Legislatura XXXI - Año II - Período Ordinario - Fecha 19251006 - Número de Diario 21
(L31A2P1oN021F19251006.xml)Núm. Diario:21ENCABEZADO
MÉXICO, MARTES 6 DE OCTUBRE DE 1925
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.
AÑO II.- PERÍODO ORDINARIO XXXI LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 21
SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 6 DE OCTUBRE DE 1925
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.
2.- Cartera. Se concede licencia al C. diputado Rodulfo Izquierdo.
3.- Es aprobada una proposición de las Comisiones unidas 1a. de Educación y 1a. de Hacienda, a fin de que sean llamados los ciudadanos secretarios de Educación Pública y Hacienda, para que informen sobre la Ley de Pensiones Civiles de Retiro.
4.- Sin debate, es aprobada una proposición de representantes de Nuevo León, con objeto de que se nombre una comisión que solicite de la Secretaría de Gobernación se evite que los jefes de operaciones militares intervengan en asuntos políticos de los Estados.
5.- Con dispensa de trámites, se aprueba un dictamen de la 3a. Comisión de Justicia, por el que se reforma el artículo 28 de la Ley del Notariado para el Distrito y Territorios Federales; pasa al Ejecutivo, para los efectos constitucionales.
6.- El C. Aguilar y Maya, apoyado por otros varios ciudadanos diputados, presenta un proyecto de decreto por el que se autoriza al Ejecutivo de la Unión para auxiliar con la cantidad de cinco mil pesos a las víctimas de la inundación en Acámbaro, Guanajuato; se aprueba y pasa a el Ejecutivo, para los efectos de ley.
7.- Es discutida y desechada una proposición del C. diputado Primitivo R. Valencia, tendiente al nombramiento de una comisión que gestione ante el Senado la aprobación del proyecto de ley que deroga la autorización concedida al ciudadano gobernador de Veracruz para organizar fuerzas civiles en el Estado. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del
C. AGUSTÍN AGUIRRE GARZA
(Asistencia de 137 ciudadanos diputados).
El C. presidente, a las 17.10: Se abre la sesión.
- El C. secretario Cerisola, leyendo:
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día cinco de octubre de mil novecientos veinticinco.
"Presidencia del C. Agustín Aguirre Garza.
"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y quince minutos del lunes cinco de octubre de mil novecientos veinticinco, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y nueve ciudadanos diputados.
"Fue aprobada el acta de la sesión celebrada el día dos del mes en curso, y se dio cuenta con la cartera:
"La Cámara de Senadores avisa que eligió presidente y vicepresidentes para el presente mes.- De enterado
"La misma Cámara remite el proyecto de decreto por el que se pensiona a la señorita Felipa Cruz Victoria.- Recibo, y a la 1a. Comisión de Hacienda.
"La propia Cámara envía el proyecto de ley por el que se erige en pueblo la congregación de Tijuana, municipalidad de Ensenada, Distrito Norte de la Baja California.- Recibo, y a la 1a. Comisión de Gobernación.
"El C. Gonzalo E. González pide licencia por dos meses, con goce de dietas, en virtud de encontrarse enfermo.
"Se concedió previa dispensa de trámites y sin debate.
"El C. José Veraza y Rubio solicita licencia por diez días, con goce de dietas.
"Esta solicitud se aprobó en la misma forma que la anterior.
"El C. Diputado Pedro Merla, en cablegrama de Washington, participa que la delegación mexicana solicitó ser admitida en la Unión Interparlamentaria y que seguramente ser aceptada.- De enterado con satisfacción .
"El C. José María Sánchez presenta un proyecto de Ley del trabajo que reglamenta al artículo 123 constitucional para el Distrito y Territorios Federales.- Primera lectura e imprímase.
"Los maestros del Distrito Federal, apoyados por numerosos diputados, presentan un memorial en que solicitan que esta H. Cámara estudie nuevamente el proyecto de ley de Jubilaciones para los maestros Federales, aprobado ya por el Congreso y devuelto con observaciones del Ejecutivo. -A las comisiones 1a. de Hacienda y 1a. de Educación, que tienen antecedentes.
"Se inscribieron en contra del trámite anterior los ciudadanos Alfonso Ramírez, Caloca y Hurtado; y en pro los ciudadanos Salazar, Zincúnegui Tercero y Villaseñor Mejía. Todos ellos usaron la palabra refiriéndose a la labor del Magisterio y pidiendo que a la mayor brevedad se presente
el dictamen respectivo. El C. Zavaleta, después de que habló el C. Salazar, informó a nombre de la 1a. Comisión de Hacienda.
"Se dio cuenta con una proposición del C. Alfonso Ramírez, que no se tomo en consideración, relativa a que se excitara a las comisiones para que a la mayor brevedad posible presentaran su dictamen acerca del referido proyecto.
"El trámite de la Mesa al memorial de los profesores se adicionó en el sentido de que en un plazo de cuatro días se presente el dictamen.
"También se dio cuenta con un proyecto de los CC. Yépez Solórzano y Gonzalo N. Santos para que se reforme el artículo 83 de la Constitución, a fin de que el ciudadano presidente de la República dure seis años en su encargo y nunca pueda ser reelecto.- Primera lectura e imprímase.
"A las diez y ocho horas y veinte minutos se levantó la sesión pública y se paso a sesión secreta."
Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Legación de México.- Tokio.- Circular número 1.
"Tokio, 11 de septiembre de 1925.
"Al ciudadano presidente de la Cámara de Diputados.- México, D.F.
"Tengo la honra de poner en conocimiento de usted que con esta fecha he sido recibido en audiencia solemne por su Alteza Imperial, el príncipe regente, a quien hice entrega de la carta que me acredita como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de los Estados Unidos Mexicanos en este Imperio, puesto para el cual tuvo a bien designarme el C. general Plutarco Elías Calles, presidente constitucional de la República.
"Aprovecho esta oportunidad para ofrecer a usted el testimonio de mi muy distinguida consideración.
"Sufragio Efectivo. No Reelección.- Doctor Carlos Puig y Casauranc."- De enterado.
Cablegrama procedente de: "Washington, octubre 5 de 1925.
"Presidente Cámara Diputados.- Cámara Diputados.- México.
"Nicolás Murray Buttler, presidente Universidad Columbia, ha invitado telegráficamente diputado Padilla pronunciar discurso jueves próximo en banquete celebrar "Carnegie Endowment Institution" en hotel Waldorf Astoria, New York, Padilla aceptó y hablar sobre tema estrictamente mexicano.- Secretario delegación, diputado Pedro Merla".- De enterado.
"El C. licenciado Manuel E. Ortiz solicita que el Congreso General se sirva ratificar el nombramiento de juez 5o. de lo penal de la ciudad de México, que hizo en su favor la H. Comisión Permanente."- Resérvese para el Congreso General.
"H. Asamblea:
"Rodulfo Izquierdo, diputado al Congreso de la Unión por el 2o. distrito electoral del Estado de Yucatán, solicita se le conceda licencia por treinta días, con goce de dietas, por tener necesidad de ausentarse de esta capital para atender asuntos que se relacionan con el distrito que representa.
"Asimismo, pido dispensa de todos los trámites legales, por tener urgente necesidad de salir para mi distrito.
"Protesto mi atenta consideración y respeto.
"México, 5 de octubre de 1925.- Rodulfo Izquierdo."
Se consulta si se dispensan los trámites. Dispensados. Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede. Concedida.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"H. Asamblea:
"Las comisiones 1a. de Educación y 1a. de Hacienda, a las que fue turnado el ocurso que con fecha de ayer elevaron ante esta Representación Nacional los grupos representativos del magisterio federal, se han abocado, con la acuciosidad debida, al estudio de este importante asunto, que entraña la ratificación o reforma de la actual Ley General de Pensiones Civiles de Retiro, deseosas de presentar en el término fijado por esta H. Representación los puntos resolutivos que la consideración de este asunto les sugiera. Más, como llegara a su conocimiento que el ciudadano secretario de Educación Pública ha hecho algunas modificaciones a la ley en vigor, modificaciones que ya se someten al criterio del ciudadano presidente de la República, y como sería imposible esperar dentro del plazo perentorio fijado a las comisiones que subscriben, para conocer el resultado del acuerdo que recabe el citado funcionario y estimando de interés conocer cuál es, a este respecto, la modificación o reforma que se propone, en obvio de tiempo, se permiten someter a vuestra soberanía dicte, con dispensa de trámites, el siguiente acuerdo:
"Llámese a los ciudadanos secretarios de Educación Pública y Hacienda, para que informen en la sesión de mañana, sobre las reformas propuestas a la Ley General de Pensiones Civiles de Retiro en vigor.
"Sala de Comisiones de la H. XXXI Legislatura, octubre 6 de 1925.- Por la 1a. Comisión de Educación: Rafael Alvarez y Alvarez.- Isaac Velásquez.- Por la 1a. Comisión de Hacienda: Rufino Zavaleta."
Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Dispensados. Est a discusión.
El C. Delhumeau: Pido la palabra en contra.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Delhumeau.
El C. Delhumeau: Señores diputados:
En la sesión de ayer se acordó turnar a las comisiones de Educación y de Hacienda el memorial presentado por los profesores del Distrito Federal solicitando que se violentara la expedición de una Ley de Jubilaciones aprobada por el Congreso General en épocas pasadas y a la cual hizo observaciones el Ejecutivo de la Unión. Las comisiones que tienen antecedentes proponen ahora se llame a el ciudadano secretario de Educación Pública para que informe acerca de las reformas que va a proponer a la Ley General de Pensiones Civiles de Retiro que ha sido puesta en vigor por el señor presidente de la República; pero según he podido darme cuenta por la prensa, el señor secretario de Educación solamente va a hacer gestiones que pudiésemos llamar en cierta forma privada, en favor del profesorado y no es de su ramo el asunto relativo a la expedición de la Ley General de Pensiones Civiles, sino exclusivamente de las del ramo de Educación. Aun cuando estos dos asuntos se ligan íntimamente, nosotros no podemos hacer de ellos una mezcolanza que resultaría contraproducente para la pronta solución de este asunto. Una cosa es una Ley de Jubilaciones que est en proyecto en esta Cámara y otra muy distinta de la Ley de Pensiones expedida por el Ejecutivo en uso de las facultades extraordinarias de que est investido. Por consecuencia, yo creo más cuerdo y más razonable que se llame, exclusivamente, si se quiere, al señor secretario de Hacienda para que informe lo que se relacione con la Ley de Pensiones Civiles; pero aun esto es un tanto irregular, porque al estar discutiendo un asunto vamos a interpelarlo sobre otro completamente distinto, por más que se liga en cierta forma con el otro. Es por estas razones por las que he venido a hablar en contra, estimando que las comisiones de Hacienda y Educación puedan seguir haciendo el estudio de la Ley de que todas suertes les ha sido turnado, y si creen que los cuatro días no es un plazo suficiente, pueden pedir a la Asamblea que el trámite se modifique, pero nosotros de ninguna manera debemos solicitar que el secretario de Educación venga a informar sobre la Ley de Pensiones Civiles en cuya confección no ha intervenido y cuyo ramo no le corresponde y cosa que por cierto bien distinta a la Ley que est en cartera en la Cámara para su expedición. Por otra parte, yo creo que no habría de contradecirse el que el Congreso continuase tratando, tan pronto como las comisiones rindan su dictamen, la Ley de Jubilaciones del Profesorado, que es más beneficiosa que esta otra ley expedida por el Ejecutivo y en la cual la ley que expidiese el Congreso vendría a favorecer singularmente a los profesores echando por tierra la parte del asunto relativo en la Ley de Pensiones Civiles. Es por esto que yo sugiero a las comisiones que tengan en cuenta estas observaciones que son materia de orden en este asunto.
El C. Zavaleta: Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Zavaleta.
El C. Zavaleta: Compañeros:
Como uno de los miembros de la Comisión de Hacienda que subscribe esta proposición, creo de mi deber explicar los motivos poderosos que la comisión ha tenido en cuenta para hacer esta solicitud. Nadie ignora, compañeros, la conexión precisa que tiene una ley con la otra; la Ley de Jubilaciones que se trata de discutir, de los maestros, es indudable que est encadenada perfectamente bien con la de pensiones de retiro, porque si nosotros aprobamos o no aprobamos la Ley de Jubilaciones, dejaríamos entonces en hueco, haríamos un privilegio exclusivo en ese caso, de la ley, dejando a los empleados en condiciones cincuenta veces peores que las del profesorado; y creo que tan dignos son los profesores como los empleados públicos. Por otra parte, ¿cómo se puede fundar la comisión para saber si esa Ley de Pensiones est en lo justo o no lo est , cómo podemos conocer las modificaciones que el Ejecutivo est dispuesto a hacer a esa Ley de Pensiones? Sencillamente por sus órganos, y como la parte relativa es la parte de Instrucción Pública, es indiscutible que el ministro de Instrucción Pública es el que debe informarnos sobre este particular, y en la parte hacendaria no cabe duda que el ministro de Hacienda. En consecuencia, yo reitero una vez mi súplica a la Asamblea para que si est dispuesta a formarse un criterio justo, exacto y razonable de la situación, de los fundamentos que tuvo el Ejecutivo para dictar esa ley y de las modificaciones que est dispuesto a hacer, se sirva oír a esos secretarios de Estado, que ser n los que traigan a nosotros ya el convencimiento o ya la resolución de resolver en su contra. En consecuencia, reitero en nombre de la Comisión mi petición a esta honorable Asamblea para que se apruebe esta proposición.
El C. secretario Cerisola: Se consulta a la Asamblea si se considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. El acuerdo es el siguiente:
"Llámese a los ciudadanos secretarios de Educación Pública y Hacienda, para que informen, en la sesión de mañana, sobre las reformas propuestas a la Ley General de Pensiones civiles de Retiro, en vigor."
Los que aprueben el acuerdo sírvanse manifestarlo. Aprobado. La Presidencia nombra en comisión para que comunique a los ciudadanos secretarios citados el acuerdo de la Asamblea, a los ciudadanos siguientes: Garza Castro Antonio, Alfonso F. Ramírez, Fuentes Antonio y secretario Santos.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"Octubre 5 de 1925.
