señoría puede hacer uso de la palabra; pero si renuncia al uso de ella, se le dará a otro ciudadano diputado.
El C. Espinosa Luis: Con su permiso, señor presidente. Deseo nada más que la Asamblea demuestre su voluntad en que este debate continúe, ya que conforme al Reglamento se han vencido las cuatro horas que señala para que haya sesión. - El C. secretario Esparza Martínez: Por disposición de la Presidencia se pregunta a la Asamblea si estima que debe continuarse el debate. Los que estén por la afirmativa, sírvanse ponerse de pie. Continúa el debate.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra del ciudadano Espinosa.
El C. Espinosa Luis: ciudadanos representantes: Al principio de las sesiones de Colegio Electoral, el ciudadano Morones, desposeído por completo de esta tranquilidad beatífica de que nos ha dado muestras en esta ocasión, sino bien por el contrario, poseído de una pasión enconadísima, ciego por la ira, declaró desde esta tribuna que para los peleceanos, por parte de ellos, los laboristas, ni se pediría ni se daría cuartel. Y bien, señor Morones, yo, modestísimo componente de las diezmadas filas peleceanas en esta Asamblea, recojo el guante y digo a su señoría que aquí me encontrará cuantas veces sea necesario para pugnar, no en principios ni en luchas en que se pugne por el mejoramiento de las clases trabajadoras; pero sí en luchas como la presente en que se trate de los intereses muy particulares de su señoría, y que en mi concepto, no son justos ni están puestos en razón.
El ciudadano Morones en aquella ocasión no midió el alcance de sus palabras, porque el ciudadano Morones estaba nervioso, estaba frenético, y de seguro recordaba aquellas épicas jornadas en que probó a los peleceanos que era de ley. ¿Qué tiene que ver, señores, el programa de un partido, como lo tiene el Partido Liberal Constitucionalista, con los procedimientos de sus líderes, con la
Actuación de sus hombres? Yo creo que absolutamente nada. He declarado, señores, que yo respeto y respetaré siempre a todas las agrupaciones de cualquiera índole que sean, a todos los partidos políticos y a todos los programas que ellos sustenten, ya que, dentro de la libertad de pensamiento, nosotros estamos obligados a respetar el modo de pensar de los hombres y de los grupos. Dentro de este concepto, el ciudadano Morones no tiene razón para jurar esta campaña enconada a un grupo que ha enarbolado como bandera, principios verdaderamente revolucionarios. ¿Que diría el ciudadano Morones y qué diría la Asamblea, si yo en esta ocasión declarara enfática y rotundamente, como el lo hiciera, que yo vendría a pugnar sin dar tregua ni cuartel con los laboristas, cuando se trata de defender los intereses de los trabajadores? Sencillamente, que era yo un malintencionado o un hombre de pasiones africanas; pero yo no procederé así jamás. Aquí me encontrarán los laboristas cuando vengan a defender principios, aquí me encontrarán los laboristas cuando vengan a luchar por el mejoramiento de las clases laboristas; aquí me encontrarán los agraristas cuando vengan también a laborar por el mejoramiento del campesino, y así, mi humilde concurso, mi humilde contingente estará al servicio de todos aquellos representantes de buena voluntad, que vengan a pugnar por ideas nobles, sin fijarme en el color político ni en la bandería a que ellos pertenezcan.
El caso que se estudia, ciudadanos representantes, es un caso que no tiene que ver absolutamente nada con el Partido Laborista, es un caso que incumbe o lesiona, si se quiere, intereses muy personales del señor don Luis Morones. El ciudadano Morones, que ha demostrado en realidad talento, que ha demostrado que tiene pasta de jefe, por su actuación en esta tribuna, ya que siempre de una manera franca y valerosa ha salido a la defensa de los suyos, viene en esta ocasión, en que no tiene la ley ni la justicia de su parte, a bordarnos un discurso de dos horas, completamente confuso y completamente vacío en su fondo. ¿ Por qué ? Sencillamente, señores porque es muy fácil venir a defender intereses personales, cuando no se viene al amparo de la ley, cuando a conciencia se sabe que se está violando la ley. El ciudadano Morones no ha convencido a nadie, después de hablar tanto como lo ha hecho. El sabe perfectamente bien que el procedimiento que empleó en estos momentos, la licencia que presentó para retirarse de esta Asamblea, es el procedimiento, es el medio que debió haber empleado desde el día 1o. de este mes, para cumplir absolutamente con el Reglamento y con la