Legislatura XXX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19221031 - Número de Diario 43
(L30A1P1oN043F19221031.xml)Núm. Diario:43ENCABEZADO
MÉXICO, MARTES 31 DE OCTUBRE DE 1922
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921
AÑO I.- PERÍODO ORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 43
SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 31 DE OCTUBRE DE 1922
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.
2.- Se da cuenta con los documentos en cartera, concediéndose licencia al C. diputado Porfirio del Castillo.
3.- Elección de Mesa Directiva que funcionará durante el Próximo mes; escrutinio; resultado; declaratoria.
4.- Es aprobada una proposición de los CC. diputados Barón Obregón y Azueta, para que se invite al ciudadano secretario de industria, Comercio y Trabajo, concurra a esta Cámara para informar acerca de todo lo relativo a la hacienda de Juan Felipe.
5.- Sin discusión, se aprueba un proyecto de ley del C. diputado Barragán, referente a que se suministre $25,000.00 al Ayuntamiento de Isla de Mujeres para auxiliar a los damnificados; pasa al Ejecutivo para los efectos legales.
6.- Para hechos, usa de la palabra el C. diputado Arce. A debate la proposición del C. diputado Castillo Tapia, por la que pide se dé un voto de confianza al Ejecutivo Federal, se levanta la sesión por falta de "quórum".
DEBATE
Presidencia del C. ARCE GUSTAVO
(Asistencia de 147 ciudadanos diputados.)
El C. presidente, a las 17.13: Se abre la sesión.
- El C. secretario Gandarilla, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día treinta de octubre de mil novecientos veintidós.
"Presidencia del C. Gustavo Arce.
"En la ciudad de México, a las diez y seis horas y cincuenta y tres minutos del lunes treinta de octubre de mil novecientos veintidós, se abrió la sesión, con asistencia de ciento treinta y seis diputados.
"Se aprobó el acta de la última sesión, celebrada el veintisiete de este mes, y se dio cuenta con los documentos en cartera:
"Oficio de la Secretaría de Agricultura y Fomento, acompañado de siete anexos, en que se da cuenta de la falta de cumplimiento de las leyes agrarias en el Estado de Tamaulipas, en donde no se ha dictado una sola resolución en asuntos agrarios.- Recibo, y a las comisiones unidas 1a. y 2a. Agrarias.
"Solicitud de licencia del C. diputado Céspedes, por treinta días, con goce de dietas.
"Se dispensaron los trámites, y sin debate se aprobó.
"Dos oficios en que la Legislatura de Colima comunica que hace suya, en todas Sus partes, la reforma del artículo 83 de la Constitución general, iniciada por el Congreso de Tabasco, y que secunda la iniciativa del de Sinaloa, referente a la reforma del artículo 27 también de la Constitución, en la parte relativa a las aguas de jurisdicción federal.- Recibo y a su expediente.
"Escrito del C. Miguel A. Peralta, en que solicita permiso para aceptar y usar una condecoración del Gobierno de la República del Perú.- Recibo y a la 2a. Comisión de peticiones. "Oficio, en que formulaba igual solicitud el C. José Benitez, jefe del Protocolo de la Secretaría de Relaciones Exteriores.- Recibo, y a la 1a. Comisión de Peticiones.
"Oficio en que el Ayuntamiento de la villa de Xico, Estado de Veracruz, comunica que aprueba en todas sus partes el proyecto de reformas a los artículos 40, 41 y 115 de la Constitución Política, presentado por la Comisión Permanente de la Unión de Ayuntamientos.- Recibo y a su expediente.
"Telegrama de Tampico, Tamaulipas, en que el Partido Demócrata Laborista manifiesta que protesta enérgicamente por la farsa electoral que se pretende llevar a cabo en las elecciones municipales, y que esa agrupación no tomará parte en dichas elecciones, hasta que se reforme la ley respectiva.- Recibo.
"Mensaje de Ciudad Victoria, Tamaulipas, en que el presidente municipal de ese lugar expresa que se adhiere a la protesta de la mayoría de los representantes por ese Estado al Congreso General, elevada ante la Suprema Corte y relacionada con las elecciones para diputados locales en ese Estado.- Recibo.
"Iniciativa del senador A. M. Ugarte, referente a crear un impuesto especial para las cajetillas de cigarros, a fin de destinarlo a la instrucción pública.- Segunda lectura. En votación económica se aceptó a discusión y se turnó a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"Dictamen de la 1a. Comisión de Comunicaciones, acerca del proyecto de Ley sobre Caminos Carreteros.- Primera lectura, imprímase e insértese en el DIARIO DE LOS DEBATES
"Telegrama en que la Legislatura de Campeche informa que los ciudadanos diputados al Congreso de la Unión Jenaro V. Vásquez y Carlos Puig y Casauranc, comisionados por esta Cámara para abrir una averiguación sobre los atentados cometidos últimamente en Tabasco, a la población de Palizada y trataron de obligar al presidente municipal a ejecutar algunos actos relacionados con las elecciones municipales, a lo que esa autoridad se negó, habiéndole sido arrebatado el sello de la Presidencia Municipal, el que pudo recuperar después de ruda lucha.- Recibo.
"Proposición relacionada con el telegrama anterior, firmada por el ciudadano Mena Córdova, por la mayoría de la diputación de Yucatán y hecha suya por otros diputados, tendiente a que se haga en extrañamiento por su conducta a los citados representantes Vásquez, y Puig y Casauranc, y que se les recuerde que deben ajustarse estrictamente a la comisión que les fue conferida.
"Puesta a discusión, los CC. Mena Córdova y Aurelio M. Peña hablaron en pro y en contra, respectivamente. El C. Luis Espinosa se opuso al trámite que recayó al telegrama de la Legislatura de Campeche, y pidió que los hechos se consignaran al Gran Jurado y así se dijera al contestar dicho telegrama; interrumpieron al C. Espinosa, para aclaraciones, los CC. Prieto Laurens, y Gandarilla. El C. Aurelio M. Peña rectificó un cargo que el repetido C. Espinosa hizo a la Comisión Permanente del Congreso de Ayuntamientos. El C. Certucha impugnó la proposición. El C. Luis Espinosa hizo aclaraciones. El C. Miguel Cantón se refirió a la situación política del Estado de Campeche, y habló en pro del asunto a debate; el orador interpeló a los CC. Manlio Fabio Altamirano y Mena Córdova y contestó preguntas de los CC. Certucha y Gandarilla.
"La Secretaría, previas las consultas respectivas a la Cámara, declaró la proposición suficientemente discutida y desechada; pero en ese momento solicitó votación nominal el C. Miguel Cantón, y ello ocasionó un incidente en el que hicieron aclaraciones el C. secretario Gandarilla, la Presidencia y el C. Cantón, y mociones de orden los CC. Vanconcelos, José F. Gutiérrez y Rodrigo Gómez. El C. Torregrosa reclamó el quórum, pero luego desistió de su proposición, concluyendo el incidente con el pedimento de los CC. Cantón, José F. Gutiérrez y Mena Alcocer, para que se hiciera constar su protesta en esta acta por no haber accedido la Mesa a que se recogiera votación nominal.
"Se continuó dando cuenta con los documentos en cartera:
"Proposición de las comisiones de Trabajo y Previsión Social, que en su parte resolutiva dice:
"I. Se constituye el Departamento Auxiliar de las Comisiones de Trabajo y Previsión Social del Congreso de la Unión, que tendrá por objeto las dos finalidades siguientes: 1a. Aportar los datos e informes de carácter técnico - práctico que las comisiones unidas de Trabajo y Previsión Social necesiten para la adecuada reglamentación de las materias que abarca el artículo 123 constitucional.
2a. Iniciar y fomentar el intercambio de ideas entre las organizaciones de trabajadores y los gobiernos de los Estados, y las comisiones unidas de Trabajo y Previsión Social, tendiente a unificar el criterio acerca de los problemas del trabajo.
"II. El personal del Departamento Auxiliar de las Comisiones del Trabajo y Previsión Social del Congreso de la Unión, será el siguiente:
"Un jefe del departamento, que tendrá a su cargo y bajo su responsabilidad la dirección del mismo, así como su parte administrativa.
"Un jefe de la Sección de Intercambio y Estadística.
"Un abogado consultor.
"Tres consultores prácticos: un ferrocarrilero, un minero y un textil.
"Un traductor de idiomas.
"Un archivero.
"Dos taquimecanógrafos.
"Dos mozos.
"III. La designación de las personas que cubran este personal, será propuesta por las comisiones del Trabajo y aprobado por esta H. Asamblea."
"Fue puesta a debate, previa dispensa de trámites.
"Habló en apoyo de la proposición del C. Manlio Fabio Altamirano, quien contestó una pregunta del C. González Garza. En contra usó de la palabra el C. Luis Espinosa, quien asimismo contestó preguntas que le dirigieron los CC. Otilio González y García Téllez. El C. Rodrigo Gómez hizo una moción, citando la fracción I del artículo 77 de la Constitución, que se leyó. El C. Ezequiel Padilla pronunció un discurso en pro, y luego volvió a hablar en contra el C. Luis Espinosa. Por segunda vez usó de la palabra en pro el C. Manlio Fabio Altamirano, quien hizo una pregunta al C. Luis Espinosa; éste, a su vez, dirigió otra al C. Altamirano, a la que dio respuesta el orador. El C. Morones habló en pro y contestó tres preguntas que le dirigió el C. Luis Espinosa.
"Suficientemente discutida la proposición, fue aprobada en votación económica.
"A moción del C. Romeo Ortega, se recogió la votación nominal que en la sesión anterior quedó pendiente por falta de quórum, acerca del dictamen de la 2a. Comisión de Gobernación, que consulta el siguiente proyecto de decreto:
"Único. Se devuelve al pueblo de Ixtacalco su carácter de Municipio libre, reconociéndose la jurisdicción política y los límites territoriales que tenía antes del año de 1903, en que fue anexado a la municipalidad de Ixtapalapa."
"Fue aprobado por unanimidad de ciento cuarenta votos y paso al Senado para los efectos constitucionales, y nombrándose en comisión, para llevarlo a esa Cámara, a los CC. Romeo Ortega, Roque González Garza, Otilio González, José Castillo Torre, Ignacio Villegas y secretario Samayoa.
"El C. Ángel G. Castellanos usó de la palabra para hechos, tratando de actos del culto católico y violatorios de la constitución que se tratan de llevar a cabo en el Estado de Chihuahua.
"En seguida se leyó una proposición firmada
por el referido C. Castellanos, que en su parte resolutiva dice:
"1o. Nómbrese una comisión que con el carácter de urgente se acerque al Ejecutivo de la Unión para encarecerle se sirva dirigirse al Ejecutivo local de Chihuahua, a efecto de que los actos de que habla un periódico de la ciudad de Chihuahua no se lleven a la práctica, pues sería violar la Constitución Política del país y las Leyes de Reforma.