"H. Asamblea:
"Los subscriptos, diputados en ejercicio por el Estado de Nuevo León, ante ustedes, con el debido respeto, exponemos:
"Que con motivo de varios conflictos políticos provocados por enemigos gratuitos del Gobierno de Nuevo León, hemos notado con pena que el jefe de operaciones en aquel Estado, general Juan José Méndez, ha observado una actitud parcial a favor de los escasos elementos descontentos y ha llegado a la comisión de hechos reprobables y atentatorios contra la soberanía de nuestro Estado, violando así el pacto federativo de la República; para
comprobar nuestro aserto manifestamos a ustedes que el sábado último, a las doce horas, dicho jefe militar, pasando por una suspensión decretada por el juez de distrito de Nuevo León, derribó las puertas del Palacio de Gobierno, so pretexto de dar garantías a dos magistrados descontentos. Considerando que estos hechos delictuosos establecen un precedente nefasto contra la soberanía de los Estados, y queriendo nosotros evitar en todo lo posible la repetición de tales hechos atentatorios, nos permitimos someter a vuestra soberanía el siguiente acuerdo:
"Único. Se nombra una comisión que se presente ante el secretario de Gobernación, solicitando su intervención para evitar por medios enérgicos que los jefes de operaciones sigan interviniendo atentatoriamente en los asuntos políticos de los Estados."
"Protestamos lo necesario.- José Martínez Campos.- Porfirio Pérez Salinas.- J. Santos Mendiola.- Cruz C. Contreras.- Timoteo R. Martínez."
Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. Est a discusión.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Martínez Campos.
El C. Martínez Campos: Ciudadanos diputados:
Como diputado por el Estado de Nuevo León y uno de los que subscriben esta petición, con que en este momento acaba de darnos cuenta el señor secretario, vengo ante vosotros a pedir por unos momentos vuestra atención para deciros unas cuantas palabras alrededor de nuestra petición.
La República entera se ha dado cuenta de que el Estado de Nuevo León ha sido víctima de los politiqueros de oficio, que a cada momento provocan conflictos con distintos pretextos con el objeto de derrocar el actual régimen de cosas de aquel Estado y aprovecharse de aquella situación para saciarse de sus deseos muy bastardos y personales. La diputación de Nuevo León hasta cierto punto ha estado desatendiéndose de todos estos hechos y ha llegado el momento de que, herida la reputación de aquel Estado y pisoteada también la soberanía del mismo, venimos ante vosotros, como representantes de los demás distritos de Nuevo León, a suplicaros y a pediros que nos ayudéis en estos momentos difíciles para el Estado de Nuevo León, a salvar esa soberanía de las actividades anticonstitucionales y fuera de toda razón y de toda justicia que han estado observando las fuerzas federales de aquel Estado. Vosotros también sabéis que no es el primer Estado en que un soldadón, olvidándose precisamente de sus deberes que como militar tiene de mantener las instituciones democráticas, se ha extralimitado en sus funciones encabezando a veces asonadas y asociándose también muchas veces con los enemigos del régimen de Nuevo León, ha tratado de provocar conflictos y ha puesto desde luego a los soldados de la República, que son los defensores de las instituciones democráticas, al servicio de una casta, de unos cuantos enemigos del actual régimen de Nuevo León. Nosotros venimos ante vosotros a hacer la más enérgica y justificada protesta por esos hechos y a solicitar con todo derecho y con toda justificación que no permitáis por un momento que se siente ese infausto precedente de que los militares, desatendiéndose de sus obligaciones y extralimitándose en sus funciones lleguen a los Estados a asociarse con los elementos políticos y a inmiscuirse en asuntos políticos del mismo Estado. Por lo tanto, expuestas estas razones y señalados en este escrito los hechos de que el sábado último ese jefe de operaciones, pasando sobre una suspensión decretada por el juez de distrito y también pisoteando la soberanía del Estado, ha ido a derribar una puerta de Palacio de Gobierno para dar entrada a dos elementos descontentos; para terminar sólo deseo que vosotros, animados de los mismos deseos de los diputados de Nuevo León, estén con nosotros en estos momentos para evitar que en lo sucesivo se sigan repitiendo esos actos delictuosos, y solicitamos, con dispensa de trámites, se designe una comisión para que por conducto del secretario de Gobernación se haga la más viril, pero atenta protesta por estos hechos cometidos por el jefe de operaciones del Estado de Nuevo León.
El C. secretario Cerisola: En votación económica se consulta si se aprueba la petición de la diputación de Nuevo León. Los que estén por la afirmativa sírvanse a manifestarlo. Aprobada. La Presidencia nombra en comisión para que se acerquen al ciudadano secretario de Gobernación, a los ciudadanos diputados Sáinz Alberto, Corona Antonio, Melgar Rafael y secretario Torregrosa.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"3a. Comisión de Justicia.
"H. Asamblea:
"A la 3a. Comisión de Justicia que subscribe, fue turnado para su estudio, por acuerdo de vuestra soberanía, la minuta del proyecto de ley por el que se reforma el artículo 28 de la Ley del Notariado expedida el 19 de diciembre de 1901, y que devuelve la H. Cámara de Senadores, modificada.
"Del estudio hecho por los subscriptos, aparece que las reformas aprobadas por la Cámara colegisladora no son de fondo, sino únicamente de corrección de estilo, y estimando que esta ley debe cuanto antes ponerse en vigor, la comisión hace suyas todas estas reformas y tiene el honor de someter a la deliberación y aprobación de la H. Asamblea, el siguiente proyecto de ley:
"Artículo único. Se reforma el artículo 28 de la Ley del Notariado para el Distrito y Territorios Federales, expedida el 19 de diciembre de 1901, en los siguientes términos:
"Artículo 28. Las faltas que ocurran en las notarías, salvo el caso del artículo 26, serán cubiertas por el nombramiento que debe recaer precisamente en el aspirante más antiguo de la notaría en que ocurra la vacante, según la fecha de registro de la patente requisitada de aquél. No perderá su derecho de prioridad para cubrir futuras vacantes en su respectiva notaría, el aspirante que no pudiere llenar la primera o siguientes, por causas independientes de su voluntad.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 2 de octubre de 1925.-A. González.- Silvestre Guerrero."- Primera lectura.
Se consulta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa se servir n manifestarlo. Se dispensa la segunda lectura. Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se procede a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.
El C. secretario Santos: Por la negativa.
(Votación).
El C. secretario Cerisola: Fue aprobado el proyecto de ley por unanimidad de ciento cuarenta y dos votos. Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.
- El mismo C. secretario, leyendo:
"H. Asamblea:
"El subscrito, en su carácter de representante por el 13 distrito electoral del Estado de Guanajuato, ante vuestra soberanía respetuosamente se permite exponer:
"Que ha estado recibiendo multitud de informes relacionados con los daños causados por el reciente desbordamiento del río Lerma en el municipio de Acámbaro, del distrito que representa, y aun cuando por fortuna tales daños no han revestido la consideración que en algunos otros puntos del Bajío, sí han dejado a infinidad de familias de las clases menesterosas en la indigencia más completa, pues no sólo quedaron arruinados sus humildes hogares, sino que los solares a cuyo cultivo se consagran los pequeños agricultores damnificados, fueron totalmente cubiertos por el agua y carecer n éstos durante varios meses de los medios más indispensables de vida.
"Como no sería posible que el Erario solventara la cantidad necesaria para indemnizar, aunque fuera en parte, a las víctimas de esta inundación, el subscrito, invocando el característico humanitarismo de los miembros que integran esta H. Asamblea, se permite solicitar de su benevolencia la autorización al Ejecutivo para que, en calidad de auxilio a las clases menesterosas de Acámbaro, invierta una cantidad que alivie la aflictiva situación en que encuentran.
"En tal virtud y tomando en cuenta la urgencia del caso, el subscrito espera de vuestra soberanía que, con dispensa de todo trámite, se apruebe el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para que, con cargo a la partida del Presupuesto de Egresos que tenga a bien señalar, ponga a disposición del Gobierno del Estado de Guanajuato la cantidad de $5,000.00, para auxilio de las víctimas de la inundación que acaba de registrarse en el municipio de Acámbaro.
"Salón de sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., 6 de octubre de 1925.-J. Aguilar y Maya."
"Hacemos nuestro el anterior proyecto: Felipe Muñoz.- J. Siurob.- A. Arroyo Ch.- Ángel Aragón.- Enrique Hernández Alvarez.- Jesús Santos Mendiola.- Arnulfo Portales.- E. Fernández Martínez.- R. Anaya.- Luis Díaz.- Rafael Alvarez y Alvarez.- Francisco López Soto.- Pedro C. Rodríguez.- A. Briones.- José María Sánchez Pineda.- A. Mancisidor.- Justo A. Santa Anna.- Pascual J. Padilla.- L. Cuéllar.- A. Fuentes B.- Jacobo Cárdenas.- C. Guajardo.- Pastor Rouaix.- J. Domínguez Martínez."
Se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se procede a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.
El C. Vázquez Pedro A.: Por la negativa. (Votación).
El C. secretario Cerisola: Fue aprobado el decreto por unanimidad de 139 votos. Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales.
- El mismo secretario, leyendo:
"H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-Presente.
"El subscrito, diputado por el 18 distrito del Estado de Veracruz, ante vuestras señorías viene a exponer:
"Cuando en 28 de diciembre de 1918, por razón de la anormalidad prevaleciente, esta propia Cámara decretó su autorización para que el Gobierno de Veracruz organizara transitoriamente un cuerpo de seguridad hasta por mil hombres equipados y pagados por el Erario público de dicha Entidad, lógicamente se tuvieron en cuenta innumerables causas de índole oportuna entonces, que desaparecieron absolutamente al golpe incontrastable de la opinión pública, que invariablemente triunfa sobre todo lo que tiende a deprimirla o a aherrojarla.
"Para nadie de vuestras señorías es un misterio cuanto ocurría entonces dentro y fuera de este recinto, que urgía tales autorizaciones, como tampoco es un secreto lo que sobre el particular seguía ocurriendo cuando el 10 de noviembre de 1922 la H. diputación veracruzana, quizá con intención de fondo heterogéneo, fundó y pidió la disolución del mencionado cuerpo de seguridad de aquel Estado, que según la viril expresión del diputado M. F. Altamirano, sólo servía al futurismo crónico del señor general H. Jara, nefasto por mil títulos al mutilado y hoy anárquico Estado de Veracruz.
"La clarividente concepción del diputado Altamirano se ha confirmado en todas sus partes. Puesto el cuerpo aludido al servicio de los mezquinos intereses políticos del exótico aspirante a la primera magistratura de la Entidad veracruzana, su misión se desvirtuó procazmente y el atentado más vergonzoso que la revolución lleva en las páginas de su secuela, se consumó sancionado por la impúdica complicidad de veracruzanos pervertidos.
"Y si con ausencia de todo escrúpulo el aspirante impostor utilizó la fuerza bruta del citado cuerpo de seguridad, huelga enumerar la serie de pantanosos procedimientos, para los que ya posesionados del poder público el dictador Jara, no comulgaron con la imposición de su candidatura; y sólo basta recordar con indignadas crispaturas, el reciente asesinato a mansalva cometido dentro del Palacio de Gobierno y por mandato del tirano,
según los elementos de prueba que poseo, en la persona del estoico luchador diputado Francisco J. Moreno, quien señaló con índice de fuego la desastrosa y pérfida labor de aquel gobernante, dueño, anticonstitucionalmente, del Poder Ejecutivo de Veracruz.
"La exposición de los ciudadanos diputados solicitantes de la supresión de la "Guardia Civil" robustecida por el discurso del diputado Altamirano, señalando que en aquellos días sólo quedaban en el Estado de Veracruz como rebeldes, dos bandas: Una a las órdenes de Miguel Alemán, y la otra, a las órdenes de Lindoro Hernández, hermano este último de dos oficiales que a la sazón eran a las órdenes del gobernador Tejeda, fue admitida y aprobada por 133 diputados contra 4 que se oponían sin decir por qué; y desde luego se nombró una comisión de esta H. Cámara que llevó al Senado, para los efectos inmediatos, la iniciativa debidamente requisitada.
"Aquella Cámara colegisladora, con grave perjuicio de los intereses sociales de los campesinos de Veracruz, hundió en foso de inexplicable mutismo hasta hoy, el decreto relativo y en ocasión del peligroso ambiente que ahoga todo germen cívico en el infortunado Veracruz y respaldado por la opinión pública de aquella Entidad y por la súplica de un número considerable de diputados a la Legislatura veracruzana, que no pueden exponer sus ideas ni investigar el crimen cometido por la citada "Guardia Civil", por temor a correr la misma suerte que el infortunado diputado Moreno, vengo ante vuestras señorías a proponer el proyecto de acuerdo con que fino el presente.
"Para el caso, no pretendo llevar al ánimo de vuestras señorías sino la convicción que ya debe tener de cuanto malo ocurre en dicho Estado, y el papel bochornoso, atentatorio y cruel que desempeña la flamante "Guardia Civil", formada deliberadamente con elementos exrebeldes delahuertistas, cuyos elementos de crimen, traición, latrocinio y bandolerismo, se prestan a todo género de hechos patibularios.
"Si no fuera suficiente el cúmulo de atrocidades de todo orden registrados durante el lapso en que los destinos de aquel Estado llevan dentro de la dictadura jarista, téngase presente los hechos que precedieron al vil asesinato del diputado Francisco J. Moreno, cuya eliminación, según telegrama del ciudadano presidente de la República, pedía "confidencialmente" el repetido gobernador Jara a varios jefes militares de aquella zona. Más tarde, el 20 de febrero del año en curso, se ordenaba a la funesta "Guardia Civil" que no permitiera al referido diputado Moreno que pasara al recinto legislativo a cumplir con su misión de diputado, lo cual no sólo indignó a los diputados amigos del extinto, sino también a los adictos del tirano Jara, y por acuerdo unánime se constituyeron en sesión permanente, como protesta a tan atentatorio procedimiento, hasta conseguir su revocación. Asimismo, el dictador Heriberto Jara, con ostentación de aborrecible absolutista, desechaba cuanta gestión hacía en bien de sus representados el hoy victimado Moreno, y giraba telegramas "ordenando" a los jefes de juntas civiles que por "cualquier medio" evitaran la circulación de impresos que Moreno hacía repartir para que el pueblo conociera la conducta de Jara y la causa por la que él nada podía hacer en beneficio de los trabajadores y sobre todo de los campesinos. Por todas partes lo perseguía con fiera saña, hasta que en un momento de extrema intemperancia, autorizó la mano del verdugo que con infernal placer y, refinada ruindad, lo acribillaron a balazos con la debida premeditación, dentro del palacio de Jara convertido actualmente en cueva de asesinos.