Constitución. El ciudadano Morones sabe que su pliego de aviso no es más, como diría Israel del Castillo, que una tanteada a esta Asamblea, no es más que una sana intención de ver si por ese medio podía quedarse tranquilamente en Fabriles, sin la necesidad de solicitar la licencia de vuestra soberanía, y esto, en buen romance, señores representantes, significa un burla al respeto que el ciudadano Morones debe a esta Representación Nacional. Si el ciudadano Morones el día 1o. o el día 2 de este mes hubiera venido, como muchos compañeros, como Valadez Ramírez, como Manjarrez, como otros tantos, a solicitar la licencia respectiva para seguir desempeñando su empleo en Fabriles, sin perder su categoría de representante, entonces, podéis creerlo, yo hubiera dado un voto aprobatorio; pero después de haber visto como ha procedido el ciudadano Morones, después de estar convencido de que no ha sido sincero en su procedimiento, yo no puedo, aunque quiera, aceptar que el ciudadano Morones continúe en Fabriles, porque el ciudadano Morones nos ha demostrado con estos procedimientos que no procede de buena fe. El dice que la confederación de trabajadores a la que pertenece, le impuso determinadas condiciones para nombrarlo representante; y bien, señores; yo entiendo que si esta confederación le puso determinadas condiciones, no pudo nunca habérselas impuesto en tal sentido, que estuvieran por encima de la voluntad de vuestra soberanía, y si vuestra soberanía no desea, si vuestra soberanía no tiene voluntad de que el compañero Morones continúe en Fabriles y sí de que desempeñe su puesto en esta Asamblea, esa confederación no tiene derecho ni siquiera a protestar, y el ciudadano Morones tampoco puede venir aquí con este argumento, porque es un argumento completamente deleznable; pero tenía que ser así, ciudadanos representantes: el ciudadano Morones no dijo absolutamente nada que pudiera convencer a la Asamblea para que se le conceda esta licencia que solicita, no; esto es natural, ¡ si no hay absolutamente nada que decir ! Yo sí creo, señores, que hay muchas razones valiosísimas, de verdadero peso, que vuestra soberanía debe tener muy en cuenta para negar la licencia que solicita el ciudadano Morones. En primer lugar, ese sentimiento revolucionario de que tanto alarde ha hecho el ciudadano Morones desde esta tribuna, sentimiento revolucionario que no lo niego ni discuto en el ciudadano Morones, a pesar de que hay muchísimos motivos para poner en duda ese sentimiento revolucionario.
La Asamblea sabe, todos los luchadores saben que en la República existen dos grandes ramas organizadas de trabajadores rojos y las que se han denominado con el nombre de trabajadores amarillos; pues bien, señores; a esta última categoría pertenecen los gremios de trabajadores comandados por Morones; estos trabajadores son los que pudieran llamarse gremios de Estado; el ciudadano Morones -y yo no lo censuro, porque no sé hasta dónde tenga derecho para ello - ha procurado siempre pegarse al presupuesto, para poder ayudar, de seguro, a los trabajadores a que el pertenece; éste es uno de tantos procedimientos de lucha que yo respeto; pero sí declaro que me es más simpático el procedimiento opuesto, el de los verdaderos luchadores, el de aquellos que no sólo no se unen jamás al Gobierno, sino que lo combaten siempre, porque ya se sabe que el enemigo más jurado de las clases trabajadoras es el Gobierno mismo ....(Una voz: ¡No siempre!) Siempre, compañero, y no en México, en Europa, dónde ya hay respeto por los trabajadores y donde ya existe verdadera conciencia de clase, allí los verdaderos líderes, los que en realidad hacen la dirección de las clases trabajadoras un verdadero apostolado, jamás se suman a ninguna nómina, sino, al contrario, van a desarrollar tristemente su vida dentro
de las paredes umbrías de los talleres, ganándose el pan miserable de él y los suyos con el sudor de la frente, y esos hombres de mérito indiscutible, de un pensar avanzado, de hombres conscientes y de alta mentalidad, a esos obreros intelectuales se les ve siempre firmes en su puesto, arrastrando su vida paupérrima, pero siempre al frente de sus principios, siempre al frente de los verdaderos y altísimos ideales de redención social.
El C. Morones: ¿ Me permite una interpelación orador ?
El C. Espinoza Luis: Con mucho gusto.
El C. Morones: ¿ Puede decirme dos nombres de líderes obreros que controlen con su personalidad el movimiento obrero de cualquiera de los países Europeos que estén en las condiciones que usted indica ?
