Legislatura XXXIV - Año I - Período Ordinario - Fecha 19301119 - Número de Diario 27

(L34A1P1oN027F19301119.xml)Núm. Diario:27

ENCABEZADO

MÉXICO, MIÉRCOLES 19 DE NOVIEMBRE DE 1930

DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO I.- PERIODO ORDINARIO XXXIV LEGISLATURA Tomo I.- NUMERO 27

SESIÓN DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DÍA 19 DE NOVIEMBRE DE 1930

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Cartera.

3.- Sin discusión se aprueban seis dictámenes: tres de la 2a. Comisión de Peticiones y tres de la 3a. de Guerra, que consultan diversos acuerdos económicos.

4.- Se da primera lectura y se dispensa la segunda, reservándose para discutirse el primer día hábil, a dos dictámenes de la 1a. Comisión de Hacienda que consultan, respectivamente, la reforma del artículo 245 de la Ley de Hacienda del Distrito Federal, 30 de agosto de 1929, y que concede pensión a la señora Ignacia Guevara viuda de Herrera.

5.- Se dispensó la segunda lectura al proyecto de Ley de Crédito Agrícola para Ejidatarios y Agricultores en Pequeño. A discusión en lo general. La Comisión funda su proyecto y hacen uso de la palabra sobre el particular los CC. Diputados Orozco David, Rodríguez Guillermo, Cruz Oropeza Juan, Reynoso Díaz Leopoldo y Mijares V. Manuel. Suficiente discutido, se aprueba en lo general por unanimidad de votos.

Se levanta la sesión.

DEBATE

PRESIDENCIA DEL C. LEOPOLDO REYNOSO DÍAZ

(Asistencia de 80 ciudadanos Diputados.)

- El C. Presidente (a las 18:12): Se abre la sesión.

- El C.Secretario Mijares (leyendo):

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados de la XXXIV Legislatura de Congreso de la Unión, el día diez y siete de noviembre de mil novecientos treinta.

"Presidencia del C. Leopoldo Reynoso Díaz.

"En la ciudad de México, a las diez y siete horas y cuarenta y cinco minutos del lunes diez y siete de noviembre de mil novecientos treinta, con asistencia de ochenta ciudadanos Diputados, se abrió la sesión.

"Fue aprobada el acta de la anterior, que tuvo lugar el día catorce del actual.

"Cartera:

"El C. Diputado J. Jesús Delgado, solicita que, con dispensa de trámites, se le conceda licencia por veinte días renunciables, con goce de dietas.

"Concedida la dispensa de trámites, sin que nadie usara de la palabra, en votación económica acordó favorablemente a la Cámara la solicitud anterior.

"La Legislatura del Estado de Sinaloa, comunica que no apoya la Iniciativa de la de Sonora, por la que se reforma el artículo 115 de la Constitución General de la República.- Recibio, y a la Comisión que tiene antecedentes.

"La Secretaria de Agricultura y Fomento remite un ejemplar del Derecho expedido por el Ejecutivo Federal, modificándola hora en toda la República.

-Recibo.

"El C. Bernardo Reyes, secretario de la Legación de México en Chile, por conducto de la Secretaría de Relaciones exteriores, solicita el permiso constitucional necesario para aceptar y usar la condecoración de la Orden "Al Mérito", en el grado de Oficial que le ha conferido el Gobierno del citado país.- Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.

"La Cámara Nacional Agrícola de la ciudad de México, presenta un proyecto relacionado con la Iniciativa del Ejecutivo, que reforma los capítulos II, VI y XV de la Ley sobre Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas.- Recibo, y a la Comisión que tiene antecedentes.

"La Liga Nacional Campesina, hace alguna consideraciones sobre el Proyecto del Ejecutivo de la Unión, que reforma los capítulos II, VI y XV de la propia Ley.- Igual trámite.

"El C. Jesús M. Gutiérrez, haces alguna consideraciones sobre el Proyecto del Ejecutivo a que se refieren los documentos anteriores.- El mismo trámite.

"El C. Manuel Ramírez Cárdenas, propone la creación de un Departamento Autónomo de Aviación Civil.- Recibo, y a la Comisión de Peticiones en turno.

"Mensaje fechando en Córdova, Ver., por medio del cual los CC. Alejandro Jaime, Leobardo Burgos, Ciro Pérez, a nombre de varias organizaciones obreras soliciten la cancelación de la concesión que tiene la empresa del Ferrocarril Urbano de esa ciudad,

por las razones que aducen.- Recibo, y transcríbase al Ejecutivo.

"La señora Teresa Jiménez viuda de Veraza, solicita pensión por la muerte en campaña de su hijo e Teniente Rodolfo Veraza.- Recibo, y a la Comisión de Peticiones en turno.

"Las señoritas María Teresa, María Luisa, Ana y Guadalupe Robles, solicitan pensión por los servicios que prestó a la Revolución su finado padre el C. Ingeniero Alfredo Domínguez.- Igual trámite.

"Puestos a discusión, sin ella, se reservaron para su votación nominal dos Proyectos de Decretos con que terminan dos dictámenes de la Segunda Comisión de Relaciones Exteriores y por los que, respectivamente, se concede permiso para que, sin menos cabo de su ciudadanía mexicana, el C. Salvador López Padilla acepte y desempeñe el cargo de Taquígrafo de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la República de Guatemala, y al C. Joaquín F. Pardo Dufoo para que acepte y desempeñe el cargo de Vice- Cónsul Honorario de la República Dominicana en esta ciudad.

"Recogida la votación nominal sobre los Proyectos de Decretos de que se ha hecho mérito, resultaron aprobados por unanimidad de ochenta y cinco votos.- Pasan al Senado para sus efectos constitucionales.

"También por unanimidad de ochenta y cinco votos, se aprobó, en lo general, el Proyecto de Decreto que propone en su dictamen, de acuerdo con la iniciativa del Ejecutivo Federal, la Primera Comisión de Hacienda, y por el que se reducen, cancelan, amplían, adicionan y modifican diversas partidas del Presupuesto de Egresos en vigor, con un aumento total de seis millones quinientos veinte mil novecientos veintiséis pesos cuarenta y dos centavos.

"A debate en lo particular, tampoco hubo quien usara la palabra, y se fueron reservando, sucesivamente, para su votación, los cinco artículos que componen el referido Proyecto de Decreto, que resultó aprobado por unanimidad de ochenta y seis votos.- Pasa al Ejecutivo para sus defectos constitucionales.

"A las diez y ocho horas y quince minutos se levantó la sesión y se citó para el día siguiente, a las diez y siete horas. Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

2 "Presidencia del C. Ernesto Viveros.

"La Legislatura del Estado de Hidalgo comunica que con la fecha 15 del actual clausuró el segundo período ordinario de sesiones, correspondiente al último año de su ejercicio legal."- De enterado.

"El ciudadano Presidente del Partido Nacional Revolucionario transcribe un escrito de la señora Elena Z. viuda de Leppe, en el que pide se resuelva la solicitud de pensión que tiene presentada por la muerte de su esposo, el Coronel Porfirio Leppe.".- Recibo y a la 2a. Comisión de Guerra que tiene antecedentes.

"La Junta de Mejoras del Mineral de Arteaga, Mich., pide se le pague la cantidad que se le adeuda por la participación que le corresponde en los impuestos mineros.".- recibo y transcríbase al Ejecutivo.

"Carlos Darío Ojeda, representante al Congreso de la Unión por el 9o. Distrito electoral del Estado de Veracruz, se permite presentar a la H. Cámara de Diputados, la siguiente solicitud de pensión:

"Ciudadanos Secretarios de la H. Cámara de Diputados:

"Adolfo Azueta, por mi propio derecho, y en representación de la señora Josefa Abad viuda de Azueta, ante Vuestra Soberanía comparezco y respetuosamente expongo:

"En el mes de abril de 1914, como es bien sabido, fuerzas de la marina norteamericana invadieron el territorio mexicano en el Puerto de Veracruz. La vergonzosa fuga de las fuerzas de Victoriano Huerta, realizada en los precisos momentos en que aquel atentado se llevara a cabo, contrastó con la gloriosa actitud que asumieron los cadetes de la Escuela Naval, algunos soldados y oficiales dispersos, y numerosos paisanos que supieron ofrendar su vida en defensa de la Patria ultrajada y que, en la medida de sus fuerzas, castigaron con egregio valor la ofensa inferida a México. Entre los militares que entonces se distinguieron, figuraron el Comodoro don Manuel Azueta y su hijo, el entonces Teniente de Artillería, don José Azueta, quien, con una ametralladora, desde la Escuela Naval, cubrió la retirada de nuestras tropas y se batió heroicamente contra los invasores, en grado tal de heroísmo que no le hicieron retroceder, ni vacilar siquiera, los disparos constantes del enemigo, ni, por último, el ataque sistemático contra su ametralladora que siguió disparando certera y constantemente, hasta que agotado Azueta por las tres heridas que recibiera, tuvo que suspender el fuego. Este hecho conocido en el mundo entero y reconocido como de heroicidad patriótica por los órganos de la opinión pública, tuvo resonancia dentro de las filas de la Revolución, que entonces se alzaba ya poderosa en el Norte del país, y fue comentado con aplauso y con admiración precisamente porque contrastaba con la conducta antipatriótica de la usurpación y porque fue en tales momentos el único exponente cierto de nuestras rebeldías contra la invasión norteamericana.

"Para fundar mi petición, que consiste en solicitar de Vuestra Soberanía que se conceda una pensión en beneficio de la madre de don José Azueta, señora Josefa Abad viuda de Azueta y de su hermano menor Víctor Manuel Azueta, me permito dar los siguientes antecedentes:

"Don Manuel Azueta, padre del héroe, sirvió a la Marina de Guerra de la República durante cuarenta años y, después de la muerte gloriosa de su hijo, jamás quiso aceptar las pensiones que con el motivo de la muerte de su hijo se le ofrecieron. Fue el mismo don Manuel Azueta el único jefe militar que se quedó en Veracruz para defender el Puerto contra la invasión norteamericana. Y, dentro de nuestras luchas intestinas, tiene en su abono el Comodoro Azueta, el echo de que, cuando la rebelión de Félix Díaz en octubre de 1912, pudo mantener la hegemonía sobre la Marina Nacional y evitar que los barcos se rebelaran.

"Don Manuel Azueta, murió posteriormente y dejó en la pobreza a su viuda, que carece absolutamente de recursos.

"Don José Azueta, a raíz de la acción que a la postre le ocasionó la muerte, fue ascendido a Capitán. Segundo de Artillería. Se le concedió medalla de oro el 29 de abril de 1914, y el 1o. de mayo siguiente, condecoración de 3a. clase del Mérito Militar, por la misma causa. El Presidente de la República dictó acuerdo especial para que, como un honor a su memoria, siguiera figurando su nombre en el escalafón del Ejército.

"En el expediente denominado Marina de Guerra, Invasión Americana de 1914, Defensa de la Escuela Naval, y que obra en el Departamento de Marina de la Secretaría de Guerra, existe un parte rendido por el entonces Comodoro don Manuel Azueta, con fecha 27 de abril de 1914 y que, entre otras cosas, dice:

"Habiendo indudablemente a cubrir la retirada el Teniente de Artillería José Azueta, que a la vista de toda la Escuela Naval se estuvo batiendo con una ametralladora y fue herido al pie de ella con tres balazos, haciendo una brillante resistencia y agregando una palma más a la Escuela Naval de donde hacía muy pocos meses había salido honroso cuerpo de Artillería, como Teniente. Tengo entendido que su comportamiento ya dio parte a esa Superioridad el señor General Comandante Militar del Estado de Veracruz.

"En el mismo expediente existe una iniciativa del Departamento de Marina con el número de 163614 de 29 de abril de 1914, en la que, después de hablar de la defensa que hizo la Escuela Naval durante aquellos sucesos, en la parte pertinente, dice: "Finalmente proponga también que se conceda la condecoración de oro de que habla el artículo 1o. del Decreto, al Teniente de Artillería José Azueta, que fue herido gravemente por los invasores en el combate y que se portó heroicamente, como se expresa en el parte, pues aun cuando no pertenece a la Armada, es hijo de la Escuela Naval y, por consiguiente, merece el premio propuesto."

"Como todos estos hechos son muy conocidos, no creo necesario insistir más en ellos. Y, a reserva de enviar a esa H. Cámara los documentos que se exijan o que se crean necesarios, ante Vuestra Soberanía me permito suplicar que, por ser de justicia, se conceda una pensión de diez pesos diarios a la señora Josefa Abad viuda de Azueta, que se encuentra en la situación a que me he referido, por ser la madre del héroe desaparecido.

"Protesto a la H. Cámara las seguridades de mi atenta consideración.

"México, D. F., noviembre de 19 de 1930.- Diputado, Carlos Darío Ojeda.- Diputación Veracruzana,

-Hacemos nuestra esta petición.- Pedro C. Rodríguez.

-Luis G. Márquez.- Francisco A. Mayer.- Guillermo Rodríguez.- A. Cerisola.- O. L. Patraca."

-Pasa a la Comisión de Marina.

- El mismo C. Secretario(leyendo):

"2a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"Vuestra Soberanía, con fecha 21 de octubre último, acordó turnar a la 2a. Comisión de Peticiones que suscribe, para su correspondiente estudio, el ocurso del C. Leopoldo Aviña en el que solicita, como representante de la fábrica de glucosa establecida en la ciudad de Guadalajara, Jal., que el H. Congreso de la Unión dicte las disposiciones arancelarias correspondientes para proteger dicha producción nacional, que actualmente se encuentra amenazada por la gran importación de glucosa extranjera, que apresuradamente invade el mercado.

"Hecho el estudio respectivo de esta solicitud, los suscritos encuentran que el asunto que extraña es de la incumbencia del Ejecutivo de la Unión, ya éste tiene facultades extraordinarias para legislar en asuntos arancelarias, que le otorgó la Representación Nacional.

"En tal virtud, venimos a proponer a Vuestra Soberanía la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Transcríbase al Ejecutivo de la Unión el ocurso del C. Leopoldo Aviña, en el que solicita se proteja la producción de glucosa nacional.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados de Congreso de la Unión.- México, D. F., a 6 de noviembre de 1930.- Fernando Basulto Limón. -J. Jesús Delgado."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"2a. Comisión de Peticiones.

"H. Asamblea:

"En virtud de un dictamen que con fecha 19 de septiembre último presentó la suscrita Comisión de Peticiones, y que Vuestra Soberanía tuvo a bien aprobar, la señora Elisa González viuda de Aguirre envió los comprobantes legales que se le pidieron para justificar la solicitud de pensión que hizo como viuda del C. General Brigadier Ernesto Aguirre.

"Como dichos documentos se encuentren en forma legal, la suscrita Comisión no tiene inconveniente en que sean turnados a la Comisión de Guerra que corresponda, para su debida resolución.

"Por lo que nos permitamos consultar a Vuestra Soberanía, la aprobación del siguiente acuerdo económico:

"Pase a la Comisión de Guerra que corresponda, el expediente formado con la solicitud de pensión

de la señora Elisa González viuda de Aguirre. "Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 6 de noviembre de 1930.- Fernando Basulto Limón. -J. Jesús Delgado."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse a manifestarlo. Aprobado.

"2a. Comisión de Peticiones.

"Por acuerdo de Vuestra Soberanía, la 2a. Comisión de Peticiones que suscribe recibió para su estudio y dictamen la solicitud de pensión que hace la señora Aurelia Benítez Ocampo viuda de Barrera, por los servicios que durante más de treinta años prestó su extinto esposo el C. Manuel Barrera, en la oficina impresora de Hacienda.

"Como esta solicitud está ajustada a los preceptos legales, y el asunto a que se refiere corresponde resolverlo a una de las Comisiones de Hacienda, los suscritos somos de parecer que se le turne para que ella acuerde lo conducente.

"En tal virtud, nos permitimos proponer a la H. Asamblea, para su aprobación, el siguiente acuerdo económico:

"Túrnese a la Comisión de Hacienda que corresponda, la solicitud de pensión de la señora Aurelia Benítez Ocampo viuda de Barrera.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 7 de noviembre de 1930.- Fernando Basulto Limón. -J. Jesús Delgado."

Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"3a Comisión de Guerra.

"Honorable Asamblea:

"Los suscritos, miembros de la 3a. Comisión de Guerra, vienen a rendir ante Vuestra Soberanía el dictamen correspondiente a la solicitud hecha por la señorita María Concepción Iberri, con la fecha 28 de septiembre de 1929, en el sentido de que se le conceda pensión por los servicios que prestó a la Patria su extinto abuelo, el General de Brigada José Ignacio Iberri.

"Por la hoja de servicios que la solicitante ha presentado ante la Comisión, se ve que el citado General de Brigada empezó a servir al Ejército a partir del año de 1802, y murió en el año de 1829, es decir que tuvo veintisiete años de servicio en la carrera militar; pero es necesario advertir también, que solamente se le abonan once años, por haber luchado durante nuestra independencia, en los años de 1810 a 1821, y durante el resto de su carrera militar, le sirvió a la regencia y al gobierno español.

"Aunque la Comisión estima que los servicio que prestó el General de Brigada, José Ignacio Iberri, son dignos de tomarse en consideración, ya que lucho durante la guerra de nuestra independencia, es necesario tomar en consideración, también, que las pensiones tienden únicamente a subsanar la falta de aquellas personas que dependían directamente de él; pero en el presente caso no sería justo otorgar una pensión a una persona que aún no había nacido cuando murió el familiar por cuyos méritos solicita la pensión.

"Además de lo anteriormente expuesto, es necesario considerar la situación económica del Erario, y no sería prudente recargar más las partidas correspondientes al pago de pensiones, en los actuales momentos, de no tratarse de casos que verdaderamente lo ameriten.

"En virtud de todo lo expuesto, esta Comisión se permite proponer a la honorable Asamblea, el siguiente acuerdo económico:

"Dígase a la señorita María Concepción Iberri, que no es posible concederle la pensión que solicita, en virtud de la situación económica porque atraviesa el Erario Nacional actualmente.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 19 de noviembre de 1930.-M. Jasso.- César A. Rojas." Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"3a. Comisión de Guerra.

"Honorable Asamblea:

"Los suscritos, miembros de la 3a. Comisión de Guerra, vienen a rendir ante Vuestra Soberanía el dictamen correspondiente a la solicitud que hace la señora Rosa N. viuda de Quintero, con fecha 9 de septiembre de 1929, en le sentido de que se le conceda una pensión por los servicios que prestó a la Patria su extinto esposo, el teniente coronel, médico cirujano, José N. Quintero.

"Al hacer el estudio del expediente que se formó con esta solicitud, la Comisión encontró que el extinto teniente coronel, médico cirujano, José N. Quintero, ingresó al servicio militar como alumno de la Escuela Práctico Militar en el año de 1908. En febrero de ese mismo año, aparece con el grado de teniente aspirante de medicina, y en mayo del mismo año, como mayor médico cirujano; más tarde, en febrero de 1914, como teniente coronel, médico cirujano, grado que guardó hasta septiembre del año de 1920, en que se hiciera su hoja de servicios.

"De lo anterior, solamente se le abonan siete años porque el tiempo restante sirvió al extinto Ejército federal.

"De lo expuesto se desprende que no hay ningún motivo para pensionar a la viuda de este militar; primeramente por el poco tiempo que sirvió, y después, porque su hoja de servicios aparece que en el año de 1920 fue separado del cuerpo médico militar por negligente y resultar excedente en el presupuesto de egresos de ese año.

"Aunque la viuda del militar a que nos venimos refiriendo asegura que su muerte se debió a enfermedades

contraídas en el servicio, aseveración que no se comprueba en el expediente, es necesario advertir que si tal cosa sucedió, como lo afirma la solicitante, entonces ésta debe recurrir al Poder Ejecutivo, ya que la Ley de Retiros y Pensiones del Ejército y Armada Nacionales, en su Artículo 20 claramente establece que los adeudos de los militares que mueran en acción en guerra, o actos del servicio que se les equipare de importancia a juicio de la Junta Calificadora, tendrá derecho al cincuenta por ciento del haber que disfrutaba el militar.

"En virtud de todo lo expuesto, la Comisión se permite proponer ante Vuestra Soberanía el siguiente acuerdo económico:

"Dígase a la señora Rosa N. viuda de Quintero, que no es posible concederle la pensión que solicita, en virtud de que sus gestiones debe dirigirlas al Poder Ejecutivo, para que, si se comprueba estar dentro de lo preceptuado en el artículo 20 de la Ley Retiros y Pensiones del Ejército y Armada Nacionales, sea este Poder el que le otorgue la pensión

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., a 12 de noviembre de 1930.-M. Jasso.- Cesar A. Rojas."

El C. Secretario Mijares: está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

"3a. comisión de Guerra" Honorable Asamblea:

"Los suscritos, miembros de la 3a. Comisión de Guerra, vienen ante Vuestra Soberanía a rendir el dictamen correspondiente a la solicitud que la señora Juana T. viuda de Iberri hizo con la fecha 27 de agosto de 1929, en el sentido de que se le conceda una pensión por los servicios que prestó al Ejército Nacional su extinto esposo el General de Brigada Adolfo Iberri.

"Por la hoja de servicios que aparece en el expediente de esta solicitud, se ve que el citado General estuvo en el servicio militar de los años de 1872 a 1913. En la hoja relativa a campañas y acciones de guerra, aparece que el citado General hizo una brillante defensa de la Plaza de Monterrey, Nuevo León, durante los días 23 al 25 de octubre de 1913, fecha en que la citada Plaza fue atacada por las fuerzas carrancistas, en número cuatro veces mayor que la entonces fuerzas federales.

"Aun sin dejar de reconocer que el citado general tuvo en su época una brillante hoja de servicios, la Comisión ha estimado que no hay ningún acto que pueda hacer merecer a su viuda a disfrutar de una pensión, y más si se toma en cuenta que durante los últimos años el General Iberri combatió a fuerzas revolucionarias, y si por sus hechos anteriores fuese merecedor a que tal pensión se otorgara, existente una circunstancia de vital importancia para que tal cosa no se hiciera, y que es la actual situación económica porque atraviesa el Erario nacional.

"En virtud de lo anteriormente expuesto, la Comisión se permite proponer ante Vuestra Soberanía el siguiente acuerdo económico:

"Dígase a la señora Juana T. viuda de Iberri, que no es posible acceder a la solicitud que hace, por mala situación porque atraviesa el Erario nacional.

"Sala de Comisiones de la Honorable Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., a doce días de noviembre de 1930.-M. Jasso.- César A Rojas." Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

- El mismo C. Secretario(leyendo):

"1a Comisión de Hacienda.

"Honorable Asamblea:

"Los suscritos, miembros de la 1a. Comisión de Hacienda, venimos a rendir a Vuestra Soberanía el dictamen correspondiente a la iniciativa que con fecha de 26 de septiembre próximo pasado eleva el ciudadano Presidente de la República, solicitando la reforma del artículo 245 de la Ley de Hacienda del Distrito Federal de 30 de agosto de 1929, en el sentido de que sean condenables los recargos que en dicho artículo se señala para los contribuyentes morosos.

"Expone el Ejecutivo que el artículo de referencia es de una rigidez absoluta ya que textualmente dice: "Artículo 245. Los recargos que establece este Capítulo, no podrán condonarse ni parcial ni totalmente en ningún caso ni por ningún motivo"; que, por otra parte, la mencionada Ley de Hacienda en su capítulo respectivo contiene igualmente disposiciones rígidas e invariables con relación a los cargos que establece, en los plazos que fija, por la falta de pago de impuestos y derechos, lo que origina que los causantes con mucha frecuencia no estén en condiciones de ponerse al corriente en el entero de los mismos, con el natural perjuicio para el fisco del Distrito Federal así como para los propios causantes, siendo además de tomarse en cuenta, muy principalmente, la delicada situación de crisis económica que viene sufriendo la República y que por razón de la multiplicidad de los negocios se perfila con caracteres aun más graves en el centro comercial e industrial de la Nación.

"Como manifestación de la aspiración colectiva que se hace sentir pidiendo una más benévola y coadyuvadora aplicación de los preceptos fiscales de que se trata, el mismo Ejecutivo recibió últimamente representaciones en ese sentido por parte de numerosos grupos de comerciantes, industriales y propietarios de predios, todos ellos causantes de impuestos por los conceptos distintos, y todos agobiados bajo el peso excesivo de un texto fiscal inadecuado a los presentes momentos anormales de nuestra vida económica, cuando la función social e inteligente del Gobierno consistiría en condonar gradualmente y en la forma que a cada caso convenga, los recargos que la Ley determinara para esos deudores,

que son los que producen la riqueza colectiva.

"En tal virtud, y coartado en sus deseos de buen gobierno por la barrera legal a que nos hemos referido, el ciudadano Presidente de la República solicita la reforma del artículo aludido en términos que le permitan, previo estudio concentrando de las circunstancias de cada grupo de contribuyentes, condonar ya sea parcial o totalmente los recargos que la Ley señala y pide igualmente que esta Honorable Cámara lo faculte para hacer extensivos los beneficios de la condonación tratándose de los recargos que la actualidad causados.

"Loable de todo punto es, en nuestro sentir, la iniciativa en que venimos ocupándonos y creemos que la Asamblea gustosa acordará la reforma propuesta como una medida efectiva que en mucho habrá de aliviar la gravedad de la pavorosa crisis porque atravesamos.

"Por todo lo expuesto, y con apoyo en el artículo 73, fracción VI de la Constitución Política de la República, nos permitimos consultar a Vuestra Soberanía la aprobación del siguiente proyecto de decreto:

"Artículo 1o. Se reforma el artículo 245, Capítulo XXXV de la Ley de Hacienda del Distrito Federal de 30 de agosto de 1929, en los siguientes términos:

"Artículo 245. Los recargos que establece este Capítulo podrán ser condonados parcial o totalmente, en los términos y proporciones que fije en cada caso el ciudadano Presidente de la República, como jefe nato del Gobierno del Distrito Federal, por conducto del Jefe del Departamento."

"Artículo 2o. Se faculta al ciudadano Presidente de la República para que, en los términos del artículo 245 reformado, Capítulo XXXV de la Ley de Hacienda del Distrito Federal de 30 de agosto de 1929, pueda condonar los recargos ya causados y que hasta la fecha hayan incurrido los contribuyentes del Distrito Federal.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, noviembre 17 de 1930.- David Ayala.- I.M. Lozano." De primera lectura. Se pregunta a la Asamblea si se dispensa la segunda. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada. A discusión el primer día hábil.

"1a. Comisión de Hacienda.

"Honorable Asamblea:

"Vuestra Soberanía acordó turnar a la 1a. Comisión de Hacienda que suscribe, el expediente formando con motivo de la solicitud que hace la señora Ignacia Guevara viuda de Herrera, para que le sea concedida una pensión por la muerte de su hijo el Pagador de Segunda Clase, Carlos Herrera Guevara, acaecida en el cumplimiento de su deber.

"La Comisión ha estudiado con todo detenimiento el asunto sometido a su dictamen, y se encuentra que el C. Pagador Herrera Guevara prestó sus servicios a la Nación durante el período de seis años tres meses consecutivos, que sus servicios fueron satisfactorios y que se encontró la muerte en el cumplimiento de su deber al naufragar el pailebot "Isidoro", en que viajaba, entre los puertos de Frontera y Veracruz, la noche del 24 de diciembre de 1924.

"De las constancias aparece también que el finado Pagador era el sostén único de la señora su madre, la que ha estado sujetada a una serie ininterrumpida de privaciones desde que ocurrió la muerte de aquél, ya que carece de cualquier bien de fortuna y su edad avanzada no le permite arbitrarse, por medio de su esfuerzo, elementos de subsistencia bastantes.

"Por las razones expuestas, la Comisión cree de equidad atender los deseos de la solicitante, y en este concepto somete a la aprobación de esta H. Asamblea el siguiente proyecto de decreto:

"Artículo único. Se concede a la señora Ignacia Guevara viuda de Herrera, una pensión vitalicia de dos pesos cincuenta centavos diarios, por la muerte de su hijo el Pagador de Segunda Clase Carlos Herrera Guevara, acaecida en el cumplimiento de su deber.

"Sala de Comisiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D. F., noviembre 11 de 1930.- David Ayala.- Ismael M. Lozano." - El C. Secretario Mijares: Primera lectura. En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensa la segunda. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada y a discusión el primer día hábil.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

Estando impreso y distribuído el proyecto de Ley de Crédito Agrícola, con objeto de que pase desde luego a discusión en lo general, se pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Dispensada.

En vista de que para entrar a discusión esta ley se necesitaría darle lectura a toda ella, la Presidencia pregunta a la Asamblea, por conducto de la Secretaría, si se le dispensa esa lectura, en vista de que ya todos los señores diputados conocen la propia ley, porque se ha publicado, para que entre a la discusión en lo general desde luego. Se ruega a los compañeros que estén de acuerdo en dispensar esa lectura, se sirvan manifestarlo. Dispensada la segunda lectura. Está a discusión en lo general. Se suplica a los compañeros que deseen hacer el uso de la palabra, se sirvan pasar a inscribirse.

El C. Presidente: Tiene la palabra la Comisión, para fundar su dictamen.

El C. García de Alba Esteban: Señores diputados: Los problemas agrarios nos preocupan y nos impresionan vivamente a todos los revolucionarios que tenemos el corazón bien puesto. Y es natural que así sea, porque la clase campesina ha sido la clase heroica en nuestra luchas nacionales. En la guerra de Independencia la clase campesina aportó el máximo contingente; los indios y los grupos insurgentes pertenecían a la clase campesina. En la guerra de Reforma la misma clase campesina constituyó las legiones chinacas que pelearon denodadamente

contra la opresora tiranía clerical. En el actual movimiento, en el movimiento revolucionario, todos hemos visto que la clase campesina ha portado el principal contingente y que forma los valientes núcleos agraristas.

Un honorable publicista, el señor Sánchez Azcona, en "El Gráfico", de la mañana, en la interesante sección "Nuestros Últimos Veinte Años", hace esta afirmación, esta apreciación que precisa rectificar. Divide la Revolución Mexicana en tres etapas: la Independencia, la Reforma y la Democracia los revolucionarios no debemos estar de acuerdo con esta clasificación. Bien está que la vida nacional postcolonial se clasifique por sus hechos más salientes, por su movimiento fundamental trascendental, en Independencia, Reforma y Revolución, íntimamente unidos estos fenómenos sociales en un desarrollo progresivo. Pero no debemos consentir los revolucionarios en que esta tercera época- la época formidable de la Revolución - se connote sencillamente con la denominación de democracia. Los campesinos y los obreros no fueron al campo de batalla a derramar su sangre para obtener el derecho al voto: fueron a derramar su sangre para obtener el derecho a la vida, el derecho a comer, el derecho a alimentarse, el derecho a cubrir sus desnudeces y las de sus hijos.

El movimiento que actualmente se ha desarrollado o se está desarrollando en forma constructiva; el movimiento revolucionario de México, en esta tercera etapa, no se caracteriza suficientemente con la denominación de democracia: es propiamente el movimiento revolucionario que sintetiza el socialismo mexicano, símbolo de la reivindicación de los derechos de proletariado y signo también de la justicia social.

Pues bien, señores Diputados, la clase campesina merece todo nuestro cariño, toda nuestra devoción, porque ha sido la clase heroica en esas importantes luchas nacionales; porque ha aportado un máximo contingente de sangre y de esfuerzo, primero para darnos patria en la Guerra de Independencia, después para darnos libertad al sacudir el yugo clerical en la Guerra de Reforma, y actualmente por establecer en México la justicia social.

Pero no es sólo la razón afectiva la que nos hace colocar en primer término los problemas agrarios. Hay razones de otra índole, hay razones de conveniencia y de progreso nacionales; porque la clase campesina representada la gran mayoría del proletariado nacional y porque la clase campesina actúa desarrollando la fuente principal de la riqueza nacional, que es la agricultura, la agricultura, fuente importante de la riqueza nacional, es fuente perenne, fuente inagotable; la agricultura es la fuente más rica de la Nación. Por esas circunstancias fundamentales los problemas agrarios son problemas vitales, son problemas principales para la Patria y la Revolución.

El problema agrario en México es complejo. Podemos distinguir a grandes rasgos tres fases de ese problema: la dotación de tierras, básica, pero no suficiente; la posibilidad de que el campesino cultive su tierra; Que tenga tierras, que las pueda cultivar, y que las sepa cultivar.

La fase relativa a la dotación de tierras, pudo, en mi concepto, haberse solucionado ampliamente por la Revolución en un momento propicio, en el período preconstitucional. en mi concepto la Revolución, antes de constituirse en Gobierno, cuando había derrotado completamente a la reacción, cuando la reacción estaba humillada, cuando la reacción estaba vencida, la Revolución tuvo una oportunidad brillante para decretar en toda la República, en cada Estado, una dotación de tierras suficiente, para después, en su propiedad también, adjudicarla al elemento campesino. La Revolución en ese período preconstitucional no hubiera tenido ninguna oposición importante, ni hubiera provocado ningún levantamiento firme, serio, importante, en la Nación. La Revolución, al constituirse en Gobierno, al organizarse, al entrar al período constitucional, al dictar la Constitución de 17, habría legalizado esa situación de hecho, y las expropiaciones acordadas en cantidad suficiente para la constitución de los ejidos de los pueblos, habrían quedado en nuestra Carta Magna amparadas y legalizadas definitivamente. Pero no se hizo así entonces, y después de largos quince años todavía no se termina la resolución de esa empresa, del problema agrario, en parte, quizá, por culpa de la misma Revolución; en parte de la culpa de la reacción. Las divisiones por que hemos sembrado en las luchas electorales, nos han desangrado; La reacción las ha fomentado, y de esta manera no hemos podido concluir, como ya digo, el problema agrario.

Mas no es esta la oportunidad de estudiar esta fase del magno problema; las que nos corresponde estudiar en este momento son las que ya había iniciado: que el campesino pueda cultivar la tierra; que el campesino sepa cultivar la tierra.

Después de la larga dictadura colonial, el campesino, que tanto ha sufrido en el desarrollo histórico desde la época post - colonial hasta la actualidad; el campesino que se desangró en todas esas guerras por la independencia y por la libertad y por la justicia, sufrió durante esa larga dictadura porfiriana abandono y miseria y servidumbre. El campesino, después de la dictadura, quedó en la condición de paria, empobrecido e ignorante. En esas condiciones encontró la Revolución al campesino. La Revolución tiene, pues, el problema fundamental de darle elementos de vida al campesino, y de educarlo y de sacarlo de la ignorancia. La Revolución se ha preocupado seriamente por cumplir ese programa de acción. Se estableció, para llevar elementos al campesino, a fin de que pudiera cultivar sus tierras, el Crédito Agrícola; se fundó el Banco Nacional de Crédito Agrícola y se fundaron los bancos ejidales, es el sistema actual, es el sistema vigente. Este sistema, en la práctica, se vió que adolecía de defectos. Procuraré señalar algunos de ellos; los principales.

El Banco Nacional de Crédito Agrícola está facultando, está autorizado para abrir crédito a todos los agricultores sin ninguna restricción, así es como se abrió crédito al hacendado, al gran agricultor. La mira era muy amplia, el propósito era laudable. Se trataba de levantar, en general, el crédito agrícola de la Nación. Pero se observó en la práctica con los elementos disponibles, que

con el capital aportado no era posible que el Banco pudiera hacer las aportaciones necesarias y levantar ese crédito agrícola nacional, Sus fines, pues, fueron muy amplios, y por exceso el Banco no pudo cumplir esos mismos fines, por haberse propuesto refaccionar y favorecer al agricultor en grande escala, al hacendado, al latifundista.

Otro error contiene el régimen agrario actual: es mixto. Por una parte el Banco Nacional abría crédito a los hacendados, a los latifundistas; por otra los bancos ejidales dedicaban su crédito a los ejidatarios. Este sistema mixto podía traer- y lo ha llegado a presentar ya - un antagonismo producido por la adversidad de interés.

Otro error: el Banco Nacional abría crédito unipersonal, individual, a persona determinada, y se ha observado que esto también resulta perjudicial en la práctica.

El crédito agrícola cooperativo se inició en Europa - En Prusia - a mediados del Siglo XVIII, y a principios del Siglo XIX ya se había perfeccionado sobre todo con relación a la agricultura en pequeño. En esa época se llegó al establecimiento de lo que ya se considera como tipo clásico del crédito cooperativo: la Caja Raiffeisen.

Las características de este tipo de crédito agrícola cooperativo para pequeños agricultores, es precisamente la constitución de la sociedad cooperativa de responsabilidad solidaria e ilimitada; es también la limitación en las operaciones de crédito debidamente estudiadas, y es, además, la economía en la administración, que en muchas ocasiones llega a ser gratuita en la administración del sistema de crédito. Este sistema se ha adoptado y generalizando en toda Europa con pequeñas modificaciones, con ligeras modificaciones, para adaptarlo a los distintos intereses locales. Nuestro actual sistema de crédito subsana los errores, el sistema de crédito que se propone actualmente el Ejecutivo subsana los errores del sistema vigente. Se constituye a base de unificación, se restringe solamente para el pequeño agricultor y el ejidatario, eliminándose al grande agricultor, al terrateniente, al hacendado y en este apunto - justo es hacerlo notar - la ley propuesta es eminentemente revolucionaria. Además, en el sistema que se propone se establece como una necesidad para dar crédito, la constitución de cooperativas; los bancos ya no actúan con individuos en lo particular; los bancos actuarán solamente con cooperativas.

El mecanismo de este sistema es el siguiente. Una institución central, que es el Banco Nacional de Crédito Agrícola; el Banco Nacional de Crédito Agrícola hace operaciones solamente con los bancos ejidales que son los que se constituyan en zonas determinadas de la República; inyecta a esos bancos ejidales crédito y dinero; los bancos ejidales operan, a su vez, cada cual dentro de su zona, con las cooperativas que comprenda, y celebran con esas cooperativas los distintos contratos de préstamo y avío, de refacciones comerciales, inmobiliario y territoriales. Es amplísimo el sistema. El banco ve por la cooperativa desde la iniciación de un cultivo, hasta la distribución, hasta la venta de la cosecha.

Esas operaciones de préstamo que celebra el banco, con la cooperativa, la cooperativa a su vez, las celebra con cada uno de los asociados. Con este sistema se crea un banco "sui génesis": no es una asociación severa, con las crueldades de esta clase de instituciones del crédito, sino que es humana: es un banco con corazón.

Sin desvirtuar sus serias funciones de institución de crédito -porque esto es indispensable para la vida y progreso del banco -, el banco, asociado de las autoridades agrarias, de la Comisión Nacional Agraria y de sus dependencias, se dedica con cariño a vigilar, a cuidar de la enseñanza y de la educación agraria de los campesinos. No sólo les ministra mediante el contrato de avío, para las siembras inmediatas o los productores de un año, o refacción para más tiempo; no sólo les hace esta ministración, sino que se preocupa por seguir al campesino desde la época del cultivo, y ayudarlo paso a paso hasta que recoge sus cosechas. Libra al campesino y lo librará mediante disposiciones especiales aplicadas sabiamente, de una de las mayores calamidades que sufre; de los coyotes, de los acaparadores.

Hemos visto que en algunas regiones, a la oportunidad de las cosechas se presentan determinados acaparadores. El campesino, en condiciones aflictivas, no teniendo más bienes para subsistir que su cosecha de maíz, sus treinta o cuarenta hectolitros de maíz, los vende a un precio vil, a la cuarta o quinta parte de su valor. De esas expoliaciones inhumanas lo librará el banco, porque habrá almacén general de depositó y porque tendrá el campesino refacción oportuna: no se verá precisado, obligado a vender su maíz para poder comer.

El capital del banco se pretende por el Gobierno que sea en su mayor parte, es decir, un cincuenta y uno por ciento, aportación del mismo Gobierno Federal. Esto es natural, es debido, es necesario. El Gobierno Federal debe tener el control del banco para garantizar la situación de bienestar y el porvenir de la clase campesina. La clase campesina, especialmente la clase ejidataria, está vinculada fuertemente a nuestro Gobierno, porque el Gobierno es quien ha adquirido las tierras para pasarlas al campesino. El capital que se calcula para la aportación, el capital inicial, se formará de la siguiente manera: se depurarán las carteras y capital de los Bancos Nacional y ejidales actuales, con los que se pretende, se cree obtener como mínimo un capital de quince millones de pesos. El Gobierno Federal hará un esfuerzo máximo y aportará anualmente, por un tiempo indefinido, seis millones de pesos. En el actual banco existe un capital de bienes inmobiliarios, aportación del Gobierno que denominan "capital congelado", capital que no entra en circulación y que representa una suma importante de ocho millones de pesos. Esos valores inmuebles los readquirirá el Gobierno y se aportará los ocho millones de pesos al nuevo banco, al nuevo sistema de crédito.

Hay un fondo de irrigación que en lo futuro ingresará al efectivo del banco; ese fondo de irrigación se calcula en medio millón de pesos. Todas estas son fuentes de ingreso exclusivas del Gobierno Federal. Fuera de esas fuentes de ingreso existen los ingresos de los gobiernos locales,

de las cooperativas de ejidatarios, de las cooperativas de agricultores en pequeño y de particulares. Se calcula que en el término de cinco años, a lo sumo, el banco tendrá, solamente por las aportaciones del Gobierno Federal, un capital de cincuenta millones de pesos. En estas condiciones, no obstante esta dura crisis que está sufriendo la Nación, en parte porque es repercusión de la crisis mundial, en parte por falta de producción nacional; también por pésimo sistema de impuestos y tributaciones en la Nación, y por las otras causas semejantes, esta crisis que sufrimos no ha sido obstáculo para que, haciendo un esfuerzo enorme, el Gobierno revolucionario de la Nación aporte esos capitales tan importantes, que puedan llegar a ser de cincuenta millones de pesos.

Esta labor del Gobierno de Ortiz Rubio es la mejor demostración, no con vanas promesas, sino con hechos concretos, de lo que guía un amplio y un recto espíritu revolucionario. (Aplausos).

Los problemas nacionales, complejos, difíciles, ameritan no sólo un gran corazón y un elevado espíritu revolucionario para resolverlos, sino que requieran la cooperación técnica. El Gobierno de la Nación ha trazado un plan completo, integral, para la solución de todos los problemas nacionales, y al abordar éste, que es uno de los principales - El agrario -, está demostrado su eficiencia. Esta Ley de Crédito Agrícola será, a no dudarlo, la mejor ayuda, la mejor cooperación para los elementos campesinos.

Por virtud de la Ley de Crédito Agrícola, en pocos año veremos resurgir la agricultura en México, y tengamos la seguridad, compañeros, de que al atenderse preferentemente por el Gobierno a la pequeña agricultura y a la agricultura de los ejidatarios, con los productos de esa agricultura bastará para todas las necesidades de la Nación y sobrará. No es preciso, para surtir a la Nación, para satisfacer a la Nación, ni siquiera recurrir a la gran agricultura, a la agricultura del hacendado. Una vez que se avíe y se refaccione suficientemente al ejidatario y al pequeño agricultor, tendremos productores suficientes en México para todas las necesidades nacionales y tendremos excedentes de esos productos para la explotación.

Decía compañeros, que para la implantación de este plan de reconstrucción, no bastan solamente buenos deseos y sanos propósitos; no basta solamente desear hacer el bien: se necesita saber hacer el bien. Máxime cuando se trata de problemas tan elevados y tan complejos. Es señor Presidente de la República está demostrado no sólo que desea hacer el bien, que lo guía el propósito, el elevado espíritu revolucionario de mejoramiento colectivo, de mejoramiento nacional, sino que sabe hacer el bien, puesto que se ha valido de la técnica para resolver estos problemas, porque ha sabido poner la ciencia al servicio de los nobles principios de la Revolución. (Aplausos).

Estudiando el sistema de crédito francés, de crédito agrícola francés, que establece un mecanismo semejante al que ahora se propone, las cajas locales de crédito agrario mutuo, las cajas regionales de crédito agrario mutuo, la oficina nacional de crédito administrada por una comisión plenaria y controlada siempre por la Nación; estudiando este sistema, observamos que paso a paso nos encontrábamos preceptos en que Francia se proponía abiertamente, excepcionalmente, proteger a los supervivientes de la guerra. Francia, generosa con sus hijos, los premiaba mediante preceptos de protección especial.

Pues bien, compañeros, para México la heroica clase campesina es la clase predilecta, y en esta Ley que se propone el Gobierno de la Nación pretende -y lo conseguirá - llevar, extender su protección y ayuda a los hijos predilectos de la Patria y de la Revolución: a los campesinos. (Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Orozco David.

El C. Orozco David: Compañeros: Indudablemente que la Revolución es lógica al establecer el crédito agrícola para los ejidatarios; es lógica su nuevo sistema de propiedad rural; justa con el sistema de dotación de ejidos.

Era imposible que el ejido desmantelado, sin semillas y aperos, pudiera tener todo el éxito, pudiera rendir toda la producción deseable, si el propio Gobierno no iniciara su economía política en el sentido de refaccionar al campesino y darle los elementos necesarios para hacer de la parcela de cada ejidatario un campo productivo en la agricultura. Dice muy bien el Presidente de la Comisión que me ha precedido en el uso de la palabra, cuando dice que el sistema de crédito agrícola en cooperativa ha tenido ya la experiencia del mundo. Nuestra Ley de Crédito Agrícola, en sus lineamientos generales, está tomada de los sistemas alemanes Raiffeisen y de los acuerdos franceses sobre la solidaridad de un grupo de campesinos y la ilimitación de su responsabilidad. Es una exigencia de garantía que se pide a los campesinos, esta forma de cooperativismo. Cualquiera pregunta: ¿ por qué un campesino no tiene la facultad, no tiene el derecho que tiene un simple comerciante, y con su firma y la de sus amigos le presta ese banco para que pueda dedicarse al cultivo de la tierra? Es un problema que ha tocado ya los pueblos europeos y se ha creído que con la solidaridad de la responsabilidad, la ilimitación de esta responsabilidad, ésta más garantizada la institución de crédito que da el préstamo para las obras de agricultura, y se constituye el crédito personal. No es sobre la tierra, no es un crédito hipotecario el que se otorga aquí, sino es más bien sobre la persona, sobre la moralidad de la persona a quien se presta, y siendo todos pobres, por la solidaridad, por su conjunto, por la unión de ellos, por su solidaridad y cooperación consiguen ese crédito. Como nuestros ejidatarios nunca han tenido crédito, no tendrán que olvidar nada de viejas prácticas, e indudablemente que pronto se adaptarán a este sistema de crédito agrícola. Yo creo que tratándose de nuestros agricultores, de nuestros rancheros, difícilmente se adaptarán al cooperativismo, porque todos nosotros conocemos la psicología de los hombres del campo: desconfiados en extremo; y dirán: Yo respondo por mi compadre Juan y mi compadre Francisco; pero no por veinte amigos más, que no tengo la seguridad de que sean cumplidos en sus tratos. Yo creo que será difícil que veinte agricultores

en pequeño se reúnan y quieran responder por sus compañeros. Entiendo que la educación en este sentido todavía no está experimentada lo suficiente y que deberían dictarse ciertas normas sencillas, como las ha habido hasta en épocas anteriores a la Revolución, para que esos campesinos puedan obtener crédito. Para esto sugeriría que se redujera el número de veinte campesinos, a uno más pequeño: cinco, por ejemplo. Ya cuando se discuta el proyecto en lo particular, me referiré a este asunto; únicamente quiero apuntarlo.

Indudablemente - y esta es una verdad tan sencilla que mueve a risa - que para que haya guisado de libres, se necesitara la liebre: para que exista un banco, se necesita capital. Nuestro Banco se inicia propiamente con seis millones de pesos, que nosotros concedemos en breve, y con la cartera depurada del Banco Nacional de Crédito Agrícola. Ojalá y esos vaticinios de quince millones de pesos sean ciertos, porque el proyecto se realizará mejor; pero corre el rumor de que ese Banco Nacional de Crédito Agrícola ha hecho operaciones desastrosas y, por lo tanto, habrá dificultad en realizar su cartera.

Deberíamos nosotros, previo el estudio correspondiente, hacer un sacrificio para aumentar esa partida de seis millones de pesos con que se iniciará el banco, para que desde este año se inicie en la forma integral que planea el Ejecutivo.

Uno de los puntos más importantes, una nueva modalidad que se presenta en la formación de estas instituciones de crédito, es la de que, como se ha dicho, no se trata de un banco sin corazón: es un banco con corazón. En la exposición de motivos se dice: "una paternal tutela para el campesino."

Acerca de esto, debemos pensar muy seriamente si conviene constituir al banco en tutor de los campesinos; si en nuestro medio hay la modalidad suficiente para que el tutor paternal no se convierta en uno de los encomenderos de la Conquista. Tenemos triste y dolorosas experiencias en Morelos sobre la función de la regulación del crédito, de la venta de cosechas, en que el banco fue un verdadero acaparador y un coyote en grande, frío, sin corazón, que creó un malestar muy serio en el Estado de Morelos. (Murmullos. Una voz: ¡ No sólo allí) Debemos nosotros ir con la realidad, ver la experiencia que tenemos y ver si es conveniente ese "tutorazgo" paternal en nuestro medio y en la actualidad.

Viene un capítulo de garantías que desvirtúa todo ese banco con corazón. En las garantías se exige o se hace una ficción de prenda: que las cosechas manifiestas o por venir se constituyan en prenda, y que los campesinos se consideren depositarios. y estén sujetos a acciones civiles y penales. Caemos en los tiempos pasados en que se perseguían con cárcel deudas de carácter meramente civil. Es otro punto que señalo y que, en lo particular, ampliaremos en su oportunidad, fijándonos en él muy detenidamente.

La comisión, con mucho acierto y siguiendo la lógica y la orientación de este sistema de crédito, extendió sus beneficios a los ejidatarios que habían recibido su ejido en posesión provisional. Es muy lógica la comisión cuando hace esto, porque los ejidatarios no van a responder con la tierra sino con la cosecha, con su trabajo. Debería también extenderse este beneficio a los aparceros y a los arrendatarios. En la ley se les extiende el beneficio de crédito, no como avío ni refacción, sino como adquisición territorial, y ya cuando tratemos en lo particular daré mis puntos de vista con mayor extensión.

Tenemos, pues, una ley de crédito agrícola : una intención sana, recta, ya con la experiencia del mundo. En lo general, debemos aprobarla. (aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Rodríguez.

El C. Rodríguez Guillermo: Señores Diputados: Todos sabemos que la República sufre una aguda crisis; que es necesario remediar para que surja vigorosa y próspera, y puedan todos los mexicanos y cuantos viven bajo el cielo de México, tener una vida mejor. Yo sé muy bien que es un grande el entusiasmo del actual Secretario de Agricultura, General Pérez Treviño, y que él, con su espíritu práctico, ha puesto el mayor empeño en que se lleve una ayuda efectiva a los ejidatarios. Su propósito ha sido comprobar con los hechos que no es verdad que los ejidos hayan fracasado; que si en algunas partes no se cultivan bien, no es por falta de deseo de los campesinos para hacerlo, sino por falta de recursos - aquí hay que decir verdades -: porque muchos de los comisionados para resolver estos asuntos agrarios, han desvirtuado, han prostituído, han hecho fracasar la cuestión ejidal. Decía en alguna otra sesión que la reconstrucción de la República debe tener por base la moralidad en todos los órdenes. Esta Cámara ha aprobado diferentes leyes en las cuales ha puesto una gran esperanza, una esperanza infinita de mejoramiento del pueblo; pero si estas leyes se han discutido y aprobado con tanto entusiasmo no han dado el resultado de ellas se esperaba, ha sido, principalmente, por los hombres encargados de aplicarlas, que las han tergiversado, que las han torcido, que las han aprovechado para su beneficio personal. Como para que se ponga el remedio hay que hablar claro, yo, desde esta tribuna, quiero decirle a mi buen amigo el General Pérez Treviño que debe hacer, y se impone, una minuciosa selección del personal de agrónomos que se vaya a encargar de estos asuntos, porque muchos han hecho un negocio el problema agrario...

El C. Díaz C. Gregorio (interrumpiendo): ¡Nombres!

El C. Rodríguez (continuando): No es mi propósito delatar a nadie, porque esto está en la conciencia de todos...

El C. Díaz C Gregorio (interrumpiendo: Ni tampoco de ofender.

El C. Rodríguez: ¿Cómo decía usted, compañero?

El C. Díaz C. Gregorio: Ni tampoco de ofender, compañero.

El C. Rodríguez: No trato de ofender a nadie. Tengo entre los agrónomos muy estimados amigos, muy buenos amigos, y no acuso a todos; acuso a los que han faltado a su deber, al los que no han sabido corresponder a la confianza que en ellos se ha depositado y han creído que su misión era ir a

explotar los ejidos y a los campesinos en su provecho personal.

El C. Díaz C. Gregorio: Insisto en pedir nombres, compañero.

El C. Rodríguez: Es muy largo el asunto, y como mi propósito no es hacer un escándalo, sino que se ponga el remedio, ya tendré cuidado de llevarle todos los datos que tenga al señor General Pérez Treviño para que ponga el remedio, porque lo creo con la suficiente energía y la suficiente convicción revolucionaria para ponerlo.

El C. Díaz Gregorio: Está muy bien, compañero.

El C. Rodríguez: Como decía el compañero Orozco, estas cooperativas, para que tengan éxito, deben estar manejadas por hombres que hagan de la causa revolucionaria un apostolado; por hombres que no quieran aprovechar sus conocimientos técnicos para engañar y explotar a los campesinos, como desgraciadamente tenemos noticia de que ha sucedido en Morelos.

A mí no me consta, pero hay muchos amigos que así lo aseguran. Con apariencia de fundar cooperativas, solamente inducen a los ejidatarios a que vendan sus cosechas a un precio más bajo del que corre en plaza - y de esto al mismo General Pérez Treviño le han llevado datos -; agrónomos regionales, con la apariencia de formar cooperativas, obligan a los ejidatarios a firmar contratos leoninos, que sólo sirven para dividir las utilidades que se obtienen entre aquellos malos agrónomos, entre aquellos malos servidores del Gobierno y los propios hacendados o acaparadores de los artículos que se producen.

No trato, naturalmente, de desvirtuar la buena intención que inspira esta Ley; al contrario, seré uno de los que con más cariño trate de ir de pueblo en pueblo, de ejido en ejido, haciendo ver a los campesinos que es necesario también que ellos presten toda su cooperación, toda su confianza, todo su esfuerzo; porque así como señalo que ha habido irregularidades en quienes se han encargado de aplicar la ley agraria, ¿por qué no decirlo? también hay individuos que haciéndose pasar por agraristas, han desprestigiado este asunto; y para que se haga una minuciosa selección en el campo, para que cada uno cumpla con su deber, y esta ley, este esfuerzo del Gobierno produzca todo el resultado que de él se espera, ya digo, lo indispensable es que, así como nosotros estamos dispuestos a hacer una activa propaganda entre los campesinos para que cada uno de ellos cumpla estrictamente con los compromisos que por la misma ley se contraen; de igual manera se haga una selección minuciosa entre los funcionarios y empleados que van a encargarse de aplicar esta ley.

Al discutirse esta ley en lo particular, tendré oportunidad de dar algunas opiniones respecto a algunos artículos, buscando la forma de que queden más claros; por lo pronto, estoy conforme en aprobarla en lo general.

El C. Presidente: Tiene la palabra el compañero Cruz Wilfrido C.

El C. Cruz Wilfrido C.: Señores diputados:

Por tratarse en estos momentos de una discusión verdaderamente preliminar, y de orientar la opinión de la Asamblea, yo quiero formular a la Comisión que dictaminó sobre el actual Proyecto de Ley de Crédito Agrícola, una consulta, una sincera consulta, porque tengo algunas dudas sobre el resultado del funcionamiento del sistema de crédito que se propone.

Haciendo un análisis sintético del sistema de crédito del proyecto, observamos que funciona como institución central y directora de este sistema el Banco Nacional de Crédito Agrícola; que, después, en un segundo plano, funcionan los bancos regionales y, por último, las cooperativas agrícolas.

La Ley de Crédito Agrícola, especialmente, trata de evitar la interposición de intermediarios entre el campesino y el capital.

Ignoro, señores diputados, cuál sea el interés con el cual haga sus préstamos el Banco Nacional de Crédito Agrícola; pero indudablemente este interés tiene que ser demasiado bajo, lo más bajo posible, para que al hacer los préstamos a los bancos regionales, estos bancos, a su vez, obtengan un beneficio, una utilidad.

Si los bancos regionales van a hacer préstamos a las sociedades cooperativas, estos bancos tendrán que obtener esa utilidad a costa de las sociedades cooperativas; y si, a su vez, las sociedades cooperativas van a hacer préstamos a los campesinos, tendrán que obtener alguna utilidad, como lo determina expresamente el proyecto, a costa de los mismos campesinos, aunque no precisamente en provecho de las propias cooperativas, sino de los mismos campesinos.

Vemos, pues, aquí, que en el sistema hay cierta complicación, que realmente no deja de ser una anomalía con relación a los propósitos fundamentales del proyecto.

Se ha dicho que para que los campesinos puedan tener confianza y capital, pueden efectuar operaciones con los bancos. Necesario es que estos bancos estén descentralizados, es decir, que estén en contacto directo con las clases campesinas. Pero, señores, necesario es fundar bancos regionales especiales para que estén en contacto con estas clases campesinas, cuando sabemos que el capital inicial con que va a empezar a hacer sus operaciones el Banco de Crédito Agrícola es pequeño relativamente para las grandes necesidades de la masa trabajadora del país.

Si observamos, si estudiamos el funcionamiento del actual Proyecto de Crédito Agrícola, encontramos que cada banco regional va a tener una serie de consejeros, su tesorero, su subtesorero, su planta de empleados e ingenieros, y en alguno de los artículos del mismo proyecto se establece una proporción verdaderamente escandalosa desde el punto de vista de mi criterio personal, en la repartición de las utilidades entre los consejeros y los empleados del banco. Hay un diez y ocho por ciento disponible para gratificaciones a los consejeros de los bancos regionales, a los consejeros, incluyéndolos en la denominación de funcionarios, y, además, a los empleados del banco; es decir, que los bancos regionales van a efectuar operaciones idénticas a las operaciones que va a efectuar el Banco Nacional de Crédito Agrícola; la única diferencia está en la cuantía: la calidad es la misma. Pregunto

yo a la Comisión, serenamente, como que se trata de manejar grandes intereses nacionales, si no sería mejor que en lugar de establecer bancos regionales estableciéramos sucursales en cada una de las zonas agrícolas importantes del país, sucursales del Banco Nacional de Crédito Agrícola. Estas sucursales, desde luego, no requerían para su funcionamiento los enormes gastos que va a requerir el funcionamiento de los bancos regionales.

Estas sucursales no pagarían consejeros, no distribuirían gratificaciones a granel, como aparece en el artículo de que he hecho mención.

Por eso, con toda serenidad y con todo efecto, me dirijo a la ilustrada Comisión que habló por boca del estimado compañero García de Alba, a efecto de que nos exponga su punto de vista a este respecto. Si no sería conveniente, si no sería mejor establecer sucursales allí donde van, según el proyecto, a establecerse bancos regionales.

Tenemos nosotros los mexicanos el grave defecto de imitar instituciones extranjeras, sin ver si lógicamente satisfacen una necesidad nuestra. Está bien que en algunos países extranjeros funcionen sistemas análogos; los bancos regionales están en contacto con las clases campesinas; pero en esos países la evolución del sistema bancario ha seguido un movimiento inverso al que queremos nosotros imprimir al sistema bancario actual de crédito agrícola.

En efecto, primero se empiezan a organizar las cooperativas, y las cooperativas, aportando sus capitales, fundan bancos regionales; se empieza por la base. Nosotros seguimos un movimiento inverso: con los pocos fondos de que dispone la Nación para reaccionar a los campesinos, fundamos el Banco Nacional de Crédito Agrícola; después les inyectamos una vida artificial a los bancos regionales, artificial, señores, porque la serie "Y" de los bancos regionales va a ser suscrita exclusivamente por el Banco Nacional de Crédito Agrícola. Y no solo eso, sino que hay precepto especial que dice que el Banco Nacional podrá adquirir también acciones de la serie "Z", acciones que después cederá a las cooperativas agrícolas. Hay, pues, una transfusión de capitales, un movimiento de capitales de los bancos regionales al Nacional de Crédito Agrícola, y viceversa. Esto yo lo veo anómalo; pero la comisión, que ha meditado y estudiado con todo detenimiento el proyecto, podrá sacarnos de las dudas que en estos momentos agitan mi ánimo. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra la comisión.

El C. García de Alba Esteban: El sistema, en lo general, (Voces: ¡tribuna! ¡tribuna!) es la adopción del crédito cooperativo agrícola. Cuando tratemos de los bancos regionales, que será ya el estudio de la ley en lo particular, entonces estaremos en condiciones de definir si los argumentos del compañero Cruz son suficientes para eliminar del sistema el banco regional y crear sucursales, o no lo son; pero esto, en mi concepto, no afecta de pronto al proyecto en lo general, y debe para no perderse el tiempo, aprobarse la ley en lo general y dejar para la discusión y votación en lo particular todas estas cuestiones que son de detalle. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Reynoso Díaz.

El C. Reynoso Díaz: Compañeros: Puesto que estamos de acuerdo, en lo general, en apoyar esta ley, solamente vengo a citarles algunos puntos de vista, supuesto que todos tenemos que cooperar para defender en lo particular algunos puntos que necesariamente tendrán que reformarse.

Se ha dicho aquí de las cooperativas que son la base fundamental para que opere el Banco de Crédito Agrícola, y desde luego hay que tener en consideración que en todos los pueblos, según creo, y si no en todos por lo menos en la mayor parte, ha venido a hacerse sentir una división entre los elementos campesinos, como ya se dijo antes, movidos por cuestiones electorales; y esa división da origen a situaciones como la siguiente: Muchas veces el elemento que está bien con el Gobierno de algún Estado, es el que forma la primera cooperativa y es el único que se beneficia; resultando de ello que quedan muchos campesinos fuera de la agrupación, a pesar de que, como tales, tienen derecho al préstamo.

De allí que esté yo de acuerdo con lo que ha dicho alguno de los oradores: que debe ampliarse un poco más el criterio para dar lugar a que se organicen cooperativas exigiendo un mínimo de individuos en vez del que fija el proyecto, a efecto de que, en un caso como el que cité, si queda algún núcleo de campesinos fuera de la agrupación principal, pueda, sin embargo, tener los mismos beneficios. Al fin y al cabo la etapa agitada de la Revolución ha pasado y hoy se trata de remediar todos los males que han venido surgiendo con motivo del sistema de crédito que se implantó. En estas condiciones, debemos fijarnos perfectamente bien en cada uno de los artículos que componen la ley para que, a su tiempo, pidamos que se agregue o se quite lo que sea necesario.

También hay este otro punto respecto de los pequeños propietarios: Hay muchos pequeños propietarios que por el hecho de que tienen un predio rústico y un promedio urbano, ya no pueden formar parte entre los ejidatarios y tampoco pueden organizarse muchas veces, porque, como decía un compañero, es muy difícil la unificación del pequeño propietario, del agricultor, en un número regular. Por esas razones yo creo que debemos de fijarnos en que hay necesidad de dar facilidad a todos los productores. Recuerdo yo que en la época en que me tocó trabajar en la agricultura y algo de comercio - fueron los últimos años del gobierno de don Porfirio -., en esa época, si es cierto que el campesino estaba de tal manera oprimido por el hacendado, pero quizá por los treinta años de paz obligada, los pequeños agricultores podían adquirir su crédito fácilmente sin tener que tropezar con tantas dificultades como realmente se han puesto o existen en el régimen que actualmente sirve para la administración de los bancos.

Recuerdo yo, nada más, que en Jojutla, en Tlatizapán y en Cuernavaca misma, se reunían cuatro agricultores con certificados de las autoridades locales para demostrar su honradez y que eran hombres aplicados al trabajo, y aquellos cuatro, tres o

cinco individuos se presentaban al banco o a la persona que tenía negocio industrial y que facilitaba dinero para las siembras, y seguro conseguía uno los mil, dos mil, o los quinientos pesos por lo menos, mediante un documento, obligándose a pagar en cosechas con un descuento en el precio, ya fuera de cincuenta centavos o de un peso en carga. Esta, manera o esta transacción me trae este recuerdo, por lo que ha sucedido en algunos casos. Se dice, en el caso de pignoración, que el banco hará la operación financiera más eficaz para que el campesino obtenga la mayor utilidad, y muchas veces hemos visto este fenómeno: pudiendo realmente el banco hacer una operación verdaderamente financiera, resulta al contrario: ¿en qué consiste eso? Quizá alguno de los que están interiorizados de las operaciones financieras de la banca comercial, pueda hacer luz sobre este asunto. Por ejemplo: en diciembre, refiriéndonos al arroz, cuando se dejaba libertad para la venta del arroz, había agricultores que llegaban a vender su arroz a diez y ocho y a veintidós pesos carga de doce arrobas, de ciento treinta y ocho kilos. En el tiempo en que debía de haberse ayudado más al campesino, como se dijo, entiendo que no se previó algún punto, y esto ha dado motivo a que se piense que se engaño al campesino, ocasionando esto cierta desconfianza entre algunos trabajadores, porque ellos entregaron su arroz con un anticipo de seis o ocho pesos, seguros de que al hacerse la venta, supuesto que el banco tiene dinero y no necesita vender anticipadamente la cosecha, se esperaría para obtener el mejor precio.

Viene un momento en que el arroz baja en la capital - la mejor plaza, el mejor mercado para el arroz de Morelos -; entonces dice el banco: "El arroz bajó, y como no podemos tener más en bodegas esta cosecha, vamos a venderla." Si los campesinos hubieran tenido una poquita de más libertad, podrían haber vendido a diez y ocho y a veinte pesos; pero al hacerse la operación en las condiciones dichas, se vendió a catorce. De modo que perdió cada campesino la utilidad que le correspondía, tocándoles seis pesos menos, que fue lo que se recibió al hacerse la liquidación.

Si fue maniobra del comercio para ponerse en contra del régimen revolucionario, muy bien; hay que buscar la manera de contrarrestarla. Por eso quiero que se prevea el punto, dando al campesino una prerrogativa más como productor, como que tiene el derecho de defender sus intereses, para que, si él encuentra un marchante, que pueda comprar su arroz a mejor precio que el banco no pueda encontrar porque necesite acomodar una mayor cantidad, ¿por qué razón se le priva a ese campesino de ganarse cinco o seis pesos en carga? Son puntos de vista que nos han allegado, por decirlo así, los mismos campesinos. Nosotros mismos estamos de acuerdo, como revolucionarios, en que el Gobierno tiene que luchar decididamente y en un campo un poco difícil, porque el comercio se ve en este caso impedido de seguir haciendo sus operaciones libremente, y claro que tiene que establecer un boycot contra las operaciones del banco; pero, en ese caso, que se prevea por medio de la estadística y que se tenga en consideración lo que pueda subir o bajar en determinado tiempo, para hacer su venta en el mejor tiempo que pueda considerarse, para que se busque la utilidad mayor en favor del productor y del mismo banco. Si nosotros buscamos todos estos puntos, habremos demostrado con esto al pueblo mexicano, especialmente al campesino, que es el que espera todo de esta Representación, que realmente estamos dispuestos a que cuanto antes el campesino tenga la refacción necesaria que ha estado esperando desde que se le dieron las tierras y que, por causas conocidas por todos, no se le ha podido dar. Esto es oportuno para recordar a los compañeros que tenemos muy poco tiempo de este período ordinario de sesiones para resolver estos problemas que son profundamente interesantes para el pueblo trabajador. Yo estaré pendiente, procuraré leer perfectamente bien este proyecto en los días que falten para su discusión en detalle, a fin de poder cooperar con mi grano de arena, como es mi deseo, y suplico, insisto ante mis compañeros en que la aprobación de esta Ley se haga cuanto antes y que resulte efectivo el beneficio para el campesino; que cada uno aporte a conciencia los puntos de vista que tenga y vayamos al grano; que en el momento en que sus discuta en lo particular cada uno de los artículos que componen dicho proyecto, no vengamos a distraer o a perder el tiempo en discursos, sino que cada uno de nosotros presentemos nuestro punto de vista de reforma, de aumento o de supresión. Creo que en esas condiciones podremos aprovechar las pocas horas que dedicamos para sesiones. Esperando, pues que alcancemos un éxito completo para el campesino en esta vez, yo estoy de acuerdo, como he dicho antes, en que la aprobación general de esta Ley es unánime, y que solamente nos resta, en lo particular, aumentar algunos puntos de vista que tenemos y que no han sido tomados en consideración.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Diputado Mijares.

El C. Mijares V. Manuel: Compañeros: Ya los señores Diputados que han hecho uso de la palabra, hablaron ampliamente respecto a la historia del crédito agrícola. Se han referido a las experiencias realizadas en Alemania allá después de la Guerra de Siete Años, cuando el crédito agrícola se había perdido completamente; han hablado respecto a las experiencias que en forma semejante se hicieron a principios del Siglo XIX con el objeto de dar garantías al pequeño agricultor, en vista de que se habían convencido de que los primeros bancos agrícolas establecidos con el objeto de refaccionar a los grandes agricultores, habían en cierto modo hecho más dura la vida de los pequeños poseedores de tierra.

Aunque no queramos, tenemos nosotros que tomar para nuestro proyecto respecto a la Ley de Crédito Agrícola, la experiencia adquirida por los hacendistas europeos. Yo creo, por lo que han dicho todos los compañeros que me han precedido en el uso de la palabra, que estamos absolutamente de acuerdo en el siguiente punto: que la Ley de Crédito Agrícola que está en vigor ha fracasado, y si esta Ley ha fracasado, tal cosa nos lleva a declarar que es indispensable que desde luego pongamos

manos a la obra, con objeto de dar otra ley que reúna mejores condiciones.

Y quiero hacer hincapié en algo que descubro en el proyecto de Ley de Crédito Agrícola. Yo, compañeros, resumiendo las declaraciones de los que han hablado ya y previo un estudio de la ley propuesta, he podido descubrir que ella persigue estas tendencias: ayudar a las personas que necesiten ayuda y no tengan facilidades para conseguirla - ejidatarios y pequeños agricultores -; procurar que el Banco no sea un banco de tendencias capitalistas, un banco explotador, sino que llene un servicio social; mediante una sabia coordinación de las actividades de los organismos del nuevo sistema bancario, hacer una correcta distribución de las refacciones; establecer los almacenes generales de depósitos, para combatir a los acaparadores y a los usureros; fomentar la organización cooperativa contra en individualismo y como principio de educación colectiva, e imponer la responsabilidad solidaria ilimitada, como una garantía para obtener que los fondos recibidos sean empleados convenientemente.

Si estos puntos, compañeros, logramos hacerlos cristalizar efectivamente en nuestra nueva ley de crédito agrícola, creo que habremos hecho obra eminentemente revolucionaria. Algunos compañeros se han estado refiriendo a cuestiones de detalle. Considero que esto habrá de tratarse ampliamente al discutirse el asunto en lo particular; pero, como dije antes, yo considero que de lo que han estado exponiendo todos los compañeros, se desprende que todos estamos de acuerdo en apoyar el proyecto de crédito agrícola en lo general y, por esta razón, yo vengo a suplicar a esta Cámara que se sirva darle desde luego su aprobación, con objeto de que, como decía el compañero Reynoso Díaz, no perdamos tanto el tiempo y podamos entrar el meollo de la cuestión. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Cruz Oropeza.

El C. Cruz Oropeza Juan: Señores Diputados: Como ustedes saben, existe un banco en Hidalgo al cual ayudamos con entusiasmo en su fundación, formando cooperativas, y en la actualidad existen doscientas y tantas de ellas; y porque no lo encuentro en la nueva ley, quería preguntarlo a la honorable comisión a dónde van a dar los fondos con que han contribuído los campesinos para la formación de los bancos, a la hora que se ponga en vigor esta nueva ley.

El C. García de Alba Esteban: Pido la palabra. Van a dar, compañero, a los bancos mismos: al Banco Nacional de Crédito Agrícola, al banco ejidal y a las mismas cooperativas.

El C. Cruz: Y vengo a pedir a ustedes, ciudadanos Diputados, y que ya cuando se discuta esta Ley en lo particular - lo digo para que ya vengamos preparados -, se tenga cuidado de que los que estén al frente del Banco tengan una responsabilidad directa, porque en el Banco de Hidalgo ha habido muchas irregularidades, tanto de los gerentes como de los empleados. Allí tuvimos un gerente que después de que con tanto entusiasmo el pueblo formó sus cooperativas, comprando sus acciones de cinco pesos cada una con muchos trabajos, vieron sustraerse los fondos no sabemos cómo y, sin embargo, nunca se ha consignado a ese gerente.

El Banco de Hidalgo no tiene fondos en este momento ni para ayudar a los campesinos a recoger sus cosechas, por los abusos que han cometido los que han estado al frente de él, desde jefes de zona hasta gerente del Banco. Por eso vengo a pedir a ustedes que se aplique todo el rigor de la ley, para que tan luego como salgan desfalcados, sean consignados. También otro punto: que se ponga a los agricultores un término medio de la cantidad que debe facilitarles el banco; porque allí ha habido agricultores en pequeño a quienes se les han facilitado grandes cantidades de dinero y hasta la fecha no lo han pagado al banco, y sin, embargo, siguen haciendo otras operaciones con ese mismo dinero, explotando al pueblo campesino que, por necesidad, vende sus cosechas. (Aplausos.)

El C. Secretario Mijares: No habiendo más oradores inscritos, se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutida la ley, en lo general. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutida. En votación económica se pregunta a la Asamblea si ha lugar a votar en lo general. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Ha lugar a votar. Se procede a recoger la votación nominal, en lo general, del proyecto de ley a debate. Por la afirmativa.

El C. Prosecretario Rodríguez: Por la negativa. (Votación.)

El C. Secretario Mijares: ¿Falta algún ciudadano Diputado por votar? ¿Falta algún ciudadano Diputado por votar? Se procede a recoger la votación de la Mesa. (Votación.) Por unanimidad de ochenta y un votos fue aprobado el proyecto de ley, en lo general.

El C. Presidente: Se levanta la sesión y se cita para mañana, a las 16.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y "DIARIO DE LOS DEBATES"

Director, Jefe de la Oficina, JOAQUÍN Z. VALDÉS.