2o. Esta Cámara se reserva el derecho de obrar en la forma que crea conveniente, en caso de que los actos aludidos lleguen a verificarse."
"Se dispensaron los trámites y fue aprobada en votación económica, después de que el C. Castellanos contestó una pregunta del C. Julio Esponda. La comisión quedó integrada por los CC. Ángel G. Castellanos, Luis L. León, Ignacio García Téllez, Cándido Avilés y prosecretario Lazcano Carrasco.
"Con dispensa de trámites y sin debate se aprobó una solicitud de licencia del C. Adrián Aguirre Benavides, por diez días, sin goce de dietas, debiéndose llamar al suplente.
"La Mesa nombró una comisión para que introdujera al suplente del C. Aguirre Benavides, con objeto de que rindiera la protesta de ley, pero habiendo reclamado el quórum el C. José F. Gutiérrez, y siendo visible que no lo había, la Presidencia levantó la sesión a las veintiuna horas y diez minutos, y citó para las diez y seis del día siguiente, bajo la orden del día a que dio lectura."
Está a discusión el acta, y no habiendo quien desee hacer uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse tener la amabilidad de manifestarlo. Se aprueba el acta.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Oficialía Mayor.- Número 59.
"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- Presente.
"Para los efectos constitucionales, y en 150 fojas útiles, tenemos la honra de remitir a ustedes el expediente, discusión y minuta del proyecto de ley relativo a la organización del Cuerpo Consular Mexicano.
"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.- México, octubre 30 de 1922.- A. Acuña Navarro, S. S.- Macías Rubalcaba, S. S.- Recibo, a las comisiones unidas de Relaciones Exteriores, e imprímase.
"La Legislatura del Estado de Veracruz envía una iniciativa de reformas al artículo 252 de la ley Timbre Vigente."- Recibo, y a la 2a. Comisión de Hacienda.
(La iniciativa de referencia está concebida en los términos siguientes:)
H. Legislatura del Estado Libre y Soberano del Estado de Veracruz Llave.- Estado Unidos Mexicanos.- Secretaría.- Número 732.
A los ciudadanos diputados secretarios al H. Congreso de la Unión.- México, D. F.
Esta H. Legislatura, en sesión ordinaria efectuada el día de ayer, aprobó una iniciativa del C. Mariano Morales, diputado por el 3er distrito electoral de esta Entidad, que a la letra dice:
"H. Legislatura:
"El Estado, hasta la presente fecha, no ha podido atender de una manera eficaz y general el ramo de la instrucción primaria, y ha dejado en manos de los municipios gran parte de este servicio público, no obstante que la Constitución local determina que el Gobierno lo tendrá a su cargo. Dicha anomalía se debe a que el mismo Gobierno no ha conseguido establecer el equilibrio en sus finanzas, pues si bien es cierto que la Entidad veracruzana es extraordinariamente rica, también lo es que sus principales fuentes se hallan extraordinariamente gravadas por las rentas federales, absorben casi toda la capacidad contribuyente de las industrias, dejando un margen muy estrecho a repartir entre el Estado y sus municipios, quienes, naturalmente, no pueden satisfacer sus necesidades. No me detendré a demostrar con números la veracidad de la situación que acabo de señalar, por que baste meditar un momento en lo que acontece con los ramos de petróleo, alcohol, tabacos, fábricas de hilados, herencias, etcétera, para darse cuenta de que los impuestos locales tienen que ser raquíticos, pues de lo contrario, causarían daño a la riqueza pública, ya que además de los derechos especiales a favor del Centro, existe la contribución federal gravitando sobre los arbitrios de los Estados y municipios, aun de aquellas de ínfima importancia. Pues bien; mientras el Estado no pueda mejorar su economía porque prevalezcan las circunstancias actuales, los gastos que demanda la instrucción pública tendrán que seguir divididos entre el Gobierno y los ayuntamientos; pero como estos últimos, en lo general, se hallan escasos de recursos, tienen necesidad de cobrar la contribución especial que se conoce con la designación de impuesto para escuelas. Esta contribución se aplica en 68 municipios, con un producto algo mayor de $200,000.00 anuales, más el impuesto federal que, al 25 por ciento, pasa de $50,000.00, cantidad que aplicada al fomento de la instrucción, daría vida a muchas escuelas rurales. También destinaban los municipios al servicio educacional el impuesto sobre plantíos de café, pero debido a la crisis por que paso este ramo de la agricultura, durante la guerra europea, se derogó la contribución. En la actualidad, el artículo tiene buen mercado, y pronto será conveniente restablecer el impuesto con su anterior aplicación a la instrucción pública, más, para que tenga una importancia apreciable, es preciso que esté libre de la contribución federal. Por su parte, el Estado destina al mismo importante servicio, además de una gran parte de sus rentas generales, el impuesto sobre herencias y legados, con la deducción del 25 por ciento que importa la contribución federal. La educación del pueblo es una de las promesas más caras de la revolución, y es indudable que la realización de ese programa sólo puede tener éxito en manos de
los Estados, porque los millones que gaste la Federación con el objeto indicado, podrán dar brillo a las universidades de la metrópoli y a las escuelas secundarias profesionales de ciertas ciudades elegidas; esto es producirán el mejoramiento de las clases acomodadas, pero no servirán para desanalfabetizar a la población de las villas, de las congregaciones y de las montañas. En consecuencia, el esfuerzo de la Federación debe consistir en dar facilidades a los Estados para llevar a cabo esa obra, y ningún medio más adecuado que dejar libre del impuesto del Timbre los árbitros destinados a realizar aquélla. Por lo expuesto, considero conveniente que esta H. Asamblea, en uso de la facultad que le concede el artículo 71, fracción III de la Constitución general, proponga las reformas de la Ley del Timbre, en su parte relativa, a fin de que los impuestos, tanto de los Estados como de los municipios, que tengan por destino el fomento de la instrucción pública, queden exceptuados de causar la contribución federal, a cuyo efecto me permito someter a la ilustrada consideración de vuestra honorabilidad, el siguiente proyecto de acuerdo, suplicando la dispensa de trámites:
"Primero. La H. Legislatura del Estado Libre y Soberano de Veracruz Llave, en uso de la facultad que le concede la fracción III del artículo 71 de la Constitución general, inicia ante el H. Congreso de la Unión, la reforma del artículo 252 de la Ley del Timbre vigente, en los siguientes términos:
"Artículo 252. No causan la contribución federal:
"Inciso (h) bis. Las contribuciones que perciban los Estados y los municipios, con destino a la instrucción pública."
"Segundo. Transcríbase este proyecto a las HH. Legislaturas de todos los Estados de la Unión, para que si lo estiman pertinente, secunden las gestiones de esta H, Cámara.- Sufragio Efectivo. No Reelección.- Jalapa Enríquez, a 20 de octubre de 1922."
Lo que tengo a honra transcribir a ese H. Cuerpo, para su conocimiento y efectos que sean procedentes, reiterándole las seguridades de mi atenta consideración.
Sufragio Efectivo. No Reelección.- Jalapa Enríquez, a 25 de octubre de 1922.- J. Ochoa Díaz, diputado secretario
"Honorable Asamblea:
"Teniendo necesidad de atender asuntos urgentes en mi Estado, me permito suplicar a vuestra soberanía se sirvan concederme, con dispensa de trámites, una licencia por veinte días con goce de sueldo.
"Protesto mis respetos.- México, a 31 de octubre de 1922.- Porfirio del Castillo."
Los que estén por que se dispensen los trámites sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión; y no habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se concede. Concedida y comuníquese.
- El mismo C. secretario: Se procede a la elección de Mesa para el próximo mes de noviembre.
Se suplica a los honorables diputados contesten de "presente". (Sigue recogiéndose la votación.) Se va a proceder al escrutinio. Se suplica a los ciudadanos diputados García Téllez, Certucha y Luis León se sirvan pasar a auxiliar a la Secretaría en el escrutinio.
(Escrutinio.)
- El mismo C. secretario: El resultado de la votación ha sido el siguiente:
Obtuvieron votos para integrar la Mesa Directiva, durante el próximo mes de noviembre, los ciudadanos diputados siguientes: Para presidente: Salvador Franco Urías, ciento treinta; Eduardo Mena Córdoba, diez y siete; Francisco Escudero, cinco; Rubén Vizcarra, dos y Juan Pastoriza, uno. para vicepresidentes: José Manuel Puig y Casauranc, ciento treinta; Salvador Murguía, ciento treinta; Antonio Díaz Soto y Gama, cinco, Agustín Arroyo Ch., cinco; Jesús B. González, tres; Luis Ramírez Corzo, dos; Alfonso Gama, dos; Alfonso Gama, dos; Agustín E. Vidales, uno; José Siurob, uno y Guillermo Fernández, uno.
En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara que son presidente y vicepresidentes de la Cámara de Diputados durante el Próximo mes de noviembre, los ciudadanos Salvador Franco Urías, José Manuel Puig y Casauranc y Salvador Murguía. (Aplausos.)
Presidencia del C. GONZÁLEZ ONESIMO
- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:
"Honorable Asamblea:
"Enrique Barón Obregón....
El C. Barragán, interrumpiendo: Moción de orden. Mi moción de orden consiste en suplicar a la Presidencia tenga la bondad de poner a discusión una moción que presente ayer y que quedó en cartera para tratarse en primer lugar en la sesión de hoy. Es muy urgente el asunto.
El C. presidente: Sírvase usted permitir que continúe la lectura del documento anterior.
- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:
"Honorable Asamblea:
"Enrique Barón Obregón, diputado en ejercicio por el 4o. distrito electoral del Estado de Veracruz, y Adolfo M. Azueta, diputado por el 1er. distrito electoral del mismo Estado, respetuosamente tenemos el honor de proponeros:
"Que siendo el dominio público que la hacienda de Juan Felipe ubicada en el municipio de Tepezintla, cantón de Tuxpan, Estado de Veracruz, ha sido objeto de gran actividad para obtener el derecho de explotarla por parte de varios especuladores de petróleo;
"Que se dice que en esa hacienda estuvieron en conflicto intereses mexicanos y extranjeros con
los de la compañía Huasteca Petroleum Company; que últimamente esta compañía obtuvo la exclusiva para aprovecharse del subsuelo de la hacienda de Juan Felipe mediante el depósito de tres millones de pesos en la Tesorería de la Nación, y la posesión del 75 por ciento de la propiedad predial, que se apresuró a obtener aparte de someterse a que la Secretaría de Industria califique sus títulos y decida sin son legítimos por una resolución definitiva, encomendada a un subalterno de esa Secretaría de Estado;
"Que como nos consta a los representantes de Veracruz, Juan Felipe es una propiedad privada, estimamos indispensable que el Congreso investigue por qué razón la Secretaría de Industria dictó condiciones extraordinarias y preparadas ad hoc, para la explotación de Juan Felipe;
"Que se han hecho publicaciones por la prensa inculpando a la Secretaría de Industria de haber derogado disposiciones antiquísimas del Derecho Civil, que protegen por igual los intereses de los condueños y de los extraños que pretendan adquirir en esa comunidad; y como esta derogatoria de las leyes es atribución exclusiva de la honorable Asamblea, sería sorprendente que en efecto, la Secretaría de Industria hubiere invadido la esfera de acción del Poder Legislativo de nuestra República;
"Que la condición de someter los títulos a la Secretaría de Industria para que un empleado subalterno decida sobre su validez, implica una función de carácter judicial que no corresponde a la Secretaría de Industria, atribución que usurpa las facultades constitucionales del Poder Judicial de la Federación; que por otra parte, tal resolución de la Secretaría de Industria ha sido objeto de protestas enérgicas y alegaciones de las partes perjudicadas, tanto por medio de amparos como por recursos administrativos y publicaciones por la prensa, asegurándose que por causa de la Secretaría de Industria la compañía Huasteca Petroleum ha conseguido un acaparamiento odioso, monopolio exclusivo o privilegio sin precedente, con insulto de las leyes, menosprecio de nuestras instituciones y verdadero ultraje a la justicia;
"Que por todo lo anterior, y en virtud del derecho de iniciativa que nos corresponde, hacemos moción para que la honorable Asamblea se sirva enviar un oficio al C. Miguel Alessio Robles, secretario de Industria, Comercio y Trabajo, invitándole muy atentamente a concurrir al seno de esta honorable Asamblea para que se sirva informar a esta digna representación, todo lo que hubiere relativo a la hacienda de Juan Felipe y sus explotación por la Huasteca Petroleum Company, provisto de los documentos y comprobantes pertinentes al asunto. Pedimos dispensa de trámites.
"Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados, México, octubre 31 de 1922.- E. Barón Obregón.- A. M. Azueta."
Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Barón Obregón.
El C. Barón Obregón: Señores compañeros: Como he solicitado respetuosamente de vuestra soberanía que se llame al ciudadano secretario de Industria y Comercio para que rinda los informes que solicito, os ruego encarecidamente que esta cita sea para el día de mañana, a reserva, naturalmente, de que entonces haga yo la exposición completa de este asunto que promete ser sensacional. Pido, por lo tanto, que se apruebe la proposición que acabo de presentar.
El C. secretario Barón Obregón: Se consulta a la Asamblea si se aprueba la proposición presentada. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada. (Voces: Que la cita no sea para mañana por ser día festivo.) La Presidencia, por conducto de la Secretaría, manifiesta que el citatorio para el secretario de Industria y Comercio será para el próximo viernes a las cinco en punto de la tarde.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Honorable Asamblea:
"Noticias primero de prensa, y oficiales directas, después, han puesto en mi conocimiento que el terrible ciclón que hace poco azotara las costas del Sureste de la República, de modo principalísimo atacó al Territorio Quintana Roo, cuyo representante soy, y por modo asaz despiadado a la infortunada Isla de Mujeres, cabecera del Distrito Norte de aquella Entidad.
"En virtud de que el ciudadano presidente municipal de la referida isla me exhorta a que haga gestiones encaminadas a aliviar en algo dolorosa y aflictiva situación en que se hallan las víctimas de la tremenda perturbación atmosférica que acaba de pasar, teniendo en cuenta que por circunstancias de todos conocidas el Erario federal se encuentra necesitado de hacer frente a ineludibles compromisos económicos, tanto exteriores como interiores, que demandan ahorros imperiosos y una gran discreción en todos sus egresos, únicamente pido una ayuda que, en mi concepto, como seguramente en el vuestro también, resulta modestísima, dadas las peculiares condiciones del lugar de las catástrofe.
"Por la urgencia del caso y haciendo un llamamiento a vuestra filantropía nunca desmentida, me permito el honor de suplicar que, con dispensa de todo trámite y considerando el asunto de obvia y urgente resolución, tengáis a bien aprobar el siguiente proyecto de ley:
"Único. Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para que, con cargo a la partida del Presupuesto de Egresos que tenga a bien señalar, suministre al honorable Ayuntamiento de Isla de Mujeres, Quintana Roo, por conducto de la Jefatura de Hacienda en Mérida, Yucatán, la cantidad de $25,000.00, para auxilio de los damnificados por el ciclón que acaba de azotar dicho lugar."
"Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., 30 de octubre de 1922.- Enrique M. Barragán."
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Barragán.
E l C. Barragan: Señores diputados: Ayer, como de costumbre, al presentarme a este edificio
con el fin de recoger mi correspondencia habitual, fui sorprendido con un telegrama en el que el ciudadano presidente municipal de Isla de Mujeres me comunica lo terrible que fue la catástrofe que los elementos desatados en furia inconcebible causaron en aquella isla. El telegrama en cuestión dice así:
"Progreso, Yucatán, 28 de octubre de 1922.
"Diputado Congreso de la Unión por Territorio Quintana Roo, Enrique M. Barragán.
"Número 28.- Particípole profunda pena, ciclón azotó esta población 17 y 18 actual, demolió completamente mayor parte casas, quedando pueblo desolación completa y habitantes mayor indigencia; fin evitar moradores emigren, implorámosle interceda C. presidente República, mayor brevedad posible, ser aflictiva situación, preste auxilio pecuniario indispensable fines indicados. Pérdidas ocasionadas ciclón fueron enormes. Espera pueblo aliviar situación ingente necesidad. En tierra no hubo desgracias personales lamentar. Canoa motor "Nieves" naufragó frente esta isla, pereciendo ahogado patrón, salvándose resto tripulación y pasajeros, debido oportuno auxilio se les prestó; balandro "Rosita" también naufragó frente esta isla, salvándose un tripulante, pereciendo ahogados dos más y dos pasajeros. Pailebot americano encalló punta Sur esta isla, salvóse toda tripulación. Edificio carbonera guerra destruido completamente y destrozos pueblo en general. Suplícole contestación esta vía gestiones, por ser grave situación.- Atentamente, el presidente municipal, Manuel Osorio G."
"Nota. Procedente Isla Mujeres, fecha 19."
En cuanto recibí este mensaje y una vez que yo ya había manifestado mis temores muy fundados a un gran número de compañeros, desde que leyera noticias de prensa en las que se decía que lo ocurrido en Chiapas, lo mismo que en Tabasco y en parte de Tamaulipas, presumí que el Territorio de Quintana Roo, por estar precisamente dentro del radio de la zona ciclonística que azota con frecuencia el Caribe, sería una de las partes más perjudicadas por esta perturbación atmosférica. Así ha sido, en efecto; desgraciadamente el Terrritorio ya se ha visto en circunstancias parecidas: en octubre de 1916, otro ciclón, tan terrible como el que acaba de pasar, azotó aquella misma Entidad, apoyándose de preferencia sobre la capital del Territorio, la población del Payo Obispo, a la cual destruyó completamente. En aquella ocasión, la mayor parte de los pobladores, dedicados a la explotación del chicle, fueron los que más sintieron la catástrofe, en virtud de que el vendaval desatado no solamente tiró las casas, sino que arrancó de cuajo la mayor parte de los árboles y un número crecido de individuos que se dedicaban a la labor de extraer el chicle, pereció, pasando su número de cuatrocientos, pues se perdieron en las montañas y no pudieron salir. Yo no sé en esta ocasión a qué extremo haya la catástrofe en el interior del Territorio: únicamente tengo noticias de Isla de Mujeres, y ya, ven ustedes, señores, que por el aislamiento terrible en que se tiene a aquella Entidad, Isla de Mujeres ha necesitado doce días para poderse comunicar con el mundo civilizado. El compañero Espinosa, al solicitar auxilio para los damnificados de Tuxtla Gutiérrez, decía que aquellos pobres compatriotas se hallaban a los cuatro vientos. Pues bien, señores; los habitantes de Isla de Mujeres no solamente están a los cuatro vientos, sino que están a todos los ríos y vientos resistiendo constantemente los embates furiosos de los elementos desatados en su contra. Yo vengo, en virtud de esto, a solicitar de ustedes que con dispensa de todo trámite se sirva declarar de obvia y urgente resolución la proposición que presento. (Aplausos.)
El C. secretario Barón Obregón: Se consulta a la Asamblea si se declara de obvia y urgente resolución. Los que estén por la afirmativa, se servirán ponerse de pie. Se declara de obvia y urgente resolución. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se procede a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.
El C. prosecretario Santa Anna: Por la negativa.
(Votación.)
El C. secretario Barón Obregón: Votaron por la afirmativa ciento cuarenta y siete ciudadanos diputados. En consecuencia, ha sido aprobado el proyecto presentado por la diputación de Quintana Roo. Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.
El C. presidente: Para hechos tiene la palabra el ciudadano Arce Gustavo.
El C. Arce: Ciudadanos representantes: Me he permitido solicitar la palabra para hechos, a fin de hacer algunas anotaciones brevísimas, porque no he de cansar vuestra ilustrada atención acerca de hechos importantes y trascendentales que, aunque no pasan ni pueden pasar inadvertidos para la Representación Nacional, es conveniente y es importante para el pueblo de la nación, que en esta tribuna de la Cámara se haga oír alguna voz, por modesta y humilde que sea, para que estos hechos queden en una forma, de una manera solemne, consignados en nuestros anales. Estos hechos están en la conciencia pública y flotan actualmente en el ambiente nacional: se refieren a cuestiones de política internacional y a cuestiones de política interior.
En lo internacional, esta Representación, como parte constitutiva y principalísima del Gobierno, tiene que hacer un significativo paréntesis o una especial llamada de atención acerca de ciertos sucesos internacionales que se han presentado, en los cuales México ha tenido una intervención inmediata y directa. En la conciencia de todos vosotros están los sucesos a que me refiero, desarrollados últimamente, y en los que por torpeza o por error de autoridades judiciales de allende el Bravo, o por resabios de su derecho consuetudinario, por que en los tribunales americanos se sientan generalmente los absurdos más inconcebibles; hemos tenido oportunidad de ver cómo los jueces de una nación que se precia de altamente civilizada y progresista, no tan pronto ha negado a nuestra nación el derecho de presentarse ante esos tribunales a ejercitar derechos inalienables y a discutir
acciones que legítimamente le competen, como poco tiempo después esos mismos jueces, cuando se trata de ejercitar una acción en contra de nuestro país, no tienen inconveniente en aceptar juicios y reclamaciones en contra del Gobierno, y lo que es aún más inaudito, lo que es aún más sorprendente, desconociendo absolutamente los principios aceptados por todas las naciones y en todos los tiempos, del Derecho Internacional, para permitir y ordenar que se ejecuten actos que en ningún país, por poco culto o civilizado que fuera, podrían ser tolerados ni tolerables.
