Legislatura XXXII - Año II - Período Ordinario - Fecha 19271109 - Número de Diario 24

(L32A2P1oN024F19271109.xml)Núm. Diario:24

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 9 DE NOVIEMBRE DE 1927

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO II.- PERIODO ORDINARIO XXXII LEGISLATURA TOMO II.- NÚMERO 24

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 9 DE NOVIEMBRE DE 1927

SUMARIO

1.- Abierta la sesión, es leída y aprobada el acta de la anterior, Rinden la protesta de ley los CC. Luis García y José del C. Hernández P. diputados suplentes por los distritos electorales 14 de Jalisco y 2o. de Campeche.

2.- Se concede licencia a los CC. diputados Manuel Riveros, José Trinidad Luna Enríquez, J. Jesús Delgado, Gabriel Aguillón Guzmán, Honorato Austria y Guillermo C. Aguilera, Cartera. El Ejecutivo de la Unión envía cinco iniciativas por las que se reducen, cancelan y adicionan varias partidas del Presupuesto de Egresos vigente; recibo, y a la comisión de Hacienda en turno. El propio Ejecutivo remite las siguientes iniciativas; la que reforma los artículos 1o. y 2o. del decreto de 15 de octubre de 1925; recibo, y a la Comisión de Gobernación; la que reforma el artículo 69 de la Ley Forestal y la que reforma el artículo 19 de la Ley sobre Aprovechamiento de Aguas de Jurisdicción Federal; recibo, y a la Comisión de Agricultura y Fomento. El mismo Ejecutivo de la Unión remite un oficio por el que retira las objeciones que hizo al proyecto de decreto por el que se crea en el Distrito Federal el municipio de La Magdalena; recibo, y transcríbase a la Cámara de Senadores.

3.- Se declara de urgente y obvia resolución el dictamen de la 1a. Comisión de Gobernación que reglamenta el artículo 4o; a discusión en lo general. Se levanta la sesión.

DEBATE

- Presidencia del C. DAVID OROZCO

(Asistencia de 146 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente, a las 17.50: Se abre la sesión.

- El C. secretario Silva, leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, el día veintisiete de octubre de mil novecientos veintisiete.

"Presidencia del C. Constantino Molina.

"En la ciudad de México, a las diez y ocho horas y diez minutos del jueves veintisiete de octubre de mil novecientos veintisiete, se abrió la sesión con asistencia de ciento treinta y siete ciudadanos diputados, según consta en la lista que previamente paso el C. secretario Mayoral Pardo.

"El C. secretario Silva dio lectura al acta de la sesión anterior, la que se aprobó sin discusión.

"En seguida rindió la protesta de ley el C. Hilario Contreras Molina, diputado suplente por el tercer distrito electoral del Estado de Nuevo León.

"Previa dispensa de trámites en cada caso y en sucesivas votaciones económicas se concedieron licencias, con goce de dietas, por veinte días al C. Pedro M. Fierro, por treinta días al C. Jesús Salas Barraza, por sesenta días al C. Carlos B. Maldonado, por quince días a los C.. Jesús Santos Mendiola y Epifanio Castillo, y por diez días al C. Florencio Galván.

"Se dio cuenta con los siguientes documentos:

"La Legislatura del Estado de San Luis Potosí hace suya la iniciativa del Comité Antichino de Torreón, Coahuila, tendiente a restringir la invasión de la raza china en nuestro país.- Recibo y a la Comisión de Gobernación que tiene antecedentes.

"El C. licenciado Tomás Barragán comunica que bajo su presidencia y con fecha diez y ocho de los corrientes, quedó instalado legalmente el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz.- De enterado.

"La Legislatura del Estado de Sonora aprueba en todas sus partes la adhesión al artículo 37 de la Constitución Federal, enviada por el Senado.- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales que tiene antecedentes.

"Proyecto de ley reglamentaria del artículo 4o. constitucional en lo relativo al ejercicio de las profesiones, subscrito por el C. diputado Oviedo Mota, y hacen suyos numerosos ciudadanos representantes.- A la Primera Comisión de Gobernación e imprímase.

"Acto continuo se procedió, de acuerdo con el artículo 16 del Reglamento, a la elección del presidente y vicepresidentes para el próximo mes, resultando electos, por unanimidad de ciento cincuenta y cinco votos, para presidente el C. David Orozco y para vicepresidentes los CC. Arnulfo Portales y José Castilleja.

"El C. Pedro C. Rodríguez hizo una interpelación sobre el resultado del escrutinio, que le fue constatada por el C. secretario Mayoral Pardo.

"En seguida se dio cuenta con un proyecto de decreto firmado por los CC. Zincúnegui Tercero, Melchor Omega y otros ciudadanos, que dice textualmente:

"Artículo único. Se concede una pensión de seis pesos diarios a los menores Tariscuri y Eréndira Arriaga, por los servicios que prestó a la Revolución su padre J. Isaac Arriaga, muerto en Morelia al disolver una manifestación clerical."

"La Asamblea acordó dispensarle todos los trámites a este proyecto y puesto a discusión no dio lugar a ella, resultando por ciento cuarenta y dos votos de la afirmativa contra uno de la negativa. En consecuencia, se envió al Senado para sus efectos constitucionales.

"A las diez y nueve horas y diez minutos se levantó la sesión."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

Encontrándose a las puertas del salón los CC. Luis García, suplente del C. Joaquín Vidrio por el 14 distrito electoral de Jalisco, y el C. José del C. Hernández, suplente del diputado Raymundo Poveda C. por el 2o distrito electoral de Campeche, se nombra a comisión al C. diputado Francisco Rivera, al C. diputado Ramón Enríquez y al C. secretario Mayoral Pardo para que lo introduzcan a rendir la protesta legal.

(Rinden la protesta de ley los CC. Luis García y José del C. Hernández P., diputados suplentes por los distritos electorales 14 de Jalisco y 2o. de Campeche, respectivamente. Aplausos).

- El mismo ciudadano secretario, leyendo:

"H. Asamblea:

"Manuel Riveros, diputado propietario por el 2o. distrito electoral del Estado de Sinaloa, ante Vuestra Soberanía, con la debida atención expone:

"Que teniendo necesidad de trasladarse a su distrito a fin de atender asuntos que demandan su presencia, se permite solicitar una licencia con goce de dietas hasta por el término de veinte días, a partir del día 10 del actual.

"Pido dispensa de trámites, suplicando se me conceda la anterior solicitud. "México, D.F., noviembre 8 de 1927.- Diputado Manuel Riveros."

Se pregunta a la Asamblea en votación económica si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se consulta a la Asamblea, en votación económica, si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados de la Unión.- Presentes.

"Suplico a ustedes se sirvan dar cuenta a esa H. Cámara de lo siguiente:

"H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"El subscrito, diputado por el 7o. distrito electoral del Estado de Zacatecas a la XXXII Legislatura del Congreso de la Unión, manifiesta a esa H. Asamblea que desde el día 2 del mes en curso padece una enfermedad, que habiendo postrado en cama, lo ha imposibilitado para asistir a sesiones, por lo que muy atentamente le ruego se sirva concederle, con dispensa de todo trámite, y con goce de dietas, permiso para seguir faltando por los menos a las sesiones correspondientes a la presente semana, durante la cual espera recuperar su salud.

"Protesta lo necesario.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- México, D.F., a 8 de noviembre de 1927.- J. T. Luna Enríquez."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados.

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados. Presentes.

"El subscrito, diputado en funciones por el 5o. distrito electoral del Estado de Zacatecas, ante la H. Asamblea concurre, pidiendo le sea concedida licencia de quince días con goce de dietas, en virtud de tener que atender varios asuntos urgentes en el distrito mencionado con los intereses de algunos pueblos

"Pido dispensa de trámites, protestando lo necesario.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., octubre 31 de 1927.-J. Jesús Delgado."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

Cablegrama procedente de: "París, 2 de noviembre de 1927.

"Cámara de Diputados. México.

"Llegaré Veracruz veintiuno. Solicito licencia quince días.- Aguillón."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

Telegrama procedente de: "Tepehuacán, Hgo., 1o. noviembre de 1927.

"Diputados del H. Congreso de la Unión. México.

"Por encontrarme enfermo, ruégole, con dispensa de todo trámite, esa H. Asamblea me conceda una licencia más por quince días, a fin de restablecer mi salud.- Respetuosamente.- Diputado Honorato Austria."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia.- Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

Telegrama procedente de: "Fresnillo, Zac., 28 octubre 1927.

"Presidente H. Cámara Diputados.

"Motivo estar cooperando frente campesinos mi distrito batir fanáticos, ruego programarme licencia, goce dietas, veinte días más.- Respetuosamente.- Diputado G. C. Aguilera."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se consulta si se concede la licencia. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Concedida.

Telegrama procedente de: "Tuxtla Gutiérrez, Chis., 4 noviembre de 1927.- Presidente Cámara Diputados - Cumplida comisión, hónrome manifestarlo gobernador provisional inicia labores bajo favorables condiciones paz, virtud encomiable actividad elementos militares después asonada Reacción.- Salúdolo. Diputado R. Enríquez."- De enterado.

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Estados Unidos Mexicanos - Secretaría de Gobernación.

"Ciudadanos diputados secretarios del H. Congreso de la Unión.- Presentes.

"Para los efectos del artículo 71 de la Constitución Política de la República, permítome acompañar a un autógrafo y su copia de la iniciativa de decreto que el Ejecutivo somete a la consideración de esa H. Cámara Legislativa, referente a reducción, cancelación y adición de partidas del Presupuesto General de Egresos vigente en el ramo de Guerra y Marina.

"Hago a ustedes presente mi atenta y respetuosa consideración.- Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D. F, a 29 de octubre de 1927.- P.O. del secretario, el oficial mayor, G. Vázquez Vela."- Recibo y a la comisión de Hacienda en turno.

"Poder Ejecutivo Federal.- México.- Estados Unidos Mexicanos - Secretaría de Gobernación.

"Ciudadanos diputados secretarios del H. Congreso de la Unión.- Presentes.

"Acompañado a la presente, en cuatro fojas, para los efectos del artículo 71 de la Constitución Política de la República, original y copia de una iniciativa de decreto que presenta el Ejecutivo de la Unión a esa H. Cámara pidiendo se deduzcan $ 30.000.00 de la partida 10,146 del Presupuesto de Egresos en vigor, correspondiente al ramo de Educación Pública y se apliquen con $29.000.00 otras partidas del mismo ramo.

"Reitero a ustedes mi atenta y distinguida consideración.- Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., a 29 de noviembre de 1927.- P.O. del secretario, el oficial mayor, G. Vázquez Vela."

-Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.

"Poder Ejecutivo Federal.- México- Estados Unidos Mexicanos - Secretaría de Gobernación.

"Ciudadanos diputados secretarios del H. Congreso de la Unión.- Presentes. "Me permito acompañar en cuatro fojas un original de la iniciativa de decreto que somete el Ejecutivo de la República a la H. Representación Nacional, proponiendo la deducción de $ 20.000.00 en la partida 8,173 del Presupuesto de Egresos vigente, que corresponde al ramo de Comunicaciones y Obras Públicas, ampliando en el mismo tanto la número 8,069 del propio Presupuesto y ramo. "Reitero a ustedes las seguridades de mi distinguida consideración - Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., a 31 de octubre de 1927.- P. O. del secretario, el oficial mayor G. Vázquez Vela."

Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.

"Poder Ejecutivo Federal - México - Estado Unidos Mexicanos - Secretaría de Gobernación.

"Ciudadanos diputados secretarios del H. Congreso de la Unión. Presentes.

"De conformidad tonel artículo 2o. de la Ley de Secretarías de Estado, en vigor, y para los efectos del artículo 71 de la Constitución General, me es honroso incluir una iniciativa de decreto en que el Ejecutivo de la Unión propone a esa H. Asamblea Legislativa la adicción al Presupuesto de Egresos en el ramo de Gobernación con la partida 3,046 y asignación de $ 27,295.38, para subsidios a los damnificados por las últimas inundaciones en Acámbaro, Gto.

"Reitero a ustedes las seguridades de mi atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., a 31 de octubre de 1927.- P. O. del secretario, el oficial mayor G. Vázquez Vela."

Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.

"Poder Ejecutivo Federal.- México - Estados Unidos Mexicanos - Secretaría de Gobernación.

"Ciudadanos diputados secretarios del H. Congreso de la Unión.- Presentes.

"De acuerdo con el artículo 2o. de la Ley de Secretarías de Estado y para los efectos del artículo 71 de nuestra Constitución Federal, me permito incluir, en cuatro fojas, original y copia de la iniciativa de decreto en que el Ejecutivo somete a la consideración de esa H. Cámara la adición de algunas partidas del Presupuesto General de Egresos vigente en el ramo de Industria, Comercio y Trabajo, para el funcionamiento de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.

"Reitero a ustedes mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., a 29 de octubre de 1927.- P. O. del secretario, el oficial mayor G. Vázquez Vela."- Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.

"Poder Ejecutivo Federal.- México - Estados Unidos Mexicanos - Secretaría de Gobernación.

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- Presentes.

"Para que se sirvan ustedes dar cuenta a esa H. Cámara de la son dignos secretarios, me es honroso enviarles la adjunta iniciativa en que el ciudadano presidente de la República propone la reforma de los artículos 1o. y 2o. del decreto de 15 de octubre de 1925.

"Protesto a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración. "Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, 3 de noviembre de 1927.- P.A. del secretario, el oficial mayor, G. Vázquez Vela."

"Estados Unidos Mexicanos.- Presidencia de la República.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión Presentes.

"El 15 de octubre del año de 1925 fue expedido el decreto que a la letra dice:

"Artículo 1o. Se erige en pueblo la congregación de Tijuana, municipalidad de Ensenada, correspondiente al Distrito Norte de la Baja California, el que será conocido en lo sucesivo con la denominación de Zaragoza.

"Artículo 2o. Se declara de utilidad pública la adquisición de la superficie necesaria para constituir el fundo legal del nuevo pueblo de Zaragoza.

"Artículo 3o. Con la denominación de Tijuana, se erige en municipalidad la actual Sección Municipal de Tijuana, municipio que comprenderá también la municipalidad de Tecate, quedando ésta con el carácter de Sección Municipal y siendo la jurisdicción territorial de este nuevo municipio, la siguiente: por el Norte, la línea divisoria con los Estados Unidos de Norteamérica; por el Oeste, el Océano Pacífico; por el Sur, el paralelo 32 grados 10 minutos, o sea precisamente al Sur de la Misión del Descanso; y por el Este, el lindero Oeste de la municipalidad de Mexicali.

"Artículo 4o. Se faculta al gobernador del Distrito Norte de la Baja California para que se designe un Consejo Municipal provisional de Tijuana, el cual se encargará de vigilar las elecciones de Ayuntamiento de la nueva municipalidad y de formar el plan de arbitrios y presupuesto de egresos, a efecto de que comience a funcionar legalmente el nuevo municipio el 1o. de enero de 1926.

"De este decreto se derivan tres cuestiones: 1a. La congregación de Tijuana, de la municipalidad de Ensenada, Baja California, obtuvo la categoría de pueblo, 2a. A este pueblo se le dio el nombre de Zaragoza, y 3a. A la Sección Municipal de Tijuana se le refundió la municipalidad de Tecate y se forma la municipalidad de Tijuana, extinguiéndose la municipalidad de Tecate.

"El desarrollo de Tijuana, notoriamente conocido, explica cómo llegó a ser necesario darle la categoría de municipalidad y de pueblo, pero la segunda cuestión, es decir, el hecho de habérsele cambiado el nombre del el pueblo de Tijuana dándole el de Zaragoza, es verdaderamente secundario, convirtiéndose en la práctica en un hecho perjudicial para los intereses de aquella localidad

"Con motivo del cambio de nombre a que se hace referencia, se ha observado el desuso del nombre de Zaragoza por la arraigada tradición del de Tijuana a cuya antigüedad sería obvio referirse. Por otra parte, y esto es lo más interesante, la existencia en la República de muchos lugares con el nombre de Zaragoza ha dado lugar, en diferentes ocasiones, a frecuentes confusiones en los servicios telegráficos y de correos que, según el sentir de los habitantes de la localidad, se traducen en un daño real en las actividades comerciales e industriales de la región.

"Por lo tanto, en uso de la facultad que me concede el artículo 71, fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, ante esa H. Cámara de Diputados vengo a proponer la siguiente iniciativa:

"Artículo único. Se reforman los artículos 1o. y 2o. del decreto de 15 de octubre de 1925, en los siguientes términos:

"Artículo 1o. Se erige en pueblo la congregación de Tijuana, municipalidad de Ensenada, correspondiente al Distrito Norte de la Baja California, el que será conocido en lo sucesivo con la misma denominación de "Tijuana".

"Artículo 2o. Se declara de utilidad pública la adquisición de la superficie necesaria para constituir el fundo legal del nuevo pueblo de Tijuana.

"Ruego a ustedes se sirvan dar cuenta con esta iniciativa la H. Cámara de Diputados, a fin de que se transmite en la forma legal.

"Protesto a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración. "Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, 3 de octubre de 1927.- El presidente de la República, Plutarco Elías Calles."- Recibo y a la 1a. Comisión de Gobernación.

"Poder Ejecutivo Federal - México - Estados Unidos Mexicanos - Secretaría de Gobernación.

"Ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión Ciudad.

"La Secretaría de Agricultura y Fomento envió a ésta de Gobernación, con oficio número 4.5.23777, fechado ayer, iniciativa del Ejecutivo de la Unión en la que propone reformas a artículo 69 de la Ley Forestal de 5 de abril de 1926, la cual remito a ustedes con el presente, para los efectos legales correspondientes.

"Ruego a ustedes acusarme el recibo de estilo y les reitero mi consideración atenta.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., noviembre 1o. de 1927.- El secretario, A. Tejada."

"Estados Unidos Mexicanos - Presidencia de la República- México, D.F.

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados - Presentes.

"De acuerdo con lo que se dispone el artículo 71 constitucional, en su fracción I, me es honroso someter a la consideración del H. Congreso federal la Iniciativa de ley correspondiente, a fin de reformar lo dispuesto en el artículo 69 de la Ley Forestal, de fecha 5 de abril de 1926.

"Previene el artículo 69 de la mencionada ley, que del importe total de cada multa que se imponga como sanción de las faltas y delitos de materia forestal, se aplicará una mitad al Erario federal y la otra mitad se distribuirá por tercios entre el denunciante, el aprehensor y el empleado que forme el expediente e imponga la multa, siempre que esto se haga administrativamente. Además, previene el mismo artículo que no habiendo denunciante, su parte se aplicará al aprehensor o aprehensores.

"La aplicación del precepto anterior ha revelado malas prácticas y procedimientos interesados en las personas a quienes se hacen partícipes de las multas que se imponen a los contraventores de las disposiciones forestales, al excederse en el celo por el cumplimiento de éstas, para procurar aumentar el monto de su participación hasta donde sea posible. El pensamiento de conveniencia práctica que guió el legislador para dar una participación a los denunciantes y aprehensores de los infractores de la Ley Forestal, no es alcanzado fielmente por la forma limitada establecida por el artículo en cuestión, ya que presta a los abusos y excesos consiguientes. Un procedimiento que llene el fin perseguido de interesar a los denunciantes y aprehensores haciéndolos partícipes de las multas impuestas por las infracciones cometidas evitándose también así el cohecho o encubrimiento posibles, pero que no tenga los inconvenientes apuntados anteriormente, es la limitación de la parte que a los aprehensores y denunciantes corresponda en el importe de las multas, ya que entonces subsistirá la recompensa pecuniaria, y limitará justamente este interés a las reales proposiciones de los hechos delictuosos de los que tengan conocimiento.

"Igualmente, se considera impropia la participación que a virtud del mismo artículo se da a los empleados que instruyan los expedientes administrativos de las infracciones e impongan las multas, ya que en las obligaciones de sus cargos está el vigilar por el cumplimiento fiel y exacto de las leyes del ramo y puesto que en retribución de sus labores perciben los sueldos que fija el Presupuesto de Egresos. Créase, con el actual precepto de la Ley Forestal, en el ánimo de los empleados que considera, un espíritu de oficiosidad interesada, por el que se esforzarán en alcanzar la mayor participación posible, no jugando imparcialmente todas las circunstancias de la infracción y señalando las multas sin considerar la justa sanción a ellas, sino la más conveniente a los propios intereses, lo cual es inmoral e inconveniente por la corrupción que provoca.

"En consideración a lo anterior, el Ejecutivo de mi cargo se permite someter al H. Congreso federal la Iniciativa de reforma correspondiente en los siguientes términos:

"Único. Se reforma el artículo 69 de la Ley Forestal, de fecha 5 de abril de 1926, en los términos del siguiente artículo:

"Artículo 69. Del importe total de cada multa se aplicará una mitad al Erario federal y la otra mitad se distribuirá por partes iguales entre el denunciante y el aprehensor, sin que en ningún caso pueda exceder la participación personal de $ 500.00 Si no hubiere denunciante, su parte se aplicará al aprehensor o aprehensores, con la misma limitación señalada antes.

"Los empleados de la Oficina Central de la Dirección Forestal no tendrán derecho a participación alguna."

"Expuestos los fundamentos de la Iniciativa de reforma que antecede, sólo resta suplicar a ustedes, ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados, den cuenta con ella a la Representación Popular para su estudio y trámite constitucional correspondiente.

"Protesto a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., a 20 de octubre de 1927.- El presidente de la República, Plutarco Elías Calles.-

El subsecretario encargado del Despacho de la Secretaría de Agricultura y Fomento, José G. Parres."

Recibo, y a la Comisión de Agricultura y Fomento.

"Poder Ejecutivo Federal.- México - Estados Unidos Mexicanos.- Secretaría de Gobernación.

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Ciudad.

"Para los efectos legales correspondientes, tengo la honra de remitir a ustedes, con el presente, Iniciativa del Ejecutivo de la Unión, en la que propone la reforma de la fracción VI del artículo 19 de la ley sobre Aprovechamiento de Aguas de Jurisdicción Federal, que envió a sus Secretarios de la Agricultura y Fomento con oficio número 4-5, tramitado por el Departamento Técnico de Legislación de fecha 22 de octubre último.

"Suplico a ustedes acusarme el recibo correspondiente y les reitero las seguridades de mi consideración distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., noviembre de 1927.- El secretario, A. Tejada."

"Estados Unidos Mexicanos- Presidencia de la República.

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados - Presentes.

"De conformidad con lo dispuesto en el artículo 71 de la Constitución Política Federal, en su fracción I, el Ejecutivo de mi cargo se permite proponer a la consideración de ese H. Congreso la reforma correspondiente a la fracción VI del artículo 19 de la Ley sobre Aprovechamiento de Aguas de Jurisdicción Federal, de fecha 14 de diciembre de 1910.

"La disposición mencionada previene que en las concesiones que otorgue el Ejecutivo de la Unión para el uso y aprovechamiento de las aguas de propiedad nacional, se determinará el monto de los depósitos que deben constituir los concesionarios antes de firmarse losa títulos respectivos, para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones.

"El citado precepto proviene, igualmente, que esos depósitos se constituirán en bonos de la Deuda Pública Federal, resultando así que los concesionarios hacen el depósito en documentos que pueden obtener mediante especulaciones con las que reducen el desembolso para garantizar sus obligaciones. Se crea también una desigualdad entre los diversos concesionarios por las fluctuaciones que sufren en el mercado tales valores, según el precio diverso en que obtengan los bonos de la Deuda Pública, lo cual es injusto e inconveniente.

"Lo anterior lo indica la necesidad y conveniencia de establecer que los depósitos que deben constituir los concesionarios de aguas nacionales para garantizar sus obligaciones, se haga en moneda metálica de oro, con lo cual el desembolso será de un valor y proporcional a las aguas concedidas, y será uniforme para todos los casos, Y para el efecto el Ejecutivo de mi cargo se permite formular la siguiente iniciativa de ley:

"Artículo único. Se reforma la fracción VI del artículo 19 de la Ley sobre Aprovechamiento de Aguas de Jurisdicción Federal, de fecha 14 de diciembre de 1910, en los términos siguientes:

"Artículo 19. En las concesiones se determinará:

"Fracción VI. El monto del depósito, en moneda de oro nacional, que el concesionario debe constituir antes de que se firme la cesión, para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones. El depósito será proporcional a la cantidad de apoyo cuyo uso y aprovechamiento autorice la concesión, conforme a las bases que publicará anualmente la Secretaría de Agricultura y Fomento en el Diario Oficial.

"Expuestos anteriormente los fundamentos de la iniciativa de reforma que antecede, suplico a ustedes, ciudadanos secretarios, dar cuenta con la presente a la H. Cámara de Diputados para su estudio y trámites constitucionales correspondientes.

"México, D.F., a veinte de octubre de mil novecientos veintisiete.- El presidente de la República, P. Elías Calles.- El subsecretario encargado de Despacho de Agricultura y Fomento, José G. Parres."- Recibo, y a la Comisión de Agricultura y Fomento.

"Poder Ejecutivo Federal.- México - Estados Unidos Mexicanos.- Secretaría de Gobernación.

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- Presentes.

"En oficio número 157 de fecha 14 de marzo último, esta Secretaría, por acuerdo del ciudadano presidente de la República, se dirigió a la H. Comisión Permanente del H. Congreso General exponiendo las razones que se tuvieron en cuanta para observar el decreto del mismo Congreso que crea en el Distrito Federal la municipalidad de Magdalena.

"En vista de las razones que ante dicho funcionario y ante esta propia Secretaría han hecho valer las comisiones de vecinos de los pueblos de Magdalena, Contreras, Santa Teresa, San Jerónimo, San Nicolas y San Bernabé, sobre la conveniencia de la erección del nuevo municipio de la Magdalena, por acuerdo expreso del ciudadano presidente de la República me es honroso dirigir a ustedes el presente oficio retirando el pliego de observaciones que, bajo el indicado número 157 de 14 de marzo último, fue dirigido a la H. Comisión Permanente, para que se sirviera dar cuenta el primer día útil a esa H. Asamblea como Cámara de origen en el conocimiento y discusión del proyecto respectivo.

"Al suplicar a ustedes se sirvan elevar a la consideración de esa H. Cámara en contenido del presente oficio, para que el efecto de que el decreto pueda ser debidamente promulgado, me es grato con este motivo renovar a ustedes las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D.F., a 28 de octubre de 1927.- El secretario, A. Tejeda."- Recibo, y transcribirse a la Cámara de Senadores.

"La Secretaría de Gobernación transcurre un mensaje por medio del cual el Gobierno del Territorio de Quintana Roo solicita se amplíe hasta $3.500.00 la partida número 30 de su presupuesto de egresos en vigor."- Recibo, y a la Primera Comisión de Hacienda.

"La Secretaría de Relaciones Exteriores remite copia del informe que rinde el segundo secretario adscrito a nuestra Legación en Francia, acerca de la XXIV Conferencia de la Unión Interparlamentaria que se reunió últimamente en París." Recibo.

"La Legislatura del Estado de Tabasco participa que designo presidente y vicepresidente de su Mesa Directiva para el mes en curso."- De enterado.

"La Legislatura del Estado del Colima comunica que el C. Laureano Cervantes rindió la protesta de ley como gobernador constitucional de aquella Entidad para el cuatrienio que termina en 1931." De enterado.

"El Congreso de Nuevo León apoya la adición al artículo 37 constitucional, aprobada por la Cámara de Senadores."- Recibo, y a la Primera Comisión de Puntos Constitucionales que tiene antecedentes.

"El ciudadano presidente de la Legislatura de Colima comunica el fallecimiento del C. José Quevedo, el diputado a esa Legislatura por el primer distrito Federal electoral,"- De enterado con sentimiento.

"La Legislatura de Tamaulipas participa la elección de su presidente y vicepresidente para el mes en curso."- De enterado.

"El ciudadano gobernador provisional del Estado de Veracruz participa que ha nombrado a los CC. Enrique Soto y Matías J. Malpica, tesorero general y subtesorero contador encargado de la Caja de la Tesorería General del Estado, respectivamente."- De enterado.

"El ciudadano gobernador provisional del Estado de Nayarit participa haber nombrado al C. licenciado José Martínez Sotomayor, secretario general de ese Gobierno."- De enterado.

"El Gobierno de Tabasco comunica que el C. Augusto Hernández Olivé se hizo cargo de la subsecretaría de ese Gobierno.- De enterado.

"El C. Laureano Cervantes, gobernador constitucional del Estado de Colima, avisa que tomó posesión de su cargo del que hizo entrega el gobernador saliente, C. Francisco Solórzano Bejar."- De enterado.

"El C. Federico Martínez Rojas comunica que con fecha 31 de octubre le hizo entrega del Gobierno de Chiapas el C. general Manuel Alvarez." - De enterado.

"El Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal participa que concedió licencia por tres meses, sin goce de sueldo, con carácter renunciable, al C. licenciado Demófilo Pedrero Córdova, juez 2o. de lo civil de esta capital." De enterado.

"El Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal comisca que tuvo a bien conceder al C. licenciado Pedro Alvarez licencia por el término de tres meses, sin goce se sueldo, para separarse del cargo del juez 2o. de Primera Instancia de Tacubaya, D.F.- De enterado.

"El Consejo municipal de Tuxtla, Nay., solicita se autorice una cantidad que se destine a reparar las carreteras de esa región."- Recibo y a la Comisión de Presupuesto y Cuenta.

"El Comité Pro - Damnificados de Minatitlán, Veracruz, solicita la ayuda y protección del Congreso General en favor de los damnificados de aquella región."- Recibo y a la Comisión de Peticiones en turno.

"El Ayuntamiento de Villa General Vicente Guerrero, Dgo., se opone a la reforma del artículo 73 de la Constitución General enviada por el Senado."- Recibo y a la Comisión que tiene antecedentes.

"Los CC. Fernando E. Alva, José D. Zárate y otros firmantes solicita que en la reglamentación del artículo 4o. constitucional se consigue que serán válidos los títulos expedidos hasta la publicación de la ley por las Escuelas Profesionales Libres de la República."- Recibo, y a la Comisión que tiene antecedentes.

"El C. doctor José Honorato Ferreira, mexicano por naturalización, solicita permiso para aceptar el título de Miembro de Honor de la Academia Físico- Química Italiana y Medalla de Primera Clase y Diploma respectivo."- Recibo, y a la Comisión de Peticiones en turno.

"El doctor Arturo Almazán, secretario del Instituto de Ciencias Médicas de México, hace una gestión relacionada con la reglamentación del artículo 4o. constitucional."- Recibo, y a la Primera Comisión de Gobernación que tiene antecedentes.

"La Sociedad Médica "Doctor Carmona y Valle", solicita que al reglamentarse el artículo 4o.

constitucional, se consideraron válidos los títulos de médicos homeópatas por las escuelas de los Estados."- Recibo, y a la Primera Comisión de Gobernación que tiene antecedentes.

"Numerosos telegrafistas de esta Capital, apoyados por otros que prestan sus servicios en distintos lugares de la República, envían un memorial solicitando que al discutirse y votarse los Presupuestos de Egresos para 1928, se les aumentara sus sueldos en un 20 por ciento."- Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"El doctor J. Honorato Ferrerira, de la Facultad de Sao Paulo, Brasil, y radicado en México, solicita que en la reglamentación del artículo 4o. constitucional se tome en consideración a los profesionistas titulados en otras naciones, así como en los Estados Unidos de la República."- Recibo, y a a Primera Comisión de Gobernación que tiene antecedentes.

"El C. Adolfo Pérez, sargento primero veterano de la guerra de intervención de 1862, solicita se le otorgue una pensión por los servicios que prestado a la patria."- Recibo, y a la Comisión Permanente en turno.

"Los vecinos del pueblo de San Salvador el Seco, Chalchicomula, Estado de Puebla, se quejan de atropellos por parte de individuos que se dicen ser del Cuerpo Regional de mismo pueblo."- Recibo, y trancríbase al Ejecutivo.

- El mismo ciudadano secretario leyendo:

"1a. Comisión de Gobernación.

"H. Asamblea:

"A la 1a. Comisión de Gobernación que suscribe, fue turnado par su estudio y dictamen, el Proyecto de Ley Reglamentaria del artículo 4o. constitucional presentado por el C. diputado Alberto Oviedo Mota.

"La Comisión, al abocares el estudio de dicho Proyecto de Ley, consideró de su deber examinar también y con todo detenimiento, otros proyectos que obran en su poder sobre la materia, y a la vez prestar a las continuas demandas que le han sido hechas por varios grupos de profesionistas que, creyéndose afectados por el hecho de no encontrarse comprendidos en la enumeración que de las profesiones que necesitan título para su ejercicio hace el artículo 1o. del Proyecto de Reglamentación de referencia, pretenda obtener se incluya en esa enumeración a sus respectivas profesiones.

"Del estudio comparativo de los distintos proyectos de reglamentación del artículo 4o. constitucional que tuvimos a la vista, entre otros el del grupo

"Laboratorista" de esta Cámara, la Comisión pudo apreciar la necesidad de buscar un equilibrio de las tendencias sociales puestas de manifiesto en esos proyectos, y para lograrlo trató de realizar una cuidadosa labor de selección en cada uno de éstos, con el fin de armonizar el Proyecto definitivo de ley con las ideas y orientaciones sociales denominantes en la sociedad, concluyendo así a la proposición del dictamen que juzgó más en concordancia con esas ideas y orientaciones.

"De esta manera, sin perder el punto de vista capital que debe informar a esta ley, que no es otro que el de conservación y defensa social del grupo organizado que llamamos sociedad, procurándole a la vez que el saneamiento de ella, la garantía que ha menester con la eficiencia de los servicios profesionales que la vida moderna reclamaba beneficio suyo como necesarios en la realización de sus grandes fines, estimamos convenientes, entre los extremos del privilegio profesional y obrero profesionista, colocarnos en un plano medio que conciliara en lo posible los intereses extremistas de ambas pretensiones; y nos apartamos de la idea del monopolio oficial de la expedición de los títulos, concediéndose esa facultad a las Escuelas Libres de seriedad reconocida siempre que ajusten sus programas de estudios a las Leyes de Institución Pública vigentes, con lo cual creemos haber dado un paso hacia la socialización de la ciencia.

"El celo de velar por los intereses de la sociedad, aun en sus más bajos fondos, adonde las ventajas ultrasociales de la civilización no es posible que lleguen nunca, por la paupérina situación de los elementos de población que vegetan en medio de su aislamiento llevando sólo una vida biológica, determinó en el ánimo de la Comisión el deseo de no dejarlos a merced de los impreparados que bajo el nombre de prácticos invadirán los lugares donde no hubiese profesionistas titulados, por efecto de la reglamentación, estableciendo para prevenir esa invasión la obligación de comprobar su eficiencia en la rama científica a que hayan dedicado sus actividades por más de cinco años, y el ejercicio profesional de éstas sólo en la medida que lo exijan las necesidades de la población donde moren, las que deberán ser apreciadas por la autoridad comunal correspondiente.

"Por todo lo expuesto, no permitamos proponer a la consideración y aprobación de Vuestra Soberanía, el siguiente.

"Proyecto de Ley Reglamentaria del artículo cuatro constitucional. "Capítulo primero.

"Profesiones que necesitan título para su ejercicio.

"Artículo 1o. En el Distrito Federal y Territorios necesitan título para su ejercicio las siguientes profesiones: Abogacía, Notariado, Profesorado de Instrucción Primaria, Secundaria y Superior, Medicina, Odontología, Obstetricia, Farmacia, Química Industrial, Arquitectura de Corredores y Contadores Públicos.

"Artículo 2o. Para que un titulo sea legal y confiera el derecho de ejercer la profesión

correspondiente deberá llenar las condiciones establecidas en los capítulos II y IV de esta ley.

"Capítulo segundo.

"Condiciones para obtener el título.

"Artículo 3o. Para obtener un título legal se requiere:

"I. Haber hecho los estudios preparatorios y profesionales correspondientes a cada curso y haber sido aprobado en ellos, y

"II. Haber sustentado el examen profesional respectivo y obtenido aprobación en él.

"Capítulo III.

"Autoridades facultadas para expedir títulos.

"Artículo 4o. La expedición de títulos profesionales corresponde al Ejecutivo Federal, quien podrá delegar esta facultad en la Universidad Nacional y facultades o escuelas de enseñanzas especial, dependientes de las distintas secretarías de Estado.

"Están asimismo facultadas para expedir los títulos correspondientes los directores de los establecimientos a que se refiere la fracción XXVII del artículo 73 constitucional.

"Esta misma facultad se concede a los directores de las escuelas o facultades libres, siempre que en su funcionamiento se ajusten a las leyes de Instrucción Pública vigentes y hayan sido autorizadas por el Ejecutivo Federal.

"Artículo 5. Igualmente, corresponde al Ejecutivo Federal la legalización de los títulos profesionales extranjeros, siempre que se ajusten a las prevenciones del artículo 10 de esta ley.

"Capítulo IV.

"Del registro de títulos profesionales.

"Artículo 6o. El registro del título es condición para el ejercicio profesional en el Distrito y Territorios Federales. Es a su vez condición para el registro de autenticidad y legitimidad del título.

Las autoridades encargadas de verificarlo cuidarán, bajo su más estrecha responsabilidad, del exacto cumplimiento de esta condición y dictarán las medidas disciplinarias del caso de prevenir su infracción.

"Artículo 7o. Los títulos expedidos por las autoridades a que se refiere el artículo 4o. deberán registrarse en la forma siguientes Abogados y Notarios, en el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal Medico, Dentistas, Parteros, Farmacéuticos y Químicos, en el Departamento de Salubridad Pública; los Ingenieros en las Secretarias correspondientes a sus ramos, de la manera siguiente: Ingenieros, Constructores, de Camiones, Puentes y Canales, en la Secretaría de Industria y Comercio Geógrafos, Topógrafos, Hidrografos, Agrónomos, Hidráulicos y Peritos Forestales, en la Secretaría de Agricultura y Fomento Arquitectos, en la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas; y de Corredores y Contadores Públicos, en la Secretaría de Industria y Comercio.

"Artículo 8o. Los Médicos e Ingenieros Militares quedan comprendidos en las prevenciones del artículo anterior para ejercer su profesión en el ramo civil

"Artículo 9o. Los títulos expedidos por las autoridades competentes de los Estados, con sujeción a sus leyes relativas, serán válidos en el Distrito y Territorios Federales, siempre que en el lugar de expedición de título exista la escuela o facultad correspondiente autorizada por el Ejecutivo respectivo.

"Artículo 10. Los profesionistas extranjeros que deseen ejercer en el Distrito y Territorios Federales deberán hacer su solicitud de registro por escrito, manifestando someterse expresamente a las leyes mexicanas que rigen el ejercicio de su profesión y que en ningún caso hará mérito de su calidad de extranjeros, debiendo llenar, además, los siguientes requisitos:

"I. Comprobar la autenticidad y legalidad del título en los términos establecidos por las leyes extranjeras respectivas, así como la existencia de la escuela o facultad reconocida oficialmente en el país de procedencia, y

"II. Haber sustentado un examen de incorporación en la Universidad Nacional o en la escuela o facultad especial dependiente de alguna secretaría de Estado, y haber obtenido aprobación en el mismo.

"Artículo 11. Los nacionales que obtengan un título profesional extranjero para ejercer el Distrito y Territorios Federales, deberán llenar los requisitos que expresan los incisos I y II del artículo anterior.

"Artículo 12. Las autoridades encargadas del registro de títulos publicarán anualmente una lista de los profesionistas registrados.

"Artículo 13. La presentación de servicios profesionales más comunes será objeto de tarifas especiales o aranceles que suplirán la libré contratación entre el profesionista y el cliente cuando ésta no regule dichos servicios.

"Transitorios.

"Artículo 1o. Se concede un plazo de seis meses a los profesionistas que carezcan de alguno de los requisitos exigidos por esta ley, para que se regularicen en los términos por la misma prevenidos.

"Artículo 2o. Son válidos los títulos expedidos hasta la fecha de la publicación de esta ley, por las escuelas Libre de Derecho, Libre de Homeopatía y Libre de Obstetricia que funcionan en esta capital.

"Artículo 3o. En los lugares del Distrito y Territorios Federales donde no existen profesionistas titulados, podrán ejercer, mediante permiso de la autoridad competente, los prácticos que acrediten suficiencia a satisfacción de esa misma autoridad, en la rama científica a que hayan dedicado sus actividades por más de cinco años, pero sólo en la medida que lo exijan las necesidades de la localidad, a juicio de la autoridad municipal correspondiente

"Artículo 4o. Los Corredores que a la expedición de esta ley tengan cinco años de ejercer la profesión y comprueben su reconocida buena conducta, podrán continuar en el ejercicio de aquélla, siempre que tengan un certificado de aptitud autorizado cuando menos por tres miembros de la Cámara de Comercio respectiva.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., a

4 de noviembre de 1927.- Benito Juárez Ochoa.- F. López Soto.- Desiderio Borja."

"Honorable Asamblea:

"Siendo urgente que a la mayor brevedad se expida la Ley Reglamentaria del artículo 4o. constitucional, que constituye una verdadera necesidad nacional, como lo demuestra el hecho de que desde el año de 1861 se han venido presentado a las diversas Legislaturas muchas iniciativas sobre la materia, y de los cual también es una prueba el interés que tal reglamentación en la opinión pública, pues que la prensa le dedica diariamente preferente atención; lo cual ha hecho, por otra parte, que el asunto se haya estudiado profundamente y bajo todos los aspectos, siendo a la fecha perfectamente conocido de todos los ciudadanos diputados, especialmente los profesionistas, que están perfectamente empapados de él, nos permitimos proponer que con dispensa de todo trámite se apruebe la siguiente proposición:

"Se declara de urgente y obvia resolución el proyecto de Ley Reglamentaria del artículo 4o. constitucional, y por tanto, dispensándose todo trámite al dictamen, se pone desde luego a disposición.

"Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados.- México, noviembre de 1927.- A. Cerisola - F. S. Carreto-A. Briones - A. Castellanos - Alberto Oviedo Mota - Francisco J. Silva - E. Medécigo R.- José Veraza y Rubio - I. Pintado Sánchez - F. Arenas - Silvestre Guerrero - L. Sánchez Mejorada - Manuel López - Alberto Méndez - M. Castilla Solis."

Se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensan los trámites. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensados Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

El C. Ramírez Escamilla: Pido la palabra.

El C. secretario Silva: Está a discusión el dictamen en lo general.

El C. Cortés Herrera: Pido la palabra. Para que la Comisión funde su dictamen.

- El ciudadano presidente: Tiene la palabra la Comisión para fundar el dictamen - El C. Juárez Ochoa: Honorable Asamblea:

La 1a. Comisión de Gobernación, al emitir el dictamen a que se acabe de dar lectura en estos momentos sobre la reglamentación del artículo 4o. constitucional, quiso laborar sin tener en cuenta todas las pasiones humanas que forzosamente deben dar aliento para llevar un determinado privilegio o para procurarlo en la reglamentación del artículo 4o. constitucional a cada una de las clases de profesionistas que en el mismo se enumeran, pensando, al efecto, colocarse, como se dice en la exposición de motivos, en un plano medio que suavizara las asperezas de las pretensiones extremistas, que seguramente pretenderán sostenerse en casos o leyes reglamentarias como la que está a discusión. De esta manera, y oyendo también las instancias de algunos grupos de profesionistas que creyeron considerarse afectados con el proyecto de ley reglamentaria, buscamos, con un criterio que produjera de manera principal la defensa de la sociedad y en segundo la de los grupos de profesionistas titulados que en verdad lo merecen, algunas garantía por los estudios que verifican en las escuelas en donde se han graduado, no desatendiendo los estudios que se hacen, no ya en las escuelas oficiales, sino en las escuelas libres, siempre que se acomoden a las leyes vigentes sobre enseñanza pública en el Distrito Federal, y Territorios. De esta manera decimos que procuramos la socialización de la ciencia; la socialización de la ciencia; entendida perfectamente, no como se entendiera por algunos profesionistas, que sostienen que es imposible buscar la socialización de la ciencia, porque es imposible que los elementos de nuestro pueblo vengan a ella, sino que interpretamos esa socialización procurando que no se establezca un monopolio oficial para la expedición de títulos, dando así facilidades y garantías a la vez al establecimiento de escuelas libres que cumplan con los requisitos que esta ley establece. Entre otras de las peticiones que se hicieron a la Comisión está la de incluir en las profesiones que necesitan título para ejercerse, la presentada por la Escuela de Medicina Veterinaria existente en el Distrito, petición que la Comisión desatendió porque juzgo que el perjuicio que se sigue en el ejercicio de la medicina veterinaria a a sociedad, no es, ni con mucho, comprobable al perjuicio que se sigue o resiente la sociedad con el ejercicio de la medicina humana. Por otra parte, el poco tiempo que lleva ahora de funcionar la Escuela Libre de Veterinaria, hace que al incluirse entre las profesiones que requieren título para su ejercicio se establezca una casta de privilegiados, pudiéramos decir, porque no creo que existan en el Distrito más de veinte médicos titulados en la Escuela Oficial de Veterinaria, y nos obligaría su inclusión en la ley a la persecución ante los tribunales de todos los individuos que se hayan dedicado al ejercicio de la veterinaria; por el simple hecho de verificar la menor operación en esa ciencia. Por tanto, señores diputados, y repitiendo que el criterio de la Comisión fue los más vasto posible, puesto que a la vez a la escuela Libre de Derecho y la Escuela Libre de Homeopatía se incluyo también la Escuela Libre de Obstetricia que existe en esta capital, porque personalmente nos convencimos de la seriedad de los estudios que en las mismas se verifican, repito, con ese mismo criterio hemos puesto a la consideración de Vuestra Soberanía el dictamen de la ley reglamentaria del artículo 4o. constitucional, encareciéndose su estudio detenido y la aprobación del mismo; y, en caso de verificarlo, creemos fundadamente que, con la aprobación de esta ley, garantizaremos definitivamente a la sociedad del Distrito y los Territorios Federales de los abusos que la falta de reglamentación había provocado hasta ahora. (Aplausos)

- El ciudadano presidente: Tiene la palabra el C. Lombardo Toledano.

El C. Lombardo Toledano: Vengo a inscribirme, señores compañeros, en contra del dictamen que consulta a ustedes la expedición de un

proyecto de ley, de un decreto que regularmente el artículo 4o. constitucional en lo relativo al ejercicio de las profesiones, no porque pretenda que se rehace en lo general, sino para significar el descontento que me ha producido a algunos diputados la orientación general que tiene el dictamen que se discute. Ya en su oportunidad, cuando vayamos discutiendo artículo por artículo del proyecto, tendremos ocasión de presentar adiciones y de manifestar concretamente nuestra opción en cuanto a esos artículos; pero, como decía, mi propósito es de el presentar a la Cámara de Diputados algunas consideraciones en cuanto a lo que lógicamente debe entenderse por lo general de un proyecto de ley, es decir, por su contenido, por la ideología que prevalece en el proyecto, por el propósito social o técnico que se haya tenido en cuanto a un modo preferente para haber redactado de un modo especial las partes que lo integra. Y como a este respecto, es decir, por lo que se hace a esa ideología, a ese propósito general, no estamos de acuerdo, vengo a presentar a ustedes algunas consideraciones, como lo manifiesta en primer término, a pesar de lo dicho por el compañero Juárez, que ha fundado el dictamen de la Comisión.

Parece ser que la preocupación fundamental de los autores del dictamen fue solamente la de dar garantías a la sociedad, así como la de socializar la ciencia. Estas dos parecen ser, digo, las opiniones centrales del dictamen. Voy a referirme a cada una de ellas: las garantías a la sociedad las entienden los compañeros autores del dictamen como una serie de limitaciones al ejercicio profesional y una serie de requisitos con el objeto de que nadie pueda ejercer una profesión si no cumple con esos requisitos que la propia ley señala, es decir, que entienden los compañeros que la sociedad está representada solamente por el interés privado, por los particulares que necesitan a veces la ayuda del técnico, del profesional, ya para curarse alguna enfermedad, ya para que los guíen en algún asunto judicial, ya para que los aconsejen en alguna empresa industrial, etcétera, etcétera. Esta es la sociedad tal como la entienden los compañeros: todo el público que requiera, que necesite de los auxilios de los profesionales. Por lo que hace a la socialización de la ciencia, el compañero Juárez Ochoa manifestó que la Comisión ha entendido esto en el sentido de no dejar en manos solamente del Estado la facultad de expedir títulos profesionales, sino que debe acabarse con este monopolio, esté en manos de quien éste, con el objeto de dar oportunidad a la iniciativa privada para que sea también ésta la que, mediante ciertos requisitos, expida títulos al igual que el Estado. Yo creo, compañeros, que estas son dos ideas, así, repetidas por mí, son ideas insuficientes para haber orientado un proyecto de ley de la magnitud del que estamos discutiendo. Sobre todo, si este proyecto de ley se hubiese presentado hacia la mitad del siglo XIX, no tendría yo nada que objetar, estaría más o menos dentro de esa ideología; pero como un proyecto de ley que surge de una Legislatura revolucionaria, no podemos conformarnos algunos diputados con que estas dos ideas nobles, nobilísimas, pero reducidas, incompletas, sean las únicas que hayan privado para haber orientado a los compañeros en la redacción de un proyecto de ley de esta magnitud. Porque, analizando la última de las razones, o sea el argumento de la "socialización de la ciencia", tal como los compañeros lo entienden, resulta esta cosa curiosa: los compañeros dicen que acaban con el monopolio del Estado de expedir títulos profesionales, dando oportunidad a las escuelas privadas para que también hagan lo propio, y se ufanan de haber personificado esta facultad señalando instituciones que ya existen, como la Escuela Libre de Derecho, la Escuela Libre de Homeopatía y la Escuela Libre de Obstetricia. Independientemente del error técnico jurídico, si no es que también anticonstitucional, que consiste en ejemplificar o hacer excepciones en una ley de carácter general, los compañeros se han fijado en tres instituciones nada más, de las escuelas libres que actualmente funcionan en México, porque, según palabras textuales del compañeros Juárez Ochoa, "personalmente nos convencimos de la seriedad de los estudios que allí se hacen". Es decir, que los compañeros, para acabar con el monopolio que tiene el Estado de expedir títulos, han hecho las vocer de cuerpo técnico para juzgar de las aptitudes de estas instituciones de expedir o no expedir títulos, y han hecho el papel de jurado calificador en materia de obstetricia, incluyendo, naturalmente, a la Escuela Libre de Obstetricia como escuela digna de atención; han hecho el papel de cuerpo técnico en materia de abogacía, porque han incluído a la Escuela Libre de Derecho como digna institución de expedir títulos profesionales; y también han hecho lo propio con la Escuela Libre de Homeopatía. Seguramente o no les alcanzó el tiempo o no les merezcan la misma confianza que estas escuelas, a los compañeros, otra más que existen en a ciudad de México, libres también. ¿No sería mejor que una comisión de diputados, que no tiene seguramente ni el tiempo ni la oportunidad -no quiero hablar de capacidad- para juzgar de la bondad de los procedimientos, de los estudios de estas escuelas libres, que sea el Estado mismo, por conducto de la institución preparada para llenar esa función, el que estudie y califique de la bondad y de la seriedad de esas instituciones? ¿No sería preferible, por ejemplo, que la Universidad Nacional de México calificara la bondad de los estudios que se realizan en la Escuela Libre de Derecho, de la Escuela Libre de Homeopatía y en la Escuela Libre de Obstetricia¿ Yo creo que es preferible que califique la Universidad Nacional y no los compañeros de la Comisión, porque es casi seguro que la Facultad de Medicina, dependiente de la Universidad Nacional; que el cuerpo colegiado de profesores de la Facultad de Derecho o de la Universidad Nacional, está más capacitado para poder juzgar de la intención de los estudios, de la profundidad de ellos mismos, de los propósitos que realizan las escuelas libre a que me refiero, y no los compañeros de la Comisión que, por mucha competencia que se les quiera suponer, no tienen no el tiempo bastante, ni los antecedentes necesarios para poder hacer ese papel de cuerpo, de jurado calificador en materias tan difíciles y tan delicadas. Así, pues, los compañeros no han

acabado con el monopolio; lo que han hecho es incorporar en el monopolio a tres escuelas libres, y, en cambio, sí les han cerrado las puertas a las otras escuelas que existen, muy malas, muy bien, pero no calificaremos nosotros; la Cámara de Diputados no es un cuerpo técnico para calificar tales estudios. La Cámara de Diputados ¿Por qué prefiere, por ejemplo, la Escuela Libre de Homeopatía a cualquiera otra escuela homeopática? ¿Está haciendo el papel de jurado calificador en estos asuntos? Así, pues, no se acaba con el monopolio de socialización de la ciencia, que fue la preocupación fundamental de la Comisión; no se alcanza. Por otra parte, yo no veo que haya necesidad de mencionar la socialización de la ciencia, compañeros y perdónenme que haga un paréntesis a este respecto, porque muchas veces nos equivocamos en la connotación de los términos a fuerza de usarlos constantemente. Muchas veces no creo que haya sido la intención de la Comisión - muchas veces he oído decir en la calle que los revolucionarios debemos socializar todo, hasta la ciencia. Yo no he entendido jamás - lo confieso sinceramente - en qué consiste la socialización de la ciencia. Y entiendo que se socialice la tierra; que la tierra deje de ser un monopolio y que se convierta en una función social; yo entiendo que se socialicen las riquezas públicas; yo entiendo que se socialicen los servicios; yo entiendo que se socialice la administración pública, que es también un servicio; pero yo no entiendo que las ideas se socialicen, compañeros. O son ideas y, por lo tanto, tienen su alcance preciso y son socialistas o no son, o precisamente combaten al socialismo. ¿Cómo socializar eso? Por ejemplo ¿vamos a cambiar las propiedades químicas de ciertos cuerpos, o las físicas? ¿Ya el cloro no va a tener la propiedad verde, sino que va a ser rojo o negro? Pues yo no creo que a eso se pretende llegar con a socialización de la ciencia. La ciencia no se puede socializar, la ciencia está por encima de la socialización, por encima de todas las meras contingencias de la política y de las luchas que los hombres entre sí; nada tiene que hacer la ciencia con el socialismo, como no sea para investigar sus causas, su desarrollo, como cualquier acontecimiento humano o cualquier concepto que surja de la vida humana. ¡Pero socializar la ciencia! Ahora se entiende por socializar la ciencia llevarla al pueblo. ¿Cómo se lleva la ciencia al pueblo? Es por equivocación que constantemente han repetido los falsos intelectuales en nuestro país, sobre todo los últimos años, para darse el tono de revolucionarios: "Así como el porfirismo no llevó la ciencia al pueblo, nosotros tenemos que llevarla y socializarla."

Yo no acabo de entender tampoco eso y he advertido que en el fondo de esta preocupación de frases, en discursos estereotipados, lo único que se pretende con el concepto de socialización de la ciencia es rebajar la naturaleza, la categoría de la ciencia, es decir, lo que está ocurriendo en la Escuela Nacional Preparatoria, que en lugar de estudiarse las ciencias, los rudimentos, los principios tal como los estudiamos algunos, elementales, muy bien, pero de acuerdo con una graduación científica, pedagógica, para que fuésemos entendiendo después de las materias más complicadas, hemos convertido a la Escuela Nacional Preparatoria en una miserable High School, de la que se han rebajado todos los estudios. Allí, por ejemplo, las matemáticas y después la física, sino que ahora al mismo tiempo que estudiar la regla de multiplicar se estudia la física. Yo no he acabado de entender cómo los pobres estudiantes de Preparatoria pueden comprender, no es problema difícil de física, siquiera el más elemental de ellos, si no han estudiado las matemáticas elementales, no ya digamos matemáticas, aritméticas, que no es matemática propiamente dicha. ¿Cómo se va a entender, cómo van a saber eso? ¿Antes de saber física cómo se va a entender botánica? ¿Qué, el fenómeno de la osmosis, de la respiración de las plantas, de su alimentación, se va a entender si no se tienen rudimentos, elementos de física¿ Es imposible, y, sin embargo, se estudia botánica y se estudia física al mismo tiempo que la regla de dos por tres. Este es un absurdo científico, pedagógico, porque es rebajar, como he dicho, la categoría de la enseñanza; y si no se entiende por socializar la ciencia, nosotros los socialistas protestamos contra esa afirmación, porque eso no es socializar la ciencia. (Aplausos.) No, compañeros, los que no hemos percatado un poco de la verdadera angustia, del verdadero padecimiento, de la verdadera hambre que tiene nuestro proletariado mexicano, de cultura, lo único que exigimos del Poder Público, sobre todo cuando lo integran los revolucionarios, es que dé oportunidad, lo mismo al pobre que al rico, para llegar a adquirir la ciencia. (Aplausos.) Pero no rebajamos la ciencia. Hasta hoy la condición de la educación superior había sido privilegio de casta, no por la naturaleza de los estudios, sino porque solamente llegaban a las facultades universitarias los hijos de los ricos o de hombres acomodados de la clase media y los hijos de la plebe no llegaban nunca a las facultades. Hay muy pocos hijos de obreros que sean médicos, que sean arquitectos, que sean abogados; casi todos los abogados somos provenientes de la clase media; casi todos los médicos son producto de la clase media o rica; así los arquitectos e ingenieros, etcétera. Lo único que exigimos constantemente nosotros, repito, es que haya una posibilidad igual para todo mundo de adquirir la ciencia. ¿Pero de qué servirá al movimiento obrero, por ejemplo, de nuestro país, rebajar la naturaleza, la categoría de los estudios para que hubiera malos ingenieros que aplastaran con andamios mal puestos a los propios obreros; para que hubiera malos médicos que no curaran las enfermedades profesionales; para que hubiera abogados que siguieran robando; para que hubiera arquitectos que aplastaran con los muros mal levantados a los propios obreros que los construyen¿ No, nosotros, en nombre de la revolución social exigimos mayor capacidad de los técnicos, mayor capacidad profesional; que la Universidad sea lo que hasta hoy no ha sido: centro de investigación científica. Hasta hoy la Universidad solamente ha dado patente para el ejercicio de las profesiones, pero nunca se ha preocupado por ser lo que son las universidades en otras partes del mundo, que investigan los

problemas nacionales de sus respectivos países. La Universidad de México no investiga todavía los problemas mexicanos. ¿De dónde ha surgido, por ejemplo, un estudio de las enfermedades profesionales de los obreros en nuestro país? Nada ha hecho a este respecto la Escuela de Medicina; ni siquiera hay cátedra de higiene industrial. En cada convención obrera pedimos nosotros que se incluya en el programa de estudios de los médicos la clase de Derecho Industrial; y así por el estilo, nunca se ha hecho una labor de investigación. Cuando se necesitan datos, por ejemplo, para el seguro obrero, tenemos que andar corriendo de oficina en oficina para buscar datos mezquinos, porque no sabemos siquiera cuántos accidentes ocurren en el país, porque no sabemos a ciencia cierta cuál es el promedio de la vida humana en las diferentes ramas de la actividad económica; porque no sabemos nada respecto de cómo vive realmente nuestro país desde el punto de vista de la vida real, de la vida económica, de la vida física. Esta es la labor de la Universidad, a mi juicio; esto debe realizarlo la Universidad; pero para eso, compañeros, la Universidad necesita elevar cada día más la categoría de sus estudios: que el médico, si es preciso, en lugar de seis años estudie siete u ocho; que el abogado, en lugar de estudiar cinco años solamente, estudie seis o diez; que en lugar de estudiar el arquitecto cuatro años, estudie siete; es decir, si es posible que se reduzca el número de técnicos, pero que cuando salgan a la vida pública, ya estén suficientemente preparados para prestar servicios reales a la sociedad. Eso es lo que nosotros exigimos. No entendemos la socialización de la ciencia, ni rebajando la categoría de la ciencia, ni la categoría de los estudios, ni calificando, en calidad de cuerpo calificador, de jurado, cuál escuela debe ser buena y cuál escuela debe ser mala. ¡No! Yo no me atrevería, si ustedes me invitasen, a calificar eficientemente el plan de estudios de la Escuela de Obstetricia. ¡No! Yo no me atrevería a calificar el plan de estudios de la Escuela Libre de Homeopatía; yo no me atrevería a calificar - y es mi profesión - el plan de estudios de la Escuela Libre de Derecho, sino dentro del cuerpo de profesores de la Facultad de Jurisprudencia, a la que pertenezco, porque yo olvide argumentos, porque yo olvide antecedentes, y solamente la Facultad, que está viviendo el problema del Derecho, es la única que puede calificar a una similar suya, y así las escuelas de Medicina; de otro modo vamos a incurrir en equivocaciones lamentables y a usurpar funciones que no nos corresponden y al mismo tiempo, también, a hacer una ley anticonstitucional.

Vamos al argumento de la garantía a la sociedad, el otro argumento del dictamen. La sociedad, en efecto, debe ser garantizada; pero no sólo es la sociedad mexicana la sociedad que los compañeros han visto. Ellos han visto, ya dije, el interés de los particulares, el interés de los enfermos, ya sean empleados, ya sean funcionarios, ya sean comerciantes, ya sean industriales, ya sean obreros, los que llamen al médico; han visto en esto a la sociedad e indiscutiblemente que desde este punto de vista tienen razón los compañeros. Es necesario que cuando un médico sea llamado haya cuando menos la presunción de que ese hombre está capacitado, de que el Estado ha revisado sus estudios y que le ha dado un certificado para que pueda ir a trabajar en su profesión. Pero hay un punto más importante quizás o tan importante como éste, que ha omitido la Comisión, y precisamente el que nosotros hemos incluído en esta iniciativa que tuvimos el honor de presentar a ustedes hace algún tiempo y que fue propuesta para preferir otra.

Quiero manifestar a este respecto que nuestro propósito, al presentar esta iniciativa, no fue más sino que se discutiera el problema y por eso estamos satisfechos, no porque hubiésemos querido que se hubiese dictaminado nuestro proyecto; ya se consiguió lo que nos proponíamos, que la Cámara se ocupe, vuelva por sus fueros, que trabaje, que discuta serenamente, con toda buena fe, los problemas que interesan a nuestro país, y estamos satisfechos. Pues bien; en aquella iniciativa nosotros proponíamos dos ideas centrales, dos ideas que responden al momento en que vivimos; una de ellas es ésta, compañeros: la del empleo forzoso del técnico en las funciones del Estado; la otra idea es la incorporación de los profesionales en los derechos sindicales que tiene conquistados la clase obrera, con el objeto de sentirse también garantizado como trabajador ya sea el médico, ya el abogado, ya el arquitecto, ya cualquier profesional de los que habla la ley. La primera idea es muy importante, quizá sea más importante que la segunda, porque el Estado ha ido adquiriendo en los últimos años un papel tan interesante en la vida humana, que ya no puede prescindirse de ninguna actividad privada sin estar en conexión íntima y en relación con los postulados y destinos del Estado. Después de la guerra europea, el problema de la producción en el mundo ha venido a ser el único problema de todas las naciones. La guerra acabó con la riqueza pública, acrecentó la miseria de los pueblos, arrojó a la calle a muchos miles de hombres mutilados, que pesan sobre el Estado; hay necesidad de pagar las deudas, hay necesidad de hacer producir para bastarse a sí mismo y al mismo tiempo hay necesidad de producir para exportar, con el objeto de ir acabando con el fardo enorme de los empréstitos y de las deudas tanto exteriores como interiores. Si el problema de la producción, como todos los problemas económicos, antes de la guerra fue un problema que fijó la atención preferente de todos los pueblos, después de la guerra el problema de la producción ha venido a ser el problema casi único que se discute en estos momentos, porque de él depende no sólo la estabilidad económica de cada país, sino al mismo tiempo su posibilidad futura de independencia. Y así Alemania empezó a organizarse bajo bases completamente distintas de como había venido organizándose antes, de como había venido viviendo antes de la guerra. La iniciativa privada, el libre juego de la concurrencia, la producción sin ningún límite, se acabó; ahora el Estado interviene declarando que todos los problemas de la producción privada son de interés público, e interviene en los consejos de administración de las empresas y asocia a las similares,

integra lo que en términos de economía política se llama la industria, atrayendo a una industria primitiva sencilla, desde la que proporciona la materia prima, hasta la industria que se convierte en una especie de expendedora de la materia prima elaborada. Poco a poco el Estado va absorbiendo todo lo que existe; se está descentralizando al mismo tiempo y al propio tiempo también incorporando la iniciativa privada en su seno. En esa forma todo gira alrededor de un propósito común; pero este propósito común, como todos los propósitos cuando se trata de un interés colectivo, obedece a un hecho hondamente meditado y que una vez planteados y resuelto no se puede transformar por el derecho que todavía algunos países suponen que existe, de dictarse a sí mismo su propia ley. Se ha acabado el individualismo, se ha acabado la famosa libertad de comercio, se ha acabado la famosa libertad profesional, se han acabado todas estas garantías individuales de la Revolución Francesa, para no convertirse más que en posibilidades de trabajo de acuerdo con los programas que el Estado dicta. En estas condiciones la única forma de resolver la crisis del momento, la única forma de rehabilitar la balanza internacional, la única forma de levantar la producción nacional, es precisamente la revisión rigurosa, pero a base de observación técnica, de la vida que se vive, de los medios que emplean para producir los utensilios que se usan en las fábricas, de la metodología que se emplea para organizar la industria, y así, a base de técnica pura y rigurosa, se va levantando la economía de las naciones. Es decir, el técnico es el que de veras rige los destinos del mundo en estos momentos; no es, por cierto, el gobierno de la sofocracia de que hablaba Platón, no es el gobierno de los sabios, sino el gobierno de los técnicos; no el gobierno de la casta superior como lo quería Grecia, aquella democracia corrompida; no, es el gobierno de los que han surgido del pueblo, de los que ha sostenido el pueblo y que conocen las necesidades colectivas, el que va a guiar las necesidades del Estado, el que va a guiar las necesidades de la sociedad; y en esa forma no se mueve nada ya, como, por ejemplo, en Alemania, en Estados Unidos y en Francia ¡y hasta en España, compañeros! si no es acuerdo con la opinión de los técnicos que estudian los problemas sociales con tosa la imparcialidad con que puede estudiarse un meteoro, un fenómeno astronómico; porque el mejor mundo posible será aquel en que vivan los hombres de acuerdo con las indicaciones que los técnicos sugieran tomando en cuenta los problemas sociales como cualesquiera problemas científicos. Solamente así, repito, se ha podido ir rehabilitando el crédito de las naciones.

En estos momentos en Estados Unidos hay varios boards, hay varias oficinas que tratan de investigar los diversos aspectos de la industria, los diversos aspectos de la producción, los diversos aspectos morales del país, porque también los aspectos morales influyen directamente en la producción de la riqueza. Hemos corregido un poco a Marx: la experiencia siempre resuelve los problemas que más desconciertan a la inteligencia pura, como decía William James; y, en efecto, es cierto, muchas veces nosotros, los mismos que sostenemos la idea socialista, hemos encontrado, a fuerza de golpes y de experiencia, que no todo está contenido en los libros de El Capital; que aparte del fondo económico de la lucha humana, hay también un fondo espiritual que no dimana del fondo económico, y que por las razones de interdependencia social.... (Aplausos.) y que por razones de la fatal influencia , de la fatal interdependencia de los hechos sociales entre sí, también va normando la vida y la fisonomía de las naciones. (Aplausos.) Por eso, pues, los pueblos se preocupan actualmente por preferir las indicaciones de los técnicos, por igualarlos, y exigen al que puede pagar al técnico que lo pague, y al mismo tiempo un técnico está vigilado por un cuerpo superior, bajo la vigilancia, a su vez, del Estado, con este objeto: de que todo se mueva de acuerdo con un principio armonioso, de acuerdo con un principio único. El nacionalismo ha sido el fruto del socialismo. El nacionalismo no sólo ha sido el fruto de la guerra. La rehabilitación moral y la rehabilitación económica del mundo, se deben también al esfuerzo de los obreros, porque primero es ser y después es ayudar a ser a otros. Y el socialismo tiene en el fondo, como siempre lo hemos sentido y afirmado nosotros absolutamente, una afirmación cristiana y lo mueve siempre el idealismo que se mueve y agita en las páginas del Evangelio: "solamente puede ser cristiano y revolucionario el que puede dar algo; el que no tiene que dar, no puede ser ni revolucionario ni cristiano." (Aplausos.) Esta es la situación del mundo, compañeros; no podemos apartarnos de ella, sobre todo en estos instantes en que el Gobierno de la República afianza, está trazando las bases, los caminos, apenas está trazando las veredas y las sendas por donde ha de conducirse el Estado Mexicano, después de la enorme crisis moral y económica traída necesariamente por la Revolución. Cuando en todas partes estamos diciendo como lema sentado: "Consuma usted artículos nacionales"; cuando constantemente estamos diciendo: "salve usted a su país si es mexicano, invirtiendo su dinero en cosas mexicanas; no camine en automóvil extranjero, porque cualquiera que sea la dirección que lleve, siempre va rumbo a Estados Unidos. No coma usted en Quick Lunch porque sus hijos comerán en pesebre"; (Aplausos. Risas.) cuando nosotros estamos afirmando estas cosas; cuando estamos preocupándonos por salir de la crisis; cuando el general Calles está con mano dura, pero perfectamente al servicio de una inteligencia preparada y de un programa perfectamente definido, justamente sentando las bases de un nuevo edificio económico y moral, nosotros no podemos creer que los intereses de la sociedad se garantizan solamente con que haya una patente para que los médicos curen a quien pide sus servicios. No, compañeros, la sociedad está quizás en mayor trance de amenaza en manos de un merolico que en manos de un gobierno malo, cuando aquél presta sus servicios como médico sin patente; causa más estragos un médico sin patente que un gobierno malo. Es más doloroso al pueblo un abogado como consultor de una secretaría de Estado, que no es abogado, que un abogado que arregla negocios

privados, porque el que recibe el perjuicio es un solo individuo, una familia, dos, cinco, quizá diez, pero cuando un abogado consultor no tiene la preparación técnica necesaria, o cuando como muchas veces sucede, dice el presupuesto: dos ingenieros para este fin, y por compadrazgo no se pone al ingeniero, sino que se pone a dos cuñados o a dos amigos que son, por ejemplo, un vendedor de billetes de lotería o un amansador de caballos....(Aplausos.) seguramente con esto los servicios públicos andan muy mal. No, compañeros, la sociedad tiene este otro aspecto, el aspecto del Estado, y si nosotros queremos cuidar a la sociedad, no solamente debemos cuidarla desde el punto de vista de los individuos aislados que la integran, sino desde el punto de vista de la entidad moral que todos ellos forman y que se llama el Estado. Que el Estado emplee técnicos, que el Estado también oiga la opinión de los técnicos. Se ha cristalizado esta idea de la dirección técnica en el mundo. Ya alguna vez tuve ocasión de decirlo aquí mismo: la institución llamada en Alemania "Consejo de Economía Nacional", llamada también así en Bélgica, llamada así en Francia y en España, es una institución en la que están representados todos los intereses públicos, lo mismo los del gobierno que los intereses sociales, lo mismo - como llamaríamos con la ideología antigua - los intereses privados y los intereses oficiales: interviene la industria, interviene la banca, interviene la agricultura, intervienen las industrias de las comunicaciones y transportes, interviene el Estado por los órganos técnicos que realizan los servicios públicos. Estos cuerpos de economía, estos consejos de economía nacional, estudian los problemas económicos del país que pueden interesar a la colectividad y le dicen al Poder Público: ésta es nuestra opinión; si tú obras en este camino, irás al fracaso, por esta causa y el fracaso en esto consiste; si vas por este otro camino marcharás bien, por estos motivos. Estudian los motivos y los exponen al Gobierno. Estos consejos, sobre todo en Alemania, la han salvado de muchos graves dolores de cabeza, y podría afirmar, sin pecar de exagerado, que si la rehabilitación de Alemania causa asombro en el mundo, se debe al empleo forzoso de los técnicos en las industrias. (Aplausos.) Esta fue, compañeros, la primera idea que privó en la iniciativa del Bloque Laborista: el empleo de los técnicos, forzoso; que la sociedad tiene dos aspectos, repito, el de los individuos aislados y el de la colectividad como Estado. Si vamos a cuidar la salud del enfermo, cuidemos también la de todos los enfermos; si vamos a cuidar los intereses de un individuo que puede pagar un abogado, cuidemos los intereses del país mismo. Esta es la idea nuestra, que se complete el propósito, que haya una ideología nueva, que no vengamos al absurdo: esto es fruto de una asamblea revolucionaria. Aquí no hay más que ideas del siglo pasado; que sean otras las que se agiten en este papel, en este documento que va a ser histórico; que no se diga que hubo un diputado que no sintió los problemas del momento que vive el mundo; que sea otra la mentalidad; que nos elevemos. Si todos los días nos estamos disputando el título de socialistas y de revolucionarios, respondamos alguna vez a ese título porque realmente lo sintamos sinceramente, nos sintamos con el afán de mejorar, de aportar algo nuevo a nuestro país; ahora sí secundando la patriótica labor del ciudadano presidente de la República; ahora sí, porque ésta sí será una manera de secundar la patriótica labor del presidente de la República en su aspecto más importante, que es, justamente, la rehabilitación económica del país y de su crédito.

Ahora, pasando a la otra idea, la de la incorporación de los trabajadores intelectuales en los derechos de la legislación obrera, no creo que haya ni un solo diputado que suponga que el profesional, de equiparse al obrero, se rebaja. (Voces: No.) Por eso he dicho que no creo que haya nadie, porque está bien que eso lo digan algunas señoras de la aristocracia de la ciudad de México, pero no es argumento para un hombre y menos para un diputado; pero hay que considerar el asunto desde un punto de vista especial.

El trabajador, en nuestro país, mejor dicho, en la legislación obrera, se ha entendido que solamente es el trabajador manual; y ésta es una causa perfectamente explicable, por una razón histórica. Cuando se agitó el país de 1910 hacia acá, se agitó fundamentalmente para elevar de un modo moral y económico a los campesinos y a los obreros de las fábricas. El obrero, cuando fue a la Revolución, fue para alcanzar una mejoría, la de su casta, la de su clase. Primero fueron los obreros de las ciudades, naturalmente mejor preparados que los obreros del campo, los que pensaron en la manera de incorporarse al movimiento armado para obligar al movimiento armado a que inscribiera en su bandera algún postulado social. La verdadera Revolución empezó el día que de la Casa del Obrero Mundial salieron los batallones rojos a secundar a Carranza; ese día empezó, realmente, la verdadera Revolución en México; no antes, no en tiempo de Madero, no en tiempo de ningún otro, sino en el tiempo en que Carranza representaba una fuerza mayor que otro y los obreros se unieron a Carranza con el objeto, repito, de inscribir en la bandera del carrancismo los postulados de redención social. Cuando se firmó el pacto entre el Ejército Constitucionalista y la Casa del Obrero Mundial, en Veracruz, en nombre de proletariado, ese día empezó a agitarse en el fondo de las conciencias de los soldados revolucionarios una idea más concreta, una idea más clara respecto de lo que debía ser la Revolución en nuestro país.

-E. C. Borja Desiderio: ¿Y el Plan de Ayala?

El C. Lombardo Toledano: El Plan de Ayala no fue un pacto, compañero, fue simplemente una bandera de redención de las clases campesinas; pero yo me estoy refiriendo al programa de organización general. El Plan de Ayala fue un documento que hablaba de la manumisión exclusivamente de la clase campesina, por eso no lo cito, porque el Plan de Ayala fue un documento que sirvió siempre a un grupo que no participó, sino al contrario, combatió al carrancismo, combatió a la Revolución Constitucionalista en todos sus aspectos. Pues bien, el día en que suma hubo conciencia en los campesinos y en los obreros y hubo programas que propusieron los soldados armados, entonces fue cuando empezó a agitarse realmente la verdadera

Revolución en México y a pensarse en un programa de manumisión social; andando los años se llegó al Congreso Constituyente de Querétaro, la idea fue dar derechos a la clase proletaria y se entendió por clase proletaria exclusivamente la clase obrera y la campesina, que era al fin y al cabo la que tenía más urgencia, la que tendría siempre mayor urgencia que otras clases. Pero a quién se le ocurrió que en el Congreso Constituyente de Querétaro debía tenerse por trabajador al médico, al abogado, al ingeniero? Se veía de modo sospechoso al grupo de intelectuales que llamó "grupo renovador" encabezado por José Natividad Macías, Félix Fulgencio Palavicini, Luis Manuel Rojas y otros muchos que en un principio se opusieron al artículo 123 constitucional, pero cuando vieron un impulso casi común en muchos diputados que no eran intelectuales y que iban a exigir que alguien lo hiciera, entonces hábilmente, se pusieron a la cabeza y se adelantaron presentando lo que hoy es el artículo 123, pero no fueron ellos lo que iniciaron la cosa, no fueron ellos los que propusieron en un principio, sino que fueron los coroneles, los tenientes coroneles, los tenientes, los capitanes, etcétera, los que obligaron a expedir este artículo 123, porque eran los únicos que sentían su necesidad. Cuando el artículo 123 se redactó con estos antecedentes, todo el mundo entendió que lo único que se proponía con este precepto constitucional era la manumisión de la clase obrera y campesina, pero no manumisión de la clase intelectual como la trabajadora. Ha variado mucho el mundo y nuestro país también. De 1917 acá han corrido diez años, los diez años nos han servido, compañeros, a mi juicio, fundamentalmente para empezar a pensar en qué consiste la Revolución Mexicana.

Quizás alguno de ustedes no esté de acuerdo con esta afirmación mía; pero yo creo que hasta hoy estamos pensando seriamente en todo lo que la Revolución debe construir. Antes, en primer término, no hubo tiempo; esto es necesario afirmarlo en abono y justificación, que por otra parte no necesita, de la Revolución misma; pero hasta hoy, ya conquistada la paz, ya conquistados los derechos más elementales, es cuando estamos pensando en toda la serie de medidas, en toda la integración - ahora sí vale el término - de la Revolución Mexicana.

Vamos ahora a levantar dos edificios que nos hacen falta; vamos a pensar dos leyes de que tenemos necesidad; por ejemplo, ésta, la federalización, el seguro obrero, todo lo que no se ha hecho y que ha pasado todos los años como promesa de la Revolución y de los revolucionarios. Estos diez años nos han servido para pensar en lo que la Revolución es. Como la Revolución no la hicieron los intelectuales, por fortuna, porque si no hubiera fracasado, hasta ahora es cuando los que estudiamos un poco y los que han tenido oportunidad de estudiar y meditar también, aun cuando no hayan pasado por la escuela, estamos haciendo un poco por organizar el trabajo y construir esa ideología. Ahora es cuando empezamos a adquirir la ideología de la Revolución; ahora es cuando empezamos a hacer la ideología revolucionaria; no antes, porque fue imposible; y si, pues, ahora nosotros advertimos la necesidad de rehabilitar al país, la necesidad de incorporar a estos técnicos en la dirección del Estado en todos los problemas de interés colectivo, lógico es afirmar que tienen los mismos derechos los trabajadores que realizan un verdadero servicio, aun cuando no sean manuales, que el derecho que tienen los trabajadores manuales. De otro modo sería muy mezquino nuestro punto de vista en cuanto al concepto "trabajador"; de otro modo iríamos un siglo atrás de los Estados reaccionarios menos atrasados que el nuestro, más atrasados desde el punto de vista de la conmoción moral que nos agita. En Francia ya tienen los funcionarios públicos el derecho de la huelga. En ciertas partes de Inglaterra hasta los gendarmes pueden ya declararse en huelga y, sin embargo, aquí los asalariados no tienen ese derecho. Acaba de pasar la huelga de maestros en Veracruz, en la que ustedes cooperaron de modo brillante y sincero para hacerla triunfar, y el gobernador Jara mandó un documento que será siempre un baldón para él como revolucionario, diciendo que no podían declarar la huelga los maestros de Veracruz porque eran servidores del Estado y que el Estado tiene el inalienable derecho de despedirlos con el pie cuando le dé la gana y en cualquier momento. Este no puede ser argumento de un revolucionario. Allí está el seguro obrero, por ejemplo, el que plantea el general Obregón. El, naturalmente, no hace distinciones; dice: "trabajadores"; lo mismo intelectual que manual, lo mismo el médico que el zapatero, lo mismo el abogado que el sastre, lo mismo el tipógrafo que el que escribe en la Prensa, lo mismo el taquígrafo que el que arrea o el que dirige un vehículo; exactamente igual. Todo hombre que realiza una función, que sirve para la producción de la riqueza y que está sujeto a un amo que le paga, ése es asalariado, ése es trabajador. (Aplausos.) De otro modo restringiríamos nuestro concepto jurídico; de otro modo habríamos de ir reduciendo cada día más las perspectivas de la Revolución y, lo que es más grave: si el socialismo quiere, en última instancia, que las castas sociales se acaben, que no haya ya opresores ni oprimidos, ni ricos ni pobres, la única manera de ir consiguiendo esta gran finalidad es no ahondar castas en la ley, es no hacer privilegios odiosos e injustos; que todo mundo que rinda algo para la producción, ese hombre tenga los mismos derechos, las mismas franquicias y las mismas garantías. ¿Qué, el químico que halla una nueva fórmula para hacer producir más el ingenio de azúcar, no sirve lo mismo al país que el mecánico que ésta aplicando las tuercas a la maquinaria del ingenio? ¿Qué el médico que acaba con las plagas de una región, para que ya no mueran los trabajadores, no es tanto o más acreedor que los trabajadores mismos a que se le ampare con una legislación defensiva?. ¡Es indudable que sí! Nosotros no queremos que se entienda que pretendemos el sindicalismo de todos los profesionistas; no, compañeros; sería un absurdo pensar en un sindicato de médicos que tienen su consultorio abierto al público. ¿Qué, se van a asociar contra los clientes? ¿Un sindicato de médicos contra los clientes? No; no podemos pensar tampoco en un sindicato de abogados que tienen su despacho abierto al público. No haber un sindicato de abogados contra sus clientes tampoco. No, nosotros por eso

decimos de la siguiente manera, hay que definir qué es lo que se entiende por trabajador intelectual para los efectos sindicales, para los efectos de la legislación industrial, y decimos de esta suerte: debe entenderse por trabajador intelectual el titular de un grado universitario o escolar, médico, abogado, maestro, etcétera, o el que haga de alguna manera labor literaria, técnica o científica, aunque no tenga título, la ocupación preferente de su vida, siempre que sirva a alguna persona o institución mediante condición o salario fijo, es decir, cuando sea un asalariado, cuando un médico trabaje al servicio de una empresa, cuando un abogado sea un consultor de una secretaría de Estado, cuando un químico sea un servidor de una compañía industrial, entonces, cuando se establezcan estas condiciones, que viva de su profesión al servicio y para provecho de otro, y mediante condiciones fijas de trabajo, es un asalariado y ese asalariado debe incorporarse forzosamente en los beneficios de la legislación obrera. De otro modo, vuelvo a insistir en ello: en primer lugar salvaguardar a la sociedad y vindicar el nombre de Estado avanzado que se descentraliza. Yo ruego, compañeros, que mediten en estas dos ideas centrales: primero, la incorporación del profesional, del asalariado intelectual, en los derechos de la clase obrera; segundo, el empleo forzoso del técnico por parte del Estado. De esa suerte respetaremos el nombre de Legislatura revolucionaria, ayudaremos a salvar al país; de esa suerte podremos nosotros contribuir un poco también para que México sea dueño de sí mismo.

Para finalizar, una sola observación al dictamen de los compañeros: ésta es una ley sin sanciones, no tiene sanciones, aquí no se dice en qué pena incurre un profesional, el que ejerza la medicina sin título, aquí no se dice en qué sanción incurre el individuo que ejerza la abogacía sin título, es decir, no vale nada como ley. Es una serie de amigables recomendaciones que hace la Cámara de Diputados a los señores profesionistas y a los afectados a curarse: "Señores, no vayan ustedes a ejercer sin título", les dice esta ley; "no vayan a ejercer sin título porque es muy feo", "la sociedad está en peligro". Se van a reír de nosotros, compañeros. Mediten ustedes en las ideas que acabo de tener el honor de exponer y estoy a sus órdenes; creo que aquí privará el espíritu sincero de cooperación y enaltecimiento de la Legislatura a que pertenecemos y que sea digna labor de diputados socialistas. (Aplausos.)

El C. ciudadano presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Oviedo Mota.

El C. Oviedo Mota: Antes de entrar al fondo de este asunto, que tiene una grandísima trascendencia, como lo ha dicho el señor licenciado Toledano, me veo obligado a hacer algunas apreciaciones al margen de su brillantísima peroración porque el señor licenciado Toledano ejercita con maravillosa habilidad el sofisma. Nos ha presentado un hermosísimo encaje de sofismas, y él mismo, en sí, es un sofisma. Porque la verdad es que yo felicito muy cordialmente al señor compañero Toledano por la gran habilidad con que salió airoso de una tarea verdaderamente difícil. El señor licenciado Toledano pertenece a un grupo que representa en el seno de la Cámara los grandes, los respetabilísimos derechos de uno de los grandes grupos sociales: del grupo obrero. Pero el señor licenciado Toledano no es obrero. Y hay algo más: el señor licenciado Toledano, de una plumada, destruyó aquí toda la Revolución. ¡La Revolución no la hicieron los intelectuales! !No, absolutamente no! ¡El señor Madero fue un ignorante, un idiota que no servía para nada! La pléyade de hombres distinguidísimos que figuraron entre los intelectuales iniciadores de la Revolución, quedaron aquí descalificados con una sola palabra del señor licenciado Toledano! !La Revolución empieza a sentirse ahora que el señor licenciado Toledano nos vino a decir que él sentía la Revolución! (Aplausos en las galerías.) Por otra parte, el señor licenciado Toledano a dicho aquí no argumentos que afecten al fondo de la ley; pero antes voy a suplicarle al compañero López Soto se sirva decirme si realmente el proyecto de los señores laboristas es de ellos. Yo se lo ruego atentamente.

- El ciudadano presidente: Tiene la palabra el ciudadano López Soto.

El C. López Soto: Contestando al compañero, me permite manifestarle que el proyecto que presentaron los compañeros laboristas tiene una gran semejanza con el que principió a discutir la Legislatura pasada, al grado de que hay artículos redactados enteramente en la misma forma.

El C. Lombardo Toledano: ¿Me permite una aclaración?

El C. Oviedo Mota: Muchas cosas me parecieron mal de su discurso y, sin embargo, no quise interrumpir a usted.

El C. Lombardo Toledano: Es únicamente a propósito de la paternidad del proyecto.

El C. Oviedo Mota: Le ruego al señor licenciado que me deje terminar y ya después él dirá todo lo que quiera.

En efecto, señores, soy un modestísimo médico provinciano; no he tenido las brillantes oportunidades de mi compañero Toledano de cultivar mi cerebro en medio de ese gran centro de maravillosa cultura que llama Universidad Nacional. Yo, modestamente, señores, vengo de un colegio, muy glorioso por sus antecedentes y gloria de México y gloria de la América misma: del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás de Hidalgo. (Aplausos.) En este gloriosísimo colegio, a donde nos íbamos más que los humildes, donde, es la verdad, señores, yo logré un título y no me envanezco de ello aunque el señor licenciado Lombardo Toledano crea que nosotros nos consideramos por arriba del obrero, yo les aseguro a ustedes, señores, que hay muchísimos compañeros profesionales que quisieran ganar lo que gana un mecánico aquí en México; es decir, nos encontramos en una época en que ya hay proletariado profesional en nuestro país. No se trata, pues, al establecer las diferencias entre las actividades de los obreros y las actividades de los profesionales, de establecer castas; se trata de establecer diferencias fundamentales en la manera de actuar unos y otros. Los obreros, en los momentos actuales, se encuentran colocados en una situación que, si no es privilegiada, sí es una situación muy desahogada, debido, sin género de duda, a las conquistas de la Revolución y a la

actitud con que nuestro gran presidente Calles ha venido apoyando a los obreros. No nos encontramos en las mismas condiciones los profesionistas. El señor licenciado Lombardo Toledano, que hace tiempo dejó el campo de la profesión para venir a figurar como uno de los líderes más distinguidos de laborismo, no se da cuenta de este fenómeno. El, seguramente, hace mucho tiempo que no tiene problemas; pero los profesionistas nacionales, y de una manera muy especial los médicos nacionales, están pasando por una situación bien difícil, porque, como he dicho antes, ya empieza a haber proletariado profesional. No se trata en este caso de establecer diferencias aristocráticas; no es que el profesionista se considere superior al obrero, sino que son actividades enteramente distintas, que sería ocioso pretender confundir. Y todavía más, en momentos en que estudiábamos la ley, porque en múltiples ocasiones invité, reconociéndole facultades de intelectualidad y amplia cultura al compañero Toledano y su experiencia en los asuntos que se relacionan con el sindicalismo, le pregunté, por alguna insinuación que me hiciera alguno de los compañeros profesionistas, le pregunté al compañero Toledano si era posible que los profesionistas pudiésemos llevar nuestras diferencias a las Juntas de Conciliación. El señor licenciado Toledano me dijo: -probablemente lo habrá olvidado -: que eso era solamente para los médicos asalariados, para los médicos que tuvieran una iguala. Y ustedes comprenden, señores, que ésa es una parte muy reducida de la clase médica. De manera que no se ampara a la clase médica, sino que más bien se establece una diferenciación para un grupo muy reducido. Yo me intereso y voy a decir porqué. Voy a revelarles un asunto que no es difícil de comprender. Los médicos, muy frecuentemente, somos llamados por gentes poco honorables: nos llaman, vamos dos o tres veces y la tercera vez nos dan las gracias y no nos pagan la visita. No es posible estar demandando a cada cliente por una insignificancia de cinco o diez pesos, según la tarifa que el médico tenga. De manera que yo veo desde luego la inmensa ventaja que podría haber en esto; pero el señor licenciado Toledano me dijo que no podía ser.

El C. Lombardo Toledano: Para eso está la comisaría (Risas.)

El C. Oviedo Mota, continuando: Estas brillantes ideas, que el compañero Toledano nos ha expuesto aquí con su clarísimo talento, me han demostrado que el señor compañero conoce maravillosamente los problemas europeos y de los países más adelantados; pero de nuestro problema, y principalmente en orden al ejercicio de la medicina, que es el punto fundamental en lo que a la sociedad se refiere en esta ley reglamentaria, el señor compañero Toledano no sabe nada. No atacó el fondo del asunto. Nos criticó a los miembros de la Comisión, y a mi particularmente, porque según él fungimos de jurados y declaramos buenas ciertas escuelas. No hay tal. En ninguna parte del proyecto se dice que estas escuelas quedan autorizadas para seguir expidiendo títulos. Nosotros, palpando la necesidad del momento, nos hemos encontrado con un problema muy serio, muy difícil de resolver: hay escuelas libres en México que han expedido títulos y que, buenas o malas, están sancionadas por la sociedad y aceptadas por ella, puesto que la sociedad emplea a los profesionistas que de ellas proceden, y nosotros hemos tenido la seguridad de que si en alguna forma colocábamos estas escuelas siquiera en contacto con la Universidad, las destruiría, la Universidad no permitiría que de ninguna manera funcionaran. No es cuestión de tanto perfeccionamiento técnico, porque todo eso es pura palabrería. (Aplausos.) ¿Por qué, si el compañero Toledano está empapado en esas necesidades técnicas, por qué no llevar esas ideas a algo que está muy al alcance de la mano, ya que el Ayuntamiento de la ciudad está en manos del Partido Laborista? Allí es donde debemos tener la demostración de estas cosas: las hermosas teorías, las palabras sonoras, los ideales supremos son cautivadores; pero cuando no tienen una aplicación práctica, tienen todo el aspecto de frases ridículas de las que no se puede hacer caso. (Aplausos.) Por qué, señores, en efecto, hasta faltando, al parecer a nuestro papel, cometiendo una falta, por qué nosotros hemos ido a conceder que los títulos expedidos hasta la fecha de la publicación de la ley por esas escuelas, sean válidos? Porque sabemos que si nosotros no hacemos esto en la ley, después la Universidad Nacional anulará todos esos títulos. La Universidad Nacional, y señores, hay que saberlo, está dirigida por un hombre que nada puede realizar en orden al supremo ideal griego ni al ideal romano del Mens sana in corpore sano ¿Cómo quieren ustedes que haya mente sana en un cuerpo torcido? (Risas.) ¡Eso no es posible! Este cuerpo maltrecho lleva un cerebro lleno de percepciones raquíticas y que establece por todos lados obstáculos a la enseñanza; este cuerpo es el que está al frente de la Universidad Nacional; y a esta Universidad Nacional, que está muy necesitada de progreso y a cuyo seno debe llevarlos el compañero Toledano si en efecto es consecuente con sus anhelos - anhelos que como tales yo aplaudo ¡yo, pequeño, insignificante médico provinciano, no había logrado ver anhelos tan grandes!-; yo desearía que esos anhelos los llevará al seno del Consejo Universitario, porque la Universidad está enteramente atrasada; no cumple con los supremos anhelos del momento; no cumple su función social del momento.

Es necesario que la Universidad se transforme, porque hay que decir aquí que a la Universidad no ha llegado aún la Revolución. Aquí, en esta Cámara, muchos de los compañeros pueden decir cuáles son las inquidades que se han cometido allí; pueden decir cuáles son las iniquidades que se están cometiendo; cuál es el estrechísimo criterio que predomina en todos los actos fundamentales. Y es tan grave, señores, el estado en que se encuentra todo aquello; se ha consolidado de tal manera y tan fuertemente, que fue en balde la acción revolucionaria de Vasconcelos; en balde la actividad y los ideales del actual ministro Puig; en balde ha sido todo. Es necesario que la Revolución entre allí

vigorosamente; es necesario que eso se transforme, porque la Universidad es el Mar Muerto de los ideales mexicanos. (Aplausos.) En efecto, señores, en la Revolución que acabamos de pasar; en esta grande y poderosa sacudida que ha renovado el organismo de la patria, muy poco han tenido que ver los universitarios; pero, en cambio, estos universitarios han venido a decir aquí que ahora es cuando la Revolución está señalando su ideal.(Aplausos. Risas.) Cuando en el terreno del combate fueron necesarios médicos, no habían médicos, no había médicos, señores, y habíamos médicos que tuvimos que cargar con una labor que estaba por encima de nuestras modestas facultades, porque los médicos no estaban con la Revolución. Estos pensadores, que se juzgan ahora tan necesarios para organizar la sociedad, entonces no figuraban por ningún lado.(Aplausos y risas.) Y si los médicos figurábamos en escaso número, los abogados figuraban en un número pequeñísimo. Ahora sí, señores, ha llegado el momento, naturalmente, en que todos tenemos derecho a venir aquí a decir que se necesita nuestra función.

Respecto a un punto que el señor compañero Toledano criticó en su acerba ironía y que se refiere a la socialización de la ciencia...pues !claro! señores, es muy claro que la ciencia no se puede socializar y se entiende que lo que se trata de socializar es la enseñanza de la ciencia, y eso es el señor compañero Toledano no lo atacó, sino muy al contrario, nos expresó aquí - como todo lo de él, muy brillante-, ideales que sería bueno que se realizaran ahora cuando la Universidad Nacional cambie un poco. Permitidme, señores, que después de estas apreciaciones en que quizá me he dejado arrebatar por mi temperamento fogoso, pero en las que no ha habido de ninguna manera el deseo de molestar al compañero Toledano, sino únicamente aclararle algunos puntos, permitidme, señores, que entre al fondo de la cuestión tal como la ve un médico provinciano.

Una de las conquistas de la ciencia experimental moderna es la cuestión de la herencia. Es indiscutible que todos nuestros vicios, que todas nuestras lacras, que todos nuestros defectos, tendrán que pasar más o menos poderosamente sobre la generación que nos siga, y quizá no sobre una, sino sobre dos o tres generaciones más, porque, desgraciadamente, señores, hay enfermedades que no solamente atacan a la generación presente, sino que van más allá. Hay defectos de organización social que traen como consecuencia lacras profundas en el organismo, un debilitamiento terrible de él, y este debilitamiento si no es inmediatamente el pasto de una de las enfermedades más terribles - la peste blanca, la tuberculosis -, puede, por lo menos, transformarse, como herencia, en lesiones fundamentales del organismo individual. De manera que la generación presente, en orden a la biología, en orden a la higiene, tiene una grande y formidable tarea que desempeñar; tiene una responsabilidad inmensa, porque de los cuidados que nosotros tengamos en lo que a la prole se refiere, en lo que se refiere a la generación que viene, de esos cuidados dependerá que la generación futura nos supere o sea inferior a la nuestra. Este asunto entiendo que ya no es discutible en ningún terreno, y por eso no me extenderé en consideraciones, no vendré a traeros multitud de citas que pudiera traeros en confirmación de mis apreciaciones. Nosotros tenemos necesidad de hacer un esfuerzo en pro de la higiene pública y privada; nosotros estamos obligados a velar por esa higiene, porque se ha dicho hasta el hastío que la salud pública es el supremo deber de un gobierno. Y la salud pública, a pesar de todos nuestros esfuerzos, señores, en estos momentos se encuentra en condiciones deplorables. Es cierto que con el apoyo del señor presidente de la República se vienen realizando trabajos de gran importancia que muy pronto quizás, y si nosotros cooperáramos con el Ejecutivo de la Unión, pudieran dar un fruto efectivo; pero hasta hoy mis apreciaciones se refieren al pasado, al pasado próximo, y los resultados son fatales. Voy a leer a ustedes, señores, un párrafo de esta obra de Geografía de la República Mexicana, del señor profesor don Jesús Galindo y Villa, Tomo II, de fecha 1927: "La Mortalidad Infantil en la República Mexicana".

El C. Baranda: ¿Qué edición?

El C. Oviedo Mota: Página 313, compañero Baranda, primera edición. (Risas.) El libro se expende actualmente en una de las librerías del Cinco de Mayo, al precio - que está al alcance de todos los compañeros - de ocho pesos. Es una propaganda que le hago al señor ingeniero Galindo y Villa, porque esta obra debe figurar en manos de todos los mexicanos. Es un magnífico libro de Geografía, que yo recomiendo a todos.

"Según datos estadísticos, recogidos con toda acuciosidad y perseverancia por el doctor don Emiliano Torres, encargado de la sección de Geografía Médica de la Dirección de Estudios Biológicos, la mortalidad infantil en la República es verdaderamente pavorosa; pues en números redondos llega a la cifra anual de ¡200,000! niños de 1 a 10 años de edad. Conforme a esos mismos datos, las enfermedades del aparato digestivo son las que alcanzan un mayor porcentaje, calculándose que sólo por enfermedades gastrointestinales mueran unos 60,000 niños en los primeros meses de su vida."

El C. Lombardo Toledano, interrumpiendo la lectura: No tengo yo la culpa.

El C. Oviedo Mota: Sí, señor compañero, sí tiene usted responsabilidad: el Ayuntamiento está en manos del Laborista y él tiene responsabilidad, porque nos está proporcionando una agua contaminada. (Aplausos nutridos.) Sí tiene usted responsabilidad. (Aplausos nutridos.) Lo que sucede es que de la misma manera rehuimos todos nuestras responsabilidades. También nosotros, los diputados, tenemos responsabilidades en esto, como lo voy a demostrar dentro de breves instantes. (Murmullos.) Es un párrafo muy breve - dispensadme que canse vuestra atención con estos datos, pero los juzgo indispensables en estos momentos -: (Voces: ¡Sí, sí!)

"Damos a continuación breve resumen de algunos de los datos que existen en el archivo de la Dirección de Estudios Biológicos, acerca del tanto porciento de mortalidad infantil por enfermedades del aparato digestivo en el año 1923 y que corresponde a varias de las poblaciones de nuestro país..."

Desgraciadamente, señores, y en prueba de imparcialidad, voy a mencionar las poblaciones de mi Estado, para que se vea que no sólo aquí ocurren esos

casos: Puruándiro, Mich., 42 por ciento; Cotija, Mich., 65; Ameca, Jal., 47; San Luis de la Paz, Gto., 43; Acámbaro, Gto., 43; Monclova, Coah., 50; Chihuahua, Chih., 66; Hidalgo del Parral, Chih, 57; Temósachic, Chih., 100; Hermosillo, Son., 47; Altar, Son., 43; Oaxaca, Oax., 50; Santa Rosalía, B. C., 65 por ciento.

"Los cálculos anteriores están hechos con relación al número de niños bautizados en cada una de las poblaciones mencionadas, de manera que hay que agregar a este tanto por ciento los niños no bautizados.

"Se ve, por lo expuesto, que la mortalidad infantil, sobre todo en el primer año de la vida, es abrumadora, y que el factor principal que en ella influye es la falta de higiene alimenticia en los niños; pero hay, otras dos causas de carácter social que sostienen este terrible azote que pesa sobre la nación y que produce una decadencia general de la raza: la ignorancia y la miseria."

Así, pues, hay un problema tan hondo, tan trascendental, como es el que se refiere a la higiene pública y de una manera muy especial a la higiene infantil. Vamos a ver si en alguna forma este problema se relaciona con el que estamos tratando en este momento. Vamos a ver si hay responsabilidad o no la hay, todo este trabajo será inútil y habrá pasado en calidad de una hermosa charla muy agradable para todos nosotros. En la República, señores, desde el año de 1857, se presentó el artículo 3o. de la Constitución, que es ahora el 4o., referente a las profesiones, y uno de los grandes liberales de entonces, don Vicente Riva Palacio, propuso que suprimiera la segunda parte del artículo, y dijo: "Ilustremos al pueblo, eso es lo que ha de redimirlo y levantarlo, no exigirle que lo cure determinado médico con título o sin él, ni mucho menos cuando no tenga con qué pagarle....Queremos que no haya médico que no tenga título....y yo preguntaría: les vamos a negar a los enfermos la libertad de ocurrir a un médico sin título.... Cada uno puede disponer y hacer de su persona lo que bien le parezca."

Este es un criterio libérrimo, sin género de duda. Entonces había una gran escasez de médicos, porque en todo el Estado de Michoacán, si los datos que tengo no mienten, no había arriba de diez médicos. No sé cuál sería el número en la capital de la República, pero ustedes comprenderán que no era posible ir a exigir entonces el título para el ejercicio de la profesión. Más adelante, como fuera entrando la sociedad por otros terrenos, viviera la etapa porfiriana y hubiera ilustres abogados "científicos" que vinieran a organizar, pues ya saben ustedes que después de una conmoción vienen los abogados y no sólo éstos, sino también los hombres de gran capacidad, a organizar a la sociedad. (Risas. Murmullos.) En aquella época, el grupo llamado a organizar fue el de los "científicos". Como ya había una escuela de medicina que daba bastantes médicos, se hizo algún esfuerzo por reglamentar el artículo tercero; pero deben ustedes saber que ha uno de los prohombres de entonces, al señor Romero Rubio, le gustaba la homeopatía, y temeroso de que en la ley reglamentaria fuera excluída la homeopatía, él se atravesó y no se pudo llevar a cabo el asunto, no se pudo reglamentar el artículo, a pesar de que muy bien pudieron haber hecho la reglamentación como nosotros tratemos de hacerla hoy, sin meterse en cuestiones de doctrina, simplemente reglamentando el precepto, para que no llegáramos a lo que hemos llegado en la actualidad. De entonces acá, para no cansar vuestra atención, se ha presentado una larga serie de proyectos en la cual el de los señores laboristas no fue más que el penúltimo. Yo tuve la suerte de que el mío fuera el último y por eso la Comisión le dio dictamen; pero antes de esto había treinta y dos y son los siguientes:

Proyecto de la ley del diputado don Manuel Dublán, el 27 de septiembre de 1861.

Proyecto de ley del diputado don Pantaleón Tovar, el 10 de mayo de 1868.

Proyecto de ley de una comisión especial, el 6 de enero de 1869.

Proyecto de ley de la mayoría de la Diputación de Guanajuato, el 24 de noviembre de 1874.

Proyecto de ley de la Diputación de Oaxaca, el 23 de octubre de 1875.

Proyectos de ley de comisiones varias en los años de 1878, 1879 y 1881.

Proyecto de ley del diputado don Hilarión Frías y Soto, en 1878.

Proyecto de ley del diputado Juan A. Mateos, de 27 de octubre de 1882.

Proyecto de ley de la Diputación de Sinaloa, de 10 de mayo de 1891.

Proyecto de ley de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, de 10 de noviembre de 1901.

Proyecto de ley de los señores diputados Manuel Garrido Noegerath, Guillermo Pous y José Juan Garduño, representando a la Diputación de Sinaloa, en que sometieron a la Cámara de Diputados una iniciativa de ley orgánica del artículo 3o. de la Constitución, en 12 de mayo de 1900, cuya iniciativa paso a estudio de la 1a. Comisión de Puntos Constitucionales, integrada entonces por los CC. diputados Alfredo Chavero, Eutimio Cervantes y Víctor Manuel Castillo.

En 15 de mayo de 1914, el señor diputado don José Inés Novelo y la mayoría de la Diputación de Durango, presentaron un proyecto de ley que proponía dar validez a los estudios que se hacen en las escuelas libres y para reglamentar el ejercicio de las profesiones, cuyo estudio revela el espíritu más alto de libertad.

Y después una serie de trece proyectos que figuraran en manos del señor presidente de la Comisión, el señor compañero López Soto. Todos estos proyectos fueron fracasando, unos por una razón, otros por otra, y el hecho es que las profesiones no se reglamentaban y menos malo que en lo que ve a algunas de ellas, aunque se afectan los intereses sociales, no es tan hondamente como en lo que se refiere al ejercicio de la profesión de médico, porque, señores, el libertinaje de la profesión consecutivo a la falta de reglamentación, ha provocado, como decimos nosotros en términos médicos, un medio maravilloso de cultivo para el charlatanismo. No hay charlatán que no encuentre algún motivo para sacar grandes elementos. Al principio fueron no más los nuestros, fueron

nacionales, menos malo, porque el dinero se quedaba aquí; pero de algunos años a esta parte, cuando las condiciones de Europa - tan bien conocidas de mi distinguido compañero Toledano - han hecho que los médicos y no sólo los médicos, pero principalmente ellos, salgan de sus respectivas naciones, porque ha habido épocas en que no ha habido para darles de comer, no digo a los estudiantes, sino a grandes y distinguidos profesionistas, aquéllos han venido a invadir países como el nuestro en donde no había una reglamentación, y, naturalmente, que por esto han encontrado un ambiente muy propicio. Y esos médicos, amparados con documentos extranjeros, y algunos con verdaderos títulos, porque se dio el caso en Alemania, después de la guerra, que a los alumnos que estudiaban hasta el tercer año y habían prestado servicios en campaña se les daba el título; estos individuos, digo, han venido hasta nosotros sin la preparación necesaria, ha cometer un sinnúmero de barbaridades y a sacar dinero. Esa es la verdad. A ellos les importa muy poco este medio, porque el concepto en Europa es el de que nosotros somos un pueblo de salvajes y ellos creen que hasta hacen un beneficio a la humanidad viendo qué es lo que sacan de aquí y no se preocupan para nada de la higiene pública.

Voy a hablar de lo que he visto, de lo que me consta, para que no se diga que por defender mi profesión voy más allá de lo justo. A la ciudad de Morelia, que tiene más o menos treinta y cinco mil habitantes, y en donde, como dije a ustedes antes, hay una escuela de medicina, llegó un buen día un médico alemán. Venía, como su empresario, o figuraba como tal, un señor que tiene allá una magnífica negociación de ferretería, un señor que se ha hecho rico en Morelia en ese ramo. Este señor le compró algunos instrumentos en Alemania en momentos en que el papel alemán andaba por los suelos, y con un puñado de oro consiguió un buen lote de instrumentos. Con esos instrumentos llegó ese doctor a Morelia, y utilizando el empresario sus relaciones comerciales, empezó, con la habilidad característica del comerciante alemán, a hacer saber que había traído una de las grandes notabilidades de la Universidad de Leipzig. Ustedes comprenden lo que la palabra significa y el título, y, como dicen los americanos, la paraphernalia del asunto: un buen aparato de rayos equis, pinzas, tijeras, bisturíes por docenas, toda clase de aparatos, un local bien presentado; son muy hábiles ¿verdad? Empezó a ejercer ese individuo y nos vamos dando cuenta que para él todos los enfermos que iban a verlo tenían paludismo; y no crean ustedes que trajo una fórmula admirable, como lo que nos aseguró un distinguido profesor alemán, en efecto hombre de ciencia que vino por aquí, y que por desgracia esa fórmula no llega todavía a México, no sé por qué. Nos dijeron que el "Plasmoquín", que es el nombre de la nueva substancia, era admirable en la curación del paludismo, y como el paludismo es un problema nacional, y como, señores, aun cuando no deba hablar de mi mismo, también lo gasto yo, estaba con gran empeño esperando el "Plasmoquín", que no ha llegado a México. Pero el señor profesor alemán, cuyo nombre se me va en estos momentos porque tengo dificultades para pronunciar los nombres alemanes, nos vino a decir que había esa maravilla, y nos habló con entusiasmo de esa medicina. Pero el médico alemán que llegó últimamente a Morelia, no usaba más que la quinina, como la usan hasta las gentes del campo, porque en la tierra caliente todo el mundo sabe que la quinina es la medicina para curar el paludismo; y mientras se trate de manifestaciones primarias o leves es bastante con unas píldoras de quinina; pero este señor no usaba precisamente Píldoras Nacionales, porque se hubiera desprestigiado, ponía fuertes dosis de quinina. Pero la gente comenzó a darse cuenta de que aquellas fuertes dosis de quinina le dañaban y entonces este señor cambió la fórmula. En Morelia, a la que parecen tener predilección los médicos extranjeros, además de este médico alemán está otro médico americano que se halla en peores condiciones que el alemán, dentro del orden científico, porque aquél no estudio ni tres años: fue misionero en África, allá aprendió a curar; después fue a los Estados Unidos; durante la guerra le dieron un permiso para ejercer la medicina y con ese permiso vino a Morelia y es el director del Hospital Americano. Este hospital, como lo sostiene la misión, está bien presentado; pero el médico no tiene nada. El recibe los catálogos y dice: "Esto es bueno para el paludismo", y eso usa; "esto es bueno para la pulmonía", y eso usa. Es un empírico. Se hizo amigo del alemán por un fenómeno muy natural y explicable, y le dijo: "Hay una formulita que viene muy buena en un catálogo americano", en la cual figuraba el arsénico, la quinina y la estricnina. El médico alemán no tuvo empacho en variar las dosis del arsénico y empezó a recetar dosis de arsénico tan regulares, que acabó por envenenar a una señora como se envenena a una rata, porque, seguramente, en concepto de este señor médico alemán, nosotros valemos más que las ratas. (Risas.) El caso hizo mucho escándalo en Morelia; se llevó el asunto a los tribunales y aunque el cuerpo de abogados es muy honorable, a excepciones, el juez declaró que no había delito que perseguir, no obstante que la señora estuvo seis días entre la vida y la muerte y no obstante que ese envenenamiento produjo lesiones tan graves en la señora que acabó por morir. Aquí traigo una carta de luto, que no leo por no prolongar el debate. (Murmullos.) Y por el estilo de esté podría yo referir a ustedes numerosos casos de cuál es la verdadera gravedad del asunto, en orden a los médicos extranjeros que han invadido el país. Por uno o dos que en efecto puedan ser médicos y que se preocupen por la profesión, la mayoría viene a ver como resuelve el problema esencial de la vida, busca la manera de hacer dinero y se vuelve a su tierra. El problema higiénico nuestro no les afecta ni les importa un comino; pero a nosotros sí nos importa, es un problema agudo. Y ésta es la idea, no como dijo el compañero Toledano, que hizo una confusión que no alcancé a percibir en medio de las muchas elucubraciones, de los malabarismos de ideas que él presentó, pero me di cuenta de que se trataba de una confusión, y no es una confusión este problema ingente, esta necesidad que tenemos de acabaron este medio favorable al charlatanismo. Que esta ley, que en la

última ocasión presente, esté llena de deficiencias, perfectamente. Si ustedes se toman la molestia de leer las dos proposiciones verán que las ideas tan hermosas del señor Toledano no figuran en el proyecto de los señores. Yo vi todos los proyectos y como los señores presentaron al suyo primero que el mío, también vi ese proyecto y me han causado sorpresa las apreciaciones del compañero Toledano, porque todas esas ideas no figuran en el proyecto de ellos, que es más o menos como el nuestro, no hay grandes modificaciones. Yo creo que las diferencias que pueden existir, muy fácilmente pueden los señores laboristas procurar que se implanten en la discusión en lo particular y no rechazar al proyecto en sí, que yo, desde luego, declaro, señores, que está lleno de defectos, pues basta con que sea mío para que lo esté, ya que hasta hoy no he podido producir una cosa perfecta. Yo he tenido, sí, buenos deseos, pero ustedes comprenden que no basta siempre con tenerlos; yo no he tenido esas fuentes de ilustración tan admirables que otros han tenido y, por lo mismo, mi cultura, tan reducida, me permitió presentar sólo un buen deseo; pero este buen deseo quizá no sea sólo mío. Yo lo tomé de todos los proyectos anteriores. De manera que si alguna cosa buena hay en el proyecto, puede ser de lo suyo; pero si el proyecto tiene defectos, también estos pueden ser de ellos; porque si todo hubiera sido hermoso, si allí hubiera encontrado todas las ideas hermosas de que se ha hablado, con perdón de ustedes, me las hubiera robado.

No encontré más que dos o tres diferencias, como ésa de los médicos en lo relativo a sus diferencias con la clientela, que pudieran llevarlas a los Tribunales de Conciliación; pero el mismo compañero Toledano me decepcionó diciendo que eso no era posible. Señores, es una necesidad ingente expedir seta ley reglamentaria, como lo prueba la misma excitación que ha producido, porque de todas partes ha llegado a mi poder, lo mismo que a las manos de la Comisión, multitud de solicitudes, y es digno de tomarse en consideración el hecho de que todas esas solicitudes son más bien quejas por no haber incluído a tales y cuales elementos en la enumeración que hace la ley. Ninguna de las cartas, oficios o relatos más o menos grandes - porque hubo cartas de cuatro pliegos y con letra menuda - ataca la ley en sí misma, sino más bien se quejan sus remitentes de que no se les incluyó. Todo esto, como digo, revela que hay una necesidad urgente de expedir esta ley; que si el proyecto primitivo tiene defectos, a las luces de los compañeros, incluso los compañeros laboristas, queda perfeccionar este proyecto de ley, lleno de deficiencias para que sea una obra maestra, pero no porque vayamos mañana a avergonzarnos de que este documento no fue revolucionario. No señores compañeros, no es esa la razón, lo revolucionario del proyecto realmente no lo comprendo bien en uno que se limita a cumplir con una parte de un precepto tan claro y terminante que no deja lugar a dudas. El artículo 4o., en su última parte, dice, precisamente:

"La ley determinará en cada Estado cuáles son las profesiones que necesitan título para su ejercicio, las condiciones que deban llenarse para obtenerlo y las autoridades que han de expedirlo".

Esta clara y terminante disposición de la última parte del artículo 4o. se ha procurado llenar en ese proyecto de ley. Si no se pusieron sanciones fue porque, en opinión de abogados competentes, no la mía, que en el asunto no valdría nada, la sanción está en otro lugar, las sanciones que corresponden al ejercicio ilegal de la profesión deben figurar en el Código Civil, en el Penal o en el Código de Salubridad. Es extraño que quejándose los señores de que no haya sanciones en el proyecto de ley nuestro, no figuren tampoco en el de ellos. (Voces: ¡Sí las tiene!) No pusieron más que una sanción de paso para un asunto muy fácil....(Una voz: ¡No lo ha leído, compañero!) Posiblemente, compañero, pero lo voy a volver a leer. De un modo o de otro, yo entiendo que el precepto es claro y que no es en esta ley donde deben figurar las sanciones. esta será una labor subsecuente, no limitada exclusivamente a las sanciones; yo tengo entendido, como lo indiqué en la exposición de motivos, que después de esto tenemos una triple labor que realizar: revisar las leyes de instrucción, para adaptarlas a la ley reglamentaria que aquí se apruebe; revisar los programas de las escuelas profesionales y al mismo tiempo limitar las funciones de cada profesión; y, por último, revisar los códigos Civil, Penal y Sanitario, para que las sanciones correspondan a a ley tal como quede aprobada. (Aplausos.)

El C. secretario Mayoral Pardo: En virtud de haber pasado la hora reglamentaria, la Secretaría, por orden de la Presidencia, consulta a la Asamblea si se continúa el debate o si se suspende para mañana. (Voces: ¡No! !No! ¡Sí!) Continúa el debate.

El C. presidente: Tiene la palabra en contra el ciudadano Molina.

El C. Molina Constantino: Señores, diputados: El interés que habéis demostrado por la discusión presente me ha animado a venir a esta tribuna para aducir algunas razones en contra del proyecto a discusión, no precisamente porque en lo general desee yo que se rechace, sino porque quiero, como muchos compañeros lo desean, sin duda, expresar aquí algunos puntos de vista haciendo alarde, si se quiere, de revolucionarismo y de socialismo; pero, al fin y al cabo, con una sana intención y un hondo sentimiento de sinceridad. Me consta, porque tomé parte en algunas de las discusiones que la Comisión encargada de formular este proyecto sostuvo, me consta que la dedicación de muchos compañeros fue verdaderamente admirable y yo no voy a criticar de una manera apasionada esa labor, que si en otros aspectos, que si en otros problemas tuviera también su lugar, muy alto llevarían el nombre de esta Representación Nacional y saldrían adelante por los fueros de la misma. Yo afirmo que si queremos hacer alarde de revolucionarismo y de socialismo no debemos gritar muy alto que vamos a reglamentar un artículo calcado de la Constitución de 57. Si hay algún alarde de los principios liberales establecidos por el movimiento revolucionario francés,

es en ese artículo que trata de crear una clase privilegiada, como adelante lo demostraré. Si el artículo 4o. de la Constitución de 57 no fue tocado por los constituyentes de Querétaro, nosotros tenemos la obligación, nos está reservado el mirar con todo detenimiento la reglamentación de ese precepto constitucional, so pena de retrogradar cincuenta años, precisamente a la época en que la Constitución de 57 fue expedida. Yo quiero sostener aquí como único punto de vista, para garantizar los intereses sociales de la entidad llamada "Estado" y también el ejercicio de los profesionistas dentro de sus labores, dentro de sus tareas; quiero afirmar aquí que el único criterio que debe campear en toda la discusión, que debe informar los proyectos de ley que a este respecto se discutan, es el de defender, el de sostener, el de abrir la puerta a los aptos y de combatir la charlatanería, la inmoralidad, la ineptitud, lo mismo en los titulados que en lo no titulados. (Aplausos ruidosos en las galerías. Voces: ¡Muy bien! ) No voy, por lo tanto, ciudadanos diputados, ni a halagar a los togados, a los que ostentan una patente de capacidad, que al cabo de algunos años puede ser muy dudosa, ni a alentar a aquellos que, protegidos por la buena fe, por la inercia, por el atraso, por el reaccionarismo del artículo cuarto de la Constitución de 17, puedan cultivar y vivir a costa de la charlatanería. Mi punto de vista, ciudadanos diputados, está muy por encima de todo esto. Tampoco voy a combatir a una comisión que de toda buena fe ha presentado un proyecto, por querer defender a un grupo. Quiero levantarme sobre un plano más elevado que todas esas bajas pasiones y todos esos intereses de partido y defender, como digo, como única patente para el ejercicio de las profesiones, la capacidad....

El C. Torregrosa: ¿Quién juzga?

El C. Molina Constantino: En el ejercicio de toda profesión hay grados. Un proyecto amplio, supongamos de ingeniería, exige, naturalmente, la preparación profunda, completa, de un profesionista graduado en una universidad después de haber cursado todas las materias para adquirir un criterio completo sobre la materia; pero dentro de esas actividades profesionales hay otras de orden secundario son perfectamente llevadas a la realización por los prácticos, por los que pudiéramos llamar técnicos afines, por aquellos que, bajo la dirección de un titulado o no titulado, pero capaz superior a ellos, pueden realizar las tareas de orden secundario con todo éxito. Encuentro un proyecto de reglamentación del artículo 4o., como el que presentaron los compañeros laboristas, en que excluye por completo del ejercicio profesional al práctico, supuesto que el artículo 14 establece, en cierta forma, que: "El que ejerza su profesión de las objeto de esta ley, sin título respectivo, debidamente registrado, incurrirá en usurpación de profesión y será castigado conforme a las disposiciones relativas". Esto está en contradicción con lo que en el artículo primero transitorio se establece acerca de que un práctico puede obtener un certificado de capacidad, porque ¿para qué va a obtener el práctico el certificado de capacidad si no va a ejercer la profesión, ya que esto sólo podrán hacerlo los titulados Pero ya digo, el mal radica en que queremos reglamentar algo que no está a la altura de la época, o en que nos empeñamos en darle más amplitud de la que debe tener. La ley no dice que reglamentemos todas las profesiones, dice que fijemos cuáles son las que deben reglamentarse. Y yo creo, compañeros, que sólo deben reglamentarse aquellas que afecten directamente a la vida, al honor, a la seguridad, a los bienes del hombre o de la sociedad, porque esto sí exige sanción para aquellos que no ejerzan la profesión con suficiente acierto; pero no vamos a reglamentar todas las profesiones. La Comisión dice, por ejemplo, que ha dado oídos a todas las peticiones de los interesados en la materia; que no ha dejado de escuchar a nadie; que a los veterinarios les ha contestado satisfactoriamente para que no crean que se les excluye. No se trata de incluir aquí a todos, se trata de reglamentar aquellas profesiones que, como digo antes, constituyen en su ejercicio o pueden constituir un peligro para el hombre o para la sociedad. Por otra parte, vamos a establecer nosotros un coto cerrado, vamos a ungir de un privilegio, como digo, a los titulados, vamos a hincarnos de rodillas considerando de inmutables a las escuelas. Los procedimientos terapéuticos cambian cada veinticinco años, el derecho evoluciona como evoluciona la moral y la moral del liberalismo no es la moral del socialismo. ¿Vamos nosotros, con qué criterio, con el criterio de la Universidad Nacional actual, a crear una clase de profesionistas que no puedan ser movidos de sus puestos más tarde? Por lo menos, el profesionista, en el estado normal de salud y en el ejercicio natural de su profesión, puede durar más que lo que duren sus escuelas. Es más, aquellos que han hecho las revoluciones científicas no han sido los graduados en las universidades. Muchas grandes ideas han sido, precisamente, la lucha del movimiento revolucionario en el terreno ideológico en contra de los sistemas de las escuelas consagradas. Yo recuerdo el caso, por ejemplo, del físico Faraday, que no era matemático, y en esto estoy perfectamente en oposición con la opinión del licenciado Lombardo Toledano. El admira de que en la Escuela Preparatoria se enseñe física al mismo tiempo que aritmética. Según él, es condición necesaria para poder apreciar los fenómenos físicos el poderlos valuar, cuando son operaciones éstas completamente distintas. La ley de la inducción electromagnética, establecida por Faraday, no es una ley matemática: es la expresión de una ley por la percepción del fenómeno. Antes que valorarlo es necesario comprenderlo, es necesario darse cuenta de él en el terreno experimental. Abusar del número, querer ceñir al criterio del número muchos de los fenómenos físicos, químicos o de otra naturaleza, sin haberlos comprendido, es ir por un procedimiento enteramente torpe, por un sendero torcido, a llevar al convencimiento, a la inteligencia del que estudia, aquello que investiga. La actividad del profesionista tiene, ciertamente, por lo que hace a la remuneración, semejanza con la del obrero. No es rebajar, precisamente, al profesionista, asimilarlo con el obrero; pero el profesionista, dentro de su orgullo, exige también una legislación especial: la ley del servicio civil, por ejemplo, que

una vez expedida le dará los derechos, las garantías que pueden pedirse dentro de la ley reglamentaria del artículo 123; pero el proyecto de los compañeros laboristas no habla siquiera de las ventajas que el profesionista pueda tener quedando sujeto a la ley reglamentaria del 123. Dice secamente que quedará sujeto a las disposiciones de esa ley. (Murmullos.)

Los mismos compañeros laboristas, y todos, absolutamente todos los socialistas y los revolucionarios confiesan que el estado social del obrero es inferior al del profesionista, es el proletariado, es la clase irredenta. ¿Por qué, entonces, traer a una clase, que ya no está en esas condiciones sociales, a la condición del proletariado¿ ¿Por qué no legislar para esa clase, teniendo en cuenta los derechos que tiene también como la clase obrera? ¿Por qué no expedir la ley del servicio civil? ¿Por qué no respetar el orden, la jerarquía de las actividades del profesionista¿ ¿No se ha dicho aquí que no debemos rebajar la ciencia? ¿Entonces, por qué aquél, que ha encontrado dentro de la ciencia para ejercitar una actividad, debe descender en la escala social y asimilarse a aquél que está todavía por redimirse? Debemos luchar porque el obrero suba, pero no porque el que no es obrero y está en condición mejor baje. Dentro del criterio que he sustentado, ciudadanos compañeros, de respetar la aptitud como única garantía para la actividad profesional, pueden establecerse preceptos en la reglamentación, por ejemplo el de sujetar a los prácticos a exámenes de suficiencia; pero no limitar el ejercicio profesional a los titulados, no cerrar las puertas a las segundas manos, no encerrarnos en un sectarismo que no tiene nada de revolucionario, que no tiene nada de socialista; no rendir un culto, un culto inmotivado, un culto casi como el que pudiéramos rendir a un ídolo, al técnico. El técnico preparado en la Universidad, si se quiere, es un técnico seleccionado; pero el técnico, preparado en la Universidad, tiene como brazo fuerte, como ayuda indispensable en el terreno de la experimentación, al técnico afín, al práctico.

Por todas estas razones, ciudadanos diputados, he objetado la reglamentación del artículo 4o. constitucional, no solamente teniendo a la vista el proyecto del compañero Oviedo Mota, sino también el proyecto de los compañeros laboristas. Yo quiero que si el artículo 4o. de la Constitución de 17 está calcado de la de 57, no lo reglamentemos así. Pensemos, si se quiere, en la reforma de ese artículo para ponerlo a la altura de los tiempos que corremos. No he visto sanciones de orden penal para el profesionista inmoral o inepto; puede haberlas en estos proyectos - casi no las he encontrado-, pero, en fin, queda reservado eso a las disposiciones de los códigos. Más hay, en mi concepto, una sanción que debe establecerse también, y ésa sí es revolucionaria porque no se ha establecido hasta ahora: esa sanción es la de sujetar al profesionista que por alguna forma, por sus fracasos en el ejercicio de la profesión, demuestre que está incapacitado para seguir la ejerciendo, a la suspensión temporal o total de sus actividades; sujetarlo a pruebas de eficiencia, no solamente cuando abandone la Universidad, sino en el transcurso del ejercicio profesional, someterlos, si se quiere, a prueba. La prueba puede ser la de sustentar conferencias, la de demostrar con hechos que sus obras han sido con éxito; pero, de cualquier modo, no respetar como inmutable la patente que se expide al profesionista al salir de la Universidad Nacional. (Aplausos.)

El C. Juárez Ochoa Benito: Honorable Asamblea:

El compañero Toledano, abusando de su facilidad de palabra, quiso esgrimir, como dijo el compañero Oviedo Mota, el sofisma para venir a atacar el dictamen de la Comisión y con él proyecto de la Ley Reglamentaria del artículo 4o. constitucional. Uno de los principales ataques que se sirvió hacer el compañero Toledano al dictamen, es el de desconocer uno de los puntos en que se basa dicho dictamen, uno de los puntos que nosotros pusimos de fundamento: la socialización de la ciencia. Me parece extraño de veras que uno de los líderes cumbres del socialismo venga en este momento desconociendo la connotación de la palabra "socialización de la ciencia" Yo me voy a permitir preguntar al compañero Toledano si admite que la justicia pueda socializarse.

El C. Lombardo Toledano: Con permiso de la Presidencia. No admito que la justicia pueda socializarse; lo que admito es que la justicia debe mejorar las bases ideológicas en que se apoya.

El C. Juárez Ochoa, continuando: Me voy a permitir reforzar mi débil oratoria con los argumentos de Edmundo Picard, a propósito del caso:

"La socialización de la Justicia. Su tetragrama.

"La justicia, para merecer verdaderamente su gran nombre, debe abrazar la sociedad entera, no proporcionar sus ventajas a algunos, sino a todos; no ser solamente la servidora de los poderosos, sino, sobre todo, de los humildes; no olvidar a nadie y no olvidar ninguna necesidad; exigir el concurso de todos, pero en el límite de las fuerzas de cada cual; penetrar en la organización social como bienhechor fluído llevando por doquiera la salud y la alegría. ¡Tal es el programa! Pero ¿es realizable?

"La justicia se "socializa" en dicho caso verdaderamente, y es porque su obra puede ser llamada obra de socialización. La palabra es reciente en ecuación solamente relativa con la cosa significada; pero es expresiva y poco a poco se abre paso."

A propósito de la justicia y siendo la justicia el fin principal del derecho, yo admito, compañeros, que la ciencia del derecho se socialice al socializarse la justicia, y de esta manera podría decir de las demás ciencias; por tanto, yo creo que los argumentos que ha venido a esgrimir el compañero Toledano, no son más que producto de su ideológia sofística.

Pasando a otro de los puntos objetados, el relativo a las escuelas libres que señalamos en el proyecto, me voy a permitir expresar a la Asamblea que toda ley debe tener en cuenta los acontecimientos tal y como se realizan en el momento de la expedición de la ley. La Ley Reglamentaria del artículo 4o. constitucional, forzosamente debía tener en cuenta el establecimiento de las escuelas libres

que se encuentran en estos momentos en el Distrito Federal. (Aplausos en las Tribunas.)

El C. Treviño, interrumpiendo: no hay más que dos.

El C. Juárez Ochoa, continuando: Yo no creo que el compañero Toledano vaya a pensar, ya que es abogado, que las escuelas libres no tienen derechos adquiridos, derechos creados, que no tienen simples espectativas jurídicas, Y no teniendo simples espectativas jurídicas, es justo, es razonable que el legislador las considere en este proyecto de ley.

En cuanto a otra de la objeciones, la relativa a que el Estado debe aprovechar forzosamente el servicio de los técnicos, no encuentro solidez en la objeción por el hecho sencillo de que quien expide una ley es el primero que debe respetarla. Yo no me explico que el Estado que expide una ley sea el primero que vaya a violarla, porque me pondría en el caso de que fuera un ebrio consuetudinario el que diera lecciones de temperancia, y por tanto, señores, yo creo que hasta para reforzar esto que expresa la ley, debe ser objeto también de las leyes reglamentarias, que exigen determinados requisitos para los puestos o funciones públicas. En cuanto a la equiparación que hace el compañero Toledano del profesionista con el obrero, como obrero,yo me permito llamar la atención del compañero Toledano acerca del método que debe seguirse en la expedición de una ley. El compañero Toledano viene aquí a definir qué es asalariado, y la definición de asalariado, compañero, dentro de mis escasos conocimientos, juzgo que debe se objeto de la reglamentación del artículo 123 constitucional y no del artículo 4o. Aquí no venimos a definir qué es asalariado, venimos a reglamentar el artículo 4o. constitucional. En cuanto a que este proyecto de ley sea un simple papel como lo calificó el compañero Toledano, también me permito recordarle, porque como abogado debe saberlo, que existe en nuestro código Penal, compañero Toledano, el capítulo 10, título 4o., libro tercero, que previene las infracciones de la ley reglamentaria que estamos expidiendo, y me voy a permitir darle lectura para que la Asamblea pueda normar su criterio acerca del caso:

"Usurpación de funciones públicas o de profesiones.

"Artículo 759. El que sin título legal ejerza la medicina, la cirugía, la obstetricia o la farmaciaserá castigado con un año de prisión y multa de 100 a 1,000 pesos.

"Artículo 760. El que sin título legal ejerza cualquiera otra profesión que lo requiera, sufrirá la pena de arresto mayor y multa de 50 a 500 pesos."

De tal manera, señor compañero Toledano, que aunque usted tenía muy presentes los cuatro elementos que deben existir en el acto jurídico: el sujeto, el objeto, la relación jurídica y la sanción, viene por tierra, compañero, porque la sanción está prevista en nuestro código Penal.

Para terminar contestaré la objeción que se permitió hacer el compañero Toledano acerca de la capacidad nuestra para ir a considerar como serios los estudios que se hacen en la escuelas libres. Yo me permití decir que se había convencido personalmente la Comisión, porque personalmente creo que podía convencerse teniendo a la mano documentos de la misma Universidad Nacional, que ha emitido ya acerca de esas escuelas. Si el compañero Toledano tiene duda, voy a poner a su disposición una copia notarial que tengo para comprobar mi aserto, a la cual no doy lectura por no cansar a la Asamblea y en vista de que es sumamente tarde. (Aplausos.)

- El ciudadano presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Torregrosa, en contra.

El C. Torregrosa Luis: Una de las dificultades más serias que presenta la reglamentación de profesiones, es el fijar el grupo, la persona o la sociedad capacitada para juzgar la capacidad de los mismos profesionistas. Aparentemente en teoría, es fácil dictar reglamentaciones más o menos bien intencionadas y esa buena intención estará primordialmente de parte de nosotros los legisladores; pero ya en el terreno de los hechos encontramos grandes intereses creados, encontramos por una parte el egoísmo, intereses que representan millones de millones. Hay una guerra entablada en la humanidad desde hace muchos años, por los que representan lo que el clero representa en la iglesia católica, apostólica romana: la cerrada ciencia alópata. Y los que tenemos aspiraciones a un poco de mejor ambiente y de mayor libertad tenemos que castigar el fanatismo tanto en política como en materia religiosa, como en materia científica. (Aplausos.) Porque si en materia religiosa ese fanatismo mata el alma, en materia científica, respetables médicos, matáis el cuerpo y nos robáis el bolsillo. (Aplausos. Risas.) ¡Reglamentar la ciencia, señores ¿Quién puede reglamentar la ciencia¿ ¿Qué hacemos los que tenemos un poquito de ciencia, pequeñas luces, para seleccionar al menos bandido de los llamados científicos, a quienes damos nuestro cuerpo, nuestra honra y toda nuestra confianza¿ (Aplausos.) Preguntad, y si el compañero fulano ha sufrido la luxación de un brazo, os dice: "Hombre, estuve ya con el médico fulano, con título de Alemania, y me ha reventado por completo." (Risas. Aplausos.)¡Pero, en cambio aquí hay un elemento antiguo que hace ciertas curaciones muy notables; yo no sé si es científico ni si tiene título de Pruneda o de Puig. o de Mota o de Toledano; yo lo que sé es que me curó¡" (Aplausos ruidosos.) Nuestra humanidad es, por excelencia, pragmática, y estamos llegando a la conclusión de que la medicina tiene muy poco de ciencia y mucho de magia y adivinación. (Aplausos nutridos.) No soy médico, señores compañeros, pero tengo que decir que en México uno de los elementos enemigos de la salud es el Consejo Superior de Salubridad. (Aplausos nutridísimos. Voces: ¡Bravo¡ ¡Bravo¡ ¿Han visitado ustedes alguna vez los llamados dispensarios públicos¿ Allá, un elemento, a ojo de buen cubero, ve a cuarenta individuos, cuarenta compañeros nuestros que no tienen elementos para ver a otro médico de mejor manera, y entonces, en dos por tres hace un diagnóstico, que yo, compañeros, la verdad, ni a un sabio le reconocería la competencia de que en dos horas o menos tiempo viera a cuarenta individuos,

en esta época en que hay que analizar la sangre, los esputos y hacer otras muchas experiencias. Lo que dijo Lombardo Toledano y que es la nota de actualidad: los médicos en los países organizados no se sindicalizan, compañeros, se agrupan y tienen hasta edificios propios en donde el enfermo va pasando por una serie de experiencias: le examinan el corazón, la circulación de la sangre, le preguntan su historia, que le llaman historia médica, la de sus antepasados; y así tienen un pequeño tanto porciento de posibilidades de que el diagnóstico sea verdaderamente acertado. (Risas.) ¿Será posible, compañeros, que la Universidad Nacional vaya a salvarnos de esta gran necesidad que le llamamos nosotros de la mortalidad infantil? No, compañeros. En muchas regiones hay más salud y hay más felicidad cuando tenemos menos boticas, menos potingues y menos explotadores titulados o sin titular. (Aplausos.) Hay una tendencia muy fanática en la cuestión de la alimentación Eso está muy en boga y los voy a decir a ustedes lo que elementos bien intencionados, modernos, están haciendo acerca de la alimentación. Dicen: El hombre debe comer algo así como un quick lunch científico, (Risas.) un pedacito de tal cosa para la proteína; vitaminas para poder asimilar mejor tantas calorías; y un hombre, que no era médico, fue a ver a un médico amigo suyo, y le dijo "Te traigo estos cuyos para que me los sometas al régimen científico - neocientífico - de alimentación; quiero ver si, experimentando tú de esta manera, puedo hacer que mis hijos se adapten a este régimen, arreglándolo, naturalmente, al organismo humano." El médico, bien intencionado un hombre moderno, bien preparado, tomó a los ( ) la ciencia más moderna sobre ( ) completamente científica. Allí Salomón se quedaba ( ). (Risas.) Resultado: después de tres meses de alimentación los pobres cuyos parecían unos cesantes de seis o siete meses. (Risas.) Entonces el mismo médico tomó a los cuyos y les dejó que se repartieran las sobras de la casa. Cosa sorprendente: los cuyos, a pesar de la ciencia moderna de alimentación, engordaron y paseaban llenos de vida. (Risas. Aplausos ruidosos.) Lo que prueba compañeros y estimados colegas, que la naturaleza es más sabia que la ciencia (Risas. Aplausos.) y que a pesar de las malas intenciones de los médicos y de los abogados, seguimos viviendo. (Aplausos. Risas.) Esto por lo que respecta a la medicina. Vamos ahora a ver qué pasa con los señores abogados. (Risas. Voces: ¡Ah¡) Mientras más culto sea el abogado tiene más interés en resolver su problema económico, y la víctimas, por lo general, son herederos, menores de edad, curitas o algunas fáciles presas de su mucha sabiduría. (Aplausos.) El mejor abogado es el que está mejor preparado para burlar la ley; el mejor abogado es el que cuenta con dinero de los malhechores para poder burlarse de la sociedad. (Aplausos.) Los mayores explotadores de la humanidad poseen a los mejores abogados consultores para explotar y extorsionar a la colectividad. (Aplausos.) Y la colectividad vive y se defiende a pesar de los buenos abogados Por lo tanto, yo creo, honorable Asamblea, que el problema vital de México y de la humanidad es más libertad y más deseo de sacrificio por servir a la comunidad. Ya hay tantas reglamentaciones, tantas leyes, que cuando leo en el editorial de mi respetabilísimo periódico de la opinión pública "Excélsior", el órgano de la vida nacional, o en el otro respetabilísimo periódico "El Universal", que no trabajamos los diputados, yo quiero decirles desde esta tribuna, que muchas veces lo que pide este pueblo mexicano es que no trabajemos, para que no demos tantas leyes que entorpecen. (Aplausos.) Vamos a hacer más simple el modo de vivir, ciudadanos diputados; vamos a simplificar la vida. Se parece esta reglamentación al reglamento de los tranvías de mi tierra. (Risas.) Hay un reglamento de tranvías en Mérida, que tiene lo menos cuarenta y cinco artículos, colocado a una altura que no está al alcance de la vista y en letras minúsculas. (Risas.) Pero eso sí, el Ayuntamiento exige que se repongan esos reglamentos, porque es indispensable. Todo lo reglamentamos, somos el pueblo más ideal, más perfecto en elucubrar proyectos de ley, programas revolucionarios, y los más terribles para fastidiar a nuestros prójimos. (Risas. Aplausos.) En concreto, distinguidos compañeros Mota y compañía, distinguido compañero licenciado Toledano: sobre esta materia yo deseo la más estricta libertad, sea el pensamiento reaccionario, el neoliberal o el ultrasocialista. y que la sociedad, que los afectados, seamos los jueces, que escogeremos al que menos nos reviente, porque el pobrecito, a pesar de los profesionistas con título y sin título, irá a ver a su comadre para que le recomiende el uso de un remedio casero que le pueda servir, porque el profesionista no está a la altura de su bolsillo. Que sus tecolines no se los lleve el médico ni el abogado; que se los lleve el restaurante o el quick lunch o lo que sea; pero siempre su benéfico personal. (Aplausos nutridos.)

El C. presidente, a las 20.50: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis horas remedio casero que le pueda servir, porque el profesionista no está a la altura de su bolsillo. Que sus tecolines no se los lleve el médico ni el abogado; que se los lleve el restaurante o el quick lunch o lo que sea; pero siempre en su benéfico personal. (Aplausos nutridos.)

El C. presidente, a las 20.50: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las diez y seis horas.