Legislatura XXXIX - Año I - Período Comisión Permanente - Fecha 19440315 - Número de Diario 47

(L39A1PcpN047F19440315.xml)Núm. Diario:47

ENCABEZADO

MÉXICO, D.F., MIÉRCOLES 15 DE MARZO DE 1944

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XXXIX LEGISLATURA TOMO I. -NUMERO 47

SESIÓN

DE LA

COMISIÓN PERMANENTE

EFECTUADA EL DÍA 15

DE MARZO DE 1944

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior.

2.- Se turna a la Comisión de Puntos Constitucionales y se reserva para la Cámara de Senadores, respectivamente, la solicitud de permiso constitucional del C. licenciado Salvador Martínez Mercado, Embajador de México en Ecuador, y la hoja de servicios del C. general brigadier Salvador Cortés Guijarro.

3.- Cartera.

4.- Se reserva para la Cámara de Senadores y se transcribe al Ejecutivo, respectivamente, el escrito de la Cámara Nacional de Comercio de Ciudad Juárez, Chih., y Asociación de Usuarios del Distrito de Riego del Valle de Juárez; la solicitud de la Sección "Irrigación" del Sindicato Nacional de Trabajadores de Agricultura y Fomento, y se reserva para la Cámara de Diputados una proposición de numerosos comisariados ejidales de Texmelucan y Huejotzingo, Pue., para una ampliación del Presupuesto del Ramo de Agricultura.

5.- Se nombran comisiones, respectivamente, para corresponder a las invitaciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de Agricultura y Fomento; de la Dirección General de Acción Social del Departamento del Distrito Federal, y de la Dirección del Instituto Nacional de Cardiología.

6.- Se turna a la Comisión de Administración de la Cámara de Diputados la solicitud de la Legión de Veteranos de la Revolución "División del Norte", para formar la "Casa del Soldado de la Revolución".

7.- El C. representante Joaquín Martínez Chavarría propone se designe una comisión que gestione la colaboración de los ciudadanos gobernadores de los Estados con el Ejecutivo de la Unión para la intensificación de la producción agrícola del país. Se aprueba la proposición y se nombra la comisión.

8.- Proposición del C. diputado Federico Medrano Valdivia, que apoyan varios ciudadanos representantes, para que la Comisión Permanente se solidarice con el Ejecutivo de la Unión en la defensa de los intereses nacionales; hace referencia al Decreto de 9 de marzo de 1944 relacionado con la Administración de los Ferrocarriles Nacionales de México, y solicita el nombramiento de una comisión. Usan de la palabra varios ciudadanos representantes. Se aprueba la proposición y se designa la comisión. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del C. FEDERICO MEDRANO VALDIVIA

(Asistencia de 17 ciudadanos representantes).

El C. Presidente (a las 13.40): Se abre la sesión.

- El C. secretario Castillo Torre José (leyendo):

"Acta de la sesión celebrada por la Comisión Permanente del XXXIX Congreso de la Unión, el día ocho de marzo de mil novecientos cuarenta y cuatro.

"Presidencia del C. Federico Medrano Valdivia.

"En la Ciudad de México, a las trece horas y cincuenta minutos del miércoles ocho de marzo de mil novecientos cuarenta y cuatro, se abre la sesión con asistencia de dieciséis ciudadanos representantes, según lista que previamente pasó la Secretaría.

"Sin que nadie la impugne, se aprueba el acta de la sesión anterior, efectuada el primero de los corrientes.

"Se da cuenta con los asuntos en cartera:

"Oficio de la Secretaría de Gobernación, comunicando que el C. Presidente de la República aceptó la renuncia presentada por el C. licenciado Felipe de J. Tena como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y extendió nombramiento a favor del C. licenciado Agustín Mercado Alarcón, en substitución del C. licenciado Tena.

"En votación económica, y previa consulta de la Secretaría, la Asamblea aprueba la aceptación de la renuncia del C. licenciado Felipe de J. Tena del cargo de Ministro de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación; así como el nombramiento, para substituirlo, en favor del C. licenciado Agustín Mercado Alarcón, mientras se reune el Senado y da la aprobación definitiva a esta designación.

"El C. licenciado Agustín Mercado Alarcón rinde la protesta de ley, como Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con las formalidades de rigor.

"Oficio de la Secretaría de Gobernación, participando el nombramiento de Magistrado Numerario del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales, hecho por el C. Presidente de la República en favor del C. licenciado Ignacio Villalobos Jiménez, en substitución del C. licenciado Ramón Lanz Duret.

"En votación económica, y previa consulta de la Secretaría, se aprueba provisionalmente el nombramiento del C. licenciado Ignacio Villalobos Jiménez como Magistrado Numerario del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales, en substitución del C. licenciado Ramón Lanz Duret, mientras se reune la Cámara de Diputados y da su aprobación definitiva a este nombramiento.

"El C. licenciado Ignacio Villalobos Jiménez rinde la protesta de ley como Magistrado Numerario del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales.

"La Legislatura del Estado de Chihuahua comunica que, con fecha 19 de febrero último, clausuró el primer período ordinario de sesiones, correspondiente al segundo año de su ejercicio constitucional, dejando instalada su Diputación Permanente. - De enterado.

"La Legislatura del Estado de Nayarit comunica que, con fecha 29 de febrero último, clausuró su primer período ordinario de sesiones, correspondiente al tercer año de su ejercicio legal, dejando integrada la Diputación Permanente que actuará durante el receso. - De enterado.

"La Legislatura del Estado de Sinaloa participa que, el día 25 de febrero anterior, inauguró y clausuró un período extraordinario de sesiones a que fue convocada por su Diputación Permanente. - De enterado.

"La Diputación Permanente de la Legislatura del Estado de Sinaloa participa que eligió su Mesa Directiva, que funcionará durante los primeros quince días del mes en curso. - De enterado.