Y es el caso que en esta cuestión debemos hacer constar que el Gobierno de la República, procediendo con la cordura, con la prudencia y discreción con que va señalando todos sus actos en los sucesos de la política internacional; procediendo con esa cordura y discreción, digo, va normando todos sus actos esperando que se desarrollen los acontecimientos, y en cada caso, momento a momento, ha hecho valer por medio de sus representaciones, los derechos de la nación, los derechos inalienables de la República. Ha sido necesario, ciudadanos representantes, ejercitando actos de energía, con verdadera serenidad, demostrar de un modo decidido la justicia que asiste a México para que el Departamento de Estado hubiera puesto a los tribunales de aquella nación de allende el Bravo, la pauta justiciera, la norma de conducta consagrada en los principios del Derecho Internacional, para hacer respetar los derechos de una república, de una nación que, como México, aunque no esté perfectamente encarrilada todavía en sus relaciones internacionales con el Gobierno de los Estados Unidos, no por eso deja de ser una nación amiga ni por eso deja de ser una personalidad, un individuo o una entidad en el concierto del Derecho Internacional. Y bien; este hecho que flota en el ambiente y que ha sido universalmente aceptado en el criterio nacional, es necesario que desde aquí digamos que merece también la adquisencia, la confirmación por parte de la Soberanía Nacional representada en esta Asamblea, porque evidentemente la Representación Nacional, compuesta de elementos revolucionarios que han venido de todos los ámbitos de la República, no puede menos que consagrar con su sanción y su aquiscencia los actos tan justificados, tan prudentes y tan discretos de otro Poder de la Nación con el cual el Poder Legislativo lleva y llevará las más cordiales relaciones para la unificación del Gobierno y para la conservación de las instituciones públicas.
Otro hecho es, ciudadanos diputados, que también se siente en el ambiente nacional, el fracaso completo de todos los brotes revolucionarios que en una forma artificial se van fomentando o se están queriendo fomentar en distintos puntos de la República. Este hecho es también para nosotros muy significativo y para la nación muy expresivo. Los elementos contrarios a las instituciones públicas y al régimen actual, tenían positivamente cifradas grandes esperanzas en algún acontecimiento, en algún suceso que ellos pregonaban que había de venir y, sobre todo, en personas que eran para ellos como el último baluarte o como la última carta que habían de jugar, y en la nación, sino expectación, había por lo menor un sentimiento de espera, de duda tal vez en ciertos elementos, a ver qué era lo que había de venir, y esos sucesos ante la Representación Nacional, podemos decir que se han verificado ya. Consta a todos que alguno de esos hombres, en quien grandes esperanzas tienían cifradas los enemigos del régimen actual, por la prensa pública y por declaraciones oficiales, se sabe que penetró al territorio nacional y, sin embargo, no ha encontrado eco en ninguna parte; puede decirse que esta aventura franca y definitivamente ha fracasado. ¿Por qué, ciudadanos representantes, por qué? Eso lo sabéis perfectamente, vosotros que representáis a la juventud revolucionaria, que venís de vuestros distritos con la representación genuina del pueblo, es decir, con la investidura de verdaderos y legítimos representantes del pueblo. ¿Por qué? Porque los hombres del régimen actual, los distintos poderes que están manejando los destinos de la nación, no proceden sino con el mismo instinto del pueblo, procurando en la mejor forma posible llenar sus aspiraciones y colmar sus exigencias legítimas y justas ¿Qué es lo que puede hacer prosperar una rebeldía? Únicamente la acción de los elementos populares. Es inútil pretender que con sólo proclamas, con discursos, con acciones más o menor confusas, pueda intentarse un acto de rebeldía. No, si en la masa del pueblo existe la creencia de que sus instituciones se desenvuelven dentro de los principios consagrados en las leyes fundamentales, si en la masa del pueblo está que sus instituciones van colmando sus exigencias, sus necesidades y aspiraciones, evidentemente que ningún acto de rebeldía prosperar. Por eso es, ciudadanos diputados, que nosotros - y esto está en la conciencia nacional - tenemos la seguridad, porque pensamos y sentimos como piensan y sienten las gentes de los distritos que representamos aquí, que ningún acto de rebeldía puede en estos momentos prosperar, porque el Gobierno procura en todos los momentos y en todas las ocasiones satisfacer las ambiciones y las necesidades justas y legítimas del pueblo. Por otro lado, si una rebeldía no puede prosperar en estas circunstancias, únicamente podría acogerse a medios indirectos y reprobables como el cuartelazo y la infidencia; ¡y qué satisfactorio es para los poderes de la nación estar en aptitud de decir, como desde aquí yo digo, que el Ejército Nacional está organizándose sobre tales bases de moralidad, de lealtad, de conocimiento exacto y conciencia de sus deberes y actos, que viene a ser en realidad ahora el Ejército una verdadera garantía de las instituciones públicas. El Ejército Nacional, procurando depurarse, organizarse y moralizarse como lo está haciendo el Gobierno para que sea un verdadero galardón de la República y verdadero resguardo del mismo Gobierno y sostenedor de las instituciones públicas; es satisfactorio para nosotros poder decir que, gracias a esto también, regido el Ejército por hombres honrados, por jóvenes revolucionarios, y constituidos en su generalidad por revolucionarias conscientes que han salido de la masa del pueblo, tampoco podrá ser nunca ni terreno fértil ni apto ni apropiado para ningún acto de rebeldía tan reprobable y tan reprobado.
Ofrecí ser breve, y en cumplimiento de esta promesa
quiero abandonar este lugar suplicándo y pidiendoos que, con la representación legítima que tenéis, os dignéis poner todos los medios y ejercitéis todos los actos que sean indispensables dentro de vuestros respectivos distritos para llevar a la conciencia del pueblo que representáis, estas ideas que evidente y seguramente han de redundar en pro de la unificación del Gobierno de la nación y en beneficio positivo de las instituciones públicas. (Aplausos nutridos.)
- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:
"H. Asamblea:
"El atropello incalificable cometido en Nueva York por las autoridades de aquel Estado en contra de nuestro Consulado General en esa, violando todo principio y toda rudimentaria justicia, tienen al país en excitación justificada por lo impropio del proceder, que ha extrañado en ataque directo a la nación entera y al Gobierno que ha hecho esfuerzos en estos últimos días, por demostrar sus deseos de llegar a un acuerdo con el Gobierno americano que solucione todas las dificultades que pudiera haber para llegar a un avenimiento basado en procedimientos de justicia y honradez. Hemos visto cómo altas personalidades del actual régimen propugnan por consolidar todos los intereses de ambos países, y como recompensa a estas gestiones, se apoya a un traficante como lo es Mr. Oliver, quien ha obtenido grandes ganancias con negocios en la administración del Gobierno en épocas distintas, recibiendo todo género de atenciones y facilidades para el logro de sus fines.
"Solo el Poder Ejecutivo, con un espíritu elevado de patriotismo, ha enfrentándose a esa situación, teniendo de su lado toda la justicia y todos los derechos; es oportuno, pues, que esa Cámara apoye y aplauda con entusiasmo, por tratarse no de un asunto político, sino de un asunto netamente nacional, los patrióticos actos del Ejecutivo con los cuales ha procurado poner de relieve la dignidad nacional y el decoro de todos los poderes.
"Por lo expuesto, pongo a vuestra alta consideración la siguiente proposición.
"1o. Dese un voto de confianza al ciudadano presidente de la República.
"2o. Nómbrese una comisión para que personalmente le demuestre su entusiasta adhesión y apoyo por haber decretado aplicar el artículo 33 a Mr. Oliver, en caso de que llegue a nuestro país, y por haber ordenado no se hagan más compras ni arreglos mercantiles en el Estado de Nueva York.
3o. Envíese telegramas a los Congresos locales de los Estados, invitándolos a apoyar lo decretado por el Ejecutivo de la Unión, y comuníquese estos telegramas a los ciudadanos gobernadores de los Estados."
"Dada la trascendencia que encierra esta proposición, pido dispensa de trámites.
"México, D. F., a 30 de octubre de 1922.- Guillermo Castillo Tapia."
Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se sirvan manifestarlo. Dispensados. Está a discusión.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Castillo Tapia.
El C. Castillo Tapia: Probablemente era yo el menos apropiado para hacer una iniciativa de la índole de la mía, y probablemente porque siempre, en nuestra política nacional, se ha creído que los independientes, los que quedan al margen del Gobierno, son los que sistemáticamente le atacan diariamente. Este asunto, como digo en mi proposición, no es político, es nacional.
Acaba de descenderle esta tribuna el señor licenciado Arce, y ha manifestado que probablemente una de las demostraciones de la tranquilidad que existe en el país, está en el hecho de que algún alto ex jefe militar, por cierto de historia muy gloriosa, ha fracasado en su aventura, porque ya el pueblo no quiere contiendas interiores. No creo yo, señores, que precisamente la alta personalidad moral revolucionaria de que se trata haya fracasado porque no deseen determinados progresos interiores, sino que la persona que alude el señor licenciado Arce no lleva en su estandarte, ni ha llevado ni podrá llevar principios revolucionarios, y porque incubada su acción en los Estados Unidos por malos consejeros, tenía que fracasar, porque fue engañado. Este hombre siempre leal y siempre bien intencionado, sin duda que mañana o pasado será comprendido y vendrá, tarde o temprano, a ser perdonado hasta por las altas esferas oficiales. Haciendo este pequeño paréntesis, vengo a fundar mi proposición, señores diputados.
