Legislatura XXXVII - Año II - Período Comisión Permanente - Fecha 19390222 - Número de Diario 32
(L37A2PcpN032F19390222.xml)Núm. Diario:32ENCABEZADO
MÉXICO, D.F. MIÉRCOLES 22 DE FEBRERO DE 1939
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.
AÑO II.- PERIODO ORDINARIO
XXXVII LEGISLATURA
TOMO III.- NUMERO 32
SESIÓN DE LA COMISIÓN PERMANENTE
EFECTUADA EL DÍA 22 DE FEBRERO DE 1939
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la anterior.
2.- Cartera.
3.- El C. diputado Miguel Angel Menéndez Reyes presenta una proposición que consulta proyecto de decreto por el que se concede pensión a la señora María B. Viuda de Victoria. Resérvese para la Cámara de Diputados.
4.- El C. diputado Alfonso Francisco Ramírez propone que se reforme el artículo 94 constitucional. Se reserva para la Cámara de Diputados.
5.- El C. Diputado Alberto Ríos Conde solicita se designe una comisión que traslade al pueblo de San Pablo del Monte, a fin de que investigue los atropellos que en las personas de los campesinos comete el cacique de aquel lugar, Alejandro Cano. Se designa la comisión.
6.- Continúa la cartera.
7.- Sin discusión se aprueban 9 dictámenes: 8 de la Comisión de Puntos Constitucionales y uno de la de Relaciones Exteriores que consultan proyectos de decreto por los que, respectivamente, se concede permiso constitucional a los siguientes ciudadanos: Alberto I. Altamirano, Ignacio Beteta, Adrián Correa, Manuel G. Cruz ,Arturo García Torres, Francisco R. Hernández, Fernando Ocaranza, Juan Manuel Torrea y Luis Olalde. Pasan al Ejecutivo para sus efectos.
8.- La Presidencia designa una comisión que la represente en la toma de posesión del C. licenciado Silvano Barba González, como gobernador constitucional del Estado de Jalisco, a petición del C. diputado Miguel Angel Menéndez Reyes.
9.- El C. Bautista Gonzalo propone que se nombre una comisión ante el Presidente de la República para expresarle que la Comisión Permanente apoya la expropiación decretada del ingenio de "El Mante". Sin discusión se aprueba y se nombra la comisión.
10.- El C. senador Francisco López Cortés informa sobre las gestiones que ha realizado la comisión nombrada para estudiar las acusaciones presentadas en contra de tres ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
11.- El C. diputado Julián Cacho propone que se nombre una comisión para que investigue el asesinato del diputado Andrés Duarte Ortiz. Se nombra la comisión.- Se levanta la sesión.
12.- Suplemento.
DEBATE
Presidencia del
C. LEOBARDO REYNOSO
(Asistencia de 18 ciudadanos representantes).
El C. Presidente (a las 13.10 horas): Se abre la sesión.
- El C. secretario Gonzalo Bautista (leyendo):
"Acta de la sesión celebrada por la Comisión Permanente del XXXVII Congreso de la Unión, el día primero de febrero de mil novecientos treinta y nueve.
"Presidencia del C. Leobardo Reynoso.
"En la ciudad de México, a las 13 horas y veinticinco minutos del miércoles primero de febrero de mil novecientos treinta y nueve, se abre la sesión con asistencia de dieciséis ciudadanos representantes
"El C. secretario Menéndez Reyes lee el acta de la sesión anterior, efectuada el 25 de enero último, la que se aprueba sin discusión.
"En seguida se da cuenta con los documentos en cartera.
"El Ejecutivo de la Unión remite, por conducto de la Secretaría de Gobernación, un proyecto de decreto que reforma los artículos 137, 160, 162, 166, 168, 170 y 175 del Código Sanitario Federal.
Recibo y resérvese para la Cámara de Diputados.
"La XXXIV Legislatura del Estado de Jalisco comunica que con fecha 30 de enero quedó solemnemente instalada. De enterado.
"La Legislatura del Estado de Tamaulipas aprueba en todas sus partes las reformas a los artículos 97 y 102 de la Constitución Federal, en los mismos términos en que lo hizo el Congreso de la Unión. Recibo y resérvese para la Cámara de Senadores en donde obra el expediente respectivo.
"El C. Gobernador del Estado de Campeche comunica que nombró al C. Manuel Osorno C., Oficial Mayor de ese Gobierno. De enterado.
"El C. Jefe de Ayudantes de la Presidencia de la República remite, original, la solicitud que hace la Legislatura del Estado de Sinaloa para que se
pensione a la señora Manuela L. viuda de Carrasco por los servicios que prestó a la Revolución su extinto esposo el C. General Juan Carrasco. Recibo y resérvese para la Cámara de Diputados.
"La Federación de Organismos de Ayuda a la República española pide que esta Comisión Permanente, haciéndose eco en la legalidad que asiste al pueblo español en su lucha contra el fachismo, preste su cooperación a esa causa que va a ser debatida en los Estados Unidos de Norteamérica con vistas a levantar el embargo de armas que existe contra España, y que en este sentido se dirija al Senado norteamericano. Transcríbase al H. Senado de los Estados Unidos de Norteamérica, en la inteligencia de que esta Comisión Permanente hace suya esta petición.
"El C. coronel Ignacio M. Beteta solicita permiso para aceptar y usar la cruz de Caballero de la Legión de Honor y la Medalla de Servicios Distinguidos que le otorgaron los Gobiernos de Francia y Cuba, respectivamente. Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El Sindicato de Hacienda protesta enérgicamente contra la actitud desplegada por el Frente Nacional Democrático. De enterado.
"La Federación Nacional de Inválidos de la Revolución y Pensionados del Ejército solicita que, de convocarse al Congreso a un período extraordinario de sesiones, se incluya en la convocatoria la aprobación, por parte del Senado, del proyecto que deroga el decreto de 4 de julio de 1934 que ordena un descuento a las pensiones que disfrutan. Recibo y resérvese para la Cámara de Senadores, en la inteligencia de que si se convoca a sesiones extraordinarias se resolverá oportunamente sobre su petición.
"La señora Clara Maldonado solicita del Senado pensión por los servicios que durante más de treinta años prestó a la Nación su extinto esposo, el capitán Julián Verdiguel. Recibo y resérvese para la Cámara de Senadores.
"El C. doctor Fernando Ocaranza solicita permiso para aceptar y usar las condecoraciones de Miembro Perpetuo de la Cruz Roja japonesa y de la Legión de Honor en el grado de Caballero, que le otorgaron los Gobiernos de Japón y Francia, respectivamente. Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El C. general y licenciado Luis Manuel Rojas, presenta un escrito en el que acusa a los CC. Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Jesús Garza Cabello, Alonso Aznar Mendoza y Agustín Aguirre Garza, por su actuación en el amparo presentado por el señor Edgard K. Smoot contra la Federación por la posesión de terrenos en el puerto de Manzanillo y haberlo fallado contra el texto expreso de la Constitución con notorio perjuicio de los intereses nacionales. Recibo y a la Comisión designada para estudiar este asunto.
"Varias Legislaturas de los Estados y Agrupaciones Obreras felicitan a esta Comisión Permanente por su actitud en la ejecutoria dictada por la Suprema Corte, en el amparo interpuesto por Edgard K. Smoot por la posesión de unos terrenos en le puesto de Manzanillo. De enterado con agradecimiento y túrnese a la Comisión Especial que tiene antecedentes.
"El C. diputado Fernando Amilpa hace uso de la palabra y se refiere a las informaciones que han publicado los diarios de esta capital sobre la intervención de esta Asamblea en el amparo del señor Edgard K. Smoot, e informa, a nombre de la Mesa Directiva, que debido, a la ausencia de algunos de los integrantes de la comisión designada para estudiar este caso no había sido posible tomar acuerdos que normaran los actos de esa comisión, y en consecuencia, no se habían hecho ningunas gestiones de carácter oficial. Manifestó que el hecho de que un ciudadano diputado solicitara copia de la ejecutoria de la Corte, motivando la intervención del C. Ministro José M. Truchuelo, ha dado origen a que se interprete que existe una pugna entre los Poderes Legislativo y Judicial, cosa del todo inexacta. Agrega el orador que hasta se enviará un oficio solicitando esa copia, por lo que también es inexacto que la Suprema Corte se hayan negado a proporcionarla.
"El C. diputado Francisco Mora Plancarte hace constar que en la actuación de esta Comisión Permanente no existe invasión de facultades de la Suprema Corte, pues ha procedido, en el caso que se discute, asumiendo una función constitucional que le compete.
"En seguida el C. diputado Celestino Gasca se refiere a la resolución de la Suprema Corte en el asunto Smoot y dice que en el escrito presentado por el C. general y licenciado Luis Manuel Rojas están perfectamente señaladas las violaciones legales cometidas por los Ministros acusados; que lo que se pretende es que el país no se de cuenta de lo que significa el fallo dictado por la Suprema Corte, y que no ha habido invasión de facultades ya que la independencia de un Poder debe terminar cuando la forma de usar de ella lesiona los intereses de la nación.
A las catorce horas y diez minutos se levanta la sesión.
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobada.
- El mismo C. secretario (leyendo):
"La legislatura del Estado de Chihuahua participa que concedió licencia al C. ingeniero Gustavo L. Talamantes para separarse del Gobierno de esa entidad, designando para sustituirle al C. Francisco Chávez Holguín".- De enterado.
"La legislatura del Estado de Guanajuato comunica que el 21 de enero último abrió un período extraordinario de sesiones".- De enterado.
"La Comisión instaladora de la Legislatura del Estado de Hidalgo informa que el 20 del actual se instaló la Junta Previa de ese Congreso".- De enterado.
"La legislatura del Estado comunica que declaró electo Gobernador Constitucional de esa entidad, al C. licenciado Silvano Barba González".- De enterado.
"La Legislatura del Estado de Nayarit participa que eligió su Mesa Directiva para el presente mes"- De enterado.
"La Legislatura del Estado de Puebla, comunica que aprueba en todas sus partes la adición al párrafo sexto del artículo 27 constitucional".- Recibo y resérvese para la Cámara de Senadores.
"La Legislatura del Estado de Querétaro comunica que el 13 del actual abrió un período extraordinario de sesiones".- De enterado.
"La Legislatura del Estado de Sinaloa participa que el 30 de enero anterior clausuró un período extraordinario de sesiones".- De enterado.
"La diputación permanente de la Legislatura del Estado de Sinaloa informa que eligió su Mesa Directiva para el mes en curso".- De enterado.
"La Legislatura del Estado de Sinaloa avisa que el 27 del mes próximo pasado abrió un período de sesiones extraordinario".- De enterado.
"La Legislatura del Estado de Tamaulipas, con relación a una circular que recibió de la de Colima sobre el caso Smoot, solicita los informes necesarios y un tanto del expediente relativo a las reclamaciones del citado norteamericano por terrenos en el puerto de Manzanillo".- Mándese una copia de la resolución dictada por la Corte tan pronto como aquel cuerpo la envíe.
"La Legislatura del Estado de Tamaulipas aprueba en todas sus partes la a adición al párrafo sexto del artículo 27 de la Constitución Federal".- Recibo y resérvese para la Cámara de Senadores en donde obra el expediente respectivo.
"La Legislatura del Estado de Tamaulipas comunica que designó Presidente y suplente de su Mesa Directiva, para el mes en curso, a los CC. diputados Francisco Santos y Guillermo Zúñiga".- De enterado.
"El C. Pedro Cerda informa que continúa, interinamente, al frente del Poder Ejecutivo del Estado de Coahuila, en virtud de que la Legislatura de esa entidad acordó, con fecha 28 de enero último, prorrogar por quince días renunciables, la licencia de que disfruta el gobernador constitucional, C. Pedro V. Rodríguez Triana".- De enterado.
"El C. Pedro Rodríguez Triana participa que el 8 del actual volvió a encargarse del Poder Ejecutivo del Estado de Coahuila, dando por terminada la licencia de que venía disfrutando".- De enterado.
"El C. Gustavo Gutiérrez R. participa que, por designación hecha en su favor por la Legislatura del Estado de Chiapas, con fecha 25 de enero próximo pasado asumió, interinamente, el Poder Ejecutivo de esa entidad, mientras dura la licencia que le fue concedida al C. ingeniero Efraín G. Gutiérrez".- De enterado.
"El C. Francisco Chávez Holguín comunica que se hizo cargo, interinamente, con fecha 9 de los corrientes, del Gobierno del Estado de Chihuahua".- De enterado.
"El C. licenciado Gilberto Suárez avisa que el 7 del actual se encargó, interinamente, del Poder Ejecutivo del Estado de Sonora".- De enterado.
"El C. ingeniero Humberto Canto Echeverría participa que el 24 de enero último volvió a asumir el Poder Ejecutivo del Estado de Yucatán".- De enterado.
"El C. Antonio Ramírez informa que, interinamente, se hizo cargo del Gobierno del Estado de Zacatecas, con fecha 6 del mes en curso".- De enterado.
- El mismo C. secretario (leyendo):
"El C. diputado Miguel Angel Menéndez Reyes representa un proyecto de decreto por el que se concede pensión a la señora María B. Rubio viuda de Victoria, por los servicios que prestó a la patria su extinto esposo, el diputado constituyente Héctor Victoria".- Resérvese para la Cámara de Diputados.
- El mismo C. secretario (leyendo):
"El C. diputado Alfonso Francisco Ramírez propone, en vista del recargo de asuntos sin despachar
que tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se reforme el artículo 94 constitucional con objeto de crear en aquel alto cuerpo otra sala civil, aumentando a 26 el número de Ministros".- Recibo y resérvese para la Cámara de Diputados.
- El mismo C. secretario (leyendo):
"El C. diputado Alberto Ríos Conde solicita se designe una comisión que se traslade al pueblo de San Pablo del Monte, Tlax., a hacer una investigación sobre los atropellos que en las personas de campesinos comete el cacique de ese lugar, Alejandro Cano".
En votación económica se pregunta si se toma en consideración la proposición. Los que esten por la afirmativa se servirán indicarlo. Sí se toma en consideración. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobada la proposición.
Se designa en comisión a los ciudadanos representantes Francisco Mora Plancarte y Francisco López Cortés.
- El mismo C. secretario (leyendo):
"El C. licenciado Luis Felipe Ordaz Rocha participa que con fecha 2 de enero último fue reelecto Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Guanajuato".- De enterado.
"El C. Salvador R. Carrasco comunica que el primero del actual se hizo cargo de la Oficialía Mayor de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.- De enterado.
"El ayuntamiento de Manzanillo, Colima, hace presente su apoyo a esta Comisión Permanente por su actitud en el caso Smoot".- De enterado con agradecimiento.
"El C. Antonio Canale Urueta solicita permiso para aceptar y usar la condecoración "Palmas de Oficial de Academia" que le otorgó el Gobierno de la República francesa".- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El C. capitán primero piloto aviador Luis Noriega Medrano solicita permiso para aceptar y usar la condecoración "Por servicios Distinguidos" a la Patria, que le fue otorgada por el gobierno de Cuba".- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El C. doctor Miguel Baeza solicita el permiso constitucional necesario para aceptar y usar la condecoración de Oficial de Instrucción Pública que le concedió el gobierno francés".- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El C. doctor Leonides Andreu Almazán solicita permiso para aceptar y usar la Cruz de Oficial de la Legión de Honor, que el Gobierno de Francia le confirió".- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El C. Norberto Flores solicita permiso para aceptar y usar las condecoraciones "Cruz de Honor para Fieles Servicios" y "Medalla de Mérito Alemán", que le concedió el Gobierno de Alemania". -Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El C. Vicente Garrido Alfaro solicita se le autorice constitucionalmente para aceptar y usar la condecoración de las Palmas Académicas, en el grado de Oficial de Academia, que le otorgó el Gobierno de la República francesa".- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio e Industria de la República apoya la iniciativa del ciudadano diputado Alfonso Francisco Ramírez, por la que se reforma la Constitución Política del país, creando una nueva Sala en la Suprema Corte de Justicia de la Nación".- Recibo y resérvese para la Cámara de Diputados.
"El Comité Ejecutivo General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, solicita que se declare día de fiesta nacional el 18 de marzo, aniversario del decreto del Ejecutivo de la Unión que puso fin a la explotación de la riqueza petrolera de México por parte de empresas extranjeras".- Recibo y resérvese para la Cámara de Diputados.
"El Sindicato Industrial de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, solicita se aumente el personal de empleados del Grupo Especial Número 4 de la junta Federal de Conciliación y Arbitraje, con el fin de que preste mejores servicios en los asuntos de los trabajadores".- Recibo y transcríbase al Ejecutivo de la Unión.
"El Comité pro Translado de los restos del general Emiliano Zapata, solicita que esta Asamblea interponga su influencia a fin de que los restos del
caudillo de la Revolución del Sur se transladen de la ciudad de Cuautla, donde se encuentran, al monumento destinado al efecto en la población de Tlaltizapan Estado de Morelos".- Recibo y transcríbase al Ejecutivo.
"El comité Ejecutivo Agrario de Cuaxuchipa, Pue., solicita la intervención de esta Comisión Permanente para que se envíe un ingeniero que levante el censo agrario de ese poblado".- Recibo y transcríbase al Ejecutivo de la Unión.
"La Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Veracruz, envía una solicitud de las organizaciones agraristas del Municipio de Playa Vicente, para que a los soldados y clases de destacamiento en la región de los Tuxtlas y Tuxtepec, se les pague doble sueldo, y a los oficiales y jefes un cincuenta por ciento más de sus sueldos, teniendo en cuenta la carestía de la vida en esa zona".- Recibo y transcríbase al Ejecutivo para que lo tome en consideración al formular su próximo Presupuesto de Egresos.
"Las señoras Benjamina María González, María Cesárea Díaz, Francisca Juliana Juárez y Petra Catarina y las señoritas Agustina Peña, Juana Domínguez, María Oropeza, María Hilaria Cázarez e Ignacia Tecla Jiménez, solicitan pensión por los servicios prestados en el Ejército del Sur por sus extintos esposos y padres, pensión que ya solicitaron del Ejecutivo y que fue turnada a la Secretaría de la Asistencia Pública".- Recibo y transcríbase al Ejecutivo de la Unión.
"La señorita Josefina Iñiguez Rojas solicita del Senado una pensión como nieta del extinto coronel Antonio Rojas, quien prestó sus servicios a la patria durante la intervención francesa".- Recibo y resérvese para la Cámara de Senadores.
- El mismo C. Secretario (leyendo):
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"A la suscrita Comisión de Puntos Constitucionales fue turnado, para su estudio y dictamen, el escrito presentado por el C. profesor y doctor en Letras Alberto Y. Altamirano, solicitando permiso para poder aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia, que por servicios prestados sea la difusión de la lengua y de la literatura francesas, le fue otorgada por el Gobierno de la República de Francia.
"Habiendo estudiado el caso, esta Comisión estima que no existe inconveniente para otorgar el permiso solicitado y encontrándose, por otra parte, satisfecho el requisito que sobre el particular establece el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional, se permite someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. profesor Alberto Y. Altamirano para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia que le fue otorgada por el gobierno de la República de Francia.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F., a 14 de enero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión el dictamen. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"A la suscrita Comisión de Puntos Constitucionales fue turnada, para su estudio y dictamen, la solicitud presentada por el C. coronel Ignacio M. Beteta jefe del Departamento de Educación Física, para que se le conceda permiso a fin de poder aceptar y usar las condecoraciones de La Cruz de Caballero de la Legión de Honor que le otorgó el Gobierno de Francia y la de Servicios Distinguidos que le confirió el Gobierno de Cuba.
"En opinión de los suscritos no existe ningún inconveniente para conceder el permiso solicitado y como además se encuentra satisfecho el requisito establecido por el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional nos permitimos someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. coronel Ignacio M. Beteta, Jefe del Departamento de Educación Física, para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar las condecoraciones de La Cruz de Caballero de la Legión de Honor y la de "Servicios Distinguidos" que le fueron otorgadas por los Gobiernos de las Repúblicas de Francia y Cuba, respectivamente.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F., a 7 de febrero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"A la suscrita Comisión de Puntos Constitucionales fue turnada, para su estudio y dictamen, la solicitud presentada por el C. doctor Adrián Correa para que se le conceda el permiso necesario a fin de poder aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia que le otorgó el Ministro de Educación Pública de la República francesa.
"En opinión de los suscritos no existe ningún inconveniente para conceder lo pedido y encontrándose, además, satisfecho el requisito que sobre el
. particular establece el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional, se permiten someter, a vuestra consideración, el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. doctor Adrián Correa para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia que le ha conferido el Gobierno de la República de Francia.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F., a 31 de enero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"El C. Manuel Cruz G., Cónsul de Primera adscrito al Consulado de México en Nueva York, solicitó, por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores permiso para poder aceptar y usar la condecoración de Caballero de la Legión de Honor que le fue otorgada por el Gobierno de la República de Francia.
"Habiendo sido turnada la petición aludida a la suscrita Comisión de Puntos Constitucionales, para su estudio y dictamen, esta Comisión estima que no hay inconveniente para conceder lo pedido y encontrándose satisfecho el requisito que sobre el particular establece el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional, se permite someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. Manuel Cruz G., para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la condecoración de Caballero de la Legión de Honor que le fue otorgada por el Gobierno de la República de Francia.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. México, D.F., a 31 de enero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"A la suscrita Comisión de Puntos Constitucionales fue turnado, para su estudio y dictamen, el escrito que con fecha dos de los corrientes envió a esta H. Asamblea el C. Licenciado Arturo García Torres solicitando permiso para aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia que le confirió el Gobierno de la República de Francia.
"Esta Comisión opina que no existe inconveniente para conceder el permiso solicitado y encontrándose satisfecho el requisito que sobre el particular establece el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional, se permite someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. licenciado Arturo García Torres para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia que le otorgó el Gobierno de la República de Francia.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F., a 13 de enero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"El C. Francisco R. Hernández, en escrito de fecha 17 de diciembre próximo pasado solicita permiso para poder aceptar y usar la condecoración "Die Rettungs Medaille am Bande", que le otorgó el Gobierno de Alemania como premio por haber salvado a una señora que se estaba ahogando en el río Spree- kupfergraben de Berlín.
"Habiendo pasado la solicitud mencionada a la suscrita, Comisión de Puntos Constitucionales, para su estudio y dictamen, esta Comisión estima que no existe ningún inconveniente para conceder lo pedido y encontrándose satisfecho, además, el requisito que sobre el particular establece el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional, se permite someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. Francisco R. Hernández para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la condecoración "Die Rettungs Medaille Am Bande" que le fue otorgada por el Gobierno de Alemania.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F., a 13 de enero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"El C. doctor Fernando Ocaranza se ha dirigido a esta H. Asamblea solicitando el permiso constitucional necesario para poder aceptar y usar las condecoraciones de Miembro Perpetuo de la Cruz Roja Japonesa, que le otorgó el gobierno de Japón, y la de la Legión de Honor, en el grado de Caballero que le confirió el Gobierno de la República de Francia.
"Habiendo sido turnado el expediente respectivo a la suscrita Comisión de Puntos Constitucionales, para su estudio y dictamen, esta Comisión estima que no hay ningún inconveniente para conceder el permiso solicitado y encontrándose satisfecho el requisito que marca el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional, se permite someter a
vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. doctor Fernando Ocaranza para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar las condecoraciones de Miembro Perpetuo de la Cruz Roja Japonesa y la de la Legión de Honor, en el grado de Caballero, que le otorgaron los gobiernos de Japón y de Francia, respectivamente.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F., a 6 de febrero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"El C. Juan Manuel Torrea, por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores ha solicitado permiso para poder aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia que le otorgó el Ministro de Educación Nacional de la República francesa.
"La suscrita Comisión de Puntos Constitucionales, a la que fue turnada la solicitud aludida para su estudio y dictamen , estima que no hay inconveniente alguno para conceder el permiso pedido y encontrándose, además, satisfecho el requisito que sobre el particular establece el inciso III de la fracción B del artículo 37 constitucional, somete a vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. Juan Manuel Torrea para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la condecoración de Las Palmas de Oficial de Academia que le otorgó el Gobierno de la República francesa.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F. a 31 de enero de 1939.- Francisco López Cortés.- Francisco Mora Plancarte.- Angel Castillo Lanz".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Comisión de Relaciones Exteriores.
"Honorable Asamblea:
"El C. Luis Olalde, en escrito de fecha 30 de noviembre último solicita permiso para desempeñar trabajos permanentes de empleado, sin carácter oficial alguno, en el Consulado de los Estados Unidos de Norteamérica, en la ciudad de San Luis Potosí.
"Habiendo sido turnado el escrito de referencia a la suscrita Comisión de Relaciones Exteriores, para su estudio y dictamen, esta Comisión estima que no existe inconveniente para otorgar el permiso pedido y encontrándose satisfecho el requisito que establece el inciso II de la fracción B del artículo 37 constitucional, se permite someter a vuestra consideración el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo único. Se concede permiso al C. Luis Olalde para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda desempeñar trabajos permanentes de empleado, sin carácter oficial alguno, en el Consulado de los Estados Unidos de Norteamérica en la ciudad de San Luis Potosí.
"Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. "México, D.F., a 13 de enero de 1939.- Francisco Mora Plancarte.- Julián Garza Tijerina".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
Se procede a recoger la votación nominal de los decretos que se reservaron para este efecto. Por la afirmativa.
El C. secretario Menéndez Reyes Miguel Angel: Por la negativa.
(Votación).
El C. secretario Bautista Gonzalo: ¿Falta algún ciudadano representante de votar por la afirmativa¿
El C. secretario Menéndez Reyes Miguel Angel: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la negativa¿ Se procede a recoger la votación de la Mesa (Votación de la Mesa).
El C. secretario Bautista Gonzalo: Fueron aprobados por unanimidad los decretos. Pasan al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
El C. Presidente: El ciudadano senador Fernando Basulto Limón, Secretario de la Cámara de Senadores, de Jalisco, se ha dirigido al que habla telefónica y telegráficamente, suplicándome ruegue a esta honorable Asamblea que se designe una comisión para que represente a la propia honorable Comisión Permanente en la toma de posesión del señor licenciado Silvano Barba González, como Gobernador del Estado de Jalisco; acto que tendrá verificativo el día veintiocho del mes actual, a las 17.00 horas. Lo que pongo a consideración de esta honorable Asamblea para que tenga a bien acordar lo conducente.
El C. Menéndez Reyes Miguel Angel: Me permito proponer se designe a la Mesa Directiva en masa, para acudir a la toma de posesión del licenciado Barba González, además de señalar a un número el que se crea conveniente, de compañeros senadores y diputados componentes de la Comisión Permanente.
El C. Presidente: ¿Se toma en consideración la proposición del compañero Menéndez Reyes¿ Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Sí se toma en consideración. Está a discusión. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo Aprobada.
Se nombra en comisión, además de la Directiva de la Comisión Permanente, a los siguientes compañeros: senador Castillo Lanz, diputado Julián Cacho, diputado Jesús Rodríguez, senador Vicente L. Benéitez, senador Garza Tijerina, senador Juan N. Esponda, diputado Lombardo Toledano, diputado Mora, Plancarte y senador Rodolfo T. Loaiza.
- El mismo C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador Gonzalo Bautista.
El C. Bautista Gonzalo: El Ejecutivo de la Unión acaba de dictar un decreto expropiando la
negociación Azucarera de El Mante. Inútil me parece repetir aquí las razones de orden moral que inspiraron al Ejecutivo para dictar ese decreto. Todos los miembros de la Comisión Permanente las conocen, y conocen también las razones de orden jurídico que inspiraron este acto reinvidicatorio; pero es uno de esos actos ejecutados por uno de los Poderes de la Unión, que reclaman la expresa solidaridad de todos los Poderes y de todos los elementos que asumen en estos momentos la responsabilidad de la vida pública del país.
Por este motivo me permito solicitar de la Comisión Permanente la aprobación del nombramiento de una comisión que presente al ciudadano Presidente de la República la felicitación de la representación del Congreso de la Unión por el hecho a que me he referido con anterioridad, a la vez que nuestro propósito de prestarle todo nuestro apoyo y toda nuestra cooperación para los felices resultados de esta disposición que lleva a México a la reivindicación constante de las fuentes de producción en el país.
El C. Presidente: Se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración la proposición del C. senador Bautista. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Si se toma en consideración.
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobada.
Se nombra en comisión a los senadores Gonzalo N. Santos, Juan N. Esponda, diputado Julián Cacho, diputado Miguel Angel Menéndez y secretario Bautista.
- El mismo C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador Francisco López Cortés.
El C. López Cortés Francisco: La Comisión designada para estudiar la acusación contra tres Magistrados de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con motivo del amparo Smoot, consideró desde un principio indispensable poseer un documento oficial inobjetable sobre este asunto, que analizar, para poder producir un dictamen a la altura de la responsabilidad que corresponde a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, por su intervención en este asunto.
Con este motivo ocurrimos a la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, personalmente los integrantes de la comisión designada, con el objeto de solicitar una copia de la sentencia que dictó sobre este mismo asunto.
El señor licenciado Truchuelo, Presidente de esa Sala, convino en que la copia fuera expedida y otorgada a la comisión, y nos explicó la conveniencia de disponer por lo menos de diez días para que el fallo se engrosara y se expidiera la copia solicitada.
La comisión consideró pertinente prorrogar este plazo solicitado por el ciudadano licenciado Truchuelo, a quince días, que transcurrieron con exceso desde la fecha en que la solicitamos, hasta el día de hoy en que se pudo obtener esa copia. La comisión estima pertinente informarlo a ustedes, al mismo tiempo que desde luego se ocupa de hacer un estudio a efecto de presentar su dictamen en la primera oportunidad.
El C. Presidente: La Presidencia agradece el informe de la comisión. Tiene la palabra el C. diputado Cacho.
El C. Cacho Julián: Quería suplicar a ustedes, compañeros, que se nombrara una comisión que fuera a Morelos a investigar el reciente asesinato del compañero diputado federal Duarte Ortiz, de aquel Estado, en virtud de que ha quedado este asunto sin que se haya hecho nada hasta la fecha.
El C. secretario Bautista: Se pregunta si se toma en consideración la proposición del compañero Cacho. Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Si se toma en consideración. Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba Los que estén por la afirmativa se servirán manifestarlo. Aprobada.
El C. Presidente: La Presidencia nombra a los siguientes miembros de la H. Comisión Permanente, para integrar la comisión que debe hacer investigaciones de acuerdo con la petición del C. diputado Cacho: diputado Julián Cacho, diputado Zárate Albarrán y senador Antonio Romero.
No habiendo otro asunto de que tratar, se levanta la sesión y se cita para el miércoles próximo a las doce horas (13.45 horas).
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y "DIARIO DE LOS DEBATES"
el Director, Jefe de la Oficina, Joaquín Z. Valades
MÉXICO, D.F. MIÉRCOLES 22 DE FEBRERO DE 1939
SUPLEMENTO
AL NUM. 32 DEL "DIARIO DE LOS DEBATES"
SESIÓN SOLEMNE, Efectuada por los Bloques revolucionarios de la Cámara de Senadores y de la Cámara de Diputados, el día 10 de febrero de 1939, en honor del G. CORONEL FULGENCIO BATISTA.
Presidencia del C. PASCUAL ALCALA
(Asistencia de 92 ciudadanos diputados y 22 ciudadanos senadores).
El C. Presidente (a las 18.30 horas): Se abre la sesión.
Se nombra en comisión, para acompañar al señor coronel Batista a este recinto, por la Cámara de Diputados a los CC. diputados Manuel Farías, Raúl I. Simancas, Rafael Molina Betancourt y Efraín Aranda Osorio, y por la Cámara de Senadores a los ciudadanos Julián Garza Tijerina, Wilfrido C. Cruz y Julián Aguilar.
Se nombra en comisión para recibir a las puertas de este recinto al coronel Batista, a los ciudadanos Luis S. Campa, Francisco Martínez Peralta, Agustín Huerta y a los ciudadanos senadores Gonzalo N. Santos, Alejandro Antuna López y Nicéforo Guerrero Jr.
Se concede un breve receso en tanto llega a este salón el coronel Fulgencio Batista.
(Receso).
(El C. coronel Fulgencio Batista es introducido al salón.)
El C. Presidente: Tiene la palabra, en nombre del Bloque de la Revolución Mexicana, el C. diputado Luis Flores G.
El C. diputado Flores G. Luis: Señor coronel Batista, compañeros: el Bloque Revolucionario de la XXXVII Legislatura del Congreso de la Unión, se ha servido confiarme la grata tarea de interpretar la honda satisfacción del mismo, al recibir a usted, señor coronel Fulgencio Batista, Jefe del Ejército de la República de Cuba y fuerte representativo de la inquietud revolucionaria de nuestra época en su país. Inútil resultaría hacer hincapié en los nexos espirituales y de comunidad histórica y geográfica que nos unen al pueblo cubano, para patentizar la cordialidad y el cariño con que ahora recibimos al Jefe de su Ejército, y será bastante recordar que la gallarda hospitalidad de la isla antillana suavizó, durante nuestro formidable movimiento armando, el intenso dolor del ostracismo de muchos de los revolucionarios mexicanos, que encontraron el asilo acogedor y generoso de ese país hermano.
Cuba es entre los pueblos de América el último que adviene el mundo de la libertad, no obstante que sus intentos de independencia pueden contarse desde los días en que México inicia su tarea emancipadora; pero el ardor que pone en la lucha, su dolor de pueblo brutalmente oprimido, trayectoria y antecedente de su brava idea libertaria, lo catalogan entre los pueblos que con más pasión han cultivado los sentimientos y las ideas de la libertad, sentimientos e ideas que se manifiestan en 1812 en el "Proyecto de Constitución para la isla de Cuba" que Joaquín Infante formula en la ciudad de Caracas, y en cuyo artículo décimo, para que nada faltar al fin de significar límpidamente el anhelo libertario, se fija el emblema de la nueva nacionalidad.
Será hasta 1850 cuando las ansias reivindicadoras del pueblo cubano estallen tumultuosamente en las Pozas y en Cárdenas, para que Joaquín Agüero, en Camagüey, pueda renovar, un año después, los propósitos de Narciso López; en tanto que el tiempo y el dolor de un pueblo esclavizado, están estructurando, los gloriosos episodios que se conocen con los nombre augustos de Yara y de Bayano, en donde afirman su estupenda figura revolucionaria Carlos Manuel de Céspedes y Antonio Maceo sobre la vigorosa falange de luchadores de su tiempo.
Pero no queremos detenernos en la descripción de hechos cuya evocación sería gratísima para nosotros, ya que las crónicas de éstos hechos son ampliamente conocidas; nuestro deseo, más bien , quiere detenerse en el examen sintético de cómo el pueblo cubano concibe la idea de la libertad.
La sociología para establecer las características de los pueblos se detiene casi invariablemente en los atributos externos, y nosotros pensamos que tanto se distingue a un pueblo de otro por sus rasgos físicos, como por la manera particular de concebir e interpretar la idea de la libertad, y en tanto que es más fuerte y más original la pasión y el carácter con que se concibe esa idea y es más precisa su interpretación, es también más distintiva y vigorosa la personalidad de ese pueblo. Y Cuba, compañeros diputados, posee una forma que el ideal presupone una aspiración y que de modo invariable responde ala necesidad de reaccionar contra las circunstancias, mejor dicho, contra las irritantes imposiciones de las circunstancias.
Cuba llega a la concepción de la idea de la libertad por el intenso y prolongado dolor de no ser libre, y esa idea que está nutrida con el coraje, la desesperación y el sufrimiento impuesto por una opresión bochornosa, habrá de traducirse, forzosamente, en gestos magníficos de rebeldía, de los que está llena su historia, y en los que descansa su prestigio como uno de los pueblos en que más vigorosamente germinan las ideas de la revolución americana.
Cuba puede señalar al viajero, mucho antes de su advenimiento como nacionalidad autónoma, campos santificados con la sangre generosa de sus mártires libertarios, lugares de devoción patriótica que fueron un día, precisamente, los campos del martirio esclavista.
Entre esos campos que los luchadores cubanos arrancan al horror de la miseria humana, están los de La Demajagua, en donde Carlos Manuel de Céspedes, teniendo como marco a su idea libertadora el maravilloso espectáculo de la naturaleza impasible y frente al dolor del pueblo irredento, perfecciona los planes de la revolución que se conoce en la historia con el nombre de "El Grito de Yara", mientras los encomenderos españoles y los exploradores criollos, inconscientemente, rubrican con sus látigos, sobre las espaldas de ébano de los trabajadores cubanos, la libertad de la isla.
La Demajagua es un rincón de Cuba que, según afirman algunos escritores, pudo considerarse en determinado momento, 1868, no sólo como una síntesis de la expresión del paisaje, sino también de la organización social y económica de la isla. Por este motivo su contemplación y los sentimientos que inspiró su propio espectáculo, forman parte de los elementos primarios que dieron origen a la idea cubana de la libertad.
"Quien visite La Demajagua, dice uno de los descendientes del héroe de la independencia cubana, y situándose en el lugar en que se levantaba la casa de Céspedes, deje viajar la mirada por aquel luminoso contorno, se explicará fácilmente cuán profunda debió ser su incontrastable influencia en el ánimo, la decisión y los actos del hombre que allí residía".
"Desde los portales de su mansión, que se levantaba en una altura dominando los campos de caña y las palmares de las guardarrayas, Céspedes contemplaba el mar que aparece como un espejo reluciente por entre los cayos cercanos; su pensamiento sigue entonces, entonces libre, como su alma de poeta sentimental e idealista, volvíase a través del océano hacia los países grandes, cultos e independientes que había recorrido en su juventud, y cuya civilización, progreso y bienestar anhelaba con fervor para su patria, sumida en el atraso de duro y humillante coloniaje. A su derecha y en lontananza está en otra altura el ingenio Valerino, y detrás de Valerino, el pueblo, residencia del representante local de la tiranía monárquica".
"A pocos pasos, la maquinaria industrializadora del azúcar, y del otro lado, el barracón de los negros esclavos, que, en medio de tanta belleza y esplendor naturales imponía el espectáculo de aquella enormidad de la miseria humana y el dolor y toda la degradación y la vergüenza que en su patria, bajo el nombre de legitimas riquezas se trasmitían las generaciones".
La Demajagua, en 1868, dice a gritos a los hombres de levantado espíritu lo que sería aquella tierra fecunda y generosa sin la dolencia de la esclavitud. Y nos pone en aptitud de comprender en todo su sentido el lema heroico del caudillo: "A un pueblo desesperado no se le pregunta con qué pelea; estamos decididos a luchar; pelearemos aunque sea con las manos".
Aunque jamás se hubieran estudiado las causas que motivan la revolución independiente de Cuba; aunque se ignoraran las condiciones dolorosas del pueblo durante la colonia, el ímpetu, la bravía que hay en el acento de esas palabras nos lo revelarían todo. Estas palabras no pueden dictarlas más que la dignidad humana exasperada hasta el delirio , y el decoro y la voluntad heroica con que los revolucionarios cubanos la sostienen, crea el dilema que con terrible elocuencia sintetiza el bravo Agramonte: "Independencia o Muerte".
Es, sin disputa, una idea vital. Cobra sus raíces en todo lo que vive y que, por esto mismo, propende a reclamar los atributos esenciales de la vida. Es una idea creadora; sus efectos se observan hasta cuando toca las almas al parecer menos predispuestas para la perfección. Ejemplo típico es el del gran Antonio Maceo. ¿Cómo se transforma y se agiganta este rebelde cuando se siente tocado por la inquietud que impone la causa de la libertad!
"Quien lo hubiera tratado al ingresar en la revolución de 1868, escribe su biógrafo, el escritor Miguel Angel Carbonell, lleno de pasión por lo frívolo, exasperante en la pronunciación, sino vuelo en el pensamiento, desprovisto de toda sensibilidad artística, habríase asombrado algunos lustros después, de la sobria elegancia de su palabra, de su juicio discreto, de su prosodia irreprochable".
La idea generosa de la libertad había operado la revalorización de su alma.
Intencionalmente hemos dejado de hacer referencia al gran José Martí, en esta pretensión nuestra de bosquejar la génesis de la idea cubana de la libertad.
Martí es el más alto símbolo del pensamiento libertario de Cuba, y de toda la América, al par que Bolviar y nuestro gran Morelos. Su apostolado por la independencia de su país lleva el sello viril y doloroso de todos los apostalados; con pensar que inicia su cruzada teniendo que luchar contra el estrecho criterio y la incomprensión paterna, que sólo se rendirán deslumbrados ante le estoicismo del hijo, cuyo genio fue el padre el último en reconocer. Roig el Leuchserig en la primera parte de su notable biografía de Martí, nos narra este conmovedor drama de aquel nombre que, como expresa Carlos Márquez Sterling, él solo era un mundo espiritual permanente."
Pero hemos de confesar con toda humildad, que tenemos referirnos a la inmensa personalidad de José Martí, con el temor justificado de hacer una pálida pintura de la enrome figura del idealista y del revolucionario y de la grandiosidad de su obra, y que, en consecuencia, habremos de limitarnos a dejar, rendidamente, frente ala vida ejemplar y asombrosa del prócer; frente a la magnifica obra reivindicadora, la profunda admiración de esta federación nuestra, que vive también la inquietud de un momento decisivo de transformaciones sociales, y que en la lucha en contra de la incomprensión y la resistencia de los elementos retardatarios y conservadores, nutre su coraje y se fortifica con el ejemplo luminoso de las vidas magníficas de Martí, Bolivar y Morelos, cuyo fuertes perfiles están soldados con el bronce de América, en el alma de la cual, la devoción popular grabó los nombres próceres, como si el alma de América fuera un bronce eterno.
Y a propósito del gran Martí, es oportuno decir que la representación cubana en México, a nombre de su Gobierno, acaba de hacer entrega a la Biblioteca de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, de un lote valiosísimo de obras históricas y biográficas de este insigne varón. El donativo, de una espiritualidad conmovedora, obliga nuestra gratitud, y al expresar este sentimiento al
Gobierno cubano y a su representante en nuestro país, queremos afirmarles que ningún esfuerzo habrá de escatimarse a efecto de que, al difundir entre nuestra juventud este aspecto de la cultura, se arraigue, más profundamente, el cariño tradicional que hemos abrigado siempre por la hermana República de Cuba.
Señor coronel Batista: el Bloque Revolucionario de la XXXVII Legislatura del Congreso de la Unión, órgano parlamentario del Partido de la Revolución Mexicana, que tiene el honor de recibir a usted en su seno, es la representación genuina del pensamiento revolucionario de México; sus componentes hemos revolucionario de México; sus componentes hemos salido de las filas de los trabajadores organizados del campo y del taller, y de nuestro glorioso Ejército de la Revolución, y al aceptar la responsabilidad que significa la representación que ostentamos, y la contraída con nuestro tiempo, hemos traído como aportación para la noble tarea legisladora y como intérpretes de los anhelos populares, nuestra sinceridad de luchadores revolucionarios; nuestra experiencia de trabajadores que han palpado y han sentido hondamente los problemas de su clase, experiencia en la que se ha plasmando nuestra ideología social y revolucionaria; la íntima convicción de que la humanidad rectifica sus sistemas sociales y económicos, en el sentido de la liberación integral de las clases desposeídas, y la misión indeclinable de velar por que se cumpla sin vacilaciones el programa de la Revolución que, para fortuna nuestra, en las manos del Presidente Cárdenas es una superación constante.
Asistimos, pues, a la renovación total de todos los valores y de todos los sistemas, y dentro del constante fenómeno evolutivo a que está sujeta la existencia de la humanidad, asistimos también, como factor de lucha, a la modificación de la vieja estructura de la sociedad, ante le asombro, un tanto ingenuo, de las minorías privilegiadas.
Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender, como afirma Ortega y Gasset, y se empieza a entender el formidable movimiento de liberación económica de las trabajadores de México, y de los del mundo eterno, que caracteriza a la hora presente.
Se precisa el sentido de la responsabilidad gremial, se afina el espíritu de lucha y la mentalidad colectiva evoluciona al ritmo de la perfección que alcanza la organización sindical.
Si el arcaico concepto jurídico de la propiedad de la tierra modifica radicalmente y la posesión de la misma cambia de aspecto, los trabajadores de la industria aceptan la responsabilidad del manejo de los grandes negocios nacionales que el Presidente Cárdenas pone en sus manos, marcando con precisión un momento histórico en la evolución y en la vida social de México.
La Industria Petrolera y los Ferrocarriles Nacionales están administrados por obreros.
El vasto programa constructivo e ideológico de la Revolución se cumple.
Una importante red de carretera cruza el país en todas direcciones, estableciendo el contacto con el exterior; la construcción de admirables obras de irrigación, grandes y pequeñas, cambian el aspecto del medio físico de México y resuelven el grave problema de la producción agrícola, científica e integral.
La rica región algodonera de La Laguna, así como el ingenio azucarero de Zacatepec, en Morelos, en manos de los trabajadores del campo, intensifican su producción, en tanto que en la Baja California se inicia la colonización de las inmensas extensiones de tierra del Territorio, que se abrirán a una nueva vida de producción y de prosperidad.
Largo seria hacer el detalle de la obra revolucionaria y constructiva de la administración del señor general Cárdenas, para cumplir fielmente el programa de la Revolución; pero cumple decir que al brevísimo bosquejo que dejamos apuntado, la obra social y educativa alcanza tal relieve, que podemos asegurar sin equivocaciones, que el profundo conocimiento que tiene el señor general Cárdenas de los problemas, de las aspiraciones y de las necesidades populares, y su absoluta identificación con las clases proletarias del país, han asegurado gradualmente y para siempre su mejoramiento colectivo, a través de las leyes proteccionistas de sus intereses y de las conquistas alcanzadas hasta ahora, y no hay rincón del país en donde el magnifico esfuerzo educativo deje de sentirse.
Señor Coronel Batista:
El Bloque Revolucionario de esta Cámara de Diputados, los trabajadores organizados y el pueblo revolucionario de México, que tiene una vida paralela en el dolor, en la esperanza y en el anhelo de mejoramiento social con los trabajadores y pueblos de Cuba, tienen fija la atención en su dinámica actuación pública. Esperan de su energía, de su comprensión y su conocimiento de los problemas de los trabajadores cubanos, ya que usted mismo es un producto de la clase asalariada, que aceptando la responsabilidad que han contraído con este momento de la evolución social del mundo, responsabilidad histórica que le corresponde como destacado factor de lucha en su país, como forjador de su destino, en cuyas manos, por ahora, y en determinada forma se está moldeando el futuro de la nación cubana; que interpretando con fidelidad la brava tradición libertaria del pueblo de la Isla, ponga al servicio de la causa de los trabajadores, para que estos puedan resolver íntegramente todos sus problemas, el prestigio de su recia personalidad política, teniendo en cuenta que para el proletariado de Cuba es usted la más firme esperanza de redención, y para los trabajadores mexicanos organizados, un punto de apoyo, una unidad combativa más en la lucha reivindicadora de los pueblos de América.
Está usted, señor Coronel Batista, en el solar de México. Está en su casa. Lo recibimos con los brazos abiertos lo mismo que a un hermano. Salud. (Aplausos nutridos y prolongados).
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador José María Dávila, en nombre del Bloque revolucionario del Senador.
El C. Dávila José María: México ha recibido con los brazos abiertos, como al hermano que ha largo tiempo no se mira y que de pronto aparece llamando, risueño y amoroso, en el portal hospitalario de nuestro albergue. Vuestra visita es el punto de concreción del recíproco viajar que antaño llevara y trajera a los Velázquez y los Nárvaez, lo s Grijalbas y los Las Casas y que iniciara la suave corriente de amistad y comprensión que ahora disfrutan los descendientes de aztecas y siboneyes.
Representante genuino de esta última raza que extinguiera la codicia imperialista, no obstante la calidad física que aún surge a través de los siglos, vuestra grata presencia en nuestro país parece venir a remembrar el anatema ancestral contra los explotadores europeos, contra la codicia de un Gaspar de Torres, de un Juanes Dávila o de un Gozalo de Guzmán, que en el desgobierno colonial, auxiliado por la piratería protegida por lo s soberanos del viejo mundo, retardó tanto y costó tantas penas a la gloriosa Cuba.
Y en momento solemne en que los representativos del pueblo mexicano, por conducto de sus Bloques Camerales os ofrecen este homenaje de simpatía, quieren rendir su devoción a la memoria de los soles de Bolívar, a los Héroes de Puerto Principe y a la Obra trunca de Narciso López, que asumiera después caracteres de anhelo nacional, ante el ejemplo que la recia figura de nuestro Juárez diera al mundo entero, condenando para siempre la hegemonía y la explotación europeas con el fusilamiento de Maximiliano.
México, señor coronel, parece seguir aventando estos ejemplos ante los ojos contemplativos de la América Hispana, como la hermana de más edad y de más amarga experiencia; sentado en forma enérgica, firme y precisa, los sagrados derechos de la nacionalidad que jamás hubiera aparecido en su absoluta integridad, ante la presencia del nuevo Imperialismo Capitalista dominando sus fuentes económicas, fomentando sus dificultades internas e inmiscuyéndose mañosamente en todos sus problemas.
Y es una satisfacción profunda para México que el conductor de una Revolución popular y liberadora de un país hermano; que el hombre originario y conocedor de la masa trabajadora; que el soldado civilista y estudioso que dedica a su patria la energía total de sus mejores años sin más ambición que la de verla surgir y prosperar como lo merece, venga a presenciar la escena de nuestra verdadera liberación, precisamente en los momentos en que otro hombre representativo de las razas autóctonas del continente, eleva el perdón del patriotismo ante todas las amenazas, ante todas las codicias, seguro de la firmeza de su actitud, ya que se yergue sobre la base más firme. sobre la roca inconmovible de la justicia. Este hombre es, señor coronel, nuestro actual mandatario, el general Lázaro Cárdenas.
La escena que su virilidad, su espíritu revolucionario y su clara visión, presenta ante el planeta asombrado, no puede ser más brillante ni más digna de estudiarse. El panorama continental que se va vislumbrando conforme su mano enérgica descorre el telón de las reivinidicaciones y enciende la luz de la equidad, no puede ser más atractivo.
Son la escena y el panorama de la justicia social, en los que no sólo se aprecia la actuación del individuo, sino el fondo realista de las naciones que van recuperando lo absurdamente entregado a la voracidad extranjera para ofrecer al deleite de sus propios actores y de su propio público, la riqueza, la belleza y el bienestar de lo que natura les donará como suyo e inalienable.
México presenta por primera vez, en este período gubernamental, al verdadero proceso de su evolución social y de su independencia económica. La teorizante posición de sus leyes radicales del 17 que un poco de incuria y un mucho de lenidad habían hecho que aparecieran como impracticables o como efímeras ante la opinión extraña, se convierte en acción ejemplarizante; se vuelve lanza y adarga, despierta de su sopor de doctrina escrita y entra de lleno en la contienda social, exigiendo que los antiguos distribuidores devuelvan el bienestar y la riqueza que tan ilógicamente han usufructuado. El artículo 27 y artículo 123 de nuestra Constitución, dejan de ser los dueños fabianistas de un Wells o de un Shaw, Louis Blanc deja su actitud de romantismo socialista, Marx contribuye con la esencia más pura de sus lucubraciones y le más intachable eclecticismo nace de una dirección maestra para aplicar el pensamiento mexicano a las realidades mexicanas y para aproximarse, con mayor velocidad que nunca, al suum quique que tan en vano ha reclamado la humanidad.
Si México puede presentar ante le mundo, con justa satisfacción, sus rápidos adelantos materiales, en el corto tiempo que va de la revolución destructiva a la constructiva, con mayor orgullo presenta su posición social de pueblo libre que encabeza el avanzar de América hacia su nuevo sol por el sendero de las nuevas doctrinas. Porque en la búsqueda de la felicidad popular, arrazar hasta el no ha habido necesidad último vestigio de lo pasado para rascar tercamente el árido suelo en pos de lo que también pueda existir arriba. Porque el ritmo de necesario avance material va corriendo parejas con el de la reversión competa de los valores sociales y morales.
Porque no es sólo el demagogo que agita, sino el artífice construye, los que trabajan en nuestra patria. Y ahí están lo similares de escuelas, que aumentan anualmente para salvar de la ignorancia a ese 90% de analfabetas que no legara la oligarquía prerrevolucionaria y cuya ilustración y preparación ya se palpan en el ambiente; ahí están los Bancos de Crédito Ejidal substituyendo con el espíritu amplio de la equidad colectiva a los antiguos encomenderos y hacendados, ahí está las obras gigantescas de irrigación llevando la bendición de su humedad sin la cortapiza del lucro; ahí están los caminos entrelazándose, como el verdadero sistema circulatorio de nuestro organismo, para unir con más fuertes lazos nuestra nacionalidad; ahí están las obras de los puertos invitando el tráfico honrado de los demás países; ahí está el fomento al deporte endureciendo músculos, iluminando cerebros y destruyendo las taras de la raza.
Y las campañas enérgicas contra las enfermedades endémicas, contra el alcoholismo y contra la delincuencia; la reforestación de los talados bosques cuya rica tierra era corroída por la erosión; la defensa de nuestra fauna y nuestra flora, contra el diario asalto de los nuevos bucaneros; la selección de la cimiente extranjera a través de nuestras leyes de inmigración; el embellecimiento de nuestras ciudades dentro de un nuevo criterio de bienestar cimiento de las artes visuales y auditivas consideradas ahora en su función educativa de la mesa y no con la avara pretensión de los antiguos diletantis y la organización moderna, seria y formal de nuestro ejército, que ha dejado de ser el antiguo instrumento de los caudillos, para constituirse en la garantía más amplia de las conquistas del pueblo.
Y si vamos a éste, señor coronel, también con disculpado orgullo podemos alardear de que se ha acabado con la disimulada esclavitud de los talleres, las fábricas y las haciendas; que el campesino ha vuelto a ser el dueño de la tierra, que el obrero sabe reclamar con dignidad sus derechos cuando los ve conculcados; que el fanatismo y la superstición van huyendo de las mentes infantiles y que, en fin, el paria de cuyo uso de razón dudaran los conquistadores y al que hubo de concedérsele este atributo por irónica bula papal, se ha convertido en hombre, y el hombre se ha convertido en ciudadano que piensa, que colabora y asume su responsabilidad dentro del concierto de la civilización.
Y la nación, en conjunto, y como unidad patria, también asume su papel y reivindica sus derechos originales. Se expropia la tierra de los usurpadores para devolverla a sus legítimos propietarios, los campesinos; se recupera el petróleo nacional y las riquezas del subsuelo que la incapacidad, la prevaricación o la rapiña, pusieran en manos del extranjero; se invita al capital de espíritu fenicio a entrar en el carril de la ley, so pena de expulsión, y se eleva en alto, muy en alto, la doctrina internacional cardenista que, sin temores previos y sin réplicas ulteriores, sostiene el sagrado principio de la no extraterritorialidad de las personas o de los bienes y asegura la posición de los nuevos países americanos ante cualquiera actitud de los poderosos, que tan frecuentemente se valieran de los disturbios internos para asegurar granjerías y fantásticas retribuciones.
Este es México, señor coronel. Este es el México de ahora que con todo gusto os recibe y que espera, para la Cuba hermana que vuestro ahínco y vuestro patriotismo han hecho resurgir, aún más progreso, aún más felicidad, aún más bienestar; que bien lo merece en compensación de las gestas heroicas y de la sangre hirviente y bulliciosa que ha regado el cálido suelo de los cañaverales para producir la dulzura de sus mieles, la atracción de sus encantos y la virilidad de sus hijos. (Aplausos calurosos)
El C. secretario Tejero: Se va a dar cuenta con un oficio del Presidente de la Cámara de Representantes del República de Cuba.
"República de Cuba.- Cámara de Representantes. -Presidencia.
"Doctores Néstor Carbonell y Marino López Blanco.
"Distinguidos compañeros: Aprovechando la oportunidad de vuestro viaje a la gran República hermana de México, me he permitido comisionarles para que me hagan el honor de representarme ante S.S. el señor Presidente de la Cámara de Diputados mexicana, para expresarle mi más cordial saludo de simpatía y consideración, y mis votos por su ventura personal, y le haga entrega de la colección especial de obras de autores cubanos que la Cámara de Representantes de Cuba acordó donar la Biblioteca Popular del Congreso de la Unión como testimonio de los sentimientos de compenetración y confraternidad que todos compartimos. En dicha colección sobresalen las obras completas de José Martí, el Apóstol de la Independencia Nacional, que cultivó con devota sinceridad el panamericanismo y la vinculación más estrecha de nuestros pueblos.
"Aprecio, de antemano, el acierto con que habréis de llenar vuestro cometido y me honro a la vez de con la representación que os confiero.
"De ustedes afectísimo compañero.
"Marcelino Garriga, Presidente".
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Marino López Blanco, líder del Partido Unión Nacionalista, de la Mayoría de la Cámara de Representantes de la República de Cuba.
El C. López Blanco Marino: Señores diputados y senadores: mi distinguido compañero de labores parlamentarias, el doctor Néstor Carbonell - también aquí presente - y yo, tenemos el honroso encargo de haceros entrega de una colección de libros de autores cubanos. De esa manera la Cámara de Representantes de Cuba corresponde a la solicitud amistosa de la Cámara de Diputados de México. Pero, señores congresistas, la realidad es que la ofrenda no es un mero acto de cortesía a que obligan las buenas relaciones entre dos pueblos: significa que nuestra comunión es tan estrecha, que os entregamos el quilate más preciado de nuestro espíritu, la esencia más íntima de nuestro entusiasmo y el hábito más sincero de nuestro afán amoroso; que, no en vano, ella está construida por la más acabada síntesis del pensamiento político, social, económico y literario de nuestra patria. Un pensamiento preñado de los más altos anhelos de superación, que concreta el ideal de la República en la esperanza, en la realidad y el porvenir; un pensamiento de raigambre honda en la conciencia de un pueblo empeñado en ser artífice de sus propios destinos; un pensamiento, en fin, que nos revela ante el mundo como incansables batalladores de la felicidad humana: el pensamiento de la República, desde todos sus ángulos, con todas sus inquietudes, con los inapagables Latidos de todas sus ansias infinitas. ¡En él está Cuba con toda la grandeza de sus permanentes desvelos¿
El señor Flores hizo mención de los autores de los libros que la Cámara de Representantes de Cuba os dedica, recorriéndolos con admirable sentido de percepción. No es propicio que ahora yo vuelva a analizar el relieve de esas producciones, ni su alcance en orden a su repercusión en el alma colectiva del pueblo cubano. Baste, simplemente, con que destaque otra vez ante vosotros, que ese conjunto de libros está presidido - en muestra irrefutable de nuestro amor a México - por la eclosión magnífica de aquella sublime inspiración que siempre anima las ideas de José Martí.
De ahí que la ofrenda cubana merezca bien la indignación que ayude a descubrir su verdadera razón de ser. Acaso pueda fundarse en los vínculos etnográficos y geográficos que atan a nuestros pueblos, fundiéndolos en igual psicología y apretándolos en la lucha de iguales apetencias y necesidades; por lo cual tomaría raíz en la comunidad de intereses y sentimientos que los auna de modo indestructible. Acaso venga el motivo de nuestro envío de las inquietudes que nos semejan, confundiéndonos en el empeño por desplazar un pasado inmediato falto de calor de humanidad; de las rebeldías que nos igualan para escribir, a un tiempo mismo, la gloria de una tragedia inacabable en el esfuerzo por un futuro mejor. Sin duda que el sociólogo descubriría con más acierto la causa determinante de este impulso
cordialisimo de la voluntad cubana, de la que hoy somos aquí orgullosos pregoneros. Pero me quiero ceñir, tan sólo, a mi persona observación. Y por ello afirmo que la cabal significación de este acto ha de tomarse como el fraternal abrazo de la Revolución de Cuba a la Revolución de México; las dos, nacidas en la misma cuna, alentadas por el mismo anhelo y encaminadas a los mismos fines. Para los revolucionarios cubanos la hora de México es norte, ruta y oriente; para los revolucionarios cubanos México está descubriendo el horizonte de un nuevo pensamiento indoamericano. Vosotros, hermanos mexicanos, sois los pioneros de una doctrina que está dando color, sentimiento y relieve de expresión a Indoamérica. Sois gladiadores incansables de la personalidad auténtica de nuestros pueblos.
Estáis contribuyendo a hacer de nuestra América, lo que América debe ser: tierra de redención. Nuestra América, al cabo, será el regazo amoroso de los hombres. Tierra sin prejuicios, sin gleba, sin dolor de manumisión. (Aplausos) Si usara de los moldes de la vieja manera política, gárrula y patriotera, fundaría este abrazo fraterno de Cuba en algún arrebato literario, llegando, si necesario fuera, hasta a invocar la agradable coincidencia de que aún en las entrañas de las tierras de México guardan los despojos mortales de nuestro cantor Heredía. Pero con ser esto bello, no basta para explicar la estrecha concomitancia de nuestras idealidades públicas desde la tribuna del Congreso de México. Pero eso, aunque de soslayo, como cabe en una improvisación, he de hacer un examen -a modo de escorzo- de la Revolución mexicana.
La Revolución de México despierta en la entraña misma de las clases populares. Toma el sentido de la realidad de México, sin incorporarle exotismo, y la traduce con fidelidad rigurosa. Por eso abreva en el dolor mexicano para devolver al pueblo felicidad mexicana (aplausos nutridos y voces: ¡Bravo¡) Desde luego que la Revolución de México, para asegurar la efectiva realización de sus postulados, tiene la suerte de tener a su servicio la voluntad firme y generosa del Presidente Cárdenas. (Aplausos nutridos y voces: ¡Bravo, bravo¡)
Vosotros estáis dando un vuelco a la Democracia; estáis evolucionando de la vieja Democracia individualista, a la Democracia económica; estáis restandole abstracción a aquel grito tripartita de "libertad, igualdad y fraternidad", que no parecía comprenderse cuando la libertad aseguraba el hambre del pueblo, la igualdad, la expoliación de los más y la fraternidad, la más crudelísima conducta con el hombre. Ahora las tres expresiones van cobrando su significado completo. (Aplausos y voces: ¡Bravo¡) Tenéis del Estado la visión cierta y justa; y de instrumento de opresión lo estáis transformando en medio de amparo y protección de toda la sociedad.
Permitidme ahora hacer una referencia a la Revolución de Cuba y dejad que comience afirmando que nuestra Revolución tiene un intérprete genuino -Tema por además peligroso por los equívocos a que puede dar lugar esta rotunda afirmación en boca de un revolucionario septembrista, esto es, de un revolucionario que ha abjurado de la política del caudillismo y sólo sigue, principios -que lo es sin duda el coronel Batista.
Nosotros representamos en Cuba, también, una política de examen severo de las realidades nacionales; y nuestro programa no es otro que el imperativo de ellas mismas; queremos que la política tenga base económica, pues sabemos que lo político y lo económico tienen estrecha trabazón: queremos fundir la nación con el Estado y que éste no sea más que un fiel reflejo de aquélla. Queremos el destierro de la política de caudillos, aunque aprovechamos los pensamientos y las enseñanzas de los hombres. Seguimos al coronel Batista, porque lo estimamos la expresión legítima de la Revolución Gobierno. (Aplausos)
Somos, sencillamente, afirmación, afirmación rotunda, y por eso nuestro aliado fervoroso es la satisfacción de los ideales del pueblo para el mejoramiento del pueblo. La democracia es nuestro medio, pero no la democracia de palabras, sino de hechos concluyentes. El coronel Batista resulta el traductor fidelísimo de la ansiedad cubana, porque, como dijo anteriormente un orador, procede de las clases populares, ha sido proletario y campesino, conoce de las desazones de la injusticia y ha sentido el aguijón de sus legítimas reivindicaciones. La Revolución anida en su espíritu como avidez congénita. Hijo del pueblo, también es hijo de un viejo luchador por la libertad de la patria cubana. (Aplausos)
Nosotros estamos transformando la concepción del Estado y por eso aspiramos a que su acción intervencionista haga que se disminuyan, en cuanto sea posible, las desigualdades económicas en la nación. Queremos definir qué vínculos ligan al Poder con la ciudadanía, qué misión corresponde a la acción pública ante la Sociedad y cuál es el radio de sus movimientos. Queremos que el Estado no sea instrumento de clase alguna y sí acción tuteladora de los intereses generales del país.
Propiciamos la revisión del sistema tributario. Y, con auxilio de nuestro punto de vista, junto con las observaciones de la ciencia financiera, queremos hacer del impuesto no sólo un modo de satisfacer los servicios públicos, sino un medio de contribuir al desarrollo de la riqueza nacional y a su mejor distribución.
Aspiramos a que el impuesto indirecto sea substituído por el impuesto progresivo sobre la renta, a fin de evitar que la repercusión del primero haga que tan sólo pese sobre los sectores menos poseyentes.
Contemplamos al campesino lleno de necesidades, sin arraigo en la tierra de la que vive. Por eso el retorno a la tierra lo fomentamos con toda suerte de iniciativas, yendo primero a lograr la santidad física de los campesinos, mediante la creación de institutos que aseguren la extinción de enfermedades endémicas, para obtener después la integración de un verdadero patrimonio moral que despierte y fecunde sus conciencias, incorporándolos con voluntad responsable a las luchas de la ciudadanía.
Desarrollamos la Escuela Agrícola que coloque la técnica en manos del campesino asegurando al paso que el máximo de rendimiento, la total producción de nuestros campos.
Repartimos las tierras laborales que el Estado conserva en su patrimonio. Fomentemos la implantación y desarrollo efectivo de los seguros sociales, tales como los de la
maternidad Obrera, Seguro de Enfermedad, de Invalidez, de Paro y de Ancianidad.
La brusca caída del precio del azúcar obligó a Gobiernos anteriores a dictar Leyes de Moratoria que impidieran las ejecuciones en masa de los deudores. EL país ofrece al presente el triste caso de que pronto se podrán llevar a cabo esas ejecuciones, con las consecuencias inevitables de que la industria azucarera -base de la economía nacional- pase, en su totalidad, a manos extranjeras y que en una forma general la propiedad territorial quede repartida en mayor desproporción entre los ciudadanos.
Para evitar esos males, la Revolución cubana, por iniciativa de Batista, que interpreta una ansia popular y satisface una necesidad de Cuba, demanda la Ley de Revaluación de Créditos por virtud de la cual se deduce el importe de los créditos a fin de posibilitar los pagos a los deudores, tomando como base de la reducción el índice de la capacidad adquisitiva del pueblo cubano.
A la manera de bosquejo os he expuesto, por vuestra benevolencia, algunos puntos salientes de nuestro movimiento que, al cabo, tiene de coincidencia con el vuestro, el hondo sentido de humanidad que lo produce, lo aliente y lo hará triunfar en definitiva. Nuestra Revolución es hermana de la Revolución de México, y así habréis de reconocerlo, so pena de negar el propio carácter de la vuestra.
Compañeros: tened por seguro que el ejemplo de México es un acicate continuo para nuestros desvelos por el bien cubano.
Recibid un saludo de la Cámara de Representantes de Cuba y no olvidéis jamás que nuestros pueblos, a fin de cuentas, están inexorablemente unidos en un mismo grande y glorioso destino. He dicho. (Nutridos aplausos)
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Néstor Carbonell, miembro del Partido Liberal y de la Mayoría de la Cámara de Representantes de la República de Cuba.
El C. Carbonell Néstor: Señores diputados y senadores: señalado honor el que me concede el Congreso de la República de México, para que desde su tribuna abierta a todas las manifestaciones del pensamiento, diga unas palabras en la sesión extraordinaria convocada esta tarde y donde yo quisiera, en correspondencia a la gentileza otorgada, poder interpretar plenamente el sentimiento que por nuestro conducto expresa la Cámara de Representantes de Cuba, a la Cámara de Diputados de México.
Nuestra misión oficial ha sido la de hacer entrega de dichas obras que, como bien dijera el doctor López Blanco, entre las mismas se destacan colecciones de autores famosos y pensadores que han vaciado las proyecciones más completas del pensamiento político y social de Cuba, y las más bellas manifestaciones de todo sentimiento generoso a nuestra tierra. Para no ahondar ampliamente por ese camino referido, y aprovechar la oportunidad que se nos ha brindado de hablar desde la tribuna de la Cámara mexicana, solamente me concertaré a significarles, que entre dichas obras, están las de José Martí: Apóstol de nuestra Independencia, que fue, para fortuna de América, uno de los genios del Continente, y Mesías divino que dictó a todos sus compatriotas, desde el Sinaí relampagueante de la libertad, las orientaciones necesarias en el período de guerra de nuestra Independencia, y aún es en plena República la fuente inagotable de fe y virtud ciudadanas. Podría aspirar, señores diputados, a hacer un análisis y descripción de todas las obras y sus autores, pero estimo que este acto tiene tal trascendencia y proyección política, que nos obliga a decir algo más. Está reunido en la tarde de hoy el Congreso mexicano en sesión extraordinaria y pública, con amplio concepto del sentido democrático y ciudadano, ya que es el Congreso el que representa la suprema democracia y custodia de la soberanía nacional -para recibir en su seno con el número total de diputados y senadores al coronel Batista, restaurador de la nueva democracia- en la etapa histórica de nuestra Revolución, que ha sabido interpretar las aspiraciones políticas y sociales del pueblo de Cuba, y que bajo su orientación ha plasmado en realidad el Congreso de Cuba.
Las organizaciones y Estados políticos como los nuestros, tienen su asiento en la democracia, porque ella supone y encarna un contenido con capacidad para recibir y coordinar todo el propósito público, los verdaderos anhelos del pueblo que representa, lográndose de esa manera la aspiración máxima de darle al país, a la nación y a la colectividad social, las demandas solicitadas, y ustedes, señores diputados y senadores, con idéntico concepto democrático al nuestro, como afirmara el doctor López Blanco, hemos logrado interpretar a través de nuestros principios revolucionarios, las ansias de nuestros pueblos necesitados de mayor justicia y liberación económica. El pueblo mexicano, desde la época inicial de su Revolución, sólo había logrado en doctrinas e ideas expositivas su pensamiento revolucionario; ya que es en esta etapa histórica y extraordinaria, en que el pueblo mexicano ha logrado escribir en la letra de su Constitución con el respaldo de la nación, la verdadera proyección de su Revolución, con pensamiento político de médula nacionalista, con avances socioeconómicos, bajo la bandera del Partido Revolucionario que hoy preside el general Lázaro Cárdenas. (Aplausos nutridos)
Nosotros guardamos y tenemos permanente devoción por los fundadores de nuestra República, que evocara en párrafos brillantes de uno de los oradores que me precediera en el uso de la palabra, el señor Flores, que recordaba a Martí, Maceo, Agramonte y de toda aquella pléyade de hombres extraordinarios y precursores de nuestra gesta revolucionaria por la Independencia, que fueron, como he dicho anteriormente, fundadores de la nacionalidad. Ellos, por el tiempo que no les fue dable vivir, no alcanzaron la consecusión final de nuestros ideales políticos y económicos como nación libre y soberana. De allí que nosotros, guardando como lo hacemos, fidelidad plena a los paladines de nuestra libertad, sepamos también consagrar a un propio tiempo en la hora de la República, sin reservas mentales de ninguna clase y con el pensamiento que no tiene sombras en la conciencia, a los que son mantenedores firmes de nuestra nacionalidad, y que penetrados del verdadero ideal del pueblo cubano, saben captar sus verdaderas necesidades en lo político, social y económico, como lo viene actualmente realizando, sin preocupaciones de afuera, el pensamiento libre del coronel Batista. (Aplausos)
En el propósito revolucionario de Cuba no nos hemos detenido. Acaso nuestras luchas políticas internas, nuestros personalismos políticos y situaciones especiales, hayan podido demorar el completo desarrollo del proceso revolucionario y estimarse que el mismo ha sido abandonado; pero no resulta así. La Revolución es una idea en marcha que tiene su jefe en Batista. Hay hombres que viven señalados por el destino a realizar trabajos en beneficio de la humanidad y de la patria; y esos hombres, como el coronel Batista, plenos de fervor patriótico, con visión clarísima de los problemas nacionales y de las orientaciones que el país necesita, se dan a la tarea árdua y difícil de laborar un día y otro por alcanzar empeños tan nobles e ideales tan puros. Ese es el propósito revolucionario nuestro. Revolución no quiere decir atraso; es por el contrario, ideales que se renuevan, aspiraciones que se agitan, banderas que se levantan y que logran siempre plasmar el contenido revolucionario que caloriza la acción popular. Nuestra Revolución tiene similitudes con el progreso de la Revolución mexicana, y ha encontrado en el l Congreso, al igual que ustedes, identificación plena y absoluta al propósito revolucionario de su jefe, el coronel Batista, produciendo una legislación de orden económico y social, que busca el natural equilibrio y ajuste de la Sociedad dentro de nuestros principios y régimen democrático. Mantenemos la democracia política, unida a la democracia económica. (Aplausos)
Con eso contribuimos a formar la verdadera ciudadanía. La ciudadanía es la aspiración máxima de nuestro pueblo, y nosotros, señores diputados, estamos creando una verdadera ciudadanía. ¡Qué bello espectáculo ése¡ Yo muy joven, de estudiante aún, observaba cómo en nuestras clases se agrupaba una pequeña minoría en formación intelectual. Veía y contemplaba al campesino cubano, al trabajador, al proletario, al hombre del pueblo, que carente de bienes económicos no podía integrar grupo al lado de esa minoría selecta, y eso se debía a la ausencia educativa por parte del Estado. Nada pudieron hacer en beneficio de esas clases nuestros Gobiernos anteriores.
Nadie acometía la obra de orientar y educar todo ese conglomerado social que integraba nuestra Sociedad. Es la Revolución la que resuelve en su raíz el problema y le da vida a la educación rural.
Mirad todo lo que significa la obra de la Revolución. El pensamiento revolucionario le hace frente al problema y se da a la tarea noble de llevar al último rincón de la montaña, la enseñanza, el progreso y la civilización, pudiéndose contemplar con el ejemplo, lo que hace una acción responsable, dándole al pueblo de Oriente y Occidente, y en cada pueblo, una escuela rural, creada por el propósito tesonero del coronel Batista; escuela rural ésta, que tiene una doble misión, educacional y científica que ofrece el conocimiento y práctica, al mejoramiento del trabajo manual que permita el ejercicio del músculo aplicable al trabajo, haciendo del campesino, del obrero y del trabajador un verdadero hombre - ciudadano, apto para las conquistas más elementales de la ciudadanía y de la patria.
¿Por qué cansar más la hospitalidad de ustedes en la tarde de hoy, cuando todavía harán uso de la palabra otros oradores¿ ¿Por qué proponemos hacer en una improvisación todo el enunciado del pensamiento político, económico y social de la Revolución del 4 de septiembre, que tiene en el coronel Batista al sostenedor de la paz y el orden, y el creador de la verdadera ciudadanía del pueblo cubano¿ ¿Por qué cansar más vuestra atención después de las palabras razonadas y brillantes de mi distinguido compañero, el doctor López Blanco¿ No podría pretender realizar el milagro de darle a conocer en estas breves palabras, a los señores diputados y senadores que me escuchan toda la intensa y grande obra que ha llevado a cabo el Congreso de Cuba en beneficio del pueblo, a través de la proyección revolucionaria y social del coronel Batista. Sintetizando, podré decirles, que el coronel Batista por conducto de sus amigos congresistas ha propuesta la ley que regula el seguro obrero de la maternidad, el descanso retribuído en las industrias, la legislación del petróleo, y la Ley del Reparto de Tierras, de las grandes extensiones y latifundios, permitiendo al campesino y al trabajador disfrutandolas como dueños, para que con el trabajo diario y el sudor de su frente, su brazo poderoso y músculos de hierro, puedan recibir de ella lo que necesitan para la subsistencia espiritual y material al mejoramiento de sus vidas.
La legislación de la Industria Azucarera, creando el pequeño colono, de excepcional importancia. Nosotros, pueblo joven, tenemos una economía que depende fundamentalmente por raíz, esencia y nervio del azúcar.
Por esas razones fundamentales afirmó aquí el doctor López Blanco, que la legislación más fundamental para la vida de la nación y la de mayor alcance revolucionario, es la Ley de Revalorización de los Créditos. Así es en verdad. Dicha legislación, inspiración del coronel Batista, ha producido verdadera agitación en la Sociedad cubana, aunque yo confío que previo el estudio que serenamente se haga de la misma, de las informaciones públicas que se reciban, habremos logrado convertir en realidad dentro de poco tiempo dicha legislación, que mantiene una tendencia nacionalista al logro de rescatar la Industria Azucarera, y asegurar para el futuro una economía propia. Nuestros ingenios de elaborar azúcar, por razones diversas, se encuentran con gravámenes y pignoraciones de obligaciones contraídas en épocas de gran florecimiento económico.
Esos acreedores hipotecarios y pignoraticios de la Industria Azucarera son en su inmensa mayoría extranjeros. Y si no somos previsores, se podría dar el caso, insólito para nuestra nacionalidad, de que nuestra principal industria y riqueza pase a manos extranjeras por no haber dictado la oportuna legislación. Por eso luchamos en favor de la Ley de Revalorización. Dicha legislación es una reforma económicosocial, que está fundamentada en la teoría del precio adquisitivo del dinero, para buscar de esa manera en la obligada reducción de los créditos, el equilibrio lógico y justo entre las partes, dándole a cada uno lo que le corresponde. Ante nuestra situación de crisis económica, que se arrastra de años anteriores, y que tiene paralizada todo nuestro crédito territorial y financiero, el coronel Batista, dándose cuenta de esto, y basado en sanos principios económicos y sociales, que miran al interés del Estado, tiene propuesta la Ley de Revalorización, que logrará rescatar la tierra para el pueblo cubano, evitando que pase a manos extranjeras. ¡El que
vende la tierra o la entrega, vende o entrega a la madre¡ He dicho. (Aplausos nutridos)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Molina Betancourt.
El C. Molina Betancourt Rafael: Señor coronel Batista; camaradas diputados de la República de Cuba; compañeros diputados y senadores; no podrían permanecer cerrados los labios de la juventud que palpita y siente en esta Cámara de Diputados, al ritmo de la Revolución de México; no podrían, digo, permanecer cerrados ante el entusiasmo, ante la honda emoción que despiertan las doctas palabras, las brillantes y emotivas palabras de los compañeros de la Cámara de la República de Cuba.
A través de sus conceptos hemos entendido plenamente, hemos captado con cariño, todo el sentir del pueblo de aquella República hermana, que se traduce en un afán intenso de liberación y en un propósito definitivo y firme de llegar a la meta de sus más altos destinos. Hemos podido también entender que en aquella República se gesta el movimiento de emancipación que no es sólo cubana, sino indoamericana también, porque no es posible que pueblos de vidas paralelas puedan tener pensamientos disímbolos, y ya que se parecen como una gota de agua a otra, la Revolución de Cuba y el movimiento emancipador de las masas del pueblo mexicano.
Así como allá, un hombre salido de la gleba, que viste el uniforme de la gesta heroica, representa al pueblo, también aquí, representa en estos momentos a la Revolución de México un hombre en el cual se concreta la trilogía de campesinos, obreros y soldados, los tres nervios y las tres fuerzas fundamentales de la vida contemporánea y de la vida en el futuro. Efectivamente, Lázaro Cárdenas, el modesto aprendiz de impresor, de Jiquilpan, se conecta con sus actividades de adolescente, con la existencia del trabajador del taller y de la fabrica, por su esfuerzo y visión de infancia y de juventud se satura de las sugerencias de la vida campesina, y por su incorporación a la acción bélica del pueblo contra la tiranía, el despotismo y la explotación se identifica gloriosamente con el soldado de la República.
México, camaradas diputados, señor coronel Batista, ha abdicado de la vida de caudillaje; Mexicano no tiene hombre indispensables, pero sí tiene figuras humanas que representan en un momento dado toda la angustia, toda la ansia y todo el dolor de un pueblo. Ellos como portaestandartes de las masas, saben señalar la senda, saben determinar el camino, y entonces, con la intuición maravillosa de nuestro pueblo, con la clarividencia de los hombres que lo integran, en quienes palpita la sangre hidalga de Castilla y la sangre viril y guerrera del indio del Anáhuac, saben entender con esa facultad característica, dónde surge el verdadero índice de sus mejores destinos, y tras él van decididos a morir, si es preciso, pero con el propósito de no morir estérilmente, sino morir por algo que al cristalizar y consolidarse, signifique perdurable bienestar para las generaciones de la posteridad, en las cuales habrán de desaparecer las desigualdades económicas que corroen las extrañas del proletariado universal.
Por ello no es, compañeros, la Revolución mexicana un fenómeno aislado. No es el grito de la gleba mexicana un grito que se pierda entre el Suchiate y el Bravo; es un grito que se extiende por los ámbitos del mundo, llevando pensamiento medular, profundo e íntimo, que también señala rutas, porque en el complejo de sus problemas típicos sabe inspirarse en las doctrinas universales de liberación de todos los pueblos. Sabemos entonces entender y distinguir el concepto romántico y el concepto material; sabemos hasta donde llega la teoría y hasta donde llega la realidad dolorosa y lacerante de la miseria de las masas que reclaman alivios inmediatos.
Por eso, compañeros diputados, vamos a recibir con íntimo placer, con sincerísima satisfacción, esta dádiva preciosa del espíritu de Cuba. En esos libros habrá escrito romance, pero no el romance que siente solamente el corazón, sino que habla al espíritu, conforta el pensamiento y determina la materialidad integral del hombre. Romance a través del cual hemos de investigar con fruición; romance sobre el que se han de pasear las pupilas ansiosas de los individuos del pueblo de México y la mentalidad despierta y curiosa de cada uno de los legisladores mexicanos para encontrar la esencia, el fondo verdadero que nos impulse a estrechar cada vez más nuestros sentimientos, con los hermanos del Siboney, con los hermanos guajiros. (Aplausos)
Tened, pues, la seguridad absoluta de que esos libros no formarán simplemente en los anaqueles para que llegue hasta ellos, el polvo de la indiferencia; ellos serán páginas abiertas a través de los cuales hemos de encontrar, una vez más, el pensamiento evangélico de José Martí, para identificarlo con el de Ignacio Altamirano, escribiendo "La Navidad en las Montañas", que hubo desde el siglo pasado de señalar la ruta, la finalidad y la técnica de la educación rural, que hoy por hoy es fundamental idealidad de los espíritus de México y de Cuba. (Aplausos nutridos)
Queremos, entonces, devolveros con todo el corazón, camaradas, el saludo que nos habeis traído. Llevad a los representantes del pueblo hermano de Cuba toda la fe y todo el entusiasmo de una juventud que en la XXXVII Legislatura del Congreso de la Unión, ya no es representativa de los viejos intereses creados, ni del círculo estrecho de los explotadores, sino que es sangre y carne viva del pueblo que desde la primera infancia sintió sobre sí el acicate del dolor, la intensa angustia del hambre y más tarde, la caricia de la rebeldía, por obra del sacrificio de la gleba en la trinchera; gleba que no sabia de doctrinas, gleba que no sabía de ideales expresados, gleba que sólo sabía cómo se levanta el brazo y cómo se coge el rifle para arrebatar a la tiranía, a la voz de las balsas de acero, a la voz ronca de las granadas, el poder, que es soberanía inmanente del pueblo mexicano. (Aplausos)
Tampoco vino en México, compañeros, la Revolución de arriba a abajo; no fue la cultura castálica, no fue el principio científico del Cenáculo Universitario el que hubo de llevar al corazón del hombre del pueblo la verdad social: fue el mismo obrero, el trabajador del taller, el trabajador de la fábrica, el campesino que todavía tiene sobre sus espaldas las huellas de la marca infamante del látigo del encomendero, el que hubo de erguirse enhiesto y bravo, para pedir lo que es suyo, sin saber entonces cómo expresar su doctrina, porque el trabajador mental hubo de seguir rutas, no sólo diferentes, sino absolutamente antagónicas a a verdad popular.
Ahora, cuando ese sacrificio del pueblo se hizo Gobierno, cuando ese dolor de las masas se hizo representativo en todos y cada uno de los lugares del poder, es cuando la juventud, salida del proletariado, la juventud, concepto que no quiere reducirse al aspecto biológico de peina cabellos negros o cabeza cana, sino que abarca un sentido de renovación integral; juventud (con mayúsculas) de las nuevas generaciones que quíerase o no se quiera, piensa ahora impulsada por la impresión que queda grabada en la retina al mirar la tragedia de nuestras patrias, la tragedia de nuestros ascendentes; esa juventud es la que está haciendo, es la que está tratando de realizar la etapa definitiva de la Revolución de México, la etapa decisiva, la etapa económica.
En la época histórica de la Independencia se buscó la reivindicación política; en la Reforma se buscó la reivindicación espiritual; pero la primera y la segunda dejaron en veces sumido en peor ostracismo al indígena y al miserable, que en la época de la Colonia. Sí en la Colonia hubo leyes protectoras de indios, en la etapa independiente no existieron, y el mestizo se convirtió en más grande, en más cruel explotador que el mismo encomendero europeo. Por eso es que surgió el movimiento popular en 1910 con características aparentemente políticas, pero teniendo sus prodromos en al sangre heroica de Las Vacas, en Chihuahua, en 1906, y en el glorioso sacrificio de los obreros de Río Blanco, en 1907; teniendo sus antecedentes de principio en el Partido Liberal encabezado por los Flores Magón y los Sarabia, los idealistas de la época profiniana. No fue, pues, solamente el factor político el que hubo de dar vida a este movimiento; él fue real, honda y definitivamente social.
Y ahora estamos apenas palpando los beneficios iniciales prometidos, mediante la acción viril, enérgica y precisa del hombre representativo, porque ya hemos dicho aquí, y se ha repetido muchas veces porque es una verdad universal, que no hay programa capaz de llevarse a la práctica en ningún terreno, si este programa no está identificado con el hombre que lo representa. No es dable realizar ningún principio teórico, si no hay una concreción humana de ese principio. Por eso para el movimiento emancipador social de aquel pueblo en la figura formidable de Nicolás Lenin; por eso el movimiento revolucionario de Cuba se concreta a través de la figura de Batista, y el progreso revolucionario de México se concreta ahora a través de la figura recia, revolucionaria, perfilada por las masas, de Lázaro Cárdenas. (Aplausos)
Este proceso revolucionario del país, camaradas, continuará cada vez con más ímpetu, aunque cada vez más perfeccionado en sus tácticas, a medida que la experiencia vaya determinando los mejores caminos; pero no habrá de detenerse, porque no es posible detener el devenir de los siglos; no es posible que se repita el milagro bíblico de inmovilizar al sol con un dedo mientras se triunfa contra los filisteos. Ahora, por la trayectoria del sol, han de marchar las masas populares con la bandera del ideal, como nuevos caballeros, como nuevos cruzados, para realizar por medio de sus organizaciones colectivas, su deseo de liberación que será la suprema liberación de México, la suprema liberación de indo américa y la libertad del mundo entero. (Aplausos)
No quiero terminar sin decir a ustedes que la Revolución de México ha concretado su pensamiento político a través del Partido de que somos integrantes y del que aquí, conguentemente, formamos el Bloque Parlamentario del propio Partido. ese Partido de la Revolución mexicana, por obra de algo que ustedes conocen como característica psicológica de nuestros pueblos, está siendo atacado por pequeñas pasiones momentáneas; pero el Partido no es sino el frente popular dentro del que se funden todos los pensamientos y todas las aspiraciones, teniendo a su frente a un hombre joven, a un hombre representativo de los pensamientos de toda la juventud de México que se llama Luis I. Rodríguez, al que habremos de respaldar y sostener. (Aplausos)
Ese hombre joven, lleno de aspiraciones y entusiasmos, y que refleja el sentir popular, está en el momento al frente del Partido de la Revolución Mexicana, y por ello es el blanco visible de todos los ataques y de todas las diatribas, que no significan otra cosa que el producto de la mezquindad y de la estrechez, de lo pequeño que existe en la conciencia individual.
Así pues, camaradas, llevad al pueblo de Cuba nuestro más caluroso abrazo y un estrecho apretón de manos, y decidle que Cuba y México caminan paralelos hacia sus más altos destinos, y que han de hacer flamear su estandarte en la cúspide hacia la cual se dirige, no el proletariado indoamericano, no el proletariado de la Amérita toda, sino el proletariado mundial; y que entonces el sol de la nueva era, en los nuevos horizontes, habrá de escribir, sobre el cielo azul y sobre el cielo gris, pero entonces sí con palpitante realidad, la palabra inmensamente roja: ¡Libertad¡ (Aplausos nutridos)
El C. secretario Tejero Diodoro: Este Congreso contesta a la Cámara de Representante de Cuba, lo siguiente:
"Presidente del Bloque Revolucionario.
"México, D.F., febrero 10 de 1939.
"Señor Marcelino Garriga, Presidente de la Cámara de Representantes de la República de Cuba, Habana.
"Los señores doctores Néstor Carbonell y Marino López Blanco, se sirvieron hacer entrega a la Cámara de Diputados, en la sesión solemne que para revivirlos celebró en esta fecha el Bloque Revolucionario de la misma, de la colección especial de las obras de autores cubanos que la Cámara de Representantes de la hermana República de Cuba acordó donar a la Biblioteca del Congreso de la Unión.
"Deseo expresar a usted, y por su conducto a la honorable Cámara de representantes que dignamente preside, el reconocimiento muy sincero de esta asamblea por su gentileza, asegurándole que las obras donadas, además de su interés propio, figurarán de manera preferente en la Biblioteca del Congreso como demostración de la simpatía del pueblo cubano, a cuyos sentimientos el de México corresponde de manera fraternal haciendo votos por la creciente prosperidad de la patria de Martí.
"Sírvase usted aceptar las seguridades de mi más alta y distinguida consideración.
"El Presidente del Bloque Revolucionario de la Cámara de Diputados, diputado Pascual Alcalá".
El C. Presidente: Se designa la comisión para que acompañe al señor coronel Fulgencio Batista.
(Voces: Que hable el coronel Batista¡ ¡Que hable el licenciado Rodríguez¡) (Aplausos)
Va a hacer uso de la palabra el señor licenciado Luis I. Rodríguez.
El C. Rodríguez Luis I: (Aplausos) Señor coronel Batista; compañeros senadores y diputados: unas cuantas palabras para expresar el saludo fraternal que por mí conducto envía el señor coronel Fulgencio Batista y a los funcionarios cubanos que los acompañan, el Consejo Nacional del Partido de la Revolución Mexicana.
Pensamos en México que cuando se habla de Revolución se olvidan las fronteras. México y Cuba se han dado la mano definitivamente, y en buena hora que en el seno del Parlamento nuestro se piensa en voz alta frente a los problemas que inquietan al mundo. Por eso hemos recibido con positiva complacencia la información que se han servido proporcionarnos dos representantes del pueblo cubano, diciéndonos qué es lo que ha hecho el régimen actual bajo la mano fuerte y definitiva del señor coronel Batista. Nosotros, a nuestra vez, queremos informar de lo que hemos dicho en México y que lo consideramos apenas como un comienzo de la auténtica revolución social.
Ya el señor representante del Bloque de a Cámara de Diputados y el señor senador don José María Dávila, expresaron los puntos salientes que informan nuestro ideal. No me toca a mí más que glosar con mi palabra esas conquistas obtenidas por el régimen que preside el señor general Cárdenas. Punto Fundamental del programa que se está realizando ha sido el aspecto agrario en México. Hemos entendido que mientras no se ataque definitivamente el problema económico de nuestro país, no habremos realizado la justa aspiración del pueblo. Por eso es que el Gobierno del señor general Cárdenas no ha omitido esfuerzo alguno hasta hacer que se repartan totalmente todas las tierras de nuestra nación, respetando la pequeña propiedad que nuestras leyes marcan.
Otra de las líneas que hemos considerado de urgente necesidad para poder cumplir con los deberes que se nos han encomendado, es el problema obrero. El problema obrero ha sido resuelto o está resolviéndose a través de las conquistas obtenidas en el derecho del trabajo, que le da mejores garantías al hombre del taller y de la fábrica; pero no simplemente esas dos posturas; estamos empeñados también, compañeros cubanos, en que la mujer mejore sus condiciones culturales, sus condiciones económicas y quede en condiciones paralelas a las del hombre, para poder participar activamente en la cosa pública. (Aplausos)
El problema de la recuperación de nuestras riquezas nacionales también ha sido abordado con energía y con vigor por el actual régimen. Cuando hemos encontrado que compañías extranjeras se negaron a acatar fallos dictados por nuestros tribunales, el Poder Ejecutivo de la Nación ha dado la nota recia en nuestro país, de expropiar a las compañías petroleras; y esto que constituye un galardón en la política de Cárdenas, lo entregamos, lo entregamos nosotros como conquista auténtica del movimiento revolucionario mexicano a los hombres que en Cuba luchan por la redención de los trabajadores.
Siguiendo también el propósito que anima a los dirigentes de la Revolución de Cuba, de transformar espiritual y materialmente a su pueblo, se está prestando atención preferente a la escuela en México, transformando conforme al artículo tercero constitucional vigente en escuela socialista la que antes era escuela laica. Con esto queremos expresar que estamos empeñados en que nuestra generación futura pueda forjarse en un yunque nuevo donde no tenga cabida la teoría del individualismo y donde todos los hombres se preocupen por mejorar a la colectividad de que forman parte. No creemos, respetables huéspedes, haber satisfecho plenamente nuestro programa de trabajo. Tampoco pensamos que la Revolución de México ha sido bastante enérgica para poder atender a todas las aspiraciones de nuestro pueblo; sin embargo, hemos adelantado mucho, con precisión, con firmeza, con los pies bien enterrados en la realidad nacional y con el pensamiento ahondado en un propósito levantado y firme.
En materia internacional México ha adoptado la postura que corresponde a su régimen.
Si nosotros hemos declarado ser respetuosos con los regímenes constituidos en otras naciones, no hemos sentido sonrojo de ninguna especie para prestar todo nuestro apoyo fraternal y cariñoso al Gobierno legítimo de España que está siendo víctima de la barbarie. Inspirándonos en el respeto que debemos a los regímenes emanados del pueblo, tratamos de solidarizarnos con los hombres que han hecho la revolución en su patria; y seguramente que al imprimirles nuestro apoyo, cumplimos con los deberes de nuestra generación y con los propósitos de nuestro movimiento revolucionario. No nos interesa nada la caída de Barcelona ni las derrotas honrosas que está sufriendo el ejército de la República. Mantendremos nuestros lazos de amistas en forma cordialísima, mantendremos los vínculos de solidaridad inquebrantable que nos ligan con aquel grupo de hombres y estaremos también con ellos en su derrota como hemos podido estar con ellos en su victoria. (Aplausos.)
Siguiendo esa misma trayectoria en materia internacional, no hemos creído estar en lo justo al reconocer que Abisinia forme parte del Imperio italiano, y México, a través de su representante en la Liga de las Naciones, ha hecho oir su vox en el sentido de que todavía se trata de un pueblo libre y que merece su autonomía.
Por eso nos estusiasma aquí la presencia de luchadores cubanos que vienen con el deseo de conocer nuestra realidad nacional, de conocer nuestro pensamiento revolucionario, de asomarse a todos los lugares de nuestro país para llevarse la visión de la realidad que vivimos. Por eso nos satisface la presencia del coronel Fulgencio Batista que ha hecho una revolución en Cuba, que ha conmovido a las multitudes y que cuenta con la fuerza política bastante para imprimirle un derrotero cierto a su país.
A través de las declaraciones que hemos recogido de los labios de este ameritado jefe militar, conocemos también nosotros de viva voz sus propósitos levantados y revolucionarios. Sabemos que frente a los problemas que acabamos de anotar, el corazón de Batista está latiendo al unísono con el nuestro. Sabemos que le preocupa el aspecto de la propiedad rural en su país, sabemos que se interesa por
la multiplicación de las cooperativas existentes; sabemos que conoce el problema de los cañaverales y que no en vano el grito del guajiro ha permanecido siempre latente en su ánimo y reconocemos que puede secundar con verdadero éxito el plan revolucionario que, como dijera Molina Betancourt, no pertenece a Cuba o a México, sino a los países indolitanios; queremos refrendarles a los revolucionarios de Cuba a través de uno de sus más altos exponentes, nuestra fe y nuestra confianza en los destinos de ese gran pueblo hermano.
Lleve usted, señor coronel Batista, con nuestro saludo emocionado, con nuestro deseo de que la amistad que siempre ha ligado a nuestros países se estreche cada día más, la aspiración del pueblo de México que sigue reclamando mejores conquistas para los trabajadores. Lleve usted, señor coronel Batista, nuestro deseo de que queremos que la obra de Cuba y de México, hermanadas, fructifique en todo el continente como un clamor que se levanta entre las gentes que trabajan, sufren y lloran en el surco, en el taller y en la fábrica.
Nuestro partido, formado por obreros, formado por campesinos y formado también por soldados, está atento a continuar la marcha revolucionaria que está imprimiendo al país con mano enérgica el Presidente Cárdenas. En este momento nos sorprende usted cuando nos dedicamos al estudio minucioso del próximo Plan sexenal, para después encontrar al hombre capaz de poderlo realizar. (Aplausos)
Esté usted seguro de que en ese próximo documento político no habremos de habernos arrepentido de todos los pasos avanzados que ha dado el régimen actual, sino que llenos de emoción revolucionaria, satisfechos por el éxito obtenido hasta ahora, llevaremos a sus páginas la aspiración popular de que ni por un momento se detenga la Revolución en México.
Nuestro lema "Por una Democracia de Trabajadores". Habremos de cumplirlo y queremos, señor coronel Batista, que ésta sea una de las experiencias que usted recoja en nuestro país.
Deseamos que los responsables del futuro de México sean las masas organizadas y lo y la fortaleza de su pensamiento una patria nueva y mejor. Por eso es que nuestro partido, al integrar su plataforma política, presentará siempre candidatos de extracción clasista, traidos del ejido, del sindicato o de las corporaciones militares, para que, como altos funcionarios de la Federación sean los responsables del futuro de México.
Estas y otras cosas, señor coronel Batista, son las que hemos logrado en nuestro país. Tenemos una fe enorme en el pueblo revolucionario de Cuba. Tenemos una confianza plena en el dolor de nuestros hermanos de allá, que seguramente como nuestros antepasados en México, llevan todavía en su espalda estampado el latigazo del encomendero.
Tenemos confianza plena en el ejército cubano surgido como el nuestro de las capas populares del campo, del taller y de la fábrica, que atenderá el propósito revolucionario que alienta a sus dirigentes y prestará toda su cooperación para hacer un pueblo libre y fuerte. Lleve usted, con nuestro saludo, esa confianza y esa fe. Si el pasado ligó a dos pueblos a través de dos enormes exponentes de su generación: Juárez y Martí, que el presente los ligue también a través de Cárdenas y Batista. (Aplausos)
Junto los dos hombres, representando la aspiración unánime del pueblo revolucionario de esos dos países, imbuídos en la necesidad auténtica de las clases del pueblo, debemos tener confianza en que la América pugnará por su libertad. (Aplausos nutridos)
El C. Presidente: tiene la palabra el señor coronel Batista.
El C. coronel Fulgencio Batista: Señores diputados, señores senadores, pueblo de México, hombres y mujeres: Ciertamente uno de los más difíciles momentos que he sufrido en mi vida pública, es éste de esta noche. Estoy nada menos que en el Congreso que representa el pueblo mexicano, invitado y conducido con alto honor por una comisión de sus componentes; estoy en presencia de una representación popular y democrática del pueblo de México, y está en presencia de ella un soldado. Es por eso que el momento es más difícil, porque si en México en vista de lo que se ha dicho por unos cuantos extraviada e interesadamente, no se conoce la médula, el orígen y la proyección de nuestra Revolución, pudiera entenderse que este Congreso abdica de sus ideas democráticas y populares al traer a su seno, con altos honores, a un hombre que viste uniforme y representa a la fuerza; pero estoy seguro de que el Congreso de la República mexicana ha traído al coronel Batista, al soldado cubano, consciente de que representa en su país el ansia popular, está identificado con las necesidades del pueblo, y tiene orígen, raíz y médula populares. (Aplausos)
Por eso, este nuevo homenaje extraordinario que recibe el pueblo de Cuba a través de mi persona, es de agradecerse extraordinariamente. Después de las brillantes palabras pronunciadas por los señores diputados, se hace difícil la mía para producir, por lo menos una sensación de agrado y de expectación en vuestros corazones. Sin embargo, trataré de esforzar la palabra ya que no la mente ni el corazón, unidos siempre a este ideal que nos lleva a inmolarnos y que, sin embargo, salvó a un estado caótico de política para conducirnos a un estado revolucionario que marcara una nueva etapa de esperanza. Ha venido a saludar al pueblo de México el pueblo de Cuba. Podemos ufanarnos de tener y de ostentar esta representación porque estamos representando ese sentimiento popular cubano.
Ya he dicho en pasados días, en el recibimiento que las organizaciones obreras me hicieron, desde el Palacio Municipal, cuánto extravío ha existido en la nueva situación cubana. No voy, pues, a cansar al generoso auditorio con una explicación que ya es sabida; voy solamente a concretarme, señores, a testimonia mi honda y profunda gratitud por el honor que en esta noche se me hace, y a aprovechar la oportunidad para decir unas breves palabras, ampliando las dichas por mis amigos y compañeros de la Revolución, el doctor Marino López Blanco y el doctor Néstor Carbonell.
No conoce, no desconoce México, cuál es el orígen mío. En Cuba, como en todas partes en que he estado, mi orígen y mi vida han sido dados a conocer por mí: muchacho campesino y trabajador, hijo de padres pobres y humildes, conociendo en el esfuerzo del surco de la tierra campesina, y en las
duras bregas del taller, los sinsabores y las necesidades del trabajo. Después de haber rodado por una cantidad diversa de oficios, fuí soldado, y siendo soldado me sorprendió la más honda conmoción que Cuba surgió en su historia. Aproveché aquella ocasión para llevar con mi esfuerzo propio la dirección de un movimiento revolucionario de importante trascendencia. En esta Revolución se trajo el generoso corazón del hombre que empeña una lucha para ayudar a su pueblo y para servir a su patria; estuvimos siempre desposeídos de rencores; el odio no alimentó nunca en nuestro corazón; y pensamos que todo elemento dentro del país es necesario y útil al núcleo para hacer fuerte la colectividad que se convierte en fuerza propulsora con estas ideas nuestras.
México ha evolucionado y progresado mucho en su Revolución. Cuba es un país que empieza a andar; es un niño todavía, las primeras lecciones las está recibiendo, pero quiere asimilarlas bien. Queremos que cada uno de nuestros pasos sea firme y sirva para la consolidación de las conquistas obtenidas; no queremos obrar impremeditadamente y que el bien que queremos conseguir, se convierta en daño. Así proyectamos nuestra mentalidad, y hacemos reflejar nuestro espíritu a las colectividades cubanas.
No es de extrañar que en alguna ocasión recibáis mensajes de que en Cuba hay una dictadura; pero os aseguro que precisamente con esa libertad de poder llamar dictadura a un régimen que no gobierna, sino que orienta un líder revolucionario, así cumplimos el más amplio principio de la democracia progresiva que queremos desarrollar en Cuba. Dictadura llamarán a un Gobierno que quiere apoyarse en fuerzas populares para realizar las obras de conquista, pero es distinta la situación creada en la historia de Cuba, a la situación creada en México.
Es por eso que existen en nosotros mayores dificultades, porque no somos producto del voto popular. Queremos interpretar el sentido del pueblo. Hemos hecho una revolución para el pueblo. Hemos creado y organizado un ejércicio para el pueblo, pero no hemos sido elegidos ni sancionados. En México tenéis un Presidente que es producto del sufragio popular, apoyado en firmes bases constitucionales. Rige la República un hombre de valer y de corazón, de principios arraigados, de sentimientos y de generosidad; puede desarrollar su programa con un partido político formado en la Revolución, con un ejército hecho en la Revolución y con poderes apoyados en normas constitucionales.
En Cuba todavía, señores, no hay esto. Ocupa el puesto de líder de la Revolución un soldado, y la alta posición que tiene la apoya en el ejércicio y en los núcleos de hombres del pueblo, pero no necesita que sus orientaciones sean impuestas por la fuerza, sino por la solicitud, el apoyo y el calor del pueblo que pide justicia, porque necesita justicia y se le hace justicia. (Aplausos)
De ahí que la Revolución nuestra hubiera sufrido esos trastornos y que Batista haya sido calumniado con frecuencia en el extranjero; que los hombres que representan los sistemas tradicionalistas de la República de Cuba a través de todos los tiempos, se yergan ante las tribunas y digan que se oponen a una política de desarrollo revolucionario que está asiendo llevada a cabo por un soldado, y que se erijan en civilistas, por el simple hecho de que vistan el traje de paisano, pero sin que en su corazón, en su sentimiento, ni en sus procedimientos obren como civilistas.
Se quiere implantar en Cuba un estado de quietud, quiere detenerse la gran catarata de la conciencia nacional; no quiere darse facilidades a la evolución y desarrollo o desenvolvimiento de las nuevas ideas necesarias para mantener el equilibrio social, económico, político y humano dentro del país. Nosotros nos oponemos, pero no nos oponemos con la fuerza del rifle, con la fuerza del uniforme, con la fuerza del ejército organizado; nos oponemos a este sistema político, con la fuerza de la conciencia nacional, con el sentimiento del trabajador, con el hombre del pueblo, con el hombre, con la mujer y con la educación del niño. (Aplausos) Y es asombroso, señores, y para entenderlo habría que conocer mejor, a Cuba; aquí tendríais que estudiar las páginas de la historia de Cuba, de los últimos tiempos republicanos, mejor, la historia de la República, para comprender cómo un pueblo tiene razón para protestar y cómo en un momento dado puede convertirse, para los que tienen anquilosada la mente, y endurecido el corazón por el egoísmo de sus intereses, en un gran peligro.
Yo no quiero enumerar lo que antes he referido en anteriores discursos, pero es asombroso, digo, que el mismo sistema político que hoy se llama civilista, para oponerse a una política de doctrina y revolucionaria que inspiramos y orientamos, no haya en ningún momento considerado que era necesario organizar una escuela en el campo, darle un camino, salida por un camino, al fruto del trabajador en el campo, crear un hospital para el enfermo desvalido; y, sin embargo, decir todavía que es necesario oponerse a las ideas que nacen de un hombre con uniforme, porque eso no es democracia. y yo quiero, aquí, señores, ahora que estoy hablando en presencia de legisladores de la República hermana de México, y ante el pueblo de México, decir qué entiendo yo por democracia, cómo nos explicamos en Cuba la democracia.
Se dice, y yo les estoy hablando con la verdad, porque no puedo venir a sorprender con palabras galantes o que suenen a música en los oídos, con palabras que no representan la verdad de la historia de Cuba; se dice, por ejemplo, que si hay una mayoría en el Congreso de la República que se oriente por la política revolucionario de un plan que hemos llamado de reconstrucción económica social, es un Congreso entregado y vendido al gobierno, que es un Congreso sometido o que responde a la idea dictatorial de un sistema contra el cual se oponen partidas, más que partidos políticos, y yo quiero decirles que a esto se le llama antidemocracia, como si en Cuba, como en México, como en Estados Unidos o en cualquier país demócrata que se rija por un programa de doctrinas, un programa de Gobierno, no se tiene necesidad de crear una mayoría en el Congreso que responda ante el partido, ante los partidos, ante una plataforma y ante el Gobierno, para desarrollar un plan determinado, o el pueblo ha sido engañando. Si en un Congreso de una República democrática no hay mayoría, el pueblo ha sido engañando, porque la plataforma anunciada se podría interpretar más como gancho
político que como político de buena fe para desarrollarla después desde los poderes públicos. En todas partes del mundo los partidos políticos deben prometer llevar un programa para desarrollarlo en los poderes. Los legisladores que hayan jurado, y perdonadme, estoy hablando de buena fe, con la conciencia de un hombre que no piensa mal, los legisladores que se hayan comprometido y jurado desarrollar un programa desde el poder, y después de alcanzado el escaño o el cargo hayan renunciado, hayan abjurado de ese programa, han traicionado al pueblo. (Aplausos)
Señores, hay un punto fundamental por el cual se ataca la política de la Revolución nuestra. Nosotros, dije, no somos producto de una elección popular, y a fe que sentimos dolor de que no haya sido así, pero el ambiente en que nos desenvolvimos, la forma en que se desarrollaron las cosas en mi país y los pocos años de edad que tenía al desarrollarse esta política en mi país, no me permitieron nunca aspirar a un cargo público. Hubiera querido ser electo por el pueblo; sin embargo, estoy contento y agradecido de las cosas del destino. Tal vez, para el bien de mi país, y de la colectividad, las cosas han sucedido en esta forma, porque de otro modo, es decir, por elección popular, dentro de aquel sistema, quizá yo hubiera engañado al pueblo cubano diciéndole que iba a hacer algo que no hubiera podido hacer, pero sin haberlo anunciado, hemos estado interpretando el estado de conciencia colectivo nacional, ya que la Revolución la hicimos en nombre del pueblo de Cuba. (Aplausos)
Llevamos cinco años de revolución. He dicho que vengo a hablar con la conciencia del pueblo cubano, y no a producir cantos de sirena en los oídos para halagarlos. En estos cinco años la Revolución se hizo pedazos y estuvo dividida en distintas ocasiones. Y yo aseguro que no se es revolucionario, ni se interpreta la Revolución, ni se puede aspirar a orientarla, si los hombres que la componen y que la representan, no se únen como unidad de disciplina y conciencia de principio y de doctrina para hacerla desarrollar. (Aplausos)
Es por eso, señores, por lo que en Cuba ha habido momentos difíciles y por lo que hasta aquí mismo en México, durante el régimen de la Revolución ha habido exiliados cubanos. Pero vengo a hablar con la verdad de la conciencia nacional, con la misma franqueza y sinceridad con que me produzco entre los míos, porque México es hermano nuestro y está identificado con nuestros principios, nuestros dolores y nuestras necesidades.
Sin embargo, muchos han comprendido después la razón, y van juntos con nosotros, quejosos quizás, adoloridos, posiblemente; pero comprendiendo que en Cuba, como en todos los lugares de la tierra, es necesaria la unión como fuerza para triunfar.
Hoy estamos formando la conjunción de los ideales revolucionarios. No sabemos aún en qué forma habrán de constituirse definitivamente las organizaciones políticas, para salvar el programa, los postulados y los principios de la Revolución; pero estamos decididos, respetando el derecho de todos, la más amplia libertad de pensar y de procedimiento, sin lesionar las leyes, entendiendo que el derecho de cada cual tiene el límite del derecho ajeno. Queremos prestarnos al desenvolvimiento de la más amplia democracia dentro de un período revolucionario; pero queremos mantener como fuerza que obligue y que exija, el poder de la razón misma, más que exija, el poder del ejército. Así, yo soy jefe del ejército y no utilizo la fuerza; son las fuerzas políticas, son los núcleos quienes van a obedecer al civilista y civilista es aquél que no se opone a las necesidades sociales y democráticas. (Aplausos)
Hoy estamos en marcha, señores, y estamos aquí en México con la voluntad de la mayoría de Cuba, con la protesta quizá de unos cuantos. Cubanos al fin, los creemos y los respetamos en el orden humano, en el orden social, quizá en trato corriente de semejante a semejante; en el orden político hemos de poner toda la fuerza de nuestro corazón y de nuestro pensamiento para que no sea posible ni triunfe lo que sería en todo caso la negación revolucionaria. Sería entregar la Revolución en manos adversas, si nosotros pretendiéramos, o mejor dicho, si nosotros nos acordábamos, desde la posición en que estamos y retrocediéramos ante la necesidad y la obligación, por el impulso que el pueblo da, de seguir adelante.
Sin embargo, estad seguros señores, que en Cuba no se utiliza la fuerza, ni se utilizará la fuerza, no obstante comprender que la Revolución no se hace con flores, sino que se hace con fuerza; se hace con fuerzas organizadas militarmente u organizadas socialmente; y se es necesaria realizar una Revolución, porque las fuerzas retrógadas se levanten queriendo estrangularla, el pueblo debe organizarse en ejército, y ganar la Revolución por la fuerza. (Aplausos)
En Cuba es probable que no haya necesidad de eso. Hemos pasado por un proceso doloroso; hemos sufrido mucho; nuestro corazón ha palpitado demasiado, nuestro espíritu ha estado inquieto y vigilante durante mucho tiempo. El pueblo cubano quiere descanso, pero no quiere quietud; quiere reposo, pero no quiere estática. El pueblo cubano ansía luchar con el respeto de todos; y en esa lucha van a organizarse los bandos frente a frente, y el que más pueda, vencerá, de acuerdo con los principios democráticos que nos inspiraron los creadores de nuestra nación y de acuerdo con nuestro propio sentimiento; pero seguramente, señores, que el pueblo de México, que es revolucionario por esencia y por existencia, ha de comprender que realizada una revolución como se realiza en Cuba, como a través de las distintas etapas y evoluciones de México, no podía en seguida establecer el más puro principio democrático en un sistema de Gobierno.
Y si no, veamos a trueque de cansarlos unos breves minutos más, cómo si en Cuba hubiéramos entregado la Revolución, cómo esa Revolución no hubiera sido posible desarrollarla en Cuba ni en ninguna latitud del universo. En Cuba se hizo la Revolución por el dolor agudo e intenso del pueblo; se hizo la Revolución para conseguir por medio de sus instrumentos y de sus líderes, una serie de medidas que restablecieran los principios de justicia, de equidad y de humanidad. Y es más: en Cuba se hizo una Revolución por la dignificación de los derechos de la nación. En Cuba no se podía soportar, cruzados de brazos, que un ejército extranjero, representado por cualquiera emblema diplomático, nos impusiera un Gobierno a la fuerza. (Aplausos)
contra la imposición de un Gobierno extranjero, para crearnos un Gobierno nacional, se levantó el pueblo de Cuba, y éste no podía, a los tres días de haber conseguido derrocar el Gobierno impuesto por el extranjero, cruzarse de brazos y entregarse al enemigo para que lo substituyera. (Aplausos)
Esa Revolución hecha por un sargento, salido de la masa popular, porque masa popular es un soldado, un miembro de la masa campesina y un trabajador manual como fuí yo; un sargento salido de un ejército, del cual había que desconfiar, de cuyos procedimientos había que temer; esa Revolución a manos de ese sargento a quien se echó la locomotora de la Revolución, cuando detrás de él no había ni fuerzas sociales organizadas, ni núcleos políticos, y sí desconfianza moral y económica, podría al día siguiente decir: cuba es el pueblo más democrático del mundo; hemos hecho una Revolución para la democracia, y a las veinticuatro horas la entregábamos al enemigo. ¡Qué insolenica sería de nuestra parte y qué engaño para el pueblo, cuando en su nombre habíamos hecho la Revolución¡
Sin embargo, hubo líderes destacados e intelectuales de renombre que por accidentes fueron revolucionarios u ocuparon altos cargos en los poderes públicos, que me dijeron: "En este mes tenemos que celebrar una Asamblea Constituyente, para entregar al pueblo de Cuba los Poderes". Véis, señores, ¡que lesa ignorancia de los hombres preparados¡ Yo, el ignorante sargento, el humilde obrero del pueblo, me quedé asombrado. Es decir, primero hubo cuatro años de violencia revolucionaria para derroca a un Gobierno que no representaba los intereses del pueblo. Después, hemos ofrendado nuestra vida, la vida de nuestras mujeres, la vida de nuestros hijos y la tranquilidad nuestra, y ganada la Revolución, querían que se entregase el poder a un Congreso Constituyente, sin pueblo, sin organización, sin fuerzas populares que apoyaron a esa Revolución. (Aplausos nutridos)
Aquí, señores, está la génesis de la propaganda exterior, sobre la dictadura de Batista. Me negué rotundamente, y debo confesarlo sin sonrojos, ni con temores de que pueda haber lastimado los sentimientos populares, ni los principios democráticos, me negé rotundamente a que se celebrara esa Asamblea Constituyente, a los dos meses de haber hecho la Revolución. Y, sin embargo, un año más tarde yo era el paladín de las elecciones constituyentes.
Véase, pues, cómo Batista, un año antes se negó rotundamente por medio de la fuerza a celebrar elecciones constituyentes, y cómo un año después se convirtió en el líder y paladín de las elecciones constituyentes. (Aplausos) Vamos a ver por qué. Sencillamente, señores, porque no sentía la Revolución, ni conocía la Revolución, ni tenía concepto de la Revolución aquél que me proponía a mí que realizara esas elecciones. Según ellos, la Revolución debía celebrar elecciones constituyentes sin fuerzas organizadas. Yo me opuse. Un año después, porque las fuerzas lograron organizarse y era necesario alcanzar el instrumento de la Revolución a través de aquella Constituyente, porque había fuerzas peligrosas agazapadas, vigilantes, suspicaces, esperando el momento preciso para hecharse sobre los poderes públicos a través de elecciones generales. Y, sin embargo, a mis adversarios mandé mensajes, a través de los mares. Llamé a los revolucionarios, que si no eran amigos, porque las ideas sectarias y el amor propio personal nos habían dividido, eran compañeros de la Revolución; llamé, pues, a compañeros de la Revolución y les dije; "les ruego en nombre de la Revolución y de las necesidades populares que vayan a donde está fulano y zutano y les digan, en mi nombre también, que regresen a Cuba; que es necesario que nos entendamos, que es necesario que cimentemos definitivamente el órgano, el instrumento de la Revolución por la Asamblea Constituyente; que estoy cercado por el peligro, que tendré que valerme de habilidades y unicamente de mi capacidad intuitiva, porque la preparación y la experiencia es posible que me falten". Venid, pues, les dije a mis contrarios; aquí está la fuerza; organizad al pueblo para conseguir el elemento revolucionario y conducirlo a las elecciones constituyentes. Batista fue vilipendiado y en respuesta dijeron: ¡que se vaya, si quiere¡ Es decir, Batista, la única garantía existente a la sazón para salvar aquellos principios por los que habíamos luchado, tenía que irse y dejar debilitadas las fuerzas y perdida toda posibilidad de alcanzar el instrumento de triunfo. ¡Bendita cosa revolucionaria¡ (Aplausos)
El no quería mantenerse por capricho en una posición nada halagadora, el que constituía el único factor organizado con fuerzas, debía abandonar el campo de la lucha; el que había dado ejemplo de no dejarse conducir por sus propias pasiones, demostrando generosidad sin límites en la contienda partidista, constituía un estorbo y no se le quería escuchar. Demostramos que ni el amor propio ni el odio, ni el rencor impulsaban nuestra conducta pública cuando a los mismos sectores que me habían combatido encarnizadamente, al extremo de atacarme en lo más íntimo, como fue el bombardeo aéreo que no sólo se limitó a hostilizar las fuerzas a mi mando, sino que, además, se pretendió destruir mi hogar matando a mi esposa y a mis hijos con las metrallas que se arrojaron sobre mi casa, y que logré vencer con sólo cuatrocientos reclutas, porque se me habían sublevado la mayoría de las fuerzas a mis órdenes, tomando las principales fortalezas y cuarteles, no fue bastante para impedir que dos meses después les entregara el Gobierno ¿Por qué les dí el poder? Porque Batista, como hombre, como individuo, no contaba con el gran juego del importante interés de la República. Batista debía ser, como era, instrumento de la causa noble y justa de esa Revolución. Por la causa general, por la del bien de la nación, por la de la reserva de los instrumentos revolucionarios y hasta en un arranque único del natural instinto defensivo, puesto que sólo era necesario entregar el Poder a aquellos que parecían representar a la sazón un estado de opinión más favorable a la situación confrontada. Habría oportunidades, cosa que no olvidamos al decidirnos en el desprendimiento de lo que podría pensarse que era derecho de la fuerza y patrimonio del vencedor.
Aquellas fuerzas que se llamaron revolucionarias, y a uno cuyo sectores pertenecía yo en la organización secreta, única manera de poder subsistir en el Gobierno de Machado, aquellas fuerzas se lanzaron a la calle. El pueblo, por el aplauso que recibieron esas organizaciones, parecía complacido, parecía satisfecho. Aquello me alarmó más, porque la
masa, desorientada, aplaudía un peligro oculto. Pero los que me acompañaron en la Revolución y a quienes llamé para darles poder, porque no habían hecho la Revolución, me dejaron solo. Perdonad, señores, breves instantes más, porque hablo ante el Congreso representativo del pueblo mexicano, y no quiero que mis palabras queden a merced de un soplo, olvidándose pronto, sino que se conviertan en conceptos vigorosos que queden grabados en vuestros corazones, para que no olviden lo que realmente ha sucedido en Cuba en los últimos tiempos.
A esas fuerzas organizadas, a esos caudillos tradicionalistas, le supliqué que me apoyaran para celebrar una Asamblea Constituyente. El líder que se había opuesto en los dos primeros meses a que se efectuara esa Asamblea, lo veían de rodillas, suplicante, para que lo apoyaran a fin de efectuarse las elecciones.
¡Ah¡ Pero era necesario alcanzar el poder. Los caudillos dieron oportunidades, y Batista, otra vez sólo, obtiene el apoyo, es decir, se permitió que nuestros partidos políticos fueran a unas elecciones generales presidenciales, y no a una Asamblea Constituyente.
Batista fue demócrata, los caudillos aspirantes quieren elecciones generales; los líderes revolucionarios me abandonan. Vayamos, pues, a unas elecciones generales, si esto significa un poco de tranquilidad, y mi preponderancia puede servir para la causa del pueblo a través de sus partidos y organizaciones, esperando la Revolución pueda quedar definitivamente realizada.
Así se alcanzó el poder; así hemos pasado seis años sin Constitución; así estamos ahora con la política organizada, como fuerza incontenible, para realizar la constituyente en este año. (Aplausos)
Ahora que me digan los caudillos aspirantes al poder, uno de los cuales fue destituído por el Congreso de la República, por oponerse a una ley popular, como lo es la que crea un impuesto sobre las clases pendientes para establecer y organizar las escuelas rurales, con objeto de defender a la niñez campesina e ilustrada, que no quieren constituyente. Que vengan los caudillos que pretendieron alcanzar el poder y los líderes revolucionarios que me abandonaron en el momento preciso en que necesitábamos de la construcción del instrumento revolucionario, a decir que tengamos elecciones generales y que no tengamos constituyente. Que le digan al pueblo de Cuba que no habrá elecciones de constituyente. Yo acuartelaré al ejército, me situaré en la calle de civil o militar, no importa, y el pueblo irá detrás de mí. (Aplausos)
Entended, pues, señores, por qué en Cuba la Revolución ha seguido una marcha lenta y por qué, a pesar de su marcha lenta, cosas eficaces y positivas se han conseguido para el pueblo. Ahora el camino está abierto y aun cuando no esté completamente limpio, la fuerza es suficientemente fuerte para limpiarlo. Hemos tenido lo que es posible haber alcanzado. Yo tuve siempre fuerzas trabajadoras organizadas a mi lado, a pesar de la confusión establecida. Muchos de los trabajadores, hombres del pueblo como yo, fueron seducidos y llevados a un camino opuesto al que la Revolución necesitaba llevar. Tuve siempre entre ellos la hermandad ferroviaria, poderosa organización obrera de Cuba, a la cual tuve el gusto, y el honor y la necesidad de pertenecer; a la clase portuaria, en cuyo muelle acarretillé los pasados sacos de azúcar; a los campesinos, con los cuales rompí surcos en la tierra; a los trabajadores en general, identificados con mis sentimientos de pueblo. No defendían a Batista, ni a un sistema política y egoísta del compañero Batista, del sargento, del campesino Batista, del trabajador, del soldado; querían defender, como defendían, la Revolución de septiembre, que es la esperanza del trabajador, del campesino y de la nación cubana.
Los obreros y los campesinos están en franco y libre período de organización. Ellos representan una fuerza incontenible. Estamos conversando sobre los problemas y estudiando la situación; no queremos sorprender a Cuba, al pueblo de Cuba, con posibles estratagemas partidistas de interés o de sentido personal. Queremos crear el instrumento de la Revolución, con filosofía, con doctrina, con médula, con programa, y todo aquello que responda a la proyección justiciera de las necesidades sociales y que, de no cumplirse, el pueblo pedirá cuenta de ellos. (Aplausos)
Hoy estamos en situación difícil. Las masa del pueblo se han dado cuenta de ello y difienden su causa, defendiendo nuestros proyectos legislativos, proyectos que, no por ser míos, militar, dejan de ser del Congreso Civil, porque son proyectos del pueblo, y como tales proyectos del pueblo, los representativos del pueblo no pueden dejar de impulsarlos y convertirlos en leyes. (Aplausos)
Estamos en momentos difíciles y la organización de Cuba es problemática, especial y singularísima. Está influenciada, casi en su totalidad, por la economía extranjera; dependemos, casi exclusivamente, de los mercados extranjeros, tenemos, como medio de vida, casi un solo producto nacional: el azúcar. Queremos esos mercados, respetamos esos mercados, queremos no herir, ni lesionar, ni disgustar esos mercados. Sin embargo, es necesario en Cuba, en lo que a Cuba hace falta hacer, hacerlo, precisamente, en el momento en que la oportunidad indique. Somos hombres de concepto de responsabilidad, tenemos responsabilidad y no podemos obrar al impulso de nuestro propio criterio y de nuestra propia opinión pasional; tendremos que obrar al impulso de la necesidad nacional, tendremos que obrar al impulso del interés nacional, y tenemos que obrar al impulso del bienestar del pueblo, de la causa del trabajador. (Aplausos)
Cuba, señores, pues, va dando sus pasos firmemente, quizás en un proceso de lentitud, hasta tanto las cosas estén definitivamente en el plano en que deben estar para asegurarnos. Pero viene Cuba, por mí, a decirle al pueblo mexicano que está realizando una Revolución en aquella parte proporcional que corresponde a la América y que, surgida y orientada por hombres del pueblo, n podrá fracasar esa Revolución, a menos que fracasen o se pierdan esos hombres.
Nosotros no aspiramos actualmente a más altas posiciones, las que nos está pidiendo la gran mayoría del pueblo, y que rechazamos por ahora; no aspiramos desde esta posición a esa Alta Magistratura, por que no nos interesa la posición por la posición, y pensamos que, de hacerlo en estos momentos, podíamos hacer daño a los intereses del pueblo; pero estamos listos para responder en la mejor forma, que a la nación, a los intereses generales
convenga en las circunstancias apropiadas. Hemos llegado demasiado pronto y hemos alcanzado más de lo que soñamos en los años de nuestra niñez y de nuestra juventud. (Aplausos)
Los que sean viejos, -perdonadme los señores de edad, pues no quiero ofendera-, y que aspiren al poder, que se apuren; nosotros no tenemos prisa, sólo tenemos ansia de consolidar una situación que no permita volver atrás.
He explicado, en síntesis, esta situación del pueblo de la Revolución cubana. Quiero decir, en nombre de ese pueblo, al que represento por orígen, por pensamiento y por necesidades; quiero decir al pueblo mexicano, como dije el domingo pasado desde el Palacio Municipal, que Cuba estará a lado de México para calorizar, apoyar, defender o destruirse, si es necesario, por mantener la dignidad, el decoro, la independencia y la democracia, como causa común de nuestros pueblos. (Aplausos estrepitosos, y prolongados, voces: ¡Viva Batista¡)
Quiero ratificar en mi propio criterio, la vigorosa palabra de Jefe del Partido de la Revolución mexicana, el licenciado Rodríguez, cuando dijo que México estará siempre identificado con el pueblo revolucionario de España y que mantendrá sus relaciones con el pueblo español, a pesar de que las fuerzas fascistas pudieran triunfar, ¡¡Cuba se mantendrá en ese humanitario y decoroso plano¡¡ (Aplausos y la Asamblea se pone de pie) Queda, pues, no a través del Jefe del Partido de la Revolución mexicana, ni del coronel Batista, sino de pueblo pueblo hecho el compromiso. Que Cuba demande de México,o México demande de Cuba, mientras al pueblo mande y gobierne Cárdenas, o mientras mande al pueblo de Cuba o Batista oriente, que el compromiso sea cumplido. (Aplausos estruendosos)
Ya he abusado, señores, de vuestra tolerancia y de vuestra bondad; pido excusas su he podido molestaros, y quiero aprovechar la oportunidad de reiterar, una vez más, en este último discurso de mi visita, que hablo a la clase representativa de la masa del pueblo mexicano, para testimoniarle el hondo, respetuoso y profundo cariño del pueblo de Cuba. He dicho, (Aplausos nutridos y prolongados)
El C. Presidente: Se designa en Comisión, para despedir al señor coronel Fulgencio Batista en el pórtico del recinto de la Cámara, a los ciudadanos diputados Gili Salgado Palacios, Ignacio Reyes y Agustín Huerta, y a los ciudadanos senadores Gonzalo N. Santos, Antuna López y Nicéforo Guerrero, y para acompañarlo a su salida del salón a los ciudadanos Rafael Molina Betancourt, Efraín Aranda Osorio, Manuel L. Farías, Raul I. Simancas y senadores Julián Garza Tijerina, Julián Aguilar y Wilfrido C. Cruz.
Compañeros: un grupo de compañeros veteranos de la Revolución va a hacer entrega al señor coronel Batista, de un diploma.
El C. Cantón Miguel: Ciudadano coronel don Fulgencio Batista; compañeros Representantes Populares; trabajadores de México: en esta ocasión solemne en que el país mexicano rinde homenaje al digno dirigente de nuestra República hermana de Cuba; en estos momentos en que la nación entera se siente conmovida porque ha escuchado desde la más alta tribuna del país, las palabras sinceras, las palabras vibrantes, las palabras enteramente revolucionarias del señor coronel Batista, no es posible que permanezcan callados los elementos que antaño sirvieron a la Revolución, los elementos que unas veces con las armas en la mano y otras con la pluma, propugnaron porque se realizara esta obra sacrosanta para que se constituyeran firmemente las instituciones de la Revolución Social Mexicana.
Así pues, la Confederación Nacional de Veteranos de la Revolución, organización que se honra en tener en su seno a más de cuarenta mil hombres que lucharon y se sacrificaron por los principios sacrosantos que enarboló la bandera que izara Francisco I. Madero, que continuara Carranza, que siguiera Obregón y que siguieran Emiliano Zapata y tantos otros mártires de la Revolución Social Mexicana; no era posible que esta Institución permaneciera callada, decimos y viene en este momento a unirse con los representantes populares de México, a unirse con el sentimiento de la nación entera, a ofrecerle al coronel Batista el corazón de los elementos revolucionarios mexicanos.
En este momento y en esta ocasión solemne, venimos a entregarle un diploma que lo acredita como socio de honor de nuestra agrupación y a decirle estas palabras que son sinceras y que son leales: señor coronel Batista: los viejos revolucionarios, los hombres que durante años y años han venido bregando porque se realice este ideal hermoso y sublime que el señor general Lázaro Cárdenas está poniendo en práctica en México, es decir, que se independice a nuestra nación, que se entregue al país a los mexicanos, que la riqueza de México sea para los mexicanos, que los campesinos sean propietarios de sus tierras; que los obreros sean propietarios de las fábricas que producen la riqueza nacional; nosotros hemos venido a decirle a usted que hemos escuchado sus palabras sinceras y leales y que reconocemos en usted al hombre que se esfuerza por hacer de Cuba un país libre lleno de honor y de dignidad en que ya no existan parias, sino únicamente hombres libres, hombres que sepan decir al mundo entero: aquí están los cubanos y con los cubanos está el corazón del mundo. (Aplausos)
Así también nosotros, los que nos sacrificamos en una modesta esfera, los que no alardeamos ni hemos querido nada de la Revolución, los que no tenemos empleos ni prebendas, pero que tenemos un corazón en que late la llama de la Revolución, venimos a decirle a usted: queremos que sea usted hermano nuestro, queremos que esté usted en nuestras filas, deseamos que usted lleve a Cuba la representación de los Veteranos de la Revolución Social Mexicana y que pueda decir que aquí dejó usted corazones sinceros que laten al unísono con los corazones de los cubanos. (Aplausos)
El C. coronel Batista: Permítame usted que no le dé más que las gracias, porque me encuentro afónico después de haber pronunciado mi discurso. Muchas gracias, Yo le agradezco extraordinariamente el honor que me hacen los Veteranos de México. (Aplausos)
El C. Presidente: Se levanta la sesión solemne.