"Todo cuanto justificadamente puedo decir, es débil ante la magnitud del crimen que acuso ante el mundo civilizado y ante el Gobierno de la República, y que tanto vuestras señorías como el pueblo veracruzano conoce al detalle y comprueba mi amplia documentación que dejo a disposición de quien dudare, o traicionando los gritos de su conciencia quiera convertirse en cómplice de los crímenes y del desastre moral, financiero y revolucionario que devora el legendario prestigio del pueblo veracruzano.
"Ante tal situación, me permito invitar cordialmente a vuestras señorías a que, sin reservas y haciendo honor a la doble personalidad de ciudadanos y funcionarios públicos, aprobéis, con dispensa de todos los trámites reglamentarios, el acuerdo siguiente:
"Primero. Nómbrese una comisión de esta H. Cámara de Diputados para que inmediatamente pase al Senado de la República y gestione eficaz y activamente el cumplimiento de la iniciativa aprobada por esta propia Cámara en su sesión efectuada el día 10 de noviembre de 1922, relativa a la disolución de la "Guardia Civil" del Estado de Veracruz.
"Segundo. Si la presente iniciativa tuviera en alguna de ambas Cámaras oposición criminal de algún reaccionario fraudulentamente infiltrado entre las filas de la revolución, hágase constar el hecho públicamente, para conocimiento de los campesinos veracruzanos."
"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, a 24 de septiembre de 1925.-P. R. Valencia, diputado por el 18 distrito de Veracruz."
El C. presidente: Para fundarla tiene la palabra el ciudadano diputado Valencia.
El C. Valencia Primitivo R.: Señores compañeros:
No voy a cansar demasiado vuestra atención y les suplico me dispensen, porque me encuentro bastante afectado. Sólo voy a hacer leer unos cuantos documentos para ilustrar un poco el criterio de vuestras señorías, para que quede plenamente aclarado el villano asesinato cometido en la persona del diputado independiente Francisco J. Moreno, dentro del Palacio de Gobierno del Estado de Veracruz. Los antecedentes de este horripilante crimen tiene postrados a los campesinos veracruzanos y quiero, ante vuestras señorías, justificar plenamente que el asesinato del diputado Moreno fue premeditado por los elementos oficiales de aquel Gobierno. El mes de febrero del año actual, con motivo de que las fuerzas federales al mando del general Rodolfo Herrero fueron a desarmar, digo, a atropellar a los campesinos de El Mesón, del distrito que tengo el honor de representar, me dirigí por la vía telegráfica al ciudadano presidente de la
República pidiéndole garantías para aquellos indígenas, y el ciudadano presidente de la República me contestó en los siguientes términos. Suplico a vuestras señorías tengan la bondad de poner atención a este telegrama.
- El C. secretario Cerisola, leyendo:
Telegrama procedente de: "Palacio Nacional, México, 4 de febrero de 1925.
"Diputado P. R. Valencia.- Cámara Diputados.
"Secretaría Particular. 8,217.- Suyo ayer. En respuesta, transcribo usted en seguida mensaje que en 31 enero dirigióme de Veracruz, Ver., coronel R. García de Alba, jefe Estado Mayor Jefatura Operaciones: "Hónrome comunicar a usted que en mensaje 901, de fecha 29 del actual, dije al C. general de división J. Andrew Almazán, J. O. M., lo que sigue: "Hónrome participar a usted habiéndose recibido en este cuartel general muchas quejas de atropellos cometidos por agraristas en la región de Cosamaloapan y Tlacotalpan, se pusieron estas quejas, de conformidad con sus superiores órdenes, en conocimiento del ciudadano gobernador del Estado, el que de oficio pidió el desarme de dichos agraristas, indicándome verbalmente que se les indicara a generales P. Díaz y R. Herrero se procurase en la forma que hubiere lugar alejar a los promotores, CC. diputados al Congreso local, Francisco J. Moreno y Jesús Pedroza. Al verificarse antier desarme en Cosamaloapan, hicieron alguna oposición los agraristas encabezados por Pedroza, los que fueron llevados prisioneros a Tlacotalpan Ver., remitiendo a ésta, detenido, al citado Pedroza, habiéndose dispuesto marchara de ésta a Jalapa, a disposición del ciudadano gobernador del Estado, y se ordenó al C. general R. Herrero libertara a los agraristas. El diputado Moreno ha pedido amparo juez de distrito este puerto contra actos de general Herrero, pero no contra Jefatura Operaciones." Lo que me permito insertar a usted para su superior conocimiento y con relación a su mensaje Secretaría Particular 1,872, fecha ayer." Afectuosamente.- Presidente República, P. E. Calles."
El C. Valencia: Como se verá, señores diputados el mensaje transcripto por el señor presidente de la República al jefe de Estado Mayor de la Jefatura de Operaciones, general García de Alba, dice así:
"Se pusieron estas quejas, de conformidad con sus superiores órdenes, en conocimiento del ciudadano gobernador del Estado, el que, de oficio, pidió el desarme de dichos agraristas, indicando verbalmente que se les indicara a generales P. Díaz y R. Herrero se procurase, en la forma que hubiere lugar, alejar a los promotores, CC. diputados al Congreso local, Francisco de J. Moreno y Jesús Pedroza."
Es decir, el general de división Jara y gobernador del Estado, ordenaba verbalmente al jefe de Estado Mayor de la Jefatura de Operaciones Militares, que alejara a los diputados Francisco Moreno y Jesús Pedroza, para que no pudieran llegar a sus distritos, en la forma que hubiera lugar. ¿En qué forma podrían los señores militares arrojar al diputado Francisco J. Moreno? Indudablemente que por medio de las armas. Esta es una prueba contundente de la premeditación que ya había de asesinar al diputado Moreno. Pero igualmente, esta es una carta del diputado Moreno, original para el señor gobernador del Estado, para el señor don Heriberto Jara, en la cual le decía:
"Con bastante pena he podido notar que, no obstante la comunicación que la H. Legislatura del Estado en pleno, dirigió a usted en días pasados, manifestándole que no era de la competencia de ese Ejecutivo remover al agente municipal de Nopalapan de Zaragoza, insiste usted, pisoteando las leyes que nos rigen y los principios revolucionarios, en seguir sosteniendo su capricho, sosteniendo en el puesto al que me refiero al exteniente de Guadalupe Sánchez, José F. Aguilar.
"Asimismo, sostiene usted que los voluntarios de Nopalapan de Zaragoza, al mando de Feliciano Rojas, sigan desarmados, desarme que se llevó a efecto por orden de usted. Durante el recorrido que hicieron por aquella zona en días pasados los distintos jefes agraristas que operan allá, fueron objeto de desprecios, como se lo manifesté por medio de la prensa y existe una agitación bastante grande por estos acontecimientos, máxime cuando hasta ahora no han podido ser corregidos estos errores.
"Tengo noticias de que tratan de desarmar a los voluntarios de El Mesón y de la región de los Tuxtlas, sin causa que lo justifique. Asimismo, se aprehendió al compañero Jesús Pedroza, en Tlacotalpan, líder agrarista.
"En Cosamaloapan tengo noticias de que fue desarmado el compañero Francisco Tenorio; en Chiltoyac también fue desarmado un grupo de agraristas en días pasados, y en Boca del Monte otro, en la misma forma, atropellos que han estado cometiendo en muchos jefes agraristas en distintas partes del Estado y que hasta ahora, no obstante las quejas elevadas al Gobierno que usted representa, han sido desatendidas.
"En San Andrés Tuxtla está funcionando una Junta de Administración Civil, compuesta, en su mayoría, por elementos que pertenecieron al cuartelazo dado por Adolfo de la Huerta. También tiene usted en la guardia civil dados de alta a los capitanes delahuertistas Casillas, Castillo, Pantoja y Francisco Pita Domínguez, individuos que no se les puede confiar un empleo de poca responsabilidad en el Gobierno y menos armas, ya que es una amenaza para los hombres que luchamos por principios verdaderamente revolucionarios.
Fíjense ustedes bien, compañeros, que ya el diputado Moreno presentía que iba a ser asesinado precisamente por los "delahuertistas" que estaban a las órdenes del general Jara desgraciadamente, como oficiales de la guardia civil.
"En vista de que no es posible obtener ningún resultado satisfactorio de parte usted, tengo la pena de comunicarle que haré gestiones ante la superioridad, acusando al responsable de todos los atropellos en ciudadanos del Estado de Veracruz.
"De usted atenta y S. S.- Diputado local, F. J. Moreno."
Suplico a la Presidencia tenga la bondad de ordenar a la Secretaría se lea una carta original del extinto diputado Moreno.
- El C. secretario Cerisola, leyendo:
"Jalapa Enríquez, Ver., enero 29 de 1925. "Señor diputado P. R. Valencia.- Cámara de Diputados.- México, D. F.
"Muy estimado amigo y compañero:
"Tengo el gusto de acompañar a la presente varias copias de escritos que he dirigido al actual gobernador H. Jara, y que deseo que sean entregadas por usted personalmente a los interesados, principalmente al ciudadano presidente de la República. Quiero que usted se interese en todo este asunto como representante del pueblo a ese Congreso de la Unión, pues diré a usted que en cuanto se reanude el período de sesiones en esta H. Cámara, pediré el desafuero de Heriberto Jara como gobernador de este infortunado Estado. No puede usted imaginarse las muinas que estoy haciendo con éste, y desearía que mejor me hablara por derecho.
"Sin más por el momento, pendiente de sus letras, me despido de usted, deseándole éxito en todos estos asuntos, que ser la manera de salvar al proletariado de este Estado. Pida usted amparo en favor de Pedroza ante la Corte de Justicia de la Nación, contra actos de Jara y el inspector de policía de esta capital.- Su amigo y compañero, F. J. Moreno."
El C. Valencia: Como se ver , compañeros, en enero 29 me decía que iba a pedir el desafuero del gobernador Jara a la Legislatura de Veracruz, y, efectivamente, más tarde el diputado Moreno presentó un escrito a la Legislatura veracruzana pidiendo el desafuero del gobernador Heriberto Jara, por lo que el propio Ejecutivo ordenó a la guardia civil que impidiera la entrada de este representante al recinto de la Legislatura local. En vista de este flagrante atropello, la Legislatura convocó a sus miembros y en masa fue a la presencia del Ejecutivo a pedirle, a exigirle que retirara las guardias que estaban dentro del Palacio y que le impedían la entrada al citado extinto diputado Moreno. La carta en que me comunica este atropello es la siguiente, que suplico a la Secretaría tenga la bondad de leer.
- El C. secretario Cerisola, leyendo:
"Correspondencia particular de los ciudadanos diputados a la H. Legislatura del Estado libre y soberano de Veracruz Llave.
"Diputado Francisco J. Moreno.- Jalapa Enríquez, Veracruz, febrero 22 de 1925.
"Señor diputado P. R. Valencia.- Calle de Marte, número 59.- México, D. F.
"Apreciable amigo y compañero:
"Tengo a la vista la atenta de usted, de ayer, y me entere de su contenido.
"Le participo, como resultado de la guardia que había en el Palacio para impedirme la entrada al mismo, que di cuenta a los compañeros de Cámara y en seguida se instaló la misma en sesión permanente, acordando que no se suspendería esa sesión hasta que dicha guardia se hubiera retirado, y desde luego se trasladó toda la Cámara, menos el subscrito, a entrevistar al Ejecutivo, y entonces, después de una larga conferencia, se me mandó invitar por los diputados a pasar a presencia del ciudadano gobernador, para hacer las paces, lo que se hizo, y después de ciertas aclaraciones, que en su mayoría fueron relacionadas a que eran cosas de usted, pues que yo me había aliado para hacerle política y que rectificara yo el manifiesto lanzado: Entonces yo contesté que si se corregían todos los errores y atropellos que se les habían hecho a mis representados, podría hacer una rectificación, pero después que las cosas quedaran en su lugar.
"Ese mismo día salió una hoja - manifiesto que dirige el Comité Directivo del Partido Veracruzano del Trabajo que ésta (directiva que est sola, pues no est respaldada por los trabajadores), y en la cual se me viene atacando y defendiendo a Jara; aquí le envío una para que la vea y si lo estima conveniente, mandaremos a imprimir unas 20,000 de nuevo, contestándola punto por punto, porque éstos est n repartiendo dicha hoja en toda la República; hay que contestar punto por punto y en esa parte que se refiere a que no he de negar la autoridad de ellos, hay que negarla, pues ya que este acuerdo no fue tomado en una sesión magna para lanzar dicha hoja, sino por un puñado de empleados como Camerino C. Patraca y otros; fíjese usted, hay individuos de los que firman ahí, que han hablado mal de Jara y ahora seguramente contra su voluntad firmaron. Esa parte que se refiere a las comodidades de que gozo, también, así como que son calumnias mías, que estoy dispuesto a justificar ante quien corresponda la verdad de lo que dije, no obstante que el mensaje que se insertó en mi manifiesto habla muy claro, pues el amigo aquel el día de la entrevista que le parece que se desmintió, diciendo que no era cierto, y que seguramente ese mensaje era supuesto, por todo esto ya se ve quien es; yo, al contestar la hoja de referencia, quiero hacerlo en cierta forma, que nada más se combatan el supuesto Partido del Trabajo, para desprestigiarlo ante las masas de trabajadores, ya que se metió a defender a un miembro del mismo sin el consentimiento de éstas; no haremos alusión a Jara para no dar lugar a que se descargue contra los trabajadores y ahora ya que ofreció reponer todo lo malo, alegando que fueron intrigas de los reaccionarios y que en su mayoría fue labor del general Herrero, pues me mostró un telegrama de fechas pasadas, en el que pidió el desarme de unos voluntarios de El Mesón, de los cuales había tenido quejas por los mismos militares, pero, según dice, estos individuos, en vez de desarmar a los 5 u 8 que se acusaban, procedieron a desarmar a Pedroza y a los demás y a cometer toda clase de atropellos que él condena; yo le hice ver que yo no intrigaba a nadie y que únicamente mi actuación era defender a los pobres trabajadores, en los momentos en que se veían atropellados en sus vidas e intereses y que desde luego, si se ponía punto final a todo esto, yo también pondría punto final a las acusaciones y hasta se haría una rectificación al manifiesto, pero antes deseo que se demuestre con hechos la buena labor. Ya arreglé que se me dieran 50 carabinas y otras cosas para los de San Juan Evangelista; también para los de Coacoatzintla me facilitó varias armas y para los de Cerro Gordo. Vamos a ver cómo nos los vamos llevando, con el fin de que los nuestros no sufran los odios de éste y así podamos hacer algo, ya ahora la metió y no convencerán a los trabajadores perjudicados de que fue inconsciente este procedimiento, por esto mi labor ahora ser fuerte en la cuestión de organizar hasta la última ranchería de todos los distritos que pueda, de acuerdo con la Confederación Regional O. M., según instrucciones que me dieron.