Hace muchos años, hace mucho tiempo que venimos siendo objeto de vejaciones, ya por parte de las autoridades locales o por las autoridades centrales de los Estados Unidos. El caso del embargo del oro mexicano en nuestra Agencia Financiera de Nueva York y en nuestra Aduana de la misma ciudad, extraña una injusticia tan profunda, un ultraje tan grave, entraña algo tan trascendental, que esta Asamblea no puede permanecer indiferente y dejar al Poder Ejecutivo aislado, cuando el Poder Ejecutivo solo aisladamente toma un gesto de patriotismo y lanza, con mucha honradez, con mucha ecuanimidad, con mucha hombría y con mucha justicia, el guante formidable a las autoridades de Nueva York. Y esta es la ocasión, señores, en que por un profundo patriotismo, no patriotería, porque se presta el momento y se prestan las circunstancias, el hecho, para que aquí en esta tribuna se lanzaran tres o cuatro frases patrioteras; no es ese mi objeto, sino que como el asunto reviste una profunda seriedad y es nacionalista, debemos ponernos al margen de cualquier asunto de politiquería interior, debemos decir al Ejecutivo que estamos con él, que subrayamos sus palabras, que su acción nosotros la aplaudimos, y que no digo en este momento en que comienza a hacerse difícil la situación entre los países, sino cuando sea más acre, cuando sea más dolorosa, cuando sea más tirante, nosotros, la Cámara, este Congreso apoyará decididamente al presidente de la República. Yo deseo, señores, que se nombre una comisión para que vaya ante el señor presidente y se le indique que nuestra aislada personalidad, nuestros comitentes y toda la Cámara están cerca de él mientras esté con este deseo de patriotismo y de justicia; no entraña esto una cosa baladí, no es éste un asunto que debe tratarse a la ligera, es indispensable que nos demos cuenta del atropello
tan formidable, de la injuria tan soez que las autoridades de Nueva York han hecho con nosotros; es indispensable que vibremos, señores, es indispensable que nos quitemos esa plancha burguesa que nos adormece todos los días; es necesario que despertemos y que se vibre un momento, un momento siquiera, que se dé esperanza al pueblo y a la patria y que se le diga que se está velando por sus intereses y por su honor; este es el momento propicio para que eso se haga, señores, y si el momento - que el destino no lo quiera -, llega en situaciones más acerbas, pongámonos, señores, a la altura de nuestras circunstancias y no con nuestra negligencia, no con nuestra indolencia borremos las páginas gloriosas en donde firmaron con su sangre los niños de Chapultepec. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Puig y Casauranc.
El C. Puig y Casauranc José Manuel: Señores diputados: Enfrente del atropello y de la injusticia en el suelo americano, hemos tenido que presenciar hace muy pocos días, una demostración absurda y ridícula de nuestro respeto exagerado para los extranjeros; y voy de todo intento a hablar en pro de esta mancha de baldón - - no vacilo en calificar esta mancha de baldón - que se ha querido arrojar a la República Nacional, presentándole un proyecto absurdamente amistoso para los extranjeros, recordando a esta Representación Nacional que no hace todavía ocho días envió el Ejecutivo una iniciativa de ley para modificar el artículo 1,081 del Código Penal del Distrito Federal, con objeto de que se declarara traidores a la patria a los rebeldes o pseudo rebeldes que cometieran daños en personas o cosas de propiedad extranjera, para causar daños al país. Señores diputados: yo quiero decir sinceramente, aunque el dictamen de la comisión esté lejano, aunque parezca inoportuno el debate, que pocas veces he sentido alzarse dentro de mí un clamor de protesta dolorosa y de indignación tan tremenda, como en esa iniciativa de ley que paso desgraciadamente inadvertida para mí, como seguramente para muchos de los señores diputados en los momentos de leerla. Porque, señores, calificar de traidores a la patria a hombres que cometan hechos que en nuestros dolorosos diez años de revolución ningún revolucionario ha dejado de cometer, es sencillamente infame. Se me dirá que la proposición limitativa final, que las cinco palabras: "para causar daños a la patria", modificaban el concepto del artículo; pero ¿vamos a calificar intenciones? Los primeros hechos con diferente intención, tienen, conforme a ese proyecto de ley, nombre distinto, y en un caso se llaman "actos de revolucionarismo y con la intención de causar daños a la patria", intención que, calificando nosotros, haríamos caer, por una deferencia exagerada para los extranjeros, el cargo de los traidores a la patria sobre hombres que en último análisis no habían hecho sino lo que se ha venido haciendo en nuestro país desde que México es México, porque, señores diputados, hay que decir la verdad: yo sé que estoy hablando a una asamblea en la que por lo menos el noventa por ciento debe su posición actual a andanzas revolucionarias, y pobre nuestra riqueza nacional, envueltas nuestras tierras mexicanas, netamente mexicanas, por miles y miles de hectáreas que pertenecen a extranjeros, e insignificante nuestra riqueza hasta el extremo de representar un céntimo cuando puede representar la riqueza extranjera un centenario; yo quiero saber, señores diputados, en qué rara ocasión la alfalfa y el maíz que haya alimentado a los caballos de las huestes revolucionarias, y los pesos de la confiscación que hayan servido para pagar haberes habrán dejado de ser extranjeros; en la mayor parte de los casos se habrán cometido daños contra la propiedad o la persona de extranjeros, y ¿solamente por eso vamos hacer caer la mancha definitiva y trágica de un cargo de traición a la patria para los alzados en armas, sólo movidos por un sentimiento exagerado de quedar bien, sólo, como se dice en la parte expositiva del proyecto, para afirmar definitivamente el deseo del Gobierno de hacer perfectamente legal una situación, sólo para conquistar el crédito exterior - así se dice en la iniciativa -, vamos a envolver las cruces de nuestros ajusticiados con el crespón definitivo de una traición a la patria? Y no es que me importe exageradamente el porvenir de ningún rebelde pasado, presente o futuro; lo he dicho, lo he escrito muchas veces, lo mismo cuando he militado en filas del Gobierno que en campos de revolución, que precisamente porque en nuestro país la aventura bélica tiene tan escasa sanción, precisamente porque el peligro es insignificante, no podría extrañarme de que el perdón fuera el resultado final para castigar a los vencidos y sólo me ha espantado la sangre del paredón, cuando ha sido sangre de inconscientes de la gleba revolucionaria, de los soldados que han ido detrás de una aventura, por una ilusión de mejoramiento o de ideal; (aplausos.) pero tratándose de conscientes, cuando se hubiera tratado de un Murguía o de un Salinas, que ha pedido para mí toda su hombría cuando se acogió a los vericuetos de un amparo y a su condición de civil para salvar la vida: cuando se tratara de ellos o de mí, siento que el paredón es el final definitivo y lógico bajo este cielo de México, que aunque abriga a civilizados y a humanistas, sigue siendo abrumador por la misma estrella que alumbró a Huitzilopoxtli. (Aplausos.)
Pero está bien matar, acepto la necesidad imperiosa que en nuestra condición y en nuestro medio deja perpetuamente urdimbres de sangre y de crimen en el Código Penal para arrancar la vida de los vencidos; ¡está bien matar! ¿Pero por qué no conformarnos con matarlos por bandidos, por ladrones, por latrofacciosos, por rebeldes; para qué unir a todo esto la mancha indeleble y trágica de una traición? Señores diputados, yo sé que este proyecto no pasara a una Cámara de hombres y de revolucionarios, yo sé que no puede llevarse a nosotros la torpe convicción de sembrar confianza y crédito en el exterior con una injusticia enorme en nuestro país para individuos que fueran hermanos nuestros; yo lo sé perfectamente, pero he querido aprovechar este momento de emoción patriótica para alzar mi voz con la esperanza de que el Ejecutivo reconsidere su error, el grave error político y social sin finalidad ninguna, que lo ha llevado a presentar esta monstruosidad de ley, la retire, aun antes de que las comisiones rindan su
dictamen, y digo que no tendría finalidad ninguna, porque la modificación que se consulta, el vericueto legal que se inventa, no sería sino para el Distrito Federal, es decir, para aquella porción de territorio que por ser el corazón de la República es la última en sufrir los embates de esta nuestra enfermedad endémica que se llama revolucionarismo. Yo quiero, para tranquilizar a los pusilánimes, para que no piense que se está haciendo labor antigobernista, yo quiero recordarles que el día de la toma de Ciudad Juárez, hace cosa de un mes, antes de que se supiera que era un incidente sin importancia, una infidencia de las que estamos acostumbrados a ver y a perdonar todos los días, este humilde representante que os habla se acercó al diputado Alvarez del Castillo, presidente de la Cámara entonces, y le sugirió que en ese momento podía ser aflictivo, que en ese momento en que la toma de una población fronteriza podía restar fuerza y prestigio al Gobierno de la nación, se hiciera en esta tribuna - y yo me ofrecí a hacerlo - una manifestación decidida y enérgica de simpatía al Gobierno, pero precisamente porque somos miembros de la mayoría, porque nos sentimos firmes y lealmente ligados al carro del obregonismo, por lo menos yo, porque me he ligado a él como se acoge el naufrago a la última esperanza de ver orientarse al país por los senderos de conquistas sociales y de renovación de este durísimo período revolucionario.... (Aplausos.) Precisamente por esto es indispensable que cuando se comete un error, cuando llevados por un exagerado espíritu de cortesía internacional se quiere presentar un proyecto de ley criminal antisocial, ilógico en revolucionarios de abolengo, haya una voz que pida aquí, al mismo tiempo que con ocasión de los acontecimientos de Nueva York y lo de "Oliver Trading Co", se solicita una moción de confianza al Ejecutivo, se diga también el horror, la santa repugnancia con que esta Asamblea ha visto que se pretenda manchar la traición a la patria a rebeldes o pseudo rebeldes que van, que pueden cometer actos contra los extranjeros. Y la prueba de lo ilógico, de lo inútil de proposiciones semejantes, la tenemos en los hechos que han dado margen al debate actual. Fresca aún esta monstruosa consideración de cortesía, se nos comete en los Estados Unidos la descortesía, la descortesía mayor, reciente el proyecto de declarar traidores a la patria a los mexicanos que les hagan daño; allá se nos declara sin capacidad legal, sin personalidad jurídica, sin derecho siquiera de defensa, se nos considera como una sociedad anónima, de gentes al nivel de habitantes del África central, sin personalidad jurídica para exponer siquiera una querella. Mi propósito, como antes decía, señores diputados, es ver si es posible que este clamor llegue hasta la conciencia de quienes formularon esta ley y se retire; y no voy a recordar hechos pasados no acontecimientos en que sí había claras violaciones al Derecho Internacional; no voy a recordar el acontecimiento de Columbus, no voy a hablar de los centenares de incidentes en que durante la época de lucha se cruzó del otro lado del Bravo para hacer daño a personas y a cosas extranjeras; tampoco voy a decir que ninguno de estos hombres fue declarado, ni se intento, que fuera declarado traidor a la patria; voy a recordar, para ver si es posible llevar a la conciencia de quienes enviaron esa iniciativa de ley, un incidente de la XXVI Legislatura, voy a recordar que una tarde de marzo de novecientos trece, antes de que se firmara el Plan de Guadalupe, cuando se discutía en esta Cámara un proyecto de Ley de Amnistía y los débiles de corazón pedíamos que se incluyera en esa ley a los levantados del Norte, se dijo que no era posible hacerlo así, porque eran Obregón y Maytorena traidores a la patria. Y recuerdo aún, y debe el ciudadano Roque González Garza recordarlo, que cuando la literatura de diatribas y de infamia floreció aquella tarde en los labios de una eminencia de la tribuna mexicana, cuando José María Lozano en un arranque falso, pero de una enorme fuerza tribunicia dijo: "por ese cargo de traición a la patria que ha caído sobre Sonora, yo quitaría a mi hijo la sangre de sonorense que tiene dentro de las venas", no fue un diputado sonorense quien protestó, fui yo humilde diputado veracruzano que dije: "yo, que no tengo sangre sonorense en las venas, me honraría con tenerla". (Aplausos.)