El C. Espinoza Luis: Contesto al ciudadano Morones, que efectivamente, yo no sé si existen, porque desconozco a los líderes que dominen verdaderamente.... (Murmullos. Voces: ¡ Oh ! ¡ Oh !) Pero, señores, yo les ruego a ustedes que cuando se trate de algo serio.... (Murmullos.) ¡ Bueno ! Permítanme.... Yo no quiero ofender a la Asamblea. He dicho más de una vez que mi satisfacción más grande será terminar esta Legislatura y después de dos años de convivir con todos ustedes llevarme la íntima satisfacción de poder llamarme amigo de todos. Ruego, pues, que como un homenaje a la fraternidad y al respeto que debe existir entre todos nosotros, se nos deje exponer nuestras ideas y se tenga par a nosotros el respeto a que tenemos derecho. Yo no puedo mentir en este caso; yo sé todo lo contrario: que los hombres que dominan grandes grupos de trabajadores son aquellos que tienen complicidades con el capital como Gompers en Estados Unidos; yo se que los trabajadores, principalmente los españoles, señor Morones, que es la única prensa socialista que yo leo, porque no sé traducir ruso ni algunos otros idiomas extranjeros, sí son del tipo que he señalado: hombres que los mismo trabajan en un taller de cigarros que frente a un telar o en una imprenta. Viven así, miserablemente, y valen porque son líderes, y son líderes porque son hombres que sienten y piensan, y son hombres que viven en la miseria. Claro está que esos hombres no tienen mesnadas a su disposición para emcumbrarse, para tomarlas como escalera y encumbrarse y ser pro hombres, no; son verdaderos apóstoles, hombres que merecen el respeto de todos aquellos que en realidad se preocupen por buscar el mejoramiento de las clases humildes. Ya ve, pues, la Asamblea cómo tenía que explicar a fuerza la pregunta del ciudadano Morones.
El C. Salcedo, interrumpiendo: ¿ Me permite usted una interpelación, compañero ? Querría que me dijera nada más dos palabras.
El C. Espinoza Luis: Yo se la voy a conceder con mucho gusto, para que no digan que la rehuyo; pero sí les ruego que no me estén interrumpiendo a cada momento, porque no puedo exponer mis ideas como las he pensado.
El C. Salcedo: La retiro para cuando usted termine.
El C. Espinoza Luis: Desde luego yo se la concedo; no se la niego.
El C. Salcedo: Quiero nada más preguntarle esto, con permiso de la Presidencia: ¿ Cree el orador que el Gobierno de España y el Gobierno de Estados Unidos puedan ser comparados al Gobierno de México...
El C. Espinoza Luis: ¿ En que sentido ?
- El C. Salcedo:... para que se desarrolle la lucha dentro de ese mismo plano en que usted nos ha colocado ? (Murmullos.)
El C. Espinoza Luis, continuando: Voy a contestarle, compañero: Yo sé esto: que Estados Unidos, señores compañeros, dentro de las dos tendencias políticas dominantes, es decir, la del Partido Republicano, que representa el capital, y la del Partido Demócrata, que representa a las clases obreras, hay una pugna vieja y que se va turnando periódicamente en el poder de tal manera, que cuando los laboristas llevan a un representante suyo a la primera magistratura de la República, los laboristas tienen facilidad de acción, es decir, pueden desarrollar con relativa facilidad sus trabajos en favor de la causa que representan. Se que en estos momentos, como todo el mundo lo sabe, la lucha en los Estados Unidos, cuyo Gobierno es representativo del capital, está pasando por una crisis, ya que llevan diez u once semanas de una huelga formidable de los elementos ferrocarrileros y que aunque el Gobierno es representativo del capital, las clases laborantes han alcanzado tal preponderancia, que no obstante representar el Gobierno al capital, se puede decir que la lucha entre el capital y el trabajo está de poder a poder. Por lo que hace a España, señor compañero, puedo decirle esto: que no obstante de ser aquel Gobierno de una testa coronada, el representante de aquel Gobierno es una testa coronada, el trabajador tiene libertad ilimitada para exponer sus ideas a grado de que los que solemos leer la prensa española sabemos que es moneda corriente que se denomine a un individuo, socialista o anarquista, sin que llame la atención, cosa que no se hace en México... (Voces: ¡ Sí se hace !) Sí, señor, sí se hace, pero no en igualdad de circunstancias; aquí muchos señores ni siquiera saben lo que significan las distintas escuelas socialistas...
El C. Salcedo, interrumpiendo: ¡ Díganoslo usted !
El C. Espinoza Luis, continuando: Y si no se sabe esto, si se confunde el anarquismo con los hombres que hacen uso de las bombas para matar, para destruir a los que mandan, si hay tantas aberraciones y prejuicios formados por lo que hace a las doctrinas socialistas, ¿ cómo vamos a querer comparar el medio de México -me refiero a la lucha obrera - con el de España, donde hay hombres más avanzados en cuanto a los principios eminentemente socialistas y no solamente socialistas, sino algo más avanzados, como es el principio anarquista ? Desde luego, señores, no hay comparación entre el medio de lucha que existe en España y en Estados Unidos, con el que existe en México. Ahora, si quiere el compañero Salcedo que le dé todavía una declaración más sincera y honda, puedo decirle: yo no creo en la democracia de los gobiernos de México, sí creo en que el presidente Obregón sea un hombre demasiado honrado para cumplir con sus compromisos
revolucionarios y para dar una libertad relativa al pueblo, pero yo sé que todo hombre, que todo caudillo salido de las clases más bajas, yo sé que en México un hombre que ha luchado por los principios revolucionarios, como lo han hecho muchos, no hacen más que llegar al Poder para transformarse de libertadores a opresores. Creó haber redondeado por completo, señor compañero, la respuesta a la pregunta que su señoría me hizo.