"Aquí le envió una copia del escrito que dirigió
a la Secretaría de Guerra al compañero capitán 1o. Gabriel Mejía, que lo tengo de ayudante para que ande conmigo y en la que solicita una pensión, a ver si usted puede hacer algo sobre el particular. El mes que entra voy a Achotla a instalar la cooperativa de Campesinos, y debemos procurar estar siempre al corriente en correspondencia, para cualquier cosa. Entiendo que como ya se tomó el acuerdo, por ahora nada más habrá que guardar los datos de la guardia que estuvo impidiéndome el paso, y cuando se presente la oportunidad se dar cuenta, reservándome el telegrama que se debía de haber puesto. El agente del Ministerio Público de esa ciudad me contestó el telegrama en la forma que le acompaño copia, para que tome usted nota. Sin más por el momento, soy de usted a sus órdenes afectisímo atento amigo y compañero, F. J. Moreno.
"Aquí le envío el recibo del express, en donde envío a Carbonel para que le dé al Cojo lo del Hotel buenos Aires. Gracias."
El C. Valencia: Como se ver , ciudadanos diputados,... Quiero suplicar, especialmente a la diputación veracruzana, que de buena fe est ayudando a el Gobierno del general Jara, que tenga la bondad de fijar su atención en estos documentos, porque yo creo, sinceramente, que después de haberlos visto, que después de haberlos escuchado cambiar de criterio, seguramente. Con motivo de que la guardia civil, como decía yo, estaba impidiendo el paso al diputado Moreno, al recinto de la Legislatura, la Legislatura en pleno se trasladó al Palacio de Gobierno, del Ejecutivo, y sólo de esta manera lograron que la guardia civil se quitara de las puertas de la Legislatura y así, de esa manera, pudo haber entrado a cumplir con su deber de diputado, el extinto diputado Moreno. Más tarde el ciudadano gobernador del Estado de Veracruz pidió el desafuero del extinto diputado Moreno, no sé por qué causa, no conozco el expediente, y por ese motivo el extinto se dirigió aquí a la Comisión Permanente y al ciudadano presidente de la República, en el siguiente telegrama que suplico a la Secretaria tenga la bondad de leer.
El C. secretario Cerisola: En una hoja sin sello, un telegrama que dice:
"De México a Jalapa Enríquez, Veracruz, marzo 10 de 1925.
"H. Comisión Permanente Congreso de la Unión. - México, D. F.
"Gobernador Jara, siguiendo obra persecuciones y atropellos a trabajadores organizados y a revolucionarios que no aceptamos consignas vergonzosas, ha pedido a Cámara Diputados este Estado mi desafuero, seguramente para vengarse de cargos justificados hícele por hojas sueltas. Para evitar conflictos ruégoles su intervención, si estímelo V. H. Justicia.- Diputado local Veracruz, Francisco J. Moreno."
Otro telegrama en hoja sin sello, que dice:
Telegrama procedente de: "Jalapa Enríquez, Veracruz, marzo 10 de 1925.
"Eduardo Moneda.- Comité Central Crom.- Belisario Domínguez número 64.- México, D. F.
"Gobernador Jara pidió H. Legislatura mi desafuero, y como cuenta con diputados incondicionales, este creo pueda efectuarse. Trata vengarse por cargos justificados hícele en público días pasados, por atropellos ha cometido. Suplícoles intervenir asunto. Diputado local, Francisco J. Moreno."
El C. Valencia, continuando: Con motivo de este último atropello, el diputado Moreno lanzó un manifiesto a los habitantes del Estado de Veracruz dando ha conocer los procedimientos inicuos de que estaba haciéndosele víctima; pero inmediatamente tuvo conocimiento el Ejecutivo de aquel Estado de que se estaba repartiendo ese manifiesto en todos los municipios y por medio de un ucase, porque no puede calificarse de otra manera, giró un telegrama a todos los presidentes municipales para que evitaran la circulación de ese manifiesto. Suplico a la Secretaría tenga la bondad de leer la copia del telegrama que giró el Ejecutivo de aquel Estado para que los presidentes municipales impidieran que el manifiesto de Moreno fuera repartido.
El C. secretario Cerisola: Una hoja con un sello abajo que dice:
"H. Ayuntamiento.- Hueyapan de Ocampo, Ver. - Estados Unidos Mexicanos.
"Estados Unidos Mexicanos.- Telégrafos Nacionales.- Telegrama.- Número 135.
"De Jalapa, Ver., el 1o. de julio de 1925.- Recibido en Acayucan, V. C.- Sección 1a.- Número 1,438.
"Como este Gobierno mi cargo tiene conocimiento próximamente hará se circular una hoja impresa, conteniendo conceptos injuriosos para labor beneficiosa que mismo Gobierno tiene trazada, le recomiendo que tan pronto como tenga conocimiento tal cosa, aprehenda a los que las hagan circular, consignándolos autoridades judiciales para su castigo por el delito que cometen.- El gobernador interino, G. Vázquez Vela.
"Es fiel copia de su original a que me remito."
El C. Valencia: Como ver n, ciudadanos diputados, el Gobierno de aquel Estado ordenó a los presidentes municipales que metieran a la cárcel a los que repartieran el manifiesto del diputado Moreno, en el que se daba cuenta de los atropellos incalificables de que estaba siendo víctima allí mismo, en el Palacio de Gobierno. Aquí est la prueba evidente....
El C. Arlanzón, interrumpiendo: No es prueba, compañero.
El C. Valencia: ¿Por qué?
El C. Arlanzón: Porque un notario público no da fe de ello.
El C. Valencia: Para el señor compañero no es prueba el sello del Ayuntamiento de Hueyapan de Ocampo, Veracruz, que remite esta copia.
El C. Yépez Solórzano, interrumpiendo: Para mí tampoco es prueba.
El C. Valencia, continuando: Tampoco lo es para el señor Yépez Solórzano; perfectamente; quede usted con su criterio. Después de estos incidentes, de estos atropellos, llegó a Jalapa el diputado Moreno procedente de San Andrés Tuxtla el día 14 del mes próximo pasado, con el propósito de procurar que en este período de sesiones, donde iba a tener mayoría la oposición a aquel Gobierno, encabezada por el extinto diputado Moreno, e inmediatamente que llegó a Jalapa se vio hostilizado por algunos elementos de la guardia civil; el mismo
día 14 fue al Palacio de Gobierno, con el diputado Antonio Ortiz Ríos y el magistrado Camarillo, y a la salida del Palacio de Gobierno fue acribillado a balazos de una manera infame por los elementos de la guardia civil y, según se afirma, por el general Lindoro Hernández, que es el jefe de aquel cuerpo de seguridad. Al menos así me lo dicen en esta carta que voy a suplicar a la Secretaría se sirva leer.(Voces: ¡Ya! ¡Ya!)
- El C. secretario Cerisola, leyendo:
"Correspondencia particular de los ciudadanos diputados a la H. Legislatura del Estado Libre y Soberano de Veracruz Llave.
"Jalapa Enríquez, Ver., septiembre 14 de 1925.
"Compañero diputado Primitivo R. Valencia.- México, D. F.
"Estimado compañero:
"Hace unos momentos le acabo de girar un mensaje, participándole la muerte del diputado Moreno.
"Este vil asesinato fue cometido por los esbirros de Jara, de la manera siguiente, pues puedo referirlo, porque me tocó ser testigo presencial de este crimen inaudito:
"Serían las doce horas cuando el compañero Moreno bajaba a la calle en compañía del diputado Ortiz Ríos, del magistrado Camarillo y de otros particulares, entre otros el que habla; al llegar a la puerta de la antesala de la Legislatura, lugar de donde parten las escaleras al segundo piso, el diputado Ortiz Ríos subió y nos dijo lo esperásemos un momento; como tardara algunos minutos, el compañero Moreno subió también, y momentos después subí yo también, a esperarlos a ambos en el mismo segundo piso. Estando allí, vi que salió Ortiz Ríos, nuevamente, ya para salir a la calle, y con él el diputado Moreno. Al salir vi que Moreno se hacía de razones con un señor de traje azul, que después supe se trataba del general Lindoro Hernández, pero siguió caminando para afuera con Ortiz Ríos; entonces el general Hernández lo detuvo y sacando la pistola que portaba se la puso en el pecho al diputado Moreno. Moreno no hizo ningún movimiento de defensa hasta entonces (y si hubiera hecho ademán de meter mano a su pistola, el otro, que ya tenía la suya en la mano, se la hubiera vaciado), pero el general Hernández entonces quiso pegarle con el cañón de la misma en la cabeza, tres veces consecutivas, lo cual no logró porque Moreno evitó los golpes agachándose. Entonces se introdujo en un departamento del Palacio (la junta de Conciliación), y al pisar el umbral de la puerta metió mano a su pistola y entonces el general Hernández le disparó (posteriormente supe que ese disparo le hizo blanco). Y Moreno, ya adentro, siguió disparando también. La guardia fue llamada, acudiendo casi todos con sus armas, quienes con los ayudantes del gobernador y otros particulares que no conozco, le estuvieron haciendo disparos a Moreno hasta acribillarlo a tiros. Ignoro cuántos habrá recibido, pues sólo pude entrar a el lugar donde había caído, momentos después, pero en seguida sacaron a la gente y pusieron guardias. En el hospital tampoco me dejaron pasar, y a su hermana Camila, solamente a duras penas le dejaron pasar.
"Este es, a grandes rasgos, el vil asesinato que acaba de ser cometido en la persona de nuestro estimado compañero, habiendo estos antecedentes: Que él en la noche había tenido conocimiento que había un complot para asesinarlo.
"Nosotros esperamos que en este caso ustedes se pondrán a la altura de la situación, gestionando con el general Calles y con la Secretaría de Gobernación que el gobernador que ha apelado a estos procedimientos para consolidar su Gobierno, ya que Moreno era uno de los diputados de la oposición, sea arrojado del lugar que indignamente ocupa.
"La falta de tiempo me impide escribirle por separado a los compañeros Manlio Fabio Altamirano, y Monzón, pero le agradeceré que les pase una copia de esta carta, para que se enteren del crimen cometido en la persona del compañero Moreno y nos ayuden de una manera oportuna y eficaz.
"Sin más por el momento, su compañero de lucha, P. Armenta."
El C. Valencia: Como veis, ciudadanos diputados, esta fue la forma villana en que se asesinó al diputado Moreno dentro del Palacio de Gobierno de Jalapa; pero como por el momento sólo trato de justificar el por qué de mi petición de que se nombré una comisión de esta honorable Cámara a efecto de que pase al Senado para que dé su resolución en el decreto que esta Cámara expidió el día 10 de noviembre de 1922, relativo a que se derogara la orden para que el Gobierno de Veracruz pudiera tener un cuerpo de seguridad en el Estado, quiero decir a ustedes que en aquella ocasión los fundamentos para pedir la derogación del decreto por el cual se facultaba al Gobierno del Estado para que tuviera un cuerpo de seguridad hasta por mil hombres, fue el siguiente. Aquí est un párrafo del diputado Manlio Fabio Altamirano, que dice:
"En el año de 1918, cuando la República se encontraba en abierta rebeldía en una gran parte en contra del presidente Carranza, cuando, sobre todo, en el Estado de Veracruz la rebeldía era formidable, se explica, señores diputados, que se haya concedido al gobernador del Estado esta autorización para levantar fuerzas civiles hasta por mil plazas; pero en estos momentos, señores diputados, cuando sabemos todos que el último baluarte de la rebelión en contra del Gobierno de la República ha tenido su epílogo en Tepehuanes no hace muchos días; cuando todos los alborotos revolucionarios, mejor dicho, cuando todos los alborotos rebeldes han sido dominados perfectamente por el Gobierno de la República; cuando en el Estado de Veracruz no existen más que dos gavillas, que son la de Lindoro Hernández y la de Miguel Alemán...."
Yo les ruego a ustedes que pongan atención a este párrafo, compañeros, aquí se dice que sólo existían en el Estado de Veracruz dos bandas de rebeldes, de bandoleros: Una capitaneada por Miguel Alemán, y otra capitaneada por Lindoro Hernández, y si en aquella ocasión se pidió que se desarmara a la guardia civil de Veracruz, ¿Cómo no estar justificado hoy esto, señores, cuando el jefe de las fuerzas del Estado es precisamente Lindoro Hernández, aquél que andaba de rebelde en los montes, de quien aquella ocasión dijo el diputado Altamirano que sólo existían dos grupos de bandoleros en aquella Entidad, uno de ellos al mando de Lindoro Hernández, que es actualmente el jefe de la guardia civil en el Estado de Veracruz, y que
fue el autor del asesinato del diputado Moreno? Pero si esto no fuera suficiente, ver n ustedes, señores diputados, quiénes son los que acompañan al general Lindoro Hernández como oficiales de ese cuerpo de seguridad. (Voces: ¡Ya!) Ya est cansado el compañero de oír verdades....
El C. presidente: (Campanilla). Se suplica a los señores diputados que no interrumpan al orador.
El C. Valencia, continuando: Por desgracia, tendrán que oírme, torturando sus oídos, los que de una manera ciega han estado apoyando al Gobierno de Veracruz. He aquí la lista de los oficiales que est n con el exrebelde Lindoro Hernández, autor del asesinato del diputado Moreno. Yo suplico a la Secretaría tenga la bondad de darle lectura.
