Legislatura XXXI - Año I - Período Ordinario - Fecha 19241009 - Número de Diario 28

(L31A1P1oN028F19241009.xml)Núm. Diario:28

ENCABEZADO

MÉXICO, JUEVES 9 DE OCTUBRE DE 1924

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos,

el 21 de septiembre de 1921.

Año I. PERIODO ORDINARIO XXXI LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 28

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 9

DE OCTUBRE DE 1924

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Cartera. Usan de la palabra para hechos los CC. Romo y Padilla Ezequiel.

3.- Sin debate es aprobado un proyecto de decreto presentado por el C. Romo Alfredo y otros varios ciudadanos diputados, tendiente a que el C. Plutarco Elías Calles, presidente electo, rinda la protesta de ley en el Estadio Nacional; pasa al Senado para los efectos Constitucionales. Se nombra la Comisión respectiva.

4.- Proyecto de reforma a la ley Orgánica del Poder Judicial del Distrito y Territorios Federales presentado por la Diputación de Oaxaca; a la 1a. Comisión de Justicia e imprímase. Rinde la protesta la ley el C. Juan de la Cruz García, diputado suplente por el 2o. distrito electoral de Colima. Se suspende la sesión.

5.- Reanudada aquella, rinden la protesta legal los CC. diputados propietarios: Jacobo Cárdenas y Candor Guajuardo, por el 1o. y 3o. distritos electorales de Coahuila; Milcíades Carrascosa por el 6o. de Chiapas; José U. Escobar, por el 1o. de Chihuahua; Rafael Martínez de Escobar y Eduardo Delhumeau jr., por el 5o. y 13 del Distrito Federal; Reynaldo Nuncio, Luciano M. Sánchez, Gonzalo Bautista, Salustio Cabrera y Aarón Valderrábano, por el 6o., 9o., 15, 16 y 18 de Puebla respectivamente; J. Trinidad Obregón, por el 2o. de Querétaro; José P. Camacho, Manuel Orta y Jesaúr Pérez, por el 6o., 70. y 8o. de San Luis Potosí; Enrique Fernández Martínez y Ángel Aragón, por el 2o. y 10 de Guanajuato; Leocadio Guerrero, Pedro Belauzarán y J. Jesús Delgado, por el 2o., 3o., Y 5o. de Zacatecas; Andrés Gómez, Eulalio Martínez, Martín Torres y Alejandro Cerisola, por el 9o., 12, 13 y 16 del Estado de Veracruz; Desiderio Borja, Camerino T. Ocampo y Alberto Vásquez del Mercado, por el 1o. 2o., y 5o, de Guerrero; y Alberto Vargas, por el 9o. de Oaxaca. Son designadas las comisiones reglamentarias con motivo de la celebración del centenario de la Constitución de 1824. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. GENARO V. VÁSQUEZ

(Asistencia de 174 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 11.15: Se abre la sesión de Cámara de Diputados.

- El C. secretario Rueda Magro, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día siete de octubre de mil novecientos veinticuatro.

"Presidencia del C. Genaro V. Vásquez.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y treinta y cinco minutos del martes siete de octubre de mil novecientos veinticuatro, se abrió la sesión con asistencia de ciento sesenta ciudadanos diputados.

"Fue aprobada el acta de la sesión celebrada el día anterior y se dio cuenta con los siguientes asuntos:

"Proposición de los CC. Antonio Valadez Ramírez y Genaro V. Vásquez, relativa a que se invite por medio de comisiones de esta H. Cámara al ciudadano presidente de la República y a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que concurran a la sesión solemne de Congreso General que se celebrar el próximo día diez a las once horas en el antiguo templo de San Pedro y San Pablo.

"Con dispensa de trámites y sin debate se aprobó, y las comisiones de que se trata quedaron integradas en la siguiente forma: para la Suprema Corte, CC. José Castillo Larrañaga, Benigno Palencia, Silvestre Pavón Silva, Silvestre Guerrero, Porfirio Pérez Salinas y secretario Rueda Magro; para el ciudadano presidente de la República, CC. Romualdo Parra, Francisco Arlanzón, Anselmo Mancisidor, Ramón Martínez, Francisco López Soto y secretario Valadez Ramírez.

"La Cámara de Senadores acusa recibo del proyecto de Ley Plagas.- A su expediente.

"La misma Cámara envía una iniciativa de la Legislatura de Colima para que en el Presupuesto de mil novecientos veinticinco figure una partida destinada a la construcción de un muelle en el puerto de Manzanillo.- Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"Solicitud de licencia por diez días, con goce de dietas, del C. Agustín Rodríguez

"Se aprobó con dispensa de trámites y sin debate.

"Solicitud de licencia por un mes, con goce de dietas, C. Pedro M. Martínez.

"También se aprobó con dispensa de trámites y sin debate.

"La legislatura del Estado de Nuevo León, por medio de telegrama, propone al C. licenciado César Córdova para candidato a magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la nación, en substitución del C. licenciado Victoriano Pimentel.- Resérvese para el Congreso General.

"La Legislatura del Estado de Oaxaca, asimismo por conducto telegráfico, se dirige a esta H Cámara haciendo igual proposición a favor del C. licenciado Teófilo H. Orantes.- El mismo trámite.

"El gobernador constitucional del Estado de Aguascalientes comunica que nombró al C. Manuel de la Mora, oficial mayor interino de la Secretaría de ese Gobierno.- De enterado.

"El C. Isaac M. Ibarra participa que le fue concedida licencia como gobernador constitucional interino del Estado de Oaxaca y que el C. Arturo Osorio se hizo cargo del despacho del Poder Ejecutivo.- De enterado.

"El C. Arturo Osorio avisa que por ministerio de la ley se encargó del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca.- De enterado.

"Presidencia del C. Rafael Alvarez y Alvarez.

"Sin discusión se aprobaron ocho dictámenes de la 1a. Comisión de Peticiones en los que, respectivamente, se propone:

"Que se turne a alguna de las comisiones de Guerra la solicitud de pensión del C. Miguel Cruz, capitán 1o. de Infantería, retirado;

"que pase a la Comisión de Relaciones Exteriores que corresponda, la solicitud del C. Javier F. Troncoso, relativo a que se le permita desempeñar el cargo de vicecónsul de Uruguay en el puerto de Veracruz;

"que se diga a la señora Rosa Garza viuda de Guerra que, estando facultado el Ejecutivo para conceder pensiones a los deudos de los revolucionarios muertos en campaña, dirija a él su solicitud;

"que pase a la Comisión de Guerra que corresponda la solicitud de pensión de la señorita Eufemia Arellano, hija del cabo de Caballería Anacleto Arellano;

"que pase a la Comisión de Guerra en turno la solicitud de pensión de las señoritas Guadalupe, Luz y Manuela Miranda;

"que pase a la Comisión de Puntos Constitucionales que corresponda, la solicitud del capitán 1o. de Infantería Iñigo García Mijares, referente a que se le permita aceptar y usar una condecoración del Gobierno peruano;

"que se turne a la Comisión de Puntos Constitucionales que corresponda, igual solicitud que hace el C. Mario Gabucio S. M., respecto de una condecoración del Gobierno de la República de Chile, y

"que pase a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno la solicitud del Sindicato Laborista de Sonora, para que se reforme el artículo 13 constitucional.

"Los CC. Leopoldo Zincúnegui Tercero y Ricardo Covarrubias se refirieron a hechos relacionados con el incidente que tuvo lugar entre el gobernador del Distrito Norte de la Baja California y los periodistas Esperón y Zepeda, interrumpiendo al primero una moción de orden del C. Romeo Ortega.

"Presidente del C. Genaro V. Vásquez,

"Encontrándose aún en el uso de la palabra el C. Covarrubias, hicieron mociones de orden los CC. Mier y Terán y José F. Gutiérrez y aclaraciones los CC. Manlio Fabio Altamirano y Juan Madrigal.

"Así que concluyó de hablar el C. Covarrubias, el C. Zincúnegui Tercero hizo aclaraciones y acto continuo se levantó la sesión, siendo las diez y ocho horas y cincuenta minutos y se citó para el día siguiente, a las diez y seis horas."

Está a discusión el acta. Si algún ciudadano diputado desea impugnarla, sírvase hacer uso de la palabra. No habiendo quien la impugne, en votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobada.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Confederación de Cámara de Comercio de los Estados Unidos Mexicanos.- Avenida República Argentina 9.- Apartado 185.- México, D. F.

"A la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"La Confederación de Cámara de Comercio de los Estados Unidos Mexicanos, con la genuina representación del comercio organizado de la República, y por acuerdo de las Cámaras de Comercio Confederadas, ante esa H. Cámara respetuosamente dice:

"El comercio de la República soportó estoicamente las dificultades que en todas las actividades sociales y especialmente en las que le son propias, trajo consigo la ruptura del orden constitucional a partir de 1914 y siguió manteniendo esa actitud en el periodo de acomodación que para volver al equilibrio constitucional comenzó el 1o. de mayo de 1917, sin que le haya extrañado que ese equilibrio no haya podido alcanzarse todavía en el ya largo periodo de siete años que desde esta última fecha ha transcurrido, porque ha comprendido bien que el restablecimiento de ese equilibrio tiene que ser lento, dado lo intenso del sacudimiento nacional.

"Las profundas sombras de la noche del periodo preconstitucional, que no se han disipado del todo en el periodo que le ha seguido, no han hecho perder al comercio de la República la confianza en el porvenir del país mediante el restablecimiento pleno de la ley, porque como el labrador de que habla el abate Lamennais, "sabe muy bien que la noche no puede ser eterna".

"Esta confianza la ha visto justificada de una manera plena, entre otras causas, por las frases que el día 25 del pasado mes de septiembre vertió en la tribuna de esa H. Cámara el señor licenciado don Ezequiel Padilla, miembro distinguido del grupo político más numeroso de la misma, y que nos complace reproducir aquí.

"El señor diputado Padilla dijo a propósito de ciertas cuestiones que se debatían: "el desprecio a la ley es una teoría suicida, el criterio revolucionario o cualquier otro criterio pro encima del criterio legal, es una teoría suicida"; y estas frases del señor licenciado Padilla, miembro distinguido de la mayoría parlamentaria, y que por ello, sin duda, reflejan la opinión de la Cámara de Diputados, han confortado a la Confederación de

Cámaras de Comercio en la tarea que tiene que llenar para cumplir con el acuerdo de las cámaras confederadas de elevar una instancia a esa H. Cámara de Diputados para estimular la actividad del Poder Legislativo a fin de que, con la preponderante fuerza moral de que dispone, por tratarse de los representantes del pueblo y con la fuerza política que le da el hecho de ser uno de los más altos poderes públicos, oriente su poderosa y noble acción por el camino de corregir, de una buena vez, el error de otro de los tres altos poderes públicos, consistente en haberse desatenido de la ley constitucional, firme pedestal en que descanse la organización pública y que debe ser el índice supremo al que tiene que ajustarse la conducta de todos lo funcionarios públicos.

"Aludimos, con el más profundo respeto, a la actuación del Poder Ejecutivo federal, quien en materia fiscal se ha apartado de los más elementales principios de derecho público, desoyendo los clamores que se han suscitado por todos los ámbitos del país, por los elementos directamente afectados.

"Es tiempo ya de concretar el fin directo de esta respetuosa instancia, que se puede reducir a tres proposiciones:

"I. Que haciendo justo honor a la confianza que el pueblo ha depositado en sus representantes, el Poder Legislativo haga el supremo esfuerzo por cumplir a tiempo oportuno con el imperativo deber que le impone la Constitución, de expedir anualmente las leyes de ingresos y de egresos, a fin de evitar todo pretexto de que continúe la dictadura fiscal que el país ha sufrido durante los siete años que tiene ya de vida la actual Constitución;

"II. Que al ser elaborada la Ley de Ingresos para 1925, se expulse de ella el impuesto sobre sueldos y utilidades que el Ejecutivo se ha empeñado en establecer, pues ese impuesto, entre otros errores, que son muchos y todos capitales, cuenta dos que por su magnitud son suficientes para que se le excluya, a fin de que sólo quede su recuerdo como una demostración palmaria de la falibilidad humana, y que son: la violación de la soberanía de los Estados por invadir su esfera de tributación y por convertir a algunos funcionarios de los mismos Estados en agentes subalternos de la administración fiscal federal, y la violación de importantes garantías individuales, pues obliga a fuerza a los patronos a pagadores particulares, sin su libre consentimiento y voluntad, y sin la justa y legítima retribución que debe tener el desempeño de todo servicio público, a desempeñar el generalmente odiado papel de publicanos, y

"III. Que siendo la función legislativa una función genuina del Congreso y no emanando de él el decreto de 21 de febrero de este año, ni habiendo sido el Ejecutivo autorizado para expedirlo, ni poder serlo ya, declare el Congreso insubsistente ese decreto en lo que falta del corriente año, y declare no incurridas las pretendidas responsabilidades que por la inobservancia pretérita de ese decreto trata de hacer efectivas el propio Ejecutivo.

"Expondremos sucintamente los razonamientos que apoyan cada uno de estos tres puntos petitorios, por más que esos razonamientos son ya del dominio público, y no diremos, por tanto, nada nuevo.

"I. El artículo 49 de la Constitución, dispone que no podrán reunirse en una sola persona o corporación dos o los tres poderes que para el ejercicio del Supremo Poder de la Federación establece el mismo precepto, y prohibe también que se deposite el Poder Legislativo en un individuo, estableciendo para esas dos prohibiciones, la única excepción de los casos comprendidos en el artículo 29 que son los de invasión, perturbación grave de la paz pública o cualquiera otra circunstancia que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto.

"No es ésta la oportunidad más adecuada para calificar la conducta del primer Congreso Constitucional que se nombró al amparo de la Constitución de 1917, y por ello nos limitaremos a hacer constar: que en 8 de mayo de ese mismo año, no se estaba en ninguno de los casos previstos por el citado artículo 29 constitucional, y que, por consiguiente, resultó viciada en su origen la ley de la fecha citada, que concedió al Ejecutivo facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda.

"Pero prescindiendo de extendernos más sobre esto, en obsequio de la brevedad, recordaremos que esa Ley de 8 de mayo de 1917, para sujetarse en parte a las prevenciones del artículo 29, previno que las facultades extraordinarias durarían mientras el Congreso expidiera las leyes que habrían de determinar el funcionamiento de la Hacienda Pública federal. Recordaremos también que como esas leyes que son las de ingresos y de Presupuestos de Egresos deben expedirse anualmente, era natural esperar que las facultades extraordinarias habrían de terminar el 1o. de enero 1918 por la vigencia de las leyes de ingresos y de presupuestos, que debieron haberse expedido en diciembre de 1917.

"Sin embargo, la ausencia de leyes de ingresos y de presupuesto emanadas del Congreso, persistió todavía durante otros cuatro años, pues tales leyes no se llegaron a expedir sino para el año de 1923, y en 1o. de ese año, cesaron ¡al fin! por tanto, automáticamente tales facultades que se habían prolongado de hecho, indebidamente, más de lo que legalmente debería haber sido.

"El Ejecutivo federal en el informe que rindió al actual Congreso el 1o. del corriente mes de septiembre, pretende desconocer esta verdad, olvidándose de que en diciembre del año pasado, por el justificado motivo de la rebelión, ocurrió al Congreso demandando la concesión de nuevas facultades extraordinarias que no llegaron a concedérsele porque faltó el voto de la Cámara de Senadores, y que ya no pueden concedérsele porque se ha dejado de estar en las condiciones del artículo 29 constitucional.

"Ha sido, pues, fuera de toda legalidad, lo que el señor diputado don Ezequiel Padilla considera como un procedimiento suicida, que el Ejecutivo, a partir del 2 de enero último, en que expidió la llamada Ley de Ingresos, haya estado invocando la muerta Ley de 8 de mayo de 1917.

"Y si según lo expresó el señor diputado Padilla, reflejando sin duda, como hemos dicho, el parecer de la Cámara de Diputados, "el desprecio a la ley es una teoría suicida", sin que importe al señor Padilla ni a la Cámara, que ese desprecio lo

ostente quien tenga criterio revolucionario o cualquiera otro criterio, confiamos en que ni la Cámara de Diputados, ni las dos Cámara reunidas, permitirán que con menoscabo de prevenciones expresas de la Constitución, que es la ley suprema del país, continúe la dictadura fiscal que le Ejecutivo ha venido ejerciendo; y confiamos también en que el Congreso tomar las determinaciones convenientes para que no haya pretexto alguno para que esa dictadura continúe durante el próximo año.

"El medio que para ello hay, lo tiene en sus manos el Congreso de la Unión. Consiste en que expida las leyes de ingresos y de presupuestos para 1925. La nación toda, y con ella el comercio organizado, aplaudirá sin reservas esa actitud del Congreso, porque habrá cumplido con su deber.

"II. El Congreso no cumplir , sin embargo, de una manera completa con ese deber, si al expedir la Ley de Ingresos para 1925 no excluye de ella el impuesto sobre sueldos y utilidades, porque ese impuesto, por su carácter de directo, es eminentemente vulnerador de la soberanía de los Estados. Cada una de las diputaciones de los Estados, no corresponderá a la confianza que las respectivas regiones han depositado en ellas, si no vela por los fueros de la soberanía local.

"El sentimiento de la soberanía local no es un simple fantasma, sino que es algo real y efectivo, que traspone los linderos de la simple teoría legal y se manifestó hermosamente poderoso en la Convención Catastral de diciembre del año próximo pasado, cuando entre las delegaciones de gobiernos y legislaturas locales, no hubo un solo voto disidente, y condenaron el impuesto del uno al millar igualmente directo como el de sueldos y utilidades, y por eso igualmente contrario a la Constitución, porque ambos vulneran la soberanía de los Estados, únicos que están capacitados para hacer de esa clase de impuestos directos, un recurso fiscal.

"Si en esa ocasión los representantes de los Estados demostraron su fuerza por medio del razonamiento, confiamos que en vez las diputaciones de cada uno de esos Estados, a las que suponemos identificadas con el legítimo sentimiento local, no serán insensibles a la poderosa fuerza de la razón que inspira ese sentimiento.

"Además, debemos tomar en consideración los siguientes principios: I. En cualquier Federación, los Estados federales conservan las facultades y atribuciones que la Constitución no otorga al Poder federal.- II. Las restricciones impuestos a los Estados federales implican otras tantas facultades exclusivas del Poder federal.- III. La no restricción al poder de los Estados, implica restricción al Poder federal.

"La concurrencia de facultades es, pues, imposible entre la Federación y los Estados, como es imposible la concurrencia de funciones fisiológicas entre el cerebro y los demás órganos del cuerpo humano. Tales principios, doctrinariamente expuestos en lo que antecede, están consagrados en materia de Derecho Constitucional, que es la norma de los organismos políticos: en el artículo X de la Constitución norteamericana, que aun la misma Secretaría de Hacienda reconoce que fue nuestro modelo original; en el artículo 117 de la Constitución mexicana de 1857, y en el artículo 124 de la actual Constitución mexicana de 1917, que previene con identidad literal con el respectivo artículo de la de 1857, y con identidad ideológica con el artículo X de la Constitución norteamericana, que: "las facultades que no estén expresamente concedidas a la Federación, se entienden reservadas a los Estados".

"Y si en materia de impuestos, cuya recaudación es una función pública, quiérase o no, se tiene que llegar a la única e insubstituible clasificación de impuestos en directos e indirectos; y si en los artículos 117 y 118 de la actual Constitución se imponen restricciones fiscales a los Estados, sólo en materia de impuestos indirectos, la consecuencia ineludible conforme a los dos últimos de los tres principios que poco más arriba hemos consignado, es que es campo vedado a la Federación, el de los impuestos directos.

"Esa conclusión no es sólo el resultado de un esfuerzo de dialéctica, sino que es la expresión de un estado real y positivo, que es la mejor justificación de las Constituciones escritas.

"Efectivamente, el estado de hecho en que ha vivido la República en el siglo de vida con que cuenta, es el de distribución de los impuestos, correspondiendo a la Federación algunos de los impuestos indirectos y a los Estados, exclusivamente, todos los directos. Esto no ha sido simplemente un estado de hecho, pues independientemente de las disposiciones constitucionales que hemos citado, están proclamándolo las tres diversas leyes de clasificación de rentas, de 4 de agosto de 1824, 12 de septiembre de 1857 y 30 de mayo 1868, y sobre todo, las leyes de ingresos expedidas de 1892 a 1912.

"Ese principio de distribución de impuestos tuvo su origen en estas terminantes frases que dijo la Comisión de Hacienda del Congreso Constituyente de 1824, al tratar de la clasificación de rentas hecha en ese año: "Si los poderes centrales intervinieron en lo interior de los Estados, del modo que lo requiere el manejo de ciertas rentas, y en la dirección y mantenimiento de tantos empleados que ocupan su administración, no podría existir armonía entre la Federación y los Estados."

"Es sensible que un siglo después el Poder Ejecutivo federal, aprovechando determinado momento psicológico, se haya dirigido a los gobernadores de los Estados, interviniendo en lo interior de éstos, al pretender que esos gobernadores tomen participación activa en la recaudación de cierta renta, la de sueldos y utilidades, lo que en circunstancias normales, que no son las del momento psicológico presente, podría romper la armonía entre la Federación y los Estados.

"Confiamos en que el actual Congreso, cuyas funciones apenas comienzan, y de cuyas dos años de labor la nación espera una obra fructífera y consciente, benéfica para el país en la forma de armonización de tantos intereses encontrados, como desesperadamente se debaten ahora, sabrá cumplir patrióticamente con su deber, y por decoro de los Estados de la Federación, sabrá repudiar un impuesto que mediante la circular presidencial a los gobernadores que ya hemos mencionado, y lo que disponen los artículos 22 y 24 del decreto de 21 de febrero, ponen en peligro la armonía que

siempre debe existir entre la Federación y los Estados.

"Si no bastaren esos poderosos motivos para que el Congreso desautorice ese impuesto, serían suficientes las violaciones que comete de las garantías individuales, especialmente por medio de los mismos artículos 22 y 24, a que ya nos hemos referido, y que convierten a los patrones y pagadores particulares en agentes forzados y gratuitos de la recaudación del impuesto, con mengua del artículo 5o. constitucional.

"Si tan graves violaciones constitucionales comete la parte que pudiera llamarse substantiva del decreto de 21 de febrero, son más graves aún las que se cometen en la parte adjetiva, o sea la de reglamentación.

"Queremos referirnos al decreto reglamentario de 12 del pasado mes de septiembre, que constituyó a todas las dependencias del Poder Ejecutivo federal en agentes auxiliares del cumplimiento del decreto de 21 de febrero, y que exigiendo la comprobación del pago del impuesto, en cualquier gestión que se haga ante esas dependencias, pretende matar de un golpe el derecho de petición consagrado por el artículo VIII de la Constitución y ha comenzado a dar sus amargos frutos, porque hasta los agentes de los Ferrocarriles Nacionales se sienten autoridades federales y se rehusan a autorizar embarques; las administraciones del Timbre se niegan a visar facturas; las capitanías de Puerto a permitir embarques y desembarques de mercancías; los agentes aduanales se quejan de que la carga en las fronteras está siendo detenida, y aun cuando el decreto mencionado Fue derogado por una disposición posterior, subsisten todas estas dificultades y con mayor lujo de detalles.

"Amargos frutos son también los que ha producido una famosa circular que para dar cumplimiento al decreto reglamentario de 12 del pasado septiembre, expidió la primera autoridad política del Distrito Federal, enervando la acción de los notarios, circular que humildemente han acatado éstos, olvidándose de que no son propiamente autoridades, sino intermediarios en las relaciones jurídicas privadas de los particulares, y que la intervención que la autoridad pública tiene cerca de ellos, no puede ser otra que la de supervigilancia de dicha autoridad para que los particulares que ante ellos ocurran, tengan la humana certeza de que los consejos que les dé un profesionista, como es el notario, son presuntivamente eficaces; y para que tengan, también, la presuntiva certeza de que esos profesionistas son gentes honradas.

"Pero donde la amargura de los frutos del decreto reglamentario del 12 del pasado mes de septiembre, modificado por el nuevo de 25 del mismo mes y de las circulares de la primera y suprema autoridad política del Distrito Federal, sobrepasa los límites del acíbar, es en la actitud que han tomado los jueces del orden común del Distrito Federal.

"La circular de la autoridad política a que hemos aludido ordena a sus dependencias que acaten el decreto de 25 del pasado septiembre, y exijan a todos los que ante ellas concurran, la declaratoria de si han pagado o no el impuesto sobre sueldos y utilidades, y los jueces del orden común del Distrito Federal, olvidándose de que dentro de la juridicción del Distrito constituyen un Poder público independiente del Poder Ejecutivo, que lo constituye dentro del mismo Distrito el gobernador, con mayor sumisión que los notarios y que no quisiéramos llamar de otro modo, han abdicado de sus fueros propios y constituyéndose en dependencias del Gobierno del Distrito, han determinado violar las garantías que otorgan los artículos 8o., 16 y 17 de la Constitución, no admitiendo promoción alguna si los litigantes no cumplen con lo decretado el 25 de septiembre.

"Es ciertamente deseable que entre los poderes públicos haya la necesaria armonía, sin la cual el Estado no cumplirá su papel de coordinador de las actividades individuales. Pero cuando uno de esos poderes deja de tener la ponderación que requieren todas las funciones públicas, los otros poderes no deben, por conservar esa armonía, sacrificar los sagrados intereses de la comunidad social.

"Por eso la Confederación de Cámara de Comercio confía en que el Congreso de la Unión llegar a adquirir el convencimiento de que el clamor uniforme que de parte del comercio organizado se ha extendido por todos los ámbitos del país, no es producido por un malsano y sistemático propósito de obstrucción a la labor del Poder público, sino por un elemental espíritu de defensa contra medidas administrativas que conculcan los más carros intereses y derechos de los ciudadanos y los más rudimentarios principios del Derecho Público.

"Dicho lo anterior, la Confederación de Cámara de Comercio se siente relevada de extenderse en mayores consideraciones del orden legal que harían largo y prolijo el presente memorial, y sólo quiere referirse brevemente a lo que en todos los tonos se ha dicho recientemente por los más altos representativos del Poder Ejecutivo, de que el impuesto sobre sueldos y utilidades constituiría la única base del sistema fiscal y que la forma actual del impuesto no es más que un ensayo para llegar a esa finalidad del impuesto único.

"Se permitir la Confederación de Cámara de Comercio hacer notar que esas declaraciones se hallan en completa contradicción con un documento escrito emanado de la Secretaría de Hacienda, cual es el oficio que dirigió a la Confederación el 27 de mayo último, en el que con toda claridad se expresa que el nuevo impuesto subsistir al lado de los demás y que tiene por objeto ser correlativo de aquéllos para que el peso del impuesto también recaiga sobre las clases que la Secretaría de Hacienda cree que escapan de los actuales impuestos.

"Si fuera real el propósito de hacer del sistema fiscal un sistema que descanse en un impuesto único; si ese propósito fuera más que una utopía y si no hubiera los inconvenientes constitucionales que hemos señalado para que ese impuesto único fuera el de sueldos y utilidades, ese impuesto, aun en su mismo carácter de ensayo, que ha tenido podría haberse hecho extensivo a todos los que tienen una renta o utilidad, y no deberían haberse excluído a una masa considerable de individuos capaces de contribuir, pues es absurdo pretender corregir el sistema de que sólo determinado grupo de ciudadanos paguen impuestos, estableciendo uno que sólo grava a una parte de ellos.