El C. Salcedo: Estoy satisfecho por ella.
El C. Espinoza Luis: No desconozco, ciudadanos representantes, que efectivamente en México ya empieza a existir, a tomar consistencia el sentimiento colectivo de clase; precisamente el gremio, la rama de trabajadores rojos sabe que no puede ni debe coexistir con el Gobierno para buscar su progreso, para buscar su mejoramiento, y de allí que esa lucha, de allí que esos luchadores que sí merecen el respeto de todos los revolucionarios, nunca quieran aceptar empleos de representación, empleos en que puedan ganarse mucho dinero, empleos en que pueda manejarse muchos hombres, porque comprenden que en esta forma ellos se distanciarían de los elementos, de las clases humildes, de las clases pobres. Y esta observación es justa, es exacta. Muchos ciudadanos que se llaman líderes obreros que no han hecho nada, que yo sepa, hasta estos momentos, que sea práctico y efectivo por estos hombres que en realidad pugnan por levantarse y que se revuelcan en el estercolero de las discolerías y de las diferencias sociales como verdaderos gusanos. Yo nunca he oído que el ciudadano Morones ni ningún otro líder, llámese líder laborista, o ya sea que haya salido de las clases humildes, haya traído sabias iniciativas que sirvan para redimir al pobre, al humilde, al trabajador; sí sé de verdaderos atentados cometidos aquí dentro de esta Representación Nacional, que han sido en realidad ridículos para amedrentar a aquellos que no han hecho más que cumplir con su deber; pero en cambio los que no hacemos alarde de principios socialistas, los que respetamos a los que sufren, a los que trabajan, hemos recorrido no sólo el lugar donde hay asfalto, no sólo el lugar donde hay dinero, no sólo el lugar donde hay luz y donde hay sol; no, hemos convivido con los miserables, hemos estado recorriendo continuamente todas las barriadas de esta metrópoli inmunda y nos hemos conmovido ante la miseria ante el estado bestialmente repugnante en que vive, en que se revuelca esta clase miserable, que espera un hombre que en realidad le traiga su verdadera reivindicación, su positivo mejoramiento; un hombre que la cambie de situación, que la levante y le diga que ya no debe ser paria, y que no solo se lo diga, sino que le dé el ejemplo, y es natural señores, que tiene que hacerse más simpático un líder que convive con esas clases de la miseria, que el que convive viviendo en palacios y comiendo opíparamente; yo aquí lo confieso, dentro de estos dos líderes que dan guerra a esta Cámara, entre Morones y Soto y Gama, yo lo declaro, ambos son acreedores a mi más alto respeto; pero para mi es más simpático Soto y Gama, porque es modesto y humilde y, sobre todo, porque Soto y Gama hasta este momento ha estado desligado de las esferas oficiales y ha sido un verdadero agitador; en cambio, notaréis que el señor Morones siempre ha pensado en vivir bien, y yo no se lo censuro, si tal vez yo padezca del mismo mal que Morones. (Risas.) Desde luego, si el ciudadano Morones es uno de los más representativos de las clases trabajadoras -yo así lo creo sinceramente -, de las clases trabajadoras manuales, naturalmente debe estar aquí en esta Asamblea el ciudadano Morones; no debe desperdiciar un solo instante para trabajar por las clases laborantes, a las que él pertenece. El ciudadano Morones debe saber que no hay más de dos períodos de sesiones ordinarias, compuesto cada uno de cuatro meses, tiempo verdaderamente apremiante y que debe considerarse como oro, y aprovecharse y no hacer lo que quiere hacer el señor Morones, irse a Fabriles durante dos meses y dejar de prestar su valioso concurso en esta Asamblea. No, nosotros no debemos consentir en que Morones se vaya, debemos tener un empeño especial muy grande en que Morones esté en esta Asamblea día a día, en que el ciudadano Morones demuestre aquí sus conocimientos y sus esfuerzos por el mejoramiento de los suyos.
