Legislatura XXXIX - Año II - Período Comisión Permanente - Fecha 19450117 - Número de Diario 29
(L39A2PcpN029F19450117.xml)Núm. Diario:29ENCABEZADO
MÉXICO, D. F., MIÉRCOLES 17 DE ENERO DE 1945
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos el 21 de septiembre de 1921
AÑO II. - PERIODO ORDINARIO XXXIX LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 29
SESIÓN
DE LA COMISIÓN PERMANENTE
EFECTUADA EL DÍA 17
DE ENERO DE 1945
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior.
2. - Solicitudes de permiso constitucional para los CC. general de división Manuel Ávila Camacho. Presidente de la República; y Licenciado Ezequiel Padilla, Secretario de Relaciones Exteriores. Se turnan a la Comisión correspondiente.
3. - Cartera.
4. - Se reserva para la Cámara de Diputados la solicitud de pensión de la señorita Graciana Ausencia Juárez, hija del Benemérito de las Américas, licenciado Benito Juárez.
5. - Para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional, se reservan para la Cámara de Senadores las hojas de servicios de varios ciudadanos miembros del Ejército Nacional.
6. - El C. diputado Federico Medrano Valdivia propone se exprese al Ejecutivo de la Unión la aprobación de la Comisión Permanente por la política internacional que ha venido desarrollando. Expresan su apoyo a esta proposición los CC. senador Gilberto Flores Muñoz, diputado Teófilo Borunda y senador José Castillo Torre. Se aprueba la proposición. Se suspende la sesión pública para pasar a secreta.
7. - Se reanuda la sesión. Dictamen de la Comisión de Justicia relativo a la petición para que sean desaforados los CC. diputados Pedro Téllez Vargas, licenciado Carlos A. Madrazo y Sacramento Joffre; y para que se convoque a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión a un periodo extraordinario de sesiones en el que se tratará de este asunto. Se aprueba el dictamen. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del
C. EUGENIO PRADO
( Asistencia de 22 ciudadanos representantes).
El C. Presidente (a las 12.50): Se abre la sesión.
"Acta de la sesión celebrada por la Comisión Permanente del XXXIX Congreso de la Unión, el día diez de enero de mil novecientos cuarenta y cinco
"Presidencia del C. Eugenio Prado.
"En la ciudad de México, a las trece horas y quince minutos del miércoles diez de enero de mil novecientos cuarenta y cinco, se abre la sesión con asistencia de diecinueve ciudadanos representantes, según comprueba previamente la secretaría en la lista que pasó.
"Sin debate, se aprueba el acta de la sesión anterior efectuada el acta de la sesión anterior efectuada el tres de los corrientes.
"Se da cuenta con los documentos en cartera:
"La Suprema Corte de Justicia informa que, con fecha 2 de enero, inauguró su primer periodo de sesiones correspondiente al presente año. - De enterado.
"La Legislatura de Chihuahua participa que el 15 de diciembre clausuró el primer periodo ordinario de sesiones, correspondiente al primer año de su ejercicio, dejando integrada su Diputación Permanente.- De enterado.
"La Diputación Permanente de la Legislatura del Estado de Chihuahua avisa que el 21 de diciembre prorrogó, hasta por diez días, la licencia de que disfrutaba el Gobernador Constitucional de aquella Entidad, C. ingeniero Fernando Foglio Miramontes. -De enterado.
"La Legislatura del Estado de Sonora participa que el 16 de diciembre, clausuró el primer periodo ordinario de sesiones correspondiente al segundo año de su ejercicio , dejando integrada su Diputación Permanente.- De enterado.
" La Legislatura del Estado de Tamaulipas comunica que el primero de enero inauguró el primer periodo ordinario de sesiones, correspondiente al tercero y último año de su ejercicio, y da a conocer la forma en que se integró su Mesa Directiva. - De enterado.
"El Congreso de Tamaulipas informa que, con fecha 3 de enero, declaró Gobernador Constitucional de ese Estado al C. licenciado Hugo Pedro González.- De enterado.
"La Legislatura del Estado de Yucatán participa que el primero de enero inauguró el primer periodo de sesiones ordinarias, correspondiente al segundo año de su ejercicio; habiendo rendido en
dicho acto el C. Ernesto Novelo Torres, Gobernador Constitucional de aquella Entidad, el informe de su gestión administrativa durante el año que terminó - De enterado.
"El C. licenciado Eduardo J. Lavalle Urbina comunica que, con fecha 30 de diciembre, volvió a hacerse cargo del Despacho del Poder Ejecutivo del Estado de Campeche.- De enterado.
"Dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales, que termina con el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo Único. Se concede permiso al C. doctor y general Francisco Castillo Nájera para que, sin perder su calidad de ciudadano mexicano, pueda aceptar y usar la condecoración de la Gran Cruz de la Orden de "Polonia Restituida", que le confirió el Gobierno de Polonia.
"A discusión este dictamen, sin ella se procede a recoger su votación nominal resultando aprobado por unanimidad de diecinueve votos. Pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
"A las trece horas y veinticinco minutos se levanta la sesión".
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Aprobada.
El mismo C. Secretario (leyendo):
"Oficio de la Secretaría de Gobernación solicitando permiso para que el C. general de división Manuel Ávila Camacho, Presidente de la República, pueda aceptar y usar la condecoración de Gran Cruz, de la Orden de Morazán, que le confirió el Gobierno de Honduras". - Recibio y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"Oficio de la Secretaría de Gobernación solicitando permiso para que el C. licenciado Ezequiel Padilla, Secretario de Relaciones Exteriores, pueda aceptar y usar la condecoración de Gran Oficial, de la Orden de Morazán, que le otorgó el Gobierno de Honduras".- Recibo y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
- El mismo C. Secretario (leyendo):
"La Legislatura del Estado de Zacatecas informa la designación de su Mesa Directiva que funcionará hasta el 31 del mes".- De enterado.
"El Congreso de Zacatecas, avisa haber prorrogado, hasta el 15 de enero, su periodo de sesiones ordinarias".- De enterado.
"La Legislatura de Chiapas participa el fallecimiento del diputado local. C. Fidel Martínez".- De enterado con sentimiento.
"El Congreso del Estado de Guerrero informa haber clausurado su segundo y último periodo de sesiones".- De enterado.
"El Congreso del Estado de Michoacán comunica la designación de su Mesa Directiva para el mes de enero".- De enterado.
"La Legislatura del Estado de Morelos informa de la clausura de su segundo periodo ordinario de sesiones".- De enterado.
"El Congreso del Estado de Nayarit comunica la designación de su Mesa Directiva para el presente mes".- De enterado.
"El Congreso del Estado de Sinaloa informa la designación de su Mesa Directiva para los primeros quince días de enero". - De enterado
"La Legislatura del Estado de San Luis Potosí comunica la clausura de su primer periodo ordinario de sesiones". - De enterado.
"La Legislatura del Estado de Tlaxcala comunica la clausura de su segundo y último periodo de sesiones".- De enterado.
"La Diputación Permanente de la Legislatura de Tlaxcala informa de su instalación". - De enterado.
"El C. licenciado Luis Felipe Ordaz Rocha participa que fue electo Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Guanajuato". - De enterado.
El mismo C. Secretario (leyendo):
"La señorita Graciana Ausencia Juárez, hija del Benemérito de las Américas, licenciado don Benito Juárez, solicita se le conceda una pensión". - Recibe y resérvese para la Cámara de Diputados.
- El mismo C. Secretario (leyendo):
"La Secretaría de la Defensa Nacional, por conducto de la Gobernación, remite al Senado, para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional, las hojas de servicios de los ciudadanos coronel Piloto Aviador, Antonio Cárdenas Rodríguez, coronel Piloto Aviador Eliseo Martín del Campo, coronel de infantería Jorge A. Landa Suárez, coronel de caballería Adrián Cravioto Leyzaola y coronel de caballería Juan Palacios León".- Recibo y resérvense para la Cámara de Senadores.
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Federico Medrano Valdivia.
El C. Medrano Valdivia Federico: Honorables miembros de la Comisión Permanente:
"El trascendental discurso pronunciado por el señor licenciado Ezequiel Padilla el día siete de enero, expresa nítidamente las actividades que en materia internacional desarrolla el Gobierno del señor general Ávila Camacho.
"Las Cálidas palabras del Secretario de Relaciones Exteriores de México, han llevado a las almas de los ciudadanos todos de la República, una inquietud fecunda y generosa: El pensar honda y patrióticamente sobre el camino que México ha recorrido, el pensar nuestra situación tanto interior como exterior, en una mañana preñado de grave preocupación y de felices augurios.
"En horas trágicas para la Humanidad, asumió la Primera Magistratura del país el general Ávila Camacho. La guerra azotaba ya cruelmente a las viejas naciones occidentales, ampliando todavía más la extensión de sus campos de destrucción y de muerte. Parecía que la victoria había de quedar del lado de las fuerzas opresoras. Y en uno de los momentos más sombríos de la actual conflagración, México en defensa de su dignidad y de su soberanía, tuvo que declarar la existencia de un Estado de guerra con Alemania, Italia y Japón. No la buscamos, vino a nosotros cuando la primera sangre mexicana, la de los héroes marinos del "Potrero del Llano" fue derramada. No la buscamos, fuimos a ella cuando el decoro nacional así lo exigía, si el impulso de inspiraciones extrañas. Decisión histórica de tamaña magnitud no obedeció sino a la injusta agresión de regímenes que soñaron que aun era posible oprimir naciones y pueblos libres.
Cierto es que nuestras tradiciones, nuestro pasado, nos habían ya situado en el campo de la lucha. Nacimos a la vida independiente bajo el signo de dos revoluciones que echaron los cimientos para una nueva organización de los Estados civilizados de la tierra: La americana y la francesa. Los principios que conmovieron a las masas populares de aquellos dos países, estimularon el pensamiento, la inspiración de quienes nos dieron libertad y nación. Y desde aquellos lejanos días nuestro diario bregar ha sido por conservar sin mancha el legado de nuestros mayores. No es necesario que recordemos todos las actitudes de México como nación independiente; baste recordar que todos han estado respaldados por el más estricto sentimiento de justicia y de respeto para con todos los pueblos de la tierra, desde los aciagos días de Munich, en que el nazismo amenazaba al mundo, México avizoraba con inquietud el porvenir. No podría nuestro país simpatizar con la fuerza que representaban la opresión y la esclavitud; no podíamos estar con quien asesinaban la libertad, violaban la santidad de los Tratados y menospreciaban la dignidad humana. ¡ Sí ! desde que el nazismo se organizó, nuestro país estuvo ya situado en el campo de la lucha.
Sin embargo, casi durante los dos primeros años de la guerra, nosotros y con nosotros América entera, observábamos espectantemente lo que ocurría en los campos de batalla. La simpatía de toda América estuvo en los países que representaban la democracia y la libertad. Pero dolorosamente, tuvimos que confirmar que la guerra no era una guerra lejana, sino que también estaba dirigida contra los países libres de un Continente libre. La hora trágica llegó cuando los japoneses atacaron alevosamente Pearl Harbor. Ellos sabían que al atacar aquel girón de tierra amparado por la bandera de las barras y las estrellas, atacaban no solamente a los Estados Unidos sino al Continente, porque todos los países que lo integran habían acordado considerar como agresiones a su propia integridad, la agresión a cualquier país de América. Unos cuantos días después de tan injustificada y alevosa agresión, México llevó su voz a la conferencia de Río de Janeiro, para pedir el rompimiento de relaciones con el país agresores, para solicitar la suspensión de todo comercio con los enemigos, para impedir que los agentes del nazismo desarrollaran sus actividades en nuestra propia tierra.¡ Qué menos podía hacerse y pedirse !
Quienes se sintieron victoriosos, satánicamente enorgullecidos, continuaron sus tropelías internacionales: agredieron a México, agredieron a Brasil. En aquellos momentos, el panorama de la contienda no podía ser más sombrío ni más trágico, pero tanto México como Brasil supieron responder a la agresión: nuestro patriotismo, nuestra dignidad nacional herida, llevó a nuestros gobiernos a declarar la existencia de un estado de guerra. Con el corazón y con el pensamiento puesto en México, el Presidente Ávila Camacho, con voz quebrada por la emoción, hubo de decir que "esta guerra es nuestra guerra". Las agresiones injustas contribuyeron eficazmente a la realización del viejo ideal de unificar el continente. Se robustecieron los vínculos entre todas las patrias americanas. La unidad fue y es una doctrina de salvación común, y hoy pensamos que no hay uno solo que no piense con el estadista que nos gobierna, que esta guerra en nuestra guerra y que nuestro futuro ésta íntimamente vinculado con su pronta terminación.
Es necesario que en este breve comentario sobre las política internacional de nuestro gobierno, nos detengamos a considerar muy especialmente su relación en los Estados Unidos. Y es necesario hacerlo porque precisamente cuando se habla de ellas, los enemigos emboscados del régimen y de
la patria, lanzan sus dardos tratando de emponzoñar la conciencia ciudadana. Es cierto que las relaciones, no solamente de México sino de otros países americanos, en relación con los Estados Unidos en otras épocas se vieron empeñados por nubarrones de incomprensión o por dolorosos y trágicos episodios. Es cierto que hasta hace unos pocos años aun quedaban amarguras en nuestros ciudadanos y en los ciudadanos de otros países hispanoamericanos. Pero también es cierto que hace más de dos lustros el ilustre Presidente Roosevelt, sintiendo los anhelos y los ideales del vigoroso pueblo que representa, inició la política del Buen Vecino.
"La nueva política no era ni es solamente el capricho y la voluntad de un hombre: es el resultado de la trabajosa elaboración del derecho interamericano que ha sido producto de un día. Es la culminación de más de cien años de contactos y relaciones en los que América llegó a comprender que tenía un destino, un ideal común. No importa que nos separen cuatro lenguas distintas en toda la extensión del continente, nuestro futuro nos unifica, la igualdad de propósito estrecha nuestros lazos, y si no queremos hacer de este continente un remedo de odios y miserias espirituales, juntos tendremos que marchar en el porvenir, todos los pueblos de América. "La política del vecino que resueltamente se respeta a sí mismo y,- decía el Presidente de los Estados Unidos -, porque se respeta, respeta los derechos de los demás, la política del vecino que respeta sus obligaciones y la santidad de los convenios en un mundo en que todos somos vecinos..."
Esta es la doctrina que norma las relaciones interamericanas y en doce años de administración, los Estados Unidos ha sabido cumplir lentamente con sus postulados: terminaron para siempre la enmienda Platt en Cuba y los tratados celebrados con Haití, Santo Domingo y Panamá, que menoscababan la soberanía de naciones independientes. La sinceridad de la doctrina norteamericana, muchas pruebas ha sufrido a través de las conferencias de la Habana, Montevideo, Buenos Aires, Lima; y ahora sabemos que esa sinceridad responde al sentimiento de libertad de un pueblo que combate con todos los frentes de batalla del mundo, sobre nuevas bases, pues primero el señor general Lázaro Cárdenas durante su gestión gubernamental y, ahora el señor Presidente Ávila Camacho, han sabido conducir con ejemplar patriotismo y dignidad, las relaciones de México y los Estados Unidos.(Aplausos).
Quienes instigados por sentimientos bastardos, difunden malévolas versiones sobre entreguismo, traicionan a México. No puede haber entreguismo donde hay dignidad y decoro. Ya el canciller, en el discurso que comentamos, decía que en todas partes flota gallardamente nuestra bandera nacional; que en toda la extensión del país sólo soldados del ejército, con las insignias nacionales, mantienen el honor y la seguridad de la República; que no se ha comprometido uno solo de los principios de la dignidad y el respeto de la nación. Y en el orden espiritual, recias manifestaciones seculares mantienen nuestra personalidad, nuestra actitud frente a la vida, nuestra creación estética, en una palabra: nuestra individualización universal. Todo esto impide la realización de los enemigos de México, en forma vaga y artera difunden con el nombre de "entreguismo".
En común tenemos el hacer de este Continente un refugio permanente y encendido de la libertad. En común tenemos el hacer que sobre nuestras extensas tierras americanas la miseria desaparezca para siempre. En común tenemos el hacer que los principios de igualdad y de respeto, normen las relaciones de todos los pueblos civilizados. Que callen definitivamente quienes difunden versiones quintacolumnistas para el mal de México y que, quienes se hayan dejado por tal malévola propaganda, piensen y mediten sobre nuestro porvenir, sobre nuestra responsabilidad, sobre nuestra libertad.
Por el propio Primer Magistrado de la Nación, México sabe que nuestra dignidad a sido la única norma en todas nuestras relaciones internacionales. Lo mismo con el Continente Euroasiático que en América, donde hoy por hoy no hay pueblos pequeños, porque como decía el inmortal bardo de la gleba, Víctor Hugo, su grandeza no se mide por el número de sus componentes, como no se mide por su estatura la grandeza de un hombre. La grandeza de nuestros pueblos se mide por su grandeza moral, por los principios que cimentan y estatuyen la igualdad internacional y el derecho de autodeterminación del propio destino. Y sobre las bases de la buena vecindad, respeto de sí mismo, respeto de los demás, se realizan las relaciones interamericanas. A quienes piensan que esta es una política transitoria o que puede ser transitoria, es necesario recordarles una vez más, que forma parte de la conciencia ciudadana continental, que sabrá exigir su puntual cumplimiento.
Antes de concluir, debemos mencionar la convocatoria que por inspiración del señor Presidente de la República se ha hecho a los demás países del Continente, para abordar los problemas de la hora que vivimos, plena de responsabilidades. En esta nueva reunión interamericana, que habrá, de tener su sede en México, se plantearán los problemas de la guerra y de la paz. A ella se llevarán los puntos de vista del Presidente Ávila Camacho sobre la nueva organización mundial. En ella se plantearán las soluciones de la nueva organización económica americana. El estadista que rige los destinos de México, piensa, con el latino Tácito, que una mala paz es todavía peor que la guerra" y que la nueva organización que se vaya a crear, debe reflejar las ideas y los anhelos de todas las naciones amantes de la paz que participen en su creación. De ahí su preocupación en el futuro próximo que aguarda a las generaciones venideras. La libertad de que disfrutamos significa también responsabilidad, responsabilidad que no tenemos, pero que obliga a nuestro Gobierno a decir en el momento oportuno su palabra de fe iluminarla por lo porvenir. La unidad nacional dentro de nuestras fronteras, la unidad continental fuera de ellas: tal ha sido su doctrina generosa. Y la doctrina interamericana se encuentra hoy sellada definitivamente con nuestra sangre
derramada en los campos de batalla en que se cimienta la libertad. Es la aurora de un nuevo día. Al fin, más de cien años después del angustiado llamado de Bolivia, América sabe y siente que su futuro es uno, que en los más apartados rincones de sus montañas y de sus valles, vive y perdura la libertad; sabe y siente que es una isla de dignidad y de paz, que solamente bajo la base de su unidad podrá realizar su alto destino histórico.
La labor internacional de Ávila Camacho merece el bien de la patria. Por ello, estimo que es un deber de la Representación Nacional cuya H. Comisión Permanente constituimos, que es un imperativo de nuestra función cómo representantes populares de la nación, el expresar el nombre de ésta, de una manera categórica, rotunda y definitiva, nuestra aprobación a la política internacional realizada por el señor Presidente. En consecuencia, someto a la consideración de la asamblea la aprobación del siguiente punto de acuerdo.
La H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión expresa el Ejecutivo Federal su más cálida aprobación por la política internacional que ha venido desarrollando, situándose con él, en un plano de la más absoluta solidaridad histórica.(Aplausos nutridos).
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano senador Gilberto Flores Muñoz.
El C. Flores Muñoz Gilberto: Honorables miembros de la Comisión: Hemos escuchado con mucha atención la proposición que ha hecho a esta Comisión Permanente el compañero diputado Medrano. Consideramos que es inútil sobre la posición del Régimen respecto a la política internacional, porque ante los ojos de la nación está la convicción plena de que todos los actos del señor Presidente Ávila Camacho, tanto en el aspecto internacional como en el interior, ha estado siempre ajustados al más estricto patriotismo y al gran deseo de servir al país. Pero yo considero también que está sesión tiene una extraordinaria importancia, porque se trata de subrayar, ante la nación, los hechos culminantes que han venido informado la política internacional del Régimen, con el objeto de que la opinión pública posea una visión sintetizada y a la vez toral, cuya trascendente importancia a nadie escapa.
Si nuestra historia es pródiga en fastos que nos llenan de orgullo a la sola mención de México, y si algo aún fuese susceptible de acrecentar en nuestro pecho este orgullo legítimo, lo sería sin duda, la inflexible linea de conducta que se ha trazado en materia de política exterior, el señor Presidente de la República, actitud que ha colocado tan alto el nombre de nuestra patria en el extranjero.
Nuestra altiva bandera, mancillada en el océano por primera vez en la historia, sin posible oportunidad de lucha por parte nuestra, ahora la llevan de nuevo enarbolada nuestros valientes muchachos del Escuadrón 201, con sus colores heroicos, al viento libre de la altura; con su hermosa águila sujetando entre las poderosas garras la serpiente de la iniquidad y la injusticia: con su verdad de patria, como símbolo inviolable del derecho de los pueblos a pasar libremente, a poseer lo que legítimamente les corresponde, a creer en la fe de sus mayores, si ese pensar, ese poseer y esa fe son los que su razón a su sentimiento juzgan suyo.
Podemos afirmar que no quedará sin venganza la mancha inferida alevosamente a nuestra honra y menos aún, impune, la diabólica arrogancia que se emboscó en la noche y en la niebla, como vulgar y despreciable bucanero, hundiendo al Potrero del Llano y al Faja de Oro.
Próxima ya la fecha en que deberán reunirse los Cancilleres de las distintas Repúblicas de nuestro hemisferio occidental y cuya permanencia en suelo nuestro hará temporalmente de México la sede de los ideales panamericanistas, como lo ha sido hasta hoy también en teoría y en acción, conceptuamos oportuno repetir las palabras del señor Presidente, quien juzga que "la asociación de nuestros Estados en la actual emergencia tiene un enlace mucho más amplio que el de una alianza de índole transitoria, pues no obedece exclusivamente a una actitud de defensa frente al conflicto de nuestro tiempo, sino a una cabal comprensión de los nuestros compromisos en la organización armónica de la paz".
De ahí que el panamericanismo, tal como lo entiende México, no sea una doctrina elaborada con materiales de circunstancias, sino una acción concatenada y perfectible, puesta en marcha por los hombres de América y para los hombres de América, lo que vale tanto como decir que será duradera como la humanidad de este hemisferio.
México tiene fe en los fundamentos humanos que inclinan a los hombres hacia la paz. La existencia pacifica y unida de un conglomerado de naciones la juzga natural, puesto que se finca en la identidad de naturaleza de los elementos que la intrigan, en la finalidad común de los ideales que la animan, en la obligatoriedad del deber jurídico positivo de montura asistencia y cuyo cumplimiento lo consideraría como una traición a esa doctrina.
Analizando profundamente a los pueblos de América llegamos al convencimiento, de que no sólo han sido capases de agrupar a sus naturales, sino que están privilegiadamente dotados, mejor aún, conformados para el auxilio mutuo entre ellos con fin humano, ya que han sido ajenos, a través de la historia, de esa vesania criminal que las lenguas, las fronteras y las razas han hecho de Europa y de Asia el campo sangriento que es todo un aprobio para nuestro raciocinio y nuestra civilización.
Pero el panamericanismo es aún más, como dice textualmente el señor Presidente:" siendo en esencia un sistema de libre conciliación para fines de paz y de entendimiento, cobra de pronto, por necesidad apremiante, la calidad de un escudo cuya solidez garantiza la intangibilidad de nuestros territorios, la permanencia de nuestros derechos y la dignidad de nuestra existencia".
Fundada así la interdependencia de las naciones de América, México no ha tenido que alterar ni el más mínimo concepto de su propia doctrina para situarse al lado de ellas y luchar para la civilización del mundo y la libertad de la Humanidad.
Sin embargo, y si a la derrota final de las potencias enemigas no se llegase a lograr una derrota
igual de las condiciones sociales y económicas injustas que han prevalecido hasta nuestros días, entonces nada sería tan lamentable ni defraudaría tanto nuestro futuro de jóvenes naciones democráticas como el convencimiento íntimo de que el sacrificio y holocausto de nuestros soldados había sido, una vez más inútil en esta batalla cruenta en que están empeñados todos los valores inmortales de la Humanidad.
Para finalizar, y retrotrayéndome al objeto preciso de mi peroración, diré que no son discursos lo que la patria demanda de nosotros en estos momentos y que no serán nunca nuestras débiles palabras las que mayor prez otorguen a nuestra acción, si no la obra de nuestras manos. No obstante, y en vía de estímulo personal, es bueno esto de concretar dentro del pensamiento de cada uno de nosotros, hasta del último ciudadano de la República, la convicción de nuestra grandeza espiritual de nación libre, la justicia insospechable de nuestros ideales, la cristalización, en manos del señor Presidente Ávila Camacho, de nuestra postura ante el mundo y que en toda una justificación final y decisiva de nuestra Revolución, hasta hace poco culminada y mal comprendida en el extranjero.
Ahora bien, y desde esta tribuna, quiero hacer patente el que mientras el Gobierno - y el pueblo así lo comprende - ejercitando la más alta responsabilidad patriótica en su política internacional, política, además, revelada honradamente y paso a paso a la luz de la opinión pública, un ex funcionario que fue oneroso para las arcas de la Nación, ex embajador licencioso y poco edificante de la decencia nacional, y otro ex embajador también, a quien se destituyó de su alto cargo por habérsele comprobado de que al amparo de las franquicias diplomáticas, usaba de ellas para introducir bebidas alcohólicas de contrabando, hoy vuelquen sus reprobables desahogos y, al involucrar sus pasiones personales con un asunto de tanta envergadura como lo es la política exterior de nuestro país, se han convertido, irresponsablemente, en unos sistemáticos impugnadores del Gobierno.
Por lo demás, las querellas personales no nos interesan; la opinión que se tenga del Secretario de Relaciones Exteriores no es motivo de análisis en esta ocasión, y si señalamos a aquéllos que no han entendido dónde termina su egotismo y comienza su responsabilidad ciudadana, es porque hemos creído que no debe caer ni la más leve sombra que obscurezca y desoriente el criterio del pueblo de México al juzgar la política internacional del Gobierno de la República.
Después de este paréntesis obligado, yo quiero recoger aquí, con unción, el pensamiento del señor Presidente cuando dijo que México, a pesar de sus años de historia, es una patria que está naciendo entre nuestras manos y a la debemos defender con el pensamiento tanto con las armas y con el corazón.
Esa patria, digo yo, tiernamente querida, es la que hoy, con arrestos maduros ha hecho frente al mundo; esa patria que, con su firme actitud, ha devengado para la Humanidad el derecho de una equidad internacional; esa patria que, con su fervor americanista, hoy norma, también, la pauta del sentido esencial de América. Es ella la gran reserva moral de esperanza y de fe para la Humanidad, y cuando arribe la hora de curar heridas, de exaltar deberes y consagrar derechos, ahí estará ella en la mesa de la Paz..
Termino, pues, adhiriéndome a la proposición del compañero Medrano que, como en un principio dijera, está fundada en la más absoluta equidad y, sobre todo, resume el pensamiento de todos los integrantes de está Comisión Permanente. (Aplausos nutridos).
El C. Presidente: Tiene la palabra el señor Diputado Teófilo Borunda.
El C. Borunda Teófilo R: Señor Presidente de la Honorable Comisión Permanente, señores diputados:
Después de los brillantes conceptos vertidos en esta tribuna por el señor licenciado Medrano y el señor Flores Muñoz, muy poco lo que tengo que agregar en apoyo de la iniciativa que el primero de los mismos presentara a esta Honorable Asamblea; pero intentaré hacer un ligero análisis de la obra interna y externa que ha vivido nuestro país, durante los últimos cuatro años, porque entiendo que las masas populares tienen el supremo derecho de conocer el criterio que sustentamos sus representantes en este jalón de suspicacias, de mentiras emboscadas y de agresivas y odiosas opiniones.
En las horas decisivas que vivimos, cuando la Humanidad encuentra reservas morales y fuerzas suficientes y por sobre la injusticia, el dolor y la miseria empieza a edificar un espléndido futuro, es un alto honor y al mismo tiempo una gran responsabilidad venir a hablar de México, de nuestra patria. Es un alto honor, porque México ha sentado plaza entre todos los pueblos que luchan fervorosamente por la libertad y la dignidad humanas; y es una gran responsabilidad porque el cumplimiento de nuestros deberes nos ha de conducir como mexicanos y como patriotas, más allá de las palabras y de las declaraciones.
Cuando experimentamos la más profunda y grave crisis porque atraviesa la civilización, nos llena de alegría percibir que la voz limpia de México se ha tornado serena y luminosa en la palabra del Presidente Ávila Camacho, y nos damos cuenta también que al amparo de su palabra, asistimos al espectáculo alentador de un leal y honesto entendimiento con todos los pueblos del Continente Americano, por el respeto recíproco de sus derechos y por la convicción que tienen de que nada podrán construir sólidamente sin la libertad de todos y fuera de lo que se establezca en el orden internacional.
Bajo el signo y la dirección del actual régimen, mucho hemos caminado en la tarea de superar prejuicios históricos, liquidar recelos y desconfianzas estériles, para establecer una corriente de simpatía y de admiración hacia todos los pueblos que, como el nuestro, rechazan toda corriente imperialista, sueñan en una convivencia pacífica y rinden pleitesía de los héroes que les han dado su libertad y su independencia.
Ahora bien, cuando nuestro país trabaja por
alcanzar su soberanía auténtica, con una clara conciencia de fraternidad humana; cuando lucha empeñosamente por lograr una paz indivisible, proclama la fuerza del derecho y no admite la barbarie ni la violencia como norma de la vida internacional; cuando nuestro país rechaza la discriminación y los privilegios de raza, y nuestra patria es todo un canto de solidaridad creadora, de suprema aspiración, de seguridad colectiva y de libertad de todos los pueblos, es indispensable que trabajemos empeñosamente por consolidar este objetivo, para poder transmitir con dignidad la herencia moral que día a día nos entrega el Presidente de México, para que nuestro país pueda participar con decoro en la formación del mundo del porvenir.
La nación mexicana puede mostrar con orgullo el ejemplo de sus instituciones democráticas y la solvencia moral de su gobierno, pues el jefe del Poder Ejecutivo ha sido capaz de mantener el ritmo constitucional, sin hacer uso de las facultades extraordinarias de que se encuentra investido en virtud de la guerra.
Esta conducta presidencial muestra a propios y extraños la prueba irrefutable de que la democracia no es una fórmula muerta, vacía y sin contenido, cuando se nutre con el dolor, el sacrificio y la esperanza de todos los ciudadanos y alienta en ellos la alegría de consagrarse íntegramente a la grandiosa tarea de construir una patria decente, limpia y profundamente humana.
Al percibir con claridad nuestra responsabilidad con mexicanos y hombres de nuestros tiempo, el pensamiento político del señor Presidente expresado en sus cuatro años de gobierno, nos resulta categórico y preciso cuando dice: "Unidad nacional para modernizar la agricultura, desarrollar la industria y transformar la economía de la República: unidad nacional, como garantía de independencia, libertad y soberanía; unidad nacional activa y militante, para combatir el alza inmoderada de la vida, unidad nacional, para combatir el vicio, y la ignorancia; unidad nacional, patriótica y revolucionaria, para liquidar la política de hombres y de caudillaje, para sanear el ambiente moral, para acabar con la vergüenza y la ignominia de los que trafican en nombre de la patria y de sus más sagrados intereses; unidad nacional, en fin, para poder realizar todo un programa común de trabajo para todos los mexicanos que quieren vivir en un mundo libre de zozobras, dueños de su historia y orgullosos de su destinos". (Aplausos).
Por estas razones conviene recordar a los impacientes de la política electoral, a los que tratan de descubrir el futuro, conviene recordarles que México está urgiendo fuerzas que los impulsen a liquidar lo que de oprobioso tenga un pasado; que está urgiendo fuerzas para superar el atraso económico y cultural, y sobre todo, para encontrar motivos perdurables de emoción y de acento patriótico en todos sus hijos, para poder organizar un sistema social basado en programas y en principios, lejos de la adulación y de la lisonja a los hombres del Poder. Ahora para los que andan buscando programas y fórmulas de trabajo más allá de nuestra realidad, so pretexto de que todo lo ha cambiado la guerra, a ellos basta decirles que es suficiente que recojan con acierto y claridad el pensamiento del señor Presidente de la República. Un resumen de los documentos oficiales que ha utilizado para dirigirse al pueblo es, en mi concepto, la mejor plataforma de lucha que puede ofrecerse al país, y en la hora presente - no hay que olvidarlo - el pueblo de México escuchará con devoción y respeto la palabra patriótica, justa y alentadora de Manuel Ávila Camacho.
Cuando recordamos que han señalado rutas a la clase obrera, que se ha establecido el Seguro Social y se han dirigido mensajes de enorme importancia a los dirigentes del movimiento obrero internacional; cuando se han trazado orientaciones precisas y tareas concretas al campesinado; cuando la juventud, los escritores y los hombres de ciencia han recogido, han escuchado el pensamiento fecundo y renovador que exigen los imperativos de esta hora, no podemos menos que reconocer con respeto al patriótico, al revolucionario que "ha vivido íntegramente por México y para México". Al escuchar las palabras solemnes y pronunciadas precisamente en este sagrado recinto y que sellaron el compromiso histórico de México al lado de las Naciones Unidad, nos descubrimos ante el más alto exponente de la dignidad y de la soberanía nacionales. Ante el análisis brillante y certero de lo que significa la tradición de lucha del glorioso Ejército Nacional, como defensor del honor y las hazañas de nuestros antepasados, contra la tiranía y por la libertad, como único y activo defensor de nuestros litorales, como responsable exclusivo de la seguridad de nuestro territorio nacional, sin necesidad de ayuda de tropa extranjera alguna; ante la declaración de que será el Escuadrón 201 el que lleve la representación de la Patria a los campos de batalla, no podemos menos que descubrirnos emocionados y saludar en la persona del Primer Magistrado de la Nación al genuino, al auténtico soldado del pueblo y de la Revolución Mexicana.
Aprobamos con júbilo la actitud consecuente del Gobierno en su política internacional, cuando participa brillantemente y hace oír su voz antifascista y de unidad panamericana en la Conferencia de Cancillerías de Río de Janeiro en donde, por boca de su canciller, dijo: "Estamos en esta conferencia, no para defender los intereses de los Estados Unidos, de Inglaterra o de Rusia; estamos aquí para defender la seguridad y la tranquilidad de toda la América".
Rendimos homenaje de admiración y de respeto a nuestro Gobierno, cuando declara el estado de guerra a las potencias del eje, en uno de los documentos históricos de más trascendencia en la vida de nuestro país. Nos descubrimos emocionados ante el gesto de solidaridad humana cuando el Gobierno en un acto de justicia reanudó sus relaciones diplomáticas con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y le envió un mensaje " haciendo votos por el triunfo de la causa común a la que con tanto heroísmo está contribuyendo valeroso el Ejército Rojo".
Reconocemos profundamente la sinceridad de la política internacional de México, cuando se ha
apuntado el honor de haber sido el primer país que reconoció la legalidad del Gobierno de la Franquicia Inmortal, y no hace muchos días que recibimos en este recinto al representante de la legendaria y amiga República de China.
Aplaudimos también la actitud de nuestro Gobierno por la dignidad que conduce la política de buena vecindad y las bases en que han de sustentarse en forma perdurable la alianza histórica de México y de los Estados Unidos de Norteamérica..
Desde el punto de vista, la carta del Atlántico es y seguirá siendo nuestra bandera. Confiamos en que las firmas que rubrican ese enorme documento humano, sean la mejor garantía para la realización de sus grandes postulados y por los cuales se desangra la Humanidad en estos momentos.
Desde la Conferencia de Río de Janeiro, hasta nuestros días, sin olvidar la histórica entrevista con el gran Presidente Roosevelt, aplaudimos la política internacional del régimen y nos sentimos orgullosos de que se mantenga viva hacia México la admiración y el respeto de todos los pueblos que habitan el Continente americano.
Consideramos un alto honor para nuestro país los lazos de amistad y las relaciones que guarda con todos los pueblos que luchan y defiendan la causa de la justicia y de la dignidad de los hombres libres de la Tierra.
En esta vez, en que por encima de la provocación y la mentira de los enemigos de México, venimos a poner nuestras convicciones en un fervoroso y cálido aplauso a la política internacional del régimen, encendemos en nuestro espíritu las siete lámparas de la fe y de la esperanza, con la seguridad de que el prestigio internacional de México habrá de salir más fuerte, más vigoroso, más fortalecido que nunca en la próxima Conferencia de Cancilleres, en esta Capital.
Cuando pensamos que México ha sido el iniciador de esta importantísima y trascendental reunión, que tendrá que ver mucho en el destino de los pueblos de América, viene a nuestro pensamiento las frases de Alberdi, aquel esforzado y gran luchador de la solidaridad y panamericana, cuando decía: "Ha de aplaudirse toda la vida el sentimiento de aquellos Estados que sacan su vista del estrecho recinto de sus fronteras y la levanta hasta la esfera de la vida general y continental de América. Es llevar la vista a buen camino. Es un buen sistema político; las partes viven del todo y el todo de las partes".
Por último, señores senadores y diputados, en el mensaje presidencial del año nuevo recogemos la más grande, bella y prometedora tarea del año presente: encender con el alfabeto y la cultura el fervor patriótico de todos los mexicanos: consolidar la unidad nacional para que nos permita disipar el mundo de sombras que heredamos del pasado y caminar confiados definitivamente por el camino de una paz equitativa y luminosa.
¡ Salud ¡ ( Aplausos nutridos).
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador José Castillo Torre.
El C. Castillo Torre José: Señores representantes: En brillante exposición el señor diputado Medrano fundó su iniciativa para que la Comisión permanente apruebe en sesión pública y solemne la política internacional que, en virtud de mandato expreso de la constitución, dirige el señor Presidente de la República.
El senador Flores Muñoz y el diputado Borunda, en discurso llenos de certeras razones, apoyaron la propia iniciativa. Nosotros hemos venido a ocupar nuestro puesto también en esta tribuna del pueblo, en esta tribuna especifica de la opinión pública, para declarar que la política presidencial en materia exterior está ya inscrita de manera plenaria y aprobatoria en la conciencia pública, y el pueblo no se equivoca nunca. El pueblo posee un sentido que lo hace adivinar, más que aprender las cosas; el sabe que el momento que vivimos es doloroso y trágico, lleno de las más espesas sombras, de los más crueles peligros. El pueblo de México reconoce que no es hora de dedicarse a críticas retóricas sino de ponerse a trabajar con todas las fuerzas de la materia y del espíritu, como lo hace el señor Presidente de la República, magistrado austero, que rodea la función de la más noble virtud republicana para defender las fronteras morales y las fronteras físicas de nuestra Patria
Dentro del anhelo defensivo de nuestros valores materiales y morales, del concepto íntegro e histórico de la patria, están luchando nuestros expertos políticos y comenzarán a luchar en breve los jóvenes representativos del Ejército Mexicano en la más moderna de nuestras armas, en el arma aérea, jóvenes mexicanos que sabrán poner en alto los colores simbólicos del pabellón nacional, hijos dignos del Ejército que en múltiples ocasiones ha visto ha sus capitanes y soldados morir con la cabeza reclinada en la cureña del último cañón y amortajarse en los pliegues de la última bandera.(Aplausos ruidosos).
No son los momentos catastróficos, los instantes trágicos de la historia, propicios para que los pueblos débiles puedan desenvolverse en paz y presenciar espectáculos armoniosos y tranquilos. Los momentos trágicos de la historia amontonan tanta fuerza destructiva, tan preñados están de los elementos más crueles que puedan azotar el alma humana, que el simple hecho de sostener la línea de la prudencia y del decoro, salvando lo más que se pueda de las tradiciones, de las fuerzas, de los intereses, de las ideas que constituyen la esencia de una pequeña patria significa una labor digna de la mayor laudanza, coronada de justicia plenaria: y la más profunda justicia sería que la Comisión Permanente aprobara la unanimidad de sus miembros la iniciativa del diputado Medrano, la iniciativa de anunciar al país que esta Comisión, como representativa del Congreso, que lo es a su vez originaria y directamente del pueblo mexicano, ratifica del modo más solemne y público la política internacional del Presidente Ávila Camacho.
En nuestra época, llena de peligros, defender la nacionalidad, mantener integras las fronteras, proclamar la unión nacional, es algo que corresponde a la más alta moral política.
Sin dejarnos arrastrar por el encanto de las hipótesis y movidos tan sólo por el deseo de pensar lo que esta época terrible reserva a las naciones
débiles, entre las cuales figuran las hispanoamericanas, nos hemos preguntado a menudo si nuestras débiles naciones podrán mantenerse dentro del cuadro del viejo y aislado nacionalismo o si tendrán que figurar formando parte de algún género de federaciones internacionales.
Los signos de nuestra época están llenos, señores, de la promesa de la aparición de una nueva forma de organización política destinada a superar la del estado federal de que los Estados Unidos de América son todavía la más completa y acabada de forma.
El Commonwealth británico y la Unión Soviética son ya plásticos y elocuentes ejemplos de la nueva organización política internacional. El British Commonwealth of Nations está formado, como todos vosotros sabéis, por dominios libres o independientes, dotados de completa soberanía interior y exterior, y unidos, según el Segundo Estatuto de Westminster, por el lazo meramente tradicional y simbólico de la lealtad común a la Corona. La Unión Soviética de diez y seis repúblicas independientes que gozan de soberanía interna y externa y que se mantienen unidas mediante un pacto federal.
Conviene recordar en este punto que muchos pensadores europeos, entre ellos el famoso Spengler y el notable Alfredo Weber, preconizaron que las naciones modernas terminarían uniéndose por similitudes y analogías y acabarían por formar lo que el último pensador bautizó en el nombre de zonas históricas o cuerpos mundiales. Según Weber, los pueblos destinados a formar aquellas zonas históricas son las que ahora ocupan las regiones dominadas por la influencia rusa: los de Asia Menor, que viven bajo la influencia religiosa y política de Islam; los que habitan la antiquísima península de la India; los del extremo oriente; los que representan la cultura occidental de Europa y los pueblos de Norteamérica, Centroamérica, Sudamérica, Australia y el África del Sur.
¿ Cómo quedará, señores representantes, la geografía política y económica de nuestro mundo dentro de un plazo relativamente corto ? La pregunta es la de aquellos que no podríamos contestar y que nos conformamos con poner bajo la sabiduría incontrastable del tiempo y de la historia.
Recordaréis, señores representantes, que al concluir la guerra del 14, un universitario de genio, un universitario dueño, del más justo y alto renombre, el Presidente Woodrow Wilson, delineó la admirable arquitectura de la Sociedad de las Naciones.
Si la Sociedad de las Naciones hubiese seguido los lineamientos trazados por su autor, si no hubiese incurrido en tantas y tan lamentables equivocaciones, tal vez nuestra época no estaría pasando la crisis que ahora soporta, no estaría sufriendo las consecuencias terribles de la segunda guerra mundial.
En frente de la segunda guerra mundial, los expertos de las grandes potencias democráticas, los internacionalistas de primera fila, están estudiando la manera de organizar un plan que asegure la paz en el periodo de la postguerra y la seguridad colectiva de las naciones. El método seguido por ese grupo de expertos internacionalistas es distinto del método wilsoniano. El método wilsoniano consistió en concentrar la atención alrededor de algunos principios fundamentales y en dejar los pormenores a la medida y al compás del tiempo; el método de los grandes expertos, de los internacionalistas al servicio de las democracias, esta dando preferencia a los detalles políticos y económicos, con la intención de llegar, por el camino de éstos, a realizar algunas ideas básicas y fundamentales.
El Gobierno de Washington presentó proposiciones concretas para la creación de una organización internacional en la conferencia celebrada en Dumbarton Oaks, a la que asistieron representantes de los Estados Unidos, Inglaterra, Rusia y China. El proyecto de Dumbarton Oaks encuéntrase actualmente sujeto a la consulta de las Cancillerías de los Estados que siguen a las democracias en su lucha por la libertad del mundo.
El Gobierno Mexicano ha hecho ya al proyecto de Dumbarton Oaks las modificaciones que son indispensables, en su concepto, para garantizar su derecho de los pueblos hispanoamericanos. De tales modificaciones consideramos que las más importantes , las que merecen exponerse desde luego a la Asamblea, a fin de que de ellas tenga justo y cabal conocimiento, son las que atañen a tres principios que no figuran en el plan original y que sin duda son, como en seguida veréis, indispensables para garantizar el derecho de los pueblos de Hispanoamérica.
El Gobierno de México ha considerado, repetimos, la convivencia de que figuren en el referido plan de organización internacional de tres principios que no fueron incluidos en el proyecto de Dumbarton Oaks, a saber:
"1. Respeto de la integridad territorial y de la independencia política".
Según nuestro Gobierno, el principio aludido podría incluirse en la Declaración en los siguientes términos:
"Ningún Estado atentará contra la integridad territorial o la independencia política de otro. Tampoco podrán constituirse nuevos Estados ni alterarse la delimitación geográfica o la forma de gobierno de los ya existentes sin la aprobación de la Asamblea".
"2. No intervención".
Nuestro Gobierno se produce al respeto en los siguientes términos:
"Este principio piedra angular del Sistema Interamericano, merece figurar en primer término en que los que el Nuevo Mundo puede aportar como contribución propia a la integración del Organismo Internacional General que se cree. A este respecto es pertinente recordar - por la actualidad que encierran- las siguientes palabras del Subsecretario de Estado de los Estados Unidos, señor Edward R. Stettinius Jr. quien en discurso del 12 del presente octubre, afirmó que "los principios en que se basa el Sistema Interamericano son fruto de una larga y fecunda experiencia y no pueden menos que tener gran influencia en el modo en que ha de operar el Organismo Internacional que se está proyectando".
"La incorporación de tal principio de la
Declaración podría efectuarse - siguiendo la terminología consagrada en la "Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados" y en el "Protocolo Adicional relativo a No Intervención" - como sigue:
"Ningún Estado tiene derecho a intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos interiores de otro".
"3. Igualdad de jurisdicción sobre nacionales y extranjeros".
La inclusión de este principio podría llevarse a efecto, según nuestro Gobierno, en la forma que sigue:
"La jurisdicción de los Estados en los límites del territorio nacional se aplica a todos los habitantes. Los nacionales y los extranjeros se hallan bajo la misma protección de la legislación y las autoridades nacionales, y los Estados extranjeros no podrán pretender, para sus nacionales, derechos diferentes, ni más extensos que los de los nacionales del Estado de domicilio".
No es necesario, señores representantes, a nuestro humilde juicio, entrar en consideraciones justificativas de los tres trascendentales principios cuya inclusión en el documento Dumbarton Oaks propone el Gobierno Mexicano. Ninguno de vosotros puede ignorar lo que para nuestros países débiles representa en el concierto internacional y en su vida de relaciones exteriores el hecho de asegurar la independencia e integridad de territorio de consagrar el principio de no intervención y de alejar el peligro que ciérnese siempre sobre el cielo de los pueblos inermes y que se llama el derecho de los extranjeros a invocar la protección diplomática.
Si todas las guerras producen, señores, un descenso en la moral humana e interrumpen la cooperación internacional al propagar el odio entre los hombres, la guerra que brota de la crisis de una cultura, la guerra que nace de la desintegración de un mundo, tiene que traer necesariamente consigo proporciones diluviales de catástrofe. No sabemos cuantos codos subirán las aguas del nuevo diluvio por encima de las altas cumbres de nuestro proceso histórico de dos mil años; no sabemos si del arca saldrá, como signo de alianza de la humanidad presente o de la futura, una religión revelada o una doctrina científica y universalmente válida. Lo que no ignoramos es que sobre la montaña de los escombros que amontónanse todos los días; sobre las cenizas de los templos y de los ritos, de los cánones y de las tradiciones del pasado, comienza a vislumbrarse, aunque sea en la más remota lejanía, una estrella de esperanza y de fe, una estrella de fe y esperanza en el poder palingenésico de la vida, en la virtud transformadora del hombre, en la supervivencia de la cultura cristiana y en que ésta se salvará de la desesperación que hundió en las tinieblas el alma de Grecia y el alma de Roma, el día en que Constantino venció a Magencio y cuando sonó la hora en que el Emperador Teodosio decidió la ruina del templo de Eleusis y puso fin al culto que iluminó con la magia del arte griego las más altas doctrinas de Orfeo, de Platón y de Pitágoras. (Aplausos nutridos).
Por el camino señores representantes, de la fe y de la esperanza: por el camino de la democracia que rige la vida orgánica de los hombres libres del mundo y por el triunfo de la libertad, que es mágica palabra inscrita en los más trascendentales momentos de la historia, marcha y combate la Patria mexicana bajo la mano experta del Presidente de la República. Sabe él bien lo que la fe significa como fuerza creadora; él sabe lo que la libertad representa la vida de los hombres: el sabe lo que el progreso vale como símbolo de la libertad y de la fe en la vida, el progreso que solamente es susceptible de existir cuando los hombres viven seguros de sí mismos y pueden desplegar las alas de su espíritu y el poder creador de su inteligencia; él sabe bien que nuestra Patria, como las otras que siguen la ruta trazada por las grandes potencias defensoras de la democracia, no hace sino acercarse, cada vez más, a la estrella que vislúmbrase en la lejanía y cuya luz anunciará la salvación de nuestra cultura y la victoria de nuestros principios que informan nuestro sentido de la vida.
En múltiples ocasiones públicas, poniéndose en contacto directo con la masa ciudadana a través de las difusoras de la radio, el Primer Magistrado de nuestro país ha hecho constantemente obras de moral política. En su hermoso discurso pronunciado en la Conferencia Continental de la Juventud por la Victoria, discurso que significó, como antes decimos, una lección de moral política, el Presidente Ávila Camacho enalteció el valor de la fe en las virtudes de la vida y se expresó en los siguientes términos:
"Vivir constituye un acto de fe. De fe en las doctrinas que nos legaron nuestros antepasados. De fe en la misión que el presente nos determina. Pero, más aún, de fe en la significación de nuestro futuro".
Luego añadía con admirable firmeza serena:
"...el joven de América debe ser un ejemplo de autenticidad personal, igualmente alejado de la obediencia automática - que pretenden las dictaduras - y del anárquico desenfreno que engendra siempre la indisciplina". (Aplausos).
El Presidente de México, afirmamos, es un rector de la conciencia pública.
En otro discurso pronunciado el día de la solemnidad Nacional, el mismo, Presidente de México dijo:
"Un régimen democrático internacional no logrará nunca fundarse sino sobre un sistema regímenes democráticos nacionales. Desterremos, pues, todas las veleidades de tiranía, ya que mientras los gobiernos no sean la expresión espontánea del interior, sus determinaciones políticas exteriores quedarán circunscritas, según el caso, a la pasión de un partido, al imperialismo de un grupo o a las equivocaciones funestas de un individuo". La igualdad de las soberanías es un principio por el que luchamos y lucharemos sin restricción alguna".(Aplausos).
Cuando los bárbaros del Norte conquistaron, señores, la ciudad de Roma, arrancaron los garfios de hierro que servían para unir las piedras del Coliseo. Poco después las aves del cielo habían construído sus nidos en los huecos vacíos. Por eso hay que mantener el alma prendida de la fe en nuestro
destino, como lo enseña el Presidente de México; por eso hay que creer que llegará la hora en que las cicatrices de la guerra quedarán curadas y que en las oquedades y los vacíos, los huecos y las ruinas, volverán a crecer las enredaderas; hora en que el tumulto destructor de las batallas será substituido por el ímpetu del vuelo y por la canción del nido, porque en la vida no hay limitaciones en el avatar incesante más que cuando las forja la imaginación de un hombre sin voluntad y sin carácter. En la vida cada limitación no sirve sino para abrir un nuevo camino. Nadie ignora, si medita un poco, que sobre cada mediodía hay siempre una nueva aurora, y que en cada alta noche adivinamos la futura luz del día.
Hay que tener fe en los días mejores. Si preguntáramos al centinela que vigila la noche ¿ qué es lo mejor de la tierra ?, nos contestaría: "Un hombre bueno". Lo mismo que el oráculo de la Grecia esotérica contestó hace millares de años a Ahura Mazda bajo el estremecimiento ritual de los robles del bosque de Zoroastro. Si preguntáramos al mismo centinela ¿ cuál es la consigna de la hora ?, nos contestaría: "ecuanimitas", la contraseña que el Emperador Trajano transmitió a los últimos soldados de su guardia. "Ecuanimitas", ecuanimidad, firmeza serena, noble y bella palabra para repetirla al oído de los hombres, ahora más que nunca, cuando la guerra aprieta con sus garras la garganta del mundo.
Los hombres rectos y enérgicos, los hombres ecuánimes, podrán salvar a nuestros pueblos de las consecuencias de esta época de crisis moral de inaudita hondura; época en que las vestales se fugan y los centinelas se duermen; época en que los apetitos piruetean en el palo de mesana del más desabridado vandalaje, y en que el ímpetu terrible de la guerra, unas veces el herrenvolk y otras el lebensraum, vuelve insignificante el impulso que llevó al vándalo Alarico al asalto de la Puerta Salaria y al tremendo saqueo de Roma.
Los hombres buenos y ecuánimes -la ecuanimidad es la más indiscutible virtud del Presidente de México - serán los llamados a limpiar de escoriales los senderos y a devolver a la humanidad la fe en su destino.
A los hombres firmes y enérgicos corresponderá devolver su púrpura a las doctrinas filosóficas y su corona de rosas a la austeridad de la enseñanza. Ellos devolverán a la vida, señores representantes, el sentido cósmico que siembra alegría en el remolino de las almas; y entonces, los mexicanos, con la cara vuelta al cielo, veremos advenir los días de oro y la Patria tendrá para nosotros y los demás pueblos de la tierra, como Quetzalcoatl para los Aztecas, el sentido profundo de la Estrella de la Mañana. (Aplausos nutridos y prolongados. Varios ciudadanos representantes felicitan al orador).
El C. secretario Hernández Loza Heliodoro: Se pregunta a la Asamblea si se aprueba la proposición del ciudadano diputado Federico Medrano, concebida en los siguientes términos:
"La H. Comisión permanente del Congreso de la Unión, expresa al Ejecutivo Federal su más cálida aprobación por la política internacional que ha venido desarrollando, situándose con él, en un plano de la más absoluta solidaridad histórica". Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Se aprueba la proposición. (Aplausos nutridos).
El C. Presidente (a las 14.30): Se levanta la sesión pública para pasar a sesión secreta.
El C. Presidente (a las 14.10): Se suspende la sesión pública, para pasar a secreta.
Presidencia del
C. EUGENIO PRADO
El C. Presidente (a las 14.30): Se reanuda la sesión.
- El C. secretario Borunda Teófilo (leyendo):
"Comisión de Justicia.
"Honorable Asamblea:
"A la suscrita Comisión se turnó, por acuerdo de Vuestra Soberanía, el oficio número 420, expediente 643/44, girado por la Primera Secretaría de la Sección Penal, con el que el C. licenciado Javier Aguayo, Juez Primero de Distrito en Materia Penal del Distrito Federal, remite copia certificada de la orden de aprehensión que a petición del Ministerio Público se libra en contra de los ciudadanos diputados en ejercicio a la H. XXXIX Legislatura de la Unión, Pedro Téllez Vargas, licenciado Carlos A. Madrazo y Sacramento Joffre, en la que se pide el desafuero de dichos representantes populares.
"Como el asunto a que se refiere el oficio citado es de la competencia de la H. Cámara de Diputados, nos honramos en someter a la consideración de esta H. Asamblea el siguiente proyecto de decreto:
"La Comisión Permanente del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, en uso de la facultad que le concede la fracción IV del artículo 79 de la Constitución General de la República, decreta:
"Artículo 1o. Se convoca a la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión a un periodo extraordinario de sesiones, cuya apertura será el día 1o. de febrero del presente año.
"Artículo 2o. La Cámara de Diputados, en este periodo extraordinario de sesiones, sólo se ocupará de la solicitud de desafuero de los ciudadanos diputados Pedro Téllez Vargas, licenciado Carlos A. Madrazo y Sacramento Joffre, hecha por el Juzgado Primero de Distrito en Materia Penal del Distrito Federal.
"Sala de Comisiones de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.- México, D. F., 17 de enero de 1945. - Florencio Palomo Valencia.- Benito Coquet. -Pedro Guerrero Martínez".
El C. secretario Hernández Loza Heliodoro: En votación económica se pregunta si se dispensa la segunda lectura a este dictamen. Los que estén por la afirmativa se servirán indicarlo. Dispensada. Está a discusión en lo general. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
Está a discusión en lo particular.
"Artículo 1o. Se convoca a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión a un periodo extraordinario de sesiones, cuya apertura será el día primero de febrero del presente año.
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
"Artículo 2o. La Cámara de Diputados, en este periodo extraordinario de sesiones, sólo se ocupará de la solicitud de desafuero de los ciudadanos diputados Pedro Téllez Vargas, licenciado Carlos A. Madrazo y Sacramento Joffre, hecha por el Juzgado Primero de Distrito en Materia Penal del Distrito Federal".
Está a discusión. No habiendo quien haga uso de la palabra, se reserva para su votación nominal.
Se va a proceder a recoger la votación nominal, en lo general y en lo particular, en un solo acto, del dictamen de la Comisión de Justicia. Por la afirmativa.
El C. secretario Borunda Teófilo: Por la negativa.
(Votación).
El C. secretario Hernández Loza Heliodoro: ¿ Falta algún ciudadano representante de votar por la afirmativa ?
El C. secretario Borunda Teófilo: ¿ Falta algún ciudadano representante de votar por la negativa ? Se procede a recoger la votación de la Mesa.
(Votación).
El C. secretario Hernández Loza Heliodoro: Por unanimidad de 25 votos fue aprobado el dictamen de la Comisión de Justicia. Pasa al Ejecutivo para sus efectos de ley.
El C. Presidente (a las 14.40): Se levanta la sesión.
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y
"DIARIO DE LOS DEBATES"
El Director, Jefe de la Oficina,
JUAN ANTONIO MOLL