El C. González Garza Roque: ¡Es muy cierto!
El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Torregrosa.
El C. Torregrosa: Señores diputados: Hace poco más o menos once años que reunidos por una de tantas casualidades en las aulas de una universidad norteamericana, un ciudadano canadiense, un ciudadano mexicano y un ciudadano norteamericano, estudiantes los tres, unidos por su mismo idealismo, unidos por su misma convicción, hicieron el solemne juramento de laborar, en la extensión de sus facultades y esfuerzos, por que las razas hispanoamericanas y las anglosajonas que pueblan este continente se entendieran mejor, procuraran dar a conocer entre sus conciudadanos a los hombres de la talla de Lincoln, a los hombre de la talla de Juárez y Bolívar, y hacer que de esa labor, que de ese esfuerzo, surgiera un entendimiento por todos conceptos plausible, entre hombres entusiastas, conscientes, entre hombre que no son patrioteros, entre hombres que sobre todos los amores saben respetar el amor al ideal y el amor a la humanidad; y cuando el pueblo yucateco del 4o. distrito me honró con enviarme a esta honorable Cámara, me hice el propósito de hacer todo lo posible por que aquel juramento pudiera llevarse a la práctica; me he sentido completamente alegre y feliz al contemplar la labor concienzuda, la labor sana, la labor humanitaria de la actual administración; el Ejecutivo y el Poder Legislativo, tanto como el Poder judicial, se han empeñado, han hecho esfuerzos por que el mejor elemento norteamericano sepa que en México no hay una nación de anarquistas, sepa que en México no existe un grupo de forajidos, sino en el sentimiento que alienta esta nueva sangre y esta nueva generación no es más que el sentimiento que alienta a la nueva sangre norteamericana en su parte progresista y que alienta a la nueva sangre inglesa en su partido laborista. Somos revolucionarios progresistas, queremos que sobre la ley del egoísmo, que sobre la ley de la ambición, reine la ley de la inteligencia, la ley del sentimiento, la ley de respeto y del amor. (Aplausos.)
Y estos trabajos, una vez manifestados por la acción de la Secretaría de Instrucción Pública, invitando con toda sinceridad a que conozcan nuestros problemas, porque los mexicanos actuales somos conscientes de estos problemas que tuvo también Inglaterra; no sé si ustedes recuerden de aquel caso de las guerras famosas de las rosas, de Inglaterra, cuando un humilde campesino se le presentó al duque de York, quejándose de que sus hombres lo habían saqueado, lo habían robado, y este hombre, que era muy astuto, le preguntó al campesino: "señor, ¿llevaba puesto ese saco cuando lo asaltaron?" "¡Si, señor!" "Entonces no fueron los hombres míos los que asaltaron, porque si lo hubieran asaltado los hombre míos, ¡ni ese saco le hubieran dejado!" (Risas.) Eran esos momentos de ebullición, eran esos momentos de revolución en que un pueblo pasa del feudalismo a una etapa superior. Y en esas circunstancias nos encontramos nosotros los pueblos hispanoamericanos que no hemos sufrido el Renacimiento; nosotros que somos una amalgama de razas antiguas y de razas nuevas, es natural que tengamos esta convicción, es natural que se nos presenten estos problemas que nos dan el cariz de salvajes; pero todos los hombres conscientes, todos los estudiantes de Norteamérica que han abierto las páginas del pueblo mexicano, han visto con cariño y con admiración que en México hay hombres nobles, hay sentimientos de progreso y hay sentimientos de sacrificio por el bien de la humanidad. (Aplausos.) Y yo, compañeros, que debo mucho a los mentores norteamericanos; yo, que tuve oportunidad de conocer no a esos elementos que no tienen dignidad, a esos elementos que no tienen conciencia y que por corazón llevan el signo del dólar, no es ese el elemento al que me refiero, sino al que siempre late con las necesidades de la humanidad; yo he visto a los científicos norteamericanos, yo que he visto a aquellos descendientes de los primeros pobladores de América nobles, siempre latiendo con simpatía por la América joven, me siento verdaderamente triste al ver que esos elementos que tienen corazón el dólar, han tenido preponderancia en los destinos de la nación norteamericana y están creando dificultades. El pueblo norteamericano verdadero pueblo americano que suda ante el taller, que suda ante la caldera, no es amigo de los atropellos contra México, el verdadero pueblo americano es tan amigo de México, como el de México, del pueblo laborante norteamericano, y estos hombres tienen que estar de acuerdo con nosotros para dar una protesta y un voto de confianza a nuestro Gobierno, y un voto de desconfianza a aquel humilde empleado público que se prestó para hacerle una ofensa al pueblo mexicano. La razón mexicana, descendiente de aquellos jóvenes que mencionara nuestro querido compañero Castillo Tapia, no piensa que la mejor manera de defender a la patria sea sólo en derramar la sangre; ensangrentar al pueblo mexicano: y derramar su sangre sería una tarea estéril; el pueblo mexicano siempre ha sido digno, el pueblo mexicano siempre ha preferido ser amigo, pero nunca ha dejado el puesto de la amistad al puesto de la esclavitud; pero el pueblo mexicano de la actualidad desea que con la razón, desea que con la inteligencia se defienda esa dignidad mexicano puede dar muestras y está dando muestras de que una ofensa se puede lavar dignamente con la inteligencia, y es lo que hace hoy nuestro Gobierno; no la ofensa venimos a proferir aquí contra la raza norteamericana, no los denuestos ya conocidos en víspera de conflictos internacionales vamos a proferir manchando esta tribuna, sino solamente clamamos al pueblo americano para recordarle que ese amor que ha sentido por el ideal, que esa bandera que tremolaran en la lucha europea hace pocos años, sea la misma bandera que ahora tremole: el respeto que tenga a la raza, el respeto a una raza que lucha por ser mejor, a una raza que lucha por adaptarse a los nuevos problemas sociales. El pueblo norteamericano tiene que escucharnos. El otro día decía a un amigo mío: con todo deseo querría que algunos elementos conscientes norteamericanos hubieran presenciado discusiones en el seno de esta Cámara para que observaran con qué serenidad el elemento radical de esta Legislatura ofrecía sus brazos al elemento intelectual para orientarlos, para no fracasar; ¿veis una obra más digna de aplauso, más digna de colaboración? Si los Estados Unidos están siempre dispuestos a ayudar a los elementos de progreso, a los elementos que hacen patria, a los elementos que son útiles a la humanidad, este es el momento oportuno de ayudar a México, a la nación mexicana, no a Obregón, no a Calles, no a De la Huerta, no a esta Legislatura, sino al compañero, al hermano de la sangre misma, porque los hombres actuales, los hombres modernos, miran con indiferencia la materia de nacionalidad, y lo único que aprecian, lo único que estiman, por un lado, es el ideal noble y levantado, y por otro lado la maldad, el vicio, lo que hace daño a la humanidad. Yo hago votos por que el pueblo americano se fije más en esta obra revolucionaria, que más que revolucionaria, señores, es obra de humanidad. El paria está tomando la figura de hombre independiente, porque el Gobierno estudia los problemas económicos. El hombre que antes no tenía patria, el hombre que se encontraba en un país de conquista, en un país en donde el extranjero solamente tenía todas la facilidades, hoy quiere que el mexicano tenga derecho a esta patria y a estas riquezas; y si estas labores, si estos esfuerzos de un grupo que comete errores, porque somos inexpertos en estos achaques de gobernar; si un grupo está bienintencionado y este grupo quiere hacer patria, verdaderamente es traidor, no a la patria, sino traidor a la humanidad el que, como el juez de Nueva York, se vende por un plato de lentejas y traiciona, traiciona no a México ni a los Estados Unidos, traiciona a la Humanidad! (Aplausos.) Tengamos cariño por esta labor, compañeros, con ciencia, no perdiendo la serenidad, haciendo siempre la única ventura que puede tremolar un hombre consciente y un hombre de sentimientos: el amor al progreso de nuestra causa y el amor a la patria, que es el progreso de la humanidad. (Aplausos.) Tendamos nuestras miradas hacia los hombres bienintencionados de Norteamérica, y digámosles, como dijera Cristo: " si ustedes son inocentes de estos problemas, si ustedes están faltos de estas dificultades, si ustedes creen haber llegado a la verdadera solución de los problemas sociales, tiren la primera piedra; con amor a México, con ayuda para sus hombres buenos, con un poco de respeto a los
ideales que les legaron sus antepasados, podrán ver en México, no un país de enemigos, no un país de anarquistas, sino un país deseoso de ser bueno, deseoso de ser útil a la humanidad. (Aplausos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Siurob.
El C. Siurub José: Ciudadanos diputados: Es para mí muy sensible que en estos momentos en que, por decirlo así, inicio mi labor dentro de esta honorable Asamblea, sea el hecho de venirme a oponer a un voto de confianza que se piensa dar al Ejecutivo por los miembros de esta respetable Cámara, el que me haga venir a esta tribuna.
No me opongo a ese voto de confianza, porque no crea que no merece respaldarse por todos los mexicanos la actitud de nuestro Gobierno al tomar una enérgica medida aplicando al artículo 33 a ese especulador, a ese individuo que valiéndose de medios reprobables, hace uso contra una nacionalidad que es débil, de todo el poder de un coloso entregado en manos del capitalismo. Pero, señores, vamos a estudiar las cosas, vamos a ver las cosas con calma, y veréis, al final de cuentas, cómo la actitud de nuestro Gobierno ha sido débil frente al coloso del Norte, débil dentro del criterio de prudencia que el mismo Gobierno se ha trazado, débil dentro de las circunstancias políticas en que el Gobierno se encuentra colocado.