Yo quiero que el señor Morones esté aquí para que el final de esta legislatura los hombres honrados podamos tener un criterio definitivo sobre su personalidad, sobre su personalidad de lider y convenir entonces si efectivamente es un lider auténtico, si es un ídolo de las clases trabajadoras o un monolito falso, como los que se hacen en San Juan Teotihuacán. Señores, está en la conciencia de toda la Asamblea que el ciudadano Morones no cumple con su deber de representante al solicitar la licencia que es del conocimiento de vuestra soberanía; que está en la conciencia de todos vosotros que el ciudadano Morones quiere ir a Fabriles, porque allí no solamente tiene más dinero, sino poder y mando. Yo quiero, señores, que se dé una oportunidad al Departamento de Fabriles para que veamos si Fabriles vale sin el señor Morones o si el señor Morones vale sin Fabriles; yo quiero señores que veamos nosotros si el señor Morones ya no siendo el jefe supremo de Fabriles, tendrá detrás a esos obreros incondicionales y de empuje como los tiene ahora. Yo creo que no. un señor compañero que vino a la tribuna, piensa que Morones dentro de Fabriles y fuera de Fabriles tendra la misma influencia de parte de los trabajadores.
El C. Puig Casauranc José Manuel, interrumpiendo: Y lo sigo creyendo.
El C. Espinosa Luis, continuando: Yo pienso lo contrario. Eso en mi concepto es desconocer el medio. Yo sé que el día en que Morones salga de Fabriles, muchos, si no todos de los que él ha protegido, le volverán las espaldas y estarán con el nuevo amo; es lo que yo pienso sinceramente. Yo puedo estar engañado, yo nunca he presumido de infalible, y precisamente por eso quiero que el ciudadano Morones siga en esta Asamblea para ver si efectivamente sus méritos son tan efectivos como él los pregona; si efectivamente no hay otro hombre que pueda substituir a Morones, es seguro que Fabriles irá al más completo fracaso; si es seguro que el señor Morones es un lider bienintencionado y es un lider dispuesto al trabajo por los suyos, saldrá de esta XXX Legislatura una labor
fecunda hecha por él en beneficio también de los suyos. Por todas estas razones, ciudadanos representantes, yo pido que se niegue al ciudadano Morones la licencia que ahora solicita. (Aplausos. Voces: ¡ A votar !)
El C. presidente: Tiene la palabra en pro del ciudadano Mena Alcocer José de la Luz.
El C. Mena Alcocer: Ciudadanos diputados: Yo tengo la plena convicción de que esta Honorable Asamblea Sabrá cumplir con su criterio, dándole al compañero Morones la licencia que solicita. Consecuente va a ser con su criterio, porque antes otros diputados, los que están al frente de los gobiernos de Puebla y de Jalisco, pidieron licencia y se les concedió, porque iban a laborar en bien del pueblo. La solicitud que hizo el compañero Morones tiene la misma finalidad; aquí ha manifestado deseos de retirarse por dos meses de esta Honorable Asamblea, con el objeto de terminar todos los trabajos que ha comenzado en el Departamento de Fabriles. Algunas personas o algunos compañeros preguntaron si podría aducir algunas pruebas y si habían algunas personas que pudieran testimoniar lo que había dicho, y aún él invitó a algunos de los presentes aquí con el objeto de que pudiesen explicar lo que hubiese visto al visitar los establecimientos Fabriles.
Yo he tenido ocasión de visitar esos departamentos, especialmente el de fábrica de vestuario y equipo, y he visto la magnífica organización que actualmente tienen esos establecimientos; Allí se han venido cumpliendo con todos los postulados del socialismo que ha venido predicando el señor Morones; allí los trabajadores concurren con toda libertad, tienen facilidad para poder trabajar en la fábrica, y aún las mujeres, hasta las obreras que tienen a sus hijos menores de edad, pueden perfectamente gozar allí de los beneficios de cuna y kindergarten. Si pudieramos hacer lo que en Yucatán hacemos cuando encontramos una organización de esta naturaleza, reunir a todos los trabajadores de ese lugar para que fuesen a obtener de una manera experimental todas esas ventajas que se van obteniendo por medio de las luchas sociales, podríamos traer a los trabajadores de Yucatán con objeto de que vieran estas organizaciones y aun a todos los trabajadores de la República, para que de esa manera pudiesen exigir a los patrones, lo que este compañero viene cumpliendo como una promesa de los ideales revolucionarios que ha venido sustentando. Se ha dicho que no puede de ninguna manera uno de los ciudadanos diputados desempeñar un puesto del Gobierno, ya sea Federal o de algún otro Estado; lástima que la Constitución hubiese sido tan estrecha; debía haber sido amplia, debía haberse prohibido a los diputados también que sirvieran a los capitalistas y a los periódicos asalariados del capitalismo; entonces si la Constitución podía haber sido más amplia en este sentido, y de esta manera muchos de los que vienen con el objeto de laborar por el bien del pueblo, no vinieran a laborar por el bien del capital. Morones es un uno de los hombres que han venido laborando por el bien del pueblo; no ha presentado una iniciativa en la Cámara, como decía el compañero, pero en cambio ha llevado a la práctica todo cuanto han venido diciendo los hombres, esos líderes de que han hablado aquí