Legislatura XXX - Año I - Período Ordinario - Fecha 19221127 - Número de Diario 61

(L30A1P1oN061F19221127.xml)Núm. Diario:61

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 27 DE NOVIEMBRE DE 1922

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 22 de Septiembre de 1921

AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XXX LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 61

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 27

DE NOVIEMBRE DE 1922

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de anterior.

2.- Cartera. La Secretaría de Gobernación envía el proyecto de Presupuesto de Egresos del Gobierno del Distrito para 1923; recibo y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta. Usa de la palabra para hechos el C. diputado Romeo Ortega.

3.- Continúa a discusión en lo particular, el proyecto de Presupuesto de Egresos para 1923, correspondiente al Gobierno del Distrito. Se suspende la Sesión.

4.- Reanudada ésta, se da cuenta con los documentos en cartera, concediéndose licencia a los CC. diputados Velarde y Martínez Rojas. - Segunda lectura a la iniciativa de los CC. diputados Espinosa Luis y Solís A., relativa al establecimiento de una Escuela Granja en Tapachula, Chiapas; a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

5.- Son aprobados 5 dictámenes de las comisiones 3a. de Guerra, 1a. de Hacienda, 3a. de Guerra, 1a. de Guerra y 1a. de Hacienda, relativos a las pensiones que solicitan las personas siguientes: señorita Carmen Díaz; señora Ana Luisa Cardeña viuda de Mateos Alarcón; señorita Francisca García Sánchez; señora Carmen Trillo viuda de Saucedo y C. Daniel Larios. 6.- Se discute y desecha la proposición del C. diputado Espinosa Luis, referente a que se discuta en esta sesión la Ley de Amnistía.

7.- Dictamen de las comisiones unidas 2a. de Gobernación y 1a. de Guerra, por el que se deroga el decreto que autorizó al Gobierno del Estado de Hidalgo para organizar fuerzas de seguridad en el referido Estado; se le dispensan las lecturas; a votación, se levanta la sesión por falta de "quórum".

DEBATE

Presidencia del

C. FRANCO URIAS SALVADOR

(Asistencia de 133 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 11.12: Se abre la sesión.

- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veinticinco de noviembre de mil novecientos veintidós.

"Presidencia del C. Salvador Franco Urías.

"En la ciudad de México, a las once horas y treinta minutos del sábado veinticinco de noviembre de mil novecientos veintidós, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y tres ciudadanos diputados.

"Sin debate se aprobó el acta de la sesión celebrada el día anterior. "Continúo la discusión del presupuesto del Gobierno del Distrito Federal. "La dos partidas que se refieren a agentes foráneos recaudadores del Departamento de Recaudación, Cobranzas y Pagos y acerca de las cuales se trató en la sesión anterior, fueron reservadas para su votación.

"De acuerdo con las observaciones que hizo el C. Mauricio Gómez, el Departamento de Cuenta General fue reformado en su totalidad por la sección dictaminadora y se le agregó la Sección de Archivo, reservándose para su votación.

"La Secretaría declaró que las demás partidas del Ramo Segundo que no habían sido objetadas, se reservaran para su votación.

"Presidencia del C. José Manuel Puig y Casauranc.

"Del Ramo Tercero fueron reservadas para su votación, sin debate, las partidas del Registro Público de la Propiedad y del Comercio.

"Respecto de las partidas de la Comisión Local Agraria, se suscitó un debate en que tomaron parte los CC. Romeo Ortega, Manrique, Barón Obregón, Mortero Villar, Fabila, Apolonio R. Guzmán y Ricardo Covarrubias, éste como miembro de la sección dictaminadora. Como consecuencia de esta discusión, y después de una moción de orden del C. Alvarez del Castillo, se agregó un oficial primero con diez pesos diarios; se pusieron cuatro ingenieros topógrafos en vez de tres; un dibujante calculista con doce pesos diarios en lugar de nueve; al ayudante de ingenieros se le aumentó el sueldo de seis a siete pesos diarios y se establecieron dos plazas de taquimecanógrafos con seis pesos diarios en vez de una. Todas estas partidas se reservaron para su votación unión de las no objetadas de la Comisión Local Agraria.

"La Presidencia, por las razones que dió a conocer, expresó su resolución de levantar la sesión, y a ello se opusieron los CC. Manrique, Luis Espinosa y García Téllez. El C. Arce apoyó la decisión de la Presidencia y el C. Alvarez del Castillo

propuso que se consultara sobre el particular a la Cámara. La Presidencia hizo aclaraciones y los CC. Padilla y Luis Espinosa mociones de orden.

"A solicitud del C. Manrique, debidamente apoyado, se recogió votación nominal, y por ciento treinta y dos votos de la afirmativa contra diez y siete de la negativa, la Asamblea aprobó la determinación del ciudadano presidente.

"A las doce horas y cincuenta y siete minutos se levantó la sesión y se citó para las diez horas del próximo lunes veintisiete."

Esta a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Poder Ejecutivo Federal. - México. - Estados Unidos Mexicanos. - Secretaría de Hacienda y Crédito Público. - Departamento de Legislación. - Sección de Presupuestos. - Número 1273 E. - Anexo.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados al Congreso de la Unión.

"Para su estudio y aprobación por esa H. Cámara, con el presente oficio tengo la honra de acompañar a ustedes el proyecto de presupuesto de egresos del gobierno del Distrito Federal para el año próximo de 1923.

"Me es grato, con este motivo, reiterar a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección. - México, a 24 de noviembre de 1922. - P. O. del secretario, el oficial mayor, T. Orozco, jr." - Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"Nota. - Monterrey, noviembre 25 de 1922.

"Ciudadanos diputados secretarios de la H. Cámara de la Unión. - México. "23.30. - Federación Regional Sociedades Obreros Nuevo León, integradas por dieciocho mil trabajadores, solicitan con toda atención y respeto de esa H. Cámara de la Unión, se sirva ordenar deténganse cadáver Apóstol Flores Magón un día Monterrey, para que obreros este centro industrial ríndale merecido y justo homenaje.

"Anticípanse cumplidas gracias. - Reiterando atenta consideración y respeto.- Francisco Muzquiz Guzmán, secretario del Exterior. - 3.06.- Día 26." - A la comisión especial que corresponde este asunto.

El C. presidente: Tiene la palabra para hechos el ciudadano Ortega Romeo. (Murmullos.)

El C. Ortega Romeo: Ciudadanos diputados: Me siento verdaderamente apenado con molestar la atención de ustedes para un asunto que no hubiera sido por la forma en que la prensa de la mañana ha dado la noticia, tal como ustedes, seguramente la han leído, desde luego no tendría yo el derecho de venir a molestar la atención de esta Asamblea.

Acostumbro yo, como les consta a muchos de los ciudadanos diputados, recorrer el distrito electoral que represento, todos los domingos. En estos recorridos voy conociendo a las personas y a los individuos, sean del partido que fueren, y voy prestándoles la ayuda personal de mi profesión que ellos necesitan o que ellos reclaman. Siguiendo esa costumbre, el día de ayer estuve en el pueblo de Xochimilco, y después de comer se me presentó un vecino de esa municipalidad, diciéndome que se encontraba detenido en el corral del consejo, por daños causados en una sementera, un ganado que llevaba varios días sin que el Ayuntamiento le diera de comer y que seguramente el Ayuntamiento no pagaría las pérdidas que iba a sufrir. Esperé que transcurriera un poco de tiempo y fui a hablar con el presidente municipal, que se encontraba cerca del corral del Consejo, y le indiqué mi deseo y me dijo que si se pagaba el daño no habría inconveniente para que saliese el ganado. Pregunté cuánto era, y como no llevaba yo en el bolsillo lo suficiente para pagar ese daño, quedé yo responsable del importe, y tan fue así, que los propios empleados del Consejo abrieron el corral y el ganado salió. Me retiraba yo a la calle derecha donde está situado el corral del Consejo, cuando siguiendo también la costumbre que siempre tienen esos pueblos, un grupo de amigos y simpatizadores me detuvieron indicándome que la Policía de la Presidencia Municipal se encontraba armada y pretendía cargar sobre ellos. Yo me acerqué al comandante de Policía y le indiqué enérgicamente que no debía cargar sobre ese pueblo que no estaba delinquiendo, que no había absolutamente razón para que se le vejara; la Policía al principio accedió, y ya se retiraban cuando por la esquina opuesta se presentó un grupo que encabezaba un profesor de la localidad que pretende ser presidente municipal de allá, con un cartelón y quince individuos. Al ver que podía haber una fricción me retiré del lugar, entré a la fonda y fui a la casa de la dueña de la fonda donde permanecí y oí que se dispararon algunos tiros, sin que yo supiera no quiénes disparaban ni quiénes habían sido los lesionados. La gente que me acompañaba se quedó en la casa, donde fui sitiado por la Policía de la municipalidad hasta las tres de la mañana en que la Comandancia de México, a indicación de algunas personas de Xochimilco, mandó en mi auxilio cincuenta hombres que al llegar fueron tiroteados por la Policía. Así pues, como la versión que publican los diarios de la mañana es la que tiene origen en la Presidencia Municipal, y como, por otra parte, por mis antecedentes personales de honorabilidad, de honradez, de falta absoluta de vicios, porque nunca los he tenido, del respeto a mí mismo y del respeto que tengo a las asambleas o colectividades donde me encuentro, me sentí verdaderamente indignado por esa apreciación del presidente municipal. Por fortuna los hechos han sido ya consignados a la justicia que dirá la última palabra sobre ese asunto, pero de todos modos mi conciencia, mi deber y mi honor me obligan a poner en conocimiento de ustedes estos hechos para que guarden su juicio y no vayan a incurrir en juicios

temerarios antes de que conozcan real y efectivamente las cosas. Yo ruego, pues, señores diputados, que me perdonen que haya detenido un momento el curso de esta sesión con hechos que seguramente son molestos y no debían nunca tratarse en esta Asamblea nacional. (Aplausos.)

El C. secretario Barón Obregón: Continúa a discusión el dictamen de la Comisión de Presupuestos relativo al Gobierno del Distrito Federal, ramo tercero, en la parte que se relaciona con la Junta de Conciliación y Arbitraje. Está a discusión.

El C. Martínez Adame: Pido la palabra.

El C. Gutiérrez José F.: Pido la palabra para una interpelación.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gutiérrez.

El C. Gutiérrez José F.: En el proyecto de presupuesto presentado por la comisión se encuentra en la partida que se refiere a la Junta de Conciliación y Arbitraje, un representante del Gobierno con el cargo de honorario. Y yo me supongo que los miembros de la comisión, o no saben lo que es la Junta de Conciliación y Arbitraje, o no tienen conocimiento de las funciones que desempeña el representante del Gobierno en esa junta; por lo tanto, y antes de pasar a argumentar sobre las razones que tenemos para pedir a la comisión que retire la partida del representante honorario del Gobierno y le fije un sueldo, deseamos oír cuáles fueron las razones que tuvo la comisión para incluir en esta partida a un representante del Gobierno con el carácter de honorario.

El C. secretario Barón Obregón: La Secretaría va informar al ciudadano Gutiérrez la Secretaría va informar al ciudadano Gutiérrez José F., que no encontrándose en estos momentos ningún miembro de la comisión dictaminadora de este presupuesto, se va a consultar a la Asamblea si se pospone la discusión de esta partida, porque aun cuando el ciudadano Barragán, que es miembro de la comisión, podría contestar, no está completamente documentado en este ramo, pero si podría hacerlo sobre otros ramos del mismo presupuesto. En consecuencia, se consulta a la Asamblea si se aplaza la discusión de esta partida. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se aplaza la discusión de esta partida. Está a discusión el ramo cuarto. Los ciudadanos diputados que deseen objetar algunas partidas pueden pasar a inscribirse; se relacionan con la administración de justicia. Está a discusión la partida primera que se relaciona con la Procuraduría General, que dice:

"Un procurador general $ 35.00

"Seis agentes auxiliares del procurador $ 22.00

"Veintidós agentes $ 20.00

"Un oficial mayor $ 15.00

"Un oficial 1o. encargado de la Sección de Estadística $ 12.00

"Cinco oficiales terceros auxiliares $ 7.00

"Diez taquimecanógrafos $ 6.00

"Doce mecanógrafos $ 5.00

"Un chauffeur $ 6.00

"Un ayudante de chauffeur $ 4.00

"Seis mozos $ 3.00

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Martínez Adame.

El C. secretario Barón Obregón: La Presidencia , por conducto de la Secretaría, manifiesta a la Asamblea que encontrándose presenta ya el ciudadano Covarrubias, miembro de la Comisión dictaminadora, quien podrá atender todas las interpelaciones de los ciudadanos diputados, nuevamente se pone a discusión la partida relativa a la Junta de Conciliación y Arbitraje. Está a discusión.

El C. Gutiérrez José F.: Hace un momento manifestaba que en el proyecto de presupuestos presentado por la Comisión respectiva, en lo que se refiere a la Junta de Conciliación y Arbitraje, que depende actualmente del Gobierno del Distrito, se encuentra en dicha partida consignado un representante del Gobierno del Distrito o un representante del Gobierno con el carácter de honorario. Como del Gobierno con el carácter del representante del Gobierno en la Junta de Concialiación y Arbitraje tiene funciones perfectamente definidas y por lo tanto se encuentra en condiciones en que no es posible aceptar que el representante del Gobierno del Distrito en dicha Junta de Conciliación y Arbitraje esté al frente de dicha Junta con el carácter de honorario, yo ruego muy atentamente a los miembros de la comisión se sirvan expresar cuáles fueron las razones o lo motivos que han tenido para poner al representante de la Junta de Conciliación y Arbitraje con el carácter de honorario, a fin de que pueda yo exponer los razonamientos que a mi juicio son del caso para demostrar que el representante del Gobierno en la Junta de Conciliación y Arbitraje no puede tener el carácter de honorario, porque esto sería hacer fracasar los intereses de los trabajadores.

Presidencia del

C. GONZÁLEZ ONESIMO

El C. Covarrubias: Estimado compañero Gutiérrez: Quisiera yo en realidad ser un perito en Derecho Constitucional con el fin precisamente de disertar a propósito de la Junta de Conciliación y Arbitraje. Bien es sabido por su señoría que las Juntas de Conciliación y Arbitraje están comprendidas en el artículo 123 constitucional, que no está perfectamente reglamentado; pero someramente el criterio de la comisión en este caso es el que paso a exponer. Junta de Conciliación y Arbitraje, tal como el artículo 123 lo expresa, es la reunión en donde los industriales y los trabajadores presididos por un representante del Gobierno van a hacer que los asuntos de fácil solución, que los asuntos de pugna de interés, llamaríamos incidentales, o quizás trascedentales, pero que más o menos todavía pueden hermanarse, van a someterse a ese tribunal con el fin de encontrar una solución. (Voces: ¡No! ¡No!) este es el criterio expreso de la comisión. Si no

estoy en lo justo, compañeros, todos están en condiciones de poder disertar sobre esto, y ya he expresado yo que no soy perito en Derecho Constitucional; serlo precisamente con el fin de poder sostener brillantemente esta teoría.

La Junta de Conciliación y Arbitraje, sigo diciendo, en el concepto de la Comisión -ratifico-, es aquella reunión de representantes de obreros y de industriales, presididos por un representante del Gobierno, con el fin de solucionar los conflictos ya incidentales, ya trascedentales que existan entre el capital y el trabajo, sin usar para esto los procedimientos jurídicos que se dejan totalmente aparte. Naturalmente, Junta de Conciliación y Arbitraje, compañero Gutiérrez, al entender de la Comisión, significa la presencia de representantes obreros y la presencia de representantes capitalistas. Desgraciadamente la falta de reglamentación del artículo 123 constitucional, reglamentación que en la conciencia de todos está que debería darse cuanto antes, ha motivado que esta juntas de conciliación y Arbitraje no sean tales juntas de conciliación y arbitraje. La práctica, que es la que todo realmente lo revela; la práctica, que es la única que debemos tomar en consideración en estos momentos, a propósito de las partidas que están a discusión, ha dado esta conclusión única: la Junta de Conciliación y Arbitraje de la ciudad de México, no es Junta de Conciliación y Arbitraje: es un verdadero tribunal de arbitraje, es un tribunal de arbitraje en donde de una manera atropellada el representante del Gobierno hace la veces de juez conciliador. No hay en estas juntas de Conciliación y Arbitraje ni representantes obreros ni representantes capitalistas; no hay sino un verdadero juez nombrado por el Gobierno del Distrito, que preside los debates en los casos incidentales que se le presentan e intenta conciliarlos. De aquí, ciudadanos diputados, que nosotros precisamente hayamos dejado este asunto para que la Asamblea sea la única que venga a darle la solución última y definitiva, la práctica, de la cual tiene la convicción profunda la comisión, de que es lo único que en su concepto debe tomarse en consideración, nos dice: no hay tal Junta de Conciliación y Arbitraje; en la ciudad de México no hay representantes nombrados por los obreros de acuerdo con el artículo 123 constitucional; tampoco los industriales tienen, o los capitalistas, tienen nombrados representantes para la Junta de Conciliación y Arbitraje; por consiguiente, no hay si no un representante del Gobierno que asiste a una oficina que hace veces de verdadero juzgado conciliador. Si esto es realmente lo que hay en la práctica, es necesario darle a cada cosa su verdadero nombre. ¿Para qué sostenemos nosotros la Junta Central de Conciliación y Arbitraje en el presupuesto, cuando sabemos perfectamente bien que la Junta de Conciliación y Arbitraje no existe, y no existe por la falta de reglamentación, y no existe no porque no deba existir, sino porque en el momento porque atravesamos no hay representante de los obreros y no hay representante de los industriales? Por consiguiente, démosle a cada cosa su nombre. ¿Queremos que haya un juez conciliador de esta institución, un juzgado conciliador benéfico realmente a los obreros, benéfico realmente a la justicia misma, porque evita que muchos asuntos vayan a la larga tramitación que no deberían tener de otra manera? Vámosles dando su nombre, vamos estableciendo un tribunal conciliador; pero no vayamos a prostituir el nombre de Junta de Conciliación y Arbitraje, porque si esta prostitución se hace en la capital de la República, debería resonar forzosamente en los diversos Estados, y así llegamos a esta conclusión, ciudadanos representantes: la Junta de Conciliación y Arbitraje, antes de poder existir, está siendo violada, porque está siendo transformada en un tribunal de conciliación. ¿Quiere la Representación Nacional el establecimiento de un tribunal conciliador en la ciudad de México? La comisión no tiene inconveniente en decir que el juez conciliador debe tener un sueldo de tantos más cuantos pesos diarios; pero ¿quiere la Representación Nacional que se prostituya la sagrada institución de la Junta de Conciliación y Arbitraje, dándole la mezquina resonancia de un tribunal de representación? Ese fue el criterio de la comisión por lo que respecta a las juntas de Conciliación y Arbitraje. No debemos prostituirlas antes de que verdaderamente existan; no debemos darles funciones que no deben tener y, por consiguiente, el representante del Gobierno ante la Junta de Conciliación y Arbitraje no puede ser, según el criterio de la comisión, un empleado a sueldo; el representante del Gobierno en la Junta de Conciliación y Arbitraje creemos que tiene una misión más alta, una misión moral enorme, grandisíma, una misión moral que no podrá pagarse absolutamente con nada: necesita ser un hombre de prestigio ante los obreros y un hombre de prestigio ante los industriales; necesita ser verdaderamente un representante de la política general del Ejecutivo; necesita ser, quizá, en muchas ocasiones, el propio presidente de la República, con el fin de que si el asunto, naturalmente, lleva una trascendencia enorme. (Murmullos.) ... Yo no discuto la opinión de la comisión. Por consiguiente, si ésta es la misión del representante del Gobierno y si la Junta de Conciliación y Arbitraje no puede existir por falta de reglamentación, démosle a cada cosa su nombre. La práctica, compañero Gutiérrez, esa práctica a la que me vuelvo a referir, ha dicho ya que en la ciudad de México este tribunal conciliador, este tribunal de arbitraje, prostituído por el falso nombre que se le da, prostituyéndose esta sagrada institución, que no está reglamentada por no estar reglamentado el artículo 123, es, en los momentos actuales, absolutamente indispensable, pero es indispensable desde el punto de vista no nombrar un juez conciliador. Por consiguiente, la comisión deja esto: el representante del Gobierno en la Junta de conciliación y Arbitraje necesita ser, según el criterio de la comisión a que tengo la honra de pertenecer, un individuo de grande fuerza moral y de grande importancia entre los gremios obreros y ante el mismo capital. Por consiguiente, el representante del Gobierno ante la Junta de Conciliación y Arbitraje no puede ser en todos los casos el mismo individuo, ni podrá tampoco ser un verdadero empleado a sueldo. Para el tribunal de arbitraje, para el tribunal conciliador que

realmente hace falta, se necesita el nombramiento de un juez, pero dándole su nombre. Ese no es representante del Gobierno, ese es un juez, un juez que va a fallar, un juez que no va a tener más derecho, más autoridad que la autoridad moral, la autoridad de su conciencia, un juez que falle allí con la pureza que se necesita, con el fin de darles a los obreros, con el fin de darles a los industriales el merecimiento que en cada caso tengan, según la razón que les asista. Este es el criterio de la comisión y, por consiguiente, en la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, sigo sosteniendo que el representante del Ejecutivo tendrá que ser un cargo honorario mientras no se haga una reglamentación debida y se diga el criterio de la Asamblea cómo deba ser; pero, naturalmente, no podemos dejar de consignar un personal en esta Junta de Conciliación y Arbitraje, ya que vuelvo a decir, se necesita, por la práctica viciada, por la práctica verdaderamente indispensable que ya se ha llevado en la ciudad de México; por eso hemos sostenido un secretario abogado para la defensa de los obreros; por eso hemos sostenido algunos auxiliares del jefe de la Junta, para que sean verdaderos árbitros; por eso hemos sostenido algunas personas dependientes de esta oficina; pero, repito, en nuestro criterio está que la Junta de Conciliación y Arbitraje, mientras no esté debidamente reglamentada, no debe sino tratar de respetársele, no debe tratar sino de prestigiársele.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gutiérrez José F.