El C. secretario Cerisola: Una hoja sin ningún sello, que dice:
"Relación de generales, jefes y oficiales delahuertistas, y los cuales est n prestando actualmente sus servicios en el Gobierno del Estado de Veracruz y en las fuerzas del Estado y en el cuerpo de la policía especial del C. gobernador, don Heriberto Jara:
"General brigadier Lindoro Hernández, levantado tres años contra C. general Obregón; general brigadier Toribio Beltrán, bajo las órdenes de Guadalupe Sánchez; mayor Abundio Lechuga, levantado tres años contra C. general Obregón; capitán 1o. Juan Mendiola, bajo las órdenes de Toribio Beltrán; capitán 1o. Martín Casillas, bajo las órdenes del general Adolfo Campos; capitán 1o. Ausencio Vergara, bajo las órdenes del general Lindoro Hernández; capitán 1o. Piedra, bajo órdenes del general Enrique Estrada; capitán 1o. - ojo - Pita Domínguez, jefe de la E. general Villanueva Garza; capitán 1o. Garrido, bajo ordenes de Lindoro Hernández; capitán 1o. Elpidio Ramírez, bajo órdenes del general Benito Ramírez; mayor Collado, bajo órdenes del general Bertani; capitán 2o. Gustavo E. Rubio, bajo las órdenes del general Gaudencio Castro; capitán 2o. Manuel Corona, bajo órdenes del general Adolfo Campos; teniente Emilio Lara, bajo órdenes del general Pedro González; teniente Platón Sánchez, bajo órdenes del general Lindoro Hernández.
"Señor diputado Primitivo Valencia.- México, D. F.
"Para que usted se dé cuenta de tantos elementos delahuertistas que est n colaborando en este Gobierno de Veracruz, y para que usted haga llegar esta lista, si es posible, hasta el presidente de la República, pues no es justo que los que ayer pelearon contra nosotros hoy estén en mejores condiciones que nosotros que defendimos al Supremo Gobierno. -Un obrero que peleó en la defensa de la plaza de Jalapa, R. L. Sánchez.- Jalapa, Ver., a 26 de abril de 1925."
El C. Valencia: Ya veis, señores diputados, cuál es la lista de jefes y oficiales que forman actualmente la guardia civil del Gobierno de Veracruz. Esta guardia civil, repito, fue la autora del asesinato villano cometido en la persona del diputado Moreno, y no vengo a pedir nada que no sea factible, ni siquiera pido que la Cámara de Diputados se erija en acusadora y se vaya ante el Senado para que resuelva de los delitos que pudiera haber; no, señores, únicamente pido que en vista de que la pasada Legislatura expidió un decreto derogando la facultad concedida al Gobierno de Veracruz para crear un cuerpo de guardia civil, y de que ese decreto est en el Senado, se nombre una comisión de diputados para que, con la justificación debida, con una amplia documentación, se exponga al Senado la necesidad que hay de que acuerde en definitiva la petición de referencia, anulándose la autorización para que el propio Gobierno de Veracruz pueda seguir asesinando a mansalva, usando esa guardia, a diputados y a particulares. No quiero ser más extenso para no cansar la atención o la bondad de vuestras señorías, y me reservo hablar otra vez en caso de que algún diputado quiera impugnar mi petición. Creo que no habrá ninguno, mucho menos de los diputados veracruzanos de buena fe, de los que quieren hacer obra de "veracruzanismo" dentro de la razón, el orden y la moral; me refiero a la diputación que actualmente apoya al gobernador de Veracruz; no quiero referirme al señor diputado Mancisidor, que anoche, en sesión secreta, vació su léxico de una manera que tal vez deba apenarle ahora, en contra mía; no quiero referirme a él, porque es justo que defienda a aquel Gobierno contra todo viento y marea; y sin ánimo de ofenderle, con todo respeto me voy a permitir interrogarlo en la siguiente forma: Señor Mancisidor: ¿No es cierto que en el Gobierno de Veracruz el nepotismo que existe favorece a vuestros familiares, muy respetables para mí? Allá existe, en la Legislatura local, el señor José Mancisidor, que es diputado; el secretario general del Gobierno, es hermano del señor, otro Mancisidor; el administrador de Rentas del puerto de Veracruz es otro hermano del señor, otro Mancisidor; el señor Anselmo Mancisidor es diputado aquí al Congreso de la Unión, y otro hermano de él es visitador de administración, y es allí en el primer distrito de Pánuco donde ya le dijeron que se va a anular la elección de Cortés y Bringas de la Torre, y que fuera a hacer su propaganda porque vendría en substitución de cualquiera de estos dos señores. Son cinco hermanos los que est n en esta forma; yo le concedo razón de que los venga a defender, pero que no los venga a defender en una forma hiriente, porque yo, con todo respeto, le pido a la diputación que si quiere oír, abra los oídos; que si quiere ver, abra los ojos ante la realidad de los hechos, y para que vean que hasta el mismo señor general Jara, el mismo jefe de ustedes, señor Mancisidor, sabe hacer honor a los hombres que hemos luchado dentro de la revolución, voy a leer una carta del señor general Jara para mí. Voy a suplicar a la Secretaría que dé lectura a la carta; ver n ustedes cómo me trata el señor general Jara.
- El C. secretario Cerisola, leyendo:
"Cámara de Senadores.- Correspondencia particular.
"México, enero 29 de 1921.
"Señor Primitivo R. Valencia, presidente de la Comisión Permanente de la H. Legislatura del Estado.- Palacio de Gobierno.- Jalapa.
"Muy estimado amigo y correligionario:
"Creo que a la fecha tendrá usted conocimiento de que por las dificultades que se presentaron en las elecciones municipales de Orizaba, el asunto tendrá que ir a revisión a esa H. Legislatura.
"El partido reaccionario de dividió en dos ramas: Una que apoyaba la planilla encabezada por el huertista Puig y Casauranc, y otro que sostuvo la fórmula en que figuraba, en primer término, el conocido huertista, zapatista, bonillista, aguilarista, Alfredo Ramírez, que fue uno de los que más se regocijaron con la muerte que villanamente se dio al inolvidable Camerino Z. Mendoza, y que aumentó a su catálogo de bajezas y ruindades ser policía especial de Cándido Aguilar, en los últimos tiempos, tomando a su cargo la ingrata tarea de denunciar a varios de los revolucionarios.
"Por apasionamientos que usted conoce y por torpezas que no ignorar y que en ciertas etapas parecen patrimonio inseparable de los elementos avanzados, la mayoría del partido gavirista y del hasta entonces incoloro, no siguió a la fórmula del partido gavirista, ni la del elemento verdaderamente avanzado, que integran casi en su totalidad las clases laborantes, fórmula en la que aparece postulado el viejo y fiel correligionario e incansable leader socialista Martín Torres.
"Yo estuve en Orizaba el día de la elecciones y pude percatarme de que aun con esas divisiones provocadas por obra de zapa, intensa, artera y constante de los elementos reaccionarios, el triunfo coronó los esfuerzos del partido del pueblo, que sostuvo la fórmula encabezada por Martín Torres; pero, desgraciadamente, en algunas casillas casi no hubo representantes de ese partido, y digo, "casi" porque uno o dos que fungieron como tales, no estuvieron, ni con mucho, a la altura de su cometido, y esto determinó que a última hora, los secuaces de Alfredo Ramírez tuvieran manga ancha para meter un sin número de boletas a fin de sobrepasar la cifra que arrojaron los votos emitidos a favor de la planilla de Torres. Usted que conoce Orizaba y que sabe que su población tiene como componente una gran mayoría de elementos de trabajo, comprender perfectamente que en buena lid es imposible el triunfo de las minorías reaccionarias. Toca, pues, a esa H. Legislatura confirmar el triunfo del pueblo en la planilla de Martín Torres, pues no quiero ni por un momento concebir la idea de que pretenda, por una mala interpretación, sujetar al pueblo de Orizaba a una nueva era de torturas, entregándolo en manos de esa malhadada camarilla, hija legítima del odiado cientificismo que por tantos años fue el pulpo del país, y que la ruina que a éste ha causado, tal vez alcance hasta la próxima generación.
"Me dirijo a usted especialmente para que defienda el punto, porque lo considero un revolucionario de verdad, fiel sostén de nuestros sagrados principios, que pondrá a contribución su firmeza y sus esfuerzos para no permitir que nuestros enemigos se adueñen de nuestros destinos, y para contrarrestar con bríos la labor de los nuevos Silvestre Aguilar, que cada se van perfilando más, pretendiendo, como aquél, ser los mentores de la política veracruzana, no para bien de nuestro pueblo, que esto sería plausible, sino para ver qué tanto más cuanto sacan de provecho para sí.
"Esto, no crea usted que es un soplo de pesimismo, es algo muy real que yo observo con no poca tristeza, haciéndome constantemente la pregunta de si estaremos condenados a madurar los frutos revolucionarios para ponerlos diligentes en las bocas de nuestros enemigos.
"Quizá ya algo de esto no haya escapado a la percepción de usted, y si conociendo el mal no procuramos poner remedio contra viento y marea y a trueque hasta de nuestra propia tranquilidad y de nuestro bienestar, nuestra responsabilidad ante el pueblo y ante la historia ser mucho mayor.
"No hay, pues, que profesar como el mejor credo político para no recibir molestias, aquello de "Dejar hacer; dejar pasar". Nuestros antecedentes y nuestras convicciones nos exigen la constante lucha mientras no se realicen en su mayoría siquiera, los anhelos populares; ceder o claudicar antes de esto, implica cobardía y traición a los nuestros.
"Quisiera decir a usted algo más sobre el particular, pero tengo aquí un amigo que me espera y que ya desespera, por lo que cierro la presente, suplicándole no olvidar su contenido e informarme oportunamente de lo que haya sobre el particular.
"Con un afectuoso saludo para usted y para los demás amigos y correligionarios, se despide su amigo que lo estima.- H. Jara."
El C. Mancisidor: Respetuosamente pregunto al diputado Valencia si ya terminó la interpelación que me ha hecho.
El C. Valencia: Sí, compañero Mancisidor.
El C. Mancisidor: Con referencia a lo que me dice usted acerca de que mis hermanos ocupan puestos principales en al Gobierno de Veracruz, me permito manifestarle que, a mi entender, es porque merecen la confianza del gobernador de esa Entidad, y le voy a explicar por qué: Cuando el Gobernador de Veracruz estaba caído, fuimos muy contados los que estuvimos al lado del general Jara, y recuerdo que ciertos amigos a mí me decían que los Mancisidor eran muy tarugos y muy tontos al estar al lado del general Jara, que estaba caído en política. Yo no sé si ser un mérito o ser un deshonor para los Mancisidor el haber sido fieles a un hombre.
El C. Valencia: Muy bien.
El C. Mancisidor: Con referencia a las cartas a que se ha dado lectura ahorita, yo creo que iguales cartas puede presentar don Adolfo de la Huerta de Obregón, y eso no quiere decir nada antes del movimiento. He dicho. (Murmullos).
El C. Valencia: Muy bien, entonces ya ven ustedes que es verdad. Ustedes tienen razón en defenderlo; yo fui el primero en decir que tenía absoluta razón el compañero Mancisidor en defenderlo; es grato y yo le aplaudo su actitud, pero yo no estoy en las mismas circunstancias; yo tengo que defender los intereses legítimos del pueblo de Veracruz, de ese pueblo tan expoliado, de ese pueblo al que le acaban de cerrar las puertas en Veracruz. Como se habrán enterado por la prensa de la capital, acaba de cerrar el comercio; la industria est agonizante, la agricultura est muerta, el pueblo est disgustado, los campesinos ya no se diga; hay un espíritu de anarquía que prevalece en el Estado de Veracruz. Yo quiero levantar mi voz de protesta siquiera así, con documentos fehacientes, a ver si en esa forma puedo ilustrar, como son mis intenciones, el criterio de esta honorable Asamblea. Yo nada más le ruego al señor Mancisidor o al que venga ha hacer uso de la palabra,
que no remuevan bajos fondos con el propósito de que no me obliguen a sacar documentación que sería bochornosa para algunos quizá hasta altos miembros del Gobierno federal; que no lo hagan, que no remuevan bajos fondos; vamos por el sendero que nos señala el honor, que nos señala la verdad; hacia allá voy. Estoy solo, absolutamente solo en esta lucha tenaz de la razón contra la sinrazón, pero estoy de pie y con todo respeto pido a la Asamblea, y especialmente a la diputación de Veracruz, enemiga nuestra, que haciéndose eco del honor y de la verdad vote en favor de que vaya una comisión de diputados a la Cámara de Senadores a pedir que se apruebe aquel decreto que expidió la XXX Legislatura, a efecto de que sean desarmadas, a efecto de que sean quitadas las guardias civiles, que en esta ocasión est n resultando desastrosas para todas las clases sociales del Estado de Veracruz.
El C. Zincúnegui Tercero: Para una interpelación, si me lo permite el compañero. Continuando en el terreno de la serenidad a que usted ha sujetado su discurso, con todo respeto me voy a permitir hacerle una interpelación, mejor dicho, dos interpelaciones: ¿Cree usted, compañero, que exista algún artículo en el Reglamento o cualquiera facultad constitucional que nos permita hacer esta clase de excitativas al Senado? Yo, en la práctica parlamentaria que he tenido hasta estos momentos, no recuerdo de un solo caso en que el Poder Legislativo haya quedado a la altura en que deber estar siempre que se mete a terreno vedado; y en este caso, en mi humilde concepto, vamos a incurrir en la inconsecuencia de ir a exigir el cumplimiento de un deber a un Poder que forma parte del Legislativo, sin estar autorizados para ello. Estas excitativas no est n sancionadas ni por la Constitución ni por el Reglamento; es una de las interpelaciones. Otra interpelación, sobre algo referente a lo que usted aludió en esa tribuna, respecto al Estado de Veracruz. ¿Puede informarnos el compañero a qué se debe el cierre efectuado en Veracruz? Con toda franqueza, ¿no est el compañero de acuerdo en que es un movimiento llevado a cabo por un grupo de españoles, expoliadores del puerto de Veracruz, que continuamente han tenido a raya a todos los pequeños propietarios y a todos los pequeños comerciantes? ¿Es o no cierto que este movimiento ha obedecido esencialmente a una especie de defensa que est llevando a cabo ese grupo patronal que ha sido enemigo de la revolución a través de toda esta época? Quiero que el compañero me conteste con toda sinceridad.
