Legislatura XLIV - Año I - Período Comisión Permanente - Fecha 19590127 - Número de Diario 58

(L44A1PcpN058F19590127.xml)Núm. Diario:58

ENCABEZADO

MÉXICO, D. F., MARTES 27 DE ENERO DE 1959

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.

AÑO I. - PERÍODO ORDINARIO XLIV LEGISLATURA TOMO I. - NUMERO 58

SESIÓN

DE LA

H. COMISIÓN PERMANENTE

EFECTUADA EL DÍA

27 DE ENERO DE 1959

SUMARIO

1.- Se abre la sesión. Lectura de la Orden del Día. Lectura y aprobación del acta de la sesión anterior.

2.- Cartera. Se reservan para la Cámara de Senadores las hojas de servicios de los CC. generales Dámaso Cárdenas del Río y J. Ricardo Marín Ramos.

3.- El C. senador Manuel Moreno Sánchez, Presidente de la H. Comisión Permanente, rinde informe pormenorizado acerca del conflicto surgido con la República de Guatemala, por la agresión armada a naves pesqueras mexicanas, y que han motivado la ruptura de relaciones diplomáticas de nuestro país con el Gobierno guatemalteco. Hablan a continuación los CC. diputada Marta Andrade de del Rosal, senador Fidel Velázquez Sánchez, diputado Vicente Salgado Páez y senador Donato Bravo Izquierdo, quienes manifiestan la adhesión de los distintos sectores del país al Presidente Constitucional de la República, licenciado Adolfo López Mateos. La Presidencia, atendiendo a la proposición del C. senador Rodolfo Brena Torres, designa a los integrantes de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Gobernación, unidas, de esta Comisión Permanente, para que resuman lo expuesto y formulen proposición concreta. Se declara un receso. Reanudada la sesión hace uso de la palabra el C. diputado Emilio Sánchez Piedras, a nombre de las dos Comisiones y somete a la consideración de la Permanente cuatro puntos de proposiciones concretas que son aprobados. Se levanta la sesión.

DEBATE

Presidencia del

C. MANUEL MORENO SÁNCHEZ

- - -

(Asistencia de 26 ciudadanos representantes).

El C. Presidente (a las 13.05 horas): Se abre la sesión.

- El C. secretario Sabines Gutiérrez Juan (leyendo):

"Orden del Día.

"27 de enero de 1959.

"Acta de la sesión anterior.

"El Congreso de Aguascalientes comunica la apertura de un período ordinario de sesiones y la designación de su Directiva.

"Oficios de la Secretaría de Gobernación con que se remiten las hojas de servicios de los CC. generales de división Dámaso Cárdenas del Río y J. Ricardo Marín Ramos.

"Acta de la sesión celebrada por la H. Comisión Permanente del XLIV Congreso de la Unión, el día veintidós de enero de mil novecientos cincuenta y nueve.

"Presidencia del C. Manuel Moreno Sánchez.

"En la ciudad de México, a las trece horas y treinta y cinco minutos del jueves veintidós de enero de mil novecientos cincuenta y nueve, se abre la sesión con asistencia de veintitrés ciudadanos representantes, según declaró la Secretaría después de haber pasado lista.

"Se da lectura a la Orden del Día.

"Sin que motive discusión se aprueba el acta de la sesión anterior celebrada el día quince del actual.

"La Secretaría da cuenta con los asuntos en cartera:

"Oficio de la Secretaría de Gobernación en que se solicita permiso para que use una condecoración el C. Armando Cañizares Sánchez. Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.

"Cuatro oficios de la Secretaría de Gobernación en que transcribe otros tantos de la Defensa Nacional, con que se remiten las hojas de servicios de los CC. general brigadier Sebastián Contreras Barrera, coronel de caballería Jesús Huerta Pérez, general brigadier Angel Meza Martínez y coronel de Caballería Renato Vega Amador. Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

"Las legislaturas de los Estados de Chiapas, Zacatecas y Guerrero, informan que el 31 de diciembre clausuraron sus respectivos períodos ordinarios de sesiones y dan a conocer la integración de su Permanente. De enterado.

"Invitación del Gobernador del Estado de Yucatán, para la lectura de su Informe constitucional. Se designa en comisión para asistir a la lectura de dicho Informe, al C. senador Vicente Dávila Aguirre y diputado José R. Muñoz Espinosa.

"Dos dictámenes de la Comisión de Justicia en que se aprueban los nombramientos hechos por el C. Presidente de la República en favor de los CC.

licenciados María Luisa Santillán y Daniel Franco López, como magistrados, propietario e interino, respectivamente, del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales.

"Puestos a discusión los dictámenes y no habiendo sido objetados, en votación económica resultan aprobados por unanimidad.

"El C. Presidente, a continuación, toma la protesta de rigor a los CC. licenciados María Luisa Santillán y Daniel Franco López, como magistrados, propietaria e interino, respectivamente, del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales.