El C. Gutiérrez José F.: Honorable Asamblea: Por primera vez durante el curso de la discusión del presupuesto del Gobierno del Distrito, he visto que la comisión encargada de formular dicho proyecto de presupuesto, se ajusta en todo a la verdad y se ajusta en todo a los procedimientos que deben seguirse para lo futuro. Efectivamente; la Junta de Conciliación y Arbitraje que actualmente funciona en el Gobierno del Distrito, o dependiendo de esa oficina del Ejecutivo, no es propiamente una Junta de Conciliación; pero precisamente por que no es una Junta de Conciliación y Arbitraje tal y como la Constitución indica que debe formarse ésta y tal y como debiera estar organizada, si la reglamentación del artículo 123 se hubiera llevado a cabo, por esa sola razón es por la que yo me permito venir a sostener la inconveniencia de que el representante del Gobierno en la Junta de Conciliación y Arbitraje, sea un individuo que desempeñe este puesto con el carácter de honorario. El ciudadano Covarrubias, miembro de la Comisión de Presupuestos, nos indica que las funciones del representante del Gobierno en la Junta de Conciliación y Arbitraje, son las de un verdadero juez conciliador y, precisamente, señores, al discutirse el Ramo Tercero del presupuesto, que se refiere al Poder Judicial, pugnábamos desde esta tribuna porque en la Administración de Justicia se encontraran los elementos, se encontraran los funcionarios que desempeñan los cargos de jueces, con un sueldo que les permitiera vivir decorosamente y que a la vez, los pusiera a salvo de las tentaciones del oro capitalista, del oro corruptor. ¿Como va a ser posible que un individuo que desempeña las funciones de juez, con el carácter de honorario, no sea susceptible de malearse, no sea susceptible de prestarse a la corruptela del capitalismo, que seguramente habrá de tender sus tentáculos para influenciarlo cada vez que se trate de dilucidar un asunto en que los intereses de los trabajadores y los intereses del capital estén de por medio? No es posible convenir en que un juez sin sueldo pueda desempeñar con toda la honorabilidad y con toda la honradez que en estos casos se necesita, el puesto, para dejar satisfechos tanto los intereses del capital como los intereses del trabajo. Seguramente se pretende que los intereses de los trabajadores , por el simple hecho de que la Junta de Conciliación y Arbitraje no se encuentre reglamentada todavía, no por culpa de los trabajadores, sino por culpa de las legislaturas anteriores y por culpa de los capitalistas, que han sabido moverse, no cerca de la Cámara de Diputados, pero sí cerca de la Cámara de Senadores, de ese anaquel de infolios viejos donde la reacción se apodera de las conciencias para impedir que la reglamentación salida de la Cámara de Diputados en la Legislatura pasada, hubiera llegado a la meta; porque allí, en el Archivo de la Cámara de Senadores, está empolvándose y durmiendo el sueño de los justos todavía, y no es porque en la Cámara de Senadores no haya habido individuos con tendencias bien definidas y dispuestos a llevar a cabo la reglamentación del artículo 123; es porque allí, en esa Cámara, es donde el oro se avienta a manos llenas para corromper las conciencias de los senadores que han ido ungidos por el voto del pueblo. (Aplausos.) Y, señores, mientras la Cámara de Senadores y actualmente la Legislatura, la XXX Legislatura, se preocupan por llevar a cabo la reglamentación del artículo 123, ¿van los trabajadores a esperar, por este simple hecho, que en todos los conflictos que se susciten entre el capital y el trabajo, sus interés no se encuentran debidamente salvaguardados? Porque entiendo yo que el representante de la Junta de Conciliación y Arbitraje, toda vez que no disfruta de un sueldo, puede muy bien concurrir a las juntas que celebra la propia institución, o puede muy bien abstenerse de concurrir a ellas, y mientras tanto los interese de los trabajadores se están perjudicando; y no se crea que venimos a sostener esto porque nuestro criterio sea unilateral; no se crea que al hablar de que se perjudican los interés de los trabajadores, se hace solamente porque tengamos la tendencia, como de una manera torpe se ha insinuado entre todos los elementos de la sociedad, que pretendemos el desquiciamiento del capital; no, señores; pero en la mayoría de los casos, siempre la razón asiste al trabajador cuando se presenta el conflicto, y son los trabajadores los que muy pocas veces obtienen el resultado de esas gestiones larguísimas y de esa tramitación dilatada, y si abundan miembros en la Junta de Conciliación y Arbitraje sostenidos por un sueldo que les permite vivir decorosamente, todavía se ve hay elementos -porque de esto pueden presentarse casos a diario, no solamente ocurridos en la ciudad de México, sino en las juntas de Conciliación y Arbitraje de los Estados-, si se ve que aun teniendo a los elementos de las juntas de Conciliación y Arbitraje debidamente retribuídos, todavía se prestan a las ventas con

los elementos del capital, ¿cómo va a ser posible que se venga a sostener en el seno de esta Legislatura, que el representante del Gobierno, porque no está debidamente reglamentado el artículo 123, porque no se ha hecho una reglamentación adecuada, de acuerdo con el espíritu del título VI de la constitución de esas juntas de Conciliación y Arbitraje, se permite que el representante del Gobierno vaya con el carácter de honorario, para que esté a merced de quien pueda influir mejor en su voluntad y de quien pueda comprar mejor su conciencia? Esto, señores diputados, si lo permitimos es sencillamente inaudito, porque todos aquellos que conozcan las cuestiones sociales, todos aquellos que sepan el desarrollo de todos los acontecimientos y de todos los incidentes que surgen entre el capital y el trabajo, deberán convencerse plenamente de que es imposible, de todo punto imposible, que un Departamento de Conciliación y Arbitraje, aunque no esté debidamente reglamentado el artículo 123 constitucional en la parte que se refiere muy especialmente a las juntas de Conciliación y Arbitraje, que mueven este debate, aunque no se encuentre debidamente reglamentado, hay necesidad de velar en todo tiempo y a cada instante por los intereses de los trabajadores, que ya han sido bastante tiempo vejados, para que no nos preocupemos en esta ocasión de salvaguardarlos. ¿Cómo va a ser posible, señores, que en un departamento de tanta responsabilidad, puesto que allí no solamente se tramitan los incidentes de conflictos insignificantes surgidos entre el capital y el trabajo, sino que hay veces que se resuelven también casos en que es necesario hacer pagos de indemnizaciones, y vamos a poner a cubierto los intereses de los trabajadores con un individuo que represente al Gobierno, es decir: la parte que toca al Gobierno dentro de la Junta de Conciliación y Arbitraje, la ponemos en un individuo sin sueldo, para que sea susceptible de corromperse, para que sea susceptible de venderse? No, señores; yo pido muy respetuosamente a la comisión se sirva retirar esta partida y de asignar al representante del Gobierno en la Junta de Conciliación y Arbitraje, un sueldo de veinte pesos diarios, y considero que es poco el sueldo que se asigne a este representante, considero que es poco el sueldo de veinte pesos diarios, porque veinte pesos, en las actuales circunstancias, apenas si bastan para los individuos que ocupan puestos de representación como éste, y es imposible que puedan atender a todas sus necesidades; pero cuando menos, ya tendremos allí a un individuo dispuesto a cumplir debidamente su cometido en representación del Gobierno, que tiene la obligación imprescindible de velar por los intereses de los trabajadores, de velar por los intereses del pueblo; porque se corre el riesgo, como asentaba el compañero Covarrubias hace un momento, de que para cada caso que se presente en la Junta de Conciliación, no deba ser el mismo representante, porque éste tiene que ser un hombre de fuerza moral entre el elemento trabajador, es decir, un hombre que, por su fuerza moral y por sus dotes de honorabilidad, merezca la confianza de los trabajadores, y que a la vez, por esas mismas dotes de honorabilidad, merezca la confianza de los industriales, de los capitalistas, perfectamente; por esto es de todo punto imposible; ¿se va a estar poniendo en cada conflicto y en cada incidente un representante del Gobierno que llene todas estas exigencias? Es verdaderamente imposible, y ya lo hemos visto en casos como el de Coahuila; señores, en la región de Coahuila, como todos ustedes saben, la situación de los campesinos de la comarca lagunera es verdaderamente crítica, es verdaderamente difícil; ¿y qué se ha hecho? se han enviado muchos representantes del Ejecutivo a aquella región, y no ha sido posible resolver el conflicto, porque muchos de los elementos que han ido en representación del Ejecutivo, desconocen en todo la verdadera situación y el origen del actual estado de cosas en la comarca lagunera; sin embargo, muchos de los miembros que han ido en representación del Ejecutivo, han puesto toda su buena voluntad, porque sería injusto no confesarlo desde esta tribuna, muchos de ellos han ido a tomar informes en toda clase de lugares, pero desgraciadamente han habido otros, señores, que solamente han ido a investigar la situación con los elementos perfectamente reconocidos como enemigos de los campesinos de aquella localidad, y el resultado no ha tenido que hacerse esperar ni ha habido necesidad de agitar mucho la imaginación para conocer cuál ha sido el resultado de esas gestiones: que todavía hasta el presente los campesinos de aquella región de la comarca lagunera están esperando; los campesinos de aquella comarca se encuentran en la más precaria y crítica de las condiciones en que vienen pasando la vida desde hace unos ocho o diez meses. ¿Qué nos demuestra esto? Que es preferible tener un elemento perfectamente empacado, un elemento perfectamente imbuído en las cuestiones sociales, un hombre verdaderamente capaz de darse cuenta de cuál ha sido el origen de todos y cada uno de los conflictos que se presentan para su resolución en las juntas de Conciliación y Arbitraje, y no verse en la necesidad de estar buscando individuos que reúnan determinadas cualidades cada vez que se presente un conflicto. El resultado es completamente desastroso: puede presentarse en un conflicto un individuo que goce de la simpatía y de la confianza de los trabajadores y que goce por igual de la confianza de los industriales, pero que sea un perfecto desconocedor de la cuestión social y de los conflictos que se suscitan entre el capital y el trabajo. ¿Entonces cuál será el papel de un individuo que desconozca en todos sus puntos de origen de un conflicto? ¿Será un individuo que muy bien puede inclinar su opinión en favor de los trabajadores si se siente verdaderamente simpatía por el elemento laborante, o que muy bien puede inclinar su opinión en favor del capitalista si este hombre se siente tentado por las onzas de oro que pueda aportarle el capitalista en defensa de sus intereses. Y el resultado será que los trabajadores saldrán perdiendo en muchos casos, y que en muchos casos también los intereses del capital saldrán perjudicados. Y ya se ve, señores, por este razonamiento, que no tratamos de juzgar la situación o este punto desde un solo lado, no lo vemos unilateralmente; juzgamos que es importante que el representante del Gobierno del Distrito conozca la cuestión social y a la vez que esté garantizado por un sueldo. Un individuo sin sueldo podrá ser todo lo conciliador que ustedes quieran, podrá tener

todos los conocimientos indefectiblemente en la cuestión social para darse cuenta exacta de los orígenes de un movimiento o de un conflicto; pero estará en condiciones de venderse al mejor postor. Por eso nosotros pedimos que el representante del Gobierno en la Junta de Conciliación y Arbitraje, dejando a un lado los formulismos legalistas que en estos casos no vienen a cuanto, toda vez que el artículo 123 no está reglamentado, toda vez que la Junta de Conciliación y Arbitraje no tiene una reglamentación de acuerdo como lo manda el título sexto de la Constitución, y ya que es indispensable que los intereses de los trabajadores se encuentren salvaguardados, en esta ocasión cuando menos hagamos a un lado los formulismos legalistas que son en perjuicio de los trabajadores, si no queremos que más tarde estos mismos trabajadores reclamen con todo derecho el cumplimiento del deber a nosotros, por haber cerrado los oídos a sus clamores y por habernos hechos sordos a las necesidades del momento.

El C. Pérez Taylor: Pido la palabra para una aclaración.

El C. presidente: Se le va a conceder primero la palabra a la comisión.

El C. Pérez Taylor: Es para encauzar los debates.

El C. presidente: Entonces para moción de orden.

El C. Pérez Taylor: Pues más bien para moción de orden. A fin de encauzar los debates dentro de los límites constitucionales, ruego a la Secretaría se sirva dar lectura al primer párrafo del artículo 5o.

El C. secretario Barón Obregon: "Artículo 5o. constitucional. Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin pleno consentimiento, salvo el trabajo impuesto como pena por la autoridad judicial, el cual se ajustará a lo dispuesto en las fracciones I y II del artículo 123.

El C. Covarrubias: En realidad, la comisión quiere también que este debate se encauce y que no se tome realmente como el compañero Gutiérrez lo apuntaba ya en su discurso, la idea de que exista en la comisión el apegamiento, llamaríamos, que exista en la comisión el afán de sacar adelante, de sacar triunfante el asunto de que el representante del Gobierno en la Junta de Conciliación y Arbitraje sea honorario. No señores representantes; la comisión no sostiene que el representante del Gobierno en las Juntas de Conciliación y Arbitraje sea honorario; la comisión lo único que quiere, y tal dijo, o cuando menos tal intentó expresarlo si no se le comprendió así, la comisión tiene la idea de que mientras la Junta de Conciliación y Arbitraje no pueda existir, es provechoso que a la Junta de Conciliación y Arbitraje sí le demos funciones diferentes en su carácter. No es, compañero Pérez Taylor, que la comisión tenga la idea de violar el artículo 5o. constitucional, la idea de la comisión es la siguiente: La comisión no puede suprimir, precisamente porque es una creación constitucional...

El C. Barón Obregón: ¡Moción de orden! Es inútil que estemos discutiendo un asunto que verdaderamente nos ha quitado ya un buen plazo de trabajo. En un presupuesto seguramente no debe existir ninguna partida que no cause el respectivo emolumento por el trabajo; en consecuencia, es inútil que estemos perdiendo el tiempo en esta forma, pudiendo ya la Asamblea con todos los argumentos que se han dado, dar una resolución definitiva sobre este particular, y creo que la comisión no debía consultar nada en este caso que se relacionara con una partida que no tiene sueldo.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Moción de orden.

Presidencia del

C. PUIG Y CASAURANC JOSÉ

MANUEL

El C. Covarrubias: Moción de orden. La comisión está haciendo una explicación que es una verdadera moción de orden. Yo les ruego a sus señorías que me permitan concluir, precisamente porque el señor Barón Obregón me quitó la explicación que yo iba a dar en estos instantes. Yo digo que constitucionalmente la Junta de Conciliación y Arbitraje existe; luego la comisión, al encontrarse con que en el presupuesto del Gobierno se consultaba la Junta de Conciliación y Arbitraje, la comisión, repito, no podía cancelar esa consulta, no podía echar abajo esa sección, no podía echarla abajo so pena de violar la Constitución, y so pena de violar también el proyecto de presupuesto que se consultaba. Pero la comisión tiene esta convicción suprema: la Junta de Conciliación y Arbitraje no existe, compañero, la Junta de Conciliación y Arbitraje no existe por que no hay representantes obreros, porque no hay representantes industriales; y si no hay Junta de Conciliación y Arbitraje, ¿va a ser posible que tenga la comisión la aberración de seguir sosteniendo que la Junta de Conciliación existe? La junta de Conciliación no existe más que el texto constitucional. Nosotros no podemos quitar de los presupuestos la Junta de Conciliación, pero en realidad la Junta de Conciliación no existe, sino un tribunal de arbitraje; ¿y vamos a seguir nosotros prostituyendo el nombre de la Junta de Conciliación y Arbitraje, donde podemos perfectamente cambiarlo diciendo: tribunal conciliador, con un juez conciliador? ¿Cree compañero que las juntas de Conciliación y Arbitraje tienen únicamente como función el hacerlo que antiguamente hacían? ¿Cree el compañero Gutiérrez que la Junta de Conciliación y Arbitraje es uno de los triunfos más grandes que contiene la Constitución de 1917? ¿Cree el compañero que va a limitar sus funciones únicamente al chisme de que: me deben tanto y no me quieren pagar? Repito, compañero, que ante el problema social es un verdadero chisme el hecho de que alguno vaya a reclamar dos o tres pesos ... (Una voz: ¡Pero es un chisme trascendental!) Si su señoría recuerda, hay un proyecto de ley, que ya paso para su revisión al Senado, en el cual se reformaba la división jurídica territorial y judicial del Territorio de la Baja California y allí encontrará su señoría una de la enmiendas que nosotros propusimos y que precisamente aceptó la Comisión de Justicia; es la de hacer que los jueces de aquel

Territorio tengan el carácter de jueces conciliadores, y aquí podrá usted ver que la comisión alentó en el fondo la idea de que los tribunales de Conciliación deberían existir en México, y no uno ni dos, sino el mayor número posible con el fin de tratar estos asuntos. Pero, compañero, no hay discusión en este caso; no puede haberla, porque la comisión está de acuerdo con los líderes laboristas, porque la comisión propugna precisamente por el prestigio de la Junta de Conciliación y Arbitraje y propugna por la creación del Tribunal Conciliador, únicamente que la comisión no puede permitir, conforme a su criterio personal, que nosotros demos a la Junta Central de Conciliación el carácter de tribunal conciliador en la forma en que está. Y, repito, la comisión no podría violar ni la Constitución ni el propio presupuesto; la comisión no podría quitar estas partidas; la comisión por esto las presentó a la consideración de vuestras señorías con el criterio totalmente amplio; pero la comisión quisiera que en vez de Junta de Conciliación y Arbitraje, sostuviéramos nosotros Tribunal Conciliador con un juez (Voces: ¡No! ¡No!) y adicionáremos (Varios: ¡Pido la palabra!)-estoy todavía en el uso de la palabra-, adicionáramos, porque es constitucional, Junta de Conciliación y Arbitraje, en una sección diferente con el personal único que esta comisión puede tener desde el momento en que falta la representación del Gobierno. Yo creo, compañero, que nosotros todos en lo que debemos realmente fijarnos es sobre los triunfos constitucionales que entraña el artículo 123, y no podemos permitir que la Junta de Conciliación y Arbitraje quede relegada, en razón de que no hay reglamento, a un Tribunal Conciliador. Y creo que este criterio de la comisión deben tomarlo en consideración sus señorías en el momento en que tomen participación en este debate. Nosotros no queremos que haya un representante del Ejecutivo; lo que queremos es que a ese Tribunal Conciliador se le dé su nombre y cuando venga la Junta de Conciliación, también se le dé su nombre y el personal necesario con los sueldos que se estimen pertinentes. Esa junta debe llenar sus altas, su sembrionárias; ¿Pero cómo va la comisión, repito, a decir que el Tribunal sus altísimas funciones, las que en estos momentos debemos considerar embrionarias, porque desde el momento en que le falta reglamento, son embrionarias; ¿pero cómo va la comisión, repito, a decir que el Tribunal Conciliador va a ser la junta, señores? Esto yo creo que ni su señoría el diputado Pérez Taylor, ni Gutiérrez, pueden pensarlo. Junta de Conciliación de Arbitraje claro está que no es Tribunal Conciliador en la forma en que ha venido actuando en la capital de la República durante el presente año, y de ahí, por consiguiente, la comisión tiene este dilema: sostener la reforma constitucional de que el Distrito Federal exista una Junta de Conciliación y Arbitraje; pero al mismo tiempo la comisión ha querido darle a cada cosa su nombre y en razón de esto consulta que el Tribunal Conciliador de Arbitraje tenga un juez conciliador; pero ese juez no sea representante, si no juez.

El C. Gutiérrez José F.: Para una pregunta a la comisión.

- El presidente: Tiene la palabra el ciudadano Altamirano.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Señores diputados: En moción de orden vengo a sostener el criterio de Barón Obregón. Yo creo que estamos discutiendo en el vacío: aquí no se debe discutir si debe ganar sueldo o no debe ganar sueldo el presidente de la Junta de Conciliación y Albitraje, sino que queriendo yo entender la idea del presidente de las comisiones, debe discutirse si existe o no existe en el Distrito Federal la Junta Central de Conciliación y Arbitraje. El comisionado, presidente de la comisión, dice: nosotros queremos sostener el criterio de que no debe existir la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, sino un verdadero Tribunal de Arbitraje. Muy bien. Pues debe saber la comisión que no podemos nosotros en estos momentos, sin una reforma constitucional previa que ya presentamos a la Comisión de Puntos Constitucionales, no podemos nosotros hablar de tribunales de arbitraje, porque a esos tribunales que se constituyen hoy sin reformar la Constitución, les faltaría lo que les falta hoy a las juntas centrales: la fuerza ejecutiva necesaria para llevar a cabo sus laudos. De modo, señores, que entonces, si no podemos en este momento pretender a la formación de verdaderos tribunales de arbitraje, la cuestión es esta: debe sostenerse en el Distrito Federal la formación de una Junta Central de Arbitraje, ¿sí o no? (Voces: (Sí) Eso lo contesta la Constitución general de la República. Yo creo que debe existir la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, por ahora debe existir conforme a las atribuciones y conforme a la organización que señalan las fracciones XX, XXI, y XXII del artículo 123 constitucional. La reforma consiguiente para obtener el debido funcionamiento y la debida fuerza de ley a los laudos de las juntas centrales de Conciliación ya la hemos propuesto, pero de pronto nosotros de buenos sostener aquí que debe existir esa junta, y si esa junta debe existir, no seremos las comisiones del Trabajo las que vengamos a proponer aquí y a sostener que el presidente de una Junta Central de Conciliación y Arbitraje, representativo del Gobierno, no debe ganar o no debe percibir emolumentos por el trabajo que haya desempeñado, y en este punto también quiero afirmar que estamos de acuerdo, cuando menos en su mayoría, las comisiones del Trabajo con el sentir de Gutiérrez, porque en estos asuntos, a pesar de que nos han distanciado cuestiones políticas, no podríamos estar en contra del sentir de él; pero, ¿cómo es posible, señores diputados, que el representante del Gobernador que va a tratar cuestiones sociales de toda índole, como son los conflictos entre el capital y el trabajo, pueda ser honorario? Tendríamos que llegar a uno de dos casos: uno, nombramos representantes del Gobierno a un hombre que tuviera el capital suficiente para vivir a sus expensas, y entonces de cien individuos que nombráramos, tendríamos noventa y nueve que por las circunstancias especiales en que vivieran tendrían que estar de parte indefectiblemente de los conservadores, tendría que ser, sin sentirlo él, quizás sin mala intención de él, tendría que estar con las clases conservadoras, o llegaríamos a este otro

punto: que se nombrara a un individuo como representante honorífico del Gobierno y que este hombre no tuviera los conocimientos suficientes para conocer de todos los conflictos obreros, que no son cosas sin importancia, como cree el compañero Covarrubias, no nada más reclamar los tres meses de sueldo a quien se despida sin causa justificada; no, compañero, los conflictos entre el capital y el trabajo son en una escala inmensa.

Muchas veces hemos de prever por los mismos legisladores, de manera que los conflictos entre el capital y el trabajo no se reduzcan ante las juntas de Conciliación a reclamar tres meses por haber sido despedidos, sin causa justificada. No, señores, los paros, las huelgas son conflictos entre el capital y el trabajo y tienen que ir al conocimiento de las juntas que conocen de estos mismo litigios; de modo, señores diputados, que yo, haciéndome eco de mis compañeros, venimos a sostener aquí no lo que sostiene la comisión, que no debe percibir sueldo el representante de la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, sino que se debe poner en los presupuestos del Distrito Federal la Junta Central de Conciliación y Arbitraje y, en consecuencia, no deben dejarse en blanco las columnas que fijan el sueldo que van a ganar los componentes de esa Junta Central de Conciliación. De modo que pido yo que lo primero que debe votarse aquí es si debe subsistir o no la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, para que podamos discutir con orden.

El C. González Julián S.: ¡Si eso es constitucional!

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano González Julián S.

El C. González Julián S.: Señores diputados: Yo creo que cuando vamos a discutir un asunto que interesa tanto al Partido Laborista como a los demás partidos que tienen representantes en esta Cámara, debemos dejar a un lado las pequeñas pasiones de partido para concretarnos al fin único que perseguimos todos, cuando menos los que vinimos alentados por el principio de reivindicación de las clases trabajadoras. Por este motivo yo me he inscripto en contra de la partida anómada propuesta por la comisión, y digo anómala porque ni siquiera se fija, aunque fuera el sueldo ínfimo de un peso, para discutir sobre algo concreto. Me he inscripto en contra y vengo a hablar desde esta tribuna unas cuantas palabras para rebatir los argumentos completamente banales de la comisión encargada de presupuestar sobre este ramo. Yo creo que para comenzar ni pequeña argumentación, debo poner una base de la que partir, y la base no puede ser otra que ésta: la Constitución de Querétaro crea las juntas de Conciliación y Arbitraje; en esas juntas debe existir un representante del Gobierno, uno de los trabajadores y otro de los industriales. Pues bien; si en el artículo 123 se crean de hecho, y no a nuestra intención, como lo propone el compañero Manlio Fabio Altamirano, las juntas de Conciliación, claro es que por ser el artículo 123 un precepto constitucional, nosotros debemos acatarlo. Si la Constitución crea esas Juntas de Conciliación, y por ende el representante del Gobierno, quiere decir que de acuerdo con el artículo 5o. tan hábilmente invocado por el compañero Pérez Taylor, no puede haber un individuo que preste sus servicios sin la justa renumeración y sin pleno consentimiento. Pues bien; creada la Junta de Conciliación y Arbitraje, creado el representante del Gobierno, quien quiera que sea ese representante del Gobierno, compañeros -y aunque a la comisión no le parezca por su espíritu de hacer economías-, no debe trabajar de una manera honorífica, tiene que ganar el emolumento indispensable para su subsistencia; esto desde el punto de vista constitucional. Ahora desde el punto de vista social, de la lucha de clases, desde el punto de vista social, de la lucha de clases, desde el punto de vista de la sociedad corrompida en que vivimos, debemos notar que ese representante del Gobierno tiene que estar bien remunerado para que esté a salvo de las asechanzas de las clases capitalistas de la clase que todo lo puede porque todo lo tiene.

El C. Barón Obregón: ¿Me permite una interpelación? Con permiso del presidente. Para no estar perdiendo más el tiempo, compañero González, quiero hacer a usted una pregunta únicamente, y que deseo me conteste concretamente. ¿Hay en estos momentos una Junta de Conciliación y Arbitraje en el Distrito Federal, sí o no?

El C. González Julián S.: Entiendo que sí hay esa Junta de Conciliación.

El C. Barón Obregón: ¿Está formada de acuerdo con los preceptos constitucionales?

El C. González Julián S.: Suponga usted que no lo ésta.

El C. Barón Obregón: Entonces, si vamos a suponer que no lo está, como de hecho no lo está, supuesto que esa junta no existe más que como un principio constitucional, sin haberse reglamentado y sin tener ninguna facultad ni funciones; ese personal que nosotros pongamos al frente de esa Junta, puesto que no hay reglamentación del Congreso de la Unión, es inútil que tengamos un individuo pagándole sueldo ahí.

El C. González Julián S.: Es una base falsa de la que parte el compañero Barón Obregón. Si por obra de la apatía o de la indiferencia del Gobierno del Distrito no se ha convocado a obreros y a patronos para que nombren sus representantes a esa Junta de Conciliación y Arbitraje, eso no quiere decir que no deba existir un sueldo para encargado de esa Junta. Por otra parte, la comisión invocaba aquí los mismos argumentos a que hace usted referencia; yo entiendo que la comisión no debe convertirse en comisión calificadora; a la comisión no le importa saber si los laudos de esa Junta de Conciliación y Arbitraje, compañero Covarrubias, son o no respetados por el reaccionarismo de las leyes y de la Suprema Corte de Justicia; a la comisión no le importa saber eso. La Constitución crea las juntas de Conciliación y, por consiguiente, la comisión está obligada a respetar ese mandato. Por otra parte, debo recordar al compañero Covarrubias (que, entre paréntesis, parase que no ha leído el artículo 123 ni se ha dado cuenta de que las comisiones del Trabajo han presentado un proyecto de reformas sobre este artículo 123 en las materias de la Junta de Conciliación), debo recordarle al compañero Covarrubias que este presupuesto va a regir al año entrante. Ya la comisión ha presentado, como decía, ese proyecto que crea los tribunales del Trabajo que entrarán a

substituir a las actuales juntas de Conciliación y Arbitraje. Yo creo que si la Comisión 2a. de Puntos Constitucionales se apura un poquito, se dedica un poco a eso que es trascendental, y que así lo ha entendido el compañero Hernández Galván, yo creo que si la Comisión 2a. de Puntos Constitucionales se dedica a estudiar ese proyecto de Ley de Trabajo y Previsión Social, puede presentarse el dictamen en este período, puede aprobarlo esta Cámara y probablemente, compañero Covarrubias, en el transcurso del año venidero tendremos ya el Tribunal del Trabajo y entonces quiero saber quién va a pagar el representante del Gobierno en los tribunales del Trabajo. Debo hacer ver que los tribunales del Trabajo nosotros proponemos que se creen en las mismas condiciones en que la Constitución crea las juntas de Conciliación y Arbitraje; lo que nosotros deseamos es darles personalidad a esos tribunales del Trabajo. Y yo quisiera saber si, como dice, según el criterio del la comisión, el representante del Gobierno estaría obligado a tener bienes de fortuna para sostenerse o si el representante de la comisión sería, por ejemplo, don Carlos B. Zetina, que tiene manera de vivir sin que el Gobierno del Distrito le pague un solo centavo; él podría ser el representante del Gobierno, don Carlos B. Zetina no necesita un solo centavo del Gobierno para subsistir, pero lo malo es que no hay muchos Zetinas que tengan sus grandes fábricas que les permitan vivir muellemente esta vida de burguesía en que nos deslizamos nosotros. El representante que vaya allá debe estar bien remunerado; por eso sostengo la tesis del compañero Gutiérrez: que este representante debe ganar veinte pesos diarios.

Yo creo que nosotros, los que alguna vez en el transcurso de la contienda electoral hablamos de reformas reivindicadoras, hablamos de conquistas revolucionarias que beneficien a las clases laborantes, debemos siempre, compañero Covarrubias, invariablemente, velar por que estén a salvaguardo los intereses de los infelices, de los que sólo saben de bienestar, porque toda la vida lo han deseado, de los que sólo saben de justicia, porque en su nombre se les ha abofeteado siempre el rostro. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. Covarrubias: La comisión empieza diciendo que no acepta absolutamente ninguna de las palabras del compañero González, porque la comisión tiene los mismos argumentos en pro que el compañero González. La comisión no discrepa del criterio del compañero González; de manera que mal puede referirse a la comisión en sentido antagónico, cuando ésta está totalmente de acuerdo con los líderes laboristas. Por consiguiente, la comisión lo único que hace, lo único que sigue sosteniendo, es presentar ante la consideración de ustedes, esta sección reformada, en la forma siguiente:

"Tribunal de Conciliación:

"Un juez, representante del Ejecutivo, $20.00." Después la comisión pedirá permiso con el fin de adicionar esta sección del presupuesto, con la Junta Central de Conciliación y Arbitraje.

El C. Manrique: Pido la palabra en contra.

El C. González Julián S.: Una moción de orden. Una aclaración muy pequeña.

La Comisión propone algo que es anticonstitucional; la comisión no puede hablar de Tribunal de Trabajo, porque constitucionalmente no existe; la comisión tiene que sujetarse al cartabón constitucional, que es el que crea la Junta de Conciliación y Arbitraje; cuando se haga esa reforma, estaremos de acuerdo.

El C. secretario Barón Obregón: Habiendo pedido la comisión permiso para retirar de la discusión la partida relativa a la Junta de Conciliación y Arbitraje, y presentarla reformada en la forma que no ha manifestado, se consulta a la Asamblea si permite retirarla. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Sí se permite. Ahora la presenta modificada en la forma siguiente:

"Un juez......."

El C. Altamirano Manlio Fabio: Pido la palabra en contra.

- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:

"Un juez, representante del Ejecutivo, $20.00."

(Voces: ¡En contra!) La secretaría necesita dar lectura a la proposición tal como está presentada, y en seguida los oradores podrán rebatirla. Las demás partidas, tal como están en el presupuesto.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Compañeros: En realidad, la comisión ha cedido ya en lo principal; la batalla en lo secundario va a ser facilísima para nosotros, tanto más cuanto que la comisión comprende bien que el sentido de la Asamblea le es adverso. No existen en estos momentos tribunales de trabajo organizados por una ley; lo que existe es el artículo 123, que en una de sus bases estatuye la creación de la Junta de Conciliación y Arbitraje. Todavía más: a las insinuaciones del compañero Barón Obregón, debo contestar categóricamente que sí existe en el Distrito Federal una Junta de Conciliación y Arbitraje; que si es verdad que no todos los industriales han designado en ella representante permanente, no es menos cierto que a cada conflicto, que a cada choque, a cada nuevo problema que se presenta entre obreros e industriales, sí acuden unos y otros de ellos en demanda, en solicitud de los servicios de la Junta de Conciliación; ésta solicita entonces el nombramiento de un representante del Gobierno existe actualmente, debe seguir existiendo y debe tener un sueldo fijado por la Ley de Presupuestos. Como creo, compañeros, que en realidad la opinión de la Asamblea está ya formada, yo limito mis observaciones a sugerir a la comisión que se sirva suprimir el dictado de juez para el representante del Gobierno.

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. Covarrubias: La comisión empieza justificando ante ustedes su actitud: la comisión tenía un criterio personal, un criterio como que trató de sostener y que procuró sostener; el criterio de la mayoría es completamente diverso; por consiguiente, la comisión no tiene más que plegarse al criterio de esa mayoría. La comisión presenta modificada la partida, substituyendo la palabra "honorario", que aparece en el proyecto de presupuesto, con las de: "sueldo de veinte pesos diarios". Después de esto, la comisión se autofelicita

porque cree haber contribuído en este debate al futuro debate que se haga sobre el artículo 123

El C. Altamirano Manlio Fabio: Moción de Orden: Si nos falta lo principal.

El C. Breceda Enrique: Que retire la comisión el dictado de juez.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Pido la palabra. Que tenga la bondad de decirnos la comisión si tiene inconveniente en quitar el anticuado título de juez y poner el que le corresponde, conforme a la Constitución.

El C. Covarrubias: Compañero Manlio Fabio Altamirano: probablemente no tomó usted en cuenta mis palabras. Dije: quitando la palabra honorario que aparece en el proyecto de presupuestos, y poniendo una cuota de veinte pesos.

El C. secretario Barón Obregón: La comisión pide permiso a la honorable Asamblea para retirar la partida relativa a un representante del Gobierno, con el título de honorario, para presentarla reformada en la forma que acaba de manifestarlo. Se consulta a la Asamblea si se concede permiso. Se concede el permiso. Se presenta reformada en la siguiente forma:

"Junta Central de Conciliación y Arbitraje. -

Un representante del Gobierno, $20.00."

Está a discusión.

El C. presidente: Para impugnar las partidas que se refieren a los defensores de obreros, tiene la palabra el ciudadano Martínez Adame.

El C. Martínez Adame: Señores diputados: La comisión propone que haya un secretario de la Junta de Conciliación y Arbitraje, que sea al mismo tiempo abogado defensor de obreros. Yo vengo a oponerme a esta partida del presupuesto por estas razones: Juzgo indebido que el secretario de la Junta de Conciliación, que va a ser quien tramite los expedientes respectivos, sea el mismo tiempo patrono de una de las partes. Sería absurdo y completamente inmoral que en cualquier tribunal el secretario encargado de tramitar los expediente, fuera al mismo tiempo patrono de una de las partes, puesto que tendría, necesariamente, que imponer su criterio parcial en dicha tramitación. Por otra parte, es tan abrumador el número de expedientes que por diversos motivos llegan al conocimiento de la Junta de Conciliación, que el secretario no podría, en verdad, ser al mismo tiempo encargado de una oficina técnica administrativa y, al mismo tiempo, prestar servicios profesionales de patrono. En el proyecto de presupuesto primitivo se consultaba la creación de un secretario abogado; en seguida un abogado defensor de obreros y un auxiliar defensor. Precisamente por que no está todavía reglamentado el artículo 123 constitucional, generalmente todos los casos de controversia que se someten a la Junta de Conciliación y Arbitraje, casi siempre van a parar a los tribunales del orden común.

De manera que este abogado defensor de obreros y el auxiliar defensor de obreros tienen forzosamente que ir a defender los intereses de esos obreros a los juzgados del orden común: juzgados civiles, menores, etcétera; interponer los recursos que procedan en los juzgados de Distrito, continuarlos ante la Suprema Corte, etcétera. De manera que es indispensable y de toda necesidad que exista un abogado defensor de obreros autónomo y un auxiliar como defensor, también muy aparte del secretario, que la comisión consulta como defensor de obreros, puesto que ya dije: éste tiene funciones administrativas muy separadas. En esta virtud, y creyendo que son fundadas estas razones, pido a la comisión que tenga en cuenta el presupuesto primitivo de un secretario solamente de la Junta de Conciliación y Arbitraje, abogado; un abogado defensor de obreros y un auxiliar de este defensor.

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. secretario Barón Obregón: La comisión solicita el permiso respectivo de la Asamblea para retirar de la discusión la partida relativa a un secretario abogado defensor de obreros, para presentarla modificada. Se consulta a la Asamblea si se concede el permiso. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Sí se concede. Se presenta modificado en la siguiente forma: "Un secretario de la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, abogado, con la asignación de quince pesos diarios, y un abogado defensor de obreros con asignación de doce pesos cincuenta centavos diarios. Está a discusión.

El C. Martínez Adame: Pido la palabra para interpelar a la comisión sobre qué motivo tiene para no poner la partida de este defensor auxiliar, para nombrar auxiliar de este defensor, porque, repito, es cuantioso el número de expedientes que tienen que tramitarse en la Junta de Conciliación, y no basta un solo abogado defensor de obreros.

El C. secretario Barón Obregón: La comisión, contestando a la argumentación del ciudadano diputado Martínez Adame, presenta a la consideración de la Asamblea el nombramiento de "dos abogados defensores de obreros, con la asignación de doce pesos cincuenta centavos diarios". Está a discusión, y no habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva la partida para su votación.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Manrique.

El C. Manrique: Me permito interpelar a la comisión para que se sirva explicar si en estos momentos subsisten los tres auxiliares, a pesar de haberse creado el puesto de secretario y elevádose a dos el número de defensores.

El C. Covarrubias: Sí, señor.

El C. Manrique: Gracias.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Guillermo Rodríguez.

El C. Rodríguez Guillermo: Señores diputados: Procuraré ser lo más lacónico posible, pero a la vez creo tocar un asunto de importancia. La comisión nos decía que es irregular el funcionamiento de la actual Junta de Conciliación en el Distrito Federal, y esto consiste precisamente a que no se han obedecido los dictados de la misma Constitución. Aquí la fracción XX de este artículo dice: "Las diferencias entre los conflictos entre el capital y el trabajo se sujetarán a la decisión de una Junta de Conciliación y Arbitraje, formada por igual número de representantes de los obreros y de los patronos, y uno del Gobierno."

Bastante se discute el sueldo del representante del Gobierno, y lo único que yo deseo en este caso

es que en vez de decir tres auxiliares del jefe de la Junta, se diga así: Tres representantes de los obreros, para que en esta forma quede integrada la Junta tal como lo dispone la Constitución. Este asunto es de mucha importancia, porque debo decirles a ustedes lo siguiente: Como el ciudadano Gasca, actual gobernador del Distrito, es el que hace estas designaciones de los auxiliares, procurará que estos nombramientos recaigan en individuos que pertenezcan al partido a que pertenece el señor Gasca, y esta es la causa por que los demás trabajadores que no pertenecen al partido amarillo, no están perfectamente garantizados en sus intereses, y como debemos procurar salvar la cuestión social de la influencia política, ya que estos individuos aprovechan el cargo que tienen para hacer presión e injusticias con los demás trabajadores, por esa razón yo quiero y propongo que en vez de decir: "tres auxiliares del jefe de la Junta", diga: "tres representantes de los trabajadores", para que en esa forma las organizaciones principales que existen en el Distrito Federal, nombren cada una de ellas su representante que vaya legítimamente a defender los intereses de todos los trabajadores. Porque no es, como aseguran los señores amarillos, que son ellos los únicos representantes de los trabajadores; no, señores, hay otras agrupaciones más fuertes, más, serias, más honradas y que no tienen compromisos de servilismo para con el Gobierno. Y esta proposición pone en condiciones de defender con más entereza, con más libertad esos mismos intereses del proletariado. Por esta razón importante y trascendental, yo ruego atentamente a los señores diputados que aprueben esta reforma insignificante que propongo: en vez de decir: "tres auxiliares del jefe de la Junta", diga: "tres representantes de los trabajadores", para que las propias organizaciones de los trabajadores, o sea l a Confederación General de Trabajadores, la Regional Obrera y la de Papeleros, las tres organizaciones más respetables que existen en la República, nombren libremente a su representante, para que en esta forma la Junta de Conciliación se ajuste más a lo que dispone la Constitución misma de la República.

El C. presidente: Tiene la palabra la Comisión.

El C. Covarrubias: La comisión no tendría inconveniente en aceptar la sugestión del compañero Rodríguez; pero se ve este dilema: la Junta de Conciliación y Arbitraje, tal como está consignada en la Constitución del 17, no puede ser unilateral; la Junta de Conciliación y Arbitraje tiene representantes del capital y representantes obrero al mismo tiempo. Si nosotros vamos a hacer que los representantes obrero en la Junta de Conciliación y Arbitraje estén pagados por el presupuesto, en primer lugar, desvirtuamos su carácter, y en segundo lugar, engendramos una especie de preeminencia dentro de la Junta de Conciliación y Arbitraje, que haría muy difícil sus laudos. Es la única objeción que cree la comisión pertinente tener que presentar.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Gutiérrez.

El C. Gutiérrez José F.: Honorable Asamblea: En esta vez no vengo a impugnar el criterio de la comisión, muy por el contrario, estoy completamente de acuerdo con el sentir de la comisión en este caso porque, efectivamente, el compañero Rodríguez no tiene absolutamente ninguna razón para venir a tratar este asunto desde un punto de vista perfectamente sectarista de partido político, porque el venir nosotros a impugnar algunas partidas del presupuesto en lo que se refiere a la Junta de Conciliación y Arbitraje, hemos venido aquí a pugnar amplia y lealmente por los intereses de toda la clase trabajadora, sin importarnos absolutamente colores no distingo ni matices de ninguna naturaleza. Hemos venido aquí, sencillamente, aunque pertenezcamos a otra agrupación, hemos venido a defender los intereses de la clase trabajadora en general, y mal está el compañero Rodríguez, mal está, porque la escuela que se sienta, compañero Rodríguez, es perfectamente errónea, es perfectamente equívoca.

Cuando se viene con lealtad, cuando se viene con toda honradez a defender los principios de la clase productora, nunca nos hemos referido, más que cuando se ha atacado a la organización a que pertenecemos, para mencionarla y defenderla; pero cuando se habla en sentido general, debe entenderse que lo mismo venimos a pugnar aquí por los fueros de los trabajadores que pertenecen a la Confederación Regional Obrera Mexicana, como de los que pertenecen a la Confederación General de Trabajadores y aun hasta por los propios enemigos de ambas organizaciones: los católicos. No vamos a hacer distingos en esta tribuna. Sabemos que los elementos trabajadores enemigos de la Regional Obrera y de la Confederación General de Trabajadores son los que ahora toman el nombre absurdo de los "frasciti", este peligro que se avecina y, sin embargo, sabemos que como estos hombres que van a las filas del "francisco", van engañados por la venda del fanatismo que todavía cubre sus ojos; por esto pugnamos por la defensa de estos pobres compañeros, que no por estar equivocados, debe dejárseles en el olvido. Ya en el campo de la lucha, en el terreno de los acontecimientos, será muy distinto, allá es donde nos veremos los de todos los matices para saber quiénes efectivamente están en su puesto y quiénes defienden con honradez y lealtad los intereses de las clases trabajadoras. Pero venir a esta tribuna, como se ha pretendido desde el comienzo de la discusión de este presupuesto, con un sectarismo infame, con un sectarismo absurdo a impugnar el presupuesto solamente porque Gasca es miembro del Partido Laborista y no del Cooperatista, es una infamia, es un error que debe corregirse. Tal es la escuela que trata de seguir el compañero Rodríguez y yo me permito excitarlo de una manera cordial, si efectivamente el compañero Rodríguez, usted como miembro de la mayoría cooperatista tiene deseos de colaborar conjuntamente con la minoría de esta Cámara para beneficio del país en general, que estas cuestiones de verdadero interés general no se traten con el espíritu sectario de partido. En esta opinión yo sostengo el criterio de la comisión, porque la comisión se ha ajustado a la verdad estricta, a la verdad legal. (Aplausos.)

El C. Covarrubias: La comisión suplica atentamente al compañero Rodríguez nos diga si está dispuesto a retirar su objeción en razón, no tanto de las palabras del compañero Gutiérrez, que

reconocen un matiz totalmente político, sino de acuerdo con los razonamientos netamente constitucionales que me permití hacer. La Constitución no autoriza que las juntas de Conciliación sean sectarias, de consiguiente, solamente violando ese precepto podríamos pasarlo y cumplir su petición.

El C. Rodríguez Guillermo: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Rodríguez.

El C. Rodríguez Guillermo: Señores diputados: Yo hablo con pleno conocimiento de causa y no es que me ciegue el sectarismo político del Partido Cooperatista, no, señores, es que yo he visto las infamias que se cometen en muchos casos cuando logran adueñarse de puestos de representación social y no quiero tratar estos asuntos porque, ya digo, lo único que me mueve es garantizar los intereses de los trabajadores sin distinción de colores. Yo no quiero que, como hasta la fecha, los señores amarillos se envanezcan diciendo pomposamente que son ellos los únicos representantes de los trabajadores de la República. (Voces: ¡No es cierto!) Esto es mentira; pero para probar que yo tengo razón, debo decirle que la proposición que yo propongo se compagina precisamente con el plan general que nos hemos trazado los miembros de la Comisión del Trabajo, comisión a la cual no ha contribuido ni una sola vez el ciudadano Gutiérrez, no obstante que él hace alarde de ser representativo de los trabajadores, y el señor Morones una o dos veces únicamente; por consiguiente, lo que yo digo es que la Constitución categóricamente dice que las juntas de Conciliación deben estar formadas por representantes obreros y un representante del Gobierno, porque, claro, ¿quiénes, si no los propios obreros conocen a sus elementos, conocen a los más honrados y a los que con más firmeza y sin claudicación pueden defender sus intereses? Y por esta razón yo quiero que las juntas de Conciliación estén integradas tal y como lo dispone la misma Constitución patronos no mandan sus representantes a esas juntas, la misma ley en muchos casos lo previene: cuando los capitalistas se nieguen a mandar a sus representantes como un subterfugio para evitar el funcionamiento de esas juntas, entonces de oficio el Gobierno nombra los los representantes que debieran substituir a los que tendrían que ir por parte de los patronos. Ahora, decía la comisión, que no podía ser unilateral la ley y que si concedía un subsidio o una gratificación a los representantes de los trabajadores, igual debería hacerse para los representantes de los patronos. Y esto no es justo, porque no están en igualdad de condiciones. Mientras los obreros están atenidos exclusivamente al producto de su trabajo, los capitalistas cuentan con mucho recursos para pagar uno o dos individuos que vayan a defender sus intereses. Por esta razón yo creo que es justa la reforma que propongo. Yo lamento, señores diputados, carecer de todas las razones, de todos los argumentos que pudieran convencer a ustedes de la razón que me asiste y que sí privadamente puedo dar explicaciones amplias a cada uno de ustedes para que vean que perdemos una oportunidad de ir encauzando estas estas juntas Conciliación a lo que deben ser. En los tribunales de Trabajo, cuya creación hemos propuesto, va haber representantes obreros, y si nosotros logramos conseguir que esta reforma propuesta por la Comisión del Trabajo se realice cuanto antes, con esta reforma ya habremos facilitado el camino y tendremos una partida asignada a los que van a representar a los trabajadores.

Y no crea el compañero Gutiérrez que hablo en una forma sectarista, yo ataco con razón porque no me merecen confianza los representantes de la Regional Obrera, (Aplausos.) no me merecen confianza por esta razón fundamental: porque casi todos ellos disfrutan de canonjías del Gobierno y tienen vendido, alquilado su criterio...

El C. Santa Anna, interrumpiendo: ¡Bien dicho!

El C. Rodríguez Guillermo: continuando: Porque seguramente cuando se le agradece cuando se le agradece algún favor a alguna persona o poder, pues no tiene uno libertad absoluta para defender con honradez los intereses que a uno le confían y por esto he sugerido que en la integración de las juntas de Conciliación estén representados todos los trabajadores o, cuando menos, las principales organizaciones que existen en la ciudad de México.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta que en esta partida la comisión y los oradores no han ido al fondo de ella. En tal virtud, se va a consultar a la Asamblea si permite que esta partida quede como está para ser votada junta con las demás que no han sido objetadas, porque un simple cambio de redacción de ninguna manera va a obligar legalmente al Ejecutivo a hacer los nombramientos en el sentido que lo solicita el ciudadano Rodríguez.

El C. Rodríguez Guillermo: Yo tengo contacto con diferentes agrupaciones obreras y ya procuraré que al margen de esta discusión ellas reclamen también, porque tienen derecho, tomar parte en esas juntas de Conciliación, que, malamente, controlan en la actualidad los amarillos, dejando a un lado a organizaciones más fuertes que las mismas de los amarillos.

El C. presidente: La Mesa cree que el objeto muy noble que se propone el compañero Rodríguez de que estén representadas las agrupaciones obreras, se consigue con la exposición que ha hecho y que seguramente tendrán en cuenta los grupos obreros; pero mientras tanto suplica el compañero Rodríguez permita que esta partida sea votada como objetada para ganar tiempo.

El C. Rodríguez Guillermo: Es cuestión de que la comisión cambie nada más el nombre y la comisión no dice nada.

El C. presidente: Tiene la palabra el diputado Barón Obregón Enrique.

El C. Barón Obregón: Yo no vengo precisamente a impugnar las argumentaciones que ha hecho el compañero Rodríguez, sino simplemente a hacer una aclaración al compañero Rodríguez y a la Asamblea: Las partidas que se consultan son tres auxiliares del jefe de la junta, que se encarguen de estudiar todos los expedientes que lleguen a sus manos para ponerlos en condiciones de sujetarlos precisamente a la Junta de Conciliación y Arbitraje, es decir, al fallo que ella va a dar. En consecuencia, lo mismo sería para el objeto que esta partida dijera: tres auxiliares del jefe de la

Junta, o que dijera: tres oficiales los., adscriptos a la Junta de Conciliación y Arbitraje con un sueldo de tanto, porque las funciones de estos señores no son calificar, no son dar fallos ni cosa por el estilo, sino auxiliares en el trabajo material del manejo de expedientes de tramitación, etcétera, hasta llegarlos a poner en condiciones de que entren al acuerdo de la Junta cuando el caso, naturalmente, se presente. Voy a ponerle un caso al compañero Rodríguez: Se suscita un conflicto entre obreros de una fábrica X contra el patrón Z. Este expediente pasa, naturalmente, a la oficina de la Junta de Conciliación y Arbitraje; allí hay necesidad de que haya individuos que estén ocupados de hacer citatorios, de presentar todas las declaraciones de unos y las declaraciones de otros, etcétera, hasta llegar a completar el expediente final que ya se va a poner en condiciones de ser fallado por esta Junta de Conciliación y Arbitraje. En estas condiciones estos tres auxiliares que consulta la Comisión de Presupuestos, auxiliares del jefe de la Junta, podrían llamarse, como digo a ustedes, oficiales 1os., 3o., o 5o., etcétera, son verdaderos empleados de administración, no son parte integrante de la Junta, esta es mi creencia.

El C. Hernández Marin: Pido la palabra. Desde luego debemos tener como seguro que los tres auxiliares de la Junta forman parte integrante de ella; la Junta Conciliadora es juzgadora y, por lo tanto, como dijo el presidente de la Comisión de Presupuestos, no puede ser unilateral; sería absurdo que esto que viene a ser un tribunal arbitrador fuera inicialmente unilateral en su criterio. Es cierto que el señor Gasca, que es a quien ha tocado en suerte designar a los tres auxiliares de esta Junta Conciliadora, los ha ido nombrando con un criterio también unilateral, de partidarismo sectario; es cierto que solamente están allí representantes de la agrupación amarilla, o sea de obreros que prestan sus servicios en el Gobierno y que están a las órdenes, en su mayor parte, de los ciudadanos Morones y Salcedo; pero nosotros por el vicio, por el error, pro la injusticia o por la arbitrariedad que ha cometido el señor Gasca, no debemos hacer otra injusticia designando a esos auxiliares, que son partes integrantes de una junta juzgadora y su obligación principal es arbitradora, es dar laudos; no debemos recaer en el vicio de nombrar representantes de los obreros para cada contienda; que cada grupo nombre su representante permanente. De manera, señores, que yo creo que es enteramente inútil que estemos discutiendo esta cosa, porque son auxiliares, son partes integrantes del tribunal que va a decidir entre contiendas de obreros y capitalistas.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Espinosa.

El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes: El capítulo octavo, en la parte relativa a la Junta Central de Conciliación y Arbitraje, ha apasionado a los representantes de los distintos grupos que existen dentro de esta Asamblea. En mi concepto, estas pasiones no tienen razón de ser porque nosotros, como legisladores, no debemos pensar, al hacer estas leyes, en beneficiar, o perjudicar a determinado grupo no sólo para el momento presente, sino también para el futuro, sin fijarnos en las personas que representan o desempeñan actualmente determinadas funciones dentro de los gremios obreros.

Yo suplico, por tanto, a la Asamblea que se coloque por encima de estas ruines mezquindades, que haga a un lado estas viejas pasiones y que se compenetre del espíritu del Constituyente y resuelve este asunto de acuerdo con la ley fundamental y con las necesidades del proletariado del país. Desde luego, ciudadanos representantes, aquí no entra que la Junta de Conciliación y Arbitraje que existe establecida por el Ejecutivo es completamente anormal, es una junta hecha a capricho y de acuerdo tal vez con las necesidades del Gobierno, pero que está fuera de los carriles marcados por la Constitución.

Algunos compañeros y la comisión misma piden que entre este elemento representante del Ejecutivo ante las comisiones de Conciliación y Arbitraje haya un defensor de obreros que a fuerza ha de ser abogado. No, señores compañeros; esta es una redundancia, esto es pedir algo inútil, esto es pedir algo ocioso; ¿qué acaso no se ha fijado la Asamblea en que esta Junta de Conciliación están debidamente representados los tres elementos que la constituyen, con funciones propias cada uno de ellos?; ¿qué acaso no está por un lado la representación del capital, qué acaso no está por el otro lado la representación de los trabajadores y, en último término, no está la representación del Ejecutivo? ¿Entonces, señores, para qué querer dar a los representantes del Ejecutivo funciones que son de la competencia exclusiva de los representantes de los trabajadores? Y esto se explica por sí solo, ciudadanos representantes; el representante del Ejecutivo va en la Junta de Conciliación y Arbitraje a representar los intereses de los puntos de vista del Ejecutivo; ¿él qué tiene que ver con los intereses de los obreros, ni con los intereses de los capitalistas?; son cosas enteramente distintas, son funciones muy propias de cada uno de estos elementos. Sobre todo, es inútil, ocioso y redundante porque para esto van los representantes de los obreros.

¿Entonces qué objeto tiene nombrar estos ciudadanos? Sería completamente inútil. No, aquí de lo que se trata es de estar sometidos a esta enfermedad verdaderamente terrible y que trae siempre angustiada a nuestra Augusta Madre la Tesorería! Aquí no se trata más que de emplear y nombrar empleados, sirvan o no sirvan, pero la cuestión es que haya empleados para malgastar los dineros de la nación; eso es todo. Yo entiendo que el punto de vista nuestro debe ser otro: Nosotros no debemos ver sólo que los empleos sean creados para funciones necesarias, sino también que se gasten los dineros para estos empleados necesarios; pero naturalmente debemos emplear gente que sea útil y no crear empleados que no desempeñen función alguna. No debemos gastar el dinero de la nación en empleados inútiles. Desde luego si la Constitución señala que los representantes de los trabajadores van a defender sus intereses, ¿para qué nombrar un abogado perteneciente a la representación del Ejecutivo que vaya a defender estos intereses obreros? Yo creo que la Asamblea convendrá conmigo en que esto es verdaderamente inútil. Voy a permitirme leer la fracción XX del artículo 123 constitucional, que a la letra dice: "Las diferencias o los conflictos

entre el capital y el trabajo se sujetarán a la decisión de una Junta de Conciliación y Arbitraje, formada por igual número de representantes de los obreros y de los patronos, y uno del Gobierno."

Es decir, que si los trabajadores nombran tres representantes, los capitalistas tienen derecho a nombrar también tres representantes y el Gobierno uno, que es lo que estamos haciendo nosotros. Pero, naturalmente, no podemos nombrar a un solo individuo; un solo, conforme a la Constitución, será el que tenga el título y la función de representante del Ejecutivo, pero se necesita un cuerpo funcional que desempeñe todas las labores inherentes a esta representación del Ejecutivo, y de allí la creación de los demás miembros que están señalados dentro de esta partida. Naturalmente que como está creado en la actualidad ese departamento, no llena sus funciones ni cumple con los mandatos de la Constitución. La Constitución en su artículo 11 transitorio, dice:

"Entretanto el Congreso de la Unión y los de los Estados legislan sobre los problemas agrario y obrero, las bases establecidas por esta Constitución para dichas leyes, se pondrá en vigor en toda la República."

De tal modo, ciudadanos representantes, que por virtud de ese artículo 11 transitorio dice:

"Entretanto el Congreso de la Unión y los de los Estados legislan sobre los problemas agrario y obrero, las bases establecidas por esta Constitución para dichas leyes, se pondrán en vigor en toda la República."

De tal modo, ciudadanos representantes, que por virtud de ese artículo 11 transitorio de la Constitución, los principios fundamentales de todas estas leyes, consignadas en la Constitución rigen desde el día en que ésta se promulgó, y, en mi concepto, indebidamente se le ha dado una forma a la Junta de Conciliación y Arbitraje, en entero desacuerdo con la fracción XX del artículo 123. Es llegado, por lo tanto, el caso, señores compañeros, el remediar este defecto. Vamos ajustándonos al precepto constitucional; vamos nombrando únicamente al representante del Ejecutivo en la forma que lo prevé la Constitución. Yo desde luego me pronuncio en contra del nombramiento de estos señores auxiliares, del jefe representante el Ejecutivo, por la sencilla razón de que la Constitución no habla de auxiliares; la Constitución no autoriza a esta Asamblea a nombrar auxiliares que desempeñen las mismas funciones del jefe de este departamento, porque la palabra lo dice muy claramente: auxiliar es desempeñar, en un momento dado, ayudar en un momento dado al que desempeña las funciones principales de jefe de esta junta. Si se quiere que haya empleados de sobra, en buena hora que se les busque otro nombre; pero no aceptamos empleados con el título de auxiliares que vendrán a tener mucho de funcionarios que no señala la Constitución. Ruego de la manera más atenta a la comisión dictaminadora que, inclinándose ante la fuerza de los preceptos constitucionales, no insista que querer sostener algo que no puede sostener ante el terreno legal. Es necesario que la comisión, con el buen criterio que ha demostrado en esta Asamblea durante la discusión de presupuestos, convenga en que ha llegado el momento de remediar esta organización defectuosa de la Junta de Conciliación y Arbitraje. Es necesario, para orgullo de la misma comisión y para satisfacción de esta Asamblea, que de una vez por todas salga de aquí la organización de esta junta de entero acuerdo con los preceptos constitucionales. Por lo tanto, termino suplicando que sea rechazada esta partida y aprobada en el sentido en que lo hemos propuesto el compañero Barón Obregón y que el habla. - El C. secretario Barón Obregón: Habiendo hablado los oradores que marca el Reglamento, en votación económica se consulta si considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Suficientemente discutido. Se pregunta al ciudadano Rodríguez si sostiene su objeción, a fin de no dar lugar a una votación nominal.

El C. Rodríguez Guillermo: Como yo también abundó en los deseos de que se ahorre tiempo, para que haya presupuestos, retiro mi objeción.

El C. secretario Barón Obregón: Habiendo retirado su objeción el ciudadano diputado Rodríguez, se reserva esta partida para su objeción.

El C. presidente: La Mesa se permite presentar a la Asamblea, como un plan general de trabajo, algunos puntos de conducta general de trabajo, algunos puntos de conducta general para abreviar tiempo y para que las discusiones sean más ordenadas y prácticas. Se ha venido notando que al iniciarse la discusión de un ramo se separan diversas partidas para ser objetadas, y posteriormente los compañeros objetan casi cada renglón del ramo que se discute. Como los diputados tienen en sus manos los presupuestos que se discuten, para que cada diputado estudie las partidas a discusión en lo particular, la Presidencia se permite proponer a la Asamblea que apruebe como norma de conducta general, salvo casos de excepcional importancia, lo siguiente: primero, que al ponerse a discusión cada ramo, sean separadas las partidas y que ya no se permita posteriormente objetar nuevas; y segundo, que al iniciarse la discusión en lo particular de cada partida objetada, no se permita hacer uso de la palabra, sino a los oradores inscriptos. Claro que la Mesa no pretende seguir con esto una regla absolutamente estricta; ocasiones en que sea de verdadero interés hacer aclaraciones, o que sea de o aun dar lugar a discursos al margen de aclaraciones de interés, no tendrá la Mesa el propósito de obstruccionar el debate; pero como regla general de conducta se permite presentar a la Asamblea estas proposiciones, esperando de la cordura de los compañeros, que ratificarán esta disposición de la Mesa para abreviar el trabajo. Se concreta, en resumen, a que cada señor diputado objete, al iniciarse la discusión de cada ramo, las partidas que desee y que una vez sean separadas las partidas, ya en el curso de la discusión en lo particular no se permite separar nuevas partidas; y segundo: que al iniciarse la discusión en lo particular de cada partida, tomen parte en el debate únicamente los oradores que se hayan inscripto. Se pregunta a la Asamblea si está dispuesta a sostener esta conducta general de la Mesa.

El C. secretario Barón Obregón: Por disposición de la Presidencia se consulta a la Asamblea si está dispuesta a sostener la forma en que ha expuesto el ciudadano presidente la reglamentación de los debates en lo futuro, para el ramo de presupuestos. Los que estén por la afirmativa...

El C. Castellanos Angel: Pido la palabra. Yo creo que es muy conveniente lo que propone el señor presidente, pero a efecto de proceder de una

manera enteramente favorable para estos asuntos, yo creo que es conveniente que se obtenga el ofrecimiento de las comisiones, por conducto de la Presidencia, de que se nos den los presupuestos la víspera; porque resulta que viene uno a la sesión y hasta entonces se reparten los presupuestos y así ya no es posible apartar las partidas, y después se encuentra uno con otra partida que también cree que debe rechazar. Creo por lo tanto, que no hay inconveniente en aceptar lo que propongo.

El C. presidente: Efectivamente, en un principio, por la premura de tiempo, los señores compañeros de la Comisión de Presupuestos no tenían con anticipación las copias de los proyectos; pero ahora ya hay seguridad de que por lo menos dos días antes de cada debate pondrán tener los señores diputados copias del proyecto. Además, la Presidencia insiste en que esto va a ser simplemente una regla general con la que no se va a tratar solucionar los debates, pues cuando se trate de casos, de algo de verdadero interés, la Presidencia no se atendrá a este acuerdo para impedir el uso de la palabra a los oradores.

El C. Manrrique: Pidió la palabra. Creo que la primera parte de la proposición de la Presidencia está perfectamente justificadamente. Quiere decir que el momento en que se anuncie la discusión de un ramo, los diputados deben pasar a la Mesa a separar las partidas que deseen objetar, y que ya en el curso de los debates no se permita objetar nuevas partidas; la Presidencia lo que quiere es que la única oportunidad que se ofrezca a los diputados para separar partidas, sea el momento de comenzar la discusión en lo particular de los diversos ramos del presupuesto.

En cuanto a la segunda parte de la proposición, me parece un poco inadecuada, porque muchas ocasiones no tenemos la intención preconcebida de participar en el debate en el momento en que se inicia éste; pero una vez que ha empezado, acudimos presurosos al estrado a solicitar del presidente que nos inscriba, pues muchas veces acontece que el debate mismo es el que nos sugiere participar en él, es el que suscita en nosotros la intención que momentos antes no teníamos. De manera que creo que la segunda parte es injustificada; la primera sí es perfectamente justificada. Este acuerdo de la Asamblea nos llevará a ser más cuidadosos en lo sucesivo, para no improvisar discusiones.

El C. secretario Barón Obregón: En votación económica se pregunta si se aprueba la primera parte del acuerdo de la Presidencia. Los que estén por la firmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobado.

En lo sucesivo se pondrá a discusión en la particular cada ramo del presupuesto, indicándose a los ciudadanos diputados que separen las partidas que deseen objetar, y una vez hechas esas objeciones, ya no se permitirán otras nuevas a las partidas en el curso de los debates.

El C. presidente: La Presidencia no tiene inconveniente en retirar su segunda proposición, a fin de que no se piense que se desea coartar la libertad de la palabra a los ciudadanos diputados; pero se permite rogar a los compañeros que todas las objeciones que deseen hacer sobre renglones que no sean de interés, en lo futuro las hagan primero a las comisiones, porque se hallan las comisiones de Presupuestos en la mejor voluntad de atender a las indicaciones de los compañeros. Esto puede abreviar mucho el curso de los debates y el número de sesiones que faltan es de tal manera escaso, que, de otro modo, será imposible llegar a la discusión final de presupuestos.

Para objetar partidas de este mismo ramo han pedido la palabra los ciudadanos diputados Gutiérrez y García Téllez, en las partidas que se refieren al inspector de la Junta y al oficial actuario, y para pedir que subsista en este presupuesto alguna partida que fue suprimida por la comisión. Estas partidas fueron objetadas posteriormente a la presentación del dictamen, por la comisión; pero, de todas maneras, y aun cuando exista el acuerdo de la Asamblea, la Presidencia se cree en el deber de conceder la palabra al diputado Gutiérrez.

El C. Gutiérrez José F.: Para una aclaración. Me abstengo de hacer uso de la palabra, toda vez que, habiéndome acercado a los miembro de la comisión, accedieron a modificar la partida que se refiere a un inspector y a poner dos, en lugar de uno. Por lo tanto, ya no tengo nada que objetar.

El C. secretario Barón Obregón: La Secretaría manifiesta a la Asamblea que la forma en que la comisión presenta a discusión esas partidas, es la siguiente :

"Dos inspectores, a $10.00 diarios."

Está a discusión.

El C. Manrique: Pidió la palabra. Para pedir atentamente a la Secretaría me diga de qué se trata, si la Junta de Conciliación . . . . . .

El C. secretario Barón Obregón: Sí.

El C. Manrique: El presupuesto consignaba primitivamente un solo inspector.

El C. secretario Barón Obregón: La comisión modifica la partida poniendo dos inspectores.

El C. Manrique: Muchas gracias.

El C. secretario Barón Obregón: Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

Está a discusión el Ramo Cuarto, que dice:

"Administración de Justicia:

"Ministerio Público, Procuraduría General, Policía Judicial, Tribunal Superior, Magistratura, Secretaría de Acuerdos, Biblioteca del Tribunal Superior, Salas del Tribunal, juzgados de lo Civil de la ciudad de México, juzgados de lo Penal en la ciudad de México, juzgados correccionales en la ciudad de México, Juzgado de lo Civil en Tacubaya, Juzgado de lo Penal en Tacubaya, juzgados Mixtos de Tlalpan y Xochimilco, Jurado popular en el partido judicial de México, jurados populares en los partidos judiciales foráneos, Sección de Taquigrafía, servicios diversos de los tribunales, Servicio médico legal, Archivo judicial, peritos intérpretes, servicios anexos al ramo de Justicia, Defensoría de Oficio, Consejo de notarios, Archivo General de notarías, Junta de Vigilancia de Cárceles, servidumbre del Palacio de Justicia del ramo penal."

Los ciudadanos diputados que deseen objetar alguna partida, pueden pasar a inscribirse .

El C. presidente: Se han inscripto los señores Peña y Martínez Adame para objetar el renglón relativo al procurador general. Se ruega a los señores diputados que deseen objetar partidas de

este ramo, se sirvan pasar a inscribirse. Tiene la palabra el ciudadano Martínez Adame, para objetar la partida relativa al procurador general.

El C. Martínez Adame: Seré breve, señores diputados, pues se reduce, en resumen, mi objeción, a interpelar a la comisión sobre lo siguiente: el presupuesto enviado aquí por conducto de la Secretaría de Hacienda, asigna al procurador general del Distrito Federal, el sueldo de cuarenta pesos; la comisión lo reduce a treinta y cinco pesos, y mi objeción es ésta: si al procurador general de Justicia del Distrito Federal no se le ha censurado absolutamente en su labor, si todos estamos convencidos de que es un funcionario honorabilísimo y eficiente, si todos sabemos y tenemos el orgullo de que dicho funcionario haya salido de las filas cooperatistas, no veo yo la razón para que vayamos a escatimarle cinco pesos diarios de manera indebida.

A los directores de departamento se les ha asignado el sueldo de cuarenta pesos diarios, y a un funcionario de tanta importancia como es el procurador de Justicia, a quien no podemos tachar en lo más mínimo, tanto desde el punto de vista de su competencia, como del de su honorabilidad, juzgo indebido que de una manera injustificada le reduzcamos el sueldo que se propone en el presupuesto primitivo. Yo ruego a la comisión me diga qué motivos serios tiene para hacer esa reducción.

El C. Covarrubias: La comisión principia asegurando que tiene la más absoluta convicción sobre la honorabilidad del actual procurador general de Justicia; también asegura la comisión que para este puesto, precisamente, se necesita siempre un abogado íntegro y un funcionario que sea modelo de probidad, porque de otra manera no cumpliría debidamente sus funciones; pero a comisión no está de acuerdo en aceptar el criterio de que a fuerza de dinero se premie a los buenos funcionarios públicos. Al mismo tiempo, asegura que no obstante que tenía la idea de hacer economías en todas las partidas que presentó el Gobierno del Distrito a su consideración, en el ramo de Justicia no solamente no hizo economías, sino que sostuvo en muchos casos el criterio personal de algunos jefes de oficina que estaban totalmente de acuerdo con las necesidades actuales. Al procurador general de Justicia del Distrito Federal y Territorios no se le ha reducido el sueldo, compañero Martínez Adame: se ha sostenido el sueldo de treinta y cinco pesos diarios, que consultaba el Gobierno del Distrito. Y fíjese su señoría en esta anomalía: mientras la comisión ha creído conveniente reducir los sueldos, por exagerados, de los funcionarios públicos, al tratarse del procurador general le sostiene el sueldo que se consultaba. Hay que ver, además -y aun cuando en principio éste no sea un razonamiento-, que el sueldo que nosotros asignamos al gobernador del Distrito Federal es de treinta y cinco pesos diarios y, naturalmente, el procurador general de Justicia no es posible que, siendo dependiente del Gobierno del Distrito.....

El C. Martínez Adame: No es dependiente.

El C. Covarrubias: Aun cuando su señoría diga que no, la organización es esa; de otra manera, el procurador general de Justicia y la Procuraduría no vendrían incluídos en el presupuesto del Gobierno del Distrito. En razón de esto, repito, no es posible que realmente vayamos a asignar al procurador un sueldo mayor que el que tiene el jefe del Departamento, que es el gobernador del Distrito. De una vez por todas es necesario puntualizar: Nosotros hemos atacado la institución del Gobierno del Distrito Federal y la hemos atacado de una manera razonada, y se vio la unificación de la Asamblea a este respecto; pero mientras el Gobierno del Distrito exista, el procurador general de Justicia del Distrito Federal es un verdadero empleado dependiente del Gobierno del Distrito.

El C. Martínez Adame: ¡Es un funcionario!

El C. Covarrubias: No será un empleado materialmente, compañero, porque sus funciones son muy diversas, puesto que es un jefe de un departamento. También el inspector general del Policía es jefe de un departamento. En razón de esto la comisión, que cree que la Asamblea está animada de un amplio espíritu de economía, no puede permitir que el procurador general de Justicia tenga mayor sueldo que el que disfruta el gobernador del Distrito Federal. Hemos sostenido este sueldo por todos los razonamientos expuestos, y pudiendo haber establecido que tuviera el procurador una asignación diaria de veinticinco pesos, no lo hemos hecho, tomando en consideración precisamente sus elevadas funciones.

El C. Martínez Adame: Tengo en la mano, señor Covarrubias, el proyecto de reformas al presupuesto del Gobierno del Distrito en que se asigna al procurador general el sueldo de cuarenta pesos. De manera que no es exacto lo que su señoría afirma, esto es, que se haya enviado un proyecto con la asignación de treinta y cinco pesos. Respecto a la posición que el procurador de Justicia tiene frente al gobernador del Distrito, usted también incurre en un error. El hecho ocasional de que esté incluido el presupuesto de la Procuraduría General del Distrito Federal en el del Gobierno del Distrito, no significa en manera alguna que haya una jerarquía, ni mucho menos que el procurador dependa del gobernador del Distrito. No acuerda con él absolutamente, no es un jefe de departamento que tenga que someter a la consideración del gobernador todas sus decisiones; es un funcionario, no un empleado, y usted sabe la diferencia que hay entre uno y otro; de manera que no depende en lo absoluto el procurador del gobernador del Distrito, y este parangón que usted establece entre el gobernador y el procurador para que éste no tenga mayor sueldo, no tiene razón de ser por este motivo. De manera que vuelvo a insistir en que me diga la comisión que motivo serio ha tenido para que a un funcionario intachable sin ningún motivo serio.

El C. Covarrubias: Pido la palabra. La comisión empieza ratificando lo que dijo: En el proyecto original del Gobierno del Distrito que tenemos en estos momentos en la mano y que fue el único que nos sirvió de base para elaborar el proyecto de presupuestos que se consulta, el gobernador del Distrito pide, para el procurador general del Distrito Federal, la cantidad de treinta y cinco pesos diarios. Si el señor Gasca después, con fecha posterior, ya cuando estaba hecho el proyecto y cuando ya estaba a discusión en esta Cámara nos envió una

serie de adiciones, no tenemos la culpa de no haberlas considerado, porque no llegaron oportunamente. Por lo tanto, no hemos cercenado el sueldo. El proyecto de reformas que el Gobierno del Distrito envió, sigue consultando para el gobernador una asignación diaria de cincuenta pesos; por consiguiente, está de acuerdo en que el procurador se le asignen cuarenta pesos, tal como aquí lo dijo el compañero Martínez Adame. Si él se refiere a dependencia material del procurador al gobernador, yo soy el primero en decir que el procurador no puede depender materialmente del gobernador del Distrito; pero si nosotros realmente vamos al fondo, de lo que significa la palabra administración pública, si nosotros vamos a la organización de los diversos servicios encontraremos que el procurador de Justicia, con sus funciones definidas, como jefe de departamento, está incluido, está englobado en el Gobierno del Distrito. Lo repito, la prueba está en que aquí tenemos los presupuestos, y es el ciudadano gobernador Gasca quien envía el presupuesto del procurador general; luego, administrativamente, sí dependen del gobernador del Distrito.

El C. Martínez Adame: Una aclaración. Este presupuesto no fue enviado por el gobernador del Distrito, quizás por razones políticas; digo, no sería el gobernador quien enviara esa adición al presupuesto.

El C. Covarrubias, interrumpiendo: El mismo la envió.

El C. Martínez Adame: continuando: Esa adición fue enviada por la Secretaría de Hacienda, según tengo entendido, por la lectura de documentos que se ha dado esta mañana....

El C. Covarrubias, interrumpiendo: Celestino Gasca.

El C. Martínez Adame, continuando: Entonces, si el gobernador del Distrito mandó oportunamente las adiciones, ¿por qué no las tuvo en cuenta la comisión?

El C. Covarrubias: No las mandó oportunamente.

El C. Barragán: Después de que estaba el dictamen hecho, compañero.

El C. Martínez Adame: De cualquier manera estamos en tiempo de discutir esta partida, y yo suplico a la comisión que me diga si tiene inconveniente en que se acepte ese aumento para el procurador por las razones anteriores que no quiero repetir.

El C. Covarrubias: Dentro del criterio seguido por la comisión, no es posible que se aumenten sueldos, estamos haciendo reducciones, estamos haciendo economías. ¿Vamos a aumentar el sueldo al procurador cuando a todos se los hemos disminuído? Yo creo que no se puede exigir más, cuando se le deja el mismo sueldo.

El C. secretario Barón Obregón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, consulta al ciudadano Martínez Adame si después de las explicaciones hechas por la comisión, insiste en sostener esta partida tal como la propone; en caso de que así sea, será motivo de una votación nominal, y en caso contrario, será motivo de una votación nominal, y en caso contrario, se reservará para su votación.

El C. Martínez Adame: Para evitarnos una votación nominal, pido que se consulte a la Asamblea si se toma en consideración mi proposición.

El C. secretario Barón Obregón: A solicitud del ciudadano diputado Martínez Adame, se consulta si se toma en consideración lo expuesto por el propio diputado. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. No se toma en consideración. Se reserva la partida para su votación.

Está a discusión la sección de Policía Judicial del ramo cuarto.

El C. Martínez Adame: Tenía apartados en ese mismo ramo: seis agentes adscriptos al procurador. Pido que se me permita hacer una breve interpelación a la comisión.

El C. presidente: Como una excepción se le va a conceder a usted la palabra, porque no hace ni quince minutos que la Asamblea acordó que no se permitiría objetar más partidas que las separadas al iniciarse la discusión de un ramo.

El C. Martínez Adame: El ciudadano presidente puede encontrar a la derecha del título respectivo mi nombre, con lo que demostramos que separé las partidas oportunamente.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Martínez Adame.

El C. Martínez Adame: En el proyecto primitivo se consulta un agente 1o. auxiliar y cinco agentes auxiliares del procurador. La comisión ha refundido solamente en seis agentes auxiliares del procurador y pasa esto: que el primer agente auxiliar tiene funciones propias y no es solamente el prurito de jerarquizar en esta organización de la Procuraduría el que me lleva a objetar este renglón. El primer agente auxiliar tiene por función trabajar con el procurador de Justicia en todos aquellos asuntos en que la ley le confiere intervención personal a este funcionario. Todos los que somos abogados y todos los que entienden de Derecho saben que la ley da al procurador términos prenotorios para resolver sobre pedimentos de no acusación del Ministerio Público, por ejemplo pedimentos en los que la responsabilidad muy personal del procurador está en juego, por lo cual él necesita tener un agente 1o. adscripto, de toda su confianza y de suficiente capacidad. Además, para las faltas temporales del procurador, este agente 1o. adscripto es el indicado, por su jerarquía, para substituirlo. De manera que no se crea ninguna plaza nueva, no se hace más que jerarquizar, por lo que yo creo que la comisión no tendrá inconveniente en aprobar o dar como bueno el sistema que se propone en el presupuesto primitivo, es decir, después del procurador general, un agente 1o. auxiliar y en seguida cinco agentes auxiliares del procurador. Es una cuestión de jerarquía y que naturalmente establece una diferencia de sueldo mínima para el primer agente auxiliar. Yo pido a la comisión que me diga si tiene algún inconveniente en acceder a mi petición.

El C. Covarrubias: La comisión siente no poder acceder tampoco en estos momentos a la indicación que hace el compañero Martínez Adame. La razón es obvia, ciudadanos diputados: nosotros aceptamos como bueno el procedimiento inicial que normó el criterio de la comisión en este presupuesto; es decir, la Asamblea hace tres días estuvo totalmente de acuerdo con que las subjefaturas no son necesarias. Así se autorizó a la comisión a proceder, tras de los debates reñidos que se sostuvieron a propósito del Ramo Primero, a la

supresión de los subjefes de departamento, tanto de la Tesorería como de la Secretaría del Gobierno del Distrito. La comisión estima muy pertinente el razonamiento del compañero Martínez Adame: que es necesario realmente que el ciudadano procurador tenga cerca de sí personas de su confianza y personas con atribuciones definidas, y entre esas atribuciones definidas, uno de los agentes adscriptos tendrá precisamente la de estar pendiente de los términos prenetorios, etcétera. Pero llegamos otra vez al punto aquel al que concluímos hace tres días: ¿Es necesario que haya subjefes, es decir, que descartemos de plano la responsabilidad de los jefes de oficinas? ¿Son los jefes de oficina los únicos responsables o van a compartir su responsabilidad con un segundo? Si autorizamos en estos momentos la sugestión del ciudadano Martínez Adame, no hacemos otra cosa sino claudicar del criterio que tuvimos hace tres días. No necesita el procurador general de Justicia un primer agente adscripto que no sirve sino para ganar dos pesos cincuenta centavos más de sueldo para ganar dos pesos cincuenta centavos más de sueldo y para engrandar dentro de los agentes un celo por llegar a alcanzar el puesto de primer agente.

Tenemos siempre el eterno argumento de que cuando falte el jefe de la oficina, ¿quién deberá substituirlo? Esto deberíamos desterrarlo de nuestra imaginación. La substitución debe hacerse a base de competencia, a base de antigüedad; para substituirlo no se necesita que gane más el interesado, se necesita que haya más competencia. No debe ponerse en la Procuraduría General un substituto del procurador cuando éste está presente, cuando se le paga precisamente para que éste presente; y en sus faltas temporales se designará al más inteligente, al más apto, al que tenga más conocimiento de los asuntos de la oficina. El criterio de la comisión que vuestras señorías aceptaron desde el primer día de las discusiones, es el que ha motivado que nosotros hayamos cercenado, como dice el señor Martínez Adame, la partida correspondiente al primer agente adscripto, pero no hicimos reducciones. El consultaba un primer agente adscripto y cinco agentes, y nosotros pusimos seis agentes iguales, porque la igualdad, es la que debe normar todas las cosas y porque no son necesarias las subjefaturas. Siendo la responsabilidad del procurador, no hay razón para que la comparta con un segundo.

El C. Reyes San Germán: Una aclaración. Yo he estado en la Procuraduría General del Distrito Federal y allí he visto que no hay mucho que hacer. Están asignados seis agentes auxiliares; yo creo que muy bien podrían reducirse a cuatro, por ejemplo. Me permito proponer esto a la comisión para ver si lo puede aceptar.

El C. Martínez Adame: Pido la palabra. La verdad es que, tanto el estimable compañero Covarrubias como el compañero que acaba de hacer uso de la palabra, Reyes San Germán, han manifestado claramente, por la misma naturaleza de sus discursos, que desconocen en absoluto la organización de la Procuraduría General del Distrito Federal; seguramente que no son abogados. ¿Usted es abogado, compañero?

El C. Reyes San Germán: No.

El C. Martínez Adame, continuando: El compañero Covarrubias tampoco lo es.

De manera que si han ido a la Procuraduría ha sido de manera ocasional y no habrán podido conocer seguramente qué importancia efectiva tiene el procurador general de Justicia del Distrito Federal. Para esto bastaría que supieran el gran número de expedientes que diariamente son turnados al procurador; bastaría con que tuvieran conocimiento de la apreciación inmediata que el agente en turno tiene que hacer para distribuir esos expedientes, según corresponda, a los juzgados correccionales, de instrucción, etcétera, y si el delito de que se trata es de la competencia federal o del orden común. Esto es lo que tiene que hacer el agente en turno, y en cada turno que entran aproximadamente menos de sesenta expedientes diarios. Ya verán, por tanto, los compañeros, si hay trabajo en la Procuraduría. Por otra parte, tiene también que hacerse la revisión de todos los pedimentos que hacerse la revisión de todos los pedimentos de los agentes del Ministerio Público, etcétera. Esos argumentos del compañero San Germán son absolutamente infundidos. Respecto a los del compañero Covarrubias, debo decir que en todas las oficinas se requiere determinada jerarquía y en este caso es decisiva. Usted, compañero Covarrubias, dice que hay seis agentes y que en las faltas del procurador alguno de éstos puede substituirlo - el que demuestre mayor competencia, por ejemplo-, quedaría a su arbitro elegir a cualquiera de los seis para que desempeñara sus funciones. Yo no tenga a la mano la Ley de Organización, pero podría decir a usted detalladamente cuáles son las funciones del primer agente auxiliar, pero es indudable que son funciones interesantes y decisivas. En la Procuraduría General de la Nación también existe el mismo sistema: un primer agente adscripto y otro segundo, etcétera, porque tiene funciones propias que no se pueden dejar al arbitrio de un funcionario, como podíamos encargar a un mozo de tal o cual cosa, sino que tienen funciones establecidas y particulares. De manera que creo que para evitar que se alargue esta discusión, en la que ahora no estoy dispuesto a ceder, porque se trata de un asunto de interés, la comisión, ya que no hace más que establecer una jerarquización, espero que no tendrá inconveniente en acceder a mi petición que encuentro ajustada a las necesidades prácticas del despacho de la Procuraduría.

El C. Espinosa Luis: Para una aclaración. Quiero hacer del conocimiento de la comisión que, conforme a la Ley Orgánica del Ministerio Público del Distrito Federal, se divide en seis partidos judiciales; de tal manera que, estos auxiliares, tienen que ser precisamente seis, correspondiendo uno a cada sección. Entiendo que este argumento sí es decisivo y que la comisión lo tendrán en cuenta para consentir en que sean seis los auxiliares.

El C. Covarrubias: Claro que son seis los agentes auxiliares que la comisión propone. Con respecto a los argumentos del ciudadano Martínez Adame, se base exclusivamente en la necesidad de que dentro de estos seis, el presupuesto premie a uno de ellos dándole dos pesos cincuenta centavos diarios más, con el fin de que ese agente así premiado, sea quien substituya al procurador en sus faltas temporales. La argumentación del

compañero Martínez Adame no es seria, porque el presupuesto no organiza, el presupuesto no puede organizar. Substituirá al procurador el agente que el procurador designe, no el que ahora designe la Comisión de Presupuestos.

Nosotros tenemos, al consultar seis agentes auxiliares del procurador, la convicción profunda de que el procurador, como hombre organizador, como verdadero jefe del departamento, sabrá dar a cada quien su categoría y será el único que podrá escoger a su substituto; pero este presupuesto nada tiene que ver con esto. Ahora, vuelvo a decir, el plan general adoptado por la Asamblea, fue que se suprimieran esas subjefaturas, con el fin de dar verdadera responsabilidad al jefe del departamento. Y si, naturalmente, ese fue el criterio que nosotros seguimos en principio y que respaldó esta Asamblea, yo creo que esta discusión es obvia. El compañero Martínez Adame no podrá encontrar argumentos para convencernos de que por estas funciones delicadas o por otras que se le encomienden, debe tener más sueldo. Los sueldos, compañero Martínez Adame, no significan nada en las funciones que se le encomiendan a los ciudadanos, y en este caso, el primer agente adscripto, aun cuando el presupuesto no lo designe, así, seguirá siendo primer agente adscripto y seguirá teniendo las mismas funciones que actualmente tiene, como cada uno de los agentes auxiliares tendrá, a su vez, las mismas funciones que ahora desempeña. El presupuesto no hace sino decir que en la Procuraduría General de Justicia no hay más que un responsable: el procurador; cuando el procurador falte temporalmente, el procurador tendrá la facultad de designar quién es el que debe substituirlo.

El C. secretario Barón Obregón: Se consulta a la Asamblea si considera suficientemente discutido este asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido.

El C. presidente: ¿Permite el compañero Martínez Adame que, siguiendo el precedente anterior, se consulte a la Asamblea si toma en consideración su petición, para evitarnos una votación nominal?

El C. Martínez Adame: Sí, señor.

El C. secretario Barón Obregón: Habiendo accedido el ciudadano diputado Martínez Adame a que se consulte a la Asamblea si desea tomar en consideración las objeciones hechas por el mismo ciudadano diputado, se pregunta, en votación económica, si dichas objeciones son de tomarse en consideración.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. No se toman en consideración; en consecuencia, la partida se reserva para su votación.

Está a discusión la partida relativa a la Policía Judicial.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Barón Obregón.

El C. Quiroga: ¿Me permite hacer una interpelación a la comisión?

El C. Barón Obregón: Ciudadanos diputados: No trato de hacer.....

El C. Manrique, interrumpiendo: Señor presidente: Para una interpelación. Deseo preguntar a usted si no estoy inscripto anteriormente, es decir, si no fui yo objetó la partida e hizo su separación.

El C. Quiroga: Señor presidente: Yo creo que de mi interpelación puede desarrollarse el debate que van a iniciar los demás compañeros. Yo rogaría a la Presidencia me permitiera hacer una interpelación a la comisión sobre este particular.

El C. presidente: Han reservado todos los renglones referentes a la Policía Judicial, los ciudadanos diputados Barón Obregón, Manrique, Quiroga, Martínez Adame, Prieto Laurens y Vásquez Jenaro; por esta razón el compañero Manrique cree que él estaba inscripto antes. El compañero Barón Obregón apartó esta partida desde que se presentó todo el ramo a la consideración de la Asamblea, es decir, desde hace cinco días. Tiene la palabra el ciudadano Barón Obregón.

El C. Barón Obregón: Decía a ustedes, que no trato de hacer sino simples peticiones a la comisión dictaminadora sobre este presupuesto y una breve exposición. Considero, desde luego, que en la conciencia de todos ustedes y en el ánimo general de la Asamblea, existe ya una idea perfectamente fija y perfectamente definida sobre la necesidad que hay en estos momentos de dar emolumentos mayores a todos los miembros de la Policía del Distrito Federal y que quedan consignados en este presupuesto. Ya la comisión respectiva formuló en la parte relativa del presupuesto, un aumento de consideración para toda la policía de la ciudad de México, asignando dos pesos más por plaza; como en este caso se trata de medir justamente con la misma ecuanimidad con que lo ha hecho la comisión, a otro ramo de la policía, que es el de la Policía Judicial, simplemente voy a hacer una solicitud a la comisión, que se relaciona con esto: un aumento de sueldo a los cincuenta agentes que consigna este presupuesto y que tienen una dotación de seis pesos diarios. Esta es una cantidad verdaderamente mezquina para hombres que constantemente exponen su vida en el desempeño de comisiones delicadas, como son las que tiene este ramo de la policía, y por ello pediría un aumento siquiera a ocho pesos diarios; en la misma proporción, un aumento para el jefe de la Policía Judicial, a quien el presupuesto señala la cantidad de quince pesos diarios, poniéndole veinte pesos diarios. En la misma proporción pediría, y pido de hecho a la comisión, se designe aumentar el sueldo al secretario perito en identificaciones, que debe ser un hombre que tenga una práctica larga en estos asuntos, a quien el presupuesto le fija la cantidad de doce pesos, a la cantidad de quince pesos. Esto, señores, es verdaderamente equitativo; se ha conseguido ya, de hecho, un aumento, para todo la policía de la ciudad de México, y esta rama de policía, que es verdaderamente interesante, debe estar perfectamente bien pagada. Ya es tiempo, señores -y afortunadamente así lo ha comprendido ya esta honorable Asamblea-, de dar a la policía el verdadero carácter que debe tener: el de autoridad inicial en todos los asuntos que se ventilan en el ramo judicial. Por ello, señores, es necesario que, compenetrada la Asamblea de esta necesidad, como lo estuvo anteriormente por lo que se refiere a la policía de México, se destruyan los perjuicios que hemos tenido desde hace muchísimo

tiempo, de considerar que el policía desde ser un hombre de mucha fuerza, corpulento, y hasta cierto punto un verdadero matón, que pueda llevar con toda pasividad a un borrachín por la calle. Hay que otorgar a la policía el verdadero papel que desempeña en la sociedad, y este papel no puede ser otro que el de una verdadera autoridad, que pueda, en un momento dado, ser el relator fiel de un hecho acaecido en la vía pública. De la categoría que tenga el policía, de los conocimientos que tenga el policía, dependen, en muchos casos, las facilidades con que puedan desarrollarse las funciones judiciales en acontecimientos de esta índole. Por ello, señores diputados, pido a la Asamblea de la manera más respetuosa que, atendiendo a estos ciudadanos que forman la Policía Judicial en la misma forma que lo fueron los que integran la Policía de la ciudad de México- como le consta a la Comisión de Presupuestos-, se les asignen las partidas de sueldos que acabo de citar.

El C. presidente: Para una interpelación a la comisión, tiene la palabra el ciudadano diputado Quiroga.

El C. Quiroga: Señores representantes: Si es cierto que esta Representación tiene una estricta obligación de hacer lo posible por obtener el mayor ahorro en los presupuestos para que el Gobierno pueda dar cumplimiento a los compromisos que actualmente tiene con los acreedores de México, para la buena marcha y encarrilamiento del mismo Gobierno, también es cierto que esta Representación Nacional debe hacer lo posible por garantizar tanto los intereses como la vida de las personas. He aquí la interpelación que me permito hacer a los miembros de la comisión: ¿Por qué, si el jefe de la Policía Judicial, por medio del procurador general de Justicia, ha presentado una exposición de motivos, un estudio sobre las necesidades que hay que tomar en cuenta para poder garantizar los intereses sociales, siendo visiblemente notorio que ha aumentado notablemente el trabajo de esta policía, por qué razón las comisiones no han tomado en cuenta esta exposición de motivos que puede ser altamente beneficiosa para los intereses de la sociedad? Rogaría a la comisión que de acuerdo con este estudio que ha presentado la Policía Judicial, formule su dictamen sobre este cuerpo tan interesante, cuyas labores en estos momentos visiblemente han aumentado. Todos hemos visto que la Policía Judicial, tanto por la prensa como por el público, nos ha venido a beneficiar, nos ha venido a ayudar en todo lo posible, puesto que la Policía Judicial se preocupa por hacer una persecución a los empedernidos criminales, a esos apaches y a esas apachesas que han sentado sus reales en las principales arterias de la población. Yo rogaría que la comisión viera si la petición que se hace por medio de la Policía Judicial se pudiera cumplir, aumentando su cuerpo en la forma que lo propone la misma Policía Judicial, es decir, poniendo un jefe, un subjefe y todo lo demás, como en la misma solicitud se pide.

El C. Covarrubias: La comisión ve con visible agrado que numerosos representantes se preocupan por la organización de la Policía Judicial.

Contesto al compañero Quiroga, en esencia, que sí tuve a la vista el ocurso del procurador general de Justicia con la exposición de motivos a que se ha aludido y que lo tomé en debida consideración. Unicamente la comisión se reserva para contestar cuando algunos ciudadanos diputados hayan hecho uso de la palabra sobre este asunto, con el fin de que también la Asamblea norme su criterio a este respecto, por lo que la comisión tiene entendido que aquí hay un problema de verdadero fondo para la seguridad de la ciudad de México.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Manrique.

El C. Manrique: Señores: Mi objeto al disponerme a impugnar estas partidas relativas a la Policía Judicial, fue el de aprovechar la oportunidad para explicar mis ideas sobre el funcionamiento actual de la Policía, pero he cambiado impresiones con miembros de la Comisión de Presupuestos -con el compañero Hernández Marín-, que me ha explicado clara y suficientemente la manera como en estos momentos funciona la Policía Judicial de la ciudad de México. Como creo, por lo demás, que las lacras de la Policía Judicial no ha de remediarlas un simple debate, porque lo que hay que modificar es el sistema, creo que debo reservar mis objeciones, si algo valen, para posterior oportunidad. Creo, sí, de paso, que habiendo ya la comisión aumentado el personal y el sueldo de este personal, no resulta oportuno aceptar la idea del compañero Barón Obregón, que sobre el aumento concedido ya por la comisión, quiere un nuevo.

Termino, pues, señor presidente, retirando mis objeciones a los artículos a debate.

El C. Montero Villar: Pido la palabra para una interpelación.

El C. Hernández Marín: Pido la palabra para una aclaración importante. El señor Manrique, de una manera incidental, se sirvió referirse a algunas observaciones que yo hice a propósito de la Policía. Estas observaciones que yo hice, son a propósito de la Policía civil preventiva de la ciudad de México hay dos instituciones distintas. Es muy importante que se conozcan que ahorita se debate sobre la Policía Judicial, una de las dependencias de la Procuraduría de Justicia, y al efecto me voy a permitir dar una breve explicación de la forma de funcionamiento de las dos policías y sus atribuciones, con objeto de que la Asamblea pueda orientarse mejor en este debate.

La Policía Judicial depende exclusivamente del procurador de Justicia del Distrito Federal; sus funciones son obedecer órdenes del propio procurador y de sus agentes del Ministerio Público, de los jueces del orden penal y correccional, solamente. Las órdenes que cumple la Policía Judicial son de captura, de cateos, de citación y presentación, perfectamente limitadas; investigaciones al margen y alrededor de los distintos procesos que instruyen los jueces del orden penal y correccionales. Actualmente existen cuarenta y cinco agentes de la Policía Judicial. La comisión ha aumentado en número a cincuenta agentes de la Policía Judicial. Yo, naturalmente, no me opongo al aumento ni siquiera a lo que propone el compañero Quiroga y otro ciudadano diputado sobre que tengan una remuneración mayor; por más que debo advertir que los agentes de la Policía del Distrito Federal, de la Policía Civil preventiva, que se llama Policía reservada, se

dividen en dos categorías: unos que tienen un sueldo de seis pesos, que es la segunda categoría, y los de la primera que ganan ocho pesos diarios. En su oportunidad, y cuando se trate de este ramo, si hay impugnadores, trataré de defender el presupuesto tal como lo ha presentado la comisión, haciendo saber cuáles son las obligaciones y cuál es la necesidad imperiosísima de que se acepte en la forma en que lo ha propuesto la comisión, la parte del presupuesto que se refiere a la Policía Civil preventiva que se denomina así: comisiones de seguridad del Distrito Federal. Actualmente estamos debatiendo sobre la Policía Judicial. La Policía Judicial obedece órdenes del procurador y de los jueces; no es investigadora, sino solamente cuando recibe órdenes expresas de un juez para hacer alguna investigación, cateo o cualquiera otra diligencia ordenada por una autoridad judicial. De manera que entiendo que con el aumento a cincuenta miembros y con el aumento racional del sueldo al secretario encargado de las fichas dactiloscópicas, creo que sí llena una necesidad en bien de esta institución que es sumamente benéfica para los intereses sociales.

El C. Secretario Barón Obregón: La comisión presenta modificada la partida en la forma siguiente. Primero se consulta a la Asamblea si concede permiso a la comisión para retirar la partida. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo.

El C. Martínez Adame: Para evitar que se vuelva a retirar la partida, y puesto que mi opinión está apoyada por muchos diputados, pido que de una vez se me conceda la palabra para hacer observaciones a la comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Martínez Adame: Yo quisiera que la comisión me dijera si estaría de dispuesta a aumentar el número de plazas de los agentes a cincuenta con el sueldo de siete pesos para los primeros y de cinco para los segundos, como se fija en el presupuesto que consulta el procurador, en vista de las necesidades que el jefe de la Policía ha enumerado en el ocurso que está en manos de la comisión; este aumento de personal es de suma importancia; la Policía Judicial es la única Policía probablemente, no probablemente, sino constitucional. Para cuando llegue la oportunidad de estudiar otros ramos de la Policía, como la reservada, etcétera, haré notar cómo la existencia de esta policía es anticonstitucional y cómo debemos dar preferencia a una policía eficiente que ha dado muchos resultados prácticos y que toda la sociedad ve con respeto. De manera que en concreto la proposición mía es ésta: que se acepte la proposición enviada por el procurador en vista de los datos del jefe de Policía y que es: cincuenta agentes de primera con siete pesos, y cincuenta de segundo con cinco pesos. El dinero no significa nada ante el aumento de esta policía constitucional.

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. Covarrubias: La exposición de motivos que envió a la 9a. Sección de la Comisión de Presupuestos y Cuenta el ciudadano procurador general de Justicia, consultaba ya el aumento a cien plazas a los agentes de Policía Judicial; ponía un sueldo de siete pesos a cincuenta de ellos, a los que denominaba agentes de primera, y consignaba cinco pesos a los otros cincuenta agentes a quienes denominaba agentes de segunda. La comisión escuchó verbalmente al ciudadano procurador y encontró que en la actualidad dispone de cuarenta y cinco agentes, según el presupuesto; pero de estos cuarenta y cinco agentes tenía quince distraídos, ya en la oficina, porque necesitaba escribientes, ya con los agentes del Ministerio Público de los pueblos inmediatos que también necesitaban escribientes y, en resumen, esos cuarenta y cinco agentes de Policía Judicial, no eran en tal número, se reducían a treinta, según el mismo procurador nos lo manifestó. Naturalmente que si con treinta agentes, muchos de los ciudadanos diputados que conocen la organización de la Policía Judicial, están dispuestos a asegurar y a sostener que es una policía eficiente, que es una policía competente y que precisamente se ha señalado por la antigencia de sus procedimientos, cabe aquí hacerse esta interrogación que fue la que formulamos al procurador: si nosotros prácticamente le doblamos el número de agentes, si nosotros con el fin de que ya no distraiga a esos quince agentes en su oficina, le vamos a dar el personal administrativo necesario y suficiente para su oficina, y por esta razón aumentamos hasta diez taquimecanógrafos y le dimos cinco oficiales terceros auxiliares; si ya no necesita distraer estos quince agentes de policía auxiliares, si se van a duplicar, ¿habrá razón para que esa policía judicial con treinta agentes vaya a aumentarse a cien? Yo creo que el espíritu de economía, en este caso se impone, nos hace ver la necesidad de duplicar la policía y mantenernos dentro de ese término. La comisión no tiene inconveniente en aceptar la sugestión del compañero Barón Obregón, es decir, remunerar a estos cincuenta agentes con el sueldo de ocho pesos diarios.

Por consiguiente, si vamos nosotros a hacer eso y encontramos una policía en doble número y remunerada en casi un treinta y cinco por ciento más de lo que está actualmente, creo yo que estos razonamientos de la comisión deberían tomarlos en consideración los compañeros Quiroga y Martínez Adame, y ver que en realidad nosotros tomamos como buenos sus razonamientos, que son casi idénticos a los del propio procurador; el propio procurador estuvo de acuerdo con nosotros en que de esa manera se solucionaba todo y ya no pidió más. Por consiguiente, si el mismo procurador se declaró de acuerdo con la comisión, yo creo que ahora los compañeros Quiroga y Martínez Adame deberían estar dentro del criterio del mismo jefe de la oficina, que ya nada más pide.

El C. Martínez Adame: El procurador en esa exposición de motivos a que usted alude, no dice en manera laguna que se conforme con tener esos treinta agentes judiciales; lo toma como una necesidad de la que no puede salir, porque ese límite tiene. Yo me obstino en aumentar hasta ese punto ni los diputados que están de acuerdo conmigo en aumentar hasta las cien plazas; perfectamente, que sean cincuenta de primera con ocho pesos diarios que la comisión está dispuesta a aceptar y que se aumenten veinticinco de segunda que son indispensables, crea la comisión que son indispensables, para que haya estímulo en ellos mismos y puedan organizar mejor sus trabajos. De manera que creo que la comisión no debe obstinarse en disputar

veinticinco agentes de segunda que son indispensables.

El C. Covarrubias: La comisión acepta la sugestión del compañero Martínez Adame. (Aplausos.)

El C. secretario Barón Obregón: La comisión presenta modificada la partida relativa a la Policía Judicial en la forma siguiente:

"Policía Judicial"

"Un jefe $ 18.00

"Un secretario perito en identificaciones " 12.00

"Un jefe de agentes " 10.00

"Cincuenta agentes de primera " 8.00

"Veinticinco agentes de segunda " 6.00

"Un taquimecanógrafo " 6.00

"Cuatro mecanógrafos " 5.00"

El C. Quiroga: Para una pequeña observación. (Voces: ¡Ya! ¡Ya está bueno!)

Es interesante la observación. Yo quisiera que en lugar de ese secretario de identificación que proponen, se propusiera un subjefe; porque ese departamento de identificación no es un departamento en que la persona vaya a identificar a un delincuente ya porque sí; creo que es un departamento especial, es un departamento que el señor Hernández Marín conoce, es un departamento dactiloscópico, es un verdadero departamento especial, no es cuestión de una sola persona.

El C. Manrique: Una breve rectificación a lo que creo sólo error de memoria del señor Hernández Marín.

Mi plática, mi cambio de impresiones con el compañero Hernández Marín de la que resultó que yo desistiese de refutar estas partidas, no se refería exclusivamente a la policía de a pie, ni tampoco a la policía reservada; traté también sobre la Policía Judicial, cuyas funciones no conocía tan detalladamente antes de hablar con él; pero no la he confundido nunca con las funciones de la policía reservada.

El C. secretario Barón Obregón: Se consulta a la Asamblea si considera suficientemente discutido el asunto. Suficientemente discutido. No habiendo sido objetada la partida, se reserva para su votación.

El C. presidente, a las 14.08: Por haber transcurrido la hora reglamentaria, se suspende la sesión y se cita para diez y seis de esta tarde.

CONTINUACIÓN DE LA SESIÓN DE CÁMARAS

DE DIPUTADOS

Presidencia del

C. MURGUÍA SALVADOR

(Asistencia de ciento treinta y seis ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 17.15: Se reanuda la sesión.

- El C. Barragán, leyendo:

Telegrama procedente de "Secretaría de Agricultura y Fometo.- México, 27 de noviembre de 1922.

"Señores diputados secretarios de la H. Cámara.

- México, D. F.- Urgente.

"A nombre señor subsecretario encargado Despacho Agricultura y Fomento, tengo honor invitar por su muy honorable conducto a señores diputados para que visiten los carros equipados por esta Secretaría para salir a los pueblos de la República de hacer campaña de higiene social en favor familia campesina.

Señor Denegri tendrá especial satisfacción en saber qué ciudadanos diputados honraron con su presencia esta exposición, que aunque modestamente preparada, por ahora será principio gran campaña social revolucionaria en favor del campesino.

Por no encontrarse en estos momentos señor Denegri, envió en su nombre esta invitación, manifestándoles que los carros están en estación Buenavista, entrada del express, y hoy es último día encuéntrense en esta ciudad, pues mañana salen su destino.

"El secretario particular, Manuel Carpio"- De enterado.

"H. Asamblea:

"El subscripto, diputado por el 4o. distrito electoral de Guanajuato, se permite solicitar, con dispensa de trámites, una licencia con goce de dietas, por un mes, en virtud de atenciones urgentes de familia que reclaman su presencia en el distrito mencionado.

"México, D. F., 27 de noviembre de 1922.- Ramón Velarde."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Concedida.

"Honorable Asamblea:

"El subscripto, diputado por el 2o. distrito electoral de Chiapas, ante ustedes comparece solicitando le sea concedida una licencia por diez días, sin goce de dietas, para atender asuntos particulares y bajo el concepto de que ésta se contará a partir del día 1o. de diciembre próximo, suplicando sea llamado su suplente licenciado Miguel Castillo hijo, que vive en el número 129 de la calle de Nuevo México de esta ciudad. Solicitando, asimismo dispensa de todo trámite, para la presente petición.

"México. D. F., 27 de noviembre de 1922.- César Martínez R."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de

la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Concedida. Se llamará al suplente.

"El C. licenciado Luis G. Palacios comunica que con fecha 18 de noviembre se hizo cargo nuevamente el puesto de magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Norte de la Baja California, por haber terminado la licencia que le fue concedida.-" De enterado, y a su expediente.

Telegrama procedente de "Campeche, 25 de noviembre de 1922.

"Secretario de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Nación.

"Congreso Estado sesión hoy acordó felicitar esa Cámara por haber secundado patrióticamente viril conducta observó Ejecutivo federal con motivo memorándum censura dirigió encargado negocios Estados Unidos, a secretario Relaciones Exteriores, sobre proyecto reglamentario artículo 27 Constitución general República, parte relativa petróleo.- Atentamente. Diputado secretario, Miguel Badillo Superano.- Diputado secretario, Eduardo Rejón Sánchez."- Recibo, y a su expediente.

"La Legislatura del Estado de Chihuahua comunica se secunda la iniciativa del Congreso del Estado de Veracruz, relativa a la reforma del artículo 252 de la Ley del Timbre vigente."- Recibo, y a su expediente.

"La Legislatura del Estado de Hidalgo comunica con fecha 15 de noviembre clausuró su último período de sesiones ordinarias, dejando instalada su Diputación Permanente."- De enterado.

"La Legislatura del Estado de San Luis Potosí comunica que secunda la iniciativa del Congreso del Estado de Tabasco sobre la reforma del artículo 83 de la Constitución general."- Recibo, y a su expediente.

"La Legislatura del Estado de Sonora comunica que aprueba la adición al artículo 67 de la Constitución federal propuesta por el Congreso del Estado de Michoacán."- Recibo, y a su expediente.

Telegrama procedente de "Jalapa, Tabasco, 25 de noviembre de 1922.

"H. Cámara de Diputados.

"H. XXVII Legislatura local, hónrase comunicarle declaró hoy gobernador constitucional Estado licenciado Tomás Garrido C. para próximo cuatrienio, virtud obtuvo mayoría sufragios emitidos elección 5 actual. Respetuosamente.-

Diputado secretario, Alejandro Lastra.-S. Ruiz S."- De enterado.

"El C. Adalberto Tejada comunica con fecha 16 de noviembre, volvió a encargarse del puesto de gobernador constitucional del Estado de Veracruz, en virtud de haber dado por terminada la prórroga de la licencia de que disfrutaba."- De enterado.

"El ciudadano gobernador constitucional del Estado de Veracruz comunica que con fecha 1o. del presente quedó establecida la Agencia Fiscal del propio Estado, en la ciudad de México, en el despacho número 8 del cuarto piso del edificio de "La Mexicana."- De enterado.

"Está de segunda lectura el proyecto de los CC. diputados Luis Espinosa y Jaime A. Solís, con el fin de que se decrete una partida de cincuenta mil pesos para establecer una escuela-granja, federal en la ciudad de Tapachula, Estado de Chiapas."

En votación económica se consulta si se acepta a discusión, con el fin de que pase a la comisión respectiva. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Pasa a la comisión respectiva.

- El C. Barragán, leyendo:

"3a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"La señorita Carmen Díaz, por medio de un ocurso fechado el 14 de junio del año próximo pasado, ocurrió ante esta H. Representación Nacional solicitando que, por los servicios que prestó a la patria su finado padre, el C. coronel Agustín Díaz, se le otorgue una pensión. Dicho asunto fue turnado a la Comisión de Guerra, que emite el presente dictamen.

"Expone la ocursante para fundar su petición: que se finado padre prestó servicios militares y científicos a la nación; que ingresó al Colegio Militar el año de 1841, encontrándose en la defensa de Chapultepec, combatiendo contra el invasor norteamericano, por lo cual fue concedida la Cruz de Honor; que fue miembro de la Comisión de Límites en la frontera del Norte del país; jefe de la Sección Topográfica de la Comisión Científica de Yucatán; profesor de dibujo topográfico y geografía de la Escuela de Ingenieros; miembro de la Comisión Reglamentaria de Colonias Militares; profesor de topografía del Colegio Militar; jefe de la Comisión Geográfica Explorada, etcétera, etcétera.

"La solicitante acompañó un sinnúmero de nombramientos, despachos, diplomas, etcétera, en

donde se hacen constar los numerosísimos servicios que prestó a la nación su repetido padre, no solamente en el orden militar, sino también en el científico.

"Revisada la hoja de servicios del militar desaparecido, que obra agregada en el expediente, esta comisión se enteró de que el citado coronel Díaz tuvo la gloria de combatir con las armas en la mano al invasor norteamericano, en los días 12 y 13 de septiembre de 1847, cuyas acciones se libraron en el Castillo de Chapultepec. De la misma hoja se desprende que el Gobierno de la Federación, en aquel entonces, confió innumerables comisiones especiales al citado coronel Díaz, suponiéndose por esto que dicho ciudadano poseyó bastantes conocimientos científicos.

"Por lo anteriormente expuesto, esta comisión es de parecer, salvo el criterio de la H. Asamblea, que se conceda la pensión solicitada, en homenaje y respeto a los preclaros ciudadanos que con su talento y valor dieron lustre a su patria, proponiéndolo así vuestra soberanía, por medio del siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Por los servicios que prestó a la patria el finado coronel Agustín Díaz, se concede a su hija, la señorita Carmen Díaz, una pensión de cuatro pesos diarios, que le pagará íntegramente la Tesorería General de la Nación, mientras no cambie de estado."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-

México, a 22 de noviembre de 1922.- Isidro Cardona.- Leopoldo Reynoso Díaz."

El C. Altamirano Manlio Fabio: Señores diputados: Dos palabras al margen de este dictamen. Se trata de una pensión humilde, pequeña, en favor de la única hija del señor coronel Agustín Díaz, quien prestó eminentes servicios a la patria como uno de los fundadores de la Comisión Geográfica Exploradora que tuvo su asiento en la ciudad de Jalapa. El señor coronel Díaz no sólo como hombre de ciencia, sino también como ameritado militar tuvo la gloria, como dice el dictamen, de combatir en el año de 47 a los invasores americanos. Por estas razones y porque la señorita hija de Díaz es veracruzana, es de la ciudad de Jalapa, suplico a ustedes tengan la bondad de votar desde luego este dictamen en sentido afirmativo, con lo cual habremos consagrado un recuerdo a aquel hombre que sirvió a su patria y habremos hecho una buena obra en favor de la única hija de don Agustín Díaz, que se encuentra en la miseria.

El C. Barragán: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se consulta si se considera suficientemente discutido el dictamen.

Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. Se reserva para su votación. (Voces: ¿Por qué?) Porque hay varios.

"1a. Comisión de Hacienda.

"H. Asamblea:

"A la 1a. Comisión de Hacienda fue turnado el expediente formado con la solicitud de las señoritas Josefa y Rosa Alcocer, en la que piden aumento de la pensión que disfrutan como nietas del ciudadano Vidal Alcocer, que prestó importantes servicios, tanto en el ramo de Instrucción como durante una emancipación política y en la intervención francesa.

"La Comisión de Hacienda de la pasada Legislatura, que estudió este mismo asunto, presentó a la consideración de la Cámara el proyecto de decreto en virtud del cual se concede una pensión de $1,200.00 anuales a cada una de las señoritas Josefa y Rosa Alcocer.

"Esta comisión, tomando en consideración los fundamentos que sirvieron para formular el proyecto mencionado, propone a vuestras soberanías se apruebe el siguiente decreto:

"Artículo único. Se reforma el decreto de 6 de enero de 1920, en los siguientes términos: Se concede una pensión de mil doscientos pesos anuales a cada una de las señoritas Josefa y Rosa Alcocer, por los servicios prestados a la nación por su extinto abuelo, el ciudadano Vidal Alcocer. Dicha pensión les será pagada íntegra por la Tesorería General de la Nación, mientras conservan su actual estado civil."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 20 de septiembre de 1922.- Romeo Ortega.- G. Bosques.- Juan Quiroga."

Está a discusión. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Espinosa Luis: Ruego a las comisiones dictaminadoras tengan la bondad de poner a mi vista los documentos que le sirvieron de base para dictaminar en el sentido que lo han hecho.

El C. Ortega Romeo: la Comisión de Hacienda tuvo a la vista los siguientes documentos: carta fecha 12 de septiembre de 1922; solicitud de las peticionarias de la Comisión de Hacienda, de la pasada Legislatura de la Comisión de Hacienda de esta Cámara, de fecha 6 de diciembre de 1920. Esos fueron los documentos que se tuvieron a la vista y las consideraciones que las mismas comisiones anteriores habían tenido para conceder esta pensión, fueron las que motivaron a esta comisión a acordarla favorablemente, como ya lo había hecho también la Cámara de Senadores.

El C. Espinosa Luis: Por el informe del ciudadano diputado Ortega, miembro de la comisión dictaminadora, se habrá dado cuenta la Asamblea de que este dictamen ha sido formulado sin que hubiese de por medio documentos que justifiquen derechos ni que comprueben los servicios prestados a la patria por el ciudadano cuyo nombre se invoca para conceder esta pensión. La Asamblea, procediendo con un espíritu demasiado rígido en ocasiones análogas, ha negado pensión a deudos de ciudadanos que han prestado servicios eminentes a la República, ya sea en el terreno civil o en el militar. Las solicitudes respectivas han venido respaldadas por hojas brillantísimas de servicios y, sin embargo, vuestra soberanía invocando hace algún tiempo falta de facultades expresas para conceder estas pensiones, rechazó de una manera despiadada todas las solicitudes que se presentaron

entonces. Poco más tarde, al impulso y a la acción de algunos de nosotros, vuestra soberanía recapacitó y declaró en sesión todavía reciente, que reconocía como una de sus facultades, la de otorgar recompensas a los deudos de los ciudadanos que hubieran prestado servicios eminentes a la patria. Si se cometieron aquellas injusticias al principio, he creído muy cuerda y muy plausible la reacción de vuestra soberanía en el sentido de reconocer un derecho que es muy vuestro. En buena hora, ciudadanos representantes, que después de aquel error, venga la reparación y, en este caso, como en otros muchos, concedáis recompensas a quienes justamente lo merezcan ; pero no estoy ni puedo estar conforme con que se venga ante vuestra soberanía con simples papeles, como en el caso presente, a pedir una pensión que no se justifica ni ante el criterio de la ley, ni ante el criterio de la moral que debe regir todos los actos de los ciudadanos representantes. En este expediente, donde están todos los llamados documentos, impropiamente llamados documentos por la comisión, no hay más que cuatro o cinco hojas de papel, que no tienen la solidez de un verdadero documento que haga fe ante vuestra soberanía, que pruebe hechos y que indique los servicios prestados. Aquí se encuentra una carta del señor don Luis Castillo Ledón, que por ser la carta de un particular, no tiene ni puede tener carácter de documento. Aquí se tiene la solicitud de la parte interesada, que por su propia naturaleza no constituye un documento probatorio; es simplemente un documento por medio del cual se hace una petición. Aquí viene el dictamen de la comisión de Peticiones que paso este asunto a la Comisión de Hacienda respectiva. El dictamen de la comisión en el mismo sentido, subscripto por los ciudadanos Bolio y Valadez Ramírez, que a la letra dice:

"Túrnese a la Comisión de Hacienda que corresponda, el escrito de las señoritas Josefa y Rosa Alcocer."

Nada más. De tal manera, que este pliego tampoco prueba absolutamente nada; y al último, el dictamen por medio del cual se solicita la aprobación de esta pensión. Eso es todo. Yo interrogo a vuestra soberanía: ¿qué es posible que estos papeles puedan hacer prueba y justificar bastante los derechos necesarios para que concedamos una pensión? Creo que no, y estoy seguro de que vosotros también creéis lo mismo. Si otras veces os habeís mostrado tan escrupulosos, tan exigentes, ¿por qué en esta ocasión vais a cambiar de conducta y venir de una manera ligera a aceptar este dictamen que, en mi concepto, no está justificado?

Invoco, pues, vuestro criterio y vuestra rectitud de días pasados y os pido que no aprobéis este dictamen, sino muy por el contrario, que deis un voto reprobatorio, porque sólo así habréis sido consecuentes con vuestros actos anteriores. También invoco, para terminar, que el aceptar este dictamen sin fundamento ninguno, sería sentar un funesto precedente, por el que mañana nos veríamos obligados a aceptar cualquiera petición tan infundada como ésta, por el hecho único de que ya lo habíamos efectuado en esta ocasión. Por todas estas razones, pido que votéis en contra del dictamen.

El C. Ortega Romeo: Por un verdadero descuido, tanto el señor Espinosa como yo, incurrimos en un error, y es el siguiente: esta pensión no se concede ahora; esta pensión ya fue concedida por la Legislatura anterior. Hay un expediente relacionado con ella, y allí se encuentran todos los documentos. Si su señoría, que tan celoso se muestra en esta ocasión, desea convencerse y hacer una apreciación jurídica del valor de los documentos, porque respecto del valor de los servicios no me creo yo capaz, ni tampoco creo al compañero Espinosa capacitado para apreciar los servicios de un educador como Vidal Alcocer; pero, en fin, si se trata del valor probatorio de documentos de carácter jurídico, suplicaría al señor presidente ordenara a la Oficialía Mayor se sirviera traernos a la vista el expediente antiguo, donde se encuentran esos documentos.

El C. Espinosa Luis: Estoy enteramente de acuerdo con lo propuesto por el compañero Ortega; nada más quiero hacer constar que fue por culpa de su señoría por lo que yo hice las consideraciones al margen de ese dictamen.

Dije que esos eran todos los documentos que habían servido de base a la comisión dictaminadora; si hay otros, la culpa es de ella, y no mía. Yo ruego, por lo tanto, que la Asamblea consienta en que este asunto se aplace para la sesión próxima, mientras tenemos a la vista esos documentos, porque yo no tengo ningún interés en que esta pensión se conceda o no se conceda.

Yo sólo quiero que se sienta el precedente de si hemos de dar una pensión nada más porque se presenta una solicitud, o si, por el contrario, para dar una pensión, es necesario justificarla ampliamente. Yo pido que se justifique desde ahora, esto es todo; de tal manera, que insinúo a la Presidencia la idea de que se consulte a la Asamblea si consiente en que este asunto sea retirado y se presente en la sesión próxima debidamente documentado.

El C. Ortega Romeo: Pido la palabra. En vista de las razones que he expuesto, suplico a la Presidencia consulte a la Asamblea si permite a la comisión retirar el dictamen, entretanto el señor oficial mayor nos hace el servicio de buscar esa documentación y se presenta el dictamen en otra sesión.

El C. Barragán: La Secretaría, por orden de la Presidencia, pregunta a la Asamblea si accede a lo solicitado por la comisión. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se concede retirar el dictamen.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Pido la palabra para una aclaración. Quiero, antes de pasar adelante, hacer una aclaración al compañero Espinosa.

Al subir a esta tribuna, él me manifestó deseos de atacar el dictamen a que hice alusión desde ese lugar; me gusta la escrupulosidad del compañero Espinosa y, de acuerdo con ella, debo manifestar que tuve en mis manos poco más o menos cincuenta documentos que acreditaban los servicio prestados por don Agustín Díaz; pero más tarde quise que la comisión pidiera a la Secretaría de Guerra la hoja de servicios militares prestados por el coronel Agustín Díaz; de modo que en la pensión anterior estuvieron comprobados, compañero

Espinosa, dos clases de servicios: los servicios militares y los servicios que prestó el señor Díaz como hombre de ciencia, pues constan en el expediente los diplomas y los premios que desde el colegio, como estudiante, obtuvo el señor Díaz. Hago esta aclaración como un escrúpulo para que sepa el ciudadano Espinosa que no todos los expedientes de pensiones han estado como ese que él impugna.

- El C. Barragán, leyendo:

"1a. Comisión de Hacienda.

"H. Asamblea:

"A la 1a. Comisión de Hacienda fue turnada la solicitud de numerosos alumnos de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, quienes con fecha 29 de diciembre de 1921 pidieron se conceda a la señora Ana Luisa Cardeña viuda de Mateos Alarcón, y a su hija, la señorita Enriqueta Mateos Cardeña, una pensión, en vista de los servicios prestados por el señor licenciado don Juan Manuel Mateos Alarcón.

"Esta comisión estudió con el detenimiento necesario la petición aludida, y considerando que el señor licenciado don Manuel Mateos Alarcón escribió las siguientes obras:

"Derecho Civil Concordado, una Monografía sobre Propiedad Literaria, un Código de Procedimientos Concordado, un Manual de Sucesiones y Testamentos, un Tratado de Prueba en Materia Civil, Mercantil y Federal; considerando que el señor licenciado Manuel Mateos Alarcón, al morir no ha dejado capital alguno que permita a su viuda vivir con la decencia y decoro que merece , siendo causa de esta situación la honradez a toda prueba que sirvió de norma al maestro licenciado don Manuel Mateos Alarcón, y de ejemplo constante a la gran cantidad de discípulos que asistieron a sus cátedras.

"Por todas estas razones nos permitimos proponer a vuestra soberanía el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se concede a la señora doña Ana Luisa Cardeña viuda de Mateos Alarcón, una pensión vitalicia de trescientos pesos al mes, que se pagará íntegra por la Tesorería General de la Nación, con cargo a la partida de egresos respectiva, como recompensa a los eminentes servicios que prestó a la patria su esposo, el jurisconsulto licenciado don Manuel Mateos Alarcón."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados.- México, D. F., a 26 de octubre de 1922.- Romeo Ortega.- G. Bosques.- Juan Quiroga."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Espinosa y Elenes.

El C. Espinosa y Elenes: Ciudadanos representantes: Cumplo con un deber de gratitud al venir a esta tribuna para rendir un homenaje a uno de mis más queridos maestros, el señor licenciado Mateos Alarcón, quien murió en Nueva York últimamente. No voy a cansar a la Asamblea haciendo una historia o, por mejor decir, el panegírico de los méritos de este insigne educador; pero sí quiero no dejar pasar desapercibida esta ocasión para manifestar que los méritos relevantes de este maestro insigne lo hacen acreedor a la recompensa que numerosos alumnos de él solicitan en este expediente.

En esta Asamblea hay numerosos compañeros nuestros, que fueron alumnos del maestro, y ellos podrán dar fe de mis palabras. Invito a los compañeros García Téllez, Otilio González, Martínez Adame y algunos otros que están en esta Asamblea, para que digan si no es cierto que el maestro Mateos Alarcón dedicó toda su vida, toda su actividad y toda su ciencia en favor de la juventud estudiosa... (Voces: ¡Es verdad!) Nada mejor, señores diputados, que el escrito que firman numerosos alumnos de la escuela para que se vea la justificación del dictamen de las comisiones. Aquí hacen ver que: "Como educador y escritor jurista, durante toda su vida nunca despegó la pluma del papel y, además de la multiplicidad de consultas y alegatos en sus distintos negocios, nos legó sus Lecciones de Derecho Civil, en seis tomos; su Derecho Civil Concordado, en tres tomos; una Monografía sobre Propiedad Literaria; un Código de Procedimientos Concordado, un Manual de Sucesiones y Testamentos; un Tratado de Prueba en Materia Civil, Mercantil y Federal; amén de infinidad de estudios, votos particulares y sentencias que encontramos en el Diario de Jurisprudencia y Anuario de Legislación. Por último, tenía perfectamente preparada para su publicación, a su regreso de Nueva York, una obra interesantísima, en la que comentaba y explicaba ampliamente nuestra legislación procesal."

Señores representantes: No quiero cansar a ustedes hablando más sobre este asunto; simplemente pido, con todo respeto, que cuando se vote este dictamen, deis un voto aprobatorio.

El C. Barragán: No habiendo más oradores inscriptos, en votación económica se pregunta si se considera suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se reserva para su votación.

"3a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"A la 3a. Comisión de Guerra que subscribe, le tocó en turno conocer de la pensión solicitada por la señorita Francisca García Sánchez, hija del extinto general Gertrudis del mismo apellido, y en vista del expediente relativo que envió la Cámara colegisladora, en el que consulta a ésta de Diputados un proyecto de decreto en que se concede una pensión a la referida señorita por la cantidad de diez pesos diarios, ha encontrado esta propia comisión que la pensión solicitada, en justicia debe corresponder a la precitada peticionaria y, en esta virtud, no tiene inconveniente alguno en aprobar en todas sus partes el proyecto de decreto de la Cámara de Senadores y, por consiguiente, someterlo a la consideración de la H. Asamblea, en los mismos términos que fue aprobado por la Cámara de su origen.

PROYECTO DE DECRETO

"Artículo único. Se concede a la señorita Francisca García Sánchez, hija del extinto general Gertrudis del mismo apellido, y mientras conserve su

actual estado civil, una pensión de diez pesos diarios, que le serán pagados sin descuento alguno, por la Tesorería General de la Nación, en vista de los servicios prestados por dicho general a la causa libertaria."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, a 28 de diciembre de 1922.- E. Aguirre C.- H. S. Rodríguez.

"La 1a. Comisión de Guerra, que subscribe, hace suyo en todas sus partes el anterior dictamen, que propone la aprobación de un proyecto de decreto, por encontrarlo perfectamente fundado en la equidad.

"Por lo tanto, se permite el honor de someterlo a la consideración de vuestra soberanía, confiada en que sabrá hacer justicia a la hija de un revolucionario que prestó muy buenos servicios a la causa libertaria, otorgándole su aprobación.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-

México, 21 de septiembre de 1922.-O. González.- R. Quevedo.- Ismael Romero G." Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"1a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"A la Comisión de Guerra que subscribe, le tocó conocer en turno del escrito que con fecha 17 de agosto de 1920, elevó ante esta H. Cámara la señora Carmen Trillo viuda de Salcedo, en que pide se le otorgue una pensión en recompensa a los servicios que prestó a la patria su finado esposo, el teniente coronel de Caballería, Antonio Salcedo.

"Expone la interesada, para fundar su solicitud, que su esposo fue uno de los militares que combatieron a la Intervención francesa en los años de 1861 a 1867; que desde el fallecimiento de su citado esposo y en vista de no haber dejado bienes de fortuna de que disponer, se ha visto obligada a desempeñar ocupaciones que su avanzada edad y escasos conocimientos, le han permitido, encontrándose en la actualidad en la más absoluta indigencia.

"Las principales acciones de guerra a que concurrió el C. teniente coronel Salcedo, son las siguientes: hizo la campaña de tres años en favor del sistema constitucional, desde 1858 a 1860, concurriendo a los sitios y asaltos de Guadalajara, acciones de Atenquique, Calderón y algunas otras que tuvieron lugar en aquella época, recibiendo una herida de bala en el combate de San Joaquín, y otra de lanza en el asalto de Guadalajara. Asistió a la campaña de Alicia contra Lozada, en 1861; combatió contra la Intervención francesa, manteniéndose fiel a la República y, por último, tomó participación en el asalto a la plaza de Morelia en diciembre de 1863.

"Por las consideraciones citadas, esta comisión estima de estricta justicia otorgar a la viuda del militar que cumplió con su deber, defendiendo la integridad de la patria, una pensión, que, aunque pequeña, en alguna forma la beneficie, teniendo en cuenta la aflictiva situación por que atraviesa. Además, esta misma comisión conceptúa importantes los servicios que el militar desaparecido prestó al país, por lo cual se permite el honor de someter a la aprobación de vuestra soberanía, el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Por los servicios que prestó a la patria en la época de la Intervención francesa el finado teniente coronel Antonio Salcedo, se concede a su viuda, la señora Carmen Trillo, una pensión de $2.00 diarios, que le serán pagados íntegramente por la Tesorería General de la Nación, mientras conserve su actual estado civil."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-

México, a 6 de noviembre de 1922.-O. González.- R. Quevedo.- Ismael Romero G."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, se servirán pasar a inscribirse.

El C. Montero Villar: Pido la palabra para una interpelación a la comisión.

La comisión que tuvo a bien firmar este dictamen, deseo que tenga la bondad de contestarme esta pregunta: ¿en qué se basó para poner la insignificante suma de dos pesos a esa pensionista?

El C. González Onésimo: Teniendo en cuenta las difíciles circunstancias por que atraviesa el Erario, la 1a. Comisión de Guerra se ha trazado un plan de economías, y en ese sentido, no ha concedido pensiones mayores de cinco pesos en ningún caso. Por otra parte, como se trata de un teniente coronel, solamente se les abona la mitad de los haberes que percibían en la época que desempeñaban su encargo.

El C. Montero Villar: ¿Tuviera la bondad el general González de decirme cuánto gana un teniente coronel?

El C. González Onésimo: En la actualidad diez pesos cincuenta centavos diarios.

El C. Montero Villar: Pues si un teniente coronel gana diez pesos cincuenta centavos diarios, no es justo que ahora sólo se asignen en este caso dos pesos diarios.

El C. Quevedo: Para una aclaración. Según la Ley de 29 de enero, que está vigente, sólo debe abonarse el cincuenta por ciento del haber que disfrutaba el interesado en la época en que haya fallecido, y como entonces disfrutaba de cuatro pesos, por eso ahora se ponen dos.

El C. Montero Villar: Suplicaría a la comisión retirara el dictamen, porque me parece absolutamente ridículo asignar dos pesos diarios a la viuda de un individuo que prestó eminentes servicios a la patria. Es preferible no darle nada. (Voces: ¡No!) Sí señores; hay que ver que la pensión se funda en los eminentes servicios que el finado prestó a la patria. ¿Para qué sirven dos pesos diarios a una viuda en estos tiempos tan difíciles? Debería asignársele como mínimum la suma de cinco pesos, con lo que apenas podrá cubrir sus más imperiosas necesidades.

El C. Quevedo: La comisión se ha apegado a la ley.

El C. Montero Villar: Hay que advertir, señores, que si en la época en que falleció el teniente coronel a que se refiere el dictamen tenía

asignado un sueldo de cuatro pesos diarios, entonces eso era dinero que sirvió para muchas cosas, mientras que en la actualidad esa cantidad representa un valor muchísimo menor.

El C. Quevedo: ¡Pues habría que reformar la ley!

El C. Montero Villar: En tal caso yo pregunto a la comisión si sostiene su dictamen para que se dé a una viuda de un eminente servidor de la patria la mezquina suma de dos pesos diarios. Más parece una limosna que una recompensa por los servicios prestados.

El C. González Onésimo: El compañero Montero Villar ha descuidado defender a los pensionistas anteriores a quienes se han concedido iguales cantidades en casos análogos. De manera que sería injusto en éste, que sólo por la observación del compañero Montero Villar se reformara el dictamen. Debe saber el compañero Montero Villar, que hay más de diez y ocho mil solicitudes pendientes, de la Secretaría de Guerra, y así se les va a conceder a todos los solicitantes pensiones con la amplitud que él reclama, no alcanzaría el presupuesto.

El C. Montero Villar: No con la amplitud que reclamo, señor general, sino por las circunstancias. ¿Dos pesos para qué sirven en la actualidad?

El C. Rodríguez Guillermo: Para comer.

El C. Montero Villar: No es cierto; yo quisiera que usted se hubiera muerto (Risas.) para que supiera que no le servían para gran cosa a su familia.

(Risas.)

El C. Barragán: No habiendo sido objetado el dictamen...

El C. Montero Villar: interrumpiendo: ¡Cómo no!

El C. Espinosa Luis: Moción de orden. Se palpa que está en el sentir de la Asamblea que ese dictamen debe aprobarse como está. Para evitarnos una votación nominal en este momento, yo le ruego a su señoría el señor presidente, que indique a la Secretaría reserve ese documento para ser votado al mismo tiempo que los otros.

El C. Barragán: La Secretaría, por orden de la Presidencia, consulta a la Asamblea si se considera suficientemente discutido esta asunto. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. Se reserva para su votación.

"1a. Comisión de Hacienda.

"Señor:

"A la 1a. Comisión de Hacienda fue turnada la solicitud que el C. Daniel Larios hace, y que viene hecha suya por algunos ciudadanos diputados, relativa a que se le conceda una jubilación por más de 35 años de servicios prestados a los Telégrafos Federales.

"El recurrente expone como razón el encontrarse enfermo de un reumatismo en la mano derecha y gran deficiencia en la vista.

"Es sabido por todos, que las personas que dedican sus energías al servicio de telégrafos, adquieren una enfermedad que después de pasados 20 ó 25 años en este ejercicio, los imposibilita a seguir continuando en él y de poder utilizar sus energías en otra clase de trabajo, pues les viene una enfermedad en las manos que los hace inútiles para todo el resto de su vida.

"El solicitante presenta un certificado del señor doctor Eutimio Chávez, en el cual manifiesta que el C. Larios padece de reumatismo articular en las manos, especialmente en la derecha, y además de la enfermedad denominada "calambres de los telegrafistas" y una blefaritis en los ojos.

"Atenta esta comisión a las consideraciones que expone el peticionario, y por ser de toda justicia, dado que se encuentra enfermo y que ha prestado sus servicios a la nación por más de 35 años, tenemos el honor de someter a vuestra aprobación el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Por los servicios que ha prestado a la nación el C. telegrafista Daniel Larios, se le otorga una pensión de cuatro pesos diarios, que le serán pagados íntegramente por la Tesorería General de la Federación."

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, 14 de noviembre de 1921.- Juan Zubaran.- I. Borrego."

"Los subscriptos, miembros de la 1a. Comisión de Hacienda de la XXX Legislatura de la Unión, estudiaron con todo detenimiento el dictamen que antecede, encontrándolo ajustado a la ley, por lo que lo hacen suyo en todas sus partes, rogando a la H. Asamblea le otorgue su aprobación.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso General.- México, a 19 de octubre de 1922.- Romeo Ortega.- Juan Quiroga."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo oradores inscriptos ni en pro ni en contra, se reserva para su votación.

Se procede a recoger la votación nominal de los dictámenes leídos.

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden! Está pendiente un asunto presentado por el que habla, que no amerita votación nominal. Por lo tanto, ruego a la Presidencia que, consecuente con los trabajos de esta Asamblea, autorice la lectura de ese trabajo desde luego.

El C. Barragán: La Presidencia accede a la petición del ciudadano Espinosa:

"Honorable Asamblea:

"En la sesión del día 17 de los corrientes tuvimos el honor de presentar a la consideración de vuestra soberanía un proyecto de Ley de Amnistía General, el que fue declarado de obvia y urgente resolución, dispensándosele, en consecuencia, todos los trámites reglamentarios.

"Como después de la declaratoria respectiva hecha en tal sentido por la Secretaría, muchos ciudadanos diputados abandonaron el salón para dirigirse a entrevistar al ciudadano representante del Ejecutivo, denunciamos la falta de quórum; hicimos esto, porque no creímos conveniente festinar la aprobación de una iniciativa que por el noble fin que persigue abrigamos la seguridad que será aprobada por el voto unánime de la Asamblea.

"Dispensados los trámites a nuestro proyecto de ley, según consta en el DIARIO DE LOS DEBATES del día 17, lo natural era que este asunto entrara a discusión en el primer día hábil; no ha sido

así, a pesar de haberlo solicitado nosotros en repetidas ocasiones y se ha preferido el estudio de otros asuntos, como el de las cooperativas agrarias, que si son de importancia, no son tan de urgente aplicación como la Ley de Amnistía propuesta por nosotros.

"Como además de la irregularidad que señalamos ha llegado a nuestros oídos que se pretende alternar la discusión del proyecto de Ley sobre Cooperativas con la del proyecto de Ley del Petróleo y algunas otras, hemos creído conveniente pedir a vuestra soberanía que antes se dé preferencia a la discusión de la ley presentada por nosotros, atendiendo a su necesaria y urgente expedición a que tiene que pasar a la Cámara colegisladora, a que el tiempo que falta para terminar el presente período de sesiones es angustioso y a que la discusión de referencia no podrá durar más de una sesión cuando mucho.

"Por todas estas razones, nos permitimos proponer a la consideración y aprobación de vuestra soberanía la siguiente proposición económica:

"Unica. Estúdiese en la sesión de esta tarde, con preferencia a cualquier otro asunto, la Ley de Amnistía que fue presentada y quedó a discusión el día 17 del mes en curso.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, a los 27 días del mes de noviembre de 1922.- Luis Espinosa."

El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes: Es indudable que entre los trabajos de mayor importancia de que pudiera conocer vuestra soberanía está el proyecto de Ley de Amnistía General que tuvimos el honor de presentar a vuestra consideración el 17 de los corrientes.

El C. Altamirano Manlio Fabio: ¡Moción de orden señor presidente!

El C. presidente: Tiene usted la palabra para moción de orden.

El C. Altamirano Manlio Fabio: Parece que vamos entrando por un camino que nos va a llevar absolutamente a un verdadero desorden dentro de esta Cámara. Se pusieron a discusión algunas solicitudes de pensión y dijo la Secretaría, al ser interrogada por mí, que se reservaban para su votación. Yo creo que la razón natural indica que una vez terminada la discusión de estas solicitudes de pensiones inmediatamente, sin pasar a un asunto distinto, tiene que terminarse la votación de estos asuntos. En consecuencia, mi moción de orden consiste en que primero se tome la votación de estas solicitudes de pensiones y luego discutiremos con mucho gusto el asunto que desea el compañero Espinosa.

El C. Espinosa Luis: De cualquiera manera, ciudadanos representantes, la idea expuesta por el compañero Altamirano es muy discutible. Es natural que al darse cuenta con los dictámenes en cartera se reserven los no objetados para ser votados cuando se haya terminado de dar cuenta con todos los asuntos en cartera que no merezcan discusiones. (Voces: ¡No! ¡No!) Esa es cuestión de interpretación, y con el mismo derecho que dice que su señoría dice que no, yo digo que sí, pero como yo no voy a ser el obstinado, como no voy a aferrarme, como no he de pedir que a fuerza se trate este asunto, no tengo inconveniente en abandonar la tribuna para que se voten los dictámenes sobre pensiones, con la condición indispensable de que en seguida se trate la proposición presentada por nosotros.(Murmullos.)

El C. Barragán: Se procede a recoger la votación nominal de los dictámenes que fueron escuchados por la Asamblea. Por la afirmativa.

El C. secretario Samayoa: Por la negativa.

( Se recoge la votación )

El C. Barragán: Votaron por la afirmativa ciento treinta y nueve ciudadanos diputados.

El C. secretario Samayoa: Votó por la negativa un ciudadano diputado. (Voces: ¡Nombre!) Rodríguez Guillermo.

El C. Barragán: En consecuencia, pasan al Senado para los efectos constitucionales.

El C. Espinosa Luis: ¡Señor presidente! De acuerdo con lo ofrecido a la Asamblea, tengo derecho a ocupar la tribuna, pero antes ruego a su señoría que se dé nueva lectura al documento, porque muchos compañeros no se fijaron en él.

- El C. secretario Barón Obregón, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"En la sesión del día 17 de los corrientes tuvimos el honor de presentar a la consideración de vuestra soberanía un proyecto de Ley de Amnistía General, el que fue declarado de obvia y urgente resolución, dispensándosele, en consecuencia, todos los trámites reglamentarios.

"Como después de la declaratoria respectiva hecha en tal sentido por la Secretaría, muchos ciudadanos diputados abandonaron el salón para dirigirse a entrevistar al ciudadano representante del Ejecutivo, denunciamos la falta de quorum; hicimos esto, porque no creímos conveniente festinar la aprobación de una iniciativa que por el noble fin que persigue abrigamos la seguridad que será aprobada por el voto unánime de la Asamblea.

"Dispensados los trámites a nuestro proyecto de ley, según consta en el DIARIO DE LOS DEBATES del día 17, lo natural era que este asunto entrara a discusión en el primer día hábil; no ha sido así, a pesar de haberlo solicitado nosotros en repetidas ocasiones y se ha preferido el estudio de otros asuntos, como el de las cooperativas agrarias, que si son de importancia, no son tan de urgente aplicación como la Ley de Amnistía propuesta por nosotros.

"Como además de la irregularidad que señalamos, ha llegado a nuestros oídos que se pretende alternar la discusión del proyecto de Ley sobre Cooperativas con la del proyecto de Ley del Petróleo y algunas otras, hemos creído conveniente pedir a vuestra soberanía que antes dé preferencia a la discusión de la ley presentada por nosotros, atendiendo a su necesaria y urgente expedición, a que tiene que pasar a la Cámara colegisladora, a que el tiempo que falta para terminar el presente período de sesiones es angustioso y a que la discusión de referencia no podrá durar más de una sesión cuando mucho.

"Por todas estas razones nos permitimos proponer a la consideración y aprobación de vuestra soberanía la siguiente proposición económica:

"Unica. Estúdiese en la sesión de esta tarde, con preferencia a cualquier otro asunto, la ley de Amnistía que fue presentada y quedó a discusión el día 17 del mes en curso."

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, a los 27 días del mes de noviembre de 1922.- Luis Espinosa."

El C. Espinosa Luis: Señores representantes: Diez días hace que presentamos el proyecto de Ley de Amnistía; y como se expresa en esta proposición, fueron dispensados los trámites, se consideró el asunto de obvia y urgente resolución; ya en esas condiciones, consentimos en que se discutiera y se aprobara en el acto, porque en la tarde en que se presentó, hubo una sesión tormentosa, y al terminarse ésta, se nombró una comisión que se acercara el Ejecutivo para llevar la respuesta que dio la Cámara al documento que le había enviado con motivo de las dificultades surgidas con los Estados Unidos de Norteamérica. Esperamos que por justicia, que por respetarse el Reglamento del Congreso y por la importancia de la iniciativa nuestra, se pusiera a discusión el primer día hábil; sin embargo, no sucedió así; a pesar de que estábamos presentes cuando se empezó a discutir la Ley sobre Cooperativas Agrarias, usurpando el turno que correspondía legalmente a la iniciativa presentada por nosotros, quisimos ser complacientes y no protestamos porque se pospusieran los intereses sociales representados en la iniciativa de Ley de Amnistía. Ultimamente se ha estado rumorando que por hacerse demasiado cansada la discusión de la Ley de Cooperativas, que por ser esta ley demasiado monótona, era indispensable que se alternara con la discusión de otro asunto, como la Ley del Petróleo, etcétera. En buena hora, ciudadanos representantes: yo también soy de los que sienten el hastío de las mismas cosas; aplaudo, por lo mismo, la iniciativa y me acojo a esta buena intención de los compañeros y vengo a pedirles que hagamos a un lado, aunque sea por una hora, la discusión del proyecto de Ley de Cooperativas Agrarias y demos entrada desde luego al proyecto de Ley sobre Amnistía general, de una urgente aplicación en todo el país. El ciudadano Vásquez desde su asiento dice que no, que ya no hay peligro, ¡qué criterio tan mezquino y tan pobre, ciudadanos representantes! (Risas.) Si nosotros fuéramos a pensar como el ciudadano Vásquez, bien merecíamos que viniera un justo a arrojarnos de esta Asamblea a latigazos, tal y como lo hiciera Jesucristo con los mercaderes del templo; es claro que ya no hay peligro, y precisamente porque ya no hay ningún peligro para la estabilidad del Gobierno, hemos creído oportuna la presentación de la iniciativa de Ley de Amnistía. Crea el compañero Vásquez y la Asamblea entera, que si nosotros reconociéramos que había peligro para la consolidación del Gobierno, nuestra iniciativa sería inoportuna, torpe y antipatriótica, y sería antipatriótica, torpe e inoportuna, porque al presentarla en los momentos en que la rebelión estuviera fuerte, lo único que haríamos sería acrecentarla, demostrando a los enemigos que el Gobierno era débil o que el Gobierno era cobarde. Pero no, señores; por encima de estas pasiones mezquinas, bajas y rastreras, debe levantarse puro y blanco, el sentimiento de la fraternidad; debemos decir a todos nuestros compatriotas que aquí no estamos cegados por las pasiones bárbaras y salvajes del partidarismo; que nosotros, al presentar esta iniciativa, no lo hemos hecho impulsados por un sentimiento ni por un interés de ningún "ista", sino pensando únicamente en nuestros compatriotas, pensando únicamente en el bienestar de la patria. Bien se conoce, ciudadanos representantes, que el ciudadano Vásquez, representante de uno de los distritos de Oaxaca, ha pasado toda su vida plácidamente sentado en los escaños de las aulas y más tarde en las filas del bonillismo, que él creyó que podría ser para un mañana muy próximo, un filón riquísimo que explotar: pero los que tenemos una conciencia de lo que significa ser rebelde, los que hemos pasado las vicisitudes y los peligros de esa vida tan azarosa, sabemos de los sufrimientos del rebelde y conocemos sus peligros; por eso creemos que la Ley de Amnistía vendrá a servirles como un bálsamo de consuelo, que los reivindicará ante la sociedad y los volverá a su seno, donde harán labor fecunda y útil al país. ¡Qué criterio tan mezquino el nuestro, ciudadanos representantes, si no oyésemos la voz angustiosa y dolorida de los centenares de reos políticos que gimen en las cárceles de todos los Estados de la República! ¡Qué criterio tan triste y tan menguado, ciudadanos representantes, si cerráramos las puertas de nuestros sentimientos nada más por la consideración baladí de que el Gobierno no está en peligro! No, ciudadanos compañeros; precisamente porque tenemos la conciencia de que el Gobierno es fuerte, porque creemos que el Gobierno se ha consolidado, hemos venido a presentar la iniciativa de amnistía general. Yo creo, ciudadanos representantes, que hasta por interés local, muchos de vosotros estaréis con los que hemos firmado esta iniciativa; a mí no puede moverme un interés regionalista; por fortuna, en mi Estado no hay rebeldes en contra de la Federación; los pocos que se levantaron por los desmanes inauditos del Gobierno local, se fueron a refugiar al Estado de Tabasco, y han dejado limpio y en paz el Estado de Chiapas. Así pues, ni siquiera puede guiarnos en este caso, el interés ni el sentimiento regionalista; pero, en cambio, sí estamos seguros que muchos de vosotros tenéis todavía problema militar en vuestros Estados, ¿y qué mejor momento, señores compañeros, para aprobar esta iniciativa y dar una oportunidad a los rebeldes de vuestras regiones para que depongan su actitud y entreguen las armas al Gobierno, y se dediquen al trabajo? Entiendo, ciudadanos representantes, que esta es labor de patriotismo, entiendo que aprobar el proyecto de ley presentado sí es una alta labor saludable y necesaria.

Aparte de estas consideraciones políticas y morales, ciudadanos representantes, debo invocar la de la oportunidad. Esta ley dentro de poco tiempo sería completamente inútil; las Cámaras están por terminar su período ordinario de sesiones; esta iniciativa, para que tenga fuerza de ley, necesita estar respaldada por el Senado de la República, y si nosotros no la aprobamos desde luego, si no la discutimos esta misma tarde, no alcanzará el mes que falta para que el Senado pueda discutir y estudiar este mismo asunto. Yo quiero por

lo tanto, que, haciendo a un lado intereses mezquinos, nos pongamos la mano en el corazón y pensemos que, envueltos en la idea generosa que nosotros exponemos, hay infinidad de buenos mexicanos que por error o por lo que queráis, se encuentran en situación difícil en muchas de las montañas de la República, en muchas de las cárceles de todo el país, y en el extranjero, y que con esta medida habréis dado una muestra de fraternidad y de humildad, diciéndoles a los descarriados que vuelvan al redil, sin mostrar saña que, de ninguna manera, se justifica, sino que, todo lo contrario, os presentaría ante la faz de la República como hombres enconados, como unos semisalvajes que no sabéis tender vuestra mano protectora a los que sufren las consecuencias de una equivocada rebeldía.

Se va a invocar, porque ya lo sé, que no debe interrumpirse la discusión de la Ley de Cooperativas Agrarias; éste es un argumento débil, que quiero combatir de una vez; la Ley de Amnistía será aprobada esta misma tarde, si consentís en que desde luego en la discusión de esa ley, una o dos horas, y después podría seguirse con la de Cooperativas hasta terminarla. Ruego, por lo tanto, a vuestra soberanía, que apruebe esta proposición económica, esto es, que consienta en que entre desde luego a discusión el proyecto de ley presentado por nosotros desde hace diez días. Yo creo, ciudadanos representantes, que, aprobando esta iniciativa, no habréis hecho otra cosa que cumplir con vuestro deber, y que hacer lo contrario, sería tanto como manifestaros completamente distanciados de los altos sentimientos que deben animar a todos nosotros, que nos llamamos revolucionarios, y que tenemos el altísimo título dentro de esta Asamblea, de representantes del pueblo.

El C. secretario Barón Obregón: La Mesa acordó en sesiones pasadas, dar el trámite de que quedaba a discusión el primer día hábil en el turno que le corresponda...

El C. Espinosa Luis, interrumpiendo: ¡No es cierto!

- El mismo C. secretario: La Secretaría no miente, ciudadano diputado Espinosa.

Quedó a discusión el primer día hábil en el turno que le corresponde. Como el turno es después de la discusión de la Ley de Cooperativas Agrícolas, la Presidencia va a consultar a la Asamblea, sin embargo ...

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra en contra de la interrupción de la discusión. Tengo derecho...

- El mismo C. secretario: ... si a pesar de eso debe pasar a discusión.

El C. Espinosa Luis: Una aclaración, señor presidente. Antes que se haga toda pregunta...

Señores compañeros: Estoy seguro, por ser el hecho tan reciente, que está fresca aún en vuestra memoria la forma en que quedó pendiente este proyecto de ley. Cuando nosotros presentamos el proyecto, el día 17, vuestra soberanía tuvo a bien declarar que el asunto era de obvia y urgente resolución, y que le dispensaba todos los trámites, y por una sugestión mía, este asunto quedó pendiente para ser discutido el primer día hábil, sin que hubiera con anterioridad ningún asunto de los que se están tratando, que tuviera tal trámite. Posteriormente, cuatro días después, esto es, el lunes siguiente al día en que nosotros presentamos esta iniciativa, fue del conocimiento de vuestra soberanía el proyecto de Ley sobre Cooperativas Agrarias, que ahora se discute. ¿Dónde está, pues, el derecho que se quiere invocar capciosamente en estos momentos, para posponer la discusión de este proyecto de Ley de Amnistía general? No lo hay, señores representantes. En buena hora que los que tengan interés especial para que no se discuta o para que se aplace esta ley, se escuden detrás de una falsedad; que la nación conozca sus actos y que conozca los nuestros también, que no hemos hecho más que trabajar por el bien de tantos compañeros y de tantos conciudadanos que se encuentran sufriendo las penalidades consecuentes a toda actitud rebelde, en el extranjero y en diversas partes del país.

El C. secretario Barón Obregón: La Secretaría se ve en la penosa necesidad de rectificar las palabras del ciudadano Espinosa. No está hablando a usted, en estos momentos, el diputado Barón Obregón, sino la Secretaría, que sólo tiene voz por orden de la Presidencia. La Presidencia me ha comunicado que el trámite era de que entraría a discusión el primer día hábil; la Secretaría en estos momentos repite estas palabras, y, naturalmente, dada la idea y lo expuesto por el ciudadano Espinosa -que puede ser también de acuerdo con el sentir de la Asamblea, o no puede ser-, la Secretaría se ve en la necesidad de consultar a la Asamblea, de acuerdo con la orden de la Presidencia, y en esa virtud...

El C. Díaz Soto y Gama: He pedido la palabra en contra, tengo derecho, ¿por qué se me va a negar?

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Señores diputados: Los agraristas, representantes indignos, pero al fin representantes de doce millones de campesinos, hemos tenido bastante paciencia para estar escuchando desde esta tribuna chismes y necesidades, chismes locales: que si el presidente de Zitácuaro así, que si el gobernador de tal parte, asado; cosas que absolutamente no competen a esta Asamblea. Se ha querido hacer de esta Asamblea un cuerpo centralizador, desnaturalizando sus funciones; se ha venido a barbarizar enormemente aquí, y los agraristas, silenciosos, pacientes, ecuánimes, quietos; pero cuando después de una verdadera batalla sostenida con absoluta dignidad, con la paciencia digna del caso que sostenemos, se nos ha permitido usar un trozo de las tardes, una hora, media hora cada tarde, para tratar de la suerte de doce millones de campesinos, para tratar de la raza indígena, para tratar del compromiso fundamental de la revolución, que es el de dar tierra y medios de trabajar las tierras, todavía se nos viene a hablar de amnistiados. ¿Pero para qué amnistiar a estos hombres, si se están rindiendo? ¿Para qué amnistiar a esos hombres, a los que siguieron a Murguía para vengar la sangre del traidor y bandolero Carranza? Si esa contrarrevolución, que no revolución, tuviese una bandera; si esa contrarrevolución siguiera una causa noble, en buena hora que

tuviéramos sentimentalismos; pero si esa bandera es la bandera de la rapiña, es la bandera de la revolución mistificada, es la bandera del timo revolucionario, es la bandera de los hombres de "El automóvil gris", es la bandera de los hombres que vieron en la revolución una mina, es la bandera de los hombres del mangoneo revolucionario. (Aplausos.) ¿Cómo se quiere que, por satisfacer a esos bribones, que el ver que les faltaba la torta, que se les levantaba la canasta, que no podrían medrar a la sombra de una revolución que no se hizo para ellos sino para el pueblo, cómo se va a favorecer a esos menguados que son malos mexicanos y que a título de un patriotismo falso, se vaya a suspender la discusión de una ley que sí es patriótica, en el buen sentido de la palabra? El compañero nos aturdió los oídos con el patriotismo por aquí, patriotismo por allá, (Risas.) y lo primero que hay que decir es que la patria no existe todavía, compañero; la patria la estamos formado en estos momentos; la patria no es un establo, la patria no es un montón de esclavos, la patria es la liberación de los campesinos, la patria es la liberación de la raza a que pertenecemos, no de la raza mestiza, no de la raza criolla, no de la raza de las colonias extranjeras que vienen aquí a lucrar, sino de la raza indígena, de la que yo y ustedes y todos nosotros nos hemos olvidado y a la que debemos salvar, porque a eso hemos venido a esta Asamblea, a salvar a la raza indígena. (Aplausos.) Venimos a ocuparnos por primera vez de la raza eternamente olvidada, y yo vengo aquí, desde mi insignificancia, a repetir las palabras de un hombre que ayer decía algo de la justicia y del honor de Angeles, de un hombre honrado: Pedro Lamicq, como lo dije en la Legislatura pasada: en México no hay tales partidos, liberales y conservadores, federalistas y centralistas; no hay más que dos únicos partidos: el partido de los hombres que no quieren que coma el indio, y el partido de los que les importa muy poco que coma o que deje de comer. Nosotros venimos aquí a defender al indio, a defender el cooperatismo agrícola; verdadera manera de hacer la paz, ¿sabe usted cuál es? Dar tierras y medios para cultivarlas. La fórmula de la dictadura de Huerta, de la dictadura de Carranza, de la dictadura de Porfirio Díaz, era de paz sin reformas. La fórmula única de los revolucionarios es la paz mediante las reformas. Ya en los momentos en que venimos a hacer aquí reformas, se quiere todavía cercenarnos, regatearnos la media hora que como limosna está concediendo esta Asamblea al más grande, al más alto, al único quizá de los problemas nacionales. (Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Ciudadanos representantes: Lamento verdaderamente que sea, señores diputados, Antonio Díaz Soto y Gama el que se oponga, aunque se de una manera pálida y débil, a que se trate desde luego esta Ley General de Amnistía; lo lamento, señores, porque Soto y Gama, en este caso, ha descendido mucho del alto concepto en que yo lo he tenido como humanista y como revolucionario. Soto y Gama, en este caso, no justifica su pasión por su apostolado agrarista, ya que si él cree que por ese camino pueda redimirse al indio, pueda redimirse al pobre, debe convenir también en que es indispensable, en que es necesario que nosotros tendamos nuestra mano, dentro de las leyes, a todos los descarriados, porque ellos son tan mexicanos como nosotros y tienen derecho a ostentar las ideas que quieran, por muy en contra que sean de las nuestras; porque nosotros, como liberales legítimos, como hombres conscientes, estamos obligados a respetar las ideas de nuestros contrarios, por más abominables que nos parezcan; ¿por qué? Porque sólo de esa manera tendremos derecho a exigir que nuestros contratos en ideas también respeten las nuestras. (Aplausos.)

¿Qué, señores, ya estamos, ya conseguimos la fórmula de la verdad infinita que nos coloque en el terreno de la omnipotencia, en la alta cima de la sabiduría para decidir de las ideas de nuestros contrarios? Yo creo que no, yo creo que esto es sencillamente pedante, señores compañeros; cualesquiera que sean los motivos que tengan los que se hayan levantado en armas, nosotros debemos pensar que son mexicanos, que el esfuerzo de esos individuos, equivocados, es necesario a la patria, óigalo bien el ciudadano Soto y Gama, a la patria, tan necesario como el esfuerzo que están desarrollando en esta Cámara los diputados agraristas. Creí que no se levantaría una voz en contra de nuestra iniciativa, porque ella respondía a un alto sentimiento humanista, característica legendaria de la raza mexicana. ¡Qué triste idea no da en este caso el compañero Soto y Gama, tratando en forma tan despectiva a los compañeros, a los mexicanos, como nosotros, que se encuentran en una situación difícil y angustiosa, y Soto y Gama tan tranquilo sentado en su curul. No, señores, no, señor Soto y Gama, usted es el menos capacitado para oponerse a nuestra idea, que tengo el derecho de creer que es levantada y es noble porque no la anima ningún sentimiento bastardo ni mezquino. Soto y Gama refugiado en las montañas del sur, en 1919, ya en las postrimerías del verdadero movimiento revolucionario, paso por todas las vicisitudes por las que pasan nuestros hermanos en estos momentos, con esta única diferencia: que Soto y Gama fue un consejero y no un combatiente en las trincheras, según la voz de los que con él anduvieron; con esta diferencia también: que según los calumniadores de Soto y Gama, no sirvió más que de espíritu del mal a Zapata para que se cometieran todos los asesinatos que son conocidos de todos vosotros. Y bien, señores; ¿qué por eso nosotros considerábamos despectiva y humillante la situación de los agraristas del Sur? No, señores representantes, al menos por lo que hace al que habla, hay testimonios en su actuación de la XXVIII Legislatura que hablan muy claro de que reconoció como un ideal eminentemente revolucionario el que sustentaban los agraristas del Sur acaudillados por Emiliano Zapata. ¿Por qué no, entonces, mis compañeros de Cámara que eran, óigalo bien la Asamblea, muchos de ellos carrancistas, que ya no constitucionalistas, porque entonces ya se habían efectuado las dos grandes bifurcaciones que separaron aquel partido eminentemente revolucionario, quiérase o no se quiera, no se levantaron en contra de los zapatistas? Cuando tales ideas exponíamos, ya la Cámara estaba dividida; los carrancistas por un lado, me refiero a los descarriados constitucionalistas, como los descarriados que están ahora en las montañas,

siguiendo la imposición, la figura ridícula de Bonillas al amparo y a la sombra de la imposición oficial, en la que estaba el ciudadano Vásquez, que ahora se opone a que se apruebe esta iniciativa, y del otro lado estábamos, como era natural, los constitucionalistas viejos, los que siempre habíamos estado del lado de la revolución; y, sin embargo de tener también tan grandes pasiones como el ciudadano Soto y Gama, jamás demostramos, como él, sentimientos tan mezquinos como los de él en este caso. Cuando el asesinato de Zapata por el general González, yo dije un discurso de protesta y al descender de la tribuna, varios compañeros se acercaron a mí y me dijeron: "Espinosa, es necesario que te escondas porque ese discurso te costará la vida". "Ahí viene Guajardo", me dijeron los diputados gonzalistas que había en la Asamblea. ¿Y qué?, contesté yo. "Lo que he dicho en esta tribuna, lo sostengo delante de Guajardo, porque es cierto". ¿Acaso entonces vimos que se trataba de una facción zapatista, que estaba en pugna, que estaba en lucha armada en contra del Gobierno, como lo están ahora los levantados en armas? No, señores, Soto y Gama es el menos autorizado para venir a hablar en la forma en que lo ha hecho; yo ruego a la Asamblea que nos levantemos por encima de todas estas mezquindades, por encima de todos estos odios políticos, por encima de los intereses de los grupos militantes, y que pensemos únicamente que somos mexicanos y que los que esperan nuestra ayuda son también mexicanos, son nuestros hermanos. Yo pido por esto, señores compañeros, que hagamos a un lado nuestras pasiones y que concedamos una hora siquiera para discutir esta ley, hora que ya hemos perdido miserablemente por la obstrucción que se ha puesto a una idea tan noble, tan plausible y tan oportuna como la que he tenido el honor de presentar a vuestra soberanía.

El C. secretario Barón Obregón: Por disposición de la Presidencia...

El C. Díaz Soto y Gama: Un momento, para rectificar un hecho. No voy a contestar alusiones personales, porque creo que no debemos aquí tratar de nuestras personas en particular; venimos a tratar de asuntos generales, de manera que las alusiones personales nada interesan a la Asamblea. Yo trato, sí, un punto de vista general y el compañero desciende al ataque personal y ello me tiene sin cuidado: me ataca a mí, ataca al compañero Vásquez en lo personal, ¡eso no le importa a la Asamblea en lo más mínimo!

La rectificación que yo quiero hacer es la de que yo no me opongo a que se discuta o no se discuta la Ley de Amnistía; yo lo que digo es que la suerte de doce millones de campesinos merece ser tratada con más urgencia, de esos hombres, de esos hombres de bien y de trabajo, que la suerte de los levantados en armas y que bien pueden esperarse a que termine la discusión de esta ley para que entonces el compañero Espinosa demuestre sentimientos humanitarios, sentimientos nobles, buena alma, todo eso lo dejamos para después que venga a hablar de patriotismo, de generosidad y de todo eso; que diga que es el único capacitado para dirigir la palabra en nombre de la revolución, que diga que nosotros no tenemos ese derecho, pero tenemos el derecho de hablar en nombre del pueblo, porque nos mandó aquí. Entonces puede hacer lujo de oratoria fácil para que surta sus efectos la Ley de Amnistía; pero es preferente la suerte de los hombres campesinos, de los que nos dan de comer, de los que nos han dado patria, de los que hicieron la independencia, de los que hicieron la revolución, más que la suerte de los carranclanes que andan levantados...

(Risas. Aplausos.)

El C. Espinosa Luis: Señor presidente; pido la lectura de un párrafo, de un documento muy corto. (Voces: ¡A votar!) Tengo derecho a pedir la lectura de ese párrafo por el que se verá el turno que le correspondía a esta Ley de Amnistía

El C. secretario Barón Obregón, leyendo: "- El C. Espinosa Luis: Moción de orden. En atención a que es visible que no hay quorum y a que es necesario fundar esta proposición detenidamente, ruego a su señoría que quede pendiente este asunto para la sesión de mañana en la tarde.

"- El C. Barragán: En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. A discusión el primer día hábil."

El C. Espinosa Luis: Ya ve la Asamblea como no dice que después del turno que le corresponda, sino el primer día hábil.

- El mismo C. secretario: Se consulta a la Asamblea si se concede permiso a la Mesa para retirar de la discusión la Ley de Cooperativas Agrícolas...

El C. Espinosa Luis: ¡¡No!! ¡Para una moción de orden! No está bien hecha la pregunta. Yo no pedí que se retirara nada, sino que se apruebe mi proposición que únicamente pide que se estudie, que se discuta desde luego la Ley de Amnistía.

El C. secretario Barón Obregón: Nuevamente me voy a tener que referir ya de diputado a diputado...

El C. Espinosa Luis: ¡Moción de orden, señor presidente! El señor Barón Obregón es parcial en este caso; ha declarado honradamente, con la honradez que le reconocemos, que hablará como diputado. En consecuencia, yo ruego a su señoría que pida otro secretario que lo substituya y que el compañero Barón Obregón ocupe el lugar que le corresponde como diputado. (Aplausos.)

El C. presidente: La Presidencia informa al ciudadano Espinosa que el señor diputado Barón Obregón ha pedido la palabra para una aclaración y como tal tiene derecho a hacerla, y después de que haya hecho esa aclaración como diputado, seguirá en sus funciones como secretario.

El C. Barón Obregón: Pido la palabra. Quiero hacer una aclaración a lo dicho por el señor diputado Espinosa, porque no solamente esta vez, sino en otras ocasiones, ha creído interpretar que la Secretaría es parcial, o hace declaraciones capciosas o cosas por el estilo.

Si su señoría hubiera esperado a que hubiera terminado la Secretaría, que iba a consultar en este caso como Secretaría, señor Espinosa, hubiera usted oído que es de reglamento preguntar a la Asamblea si se permite retirar de la discusión justamente la ley que está en turno, para entrar a discutir la ley que presenta vuestra señoría. La terminación de mi función como secretario hubiera dado

la clave al ciudadano Espinosa para no prejuzgar, compañero -porque eso sí ya afecta directamente a mi personalidad-, para no prejuzgar que yo pudiera tener interés como secretario en que entrara a discusión tal o cual ley; muy al contrario; ciudadano Espinosa, hasta este momento he creído, he pretendido cumplir con mi deber, únicamente, como secretario en funciones. Esta aclaración sírvale al compañero Espinosa para desechar cualquiera idea que tenga él sobre lo que acaba de asentar, en la inteligencia de que si su señoría desea que cualquier otro secretario de la Cámara haga la consulta, estoy a su disposición.

El C. Espinosa Luis: Señor presidente: Estoy enteramente de acuerdo con que haga la pregunta el compañero Barón Obregón, no dudo de su honorabilidad; lo único que quiero es que no empiece consultando si se retira o no la ley, sino si se aprueba mi proposición.

El C. secretario Barón Obregón: Por disposición de la Presidencia se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se considera este asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. Se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba la proposición presentada por el ciudadano Espinosa. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo.

El C. Espinosa Luis: Pido que se lea.

El C. secretario Barón Obregón: Pide el ciudadano Espinosa que se lea la proposición. Dice así:

"Unica. Estúdiese en la sesión de esta tarde, con preferencia a cualquier otro asunto, la Ley de Amnistía que fue presentada y quedó a discusión el día 27 del mes en curso."

Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. No se concede lo que solicita el ciudadano Espinosa.

El C. Presidente: La presidencia manifiesta a la Asamblea que como faltan de ser leídos algunos documentos que están en cartera, se les va a dar lectura y después se va a seguir la discusión de la Ley de Cooperativas Agrarias.

- El C. secretario Barón Obregón:

"Comisiones unidas 2a. de Gobernación y 1a. de Guerra.

"Señor:

"Numerosos vecinos del Estado de Hidalgo, con fecha 14 de diciembre de 1920, elevaron ante esta H. Representación Nacional un memorial por el que solicitan en síntesis que el Congreso de la Unión derogue el decreto por medio del cual se autorizó al gobernador del Estado de Hidalgo para sostener en pie de guerra un cuerpo militar regional.

"Entre los firmantes del memorial mencionado, figuran prominentes personas de Pachuca, numerosos directores de partidos políticos y también representantes de pueblos foráneos de ese Estado. Entre los primeros figura el señor José Rojo Herrera, actual secretario particular del gobernador del Estado de Hidalgo.

"En la XXIX Legislatura, los señores diputados J. F. Azuara, Francisco Castrejón, Erasmo Trejo, A. Hernández Coronado, Leopoldo E. Camarena y Enrique M. Barragán hicieron suyo el memorial de referencia. En vista de esto, la 2a. Comisión de Gobernación de aquella H. Cámara dictaminó de conformidad la solicitud de los peticionarios.

"Las actuales condiciones del país, totalmente diversas de las existentes en enero de 1918, fecha en la cual se autorizó al Gobierno del Estado de Hidalgo para organizar fuerzas militares en su territorio, y al mismo tiempo el general sentimiento del pueblo del Estado de Hidalgo que nuevamente se agita pidiendo cesen en pie de guerra las fuerzas militares de referencia, obligan a los subscriptos a presentar el siguiente proyecto de decreto:

"Unico. Se deroga el Decreto de 19 de enero de 1918, por medio del cual se autorizó al gobernador del Estado de Hidalgo para organizar hasta un mil quinientos hombres que servirían de fuerzas de seguridad en el propio Estado.

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-

México, a 15 de noviembre de 1922.- Ricardo Covarrubias.- R. González Garza.- Otilio González.- O. González."- Primera lectura.

El C. Lailson Banuet: ¡Reclamo el trámite!

El C. Altamirano Manlio Fabio: Pido la palabra. Pido a la honorable Asamblea que se dispensen las lecturas y los demás trámites y que se pase desde luego a la votación, porque esto, sépalo el ciudadano Soto y Gama que tiene interés en la cuestión agrarista, afecta absolutamente a la cuestión agrarista en el Estado de Hidalgo, en donde se están cometiendo verdaderos atropellos en contra de los agricultores, en contra de los pequeños terratenientes por medio de las fuerzas del Estado de Hidalgo y nosotros, la Diputación del Estado de Hidalgo y yo también, tenemos interés en que desde luego se vote este asunto- porque tengo entendido que nadie lo va a atacar- para que pase al Senado inmediatamente. (Aplausos.)

El C. secretario Barón Obregón: La Presidencia, por conducto de la Secretaría, manifiesta a la Asamblea que el trámite que corresponde, según el Reglamento, a este documento es: de primera lectura; sin embargo, habiéndose pedido la dispensa de trámites, se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa, se servirán manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo oradores inscriptos ni en pro ni en contra, se va a proceder a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. secretario Samayoa: Por la negativa.

(Se recoge la votación.)

El C. prosecretario Martínez Adame: Votaron por la negativa dos ciudadanos diputados.

El C. secretario Barón Obregón: Votaron por la afirmativa ciento cinco ciudadanos diputados; en consecuencia, no hay quórum.

El C. presidente, a las 19: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las