que han rehusado ponerse al frente de los obreros para poder cumplir; esto demostrará claramente que ellos son meramente teóricos y temen a las consecuencias de las teorías que han venido sustentando, lo que no pasa con Morones, porque el deja esto temporalmente para ir a continuar estando al frente de las Fábricas Nacionales por petición de los mismos obreros, lo que demuestra claramente que el señor Morones goza de las simpatías de los obreros. ¿Que el compañero Morones no tendrá valor fuera de los Establecimientos Fabriles por ser el jefe de los talleres? Tenemos el caso en Yucatán. El compañero Morones no tiene que ver absolutamente con ninguno de los trabajadores de Yucatán, no tiene allá ninguna dependencia de Fabriles y, sin embargo, en su vuelta de los Estados Unidos, al bajar allí un momento, los obreros de Progreso lo rodearon y lo invitaron a que fuera a darles una conferencia y a que fuera a explicarles la organización obrera de todo el interior de la República. El señor Morones no tiene por esas regiones nada absolutamente más que sus simpatías, porque ha defendido a los obreros en toda la República, y realmente es un líder obrero. El compañero Morones es digno de que se le conceda esta licencia, no porque la traiga por una voluntad propia, sino que la trae por la voluntad de sus compañeros los obreros, quienes han demostrado de esta manera que le tienen plena confianza, y si él no permanece en la Cámara, pasando a los establecimientos Fabriles, es no solo porque se lo prohibe la Constitución, sino también porque el tiene el deseo de cumplir de una manera estricta todos los compromisos que ha contraído con los obreros en Fabriles, y luego venir aquí a poner en práctica las iniciativas de que ha hablado el compañero y poder de una manera franca decir a todos: esto que vengo a traer aquí no solamente es una idea teórica, sino que es una idea completamente experimentada. Se decía que él no podía de ninguna manera ser dependiente del gobierno porque le coartaría su libertad de acción, y aun aquí uno de los principales líderes del Cooperatista, el señor Prieto Luarens, declaró que el gobierno del general Obregón es un Gobierno eminentemente revolucionario; también lo ha declarado el compañero Parra, y yo reconozco que tienen completa verdad.
De manera que el compañero Morones, al traer la voz del Gobierno éste, trae la voz de la revolución de siempre y de ninguna manera se contradice con los postulados que se han venido sosteniendo. ¿Por que no hacer lo mismo con los que traen realmente los ideales revolucionarios? Deben emplearse principios enérgicos para aquellos que traen la voz del capital, para aquellos que, sirviendo a los intereses creados, viene aquí únicamente a expresar esos intereses para poder continuar pesando sobre las clases trabajadoras. Dos hombres hay en esta cámara a los cuáles admira todo el proletariado de Yucatán: Soto y Gama, cuyo nombre sirve de orgullo a una de las ligas de resistencia, como también el nombre de Morones; allí estos hombres, los trabajadores de Yucatán, cuya declaración ha hecho aquí el señor Prieto Laurens, diciendo que constituyen una organización netamente revolucionaria, diciendo que allí si existe organización, estas agrupaciones han tomado los nombres de estos grandes compañeros para
servir de símbolo, para servir de ejemplo a todos y decir que estos hombres cumplen estrictamente los postulados de la revolución, pues no son unos advenedizos que se ponen al frente de multitudes para decir: hagan lo que yo les digo y no lo que hago. Pero ellos están cumpliendo, porque a pesar de las comodidades que dicen algunos tienen, lejos de olvidarse de los compañeros están laborando por ellos, los están sacando del nivel en que se encuentran para poderlos llevar al nivel que les corresponde como hombres trabajadores. Los hombres teóricos, los farsantes son los que viven de los trabajadores hablándoles nada más y se niegan a estar al frente de ellos en las fábricas y en los talleres, porque son verdaderos explotadores del pueblo; pero el compañero Morones, que ha organizado bien los Establecimientos Fabriles, porque me consta, como consta a todos los compañeros de Yucatán que han visitado esos talleres, han visto con satisfacción que en fabriles está haciéndose lo que debe de hacerse en bien de los trabajadores. Asistí a una convivialidad de todos los elementos organizados del Distrito Federal y allí pude oír las expresiones de todos los representantes de los sindicatos y tuvieron frases cariñosas y frases de valer para el compañero Morones, y por eso es que en nombre de esos trabajadores vengo yo a pedir a vosotros, compañeros, que apoyé la solicitud del compañero Morones, porque de esta manera la mayoría de la cámara será consecuente con su criterio de darle a todos los hombres que trabajan por el pueblo, como se les ha dado a los gobernantes de Puebla y de Jalisco el derecho que tienen de continuar al frente, por medio de una licencia, de los gobiernos que están regenteando y poder terminar lo que han comenzado, como también el compañero Morones ha comenzado una labor magnífica en Fabriles y debe ver los resultados, porque, de lo contrario, los obreros le dirán: has preferido ir a la Cámara y no has terminado esta obra que queremos ver terminada por completo.