"El C. Abel Oseguera Alvarez, senador por el Estado de Tamaulipas, y el C. Graciano Sánchez, diputado por la misma entidad, subscriben un memorial dirigido a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en que expresan: Que en el mes de octubre del año próximo pasado la Secretaría de la Economía Nacional, por el hecho de que en el año agrícola anterior hubo una superproducción de algodón en el país y para sostener el precio del mismo, acordó la congelación de la existencia de algodón en Matamoros, Tamps.; que al no poderse vender ese producto no se ha podido refaccionar a más de 4,000 pequeños agricultores, entre los que figuran cerca de 2,000 ejidatarios, lo que ha creado una situación aflictiva entre los campesinos, y la disminución de las horas de trabajo a los obreros, con perjuicio de sus salarios; que el asunto ha quedado a la resolución de la Secretaría de Hacienda, la que en definitiva ha dicho que no es posible acceder a la descongelación, por no convenir a los intereses generales. En vista de esta situación, solicitan se designe una comisión de la Permanente que trate el asunto con el C. Presidente de la República, con objeto de que se permita la venta del algodón existente en Matamoros.

"A este asunto recayó el trámite de: "Recibo, y transcríbase al Ejecutivo"; pero la Asamblea aprueba, a moción del C. senador J. Trinidad García, se nombre una comisión que entreviste sobre el particular al C. Presidente de la República, la cual quedó integrada por el propio C. senador García, en unión del C. diputado Brígido Reynoso y del C. secretario senador José Castillo Torre.

"Se reservan sucesivamente para su votación nominal, sin que originen debate, los proyectos de decreto que la Comisión de Puntos Constitucionales por los que se concede permiso para aceptar y usar las condecoraciones que en cada caso se mencionan, a los siguientes ciudadanos:

"Al C. general de brigada J. Salvador S. Sánchez las condecoraciones "Al Mérito", en el grado de Gran Oficial; de la "Orden del Libertador", en el grado de Comendador; la "Medalla del Reformador", de primera clase, y la de la "Orden del Cóndor de los Andes", en el grado de Gran Oficial, que le otorgaron los gobiernos de las Repúblicas de Chile, Venezuela, Guatemala y Bolivia, respectivamente.

"Al C. Mariano Armendáriz del Castillo la condecoración de la Gran Cruz de la Orden de Orange Nassau, que le confirió el Gobierno de Holanda.

"Al C. licenciado Juan Manuel Alvarez del Castillo la condecoración "Corona de Salomón", que le otorgó el Gobierno de Abisinia.

"Se recoge la votación nominal de los tres proyectos que con este fin se reservaron, los que resultan aprobados por unanimidad de dieciséis votos. Pasan al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.

"Antes de levantarse la sesión, la Presidencia nombra en comisión a los CC. senadores José Castillo Torre y Arturo Martínez Adame, y diputado Brígido Reynoso, para que, en representación de esta Comisión Permanente, concurran a la inauguración de la Escuela de Bibliotecarios, dependiente de la Biblioteca del H. Congreso de la Unión, que tendrá lugar en el Palacio de las Bellas Artes el próximo viernes 10 a las 18.30 horas, designándose orador al C. senador Castillo Torre.

"A las catorce horas y diez minutos se levanta la sesión pública, para pasar a sesión secreta.

Está a discusión el acta. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El C. secretario Castillo Torre José (leyendo):

"La Secretaría de Relaciones Exteriores, por conducto de la de Gobernación, solicita se conceda al C. licenciado Salvador Martínez Mercado,

Embajador de México en el Ecuador, el permiso constitucional necesario para que acepte y use la condecoración de la Orden Vasco Núñez de Balboa, con el grado de Comendador con Placa (Gran Oficial), que le otorgó el Gobierno de Panamá". - Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.

"La Secretaría de la Defensa Nacional, por conducto de la de Gobernación, remite al Senado, para los efectos constitucionales correspondientes, la hoja de servicios del C. general brigadier Salvador Cortés Guijarro". - Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"La Legislatura del Estado de Chiapas participa que con fecha 28 de febrero, clausuró el segundo período de sesiones ordinarias, correspondiente al segundo año de su ejercicio legal, dejando integrada la Diputación Permanente que funcionará durante el receso". - De enterado.

"El Congreso del Estado de Guerrero comunica que, con fecha 1o. de marzo, inauguró su primer período ordinario de sesiones de su segundo año de ejercicio, y da a conocer su Mesa Directiva para el mes de marzo". - De enterado.

"La Legislatura del Estado de Oaxaca participa que el día 8 de febrero último inauguró el quinto período extraordinario de sesiones de su cuarto y último año de ejercicio legal, habiéndose clausurado el 15 del mismo mes". - De enterado.

"El Congreso de Tamaulipas comunica la forma en que se constituyó su Directiva para el mes de marzo". - De enterado.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"La Cámara Nacional de Comercio de Ciudad Juárez, Chih., y la Asociación de Usuarios del Distrito de Riego del Valle de Juárez, se quejan de que los convenios entre México y los Estados Unidos para la distribución de las aguas de los ríos internacionales Bravo, Colorado y Tijuana, los perjudican en sus siembras de algodón, por lo que piden que, en el próximo período ordinario de sesiones, el Senado estudie con detenimiento la aprobación de los convenios ".- Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

"La Sección de Irrigación del Sindicato Nacional de Trabajadores de Agricultura y Fomento solicita ayuda ante el C. Presidente de la República, a efecto de que se autorice a la Comisión Nacional de Irrigación para que, en todos aquellos casos en que las tarifas del Tabulador no permitan aumentar los salarios, se les aplique el porcentaje que correspondió a los burócratas en general, de acuerdo con el decreto respectivo". - Recibo, y transcríbase al Ejecutivo de la Unión.

"Numerosos comisariados ejidales de Texmelucan y Huejotzingo, Estado de Puebla, proponen la ampliación del Presupuesto del Ramo de Agricultura, así como varias medidas encaminadas a incrementar la producción agrícola y a mejorar las condiciones económicas de los campesinos". - Recibo, y resérvese para la Cámara de Diputados.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"Invitación del Sindicato Nacional de Trabajadores de Agricultura y Fomento para concurrir a la Primera Gran Convención Extraordinaria de su Sección Central número 2, "Irrigación", que tendrá lugar durante los días del 20 al 22 del presente mes de marzo en el Salón de Actos del Sindicato Mexicano de Electricistas". - La Presidencia designa en comisión a los ciudadanos senador Arturo Martínez Adame y diputado Brígido Reynoso.

"Invitación de la Dirección General de Acción Social del Departamento del Distrito Federal, para asistir a la celebración del CXXVIII aniversario del natalicio del Benemérito de las Américas, Benito Juárez, que tendrá verificativo el martes 21 de los corrientes, a las 11 horas, en el Hemiciclo de la Alameda Central de esta Capital". - La Presidencia designa en comisión al ciudadano senador Augusto Hinojosa.

"Invitación de la Dirección del Instituto Nacional de Cardiología, para concurrir a la ceremonia inaugural del propio Instituto, que tendrá lugar a las once horas del 18 de abril próximo, con asistencia del C. Presidente de la República". - La Presidencia designa en comisión para asistir a este acto al C. senador José Castillo Torre.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"La Legión de Veteranos de la Revolución "División Norte", con residencia en San Pedro, Coah., pide cooperación económica para formar la "Casa del Soldado de la Revolución". - Recibo, y a la Comisión de Administración de la Cámara de Diputados.

- El C. Martínez Chavarría Joaquín: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano senador Martínez Chavarría.

El C. Martínez Chavarría Joaquín: Señores senadores; señores diputados: En alguna ocasión nos hemos ocupado, tanto en la Cámara de Senadores, como en la Cámara de Diputados, del gravísimo problema relacionado con la intensificación de la producción agrícola en la nación. Algunos de nosotros, representantes ante el Congreso de la Unión de Estados eminentemente agrícolas, como el de Coahuila, hemos presentado en su oportunidad algunas proposiciones tendientes a conseguir ese objetivo; hemos también estudiado las condiciones que prevalecen en determinadas entidades federativas para llegar a la conclusión de que, si nuestro país necesita resolver en forma radical y definitiva el alto costo de la vida, precisa intensificar las labores agrícolas. Durante los últimos días hemos estado atentos de las disposiciones que sobre el particular ha dictado el Gobierno Federal y no podemos menos que dar nuestra anuencia por esas disposiciones. Hace aproximadamente cinco días, platicando ampliamente con el señor licenciado Suárez, Secretario de Hacienda y Crédito Público, me esbozó a grandes perfiles el programa del Gobierno Federal para la intensificación agrícola del país. El señor licenciado Suárez convino en que uno de los problemas más importantes es el que se relaciona con la falta de crédito barato. El Gobierno Federal, a través de determinadas instituciones bancarias, va a invertir algunos millones de pesos en créditos agrícolas. Esos créditos agrícolas se proporcionarán a los agricultores para el cultivo del maíz y frijol con un interés sumamente liberal: el tres por ciento anual. En estas condiciones, nosotros creemos que la Secretaría de Agricultura debe coordinar sus esfuerzos con la de Hacienda para que esa intensificación de labores sea una realidad tangible.

El objeto de mi plática en esta ocasión, propende a interesar a los compañeros de la Comisión Permanente para que desarrollen una intensa campaña en sus respectivas localidades, y si es posible; que se nombre una comisión para que entreviste a los señores gobernadores de los Estados eminentemente productores de maíz, de frijol y de trigo, para que nos expongan los problemas que pudieran presentárseles, a fin de que esas labores puedan desarrollarse en toda su intensidad.

Por mi parte, yo dirigí al Gobernador del Estado de Coahuila, el siguiente telegrama:

"México, D.F., 4 de marzo de 1944. - Telegrama Ordinario.

Señor General Benecio López Padilla. - Gobernador Constitucional del Estado. - Saltillo, Coahuila.

"Entrevista concedióme licenciado Eduardo Suárez, Secretario de Hacienda, manifestóme Gobierno Federal está dispuesto intervenir para que refacciónese pequeños agricultores, objeto intensificar producción agrícola. Préstamos refaccionarios haránse, condiciones sumamente liberales. Tipo interés será tres por ciento anual. Deséase interesar agricultores cultivo intensivo maíz, trigo y frijol. Hacienda intervendrá fijando precio garantía frijol, evitando especulaciones pudieran perjudicar productores. Comunicóle anterior, suplicándole dictar disposiciones tendientes conseguir intensifíquese producción agrícola Estado y muy especialmente regiones centro y norte, que por circunstancias especiales han carecido del crédito necesario para ese fin. Ofrézcole cooperación tan amplia como sea necesaria para resolver problemas presénteseles agricultores y ejidatarios excluídos sistema refaccionario Banco Ejidal, para que puedan trabajar tierras. Agradeceréle comunicarme acuerdo dicte sobre particular. - Afectuosamente salúdolo. - Senador Joaquín Martínez Chavarría".

Para que ustedes puedan darse cuenta exacta de lo pavoroso del problema para el país, básteme decir que una de las regiones productoras de trigo, por excelencia, o sea la Comarca Lagunera, como consecuencia del alto precio que tiene el algodón, ha dejado de sembrar trigo en grandes superficies.

Según datos que obran en mi poder, la superficie sembrada de trigo en la comarca para este ciclo agrícola, asciende a 31.439 y media hectáreas. Como se ve, todavía se ha reducido más dicha superficie en comparación con la del año pasado, que fue de 58,000 hectáreas en números redondos. Ello se debe especialmente a los altos precios que tiene el algodón y a que el trigo, aparte de que últimamente no ha tenido cotizaciones remunerativas para los agricultores, está expuesto a mayores peligros o riesgos climatológicos. Aun los ejidatarios refaccionados por el Banco Ejidal, redujeron sus cultivos de trigo, pues contra trescientos treinta lotes que sembraron el año pasado, ahora sólo tienen doscientos cincuenta, según se nos dijo.

De las 31,439.5 hectáreas sembradas en total en este ciclo dentro de la comarca, 6,413 y media corresponden a la pequeña propiedad, y 25,026 a los ejidos refaccionados por el banco.

En consecuencia, se dejaron de cultivar en la Comarca Lagunera veinte mil hectáreas, lo que viene a agudizar el problema, porque necesitaremos recurrir, como estamos ya recurriendo, desgraciadamente, a importar trigo extranjero para las necesidades domésticas.

Por lo tanto, es un problema de vital importancia para el país.

Yo estimo, personalmente, que la resolución inmediata de importar granos del extranjero, es un paliativo para las necesidades del momento; pero lo fundamental, lo definitivo, como antes expresé, es que el país produzca lo que necesita consumir.

Así es que propongo que se dirija una excitativa a los gobernadores de los Estados para que colaboren con el Ejecutivo Federal en la intensificación de las labores agrícolas; que nos dejemos de conferencias de carácter técnico y por radio, tratándose de estas cuestiones, y que intensifiquemos la producción agrícola, no por medio de carteles, leyes y decretos, sino en una forma práctica, dedicándonos a trabajar.

El gobierno mexicano ha conseguido, según informes que tengo en mi poder, una gran cantidad de implementos agrícolas que deben pasarse desde luego a aquellas zonas, estableciendo centros de maquinaria agrícola, como se ha hecho en La Laguna; necesitamos una reorganización completa de los sistemas de explotación; la explotación individual en los ejidos, y sobre todo en aquellos Estados del centro, es completamente nula. Soy partidario del sistema de explotación colectiva, sobre todo, en los ejidos, del empleo de maquinaria pesada, de la modificación de los sistemas de riego y del desarrollo de un programa agrícola práctico, que traiga el mejoramiento efectivo de las clases campesinas. Así, pues, señores senadores, propongo que se invite a los señores gobernadores para que cooperen con el Ejecutivo; y, si es posible, que se nombre una comisión para que entreviste a los ciudadanos gobernadores, a los Ejecutivos de los Estados, para ver si es posible que se realice ese programa.

Quiero, también, expresar que, entre los informes que hemos recibido, figura el relativo a la política seguida por algunos gobernadores, entre los cuales se menciona al de Tlaxcala, que quieren resolver el problema agrícola a base de decretos y metiendo a la cárcel a los que no los acatan, a los que no quieren sembrar, y después que recogen las siembras, pretenden acapararlas a determinados precios para llevarlas a otras entidades federativas y ganarles algunos centavitos. Todo esto debe acabarse; debe haber una garantía para la agricultura a efecto de que haya entusiasmo por cultivar las tierras.

El C. Presidente: Está a discusión la proposición del compañero Martínez Chavarría, en el sentido de que se nombra una comisión, que, estudiando el asunto, haga las sugestiones a los gobernadores de los Estados para que coordinen su acción con la Secretaría de Agricultura y Fomento. Si alguna persona desea hacer uso de la palabra, se le ruega que se inscriba. No habiendo quien haga uso de la palabra, se nombra en comisión al ciudadano senador Martínez Chavarría, autor de la iniciativa y a los señores diputados Brígido Reynoso y Carlos Serrano.

El C. secretario Castillo Torre José: Se va a dar lectura a una iniciativa presentada por el ciudadano Presidente de la Comisión Permanente, con el apoyo de varios miembros de la propia Comisión:

"Honorable Asamblea:

"Con fecha 9 de los corrientes, el señor Presidente de la República tuvo a bien expedir un decreto por el que se reforman los artículos 5o., 6o., 8o. y 18 de la Ley del 31 de diciembre de 1940, que creó la Administración de los Ferrocarriles Nacionales de México.

"La mente del ordenamiento citado, como claramente lo expresan los considerandos respectivos y la carta del señor Secretario Particular del Primer Magistrado, publicada en los diarios capitalinos en su edición de ayer, de ninguna manera envuelve el propósito de hacer nugatorias las conquistas alcanzadas por los elementos trabajadores, sino persigue tan sólo el objetivo de proceder rápida y urgentemente, por los medios más eficaces, a la reorganización del régimen a que habían estado sujetos los Ferrocarriles Nacionales de México, en los últimos años.

"Agudizados los problemas normales de transporte, a partir del momento en que México se vio envuelto en el conflicto por la necesidad de proveer a las naciones aliadas de diversos materiales estratégicos, las deficiencias del sistema ferrocarrilero se han venido ostentando cada vez más graves, con sus ineludibles consecuencias respecto al encarecimiento de la vida, que tan hondamente afecta a las clases menesterosas del país.

"En tales circunstancias, el Ejecutivo Federal, deseoso de conocer a fondo la naturaleza del problema para estar en aptitud de dictar una acertada solución, encomendó el estudio del caso a un grupo de técnicos, verdaderas autoridades mundiales en la materia, los que tras largos meses de trabajo e investigación han podido precisar las causas esenciales del estado de cosas imperante, y sugerir las medidas necesarias para lograr el remedio más eficaz.

"Efecto de tales estudios ha sido el decreto de fecha 9 del actual, expedido por el señor Presidente de la República; decreto recibido con aplauso por todos los sectores del país como una esperanza de alivio de la situación económica imperante para las clases menesterosas.

"Algunos elementos laborantes, sin embargo, desorientados respecto del alcance y trascendencia del Ordenamiento que comentamos, se han dirigido al Jefe de la Nación pidiendo la suspensión de la vigencia del decreto citado, por considerar que éste es lesivo para los intereses de la clase trabajadora ferrocarrilera, y que afecta, asimismo, de rechazo, las conquistas alcanzadas por las clases laborantes de México, en su lucha por su emancipación social.

"El señor Presidente de la República ha mantenido con austera energía su opinión, ratificando su credo proletarista; pero, acentuando también sus altos deberes como Jefe del Estado, que le obligan a velar por los intereses de la Nación, sin distingo de grupos, en esta hora crucial en que se ponen en juego no sólo los intereses vitales de la nacionalidad, sino los de la civilización y de la Humanidad.

"Ante esta situación, que puede ser decisiva para los destinos de México, los que suscribimos opinamos que la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión no debe permanecer indiferente, sino asumir una actitud de franca y patriótica solidaridad para con el Jefe del Poder Ejecutivo, cuyo patriotismo, sentido de responsabilidad y convicción revolucionaria nadie puede poner en tela de juicio.

"Si el decreto que comentamos envolviese un ataque para las conquistas de los trabajadores, estamos seguros de que esta Comisión Permanente, integrada por revolucionarios, estaría estrecha y solidariamente unida en sus intereses a la clase laborante que se juzga afectada por él; pero como alentamos la convicción de que el multicitado ordenamiento

sólo propende a alcanzar una mejoría para las clases proletarias del país, que se debaten en las angustias de la miseria y viven con salarios de hambre, que no les permiten ya subvenir al alto costo de la vida, estimamos que lo revolucionario, lo constructivo, lo proletarista, es precisamente la vigencia del decreto en cuestión; por lo que creemos debido que la Permanente adopte una actitud de solidaridad para con el señor Presidente de la República, de conformidad con los términos de los puntos de acuerdo que sometemos a la aprobación de Vuestra Soberanía.

"Acuerdo:

"1o. La H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión se solidariza con el señor Presidente de la República en la defensa de los altos intereses nacionales y estima, por lo mismo, plenamente justificada la expedición del decreto de 9 de marzo de 1944, por el que se reforman varios artículos de la Ley de 31 de diciembre de 1940, que creó la Administración de los Ferrocarriles Nacionales de México.

"2o. Nómbrese una comisión que notifique al Jefe del Poder Ejecutivo el anterior punto de acuerdo aprobado por la Comisión Permanente.

"Salón de Sesiones de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.- México, D.F., 15 de marzo de 1944. - Federico Medrano V. - Julián Garza Tijerina. - Joaquín Martínez Chavarría. - José Castillo Torre".

El C. Presidente: Tiene la palabra el compañero Martínez Chavarría para fundar la proposición.

El C. Martínez Chavarría Joaquín: Señores compañeros: En esta ocasión trascendental para el país, no se trata de otorgar al señor Presidente de la República un voto más de adhesión; se trata de aquilatar en toda su grave trascendencia los momentos angustiosos que vive nuestra patria, para con toda serenidad encontrar la forma de solucionarla.

Desde hace bastante tiempo que el problema de la reorganización de los ferrocarriles ha venido ocupando la atención del Gobierno y, por consiguiente, del país. Todos los esfuerzos desarrollados por el señor Presidente de la República no dieron el resultado que el pueblo de México esperaba. Se han hecho en torno de este problema los más variados comentarios, llegándose hasta la expedición del decreto que comentamos en la moción que acabamos de presentar a la consideración de ustedes.

Los antecedentes revolucionarios del Gobierno de la República constituyen una garantía de que no se trata de un ataque a las conquistas de los trabajadores; nuestros mismos antecedentes constituyen también una garantía de que no seríamos nosotros quienes fuésemos a firmar una adhesión si se trata de violar los derechos de los trabajadores. Pero, en torno de este gravísimo problema, se han hecho varias apreciaciones que queremos precisar, fijando todo el alcance de nuestra posición revolucionaria y de nuestra absoluta solidaridad con el régimen que preside el señor general Manuel Avila Camacho. Nosotros, sinceramente, estimamos que era absolutamente inaplazable la expedición de disposiciones de esta naturaleza y que también era absolutamente indispensable obtener la reorganización de los Ferrocarriles Nacionales. El panorama de la República no puede ser más trágico. Hemos presenciado en la comarca lagunera la falta de tractolina, la falta de tractomex, ya no de gasolina para los automóviles de los políticos, sino de la tractomex para el movimiento de maquinaria dedicada a labores agrícolas. Hemos visto cómo carecen en Monterrey de lo más indispensable para las industrias; hemos presenciado el congestionamiento de carga en los patios de la Aduana de Laredo y también en Monterrey y en Torreón. Y si hablamos del Norte, ¿qué no diremos de los Estados del Sur, donde la economía es más precaria, en donde no hay lo más indispensable?

En consecuencia, si la disciplina de los ferrocarrileros ha venido relajándose cada día más; si cada día se viene desarrollando más una labor que, en algunos casos, ha llegado a calificarse como de sabotaje al Gobierno de la Revolución, no podemos permanecer impasibles. Por eso quise expresar mi pensamiento en el sentido de que en esta ocasión no se trata de dar un voto más de adhesión al Presidente de la República, que no aplaudimos ahora que el señor Presidente ha expedido el decreto, pues muchos de nosotros, con antelación, habíamos expresado nuestra opinión acerca de este problema vital para la economía del país.

Por consiguiente, estimables compañeros, creo que, sin reservas mentales de ninguna naturaleza y si deseamos el beneficio colectivo y el bien de la patria, debemos aprobar la moción que se acaba de presentar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Julián Garza Tijerina.

El C. Garza Tijerina Julián: Compañeros: Desde el treinta y uno de diciembre en que se expidió la ley que creó la administración de los ferrocarriles, todo el elemento ferrocarrilero aplaudió jubiloso, creyendo haber obtenido un triunfo; y ese aplauso, igualmente, fue secundado por todo el elemento trabajador de la República. Y aquellos que tenemos fe en la organización, que creemos en que la cohesión y la fuerza de los elementos organizados constituye una esperanza para una mejor justicia social, y que fomentándolos se cumple con un deber revolucionario, procurando una mejor retribución a los proletarios, aplaudimos también.

Pero, desgraciadamente, se sucedieron administraciones en que cada vez las deficiencias fueron mayores. Por todas partes se hacía sentir una mala dirección en los ferrocarriles. Llegó a crearse un clamor general, un estado de angustia, un estado de crítica en la que se envolvía al mismo Ejecutivo de la Unión. Sin embargo, su ponderación hizo que se esperara tres largos años para dictar esta medida que todo el mundo quería; su buena fe fue demostrada muchas veces. Hubo ocasión, en una junta ferrocarrilera, en que el Presidente de la República les dijera que él era el único amigo y partidario que les quedaba. Y esto es cierto. La crítica de la nación se generalizaba, y al dictarse esta medida, el nueve de marzo, la opinión pública la aplaudierón en lo general.

Se ha hecho la salvedad, y nosotros aplaudimos que el Presidente la haya hecho, de que los derechos de los trabajadores quedan a salvo; que no va a haber reajustes ni modificación de salarios, a pesar de que los de los ferrocarrileros, comparados con los de otros trabajadores, tienen una situación de privilegio. Es exclusivamente una situación de emergencia la que ha hecho que se dicte esta ley, en uso de facultades extraordinarias, de las que ha hecho uso ponderado y discreto y que constituyen una mejor garantía para el elemento trabajador.

En realidad, compañeros, nosotros que nos encontramos como beligerantes, no sentimos ninguna medida que nos diferencie de las épocas de la paz, fuera del fusilamiento de algunos salteadores; en nuestro país siguen funcionando los tribunales de justicia, la Suprema Corte, el amparo; nada se ha hecho que nos diferencie de otras épocas: es la ponderación, la buena fe y el buen juicio del Presidente lo que nos hace gozar de esta magnífica situación.

Por lo tanto, esta medida de emergencia que nosotros ratificamos y para la que en esta vez pedimos que la Comisión Permanente dé un voto de respaldo, es porque existe una situación, como lo ha dicho el compañero Chavarría, grave en cuanto a transportes. Estamos muy lejos de considerar que sea la indisciplina , que sea el sabotaje, que sea el elemento humano el único responsable de esta situación; sabemos que existen muchos otros factores: un equipo anticuado, un equipo deficiente, malas vías, un aumento enorme en el volumen de transportes, máxime cuando se ha suprimido el tráfico de barcos, cuando los transportes de carga por las carreteras también son deficientes por falta de llantas y muchas otras circunstancias, así es que no es el elemento humano el único responsable; pero sí una medida como la dictada por el señor Presidente, que centralice el poder administrativo en una persona, en la gerencia, que es una garantía, no creemos que venga en manera alguna a lesionar las conquistas de los trabajadores.

Por estas razones, compañeros, pedimos a ustedes secunden la proposición respaldando al señor Presidente de la República como se pide en el escrito que se acaba de presentar.

El C. Presidente: Tiene la palabra el senador Hinojosa.

El C. Hinojosa Augusto: En el momento en que se someta a votación la iniciativa, la moción presentada por el señor Presidente de la Comisión Permanente, voy a dar mi voto afirmativo, pero antes quiero fundarlo. Yo voy más allá de lo expuesto por el compañero Garza Tijerina, quien se refirió a que no es solamente el elemento humano el que ha contribuído al desastre que reina en el sistema de ferrocarrileros de nuestro país. Convengo con él en que, efectivamente, no es el único, pero sí estimo que es el principal. A mí me parece que es verdaderamente criminal la actitud asumida por los ferrocarrileros y, al efecto, puedo citar casos que recordarán ustedes : uno de los descarrilamientos o choque de trenes que hubo cerca de Querétaro no hace muchos días, obedeció a que el maquinista no acató las órdenes que le daba el despachador correspondiente. Podría citar otros casos semejantes; y por eso afirmo que si no es el único, sí es el principal factor del desastre que impera en ese sistema, que es el nervio de la vida económica del país; insisto, repito, en que es el elemento humano el que, desgraciadamente, ha contribuído de manera poderosa para esa anarquía que existe en el sistema. Voy a repetir aquí lo que recientemente declaré a algunos señores periodistas cuando me pidieron mi opinión respecto del decreto del señor Presidente de la República. Al efecto les dije: El Congreso de la Unión concedió facultades extraordinarias al señor Presidente en atención al estado de guerra en que está el país; y es, naturalmente, obligación nuestra, si con todo conocimiento, con toda conciencia concedimos esas facultades extraordinarias, es obligación nuestra, sin vacilaciones, sin titubeos, respaldar en lo absoluto todos los actos y todas las disposiciones que dicte el señor Presidente de la República en uso de las facultades que el Congreso le concedió.

Pero no es solamente eso lo que nos obligaría respaldar al señor Presidente de la República; es que en el caso especial de los ferrocarriles era necesario dictar medidas, en mi concepto, todavía más enérgicas, más drásticas. El sistema ferroviario, como decía hace un momento, es el nervio vital de la vida económica del país; es el medio de transporte de los artículos de primera necesidad; es el medio de transporte de las materias primas, de las industrias y es el medio de transporte de la distribución de los productos elaborados en todas nuestras factorías.

¿Para qué hacer resaltar más la importancia de ese sistema? Como decía en un principio, es criminal, en mi concepto, que, por un conflicto meramente interno, como es el del Sindicato de los ferrocarriles, el país esté sufriendo consecuencias tan graves.

Estimo que lo expuesto es suficiente, compañeros, para justificar, como antes dije, mi voto personal en favor de la moción presentada.

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano senador Castillo Torre.

El C. Castillo Torre José: Señores: A mi juicio, como se acostumbra decir desde hace mucho tiempo en las asambleas deliberantes, esta cuestión encierra un tema que parece agotado. Los representantes que me han precedido en el uso de la palabra, lo han tratado con acuciosidad y fina inteligencia. Sin embargo, tan importante es la hora en que vivimos y tan llena está de sentido de responsabilidad la medida del Ejecutivo, que creo que es mi deber, como representante, emitir mi punto de vista, con el objeto de que los argumentos míos, débiles y pobres, por el simple hecho de ser míos, puedan propagarse por los vehículos ordinarios de la prensa, junto con los de los distinguidos oradores que han hablado anteriormente.

No es un secreto para nadie que la guerra moderna, la guerra que está en estos momentos afligiendo al mundo, es una guerra especialmente

destructora. No hay noticias, en ninguna fecha anterior a nuestro tiempo, de una guerra que hubiera puesto a contribución máquinas tan perfectas y de tan rápida eficacia para destruir los bienes materiales de la vida de los hombres.

Por otra parte, la guerra que, hasta hace relativamente pocos años, podía considerarse como simple arte, en la actualidad puede calificarse de verdadera ciencia. Son técnicos armados con todas las armas de la ciencia de nuestro tiempo los que están dirigiendo y perfeccionando cada vez más los métodos de la guerra. No es ya la guerra moderna la simplemente militar detrás de la cual el mundo antiguo alimentó sus afanes de dominio y conquista: es la guerra conocida con el nombre de "invisible"; la guerra que ha recibido también el calificativo de guerra "científica", porque pone a contribución ciencias tan poderosas, cuando se saben explotar para crear un dominio y un imperio, como son la etnografía, la historia, la psicología y la economía.

La experiencia, en cierta manera imperfecta, de los más viejos políticos del Continente europeo, sacada de la guerra del catorce; la experiencia de lo terriblemente desastrosa que resultó para la generación de la postguerra el hecho de no planificar a tiempo, como dejó de hacerse después de la primera Guerra Mundial, la defensa de las sociedades que soportan ese azote que la Humanidad no podrá sacudirse en muchos siglos, ha llevado a los más ilustres políticos, a los miembros más insignes de lo que podríamos llamar la burocracia técnica y permanente de las naciones, a prever lo que deberá hacerse el día en que, cerrado el capítulo marcial con arreglos más o menos precarios o más o menos perfectos, se abra a los destinos de los pueblos el período obscuro que ha de comenzar con la firma de la paz y que no se ha de cerrar sino con el último minuto que los hombres dediquen a la reconstrucción salvadora.

De modo que cualquier obra, cualquier acto, cualquiera medida de gobierno encaminada a controlar las fuerzas cohesivas de una nación en guerra y que tenga por objeto aprovechar los elementos morales y materiales de sus habitantes, e impedir que su riqueza, ya sea física o moral, se dilapide por cualquier motivo, ha de considerarse como saludable medida de dirección responsable, como prevención digna de aplauso, como verdadero acto de gobierno , ya que hace mucho tiempo se ha dicho que gobernar es prever.

Si la medida que ocupa la atención de la Comisión Permanente, que nosotros consideramos digna del apoyo y de la solidaridad del Poder Legislativo, entraña el propósito claro, preciso, como nadie puede negar que en su sentir existe, de impedir la dilapidación de las energías nacionales, de asegurar la marcha eficaz y fecunda en este período trágico, mucho más que en cualquiera otro, de un importante, de un capital servicio público, esa medida hemos de considerarla como de indudable previsión gubernativa. De consiguiente, nadie puede negar a esa medida un voto responsable de solidaridad dentro de la armonía de los poderes públicos.

México no está sufriendo la destrucción de la guerra da manera directa por la acción de la fuerza aérea, por ataques a sus costas, por destrucción de sus grandes monumentos artísticos o lugares estratégicos; no estamos, hasta este momento, ofrendando en el altar terrible de la guerra lo mejor de nuestro pueblo, la sangre, el entusiasmo, la nobleza, el ímpetu generoso de nuestra juventud; pero estamos recogiendo, como todos los países comprometidos en la guerra de carácter totalitario, que lo mismo abarca las líneas estratégicas en tensión militar que las grandes reservas vitales de las naciones, las consecuencias originadas por el incesante desgaste, por la ruina de las riquezas acumuladas a través de numerosas generaciones. Esas generaciones, especialmente las que vivieron el siglo diecinueve, uno de los más interesantes de la historia humana, crearon la industria maquinista, las redes de ferrocarriles y telégrafos, las grandes marinas mercantes que aseguraron la división espacial del trabajo y la prosperidad del comercio que vio florecer el Common Wealth inglés y que dejó la experiencia de su vida en el fondo de la admirable democracia norteamericana, y todos los tesoros del pasado, todas las fuerzas materiales y espirituales del presente encuéntranse, en este momento trágico de la Humanidad, en peligro de desaparecer.

No es la hora a propósito para que los hombres crean que pueden dilapidar impunemente sus bienes y disponer del derecho de hacer sus cosas sin tener en cuenta el instinto creador que les permitió construír la historia fecunda de todas las épocas. Ahora, más que nunca, los gobiernos, como representativos políticos de los Estados, los ciudadanos conscientes, sobre todo, los que pertenecen a las capas más instruidas de la sociedad, tienen el deber de solidarizar sus energías para impedir que, en momentos en que el hambre invade las fronteras, las fuerzas de conservación sigan dilapidándose y perdiéndose por caminos obscuros; la obligación ineludible de ayudarse, gobiernos y ciudadanos, autoridades y organismos responsables, a organizar la vida generosamente, a fin de librar la terrible batalla contra la necesidad que abrumará a los pueblos en el período posterior a la guerra.

Pues bien, señores: nadie puede culpar a nuestros gobiernos revolucionarios, ni a los de ayer ni a los de hoy, de haber sido o ser gobiernos sin ímpetu generoso. Nadie, en México, tiene derecho, después de treinta años de conmoción interior, de lucha intestina, para negar a nuestros elementos públicos el sentido del desinterés que eleva la política y la señorea con el instinto de mejorar la suerte de las masas, asegurándoles un mejor modo de vida moral y económica, un nivel de mayor justicia distributiva. Nuestros gobiernos han sido gobiernos generosos, y la política militante de México, lo que podríamos llamar la política positiva del país, si ha pecado por algo, y si eso es pecar, no ha sido por defecto, sino por exceso revolucionario. Nuestros políticos han sido hombres más bien propicios a sacrificar el presente en aras del futuro, que en pensar en sacrificar el futuro para sostener las realidades del presente. Por eso nuestras leyes son más para el porvenir que para el momento actual; por eso nuestras organizaciones

están más llenas del sentido del futuro que del sentido del presente. Por eso los gobiernos de México, en los treinta años de vida conmovida y conmovedora que han desenvuelto, pueden calificarse, en justicia, de gobiernos generosamente revolucionarios.

¿Por qué en este momento, por qué en este mismo instante tenemos que recoger un poco de nuestras velas de ilusión y de esperanza para encuadrarnos dentro de la realidad?

¿Por qué nuestro gobierno siéntese en el deber de aunar los esfuerzos nacionales y procurar que produzcan lo más que se pueda de energía física y moral? Porque, como antes decíamos, es el momento en que hay que utilizar todas las reservas y fomentar todas las posibilidades de construcción; porque todos los días del mañana nos obligarán a todos, grandes y pequeños, a soportar las consecuencias del espantoso naufragio que levanta sus crespones por encima de una época que los escritores califican de catastrófica. Dos son, en mi concepto, y esto de clasificar es cosa que no entra dentro de mi temperamento, las principales preocupaciones de los hombres públicos de México en los actuales instantes: la producción y la circulación y distribución de la producción. De nada serviría el que nuestros gobiernos revolucionarios hayan cambiado la estructura agrícola de nuestro país, procurando extender la justicia distributiva al campo antes esclavizado bajo la feudal organización del peonaje; de nada servirían las expropiaciones de las viejas propiedades privadas o ilegítimas que constituían los latifundios; de nada serviría haber entregado a la masa del país lo mejor de nuestras tierras , si los productos de esas tierras, regadas con el sudor de nuestros trabajadores, quedaran paralizadas en los sitios de siembra, porque las vías de comunicación del país sufrieran de arterioesclerosis.

De manera que no puede exigirse a los campesinos un esfuerzo nacional constructivo, ni a los intelectuales una útil dirección mental, ni a los artistas una construcción romántica y soñadora para enaltecer las energías de nuestro pueblo, si frente a todos esos esfuerzos se empeñara el grupo social que maneja los ferrocarriles de la nación, es decir, las arterias vitales por las que ha de circular la sangre del comercio y de la industria, se empeñara -decimos- en hacer de las líneas de comunicación cosas muertas, entregadas a la irregularidad de los itinerarios y a las desgracias, cada vez más constantes, de los descarrilamientos y otra clase similar de accidentes. Si nuestra Revolución, previendo las situaciones futuras, decidió desde hace tiempo, alejarse del cuadro medieval que la Colonia nos legara en la organización del campo, si se apartó de los antiguos buscadores de oro y constructores de reales de minas que dieron nombre a los centros productores de plata más famosos del mundo; si reconocemos ahora que fue un gran error del coloniaje haber abandonado las tierras templadas, donde estaba, en realidad, el porvenir de México, sobre la base del cultivo, cada vez más creciente y perfecto, de los cereales; si ninguno de nosotros ignora que la inmigración blanca no prospera en los países que carecen de tierras templadas; si, rectificando errores del pasado, nuestros gobiernos, en medio de constantes sacrificios, han desenvuelto tesonera y efectiva labor en beneficio del regadío de los campos por medio de grandes y pequeñas presas; si existen en la actualidad grandes obras en construcción que despiertan esperanzas en nuestros labradores y asegurarán el aprovechamiento de las aguas de los ríos y de las lluvias, hay que reconocer que tales obras y enseñanzas resultarían nugatorias por el simple hecho de no contar en algún momento con vías útiles de transporte, con un sistema vial que asegure el reparto de los frutos y productos de la tierra, de la riqueza que se obtenga y cuya circulación es necesaria para saciar el hambre de los grandes núcleos de nuestra población.

Por eso, en el presente momento, difícil para nosotros y para todos, creo que es de justicia irreprochable laudar la obra enérgica del hombre que tiende la mano al país con gesto de funcionario civilizado y culto, y que sabe asumir la íntegra responsabilidad que le compete como Jefe del Estado y desplegar la energía que se necesita para marcar derroteros, en el momento en que es preciso mancomunar las energías nacionales y saber colocar por encima de cualquier interés gregario o de grupo el interés conjunto y cohesivo de nuestra patria.

Tengo fe, señores, en los gremios obreros.

Mi juventud quemó sus alas en el fuego del Constitucionalismo y de la doctrina socialista, en una época en que el liberalismo clásico imperaba todavía y el socialismo no lograba convencer en México a la masa de los intelectuales respecto a la excelencia del sentido humano que insufla la doctrina colectivista. Soy y he sido amigo de los trabajadores. En el Congreso de la Unión, desde mi juventud, representé al Partido Socialista de Yucatán. Mi primera credencial de diputado provocó en la Cámara un incidente de filosofía política, porque originó un debate sobre la intervención de las autoridades en las elecciones y la legitimidad de los partidos de Estado. En efecto, en Yucatán surgió el primer partido de Estado en la República, el partido de Carrillo Puerto y de Alvarado y de Carlos Castro Morales; y nosotros llegábamos a la Cámara extralegalmente, si se quiere, con un mandato imperativo de nuestros trabajadores.

Que este instante sirva para dar a mis palabras fuerza de imparcialidad y de independencia, no por lo que a mi humilde personalidad pudiera referirse, sino por lo que sería de beneficioso para nuestro país y para las orientaciones de nuestro acervo político en los actuales momentos.

Yo tengo fe en los trabajadores, sobre todo en los ferrocarrileros y en los marinos. Manejar un barco y asumir la responsabilidad de él en los días claros o de tormenta, eleva la moral de los hombres; el ser ferrocarrilero y asumir la responsabilidad de centenares de gentes, taladrar la distancia en la noche, ir sobre la techumbre de los carros o a la cabeza del tren junto a la locomotora, eso también eleva la responsabilidad de los hombres.

Los ferrocarrileros sanos y rectos, los justos ferrocarrileros, sabrán solidarizarse con la medida que se endereza a la rehabilitación de los ferrocarriles, que es de notoria justicia y de extraordinaria fuerza política en el presente momento decisivo. Con esa ayuda, con la coadyuvación de los elementos conscientes de nuestras vías de transporte, de los obreros veteranos, cuenta el Gobierno de la República. No pueden desentenderse de la necesidad de defender las energías vitales del país esos trabajadores tan cargados de medallas de honor en la lucha cívica, en la lucha proletaria por la regeneración de las multitudes de nuestro país. Nosotros tenemos fe en los ferrocarrileros, porque son revolucionarios, como la tiene el Poder Legislativo, representado en su receso por la Comisión Permanente; como la tiene el señor Presidente de la República, de que unidos todos en este momento de prueba nacional, podremos hacer que nuestro país, en el momento indispensable de poner a cobro sus fuerzas constructoras, sepa levantarse y asegurar su destino, siendo dueño de sus productos del campo y de la facilidad de repartirlos equitativamente para mejorar la situación material de los cultivadores de nuestras eras, de nuestros ranchos y haciendas, de nuestros ejidos, de los obreros de nuestras ciudades y de los habitantes en general de nuestras poblaciones. Que todos nosotros, señores tengamos confianza en nuestro Gobierno y en nuestro país; que todos nos sintamos defensores, siquiera sea en parte mínima, del legado que nos dejaron nuestros abuelos y que representa la cifra y el compendio de nuestros amores, de nuestras virtudes e intereses, de la obra de los que nos antecedieron, y cuya herencia debemos perfeccionar en el presente y en el futuro, para mantener cada vez más claro el destino de México. (Aplausos nutridos).

El C. Presidente: No habiendo ningún otro compañero inscrito, se consulta a la Asamblea si se considera el asunto suficientemente discutido. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido. En votación económica se consulta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.

Se nombra en comisión para participar el acuerdo al señor Presidente de la República a los señores senador Martínez Chavarría, diputado Garza Tijerina , diputado Reynoso y senador secretario Castillo Torre.

No habiendo otro asunto que tratar, se levanta la sesión y se cita para el próximo miércoles. (14.55).

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"

El Director, Jefe de la Oficina,

Juan Antonio Moll.