Legislatura XXXI - Año II - Período Ordinario - Fecha 19251209 - Número de Diario 55

(L31A2P1oN055F19251209.xml)Núm. Diario:55

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 9 DE DICIEMBRE DE 1925

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CAMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, 21 de septiembre de 1921.

AÑO II. PERIODO ORDINARIO XXXI LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 55

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 9

DE DICIEMBRE DE 1925

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Cartera. Se concede licencia a los ciudadanos diputados Cabrera y Romero Flores. La Cámara - de senadores devuelve, reformado, el proyecto de ley reglamentaria sobre repartición de tierras ejidales y constitución del Patrimonio Parcelario Ejidal; recibo, y a la 2a. Comisión Agraria. El C. diputado Morales, apoyado por varios ciudadanos diputados solicita se destinen cinco millones ochocientos ochenta y cinco mil pesos para las obras hidráulica hidráulicas en el Estado de Sonora; a la Comisión de Presupuesto y Cuenta. 3.- Primera lectura a los dictámenes de las Comisiones de Guerra, por los que se pensiona al C. sargento 1ro. Pedro Meneses, a la señora María Díaz de las Cuevas viuda de Morales Buzo, al menor Nicolás Zapata y a la señorita Enriqueta Foster; se les dispensa la segunda lectura; a discusión el primer día hábil.

4.- Se continúa dando cuenta con los asuntos en cartera.

5.- Son aprobados quince dictámenes de las Comisiones de Peticiones.

6.- Se constituye la Cámara - de Diputados en sesión permanente. Es discutida y aprobado, tanto en lo general como el lo particular, el proyecto de ley sobre irrigación con aguas federales. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. PEDRO C. RODRÍGUEZ

(Asistencia de 138 ciudadanos diputados).

El C. presidente, a las 17.20: Se abre la sesión.

- El C. secretario Cerisola, leyendo:

"Acta de la sesión que celebró la Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión, el día siete de diciembre de mil novecientos veinticinco.

"Presidencia del C. Pedro C. Rodríguez.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y treinta y cinco minutos del lunes siete de diciembre de mil novecientos veinticinco, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y cuatro ciudadanos diputados.

"El acta de la sesión anterior, celebrada el día cuatro del mes en curso, fue aprobada sin debate.

"Se dio cuenta con los siguientes documentos:

"Telegrama de Puebla en que el C. diputado Alfredo Ortega Martínez comunica el fallecimiento de su señora madre y pide licencia por un mes, con goce de dietas. Se acordó contestar de enterado con sentimiento, y en votación económica se concedió la licencia.

"Oficio de la Cámara - de Senadores al que acompaña el proyecto de decreto por el que se concede permiso al C. Rafael Nieto para que acepte y use una condecoración del Gobierno de Suecia.- Recibo, y a la 2a. Comisión de Puntos Constitucionales.

"Oficio de la misma Cámara - con el que remite el proyecto de decreto por el que se pensiona a la señora Beatriz Vidal viuda de García Aragón y a sus hijos Ofelia, Raquel, Guillermo y Beatriz.- Recibo, y a la 1a. Comisión de Guerra.

"Circular del Congreso de Aguascalientes en que da a conocer los nombres de los diputados que formarán su Mesa Directiva del 1ro. al 16 del presente mes.- De enterado.

"Circular de la Legislatura de Sonora en que apoya la iniciativa de la de Sinaloa sobre reforma al decreto presidencial que creó el impuesto sobre el consumo de la gasolina.- Recibo, y a sus antecedentes.

"Dictamen de la 3a. Comisión de Justicia que consulta un proyecto de ley por el que se hacen extensivas las gracias de indulto y conmutación de pena, de que habla el decreto de 8 de octubre de 1924, a los reos federales, civiles y militares, y a los del orden común del Distrito Federal y Territorios que para el día 20 de noviembre de 1924 se hallaban en los casos especificados en el decreto de referencia.

"Este dictamen estaba de primera lectura. En votación económica se le dispensó la segunda y se puso a debate. No hubo quien hiciera uso de la palabra, y en votación nominal se aprobó el proyecto por unanimidad de ciento treinta y siete votos, pasando al Ejecutivo para los efectos constitucionales.

"Escrito firmado por los ciudadanos diputados miembros de la Comisión Especial de Asuntos Agrarios, en que exponen que hacen suyo el proyecto de ley sobre Irrigación con Aguas Federales enviado por el Ejecutivo de la Unión, y piden se le dispense la segunda lectura y se ponga a debate inmediatamente después que se resuelva el asunto de que actualmente se ocupa la Cámara - .

"Se acordó de conformidad esta petición y el

proyecto de referencia quedó a discusión el primer día hábil.

"Continuó el debate sobre el artículo único del proyecto de reformas a la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común en el Distrito y Territorios de la Federación.

"Habló en contra el C. Mijangos y en seguida se dio cuenta con una moción suspensiva firmada por los CC. David Orozco, Ezequiel Padilla y otros representantes, la cual se tomó en consideración por la Cámara - y fue aprobada después de que la apoyó el C. Padilla y la impugnó el C. Ramírez Corzo.

"La Presidencia declaró que estaba a discusión el proyecto de ley sobre Irrigación con Aguas Federales. El C. Fabila, miembro de la comisión que lo hizo suyo, pidió, por la razón que expuso, que este debate se iniciara en la sesión próxima, a lo que accedió la Presidencia.

"A las diez y ocho horas y quince minutos se levantó la sesión."

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvase manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario, leyendo:

Telegrama procedente de: "Puebla, Pues., 8 de diciembre de 1925.

"Secretarios de la Cámara - de Diputados.- México, D.F.

"Suplico a la H. Cámara - me conceda prórroga de licencia por doce días, con goce de dietas, por continuar enfermo. Pido dispensa de trámites. Dirección: once Oriente nueve. Atentamente.- Diputado 16 distrito Puebla, Salustio Cabrera."

Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta a la Asamblea si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara - de diputados.- Presentes.

"El subscrito, diputado en ejercicio por el 17 distrito electoral de Michoacán, atentamente solicita de la H. Cámara - , por vuestro conducto y con dispensa de todo trámite, le sea concedida una licencia por diez días, con goce de dietas, a fin de pasar al distrito que representa al arreglo de asuntos de interés público.

Protesto mis respetos y consideración más distinguida.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, D.F., diciembre 9 de 1925.- Jesús Romero Flores." Se consulta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta a la Asamblea si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

"Cámara - de Senadores del Congreso de la Unión.- México.- Estados Unidos Mexicanos.- Sección Tercera.- Número 50.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara - de Diputados.- Presentes.

"Habiendo sido reformado por esta H. Cámara - el proyecto de ley reglamentaria sobre Repartición de Tierras Ejidales y Constitución del Patrimonio Parcelario Ejidal, en un tomo con 99 fojas útiles, nos permitimos devolver a ustedes, para los efectos constitucionales, el proyecto de referencia.

"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.

"México, diciembre 5 de 1925.- M. Gutiérrez de Velasco, S.S.- Manuel Rivas, S. S."- Recibo, y a la 2a. Comisión Agraria.

"El Congreso del Estado de Querétaro comunica que apoya la adición al artículo 11 de la Constitución General de la República, propuesta a esta Cámara - por otras legislaturas."- Recibo, y a su expediente.

"El Congreso del Estado de Tamaulipas comunica que apoya en todas sus partes las reformas propuestas a las fracciones 21 y 22 del artículo 123 de la Constitución, formuladas por los diputados al Congreso de Yucatán.- Bolio y Rejón."- Recibo, y a su expediente.

Telegrama procedente de: "Jalapa, Ver., 4 de diciembre de 1925.

"Presidente Cámara - Diputados.

"Hoy decimos al ciudadano ministro de Gobernación lo siguiente:" En estos momentos ha llegado nuestro conocimiento, por conducto del C. diputado Rojano, unas hojas subversivas que se han enviado a los centros del trabajo del puerto de Veracruz, en las que se hacen duros ataques al ciudadano presidente de la República y alabanzas al ciudadano gobernador del Estado. Tales hojas se hacen aparecer como firmadas por catorce miembros de esta H. Legislatura, tratando de aprovechar la situación en la que hállase colocada esta Representación Popular ante Gobierno del centro. Hacemos constar muy respetuosamente nuestra más enérgica protesta ante usted, por la burda intriga que dicha hoja entran , aun, cuando tenemos la firme convicción de que esto no escapar a la clara inteligencia de usted. Ya nos dirigimos a las autoridades municipales, a fin de que impidan circulación del referido libelo que consignamos a autoridades competentes". Lo que nos permitimos transcribir a usted con súplica de que se sirva hacerlo del conocimiento de la H. Cámara - , de la que es usted digno presidente. Afectuosamente.- José

C. López, diputado presidente.- Eduardo f. Garrido, diputado secretario."- Recibo.

"El C. Blas Dueñas comunica que, con fecha 2 de diciembre, se hizo cargo interinamente del Gobierno del Estado de Colima, en tanto transcurre la licencia concedida al C. Francisco Solórzano Béjar."- De enterado.

"El ciudadano presidente municipal de Indé, Durango, envía copia de su acuerdo, por el que suplica al Gobierno general se construya un camino de ferrocarril de vía angosta que, partiendo de la estación Rosario, pase por la hacienda de Canutillo y termine en el citado mineral de Indé."- A la Comisión de Presupuesto y Cuenta.

"El C. senador José H. Ruiz solicita que en el Presupuesto de Comunicaciones y Obras Públicas para el año de 1926, se haga figurar una partida de $ 536,662.00. para destinarla en abono de los gastos que demande el desagüe del Valle de San Cristóbal las Casas, Chiapas".- Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

(La solicitud de referencia, a la letra dice):

Cámara - de Senadores del Congreso de la Unión.- México.- Estados Unidos Mexicanos.

Al ciudadano presidente y secretarios de la H. Cámara - de Diputados.- Presentes.

. Considerando que esa H. Asamblea tiene que ocuparse del estudio de los presupuestos para el ejercicio fiscal de 1926, estimo pertinente llamar la atención de la misma, a efecto de que la comisión respectiva considere e incluya en el proyecto una partida destinada al pago de los gastos que demanda el desagüe del Valle de San Cristóbal las Casas, Chiapas. Esta obra está calculada por la comisión Técnica de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas en $1.073,325.30 (un millón setenta y tres mil trescientos veinticinco pesos treinta centavos), que, distribuídos en dos años, que la propia comisión calculó dilatar la obra, presenta un gasto medio mensual de $42,000.00; de suerte que en esta proporción la partida que para tal objeto debe hacerse figurar en el Presupuesto, es de $536,662.00 por año, o sean cuarenta y dos mil mensuales, como dejo dicho. Para ilustrar a la comisión sobre este particular, me permito remitirla a los "Anales de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.- 3a. Serie.- Tomo VII", correspondiente al año de 1924, página 71, cara y vuelta donde figura el presupuesto expresado, y, además, encontrará de la página tres en adelante el luminoso informe de los ingenieros señores Francisco de P. Heredia y Juan Antonio Antúnez, comisionados por la referida Secretaría.

Huelga, por mi parte, entrar en consideraciones tendientes a demostrar la necesidad y utilidad de la obra de que se trata, que si mal no recuerdo, ha merecido la aprobación del Ejecutivo, pues basta tener presente que la expresada ciudad de San Cristóbal las Casas está condenada a desaparecer el día menos pensado si no se lleva a cabo el canal de desagüe proyectado por la comisión, y el Ejecutivo federal se ver en la necesidad de llevar sus auxilios periódicamente, como lo ha hecho en otras ocasiones, para los damnificados por inundaciones parciales, que son tan frecuentes. La erogación del gasto presupuesto no sólo satisface una ingente necesidad de una importante población de la República, sino que se aprovechar la energía que desarrolle la caída, calculada por la propia comisión en una potencialidad de veintiocho mil caballos de vapor efectivos que tendrán un amplio campo de aprovechamiento en aquellas regiones, siendo, por consiguiente, más que probable el que, una vez ejecutada la obra, el Gobierno reembolse con creces el gasto, vendiendo o aprovechando la energía expresada. Por tales motivos, con mi carácter de senador representante del Estado de Chiapas, ruego atentamente a esa H. Cámara - preste debida atención a mi solicitud.

Protesto a ustedes mi consideración muy distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, D. F. diciembre 5 de 1925.- 2do. senador por Chiapas, José H. Ruiz.

"El C. diputado Roberto A. Morales y la mayoría de la diputación del Estado de Sonora, presentan un proyecto de decreto con el objeto de que se destine la cantidad de $5.885,000.00 para la construcción de las obras hidráulicas necesarias para represar y distribuir las aguas superficiales y subterráneas del río de Sonora, en La Puerta del Sol, distrito de Ures, del propio Estado." - A la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

(El proyecto de referencia está concedido en los siguientes términos):

Proyecto de decreto que presenta a la consideración de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión el C. diputado Roberto Morales, representante del 5to. distrito electoral del Estado de Sonora con respecto a obras de irrigación del río de Sonora, en el distrito de Ures.

Honorable Asamblea:

El subscrito, diputado por el 5to. distrito electoral del Estado de Sonora, ante vuestra soberanía se permite exponer:

Que es evidente la necesidad de carácter social que existe actualmente de coadyuvar en todas las formas a la resolución del problema agrario de nuestro país, no tan sólo por medio de la acción política, sino muy especialmente por medio de la adecuada organización de los factores económicos. No ha bastado la sana política del Ejecutivo federal en la aplicación de las leyes agrarias para resolver el problema agrario en muchos de sus aspectos, especialmente en algunas regiones de la República.

Para hacer factible la aplicación de los principios revolucionarios que sirven de fundamento a nuestra legislación agraria, necesitamos contribuir de una manera eficaz, por medio de estudios de carácter técnico.

La irrigación, como atinadamente lo ha manifestado el Ejecutivo, es un factor de enorme importancia para la resolución del problema de la tierra. Aquellos países que cuentan con un buen

sistema natural de irrigación, o que han llevado a cabo las obras necesarias, han logrado resolver de manera rápida el problema antes indicado. En México, dadas las condiciones naturales, el sistema de irrigación no es bueno, y de aquí la necesidad de aprovechar las aguas por medio de obras artificiales.

A pesar de la necesidad que para el agricultor tienen las obras de irrigación, éstas no se han llevado a la práctica, ya sea por falta de recursos del pequeño propietario, o por la falta de espíritu de empresa en el terrateniente.

Los principios revolucionarios imponen a la colectividad, representada por el Estado, la obligación de destinar parte de la riqueza pública al mejoramiento del proletario campesino.

Cualquier inversión que se haga con el fin de mejorar la situación económica y social de las clases campesinas, se encuentra plenamente justificada desde el punto de vista del interés social.

La agricultura, como ha sido sostenido por muchos escritores pertenecientes a la escuela de ideas avanzadas, es la manifestación más importante del desarrollo de una nación.

En nuestra organización política nos encontramos con dos clases de competencias, la federal y la de los Estados. De aquí se deriva que, en materia de aguas, existan ríos federales y de jurisdicción local.

Si desde el punto de vista político es de gran importancia determinar la jurisdicción a la cual pertenece las corrientes, desde el económico debe hacerse abstracción de esa diferenciación legal y sólo atender a las mayores posibilidades de aprovechamiento de las aguas. Muchas de las obras de irrigación cuya conveniencia es notoria, se tendrán que construir en ríos de los Estados.

La mayor parte de las Entidades federativas de nuestro país, por determinadas circunstancias políticas o por su mala organización financiera, se encuentran incapacitadas económicamente para llevar a cabo los proyectos de irrigación comprendidos dentro de sus jurisdicciones. Sin embargo, el hecho de que una obra de irrigación deba hacerse en un río que esté fuera de la jurisdicción federal, de ninguna manera impide la intervención del Gobierno federal, siempre y cuando esté plenamente justificado el interés nacional en la construcción de dicha obra.

En el Estado de Sonora es indispensable llevar a la práctica varios proyectos de irrigación que se han presentado, especialmente para aprovechar las aguas del río del mismo nombre; pero dadas las condiciones financieras en que se encuentra dicha Entidad federativa, es imposible que con fondos propios puedan ser realizados. El Estado de Sonora es uno de los más secos de la República, y siendo la agricultura la industria más extensa del Estado y, después de la minería, la más importante, el río de Sonora presenta grandísimo interés, aprovechándose sus aguas desde tiempo inmemorial, en el riego de las tierras ribereñas. Estas tierras son de bastante buena calidad, formadas, en su mayor parte, por los depósitos del mismo río, siendo, naturalmente, más ricas mientras más cerca est n de la costa. Desde el punto de vista agrícola y prescindiendo del río San Miguel, puede dividirse el río de Sonora en tres regiones que convencionalmente llamaremos Valle de Arizpe, Valle de Ures y Valle de Hermosillo.

El Valle de Ures merece, para nuestra asunto, una atención particular. Comienza en el Cajón de la Puerta del Sol; este cajón es un desfiladero excavado a través de las estribaciones Sur de la Sierra de Aconche; la formación es totalmente granítica; la roca viva se ve al descubierto por todas partes y sólo en los lugares donde el cajón se amplía, está el fondo cubierto de una delgada capa de tierra vegetal; la longitud del cajón es de unos 21 kilómetros; el río, cuya pendiente longitudinal es de 2.7 al millar, en promedio, serpentea allí entre altas montañas, de pendientes vecinas generalmente a 45 grados; cerca de su extremo inferior, el cajón se estrecha considerablemente, al grado de que en el sitio llamado "Vado de la Cuerva", no mide más de 64 metros de anchura al nivel del lecho del arroyo y 205 a la altura de 65 metros sobre el mismo nivel. Pasado el Vado de la Cuerva, hay otros dos estrechamientos, en el último de los cuales, llamado "La Tescalama", termina propiamente el cajón y principia el Valle de Ures, propiamente dicho. Es éste un hermoso valle que antes de 1914 producía alrededor de 50,000 tercios de trigo o sea unas 3,750 toneladas. El desarrollo de la comarca era floreciente y dos molinos harineros, "El Urense" y el de "San Rafael", apenas si bastaban para la necesidades de la región.

Desde tiempo inmemorial se aprovechan las aguas del río de Sonora para el riego de la tierras ribereñas; toda la producción de trigo en el Valle de Ures proviene de tierras de regadío, pero las obras para aprovechar las aguas son actualmente muy primitivas y así han sido siempre. Generalmente, consisten en una presa formada por un simple bordo de arena de 50 a 60 centímetros de altura, que atraviesa el cause arenoso del río y deriva el agua a un canal de sección y pendiente irregulares y casi siempre esta última exagerada. Naturalmente que estas obras sólo pueden utilizarse en las bajas aguas y como durante el estiaje son pocos los lugares en donde se encuentra agua superficial, muy a menudo, en vez de hacer presa, se excava un canal relativamente profundo, a través del lecho del río, a fin de cortar el escurrimiento subterráneo. De cualquier manera, la obra es siempre efímera, pues queda destruída en la primera creciente, cualquiera que sea su intensidad.

Se comprende que con semejante sistemas sólo se aprovecha una cantidad de agua verdaderamente insignificante, si se compara con el volumen que anualmente escurre por el río, perdiéndose la casi totalidad del precioso líquido, sin provecho para nadie, cosa tan más sensible cuanto que, como hemos dicho, hay grandes superficies de excelentes tierras, que no producen absolutamente nada, por carecer de agua.

En vista de lo expuesto, el Gobierno del Estado de Sonora nombró una comisión técnica, formada por los señores ingenieros Nicolás Durán, Angel C. Caballero y Rubén F. Morales, para que se

encargara del estudio de las obras del río de Sonora, en el Valle de Ures. Dicha comisión rindió un amplio y documentado informe, que me permito acompañar, rogando a los ciudadanos secretarios le den lectura, para conocimiento de los ciudadanos diputados.

En dicho dictamen se demuestra la necesidad de construir en el Valle de Ures obras artificiales, a fin de aprovechar de una manera conveniente, en la irrigación, las aguas del río de Sonora. Dichas obras de irrigación tienen una gran trascendencia para la vida no sólo del distrito citado, sino de todo el Estado de Sonora, ya que podrá aplicárseles el beneficio del riego, a 35,000 hectáreas de terreno, según se desprende del informe rendido por la comisión.

Además del riego, pueden aprovecharse las aguas con dichas obras, en la producción de una enorme cantidad de energía eléctrica, instalando turbinas a la salida de las tuberías de la toma de agua. Por lo que respecta a este nuevo aspecto de aprovechamiento de las aguas del río de Sonora, la comisión no pudo dar datos concretos sobre el particular, en vista de que su estudio iba encaminado a la irrigación y, además, por no ser peritos en materia de energía y fuerza eléctricas.

Como si no bastara con los grandes beneficios que se obtendrán con las obras de aprovechamiento del río de Sonora en Ures, debemos agregar los beneficios que en particular se aportarán a la referida ciudad de Ures, ya que será posible la introducción del agua potable a ella.

En el dictamen técnico que sirve de base a mi proposición, se presenta el presupuesto siguiente:

El metro cúbico de mampostería ciclópea saldrá a razón de $25.00 en promedio; consiguientemente, siendo el volumen de la cortina de unos 170,000 metros cúbicos, como se asienta en el dictamen tantas veces citado, su construcción debe importar alrededor de $4.250,000.00.

Del origen de los canales a la desembocadura del cajón en Tescalama, tendrá que llevarse el agua en acueductos de mampostería, que deben importar alrededor de $200,000.00.

Los canales, al partir de la Tescalama, serán excavados casi totalmente en tierra; el volumen por excavar es de unos 750,000 metros cúbicos, cifra que llevaremos a 800,000, para llevar en cuenta la excavación necesaria en la cortina; suponiendo $7.75 el importe del metro cúbico de excavación, tendremos un total de $600,000.00. Las obras de arte son de bien escasa

Las obras de arte son de bien escasa importancia, por lo que creemos que bastar la cantidad de $300,000.00. en Resumen, podemos establecer el presupuesto de la obra como sigue:

Cortinas de la presa $4.250,000.00

Acueductos " 200,000.00

Excavaciones " 600,000.00

Obras de arte " 300,000.00

- - - - - - - - -

Suma " 5.350,000.00

10% de no especificados " 535,000.00

Importe total de la obra " 5.885,000.00

Por todo lo expuesto se desprende la importancia tan grande que tiene la construcción de las obras de irrigación para aprovechar las aguas del río de Sonora; pero a pesar del convencimiento a que se ha llegado de su necesidad, los agricultores indirectamente interesados no han podido realizar dicho proyecto, en vista de que se encuentran imposibilitados económicamente para ello.

En vista de lo anterior, el Gobierno del Estado de Sonora ha tratado por todos los medios que han estado a su alcance, de realizar dicho proyecto, pero igualmente se ha encontrado incapacitado económicamente para efectuarlo.

El Gobierno federal ha facilitado siempre, y muy especialmente en la actualidad, todos los medios para realizar los proyectos que afecten directamente el interés público. En el caso concreto, y dado que se trata del aprovechamiento de aguas de un río de jurisdicción local, la Federación no puede intervenir directamente en la construcción de las obras. Sin embargo, como ya se ha dicho, el hecho de que el río de Sonora no sea de jurisdicción federal, no impide que el Gobierno federal acuda en auxilio del Estado, con el fin de hacer posible la realización del proyecto tantas veces citado.

Al efecto, y con el fin indicado, me permito presentar a la consideración de los ciudadanos diputados, con la convicción de que contará con su aprobación, el siguiente proyecto de decreto:

Artículo 1ro. Se faculta al Ejecutivo de la Unión para que en el próximo año fiscal de 1926 facilite al Gobierno del Estado de Sonora, hasta la cantidad de 5.885,000.00, oro nacional, para la construcción de las obras hidráulicas necesarias para represar y distribuir las aguas superficiales y subterráneas del río de Sonora, en la Puerta del Sol, distrito de Ures, del propio Estado.

Artículo 2do. Se faculta al mismo Ejecutivo federal para tomar todas las medidas que sean necesarias para cuidar de la inversión de los fondos indicados, con el fin de garantizar su empleo precisamente en la construcción de las obras de que habla el artículo anterior.

Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 3 de diciembre de 1925.- El diputado por el 5to. distrito electoral de Sonora, Roberto A. Morales.

Hacemos nuestro el presente proyecto de decreto.

- El Corella M.- Ernesto Prieto.- A. Rodríguez.- J. V. Mejía.- Fausto A. Marín.- I. F. Loaiza.- Alberto Sáenz.- A. Campillo Seyde.- Miguel Yépez Solórzano.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"3a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"A la Comisión de Guerra que subscribe le fue turnado, por acuerdo de vuestra soberanía, el ocurso que elevó ante esta H. Cámara - el C. sargento 1ro. Pedro Meneses, en que solicita se le otorgue una pensión en recompensa a los servicios que prestó al país durante la guerra de intervención francesa. La diputación del Estado de Tlaxcala hace suya esta petición.

