Legislatura XXXIX - Año I - Período Comisión Permanente - Fecha 19440414 - Número de Diario 49

(L39A1PcpN049F19440414.xml)Núm. Diario:49

ENCABEZADO

MÉXICO, D. F., VIERNES 14 DE ABRIL DE 1944

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO I. - PERIODO ORDINARIO XXXIX LEGISLATURA TOMO I. -NÚMERO 49

SESIÓN SOLEMNE

DE LA

COMISIÓN PERMANENTE

EFECTUADA EL DÍA 14

DE ABRIL DE 1944

SUMARIO

1.- Se abre la sesión solemne en celebración del "Día de las Américas". Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior. Son introducidos al Salón de Sesiones el Excelentísimo señor Embajador de la República de Cuba y el C. licenciado Ezequiel Padilla, Secretario de Relaciones Exteriores.

2.- Se reserva para la Cámara de Diputados un oficio en que se transcribe un acuerdo del C. Primer Magistrado de la Nación, para que se promueva la reinhumación de los restos del C. Ricardo Flores Magón en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

3.- Moción enviada por la Cámara de Representantes de la República de Cuba que motivó la celebración de esta sesión solemne. Pronuncian discursos alusivos al acto, sucesivamente, el C. senador Joaquín Martínez Chavarría; el Excelentísimo señor doctor José Manuel Carbonell, Embajador de Cuba en México; el C. diputado Julián Garza Tijerina y el C. licenciado Ezequiel Padilla, Secretario de Relaciones Exteriores.

Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. FEDERICO MEDRANO VALDIVIA

(Asistencia de 19 ciudadanos representantes).

- El C. Presidente (a las 12.30 horas). Se abre la sesión solemne de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

- El C. secretario Moctezuma Fernando (leyendo):

"Acta de la sesión celebrada por la Comisión Permanente del XXXIX Congreso de la Unión, el día veintinueve de marzo de mil novecientos cuarenta y cuatro.

"Presidencia del C. Federico Medrano Valdivia.

"En la ciudad de México, a las trece horas y quince minutos del miércoles veintinueve de marzo de mil novecientos cuarenta y cuatro, se abre la sesión con asistencia de dieciséis ciudadanos representantes, según comprueba previamente la Secretaría en la lista que pasó.

"Sin que nadie la impugne, se aprueba el acta de la sesión anterior efectuada el quince de los corrientes.

"Se da cuenta con los documentos en cartera:

"Cablegrama y comunicación de la Cámara de Diputados de la República Chile, formulando atenta invitación para que se nombre una representación que asista, el 14 de abril próximo, a la sesión solemne que celebrará aquella Cámara en ocasión del "Día de las Américas". - Se designa al C. diputado Carlos A. Madrazo para que represente a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión en la sesión solemne que celebrará la Cámara de Diputados de Chile, en ocasión del "Día de las Américas". También se designa en comisión al C. diputado Gabriel Ramos Millán para que el 14 de abril próximo, en ocasión de la sesión solemne que celebrarán los Congresos de los países del Continente por el "Día de las Américas", haga presente el saludo del Congreso de México al Congreso de la República de Cuba.

"Oficio de la Secretaría de Gobernación, enviando la iniciativa de Ley del C. Presidente de la República sobre el Ahorro Escolar. - Recibo, y resérvese para la Cámara de Diputados.

"La Secretaría de Gobernación inserta un oficio de la Secretaría de la Defensa Nacional, y, para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional, remite la hoja de servicios del C. general brigadier Miguel A. Marrón Puga. - Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores. "La Secretaría de Gobernación inserta un oficio de la Secretaría de la Defensa Nacional, y, para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional, envía la hoja de servicios del C. coronel de caballería Marcelo Portillo y Díaz. - Recibido, y resérvese para la Cámara de Senadores.

"La Secretaría de Gobernación inserta un oficio de la Secretaría de la Defensa Nacional, y, para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional, remite la hoja de servicios del C. general brigadier Salvador Real Sánchez. - Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

"La Secretaría de Gobernación inserta un oficio

de la Secretaría de la Defensa Nacional, y, para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional, envía la hoja de servicios del C. coronel de caballería Efrén Gallardo Vázquez. - Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

"La Secretaría de Gobernación inserta un oficio de la Secretaría de la Defensa Nacional, y, para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional, remite la hoja de servicios del C. general brigadier Elfego Chagoya Ortega. - Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

"El Congreso de Durango comunica que acordó hacer suya la ponencia del Consejo Mixto de Economía Regional del Estado de Jalisco, relativa a la creación de una Institución Financiera, tipo industrial de interés nacional, controlada por el Gobierno, que tenga como materia prima para sus operaciones el agua, y procure sacar de ella el mayor beneficio para la economía del país y para todos los elementos de trabajo dentro del mismo. - Recibo, y resérvese para la Cámara de Diputados.

"Invitación de la Diputación Permanente del XXXVIII Congreso del Estado de Guanajuato, para concurrir a la apertura del segundo período ordinario de sesiones correspondiente al tercer año de su ejercicio legal; ceremonia que tendrá lugar el primero de abril próximo, y en que el C. Ernesto Hidalgo, Gobernador Constitucional de aquel Estado, dará lectura al primer Informe de su gestión administrativa. - Se nombra en comisión a los CC. diputados Federico Medrano Valdivia y José D. Izquierdo.

"La Legislatura del Estado de Sinaloa participa que con fecha 15 de marzo, abrió su segundo período ordinario de sesiones correspondiente al cuarto y último año de su ejercicio legal. - De enterado.

"Invitación de la Diputación Permanente del Congreso de Tlaxcala y del ingeniero Manuel Santillán, Gobernador de dicho Estado, para concurrir a la solemne sesión de apertura del primer período ordinario de sesiones del segundo año de ejercicio del XXXVII Congreso de esa entidad; acto que tendrá verificativo el primero de abril próximo y en que el C. Gobernador rendirá el tercer Informe de su gestión administrativa. Se designa en comisión a los CC. senador Emilio Araujo y diputado Heliodoro Hernández Loza.

"La Legislatura del Estado de Zacatecas comunica que abrió y clausuró, con fecha 15 de marzo, su primer período extraordinario de sesiones correspondiente al tercero y último año de su ejercicio constitucional. - De enterado.

"Invitación del Gobierno del Estado de Morelos para asistir a la ceremonia que tendrá lugar el día 10 de abril próximo, a las 10.30 horas, en Cuautla, Mor., en conmemoración del XXV aniversario de la muerte del C. general Emiliano Zapata. - Se nombra en comisión a los CC. senadores Vicente Campos y Augusto Hinojosa, y secretario diputado Fernando Moctezuma.

"El C. licenciado Alfredo Navarrete Solís participa que con fecha 7 de marzo, asumió interinamente el Despacho del Poder Ejecutivo del Estado de Yucatán, en virtud de la licencia de que disfruta el Gobernador Constitucional, C. Ernesto Novelo Torres. - De enterado.

"El C. teniente coronel Francisco Grajales Godoy solicita el permiso constitucional necesario para aceptar y usar la condecoración de la "Orden del Cóndor de los Andes", en el grado de oficial, que le confirió el Gobierno de la República de Bolivia. - Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.

"El Comité Regional de Lucha contra la Reacción en el Estado de Veracruz participa que se constituyó en la ciudad de Jalapa, con fecha primero de marzo, figurando como Presidente el C. diputado Manuel Jasso y como Oficial Mayor el C. coronel Lefoncio Cabañas. - De enterado.

"La Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos del Estado de Veracruz comunica que, por acuerdo expreso de su Comité Central Ejecutivo, quedó integrada debidamente la Comisión de Control Político de esa organización. - De enterado.

"El C. profesor Genaro Beltrán Salgado solicita que se declare Día de Fiesta Nacional el 10 de enero, aniversario de la fecha en que se reunieron en el pueblo de Acatempan, Estado de Guerrero, los generales Vicente Guerrero y Agustín Iturbide para consumar la Independencia de México.- Recibo, y resérvese para la Cámara de Diputados.

"Dictamen de la Comisión de Gobernación sobre la moción presentada por la Cámara de Diputados de la República de Cuba para que el 14 de abril de cada año, fecha en que se celebra el "Día de las Américas", se lleve a cabo en todos los Parlamentos de este Continente una sesión solemne; moción que la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó dar a conocer a esta Comisión Permanente, a fin de que tomara la resolución que considerara pertinente, y dictamen que termina proponiendo se efectúe una sesión solemne el 14 de abril de cada año, comenzando desde el actual, para festejar el "Día de las Américas", de conformidad con la moción de que se trata.

"A discusión este dictamen, sin ella se aprueba en votación económica.

"Agotada la cartera, el C. diputado José D. Izquierdo usa de la palabra para proponer que esta Asamblea dé un voto de simpatía a los organizadores del Congreso de Pediatría que se celebra en esta capital, y felicite a los miembros del propio Congreso que han formulado trabajos positivamente interesantes.

"Tomada en consideración esta proposición se sujeta a debate, y, después de que habla en pro el C. diputado Julián Garza Tijerina, se aprueba en votación económica; designándose en comisión a los mismos CC. diputados Izquierdo y Garza Tijerina para hacer presente el voto de simpatía y la felicitación de esta Comisión Permanente a dicho Congreso, por la meritoria labor que ha estado desarrollando en bien del futuro de la patria.

"A las trece horas y treinta y cinco minutos se levanta la sesión".

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobada.

(Son introducidos al Salón de Sesiones el

Excelentísimo señor doctor José Manuel Carbonell, Embajador de Cuba en México; y el C. licenciado Ezequiel Padilla, Secretario de Relaciones Exteriores).

- El C. secretario Moctezuma Fernando (leyendo):

"La Secretaría de Gobernación transcribe un oficio de la Secretaría Particular de la Presidencia de la República, en el que se trasmite el acuerdo del C. Primer Magistrado de la Nación, para que se promueva, ante el Congreso de la Unión, que los restos del C. Ricardo Flores Magón sean reinhumados en la Rotonda de los Hombres Ilustres del Panteón Civil de esta ciudad". - Recibo, y resérvese para la Cámara de Diputados.

El C. secretario Moctezuma Fernando: Se va a proceder a dar lectura a la moción enviada por la Cámara de Representantes de la República de Cuba, que dio lugar a esta sesión solemne.

"República de Cuba. - Cámara de Representantes. - Presidencia. - La Habana, abril 12 de 1943.

"Señor Presidente de la Cámara de Diputados.

"Estados Unidos Mexicanos. - México.

"Señor: La Cámara de Representantes, en sesión celebrada el día de la fecha, adoptó el acuerdo de aprobar la moción cuya copia se acompaña, relativa a la celebración del "Día de las Américas".

"Como podrá apreciar esa Presidencia, en la parte expositiva de dicha moción se indica que el texto íntegro de la misma se remitirá a todos los Cuerpos Legislativos de las naciones de América, con la súplica de que se sirvan adoptar algún acuerdo similar, para lograr que en 1944, en el mismo día, en todos los Parlamentos del Continente, se festeje el "Día de las Américas", a la par que se glorifique a uno de nuestros grandes hombres.

"Lo que tenemos el honor de comunicarle a sus efectos.

"Muy atentamente.

"Dr. Nestor Carbonell Andricaín, Presidente. - Dr. Diego V. Tejera Rescalvo, Secretario. - Francisco Batista Zaldivar, Secretario".

"Moción aprobada por la Cámara de Representantes de la República de Cuba, relativa a la celebración del "Día de las Américas" por los Parlamentos del Continente.

"A la Cámara.

"En el mes de mayo de mil novecientos treinta, El Consejo Directivo de la Unión Panamericana en Washington, a propuesta del Embajador del Brasil, Excelentísimo señor doctor D. Gurgel de Amaral tomó el siguiente acuerdo: "Considerando: que sería conveniente recomendar la designación de una fecha que se considere en todas las Repúblicas de América como "Día de las Américas", y que éste se establezca como símbolo conmemorativo de la soberanía que asumieron las naciones americanas y de unión voluntaria de todas en una comunidad continental:

"Considerando: que el catorce de abril es la fecha que señala la adopción de la resolución que creó la Unión Panamericana,

"Resuelve: Recomendar a los Gobiernos de los países miembros de la Unión Panamericana designar como "Día de las Américas" o "Día Panamericano" el catorce de abril y enarbolar en esa fecha la bandera nacional".

"A partir de mil novecientos treinta y uno, cada año se ha conmemorado en el Nuevo Mundo la simbólica fecha con mayor popularidad y brillantez, pues no ofrece dudas, de que refleja esa conmemoración un estado de unidad espiritual que aumenta a través del tiempo. Es por esto, por lo que el ilustre Presidente de los Estados Unidos de América, Honorable Franklin Delano Roosevelt pudo decir, con razón, en su discurso del

"Día de las Américas" de mil novecientos treinta y ocho: "Aquí en el Hemisferio Occidental hemos adquirido la noción de lo que realmente significa la comunidad de intereses. Nos esforzamos en alcanzarla, la hemos creado, y hoy nos enorgullecemos de ella."

"No creemos necesario tratar siquiera de definir lo que es el panamericanismo porque anteriormente han expresado su opinión sobre esta cuestión los más ilustres estadistas de este Continente. Así, el Presidente Willson, el siete de diciembre de 1915, afirmó:

"La moral es, que los Estados Unidos no son rivales hostiles sino amigos que cooperan juntos, y que el sentimiento creciente que abrigan de comunidad de intereses ya en materia política, ya en lo económico, puede darles nueva significación como factores en asuntos internacionales y en la historia política del Mundo. Los presenta en un sentido muy profundo y verdadero, y como una unidad en los negocios del mundo, como socios espirituales que marchan juntos porque piensan juntos, y están animados de simpatías comunes e idénticos ideales. Separados, están expuestos a todas las corrientes contrarias de la política confusa de un mundo de rivalidades hostiles; unidos en el mismo espíritu y en los mismos ideales, no se les puede sustraer de su pacífico destino.

"Esto es el panamericanismo. Nada hay en él del espíritu imperial, es la encarnación, la encarnación efectiva del espíritu de la ley, del espíritu de independencia, de libertad y de mutua ayuda".

"Ya en mil novecientos seis, en Río de Janeiro, el Honorable Elihu Root, Secretario de Estado de los Estados Unidos, dijo lo siguiente:

"Ninguna nación puede vivir aislada de las demás y, sin embargo, continúan viviendo. El desarrollo de toda nación es una parte del desarrollo de los pueblos de su raza. Podrá acontecer que unas naciones sean más prósperas que las otras, pero ningún pueblo puede por mucho tiempo seguir al frente del progreso humano, y ningún pueblo, que no esté destinado a desaparecer, puede tampoco quedar muy atrás. Sucede con los pueblos lo que con los individuos; el mutuo cambio, la asociación, la merma del egoísmo por la influencia del juicio de los demás, el engrandecimiento de los puntos de vista por medio de la experiencia y las ideas de sus semejantes, la aceptación del nivel moral de una sociedad cuyas reglas de conducta son de desear, son condiciones

para el progreso de una civilización. Todo pueblo cuya mente no se abra al progreso del Mundo, cuyo espíritu no se sienta movido por las aspiraciones y los éxitos de la Humanidad, que lucha en todo el mundo por la libertad y la justicia, quedará postergado por la civilización en su benéfica y segura marcha".

"No hay uno de nuestros países que no pueda prestar algún beneficio a los demás; no hay uno sólo que no pueda recibir algún beneficio de ellos; no hay uno sólo que no gane con la prosperidad, la paz y la felicidad de todos.

"El ex Presidente del Uruguay, ya desaparecido, Honorable Baltasar Brum dijo también, refiriéndose al mismo tema, las siguientes frases:

"El Panamericanismo implica la igualdad de todas las soberanías, grandes o pequeñas; la seguridad que ningún país intentará amenguar las de otros y que han de serles reintegradas a los que las tuvieran disminuídas.

"Es en resumen, exponente de un alto sentimiento de confraternidad y de una justa aspiración de engrandecimiento material y moral de todos los pueblos de América, armonizada en el derecho al bienestar y a la libertad de todos los pueblos de la tierra, por diferentes que sean sus razas, sus culturas o sus ideales, políticos o religiosos".

"Y el eminente internacionalista, ex Presidente de la República de Panamá, Honorable doctor Ricardo J. Alfaro, escribió lo siguiente:

"El Panamericanismo no es una institución ni un sistema. Es un estado de ánimo, una corriente de opinión creada por una serie de factores; la continuidad geográfica, la similitud de instituciones, los intereses económicos, el amor de los principios democráticos, la comunidad de anhelos internacionales. Este sentimiento continental no engendra propósitos políticos, simplemente se traduce en actos tendientes a estrechar los vínculos sociales, económicos y culturales de las dos Américas".

"En la Conferencia Interamericana de Lima, el veinte y siete de diciembre de mil novecientos treinta y ocho, en el discurso de la sesión de clausura, el autor de esta moción, que tuvo el honor de representar a Cuba como uno de sus Delegados Plenipotenciarios, pronunció las siguientes palabras que reflejaban, sobre esta cuestión, el estado de conciencia y la opinión del pueblo de Cuba:

"Hemos venido, señor Presidente y señores delegados, a Lima, a decir en cuatro idiomas distintos para que se nos comprenda perfectamente, el Evangelio de la Solidaridad Americana. Hemos querido advertir sin arrogancias, pero con serena energía, que para las agresiones injustificadas seremos un solo pueblo y una sola conciencia; y si los acontecimientos que depare el porvenir nos obligan a que lo demostremos, podemos anticipar con orgullo, que el mundo todo contemplará a doscientos cuarenta millones de americanos unidos corazón con corazón, sacrificando lo que fuere necesario para conservar la libertad y nuestra independencia.

"Los que dudaban de la realidad de la solidaridad americana serán temerarios si continúan manteniendo esas dudas. Los que contemplan con alguna displicencia a este Continente no deben hacerlo después de analizar el resultado de nuestras deliberaciones, lo mismo en el aspecto moral que en el internacional o cultural. La América ya está formando una civilización propia, y en esto estriba nuestro mayor orgullo".

"En este Congreso de hombres ilustres de todas las naciones del Continente hemos demostrado de lo que somos capaces por defender nuestros principios fundamentales. Por ello tenemos que señalar con intensa emoción el gesto de un gran Presidente que designa para representar a su país, al que fuera su contrincante en los comicios celebrados; y contemplamos con el mismo estado de ánimo la grandeza de alma con que, por servir a la tierra que lo viera nacer, acepta ese ciudadano eminente el nombramiento y labora con nosotros con notable entusiasmo y desinterés.

"La República de Cuba entiende, y lo señala como un hecho que debe regocijar a todos, que la "Política del Buen Vecino" ya no es propia o privativa del Estado que la iniciara y la pusiera en ejecución; es ahora política continental y, por lo tanto, nunca más podrá ser variada, porque ese es el deseo unánime de América. Hermanos, buenos vecinos, por siempre seremos los que tenemos la suerte de habitar en este magnífico y esplendoreso Continente Americano.

"Señores Delegados: Por América y para América: por la paz, por el bienestar y progreso de la Humanidad, esa es la palabra del orden".

"A pesar de todo lo anteriormente expuesto, resulta un hecho lamentable que no acabamos de conocernos totalmente los hombres que habitan en los distintos Estados de este Continente. A este efecto, no es exagerada la afirmación de que los grandes estadistas, escritores y artistas de Europa son más conocidos en todos los pueblos de la América que nuestras grandes figuras que resultan también cumbres del pensamiento universal. Esto hay que evitarlo para que gradualmente la doctrina panamericanista deje de ser el producto de acuerdos de cancillerías o del pensamiento de las "élites" de todas las sociedades y se convierta en lo que debe ser, un sentimiento profundamente arraigado en las masas populares.

"El período de la postguerra más que el actual ha de hacer necesaria, imprescindible mejor, la unión estrecha de todos los pueblos de nuestra América. Nada podemos ni debemos esperar, para solucionar nuestros problemas económicos, sociales y políticos de los individuos que habitan en otros continentes. América ha adquirido plenamente el concepto de su responsabilidad y debe aspirar, con pleno derecho, a integrar en el porvenir inmediato un conglodmerado de nacionalidades libres que fije orientaciones rectoras para obtener un mayor estado de bienestar para la Humanidad. Para lograrlo debemos comenzar por conocernos. Que en cada país de nuestro Continente se admire a los grandes hombres de los otros pueblos hermanos, con objeto de lograr la unidad en el pensamiento imprescindible para el éxito del programa que sucintamente hemos esbozado.

"La República de Cuba, por medio de su Cámara de Representantes, genuina representación del pueblo, debe tomar la iniciativa de una medida

que es útil para la finalidad perseguida y solicitar de los otros parlamentos del Continente que también la adopten, con objeto de generalizarla. A este efecto, el Representante de la Cámara que suscribe, somete a la consideración del Cuerpo la siguiente "Moción.

"Primero: Todos los días 14 de abril, a partir del año de 1944, la Cámara de Representantes celebrará una sesión solemne para festejar el "Día de las Américas", y en ella, hará uso de la palabra un miembro del Cuerpo, libremente designado por el señor Presidente, que pronunciará un discurso apologético sobre alguna de las grandes figuras americanas, ya fallecidas, pero que hubiere nacido en otro lugar del Continente. "Segundo: Este acuerdo, con copia de la moción íntegra, se remitirá a todos los Cuerpos Legislativos de las naciones de América, con la súplica de que tomen otro similar, para lograr que en 1944, el mismo día, en todos los Parlamentos del Continente, se esté festejando el "Día de las Américas" y glorificando a nuestros grandes hombres.

"Tercero: Se enviará al Poder Ejecutivo de la República el texto íntegro de esta moción y de los acuerdos, para que, por conducto del Ministerio de Estado, se utilice a nuestro Cuerpo Diplomático en el extranjero con objeto de que realicen las gestiones que consideren oportunas cerca de los gobiernos en que se encuentren acreditados para que se adopten en cada Parlamento los mismos acuerdos que esta Cámara ha tomado.

"Cuarto: Se enviará una copia certificada de esta moción y de los acuerdos a la Unión Panamericana, que radica en la ciudad de Washington, con la solicitud de que ese organismo realice gestiones que propendan a que se tomen los mismos acuerdos en los distintos Parlamentos de América.

"Salón de sesiones de la Cámara de Representantes, a cinco de abril de mil novecientos cuarenta y tres.

"(Fdo.) Dr. Emilio Nuñez Portuondo. - Dir. Alfredo Nogueira Herrera.- Dr. Sebastián Beltrán Moreno. - Dr. Martín A. Iglesias Abreu".. - (Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano senador Joaquín Martínez Chavarría.

El C. Martínez Chavarría Joaquín: Excelentísimos señores Embajadores y Ministros; ciudadanos Senadores y Diputados:

Cuando Anatole France en su oración pronunciada ante la estatua de Renán expresa que lentamente, pero siempre, la Humildad realiza el sueño de los sabios, hay que pensar que identificó proceso de esperanza siguen los pueblos en su ruta por la conquista de sus libertades, en sus empeños de justicia en la resolución pacífica de sus problemas.

Desde la fecha en que México consuma su independencia hasta estos días estremecidos de inquietudes y en que la América generosa y con fe en su porvenir, pone sin regateos su contribución para el éxito de las Naciones Unidas, siempre ha tenido su conciencia alerta para interpretar todas las voces nobles que salen del Continente.

La hidalga y conveniente iniciativa del Congreso Cubano de celebrar en este día sesiones solemnes en los Parlamentos de toda la América dedicándolas a exaltar el espíritu del panamericanismo, con el propósito fincado de hacer profesión de fe democrática y rendirles pleitesía a las figuras de los próceres que lucharon tesoneramente por la liberación de las naciones del Continente, no puede ser más significativa. Y esta ceremonia que procede del sentimiento fraternal de Cuba, tiene también el señero pensamiento de hacer el intento de que vayamos viendo claro, el camino que se abre para la postguerra, sin olvidar que la misma iniciativa pone de relieve la tendencia existente en todos los pueblos americanos de fortalecimiento de sus relaciones, afianzamiento de la política externa en principios de respeto para las propias soberanías, igualdad continental, mutuas consideraciones e idénticas oportunidades para poder desarrollar y obtener los beneficios de una vida más rica y más justa en valores espirituales.

Para México, las doctrinas del panamericanismo siempre cobran singular importancia, en cuanto que están acordes con su anhelo de darles la debida plasticidad y realización después de liquidadas las orgías totalitarias, cuando el mundo anhelante de abstinencia y castidad, desea el apresuramiento de la restauración de la justicia, pues que nadie sabe estimar las dulzuras de la paz si no ha probado las amarguras de la guerra.

México, dentro de su tradicional amor a la libertad y dentro de sus modestas posibilidades, siempre ha cooperado para conseguir la manumisión de los pueblos sojuzgados por determinados imperialismos. La miopía de los regímenes socialistas que no entendieron que la guerra española era su guerra marginó el conflicto bélico de ahora que tiene características de tipo mundial y en el que como desde su origen, pusimos para combatirlo nuestra cooperación de lealtad y de esfuerzo. Y como pueblo de condición siempre libre consideramos que es llegado el momento de que todos los países de la América Latina para quienes la conciencia de su vida de mañana no puede ser más que una angustia, la angustia del futuro por toda condición de su existencia, es urgente el fortalecimiento de una anfictionía fuerte, unificada y respetable, de todas las naciones americanas.

Que semejante unión salve a la América, que no le pedimos más que una cosa: que sea para la libertad de todos, la garantía del derecho, el bien para la comunidad y no el beneficio exclusivo de determinados pueblos.

Nuestra situación geográfica no nos ha permitido en el pasado estar en íntimo contacto con los pueblos hermanos del Continente y en particular con aquellos de los que nos han separado fantásticas distancias; más, por fortuna, en la hora actual, las modernas comunicaciones han suprimido todas las latitudes, y tan feliz circunstancia nos acerca cada día más y nos proporciona la oportunidad de comprendernos e interpretarnos mejor. Las inquietudes de nuestros hermanos de América son nuestras; tenemos semejantes anhelos de superación social; alimentamos idénticos afanes porque imperen la razón y la justicia; y sostenemos iguales

propósitos por que la democracia sea la norma de las instituciones públicas.

En ocasión semejante a la que hoy celebramos, expresé desde esta tribuna con relación a la tragedia que aflige a los hombres, que conviene hacer una revisión de nuestros regímenes domésticos, liquidando las dictaduras que por inercia política se mantengan disfrazadas con el ropaje seductor de la democracia. Si no procedemos en esta forma, todo pensamiento y toda acción resultarán totalmente infecundos. Mientras se racione la libertad y sean restringidos los derechos cívicos, no habrá auténticas democracias en América.

Conviene que al revisar los valores políticos americanos, al ser planteada la unidad de nuestros pueblos, sea ésta construída sobre las bases sólidas de la mutua comprensión, con idénticas oportunidades de progreso para todos, una debida supresión del caudillaje y la mejor observancia del sufragio universal. Porque no será posible hablar de instituciones democráticas en América en tanto existan gobernantes comprometidos ante la verdad histórica; en tanto existan pueblos que llevan existencia de perpetuo desengaño, trayectoria de ideales destrozados, con esperanzas quebradas y mañanas sin auroras. Creemos que es llegada la ocasión particularmente adecuada para beneficiar el generoso afán de la unidad de los pueblos americanos, aun cuando para lograrla sabemos que, como en la leyenda de la Torre de Spina - en la que se dice que sus peldaños deben subirse de rodillas- la trayectoria a seguir será larga, difícil, pero que es necesario realizar como una demanda que estamos obligados a cumplir, puesto que el Viejo Mundo parece morir en sus formas actuales de gobierno, y América, en cambio, va encontrando soluciones a sus problemas sociales y políticos. Nosotros tenemos fe plena en el porvenir de América, sinceramente estimamos que, si en otros continentes fracasan los ideales humanos de amor y confraternidad universal, - acá, en estos países jóvenes, prepotentes de energía, brilla y seguirá brillando la luz con que ha de iluminarse el mundo del mañana.

Las frases vertidas últimamente por los más altos representantivos de los gobiernos americanos- el Presidente Roosevelt, el Presidente Avila Camacho, el secretario Hull, el licenciado Padilla y otros paladines como ellos - nos hacen concebir esta esperanza. Hablando con cabal sinceridad, sentimos que nos confortan los postulados ardientemente defendidos - por el Gobierno de Norteamérica: igualdad de derechos y respeto absoluto para la soberanía de los pueblos del Continente. La antigua política de Washington ha sido sustituida, con beneplácito de América, por una doctrina más humana, más comprensiva y más en consonancia con la idiosincrasia de nuestros pueblos latinoamericanos; ¡Quiera el destino sostener invariable este feliz entendimiento! Réstame enviar, señores, desde esta tribuna del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, mis más cordiales saludos a las naciones americanas, haciendo fervientes votos por que todos nuestros pueblos, compenetrados de su misión, sigan siendo el baluarte inexpugnable de las libertades humanas. (Aplausos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el Excelentísimo señor Embajador de la República de Cuba, doctor José Manuel Carbonell, representante del país autor de la iniciativa a cuya virtud se celebra esta sesión solemne. - El Excelentísimo señor doctor José Manuel Carbonell, Embajador de la República de Cuba,- Señores de la Mesa; Honorables miembros de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión:

Recordaré siempre como un honor muy grande en mi vida de luchador constante por los ideales de nuestro Continente, el que me habéis dispensado, señores del Congreso de la Unión, invitándome para ocupar su ilustre tribuna en el aniversario del Día de las Américas. Llego a ella trémulo y conmovido, como el creyente ante los altares de su fe, con el pensamiento emocionado y el corazón queriéndose saltar del pecho, como si el uno y el otro, al conjuro de visiones y recuerdos pretéritos, rivalizaran en el deseo de avivar en mis labios la desmayada palabra que en otros tiempos vibró dianas de entusiasmo y de resurrección, cantó hazañas y glorias del combate libertador y rezó plegarias sobre las tumbas de los héroes caídos, en su clarín ya roto y abollado por los años. (aplausos).

La feliz iniciativa del diputado cubano Emilio Núñez Portuondo, sugiriendo la celebración del Día de las Américas en los parlamentos de las veintiuna Repúblicas americanas, iniciativa convertida en ley por los Cuerpos colegisladores de mi país y secundada cortés y generosamente por el Congreso de la Unión, es el motivo que habéis tenido para reclamar mi presencia en este recinto iluminado por el espíritu de vuestros precursores, desde Hidalgo y Morelos hasta Benito Juárez; precursores que evoco con ternura de hijo para rendirles el homenaje de mi veneración al ponerme en cuerpo y alma de rodillas bajo el ala protectora de sus sombras heroicas.

Todo cuanto concurra o propenda el estrechamiento moral y material, político y económico de nuestros pueblos, merece acogida fraternal. Conocernos y compenetrarnos es siembra de hoy y cosecha de mañana. La historia de América debe enseñarse como asignatura principal, lo mismo en la escuela primaria que en la secundaria y en la Universidad. El tema de certámenes y concursos debe ser para premiar al que más conocimientos demuestre tener de los hombres y hechos de nuestra historia, pródiga en heroísmos y sacrificios. La cultura, como la caridad bien entendida, comienza por casa. Los padres de nuestra redención conquistaron con su sangre el derecho de reinar eternamente en la conciencia de sus conciudadanos. En las tierras americanas hay muchas canteras vírgenes que el pico del historiador no ha roto todavía. Explorar y estudiar los problemas y factores del país natal o del Continente del que forma parte, es labor fructífera de patriotismo vigilante. La historia de América, de los incas acá, decía Martí, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferida a la Grecia que no es nuestra. Los políticos nacionales han de

reemplazar a los políticos exóticos. Injértese en nuestras Repúblicas el mundo, pero el tronco ha de ser de nuestras Repúblicas.

Propagar doctrinas de unidad continental, regar semillas de confianza y equidad en tierras que pesimismos y recelos, más o menos fundados, convirtieron en páramos, es disponerse a cosechar frutos maduros de fraternidad y amor.

La América, fiel a su pasado, no alienta sueños de conquista ni de dominación; rechaza todas las hegemonías, y es, por el sentimiento desinteresado que la dirige y alienta en la paz y en la guerra, el presente y el porvenir de los que sufren hambre y sed de sosiego y de justicia. De la madre Europa lucimos y llevamos rayos y centellas en los ojos y en el pensamiento; pero el corazón que nos late dentro del pecho, ancho y sincero, es genuinamente autóctono. La América es cuna de libertadores y tumba de conquistadores. La libertad es planta silvestre en su flora sentimental, aun cuando por la falta de educación ciudadana de la mayoría de sus moradores en los pueblos de nuestra raza, no hayamos cesado de sangrar y de morir por ella. (Aplausos).

Los pueblos, en el calor de su creación, son como niños acabados de salir del seno maternal. La experiencia, el agrio jugo que rezume el limón de la vida, es factor de triunfos individuales y colectivos. Los pueblos americanos ascienden por la cruz y se orientan entre desastres y amarguras. En la formación de los pueblos, decía Martí, se empieza por la guerra, se continúa en la tiranía, se siembra con la revolución y se afianza con la paz.

Los héroes y apóstoles de nuestro Continente no guardan parecido físico ni moral, lógica característica de formaciones opuestas, con los grandes capitanes del Viejo Mundo que desfilan por la llanura de la historia o por las cumbres de la fama, cabalgando en la aventura, bajo un palio de espadas relucientes que chispean al sol, envueltos en sus capas reales, y ceñido al sombrero o al tricornio el deslumbrante penacho.

Nuestros héroes, los fundadores y libertadores del semillero de Repúblicas que florecen del Bravo al Plata, nacieron y crecieron en la servidumbre, madre providente de la libertad. La tiranía abona las virtudes que la matan, fecunda el derecho, engendra la democracia y alumbra la libertad. En el recuento de los padres y fundadores de nacionalidades americanas, Washington va delantero; le sigue Miranda, y detrás de él Bolívar, Hidalgo, San Martín, Sucre, O'Higgins, Santander, Céspedes, Martí y tantos otros. Sobre ellos, en torno de sus vidas que no morirán nunca, se pronunciarán en el día de hoy panegíricos en muchos parlamentos de nuestra América que han hecho suya la iniciativa cubana de honrar a los próceres y misioneros, patricios y patriarcas, capitanes y soldados de la emancipación continental.

Por los mismos principios de soberanía, igualdad y democracia que armaron el brazo de los libertadores de América, desde Washington en 1776 y Bolívar en 1810 hasta Martí en 1895, está hoy el Continente en guerra contra los aspirantes a dominar el orbe, sabe en mano, a título de una superioridad racial que no se aviene con el sentir de honda raíz de los que, como nosotros, no comulgamos con la hostia envenenada de las desigualdades humanas.

Por los que luchan y por los que mueren en la tierra y en el aire, en la mar y debajo del mar, por redimir al hombre de la esclavitud que lo amenaza, no hemos de llorar, sino imitar su ejemplo movilizando los corazones con vistas a participar más intensamente en la descomunal y pavorosa tragedia que desgarra al mundo. Soldado de la libertad de mi patria a los dieciséis años, contemplo con envidia y melancolía desde mi balcón otoñal blanqueado por la escarcha, a los que combaten o caen por ella bajo el ala de sus oriflamas desplegadas al viento entre la tempestad de la metralla.

Señores del Congreso de la Unión: Os reitero mi agradecimiento por el honor que me habéis dispensado, y antes de abandonar vuestra tribuna, quiero traer a colación, para terminar, los últimos seis versos de un canto que escribí en la mocedad y que son como mandamientos de mi fe o antífonas sangradas de mi devoción a nuestra Madre América: En nombre de mi patria y al calor de su lumbre, con espíritu abierto y la mente en la cumbre por la América toda alzo mi copa yo; por sus héroes amados, por sus veinte banderas y por la mía que traigo de cercanas riberas con su estrella clavada sobre mi corazón.

(Aplausos). - El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano representante Julián Garza Tijerina.

El C. Garza Tijerina Julián: Ciudadanos representantes de las Repúblicas hermanas de América; honorables miembros de la Comisión Permanente: Desde hace catorce años se viene celebrando, hoy 14 de abril, en todas las Repúblicas del Hemisferio Occidental, el "Día de las Américas", por iniciativa que fuera presentada al Consejo Directivo de la Unión Panamericana. Esta fecha representa el día que la primera Conferencia Internacional Americana reunida en Washington el 2 de octubre de 1889, creó la organización que lleva el nombre de Unión Panamericana, la que naciera el 14 de abril de 1890.

En México se celebró el "Día de las Américas", por primera vez, en el año de 1932, con niños de las escuelas públicas que se reunieron en el Zócalo, sin que por cierto faltaran en esa ocasión críticas acerbas en algunos diarios; pero hoy, por primera vez, es la Comisión Permanente, por mandato de la Cámara de Diputados, quien solemniza este día a iniciativa de la Cámara de Representantes de nuestra vecina República de Cuba.

En efecto, con fecha 12 de abril del año próximo pasado, los diputados cubanos enviaron a los Parlamentos de América la siguiente iniciativa: "La Cámara de Representantes, en sesión celebrada el día de la fecha, adoptó el acuerdo de aprobar la moción cuya copia se acompaña relativa a la celebración del "Día de las Américas".

"Como podrá apreciar esa Presidencia, - dice la iniciativa de los representantes cubanos, en la parte expositiva de dicha moción - se indica que el

texto íntegro de la misma se remitiera a todos los Cuerpos Legislativos de las naciones de América, con la súplica de que se sirvan adoptar algún acuerdo similar para lograr que en 1944, en el mismo día, en todos los Parlamentos del Continente se festeje el "Día de las Américas", a la par que se glorifique a uno de nuestros grandes hombres".

La feliz moción, aprobada por nuestros hermanos de Cuba a iniciativa de uno de sus representantes, el doctor Emilio Núnez Portuondo, fue igualmente votada por nuestra Cámara de Diputados el 28 de diciembre del año pasado, corriendo la misma suerte en los demás Parlamentos americanos. Por lo tanto, puede decirse que en este año todos los Parlamentos del Continente celebramos este día como expresión sincera e íntima de unidad continental.

Panamericanismo, día de la raza, día del Nuevo Mundo o "Día de las Américas", son expresiones todas de un mismo ideal, el ideal de la unidad social y política del Nuevo Continente, el ideal de Bolívar, el inmortal caraqueño que después de liberar a seis pueblos pensó en su unión y en la unión total del Continente, dando forma a su certera visión de estadista con la invitación que desde Lima hiciera el Primer Congreso Panamericano que se reunió en Panamá en 1826.

En el proceso evolutivo de la fraternidad humana, el apóstol mesiánico de una doctrina de amor y de justicia, ha tenido predecesores, pero nadie como Bolívar para infundirla en la conciencia del hombre y darle la virtualidad de un soplo divino en el espíritu.

Bolívar, el visionario inmortal del Chimborazo, venía de los dominios de la luz que se hizo en el génesis de América, que constituyó fogata inapagable en sus noches de rebeldía de los andes y que en la exégesis del símbolo alumbra aún al mundo. Bolívar, campeón de libertadores, representa toda una ideología política y moral que arranca de los protocolos del Istmo y bajo los predicados generosos de buena vecindad y culmina en los pactos americanos de solidaridad y cooperación interamericana y defensa colectiva.

Al recobrar su libertad y plena soberanía los países de América, y desaparecer también el peligro exterior representado en aquella época por la Santa Alianza, el ideal de unidad perdió calor y han transcurrido más de cien años sin verlo realizado. Pero en esta hora trágica por que atraviesa la humanidad a partir de 1939, en que se desató en la vieja Europa una doctrina de violencia que amenaza al mundo, los pueblos de nuestros hemisferios se han acercado más ante el peligro común, por lo cual tenemos fe de que de esta gigantesca tragedia surgirá una América única, indivisa, donde todos nos sintamos iguales, social y políticamente, sin diferencias emanadas de la fuerza, el color, idioma o intereses.

Pero hace falta, mucha falta, que en estas amargas horas, que por otra parte nos han acercado como nunca a la más perfecta unidad, los pueblos americanos sepan con absoluta claridad que el significado de esta contienda en una disyuntiva: libertad contra opresión; que esto y no otra cosa significa la conflagración que padece el mundo. Si así lo entendieran todos nuestros conciudadanos la unidad y solidaridad americana sería completa, total e indestructible; pero por desdicha no aparece la contienda con esa nitidez, dando lugar a la duda de que solamente se trata de combatir una brutal e inhumana tiranía nazifascista para imponer una menos dura, pero también tiranía: la de los aliados.

La actitud de Inglaterra con la India, aun después de firmada la Carta del Atlántico, y la de la Unión Soviética con Polonia, conturban el espíritu. En la Mesa Redonda de la Paz no deberán sentarse los opresores y los oprimidos, pues no darían nacimiento a la libertad sino a un nuevo Versalles, generador de una tercera Guerra Mundial. Si esto sucediera, los países americanos, que no tienen pretensiones territoriales como los de Europa y Asia, deberán rehusar su cooperación, y el viejo Continente, sin el concurso del nuevo, será incapaz de mantener la paz.

En efecto, la vieja Europa ha ensayado por siglos una política de fuerza, mediante "bloques estatales de equilibrio" siempre con resultado negativo; se necesita de la ayuda del Nuevo Mundo para cambiar derroteros y ensayar ahora un nuevo sistema: el de la Cooperación Internacional; según la VIII Conferencia Internacional Americana efectuada en Lima, tal sistema puede sintetizarse en los siguientes principios:

1o. Es inadmisible la intervención de un Estado en los asuntos internos o externos de cualquier otro;

2o. Todas las diferencias de carácter internacional deben ser resueltas por medios pacíficos;

3o. No es lícito el uso de la fuerza como instrumento de política nacional o internacional;

4o. Las relaciones entre los Estados deben obedecer a las normas del Derecho Internacional;

5o. El respeto y la fiel observancia de los Tratados constituyen norma indispensable para el desarrollo de las relaciones pacíficas entre los Estados, y sólo podrán ser revisados mediante acuerdo de las partes; 6o. La colaboración pacífica entre los representantes de los diferentes Estados y el desarrollo del intercambio espiritual entre los respectivos pueblos concurren a la buena comprensión de los problemas de cada uno, y de los problemas comunes a todos, a la vez que facilitan la solución pacífica de las controversias internacionales;

7o. La reconstrucción económica contribuye al bienestar nacional e internacional, así como en la paz entre los pueblos;

8o. La cooperación internacional es condición necesaria al mantenimiento de los principios antes indicados.

Ahora bien, la Cooperación Americana es necesaria, más aún, indispensable para la tranquilidad futura y permanente de la Humanidad, pero debe darse únicamente a cambio de la libertad completa, absoluta, para todos los pueblos. Que la Carta del Atlántico se aplique por igual a todos los países del mundo y que nadie, menos los signatarios, puedan violarla. El imperialismo económico, nueva forma de

opresión de los grandes capitales apoyados por sus gobiernos, es otra sombra que intranquiliza a los pueblos de América; deberá proclamarse incesantemente hasta que se haga conciencia, para desvanecer toda duda, que los países débiles nada tienen que temer, ya que la cooperación y fraternidad americanas, pilares del panamericanismo, serán una completa y permanente realidad que impedirá el que nuestros pueblos sean convertidos en mercados de las potencias imperialistas, y que, por el contrario, se usará de esta fraterna cooperación para ayudar a que desaparezcan la miseria, la ignorancia y la opresión que por desgracia aun existen en algunos países del Nuevo Mundo.

Ciudadanos Representantes de nuestras Repúblicas hermanas; hay que desoír, por suicida, la recomendación de que primero es ganar la victoria y después pensar lo que habrá de hacerse con la libertad; por el contrario, si es que anhelamos que surja un mundo mejor y que no se repita esta hecatombe donde ha perecido lo más selecto de la juventud, debemos laborar desde ahora, aislada o conjuntamente, abandonando prejuicios ajenos a todos los intereses y compromisos, por la libertad de la humanidad, obteniendo así también para nuestra querida América el progreso, la libertad y la independencia de todos y cada uno de los países que la integran. ¡Salud! (Aplausos nutridos).

El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano Secretario de Relaciones Exteriores. (Aplausos).

El C. secretario de Relaciones Exteriores, licenciado Ezequiel Padilla: Honorable Asamblea; Honorable Cuerpo Diplomático: Vamos atravesando el quinto año de guerra y estamos aun en vísperas de grandes batallas, con su cortejo de sacrificios. Los pueblos que viven lejos de la catástrofe necesitan concentrarse austeramente y desplegar su imaginación para comprender en toda su magnitud el heroísmo de los soldados que defienden una gran causa que es nuestra, así como el sufrimiento de tantos pueblos torturados.

La América ha tenido la fortuna de no conocer los bombardeos, de que ningún ataque haya prosperado contra su seguridad, de que en la vasta extensión de docenas de millares de kilómetros de sus costas no se haya realizado ningún desembarco, de que en su vasto territorio no haya podido realizarse ningún aterrizaje de fuerzas enemigas. En todos nuestros hogares americanos debería palpitar la convicción de que esta circunstancia venturosa es una de las más evidentes consecuencias de la solidaridad que estrecha a nuestros pueblos americanos.

En este día de consagración de la fraternidad americana, es justo que dediquemos nuestro pensamiento a considerar el valor de nuestra adhesión firme a las naciones unidas y lo que los pueblos de América esperan de su victoria. Es bueno hacerlo en estos tiempos, en que una ráfaga de conspiración y de desconfianza parece amenazar de cuando en cuando no sólo la solidaridad de las Américas, sino la de las naciones unidas. Debemos reflexionar que ningún triunfo tan eficaz podrían lograr los ejércitos de la tiranía, como el de quebrantar la fe de los grandes combatientes, o entre nosotros, el de minar la solidaridad continental. Debemos ser sembradores de confianza internacional, porque sólo sobre ella pueden cimentarse las victorias de las naciones unidas en la guerra y en la paz, victorias que están ansiando las multitudes martirizadas de toda la tierra. Nuestros pueblos americanos están esforzados en cooperar al triunfo de las naciones unidas, por lo que ese triunfo significa, por la plataforma de sus principios, enunciados por los grandes líderes de la guerra y convertidos en banderas de combate por los ejércitos de la libertad. La victoria aliada significa, de acuerdo con estos principios, reiterados en las más solemnes circunstancias de la guerra, que todos los pueblos tendrán el pleno goce de su soberanía, sin más limitaciones que aquellas que necesariamente impliquen la organización de los mecanismos internacionales que garanticen la paz permanente del mundo. En esa organización intervendrán todas las naciones, grandes o pequeñas. Por encima del escepticismo de los incrédulos, se impondrá un sentimiento de democracia internacional que, dando a todas las naciones la oportunidad de participar en un mundo nuevo, establecerá las bases de la verdadera confianza y aprovechará las luces, tantas veces demostradas en el curso de la historia de las naciones pequeñas, así como la nítida calidad de los principios que inspiran a dichas naciones en su milenaria aspiración por la justicia social.

Ningún error podría cometerse más grave para establecer la paz permanente del mundo que todos anhelan, que el de entregar ese grande propósito, exclusivamente y con sentido regresivo, a un cónclave de grandes potencias. La victoria aliada significa libertades para todos los hombres. Esto quiere decir para América el esfuerzo permanente para hacer avanzar en todas partes al auténtica democracia. Dondequiera que se vulnera la aspiración legítima de las masas americanas para gozar de sus libertades de crecer y de pensar, y para gobernarse por la voluntad inconfundible del pueblo, la victoria aliada es una promesa de redención. En medio del estruendo de la guerra, todos los pueblos perciben cómo las campanas de la libertad convocan a todas las almas.

Después de esta guerra, cada regresión política de las libertades públicas en dondequiera que ocurra en este continente, será una mancha para toda la América. La victoria aliada significa cooperación económica, no desenfrenada competencia que estrangula fundamentalmente a los pueblos indefensos. Una economía de cooperación que fomente entre todas las naciones su expansión productiva, de tal manera que todas puedan, dentro de una equilibrada planificación, elevar el nivel de vida del pueblo, exaltándolo al goce de la dignidad humana. Un continente de cooperación significa que en él no habrá pueblos explotadores y pueblos explotados, que la ayuda financiera que se extienda a las naciones, no será a cambio de su independencia.

La guerra pasada rindió un mundo sombrío de desocupados. Con la inteligencia y la experiencia

que esta generación tiene, esta guerra rendirá un mundo de consumidores. Para que la industria de la guerra, al convertirse en industria de la paz, en fantástica producción, pueda subsistir para beneficio de toda la humanidad, es indispensable un nuevo mundo de hombres con elevado standard de vida. Para que los hombres puedan comprar, necesitan producir, y esto pronto, sin un trágico intervalo de hambre y de desempleo. En esta ecuación de justos intercambios es donde reside la fórmula de la justicia y de la esperanza del mundo. La victoria aliada significa que el hambre de justicia social que ha lacerado a través de los siglos a las masas americanas, va por fin a saciarse. La abundancia, que la técnica moderna como máxima conquista de liberación humana puede rendir, será usada por la victoria de las naciones unidas para distribuir esa abundancia en una economía de justos intercambios y no como privilegio de pueblos fuertes, de corporaciones piratas o de grandes señores de la guerra y de la paz. Si todas estas excelencias de conquistas que el alma del hombre ha perseguido en medio de los derramamientos de sangre y de los sueños mejores de su existencia, en el curso de la historia de la emancipación humana están incorporados en los principios por los cuales luchan las naciones unidas, es por lo que un compromiso de honor liga a todos los pueblos americanos para cooperar al triunfo de las democracias.

Los esfuerzos realizados para la libertad de todos, para la dignidad del continente, se impondrán por encima de todos los obstáculos a pesar de las momentáneas diferencias que no afectan decisivamente ni la esencia ni lo eterno de nuestro común destino.

Ningún pueblo americano podrá responder a la historia en estos tiempos cruciales, con la resistencia de cooperar a la derrota de las tiranías como no se podrá responder a la historia, sin arrostrar las más graves responsabilidades para un país, con la ausencia en los grandes propósitos de la paz. En un mundo que se derrumba, es un privilegio y una responsabilidad inexcusable, el participar con todas las fuerzas del pueblo en la creación del nuevo mundo que debe de surgir.

El Día de las Américas en el año de 1944, nos encuentra envueltos densamente en la tormenta precipitada por las potencias del Eje. Nos encuentra combatiendo por los mismos principios que condujeron a las victorias cívicas y al sacrificio personal a los padres de nuestras patrias. Los Estados Unidos, que fueron los primeros en ser atacados por el ímpetu agresivo de los guerreros sin escrúpulos, nos encuentran a su lado en los frentes de la producción en los esfuerzos colaboradores.

Muchos de nuestros países, junto con los Estados Unidos, han declarado el estado de guerra al enemigo común. Todos los demás, sin una excepción, han roto sus relaciones oficiales con los autores de las catástrofes. La América, pues, ha demostrado que no está dispuesta a tolerar el reto a sus derechos y el desafío a la fraternidad americana. Esto nos ha unido con lazos más indisolubles que nunca en el curso de la historia. Es difícil predecir cuándo se derrumbará esa fortaleza de hierro y sangre, de falacias políticas y de odios raciales. Pero avizoramos con certidumbre su próxima caída, decretada por las fuerzas del derecho y de la razón que asisten a los soldados de las naciones unidas, que ya en China, en la Unión Soviética, en el Mediterráneo y en el Pacífico, han asestado golpes formidables al enemigo común, que son el anuncio de los definitivos, que harán estallar en pedazos la brutalidad de su fuerza.

Que sean nuestros votos, los votos de México, los de su gran Presidente Avila Camacho, quien por fortuna continúa guiándonos con su inspiración y su rectitud, para los valientes soldados que en todos los frente defienden la libertad; para la gran Rusia soviética, que ha recuperado ya la tierra profanada por el enemigo, y que va arrollándolo a su final destino; para China, nación héroe y mártir, cuya épica resistencia le reserva una brillante resurrección; para los ejércitos y el pueblo de Inglaterra, sin cuyas epopeyas la civilización cristiana hubiera quedado borrada de Europa por siglos; para la gran comunidad americana, cuya actuación es un orgullo para cada corazón americano, sin cuya gigantesca participación el sueño de la redención humana hubiera quedado confinado en los horizontes sin esperanzas. Para todos ellos, para todos los combatientes de la libertad, sea nuestra más férvida gratitud, nuestra más profunda admiración y, sobre todo, la seguridad de que seguiremos, dondequiera que las circunstancias lo demanden, leales a nuestra misión de solidaridad americana y de colaboración al triunfo de los grandes principios que fulguran en sus inmortales banderas. (Aplausos nutridos y prolongados).

(El Excelentísimo señor Embajador de Cuba en México y el C. Secretario de Relaciones Exteriores abandonan el Salón de Sesiones acompañados de la comisión nombrada al efecto).

El C. Presidente (a las 13.40 horas): Se levanta la sesión.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"

El Director, Jefe de la Oficina,

JUAN ANTONIO MOLL.