Es un error creer que el socialismo debe tener como base la miseria; eso es un ardid de que se valen los elementos o los enviados del capital para demostrar que deben ser los trabajadores siempre pobres y los capitalistas deben estar siempre adinerados para continuar explotando a los trabajadores. Esos son ardides de que se valen los enemigos del pueblo, hay que demostrar por completo esto; hay que hacer que la riqueza se socialice; es necesario que la riqueza se distribuya y de esta manera acabarán los zánganos que buscan los medios para seguir pesando sobre el pueblo.
Pido, pues, compañeros de la Cámara, que, dando una prueba más de adhesión y de recto criterio y ajustándose a los intereses de equidad, votéis en pro de la solicitud del señor Morones y de esta manera demostraréis estar siempre con el pueblo. (Voces: ¡ A votar !)
El C. Prieto Laurens: Pido la palabra. Yo seré consecuente con el deseo de la Asamblea, de pasar a votar inmediatamente; seré muy breve, compañeros. Me veo obligado a venir de nuevo a esta tribuna porque en el primer momento fue preciso aclarar que se estaba violando la Constitución de la República; que la comunicación enviada por el ciudadano Morones venía a poner de manifiesto que él estaba violando la Constitución de la República, y que nosotros no debíamos permitir esa violación. El señor licenciado Parra y todos los demás compañeros que hablaron en ese sentido, demostraron claramente que era indispensable que el ciudadano Morones presentara la solicitud de esta licencia; la ha presentado, señores representantes, y aquí se ha venido ha demostrar ya que el ciudadano Morones debe estar ocupando su curul y no el cargo de Jefe del Departamento de Establecimientos Fabriles Militares, porque su deber es estar aquí, no allá. Yo creo que el sentir de la mayoría de éste y por eso he venido a aclarar que en el primer momento mi actitud no fue la de que estuviéramos nosotros en contra del ciudadano Morones para que el ciudadano Morones abandonara la curul; no señores; no ha sido nuestra mente, no ha sido jamás nuestra intención que el ciudadano Morones abandone esas trincheras, aunque sean trincheras de la minoría, desde dónde va a hacer esa labor tan loable, tan inteligente, tan grandiosa como lo ha logrado poner de manifiesto aquí en esta tribuna de una manera esbozada. Efectivamente, el ciudadano Morones, con su habilidad, con su talento, con su oratoria, ha podido deslumbrar a algunos ingenuos y les ha podido hacer creer que él es un gran líder y que él viene aquí simple y modestamente como representante de un movimiento obrero, X o Z, y que viene aquí a desarrollar una labor sana, una labor justa, una labor, en defensa de los proletarios. Pues bien. señores, démosle esa oportunidad. ¿Por qué ese empeño de irse dos meses? y conste, señores representantes, que no son solamente los dos meses, a él se le escapo decir en medio de sus habilidad y de su inteligencia, y de su locuacidad que arrancó aplausos de algunos compañeros sinceros e ingenuos, en medio de su habilidad se le escapó decir que sus compañeros, los que lo mandan hacer tal o cual cosa, le han dicho: debes estar allí hasta que sea necesario; es decir, no dos meses, ellos consideran necesario que continúe indefinidamente al frente de los Establecimientos Fabriles y Militares, esta es la cuestión principal que afecta en estos momentos a la minoría y a la mayoría, a la mayoría le importa, como dijo el compañero Manlio Fabio Altamirano, que no nos dejen la responsabilidad de esta Legislatura, que no haya ni siquiera durante dos meses de la labor que debemos desarrollar aquí, que si, como dijo el señor Torregrosa, es vergonzoso que cobremos las dietas y no hagamos nada, el señor Morones nos dé el ejemplo, ya que ha podido impresionar a muchos compañeros, haciéndoles creer que él es capaz de hacer una labor legislativa en pro de los trabajadores. La personalidad del señor Morones es muy conocida, no necesitamos insistir en sus maniobras y en sus intrigas, y sólo como un dato curioso que pueda ilustrar sobre su personalidad interpelo al compañero Aranzábal, que representa a los obreros de Pachuca, donde hay un gran número de trabajadores de verdad, lo interpelo para que diga que antecedentes conoce del ciudadano Morones como obrero.