"El interesado, para fundar su instancia, manifiesta: que durante los años de 1863 a 1867, prestó sus servicios en calidad de tropa en el 2do. batallón de la guardia nacional de Tlaxcala, que fue a las órdenes del extinto coronel Juan Mendieta, concurriendo con tal carácter a la toma de la plaza de Texmelucan, Pues., el 11 de febrero de 1867; al sitio, asalto y toma de la plaza de Puebla el 2 de abril del mismo año; al combate de San Lorenzo, derrotando a las fuerzas que comandaba Leonardo Márquez, y, por último, el asalto y toma de la ciudad de México, en mayo del propio año. En el expediente respectivo se encuentran tres certificados expedidos por los generales Porfirio Díaz e Ignacio a la Torre y por el ciudadano gobernador de Tlaxcala, los cuales acreditan perfectamente lo expuesto por el C. Meneses. Obran, además, en poder de la comisión, dos condecoraciones impuestas al citado militar, grabadas con las siguientes inscripciones:

"Venció a los defensores de Puebla el 2 de abril de 1867."

"El Gobierno de Tlaxcala a sus valientes soldados. Concurrió al glorioso asalto de Puebla el 2 de abril de 1867."

"Como estímulo a los meritorios servicios que prestó a la nación el ilustre soldado Pedro Meneses, somos de parecer que se le conceda la pensión que solicita, y así tenemos el honor de proponerlo a vuestra soberanía por medio del siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. En recompensa a los servicios que prestó a la patria el C. sargento 1ro. Pedro Meneses, se le concede una pensión de dos pesos diarios, que le serán pagados íntegramente por la Tesorería General de la Federación."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 1ro. de diciembre de 1925.- A. Campillo Seyde.- F. González Madrid."- Primera lectura.

Se consulta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada. A discusión el primer día hábil.

"2a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"La Cámara - de Senadores remitió a ésta, para los efectos constitucionales, con fecha 29 de diciembre del año próximo pasado, un proyecto de decreto, por el cual se concede una pensión a la señora María Díaz de las Cuevas, en virtud de haber muerto defendiendo al Gobierno del C. Francisco I. Madero, su esposo, el C. capitán primero Gabriel Morales Buzo.

"El proyecto de referencia fue turnado a la 2a. Comisión de Guerra, la cual, después de estudiar las razones que tuvo aquella Cámara - para aprobarlo, es de parecer que se conceda la gracia de que se trata ya que el solo hecho de haber muerto el citado militar defendiendo a un Gobierno legítimo, da derecho a la interesada a disfrutar de la pensión que solicita.

"En esta virtud, tiene el honor de someter a la aprobación de vuestra soberanía, el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se concede a la señora María Díaz de las Cuevas viuda de Morales Buzo, como recompensa a los servicios que prestó a la patria su finado esposo, el C. capitán primero Gabriel Morales Buzo, una pensión de tres pesos veinticinco centavos diarios, que le serán pagados íntegramente por la Tesorería General de la Nación, mientras conserve su actual estado civil."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso General.- México, a 1ro. de diciembre de 1925.- José María Sánchez.- Ismael Romero G." - Primera lectura.

Se consulta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura. los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada. A discusión el primer día hábil.

"1a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"El 13 de octubre del año actual, el C. diputado Vicente Anzures solicitó ante esta H. Cámara - que se concediera una pensión de $15.00 diarios al menor Nicolás Zapata, hijo del extinto C. Emiliano Zapata, sostenedor de la revolución suriana.

"Previa dispensa de trámites, el escrito del C. Anzures se turnó a esta 1a. Comisión de Guerra, la que tomando en cuenta el ambiente favorable que existe en esta Cámara - para la demanda del compañero Anzures; pero, considerando que la cuota que se pide para el interesado es elevada, se permite proponer a la aprobación de vuestra soberanía el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se concede una pensión de seis pesos diarios, hasta que llegue a la mayor edad, al menor Nicolas Zapata, hijo del caudillo de la revolución del Sur."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 9 de diciembre de 1925.- J. Nochebuena.- David L. López."- Primera lectura.

Se consulta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada. A discusión el primer día hábil.

"2a. Comisión de Guerra.

"H. Asamblea:

"La Cámara - de Senadores remitió a ésta, para sus efectos constitucionales, con fecha 13 de diciembre de 1920, un proyecto de decreto por el cual se concede una pensión de cuatro pesos diarios a la señorita Enriqueta Fóster, en recompensa a los servicios que prestó a la nación su finado padre, el C. coronel de caballería Francisco Witte Fóster.

"La comisión estudió con todo detenimiento los documentos que obran en el expediente respectivo, los cuales demuestran, de una manera patente, los importantes servicios que prestó a la nación el militar desaparecido, precisamente en la Guerra de Reforma y en la intervención francesa, habiendo

sido condecorado por el entonces Gobierno de la República.

"Por lo anteriormente expresado, y estando comprobado legalmente el parentesco de la solicitante con el C. coronel Fóster, así como el estado civil que en la actualidad guarda, somos de parecer que se conceda la pensión de que se trata y así tenemos el honor de proponerlo a vuestra soberanía por medio del siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se concede a la señorita Enriqueta Fóster, mientras conserve su actual estado civil, una pensión de cuatro pesos diarios, que le serán pagados, sin descuento alguno, por los servicios que prestó a la patria su finado padre, el C. coronel de caballería Francisco Witte Fóster."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, a 1ro. de diciembre de 1925.- José María Sánchez.- Ismael Romero G." - Primera lectura.

Se consulta a la Asamblea si se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada. A discusión el primer día hábil.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"La Asociación Regional de Ganaderos de Querétaro solicita que esta Cámara - de Diputados conceda un premio para los vencedores de la Tercera Exposición Regional de Ganadería."- A la Comisión de Administración.

"El director del periódico "El Heraldo de México", que se pública en Los Angeles, California, envía varios recortes de periódico, en los que se tratan asuntos relativos a la irrigación de nuestro país."- Recibo.

"La señora Consuelo Bracho viuda de Gámez solicita se le conceda una pensión como viuda del C. licenciado y coronel Ramón Gámez Treviño, diputado al Congreso Constituyente de Querétaro."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El C. Gustavo Meza solicita permiso para aceptar la condecoración de Caballero de segunda clase de la Real Orden de San Olav, que le confirió el rey de Noruega."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"El C. Manuel Pérez Palma solicita permiso para aceptar el cargo de agente consular de la República de Guatemala en Tenosique, Tabasco."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El C. Pedro Salas solicita pensión por la muerte, en campaña, de su hijo, el mayor José María Salas."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La señora María Natalia viuda de Oliver, solicita pensión por los servicios prestados a la patria por su extinto esposo el comodoro de la Armada Nacional, Eduardo Oliver G."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El teniente Narciso Paredes solicita el pago de las cantidades que se le adeudan por concepto de bonos."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Natalia López viuda de Escalante solicita pensión vitalicia por la muerte en campaña de su esposo el C. Felipe M. Escalante."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Soledad de la Garza viuda de Galván solicita se le otorgue pensión por los servicios prestados a la nación por su extinto esposo el alférez Lino Galván."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"La señorita Elisa de la Cruz solicita pensión por la muerte en campaña de su padre el coronel Pedro Cruz."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"La señora Delfina Garza viuda de Garza solicita pensión por los servicios prestados a la revolución por su extinto hijo el capitán 1ro. de Caballería, David G. Garza."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

"El C. Adolfo de la Garza solicita pensión vitalicia por los servicios que ha prestado a la nación en épocas difíciles."- A la 1a. Comisión de Peticiones.

"El C. Julián López A. suplica se derogue, por anticonstitucional, la Ley General de Pensiones Civiles de Retiro."- A su expediente.

"El Ayuntamiento de San Pedro, Coahuila, solicita que el Erario federal adquiera la casa en que por mucho tiempo residió el extinto benemérito de la patria, don Francisco I. Madero, estableciendo en ella una Escuela Industrial de Artes y Oficios." - Recibo, y a la 1a. Comisión de Peticiones.

"Numerosos profesores de instrucción primaria de la ciudad de Puebla, envían un escrito

quejándose de que el Gobierno del Estado, en los diez meses que llevan de administración les adeuda once decenas, que importan más de $112,000.00, sin que las gestiones que han hecho cerca del propio Gobierno, les hayan dado resultado alguno."- Recibo.

"La señora Angela Cruz viuda de Sánchez solicita se le conceda pensión por los servicios prestados a la patria por su extinto padre el coronel Nolasco Cruz."- A la 2a. Comisión de Peticiones.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Por acuerdo de vuestra soberanía, la 1a. Comisión de Peticiones que suscribe recibió, para su estudio y dictamen, la solicitud presentada por el C. Rafael Rosales, teniente retirado del Ejército Nacional, a fin de que se le reanude la pensión que antes disfrutaba.

"Examinado que hubimos esta solicitud, y los documentos que la acompañan, al encontrarlos ajustados a los preceptos legales, opinamos se turnen a la Comisión de Guerra que corresponda, para que ella determine lo que haya lugar.

"En tal sentido nos permitimos consultar a la H. Cámara - , pidiendo su aprobación para el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda al escrito y documentos enviados por el C. Rafael Rosales, teniente retirado, por los que solicita se le reanude la pensión que disfrutaba.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión .- México, D. F., a 27 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. "Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"A la Comisión de Peticiones que subscribe, vuestra soberanía acordó turnar el escrito y documentos que envió a la H. Cámara - la señora Carmen B. viuda de Barrón, solicitando se le conceda una pensión por los servicios que prestó su extinto esposo, el teniente coronel del Cuerpo de Veteranos, Manuel Barrón, desde el año de 1850.

"Hecho el examen respectivo a esta solicitud, los subscriptos la encontramos perfectamente ajustada a los preceptos legales, y no tenemos inconveniente alguno para que sea turnada a la Comisión de Guerra que corresponda, para su debida resolución.

"En tal concepto, nos permitimos presentar a la H. Asamblea, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, el escrito y documentos de la señora Carmen B. viuda de Barrón, por los que solicita una pensión como viuda del teniente coronel del Cuerpo de veteranos, C. Manuel Barrón.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 27 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisionó de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Los subscriptos, miembros de la 1a. Comisión de Peticiones, recibimos, para su estudio y dictamen, el expediente formado con los memoriales, telegramas y escritos que el Ayuntamiento y los sindicatos de Estibadores y Campesinos de Salina Cruz, Oaxaca, apoyados por la Confederación Regional Obrera Mexicana, enviaron a la H. Representación Nacional solicitando su intervención a fin de lograr que la bahía del mencionado puerto sea desazolvada.

"Después de examinar convenientemente esta solicitud, al encontrarla justificada, somos de parecer que se haga del conocimiento de la Comisión de Presupuestos y Cuenta, para su debida resolución.

"En tal virtud, nos permitimos proponer a la H. Cámara - , dé su aprobación al siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Presupuestos y Cuenta la solicitud que presentan el Ayuntamiento y los sindicatos de Estibadores y Campesinos de Salina Cruz, Oaxaca.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F. a 27 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"En virtud de un dictamen que esta 1a. Comisión de Peticiones presentó a la H. Cámara - , con fecha 22 de octubre último, y que vuestra soberanía aprobó, el C. Enrique Arteaga envió los documentos necesarios que se le pidieron para justificar su solicitud de jubilación.

"Como dichos documentos se encuentran en forma legal, la comisión que subscribe opina se turnen a la Comisión de Guerra que corresponda para que acuerde lo que haya lugar.

"En tal virtud, se permite presentar a vuestra soberanía, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, la solicitud que presenta el C. Enrique Arteaga, a fin de que se le conceda su jubilación por los

servicios que prestó en diversos puestos públicos, durante cuarenta y dos años."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 5 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"2a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Vuestra soberanía acordó turnar a la 2a. Comisión de Peticiones que subscribe, el memorial que, con fecha 16 de octubre último, envió la señora Jovita Contreras viuda de Ortiz, solicitando que la H. Representación Nacional le conceda una pensión como viuda del mayor Ignacio Ortiz, muerto en campaña.

"Esta comisión, después de examinar dicha solicitud y los documentos que la acompañan, al encontrarlos apegados a la ley, opina se turnen a la Comisión de Guerra que corresponda para su debida resolución.

"Por tal motivo, se permite solicitar de la H. Cámara - , la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, el memorial de la señora Jovita Contreras viuda de Ortiz, solicitando una pensión como viuda del mayor Ignacio Ortiz, muerto en campaña."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 13 de noviembre de 1925.- Alfredo Romo.- A. Cerisola."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"2a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"El C. José María de Regil, en un ocurso fechado el día 9 de octubre último, solicita que la H. Cámara - le conceda el permiso constitucional necesario a fin de que pueda ejercer el cargo de vicecónsul honorario del reino de Suecia en el puerto de Progreso, Yucatán.

"Esta 2a. Comisión de Peticiones, a quien por acuerdo de vuestra soberanía, fue turnada dicha solicitud, al encontrarla ajustada a los preceptos legales, cree conveniente se haga del conocimiento de la Comisión de Relaciones Exteriores en turno, para que ella resuelva lo necesario.

"En tal virtud, se permite someter a la ilustrada consideración y deliberación de la H. Asamblea, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Relaciones Exteriores en turno, la solicitud que presenta el C. José María de Regil, a fin de que se le conceda el permiso constitucional necesario y pueda ejercer el cargo de vicecónsul honorario de Suecia en el puerto de Progreso, Yucatán."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., a 13 de noviembre de 1925.- Alfredo Romo.- A. Cerisola." Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"2a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"A esta 2a. Comisión de Peticiones que subscribe, paso, para su estudio y dictamen, el memorial que la Sociedad de Alumnos de la Escuela Superior de Administración Pública envió, solicitando el apoyo moral y efectivo de la H. Representación Nacional.

"Hecho el examen de rigor al citado escrito, al encontrarlo ajustado legalmente, los que subscribimos creemos conveniente pase a la Comisión de Presupuestos y Cuenta para que ésta determine lo que haya lugar.

"En tal virtud, nos permitimos consultar a la H. Cámara - , para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Túrnese a la Comisión de Presupuestos y Cuenta el memorial de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Superior de Administración Pública, en que solicitan el apoyo moral y efectivo de esta H. Cámara - ."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 13 de noviembre de 1925.- Alfredo Romo.- A Cerisola."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"2a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Por acuerdo de vuestra soberanía, la 2a. Comisión de Peticiones que subscribe, conoció del memorial enviado por el C. José Jesús Méndez, en que solicita se le pensione en virtud de los servicios que prestó a la revolución desde el año de 1910.

"Después de examinar dicha solicitud y los documentos que la acompañan, al encontrarlos en forma legal, los que subscribimos somos de parecer se turnen a la Comisión de Guerra que corresponda, a fin de que ésta resuelva lo conducente.

"En tal virtud, nos permitimos presentar a la H. Representación Nacional, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda la solicitud que hace el C. José Jesús Méndez, a fin de que se le pensione por los servicios que ha prestado a la revolución."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a

16 de noviembre de 1925.- Alfredo Romo.- A. Cerisola."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"A. la 1a. Comisión de Peticiones que suscribe fue turnado, por acuerdo de vuestra soberanía, para su estudio y dictamen, el expediente formado con la solicitud que, por conducto del cónsul general de México en El Paso, Texas, enviaron las señoritas Concepción , María Sixta y Julia Sepúlveda, a fin de que se les conceda una pensión en virtud de los servicios que prestó a la patria, durante la intervención francesa, su finado padre, el coronel Pascual Sepúlveda.

"Habiendo examinado dicha solicitud y los documentos que la acompañan, al encontrarlos ajustados a los preceptos legales, los que subscribimos juzgamos oportuno se turne a la Comisión de Guerra que corresponda, para su debida resolución.

"En este concepto, nos permitimos consultar a la H. Cámara - , pidiendo la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Pasen a la Comisión de Guerra que corresponda, el escrito y documentos que enviaron las señoritas Concepción, María Sixta y Julia Sepúlveda, a fin de que se les conceda una pensión por los servicios que prestó a la patria su extinto padre, el C. coronel Pascual Sepúlveda."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión,- México, D. F., a 5 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Por acuerdo de vuestra soberanía, la 1a. Comisión de Peticiones que subscribe, recibió, para su estudio y dictamen, la solicitud presentada por el C. Crisóforo García, coronel de las fuerzas regionales "Sierra Juárez", a fin de que se le conceda su pensión de retiro, por haber quedado inutilizado en acción de guerra.

"Estando esta solicitud en forma legal, los que subscribimos creemos sea conveniente turnarla a la Comisión de Guerra que corresponda, para su resolución.

"En tal concepto, nos permitimos consultar a la H. Asamblea, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, la solicitud presentada por el C. Crisóforo García, a fin de que se le conceda su pensión de retiro."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 10 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación, económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"El C. Pedro Domínguez, en un ocurso fechado el 29 de octubre último, que envió a la H. Representación Nacional, solicita se le conceda una pensión por los servicios que prestó a la patria, luchando en contra del llamado imperio de la intervención francesa.

"Esta solicitud, que por acuerdo de vuestra soberanía fue turnada a la Comisión de Peticiones que subscribe, se encuentra apegada a los preceptos legales, por cuyo motivo creemos oportuno se haga del conocimiento de alguna de las comisiones de Guerra, para su debida resolución.

"En tal sentido nos permitimos proponer a la H. Cámara - la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Túrnese a la Comisión de Guerra que corresponda, la solicitud de pensión del C. Pedro Domínguez, quien prestó sus servicios a la patria luchando en contra del llamado imperio y de la intervención francesa."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 10 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Esta a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"A la 1a. Comisión de Peticiones que subscribe, vuestra soberanía acordó turnar el escrito y documentos de la señora Luz Solórzano de Serrano, por los que solicita se le pensione como biznieta de la ilustre dama doña Josefa Ortíz de Domínguez.

"Hecho el examen respectivo de esta solicitud, al encontrarla ajustada a los preceptos legales, esta comisión estima conveniente que se haga del conocimiento de la Comisión de Hacienda en turno, para su debida resolución.

"En tal virtud, se permite presentar a la ilustrada consideración y deliberación de la H. Asamblea, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Hacienda en turno, la solicitud de pensión presentada por la señora Luz Solórzano de Serrano, biznieta de la ilustre dama doña Josefa Ortíz de Domínguez."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F.,

a 26 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Los subscriptos, miembros de la 1a. Comisión de Peticiones, recibimos, por acuerdo de vuestra soberanía, para su estudio y dictamen, la solicitud presentada por el C. Elíseo Pérez A., para que se apruebe un subsidio de $2,500.00, a fin de construir un edificio escolar en la cabecera municipal de Tlacotepec, Estado de Guerrero, pues el local que ocupa actualmente la única escuela que existe, se encuentra en pésimas condiciones.

"Después de examinar con detención estas solicitud, al encontrarla justificada, creemos conveniente se turne a la Comisión de Presupuestos y Cuenta para su debida resolución.

"En tal virtud, nos permitimos presentar ante la ilustrada consideración de la H. Asamblea, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Presupuestos y Cuenta la solicitud del C. Elíseo Pérez A., para que se apruebe un subsidio de dos mil quinientos pesos, con el fin de construir un edificio escolar en Tlacotepec, Guerrero.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 13 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Vuestra soberanía, con fecha 11 del mes en curso, acordó turnar a la 1a. Comisión de Peticiones dos memoriales que envió a la H. Cámara - el C. Carlos Rendón V., capitán 2o. de Infantería, retirado actualmente del servicio activo por inutilización en campaña, en los que solicita: primero, una indemnización de $10,000.00 en lugar de la pensión de que disfruta, y segundo, entrañando tal concesión una reforma a la Ordenanza General del Ejército, pide que la H. Representación Nacional haga dicha reforma.

"Esta comisión, después de examinar detenidamente los memoriales antes mencionados, es de parecer se reserven para cuando la H. Cámara - estudie una nueva Ordenanza General del Ejército.

"En tal virtud, tiene la honra de someter a la ilustrada consideración y deliberación de la H. Asamblea, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Resérvense los memoriales enviados por el capitán 2do. Carlos Rendón V, para cuando la H. Cámara - estudie una nueva Ordenanza General del Ejército. Comuníquese así al interesado.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 13 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso F. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Por acuerdo de vuestra soberanía, la 1a. Comisión de Peticiones que subscribe, conoció de la solicitud presentada por el C. Ventura Barrera, con objeto de que se le aumente la pensión que actualmente disfruta, en atención a los servicios que durante treinta y cinco años ha prestado a la administración pública.

"Como esta solicitud y los documentos que la acompañan est n ajustados perfectamente a los preceptos legales, los que subscribimos creemos conveniente se turnen a la Comisión de Hacienda que corresponda, para su debida resolución.

"Así nos permitimos proponerlo a la H. Asamblea, pidiendo apruebe el siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Hacienda que corresponda, la solicitud presentada por el C. Ventura Barrera, con objeto de que se le aumente la pensión que actualmente disfruta.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara - de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 13 de noviembre de 1925.- Luis Torregrosa.- Alfonso f. Ramírez."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

El C. presidente: Encontrándose a las puertas del salón el ciudadano secretario de Agricultura, se nombra en comisión a los ciudadanos diputados Yépez Solórzano, Gómez y Briones, para que se sirvan acompañarlo.

(El ciudadano secretario de Agricultura, acompañado de la comisión anteriormente nombrada, penetra al salón. Aplausos).

El C. secretario Cerisola: Está a discusión, en lo general, el proyecto de ley sobre irrigación con aguas federales, enviado por el Ejecutivo de la Unión.

El C. presidente: La Presidencia, considerando que este proyecto de ley es de obvia y urgente resolución, somete a la consideración de la Asamblea la conveniencia de constituirse en sesión permanente. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se constituye la Cámara - de Diputados en sesión permanente. Tiene la palabra el ciudadano secretario de Agricultura y Fomento.

El C. secretario de Agricultura y Fomento, ingeniero Luis L. León: Honorable Asamblea:

Correspondiendo a la galante invitación que me hiciera el señor presidente de esta Representación Nacional para que, con mi carácter de secretario de Agricultura, viniera en representación del Ejecutivo a informar a ustedes sobre el proyecto de ley de irrigación que se discute, acudo ante ustedes debiendo manifestarles con toda sinceridad, que al mismo tiempo de agradecerles la oportunidad que me conceden para sostener las ideas que norman el criterio del Ejecutivo en este asunto, traigo el entusiasmo del que ve en este proyecto de ley algo muy querido, por lo que durante mucho tiempo ha luchado y ha trabajado. Recuerdo todavía, señores diputados, las clases de agronomía y de hidráulica de la Escuela Nacional de Agricultura, donde los viejos profesores nos enseñaban la arcaica fórmula del conde de Gasparel, de que el calor con la humedad producía la vegetación; y en esta fórmula simplista se nos decía que al exagerarse uno de los factores, el calor, y carecerse de la humedad, se producía el desierto; mientras que, exagerando la humedad y reduciéndose el calor, se producía el pantano; que ambas combinaciones eran incapaces de ayudar a la producción agrícola, porque modifican extraordinariamente el medio en que crecen y vegentan las plantas. De allí que entonces el hombre haya ideado, artificialmente, forma y manera de modificar el medio agrícola para establecerlo de modo que pueda servir para el sostenimiento, crecimiento y fructificación de los vegetales útiles y aprovechables por el hombre. En nuestro país el área cultivada está limitada , como se dice en la exposición del proyecto de ley, a la cantidad de agua que pueden aprovechar en tiempo útil los vegetales, las plantas de cultivo. La que cae directamente del cielo sobre el terreno y que constituye nuestro cultivo de temporal y la enorme mayoría de los cultivos que sostienen la producción nacional, y la que, durante muchos siglos, desde nuestros tiempos indios, se ha podido aprovechar de las corrientes que corren en la superficie del terreno. Podemos decir, sin lugar a equivocarnos, que el ochenta por ciento de las obras de irrigación que actualmente usa nuestra agricultura, fue construído durante el período de la Colonia. Se necesita, pues, para aumentar el área de la irrigación y para asegurar la producción en el área ya cultivada, construir obras de irrigación que regularicen las corrientes de nuestros ríos que aprovechan el agua torrencial que cae sobre la altiplanicie y que se pierden en el mar por las rápidas vertientes que corren hacia los dos océanos, para que se pueda, mediante estas obras, dar al cultivo, en tiempo oportuno, el agua necesaria.