"III.- Consignadas como quedan las razones del orden legal que fundan nuestra instancia y apuntadas apenas algunas consideraciones del orden económico y social, nos queremos referir también muy sucintamente a consideraciones del orden político.

"La Confederación de Cámara de Comercio, reflejando la actitud de todas sus confederadas, ha lamentado profundamente que el señor presidente de la República, para quien tenemos el más grande respeto, siguiendo un procedimiento semejante al que sintetizó en sus enérgicas frases el señor diputado don Ezequiel Padilla, no haya tenido en cuenta el criterio legal en este asunto, desoyendo las representaciones que, basadas en ese mismo criterio, le han hecho reiteradamente las Cámaras de Comercio del país, contra el impuesto sobre sueldos y utilidades.

"Sería de desearse, y esto lo decimos muy sinceramente, que el actual depositario del Poder Ejecutivo, respetando a la opinión pública, tuviera la fortaleza de espíritu suficiente para reconocer que se ha cometido un error, pues esto le traería la inmensa satisfacción de entregar el Poder y retirarse a la vida privada, aureolado por el prestigio que a todo gobernante da el respecto a la Ley y a la voluntad de los gobernados, de quien los gobernantes no son sino los mandatarios en el recto sentido de la palabra.

"Es un hecho establecido que el impuesto de sueldos y utilidades no sólo afecta a los poderosos que por razón de sus empresas y negocios obtiene ganancias de consideración, sino que también afecta a la sufrida clase media, que no por el hecho de disfrutar de entradas mensuales mayores de $200.00, deja de tener grandes necesidades y si se desciende al plano en donde luchan y se debaten estas clases trabajadoras, se podrá ver cuáles son sus sufrimientos y las causas de que este impuesto signifique, para ellas un sacrificio, que consideran injustificado.

"Los gobernantes no deben despreciar la impopularidad que les viene de sólo uno de los grupos sociales, y menos cuando dentro de ese grupo est n las clases productoras, porque la acción gubernamental no debe ser unilateral y no debe, por tanto, halagar exclusivamente a un grupo social con detrimento de otro grupo, pues la misión del gobernante es misión de concordia y de armonía.

"Alentamos la esperanza de que el futuro mandatario de la República, al darse cuenta de la impopularidad de este impuesto, de sus dificultades e impracticabilidad, como lo suponemos animado de las mejores intenciones de hacer labor constructiva, de Gobierno, armonizando todos los intereses y manteniendo un cordial acercamiento con los gobernados, atenderá con un espíritu de equidad y de justicia las peticiones que para derogarlo le haga el comercio organizado del país.

"Pero el comercio organizado de la República, que supone, con fundamento, que los nuevos representantes del pueblo vendrán animados de los mismos anhelos patrióticos de hacer el bien general del país; de ejecutar una obra de concordia nacional y no de lucha enconada de clases que debilitan la potencia de cualquier país; el comercio organizado, decíamos, que est seguro, sobre todo, de que los representantes del pueblo sabrán respetar la protesta solemne que acaban de prestar, de guardar y hacer guardar la Constitución de la República, cree que no es necesario esperar dos meses para reanudar sus instancias ante el Poder Ejecutivo, con éxito seguro, pues tiene la convicción de que el Congreso sabrá encontrar el camino seguro y legal para evitar que se sigan empleando esos procedimientos que, como ya hemos demostrado, son violatorios de importantes garantías individuales.

"Habrá así el Congreso allando el camino al nuevo gobernante, quien no asumirá el Poder con el pesado lastre de la impopularidad del impuesto sobre sueldos y utilidades.

"Terminaremos, pues, formulando nuevamente los tres puntos petitorios que hemos expresado ya en el cuerpo de este memorial y, por tanto, la Confederación de Cámaras de Comercio a la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, pide con todo respeto:

"I. Que se sirva elaborar en tiempo oportuno el proyecto de Ley de Ingresos para 1925, que debe pasar, para los efectos constitucionales, a la Cámara de Senadores y que, igualmente, se sirva elaborar en tiempo hábil el Presupuesto de Egresos, a fin de que la existencia de esas dos leyes aleje el peligro de que siga subsistiendo la dictadura fiscal que el Ejecutivo ha venido ejerciendo:

"II. Que en la elaboración del proyecto de Ley de Ingresos se sirva tomar en consideración los razonamientos que anteceden, para excluir de dicha ley el impuesto sobre sueldos y utilidades que, por ser directo, es de la exclusiva competencia de los Estados que quieran establecerlo, y

"III. Que se sirva declarar insubsistente el decreto de 21 de febrero último y sus múltiples reformas, aclaraciones y reglamentaciones y, por tanto, como no incurridas las responsabilidades que por la inobservancia de ese decreto pretende hacer efectivas la Secretaría de Hacienda.

"Protestamos lo necesario.

"México, a 3 de octubre de 1924.- Confederación de Cámara de Comercio de los Estados Unidos Mexicanos.- Presidente, M. E. Izaguirre.- Secretario, Pedro Gurrola M."- A su expediente.

- El mismo C. secretario: Tiene la palabra, por acuerdo de la Presidencia, para hechos, el ciudadano Alfredo Romo.

El C. Romo: La Presidencia ha dado ya el trámite que corresponde al escrito con que la Secretaría acaba de dar cuenta; sin embargo, por ser éste un asunto de importancia verdaderamente trascendental en la actuación de esta Cámara al estudiarlo en su debida oportunidad, no quiero dejar pasar sin asentar algunos conceptos sobre nuestra actitud respecto a la actitud de las Cámaras de Comercio y de algunas otras instituciones y elementos, por lo que se refiere al income - tax. No quiero desde luego hacer ninguna análisis de fondo de la cuestión; para la mayoría parlamentaria basta con sentar dos o tres conceptos fundamentales sobre la cuestión.

Habéis oído la cantidad enorme de disparates, desde el punto de vista económico - sociológico que contiene el escrito a que se acaba de dar lectura, los conceptos, en casi todas las ocasiones, llenos de insidia y de paradojas perjudicales al concepto revolucionario -revolucionario, que significa para nosotros justo-, de la cuestión económica del país.

En la contestación que tuve el honor de dar al mensaje presidencial el día 1o. del mes pasado expresé la más absoluta y la más rotunda aquiescencia y aprobación de esta Asamblea a la política que en este caso ha seguido en materia hacendaría el Ejecutivo de la nación. Lo expresé porque estoy seguro de que esta Cámara es una Cámara revolucionaria, lo expresé y estoy absolutamente cierto, señores representantes, de que cuento con la casi totalidad de los votos, de los votos conscientes de todos mis compañeros. Sé únicamente y sabe únicamente la mayoría parlamentaria y el Bloque Confederado, que al plantear la cuestión en esta forma que en materia hacendarías no había penetrado el espíritu revolucionario en lo más mínimo. Sentado, como he dicho, que para nosotros el concepto revolucionario y revolución significa justicia, justicia para los que la necesitan, para los de abajo, esta ley viene a iniciar un periodo necesario en la evolución en que se ha entrado en otras órdenes de la vida en materia hacendaría y económica en nuestra nación. Es por esto y única exclusivamente por esto, que el Bloque Socialista Confederado apoyar con toda su energía y con toda su acción dentro de la Cámara la acción del presidente de la República al implantar dentro de nuestro sistema económico la revolución. Y consecuente con su programa, la mayoría parlamentaria se preocupar por estudiar a fondo y a conciencia la cuestión. No queremos, únicamente por ir tras el concepto ideológico a atacar la cuestión técnica; no queremos hacer una ley disparatada por mucho que fuera revolucionaria, queremos actualizarla. El Bloque Socialista se ocupar por estudiar la cuestión concienzudamente para poder demostrar al país y al exterior, que si bien en México se hace revolución, se hace conscientemente y se hace consecuentemente con el programa de mayoría parlamentaria, hacer una ley justa, pero actual, hacerla posible. (Aplausos Una voz: ¿Por qué no nos invitan?)

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Padilla.

El C. Henshaw: La convocatoria Fue para Colegio Electoral.

El C. presidente: El acuerdo de la Presidencia Fue citar para Cámara de Diputados y luego para Colegio Electoral.

El C. Henshaw: La prensa dice otra cosa.

Además, todo esto es extemporáneo, perfectamente extemporáneo.

El C. presidente: Fue un error de prensa. Tiene la palabra el ciudadano Padilla.

El C. Padilla: Señores diputados:

Una mirada escrutadora sobre el mundo fiscal nos lleva a una conclusión que puede tener en estos momentos profunda elocuencia frente al movimiento de ataque que se hace al income - tax.- Es verdaderamente extraordinario que encontremos en las minorías interrupciones tratándose de un asunto en el cual la Cámara de Diputados tiene la necesidad más urgente de expresar su opinión, porque este lugar, esta tribuna, no sólo está hecha para discutir credenciales y para legislar, sino también para ser el órgano de la opinión pública, y nunca como en este momento es necesario ilustrar la opinión pública en un asunto de trascendental importancia, como es la iniciación revolucionaria dentro del régimen fiscal de la República -.

Si nosotros examinamos brevemente, en una rápida revista lo que significa el income - tax en el mundo civilizado, podríamos llegar a conclusiones que parecerían asombrosas a muchos que no están acostumbrados a esta materia. La Rusia soviet paga como máximum el ochenta por ciento de las ganancias; Alemania, que tiene el income - tax expedido por el Reichstag desde 1922 y vigente todavía, sostiene como máximum el setenta y cinco por ciento; Austria - Hungría alcanza el cuarenta por ciento de las ganancias; la Prusia, con el objeto de rehabilitar su bancarrota en 1922, fijó como máximum el sesenta y cinco por ciento de las ganancias; Inglaterra llega al cincuenta y cuatro por ciento como máximum en el income - tax; Francia lo ha hecho ascender al treinta por ciento; y en los Estados Unidos, Frank H. Shevit, técnico del income - tax en el Departamento Fiscal de los Estados Unidos, decía no hace muchos meses, cuando estaba defendiendo el Mellón Bill, proyecto de ley que hacía ascender a más del veinticinco por ciento el income - tax sobre ganancias que excedieran de cien mil pesos, y a propósito del proyecto Lonworth, aprobado ya en la Cámara de Diputados, aumentando el tipo máximum de las ganancias hasta el treinta y siete y medio por ciento sobre ganancias que excedan en 200,000 dólares, afirmaba que los Estados Unidos pagaban menos que el resto del mundo. Si después de esta revisión de máximum en el income - tax, que ha arraigado profundamente en los sistemas fiscales del mundo civilizado, nosotros leemos el artículo 17 de nuestra Ley sobre Salarios y Utilidades, nos parecerá verdaderamente extraño, nos parecerá una especie de desequilibrio que no tiene más calificativo que el de insensato, el que la Confederación de Cámaras de Comercio quiera protestar contra una de las fuertes corrientes del espíritu revolucionario universal, cuando esa corriente llega con moderación, con justificación, casi diría yo, con verdadera timidez fiscal. Oid el artículo 17. Dice lo que sigue.

"Artículo 17. El impuesto se causará conforme a la siguiente tarifa:

"De $0.01 a $2,400.00 en un año. Exentas. "Por la porción de utilidades comprendida entre $50,000.01 y $100,000.00, $3.50%.

"Por la porción de utilidades comprendida entre $5,000.01 y $10,000.00, 2.25%.

"Por la porción de utilidades comprendida entre $10,000.01 y $15,000.00, 2.50%.

"Por la porción de utilidades comprendida entre $15,000.01 y $20,000.0, 2.75%.

"Por la porción de utilidades comprendida entre $20,000.01 y $50,000.00, 3%.

"Por la porción de utilidades comprendida entre $50,000.01 y $100,00..00, 3.50%.

"Por la porción que exceda de $100,000.00, 4%."

¿Que significa el cuatro por ciento frente a todos esos máximum que acabo de señalar, en que el menor que he iniciado llega a treinta por ciento, y en que el mayor, como en la Rusia soviet llega a ochenta por ciento de las ganancias? Es por esta razón señores, por lo que importa en estos momentos hacer conocer a la opinión pública con

voz serena - in olvidar que estos asuntos deben tratarse por medio de la convicción y no por medio del desahogo -, la justicia revolucionaria de esta medida. Ha sido siempre un sueño de todos los teóricos en finanzas encontrar el impuesto único; ha sido siempre un sueño encontrar un impuesto único; porque es con él como se podría manejar con más disciplina y con más eficacia esa carga difícil que llevar todos los pueblos, esa carga que, como decía con espiritualidad Franklin en una carta que dirigía a sus amigos de la Academia de Ciencias de París, hablando sobre las cosas inciertas, es, con la muerte, la cosa más segura que hay sobre la tierra. Y, efectivamente, esa carga que tiene que llevar los pueblos es necesario manejarla, ya no por la ciega fatalidad, sino por algo de inteligencia. Todas las finanzas del mundo, hasta la fecha, como lo declara Plehn, en los Estados Unidos y en las naciones europeas han estado sujetas a la fatalidad, han sido producto de los impuestos de tradición, de necesidades inmediatas e imperiosas, sin que haya dentro de ellas en una forma clara y precisa un espíritu de justicia que ilumine la forma en que las naciones deben exigir a sus ciudadanos la participación en los gastos. Por esa razón el impuesto único ha pugnado desde los fisiócratas y con las teorías de Henry George, y las escuelas socialistas, por hacer que reine el espíritu de justicia y no de la fatalidad sobre los impuestos. Todos los que entienden de finanzas saben que uno de los más justificados motivos que inspiran los impuestos fiscales es indiscutiblemente el que toma como base a las ganancias. Yo no quiero hablar con tecnicismos, porque desde esta tribuna quiero dirigirme especialmente al pueblo y a la opinión pública; no cabe duda de que si pasamos una ojeada sobre todos los impuestos fiscales de toda la República, encontraremos impuestos tradicionales, encontraremos impuestos absolutamente empíricos que no se han inspirado de ninguna manera sobre la conveniencia y la justicia que se imponer sobre los pueblos. Si nosotros, por ejemplo, pasamos una mirada sobre este informe del Departamento Técnico de la Secretaría de Hacienda, encontramos que descontando el uno y sesenta y cuatro centavos por ciento de los impuestos sobre la República, recaen exclusivamente sobre impuestos indirectos, sobre impuestos de consumo, ¿y saben ustedes en qué reside la injusticia de esos impuestos que recaen en forma de incidencia sobre el consumidor? En que hay una indiferenciación, en que hay una indiscriminación en su manera de aplicarlos; en que no se conoce al hombre, en que no se le conoce ni en sus angustias ni en sus facultades, ni en su capacidad de pagar, sino que se tiene enfrente artículos, mercancías, se gravan las cosas, no se tiene en cuenta la necesidad o la abundancia, la capacidad o la miseria. Por esta razón todos estos impuestos que recaen exclusivamente sobre mercancías y en que el hombre no se le toma absolutamente en consideración, asientan esta tremenda injusticia: que generalmente los que los pagan son aquellos que más necesidades tienen y que, en cambio, aquellos que tienen mayores ganancias, aquellos que gozan de entradas más fuertes, aquellos que viven en lo superfluo, a esos, como lo dice brillantemente uno de los técnicos de la Secretaría de Hacienda, apenas si el impuesto los toca como en un punto una tangente, en la enorme circunferencia de su capacidad. (Aplausos.) En cambio, señores, el impuesto de las ganancias, ese va directamente a la facultad, a la capacidad del individuo. No se impone a las mercancías o a las cosas: se ve si en ese hogar, si en esa fábrica, si en esa industria el hombre tiene la capacidad de pagar un impuesto y en qué cantidad. Se aprecian todas sus circunstancias; el número de hijos que tiene, se aprecia el número de dificultades que encuentra; se aprecia si ha sido derrotado en su lucha financiera; si ha tenido ganancias, si no las ha tenido; en una palabra: el impuesto se humaniza. No hay nada que pueda estar hermanado con más claridad con la justicia en materia financiera. Por ese razón el income - tax constituye en todo el mundo civilizado una corriente que no ha sido posible obstruir, y oponerse a ella, con su sinnúmero de lucubraciones más o menos insensatas como las que la Confederación de Cámaras de Comercio, es absolutamente inútil. (Aplausos.) La Confederación de Cámaras de Comercio hace una serie de alegaciones constitucionales todas mezquinas: hay que confesarlo. Yo tengo el mayor respeto para la Confederación de Cámaras de Comercio, porque en esa Confederación deben existir elementos de actividad; debe haber hombres que son elementos propulsores de la grandeza de México; pero debemos decirles en esta ocasión que sus argumentaciones constitucionales son extraordinariamente mezquinas. ¿Cómo es que nos dicen, por ejemplo, que el artículo relativo a que todos los empleados locales est n obligados a retener las contribuciones del income - tax es una violación a la soberanía de los Estados? Pero, qué, ¿la soberanía de los Estados descansa en un hecho tan insignificante? Pero, qué. ¿es posible que estos señores sinceramente crean que por el hecho de que la Federación, por el hecho de que la República les impone a algunos empleados locales el simple deber de que en una hoja anoten y recojan los datos relativos a la contribución del income - tax a que tiene derecho el Fisco se viola la soberanía de los Estados? Pero, qué, ¿es posible que estos señores crean sincera y honradamente, que por el hecho de que esta ley les impone la obligación a los patronos, de recoger a sus empleados, cuando caen dentro de la ley fiscal del income - tax, la contribución que les corresponde; por el echo de desempeñar esa función de utilidad colectiva, se viola el artículo 5o. constitucional, así como el artículo 16? Pero, qué, ¿no tienen ellos presente, que no deben vivir en toda su fuerza la escuela liberal que vivieron los constituyentes de 57? El más grande, el más firme intérprete de la Constitución americana, que Fue Marshall, a quien se le llamaba, cuando interpretaba la ley, un mal entendedor de la Constitución americana, no miraba las sílabas, sino todo el código. A él no le bastaba mirar unos renglones, sino que contemplaba, según, la frase elocuente de un orador americano, toda la proyección infinita de ese sublime proceso humano, del cual la ley suprema es la genuina expresión. No hay que ver la ley en una forma tan pequeña. Para interpretar una Constitución es necesario conocer

a fondo al pueblo, porque no son los pueblos que están hechos para la Constitución, es la Constitución la que está hecha para los pueblos. (Aplausos.) Cuando se quiere interpretar perfectamente el código político, es necesario leer la historia del país, es necesario leer la historia -si se me permite esta forma de hablar - del presente, es necesario mirar el futuro; y cuando se comprenda toda esa verdadera síntesis de un país, hay que volver a leer la Constitución y entonces la veremos iluminada por verdades que no eran sospechadas antes y entonces comprendemos cómo es posible interpretar en una forma amplia el espíritu de los constituyentes. Por esa razón, señores diputados creo que todas las argumentaciones de orden constitucional que ha hecho la Confederación de Cámaras de Comercio son enteramente ineficientes. Ya los órganos técnicos de la Secretaría de Hacienda han demostrado que la tradición, que la jurisprudencia norteamericana no juzgan como violatorio de la soberanía de los Estados el hecho de que se les imponga a los empleados locales esas obligaciones; pero si eso no bastara, hay que mirar a los Estados Unidos donde el income - tax en estos momentos rinde dos mil setecientos millones de dólares al año, y es un país que tiene una organización federativa como nosotros.

De manera, señores, que necesitamos encontrar en otros motivos la causa por la cual se opone la Confederación de Cámaras de Comercio. Ellos invocan, tomando palabras mías pronúnciales el día 25 de esta tribuna, el criterio legal. Y es necesario que yo les responda en esta forma: cuando aquí se hizo la distinción de criterio legal y criterio revolucionario, Fue por una que provoco el compañero, Morones, pero que fuera de la discusión de credenciales, fuera de la connotación que dentro de un debate provocaran a veces palabras artificiales, es necesario asentar este principio: el criterio legal y el criterio revolucionario no son uno mismo; se funden en una misma idea, porque la Ley del 17 es la revolución escrita, porque la administración actual es la revolución hecha Gobierno. (Aplausos ruidos.) Por esta razón, al aludir a la administración del presidente Obregón no puede parecer una antítesis, no son términos que se contradigan al afirmar dentro de esa armonía de la ley y la revolución, que el general Obregón, que ha sido con su espada el primero en la revolución, ha sido con su autoridad presidencial el primero en la ley. (Aplausos.) Pero debajo de las cosas que se ven, están las cosas que no se ven, y por esto es necesario decir que la verdadera razón, el motivo fundamental único y exclusivo por el cual la Confederación de Cámaras de Comercio se opone al income - tax es el siguiente: es que ellos rechazan la fiscalización del Gobierno a los trabajos que hacen dentro de sus industrias y de sus empresas económicas. (Aplauso.) Esa es la verdad y también a ella hay que responder con argumentos y con verdades. Todo el mundo, en estos momentos, siente que hay una necesidad de política abierta, que hay una necesidad de orientaciones públicas. El hombre nunca encuentra para su entendimiento una niebla más densa que la que tienden sobre su frente los intereses económicos. Cuando el genio florentino decía que un hombre perdona mejor al asesino de su padre que a aquel le arrebata parte de su fortuna, iluminada con la lámpara prodigiosa de su genio uno de los rincones más tenebrosos e insondables del alma humana; pero también es cierto que en frente de esa mancha del alma humana, que está hecha de luz y de sombra, existe esta verdad colectiva que es la que alumbra todo el movimiento revolucionario, que es la que enciende todas las reformas de la presente civilización y que consiste en que todo sea a la luz pública. Cuando el hombre se exhibe, cuando tiene sobre sí la mirada de todos los demás, su honor se exalta, sus buenos sentimientos son los que suben por encima de la vorágine de los malos. Por esa razón, en el Código Penal, es una victoria el que las puertas del público estén abiertas para los reos. Por esa razón, en la política internacional y durante la guerra, Fue recogido como una palabra evangélica uno de los puntos de Wilson que predicaba la política abierta del mundo. Por esa razón, dentro del régimen fiscal, es una fuerza incontrastable y es una medida salvadora de la humanidad el que los ojos de todos penetren hasta el seno de las fábricas para que no se cometan injusticias. (Aplausos.) Yo tuve oportunidad de estar en Francia cuando el income - tax se discutió. La forma en que la Confederación de Cámaras de Comercio se opone a ese movimiento es débil en comparación con lo que se hizo entonces. Ya en Alemania regía ese sistema, y el pueblo comerciante francés hizo una bandera del resentimiento nacional para decir que sólo en Alemania donde un Kaiser se imponía sobre todos los hombres, era posible el income - tax. Y sin embargo, en 1916 y en medio de la guerra, el income - tax tomó la revancha de aquellos pueblos, para entrar de lleno dentro del régimen fiscal francés, y en el año de 1922 Francia pagó mil doscientos millones de francos de income - tax, cuando en 1916, año en que se implantó en Francia, apenas se pagaron cincuenta millones. Y actualmente Francia paga más de dos mil millones de francos de income - tax. Esa es la forma en que los grandes movimientos realmente salvadores toman la revancha. Por esta razón se impone decir a los señores industriales, a los señores de la Confederación de Cámaras de Comercio que se pongan en la actualidad; que piensen que es necesario en estos momentos sentir las pulsaciones del mundo; que es necesario que dejen penetrar la luz a esa noche secular del trabajo y del dolor humano; que ninguna de las fracciones del artículo 123 podría hacerse efectiva si no pudiera el poder público inspeccionar y conocer la marcha de cada una de las empresas económicas de México; que es necesario que entiendan que la explotación del trabajo en estos tiempos no se hace como antes en que se consideraba al trabajador y al obrero como combustible que los privilegiados arrojaban en silencio sobre las hornazas crepitantes. Que es necesario arrojar luz sobre esas tinieblas fiscales; que es necesario, por último, que ellos comprendan que esa luz debe será la de la inteligencia investigadora a la que se le debe abrir franco paso, para que entonces, cuando eso sea verdad dentro del régimen fiscal, podamos exclamar con la Confederación de Cámaras de Comercio y al unísono con todos los humildes trabajadores, la frase que ellos citan, la frase del laborador de Lamenais:

"todos estamos seguros de que la noche no será eterna" (Aplausos prolongados.)

presidencia del

C. RAFAEL ALVAREZ Y ALVAREZ

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Honorable Asamblea:

"De acuerdo con la declaratoria hecha por vuestra soberanía, el día 1o. de diciembre próximo, deberá tomar posesión de la primera magistratura de la República el C. Plutarco Elías Calles, quien recibirá el Poder de nuestro actual primer mandatario, C. general Alvaro Obregón.

"Ha sido costumbre y uso establecido que este acto y la protesta de ley se efectúen en el recinto de esta H. Cámara, a la media noche del último día de noviembre.

"La toma de posesión y protesta que rendirá el ciudadano presidente electo, C. general Plutarco Elías Calles, tiene trascendente significación histórica en nuestro país, pues nunca como ahora ha sido patente la transmisión pacífica del Poder, después de las duras vicisitudes porque la República, y muy especialmente los ideales proclamados por la revolución, han atravesado. Además, el C. presidente saliente, general Obregón, ha sido uno de los primeros revolucionarios que en el Poder ha sabido convertir en hechos tangibles las ideas de mejoramiento que fueron bandera de la más sangrienta de las luchas internas de nuestra nación; y el general Calles que recibe el Poder, es genuino representativo de aquellas ideas, por lo que el acto de su protesta, implica la transmisión pacífica del Poder, y por las circunstancias expuestas y por la talla de los hombres que en ella intervienen, es de excepcional trascendencia política, histórica y social. Más siendo notoriamente deficiente el recinto de esta Representación para contener a la masa popular que debe presenciar tan solemne ceremonia por será ella tan significativa dentro de nuestros destinos, paso a proponer a vuestra soberanía la siguiente reforma transitoria al artículo 187 del Reglamento del Congreso de la Unión que dice:

"Las Cámaras jamás asistirán, ni juntas ni separadas, a función alguna pública fuera de su palacio".

PROYECTO DE DECRETO

"Único. El presidente electo, C. Plutarco Elías Calles, rendirá la protesta de ley ante el Congreso de la Unión el día treinta de noviembre próximo, en el Estadio Nacional, a las doce horas.

"Pido dispensa de trámites y protesto a vuestra soberanía las seguridades de mi atenta consideración.- México, D. F., octubre 9 de 1924.- Alfredo Romo."

"Hacemos nuestra la anterior iniciativa.- Genaro V. Vásquez.- A. Valadez Ramírez.- J. V. Mejía .- R. Parra.- J. V. G. Cano.- Benigno Palencia. - F. Pérez.- J. G. de Anda.- Ricardo Covarruvias. - G. R. Cristo.- David Orozco.- J. González.- A. González.- J. L. Cuéllar.- Miguel Yépez Solórzano,"

En votación económica se pregunta si se declara de urgente y obvia resolución. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se declara de urgente y de obvia resolución. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se va a recoger la votación nominal.(Votación.) Aprobado por ciento sesenta y cuatro votos de la afirmativa contra dos de la negativa. Pasa al Senado para los efectos constitucionales.

La Presidencia ha tenido a bien designar para que lleve dicho proyecto de ley al Senado a los ciudadanos diputados Romo Alfredo, Pineda Efraín, Ancona José E., Yépez Solórzano Miguel, Campillo Seyde Arturo y secretario Luis Manuel Díaz

- El mismo C. secretario, leyendo:

"Señor:

"El decreto de 13 de abril de 1917, sobre organización política del Distrito y Territorios federales, en el capítulo XIV, de las responsabilidades de los funcionarios del Distrito Federal y Territorios, reconoció que éstos pueden cometer durante el desempeño de sus funciones, delitos o faltas del orden común o de carácter oficial; y contraviniendo lo expresamente establecido por el artículo 13 de la Constitución de 5 de febrero de 1917, estableció una especie de fuero para los funcionarios y empleados de la justicia del orden común, requiriendo para proceder contra ellos la previa declaración del Tribunal Superior del Distrito cuando se les acusara de delitos del orden común, y en tratándose de delitos o faltas oficiales, se exigía la reunión de un tribunal de doce miembros, formado por tres magistrados, tres jueces del ramo civil, tres penales y el resto entre jueces menores y correccionales, que debía declarar si la queja era fundada.

