Legislatura XXXI - Año I - Período Ordinario - Fecha 19240908 - Número de Diario 15

(L31A1P1oN015F19240908.xml)Núm. Diario:15

Colegio Electoral

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 8 DE SEPTIEMBRE DE 1924

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XXXI LEGISLATURA TOMO I. - NUMERO 15

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 8

DE SEPTIEMBRE DE 1924

SUMARIO

1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2. - Sin debate es aprobado el dictamen correspondiente al 6o. distrito electoral de Durango.

3. - Es discutido y aprobado el dictamen relativo al 5o. distrito electoral de San Luis Potosí.

4. - Sin discusión es aprobado el dictamen referente al 7o. distrito electoral del Distrito Federal. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. FRANCISCO LÓPEZ SOTO

(Asistencia de 165 ciudadanos diputados y presuntos diputados.)

El C. presidente, a las 16.50: Se abre la sesión de Colegio Electoral.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"Acta de la sesión de Colegio Electoral celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día cinco de septiembre de mil novecientos veinticuatro.

"Presidencia del C. Alfredo Romo.

"En la ciudad de México, a las diez y seis horas y veinte minutos del viernes cinco de septiembre de mil novecientos veinticuatro, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y cinco ciudadanos diputados y presuntos diputados.

"Se aprobó sin debate el acta de la sesión celebrada el día anterior, así como los dictámenes de que en seguida se hace mérito, formulados por la Primera Comisión de Poderes:

"De la Primera Sección. Elecciones en el 4o. distrito electoral del Estado de Zacatecas. Diputados propietario y suplente, respectivamente, CC. Luis R. Reyes y Rigoberto V. y Valdés.

"De la Novena Sección. Elecciones en el 5o. distrito electoral de Veracruz. Diputado propietario C. Luis G. Márquez y diputado suplente C. Alfonso Luna Méndez.

"De la Sexta Sección. Elecciones en el 14 distrito electoral de Puebla. Diputado propietario C. Wenceslao Macip y diputado suplente C. Pedro Molina.

"De la quinta Sección. Elecciones en el 6o. distrito electoral de Guerrero, Diputados propietario y suplente, respectivamente, CC. Refugio Cervantes y Ramón Ibarra.

"De la Novena Sección. Elecciones en el 15 distrito electoral del Distrito Federal. C. Amílcar Zentella, diputado propietario, y C. Ricardo López F., diputado suplente.

"Se puso a discusión el dictamen de la Quinta Sección, que se refiere a las elecciones en el 1er. distrito electoral de Veracruz y que propone para diputado propietario al C. Juan Bringas de la Torre, y para diputado suplente, al C. Benjamín L. Ponce.

"El C. Victorio Lorandi impugnó el dictamen, interrumpiéndole mociones de orden e interpelaciones de los CC. Manlio Fabio Altamirano, Primitivo R. Valencia y Oscar B. Santander.

"El C. Juan Bringas de la Torre usó de la palabra para contestar las objeciones del C. Lorandi, y fue interrumpido por preguntas que le hicieron los CC. Morones y Altamirano y por una aclaración del C. Santander. El mismo C. Altamirano contestó una alusión personal y pidió la lectura de un documento.

"A pedimento del C. Juan Madrigal, firmante del dictamen, la - Cámara acordó que éste fuera retirado de la discusión.

"A las diez y siete horas y cincuenta y cinco minutos es levantó esta sesión de Colegio Electoral para pasar a sesión de - Cámara de Diputados."

Est a discusión el acta. ¿No hay quien haga uso de la palabra? En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El C. secretario Valadez Ramírez. leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales. Cuarta Sección.

"Honorable Asamblea:

"A esta Cuarta Sección de la 1a. Comisión Revisora de Credenciales le fue turnado, para su estudio y dictamen, el caso electoral relativo al 6o. distrito electoral del Estado de Durango.

"Este distrito se divide en 10 municipalidades y éstas, a su vez, en 60 secciones electorales. Jugaron como candidatos para diputados al Congreso de la Unión, las siguientes fórmulas: Alberto Terrones Benítez - Guillermo S. Seguín; José Navar Lozoya-Vicente Ricaño; Jesús Monserrat y Plutarco Almeida. De las 10 municipalidades en que se divide el distrito, sólo en cuatro se instalaron consejos municipales para la información de los padrones, según el acta de la Junta Computadora, pero posteriormente se llegó al convencimiento de que habían funcionado dos consejos municipales más, correspondientes a los municipios de Canales y Topia; en consecuencia, no se instalaron, ni con mucho, las 60 secciones electorales.

"La Junta Computadora se instaló en el lugar designado por la autoridad municipal en Tepehuanes, cabecera del distrito, el día 11 de julio próximo pasado, habiendo concurrido a ella 27 presidentes de casillas, teniendo por lo tanto, quórum legal. Dicha Computadora, después de haber reunido el expediente correspondiente a la elección de que se trata, llegó al siguiente resultado: al fórmula Terrones Benítez - Seguín, obtuvo 1,411 votos, el primero, y 1,419 el segundo; la fórmula José Navar Lozoya - Vicente Ricaño, 789 votos, el primero, y 580 el segundo; la fórmula Jesús Monserrat - Almeida, 731 votos, el primero, y 329 el segundo, por lo que las credenciales les fueron extendidas a los señores Alberto Terrones Benítez y Guillermo S. Seguín, como diputados propietario y suplente, respectivamente. Según constancias del propio candidato Jesús Monserrat, las elecciones se desarrollaron en completo orden y con absoluta legalidad.

"El presidente del Consejo del distrito de Tepehuanes y el expresidente de la junta Computadora del mismo distrito, remitieron a la Oficialía Mayor de esta H. - Cámara de Diputados, unos paquetes conteniendo las boletas que no se computaron en la Junta Computadora, por haberlos recibido aquélla después de haber dado término a sus labores. Esta comisión se esmeró en hacer un estudio minucioso de estos paquetes electorales, desechando aquellos expedientes que, a su juicio, no llenaban los requisitos de ley, y sumando este cómputo al que había hecho la Computadora, resulta que la fórmula Terrones Benítez - Seguín obtuvo una votación de 1,604 sufragios, contra 1,573 de la fórmula Monserrat - Almeida, y 839 la fórmula Navar Lozoya - Ricaño.

"Fueron presentadas a la Computadora diversas protestas, tanto por parte del candidato Monserrat, como del candidato Terrones Benítez, relativas al defectuoso funcionamiento de algunas casillas, pero esta comisión estima que no son de tomarse en cuenta por no afectar la elección en su base.

"Por todo lo anterior, la subscripta comisión se permite someter a la aprobación de vuestra soberanía, los siguientes puntos resolutivos:

"Primero. Son v lidas las elecciones que para diputados al Congreso de la Unión se celebraron en el 6o. distrito electoral del Estado de Durango.

"Segundo. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito electoral, los CC. Alberto Terrones Benítez y Guillermo S. Seguín."

"Sala de Comisiones de la - Cámara de Diputados del congreso de la Unión.- México, a 5 de septiembre de 1924.-J. Pérez Gil y Ortiz. - R. Anaya."

Est a discusión. Los ciudadanos que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta a la Asamblea si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 6o. distrito electoral del Estado de Durango, los CC. Alberto Terrones Benítez y Guillermo S. Seguín. (Aplausos.)

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"1a. Comisión de Poderes. - Novena Sección.

"H. Asamblea:

"A la novena Sección de la 1a. Comisión de Poderes que subscribe, fue

turnado, para su estudio y dictamen , el expediente relativo a las elecciones verificadas en el 5 o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí.

"Hecho un detenido estudio del referido expediente, la subscripta comisión se cree autorizada para rendir el siguiente informe:

"Contendieron en este distrito las fórmulas: José Bustos - Blas Lizcano y Pedro Merla - Arturo Torres, para propietarios y suplentes, respectivamente.

"De la documentación presentada a la comisión aparece, según el C. Merla, que las autoridades del Estado ejercieron alguna presión antes y durante los actos electorales. Se instaló una Junta Computadora, la que, según documentación en cartera, fue parcial al C. Bustos, por cuya razón algunos presidentes de casillas se retiraron de ella y entregaron sus paquetes al Juzgado de Primera Instancia, el que hasta la fecha los ha retenido en su poder, habiendo comunicado últimamente que, a petición del Ministerio Público, se remitirían a esta - Cámara. Examinados 33 paquetes electorales que remitió la Junta Computadora se encontró que en 10 casillas de Matehuala, 5 traen su documentación correcta, 3 la traen irregular, y 2, la número...y la 19, ni acta de instalación ni nombramiento de instalador, ni padrón, así como algunas firmas de dudosa autenticidad, la comisión considera que deben nulificarse. La casilla número 3 de este distrito no fue computada en la junta estando correcta, la comisión la tomó en cuenta. En el municipio de Catorce, de las siete casillas, aparecen 3 correctas, las números 6, 10, 15 y 16, por carecer de nombramiento de instalador, padrón y actas por ser dudosa la autenticidad de algunas firmas, la comisión cree que son de nulificarse. En el municipio de La Paz, de las 5 casillas, 3 est n correctas y una irregular, y la número 1, por estar en las condiciones de las anteriores, es de nulificarse. El municipio de Guadalupe, de las 10 casillas, 4 son correctas y 3 irregulares, y el resto, por estar en las condiciones de las anteriores, la comisión cree que son de nulificarse.

"Tanto el C. Merla como el C. Bustos presentaron a la comisión diversas actas finales de algunas casillas cuyos paquetes no se remitieron a la - Cámara. La comisión examinó las condiciones de estas actas y su autenticidad, y, en consecuencia, tomó en consideración en favor de ambos candidatos, las siguientes: Casillas números 1, 9, 12, 13, 14, 16 y 17 del municipio de Mateguala; números 2, 3, 7 y 8 del de Catorce; número 5 de la Paz. Se nulificó la casilla número 12 de Matehuala por haber encontrado discrepancia entre las dos actas presentadas. Se hicieron también algunas rectificaciones en el cómputo de la junta, que en general redundaron en descuentos de votos al C. Merla, descuentos debidos a inversiones en el número de votos de un candidato al otro. La comisión observó desde luego que la Junta Computadora, que fue favorable al C. Bustos, en su acta de trabajos manifiesta que el resultado de la votación en favor de este ciudadano fue de 2,696 votos, y en favor del C. Merla, de 1,361 y hecha la revisión de los paquetes, resultó esto absolutamente falso, pues sin tomar en consideración la validez o nulidad de algunos votos, el resultado del recuento de boletas y de los datos de las actas finales de las casillas fue de 2,028 para el C. Bustos y 1,707 para el C. Merla. Lo anterior demuestra que el cómputo de la junta no fue hecho debidamente, puesto que incurrió en error tan notable. Debe advertirse que, según el C. Merla, en el Juzgado de Primera Instancia quedaron depositados 15 paquetes, de los cuales solamente por las actas presentadas por ambos candidatos, se tomaron en consideración los votos de 11 casillas, ignorándose en favor de quién sea el resultado de las 4 restantes.

"Por todo lo anterior, la subscripta comisión cree fundado señalar los siguientes hechos:

"No creemos suficientemente probada la presión que el C. Merla dice ejerció en su contra el gobernador Manrique, por la sola vista de los resultados de la Computadora, en los que se observa que, no obstante haberle sido parcial esta junta al C. Bustos, los resultados de la votación son más o menos equilibrados en favor de ambos contrincantes.

"Los paquetes electorales de las casillas citadas adolecen de los defectos referidos, y, por tanto, deben nulificarse. En esta virtud, se consideran como buenos al C. Merla y su suplente, 1,567 votos, y al C. Bustos, 1,523 votos.

"Por lo expuesto y habiendo obtenido la mayoría de votos el C. Merla, los subscriptos se permiten someter a la consideración de la honorable Asamblea los siguientes puntos resolutivos:

"Primero. Son v lidas las elecciones efectuadas en el 5o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí el día 6 de julio del presente año, para diputados a la XXXI Legislatura de la Unión.

"Segundo: Son diputados, propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los CC. Pedro Merla y Arturo Torres."

"Sala de Comisiones de la - Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 5 de septiembre de 1924. - Gilberto Fabila. - Ernesto Prieto."

Est a discusión el dictamen. ¿No hay quien haga uso de la palabra?

El C. Henshaw: Pido la palabra.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Henshaw: Suplico a la comisión se sirva fundar su dictamen.

El C. Fabila: Ruego al ciudadano Henshaw se sirva excusar a la comisión de ampliar más los fundamentos del dictamen, puesto que el mismo dictamen es ya demasiado amplio. Si el ciudadano Henshaw quiere al ampliación de algunos datos, con todo gusto lo har la comisión, por más que huelga la petición del propio compañero.

El C. Henshaw: La comisión est obligada, conforme al Reglamento de la - Cámara, a ampliar su dictamen y, sobre todo, a fundarlo; así es que ruego a su señoría se sirva cumplimentar este precepto.

El C. Fabila: La comisión pide a la Secretaría se sirva dar lectura nuevamente al dictamen, puesto que con esa lectura cree la comisión fundarlo y satisfacer los deseos del compañero Henshaw.

El C. Henshaw: Es inútil que se lea. ¿El ciudadano Demetrio Hinostrosa se encuentra presente en esta asamblea? (Una voz: ¡Est enfermo!) Algún ciudadano diputado que haya sido juez, tuviera la bondad de contestarme esta pregunta: ¿Tiene fe en la justicia?

El C. Altamirano: Yo contesto.

El C. Henshaw: Pero usted no es juez ni lo ha sido; usted es hombre de buena fe. ¿No hay ninguno? (Dirigiéndose a un diputado.) ¿Usted tiene fe en la justicia ? ¿Sí? Pues yo no tengo. El asunto de que se trata es el caso del 5o. distrito electoral de San Luis Potosí. Es decir, del distrito de Matehuala; lo conozco como a mis manos y por esto voy a hablar de él. El 5o. distrito electoral del San Luis Potosí, el que trajo a esta - Cámara en el año de 1922, es decir, en la XXX Legislatura al tristemente célebre Prieto Laurens, a ese muchacho caprichoso, al que se refirió el otro día el compañero Arroyo Ch., al canalla, al político más grande que ha venido a deshonrar esta tribuna; así es que es interesante el caso y, tanto por un deber de compañerismo como por ciertos detalles de él, vengo a ocuparme del asunto.

El distrito de Matehuala es uno de tantos distritos en que la reacción es aplastante y brutal. Allí domina, como en muchas de nuestras poblaciones, la gachupinería de aventureros que han venido al país con una mano adelante y otra atr s y que se sienten los amos y señores y que se sienten más dueños de México que nosotros. Refiréndome a la población de Matehuala puedo decir que es la más conservadora de San Luis Potosí y donde con más trabajos se est abriendo paso la obra redentora de la revolución; apenas si se ha logrado que en los centros mineros de Villa de la Paz y de los municipios que comprende el 5o. distrito electoral del Estado se considere a los trabajadores y a los mineros como gentes. Allí se ven cuadros verdaderamente dantescos: En las Barrancas que descienden de Los Tres Frailes, cerros en una de cuyas faldas se asienta el mineral de La Paz, en esas barrancas est n talladas una especie como de cuevas parecidas a las que usaban los trogloditas, y allí viven en asqueroso contubernio los animales, los trabajadores, los hijos, todos viven allí, en un estado más lastimoso y atrasado que el de los

trogloditas. ¿A esos se les llama seres humanos? Moralmente son menos que seres humanos los que allí viven. El gobernador Manrique, uno de los pocos hombres que se pueden llamar con orgullo revolucionarios, ha comenzado la obra de redención de esos lugares y se est abriendo paso a pesar de todos los pesares.

El C. Díaz Soto y Gama: Con permiso de la Presidencia. Ya que habla usted de la condición lastimosa en que se encuentra el mineral de la Paz, yo le ruego a usted que haga referencia, si es tan amable, de la pedriza, de la lapidación que sufrió Prieto Laurens cuando paso por ese lugar. Yo creo que es el momento indicado.

El C. Henshaw: La aclaración del compañero Díaz Soto y Gama la podrá hacer uno de los buenos excooperatistas que todavía hay en esta - Cámara, pero creo que no lo querrán hacer; yo voy a hacerla: En 1923, con motivo de la elección de gobernador del Estado de San Luis Potosí, el señor Prieto Laurens, que tuvo la osadía de pensar ser gobernador de ese Estado, fue diz que en viaje de propaganda, que más bien parecía una expedición punitiva, fue en viaje de propaganda al mineral de La Paz; tenía la más sana intención de ir, con su lenguaje lépero de bolero que usaba, a insultar a los obreros del mineral de La Paz; pero éstos, sabiendo la clase de gente que era el Prietito, a la llegada al pueblo, es decir, antes de llegar al pueblo lo esperaron en valla cerrada y, piedra en mano, no le permitieron que entrara; así es que Prieto Laurens no llegó a conocer el mineral de La Paz, gracias a la virilidad de los trabajadores que allí viven. Esté mineral de La Paz es uno de los municipios que forman el 5o. distrito de San Luis Potosí; es un pueblo que ha sufrido mucho, en que los mineros se cuentan por varios miles y es un pueblo que necesita aquí un verdadero representante. Puedo decir que del distrito de Matehuala el pueblo más interesante es el más obrero, el verdaderamente obrero, que necesita retener su representación. En el mineral de La Paz para destruir la organización obrera se recurrió al procedimiento de alquilar dos frailes misioneros españoles y llevarlos allí para que amotinaran a los fan ticos campesinos de una hacienda y que éstos produjeran una cat strofe en Santa María de la Paz, hace dos años, asesinando con piedras, con palos y con cuchillos al presidente de la unión gremial que había en el mineral de La Paz. Así es que los que nos sentimos de los trabajadores, nos duele que se vengan a leer en esta tribuna dict menes como el que acaba de escuchar la Asamblea. Ustedes se habr n fijado que por una combinación aritmética se ha logrado hacer un dictamen, y que el compañero Bustos aparece con 44 votos menos que el señor Merla; después de darle votos y votos a la m quina calculadora y añadirle sumas y quitar aquí, y quitar allá se logró que salieran con 44 votos menos el señor Bustos para poder hacer un dictamen ad hoc al señor Merla; esto es sencillamente irritante. La votación original, la que calificó de equívoca el señor diputado Fabila, da a favor del compañero Merla 2,643 votos, y a favor del contrincante, mil quinientos y pico; así es que más o menos tenía una diferencia de 900 votos el señor Merla que, para los chanchullos, es sumo sacerdote. Trajo papelitos y más papeles y quejas de Gobernación de que lo querían linchar al pobrecito; muchas listas falsas y por medio de ellas logró que el compañero Fabila, que es todo corazón, se condoliera de él y anulara casillas aquí y casillas allá y de acuerdo con el chanchullo aritmético, salieron 44 votos arriba al señor Merla. Esto es, señores, sencillamente irritante por no llamarlo de otra manera. Yo creo oportuno decir algunas palabras acerca de cómo comenzó el caso electoral en el 5o. distrito, para que sus señorías se den cuenta.

Hace aproximadamente dos años el compañero Bustos, obrero, se viene distinguiendo en la región de Matehuala por su empeño y decisión y nimo y entusiasmo por organizar a los obreros, formar ligas de resistencia y lanzarlos a la lucha para conseguir un estado social mejor que en el que actualmente viven. El compañero Bustos ha pasado hambres y fríos, y a pesar de todo ha luchado y ha seguido luchando y tiene tanta fe en el triunfo actual, como la podemos tener todos aquellos a quienes actualmente se nos llama locos. Después de dos años de lucha las agrupaciones obreras y campesinas vieron en Bustos a un individuo, no intelectual, porque no lo es, es un individuo rudo, pero es todo corazón y buena fe; vieron en él un luchador sincero y le concedieron la representación por medio de una convención que se celebró en Matehuala. Aquí vamos a informar al señor diputado García Carranza, señor representante del coronel Almeida, de cómo se hicieron la elecciones en San Luis Potosí, para que vaya aprendiendo y aplique ese sistema en Chihuahua. Se hizo una convocatoria por medio de la Confederación Nacional Potosina, confederación formada por cinco grandes partidos políticos en San Luis Potosí, y por medio de esta convocatoria se reunieron las agrupaciones de obreros y campesinos en convenciones distritales; esto probablemente muchos compañeros no saben que es lo que quiere decir. (Risas. Murmullos.) Pero el diccionario nos lo dice. En esas convenciones distritales se presentaron los candidatos, se discutieron y se discutieron las personalidades, se discutieron los méritos, y de allí nacieron los candidatos que se abrían de lanzar como candidatos a diputados, y por medio de una convención general se determinó quién habría de ser el candidato a senador, entendido que los pueblos de San Luis no querían que hubiera senador por el Estado; pero previendo que aprovechándose de ese detalle entrara algún reaccionario a la - Cámara de Senadores-cosa que afortunadamente no se logró-, por medio de ese procedimiento se nombró al senador propietario y suplente por el Estado , como resultado de la convención distrital representada en Matehuala. Fue designado el compañero Bustos como candidato, conteniendo con cuatro más; así es que usted comprende que las organizaciones obreras y campesinas estaban dispuestas a luchar en su favor. Como a mediados de junio llegó un buen día el señor don Pedro Merla a San Luis Potosí en mi busca, con una carta de un amigo mío, en la que me recomendaba que atendiera después al señor Merla, que lo ayudara en el asunto que lo llevaba a esa. Yo le dije al señor Merla, después de que él me expresó su propósito, que la situación en Matehuala estaba ya definida, que las agrupaciones obreras y campesinas en convención habían designado al candidato, que

no podía irse él a meter allí, apareciendo, como quería aparecer ante mis ojos, como revolucionario, que no podía ir a meterse allí había el peligro de que fuera a dividir a las agrupaciones organizadas, si es que tanta simpatía tenían por él o que fuera a echarse en brazos de la reacción, lo cual sería un pésimo experimento para un revolucionario que comenzaba su vida política. El señor Merla me dijo que él quería a Matehuala, que sentía un entrañable y hondo cariño por su tierra, que él tenía muchos amigos que lo seguirían, que lucharían por él y que estarían dispuestos, probablemente, hasta dar su sangre; así es que él vio el triunfo seguro. Yo insistí en expresarle cómo estaba la situación allí, describiéndole punto por punto el estado de la lucha política que ya se había iniciado, que estaba bastante candente el entusiasmo que había en todas las agurpaciones por llevar a esta representación a uno de sus mejores elementos. El señor Merla después de oír mis razonamientos dijo: Yo no tengo necesidad de la curul; si lo hago es por cariño que le tengo a Matehuala; yo soy un hombre que he hecho de mi vida un éxito; acabo de hacer un arrendamiento de doscientas veintisiete mil hect reas de terrenos petroleros en Lampazos y tengo mi despacho en Nueva York; soy un hombre de posibles. Realmente, con tanto desplante ya no tenía yo argumentos que esgrimir. Le dije: Bueno, vaya pues usted. Iba en busca del ciudadano Soto y Gama, para quien llevaba una carta firmada por un señor Santoscoy, que parece hombre de influencias en la Secretaría de Gobernación. No lo encontró. Lo recomendaba para que el compañero Soto y Gama lo ayudara con su poderosísima influencia para lograr el propósito que este señor tenía. Se fue a luchar, y el primer golpe que dio fue echarse en brazos del Partido Liberal Obrero, un grupito de veinticinco o treinta chanchulleros profesionales que tenía Prieto en el distrito de Matehuala, los cuales probablemente le asegurarían la elección en este nuevo período. Se echó en brazos de ellos una vez que estos señores volvieron rendidos en la pasada revolución delahuertista, y sucedió lo que tenía que suceder: los señores esos, acostumbrados a los fraudes electorales, lograron apoderarse de siete u ocho casillas del distrito y en ellas hicieron y deshicieron; formaron paquetes y le dieron credencial al señor Merla que, por cierto, no pudo estar en Matehuala por temor a la acción de las organizaciones, y de primeras a primeras se nos presenta Merla, a quien le dieron su credencial apócrita, que por cierto ni se le registraron, y aquí nos viene un dictamen que en virtud de 44 votos lo hace diputado. Yo creo que si la mayoría conglomerada de viejos rutinarios y jóvenes domesticados quiere cumplir con su deber; si hay conciencia en ella, si hay hombres todavía en ella, deben desechar dict menes como este dictamen. Este dictamen es, como otros, sencillamente una ignominia, es cuestión de números; pero de números muy mal manejados. Yo conozco al señor Merla y por lo poco que pude tratarlo en él se ve el hombre que est dispuesto a gastar dos o cinco mil pesos en un dictamen. Yo no quiero suponer que este dictamen lo haya comprado, pero tampoco creo lo contrario; así es que si la mayoría est dispuesta a sacar este dictamen, ser inútil que demos lectura a este fárrago de documentos que vienen aquí y que prueban que el compañero Bustos ganó su elección, y entonces vamos a votar como est n ustedes acostumbrados a hacerlo, y que siga la farsa. Yo de esto, pues, no me espanto; comprendo perfectamente que éstos son los pródromos del nuevo estado social que se avecina, de ese estado que ustedes est n empeñados por apuntalar, pero que se viene abajo de viejo y que est acelerada la caída. Yo opino, como Cartsten, que en un país como éste, en que hay dos clases: Oprimidos y opresores, una de las dos clases tiene que dominar; actualmente dominan los opresores, pero tiempo vendr en que dominen los oprimidos. Yo no creo que la representación parlamentaria sea representación del pueblo y en esto estoy perfectamente de acuerdo con los marxistas, porque en este caso lo estamos viendo: Viene un representativo, un hombre como Bustos, y se le echa por esa puerta, se le manda a su casa y, en cambio, se admite al señor Merla, que es un hombre de posibles, que es un hombre inteligente, que sabe gastar el dinero y, en cambio, el compañero Bustos, hombre rudo, hombre pobre, porque es pobre de solemnidad, est haciendo un verdadero esfuerzo en este mes y medio que tiene en México; ha sido para él una especie de concurso de resistencia de hambre, hay días en que hace una sola comida el compañero Bustos; en cambio, el señor Merla la parrandea de abajo arriba.

El C. Altamirano: ¡Así es la vida!

El C. Henshaw: Así es la vida, compañero, desgraciadamente; así es la vida mientras no impere la m xima que impera en Rusia, de que el que no trabaja no come.

El C. Narváez: ¿Me permite una aclaración? Usted dijo que a Merla lo apoyó en Matehuala un grupito de individuos del Partido Liberal Obrero, ¿No es cierto, compañero? No es cierto, compañero; yo soy miembro de ese partido....

El C. Henshaw: Pero el Partido Obrero disidente, compañero.

El C. Narváez: Es un grupo de tránsfugas del Partido Liberal Obrero.

El C. Henshaw: Yo dije cómo se titulaba el partido y en eso estoy en lo cierto. Que usted sea del Grupo Liberal Obrero, verdadero representativo del trabajador, no es culpa mía; pero el Partido Liberal Obrero disidente llevó también ese título y apoyó al señor Merla.

El C. Naváez: Es un grupo de trinfugas, a quien tuvo Prieto a sueldo, el que apoyó al señor Merla.

El C. Henshaw: Lo acabo de decir, compañero Narváez y su aclaración huelga, compañero Narváez. Así es que la mayoría en esta vez quiere hacer justicia, oportunidad hay de hacerla . Es un hombre luchador el que vais a echar de esta - Cámara, y se va a admitir a un hombre que viene en busca de concesiones, en busca de influencias políticas para redondear su negocio de las doscientas veinticinco mil hect reas de terreno petrolero.

El C. Fabila: Compañero Henshaw:

Desearía que su señoría puntualizara un hecho grave que ha venido a señalar desde esta tribuna. Usted no sólo ha supuesto, sino que casi ha afirmado que el dictamen subscripto por la Novena Sección Revisora de Credenciales cuesta al ciudadano Merla alguna cantidad de las grandes

reservas que tiene, y deseo que el ciudadano Henshaw produzca de una vez y categóricamente cuál es su sentir a este respecto. Que diga si es sospecha o es afirmación lo que él dice sobre el dictamen.

El C. Henshaw: Antier que estuve en la Novena Sección, en el local donde ésta trabaja, oí de labios de los empleados que tiene el señor Fabila ahí.. ..(Campanilla.) Con permiso de su majestad. Oí de labios de uno de los empleados la afirmación categórica de que todos los documentos que trajo el señor Merla para probar que había habido presión o chanchullo tenían las firmas diferentes de las que calzaban los documentos que venían en el expedientes; es decir, que esas firmas son falsas. Usted puede verlo cotejando los documentos que presentó el compañero Bustos y usted mismo a su gusto nulificó casillas aquí y allá , bas ndose en estos mismos documentos con firmas falsas, con firmas aprócrifas. Si después de esto no se supone uno que haya dinero por medio, no sé qué pueda uno suponerse!

El C. Fabila: Entonces el ciudadano Henshaw no afirma, sino que ratifica su sospecha.

Presidencia del

C. ALFREDO ROMO

El C. Henshaw: Supongo nada más, compañero, supongo.

El C. Fabila: Entonces yo supongo, compañero Henshaw, que es usted un gran impostor, porque no tiene usted derecho, y menos trat ndose de mí, viejo compañero en aulas, para suponer, siquiera para pensar por un momento que este dictamen sea el resultado de una compra o que sea resultado de dinero; est en las posibilidades del compañero Henshaw pensar, soñar o sospechar lo que él guste, pero yo lo emplazo ante la Representación Nacional y ante el país en general a que exhiba una sola prueba, por insignificante, por débil que sea, respecto a que en este dictamen ha habido dinero de por medio; más aún, invito al compañero Henshaw, invito a las minorías para que se abra una averiguación por medio de una comisión o por toda la minoría, si gusta, para que se dilucide este asunto. El compañero Henshaw fue a ver a la comisión para conocer el dictamen sobre el 5o. distrito de San Luis Potosí, y si es honorable, como yo lo reconozco que lo es, el ciudadano Henshaw debió haber dicho en esta tribuna que encontró franca acogida en la comisión y que se le dieron todos los datos que pidió y delante de él se estuvo haciendo la revisión de cómputo por la comisión, y que a él personalmente le estuvo dando las razones por las cuales la comisión creía de nulificarse algunas casillas. Henshaw debió haber dicho desde esta tribuna que él mismo estuvo conforme con la nulificación de tales o cuales casillas y que solamente me dio esta exculpante de los vicios de determinadas casillas, diciéndome que por haberse efectuado verdaderas elecciones en ese distrito, cosa que presume como cierta la comisión, y por tratarse de que esas elecciones las habían realizado campesinos faltos de práctica, ignorantes de la ley, etcétera, por eso venían viciadas o irregulares innumerables casillas. Debió haber dicho el compañero Henshaw que yo le contesté que estaba de acuerdo con esas razones, que yo sabía que así se efectuaban por los campesinos los procedimientos electorales, pero que la comisión no podía tomar en cuenta ese argumento; le dije que lo expusiera a la Asamblea para que ella fuera la que decidiera. Más aún, yo venía dispuesto a hablar en determinado sentido en esta tribuna, dado que me convenció el ciudadano Henshaw y aun otros elementos amigos de los confederados, de que el caso del ciudadano Bustos era un caso típico de criterio revolucionario; pero puesto que el ciudadano Henshaw se ha salido de la línea de conducta recta y honorable que había seguido con la comisión, me abstengo de venir a pedir a la mayoría, de aplicar en este caso el criterio político en el caso del ciudadano Bustos y que resuelva la Asamblea de acuerdo con el criterio que en el momento se forme.

El C. Altamirano: ¿La comisión qué criterio tuvo?

El C. Fabila: La comisión ya lo dije, señor Altamirano, para rendir este dictamen no tuvo otro criterio que el legal. En virtud de ese criterio se le expuso al ciudadano Henshaw que la comisión nulificaba determinadas casillas y éste estuvo de acuerdo.

El C. Henshaw: Estuve de acuerdo en que había chanchullo.

El C. Altamirano: Con permiso de la Presidencia. Yo me permito dudar, señor compañero Fabila, del criterio legal de la comisión y hasta de la honorabilidad de la comisión por lo que voy a relatar a la Asamblea.

El C. Fabila: Es muy fácil dudar, compañero Altamirano.

El C. Altamirano: Voy a hacerle una aclaración, compañero. Antes de que entrara a discusión el global, por el que entramos ciento veintitrés presuntos diputados a ser diputados, ya al día siguiente de que se nombran las comisiones revisoras, fue a la Novena Sección, de que es presidente el compañero Fabila, hablé con el diputado Enrique L. Soto y con él personalmente, les dije: "Señores compañeros, tengo encargo de defender el 19 distrito de Michoac n, en el cual voy a demostrar que el que ganó fue el señor José María Soto y no el señor diputado Valdovinos Garza, que se sienta allá en esas curules". El señor Soto me dijo: "No tengas cuidado, manito; si tú vienes aquí estudiamos el caso, la comisión o yo te avisaremos cuando se va a abrir el paquete electoral para que vengas a defenderlo y aquí tienes toda clase de garantías y seguridades". Pues bien, señores; todavía en la mañana del día en que se discutía el global fui con la comisión. Pues no, no había nada del dictamen, no se había abierto el expediente, no había nada. Más aún, me acerqué al compañero García Téllez, y previendo que pudiera meter el asunto del 19 de Michoac n sin estudiar los paquetes electorales, como yo quería que se estudiaran, le dije: Compañero García Téllez: Usted, que es un hombre serio dentro de estas comisiones, le suplico que por medio de su influencia haga que no entre el 19 de Michoac n en el

global, porque voy a impugnarlo fuertemente. El señor compañero García Téllez sacó un librito de este tamaño y apuntó: 19 de Michoac n. Pues a pesar de todo no se me llamó a estudiar el expediente, como se me había prometido, y a pesar de todo el 19 de Michoac n entró en el global y por eso dudo de la honorabilidad de la Novena Sección.

El C. González Gonzalo: Señor presidente, para hacer una pregunta al orador. Acaba usted, compañero Fabila, de hacernos patente su buena voluntad, según dice, después de haber hablado el compañero Henshaw, para que en el momento en que se discutiese este dictamen usted haría uso de la palabra en determinada forma y de tal manera para que se aplicara el criterio revolucionario. Como consecuencia de lo que ha dicho el compañero Hanshaw, usted dice que ya no hablar , se abstendrá de hablar y dejar que se aplique el criterio legal. Quiere decir, y aquí mi pregunta, ¿el compañero Fabila considera que su criterio de revolucionario, del cual todos estamos convencidos o, por lo menos, el que habla, cree que su criterio revolucionario sufra inmediatamente un cambio con un pequeño incidente en los debates? Esto es lo único que le ruego me haga favor de contestarme.

El C. Fabila: Efectivamente no sufre nada; si sufriera en algo mi honorabilidad particular y la de la comisión en general, con una simple sospecha, o más bien dicho, por un simple decir aparatoso en la tribuna, porque usted comprende, compañero Gonzalo González, que el hombre más ponderado y que se ha propuesto obrar en determinado sentido, un amigo y compañero como se trata en el caso de Henshaw, desde luego tiene que sentirse resfriado y decepcionado cuando ese amigo y ese compañero viene a hacer una imputación calumniosa e infundada como es ésta. Yo no conozco al ciudadano Bustos, conozco su personalidad revolucionaria a través de la apología que de ella me hizo el ciudadano Henshaw y creí en esa apología y en la personalidad revolucionaria de Bustos, porque siempre he creído verídico, honorable y correcto al ciudadano Henshaw; pero al venir aquí a recibir ese bofetón del ciudadano Henshaw, yo estoy también en capacidad para dudar de que esa apología sobre la personalidad del ciudadano Bustos fuera cierta. (Aplausos.)

El C. González Gonzalo: Ni el compañero Fabila ni ninguno de los ciudadanos diputados o presuntos diputados podrá dudar de la acción revolucionaria del compañero Bustos, porque para poder dudarse de esa acción habría necesidad de ir a las clases trabajadoras y preguntar cuál es la acción del compañero Bustos. Yo me refería a esto únicamente, compañero Fabila: A que usted dice que en el momento que usted pensaba abordar la tribuna, haría uso de la palabra de tal manera que pudiera influenciar a las mayorías, que esto nos quiso decir, para que aplicaran el criterio revolucionario; en esto estamos perfectamente de acuerdo; pero al hablar el compañero Henshaw usted se siente revelado de ese sentimiento íntimamente revolucionario, y eso es lo que yo pregunto: Por el hecho de haber hablado el compañero Henshaw en la forma que habló, ¿usted ya no es revolucionario, ya no puede aplicar el criterio revolucionario? Yo no me refiero a lo que puede haber sufrido su personalidad, me refiero a su sentimiento revolucionario; ¿qué, por un incidente, por un ataque más o menos bueno o malo, deja usted de ser revolucionario? En ese caso, compañero Fabila, creo que no est usted en lo justo.

El C. Fabila: Ya lo he dicho, ciudadano González, que yo iba a hacer uso de la palabra en ese sentido y en lo particular en pro del ciudadano Bustos en virtud de que me atenía con absoluta confianza a la veracidad que siempre he creído tienen las palabras de Henshaw; pero desde luego que me hace una maniobra de esta naturaleza que me lesiona en lo personal, puedo yo dudar también, como él se ha permitido dudar de mí, puedo dudar de que haya sido honorable al referirse a la personalidad del ciudadano Bustos. Por lo demás, ciudadano González, puedo continuar con mi primer propósito de hablar de criterio revolucionario en este caso, puesto que muy bien sabe el ciudadano Henshaw que est traicionando a su conciencia al haber hecho ese cargo gratuito a la comisión. Por tanto, hago caso omiso de esa calumnia infame y sí puedo yo continuar taniendo crédito en las palabras de Henshaw respecto a la personalidad revolucionaria de Bustos. (Aplausos.) Yo dije al ciudadano Henshaw cuando le comuniqué el resultado de la m quina calculadora: Hay solamente una diferencia de cuarenta y tantos votos en favor del ciudadano Merla; si la personalidad revolucionaria de Bustos es la que tú dices, ser muy sencillo para ti y para todos los amigos de Bustos en la minoría, hacer ver que ha habido un error en la comisión o que ha habido una omisión, en fin, ser muy fácil que citando o dando a conocer la personalidad de Bustos, convencer a la mayoría de que la razón est de parte de él. Vengo a insistir sobre esto: La diferencia de votos en favor de Merla es solamente de cuarenta y tantos sobre Bustos. Esa diferencia la comisión la obtuvo ajustándose estrictamente a la ley, como va a demostrarlo; ¿qué la comisión para las minorías hizo mal en calificar estos votos de acuerdo con la ley?, ya es claro que ese ha sido el criterio de la minoría siempre: Que la ley no debe aplicarse, sino que debe aplicarse un criterio diz que revolucionario y en realidad personalista para darle el triunfo a tal o cual candidato. La comisión quiere comprobar que al nulificar determinadas casillas lo hizo apoyada perfectamente en la ley; por lo demás, si en la nulidad de alguna o algunas casillas no est en lo justo la comisión, toca a la minoría demostrarlo y a la mayoría toca aceptar o no la demostración y darle el triunfo al ciudadano Bustos o al ciudadano Merla. Desde luego la comisión hace notar lo siguiente: Que en el acta de trabajos de la computadora que, como se dijo en el dictamen, fue parcial al ciudadano Bustos, se afirma que el resultado del cómputo fue de dos mil seiscientos y tantos votos en favor del ciudadano Bustos, y mil quinientos y tantos en favor del ciudadano Merla; revisándose los 32 paquetes que vinieron a la comisión y contadas boleta por boleta, sumados los datos que aportaban los escrutinios de cada casilla, solamente se encontraron en favor del ciudadano Bustos 2,028 votos, es decir, la Junta Computadora ha sido parcial al ciudadano Bustos, cometió deliberadamente y se demuestra objetivamente, un error de ochocientos

votos en favor del ciudadano Bustos, y también en contra del ciudadano Merla cometió un error de doscientos y tantos votos. Esto que en determinados casos debiera significar un vicio fundamental de los trabajos de esa computadora, para la comisión no significa más que una falta de capacidad y aptitudes en los libros de la Junta Computadora, puesto que, como lo dice en su dictamen la comisión, es patente que en este distrito, al menos de lo que conoció la Novena Sección Revisora, las elecciones se efectuaron dentro de un ambiente más o menos democrático. Es evidente que ese error que cometió la Junta Computadora del ciudadano Bustos no fue seguramente de mala fe, sino por ignorancia, puesto que a haber tenido mala fe de la junta del ciudadano Bustos habría d dole toda la votación a él y no hubiera computado ningún voto en favor del ciudadano Merla. Es notable, es un caso raro que en ese distrito de San Luis la Junta Computadora parcialísima al ciudadano Bustos fue computando 24 votos para uno y 23 para otro; 46 votos para uno y 34 para otro, un caso insólito. Generalmente el que cuenta con la Junta Computadora se despacha con la cuchara grande. De las 32 casillas que llegaron a la comisión, ésta solamente objetó diez casillas por las razones siguientes: Porque no traían acta de instalación, no traía nombramiento de instalador; no trían padrón y la mayoría de estas diez tampoco trae actas finales. Yo creo que la comisión estuvo dentro de las prescripciones legales al haber nulificado esas casillas, no obstante que en el criterio moral de la comisión est presumir que esos defectos de tales y cuales casillas fueron defectos involuntarios, defectos originarios de la ignorancia de quienes hicieron estas elecciones; pero la comisión no se considera capacitada para dar como válidos esos votos, aun cuando tengan esta convicción moral: El papel de las comisiones es atenerse a las prescripciones legales y es el papel de la Asamblea aceptar el criterio moral o el criterio revolucionario o el criterio político o el criterio que se le dé la gana; pero la comisión est en su papel al nulificar esas casillas, y como consecuencia de esa nulificación darle el triunfo al ciudadano Merla tan sólo por una diferencia de 40 votos.

Presidencia del

C. FRANCISCO LOPEZ SOTO

El C. Altamirano: Para una interpelación a la comisión, si lo permite. Van dos veces, compañero Fabila, que hace usted alusión a la facultad que tiene la Asamblea o, mejor dicho, la mayoría para en vista de las razones que dé la minoría en el asunto del compañero Bustos, se pronuncie en pro o en contra de él, y yo le hago esta pregunta, compañero Fabila: ¿No resultar n inútiles todas las alegaciones de Henshaw y de la minoría ante un acuerdo que haya tomado la mayoría en bloque en el asunto del compañero Bustos?

El C. Fabila: Compañero Altamirano: Usted quiere arrancarme a mí una declaración que influya más o menos en el nimo de la mayoría. (Aplausos.)

El C. Altamirano: Otra pregunta, compañero Fabila. Como revolucionario de la XXX Legislatura lo interpelo en favor de a quién daría usted su voto si probamos que Bustos es revolucionario, porque ha hecho obra de agrupación obrera, porque ha estado toda su vida entre las agrupaciones obreras, porque allí ha gastado todos sus esfuerzos durante su vida; si le probamos esto y que el otro señor es un millonario que tiene 23 años de no ir a Matehuala, a pesar de ser nativo de allí, que es un potentado de los negocios, si le probamos todo esto, usted en su conciencia de revolucionario honrado, ya que lo he conocido desde la XXX Legislatura como revolucionario, ¿ por quién se pronunciaría: Por el compañero Bustos o por el compañero Merla?

El C. Fabila: Yo, compañero Manlio Fabio Altamirano, mientras no se me demuestre que los actos de la comisión, en virtud de los cuales se nulificaron votos y salió triunfante el ciudadano Merla, mientras no se me demuestre que esos votos han sido legales, daré mi voto en pro del dictamen. (Aplausos.)

El C. Díaz Soto y Gama: Para interpelar a la comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Díaz Soto y Gama: Yo voy a explicarle a la comisión por qué razón no encontró el acta de instalación, el padrón y el nombramiento de instalador en esas casillas. Eso lo sabe bien cualquiera que haya intervenido en una elección. Son tres expedientes, compañero: De diputados, de senadores y de presidente, y en muy pocos los campesinos u obreros, o la gente humilde que elabora los expedientes electorales, se toman el trabajo de hacer por triplicado las actas de instalción, y en ningún caso puede exigir por triplicado el nombramiento de instalador y menos el padrón. En el expediente mío mismo, en el de usted o en cualquiera otro expediente legítimo de los compañeros sucede lo mismo. Yo tenía que hacer esto: Me decían en la Junta Computadora: Bueno, aquí no hay más que un acta de instalación, ¿que hacemos? Pues agréguenlo al expediente de senadores que es el que se va a prestar a más discusiones y el de diputados a pocas, puesto que yo no tengo competidor. De manera que agreguen esa acta de instalación y todo lo que venga unitario al expediente de senadores. La elección para presidente de la República tampoco tendr grandes dificultades desde el momento en que nada significa una casilla o dos en medio de las tres mil o cuatro mil que tiene la República o cinco mil o diez mil; nada más que yo, como abogado, no cometí la omisión torpe de no explicar por qué faltaban en mi expediente de diputado los documentos que no venían por triplicado. Pues esto hizo que la Junta Computadora hiciera esta explicación; no se agregan a estos paquetes de las casillas tales y cuales, los documentos tales y cuales porque en virtud de no venir por duplicado ni triplicado, se tuvieron que agregar al expediente de senadores; si se puediera abrir los expedientes de senadores ¿no se cree que allí resultarían esos documentos no esenciales que la comisión ha buscado con tanto empeño?

El C. Fabila: Compañero Soto y Gama: Como dice el refrán vulgarísimo: Muy posible, pero no es probable. A menos hasta ahorita.

El C. Díaz Soto y Gama: Esta comisión no tuvo en cuenta un artículo fundamental para el caso. Es éste: 86, capítulo de las juntas computadoras en los distritos.

"Artículo 86. En caso de que faltare el paquete electoral que deba revisarse, se aceptarán como buenas las copias que quedaren en poder de uno de los secretarios de la casilla; y si éstas también faltaren, se dar fe a las copias que obren en poder de los representantes de los candidatos, los cuales deberán estar certificadas por los miembros de la Mesa de la casilla respectiva."

No es todo el expediente, no es el nombramiento de instalador el que queda, ni es el padrón. Basta con que queden las copias de que habla el artículo 86.

Sabe el compañero perfectamente que la única copia que queda en poder de los representantes de los candidatos, es la copia del resultado del escrutinio, del modelo D, de todo lo demás no se da copia a los representantes; de manera que la ley es tan amplia y tan sensata que concede-y eso debió haber tenido en cuenta la comisión si hubiera querido ajustarse al criterio legal-, que el documento electoral único y esencial es el resultado del escrutinio. El acta de instalación se cae de su peso que debe haber existido, el nombramiento de instalador, si no hay objeciones serias, que se duplicó la casilla o que fue apócrifa, tampoco es esencial; el padrón tampoco lo es, lo único que es esencial es el resultado del escrutinio, y que siendo buena la elección, ¿que importa que falte algún requisito o interno o externo si está la lista de escrutinio? Así lo dice el artículo 86 a que debió haberse sujetado el dictamen. Se debió haber tenido en cuenta el artículo 104, que en ninguna de sus fracciones se declara caso de nulidad la falta de padrón o nombramiento de instalador. En el artículo 104 hay otras causas, las más serias, las tres del derecho civil que dicen: "El consentimiento de los contratos civiles, compañero, y lo digo también a la Asamblea, a las únicas causas que vician el voto en lo político, son tres: presión, es decir, fuerza de cualquiera especie, moral o física; presión; fraude, o sea error, o digo dolo, dolo y error. A esas tres causas fundamentales pueden resumirse las causas del artículo 104; pero la falta de documentos secundarios en ninguna Legislatura, menos en la nuestra, se ha considerado como caso de nulidad. Todas las elecciones mexicanas adolecen de esa deficiencia, absolutamente todas; eso lo sabe la comisión, y por eso la comisión debió haber dicho en cuál de esos incisos del artículo 104 encontró que es causa de nulidad; yo no lo encontré. El señor Rueda Magro, que es abogado, ya le sugirió una de las causas, sospecho cuál es, pero quiero que me la diga por curiosidad.

El C. Fabila: Voy a decirle, compañero, pero quiero antes repetirle una frase muy importante que ha usted vertido en esta vez. "Como la ley es muy "sensata".....

El C. Díaz Soto y Gama: Yo no dije sensata.

El C. Fabila: Pregunte a los señores taquígrafos; usted acaba de afirmar que la ley es muy sensata....

El C. Díaz Soto y Gama: Si lo dije, me retracto.

El C. Fabila: Me llama la atención que diga usted que es sensata la ley, porque siempre para usted la ley es defectuosa. Pues ahora voy a decirle a usted: Casilla por casilla fue la comisión...

El C. Díaz Soto y Gama: Yo quiero que se funde en el artículo 104 que habla de la nulidad de votos.

El C. Fabila: El artículo 83, porque el artículo 104 habla de la nulidad de la sección, no de votos.

El C. Díaz Soto y Gama: Habla de la nulidad de votos. Para insistir en mi interpelación, se lo voy a demostrar al compañero. Son causas de nulidad las que habla el artículo 104 de la Ley Electoral, y el artículo 105, dice:

"La nulidad de que habla el artículo anterior no afecta a toda la elección, sino simplemente a los votos que estuvieren viciados."

Yo quiero encerrar a la comisión en mi interpelación, y que me diga en qué fracción del artículo 104 incluye la causa de nulidad.

El C. Fabila: En la fracción V, entre otras.

El C. Díaz Soto y Gama: Haber mediado error o fraude en la computación de los votos, no tiene que ver con la falta de acta de instalación o con el nombramiento de instalador.

El C. Fabila: Esa es la causa que tomó en cuenta la comisión. Después de todo, compañero Soto y Gama, no nos vamos a entender usted y yo, y lo invito a que venga más tarde a hacer estas observaciones en esta tribuna.

El C. presidente: El ciudadano Soto y Gama pidió la palabra para una interpelación, y ha estado interpelando varias veces a la comisión.

El C. Díaz Soto y Gama: Pues para varias interpelaciones la pido ahora. Yo tengo que insistir en mi interpelación. La Mesa no tiene derecho de limitarme el número de interpelaciones; no, señor, a la comisión se le puede interpelar cuantas veces se quiera.

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. Fabila: La comisión ruega al señor Soto y Gama que le permita terminar su exposición y después estar aquí hasta la hora que él guste.

El C. Díaz Soto y Gama: Yo hago constar que no contestó mi interpelación; pero voy a insistir, después hay tiempo de sobra.

El C. Fabila: La comisión nulificó la casilla número 7 de Matehuala por carecer de estos documentos. Modificó el resultado de la casilla número 10 de la misma municipalidad, agregando veinte votos más al señor Merla, debido a que el ciudadano Bustos presentó copias de las actas finales y entre ellas estaba la de la casilla 10, que se aceptó como auténtica, y en ella obtenía cincuenta y dos en lugar de treinta y dos votos el ciudadano Merla. Por lo mismo, por lo que se refiere a la casilla 11 de Matehuala, que en virtud del acta también presentada por el ciudadano Bustos, resultaba que había sido disminuída en la cantidad de cien votos la cantidad obtenida por el ciudadano Juan Merla. En la casilla 15 de Matehuala, la comisión aumentó noventa y nueve votos a Bustos y disminuyó la misma cantidad al ciudadano Merla, en virtud de que por las actas presentadas por el ciudadano Bustos apareció que la votación vertida era la de cien votos en favor de Bustos y uno

en favor de Merla; nulificó la casilla 19 de Matehuala por la misma razón, por carecer de todos esos documentos; igual hizo con las casillas 6, 10 y 15 de Catorce y con la número 1 de La Paz; en la casilla número 3 de La Paz, la comisión restó noventa votos al ciudadano Merla de la documentación presentada por el ciudadano Bustos, en la que aparece que la votación efectiva fue de ciento sesenta y siete para Bustos y diez y ocho para Merla, tanto que en los paquetes de la Junta Computadora vienen ciento ocho para Merla. Lo propio hizo en la casilla número 4 del mismo municipio de La Paz, en donde disminuyó cien votos al ciudadano Merla, porque por las pruebas presentadas por Bustos la votación fiel debió ser ciento cincuenta y cuatro en favor de Bustos y diez y siete en favor de Merla. Lo mismo hizo en la casilla número 6 de La Paz, en la que disminuyó dos votos al ciudadano Merla, dejando intacta la votación de sesenta y tres en favor del ciudadano Bustos. Nulificamos las casillas 4, 6 y 10 del municipio de Guadalupe por los mismos defectos que se ha dicho para las anteriores. El ciudadano Bustos presentó copias de actas finales de once casillas, sobre todo del municipio de Matehuala, de tres de Catorce y una de La Paz. La comisión examinó esos documentos y los encontró de acuerdo con el artículo que invocaba el ciudadano Soto y Gama en virtud del cual no teniendo a la vista los paquetes, deben tomarse los documentos presentados por el ciudadano Bustos. El ciudadano Merla presentó también los mismos documentos, el duplicado de esos mismos documentos, pero hay que hacer notar que alguno de esos documentos del ciudadano Merla viene en condiciones perfectamente dudosas, especialmente dos de esas actas finales, en donde se ve palpablemente que había sido alterado el resultado de la votación mediante la adición de un 1 ó un 0; en ese caso la comisión se atuvo a los documentos del ciudadno Merla. Repito, la comisión agregó a la votación de ambos los resultados manifestados en los documentos presentados por el ciudadano Bustos en doce casillas. Después de todo lo anterior, la comisión manejó la m quina calculadora, que dice el ciudadano Henshaw, y el resultado de la m quina calculadora fue ese: Cuarenta votos más en favor del ciudadano Merla. La comisión cree haberse ajustado a la ley al nulificar estos votos en el cómputo final, y, al efecto, se atuvo al artículo 83, que señala cuáles son los requisitos que deben traer los paquetes para que sean computados; se atuvo también al artículo 51, que se refiere también a los procedimientos, lo mismo que el 63, que se refiere a los procedimientos de calificación. La comisión se atuvo, pues, a un criterio estrictamente legal para dictaminar en favor del ciudadano Merla, pero la comisión, repito, espera que los sostenedores del ciudadano Bustos demuestren a esta comisión que cometió algún error voluntario o involuntario y estar dispuesta, en caso de que así se le demuestre, a rectificar su criterio en alguno de estos puntos.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Camacho en contra.

El C. Altamirano: ¿No hay pro?

El C. Henshaw: ¡La causa es tan mala que quién la va a defender!

El C. Camacho: Ciudadanos diputados y presuntos diputados:

Dos años de mutismo en esta - Cámara de algo me han servido, porque estos dos años me han permitido llegar al conocimiento que algunos conceptos tienen en labios de algunos hombres.

Al analizar el caso del 5o. distrito electoral de San Luis Potosí, voy a hacer un breve paréntesis para sentar mi tesis. Har veinte o veintidós años aproximadamente que en todos los ambitos del país comenzó a notarse una intranquilidad provocada por el continuismo del Gobierno de don Porfirio Díaz. Esta intranquilidad se acentuó de modo más grande y más notable en la capital del Estado de San Luis Potosí. La prensa, y especialmente "El Democrata", ha resucitado en sus columnas el recuerdo ya perdido de acontecimientos que en aquel entonces se sucedieron. Para ninguno de vosotros es un misterio el hecho de haberse verificado en aquella ciudad del Congreso Liberal el año de 1902, en que por primera vez se hicieron cargos formidables al Gobierno del ciudadano general Díaz; para ninguno de vosotros es tampoco un misterio la participación activa que en aquellos acontecimientos tomaron algunos potosinos: Juan Sarabia, Díaz Soto y Gama y algunos otros. Jóvenes como eran estos hombres en aquella época, abordaron la lucha con toda energía; como fruto de sus esfuerzos fueron consignados a la Penitenciaría de la capital, donde comenzaron a escribir un periódico que se llamaba "El Demófilo", que era materialmente arrebatado por todo el pueblo. Desde las mazmorras de aquella prisión empezaron a agitar la opinión pública, y esta agitación se tradujo, como nadie de vosotros ignora, en el fracasado movimiento de 1906. Como resultado de este fracaso, Sarabia fue consignado a San Juan de Ulúa y aquel grupo de luchadores tuvo que dispersarse en distintas partes de la República; ninguno de vosotros ignora el largo sufrimiento de Sarabia, que salió de las tinajas de San Juan de Ulúa casi agonizante y ciego, mientras su madre había padecido hambre y miseria durante su largo cautiverio. Díaz Soto, mientras tanto, había sufrido también persecusiones y distintas persecuciones en las cárceles de aquí, de la ciudad. Pero la tea seguía ardiendo; agitada la opinión pública del Estado de San Luis, comenzaron a formarse desde entonces agrupaciones que luchaban ansiosamente por la reivindicación de los derechos del pueblo. Matehuala fue uno de los centros donde repercutió más hondamente la prédica revolucionaria, así como en Rayón y algunos otros pueblos del Estado de San Luís. Al iniciarse la revolución por Madero, el pueblo de San Luis respondió entusiastamente al llamado y diversas partidas se levantaron en armas, continuando la lucha de los hombres del Norte. Entonces surgieron a la revolución los hermanos Cedillo, Sidronio Méndez, Pedro Antonio de los Santos y otros varios. Vino la campaña democrática para la formación de las - Cámaras federales en tiempo de Madero,

y el pueblo de San Luis entró forzosamente a la lucha, llevando una representación de hombres totalmente independientes. Entonces vino por primera vez a esta - Cámara Juan Sarabia; vino Rafael Nieto y vinieron otros varios cuyos nombres no recuerdo en este instante. Vino la traición de Victoriano Huerta, y en aquella época los grupos de San Luis, los grupos continuadores de la lucha iniciada en el año de 1902, siguieron enérgicamente en la lucha, a tal grado, que no pudo sostenerse en el Estado de San Luis el Gobierno de Huerta, porque las partidas revolucionarias llegaban hasta las goteras de la ciudad, de la capital del Estado. La lucha continuó. Al restablecerse el Gobierno constitucional en el año de 1917, de nuevo en la lucha democrática, en la lucha cívica, el pueblo de San Luis tomó activa participación, y fruto de esa lucha fue la representación que vino a la XXVII Legislatura.

En esa misma época se iniciaba la lucha para la renovación de poderes locales, y el pueblo entero de San Luis postuló a Juan Sarabia para el puesto de gobernador del Estado. Como un sólo hombre le dio 38,000 votos al ciudadano Juan Sarabia, pero nos habían enfrentado a Juan Barrag n, y para ustedes no es un misterio la enorme suma de poder de que este jovenzuelo disfrutaba al lado del Gobierno de Carranza. Y no obstante el triunfo abrumador del ciudadano Sarabia, nuestros diputados, que habían obtenido su credencial legítimamente, fueron arrojados del Palacio de Gobierno, y encarcelados, y a fuerza de bayonetas y de ametralladoras, con un lujo de fuerza casi desconocido por nosotros, fue impuesto en el Gobierno Juan Barrag n. Juan Barrag n se vino en seguida a hacerse cargo del puesto que desempeñaba al lado de don Venustiano y dejó como representante de él en el Gobierno del Estado a un ciudadano hijo del Estado de Aguascalientes: Severino Martínez. Severino Martínez, por sus vicios, por sus lacras personales, se hizo totalmente odioso del pueblo de San Luis. Se separó para lanzar su candidatura como gobernador constitucional, conteniendo en el siguiente período con el ciudadano Rafael Nieto. La lucha fue ruda; se derramó sangre, y el pueblo de San Luis enérgicamente rechazó de nueva cuenta la imposición que don Venustiano trataba de ejercer sobre el pueblo de San Luis, imponiéndole a Severino Martínez y, repito, la lucha fue tremenda; nuestros diputados duraron prisioneros en la Penitenciaría de San Luis seis meses, sin que en una sola ocasión hubieran flaqueado, y dentro de la prisión estuvieron lanzando sus decretos, que por mil medios hacíamos que circularan en todo el Estado. Vino el movimiento de Agua Prieta, y los esfuerzos del pueblo de San Luis fueron reconocidos, ocupando tranquilamente el Gobierno de aquel Estado Rafael Nieto, y el Congreso que había sido electo por el pueblo. Pasaron los cuatro años y vino nuevamente la lucha democrática para la renovación de poderes, y entonces- muchos de ustedes lo saben- se desencadenó la ruda lucha que tuvo que sostenerse en contra de Prieto Laurens. Prieto Laurens llevó de esta ciudad no menos de mil quinientos hombres, que nosotros llamábamos allá "matones", rufianes extraídos de la colonia de la Bolsa, pagados a sueldo, que tenían cantina libre, hotel, y que dilapidaban el dinero a manos llenas.

El C. Altamirano, interrumpiendo: ¡Y cien diputados!

El C. Camacho, continuando: Para eso, naturalmente, estaban abiertas las arcas del Ayuntamiento de esta capital, y existían los subsidios que daba la Tesorería General de la Nación, en manos entonces de don Adolfo de la Huerta. Ninguno de ustedes ignora lo rudo de esta lucha. Desde le tiempo de Nieto se había hecho una activa campaña, y con anterioridad, en cuestión de materia social, el pueblo de San Luis estaba ya perfectamente preparado para esto. He tocado este punto porque la comisión, superficialmente, ha hecho constar en su dictamen que en las elecciones del 5o. distrito de San Luis hubo imposición, y yo hago a la Asamblea esta pregunta....

El C. Favila, interrumpiendo: ¡Al contrario, compañero! Dice la comisión que lo cree suficientes las pruebas presentadas para afirmar que hubo imposición, como sostiene el ciudadano Romero.

El C. Camacho, continuando: Y yo hago a la Asamblea esta sola pregunta: Si después de la enorme y ruda lucha sostenida por todos los revolucionarios de San Luis, elevamos a Manrique, a quien considerábamos en aquel momento el hombre representativo de las aspiraciones populares, de las ansias de reivindicación del pueblo potosino; si después de estos seis meses de lucha ruda en que logramos- porque allí fue el botafuego que inició la revolución que acaba de pasar- El derrocamiento de Prieto del Gobierno de San Luis, y con él, del Partido Cooperatista, como lo habíamos anunciado: Que allí sería el campo de combate en que se decidirían los destinos de la nación, si después de estos seis meses de lucha ruda en que hemos llegado al Poder, ¿es creíble que necesitemos de la imposición de Manrique, cuando nuestros grupos est n triunfantes, victoriosos, y nuestros hombres est n en el Poder? ¿Para qué necesitamos de la ayuda de Manrique? Si los grupos est n perfectamente organizados, si existe una organización en San Luis que se llama la Confederación Revolucionaria Potosina, formada por el Partido Agrarista local, el Partido Laborista, dependiente del Partido Laborista Mexicano, el Reformista Independiente y el Liberal Obrero, el leal, cuyas organizaciones se encuentran ramificadas en todo el territorio del Estado. El distrito de Matehuala fue precisamente uno de los centros; el distrito de Matehuala, no obstante haber sido el distrito que Prieto representaba en esta - Cámara, fue uno de los que más enérgicamente lucharon en contra de Prieto Laurens. De nada le valió haber llevado a aquel lugar la música del Ayuntamiento, la famosa orquesta aquella que formó aquí en la capital; de nada le sirvieron todos sus recursos ni todo su oro: Prieto fue ignominiosamente lapidado en su jira de propaganda como candidato al Gobierno del Estado, en el municipio de La Paz; Prieto fue ignominiosamente derrotado no sólo allí, sino en todo el Estado. Quiero referirles este hecho: las fuerzas federales fueron parciales a Prieto en la contienda electoral que nosotros sostuvimos en el Estado de San Luis. Luchamos con toda nuestra energía para que fuera cambiando el jefe de las operaciones, cosa que no pudimos lograr. Verificada la pseudo imposición,

pedimos casi angustiosamente que nos quitaran las fuerzas federales del Estado, y que garantizábamos con nuestras cabezas que Prieto no se sostendría setenta y dos horas en el territorio del Estado de San Luis.

Pues bien, señores compañeros; uno de los elementos que más enérgicamente ha luchado en el distrito de Matehuala, y esto desde hace muchos años, es el compañero Bustos. El compañero Bustos es un obrero mec nico; trabajaba en la Fundición de Matehuala y posteriormente en el departamento mec nico de las minas de La Paz. La lucha de él, como la de Salazar, como la de Rangel y la de otros muchos de los líderes de ese distrito, ha tenido a la organización de los trabajadores, para que puedan disfrutar en un momento dado de un bienestar mejor. Fue boycoteado por las empresas capitalistas y perdió el trabajo; no obstante eso, el compañero Bustos se ha mantenido impertérrito sosteniendo la lucha; pero quiero referirles algunos detalles que les pondrán de relieve por qué en aquel distrito ha triunfado más enérgicamente la idea revolucionaria, y para eso me basta referirles estos hechos; refiriéndome a los campesinos, se han registrado actos como el que les voy a referir: La hacienda de Pastoriza, perteneciente a la Caza Maza, una de las casas más fuertes y poderosas de la república: Estaban en tal situación los campesinos, eran de tal manera expoliados, que ya no podían humanamente soportar la situación por la cual atravesaban; y este hecho pone de relieve el asunto: Un día llegó uno de los dueños, que vivía en España, a visitar la hacienda de Pastoriza; al recorrer los sembradíos se encontró con que uno de los labriegos que guiaban una yunta estaba detenido, la yunta no caminaba; el dueño le dijo con palabra airada: Holgaz n-con palabras más duras-, ¿por qué no trabajas? Contestó: Señor: Es que uno de los bueyes se ha cansado. No, es que tú eres esto y el otro, y le lanzó una serie de improperios. Y a los caporales que lo acompañaban ordenó que desunciesen al buey y pusieran en su lugar al hombre; luego se bajó del caballo, y con el chuzo con que arrean las yuntas, le produjo una herida en la espalda. Esto es verídico, existe un proceso en Matehuala; pero como este individuo era hombre que tenía mucho dinero, el crimen quedó impune. Pero no es éste el único detalle.

El C. Altamirano: interrumpiendo: ¡Y todavía hay quien tenga fe en la justicia!

El C. Camacho, continuando: Existe este otro caso: Teníamos en aquel distrito un compañero, Mariano Vásquez, campesino que mal sabía leer. Enamorado de las ideas predicadas por nosotros, se encargó de organizar los sindicatos de las haciendas de La Presa y de La Presita, que pedían tierras, y los de la ranchería de La Viznaga. Hombre de lucha y de esfuerzo, con los pocos elementos que tenía compró un cajoncito de barilla para poder recorrer las rancherías sin perder el pan; valiéndose de aquel medio para poder sostener a su familia, logró mantener viva la llama en aquellos campesinos para que no decayeran. Los expedientes de solicitud de tierras de esos rancheros, como pasa en toda la República, tardaron mucho tiempo para resolverse y, naturalmente, los campesinos desesperaban; pero Mariano Vásquez, con su prédica y palabra amorosa, y en su mal idioma, digamos, sostenía ardiente la llama de aquellos campesinos y los animales para que no decayeran. Comprendieron los hacendados que aquel era el obstaculo, y lo mandaron asesinar. Y el cuerpo de este hombre, casi agonizante, fue llevado al pueblo de Matehuala. Tenía la friolera de cuarenta y seis heridas. De persecusiones como éstas podría referir muchísimos casos. Toda esta serie de persecusiones y de infamias, ha hecho que el pueblo de Matehuala se rebele. Por eso allí las organizaciones campesinas son vigorosas; por eso allí hay perfecta organización de clase, de lucha; allí se comprende que los bandos ya est n perfectamente definidos, que la lucha, sea en el aspecto electoral, político o social, est perfectamente clara: Los de abajo contra los de arriba; los expoliadores en contra de los oprimidos, y los oprimidos en contra de los expoliadores; por eso es perfectamente explicable que en la lucha electoral del 5o. distrito, todas las agrupaciones obreras y campesinas no se hubieran fijado en el señor Merla, sino que se fijaron en un representante de ellas, es decir, en un obrero, en un trabajador que trae callos en las manos, porque de él esperan algo. No pueden esperar nada del señor Merla; el señor Merla, efectivamente, es nativo del distrito; pero el señor Merla tiene más de quince años de no pararse en esa población. (Voces: ¡Veintitrés!) Y esto me lo han dicho los mismos de Matehuala, porque a él ni lo conozco. Me han dicho palabras como estas: "El señor Merla es un comerciante; se crió en los Estados Unidos; allá ha vivido, no tiene arraigo, no tiene afectos creados como los tiene Bustos". Me refieren algunos de los vecinos de Matehuala que cuando se encontraban con Merla aquí en la capital, les decía: "¿Qué dice el poblacho?" Ustedes saben que todos lo hijos de una ciudad, cualquiera que sea, siempre le tienen amor al terruño, a la tierra chica, y naturalmente esto les lastimaba. El señor Merla llegó un mes antes de la elección a hacer su propaganda. ¿Ustedes creen que un mes sea suficiente para ir a despertar a las masas, para ir a ganarse adeptos y para contender con un representativo de las mismas masas? Esto es materialmente imposible. El señor Merla, como digo, no tuvo más partidarios en el distrito de Matehuala, según los informes que yo tengo de toda aquella zona, que los caballeros de Colón y los exprietistas. Y el detalle más grafico que les puedo dar de la filiación del señor Merla, es un remitido que publicó aquí la prensa: Una comunicación dirigida por el señor Merla al Confederado, en que pedía garantías para sus partidarios, los miembros del "Liberal Obrero", los miembros del exLiberal Obrero, los que se apartaron, los que sostuvieron a Prieto y a De la Huerta, y que si fueron aprehendidos, fue porque se acababan de levantar en armas, y el señor Merla dijo con todas sus letras, por la prensa, que aquellos eran sus partidiarios. De allí viene la votación, poca o mucha, que obtuvo el señor Merla. No tengo a la mano, o más bien dicho no quiero detenerme en analizar las casillas, como lo hizo el compañero Fabila; pero me bastan estos datos para que la Asamblea forme opinión. Una de las casillas nulificadas es la de la ranchería de la Viznaga. Esta es una de las agrupaciones agraristas más

.................................................................. fuertes del distrito. La hacienda de Pastoriza, a que antes me referí, ya tiene ejidos, y por esta razón en dicha hacienda ganó el compañero Bustos. Los votos que trae el señor Merla los trae exclusivamente de las haciendas en donde no hemos podido lograr que se repartan tierras y donde la peonada est todavía bajo el imperio del amo, del dueño de la hacienda. En todos los demás lugares, la votación fue favorable al compañero Bustos. El mismo compañero Fabila acaba de aceptar la buena fe del compañero Bustos, que se justifica con este detalle: El compañero Bustos ha exhibido las actas que traía, copias o duplicadas de las que se extendieron en las casillas electorales, y el mismo compañero Fabila ha dicho en esta misma tribuna: Se aumentaron al señor Merla tantos votos, porque así lo decía el acta que presentó el ciudadano Bustos.

El C. Fabila: ¡Al revés! Al ciudadano Bustos.

El C. Camacho: Unas veces; pero otras refirió usted que se aumentaron tantos votos al señor Merla, porque así lo decía el acta que traía Bustos. En otro caso se le rebajó a Merla y se le aumentó a Bustos. Si, pues, Bustos hubiera sido hombre de mala fe, seguramente no habría exhibido las actas que favorecen al señor Merla. En cambio, el mismo señor Fabila en esta tribuna ha declarado que en una de esas actas se rebajaron al señor Merla noventa y tantos votos, donde él había alterado el resultado del escrutinio.

El C. Fabila: No él, compañero; sino que estaba alterado.

El C. Camacho: ¡Caracoles! ¡Quién sería! ¿Pues a quién le interesaba la adulteración? Era un duplicado, una copia igual a la que traía Bustos. Bustos traía ciento y tantos votos; la misma cantidad debía existir en la copia Merla, en favor de Bustos, puesto que eran iguales; pero a Merla se le hizo fácil agregarse noventa y tantos votos. Y yo hago esta pregunta a la comisión: Bustos no ha alterado los documentos que traía, los a presentado reales, tal como salieron de las casillas electorales; en cambio, su contrincante sí los ha presentado adulterados: ¿No es ésta una grave presunción en contra del señor Merla? ¿es éste un acto de buena fe? Yo me permito decir que nosotros, al menos por lo que a mí respecta, teníamos ya casi el propósito de no tomar una sola vez la palabra en los nuevos debates que en materia de credenciales se verifican en este Colegio Electoral; pero debo confesar sinceramente que el gesto de la última sesión de Colegio Electoral, en que la mayoría, abochornada por los cargos tremendos que se lanzaron en contra del individuo a quien favorecía el dictamen, ha vuelto a mi espíritu algo de serenidad y algo de confianza; por esa razón me encuentro en esta tribuna; nuevo todavía creo que la mayoría pueda tener un nuevo gesto que venga a demostrarnos que est dispuesto a hacer justicia. Es inútil entrar en detalles, como decía un instante, en el análisis de las casillas.

Yo, sin hacer cargos a la comisión, porque no es mi ánimo lastimarla, hubiera deseado que para satisfacción nuestra, en el momento de abrir los paquetes hubiera llamado al interesado y le hubiera dicho: "A estas casillas les faltan estos documentos". Tal cosa no ha pasado así. Yo no hago cargos de ninguna naturaleza; me permito llamar solamente la atención de la Asamblea sobre este hecho. Creo, e insistiré sobre este punto, que la comisión no ha procedido con la serenidad necesaria; no encuentro en ninguno de los artículos de la Ley Electoral una sola fracción que faculte a la comisión para nulificar los votos de las casillas que ha nulificado. En los casos de nulidad que marca el artículo 105, no tienen en ninguno de ellos cabida los argumentos que la comisión ha esgrimido. Y en esta virtud debemos, naturalmente, en mi concepto -puesto que no podemos hacer otra cosa-, apelar al buen criterio de la Asamblea para que se vea por la votación original que la voluntad del pueblo fue enviar aquí un representativo de su clase que viniera a defenderlo en esta tribuna, o a laborar por sus intereses. Creo que la Asamblea, poniéndose la mano sobre el corazón, debe votar en favor del compañero Bustos y en contra del ciudadano Merla, porque tal fue la voluntad de los habitantes del quinto distrito electoral del Estado de San Luis Potosí. (Aplausos.)

El C. presidente: Para la lectura de un documento tiene la palabra el ciudadano Covarrubias.

El C. Covarrubias: Se me ha encargado, por una persona que no tiene acceso a esta Representación, venir a dar lectura a este documento; y he creído de elemental justicia acceder a la petición que se me formuló.

"Honorable Asamblea:

"Privado como me encuentro de en persona defender mi caso electoral, por carecer de tarjeta de entrada al Colegio Electoral, me veré precisado a suplicar a alguno de sus miembros dé lectura a la siguiente ligera exposición de hechos.

"Por la línea de ataque que la prensa al servicio del Gobierno local del Estado de San Luis Potosí ha enderezado en mi contra, debo presumir que el C. diputado Soto y Gama, quien ya en sesión anterior aludió a mi caso electoral prometiendo defender en su oportunidad a mi contrincante, hará su defensa bordando sobre los siguientes puntos, todos ellos inexactos: Que soy de filiación florista; que soy desconocido en mi distrito; y que mi contrincante, el laborista José Bustos, obtuvo mayoría de votos en el 5o. distrito electoral de San Luis Potosí.

"De la antigüedad de mis ideas revolucionarias, pueden dar fe los CC. licenciado Julio Santos Coy, íntimo amigo del C. diputado Soto y Gama y su compañero durante la etapa revolucionaria llamada la "época de la Convención", y el C. general Enrique Santos Coy, pues con el primero estuve de secretario particular en 1914 y 15, y a las órdenes del segundo, en la División del Norte, asimilado durante largo tiempo en la campaña en contra de Victoriano Huerta. De mi filiación callista, pueden atestiguar los CC. Gustavo Meza, oficial mayor que fue del Centro Director de la Campaña Pro - Calles, y Ernesto Ríos, jefe que fue en el mismo Centro Director, del Departamento de Propaganda. A instancias del primero fui a mi distrito como delegado propagandista del general Calles, habiendo entonces tenido el convencimiento de que la opinión pública era por completo contraria al candidato de los partidos Laborista y Agrarista, y por ello que decidiera, en vista de que nadie se enfrentara con el candidato oficial Manrique, aceptar la

candidatura que me fue ofrecida por el Partido Liberal Obrero de Matehuala, y diez y seis clubes políticos afines, ramificados en todo el 5o. distrito de San Luis Potosí.

"Tanto en la Secretaría del Centro Director de la Campaña Pro - Calles, como en la Secretaría de la Confederación de Partidos Regiones de la República Mexicana, existen propaganda impresa mía, por la que se puede comprobar que jugué con la siguiente planilla: Para presidente de la República, C. general Plutarco Elías Calles; para senador, C. doctor Víctor del Pino; y para diputado propietario, el que suscribe. Posteriormente a la fecha de la elección, fui informado de que en lugares adonde no pude tener delegados (como en la villa de La Paz adonde hubo amenazas de muerte para mis delegados y por ello opté porque no fuera ningún representante mío) con toda deliberación y dolo, fueron por los laboristas cruzadas muchas boletas en favor del general Flores, para poder después alegar que toda la votación que yo había obtenido en los demás municipios del distrito electoral había sido obtenida a base de florismo.

"En circunstancias sumamente difíciles hice mi campaña política: Baste decir que las fuerzas militares que hay en aquel distrito, son agraristas irregulares armados, y que las autoridades civiles se componen de un Consejo Municipal integrado en su totalidad por elementos rabiosamente laboristas. Sin embargo, debido a la buena organización de los partidos que me postularon, así como a la simpatía que mi candidatura despertó en todas las clases sociales, por haber sido la oposición al candidato impuesto por el Gobierno del Estado, el día de las elecciones se vio claramente que el triunfo era mío, completo y aplastante. Y la mejor prueba de ello puede darse con lo que seguidamente aconteció, y que es del dominio público: La víspera de la fecha en que debió haberse instalado la Junta Computadora, el gobernador Manrique deja la capital de su ínsula, y a las altas horas de la noche, en automóvil, se traslada con el candidato laborista que había ido a traerlo, a la cabecera del 5o. distrito electoral, adonde llegó la madrugada del día de instalación de la Junta Computadora.

"Tenía yo la mayoría de presidentes de casillas (29 de 50 que componen las casillas del distrito), pero momentos después de la llegada de Manrique, 12 de dichos presidentes de casillas fueron detenidos por la policía y obligados a penetrar al lugar en donde el propio Manrique, actuando como maestro de ceremonias, instaló la Junta Computadora sin contar con el presidente de la 1a. casilla que, conforme al texto expreso de la ley, es el único que debe instalar la Computadora; hizo el cómputo a su antojo y redactó la credencial que mi contrincante vino a ostentar a la Oficialía Mayor de la Cámara de Diputados. Restándome solamente 17 presidentes de casillas; temiendo que de un momento a otro fueran ellos también aprehendidos y forzados a asimilarse a la Computadora ilegalmente instalada por Manrique, opté por recabar de ellos una declaratoria, en que expusieran cuál había sido el resultado de la votación en cada una de las casillas que ellos representaban, y tal declaratoria obra en el expediente anexo al dictamen que de mi caso ha hecho la Novena Sección de Poderes.

"Pero el despacho de aquellas llamadas autoridades no podía encubrirse: Casi todos los miembros de la Junta Directiva de Partido Liberal Obrero, que fue uno de los que me postularon, fueron recluídos en prisión el día de la Computadora, y yo mismo, temiendo correr igual suerte, salí violentamente en automóvil hasta la ciudad de Saltillo. - Posteriormente idearon aquellos Maquiavelos pueblerinos un plan diabólico para molestar a mis partidarios: Aconsejaron a dos o tres soldados de la guarnición de Matehuala (agraristas armados, como antes dije) que hicieran un simulacro de rebelión y, en efecto, salieron esos tres o cuatro pobres diablos gritando mueras a Manrique. Eso bastó para que inmediatamente fueran aprehendidos nuevamente todos los miembros del Partido Liberal Obrero Matehualense y conducidos con lujo de fuerza a la capital del Estado, en donde se les tuvo en prisión cerca de un mes, sin consignarlos, pues una vez que fueron consignados a un juez, éste tuvo que declarar que no había delito que perseguir y fueron, por lo tanto, puestos en inmediata y absoluta libertad.

"La lógica m s elemental nos dice que si Manrique se tomó la molestia de darnos el "albazo" en Matehuala el mismo día en que debió instalarse la Computadora, mandó aprehender a varios de mis presidentes de casillas, instaló la Computadora con el presidente de la 2a casilla (pues el de la 1a. era mi partidario y estaba oculto, temiendo algún daño en su persona) y dio a mi contrincante su flamante credencial, no fue precisamente porque mi dicho contrincante hubiera obtenido mayoría de votos. Y los mismo aconseja el sentido común, si se busca la causa de la inquina de las autoridades locales en contra de mis partidarios. Si el candidato laborista hubiera ganado legalmente, ¿Para qué ensañarse con mis partidarios?.

"Por cuanto al cargo de que soy desconocido en mi distrito, únicamente puede decir que hace cerca de trescientos años que la ciudad de Matehuala fue fundada por un antepasado directo mío, y como de allí soy originario, allí cursé mis primeras letras y tengo parte de mi familia, a quien visito año por año, es natural que tenga multitud de parientes, de amigos y de conocidos, en todas las clases sociales, que por afinidad y simpatía son mis partidarios.

. "Confío en que los hechos anotados desvirtúen cualquiera duda que esa H. Asamblea pudiera haber abrigado en mi caso electoral, por la siempre convincente oratoria del C. diputado Soto y Gama, a quien, por otra parte, no debo juzgar en este caso sino como mal informado, ya que los datos que haya recabado han sido unilaterales, y espero de la rectitud de criterio de esa misma H. Asamblea, falle en justicia.

"Protesto mi atención y respeto.

"México, D. F., a 8 de septiembre de 1924. - Pedro Mera."

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. Fabila: Ya ve la asamblea cómo cuando se hace el cargo de imposición al ciudadano Manrique, el ciudadano Manlio Fabio Altamirano ríe sarcásticamente, ríe felizmente.

El C. Altamirano, interrumpiendo: ¡Siempre estoy feliz!

El C. Fabila, continuando: Quiere decir que cuando la imposición viene de allá para acá, les causa risa, y cuando va de aquí para allá, les causa enojo, se sublevan y rompen los pupitres. Todos esos datos a que se acaba de dar lectura existen en el expediente, pero la comisión, como dijo en su dictamen, compañero Camacho, no creyó suficientes esos dichos, o esas pruebas m s o menos dignas de crédito....

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Dichos!

El C. Fabila, continuando: ....para afirmar un hecho que sería denigrante para un revolucionario que, al menos yo en lo personal, estimo de buena cepa, como es Manrique. No creo que el ciudadano Manrique haya sido capaz de intervenir en favor del ciudadano Bustos ni de algún otro candidato, no obstante que sí es cierto que el ciudadano Manrique se presentó en la ciudad a que se hace referencia el día que se menciona en el documento leído. Esto, que para el ciudadano Soto y Gama, si hubiera acontecido con el ciudadano Abundio Gómez, hubiera sido "la prueba m s palpable de la imposición en el Estado de México", no lo es, sin embargo, para la comisión en el caso del ciudadano Manrique. (Aplausos.)

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Es claro, hay diferencia de hombres!

El C. Caloca: ¡No son iguales!

El C. Fabila, continuando: Pues sí, tiene usted razón compañero Caloca, no son iguales: Va mucha diferencia entre uno y otro. El ciudadano Camacho vino a hacer la defensa del ciudadano Manrique, cuando nadie atacaba al ciudadano Manrique. Lo que sí es un hecho es que los ciudadanos de la minoría, y especialmente las agraristas, en innumerables casos debe haber visto la Asamblea y el país en general, quieren que se aplique a sus candidatos el criterio moral y el criterio revolucionario, según dicen ellos, despreciando las prescripciones legales y los procedimientos electorales. Es bueno decirlo, aun cuando tal vez no competa a la comisión, que este hecho viene a demostrar que falta organización y conocimientos en los elementos que tiene el Partido Agrarista, y es bueno decirlo, aunque para los talentos que integran el Agrarista no es necesario que se los diga un confederado: Que para otra ocasión deben tener m s cuidado al organizar sus elementos y al instruirlos, y que cuando tengan gran interés en sacar adelante a un revolucionario agrarista de la m s genuina cepa, le lleven elementos, le den instrucciones, lo refuercen y no lo pongan en el caso de presentarse, como el ciudadano Bustos, que es palpable que perdió en el terreno legal, aun cuando en el terreno moral haya ganado. Para otra vez, para las próximas elecciones, ciudadano Soto y Gama, es bueno que pongáis individuos en los distritos en donde os interese que se hagan las cosas de acuerdo con la ley, porque, en todo caso, es la ley a la que debemos sujetarnos; y no vengáis a reclamar aquí los fueros revolucionarios, ni los antecedentes morales de tales o cuales elementos - lo que para vosotros significa una gran cosa -.

La prueba de ello la tienen ustedes en el caso que cita el ciudadano Camacho: En la casilla que dice se instaló en la ranchería de la Viznaga, hubo de nulificarse esta casilla por no haberse efectuado, según el criterio de la comisión, de acuerdo con la ley, las elecciones para diputados. ¿Cómo es posible -y yo creo lo que dice el ciudadano Camacho - que contando con toda la población de esta ranchería, puesto que todos est n agrupados y organizados de acuerdo con las instrucciones del Partido Agrarista, cómo es posible que allí no haya habido individuos capaces de leer siquiera la Ley Electoral y cubrir las fórmulas que ésta señala para que su expediente hubiera sido tomado en consideración? Esto podría significar que en la Viznaga el Agrarista no tenía ese control; pero yo no lo creo así, yo creo que sí controlan la Viznaga; pero lo que sucede es que no hay elementos allí que puedan hacer las elecciones. El ciudadano Camacho, aprovechando un rasgo de franqueza, a que por otra parte estaba obligada la comisión, cuando dijo que en algunas de las actas presentadas por el ciudadano Merla se notaba perfectamente que había sido alterada la votación por la adición de un uno, vino a decir a la tribuna que esa era la prueba fehaciente de que Merla había cometido fraudes sinnúmero en la elección; que quizás con ese antecedente era de presumir que todos los demás datos aportados por él eran igualmente falsos, y que en contraposición estaba la limpieza de los documentos que había presentado el ciudadano Bustos. Si efectivamente la comisión ha reconocido la limpieza de la mayor parte de esos documentos del ciudadano Bustos, es necesario decir también, ciudadano Camacho, que se encontraron m s de dos - no recuerdo exactamente el número -, m s de dos actas en las que se ve perfectamente también que son falsas una o dos firmas de las asentadas en las actas presentadas por el ciudadano Bustos. De manera que los mismo hubo de podrido tanto en una parte como en la otra. El ciudadano Camacho ahora, y otros oradores de la minoría antes, han pretendido que se establezca en este Colegio Electoral un precedente que, en mi concepto, no debe aceptarse. Dice el ciudadano Camacho que, sin desconfiar de la comisión - cosa rara porque el hecho sí significa desconfianza -, ellos, para que no estuvieran en el caso de dudar, hubieran deseado que la comisión no hubiera tocado el expediente electoral hasta que no hubiese estado presente el ciudadano Bustos y probablemente algún otro de los elementos del Agrarista....

El C. Altamirano, interrumpiendo: ¡Merla!

El C. Fabila, continuando: Yo entiendo, y la comisión que presido lo entiende también que nada la obliga a esta condición que exige el ciudadano Camacho. Si fuéramos a aceptar el precedente de que los interesados, defensores, sus amigos o sus protectores presenciaran los actos de la comisión dictaminadora, sería aquello un pandemonium en que no nos entenderíamos, y nunca acabaríamos de revisar ningún expediente electoral. Sin embargo, en este caso, la comisión cumplió casi con las exigencias del ciudadano Camacho, puesto que dio toda clase de explicaciones al ciudadano Henshaw y al ciudadano Bustos. Lo único que no hizo fue abrir los paquetes electorales en presencia de ellos; pero tampoco se cree o se creyó obligada a hacerlo,

porque una de dos: O el Colegio Electoral nombra a las comisiones y en ellas deposita su confianza, y cree que en ellas hay honorabilidad, y en ese caso sus fallos deben estar sujetos exclusivamente a la discusión en sesión plena, o no les tiene confianza, ¿y en este caso para qué vamos a nombrar comisiones dictaminadoras? No digamos ahora que la mayoría es confederada, sino que ya alguna vez tendremos que reclamárselo a los laboristas, a la minoría en general; cuando ellos lleguen a tener la mayoría, veremos si entonces aceptan todas estas exigencias que ahora quieren tener con los confederados. Por lo demás, hasta ahora la comisión no ha oído ningún argumento, dentro del terreno legal en que se ha colocado, que desvirtúe los resultados que ha presentado a la consideración de la Asamblea y, por tanto, la comisión sigue sosteniendo que debe votarse afirmativamente su dictamen.

El C. Díaz Soto y Gama: Para interpelar a la comisión, señor presidente.

El C. presidente: Tiene usted la palabra para interpelaciones.

El C. Díaz Soto y Gama: Voy a hacerle dos preguntas: Una sobre la parte legal y otra sobre la parte política, y la que resuelve también el argumento legal. La primera es la siguiente: Suplico a la comisión tenga a bien señalar ante la Asamblea la fracción del artículo 4o. en que se funda para anular la votación de una casilla por el sólo hecho de que faltan documentos secundarios, siendo así que, conforme a derecho -se lo puede decir a usted el señor Rueda Magro, que parece fue su asesor jurídico en la vez pasada - nunca, en ningún caso, la nulidad se presume, sino que debe ser declarada expresamente por la ley. Ninguna ley de derecho público ni privado autoriza a autoridad alguna, y aquí la Cámara es una autoridad, para decretar la nulidad basándose en inferencias, analogías o mayoría de razón, etcétera, sino que debe apoyarse en la ley que expresamente decrete la nulidad. Ese es un axioma jurídico. La nulidad tiene que ser declarada expresamente, no valen inferencias; por eso quiero el artículo expreso que declara la nulidad por la causa que he indicado. En el artículo 104 est n enumeradas las causas de nulidad, y allí no encuentro como causa de nulidad la falta de esos documentos.

El C. Fabila: Ciudadano y Soto y Gama:

La comisión tuvo en cuenta para no computar los votos de las casillas citadas, entre otras las prescripciones del artículo 63, que dice:

"Todo expediente deber contener: Nombramiento de instalador; acta de instalación; lista electoral; lista de electores que se separaron de la sección; lista de electores que perdieron su derecho a votar; hojas modelo "C" en que exprese las boletas sobrantes...." etcétera.

Tuvo en cuenta también lo prescripto por el artículo 51 que dice:

"Verificadas las operaciones anteriores - es decir, la elección de Mesa de la casilla - se entregar al presidente de la Mesa: I. La lista electoral de la sección, corregida como prescriben los artículos anteriores; y las listas de que habla el artículo 36."

Las listas de que habla el artículo 30, el nombramiento de instaladores, etcétera. La comisión, teniendo en cuenta que esas casillas no contenían ninguno de estos documentos, yo no sé de leyes, compañero Soto y Gama, pero entiendo que prácticamente estaba capacitado para presumir que puesto que no se llenaron esos requisitos, no se habían efectuado en esas casillas las elecciones debidamente, es decir, conforme a la ley. Tomó en cuenta también la comisión lo prescripto por el artículo 83, relativo a la Junta Computadora que dice:

"Concluídos los inventarios, se comenzar a examinar los expedientes de elección de diputados, por orden numérico de las secciones de cada municipalidad, haciéndose constar detalladamente:

"I. Que el expediente est cerrado y sin huellas de haber sido abierto;

"II. Que contiene todos los documentos exigidos por los artículos 63 y 71....

" Yo entiendo que el espíritu de este artículo es precisamente el de que la Junta Computadora y las comisiones calificadoras tengan algunos puntos de apoyo en qué basarse para decidir si la elección en tales o cuales casillas es legítima. Se apoyó también en la fracción V del artículo 104, que para su señoría tiene otra importancia y no la que la comisión le concede.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Qué dice la fracción V?

El C. Fabila: "Haber mediado error", que es el caso de la Junta Computadora del ciudadano Bustos: Una Junta Computadora que le es parcial en lo absoluto, comete un error angelical, infantil, de buena fe, al darle ochocientos y pico de votos m s.

El C. Díaz Soto y Gama: Insisto en mi interpelación, porque resulta que el compañero ha aumentado indefinidamente las causas de nulidad. Lee un artículo, encuentra que allí hay muchos requisitos para una elección; por ejemplo, el modelo "C", y dice que porque falta el modelo "C", debe declararse la nulidad de las elecciones. Mañana o pasado otra comisión habla de otro artículo que señala otros requisitos: El modelo "D", la lista de los que fallecieron, la lista de los que se fueron, etcétera, cosas que nunca vienen absolutamente de las casillas, y se basa en este artículo para declarar la nulidad. Y esto porque ha olvidado que la nulidad debe constar expresamente en la ley, debe declararse expresamente por la ley. Hay una infinidad de requisitos que absolutamente no producen la nulidad. Vuelvo a decir: La falta del modelo "C", por ejemplo, no produce la nulidad.

El C. Fabila: El ciudadano Soto y Gama est en estos momentos a la altura de cualquier tinterillo.

El C. Díaz Soto y Gama: No yo, la comisión.

El C. Fabila: Podría yo interpelar al ciudadano Soto y Gama en este caso. ¿Con qué objeto cree usted que la Ley Electoral diga: el paquete electoral debe contener nombramientos, etcétera, etcétera, tales y cuales documentos? ¿Con qué objeto cree usted que diga la Ley Electoral, respecto de las juntas computadoras: sus procedimientos ser n los siguientes: elegir n la Mesa, harán un inventario, revisar n los expedientes para ver si contienen estos o aquellos documentos; con qué objeto? ¿Nada m s para aumentar el número de artículos, o con qué fin, entonces, pone esas condiciones?

El C. Díaz Soto y Gama: Contesto la interpelación del compañero. La ley quiere que la Cámara, en vista de la enumeración que se haga de los documentos que tiene cada casilla, según la Junta Computadora, con su criterio racional, con su criterio fundado en el espíritu de la ley, examinen los diputados, no como m quinas, sino como hombres dotados de criterio y de razón, cuáles de esos requisitos son esenciales y cuáles no; es decir, comete el error la ley de creer que la Cámara va a hacer buen uso del problema de hecho que le plantea la Junta Computadora. La Computadora le dice: En tal casilla no me encontré el modelo "C", y cree que la comisión va a tener el criterio suficiente para decir que no procede la nulidad....

El C. Fabila: Sigue usted a la altura de un tinterillo. ¡Adónde vamos a llegar! Si no hay padrón, ciudadano Soto y Gama....

El C. Díaz Soto y Gama: En fin, yo acabo mi interpelación, porque si no, me llama al orden la Presidencia. Usted no me ha mostrado que entre las causas de nulidad señaladas expresamente por el artículo 104 esté comprendido el caso de la instalación de las casillas, y yo sí le demostré a usted que para la ley basta, según el artículo 86, el acta de escrutinio y recoger la votación, sin que hagan falta los demás documentos. De manera que la comisión no ha aplicado el criterio legal.

El C. Fabila: Según usted.

El C. Díaz Soto y Gama: Ahora voy a la última pregunta: ¿Usted cree, compañero , que en un Estado como el de San Luis, en donde lucharon hace un año aproximadamente dos partidos: El de Prieto, que era el de la reacción, y el de Manrique, que era el de la revolución, y donde los prietistas fueron derrotados en las casillas, en los comicios, después con el apoyo del primer magistrado a Manrique, luego porque se dejaron derrotar o se derrotaron ellos mismos, o se dejaron derrotar en el terreno armado; cree usted que en esas condiciones la Confederación Revolucionaria Potosina que fue la que triunfó, encabezada por Manrique y sostenida, por nosotros, sea la que tenga fuerza? ¿Cree usted que un partido derrotado en todos los terrenos, en lo político, en el legal y en el terreno de la lucha armada, cree usted que ese partido pueda tener alguna fuerza? Y ahora, ¿Cree usted revolucionario, cree usted racional que esta Cámara venga a dar el triunfo a un elemento como Merla apoyado por los enemigos de la Confederación, es decir, por los "prietistas" y "delahuertistas", y cree usted que sea honrado que esta Cámara admita como legítimo el triunfo de un individuo que se apoyó en los despechados, en los amnistiados, en los rendidos, en los derrotados? ¡De manera que la derrota que sufre la reacción en los campos de batalla, se va a convertir en triunfo en esta Cámara!.

El C. Fabila: La comisión, ciudadano Soto y Gama, no tiene obligación de saber todo lo que usted ha dicho. Yo puedo creer que la Confederación Revolucionaria a que usted se refiere, tiene mucha fuerza; pero a juzgar por los resultados, a juzgar por los casos del ciudadano García, del ciudadano Santos, del ciudadano Merla, la fuerza de esa Confederación debe ser muy dudosa, ciudadano Soto y Gama, puesto que se deja ganar en diez distritos, tres o cuatro; por lo demás, la comisión no tiene el deber de estar al tanto de los progresos de tales o cuales partidos oficiales o no oficiales del Estado de San Luis Potosí.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Bustos, en contra.

El C. Bustos: Señores representantes y presuntos representantes: Seguramente que en el curso de mi peroración vais a encontrar palabras bruscas, palabras inadecuadas a las que reclama esta que debía ser -porque, entre paréntesis, no lo es -, honorable Representación Nacional. (Murmullos.) Vengo de las clases trabajadoras del 5o. distrito del Estado de San Luis Potosí, cuya suerte estriba ahorita nada menos que en cuarenta votos. Sinceramente manifiesto que si se tratara de mi humilde persona, no habría venido a ocupar esta tribuna para oponerme al dictamen, y no habría venido, porque para los que arribamos de la provincia, para los que nos acercamos a este oropel que, repito, se hace llamar Representación Nacional, nos causa dolor ver cómo se pierde el tiempo. Y fue este punto en el que me fijé para, al acercarme aquí, ser breve, porque el tiempo que se gasta en tratar el asunto de un servidor de ustedes, seguramente que ya le cuesta algo a la nación. La comisión dictaminadora, cuando empezó a hacer uso de la palabra por segunda vez, dijo que no se había tocado para nada el asunto legal. Ha sido muy sencillo, como lo ha explicado, como la comisión lo ha hecho del conocimiento de las personas que me oyen. Todo ha estribado en el hecho de que en algunos paquetes de la elección de diputados, que fueron los que revisó la comisión, faltaban documentos, como nombramientos de instalador, actas, etcétera, etcétera. Los verdaderos callistas, los sinceros partidarios del general Calles, deben saber que muchos campesinos, que en la mayoría fueron los que integraron la Junta Computadora, tuvieron m s cuidado de que la documentación estuviera en los paquetes de la elección presidencial; y dada la campaña hipócrita y canalla que llegó haciendo al distrito de Matehuala el señor Pedro Merla, que ocupa ese palco de la prensa (señala el de la derecha)....

El C. Altamirano, interrumpiendo: ¡Ya se fue!

El C. Bustos: Así son todos los canallas. Esa maniobra, esa careta diz que de partidario del general Calles, nos hizo recordar a los asalariados de aquella querida región, la maniobra de la reacción de 1911, cuando el asesino Miguel A. Quijano se declaraba partidario de Francisco I. Madero, y luego aquí, en esta tribuna, venía nada menos que a condenarlo y atacarlo por la iniciación de su obra revolucionaria en aquel ambiente opositor. Como dicho señor Merla llevaba una credencial del Comité Pro - Calles, y dada la labor que había dejado hecha en contra del general Calles, Prieto Laurens, quien, como todos lo saben, porque yo creo que algunos de los que est n aquí presentes - cuando menos unos o dos - deben haberlo acompañado a aquella región estuvo al servicio de todos los hacendados, y el señor Merla, con credencial del Comité Pro - Calles, únicamente llegó a la Secretaría de los partidos Agrarista y Laborista, por espacio de unos cinco minutos, es decir, por llenar nada m s la fórmula de que había llegado a dicha Secretaría. Como era natural, él sabía

perfectamente bien que estas agrupaciones no lo iban a apoyar en sus pretensiones, o sea como candidato a diputado; cuando esto vio, o mejor dicho, cuando vio ya llena esta formalidad, entonces se dirigió a los administradores de las haciendas, muy particularmente a la Casa Maza. Los hacendados le dijeron, después de presentar él algunas cartas particulares, que yo creo fueron falsificadas porque él hacía aparecer cartas de algunos señores ministros que no creo que se las hayan extendido, pues los hacendados le dijeron: "Todavía el grupo de Prieto existe. Nosotros dominamos en estas regiones. Así es que si el Comité Pro - Calles te apoya a tí y, como dices, con unos cien votos sales triunfante, desde luego no tenemos inconveniente". Y este señor Merla inmediatamente aceptó el pacto aquel con los hacendados, quienes le ordenaron al grupo denominado "Partido Liberal Obrero", residuos del verdadero Partido liberal Obrero, que apoyara a dicho señor Merla. Nosotros hicimos esto del conocimiento del Comité Pro - Calles y vimos hasta este peligro: que fuera a aparecer algo reñida la elección entre el general Calles y el general Flores, dada la careta que traía este señor. Y no sólo eso, sino que violentamos ante dicho comité que nos mandara todo lo correspondiente a credenciales de lectores, boletaje, etcétera. El comité, seguramente conocedor de la fuerza de dichos partidos, tuvo a bien dirigirnos la presente comunicación, que pido a la Secretaría tenga la bondad de dar lectura.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"Centro Director de la Campaña Pro - Calles.- Oficinas Generales: Paseo de la Reforma, 46.- México, D.F.

"Un distintivo tricolor.

"Partido Laborista Mexicano y Nacional Agrarista.- Matehuala, San Luis Potosí

. "Con referencia a la atenta de ustedes, relativa a la visita que les hizo nuestro delegado propagandista, señor Pedro Merla, habiendo manifestado sus deseos de lanzar su candidatura para diputado al Congreso de la Unión, por el 5o. distrito de este Estado, manifestamos a ustedes haber tomado debida nota de la respuesta que le dieron al señor Merla, en el sentido de que sólo est n de acuerdo con lo que se refiere a la candidatura del señor general Calles para presidente de la República y tomamos nota de que esa H. agrupación ya se había dirigido con fecha 13 de mes pasado anunciando que sostendrían a los CC. José Bustos y Blas Lizcano como candidatos a diputados por aquel distrito.

"Ya nos dirigimos al señor Merla manifestándole que de ninguna manera debe usar el nombre de este centro para tratar de imponer su candidatura, pues en todo caso estamos dispuestos a respetar el voto de todas las agrupaciones democráticas y del pueblo en general.

"Sin otro particular, reiteramos a ustedes nuestra atenta consideración de correligionarios y amigos.

"México, D. F., 27 de mayo de 1924.- Centro Director de la Campaña.- El oficial mayor, Gustavo Meza."

-"Centro Director de la Campaña Pro - Calles.- Oficinas Generales: Paseo de la Reforma, 46.- México, D. F.

"Un distintivo tricolor.

"24 de Junio de 1924.

"Partido Laborista Mexicano.- Matehuala, San Luis Potosí.

"Muy señores míos y amigos:

"Con referencia a su estimable comunicación, de fecha 11 del actual, les manifiesto que por correo de hoy salen consignados a ustedes los siguientes documentos electorales, destinados a la elección presidencial del señor general Calles: 15,000 credenciales de elector, 200 nombramientos para nuestros representantes en las casillas electorales, 200 actas de instalación, 200 modelos C., 200 modelos B. y 300 actas finales.

"Con esta remisión de documentos electorales creo haber obsequiado sus deseos manifestados en la comunicación antes citada, y sin otro particular, quedo suyo. afmo atto. amigo y correligionario.

"Centro Director de la Campaña Pro - Calles. - El jefe de la propaganda, Ernesto Ríos."

El C. Bustos: Como ver n ustedes, y dado el alarde que parece haber venido a hacer aquí el señor Merla por su escrito que presentó, de ser representante del general Calles en aquel lugar, solamente quiso aprovecharse de la credencial para hacerse....

El C. Altamirano, interrumpiendo: Para colarse.

- El C. Bustos, continuando:.... para colarse realmente, y resulta que tuvimos allá una credencial sin representante y un representante sin credencial; pero ésta no la necesitábamos; yo entiendo que alguno de los exmiembros del Comité Pro - Calles que se halle aquí presente estar de acuerdo con nosotros en el sentido de que, toda vez que señor Merla iba como delegado del comité, era su deber andar distribuyendo las credenciales, el boletaje, en una palabra: Velar por la candidatura del general Calles. Pero, repito, cuando vimos la verdadera intención de este señor, cuando notamos que no se trataba de otra cosa sino de minar el avance de la revolución, tuvimos que apelar al comité para sacar avante la candidatura del señor general Calles. Ruego a la Secretaría tenga la bondad de leer estos documentos.

El C. secretario Rueda Magro: Un sello que dice: "Presidencia Municipal".- Matehuala, S. L. P.- Estados Unidos Mexicanos."

"Se hace constar que en esta Presidencia Municipal de mi cargo se recibieron de los partidos políticos unidos Laboristas y Agraristas, de esta ciudad, el número de boletas necesario para la votación en las próximas elecciones para poderes federales, cuyas boletas son: Para presidente de la República, general Plutarco Elías Calles; senadores, CC. José Ciriaco Cruz e Hilario C. Hermosillo; diputados, José Bustos y Blas Lizcano, teniendo las referidas boletas el distintivo formado por el círculo rojo y negro.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- Matehuala a 1o. de Julio de 1924.- El presidente municipal, A. Garcés.- El secretario, J. C. Hatchett."

- Un sello que dice: "Presidencia del R. Ayuntamiento de Catorce.- Estado de San Luis Potosí.- República Mexicana."

"Se recibieron en esta Presidencia Municipal 4,000 (cuatro mil) boletas elecciones para presidente de la República, y 2,500 (dos mil quinientas) para diputados al Congreso de la Unión, entregadas por el C. Rafael Sánchez; así también se recibieron en esta propia oficina, 2,500 (dos mil quinientas) boletas del Partido Liberal Obrero, para diputados.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- El presidente municipal, J Inés López.- Secretario." (Firma ilegible).

- Un sello que dice "Presidencia del H. Ayuntamiento.- V. de Guadalupe.- Partido de Catorce."

"Por la presente certifico que recibió esta presidencia de mi cargo, de los partidos Laborista y Agrarista, la cantidad de boletas que la ley señala para elegir presidente de la República, senadores y diputados; dichas boletas se conocen con el distintivo rojo y negro.

"Para presidente de la República, C. general Plutarco Elías Calles; para senadores CC. José C. Cruz e Hilario C. Hermosillo, y para diputados, CC. José Bustos y Blas Lizcano.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- Villa de Guadalupe, julio 2 de 1924.- El presidente municipal, Pablo G. de la Mata".

- Un sello que dice: "Presidencia Municipal. - Villa de la Paz, San Luis Potosí.- Estados Unidos Mexicanos."

"Ciudadano José Bustos.- México, D. F.

"En respuesta a su atenta nota del día diez, me permito comunicarle que el señor Blaz Lizcano entregó a esta Presidencia tres mil boletas de la candidatura del C. general Plutarco Elías Calles y tres mil boletas de la candidatura de usted. El Partido Liberal Obrero Matehualense remitió cuatrocientas ochenta y ocho boletas de la candidatura del C. general Ángel Flores; tres mil de la candidatura del señor Pedro Merla; no remitiendo una sola de la candidatura del C. Víctor del Pino, no obstante que ese dicho partido sostuvo a este último, según su planilla registrada en esta Presidencia. En cuanto a la candidatura del C. José Ciriaco Cruz como senador, este mismo remitió tres mil boletas directamente, para hacerse la votación.

"La distribución fue hecha en la siguiente forma:"

El C. Bustos: Únicamente he querido hacer constar con datos concretos cómo el señor "delegado" -entre comillas - del Comité Pro - Calles, únicamente buscó esta oportunidad, pues cuando menos para que causara alguna impresión, alguna novedad su presencia en Matehuala, toda vez que tenía m s de quince años de estar fuera de aquel lugar, y el hecho de que la Presidencia Municipal de Villa de la Paz certifique que el Partido Liberal Obrero, grupo conservador, reaccionario e hipócrita, que decía que apoyaba al general Calles, no tuvo empacho en llevar boletas del general Flores, quiere decir mucho. Decía al principio que si se tratara de mi humilde persona, no habría venido a esta tribuna, pero nosotros que conocemos las embestidas de la reacción, nosotros que hace dos años tuvimos la satisfacción de haber rechazado la candidatura del prieto Laurens con toda la fuerza que se nos presentó, porque veíamos que sus tendencias eran para destruir la obra revolucionaria, que con tantos sacrificios hemos logrado implantar, prosperar y progresar en aquella región, y cuando el señor Merla, con la careta del callismo se nos presenta y se entrega en brazos de los antiguos prietistas y de algunos delahuertistas a quienes se había amnistiado hacía algunos cuantos días, no tuvimos m s que lanzar la voz de alerta a todos lo paladines que siempre han estado con la revolución, importándonos muy poco todo el dinero que derrochó tal vez alguno a quien el Comité le había dado, mientras que nosotros, en el monte - esto es una verdad que tengo que decirla -, pasábamos los días comiendo mezquites porque no teníamos dinero siquiera para la subsistencia, tanto del que habla como de algunos obreros que sacrificaron algunos días de su trabajo en la fundición de la American Smelting y en las minas de la Paz. Para nosotros los luchadores son hermosas estas épocas, porque vemos claramente en qué forma tan inteligente se mete la reacción y en qué terrenos tal vez técnicos se mete. La única súplica que saldrá de mi voz para ustedes es esta: Les ruego que el día que Merla venga aquí a oponerse a los postulados de la revolución, se acuerden de aquel individuo que no se quedó en este lugar por el sencillo hecho de que no fue lo suficientemente ducho, lo suficientemente práctico para que, teniendo una computadora, como dijo el señor Fabila, no haya hecho chanchullos. Ruego a los callistas de verdad, a los revolucionarios de corazón que pongan mucho cuidado y que exploren las filas, principalmente del Confederado, para que vean que allí seguramente hay mucho, como vulgarmente se dice, podrido en Dinamarca. La reacción, señores, se ha venido metiendo de una manera tan inteligente que desgraciadamente sólo hasta cuando se ven los resultados de sus trabajos es cuando los que m s defienden dentro de los grupos, es cuando los que m s se dicen celosos y revolucionarios de cierto grupo que predomina en la Cámara, entonces es cuando claman allá a partidos que en estos momentos no tienen ninguna fuerza, pero que en los momentos de los hechos sí reconocen que la tienen. (Aplausos.)

Como un testimonio de que el señor Merla llegó a Matehuala y viendo, y tengo la seguridad que odiando, ¿Por qué no decirlo?, pues recuerdo cómo unos ocho o nueve días antes de la elección el señor Merla me decía: "Pero, hombre, señor Bustos, usted como director de esta campaña, ¿Por qué admite procedimientos como los que se acaban de verificar en las minas de "El Refugio"? Allí me apedrearon". Le dije: "Compañero, mire usted.... - yo soy sincero, señores. Tal vez haya sido uno de los errores que hayamos cometido hasta andando vigilando a estos canallas....- le dije: Mire, señor Merla; uno de los errores muy grandes que usted ha cometido ha sido echarse en brazos de la reacción. La apedreada que le dieron a usted en "El Refugio" tenía que haber sucedido". Y ustedes me van a dar la razón. Merla, como decía hace un momento, ausente durante m s de quince años de aquel lugar, de aquella región, y tal vez con criterio, con convicciones conservadoras, pues no le quiso conceder la razón a aquella región de que en todas sus actividades que ha tenido ha evolucionado, de que ha sentido la necesidad de la organización de los trabajadores, todo eso para el

señor Merla fue nada, y se presentó a "El Refugio", inmediato a la ciudad de Catorce, y dio un mitin, y de acuerdo, o tal vez influenciado, aconsejado por la Compañía Exploradora que regentea los beneficios de la mina "El Refugio" - oídlo bien, esto lo digo conscientemente, seguramente que esa compañía, la mesa directiva de esa compañía radica aquí en México, y si yo mintiera, tal vez mañana se enteraría por la prensa dicha compañía y pediría a esta Representación algo de lo que he dicho y me fuera a perjudicar, pero esto es muy cierto -; como digo, la Compañía Exploradora, partidaria del señor Merla, le dijo que ya los bolcheviques andaban allí molestando, lamentándose de la caída de Prieto. Merla, dándose cuenta de aquel ambiente, me refiero a la conversación de los señores patrones de la compañía inglesa "Exploradora", dijo: "esto es muy sencillo, voy a dar un mitin ahorita". Así fue, dio el mitin y cuál sería su sorpresa que al empezar a atacar la organización de los trabajadores, los mismos camaradas contestaron a este infame - no tengo nombre para llamarlo, porque es infame de veras querer arrancar del cerebro de los trabajadores el espíritu de organización -, digo que al empezar a atacar duramente la organización de los trabajadores, los trabajadores mismos lo corrieron a pedradas hasta la ciudad de Catorce. Quien conozca aquel lugar me podrá decir si el Mineral de Catorce es lugar adecuado para correr a pedradas a canallas, como Pedro Merla. (Aplausos) Como es muy interesante que la Asamblea sepa cuáles son los elementos que quiere levantar, porque quien dé su voto por Merla da su voto por la reacción de la región de Matehuala, voy a seguir insistiendo en la lectura de documentos.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"Partido Liberal Obrero Matehalense. - Oficina, calle Morelos, 10. - Matehuala, S. L. P. - Un sello de que dice: "Partido Liberal Obrero Matehualense, S. L. P. - Por la Patria y por la Raza."

"Al C. José Polina. - Presente.

"El Partido Liberal Obrero Matehualense, que me honro en presidir, en sesión de fecha reciente tuvo a bien nombrar a usted representante en las elecciones que para la renovación de poderes Ejecutivo y Legislativo, se verificar n el domingo 6 de julio próximo, debiéndose presentar con toda oportunidad a llenar su cometido en la sección número 13 de este municipio, y que corresponde a La Peña, cuyo cometido lo desempeñará con el carácter de delegado propagandista, defendiendo las candidaturas que ese partido sostiene. Al comunicar a usted, en uso del derecho que a las agrupaciones políticas concede el artículo 33 de la Ley Electoral de Poderes Federales vigente, espero sabrá usted cuidar de la legalidad de las elecciones, defendiendo la candidatura del C. general Plutarco Elías Calles, para presidente de la República; del señor doctor Víctor del Pino, para Senador 1o. propietario; del C. Agustín Cortés, para senador 1o. suplente; del C. Pedro Merla, para diputado propietario al Congreso de la Unión, y del C. Arturo Torres para diputado suplente del señor Merla, los cuales son candidatos de este partido; formulando, si necesario fuere, todas las protestas que se requieren en caso de la legalidad. Anticipándole las m s expresivas gracias por sus patrióticas gestiones, nos es grato protestarle las seguridades de nuestra estimación y aprecio. - Por la patria y por la raza. - Matehuala, S. L. P., junio 21 de 1924.- El presidente, Ignacio Hiriart.- Rúbrica. - P. el secretario, Valentín J. Alvarez.

"El coronel Antonio García Pedraza, jefe de la guarnición en la ciudad de Matehuala, Estado de San Luis Potosí, certifica: que la copia que antecede est fielmente tomada de su original, que fue encontrado en la cartera del cadáver de José Polina, y que fue remitido a la Jefatura de Operaciones Militares de San Luis Potosí.

"Sufragio Efectivo. No Reelección. Matehuala, a 6 de agosto de 1924.- El coronel, Antonio García Pedraza.

"Isauro García Rubio, teniente coronel del Ejército Nacional y jefe del Estado Mayor de la 28 Jefatura de Operaciones Militares en la República,

"Certifica: Que la firma que calza este documento es auténtica y que, como lo manifiesta el coronel García Pedraza, el original de dichos documentos fue recogido al cadáver del rebelde José Polina y han sido turnados por esta Jefatura de Operaciones al juzgado de Distrito, para lo que haya lugar.

"Sufragio Efectivo. No Reelección. San Luis Potosí, 7 de septiembre de 1924."

El C. Bustos: Como ver la honorable Asamblea, éstos fueron los elementos, o sea los integrantes del residuo del lastre delahuertista, que apoyaron al señor Merla. La labor del señor Merla, acompañando a estos individuos, fue ésta: Llegar a los centros campesinos, adonde todavía no ha llegado la revolución, y decirles: "yo no soy callista; si de lo que se trata precisamente es darle contra al general Calles; pero naturalmente que como est ahorita el ambiente, es muy difícil meterse uno como lo que es, como florista, y yo les aconsejo a ustedes que no solamente hay que tomar en cuenta que haya una candidatura de Flores, no. El asunto est perdido. Si Manrique no prospera porque no lo ha reconocido el centro, igualmente en idénticas circunstancias est el general Obregón. Ustedes sigan atendiendo a su amo, a la hacienda, porque de la hacienda tienen mucho, de la hacienda tienen lo que no tienen los agitadores." El hizo tan tremenda y tan infame campaña entre los enemigos del Gobierno, que el día 29 de agosto estalló este movimiento, no revolucionario, en la ciudad de Matehuala, al que hacía mención en su escrito, sino que había ido a sorprender a dos o tres soldados. Naturalmente, ya la tendencia de su escrito iba a esto: A querer desbaratar que sus partidarios habían sido los que habían dado el grito de rebeldía en la ciudad de Matehuala, como consecuencia de la agitación que fue hacer en contra del Gobierno. Hay un documento aquí, por el que consta que los partidarios del señor Merla fueron delahuertistas, y hasta el coronel jefe de la guarnición de Matehuala fue quien les recogió cierta cantidad de armamentos cuando éstos elementos se amnistiaron.

El C. secretario Rueda Magro, leyendo: Antonio García Pedraza." -Rúbrica.

"Satisfaciendo los deseos de usted, que en su fechada hoy me comunica, le digo

: "No tengo inconveniente en certificar que, como a mediados del mes de diciembre del año próximo pasado, en que actuaba como presidente municipal

de esta ciudad, recogí al señor Cipriano Barrón la cantidad de 20 carabinas, por conducto del señor Agustín Torres, que en aquel entonces fungía como secretario del Partido Liberal Obrero, de esta ciudad.

"Puede usted hacer de ésta lo que mejor convenga a sus intereses.

"Matehuala, a 7 de agosto de 1924.- Coronel, Antonio García Pedraza."- Rúbrica.

El C. Bustos: Ruego a la Asamblea tome en cuenta estos documentos. Desgraciadamente para nosotros, como acertadamente decía el señor Fabila, con esa buena fe, con esa confianza creímos que aquí se haría justicia, que verdaderamente la Cámara iría a estar integrada por callistas sinceros y elementos revolucionarios; si no, de seguro que habríamos traído aquí algo m s interesante. Cuando Merla llegó a Matehuala, tuvimos conocimiento por algunos elementos que se separaron de ese Grupo Liberal Obrero, de que a este señor lo había mandado de los Estados Unidos algunas personas desafectas al Gobierno del general Obregón, para que siguiera minando lo poco que se ha conseguido; y una carta abierta que lanzó el señor Merla nos dio oportunidad de creer que sí era cierto. Todavía m s: Llegamos a saber que este señor Merla había tenido una entrevista con Prieto, quien verbalmente le indicó cuáles eran los elementos en Matehuala que lo podían apoyar. Me voy a permitir suplicar a la Secretaría dé lectura, para no cansar tanto a la Asamblea, nada m s a esta oración.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"Por otra parte, quien quiera tomarse la molestia, podrá ver documentos que tengo en mi poder, por los cuales demostraré al m s obstinado que, desde el 5 de septiembre de 1923 hasta el 18 de diciembre del mismo año último pasado, permanecí en los Angeles, California, Chicago y Nueva York, en los Estados Unidos, en viaje de negocios. ¿Es lógico suponer que fuese yo el furibundo reaccionario delahuertista como mis contrincantes me tildan, cuando estuve fuera del país, atendiendo mis asuntos particulares, durante todo el periodo de gestación del funesto cuartelazo delahuertista, que por fortuna para nuestra patria fue el m s sonado fracaso?

"Juzguen mis conterráneos los ardides de que se valen mis contrarios para extraviar la opinión pública y pongan a cada uno en el lugar que le corresponda.

"Matehuala, junio 22 de 1924. - Pedro Merla."

El C. Bustos: Entre otras cosas, esto no viene m s que a subrayar lo que atinadamente decía el compañero Camacho: "Ustedes van a eliminar a un representante que mandan las agrupaciones obreras de Matehuala y van a meter aquí a un mercader". El mismo lo dice; no m s le faltaba haber dicho eso: Que mientras nosotros andábamos, como él dice, que mientras nosotros andábamos haciéndonos tontos, creyendo en la emancipación y quien sabe que m s palabras injuriosas que nos dedicaba ese individuo, que desgraciadamente no lo hizo por escrito, porque se cuidó, mientras nosotros andábamos, válgaseme la frase, con el hijo atravesado con el golpe que trataba de darnos la reacción, este individuo andaba de viaje de negocios. Ya lo decía el otro día Gonzalo Santos nada menos. "Para Merla no hay cosa que tenga tanta satisfacción como que ya pescando la curul, se crea representante, no de las clases trabajadoras, sino de Wall Street."

Como se han venido aquí a hacer cargos y se ha querido hacer aparecer que la estancia del ciudadano Aurelio Manrique, gobernador constitucional del Estado, en la ciudad de Matehuala fue con el objeto de hacer presión, y no solamente eso, sino que hasta se dice que todo el movimiento de la Junta Computadora estuvo a cargo de Aurelio Manrique, que estuvo él personalmente dictando el acta y hasta la credencial que se me extendió, como vía de aclaración y tomando en cuenta, m s que los intereses políticos, los intereses sociales, que son los que nos importan a las clases trabajadoras, y m s que otra cosa, al Estado de San Luis Potosí, que ya la reacción le empieza a tirar, que ya la reacción le empieza a querer un mal ambiente al gobernador, como se lo hizo a Carrillo Puerto; pero sepa la reacción, honorable Cuarto Poder de la Prensa, que mientras Aurelio Manrique siga sustentando su credo político, a Aurelio Manrique no le pasar lo que le paso a Carrillo Puerto, a quien asesinaron cobardemente en su propia casa. Aurelio Manrique, eliminándose completamente del que dirán, alejándose completamente de que había elecciones en Matehuala, fue m s atento a esto: En las minas de El Refugio, y, entre paréntesis, debo decir que este problema lo creó Merla, entre la Compañía Exploradora y los trabajadores, porque groseramente, burlescamente esta compañía cerró a puerta del socavón de El Refugio, socavón que conduce a los mineros que prestan sus servicios en la mina la Purísima; este problema fuimos personalmente a resolverlo, aplicando la acción directa, pero no la acción directa tal como la han querido hacer aparecer, de que cuando ha habido necesidad se ha aplicado, a pesar de las protestas de uno que otro timorato que habla de socialismo y del susto de m s de cuatro conservadores; fuimos, pues, y abrimos la puerta, entrando esos trabajadores a prestar sus servicios; pero la compañía groseramente volvió a cerrar la puerta y dijo que no la abriría aunque fuera el presidente municipal y aunque fuera el propio gobernador. Este problema se repitió el 7 de julio, y cuando nosotros vimos la insistencia de la Compañía Exploradora, cuando vimos exaltados los ánimos de los compañeros, porque la honorable Representación Nacional debe saber y debe tomar en cuenta que así como a aquel grupo se le estuvo humillando, se le estuvo acumulando la injusticia, esta acumulación estuvo a punto de explorar, si no ha sido porque nosotros intervenimos y le sugerimos al presidente municipal de Catorce que hiciera esto del conocimiento del gobernador. El compañero Manrique - lo digo conscientemente -, tan pronto como se dio cuenta del fondo, del tenor del telegrama, y pedidos informes al municipio de Catorce para ver si no se había solucionado este asunto, inmediatamente se trasladó a Catorce. Esto fue el día 8, o no, fue el día 9 de julio, y una vez con ayuda de algunos compañeros de Matehuala se solucionó este asunto en dicho lugar, el compañero Manrique tal vez creyó

conveniente irse por Matehuala por al cuestión del camino. Si hay aquí algunos señores que conozcan aquel lugar, estar n de acuerdo conmigo en que es m s cómodo, es m s fácil viajar por el camino de Catorce a Matehuala, que por el de Catorce a la estación de Catorce; y como un testimonio de lo que digo, me voy a permitir rogar a la Secretaría dé lectura a un boletín que lanzó una de las agrupaciones obreras que tomó cartas en este asunto.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"Centro Obrero "Jesús García". - Matehuala, S. L. P."

"Boletín. - Quedó solucionado el conflicto de la mina El Refugio.

"El Centro Obrero "Jesús García" (miembro de la C. R. O. M.), con satisfacción se apresura a hacer del conocimiento de todas las agrupaciones hermanas y del público en general, que ayer, a las 20 horas, previa intervención del ciudadano gobernador del Estado, que exprofesamente viniera a esto, quedó solucionado el conflicto surgido entre los compañeros mineros que prestan sus servicios en la mina de la Purísima y la compañía que explota las minas de El Refugio. Por lo tanto, la puerta del socavón de El Refugio, único lugar que da acceso a los trabajadores de Purísima, ha quedado de nuevo abierto, gracias a la inmediata intervención del citado mandatario, a quien de conformidad con el acuerdo que tuvieron los delegados al Consejo Federal en la junta celebrada el día 8 para tratar este asunto, que, debido a la negligencia de las autoridades municipales, se venía prolongando, habiendo acordado recurrir al ciudadano gobernador en demanda de justicia para los camaradas de el Refugio.

"Entendemos que la Compañía Exploradora no volver a dar tan descabelladas disposiciones, que, si bien es cierto que como medida financiera trata de hostilizar al señor ingeniero Roberto Irízar, gerente de la mina de Purísima, a quien en verdad perjudica es a la gente trabajadora, que se ve imposibilitada para trabajar en la única parte donde hasta ahora tiene trabajo.

"Camaradas de El Refugio: Tomad en cuenta el cúmulo de obstáculos que el capitalismo mezquino opone al trabajador y resolvemos una vez m s a tirar esa mansedumbre que la Iglesia aconseja e id a engrosar las filas de los trabajadores organizados para la mejor defensa de nuestros intereses. - Salud y Revolución Social. - Matehuala, a 10 de julio de 1924.- El secretario general, José L. Rodríguez.- El secretario del exterior, Eulalio Morán."

El C. Bustos: Como ver la Asamblea, este cargo que el señor Merla tuvo a bien dedicar al gobernador Manrique, queda destruído. Como uno de los compañeros que hiciera uso de la palabra, acertadamente decía: Manrique no tenía necesidad ni nosotros tampoco de ir a aquel lugar a hacer presión por determinado candidato. Los señores que me escuchan y que seguramente son duchos en política, no desconocer n ni un momento que la situación de todo el Estado de San Luis Potosí era absolutamente favorable para la Confederación Revolucionaria Potosina, integrada por los partidos Laborista Mexicano, al que me honro en pertenecer desde hace cuatro años; por el Nacional Agrarista, por el Liberal Obrero y por el Reformista Independiente. Estos cargos no son m s que lo que podrían llamarse avanzadas de los federación Revolucionaria Potosina, integrada por el señor Merla, contra el señor Manrique. Traigo una acta notarial del funcionamiento de la Junta Computadora, la que a iniciativa de algunos compañeros mandé levantar, porque cuando el señor Merla se dio cuenta de que de las cincuenta casillas que funcionaron en el distrito solamente había obtenido él diez y siete presidentes, y tomado en cuenta que la presencia del gobernador lo favorecía a él para hacer el movimiento que hizo de persecución y de encarcelamiento, algunos compañeros me invitaron a que sería conveniente mandar levantar esta acta para que después el señor Merla no fuera a decir lo que ha venido aquí a asentar.

Esta es una maniobra que humanamente tal vez haya que aplaudir, porque si yo no conozco de política, entiendo que haya que aprovechar todos los márgenes a que den lugar los mismos contrincantes, como en esa vez el regreso del señor Manrique por Matehuala a San Luis Potosí, y su presencia allá en la ciudad el día de la Computadora, le proporcionó al señor Merla ocasión para que apelara y dijera esto en un telegrama que me voy a permitir pedir que lea la Secretaría, de que le había extendido la credencial y que había salido huyendo y quién sabe qué m s cosas, y después otro documento que presentaron los diez y siete presidentes que tuvo, y a quienes dejó abandonados, viene a destruir completamente la aseveración falsa que él hacía.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"Número 70. setenta.- En la ciudad de Matehuala, Estado de San Luis Potosí, siendo las 11 horas y 30 minutos del día 10 de julio de 1924 mil novecientos veinticuatro, ante mí, el ciudadano Esteban Briones Martínez, juez de primera instancia en el 2o. distrito judicial del Estado y testigos instrumentales señores Miguel S. Rivera, de 33 treinta y tres años de edad, soltero, empleado, originario de Villa de Guadalupe en este distrito y vecino de esta ciudad, con domicilio en la casa número 35 treinta y cinco de la calle de Juárez y don Adolfo Medellín, de 26 años de edad, soltero, empleado, originario y vecino de esta ciudad, con domicilio en la casa número 74 setenta y cuatro de la calle Hidalgo, a quienes doy fe de conocer personalmente como civilmente capaces para testificar, compareció el señor Teodoro Salazar, de 30 años de edad, casado, sastre, originario y vecino de esta ciudad, con domicilio en la casa número 27 veintisiete de la calle de Bustamante, a quien doy fe de conocer personalmente, y dijo: Que con objeto de que se de fe de algunos de los hechos que se est n desarrollando en la Junta Computadora de este distrito electoral, instalada en el Teatro Ocampo de esta ciudad, haciendo tal petición con el carácter de representante del Partido Laborista de esta ciudad, según credencial que doy fe de tener a la vista en una foja útil, a la que me remito y que se agrega al apéndice del protocolo; trasladado el subscrito con los instrumentales al referido teatro sito en la calle de Ocampo, a petición del solicitante se dio fe de un

registro de presidentes de casillas de los que estaban presentes en dicho local, de cuyo registro el subscripto da fe tener a la vista un ejemplar, el que igualmente se agrega al apéndice, y habiéndose precedido a llamar por sus nombres a cada uno de los presidentes citados, contestaron todos los que en el mencionado registro figuran como presentes, exhibiendo ante el subscrito sus ánforas o bultos electorales respectivos..."

El C. Bustos: El registro de que hace mención esta fe notarial, es el registro de que tiene conocimiento la novena sección, y he querido que se dé lectura a esta acta notarial, haciendo esta importante aclaración: Si algún enemigo tiene el Ejecutivo en el Estado, es precisamente el Poder Judicial. He querido hacer esta aclaración para que ustedes tomen en cuenta que no es cierto el cargo y que solamente se ha hecho gratuitamente como consecuencia de los compromisos que ya trae el señor Merla con la reacción. Es, pues, falso, que el gobernador estuviera personalmente dirigiendo las funciones de la Junta Computadora. Ahora, una de tantas falsedades del señor Merla, es ésta: Salir de Matehuala en automóvil, como lo dice él, porque la pantomima la hizo perfectamente; llegó a Vanegas, empalme donde cruzan los trenes de Matehuala, y puso este telegrama:

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"De Vanegas, el 10 de julio de 1924. - Recibido en Matehuala H. D. 15. 50 - HR. 16.20. -T. C. M. R. F. R. - 91 - 401 P. B. - Ciudadano presidente municipal.

"Atenta y respetuosamente suplícole servirse poner conocimiento Junta Computadora que quizá pretenda instalar ilegalmente partidos "Agrarista" y "Laborista", mi más enérgica protesta por habérsenos hecho violación con vías hecho, disolviendo nuestra Junta, encarcelando miembros Junta Directiva "Liberal Obrero", secuestrando varios presidentes casillas y por cada uno motivos expreso en ocurso relativo dirijo hoy Congreso con documentación necesaria. Por lo demás, haré en su oportunidad valer derechos confiéreme votación mi favor mayor que contrarios, mayoría de presidentes casillas y credencial éstos últimos expidióme hoy esa legalmente. Respetuosamente. - Diputado electo 5o. distrito San Luis, Pedro Merla."

El C. Bustos: El señor Merla asienta en su telegrama que se la había disuelto una Junta, que a los presidentes de casillas, mayoría de presidentes -dice él -, se les había encarcelado. Yo entiendo, señores, que dada la virilidad de aquellos individuos, era de que otro día, como lo hicieron al presentarse al Juzgado de Primera Instancia con objeto de depositar lo paquetes, muy particularmente para los intereses de su partidario, de su candidato, el señor Merla, habrían hecho constar todos estos ultrajes de que hace mención en el telegrama de que os acabéis de dar cuenta.

Tengo una copia certificada de qué fue lo que dijeron en un escrito que presentaron personalmente estos presidentes, a quienes él llama ultrajados y que estuvieron presos.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"El C. Fortunato Martínez Morantes, secretario del Juzgado de 1a. Instancia, del 2o. segundo distrito judicial del Estado de San Luis Potosí,

"Certifica : Que en las diligencias practicadas con motivo de la consignación hecha a este Juzgado por algunos presidentes de casillas, de los paquetes electorales con motivo de las elecciones que acaban de pasar, se encuentran las constancias siguientes:

"Ciudadano juez de primer instancia del Partido de Catorce. - Presentes. Los que subscribimos, ejerciendo el uso de nuestros derechos que como ciudadanos mexicanos nos otorga la Constitución, ante usted respetuosamente comparecemos exponiendo: Que con motivo de haberse verificado las elecciones que para la renovación de los poderes federales, tuvieron lugar el próximo pasado día 6 del mes en curso, fuimos designados electos presidentes de casillas electorales en diferentes secciones de las municipalidades que integran la formación del 5o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí, y acatando lo previsto por la Ley Electoral de Poderes Federales de 1o. de julio de 1918, en sus artículos 80 y 81, hacemos constar que habiéndonos presentado con fecha de hoy al local del Teatro Ocampo de esta ciudad, lugar que hemos logrado saber que fue el designado por la Presidencia Municipal para la instalación de la Junta Computadora de este 5o. distrito electoral, y como hemos logrado recabar informes de que primeramente no se cumplió con lo requerido por la Ley Electoral, artículo 81, puesto que la Junta Computadora fue instalada sin la presencia del primer presidente de la primera casilla electoral del distrito, y segundo, que el mismo artículo dice que ya instalada la Junta el presidente de ella hará citación a los faltistas para que concurran, y como esto no sucedió así, hacemos constar que los trabajos de la Junta Computadora fueron terminados en al misma fecha de su instalación, por cuyo motivo no nos fue posible hacer entrega de los paquetes que contienen la documentación electoral del resultado de las elecciones y los cuales obran en nuestro poder. En seguida, como la Junta que fue instalada sin llenar varios requisitos de ley, nosotros deseamos ajustarnos en todo a las leyes vigentes, y en tal virtud, ante usted, ciudadano juez de primera instancia, comparecemos para manifestar que hemos optado por hacer entrega de los paquetes que contienen documentos electorales y que obran en poder nuestro, los que después de que hayan sido inventariados, quedan en calidad de depósito en el despacho de su digno cargo para que en su oportunidad se proceda conforme haya lugar. Protestamos a usted las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración. - Matehuala, S. L. P., julio 11 de 1924. - Basilio Medell. - Juan P. Pérez. - Leovigildo Vigil. - Joaquín Morales," etcétera.

El C. Bustos: Me he permitido llamar la atención un poco respecto a estos documentos para que se vea la falsedad con que desde un principio procedió el señor Merla. Ahora sólo me resta decir a ustedes que respecto a las casillas que, en mi concepto, indebidamente me han nulificado, tengo casi la seguridad de que esos documentos que dice el señor Fabila faltan en los paquetes de la elección de diputados, vendrán en los paquetes de la elección presidencial, como personalmente hice esto del conocimiento de él en compañía del compañero

Henshaw. Como dije al principio, desgraciadamente para los intereses del movimiento obrero organizado del 5o. distrito de San Luis Potosí, la diferencia solamente estriba en 40 votos, 40 votos que tengan ustedes la seguridad de que no los dieron los asalariados, 40 votos que tengan ustedes la seguridad de que nos lo dieron las clases humilladas que desde hace tiempo est n clamando justicia como tendencia hacia esta finalidad que solamente ha sido una palabra. Yo me voy de este lugar, pero me llevo la enorme satisfacción de que me rechaza lo que en el terreno legal es la última instancia, este grupo de ciudadanos que debía hacer justicia, pero que seguramente que la decepción m s grande para mí sería que me rechazara el grupo de luchadores, unos en una actividad y otros en otra, que me rechazara el pueblo que me nombró. Pero para nosotros los luchadores, para nosotros que conocemos perfectamente bien este medio inmundo, este medio algunas veces inhumano en que vivimos, no podemos llevarnos otra satisfacción m s que nos rechace precisamente una de las cosas que tratamos de derrumbar, como es el medio de corrupción, el medio de camarilla.

Sinceramente invito al señor Fabila y al señor Merla para que me acompañen, y esto ser la semana próxima, como a mediados de la semana próxima, a que me acompañen (Voces: ¡No van! ¡Tienen miedo!) a darle cuenta al pueblo de Matehuala de cuál es el motivo por qué lo que se llama Representación Nacional, rechaza una designación que me hace ese pueblo. ¿Quiere el ciudadano Fabila que haya unificación, si no entre los pueblos, sí entre los gobernantes? Provoquemos esta unificación, es el momento. Si el ciudadano Fabila tiene fe, si esta honorable Representación, en la forma que ha mencionado siempre, tiene la convicción y su conciencia le dicta que va a hacer un cosa justa, que va obrar dentro del terreno moral, yo la invito a que en lo particular, en su bloque -que ha sido la última instancia de este asunto -, se nombre una comisión de dos de los m s connotados líderes para que me acompañen y para que vean cuál es el sentir del aquel pueblo, de aquel pueblo que hace tiempo est pidiendo justicia, justicia que no se le ha querido dar.

No me retiraré de aquí sin levantar mi protesta porque se hayan nulificado casillas como las del mineral de la Paz. El mineral de la Paz no puede nunca haber perdido; el mineral de La Paz tiene una fuerza dentro de su organización, fuerza, actividad y procedimientos de los que guardar n por mucho tiempo recuerdo Prieto Lurens y una orquesta que llevaba y que llegó a dicho mineral. El ciudadano Prieto Laurens tuvo que tomar un automóvil a Cedral, y la típica que lo acompañaba en el mismo tren, tuvo que regresarse a Matehuala. Y como un testimonio de la fuerza de las agrupaciones políticas y sociales que tiene aquel lugar, apelo primero a la honorabilidad de los compañeros que se dieron cuenta de cómo aquella región le abrió los brazos a Alvaro Obregón, cuando acompañaban a este luchador los compañeros Manlio Fabio Altamirano, Morones, Luis León, Aurelio Manrique y otros que no recuerdo. El mineral y pueblo de La Paz, a quien se da un bofetón, sea por lo que dice la ley o por lo que dice el señor Fabila, a ese lugar solamente van los candidatos revolucionarios, a ese lugar solamente han ido como candidatos a gobernadores Rafael Nieto y Aurelio Manrique, y como candidatos a presidencia de la República Alvaro Obregón; pero de allí en fuera todos los candidatos, todos los propagandistas de los candidatos a la reacción no se han presentado allí, porque todavía hay cruces en donde sin necesidad del "aquí descansa", algunas gentes caritativas y humanas han puesto algunas cruces de piedra, y no hay ciudadano que no pase por allí sin que recuerde que en ese lugar quedó un representante de la reacción. Y naturalmente, cuando dentro del llamado terreno legal, y cuando apelando diz que a la ley, se nulifican casillas que dan una votación consciente, como la del mineral de La Paz, a nosotros no nos queda m s que protestar por tan inicuos procedimientos; allí debió haber aplicado el señor Fabila el criterio revolucionario, pues, según él, y si lo dice sinceramente se lo agradezco, iba a invitar a la Asamblea para que lo aplicara a la hora de la votación. Me permito interrogar al compañero Altamirano para que diga cuál fue la actitud de un pequeño grupo de los compañeros mineros de La Paz, cuando éstos nos acompañaron en una manifestación que sacamos de dicho lugar a la ciudad de Matehuala, un domingo antes de las elecciones para gobernador del Estado de San Luis Potosí.

El C. Altamirano: Señores diputados del Confederado:

Yo todavía creo que dentro de las filas del Confederado hay una mayoría de revolucionarios, y de revolucionarios íntegros. No quiere decir esto que no se hayan colado algunos que, con la máscara de revolucionarios, traicionar n a la revolución en el momento oportuno; pero todavía quiero creer y creo que hay mayoría de revolucionarios íntegros.

Y voy a relatar, para contestar la interpelación del compañero Bustos, someramente, lo que aconteció en aquella vez. Repito, la elección de Aurelio Manrique, del gran revolucionario Aurelio Manrique, fue la precursora de la revolución que había de encabezar Obregón y Calles frente a la reacción levantada en armas. Entonces se definieron perfectamente los campos; dentro de esta misma Asamblea los revolucionarios estuvimos desde el primer momento con Aurelio Manrique, y fuimos a ayudarle al Estado de San Luis Potosí, en donde Prieto echó todas las porras y todo el dinero del municipio de México, todo lo m s malo que encontró, para arrebatar el Poder no a Aurelio Manrique, sino a los revolucionarios de aquel Estado. Me tocó ir ese domingo que cita el compañero Bustos, a Matehuala. Estaba ensoberbecida la reacción. Era candidato a diputado local un hijo de un gachupín cuyo nombre no recuerdo, por parte del partido prietista. Fui yo al mineral de la Paz, en donde trabaja el compañero Bustos, y allí arengué a los compañeros mineros y les dije: Es preciso que demos una demostración de fuerza a los reaccionarios; de Matehuala que todos los obreros y campesinos de esta región est n con Aurelio Manrique, y para el efecto yo los invito a ir conmigo en una manifestación a la ciudad de Matehuala. Contestación de los compañeros mineros: "Compañero Altamirano: Nos van a agarrar a tiros, no tenemos armas. ¿Con qué vamos a

combatir ? Si usted va con nosotros encabezándonos, nosotros iremos, aunque sea con piedras, porque no tenemos otras armas." Y entonces les dije: Compañeros mineros: Los que quieran que vengan conmigo; los que no tengan armas, que se armen con piedras, y yo voy al frente de ustedes. Y fuimos, sólo con piedras, pues no teníamos más que tres o cuatro pistolas, e hicimos correr a los prietistas, que tuvieron que salir corriendo por el patio de la casa en donde estaba su comité.

Eso es lo que yo he visto, y por eso creo que el compañero Bustos viene como representante de las clases trabajadoras, porque allí dominan las organizaciones de obreros y campesinos.

Y ahora, compañeros confederados, tenéis un momento oportuno de demostrar que en vuestras filas existen esos cuarenta votos de revolucionarios que le hacen falta al compañero Bustos para sentarse en esta Asamblea; es el momento de demostrar en estos instantes en que el mundo lucha, en que existe en el mundo la lucha entre conservadores y revolucionarios, en que se va a implantar en todo el mundo el régimen de obreros y campesinos por la buena o por la mala; es el momento, digo, de demostrar que cuando se tiene al frente a un obrero como Bustos y a un burgués como Merla, cerrando los ojos dáis un voto por el revolucionario y por el obrero compañero Bustos. (Aplausos.)

El C. Bustos: Tal vez esté ya un poco cansada la Asamblea, pero siquiera concédanme esto, señores. El compañero Morones, como decía hace un momento, el compañero Manrique y el compañero Luis León se dieron cuenta de cuál era nuestra actitud allá en aquella época también hermosa, porque no me cansaré de decirlo, todas las escabrosidades de la vida deben de ser hermosas para los luchadores. (Aplausos.) Y cuando aquel fantasma aparatoso, porque todas las grandezas artificiales a ustedes les consta que se derrumban; cuando aquel aparato de fuerza con que se trataba de imponer a Bonillas, al llegar Obregón, Luis León, Manrique y Morones a Matehuala, parece que llegó el sol que iba a iluminarnos y a decirnos, y m s que a decirnos, a hacernos andar y a hacernos ver claramente cuál era el lugar en que debíamos estar. Me permito interrogar al compañero Morones para que diga cuál fue la opinión que se llevó de Matehuala en aquellos tres mítines que se dieron en unas cuantas horas del único día que permaneció el glorioso Manco de León en la ciudad de Matehuala.

El C. Morones: Compañeros, es absolutamente verídico. En aquella época muy difícil para el elemento revolucionario, cuando acompañando al general Obregón en su jira llegamos a Matehuala, la única manifestación, la más elocuente de simpatía, de franco apoyo, la encontramos entre el elemento de trabajadores de aquel distrito, esencialmente de los mineros. Recuerdo que la noche que pernoctábamos en Matehuala se hizo circular el rumor de que había levantado cerca de aquel lugar un cabecilla rebelde, y fueron compañeros del mineral de La Paz los que nos llevaron al lugar donde nos encontrábamos con el general Obregón esta noticia, al mismo tiempo que su ofrecimiento de dar escolta y defender al pequeño grupo que acompañábamos al general Obregón, y esa mañana, consta a los compañeros que íbamos a salir a las tres de la mañana; recuerdo que el compañero León y el compañero Manrique estuvieron también en esa ocasión y tuvimos que salir de madrugada y los automóviles, los poquísimos automóviles que pudimos conseguir, los conseguimos con el auxilio de los compañeros mineros con sus amistades en Matehuala, para lo que hicieron la caminata a pie y se dieron a la difícil tarea de proporcionarnos medios de locomoción para trasladarnos a Vanegas y esperar allí el tren que debería conducirnos a Saltillo. En esa hora crítica para todos los que estábamos allí fue el elemento minero el que nos ayudó, ese mismo elemento que en forma incomprensible es ahora rechazado y relegado al olvido por la comisión, al que se le niega el derecho de haber votado, ese mismo elemento que en ese tiempo expuso su vida por salvar la del actual presidente de la República, Alvaro Obregón, es una verdad incontrovertible que durante el mitin que verificóse por la tarde en que llegamos a Matehuala y en el mineral de la Paz, la manifestación verificada por nuestros compañeros que estaban sujetos a las represalias, a la tiranía, a la opresión del entonces gobernador de San Luis, las manifestaciones de simpatía que recibimos no podrán borrarse nunca de la memoria de los que tuvimos el honor de tomar parte en ese mitin. Allí habló Manrique, el general Obregón y algunos otros delante de cantidades considerables de obreros de las minas, de estos elementos que, entusiasmados y corriendo al par que el tren, fueron vitoreando al general Obregón. Es imposible que ningún elemento reaccionario pueda triunfar en aquel sitio, en aquel mineral, y sí es perfectamente posible que un elemento enteramente revolucionario como Bustos haya obtenido una votación cerrada a su favor.

Yo uno mi voz a la de Altamirano y a la de todos los revolucionarios para pedir a la comisión, que tan buena voluntad ha manifestado a través de su representante el compañero Fabila, que retire su dictamen y que no cometa la injusticia de negar el derecho de voto, la legalidad de esos votos que indudablemente dieron los compañeros mineros de la Paz a favor de su candidato compañero Bustos. Es más: Creo que aquella simpatía en aquel lugar, durante la época difícil en que se mantuvo el Estado de San Luis Potosí durante la época de la revolución, jugaba la carta definitiva el contingente indomable, el grupo de luchadores indomables que a trueque de todas las vejaciones, de todas las persecuciones, el ejemplo lo dieron precisamente los mineros de La Paz juntamente con un reducido número de compañeros de los talleres de Matehuala. Es, pues, por esto necesario que en esta ocasión la voz de la conciencia se deje sentir y no se rechacen los votos que aseguraron el triunfo de Bustos. Para que los compañeros de la mayoría se den cuenta de la sinceridad enorme de este luchador viejo, al par que joven de edad, pero viejo en las luchas societarias, debo decir que rechazó el ofrecimiento, la ayuda de nuestra parte para irlo a defender en la tribuna cuando el que habla se lo propuso, porque es su deber y tenía la conciencia de que ha triunfado. El

compañero Bustos dijo: Deseo presentarme solo en la tribuna, aun con mi torpeza, con mi falta de experiencia; deseo que la mayoría me juzgue porque no creo que haya mala fe de parte de la comisión, lo que hace falta es que conozca mi caso por mí mismo. Hombres que, como Bustos, proceden en esta forma, que desechan toda cooperación, aunque sea modesta, como en el caso que me ocupa, merecen respeto, atención, y que un espíritu de justicia de parte de la mayoría se manifieste en esta ocasión. Téngase en cuenta de aquel distrito es especialmente campesino, obrero, y que una persona, por m s estimable que fuera, yo no conozco al contrincante del compañero Bustos, pero es imposible que habiendo estado ausente de aquellos lugares hubiera logrado su triunfo, aunque haya tenido entre sus antepasados uno que haya fundado la ciudad de Matehuala. Las mismas razones que ahora se pueden aducir para afirmar el triunfo de Bustos, la mayoría de la comisión las ha aducido en tratándose de otros candidatos, los ha desechado porque ha encontrado la ausencia del candidato del distrito y ha presumido, con razón, que un hombre alejado por mucho tiempo del lugar donde nació no es posible que pueda ganar una elección.

Es verdad todo lo que en materia de actividad, en materia de energía y en materia de revolucionarismo se ha verificado de parte de los compañeros trabajadores del mineral de La Paz. La minoría espera serena, consciente de su responsabilidad, que en esta ocasión se haga justicia a este modesto obrero que con las únicas armas que la razón le da y sus antecedentes de revolucionario se presenta ante ustedes; él es el reo y ustedes son los jueces; vamos a ver si en este caso en que la misma comisión desea que la convenzan, a ver si es posible que la voz honrada de este hombre pueda haber hecho mella en su conciencia de revolucionarios. Es, pues, por esto que la minoría pide a ustedes que con serenidad y con criterio desapasionado reflexionen que no es justo negar el ejercicio de un derecho, como es el de votar, de parte de los mineros de La Paz, que no hay derecho, que no hay razón que asista a la comisión para negar el ejercicio de ese derecho y que enfrente del escrúpulo relativo o real de parte de la comisión, se levante la voz de la conciencia de los verdaderos revolucionarios, entre los que yo cuento a los miembros de la comisión. No creo que haya mala fe, yo creo que no hay obligación de parte de Fabila y demás compañeros de la comisión, de conocer todos estos antecedentes que ahora han expuesto los compañeros que han defendido a Bustos. Pero una vez expuestos, sí creo que les asista el derecho de pedir a la mayoría un voto ecuánime y justiciero para el representante de los trabajadores del campo y del taller por el 5o. distrito de San Luis Potosí. (Aplausos.)

El C. Díaz Soto y Gama: Para interpelar a la Presidencia, respetuosamente, para que nos permita a los miembros de la minoría hacer un acto de justicia en obsequio de la comisión, acto de justicia que consiste en esto: Que poniéndonos todos de pie pidamos a la comisión, encabezada por Fabila, que retire el dictamen. (Se ponen de pie todos los miembros de la minoría.)

El C. Bustos: Compañero León:

Como entre algunos de los recuerdos que hoy perduran en el sentimiento de aquellos hombres est n aquellas palabras tuyas -te llamo de tú porque así me gusta llamar a los compañeros - cuando llegaste a Matehuala en 1919 estaba recién fundado el Partido Laborista Mexicano, recuerdo con qué sacrifico una noche antes de la llegada del general Obregón estuvimos todos haciendo distintivos con tela roja y negra, mal hechos, y cuando el general Obregón llegó a Matehuala, en un automóvil como consecuencia de la hostilidad que le hicieron los ferrocarriles, que le retardaron el tren en Vanegas, el compañero Luis León se acerca a mí y me dice: Partido Laborista, ¿verdad? Sí, compañero León. Esto fue motivo de satisfacción, porque esta organización no estaba sola, porque desde luego nosotros dimos cuenta de que dentro de esta organización nosotros no estábamos solos y, repito, que tal vez por intuición, porque los compañeros de Matehuala est n esperando que les telegrafíe, yo les dije hoy en la mañana por la vía telegráfica que se discutía mi asunto, estar n esperando el resultado, y, repito, tal vez por vía de intuición aquellos compañeros me dicen que apele a usted y exponga algo del movimiento, de la actividad de aquellos lugares, como usted llamaba en las minas de La Paz, de aquellos villorrios.

El C. León Luis L.: Para contestar una interpelación. Los compañeros Manlio Fabio Altamirano y Luis Morones han expuesto la verdad. En aquellos días de luchas terribles, en que unos cuantos desesperados seguíamos al general Obregón en su propaganda, fue para nosotros un momento de felicidad la llegada del general Obregón a Matehuala; con un entusiasmo inusitado los compañeros mineros y algunos compañeros del taller de Matehuala ocurrieron a vitorear al general Obregón, y pudimos, en las pocas horas que permanecimos allí en aquella ocasión, dar tres mítines. Recuerdo, como recordaba Morones hace un momento, que al salir en la noche del mitin del teatro y dirigirnos al alojamiento que se nos tenía destinado, los compañeros mineros de La Paz ocurrieron en distintas comisiones a decirnos que se nos preparaba un plan, quizás con el objeto de sacrificar al general Obregón; que la autoridad municipal impuesta por Severino Martínez, que no era otra cosa que un monigote de Juan Barragán, declaraba, presentándose atemorizado, que una partida de rebeldes estaba cerca, y aun había insinuaciones de que pedía la plaza, y que como no tenía elementos para resistir, lo m s probable sería evacuar la plaza. En tales circunstancias tuvimos que salir, como dijo Morones, de la Paz, en malos automóviles a las tres de la mañana, en un tiempo demasiado crudo que hizo que el general Obregón cayera enfermo tan luego como llegó a Saltillo, donde se vio gravemente atacado de influenza española; y en aquellos momentos consideramos que por llevar un representativo como el general Obregón, llevábamos la bandera de la revolución; quienes nos dieron asilo, quienes nos dieron amparo, quienes nos dieron entusiasmo, fueron los compañeros obreros tanto de Matehuala como del mineral de La Paz. Los compañeros mineros de La Paz est n organizados, yo creo que es de elemental justicia respetarles su voto. Creo más: Creo que las organizaciones obreras, creo

que las organizaciones de trabajadores de San Luis no perdonarían nunca a la mayoría el que no se hubiese tomado en consideración su voto. Yo entiendo perfectamente bien que muchas influencias pueden haberse movido en la mayoría, pero creo y tengo la seguridad de que, barriendo las influencias, de que arrastrándolas como un torbellino barre los malos humores, la conciencia revolucionaria, el espíritu revolucionario de ustedes hará que se respete el voto de los obreros de Matehuala y de San Luis Potosí, que siempre han ido a batirse por el sufragio y por la revolución. (Aplausos.)

El C. Bustos: Señores, ya para retirarme, para irme, como tengo la seguridad, únicamente quiero decir que así como dijera aquel poeta cuando se retirara de su amada y le decía: "Mi alma contigo aquí se queda", yo digo a ustedes, colaboradores y forjadores de la ley: Mi sentimiento con ustedes se queda: Solamente pido que nos dejéis como cosa secundaria el artículo 123; que elementos como el que tiene el gusto de hablaros, que han gastado sus energías por m s de diez años en las fundiciones de la American Smelting de Aguascalientes, Monterrey y de Matehuala, hace mucho tiempo que nos est n urgiendo esta reglamentación. Últimamente, hará como dos meses, cuando el ministro de Educación, licenciado José Vasconcelos, visitaba el mineral de La Paz, se sorprendió de cómo salían de allí hechos añicos los pedazos de los cuerpos de algunos trabajadores, que se iban al fondo en un abismo de quinientos veinticinco metros, que es la profundidad que tiene la mina de La Paz, y este señor, a pesar de un distanciamiento que hay entre la Regional y él, les aconsejaba a los compañeros que mandaran al Congreso a genuinos trabajadores de aquella comarca, y con mucha satisfacción decían: "Por esta vez vamos a tener un representante"; pero ya que la mayoría de esta Cámara rechaza a este representante, repito, les dejo este sentimiento mío, de que hagáis algo por las clases trabajadoras, porque si no hacéis nada, seguramente que cada día estaréis matando, la democracia, no haréis otra cosa m s que estar matando el voto que con tanto trabajo se les saca a los trabajadores de la región mexicana. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. Fabila: Para contestar la petición que la minoría ha hecho a la comisión, he pedido el uso de la palabra. Me extraña la actitud noble y respetable de la minoría hace unos instantes, y no me hubiera extrañado si esa misma actitud la hubiera asumido cuando el ciudadano Henshaw tan procazmente insultaba a la comisión levantándole falsos y calumnias, (Aplausos.) cuando el ciudadano Henshanw declaraba que la comisión había producido este dictamen bajo la influencia del oro; entonces el ciudadano Manlio Fabio Altamirano y el ciudadano Soto y Gama reían satisfechos de ese insulto y de esa calumnia....

El C. Díaz Soto y Gama: No es exacto.

El C. Fabila: Si la minoría, cuya actitud ahora es respetable para la comisión, hubiera tenido siquiera el m s ligero asomo de reproche para el ciudadano Henshaw por esa vil calumnia, entonces la comisión hubiera estado obligada a toda caballerosidad y a toda hidalguía; pero primero esgrimieron el arma del insulto y de la difamación y puesto que la comisión se encuentra dentro de la ley, la comisión sostiene su dictamen y deja al criterio de la Asamblea su aprobación. (Aplausos.)

El C. Henshaw: Para alusiones personales.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Altamirano para una aclaración.

El C. Altamirano: Quiero comenzar por decir al diputado Fabila que el hecho que yo relaté sobre el 19 de Michoacán es rigurosamente la verdad. Olvidemos el 19 de Michoacán. Pedí la palabra para una aclaración, señores diputados, porque no podemos dejar pasar este momento sin recalcar el instante supremo en que se encuentran las mayorías frente al caso del compañero Bustos. En todos los momentos, desde hace muchos años, Bustos viene dedicando su vida a la organización obrera y, como dijera él, los que luchan y los que combaten la organización obrera son los traidores del movimiento socialista del mundo. En todos los momentos Bustos ha sabido defender la bandera del proletariado, eso no lo dude ninguno de los señores diputados; pero vamos a ver la actitud de su contrincante. Yo tengo el orgullo de haber engrosado desde hace varios años, de una manera formidablemente activa las filas revolucionarias. Anduve con León, con Morones y todos los demás desesperados, como decía León, en la campaña del general Obregón; anduve con aquellos compañeros jugando la vida y en ninguna ciudad y en ningún lugar y en ningún momento de lucha, en ningún momento en que se necesita ver las caras de los hombres, no p lidas frente al peligro, en ningún momento encontré al señor Merla en las trincheras revolucionarias; y después vino la campaña armada para defender a Obregón y tampoco en las trincheras de la lucha armada encontré a Merla, probablemente andaba en Wall Street, en la cuidad de Nueva York; y vino después la lucha de Plutarco Elías Calles, que significa el triunfo del socialismo, el triunfo de las instituciones sociales en la República mexicana, y en esos momentos, cuando combatíamos aquí revolucionarios contra cooperatistas, cuando había tiros en esas curules y en esas galerías, cuando al salir de esta Cámara se jugaba la vida porque no sabía uno si un esbirro de Prieto Laurens le iba a pegar una puñalada por detrás; cuando en las calles de México disputábamos el triunfo a los cooperatistas con las carabinas y las pistolas en la mano, y después cuando tuvimos que ir a la lucha armada, cuando muchos de nosotros estábamos impacientes en estas curules para ir al monte a defender al general Obregón y al general Calles, en ningún momento, en ninguna circunstancia encontré al señor Merla defendiendo el criterio revolucionario y, en cambio, allá, en el lejano Estado de San Luis Potosí, donde Plutarco Elías Calles pudo levantar una falange de siete mil luchadores, Bustos con los obreros y campesinos de Matehuala, estuvo con la carabina en la mano, como se debe defender la revolución, y en estas circunstancias, compañeros diputados, ¿vais a dar el voto por un individuo que sin lugar a duda es un burgués, en contra de un representativo de las clases trabajadoras? Repito, creo que entre las filas de los confederados todavía hay cuarenta votos revolucionarios para presentarlos al diputado Fabila para que dictamine en favor del compañero Bustos.

El C. Díaz Soto y Gama: Un momento, compañero, con permiso de la Presidencia.

El C. presidente: ¿Con qué objeto? El compañero sólo tiene la palabra para una aclaración.

El C. Díaz Soto y Gama: Pero tengo derecho para interpelar al orador. ¿Por qué no? ¡Bah! Me lo permite. ¿Cuántos mineros conoce usted entre los diputados y presuntos diputados? Porque yo creo que no hay m s que un representante del gremio minero, y aquí se habla de democracia funcional y se cierra la puerta de la Cámara, se arroja de la Cámara al único representante de los mineros. Yo quiero que conste este hecho.

El C. Altamirano: No conozco ningún compañero minero diputado; dejo así contestada su interpelación , y repito a los compañeros confederados: No quiero que pase este momento en que vamos a entrar en votación, sin que les aclare a ustedes que entre en burgués y un representativo de los obreros, debemos votar por el obrero; y ahora, señor presidente, pidiendo el apoyo de los compañeros, pido su votación nominal.

El C. Henshaw: Para alusiones personales pido la palabra.

El C. Secretario Rueda Magro: De conformidad con el reglamento, se pregunta a la Asamblea si est suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. Se pasa a tomar la votación nominal.

El C. secretario Puig y Casauranc: Por la afirmativa.

El C. secretario Rueda y Magro: Por la negativa. (Se recoge la votación.)

El C. secretario Rueda y Magro: Votaron por la negativa cuarenta y un ciudadanos diputados y presuntos. (Voces: ¡Cuarenta y tres!) Voy a leer la lista.

"Aguilar Ficachi, Aguillón Guzmán, Alonso, Altamirano, Ancona, Andrade, Azcona, Bustos, Caloca, Camacho, Carpio, Castellanos, Castro, Celestino, Corella, Chávez, Delhumeau, jr., Díaz Soto y Gama, Fernández Martínez, Gallardo, Garza Salinas, Gómez Rodrigo, González Gonzalo, Gutiérrez José F., Henshaw, Izquierdo, León Luis L., López Librado G., Martínez de Escobar, Méndez jr. Benjamín, Morones, Narváez, Patraca, Pérez Jesaur, Ramos, Reyes Gil, Reyes Luis R., Riva Palacio, Simón, Terrones Benítez, Torregrosa y Veites."

El C. Aguirre Garza Agustín: Yo voté por la negativa.

El C. secretario Rueda y Magro: Cuarenta y dos ciudadanos y presuntos.

El C. secretario Puig y Casauranc: Votaron por la afirmativa ciento veintidós ciudadanos diputados.

En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 5o. distrito electoral del Estado de San Luis Potosí, los ciudadanos Pedro Merla y Arturo Torres. (Aplausos. Siseos.)

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales. - Segunda Sección.

"H. Colegio Electoral.

"A la Sección Segunda de la 1a. Comisión de Poderes, tocó examinar y producir su dictamen respecto de las elecciones que para diputados propietario y suplente a la XXXI Legislatura de la Unión, tuvieron verificativo el día 6 de julio de este año, en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal.

"De ocho casillas se compone el expresado distrito, y del examen que se ha hecho de los expedientes respectivos, aparece que la elección se llevó a cabo en una forma enteramente legal, tanto en la emisión del voto como en el cómputo que se hizo al instalarse la Junta Computadora; firmaron las actas de ésta los representantes de los partidos, mostrando su conformidad absoluta con el resultado del escrutinio, con excepción del representante del partido denominado "Unión Revolucionaria Nacional", que postuló al candidato Adolfo M. Azueta; pero como en ninguna forma se han encontrado motivos por atropellos que en las elecciones se hubiesen cometido en su contra, pues entiende la comisión que las protestas que el C. Azueta tiene formuladas, son el resultado natural en esta clase de luchas.

"Examinados los expedientes aislada y sucesivamente, se encontró una mayoría de 4,101 sufragios legales en favor del candidato ingeniero Miguel Yépez Solórzano y su suplente Antonio Alderete, sin que pueda haber lugar a duda sobre su triunfo, pues los contrincantes, que fueron los ciudadanos Fernando F. Franco y Adolfo M. Azueta, obtuvieron, el primero, 199 votos, y 365 el segundo. No hay protestas de ninguna especie, y la única que formuló ante la comisión el C. Azueta, carece absolutamente de fundamento, pues ningún documento, para comprobar su afirmación, pudo exhibir ante la comisión revisora.

"Por lo expuesto, la comisión formula ante la H. Asamblea, las siguientes proposiciones para su aprobación:

"Primera. Son buenas las elecciones de diputados al Congreso de la Unión verificadas el día 6 de julio del corriente año, en el 7o. distrito electoral del Distrito Federal.

"Segunda. Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el mencionado distrito, los ciudadanos Miguel Yépez Solórzano y Antonio Alderete".

"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. -México, septiembre 5 de 1924. - Francisco López Soto. - Fernando González Madrid. - Marino Pérez."

Est a discusión el dictamen. ¿No hay quien desee hacer uso de la palabra? No habiéndolo, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

En consecuencia, la Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados propietario y suplente, respectivamente, por el 7o. distrito electoral del Distrito Federal, los ciudadanos Miguel Yépez Solórzano y Antonio Alderete. (Aplausos.)

El C. presidente, a las 20 horas 45 minutos: Se levanta la sesión y se cita para mañana a sesión de Cámara de Diputados a las 15 horas.