Todos los gobiernos que han soñado en el engrandecimiento de México, todos los pensadores que han estudiado sus problemas, han llegado a la conclusión de que las obras de irrigación eran necesarias en este país para aumentar la producción agrícola, base de su futuro engrandecimiento; pero al discutirse la forma de llevar a cabo la construcción de esas obras y los medios que deben seguirse para el aprovechamiento de las aguas, ya no todos los pensadores ni todos los gobernantes de México, han estado conformes. La acción de la República en favor de las obras de irrigación, puede considerarse de treinta años a esta parte, desde la Ley de Aguas de 94, al presente, y la tendencia del Gobierno porfirista para desarrollar las obras de irrigación en este país fue, naturalmente, influenciada por la idea mater, por la idea que alimentaba aquel Gobierno y que orientaba toda su acción política y social. Gobierno netamente aristocrático y capitalista, tenía que concebir el desarrollo de la irrigación en el país como una consolidación del sistema latifundista de monopolio de la tierra que imperaba entonces en nuestro país; y fue entonces cuando se creyó posible desarrollar las obras de irrigación y aumentar la producción agrícola del país, mediante las concesiones que se podían hacer a particulares o empresas particulares, de construir y llevar a cabo estas obras, ya sea por exención de derechos, por subvenciones o por otros medios indirectos de protección, pero todos tendientes a consolidar la explotación del latifundio en la República. La revolución mexicana, que ha luchado denodadamente contra aquél sistema de propiedad; que creyó que el problema fundamental de México estribaba, precisamente, en el sistema de propiedad rural latifundista, que hacía a unos cuantos privilegiados los dueños, señores y amos de la tierra mexicana y dejaba en el desamparo a las inmensas multitudes de siervos que poblaban esos campos y que no tenían otra oportunidad para buscar su vida que alquilar a mísero precio, a bajo jornal, sus brazos; la revolución mexicana, al romper con esa constitución de la propiedad agraria en México, viene hoy, por primera vez, a enfrentarse con el problema de la irrigación del país, inspirada también en los mismos postulados de dar a la propiedad privada las mejores formas de establecerse, que dicta el interés público, y de imponer al aprovechamiento de las riquezas naturales del país, las modalidades que dicta el interés de la colectividad. Todos estamos conformes en que, para desarrollar la grandeza del país, es menester desarrollar su agricultura; todos estamos conformes en que, para desarrollar la producción agrícola de México, se necesita llevar a cabo grandes y pequeñas obras de irrigación. Y en lo que estamos conformes - y lo sé por distinguidas manifestaciones de opinión que, con motivo de la publicación de la prensa de este proyecto de ley, he recibido de todos los compañeros revolucionarios - , en lo que estamos también todos los revolucionarios conformes, es en que, al llevarse a cabo las obras de irrigación en México para aumentar el desarrollo agrícola del país, se lleven a cabo no para consolidar el latifundio, sino para fraccionarlo y establecer en esos fraccionamientos al mayor número posible de campesinos que puedan conquistar su libertad económica en esas parcelas.(Aplausos). Si esta ley sólo propusiera a ustedes la forma de llevar a cabo las obras de irrigación en el país, de construirlas, de organizarlas y administrarlas, la ley vendría únicamente a fijarse en una parte del problema, en la parte directamente utilitaria del mismo, a aumentar el área de la zona cultivada para aumentar la producción agrícola; pero esta ley - y lo declaramos francamente, por más que se susciten discusiones sobre facultades constitucionales a este respecto, pero no sería capaz el Ejecutivo de esconder una oculta intención en su ley, a la Representación

Nacional - , esta ley - lo declaramos con toda franqueza - , a pesar de la discusión que haya de incapacidades constitucionales, tiene también por objeto social el fraccionamiento de los grandes latifundios y el establecimiento de la población campesina como pequeños agricultores. (Aplausos).

Establecido este postulado, con el que estamos conformes todos los revolucionarios, había que encontrar el procedimiento para llevar a la práctica el proyecto de la irrigación del país. Dos escuelas se han establecido en este respecto; las dos parten de declarar la irrigación de utilidad pública, la construcción de obras de irrigación como de utilidad pública; pero las dos se apartan en el camino a seguir. La primera, que informa muchos proyectos de ley que se han redactado pero que no se han erigido como preceptos legales, establece, para destruir el inconveniente y el obstáculo del egoísmo natural del gran propietario a gozar él individual y exclusivamente de los beneficios del acrecentamiento de valor que la irrigación produce en los terrenos; para destruir ese obstáculo, digo, propone que el Gobierno adquiera todas las tierras de irrigarse, por medio de la expropiación. Este sistema que, efectivamente, legalmente destruye el obstáculo del interés del propietario, tiene ya en su aplicación graves inconvenientes. La expropiación, como todo juicio a seguir en los tribunales, puede, por medio de las combinaciones de que todos tenemos noticia, producir un largo período de litigio hasta tanto se resuelva en definitiva la situación en que quedan los terrenos, y así nosotros vemos expropiaciones declaradas por causa de utilidad pública, pendientes de resolver durante diez doce años, después de haberse iniciado el procedimiento. Y podríamos, con el procedimiento de expropiación por causa de utilidad pública, estar pendientes de la resolución judicial dentro de diez o doce años, y las obras sin construirse y los beneficios sin recibirlos el pueblo mexicano. Además, la expropiación total por causa de utilidad pública priva, igualmente, al agricultor terrateniente, de un derecho que él puede tener a conservar su carácter de agricultor. Ustedes saben que en los terratenientes de la República priva un sentimiento de amor, de poderío y dominio sobre la tierra; no son solamente los intereses económicos, egoístas, de parte de ellos, los que los empujan a pelear por esta tierra; nosotros sabemos que, por la atmósfera misma de prejuicios en que han crecido, por la educación en que se han formado, por el medio en que han alentado, tienen un amor enorme al poderío que supone la propiedad de la tierra; aman aquella tierra que fue de sus mayores, como si fuera un motivo de nobleza, como si fuera un título que les diera una superioridad sobre el resto de siervos que trabajan esas tierras; y, por tanto, había que dar la oportunidad a ese propietario de poderse conservar como agricultor, poseyendo, cuando menos, una parte de esta tierra, si él no podía, en un momento dado, contribuir a las obras de irrigación.

Por tal motivo, al analizar los caminos a seguir para llevar a cabo las obras de irrigación en la República, el Ejecutivo desechó francamente el camino de la expropiación, por impropio, por poco práctico y, además porque las expropiaciones por causa de utilidad pública tendrían que ser pagadas en metálico; y nosotros, desde el punto de vista de la capacidad financiera del Gobierno, que es limitada, tendríamos que dedicar una buena parte de la suma que ustedes voten para obras de irrigación anualmente, a la indemnización de las tierras, limitando en mucho la capacidad financiera del Gobierno para llevar adelante la costosa construcción de las obras. Fue entonces cuando el Gobierno - lo decimos con toda franqueza - , decididamente revolucionario, rompió con todos los proyectos esbozados y, con relativa audacia, en un medio revolucionario como el nuestro, en que no puede asustarnos ninguna audacia, francamente trajo a la consideración de ustedes un proyecto de ley revolucionaría, y en el fondo, eminentemente inspirada en las teorías de Henry George. Ustedes saben, señores, que el incremento del valor de la tierra no ganado por el propietario, de que habla Henry George, y gozado por él es el que ha dado una supremacía a la propiedad de la tierra sobre la propiedad de cualquier otro objeto de explotación, porque en favor del propietario, en beneficio del dueño de un pedazo de tierra, está trabajando constantemente toda la colectividad; y el aumento de población y el desarrollo de las vías de Comunicación y aun la elevación del nivel educacional del pueblo, que le hace aumentar sus necesidades y, por tanto sus demandas de objetos que se producen por medio de la agricultura, todo ese trabajo de la colectividad est produciendo incesantemente un incremento de valor en el terreno, y ese incremento de valor, que no es ganado por el propietario, está siempre siendo gozado por el propietario mismo. Con mayor razón si nosotros examinamos desde el punto de vista de la irrigación este fenómeno, encontramos que la tierra sin riego tiene un precio bajo y que la tierra regada tiene un incremento de valor, desde el punto de vista de su costo, igual al precio que tenía la tierra sin riego, más al valor de las obras de irrigación, pero, además, con un margen mayor por el trabajo mismo de la colectividad, por el aumento de población y de producción que se fija en esas tierras irrigadas. Y ese deseo de los terratenientes, de gozar exclusiva e individualmente ellos el incremento de un valor de la tierra no ganado por el esfuerzo directo de ellos, ha sido el gran obstáculo para que se ejecuten obras de irrigación en este país.

Ustedes, que han tratado a tantos terratenientes, saben que cada hacendado, que cada dueño de rancho ha soñado constantemente y ha cobijado en su imaginación un proyecto de irrigación que va a volver de regadío la totalidad o una gran parte de sus tierras. El tiene in mente un proyecto de presa o de canal que va a darle enorme valor a sus propiedades; y, sin embargo, señores durante treinta y cinco años, lo que la propiedad rural en México tuvo, más que garantías, fue abuso verdadero de los derechos de propiedad, y que estos señores, que eran la base y el sostén del Gobierno porfirista, gozando del crédito financiero que había consolidado aquel Gobierno, no pudieron efectuar las obras de irrigación de la República. El mismo ensayo desgraciado de la Caja de Préstamos, concebido fundamentalmente como un proyecto de

organización para obtener las obras de irrigación de la agricultura capitalista de la República, fue un fracaso formidable que nos demuestra la incapacidad de los latifundistas de este país para irrigar las tierras y desarrollar la agricultura de la nación. Ustedes saben que en menos de dos años, y so pretexto de obras de irrigación, en la Caja de Préstamos el Gobierno entregó cincuenta millones de pesos a cosa de noventa privilegiados; las obras de irrigación no se hicieron, pero los cincuenta millones de pesos se evaporaron. Creo que la historia misma de la propiedad rural de México nos demuestra la incapacidad de los latifundistas para llevar a cabo la irrigación del país, en cambio; cada vez que una empresa particular, cada vez que el Gobierno ha pretendido llevar a cabo una obra de irrigación en México, surge como obstáculo económico insuperable el interés del propietario en llevarse él, en gozar él el incremento del valor de la tierra que se va a obtener por medio de la inversión de la empresa o del Gobierno. Como un caso que tuvo cierta resonancia nacional - sin que quiera hacer de esto un asunto político, pero que es típico de la mentalidad con que juzgan el problema los terratenientes - , les hablaré, por ejemplo, del fracaso formidable del "Canal Rosales", en Sinaloa. El "Canal Rosales", en Sinaloa, lo construyó el Gobierno del Estado por medio de dinero prestado por la Federación y se gastaron en ese proyecto dos millones ochocientos mil pesos. Sin embargo, por no haberse previsto la forma de que el Gobierno obtuviera beneficio en esa inversión que hacía con el incremento del valor que se le daba al terreno, sino dejando ese incremento en favor de los latifundistas, el Gobierno federal actualmente no tiene ninguna garantía de los dos millones ochocientos mil pesos que gastó allí por conducto del Gobierno del Estado; y, en cambio, antes de que se terminen las obras, antes de que se liquide al Gobierno, antes de que se organice la forma de devolver al Gobierno los fondos que él suministró, ya los terratenientes beneficiados están fraccionando sus terrenos y vendiéndolos a altos precios y, desgraciadamente, en la generalidad de los casos, a extranjeros. (Voces: ¡Es cierto!) ¿Y saben ustedes la proposición maravillosa que hicieron al Gobierno federal para que el Gobierno federal continuara las obras? Pues fue la siguiente: "Las obras valen dos millones ochocientos mil pesos; aquí se necesita un millón de pesos más de inversión para terminar las obras. Que el Gobierno federal invierta otra vez un millón de pesos más y nosotros le damos de garantía las mismas obras". (Murmullos). ¡Las obras que había construído el Gobierno federal con su dinero!

El C. López Sorcini: ¡Es cierto! ¡Es cierto!

El C. secretario de Agricultura y Fomento: Juzgando con esta mentalidad, era imposible que ni empresas particulares, ni Gobierno pudieran llevar adelante las obras de irrigación, porque serían un tremendo fracaso financiero. Si la empresa hiciera la inversión del capital, no podía disponer, como compensación, del incremento del valor que se obtiene en el terreno llevando el agua y aplicándola como riego; por tal motivo, nosotros hicimos un proyecto de ley sencillo y claro: nosotros pedimos a la Representación Nacional que declare de utilidad pública la irrigación de la propiedad privada. Creamos un órgano para llevar a cabo estos proyectos y estas construcciones, y cuando este órgano declare, después del estudio de un proyecto: "esta zona de irrigación se declare de utilidad pública", se les comunica así a los propietarios que queden comprendidos dentro de la zona y se les impone la obligación de llevar a cabo las obras de irrigación. Si los propietarios no pueden efectuarlas por incapacidad económica, el Gobierno hace las obras de irrigación; pero les pide, en compensación del dinero invertido, una parte de las tierras irrigadas, en tal forma, que la parte que quede en propiedad del terrateniente, ya irrigada, tenga análogo valor o igual valor al que tenía su propiedad sin irrigar, compensación que no afecta económica y numéricamente el valor que tenía antes el propietario y que, en cambio, compensado al Gobierno de la inversión que hace en obras de irrigación, deja a un lado el obstáculo del interés egoísta del propietario, de gozar él exclusivamente el incremento del valor del terreno no ganado ni por su esfuerzo ni por su capital. En una exposición sencilla y clara, ese es el funcionamiento fundamental del proyecto de irrigación que el Ejecutivo tiene el honor de someter a la ilustrada consideración de ustedes. Pero también el proyecto de irrigación que se propone, tiene una finalidad muy interesante, una finalidad social y política que no debe dejar pasar inadvertida esta honorable Asamblea: ustedes saben, señores diputados, que con motivo de la revolución, la masa campesina del país se ha agitado incesantemente, y la revolución ha reclutado sus más ardientes defensores y sus más valientes soldados en los campesinos que habían sido despiadadamente despojados aun de sus atributos más elementales de hombres y sus derechos primordiales a la vida, por muchos latifundistas que hacían de este sistema un abuso y una explotación; de esa masa que pudiéramos llamar de un menor nivel intelectual, de un menor nivel de desarrollo económico y social, ha surgido esa agitación agrarista campesina que la revolución ha tenido que analizar por medio de la Ley de 6 de enero y del artículo 27 constitucional, para llenar sus justas aspiraciones y satisfacer sus necesidades; pero de esa misma masa, en virtud muchas veces de una mayor energía individual, de una mejor preparación o de la suerte de haber recibido una educación, accidentalmente han surgido y se han elevado a un nivel un poco superior desde el punto de vista económico para luchar por la vida, campesinos de origen que trabajaron allá con los hacendados, no en forma exclusiva de peones, sino que trabajaron como medieros, o que trabajaron esas tierras en arrendamiento; proletarios como los otros, campesinos que nunca podrían, dentro del régimen latifundista, aspirar a ser propietarios de ningún pedazo de tierra, campesinos que estaban también condenados a trabajar tierras que nunca serían suyas, pero precisamente porque trabajaban las tierras del hacendado y éste, en el contrato de aparcería o en el arrendamiento, les permitía un margen de utilidad para satisfacer sus necesidades, por eso ellos creyeron, equivocadamente, en muchos casos, que sus intereses estaban del lado del latifundista y no del lado del

verdadero proletario de los campos, porque las dotaciones de ejidos quitaban a los hacendados pedazos de tierra que ellos habían sembrado durante muchos años y porque veían en la revolución algo que sin resolverles su problema económico, venía a atentar contra sus antiguos medios de vida y ellos han sido desgraciadamente los que han formado las guardias blancas de los hacendados y ellos han sido los que con el nombre de fraccionistas han atacado a los ejidatarios, sobre todo en Puebla y Tlaxcala. Son proletarios como los otros, porque nunca podrán aspirar, dentro del sistema latifundista, a obtener un pedazo de tierra; pero la revolución tampoco puede ser injusta con ellos, ni porque se han equivocado, negarles todo derecho: si son campesinos y proletarios la revolución, en otra forma, si ellos no han sabido orientarse social y políticamente, agrupándose con sus hermanos los desposeídos que pidieron ejidos, la revolución tiene la obligación también para con esa población campesina y trabajadora, de ofrecerle la oportunidad de que adquiera un pedazo de tierra en propiedad, como pequeños propietarios, y entonces, señores, la revolución habrá conquistado una enorme mejoría en las masas campesinas. Por eso es que en el proyecto que se somete a la consideración de ustedes se establece el fraccionamiento de los terrenos a irrigar, para que en esos fraccionamientos, aquellos individuos que surjan de la masa campesina con una mayor ambición que los ejidatarios, o los ejidatarios mismos, liberados ya por las facilidades económicas que la revolución les ha dado al proporcionarles la tierra, ya tengan una ambición mayor que la explotación de una parcela o del ejido, que tengan la oportunidad, con el fraccionamiento de la zona de irrigación, de ir a desarrollar sus actividades en la parcela un poco mayor del fraccionamiento, y ellos serán, como dice la exposición de motivos, la clase intermedia entre el campesino de abajo, liberado por el ejido en la parcela ejidal o por su patrimonio de familia, y el terrateniente que conserva todavía algunas extensiones que cultivar; ellos serán la clase intermedia que vendrá a minorar los choques violentos de esos dos intereses que durante mucho tiempo tendrán que ser constantemente antagónicos, y ellos servirán también, con su ejemplo de actividad económica, de previsión y de trabajo, el ejemplo para los parcelarios del ejido que deseen desarrollar mayor energía y tener mayores ambiciones, y serán también la barrera y el freno de las aspiraciones monopolizadoras de los latifundistas.

El Gobierno de la República cree que la revolución tiene la obligación de volver sus ojos también a esa masa que podríamos llamar de los campesinos de la clase media de la República; cree que tiene la obligación la revolución, de liberarlos económicamente, dándoles facilidades de obtener un pedazo de tierra para que con su trabajo conquisten la vida de ellos y de sus familias; por eso, no solamente enarbolando un pendón de progreso y un pendón de utilitarismo público para aumentar la producción agrícola del país, sino también enarbolando la misma bandera de la revolución, para levantar sobre estas bases la masa campesina que, vinculada a la tierra, liberada económicamente por la revolución, sea el futuro sostén de las instituciones revolucionarias y del país; por eso con toda tranquilidad entrego esta ley a vuestras conciencias revolucionarias. (Aplausos).

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano diputado Caloca.

El C. Caloca: Señores diputados:

Recuerdo que al tratar aquí del patrimonio de familia, resultó indiscutiblemente una de las sesiones más interesantes y movidas, ya que éste estaba relacionado directamente con el problema agrario. En esa vez yo tuve también el honor de venir a impugnar el patrimonio de familia, porque comprendí que con mi verbo negativo tendría que obligar, tanto al secretario de Agricultura, como a los demás, a pronunciar los mejores discursos y a ofrecer aquí la filosofía que regula y que sostiene el problema en cuestión. Por aquella vez, recuerdo que hicimos hincapié sobre el problema de la tierra, que comprende el ejidal, el fraccionamiento, la división del latifundio y sus demás aspectos, y no me parece que olvidé en aquella vez también hablar de la política agrícola, que es uno de los problemas que más interesan al Partido Nacional Agrarista y, por ende, también, a la Cámara de Diputados. Dejando, pues, a un lado el problema de la tierra y entrando al problema, o sea a la política hidráulica de este país, debo hacer saber, señores, que el Partido Nacional Agrarista tiene interés en que se favorezca la pequeña captación, y para ello vamos a entrar en este asunto, que será de suma importancia, para que llegue al conocimiento del mismo secretario de Estado y él tenga en cuenta los propósitos del Partido Nacional Agrarista, que son los de los campesinos de la República, a través del mismo partido. Nosotros, señores, tenemos la altiplanicie de la República, en la que año por año Dios lleva allí las aguas, y vemos cómo se van a los mares, sin que nuestra holgazanería nos permita poner un dique; todos los gobiernos antes han olvidado este problema y, en cambio, nuestros pueblos allá unas veces mirando al cielo y otras a la tierra, para ver si viene el líquido, no lo consiguen, y muchas veces, en sus destinos, quién no conoce que quieren bajar el agua a base de rogativas y rezos, volteando a San Antonio y paseando a San Juan por los llanos, y el agua no viene.

De aquí que, en el problema de irrigación no se trata de grandes obras de irrigación, sino de detener las tierras que se lleva el agua año por año, no obstante que también nos la manda Dios año por año voluntariamente. De manera que este es uno de los aspectos del problema hidráulico, señor secretario de Agricultura y Fomento, de nuestro país. Bien sé que en el proyecto de ley viene ya comprendido, pero es necesario que llegue a la conciencia de la Comisión Nacional de Aguas, que, de paso diré, no debe estar constituída por un representante de Hacienda, ni por un representante de los agricultores, porque entonces el representante de Agricultura quedaría en minoría y los reaccionarios tendrían que vencerlo, porque un representante de Hacienda tiene que ser reaccionario entre ellos y sería juez y parte y tendría que estorbar su labor hidráulica. Cuando toquemos este punto yo propondré que sean cinco representantes: uno de la Comisión Nacional Agraria, otro

del Departamento de Aguas, otro del Departamento Forestal, otro del Departamento de Tierras y otro, no de Hacienda, sino de la misma Secretaría de Agricultura, señor ministro. Volviendo a eso de cómo podríamos salvar nosotros esa situación del Norte, en que me parece que diariamente viene ese tren del Norte como una especie de bandada, en aquellos campos desolados, con los cielos rojos que parecen estar enojados con la tierra, y la tierra ardiendo como si también fuera enemiga del cielo, y es que falta, indiscutiblemente, que detengamos el agua allá para que surja el árbol y con él la nueva climatología, nuevas flores, nuevos pensamientos, nueva poesía. Señor secretario de Estado: para eso no son precisamente las grandes presas, sino las pequeñas, porque hay que detener la tierra, allí nuestros campesinos ven de una manera disimulada o casi inconsciente, cómo se lleva año por año el agua la tierra hacia el mar, sin que nosotros podamos detenerla y nosotros, más que ninguno, debemos detenerla ante todo. En cambio, el Ferrocarril del Sur parece un brazo que se nos tiende, porque pasa en medio de una vegetación exuberante, al otro país, sigilosamente, llevándose todas las riquezas y nuestros hombres más fuertes, los cuales van a gastarse en aquel país. Allí está el problema que necesitamos hacer llegar a la conciencia del secretario de Agricultura y Fomento. Se diría: ¿cómo haremos eso? En otros países, el problema no es precisamente la cortina, porque eso costaría, por ejemplo, como la presa de Escamé, en Zacatecas, para la que se han presupuestado noventa mil pesos para la cortina, pero el problema de irrigación es la canalización, que cuesta millón y medio de pesos y eso, comparando con las pequeñas, sería un gran resultado para la República. Y esto que decimos de la pequeña captación, también diremos que es necesario crear los pantanos, como se ha hecho en Europa, los pantanos artificiales, que son necesarísimos para ir transformando la climatología del país. A este pantano artificial o espontáneo, hay que irle abriendo drenajes, venas, para que vaya dando su agua a los terrenos inmediatos. Aquí mismo tenemos el pantano de Zacualpan, que riega cuatrocientas mil hectáreas, y el de Xico, que riega más de doscientas mil y, sin embargo, no ha pasado por allí ni un ingeniero, ni un secretario, ni nadie ha pasado por allí; pero, en cambio, esos pantanos están próximos a desaparecer; y ahora, sobre este particular, diré que si en el Norte no tenemos mucha agua, en el Sur vemos el espectáculo contrario: allí no se siembra por el exceso de agua, no se canaliza por exceso de agua, no se abren caminos por exceso de agua. De manera que allá, en el Norte, es donde tenemos que hacer esas pequeñas captaciones, y en el Sur tenemos que abrir arterias que, debo advertirle, señor ministro, creemos que, para nosotros, son de más importancia las arterias hidráulicas que los mismos ferrocarriles. Y recuerdo en estos momentos que a fines del siglo pasado, Joaquín Costa, uno de los hombres más grandes de España, decía a los políticos: regad, señores, si queréis que vuestro paso deje la huella de vuestra personalidad. Los árabes pasaron por España y ha desaparecido su religión, ha desaparecido su civilización, sus templos, sus tumbas, y, sin embargo, su memoria está viva porque subsiste su irrigación.

Yo no sé si con estas cuantas frases habré llevado al ánimo del señor secretario la necesidad de que se dé preferencia a la pequeña captación y no a la grande, porque para nosotros la primera es de suma importancia. Ahora, respecto de lo que él decía sobre el artículo 5to., de que se les dirá a los latifundistas: se les van a expropiar a ustedes sus terrenos, pero primero se les dice: tienes tantos meses para que ejecutes esas obras de irrigación. Desde luego, debo advertir que esto de decírselos es un timo, porque no harán las obras por muchos motivos; de manera que, si no las harán, ¿para qué vamos a poner un artículo, una cosa que no tendrá aplicación en nuestro medio? Desde luego, porque no se aborda en esta ley la verdadera expropiación. Hay que advertir, y esto es muy sabido, que en Italia, España, Francia, las obras de irrigación particulares no dan ningún resultado, y si las llegan a hacer, tienen este grave inconveniente: supongamos, por ejemplo, que un agricultor, a la orilla de un canal, quiere experimentar un cultivo nuevo. Si el agua es de particulares, no le permitirán la cota, porque le cargarán el tanto por ciento del capitán invertido, no le permitirán la cota de aquella agua; en cambio, el Gobierno, si es propietario de esos canales, él sí puede, por cuestión de utilidad pública, decirle: yo te perdono uno, dos o tres años, para que puedas ensayar cinco o seis cultivos. Por otra parte, nosotros, y me parece que uno de los ingenieros comisionados por la misma Secretaría de Agricultura y Fomento, que fue a los Estados Unidos, trajo este experimento: los Estados Unidos se pusieron a hacer presas sobre terrenos privados; una vez que levantaron las cortinas, que hicieron la canalización, entonces ellos resultaron con valores muy especiales para sus terrenos, y, o no regaban, o ponían este inconveniente: el de no hacer caso al Gobierno, y, total, un verdadero estorbo para el Gobierno, con pérdida completa para todo el país. Hoy han pretendido ver de qué manera solucionan este problema, y no pueden, porque se han encontrado con el enorme valladar de la propiedad privada. Luego, si nosotros podemos experimentar en cabeza ajena, ¿por qué vamos en este momento a decirle: te doy dos o tres meses para que hagas presas? Desde luego, no las hacen, tienen tres siglos y nunca las han hecho, y no las harán ni en otros tres, ni en nueve. De manera que estas palabritas dentro de la ley, no son más que una camisa de fuerza que no le vendrá a ningún loco. Aquí el asunto es expropiar la tierra y hacer las obras desde luego. Yo no sé cómo podrían resolverse por la Secretaría de Agricultura y Fomento, ciertos problemas muy especiales del país, tales como la presa de Escamé o la de Achoquén y otras, en donde en estos momentos cinco o seis pueblos se encuentran disputándose el agua, pero esto será cuestión de detalle al entrar a la discusión en lo particular. Por el momento yo, que me había inscrito en el contra, he resultado más bien en pro y he querido, antes de que se apruebe en lo general este proyecto de ley, llevar a la conciencia del secretario de Agricultura y Fomento, primero: que esa comisión no debe

estar formada por un representante de Hacienda ni por un representante de los agricultores, sino que debe estar formada por representantes de la Comisión Nacional, por representantes del Departamento de Aguas, por representantes del Departamento de Tierras y por representantes del Departamento Forestal y por la misma Secretaría de Agricultura y Fomento, y, segundo, llevar a la conciencia de esa comisión de la Secretaría, cuando esté instalada, la necesidad urgente de la pequeña captación en este país. (Aplausos).