El C. Valencia: Por lo que se refiere a que no hay artículo del Reglamento que dé facultad a la Cámara para suplicar al Senado o para recordarle que existe allí un decreto aprobado por esta Asamblea, yo, compañero, la verdad no sé si existe algún artículo que lo prohiba; pero procedentes sí existen. A cada momento se est n nombrando comisiones que vayan a la Cámara de Senadores, y no tan sólo comisiones para que vayan al Senado: Anoche mismo precisamente - y esto quiero hacerlo público porque es de suma trascendencia -, anoche, en sesión secreta, sin haber quorum, como a usted le consta,(Siseos. Golpes en los pupitres. Campanilla). sin haber quorum....
El C. Zincúnegui Tercero: Para una moción de orden, señor presidente.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Zincúnegui Tercero: Mi moción de orden consiste en lo siguiente, compañero Valencia: Desde el momento en que se trató un asunto en sesión secreta, razón debe haber habido para que así fuera, y el compañero est faltando a un deber como diputado al venir aquí, sin la autorización debida de la Cámara, puesto que es miembro de este Poder, a revelar hoy públicamente los asuntos tratados en sesión secreta. En el fondo nada significan porque ninguna trascendencia tienen esos asuntos, pero si creo que la caballerosidad de usted lo obliga, compañero, a guardar el sigilo a que est obligado conforme a sus obligaciones de diputado. (Aplausos).
El C. Valencia: El único, el único que est faltando a sus deberes de diputado es el compañero Zincúnegui Tercero (Voces: ¡No es cierto!), por que quiere que se tenga en silencio un acuerdo que se tomó en petit comité. No fue sesión secreta, no había quorum, ciudadano Zincúnegui Tercero, y no puedo guardar el sigilo y el secreto que debía guardarse, porque no había el quorum reglamentario. Usted es el que debía, parándose sobre la dignidad de diputado, decir a la faz de la nación que se est burlando el Reglamento cameral, que no se est cumpliendo con la ley, que se est pasando sobre la moral, y que anoche ese grupo, que no pasaba de cincuenta o sesenta diputados, acordaron que fuera una comisión (Siseos) a Veracruz, una comisión a Veracruz para dizque averiguar lo que había sucedido en las elecciones municipales de aquel puerto; pero yo veo que en el fondo sólo existe el criterio deliberado de ir a hacer labor en contra del jefe de las operaciones militares en el Estado, general Juan Andrew Almazán.
El C. Campillo Seyde: Tú pediste ir en esa comisión.
El C. Valencia: Efectivamente. (Voces: ¡Ah! ¡Ah!) ¡Bueno! ¿Cuál comisión?
El C. Campillo Seyde: La comisión que fue a Purga en contra del jefe de las operaciones. (Voces: ¡Ah! ¡Ah!)
El C. Valencia: Perfectamente bien, pero yo lo pedí en plena Cámara, yo lo pedí en plena Asamblea, en sesión pública, y anoche, entre cincuenta o sesenta diputados, se acordó que fuera esa comisión, naturalmente respaldada con dos o tres mil pesos por cabeza.
El C. Zincúnegui Tercero: Ya le contestaré al compañero.
El C. Valencia: Est bueno, cuando usted guste estoy a su disposición. Ahora sólo me resta suplicar a los que quieran penetrarse un poco de lo mucho que existe actualmente en el Estado de Veracruz, a los que quieran hacer justicia siquiera en estos solemnes momentos en que se debate aquí la injusticia contra la justicia en Veracruz, que aprueben esta proposición que creo que no lesiona en absoluto de respetabilidad de la Cámara, que acaba de acordar que se consignara al Gran Jurado a otros señores gobernadores. Yo no vengo a pedir que se consigue al gobernador Jara, ni siquiera eso vengo a solicitar; vengo sólo a recordar que en el Senado existe un decreto de esta Cámara, donde se
impide que sigan funcionando las fuerzas militares llamadas guardias civiles, en el Estado de Veracruz. Esta es mi humilde petición, que espero ser aprobada.
El C. secretario Cerisola: Se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Est a discusión. Pido la palabra.
El C. presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Cerisola: El señor diputado Valencia, cegado por su odio personal en contra del gobernador Heriberto Jara, olvidándose de los limpios antecedentes que como revolucionario tiene el citado mandatario, no ha vacilado no solamente en lanzar una serie de calumnias que le va a ser imposible probar, sino que ciego, absolutamente ciego por la pasión, no ha comprendido lo extemporáneo de su proposición y lo perjudicial que es para él mismo, y quiere involucrar en ella a la asociación respetable que se llama la Crom. El diputado Valencia, digo, que no solamente no ha probado, sino que no podrá probar las acusaciones que ha lanzado en contra del gobernador Jara.
El C. Valencia: ¿Y los documentos que he presentado?
El C. Cerisola: Presenta como documentos probatorios únicamente papeles sin sello y cartas que el diputado Francisco J. Moreno le dirige a él, en cuyas cartas se prueba que el pobre diputado Francisco J. Moreno era un instrumento ciego, manejado e impulsado por el diputado Valencia.
El C. Valencia: ¡Por eso lo mataron!
El C. Cerisola: El diputado Moreno ha sido una víctima del diputado Valencia, quien con su intemperancia lo ha arrojado hasta el precipicio en que cayó. Ustedes habrán notado, por la lectura de las cartas del diputado Moreno, que se dirige al señor Valencia no solamente pidiéndole consejo, sino invitándolo a que redacte los manifiestos que él firmaba. El, inconsciente de lo que hacía porque era un muchacho, exaltado como pocos, se dejaba guiar y tenía por mentor al diputado Valencia. Y la conciencia del diputado Valencia, que est viendo el fin de su obra, lo hace venir a esta tribuna a lanzar acusaciones contra uno de los revolucionarios más puros con que cuenta la revolución. Felizmente esta acusación viene a presentarla el diputado Valencia cuando la inmensa mayoría de los ciudadanos diputados ha visto palpablemente la labor revolucionaria reconstructiva que está llevando a cabo en Veracruz el gobernador Jara (Aplausos), no solamente en obras materiales que van a fortalecer la raza, sino en obras de educación, educación llevada hasta su mayor intensidad y principalmente dirigida contra los analfabetos. En Veracruz hay setecientas escuelas rurales, lo que nunca había habido, ni en épocas anteriores, ni en épocas posteriores a la revolución; y eso les consta a los distintos grupos de la Cámara que han ido. Me voy a permitir interrogar al diputado Soto y Gama, al diputado Rodrigo Gómez y al diputado Siurob, que han visto la obra palpable, revolucionaria desde sus principios, que est llevando a cabo el general Jara. (Voces: ¡No est n!) Desgraciadamente, no se encuentran; pero sí hay otros muchos diputados.... (Voces: ¡Ahí está Rodrigo Gómez!) está el diputado Rodrigo Gómez, y me permito interpelarlo. ¿Tiene usted la bondad, ciudadano diputado, de decirme cuál es la impresión que trae usted de su visita al Estado de Veracruz?
El C. Gómez Rodrigo: Con permiso de la Presidencia. Hablando con sinceridad, señores, en los momentos en que nosotros llegamos a Jalapa, la primera impresión que nos produjo fue de que se había cometido allí un asesinato (Risas) por el gobernador Jara, ordenado por él; pero investigando entre todos los elementos de un partido y de otro, pudimos cerciorarnos de que no había tal cosa. Nosotros, desde luego, pudimos ver que era imposible que un hombre del talento del general Jara, que se encontraba en el Poder, que tenía elementos suficientes para desbaratar a un enemigo sin que se supiera, fuera a mandarlo asesinar en el propio Palacio de Gobierno; esto era inaceptable. De manera que nosotros consideramos que aquello era un ataque político y no le dimos entrada. Al principio el compañero Soto y Gama - impresionable - sí había creído que se trataba de algo; pero después cambió completamente de opinión. Sí nos consta también que el general Jara ha sido siempre un revolucionario de principios y que est haciendo labor revolucionaria. (Aplausos).
El C. Cerisola: Muchas gracias. El diputado Valencia afirma que el revolucionario Jara - lo digo con todo entusiasmo -, el revolucionario Jara mandó asesinar al diputado Moreno, y como pruebas nos enseña una carta que yo he leído, de un señor cuyo nombre no recuerdo, en que explica precisamente que el diputado Moreno primero se había hecho de palabras con un señor vestido de azul, es decir, había insultado al general Lindoro Hernández, y después asegura que este insulto lo contestó el general Hernández, llevando Moreno la pistola en la mano, dándole dos cañonazos en la sién, y después afirma que Moreno disparó, una vez protegido por la pared del salón de la Junta de Conciliación y Arbitraje, varios tiros contra Lindoro Hernández; y los impactos, que est n hablando más elocuentemente que cualquier discurso, allí est n en el Palacio de Gobierno. Voy a explicar cómo fue la tragedia en que perdió la vida el diputado Moreno. El diputado Moreno, después de haber insultado...
El C. Valencia: ¿Me permite una interpelación?
El C. Cerisola: Cuando termine, para poder rebatirlo nuevamente. Después de haber insultado el diputado Moreno, porque iba extraordinariamente excitado - dicho por el mismo acompañante de él, el diputado Ortiz Ríos -,después de haber insultado al general Lindoro Hernández, le disparó varios tiros, y la guardia, al oír las descargas, porque eran verdaderas descargas, pues disparó cuatro cargadores completos, fue a ver lo que ocurría y a reducir al orden al escandaloso o al criminal, y se encontró con que Moreno, parapetado tras de una ventana de Conciliación y Arbitraje, hacía fuego sobre el general Lindoro Hernández y después sobre la misma guardia. En estas condiciones la guardia no pudo hacer otra cosa que contestar, que repeler la agresión: Hizo una descarga y cayó muerto, desgraciadamente, el diputado Moreno con tres lesiones en el cuerpo, tres lesiones nada más, según consta en el certificado médico de los peritos
médicolegistas. Al general Lindoro Hernández se le acusa de delahuertista y yo puedo con toda energía desmentir la acusación porque yo.... ¿El diputado Manlio Fabio Altamirano está presente? (Voces: ¡No está!) Iba a interpelarlo. Lindoro Hernández, con fuerzas muy superiores a las nuestras, con elementos mucho mejor disciplinados que los nuestros, no solamente no nos atacaba estando en Coyutla, a menos de una jornada, sino que nos protegía, favorecía nuestro avance y se ponía de nuestro lado, de parte de nosotros que no podíamos ser delahuertistas. ¡Ese es Lindoro Hernández!
El C. Valencia: ¿En qué fecha?
El C. Cerisola: En enero de 1924.
El C. Valencia: Porque también en 1913 fue jefe de las defensas sociales.
El C. Cerisola: En la rebelión delahuertista Lindoro Hernández nos ayudaba con todos sus elementos a nosotros que éramos callistas, a nosotros que éramos obregonistas y que habíamos organizado a los campesinos para defender toda aquella región; de modo que no era delahuertista. Se levantó contra Obregón por intrigas y persecuciones que contra él enderezaba el entonces general de división Guadalupe Sánchez. Esa es la verdad.
El C. Campillo Seyde: Es cierto.
El C. Cerisola: El diputado López Soto puede enterarnos de cuál fue la actitud y la actuación que llevó a cabo en el Estado de Hidalgo el general Lindoro Hernández. ¿Tiene la bondad el compañero López Soto de contestar mi interpelación?
El C. López Soto: Compañeros:
Yo conocí al general Lindoro Hernández de soldado raso del general Gabriel Hernández en 1910. Desde entonces trabajó el general Lindoro Hernández al lado del Gobierno constitucional, quiero decir, del Gobierno revolucionario, hasta que en tiempo del general Obregón, por intrigas de Guadalupe Sánchez, se vio obligado a reconcentrarse en una finca que tiene en la Huasteca, donde permaneció armado, pero nunca hizo armas contra el Gobierno constituido. En el movimiento delahuertista, teniendo a mi cargo el sector de Tulancingo y Tenango de Doria, tuve afinidad con el jefe de las fuerzas del distrito de Huauchinango, y allí tuve oportunidad de enterarme de que Lindoro Hernández estaba a las órdenes del Gobierno constituido del general Obregón, dispuesto a batir a los infidentes. Hago esta aclaración porque es muy justo hacer saber que el general Lindoro Hernández no hizo armas contra el Gobierno del general Obregón, ni estuvo ligado en el movimiento delahuertista.
El C. Cerisola: Ya ven ustedes, señores diputados, cómo las deleznables pruebas, las que el diputado Valencia llama pruebas, papeles sin firmas, papeles sin sellos, vienen por tierra ante la realidad y ante los hechos incontrovertibles; pero hay algo más: El diputado Valencia est ciego, completamente ciego por el odio hacia el general Jara. El diputado Valencia sabe, como todos los presentes, que hubo una asonada de unos infelices obreros engañados que se levantaron contra el Gobierno del general Jara, haciendo una rebelión local, y la opinión pública en el Estado de Veracruz acusa al diputado Valencia como uno de los instigadores de esa fracasada rebelión. Los obreros de Jalapa, setenta obreros de Jalapa, se fueron al monte y el general Jara, este que pinta como un ogro el diputado Valencia, no quiso que las guardias civiles les dispararan un solo tiro, y dijo: "Ellos reconocer n el camino del deber, ellos comprender n su error, y ellos sabrán que han sido el juguete de unos cuantos politicastros". Efectivamente, cuatro días después venían a rendirse en masa, sin haber disparado un solo tiro y sin haber sido atacados absolutamente por nadie, los setenta obreros a los cuales acogió paternalmente el general Jara, dejándolos en absoluta libertad. ¡Este es el ogro que pinta el diputado Valencia! Preparando esa rebelión de la que la opinión pública lo acusa, viene el diputado Valencia y con fecha 24 de septiembre presenta a esta Cámara esta iniciativa para que se desarme a las fuerzas del Estado, es decir, él solo se acusa como instigador de esa rebelión, pidiendo a la Cámara que sea desarmada la Guardia Civil del Estado de Veracruz, creyendo con esto que la Federación - y así se lo hicieron saber a los obreros - no los iba a atacar. Creyó el diputado Valencia que con este movimiento insignificante e irrisorio iba a derrocar a un Gobierno que est cimentado perfectamente y apoyado por toda la opinión sensata y revolucionaria de Veracruz....