"La Ley Orgánica de Tribunales del Fuero Común, de 9 de septiembre de 1919, inspirándose en el decreto antes citado, consignó en el artículo 4o. transitorio que la responsabilidad por delitos o faltas oficiales de los magistrados del Tribunal del Distrito y Territorios y además funcionarios de la administración de Justicia, se debería exigir ante los jueces competentes del orden común, pero previamente habría de declararse si la queja era fundada, por un tribunal compuesto de doce miembros en la forma antes mencionada, necesitándose para proceder contra los jueces esa previa declaración hecha por el Tribunal Superior respectivo.

"Es de Pública notoriedad el fracaso de este sistema, pues podemos afirmar que durante la vigencia, de la mencionada ley, no sólo no se consignó a funcionario alguno por delitos oficiales que hubiese cometido, sino que para la reunión del mencionado tribunal, se tropezó con serias dificultades.

"La Ley Orgánica de Tribunales, de 29 de diciembre de 1922, en su artículo 11 transitorio, abrogó la de 9 de septiembre de 1919 y todas las anteriores en lo que se opusieran a la citada ley, ordenando en su artículo 152 que las responsabilidades oficiales de los magistrados, jueces y demás

funcionarios y empleados de la Administración de Justicia, sería exigida ante los jueces del orden común; previniéndose en el artículo 153 que cuando un magistrado o juez fuese acusando de un delito del orden común, el juez del proceso habría de pedir al Tribunal Superior del Distrito la consignación del presunto responsable, consignación que se decretaría siempre que se reunieran los requisitos que para dictar orden de aprehensión establece el artículo 16 constitucional.

"Desde luego debemos advertir que a primera vista se descubre una equivocación en los legisladores al redactar los artículos 152 y 153, estableciendo mayores garantías para los magistrados y jueces presuntos responsables de un delito de orden común, que para los responsables de delitos oficiales, pues en el primer caso se prevenía como necesaria la consignación del tribunal, y en el segundo caso se daba amplia libertad para proceder.

"Tal vez por esta circunstancia, los señores magistrados del Tribunal Superior del Distrito, en acuerdos plenos, y previo dictamen de algunos señores magistrados, declararon en vigor los artículos 94 a 98 del decreto de 13 de abril de 1917, que previene la formación del Tribunal de los Doce para conocer de las acusaciones presentadas contra los funcionarios judiciales por delitos o faltas oficiales para la declaración de la procedencia o improcedencia de la queja o la declaración del Tribunal Superior en los casos de delitos del orden común, de haber datos bastantes para proceder contra los funcionarios acusados.

"Desde luego debemos advertir que es inexacta la apreciación hecha por los señores magistrados del Tribunal Superior sobre la vigencia del decreto de 13 de abril de 1917, desde el momento en que el mismo sistema por dicho decreto preconizado y adoptado por la Ley de 9 de septiembre de 1919, quedó expresamente derogado por el artículo 11 transitorio de la Ley de 1922.

"Pero sea de ello lo que fuere, y teniendo en cuenta que hasta el momento la responsabilidad oficial es un mito, no sólo por no existir una ley que defina todos los delitos de esta categoría, ni un procedimiento rápido y eficaz para que la responsabilidad se haga efectiva, es absolutamente necesario, mientras se dicta la ley general de responsabilidades, tomar alguna medida de carácter legislativo para remover los obstáculos que en la práctica se han presentado sobre este particular.

"En esa virtud creemos que, supuesto que la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Federal, en su artículo 6o. transitorio, estableció de una manera expresa que no debe haber antejuicio para proceder a exigir las responsabilidades oficiales de los magistrados de circuito, jueces de distrito y empleados de la administración de justicia federal, de la misma manera en el orden común no debe existir el citado antejuicio, por no haber razón para adoptar en casos idénticos distintos sistemas.

"Sobre este particular, nos permitimos transcribir la parte relativa al dictamen presentado por las comisiones de esta Cámara respecto del artículo 6o. transitorio.

"Como se dijo antes, lo que se necesita para una eficaz y expedita justicia, es que las responsabilidades se hagan efectivas, y por esta razón, así como porque según el artículo 13 constitucional, se han suprimido todos los fueros especiales, por más que existe el fuero de los altos funcionarios de la Federación y el militar, por razones de otro orden que no se escapan a la consideración de esta H. Asamblea, las comisiones han suprimido de los artículos 63 y 64 del proyecto, el previo dictamen de la Suprema Corte, de los tribunales de circuito y juzgados de distrito, en los casos de acusaciones contra jueces de distrito, magistrados de circuito, funcionarios y empleados de estos tribunales y de la Corte Suprema, dejando amplia libertad para que las autoridades competentes conozcan de las causas de responsabilidad, mediante querella del Ministerio Público, sin necesidad de la previa declaración de haber lugar a proceder en contra del acusado, ya que en la práctica se ha visto que esta previa declaración ha sido, en muchos casos, un obstáculo para que se exijan responsabilidades plenamente comprobadas, sólo porque los superiores que deben resolver si hay lugar a proceder, se niegan a hacer semejante declaración. En vista de lo antes expuesto, los artículos 63 y 64 del proyecto quedaron en esta forma: "La responsabilidad por los delitos oficiales de los magistrados de circuito, jueces de distrito, secretarios, oficiales mayores y actuarios de la Suprema Corte de justicia, se exigirá ante ésta, la que, sin más trámite que el escrito de queja, consignará el echo al Ministerio Público, para que éste inicie ante el juez competente el juicio respectivo. Si esta autoridad encuentra mérito para proceder a la detención y prisión preventiva del funcionario acusado, pedir la consignación a la Suprema Corte de Justicia. la que así lo decretar . Durante la secuela del procedimiento, luego que se dicte la prisión preventiva, el funcionario procesado se considerar suspenso en las funciones que desempeñaba."

"En esa virtud, es pertinente reformar el artículo 152 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Distrito y Territorios en vigor, en el sentido de aclarar que las responsabilidades oficiales deben exigirse ante los jueces del orden común, pero por conducto del Ministerio Público, a quien compete el ejercicio de la acción penal, de acuerdo con el artículo 21 de la Constitución.

"Reformar también el artículo 153 en el sentido de que tratándose de delitos del orden común el juez de la causa no necesita de la previa consignación del Tribunal para proceder a la averiguación y aprehensión, en su caso, del presunto responsable, y en cuanto a responsabilidades de carácter oficial, iniciado el juicio por querella del Ministerio Público, el juez que conozca del proceso debe exigir la consignación al Tribunal Superior, quien la decretará sin trámite alguno, siempre que al pedirse la consignación se satisfagan los requisitos que el artículo 16 de la Constitución previene para dictar las órdenes de aprehensión, produciendo la consignación decretada los efectos de suspensión del funcionario en el ejercicio de su encargo.

"No se exigirá esta previa consignación para proceder a exigir la responsabilidad oficial a los secretarios y además empleados del Tribunal y juzgados, por no será de trascendencia su separación inmediata, no así por lo que respecta a magistrados y jueces, por la responsabilidad que ellos tienen en

el manejo de sus oficinas porque al suspenderlos deben tomarse las medidas del caso para su substitución.

"No es necesario decir que el Tribunal Superior, en los casos en que tenga conocimiento de la comisión de delitos o faltas oficiales, puede, o mejor dicho, debe hacer la consignación respectiva al Ministerio Público.

"Se reforma también al artículo 11 transitorio de la ley en vigor, para aclarar de una manera terminante que quedan derogados los artículos del decreto de 13 de abril de 1917, que establecieron el antejuicio y la formación del Tribunal de los Doce para responsabilidades oficiales por lo que respecta a los funcionarios y empleados del Poder Judicial del Distrito y Territorios.

"Tenemos noticias de que existe un proyecto de reforma a la Ley Orgánica, formando por algunos ilustrados miembros del Tribunal Superior de Justicia del Distrito, en el sentido de restablecer la facultad del Tribunal contenida en el artículo 77, fracción V de la Ley 1903, para suspender en el ejercicio sus cargos a los funcionarios y empleados judiciales en casos de graves delitos oficiales, a juicio del mismo Tribunal. Aun cuando consideramos lo beneficioso de la facultad, bien usada, como tenemos la seguridad de que lo haría el actual Tribunal, dicha facultad concedida se opone al texto expreso del artículo 21 constitucional, que establece que incumbe al Ministerio Público el ejercicio de la acción penal.

"Por lo expuesto, proponemos a vuestra soberanía que, con dispensa de trámites, se apruebe el siguiente proyecto de ley:

"Se reforman los artículos 152, 153 y 11 transitorio de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Distrito y Territorios en vigor, en la siguiente forma:

"Artículo 152. La responsabilidad por delitos oficiales de los magistrados de los Tribunales Superiores del Distrito Federal y Territorio de la Baja California, o de los jueces y demás funcionarios y empleados de la Administración de Justicia del orden común, se exigirá, ante los jueces competentes del orden común por conducto de la Procuraduría General de Justicia del Distrito y Territorios federales.

"Artículo 153. Cuando un magistrado o un juez fuere acusado por delitos oficiales, el juez que conozca del juicio pedirá al Tribunal Superior del Distrito Federal que ponga a su disposición, y éste lo decretar así, siempre que se reúnan los requisitos que para dictar orden de aprehensión exige el artículo 16 constitucional. La consignación hecha producirá el efecto de dejar en suspenso al magistrado o juez en el ejercicio de las funciones que desempeñaba.

"Artículo 11 transitorio. Queda abrogada la Ley Orgánica del Fuero Común en el Distrito Y Territorios, de fecha 9 de septiembre de 1919, y derogadas todas las demás en cuanto se opongan a la presente. De la misma manera, quedan derogados los artículos 94 a 98 del decreto de 13 de abril de 1917, sobre organización política del Distrito y Territorios federales, en la parte en que dichos preceptos hacen referencia a los magistrados y jueces del orden común.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión,- México, D. F., a 9 de octubre de 1924.- Gerardo V. Vázquez.- M. M. Rueda Magro.- Romeo Ortega.- J. Castillo Larrañaga.- Alfonso F. Ramírez.- Francisco López Cortéz.- Francisco D. Arlanzón.- Rufino Zavaleta.- A. Gutiérrez.- Adolfo Arias.- José García Ramos.- Librado G. López.- José Pérez Acebedo.- Doctor Pedro A. Vásquez.- Mariano Pérez.- Rafael Hernández Lomelí."

En votación económica se consulta si se considera el asunto de urgente y obvia resolución. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Rueda Magro.

El C. Rueda Magro: En nombre de la diputación de Oaxaca, señores, y por tratarse de un asunto de verdadera trascendencia, me permito suplicar a ustedes que este asunto se resuelva inmediatamente.

El C. Altamirano: No, que se estudie; en una lectura no se sabe lo que se va a aprobar.

El C. Rueda Magro: No se va a aprobar sin discusión. Lo único que quiero es que se consulte si se dispensan los trámites y, dispensados éstos, inmediatamente se pasará a la discusión. Además, Hay que hacer constar lo siguiente: que ya los trámites están dispensados, desde el momento en que está firmado el escrito por una diputación. En esa virtud, está a discusión el dictamen.

El C. Altamirano: Pido la palabra para hacer una aclaración al compañero Rueda Magro, La mayoría de la Asamblea no conoce a fondo el asunto. ¿Cómo vamos a discutir un asunto que ha pasado en una simple lectura, de la que no nos hemos dado propiamente cuenta? De manera que yo pido a la Asamblea que lo pase a comisión, rinda ésta su dictamen y luego discutiremos.

El C. secretario Valadez Ramírez: Trámite: pasa a la Comisión de Justicia en turno, e imprímase.

El C. presidente: Encontrándose a las puertas del salón el ciudadano Juan de la Cruz García, diputado suplente por el 2o. distrito de Colima, se nombra en comisión a los ciudadanos Arlanzón, Solórzano Béjar y prosecretario Elpidio Rodríguez para que lo introduzcan a rendir la protesta de ley.

(Rinde la protesta de ley el C. Juan de la Cruz García. Aplausos.)

El C. presidente, a las 12.37: Se suspende la sesión de Cámara de Diputados y se pasa a sesión de Colegio Electoral.

SESIÓN DE COLEGIO ELECTORAL

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 9

DE OCTUBRE DE 1924

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura del acta de la anterior.

2.- Es discutido y aprobado el dictamen relativo a los distritos electorales 6o. de Chiapas; 1o. de Chihuahua; 1o. y 3o. de Coahuila; 2o.., 5o., 9o. y 13 del Distrito Federal; 4o. de Durango, 11 de Hidalgo; 2o.. y 10 de Guanajuato; 1o.., 2o.. y 5o. de Guerrero; 2o.. y 9o. de Oaxaca; 6o., 9o., 11, 15, 16 y 18 Puebla; 2o.. de Querétaro; 6o., 7o. y 8o. de San Luis Potosí; 12, 13, 16 y 19 de Veracruz y 1o.., 2o.., 3o. y 5o. de Zacatecas. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. GENARO V. VÁSQUEZ

(Asistencia: La misma de la sesión de Cámara inmediata anterior.)

El C. presidente, a las 12.37: Se abre la sesión de Colegio Electoral.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Acta de la sesión de Colegio Electoral celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veinticinco de septiembre de mil novecientos veinticuatro.

"Presidencia del C. Alfredo Romo.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y cuarenta y dos minutos del jueves veinticinco de septiembre de mil novecientos veinticuatro, se abrió esta sesión del Colegio Electoral con el mismo quórum que hubo en la de Cámara de Diputados inmediata anterior.

"Se aprobó sin debate el acta de la sesión celebrada el día veinticuatro del mes en curso.

"Habiendo acordado la Asamblea, en votación económica, que no estaba suficientemente discutido el dictamen que trata de las elecciones en el 3er. distrito electoral de San Luis Potosí, y que propone para diputado, propietario al C. Valentín Narváez y para diputado suplente al C. Tomás Tapia, continuó el debate.

"El C. Ricardo Covarrubias habló en contra e interpeló a los CC. Morones y Narváez.

"El C. Manlio Fabio Altamirano, después de haber dirigido preguntas a los CC. Rueda Magro y Trujillo Espinosa y que éstos contestaron, usó de la palabra en pro.

"El C. Romeo Ortega pronunció un discurso en contra y le siguió en el uso de la palabra, en pro, el C. Morones, de quien contestaron preguntas los CC. Fabila y Filiberto Gómez.

"El C. Ezequiel Padilla se produjo en contra del dictamen.

"El C. Fabila hizo aclaraciones y acto continuo el C. García Téllez habló en pro.

"Suficientemente discutido el dictamen, en votación económica se aprobó el primer punto resolutivo, que consulta y que declara válidas las elecciones; para el segundo punto resolutivo, que declara diputado propietario al C. Valentín Narváez suplente al C. Tomás Tapia, el C. Manlio Fabio Altamirano, debidamente apoyado, pidió votación nominal, la que determinó, por ciento cuarenta y dos votos de la negativa contra veintiséis de la afirmativa, que dicha proposición fuera rechazada. Acto continuo los dictaminadores la presentaron reformada, en el sentido de la discusión, proponiendo para diputado propietario al C. Arnulfo Portales y para diputado suplente al C. Benito Flores. La Asamblea le otorgó su aprobación en votación económica y se hizo la declaratoria respectiva.

"Con motivo de los conceptos expresados por el C. García Téllez, los CC. Santos Guajardo, Juan B. Salazar y Cruz C. Contreras, usaron de la palabra para aclaraciones.

"Se concedió la palabra al C. Siurob, pero éste se negó a hacer uso de ella por la razón que expuso.

"A las veintiuna horas y cuarenta minutos se levantó la sesión." Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen impugnarla, sírvanse manifestarlo. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Aprobada el acta.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a. Comisión Revisora de Credenciales.- XXXI Legislatura de la Unión.

"Honorable Asamblea:

"A la 1a Comisión Revisora de Credenciales que subscribe fueron turnados, para su estudio, los expedientes relativos a las elecciones de diputados efectuadas el día 6 de julio último en los distritos electorales: 3o. de Zacatecas, 2o.. de Oaxaca, 6o. de San Luis Potosí, 1o.. de Coahuila, 6o. de Chiapas, 5o. de Zacatecas, 13 del Distrito Federal, 1o.. de Chihuahua, 2o.. de Guanajuato, 4o. de Durango, 3o. de Coahuila, 2o.. de Zacatecas, 5o. del Distrito Federal, 6o. de Puebla, 2o.. de Querétaro, 7o. de San Luis Potosí, 11 de Puebla, 8o. de San Luis Potosí, 9o. de Puebla, 9o. del Distrito Federal. 13 de Veracruz, 18 de Puebla, 1o.. de Zacatecas, 12 de Veracruz, 16 de Veracruz, 5o. de Guerrero, 1o.. de Guerrero, 19 de Veracruz, 9o. de Oaxaca, 10 de Guanajuato, 11 de Hidalgo, 2o.. Guerrero, 15 de Puebla, 16 de Puebla, y 2o.. del Distrito Federal.

"Del estudio circunstanciado que se hizo de todos y casa uno de los casos electorales antes mencionados, se llegó a los siguientes puntos de acuerdo que sometemos a la consideración y deliberación de este H. Colegio Electoral:

"Primero. Son nulas las elecciones verificadas en los distritos 1o.. de Zacatecas y 2o.. de Oaxaca y en su oportunidad se convocaría elecciones de diputados al Congreso de la Unión por dichos distritos.

"Segundo. Son válidas las elecciones celebradas en los distritos electorales que en seguida se expresan, y son diputados propietarios y suplentes, respectivamente: 3o. de Coahuila, los CC. Candor Guajardo y Ambrosio Rodríguez; 1o.. de Coahuila, los CC. Jacobo Cárdenas y José Martínez y Martínez; 6o. de Chiapas, los CC. Milcíades Carrascosa y Ventura Castro; 1o.. de Chihuahua, los CC. José U. Escobar y Samuel Carlisle; 13 de Distrito Federal, los CC. Eduardo Delhumeau y José Remedios López; 9o. del Distrito Federal, los CC. Justo A. Santa Anna y Carlos Aragón; 5o. del Distrito Federal, los CC. Rafael Martínez de Escobar y

Arnulfo Silva; 18 de Puebla, los CC. Aarón Valderrábano y Luis Santos Martínez; 6o. de Puebla, los CC. Reynaldo Nuncio y Samuel R. Malpica; 9o. de Puebla, los CC. Luciano M. Sánchez e Ignacio González; 11 de Puebla, los CC. Alfredo Ortega Martínez y Andrés Gasca Mendoza; 2o.. de Querétaro, los CC. J. Trinidad Obregón y Aurelio Briones; 6o. de San Luis Potosí, los CC. José P. Camacho y Rafael Sánchez; 7o. de San Luis Potosí, los CC. Manuel Orta y José María Méndez; 8o. de San Luis Potosí, los CC. Jezaur Pérez y Francisco Arieceaga; 2o.. de Guanajuato, los CC. Enrique Fernández Martínez y Manuel G. Aranda; 4o. de Durango, los CC. Rodrigo Gómez y Felipe Gómez; 2o.. de Zacatecas, los CC. Leocadio Guerrero y José Dávila Díaz: 3o. de Zacatecas, los CC. Pedro Belaunzarán y Guillermo C. Aguilera; 5o. de Zacatecas, los CC. J. Jesús Delgado y José D. Hernández; 16 de Veracruz, los CC. Alejandro Cerisola y Alvaro Cano Carrera; 13 de Veracruz, los CC. Martín Torres y Carlos Andrade; 12 de Veracruz, los CC. Eulalio Martínez y Pedro López; 5o. de Guerrero los CC. Alberto Vásquez del Mercado y Alejandro Sánchez; 1o.. de Guerrero, los CC. Desiderio Borja y Héctor Varela; 10 de Guanajuato, los CC. Ángel Aragón y Manuel Tamayo; 9o. de Oaxaca, los CC. Alberto Vargas y José Guadalupe García; 2o.. de Guerrero, los CC. Camerino T. Ocampo y Adrián Gómez; 16 de Puebla, los CC. Salustio Cabrera y Eduardo Moreno; 2o.. del Distrito Federal, los CC. Guillermo Zárraga y Alfonso Márquez P.; 19 de Veracruz, los CC. Andrés Gómez y Daniel Cinta; 15 de Puebla, los CC. Gonzalo Bautista y Leopoldo Vásquez Mellado, y 11 de Hidalgo, los CC. Anastasio Arciniega y Efraín Ledesma."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión .- México, D. F., a los nueve días del mes de octubre de mil novecientos veinticuatro."

Firman veinte ciudadanos miembros de la 1a. Comisión.

Está a discusión. Los ciudadanos diputados o presuntos diputados que deseen hacer uso de la palabra, sírvanse pasar a inscribirse.

El C. Arroyo Ch.: Señor presidente, yo suplico atentamente a su señoría se sirva ordenar a la Secretaría que de lectura a las firmas de los miembros de la Comisión que firman ese dictamen.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Elpidio Rodríguez.- Marino Pérez.- L. Sánchez de Cima.- J. Madrigal.- Jesús Santos Mendiola.- Ernesto Prieto.- R. Anaya.- M. Rueda Magro- Gilberto Fabila.- F. Zainos y Lumbreras.- Gustavo R. Cristo.- Francisco López Soto.- Procuró Dorantes.- Silvestre Guerrero.- Enrique L. Soto.- Pastor Rouaix.- Ramón Martínez.- L. M. Díaz.- José Pérez Gil y Ortiz.- Daniel L. Barrera."

Están inscriptos para hablar en contra los ciudadanos Altamirano Manlio Fabio, Díaz Soto y Gama Antonio, Morones Luis N., Aguillón Guzmán Gabriel, Arroyo Ch. Agustín, García Téllez Ignacio, Patraca Arcadio C., Medrano V. Federico, Mendoza Olivares José y Reyes Gil Adalberto.

En pro, los ciudadanos Santos Guajardo Vicente, Covarrubias Ricardo y Escobar José U.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Altamirano.

El C. Altamirano: Señores diputados: Antes de comenzar mi discurso sobre el fondo de la cuestión, quiero hacer esta aclaración: Voy a impugnar el dictamen por lo que se refiere a la parte del undécimo distrito del Estado de Hidalgo, cuya cabecera es Zimapán, y voy a demostrar a la Asamblea, y voy a demostrar especialmente a la diputación de Hidalgo, y más especialmente al señor Juvencio Nochebuena, defensor de Areiniega, que el paquete electoral del undécimo distrito del Estado de Hidalgo es absolutamente nulo; pero para eso necesito interpelar al ciudadano secretario para que me diga cuáles son las firmas de la comisión que conoció de este asunto, que constan en el dictamen que se nos acaba de leer, porque de los tres que conocieron del asunto de Zimapán de los dos, mejor dicho, el compañero García Carranza y el señor Pastor Rouaix, ninguno aparece firmando en ese dictamen, y yo interpelo entonces a la Secretaría para que se sirva mostrarme el dictamen parcial en el caso del undécimo distrito de Hidalgo, a fin de que se conozcan las bases de esta decisión, puesto que ninguno de la comisión firma ni ninguno de la comisión se encuentra presente en este recinto.

El C. secretario Valadez Ramírez: La Secretaría informa al compañero que no hay dictámenes parciales; que la Presidencia, en uso de sus facultades, consignó todos los casos pendientes a la 1a. Comisión dictaminadora, que está formada por diez secciones, y que esa comisión dictaminadora ha rendido el informe respectivo. (Aplausos.)

El C. Altamirano: Quiero que haga constar la Secretaría que no existe ninguna firma del señor Pastor Rouaix ni del señor García Carranza, y que estos dos señores tampoco se encuentran presentes, señor secretario.

El C. secretario Valadez Ramírez: La Secretaría no tiene inconveniente en hacer constar que, efectivamente, no se encuentran en el salón los ciudadano Rouaix y García Carranza, y que no aparecen sus firmas en el dictamen.

El C. Altamirano: De modo, señores diputados, que no puedo interpelar a la comisión porque no est aquí; que no hay dictamen parcial, porque desafío- ya no pido, desafío - a la Presidencia de esta Asamblea para que me muestre el dictamen parcial en que se basó la propia Presidencia para incluir este caso - el del 11 distrito de Hidalgo - en el dictamen global.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano diputado Altamirano que no tuvo que ver absolutamente nada con el dictamen global, porque no pertenece a las comisiones dictaminadoras.

El C. Altamirano: Entonces interpelo y sigo interpelando, a ver quién me puede contestar de toda la Asamblea, inclusive la Mesa Directiva, en qué se basaron para declarar que es buena esta elección y que es diputado el señor Anastasio Arciniega, de quien hablaré muy ampliamente. Interpelo a cualquier señor diputado que me pueda ilustrar sobre el particular. ¿En qué se basaron para incluir este caso en el dictamen global? y a los señores compañeros de Hidalgo los reto para que me digan en qué se fundó la comisión dictaminadora

para incluir este caso en el dictamen global. Contesten compañeros, para que oiga la Asamblea. ¡Muy bien! Quiero que tome nota la Asamblea, y lástima que el pueblo no se encuentre presente; pero ya que está la prensa, que tome nota de estas dos o tres interpelaciones que ni la Mesa, ni la Asamblea, ni la comisión ni nadie puede contestar. Pido al señor presidente de la Cámara que se sirva ordenar al oficial mayor se me traigan todos los paquetes electorales del undécimo distrito del Estado de Hidalgo para lectura de documentos. (Voces: ¡Huy!) Dos o tres compañeros, no voy a leer muchos, pero dos o tres especiales. (Murmullos.) El que no quiera oír, que se vaya a su casa, compañero.

El C. López Soto: Pido la palabra. Como el compañero Manlio Fabio Altamirano se ha concretado a atacar un caso de Hidalgo y se ha dirigido a la diputación hidalguense, me permito manifestarle que todo lo que pregunte lo contestaré oportunamente, aun cuando no estoy inscripto como orador; pero al efecto, ya me he acercado al ciudadano presidente para que tenga la bondad de inscribirme.

El C. Altamirano: Yo suplico al compañero López Soto que se sirva tomar nota puntualizada de los casos que voy a tocar, para que me los conteste uno por uno, aun cuando estoy absolutamente seguro de que no va a poderlos contestar. ¿Sabe el señor López Soto quién estudió en particular el caso del 11 distrito del Estado de Hidalgo? Le concedo la palabra al señor López Soto para que me conteste.

El C. Madrigal: ¡Se la concede...!

El C. Altamirano: Sí, porque estoy en el uso de ella, compañero Madrigal.

El C. López Soto: Pido la palabra. Para decirle una vez más que cuando usted acabe su peroración, yo haré uso del derecho que me concede el Reglamento; pero contestar interpelación por interpelación, no lo haré.