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Fabila.

El C. Fabila: Antes de votar esta ley, ciudadanos diputados que pedís la votación, vengo en nombre de la comisión a exponer algunos fundamentos del proyecto desde un punto de vista absolutamente técnico. El señor secretario de Agricultura y Fomento ha fundado el proyecto en otros de sus aspectos: jurídico y revolucionario, y la comisión considera muy importante en esta ocasión, aunque no sea para obtener un convencimiento que ya existe de por sí en la Asamblea, sino para sentar algunos datos y para fijar algunos conceptos que en materia de técnica hidráulica han sido equivocadamente fijados por la prensa y algunos economistas o teorizantes del problema hidráulico del país. No será tal vez inoportuna una digresión que la Asamblea me permitir , consistente en llamar su atención sobre el hecho de la eficiencia legislativa del segundo período de la XXXI Legislatura.

En alguna ocasión decía yo que la censura que la prensa hacía respecto de la flojera, de la incapacidad legislativa de los diputados, no tenía todas sus causas en los mismos diputados, sino que había fuera del recinto del Factor otras causas que concurrían para que no fuera elevada la eficiencia legislativa de este cuerpo colegiado, y una de esas razones que en aquella ocasión anunciaba, era la falta de auxilio y de colaboración del Ejecutivo con esta Cámara colegisladora. Es evidente que los diputados no están en las mismas condiciones para pensar, para discernir o para proponer alguna materia legislativa, puesto que el Ejecutivo, por conducto de sus departamentos o de sus secretarios, en este segundo período de la XXXI Legislatura el Ejecutivo ha colaborado y ha auxiliado eficazmente a la Cámara, y he allí el resultado: una alta eficiencia legislativa.

La solución de nuestro problema hidráulico había sido de hecho anunciada en los principios avanzados que sustenta el artículo 27 constitucional. Este precepto imponía modalidades a la propiedad y facultaba a la Federación para regular el aprovechamiento de la riqueza natural, del patrimonio nacional. ¿Por qué, pues, la Federación no había podido practicar tan preciosos postulados? Porque habían quedado casi como letra muerta. ¿Y por qué solamente se habían aplicado bajo un criterio casuístico, particularizando, que en realidad había agravado más la aplicación de esos postulados? Seguramente, evidentemente no se habían aplicado estos principios de la revolución porque no había madurado la situación política, económica y social de la República. Ninguno de vosotros ignora, señores diputados, que año por año existía un terrible clamor que decía: nos falta maíz, les faltan tortillas a nuestros diez millones o doce de individuos para quienes la tortilla es el pan cotidiano. La autonomía, la soberanía de la República está en peligro, no por la amenaza bélica de una nación extranjera, sino por la amenaza de una suspensión de exportación del precioso grano para el pueblo. Y entonces los teorizantes de nuestros problemas agrícolas decían: la agricultura necesita agua, agua, mucha agua, así como aquel genio en el estertor de la agonía clamaba: luz, mucha luz. Y se decía también: pues si contamos con lluvias torrenciales, si tenemos vasos de captación, si tenemos precipitación abundante, si tenemos elementos sobrados para regar nuestra tierra, ¿por qué no hacer obras de irrigación? se les decía a los agricultores, y ellos contestaban: "no tenemos dinero o no tenemos confianza para invertir nuestro dinero", y se aislaban en una pasividad criminal que de hecho venía a constituir una barrera infranqueable para hablar de los principios avanzados del artículo 27; pero lo peor de esta situación era que muchos se atrevían ya a considerar como fracasados, como teóricos, como definitiva letra muerta los principios sustentados por el artículo 27. Afortunadamente, el Gobierno revolucionario que actualmente rige nuestros destinos, estaba en aptitud de equilibrar su economía y de disponer de una insignificante suma para iniciar la resolución del problema hidráulico. Pero es necesario también que fijemos conceptos sobre nuestro problema de producción agrícola: no solamente nuestra producción es insuficiente por falta de agua, por falta de obras de irrigación; nuestra producción ha sido también insuficiente porque nuestra agricultura, nuestros agricultores, grandes, pequeños y medianos, no siguen, dentro de su explotación, un sistema armónico, técnico verdaderamente, el indicado por la economía y la agronomía. Nuestros hacendados siembran sus tierras y un accidente meteorológico cualquiera o una circunstancia fortuita que venga a disminuirles el tanto por ciento de los rendimientos de sus cosechas, los hace ir a la bancarrota absoluta. ¿Por qué? Porque son unilaterales en sus explotaciones agrícolas; porque se dedican, por ejemplo, al cultivo de cereales exclusivamente y no toman en cuenta que un factor determinante en un alto por ciento en el éxito de aquel cultivo es también la ganadería y son también innumerables las otras explotaciones subsidiarias y conexas con la agricultura. ¿Por qué - dicen los teorizantes - , los agricultores americanos, los agricultores argentinos y de otros países, cuando sufren una catástrofe en alguno de sus cultivos, no van a la bancarrota? ¿Por qué cuando el éxito les es demasiado lisonjero en un producto y obtienen una cosecha fabulosa, no pierden como en el mismo caso pierden nuestros agricultores mexicanos? Porque ellos balancean el resultado financiero de su explotación con las diversas explotaciones subsidiarias que tienen dentro de todo su negocio. Nuestros agricultores mexicanos tienen abandonada en absoluto la ganadería, que en términos científicos, que en términos agronómicos es uno de los factores principales para el éxito de cualquier cultivo. Ninguna explotación agrícola que no cuente con una explotación equilibrada de ganadería, puede llegar jamás a un éxito seguro o, cuando menos, no podrá nunca asegurar un tanto por ciento

de ganancia conveniente. ¿Por qué también, señores diputados, no se había hecho nada en la resolución de nuestro problema hidráulico? Algunos de nuestros teorizantes han dicho y aun se han jactado de que hicieron tal o cual cosa encaminada a la resolución del problema hidráulico, y es mentira. En los últimos cuatro años, o sea del año de 20 a 25, la nación ha gastado quince millones de pesos dizque en trabajos de irrigación o en servicios encaminados a la resolución del problema hidráulico. Yo pregunto a los 260 representantes de otras tantas regiones del país, si acaso han visto por alguna parte esa inversión de quince millones de pesos; pero tampoco yo quiero decir con esto que esos quince millones que se han extraído de los elementos del pueblo no hayan sido fecundos en alguna proporción; lo que ha pasado es que ese esfuerzo que se ha hecho durante los últimos cuatro años, a costa de quince millones de pesos de la nación, ha sido desconectado, inarmónico: se iniciaba por aquí un estudio, más allá un trabajo, más allá una subvención, más allá una ayuda por acuerdo de un ministro, de un jefe de Departamento; en fin, venía otro ministro, opinaba otro técnico y se abandonaba aquello en donde se había invertido parte del dinero de la nación.

Había falta de fijeza en el criterio para resolver el problema hidráulico; tan pronto se pensaba en que deberían hacerse grandes obras de captación, como se opinaba por la contraria, semejante a lo que propone el compañero Caloca o sea por las pequeñas captaciones, como él las califica; se cambiaba nuevamente el criterio, dejando abandonados los gastos que se habían hecho para desarrollar aquellas ideas, y entonces se pensaba en desarrollar la investigación de aguas subterráneas y se gastaban dos o tres millones de pesos que actualmente están abandonados porque se han suspendido esas investigaciones y el desarrollo de la hidráulica nacional, tomando como base las aguas subterráneas. Es necesario que esta falta de fijeza en el criterio para resolver un importante problema nacional sea corregida a la mayor brevedad posible, porque no solamente en lo que respecta al problema hidráulico ha existido esta política cambiante y voluble, sino en otros muchos problemas nacionales aún se sigue ese criterio cambiante; en materia educacional igualmente; en materia de desarrollo de obras materiales, constantemente se cambia de criterio y se pierden el dinero y las energías de la nación. El Gobierno de la Federación, según lo que se ha anunciado, dispondrá, para iniciar la solución del problema hidráulico, de la suma de diez millones de pesos para el próximo año. Según las estimaciones, que deben aceptarse como más generales, de los técnicos, podría costar la irrigación de una hectárea de tierra alrededor de unos ciento cincuenta o ciento sesenta pesos; haciendo una suposición absurda que se me permitirá para llevar a la conciencia de la Asamblea lo fecunda que será esta modesta inversión de diez millones de pesos, estamos seguros de que si fuera posible transformar esos diez millones de pesos, en un momento dado, en hectáreas de tierra irrigada dispondríamos inmediatamente de un aumento en las tierras que actualmente tenemos de riego, hasta por cien mil hectáreas; y considerando que una tierra irrigada produce, cuando menos, diez veces más que una tierra de temporal, y suponiendo que esas cien mil hectáreas las cultiváramos exclusivamente de maíz, tendríamos para el próximo año un aumento en la producción de ese cereal precioso para la vida nacional, de más de catorce millones de hectolitros. Ahora bien; desde hace unos quince o veinte años la producción de maíz en la República viene sosteniendo un déficit creciente; en la actualidad ese déficit creciente seguramente no ha de ser menor de unos seis u ocho millones de hectolitros. No doy estas cifras ni siquiera a título de aproximativas, porque, por desgracia, nuestra estadística es absolutamente nula; las doy como una simple apreciación de un individuo que por tener una profesión relativa con la agricultura, es posible que esté capacitado para apreciar a un golpe general de vista cualquiera de los asuntos que competen a su profesión. En consecuencia, siguiendo la suposición que hacía a esta Asamblea, si fuera posible traducir diez millones de pesos en hectáreas irrigadas, al final de uno o dos años posiblemente hubiéramos equilibrado nuestra producción de maíz con el consumo nacional. Más, como esto es un supuesto, la realidad de las cosas será que, siguiendo una política continuada en la resolución del problema hidráulico de acuerdo con las bases que establece esta ley, es muy posible y muy factible asegurar que no llegaremos a una decena de años sin que la producción de maíz esté absolutamente equilibrada con el consumo de maíz. Y entonces señores diputados, el pueblo de la República se sentirá verdaderamente agradecido a esta Representación Nacional y se sentirá satisfecho de la labor de la revolución que vino a lograr por fin, que vino a conseguir que pudiera tener el número completo de tortillas para subsistir él y su familia. ¿Hasta dónde puede llegar el alcance del problema hidráulico? Según estimación de los técnicos, solamente aprovechamos hasta al presente un quince por ciento de la capacidad de irrigación de nuestro territorio; es decir, que tenemos todavía un ochenta y cinco por ciento del agua capaz de servir para regadío, que se desperdicia o que va a los mares inútilmente; siendo, además, la producción de energía correlativa con el aprovechamiento para obras de irrigación, hay que recordar, o hay que decir a esta Asamblea que la República, según cálculos hechos, tiene una potencialidad de no menos de veinte millones de caballos de fuerza hidráulica y que, sin embargo de eso, solamente se han dado concesiones - y, en consecuencia, es posible asegurar que no se aprovecha toda esa cantidad - hasta por un millón de caballos. Comprendéis que desarrollada la política hidráulica, que resuelto intensamente el problema hidráulico, se habrá resuelto también el problema del aprovechamiento de la energía hidráulica, que vendrá a fomentar el desarrollo de otras importantes ramas de la industria y del progreso nacional. Quiero agregar todavía un dato que considero importante decir: que en los momentos de iniciar la solución del problema de la irrigación nacional para que en un futuro próximo puedan hacerse comparaciones entre lo anterior y lo presente en la actualidad el ochenta por ciento de la producción de maíz en la República es debido a

los cultivos de temporal. Las utilidades que nuestros agricultores obtienen de estos cultivos, es decir, de este cultivo del maíz, varía, a lo más, hasta cinco pesos por hectárea. En cambio, si llegáramos a hacer que toda la producción de maíz se obtuviera en terrenos irrigados, esos mismos agricultores habrían aumentado sus utilidades en diez tantos cuando menos, o sea, podría obtener de cuarenta a cincuenta pesos de utilidad por hectárea. Se verá, pues, que la solución que el Ejecutivo propone para el problema hidráulico, vendrá a resolver y a mejorar la situación económica de nuestros agricultores.

Pasando ahora a lo expuesto por el diputado Caloca, me parece que tal vez por precipitación no pudo exponer bien sus ideas el mencionado diputado. El confunde la finalidad fundamental del proyecto de ley a debate, con los diversos aspectos que comprende el problema hidráulico, y aun se extendió a puntos que son exclusivamente agrícolas; me parece que se preocupó mucho por las tierras, o no las tierras, sino por los elementos químicos y físicos de las tierras que las aguas torrenciales arrastran de las tierras de cultivo hacia lugares en donde no pueden aprovecharse; pero me parece haber entendido que aconsejaba al ministro que fueran parte principal en esta ley algunos ordenamientos por medio de los cuales se resolviera este problema. En efecto, el problema apuntado por el ciudadano Caloca existe; nuestras tierras año por año se empobrecen en un tanto por ciento pequeño, pero que de continuar, en un término de varias decenas de años dan al traste con el terreno agrícola. Sin embargo, contestando al diputado Caloca, debo decirle que cualquier proyecto de irrigación va conexo con el proyecto relativo a la agricultura, que debe comprender el problema del arrastre de los elementos nutritivos que él señala. Por lo demás, señores diputados, y para terminar, rogamos a ustedes se sirvan votar esta ley en lo general, y habiendo la comisión recibido diversas sugestiones de algunos diputados que se han dedicado a estudiar el proyecto a debate y que tiene en cartera, ha prometido a esos compañeros proponer ella misma ciertas reformas y adiciones al proyecto que circuló entre vosotros. De manera que tal vez sería ocioso, al discutir esta ley en lo general, tratar estos puntos particulares que ya están tomados en consideración por la comisión para proponerlos ella misma en los momentos en que se discuta esta ley en lo particular. (Aplausos).

El C. Padilla Ezequiel: Señores diputados:

No me propongo, con motivo de esta ley, levantar la pasión política, pero deseo que todos ustedes tengan presente que el proyecto de ley que ahora envía el Ejecutivo a la consideración de esta Asamblea, es parte de un sistema integral de leyes; y por esa razón, obedeciendo a un imperativo de mi conciencia, que me obliga a hablar en esta ocasión, vengo a decir a ustedes que es ya tiempo de que tome expresión la voz pública, de que el sentimiento nacional, que advierte un movimiento ofensivo, dé un movimiento de ataque en favor de estas leyes enviadas por el Poder Ejecutivo, y que juntas constituyen la garantía de la independencia, no sólo económica de México, sino, al mismo tiempo, la base fundamental del mantenimiento de su soberanía. Ha sido un gran error en la historia de México la forma en que siempre ha tratado sus problemas, esperando que todo le llegue del exterior, no solamente lo que se refiere a elementos culturales, no sólo lo que se refiere a su política económica, sino también su misma legislación y todas las manifestaciones de su vida, siempre México las ha buscado con los ojos puestos en el exterior. Al advenimiento de nuestra independencia se confiaron las esperanzas más allá de nuestras fronteras, no sólo para escoger un monarca, sino para escoger nuestra legislación constitucional, para integrar nuestro sistema económico, financiero y para organizar el mismo sistema económico interior de la nación. Y este error le ha costado a México un siglo de luchas civiles y todavía no está terminada esa partida, porque existe una cuenta artificial de federalismo que saldar; en materia financiera le ha costado más de mil millones de pesos, que es la deuda de México, y en materia de economía interior de la República le ha costado la incompetencia nacional para bastarse así misma, la emigración de los trabajadores mexicanos, que es el único caso de la América Latina, la falsa balanza mercantil de que nosotros hacemos alarde y, en una palabra, en cierta forma la degeneración continua y segura de la raza mexicana. Es, señores diputados, un problema profundo, al cual es preciso darle la más grande significación, y es por eso por lo que yo quiero en esta ocasión decir a ustedes que descansamos en un falso sistema, que significa precisamente una falta de efectividad de la circulación de la riqueza. La circulación de la riqueza es, en todos los países del mundo, la verdadera fuente del engrandecimiento nacional, y esa es la que nos falta. La fama de que México era rico le viene de los tiempos del barón de Humboldt, y es cierto que grandes soñadores han hecho exploraciones alrededor de las conclusiones de este sabio, tejiendo muchas fantasías, pero las conclusiones eran de todas maneras estupendas: la colonia, en aquellos días, enviaba a la metrópoli seis millones de pesos cada año, después de atender al resto de las colonias. México era el asiento de los capitales más ricos de la tierra; se hacían obras de ingeniería verdaderamente estupenda, de las cuales quedan inmortales testimonios; los obreros de México daban sus nombres a las principales calles de la ciudad y eran admirados en la corte y, por último, las más suntuosas y más grandes construcciones de arte y de verdadera riqueza, estaban en la ciudad de México, haciendo un contraste notable con las rudimentarias construcciones de Norteamérica. He allí una demostración palpable de la fuerza interior autóctona de México; pero al advenimiento de la independencia y de las disensiones civiles que tuvimos, pronto se creyó que México en el interior no era bastante fuerte para bastarse a sí mismo, no tenía toda la creadora pujanza para hacer una vida independiente económica y se empezó a recurrir a los empréstitos y se empezó, en cierta manera, a olvidarse del destino propio de México para, como dije en un principio, fijar todas las miradas en el exterior. ¿Cuál fue la conclusión? Que después de una evolución constante, que después de vivir una vida de empréstitos, después

de haber estado solicitando capital extranjero para la Caja de Préstamos, con el objeto de fomentar la irrigación nacional, para los Estados y otros fines, se llegó a sentar este apotegma en las épocas de más auge del porfirismo: que México no podría prosperar sin la riqueza que viniera del extranjero, sin el capital extranjero; en consecuencia, el capital extranjero fue el que tuvo todos los privilegios, aquistó todas las consideraciones, fue motivo de todo género de concesiones y, en cambio, el capital nacional fue dejado en segundo lugar; se olvidaron de darles garantías y estímulo; se perdió, sobre todo, la fe en el impulso propio y quedamos en una situación tan terrible, que podría fácilmente señalarse en esta cruel ironía de nuestra vida económica: que todos los extranjeros que venían a México, obtenían, primero, privilegios y concesiones, y después, todas las ganancias conquistadas, se iban al extranjero a favorecer a todos los países del mundo, menos a México.

Yo creo, señores, que debo ejemplificar esta materia, el punto es fundamental y serio; creo que envuelve un verdadero plan de Gobierno y, por tanto, merece la atención de la Cámara. Afirmaba yo que la circulación de la riqueza es el verdadero problema de la prosperidad de un país. Esto no podría ilustrarse de una manera más categórica que recordando lo que sucedió en los Estados Unidos durante la guerra: el mundo se asombraba de cómo era posible que los Estados Unidos pudieran extraer un empréstito interior de cuatro mil millones de dólares, primero, a los meses siguientes de dos mil millones y a continuación otro empréstito de un mil millones de dólares, sin que el pueblo se abrumara y sintiera que era incapaz de solventar aquellas exigencias de la guerra. Y bien, señores, la explicación es extraordinariamente sencilla: el dinero que el Gobierno extraía a todos los ciudadanos para cubrir el empréstito, inmediatamente entraba en circulación, después de que ingresaba a las cajas del Gobierno, volvía con una inmensa rapidez a movilizar todas las industrias; se pagaba por todos los productos que eran indispensables para la guerra; productos de guerra, proyectiles, materias de alimentación, géneros, vestimenta, etcétera, y de esa manera la riqueza estaba en una circulación acelerada y terrible. Vino entonces la segunda exigencia de otro empréstito, pero aquel dinero que había ido a ingresar las arcas del tesoro nacional, había ido a aumentar la prosperidad nacional y estaba otra vez en posibilidad de volver a cubrir aquella exigencia y así sucesivamente; eran verdaderas fuerzas que estaban en movimiento continuo; el Gobierno era el propulsor de la circulación de la riqueza. Y aquellos años en los cuales parecía haberse empobrecido el pueblo, fueron de una estupenda y casi mitológica prosperidad americana. La circulación de la riqueza, el hecho de que esté girando, es lo que hace exactamente la verdadera prosperidad de los pueblos; y, señores, esta circulación es la que en México ha estado faltando a través de toda nuestra historia. Yo quisiera complementar esta idea todavía más y voy a poner un ejemplo claro de que lo que significa en México la falta de esa positiva circulación de la riqueza; uno de los ejemplos que serán más palpables, que harían más clara esta situación, es el que ofreció la construcción de los ferrocarriles de México. Cuando se construyeron los Ferrocarriles de México, todos los lugares en donde iba pasando la vía, en donde se iba haciendo la obra de terracería, inmediatamente se llenaban de una gran prosperidad; eran necesarios innumerables trabajadores y todos corrían con buenos salarios a trabajar. Pero llegó el día en que los ferrocarriles llegaron hasta el final de su trazo y entonces empezaron a entrar todas las mercancías de los Estados Unidos, y los pequeños productores y todos aquellos trabajadores que habían acumulado un poco de sus salarios se vieron entonces en la tentación de empezar a gastar el fruto de sus economías y todas las mercancías venían del extranjero; por otra parte, los trabajos habían cesado; ¿qué cosa pasaba con esos productos, con esas economías y con los jornales de los trabajadores? Que todos salían sin que volvieran a entrar en la circulación nacional. Este es un problema que significa lo siguiente: que México ha estado siempre en condiciones de no establecer esa circulación de la riqueza, sino que todos sus productos y todos sus esfuerzos y toda su capacidad salen por una arteria rota, digamos así, hacia los Estados Unidos. No es posible acumular riqueza dentro de la República Mexicana, no es posible acumular riqueza porque ésta no circula, porque no se ha creado de ninguna manera ni la pequeña propiedad, ni se ha creado la pequeña industria, ni ha habido impulso a las fuerzas auténticas de la nación. No hace mucho tiempo que Henry Ford en los Estados Unidos necesitó rieles para las construcciones propias de sus inmensas industrias. Pidió precios a todos los industriales americanos, y entonces se convenció de que los rieles se los vendían más baratos en Francia y, efectivamente, comunicó a las fábricas americanas que no podía comprárselos porque los encontraba a mejor precio en Francia, y pidió los rieles a Francia. La prensa entonces se encargó de demostrarle a Henry Ford que había cometido un enorme error, porque lo que él creía que era una ganancia, en el fondo no significaba más que una pérdida. En efecto, le decían todos los rieles, todos los millones que usted ha pagado por esos rieles en Francia, han servido para ir a enriquecer obreros franceses, para ir a hacer circular todos los millones y vivificar todas las industrias francesas. Si usted hubiera invertido en los Estados Unidos esto, hubiera capacitado a muchas industrias americanas para que con ese dinero y esos millones hubieran prosperado y hubieran crecido y hubieran sido factor de consumo para la producción de sus fábricas. Fíjense ustedes en la enorme significación que tiene este detalle para los países que deliberadamente estudian sus problemas económicos. Yo podría citarles otro caso más; tenemos, por ejemplo, las fábricas de Monterrey, fábricas poseídas por capitalistas mexicanos, capital nacionalizado mexicano; yo no sé si los dueños son todavía extranjeros, pero lo que es un hecho y una verdad; es que todas las ganancias, todos los productos y todo lo que allí se vende queda dentro de la nación. Así examinada la situación de todas estas industrias, encontraréis una prosperidad que hace contraste con la escasez de riqueza natural de esa región del país, enteramente árida,

estimulada por el factor de la riqueza que circula. Vamos a otra región: tenemos, por ejemplo, las fábricas de Orizaba y toda la región textil de México. Estudiando a fondo este problema, ustedes se convencerán de este inmenso error: la producción que allí se ofrece no es nacional. ¿Qué pasa entonces? Que la nación ha creado tarifas muy altas con el objeto de favorecer la industria, pero es una industria que rinde a todos los accionistas dividendos que se van a gastar en París; en cambio, el precio de la manta y el precio de los productos los paga nuestro pueblo en forma demasiado cara; nuestro peón tiene que pagar muy caro el metro de manta que se produce, exclusivamente por mal proteger una industria extranjera. (Aplausos).

No hay nada más intrincado y más obscuro que los problemas económicos y, sin embargo, en ellos está la base de la prosperidad de un país. No hace mucho tiempo que yo leí en la prensa, de una compañía americana, millonaria, de San Louis Missouri, que venía con sus millones y con una estupenda maquinaria a establecer una fábrica de calzado a San Luis Potosí o Aguascalientes, no sé exactamente el lugar; pero vean ustedes los resultados económicos que se hubieran obtenido allí, para que ustedes comprendan lo que significa ese mito cuando no se entiende bien el capitalismo extranjero. Imaginémonos que se hubiera establecido en San Luis Potosí o en Aguascalientes esa fábrica de calzado. ¿Saben ustedes cuál hubiera sido el resultado inmediato? nos dice la prensa o nos dicen algunos optimistas mal informados, que desde luego hubieran trabajado tres mil obreros, hubieran tenido salarios, hubieran tenido ganancias más de tres mil familias, y yo me pregunto: ¿qué, es la compañía la que iba a pagar esos salarios de tres mil obreros? Ese es un grande error, esos salarios los iba a pagar el pueblo de México que consume ese calzado y no solamente esos salarios iba a pagar, sino también iba a pagar los dividendos de los capitalistas; la maquinaria que se amortizaría y cuyo capital también saldría de México. En cambio, ¿cuál es el resultado para el pueblo? Es el siguiente: todas las pequeñas zapaterías de León, todas las pequeñas zapaterías de Guadalajara, todas las pequeñas zapaterías de México que también dan trabajo al obrero mexicano, pero que al mismo tiempo quedan los dividendos y todas las ganancias circulando dentro de la nación, iban a paralizarse y a morirse. He ahí, pues bien entendido el problema de la ayuda al capital extranjero. Lo que efectivamente se necesita para que en un país viva, es crear la circulación interior de su riqueza, y eso no lo hacemos nosotros. Nuestra balanza mercantil es una miserable mentira; se dice, por ejemplo: nosotros tenemos una balanza mercantil que es favorable, porque nuestras importaciones superan a nuestras exportaciones, es decir, las exportaciones son inferiores a nuestras importaciones, lo que es lo mismo: el extranjero queda siempre debiendo un superávit que nos favorece a nosotros. Sin embargo, esa es una gran mentira nacional y esa gran mentira nacional de tal manera desnaturaliza nuestro problema y obscurece la comprensión de nuestro problema, que no hay un espíritu sereno patriótico que al estudiarlo no sienta la inmanente necesidad de resolver y profundizar esa materia. Por estas razones nos preguntamos: ¿cómo es posible que cuando los calculadores de las riquezas de México nos dicen que desde que se han explotado las minas de oro de México se han extraído, más de cuatro mil quinientos millones de pesos? ¿Dónde están esos cuatro mil quinientos millones? No hace mucho tiempo que se hizo la valorización de nuestra propiedad nacional agrícola, y se dijo: el valor de nuestras tierras - datos estadísticos - , es de mil millones de pesos, es lo que vale la propiedad agrícola, y hemos extraído de nuestras minas cuatro mil quinientos millones de pesos y tenemos una deuda de mil millones de pesos. ¿En dónde está el secreto? Es fácil entenderlo, señores diputados: nosotros tenemos grandes industrias, fundamentalmente las mineras, el petróleo entre ellas. ¿Qué es lo que sucede con las compañías mineras? Que casi todo el oro y todos los minerales que se extraen son explotados por compañías extranjeras que lanzan sus productos, naturalmente, al extranjero.

Todo el oro que se obtiene, toda la plata, todo el cobre, todo el producto mineral de México está poseído por capitalistas extranjeros. El oro que sale va a los Estados Unidos, pero no para regresar, sino para quedarse allí, a pesar de que en nuestra balanza mercantil se anota como que se queda aquí; y lo que sucede con el petróleo es enteramente idéntico. Todas las riquezas que salen de México, los millones de pesos que salen en forma de millones de barriles de petróleo, no vuelven a entrar a la circulación de la riqueza de México, a incorporarse a las fuerzas vivas de la patria, sino al contrario, se quedan en el extranjero; ese es el gran problema fundamental. Podría aún ilustrar este problema con otros casos interesantes, podría decirles, por ejemplo, que se calcula en los Estados Unidos que una riqueza invertida en cualquiera industria americana, después de sesenta evoluciones vuelve al mismo lugar, al lugar de su origen, pero después de haber vivificado sesenta pequeñas industrias que inyectan fuerza y vida a la nación americana. He aquí, pues, señores diputados, el gran problema de México: hacer y crear nuestra riqueza nacional, hacer y crear nuestra riqueza enteramente interior, encontrar el secreto de que no se nos vaya la riqueza, sino de que se quede dentro de México; y para esto es para lo que yo quiero hacer en esta ocasión la más alta defensa, la más patriótica defensa de todo este sistema de leyes que el Ejecutivo nos está enviando y que por primera vez representa una clara visión de los verdaderos problemas de México, que por primera vez representa uno de los más enérgicos esfuerzos para hacer que la consolidación económica descanse en bases científicas y patrióticas. (Aplausos). Para este efecto, señores diputados, no es que haya habido una tendencia especial para causarle el mal a México que hasta ahora se le ha causado; son las circunstancias políticas que hemos vivido; pero, sobre todo es esta verdad: es la geografía imponiéndose a la historia. Nuestra organización geográfica es una conspiración contra el resurgimiento, digamos así, autóctono, debido exclusivamente a la capacidad espontánea del individuo. Se dice que nuestra juventud es una juventud incapaz de compararse a las juventudes de otros pueblos, y es una inexactitud; ¿quién de ustedes no ha

sentido en alguna ocasión, no ahora quo sois políticos y que los problemas de la política os embargan completamente, sino cuando habéis estado al margen de la política; quién no ha sido de ustedes el que ha sentido el anhelo de trabajar, el anhelo de dedicarse a alguna explotación, esa fuerte ambición que en plena juventud a veces nos arrebata para improvisar fortunas en legítima lucha con la naturaleza toda? Todos, absolutamente todos, hemos hurgado la manera de hacer una prosperidad personal; pero es imposible, es difícil, no hay crédito, el terreno es imposible de trabajarse más que a base de gran capital, el hombre se encuentra como yo lo decía en alguna forma explicándome en Washington y dándole un sentido filosófico a la explicación de nuestra historia, el hombre se encuentra desarmado en la estructura geográfica de México. Por esta razón es necesaria una política que descienda del Gobierno facilitando, capacitando a la estructura nacional para que pueda ser trabajada por el hombre bajo una protección más o menos moderada del Gobierno. De ahí viene que el señor presidente de la República ha enviado esa serie de proyectos, obedeciendo todos ellos, naturalmente, al espíritu de la Constitución, uno de ellos el que se refiere al problema del patrimonio de familia, capacitando a cuatrocientas cincuenta mil familias a que puedan tener su pequeña parcela de terreno. Otro es el de la construcción de caminos, que facilitará a todos los trabajadores y obreros en todos los rincones de la República por donde vayan atravesando esos caminos, a hacer que sus productos puedan llegar a los centros de consumo y hacer circular la riqueza nacional; un proyecto de ley que no tardará en llegar aquí, el del Banco Refaccionario Agrícola de la República, que será un impulso gigantesco de movilización a la pequeña riqueza; y al mismo tiempo que se desarrollarán las riquezas grandiosas de la República, estará capacitando a individuos para que puedan entrar en ese trabajo general de enriquecimiento, de circulación de la riqueza; por último, el mismo trabajo que estamos discutiendo ahora, que es el proyecto de irrigación, porque ustedes saben y ya lo ha explicado suficientemente el distinguido secretario de Agricultura y Fomento, de la necesidad urgente de que las tierras no estén sometidas a la aventura y estén colocadas en condiciones de arruinar siempre al agricultor, para que sean repartidas entre los pequeños propietarios. Todo este conjunto de leyes que acabamos de ver, producen ese plan único, que consiste en crear la riqueza nacional, en capacitar a los individuos y a la estructura nacional para poder hacer esa circulación de la riqueza, ese movimiento de la riqueza, que es como una corriente hidráulica que, sin gastarse, va capacitando poderosos dínamos en su movimiento; pero este programa quedaría incompleto creando dentro de México esa capacidad de los individuos, si la ley no garantizara en alguna forma la soberanía al mismo tiempo que el privilegio de la riqueza nacional, es decir, haciendo exactamente lo contrario de lo que se ha hecho hasta ahora, que ha sido darle todo género de privilegios al capital extranjero y reducir a segundo lugar al capital nacional; es necesario aquí darle el primer lugar al capital nacional, al mismo tiempo que asegurar la garantía de que el capital que entre a México respete la soberanía nacional, porque, de otra manera, hubiera sido absolutamente inútil toda protección que nosotros hubiéramos tomado para el capital nacional; y es aquí adonde yo deseaba llegar. Todo este movimiento de leyes encuentra una manifestación de hostilidad, sobre todo más allá del Bravo, México ofrece al mundo el espectáculo de Laocoonte contorcionándose y luchando entre las serpientes del capital extranjero, y esto, señores, es absolutamente injusto. ¿No es exacto, por ejemplo, que en España en estos momentos una Ley de Extranjería llevada a cabo más radicalmente que nuestra ley de México, acaba de dictarse en términos enérgicos para defender su capital nacional? Yo me voy a permitirá leer a ustedes en un periódico de fecha de noviembre, la siguiente breve información. Es el periódico "Current History", es un periódico americano:

"España ahora manufactura motores, locomotoras, dínamos, acero estructural (para construcciones), aparatos de telegrafía inalámbrica y otra maquinaria, no toda de la más alta clase, pero hay una evidente determinación para fomentar la industria nacional y obtener la independencia económica. Este movimiento ha llegado recientemente, al grado de excluir el capital extranjero y de insistir en que las compañías que actúan en España se naturalicen, que la mayoría de las acciones las tengan los españoles y que la mayoría de los directores sean españoles."

Vean ustedes exactamente cuál es la forma que en España toma este movimiento; pero todas las naciones del mundo tienen la misma forma de defenderse; un país que respeta su historia, un país que respeta sus tradiciones, un país que tiene derecho a vivir su vida propia, está, naturalmente, capacitado y se le reconoce como invulnerable ese derecho de poder escudriñar cuáles son los secretos para defender su estructura nacional y su prosperidad colectiva. Todos los pueblos buscan su mejoramiento, y cuando un pueblo cree haber encontrado su mejoramiento, no hay derecho, no es justo ni es equitativo evitarle ese desenvolvimiento. Los pueblos todos del mundo se han desarrollado en la misma forma, ¿cómo nosotros vamos a criticar el movimiento que acaba de hacer España, de justicia, de inteligencia, de clarividencia? Y si recorremos la historia de los pueblos, encontraremos exactamente los mismo: ¿no vemos, por ejemplo, en el libre cambismo de Inglaterra, en el proteccionismo de Estados Unidos, en el nacionalismo económico llevado a la exageración por los franceses, que haya merecido críticas más que desde el punto de vista científico, pero su derecho desde el punto de vista internacional ha sido absolutamente inatacable? ¿Quién levantó una protesta cuando Hamilton en la historia americana, cuando dictó su Ley de Tarifas, que cerraba, de hecho, toda capacidad de exportación de la Inglaterra a los terratenientes americanos? ¿Qué, un país no tiene derecho de legislarse a sí mismo? ¿Es que, acaso, se piensa que México no va a poder defenderse absolutamente en el terreno económico para asegurar la prosperidad de su nación? ¿Es que nosotros no somos un país libre? Y si acaso se pone en tela de juicio, tenemos que afirmar en esta Cámara que

México no puede, de ninguna manera, renunciar a ese derecho de dictarse sus leyes, porque su soberanía tiene que defenderla, ya que no ha sido posible quitársela en mutilaciones de su territorio ni con invasiones de bayonetas extranjeras. (Aplausos).

Dos millones de hectáreas serán capacitadas, por esta Ley de Irrigación, para que puedan, desde luego, distribuirse en pequeñas propiedades de segura producción. Cuatrocientas cincuenta mil familias, decía yo, con la Ley del Patrimonio de Familia tendrán su pequeño patrimonio, su pequeña riqueza asegurada también. Un Banco Refaccionario Agrícola podrá poner en movimiento un inmenso capital, gigantesco, como ya lo ver la Asamblea tan pronto como llegue la ley respectiva y que hará una circulación formidable de las pequeñas riquezas nacionales. Por último, todo este trabajo que el Gobierno está ejecutando, no tiene más fin ni persigue otro propósito que el de realizar la independencia económica, sin la cual es un sueño, absolutamente un sueño, tener verdadera soberanía nacional. Toca, pues, a esta Cámara, señores diputados, defender, sostener y aprobar leyes de esta magnitud. La Cámara ha tenido el orgullo de ir aprobando una por una las leyes que ha enviado el Ejecutivo, por unanimidad. Nos queda ahora la labor del Senado; nosotros esperamos que ellos estarán a la altura de su responsabilidad y que ellos comprenderán que todo este sistema de leyes envuelve un gran problema salvador de México; y por lo que respecta a nosotros, repito, debemos mantenernos en una sola línea al lado de los proyectos del Ejecutivo, para asegurar un México libre al mismo tiempo que dueño de su soberanía nacional. (Aplausos nutridos).

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Siurob. (Voces: ¡A votar!)

El C. Siurob: Pido la palabra en pro, para pronunciar breves frases. (Voces: ¡No hay contra! ¡A votar!) Aun cuando no haya contra, deseo fijar algunos conceptos de los que se han vertido por los oradores anteriores. Ciudadanos diputados: Ampliamente han hecho uso de la palabra los oradores que me han precedido, exponiendo, por cierto con bastante clarividencia, aunque no en todos los discursos, algo de los grandes beneficios que se reflejarán sobre la República con la aprobación de las leyes que acaban de ser presentadas por el Ejecutivo y de las cuales, la segunda de la serie, es la actual sobre irrigación de la República; pero yo quiero fijar algunos conceptos de los expresados por los anteriores oradores, porque es interesante que en la discusión de esta ley y como consulta para los gobiernos de los Estados, queden de una manera definitiva establecidos en la discusión de la propia ley.

Desde luego, la alusión del compañero Caloca. El compañero Caloca decía: el Gobierno federal debe fijarse de preferencia en las pequeñas obras de irrigación. Y yo estimo, sinceramente, que el compañero Caloca no tiene razón, ¿por qué? Por estos conceptos: primero, porque las grandes obras de irrigación son las que permiten obtener la mayor economía desde el punto de vista de la relación entre el costo que origina una obra hidráulica y la capacidad de líquido que determina. Todos vosotros sabéis, y principalmente los que sean ingenieros, que las grandes obras de irrigación son las que permiten que el uso de agua o el débito de agua sea más costeable, porque en proporción con la grandeza de la obra, es más económica una obra grande que una obra pequeña; pero, por otra parte, hay que dejarles parte de esta labor a los gobiernos de los Estados. A los gobiernos de los Estados toca ejecutar las pequeñas obras de irrigación, a nosotros nos toca excitar a los diputados locales y a nuestros gobernadores, para que ellos sean los que, de acuerdo con las circunstancias, ejecuten las pequeñas obras de irrigación de que nos hablaba el compañero Caloca. Yo creo que en este punto el compañero Caloca está perfectamente de acuerdo en lo que acabo de expresar. Sería muy difícil para la Federación vigilar las pequeñas obras de irrigación de todos los Estados de la República; la Federación debe dedicarse de preferencia a ejecutar y vigilar las grandes obras de irrigación que no puedan hacer los Estados y los particulares y que, por lo tanto, le toque hacer para llenar ese gran anhelo popular de tener agua con qué irrigar la tierra. Yo creo que con esta aclaración, el compañero Caloca estará satisfecho. Por otra parte, estimo que tiene razón dicho compañero al pedir que la comisión de irrigación esté formada de distinta manera....

El C. Santa Anna, interrumpiendo: está de acuerdo la comisión en ello.

El C. Siurob, continuando: Entonces no insisto sobre el particular, y voy a tocar el último punto: que en esta vez se dé participación de preferencia y como directores, a los ingenieros mexicanos. (Aplausos). Se acaba de aprobar la Ley de Caminos y, sin embargo, los directores y altos empleados de la compañía son exclusivamente extranjeros. ¿Qué papel les dejamos entonces a los intelectuales mexicanos?

Ya empieza la ola de protestas y ayer fueron quinientos, mañana serán mil los que se dirijan el Ejecutivo de la Unión, pidiéndole que se les conceda alguna parte en la modificación de su propio territorio en las obras que beneficiarán a la colectividad; que se conceda al ingeniero mexicano la parte que le corresponde en abrir el camino para que sus conterráneos puedan gozar de los beneficios de la revolución. Los pueblos, como decía el compañero Caloca, se dirigen hasta la Divinidad, y yo, metiéndome en la psicología religiosa, afirmo que cuando todas las manos se tienden a la Divinidad, es porque se pide un gran bien o se trata de evitar un gran mal, y en nuestro caso las dos cosas: se trata de evitar todos los males de nuestra agricultura seca y se trata de recibir todos los beneficios que con el agua transformar a nuestra naciente agricultura, para convertir el país en verdaderamente rico, ya que el país no puede ser rico, sino por medio de una bien desarrollada y próspera agricultura. Pues bien; a los ingenieros mexicanos les interesa tomar participio en esta obra, no les podemos restar la parte que les toca en esta obra, y yo propongo que se ponga, como adición a la ley, desde este momento una que diga: deben ser ingenieros mexicanos los que planeen, ejecuten

y lleven a la práctica estas obras, aunque tenga que echarse mano de capital extranjero garantizado en la forma que se quiera. (Aplausos).

De paso rectifico un concepto del estimado compañero Padilla. El compañero Padilla decía que era la falta de circulación el origen de nuestros males, y yo le digo que no es más que un fenómeno observado, pero no la causa. La causa, la falta de circulación de la riqueza es que era imposible que la riqueza circulara mientras estuviera en manos de unos cuantos, y eso lo pudo remediar la revolución. La revolución, como lo dicen ya los curas de pueblo, contraponiéndose en esta forma a sus pastores y a sus príncipes, los curas de pueblo dicen: la revolución es la mano de Dios que está ejecutando lo que el pueblo de México necesitaba para su engrandecimiento y para su prosperidad. Será un mito, será una mentira para los que no creemos, para los que no tenemos un concepto religioso; pero para los que así lo entienden, es preciso que sea una verdad que la revolución mexicana está ejecutando todos los actos que algunos quieren atribuir a la Divinidad y no a la actividad consciente de las colectividades humanas. Termino, pues, compañeros, para no entorpecer más la discusión de esta ley, que tiene que ser larga, suplicando a vuestras señorías tomen en cuenta las observaciones que acabo de hacer, muy humildes y modestas, para felicitar al señor presidente de la República, a este tipo del hombre que ejecuta, el hombre que hace, porque está haciendo y ejecutando como nadie lo había hecho en pro de las ideas revolucionarias, y, por consiguiente, en pro de los proletarios y de los humildes, para que sigamos colaborando con la misma buena fe y el mismo entusiasmo dentro de esta obra; y felicito también al señor secretario de Fomento y al presidente de esta Cámara, a uno como colaborador del Ejecutivo y al otro por haber propuesto que esta sesión se declarara permanente hasta que se acabe de aprobar el proyecto de ley. (Aplausos. Voces: ¡A votar! ¡A votar!)

El C. secretario Cerisola: No habiendo oradores en contra, se pregunta a la Asamblea si considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo.

Suficientemente discutido. Se procede a recoger la votación nominal en lo general. Por la afirmativa.

El C. secretario Romo: Por la negativa.

(Votación).

El C. secretario Cerisola: Fue aprobado el proyecto en lo general por unanimidad de ciento cincuenta y cuatro votos.

Se pone a discusión en lo particular.

"Artículo 1º. De conformidad con lo dispuesto por el párrafo tercero del artículo 27 constitucional, la propiedad agrícola privada y los derechos de los usuarios de aguas de jurisdicción federal, quedarán sujetos a las modalidades que la presente ley establece para la construcción de obras de irrigación y pago de las mismas, así como para la conservación de ellas y la mejor distribución de las aguas aprovechables."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 2º. Se declara de utilidad pública la irrigación de las propiedades agrícolas privadas, cualesquiera que sean su extensión y cultivo, siempre que sean susceptibles de aprovechar aguas de jurisdicción federal.

"Los dueños de las propiedades referidas quedan obligados, en los términos de esta ley, a construir y conservar las obras hidráulicas que el Ejecutivo determine, conforme a las prescripciones de la misma."

Está a discusión.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Lombardo Toledano.

El C. Lombardo Toledano: Señores diputados:

Cuando el general Calles, en su viaje a Europa, declaraba en París, ante un grupo de diputados de la izquierda, que su programa de gobierno en México sería el programa de Juárez, no estaba halagando la vanidad de los franceses ni su amor patrio, estaba, en realidad, haciendo un ofrecimiento concreto que ya vemos que está cumpliendo de un modo preciso y exacto, porque, en efecto, ya los oradores anteriores han expuesto ante esta Representación Nacional muchos de los aspectos importantes de la ley que se discute: el político, el revolucionario, el económico, y yo vengo a referirme exclusivamente a la importancia social que tiene la Ley de Irrigación. Hay que decir las cosas de una manera clara con el objeto de que no tenga ninguna mala interpretación futura esta ley, con el objeto de que el capitalismo no tergiverse el verdadero espíritu jurídico constitucional en que se basa esta ley avanzada. La ley de Irrigación, compañeros, es la ley más avanzada que se ha dictado por la Cámara de Diputados. No ha habido, en efecto, antes de esta ley, una que pueda superarla en concepción clarísima del principio social que sustenta el ejecutivo federal y al mismo tiempo que venga a sentar las bases firmes de una verdadera reforma substancial, de una verdadera reforma social. El individualismo se hace añicos por esta Ley de Irrigación. Es importante, indudablemente, una ley que viene a romper en el campo de la política con una teoría política también, pero es mucho más importante una ley que rompe en el campo social con el principio social contra el que ha combatido la revolución de México; y precisamente la Ley de Irrigación es la que va a sentar las bases inconmovibles para la futura gran nación socialista de México. Hay que llamar a las cosas por sus nombres; muchas veces, es cierto, los nombres espantan más a los pueblos y a las personas que los conceptos y que la realidad, pero llega el momento en que la realidad necesita tener una época de definición precisa, y esta definición precisa la Ley de Irrigación la da en el artículo 2º. El problema de México, compañeros, como se ha dicho, no de una manera clara, pero al fin y al cabo se ha iniciado en cierta forma, el problema de México, único, a mi juicio, es un problema de producción; no se necesita ser marxista para afirmar que en el fondo de todos los problemas sociales no hay sino uno fundamental: el problema de la producción de la riqueza. Personalmente, yo no soy partidario a pies juntillas de la teoría de Marx por muchas circunstancias ideológicas, pero en un país como en México no se necesita se marxista para darse cuenta de que el verdadero problema de

este país es el problema de producir, y México no produce absolutamente nada. Somos esclavos del mercado extranjero, somos esclavos para comer lo indispensable, para vestir lo indispensable, para andar lo indispensable, es decir, para poder realizar la vida vegetativa somos absolutamente dependientes de la balanza internacional y apenas nos basta nuestra exigua producción con el objeto de vivir pobremente, como en ciertas regiones de la República. ¿Por qué? Simplemente por esto: Porque, a pesar de la formidable revolución social de México en el sentido de la agitación de las conciencias, la verdadera revolución de México no ha llegado hasta hoy.

Esta es la iniciación de la revolución mexicana verdadera, y debemos tener como un legítimo orgullo que esta Legislatura haya sentado las bases revolucionarias y constitucionales para poder hacer la revolución ideológica, una verdadera revolución, real, revolución económica, revolución económica, no solamente revolución de conciencias. Todos los movimientos políticos y sociales de México, del pasado, han fracasado justamente por esta circunstancia: porque se han limitado a hacer movimientos de agitación de conciencias, movimiento de prédica, movimiento de bandería; pero no ha habido movimiento constructivo que sin definiciones o con leyes haya realizado firmemente el propósito del pueblo. El pueblo en México rara vez ha tenido banderías precisas, porque todas las revoluciones mexicanas han carecido de capitanes suficientemente cultos para dar un programa ideológico de los movimientos del pueblo. Estas circunstancias especiales en el movimiento de 1910 que se prolonga hasta la fecha, ha sido indudablemente un beneficio, pero ha llegado el momento en que la responsabilidad que todos tenemos como miembros del Gobierno de la República, nos haga ver clara la situación y nos obligue a defender el verdadero alcance revolucionario de una ley como ésta que se discute. Muchas veces se ha dicho desde esta tribuna, constantemente se est afirmando en el país que una persona es o no revolucionaria, que un principio se aleja o se acerca al espíritu de la revolución; el término revolución y el término revolucionario se han gastado tanto, que la connotación exacta de estas proposiciones realmente no se conocen; es necesario que ya dejemos de decir: Es revolucionario o no es revolucionario, porque a la fecha, repito, ya casi nadie sabe qué cosa es lo revolucionario. Esta ley es la base socialista para la transformación socialista de este país, y se est operando, por fortuna, la revolución socialista justamente dentro del propio corazón de la Constitución Política de la República. A esto quiero referirme, compañeros, a todo el alcance, a toda la profunda visión de esta ley de irrigación que muchos timoratos van a esperar como un nuevo atentado a las llamadas garantías individuales, pero que no ser sino la doctrina que venga a dar, por primera vez, un verdadero espíritu a la Constitución de México. Se cree por muchos, especialmente abogados, que la Constitución de la República la forman los preceptos del artículo primero al último, y esto no es exacto. Se dice que una ley es anticonstitucional si est en contra de la Constitución, y se dice como una verdadera aberración creyendo que es una frase fácil y al mismo tiempo de éxito, que todo lo que est en la Constitución es bueno y lícito porque la Constitución no puede ser anticonstitucional. Esta no es más que una frase de tinterillos o de las que comúnmente los abogados inventan con el objeto de protegerse. La Constitución no es eso, compañero; es menester que el país, que ha luchado muchos años, que los miembros de la revolución y los miembros del Gobierno actual se percaten de esta verdadera maniobra de la reacción al margen de la Escuela de Jurisprudencia, y al margen de la Barra de Abogados, y al margen del Ateneo de Abogados, y al margen de las compañías interesadas en México, que se quiere hacer precisamente a lo que significa una Constitución dictada por un pueblo como el nuestro. La Constitución no es eso, compañeros; la Constitución no solamente es el elenco de los postulados impresos en un libro, es todo el conjunto único, inviolable, claro, firme, fácilmente distinguible a distancia, que encierra un conjunto de principios impresos y que se llama la ideología, la bandera, la filosofía de un conjunto de leyes. Esto es una constitución. Una doctrina moral antes que un conjunto de preceptos, y nosotros estuvimos viviendo en México de acuerdo con una doctrina moral individualista precisamente contra la doctrina moral combatió la revolución y en la que ustedes tomaron parte. ¿Qué es lo que ha ocurrido dentro de la propia constitución a partir de la carta de 17? Una tragedia, una tragedia ideológica. La vieja Constitución, que desde el punto de vista numérico pesa más por sus preceptos que la nueva Constitución, la de 17, est precisamente librando un combate rudo dentro del propio conjunto de preceptos que informa la carta magna del país. ¿Cómo, si no, dicen los abogados de México, se explica que se dicte al artículo 123 y su ley reglamentaria que garantiza el derecho de huelga, si existe el artículo 1º. que otorga garantías individuales a todo el mundo, y al mismo tiempo el artículo 4º., que permite la libertad de trabajo; y el artículo 8º. y el 9º., y todos los artículos que se refieren garantías individuales? ¿No hay en el fondo una verdadera contradicción? Desde el punto de vista de la vieja escuela y de la nueva escuela, sí hay contradicción, compañeros. La Constitución de 17 es anticonstitucional, eso es verdad y hay que decirlo. Todos los preceptos de la Constitución de 17 a la luz del principio que norma y ha normado la Constitución vieja de 57, todos estos principios son anticonstitucionales; pero la nueva Constitución ha traído un nuevo caudal de sentimientos y de ideas. La Constitución nueva est obrando este milagro, este milagro no dentro de la propia ley, sino dentro de la conciencia de los hombres responsables del país; est obrando el milagro de hacerles ver con una luz meridiana cuál es el verdadero espíritu del pueblo de México; no es ya el viejo espíritu que informó la ley de 57, sino el espíritu que informa los principios socialistas de la Constitución de Querétaro de 1917. Esta es la verdad, compañeros. La tragedia est a punto de realizarse, y por esta causa cada vez que se dicta una ley reglamentaria del artículo 27 constitucional o del artículo 123, se derrota definitivamente al viejo espíritu individualista, al librecambismo del viejo espíritu de la Constitución todas las

garantías individuales, porque, ¿qué garantías individuales se pueden alegar actualmente? Ustedes, que han leído todos los días los periódicos, saben que muchas veces el capitalismo extranjero - por que en México no hay capitalismo ni capitales - , declara que lo único que exige de nuestro país, es respecto a nuestra propia Constitución. Esto es lo que est en boca de los enemigos constantemente. "Nosotros no exigimos nada de México, no somos nosotros el atropellador sistemático de la soberanía de los pueblos débiles, no vamos a exigirle a México más de lo que se nos puede exigir a nosotros mismos, pero lo que queremos pedirle a México, de acuerdo con los principios internacionales, es el respeto a sus propias leyes". Y allí est el ardid sugerido, indudablemente, por falsos y malos mexicanos. Yo he oído a muchos, especialmente jóvenes salidos de la Escuela de Jurisprudencia, de esta Universidad caduca y maldita que cuesta tanto al país y debe desaparecer, los he oído en la Secretaría de Hacienda, donde patrocinan a un sirio, un turco, un extranjero, decirle al funcionario: Señor, lo único que le pedimos a usted, es que se cumpla la Constitución de México. ¡Y esto en boca de mexicanos! Esta es la verdadera realidad.

El extranjero tiene la culpa, pero el mexicano tiene también la culpa, más que el extranjero, porque el mexicano capacitado es el mexicano de alquiler para la conquista de México en favor del capitalismo extranjero. Esta es la situación; por eso cuando el capitalismo dice que lo único que exige a nuestro país es el respecto a nuestra propia Constitución, lo dice porque sabe que inmediatamente el argumento fácil es el espíritu de la Constitución de 57. El espíritu del artículo 4o., el espíritu de las garantías individuales, es el respeto a la propiedad, a la obra del trabajo, el respeto a la actividad humana, es el respeto al comercio, el respeto a todas las prerrogativas de acuerdo con el Código de Napoleón, de acuerdo con la revolución francesa, de acuerdo con las teorías romanas, de acuerdo con todos los preceptos españoles que informan aún el Derecho mexicano, y esto es cierto, compañeros, la tragedia es muy grande; pero a medida que el Poder Legislativo ha ido diciendo al país: Este es el verdadero espíritu del artículo 27, y este es el verdadero espíritu de toda la Constitución, repito, la vieja, la verdadera Constitución nuestra, la liberal, la individualista, recibe golpes de muerte, con el objeto de sepultarse definitivamente en el olvido, y esto es lo que est ocurriendo. Celebremos, compañeros diputados de esta Legislatura, los funerales de la Constitución de 57 a la luz del nuevo principio que encarna la Ley de Irrigación. Esta es la verdad, esta ley significa, a mi juicio, los funerales de la vieja Constitución individualista, porque examinemos, compañeros, no nos hagamos ilusiones, creemos que somos revolucionarios y que vivimos en un país que est marchando por las vías socialistas; es falso, absolutamente falso. La revolución est en los libros, pero no ha llegado al pueblo, esta es la verdad. Examinemos el campo, ¿cómo produce el país desde el punto de vista socialista? No produce, casi no produce, produce desde el punto de vista individualista. ¿Qué ha hecho México antes de la Ley del Patrimonio de Familia; qué hará México cuando ésta empiece a cumplirse; que ha hecho el país, qué ha hecho la revolución de seis de enero, qué ha hecho el artículo 27 respecto de las tierras? Dividirla y darlas a los individuos para que las cultiven personalmente, y hay grandes regiones en el país, todos ustedes lo saben perfectamente, que desde la época anterior a la dominación española han conservado algunos Estados este sello de aparcelamiento individualista, por ejemplo, en la sierra de Puebla, uno de cuyos distritos represento, en la actualidad no hay ninguno que no posea un pedazo de tierra desde hace muchos años. Se dice ahí que no hay problema agrario, y así como ocurre en la Sierra de Puebla, ocurre en la sierra de Oaxaca y en muchas grandes extensiones del país verdaderamente ricas, y, sin embargo, ¿qué es lo que ahí ha hecho el trabajador? ¿En México, qué es lo que hace el individuo, qué es lo que hace el mestizo? Tener la preocupación de que es el centro del mundo cada hombre y que él debe producir justamente para bastarse a sí mismo. Fíjense ustedes simplemente el aspecto desolador del país, revisando las geografías de bolsillo, las geografías de la República Mexicana. Estas geografías, estos pequeños almanaques gratuitos y perversos que nada enseñan y que, sin embargo, todo el mundo hojea en la casa o en la escuela y que se llama la geografía de la República, en unas cuantas páginas; lo mismo es leer el Estado de Chihuahua que el Estado de Oaxaca, al Estado Yucatán que el Estado de Querétaro; la geografía dice esto: Productos: maíz, frijol, chile, haba, cebada, etcétera. Lo mismo, lo mismo. Lo mismo. Varían ciertas cosas. En Chiapas se dice que maderas preciosas y en Yucatán que henequén; pero fundamentalmente el producto nacional es: Maíz, chile y frijol. ¿Esto, qué significa? Que cada hombre cree que debe producir lo que le basta, lo que él necesita; y ahora bien, ¿qué es lo que ocurre en México? Que, en primer lugar, no todas las tierras del país sirven para obtener el mismo producto. El peor enemigo de México es el maíz, esto es indudablemente; aun cuando haya un hombre por ahí que se llame el apóstol del maíz, yo creo que una de las mayores calamidades públicas del país es el maíz como producto único de salvación nacional. El maíz no se produce siempre de buena calidad en todas partes; todo el mundo, sin embargo, tiene empeño de producir maíz, porque todos quieren creer que es el alimento nuestro. El maíz que se produce en la sierra de Puebla es detestable, no pesa nada, se pudre pronto, cuesta mucho dinero cuidarlo y, sin embargo, es menester que todo mundo siga produciendo maíz, chile y frijol. Toda la República es un mosaico de pequeños pedazos, de muchísimos, de millones de pedazos, en que el maíz parece ser la única finalidad y, sin embargo, cada año tenemos que traer de los Estados Unidos muchos millones de kilos de maíz para poder comer tortillas; esta es la verdad. México no produce, y no produce, por una causa: porque no ha habido un estudio fundamental de la producción de México. Todo problema social, es un problema económico; lo repito, y aunque es muy sabido de todo el mundo, quiero volverlo a recordar, con objeto de decir que todo problema económico necesita un

plan, un principio, una teoría, un propósito; ¿qué es lo que ha hecho Rusia? Antes de la revolución en Rusia todo el mundo producía también a su antojo, actualmente, en Rusia, después de hecho un estudio por el Consejo de Economía Nacional planificando la producción del país, hay regiones reservadas a cierto tipo de cerebrales, hay regiones reservadas a cierta industria agrícola, y así se ha logrado un verdadero programa de producción nacional que basta con creces actualmente y resuelve el problema del hambre y resuelve el problema de la balanza internacional; esta es la situación. El día que en México, después de que las tierras se irriguen - y este es precisamente el objeto fundamental de la ley - , cuando se bonifique la mayor parte de las tierras de nuestro país, porque una ínfima parte es la que produce por sus propios recursos, espontáneamente; cuando México pueda decir: Hay tantos millones de hectáreas que pueden producir, entonces vendrá inconcusamente la planificación de los productos y, entonces, el Estado obligar a que se produzca en determinada región lo que la región pueda producir y no lo que el individuo quiera hacer producir a la tierra. Este es el verdadero principio revolucionario; esta ser , indudablemente, la salvación nuestra. No hay otra....

El C. Carpio: ¿Me permite usted una aclaración?

El C. Lombardo Toledano: Diga usted.

El C. Carpio: Señor presidente, pido la palabra para una aclaración que quiero hacerle al muy estimable compañero.

El C. presidente: Tiene la palabra.

El C. Carpio: Se est discutiendo, compañero, el artículo 2o. en lo particular, y usted, con una elocuencia muy propia de su distinguida personalidad, entiendo que est abordando el problema en lo general.... (Voces: ¡No! ¡No!)

El C. Lombardo Toledano: Perdóneme que lo interrumpa. Si usted me ha interrumpido para una moción de orden, la rechazo.

El C. Carpio: No, para una aclaración.

El C. Lombardo Toledano: El interés nacional exige que se viertan ideas con el objeto de dar las bases definitivas, ideológicas, de lo que la revolución est haciendo. (Aplausos). Yo sé que infrinjo el Reglamento porque no discuto palabra por palabra del breve artículo 2o, pero yo demostraré al compañero Carpio y a la Asamblea, que no estoy hablando en vano, sino que, precisamente, a mi juicio, si usted quiere torpemente o de una manera equivocada, estoy sembrando y demostrando los principios filosóficos y sociales en que se basa este principio que es el meollo de la ley. (Aplausos).

El C. Carpio: Sí, compañero, pero permítame usted....

El C. Lombardo Toledano: Decía, compañeros, que el problema del país es el problema de la planificación de la producción; esta es la base. El día en que la planificación de la producción venga como una consecuencia natural de la Ley de Irrigación, el principio individualista se habrá aniquilado, y entonces se dirá que la Constitución de 17 o que la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional es anticonstitucional. No, señores, desde esta tribuna, y aunque no me oigan los interesados, pero sí los representantes del pueblo, yo quiero dirigirme a la Suprema Corte de Justicia para hacerle saber que ella no puede de ninguna manera decirse fiel intérprete de la Constitución vieja a la luz de los principios individualistas; si los ministros de la Corte entendieran que su papel de aplacadores de la ley, los más altos jueces del país, son los hombres que van a conservar el viejo Derecho frente al nuevo Derecho, como hombres que van a sostener un principio jurídico con el objeto de que no muera, ellos recibir n la maldición de la revolución y la maldición del pueblo de México. Yo sé que esto no ocurrir , pero quiero adelantarme a los acontecimientos, y cuando menos exponer mi opinión. La jurisprudencia no es de ninguna manera, como muchos abogados creen, un valladar con el objeto de que el pueblo no salte los viejos moldes y los rompa y cree nuevos y más fecundos; la jurisprudencia no es más que una razón de división del trabajo y una línea interna de encabezamiento con el objeto de que la interpretación del derecho se haga fácil y certeramente; pero el pueblo tiene el absoluto derecho de elevar sistemáticamente, cuando las leyes no lo han escrito, el derecho que vive, a la categoría de principio fundamental de su país. Esto es, a mi juicio, lo que debe entenderse por jurisprudencia, Cuando se discutía aquí la ley del Patrimonio Familiar; cuando se discutía la ley del Petróleo; cuando se discutía otra ley - me parece que el artículo 4o. constitucional en su ley reglamentaria - , alguien me informó que había la duda respecto de la constitucionalidad de esa ley reglamentaria. A mí, cada vez que oigo que un abogado, que un compañero o que un mexicano duda de que el pueblo tenga el derecho, por conducto del Poder Legislativo, de dictar la verdadera interpretación del sentimiento popular y de las necesidades del Estado, me da risa; me da risa que haya duda respecto de la constitucionalidad de estos argumentos y de estas leyes. ¿Qué inconstitucional puede ser un principio de esta magnitud? ¿Pues qué, el Estado no tiene lo obligación de acabar con el esfuerzo individual, y acabar con el esfuerzo individual al servicio de las garantías individuales, tal como se enseñaba antes? Yo no creo que a la luz del principio socialista haya más garantías individuales que para los hombres que producen; para los hombres que no producen no creo que haya nunca, ni deban existir las garantías individuales; y es tan criminal a la luz de la colectividad y de los derechos colectivos el hombre que no produce, que el hombre que entorpece el dictado de la conciencia pública por conducto del Estado.

Yo sé muy bien que puede parecer a muchos, especialmente a estudiantes de Jurisprudencia, un poco atrabancada, un poco atrevida esta interpretación del principio individualista; lo sé, lo estoy leyendo en los ojos de algunos; sé que est n riéndose. ¡Claro! ¡Qué desgracia, señores compañeros que pese tanto el libro de segunda mano de la pobre Escuela de Jurisprudencia, tan mala, sobre la conciencia de los que se llaman representantes del pueblo! Es realmente una desgracia, es realmente una desgracia, porque nosotros, si queremos hacer una labor definitiva para le porvenir, necesitamos olvidarnos del libro de segunda clase, del libro viejo, de libro malo. ¡Cómo pesa sobre los

pseudointelectuales la falsa cultura! Esta es la verdadera realidad dentro de la Cámara y fuera de ella.

Diez años bastan para transformar el espíritu de un pueblo, en efecto; pero, en cambio, se necesitan muchas décadas para sentar nuevas bases que transformen sistemáticamente el orden social; esta es una experiencia también. Por eso veinte años de Porfirio Díaz pesar n como maldición quizá, si no un siglo más, sobre la conciencia de muchos mexicanos. (Aplausos). Esa es la situación, no nos engañemos; por eso yo vuelvo a reírme, sí, y me reiré mientras viva de los que temen que cada vez que se dicta un principio como este, puedo chocar contra el concepto de las garantías individuales. ¿A quién se le van a otorgar garantías individuales? ¿Qué debe entenderse, constitucionalmente hablando, socialistamente hablando, por garantías individuales? ¿Debe entenderse por garantías individuales el hecho de considerar como sagrado el hogar de un zángano que est disfrutando del dinero ajeno, de la sangre humana, dentro de un palacio de cristal, sin atreverse a ir a la calle siquiera a recibir el sol? ¿Qué debe entenderse por garantías individuales? ¿Por que garantías individuales debe entenderse todo lo que disfrutan ilegítimamente los millonarios mexicanos que viven en París, buscando guerras para nuestro país y recibiendo millones de pesos? Los absentistas, que hasta en países atrasados revolucionariamente, como Argentina, tienen leyes prohibitivas que los castigan, desde el punto de vista del impuesto, ¿esos tienen garantías individuales o deben tener esas garantías individuales en esa forma? ¡El que no trabaja, con el objeto de que el trabajo sea útil para la colectividad, no merece absolutamente las garantías individuales! (Aplausos).

Por eso es que yo vengo a hacer hincapié, ante la conciencia de la Representación Nacional, en estos conceptos constitucionales; yo vengo a declarar, en nombre del pequeño grupo de que formo parte en esta Cámara, que naturalmente nosotros estamos de acuerdo con la ley que trae el señor secretario de agricultura. Este es el programa social de la Confederación Regional Obrera Mexicana, porque este es el programa de la verdadera revolución socialista de México; por eso estamos todos de acuerdo con esta ley, y por eso la he calificado como un verdadero golpe de gracia a la teoría individualista y a la vieja Constitución. La tragedia ha terminado, camaradas, y a la luz de los principios más puros y rectos del socialismo, estamos una vez más celebrando, en esta ocasión, los funerales de la vieja escuela individualista y reaccionaria. (Aplausos).

El C. secretario Cerisola: No habiendo inscritos oradores en contra, se reserva el artículo 2o. para su votación.

"Artículo 3o. Para promover y construir el mayor número posible de obras de irrigación en la República, se crea un órgano administrativo que se denominar "Comisión Nacional de Irrigación". La mencionada comisión depender de la Secretaría de Agricultura y Fomento y constar de tres miembros, de los cuales dos nombrar el presidente de la República por conducto, respectivamente, de las Secretarías de Agricultura y Fomento y de Hacienda y Crédito Público, y el tercero, las Cámaras Agrícolas Nacionales. Entretanto éstas no se organicen debidamente para hacer el nombramiento de su representante, el presidente de la República, por conducto de la Secretaría de Agricultura y Fomento, designar como tercer miembro de la comisión a la persona que considere mejor capacitada para representar los intereses de los agricultores afectados."

Est a discusión. La comisión solicita de la Asamblea permiso para retirar el artículo 3o. y presentarlo inmediatamente modificado de acuerdo con la indicación del compañero Caloca. Se pregunta a la Asamblea si concede la autorización. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida. Artículo 3o., presentado reformado por la comisión:

"Para promover y construir obras de irrigación en la República, se crea un órgano administrativo que se denominar "Comisión Nacional de Irrigación". La mencionada comisión depender de la Secretaría de Agricultura y Fomento y constar de tres miembros nombrados por el presidente de la República por conducto de la propia Secretaría."

Est a discusión.

El C. Díaz Soto y Gama: Pido la palabra en pro.

El C. presidente: No hay contra.

El C. Díaz Soto y Gama: No le hace, tengo derecho a hablar en pro. ¿Por qué no?

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Soto Y Gama en pro.

El C. Díaz Soto y Gama: Yo he querido hablar en pro, porque de ninguna manera quiero desperdiciar esta oportunidad para tratar un tópico que no vacilo en llamar de interés nacional.

Sobre la República se cernía la amenaza, según anunció la prensa, "El Universal" de ayer, de que los negocios de irrigación fueran manejados, según dijo esa prensa, en la misma forma en que, por desgracia, se est n manejando los negocios de caminos. Y yo creo que es deber nuestro dar aquí un ¡alerta! sobre lo que se est haciendo en la Comisión Nacional de Caminos, que es lo mismo que se quiere hacer en la Comisión Nacional de Irrigación. Yo creo que no hemos venido a esta Cámara exclusivamente a entonar digiramos en honor de los hombres que forman el Poder Ejecutivo; tenemos que venir aquí también a lanzar reproches, ¿porque si no para qué serviría esta Cámara? Si vamos a ser una dependencia del Ejecutivo y no vamos a estar más que votando sobre la rodilla y al vapor, como la misma prensa reaccionaria ha dicho, todas las leyes que se nos manden, ¿para qué sirve esta Cámara?

Y yo sí creo en que debe insistirse en que la Secretaría de Hacienda est haciendo mala labor en todo lo que interviene. A eso vine a esta tribuna, y ya que a otros compañeros se les permite salirse del tema, yo creo que a mí se me permitir también, y si no se me permite protestaré y me saldré del tema, porque vengo dispuesto a hablar de la amenaza que se ha hecho en la prensa, de que los negocios de irrigación se iban a tratar en la misma forma en que se tratan los negocios de caminos. Yo quiero decir lo que no ha se dicho hasta hoy en esta Cámara, lo que se dice en todos los corrillos, lo que circula como un rumor

incesante en la calle: que se est n haciendo desastrosas combinaciones en los negocios de caminos.

En el negocio de caminos, señores, las bases son éstas, verdaderamente monstruosas, leoninas, desastrosas para la nación; son éstas dos fundamentales: El contrato lo firmó Salinas, el funesto ingeniero Salinas, el reaccionario ingeniero Salinas, al que no pueden tolerar ya ni sus propios compañeros, los reaccionarios miembros del Centro de Ingenieros, y lo firmó en estas condiciones: Primera, que el gobierno pondría un millón de pesos mensuales para la construcción de caminos; y después de que el Gobierno es el que pone el dinero, vean ustedes la segunda condición, que dice: De este millón se aplicar n cien mil pesos a los señores Byrne Brothers Construction Company, por su dirección técnica.

Esto es escandaloso, esto es inaudito. De manera que la nación pone el dinero, y sobre poner el dinero regala el diez por ciento a una compañía americana. ¿En qué país vivimos para que esto se permita? Y dicen los que me dan los datos, que hubiera bastado traer cinco o diez expertos, pagarlos espléndidamente, como no se les paga acaso en su país, a cincuenta dólares diarios cada uno, y se podría obtener un gasto de quince mil pesos mensuales. Con esto no se haría el sacrificio enorme del diez por ciento regalado a la compañía. ¡Por supuesto que estamos seguros de que de ese diez por ciento algo se toman otros que no son americanos! (Risas. Aplausos.) Yo creo que aunque no sea sino para aprovechar esta ocasión para protestar contra la mala dirección, la poco honesta dirección que est dando Pani en combinación con Salinas al asunto de caminos, vale la pena venir a esta Cámara. Por supuesto que los agraristas estamos dispuestos a armar escándalo hasta conseguir reformar el artículo 3o., porque si no de nada serviría la famosa Ley de Irrigación Nacional , o más bien dicho, sí serviría: Serviría para los hacendados; los hacendados serían los aprovechados de esa obra. La Secretaría de Hacienda, Pani, est completamente a disposición de los reaccionarios; esto no es un secreto para nadie, y estoy seguro de que nadie habrá en la Cámara que lo niegue. Pani haría que este instituto, el establecimiento de la Comisión Nacional de Irrigación, sirviera exclusivamente en favor de los intereses de los hacendados. Y quiero hacer constar esto: Que en el Estado de Morelos, donde est dominado Salinas por conducto de Rojas Hidalgo, el secretario general de Gobierno es un caballero de Colón....

El C. Anzures, interrumpiendo: ¡Pero que no admitimos nosotros!

El C. Díaz Soto y Gama: Pero ustedes contribuyeron....

El C. Anzures: ¡No!

El C. Díaz Soto y Gama, continuando: ¡Que no, ni qué no! (Campanilla). Es un detalle; pero yo creo que en esta Cámara debe vaciarse el alma nacional de tantos reproches que conserva, que encubre en el fondo el alma del pueblo. Porque no es cierto que la situación sea enteramente bonancible; la situación es mala, porque hay elementos reaccionarios dentro del Gobierno; es necesario que el Gobierno se depure, y no me cansaré de decirlo. Ya que se quiere evitar un debate político, yo debo decir que aprovecharé todas las oportunidades que se me presenten para poner mi índice de fuego señalando a los malos elementos no revolucionarios que existen en el Gobierno, y uno de ellos es Pani, que quería deslizarse en el asunto agrario, lo que jamás permitiremos los agraristas. En buena o mala hora que se meta en asuntos de Comunicaciones; en buena o mala hora que despoje de sus prerrogativas, de sus atribuciones naturales a la Secretaría de Comunicaciones; en buena o mala hora que el ministro, que el secretario del ramo haya tolerado ese ultraje; en buena o mala hora que se viole la Constitución en el asunto de caminos, porque la Constitución establece en un artículo - entiendo que el 90- , que los asuntos de Estado se distribuir n en las secretarías según una ley, y esa ley establece que el ramo de caminos carreteros est exclusivamente a cargo de Comunicaciones. ¿Por qué ha invadido esa esfera la Secretaría de Hacienda y por qué iba a invadir la Secretaría de Hacienda la esfera de irrigación, cuando es terminante también al respecto la ley de distribución de negocios dentro de las secretarías de Estado, cuando allí se dice que todas las obras de irrigación y su vigilancia estar n a cargo de Agricultura? ¿Y por qué, también, en el caso de la Comisión Nacional de Caminos se ha violado otro artículo constitucional, olvidado enteramente por el Ejecutivo, y que est obligado a cumplir, so pena de la nulidad del contrato, porque ese contrato es nulo de pleno derecho, el contrato de la Compañía Birne Brothers Construction? ¿Por qué se ha olvidado? ¿Por qué el Ejecutivo ha olvidado el artículo 134 de la Constitución, que voy a leer, deletreándolo casi, y por qué, en el caso, se va violar también, si la Cámara lo permite? ¿por qué no se ha de incluir también aquí una cláusula diciendo que se cumpla el artículo 134 y que no se otorgue ninguna concesión sino previa la subasta que establece y fija como un deber la Constitución general?

Yo creo que las leyes se han hecho para cumplirse, y se ha violado audazmente el artículo 134 en el caso de la Comisión de Caminos, y yo estoy seguro de que, si no se pone un precepto especial en esta ley en el sentido de que se observe, también se violar , en el caso de irrigación el artículo 134 constitucional.

El artículo 134 dice: "Todos los contratos - ¡todos!- que el Gobierno tenga que celebrar para la ejecución de obras públicas, ser n adjudicados en subasta mediante convocatoria y para que se presenten proposiciones en sobre cerrado, que ser abierto en junta pública."

¿Cuándo hubo la subasta previa para la concesión de caminos? ¿Alguno de los compañeros tiene noticia de esa subasta? Yo no la tengo. ¿Y por qué el Ejecutivo ahora se permite decir que ya tiene firmada un minuta con una compañía también, americana, cuando el dinero va a ser mexicano, sin haber habido la subasta, y por qué dice el Ejecutivo que apruébese o no se apruebe esta ley por esta Cámara, de todas maneras se llevar a cabo el contrato con esa compañía americana? Pues qué, ¿no est vigente el artículo 134 Constitucional? Qué, ¿es tan poderoso el Ejecutivo que puede pasar sobre la Constitución general? (Murmullos).

¿O qué en esta Cámara venimos a decir que sí a todo lo que se nos mande? (Aplausos).

Se ha aprobado una disparatada Ley del Petróleo, que en suma no es sino una concesión de facultades amplísimas a un secretario, al de Industria, para que haga y deshaga lo que quiera. Se aprueba sobre la rodilla, se hace el disparate enorme de abrir una sesión permanente para discutir uno de los problemas más graves de la nación, y la Cámara se ha puesto en ridículo ante el país; porque es necesario que la Cámara sepa que sobre ella est la opinión pública, y esa opinión pública no ha aprobado esa forma de proceder de la Cámara, ni en el asunto del petróleo, ni en otros asuntos; tampoco aprobar que mañana, cuando se ponga a discusión el Convenio de la deuda, sobre cientos de millones de pesos, se vaya a cometer el error de otra sesión permanente con lunch intermedio, y se quiera obligar a la Cámara a aprobar festinadamente tan grave problema. (Aplausos). Todo tiene límite y término, y la paciencia nuestra, la de los agraristas, la minúscula minoría también tiene su término. ¿Qué est haciendo esta Cámara? Est exhibiéndose ante el país, ante la propia reacción como sujeta a la consigna. Lo dijo Eduardo Pallares en el único artículo que le conozco, pujante, viril y apegado a la verdad: Se oye en la Cámara el sotto vocee de la consigna; pero no de la consigna que se impone, sino de la petición de la consigna; ese ir a los ministerios a pedir la consigna (Voces: ¡No! No!); ese gritar en los periódicos (Voces: ¡No ¡No!), porque en los periódicos constantemente se dice: ¡Esta ley se tiene que aprobar pronto, y se tiene que aprobar, y en un día, porque así lo quiere el señor presidente de la República! (Voces en las curules: ¡No! Aplausos en las galerías). Toda la prensa lo ha dicho, y no en un caso, sino en varios; y si la mayoría quiere tomar sobre ella responsabilidad, que la tome; pero habrá dos, tres individuos, o uno solo que protesten contra esa forma de proceder. ¡Y ese uno soy yo! Yo protesto contra ese sistema; no quiero que se diga mañana que esta Legislatura - creo que es la treinta y dos - forma una dependencia del Ejecutivo; debemos reivindicar nuestros fueros, siquiera en los últimos días del período. Creo que con lo dicho basta. Me propongo combatir a Pani, y pido desde ahora que se me deje hablar y que no se haga lo que en el caso de la Ley de Extranjería, en que con un pretexto o con otro se me quitó el uso de la palabra. Voy a atacar a Pani y quiero que lo sepa la Cámara y la República entera; por eso quiero que se me deje en absoluta libertad de hablar. (Aplausos).

El C. Padilla Ezequiel: ¡Para una aclaración al señor Soto y Gama!

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Padilla Ezequiel: Señores compañeros:

De todo lo que aquí ha sustentado el compañero Soto y Gama, creo que estoy llevando la voz de la mayoría cuando afirme yo que esa mayoría asume toda la responsabilidad. (Aplausos). Esta mayoría tiene a honra, tiene a orgullo en estar respaldando en este instante al Ejecutivo, y que no es en el sistema parlamentario, que no es en las luchas constitucionales, que no es en las batallas de las asambleas donde es una vergüenza respaldar a un Ejecutivo. En los países bien organizados no es posible marchar de otra manera, señor Soto y Gama, que en una perfecta colaboración de aquellos elementos que est n unificados. Cuando un Ejecutivo tiene una Asamblea en que su mayoría es oposición, entonces demuestra que el Ejecutivo no est respaldado por el pueblo, puesto que la Asamblea es la representación del pueblo. Mire usted a todas las asambleas del mundo, y usted ver que los Ejecutivos est n respaldados por sus mayorías y que las leyes que envían los Ejecutivos no son cosas improvisadas en las cuales la mayoría no haya tomado participación. No hay una sola ley de las que nosotros estamos discutiendo en la que no haya de antemano estado la mayoría en contacto directo con el presidente, y cuando llega a esta Cámara de Diputados todos nosotros estamos ya conscientes de la responsabilidad que asumimos.

Estamos orgullosos de estar respaldando consciente y deliberadamente la obra patriótica del Ejecutivo; esa forma precipitada que usted mira no es otra cosa que una garantía contra una oposición antipatriótica que pudiera levantarse. Esta es hora de unidad, esta es hora de fuerza, esta es hora de una verdadera y compacta línea de batalla, y en esta línea de batalla estamos con el presidente de la República. (Aplausos.)

El C. secretario Cerisola: No habiendo inscritos oradores en contra del artículo 3o., se reserva para su votación.

"Artículo 4o. La Comisión Nacional de Irrigación, además de las atribuciones y los deberes que le imponga el reglamento de esta ley, tendrá los siguientes:

"I. Estudiarlá las posibilidades de irrigación del país y seleccionar , para su ejecución, las obras que reporten mayor beneficio, desde los puntos de vista financiero o de los intereses generales de la nación;

"II. Formular los proyectos relativos determinando, en cada caso, las zonas que deben irrigarse, las propiedades que en ellas queden comprendidas, la formación de los presupuestos de las obras proyectadas y la parte de su importe que deba reportar cada finca, según las bases que fije el reglamento de esta ley;

"III. Comunicar cada proyecto aprobado a los interesados para que, dentro de un término que no exceda de tres meses, presenten sus observaciones y manifiesten si est n dispuestos a construir directamente las obras;

"IV. Publicar un extracto de cada proyecto para que, dentro del término de sesenta días, se presenten a la comisión las solicitudes y objeciones de los propietarios que no hubieren sido incluídos y que deseen serlo, y de los que se estimen perjudicados con la construcción de las obras proyectadas;

"V. Examinar las observaciones que se presenten y decidirá las modificaciones que hayan de hacerse a cada proyecto, bajo el concepto que sólo podrá excluirse una propiedad cuando se demuestre que, dentro de las condiciones previstas, no es económicamente conveniente la irrigación de sus tierras, y

"VI. Observar las siguientes reglas en los casos de conformidad total o parcial de los propietarios afectados:

"a) Recomendar a la Secretaría de Agricultura y Fomento, si la conformidad es total, que otorgue al o los interesados la concesión respectiva, siempre que la solicitud para tal concesión sea presentada inmediatamente y que el o los concesionarios se comprometan a sujetarse a las prescripciones de esta ley y de su reglamento respecto de los plazos de ejecución de las obras y del fraccionamiento de las tierras irrigadas.

"b) Aportar por el Gobierno federal la parte del costo de ejecución del proyecto que corresponda a los inconformes si dicha parte no excede del veinticinco por ciento del importe derramado de las obras y dejar la ejecución de éstas a los interesados que hubieren manifestado su conformidad, siempre que, además de satisfacer los requisitos del subinciso a), garanticen de modo satisfactorio para la comisión el buen uso de la parte que con ella contribuye.

"c) Encargar se de la ejecución de las obras si la parte del costo de las mismas que toca a los inconformes excede del veinticinco por ciento, en cuyo caso admitir como asociados a los interesados conformes, mediante la oportuna aportación del dinero con que deban ellos contribuir."

Est a discusión. No habiendo oradores inscritos, se reserva para su votación.

"Artículo 5o. En todos los casos en que la comisión se encargue de la ejecución de las obras o que contribuya con una parte de su costo, el Gobierno federal ser compensado con una proporción de las tierras irrigadas. Esta compensación deber repartirse entre los propietarios de dichas tierras, en forma tal, que la relación entre la superficie que pasa al dominio de la Federación y la que conserven los propietarios, sea igual a la que exista entre el costo resultante de las obras por hectárea y el valor fiscal que las tierras, por la misma unidad de superficie, tenían antes de la ejecución de las obras referidas, más un diez por ciento."

La comisión pide permiso a la Asamblea para retirar el artículo 5o. y presentarlo inmediatamente modificado, de acuerdo con observaciones hechas al mismo. Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se concede el permiso de retirarlo. los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedido. La comisión presenta el artículo 5o. modificado en la siguiente forma: "Artículo 5o. En todos los casos en que la comisión se encargue de la ejecución de las obras o que contribuya con una parte de su costo, el Gobierno federal ser compensado con una proporción de las tierras irrigadas. Esta compensación deberá repartirse entre los propietarios de dichas tierras, en forma tal, que la relación entre la superficie que pasa al dominio de la Federación y la que conserven los propietarios, sea igual a la que exista entre el costo resultante de las obras por hectárea y el valor fiscal que las tierras, por la misma unidad de superficie, tenían antes de la ejecución de las obras referidas, más un tanto por ciento que en cada proyecto se fijar de manera que el propietario conserve tierras cuyo valor, ya irrigadas, sea igual al de la superficie total antes de que las obras se ejecuten."

Est a discusión.

El C. Medrano V. Federico: Pido la palabra para hacer una sugestión a la comisión.

El C. presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Medrano V. Federico: Señores compañeros:

Durante el estudio que pude hacer de la ley a discusión, me permití sugerir al señor secretario de Agricultura que el artículo 5o. de la ley se modificase en términos que permitieran al Ejecutivo federal desposeer a los propietarios de los terrenos irrigados, no solamente de las tierras irrigadas que bastaran para compensar las cantidades que el propio Ejecutivo invirtiera en tales obras, sino también la cantidad de tierras, de terrenos pástales, que fuese necesaria para constituir la pequeña propiedad, que es una de las finalidades sociales de la ley.

El señor secretario de Agricultura me manifestó que la tendencia de mi punto de vista era perfectamente acogida por el Ejecutivo y que no tendría inconveniente alguno en orientar con ese criterio la reglamentación respectiva de la ley; pero acabo de ver los términos del artículo 10, que ignoro si estar n modificados, y en ellos se prevé que las tierras que el Gobierno adquiera por compensación, como prescribe el artículo 5o. de esta ley, ser n enajenadas, una vez irrigadas, en parcelas no mayores de ciento cincuenta hectáreas, a los precios que fije el Ejecutivo, tomando en cuenta el costo de las obras de irrigación y en plazos no menores de diez años. Mi punto de vista es el siguiente: Si se trata de constituir la pequeña propiedad, teniendo como límite máximo la extensión de ciento cincuenta hectáreas, seguramente que el pequeño agricultor va a tener necesidad, para cultivar debidamente esas tierras, de contar también con terrenos pástales; y como la expropiación de estos terrenos pástales no se prevé en el proyecto y como por un fenómeno natural económico del incremento del valor de la tierra, todas las propiedades, todas las tierras pástales que circunden una zona irrigada aumentar n de valor, para que el Ejecutivo tenga la facilidad de constituir una entidad agrícola completa, en la que, al mismo tiempo que una cantidad de tierras irrigables o irrigadas se proporcione al pequeño propietario la cantidad que sea necesaria de monte o de pastos para el cabal funcionamiento de esa pequeña propiedad, consulto, señores, a la comisión la conveniencia de que suprima el término "irrigadas", para que el artículo quede redactado en la siguiente forma:

"En todos los casos de que la comisión se encargue de la ejecución de las obras o que contribuya con una parte de su costo, el Gobierno federal ser compensado con una proporción de las tierras."

Si se suprime la palabra "irrigadas", le quedar la facultad al Ejecutivo de expropiar también, por vía de compensación, la cantidad de pástales o de terrenos pástales que sea necesaria para ir ministrando a cada pequeño agricultor la dotación de montes y de pastos que convenga para el funcionamiento de su pequeña propiedad. Porque dados los términos del artículo 10, solamente respecto de las tierras irrigadas tendrá el Ejecutivo la facultad de enajenarlas a plazos que no exceder n de diez años y a un precio equitativo; pero

el pequeño propietario se vería en este dilema: O de no contar con las tierras pástales necesarias para el funcionamiento o para el mecanismo de su pequeña entidad agrícola, o bien comprar esas tierras pástales a los antiguos propietarios a un precio mucho más elevado, porque las tierras se habrán beneficiado con el incremento que les producir n las obras de irrigación. Quiero que la comisión me haga favor de informarme cuál es su criterio sobre el particular.

El C. Fabila: Pido la palabra. La idea que usted sustenta, compañero Medrano, es justa porque, según entiendo, usted va persiguiendo que al irrigarse las parcelas, éstas constituyen unidades agrícolas, es decir, que tengan a la vez que terrenos irrigados, terrenos pástales para sostener el ganado indispensable para la explotación de los terrenos irrigados, montes para disponer de combustible, maderas de construcción, etcétera. Pero yo entiendo que eso que usted desea, no cabe dentro del artículo 5o., porque las tierras irrigadas a que se refiere ese artículo, son las que el Gobierno va a realizar, a vender, a fraccionar, para resarcirse de los gastos que ha hecho por el propietario. Además, yo creo, en todo caso, que los proyectos de irrigación se hacen siempre sobre bases técnicas y tiene que tomarse en consideración, forzosamente, que las parcelas constituyen unidades agrícolas íntegras. De manera que esos proyectos resolver n el problema de que no queden parcelas exclusivamente al Ejecutivo, sino que tengan todos los elementos necesarios de tierras pástales y de montes para constituir unidades agrícolas; pero si el compañero Medrano desea o insiste en que la ley garantice la constitución de esas unidades agrícolas, no es en el artículo 5o., en todo caso, donde debiera figurar esa garantía, sino sería en un artículo especial en el cual se facultara al Electivo para expropiar las tierras necesarias y constituir esas unidades agrícolas. Esa es la explicación que da la comisión al compañero Medrano, sosteniendo ella que el artículo 5o. est completo; que esas tierras irrigadas a que se refiere el precepto, son las que el Gobierno va a vender para resarcirse de los gastas.

El C. Medrano V. Federico: Desde luego me satisface que la tendencia que yo consagro, que entiendo establece mi punto de vista, sea bien recibida por la Comisión, como lo fue por el señor secretario; pero quiero que la propia Comisión me informe si no estima que podría ser una traba para constituir la pequeña entidad agrícola en los términos del artículo décimo.

El C. Fabila: Francamente, la Comisión no encuentra que el artículo 10 pueda ser una traba, porque en todo caso ese máximum de ciento cincuenta hectáreas de tierras irrigadas podría comprender también terrenos pástales irrigados, praderas irrigadas, praderas artificiales. De manera que no todo el lote forzosamente tendría que cultivarse con cereales u otras plantas, sino que en muchos casos, en la inmensa mayoría de ellos, los proyectos de irrigación, ya en lo particular, comprenderían en cada parcela de ciento cincuenta hectáreas las praderas artificiales para el sostenimiento de los ganados; y se pudiera en casos excepcionales dedicar las ciento cincuenta hectáreas al cultivo de caña supongamos, dándoles en otro lugar, por algún procedimiento, las tierras de pasto y monte necesarias a esa parcela. De manera que, en concreto, la Comisión estima que el artículo 10 no es un obstáculo y considera que el artículo 5o. est completo en la forma que lo ha presentado aún cuando, como he manifestado, no rechaza la posibilidad que el compañero Medrano ha encontrado de que en algunos casos sería indispensable dotar de terrenos pástales y de montes a una o varias parcelas de un fraccionamiento.

El C. Medrano: Si yo me permití hacer esta sugestión a la Comisión, fue con objeto de pretender quitar hasta donde fuera posible todos los obstáculos que tuviera el Ejecutivo para hacer la expropiación en un terreno llegado el caso, sin, naturalmente, desconocer todas las facultades que la propia Constitución le asigna y que permanecer n siempre en vigor para que el Ejecutivo expropie por causa de utilidad pública, etcétera, etcétera, en las condiciones en que la propia Constitución lo establece. Pero a mí me parecía que el espíritu del artículo 5o. no sufriría quitando ese término, porque me parecía que solamente podría el Ejecutivo expropiar las tierras irrigadas; si de una vez podía el Ejecutivo expropiar todas aquellas zonas de pástales que fueran convenientes para la integración de las futuras pequeñas propiedades, yo creo que con la supresión de esa palabra "irrigadas", quedaba perfecto el espíritu del artículo. El espíritu del artículo no sufre en lo más mínimo, pero estoy absolutamente de acuerdo con los puntos de vista de la Comisión, y creo que en un artículo aparte que ella redacte, consignar este punto de vista.

No puedo abandonar esta tribuna, señores representantes, sin referirme, por lo que hace al Bloque a que yo pertenezco y cuya voz tengo en estos momentos en esta tribuna, a los cargos que el compañero Soto y Gama hace al Ejecutivo federal.

También el Bloque Socialista Independiente tiene a muy legítimo orgullo estar colaborando con el Ejecutivo federal, en la medida de sus facultades, en toda esta serie de proyectos, en toda esta labor ardua que, como decía el compañero Padilla, obedece a un plan integral de reconstrucción del país. Los miembros que integramos el grupo Socialista Independiente nos hemos limitado a cumplir con nuestro deber en esta Cámara, haciendo, en la medida de nuestras fuerzas, todo lo que es capaz de hacer un grupo que tiene que discutir algunos asuntos en esta Parlamento, es decir, estudiarlos. Consecuente con estas ideas, con ese propósito que tenemos de seguir colaborando con el Ejecutivo, yo declaro, de una vez por todas, que también nosotros, el Grupo Socialista Independiente, estima que es de su deber seguir colaborando con el general Calles, que hasta el momento ha sido uno de los hombres de la revolución que más claramente han enfocado los grandes problemas del país. (Aplausos).

El C. secretario Cerisola: No habiendo más oradores inscritos para hablar sobre el artículo 5o., se reserva para su votación.

"Artículo 6o. En todos los casos de inconformidad de los propietarios de tierras para contribuir proporcionalmente en la ejecución de las obras

de irrigación, los poseedores o arrendatarios podrán substituir a aquéllos en el uso y cumplimiento de los derechos y obligaciones que les asigna el inciso VI del artículo 4o. de esta ley, aportando las correspondientes sumas de dinero y recibiendo, en tierras irrigadas, compensaciones similares de las que confiere al Gobierno el artículo 5o."

Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra ni en pro ni en contra, se reserva para su votación. Artículo 7o. La Comisión, siguiendo indicaciones de algunos compañeros, ha modificado el artículo 7o. para presentarlo con el mismo fondo, aunque en diversa forma. Se pregunta a la Asamblea si concede permiso a la Comisión para retirar el artículo 7o. y presentarlo inmediatamente modificado. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo.

El C. Siurob: El compañero Medrano, al hablar de la ley, estableció que se fija como plazo para la venta el de diez años. La Constitución dice que deben ser veinte.

El C. secretario Cerisola: No est a discusión eso; est en otro artículo. Se concede el permiso pedido para retirar, el artículo, y se presenta modificado en la siguiente forma:

"Artículo 7o. Antes de proceder a verificar las obras, la Comisión fijar las porciones que de la "zona de irrigación" correspondan a los propietarios, poseedores o arrendatarios, comunicándoles esta resolución para sus efectos.

"La inconformidad de los interesados se decidir , a opción de ellos, en la vía administrativa o en la judicial, en las que al mismo tiempo se resolver la translación de dominio a favor del Gobierno federal. Elegida una de estas vías, no podrá intentarse la otra.

"En el caso de optarse por la vía judicial, el juez resolver sin recurso ulterior, previa audiencia de los interesados y en un término de prueba que no exceda de 30 días."

Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 8o. En los casos de aprovechamiento de las aguas no sólo para fines de irrigación, sino también para otros usos, el Ejecutivo determinar , de acuerdo con las circunstancias, la forma de obtener el reembolso correspondiente a tales aprovechamiento."

Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 9o. Los ejidatarios beneficiados con las obras de irrigación a que se refiere esta ley, contribuir n para la construcción de dichas obras en la forma que fije el reglamento."

Est a discusión. La Comisión solicita de la Asamblea permiso para retirarlo y presentarlo modificado. Se consulta a la Asamblea se concede esa autorización. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida. El artículo 9o. modificado queda en la siguiente forma:

"Los ejidatarios y dueños de propiedades menores de 150 hectáreas, beneficiados con las obras de irrigación a que se refiere esta ley, contribuir n para la construcción de dichas obras, en la forma que fije el reglamento."

Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 10. Las tierras que el Gobierno adquiera por la compensación que prescribe el artículo 5o. de esta ley, ser n enajenadas, una vez irrigadas, en parcelas no mayores de ciento cincuenta hectáreas, a los precios que fije el Ejecutivo, tomando en cuenta el costo de las obras de irrigación y en plazos no menores de diez años.

"También podrá el Gobierno destinar esas tierras al pago de las obras, cuando éstas se construyan por medio de contrato, en cuyo caso el contratista quedar obligado a fraccionarlas y enajenarlas en los términos que convenga con el Ejecutivo."

Est a discusión. La comisión solicita permiso de la Asamblea para retirar este artículo y presentarlo modificado. Se consulta a la misma si se le concede. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedido.

El C. Fabila: Señores: La modificación que la comisión introdujo en el artículo 10, consiste en suprimir la parte que dice: "en parcelas no mayores de 150 hectáreas", adicionándola con esta frase:

"La Comisión Nacional de Irrigación fijar en cada proyecto las superficies máxima y mínima que pueda adquirir cada individuo."

Esta adición es con el objeto siguiente: En los casos necesarios, poder sujetarse a las prescripciones de las leyes locales de los Estados, que han señalado el máximum de tierra que puede tener un individuo. Hemos suprimido la parte que dice: "en parcelas no mayores de ciento cincuenta hectáreas", que se refería a la extensión máxima que las leyes agrarias han señalado como la extensión que debe respetarse en la aplicación de estas mismas leyes. Porque ya se sobreentiende que la Comisión Nacional de Irrigación habrá de respetar esa prescripción de las leyes agrarias.

El C. secretario Cerisola: El artículo 10, modificado, queda en la siguiente forma:

"Las tierras que el Gobierno adquiera por la compensación que prescribe el artículo 5o. de esta ley, ser n enajenadas, una vez irrigadas, a los precios que fije el Ejecutivo, tomando en cuenta el costo de las obras de irrigación y en plazos no menores de diez años.

"La Comisión Nacional de Irrigación fijar en cada proyecto las superficies máxima y mínima que pueda adquirir cada individuo.

"También podrá el Gobierno destinar esas tierras al pago de las obras cuando éstas se construyan por medio de contrato, en cuyo caso el contratista quedar obligado a fraccionarlas y enajenarlas en los términos que convenga con el Ejecutivo!'

Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 11. Para los efectos de esta ley se crea un "Fondo Nacional de Irrigación", que estar formado por:

"a) La suma que para el objeto fije anualmente el Presupuesto de Egresos.

"b) Las tierras que el Gobierno federal obtenga por virtud del procedimiento a que se refiere el artículo 5o. y los productos de la enajenación de esas tierras, de acuerdo con el artículo anterior.

"c) Los demás productos que se obtengan a consecuencia de obras de irrigación que el Gobierno lleve a cabo."

Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 12. El fondo a que se refiere el artículo 11, ser administrado por la Comisión Nacional de Irrigación y con cargo a él se cubrir n los gastos que demande la ejecución de los proyectos aprobados. Los fondos en efectivo ser n depositados en el Banco de México, S. A., o en el Banco Nacional de Crédito Agrícola y Colonización, cuando éste se funde."

Est a discusión. No habiendo quien desee hacer uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 13. La explotación de las obras se sujetar a las siguientes prescripciones:

"a) En el caso de que la Comisión las haya ejecutado, quedar a cargo de ésta su explotación, hasta obtener el reembolso de los gastos de construcción que deban ser cubiertos en efectivo, conforme a esta ley y haber hecho la enajenación de las tierras recibidas en compensación, debiendo cargarse en las cuotas respectivas la parte proporcional de los gastos de administración y conservación.

"b) Cuando se haya obtenido el reembolso del gasto total, o cuando los propietarios hayan ejecutado directamente las obras, se conceder la explotación de los usuarios, de acuerdo con lo que al efecto disponga el reglamento de esta ley.

"En todo caso, el aprovechamiento de las aguas se amparar con una concesión otorgada a los beneficiarios organizados en la forma que indica el inciso anterior, debiendo modificarse, en caso necesario, las concesiones anteriores que impidan o dificulten la distribución de las aguas en la forma prevista en el proyecto que haya servido de base para la construcción de las obras."

Est a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación.

"Artículo 14. Los terrenos baldíos y nacionales susceptibles de irrigarse, ser n reservados por el Ejecutivo y sólo se enajenar n, una vez irrigados, en fracciones no mayores de ciento cincuenta hectáreas, cuyo precio ser recargado proporcionalmente con el costo de las obras y ser amortizado en los plazos que fije el Ejecutivo."

La Comisión pide permiso para retirarlo y presentarlo con una ligera adición. Se consulta a la Asamblea si se concede el permiso. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedido.

El C. Fabila: La comisión ha creído conveniente proponer a ustedes que este artículo quede adicionado en la siguiente forma:

"La construcción de las obras, el fraccionamiento de estas tierras y su mejoramiento, podrán llevarse a cabo por medio de compañías contratistas, sujetándose a lo prevenido en esta ley."

La razón de esta adición es la siguiente: Que tal como estaba el artículo 14, las tierras nacionales y baldías tenían que quedar como reserva probablemente en un término indefinido, en virtud de que posiblemente la política del Ejecutivo sería dedicar todos los fondos de que disponga para la irrigación, aplicándolos a tierras que no fueran nacionales; y en este caso podría acontecer que fuera factible irrigar algunas tierras nacionales, lo cual lo evitaba el precepto tal como estaba expuesto. Con la adición que proponemos, el Ejecutivo puede estar aplicando los fondos de que disponga a la irrigación de tierras de particulares, y al mismo tiempo, si hay tierras nacionales o baldías que puedan ser irrigadas por medio de contratos, por compañías que al efecto se organicen, podrá realizar el Ejecutivo esta labor de fraccionamiento y de irrigación al mismo tiempo que en las tierras particulares.

El C. secretario Romo: En consecuencia, la comisión presenta modificado el artículo en la siguiente forma:

"Artículo 14. Los terrenos baldíos y nacionales susceptibles de irrigarse, ser n reservados por el Ejecutivo y sólo se enajenar n, una vez irrigados, en fracciones no mayores de ciento cincuenta hectáreas, cuyo precio ser recargado proporcionalmente con el costo de las obras y ser amortizado en los plazos que fije el Ejecutivo.

"La construcción de las obras, el fraccionamiento de estas tierras y su mejoramiento, podrán llevarse a cabo por medio de compañías contratistas sujetándose a lo prevenido en esta ley."

Est a discusión. No habiendo oradores inscritos, se reserva el artículo para su votación.

"Artículo 15. No se comprenden en la presente ley las tierras de propiedad privada que, no siendo susceptibles de irrigación con aguas de jurisdicción federal, lo sean, sin embargo, con las de jurisdicción de los Estados o con aguas que, de acuerdo con el artículo 27 de la Constitución, sean del dueño del suelo.

Las modalidades que a tales propiedades se impongan en cuanto a su irrigación, ser n determinadas por los Estados."

Est a discusión. No habiendo oradores inscritos, se reserva para su votación.

"Artículo 16. Las obras de irrigación para aprovechar aguas de jurisdicción de los Estados, podrán llevarse a cabo por la comisión, de acuerdo con las prescripciones de la presente ley, siempre que las leyes locales autoricen la celebración de los arreglos relativos."

Est a discusión. No habiendo oradores inscritos, se reserva para su votación.

Artículo 17. La presente ley no coarta el derecho de empresa a particulares para ejecutar obras de irrigación, de conformidad con lo dispuesto en la ley vigente de aprovechamiento de aguas de jurisdicción federal. Las concesiones que, al efecto, otorgue la Secretaría de Agricultura y Fomento, no podrán contrariar las prescripciones de esta ley y las de su reglamento."

La comisión pide permiso para retirar este artículo en definitiva, por las razones que va a exponer.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Fabila, miembro de las comisiones.

El C. Fabila: El artículo 17 del proyecto en realidad venía a ser una negación de la aplicación de esta ley, puesto que manifiesta, o manifestaba, que esta ley no coartaba el derecho de los propietarios para ejecutar obras de irrigación de acuerdo con la Ley de Aguas vigente. En consecuencia, bastaba con que viniera al Ministerio de Fomento un secretario que sustentara un criterio conservador o diferente del criterio revolucionario que actualmente sustenta el ingeniero León, para que echara al archivo de las leyes muertas esta

iniciativa y pretendiera realizar obras de irrigación por medio de la Ley de Aguas vigente, cuya aplicación respecto a la construcción de obras de irrigación, bien saben vuestras señorías que ha sido ineficaz. A la fecha, existen alrededor de treinta y cinco mil concesiones para obras de irrigación, otorgadas de acuerdo con esa Ley de Aguas vigente, y estoy seguro de que ustedes conocer n muy pocas de esas obras que han sido concedidas de acuerdo con esta Ley de Aguas. En consecuencia, por estas razones, la comisión solicita permiso para suprimir del proyecto el artículo 17 y suplica a vuestras señorías le otorguen la aprobación correspondiente.

El C. secretario Romo: En votación económica se pregunta si se otorga permiso a la comisión para retirar el artículo. Otorgado.

"Artículo 18. El Ejecutivo federal, por conducto de la Secretaría de Hacienda y a propuesta de la Comisión Nacional de Irrigación, fijar oportunamente y en cada caso los materiales que puedan introducirse al país libres de derechos, por estar destinados a las obras de irrigación que la comisión o los particulares hagan por sí o por medio de empresas contratistas.

Est a discusión. No habiendo oradores, se reserva para su votación.

"Artículo 19. Las dudas que se suscitaren en la aplicación de la presente ley, ser n resueltas por el Ejecutivo, el cual queda, igualmente, facultado para dictar el reglamento de la misma, todas las disposiciones complementarias y las que tiendan al eficaz cumplimiento de sus preceptos."

Est a discusión. No habiendo oradores, se reserva para su votación.

El C. Anzures: Señor presidente: ¡Moción de orden! Se est infringiendo el Reglamento.

El C. presidente: No hay desorden. (Campanilla).

El C. Anzures: Sí hay desorden, quiero demostrarlo, señor presidente.

El C. secretario Romo: La comisión presenta una petición del ciudadano Siurob, con un artículo adicional, que llevar en orden el número 20 y que dice:

"En la ejecución técnica y material de los trabajos que son consecuencia de esta ley, ser n empleados, de preferencia, un 80 por ciento de profesionistas y trabajadores mexicanos."

Est a discusión. No habiendo oradores, se reserva para su votación.

"Transitorios.

"Artículo 1o. Quedan modificados en el sentido de esta ley, los preceptos relativos de la Ley de Aguas vigente, que se opongan a lo que en la presente se establece."

Est a discusión. No habiendo oradores, se reserva para su votación.

"Artículo 2o. Esta ley entrar en vigor desde la fecha de su publicación."

Est a discusión. No habiendo oradores, se reserva para su votación.

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano secretario Luis León.

- El C. secretario de Agricultura y Fomento:

Honorable Asamblea:

Agradeciendo la gentileza del señor presidente de esta Cámara, que me concede la palabra al final de la discusión de este proyecto de Ley de Irrigación, no quiero retirarme, en mi carácter de representante del Ejecutivo, sin agradecer debidamente los cariñosos elogios que con palabra elocuente hizo el compañero Padilla, en nombre del bloque de la mayoría, a la obra del mismo Ejecutivo. Las declaraciones c lidas del bloque laborista y la declaración franca y valiente del compañero Medrano en nombre del bloque de la minoría, respaldando la obra del Ejecutivo. El Ejecutivo, por mi conducto, tiene que dar las gracias a esta honorable Asamblea, porque ha venido a demostrarle al país, con sus declaraciones claras y expresas, que el Poder Legislativo y el Ejecutivo marchan perfectamente de acuerdo en el desarrollo de su programa de Gobierno y que trata de desarrollar para beneficio de todos. Quiero acoger también las críticas del compañero Soto y Gama, con la serenidad que mi situación de secretario de Estado me impone y quiero hacer unas breves aclaraciones a este respecto.

Las grandes obras de ingeniería del mundo se han ejecutado, y esta es una verdad que todo el mundo conoce, en los Estados Unidos y por ingenieros americanos, al grado de que los técnicos americanos que se especializan en detalles de las construcciones de ingeniería, han ido a asombrar con la audacia de sus trabajos, con lo práctico de la organización en sus construcciones, aun a los mismos grandes teóricos europeos durante la guerra europea. Es indudable que nosotros no nos debemos encerrar en un círculo de tan estrecho nacionalismo, que caigamos en el chauvinismo de creernos nosotros los superhombres en el mundo, de que nos encerremos en nuestra cueva y no veamos lo que ocurre en el mundo del progreso de la técnica y del progreso de la ciencia. El pueblo japonés hace apenas sesenta años fue a la guerra todavía con sus kimonos de seda y viejas armas legendarias. Pero abrió los ojos, salió del obscuro rincón de su isla y vio lo que en el mundo civilizado pasaba; y teniendo una clara visión de su porvenir como pueblo independiente y de la amenaza brutal, enorme, que la civilización impone a los pueblos retrasados, tuvo entonces la entereza de ir a traer al extranjero lo que él necesitaba del extranjero, y llevó técnicos, llevó la organización moderna, y treinta años después, con las armas que aprendió a construir en Europa, derrotó a Rusia y admiró a los militares europeos con un desarrollo más audaz de la misma técnica que ellos le habían enseñado. Igualmente, si nosotros tenemos grandes ingenieros, y es la verdad, no hemos, desgraciadamente, construído grandes obras de ingeniería; y hay una cosa que es netamente americana y que nadie puede negarlo, y es la organización en la construcción de esas obras. Nosotros, compañeros, no nos encerremos a un nacionalismo tan estrecho que nos impida ir a tomar de fuera lo bueno que hay afuera, para prepararnos, y después tener nuestros hombres suficientemente preparados en nuestra República, en todas esas actividades que impone la técnica moderna. Nosotros hemos visto, y hay que ser francos y debemos confesarlo con toda sinceridad, obras dirigidas por nuestros grandes ingenieros,

maravillosamente bien construídas y bien calculadas, pero que en la ejecución práctica de los trabajos hemos visto, todavía hemos visto, indudablemente que todos nosotros lo hemos visto, que se hacen las excavaciones y se acarrea la tierra por el viejo y rudimentario sistema de los aztecas, de llevar un cesto de tierra un indio sosteniéndolo a la frente por medio de una cuerda. Nosotros no hemos tenido oportunidad, porque en este país no se han hecho todavía grandes obras de ingeniería, de tener la organización formidable que la maquinaria y técnica moderna exige en estas obras. Eso, indudablemente, nosotros tenemos que copiarlo de los Estados Unidos, el país donde la ingeniería est más adelantada.

Cuando llegaron a este país los ferrocarriles, había ingenieros mexicanos indudablemente muy competentes, pero no tenían la práctica necesaria porque no habían construído todavía una enorme extensión de ferrocarril, y vinieron ingenieros extranjeros, ingleses y americanos, principalmente americanos, que construyeron los ferrocarriles e hicieron esas obras maravillosas de ingeniería del Ferrocarril Mexicano. ¿Y qué pasó? Que dos o tres años después los ingenieros mexicanos que trabajaron con aquellos ingenieros extranjeros, pudieron seguir construyendo nuestro sistema ferroviario, porque ya habían obtenido práctica en esas obras. Es indudable que nosotros tenemos obligación de apoyar a los profesionistas nacionales, pero si el Gobierno, por determinadas obras, y las de irrigación son grandes problemas técnicos porque son de responsabilidad, pues la mala cimentación de una presa puede ocasionar, tal vez, una pérdida grande de millones y que se arrasara toda una comarca cuando esa presa se derramara y diera paso a las aguas que tiene almacenadas, y hay ingenieros especialistas, hasta en el estudio de cimentación de presas. ¿Y por qué no hemos de acudir nosotros a esos técnicos especialistas, a técnicos extranjeros? ¿Que debemos defender a nuestros nacionales? Sí, señores, yo estoy de acuerdo con la proposición del señor diputado Siurob. Yo creo que debemos determinar un ochenta por ciento de técnicos mexicanos, como límite, para los extranjeros, y un noventa o noventa y cinco por ciento de obreros o mano de obra, porque si es verdad que para manejar determinadas m quinas se necesitan obreros especializados, es una verdad dictada por la experiencia a todos los que hemos observado estos trabajos que la viveza, la agilidad y percepción de los trabajadores hacen que poniendo obreros ayudantes mexicanos, en un término sumamente breve se hacen aptos y competentes para manejar esas m quinas individualmente, sin la dirección de los extranjeros. Estoy enteramente de acuerdo en que los ingenieros que van a hacer las futuras obras de irrigación, los edificios, caminos para que México se desarrolle y otras obras de ingeniería, no van a ser los que apolilladamente nos gritan desde su gabinete, reaccionario; muchas veces treinta años más viejos que los demás; las futuras obras nacionales son los jóvenes ingenieros los que van a ejecutarlas con los técnicos americanos dos o tres años, con provecho para el país, obteniendo enseñanzas prácticas que sería muy difícil conquistar y que sería muy caro conquistar de otra manera. Por eso el Gobierno ha recurrido y puede recurrir a técnicos extranjeros. No quiero absolutamente engañar a la Representación Nacional y acepto la proposición del ciudadano Siurob de defender a nuestros profesionistas mexicanos; sí pido que se establezca también un límite que dé derecho y facultad al Gobierno de ocupar técnicos y constructores extranjeros. Para terminar voy a recoger las palabras del compañero Caloca en lo que se refiere a que se debe dar principal atención a los pequeños aprovechamiento sobre los grandes.

El compañero Caloca, como rebelde y agrarista, deber ser también idealista, y en su imaginación ha construído, al oír discutir esta ley, el futuro de México al aplicar y hacer brotar en el país en realidades fecundas, lo que aquí son preceptos escritos, y él debe comprender que los pequeños aprovechamiento no pueden ser en nuestro país, que es un cono truncado de una altísima planicie, con dos vertientes rapidísimas hacia los dos océanos, que arrastran en aguas torrenciales las tierras y los elementos que hacen productivas las tierras altas hacia los océanos y hace que las aguas se pierdan r pidamente en los períodos muy breves en que no son aplicadas directamente a las necesidades de los cultivos de las plantas; no puede recurrir como un gran programa para desarrollar la irrigación, a los pequeños aprovechamiento; los pequeños aprovechamiento son un paliativo, sirven aquí, como sirvieron a la colonia, para establecer y sostener misérrimamente, esa es la verdad, a los pequeños grupos de campesinos diseminados en el país, y esa no es la realidad del México futuro, como debe forjárselo en su imaginación un idealista como lo es el compañero Caloca. El problema grande de este país debe ser resuelto en lo que se refiere a irrigación, con toda la audacia y la amplitud de la técnica moderna; el problema de la irrigación deber ser abordado por el Gobierno enfrentándose con toda la magnitud que él tiene. Y en este país de rápidas vertientes y de corrientes torrenciales, para que el Gobierno emprenda obras de irrigación, se necesita que estudie técnicamente toda una cuenca y sepa cuál es el máximo de aprovechamiento que puede dar esa cuenca, hasta la última gota de agua, y de terreno irrigable que haya dentro de las zonas de irrigación; eso se determina por medio de la construcción de estas obras y que pueden muchos ejidos dentro de esas zonas, ser mi mayor deseo. Y la prueba es que nosotros, sabiendo que la propiedad del ejido es sagrada, inalienable e imprescriptible, hemos establecido que los ejidatarios no deben contribuir con tierras, sino que deben pagar, amortizar, la parte del valor que les corresponde, a muy largos plazos; si pedimos que se estableciera un plazo de diez años cuando menos, fue para dar ciertas garantías de que los pudientes, al comprar las fracciones, tuvieran, cuando menos, un plazo de diez años para amortizarlas. En aquellos proyectos en que por la bondad de las tierras y lo económico de la construcción de las obras, salga muy barata la tierra, y entonces, como vulgarmente se dice, se arrebaten éstas como pan caliente, se podrán cubrir a los diez años; pero para los ejidatarios, para los pequeños parcelarios, para los que tienen

pocos recursos, deja la ley elástico este principio, el proyecto del Ejecutivo, para poder llegar a los veinte o veinticinco años. Las obras de irrigación no son un gran negocio financiero en ninguna parte del mundo y por eso todos los gobiernos y todos los Estados se enfrentan a ese problema, no como una obra financiera y económica que dé resultados positivos financieros para el Gobierno, sino para cumplir con una gran función social y pública; tan es así, que en la misma gran comisión de Reclamación Serviré de los Estados Unidos, cada año ha tenido el Congreso que estar cancelando millones de dólares invertidos en obras de irrigación que nunca recuperará el Gobierno, por ser poco económicos los proyectos y porque en un principio no se puede evitar lo que evita esta ley, que es la especulación de las tierras. En las obras de irrigación es imposible exigirles a los pequeños cultivadores que amorticen todo el valor primitivamente fijado a sus parcelas. En este sentido la ley es más amplia y más liberal. Yo creo que otras instituciones de crédito, otras organizaciones más bien locales, pueden llevar preferencia en ese paliativo de los pequeños aprovechamientos; pero yo creo que el Gobierno federal debe enfrentarse con toda su magnitud y estudiar las cuencas para aprovechar hasta la última gota de agua que sea aprovechable en esa cuenca y regar hasta el último pedazo de tierra que se pueda. Yo creo que así nosotros resolveremos de manera técnica y científica el problema y no construir pequeños aprovechamientos dictados más bien por simpatía o cariño, para protegerá a determinados grupos de campesinos repartidos en el país.

Contesto, pues, con todo cariño, la objeción del Compañero Caloca y a él, que es idealista, le pido que conciba un México más amplio, que tenga un ideal revolucionario del México transformado, más audaz y más brillante, y no queramos la salvación del campesino de la miseria nada más porque tenga un mendrugo más que comer, y queramos transformar absolutamente el medio campesino de la República para hacerlo un productor, un agricultor capaz de competir en los mercados mundiales. Nosotros debemos organizar la producción agrícola del país no únicamente para bastarnos a nosotros mismos, sino para hacer un pueblo que lleve su contingente al acerbo común de la humanidad, para hacer un pueblo de producción mayor que mitigue no solamente el hambre de las multitudes mexicanas, sino el hambre de las multitudes mundiales. (Aplausos). Por eso, compañero Caloca, elevando su idealismo más hacia arriba, conciba usted con más audacia a México, más grande que el México cansino de las comunidades que nos legara la Colonia, conciba usted un México moderno con grandes obras de ingeniería, como productor enérgico, un México que tenga el orgullo de tener ciudadanos y no parias.

Cuenta la leyenda que un monje de la Sherta tuvo la obsesión de conocer la verdadera figura de Cristo, y como la figura a través del tiempo se había perdido en la tradición, al saber que existía en una lejana población de Antilíbano, en Cesárea, un busto de Cristo que había hecho un escultor maravilloso de su época, al recibir los beneficios de un milagro del Rabí, obteniendo la salud porque se encontraba enfermo, acudió con privaciones y sacrificios hasta Cesárea para contemplar la verdadera cara del divino Maestro, al penetrar en una ruinas antiguas, y al mostrarle la estatua, vio que el tiempo y los agentes atmosféricos habían deformado por completo la cara; pero entonces, con su amor intenso hacia el Rabí que tanto adoraba, al conjuro de su amor religioso, hizo acudir del polvo de los caminos, del agua de los ríos, del cruzar de los vientos, las partículas perdidas y reconstruyó su amor el rostro. Así nosotros, compañero Caloca, al calor del amor a la revolución y a México, reconstruiremos, de este México desecho, el México futuro. (Aplausos nutridos).

El C. secretario Romo: Se procede a recoger la votación nominal.

El C. Cuervo: Pido la palabra para una interpelación al señor ministro.

Entiendo que el señor Soto y Gama ha denunciado aquí, que el Ejecutivo firmó ya contratos para obras de irrigación, más o menos en las condiciones en que se firmaron para los caminos. Yo suplico atentamente al señor ministro se sirva informarnos sobre este particular.

El C. secretario de Agricultura y Fomento: Con todo gusto. El Ejecutivo federal ha estudiado en conversaciones con la casa White de ingenieros constructores de Nueva York, casa contratista de la Reclamación Serviré americana y casa respaldada por la Asociación de Ingenieros Civiles de los Estados Unidos, pero el Ejecutivo federal no podía firmar contratos de obras de irrigación, desde el momento en que no existe la ley que lo autorice para firmar dichos contratos. El ejecutivo federal, deseando traer técnicos de los mejores de esa casa, no ha firmado más que las siguientes pláticas con la casa White:

"Considerando que es el deseo de la Secretaría de Agricultura y Fomento de los Estados Unidos Mexicanos, de acuerdo con su programa de obras de irrigación que debe llevarse a cabo en los próximos tres años, celebrar contratos de prestación de servicios de ingeniería y construcción con peritos en proyectar, planificar y construir dichas obras de irrigación; y

"Considerando que el ciudadano secretario de Agricultura y fomento y un representante debidamente autorizado de la J. G. White Engineering Corporación de Nueva York están de acuerdo en las bases para esos contratos; y

"Considerando que la Ley de Irrigación necesaria todavía no ha sido aprobada por el Congreso de la Unión, y

"Considerando que es también el de eso de la Secretaría de Agricultura aprovechar lo antes posible los servicios profesionales mencionados, con el fin de que las obras referidas puedan iniciarse durante el presente invierno cuando existen las condiciones más favorables;

"Convienen ambas partes que tan pronto como entre en vigor la citada Ley de Irrigación, las autoridades de irrigación que la misma ley establezca, bajo la Secretaría de Agricultura y Fomento celebrar n contratos sujetos a las bases que han convenido ambas partes.

"Después de firmado el presente convenio, la J. G. White Engineering Corporación enviar inmediatamente a México cinco ingenieros

competentes y de experiencia en el ramo, para dirigir los estudios preliminares e investigaciones de los proyectos que designe la Secretaría de Agricultura y Fomento.

"Convienen también ambas partes que en caso de que el Congreso no apruebe la ley necesaria, el secretario de Agricultura, con su propia autoridad como representante del Ejecutivo Federal, celebrar contratos de prestación de servicios profesionales con la J. G. White Engineering Corporación; pero si por cualquiera razón, en la opinión de cualquiera de los subscriptos, dichos contratos, faltando la ley especial referida, no tienen suficiente fundamento legal, a ninguna de las partes subscriptas queda obligada a firmarlo, pero en todo caso la Secretaría de Agricultura y Fomento pagar a la J. G. White Engineering Corporación los gastos razonables ocasionados por el envío de los ingenieros arriba mencionados, y todos los otros gastos que se hayan erogado con este motivo."

En tal forma, que si la ley que se ha discutido en esta Cámara entra en vigor, con la autorización de esa ley puede celebrar contratos de prestación de servicios profesionales; si esa ley no entrara en vigor, si yo tuviera suficientes facultades constitucionales para hacerlo, llevaría a cabo el contrato, y en el caso de que no entrara en vigor la ley ni tuviera facultades yo para hacerlo, a lo único que se ha comprometido el Gobierno, es a pagar los sueldos de los cinco ingenieros que ha enviado para que asesoren a las comisiones de la Secretaría de Agricultura en la proyección de las obras; nosotros no podíamos hacer contratos sobre las obras mismas.

Desgraciadamente en nuestro país se ha estudiado poco en cuestión de irrigación y casi todos los anteproyectos, verdaderos anteproyectos que existen sobre las obras, carecen de muchos datos; algún tiempo tiene que llevarse en investigaciones para poder proyectar obras que resulten económicas. Por eso el señor presidente le ha pedido a esta casa cinco ingenieros, y el convenio que tenemos firmado por el es sujetarnos a la Ley de Irrigación en caso de que tengamos necesidad de sus servicios, porque no es exclusivamente un monopolio, como ustedes ven, no es más que un contrato para aprovechar servicios profesionales; en caso de que la ley no exista para celebrarlo, yo sí tengo facultades constitucionales y en último caso pagar únicamente los honorarios de los cinco ingenieros que nos han mandado desde luego.

El C. Cuervo: Muchas gracias.

El C. secretario Cerisola: Se procede a recoger la votación nominal en lo particular. Por la afirmativa.

El C. secretario Romo: Por la negativa. (Votación).

El C. secretario Cerisola: Fue aprobado el proyecto de ley por unanimidad de 148 votos. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

El C. secretario Romo: La Presidencia se ha servido designar, para llevar la ley al Senado, al diputado Fabila, al diputado Yépez Solórzano, Rodríguez Guillermo, Santa Ana Justo, Cristo Gustavo R. y secretario Torregrosa.

El C. presidente, a las 21.35: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis.