Legislatura XXXI - Año II - Período Ordinario - Fecha 19251103 - Número de Diario 37

(L31A2P1oN037F19251103.xml)Núm. Diario:37

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 3 DE NOVIEMBRE DE 1925

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO II.- PERÍODO ORDINARIO XXXI LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 37

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 3 DE NOVIEMBRE DE 1925

SUMARIO

1. - Abierta la sesión, es leída y aprobada el acta de la anterior.

2. - Cartera. Se concede licencia a los CC. diputados Gómez Rodrigo, Irigoyen, Solís y Corella. Es designado el C. Aguirre Garza para que asista a la convención que se reunirá en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y que tratar sobre el establecimiento de perímetros libres en la frontera.

3. - Sin debate, es aprobado un proyecto de decreto del C. diputado López Soto y apoyado por varios representantes, a fin de que se destine la cantidad de ocho mil pesos como auxilio a los damnificados de Huehuelta, Hidalgo; pasa al Ejecutivo para los afectos de ley.

4. - Continúa a discusión el artículo 114, reformado, del proyecto de ley reglamentaria del artículo 123 constitucional. Son nombradas las comisiones para acompañar y recibir al presidente de la República con motivo de la sesión solemne que se efectuará en honor de los representantes del Brasil. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. RUFINO ZAVALETA

(Asistencia de 140 ciudadanos diputados).

El C. presidente, a las 17.25: Se abre la sesión.

- El C. secretario Cerisola, leyendo:

"Acta de la sesión de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, celebrada el día veintiocho de octubre de mil novecientos veinticinco.

"Presidencia del C. Pedro C. Rodríguez.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y veinticinco minutos del miércoles veintiocho de octubre de mil novecientos veinticinco, se abrió la sesión con asistencia de ciento cuarenta y cinco ciudadanos diputados.

"Se aprobó el acta de la sesión celebrada el día anterior y dióse cuenta con los siguientes documentos:

"Solicitud del C. Candor Guajardo, relativa a que se le conceda licencia por todo el tiempo que permanezca supliendo en la Cámara de Senadores al C. Eulalio Gutiérrez.

"Con dispensa de tramites y sin debate se aprobó.

"Esquela en que el presidente de la Diputación Permanente del Congreso del Coahuila comunica el fallecimiento del diputado local C. Manuel García Gutiérrez.- De enterado con sentimiento.

"Circular de la Legislatura de Tabasco, en que avisa que eligió presidente y vicepresidente de su Mesa Directiva para el mes en curso.- De enterado.

"Proyecto de contrato para ministrar corriente eléctrica a la municipalidad de Mexicali, que envía el ciudadano gobernador del Distrito Norte de la Baja California. - La diputación por este territorio hace suyo este documento. - Recibo, y a la 2a. Comisión de Comunicaciones y Obras Públicas.

"Circular por medio de la cual el gobernador de Coahuila comunica que designó al C. Hildebrando Siller para desempeñar interinamente el cargo de secretario de aquel Gobierno.- De enterado.

"Circular en que el Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León participa haber quedado legalmente constituído con fecha trece de este mes.- De enterado.

"Se procedió a la elección de presidente y vicepresidente para el próximo mes. Resultaron electos, por ciento cuarenta y nueve votos, para presidente, el C. Salvador Reyes Avilés, y para vicepresidentes, los CC. Rufino Zavaleta y Juan Aguilar Ficachi.

"Continuó la discusión, en lo particular, de la Ley del Trabajo.

"Se reservaron, para su votación, sin debate, los artículos 70, 71 y 72.

"Del capítulo VII se apartaron los artículos 79, 83, 84 y 85, reservándose los demás para su votación.

"Los artículos 79, 83 y 84 también se reservaron después de que los impugnó el C. Villaseñor Mejía y de que a nombre de la comisión dictaminadora habló el C. Treviño .

"El C. Amado Fuentes B. hizo una proposición respecto del artículo 85. A nombre de la comisión, el C. Neguib Simón usó de la palabra. La Asamblea no tomó en consideración lo propuesto por el ciudadano Fuentes y el artículo se reservó para votarlo después.

"Se puso a debate al capítulo VIII.

"En contra de todo el capítulo hablaron los CC. Orozco y Madrigal. A nombre de la comisión

usaron de la palabra los CC. Neguib Simón y Martínez de Escobar. La comisión acepto las reformas sugeridas por el C. Portales el artículo 114, el cual se reformó y se puso a discusión.

"El C. Villaseñor Mejía lo impugnó y sus conceptos motivaron aclaraciones de los CC. Treviño, Gonzalo González, Martínez de Escobar, y Hurtado. El C. Neguib Simón habló en nombre de la comisión dictaminadora. En contra usó de la palabra el C. Fabila, quien interpeló al C. Treviño y fue interrumpido por una aclaración del C. Mancisidor.

"El ciudadano presidente, en vista de que estimó que no había quórum, levanto la sesión, siendo las diez y nueve horas y cuarenta minutos. Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario. leyendo:

"H. Asamblea:

"Rodrigo Gómez, diputado al Congreso de la Unión, en ejercicio, ante esta H. Cámara, respetuosamente expongo:

"Que teniendo que someterme a una operación quirúrgica, de la cual podré sanar dentro del termino de un mes, suplico a esa H. Asamblea que, con dispensa de trámites, se me conceda licencia por ese mismo período de tiempo, con goce de dietas.

"Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados, a 29 de octubre de 1925.- Rodrigo Gómez."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo.

Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se concede la licencia. Concedida.

"Honorable Asamblea:

"Mariano Irigoyen, diputado propietario por el 3er. distrito del Estado de Chihuahua, respetuosamente comparece ante vuestra honorabilidad, manifestando: que, en virtud de encontrarse con su salud bastante quebrantada, necesitando dedicar atenciones especiales al restablecimiento de la misma, solicita de esa honorable Asamblea se sirva concederle una licencia ilimitada, previa dispensa de trámites y sin goce de dietas, llamándose, por lo tanto, al suplente respectivo; en la inteligencia de que comenzaré a hacer uso de dicho permiso tan pronto como mi expresado suplente acuda al llamado que se le haga.

"Protesto a ustedes mi respetuosa consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, D. F., Octubre 30 de 1925.- M. Irigoyen."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo.

Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida y llámese al suplente.

Telegrama procedente de: "León, Guanajuato, 2 de noviembre de 1925.

"Honorable Cámara de Diputados.

"Encontrándome atacado gripe, suplico esa honorable Cámara, concédame licencia diez días, con goce dietas, para atender mi quebrantada salud.- Diputado, Isauro Solís."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo.

Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

Telegrama procedente de: "Cananea, Sonora, 2 de noviembre de 1925.

"Señores secretarios Cámara Diputados.

"Conducto ustedes permítome solicitar prorroga licencia por diez días más. Salúdolos afectuosamente.- Diputado, E. Corella M."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensan los trámites. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

"Cámara de Senadores del Congreso de la Unión.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Sección 1a.- Número 787.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Presentes.

"Para que se sirvan hacerlo del conocimiento de esa H. Cámara de Diputados, tenemos la honra de participar a ustedes que, en sesión celebrada ayer por ésta, resultaron electos para funcionar durante el mes de noviembre próximo, como presidente: C. Flavio A. Bórquez, y vicepresidentes 1o. y 2o., respectivamente, los CC. José I. Reynoso y Pablo Emilio Sotelo Regil.

"Protestamos a ustedes las seguridades de nuestra alta y distinguida consideración.

"México, D. F., a 31 de octubre de 1925.- J. M. Mora, S. S. - Manuel Rivas, S. S." - De enterado.

"La Legislatura del Estado de Chiapas comunica que con fecha de 1o. de noviembre, abrió el primer período de sesiones ordinarias de su segundo año de ejercicio."- De enterado.

"La Legislatura del Estado de Durango Comunica que reprueba la actitud asumida por las

Cámaras de Comercio extranjeras, con motivo del conflicto registrado en el puerto de Veracruz y da un voto de simpatía al Congreso del propio Estado ." - De enterado.

"El Congreso del Estado de San Luis Potosí envía copia del acuerdo que tomó, formulando enérgica protesta por las frases injuriosas que en su contra virtió el C. Aurelio Manrique, encargado del Poder Ejecutivo de aquel Estado." - De enterado.

"La Legislatura del Estado de Tabasco comunica que, con fecha 16 de septiembre, inauguró el primer periodo ordinario de sesiones de su primer año de ejercicio."- De enterado.

"El ciudadano gobernador constitucional substituto del Estado de Coahuila comunica que con fecha 28 de octubre quedó al frente del despacho de la Secretaria Oficial de aquel Gobierno, el oficial mayor, C. Enrique F. Oyervides."- De enterado.

"El C. Enrique R. Nájera comunica que con fecha 20 de octubre volvió a encargarse del puesto de gobernador constitucional del Estado de Durango."- De enterado.

"El gobernador del estado de Michoacán comunica que con fecha 21 de octubre nombró oficial mayor de Gobierno, encargado del despacho, al C. licenciado Ignacio López."- De enterado.

"El ciudadano gobernador constitucional substituto del Estado de Nuevo León comunica que con fecha 27 de octubre tomó posesión del cargo de oficial mayor de la Secretaría General del propio Gobierno, el C. Román Garza Salinas."- De enterado.

"El gobernador constitucional substituto del Estado de Nuevo León envía copia de los informes rendidos por los ciudadanos tesorero general y recaudador de Rentas de aquella Entidad, manifestando el estado que guardaba la Hacienda pública durante la administración del general Porfirio E. González."- Recibo.

"El Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Aguascalientes comunica que con fecha 23 de octubre quedó debidamente integrado."- De enterado.

"El C. licenciado José Santos Alonso comunica que con fecha 27 de octubre se hizo cargo del Juzgado 7o. Correccional de esta Capital."- De enterado, y a su expediente.

"El Consulado General de México en El Paso, Texas, envía una solicitud de pensión de las señoritas Concepción, María Sixta y Julia Sepúlveda."- Recibo, y a la 1a. Comisión de Peticiones.

Un sello que dice: "Gobierno Constitucional del Estado de Tamahulipas.- Estados Unidos Mexicanos. - Departamento de Gobernación y Beneficencia. - Oficio número 7,904.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados. - México, D. F.

"Adjunta tengo el honor de remitir a ustedes convocatoria formulada por el Gobierno de este Estado, para la celebración de una convención que tratará del establecimiento de perímetros libres en las poblaciones fronterizas, y que se reunirá en Nuevo Laredo del 15 al 20 de noviembre próximo.

"El interés del asunto me libra de entrar en más detalles sobre ese particular, y sólo me resta suplicar a ustedes se sirvan someter mi convocatoria al conocimiento de la Asamblea, para que ésta, en uso de su soberanía , resuelva si es de aceptarse mi proposición. En caso afirmativo, suplico a ustedes se sirvan comunicarme antes del día 5 del mes próximo, el nombre del ciudadano diputado que sea nombrado, y el cual deber estar en Laredo, Tamaulipas, el día 15 del mes próximo, y presentarse en la Presidencia Municipal a las 10 horas.

"Me es grato reiterar a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección. - C. Victoria, 23 de octubre de 1925.- El gobernador constitucional del Estado, E. Portes Gil. - El secretario general de Gobierno, Enrique Medina."

La Presidencia designa al ciudadano diputado Agustín Aguirre Garza, para que asista en representación de la Cámara.

"Confederación de sociedades Ferrocarrileras de la República Mexicana.- Consejo Directivo. - México noviembre 2 de 1925.

"Señores secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Ciudad.

"Muy señores nuestros:

"La confederación de Sociedades Ferrocarrileras de la República Mexicana, con todo respeto se permite solicitar de esa H. Cámara de Diputados que, para dejar perfectamente definida y clara la situación de los trabajadores organizados del país, no se apruebe el artículo 114 del proyecto de Ley reglamentaria del artículo 123 constitucional, y se apruebe; en cambio, el que en seguida presentamos:

"Articulo 114. Las Juntas de Conciliación o Conciliación y Arbitraje, o en su defecto las autoridades encargadas de llenar provisionalmente sus funciones; sólo reconocerán como representante de los

trabajadores de un mismo oficio o profesión al servicio de una empresa, para todos los efectos del contrato del trabajo, a la agrupación que controle la mayoría de tales trabajadores, excepto en los casos en que por su escaso número no puedan agruparse por oficios o profesiones, en los cuales aceptarán como único representante de los trabajadores al servicio de una empresa, a la agrupación que controle la mayoría de sus trabajadores en servicio. No reconocerán ni permitirán la existencia de agrupaciones de trabajadores que se constituyan con el fin de dedicar sus actividades a la defensa de los intereses económicos exclusivos de sus patronos. Los patronos no contarán sobre trabajo con otra agrupación que la que controle la mayoría de los trabajadores de un mismo oficio o profesión a sus servicio; excepto por los casos en que por el pequeño número de trabajadores de un mismo oficio o profesión al servicio de una empresa, no sea posible que éstos se agrupen en tantas sociedades como profesiones u oficios tengan, pues entonces deberán contratar exclusivamente con la sociedad que controle la mayoría de los trabajadores a su servicio.

"En fundamento de la proposición que hacemos, nos permitimos manifestar los siguiente:

"En el artículo a discusión se habla, en la primera parte, de que las autoridades por ningún motivo, para los efectos del contrato de trabajo, permitirán la existencia de dos agrupaciones en una misma empresa, y nosotros recomendamos que este mandato prohibitivo sea para las Juntas de Conciliación. Conciliación y Arbitraje, o, en su defecto, para las autoridades encargadas de llenar provisionalmente sus funciones, con objeto de evitar la absorción de facultades por la autoridad administrativa, y como consecuencia, la intromisión de la política en la resolución de las dificultades entre patronos y trabajadores.

"En la misma parte, como mandato prohibitivo para las autoridades, se dice que éstas no permitirán la existencia de dos agrupaciones en una misma empresa, y esto no es sentir, ni ha constituído, ni constituye la aspiración de los trabajadores en general, y menos la de los ferrocarrileros, pues, muy por el contrario, siempre se han manifestado celosos de la organización gremial por funciones de trabajo, que actualmente tienen, en la cual cada una de las sociedades, conservando su autonomía interior, se han adherido para constituir la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras, y aumentar así su resistencia. Seguros de interpretar el sentir de los trabajadores y muy particularmente de los ferrocarrileros, proponemos que las Juntas de Conciliación, o de Conciliación y Arbitraje, o, en su defecto, las autoridades encargadas de llenar provisionalmente sus funciones, solamente reconocerán como representante de los trabajadores de un mismo oficio o profesión al servicio de una empresa, para los afectos del contrato de trabajo, a la agrupación que controle la mayoría de tales trabajadores, excepto en los casos en que, por su escaso número, no puedan agruparse por oficios o profesiones, en los cuales aceptarán como único representante de los trabajadores al servicio de una empresa, a la agrupación que controle la mayoría de sus trabajadores en servicio.

"Hacemos esa excepción, porque en factorías pequeñas será imposible conseguir de los patronos un contrato de trabajo por cada oficio o profesión de las que tengan sus trabajadores, y, en este caso, para deslindar el terreno del contrato, precisamos que los trabajadores de las mismas tienen derecho a contratar con los patronos por conducto de la agrupación que represente la mayoría en servicio.

"En la segunda parte hacemos la salvedad de que no se reconocerá ni permitirá la existencia de agrupaciones de trabajadores que se constituyan con el fin de dedicar sus actividades a la defensa de los intereses económicos exclusivos de sus patronos, porque reconocemos a los trabajadores el derecho de defender los intereses de los patronos cuando al defenderlos defiendan sus propios intereses, por ejemplo, cuando los intereses de una empresa estén amenazados en cualquiera forma, y de consumarse la amenaza, no sólo se lesionen los intereses de la empresa, sino los intereses de los trabajadores a su servicio. Supongamos, la voladura de una fábrica, que los dejaría sin trabajo.

"Sobre el último párrafo, que contiene un mandato prohibitivo para los patronos, tenemos igual argumentación.

"Esta Confederación tiene plena confianza en el espíritu revolucionario y justiciero de esa H. Cámara, y por ello confía en que ser aprobado el artículo que propone.

"Anticipando a ustedes nuestro reconocimiento más sincero por la atención que se sirvan dedicar a esta solicitud, nos es grato subscribirnos muy afectísimos y atentos servidores.

"Unidos Venceremos.

"Presidente, (Una firma ilegible). - Secretario, J. M. Benítez." - Recibo, y a su expediente.

"Los familiares del C. profesor Daniel Cervantes comunica que, con fecha 1o. de noviembre, falleció dicho señor, miembro que fue del Congreso Constituyente de Querétaro."- De enterado con sentimiento.

Presidencia del C. SALVADOR REYES AVILÉS

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"El subscrito, diputado propietario por el 9o. distrito electoral del Estado de Hidalgo, tomando en consideración el estado de miseria y desolación en que se encuentran los habitantes del pueblo de Huehuetla, distrito de Tenango de Doria, del propio Estado de Hidalgo, a causa del incendio que destruyó casi en su totalidad la población, pues solamente una pequeña parte pudo escapar del siniestro, ante vuestra soberanía, con todo respeto y pidiendo dispensa de todo trámite, somete el siguiente proyecto de decreto:

"Se autoriza al Ejecutivo de la Unión para que, con cargo a la partida del presupuesto que estime

conveniente, destine la cantidad de $8,000.00, (ocho mil pesos), como auxilio para los damnificados por el incendio ocurrido en el pueblo de Huehuetla, distrito de Tenango de Doria, Estado de Hidalgo.

"Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., octubre 29 de 1925. - Francisco López Soto. - J. Z. Nucamendi. - Ernesto Prieto. - José L. Galván. - Neguib Simón .- Antonio López Sorcini. - Arnulfo Portales. - A. Briones. - V. Anzures. - A. Campillo Seyde. - S. Reyes Avilés. - A. Arciniega. - O. B. Santander."

Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se procede a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.

El C. secretario Torregrosa: Por la negativa.

(Votación).

El C. secretario Cerisola: Fue aprobado el proyecto de decreto por unanimidad de ciento cuarenta y dos votos. Pasa al Ejecutivo para sus efectos.

- El mismo C. secretario: Continúa a discusión en lo particular el proyecto de Ley Reglamentaria del Artículo 123 constitucional. El artículo 114, reformado por la comisión, está concebido en los siguientes términos:

"En ningún caso y por ningún motivo las autoridades podrán reconocer, para los efectos del contrato de trabajo, la existencia simultánea de dos agrupaciones en una misma empresa. Los patronos o empresas no podrán contratar con dos o más agrupaciones de la misma índole, profesión u oficio, y el contrato sólo ser celebrado con la agrupación que tenga la mayoría de miembros en servicio activo. Tampoco reconocer ni permitirán la existencia de agrupaciones de trabajadores que se constituyan con el fin de dedicar sus actividades al servicio de algún credo religioso o la defensa de los intereses económicos de sus patrones, con perjuicio de sus propios derechos."

Está a discusión. Los ciudadanos diputados que deseen hacer uso de la palabra en pro o en contra sírvanse pasar a inscribirse.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Orozco David.

El C. Díaz Soto y Gama: Moción de orden. La lista de oradores debe leerse antes de comenzarse la discusión.

El C. presidente: La Presidencia manifiesta al ciudadano Soto y Gama que la lista de oradores ha sido leída desde la sesión anterior, porque estamos en la lista de oradores que llevaba la discusión desde un principio.

El C. Díaz Soto y Gama: Razón de más para que se lea la lista, a fin de ver si no se trata de excluirme a mí, por ejemplo.

El C. secretario Cerisola: Los oradores inscritos en contra son los siguientes: Orozco David, Madrigal Juan, Díaz Soto y Gama Antonio y Martínez Campos José. Los oradores del pro son los siguientes: Cerisola, Alvarez y Alvarez y Lombardo Toledano.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Orozco David. (Voces: ¡No está!)

No estando presente el ciudadano Orozco David, tiene la palabra el ciudadano diputado Madrigal Juan.

El C. Madrigal: Señores diputados:

Vengo a hacer un breve examen del artículo 114 de la reglamentación del artículo 123 constitucional, de la manera más serena, queriendo a todo trance que solamente vean en mi mal pergeñada peroración, el deseo de hacer aclaraciones sobre este punto interesante y de ninguna manera que se juzgue que llevo el propósito de tratar tópicos políticos en esta tribuna, tratándose de una cuestión que se me figura demasiado elevada para ello. El artículo 114 juzgo que es anticonstitucional, y es anticonstitucional, porque la fracción relativa que ya se leyó la vez pasada, a propósito de algún otro caso, esa misma fracción asegura la libertad de asociación tanto para los patronos como para los obreros, y si leemos el artículo 114, veremos que es incuestionable que acaba con la libertad de asociación. ¿Dónde está la libertad que tienen los individuos de asociarse, cuando se les exige que formen parte de un grupo determinado y no se les permite que se asocien donde se les dé la gana? Supongamos una organización lo suficientemente fuerte para abarcar todas las actividades. Por ejemplo, en Orizaba -quiero colocarme fuera del Distrito Federal, a propósito -, en Orizaba, una organización que en todas partes tiene mayoría, y hay individuos con diversas tendencias y que no están de acuerdo porque tachan de reaccionaria, de dictadora o de cualquier otra circunstancia a la agrupación que en ese momento domina; al individuo que va a trabajar, se le dice: o perteneces a esta agrupación por la fuerza, o no comes; es decir, no te damos trabajo porque no se puede contratar más que por conducto de nosotros. Así es que juzgo que no hay libertad de asociación; lo que es un derecho, lo que ha hecho un derecho la Constitución, que ha otorgado a los trabajadores, ahora lo transforma la reglamentación del artículo 123 en una obligación; les dice a los obreros: para poder trabajar tienes la obligación de asociarte en determinadas condiciones, porque solamente pueden subsistir los que tengan la mayoría en dada una de las actividades. En consecuencia, creo que no es nada difícil ni se necesita ser un doctrinista fuerte, para ver que esto es absolutamente anticonstitucional, porque acaba con la libertad de asociación; no se pueden asociar como les dé la gana a los trabajadores. Les dicen: aquí tienes que asociarte; o te metes aquí, o no trabajas.

Esto es lo que dice el artículo; pero no es lo grave que sea anticonstitucional, que las minorías recurrieran por la vía de amparo, que seguramente lo ganarán; lo grave es que con el sistema del artículo 114, se vuelve a los odiosos sindicatos profesionales de la Edad Media; en aquella época en que los hombres, para poder seguir un oficio o una profesión, era preciso que siguieran el escalafón continuando en el seno del sindicato. Aquí pasar lo mismo: hay un grupo de individuos a quienes les interesa que haya limitación de brazos para subir el salario, y es incuestionable que no permitirán que entren más elementos a ese sindicato. Además, pasa que una agrupación pronto empieza a

envejecer y mientras más grandes y más vastos son sus tentáculos, va adquiriendo tendencias más reaccionarias de Conservación, porque va creando necesidades, como toda agrupación cuya organización va envejeciendo; y entonces se evita la posibilidad de que surjan nuevas tendencias. ¿Por qué no puede sugerir nuevas tendencias? Por la sencilla razón de que a los directores de esa vasta organización, que seguramente se va a crear en el país, no les conviene, porque se van permitiendo tendencias o situaciones políticas en el seno de ella, y cuando hay una agrupación nueva que trae una nueva orientación que puede florecer, que seguramente ofrece la reivindicación del obrero, no va a ser posible, porque no la dejan que surja. Se decía que cuando existe una agrupación pequeña, se valen los patrones de ella para romper las huelgas y para evitar que las mayorías ejerciten sus derechos. Es cierto que alguna vez los patrones hicieron esta maniobra; pero esta maniobra solamente se hacía posible antes de que estuviera reglamentado el artículo 123; pero ahora que estamos reglamentando esto, no creo que haya una enorme dificultad que zanjar, para que no preveamos esos casos y cataloguemos cuáles son los derechos del trabajador, para que los trabajadores no puedan contratarse en condiciones más malas de las que expresa la ley. Les exigimos, les decimos en esta ley, les decimos a los trabajadores que no pueden pactar más que en estas condiciones perfectamente catalogadas en esta ley; ¿entonces, qué peligro hay para que puedan apoderarse de las minorías para realizar maniobras? No, señores; más vale que restrinjamos más a los capitalistas, si es necesario, pero no privemos a la sociedad de que sus fuerzas vivas y económicas luchen para el florecimiento de las mismas ideas populares que aseguren la reivindicación del obrero. Estas organizaciones pasadas, esos engranajes definitivos, no pueden ser; todo envejece, y las agrupaciones se hacen, necesariamente, conservadoras, después de mucho tiempo, por necesidad natural, por un caso de gravitación, por inercia.

Así es que fuera de estos pequeños inconvenientes, que la comisión nos ha traído cada vez que ha tratado este punto, creo, en primer lugar, que no tiene razón porque se puede aprobar la ley, y son de tal manera pequeñas, que es preferible que las fuerzas vivas de la sociedad funcionen ecuánimes y luchen y establezcan congruencias por su propia potencialidad. No sería nada raro que las minorías con tendencias definitivas, con tendencias verdaderas de mejoramiento para los trabajadores, se impongan a las mayorías para destruirlas, y así surge para hacer la mayoría después; pero de otra manera, ¿cómo vamos a hacer para que surjan nuevas ideas? Lo que sucede es definitivo, porque no puede haber otro que piense de distinta manera. Ustedes saben que en los engranajes, en las agrupaciones hay líderes, y estos líderes tienen líderes y éstos no piensan más que en un órgano central que dirige las actividades de toda la agrupación. Vamos dejando que surjan esas nuevas fuerzas; es decir, dejar la posibilidad de renovación y que está posibilidad de renovación no pueda estar en otra parte más que en las minorías. Las grandes ideas no son más que dos o tres las que las sostienen, y crean prosélitos después de una lucha cruenta para llegar a tener éstos y mantenerse, porque siempre de las minorías es de donde surgen los grandes problemas y son las que apuntan la manera de resolverlos. (Aplausos).

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Alvarez y Alvarez.

El C. Alvarez y Alvarez: Ciudadanos diputados:

El problema obrero es un problema de unificación, y quien se oponga a la unificación obrera, no sólo desafina, sino que es traidor a esta clase. El ciudadano diputado Antonio Díaz Soto y Gama nos ha ofrecido para hoy un furioso ataque, no a la ley en cuestión, sino como hermoso pretexto de esos que él busca para poder clamar en contra de aquellos que han logrado una organización obrera que nosotros no hubiéramos podido lograr. Esto se llama "respirar por la herida", porque se grita en virtud de que nuestra vanidad o nuestro amor propio han sido deprimidos por la actividad o la atingencia de otros. Chillamos, pues, respiramos por la herida, y esta es la tarde de respirar furiosamente por las heridas del amor propio.

Se ha venido a hablar de individualismo y de comunismo, queriendo espantarnos con que la organización obrera que se pretende fomentar va encaminada a retrotraernos al tiempo de las cofradías, al tiempo de la Edad Media, en que dominaban efectivamente las organizaciones establecidas en aquella época. Esta alarma es completamente infundada: parece que no sabemos que la humanidad vive entre el golpe monótono de un péndulo que va sistemáticamente de la anarquía a la dictadura, y que no saldrá de allí mientras las pasiones sean las únicas consejeras de nuestro encauzamiento social; pero es tiempo, señores, de que demos ya a estos términos, usados en una forma poco consciente o quizá mal intencionada, el ve los que efectivamente tienen. Acabo de pronunciar la palabra comunismo. Esta es hoy una expresión indeterminada, fuente de una logomaquia espantosa de donde derivan todas las anarquías posibles. Es ya tiempo de que domemos a esta hidra y hagamos brotar de ahí la verdad en beneficio de todos. Comunismo e individualismo, estas son las palabras que se repiten constantemente en la tribuna, y ya he dicho que en forma empírica e inconsciente las más de las veces y de allí que haya necesidad de que principiemos por saber qué es lo que estos términos significan. Comunistas, según el sentir, el pensar de los filósofos que han agotado sus energías frente a estas cuestiones y han tratado de solucionar el problema que a nosotros nos ocupa sinceramente, es el nombre que se da a aquel grupo de individuos que pretenden que la propiedad colectiva sea al máximo, en tanto que las propiedades particulares sean reducidas a su menor extensión. Los individualistas o propietarios, en contraposición de los que acabo de enunciar, son aquellos que pretenden que las propiedades individuales sean al máximo, sean las más amplias posibles, en tanto que la propiedad colectiva sea reducida al mínimo. Para saber si unos u otros tienen razón, deberíamos tomar en cuenta factores importantísimos, como son, en primer lugar, la ignorancia social que flota por todos lados y que, con cualquiera de estas dos tendencias, hace que

nos encaminemos a gigantescos pasos hacia la anarquía. El "factor" ignorancia social sirve como medio para lograr el orden, cuando el examen ha podido ser contenido; ¿pero es posible contener ese examen, señores, en época como la actual, en que la prensa se encarga de llevar por los ámbitos de la tierra las ideas y las discusiones de todo orden? ¿Es posible que hoy que las comunicaciones son tan violentas, que la ciencia ha creado el aeroplano, el ferrocarril, el telégrafo y tantos otros medios de comunicación, pueda ser contenido el examen? Indudablemente que sería una loca pretensión; pero no debemos olvidar que ese decantado liberalismo cuyo ataque está hoy en boga, ese individualismo que nos complace tanto venir a atacar en la tribuna, guardó en una época el orden social, y el orden social, señores, ha sido en todas las épocas la ambición de la humanidad; ha sido el ideal al cual se encaminan los humanos como una consecuencia lógica de la justicia y de la equidad reinantes en el universo. Por esa razón, en la época de la teocracia, el individualismo fue capaz de hacer guardar el orden, porque el examen pudo ser contenido; las hogueras de la inquisición se encargaron de evitar el examen social y, por tal motivo, las iniquidades y las injusticias que reinaban entre los hombres tuvieron que pasar sin ser combatidas por el pueblo. Hoy las circunstancias han cambiado, nos encontramos efectivamente en una era de ignorancia social; pero el examen es incontenible; no es posible, debido a los adelantos de la ciencia, impedir que nadie examine o discuta toda idea, o hable de las injusticias o clame contra los tiranos y los opresores; por eso vivimos un momento de honda agitación y me llama sobremanera la atención, me sorprende ver que el odio, la pasión, la envidia en contra de aquellos que mal o bien han organizado a los obreros, nos ciega, nos enerva y nos haga no ver hacia el ideal obrerista, la unificación de los trabajadores que dan pan a nuestros hijos y dan brillo a nuestra patria. Indudablemente que la médula de la ley que discutimos, el todo de ella, radica en el artículo 114, porque tiende a la formación de una sola familia con los factores sociales postergados hasta hoy que desempeñan un factor secundario ante la equidad, pero un factor principalísimo en la producción, en el consumo, en el bienestar de todos y cada uno. He dicho en un principio, que sería desafinar querer ir contra la corriente obrerista que encauza nuestros destinos, no por ir contra la mayoría, de lo que se precia mucho el ciudadano Soto y Gama. La desafinación consiste en declararnos individualistas tendiendo a dividir a los obreros, invocando no sé qué argumento sofísticos, con no poca envidia, pero consiguiendo el objetivo de hacer triunfar nuestra idea en contra de la organización colectiva, pretendida por un grupo. No me llamaría la atención que se desafinara hoy: todas las ganas musicales tienen intervalos, que lo mismo producen consonancias, que disonancias; la gama de don Antonio Díaz Soto en esta tarde tendrá que desafinar; yo sé que furiosamente vendrá a atacar a los que no pensemos como él y a los que en una forma sincera manifestemos nuestro sentir y demos el alerta a nuestros compañeros revolucionarios para que no se dejen sorprender por sus sofísticas argumentaciones, a fin de lograr la realización de sus caprichos ambiciosos.

Ya nos anunció su ataque, y yo espero que ahora cumpla con la furiosa acometida que en su programa nos dejó ver desde la otra tarde, pero a fe mía que no encuentro nada en lo que él anuncia, digno de tomarse en serio. Nos manifestó que la Confederación Regional Obrera pretende adueñarse de los obreros de la República. ¿Y qué, acaso los grandes problemas de la patria deben verse a través de estas mezquindades y de estas envidias? Es ese el lado por el cual el líder político ve siempre el asunto obrero: dividir y dividir constantemente para poder tener allí la tajada que podría escaparse cuando la familia obrera se unifique y entonces no se haga necesaria la agitación sistemática. Hay que decirlo, porque hay que orientar nuestra discusión hasta el verdadero punto donde radica el mal; y el mal radica allí, en una envidia que se opone a una organización. ¿Qué importa que sea la Crom, que sean los rojos, que sean los azules, que sean los verdes los que se apoderen de las organizaciones obreras, si nosotros nos sentimos inspirados de ese tantas veces decantado obrerismo! Debemos buscar por encima de los coloridos políticos y de las diferencias de organización, una sola tendencia: la de llegar a unificar a todas las clases activas del país, no sólo para que no se destrocen unas a otras, sino para llegar en un futuro próximo a sentirnos satisfechos de que la obra revolucionaria ha llegado efectivamente a inyectar la fibra productora, la fibra activa de nuestra patria. Por eso hoy que se trata de buscar una unificación y formar un frente único realizando en parte el problema, se desoirán toda clase de razones, se dirán falsedades y se razonar mal, porque no todos lo haremos de acuerdo con la lógica y con el sentido común; y los razonamientos que puedan expresarse en contra de este artículo, yo podría apostar que están inspirados en la pasión y en la envidia, como ya lo he manifestado. ¡Qué satisfactorio sería para Soto y Gama o para cualquiera otro de los que se llaman obreristas, venir a la tribuna con su suficiencia parlamentaria a defender un punto en el que radica la clave de nuestras organizaciones obreras! ¿Por qué venir a vomitar aquí odios en contra de quienes sólo han podido construir? Y si se trata de construcción, ¿por qué aquellos que siempre se dicen demoledores, vienen a intervenir en un problema eminentemente constructivo? Creo que la obra de los que empuñan la zapa y el pico no es la del momento: deben esperar a que se necesite una actividad adecuada a sus tendencias o a sus inclinaciones, para que sean verdaderamente útiles; pero venir aquí quien siempre nos ha dicho que sólo sirve de agitador, que sería incapaz de poner un ladrillo sobre otro, a querer destruir el edificio que apenas comenzamos a cimentar, eso es verdaderamente absurdo e irritante.

Repito, pues: en la gama de don Antonio Díaz Soto se introduce el sonido 13, y el sonido 13 no es sino la estilización de las desafinaciones. En medio de un grupo de armónico, querer levantar a categoría de sonido las destemplanzas y con gritos o aullidos de lobos, no se puede hacer música de Cámara. Las tendencias actuales son gremiales, y aun en la música misma se observa; a pesar de la risa sarcástica de Soto y Gama, debo advertirle que su

peroración estará en sonido 13, hay que desecharlo; el sonido 13 revolucionario no cabe aquí, ya sea por falta de vibraciones carentes de nobleza o por sobra de vibraciones llenas de ambición y de envidia.

Nosotros debemos desecharlo, nosotros queremos edificar un templo obrero armónico y decorado con los galardones que la revolución nos ofrece; pero venir aquí a hablar en contra del individualismo y declararse individualista, es una farsa que compete a los espíritus honrados descubrir. La tendencia individualista va hacia la subdivisión de las moléculas sociales para desmoronar ese bloque que se llama humanidad y esparcirlas por medio de la fuerza centrífuga en pequeñas partículas, inspiradas sólo por el egoísmo, en tanto que la tendencia colectivista tiende a dejarse llevar por la fuerza centrípeta para construir un todo sólido y fuerte, para que los componentes del mismo, las moléculas sociales, puedan hacer llevadera la vida en común. Quien se dice, pues, enemigo del individualismo y viene a predicar contra la organización del obrero, debe causar verdadero descontento entre los que hayan podido creer en su buena fe, y verdadera indignación entre aquellos que ven retardado el problema a causa de artimañas ambiciosas.

Si el artículo 114 fuera votado apoyando el fondo que le anima, la unificación obrera, nosotros mereceríamos el bien de la patria, porque habríamos contribuído a evitar esas luchas sangrientas de obreros contra obreros. Poco importan las coloraciones y las diferencias que entre ellos haya: el obrero que tiene diferencias con su hermano es traidor a su clase, cuando obedece las consignas del amo para enfrentarse con el hermano del taller, no merece entonces formar parte de la gran familia. ¿Por qué viene el señor Soto y Gama a defender, no a los obreros, sino a defender a los patronos disfrazados de obreros que fomentan las diferencias del taller, convirtiendo a éste en un campo de Agramante? Es verdaderamente extraño. Y como es un problema conocido para nosotros, meditado por aquellos que alguna vez hayan puesto las manos sobre la cabeza para sentir a solas cuál sería, cuál podría ser la solución, libre de ambiciones y mefistofelismos del asunto obrero, debemos llegar a esta conclusión: se necesita unificar, se necesita combatir al falso obrero, al traidor a su clase y combatir con la misma saña y con la misma virilidad a quien venga a defender al esquirol y a sembrar la división en el obrero. (Aplausos. Siseos).

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto y Gama.

El C. Díaz Soto y Gama: Compañeros:

Decididamente, el pro está de malas, porque no le voy a hacer caso. Yo ya he dicho en esta tribuna que mi sistema es hacer lo contrario de lo que mis enemigos desean, y como el cándido del compañero Alvarez y Alvarez se ha exhibido como mi enemigo político y me aconseja una furiosa acometida, pues no voy a acometer ni furiosamente ni de otro modo. Está de malas el pro, porque el discurso más malo que yo he oído en esta Cámara desde que llegué a ella, ha sido el del compañero Alvarez y Alvarez (Risas. Aplausos) y, en cambio, qué contraste con el sereno, con el atingente discurso del compañero que me precedió en el uso de la palabra, el del compañero Madrigal. El del compañero Madrigal estuvo atinado, sensato, analítico, sereno, él no se ocupó ni de Soto y Gama, ni de Morones, ni de reelección, ni de nada, y, en cambio, el compañero Alvarez y Alvarez ¡qué exhibición o qué exhibida tan bárbara se ha dado!

El C. Alvarez y Alvarez, interrumpiendo: ¿No decía que no se iba a ocupar de mí?

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Nada más para ponerlo en el lugar que se merece como mal orador, compañero. (Risas). Después de este preámbulo, voy a entrar al estudio del asunto a debate, no sin advertir que, desgraciadamente, según se me dice, ya un señor diputado laborista, por teléfono, pidió que viniera un refuerzo a las galerías, seguramente con el objeto de aplaudir lo que ellos dicen y sisear lo que digamos nosotros; pero como ello va a ser muy visible, porque se va a ver el contingente de los que vengan a la Cámara, la actitud va a ser visible y más visible esa maniobra, y esa maniobra va a quedar destruída por sí sola.

No hablaré de la reelección o no reelección, señor Alvarez, no se alarme usted; cuando doy un golpe de esos, lo doy de una vez por todas y lo doy en una forma tal, de que como vulgarmente se dice: "palo dado, ni Dios lo quita". (Aplausos. Risas). Yo soy así, ya ese está dado y todavía mis adversarios no han podido digerir el manjar que les serví. De manera que no voy a hablar de eso, voy a hablar exclusivamente del artículo 114, a debate. Es un artículo de una enorme importancia: el mismo compañero Alvarez y Alvarez, no obstante que adolece de esa ignorancia social de que habla con tanta atingencia - fue el único punto en que estuvo atingente -, el artículo 114, según él lo confiesa, el eje de la ley....

El C. Alvarez y Alvarez, interrumpiendo: Ya voy siendo atingente, entonces.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Por una sola vez.

El compañero Fabila, que no se puede decir que sea amigo en política, tuvo también la honradez de confesar, en la sesión última, que este artículo tendía a entregar a los obreros en manos de una sola organización. Si la crónica de la prensa es infiel, entonces no digo nada; pero el compañero Fabila dijo la vez pasada, y en el DIARIO DE LOS DEBATES deben constar sus palabras, esto que transcribe la crónica de "Excélsior":

".... Y por último, Gilberto Fabila opina que realmente el debate del artículo 114 gira alrededor de la subsistencia de una sola agrupación obrera en toda la República."

Es así que el compañero Fabila no tiene envidia al compañero Morones, el gran organizador, el máximo organizador, según el compañero Alvarez y Alvarez; luego no sólo los envidiosos, como el que habla, sino también las personas neutrales o amigos del señor Morones, como lo han dicho en esta tribuna - y es el caso del señor Fabila -, opinan como que realmente el debate del artículo 114 gira alrededor de la subsistencia de una sola agrupación obrera en toda la República. De tal manera gira, que al mismo defensor de las comisiones se le ha olvidado que la comisión tuvo que retirar al vapor - dice la prensa - el artículo que había presentado y que daba la hegemonía a la Crom.

El artículo decía:

"Primero: En ningún caso y por ningún motivo, las autoridades podrán reconocer ni permitir la existencia simultánea de dos agrupaciones de trabajadores en una misma empresa."

Se aclara que esto es dar a conocer el juego de la Crom, e inmediatamente, al vapor, reformaron el artículo, a moción de Portales; pero el artículo se reformó en una forma que no satisface, y no satisface porque desde luego queda pendiente el punto más importante, que es el que se presenta desde luego a la consideración del que estudia esto a fondo, desapasionadamente. ¿Quién va a fijar la mayoría? ¿Quién va a hacer la declaración de que una agrupación obrera tiene la mayoría? ¿El ministro de Industria y Comercio? ¡Dios nos acompañe! (Risas). ¿Las juntas de Conciliación y Arbitraje, manejadas generalmente por los que están en el Poder? No salimos de apuros ni resolvemos el problema. ¿Qué autoridad va a ser la encargada de fijar la mayoría? Voy a recordar al compañero Portales, voy a leerles, para que se fijen, que el artículo reformado por la comisión no está bien; voy a leerles en qué forma el secretario de Industria y Comercio, el ciudadano Morones, decretó que no tenía mayoría la Asociación de Ferrocarrileros, en el conflicto de la Terminal de Veracruz, y cómo el compañero Portales entonces tuvo la amabilidad de mostrarme una documentación preciosa, que conservo, porque no se la quise entregar sin que antes la conociera la Cámara, porque me pareció justo y debido que la Cámara conociera esta documentación, y en esta documentación se muestra la forma en que una autoridad no imparcial, sino dedicada exclusivamente a sostener a un grupo obrero, declaró una mayoría fantástica en favor de una organización que no la tenía, y como el artículo reformado por Portales no establece ninguna garantía contra ese abuso que ya se realizó en otros muchos casos, como en el caso de la Terminal de Veracruz, es claro que los que de buena fe nos interesamos porque esto no sea una trampa para las organizaciones obreras, tengamos que hacer objeciones que brotan naturalmente contra el artículo; la documentación es hermosísima, la documentación es valiosa, porque es oficial, oficial en el sentido obrero, son cartas de la Confederación al señor coronel Adalberto Tejeda, una de ellas, y es la transcripción también que tengo de la resolución del señor Morones. La carta dirigida al señor coronel Adalberto Tejeda el 16 de marzo de 1925, por el señor L. Mayora, presidente, y el señor I. Colunga, secretario de la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras, ¿no es así, compañero Portales? Dice así y es de sentirse que el compañero Portales, representante en esta Cámara de los Ferrocarrileros, no haya tenido presente estas declaraciones terminantes de la Confederación de Sociedades.

El C. Portales: ¿Me permite que le aclare?

El C. Díaz Soto y Gama: Luego que haya concluído la explicación, con todo gusto.

Dice entre otras cosas, esas carta:

"Y como si se tratara de un úkase imperial - estoy leyendo textualmente -, la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, resolvió por sí y ante sí sobre nuestros intereses, atendiendo sólo a beneficiar a la Liga de Trabajadores de la Zona Marítima del Puerto de Veracruz, adherida a la Confederación Regional Obrera Mexicana; y como si esto no fuera bastante, al verificarse el plebiscito ordenado por la citada Secretaría, haciendo un verdadero juego de malabar de números y dando amplísima protección a los esquiroles...."

Ya ve el compañero Alvarez y Alvarez quien es el que protege a los esquiroles, cómo no soy yo.

"Declara de la manera más injusta que la mayoría que en él correspondió a los elementos confederados, quedó supeditada a la minoría que en el mismo plebiscito representaron los ferrocarrileros adheridos a la Liga."

Ya ven ustedes cómo es preciso fijar garantías sobre el punto decisivo y básico y toral de saber qué autoridad es la que fija la mayoría y cómo se va a fijar. Ahora sí puede el compañero Portales decir lo que tenga a bien.

El C. Portales: Con permiso de la Presidencia, pido la palabra para contestar al compañero Soto y Gama. Compañero Soto y Gama: precisamente esas dificultades que yo le expresé a usted que tenía la Confederación Ferrocarrilera, fue por lo que yo le mostré a usted esos documentos, para hacerle ver que se imponía una ley, una ley que definiera de una vez por todas, que solamente una agrupación, la que tenga mayoría, es la que debe ser reconocida.

Y en ese caso de los Ferrocarriles, saben bien los compañeros laboristas que con ellos he platicado y se los he dicho, que en este caso se ha obrado injustamente, y el compañero Treviño me ha demostrado de mil maneras que están dispuestos a que aquellos elementos vuelvan al seno de la Asociación Ferrocarrilera, y es por lo que es necesario que se dé una ley que garantice estas dificultades, porque quizá éste ha sido el punto de donde partir para proponer ese artículo, mal hecho, desgraciadamente, como ya le he dicho al compañero Soto y Gama, y no tengo empacho en decirlo, pues por muy buena voluntad que tengamos la minoría de trabajadores que estamos aquí, creemos que somos incompetentes para dar una ley que sancione, que llene la necesidades que usted esta exponiendo; pero es culpa de ustedes también, por que no han querido oírnos, y si hubieran oído la Ley de Trabajo con más atención y nos hubieran ayudado con un criterio más amplio, como consecuencia lógica hubiera salido esto mejor; pero ustedes no se interesan por esto, y ahora que hay una oportunidad, como en este artículo 114, en que tuve oportunidad de fijarme en ese detalle que usted me hizo favor de sacar a colación, en ese asunto del 114, por eso no niego que el artículo está mal hecho, pero ahora lo estamos discutiendo, aquí hay abogados que deben fijarse en esto y decir: vamos a dar esta personalidad a una agrupación ferrocarrilera, no estamos dispuestos a que se reconozca más que a una sociedad que tenga mayoría. ¿Por qué ustedes no permiten a sindicatos de agraristas más que a los de ustedes? ¿Por qué ustedes quieren nada más que sus ideas? Ustedes quieren que las leyes que ustedes dan, que la protección que ustedes dan al agrarismo, es la única que conviene a los intereses generales de los agraristas, y así también nosotros creemos que esta ley es la única que garantiza los intereses de los trabajadores. Ve usted: el compañero Contreras no está de acuerdo conmigo en este asunto,

y yo del compañero Soto y Gama espero con mucho gusto cualquiera cosa, pero desde luego sólo me extraña que se ataque un artículo y que antes no se me haga una proposición para ver cómo lo propone el señor Soto y Gama. Así es que con toda intención y honradamente le dije a usted que estas eran las dificultades. Ve usted, se trata de sesenta y tantos esquiroles por los que perdemos la mayoría. Así es que es cierto todo lo que dice la carta; pero nosotros queremos una ley, no queremos pelear con los laboristas que, mal o bien, representan al laborismo; no peleamos con los rojos, porque también son obreros. Así, pues, lo que tratamos es de sacar una ley que garantice los derechos de los trabajadores, y en buena hora, compañero Soto y Gama, que redacte usted, ya que le reconocemos su buena cabeza (que desgraciadamente Portales no tuvo colegio, y aquí ha venido a hacer lo que ha podido, como obrero, en esta Cámara y con mucho orgullo para los compañeros obreros), que redacte usted el artículo y lo desarrolle a su vez, haciendo las aclaraciones que su experiencia le dicte en beneficio de los obreros.

El C. Díaz Soto y Gama: Todos esos puntos, compañero, se los voy a aclarar a usted y a la Cámara en la mejor forma que me sea posible.

El C. Mancisidor: Una aclaración

El C. Díaz Soto y Gama: No permito ya interrupciones. Tengo la palabra yo, compañero.

Yo, antes de seguir adelante, quiero que me conteste honradamente, con la honradez que siempre le he reconocido, este punto a que se refiere esta carta:

"Es cierto que los esquiroles proporcionados por la Liga de Trabajadores de la Zona Marítima, y a quienes el señor ministro de Industria, da el título paternal de hombres de buena voluntad?"

Aquí tengo el mensaje sobre eso, compañero Portales.

El C. Portales: Con permiso de la Presidencia.

Compañeros: en aquella época, cuando este asunto estaba en el tapete de la discusión, tanto en la Liga de Trabajadores, como en la Confederación Ferrocarrilera, tuve el honor de ser presidente de la Sociedad de Conductores de San Luis Potosí y conocí este asunto palmo a palmo. Pues esos son los argumentos que tenemos contra la Crom, y es lo que le vuelvo a repetir, esas son las dificultades que nos han llevado a ese terreno, cuando menos es el ánimo que hay entre los asociados, y lo sabe también el compañero Treviño, que el presidente de la Asociación Ferrocarrilera ha servido de mediador para zanjar esas facultades. Eso es cierto.

El C. Díaz Soto y Gama: Voy a leer textualmente la parte fundamental del mensaje, para que se vea qué peligroso es el asunto si se deja sin reglamentar. Dice el mensaje del ciudadano Morones:

"Los trabajadores de buena voluntad respondieron al llamado que les hizo la Liga de la Zona Marítima para reanudar los servicios interrumpidos por los elementos de la Confederación Ferrocarrilera."

De manera que a estos hombres que Morones llama de "buena voluntad", y que la Confederación Ferrocarrilera llama esquiroles, sin tener mayoría, la Secretaría de Industria y Comercio les da la mayoría. Comprender el compañero Portales y toda la Cámara mi justa alarma con dejar tan vagamente expresado eso de mayoría. Lo que nosotros vamos a reglamentar es cómo se define esa mayoría y quién la define. ¿Estoy en lo justo, compañero Portales? Usted mismo ha pretendido que yo, a quien usted me hace el favor de atribuirme mayor cultura o mayor costumbre de tratar asuntos jurídicos, le ayuda a usted, y a eso vengo, y a eso estamos obligados todos los miembros de la Cámara, para evitar que se repita este abuso, porque dígame, compañero, ¿cree usted que este abuso no se puede repetir, por sí o por no? Sea usted tan bondadoso. ¿Cree usted que este abuso no se puede repetir?

El C. Portales: Sí, cómo no.

El C. Díaz Soto y Gama: Bueno; pues entonces vamos a definirlo de una vez y a definir la forma de evitarlo. De manera que ya ve usted que estoy ayudando a los obreros; y tanto los ayudo, que en lugar de obstruccionar los otros artículos de la ley, malos o buenos, ya ve usted que los dejaba pasar y me iba a mi casa a descansar; pero en cambio, éste no, y si la Cámara lo deja pasar, será la responsabilidad de la Cámara, pero no mía. Yo ya propuse una fórmula, mala también, sí el asunto es muy difícil; no tengo la pretensión de resolverlo y quiero que se estudie, y honradamente creo que no va a bastar esta sesión; creo que no estamos capacitadas para resolverlo; pero por lo menos pongo mi grano de arena modestamente, porque es el más difícil problema que tiene la Cámara en materia de trabajo. Yo propuse una solución muy mala, que no me satisface; estoy recapacitando sobre ella; estoy rectificando mi juicio y vengo a dar mis opiniones como provisionales. Yo quiero que se me ilustre, que se nos ilustre. Di una proposición parecida a esta:

"Esta mayoría será fijada por la Junta de Conciliación respectiva, en presencia de los miembros de los sindicatos y de un notario público que dé fe del cómputo, así como de las observaciones que se hagan en favor y en contra del mismo."

Ya ve usted que yo sí me ocupo no sólo de lo agrario, sino también, dentro de mis posibilidades, del obrero. Con todo gusto lo hago. "Si en el lugar no hubiere notario, desempeñará sus funciones el síndico del Ayuntamiento."

Pero esto, en mi concepto, no resuelve el problema, porque esa Junta de Conciliación puede estar influenciada por la agrupación que ahora domina en el país, y aunque esto le duela al ciudadano Alvarez y Alvarez, esta agrupación es la Crom; es decir, no le duele esto, le duele que no pueda dominar en lo absoluto, le duele que no pueda controlar en lo absoluto y que este díscolo de Soto y Gama esté evitando este control absoluto; eso es lo que le duele. Yo agrego esto que puede aceptarse, pero que, naturalmente, puede cambiarse por otra cosa mejor, pues aquí hay muchos cerebros que lo pueden hacer, y yo no creo, compañero Portales, que sea el mejor cerebro de esta Cámara; yo solamente creo ser un individuo que sabe decir verdades al pinto de la paloma, y nada más, sin insultar, porque no insulto, porque digo verdades, y esto es lo que les duele a algunos que quisieran que este artículo

pasara como está. Yo agrego esto en mi modesto artículo, en mi ensayo no definitivo:

"Cualquiera de los sindicatos que no estuviere conforme con el cómputo, podrá pedir que éste sea revisado por los agentes que al efecto nombre la Secretaría de Gobernación, en el Distrito Federal, o el gobernador, en los Territorios."

¿Por qué acudo a la Secretaría de Gobernación?

Porque me temo que el Gobierno del Distrito, según los pasos que se están viendo en México, vaya a dar, por ejemplo, a manos de Gasca, pongo por caso, pongamos ese caso. ¿Pueden ser garantía para los obreros las juntas de Conciliación y Arbitraje nombradas por Gasca? Yo creo que no. Y a esto le llama envidia el compañero Alvarez....

Presidencia del C. JUAN AGUILAR FICACHI

El C. Alvarez y Alvarez: Que pongan a Caloca.

El C. Díaz Soto y Gama: A esto le llamarán calumnia. (Voces: ¡Caloca!) Pero yo le llamo hacer un análisis detenido de los peligros que ofrece un artículo tan vagamente redactado; y les voy a demostrar a todos los compañeros que dudan de esto, los apuros en que se encuentra en estos momentos nada menos que el gobernador del Distrito, o si se quiere, el secretario de Gobierno, Villa Michel, y para demostrarle al compañero Alvarez y Alvarez que no vengo apasionado. El señor Villa Michel es neutral, no es agrarista, todo lo contrario, es demasiado moderado para ser agrarista; no es laborista tampoco: está entre los dos partidos y, sin embargo, el señor Villa Michel ve usted en qué apuros se encuentra en esto de la mayoría y de la minoría. Es muy reciente el caso del conflicto de "La Carolina" y de "La Magdalena". Voy a detenerme un poco para explicarle a la Cámara cómo están estos conflictos:

"En "La Carolina" hay una nueva huelga" - dice "El Universal" del 27 de octubre - y el Gobierno del Distrito, hablando de la huelga por boca de Villa Michel, dice:

"El Gobierno está estudiando el caso en este momento y mañana dará a conocer su resolución definitiva, en que los huelguistas piden - dice el periódico - que sean separados de la fábrica cerca de trescientos obreros "rojos" y substituídos por elementos afines al sindicato huelguista."

Es decir, al de la Crom, y agrega el señor Villa Michel, textualmente: "sin embargo - decía el 27 de octubre - no puedo decir todavía en qué consistirá dicha solución, pues no puede tolerar el Gobierno que un grupo de obreros quede sin trabajo por solicitarlo así otro grupo de tendencias distintas, aunque tenga mayoría.

Aunque tenga mayoría - fíjese la Cámara en lo grave del caso -, aunque tenga mayoría, dice el Gobierno del Distrito, el Gobierno del Distrito no es en el caso el envidioso de Soto y Gama, ni mucho menos; el Gobierno del Distrito es una autoridad que está viendo en qué forma se arreglan los intereses en pugna y cómo se restablece el equilibrio entre dos organizaciones que existe ya frente a frente, quiéralo o no el ciudadano Alvarez y Alvarez. Hay rojos y hay amarillos y hay una tercera organización que quiere ser autónoma y cuyo funcionamiento debe estimularse por las razones que maravillosamente expresó el compañero Madrigal y que repetiré dentro de breves momentos. "Sería sentar el precedente - dice Villa Michel - de que las memorias de obreros queden sujetas a los caprichos de la mayoría."

¿Qué dirá de esto el compañero Alvarez y Alvarez y qué dirá de esto la Confederación de Ferrocarrileros, cuando sepa que frente a ella está la Unión de conductores y maquinistas, unión que por cierto, según me dicen, tiene ligas con la Crom?

Pero tenga o no ligas con la Crom, está en minoría; ¿Y qué dirá de esto la Unión de Conductores, Fogoneros y Maquinistas, cuando quede reducida esta sociedad a cero simplemente por este artículo? ¿Qué dirá de esto? Dirá que la Cámara se inclina a la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras. Ya ven los compañeros laboristas que estoy imparcial, porque yo podría apoyar a la Sociedad de Confederación de Sociedades Ferrocarrileras, que es adversaria de la Crom, y destruir a la Unión de Conductores y Maquinistas y, sin embargo, no lo hago, entre otras cosas, porque esto no es solamente un problema entre ferrocarileros, sino que es el problema de los obreros de todo el país. "Y hasta mañana", dice Villa Michel, "hasta mañana", y nosotros queremos resolver esto hoy mismo, "expondrá el Gobierno su solución definitiva, tanto por lo que respecta a "La Carolina" como el caso de "La Magdalena".

"Los obreros rojos -los obreros que se dice están en minoría -, por su parte, anuncian que se mantendrán a la expectativa, mientras creen llegado el momento de adoptar alguna actitud."

El otro caso de "La Magdalena" es un caso inverso; allí era visible la mayoría de los rojos, y los rojos quisieron expulsar a diez y siete obreros de la Crom, que se habían colocado en la fábrica y que ellos no querían que estuviesen, y entonces se presentó el problema en el doble sentido, en pro y en contra de la Crom, y el Gobierno del Distrito tuvo la serenidad, la imparcialidad de estudiar, y tuvo la sabiduría de esperar, ¿y saben ustedes lo que resultó en el caso de "La Carolina"? Que los obreros rojos, no obstante estar en minoría, tuvieron una fuerza, de la de los maquinistas y caldereros. También éstos se declararon en huelga y tuvo que capitular ante la minoría, ante la minoría, como lo había previsto sabiamente el compañero Madrigal, ante una minoría bien organizada y dirigida, tuvo que capitular el industrial y tuvo que aceptar que no fuesen despedidos los obreros. Tal vez me equivoque en algún detalle, pero el caso es enteramente exacto: volvieron a entrar los rojos, no obstante estar en minoría, porque de otra manera se hubiera paralizado la fábrica, y, en cambio, en el caso de "La Magdalena ", que es el otro, allí la mayoría de los rojos, mayoría inmensa, puesto que eran sólo diez y siete los contrarios, se impuso en forma tal, que la autoridad, para evitar derramamiento de sangre y para restablecer la tranquilidad en Contreras, tuvo necesidad de ordenar y de decir que no volvieran los obreros de la Crom, porque tenían mal ambiente. Todo esto lo ha dicho la prensa, todo esto pueden aclararlo ustedes en la Secretaría del Gobierno del Distrito.

Cuando la situación es tan grave que el mismo Gobierno del Distrito que está en posesión de hechos concretos, que está manejando estos hechos todos los días , ¿estamos nosotros aquí vertiendo teorías, cuando la misma Secretaría del Gobierno se encuentra apurada y embarazada para resolver esas situaciones? ¿Nosotros las vamos a resolver sobre la rodilla? Ustedes lo saben; yo en este caso no puedo apasionarme, no puedo absolutamente exaltarme, por una razón que ya he dicho muy claro: no soy obrerista, como dijo el compañero Alvarez y Alvarez, soy agrarista. ¿Qué responsabilidad tenemos los agraristas de lo que hagan las sociedades obreras? ¿De quién es la responsabilidad? De los directores de la organización, pero más que de nadie, del Gobierno en su triple aspecto de funcionamiento, funcionamiento ejecutivo, funcionamiento legislativo y funcionamiento judicial.

Somos responsables nosotros, lo es el Ejecutivo y lo es el judicial, y como en esta Cámara los agraristas somos, solamente, unos ocho o diez, la responsabilidad es de todos ustedes, compañeros, y no mía. Yo estoy fijando hechos para que la asamblea resuelva lo que quiera; si quiere resolver esto festinadamente, bien; y si quiere estudiarlo más, que lo haga. Mi deber es decir únicamente que el caso es difícil.

El C. Portales: Pido a palabra. A propósito de eso, quiero manifestar lo que dice la Unión de Conductores. La Unión de Conductores, de quien tuve el honor de recibir esta carta, protestó por ese artículo. Yo suplico a la Asamblea escuche lo que voy a leer, porque es algo trascendental. Dice en uno de sus muchos párrafos:

"La disposición para que el contrato sea celebrado y firmado con la agrupación que tenga la mayoría de los miembros en servicio activo, es, en nuestro concepto, una condición que, como la anterior, obliga al obrero a pertenecer a determinada Sociedad, con su voluntad a sin ella, tan sólo con la intención de ver protegidos sus intereses, y con esto queda relajada la moralidad del individuo, quien, sin altas miras, se conformar con vivir como un autómata. El patrón, igualmente que en el caso anterior, quedar privado de contratar con un segundo grupo, aun cuando a sus intereses conviniera, y he aquí que las empresas en general quedarán sujetas a la dictadura obrera bajo principios de muy poca liberalidad."

¿Por fin, en qué quedamos? ¿Hay un solo frente obrero? No; hay varios grupos distanciados unos de otros y el capital no se desliga en ninguna parte, es el que más sindicalizado está en el mundo, y el capital en todo el mundo es el que está unificado, porque son fuerzas vivas; allí es donde radica la verdadera unión. Así es que nosotros necesitamos poner esta ley, obligar al obrero a que sepa defender sus derechos. ¿Es acaso lógico que el presidente de la asociación como la Unión, diga esto: que se lesionan los derechos de los industriales con una dictadura de los trabajadores? Eso es lo que dice la Unión. Este párrafo es el más reaccionario que yo he visto de cualquier presidente de agrupación obrera.

El C. Díaz Soto y Gama: Como ustedes ven, mientras más se ahonda en el debate y mientras más habla el compañero Portales, más se ve lo grave del fondo del problema. Si se dijera, por un lapsus de expresión: "aplastemos a la Unión de conductores y declararemos legislativamente: se suprime de hecho y de derecho la Unión de Conductores, y sólo la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras, por tener mayoría, va a contratar en lo sucesivo", yo creo que eso no es razonable, y mire usted que estoy defendiendo a la Crom, porque la Unión de Conductores esta ligada con la Crom. (Voces: ¡Miente!) Tiene ligas con la Crom, me lo han dicho, puede ser que no, pero de todas maneras queda este hecho en pie: que la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras, representada por el compañero Portales, quiere, mañosamente -permítame la muy respetable organización que representa el compañero Portales, la expresión -, astutamente, hábilmente, ¡vaya, para no herir! quiere, hábilmente, por medio de un artículo muy sencillo, aplastar a su rival de muchos años, la Unión de Conductores. ¿La Cámara aceptaría esto? Puede ser que sí, pero yo creo que lo va a pensar un poco. Ahora, ¿quién de ustedes ignora que en el ramo textil, uno de los más importantes en este país pobre de industria, hay una lucha obrera entre rojos y cromistas? No los llamemos amarillos, no quiero ofender a nadie. ¿Quién lo ignora? ¿Quién ignora que en todos los casos en este país están frente a frente las dos agrupaciones? En estos días va a celebrarse en Guadalajara un congreso de rojos. ¿Qué, a los rojos los vamos a estigmatizar en nombre de la unificación obrera que tan mañosamente, tan injustamente invocaba el compañero mañoso Alvarez y Alvarez? (Risas. Aplausos.) ¿De manera que vamos a estigmatizar a los rojos porque sí y vamos a impedir que nazca una tercera organización que para muchos cerebros, para muchos hombres, será más simpática que los rojos y cromistas?

Esa organización autónoma que no dependa ni del comunismo anarquista que con palabra tarda y difícil vino a combatir el compañero Alvarez y Alvarez, y que tampoco simpatice con la otra organización de la Crom que tiene muchos defectos que yo no quiero marcar, porque est en la conciencia de todos. Desde luego, la falta de impulso contra el capital, la armonía sospechosa con el capital, ¿vamos a matar esa tercera organización que maravillosamente - y tengo que decirlo porque es la verdad -, esta tercera organización hoy en minoría que anunciaba proféticamente el compañero Madrigal? ¿Vamos a declarar que en este país las mayorías obreras van a ser eternas? ¿No se va a establecer el principio de libertad? ¿No sería posible el surgimiento de una tercera agrupación? Yo por mí, y soy una sola opinión en la Cámara quizá, y puede ser que estén conmigo varios, yo quisiera que en vez de la Crom y de los rojos viviera una organización intermedia, y yo creo que ésta existe en el caso de los ferrocarrileros. Yo creo que la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras es intermedia entre los rojos y los cromistas; o bien, estoy equivocado, ¿son rojos los miembros de esa Confederación, compañero Portales? ¿Son de la Crom? ¿No, verdad? ¡Ya ve usted cómo hay una tercera organización, ya ve usted, compañero Madrigal, cómo tenía usted razón y quien sabe todas las posibilidades que haya dentro del movimiento obrero y capitalista de este país! Porque hay una cosa muy curiosa

en que un compañero, que por cierto no es diputado, me obligaba a fijar la atención; él decía - con una enorme profundidad de visión que me asombró: ¿ cómo la Cámara está reglamentando una cosa que todavía no está creada, decía él, porque si todavía la industria no está creada en México y si la gran industria que amerita una ley del trabajo no está creada antes, cómo antes de estar creada esa gran industria se va a regular? Así se puede explicar este fenómeno curioso: las leyes agrarias se dieron en Veracruz en un momento. En Veracruz se copió, más o menos bien, más o menos mal - yo creo que bien, soberanamente bien -, y se dio la maravillosa Ley de 6 de enero, ¡ y todos tan contentos ! Y, en cambio, en materia obrera, proyectos van y proyectos vienen de la Cámara de Diputados a la de Senadores, y de la de Senadores a la de diputados, y se atrancan, se atascan - estamos hablando en mexicano limpio, porque aquí no hay muchos castizos -, se atrancan esos proyectos y no podemos salir del atolladero. ¿ Por qué ? Porque todo lo que estamos haciendo provisional.

Yo creo que está observación es muy digna de tenerse en cuenta: ¿ qué va a ser de esta ley cuando haya gran industria en México ? No va a quedar ni rastro, ni polvo; sólo el recuerdo de lo impensada que estuvo. ¿ Vamos a prever todas las posibilidades que puede traer a este país la inversión de enormes capitales? ¿Vamos a saber que clase de transformación van a venir en Crom, en los "rojos", en las organizaciones ferrocarrileras, etcétera ? ¿ Y en estas condiciones de incertidumbre, de vaguedad para el futuro, vamos a dar una ley diciendo que las mayorías serán eternas, porque sólo ellas podrán contratar ? ¿ Es esto lógico ? ¿ Es esto natural ? ¡ Yo creo que no ! Leo aquí una parte que est muy sensata, de la misma comunicación de la Unión de Conductores, a que se refería el compañero Portales: "Exponemos también - dicen con toda razón los miembros de la Unión de Conductores, anatematizada por el compañero Portales - que si el individuo de por sí, y en uso de sus facultades, tiene derecho, cuando no es sindicalizado, a celebrar con su patrón un contrato individual que no pugne con la Constitución, por qué no ha de tener el mismo derecho para contratar dos o más grupos, o dos o más sociedades ?"

¿ En nombre de qué se les prohibe, cuando hay un artículo constitucional que no tiene salida ni pierde, cuando este artículo dice en forma enérgica y brutal:"¿ No se podrá coartar la libertad de asociación ?

De manera que estos hombres invocan la Constitución y nosotros, que estamos obligados a cumplirla, la queremos violar en favor de los intereses que representa Portales o quizá de los que representa la Crom. Por esto digo que el compañero Fabila fue la vez pasada absolutamente honrado, y conste que es primer elogio que le dirijo al compañero Fabila.

(Risas.) El estuvo perfectamente honrado y sincero y no estoy identificado con Fabila, señor Alvarez y Alvarez, todo lo contrario. Con que "la competencia racional, establecida entre los trabajadores, quienes tienen que ofrecer mejor calidad de individuos, tanto en eficiencia como en moralidad, será la que preste la oportunidad de formar hombres y grupos de trabajadores más perfectos y no debe por ningún motivo establecerse un principio de exclusivismo que constituye un dique para el adelanto que convierta al trabajador en apático y torpe."

El argumento es de una fuerza enorme, compañero Portales, sobre todo tratándose del reajuste ferrocarrilero; yo no soy ferrocarrilero, pero soy mexicano y sé que el problema de los ferrocarriles consiste o estriba, si usted quiere, no en el número , sino el la calidad de los operarios; ¿ por qué prohibir la competencia, pues, entre la Unión y la Confederación de Sociedades Ferrocarrileras ? Y yo creo que el reajuste ferrocarrilero no tiene solución ninguna si no se logra la mayor eficiencia y moralidad de todo el personal, y para lograrlo, ¿ qué ser mejor: el monopolio exclusivista que usted preconiza o que preconiza su artículo, o la competencia que pide la Unión de Conductores?

El C. Portales, interrumpiendo: Con hechos se lo voy a demostrar.

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: Yo creo que la competencia - y si eleva usted el problema, tiene usted que admitir que en todas las organizaciones industriales es de cualquier especie que sean tiene que presentarse el problema maravillosamente planteado por el compañero Madrigal, y también es la primera vez que lo elogio, pero lo elogio justificadamente...

El C. Portales, interrumpiendo: ¿ Me permite una aclaración ?

El C. Díaz Soto y Gama, continuando : Habíamos sido rivales en el Colegio Electoral y ahora tengo que reconocer que fue un magnífico discurso, un modelo de discurso, modelo de penetración, de orden, de lógica exposición de fondo y de forma el del compañero Madrigal. Y si no, que se compare en el DIARIO DE LOS DEBATES el discurso del compañero Madrigal con el del compañero Alvarez y Alvarez. Porque yo sé ser enemigo; cuando se me ataca me sé defender y sé ser implacable contra los enemigos; nada más que a mí se me insulta y contesto como puedo contestar: que se coteje el discurso del compañero Madrigal con el discurso del compañero Alvarez y Alvarez. Pues bien; Madrigal decía maravillosamente:

"Una minoría que represente verdadera fuerza moral o de otra especie - técnica, de capacidad o de eficiencia -, una minoría puede imponerse a una mayoría; una minoría que represente mejor, por ejemplo, los derechos del trabajador, con más brío, con más vigor, con más entusiasmo, con más acometividad, esa minoría acabar por convertirse en la mayoría". Y a nosotros aquí se nos quiere llevar a un procedimiento completamente de inercia, de quietismo obrero: "No, señor, mayorías, y mayorías tienen que ser !" De manera que dentro de quinientos años todas las mayorías que hoy tienen el derecho de contratar, van a seguir contratando porque la ley les presta todo su apoyo.

El C. Portales interrumpiendo: ¿ Me permite que le aclare ?

El C. Díaz Soto y Gama, Continuando: Ya voy a acabar, porque quizá sea necesario volver a insistir sobre esto si la tiranía de la Mesa - que no sé si sea tiránica - me lo permite pero como la Mesa anterior precipitaba la discusión cuando así convenía a los hombres que estaban detrás de ella,

porque siempre aquí en estas mesas ha habido hombres detrás del presidente, el de bloque u otros intereses. Ahora son dos bloques unidos y ya precisaré alguna vez cuáles son los dos bloques unidos. Lo diré de una vez: los directores del Socialista Parlamentario, que han celebrado reciente alianza con los laboristas; eso lo demostraré, pero no es el momento, no quiero aprovecharme de la tribuna, para que vea el señor Alvarez y Alvarez que sé ser lógico. Ya llegar una oportunidad en que demuestre que los directores del Socialista Parlamentario están ya unidos con los laboristas, y hasta les voy a decir el lazo de unión dónde está; pero ahora no debo decirlo y es hasta mejor dejar esto así, dudoso, para que haga más efecto. (Risas. Voces: ¡ No hay nada !) Pues bien; no está el representante del general Jesús Agustín Castro, ya no est el compañero Reyes, está el compañero que puede ser que no sea tiránico. Si la tiranía del presidente se suspende bajo la Vicepresidencia actual y se me permite hablar, insistiré.

El C. Portales: ¿ Me permite una aclaración, compañero, con permiso de la Presidencia ? Mire, compañero Soto y Gama, usted mismo me está dando la razón cuando habla de la minoría. Aquí tiene usted este contrato injusto que nos han impuesto a los ferrocarrileros y consta en el DIARIO DE LOS DEBATES, para qué leerlo, se nos hace trabajar hasta diez y seis horas, pagándonos solamente después de ocho horas, tiempo y medio, ¿ por qué se nos coarta esa libertad que da la Constitución a los trabajadores, de que se pague después de las ocho horas tiempo doble y por qué ha podido imponer el ferrocarril este reglamento ? Por que la Sociedad de Conductores iba y trataba un artículo, el artículo X, y luego iba la Unión y le decía: "Pues no te podemos dar esto porque ya lo aceptó la sociedad, que es de tú mismo oficio o profesión." Luego iba la Unión y arreglaba otro artículo. Igual: llamaban a la orden de Maquinistas, que pedía algo con toda justicia, porque es la que tiene mayor justicia, y les decían lo mismo, con la tiranía brutal de los directores actuales del ferrocarril y de todos los que ha habido - no hay excepción, absolutamente todos han sido tiranos -.Iba la Orden a pedir con toda justicia y se le contestaba eso:

"no te damos nada; haz lo que quieras, porque ya la Unión lo aceptó". Ese es el criterio, lo defendemos con justicia y con razón. Y vuelvo a repetir: hay muchas madres, muchas viudas, muchos hijos que están llorando lágrimas por sus desaparecidos, porque han muerto en el conflicto, porque se han matado unos con otros de mis compañeros, precisamente por esa división que hay. Allí queremos cortar de raíz el mal, aplicarle el remedio radical. Vamos reglamentando, vamos haciendo una exclusión para las sociedades ferrocarrileras, para cualquiera otra donde sepamos que los rojos tienen mayoría. ¡ Si nosotros no vamos contra el trabajador ! Voy a decir aquí la verdad: los políticos han dividido a los trabajadores.

Usted, compañero Soto y Gama, viene nada más a defender un asunto de la Unión, que fue mi madre, que me enseño a ser socialista, desde hace muchísimos años en que pertenecí a ella, y precisamente cuando la vi indisciplinada, me fui a sumar la mayoría. Por eso defiendo este principio. Aquí está este reglamento de trabajo, reglamento tiránico. Anteriormente, al banco, al americano, se le llamaba a trabajar y le decían:

"usted va a salir a las cinco de la tarde, y si a las cinco de la tarde no salía, contando treinta minutos se le pagaba. Hoy no le paga un solo centavo y lo tienen cinco horas como esclavo, desde que nos hicieron federales. Por eso repudiamos a muerte este reglamento. Desgraciadamente, algunos dicen que es antipatriótico, pero queremos conservar nuestra autonomía de obreros libres, y aquí está este contrato, que es lo más malo que hay y que se debe a la división que hay entre nosotros. Que esta Cámara revolucionaria dé una ley tiránica, si se quiere, pero que beneficie al obrero, aunque usted me diga que no; lo siento, usted ha demostrado ser radical, y ahora me extraña que usted no opine que debe darse una ley radical que beneficie a los trabajadores. Vamos agregándole todo lo que se quiera, pero que sea una ley radical para defender a la Crom, a los rojos y a las sociedades ferrocarrileras. Es lo único que existe en el país, la Crom, los rojos y los ferrocarrileros; pero yo me refería a que en las minorías está el mal. Ya aceptó la sociedad que está en minoría algo que no le puede quitar a la mayoría, y eso no les importa. La Unión tendrá muchas veces razón, es claro, si tiene hombres capaces, puede tener razón, ¿por qué no? Van a pedir algo que ya le concedieron a la mayoría, y les contestan en la Dirección que ya no deben tratar esos asuntos, cosa que no sucedería si todas las organizaciones estuvieran unidas. Ese, es el asunto compañeros; éste es un conjunto de barbaridades tiranías para las sociedades obreras; eso es este reglamento que nos han impuesto en el ferrocarril, por el solo hecho de estar divididos. Vamos a dar una ley, pero que nos venga a unir a todos, compañero. Pase usted sus ojos por este libro y ver usted lo que es. Desde luego, el general Calles no siente esto; desgraciadamente, la otra vez no nos quiso oír, y no nos quiso oír porque sus múltiples ocupaciones no le permitieron echar una mirada por el reglamento. Sé que él es revolucionario y que siente de manera muy distinta de lo que expresa este libro; por esto queremos una independencia nosotros en los ferrocarriles, como lo estamos pidiendo por la prensa. ojalá que llegue la hora esa, esa hora tan deseada entre todos los ferrocarrileros, para acabar con la tiranía, porque así seremos independientes y podremos hacer algo que no hemos podido conseguir hasta ahora. Ahí está el Mexicano. En el Mexicano no hay dificultades, no hay problemas. ¿ Por qué ? Porque allí no hay más que la Confederación. Así es que yo les suplico a usted, compañero, que así como ha visto estos documentos, vea éste. Voy a prestarle este libro para que vea lo que nos han impuesto ahí, y verá cómo Portales tiene razón.

El C. Días Soto y Gama: Continúo en el uso de la palabra. Pues mientras más habla el compañero Portales, más veo yo que el problema es difícil. (Risas.)Porque eso que me dice se refiere a un solo grupo: al ferrocarrilero. Se explicaría por esto: la Unión de Conductores tiene ligas gubernamentales. Eso me lo ha dicho el compañero. El Gobierno es el actual gerente y administrador de los ferrocarriles, y el Gobierno ha encontrado

cómodo poner en pugna a las dos agrupaciones, y como aquí se complica esto con el problema político, como la Confederación tiene sus fallas políticas, porque no se puede negar que muchos de la Confederación estuvieron con el delahuertismo, y como aquella huelga del año de 22, que tanto dividió a los ferrocarrileros, también tuvo su colorido político, el Gobierno, naturalmente, se ha tenido que defender; pero yo le aseguro al compañero, si pretende ser profeta, que una vez que pasen los ferrocarriles a manos de la empresa, de una empresa particular, yo estoy seguro de que si la Unión de Conductores sigue en ese camino que le atribuye el compañero, la Confederación aplasta a la Unión; es decir, si la Unión obra como un grupo de verdaderos amarillos, traicionando los intereses de los trabajadores, es claro que la Confederación acabar por absorber a la Unión. Lo que quiero decirle es esto: todavía no ha llegado el momento decisivo para los trabajadores; están en gestación las organizaciones obreras y no resolvamos esa gestación brutalmente con una operación cesárea, partiendo el vientre de la organización antes de tiempo.

Eso estuvo muy bien en tiempo de los antecesores de Julio César; pero si nosotros rajamos el vientre del movimiento obrero antes de tiempo, va a resultar un mal parto endemoniado. Yo creo que debemos meditar esto: ahora, de otro modo visto, es racional el procedimiento que quiere el compañero: un conflicto que ha costado sangre, que ha dejado viudas y huérfanos, como dice el compañero, y que, efectivamente, ha sido así, entre la Confederación y la Unión de Conductores, ese conflicto quiere resolverlo con una ley tiránica. ¡ Pues bonita manera de resolverlo !

¿ Quién va a quedar conforme con ese procedimiento de cortar el nudo por lo sano ? No es el procedimiento. ¿ Y creen los compañeros de la Cámara en que los rojos y la Crom van a estar conformes con que se resuelva de golpe y porrazo, que quien tenga la mayoría en todos los casos, tiránicamente se impondrá, condenando a muerte a la minoría y a los obreros que no tengan una organización definida ? Es imposible que esto pueda ser racional. En Francia, país de organizaciones obreras macizas; en Inglaterra, donde las organizaciones tienen un grande arraigo, se explica; pero en México, en donde estamos haciendo "pininos" de organización, no entiendo esto, francamente.

En fin, para concluir y comprendiendo que en un discurso no es posible vaciar todas las ideas, voy a plantear los problemas que ante mi conciencia, honradamente, me he planteado, y la Cámara los resolverá. Primer problema: garantizar la autenticidad de la mayoría. Es decir, fijar qué sindicato tiene la mayoría, por el procedimiento que se quiera, pero que no quede en manos de la Secretaría de Industria o en manos de algún otro grupo político. Demostración al canto de que esto puede suceder: palabras que transcribe del mismo Villa Michel, secretario de Gobierno del Distrito, para que vean ustedes que el problema está latente, no está resuelto. Habla "El Universal" del 27 de octubre, del Reglamento de la Junta de Conciliación y Arbitraje, y el señor Villa Michel dice, hablando de que al efecto se dé en el reglamento a los obreros de una industria, derecho para recusar a sus delegados; hablando, pues, de la manera de formar las juntas de Conciliación y Arbitraje, dice textualmente el secretario del Gobierno, licenciado Villa Michel:

"De este modo, en el ramo de panaderías - nos dijo el secretario de Gobierno el licenciado Villa Michel -, en que prestan sus servicios, obreros de dos filiaciones distintas, al surgir un conflicto entre uno de sus grupos y los patronos, los obreros interesados tendrán derecho de recusar a los representantes de los trabajadores de la Junta, si los consideran elementos adversos, y nombrar los suyos. El caso puede repetirse cuando se trate del otro grupo. Así, los coloridos de las organizaciones laboristas - yo diría obreristas - no serán un obstáculo para el funcionamiento de la Junta Central." Vean los compañeros, pues, cómo en todos los terrenos, en el terreno de la huelga, en el terreno del contrato colectivo, en el terreno de la formación de las juntas de Conciliación y Arbitraje, se presenta el mismo problema: el colorido de las organizaciones. ¿Y ese colorido cómo se fija? Por mayoría.

¿ Y quién fija la mayoría ? ¿ El señor Morones ? Acuérdense del caso de la Terminal, compañeros. ( Una voz: ¡ Le tiene miedo !) ¿ Pero cómo no le hemos de tener miedo a un individuo que a la vez es secretario de Industria y jefe de una organización obrera ? ¿ Cómo no vamos a tener miedo a la parcialidad del que funge de juez y parte ? No es miedo por nosotros que no somos obreros, sino por aquellos que quedan sujetos a un tribunal que es parte y que es juez. ¿ Cómo no vamos a tener miedo de ese tribunal ? Es natural y creo que la Cámara compartirá esto que llama miedo el compañero. No es miedo, sino garantía contra ese abuso. ¿ Cómo vamos a permitir que el ministro de Industria, es decir, el Gobierno, sea juez, el tribunal que resuelve, sea a la vez el jefe de una organización ? Aunque se muera de disgusto todo el mundo aquí en la Cámara y fuera de ella, esto es un contrasentido, y es natural que los que no pertenecen a la organización que regentea el señor ministro de Industria estén temerosos de una ley como ésta. De manera que ven los compañeros que es el primer problema, lo repetiré: garantizar la autenticidad de la mayoría, o en otros términos: el modo de fijar la mayoría. Segundo problema: efectos del contrato celebrado con el sindicato mayoritario, con relación: primero, a los obreros no sindicalizados; segundo, con relación al sindicato minoritario".

¿ Este contrato obliga a todos los obreros organizados, o no ? Esto es otro problema. Es claro que hay que resolverlo.

Y tercero: derechos del sindicato minoritario.

¿Esos derechos llagarán hasta la facultad de celebrar un contrato por su parte ? Esos son los problemas que tiene la Cámara. De manera que son problemas muy graves, lo repito, que no tengo la pretensión de haberlos resuelto. Pongo los problemas en manos de la Cámara, y si los compañeros quieren que no vuelva a tomar la palabra, no soy responsable de lo que pase en materia obrera; pero sí he querido hacer estas objeciones, vaciar estos escrúpulos de conciencia y la Cámara ser la que resuelva. Yo he cumplido con mi deber y ahora la Cámara tiene que cumplir con lo suyo. (Aplausos.)

El C. Mancisidor: Ciudadanos diputados:

Con todo dolo el ciudadano diputado Antonio Días Soto y Gama ha venido a tratar un asunto de Veracruz. Como representante obrero del puerto de Veracruz, debo manifestar al compañero Soto y Gama, que las diferencias que tuvimos con los compañeros ferrocarrileros quedaron zanjadas, no por el señor ministro Morones, sino por el ministro Pérez Treviño, y como vemos que usted trae un poquito de rabo en el asunto y como no estamos dispuestos los obreros a enfrentarnos obreros con obreros, no quiero seguir tratando este asunto. Ha enseñado usted la cola, compañero Soto y Gama. Los obreros de Veracruz no queremos enfrentarnos con nuestros hermanos los ferrocarrileros, como creo que ellos tampoco quieren enfrentarse con nosotros. Me extraña lo vertido aquí por el diputado Soto y Gama, porque nos ha demostrado que está defendiendo a la reacción. Me está resultando un chicle maya, porque por encima es muy nacionalista, y la materia es extranjera. (Siseos. Aplausos.) El es muy partidario de las leyes radicales en el asunto agrario, y en los asuntos obreros no puede admitir el radicalismo. Yo no me explico la elasticidad que tiene el compañero Soto y Gama en estos asuntos...

El C. Treviño, interrumpiendo: ¡ es de hule !

El C. Mancisidor, continuando: Es un chicle maya, ya lo he dicho, compañero. Pero yo le suplico al compañero Soto y Gama que se fije bien en este asunto; si él no tiene interés, nosotros sí tenemos interés en que las mayorías manden entre los obreros, como la mayorías mandan en todas partes, compañero Soto y Gama.( siseos. Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el licenciado Lombardo Toledano.

El C. Lombardo Toledano: Me felicito mucho, señores compañeros, de ocupar la tribuna de esta Cámara por la primera vez en mi vida, tratando un asunto que, en verdad, interesa mucho al país, porque el artículo 114, como lo han advertido rápidamente los opositores al proyecto de reglamento del 123, es el que encierra el verdadero fondo del proyecto que se discute. Voy a procurar antes de entrar a la discusión misma del tema, hacer un resumen de los dos discursos del contra: el del compañero Madrigal y el del compañero Soto y Gama. El maravilloso discurso del compañero Madrigal, como lo ha titulado el compañero Soto y Gama, tiene esta esencia: primero, el artículo 114 aniquila la libertad de asociación garantizada por la Constitución Política del país, libertad de asociación que arranca, añado yo, desde el primer proyecto de Constitución de la República Mexicana, cuando por toda idea campeaba el principio individualista y liberal en las ideas políticas, Dice, como un corolario lógico, el señor Madrigal: "lo que el derecho da a los ciudadanos como una facultad, el proyecto, en su artículo 114, lo convierte en obligación: luego es anticonstitucional". Segundo argumento del discurso del señor Madrigal: volvemos al sindicato, volvemos al gremio de la Edad Media con este procedimiento autoritario y violento que nos quiere imponer la comisión. Tercer argumento: mientras más grande es una organización de trabajadores, se convierte en reaccionaria, al grado de que es sencillamente contradictorio aceptar la existencia perenne de organizaciones de mayorías, de organizaciones de trabajadores. Y, por último, el señor Madrigal hace un elogio de las minorías: "en las minorías radica la fuerza". Recuérdese en la historia que todo movimiento noble se encontró más tarde acogida en el universo, tuvo su origen en un cerebro, en dos, en tres, en una minoría, en suma, no es una mayoría: luego la minoría es la que debe estar protegida, la minoría es la que revive, la minoría es la que rejuvenece a las mayorías, la minoría es la única que puede garantizar el éxito de las ideas, el carácter revolucionario, en suma, de un cerebro o de un país. Este es el discurso maravilloso del señor Madrigal. Voy a referirme a él brevemente como él fue breve.

En primer lugar, la tesis de que el artículo es anticonstitucional, es una tesis completamente falsa, y es falsa, señor Madrigal, porque ningún abogado, ni siquiera los abogados de la Barra de Abogados, ni siquiera los abogados del Colegio de Abogados, se atreverían a decir que el principio antiguo del individualismo y del liberalismo económico puede será norma básica de la Constitución frente al principio socialista que encierra el precepto constitucional 123. No es posible decir que debe aniquilarse el principio de asociación del 123 frente a los cánones del individualismo del artículo 4o.; sencillamente, es absurdo. No quedará nunca completa la reglamentación del 123 hasta que no se afirme por el Congreso de la Unión que el artículo 4o. no da nunca el derecho de romper las asociaciones. El argumento de usted es falso, porque el proyecto no es el artículo 114; el proyecto que se discute, el 123, no es de ninguna manera un proyecto que vaya en contra del principio de asociación, va en contra del principio individualista que rompe con el principio de asociación....

El C. Madrigal, interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación?

El C. Lombardo Toledano, continuando: No, señor, al final. Pero no va en contra del principio de la asociación, sería absurdo pensar en una ley que garantice el principio de asociación y que al mismo tiempo acaba con el principio de asociación. No, compañero; usted ha involucrado las palabras, usted ha hecho un sofisma, una verdadera madeja de los argumentos, de las leyes, de la letra de los artículos 4o. y 123.

El C. Madrigal, interrumpiendo: ¿Me permite?

El C. Lombardo Toledano, continuando: No, compañero, voy a terminar mi argumentación y después hablar todo lo que guste. El artículo 4o. habla de la libertad de asociación, de la libertad de trabajo; el artículo 123 habla del derecho de asociación, pero ni el artículo 4o. ni el 123 pueden aceptar, señores diputados, dos principios contradictorios. Lo que usted quiere decir es que el artículo 123, y sobre todo el 114 del proyecto reglamentario que se discute, va en contra del principio de asociación, y eso es falso. El principio de asociación está garantizado por el artículo 123; el artículo 4o. lo único que garantiza es la libertad de trabajo; pero el artículo 123 no puede de ninguna manera permitir que se acabe y se aniquile el principio de asociación.

Ahora bien; quiero insistir mucho en las

palabras, compañero, porque ustedes los abogados, aunque hayan salido ayer de la escuela, siempre incurren en los sofismas como argumentos; los emplean como argumentos, los emplean como armas innobles de ataque. Lea usted el artículo, compañero.

El C. Madrigal: Es la fracción XVI del artículo. ¿Me permite leerla? La fracción XVI del artículo 123 constitucional, no el artículo 4o., dice:

"Tanto los obreros, como los empresarios, tendrán derecho para coligarse en defensa de sus respectivos intereses, formando sindicatos, asociaciones profesionales, etcétera."

El C. Lombardo Toledano: Muy bien, compañero, ¿es el principio, es la garantía, a la que usted acaba de dar lectura, esa es la garantía que aniquila el artículo 114 del reglamento del 123? Yo no lo veo, ni desde el punto de vista jurídico, ni desde el punto de vista legal, interpretación de la letra y del espíritu de la ley, ni desde el punto de vista gramatical, ni desde el punto de vista social, ni desde el punto de vista económico, ni desde el punto de vista del sentido común. Hay muchas maneras de analizar un precepto, muchos modos de juzgar las cosas, y lo único que usted debe temer, compañero, lo que al final de su discurso dijo, es que no puedan desarrollarse con tanta facilidad las asociaciones de obreros, existiendo este artículo 114. Pero el artículo 114 no prohibe de ninguna manera que haya sindicatos; lo que prohibe es que haya contratos con sindicatos minoritarios; eso es todo, pero no prohibe la existencia de sindicatos; sería absurdo. Nadie ha pensado en eso. La comisión no tiene esta opinión, ningún diputado ha supuesto eso, es un argumento que usted ha tomado, como se dice vulgarmente, de los cabellos, dándole apariencia jurídica con el objeto de venir a sentar esta tesis escandalosa, estrepitosa, perdóneseme el término: "es anticonstitucional, luego debe desecharse". No es anticonstitucional, porque no está en contra de la Constitución, no va en contra ni de la ley ni del espíritu, lo que ocurre es que usted no se atrevió a decir el verdadero argumento, el argumento que el compañero Soto y Gama diría de un modo efectivo y conciso; pero quiero solamente, para terminar, por lo que hace al análisis que hago del discurso de usted, decir que su discurso es contradictorio, y es contradictorio porque usted hace el elogio de las minorías como de las únicas agrupaciones humanas capaces de reformar la situación social en beneficio de la colectividad misma. Y, señores compañeros, que un diputado de la XXXI Legislatura venga a decir que el principio minoritario es el único que puede gobernar al mundo, siendo diputado y estando aquí porque lo eligió la mayoría de los comitentes de su distrito electoral, ¡verdaderamente es inexplicable! Yo no sé cómo el compañero Madrigal sostiene el principio minoritario como principio de gobierno y como principio de revolucionarismo, siendo diputado. Supongo que lo eligieron y que lo eligió una mayoría y no una minoría. (Murmullos). Porque si a él lo hubiera electo una minoría, no estaría en la Cámara. Supongo que el gobierno de México es un Gobierno popular, porque al general Calles no lo eligió una minoría; si al general Calles lo hubiera electo una minoría, no estaría el general Calles gobernando. Vivimos, compañero, desde el punto de vista democrático, en un régimen de mayorías; desde el punto de vista revolucionario, en un régimen de tiranías mayoritarias, quiéralo o no el compañero Madrigal, quiéralo o no el compañero Soto y Gama, quiéranlo o no los que se oponen por pasión política momentánea a los principios generales contenidos en el reglamento del 123, que se discute. Vivimos en una época de mayorías y a medida que la mayoría va haciéndose más grande, más fuerte, la tiranía de la mayoría tiene que ir siendo también más fuerte, más autoritaria, más absoluta; sería absurdo declarar en 1925 que el principio minoritario es el que va a gobernar el país. ¿En virtud de qué razón? Ya no los constituyentes de 57, los constituyentes de 1824, se avergonzarían de oír decir a los diputados revolucionarios y radicales de esta Asamblea que el principio minoritario es el único que debe tener garantía en el mundo; siempre encierra la verdad que la minoría no tiene razón de ser, que la minoría siempre sea burguesa, que la minoría siempre se estanca, que la minoría nunca puede expresar la verdadera conciencia del país. ¿Conciencia de minoría frente a conciencia de mayoría? No entiendo. ¡Cómo, compañeros! ¿Qué se llama conciencia de especie? ¿La conciencia de cuatro o cinco rebeldes o de cuatro o cinco individuos equivocados frente a la conciencia, frente al conjunto espiritual común, unísono, único, de una gran mayoría de hombres? ¿Esa es la conciencia de la especie? De ninguna manera. La conciencia de la especie es la conciencia del grupo mayor que en una región de la tierra piensa y siente y quiere lo mismo; esa es la conciencia de la especie; no puede ser la conciencia de un grupo pequeño de cuatro o cinco....

El C. Díaz Soto y Gama: ¿Me permite una aclaración?

El C. Lombardo Toledano: Diga, compañero, yo siempre lo escucho.

El C. Díaz Soto y Gama: Los conformistas contra los rebeldes. Usted está haciendo la apología de los conformistas. Yo siempre me quedo con los no conformistas, toda la vida. (Aplausos).

El C. Lombardo Toledano: Muchas gracias, por eso es usted miembro del Gobierno; por eso es usted conformista, partícipe del Gobierno, porque se conforma estomacalmente. (Aplausos. Voces: ¡Bravo!) Si todos somos conformistas, los que estamos aquí conformándonos con el Gobierno, si formamos parte del Gobierno, no podemos llamarnos no conformistas. .Es verdaderamente absurdo que un hombre que siempre está con las instituciones, que no se atreve a atacar al presidente de la República, que no se atreve a atacar al ministro que cree que es su amigo, que es más fuerte en el porvenir o que es más fuerte actualmente, que, en suma, que el que es tipo del conformista, que el que forma parte de todos los regímenes establecidos en el país, venga a decir ahora que él es radical. El Gobierno le paga, pero para eso, para atacar al Gobierno, para defender las minorías, los pequeños cerebros luminosos. Resurgir el Jesucristo nuevo de la Cámara; vendrá a revelar al país nuevas cosas, nos vendrá a decir a las mayorías: "Est n equivocados, compañeros, todos ustedes: en el país, de quince millones de hombres, doce son locos, son idiotas, son reaccionarios, son estúpidos.

La razón la tenemos, como siempre, nosotros, los rebeldes, los locos, los inconformes, los que no tenemos nada que ver con el Gobierno". Y, sin embargo, el espectáculo es de conformidad completa, de conformidad lastimosa, como decía Zaratustra, de conformidad lastimosa. Esa es la situación que prevalece en la Cámara. Pero entrando al fondo del asunto, examinando los argumentos fundamentales del compañero Soto y Gama, voy a decir lo siguiente: el compañero Soto y Gama dice que no quiere hacer un ataque político, que el discurso de él es sereno, tranquilo, razonado, apacible; que no le interesan, por hoy, ni Morones, ni el general Calles, ni el general Obregón, ni la Crom; lo único que le interesa es la salvación del país, como siempre. Le interesa dar la lección a todos los obreristas o a los partidarios de los obreros, cualesquiera que sean las banderías, los credos políticos, los coloridos teóricos, las banderas de combate, las técnicas obreras, etcétera, etcétera;

Pero el compañero Soto y Gama no hizo en toda su peroración sino demostrarnos que le interesa más, como siempre, el problema político del día, que el problema de las ideas generales y del porvenir del país, y le interesa, como siempre, el problema del día, porque trata de resolver en abstracto, teóricamente, como es toda ley, el problema de la seguridad de los obreros por lo que hace a la contratación con los patronos y demás. "Yo, honradamente, me he puesto a redactar un proyecto simple del artículo 114 y no he hallado la solución, se los digo a ustedes con honradez; si quieren, ya no volveré a hablar. Yo voy a presentar los problemas a la Cámara, y allá ustedes. Yo soy agrarista, soy loco, no tengo nada que ver con la responsabilidad de las mayorías, yo soy de las minorías. Yo el único, yo el loco, el rebelde, yo el hombre que tiene la razón. Si no la quieren oír, allá ustedes. Los problemas se los voy a plantear claros, nítidos, definitivos, y allá ustedes resolverán. Yo me retiro a descansar. (Risas). Ustedes resuelven. Pero estos son los problemas."

El C. Díaz Soto y Gama: Henshaw planteó la solución.

El C. Lombardo Toledano: "Sí, compañero, me voy a referir a ellos. Estos son los problemas: primero: no satisface la reforma de Portales, porque el pobre Portales al fin y al cabo es muy buen hombre y muy honrado; pero también quiere hostilizar al otro gremio que lo está perjudicando, es como los laboristas, como los de la Crom, como Morones, al fin y al cabo un hombre absorbente y sanguinario, sino que al compañero lo trata de un modo fraternal, distinguido y elocuente para no espantarlo y para utilizar los documentos que le confió hace un momento; pero, en fin, eso es lo que ha ocurrido aquí. Vamos a plantear el problema inmediatamente, no satisface la reforma de Portales porque queda en pie la Crom, a la que no quiere el país, ni la Cámara, ni yo, ni nadie, sólo Morones. Y este problema es el siguiente: ¿quién va a fijar la mayoría? Ahí está el problema. ¿La Secretaría de Industria? No, ¡qué barbaridad! ¡Dios me libre, Morones calificando eso! No. Morones es el enemigo de las organizaciones obreras, etcétera. ¿Va a serlo el Gobierno del Distrito? ¿Y si el Gobierno del Distrito cae en manos de los laboristas? No. ¿La Secretaría de Agricultura? No. ¿La Secretaría de Hacienda? No."

El C. Díaz Soto y Gama: No, hombre, no. (Risas).

El C. Lombardo Toledano: "¿La Secretaría de Relaciones? Pues la Secretaria de Relaciones no, porque quién sabe, puede caer en manos de los laboristas. Todo puede caer en manos de los laboristas. ¿Qué es lo que no puede caer en manos de los laboristas? Pues por lo pronto, Tejeda, que es agrarista. Pues a Tejeda vamos a dar la cosa para que califique. Es mejor, porque Tejeda es el candidato a la Presidencia de la República. Algún otro compañero propuso que Caloca calificara, pero Caloca no aceptó y el compañero Soto y Gama dijo que él tampoco. ¿Pues entonces, a manos de quién? ¿A manos de Tejeda?"

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: Es neutral. (Murmullos).

El C. Lombardo Toledano, continuando: Mire, compañero Soto y Gama, usted, viejo parlamentario, hombre de experiencia, respetuoso de la opinión ajena, no me interrumpa. Yo siempre lo oigo con mucha atención; déjeme hablar, compañero, no se impaciente.

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Tejeda es neutral!

El C. presidente: (Campanilla). Se suplica al compañero Soto y Gama no interrumpa al orador.

El C. Lombardo Toledano, continuando: Dice el compañero Soto y Gama que es neutral Tejeda. No me importa ni Tejeda ni el neutralismo de Tejeda. Estoy presentando argumentos, estoy simplemente discutiendo lo que usted dijo, tratando de exponer a los compañeros el sofisma de su argumentación. No me interrumpa, déjeme terminar, después hablaremos, después platicar usted conmigo; después me interpelar , le concederé el uso de la palabra, todo lo que usted guste; yo no sé cuántos recursos hay en el reglamento parlamentario para platicar después, compañero, pero déjeme que termine. Tejeda es neutral; Tejeda, Caloca y usted son neutrales. (Voces: ¡No los juntes!) Muy bien, lo que usted guste; pero voy a seguir. El Gobierno: Secretaría de Industria, no; Secretaría de Hacienda, no; Gobierno del Distrito, no, puede caer en manos de los laboristas. Pues que sea la Secretaría de Hacienda, y que vaya un notario, y a falta de notario, un síndico del Ayuntamiento. Pero no le satisface al compañero Soto y Gama esa forma porque él ve que es muy débil, que es muy enclenque. Y después nos dice qué es lo que hay que hacer. "Un argumento que les ofrezco a ustedes, no mío, dice el señor Soto y Gama, que es muy importante: un compañero no diputado me dijo: "pero qué curioso que la Cámara esté legislando, esté haciendo una ley del trabajo en un país donde no hay industria. Eso sí es verdaderamente extraordinario. ¿Para qué se está haciendo eso? Cuando no existe la industria, cuando est todavía en gestación, cuando los grupos obreros apenas empiezan a vivir, cuando las tendencias apenas empiezan a esclarecerse y a formularse de un modo claro y preciso, ¿cómo vamos a aniquilar a el semillero de ideas, esta causa viviente de revolución en el país?" No se atrevió a concluir: aplacemos la discusión de la ley y no

hagamos la Ley del Trabajo, sino hasta que veamos quiénes tienen la razón de estos grupos que van a surgir, y hasta que lo veamos, hasta que veamos surgir el tercer grupo, aquél que anunciaba el compañero Madrigal en su magnífico discurso, ese tercer grupo , yo no sé cuál es todavía, pero esperemos a que nazca y a que diga su opinión. Mientras tanto, aplacemos la ley, si no urge, si no tiene importancia. Este país está apenas naciendo, no hay industria, vamos a esperarnos, vamos al quietismo obrero con esta ley. Esta ley aniquila los bríos. El peor defecto de la Crom es que, precisamente, sea una gran masa de hombres sin conciencia, que está paralizando el empuje obrerista en el país. No hay espíritu de combate, se acaba la bandería, la lucha de clases, la barricada, se acaba el mitin rojo, todo se acaba." Recuerdo en este momento a un general amigo mío: no, esta revolución no me gusta porque pronto degenera en Gobierno. (Aplausos. Risas). Así dice el compañero Soto y Gama. (Aplausos): "Ya degeneró el obrerismo en México en organización, y es lo que no queremos. Por esto los agraristas nunca degeneramos en nada, siempre andamos agitando, agitando y nada más; decimos: hagan, muchachos: pero no hacen nada nunca. Sólo agitar, agitar; palabras, palabras en la Cámara y a descansar en la casa." (Aplausos.) La mayoría es la que tiene la responsabilidad....

El C. Henshaw: ¿Me permite una interpelación, compañero?

El C. Lombardo Toledano: Con mucho gusto, compañero. Le ruego a la Presidencia que le conceda a usted el uso de la palabra.

El C. Henshaw: Usted sabe que el gran político Lloyd George, ha dicho que para que las reformas se hagan en Inglaterra, se necesita que haya agitación; que no puede haber reforma social ninguna sin la base de la agitación previa.

¿Usted no sabe que Lloyd George está haciendo uso del argumento ya tan gastado entre nosotros, de que Inglaterra, para lograr la división de la tierra, necesita abordar el problema agrario?

El C. Lombardo Toledano: ¿Ya terminó el compañero Henshaw? Mire, compañero, ya que citó a Lloyd George, le voy a decir esto.... (Voces: ¡Chorch!) No importa que haya dicho Chorch. Decía, refiriéndose probablemente al mismo artículo que leyó el compañero Soto y Gama: "ya se agotó el obrerismo en Inglaterra, está de capa caída; tanto en Inglaterra como en México, ahora el problema es el agrarismo; allí está la salvación de la isla." Lloyd George lo dijo por humor, y ustedes lo creen de veras. Es verdaderamente inaudito que este "humor", que una manifestación simplemente de ironía parlamentaria y política, la hayan tomado los agraristas de México como una afirmación seria. ¡ Lloyd George hablando del agrarismo en Inglaterra! ¿Saben, compañeros diputados, cuál es el porcentaje del campesino en Inglaterra? El seis por ciento; el porcentaje del campesino en Francia, es cuarenta por ciento; el porcentaje del campesino en Rusia, es setenta y dos por ciento. Eso es lo que ignoran los compañeros. Un mapa esquemático de Inglaterra nos demuestra esto: que todas las ciudades de más de cien mil habitantes, están ubicadas en las minas de carbón; que la industria es la única vida de Inglaterra. ¡Eso lo sabe un escolar de sexto año, no Lloyd George, compañeros! (Risas. Aplausos). Todo el mundo lo sabe. ¡El porvenir de Inglaterra en el agrarismo! ¡Vaya!, en donde seis hombres por cien se dedican a trabajar la tierra, ¿allí está el porvenir? Como si dijésemos que el porvenir de Suiza está en la escuadra; Suiza, que no tiene costas, ¿va a tener su porvenir en los dreadnaughts, en los spuerdreadnaughts, en los submarinos? ¿Será ese el porvenir de Suiza?

El C. Caloca, interrumpiendo: ¿Me permite una interpelación?

El C. Lombardo Toledano: No, señor....

El C. Caloca: Para darle una clase, señor.

El C. Lombardo Toledano: No, señor; prefiero, compañero Caloca, leer sus cuentos. Déjeme terminar. Yo soy prudente, sé esperar; no me interrumpa. Lo que yo estoy diciendo a ustedes es la verdad. Les molesta, es natural; pero, en fin, el argumento toral del discurso del compañero Soto y Gama es este único: que se fije la mayoría y que se garantice la autenticidad de la mayoría.

El C. Díaz Soto y Gama, interrumpiendo: ¡Claro!

El C. Lombardo Toledano, continuando: "¿Cómo van a contratar - dice él - los obreros libres, los no sindicalizados? ¿Se les va a obligar por la mayoría a que acepten el contrato de la misma mayoría? ¿Eso es libertad de contratación? ¿Eso es obrerismo?" No. La Constitución nuestra garantiza la libertad del trabajo; el hombre individual tiene tanto derecho como el sindicato - yo diría que más, dice el compañero Soto y Gama -. "Hay que acabar con eso; que tenga tanta garantía el individuo como el grupo, lo mismo el sindicato que el obrero esquirol, que el obrero libre, lo mismo el sindicato de la minoría, que el sindicato de la mayoría, porque vamos a esperar a que surja un nuevo elemento, y entonces él nos dirá la verdad." Sobre la opinión mejor, porque, como dijo el compañero Soto y Gama, esta nación está apenas naciente y es inútil hacer una Ley de Trabajo. Este es el argumento fundamental del compañero Soto y Gama que, como ven, es el mismo argumento del magistral discurso del compañero Madrigal, argumento que voy a puntualizar una vez más, con el objeto de destruirlo. Y destruirlo no con sofismas, con argumentaciones políticas del momento que invalidan a un hombre para que pueda ser leal frente al porvenir de su país, sino con razones claras aceptadas por todo el mundo, sea o no laborista, sea o no ferrocarrilero, sea o no agrarista; por todo diputado honrado que tenga el corazón bien puesto y cuando menos cuatro o cinco centímetros de frente, como dice el adagio vulgar, para distinguir la verdad de la obscuridad, la falsedad de lo exacto.

El argumento del compañero Soto y Gama de que el país no es un país industrializado, es, realmente, una gran afirmación, y es, precisamente, señores compañeros, la base de la justificación del proyecto que está haciendo la Cámara. Todo el mundo sabe que México no es un país industrializado; todo mundo sabe que no en este país la industria ha florecido de un modo completamente esporádico; yo diría que de la misma manera como ha trabajado la industria de la minería en México, se han asentado todas las industrias en el país. Vivimos, en efecto, a base de bonanza; aquí se escarba la tierra

o se explota una veta aurífera o cuprífera hasta que se agota, o hasta que conviene a los intereses del capitalista empresario; mañana se larga a cincuenta kilómetros más, o se va del país. El sistema simplemente es de bonanza pasajera. Es el sistema de la industria. En México, la industria textil, una de las más importantes, se ha formado en las márgenes del río Atoyac, de los ríos veracruzanos, como todo el mundo sabe. Y hasta en el pequeño arroyuelo de San Ángel, en el Distrito Federal, únicamente por accidente geográfico, por facilidad de comunicación; pero no hay ningún plan previo de la gran industria. En México, compañeros, la industria que transforma tanto la materia prima como la extractiva, en general, es industria esporádica, es industria de bonanza; en México no tenemos la industria y, naturalmente, los industriales no son hombres que se hayan puesto a meditar en la integración de esa industria; no se han puesto tampoco a meditar en una planificación de sus recursos; no son hombres que hayan previsto, como en otros países, lo que significa la relación íntima entre su producción personal en concreto y la balanza de comercio internacional y nacional. En México no tenemos grandes capitalistas con la visión con que existe el capitalismo en otras partes del mundo; esto es verdad. ¿Qué es lo que México posee como recursos? Todo el mundo sabe que la industria está en manos de extranjeros; todo el mundo sabe que la minería es de los extranjeros; todo el mundo sabe que el petróleo es de los extranjeros; todo el mundo sabe, en suma, que la vida del comercio y de la industria en nuestro país, es extranjera.

¿Qué es lo que los mexicanos tenemos?

El C. Zincúnegui Tercero, interrumpiendo: ¡Hambre!

El C. Lombardo Toledano, continuando: No tenemos más que un suelo que explota el capital extranjero. Lo único propio, camaradas, lo único real, lo único mexicano, es el hombre, lo individual, que no hemos querido reconocer muchas veces, que lo desperdiciamos, que lo aniquilamos; el factor humano, en nombre del cual hablamos, y vivimos aquí conformemente en el Parlamento. Es el único factor que tenemos, es el único factor que nos queda: el factor humano, que es lo único mexicano. El factor capital, no es nuestro, el factor tierra, no es nuestro, el factor humano es el único nuestro, debemos cuidarlo. Y precisamente hoy que no hay gran industria, hoy que no hay capitalismo, hoy que sería imposible acabar con todas las fuerzas creadas que ahogaran las manifestaciones del proletariado mexicano, preveamos el porvenir y sujetemos definitivamente al capitalismo, no ha las horcas caudinas, pero sí a una reglamentación amplia y estricta que lo conduzca por caminos humanitarios y de compromisos morales con los hombres. ¿Qué otra cosa puede hacer la Cámara si no legislar en favor del material humano? ¿Qué otra cosa podemos hacer nosotros si no defender la casa actual, el factor humano actual y el porvenir de nuestros hijos, dando una ley que proteja la única riqueza mexicana, la riqueza humana? ¿Cómo protegerla? Haciendo precisamente esta ley. El artículo 114 es la salvaguardia, es la protección de la generación actual de trabajadores y de las futuras generaciones de trabajadores. Eso lo han visto claramente todos los que no están cegados por la pasión política del momento. Yo diría que la existencia del sindicato único mayoritario en las fábricas es, al principio, socialista, como la no existencia del esquirol frente a la existencia del sindicato. (Aplausos). Absolutamente. Esa es la ecuación socialista, compañeros. Es verdaderamente inaudito que los que se dicen socialistas, los que saben que el único problema del mundo obrero, del proletariado de la tierra, es el frente único, vengan a predicar aquí precisamente la posibilidad eterna de la existencia eterna de todos los sindicatos posibles y de todas las agrupaciones posibles frente al capitalismo que se nos viene encima, como nunca en la historia de México, formidable.

¿Cuál es la actitud del proletariado mexicano? No hagamos el frente único, no hagamos las grandes agrupaciones. ¿Por qué? Porque son burguesas; porque se ponen de acuerdo con el general Calles. Hay que decirlo francamente: ¿por qué no habla usted con sinceridad y deja usted que su pecho diga todo lo que siente y no a medias? ¿Por qué no dice usted aquí qué es realmente el fondo de su argumentación contra el Crom? ¿Por qué vamos a proteger a la organización obrera que el general Calles protege, cuando puede haber posibilidad de que haya otra agrupación que no protege el Gobierno?....

El C. Zincúnegui Tercero, interrumpiendo: ¡Porque allí duele!

El C. Lombardo Toledano: No, compañeros; yo lo digo sinceramente: no me interesa el problema actual de la Crom; no me interesa el problema de los rojos, como cree que nos interesa mucho; no nos interesa mucho el problema ferrocarrilero, tal como él lo plantea: lo que nos interesa, precisamente, es poder presentar un sólo frente al capitalismo unido. Por eso venimos a defender los principios mayoritarios, de acuerdo con los cuales ha vivido el mundo y de acuerdo con los cuales marcha el mundo socialista en todas partes. Decía yo que la ecuación socialista es el reconocimiento del sindicato único en la industria y, en efecto, el mundo actual trata de acabar con toda manifestación socialista. Eso lo sabe perfectamente bien el compañero Soto y Gama. Lloyd George, el reaccionario más grande de Inglaterra, que ahora se ha convertido en bandera del Partido Nacional Agrarista (Risas. Aplausos), Lloyd George se propuso nada menos que el aniquilamiento del principio socialista en el mundo. Vean ustedes cómo, camaradas.

La guerra europea, como todo el mundo sabe, trajo como consecuencia rápida y vigorosa, incontenible, la unificación del proletariado europeo continental. El capitalismo europeo se había unido presentando un frente único; pero viendo el capitalismo que la única manera de combatir al proletariado organizado del mundo, era dividir, como siempre, al proletariado, el capitalismo se ha dividido. Son cinco grandes núcleos capitalistas los que gobiernan el mundo en la actualidad: Inglaterra, Francia y sus aliados, Japón y China y sus aliados, los Estados Unidos y grupo de Rusia. Son los grandes grupos que dominan la situación en el mundo. Todo el mundo sabe que en materia social, en materia de táctica social, el principio homeopático de similia simílibus curántur, siempre es el mejor

vehículo para tener éxito. Similia smimílibus curántur. De la misma manera hay que obrar. ¿El proletariado se ha unificado? Dividamos al proletariado. Entonces el proletariado, de acuerdo ya, conociendo que el capitalismo se ha dividido, se ha dividido también, aparentemente, para combatir, aislados, a los grupos capitalistas. De ahí que el grupo inglés proletario esté combatiendo al grupo inglés capitalista; de ahí que el grupo francés proletario estén combatiendo al capitalismo francés, etcétera.

¿De qué le extraña al compañero Soto y Gama que nosotros estemos en relaciones con los proletarios, con las organizaciones obreras de los Estados Unidos, si precisamente tenemos que combatir al enemigo de la causa, que es el capitalismo americano? No nos vamos a unir con el sindicato de agricultores de Tombuctú, porque nada tenemos que hacer por el momento con aquellos camaradas.

El Senegal, el Tombuctú, las islas Filipinas y la península de Corea, nada tienen que hacer con el problema de México por el momento, y por eso es que la unión entre el proletariado mexicano y el americano, tiene que ser la unión única para combatir al capitalismo americano. (Aplausos). De la misma manera que los ingleses se unen para combatir precisamente al núcleo inglés, y ya que llego a esto, voy a leer a usted el discurso maravilloso, radical, del compañero Soto y Gama en la Convención XLIV de la American Federation of Labor, que se verificó en El Paso, Texas, en el año de 1924. Ruego a la Secretaría se sirva testificar que lo que leo es verdad. Dice así, compañeros, el reporte oficial, la versión taquigráfica del discurso radical del compañero Soto y Gama dicho ante la Federación Americana del Trabajo, en el Palacio Municipal de El Paso, Texas. Voy a leer cuatro líneas nada más; pero son tan importantes, son tan interesantes, que ustedes juzgarán del radicalismo y del cambio de frente:

"México, actualmente, está a salvo. México invita al capital extranjero a ir a su territorio para que trabaje bajo la protección del Gobierno de nuestro país." (Aplausos). Este es el discurso radical, este es el discurso radical del compañero Soto y Gama, del inconforme, del radical, del minoritario, del loco, del zapatista (Aplausos), ante los yanquis, ante el proletariado, ante la burguesía, que el calificó: ¡que venga el capital extranjero a mi país, tendrá protección bajo las leyes de nuestra bandera! Este es el discurso radical; aquí está. La Secretaría diga a los compañeros si he leído exactamente; si he traducido bien.

El C. secretario Cerisola: ¡Efectivamente!

El C. Lombardo Toledano, continuando: Aquí está el discurso, aquí está el radicalismo: ¡que venga el capital yanqui a mi patria para que tenga la protección de las leyes! Y ahora se escandaliza el compañero de que no llamemos al capital, sino a la American Federation of Labor, que de cualquiera manera representa al proletariado organizado....

El C. Henshaw, interrumpiendo: ¡Entonces que no venga el capital!

El C. Lombardo Toledano, continuando: Al compañero Soto y Gama no le parece bien su discurso de hace un año; ¡qué culpa tengo! ¡Que ya no venga el capital americano! ¡Ya no! Nosotros que estamos coqueteando con los yankees.

... - El C. Díaz Soto y Gama: ¡Es una perogrullada!

El C. Lombardo Toledano: Pues será una perogrullada, compañero. Me felicito de que usted le diga así; pero de cualquier manera, esa es la verdad, y así fue el discurso de usted: de llamamiento al capital yankee. Y, en cambio, nosotros no llamamos al capital yankee.

El C. Díaz Soto y Gama: ¿No....?

El C. Lombardo Toledano: Nosotros no, compañero. Aquí están los discursos de El Paso. No lo llamamos. (Murmullos). Tenga usted el valor de decir que el Gobierno mexicano lo llama; tenga usted el valor de decir que el general Calles es quien lo llama; tenga usted el valor de decir que el general Calles es traidor.... (Aplausos). No lo dice usted porque.... (Los CC. Soto y Gama y Caloca interrumpen con voces al orador). ¡No, señor! Porque somos hombres a medias, porque somos radicales a medias....

El C. Caloca: ¿Me permite usted...?

El C. Lombardo Toledano: ¡No, Caloca, no le permito....! Porque somos revolucionarios a medias, inconformes a medias. Nos oponemos a una cosa, y vivimos dentro de la conformidad; gritamos a medias, y nos vamos a descansar; buscamos enemigos, porque los enemigos no son el presidente de la República, y no nos atrevemos a decir que el presidente de la República es el que está haciendo labor de traición a la patria, porque al fin y al cabo es el presidente de la República. Esa es la situación; pero la Cámara sabe y lo sabe todo el mundo que en el fondo de los discursos de este compañero no hay más que eso. No hay valor para decir que el presidente es el que traiciona; pero, en cambio, hay valor para atacar a los ministros que no son amigos y para ensalzar a los ministros que pueden ser amigos - entiéndase -, que pueden ser explotables. Esa es la situación.

Bueno. El compañero Soto y Gama no ha hecho el discurso con el objeto de ser imparcial, abstracto y teórico, como el lo manifestó; anda rehuyendo el combate; no se atreve a decir que el principio de las mayorías es el principio que gobierna al mundo. No se atreve a decir que la única manera de acabar con el capitalismo de la tierra, o, cuando menos, de defenderse de él, es presentar un frente único.

Realmente es, señores, una claudicación absoluta en la doctrina, en las ideas y en el ejemplo, que un hombre que dice que ha encanecido en medio de las balas en Morelos, venga a decirnos, en nombre de la revolución, que para que el frente único del proletariado, predicado por Carl Marx, pueda llevarse a cabo, se aniquilen los grupos obreros de México. (Voces: ¡Bravo! Aplausos). ¡Frente único, sí! La única manera de garantizar el frente único, es garantizar la existencia de las mayorías organizadas, compañeros.

Y aquí un argumento para terminar. Yo creo que lo único que México tiene en materia de laborismo superior a otros países de la tierra, es, como siempre, la enorme virtud, la profunda y creadora característica de la raza: el espíritu de inconformidad eterna y, sobre todo, la gran susceptibilidad nuestra; esta inconformidad que traemos en las venas, esta susceptibilidad de indio, este carácter ladino nuestro que no permite tiranías, es lo

único que puede salvar al país. Y, compañeros, nosotros, que realmente nos creemos revolucionarios por encima de muchos países europeos, ¿qué tenemos en materia de protección al obrero, qué tenemos en materia industrial de legislación superior a Francia e Inglaterra, sobre todo a Dinamarca o Austria? Nada, absolutamente nada; estamos creyéndonos muy radicales, y decretamos un seguro obrero, cualquiera garantía. ¡Se viene a defender los intereses de los patronos; no carguemos más sobre el capital; se espanta, huye! ¡Cuando en todas partes del mundo eso no es radicalismo; eso es beneficencia pública, Cruz Roja! (Voces: ¡Muy bien!) Realmente es una ironía que nosotros vengamos a declarar que los postulados de la Cruz Roja sean la última palabra obrerista en el mundo; es absurdo, y es simplemente porque a veces nos dejamos guiar por la pasión política del momento. Cuando habla Soto y Gama y nos dice muchos cuentos y halaga la vanidad de unos y pega a otros; los enfrenta, azuza a los oradores, los hace títeres; muchos de los compañeros se dejan guiar psicológicamente con un espíritu de complacencia del que asiste al teatro, al circo, y dice: ¡hombre, qué importante, qué interesante! Y así resulta que desde esta tribuna se vienen a decir los mayores sofismas del mundo. Las peores invenciones del mundo las he leído en el DIARIO DE LOS DEBATES, contra la cultura, contra el sentido común; pero nadie protesta, porque es muy divertido, porque, como dice Soto y Gama, estamos muy conformes. Y no es verdad eso, compañeros: se abusa de la bondad de la Cámara. Se es más audaz aquí en la tribuna que lo que permitiría un examen de maestros de escuela primaria. Aquí se afirma contra la lógica, contra las ideas, contra los libros y contra el sentido común; todo mundo cree que tiene derecho a citar a Grecia para que el discurso sea florido, o para citar al famoso sociólogo Meunier, como decía Soto y Gama: no conozco más Meunier que el inventor del chocolate francés. Se confundió a Pitágoras con cualquier otro; se dijo que Demóstenes fue como Heráclito.... En suma, se viene a decir una serie de disparates validos de la ocasión, como diría Caloca, y yo creo precisamente, compañeros, que es menester.... (Voces: ¡Del ciudadano Caloca!) que es menester que la Cámara ponga un punto final a esta serie de sofismas, de argumentos falsos y se fije exactamente en dónde radica el meollo de la cuestión. No, compañeros, no tenemos nada superior al proletario organizado del mundo. Nuestra legislación industrial es raquítica; no existe , mejor dicho. ¿ Qué es lo que Europa admira de los mexicanos ? No es su legislación, por cierto; no son tampoco las instituciones de beneficencia; no es nada de esto. Cuando se habla del laborismo mexicano, lo único que se admite es, sencillamente, la sinceridad del pueblo; y solamente, compañeros, solamente el que no haya estado en un sindicato, aun en un sindicato católico, podrá afirmar aquí que el espíritu de los trabajadores mexicanos se aburguesa en cuanto se organizan. Esto es una mentira y es una traición al conocimiento del espíritu revolucionario de la raza. Precisamente, lo único que garantizar el espíritu revolucionario, combativo, de la gran organización de trabajadores, es la característica de los trabajadores mismos. En otras partes del mundo, sí. En los Estados Unidos, dada la organización social, la inmensa mayoría de trabajadores querría ser como Rockefeller. En México, no, porque el proletariado mexicano no es así, no tiene ese espíritu. El trabajador de México sabe muy bien que puede aventar el yugo mañana o pasado. Es una calumnia del compañero Soto y Gama creer que las organizaciones obreras de México, que la Crom o que los ferrocarrileros son manadas de borregos dirigidas por cuatro o cinco líderes. Esto es falso, absolutamente falso. Solamente el que no haya estado en una convención obrera, solamente el que no haya ido a un sindicato puede afirmar que todos los componentes de la organización obrera están integrados por individuos de manada. No hay manadas en este país, compañeros; es la única característica mexicana: no existen las manadas, hablando de hombres, compañeros.

Muchos individuos creen que la única manera de aniquilar al proletariado mexicano es organizarlo. Esto es una falsía. El espíritu de la raza que hizo la revolución; el espíritu de los trabajadores que hicieron la revolución; el espíritu de los hombres que forman parte de los sindicatos y que formarán el frente único en contra del frente único capitalista, es precisamente la garantía del triunfo de la organización. Yo creo, compañeros, que si realmente somos revolucionarios, debemos aceptar el postulado de que la mayoría sea la única que tenga el derecho de contratar; de otro modo sería el fracaso más absoluto. ¿Qué, cree el compañero Soto y Gama que nosotros nos vamos a oponer a que se justifique de alguna manera la minoría ? No, compañero. Hemos propuesto que las juntas de Conciliación y Arbitraje sean las que vayan a justificar la existencia de la mayoría; no le satisface al compañero Soto y Gama porque ahora gobierna el general Calles, y dice:" el general Calles es enemigo del agrarismo. No nos conviene, vamos a ver de que manera resolvemos el problema, dice Soto y Gama". Pero todo mundo sabe que las juntas de Conciliación y Arbitraje se integran por obreros, por representantes del gobierno y por representantes del capital, y el compañero Soto y Gama anda como Diógenes, con su linterna, buscando una solución que no encontrará nunca, porque no puede alumbrarse la conciencia...(Voces:¡ No tiene !), porque no quiere alumbrársela, porque no quiere ser sincero; no quiere decir: no hay solución para el problema obrero desde el punto de vista del Partido Nacional Agrarista. Y no hay solución: nada tiene que ver el problema obrero del país, presente o futuro, con el problema agrario. Y lo que el compañero Soto y Gama quiere es esto: ¿ de qué manera se resuelve el problema obrero ? Aniquilando a la Crom y haciendo surgir al Partido Nacional Agrarista. No es posible, señores. Es como aquella adivinanza: un barco que camina a cuarenta millas y que tiene cinco chimeneas, ¿ cómo se llama el capitán ? No es posible resolver, es un logogrifo. ¿ Cómo se va a resolver el problema obrero desde el punto de vista de Soto y Gama ? No es posible, no es posible encontrar solución. La solución está en la mayoría responsable.

Sí, la mayoría, porque la Cámara se gobierna por mayoría, como en el mundo entero; la mayoría de la Cámara, responsable, tiene que contestar de esta única manera: por la mayoría, no por la minoría. (Aplausos). La única manera de salvar al país es por la mayoría. (Aplausos.) Y como por fortuna los hombres de buena voluntad dentro de la Cámara y fuera de ella somos mayoría, la mayoría tendrá que triunfar como principio socialista frente te al único: el capitalismo organizado del mundo. (Aplausos ruidosos.)

El C. presidente: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y siete horas a sesión solemne de Congreso General en honor de la misión parlamentaria del Brasil, que se encuentra el la República, quedando designada las comisiones que indicará la Secretaría.

- El C. secretario Cerisola, leyendo:

"Comisiones:

"Para acompañar al ciudadano presidente de la República, del Palacio Nacional a esta H. Cámara: CC. Francisco López Soto, Arturo Campillo Seyde, Gilberto Fabila, Rafael Alvarez y Alvarez, Antonio Garza Castro y secretario Gonzalo N. Santos.

"Para recibirlo a las puertas de esta propia Cámara: CC. Oscar B. Santander, Antonio Valadez Ramírez, Manuel Rabasa, Aurelio Briones, Leopoldo Zincúnegui Tercero y secretario Luis Torregosa.

"Para acompañar en su regreso de esta misma H. Cámara al Palacio Nacional: CC. Agustín Aguirre Garza, Elpidio Rodríguez, Pedro C. Rodríguez, Pastor Rouaix, Fausto Marín y secretario Alfredo Romo."(20.25).