Legislatura XXXII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19270913 - Número de Diario 7

(L32A2P1oN007F19270913.xml)Núm. Diario:7

ENCABEZADO

MÉXICO, MARTES 13 DE SEPTIEMBRE DE 1927

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DE CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado en el artículo 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre 1921

AÑO II.- PERIODO ORDINARIO XXXII LEGISLATURA TOMO II.- NUMERO 7

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 13 DE SEPTIEMBRE DE 1927

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación de acta de la anterior.

2.- Cartera. El Ejecutivo de la Unión devuelve con observaciones el Decreto que faculta al Ayuntamiento de Guaymas, Sonora, para disponer de los terrenos ganados al mar; recibo y a la comisión de Gobernación en turno. Es aprobada una proposición del C. diputado Aguilar y Maya, tendiente a que el Ejecutivo Federal incluya una partida en el proyecto de presupuesto de egresos de 1928, destinada a obras de defensa en la región del Bajío, Guanajuato.

3.- Son aprobados cuatro dictámenes que la 1a. Comisión de peticiones y la 1a. de Hacienda presentan en forma de acuerdos económicos y es retirado por la primera, el relativo a la señorita Raquel de la Llave.

4.- Es discutida y rechazada una proposición del C. diputado Ancona, relativa al nombramiento de una comisión que haga investigaciones respecto de los ataques de que han sido objeto la Representación Nacional. se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C.

RICARDO TOPETE

(Asistencia de 154 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 17.25: Se abre la sesión.

- El C. secretario Suárez, leyendo:

" Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día doce de septiembre de mil novecientos veintisiete.

"Presidente del C. Ricardo Topete.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y cuarenta y cinco minutos de lunes doce de septiembre de mil novecientos veintisiete, se abrió la sesión con asistencia de ciento cuarenta y seis ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente paso el C. secretario Suárez.

"El C. secretario Mayoral Pardo leyó el acta de la sesión celebrada el día n nueve de los corrientes, la que aprobó sin debate en votación económica.

"Se dio cuenta con los documentos en cartera:

"El C. diputado Eduardo Moneda solicita licencia ilimitada para estar separado de sus funciones. - Concedida, y llámese al suplente.

"El C. diputado José María Tapia solicita licencia, con goce de dietas, por el término de un mes.

"Se le dispensaron los trámites y sin debate se aprobó.

"El C. diputado Margarito Ramírez solicita licencia ilimitada, llamándose al suplente.

"Fue aprobada sin debate y en votación económica.

"Acto continuo rindieron la protesta de ley los CC. Jesús M. Herrera, David Licona y Joel Morales, diputados suplentes, respectivamente, por los distritos electorales undécimo de Jalisco, séptimo de Hidalgo y cuarto de Zacatecas.

"Se continuó dando cuenta con la cartera:

"La Secretaría de Gobernación transcribe una nota del Gobierno de Quintana Roo en que solicita se amplíe la cantidad de mil doscientos pesos la Partida número 33 del Presupuesto de Egresos de aquel Territorio. - A la Comisión de Hacienda en turno.

"El C. doctor Lorenzo Cantú solicita el permiso constitucional necesario para aceptar el puesto de oficial de Sanidad en Eagle Pass, Texas, E. U .A. - A la Comisión de Peticiones en turno.

"Sin que nadie lo impugnara, se acordó reservar para su votación el proyecto de decreto de la Primera Comisión de Puntos Constitucionales, que concede permiso al C. Carlos Serrano para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, acepte y use la condecoración de la Medalla del Homenaje que le ha otorgado el rey de España.

"Fue puesto a discusión el proyecto de decreto de la primera Comisión de Puntos Constitucionales, que autoriza al C. Carlos Serrano para que, en los términos que proviene la Constitución, pueda aceptar y usar la condecoración de Caballero de la Orden de la Corona de Italia, que le ha sido conferida por el rey Víctor Manuel.

"Como no dio lugar a discusión, fue puesto a votación juntamente con el anterior proyecto, resultando aprobados por unanimidad de ciento cuarenta y nueve votos.

"Pasan los dos proyectos mencionados a la Cámara de Senadores para sus efectos constitucionales.

"A las diez y ocho horas se levantó esta sesión para pasar a secreta" Está a discusión el acta. ¡No hay quien haga

uso de la palabra¿ En votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"El Ejecutivo de la Unión devuelve, como observaciones, el decreto expedido por el Congreso de la Unión, en virtud del cual se facultó al Ayuntamiento de Guaymas, Son, para disponer de los terrenos ganados al mar con las obras que el Gobierno Federal llevó a cabo en el estero llamado "La Cantera". - Recibo, y a la Comisión de Gobierno en turno.

"El C. licenciado Manuel Monrroy Baigén, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Sur de la Baja California, solicita que, conforme a la ley Orgánica de Tribunales, se nombren dos suplentes para el tribunal a su cargo." -A la Comisión de Justicia en turno.

"El C. licenciado Rosendo R. Rodríguez, candidato a la Legislatura de Sonora al puesto de magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, acompaña los documentos que justifican su hoja de servicios." - Recibo, y resérvese para el Congreso General.

"Honorable Asamblea:

"José Aguilar y Maya, diputado en ejercicio a esta XXXII Legislatura de la Unión por el 12 distrito electoral del Estado de Guanajuato, ante Vuestra Soberanía, respetuosamente expongo:

"El problema de las inundaciones en el Estado de que soy representante no envuelve una cuestión de carácter excepcional, sino que desgraciadamente es un fenómeno casi normal, particularmente en la zona del Bajío, al expirar la temporada de lluvias; lo que se traduce en serio quebranto de la economía regional, pues las sementeras invadidas por las aguas vienen a representar una considerable disminución en las cosechas, además de que las clases menesterosas son las que principalmente sufren con este género de desastres. El Gobierno Federal en más de una ocasión ha coadyuvado, movido siempre de un espíritu filantrópico y mediante su ayuda económica, a conjurar estos daños; pero desgraciadamente las medidas adoptadas no han sido de orden radical; y como para esta fecha el Bajío se encuentra seriamente amenazado de nueva inundaciones, ya que la ciudad de Acámbaro está a punto de una de estas nuevas catástrofes, el subscrito se ve en el caso de suplicar a la H. Asamblea que, con dispensa de todo trámite, se sirva aprobar la siguiente proposición:

"Única. Diríjase atenta comunicación al Ejecutivo Federal, para que, sin perjuicio de adoptar por ahora las medidas de carácter urgente que estime convenientes, acuerde que en el proyecto de Presupuesto de Egresos del año entrante, correspondiente al Ramo de Comunicaciones, se incluya una partida destinada a las obras que prevengan en la zona del Bajío, del Estado de Guanajuato, las inundaciones.

"Salón de sesiones de la H. Cámara de Diputados. - México, D.F., a 13 de septiembre de 1927.- J. Aguilar y Maya."

En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"La Comisión de peticiones.

"H. Asamblea:

"Vuestra Soberanía turnó para su estudio a la Comisión de Peticiones, el expediente formado por la solicitud presentada por el teniente de Caballería, C. Narciso Paredes, para que se le cubran las cantidades que se le adeudan por concepto de bonos.

"Al examinar dicho expediente encontramos que el asunto a que se contrae no incumbe a esta H. Cámara y por ello opinamos se comunique así al interesado.

"En tal concepto, sometemos a la consideración de la H. Asamblea el siguiente acuerdo económico:

"Dígase al C. teniente Narciso Paredes que su petición sobre pago de bonos no incumbre resolverla a esta H. Cámara, debiendo dirigirse a quien corresponda."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., 8 de septiembre de 1927.-Z. Suárez. - L. Mayoral Pardo."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea: "Vuestra Soberanía turnó para su estudio a la 1a. Comisión de Peticiones, el ocurso que con fecha 18 de enero próximo pasado envió a esta H. Cámara el C. Bibiano Cantú, en el que solicita se le jubile por haber prestado durante más de treinta años sus servicios en la Administración de Correos.

"Los subscritos, teniendo en cuenta que el Ejecutivo de la Unión está autorizado, por decreto de 8 de enero del año anterior, para conceder jubilaciones, somos de opinión que se diga al C. Cantú que es a aquel Poder al que deberá dirigir su demanda.

"En tal virtud, se permite proponer a Vuestra Soberanía la aprobación de siguiente acuerdo económico:

"Dígase al C. Bibiano Cantú, con respecto a su demanda para que se jubile por más de treinta años de servicios en el Ramo de Correos, que se dirija al Ejecutivo de la Unión, quien está facultado para conceder jubilaciones, por decreto de fecha 8 de enero del año próximo pasado"

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., 8 de septiembre de 1927.-Z Suárez. - L. Mayoral Pardo." Está discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"A esta 1a. Comisión de Peticiones fue turnado, por acuerdo de Vuestra Soberanía, el expediente formado con la solicitud de pensión presentada por la señorita Raquel de la Llave, por los servicios que dice haber prestado a la patria su extinto padre, el coronel Joaquín de la Llave.

"Al examinar dicho expediente encontramos que, desde el día 19 de octubre del año de 1923, la 1a. Comisión de Peticiones, por acuerdo de la H. Cámara, comunicó a la señorita De la Llave que no se podría dar curso a su solicitud si no enviaba los documentos que la justificaran. Como hasta la fecha la interesada no ha cumplido con este requisito, los que subscribimos somos de parecer que se archive este expediente por no ser ya oportuna su tramitación.

"A este efecto, nos permitimos someter a la aprobación de esta H. Asamblea el siguiente acuerdo económico:

"Archívese el expediente formado con la solicitud de pensión de la señorita Raquel de la Llave, por no haber enviado los comprobantes que se le pidieron oportunamente para justificar su petición"

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., 8 de septiembre de 1927.-Z. Suárez. - L. Mayoral Pardo."

Está a discusión.

El C. Fabila: Pidió la palabra para impugnar el trámite.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Fabila: Señores diputados: Vengo a oponerme al trámite propuesto por la Comisión de Peticiones en virtud de que, formando parte de la Segunda Comisión de Hacienda, ésta tiene sobre el tapete de su estudio la competencia de esta Cámara para seguir otorgando o negando pensiones. En términos generales, como a su tiempo lo expresaré, la Comisión sostiene que la Cámara conserva su facultad para otorgar pensiones; pero también es justo decir que no en todos los casos deben intervenir la Comisión, sino que necesita dejar a un lado ciertas solicitudes que caen perfectamente dentro de la jurisdicción de las leyes en vigor. En virtud de lo expuesto, vengo a solicitar que tanto en este caso como en los que le sigan, no se apruebe el acuerdo de que las solicitudes pasen al Archivo, porque sería una cosa injusta para los solicitantes; sino que el trámite que recaiga sea el de que se turnen a la Comisión de Pensiones o a la Secretaría de Guerra, según el caso de que se trate: si son civiles, a la Comisión de Pensiones, y si son militares, a la Secretaría de Guerra, a fin de que sean estas dependencias las que vean si proceden o no las solicitudes de pensiones. De otra suerte los interesados seguirán creyendo que sus solicitudes se tramitan, y en realidad nosotros las hemos mandado al cesto de los papeles, perdiéndose quizá muchos de los documentos que para ellos representan algún valor. Así, pues, pido a la honorable Asamblea que en este caso, como en todos los demás que se presenten, no apruebe el trámite propuesto por la Comisión de Peticiones, a efecto de que las solicitudes pasen a la Comisión de Pensiones o a la Secretaría de Guerra, según proceda. (Voces: ¡Está bueno¿)

El C. secretario Suárez: La Comisión de peticiones no tiene inconveniente en acceder a la solicitud del compañero Fabila y, en consecuencia, somete a la consideración de ustedes si se debe turnar a la Comisión de Hacienda o a la Comisión de Guerra en este caso. (Voces ¡A las dos¿)

"1a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"A esta 1a. Comisión de peticiones fue turnado, por acuerdo de Vuestra Soberanía, el expediente relativo a la iniciativa presentada por el C. Casimiro Iramategui sobre expropiación, por razones de utilidad pública, de las líneas ferrocarrileras existentes en el país y organización de ellas en cooperativa.

"Vista la índole del escrito del "C. Iramategui, en la que se tocan puntos así administrativos como técnicos, la Comisión estima que es a las de ferrocarriles y de Hacienda en turno a quienes corresponde el conocimiento de él, y por tal causa se permite someter a la aprobación de la H. Cámara el siguiente acuerdo económico:

"Pase a las Comisiones de Ferrocarriles y de Hacienda en turno, la iniciativa presentada por el C. Casimiro Iramategui, sobre expropiación, por razones de utilidad pública, de las líneas ferrocarrileras del país y organización de las mismas en cooperativa."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., 8 de septiembre de 1927.-Z. Suárez. - L. Mayoral Pardo."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobado.

"1a. Comisión de Hacienda.

"H. Asamblea:

"La subscrita Comisión de Hacienda, haciéndose eco del sentir de esta H. Asamblea al discutirse

el proyecto de decreto por el que se aprobaba el contrato que celebró el H. Ayuntamiento de Mixcoac con el ingeniero Mariano Lozano para la construcción de ochenta y siete puestos en las calles que rodean el Mercado "Francisco I. Madero", de la misma Municipalidad, se permite el honor de someter a la aprobación de Vuestra Soberanía el siguiente acuerdo económico:

"No se aprueba el contrato que celebró el H. Ayuntamiento de Mixcoac, D.F., con el ingeniero Mariano Lozano para la construcción de ochenta y siete puestos en las calles que rodean el Mercado "Francisco I. Madero", de dicha Municipalidad. Archívese el expediente."

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D.F., a 7 de septiembre de 1927. - Luis Díaz .-Max Cenobio Robles."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobado.

- El mismo C. secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"En vista de los ataques que en diversas fechas han aparecido en los periódicos de esta capital, en contra de la Representación Nacional de la cual formamos parte, por el decoro de la misma y por el personal nuestro, someto a la consideración de ustedes el siguiente punto resolutivo:

"Unico. Nómbrese una comisión, a fin de que, después de un estudio detenido de los ataques a que antes se ha hecho mención, se declare si ha lugar o no a la consignación de las personas responsables de los tantas veces citados ataques.

"Pido igualmente a ustedes, se dispensen todos los trámites.

"Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados, a 13 de septiembre de 1927.- Diputado por el 3er. distrito electoral del Estado de Yucatán, José E. Ancona En votación económica se pregunta si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Dispensados.

- El C. Ancona José E. Pido la palabra para fundar mi petición.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Ancona.

El C. Ancona José E.: Ciudadanos diputados: El móvil que impulsa esta iniciativa es de que, sin venir a la injuria, sin hacer uso de calumnias, debe procederse a dar el lugar que le corresponde a esta honorable Representación. Tal vez porque en algunas ocasiones hemos permanecido en silencio, se ha creído que no tenemos el derecho o la obligación de velar por esta Representación Nacional; se ha llegado a un libertinaje no tan sólo por algunos candidatos a la Presidencia de la República, sino que hasta en algunos teatros de la capital y en varios periódicos. De manera que yo suplico atentamente a esta honorable Asamblea que dando a este asunto toda la seriedad que requiere, se proceda al nombramiento de esa comisión, porque yo entiendo bien que para entrar a una lucha democrática no es necesario llegar a la injuria ni a la calumnia. Si algunos de los ataques que se nos dirigen se basan en lo que esta honorable Representación Nacional hizo con respecto de los artículo 82 y 83 de la Constitución General de la República, es decir, a la reforma de los mismos, es de entenderse que todos tienen el derecho de criticar, pero no el de calumniar, pues considero que todos ustedes, señores representantes, tienen el derecho y la obligación de velar porque se respete y se le guarden las consideraciones debidas a esta honorable Representación Nacional. (Aplausos.) - El C. Presidente: Tiene la palabra en contra del ciudadano Constantino Molina.

El C. Molina: Señores diputados: He pedido la palabra en contra de esta proposición, no porque venga a defender a los candidatos de los llamados "antirreeleccionistas", sino porque inspirándome en aquella gran idea que el filósofo alemán Nietzsche lanzaba al infinito en su juicio sobre el cristianismo - sin que esto quiera decir que estoy de acuerdo en todos los puntos que aquel filósofo tocó, ni con su criterio ni con sus apreciaciones sobre el gran movimiento espiritual de la humanidad que se llamó el cristianismo-, hago notar que una frase de él, una idea básica de su juicio, fue la de que el cristianismo prendió en el alma de la humanidad se difundió, se hizo fuerte, se hizo grande y se hizo invencible precisamente porque hubo víctimas y porque hubo mártires. Quiere decir que la persecución lejos de apagar las ideas, lejos de ahuyentar a los partidarios, hace prosélitos y agiganta a los enanos, y yo, señores diputados, no quiero que procedamos torpemente y que levantemos en un pináculo a los que están caídos que demos vida a los que están muertos; que persiguiendo a los que están a un paso del ridículo o dentro de él mismo, les demos tamaño y les demos ideas y les demos bandera. Creo yo, señores diputados, que para exhibir de cuerpo entero a los farsantes de la política que han empuñado una irrisoria bandera, como adelante lo demostraré, basa y sobra, señores diputados, con exponerlos ante ese pueblo que, como dice Serrano, desea conocer la verdad. Nosotros, compañeros, estamos llamados a hacerle conocer esa verdad y yo, por mi parte, me propongo en esta ocasión brevemente, pero con todo valor y con toda entereza, dar a conocer a ese pueblo, que está ansioso de saber en qué situación se debate, cuál es la verdadera situación de los políticos que luchan en el tablado en estos momentos.

Comentando el discurso del general Serrano, encuentro en él tres grandes afirmaciones, tres grandes, pudiéramos decir, matices de su ideología; éstos son: el cargo que hace al general Obregón de que es un candidato que anda levantando odios y encendiendo pasiones, cuando que desde que México es independiente a la fecha, compañeros, y esto lo sabemos todos, es la primera vez que un candidato va de pueblo en pueblo tocando el alma del hombre del campo y del hombre del taller, y que les habla de sus problemas, de sus ansias, que les promete una reivindicación completa; es la primera vez que un candidato elude la discusión sobre

temas políticos, y lejos de dedicarse a insultar a sus contrincantes, por medio del cinematógrafo, por medio del discurso, sereno y reposado, procura llevar una migaja de instrucción a aquellos que lo escuchan y que están ansiosos de ir a depositar su voto más tarde por el hombre que les garantice su bienestar y la realización de los ideales revolucionarios. Después, el general Serrano, en un arranque de despecho, de un odio casi africano hacia los diputados que no quisieron ser instrumentos de sus maquiavélicas componendas, que no quisieron servirle de pedestal para erguirse altanero contra el que lo enseñó, contra su maestro y contra su amo: (Aplausos.) se vuelve, digo, en un arranque de odio en contra de los diputados que en esta Representación Nacional, y pésele a Serrano, y pésele a Gómez, y pésele a los llamados antirreeleccionistas, están representando el sentir del pueblo. Yo podría citar, pero en un caso demasiado concreto y pequeño, por lo tanto, las manifestaciones ostensibles definitivas, de los comitentes que me trajeron aquí y que exigen de mí, no solamente piden y suplican, ni preguntan, sino que exigen de mí que sea yo de los que colaboren y trabajen porque el general Obregón, la garantía de ellos, la garantía de los hombres del campo sobre todo, y la garantía también del hombre trabajador en las ciudades, vuelva al poder, vuelva a regir los destinos del país. Nos llama el general Serrano a los diputados, "cerdos que hozan en el surco la simiente revolucionaria". No, compañeros, no somos cerdos nosotros: cumplimos con nuestro deber. Cerdos de la Revolución son los que se olvidaron de las lágrimas del pueblo, de la fuerza que el pueblo les dio y que les prendió las charreteras de general en los hombros. (Aplausos.) Cerdos son los que han gastado los dineros de la nación en francachelas... (Aplausos nutridos.) Cerdos son los que ahora, haciendo alarde de un puritanismo que no pueden improvisar, porque las reputaciones, señores, no se crean en un momento; las reputaciones son consecuencia de una conducta definida, uniforme y férreamente llevada a cabo; no es posible tomar en estos momentos al general Serrano como un puritano ni como un revolucionario inmaculado: es un desecho de la Revolución, compañeros, es un desprestigiado, es un individuo al que sólo le puedo dar cierta vitalidad la sombra protectora y amiga de su padre: ¡el general Obregón¡ (Aplausos nutridos.) Me opongo también, compañeros, a esta consignación, por que más que perfidia, si puede haberla, más que maquiavelismo, porque el maquiavelismo supone un gran talento, y yo se los niego a los topos de Serrano y Gómez; (Aplausos.) me opongo, porque considero que en ellos más que maldad hay ignorancia; un perfecto desconocimiento del movimiento revolucionario en el que ellos fueron envueltos como una de tantas basuras, compañeros, es lo que existe en ellos. No todos los que fueron a la Revolución llevaron en el alma un gran sentimiento de reivindicación, ni en la mente conciencia clara de lo que iban a hacer, ni a qué iban, ni por qué iban a luchar, ni cuál era el programa que debían realizar. Es más, compañeros, muchos de los que se sacrificaron por la Revolución fueron mártires, pero no caudillos ni directores de la Revolución.

A los que hayan seguido los movimientos espirituales de la humanidad a través de los siglos, y que hayan visto con los ojos del raciocinio y a posteriori juzguen los hechos de la historia, se habrán convencido de que los movimientos de la humanidad, de los pueblos más lejanos, eran siempre precipitados, determinados y mantenidos por el sentimiento religioso; pero los movimientos actuales, señores, tienen una medula enteramente distinta, y digo actuales abarcando los movimientos que se encuentran comprendidos dentro de varias centurias porque la vida de los pueblos es mucho más amplia, más completa que la vida de los hombres. Los que hayan estudiado siquiera someramente el proceso de la Revolución Francesa, se convencerán de que ese gran movimiento, que tuvo encarnados en sí el deseo de libertad, el deseo de liberación económica y el deseo de igualdad, presentó matices bien diversos. La asamblea llamada Nacional Constituyente actuó de modo muy diverso a como lo hizo la Asamblea Legislativa del 91. Así y distinta manera y bajo formas políticas diversas lo hizo después el Gobierno de la República; y es más, compañeros: la Revolución Francesa, ese movimiento espiritual, ese movimiento social siguió sus pasos dentro del Imperio mismo de Napoleón I. Las guerras del Imperio, llevadas a toda Europa, conmovieron los cimientos de aquella sociedad feudal, y los soberanos extranjeros tuvieron que llamar a los pueblos prometiéndoles libertad y abolición del feudalismo para que pudieran segurlos en sus luchas contra Napoleón. Quiere decir, señores, que la medula socialista, el impulso de mejoramiento de los pueblos en la actualidad está por encima de las formas políticas, enteramente por encima; es más: los movimientos socialistas actuales tienden a la modificación completa básica, de los gobiernos de los países del mundo. No lo afirmo yo ahora: lo han afirmado los compañeros laboristas en alguna otra ocasión y creo que todos, absolutamente todos los que estamos más o menos interesados, o siquiera superficialmente, de las teorías socialistas, convendremos en que el meollo de los movimientos actuales es la tendencia básica de modificar los sistemas de gobierno. Por lo tanto, habría que preguntarles a los señores antirreeleccionistas si ante ese movimiento espiritual y político también, seguirán defendiendo la "no reelección" hincados de rodillas como ante un fetiche. Y por último, dice Ingenieros, el gran escritor y filósofo sudamericano, que la risa es patrimonio del hombre y se la niega a los animales. (Risas.) Yo, comentando esa afirmación de Ingenieros, podría decir que el sentido del ridículo está negado a los topos. No sé ni puedo afirmar si los muertos pueden reírse en sus tumbas, pero estoy seguro de que Aquiles Serdán, ante esas actitudes cómicas de Serrano frente a la casa que le dio albergue y en donde él plantó sus baluartes de defensa, debe haberse reído; pero no, compañeros, probablemente sus impulsos fueron los del gran Rabí de Galilea, que supo azotar las espaldas de los mercaderes en el templo de Jerusalén; acaso surgirá de su tumba y con el látigo de la verdad en la mano fustigará

las espaldas de los tránsfugas, de los cómicos de la Revolución. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano Poveda.

El C. Poveda: Honorable Asamblea:

Tócame, por desgracia, venís hablar en pro después de que el compañero Molina, con florida palabra, ha expuesto los motivos de que por qué no debe hacerse la consignación de lo que ha hablado y han denigrado el poder Legislativo. Tócame a mi lo frío, lo neto, sin palabrerias, sin vanas ostentaciones. Al apoyar el proyecto, quiero que los compañeros se den cuenta de las necesidades que hay de poner un hasta aquí a lo mucho que se ha dicho como en el proyecto se pide que una comisión formula la acusación. Debemos escoger, creo yo, el delito de injurias. Es un delito que consta de dos entidades: una objetiva, la materialidad de las palabras, y otra subjetiva, lo despectivo que encierra el vocablo. En consecuencia, a nadie escapa que el delito está perfectamente bien definido, y no escapa, por que las palabras no son tan vulgares, han llegado a lo más bajo del vocablo castellano para calificarnos, y esto a ninguna comprensión se escapa. Cualquiera que lea la prensa, cualquiera que vea las palabras vertidas, entiende, desde luego, que hay un deseo de rebajamiento; que hay, más bien dicho, y así lo entiendo yo y así lo comprenderán algunos compañeros, el deseo de un rebajamiento que no se ha conseguido por ningún otro medio. De otra manera fuera si nosotros comulgáramos con una tendencia política determinada; entonces seríamos lo contrario: muy buenos pensadores, muy trabajadores, muy honorables; pero en este caso, como hemos visto, no es así.

Esta clase de delitos contra la reputación - que es de lo que se trata - , son delitos de carácter público. cuando se vierte una injuria contra una representación, cualquiera que sea, contra un poder, el delito deja de tener el carácter privado; ese delito es público. Pero ya que el proyecto viene hablando de las necesidades de una comisión para formular la acusación yo indicaría - y al mismo tiempo creo que hay necesidad de la acusación - que esto se dejara para ver si la Procuraduría General de Justicia toma la iniciativa. Yo, a pesar de que creo en la necesidad de un valladar a las injurias, a los dicterios que se han proferido por distintas personas, delante del público, en contra de la Cámara, estimo también, y casi deseo aconsejarlo, que no se tomará en serio, que no se hiciere tal consignación, porque, la verdad, ¡quién es el que injuria¿ ¿pues, hombre, dejar las cosas en tal estado, y que la opinión pública juzgue¿

Decía el compañero Molina aquí, que en realidad de verdad nosotros haríamos una labor beneficiosa al injuriante, se le tomaría en consideración, y, realmente, en mi opinión, no es de tomarse en cuenta esto, salvo el mejor parecer de la honorable Asamblea. Más todavía: si nosotros emprendiéramos o tomáramos la iniciativa para acusar a quienes por la prensa han vilipendiado a la Cámara de Diputados, daríamos al asunto una importancia que no tiene, y se llegaría el momento de creer que nosotros tomábamos en consideración al injuriante. Y nuestro papel -opinión muy particular es- es que no se lleva a cabo ni se dé un paso para formular una acusación que haría del injuriante una víctima. Tal vez la actitud nuestra haría que este señor que se ocupa de la Cámara de Diputados en términos tan soeces, apareciera como un perseguido y diéramos un momento político y hábil para aprovecharse de él este señor. La ley, al transformar un delito del orden privado en delito del orden público, es muy posible que haya tomado en consideración que los poderes, pero sí mismos, son respetables, que deben ser respetado, y que ningún poder debe tomarse la molestia de mirar hacia abajo, de dar importancia a quien desde abajo, en su minúscula figura, alza la cara para llegar hasta el placer de hacer menos a una Representación Nacional. Yo ruego a los compañeros que si quieren tomar desde luego en consideración la proposición del compañero Ancona, piensen que esta Representación, que la comisión que debe formular la acusación, se acerque al señor procurador general de Justicia para pedirle, en nombre de la ley, que actué como es debido. Yo no encuentro, en realidad, la importancia que se ha querido dar a esto, porque es conocido del mundo entero, o de la nación en general, el porqué de estas distribas, el porqué de estos insultos, y creo que antes que nosotros pidiéramos una justificación por medio de la justicia, ya la opinión pública sabe de qué se trata y ha sabido sopesar a ambos y, desde luego, ha establecido un criterio, y ese criterio creo que no es desfavorable para nosotros.

Concluyo, compañeros, por hacer la siguiente proposición: en vez de nombrar la comisión, debe pasar esta comisión, en vez de formular la acusación, a hacer su representación ante la Procuraduría General de la Justicia.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Ramos.

El C. Ramos Ramón: comprendo, Compañeros, que éste no ha sido más que un ardid para insultarnos a los antirreeleccionistas, y para hacer propaganda obregonista para algunos de los compañeros diputados;(Murmullos.) y para otros hacer alarde de oratoria barata, como unos que me han precedido en el uso de la palabra y otros que seguramente me van a seguir. (Murmullos.)

Compañeros: cuando no se cumple con un deber, no se puede esperar más que reproches y censuras.

El C. Ancona: Pero injurias, compañero.

El C. Ramos: La Cámara de Diputados, convertida en club político, y en un club político obregonista, no puede esperar del público y de los demás candidatos, más que reproches y censuras. Yo vengo a defender a todos y no solamente a los candidatos, y con mucha mayor razón a todo el pueblo que nos paga y que tiene derecho a criticar nuestra actitud y nuestra falta de cumplimiento a nuestras obligaciones. (Voces: ¿Pero no a injuriarnos¿) ¡Que diríamos nosotros de los otros dos poderes, del Ejecutivo y el Judicial, si descaradamente, errando, cambiando completamente la obligación que tienen muy bien definida, se constituyeran en clubes políticos, fueran corriendo a las oficinas del comité pro - Obregon a recibir ordenes en el cumplimiento de su deber¿ ¿Qué diría la

nación que les esta pagando¿ Pues es lo mismo que dice de este poder, porque el mismo derecho para que los otros poderes se constituyan en partidos políticos, existe para que se constituya la Cámara. Y peor todavía tratándose de la Cámara de Diputados, porque en este caso es la que tiene que juzgar el resultado de las elecciones, y se ha convertido en juez y parte.(Voces: ¿Pero no es ésta¡)¿Sí, señores¡ Oigo por allí que dicen que es la Cámara que viene. (Murmullos. Siseos)

El C. Ancona: ¡A la que no vendrás!

El C. Ramos, continuando: Yo, como ustedes, he sido diputado y sé en qué forma se constituyen las Cámaras, desgraciadamente. (Siseos) Nosotros, los antirreeleccionistas, no deseamos sino que se nos garantice que ésta Cámara habrá de constituirse legalmente, y que respetará verdaderamente el sufragio en todos los distritos; que no habrá consigna de "globales", como los ha habido en esta Cámara y en la anterior.

El C. Torregrosa: ¿Si no fuera por los "globales" no estarías hablando allí (Una voz ¿Quien te metió?)

El C. Ramos: Me metieron ustedes, compañeros....(Risas. Aplausos) Yo no culpo en ese asunto a cada uno de ustedes, ni me culpo yo; en ello ha habido un sinnúmero de causas, tan defectuosas, que yo lo que vengo hacer es, a ver si es posible, que alguna vez logremos seguir otros procedimientos o otros métodos para que aquí no se vuelva a tachar a nadie de que realmente no ha venido a representar su distrito.

El C. Torregosa: ¿Y los "dos metros y medio"?

El C. Ramos: No vengo, tampoco a descender a ese terreno, ni a defender candidatos; vengo a defender la no - reelección, porque desde que se votó la reforma, vine a oponerme a ella y sigo sosteniendo el punto; pero en este caso no vengo a tratar el asunto. Vengo a oponerme a que se nombre una comisión, porque ésta la va a designar el bloque Obregonista, es decir, la Cámara, que es netamente obregonista. (Voces ¿Y a mucha honra¡ Aplausos) Es vergonzoso esto señores, y todo el mundo que nos paga no solamente los candidatos, tiene razón de echarnos en cara nuestra actitud; es vergonzoso que este poder, que es el que va a juzgar de la elecciones....(Voces: ¡No!) me refiero a este Poder compañeros, no me estoy refiriendo a la actual Cámara, sino a este Poder. Es vergonzoso, digo, que cuando debía de hacer alarde de su independencia, vaya humildemente a las oficinas del comité Pro - Obregon a recibir ordenes...(Voces: ¿Y ustedes que hacen?)....y no solamente eso, sino hasta la facultad que tienen para nombrar quien los represente. ¡Que esperamos nosotros de los demás.?

El C. Izábal Juan B.: Una interpelación.

El C. Ramos: No admito interrupciones. (Murmullos.) ¿Que esperamos, pues, nosotros si aquí donde estamos reunidos los que nos llamamos representantes del pueblo, donde debe haber, donde es forzoso que haya cierta intelectualidad, qué podemos esperar de la gran masa de nuestro pueblo que, desgraciadamente, no está a la altura de nosotros, si nosotros como grupo, como Poder independiente y soberano, como representativo de la nación, hemos ido a pedir que se nos ilustre, que se nos ilumine para ver hasta quien nos debe dirigir en los debates? ¡Y todavía estamos esperando que la conducta del resto del pueblo sea en otra forma, y que se nos respete y que se nos tenga como inmaculados! No compañeros, cumplamos con nuestro deber y entonces sí tendremos obligación de exigir a todo el mundo que se nos respete. Mientras no suceda eso, no lo podemos hacer, porque malamente con nuestra conducta, que no es la debida, vamos a esperar a que se nos premie y recompense de esta conducta. (Murmullos. Siseos. Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Romo.

El C. Romo: (Aplausos.) compañeros: Desearía ir como los oradores antiguos a la cursilería de hacer una invocación a las musas, no para hacer oratoria barata, compañero Ramos, sino para no hablar en bárbaro, con la despreciable mentalidad que ha venido usted a demostrar aquí como representante.(Aplausos) Es que es muy distinto representar en la tribuna del poder legislativo a la más a del pueblo, a representar a las más bajas pasiones que han hecho de algunos los parásitos de la revolución. Es que es muy distinto tener dentro de la conciencia el dolor del pueblo y la palpitación ingente de las masas, a sólo saber del provecho personal fracasado. Nosotros hemos sido duramente vilipendiados: por una parte, por los reaccionarios, y, por la otra, por los partidarios de Serrano y de Gómez, ahora identificados con los reaccionarios, quiéranlo o no, y por la hez de la revolución que ya no encuentra la satisfacción de sus apetitos. Pues bien, no es necesario nombrar comisión; yo pido a la Asamblea que no se nombre la comisión. Debemos tener un profundo desprecio para los insultos de nuestros enemigos, midiendo la categoría moral de ellos y midiendo las pasiones que los impulsan a insultarnos. Una cosa es patente para los que, con toda serenidad, ven el porque de tal diluvio de interjecciones que cae sobre los componentes del poder Legislativo: ¿Es que son insultos del tamaño del miedo que le tienen al Poder Ejecutivo¡ Muy bien; la Cámara de diputados no tiene ninguna sanción de que ha hacerse uso para defenderse de tales insultos; el Ejecutivo si la tiene, y muchos de vosotros, hipócritamente, renunciáis a decir lo que entre lineas estáis diciendo y están diciendo vuestros honorables jefes, de insultos al Ejecutivo porque a él le tenéis miedo; pero no le tenéis miedo a un poder netamente intelectual, que no tiene policía ni tiene soldados....(Aplausos.)

Quiero constantemente recordar que nosotros, los diputados obregonistas, no por ser obregonistas, sino por ser revolucionarios, hicimos las modificaciones a la constitución en su artículo 82 y 83; que nosotros afrontamos de una manera absoluta, sin reservas de ninguna especie, la enorme responsabilidad que contrajimos con tal acto; que entonces dimos, desde esa misma tribuna, razones revolucionarias; que entonces hablamos del sentimiento revolucionario de los compañeros; que tenemos, desde luego, un enorme deber que cumplir, muy por encima de los discursos del general

Serrano en Puebla, y de la serie de necedades que dice el General Gómez en todas partes. (Aplausos.)

No vengo a decir un discurso, vengo a pasar lista de presente, al lugar que debemos, en momentos difíciles para la revolución, ocupar. Los que estamos con la revolución, a señalar el deber que todos tenemos y a no dejar pasar desapercibido, para la opinión pública de nuestros distritos, el golpe de traición que Serrano y Gómez han dado a la misma revolución. Vengo hacer afirmaciones que los revolucionarios que formamos el Bloque Obregonista de la Cámara de Diputados nos comprometimos, en solemne ocasión, a demostrar; vengo hacer la afirmación de que la revolución existe y tiene un programa que cumplir; que la revolución está con el general Obregón; que la reacción, por más que quiera emboscarse, existe, y que la reacción, por mucho que a los señores reaccionarios les duela la palabra, es aún la misma que derrocó a Francisco I. Madero, y de la cual los revolucionarios tenemos el derecho y la obligación de defendernos. Y vengo a hacer la afirmación de que la reacción está con Serrano y que la reacción está con Gómez, así como los dos están con ella. Tenemos por delante todo el período de actividades de la Cámara para ocuparnos con toda profundidad de este asunto; tenemos por delante la voluntad absoluta de todos los componentes de nuestro Bloque, de servir a la revolución y justificar el puesto que estamos desempeñando. Tiempo va a haber para demostrar, como lo hemos demostrado ya en nuestro distritos, los diputados que sí tenemos distrito, señor Ramos, los diputados que si representamos aquí a masas populares; tiempo habrá, digo, para que vengamos a esta tribuna a demostrar las verdades que he enunciado. Por lo pronto debemos ver, con el soberano desprecio a que nos autoriza nuestra conciencia revolucionaria, palabras de tan poca consistencia como las que pronuncian los candidatos de ustedes, señores antireeleccionistas. Por lo pronto quiero dejar sentado ante mis compañeros el inmenso deber que nos llama el dolor ancestral de nuestro pueblo, y la obligación tremenda que ante la nación hemos contraído nosotros mismos a afirmar que la revolución no está basada en vanos principios de palabras, sino que la revolución está basada en la reivindicación que está reclamando la nación desde hace cien años¡(Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Mier y Teran.

El C. Mier y Teran: (Murmullo.) hemos tenido ecuanimidad para oír a ustedes, y creo que esa ecuanimidad deben tenerla para nosotros. (Murmullos.)

Palabras...palabras....y más palabras...Es lo que he oído; pero no una acción definitiva. (Murmullos.). las ideas libertarias cuando están ahogadas por sangre por los tribunales (Voces: ¿Como quién?) que quieren nuevamente entronizarse en el poder, seguramente tiene su justa ira, y por esa razón es perdonable que nosotros, correspondiendo también a ustedes, tengamos algunas frases despectivas. (Voces: ¡Ah!) No me explico todavía cómo, si apenas estamos principiando, ya ustedes, compañeros, están pensando en coartar el uso de la palabra y lo elevado del pensamiento. (Voces ¡No¡) Les ha podido mucho lo que un gran revolucionario. (Voces. ¡Ha!) aunque les pese, un mentor de la revolución, uno de los que aconsejaron a Obregon en todo...(Voces. ¡Ha!)les ha podido mucho que les diga una frasecilla que, en mi concepto, tiene dos acepciones gramaticales: o es substantivo o es calificativo. Aplíquesela cada quien según le venga. (Voces: ¡Ah! Risas. Siseos.) Ahora bien, no me explico quién haya insultado más, si el Poder Legislativo al pueblo que representa, o un candidato que es el que tremola la bandera de la revolución.... (Voces: ¡ Trémula¿) tremola. Ustedes, en un rapto de egoísmo supremo, han mutilado la Constitución; ustedes, en un momento de egoísmo supremo, han dispuesto de los fondos públicos para hacer la propaganda obregonista. (Voces: ¿Mentira¿) Puedo comprobarlo. Un caso insólito se presenta: La Cámara convertida en un gran partido obregonista. Ahora yo pregunto si las palabras del general Obregón van hacer sancionadas por ustedes. El General Obregón dice que estamos en una fiesta cívica; pero no explicó que clase de fiesta cívica será cuando se están empleando todos los medios de que disponen todos los gobernadores, para una imposición. ¿Es lo que no me explico¿ (Voces: ¡Y en Chiapas que pasa¡) yo creo que cada quien se defiende. Ahora bien, yo pregunto a esta honorable Representación qué hará el día de mañana cuando, contando con la Instaladora, aplique el filo político y deje la cuestión legal ¿Creen ustedes que, por segunda vez, el pueblo mexicano, después de haber derramado tanta sangre, va a permitir que sea burlado el sufragio¡ lo digo claro: ¡No señores¡ Yo he podido observar, através de toda la República, un sentimiento antirreeleccionista; yo he podido observar más todavía: que los principios de la revolución no se cumplen: yo he podido que tanto en la parte obrera, como en la campesina, tampoco se han cumplido esos postulados. (Voces: ¡Pues ha observado mal¡) Lo que digo es la verdad y lo voy a demostrar. (Siseos )Ahora bien, a nosotros nos dicen sediciosos. No sé de qué parte estará la sedición: si de parte de ustedes o de parte nuestra. Cuando hay dos fases, que son la reelección y la imposición, ¡señores infinitas veces se los digo, se impone una nueva revolución¿ (Gritos. Golpes en las curules. Voces: ¡Ándale¡ ¡Encabezará tú¡ Aplausos.) Yo le diría al compañero Romo, sin falsedades, que no tengo miedo a este asunto, porque tengo en mi corazón grabado el sufrimiento; porque yo sí he bajado a las masas. (Risas.) y he recorrido y he visto que el compañero Romo y yo estamos en una curul, y ellas están en una infinita desgracia. Esa sí es la verdad. ( Una voz de la galerías: ¡ Ya estará, afortunado!)

El C. presidente: (Campanilla.) Se suplica a las galerías atienda a l señor orador.

El C. Mier y Terán: Entiendo que hay muchos pagados. (Murmullos.) Por último, debo decir a ustedes - y, por fortuna, la bandera de la antirreelección tremola en toda la República, (Voces: trémula.) puedo asegurar a ustedes que nosotros, los antirreleccionistas, hemos reaccionado. (Voces: ¡Huy¡ gritos. Siseos. Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra en pro el ciudadano Solórzano José Luis.

-E. C. Solórzano: (Aplausos.) señores diputados:

La iniciativa del compañero Ancona viene a llenar una necesidad ingente que, por vergüenza y por decoro de ambas Cámaras, debemos de aprobar sin aplazamiento.

Para nadie es un secreto que, desde hace muchos años, todos los individuos que han necesitado un sujeto a quien atacar, una personalidad a quien denigrar, una institución a quien hacer víctima de todas las humillaciones, han escogido como blanco de sus ataques y de sus injurias procaces al Congreso de la Unión representado por ambas Cámaras; y es, señores diputados, que es muy difícil atacar al Ejecutivo Federal que dispone de tesorería para acallar bocas hambrientas y para hacer que enmudezcan plumas venales; pero es muy fácil atacar a la Cámara de Diputados que solamente tiene como arma suprema la palabra dirigida desde esta tribuna. Para nadie es secreto que mientras el Ejecutivo se llena de adulación y de zalamerías, a diputados y senadores se les escarnece y se les denigra, y resulta curioso que mientras los individuos que se dicen de la oposición no tienen una palabra de ataque, no tienen una palabra de censura para las autoridades que tienen en su mano el poder material, a diputados y senadores que se les culpa de todas las desgracias habidas y por haber. Nadie injuria al general Roberto Cruz, por que es el inspector general de la Policía; nadie se atreve a injuriar a Palomera López; (Risas. Aplausos. Voces: ¿Huy¡) Ni siquiera a Mazcorro. Todos se sienten con muchos bríos, con mucha altives y con mucha gallardía para injuriar a la Cámara de Diputados y al senado de la República. Hay muchos liberistas, no periodistas, liberistas que saben escribir torrentes de cieno, volcando, un artículo que llaman pomposamante editoriales, sus almas de cloaca, injurian a la Representación Nacional, porque saben que en la Representación Nacional no hay un tesoro lo suficiente amplio para darles un "embute" cada decena; pero esos individuos publican revistas llenas de retratos con antorchas del ministro de Guerra y del inspector general de Policía; esa es la verdad. Los periódicos de México, que jamás tienen un ataque para el presidente de la República, a quien encuentran lleno de talento, de virtud y de sapiensa, encuentran toda bajo y mezquino tratándose del poder Legislativo de la República. Ya es tiempo de que los liberistas, que están acostumbrados a injuriar para que después se les compre su silencio, sepan que la Representación Nacional, serenamente, austeramente, dentro de la ley, hace uso de las armas que la misma ley le da para acallar a sus calumniadores. (Aplausos )las palabras procaces, que no son censuras, señores compañeros antirreelecionistas, las palabras procaces que son denuestos e injurias de los candidatos de ustedes de los delahuertistas, que son sus heraldos... (Aplausos.) los libelos escritos con cieno por Alfonso Capetillo, el secretario Tránsfuga de Prieto Laurens; las palabras dichas en el mitin de Puebla por un delahuertista amnistiado, que regresó al país merced de la generosidad de presidente de la República, empeñando su palabra de honor de no volver a inmiscuirse en asuntos políticos, no son censuras a la Representación Nacional; no son críticas a nuestras funciones legislativas ni a nuestras tareas parlamentarias; son palabras soeces, producto del despecho y del rencor de aquellos a quienes vimos las espaldas y que regresaron al país en calidad de perdonados, dirigidas a la Representación Nacional. (Aplausos. Golpes en los pupitres.) por eso encuentro perfectamente justificada la proposición del compañero Ancona de que se haga una representación oficial ante el procurador general de justicia de la República, que, como jefe del Ministerio público Federal, es el encargado de la persecución de los delitos de ese orden para que a los responsables de las injurias, de los denuesto no de las censuras-, al Poder Legislativo de la República, se le exija las respectivas responsabilidades.

En el terreno político no nos espanta ni lo que diga Serrano ni lo que diga Gómez, ni lo que digan los bonillistas ni los delahuertistas, a los que, desgraciadamente, uno que otro compañero descarriado les hace coro. Para nosotros es un satisfacción que los que ayer le llamaban el actual presidente de la República "El turco Calles" "El sirio libanés Calles" Hoy muy enternecidos, lanzan discursos, que parecen jaculatorias, tratando de agradar a los mochos de Puebla. (Aplausos.)

A nosotros , como políticos, no nos extrañan los ataques, por más que sean enconados, de Arnulfo Gómez ni de Francisco Serrano. Ataque por ataque, golpe por golpe, estamos dispuestos a entender con ellos hasta que llegue al acto electoral. A nosotros no nos extraña que los desechos de la revolución se hayan agrupado en torno de ellos. El destino ha querido que un hombre fuerte, que un hombre único, que un hombre indispensable para la salvación de la revolución Mexicana, les haya visto las espaldas a los reaccionarios de México y se las haya visto siempre; primero: cuando militó a las órdenes de Madero para acallar a la rebelión orozquista en Chihuahua; después, cuando militando a las órdenes de Carranza y de los altos jefes del Ejercito Constitucionalista, venciera a la reacción representada por Victoriano Huerta; después, cuando en las llanuras de Celaya y León ahogó, para siempre, en el orden militar, a esa reacción; y, por último, cuando el movimiento de 1923 hizo que los rebeldes delahuertistas mordieran el polvo. A nosotros no nos extraña que los desechos de la ciudadanía se agrupen en torno de Serrano y de Gómez, de esos paladines de quienes hace un momento decía algún compañero que enarbolan la bandera de la No - reelección. No se trata, en este caso -y lo hemos demostrado hasta el cansancio-, de una lucha entre los que sustentan el principio de la No- reeleción y los que sustentan el principio contrario; pero si se tratara de eso, aún así estabais perdidos. Hay manos tan maculadas, hay frentes tan manchadas, que cualquier bandera, por más que intrínsecamente sea simpática, en sus manos resulta un guiñapo. Y la bandera de la No - reelección resulta un guiñapo en las manos de Serrano, porque son las mismas manos que firmaron las licencias

para la explotación de las casas de juego de los prostíbulos. (Aplausos)

A nosotros, como políticos, no, nos espanta, nos da risa los ataques del súcubo del carrancismo, de Juan Barragán; a nosotros, como políticos nos da risa los dicterios que, con voz epiléptica y ademan convulso, va predicando como un obseso Marciano González contra a aquel que lo tildó de cobarde cuando abandonó a su jefe de Tlaxcalantongo.

A nosotros, como políticos, no nos extraña nada de eso; estamos dispuestos a contender con los bonillistas de 1919 y 1920 y con los delahuertistas de 1923 y 1924. Para nosotros resulta altamente significativo que los principales elementos dirigente de uno y de otro candidato hayan sido reclutados en esas filas. ¡En que otras iban a serlo¡ ¡Que más quisieran esos individuos que haberse podido colar en las filas del obregonismo¡ pero para ellos Obregón representa algo que ellos no están dispuestos a olvidar: es que ha sido la causa de sus fracasos. Los ha hecho fracasar cien veces, y los hará fracasar ciento una; por eso no tienen más remedio que hacer coro a dos tránsfugas de la revolución: ¡uno que juega, y otro que no juega, pero que es explotó el juego, como lo hizo en Tamaulipas en combinación con López de Lara¡(Aplausos.) por eso, señores representantes, en lo personal nosotros podemos o despreciar las injurias de los que han vivido en una completa orgía, transformando la sangre de los mártires de la revolución en "champange" o en "cogñac", o podemos despreciarlas sin hacer caso de ellos; pero, como Poder, como elementos constitutivos de un Poder, el poder legislativo, que es tan respetable como el Judicial o el Ejecutivo, estamos obligados a velar, dentro del camino de la ley porque se nos respete y se nos considere. No es, compañero Ramos, que la Cámara de diputados se haya convertido en un club político. Si usted alguna vez, en sus ratos de ocio, ha leído algo que se refiera a la vida política de más alla de nuestras fronteras, sabrá que en todos los países del mundo donde existe un parlamento, los componentes de ese parlamento son fruncionarios esencialmente políticos dedicados a trabajos electorales, que pública y ostensiblemente toman parte de esas actividades. La comparación de usted de querer parangonar nuestra actitud, asumiendo conscientemente una responsabilidad política e histórica y agrupándose en torno de un hombre para sacarlo avante en la lucha política que se avecina, y el supuesto que los magistrados de la Corte, desprendiéndose de su toga, fueran hacer política, es completamente infeliz; es una comparación que no cabe en un cerebro equilibrado. Nuestro función es diametralmente opuesta, la de ellos debe ser una función de serenidad, mesura, de ecuanimidad, nuestra función es una función dinámica que tiende a poner en acción la vida cívica del país. Por eso nosotros, diputados y senadores no nos hemos salido de nuestro papel, no hemos abandonado nuestra función primordial al tomar parte en una campaña presidencial; ¡ solamente que usted, compañero hubiera querido que esta mayoría parlamentaria se hubiera agrupado en torno de aquellos que siempre fueron modestos sargentos a quienes el general Obregón jerarquizó¡. (Aplausos.)

El C. presidente: tiene la palabra en contra el ciudadano Fabila.

El C. Fabila: Señores diputados: No he de ser yo el que, esgrimiendo mi soplete respectivo, sume el numero por ciento entre los que vengan a soplar a la hoguera que esta incendiando el país. No se si mis torpes palabras vayan a caer bien o mal a la Asamblea; más bien creo que mal; pero estoy resuelto, como dije antes, de no servir de instrumento a ninguna baja pasión y a proceder con absoluta serenidad en este período final de la legislatura a que pertenezco.

Algún compañero decía por allí, hace un rato, que la sesión se había enfriado, porque después de un discurso ardiente y fogoso, algún otro compañero vino a tocar asuntos de carácter legal con más o menos serenidad. Efectivamente, compañeros, en mi humilde concepto es necesario que esta asamblea y las subsecuentes se enfríen y se serenen; no creo que nuestro deber, como obregonista o no, esté es caldear el ambiente de la Cámara de Diputados que, de cualquier manera, trasciende al ambiente de país en general. Ahora bien, ciudadanos diputados, concretándome a la proposición a debate, quiero, en primer lugar, externar mi opinión absolutamente personal sobre el asunto a que se contrae.

Encuentro total y absolutamente justificados los insultos que se dirigen a la Cámara de Diputados. (Voces: ¡No¡ ¡No¡) He dicho que éste es mi criterio absolutamente personal; la Asamblea podrá tener otro y personalmente los compañeros podrán tener el suyo también. Creo están en posibilidad, en pocas palabras, de demostrar a ustedes que están perfectamente justificados esos insultos. un insulto se justifica en reprocidad de otro recibido. ¿Y quien de nosotros podrá decir que del seno colectivo de esta Asamblea no han salido insultos tan fuertes para aquellos que hoy no los dirigen¿(Voces: ¡No¡ ¡La Asamblea no¡) podría también demostrar, compañeros que, colectivamente, esta Asamblea ha dirigido ofensas muy serias a determinados individuos; podría demostrarlo, pero creo que inútil, puesto que en le convivencia individual de muchos de nosotros está el no aceptar esta verdad, que es una verdad que está profundamente arraigada en nuestra conciencia.

El C. Doria: ¡Es una verdad fabilista¡

El C. Fabila, continuando: ¡En ese sentido tómela usted, compañero Doria¡ Es verdad fabilista, porque Fabila no quiere cometer el maximo crimen que cometer un individuo, o sea el traicionares a si mismo, y usted, en este momento, si es individuo más o menos consciente y culto, está cometiendo el crimen de tratar de engañarse a si mismo. (Apausos. Siseos.) Decía yo que encuentro muchos de estos insultos absolutamente justificados; y más aún, señores diputados, encuentro que los insultos que han promovido la iniciativa a debate se quedan muy atrás de los insultos y de las criticas que se nos han dirigido en la prensa, en el mitin en la tribuna, en la conferencia, en distintas partes. ¿Por qué no se había terminado antes una iniciativa para poner coto a tantos insultos¿ Por que en la conciencia de esta Asamblea, en la conciencia de todos y cada uno de nosotros está que

merecemos esos insultos. (Voces. ¡No!) Voy a demostrar que sí merecemos esos i insultos. ¿Qué estamos haciendo en este momento preciso ¿No estamos haciéndonos acreedores de la critica de la prensa y del pueblo en general de la República Mexicana? (Aplausos. Siseos. Murmullos.) Cuando en lugar de ocuparnos de los serios problemas que entenebrecen el porvenir del país nos ocupamos, con bajo criterio, más bien - perdónenme la frase - con palabrería hueca, de asuntos que no atañen ni siquiera en lo fundamental a la resolución de la cuestión presidencial, en estos mismos momentos nos estamos haciendo acreedores a la censura y al insulto del pueblo. (Voces: ¡No, hombre¡) puesto que ni siquiera, señores diputados, es esta Cámara, ni es el Bloque a que pertenezco, el llamado a resolver la cuestión presidencial próxima.

Por otra parte, también, señores diputados, es justo decir que estamos cometiendo una deslealtad política y revolucionaria....

El C. Izábal: Tú a tu bloque....

- El C. Fabila; En seguida trataré eso-...con aquel que nos ha dado fuerza política y prestigio en esta ocasión, o sea con el presidente de la República.

El C. Izábal: El poder legislativo es soberano.

El C. Fabila: La soberanía del poder legislativo compañero Izábal,...

El C. Sotelo: ¡Mejor Bájate¡

El C. Fabila: No me bajaré de aquí. compañero Sotelo, sino hasta que después de que haya definido las responsabilidades, que yo estoy de acuerdo en asumir en esta actual crisis política del país. (Murmullo.) Repito que los ataques de que ha sido, es y será objeto esta Cámara, son absolutamente justificados. (Voces. ¡No¡) Y son absolutamente justificados, por que en lugar de dedicarnos a aquellas funciones que por obligación debemos desempeñar, nos dedicamos a tontos escarceos electorales que no tienen ninguna importancia para la resolución de la cuestión presidencial. Ahora bien, compañeros, quería decir, que yo no asumiré ninguna responsabilidad en la cual individualmente no haya tenido yo ninguna injerencia. Yo, en realidad, no acepto, ni me viene al caso por los insultos proferidos por los candidatos antireeleccionistas contra esta Cámara.

El C. Doria: ¡Estarás con ellos!

El C. Fabila, continuando: Tampoco acepto ni me viene ninguna responsabilidad por las torpezas que cometa esta Cámara o los que la dirigen. (Siseos. Aplausos. gritos.) Sólo acepto las responsabilidades en que conste mi palabra o mi voto.(Voces. ¡Y las reformas!) Soy responsable de las reformas a los artículos 82 y 83 constitucionales, porque está mi voto. Soy miembro del Bloque Obregonista, pero no acepto las responsabilidades en las que no intervenga mi voz o mi voto.

El C. Borja: ¡Entonces afuera, compañero Fabila¡

El C. Fabila: Estoy dispuesto, como lo he estado, a salir a la hora que sea necesario. (Aplausos de los antireeleccionistas.) No he venido a buscar los aplausos de los antireeleccionistas; he creído conveniente y llegado el momento de venir a definir mi actitud, como creo indispensable que todos y cada uno de nosotros no definamos; porque hay que advertir, que la revolución, que los revolucionarios estamos siendo atacados por un mal gravísimo que llevará a la revolución y a los revolucionarios actuales al caos y al abismo; estamos siendo atacados del máximum de insinceridad que jamás se haya visto en un grupo revolucionario. (Siseos. Aplausos. Voces. ¡No es cierto!) Tan es verdad, compañeros, que si fuera posible que abriéramos el libro de la conciencia de todos y cada uno de los diputados aquí presentes, encontraríamos en todos y cada uno de ellos libros, tales o cuales reservas respecto a su actual filiación política. ( Voces. ¡No! Huy¡ ¡Huy¡) Yo me reservo para exigir a ustedes la verificación de estas frases mías para cuando se oportuno; (Voces: ¡Muy bien¡) para cuando hayamos visto, en esta misma tribuna, la forma como discuten muchos compañeros los problemas políticos que aquí se vayan a discutir en este período.

El C. Sotelo: ¿Este no es problema¿ - El C. Fabila: compañero Sotelo, a usted le vendría la frase candente que el compañero Romo aplicara al compañero Ramos.

El C. Sotelo: A ver, ¿cual es?

El C. Fabila: de la carencia absoluta de sindéresis, compañero. (Risas. Murmullos.) No quería yo entrar en este terreno todavía; pero el estado de ánimo de mis compañeros diputados, que había decaído, como dijera Moreno Salido, que los había enfriado me ha obligado a entrar en determinados tópicos que reservaba yo para tratarlos en su oportunidad.

El C. Ancona: Habla de una vez, hermano. (Voces. ¡De una vez!)

El C. Fabila: Estoy seguro de que habrá oportunidad de hablar...(Voces: ¡Ahorita¡) y sobre todo, estoy seguro de que los hechos justificarán absolutamente mi conducta. (Voces. ¡Habla de una vez¡)

He venido a oponerme a esta iniciativa, por otra parte, porque va a poner a la Cámara de Diputados en el colmo del ridículo. (Murmullos. Siseos. Aplausos.) Yo creo que desde el punto de vista jurídico y legal, es improcedente la aprobación de esta iniciativa; pero desde el punto de vista del sentido común, es totalmente injustificada. Vamos a pedir la consignación de los insultos proferidos contra el Poder Legislativo por tal o cual candidato. ¿Qué pueden hacer la justicia, los jueces en contra de un candidato que demuestre que sus ofensas al Poder Legislativo tienen su razón de ser, que están plenamente justificadas¿ (Siseos. Voces: ¡No¡ Aplausos.) Considero que la Cámara de Diputados no puede consignar ningún insulto o cuchufleta que se le dirija. ¡Sería absolutamente ridículo¡ Además, la Cámara de Diputados, colectivamente, no puede sentirse ofendida puesto que no ha llenado en su misión, Individualmente, el compañero que se sienta lastimado por esos insultos, creo yo que debe resolver o derimir su disgusto con aquel de los candidatos que le haya dirigido la ofensa.

El C. Ancona: Cuando así lo haga, compañero Fabila, no atacan personalmente.

El C. Fabila, continuando: cuando la Cámara

de Diputados, en lugar de ocuparse de estos escarceos electorales, se ocupe de sus funciones, entonces si debe sentirse lastimada porque le digan tales o cuales majaderías; pero mientras no cumplan su deber, la Cámara de Diputados y los diputados en particular, no creo que tengan derecho para sentirse ofendidos. (Aplausos. Siseos.)

El C. presidente: tiene la palabra el compañero Altamirano.

El C. Altamirano: Señores diputados:

Yo creo que el compañero Fabila ha escogido el momento más inoportuno para coquetear con los antirreeleccionistas. (Aplausos) Y creo sinceramente que ha escogido el momento más inoportuno, porque a estas alturas, compañero Fabila, el pueblo de la República sabe a que atenerse con respecto a la cuestión presidencial. (Aplausos) el dice que asume toda la responsabilidad que le pueda venir por las reformas a los artículos 82 y 83, porque sabe que estas responsabilidades son negatorias, que la responsabilidad es colectiva. Si el compañero Fabila supiera que un tribunal revolucionario lo iba a juzgar por esas reformas al salir de esta Cámara, no vendría a esta tribuna a hacer alarde de valor civil asumiendo toda la responsabilidad. (Aplausos) El compañero Fabila viene aquí a hablar de insultos que la Cámara ha lanzado; y yo reto al compañero Fabila para que me diga concretamente, no en general, sino concretamente, qué insultos esta Cámara en su conjunto, como cuerpo colectivo, ha lanzado en contra del general Arnulfo Gómez o del general Francisco R. Serrano.

El C. Fabila: Con permiso de la Presidencia. (Siseos. Murmullos.) Señores, vamos a discutir serenamente. Siendo la Cámara de Diputados una personalidad moral intangible, no podría proferir tales o cuales insultos. (Siseos. Murmullos.) Un momento señores. Pero si creo que determinadas circunstancias han hecho que se tomen como ofensas a los candidatos o determinados partidos de declaraciones o actos dichos o cometidos por los directores o líderes de está Cámara. (Voces. ¡Ah¡) No os estéis engañando a vosotros mismos, señores diputados. (Siseos.) En distintas ocaciones, declaraciones de los presidentes de los Bloques mayoritarios o lo de hoy bloque mayoritario, o del hoy director del Bloque mayoritario y presidente de la Cámara de diputados, indudablemente que hay un derecho a tomarlas como responsable por la solidaridad de la Cámara.(Siseos.)Y en este sentido, compañero Altamirano, es que yo afir mo que esta Cámara ha dirigido también ofensas a los candidatos. Pero voy a concretarme a otro punto si me lo permiten ustedes, aun cuando la Asamblea no quiera permitirlo, porque en su mayoría con puros siseos acallar la razón o la sin razón de cualquiera de los compañeros. Se ha lanzado un manifiesto a la nación, subscrito por la inmensa mayoría de las Cámaras, aun cuando debo advertir que yo ni subscribí ni estuve de acuerdo con ese manifiesto; manifiesto que, para cualquier individuo de sentido común se interpreta como parcialidad de las Cámaras. si es o no es una ofensa a los intereses electorales de los candidatos, no sé a qué pueda llamarse ofensa.

El C. Altamirano: Ustedes han oido señores diputados, que con torpeza manifiesta han salido de los labios del señor diputado. Fabila las palabras con la que quiere justificar los insultos que dice que esta Asamblea a lanzado a los candidatos, Dice que actos de la Cámara o declaraciones de los líderes de los bloques los toman los candidatos como insultos. Yo creo que los actos de la Cámara, señor diputado Fabila, no son y no han sido, hasta la fecha sino llevados a cabo con toda mensura, con toda serenidad, con total tranquilidad y con toda calma que corresponde a un poder de la nación. En cuanto a las declaraciones de cada uno de nosotros o de los líderes hayan hecho en contra de los candidatos, creo, y éste es mi sentir personal, señor diputado Fabila, que están en su absoluto derecho de hacerlas y que no es la Cámara, como cuerpo colegiado , ni como Poder, la que va a asumir las responsabilidad de lo que declare Topete o de lo que declare Fabila o de lo que declare Altamirano. Yo creo que cada uno de los diputados, cuando subscribe con su firma unas declaraciones, él personalmente responde de ellas y no el Poder Legislativo; porque íbamos a estar aviados nosotros con que todas las declaraciones que hiciera el señor diputado Fabila y toda su actuación, por ejemplo, la actuación de él en la Convención Obregonista del Estado de México, se la fuéramos a imputar a la Cámara de Diputados porque él pertenece al Poder Legislativo. En cuanto ala torpeza y al marcado miedo con que ha pronunciado sus palabras el señor diputado Fabila, yo creo que no es más. que la demostración de que esta dando media vuelta; y me extraña que este dando media vuelta después de haber concurrido a muchas asambleas netamente obregonistas, y sobre todo a la convención que se celebró en el Estado de México, en la que el único desertor fue Margarito Gómez, y en la cual convención se trató de l obregonismo.

El C. Fabila: ¡Tiene algo de extraño eso de venir a censurar la conducta de la Cámara!

El C. Margarito: Pido la palabra para una aclaración, si me permite el orador

El C. Altamirano: Para una aclaración.

El C Gómez Margarito: El compañero dice que yo deserté de las filas de la Diputación del estado de México, y no he desertado. Vengo a manifestar a esta respetable Asamblea que los desertores han sido, allá, la Diputación del Estado de México, y aquí la Diputación al Congreso General, del Estado de México. (Voces. ¡Ha¡ ¡Ha¡) con sus respectivos senadores. (Siseos. Voces. ¡Ha¡)

El C. Altamirano: Yo ratifico lo que ha dicho el compañero Margarito Gómez han desertado las dos diputaciones, la Diputación local del Estado de México, y la Diputación del mismo Estado al Congreso de la Unión, y por eso es que él se ha quedado solo. (Aplausos.) Decía yo que hace un momento, señores diputados, que la Nación, y sobre todo el pueblo obrero y campesino de la República, sabe a qué atenerse con respecto a la cuestión presidencial. Verdaderamente causa risa el espectáculo que presentan el señor general Gómez y el señor general Serrano. Yo les atribuyo mucha fuerza a los insultos de estos señores, porque me pongo en el caso de ellos y juzgo por mí mismo del descontrol, de la tensión nerviosa en que deben estar esos

señores cuando miran para todas partes y no encuentran por dónde salir. El señor general Gómez que se produce con espontaneidad únicamente cuando no tiene detrás de él a alguna de las Cuatro Milpas que lo acompañan, el señor general Gómez nos produce, cada vez que habla, una sarta de concepciones deleznables que tienen que ser refutadas luego hasta por Cándido Aguilar, hasta por Sánchez Azcona y hasta por Vito Alessio Robles. Lo llaman a México urgentemente para decirle: "¡Hombre, no seas tonto, no ataques a la prensa de la República¡ ¡Cómo vas a Veracruz a echarte encima de la prensa nacional, necesitas rectificar inmediatamente"; e inmediatamente se pone a la máquina Bordes Mangel, redacta unas declaraciones y las firma el señor general de División don Arnulfo Gómez. (Aplausos.) Cuando ya las Cuatro Milpas creen que lo han encarrilado por el camino de la verdad y de la decencia, lo sueltan un poquito, lo sueltan otra vez, lo mandan a cualquier lugar, se encuentra solo el señor general Arnulfo Gómez, ¡y otra metida de pata¡ (Aplausos.) Lo vuelven a llamar, le dan con toda atención un jaloncito de orejas y, ¡nueva rectificación de uno de las Cuatro Milpas¡ Esta es la situación del señor Arnulfo Gómez. El señor Francisco Serrano, que pretende hacer una revolución entre bambalinas y entre cabarets, se encuentra enajenado, no precisamente por la situación política que él se ha creado, sino por una y otras noches de parranda que han venido a producir en él infaliblemente -y esto lo saben los médicos- un estado de delirium tremens en que no acata qué es lo que debe hacer. (Risas.) Y así tienen ustedes cómo es inexplicable que el señor general Serrano, que hasta hace poco tiempo fuera gobernador del Distrito con beneplácito de los tahúres de esta capital, el señor general Serrano vaya a la ciudad de Puebla acompañado de Otilio González que, como decía un compañero, está en la República por perdón expreso del señor presidente, puesto que fue rebelde con las armas en la mano.

No me explico cómo estando solidarizado con la actuación presidencial, siendo gobernador del Distrito, en lo que se refiere a la campaña anticlerical, ha admitido que el señor Otilio González, para halagar a los mochos de la ciudad de Puebla, vaya a pronunciar un padre nuestro en un mitin político. Esto nos demuestra que, como decía también un compañero, los candidatos quiéranlo o no, así, quiéranlo o no, están en brazos de la reacción; absolutamente en brazos de la reacción. El señor general Gómez, que hace tanto alarde de su famosa huelga de Cananea, no nos puede hablar de obrerismo, porque el Estado de Veracruz es testigo de que cuando fue jefe de operaciones persiguió con toda actitud a las agrupaciones obreras y mandó matar por conducto de sus subalternos, que jamás fueron castigados, a muchos campesinos del Estado de Veracruz. ¿De manera que con qué cara el señor general Gómez nos viene a hablar ahora de obrerismo¿ El señor general Gómez es un farsante completo. Cuando fue a la ciudad de Orizaba, y esto lo sabe el compañero Méndez, representante de Orizaba, para atraerse -creyendo que los obreros de la región fabril son una manada de borregos-, para atraerse a los obreros de la región fabril, concurrió con una docena de sus acompañantes a depositar una corona en la tumba de los obreros de Río Blanco del 7 de enero, asesinados por la dictadura. Yo le pregunto al señor general Gómez, ¿cuándo antes de ser candidato se había ocupado una sola vez siquiera de llevar o depositar, no una corona, sino una simple flor en la tumba de los obreros que han caído por la lucha social ¿Cuándo el señor general Gómez ha tenido una palabra de aliento -ya no quiero su presencia-, una palabra de aliento para un sindicato, cuando ni siquiera ha concurrido a un sindicato, y no sabe ni siquiera lo que son esas agrupaciones? De manera que el señor general Gómez no tiene derecho de querer halagar al obrero ni al campesino de la República con su actuación de Cananea, porque si acaso la tuvo en Cananea en 1907, de 1907 para acá se ha ocupado en perseguir al obrero y al campesino organizado de la República. El señor general Serrano por ocuparse en sus parrandas y en sus mujeres, no ha tenido tiempo de ocuparse de la lucha social. En estas condiciones, señores, cuando estamos a estas alturas, cuando se vislumbra ya el único camino que van a seguir los candidatos, el señor compañero Fabila empieza ya a dar media vuelta y a hacerse aplaudir de los antirreeleccionistas. Los candidatos de la reacción, Gómez y Serrano, tienen que insultar a la Cámara, y la tienen que insultar porque ellos no son los candidatos de la mayoría de los diputados. El señor general Serrano no insultaba al compañero Topete cuando estaba constituyéndose esta XXXII Legislatura; entonces enamoraba a muchos diputados, los recibía pomposamente en el Gobierno del Distrito, les hacía concebir esperanzas, los halagaba en alguna forma; entonces sí, cuando él presumía que el general Obregón iba ser el principal líder serranista; pero el general Obregón, que tiene un concepto exacto de la responsabilidad, no iba a poner a la República en manos de un candidato que al día siguiente de la toma de posesión no iba a poder despachar por la cruda que se iba traer encima. (Aplausos. Risas.) Con los candidatos de la reacción, compañeros, y esto lo decimos con absoluto conocimiento de causa, estarán los delahuertistas, porque absolutamente todos los delahuertistas están con Arnulfo Gómez dizque esperando la palabra de él para levantarse en armas; los bonillistas derrotados por Obregón en 1920 y los delahuertistas derrotados en 1923, son los que rodean a los candidatos reaccionarios. Para nosotros es un motivo de mayor incentivo en la lucha, porque con Obregón vamos a tener la oportunidad de derrotar a estos mismos fracasados políticos en 1928. (Aplausos.) Los candidatos andan halagando a la clerigalla. Ya Otilio González ataca al dictador, es decir, a Plutarco Elías Calles; ataca al dictador porque dice que le quiere poner una mordaza en la boca para que no pronuncie las palabras que aprendió desde chico: "Padre nuestro que estás en los cielos". Y el público enardecido prorrumpió en aplausos y en un copioso llanto. ¿Hay algo más ridículo¿ El señor Otilio González ataca al dictador, al general Plutarco Elías Calles, sin saber que el timbre de honor más grande que tiene Plutarco

Elías Calles, que el pedestal más grande en que se levanta el prestigio de Plutarco Elías Calles, es su labor anticlerical, que no ha osado ningún soberano del mundo más que Plutarco Elías Calles. (Aplausos nutridos y prolongados. Voces: ¡Viva Calles¡) Se olvidan estos candidatos de la reacción y sus corifeos, de que en el momento más difícil de la lucha anticlerical, cuando todo el mundo, lo digo sin hipérbole, cuando todo el mundo estaba pendiente de la actuación de Plutarco Elías calles, que sentía sobre él todas las fuerzas acumuladas para hacerlo retroceder en su labor, se olvidan estos señores de que entonces Plutarco Elías Calles recibió cinco mil telegramas de todas las agrupaciones obreras y de todas las agrupaciones campesinas protestándole adhesión y diciéndole que, dentro del camino revolucionario que se había trazado, estaban con él para ir al terreno que quisiera la reacción. (Aplausos.) Y estos señores que no tienen detrás de ellos al pueblo, que no sienten detrás de ellos ese entusiasmo que producen las huestes que vienen en un supremo anhelo a gritar ¡Viva Obregón!, ¡Viva Calles!, los que no saben de ese entusiasmo que producen las agrupaciones obreras organizadas cuando le dicen al presidente: "Estamos Contigo" y cuando le dicen a Obregón: "Estamos contigo", estos señores se echan en manos de lo que sea, aunque sea la reacción, olvidándose de que los mochos siempre han perdido todas las luchas, de pedrada para arriba. (Risas. Aplausos.) ¡Y nos amenaza con irse al campo de la lucha armada el señor general Gómez, que en su hoja de servicios se tiene que anotar dos derrotas, las únicas batallas que dirigió personalmente. (Risas. Aplausos.) El señor general Gómez que en 1920 atacó con cerca de dos mil hombres la plaza de Tuxpan defendida por Espinosa y Córdova y fue vergonzosamente derrotado, amenaza a Obregón con lo único que mejor sabe hacer el general Obregón: con las campañas militares. (Aplausos.) Le dice: nos vamos al monte, nos vamos a las montañas, allá vamos a levantar la bandera de la no reelección. Y yo pregunto al general Gómez y al general Serrano: ¿con qué pueblo van a hacer su rebelión? ¿Con qué pueblo, si las rebeliones las hace el pueblo campesino; y el pueblo campesino, lo saben los señores diputados, está unánimemente con Obregón? ¿Por que? Porque el pueblo campesino no entiende de muchas disquisiciones políticas. El pueblo campesino no puede entender, por ejemplo, un luminoso discurso del compañero Mier y Terán, y no podrán entender esos alambicados conceptos de principios políticos y de la defensa de esos principios políticos. No señores, los campesinos están con Obregón. ¿Y por qué están con Obregón se les pregunta? Por que nos ha dado tierra ¡Y que vayan a arrancar a los campesinos sus afectos por el general Obregón, por que les dio tierras¡ Estoy absolutamente seguro de que diez mil discursos del señor Mier y Terán no hacen cambiar el criterio de los campesinos, porque dicen: "Yo estoy con el general Obregón porque me dio tierras."

Es decir, que los señores antirreeleccionistas han cometido ese gravísimo error con Sánchez Azcona; se han quedado dormidos en 1910 y precisamente se han quedado dormidos en 1910 porque Sánchez Azcona es sordo y no ha podido oír los clamores del pueblo mexicano de 1910 a 1927. Los señores antirreeleccionistas creen que en la actualidad el pueblo obrero y campesino tiene la misma idea de la revolución de 1910, y es absolutamente un error, señores antirreeleccionistas. El obrero y el campesino fueron a la revolución en 1910 tomando como bandera contra la dictadura un principio político; pero ya en 1915, estando Carranza en Veracruz, se hizo sentir el anhelo del proletariado nacional para que no sencillamente se le llevara a la lucha con un principio político que es deleznable y que está sujeto a las veleidades de la conveniencia política, sino que querían y quisieron ellos, como se demostró en Veracruz, que se pusiera como bandera revolucionaria un conjunto, un número de principios económico - sociales que son los que defienden exclusivamente los obreros y campesinos de la República; y teniendo como base los principios económico - sociales es como se ha venido constituyendo ese criterio revolucionario tan arraigado que tienen los obreros y campesinos, el que les hace saber, sin muchas discusiones, dónde está la verdadera revolución. Precisamente los obreros y campesinos dicen: ¿Que candidato garantiza mejor nuestras pequeñas conquistas en el orden económico - social¿ ¿Qué candidato ha mostrado más cariño a la clase obrera, al campesino¿ ¿Qué candidato ha demostrado con su actuación en la vida, sin tener ningún puesto, que tiene cariño al trabajo¿ ¡Obregón¡ Y por eso están con Obregón. Yo les preguntaría a los otros candidatos: usted, cuando no ha sido general, ¿A que se ha dedicado¿ Al señor general Gómez, cuando usted no ha sido militar, ¿A que se ha dedicado? ¿De qué ha vivido el señor general serrano, de qué ha vivido cuando no ha sido militar? (Voces: ¡De los tahúres! Otras: ¡De payaso!) En cambio los campesinos y los obreros se han dado cuenta de que Obregón , cuando no lo ha llamado la revolución para que se ponga al frente de ella, Obregón ha tenido el control suficiente para ir a su rancho a trabajar como cualquier ciudadano, sin meterse para nada en la política; es decir, que ha demostrado que así como les habla a los trabajadores, sabe también dejar un puesto político y dar el ejemplo al ir a trabajar como cualquiera otro. Naturalmente que los obreros y campesinos, con ese criterio revolucionario de que hablaba hace un momento, se dan cuenta de esto, y por eso en Orizaba, donde hay once mil obreros, tienen que rechazar a Gómez porque saben que es un "posseur"; y en todas partes tienen que rechazar a Serrano, que no se ha ocupado más que de beber aguardiente en todos los momentos que ha tenido desocupados. Y la vida privada, compañero Mier y Terán, debe ser un reflejo de la vida pública, porque yo no concibo un verdadero revolucionario que sólo se ocupe de orgías, porque la revolución, cuando uno es verdaderamente revolucionario, comienza desde el hogar, y el que no sabe ser revolucionario en su hogar, el que no ha sabido formar hijos revolucionarios, que son los que van a recoger nuestra herencia, y en lugar de formar un hogar y vivir santamente, se ocupa de ir a los cabarets a

emborracharse, ese no puede ser un buen revolucionario. Por estos conceptos el proletariado nacional está con Obregón; y las amenazas, compañero Mier y Terán, de rebelión del señor general Gómez, que ése sí se anda ocupando en ver a qué jefe puede sobornar, y que ya ha levantado a Bertani en Veracruz, como a Kurzayn y a otros muchos cabecillas, como a Alemán, como a Lagunes, esas amenazas, compañero, las aceptamos con la absoluta seguridad de que sólo en un mes meteremos al orden a los corifeos de la reacción. Y le voy a decir al compañero, para que no se engañe, que el señor general Obregón a través de su jira triunfal no ha hecho más que una sola cosa: pasar revista a los campesinos organizados, y por más que les hemos dicho a esos campesinos organizados que no se presenten armados a los motines, se han presentado cada quien con su carabina a pasar revista ante el general Obregón. Ya escucho las palabras de Mier y Terán: ¡A título de imposición! De imposición, si, señores, de ciento cincuenta mil agraristas que constituyen la mayoría de la República. Imposición de los miles y miles de obreros que constituyen las mayorías en la República y que están con Obregón. (Aplausos.) Si el señor Mier y Terán le llama imposición a la manifestación que el pueblo hace de su voluntad, pues que le llame imposición, pero nosotros no podemos eludir esas "imposiciones". De manera que cuando el general Gómez se atreva a irse a las montañas, si no son las montañas rusas de California, y cuando el general Serrano se atreva a irse al monte, verá usted, señor Mier y Terán, cómo cien mil campesinos se pondrán a disposición del Gobierno de la República para meter al orden a los que quieren ganar por la mala. (Aplausos.)

Señores diputados: Víctima del ambiente que reina en esta Asamblea, me he apartado un poco del tema a Debate. Yo estoy en contra de la consignación de los señores insultadores, porque quiero seguir el ejemplo de mi jefe, del actual presidente de la República , el señor general Calles, que le contesto con toda dignidad, una contestación digna del general Calles, a ese señor que se llama Santa María, que se atrevió insultar al señor Presidente de la República y que se redujo a esto: "Suplico a usted se sirva interponer toda su influencia para que sea puesto en libertad el calumniador". Es decir, que en el mismo perdón iba ya la sentencia, porque el pueblo mexicano, el obrero y el campesino y los revolucionarios de verdad que quieren a Calles, saben perfectamente que Santa María es un calumniador que no podría demostrar lo que dijo; que lo dijo nada más para congraciarse con su jefe Arnulfo Gómez, que piensa igual que él, pero que por hipocresía no se atreve a atacar al señor presidente de la República; por eso manda a uno de sus secuaces a que insulte. Quiero que la Asamblea no apruebe esta moción. Tenemos tiempo de dirimir todas nuestras dificultades entre los candidatos reaccionarios y nosotros. Afortunadamente en México las cuestiones políticas se definen de una manera muy sencilla que ya conocemos nosotros, y en esa manera, en esa forma es como les vamos a demostrar a los candidatos de la reacción que la revolución mexicana, por encima de todas las destrucciones, por encima de los torrentes de sangre que ha costado, de esa sangre que hace tanto alarde el compañero Mier y Terán y que él no ha derramado, por encima de todos los incendios de la revolución, por encima de todo eso, la revolución mexicana ha producido algo grande, algo que es lo que nosotros concebimos como el mayor triunfo de la propia revolución: ha hecho este movimiento que cada obrero, que cada campesino tenga una concepción exacta de lo que es la revolución social; es decir, que todo los que hemos contribuido a este movimiento hemos hecho lo que decía Barbusse -ya el compañero Mier y Terán sabe quien es Barbusse-: "La revolución en los espíritus". Nosotros hemos logrado que se haga en el pueblo mexicano, en el proletariado de la nación, la revolución en los espíritus, y existiendo ya esa revolución en los espíritus, teniendo cada obrero y cada campesino la concepción exacta de lo que es la revolución, que no se sintetiza en unos cuantos principios políticos, sino en principios económico - sociales, teniendo ese criterio, tenga la absoluta seguridad el señor Mier y Terán y todos los antirreeleccionistas de México, que jamás podrá estar el proletariado mexicano ni con un Arnulfo Gómez, ni menos con Francisco R. Serrano. (Aplausos. Voces: ¡A votar¡ ¡A votar¡).

El C. Zavaleta: Pido la palabra para una interpelación al presidente de la Mesa. (Voces: ¡Tribuna¡ ¡Tribuna¡) Es una pequeña interpelación. No me extraña lo dicho por el compañero Fabila, porque creo que sus expresiones son hijas del quijotismo que en él es peculiar en cuestión de responsabilidades; pero como no quiero que exista el precedente de que mañana o pasado los antirreeleccionistas nos vayan a decir que la mejor justificación de lo dicho por Fabila es el silencio guardado por el presidente de esta asamblea, a quien él ha aludido, yo suplico muy atentamente al señor diputado Topete nos diga si en alguna ocasión, al hacer alguna declaración, ha pretendido respaldarse con el nombre de la Asamblea o ha aceptado de antemano la responsabilidad personal de esas declaraciones.

El C. presidente: He aceptado toda la responsabilidad personal que todo hombre tiene y no como un mequetrefe, como Mier y Terán. Nunca he creído hablar en nombre de toda esta honorable Asamblea, porque no he tenido la autorización correspondiente, ni la he tenido nunca. (Voces: ¡Bravo¡ Aplausos.)

El C. secretario Suárez: Se pregunta a la asamblea si está suficientemente discutido el asunto. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba la iniciativa. (Voces: ¡No¡ ¡No¡) No se aprueba.

El C. Presidente, a las 19.35: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis horas.