Legislatura XXXV - Año II - Período Ordinario - Fecha 19331121 - Número de Diario 22

(L35A2P1oN022F19331121.xml)Núm. Diario:22

ENCABEZADO

MÉXICO, D.F. MARTES 21 DE NOVIEMBRE DE 1933

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO II.- PERIODO ORDINARIO

XXXV LEGISLATURA

TOMO II.- NÚMERO 22

SESIÓN

DE LA

CÁMARA DE DIPUTADOS

EFECTUADA EL DIA 21

DE NOVIEMBRE DE 1933

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.

2.- Se concede la palabra al C. Moctezuma Fernando, quien se refiere a los últimos acontecimientos registrados en la ciudad de Guadalajara, con motivo de la huelga estudiantil, y propone que la Cámara tome el acuerdo de respaldar al Gobierno revolucionario de aquella Entidad y a todos los gobiernos que se encuentran en situación semejante. Se toma en consideración la proposición y se aprueba. Los ciudadanos Diputados Santos Alonso José, Fabila Gilberto, Méndez Aguirre Eugenio, Coria Alberto, Anaya Carolino, León Luis L., Ortíz Acosta Dionisio y Sepúlveda Clemente. hacen uso de la palabra sobre hechos relacionados con el mismo asunto.

3.- Los CC. Diputados Riva Palacio Manuel, León Luis L., Fabila Gilberto, Moctezuma Fernando, Gómez Fernando, Robinson Tomás A. y Peralta Andrés H., presentan una proposición a efecto de que se gire atenta comunicación a los Secretarios de Gobernación y de Educación Pública y demás de la Federación que les compete, a los Gobiernos de los Estados y a los presidentes Municipales de toda la República, para que hagan cumplir rigurosamente todas las disposiciones legales respecto a cultos y educación. Se dispensan los trámites. A discusión. Se aprueba.

4.- Los ciudadanos Diputados Fabila Gilberto, Yáñez Maya J. Jesús y Topete Florencio, comisionados por la Cámara para que en un cambio de impresiones personales con el C. Ingeniero Marte R. Gómez, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, estudiaran la cuestión relativas a las pensiones civiles y militares que se vienen tramitando en al Cámara, presentan a la Asamblea acuerdos económicos sobre el particular. El C. Méndez Aguirre Eugenio, solicita que la Comisión funde sus acuerdos. El C. Fabila, de la Comisión, los funda. A discusión. Se aprueba. Se levanta la sesión y se pasa a secreta.

DEBATE

Presidencia del

C. ALBERTO CORIA

(Asistencia de 89 ciudadanos diputados.)

El C. Presidente (a las 18.3): Se abre la sesión.

- El C. Secretario Peralta (leyendo):

"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados de la XXXV Legislatura del Congreso de la Unión, el día diez y seis de noviembre de mil novecientos treinta y tres.

"Presidencia del C. Fernando Moctezuma.

"En la ciudad de México, a las diez y ocho horas y doce minutos del jueves diez y seis de noviembre de mil novecientos treinta y tres, con asistencia de ochenta y nueve ciudadanos diputados se abrió la sesión.

"Se aprobó el acta de la anterior, verificada el día 14 de los corrientes.

"La Secretaría dio cuenta con los asuntos en cartera:

"La Secretaría de Guerra y Marina, transcribe la solicitud del C. Alfredo Lezama Alvárez, Subjefe del Departamento de Aeronáutica, relativa a que se le conceda permiso para aceptar y usar la condecoración de Segunda Clase del Mérito Militar que le ha sido conferida por el Gobierno de la República de Cuba.- Recibo, y a la Comisión de Peticiones en turno.

"Un telegrama y cuatro circulares en que se comunica que la XXXI Legislatura Constitucional del Estado de Coahuila quedó legítimamente instalada en el recinto oficial, integró su Mesa Directiva en la forma que da a conocer e inauguró el primer período ordinario de sesiones, correspondiente al primer año de su ejercicio constitucional.- De enterado.

"El XXX Congreso del Estado de Puebla, avisa que el día 6 del presente mes clausuró el período extraordinario de sesiones a que fué convocado por su Comisión Permanente.- De enterado.

"La Cámara Nacional de Comercio de Toluca y la Comisión de la Liga Central de Resistencia de Consumidores de Energía Eléctrica en el Estado

de México, felicita a esta Cámara por la aprobación de la iniciativa sobre reforma a la fracción X del artículo 73 de la Constitución, referente a que el Congreso de la Unión pueda legislar en todo el país sobre energía eléctrica.- De enterado con agradecimiento.

"La señorita María Téllez Girón y Bravo, solicita se le otorgue una pensión por los servicios que prestó a la Nación su extinto padre el señor General Brigadier don Baltasar Téllez Girón.- Recibo, y a la Comisión de Peticiones en turno.

"El Comité Nacionalista Pro- Raza, de Navojoa, Son., apoya la reglamentación del artículo 4o. constitucional y protesta por las actividades que en el comercio desarrollan extranjeros perniciosos.- Recibo, y a la Comisión que tiene antecedentes.

"Se aprobaron sin discusión, en votaciones económicas sucesivas, treinta y cinco dictámenes que corresponden, respectivamente, a las Comisiones 1a. y 2a. de Peticiones, 1a. de Guerra y 2a. de Hacienda, que contienen acuerdos económicos por los que se resuelve:

"Que pasen a la Comisión de Guerra en turno, las solicitudes de pensión presentadas por las señoritas Ernestina y Rebeca García, Refugio Campaña, María Cristina Campuzano, Guadalupe Gómez González y María Aurora G. Encinas; por las señoras Herlinda Zertuche viuda de Córdoba, Juana Zertuche viuda de Zorrilla, Concepción Flores viuda de Lojero, Patricia Jáquez viuda de Contreras, Marietta Villani viuda de Olvera, Eufrosina Pérez viuda de Pérez, Encarnación Mares viuda de Cárdenas y Leonor Bucio viuda de Acosta, y por el General Brigadier retirado Isidro Cortés;

"que pasen a la Comisión de Hacienda que corresponda, las solicitudes de pensión de las señoritas Mercedes y Adela Godoy y del C. J. Gertrudis Valenzuela; la solicitud de aumento de sus sueldos, que presentan los secretarios y empleados de los Juzgados Menores de Coyoacán, Villa Obregón, Tlálpan y Xochimilco, y el memorial de los miembros de la Sociedad de Inspectores de la secretaría de Educación Pública para que se reforme el artículo 16 de la Ley de Pensiones Civiles de Retiro;

"que pase a la Segunda Comisión de Guerra la solicitud de pensión presentada por la señora Lucrecia Téllez viuda de González;

"que pasen a la Comisión de Gobernación en turno la solicitud de la Gran Logia de Libres y Aceptados Masones del Distrito Federal para que se cambie los nombres de los pueblos, plazas, calles etc., que en el país lleven el nombre de Agustín Iturbide, y la solicitud del C. Miguel Sáinz Herrera para que se haga la traslación de los restos de D. Venustiano Carranza a la Rotonda de los Hombres Ilustres;

"que pase a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno, la solicitud del C. Vicente Veloz González, Jefe del Protocolo de la Secretaría de Relaciones Exteriores para que se pueda aceptar y usar una condecoración que le otorgó el Gobierno de Chile;

"que pase a la Comisión de Relaciones Exteriores en turno, la solicitud de C. Feliciano Rosado para que pueda desempeñar el cargo de Vicecónsul de la República de Guatemala en Balancán, Tab.;

"que se transcriba a la H. Legislatura del Estado de Puebla el memorial de los vecinos de Villa de Tecali a fin de que no se lleve a efecto el cambio de cabecera del propio Municipio al de Amozoc, Pue.;

"que se diga al Presidente del Ayuntamiento de San Juan de los Lagos. Jal., a la Unión de Obreros Constructores Navales del puerto de Veracruz, a la Unión de Reclusos del Estado de Tamaulipas y al C. Gabriel Corte Avaroa, que no siendo de la incumbencia de la Cámara la resolución de los asuntos que promueven, se dirijan a quien corresponda: a los miembros de la Sociedad Cooperativa Tipográfica de Productores "Acción y Progreso, S. C. L." que no es de accederse a su solicitud, por las razones que se expresan; a la señora Pomposa C. Díaz, que se atenga a lo acordado por esta H. Cámara con fecha 5 de octubre último, en relación a su solicitud; a las señoritas Esther y Concepción Bermúdez, que por los motivos que se señalan, no es posible concederles la pensión que solicitan, y a la señora Petra Arriaga viuda de Lerdo de Tejada, que por las causas que se manifiestan, no es posible aumentarle la pensión de que disfruta;

"que en virtud de las razones que se aducen, no ha lugar a otorgar la pensión que solicitan las señoras María Cortazar viuda de Chávez y Margarita Huerta viuda de Morales, así como la que suscribe el C. José Lino Ramírez Rodríguez, y

"que se diga a la señora Petra J. viuda de Pope que no es esta Cámara quien debe pensionarla, sino la Dirección General de Pensiones Civiles de Retiro y que se le devuelvan los documentos que presentó.

"Se reanudo el debate sobre el dictamen de la Segunda Comisión de Puntos Constitucionales que contiene un proyecto de reforma a la fracción I del artículo 104 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que a la lectura dice:

"Artículo único. Se reforma la fracción I del artículo 104 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los siguientes términos:

"Artículo 104...

"I. De todas las controversias del orden civil o criminal que se susciten sobre el cumplimiento y aplicación de leyes federales o con motivo de los tratados celebrados con las potencias extranjeras. Cuando dichas controversias sólo afecten intereses particulares, podrán conocer también de ellas, a elección del actor, los jueces y tribunales locales del orden común de los Estados, del Distrito Federal y Territorios. Las sentencias de primera instancia serán apelables para ante el superior inmediato del juez que conozca del asunto en primer grado".

"Transitorio:

"Artículo único. Los recursos de súplica que actualmente se encuentran en tramitación, habrán de seguirse y de sentenciarse de acuerdo con la legislación vigente cuando se promovieron."

"No hubo quien usara de la palabra y se declaró con lugar a votar en lo general y se aprobó en lo particular por unanimidad de ciento quince votos. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

"Con dispensa de los demás trámites después de la primera lectura, se declaró con lugar a votar en

lo general y se aprobó en lo particular por unanimidad de votos, un proyecto de decreto que consulta la Primera Comisión de Guerra y en virtud del cual se pensiona con tres pesos diarios a la señora B. del Río viuda del Mayor de Infantería Ignacio L. Ortega. Pasa al Senado para sus efectos constitucionales.

"Se dio primera lectura a un dictamen de la Segunda Comisión de Guerra que contiene un proyecto de decreto por el que se concede una pensión de cinco pesos diarios a la Sra. Guadalupe Bermúdez de Castro viuda de Pérez, hermana del extinto General José Bermúdez de Castro, por los meritorios servicios que el extinto prestó a la Revolución.

"El C. Morales Hesse, solicitó la dispensa de los demás trámites a efecto de que se discutiera desde luego el dictamen. El C. Fabila solicitó también la dispensa de trámites siempre que se llamara al C. Secretario de Hacienda para que informe a la Asamblea respecto de las posibilidades del Erario Nacional para conceder nuevas pensiones. El C. Morales Hesse hizo una aclaración y el C. Fabila insistió en su proposición.

"El C. Riva Palacio, propuso que se nombrara una Comisión del seno de esta Cámara que entreviste al C. Subsecretario de Hacienda que recabe de este funcionario la información que se pretende y que transmitirá a esta Asamblea para su conocimiento.

"Tomada en consideración la proposición del C. Riva Palacio, la Cámara la aprobó y la Presidencia nombró en Comisión para acercarse al C. Subsecretario de Hacienda con el fin indicado a los CC. Gabino Vázquez, Gilberto Fabila, J. Jesús Yáñez Maya, Florencio Topete, Andrés Zárate Sánchez, Eduardo Cortina y Secretario Dionisio García Leal.

"A las diez y nueve horas se levantó la sesión y se citó para el próximo martes, a las diez y siete horas."

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobada el acta.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Moctezuma.

El C. Moctezuma Fernando: Señores diputados: La huelga estudiantil de Jalisco y algunos otros movimientos de la juventud estudiosa de México, aparentemente tiene finalidades únicamente de reorganización de los planteles y para obtener determinadas ventajas en favor del estudiantado; pero si se analizan esos movimientos y se observan los procedimientos que están empleando en contra de los Gobiernos, se puede advertir que los estudiantes no son sino instrumentos de la reacción y el clericalismo.

La Revolución ha sido magnánima con la clerigalla, con la reacción. En el momento de la lucha la Revolución se pone radical y aplasta, pero no definitivamente, porque una vez pasado ese momento, la Revolución, como es fuerte, como es grande y noble, casi, casi olvida a sus enemigos; pero yo creo que esas actividades del clero que, valiéndose de los estudiantes, trata de mirar la unidad del Gobierno Revolucionario, no deben pasar inadvertidas para la Cámara de Diputados. La Cámara de Diputados, como organismo revolucionario, debe respaldar a los Gobiernos que sean atacados por la reacción, y debe decir a ésta que estaremos vigilantes y que no permitiremos su intromisión, ni que ataque a gobiernos revolucionarios; que todos somos uno: Gobierno Federal, Gobiernos de los Estados; y que la Cámara de Diputados, enteramente solidarizada, respalda a esos Gobiernos para que aplasten al clero y a la reacción que, escudándose tras de los estudiantes, quiere mirar la ideología y la estructura revolucionaria. Mi proposición consiste, en concreto, en que la Cámara de Diputados tome el acuerdo que se respalda al Gobierno Revolucionario de Jalisco con motivo de la huelga estudiantil y a todos los demás Gobiernos que se vean en situaciones semejantes. (Aplausos.)

El C. Secretario Peralta: Se pregunta a la Asamblea si es de tomarse en cuenta la proposición del ciudadano Moctezuma. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se toma en consideración. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que esten por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Santos Alonso.

El C. Santos Alonso: Respecto a este asunto estudiantil, yo afirmo, por lo que voy a manifestar a ustedes más adelante, que sí están los estudiantes apoyados por el clero. Desde luego un señor Armando Chávez Camacho, secretario de la Confederación Estudiantil metropolitana y delegado de la misma al conflicto de Guadalajara, es nada menos que el director de una revista que se llama Secretariado Primero Americano de Estudiantes Católicos, en la que se publicó un artículo que reprodujo "El Jalisciense", de Guadalajara. En este artículo, entre otras cosas, este joven reaccionario dice que esperan los católicos un congreso estudiantil que tendrá por asiento Roma -se entiende, bajo los auspicios de su jefe el Papa-; que de allí vendrán a hacer una revolución aunque les cueste la vida, porque es necesario cambiar las cosas, porque la ideología estudiantil está siendo atropellada, etcétera. Invoca allí a María Santísima y a todos los santos.

Si esto no es una prueba palpable de que están estos señores apoyados por el clero, todavía les daremos más: En Jalisco les está dando la clase aristocrática dinero para que puedan subvenir a sus necesidades. Estos jóvenes estudiantes, que generalmente son gente pobre, viven en los mejores hoteles, hacen propaganda en coches y tienen dinero hasta para parrandas, lo que no se explica, sino porque están sostenidos por gente de dinero.

A sus manifestaciones, y ésta es una prueba más, han concurrido viejas, como muy bien lo decía el General Calles, beatas histéricas que andan tras de ellos; porque la reacción y los curas, faltos de valor civil para ir a defender sus ideas en

la tribuna, en el campo de batalla o en cualquiera otra parte donde pueden hacerlo, porque tienen garantías, como son cobardes y medrosos por idiosincrasia, mandan a las viejas a las manifestaciones, sabiendo que, por la magnanimidad del Gobierno, no les pegarán, por su condición de mujeres. El hecho, pues, de que en estas manifestaciones anden viejas histéricas, muy conocidas, vestidas de negro de arriba a abajo, con cuellito blanco y una medalla en el pecho, es un prueba palpable de que éstas agitaciones son promovidas por el clero de Jalisco. (Aplausos.)

La huelga estudiantil de Jalisco no tiene razón de ser, porque la declararon tan sólo porque tuvo lugar la huelga de estudiantes de aquí, sin motivo ni razón; jamás, antes de declararla -y esto lo supe en pláticas que tuve con el señor Gobernador del Estado-, fueron a verlo para pedirle tal o cual concesión, sino que de plano se declararon en huelga; y una vez declarada, nada menos que pedían los siguiente: que les dieran dinero, que el Gobierno sostuviera la Universidad, que fuera autónoma y ellos poner todos los profesores; en una palabra barajarla y cortarla por su cuenta. ¡Qué autonomía! Se les va a dar dinero para que lleven a viejos y reaccionarios para que vayan a impartir la instrucción que se les dé la gana. Yo creo que el gobierno revolucionario está obligado, aun siendo autónomas, aun sosteniéndose por su cuenta cualquiera universidad, a que en esa universidad se dé una instrucción que siga una ideología social revolucionaria, como impera en México. Nosotros no podemos permitir, el Gobierno no puede permitir, de acuerdo con la Constitución, que se dé en las escuelas y en las universidades instrucción que no tenga una ideología absolutamente revolucionaria, y menos vamos a permitir que en aquellas universidades que están sostenidas por el Gobierno, esto es, por los dineros del pueblo, vayan allí a mandar los curas y vayan a tener cátedras los reaccionarios y las beatas y las viejas histéricas. (Aplausos.)

Un periódico de esta capital decía que en el mitin pasado se había silbado al que habla y no lo habían dejado hablar. Esto es inexacto; y es inexacto lógicamente, porque se trataba de un mitin político del Partido Revolucionario Jalisciense, a iniciativa, como todos ustedes lo saben, del Partido Nacional Revolucionario, a donde fueron elementos todos del Partido Revolucionario, donde se iba a tratar exclusivamente de la personalidad del precandidato, General Cárdenas, y del Programa de Principios del mismo Partido. No era lógico que siendo todos del Partido Nacional Revolucionario, no escucharan a un orador que iba a hablar a sus mismos partidarios. Si alguno de nosotros fuera a decir un discurso a un mitin antirreeleccionista, es claro que no nos dejarían hablar; de igual manera que si algún reaccionario, algún clericial o antirreleccionista se metiera a alguna reunión nuestra, no lo dejaríamos hablar.

Lo que pasó fué que se colaron algunos simpatizadores de los huelguistas, algunos reaccionarios. Naturalmente que nosotros en el mitin principiamos diciendo que éste tenía doble significación, porque allí se iba a ratificar lo que en agosto el pueblo de Jalisco había manifestado, esto es, llevar a la Presidencia de la República al General Cárdenas; y porque mientras los curas azuzaban a las viejas para llevarlas a las manifestaciones estudiantiles, el pueblo, en vez de ir a ellas, concurría a una fiesta cívica. Empecé a hablar de la huelga, de los reaccionarios, de los curas, y los catorce o quince hombres que se habían colado, empezaron a gritar; y entonces el pueblo también les gritó, les silbó y empezó a señalarlos. Inmediatamente salieron, se acabó la bola, y yo seguí hablando. Hago esta rectificación, porque podría creerse que el pueblo jalisciense, que los obreros y campesinos -nueve o diez mil- que concurrieron al mitin, no eran revolucionarios, no eran de nuestro partido; cuando sí lo son y están dispuestos a propugnar por la candidatura del General Cárdenas. (Aplausos.) Porque allí, si a mí se me hubiera evitado el uso de la palabra, no era a mí, que soy un significante, era propiamente al acto de ratificar de una vez por todas, de decirle a la clerigalla que no esté creyendo en el tapado, porque el único candidato del pueblo será el General Cárdenas. (Aplausos.)

Esta es la información, a grandes rasgos, sobre la huelga de Jalisco. Para terminar, voy a demostrarles que no tienen razón y que son guiados por el clero, porque cuando se tiene la razón, ésta se esgrime, se pide, se grita; pero siempre, el que no tiene la razón, en vez de argumentos, hace actos fuera de la ley, con el objeto deliberado de aparecer después como víctima. Los señores estudiantes, con la clerigalla y uno que otro, unos cuantos despechados de no sé qué organización comunista, se unieron y fueron a tomar por sorpresa la Escuela Normal de Profesores, destinada ya con los pabellones y demás para la Feria de Jalisco. Es lógico y natural que el Gobierno, al ir a tomar un edificio, al posesionarse de él aquellos elementos, les dijera que se salieran y se hiciera respetar, porque ha llegado el momento de que estos señores, estos mentecatos reaccionarios que creen que no hacerles caso o que soportarles algunas cosas, porque los consideramos insignificantes, es debilidad del Gobierno; y es necesario que sepan, y así se está haciendo ya en los Estados, que en lo sucesivo el cualquier acto agresivo de éstos que cometan, por insignificante que sea, se les aplicarán las leyes de la República.

Fueron entonces los elementos de la policía, pero estos señores no quisieron desalojar el edificio; entró la policía, y lejos de darles explicaciones los de adentro, los estudiantitos, los inocentes, y los que estaban con ellos, recibieron a balazos y a pedradas a la fuerza pública. Entonces ésta, haciendo uso legítimo de sus autoridad y de su legítima defensa, los desalojó, dándoles uno que otro golpe: ¡todavía fueron magnánimos con ellos!

Posteriormente han sido consignados a las autoridades, por más que digan que allí andaban unos chiquillos. Sí, chiquillos y grandes, pero todos andaban cometiendo delitos. El Gobierno de Jalisco no se ha metido absolutamente en nada; se ha limitado a consignar a las autoridades para que ellas sean las que diluciden el asunto; y el Juez

del Distrito no ha concedido amparo, porque no se ha acudido a él.

Tengo la convicción íntima de que no tienen razón los estudiantes, y que fueron los clericales los que los mandaron de carnaza; porque ese es, ha sido y será su sistema, esto es, tirar la piedra y esconder la mano, pues siempre han sido una punta de cobardes. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Diputado Trigo.

El C. Trigo Octavio M.: Señores diputados: Casi al principio de este período, y cuando se tocaba aquí la cuestión clerical en México, yo vertía desde esta tribuna estas palabras: "Al clero de México o hay que acabarlo o hay que dejarlo". Vuelvo a repetir exactamente lo mismo ahora que volvemos a tener sobre el tapete de la discusión algo que resulta ya verdaderamente repugnante en nuestro país, porque por efecto de una magnanimidad torpe, estamos llegando hasta el extremo de dejar que se falseen los principios de la Revolución. En este momento la Revolución de un país del mismo origen nuestro, o más bien dicho, de cuyo origen partimos nosotros, nos está dando el espectáculo de cómo se tuercen los principios de una revolución y cómo se anula la obra de ésta, cuando no se tiene energía suficiente para afrontar estos problemas y deshacer de una vez por todas al enemigo que no nos ataca abiertamente, sino que sigue una campaña de emboscadas: me refiero al caso de España. Una revolución que brotó a impulso del deseo del pueblo de mejorar su situación, ha venido casi a quedar anulada completamente al conceder el voto a las mujeres, y éstas al darle fuerza a las derechas, que en España no son otra cosa que los elementos conservadores clericales.

Si no hubiera alguna a orta razón que justificara la actitud de los hombres de la Revolución en México para haber obrado en forma drástica, entiendo que este ejemplo que tenemos ahora de España es más que suficiente para que los revolucionarios en México nos demos cuenta de que, no obstante que hemos logrado conquistar en la gran masa del pueblo los principios de la Revolución, no hay que dormirnos sobre nuestros laureles, sino seguir luchando hasta terminar, hasta acabar con esta constante amenaza del elemento clerical en México.

Lamento que en esta ocasión sea la juventud, a la que debe conceptuarse con todos los arrestos nobles, con todas las ideas levantadas y un espíritu grande y amplio, la que se preste a ser instrumento de bajas pasiones, de una política de campanario; y es lamentable, porque esto demuestra que nuestra juventud aún ha menester de un concepto más firme y mayor de responsabilidad para que su actuación, lejos de retrogada, de dar un paso atrás, vaya hacia adelante mejorando la labor de los hombres de la Revolución.

Es verdaderamente penoso que en esta Cámara tengamos que tocar, cada vez que ocurre un caso de éstos, tales cuestiones, cuando ya debiéramos haberlas dejado resueltas desde hace muchos años. ¿Es que vamos a continuar constantemente haciendo acción revolucionaria desde la tribuna de la Cámara, en vez de organizar una acción revolucionaria frente a la acción católica, como decía la vez pasada? ¿Es que cada vez que pasen estas cosas vamos a olvidar el daño que se le está causando a la Revolución con esa actitud política del clero de México? Yo creo, señores diputados, que ya es tiempo de que los hombres de la Revolución, los hombres que dirigen la Revolución, obren en forma absolutamente radical: O el clero de México se disciplina en una forma absoluta y se limita a hacer lo que debe ser dentro de su función, o habremos de hacer que desaparezca de una vez por todas, sin contemplaciones de ninguna naturaleza. (Aplausos.) No es una sola palabra, no es un alarido de jacobinismo rabioso, aquello de que las religiones son el opio de los pueblos. Si nos ponemos a pensar con un poco de cuidado en esta frase, habremos de convenir en que tiene una enorme dosis de filosofía y una gran dosis de verdad también. Es que merced a la religión, a esa religión torpe que nos esquisto el conquistador, es a lo que México no ha podido todavía, o más bien dicho, a lo que México debe no haber podido resolver desde hace muchos años sus más trascendentales problemas. En consecuencia, ¿por qué hemos de seguir teniendo estos gestos de paciencia, estos gestos de bondad que nadie absolutamente estima, y que sí en cambio, redundan en perjuicio de las clases sociales de México? Yo creo, señores diputados, que de una vez por todas debemos prestar nuestro apoyo abierto, no solamente al Gobierno de Jalisco, sino a todos los Gobiernos de los Estados, para que disciplinen no sólo a las masas estudiantiles, sino también a aquéllos de quienes la masa estudiantil es un instrumento fácil para desarrollar su política de zapa.

Yo quiero en esta ocasión hacer también un punto de aclaración para aquéllos que se llaman opositores en política del Partido nuestro. Escuchaba en días pasados , en labios de uno que se dice líder de la oposición, estas o parecidas frases: La política del Partido Nacional Revolucionario se limita en estos momentos, temeroso de la oposición, a ignorarla.

Quiero preguntar sinceramente, señores diputados: ¿es que positivamente estos señores pueden constituir la oposición al Partido Nacional Revolucionario? ¿Es que la oposición es despecho? ¿Es que la oposición no tiene más finalidad que el "quítate tú, para ponerme yo"? Si esta es la oposición, ¡pobre de nuestro país que no podrá cifrar sus esperanzas en un futuro de lucha democrática!

Estimo que el Partido Nacional Revolucionario lógicamente no puede tener más que una clase de opositores. El día que en México exista un partido de clase, con tendencias perfectamente definidas, con un programa perfectamente claro, y que vaya a la lucha social, no a la lucha eminentemente político- electoral, entonces esa oposición sí será respetable, habremos de verla con respeto, y habrá de ser benéfica para el Partido nuestro esa lucha, puesto que tendremos la manera de que nuestro instituto se renueve y siga por nuevos y más amplios senderos.

Pero pensar que la oposición es la oposición que encabeza ese pobre anciano Villarreal, que está

manchando una vieja ejecutoria de revolucionario con verdaderas pequeñeces y verdaderas miserias; y que encabezan Manrique y Soto Gama, que son oposicionistas sui géneris, oposicionistas dentro del presupuesto del Gobierno, puesto que ambos son catedráticos de la Universidad que está sostenida por fondos del Gobierno. ¿Qué clase de nivel moral es el de estos hombres que todavía no tienen el valor suficiente para desligarse en lo absoluto del Gobierno para combatirlo abiertamente? ¿Dónde está la moral de Manrique, que se nos ha presentado en una tribuna como una mosca blanca? ¿Qué se puede esperar de esta oposición? En rigor esta oposición no existe. Yo hablo no de la oposición producto del despecho y producto de la miseria; yo hablo de una oposición razonable, de una oposición con fines elevados y con miras altas. Nada nos puede importar absolutamente a nosotros este grupo de individuos que, como Soto y Gama, verbigracia, después de ostentarse como un revolucionario radical, tiene un cuarto de conversión, y se nos convierte ahora en un clerical furibundo, en un católico, en un místico inconcebible. ¿Cuál es la firmeza de principios de esos hombres, cuando no saben hasta qué punto son revolucionarios y en qué momento dejan de serlo, para convertirse en reaccionarios a lo rojo?

Yo, para concretar y para no hacer demasiado cansado esto, me permito proponer que la Cámara, aunque nos saliéramos del reglamento, tomara este acuerdo: primero, la Cámara de Diputados respalda abierta y francamente al Gobernador del Estado de Jalisco en la lucha que ha entablado, no la clase estudiantil de Jalisco en sí, sino el clero que está inspirando a ésta; segundo, la Cámara de Diputados respalda a todos los Gobernadores de los Estados que se encuentran el igualdad de circunstancias; tercero, el Gobierno de la República deberá obligar a las clases estudiantiles a disciplinarse, puesto que si nosotros mismos, como elementos políticos y revolucionarios, hemos llegado a una disciplina completa, a una disciplina consciente, no hay razón para que una clase social se desentienda de una disciplina tan indispensable, tan necesaria en estos momentos difíciles para el país, y establezca, no una lucha de principios sino una lucha miserable, una lucha canallesca, una lucha en donde no hay nada de respetable y sí todo es censurable. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Fabila.

El C. Fabila Gilberto: Señores diputados: No me extraña que una vez más en la Cámara se venga a tocar el eterno problema del clero; no me extraña, porque realmente, aun cuando los Gobiernos revolucionarios han sido perfectamente definidos respecto de su enemigo ancestral, en realidad no hemos llegado adonde es necesario llegar para hacer efectiva la derrota del clero.

El clero ha podido triunfar, ha podido conservar su influencia sobre las masas; el clero ha podido, cada vez que ha necesitado defender sus intereses materiales, crear problemas a los gobiernos revolucionarios; y el medio como ha podido llevar a cabo esta labor ha sido siempre a través de la juventud. Cuando una generación se le ha ido de las manos, se ha puesto pacientemente a trabajar, se ha puesto pacientemente a modelar a su antojo la mentalidad de una nueva generación juvenil.

La Revolución que estamos viviendo arrancó de las manos del clero a una generación, arrancó de las manos del fanatismo a esta generación representada aquí en la Cámara de Diputados; pero perdido ese elemento, perdidos los recursos de que antes el clero se valía para conservar su hegemonía mental, se puso a laborar pacientemente bajo las sombras, de manera intangible a fin de formar una mentalidad clerical a otra generación juvenil. Este es el resultado de Jalisco, de Durango y aun de la capital de la República de parte de los estudiantes universitarios; ha sido el resultado de la acción lenta de trabajo paciente del clero para desviar la mentalidad revolucionaria de esa generación, nuevamente hacia los antros del obscurantismo clerical. De manera que si la Revolución quiere hacer efectivas las leyes sobre el culto externo y todas las demás leyes que ha dictado para resistir la fuerza de la acción externa del clero, debe también tocar con toda integridad y con todo valor el problema de quitar de las manos, de la influencia del clero a todas las demás generaciones de las juventudes que vienen detrás de nosotros. Muy bien decía el Diputado Moctezuma que la Revolución por fuerte y por noble, después de derrotar a sus enemigos los olvidaba; esta actitud debe abandonarla la Revolución, no debe olvidarlos después de derrotarlos, debe continuar golpeándolos hasta despedazarlos absolutamente. (Aplausos.)

Destruimos con las reformas a las leyes del culto externo cierto poder del clero, pero no lo destruimos todo: no pudimos destruir su influencia sobre la juventud. ¿Quién no sabe que existen infinidad de colegios totalmente influenciados o dirigidos por el clero? ¿Quién no sabe que existen infinidad de instituciones de beneficencia, con aparicencia de hospitales, totalmente controlados y dirigidos por elementos directos o indirectos del clero? ¿Quién no sabe que la tolerancia de muchas autoridades locales y aun federales ha dado la oportunidad al clero para que silenciosamente se violen y se sigan violando ciertas disposiciones del culto externo? ¿Quién no sabe que muchas organizaciones confesionales se inmiscuyen en asuntos que no son religiosos, sino que sirven de tapujos para una acción sistemática de control sobre los dos elementos que pueden contrarrestar u oponerse a la marcha triunfal de la Revolución: nuestras esposas en nuestros hogares y nuestros hijos?

No es, pues, extraño, como decía yo, que por esta enésima vez más la Representación Nacional se encuentre con que tiene que afrontar una nueva etapa del eterno problema de la ambición política y económica del clero. En mi concepto, pues, es el momento, es el tiempo precisamente, porque estamos a las puertas de una campaña electoral trascendental, de que definamos posiciones los revolucionarios y los reaccionarios. Yo propondría, yo sugeriría, y aun me atrevo a adoptar personalmente la responsabilidad, excitar a todas las autoridades federales y locales, para que hagan que se cumpla no solamente con la ley, sino con el espíritu

de las leyes que gobiernan el culto externo. Yo sugeriría a la Secretaría de Educación para que de una vez por todas dicte disposiciones rígidas y absolutamente terminantes en el sentido de que en el Distrito Federal y Territorios no podrán ejercer la profesión del magisterio sino los profesores reconocidos por la Secretaría de Educación y no podrá enseñarse sino con programas oficiales. Yo excitaría también, para que si es necesario, se clausuren todos los institutos, todos los colegios que existen en el Distrito Federal y en otras partes de la República que en apariencia laicos, son de hecho confesionales; su profesorado, sus directores, etcétera, son individuos pertenecientes a sectas religiosas disimuladamente. Yo excitaría también a los Gobernadores de los Estados para que terminantemente hagan cumplir las leyes que regulan el número de sacerdotes. Es necesario confesar que en muchos Estados -el mío, el Estado de México- no se cumple rigurosamente con la ley que rige en materia del número de sacerdotes. Decía muy bien el Diputado Trigo cuando hablaba respecto de que no hay oposición en México, puesto que esta oposición solamente asume ciertas actitudes en momentos electorales. No existe la oposición franca, la oposición real; pero este sistema del clero, esta organización clerical, esa es la oposición, esa es la oposición que en vísperas de una campaña electoral agita a la juventud, que cree ya haber conquistado, o que cree estar en camino de conquistar para enfrentarla a la Revolución.

Sería pues, necesario excitar desde esta tribuna a todos aquellos elementos que se atribuyen el carácter de representativos de la oposición; y con toda franqueza yo interpelaría al Diputado Eugenio Méndez para que definiera cuál es su actitud con respecto a este problema que estamos considerando en este momento; cuál es la actitud de la oposición que representa el Diputado Méndez, afiliado a un partido con tendencias electorales antagónicas a las del Partido Nacional Revolucionario: cuál es su actitud y cuál es su criterio respecto de este problema.

El C. Méndez Eugenio: Pido la palabra.

El C. Presidente: Si lo permite el orador.

El C. Méndez: Me está interpelando.

El C. Fabila: Al final puede usted venir, compañero. Me interesaría más oírlo como exposición general y no como contestación a un interpelación. Hay, pues, que definir en este momento trascendental las actitudes entre la Revolución y dos sectores que de cualquier manera forman parte de las actividades políticas y sociales en el país. El campo de Partido Nacional Revolucionario, su actitud está perfectamente bien definida al expresar por conducto de los que hablamos sobre este tópico que desearíamos que de una buena vez el problema del clero frente a la Revolución el problema de cual es la ideología que por fin quiere la Revolución que se unifique y se implante en todo el país, cuál debe ser esa ideología. Yo creo que la Revolución, que el Partido Nacional Revolucionario debe proceder por todos los medios posibles a fin de intervenir no solamente en las actividades económicas, políticas y sociales de la Nación, sino que también le incumbe, le compete y es responsabilidad de este Instituto Nacional la de fijar, la de crear y encauzar la mentalidad de la juventud, a fin de que esa mentalidad sea absolutamente concorde, sea afín, sea derivada del plan de tendencias y de doctrinas que el Partido Nacional Revolucionario quiere implantar en el país; es decir, yo creo que nuestro Instituto, respaldando al Gobierno, debe llevar a la juventud una mentalidad perfectamente premeditada y definida. No hay que dejar, en mi concepto que la mentalidad de la juventud se desarrolle locamente y sin control ninguno, y para esto, decía, creo que nuestro Partido, que la Revolución t está de este modo perfectamente definida en su actitud de futuro; y querríamos también que la oposición y que el clero definieran también su actitud. Es el tiempo de que si no desea la lucha de ideas, la lucha noble y fecunda, entremos a la lucha desgarrante y sangrienta para que de una vez acabar con estos problemas. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Diputado Eugenio Méndez.

El C. Méndez Eugenio: Honorable Asamblea: Ignoraba yo que en la Cámara estuviese debatiéndose el asunto anticlerical. Acabo de llegar y con cierto regocijo he recibido la interpelación del compañero Fabila, y obsequiándola, vengo a exponer a ustedes mis ideas.

Oí la aparte final del discurso del Diputado Trigo, en que aludía a la oposición, mismo tópico abordado por el compañero Fabila. El compañero Trigo tuvo la amabilidad de no aludir, de no esgrimir ataque alguno a la oposición que yo represento, cosa que le agradezco íntimamente, y máxime que apuntó la tesis que yo voy a sostener, la de que debe ser respetable para un conglomerado, como es el Partido Nacional Revolucionario, la oposición que nosotros, el grupo tejedista, el grupo del Partido Socialista de las izquierdas, estamos sustentando en estos momentos en el país. Nosotros no representamos a un grupo a un partido que trate de venir únicamente a cambiar personas, a cambiar a un presidente por otro presidente nosotros traemos un ideario perfectamente definido, un ideario clasista, que fué la palabra misma que uso el compañero Trigo. Nosotros somos un partido de clase. Tenemos aquí en la Cámara un representante auténtico de ese partido de clase, un campesino veracruzano, como es el compañero Anaya, representante del Distrito de Misantla del Estado de Veracruz. En nuestro grupo no existen postulados políticos, como en los demás partidos oposicionistas. Nosotros tenemos un partido perfectamente identificado con las mayorías proletarias del país.

Yo agradezco que ni el compañero Fabila ni el compañero Trigo hayan tenido ninguna alusión denigrante para mi grupo, y en la misma forma ponderada y correcta vengo a hacer uso de la palabra y seguiré en el curso de ella. La actitud nuestra, la actitud personal en esta Cámara, ha sido perfectamente delineada y definida. La actitud de mi candidato a la Presidencia de la República, el Coronel Tejeda, ha sido también perfectamente definida; sus manifiestos, todas sus palabras, sus declaraciones, no tienen absolutamente ninguna

ambigüedad; son enteramente diáfanas y claras, como ha sido siempre la vida del señor Tejada. De suerte que yo con toda cordialidad vengo a expresar en esta tribuna, en estos momentos, que nosotros los tejedistas respaldamos al grupo penerrista cuando se enfrente con el clero. Y voy, más que con palabras, a demostrarlo con un hecho.

A la Comisión de Puntos Constitucionales que presido fué turnada una iniciativa de la Diputación jalisciense, tendiente a reformar el artículo tercero constitucional, en el sentido de quitar a la enseñanza el carácter de laica. El laicismo, por su neutralidad, ha dejado de ser ya un postulado contemporáneo, un postulado moderno. Quizas en 1857, quizás todavía en 1917, bastó incrustar el laicismo en el artículo tercero constitucional; pero en los actuales tiempos ya el laicismo no basta para la lucha.

Aquí los compañeros que han hablado y a quienes con simpatía los he oído, han expresado la pugna anticlerical y el deseo de acabar con la influencia nefasta del clero en el país. Yo vengo, de acuerdo con mis compañeros de comisión, a hacer nuestra la iniciativa de la Diputación jalisciense, para que la enseñanza en lo futuro, la enseñanza en México se imparta en concordancia con las investigaciones científicas....

El C. Coria: ¿Me permite una interpelación el orador?

El C. Méndez Aguirre: Con todo gusto.

El C. Coria: ¿Tuviera la amabilidad de decirme, señor compañero Méndez, por qué razón hasta hoy que se toca este punto hace suya esa iniciativa, teniendo ya bastante tiempo en su poder, como comisionado de Puntos Constitucionales, y que hubiera producido ya su dictamen oportunamente para haber resuelto aquí lo relativo a la enseñanza primaria?

El C. Méndez Aguirre: Voy a contestar la interpelación del compañero Coria. Esta iniciativa fué turnada, efectivamente, a la Comisión de Puntos Constitucionales que yo presido. Ya esta Comisión de Puntos Constitucionales, como a ustedes les consta, ha dictaminado en asuntos trascendentales. Yo no quería aglutinar los dictámenes, hacer trabajo vano. Dictaminé últimamente la iniciativa que suprimió el recurso de súplica, que ameritó un estudio constitucional, y particularmente dictaminé la iniciativa de la Presidencia de la República, tendiente a federalizar la legislación en materia eléctrica. Fueron dos estudios profundos y hondos, particularmente el segundo, que me quitó mucho tiempo en conferencias con los funcionarios de la Secretaría de la Economía Nacional y con los sindicatos y consumidores de energía, etcétera, etcétera. Ese dictamen estuvo presentado, estuvo en cartera y demoró en verse más de treinta días. Yo quise terminar ese dictamen para entrar al estudio del artículo tercero, que amerita un estudio tan profundo como los anteriores. Consta al compañero Sepúlveda, representante de la Diputación jalisciense, quien ha tenido conmigo diferentes conferencias a este respecto, que con todo gusto he estado trabajando en el asunto.

Yo quiero, si ustedes me lo permiten en estos momentos -parece que el Diputado Coria no está de acuerdo-, yo quiero que si la Asamblea lo acepta, así como la Comisión dictaminadora de la iniciativa del proyecto de ley que reformó la Universidad obtuvo, apoyada en un artículo reglamentario, hacer suya la iniciativa presidencial que reformó la Universidad, así también a nosotros se nos permita hacer nuestra la iniciativa de la Diputación jalisciense, para discutirla en esta Asamblea, y aprovechar, obteniendo un fruto positivo, este ambiente de entusiasmo anticlerical que en estos momentos reina en la Asamblea.

Si está de acuerdo la mayoría de los ciudadanos diputados, yo, desde luego, después que termine el debate que ha motivado la proposición que se discute, vendré a la tribuna para exponer mis puntos de vista a este respecto y conseguir, con el mayor esfuerzo posible de mi parte, el convencimiento de ustedes para que adoptemos este proyecto de iniciativa y terminemos con el laicismo, que está resultando anacrónico.

Quiero decir algunas palabras para terminar y para manifestar a ustedes el disgusto con que nosotros, los oposicionistas, vimos el resultado del mitin celebrado el domingo último. A ustedes consta que el partido tejedista, como partido de clase, no se ha coaligado con la oposición que ha sido atacada en esta tribuna; pero desde luego vemos con simpatía todo esfuerzo que tienda a estar fuera del régimen imperante, y, en tal virtud, aunque nosotros no fuimos organizadores ni participantes en tal mitin, sí me creo, en mi carácter de diputado oposicionista, obligado a decir desde la tribuna parlamentaria que la oposición, en términos generales, vería con gusto que el señor Presidente de la República castigue a los elementos policiacos que interrumpieron y desorganizaron el mitin que se desarrollaba en el Teatro Politeama el domingo último. Yo creo, y tenga la convicción íntima por las declaraciones del Sr. Presidente de la Rep. y por la circular del Sr. Ministro de Gobernación, Lic. Vasconcelos, cuyo criterio revolucionario conozco, personalmente, creo que a ellos no se les puede atribuir responsabilidad en este caso; pero se les puede pedir, por lo menos, con todo respeto, que levanten una averiguación para castigar a los elementos policiacos autores del atropello a que me refiero. Esto lo digo en una forma incidental, y si la Asamblea acepta que la Comisión de Puntos Constitucionales de que formo parte funde el dictamen haciendo suya la iniciativa de la Diputación jalisciense, espero el resultado para volver a la tribuna a fundar dicho dictamen y exponer mis puntos de vista a este respecto. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Diputado Coria.

El C. Coria Alberto: Señores diputados: Me felicito y felicito a la Asamblea porque se haya verificado esta sesión siguiendo la orden del día que ha establecido la Presidencia, porque era tiempo ya de que se tratara la cuestión educativa por este Parlamento, para señalar aquellos rumbos y aquellas orientaciones definidas que el elemento revolucionario debe seguir en materia tan trascendental e importante, como la que determina el modo

de ser, el modo de sentir y el modo de obrar de todo el pueblo, en este caso, el modo de ser del pueblo mexicano.

Cuando se trató el asunto universitario en esta Cámara, por el número de oradores que desfilaron en esta tribuna no tuve la oportunidad de exponer mis puntos de vista respecto al problema educativo, que es la base de todos los fenómenos sociales que venimos observando en nuestra vida institucional y principalmente en el aspecto político de esa vida de conjunto.

El artículo tercero constitucional, en mi concepto, está en perfecto desacuerdo con los artículos. 27 y 123 de nuestra Carta Magna. Nuestro legisladores constituyentes, tal vez amedrentados por la fuerza que los rodeaba cuando discutieron ese artículo, o quizá recordando los argumentos de los constituyentes del 57, trataron de construir o, mejor dicho, de formar una superestructura individualista, cuando en nuestro medio social había cambiado el concepto del Derecho Público, cuando en nuestro medio social se presentaban ya perfectamente aceptadas y perfectamente consolidadas las bases de un organización que responde con mejores reformas de convivencia humana a las necesidades. Prueba de ello, prueba de que el medio no ha respondido a las necesidades del momento social, son precisamente todos esos hechos que observamos, todas esas iniquidades y, por qué no decirlo, todos esos actos de reaccionarismo que se han manifestado en los grupos que desarrollan su intelecto, como son los grupos estudiantiles de la República. Si el artículo tercero fuera claro y fuera conciso, si tuviera una base filosófica inconmovible, si respondiera a las necesidades del momento, tendríamos ya resuelto nuestro problema educativo; pero estamos aquí precisamente para meditar hondamente sobre este problema, poner todo nuestro empeño en resolverlo de acuerdo con las necesidades, y es este el momento precisamente de comprometernos a resolver la cuestión educativa en México: la educación en todos sus grados. Y me pregunto: ¿han respondido los profesionistas educados en la Universidad a las exigencias sociales, y, sobre todo, han servido como orientadores del movimiento revolucionario que se funda en el mejoramiento económico de las clases desposeídas? ¿Han realizado sus trabajos y desarrollado, los profesionistas, sus actividades en el sentido de prestar sus servicios a la humanidad, principalmente sin son doctores, para estar al servicio de los hombres que padecen, de la humanidad doliente, de una manera desinteresada?

La contestación tiene que ser negativa. En lo general los profesionistas de las universidades se preparan con el dinero del pueblo, con el dinero que les da la gran masa social, que espera de ellos sus beneficios, para convertirse en una clase especial con ciertas prerrogativas y privilegios y demasiadas exigencias; y para satisfacer esas prerrogativas, y para satisfacer esas exigencias, tienen que convertirse en nuestro medio social en entes explotadores de la gran masa que produce de una manera directa, como son los trabajadores, y se rebelan en muchas partes de la República, diciendo que llevan en sus banderas aquello de la libertad de cátedra en las Universidades.

La libre cátedra es el fracaso más rotundo de una universidad. ¿Cuál sería el resultado de la cultura de un individuo, si en cada una de las cátedras hay un maestro que le da orientación determinada, y por la orientación que le dieron en conjunto, al recibir su título, al ser ya un profesionista, cuál sería la resultante de una serie de opiniones diversas y contradictorias que le transmiten los maestros y que forman en su conciencia algo así como su orientación definitiva, si esta orientación precisamente es una desorientación, porque no sabe cuál es el camino que ha de tomar?

El movimiento de las universidades, principiado en la Universidad de México, obedece simple y sencillamente a que hubo allí maestros que tienen una orientación determinada y que quisieron dar la misma a la Universidad; y contra ella, contra esa orientación, se pronunciaron los estudiantes. Esa orientación está contenida en unos cuantos artículos en estos postulados. Decía la primera:

"Las universidades y los institutos de carácter universitario del país, tienen el deber de orientar el pensamiento de la nación mexicana." Otro de los preceptos o de las conclusiones de un congreso, fueron éstas:

"Siendo el problema de la producción y de la distribución de la riqueza material, el más importante de los problemas de nuestra época, y dependiendo de su resolución eficaz de la transformación del régimen social que le ha dado origen, las universidades y los institutos de tipo universitario de la nación mexicana contribuirán, por medio de la orientación de sus cátedras y de los servicios que sus profesores y establecimientos de investigación, en el terreno estrictamente científico, a la substitución del régimen capitalista, por un sistema que socialice los instrumentos y los medios de la producción económica."

He aquí los postulados contra los que se han sublevado precisamente los estudiantes. El postulado último decía esto:

"Los profesionales y, en general, todos los graduados en las instituciones universitarias, deberían prestar un servicio obligatorio, retribuido, durante un año por lo menos, en donde sus servicios sean considerados como necesarios por la institución en la que hayan obtenido el grado."

Todos estos postulados universitarios que fueron propuestos en un congreso formalmente organizado, fueron los que motivaron este movimiento de rebeldía de los estudiantes. No querían ellos una orientación determinada; no se pronunciaron por ningún sistema filosófico determinado; no dirigirán la cuestión social por un solo rumbo, sino que querían, como educados que están en el sistema filosófico de la enseñanza laica, no tener ninguna orientación para poder fingir, porque la enseñanza laica lleva al individuo a saber fingir, ya que es la escuela laica la escuela de la neutralidad, la escuela que presenta a los individuos maniatados frente a las enseñanzas del clero, que son afirmativas, que son confesionales y que tienen determinado derrotero. Y mientras el clero hace prosélitos con la educación clerical, nosotros, los que hemos estado bajo

el régimen de la escuela laica, nos presentamos desarmados en la lucha titánica en contra del clero. Por eso éste, siempre organizado y disciplinado, deja que nosotros, en el campo de la lucha, en el campo de las armas, obtengamos el triunfo; pero siguen minando nuestra organización, valiéndose ora de los estudiantes, ora de los maestros, ora de las damas de estropajosa de que hablaba Santos Alonso. Por eso necesitamos enfrentarnos con este problema.

Sabemos perfectamente que en el Derecho Público están perfectamente señaladas las nuevas orientaciones de las facultades que el Estado tiene; el Estado no es ya aquella persona moral encargada de vigilar el buen orden de una nación, de procurar que se mantenga incólume su soberanía y de proveer simple y sencillamente a algunos servicios públicos; el Estado en general debe abarcar todos aquellos servicios públicos que tiendan al mejoramiento de todos los gobernados. Por eso es indispensable y es necesario que el Estado controle de manera definitiva la educación en todos sus grados en nuestro país. Es necesario establecer un precepto que diga: Es facultad exclusiva del Estado el educar y enseñar al pueblo, y quedan suprimidas por ese precepto las escuelas particulares que sólo son el baluarte de la clerigalla.

Pero también al lado de ese reforma en que el Estado controla la educación, debe darse una nueva base filosófica a la misma. ¿Cuál será esa base filosófica? Pues la base de esté en concordancia con nuestra organización económica actual. Si estamos propugnando en nuestra lucha por la mejor producción y distribución para un mejor entendimiento social, el rectificar en cuanto se pueda las desigualdades sociales, principalmente por lo que al patrimonio pecunario corresponde, pues entonces la base filosófica de nuestro sistema educativo debe ser aquella cuyo espíritu responda concordantemente a esas necesidades económicas, es decir, la escuela del proletariado.

Al lado de este problema debemos también ver lo que se ha dado en llamar el material humano. ¿Quiénes son los que van a impartir esa educación?: los maestros; ¿y los maestros están preparados para llevar a cabo en la práctica esa reforma? Sería muy conveniente discutir la situación de los maestros. Los maestros han procurado que se dé ley de inamovilidad profesional para escudarse bajo esa ley los en su gran mayoría reaccionarios o agentes del clero. Pues bien, el Estado tiene la obligación de dar una ley que reglamente la cuestión de las profesiones, principalmente la profesión del maestro, diciendo qué requisitos y a qué condición está sujeto, además del título, el ejercicio de la profesión de educador, que es una de las profesiones más trascendentales de nuestra vida social.

De manera que no es nada más un problema; no sólo es la cuestión del laicismo, sino que es el control de la educación en todos sus grados, por el Estado; cambio de bases filosóficas de la educación primaria, secundaria y superior; reglamentación de las profesiones, principalmente de las que se refieren al magisterio, para que el Estado pueda seleccionar a los maestros, y decirles: ustedes serán los que deban educar a la niñez mexicana y los que vayan a las Universidades para formar el espíritu de los ya adultos.

Al hacer relación a estos asuntos, es para que me oiga la Comisión de Puntos Constitucionales, que representa el señor Diputado Méndez. Yo lo interpelaba acerca de por qué había retardado la resolución de este asunto, pues si tan partidario es de que se reforme nuestra Institución para llevarla a un radicalismo que esté en concordancia con nuestra situación actual, ya se hubiera producido ese dictamen para venirlo a discutir aquí; pero hoy en la sesión de Bloque se ha nombrado también una comisión para que elabore esa reforma del artículo 3o., para que elabore la reforma del artículo 4o. constitucional que a profesiones se refiere, porque están tan íntimamente relacionados el tercero y el cuarto, que reformando uno solo, se perdería completamente todo estudio y toda discusión que se hiciera sobre este asunto, si se dejara que los profesionistas llamados maestros siguieran con su Ley de Inamovilidad, y que fueran por ese solo hecho intangibles por una sola ley para cambiar sus derroteros, orientarse y estar a la altura de las circunstancias.

La Escuela Laica sólo ha producido en nuestro medio, en general, hombres que saben fingir perfectamente, porque es la escuela de la neutralidad, porque no entra a combatir el error, la superstición, el absurdo, a título de un mal entendido respeto a la libertad individual y a la libertad de pensamiento; pero si estamos en estos momentos en un ambiente en que se sacrifica la libertad individual en beneficio del mejoramiento colectivo, debe también enmarcarse la educación dentro de ese cuadro, para que responda a las necesidades sociales. La enseñanza laica nos ha producido en México a los hombres que han ido a las revoluciones pregonando el mejoramiento de las clases trabajadoras, y cuando ven que no tienen lucro en las revoluciones, se separan de ellas y son los renegados, o son aquéllos que sirvieron una cátedra pagada por el Gobierno, no tienen inconveniente de estar atacando a ese Gobierno y no asumen una actitud franca, porque la escuela laica los ha llevado a una actitud neutral, pero siempre mirando todas las fases que puedan convenirles. A la escuela laica debemos que se formen partidos de oposición en donde aparecen azulejos en todos los muros del edificio donde actúan esos individuos, porque allí, con los colores del iris, está desde el reaccionario empedernido, hasta el radical que quiere convertir a nuestro medio en un ambiente de comunismo, de la noche al día. A esa actitud indefinida debemos que haya esos grupos y que puedan entenderse; ¿o de qué otra manera podemos entender la actitud de los hombres que hicieron el mitin del domingo? Hay que examinar cuál es la tendencia de cada uno de ellos y veremos que ninguna concuerda, de unos con los otros, porque ellos mismos están fingiendo su verdadera situación política. Nosotros no podemos adoptar las dos caras del dios Jano; tenemos una nada más, y se la presentamos al pueblo para decirle: estas son nuestras promesas; y después presentarlas a la oposición y decirle: aquí

está el frente de lucha contra el que habrás de combatir.

En aquel frente de la oposición estoy seguro que muchos de los que hacen labor oposicionista están guiados por la política clerical, la misma que perdió sus fueros y sus privilegios en el Cerro de las Campanas, y que se perdió la lucha armada en el campo del cristerismo. Allí están aquellos hombres que quieren ser la caricatura de lo que pasa en Europa, donde Alemania, protestante, se convierte en el pueblo católico más furibundo; que quieren caricaturizar al pueblo de Mussolini, que es el pueblo que se opone principalmente a la marcha de nuestro socialismo imperante; les dará gusto, quizás, que en España hayan triunfado los derechistas. ¿Por qué? Porque los derechistas son los conservadores y mucho esperan de los triunfos de allende los mares, y estos oposicionistas que están dándose cuenta de todos estos fenómenos, seguramente quieren aprovechar aquella situación de hecho, para también aquí declararse derechistas contra los elementos revolucionarios organizados. Pero el elemento revolucionario organizado, que cuenta con el elemento campesino que es el que valientemente se tercia las cananas para ir al campo del combate, no teme a esos oposicionistas; y no los teme porque no están unidos por un programa único de principios que pudieran ser más avanzados que los nuestros. (Aplausos.) Si bien es cierto que algunos de los oposicionistas tiene un programa rojo, en cambio otro de los oposicionistas, que está con el mismo rojo, tiene un programa verde. ¿Cómo se va a entender el verde con el rojo, o cuál es el frente que nos presentan? (Aplausos.)

Pero de todo eso, como digo, señores diputados, pues casi no debemos culpar a esos oposicionistas; su actitud contradictoria es el producto lógico de la educación sin orientación que han recibido durante su infancia y durante su juventud. Aquellos hombres que perteneciendo a un grupo revolucionario, que habiendo proclamado por todos los ámbitos de la República que el libre pensamiento es algo así como un altar levantado ante el espíritu de ellos, y vemos ante los universitarios al mismo individuo, al que se dijera consejero del agrarismo del Sur, declarándose muy partidario de la verdad revelada, de la verdad santificada, de la verdad que procede del dogma, ¿cómo vamos a entender esto?; ¿dónde se educó ese hombre?; ¿en qué régimen educativo se educó?; ¿tuvo sinceridad para educarse?; ¿es sincero en el sistema educativo en el cual se formaron los diversos estados de conciencia de ese individuo? ¡Allí tienen ustedes!

Por eso no tememos a esos oposicionistas. En hora buena que se agrupen; no tienen más que dos causas y por eso personalizan la lucha: no pueden ir contra los principios y van contra las personas, seguramente contra las que más les estorban, contra las personas que unifican el elemento revolucionario y les producen escozor. Si esos tuvieran un programa, si todos fueran de una misma manera de pensar, si los guiara el mismo impulso y la misma aspiración, si presentaran un programa más radical que el nuestro; sobre todo, si tuvieran una ejecutoria, una limpia ejecutoria, para que el pueblo les creyera, entonces podríamos tocar nosotros el timbre de alarma para ir a luchar en contra de ellos. Pero mientras estén allí los de diversos colores, los hombres amargados de la Revolución, los hombres que no han podido prosperar en nuestro medio, los hombres que simple y sencillamente no podrán entenderse, podemos decir: esos no tiene más causa por la que luchar que el despecho y la impotencia. Por eso luchan, pero no porque tengan programa.

Nosotros estamos en el deber de preparar para la posteridad una mejor legislación y por ese deber estamos obligados a entrar de lleno al estudio del artículo 3o. Si queremos hombres sinceros en el sistema educativo, ataquemos la superstición, el absurdo y el error; si queremos hombres sinceros, démosles una sola orientación: la orientación que el pueblo reclama, la orientación proletaria. No sólo en los pueblos pasa esto; también las naciones todas están desorientadas, pero están desorientadas en favor de sus egoísmos. Por eso nunca pueden entenderse; por eso nunca hay inteligencia en los congresos interparlamentarios. El Congreso del Desarme ha tenido un resultado que es todo fracaso. ¿Por qué? Porque los que fueron allá a tratar esos asuntos fueron a ver qué le sacaban a una nación o a otra; fueron a vigilarse para ver cuál está mejor armada, para prepararse ellos para la futura lucha. Pero el pueblo proletario no está ya por la guerra. La guerra solamente se hará contra la guerra misma; la guerra solamente la emprenderán aquéllos, contra los que están en estos momentos provocando un trágico y sangriento movimiento en la Europa. Entonces es necesario que los hombres de trabajo, que los hombres sufridos, los que seguramente han de ir allá a perder la vida sin sacar de aquello ningún fruto, esos hombres deben reunirse para luchar contra los que están provocando la guerra, y decir: queremos la paz; y si se ha de hacer algún sacrificio, si ha de exponerse la vida, si ha de verterse la sangre por algún ideal sublime y grande, que sea precisamente aquél que tenga por objeto acabar con la guerra que la burguesía y los judíos están provocando en todo el mundo; pero entretanto nosotros, como lo dije, necesitamos hacer algo para el futuro.

No creo que deba presentarse aquí un dictamen de tanta importancia en estos momentos, para que se debata y apruebe; es necesario que estudiemos detalladamente este asunto, y me propongo aportar el modesto contingente de mis pocos conocimientos es esta materia, para que la reforma quede consumada en poco tiempo, pero no en esta sesión. Se ha nombrado una comisión para que haga la reforma, y esa reforma debe hacerse, pero mediante un estudio serio y reflexivo, porque toca y atañe a varios problemas conexos a la educación. Propongo, pues, que se nombre esa comisión para que nos presente más claros los hechos ocurridos en Jalisco y para que sean esos hechos los que determinen el apoyo que debemos dar al Gobernador de aquella Entidad y a todos los demás gobernantes contra quienes la clerigalla arme a los estudiantes.

Ante todo debemos reformar los artículos 3o. y 4o. de nuestra Constitución, cuyos lineamientos

generales me he permitido proponer en esta sesión, y no temer a los llamados oposicionistas o anticontinuistas, como a sí mismos se denominan, porque todos ellos, como lo he dicho, no representan sino una consecuencia de su manera de ser ambigua, de su manera de ser lógica, que es la del despecho y la impotencia. El despecho y la impotencia no constituyen ningún peligro; contra el despecho y la impotencia no hay que hacer grandes esfuerzos. Trabajemos; pues, tranquilamente dentro de nuestra propia mentalidad para formar el nuevo y sonriente porvenir de México con una legislación adecuada que esté en consonancia con las clases trabajadoras de nuestro medio. De esta manera habremos cumplido verdaderamente con nuestro deber y no porque vayamos a ser reelectos, porque no tenemos ni esa esperanza, ya que sabemos que se ha hecho la reforma de la "no reelección"; pero estamos obligados a decir a nuestros comitentes al salir de esta Asamblea: Aquí te presentamos los trabajos que hemos hecho, que nosotros hemos hecho no por interés, sino por el deber, por el imperativo categórico que nos manda que debemos de hacer algo en beneficio del pueblo. (Aplausos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el compañero Anaya.

El C. Anaya Carolino: Señores diputados: Tocando el punto clerical, punto que ha preocupado a la Revolución, su servidor, que pertenece a la oposición, no clerical. Cuando el General Calles y el Coronel Tejada, Secretario de Gobernación, cuando se dijo dizque del conflicto religioso, su servidor en los campos de Veracruz y en todas partes de la República les andaban diciendo a los campesinos que no se dejaran llevar por los clericales. No somos clericales. Nuestra organización en Veracruz sabe perfectamente qué es lo que le afecta y cuál es su enemigo. Por eso es que nosotros allá, los campesinos veracruzanos y de muchas partes que he recorrido de la República en congresos agrarios, hemos visto con satisfacción que los campesinos no son todos clericales.

Ya que tocamos este punto, compañeros, a mí, como en aquella ocasión cuando se decía del conflicto religioso, cuando yo andaba de comité en comité, por la parte de la religión de Perote, que es parte en que estaba más encarnizado el clericalismo, allí, me tocó a mí precisamente convencer a todos los compañeros y decirles que no era el cura el que les iba a dar de comer; que no era el sacerdote el que les iba a dar el producto de la tierra: que era el trabajo, el labrar la tierra, redoblar nuestras actividades en el trabajo para, así, conseguir el sustento de nuestras familias; que no debíamos ir a la iglesia a hincarnos de rodillas ni mandar a nuestras mujeres a los confesionarios, para que allí el cura las envenenara y las echara sobre nosotros.

En Veracruz hemos luchado así y ojalá que no fuera nada más la reforma de que se ha hablado, sino que entabláramos, como lo dijo un compañero, una lucha tenaz para conocer efectivamente y pesar los valores de cada quien. Pero me temo, compañeros que suceda lo que ocurrió cuando el conflicto religioso, esto es, que se venga a rectificar aquella situación, diciéndonos que hay que entrar en tratados con el clero, ¡¡eso es lo triste!!

Los que sentimos la Revolución, los que verdaderamente luchamos en el campo orientando a las masas, vemos con verdadera tristeza que se quiera tener arreglos con el clero. Por nuestra parte, tengan ustedes la seguridad de que nosotros los oposicionistas, los del Partido Socialista de las izquierdas, estamos ahora con ustedes, cuando se ataque al clero, porque no podemos claudicar.

No soy un despechado tengo diez y nueve años de andar en la Revolución con la carabina al hombro, desde 1914 hasta 1921, y después siempre he estado prestando mis humildes servicios a los trabajadores humildes, obreros y campesinos: esa ha sido mi modesta labor. Así es que, repito, he visto ahora con tristeza que en el Estado de Veracruz se van a abrir los templos, así lo dice la prensa. Recuerdo que la otra vez, cuando los plebiscitos, también se decía: ¡¡vamos a los plebiscitos, porque vamos a abrir las iglesias, porque viene el cura, ¡y hasta con chamacos iban las mujeres a esos plebiscitos, compañeros! ¡Así se trata a la masa fanática para llevarla a esas cosas! Nosotros, por ese lado, siempre nuestra línea de conducta ha sido recta y creemos no traicionarla, compañeros creemos que nuestra obligación es precisamente estar contra el enemigo más poderoso que tenemos, porque el cura, el clero, tiene el alma más negra que la chaqueta negra que tiene puesta, compañeros. Así es que por ese lado tengo la seguridad y la confianza de que nosotros no vamos a traicionar nuestros principios. No, señores., ustedes pueden ir a nuestras casas y a las de los campesinos, que allí quemaron hasta los palos podridos que tenían en sus casas cuando todavía los dominaban. Allí, en muchos hogares campesinos, no se cree que las sotanas nos van a salvar, ni tampoco hemos esperado sacar un santo en procesión para que llueva, porque sabemos perfectamente que si hay un río cerca, hacemos una sangría, regamos nuestros barbechos y así recogemos nuestra semilla, compañeros. Así es que por nuestra parte no tenemos absolutamente que objetar en este sentido, porque creemos que esto es efectivamente algo revolucionario, compañeros. Y precisamente hasta se me puede tener como muy localista, compañeros, pero tenemos, por ejemplo, un pueblo, donde yo vivo, donde nací, donde vi la primera luz de mi vida; en ese pueblo, por haber hecho ayer que los chamacos se desfanatizaran, hasta recoger los santos de las casas para que los chamacos del colegio los quemaran, en ese pueblo, los que se dicen del Partido Nacional Revolucionario, han corrido hasta a las mujeres y han matado catorce compañeros. En Jalapa se ve a la pandilla de compañeros, muertos de hambre, y mi pueblo se ha quedado vacío. Esto es muy triste. La Revolución no debe permitir estas cosas, ni mucho menos casos como el de que un mayor, que se dice Monroy, ha andado quitando los ejidos a los campesinos, y ha andado sacando firmas a los de los comités para que paguen contribuciones a los ricos y les den casa para sus sesiones, con bancas y todo. Necesitamos también que esos hombres no nos boycoteen hasta la correspondencia, como me la han boycoteado a mí, la correspondencia que me cae, la de un servidor de ustedes, que no tiene ninguna mancha y que

de gritar a los cuatro vientos que siempre ha cumplido con su deber y nunca a claudicado, porque cuando las jefaturas de operaciones se han levantado en armas en Veracruz, yo, con los campesinos de la Liga de Comunidades Agrarias, las he batido, siempre respaldando al Gobierno.

Hoy se nos esta tiranizando; hoy se nos esta asesinando; hoy de la noche a la mañana se mete a la cárcel a los nuestros, y en la noche los sacan, diciendo después que huyeron... ¡¡ y nunca los volvemos a ver!! De esto hay documentos donde hay firmas de muchos oficiales de los que están en el sector de Misantla, que no han estado de acuerdo con esos procedimientos. Eso es cierto, compañeros, pero ese mayor ha hecho...

El C. Santos Alonso: Moción de orden.

El C. Anaya Carolino: Son asuntos sociales.

El C. Presidente: Para una moción de orden tiene la palabra el ciudadano Santos Alonso.

El C. Santos Alonso: Para suplicarle al compañero que se concrete al punto religioso, no al asunto político en un momento en que debemos estar perfectamente unidos. Ya sabemos la desunión que hay entre unos y otros en el Estado de Veracruz. En otra ocasión, para hechos, que digan lo que quieran. Ahora estamos tratando el asunto religioso perfectamente unidos; yo felicito a los compañeros por ello, pues no obstante que son, como lo han dicho, de la oposición, están en este momento con nosotros.

- El C. León Luis L. Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. León Luis L: A pesar de que pienso igualmente que el compañero Santos Alonso, yo le suplicaría al señor Presidente que permitiera que terminara de hablar el compañero. (aplausos).

El C. Anaya Carolino: Doy las gracias a los compañeros y voy a seguir enumerando, porque el asunto clerical...

El C. Ojeda Carlos Dario: ¿Me permite el orador una pequeña interpelación? Quisiera yo precisar ante la honorable Asamblea a que plebiscitos se refiere el compañero. - El C. Anaya Carolino: A Altotonga.

El C. Ojeda Carlos Dario: Muchas gracias.

El C. Anaya Carolino: Por eso, cuando Vázquez Vela -lo sabe usted también...

El C. Ojeda Carlos Dario: Pero no fue de nuestro partido. ¿Me permite el compañero? ¿que bando político fue el que hizo esto?

El C. Anaya Carolino: Vamos a terminar esta cosa. Yo voy a traer documentos para que la Asamblea se convenza. Doy las gracias a ustedes por haberme oído.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. León.

El C. León Luis L: señores diputados: desgraciadamente se ha desviado un poco el debate de su objetivo primitivo, que era plantear la actitud que esta Cámara de Diputados debe asumir ante las recientes provocaciones clericales, provocaciones siempre hipocritas y siempre perversas que han tomado el clero de nuestro país cada vez que se agita la opinión con un problema político de la magnitud de una sucesión presidencial. Sé muy bien que mañana dirán los elementos significativos de la reacción que estamos viviendo fieros y armados caballeros allí donde tan solo existen pacíficos molinos de viento y se pretenderán hacer pasar por víctimas una vez que la Revolución ha descubierto la maniobra y la ha denunciado ante la opinión pública, por el vigoroso, por el sincero, por el valiente telegrama del General Plutarco Elías Calles... (Aplausos.) Y digo valiente, por que nosotros sabemos en nuestra historia reciente, trágica y sangrienta, lo que el clero hace con los líderes de la Revolución que le estorban; y allí esta la trágica de la Bombilla que pregona muy alto de qué armas usa el clero de México para hacer desaparecer a los verdaderos valores revolucionarios. (Aplausos.)

En 1927, doce o quince días antes de que el General Obregón sufriera el atentado del Bosque de Chapultepec, tuve el honor de platicar con él en Nogales, y el General Obregón me refirió la conversación que había tenido con un comisionado del clero mexicano por conducto del clero de Estados Unidos, con un alto caballero de Colón norteamericano, que llego a preguntarle, vencidos ya Gómez y Serrano en la Lucha sangrienta, que podían esperar los clericales de México del nuevo período de gobierno del General Obregón, y este les hizo esta breve historia.

Cuando se inició esta lucha presidencial, los partidistas de Gómez y Serrano tomaron la bandera clerical, se dijeron apoyados por el clero, procurando despertar las simpatías de la masa católica de México en favor de sus candidaturas. Entonces algún miembro del clero, temeroso de las consecuencias, pretendió iniciar una conversación una explicación o aclaración conmigo, y yo le dije: "Definan ustedes su actitud, para que yo, después, si llego al gobierno, pueda definir la mía, desautoricen ustedes a los que toman el nombre del clero y enarbolan la bandera religiosa en cuestiones políticas, en estos momentos de lucha, para que yo pueda considerarlos como neutrales o como gente que se dedica a su ministerio, eminentemente espiritual, y se aleja de las mezquindades materiales de la política.

"Sin embargo, el clero se negó a hacer aquella declaración, porque quería subrepticiamente jugar su carta del lado de Gómez y Serrano, y habiéndola ustedes perdido, yo tengo que considerarlos como vencidos en esta lucha. Se que lo que ustedes me ofrecen- decia el General Obregón-; se que lo que ustedes me proponen, rendir armas y bagajes a mi nuevo gobierno, no lleva otro objeto que demostrar ante la opinión que el conflicto religioso se debió a la intransigencia del General plutarco Elias calles; pero yo se ser amigo y se ser compañero, soy solidario de los hechos acaecidos en el gobierno del General Calles, y sepan ustedes que no permitiré que se le ponga en ridículo. Ustedes se jugaron su carta en esta ocasión y la perdieron, y los trataré como vencidos; y para no ponerme en ridículo frente a mis compañeros ni exhibir calumniosamente la figura del General Calles, seré mas rígido y seré más exigente con ustedes." (Aplausos.) Era muy fácil para mi en aquel momento hacerla de profeta barato. Fué entonces cuando le dije al General Obregón, sin necesitar para esto una gran inteligencia o una gran previsión, que el peligro

de la venganza del clero se cernía sobre él; que ya había desaparecido de la cabeza del General Calles, porque el general Calles era un problema que el tiempo le resolvía al clero en unos cuantos meses, en los que le faltaban para terminar su periodo presidencial; en cambio el General Obregón, con aquella amenaza de rigidez y de radicalismo, era un problema para seis largos años; y fué entonces, cuando al regresar a México, sufrió el atentado de Chapultepec y posteriormente el de la Bombilla, cuando lograron asesinarlo vil y arteramente.

Es por esto, señores, que a nosotros no nos deba extrañar la dureza con que tratamos los problemas radicales los revolucionarios de México, porque los clericales nos han tratado con los mismos procedimientos. Que en los movimientos estudiantiles, como el de Jalisco, fué el clero el elemento instigador, está fuera de toda duda. Y es curioso cómo la reacción de México acude a los procedimientos que ha denigrado, que ha combatido, y por los cuales, ante ella, hemos merecido los más grabes calificativos cuando trata de agitarla opinión para ver si puede romper el actual régimen revolucionario que le ha impedido seguir dominando sobre las grandes masas populares del país.

En los primeros años de agitación revolucionaria, en los primeros años de lucha tenaz y constante de la Revolución, se nos dijo que éramos unos impreparados, agitadores constantes, revolucionarios eternos, que no sabíamos ni gobernar ni dirigir y que nunca podríamos reconstruir el país. Y en los momentos en que las filas mismas de la Revolución surgen hombres preparados, mediante la practica diaria de la acción, de la lucha, del trabajo y del estudio; en los momentos en que, después de muchos años, puede orgullosamente Jalisco presentar como un verdadero estadista a Sebastián Allende, en esos momentos no se acuerda la reacción de construir, ni del orden, y trata de destruir la obra con que indudablemente Sebastián Allende va a prestigiar a la Revolución, en la Perla de Occidente. (Aplausos).

¿Es el General Real un desastre como gobernante? Indudablemente que no. Hombre respetuoso de la Ley, hombre trabajador y probo, organizador y activo, ha trabajado en beneficio del Estado de Durango con toda eficiencia y honradez. Y sin medir las consecuencias que para los destinos del estado pudiera tener una agitación indebida e injustificada, viene esta agitación con el caracter de estudiantil, pero en el fondo clerical, a destruir aquella obra de reconstrucción. Es que esta traicionando a su antigua bandera del orden, es que la bandera de orden ya no los conduce al poder y buscan el poder a pesar de sus viejos principios, por encima del interés nacional y por encima de los intereses humanos, buscan el poder, por el poder mismo, para volver a defender los privilegios de una clase aristócrata que no puede existir que no debe existir y que no volverá a existir en nuestro país.

Yo felicito cordialmente a los compañeros Mendez y Anaya por su digna actitud. Esa oposición si es respetable para nosotros, porque nos demuestra en estos momentos de excitación, que no sacrifican su convicción de revolucionarios por su pasión política del momento, por su ambición política de actualidad. Y quiero, comparando su actitud con la actitud de los otros oposicionistas, venir a contestar el ataque franco y sereno que el compañero Méndez ha hecho a la policía y al régimen , por los acontecimientos del pasado domingo. En 1928 el General Calles decía desde estos escaños leyendo su histórico Mensaje, que debía de organizarse la oposición a las fuerzas revolucionarias; y con palabra franca invitando a las fuerzas de la reacción, a las fuerzas conservadoras, que opinan diametralmente a nosotros, para que se organizara con objeto de fundar la democracia mexicana en la lucha de dos tendencias de clase, de dos tendencias de interés diversos, que pudieran debatir los problemas nacionales, acordando lo mejor para la nación. Esa oposición a la que dice es afecto el Licenciado Méndez, es la oposición que debe venir aquí, como han venido hoy los Diputados Méndez y Anaya, a discutir los problemas nacionales con razonamientos y con palabras de verdad y de serenidad.

¿Puede llamarse oposición la que dirigen, la que agitan los despachados, los desechos de todas las derrotas, los desechos de todos los partidos, que se agrupan, como decía muy bien el Diputado Coria, con todos los colores, formando un mosaico de oposición? ¿Puede ser respetable una oposición que no tiene razones, que no discute principios y se dedica constante y sistemáticamente a calumniar y a insultar al General Calles, al Presidente de la República y a las figuran mas salientes de la Revolución? Indudablemente que no. ¿Puede ser acción política aquélla que se dirige esencialmente a soliviantar a las clases conservadoras del país y a pretender soliviantar a elementos del Ejército y a la política militante, en una labor de sedición continua, constante, y de conspiración a la Luz pública? Indudablemente que no. Que la oposición, señor Licenciado Méndez, se organice en la forma alta elevada en que merece organizarla un partido político en un país culto como México; que la oposición vaya en mitin, como usted ha venido a la tribuna, con honor y serenidad, y la oposición será respetada por nosotros; pero si se usa del procedimiento del insulto y de la calumnia; si se trata constantemente, no de una acción política, sino de una acción sediciosa, pues que sufran las consecuencias de sus propios actos. Nosotros, compañero Méndez, cuando hemos sembrado vientos, hemos tenido suficiente energía y el suficiente valor para recoger tempestades. (Aplausos.)

Teníamos razón la vez que vinimos a definir la situación de los compañeros en el Bloque, de decirles "hasta luego" y no despedirlos definitivamente, porque los hombres que no sacrifican sus convicciones por el interés político del momento, son hombres que merecen nuestro respeto, Licenciado Méndez. (Aplausos.)Pero de esta oposición a la otra, a la de los antirreeleccionistas, con los cuales se unen Manriquez y Soto y Gama, a pesar del cadáver del General Obregón, pero de esa oposición que tiene, como espectro, todos los colores y todos los brillos, como decía Corría., desde el cura hasta el llamado comunista (Risas), ¿que podemos esperar? Un juego de ambiciones y un choque de

apetitos. Decía yo en un mitin político que esta oposición de la que hablo tenia dos puntos por los que pretendía combatirnos a nosotros: un mal común que se divide: el amor de siete u ocho a la silla presidencial...(Risas)...; y una fuerza negativa que los une contra nosotros: su odio a Plutarco Elías Calles...(Voces: ¡Viva Calles! Aplausos estruendosos) Este odio cerrado y obtuso, apasionado u ciego, que los lleva a calumniar a uno de los hombres mas dignos y grandes que ha producido la República; este odio es el tributo que lo pequeños le pagan en la historia de un país a los verdaderamente grandes. (Aplausos.)

En ese mismo mitin decía yo, recordando el escepticismo de Pitágoras, que se preguntaba: ¿Existen o no existen los dioses? "Dos razones me han impedido- decía el griego- examinar profundamente la cuestión: sea la primera, la incertidumbre de la cosa, y sea la segunda, la brevedad de la vida humana". Y nosotros, ante esa oposición, de la que separo con honra a los compañeros Méndez y Anaya, nos preguntamos: ¿Existen o no existen candidatos presidenciales de oposición?...(Risas)... Podríamos contar hasta seis, sobre los cuales se dice todos los días que se va a unificar esa oposición; pero no los examinaremos por las mismas razones que el griego: por lo incierto de la cosa y por lo breve del periodo que falta para las elecciones presidenciales. (Aplausos.)

Ahora bien, a esta oposición anárquica y apasionada, sediciosa y virulenta, la lucha por parte de nosotros no tiene ninguna importancia con ellos nos hemos encontrado muchas veces y nos encontraremos una vez más. Ya son largas las historias de las revoluciones que han llevado a cabo mi General Villarreal; ya podría escribirse un volumen con los discursos pronunciados por el compañero Manrique, y dos con los pronunciados por el Licenciado Soto y Gama, cuando han creído de buena fe que el día siguiente de cada pieza oratoria iba a derrumbar estrepitosamente el Gobierno. Esa lucha es lógica y no tiene ni altitud ni importancia; lo que tiene importancia para nosotros, como decía muy bien el compañero Favila, es que vayan a ser aliados y vayan a agitar juntamente con los elementos clericales, porque el problema clerical es el problema fundamental para el país. En 1926 se amparaban en una disposición de la Secretaría de Gobernación, que no pretendía otra cosa que hacer que los ministros de cualquier culto, no exclusivamente del católico, cumplieran con los mandatos de la Constitución. Hoy se amparan con la agitación juvenil, defendiendo un principio que nosotros les arrebatamos hace cerca de un siglo: el de la libertad de enseñanza.

Pero cuando los liberales mexicanos arrebataron el principio de la libertad de enseñanza, del poder clerical y reaccionario de México, lo arrebataron para caminar hacia adelante, para emprender el avance intelectual de su país por un sendero luminoso, guiándose por los principios de la ciencia, y haciendo a un lado los prejuicios, el fanatismo y la obscuridad.

Ellos han pretendido ampararse en ese principio liberal para rescatar la educación de nuestras manos y hacerla retrogradar. Pero los liberales mexicanos pidieron ese principio en nombre del progreso; ellos lo piden en nombre del oscurantismo.(Aplausos.)

Creo que estamos en el caso en que se encontró el General Obregón y me parece que esa es la significación que debe tener esta Asamblea. Al iniciarse las primeras agitaciones de la campaña presidencial, las fuerzas revolucionarias del país se dan cuenta de que el enemigo clerical no estaba muerto, de que se agita y de que amparándose con la juventud estudiosa pretende introducir su veneno y su rencor en la nueva lucha que se avecina. Ha llegado el momento de que los revolucionarios definan su actitud y quieren que se defina la actitud de los clericales. Si en la actual campaña presidencial que se inicia, los representantes del clero no definen su actitud de neutrales sujetándose a las leyes del país, que esperen que al terminar esta lucha con el triunfo nuestro, los tratemos como los iba a tratar el General Obregón: los tratemos como vencidos definitivamente.(Aplausos.)

Por lo demás, a las provocaciones clericales tenemos que contestar como hemos contestado siempre, pasando lista de presente en las filas de la Revolución; y a los insultos de los elementos despechados que atacan constantemente al General Calles porque es el jefe representativo de nosotros, debemos contestarle reafirmando nuestra fe, nuestro cariño y nuestra admiración para Plutarco Elías Calles. (Aplausos.)

Si no ignoramos la oposición, como pretenden, tampoco ignoramos nuestros deberes. Aceptamos el reto clerical y el reto de los políticos despechados que forman una confabulación y un contubernio y lo aceptamos como lo hemos aceptado siempre: valientemente. Están equivocados si creen que las filas de la revolución se han debilitado. Somos la misma carne de tragedia y la misma carne de dolor de siempre, y formaremos la legión que hemos formado otras veces, llevando al General Calles al frente, cobijados por la bandera de la Revolución empuñando por la mano viril, valiente, enérgica, joven y honra del General Lázaro Cárdenas. (Aplausos. Voces: ¡¡Viva en General Calles!! ¡¡Viva el General Cardenas!!)

Entre nosotros hay claridad y franqueza. Nosotros tenemos un programa único, que publicaremos después de la Convención de Querétaro; tenemos principios que defender, y por ellos lucharemos, y tenemos en jefe: el General Calles, y tenemos un solo candidato: el General Cárdenas. (Aplausos.) Nosotros no tenemos nada obscuro, y tenemos una decisión: Vencer. Tenemos nuestra fe revolucionaria, y tenemos una sola consigna: la victoria definitiva del pueblo revolucionario. (Aplausos nutridos.)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ortiz Acosta.

El C. Ortiz Acosta Dionisio: Señores diputados:

Quizá sea hasta inoportuno...(Voces: ¡Si)...

Es que han agotado totalmente el tema. En consecuencia, solamente me han dejado pensativo si se tratara solamente en esta coacción, como en otra, de cortar flores para aspirar su aroma. (Risas y aplausos.) ¿Por qué razón? porque hemos estado mirando la forma en que la llamada oposición se ha

estado organizando, y nuestro Gobierno con sus fuerzas, que en realidad dispone de ellas, ha estado tolerado hasta el grado de que creen que permanecemos mudos porque deseamos aparecer como irresponsables y que estamos esperando la cargada ¿por que razón? por que yo creo que voy más allá de lo que refería de las flores; yo voy a la raíz. ¿de que se sostienen los frailes si no es acaso de la caridad que reciben de parte de los servidores del Gobierno en muchas Secretarias? Seguramente que de eso se sostiene; porque viven del Gobierno, y por trasmano, por conducto de sus hijos estudiantes, o por conducto de nuestras esposas, reciben los frailes el sustento. Cuando se pretendió formar un comité Pro- Revolución o de depuración, del Senado se nos rechazó. Esto no quiere decir de ninguna manera que por la forma en que se nos rechazó haya en el fondo intencionalmente el deseo de proteger a esos parásitos que llámanos frailes, pero sí es criminal que el Gobierno permita que sigan haciendo creer a la juventud que su porvenir va a caer del espacio enredado en un milagro, porque francamente es muy triste ver como mejor los campesinos han comprendido que se hace más fecunda la labor, que produce más la tierra con unos bordos hechos con un azadón, que paseando a San Isidro un mes noche y día.

Sin embargo, en esta coacción el clero no ha encontrado fortín para combatirnos, y ha recurrido a otra medida más ruin, que es el de valerse de la niñez. Creo que en esta coacción, para no cansarlos, debemos de buscar el mal y cortarlo de raíz, y no seguir permaneciendo indiferentes, porque esto dará a entender que deseamos aparecer como irresponsables, y mañana sí lo seremos si permitimos que siga esa corriente que constituye una traición a la Revolución y con nuestro silencio también nosotros traicionamos los deseos del jefe de la revolución, porque no le denunciamos donde esta la reacción que no esta minando.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Sepúlveda.

El C. Sepúlveda Clemente: Ciudadanos diputados: No es sin emoción que yo quiero agradecer a la Cámara la actitud que ha tenido en este momento, al dar un voto de respaldo para el Gobierno de Jalisco, en el momento que aprobó la proposición que hizo el Presidente de este honorable Cuerpo, y digo que no es sin emoción, porque aparte de que es una cuestión en la que ahora está envuelto el Gobierno de Jalisco, que atañe a toda la República, hemos presenciado con esta coacción un espectáculo hermoso, al ver que tanto los miembros del Bloque de nuestro partido, el partido Nacional revolucionario, como aquellos que son extraños a el, aquellos que son de la oposición, han venido a unirse en esta coacción para mostrar a la República que cuando se trata de cuestiones fundamentales de la Revolución, todos los revolucionarios están unidos. Ahora toca a Jalisco, en esta segunda coacción, ser el lugar en donde se susciten problemas graves para la República. Hace algunos años, cuando la rebelión cristera, fué Jalisco uno de sus asientos, fué allí donde esa rebeldía se incubó y empezó a propagarse; y es ahora, otra vez en Jalisco, por un motivo venal enteramente -el de una huelga de estudiantes-, que vuelven a surgir problemas para toda la República.

Yo no podría hablar más acerca de esta cuestión de lo que han dicho los compañeros que me han antecedido en el uso de la palabra, y solo quiero expresar el agradecimiento de todos los miembros de la Diputación de Jalisco por la actitud de la Cámara, no únicamente a aquellos que son miembros del Partido a que nosotros pertenecemos, sino también a los señores Diputados Méndez y Anaya, que de una manera tan patriótica vinieron a sumarse a los votos de todos nuestros compañeros. Ahora sabrá el patriota de Jalisco, ahora sabrá el Gobernador Allende que toda la República lo respalda cuando está peleando contra la reacción. (Aplausos.)

El C. Ojeda Carlos Darío: Si me permiten, señor presidente, desde mi curul haré una sencilla aclaración a lo que pedí al señor Carolino Anaya. Debo manifestar que me satisface la aclaración que ha hecho en lo que se refiere a los plebiscitos en que se propuso la apertura de esa iglesia; no fueron aquellos que llevaron al Licenciado Vázquez Vela al Poder. Me satisface, porque entonces el compañero Anaya y el compañero Méndez militaban en la misma facción.

- El C. Santos Gonzalo N. Era partido, no era facción.

- El C. Secretario Peralta (leyendo):

" Honorable Asamblea.

"Los suscritos, con dispensa de todo tramite, y en atención a lo tratado en esta sesión por los ciudadanos Diputados Santos Alonso, Trigo, Coria, Fabila, Moctezuma, León y otros, respecto de las actividades del clero, proponemos la aprobación del siguiente acuerdo:

GÍrese atenta comunicación por los conductos debidos, a la Secretaria de Gobernación, de Educación y demás de la Federación a quien competa, a los Gobernadores de los Estados y a los presidentes Municipales de toda la República,para que hagan cumplir rigurosamente todas las disposiciones legales respecto a cultos y educación.

"Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-México D.F.,a 21 de noviembre de 1933.-Manuel Riva Palacio.-Luis L. León.-Gilberto Fabila.-Fernando Moctezuma.-F. Gómez.-Tomás A. Robinson.-Andres H. Peralta."

En votación económica se pregunta a la Asamblea si se dispensan los trámites Los que esten por la afirmativa sirvanse manifestarlo. Dispensados. Esta a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que esten por la afirmativa sirvanse manifestarlo Aprobado.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"Honorable Asamblea:

"La suscrita Comisión que Vuestra Soberanía tuvo a bien designar, para que en un cambio de

impresiones personales con el ciudadano Ingeniero Marte R. Gómez, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, estudiara la cuestión relativa a las pensiones civiles y militares que vienen tramitandose en esta Cámara, y propusieron a esta misma las medidas mas racionales y convenientes sobre el particular, se permite someter a vuestra consideración y aprobación, con dispensa de todo tramite, los siguientes acuerdos económicos:

"Primero. A partir de esta fecha, quedan en suspenso todos los expedientes relativos a pensiones, que existen el la Cámara, cualquiera que sea el estado de tramitación en que se encuentren, así como todas las nuevas peticiones que lleguen.

"Segundo. Al recibirse la iniciativa del Ejecutivo sobre reformas a la Ley de Pensiones, se le dará preferencia, y, conforme lo que al respecto resuelva el congreso de la Unión, se reanudará la tramitación de los expedientes mencionados.

"Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.-Mexico, D.F. a 21 de noviembre de 1933.-Gilberto Fabila.-J. Jesús Yáñez Maya.-F. Topete."

Esta a discusión.

El C. Méndez Aguirre: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene usted la palabra.

El C. Méndez Aguirre: Por tratarse de un asunto interesante, y con el objeto de que todos los solicitantes de pensiones se den cuanta de la causa por la cual la Cámara toma este acuerdo, yo creo conveniente que se funde por algunos de los miembros de la comisión que autoriza esa iniciativa, particularmente para defender el prestigio de la Cámara, y que se de cuenta el público de la causa poderosa y legal de nuestra actitud.

- El. C. Presidente: Tiene la palabra la comisión.

- El C. Fabila Gilberto:Señores diputados: En nombre de la Comisión que en la sesión pasada la Presidencia tuvo a bien designar para que conferenciara con el C. Secretario de Hacienda con respecto a la tramitación de las pensiones civiles y militares que se vienen gestionando en esta Cámara, me permito informar a ustedes que el mismo día tuvimos una amplia conferencia con el Ingeniero R. Gómez, quien nos expresó su beneplácito por el interés que la Cámara había tomado en tan grave problema. Nos dijo que, efectivamente, la comisión de pensiones constituía un grave problema desde dos puntos de vista: desde el punto de vista económico,porque en la actualidad grava el Presupuesto con la suma de siete millones de pesos,con la circunstancia,además,de que mientras en 1926 el Presupuesto de Ingresos de la Federación montaba a trescientos cincuenta millones de pesos, los egresos, por concepto de pensiones sólo llegaban a dos millones de pesos; y en 1927 y en el año en curso, en que los ingresos de la Federación han disminuído terriblemente hasta la suma de doscientos diez millones de pesos, que es lo que ha percibido la Federación en este año, las prensiones se han casi triplicado, pues montan a más de siete millones de pesos; y como la actitud un tanto imprevisora de la Cámara de Diputados hacía pensar en que el egreso por pensiones continuaría en esa escala ascendente, mientras los ingresos continuarían probablemente en escala descendente, era de tomarse una resolución definitiva respecto de este problema. Por otra parte, el Ingeniero Marte Gómez consideró también muy plausible la actitud de la Cámara por una razón de orden moral, pudiéramos decir. Nos expresó y nos dió datos mucho muy interesantes respecto a la iniquidad, al desorden, a la irregularidad que hay en el regimen del pago de las pensiones, y, finalmente, el Ingeniero Gómez ofreció que tan pronto como la Secretaría de Hacienda termine un estudio minucioso y profundo de la Ley de Pensiones en vigor, enviará a ésta el Ejecutivo una iniciativa para reformarla, a fin de establecer un régimen equitativo y moderno de pensiones. En tal virtud , la comisión que conferenció con él tomó el acuerdo de presentar la iniciativa que ustedes acaban de escuchar, la cual no es con el objeto de suprimir definitivamente la concesión de pensiones a todos los que las merezcan, sino con el objeto de regularizar y establecer un régimen más equitativo de ellas, y consideró muy oportuno dar su opinión favorable respecto de que la Cámara resuelve suspender temporalmente la tramitación de toda pensión. La tramitación de las pensiones pendientes se continuará tan pronto como se aprueben las reformas a las leyes de pensiones.

El C Secretario Peralta: Se pregunta a la Asamblea si considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Suficientemente discutido. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobado.

El C. Presidente (a las 20.20): Se levanta la sesión pública y se pasa a secreta.

TAQUIGRAFIA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"

El Director, Jefe de la Oficina, JOAQUIN Z. VALDEZ.