El C. Altamirano: Muy bien. Yo deploro que no se encuentre en esta Asamblea el señor Pastor Rouaix, porque tendría yo mucho gusto en ponerlo en ridículo ante esta asamblea, y tendría yo mucho gusto en poner en ridículo a los que firmaron el dictamen global, demostrándoles que no conocen absolutamente el expediente del 11 distrito electoral del Estado de Hidalgo. Al señor Velasco, que fue uno de los contendientes en este caso y que no es mi defendido, lo voy a interpelar si se encuentra en el salón. (Voces: ¡No está!) Tampoco se encuentra el señor Velasco. (Una voz: ¡Estás de malas!) De malas no, compañero; todo está combinado. Ni de malas ni de buenas, porque todo me tiene a mí sin cuidado. Al señor García Carranza, compañero diputado que me merece el más alto concepto de honradez, le tocó conocer el 11 caso del Estado de Hidalgo. Estudiamos en presencia del señor Velasco, en presencia del señor Campos a quien voy a interpelar, nativo del Estado de Hidalgo, y en presencia de otros varios compañeros, boleta por boleta, paquete por paquete, padrón por padrón, el 11 caso del Estado de Hidalgo. El compañero García Carranza, en presencia de Velasco, en presencia de Arciniega, en presencia de Jesús Azuara y en presencia de no sé cuántos hidalguenses, declaró que todo el paquete electoral era nulo y que él iba a consultar a sus compañeros de comisión la nulidad, porque era el prototipo de nulidad electoral. Lástima que no se encuentre en el salón García Carranza, porque estoy seguro de que él repetiría sus palabras en este recinto. Interpelo al compañero Campos. ¿Conviene usted conmigo, compañero -porque aquí tengo los datos sacados del estudio-, que todos los paquetes que revisamos -porque usted sólo fue a una sesión- que todos los paquetes que revisamos en presencia de usted, que en todos esos paquetes fueron falsificadas las firmas? ¿Si o no ?

El C. Campos Camerino: Pido la palabra. Debo contestare que solamente concurrí una vez a la comisión y que no conozco en detalle el expediente de Zimapán, por cuyo motivo no puedo decirle claramente lo que ha habido en este dictamen.

El C. Altamirano: Muy bien, compañero. Mi pregunta es concreta: Los seis o siete paquetes electorales que usted vio lo mismo que nosotros, ¿son buenos o son malos?

El C. Campos Camerino: ¿A qué candidato se refiere, compañero?

El C. Altamirano: A todos los candidatos.

El C. Campos Camerino: Porque sólo me tocó ver el expediente del compañero Velasco.

El C. Altamirano: ¿Y ese es bueno?

El C. Campos Camerino: No, señor.

El C. Altamirano: Eso quería que me dijera, compañero.

El C. Campos Camerino: ¿Es bastante?

El C. Altamirano: Me basta, compañero. El señor compañero Campos, que es del Estado de Hidalgo, confiesa que los paquetes que vio, referentes al señor Velasco, no son buenos. Si no son buenos, ¡claro es que son malos, son nulos! Pero yo desafío a cualquiera que vaya a defender a Arciniega para que me enseñe un solo paquete electoral válido, que esté ajustado a la ley. Oigalo la Asamblea, para que se dé cuenta de este caso, porque estoy seguro, porque me lo dijo algún compañero del Confederado, que el caso de Arciniega se resolvió a las once y media de la noche, cuando sólo había en este salón treinta o treinta y cinco ciudadanos diputados. (Voces: ¡Huy! ¡No! ¡No!) Entonces, mejor; si estaban todos, mejor. (Voces: ¡Nombres!) No soy delator.

El C. Madrigal: ¡Pues entonces miente!

El C. Altamirano: ¡No soy delator!

Pues bien, señores diputados, suplico al señor presidente que mande traer los paquetes electorales para leer dos o tres nada más, para no cansar a la Asamblea.

El C. Presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Altamirano que ya se dio la orden a que se refiere.

El C. Altamirano, continuando: El 11 distrito de Hidalgo, señores diputados, se compone de los siguientes municipios: Zimapán, Tasquillo, Santa María y Pisa Flores.

Yo era defensor del presunto diputado o del candidato, mejor dicho. Daniel Cerecedo Estrada, y le dije -porque es compañero mío de colegio-: "Si todos los paquetes son nulos, con toda franqueza te lo diré y sostendré la nulidad de la elección." Y como en presencia de él y en presencia de todos los candidatos que jugaron en ese distrito se

demostró que eran nulos todos los paquetes electorales, no tengo inconveniente en ratificar mi petición: Pido a la Asamblea la nulidad de esta elección y voy a decir por qué la pido. Yo voy a interpelar aquí, cuando vengan los paquetes electorales, voy a interpelar a Padilla, voy a interpelar a Genaro Vásquez. voy a interpelar a los principales líderes del Confederado.... (Voces: ¡No hay líderes!)Muy bien; entonces interpelaré a los que yo considere conveniente; los interpelaré para que vengan aquí a ver uno o dos paquetes electorales, tomando al acaso cualquiera de ellos, y me digan si es buena y si es legal esta elección. Ahora, señores, estoy seguro de que conforme al criterio legal el más legalista de la Asamblea -porque lo ha proclamado en diferentes ocasiones en este recinto-, Ezequiel Padilla, va a tener que decir ante su Bloque Confederado que no son buenos estos paquetes electorales, y con esto sentaré que conforme al criterio legal la elección del 11 distrito del Estado de Hidalgo es absolutamente nula.

Vamos a ver el criterio político. Yo supe, o se me figura también, (Risas.) para no afirmar. porque al señor Madrigal no le gusta; supe que algún compañero dijo: "Hay que apoyar a Arciniega por espíritu de compañerismo; hay que apoyar a Arciniega porque es amigo nuestro, porque lo apoya el compañero Nochebuena, y el compañero Nochebuena es un miembro distinguido de la diputación de Hidalgo." ¡Muy bien! ¿Y en qué se apoya el compañerismo? ¿En el criterio político? Únicamente, porque en el criterio legal no puede haber compañerismo; y conforme al criterio político no debe apoyársele. Les voy a leer a ustedes algo para ver si pueden considerar compañero al que le ha tirado de manera sistemática, de manera ruda, de manera constante al que es, y a mucho orgullo lo tenemos, nuestro jefe en cuestiones revolucionarias, a Plutarco Elías Calles; y voy a ver si pueden ustedes considerar compañero al que sistemáticamente, con razón o sin ella, ha atacado al que es también nuestro jefe en cuestiones revolucionarias, al general Alvaro Obregón. Vamos a ver si estos hombres, con los que nos une más que la amistad, más que el compañerismo, más que todo ello la fuerte corriente revolucionaria que nos anima a todos los revolucionarios, a ver si es posible que todos ustedes consideren compañero al que ha atacado sistemáticamente, con razón o sin ella, a estos dos hombres. "Los dientes de don Plutarco." Todo el mundo, toda la República, conoce este periodicucho que siempre ha sido órgano de chantaje y que se llama "Revolución", y les voy a leer un parrafito nada más para que se den cuenta. Podría yo traer toda la colección de este periódico para que se viera la labor que hace en contra de los principios revolucionarios. "Los dientes de don Plutarco." "Revolución", director gerente: Anastasio Arciniega....

El C. López Soto: ¿Qué fecha?

El C. Altamirano: La fecha importa poco, compañero, pero se la voy a decir: martes 17 de enero de 1922. (voces: ¡Huy!) Sí, cuando había muy pocos callistas, compañeros. Ya lo sé; ahora todos somos callistas, todos somos revolucionarios.

"Narran las crónicas más verídicas que don Plutarco Elías Calles, durante su estancia en el Instituto Rochester, fue despojado de toda su dentadura, porque los médicos asistentes de allí, creyeron que todo su mal radicaba en ella. Y se equivocaron redondamente. Don Plutarco siguió tan enfermo como cuando puso la militar planta en los umbrales del famoso sanatorio. Fue a Nueva York don Plutarco, y allí le aplicaron aire caliente sobre un tumor que los facultativos neoyorquinos creyeron encontrarle como causa de las causas de los graves malestares que padecía el ilustre enfermo que fue objeto de irrespetuosas cuchufletas por parte de los periódicos yanquis, por esta solemne declaración que hizo: "En el Gabinete del general Obregón no hay ningún bolchevique, solamente se piensa radicalmente en el bien social", o algo parecido.

"Y don Plutarco regresó como chupa de dominé de su viaje de salud. Y regresó sin dientes.

"¿Pero ser esto cierto?", nos interróganos nosotros....

"Porque tal parece que lejos de que le haya sido extraída su dentadura, se la afilaron toda, o por lo menos a cambio de la natural le pusieron formidables dientes políticos con que dar mordidas a las callanditas.

"A su llegada a esta desventurada patria, expresó enfáticamente que porque no se creyera que iba a influir, como alguien insinuó en las elecciones municipales, ni tomaría posesión de su cargo sino hasta después de que éstas se efectuaran, y así lo hizo. Por más que haya dedicado sus ocios o sus reposos de enfermo a otras actividades. ¿Cuáles?..... Había algo más trascendental para él que aquello de las elecciones municipales que, después de todo, son enteramente cosa de segundo orden en cuanto se refiere a organizar aspiraciones para llegar a la meta ambicionada.

"Se trataba nada menos que de formar la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados, que por tanto tiempo estuvo bajo el control de los hoy derrotados "peleceanos", quienes al primer fracaso parecen tocar a la desbandada, para incrustarse probablemente en bloques agradables al Gobierno.

"A esto había que dirigir toda la atención. Y don Plutarco, que tiene algo de táctico por intuición, que es general de división, gracias a la revolución, y que sabe manejar así una intriga como un cañón, y todo lo que acabe en "on", lo comprendió así. Hizo que se organizara la porra como en los buenos tiempos de "Ojo Parado", en contra del P.L.C., y la organizó en tal forma por conducto de Morones, de Salcedo y de otros llamados líderes obreros, que no pasan de ser más que explotadores de bobalicones que se creen de ellos, que se armó una bronca fenomenal. Lucieron pistolas, las imprescindibles cachiporras y hasta ciertos instrumentos que, según la crónica respectiva de un diario, fueron hechos en los talleres Fabriles Militares de la Nación.

"Y en la Cámara, en la Cámara también hubo maniobras, maniobras bursátiles, en que se puso a la altura del lodo la reputación de ciertos padres conscriptos que, según lo dicho por un periódico del Norte, pusieron su voto a tanto más cuanto. ¿Fue don Plutarco quien hizo tal gasto?.... Sobre éste nada se puede decir.

"Pero el caso es que el P. L. C., que tenía mayoría indiscutible en la Cámara de Diputados,

resultó vencido, ante el asombró de todos., en tanto que en las calles adyacentes al Palacio Legislativo se libran batallas más o menos interesantes.

"El triunfo de don Plutarco se iniciaba en la primera batalla. Lo demás vendría después, y así fue. Se ha formado ya una confederación de partidos, por la mitad, en vista de la heterogeneidad de sus aspiraciones y de sus principios. Sobre todo, de sus aspiraciones, y de sus principios. Sobre todo de sus ambiciones.

"Y ésta confederación, en la cual hay agraristas de pega, cooperatistas de paga, socialistas de cuero y políticos de resorte, es la destinada a apoyar las ambiciones que muy en cartera se trae cierto personaje, que alguna vez gritó a presencia de la bandera roji - negra, ondeando sobre el frontispicio de la Catedral metropolitana: ¡Soy y seguiré siendo bolchevique!

"En algo se habrían de aprovechar las horas de ocio o las vacaciones de enfermedad.

El P. L. C. veía con cierta confianza a don Plutarco, y se pegó el más solemne de los frentazos de que se pueda tener noticia en la Historia. Le aconteció lo que a la Caperucita Encarnada después de su travesía por el bosque para llegar a la choza de la abuelita: Creyó hallar la desdentada viejecita, y se encontró con los dientes del ogro...

"Don Plutarco traía sus dientes en un estuche...." No quise leer, compañeros, todo el artículo por que sé lo que molesta a la Asamblea, particularmente a algunos señores diputados, una lectura larga.

En el asunto del 11 distrito electoral del Estado de Hidalgo, hago esta interpelación . Yo pregunto al compañero López Soto qué criterio político va aducir al sostener a Arciniega: el criterio revolucionario. ¿Cómo demostró su revolucionarismo Arciniega? ¿Publicando en periodicuchos artículos insulsos contra algún diputado para sacarle cincuenta o cien pesos? Publicando sistemáticamente artículos contra cada uno de los diputados para ver cuanto le saca a cada uno de ellos, hasta que no se saque una puñalada o un balazo, porque, compañeros, cuando se le ataca a uno sistemáticamente, como cuando se atacó al diputado Gómez en un periodicucho, cuando no puede uno contestar porque la sangre que se le sube a la cara no le da tiempo de contestar en forma comedida, tiene uno que contestar en forma airada, enérgica ¿Qué paso cuando Gómez, todavía lo recordamos los de la pasada legislatura? Yo le pregunto a el compañero de Jalisco, si sistemáticamente lo está atacando un periodicucho cuyos números no llegan a cien, y se encuentra a este famoso periodista en el pórtico: "¿qué hace usted, compañero? ¡Nada!" Muy tranquilo se va hacia usted y le dice: (como muchos pseudoperiodistas) "si no me das tanto, no dejo de atacarte". ¿Qué hace usted, le da los cien pesos? Sería usted muy cobarde si procediera en esa forma; de modo, señores, que aquí tenéis a este compañero, no recuerdo su nombre; de modo, señores diputados, qué lástima que no pueda leer a la Asamblea todos los periódicos porque la colección es demasiado larga; pero, ¿quién de ustedes no conoce el periódico "Revolución"? ¿cuando ha tenido criterio el periódico "Revolución"? ¿Qué criterio le ha normado en sus ataques a Obregón y a Calles y a todo el mundo? El criterio legalista, no; el criterio de honradez, no; porque el que vende su pluma por cien pesos o cincuenta no puede ser honrado. ¿Cuál otro? ¿El criterio radical? Atacó a Calles porque dijo que Calles sería bolchevique. ¿El criterio mocho? Tampoco. ¿Donde ésta el criterio mocho? Ningún criterio, señores diputados? ¿De modo que dónde está el compañerismo?. ¿Porque se apoya a Arciniega? ¿Por compañerismo? Indudablemente que no, estoy seguro que no. ¿Cuestión legal? Estoy esperando los paquetes electorales para demostrar que en cuestión legal nada puede combatirse. Suplico al señor oficial mayor que traigan todos los paquetes, porque esta es una mínima parte.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Altamirano que ya se mandaron traer todos los paquetes, y le advierto que este dictamen está a discusión en lo general, no en lo particular.

El C. Altamirano: Yo estoy seguro de que los paquetes han desaparecido, los paquetes no van a aparecer y por eso insisto porque quiero poner en evidencia a la comisión.

El C. Arroyo Ch.: Pido la palabra para una moción de orden.

- EL C. presidente: No hay desorden.

El C. Arroyo Ch.: Lo acaba de introducir su señoría. Pido la palabra para una moción de orden.

El C. presidente: No hay desorden.

El C. Arroyo Ch.: Lo acaba usted de introducir con lo que dijo.

El C. presidente: Entonces retiro lo que he dicho.

El C. Altamirano: Quiero yo demostrar, señores diputados, ante toda la faz de la nación, ante la prensa, quiero poner en evidencia hasta el cansancio a la comisión que se atreve a incluir en un dictamen global el 11 distrito del Estado de Hidalgo, por eso quiero que se traigan a todos los paquetes electorales para escoger tres o cuatro, para que me diga el ciudadano Romo si son buenos esos paquetes electorales. De manera, señor presidente, que insisto en mi petición para demostrar, y tengo derecho para ello, para pedir que se traigan todos los paquetes electorales.

El C. presidente: La presidencia manifiesta al ciudadano Altamirano, que ya se dio la orden a fin de que se trajeran los paquetes a que hace referencia.

El C. Altamirano: Estoy seguro de que los paquetes no van a aparecer; se perderán, ¿Por qué? La Asamblea puede adivinarlo, y la prensa puede adivinarlo también, pero quiero que se traigan todos los paquetes.

El C. Madrigal: Esos son todos.

El C. Altamirano: Usted no los conoce, señor Madrigal, y no puede decir mentiras.

El C. presidente: Atentamente se ruega a los compañeros no interrumpan al orador.

El C. López Soto: Yo no sé si eso será todo el expediente, o no, pero si no es todo el expediente, no se ha hecho más que cumplimentar con los deseos de su señoría, que pidió que se trajeran unos cuantos paquetes, pero no todos.

El C. Altamirano: No dije que unos, sino que dije que todos los que yo quiera. Yo dije todos, compañero, le voy a explicar porqué: porque en esos paquetes yo pude seleccionar tres o cuatro para que usted y Padilla y toda la Asamblea me digan si son buenos. (Risas.) Compañero López Soto: Le suplico pase a esta tribuna para que me conteste una pregunta. (Voces. ¡No! ¡No!) ¿Qué sello de autenticidad tiene este padrón, compañero?

El C. López Soto: Compañero Altamirano, yo voy a dar fe de todo lo que usted quiera, es decir, de todo lo que usted me presente; pero le suplico tenga la bondad de esperarse hasta que suba a la tribuna, porque hablaré ampliamente.

El C. Altamirano: ¿Qué Presidencia Municipal o qué sello tiene esto? (Voces: ¡No lo previene la ley! ) ¿Qué no tiene que ver aquí la autenticidad del padrón electoral? Pues yo considero que precisamente el padrón electoral es la base de la elección; ¿Conforme a qué padrón se rige a la hora de votar, si no trae ningún sello de autenticidad? ¿No quiere decir esto que cualquier individuo puede hacer un padrón y firmar como empadronador, instalador o lo que sea? Al señor Madrigal, que fue de las comisiones, le pregunto: ¿qué criterio tiene sobre el particular, sobre una lista de ciudadanos, sin que tengan ningún sello de autenticidad? ¿Sabe usted lo que es un sello de autenticidad, compañero? ¿Es bueno ese padrón?

El C. Madrigal: interrumpiendo: Sí es bueno.

El C. Altamirano, continuando: ¿Es bueno, compañero? Ya me está usted desmereciendo del concepto en que lo tenía. (Risas.) Suplico al compañero Padilla que tenga la bondad de decirme si es bueno este padrón sin sello de ninguna especie, sin autorización, sin firma de auxiliar electoral: hay una firma que fue borrada con goma y se puso el nombre de un señor Moisés quién sabe cuantos; venga a verlo. ¿Es bueno? Venga a verlo, compañero.

El C. Padilla Ezequiel: Para contestar al compañero Altamirano pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Padilla.

El C. Padilla Ezequiel: Lo único que podría decirle, y hasta donde mi pobre facultad de perito puede resolver, es que efectivamente no traen sellos; pero es necesario reconocer, sin penetrar en el asunto electoral, que lo desconozco, que en lo general es frecuente, dado lo incipiente de nuestras prácticas electorales, encontrar en los expedientes esa falta. (Aplausos.)

El C. Altamirano: Bien, compañero Padilla, estoy de acuerdo con usted en uno, en dos o en tres casos; pero cuando esto se encuentra en todos los paquetes electorales en la misma forma, cuando compruebo ante la comisión revisora, como lo comprobé yo y lo comprobó Velasco y también lo comprobó Campos en el Estado de Hidalgo, que las firmas están totalmente falsificadas, porque se tomó la precaución de que los presidentes de casillas en la Junta Computadora firmaron en una lista para dejar su firma fuera de los paquetes electorales; cuando a eso se agrega que las boletas están marcadas por una sola mano y sin doblar, cuando se agrega que en un municipio todas las boletas de las casillas electorales est n hechas en la misma forma, las carátulas con la misma letra y cosidas con el hilo del mismo color, cuando agrega usted todo esto, ¿es buena una elección? Claro que no, señores diputados; por eso quiero que se traigan todos los paquetes electorales para que vean ustedes esto que estoy diciendo, e interpelo a cualquier diputado a que me demuestre lo contrario de lo que estoy afirmando en esta tribuna, a ver si es posible que la ofuscación de un bloque llegue a tal grado que mirando la nulidad de todos los paquetes electorales, se aferren en decir que sí hubo elección. No lo dudaré, claro; pero quiero demostrarlo ante la nación. No tengo empeño en que se nulifique el asunto de Arciniega, pero quiero demostrar ante el pueblo, ante la nación y, sobre todo, ante el pueblo trabajador de todo el mundo, que se comete una absoluta villanía y que conscientemente los diputados del Confederado fundan la legalidad de una elección en algo que no ha existido. Eso es lo que quiero demostrar, lo demás me tiene sin cuidado. Otro paquete, mientras llegan los demás. Los más malos no los han traído, allí viene, ah, sí!

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Artículo 102. Los discursos de los individuos de las Cámaras sobre cualquier negocio, no podrán durar más de media hora, sin permiso de la Cámara."

Se da lectura a este artículo reglamentario en virtud de que son numerosos los oradores inscriptos.

El C. Altamirano: Yo quiero decir a los señores diputados que tengo seis años de ser diputado....(Voces: ¡Huy!) Sí, compañero Durón González, los que no tendrá usted.

El C. Durón González, interrumpiendo: No quiero ser fósil.

- El C. Altamirano, continuando:.... y nunca he visto un caso de que a un diputado de la mayoría o de la minoría, del partido político que sea, se le interrumpa en su discurso. De manera que suplico a los señores diputados que no me vayan a restringir la media hora, porque en media hora es imposible demostrar la sinvergüenzada que se esconde en este paquete electoral. Yo suplico a los hombres de criterio amplio que me dejen hablar, porque si no me dejan hablar es inútil que discutamos, que se vote el asunto desde luego sin discusión. ¿Para qué? Si no vamos a poder hablar más que veinte minutos, no tenemos tiempo de nada. El señor presidente de la Mesa, que también tiene cuatro o seis años de diputado... (Campanilla.)

El C. Presidente: La Presidencia de la Cámara hace constar que no desea restringir el uso de la palabra a los oradores, sino que única y sencillamente se apega al Reglamento de la Cámara.

El C. secretario Valadez Ramírez: En votación económica se consulta a la Asamblea si permite que continúe el orador en el uso de la palabra. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Hay mayoría. (Voces: ¡Qué hable! ¡Que hable!)

El C. presidente: Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Altamirano.

El C. Altamirano: Estando a la recíproca, voy a hablar lo más corto que pueda. (Aplausos.) Aquí tiene el compañero Padilla, el más legalista

de la Asamblea, estas boletas marcadas todas por una o dos manos, como se puede certificar por los rasgos de las cruces, sin doblar absolutamente sin doblez, están respaldadas por este padrón, este padrón compuesto por doscientos ochenta y tres ciudadanos en que no faltaron de votar más que cuatro o cinco. Mire usted, compañero Padilla, las boletas de otra casilla tomada al acaso; revolvieron el paquete, no puedo decir las que yo quisiera; al acaso, sin doblar y marcadas por un sola mano. Aquí están los rasgos, pueden verlos todos los ciudadanos diputados, el que lo dude que pase a cerciorarse y aquí tienen los padrones, señores diputados. No tienen ningún sello de ningún Consejo Electoral, de ninguna Presidencia Municipal; no tienen sello de nada estos padrones. A los legalistas ese padrón una simple lista que no puede saber si es buena o es falsa, ¿es padrón? He aquí, señores diputados del Confederado, lo que váis a votar en el 11 distrito del Estado de Hidalgo. No, naturalmente como ha sido un acuerdo del bloque y todos os laváis las manos, sin embargo, todos y cada uno de vosotros sois responsables de esta ignominia. Mire el compañero Padilla cómo son buenos ciudadanos los de esta casilla, no falta nadie de votar, son muy viriles, conocen perfectamente sus derechos nadie deja de votar, no hay enfermos ni ausentes, todos votan, ahí los tienen; pero, señores diputados, ¿para qué cansar a la Asamblea? Voy a cumplir lo prometido. Voy a terminar.

El C. Campillo Seyde, interrumpiendo: Todos hacemos lo mismo.

El C. Altamirano: Todos hacemos lo mismo; pero no podría usted, miembro connotado del Confederado, demostrarme que existe la legalidad en estos paquetes electorales, y como en el futuro tendremos que encontrarnos probablemente en el Estado de Veracruz, lo reto para que me diga si esto es legal. Interpelo al ciudadano Campillo Seyde.

El C. Campillo Seyde: Desconozco los paquetes; mal puedo decirle si es verdad.

El C. Altamirano, continuado: Entonces mal hace el compañero Campillo Seyde en estar interrumpiendo con cosas que no conoce; yo sé lo que estoy hablando, compañeros; yo estudié junto con la comisión boleta por boleta, paquete por paquete este expediente electoral, por eso hablo con toda energía y con toda confianza, porque estoy seguro de que nadie de la Asamblea me puede demostrar que es legal este paquete. Ya veremos oportunamente, ya oiremos al ciudadano López Soto y ya podré rebatirlo. De modo, señores diputados, que con toda conciencia, con el convencimiento de que este paquete electoral es nulo, vengo a apelar al último ápice de justicia, al último ápice de justificación que puede existir en el ánimo y en el criterio de todos los señores confederados, para que se califique este caso del global, para que se nulifique la elección y se convoque a nuevas elecciones. No vengo a defender a nadie; todo ese paquete es totalmente nulo, nadie tuvo la ley, nadie se acomodó a las fórmulas legales, absolutamente nadie. Los tres candidatos en el paquete electoral aparecen con votación totalmente nula. ¿Por un descuido ha llegado a esta Asamblea el compañero Pastor Rouaix? Creo que no; no es tan descuidado el compañero; él sabía perfectamente el ridículo en que lo iba yo a poner interpelándolo sobre este caso; de manera que no tengo a quien interpelar. Interpelo a la comisión, no hay comisión; interpelo al presidente para que me diga en qué dictamen parcial, en qué opinión se fundó para incluir este caso, no me lo puede contestar porque no existen las firmas ni de García Carranza ni de Pastor Rouaix. De modo, señores diputados, que sin base de ninguna especie, demostrada la ilegalidad, demostrado el criterio político hasta la saciedad de este individuo que no estará con nadie, que está con el bolsillo de quien tenga cincuenta pesos para dejar de atacarlo. Demostrado todo eso, vais a votar el caso de Hidalgo, quiero recalcar que ningún confederado ni conglomerada ni individualmente, dejarán de ser cómplices de lo que se va a hacer en el 11 distrito de Hidalgo, por eso lo he remarcado y todos y cada uno son responsables de lo que se va a hacer en este distrito electoral porque he demostrado hasta la saciedad lo que he afirmado y porque ni uno solo de los diputados me ha podido contestar ni una sola de las preguntas. Ahora, señores diputados, a votar, y a votar por la afirmativa; claro, hay que votar por la afirmativa. Se va a cometer una villanía. ¿pero qué importa? ¡Se cometen tantas en el mundo que una más no significa nada! Y conste señores diputados, que no defiendo a nadie. Le dije a Cerecedo Estrada, al principio, que toda la votación era nula y es lo mismo que he venido a sostener a esta tribuna y ahora, señores socialistas del Confederado, señores legalistas del Confederado, señores revolucionarios del Confederado, a votar por la afirmativa en un expediente electoral que no existe! (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano López Soto, Francisco.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Está inscripto en pro el compañero? Estoy inscripto.

El C. presidente: Está inscripto en pro, así está el orden; le toca hablar al ciudadano López Soto y a otros.

El C. López Soto: Señores compañeros: con verdadera atención he escuchado el discurso del estimable compañero Altamirano, tanto más cuanto que debería de preocuparme de lo ocurrido en aquel lejano distrito del Estado de Hidalgo. El compañero Altamirano ha tocado dos puntos: el punto legal y el punto político. Necesariamente tendré que concretarme a lo mismo, brevemente, porque tenemos todavía muchos oradores que tienen que hacer uso de la palabra y por lo tanto no me voy a concretar y tratar del asunto global, si fue bueno o malo, sino únicamente del asunto que trajo a esta tribuna el compañero Altamirano.

En todas las prensas del mundo, compañero, se ataca a todos los gobernantes, eso todos lo sabemos. Que el ciudadano Anastasio Arciniega haya atacado a tal o cual ministro y entre ellos al general Calles, no tiene absolutamente nada de raro; la prensa que, repito, de todas partes del mundo ataca a todos lo ministros y presidentes de la República...

El C. Altamirano: ¿Con qué razón?

El C. López Soto: Yo suplico al compañero Altamirano que tenga la bondad de no interrumpirme y de esperar, porque yo no pronuncié una sola

palabra cuando él estaba en el uso de la palabra.

El C. Altamirano: ¿Me permite usted una interpelación? Yo le permití interpelarme.

El C. López Soto: No permito ninguna interpelación, compañero.

El C. Altamirano: Yo recuerdo que le permití hacerme todas las interpelaciones que usted quiso.

El C. López Soto: Sigo en el uso de la palabra. Creo, señores compañeros, que se ha tratado de impresionar a ustedes hondamente con la lectura de uno o dos artículos referentes al viaje del general Calles, que si fue o no fue, o que si no vino; pero hay que ver esto, señores: el señor Arciniega, en los momentos de prueba, cuando se trataba precisamente de elementos revolucionarios contra elementos reaccionarios, cuando estalló la rebelión delahuertista, él supo estar en su lugar del lado de Calles. Y esto ha sucedido también aquí en el Parlamento: muchos de los que fueron después callistas empedernidos, pertenecieron al Partido Cooperatista y cuando vieron que el Partido Cooperatista no estaba del lado de la razón, se fueron del lado de la revolución y el resto de sus compañeros siguió el camino de la reacción. El compañero Arciniega tenía un periódico establecido hace muchos años y pude agarrar, así el acaso, algunas palabras del compañero Altamirano en las que manifestaba que el compañero Arciniega no había hecho ninguna labor ni había defendido a nadie, y aquí tengo, señores, un libro que se llama "Sonora y Carranza", que me voy a permitir suplicar al señor secretario... (Murmullos. Voces: ¿Todo el libro?) Como no está el señor secretario, me voy a permitir leer cuatro renglones.

El C. secretario Valadez Ramírez: Dos fotografías. Una del ciudadano Francisco Soto y otra del ciudadano Anastasio Arciniega.

"Señores Francisco Soto y Anastasio Arciniega, respectivamente, director y administrador del periódico "Revolución", a la fecha del movimiento revolucionario iniciado en Sonora. "Revolución" fue el único diario metropolitano en que, en valientes editoriales y con los riesgos del caso, se justificó la actitud de Sonora y se atacó a Carranza por su loca empresa contra aquel Estado."

El C. López Soto: Ya ven ustedes, señores compañeros, cómo el ciudadano Anastasio Arciniega supo ponerse a la altura de su deber como revolucionario cuando la dictadura carrancista trató de imponer a Bonillas. Corriendo todos los riesgos que se corrían y particularmente en la capital de la República cuando se cometían innumerables asesinatos, entonces Anastasio Arciniega estuvo a la altura de su deber y a la altura de su obligación. Así, señores, cuando llegó el movimiento callista, Anastasio Arciniega estuvo con el movimiento callista. Se han presentado aquí algunos paquetes electorales para demostrar la parte ilegal de la elección y el compañero Altamirano, que por una pasión muy natural es muy grande amigo del señor Daniel Cerecedo Estrada, y tengo presente que hace dos años lo llevó su amistad a cometer una infamia, puesto que se afilió al Partido Cooperatista con el exclusivo objeto de introducir a la Representación Nacional a Daniel Cerecedo Estrada, que no había obtenido una votación buena, que no había obtenido más que seiscientos votos contra siete mil de su contrincante, (Aplausos.) en estas condiciones....

El C. Altamirano, interrumpiendo: Para una aclaración. Quiero hacer esta aclaración al señor diputado López Soto; pido la palabra, aunque sea tarde. Hace dos años defendí a Cerecedo Estrada y demostré, óigalo usted, hasta la evidencia que había ganado Cerecedo Estrada, porque el gobernador del Estado era Azuara Amado, hermano de Jesús Azuara, el candidato, porque el jefe de las fuerzas regionales era Antonio Azuara, hermano de Jesús, que era el candidato en contra de Cerecedo Estrada, y demostré hasta la saciedad, compañeros, en una discusión que dilató tres horas, que había ganado legalmente Cerecedo Estrada y por eso la Asamblea toda me apoyó y apoyó a Cerecedo Estrada. Esa es la aclaración que quería hacer al diputado López Soto. Pero no est a discusión el caso de Cerecedo Estrada.

El C. López Soto: El propio compañero Altamirano ha confesado que vino aquí a defender a Cerecedo Estrada. Pues bien, señores; siguiendo el hilo de mi peroración, les manifiesto esto: el propio compañero Altamirano, percatado de que era verdaderamente imposible volver a defender a su hijo adoptivo, no tuvo menos que decir: señores, se tiene que nulificar esta elección. ¿Por qué? Porque no ganó Cerecedo Estrada. (Aplausos.) Hace dos años si es cierto que el hermano del general Jesús F. Azuara, que trajo aquí siete mil votos, era jefe de las fuerzas del Estado de Hidalgo, también lo es que en la región por donde el jugó no había un solo soldado federal ni del Estado; se hizo la elección con toda clase de facilidades y todo candidato pudo hacer lo que se le pegó la gana. Ahora, puesto que se ha tratado de presentarnos aquí al compañero Arciniega como un enemigo de la revolución, yo, compañero Altamirano, me voy a permitir presentar en el mismo caso al señor general Cerecedo Estrada. El señor Estrada ha jugado como candidato del señor Azuara - y le suplico ponga atención mi estimable compañero Soto y Gama-, que ha jugado como candidato del partido azuarista; pero va usted a ver, compañero Soto y Gama, y usted, compañero Morones, quién es, qué personalidad tiene de agrarista el ciudadano Daniel Cerecedo Estrada. Tiene una finca que se llama La Candelaria. En esta finca tiene reducido a un perímetro ínfimo ochocientas familias, de estas ochocientas familias tiene doscientos cincuenta campesinos aptos para trabajar. Pues esos doscientos cincuenta campesinos, compañeros, tienen la obligación semanariamente de prestar sus servicios gratuitos dos días a la semana y que me desmientan los compañeros de Huejutla, el compañero Nochebuena que diga si es cierto lo que afirmo.

El C. Nochebuena: Compañero Manlio Fabio:

Yo autorizo a usted para que le diga a Daniel Cerecedo Estrada que me desmienta. Lo que dice el compañero López Soto es la verdad y que me desmienta por la prensa para que le conteste si es o no verdad. - El C. López Soto: Ahora, señores, ¿en tiempo de Victoriano Huerta el general Cerecedo Estrada hizo un papel bueno o malo? Deben ustedes tener

también presente sus procedimientos. Fue a Villa Juárez, en el Estado de Puebla, con una fuerza verdaderamente respetable a atacar a los huertistas; pero como no encontró enemigo, se dedicó al robo y al saqueo. El ciudadano Valderrábano ha de estar por ahí y le suplico tenga la bondad de decir si es o no cierto.

El C. Altamirano: Más vale que no hablemos de robos, compañero, porque hay mucho podrido.

El C. Valderrábano: Es cierto, señores diputados; Cerecedo Estrada fue a mi tierra natal y saqueó el pueblo. Traía trescientos hombres y en tiempos de Huerta, en que fueron cien federales, arrancó a huir de la manera más vergonzosa. Yo se lo digo personalmente, si quiere, compañero. (Aplausos.) Y a usted, compañero Lorandi, le digo que tiene usted poca vergüenza.

El C. López Soto: Haciendo a un lado estas cosas....

El C. Altamirano: (Dirigiéndose al C. Valderrábano) ¿En este último movimiento, de parte de quién estuvo usted, compañero?

El C. Valderrábano: Yo le puedo demostrar de parte de quién estuve, tengo aquí documentos.

El C. López Soto: Haciendo a un lado este asunto del saqueo y del robo, voy a poner el dedo en la llaga. Señalado Cerecedo Estrada como revolucionario, vamos a ver si la Asamblea dice si es revolucionario, vamos a ver si la Asamblea dice si es revolucionario. Todos los pueblos de Hidalgo, de Puebla y de Veracruz, saben que en Zacatlán, del Estado de Puebla, se formó un batallón que se nombró "Blanquet - Zacatlán", y ese batallón se batió con los revolucionarios de ese rumbo e hizo tropelía y media. El Gobierno de Huerta, cuando el triunfo de la revolución, cuando a todos aquellos individuos se les exigieron responsabilidades, el ciudadano Cerecedo Estrada, como Ángel tutelar, pidió que se le permitiera ir a desarmarlos y a exigirles responsabilidades; ¿sabe el ciudadano Altamirano lo que sucedió? Se presentó junto con el coronel Márquez Cerón, se fue a presentar ante Carranza, diciéndole: estas son las fuerzas con que he luchado en la revolución. Eso es lo que digo a ustedes sinceramente como hidalguense, porque fue gobernador convencionista de mi Estado, y al ser gobernador convencionista de mi Estado y estar cerca de Zacatlán, estoy percatado de todo lo que hizo. Allí tienen la personalidad de Cerecedo Estrada como revolucionario. Yo, señores compañeros, les suplico me dispensan porque aquí se ha sacado a colación la personalidad del compañero Arciniega como revolucionario, y en cuanto a su suplente, aquí tengo un certificado de Erasmo Trejo, que está desfalcado en Tulancingo con veinte mil pesos, y, además, un certificado de que prestó sus servicios a Victoriano Huerta como recaudador de Rentas del municipio de Pasoyuca; allí están las constancias, no quiero cansarlos en leer los certificados. Por lo que toca a la personalidad revolucionaria de Anastasio Arciniega, es revolucionario desde 1910, y, al efecto, suplico a la Secretaría dé lectura a este oficio firmado por el general Magaña y al que le sigue firmado por el general Caraveo.

- El C. secretario Valadez Ramírez, leyendo:

"Gildardo Magaña, general de división a disposición de la Presidencia de la República, en apoyo en el artículo 129 de la Ordenanza General del Ejército, certifica:

"Que el ciudadano Anastasio Arciniega fue uno de los más entusiastas colaboradores que en unión de don Abraham González prepararon el movimiento revolucionario en Chihuahua en contra de la dictadura porfiriana, tomando después parte activa empuñando las armas en defensa del Gobierno del señor Madero y en contra de las fuerzas sublevadas de Pascual Orozco.

"Que en época de la Convención Revolucionaria militó en sus filas, en las que llegó a ostentar hasta el grado de coronel de caballería, retirándose después a la vida privada.

"Que además de los servicios antes mencionados y cuyos detalles constan en certificados de jefes a cuyas órdenes directas militó, el señor coronel Arciniega se ha distinguido como periodista revolucionario de reconocidas convicciones.

"Lo que a pedimento del interesado hago constar para los efectos y usos procedentes, en la ciudad de México, D. F., a veinticinco de diciembre de mil novecientos veintitrés.- El general de división, Gildardo Magaña."

Un sello que dice: "Ejército Nacional.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- 32 Jefatura de Operaciones.- Cuartel General.- Toluca, México.

"Marcelo Caraveo, general de división del Ejército Nacional y actualmente jefe de la 32 Jefatura de Operaciones Militares en la República debidamente autorizado, certifica:

"Que el C. Anastasio Arciniega prestó sus servicios a la revolución de 1910, tomando parte activa en favor de dicho movimiento, así como en defensa del Gobierno que presidió el señor don Francisco I. Madero. Me consta, asimismo, que dicho señor ha laborado siempre en favor de la causa revolucionaria que se inició en 1910, ya con las armas en la mano, o bien haciendo labor periodística. El señor don Anastasio Arciniega alcanzó en el Ejército Revolucionario el empleo de coronel de caballería, que le fue concedido en premio a sus servicios.

"Para los usos legales correspondientes, expido el presente en Toluca, E. de México, a los 6 días del mes de enero de 1924.- Marcelo Caraveo."

El C. López Soto: Bueno, compañeros, ya voy a terminar. En lo referente a la parte legal, compañero, hablando en general de lo que se refiere a las elecciones en el distrito de Zimapán, usted debe estar bien enterado de que fue uno de los distritos azotados por la rebelión delahuerista. En la rebelión delahuertista los caciques de aquel rumbo, que son el general Nicolás Flores y Otilio Villegas, hicieron causa común con el general Cavazos. Terminado el movimiento de rebelión del general Cavazos por su muerte, los generales Villegas y Flores cobardemente se administraron, porque no supieron caer como cayó su jefe. Al amnistiarse se fueron a sus hogares en los distritos de Jacala y Zimapán, aparentando haber entregado todo el armamento y todo el parque que les había dado la reacción tomaron una actitud tranquila, una actitud expectante, decían que no deseaban meterse ya en lo absoluto en asuntos políticos; pero he ahí que llega el ciudadano Daniel Cerecedo Estrada, y por obra de milagro le dan escolata de sus propios adictos, de

los personalistas verdaderos, los llamados floristas y villeguistas, y con esa escolta de veinte hombres hizo su propaganda. En estas condiciones....

El C. Altamirano: Un nombre.

El C. presidente: Tenga la bondad el ciudadano Altamirano de no interrumpir al orador.

El C. Altamirano: Que me diga un nombre de los de la escolta.

El C. López Soto: Yo le suplico, compañero, que sea consecuente. En estas condiciones, compañeros, pueden ustedes darse cuenta de la situación difícil en que jugaron Velasco y Arciniega, verdaderamente difícil; el compañero Arciniega estuvo a punto de caer en una encrucijada y, sin embargo, tuvo el suficiente valor civil para enfrentarse con esa dictadura, con el cacique delahuertista y fueron a luchar; y ahora le pregunto al compañero Altamirano: ¿cree usted que habiéndose verificado las elecciones a raíz del movimiento reaccionario de aquel distrito, podía haber sellos de consejos municipales, de consejos electorales?

El C. Altamirano: Pido la palabra para contestar. Quiero decirle al señor compañero López Soto que sería muy posible que en uno, dos y tres municipios en que hubiera habido batallas, saqueos, incendios y todo, no hubiera habido sellos; pero no en todos los municipios. Yo reto al señor López Soto a que me señale un solo paquete electoral que sea bueno, uno solo; no va a poder.

El C. López Soto: Pues necesariamente, compañeros, que al ser el cuartel general de los caciques floristas y villeguistas, no hubo autoridad que quedara ahí. Los archivos se hicieron desaparecer y los sellos también. Como a raíz de eso vinieron las elecciones y vino de nuevo el régimen legal constitucional, necesariamente se nombraron los auxiliares electorales, y los auxiliares electorales son los que firman los padrones.

El C. Altamirano: Quiero hacer esta aclaración a la Asamblea: Hay algunos expedientes, compañero López Soto - dos o tres -, que traen sellos de la Presidencia Municipal; pero el caso es éste: Que si el nombramiento del instalador trae sellos, los padrones electorales son simples hojas con nombramientos que no tienen sellos de ninguna especie, ¿Por qué el nombramiento de instalador trae sello y los padrones no traen sellos de autenticidad?

El C. López Soto: Los consejos electorales son una dependencia enteramente ajena a la Presidencia Municipal. Al nombrarse un Consejo Electoral, el Consejo Electoral es el que manda hacer su sello. El presidente municipal, al verse obligado a abandonar la Presidencia Municipal, abandonará también su sello o se lo llevará en un caso de éstos; pero muy bien puede suceder que los sellos de Ayuntamiento sean mandados hacer nuevos o los hayan dejado ahí; pero como el Consejo Electoral se formó en vísperas de las elecciones, por decirlo así, en virtud de que ya, hasta aquel momento, había estado pacificado el distrito, no era fácil mandarlos hacer inmediatamente. Ahora le voy a comprobar también al estimable compañero Altamirano de que lo dicho por mí en contra del ciudadano Daniel Cerecedo Estrada, de que anduvo acompañado de una escolta, por fuerzas rendidas de los traidores delahuertistas, se lo voy a comprobar con un documento que viene firmado por el general Clemente Gabay, que en aquel entonces estaba como jefe accidental de la Jefatura de Operaciones del Estado de Hidalgo, en virtud de que su hermano Pedro estaba curándose de una herida que recibiera de Cavazos. Suplico a la Secretaría que lo lea.

El C. secretario Valadez Ramírez: "General de brigada Clemente Gabay.- Hidalgo 84.- Pachuca, Hgo.

"Pachuca, julio 15 de 1924.

"Señor general Jesús Azuara.- México, D. F.

"Estimado amigo y compañero:

"En respuesta a la atenta carta de usted en la que me pide algunos datos respecto a la personalidad de un señor Daniel Ceceredo Estrada, le participo que del rumbo de Zimapán me han informado que dicho señor ha ejercido una gran presión política en ese rumbo, aprovechándose de la reconcentración de fuerzas que se hizo de dicho lugar a esta ciudad.

"Por otra parte, y es lo que más me ha llamado la atención, tengo conocimiento de que los generales Flores y Villegas (que tienen con él una gran amistad) le facilitaron una escolta de veinte hombres armados con los cuales recorrió la zona electoral correspondiente al distrito de Zimapán, y con los mismos estuvo personalmente en Chapulhuacán el día de las elecciones.

"Es todo lo que puedo informar a usted de este sujeto a quien, dicho sea de paso, no conozco más que por referencias poco agradables que de él me han dado.

"Con el afecto de siempre, quedo de usted amigo y seguro servidor.- Clemente Gabay."

El C. López Soto: Ya ven ustedes, compañeros, cómo el general Gabay dice clara y terminantemente que este individuo anduvo con veinte hombres de los exinfidentes Flores y Villegas, en son de propaganda electoral, y que el día de Chapulhuacán. Ahora yo pregunto a los compañeros, tanto de un grupo como del otro: ¿creéis que los votos arrancados bajo esa presión, que pudo traer Arciniega o Velasco, no han sido arrancados verdaderamente de la voluntad popular, así hubieran podido traer un solo voto? Creo que hecha esta explicación, estar ya en la conciencia de todos ustedes la forma en que se desarrollaron los acontecimientos electorales en el 11 distrito de Zimapán, perteneciente al Estado de Hidalgo. (Aplausos.)

El C. Altamirano: Para una aclaración pido la palabra.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Altamirano: Dos palabras, compañero, quiero asentar algo.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama (Campanilla.)

El C. Altamirano: Señor Soto: ¿Me da usted permiso para hacer una aclaración?

El C. presidente: No, compañero, porque se desea terminar el debate; después tendrá usted la palabra para hechos.

El C. Díaz Soto y Gama: No se necesita ser un gran observador para darse cuenta de que la mayoría tiene prisa y la Presidencia también. El compañero López Soto hizo muy bien en ir al galope

era la única manera de tratar treinta y cinco casos en dos o tres horas. La forma como se ha tratado este asunto ante la conciencia de todos está -porque también la mayoría tiene conciencia, aunque no lo parezca-, ante la conciencia de todos está que hay el deseo de acabar pronto y que no se ha formado nadie cuenta ni exacta ni aproximadamente del caso de Hidalgo que se está discutiendo. Yo recojo, la confesión del compañero Padilla que, quiéralo o no la mayoría, que, quiéralo o no él, es uno de sus líderes. El dice que no conocía este caso. Yo estoy seguro que ninguno de los miembros de la mayoría conoce este caso, de manera que se está votando en barbecho, y esta manera de discutir el caso de Hidalgo es el mejor argumento que se puede esgrimir en contra del sistema de los dictámenes globales. La minoría faltaría al más elemental de sus deberes si no formulara una protesta enérgica, como la formula en estos momentos ante la nación contra el sistema de los dictámenes globales. Cumple al deber de la minoría hacer algunas reflexiones ante la nación y ante la Historia; estamos hablando para la Historia en el momento presente; todo lo que digamos, lo sabemos perfectamente, es inútil; pero como no se va a acabar la democracia en México en este periodo, sino va a continuar, y como la existencia del pueblo mexicano es un poco más amplia, más extensa, más perdurable que la efímera de esta Asamblea, los miembros de la minoría tenemos la obligación de cumplir con nuestra responsabilidad histórica. Quiero hacer breves reflexiones sobre el sistema ingenioso por demás que han encontrado las mayorías diversas que en nuestro país se han sucedido, para impedir toda discusión seria en materia de credenciales. El procedimiento se ha reducido a dos capítulos: formación de bloques, el primero; dictámenes globales, el segundo. Con la formación de bloques se evita la votación libre, y con la ingeniosa invención de los dictámenes globales que, según creo, se atribuye al compañero Padilla. (Risas.) Yo oí decir que genialmente el compañero Padilla había sugerido al compañero Prieto, otro hombre genial -nada más que aquel tenía el genio del mal-, la formación o composición de los dictámenes globales. El detalle histórico no importa: yo quiero establecer una especie de examen de conjunto de lo que quiere decir en nuestro sistema parlamentario el sistema de bloques y el sistema de los dictámenes globales. He afirmado, y es muy fácil probarlo, que con el sistema de los bloques se evita toda votación verdadera y se destruye no solamente el Reglamento de debates, sino también la Constitución. La Constitución dice que cada proyecto de ley o cada acuerdo de la Cámara, deberá ser discutido previamente en sesión; de la misma forma los distintos trámites del Reglamento de debates, con el sistema de bloques se evita en lo absoluto el cumplimiento de estos preceptos y se viola sistemática y totalmente el precepto constitucional. La prensa nos ha dado cuenta y nuestros propios ojos nos dieron cuenta ayer, de que fuera de sesión de Cámara se estuvo resolviendo sobre la suerte de cada uno de los presuntos cuyas credenciales se han incluído hoy en el dictamen global. No fue discusión en el seno de la Cámara, fue fuera de ella. La discusión fue más o menos amplia, fue más o menos parcial, debe haber sido totalmente parcial, puesto que la minoría estaba excluída de ella. El resultado fue que sin que el resto de la Cámara, o sea la minoría, se diese cuenta en lo absoluto de la suerte, de las razones que tuvo la mayoría para sacrificar a fulano o salvar a merengano, la discusión de credenciales se llevó a cabo en una forma que no sólo es extraoficial, sino inoficial, y no sólo extralegal, sino ilegal absolutamente. Con el sistema de los bloques se logra eludir el precepto reglamentario de dar cuenta a las minorías; allí falta la luz, esa famosa luz que heroicamente quería el compañero Padilla que arrojara a las tinieblas fiscales, y esa luz falta en lo absoluto en nuestro Parlamento para arrojar las tinieblas de nuestra desventurada democracia. En secreto, con una política de puerta abierta que él encomiaba, no a la luz del mundo como se hacen las cosas sanas, las cosas morales, las cosas justas, sino en secreto, como quien tiene miedo, como quien tiene un peso enorme sobre la conciencia, la mayoría se encierra, forma su bloque y allí, arbitrariamente, resuelve sobre lo que debe hacerse a la luz pública y a la vista de la nación entera.

El solo hecho del sigilo, tan brillantemente condenado por el compañero Padilla, que es ya un terrible argumento contra el sistema de bloques; pero no es esto todo, hay que ver cómo se forman los bloques en nuestro pobre país. Llegan los presuntos de provincia, mientras más manchadas estén sus credenciales, más afán, más empeño tenían en sumarse a la mayoría; pero como los hombres provincianos son miopes en política, temían equivocarse y andaban tocando a las puertas de los diversos bloques en esta ocasión, y para ir en concreto - puesto que lo concreto da más luz- tocaron muchos de los que ahora se sientan en las filas de las mayorías, a las puertas del bloque coligado del Partido Agrarista, del Partido Laborista y del Peleceano, porque ellos decían: si el general Calles ha triunfado con el voto de los obreros y de los campesinos, como él ha dicho, es de creerse que Calles va a ser apoyado por una mayoría de laboristas y agraristas; es de creerse que los laboristas y agraristas; es de creerse que los laboristas y agraristas van a ser los que tengan pandero van a ser los que dirijan la política parlamentaria. Se equivocaron los provincianos, y apenas se dieron cuenta de que la mayoría no estaba con los agraristas y laboristas, se sumaron al bloque de la mayoría y resultó esto: que la mayoría carga con un lastre tan pesado, que la mayoría tiene que responder de pecados tan grandes, que yo verdaderamente tengo lástima de los compañeros de la mayoría, especialmente de sus líderes; y tengo lástima por esto: porque cuántas veces un líder, el mismo Padilla, el compañero Romo tendrán que avergonzarse de los acuerdos bochornosos a que los lleva la mayoría y que se les indisciplinan de tal suerte, que la mayoría no se formó con las credenciales más limpias; esas credenciales pueden acogerse, si son limpias, a la minoría, puesto que las respalda su propia fuerza electoral, su propia pureza electoral; pero no es así: la mayoría tiene que cargar con el lastre, tiene que cargar con todos aquellos que tienen sus credenciales podridas, perfectamente podridas, y esa mayoría de presuntos falsos, de presuntos que no son verdaderos representantes, es la que se encierra en cónclave y

excluyen a la minoría que debe suponerse tiene las credenciales limpias, porque el solo hecho de formar parte de la minoría demuestra la fe que se tiene en el triunfo, debido exclusivamente al mérito intrínseco de la credencial; esa mayoría, formada en gran parte por espurios representantes, se encierra y fuera de la luz, dentro de las tinieblas que anatematizaba el compañero Padilla, fuera de todo control, cometía iniquidad tras iniquidad; pero quedaba un recurso a las minorías, quedaba un recurso a la verdad, quedaba un recurso a la razón, quedaba un recurso a la justicia: hacerse oír siquiera, quedaba un recurso de provocar una discusión verdadera en el seno de la Cámara; de manera que el sistema de los bloques cojeaba, no era completo, dejaba todavía un resquicio a la verdad y era necesario tapar, obstruccionar, cerrar ese resquicio y para eso vino la intervención genial de los dictámenes globales, con los que se logra evitar toda discusión. ¿Es posible que los ciento veintitrés casos que se incluyeron en el primer global se pudieran discutir en el escaso tiempo de tres o cuatro horas en que se resolvió sobre el primer global? Evidentemente, que no. En el caso actual nos encontramos, según confesión de la mayoría, con muchos de los casos difíciles que se le presentaron a su estudio. Ella declaró en la tribuna, y eso consta en la prensa, que se reservaba para más adelante el estudio de los casos más difíciles. Esos casos difíciles son muchos de los que han entrado en este segundo global. Pues bien, ¿vamos a creer que esos treinta y cinco casos, algunos de ellos muy difíciles, van a ser estudiados, dilucidados, aclarados a plena luz, con esa luz de que nos hablaba el compañero, para otros asuntos, menos para el asunto de credenciales en el escaso tiempo que se nos concede a las minorías?, evidentemente que no. De manera que con el sistema de dictamen global se hace inútil, se hace imposible toda discusión, no se conforma el bloque tiránicamente con revolver fuera de la Constitución, fuera del Reglamento, fuera del recinto de la Cámara, fuera de la sesión oficial todos los casos que le presente el país, que le presente la voluntad popular; no se conforma con sustraerse a la voluntad popular, sino que después brutalmente, en una forma verdaderamente increíble e inaudita, ignominiosa, se le quita a la minoría el derecho de la defensa. Hay casos en este global, como el 19 de Veracruz, en el que se quiere introducir a la Cámara a un presunto que tiene en su favor tres o cuatro votos; más todavía, ese expediente lo ha tenido en su poder la comisión que preside el ciudadano Solórzano Béjar, como lo probaré en una interpelación, y no obstante que ella, la comisión nombrada, la comisión legítima, tenía en estudio ese caso, pasando por encima de esta comisión y sin poder tener a la vista los argumentos que ella se reservó para sí, en la forma más ilegal y arbitraria se introduce furtivamente el caso del décimonoveno distrito de Veracruz en este dictamen global. Quiero yo que la comisión representada por el ciudadano Solórzano Béjar nos diga si es cierto, nos diga si esto es cierto, que se le comunicó por la Presidencia este fenómeno curiosísimo de que si la comisión nombrada por la Cámara no ha podido intervenir en el dictamen global en el caso del décimonoveno distrito electoral del Estado de Veracruz, se debe a que en lugar de la comisión nombrada por la Cámara se ha nombrado una comisión especial. Yo quiero que el compañero informe a la Asamblea.

El C. Solórzano Béjar: Con permiso de la Presidencia. Compañeros: soy presidente de la 1a. Comisión dictaminadora, a la cual fue turnado para su conocimiento el caso electoral correspondiente al décimonoveno distrito de Veracruz. Cuando vi incluído en el dictamen global este caso, ocurrí ante la Presidencia para inscribirme en contra como comisión; el señor presidente se ha servido decirme que se había designado, otra comisión para que conociera de este asunto, y desconozco con qué facultades se haya cambiado este negocio a otra comisión; más me sorprendió todavía con qué documentación, con qué elementos esa nueva comisión se ha servido dictaminar, porque yo por motivos de seguridad me he guardado el expediente personalmente y obra en este momento en mi poder y está a disposición de esta Asamblea. (Aplausos.) El presente caso electoral es el siguiente: al examinar los paquetes electorales se vio que éstos arrojan la siguiente votación: a favor de la fórmula Patraca- Colmenares, cinco mil cuatrocientos cincuenta votos, y a favor de la fórmula Gómez - Cinta, cuatro votos. (Aplausos.) Y no siendo esto bastante todavía, el señor Gómez ha presentado una credencial falsa y la tengo en mi poder, es ésta. (La muestra.) Obra también en mi poder un documento auténtico del Ayuntamiento de Acayucan, del cual pueden verse las firmas originales y auténticas, para compararse con las que obran en esta credencial falsa, como podrá demostrarse. Ruego a la Secretaría informe a la Asamblea y que certifique que estas firmas que obran al calce de la credencial falsa siquiera se parecen, aunque fuera remotamente, a las que obran en el documento auténtico que he remitido. Formulo en este momento mi formal protesta por lo deplorable de este procedimiento y pido a la Asamblea que permita separar este caso del dictamen global, para que pueda ser estudiado en la forma procedente. (Aplausos.)

El C. Díaz Soto y Gama: Ya ve la misma mayoría, por obcecada que esté, a lo que se prestan los dictámenes globales. Cuando recuerdo el caso del compañero Bustos, cuando recuerdo el caso del compañero Narváez, especialmente el de este último, sacrificado innoblemente en medio de una lluvia de florilegios, en medio de una retórica que se me antoja fuego de artificio, no puedo menos que recordar aquella anécdota histórica que todos conocemos, aquel áspid que ocultaba su lengua ponzoñosa debajo de las luces y de las flores; así se me figura esta Asamblea. Cuando oigo al compañero Padilla venir aquí a perorar brillantemente, porque brillantemente perora; cuando veo que se confabulan tres o cuatro oradores de los de más peso y fuerza de la mayoría para venir a esta Asamblea; cuando se nos lanza así, como cebo, alguna proposición aparatosamente teatral, así como esa del famoso estadíum o estadium, no sé, porque no conozco mucho de cuestiones paganas; cuando veo yo todo esto, no puedo menos de acordarme de aquello que vi: que debajo de las rosas, debajo de las flores retóricas del fuego de artificio, parece amenazar el áspid, la lengua venenosa del áspid con la cual se

destroza el sufragio, se burla la voluntad del país, y yo me pregunto aterrado: ¿adónde va el país, adónde va la democracia nuestra, la revolución hecha Gobierno o nuestro Gobierno emanado de la revolución, con ese sistema de elecciones? La Asamblea va a aprobar seguramente, incluído en el global, este caso en que por cuatro votos contra cinco mil se declara representante a un ciudadano. ¿Quién es en este caso el elector? ¿Cuál es el grupo electoral? ¿El pueblo soberano, a quien se llama jesuíticamente, hipócritamente, canallescamente a las elecciones, para burlar después su voto despiadadamente, o el cuerpo electoral es más bien ese bloque formado, como dije, con representantes espurios, que celebra sus sesiones a puerta cerrada, huyendo de la luz y en la noche, en medio de las sombras de la noche, o con las sombras de la noche y de la conciencia disipadas apenas por la moderna invención de las luces eléctricas, con las sombras de la conciencia y en medio de las sombras de la obscuridad, en medio de las sombras de la tenebrosidad, de lo que se hace delictuosamente, ese bloque se substituye a la voluntad del pueblo y ese bloque burla atrozmente la voluntad popular y se sigue llamando el representativo, el genuinamente representativo, el representativo por excelencia de la nación mexicana? Yo no veo, no puedo ver burla más atroz, más maquiavélica, más refinada, más astuta al sufragio. Es algo que hubiera enorgullecido a los Médicos; es algo florentino, es algo en que se aguza la punta del puñal y se le envenena; pero se nos hace creer que en vez de veneno es perfume, y se oculta eso como se ha ocultado ahora, con una sesión previa, dramática y teatral, para hacer que las minorías mordamos el anzuelo. Yo no lo mordí; será mi experiencia, serán mis años, serán mis desengaños, mis dolores; pero yo durante esa sesión preparatoria del dictamen global no tuve un solo momento de entusiasmo y deploré con toda mi alma que la elocuencia juvenil, que la elocuencia nueva, que la elocuencia lozana de Padilla se empleara tan mal para encubrir esto que es peor que puñalada por la espalda. Es, como decía, la mordida del áspid, del reptil venenoso que se oculta detrás de rosas y de flores. Eso a mí, tan poco amante de las figuras, tan malo para las figuras, tan desastroso, por fortuna para mí, para la oratoria florida, es algo que se me ha grabado. Doy la razón a la antigüedad pagana, a la antigüedad clásica así llamada, para acudir de repente a fórmulas precisas, a metáforas que hieren los sentidos, y eso a mí no se me olvidó: es el áspid que muerde debajo de las rosas. Así es como veo la actitud de la mayoría: por un lado se nos halaga, se nos atrae, y por otro lado está la ponzoña picándonos, matándonos, envenenándonos! Por un lado se nos concede a Rodrigo Gómez, y por otro se anula la elección de Miguel Calderón; por un lado se concede a los laboristas a Martínez de Escobar y por otro se les sacrifica a Gallardo y a Delhumeau. (Voces: ¡Delhumeau no!) Delhumeau está tachado en el dictamen global. Están tres casos testados: Delhumeau, Artemio Basurto. por 5o. distrito de Hidalgo, y un señor cuyo nombre no recuerdo, entiendo que Gómez, por el 7o. de Guanajuato. De manera que todo esto deja ver lo peligroso del dictamen global. Vuelvo a decir que las palabras de memoria en este caso no tiene otro objeto que hablar a la nación y dirigirse al futuro; recojo también la brillante frase, la hermosa frase, la frase redonda del compañero, aquella frase en que después de decirnos que la luz había arrojado las tinieblas fiscales no decía "La noche no será eterna" ¡No será eterna la noche! Frase hermosa. Y esa frase que consuela, esa frase posiblemente él la sintió con relación al asunto fiscal; seguramente no la sintió con relación a la noche tenebrosa en que se está pudriendo nuestra democracia; pero yo, quizá más joven que él, acepto la frase y digo: Esta noche de desventura, de amargura, de oprobio, de mistificación, de engaño, en que está sumida nuestra democracia, no serán eterna. Alguna vez los sacrificios de los mexicanos no serán burlados; alguna vez habrá democracia en México, alguna vez la sangre de los mártires, esa sangre que sólo se sacará a colación para hacer figuras retóricas, esa sangre fecundará realmente, no metafóricamente, en conquistas democráticas y en libertad electoral; tiene razón el compañero: no será eterna la noche de nuestra pobre democracia; es lo único que me consuela. Esto pensaba yo, anonadado por el peso del dictamen global y de dos o tres o cuatro infamias que encierra; con eso sólo basta; con una sola bastaría, con un solo distrito en que se burlara la voluntad del pueblo, por un solo diputado que entrara por la puerta falsa. Y decía yo anonadado: ¡Y esto se ve en México después de quince años de sacrificios tremendos! Y entonces recordé cuando yo, un humilde ciudadano, uno de tantos, empecé a tener cariño por la revolución; no tuve esperanza nunca. jamás, absolutamente jamás, de que la revolución trajera mejoramiento político o mejoramiento administrativo. Por eso quizá yo, y más que yo otros individuos de más valer que yo, hemos podido resistir la prueba de las desazones, de las amarguras y de las desilusiones. Si los que hemos creído y seguimos creyendo en la revolución nos hubiéramos hecho la ilusión, la ilusión torpe, infantil, de que la revolución iba a traer verdadero progreso en el orden político o en el orden de la moralidad administrativa, evidentemente que estaríamos perfectamente desencantados y tendríamos este dilema: o cobardemente nos hubiéramos ido a refugiar por interés, por comodidad, en las filas de la reacción para poder maldecir a nuestra madre común, la revolución sacrosanta, o nos hubiéramos retirado a nuestras casas, lacerada el alma por la desilusión y el desencanto. Pero yo, y creo que conmigo muchos, nunca tuvimos otra esperanza de esta gran revolución, que la esperanza social. la esperanza de mejoramiento para los que tienen más derecho que nadie al mejoramiento: para los de abajo. Yo comprendo, adivino, todos lo pudimos adivinar porque no se necesitaba para eso será vidente, que después de un sacudimiento tal de pasiones, tendría que venir algo odioso, algo repugnante, algo pútrido en la política, una corrupción en las clases dedicadas a la política profesional, y eso se ha realizado, se están realizando, y mientras el obrero empieza a recibir libertades y el nombre de campo a conquistar la parcela de tierra que le dará verdadera patria a él y a los suyos, la clase media se enfanga más profundamente, como castigo, quizá, de su egoísmo.

Por eso esto de los asuntos políticos, esta superficie de las cosas que se llama falsamente Representación Nacional, no es cosa que nos quite la ilusión nos hiere, sí, porque de todas maneras de la corteza de la revolución, corteza fea, corteza rugosa, corteza manchada, corteza que presenta llagas; pero el fondo es otra cosa: debajo de esa corrupción de la clase política profesional, debajo de esa catástrofe de la moralidad revolucionaria, en lo que se refiere a las clases directoras, está la potente savia popular, y por eso yo creo que el pueblo no se conmueve con estos fraudes electorales. El pueblo se conmueve con el asunto agrario, con el asunto obrero, con el social. Pero con esto, por más que esté convencido de que aquí se han cometido muchas faltas, muchos fraudes, muchos atentados, muchas burlas al derecho sacrosanto del pueblo, el pueblo no se conmueve por una sola razón: porque no le da importancia al Parlamento. Y aquí recuerdo yo algo genial, eso sí genial, de Carlysle, en su obra magna "Los Héroes". El dice que los hombres superficiales, los hombres que estudian las cosas por de fuera, creen que las actas de los Parlamentos son las que arreglan las transformaciones del mundo. ¡Qué mentira! Muy adentro de las actas de los Parlamentos, muy adentro de las fiestas oficiales, muy adentro de todo eso que se llama la burocracia, está pujante el esfuerzo del pueblo por redimirse y por salvarse. Y es lo que pasa en nuestro país: Mientras más podrido el Parlamento, más ansioso de libertad el pueblo; mientras más desencantados los que están metidos en política, más lleno de confianza en el porvenir el pueblo. Y por eso no sería yo revolucionario entusiasta, revolucionario apasionado -no quiero decir que sincero -. Me duele, sí, me acongoja, ver adónde llega el sistema parlamentario vigente, adónde llega su corrupción por medio de los dictámenes globales y del bloque cerrado; pero sigo teniendo fe en que debajo de esa corteza podrida, sigue sano el cuerpo y el alma popular, Y recuerdo aquí la frase aquella, elocuente, sinceramente elocuente, de Manrique cuando decía: "Vengo de la provincia, de la provincia sana y fecunda...." La provincia sana y fecunda, el pueblo sano y fecundo, la periferia, la sangre pura no está contaminada! ¡Qué importa que al llegar a la capital se contamine y se pudra! Por esto está podrido - hay que decirlo-, esto está contaminado y es deber de las minorías y de aquellos que en la mayorías todavía alienten propósitos de engrandecimiento moral para su país, hacer un esfuerzo para que esto acabe. Yo desearía sinceramente que esta fuera la última hazaña de los dictámenes globales, la última hazaña del bloque de las mayorías, y quisiera, como dije alguna vez, que del exceso del mal saliera el bien. El mal, por excesivo que sea, sólo asusta a los cobardes y a los pesimistas; los optimistas -y para ser revolucionario se necesita será plenamente optimista- sabemos que del mal sale el bien y por eso yo creo que de este fango en que se está hundiendo la Representación Nacional, no tanto por culpa de ella, cuanto por culpa del sistema mismo, por culpa del sistema: dos bloques que se ven como enemigos y procuran asestarse puñaladas y golpes, y mientras más arteros, mejor.... (Una voz: ¡Vas bien!) Perdí un poco la ilación....Yo creo que este mal va a producir forzosamente una reacción en todos los espíritus, la ha producido ya fuera de la Cámara, la está produciendo ya en el seno de la misma. Nosotros no somos tan obcecados, no obstante formar parte de la minoría, para creer que todos los miembros de la mayoría están corrompidos; creemos que la corrupción alcanza a una parte de la mayoría; pero creemos también que la corrupción es contagiosa, sobre todo cuando no llega la luz de la discusión, el aliento purificador del debate. Creemos, pues, que la mayoría también reaccionará, que reaccionará moralmente; que pase este escándalo, este víacrucis, este calvario doloroso del Colegio Electoral, calvario no sólo para las minorías, porque al fin y al cabo las minorías no tiene responsabilidad; calvario principalmente para los hombres sanos, para los conductores de la mayoría. Pasado esto, evidentemente que esta Cámara hará algo por salvarse, y yo quisiera sinceramente que elevándonos por encima de este ambiente pesado, de este ambiente malsano, ideáramos algo para mejorar el presente en provecho del porvenir; yo quisiera que de este desprestigio intenso sentido por todos nosotros, del dictamen global y del sistema de bloques y de la democracia actual tal como se practica, saliera un esfuerzo serio, un esfuerzo honrado de los dos grupos, mayoría y minoría, para reformar el sistema parlamentario. ¿Por qué no ha de salir de aquí el parlamentarismo funcional? ¿Por qué, convencidos de que toda mayoría, por buena que sea en sus propósitos, se va a manchar con los compromisos y con el lastre que su organización misma, por definición y por esencia, le trae? ¿Por qué no procurar que eso sea substituído por algo mejor? ¿Por qué no reformar siquiera el Reglamento, en detalle? ¿Por qué los últimos quince días de agosto no bastan racionalmente para discutir las doscientas sesenta y tantas credenciales, por qué no ampliar el periodo preparlamentario a un mes o a un mes y medio? ¿Por qué no reformar un artículo insignificante de un Reglamento? Y pongo este caso para que se vea lo fácil que es remediar el mal profundo que agobia a esta Representación. Y vuelvo a decir honradamente que yo creo que cualquiera mayoría que se forme en esta Cámara tiene que pecar más o menor por el mismo lado de que flaquea, de que cojea esta mayoría. Yo estoy absolutamente seguro de que si nosotros hubiéramos estado en mayoría, hubiéramos hecho cien esfuerzos para no cometer injusticias; pero de tal manera hubiéramos tomado compromisos, que hubiéramos tenido necesidad de sacrificar nuestra conciencia para no perder la mayoría; y así, es espejismo creer que la fuerza parlamentaria, que la fuerza política de la mayoría radica en el número; es lo que lleva a las mayorías, a los incautos miembros de la mayoría, a los inexpertos miembros de la mayoría, porque generalmente las mayorías están formadas por los más inexpertos, los lleva de error en error al desprestigio completo. Van tres mayorías que sucesivamente se desprestigian de 1917 a la fecha: la mayoría nacionalista, la mayoría peleceana y la mayoría cooperatista. Y nosotros, laboristas y agraristas, por instinto tenemos miedo a será mayoría, porque sabemos que forzosamente, dentro del

régimen parlamentario, tendríamos que convertirnos en secta, que erigirnos en camarilla y en mafia y mañana seguramente repetir los errores que las mayorías anteriores han cometido. Yo pensaba tratar casos concretos, ¿pero para qué? Pensaba exhibir, "levantar la camisa" -permítaseme la frase- al grupo de José María Sánchez. Pero, sinceramente dolorido por el espectáculo de las miserias, de las lacerias, de las llagas que aquí se notan; convencidos ya como estamos los de la minoría de que esto no tiene remedio, de que nuestro esfuerzo, nuestros últimos cartuchos son cohetes sin efecto ninguno, que no llegan al corazón de las mayorías y, sobre todo, no logran cambiar el resultado de la votación, yo he preferido meterme en esta larga disertación, o como ustedes quieran llamarla, sin pretensiones de discurso, sin pretensiones retóricas, sino dejándome llevar simple y sencillamente del deseo de mi espíritu, del deseo de mi alma, no tanto de mi inteligencia, porque no creo que la inteligencia sea la facultad directa del hombre; yo creo que el espíritu del hombre está formado por facultades más altas que la inteligencia: el sentimiento, la intuición, la superconciencia, la subconciencia, algo superior a la inteligencia siempre calculadora y siempre fría.

De manera que esto, sin más objeto que el de vaciar mis impresiones y el de procurar llegar al corazón más que al entendimiento de los compañeros de la mayoría, quisiera yo que fuera el puente para el futuro, para que sobre ese puente pudiéramos trabajar unidos en algo verdaderamente fundamental para el país; pero al hablar así, al hablar del trabajo de concordia y del trabajo unido, yo no puedo retirar y no retiro ninguna de las frases duras que he tenido para la mayoría; creo sinceramente que las merece y no tienen más disculpa que las deficiencias del régimen parlamentario en su constitución y en su esencia. En lo individual tengo verdaderamente lástima, simpatía, conmiseración por muchos compañeros que forman parte de la mayoría; lo digo sin ánimo de herir, y me siento orgulloso de formar parte de la minoría. No es la responsabilidad la que me mueve a hablar, puesto que las minorías estamos al margen de esa responsabilidad; pero de todas maneras nuestra responsabilidad existe como revolucionarios, y los más viejos de la revolución, los que más hemos sufrido, debemos aprovechar nuestro dolor, nuestro dolor que en muchos de nosotros ha provocado pasiones bastardas, para decirle a la juventud que se yerga, que procure reaccionar, que procure volver sobre sus pasos, y ya que esa mayoría es dueña de la Cámara y que controla todo, que esa mayoría ayude a la minoría a cumplir con el deber que tenemos. Hay muchos aquí que no son representantes del pueblo; queremos los de la minoría dar a esos que no son representantes del pueblo, el derecho, la oportunidad enorme de obrar como si lo fueran, y de salir de aquí después de haber entrado por la puerta falsa, con la frente alta y levantada, con el corazón tranquilo, diciendo. "No fuimos representantes del pueblo, pero defendimos sus derechos." De manera que, como decía el compañero Morones, suprimiendo rencores por un distrito más o por un distrito menos, debemos trabajar noblemente por el bien del país, y ya que hemos cometido algunos pecadillos y pecados mortales y verdaderos crímenes electorales, compensemos con el trabajo lo que no se ha hecho en el capítulo de la elección o en el capítulo de Colegio Electoral. El asunto es arduo, es pesado y no es mi palabra débil la que debería tratarlo.

Creo que me he hecho comprender y creo que no se interpretar esto como una transacción con la mayoría por será mayoría; yo he atacado a la mayoría como nadie y protesto que lo he hecho siempre con la absoluta seguridad de que obraba dentro de mi papel de minoría y en conciencia; no es absolutamente por una consideración mezquina de esa clase, de rendimiento a la fuerza, a la que nunca nos sometemos los rebeldes de raza; no es por eso por lo que hablo así; es porque nos duele, como le dolía a un buen amigo, el compañero Martínez de Escobar, que se sentaba a mi lado, el abismo de degradación a que va llegando la clase media, la clase intelectual, la que debería será directora del país; y como no es posible que haya una nacionalidad bien constituída si los directores están a distancia enorme en moralidad y propósitos de las clases proletarias, yo quisiera que esta Cámara en lo sucesivo, además de corregir sus yerros en los pocos dictámenes electorales que faltan, además de esto, en lo sucesivo la Cámara procurara será verdaderamente defensora de los derechos del pueblo y procurar también trabajar arduamente, asiduamente porque no sean inútiles los sacrificios de los mexicanos, porque no sea simple palabrería y retórica aquello de la " sangre derramada", esa cantinela eterna que ya choca. Que se respete a los muertos, que se compruebe con palabras esto, y que los que hemos tenido la fortuna de sobrevivir a los hombres que gloriosamente dieron su vida, muchos de ellos obscuramente, sin que la historia recogiera siquiera sus nombres; los que hemos vivido, los que tenemos parte, pudiera decirse, en el banquete, en la gloria del triunfo, nosotros nos acordemos un poco de los sacrificios que hicieron ellos, los muertos, y de los sacrificios que están haciendo los otros. los que nos sostienen, los que nos dan de comer, los que nos han permitido ilustrarnos. La responsabilidad de las clases intelectuales es enorme; la responsabilidad de un Padilla, de un Romo, de un Morones de un Medrano, de un Solórzano Béjar, de una García Téllez, de cualquier hombre que deba su ilustración a las contribuciones pagadas por el pueblo, a la sangre del pueblo, al sacrificio del pueblo, es enorme, y ya que en este país la clase media ha sido profundamente egoísta, ya que también la raza blanca y la raza mestiza han sido tan enemigas o tan indiferentes para el dolor del indio, como lo era antes la española, yo quiero que en lo sucesivo la clase intelectual de mi país y la parte que está aquí representada en esta clase, pague esa enorme deuda contraída con el proletariado mexicano, que tiene derecho a esperar algo de honradez, algo de justicia, algo de trabajo siquiera en favor de él. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Santos Guajardo.

El C. Guajardo Santos: Ciudadanos diputados: Nuevamente se pone a la consideración de esta Asamblea un dictamen global que contiene las credenciales o la resolución de casi todos los casos

pendientes en Colegio Electoral, con excepción de unos ocho o diez, que por su dificultad se consideró preferible dejarlos para discutirlos en lo individual. En efecto, señor Soto y Gama, el Bloque Socialista Confederado tuvo ayer una larguísima sesión, de las diez de la mañana a las doce de la noche. (Voces:¡ Hasta la una!) Hasta las doce de la noche o la una de la mañana, y allí estuvieron presentes más de cien miembros de este bloque. Faltaron algunos que se encuentran fuera de la capital; allí se trató la cuestión del dictamen global, y se trató allí porque es un derecho legítimo de los bloques tratar en su seno las cuestiones políticas. Se tratan en las Asambleas para poner al debate, completamente imparcial, todos aquellos asuntos de carácter técnico, todos aquellos asuntos de carácter científico; pero cuando se tratan asuntos que más o menos pueden afectar a la vida política de los bloques, éstos tienen el derecho más legítimo de tratarlos en su seno. Los bloques existen en todos los parlamentos del mundo, y esa es la conducta que siguen siempre. Ahora bien, señores; al tratar la cuestión de las credenciales de los casos electorales pendientes en el seno del Bloque Confederado, no tratamos de guillotinar a aquellos que habían venido aquí por un triunfo legítimo, justo. (Murmullos.) No, señores, se verificó esa junta con el objeto de estudiar detenidamente todos los casos; defender aquellos que, perteneciendo al Bloque Confederado, habían tenido su apoyo en la justicia y en el voto popular y darle el triunfo también a los contrarios del Bloque Confederado siempre que éste fuera legítimo. El primer dictamen global que se presentó a esta Asamblea contenía casos tanto de un bloque como del otro, y se trató también con el mismo espíritu, con la misma conciencia a todos los miembros del Confederado y a todos los que no pertenecen a él; se puso a contribución. de parte de todos nuestro elementos, un espíritu de justicia muy alto, un espíritu de moral también muy alto, así como de política, de política estrictamente revolucionaria. Ese mismo criterio, compañeros, fue el que imperó estrictamente al discutir y al confeccionar el segundo dictamen global. Aquí, ampliamente, en esa dilatada sesión, se tomaron en cuenta los dictámenes rendidos por las comisiones....(Voces: ¡No! ¡No! Murmullos.) se tomaron en consideración, y algunos dictámenes que faltaban porque los miembros de esas comisiones no los habían querido entregar no obstante el tiempo pasado, (Aplausos.) no obstante el tiempo transcurrido, se tuvieron en consideración muchos documentos presentados y por eso se resolvió en la forma que se ha presentado en el dictamen. Por otra parte, compañero, yo lo digo con toda sinceridad, con toda buena fe, hubo un ambiente de completa imparcialidad en el estudio de estos casos; flotó en la Asamblea un espíritu de justicia. (Siseos.) Ustedes, naturalmente, podrán objetar estas mis palabras; están interesados en algunos casos y hacen muy bien, pero yo puedo aseguraros que esa fue nuestra conducta, que esa fue nuestra norma, y no nos encerramos tan sólo en nuestro recinto de bloque; no únicamente tomamos las determinaciones dentro de un ambiente parcial; no, señores, hubo un espíritu, como digo, de imparcialidad, y hasta más: se dejó entrar aquí a la Asamblea, a la sesión de bloque, a elementos de otros partidos contrincantes de los nuestros, para que estuvieran presentes en la discusión, y así, vimos aquí a los contrincantes de los candidatos electos por el Estado de Coahuila, hacer uso de la palabra para defenderse.

El C. Campillo Seyde: Me consta.

El C. Santos Guajardo: Es muy natural que los miembros de la minoría tengan que hacer ataques a ese dictamen; quizá lo hagan en algunos casos por ciencia, por convicción, y en algunos otros por oposición sistemática, y hasta por mala fe. Yo he oído aquí, con toda sinceridad lo digo, algunas impugnaciones que se hacen y que se conoce que brotan del corazón, que brotan de una conocimiento, de un sentimiento más o menos noble; pero he oído también otras que se hacen con el prurito de obstaculizar, únicamente por el sistema de oposición y por atacar a las mayorías confederadas. Señores, el objeto de que se haya presentado ese dictamen global, es el de acabar de una vez por todas con estos espectáculos bochornosos, con estos espectáculos denigrantes que desdicen mucho de la seriedad y de la majestad de esta Representación Nacional. Día a día, al discutirse cada caso, los insultos se propalan; los dicterios, las injurias, se prodigan; y esto, naturalmente, va a conocimiento del pueblo, va a conocimiento del país por medio de la prensa, y ese país se forma un concepto muy bajo y muy infeliz de esta Representación Nacional; pero, señores, los que venimos animados de los mejores propósitos, los que venimos animados de la mejor buena fe para hacer una obra francamente legislativa, de reconstrucción nacional, que vaya a aprovechar francamente a los intereses del pueblo, tenemos que procurar en alguna forma que estas escenas, que estos espectáculos terminen, y por eso somos partidarios de ese dictamen que se ha presentado a la consideración de ustedes. Mucho, muchísimo espera el pueblo de nosotros. Cuando va uno a los distritos a hacer su campaña, los electores no se fijan, no recuerdan ni saben que aquí venimos a perder el tiempo en discusiones de credenciales, en discusiones políticas, en discusiones bajas; ellos suponen que desde un principio venimos a trabajar por su bienestar, por sus intereses; y nada de esto pasa, señores; venimos a perder lamentablemente el tiempo y a hacer que de esta Representación -no porque se admita uno que otro caso en que el candidato, el presunto diputado no haya obtenido el triunfo legítimo, sino por las escenas que se presentan aquí, de injurias y de insultos personalistas- se tengan por el pueblo un concepto indigno de la majestad de esta Representación. (Aplausos.) Son los momentos estos, señores, en que debemos dar por terminado este trabajo de Colegio Electoral, iniciando una labor que beneficie al pueblo una labor de salud nacional, y por esos los miembros del Bloque Confederado, al aceptar ese dictamen global y presentarlo a la consideración de la Asamblea, también vienen a hacer una manifestación ostensible de confraternidad y solidaridad para los miembros de la minoría, para trabajar en lo sucesivo unidos, para estar siempre cobijados bajo la misma bandera que es procurar el resurgimiento del pueblo mexicano, dándole leyes, dictando resoluciones y tomando acuerdos que sean los que vengan a influir algo en su beneficio, en su

salvación, en su salud. Siempre, desgraciadamente, repetimos nosotros esas palabras; mañana se celebra el primer centenario de la gloriosa Constitución de 24, y recuerdo las palabras pronunciadas por aquel gran mexicano cuyo nombre acaba de será inscripto en letras de oro en este recinto: "Señores, después de once años de lucha cruenta, hemos forjado esta Constitución; y de aquí en adelante se iniciará para México una era de paz, de tranquilidad, de reconstrucción". Y han transcurrido cien años, y año por año repetimos la misma cantinela; la patria ha sufrido, a veces por sus propios hijos y a veces por elementos extraños, cruentos dolores; y nosotros, en un ansia de salud, de bienestar, de paz, hemos repetido siempre, como lo he indicado, esas palabras sacramentales. Señores diputados, ojalá y en estos momentos, al aprobarse este dictamen global, abunde en la Asamblea ese espíritu noble, ese espíritu grande de hacer algo en bien del país. Esos son nuestro propósitos, esos son los propósitos de la mayoría confederada, esos son los propósitos de todos nosotros, que hemos obrado hasta ahora.... (Murmullos.) Sí, señores hemos obrado hasta ahora ajustándonos a la ley, a la honradez y a la moralidad. (Murmullos.) Que sea esta la última campaña política que en este Parlamento, que en este Congreso se establezca o se libre en cuestiones electorales; que sea esta la última y que en breves días, compañeros, se inicie en esta Cámara una labor verdaderamente reconstructiva, una verdadera labor de salud nacional. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Luis N. Morones.

El C. Morones: En atención a que el compañero Martínez de Escobar me ha solicitado que le ceda mi turno para tratar asuntos de interés para la minoría, que él conoce en detalle, cedo mi turno al ciudadano Martínez de Escobar, y sin renunciar por ello a hacer uso de la palabra.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Morones que no está inscripto el compañero Martínez de Escobar como orador; pero que no tiene ningún inconveniente en conceder el uso de la palabra a este ciudadano, nada más que nos atendremos al Reglamento por lo que hace a la cesión de turno que hace el compañero Morones. Tiene la palabra el compañero Martínez de Escobar.

El C. Martínez de Escobar Rafael: Ciudadanos representantes: Saben perfectamente bien los estimables compañeros Mendiola, Romo, López Soto, el ciudadano presidente de la Cámara y otros camaradas más, que tengo firmado un pacto con mi conciencia y que vengo a cumplirlo como ciudadano bien nacido. Desde que vine a esta Cámara, yo, enemigo temperamentalmente de los ardorosos debates de carácter personal, contraje un compromiso de alma, de corazón y de conciencia, de hacer la defensa del limpísimo caso electoral del compañero Gallardo, y es por eso que vengo en estos momentos a esta tribuna, porque sería cobardía de mi parte si callara tan sólo porque en este dictamen global que se discute, mi caso electoral se resuelve favorablemente y el caso de Gallardo se resuelve en forma negativa. ¿Qué impresión, compañeros, habrá despertado en el seno del Bloque Confederado -al que no voy a atacar- la imposible defensa realizada por el simpático ingeniero don Gustavo Durón González, distinguido y caballeroso amigo mío? Lo ignoro, ciudadanos representantes, pero si aquí fuese a brotar espontánea la convicción individual, el espíritu de grupo y la conciencia colectiva de esta Cámara, para mi respetable por mil títulos, estoy absolutamente seguro de que no entraría jamás el ingeniero Zárraga a esta Asamblea; que jamás podría despojarse de su curul, absolutamente legal y justicieramente ganada, al ciudadano coronel Gallardo. En cuanto a mí, compañeros, y concretándome a este caso, no sé si reír a mandíbula batiente, no sé si dejar que se escape de mis labios una sonora carcajada irónica, quemante como ácido cáustico, hiriente como puñales de fuego, o si evocar los manes de Job, el de los sollozos profundos; de Jeremías, el de las hondas lamentaciones espirituales; de aquellos poetas plañideros, porque este caso electoral, compañeros, mueve a placer y a dolor. ¿A placer, por qué? Porque es un manjar digno de los dioses, si no lo guisa el diablo del personalismo; a dolor, porque es triste, es amargo, hondamente triste y amargo, compañeros, contemplar a un joven honorable, vigoroso y revolucionario como el distinguido compañero Durón González, poner su inteligencia y su corazón, su alma y su espíritu al servicio de una mala causa.

El C. Durón González, interrumpiendo: ¡Por que tengo la convicción de que ganó Zárraga!

El C. Martínez de Escobar, continuando: Yo no lo voy a atacar, compañero; lo estimo a usted bastante y jamás brotará de mis labios para nadie, ni hoy ni en lo sucesivo, absolutamente una palabra injuriosa. (Una voz: ¡Sigue la poesía!) Peor es la prosa de ciertos compañeros! Mejor no continúo. Yo estimo, compañeros, que si Sancho Panza se salvó en la historia, fue porque era el sentido común hablando, y hablando con inspiración y con elocuencia; pero si Sancho Panza hubiese imitado a las maritornes del sin para caballero don Quijote de la Mancha, habría sido quizá una de las figuras más ridículas, como ridícula aparece la figura electoral de Zárraga, en el caso del 2o. distrito, compañeros, que mueve a risa, a risa aristofanesca, que es la risa inextinguible del inextinguible ridículo. Por mi honor protesto a esta Asamblea que ni el talento más extraordinario, ni la inteligencia más vulgar, ni la cultura que tenga más brillo, podrían demostrar que ha perdido Gallardo y que ha ganado Zárraga, porque los absurdos no pueden absolutamente comprobarse. Tendré que entrar dentro de un momento, estimables compañeros, a la cuestión legal, aunque yo, que creo que en esta tribuna debemos hacer profesión de fe de serán sinceros para con nosotros mismos y sinceros para con los demás, soy un incrédulo de la ley; yo no creo en la ley en los países contorsionados por intensos movimientos de revolución; no creo, por que si tal fuera, todavía México estaría seguramente bajo las garras del siniestro régimen del coloniaje. La ley en una asamblea parlamentaria -y no es ataque a ésta, sino a todas las anteriores y a las que vengan-, la ley es una religión sin feligreses, es una divinidad sin creyentes, es un despotismo implacable transformado en diosa que todo, absolutamente todo lo devora. ¡La ley! ¿Qué ley, compañero Padilla? Pero qué, ¿de veras,

usted cree en la aplicación de la ley? Pero qué, ¿de veras habla usted en serio, distinguido compañero? Porque usted, como hombre de indiscutible talento y de gran cultura, sabe que ésta es una mentira convencional, absolutamente irrealizable entre nosotros y menos en asambleas parlamentarias. La ley es vanidad de vanidades, es sombra de sombras, es absolutamente una mentira, y una mentira no sólo en el Parlamento, sino una mentira dentro de nuestro estado político contorsionado. En nombre de la ley, compañero, se abren las puertas de Belén a un delincuente que tiene todas las características orgánicas y psicológicas del criminal nato que nos pinta genialmente Lombroso; en nombre de la ley, compañero Padilla, se arroja en la Penitenciaría a un inocente que no tuvo el suficiente dinero para ponerse en manos de un defensor y no haber abogado brillantemente por su inocencia; y en nombre de la ley, a la vuelta de una esquina, ni siquiera se aprehende al delincuente que asesina al amante de su amante en nombre de un dios inválido: el honor, aunque en ese castigo se haya involucrado el más asqueroso delito: el adulterio, que repugna al sentido moral de nuestra sociedad; y en nombre de la ley don Adolfo de la Huerta, compañeros, encendió la guerra civil en este país; ese don Adolfo de la Huerta, a quien llamaba Prieto Laurens y su cohorte de esbirros, "la gallina de los huevos de oro de la revolución", y a quien el callismo supo contestar vigorosamente: Don Adolfo de la Huerta será gallina, pero no de huevos, y mucho menos de oro aunque haya dilapidado todo el que había en la Tesorería Nacional. (Aplausos.) Y en nombre de la ley, compañeros, aquella kaleidoscópica figura que se destacaba en el alcázar de Chapultepec, mandaba ametrallar inhumanamente a los habitantes del Tomochic, con sólo el pretexto de que no pagaban contribuciones. Y en nombre de la ley se asesinaba a los yaquis, aquella tribu vigorosa dedicada a la ganadería, dedicada a la agricultura, viviendo en aquella región bañada por los ríos Yaqui y Mayo; en nombre la ley se les asesinaba tan sólo porque se había dado una pingüe concesión de una parte del territorio que habitaban a uno de los beneficiarios de aquella época; y en nombre de la ley, señores yucatecos, don Adolfo de la Huerta y sus esbirros asesinaron a vuestro héroe, al héroe nacional, al redentor del socialismo del Sureste, Felipe Carrillo Puerto! (Aplausos.) Y en nombre de la ley, que tantas veces de ha proclamado en esta tribuna, en nombre de esa ley también, don Pablo González y sus mercenarios, señor Soto y Gama, asesinaron al apóstol máximo de la revolución nacional agraria, a don Emiliano Zapata! (Aplausos.) Y así podríamos, compañeros, ir estudiando cómo a cada momento la palabra ley, que ya debemos suprimir de la literatura y de los labios, porque a fuerzas de rodar en tantas bocas de ramera, la ley está saliendo constantemente prostituída; la ley es una mentira dentro de los países que están evolucionando por medio de una revolución. (Aplausos.) Decía, compañeros - y esto es amistosamente-, que yo creo de veras que todos vamos a trabajar entonando el himno gigante de la armonía revolucionaria, muy en breve; que yo creo que será indispensable amalgamar todos los cerebros, hacer que se abracen espiritualmente todas las almas, teniendo siempre en el cerebro la idea, el único objetivo de resolver los problemas de la República, de donde depende el porvenir de la nación.

El C. Padilla, interrumpiendo: Y esta tarde va usted a protestar la ley! (Risas. Aplausos.)

El C. Martínez de Escobar, continuando: La ley, compañero Padilla -y usted es inteligente-, se protesta de tres maneras: unos la protestan, como decía el príncipe de la palabra en esta tribuna, con reservas mentales; con reservas mentales; cuando en el momento en que solemnemente se levanta la mano y se dice: "Sí protesto", ya se está pensando, en nombre de intereses absolutamente personalistas, hacerle escarnio y hacerla jirones. La ley se protesta como la protestan los conservadores, diciendo que es algo intangible y sagrado que no se puede manchar, para después convertirse en estatua de sal para no cumplirla; y la ley se protesta como la protestamos todos los revolucionarios de este país, todos los revolucionarios de esta Asamblea - mayorías y minorías-, haciendo un juramento de honor de respetarla en sus lineamientos generales - óigalo usted bien, porque yo soy sincero y la sinceridad es intensa manifestación de fuerza moral-, cumplirla cuando la necesidad revolucionaria permita que se cumpla, pero sobre la misma Constitución cuando el fenómeno evolutivo político lo necesite, se viole la Constitución, porque la revolución está sobre la ley, compañero (Aplausos.) Prueba de ello es que hace pocos días el distinguido diputado Fabila me parece que sostuvo aquí la tesis de que era absolutamente necesario, aunque no encajara dentro de los estrechos preceptos de la Constitución, dictar una Ley sobre Plagas o sobre alguna otra cosa. Esta es la verdad y esta tribuna tiene que será para todos nosotros algo así como el altar de la palabra, algo así como el santuario de la patria, algo que no debemos escarnecer con mentiras, algo adonde no debemos venir con actos de mimetismo político, porque eso es lo peor. Hay que decir la verdad con el corazón palpitante en los labios, con el alma vibrante en la frase, y, señores, si la Constitución es un obstáculo, como lo será -y yo los emplazo para dentro de un año para hacer las grandes reformas-, hay que cerrar los ojos, apretar los dientes, y hacer las reformas, húndase quien se hunda y perezca quien perezca, compañeros! (Aplausos.) Pero vamos a la ley....Vamos a la ley, distinguidos compañeros, porque es necesario no perderse en un dédalo de palabras nacidas del corazón, que quizá nos separen un poco del objeto principal que nos hizo venir a esta tribuna.

De todas maneras tendré forzosamente, compañeros, tendré que llegar paso a paso y minuto a minuto en esta plática sincera con ustedes, al objeto principal. La ley es la misma en que me voy a fundar, porque yo no vengo con sofismas, los sofismas no deben existir en estos momentos solemnes de la vida nacional y entre compañeros como somos todos. Si tomamos la Ley Electoral, que tiene más o menos ciento veintitrés artículos, yo les protesto a ustedes por mi honor - y ustedes están conmigo - que de los veintitrés artículos se habrán cumplido - óigalo bien, porque no puede

hacerse de otra manera, y esto de ninguna manera podía herir de muerte, por ilegalidad, una elección-, de los ciento veintitrés artículos se habrán cumplido cincuenta, no más. (Voces: ¡Tres!) Tres que sean. Se habrán cumplido cincuenta, digo en general. (Murmullos.)

El C. Fabila, interrumpiendo: Que gusto le va a dar a De la Huerta saber esto!

El C. Martínez de Escobar, continuando: De la Huerta, compañero Fabila, no tendrá absolutamente por qué alegrarse. Si nosotros lo sabemos -yo no sé si haré bien o si haré mal, pero yo ya estoy cansado francamente de mentiras-. Para mí compañeros, en países como México en que por fuerza ineludible y fatal se tiene que hacer cada período de dos, tres o cuatro años un movimiento armado - y esto no es manifestación de debilidad, no son cualidades negativas de nuestro pueblo: al contrario, de carácter y de energía, porque este pueblo está en la cuna de democracia-; en que por fuerza ineludible y fatal cada tres o cuatro años tendrá que haber una revolución, las elecciones en México se ganaron - típicamente mexicano - en los campos de Occidente y en la batalla de Esperanza, esa es la verdad, compañeros, eso es indudable, eso no tiene remedio, aunque algunas conciencias se sientan en estos momentos acobardadas y se gane, como deben ganarse, las cuestiones políticas y sociales en México; ¿Podrá, después de este acontecimiento quererse venir a invocar la ley? ¿Querer que una elección sea pura, absolutamente pura, como la patena en que se levanta la hostia, como el cáliz en que liba el vino consagrado, como la corona de azucenas que ciñe la cabeza del niño Jesús en los brazos de su madre amorosa. como el ramo de azahar que llevó María en su desposorio, pura, como su angustia materna antes y después y en el momento genético de sangre y de dolor? No, absolutamente no, compañero; ello es absolutamente imposible; por eso no podré venir a decir que es absolutamente indiscutible una elección como la de Gallardo, que es tan legal como la que más en esta Asamblea. Pero vamos a entrar en materia. Fuera de los artículos relativos a la formación de consejos de distrito, que no pudieron formarse en esta ciudad porque fue absolutamente imposible fuera de la división territorial que manda la ley que se haga en los meses de octubre de cada año impar, fuera de la división por secciones que debe hacerse en noviembre del mismo año, de las listas de electores muertos que deben mandar los jueces del Registro Civil o de ciudadanos que estén suspensos en sus derechos por los jueces de lo Penal fuera de todo esto que no se pudo cumplir, es indudable que la Presidencia Municipal de la ciudad de México, cumpliendo con una estricta obligación, hizo la división territorial, y el 2o. distrito electoral se dividió en seis secciones; en estas seis secciones se establecieron diez casillas. ¿Qué objeto persigue la ley al imponer como obligación a la autoridad municipal que se establezcan las casillas en determinado lugar? Es un objeto de forma, o solemnidad externa del contrato de poder que se establece entre poderdante y apoderados...

El C. Durón González: Una interpelación. ¿Tuviera la bondad de decirme el compañero quién fue el presidente del Consejo de Listas Electorales en la ciudad de México?

El C. Martínez de Escobar: Su nombre no lo recuerdo.

El C. Durón González: Yo se lo diré. Fue Ricardo Treviño, secretario general de la Confederación Obrera Mexicana. No sé por qué artes de magia o escamoteo fue presidente del Consejo de Listas.

El C. Martínez de Escobar: Muy bien. No quiero descender, compañeros, a esa clase de detalles, porque no me mueve la idea, ingeniero Durón González, de venir a hundir cuchillos de fuego o espinas de hielo al ciudadano presidente municipal; no tengo esa intención ni ese deseo. Tampoco, pues, debe usted entrar a ese terreno, porque si uno cometió errores, el otro también los cometió y nosotros, como elementos del mismo partido revolucionario callista, debemos perdonarlos, debemos pasarlos por alto, esta es la verdad, dentro del medio en que vivimos. El hecho es que escamoteo fue presidente del Consejo de Listas. diez casillas como manda la Ley Electoral y sólo era en esas diez casillas y solamente en esas diez casillas, forma o solemnidad externa del contrato poder que se establece entre electores y electos, allí solamente los partidarios, los simpatizadores de los partidos Agrarista, Laborista, P. L. C., Radical y todos los demás que formaron la coalición, los únicos que integraron esas diez casillas fueron, compañero Durón González, elementos de estos partidos que postularon al coronel Gallardo. Y usted sabe perfectamente bien, compañero... (Voces: ¡Hubo otras casillas!) Cualesquiera otras casillas que se hayan establecido son absolutamente inexistentes, ya no digo nulas. Tenía razón el joven abogado por Guanajuato cuando hizo al licenciado Rueda Margo una distinción entre elecciones nulas y elecciones inexistentes. Terminante es la ley compañero Durón González, hay cosas que no pueden ser; aquí tiene usted la votación recibida. Por algo voy a mi tesis, porque es necesario ir haciendo rectificaciones a base de sinceridad; por algo voy a mi tesis; lo he hecho con toda intención; claramente dice aquí.

"La votación recibida en las casillas electorales instaladas con violación de las disposiciones contenidas en los dos artículos anteriores, será nula...

"Este artículo hay que relacionarlo con el que se refiere a casos expresos de nulalidad de elección, que dice terminantemente: es nula la votación que se haya recibido en casillas instaladas fuera del lugar señalado por el presidente municipal. Y yo pregunto a cualquier hombre que quiera proceder con verdad: si pues las casillas electorales de los partidos que postularon a Gallardo son las que se establecieron se lugares designados por la ley y hay tres o cuatro que dice su señoría el distinguido Durón González que se establecieron en lugares distintos. ¿estos preceptos están vivos? ¿Sí? Pues entonces, compañeros, es cuestión de un silogismo: Toda la votación hecha en casillas no establecidas en el lugar señalado por la ley, es nula. La votación a favor de Zárraga, si la hubo fue en casillas establecidas fuera del lugar señalado por la ley; en consecuencia, la conclusión es fatalmente lógica:

es nula esa votación. (Murmullos.) Nula por inexistente. (Murmullos.) No, señor. (Dirigiéndose al C. Fabila.) Está usted perfectamente equivocado; todos los autores de Derecho que se quieran leer nos hablan de la nulidad como concepto genérico y luego de la cuestión inexistente como especie, la cuestión anulable como especie. La cuestión de la inexistencia es algo moderno, es algo, compañero, que ha tratado un autor que se llama Zacarías, en Alemania, hace veinticinco o treinta años. Por eso hablo en esta forma, porque tengo conocimiento de la materia; si no, no vendría a hacerlo. ¿Como, pues, puede afirmarse aquí que es diputado el ingeniero Zárraga? ¿Por qué? ¿Quién lo eligió? ¿En qué forma se eligió?

El C. Durón González: Por medio de votos.

El C. Martínez de Escobar: No, compañero, no, hay votos para Zárraga. Yo protesto por mi honor que durante los dos meses de preparación electoral, acompañe a Gallardo a todos los lugares, a todos los lugares más escondidos del segundo distrito electoral, y en todos ellos, Gallardo, por virtud de su actitud, por virtud de su actividad y de su constancia, por virtud de su energía y del apoyo que le dieron todos los partidos fue formado clubes, fue haciendo mítines, fue haciendo reuniones cívicas, fue haciendo conferencias y, naturalmente, no porque venga yo a denigrar a Zárraga, muy lejos de mí está el hacerlo, ¿pero creen ustedes que es posible que el ingeniero Zárraga hubiera triunfado allí, si el señor ingeniero Zárraga andaba en una odisea democrática a favor del general Calles, si el ingeniero Zárraga no se paró un minuto, ni un segundo en el 2o. distrito electoral, si andaba por Veracruz, por Chihuahua, Sinaloa y Coahuila? Por eso dije alguna vez, sin menospreciar los valores políticos del ciudadano Zárraga, vamos a crear, al fin es facultad del Congreso de la Unión, una nueva Secretaría de Estado, decía yo; vamos a levantarle una estatua, vamos a crear la vicepresidencia de la República para dársela al compañero Zárraga; ¿pero cómo va a entrar por esa puerta el ciudadano Zárraga, si no es posible, si no ha sido electo? ¿Y quieren ustedes que diga una cosa curiosa? ¿Saben quién fue el primero que derroto al ingeniero Zárraga aunque, naturalmente, de muy buena fe? Mi distinguido compañero el ingeniero Durón González... (Murmullos.) Porque como el ingeniero Zárraga salió fuera de la capital en la jira política a favor del general Calles y dejó encomendado su distrito al diputado Durón González, movido por un egoísmo muy natural, naturalismo, el ingeniero Durón González, todos los elementos con que hubiese podido contar el ingeniero Zárraga, los llevó a su distrito... (Risas.)

El C. Durón González: ¡No es cierto!

El C. Martínez de Escobar: Protesto, compañeros, que sin hacer un ataque al compañero Durón González, ésta es la verdad. Esto que hizo el ingeniero Durón González hubiera hecho cualquiera de nosotros; esto, pues, ni siquiera es una ataque.

El C. Durón González: ¡Miente usted!

El C. Martínez de Escobar: Tomó los elementos del ingeniero Zárraga, los llevó a su distrito y dejó abandonado el distrito de Zárraga y ¡cosa más natural! por eso Zárraga, compañeros, no hizo elección de ningún género. Parece que durante diez minutos se establecieron dos casillas fuera absolutamente de la ley.

El C. Durón González: ¡Parece mentira que mienta usted con tanto descaro! (Desorden. Campanilla.)

El C. Martínez de Escobar: ¿Por qué enojarse, compañero?...

El C. presidente: Se llama al orden a los ciudadanos representantes que lo están alterando.

El C. Martínez de Escobar: No debemos enojarnos por esto, compañeros. ¿Acaso esto significa un ataque a nadie? Es un incidente, un detalle de la vida política del ingeniero Zárraga. El ingeniero Zárraga seguramente podrá tener mucho prestigio y podrá ganar una elección; pero en este caso estaba ocupado en otras cosas más importantes, andaba haciendo propaganda a la revolución en beneficio del país y de la candidatura del general Calles; por tanto, no pudo ocuparse de la circunscripción electoral de su distrito. Esto no es nada malo, ¿por qué nos asustamos y por qué el ciudadano Durón González toma esto como una ataque? Seguramente que a cualquiera otro le habría pasado lo mismo, esta es la verdad. Ahora bien; por qué, pregunto yo, no se estableció la Junta Computadora que declaró diputado coronel Gallardo en el lugar señalado por la ley y fue a establecerse dizque otra Junta Computadora en otro lugar? Sencillamente porque los presidentes de casillas que llevara el compañero Zárraga tenían la conciencia de que no era posible que se les tomara en serio para ir al local de la Junta Computadora señalado por el presidente municipal. Yo no sé que haya habido allí un pelotón de soldados con rifles, con fusiles, dispuestos a hundir sus puntas en los corazones de los partidarios de Zárraga, de los presidente de casillas instaladas por Zárraga, y por lo tanto, ante el temor y la amenaza de la muerte no se atrevieron a llegar a ese local.

El C. Fabila: Eso ha sido siempre.

El C. Martínez de Escobar: Mire, compañero; el señor don Marcos E. Raya, que se portó en la cuestión de la legalización de credenciales correctamente -debemos confesarlo desde esta tribuna-, don Marcos E. Raya dijo por la prensa, compañero Durón González, que él no firmaba esa credencial del ingeniero Zárraga no obstante será su predilecto amigo, porque la Junta Computadora legal suma o producto de las pequeñas juntas computadoras de las diversas casillas establecidas en ese distrito, eran las legales, y el señor presidente municipal trajo a su presencia, compañeros, a los presidentes de las juntas computadoras que declararon diputado a Gallardo, e hizo que allí firmaran su presidente y sus secretarios para cercioranse de que eran ellos, después de que el licenciado Aquiles Elorduy se cercioró de que, efectivamente estaba realizándose la Junta Computadora que declaró diputado a Gallardo en el lugar señalado por la ley.

El C. Durón González: ¿Me permite una explicación, compañero?

El C. Martínez de Escobar: Sí, compañero; yo no tengo inconveniente.

El C. Durón González: ¿Sabe usted que existe una banda que todavía pone calosfríos en los huesos de Field Jurado? Esa banda estaba en el lugar

donde se iba a instalar la Computadora de Zárraga. (Voces: ¡Pruebas!)

El C. Martínez de Escobar: Un momento. Yo, desde el punto de vista legal, créanme ustedes y dije que era un pacto con mi conciencia el que iba cumplir y lo cumplo con placer, sostengo que la elección de Gallardo, con todos sus defectos, con todos sus vicios, con todos los vicios de nuestra organización incipiente, es la buena. En toda elección, que es verdaderamente un contrato, existe la capacidad, el consentimiento, el objeto lícito y la forma externa del contrato. La capacidad en el asunto de la elección de Gallardo: el será ciudadanos mexicanos los que fueron a votar por él y esta en él perfectamente capacitado para será electo. El consentimiento es la manifestación espontánea, porque no hubo allí presión de ninguna especie, porque no fue su elección arranchada por la consigna y, por lo tanto, la manifestación espontánea de su sentir fue libre, absolutamente limpia de toda coacción. Objeto lícito: ya lo sabemos ¿Qué más licitud que contribuir a la constitución de la organización de un poder público como lo es el Poder Legislativo? Y forma externa: he aquí algo absolutamente indispensable, condición sine qua non para que tenga vida, para que se realice, para que efectivamente exista una elección, que las casillas electorales donde si hizo la votación, se hayan instalado en el lugar fijado por la ley; toda votación que se haya recibido en casillas fuera de su lugar es absolutamente la nada electoral, es el vacío, es la inexistencia, un espectro, un fantasma que se derrite cuando se le quiere asir en la mano; es algo que se desvanece, es lago que se deshace, que se derrite como un pedazo de hielo en una plancha de acero incandescente, compañeros; es algo que se volatiza como el éter en un crisol, es algo que no existe; por lo tanto, aquí se va a declarar la validez de una inexistencia, esta es la verdad.

Ahora bien; debemos hablar con franqueza; sí, yo creo que la franqueza siempre es salvadora, siempre es justiciera, siempre es fecunda y siempre es noble; es germen de oro, es simiente de luz, es polen fecundante, es algo que no debe acobardarnos, sino que debe ennoblecernos, enorgullecernos y levantarnos. Es cuestión de criterio político parlamentario, y ese criterio político no sólo lo han tenido ustedes, sino que lo hemos tenido nosotros los peleceanos, lo habrían tenido terriblemente los señores Soto y Gama y demás radicales... (Aplausos.) Por eso quiero que hablemos con franqueza, absolutamente con franqueza, sin mentiras convencionales. Ya el caso Gallardo está perdido, no puede verificarse en, él milagro de la resurrección; es algo que ya no podemos enmendar nosotros; pero hablemos con la verdad y con el corazón, absolutamente con el corazón, y digamos: es por esto que no queremos que entre Gallardo y por esto es que queremos que entre Zárraga. ¡Sí en los Parlamentos es mentira que sea la lógica racional la que predomine! La lógica ésa, esa lógica, compañeros, qué fue proclamada desde la antigüedad, señor Padilla, como ciencia, como diosa de las artes, como reina de las ciencias; ciencia por sus fundamentos, arte por su aplicación; ciencia porque establece los principios generales del raciocinio; arte porque dicta las reglas a que debe someterse la inteligencia para la aplicación e interpretación de sus principios; es algo así como la llave de oro del conocimiento humano que, como dice uno de los que han escrito sobre la materia, es rocío y sol que hace brotar fragantes flores y sabrosos frutos en el eriazo de la inteligencia menos fecunda; que no solamente forma espadachines de la palabra, sino que tiende a la verdad para evitar que el hombre caiga en el error. La lógica, esa ciencia de que se sirve el espíritu y que aporta las pruebas para investigar la verdad, esa no es la lógica de los Parlamentos; ¿sabéis cuál es la lógica de los Parlamentos? Es la lógica afectiva, la lógica mística, la lógica fanática; es la lógica colectiva, es la misma lógica, compañero Padilla, que allá en la enorme, en la terrible, en la gigantesca convección de la Francia hizo, compañero Padilla, que los gigantes místicos, que los titanes fanáticos, que los gigantes fanáticos de la Montaña devoraran a los tigres románticos de la Gironda; es la lógica que movió a la Montaña de Robespierre a hacer pedazos a la Montaña de Dantón, de aquel otro enorme gigante de aquella revolución; es la lógica que movió a Robespierre a destruir a la Montaña de Hebert; es la misma lógica que hizo a Vergniaud el poeta exquisito y melodioso, ese que hacía sentir en los oídos una arrulladora música de cielo, y la misma lógica que movió a Vergniaud para votar la muerte de Luis XVI, cuando veinticuatro horas antes decía que se avergonzaría de sí mismo y se deshonraría si votaba la muerte de Luis XVI. Esa es la lógica de los Parlamentos, la verdadera lógica, la única; no es la que enlaza la idea, no es la que coordina el pensamiento, no es la que encadena los hechos; es la lógica en que la conciencia de cada individuo va siendo substituída por la inconsciencia del grupo. (Aplausos.) Esa es la verdad. Es la lógica de las multitudes organizadas; es la lógica de las muchedumbres psicológicas. En el Parlamento, que es una muchedumbre psicológica no anónima, como el jurado; en el Parlamento la lógica racional es imposible, compañeros; es lo absurdo; si es el contacto de conciencia a conciencia, de corazón a corazón, de espíritu de grupo, de espíritu de asociación el que mueve a los hombres; esa es la lógica que hace que la inteligencia se desvanezca, que la inteligencia de cada individuo que opina de determinada manera sea substituída por el espíritu de grupo, por la conciencia colectiva, por el espíritu y la inteligencia de grupo, en donde el grupo vota en contra de la conciencia de cada uno de los individuos; es decir, la votación colectiva es a menudo, en los Parlamentos ardorosamente revolucionarios como éste y como todos los que hemos tenido, la lógica del interés de tener las mayorías, porque es necesario defenderse contra las minorías en los terribles embates que existen entre nosotros, entre nosotros, compañeros, en donde en sesión pasada decía yo a ustedes y les hablaba de una poética leyenda que ahora debe desvanecerse. Porque en verdad, ¿cuál es la razón de estos choques, de estos encuentros, de estas peleas enormes que venimos teniendo los mexicanos, aunque seamos de un mismo credo? Eso puede explicarse desde el punto de vista histórico, desde el punto de vista psicológico y desde el punto de vista de la

tradición. ¿Acaso no sabemos, compañeros, que cuando Hernán Cortés desembarcó en este país y con seiscientos hombres, apenas, venían a hacer la conquista; no sabemos que si los mixtecas y los zapotecas hubieran franqueando las montañas y se hubieran puesto a la retaguardia de las huestes conquistadoras; que si los tlaxcaltecas, queridos compañeros de Tlaxcala, no hubieran tenido tanto odio al imperio de los Moctezumas y hubieran también atacado, y que si los tarascos hubiera hecho lo mismo, no se habría escrito en este país la epopeya sangrienta de la conquista? Y nosotros somos hijos del beso del indio y del español, somos mestizos; y si vamos a la madre España, entre los miembros de una sola familia, ¿no recordáis la conspiración de Aranjuez movida por Fernando VII, que motivó el proceso del Escorial contra Carlos IV, éste abdicando en favor de su hijo Fernando VII por odios, rencillas, choques y ambiciones de poder? ¿Por qué, pues, debemos nosotros substraernos de esos choques que han sido muy humanos, psicológicos, muy explicables, compañeros, en donde la pasión absoluta anula, extingue, destruye arranca de raíz la inteligencia, en donde un sentimiento ofusca completamente al cerebro? Por eso es que yo empecé mi plática a ustedes hablando con menosprecio de la ley. Si fuera la ley la que imperara, vendría aquí el compañero Padilla a esta tribuna y se transformaría acometivo en un glorioso defensor de Gallardo; el diputado Padilla diría que Gallardo es quien triunfó; que los tres mil y pico de votos que obtuvo el ciudadano Gallardo no podían serán destruídos por la inexistencia de la votación de Zárraga. El ciudadano Padilla nos diría: aquí tiene ustedes, compañeros de la Asamblea - dirigiéndose a mayorías y minorías-, no debemos cometer este absurdo; en el DIARIO DE LOS DEBATES aparece que toda la votación emitida en las casillas donde se eligió a Gallardo se ha tomado en cuenta como buena, como absolutamente buena para decir que Manuel Méndez ha triunfado como senador; se han tomado sus votos para decir que el general Calles obtuvo esa votación en el 2o. distrito, y llegamos a decir: Calles, presidente electo, y Manuel Méndez, senador ya declarado, han tenido los mismos votos que Gallardo en el 2o. distrito; para ellos es buena esa votación, para Gallardo es mala. ¿No hubo elección de senadores o se les paso la existencia de esos votos? ¿No hubo elección de presidente de la República? Pues es el caso que los mismos votos que obtuvo Gallardo los obtuvo el senador Méndez y el presidente Calles; para estos dos ciudadanos los votos son buenos y para Gallardo son malos. Y diría también: aquí está el DIARIO DE LOS DEBATES número 1, en que de una manera clara consta que sólo se presentó la credencial de Gallardo y que a los quince días se presentó una pseudocredencial por el ingeniero Zárraga y haría una verdadera pieza oratoria sugestiva, atrayente y embriagadora para venir a demostrarnos el triunfo de Gallardo. Sin embargo, en estos momentos calla Padilla y comprende que es la lógica afectiva, la lógica fanática de grupo perfectamente explicable para mí, que no me asusto, la que está moviendo las conciencias, los corazones y los cerebros de esta Asamblea; de lo contrario ya digo: nadie podrá absolutamente objetar la credencial de Gallardo, absolutamente limpia, compañero.

Pero es inútil, pues - y así lo dije desde un principio-, estar tratando la cuestión legal, aunque nadie podrá con argumentos contundentes objetar la argumentación y los razonamientos que yo he expuesto en esta Asamblea.

¡Votación inexistente contra votación legal! ¡Paciencia! Así son los parlamentos, así es la vida turbulenta de la política, así es la libertad de nuestro país, que todavía no puede será una libertad orgánica; esta libertad turbulenta, esta libertad huracanada, compañeros, que tiene, como el cielo, sus tempestades; que tiene, como los volcanes, sus explosiones de fuego; que tiene el bramido del huracán, del huracán sobre el oleaje del océano; esta tempestad absolutamente huracanada y turbulenta que nos tiene envueltos en el remolino de las ideas y de los sentimientos, en donde a cada momento nos estamos engañando a nosotros mismos y engañado a los demás.

Yo quisiera en estos instantes hablar a la juventud de esta Cámara, a la juventud de mayorías y minorías, que tendremos que abrazarnos espiritualmente en el porvenir, porque de otra suerte no seríamos los ciudadanos dignos de un título gloriosos, sino que seríamos asesinos del país; a esta juventud briosa y viril, no a la juventud amamantada en las pseudo universidades que tenemos, esa juventud que cree que el sol es un topacio de su diadema, que cree que su talento y su cultura es la piedra preciosa más brillante de la corona de la cultura y del talento; esa juventud, enfermiza de espíritu y enclenque de alma, que vendría a hablarnos aquí de materias aristotélicas, de unidades alejandrinas y de un montón de cosas que ellos mismos no entienden; no, yo quisiera hablarle a la juventud sana, alma que mira al frente, que no mira al ayer, que no mira al pasado, que busca una perfección, una soñadora inquietud, un ideal, que tiene siempre un gesto en su espíritu para buscar algo mejor, un mejor idealismo, mejor cada día; a esa juventud que debe adornar al Cristo, al Cristo, compañeros, no a ese que se adora entre las tenebrosidades del Vaticano, allí, donde impera un monarca absoluto al que todavía le rinden pleito homenaje distinguidos embajadores de las más cultas naciones europeas; no al Cristo que se adora ridículamente en la catedral y en los templos piadosamente por el pueblo, y que no habrá sino fraguar una nueva revolución de religión y fueros, en donde todos los revolucionarios tendremos que unirnos para defender los postulados de la revolución. (Aplausos estruendosos.)

Al Cristo, como decía, compañeros, que nos pinta magistralmente la pluma brillante, fulgurante de Renán; al Cristo que santificaba el dolor, la amargura y la miseria, al Cristo que pugnaba, compañeros... (Aplausos.) al Cristo que si en estos momentos se produjera de verdad el misterio excelso, sublime, grandioso, de la resurrección, se abrazaría en el tiempo y en espacio con Lenine, porque Lenine y Cristo han propugnado por destruir la explotación del hombre por el hombre! (Aplausos estruendosos.) No a ese anticristo que flota en una atmósfera de lujo, que no tiene las manos taladradas como las tuvo el verdadero, sino que tiene una

lluvia de perlas en sus manos, una lluvia de perlas y brillantes en los pies; a ese anticristo que es adorado allí adonde sólo pueden entrar los que tienen diez pesos para entrar a las tenebrosidades de la catedral, mientras que a los pobres se les deja en la calle. (Aplausos estruendosos.) Si yo he hablado de eso, no ha sido tan sólo para usar metáforas o vana palabrería, sino porque realmente, compañeros, yo he dicho que me quiero dirigir a la juventud sana, viril, para ir destruyendo y aniquilando todos los obstáculos que se opongan al triunfo de la revolución, no solamente por los reaccionarios, sino también por los fanáticos de la revolución, por que debemos anhelar que se cristalicen los ideales revolucionarios. Yo absolutamente no puedo considerar juventud a la juventud, por ejemplo, que cantara -y no me refiero a nadie en lo particular en esta Cámara-, a la juventud que cantara a Huerta cuando con su puñal de vicario lo hundió en el primer magistrado de la República, convirtiendo este país en un reinado de la muerte y de una dictadura asiática...

El C. presidente: La Mesa suplica a los ciudadanos Sánchez y Ancona se sirvan indicará los compañeros que están en el Salón Verde pasen a ocupar sus curules.

- El C. Martínez de Escobar..... a aquella juventud que admirara a Huerta y pisoteara la soberanía nacional entretanto sus huestes de esbirros se dedicaban al pillaje; a aquellos que cantaron la traición, los crímenes y los festines de sangre de aquel vándalo alcoholizado, cuyo gesto epiléptico fue el estupor de la barbarie, cuando por virtud de una apostaría colectiva del honor se hizo entrar a México en una nueva cueva, en una nueva selva de desvergüenzas. No, yo he venido a hablar a la juventud revolucionaria de mi país, a la juventud revolucionaria de mi patria, a la sincera a la honrada, a la viril, a la que sabe entonar, a la que sabe cantar la leyenda heroica que jamás se agota, la epopeya que jamás se extingue; esa epopeya y esa leyenda, compañeros, que une a los hombres y forma los pueblos, santifica la fuerza de la conciencia colectiva, inmortaliza el pensamiento de la filosofía, inmortaliza la idea y la ciencia, inmortaliza el sentimiento en el arte; esa leyenda enorme, esa leyenda suprema y sublime que no se duerme envuelta en brumas, mecida por caricias o arrullada por suspiros; esa leyenda que alienta, que crea, que regenera, que vigoriza y vivifica a las naciones, la leyenda de la justicia, de esa justicia que vive entre dos infinitos, uno de altura y otro de profundidad, que busca en el espacio cielo y luz donde extender sus ramas, y busca en la tierra entrañas donde hundir sus raíces; esa justicia que en medio de este vapor enorme de ardor revolucionario debe brotar, compañeros, como brotó la Venus Afrodita, como brotó la Venus Citerea, de las espumas amargas, de las aguas salobres del océano; ella, la blanca, la resplandeciente con la sonrisa en el rostro, con su concha de nácar, con sus rayos de aurora en la frente, con el cielo en los ojos, con las estrellas de la esperanza encendidas en los labios de su corazón; esa justicia que es la que debe cantar esa juventud viril, esa juventud valiente que yo quisiera que en estos instantes hiciera una excepción, y permitiera, por ejemplo, en honor a estas frases sinceras, para fundir y amalgamar más a los hombres de esta Cámara, que se separaran casos como el de Gallardo para discutirlos en un dictamen individual. (Murmullos.) Ya sé, compañeros, que no se hará; pero creo que las mayorías y las minorías deben respetar a los hombres que sinceramente vienen a decir algo que es carne, de su carne que es relámpago de su espíritu; que es palpitar de su alma, que es virtud, porque si a mí se me hace respetable el ingeniero Durón González defendiendo, por los lazos de amistad que lo unen, al ingeniero Zárraga, respetable es mi actitud y tiene que ser, defendido a Gallardo, porque si no sería una cobardía, si no sería una cobardía, si no sería algo denigratorio y algo a que a mí mismo, quizá ni ustedes mismos me pudieran tomar en consideración. Yo quisiera, pues, que en este caso se hicieran una excepción, aunque lo veo absolutamente difícil. ¿Y qué importa, compañeros, qué importa que se hiciera? ¿Qué importa que lo hiciéramos? Nosotros, los hombres de buena fe, los que en un momento dado aplicamos la ley porque nos conviene aplicar la ley, y en otro momento la destruimos porque nos conviene destruirla, ¿por qué no poder hacer una excepción en este caso? ¿En qué se perjudica la mayoría de esta Cámara , en la que encuentro hombres viriles, una juventud brillante, cerebros preclaros y de gran porvenir, esa gran mayoría de la que muchos de sus miembros se fusionarán con estas minorías y donde debe existir odio?

Nunca he tenido odio, desde el principio hasta el fin; sé que tendremos qué encauzar al país, que orientarlo todos los jóvenes de buena fe de esta Cámara, sin tomar en cuenta el colorido de la agrupación o del bloque a que pertenezcamos, porque de otra manera sólo habremos laborado para el abismo, para el vórtice, para la disolución, para la maldición de la patria; sólo habremos hecho una labor como la hicieron los científicos de la época porfiriana, científicos en el concepto político, porque si ellos se llamaban así porque se llamaba así porque proclamaban la aplicación de la ciencia en las cuestiones gubernamentales, sociales y políticas, eran científicos en el arte del robo. Esos científicos malvados, hoy mezclados con esos científicos del delahuertismo, no han sido otra cosa más que los ladrones del Erario que han corrompido la justicia y la han torcido; por eso, sobre los científicos de ayer y de hoy tiene que caer el eterno baldón de la historia, la maldición de la patria y la cólera rugiente y bravía de las clases populares.

Termino pidiendo a ustedes en este caso esa excepción a favor del ciudadano Gallardo, bendiciendo a los hombres que con su ejemplo y abnegación, su heroicidad y su sacrificio, han sabido presentarnos nuevos derroteros y horizontes nuevos, empujando a la humanidad mexicana hacia la montaña del progreso, y maldiciendo a todos aquellos que envueltos, encajados en los intereses creados, en el festín agoísta de los intereses creados, ponen obstáculos al desarrollo amplio y magnífico de la patria. Termino en esta forma diciendo a ustedes: para los hombres que no cumplen con su deber, para ellos será la enorme responsabilidad de una nueva convulsión de sangre y fuego que para miseria, dolor y tristeza de la patria tendrá que efectuarse en esta República. Termino con una maldición para

los Caballeros de Colón, para esos hombres de faldas negras que viven en las catedrales; y con un viva entusiasta y clamoroso para los que han sabido cumplir con su deber y para vosotros, queridos compañeros, que espero haréis una excepción en el caso de Gallardo.

El C. Carpio Manuel: Reclamo el quórum, señor presidente. (Desorden. Gritos. Campanilla.)

El C. presidente: Es visible, compañeros, que hay quórum. Por otra parte, ya la Presidencia ordenó que fueran a llamar a los compañeros que se hallan en el Salón Verde, en previsión de esta reclamación de quórum. Tiene la palabra el ciudadano Escobar José U.

El C. Escobar José U: ¿Pueden ustedes imaginarse, señores diputados y presuntos diputados, el estado de azoramiento que brotaría en la psiquis de un ingenuo salvaje, si ante él se presentara un juglar, un prestigitador que, digamos, por acaso se tragara algunos metros de tela y escupiera fuego, o hiciera sacar una pecera con pecesillos de colores de debajo de una capa española? ¿O el asombramiento que produciría a ese mismo salvaje ingenuo el que pasaran ante él las maravillosas coloraciones de un caleidoscopio fulgurante? Pues ese es, exactamente, el estado de mi espíritu, de mí, pobre orador de provincia, en cuyo verbo no fulgara, no centellea el relámpago de los sinaís de la tribuna parlamentaria, después de haber escuchado las palabras apocalípticas, casi proféticas, del discurso del compañero Soto y Gama, o la oratoria volcánica del cultísimo tribuno Martínez de Escobar, que no practica precisamente el gusto oratorio del compañero Soto y Gama, sino que sabe perfectamente emplear la retórica y sabe muy bien, como lo sabía Aristogitón, que las flores también pueden emplearse para cubrir las espadas. (Aplausos.)

El C. Caloca: No hay quórum. Reclamo el quórum. (Desorden. Gritos. Campanilla.) Que se pase lista.

El C. presidente: Bajo mi responsabilidad declaro que hay quórum. Esta es una maniobra que la Presidencia no está dispuesta a permitir, porque ya está próximo a terminar el debate. (Desorden. Campanilla.) Continúa en el uso de la palabra el ciudadano Escobar.

El C. Caloca: No hay quórum. (Gritos. Desorden. Campanilla. Voces: ¡No hay quórum! ¡Sí hay! ¡Lista! ¡No! ¡Sí! Desorden.)

El C. Caloca: Reclamo el quórum.

El C. presidente: Sí hay quórum. Sírvase la Asamblea escuchar al orador.

El C. Escobar José U: Yo, señores compañeros, no creo en los discursos; creo en las acciones de los hombres. Es muy fácil usar ese "bobarismo" para presentarse muchas veces como lo que no se es; pero recuerdo el pensamiento spenceriano que dice: "lo que eres habla tan alto, que no me deja oír lo que dices" y es por eso que mis palabras serán muy cortas para dirigirme a ustedes en esta ocasión, porque los hombres no son del tamaño de lo que dicen ni del tamaño de lo que piensan, sino del tamaño de lo que hacen; y nosotros en estos momentos necesitamos de la acción y no de las palabras. (Aplausos.) Se ha discutido hasta la saciedad, hemos escuchado todas las palabras que podríamos escuchar, vayamos ahora, compañeros, a la acción práctica, definitiva. (Aplausos.) El pueblo no nos ha enviado aquí solamente para que digamos bellos discursos, porque los pueblos no se salvan con discursos hermosos, sino con acciones nobles, con acciones de hombres verdaderos. Por eso, señores, en lugar de pronunciar el discurso que había yo pensado para defender este dictamen, al cual en efecto nada han hecho los respetables oradores de la minoría, pido en estos momentos al ciudadano presidente que se ponga a votación inmediata ese dictamen. (Aplausos ruidosos.)

El C. secretario Valadez Ramírez: Habiendo hablado los oradores que marca el Reglamento, en votación económica se consulta si el asunto está suficientemente discutido. (Voces: ¡No hay quórum! ¡Sí hay quórum!) Se considera suficientemente discutido. En la misma forma de votación se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado. (Aplausos estruendosos.) La Presidencia, por conducto de la Secretaría, declara: Son diputados propietarios y suplentes, respectivamente, por los distritos que en seguida se expresan, los siguientes ciudadanos:

Chiapas: 6o. distrito, Milcíades Carrascosa y Ventura Castro.

Chihuahua: 1er. distrito, José U. Escobar y Samuel Carlisle.

Coahuila: 1er. distrito, Jacobo Cárdenas y José Martínez y Martínez; 3er. distrito, Candor Guajardo y Ambrosio Rodríguez.

Distrito Federal: 2o. distrito, Guillermo Zárraga y Alfonso Márquez P.; 5o. distrito, Rafael Martínez de Escobar y Arnulfo Silva; 9o. distrito, Justo A. Santa Anna y Carlos Aragón; 13 distrito, Eduardo Delhumeau y José Remedios López.

Durango: 4o. distrito, Rodrigo Gómez y Felipe Gómez.

Hidalgo: 11 distrito, Anastasio Arciniega y Efraín Ledesma.

Guanajuato: 2o. distrito, Enrique Fernández Martínez y Manuel G. Aranda; 10 distrito, Ángel Aragón y Manuel Tamayo.

Guerrero: 1er. distrito, Desiderio Borja y Héctor Varela; 2o. distrito, Camerino T. Ocampo y Adrián Gómez; 5o. distrito, Adalberto Vásquez del Mercado y Alejandro Sánchez.

Oaxaca: 9o. distrito, Alberto Vargas y José Guadalupe García.

Puebla: 6o. distrito, Reynaldo Nuncio y Samuel R. Malpica; 9o. distrito, Luciano M. Sánchez e Ignacio González; 11 distrito, Alfredo Ortega Martínez y Andrés Gasca Mendoza; 15 distrito, Gonzalo Bautista y Leopoldo Vásquez Mellado; 16 distrito, Salustio Cabrera y Eduardo Moreno; 18 distrito, Aarón Valderrábano y Luis Santos Martínez.

Querétaro: 2o. distrito, J. Trinidad Obregón y Aurelio Briones.

San Luis Potosí: 6o. distrito, José P. Camacho y Rafael Sánchez; 7o. distrito, Manuel Orta y José María Méndez; 8o. distrito, Jezaur Pérez y Francisco Ariceaga.

Veracruz: 12 distrito, Eulalio Martínez y Pedro López; 13 distrito, Martín Torres y Carlos Andrade; 16 distrito, Alejandro Cerisola y Alvaro Cano Carrera; 19 distrito, Andrés Gómez y Daniel Cinta.

Zacatecas: 2o. distrito, Leocadio Guerrero y José

Dávila Díaz: 3er distrito, Pedro Belaunzarán y Guillermo C. Aguilera; 5o. distrito J. Jesús Delgado y José D. Hernández. (Aplausos nutridos.)

La Secretaría certifica que hay ciento cuarenta y seis ciudadanos diputados y presuntos en el Salón de Sesiones.

El C. presidente, a las 15.45: Estando presentes algunos de los presuntos diputados cuyas credenciales han sido aprobadas, se levanta la sesión de Colegio Electoral y se pasa a sesión de Cámara de Diputados para tomarles la protesta.

CONTINUACIÓN DE LA SESIÓN DE CÁMARA

DE DIPUTADOS

PRESIDENCIA DEL

C. GENARO V. VÁSQUEZ

(Asistencia: la misma de la sesión anterior.)

El C. presidente, a las 15.45: Se reanuda la sesión de Cámara de Diputados. - El C. secretario Valadez Ramírez: Se comisiona a los ciudadanos Filiberto Gómez, Arturo Campillo Seyde, Durón González y secretario Rueda Magro, para que introduzcan a rendir la protesta de ley a los ciudadanos diputados cuyas credenciales han sido aprobadas.

(Rinden la protesta de ley los CC. diputados propietarios: Jacobo Cárdenas y Candor Guajardo, por el 1er. y 3er. distritos electorales de Coahuila; Milcíades Carrascosa, por el 6o. de Chiapas; José U. Escobar, por el 1o. de Chihuahua; Rafael Martínez de Escobar y Eduardo Delhumeau, jr; por el 5o. y 13 del Distrito Federal; Reynaldo Nuncio, Luciano M. Sánchez, Gonzalo Bautista, Salustio Cabrera y Aarón Valderrábano, por el 6o., 9o., 15, 16 y 18 de Puebla, respectivamente; J. Trinidad Obregón, por el 2o. de Querétaro; José P. Camacho, Manuel Orta y Jezaur Pérez, por el 6o., 7o y 8o. de San Luis Potosí; Enrique Fernández Martínez y Ángel Aragón, por el 2o. y 10 de Guanajuato; Leocadio Guerrero, Pedro Belaunzarán y J. Jesús Delgado, por el 2o, 3o. y 5o. de Zacatecas; Andrés Gómez, Eulalio Martínez, Martín Torres y Alejandro Cerisola, por el 9o, 12,, 13 y 16 de Veracruz; Desiderio Borja, Camerino T. Ocampo y Alberto Vásquez del Mercado, por el 1o., 2o. y 5o. de Guerrero; Alberto Vargas, por el 9o. de Oaxaca. (Aplausos nutridos.)

El C. secretario Valadez Ramírez: Se ruega a los ciudadanos diputados que acaban de protestar se sirvan dar sus nombres a efecto de que se incluyan en el acta. Se suplica a los ciudadanos diputados se sirvan ocupar sus curules. Se han nombrado las siguientes comisiones:

Para recibir el señor presidente de la República en el pórtico del salón donde se va a efectuar la sesión, a los ciudadanos diputados Hernández Pimentel, Santos Guajardo, Santos Mendiola, Rodríguez Elpidio, Quevedo Rafael y secretario Rueda Magro.

Para acompañar al ciudadano presidente de la República, del Palacio Nacional al mismo sitio, a los ciudadanos diputados Yépes Solórzano, Martínez de Escobar, Córdova Ramón, Salazar Juan B., Riva Palacio Carlos y secretario Valadez Ramírez.

El C. presidente, a las 15.55: Se levanta la sesión y se cita a sesión solemne de Congreso General para mañana a las diez horas, en el antiguo templo de San Pedro y San Pablo.