El C. Valencia: ¡Por las bayonetas!
El C. Cerisola: Esa es la labor del diputado Valencia. Nos viene con papeles que no prueban nada, que no tienen valor probatorio ninguno, a lanzar calumnias que se destruyen con hechos....
El C. Valencia: ¡Váyaselo a decir usted al señor presidente!
El C. Cerisola: ...y presenta una moción para que se desarme a la Guardia Civil del Estado, con objeto de que los que ha lanzado a la revolución puedan derrocar a un Gobierno que cuenta con la opinión unánime del Estado de Veracruz.
El C. Valencia: ¿Entonces por qué teme?
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Velásquez Isaac.
El C. Velásquez Isaac: Señores diputados:
Cuando el compañero Zincúnegui Tercero lanzó interpelaciones al compañero Valencia, diciéndole que en qué artículo del Reglamento o en qué precepto constitucional se basaba para pedir que una comisión se acercase al Senado para que éste aprobara la iniciativa que hay de antaño para desarmar la Guardia Civil, y que el diputado Valencia se embrolló, no pudiendo dar ninguna salida, desde luego me dio la idea de que el diputado Valencia Viene aquí, como acaba de decir atinadamente el diputado Cerisola, ciego por su odio....
El C. Valencia: ¡Estoy cegado!
El C. Velásquez: Pero hay que verlo, es el diputado Valencia; él es, naturalmente, quien sin ninguna reflexión, y solamente por el odio insano que profesa contra el general Jara, ha tenido la peregrina idea de venir aquí a leer un documento que no tiene ninguna validez probatoria. Yo diría del compañero Valencia lo que decía aquella zorra del cuento de Samaniego: Se acercó la zorra a una estatua de mármol muy hermosa y, contemplándola, le dijo: "Tu cabeza es hermosa, pero sin ceso". Yo le diría al compañero Valencia: ¡Qué cabeza tienes.... pero sin ceso! Yo le
quitaría lo de hermoso, porque ni siquiera tiene cabeza hermosa. (Murmullos. Risas).
El C. Valencia: Cualquiera hace caso de esas cosas.
El C. Velásquez Isaac: La labor del general Jara es perfectamente conocida de todos los diputados que aquí me escuchan; la labor del general Jara radica en la labor económica que ha estado desarrollando en dicho Estado; el gobernador del Estado, general Jara, ha demostrado con hechos y con su honradez, que el Gobierno del Estado es capaz de bastarse a sí mismo. Allí tenemos las construcciones que ha desarrollado, las carreteras que ha estado impulsando: La pavimentación de calles, que son obras materiales; la atención que ha dado a montón a la educación popular, y, en fin, la reparación de tierras y la repartición de tierras y la resolución del problema agrario y del obrero, que han venido haciéndose cada vez más intensos en el Estado de Veracruz. La declaración del compañero Rodrigo Gómez es perfectamente buena. Efectivamente el compañero Valencia est muy mal informado respecto de la muerte del diputado Moreno. Yo he tenido oportunidad de ir a hablar con personas perfectamente ajenas a las lides políticas. y éstas me enteraron a mí - y así lo hice constar en declaraciones que di a la prensa - que el diputado Moreno probablemente obrada merced a alguna droga heroica. El diputado Moreno había, desde las primeras horas de la mañana, insultado en los corredores del Palacio a varias personas, y después, al acercarse, al cruzarse con el general Lindoro Hernández, le lanzó injuria grave. Entonces el general Lindoro Hernández le requirió para que reiterara su injuria, Moreno la reiteró y entonces el general Lindoro Hernández, por contestación, le asestó un golpe con la pistola, un golpe - oídlo bien -. El diputado Moreno, al recibir el golpe, se retiró con su pistola en la mano, a una de las puertas del Departamento de Conciliación y Arbitraje, y parapetado allí comenzó a hacer fuego sobre el general Lindoro Hernández. El general no hizo fuego con su pistola. Estuvo impávido recibiendo los disparos hasta que la Guardia Civil subió, en cumplimiento de su deber, a ver quién era el que disparaba y a requerirlo para que entregara su arma; pero el diputado Moreno, lejos de entregar su pistola, hizo fuego sobre la Guardia, recibiendo de ésta la contestación en una descarga, que fue la que le ocasionó la muerte. ¿Qué injerencia puede tener el gobernador del Estado en un caso como éste? Absolutamente ninguna. Es más: Como decía atinadamente Rodrigo Gómez, el talento del gobernador de Veracruz se presta para no creer en una suspicacia de estas tan maliciosas que nos trae el compañero Valencia. Valencia, cegado por su odio personal, no pude venir a decir otra cosa a esta tribuna. Suplico, pues, a los compañeros diputados que, en vista de la labor revolucionaria que ha desarrollado el gobernador de Veracruz, y que el desarme de la Guardia Civil del Estado fuera a azuzar a la reacción que sistemáticamente ha estado combatiendo a la revolución, y a azuzar también a los traidores de la revolución, que le provocan problemas a esta misma, no se apruebe la iniciativa del compañero Valencia. La iniciativa del compañero, como acaba de manifestar en su interpelación el compañero Zincúnegui Tercero, carece de todo apoyo legal.
El C. Mancisidor: Respetuosamente pido a la Presidencia se dé lectura a estos mensajes.
El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Valencia.
El C. Valencia: Lamento que el diputado Cerisola y el señor Velázquez no hayan venido a desvirtuar los tremendos cargos que se hicieron al gobernador Jara por medio de los documentos.... (Siseos). Compañero Malpica, le voy a suplicar que si tiene algo que decir suba a la tribuna. Es un papel muy poco airoso para un señor diputado como usted, que pidió que se fuera a investigar la muerte de un hacendado, al estar siseando allí. (Aplausos en las galerías) Decía yo que no han venido a hacer ninguna refutación a los cargos que tengo hechos. Han venido a decir que estoy cegado por el odio en contra del general Jara, en vez de decir que son ellos los que est n cegados por su apasionamiento en defender sus actos malos; porque eso es lo que pasa. El señor Cerisola dice que son papeles sin importancia y así califica el telegrama del señor presidente de la República, donde se dice claramente que el gobernador del Estado de Veracruz pidió al jefe de operaciones que por todos los medios a que hubiera lugar no permitiera la llegada a San Andrés Tuxtla, del diputado Moreno, ¡Telegrama del señor presidente de la República, papel sin importancia para el señor Cerisola! ¿Quienes son los que est n cegados, yo, en mi odio al general Jara, o ellos al defenderlo? Indudablemente que ellos.
El C. Cerisola: ¿Me permite usted una interpelación, señor Valencia? El telegrama a que usted hace alusión no es del presidente de la República. Es una transcripción que le hace a usted el presidente de la República de un telegrama que le pone el coronel García de Alba, enemigo del ciudadano gobernador Jara. (Murmullos).
El C. Valencia: Señor: Ese telegrama... ¿Quién no sabe que los generales Jara y Almazán est n perfectamente unidos, y más hace seis o siete meses, fecha de este telegrama? Yo no podría prejuzgar de la honorabilidad del coronel García de Alba, o mejor dicho, de su poca honorabilidad, como quiere hacerlo aparecer el diputado Cerisola. Es un telegrama, al que yo creo le ha dado fe el presidente de la República, desde el instante en que lo transcribe en forma debida. En cuanto a que no fueron más que tres los balazos que recibió el diputado Moreno, ¡no fue cierto que fuera asesinado por el jefe de las Guardias Civiles! ¡Sólo, se le dieron dos o tres pistoletazos en la cabeza y después la Guardia Civil lo acribilló con un 30-30 y con una tercerola! Pero eso, ¡qué va a ser un asesinato! ¡Eso se lo merecía! El diputado Moreno era un loco. Así lo calificó un periódico; así lo decía el general Jara en un telegrama que mandó aquí, telegrama respecto al cual hago la aclaración de que no se le ha dado lectura hasta la fecha. Pero para que vean los señores diputados el error de los que est n diciendo que el extinto diputado Moreno estaba loco, este periódico, "El Dictamen", el órgano, podríamos decir, semioficial de aquel Gobierno, que en esta vez se ha desligado
de sostener en todo y por todo al Gobierno de aquel Estado, "El Dictamen", de Veracruz -y todos sabemos la actuación que tiene "El Dictamen"-, vean lo que dice de la llegada del cadáver a Veracruz. Es un parrafito muy pequeño que no va a cansar vuestra atención. Yo suplico a la Secretaría que tenga la bondad de darle lectura, o cuando demos, de certificar si es o no cierto. Dice así: Fue traído - se refiere al puerto de Veracruz -, fue traído el cadáver del diputado Francisco Moreno.- En la estación lo esperaban los inquilinos, que condujeron el féretro a su casa social.
"Anoche, a las nueve y media, fue traído el cadáver del diputado Francisco J. Moreno, acompañándolo desde Jalapa más de ciento cincuenta personas, la mayoría pertenecientes a la Liga de Comunidades Agrarias."
Óigalo usted bien, señor Rodrigo Gómez, usted tan agrarista, usted Rodrigo Gómez. (Risas).
"...y a la Federación de Inquilinos de aquella capital. Comisionados por la Legislatura vinieron los diputados Villegas y Ursulo Galván; llegaron también el padre y hermana de el extinto, señor Francisco Moreno y señorita Camila Moreno.
"En la estación terminal había no menos de cien personas, en su mayoría de la organización inquilinaria, y del Sindicato de Inquilinos y amigos que fueron del citado diputado.
"Tan pronto como llegó el tren y fue bajado el cadáver, que viene embalsamado, y cuya caja estaba cubierta con una bandera roja y ramilletes de flores, se organizó el cortejo, yendo a la cabeza dos campesinos que sostenían un letrero que decía: "Los campesinos del Estado de Veracruz exigimos el castigo de los asesinos"; "¡Los campesinos del Estado de Veracruz exigen el castigo de los asesinos!"; después otros campesinos con seis coronas, el féretro y detrás el resto de la comitiva.
"El diputado Galván..."
El diputado Galván es el presidente de la Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz, que no reconoce al Partido Nacional Agrarista.
"El diputado Galván, entrevistado por uno de nuestros reporteros, le dijo, entre otras cosas, que "el acompañamiento de los campesinos y obreros de Jalapa al cadáver del diputado Moreno, significaba una protesta, porque los presuntos asesinos est n libres todavía"; luego agregó que, en cuanto se haga justicia en este asunto, se ver que fue un asesinato vulgar. El mismo diputado informó que hoy en la mañana ser trasladado el cadáver a Achotla. Donde ser sepultado.
"Anoche se le llevó al local de la Organización Inquilinaria, en Bravo, entre Esteban Morales y Arista; hoy en la mañana ser trasladado al local de la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras, en virtud de haber pertenecido a la Unión de Telegrafistas y Despachadores."
El C. Mancisidor: ¡Una interpelación!
El C. Valencia: "De la mutualista, habiendo reclamado esa Unión que fuera llevado allí el cadáver; pero como primero lo pidieron los de la Organización, se acordó que, tres horas antes de la salida del tren del Istmo sea trasladado al local de la Confederación, sito en Constitución, 3. Todos los inquilinos que asistieron a la estación a esperar el cadáver, llevaban un pequeño listón negro en el brazo."
Vean ustedes cómo "El Dictamen" de Veracruz, órgano, como dije antes, semioficial del Gobierno de aquel Estado, hace en un pequeño párrafo la crónica de la forma en que fue recibido en el puerto de Veracruz el cadáver del extinto sacrificado diputado Moreno, tanto por las agrupaciones inquilinarias como por los campesinos, por los agricultores, que llevaban un letrero en que pedían el castigo de los asesinos que andaban en libertad, así como por sociedades ferrocarrileras del puerto de Veracruz. Ese era el extinto diputado loco que fue muerto por su intemperancia. ¡Qué va a ser asesinado, si apenas tenía tres balazos, uno de 30-30, otro de tercerola y otro de una 44! ¡Qué va a ser un asesinato dentro del Palacio de Gobierno! ¡Tan no ha sido un asesinato, que no están presos los asesinos! ¡Claro! ¿Cómo iban a estarlo?
El C. Mancisidor, interrumpiendo: ¿Respetuosamente me permite usted una interpelación, como revolucionario que se dice ser usted? (Campanilla).
El C. Valencia, continuando: Un momento. En cuanto a la obra sorprendente, maravillosa, que se presentó a la vista un poco cegada del señor Rodrigo Gómez, del agrarista, del enorme agrarista, allá en Veracruz, voy a decirle unas cuantas palabras; ya ver usted cómo es la munificencia en que se fue usted a envolver allá en el estadio, ese que parece circo romano, aplaudiendo allí sobre la sangre del diputado Moreno la soberbia de los dictadores de allá , cómo es esa munificencia vasta que usted presenció lleno de espejismos y de política, porque ya sé que tuvieron un pacto para que el general los apoye en las futuras elecciones a ustedes (Voces: ¡Huy! ¡Huy!), porque fueron a explotar el laborismo y a decir que eran enemigos del laborismo y que ustedes lo apoyarían con su enorme fuerza política, moral y X, ¿verdad? Por eso naturalmente que tras de aquel banquete, tras de aquella munificencia, tras de aquel todo que vio usted allí en la capital veracruzana, era natural que viniera usted a decir que el general Jara est cumpliendo con las promesas revolucionarias. ¿Cómo no va a estar cumpliendo con las promesas revolucionarias si se gasta 800,000 pesos en un estadio, mientras que el profesorado rural est muriéndose de hambre; si se gasta 800,000 pesos en un estadio, mientras el profesorado del puerto de Veracruz, como le consta a toda la República, tuvo que fomentar una huelga, huelga que casi fue acabada a cañonazos, pidiendo un pedazo de pan porque se les debían 17 decenas? ¡Oh, qué enorme labor revolucionaría! ¡Y todavía el señor Cerisola nos viene a decir que por qué se les va a quitar la Guardia Civil! Si el Gobierno de Veracruz est apoyado por el pueblo, y si est apoyado por el pueblo, por los campesinos, por los obreros, ¿para qué quiere el señor general Jara la guardia civil? ¿Para qué, si cuenta con el pueblo y con Rodrigo Gómez y con los demás líderes de la Cámara de Diputados? (Risas). ¡Muy bien! Pero es natural, el señor Rodrigo Gómez tenía que defender al señor general Jara y atacar a los agraristas de Veracruz, porque éstos son verdaderos agraristas y no pertenecen al Partido Nacional Agrarista, sino a la Liga de Comunidades Agrarias.
El C. Gómez Rodrigo: ¡Una interpelación!
-E l C. Valencia: Con mucho gusto.
El C. Gómez Rodrigo: En primer lugar debo preguntar a usted qué es: ¿Laborista o agrarista?
El C. Valencia: Yo soy revolucionario. (Risas. Siseos). No pertenezco a ninguno de esos dos partidos. Interpelo a los señores laboristas para que digan si pertenezco a su grupo. (¡Ya se fueron por no contestar!)
El C. Gómez Rodrigo: Usted nos ha manifestado, compañero, que pertenecía al Partido Agrarista y que estaba con nosotros. Nos acompañó usted al Estado de México cuando la campaña política de este Estado, y hablaba usted muy mal de los laboristas, atacando a la Crom y a Morones para que nosotros lo aceptáramos. Y después hemos sabido que usted est trabajando de acuerdo con Morones en Veracruz. (Siseos). Ahora yo quiero preguntarle esto: ¿En qué forma est trabajando Jara la cuestión agraria? ¿No es en forma revolucionaria?
El C. Valencia: No, absolutamente; habrá usted visto que mandó desarmar a los campesinos.
El C. Gómez Rodrigo: En el reparto de ejidos está trabajando como pocos de los gobernadores, y es lo que nos interesa a nosotros los agraristas. Nosotros no tenemos conciliábulos ningunos con él, y ni siquiera hemos cruzado palabra. Consta esto a los señores que estuvieron en Veracruz: Para nada hemos hablado Soto y Gama y yo con el general Jara. Así es que quedan desmentidas sus aseveraciones.
El C. Valencia: Cree usted que quedan desmentidas, pero el hecho es que no. Yo no pertenezco al Partido Agrarista ni al Laborista, compañero Rodrigo Gómez, compañero de Cámara; no pertenezco porque sé que están inspirados los dos, tanto ustedes como ellos, absolutamente en asuntos políticos, a ver quién atrapa primero el Poder....
El C. Caloca: Compañero, ¿me permite una interpelación?
El C. Valencia: En cuanto....
El C. Caloca: Permítamela. (Voces: ¡Qué hable Caloca!)
El C. Valencia: En cuanto a la obra de moralidad de mi general en cuestión administrativa, esa est aquí en la copia de una carta firmada por el presidente que fue del Congreso Constituyente, Luis Manuel Rojas. Después que la haya visto, van a ver los coyoteos de mi general en cuestión hacendaria, del señor general revolucionario que defiende don Rodrigo Gómez. Dice la carta: "México, D. F., a 19 de febrero de 1925. (Murmullos). Señores, yo les suplico a ustedes un poco de atención; puede que les interese a ustedes, a ver si les toca algo del asunto, que es gordo. Antes que otra cosa, debo advertir que el señor licenciado Escudero, don Francisco Escudero, que creo me parece es del Estado de Jalisco, es el representante aquí, oficial, del Gobierno del Estado de Veracruz, es el que representa al señor gobernador.
El C. Campillo Seyde: Desgraciadamente.
El C. Valencia: La carta dice así:
"Señor licenciado don Francisco Escudero.- Presente.
"Muy señor mío y amigo:
"El señor licenciado don Luis Manuel Rojas me ha informado ampliamente, de la forma, términos y proporciones en que debemos liquidar amistosamente la participación que legalmente me corresponde como denunciante de la herencia vacante dejada por el finado Antonio Hernández, condueño primitivo del fundo petrolero denominado "Cerro Azul", y por cuya denuncia ingresó al Estado de Veracruz la suma de un millón de pesos.
"Estoy conforme con su proposición de dividirnos usted y yo, por "partes iguales", la suma que conforme a la ley tiene que pagarme el Estado de Veracruz por este negocio, quedando a cargo exclusivo de la parte que usted reciba cubrir el importe de las otras participaciones que ambos ofrecimos en esta capital al señor general don Heriberto Jara, en el mes de enero del año de mil novecientos veintiuno. (Voces: ¡Huy!) Es fecha atrasada, es claro. "Así quedar cumplido en todas sus partes el convenio de honor que habíamos celebrado las personas que antes se mencionan.
"Para el caso de que el Estado de Veracruz no hiciere el pago en una sola partida, como debe ser, también estoy de acuerdo en que usted y yo vayamos dividiendo, por partes iguales, las sumas que el Estado entregue sucesivamente hasta liquidar su adeudo.
"Por último, estoy de acuerdo en que usted y yo paguemos, por partes iguales, los honorarios que hemos acordado dar al licenciado Rojas por su intervención en este asunto.
"En espera de sus letras, me es grato repetirme de usted como su afectísimo, atento, amigo y S. S., N. Velásquez.
"Conforme, Luis Manuel Rojas."
No es Velásquez, el señor diputado Velásquez; quiero hacer esta aclaración: es otro Velásquez.
El C. Mancisidor: Velásquez, que desmintió esa carta.
El C. Valencia: Este es uno de los documentos simpáticos que existen. (Risas)
El C. Cerisola: ¿Me permite una interpelación?
El C. Valencia: Aquí hay otra carta que es muy larga y a la que no quiero dar lectura; podría traer algunas consecuencias; esta cartita es del señor Azuara, dirigida al señor Valenzuela, y aquí salen trapitos al sol de un alto funcionario que actualmente est en el Gabinete del señor presidente de la República.... (Voces: ¡Que se lea! ¡Que se lea!) Si ustedes me obligan, le daré lectura. Yo no quiero decir nada de la labor política pasada del gobernador Jara, carrera política que comenzó como propagandista del general Gavira.... (Golpes en los pupitres. Siseos. Campanilla. Voces: ¡Como maderista!) No, como gavirista. Después el señor presidente Obregón le dio una comisión para que fuera a Veracruz para que se levantara en armas contra Carranza, y Jara, en lugar de cumplir con ese pacto, se fue a la Habana de diplomático a representar a nuestro país, a representar a México. En el último movimiento delahuertista se fue de aquí a San Marcos; parece que allí.... yo no quiero decir lo que hizo el señor general. Esta carta es copia.... (Voces: ¡Otra copia!) de una carta del señor ingeniero - óigase bien - don Adalberto Tejeda, dirigida -son palabras mayores, pero voy a tener que darla a luz - del entonces señor gobernador Tejeda, dirigida al señor presidente Obregón,
diciéndole algo que deben conocer ustedes, de la labor del general Jara. Yo suplico al señor secretario tenga la bondad de venir a decir si es o no cierto lo que expresa esta carta. (Murmullos). Naturalmente que van a decir que es vieja. (Voces: ¡Es copia!) Naturalmente, si el original se fue al presidente Obregón.
"Correspondencia particular del gobernador del Estado de Veracruz.
"Veracruz, Ver., a 6 de marzo de 1924.
"Señor general Alvaro Obregón, presidente de la República.- Palacio Nacional.- México, D. F.
"Muy respetable señor y fino amigo:
"El teniente coronel Primitivo R. Valencia, viejo amigo mío, adicto" (Toses) no crean que me cortan "y vigoroso defensor del Gobierno que usted preside, acaba de arribar a esta plaza procedente de Jalapa, donde después de cooperar virilmente a su defensa, hubo de permanecer eludiendo las persecuciones de que fue víctima durante todo el tiempo de la ocupación por los infidentes, obstáculo que no impidió a este buen amigo ponerse en contacto con el general Miguel Alemán" óigase bien, "enviándome con oportunidad correspondencia, que me vi privado de recibir, dada la circunstancia de que el ingeniero Victorio Góngora" ¡había de ser Góngora! "que se encontraba en esa capital, recibió al enviado del teniente coronel Valencia con la correspondencia cuyas copias me permito acompañarle, y absteniéndose de darme aviso sobre el particular, aconsejó al correo su traslado inmediato a San Marcos, lugar donde el general Heriberto Jara recibió toda la correspondencia, tanto la consignada a usted como la dirigida a mi nombre, así como la del general Alemán, dirigida al teniente coronel Valencia, haciendo notar que la carta del referido general Alemán, para usted, era de fecha 10 de diciembre, cinco días después de iniciada la rebelión en esta Entidad.
"A pesar de que el general Jara" ¡ah, general Jara! "Ofreció al correo del teniente coronel Valencia reenviarme a su vez los documentos a México, con un propio, nunca los he recibido, por lo que el conocer las copias que nuestro amigo el señor Valencia logró con la anterioridad oculto en Jalapa....
El C. Mancisidor: Tú estuviste escondido.
El C. Valencia: Yo, sí, después de defender la plaza me fui a esconder. Todos ustedes anduvieron con Guadalupe Sánchez y entraron a Jalapa con Andrew Almazán, con carrilleras cruzadas.
"... me permito enviárselas a usted para el criterio que debe merecer la conducta del general Alemán, que estuvo en abierta pugna con los rebeldes, desde el primer momento, corroborando así las noticias que a este respecto seguramente han llegado ya a su conocimiento por el conducto del señor general Eugenio Martínez, con quien he cambiado impresiones a este respecto.
"Estimo oportuna esta aclaración, dadas las circunstancias de que el señor general Alemán seguramente espera tanto la contestación de la carta que le dirigió a usted como la que yo debía darle, informándole del resultado de las gestiones que me encomendara y las que de ningún modo pude intentar, desconociendo hasta la fecha su correspondencia, que el general Jara recibió, ignorando su destino posterior.
"Esto lo he lamentado profundamente, dada la transcendencia que la oportunidad de su conocimiento hubiera tenido, en vista de que el general Alemán contaba con algún contingente que hubiera sido eficaz cooperando en la región del Istmo con los elementos del Gobierno al mando del general Bravo Izquierdo, que se encontraba en Santa Lucrecia, lugar éste inmediato a la zona en que operaba el general Alemán.
"Ahora procuro ayudar a este jefe militar para que en breve se lleve a cabo la conferencia que solicitó de usted, acercándose al municipio de Alvarado, explicándole el retraso en estos arreglos.
"Como siempre, lo saluda afectuosamente su atento amigo y S. S.- A Tejeda." - (Rúbrica).
El C. prosecretario Calles: Habiéndose pedido a la Secretaría que certificara esta carta, cree de su deber declarar que este documento carece de firma. (Risas. Aplausos).
El C. Valencia Primitivo R.: ¡Querían estos señores precisamente el original, la carta original! ¡La carta original la tiene en su poder el general Obregón! El señor Velásquez, que me calificó de que no tenía yo sesos, quiere que le traiga aquí la carta original para que sea buena; pero que le pregunten al general Obregón si la recibió o no. Ya ver n ustedes la conducta última del señor general Jara, asesino del señor diputado Francisco J. Moreno. (Voces: ¡A votar! ¡A votar! Murmullos. Campanilla).
El C. Zentella Amílcar: Moción de orden, señor presidente. Estamos perdiendo el tiempo lastimosamente. Este asunto es perfectamente conocido por todos nosotros. Yo creo que debemos tratar este asunto en otra forma y no perder lastimosamente el tiempo. (Aplausos. Voces: ¡Sí! ¡Sí! ¡A votar! ¡A votar!) El señor Valencia no puede hacer ni un sólo cargo concreto al señor general Jara, y no puede hacerle ningún cargo, porque el general Jara est muy por encima de él. Estamos perdiendo lastimosamente el tiempo, vamos a votar el asunto de una vez. (Aplausos).
El C. Valencia: Est bien, señor Zentella. ¡El señor Amílcar Zentella no quiere que se haga luz! ¿Cómo podía querer que se hiciera luz señor Amílcar Zentella? No le conviene a él ni les conviene a otros que se haga luz en la tribuna parlamentaria; pero a pesar de que al señor Amílcar Zentella le lastime los tímpanos, tendrá que hacerse luz, se va a seguir haciendo luz en esta tribuna parlamentaria para que se vea lo que est aconteciendo actualmente en la República.
El C. Fuentes B. Amado: Moción de orden, compañeros. Hemos estado perdiendo lastimosamente el tiempo. Es un hecho este que no interesa en absoluto a la Cámara de Diputados; es un asunto que les interesa exclusivamente al compañero Valencia.
El C. Valencia: Al Estado de Veracruz, compañero.
El C. Fuentes B. Amado, continuando: Que el compañero Valencia se defienda en otra forma; que el compañero Valencia vaya y se encare con el señor gobernador Jara o que escoja otro
procedimiento distinto; pero no venir a quitar el tiempo lastimosamente a la Cámara de Diputados que tiene otros asuntos interesantísimos que tratar; así que yo propongo a los compañeros que suspendamos este bataclán, a fin de que la Cámara se dedique a sus labores parlamentarias.
El C. Valencia: Ya voy a terminar. El compañero, que no tengo el honor de saber su nombre, quiere que no venga yo a decir aquí las verdades, que vaya yo a Veracruz a pegarme de balazos con el general Jara; este es su criterio, ¡un criterio de ostión! (Risas). Deben manejarse las cosas, según él, a balazos, y después al Gran Jurado. ¡Qué contento estaría el general Jara con que yo me fuera a dar de balazos con él o con algunos de sus esbirros! Pero no, yo no voy a provocar ese momento. Pueden tener la absoluta seguridad de que yo voy a ser ecuánime y sólo pido que se me respete cuando yo no le he faltado a nadie. Yo no me pegaré de balazos con el general Jara ni con ningún otro. Yo vendré aquí a exponer mis ideas y a traer documentaciones y cuando la Asamblea crea que tengo razón aceptar mis proposiciones y cuando no, las rechazar . Nada más.
El C. prosecretario Calles: No habiendo quien haga uso de la palabra, se pregunta si el asunto est suficientemente discutido. Si est suficientemente discutido. En la misma forma de votación se pregunta si se aprueba. No hay mayoría. No se aprueba.
El C. presidente, a las 20: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis.