Legislatura XXXIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19281126 - Número de Diario 37

(L33A1P1oN037F19281126.xml)Núm. Diario:37

ENCABEZADO

MÉXICO, LUNES 26 DE NOVIEMBRE DE 1928

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO I.- PERÍODO ORDINARIO XXXIII LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 37

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 26 DE NOVIEMBRE DE 1928

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Cartera. Se nombra una Comisión que asista, en representación de la Cámara, a la ceremonia que se celebrará en San Cristóbal Ecatepec, el día 22 de diciembre próximo, con motivo del aniversario del fusilamiento del héroe don José María Morelos y Pavón.

3.- La 1a. Comisión de Hacienda presenta un dictamen que consulta un proyecto de decreto por el que se pensiona a la señora Mercedes Moreno viuda de Bravo. Primera lectura; se le dispensa la segunda y queda a discusión el primer día hábil. La misma Comisión de Hacienda presenta otro dictamen proponiendo se diga al C. Miguel Mejía dirija su solicitud a la Junta Directiva del Ramo de Pensiones. aprobado. Reciben segunda lectura dos dictámenes de la 2a. Comisión de Relaciones Exteriores que conceden permisos a los CC. Agustín Larrañaga Tejeda y Juan Meillón para aceptar los cargos de vicecónsul de Suecia en el puerto de Tampico, Tamps., y cónsul de Panamá en Manzanillo, Col., respectivamente. Se reservan para su votación. Dictamen de la 2a. Comisión de Gobernación que consulta un proyecto de decreto declarando día de luto nacional el 17 de julio de cada año, aniversario del asesinato del C. general Alvaro Obregón. Se reserva para su votación. Se procede a la votación de los tres dictámenes reservados, siendo aprobados por unanimidad. Pasan al Senado.

4.- Varios ciudadanos diputados hacen uso de la palabra para hechos. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. MARTE R. GÓMEZ

(Asistencia de 150 ciudadanos diputados.)

El C. presidente, a las 19.20 h.: Se abre la sesión.

- El C. secretario Moctezuma leyendo:

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del XXXIII Congreso de la Unión, el día veintitrés de noviembre de mil novecientos veintiocho.

"Presidencia del C. Marte R. Gómez.

"En la ciudad de México, a las diez y ocho horas y treinta y dos minutos del viernes veintitrés de noviembre de mil novecientos veintiocho, con asistencia de ciento cuarenta y cuatro ciudadanos diputados, se abrió la sesión.

"Se aprobó el acta de la que tuvo lugar el día anterior.

"La Secretaría dio cuenta con la cartera.

"El C. Manuel P. Torres solicita se le prorrogue hasta por treinta días, con goce de dietas, la licencia de que ha venido disfrutando.

"Dispensados los trámites se aprobó sin discusión en votación económica.

"El Congreso de Querétaro suplica se expida una ley que tienda al mejoramiento moral y económico de los ciegos de la República.- Recibo y a sus antecedentes.

"El Congreso de Guanajuato da a conocer su Mesa Directiva que habrá de funcionar durante el tercer mes del primer período de su ejercicio legal.- De enterado.

"El Congreso del Estado de Sonora transcribe un dictamen que aprobó y en virtud del cual se pide a las cámaras federales la expedición de una ley para que mejoren moral y económicamente los ciegos de la república.- Recibo y a sus antecedentes.

"El Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal envía el proyecto de Presupuestos para 1929."- Recibo y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.

"La señora Guadalupe Ochoa viuda de Robles Domínguez solicita pensión por los servicios que prestó a la causa revolucionaria su extinto esposo, el ingeniero Alfredo Robles Domínguez.- Recibo y a la Comisión de Peticiones en turno.

"El C. José Vásquez Schiaffino, ministro de México en el Japón, por conducto de la Secretaría de Relaciones solicita permiso para aceptar y usar una decoración que le ha conferido el Gobierno de aquel país.- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"A las diez y ocho horas y cuarenta minutos se levantó esta sesión, a fin de que la Cámara se constituyera en sesión permanente para dar término a la discusión y aprobación del proyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación."

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra en votación económica se

pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. secretario leyendo:

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- Presentes.

"El ciudadano secretario de Hacienda y Crédito Público en oficio número 23 - 1 - 8761, tramitado por el Departamento de Crédito, fechado ayer, dice a esta dependencia del Ejecutivo, lo que sigue:

"Tengo el honor de remitir a usted el contrato de 7 de enero del año en curso, por el que el Gobierno Federal ratifica las comisiones que confirió al Banco Nacional de Crédito Agrícola para que éste directamente y en su nombre, pero por cuenta del mismo Gobierno, celebrara con el señor general Alvaro Obregón y la firma Obregón y Compañía el contrato de 29 de marzo de 1927 y con los señores W. E. Richardson y H. A. Sibbet, el de opción de 3 de enero del propio año y los contratos de cesión de bonos y acciones y de cancelación de servicios de 25 de noviembre, también de 1927, todos esos contratos con objeto de obtener el control de la Compañía Constructora Richardson, S. A. En virtud de que con la celebración de dicho contrato, de 7 de enero de este año, se compromete el crédito de la Nación, suplico a usted que se sirva someterlo a la consideración del H. Congreso de la Unión. Al principio del mismo contrato aparecen los antecedentes de su concertación y en cuanto a los motivos que sirvieron para llevarla a cabo, son los siguientes: La Compañía Constructora Richardson, S. A., es titular de una amplia concesión para el aprovechamiento de aguas federales y propietaria de una gran extensión de tierras en la región del Valle del Río Yaqui, las cuales se hallan ubicadas en una mayoría considerable, dentro de la faja en que conforme a la Constitución de la República está prohibido poseer en propiedad a individuos o empresas extranjeras y a sociedades mexicanas cuya mayoría de socios sean extranjeros. La Compañía Constructora Richardson, S. A., es una negociación constituída conforme a las leyes mexicanas, pero sus acciones pertenecían a extranjeros, y además estaba controlada y manejada por una sociedad extranjera, la Yaqui Delta Land and Water Company. De hecho, pues, esta compañía era la dueña de una importante concesión para el aprovechamiento de tierras que están ubicadas en la región del Yaqui, encontrándose gran parte de ellas, como antes se ha dicho, dentro de la faja de prohibición a que se refiere la Constitución Federal. La Yaqui Delta Land and Water Company tenía comprometidas las acciones de la Constructora Richardson, por vía de fideicomiso, con otra empresa igualmente extranjera, o sea la Columbia Knickerbocker Trust Co. La Compañía Constructora Richardson, S. A., había venido operando con capitales extranjeros para explotar su concesión y adquirir sus bienes. La concesión para el aprovechamiento de aguas y la propiedad de las tierras del Río Yaqui estaban, pues, poseídas por elementos extranjeros, en una red extensa de combinaciones financieras.

"Las tierras del Río Yaqui, poseídas por la Compañía Constructora Richardson, S. A., en combinación con las mencionadas sociedades extranjeras, constituyen la más vasta extensión irrigada que existe en la República, teniendo un valor considerable que es imposible, por desgracia, que puedan adquirir individuos o empresas particulares mexicanas, cuando menos en un largo período de tiempo, dada la situación financiera del país. La misma Compañía Constructora Richardson, S. A., que facilita el agua para la irrigación de esos terrenos, controla y tiene en sus manos el mecanismo de la producción, en la región del Valle del Río Yaqui, que es una de las más grandes de la República. La adquisición de las propiedades del Valle del Río Yaqui por el Gobierno Federal, significa, consecuentemente, la posibilidad de aplicar la Constitución y sus leyes reglamentarias sin que exista peligro de complicaciones internacionales, como acontecía anteriormente, porque estaban poseídas por empresas extranjeras. Dicha adquisición evita que la más vasta extensión irrigable de la República esté en manos de empresas extranjeras y controlada por las mismas, y se ha logrado en parte las tendencias eminentemente nacionalistas que inspiran los actos del Gobierno. Ya en manos del Gobierno Federal las propiedades de la Compañía Constructora Richardson, S. A., y administradas por el Banco Nacional de Crédito Agrícola, que ha sido creado especialmente para impulsar y desarrollar la agricultura nacional, se está en posibilidad y se pondrá mayor empeño y eficacia para obtener la pronta terminación de las obras de irrigación que harán del Valle del Río Yaqui el mayor centro productor de la República, capaz por sí solo para cubrir las necesidades del país. Los productos que se obtengan de la región del Yaqui tendrán fácil distribución en toda la República por el Ferrocarril Sud - Pacífico, que ha puesto en contacto esa región con la parte central del país, originándose entonces una disminución en el precio de los artículos de primera necesidad y, por lo tanto, una baja considerable en el costo de la vida. Intensificada así la producción se evitará que el país siga importando del exterior gran cantidad de artículos de primera necesidad, básicos para la alimentación de nuestro pueblo, y como resultado se evitará asimismo que la moneda nacional tenga que salir al extranjero como consecuencia del desnivel en la balanza comercial que trae el exceso de importaciones, es decir, que la seguridad de que aquella región contribuya grandemente para evitar las importaciones de artículos de primera necesidad, hará más estable nuestro stock monetario y dará estabilidad a nuestra balanza comercial. El Gobierno Federal, por medio de un a institución como el Banco Nacional de Crédito agrícola, podrá ministrar a precios módicos el agua y aumentar la producción fomentando de una manera el desarrollo y progreso de la agricultura y evitando que los agricultores de aquella región se encuentren a merced de empresas extrajeras que sólo velan por sus propios intereses y cuyas utilidades van al extranjero en vez de quedar dentro del país. El asunto, desde el punto de vista financiero, ofrece ventajas importantes en atención al valor nominal de los bonos, acciones y

créditos cedidos, relacionado con el precio efectivo por el que se adquieren, pues existe un margen de consideración que hace augurar éxito pecuniario para el negocio. Además, el valor de las tierras que pertenecen a la Compañía Constructora Richardson, S. A., aumentará indiscutiblemente día a día, a medida que se terminen las obras de irrigación y que se desarrolle toda esa región. También aumentarán considerablemente para el Estado y la Federación, los ingresos por contribuciones prediales, etcétera. Por lo demás, ni aun en el supuesto de que no se derivaran para el Gobierno todas las ventajas pecuniarias que fundadamente se esperan de la adquisición de los valores que menciona este oficio, es indiscutible que la nación obtendrá un gran beneficio quitando de manos extranjeras tan enorme extensión de terrenos ubicados en la zona prohibida, evitándose así complicaciones internacionales.

"Lo que tengo la honra de transcribir a ustedes para los efectos que se indican en el preinserto oficio, permitiéndome a mi vez acompañarles en 92 fojas útiles el contrato de referencia.

"Suplico a ustedes acusarme el recibo correspondiente y les reitero las seguridades de mi consideración distinguida.

"Sufragio Efectivo No Reelección.- México, D. F., 23 de noviembre de 1928.- por acuerdo del secretario, el oficial mayor, Felipe Canales."- Recibo y a la 2a. Comisión de Hacienda.

"La Legislatura de Aguascalientes comunica que el C. Manuel Carpio rindió la protesta de ley ante ese cuerpo, como gobernador constitucional del Estado." - De enterado.

"El Congreso de Nuevo León apoya la iniciativa de la de Tlaxcala, referente a que se declare día de luto nacional el 17 de julio, en memoria del ilustre desaparecido general Alvaro Obregón." Recibo y a sus antecedentes.

"A los ciudadanos secretarios de la H. Cámara de Diputados.- Palacio del Poder Legislativo.- México D. F.

" En cabildo celebrado el día 15 del pasado mes de octubre, fue aprobado por este Ayuntamiento el contrato que, firmado por el C. Luis López Cortés como representante de la Comuna y el señor Enrique F. Osorio en representación de la Cooperativa Hidráulica de Atzcapotzalco, S. C. L., tenemos el gusto de acompañar, para su sanción y aprobación por ese H. Cuerpo, conforme a las disposiciones de la Ley para la Organización del Distrito y Territorios Federales.

"En vista de los enormes beneficios que reportará indiscutiblemente a la Municipalidad el provisionamiento de aguas potables y de riego, el Ayuntamiento ha juzgado ventajoso para los intereses de la colectividad, el proyecto de contrato que le fue presentado por la Cooperativa Hidráulica de Atzcapotzalco, S. C. L. previos dictámenes de las comisiones de Obras Públicas y Hacienda que adjuntamos, y después de cuidadosa discusión fue aprobado y espera que esa H. Cámara de Diputados se servirá sancionarlo, dándole fuerza de ley, para que la Cooperativa esté desde luego en posibilidad de emprender los trabajos respectivos a la mayor brevedad.

"Protesto a esa H. Cámara de seguridades de nuestra atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.- Atzcapotzalco, D. F., 7 de noviembre de 1928.- El presidente municipal, Luis López Cortés."- Recibo a la 2a. Comisión de Hacienda.

"A la H. Cámara de Diputados.- México, D. F. "Con motivo del luctuoso aniversario del fusilamiento de nuestro héroe máximo don José María Morelos y Pavón, tendrá verificativo en esta villa el día 22 de diciembre próximo, la ceremonia cívica que se hace año tras año en su conmemoración; el H. Ayuntamiento que por honra presido tuvo a bien acordar hacer a usted atenta invitación para que si a bien lo tiene se sirva nombrar una Comisión que asista a dicho acto en vuestra representación.

"Reitero a usted mi atención.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"Ecatepec, Morelos, A 22 de noviembre de 1928.-

El regidor 1o., E. D. D. P. M. D. L., A. H. Perea."

La Presidencia se ha servido nombrar en Comisión para que asistan a la ceremonia en San Cristóbal Ecatepec, a los ciudadanos diputados Wenceslao Labra, Manuel Horta, Sánchez Curiel Mario y Montaño Abelardo.

- El mismo C. secretario leyendo:

"La Comisión de Hacienda.

"H. Asamblea:

"A esta 1a. Comisión de Hacienda fue turnado para su estudio y dictamen el expediente relativo a la solicitud de pensión que hace la señora Mercedes Moreno Vda. de Bravo por los servicios que prestó a la Administración Pública su extinto esposo el C. José Z. Bravo, apoyada por la diputación del Estado de Oaxaca.

"El mencionado ciudadano Bravo fue asesinado el 10 de junio de 1925, cerca de Ayutla, Gro, cuando viajaban en el desempeño de una Comisión inherente a su cargo de Inspector de Zona del Servicio Postal. Al morir dejó desamparada a su familia compuesta de su esposa y seis hijos menores que actualmente se encuentran en aflictiva situación económica, sin que puedan gozar de los beneficios de la Ley General de Pensiones Civiles porque el asesinato a que nos referimos fue cometido con anterioridad al 12 de agosto de 1925, fecha de la promulgación del citado ordenamiento.

"Todas estas circunstancias fueron debidamente comprobadas por documentos que obran en el expediente y la Comisión estima de justicia acceder

a la petición; en tal virtud se permite someter a la consideración de Vuestra Soberanía el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Como recompensa a los servicios que prestó a la nación el C. José Z. Bravo, Inspector Postal, asesinado en cumplimento de su deber, se concede a su esposa la señora Mercedes Moreno Vda. de Bravo una pensión de seis pesos setenta y cinco centavos diarios que le será pagada íntegramente por la Tesorería General de la Nación mientras conserve su actual estado civil.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"México D. F., a 23 de noviembre de 1928.- F. J. Bórquez.- S. Salinas."

Primera lectura. En votación económica se pregunta si se dispensa la segunda lectura, para que entre a discusión el primer día hábil. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada. A discusión el primer día hábil.

"La Comisión de Hacienda.

"Señor:

"El C. Miguel Mejía, ex-glosador de 2a. del Departamento de Contraloría, dirigió ocurso de esta H. Cámara, pidiendo aumento de la pensión que disfruta. Por acuerdo de Vuestra Soberanía fue turnado a la Comisión que formamos los suscritos y habiéndose hecho el estudio del caso encontramos que no está dentro de las facultades del Poder Legislativo la concesión de la gracia pedida, toda vez que se encuentra el caso expresamente comprendido en los artículos 7o., fracción II, y 16, fracción I, del decreto de 9 de junio de 1926, que reforma la Ley General de Pensiones Civiles de Retiro, de 12 de agosto de 1925. Desde la expedición de este ordenamiento, solamente la Junta Directiva del Ramo de Pensiones está facultada para resolver esta clase de asuntos, tal como la autoriza la fracción II del artículo 72 de la citada Ley de Pensiones.

"Consecuentes con lo expuesto, nos permitimos someter a la consideración de esa H. Asamblea el siguiente punto resolutivo:

"Dígase al C. Miguel Mejía que por estar comprendido su caso en la Ley General de Pensiones Civiles de Retiro, se dirija a la Junta Directiva del Ramo para que esta institución resuelva lo conducente.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"México, D. F., a 19 de noviembre de 1928.- F. J. Bórquez.- S. Salinas." Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"2a. Comisión de Relaciones Exteriores.

"H. Asamblea:

"Esta 2a. Comisión de Relaciones Exteriores recibió, para su dictamen, el expediente formado con la solicitud del C. Agustín Larrañaga Tejeda, en la que pide a esta H. Representación Nacional el permiso necesario para poder aceptar y desempeñar el cargo de vicecónsul honorario del reino de Suecia, en el puerto de Tampico, Tams.

"Hecho el estudio correspondiente, la Comisión opina que debe concederse al C. Larrañaga Tejeda el permiso que solicita, ya que para ello no hay inconveniente legal alguno y por ajustarse su solicitud a los dispuesto por la fracción II del artículo 37 de la Constitución Política de la República.

"Por tanto, la subscrita Comisión se permite someter a la deliberación y aprobación de la H. Asamblea, el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se concede permiso al C. Agustín Larrañaga Tejeda para que sin perder su calidad de ciudadano mexicano acepte y desempeñe el cargo de vicecónsul honorario del reino de Suecia, en el puerto de Tampico, Tams.

"Sala de Comisión de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"México, D. F., a 15 de noviembre de 1928.- G. A. Uruchurtu.- M. Tárrega." Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra se reserva para su votación nominal.

"2a. Comisión de Relaciones Exteriores.

"Honorable Asamblea:

"Por acuerdo de Vuestra Soberanía fue turnado a esta 2a. Comisión de Relaciones Exteriores, el expediente formado con la solicitud del C. Juan Meillón de fecha 17 de octubre próximo pasado, en la que pide permiso constitucional para aceptar y desempeñar el cargo de cónsul de la República de Panamá, en el puerto de Manzanillo, Col.

"Estudiada la solicitud de referencia, la Comisión es de parecer que debe concederse al C. Juan Meillón el permiso que pide, toda vez que se ajusta a lo prescrito por el artículo 37, fracción II, de la Constitución General de la República.

"Por tanto, esta Comisión se permite proponer a la deliberación y aprobación de la H. Asamblea, el siguiente proyecto de decreto:

"Único. Se concede al C. Juan Meillón para que sin perder su calidad de ciudadano mexicano acepte y desempeñe el cargo de cónsul del a República de Panamá en el puerto de Manzanillo, Col. que le ha conferido el Gobierno de aquel país.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

"México, D. F., a 16 de noviembre de 1928.- A. G. Uruchurtu. - M. Tarrega." Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra se reserva para su votación nominal.

Está a discusión el proyecto de decreto por el cual se declara día de luto nacional el 17 de julio de cada año, que dice:

2a. Comisión de Gobernación.

"H. Asamblea:

"La H. Legislatura del estado libre y soberano de Tlaxcala, en circular número 15 de fecha 18 de julio del presente año, presentó iniciativa con fundamento en el artículo 71, fracción III, de la Constitución Federal, a efecto de que el Congreso General declare día de luto nacional el 17 de julio de cada año, en memoria del ilustre desaparecido, general Alvaro Obregón, presidente electo de la República.

"La iniciativa de referencia que ha sido secundada por las legislaturas de otros Estados, fue turnada por acuerdo de esta H. Cámara a la 2a. Comisión de Gobernación, que viene a presentar dictamen, consultando que de acuerdo con la repetida iniciativa se expida el decreto correspondiente.

"A los suscritos, miembros de la Comisión Dictaminadora, nos parece innecesario detenernos para hacer amplias consideraciones acerca de la personalidad y merecimiento del C. general Alvaro Obregón.

"Fresca está en nuestra memoria la campaña política de 1927 y 1928, durante la cual el C. Obregón recorrió en jira triunfal la República entera, exponiendo sus grandes ideales, sus propósitos encaminados a lograr la reconstrucción nacional, y sus deseos de hacer de modo efectivo, práctico e inmediato, cuanto pudiera facilitar el progreso de México. La inmensa mayoría de los ciudadanos diputados que integramos esta H. Cámara, tuvimos oportunidad de escuchar y de aplaudir con sincero entusiasmo los discursos y disertaciones en que expuso sus tendencias y sus pensamientos acerca de todos los problemas de importancia para la vida de la nación, y encontramos siempre la alteza de miras, la firmeza de las resoluciones, la clara percepción de los problemas y la voluntad resuelta de hacer el bienestar de la familia mexicana, expresado todo en forma que demostraba la madurez serena y firme del estadista.

"Contados meses han transcurrido desde que el pueblo mexicano por votación unánime lo eligió presidente de la República, en elecciones que fueron verdadera fiesta cívica; y aún no acaba el estupor del país, conmovido profunda, dolorosa y justamente, cuando la vida valiosa del C. general Alvaro Obregón fue sacrificada por el crimen más necio y más vil de nuestra historia, por el asesinato proditorio consumado por infames, que sembraron en el cerebro del asesino de idea que culminó en el crimen execrable del 17 de julio.

"Si el país entero reconoce y admira los méritos indiscutibles del presidente electo asesinado; si el crimen provocó reprobación unánime, expresada con toda energía por los elementos sanos de la nación; si ninguna demostración de duelo por tan lamentable muerte será nunca bastante, nada más justo que probar la iniciativa de la H. Legislatura de Tlaxcala, con dos propósitos fundamentales:

"Primero. El proclamar una vez más los merecimientos del C. general Alvaro Obregón, conservando su recuerdo como símbolo de gloria, de inteligencia, de honradez y de grandeza de miras, y

"Segundo. El de perpetuar y acrecentar en la presente generación y en las que nos sucedan la condenación constante y resuelta del asesinato cometido y la reprobación justa, enérgica y unánime de la República para el cínico asesino material y para sus instigadores.

"En atención a lo expuesto sometemos a la consideración y aprobación de esta H. Asamblea el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se declara día de luto nacional el 17 de julio de cada año, en conmemoración del asesinato cometido en la persona del C. general Alvaro Obregón, presidente electo de la República.

"Transitorio.

"Este decreto entrará en vigor desde la fecha de su promulgación.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F., a 9 de noviembre de 1928.- Pablo García Ortiz.- L. Mayoral Pardo."

No habiendo quien haga uso de la palabra se reserva para su votación. Se procede a recoger la votación nominal de los tres proyectos reservados. Por la afirmativa.

El C. Jiménez Antolín: Por la negativa. (Votación.)

El C. secretario Moctezuma: ¿Falta algún ciudadano diputado por votar? ¿Se procede a recoger la votación de la mesa? (Votación.)

Fueron aprobado los proyectos por 143 votos de la afirmativa. Pasan al Senado para sus efectos.

El C. presidente: Tiene la palabra para hechos el C. diputado Hernán Laborde.

El C. Laborde Hernán: Compañeros: Yo sé que algunos compañeros diputados se han dedicado a propalar la consigna de que no se me deje hablar. Protesto contra este procedimiento y espero de la dignidad y el decoro de todos los diputados que no obedecerán esa consigna. (Voces: ¡Que hable¡) Lo celebro compañeros, porque en este caso podré exponer mis ideas como tengo derecho a hacerlo. (Voces: ¡Muy bien¡) Compañeros, yo he pedido la palabra porque tengo instrucciones de organizaciones obreras revolucionarias, genuinamente representativas de la opinión popular en México, para exponer ante ustedes hechos que estas organizaciones consideran de altísima importancia por el porvenir de nuestro país y para el porvenir de todos los países latinoamericanos, y de una manera muy particular para el porvenir de la clase trabajadora de todos estos países a la cual pertenezco.

He querido exponer estos hechos ahora mismo, porque es el momento más oportuno para ello, y porque tengo instrucciones en ese sentido de las organizaciones obreras, a las que me vengo refiriendo. (Voces: ¡No existe¡ ¡Nombres¡) Las organizaciones a que me estoy refiriendo son, en primer término, la "Liga Antiimperialista de las Américas."

El C. Santos Gonzalo N.: ¡No existe¡

El C. Laborde: En segundo lugar.....

El C. Santos: ¡No existe¡

El C. Laborde (dirigiéndose al C. Santos): Es usted un excelente porrista, compañero. Lo felicito por ello. (Murmullos. Risas.) En segundo término, del Comité "Manos fuera de Nicaragua", al cual, compañeros, entre paréntesis, debo decir a ustedes pertenece al Partido Socialista Fronterizo de Tamaulipas, cuyo jefe es el licenciado Portes Gil, presidente electo.

El C. Santos Gonzalo N.: No sorprendas a la Asamblea.

El C. Laborde: No, señor; no soy un político, no soy mentiroso, ni soy chanchullero, como hay algunos.

El C. Santos: ¡Nombres¡

El C. Laborde: Tenga usted la bondad de no estarme interrumpiendo.

El C. Santos: Es usted un sorprendedor de multitudes únicamente. (Murmullos. Campanilla.)

El C. presidente: La Presidencia suplica atentamente a los señores diputados que permitan al orador hacer uso de la palabra.

El C. Santos: ¡No es orador ése¡ (Risas.)

El C. Laborde: El "Comité Manos Fuera de Nicaragua" es una organización real y positiva, al cual está adherido el Partido Socialista Fronterizo.

El C. Santos Gonzalo N.: ¡Miente¡

- El C. Laborde:. según resolución de la 5a. Convención y en este periódico estás publicado el dictamen aprobado en esa convención, y firmado. (Murmullos. Siseos.) - El C. Santos: Fue para mandar medicinas, no para hacer sinvergüenzadas.

El C. Laborde: Tengo también instrucciones del partido.

El C. Santos: No sabe votar ni en pro ni en contra.

- El C. Laborde:.... del Partido Ferrocarrilero Unitario, en el propio sentido, y por eso vengo a cumplir con esas instrucciones, y espero, compañeros diputados, como decía al principio, que ustedes tendrán la dignidad y el decoro suficientes para dejarme hablar, porque los procedimientos que pone en práctica el compañero Santos.

El C. Santos: No soy su compañero. Usted es un farsante.

El C. Laborde: Le llamo compañero porque de algún modo le he de llamar. Decía que sus procedimientos no son dignos ni decorosos y hacen muy poco honor a la Cámara de Diputados (Gritos. Protestas. Campanilla.) Compañeros. (Voces ¡No lo somos¡. Mr. Hoover, presidente electo de los Estados Unidos, acaba de llegar a Ampala, Honduras; Mr. Hoover, presidente electo, hace en estos momentos un viaje de circunvalación por Centro y Sudamérica, alrededor del continente, en el acorazado "Maryland", uno de los más poderosos de la Marina de Guerra de los Estados Unidos. Mr, Hoover dice que su viaje alrededor del continente es de buena voluntad, y yo quiero, compañeros, por instrucciones de las organizaciones obreras que represento, pues así me lo han ordenado, dar a conocer ante el pueblo trabajador de México el verdadero carácter de este viaje, de este viaje de buena voluntad, como dice Mr. Hoover. Los compañeros diputados que lean la prensa hay algunos que ni eso hacen (Gritos. Protestas. Risas.) ya se habrán dado cuenta de que los periódicos burgueses comienzan a decir pueden ustedes leerlo en "El Universal", donde hay cables a cerca de lo que dice la prensa inglesa, los periódicos ingleses empiezan a decir que el viaje de Mr. Hoover en un viaje de carácter comercial; los periódicos ingleses empiezan a decir que Mr. Hoover lleva como misión a Centro y Sudamérica contrarrestar los efectos de la visita del príncipe de Gales recientemente hecha a esos mismos países, desde el punto de vista de las relaciones mercantiles de Inglaterra con Argentina, Brasil y Chile. Esto, aun cuando para los compañeros diputados que no tienen idea de lo que es la expansión de los Estados Unidos en el Continente Americano, que no tienen conciencia del enorme peligro que esta expansión representa para los pueblos latinoamericanos, aun cuando para ellos esto no tenga ninguna importancia, la tiene, y enorme, compañeros. Se trata en realidad de una guerra económica entre Inglaterra y los Estados Unidos. (Voces: ¿Y qué?) Se trata, en realidad, de una guerra económica. (Voces: ¿A cuál vas tú?) Se trata, en realidad, de una guerra económica, en la cuál el capital inglés está siendo desalojado poco a poco del Continente Americano por el capital yanqui. Esto, compañeros, no tendría mayor importancia si no fuera porque ese avance del capital yanqui a costa del capital inglés en el Continente Americano, significa la sumisión de todos los pueblos latinoamericanos, más tarde o más temprano, la sumisión de todos los pueblos latinoamericanos al imperialismo yanqui, a los banqueros de Wall Street. Ese es el peligro que yo vengo a señalar en estos momentos. (Murmullos.)

Lo que nos interesa a nosotros de esta pugna entre Inglaterra y los Estados Unidos, es la historia del monstruoso desarrollo económico de que ese imperialismo, el más joven, el más brutal, el más insaciable de la historia. Esto es lo que nos interesa a nosotros. (Murmullos.) Ustedes, compañeros, ustedes por muy mala voluntad que tengan al punto de vista que yo estoy expresando en este momento, ustedes tendrán que reconocer conmigo que no ha pasado el tiempo suficiente para que olvidemos el despojo de que fuimos víctimas en 1847, en que el imperialismo yanqui, en su desarrollo inicial, nos arrebató más de la mitad de nuestro territorio. (Murmullos.) Ustedes no habrán olvidado la ocupación de Veracruz (Voces: ¡Apa¡ Golpes en los pupitres.) ¡Ustedes, como mexicanos que son, como patriotas y como revolucionarios, no tienen derecho a impedirme hacer uso de la palabra cuando vengo a protestar aquí contra los invasores de nuestra patria en 1914 y en 1916; contra los asesinos del pueblo nicaragüense y contra los opresores de los cubanos¡ (Golpes en los pupitres.) ¡Si ustedes tienen dignidad, no tienen derecho a interrumpirme en este sentido¡ (Golpes en los pupitres. Voces: ¡Apa¡) ¡Yo vengo, compañeros, a protestar enérgicamente contra esta humillación de los diputados mexicanos ante Mr. Morrow, en México¡ (Gritos.

Golpes en los pupitres.) ¡Yo exijo compañeros, que se me permita hablar; de lo contrario creeré que esta Cámara no es una Cámara de representantes populares¡ (Gritos: ¡Apa¡)

Yo estoy convencido, compañeros, de que a pesar de que la mayoría de los diputados presentes, me dan la razón, creen que tengo derecho al venir a protestar aquí en nombre de los trabajadores mexicanos por ese hipócrita de Mr. Hoover; aunque la mayoría de los diputados presentes me dan la razón y están dispuestos a escucharme, yo sé que las pequeñas porras que suele manejar esta Cámara, en los momentos en que se imponga la consigna, (Gritos: ¡Huy¡ ¡Huy¡) no se me va a dejar hablar. (Gritos: ¡Apa¡)

El C. Doria: ¡Ojalá que hablara con argumentos¡

El C. Laborde: ¿Cómo quiere usted que argumente?

El C. Doria: A la Asamblea se le convence con argumentos, no con barrabasadas.

El C. Laborde: Compañeros: Estoy absolutamente convencido de que no va a ser posible que yo diga todo lo que debía decir en esta tribuna. (Gritos: ¡Apa¡) Compañeros, voy a ser breve y suplico a ustedes una vez más una poca de atención. (Murmullos.)

Es en vano, compañeros, es en vano que pretendan negar la luz del sol. Todos, absolutamente todos, sabemos cuál es en estos momentos la situación de Cuba y Centro América; todos absolutamente sabemos que esa situación de Cuba y Centro América podrá ser mañana o pasado la situación de todos los países latinoamericanos, desde México hasta la Argentina. Todos ustedes están perfectamente enterados de que Mr. Elliu Root, secretario de Estado, declaró en 1909 que era cuestión de tiempo que México y los demás países latinoamericanos, que todavía no estaban bajo la férula de los Estados Unidos, lo estuviesen. Todos ustedes saben perfectamente que los escritores norteamericanos representativos de la mentalidad americana, de los capitalistas yanquis, declaran en todos los tonos, en los periódicos en que escriben, que los Estados Unidos están llamados a extender sus fronteras hasta la Tierra de Fuego. En estas condiciones no tenemos derecho, compañeros, a desentendernos de esta cuestión tan importante, no tenemos derecho, por un pueril temor de disgustar al representante de los Estados Unidos en México, a no portarnos con todo valor en estas cuestiones y considerarlas con la atención que merecen. Eso pido de ustedes. Que se den cuenta de la responsabilidad histórica que tenemos en esto momentos de avance del imperialismo americano, cuando todos los países del Centro y Sudamérica están sojuzgados; cuando en Guatemala, San San Salvador y Honduras gobiernan los ministros Norteaméricanos y no los presidentes de esas Repúblicas; cuando en Cuba los gerentes de las centrales azucareras son las verdaderas autoridades, son los señores de horca y cuchillo y cuando a sus órdenes están las autoridades civiles; cuando en las centrales azucareras se azota a los guajiros cubanos como hace cincuenta años se azotaba a los esclavos negros. En estos momentos, cuando Guatemala acaba de conceder un puerto del Pacífico a los Estados Unidos; cuando se le ha impuesto a Nicaragua un tratado por el cual cede el golfo de Fonseca, una base naval que nos aísla de Centro América y nos pone a merced de la marina yanqui; cuando poseen la base naval de Guantánamo que le arrebataron a Cuba, y con la de Fonseca nos rodearán en un círculo de Fuego, en estos momentos es verdaderamente criminal que aquí, en la Representación del pueblo mexicano, en la Representación Nacional, en la Representación del pueblo revolucionario de México, no se permita a un diputado, representante de los trabajadores, expresar su opinión.

Yo insisto en que esto se debe tomar en cuenta, porque en estos momentos se está cometiendo un ignominioso atentado con los países centro y sudamericanos y se cometerá después contra todos los pueblos latinoamericanos mañana o pasado. El capitalismo yanqui controla todas las riquezas naturales de Centro América, porque se ha convertido en un pulpo de absorción de todas las riquezas de esos países, y por esto tarde o temprano tendremos que sentir el peso de la fuerza del imperialismo yanqui. Y yo lo digo, compañeros, en estos momentos cuando el general Sandino se está sacrificando en Nicaragua con un puñado de valientes, que se ven obligados a quitarles los víveres a los invasores, que se ven obligados a curar sus heridas con agua clara, porque no tienen ni medicinas; en estos momentos, cuando las tropas yanquis, los invasores, están usando balas Dun Dun que no se atrevieron a usar en las trincheras europeas, por inhumanas; en estos momentos, cuando se caza como fieras a los nicaragüenses; cuando en Nicaragua se devastan aldeas enteras, habitadas por hombres, mujeres y niños, con aeroplanos y con todos los medios de destrucción de que dispone el imperialismo yanqui; en estos momentos no tenemos nosotros derecho a cerrar nuestros oídos y nuestros ojos para no oír y para no ver. Yo, señores, reclamo solidaridad de los representantes del pueblo revolucionario de México para el general Sandino (Voces: ¡Vámonos! ¡Risas!) que está marcando el camino de la lucha por la libertad. El general Sandino representa en México, digo, en América, la posibilidad de una lucha uniformada de todos los trabajadores revolucionarios de esto países para detener el avance yanqui; general Sandino quiere decir que mañana o pasado habrá un Sandino en cada país latinoamericano, y entonces se podrá detener el avance del imperialismo. El general Sandino sin recursos, sin medios, sin armas y sin parque, lucha y vence; lucha y vence, y les arrebata a los insolentes infantes de la marina yanqui, las banderas, los orgullosos pabellones de las barras y las estrellas, con los cuales las mujeres de los oficiales sandinistas se están haciendo faldas en estos momentos. Esas banderas, como la que tengo aquí para el que quiera verla, para el que no tenga miedo a Mr. Morrow (Voces: ¡A verla!) les fue arrebatada a los infantes de la marina americana por las topas sandinistas. Eso es lo que yo quería decir. (Voces: ¡A verla¡) ¿No tienen miedo? (Voces: ¡No!) - el orador exhibe una bandera

norteamericana - De puño y letra del general Sandino, dice: "Esta bandera fue avanzada a la 47a. Compañía, 77 Regimiento del Cuerpo de Marinos de los Estados Unidos, en el combate de "El Zapote", el 14 de mayo de 1928. Patria y Libertad.- El Chipotón, mayo 23 de 1928.- A C. Sandino." (Murmullos.)

Esto, compañeros, debe hacernos recordar el 47 y debe hacernos recordar el año de 1914, cuando los cadetes de nuestra Escuela Naval supieron dar una prueba, una demostración.

El C. Santos: ¿Quién nos ayudó?

El C. Laborde: Compañeros: Estoy convencido de que en esta Cámara de Diputados somos muy pocos los verdaderos representantes del pueblo trabajador mexicano; estoy convencido de que aquí abundan muchos políticos del tipo de este señor Santos, que no es representante del trabajador, ni verdadero representante y que no tiene decoro.

El C. Santos Gonzalo: ¡Lo tengo más que usted, usted es un farsante!

El C. Laborde: Termino para decir esto: Sea cual fuere la opinión de la Cámara de Diputados, de hoy en adelante me merecerá un concepto muy inferior, en mi criterio personal, al que me había merecido antes. (Murmullos y risas¡) Yo digo esto: El pueblo trabajador de México considera como burla sangrienta el viaje de Mr. Hoover; el pueblo trabajador de México considera el viaje de Mr. Hoover como un viaje de supervisión de los intereses norteamericanos en Centro y Sudamérica y el pueblo trabajador no quiere que Mr. Hoover venga a México. El pueblo trabajador advierte a Mr. Hoover que si se atreve a pisar las playas de Veracruz, las sombras de Uribe y Azueta se levantarán de sus tumbas para escupirle en el rostro todo el odio de la América Latina. (Siseos)

El C. Santos Gonzalo: Pido la palabra.

El C. presidente: Se ha inscrito con anterioridad el diputado Melchor Ortega.

El C. Santos: Pido que se me permita hablar en seguida por haber sido aludido.

El C. presidente: Tiene usted la palabra, que le ha sido cedida por el ciudadano diputado Melchor Ortega.

El C. Santos Gonzalo: Compañeros: El ciudadano Laborde, que ni es representante de los trabajadores y que tiene miedo de votar cuando se ponen las cosas difíciles, nos viene con una bandera norteamericana, de procedencia muy dudosa, para decir aquí que la capturó el general Sandino en Nicaragua.

Para ser verdadero latinoamericanista no se necesita andar cobrando cuotas aquí, que no se sabe a dónde van a parar. Por eso no tomaron en serio los señores diputados a este individuo, a estos farsantes que vienen aquí escudándose en uno que otro compañero de buena voluntad, de buena fe quizá, para hablarnos de libertades de la América Latina. Yo no soy un romántico, y muy partidario he sido siempre de que México no se meta en asuntos que no le incumben; de que no juegue su carta, porque nada le interesa; porque muchos momentos difíciles ha tenido nuestra patria, y nunca hemos visto que venga de los países hermanos de Latinoamérica a morirse con nosotros, si no es en forma aislada, pero no en forma colectiva, como se pretende aquí, meternos en un asunto difícil, por un farsante como es el señor Laborde.

El C. Laborde: No tiene usted títulos suficientes de honradez para llamarme a mí farsante.

El C. Santos: Yo sí tengo títulos suficientes de revolucionarios, muchos antecedentes de revolucionario, de hombre de acción dentro de la Revolución y de lo que quiera fuera de la Cámara. El señor es un farsante. (Murmullos. Campanilla.)

El C. Laborde: Yo sé qué clase de revolucionario es usted. Todo el mundo lo conoce.

El C. Santos: Usted no sabe qué clase de revolucionario soy yo, porque usted es un farsante, y los farsantes, compañeros, no están capacitados para juzgar a los revolucionarios. Por ejemplo, voy a poner aquí por testigos a compañeros míos con quienes muchas veces he tenido dificultades en política, porque quizá no me justifiquen en muchos de mis actos. Yo creo que usted es un farsante; dice que todo el mundo sabe qué clase de revolucionario soy yo. Yo pongo por testigos a mis paisanos Manrique y Soto y Gama y no están juntos conmigo, a ver si no soy revolucionario. Lo demás es punto y aparte. Yo pido que Manrique, está presente, diga desde cuándo me conoce de revolucionario para que usted me discuta en otro terreno y no en ése. Suplico al compañero Manrique...

El C. Laborde: Usted es buen porrista.

El C. Santos: También eso es aparte.

El C. Manrique: No deseo intervenir en este debate, porque intervenir en él significaría tomar partido en contra de Laborde, a quien se ha cometido, en mi sentir, cualesquiera que sean sus puntos de vista la injusticia de no escucharlo; lo merece como diputado que es. Y, pues, no se le ha escuchado, como él lo merecía, yo no podré agregarme, yo no podré sumarme a la actitud de la Cámara, que ha sido de prevención contra él. Que en este sentido tome mi silencio en estos momentos el compañero Santos.

El C. Santos: El silencio de Manrique es muy elocuente. Si yo fuera un farsante, como el señor Laborde, Manrique lo hubiera dicho. El señor está mintiendo. Agradezco a Manrique su actitud decorosa. Yo no voy a seguir en un asunto personal, que para eso fuera de aquí está muy bien. Lo que sí quiero es que no se sorprenda aquí a la Asamblea, para que no se sorprenda a través del radio de la opinión, quiero decir esto: Nosotros no necesitamos, para saber morirnos en una invasión extranjera, que nos vengan a excitar, cuando no tenemos problemas enfrente. Creemos muy antipatriótico provocar al fuerte, lo digo sin ambages; creo muy decoroso aceptar cualquiera lucha que el fuerte quiera, cuando él nos provoque, cuando nos atropelle; ¿Pero en estos momentos saben ustedes de algo grave para el país, de algo difícil en las relaciones entre los Estados Unidos y México? ¿Es patriótico provocar dificultades tan sólo para escuchar el aplauso de tres o cuatro bienintencionados y de los farsantes como el señor Laborde? (Voces: ¡No! ¡No!) ¿Es esto justo? No, compañeros. Lo que pasa es que hay ciudadanos que llegan aquí

sin representar a nadie, porque yo creo que la elección de Laborde es de origen muy dudoso, no así la mía, que he sido cinco veces electo diputado por San Luis Potosí, tres veces al Congreso General y dos al Local; y allí están los expedientes y allí está la región que sí represento, donde con muchos o pocos he luchado cuando la Revolución se ha visto en peligro. El señor Laborde dice que es revolucionario; muy bien, se declaró en huelga de hambre (Voces: ¡Está muy gordo!), eso es todo ¿Pero para qué hacemos cuestiones personales si éstas se pueden dilucidar en otra parte? Aquí debemos ir al asunto traído a discusión. No creo patriótico, no creo ni siquiera honrado, si se es consciente, que se provoquen situaciones difíciles sin necesidad, que se provoque el empeoramiento de las relaciones exteriores cuando México las tiene buenas con el extranjero, cuando apenas empieza a estar en buena armonía con los demás países. Yo creo que este señor Laborde quiere provocar, si no a nuestra patria - porque no quiero ser exagerado, a pesar de los conceptos que él haya expresado respecto a mí, sí creo que él con toda mala intención quiere provocar una mala situación internacional al Gobierno de la República. Por tanto, en estas condiciones no debemos escucharlo. Quiero suponer algo más: Que esa bandera sea auténtica, que ha sido quitada a los norteamericanos, muy bien; sentimos con ellos, sentimos con los nuestros ¿pero qué acaso nosotros no hemos tenido nuestro 47, lo que él mismo viene diciendo, la invasión a Veracruz? Y yo, este revolucionario humilde a quien este señor ha llamado aquí no sé cómo, me parece que farsante, como yo le repetí mucho a él, está por aquí el general Félix Lara, que debe vivir, y sabe que a sus órdenes me batí en Parral contra los norteamericanos. Eso no lo hizo ese señor que se declaró en huelga de hambre. Pero entonces no provocamos nosotros, entonces nos provocaron; vino una expedición punitiva, se metieron hasta Parral, señores diputados, y en Parral iba yo a una comisión cerca del general Félix Lara, que vive, que no ha muerto, que debe estar aquí en la capital de la República - hace muchos años que no lo veo; estaba de presidente municipal Juan - no recuerdo el nombre de la Luz Herrera, José o Juan de la Luz, padre de Maclovio Herrera, y yo, a las órdenes de ese señor, me batí en Parral contra los norteamericanos, a los que este señor quiere fulminar aquí, desde la tribuna de la Cámara, provocando conflictos al Gobierno. Es un farsante el señor Laborde, a quien yo no me honraré nunca en llamarlo compañero. (Aplausos. Murmullos.)

El C. presidente: Tiene la palabra para hechos el ciudadano diputado Melchor Ortega.

El C. Ortega Melchor: Señores diputados: Principio lamentando que el señor Laborde, lejos de dirigirse en tono moderado, como debiera hacerlo, haya principiado por insultar a la Representación Nacional, y a eso, indudablemente, se debe que no se le haya escuchado con el silencio que muchos hubiéramos querido.

El C. Laborde: No es cierto.

El C. Ortega: El señor Laborde principió insultándonos, y no era posible acallar, compañeros, las voces de protesta que salían, espontáneas, de cada uno de los representantes.

El C. Laborde: ¿Me permite usted una aclaración?

El C. Ortega: Las que usted guste.

El C. Laborde: Compañero, usted falta a la verdad si dice que yo empecé insultando. Yo empecé hablando con absoluta serenidad, y cuando vi que el compañero Santos y dos o tres más estaban empeñados en no dejarme hablar, fue cuando me exasperé, como es lógico que suceda en estos casos. De manera que si usted quiere proceder con honradez, no debe insistir en esa afirmación. Yo no empecé insultando a nadie.

El C. Ortega Melchor: Para contestar al compañero Laborde debo decirle que, para evitar palabras, nos vamos a remitir al DIARIO DE LOS DEBATES, cuya fiel expresión toman los taquígrafos de esta Cámara.

El señor compañero Laborde se me figuró, en los momentos que abordaba la tribuna y hacía su exposición, un enviado de los magnates de Inglaterra. Nos viene diciendo de un pugna comercial entre los Estados Unidos e Inglaterra; nos viene diciendo - a su manera de ver que mientras más se apodere del mercado comercial el coloso del Norte, echando fuera al no más humanitario de Inglaterra, se resentirán serios perjuicios en todo el continente. Apenas ha principiado el viaje el presidente electo de los Estados Unidos, que la prensa americana dice ser de buena voluntad; todavía no conocemos siquiera cuáles serán los procedimientos de ese hombre que gobernará los Estados Unidos, y ya Laborde viene aquí tratando de arrastrar a esta Cámara a un acto profundamente impolítico e inconveniente. Nosotros no tenemos derecho de prejuzgar en materia alguna; nosotros debemos, cuando menos, esperar serenamente a que principie al gobierno de Mr. Hoover, conocer sus procedimientos y obrar en consecuencia. Yo quiero decir al compañero Laborde que él no estuvo presente en esta Cámara, pero aquí estamos un gran número de representantes de la Legislatura pasada, que cuando en ocasión solemne, cuando se veía inminente el rompimiento entre los Estados Unidos y nuestro país, cuando el Gobierno del general Calles con toda virilidad, con toda hombría, defendía el decoro y la soberanía de nuestra patria, la Cámara de Diputados, compañero Laborde, supo estar a la altura de su deber. (Aplausos.) Puedo responderle al señor diputado Laborde, a despecho de sus palabras ruines, que en esta Cámara de Diputados, en los momentos en que se ofrezca, en los momentos en que se haya necesidad de ponernos a la altura de nuestro deber, no habrá uno solo de nosotros que no esté dispuesto a ir hasta el sacrificio. (Aplausos.)

Dentro del terreno diplomático, y ya que se atacó aquí al actual Embajador de los Estados Unidos, debo decir al señor diputado Laborde, que nosotros supimos condenar, con toda energía, la política falsa y dolosa del pasado Embajador de los Estados Unidos en nuestro país; pero que no podemos menos que reconocer la sinceridad, la honestidad y la honradez con que, a nuestro juicio,

procede Mr. Morrow (Aplausos) y que por esta circunstancia, así como es honrado venir aquí a esta tribuna en los momentos difíciles a agarrar su puesto de combate, es también honrado venir a hacer justicia a los hombres que la merecen. Mr. Morrow, a despecho de usted, ciudadano Laborde, que no lo considero ni como buen patriota ni como buen mexicano, ha hecho una labor como no la había querido hacer ninguno, o no la había podido hacer ninguno de los representantes anteriores; y por eso, por esa manera de proceder de Mr. Morrow, se ha ganado nuestras simpatías y cuenta con nuestro aprecio.

En momentos difíciles también para el pueblo de Nicaragua, nosotros hemos sabido expresar nuestra simpatía para los luchadores liberales que derraman su sangre en busca de la independencia de aquel país.

El C. Laborde: Dice Santos que no nos importa.

El C. Santos: Sí, sí nos importa. Miente usted, usted miente si dice eso.

El C. Ortega: Y yo creo que fuera de la actitud de esta Cámara, provocada por el diputado Laborde, porque yo hubiera querido que hubiera hablado cuanto hubiera querido y que se le hubiera escuchado para venirle a rebatir cada una de las que él creyera sus razones, para venirle a decir aquí, como lo estamos haciendo, dentro de lo breve que habló, cuál es nuestra manera de pensar, y para que así la Cámara, escuchándonos a cada quien, viniera con un poco de más solidez.

El C. Laborde: Permítame usted.

El C. Ortega: Después. tiene usted derecho, puede venir cuantas veces quiera a esta tribuna. Hemos dado pruebas de ser ecuánimes, de creer que todavía tenemos todos absoluto derecho de venir a abordarla y exponer nuestro criterio, de exponer nuestras ideas cualesquiera que sean; pero no principie usted por injuriarnos, porque no es posible en esta forma.

Para terminar quiero, creyendo que estoy interpretando a mis compañeros de Cámara, (Voces: ¡Sí!) decir lo siguiente: Ojalá que el presidente electo de los Estados Unidos visite nuestro país; ojalá que todos los hombres de los Estados Unidos pudieran venir para que nos conociera, para que compenetrados de nuestra situación efectiva y real, supieran mejor entendernos y mejor comprendernos, para que así existiera la verdad, que por desgracia para nuestro país los periódicos amarillistas de los Estados Unidos tratan siempre de desvirtuar. Ojalá y todos los hombres de los estados Unidos quisieran venir aquí, como quiera que fuera, aun cuando no fuera buena su intención, aunque no fuera sana, pues estoy seguro de que al estar con nosotros, como quiera que fuera, habría de quitárseles esa mala intención que tuvieran; con más razón si esos hombres vienen animados de buena fe, de buena voluntad; porque al conocernos, al tratar a nuestro pueblo, al conocer su hidalguía, estoy seguro de que permaneciendo unos días entre nosotros, viniendo con buena intención, poco será si no se llevan el afecto y el cariño de nuestro pueblo. (Aplausos.)

El C. presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Ibáñez.

El C. Ibáñez Crisóforo: Honorable Cámara: Voy a ocupar la tribuna por muy breves momentos, y me mueve a dirigir la palabra lo trascendental de las cuestiones que se han tratado aquí. Y debo explicar que si hubo una actitud agria de los oyentes para el señor Laborde, fue porque consideramos sus palabras imprudentes e impolíticas. Imprudente hasta el sumo de la imprudencia es venir a tratar aquí cuestiones en contra de los Estados Unidos en el momento en que las relaciones diplomáticas están en la mejor disposición con los Estados Unidos. Nosotros, que no podemos quitar nuestra colocación en el mundo, que estamos a un pie de los Estados Unidos, es incuestionable que nuestro punto de vista, el punto de vista patriótico, es el de una propia estimación y el de un propio respeto a nuestro decoro; pero también un respeto y una consideración franca y leal y una amistad sincera hacia los Estados Unidos.

Es natural que entremos en las relaciones internacionales conservando nuestra integridad, conservando nuestro respeto hacia nosotros mismos, pero respetuosos de las otras nacionalidades, respetuosos de los otros Estados. Y si Mr. Hoover, representante de un Estado, viene al pueblo mexicano, los representantes del pueblo mexicano tienen que tratarlo con su acostumbrada cortesía por su alto puesto del Ejecutivo de los Estados Unidos. Otras ideas, otros acaloramientos, no son más que insensateces y no es más que representar al sovietismo, al mal sovietismo, con el que nada tenemos que ver nosotros. México no es una dependencia de Rusia soviética: México es autónomo. (Aplausos.)

Y no se crea que al ser autónomo, y no se crea que al tener una actitud de amistad franca y sincera con los Estados Unidos, se quiere tener una actitud de bajeza o una actitud de enemistad con la América del Sur. Tenemos con ella parentesco racial, tenemos semejanza espiritual, tenemos afectos; pero esos efectos no nos llevarán hasta la imprudencia, no nos llevarán hasta disolver la integridad de la patria; de la patria que se ha ido formando lentamente, que tenemos todavía en un estado de formación que la han formado el dolor y la guerra contra las invasiones y la guerra contra nosotros mismos, hasta establecer valores revolucionarios, hasta tener un lineamiento racial y un lineamiento espiritual propio y hasta lograr hacer un Estado en el concierto de las naciones. Esto ha costado sangre, esto ha costado el esfuerzo de millares de pensadores, de millares de guerreros, de millares de obscuros que han sembrado la tierra de sangre y la patria mexicana se ha llegado a consolidar; y en el momento en que vamos ascendiendo a la cumbre, en el momento mismo en que comenzamos a tener estabilidad, en el momento en que vamos a ser considerados en el mundo entero, venir aquí con injurias, venir aquí con disoluciones, venir aquí a sembrar un cataclismo nacional, esto señores, ni es prudente ni es patriótico ni es propio de esta Cámara de Diputados. Si se trata de

nuestro decoro, si se tratara de nuestra integridad, hay muchos espíritus aquí que están dispuestos al sacrificio; ¿Pero para qué buscar una contienda inútil, para qué buscar unas relaciones tirantes que puedan ser funestas al país? ¿Por qué no recibir tranquila, serena y noblemente al que viene como embajador de buena voluntad? ¿Por qué no expresarle aquí que no tenemos rencores por el pasado y que tenemos confianza por el porvenir¿ ¿Por qué no presentarnos ante él, serenos, dueños de nosotros y fuertes; pero sin agresividad, sin odio para ellos, sin rencores?

Se nos viene a decir aquí que uno de los motivos, que una de las causas sería la cuestión obrera. La cuestión obrera, desde cualquier punto de vista que se le plantee, está radicada en la organización para la alta producción y en el salario con relación a la producción. Y en este sentido si han triunfado en el mundo los americanos, es porque son sencillamente maestros en este arte difícil; ¿por qué nosotros que no hemos logrado encontrar el equilibrio entre la producción y el salario, nosotros que estamos en pañales en materia de organización obrera, en que hay un gran contingente de política en las cuestiones obreras; en que chorrean sangre muchas de las cuestiones obreras, cuando comenzamos a ser un exponente de idealidad ante el mundo entero, por qué no convertirnos en enormes productores? Son puntos muy delicados que se debatirían en otra ocasión, en que los hechos sean más claros, a los que llegaremos tarde o temprano cuando seamos fuertes productores, cuando lleguemos a resolver el nivel entre el salario y la cantidad que se produce; pero lo que urge aclarar, lo que urge precisar y lo que ha precisado esta Cámara esta noche, es que no está dispuesta a tener una actitud imprudente e impulsiva; es aclarar firmemente que la Representación Nacional tiene la conciencia de sus responsabilidades, tiene toda la fuerza de su autonomía y toda la serenidad para entrar en relaciones internacionales dueña de sí, pero con respeto para todo el mundo. (Aplausos.)

Presidencia del C. JOSÉ SANTOS ALONSO

El C. presidente: Tiene la palabra el C. Marte R. Gómez.

El C. Gómez Marte R.: Por la importancia del asunto que tan fuera de lugar trajo a debate el señor Laborde, y por el hecho de que haya aludido a supuestas presiones ejercidas en contra de él para imposibilitarlo de hacer uso de la palabra, juzgo de mi deber hacer algunas aclaraciones que, a mi juicio, resultan pertinentes.

En mi carácter de presidente de la Cámara, puede ser que haya tratado de aludirme, al decir que trató de coartársele el uso de la palabra, y declaró categóricamente a este respecto, que con toda anticipación me advirtió que haría uso de la palabra para hechos, y me indicó el punto a que se iba a referir, y a pesar de no haber ningún asunto en cartera - porque no se ha presentado aún el dictamen de la Comisión de Ingresos y estando por lo mismo en posibilidad absoluta de levantar la sesión, hice expresamente que la Secretaría le concediera al diputado Laborde la palabra, para hechos. No hubo, pues, en la Presidencia el menor deseo de coartar la libertad de expresión al señor Laborde, ni hay motivo para que él trate de adquirir una posición favorable haciéndose pasar como víctima de una presión que no existió ni tenía por qué existir.

No creo que nosotros debamos interesarnos por los cables con los que el imperialismo inglés está tratando de levantar el espíritu patriótico de los pueblos latinos en contra del imperialismo norteamericano, en una lucha de dos imperialismos de los cuales ninguno merece ni consideraciones ni admiración. El criterio revolucionario es el de permanecer expectantes y dar el poco apoyo moral que podamos conceder a las clases laborantes del universo. (Aplausos.)

No tenemos por qué admirarnos del proceso absorbente del capitalismo americano, ni es pronunciado discursos en una tribuna de la Cámara de Diputados como puede combatirse ese imperialismo. El imperialismo americano es resultado de la expansión económica del pueblo americano; es el resultado de una mejor preparación para la producción; es el resultado de un grado de progreso técnico que nosotros no hemos alcanzado. Nosotros debemos pues modificar nuestra técnica, debemos modificar nuestra preparación, nuestros procedimientos de organización económica; debemos introducir en nuestro país todas las ventajas y todas las evoluciones que el proceso científico de la producción exige en nuestros días, para poder combatir por las vías económicas el desarrollo de un expansionismo que en otra forma no podríamos atajar. Los pueblos débiles han pretendido y pretenden aún en algunas ocasiones oponerse al desarrollo de los países bien preparados económicamente, estableciendo barreras aduanales, y este procedimiento artificial está siendo cada día más desacreditado. El expansionismo económico se combate con el propio expansionismo económico. Si México no se desarrolla económicamente, si los demás países de la América no se desarrollan económicamente, si no son más cultos, si no son más laboriosos, si no son más útiles, en resumen, a la humanidad, tendrán que ser arrasados por otros pueblos mejor preparados que puedan cumplir la misión productora y que puedan beneficiar a las grandes mayorías del mundo entero, que no distinguen de nacionalidades, sino de conveniencias, porque por encima de todo está el deseo, el sanísimo y humano deseo de mejoramiento universal que a todos nos mueve y a todos nos anima.

No veo por qué en un debate como éste habríamos de referirnos al caso lamentable, pero ya distante del 47. Afortunadamente en México comienzan a borrarse los resentimientos por el desmembramiento de nuestro país. México no tiene tierras irredentas, no lucha por territorios que le hayan

arrebatado, ni esperamos de la manera más remota un intento de reivindicación sobre territorios que no podremos incorporar a nuestro país, porque están más distantes de nosotros que de los Estados Unidos, del Canadá. Los territorios que México perdió, no por el imperialismo americano, que entonces apenas se iniciaba, sino por culpa de los malos mexicanos, están definitivamente anexados a Norteamérica, y animar propósitos de reivindicación sería preparar una era de martirios, de tormentos y de guerras para el pueblo mexicano, que lo que necesita es trabajo. Hay que ver el espectáculo de la Europa atormentada por la guerra; hay que ver a estos países del Viejo Mundo que no viven más que preparando luchas originales por los errores de sus malos gobiernos, construyendo almacenes de vestuario y de municiones para la próxima lucha, y sin tiempo de ocuparse en sus propios problemas. El espectáculo de la Europa actual es el mejor exponente para una catilinaria contra el imperialismo de todos los países: Agobiada por los empréstitos que constituyen una puerta de salida para todos los recursos de los pueblos; atormentada por contribuciones que materialmente ahogan la economía de los países, hay que ver a esos hombres macilentos, que no se alimentan, que apenas si comen, que usan vestidos vueltos del revés porque el presupuesto raquítico que pueden conseguir no les permite casi ni vivir, y entonces hay que comprender que por encima de cualquier sentimiento patriótico, de interés patriótico, o de cualquier sentimiento de vanidad o de orgullo patrio, hay que establecer el principio universal y generoso de que la guerra es reprobable y que no debemos esperar más beneficios que los de la paz.

En el caso especial de Texas, la culpa dolorosa, pero innegable, correspondió a los mexicanos. Basta hojear la Historia de México para comprender que nosotros tenemos el ochenta por ciento de responsabilidad, primero por haber permitido que en un territorio que estaba casi abandonado, que había pertenecido a la antigua y despoblada capitanía de San Luis, se establecieran colonos de un país vecino que no contaban con el apoyo ni con las garantías del Gobierno de México; y hay que pensar que esos hombres allí abandonados, a quienes nunca se atendió, que nunca fueron escuchados en sus necesidades y que inclusive, cuando mandaron a su representante Agustín a México, vieron y pasaron la vergüenza de que a su regreso, en Saltillo, fuera encarcelado. Y cuando lograron por fin hacer cristalizar en una violencia su deseo de mejoramiento, encontraron en Estados Unidos un apoyo que los gobiernos conservadores de México nunca les dieron. Así, pues, ese desmembramiento fue el fruto doloroso, pero indudable, de nuestros errores, y debemos confesarlo, no para reprocharlo a los que pasaron, sino para evitar cometer nuevos errores. No hay para qué recordar un asunto que está definitivamente olvidado y que no vemos por qué traer a colación en una discusión que tampoco venía al caso.

El ejemplo de Sandino, que aquí se ha referido, es un ejemplo heroico, y es modelo, no para México ni para Nicaragua, sino para todos los pueblos de la tierra; pero no debe ser un ataque que al mismo tiempo que combatiera al imperialismo americano, salve al imperialismo inglés. El imperialismo inglés tiene también páginas negras en su historia; el imperialismo inglés tiene también pueblos sacrificados; el imperialismo inglés tiene un Transvaal que emborrona por siempre la historia del pueblo británico; tiene un Krúger tan heroico como Sandino. Pero el ejemplo de Sandino, heroica y generosa demostración de lo que es el amor a una patria que se quiere defender, ha sido, más que para América, una lección para los Estados Unidos de Norteamérica; ha sido la lección más dura que haya recibido el imperialismo norteamericano, porque ha demostrado cómo el deseo vital de los países de América es de tal manera vivo, que el intento de conquistarlos armada y violentamente, representa sacrificios muy superiores a las ventajas muy discutibles que puedan conseguirse con el dominio político de ellos. El ejemplo de Sandino, multiplicado por cincuenta, podría decir lo que México, o lo que Chile, o lo que la Argentina serían capaces de hacer en caso de un conflicto internacional. Yo me imagino qué haría México en el caso - que espero remoto - de que fuéramos atacados por los norteamericanos, y llego a la conclusión de que no pactaríamos ninguna paz, de que no daríamos cuartel, de que no iríamos a nuestras montañas, de que todo lo arrollaríamos, de que no nos detendríamos ante ninguna destrucción ni ante ningún exceso, y de que así, sin rey, ni amo, ni gobierno, combatiríamos palmo a palmo con la carabina en la mano y el corazón dispuesto al sacrificio, en espera de que el cansancio o un mejor sentido de la realidad, obligara al gobierno americano a retirar sus ejércitos y a dejar otra vez nuestro país para que se organizara conforme a las formas de gobierno que nos conviniera y sin ninguna influencia exterior. (Aplausos.)

Pero ya que por fortuna la acción caballerosa y a todas luces encomiable de un embajador como Morrow, del cual no hay ejemplo en la historia de México, ya que gracias a un buen entendimiento, el pueblo americano está a punto de comprender nuestros problemas y de entender que nuestra Revolución tiene imperativos inaplazables y que no hay poder interior ni exterior que impida la realización de los postulados de la reforma agraria y de la reforma obrera, por las que hemos luchado; y ya que el pueblo americano está deseoso de permitir que nos desarrollemos e inclusive nos conceden facilidades para arreglar nuestra deuda exterior y para organizarnos como pueblo, no debemos ser inconsecuentes para que con una actitud soberbia, que nada justificaría, vengamos a romper un ambiente de cordialidad que ya parece sólido, y para impedir que cristalice en una armonía perdurable, una amistad que han simbolizado en los Estados Unidos el sacrificio de Carranza y aquí en México el viaje triunfal y glorioso del aviador Lindbergh.

Nosotros, al proceder de una manera declamatoria, al pregonar nuestro desagrado por la actual conducta del presidente electo de los Estados Unidos, cometeríamos la más inadecuada y la más imbécil de las injusticias. La necedad imperdonable de exteriorizar conceptos que a nadie beneficiaría, y que ningún pueblo aprobaría. En

este sentido quiero significar en unas cuantas palabras cómo entiendo el latinoamericano y cómo creo que México puede ayudar a sus hermanos del continente. No creo en lo que pueda conseguirse con discursos ni proclamas, ni en lo que pueda lograrse con discursos pronunciados en una Cámara o en quince cámaras de diputados. La armonía de los pueblos se consigue a base de vinculaciones económicas. Mientras los pueblos de América Latina estén, económicamente, más cerca de los Estados Unidos que de México, será difícil que consigamos arrastrarlos en una corriente perdurable de opinión que los atraiga a nosotros y que constituya una hegemonía latinoamericana. Tenemos el ejemplo de la sexta conferencia Panamericana de La Habana, a la que tuve el honor de asistir como representante de México. México adoptó una actitud generosa. Presentó proposiciones que planeaban de una manera clara y terminante una acción continental para impedir la hegemonía de un solo país en contra de los otros, de un solo país independientemente de su lengua, de su raza y de su situación geográfica y económica. Y bien ¿cuál fue el resultado? Que las relaciones económicas hubieron de imponerse; que relaciones comerciales inaplazables que estaban por encima de cualquiera declamación, hubieron de determinar la forma como habría de deliberarse, de discutirse y de aprobarse, y que, en resumidas cuentas, el país Norteamericano, con su poderío económico, con su situación privilegiada de productor único en la América, hubo de dictar las condiciones - que no fueron leoninas, por fortuna -, o hubo por lo menos de llevar un liderátum que era muy difícil arrebatarle.

México en esa situación tuvo un papel airoso, según el concepto que se tenga de lo que es papel airoso; México cumplió simple y sencillamente con su deber; pero no pudo adoptar actitudes de mosquetero, ni pudo plantar una situación de caballero, ni menos de caballero armado de punta en blanco que fuera a romper lanzas por causas que los demás no consideraban como suyas.

En el mismo caso de Nicaragua, que es el más reciente y que más hondamente afecta no nuestra economía, que afecta nuestro sentimiento, hay que recordar que de todas las naciones de la América Latina. México ha sido la única que no ha reconocido los otros países, tan latinos como nosotros, tan obligados a la solidaridad continental como nosotros, han permanecido expectantes al margen de la situación y han dado su reconocimiento al gobierno que reconocieron los Estados Unidos y que garantiza su tranquilidad económica.

No veo, pues, por qué nosotros habríamos de ser los eternos campeones de todas las causas. México tiene sus propios problemas, México tiene sus propios destinos; no quiero que seamos egoístas ni que consideremos que nos son extraños todos los problemas que no tengan interés con México. Posiblemente en una etapa próxima de la civilización desaparecerán las nacionalidades y nos llamemos simplemente humanidad; pero para poder llegar a esa etapa superior de cultura, necesitamos antes, de una manera especial y precisa, habernos cultivado, habernos educado lo bastante para poder llegar sin reticencias y sin dificultades a este plano de armonía universal. Y eso sólo se consigue por el propio progreso. Cuando México trabaje por redimir a sus campesinos, cuando México eleve el nivel de sus obreros, cuando México consiga un mejor salario para sus obreros y campesinos y haya creado una situación de libertad para los hombres del campo, entonces tendremos una patria próspera que sea ejemplo de la América Latina y que sea sostén de una ideología fecunda y estable. Pero cuando nosotros, en una lucha desproporcionada, saliéramos a iniciar una pelea que no necesitamos y que no tenemos por qué ofrendar, estaríamos cometiendo un crimen de esa patria que nos reprocharía toda la nación mexicana y que sería motivo de estigma ante las generaciones venideras.

Tenemos también la obligación de tener conciencia de nuestra representación; somos diputados en una Representación Nacional, no somos líderes plazueleros, gritones de arrabal, sin que tengan consecuencias nuestras palabras para la actitud que asuma el país. Nuestra respetabilidad nos obliga a tener ponderación, que es un mitin resultaría improcedente. Estamos obligados a adoptar una actitud que corresponda al sendero que nuestro país se proponga seguir. Somos solidarios de nuestras representaciones y de nuestros representados.

Cuando América quiera conocer el sentir de México, que vea su historia; cuando haya una crisis, que llame a nuestras puertas. Entonces, con la convicción de que vamos a cumplir con nuestro deber, iremos al lugar que nos marquen nuestras convicciones; pero en un caso absolutamente intrascendente, cuando un presidente de Estados Unidos se dispone a hacer un viaje que le permitirá conocer a los países de América y compenetrarse de sus problemas, y llegar a un entendimiento, nuestra actitud debe ser, como dice Melchor Ortega de amistad y de espera. Nosotros no tenemos derecho para prejuzgar, para juzgar anticipadamente malo a un hombre cuya conducta hasta estos momentos no se ha revelado. Los países de Latinoamérica esperan a Hoover con el corazón dispuesto para entregarse en un abrazo fraternal, si el gobierno americano quiere, como todos queremos, establecer en el continente americano una verdadera y leal confraternidad. (Aplausos nutridos.)

El C. secretario Moctezuma: La Presidencia nombra en Comisión para llevar a la Cámara Colegisladora el proyecto que acaba de aprobar, por el cual se declara día de luto nacional el 17 de julio, a los ciudadanos diputados Lorenzo Mayoral Pardo, Moisés Rosalío García, Pablo García Ortiz, Gabriel Macías, Pedro Cerisola, Tomás Tapia y secretario Ferreira.

El C. presidente: Se levanta la sesión y se cita para mañana a las 17. (20. 45.)