El C. Aranzábal: Pido la palabra. Señores: Principiaré por decirles que soy obrero, no soy un líder; mi labor ha sido desarrollada en una forma enteramente distinta a la del señor Morones; yo he empezado a trabajar en los talleres desde la edad de quince años, ganando un miserable salario de diez centavos diarios. Así me he formado, y en la actualidad poseo en Pachuca una fundición y talleres mecánicos de mi propiedad; vuelvo a repetirles que no soy un líder. Hoy, como obrero que he llegado hasta este lugar traído por la voluntad de la verdadera clase obrera, lo cual puedo demostrar con hechos, señores; yo nos soy un farsante y no quiero sorprender a esta Asamblea, donde tanto se habla de obreros, pero nada hasta la fecha práctico que venga a redundar en beneficio de esa pobre clase obrera. Mis hechos de trabajador existen en esta ciudad, señores; ahí están las obras de candelabros del Bosque de Chapultepec, hechos por un servidor. Ahí tienen ustedes los del Zócalo de la ciudad de México y las calles de capuchinas, y así encontraran ustedes obras regadas por toda la República y aún fuera de la República, como en la ciudad de Guatemala.
Me ha dado tristeza al ver como han usurpado esa tribuna individuos que vienen aquí haciendo alarde de obreros, y todo tienen, menos obreros. Hace cinco años el señor Luis Morones era secretario de la Presidencia Municipal de Pachuca, y sobre esto lo interpelo para que honradamente me conteste si es o no verdad.
El C. Moroes: Es verdad que en 1917 ocupaba el puesto de secretario de la Presidencia del Ayuntamiento obrero, ganando cinco pesos diarios. Ayuntamiento más pésimo y de triste memoria que ha tenido el pobre de mi Estado. (Risas.) Hoy, me ha sorprendido, señores, cómo un individuo que hace cinco o seis años no era un obrero, el que yo no lo conocí como tal, hoy se haga pasar como un elemento enteramente indispensable en el Departamento de Fabriles. Me pongo en el caso, señores: si el señor Morones por alguna desgracia muriera, ¡qué sería entonces del pobre Departamento de Fabriles? He contestado la interpelación del compañero.
El C. Prieto Laurens: con esto basta, señores representantes; solamente he querido aclarar, por último: nosotros, cuando hemos venido a atacar al ciudadano Morones, no lo hemos hecho por apasionamiento político personal, señor Torregrosa y señores de la minoría; nosotros hemos necesitado desnudar al señor de la personalidad de líder, y hemos necesitado presentarlo tal cual es, porque es importantísimo que en el principio de las labores legislativas sepamos a qué atenernos sobre los valores morales, reales, de los líderes de estas minorías porque han venido sistemáticamente aquí a echarle el sambenito de reaccionarios y de conservadores de moderados a los elementos que integran nuestra mayoría, y podemos ir comprobando momento a momento, que nuestras mayorías están integradas por elementos que quizá son más sinceros y más radicales que los que encabezan esas minorías; yo no digo que en las minorías no haya sinceros y radicales; pero los líderes principales son mistificadores y se hacen aparecer ante los ojos de la representación como seres útiles e indispensables en determinados lugares o puestos, tienen suficiente habilidad y suficiente experiencia, la que les ha dado estar al servicio de todos los gobiernos durante años y años, para continuar engañando, y es necesario poner un hasta aquí a esos líderes. No es nada más la pasión de grupo, no es el interés personalista, no nos interesa que Morones tenga mil o dos mil pesos más o menos; lo que nos interesa es que él, participando con nosotros de la obra de esta Legislatura vengan a ser testigo de que nuestras mayorías, lo mismo la diputación de Aguascalientes, de Guanajuato, de Chiapas, de Zacatecas, absolutamente en cualquiera tenemos elementos radicales y sinceros que no presumen de líderes y, por lo mismo, yo pido a ustedes den un voto negativo a la licencia del ciudadano Morones. (Voces: ¡ A votar ! ¡ A votar !)
El C. presidente: Tiene la palabra en pro del ciudadano Salcedo.
El C. Salcedo: señores diputados: Después de haber hablado el pontífice, es por de más lo que vengamos a decir aquí, es por demás por que se perfectamente en qué forma podrá votarse este asunto. Pero sí quiero una aclaración a la mayoría, a fin de que norme su criterio en estos asuntos. Morones, un pícaro; Morones, un cínico; Morones, un inmoral; Morones con todos los defectos que ustedes hayan concebido y que han salido de la boca del ciudadano Prieto Laurens, un hombre tan amoral, un amoral completamente entre la Legislatura honradísima a que pertenecemos, ¿es justo, es horado para ustedes? Después de esta aclaración brevísima, pueden ustedes votar como gusten.
El C. secretario Barón Obregón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, consulta a la Asamblea si el asunto está suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta a la Asamblea si se concede la licencia en favor del ciudadano Morones. Desechada.
El C. presidente, a las 21.10: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis, a sesión de Cámara de Diputados.