Yo hubiera querido que esta sesión hubiera sido secreta para tratar este asunto con mucha mayor franqueza, pero ya que esta sesión ha sido pública y que queréis que el pueblo mexicano conozca a fondo todo lo que se refiere a nuestras relaciones internacionales, yo aplaudo y celebro esta medida, estoy enteramente de acuerdo con que nuestro pueblo conozca algo siquiera de lo que se refiere a nuestras relaciones internacionales, que son ignoradas, por decirlo así, hasta para nosotros mismos. En efecto, hace mucho tiempo vienen cometiéndose por parte del Gobierno de los Estados Unidos actos de hostilidad, actos de verdadera falta de reciprocidad, no para el Gobierno de la República, sino para el pueblo mexicano. No creo sinceramente que estos actos vengan de parte del pueblo mismo de los Estados Unidos, puesto que hemos visto por la prensa, puesto que hemos visto por otros muchos testimonios, que el pueblo de Estados unidos, unas veces por conducto de sus asociaciones de comercio, otras veces por conducto de sus asociaciones científicas, otras veces por conducto de sus representantes, alguna vez de una manera más elevada todavía, por conducto de personas de la misma administración del presidente Hardin, como son los gobernadores de algunos Estados de la parte Sur de la Unión Americana, han estado pidiendo al Gobierno americano que reconozca al Gobierno de México como Gobierno de jure. Señores, vamos a fijarnos bien en las cosas: ¿en qué consiste esta resistencia del Gobierno de los Estados Unidos para reconocer a nuestro Gobierno? ¿Quien niega que el general Obregón fue indudablemente un gobernante electo por la mayoría de los mexicanos? ¿Quién niega que la masa absoluta de los ciudadanos mexicanos le dieron sus sufragios al general Obregón cuando la elección presidencial? ¿Entonces por qué ese obstáculo invencible? ¿Por qué esa barrera infranqueable para el reconocimiento de nuestro Gobierno? Ha cometido o, digo, no ha cometido, sino ha tenido actos de mucha complacencia - yo llamo de extremada complacencia - con el Gobierno de los Estados Unidos, y voy a citar algunos de ellos para que se vea claramente hasta dónde ha llegado nuestro Gobierno en su deseo de demostrar - así lo interpreto yo - la buena voluntad del pueblo mexicano para el pueblo de los Estados Unidos. Recordaréis las excursiones de norteamericanos que vinieron a México hace pocos meses. Estas excursiones venían al país con dinero de la nación, eran transportados en coches especiales, se les alojaba en los hoteles mejores, se les paseaba por todas partes y se les hacía la vida amable dentro de nuestro territorio, y el Gobierno se esmeraba a costa de la nación, a costa de este pueblo oprimido, a costa de este pueblo mismo sufrido, a costa de este pueblo que todavía no logra ver realizados sus ideales, a costa de este pueblo que se ha desgarrado las entrañas para ver triunfantes sus principios y para hacer progresar a la humanidad y progresar él mismo, a costa de la sangre y carne de este pueblo que sale por conducto de su oro, de esa pequeña cantidad de oro que no le han enseñado a ganar nuestros gobiernos anteriores, porque no lo han entrenado para la verdadera lucha dentro de la civilización moderna, a costa de ese oro que es el jugo, la esencia, el sudor del rostro de todos los hombres que trabajan en México, se alimentaba a muchos de ellos los cuales venían también muchos tramps, muchos hombres que no valían la pena de ser recibidos con semejantes consideraciones. No sólo, señores, es la primera vez en nuestro país que el secretario de Hacienda de México va a terreno extranjero a tratar allá negocios que conciernen a nuestro país. El señor secretario de Hacienda ha ido a tratar sobre la deuda de México, sobre las deudas exteriores de México, ha ido a territorio americano, ha tratado allá con inmensas desventajas para él, con inmensa desventaja, porque se encontraba en un medio absolutamente hostil, rodeado de periódicos que le eran hostiles y, sin embargo, de una manera decorosa, porque México, después de la lucha en que se ha visto envuelto para obtener la libertad, ha sido quizá el primer país que ha ido a tratar de solucionar más o menos honestamente su deuda. Pues bien; en estas condiciones, señores, sentándose este precedente, de que un ministro de México vaya a territorio extranjero a tratar los negocios del país, cosa que, en mi criterio, no debió haber sucedido, porque es un precedente que se lega, terrible, a los gobiernos venideros, ¿Cómo correspondieron los Estados Unidos a esta consideración? El convenio se firmó, el pacto se sancionó por unanimidad por este Congreso, no solamente por la Cámara de Diputados, sino por la Cámara de Senadores y, compañeros, a raíz de que el Gobierno da un paso de estos para solucionar su situación económica, a raíz de que el Gobierno adquiere un compromiso formal y legal para que estas cosas entren por un camino recto, se le tilda al Gobierno como una simple corporación, se le somete a los tribunales, se invade el Consulado de México, que es territorio nacional, se atropella nuestra soberanía en los momentos
en que nuestra soberanía va a hacer un rendezvous a la soberanía americana por conducto de su secretario de Hacienda que va a tratar allá con banqueros del país vecino; se rebajan las tarifas de los artículos manufacturados en los Estados Unidos, aun a costa de los artículos que se producen en el país y que con esa competencia terrible que se entabla constituye a la muerte de muchas industrias, como de hecho ha sucedido ya con algunas de ellas, y esta actitud de complacencia, que en realidad halaga al coloso norteamericano en el lado vulnerable, porque el lado vulnerable es precisamente el talón de Aquiles de la clase americana, son las finanzas, es el oro. Y después de que el Gobierno tiene estas consideraciones, ¿cómo se le contesta? Con una nota secreta a los cónsules, o digo, a los jefes de las distintas entidades de la Unión del Gobierno americano, diciendo que Murguía no es un rebelde, o digo, que Murguía no viola las leyes internacionales, porque no se ha rebelado contra un Gobierno reconocido por el Gobierno de los Estados Unidos. Y se excluye a México de todos los Congresos y se le hacen desprecios y se le hacen humillaciones, y esto no es justo, señores, cuando México está luchando honrada y decorosamente por su libertad y cuando México reconoce los compromisos que tiene contraídos. ¿Que asesinatos de americanos dentro de nuestro país? ¿Y no hay más dentro de los Estados Unidos de ciudadanos mexicanos? Pues sí es verdad, hay más allá que aquí; y lo que es peor, ellos están en plena paz, ellos no tienen un pretexto, digamos así; allá quedan impunes los que asesinan a los nuestros. Aquí no, señores, ¿no estáis viendo cómo se castiga inflexiblemente mucho más duramente de lo que la ley dice, al individuo que comete asesinatos en las personas de extranjeros? Todavía nuestro Gobierno envía aquí una iniciativa de ley para que todo individuo que lesione las propiedades de un extranjero sea considerado como un traidor a su patria...
El C. Barragán Enrique, interrumpiendo: ¡Eso es descabellado!
El C. Siurob, continuando: Es descabellado, cómo no, es un acto de debilidad flagrante ante los extranjeros; equivale a suspender las garantías en el país; pero este Congreso nunca podrá aprobarlo porque esto sería una indignidad para nosotros y en esta forma, después de que el Gobierno hace estas cosas para que los Estados Unidos estén satisfechos hasta la saciedad de nuestra buena voluntad para conservar relaciones pacíficas con ellos, todavía el Gobierno americano tiene para nosotros toda esa clase de hostilidades. Los pertrechos de guerra pasan con la mayor facilidad para los levantados en armas contra el Gobierno, a través de la frontera; no existe consideración ninguna ni para el Gobierno mexicano, ni para las autoridades mexicanas, ni para ninguna cosa que sea nuestra.
No parece sino que hay la deliberada intención de seguir hostilizando al Gobierno para hacerlo caer; parece que existe también el deseo de levantar una facción contra otra, y después otra contra otra en este país, a fin de que al cabo el país, debilitado, sea una presa fácil en manos de un imperialismo rapaz. Ved aquí las pruebas de debilidad del Gobierno en el asunto ese de Juan Felipe, de los pozos, se ha dado, en virtud de las facultades extraordinarias, o no sé en virtud de qué facultades el Ejecutivo ha puesto condiciones especiales para la perforación de pozos, y entre ellas se pone, se establece, que la compañía que se organice debe dejar un depósito de tres millones de pesos; ¿qué mexicano puede hacer esto? Ningún mexicano lo puede hacer; esto sólo los extranjeros lo pueden hacer, lo pueden hacer las compañías norteamericanas, por que son las que tienen los fondos suficientes para hacer esta clase de depósitos y, en esta forma, lo que se mata es el nacimiento de la industria nacional en favor de los extranjeros, ¿y en favor de qué extranjeros? Pues en favor de los norteamericanos, que son los únicos que invaden nuestros mercados, que son los que tienen esta clase de negocios. En esta forma, señores, a esta complacencia todavía más del Gobierno de México, ¿cómo se contesta? Ya lo sabéis, en tanto que el Gobierno de México sencillamente se contenta con aplicar al artículo 33 a un individuo que no reconoce al Gobierno y que, sin embargo, viene a tener negocios con el Gobierno de México y que ese individuo es un aventurero...
El C. Barragán, interrumpiendo: ¡Es un coyote!
El C. Siurob, continuando: Sí, señor, es un coyote, es un aventurero. Ahora bien; en esta forma, ¿cómo va a ser posible, señores, que yo admita este voto de confianza, cuando el Gobierno no ha tenido más que este rasgo pequeñísimo, que ya no lo llamaremos de debilidad, sino que es como el que, ya no pudiendo hacer otra cosa, se contenta, cuando menos, con quitarse lo más burdo, lo que ya materialmente es una aberración, lo que ya materialmente es una execración para un país cualquiera? El Gobierno, desde el primer acto que se cometió contra la soberanía, desde aquel primer atropello de Nueva York en que declaró que nuestro Gobierno no era más que una sociedad anónima, un conglomerado, desde entonces debía haberse protestado en nombre de la soberanía, y dejar de estar favoreciendo en esta forma los intereses extranjeros, porque estamos viendo que ese favor no le ha servido más que de cebo, porque estamos viendo que ese favor no le ha servido más que para tras de esa concesión solicitar otra, tras de ese favor solicitar otro mayor, y en cuestiones de dinero, los financieros americanos son insaciables, como hijos de los financieros ingleses, que también son insaciables...
El C. Barragán, interrumpiendo: ¡Y pérfidos!
El C. Siurob, continuando: ... pero al menos aquellos tienen un límite; pero al menos aquellos llega un momento en que, por lo menos, tienen consideración para la causa de la humanidad; lo estamos viendo con motivo de la guerra europea; pero, señores, en este caso no es que yo quiera censurar realmente al pueblo de los Estados Unidos; es que creo que su Gobierno sí es digno de censura por la actitud que está observando para el Gobierno de México; es que creo que nuestro Gobierno ha cometido, francamente, actos de debilidad en la política internacional. A Venustiano Carranza, cuando traicionó los principios, cuando se puso sobre la revolución, cuando pisoteó de una manera
flagrante, de una manera terrible los principios revolucionarios, entonces yo fui el primero en levantarme en esta propia tribuna para censurar a ese pobre hombre de una manera enérgica, acre y dura y, sin embargo, en una sola cosa le hice yo justicia: en su actitud internacional. Allí están los DIARIO DE LOS DEBATES para que no se diga que ahora lo vengo a decir aquí; lo dije entonces y lo vuelvo a repetir hoy mismo. (Aplausos.) Hubo un momento en que el mismo Venustiano Carranza exageró su actitud y fue imprudente, y en ese momento en que Venustiano Carranza fue imprudente, yo también vine a censurar la imprudencia; pero, señores, la actitud fue más francamente digna. Yo no digo que la actitud del Gobierno mexicano haya sido indigna, no, señores, pero sí que ha tenido demasiadas complacencias con hombres que no tienen absolutamente ningunas para nosotros ¿Qué es, señores, en el fondo un voto de confianza? En primer lugar el voto de confianza no está bien dentro de nuestro sistema; está dentro del sistema parlamentario; pero como éste no es un sistema parlamentario, no procede, pues, un voto de confianza; procederá una discusión en que se aplauda la actitud del Gobierno por los que sean partidarios de esa actitud, o en que nosotros los que seamos partidarios de una actitud más enérgica, los netamente entusiastas, dentro del criterio de prudencia que se ha trazado, pidamos que adopte una actitud más digna frente a los hombres que, creyendo en nuestra excesiva debilidad, están abusando de la complacencia que nuestro Gobierno ha tenido para con ellos. Yo no quiero sino que el Gobierno se rectifique; yo no quiero sino que el Gobierno realmente sea el representante de los principios; yo no quiero si no que el Gobierno cumpla con esos principios; yo no quiero si no que nuestra nacionalidad dentro del criterio puro, absolutamente revolucionario, camine hacia adelante de una manera firme, enhiesta, serena; pero ahí tenéis cómo el propio Gobierno da origen a estas cosas. La causa de esta actitud contra el Gobierno es el desbarajuste terrible que hay en los ferrocarriles y que tanto hemos censurado; de esta falta de formalidad para hacer contratos con extranjeros y luego después, en circunstancias especiales, no proceder con la debida rectitud en el momento preciso. Ya lo creo que esto no puede servir de norma para el Gobierno americano, pues cualquiera que reconoce lo más, reconoce lo menos, y si el pueblo mexicano, por conducto de su actual Gobierno, ha reconocido todas las deudas grandes, enormes, de miles, de millones de pesos, que bastan para empobrecer a un país o para imponerles duros y tremendos sacrificios, ¿como no había de responder por una concesión miserable de uno de tantos tramps especuladores que llegan a nuestro país? Pero esta forma no es el modo; no creo que el acto del Gobierno mexicano sea capaz de merecer un voto de confianza. Yo sí creo que es un acto plausible, creo que es el primer acto del Gobierno mexicano que reaccione en contra de actos sucesivos, de actos constantes de hostilidad para nuestro país; pero no creo sencillamente que eso baste para dar un voto de confianza. Yo, sencillamente, señores representantes - y esta es mi humilde opinión, es la opinión de la minoría de mi partido, de esos tres o cuatro peleceanos que estamos aquí, que han quedado dentro de esta Asamblea - digo desde esta tribuna que no estoy conforme con ese voto de confianza, no porque no crea que la actitud del Gobierno, obrando con dignidad, no sea justa, sin o que debió haber sido justa desde mucho tiempo antes, y debió haber sido más enérgica, firme, decidida dentro del criterio de salvaguardar el decoro de nuestra nación y la responsabilidad de nuestra soberanía. Los sacrificios todos que el pueblo ha hecho para darse un Gobierno legítimo y honrado.
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Padilla.
El C. Espinosa Luis: Pido la palabra. Hago del conocimiento de la Asamblea que no estaba inscripto nadie en contra y que fui yo a pedir con tiempo más que oportuno, que se inscribiese al licenciado Vasconcelos y al que habla para hacer uso de la palabra en contra; de tal manera que reclamo con todo derecho que se nos haga el honor de inscribirnos en contra, supuesto que lo he pedido en tiempo oportuno.
El C. presidente: La Presidencia se permite manifestar a la Asamblea, que hasta ahora se han inscripto en contra, tanto el ciudadano Espinosa como el ciudadano Vasconcelos; pero habiéndose inscripto anteriormente en contra el ciudadano Padilla, tiene la palabra en contra el ciudadano Padilla.
El C. Espinosa: No había inscriptos antes en contra. (Murmullos. Desorden.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Padilla.
El C. Padilla: Señores diputados : Yo voy a ser enteramente breve, porque estoy inspirado en esta profunda creencia y en esta honda y deliberada resolución: que los asuntos en que en el porvenir, en que los finos hilos diplomáticos de la nación, en que todos los secretos resortes que un pueblo débil mueve angustiosamente para salvarse de una tragedia, para salvarse de una lucha en que la derrota puede ser gloriosa, pero sin duda segura, no se deben tratar por medio de la pasión política que mueve a las asambleas, por medio de la pasión política que se mueve en el seno de las Cámaras; verdad que respetan no sólo las asambleas de los pueblos débiles, sino las asambleas de los pueblos poderosos, porque no se tiene el derecho de poner en la turbulencia de las pasiones de una Cámara el destino de todos los humildes, el destino de los pueblos que van a morir seguramente en las trincheras, muchas veces, cuando los diputados que encienden y encrespan las oleadas de las opiniones bélicas se quedan para decir discursos brillantes en las tribunas o en sus curules. (Aplausos.) Yo solamente, señores, voy a referirme al caso concreto del voto de confianza y a oponerme a él y no quiero recoger del distinguido oposicionista, señor Siurob, los cargos que ha hecho al Gobierno de la nación en lo que se refiere a su timidez enfrente de los grandes problemas internacionales, porque, repito, yo no deseo encrespar opiniones, por que es necesario tener la suprema responsabilidad de lo que se hace en casos semejantes; por eso no impugno al señor Siurob en el caso De la Huerta, que tanto censura, por
haberse presentado en Nueva York, rompiendo las formas protocolarias en esta época, en que todos los moldes se desploman, por el anhelo de resolver los grandes problemas palpitantes de una nación en tragedia desde hace diez años - y es necesario traer a la memoria del doctor Siurob, que no un ministro, que un presidente, como Wilson, pudo asistir en Francia, en contra muchas veces de opiniones muy acres de su pueblo, a defender los derechos de su país, trasponiendo el océano, dirigiéndose al seno de países que en comparación con los Estados Unidos en esa época, eran más débiles y necesitaban urgentemente la cooperación de ese gran pueblo -. ¿Qué, pues, tiene de extraño, señor Siurob, que nosotros hayamos visto a un ministro de Hacienda movido por un anhelo salvador, movido por un anhelo desinteresado por llevar la bandera angustiosa, pero llena de honor, cumplir con su deber, las obligaciones de un país en desgracia inmerecida? Creo, por lo tanto, señores, que no es el momento de hacer cargos infundados. ¡Es muy difícil comprender el papel de los débiles!, porque el sacrificarse enfrente de los poderosos, porque refrenar la pasión llena de cólera y de rabia, que es el movimiento de |ímpetu de todos los hombres, significa también una gloria, como cuando se vio Alemania en el momento en que tenía todas sus fuerzas pujantes, enormes de poder todavía para defender la tierra de la patria, para poder continuar una batalla larga, refrenar ese anhelo y declararse en derrota para no derramar más sangre! Ese sacrificio es una gloria alemana, es una gloria de la humanidad, es una gloria en estos momentos en que los pueblos ya piden que no se lleven al sacrificio a los hombres nada más por dejar desbordadas las pasiones políticas y por arrojar sobre la humanidad frases brillantes, discursos maravillosos que tienen el secreto irresponsable de levantar en turbulencias que traen tragedias, el alma colérica de los pueblos. (Aplausos.) Me opongo al voto de confianza señores, por esta razón: porque ya es tiempo de que nos acostumbremos a mirar el cumplimiento del deber como una acción serena; (Aplausos.) porque ya es tiempo de que sepamos hacernos eco de esa inspiración que dictó en nuestra Constitución Política la frase de que "si no sabéis cumplir con vuestro deber, la nación os lo reclamará", y que supo suprimir la frase de "si sabéis cumplir con vuestro deber, la nación os lo premiará!" No es necesario premiar con votos de confianza ni de ninguna otra manera el cumplimiento del deber de nuestro gobernantes. (Aplausos nutridos.)
El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Espinosa. (Siseos. Desorden.)
El C. Martínez Adame: Reclamo el quórum.
El C. presidente: Habiendo reclamado el quórum el ciudadano Martínez Adame, se va a proceder a pasar lista.
El C. secretario Gandarilla: Se suplica al ciudadano Martínez Adame pase a auxiliar a la Secretaría y pase lista, ya que se trata de asuntos trascendentales que no deben suspenderse.
El C. Martínez Adame: Yo no puedo tampoco pasar lista. (Voces: ¡No hay quórum!)
El C. González Garza: Es inútil el trabajo de pasar lista ; realmente no hay quórum.
El C. presidente: Que se sirva pasar lista el ciudadano Gandarilla.
El C. secretario Gandarilla: Haciendo constar mi protesta, cumplo con mi obligación de secretario.
El C. González Garza: ¿Por qué protesta? ¿Qué protesta?
El C. secretario Gandarilla: Con permiso de la Presidencia, voy a contestar al señor González Garza. (Voces: ¡No hay quórum! Murmullos. Campanilla.)
El C. Alvarez de Castillo: Moción de orden, señor presidente. Un ciudadano diputado ha solicitado que se pase lista, y puesto que, según él, no hay quórum, lo que procede es que se pase lista inmediatamente. (Voces: ¡No hay quórum!)
El C. Espinosa Luis: Pido la palabra para una moción de orden. Está más que justificada la conducta del compañero Gandarilla, cuya honradez es reconocida por esta Asamblea. Razón de sobra tiene en rehusarse a pasar lista, ya que se trata en este momento de una maniobra indecorosa, pues hay muchos compañeros en los pasillos que deliberadamente se han salido para descompletar el quórum.
El C. González Garza: Para no escuchar las barbaridades que va usted a decir. (Risas.)
El C. Espinosa: Mañana las escuchara usted, señor.
El C. presidente: La Presidencia aclara que el ciudadano Gandarilla no tiene más que cumplir con su deber. Proceda el ciudadano Gandarilla a pasar lista.
(El C. secretario Gandarilla pasa lista.)
El C. Montero Villar: Moción de orden, señor presidente.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Montero Villar.
El C. Montero Villar: Creo que podemos ahorrar a la Secretaría el trabajo de pasar lista si su señoría se sirve ver que es inútil pasarla.
El C. presidente, a las 20: Siendo visible la falta de quórum, se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis.