Legislatura XXXIX - Año III - Período Comisión Permanente - Fecha 19460104 - Número de Diario 34
(L39A3PcpN034F19460104.xml)Núm. Diario:34ENCABEZADO
MÉXICO, D. F., VIERNES 4 DE ENERO DE 1946
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.
AÑO III. - PERÍODO ORDINARIO XXXIX LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 34
SESIÓN
DE LA
COMISIÓN PERMANENTE
EFECTUADA EL DÍA
4 DE ENERO DE 1946
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior.
2. - Solicitud de permiso constitucional del C. Federico Amaya R. Cartera. Solicitudes de permiso constitucional de los CC. general de división Heriberto Jara Corona y profesor Rafael Molina Betancourt.
3. - El C. representante Manuel Moreno Sánchez se refiere a los sangrientos acontecimientos ocurridos recientemente en León, Gto., y propone el nombramiento de una comisión que practique las investigaciones del caso. Intervienen en el debate varios ciudadanos representantes. Se aprueba la proposición. Se nombra la comisión a la que exhorta la Presidencia para que se traslade inmediatamente al lugar de los sucesos. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del
C. FEDERICO MEDRANO VALDIVIA
(Asistencia de 17 ciudadanos representantes).
El C. Presidente (a las 14.35): Se abre la sesión.
- El C. secretario Moctezuma Fernando (leyendo):
"Acta de la sesión de Instalación celebrada por la Comisión Permanente del XXXIX Congreso de la Unión, el día treinta y uno de diciembre de mil novecientos cuarenta y cinco.
"Presidencia del C. Fernando Amilpa.
"En la ciudad de México, a las catorce horas y cincuenta minutos del lunes treinta y uno de diciembre de mil novecientos cuarenta y cinco, reunidos en el salón de sesiones de la Cámara de Diputados los CC. Fernando Amilpa, Mauro Ángulo, Alejo Bay, Saúl Cantú Balderas, Vidal Díaz Muñóz, Ruffo Figueroa Figueroa, Alfonso Flores M., Esteban García de Alba, Dionisio García Leal, Alfonso Gutiérrez Gurría, Heliodoro Hernández Loza, Gabriel Leyva Velázquez, Francisco Linares T., Francisco López Cortés, Joaquín Martínez Chavarría, Francisco Martínez Peralta, Federico Medrano V., Fernando Moctezuma, Miguel Moreno Padilla, Manuel Moreno Sánchez, Alfonso M. Moreyra, Nabor A. Ojeda, Florencio Palomo Valencia, Gabriel Ramos Millán, Heberto Sala Rueda, Miguel C. Santa Anna, Carlos I. Serrano, Rubén Vizcarra y Jesús Yurén Aguilar, electos por las Cámaras del Congreso de la Unión para representarlas en la H. Comisión Permanente, se abre la sesión de acuerdo con lo que dispone el artículo 171 de Reglamento Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, bajo la presidencia del C. Fernando Amilpa, quien comisiona a los CC. diputado Miguel Moreno Padilla y senador Joaquín Martínez Chavarría para que auxilien a la Presidencia en la instalación de esta Comisión Permanente.
"Se procede a la elección, por cédulas, de la Mesa Directiva y, verificado el escrutinio, resulta electa, por unanimidad de veintitrés votos, la siguiente planilla: presidente C. Federico Medrano V.; vicepresidente C. Miguel Moreno Padilla; secretarios CC. Fernando Moctezuma, Fernando Amilpa, Manuel Moreno Sánchez y Gabriel Leyva Velázquez.
"Se hace la declaratoria reglamentaria y los electos toman posesión de sus puestos.
"Presidencia del C. Federico Medrano V.
"Puestos de pie los asistentes a la sesión, el C. Presidente hace la declaratoria que sigue:
"La Comisión Permanente que funcionará durante el receso del tercer año de ejercicio del XXXIX Congreso de los Estados Unidos Mexicanos se declara legítimamente instalada".
"A propuesta de la Mesa, y de conformidad con el artículo 175 del Reglamento Interior del Congreso, se nombran las siguientes comisiones para el despacho de los negocios de la competencia de esta Comisión Permanente.
"Agricultura y Fomento: CC. Dionisio García Leal, Mauro Ángulo, Saúl Cantú Balderas y suplente Alejo Bay.
"Comunicaciones y Obras Públicas: CC. Heliodoro Hernández Loza, Florencio Palomo Valencia, Miguel
Santa Anna y suplente Ruffo Figueroa Figueroa.
"Defensa Nacional: CC. Nabor A. Ojeda, Francisco Linares T., Rubén Vizcarra y suplente Miguel Santa Anna.
"Educación Pública: CC. Rubén Vizcarra, Heberto Sala Rueda, Alfonso Flores M. y suplente Alfonso M. Moreyra.
"Gobernación: CC. Francisco López Cortés, Florencio Palomo Valencia, Vidal Díaz Muñóz y suplente Saúl Cantú Balderas.
"Hacienda y Crédito Público: CC. Alejo Bay, Jesús Yurén Aguilar, Gabriel Ramos Millán y suplente Vidal Díaz Muñóz.
"Justicia: CC. Mauro Ángulo, Heberto Sala Rueda, Florencio Palomo Valencia y suplente Francisco López Cortés.
"Puntos Constitucionales: CC. Alfonso M. Moreyra, Joaquín Martínez Chavarría, Alfonso Flores M. y suplente Gabriel Ramos Millán.
"Relaciones Exteriores: CC. Esteban García de Alba, Carlos I. Serrano, Saúl Cantú Balderas y suplente Alfonso Flores M.
"Trabajo y Previsión Social: CC. Jesús Yurén Aguilar, Vidal Díaz Muñóz, Alfonso Gutiérrez Gurría y suplente Francisco Linares T.
"Participarán todos los miembros de esta Comisión Permanente la instalación de la misma al C. Presidente de la República y lo harán a la H. Suprema Corte de Justicia, los CC. Gabriel Ramos Millán, Roberto Sala Rueda, Alfonso Flores M. y secretario Manuel Moreno Sánchez.
"Se da cuenta con una iniciativa del C. Presidente de la República para que se convoque al Congreso de la Unión a un período extraordinario de sesiones. Se considera el asunto de urgente resolución y se somete a la consideración de la Asamblea el siguiente decreto:
"Artículo 1o. Se convoca al Congreso de la Unión a un período extraordinario de sesiones, cuya apertura será el 7 de enero de 1946.
"Artículo 2o. El Congreso de la Unión, en este período extraordinario de sesiones, sólo se ocupará de los siguientes asuntos:
"Ley Orgánica del Servicio Exteriores de los Estados Unidos Mexicanos;
"Reforma a la fracción VIII del artículo 73 y a la fracción VIII del 117 constitucionales;
"Reforma de los párrafos 5o. y 6o. del artículo 27 y adición al mismo, y reforma a los artículos 42 y 48 de la Constitución de la República; y
"Ley General de Población".
"Sin que motive discusión en lo general ni en lo particular se procede a su votación nominal, resultando aprobado en ambos sentidos por unanimidad de veintiséis votos. Pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
"A las quince horas y diez minutos se levanta la sesión y se cita para el viernes próximo a las doce horas".
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.
- El C. secretario Moctezuma Fernando (leyendo):
"La Secretaría de la Defensa Nacional transcribe la solicitud del C. coronel de infantería Federico Amaya R., para que se le autorice a aceptar y usar las condecoraciones Al Mérito, en el Grado de Comendador, de la República de Chile; Cruz del Mérito Militar de la Primera Clase y Medalla del Reformador de Segunda Clase, de la República de Guatemala". - Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"La Legislatura del Estado de Chihuahua participa que con fecha 15 de diciembre último clausuró el primer período ordinario de sesiones correspondiente al segundo año de su ejercicio, dejando integrada la Diputación Permanente que actuará durante el receso". - De enterado.
"La Legislatura del Estado de Yucatán comunica que con fecha primero del mes en curso inauguró el primer período ordinario de sesiones correspondiente al tercero y último año de su ejercicio legal". - De enterado.
"El C. licenciado Eduardo J. Lavalle Urbina participa que con fecha 24 de diciembre último asumió nuevamente sus funciones como Gobernador Constitucional de Campeche". - De enterado.
"El general Blas Corral Martínez comunica que con fecha 24 de diciembre próximo pasado volvió a hacerse cargo del poder Ejecutivo del Estado de Durango". - De enterado.
"El C. Gilberto Flores Muñóz comunica haberse hecho cargo del Poder Ejecutivo del Estado de Nayarit, previas formalidades de ley". - De enterado.
"El C. general de división Heriberto Jara Corona, Secretario de Marina, solicita el permiso constitucional necesario para aceptar y usar de las siguientes condecoraciones: Servicios Distinguidos a la Patria y Orden del Mérito Militar de Primera Clase, de la República de Cuba; Legión del Mérito, en el grado de Comandante, de los Estados Unidos de América; Isabel la Católica, del Gobierno Republicano Español, y Al Mérito, de la República de Chile". - Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"El C. profesor Rafael Molina Betancourt solicita la autorización constitucional necesaria para aceptar y usar la condecoración de la Orden al Mérito, en el grado de Comendador, que le confirió el Gobierno de la República de Chile". - Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Moreno Sánchez.
El C. Moreno Sánchez Manuel: Señores diputados; y senadores miembros de la Comisión Permanente:
Todos nos hemos enterado por las publicaciones de los periódicos en esta ciudad, de las noticias relativas a hechos ocurridos recientemente en la ciudad de León, del Estado de Guanajuato. Quien haya leído atentamente estas publicaciones, puede hacer, desde luego, una primera reflexión: que abundan en contradicciones; que no son uniformes, no solamente en los detalles, sino en las cuestiones esenciales. Y a mí me parece que la Comisión Permanente, dada las funciones eminentemente políticas que tiene en nuestro régimen constitucional, debe ser uno de los órganos que, por excelencia, se deba considerar siempre mejor informada de hechos como a los que me he referido. Por tanto, y considerando que cualquier juicio en este momento quisiera hacerse, es imposible por falta de información seria e independiente, y tomando en cuenta la necesidad de que esta Comisión esté enterada de lo que ha ocurrido, me permito proponer a esta Comisión que, de su seno sea integrada una comisión que se traslade a la ciudad de León, Guanajuato, para que haga las investigaciones más amplias que le sea posible, y que en su oportunidad rinda una información a esta Comisión Permanente, de lo que haya ocurrido.
No quiero fundar mi proposición por considerarla obvia; ni quiero extenderme a este respecto en ninguna forma, porque cualquier cosa que dijese, podría ser un juicio anticipado al conocimiento de la realidad. Por tanto, quiero que, escuetamente, la Comisión Permanente dé su aprobación a la proposición que he hecho.
El C. secretario Moctezuma Fernando: Se pregunta a la Asamblea si se toma en consideración la proposición.
El C. Amilpa Fernando: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Amilpa Fernando: Señores diputados y señores senadores:
Todos los medios de publicidad con que cuentan las fuerzas que combaten al régimen de la Revolución, con motivo de los sucesos ocurridos en León hace unos cuantos días, se han puesto al servicio de consignas que, conectadas con trayectorias políticas, concurren a la satisfacción de un viejo anhelo y de un mismo fin: el viejo anhelo de derrocar a la Revolución que actualmente detenta el Poder, y la finalidad de aprovechar cualquier coyuntura que se presente, para, por medio de la publicidad, por medio de la ironía de los columnistas, de la mentira de los editorialistas, de la mentira de los corresponsales, crear en la mentalidad de la opinión pública un ambiente adverso al régimen y en sus hombres. Indudablemente que si esto se consiguiera, pesarían sobre la Revolución graves peligros que es necesario contrarrestar por medio de la verdad. No solo pesarían sobre la Revolución y sus hombres estos peligros; pesarían sobre una de las instituciones más queridas y respetables que existen en nuestro país, graves calumnias que seguramente, de crear un cuerpo, repercutirían en el prestigio de esa institución: me refiero al Ejército Nacional.
Por estas razones, yo considero acertada la proposición del compañero diputado Moreno Sánchez, y considerando que es urgente no dejar que la opinión pública se sature de las ideas partidistas y perversas que se propalan con la finalidad de desprestigiar al régimen, aprovechando los hechos sangrientos de León, yo me voy a referir a algunos hechos conectados con la vida del régimen, de los cuales me considero absolutamente responsable, no eludo responsabilidad de ninguna especie, y a hechos conectados con los sectores sociales que han mantenido la ofensiva en contra de las instituciones revolucionarias.
De todos es conocido que Acción Nacional y la Unión Nacional Sinarquista, son los partidos de la contrarrevolución que agrupan en su seno a los viejos latifundistas desposeídos por la Revolución; que agrupan en su seno a los capitalistas servidores de los intereses imperialistas, culpables del atraso económico de nuestro país; que agrupan en su seno los elementos clericales que no han descansado ni un solo momento desde la Guerra de Independencia hasta esta fecha, en su esfuerzo por posesionarse de las Instituciones del Poder Público.
La lucha por el bien común, la lucha por el establecimiento del nuevo orden cristiano y por la salud de la patria, son las directivas demagógicas que se han inscrito en los pendones de lucha de los partidos de la contrarrevolución. Y se ha estimado por estas gentes, en su labor de proselitismo y de difusión de sus ideas, que constituyen un obstáculo a esos principios; por ejemplo, para la existencia del bien común, la injusticia que viven los campesinos en el campo; la injusticia que viven los obreros, víctimas de la cláusula de exclusión; la eliminación del clero en los asuntos del Estado; la estancia de los hombres de la Revolución en el Poder; el Partido de la Revolución Mexicana como guía de las masas que luchan por las reivindicaciones de la patria y el pueblo, y la existencia en nuestra Constitución de los artículos tercero, veintisiete, ciento veintitrés y ciento treinta. Es índice de esa lucha demagógica que ha emprendido, en contra de los hombres de la Revolución, de sus principios y de sus instituciones, la organización de una institución netamente fascista, en cuya constitución intervinieron agentes del nazifascismo, extranjeros radicados en Guanajuato; son índices de lucha esas fuerzas de "Acción Nacional" y la "Unión Nacional Sinarquista", unidas a organizaciones de tipo militar místico que han tenido a su cargo la organización de esas fabulosas concentraciones que se han operado
en actitud de reto, aun sin consentimiento de las autoridades, lo mismo en Aguascalientes, que en Querétaro, que en Michoacán y que en Guanajuato.
El desprestigio de la reforma agraria; el desprestigio de los hombres que tienen a su cargo la responsabilidad de los ejidos, de la producción agrícola, del refaccionamiento económico de los campesinos; el desprestigio de los líderes obreros, de los sindicatos, de las instituciones que crean los contratos colectivos de trabajo; el desprestigio de los hombres del régimen, de los presidentes municipales, de los gobernadores, diputados y senadores, de quienes se hace escarnio a diario; el desprestigio del Presidente de la República: todo esto ha sido una arma continua de ataque en manos de los agitadores, que han movido las fuerzas que agrupan "Acción Nacional" y "Unión Nacional Sinarquista": la provocación es el arma favorita de esos individuos.
Ante una negativa justificada de las autoridades municipales, han contestado con esas concentraciones fabulosas, haciendo imposible la vigencia de los reglamentos de policía, en reto a las autoridades se ha violado continuamente el artículo tercero constitucional. Para nadie es un secreto que existen en la actualidad más conventos que en las épocas de Porfirio Díaz; existen en la actualidad más colegios católicos que los que se establecieron; violando el artículo tercero constitucional, en tiempos de la dictadura; para nadie es un secreto que se ha combatido, hasta con el concurso de elementos extranjeros, la política de expropiación llevada a cabo por el Gobierno de la Revolución; para nadie es un secreto que esos partidos han recurrido a la ayuda del extranjero para liquidar el problema que significaba la expropiación del petróleo y la expropiación de la Laguna, para liquidarlos en forma tal, que pudiera salir derrotado el régimen y que no pudieran, por consecuencia, realizarse esas grandes reivindicaciones de los regímenes de la Revolución. Y para nadie es un secreto, señores diputados y señores senadores, que con una audacia sin límites, que con una socarronería que insulta, que con una audacia que no tiene paralelos, se ha violado el artículo 130 constitucional. Así es como se han sacado a las calles de los pueblos las procesiones con los santos; así es como hemos tenido que lamentar que en multitud de ocasiones se haya insultado el sentimiento de los ciudadanos que no son creyentes; así es como hemos tenido que lamentar que paulatinamente vayan sumándose a las fuerzas clericales los elementos propicios a la división, los elementos que no alcanzan a ver en esas movilizaciones de los conjuntos clericales presididas por los santos, en esas procesiones, la maniobra política que se encierra, la maniobra que está forjando, la fuerza que se está acumulando, en contra de las instituciones revolucionarias.
No ha quedado ahí la cosa. Ustedes saben que los elementos clericales que militan en la Unión Nacional Sinarquista, han llegado a atentar en contra de la vida del señor Presidente de la República, han consumado atentados en los ejidos, han consumado atentados en las ciudades, y muchos agraristas y muchos obreros han caído víctimas de los asesinos pagados por "Acción Nacional" y por la "Unión Nacional Sinarquista".
Esta lucha, este esfuerzo retrógrado no podría sin duda tener la vigencia que hoy tiene, ni habría adquirido el auge lamentable que hoy tiene, si no fuera porque se le ha dotado de estímulos. La política de unidad nacional es una política humana, a la que hemos contribuido todos; es una política en que hemos puesto nuestro futuro; es una política que se ha mantenido con la intención de propiciar el ascenso a las esferas del poder, de elementos hasta enemigos de la Revolución. La política de unidad nacional ha procurado unir el esfuerzo de todos los mexicanos para realizar labores patrióticas, para llevar a cabo todas las tareas de reconstrucción, de recuperación económica que el señor Presidente de la República ha sugerido a las Cámaras; la política de unidad nacional trató de liquidar las pugnas existentes con motivo de la lucha electoral pasada.
Así fue como a la sombra de esta política, elementos adversos a la Revolución llegaron a ocupar puestos de responsabilidad. La política de unidad nacional se ha significado por su humanismo; y ésta no ha cobijado solamente a los elementos desposeídos, no ha cobijado solamente a los elementos que se dedican a dar vida a las instituciones de cultura, no ha cobijado simplemente a los revolucionarios; se ha extendido más allá: ha ido hasta el corazón del pueblo, ha ido a favorecer aquellas instituciones donde el pueblo ha depositado sus creencias, donde el pueblo profesa su religión. Por eso el señor Presidente de la República, y nosotros junto con él, hemos expedido leyes mediante las cuales el clero ha podido disfrutar de los bienes que en alguna otra ocasión le fueron quitados, y le fueron quitados para evitar que siguiera violando la Constitución; para evitar que esa fuente de riquezas siguiera siendo un granero del que pudiera valerse para dar vida a sus movimientos subversivos; le fueron devueltos los bienes al clero, con la sana intención de darle a la Iglesia Católica una vida libre. Así lo consideramos nosotros los que votamos las leyes con las cuales se hizo la Revolución propiamente; pero no sólo estos estímulos se han proporcionado a las fuerzas clericales y reaccionarias que se agrupan dentro de esos dos partidos, sino que ha habido condescendencia para las gentes que violan impunemente el artículo 130 de la Constitución.
Ha habido impunidad para los que atentaron en contra de la vida del señor Presidente de la República. El autor material del atentado fue castigado como consecuencia de la violencia del acto mismo; pero de ninguna manera fueron suficientemente escarmentados los clericales y todos los elementos políticos que forjaron el plan para asesinar al Primer Magistrado de la Nación.
Se ha tolerado a los que han violado el artículo tercero constitucional; se ha tenido bastante complacencia con los elementos acomodaticios que se han colocado dentro del Gobierno, y faltando a la gratitud o al reconocimiento más elemental hacia la política de la unidad nacional, se han dedicado a
coquetear con el clero y las instituciones de la contrarrevolución.
Si estos señores levantan una bandera, por ejemplo, el culto a la bandera, los revolucionarios nos sentimos obligados a seguir a estos señores en su programa demagógico de levantamiento de sentimientos que dicen estaban enterrados, porque dicen que hemos substituido el pabellón nacional por el trapo rojinegro. Si a estos señores se les ocurre celebrar el aniversario de tal o cual santo, ni siquiera piden permiso a la autoridad para desfilar; hemos sido sumamente tolerantes con ellos, y así han podido organizar verdaderas marchas a la Villa de Guadalupe.
Nos hemos colocado en un estado de complacencia, con la esperanza de que la política de unidad nacional sería verdaderamente interpretada, y con la ilusión de que los elementos clericales, no los católicos, los elementos clericales, comprenderían que no eran los mismos tiempos, y que a un gobierno generoso no se le podía combatir. Y la contestación a todas estas cosas ha sido la insolencia del elemento clerical que ha organizado las fuerzas fanáticas e ignorantes para volcarlas en contra de la Revolución. Da una organización militar a todas sus manifestaciones, a todos sus actos. El movimiento clerical sigue llenando al país de conventos; sigue estableciendo escuelas católicas, sigue combatiendo al señor Presidente de la República, y aunque se ha dicho que el clero está cooperando con el Gobierno esto no es exacto. El clero sigue agrupando a las gentes para que los sigan en los partidos de oposición.
Yo conozco católicos sinceros que por el simple hecho de que un sacristán se fue a las filas del almazanismo, ellos también militaron en el almazanismo; y hoy, por el simple hecho de que en la Villa de Guadalupe se han hecho manifestaciones en pro de Padilla, se han ido a agrupar en favor de éste.
De manera que estamos ante una situación grave, sobre todo de una responsabilidad que nos indica la conveniencia de no dejar que se arroje sobre el régimen, sobre el Ejército Nacional, la responsabilidad de lo acontecido. Estamos frente a una fuerza económica y moral que hemos fomentado con nuestra condescendencia, con nuestro optimismo y con nuestra fe en que los hombres, si son malos, algún día serán buenos. Con nuestro amor a la democracia y con nuestro amor a la fraternización hemos contribuido a crear la fuerza económica que radica en la burguesía reaccionaria, retrógrada, y la fuerza política que radica en el clero. Ambas se han unido para dar vida a un partido que tiene perfectamente planificada su acción para desarrollar en los momentos en que nos encontramos, en todo el país, sus actividades en la campaña presidencial.
Estas fuerzas, por sí solas, no contarían con el apoyo popular. "Acción Nacional" no puede contar con el apoyo popular, porque radican bajo su bandera los banqueros, los comerciantes que sostienen el mercado negro, todas las fuerzas que han hecho imposible la vida del campesino y del obrero, porque "Acción Nacional" es el baluarte donde se escudan los agentes del imperialismo, del nazifascismo, los agentes de la Falange Española. No tiene "Acción Nacional" bandera para levantar en esta campaña, porque el pueblo está desengañado de lo que son los banqueros, los comerciantes, los patrones retrógrados, todas esas gentes. No tiene de ninguna manera oportunidad de levantar el entusiasmo un partido que está integrado por hombres que siempre fueron cortesanos de tiranos; no tiene de ninguna manera oportunidad de levantar el entusiasmo popular este partido, porque su pasado es negro, porque su pasado lo significa como un partido integrado por hombres enemigos de la democracia y del respeto al voto, y no ha encontrado mejor recurso que avivar la inquietud que vive el campesino explotado, olvidado por revolucionarios que ofrecieron realizar su reivindicación; no tiene otro recurso que esa inquietud del campesino, que dudando por un momento de la eficacia de las doctrinas de la Revolución, ha ido a refugiarse bajo las banderas del Clero. Esta fuerza trata de disputarnos el poder. Ya nos ha desprestigiado lo suficiente; ya ha hecho un escarnio del Presidente de la República; ya ha hecho un escarnio de las Cámaras; intentó liquidar al Presidente; no ha cesado en sus propósitos subversivos; es la que ha organizado levantamientos y asaltos en las carreteras; no se ha conformado con lo que se le ha dado, sino que ahora se lanza en contra del Ejército; no ha querido lanzar a la multitud fanática, ignorante, en contra del Ejército, para escarnecerlo, para burlarlo, para demostrar que el Ejército tampoco vale nada.
De manera que nosotros estamos ante el peligro de que estas fuerzas creen prestigio. Si no señalamos a tiempo su responsabilidad, estas fuerzas indudablemente ocuparán el papel de víctimas; y esto no podemos nosotros permitirlo.
¿Qué de extraño tienen los acontecimientos de León, señores diputados y señores senadores, qué de extraño tiene que una masa llena de coraje, llena de pasión, llena de irresponsabilidad se haya arrojado en contra de los soldados que guarnecían el Ayuntamiento de León, después del mensaje que con motivo del aniversario de la Coronación de la Virgen de Guadalupe lanzara el Papa desde Roma? El Papa, en su mensaje a los mexicanos publicado en español en Roma, hizo el elogio de la revolución cristera. El Papa dijo que si la Iglesia estaba bien en México, era por esa rebeldía mantenida siempre de parte de los católicos mexicanos, a quienes invitaba a seguir en la misma situación. Este es el resultado de la convocatoria del Papa a la rebelión. Este es el resultado de ese empeño contumaz del Clero que está demostrando que no descansará hasta que no se apodere del Poder.
De manera que si alguien es responsable de los acontecimientos de León, ha sido quien ha avisado la pasión, ha sido quien ha avivado los viejos sentimientos de una masa fanática capitaneada por los líderes sinarquistas en León. No es una responsabilidad del régimen; el régimen ha demostrado tolerancia en exceso, absolutamente en exceso. Si no, ahí esta la realidad que acabo de pintar. Estos señores necesitan una víctima. Las fuerzas reaccionarias, "Acción Nacional" y la "Unión Nacional
Sinarquista", no pueden, por escrúpulos tal vez de conciencia, si es que la tienen, no pueden, indudablemente, hacer responsables de estos hechos al señor Presidente de la República un hombre que ha perdonado la vida a los conspiradores que atentaron contra la suya; no puede, de ninguna manera, ser considerado como autor de una agresión, de la agresión que sufriera el pueblo en León. A un gobernante tolerante, como es el señor Presidente de la República, indudablemente que les será muy dificil acusar de responsabilidad de estos hechos. El señor Gobernador del Estado no tiene bajo su mando las fuerzas federales; las autoridades municipales tampoco están bajo su mando, no tienen ninguna influencia sobre las autoridades militares. Pero hay que buscar una víctima, y hay que sacarla de las filas de la Revolución, y no han encontrado otro argumento más fácil que el de hacer responsables de la masacre a los soldados que dispararon, que estaban obligados a profetizar hasta qué momento, hasta qué limite la multitud, que ya avanzaba sobre el Ayuntamiento, estaba dispuesta a victimarlos, a desarmarlos, inclusive a asesinarlos.
Ahora se busca esa víctima, y estamos en el deber de impedir que se haga víctima al Ejército Nacional. Yo sostengo que cuando un soldado se le ha dado la consigna de defender un puesto, si una multitud trata de arrollar a ese soldado para impedirle que cumpla con su deber, el soldado debe disparar en contra de los que traten de despojarlo de una situación que se le ha entregado. ¿A dónde iríamos a dar si el Ejército permaneciera impasible? Si los soldados hubieran permitido que la multitud se apoderara del Ayuntamiento ¿qué hubiera sucedido?
Alguien me ha dicho: "Después de tres horas, esas gentes hubieran salido del Palacio". La chusma inconsciente, tal vez, porque no tenían más trabajo que destruir e incendiar los muebles, las máquinas de escribir; pero los directores del movimiento, los elementos de la "Unión Nacional Sinarquista" que andan libres, y los elementos de "Acción Nacional", que refaccionan los movimientos sediciosos, que gastan muchos millones de pesos en publicidad, hubieran hecho del Ayuntamiento de León una fortaleza, y de la agresión al Ejército Nacional un estímulo más para que los campesinos ni siquiera sientan respeto por él.
Por todas estas razones, señores diputados y senadores, estoy de acuerdo en que se nombre esta Comisión; pero, sinceramente, en esta vez quiero abrigar la esperanza de que, por lo menos, de nuestra parte, cese ese espíritu de contemplación y esa tolerancia que se está dando a estos señores. No es a los católicos a quienes tratamos de someter; nadie impide que se dediquen a su culto; nadie impide que la Iglesia viva dignamente. Yo he votado leyes mediante las cuales se han devuelto al clero sus propiedades, y lo único que tratamos de impedir es que los elementos de la contrarrevolución, bajo el palio, bajo la protección de las creencias del pueblo, organicen movimientos que pueden traer como consecuencia el derrumbamiento de las instituciones revolucionarias. Sin un ejército digno es imposible que las instituciones se mantengan en pie.
Por estas razones debemos estar conscientes de que debemos hacer eco a nuestras responsabilidades y adelantarnos a los acontecimientos para que se precise cuál es la responsabilidad del partido "Acción Nacional" y la "Unión Nacional Sinarquista", en relación con estos hechos.
Se dice que la multitud no iba armada, con lo cual quieren probar la brutalidad del Ejército ¡Claro que no iba armada! Estos señores empezaron por no ser políticos. "Acción Nacional" y "Unión Nacional Sinarquista" desde un principio preconizaron su apoliticismo y han dicho que no quieren la revolución. Efectivamente, ¿cómo iban a hacer la revolución desde el palacio del Ayuntamiento de León? No iban a hacer la revolución: iban a buscar mártires, a ver si podían obtener una victoria burlando la vigilancia del Ejército; no iban a otra cosa que a lo que han conseguido, esto es, aumentar su martirologio; lo que han conseguido es un motivo más para envenenar el alma de los campesinos y de los obreros; lo que han conseguido es una oportunidad más para echar lodo al régimen. Debemos quitarles esas oportunidades y nadie mejor que la Comisión designada para que haga las investigaciones del caso.
No avanzo ninguna opinión estableciendo responsabilidades concretas, pero sí, mi voz se levanta para hacer la defensa del Ejército Nacional. ¡Es injusto que una institución que cumple con honradez y con patriotismo su deber, sea hoy la víctima de estos traidores a la patria! (Aplausos).
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Nabor Ojeda.
El C. Ojeda Nabor: Compañeros: Para mí es lamentable lo que pasó en León, porque de todas maneras es el pueblo de México el que ha sufrido las consecuencias de gentes que se cubren con la hipocresía y a la vez tratan de agredir al régimen.
En esta hora en que los partidos retrógrados se enfrentan a la Revolución, debemos pensar, como el senador Amilpa, cuál va a ser el resultado de nuestro silencio si nosotros permitimos que siga avanzando ese malestar que vienen provocando los periódicos. Es la verdad, es la verdad en que vivimos, que a los revolucionarios nos llaman a filas; es la verdad que todos los compañeros que vivimos un mismo ideal, debemos estar alrededor del señor Presidente de la República. La situación nos la disputan, no elementos más avanzados que los revolucionarios; la revolución nos la disputan gentes que no han convivido con el pueblo, que ni siquiera han arriesgado su vida por defender los principios más sagrados del pueblo mexicano.
Estamos frente a frente, los mismos partidos de ayer, que hoy quieren resucitar al calor de una situación que ellos mismos vienen propagando y provocando. Las cosas hay que decirlas claras. Yo no me opongo a que vaya la Comisión a León ni tampoco creo yo que necesitamos tener más elementos para conocer lo que pasa en León; pero vamos a esperar el fallo de la Comisión. Sin embargo, mientras esperamos el fallo de la Comisión, necesitamos ver qué es lo que dice la reacción, que es lo que está pagando la reacción en los periódicos cuál es el
clima que está propiciando la reacción, a donde nos quiere llevar.
Esta mañana leía yo con cierta amargura, la ironía de un columnista cuyo nombre no recuerdo en estos momentos, que en unas cuantas frases dio a comprender mucho; decía: "Esto no lo hizo Porfirio Díaz". Esto no lo hizo Porfirio Díaz, nos dicen ahora los mismos que están gozando las libertades de la Revolución, las libertades del régimen, y los mismos que están gozando de la unidad nacional y de la bondad del señor Presidente de la República.
Se le lanza el reto, no a determinada facción, no a determinados individuos que hayan intervenido en los sucesos de León, y se dice clara y terminantemente en la prensa de hoy en la mañana: "Esto no lo hizo Porfirio Díaz".
Es necesario, pues, que todos los revolucionarios toquemos reunión; es necesario que ya no andemos con contemplaciones, permitiendo que se nos insulte y que alguien, creyéndose más papista que el Papa, venga a la Cámara y nos insulte a todos, diputados y senadores, y al rato lo estemos abrazando, y al rato nos estemos riendo con él; lo vemos con una solicitud como si hubiera hecho una gracia, y lo aceptamos dentro de las filas revolucionarias. ¡No, compañeros!
Es necesario fijarnos en la responsabilidad histórica que estamos viviendo. Se nos lanza un reto, no por cuestiones justificadas de régimen, ni por que el Presidente de la República haya metido las manos en León, ni que tenga necesidad de meterlas, sino por que se nos disputa la Revolución, el Gobierno, la dirección de las masas populares del país.
Esto no es un juego de niños. Vemos hasta con cierta simpatía que muchos compañeros van a comer con gentes que vienen de España, a quienes se les abren las puertas, no obstante que hacen gala de ser representantes de Franco. ¿Qué no sabemos que bajo esa conducta subterránea vienen las consignas del clero, del hispanismo, para minar todo lo que significa progreso, no sólo para nuestro México sino para toda la América?
Y todos queremos paz y unión; que aquí ya no se diga nada; y mañana o pasado se va a decir que solamente Ojeda y Amilpa escandalizaron en la Comisión Permanente, como si fuéramos los únicos responsables de esta situación y los únicos revolucionarios en el país; como si fuéramos los únicos a quienes nos doliera en el corazón lo que está pasando.
Yo me he levantado a hablar, señores, porque en estos momentos necesitamos definir nuestras conciencias y nuestro camino; y yo digo a la Comisión Permanente y al pueblo de México: yo estoy con el Gobierno; corro la suerte que corre el Gobierno en esta situación que el clero, que la reacción, que "Acción Nacional" y que el sinarquismo están preparando, están provocando.
Es muy lamentable lo que pasó en León, pero no nos van a engañar estos señores, ni los sinarquistas, ni los de "Acción Nacional", ni el clero, ni los periodistas que comulgan con estas ideas del clero y con la reacción, sobre que aquí no se está tramando la contrarrevolución. A la sombra de la libertad de pensamiento, y de la libertad de prensa de Madero, surgió el cuartelazo. Y todos los directores, con pocas excepciones, del movimiento que se incubó en México, son responsables de todo el pasado de México, de todas las desgracias de México; y sin embargo, no tomamos ninguna medida ahora que por todos los lados está surgiendo, se está estableciendo el mismo círculo de alabanzas mutuas para poder abrir brecha entre los revolucionarios, y no podemos concebir que el pensamiento claro de la Revolución no pueda combatir a los mismos enemigos de ayer.
¿Qué garantía, ya lo ha dicho el compañero Amilpa, va a tener el pueblo de México, la Revolución, con un clero combativo, con un clero político que toda su vida se la ha pasado acechando los bienes de que fue despojado por las Leyes de Reforma, para volver a apoderarse de ellos?
Todos ustedes saben cuál fue la vida de la Colonia y cuál fue la vida después, de nuestra Independencia, bajo la acción de todos los elementos reaccionarios de México. Todos ustedes conocen la historia, y ellos han creído que ha llegado el momento en que puedan levantar cabeza. Si mañana se levanta el Arzobispo y dice que debe hacerse una procesión a la Villa de Guadalupe, allá van todos los católicos, y los que no lo son, y allá va la procesión, hasta con beneplácito de muchos revolucionarios que van a pasar lista también a la Villa de Guadalupe, porque aquello es de moda, y hay que estar a tono con el clero. ¡ Miren nada más a qué hemos venido a parar !
Esta situación de conciencia, compañeros, no es para menos.
Todo revolucionario tiene que sublevarse ante este misticismo, ante esa hipocresía y mala fe de estas gentes que vienen preparando su clima. Ya decía el compañero Amilpa que mañana echarán la culpa al Ejército. Ya hoy le echan la culpa al Ejército. ¡Claro! Ya se los dije. Lean los periódicos. No recuerdo cuál fue el columnista que afirma que esto no lo hizo Porfirio Díaz.
¿Sobre quién va a caer ese impacto de la reacción? Sobre el régimen, sobre el Presidente de la República. Es el mismo clima que hizo contra Madero el que estamos pasando ahora. Impotentes ante las elecciones, ante el partido, ante las organizaciones obreras y campesinas y los sectores populares, se cuelan y explotan la cuestión del clero. ¡Hombre! Compañeros, debemos fijarnos, como decía el diputado Moreno Sánchez, en que si esta Comisión Permanente es eminentemente política, ¿por qué no dar nosotros la clarinada al país de lo que está pasando y de lo que va a pasar, con otro Almazán, con otro Judas? Ya vamos teniendo precauciones con esa clase de gentes que tratan de comprar a los altos revolucionarios para llevárselos a sus filas. ¿Por qué? Porque es muy bonito que los periódicos se ocupan de Fulano y de Zutano, y un montón de cosas con que los revolucionarios se embriagan, con lo cual ya no piensan en el pueblo. Los que fuimos a la revolución ya no queremos el contacto con los desarrapados; ya nos creemos muy
altos, ya nos causan asco, como a cierto candidato que se lava las manos cuando la da a gente humilde. Aquello ya lo consideran inconveniente, y no recuerda ese mismo candidato que él era aún más desarrapado que ellos. Llegamos a millonarios y entonces la muelle vida resulta algo en contra del pueblo.
Debemos, pues, fijar claramente esta idea en este momento en que todos los revolucionarios tienen que pasar lista de presente al lado del señor Presidente de la República y del Régimen: que el Ejército Nacional no fue culpable de esta matanza, sino que fueron los sinarquistas, fue "Acción Nacional".
Y muchos dirán que estamos prejuzgando, pero conocemos al clero, conocemos sus artimañas, conocemos a la gente que está moviendo, conocemos como están preparando los artículos de fondo de los periódicos y sabemos que todo eso va a un fin determinado: llenar de lodo a la Revolución, atacar después descaradamente al señor Presidente de la República. Y en este país en que estas gentes logran amotinar a un puñado de seres, hoy en León, mañana quizá en Monterrey, mañana en otro lado, de lo que tratan es de presentar a la Nación en el extranjero, como un país en el que no hay garantías. Esa ha sido siempre la política del clero, esa ha sido siempre la manía de todas estas gentes retrógradas, para poder abatir a la Revolución. Y es necesario que recordemos que cada vez que ha fracasado la Revolución en México, ha sido por la traición de sus propios elementos y por este clima que estamos viviendo actualmente. Procesiones por todos lados; los curas con todo y sotana; las monjas por todas las calles, con todos sus arreos; un país en donde las leyes ya no valen nada, ni siquiera para atemorizar a las gentes que las están violando, en un país que no tiene razón de ser. Las instituciones se están minando; y nosotros debemos tener la convicción de que si fuimos a la Revolución por salvar al pueblo, debemos estar en nuestras filas; debemos olvidar ya nuestras divisiones, y no permitir que se siga ahondando este clima que están creando los mismos elementos enemigos de la Revolución y del Gobierno. Ya dijo Amilpa, ya lo dijo el compañero Moreno Sánchez, que es necesario investigar. Muy bien, vamos a investigar. Si hay culpa, que se castigue; pero que no se nos quiera engañar, lanzando desde aquí y desde todas partes, clarinadas al país de que ha llegado el momento de ir en contra de la Revolución, en contra de las instituciones revolucionarias y en contra del señor Presidente. Yo creo que nos vamos a jugar la vida todavía, para que estas gentes no anden con estas cosas.
El C. Moreno Sánchez: Pido la palabra.
El C. Presidente: Tiene usted la palabra.
El C. Moreno Sánchez Manuel: Estimo y agradezco el apoyo que el senador Amilpa ha dado a mi proposición, y también al compañero Ojeda. Quiero simplemente, dejar aclarado que el espíritu de mi proposición es traer a la Comisión Permanente los elementos de conocimiento directo de los hechos. Puede ser que muchos de los aspectos a que los compañeros se han referido tengan que ver con esto. Esto es precisamente lo que vamos a ver, y para verlo nada mejor que enviar gentes de nuestro seno que, con conocimiento directo de los hechos, puedan hacer que la Comisión Permanente funde una resolución, si es que hay motivo para ello.
Frente a las últimas palabras del compañero Ojeda, aclaro que mi proposición no tiende a engañar a nadie, sino al contrario, a que los hechos queden perfectamente claros. No es lo mismo que podamos fundar un juicio en este instante, movidos por nuestras ideas personales, a que lo fundemos después de que las gentes que hemos enviado, de nuestro seno, nos traigan datos verídicos, reales y exactos de los hechos por grave que ese relato sea.
El C. Amilpa Fernando: Así he entendido la proposición del diputado Moreno Sánchez, y por eso expresaba yo que se establecieran elementos de responsabilidad concreta, casi al final de mi peroración, pues yo deseaba exponer después los conceptos que la situación merecía, pero que desde luego repudiaba la acusación que se está haciendo de que el Ejercito Nacional, por su inconsciencia, es responsable de la masacre ocurrida en León. De manera que he entendido bien la proposición, y tiempo habrá en que podamos ya con datos necesarios y concretos, emitir un juicio definitivo.
El C. secretario Moctezuma Fernando: Se pregunta a la Asamblea si considera suficientemente discutida la proposición del diputado Moreno Sánchez. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Sí se considera. En votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.
El C. Presidente: La Mesa se permite proponer a los siguientes representantes para integrar la Comisión: diputado Francisco López Cortés, senador Florencio Palomo Valencia, diputado Heliodoro Hernández Loza, senador Joaquín Martínez Chavarría y secretario Manuel Moreno Sánchez.
El C. secretario Moctezuma: Está a discusión el nombramiento de la Comisión. No habiéndola, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.
El C. Presidente: Por la gravedad del asunto se encarece a la Comisión nombrada urgencia de salir hoy mismo al desempeño de su cometido.
Se levanta la sesión y se cita para el próximo miércoles a las once horas. (A las 15.55).
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y "DIARIO DE LOS DEBATES"
El Director, Jefe de la Oficina, JUAN ANTONIO MOLL