"Dos dictámenes, de la Comisión de Puntos Constitucionales, en que se concede permiso al C. Alejandro Gómez Maganda para aceptar y usar una condecoración que le confirió el Gobierno de la República Española en el exilio, y al C. Ricardo Mac Kinney Stephenson para desempeñar un empleo en la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica, en esta capital; y un dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores en que se concede permiso al C. George Pulford, Jr., para desempeñar el cargo de vicecónsul honorario de Dinamarca, en Tampico, Tamps.

"Puestos a discusión los dictámenes y no habiendo sido objetados, se reservan para la votación nominal.

"Tomada la protesta nominal de los tres proyectos de decreto, éstos resultan aprobados por unanimidad de veinticuatro votos. - Pasan al Ejecutivo para efectos constitucionales.

"Agotados los asuntos de la orden del día y no habiendo quien desee hacer uso de la palabra, a las catorce horas y siete minutos se levanta la sesión y se cita para el próximo jueves veintinueve del corriente a las doce horas".

Está a discusión el acta. No habiendo ningún ciudadano representante que haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.

- El mismo C. Secretario (leyendo):

"Estados Unidos Mexicanos. - H. XL Legislatura del Estado de Aguascalientes.

"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. - México, D. F.

"Tenemos el honor de comunicar a ustedes que la H. XL Legislatura del Estado, abrió hoy, el primer período extraordinario de sesiones, correspondiente al tercero y último año de ejercicio constitucional a que fue convocada por su Diputación Permanente; habiendo quedado integrada la Mesa Directiva que fungirá durante el mismo en la siguiente forma:

"Presidente, Leonardo Quiroz Moreno.

"Vicepresidente, licenciado Miguel G. Aguayo.

"Secretario, Alejandro Martínez.

"Prosecretario, J. Refugio Cardona.

"Reiteramos las seguridades de nuestra consideración distinguida.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"Leobardo Quiroz Moreno, D. P. - Alejandro Martínez, P. S.". - De enterado.

- - -

"Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México, D. F. - Secretaría de Gobernación.

"CC. Secretarios de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. - Presentes.

"La Secretaría de la Defensa Nacional se ha dirigido a esta de Gobernación, con fecha 8 del mes en curso, manifestando lo siguiente:

"Con carácter devolutivo remite a usted, en veintitrés fojas útiles, la hoja de servicios del C. general de Divisan Dámaso Cárdenas del Río, matrícula 181213; suplicándole se sirva disponer lo conducente a fin de que el documento de que se trata sea enviado al H. Senado de la República para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional".

"Hago del conocimiento de ustedes lo anterior, encareciéndoles que en su oportunidad se turne a la H. Cámara de Senadores la hoja de servicios que con el presente se acompaña.

"Reitero a ustedes mi atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D. F., a 17 de enero de 1959. - P. Ac. del C. Secretario, el Oficial Mayor, licenciado Noé Palomares". - Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

- - -

"Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México, D. F. - Secretaría de Gobernación.

"CC. Secretarios de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. - Presentes.

"A continuación transcribo a ustedes oficio que la Secretaría de la Defensa Nacional dirigió a esta de Gobernación, con fecha 2 del actual; encareciéndoles que en su oportunidad se turne al Senado de la República la documentación que con el presente se acompaña:

"Con carácter devolutivo remito a usted, en treinta fojas útiles, la hoja de servicios del C. general de División J. Ricardo Marín Ramos, matrícula 107137; rogándole se sirva disponer lo conducente a fin de que el documento de que se trata sea enviado al H. Senado de la República para los efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional".

"Reitero a ustedes mi atenta consideración.

"Sufragio Efectivo. No Reelección.

"México, D. F., a 17 de enero de 1959. - P. Ac. del C. Secretario, el oficial Mayor, licenciado Noé Palomares". - Recibo, y resérvese para la Cámara de Senadores.

El C. Presidente: Para solicitar el uso de la palabra, pido al C. Vicepresidente de la Comisión Permanente, que dirija los debates.

- - -

Presidencia del

C. JUAN MANUEL TERAN MATA

- - - - El C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador Manuel Moreno Sánchez.

El C. senador Manuel Moreno Sánchez: Señores diputados y senadores: ha sido del dominio público que el C. Presidente de la República, licenciado don Adolfo López Mateos, ejerciendo las funciones de su alta investidura y como director de la política internacional de nuestro país, resolvió la suspensión de las relaciones internacionales que nuestro pueblo había venido manteniendo con Guatemala, sin alteración alguna desde 1907, en que otro incidente provocó alguna diferencia entre los dos pueblos, relaciones que se habían mantenido dentro de las cordialidad que ha sido norma de nuestros gobiernos. Esa resolución el C. Presidente de la República la tomó al mismo tiempo que dirigió un mensaje a la Nación que ha sido también del conocimiento de ustedes.

Comprendiendo que dicho acto del Ejecutivo tendría, como ha tenido, diversas resonancias en nuestra vida nacional, me permití citar a ustedes para esta sesión extraordinaria a fin de que en el ejercicio de nuestras funciones, consideremos el asunto y tomemos las medidas que estimen pertinentes. Siguiendo los lineamientos que el pueblo nos va trazando, y puesto que él ya manifestó, a través de todos sus sectores y sigue manifestando la más cálida adhesión a la medida tomada por el Ejecutivo Federal, nosotros cumplimos con nuestra misión de representante del pueblo y nos decidimos a cooperar con él, en la adecuada canalización de sus sentimientos y adhesiones.

Voy a referirme, brevemente y en términos generales, al incidente que me propongo abordar: en el instante en que el Gobierno Nacional que acababa de tomar posesión, se encontraba en su etapa de organización preliminar, apenas unos días después de que se había dirigido el Presidente López Mateos a la opinión internacional con toda amplitud en el Palacio de Bellas Artes al rendir su protesta como Primer Magistrado, reiterando los principios de la Política Internacional de nuestro país, y reafirmando la voluntad del pueblo mexicano de tratar pacíficamente todos los conflictos internacionales y, al mismo tiempo, de cooperar en la vida internacional para la resolución de todos los problemas que afectan a los hombres no importando la nacionalidad que tengan; precisamente entonces fue cuando se presentó el incidente que ustedes conocen.

Unos barcos pesqueros de matrícula mexicana, ejerciendo su oficio en nuestros mares del sur, derivaron hacia las fronteras marítimas de Guatemala y sin previo aviso fueron ametrallados por la fuerza aérea de aquel país. El juicio está hecho: es inexplicable como todos los han aceptado, pues aun en el supuesto caso de los barcos hubieran estado pescando ilegalmente, aun en el supuesto caso de que se hubieran en aguas territoriales de Guatemala, la agresión resulta injustificada o inexplicable.

Ante el hecho, nuestro Gobierno siguió los pasos que marcan la costumbre y el derecho. Hizo una protesta verbal y luego escrita. Al ser rechazadas, propuso llevar el problema a la consideración de un órgano internacional de justicia, que por definición es el que debe establecer los límites del derecho de cada uno en cuanto a las relaciones entre los pueblos.

Al ser rechazada la proposición y conocerse los términos en que se rechazó, no quedó a nuestro Gobierno otra salida que manifestar públicamente su repudio a ese sistema de tratamiento de los problemas que no corresponden a los principios en que hemos venido viviendo en la época actual. El señor Presidente López Mateos consideró entonces conveniente suspender las relaciones internacionales y esperar y exigir la debida satisfacción a los intereses mexicanos.

Analizando el mensaje por medio del cual el Presidente de la República manifestó su determinación, contiene los siguientes puntos que es conveniente resaltar, porque demuestran la serenidad, la ponderación y el buen juicio de nuestro Primer Magistrado.

En Primer Término, como ya dije, el Gobierno se encuentra en la etapa de su organización; en seguida, el ametrallamiento de los barcos mexicanos fue considerado injusto; en tercer término, ante la indignación que este hecho provocó en el pueblo mexicano, el Gobierno opuso la serenidad; manifestó que no usaba la fuerza, para repeler la fuerza, ni recurría a la violencia para vengarse de un acto de violencia.

El Presidente comenzó una interpretación constante de sentimiento nacional y midiéndolo con la fina sensibilidad que lo caracteriza, en el momento en que el Gobierno guatemalteco reiteró su actitud negativa, para hacer imposible todo acuerdo o cualquier avenencia, convencido el Presidente de México de que los medios pacíficos deben ser como lo ha suscrito el país y los pactos internacionales, los procedimientos adecuados para resolver los conflictos entre los pueblos, como ya lo son en las Constituciones de cada Estado para satisfacer los intereses de los individuos; y no pudiendo en el caso recurrir a los medios pacíficos, por una parte, y por otra parte, recordando el hecho evidente de que México y Guatemala son pueblos de origen similar, en que se conjugan las mismas culturas y las mismas tradiciones, que tienen un destino común en cuanto que son vecinos y conviven en un mismo Continente y han manifestado, a través de distintas etapas de su vida el mismo sentimiento de unidad y de concordia; teniendo presentes ambos hechos y mirando que transitoriamente el Gobierno de Guatemala trataba de adoptar una actitud distinta, disímil, contraria a estas tradiciones nuestras, el Primer Magistrado de la Nación consideró llegado el momento de romper las relaciones diplomáticas con aquel Gobierno, convencido de la justificación de la medida.

En ese acto, lo único que el Primer Magistrado de la Nación hizo, fue interpretar el sentimiento del pueblo de México. Tan es así, que de inmediato se volcó sobre su actitud y respeto de su conducta, la más vigorosa adhesión del pueblo, habiendo concurrido para manifestarlo no solamente los hombres que son importantes en el país, sino también las organizaciones que contienen la masa popular que en sus distintos aspectos, constituyen la estructura política y social de nuestro pueblo.

Este incidente ha traído, señores diputados y senadores, distintas consecuencias que me propongo analizar ante ustedes. Primeramente, podemos considerarlas en lo que ha ocurrido allá en Guatemala, según los datos con que contamos, a través de la información periodística mundial. El Gobierno de Guatemala ha recurrido al sistema de expresar

falsedades, rumores y alarmismos; ha entregado a la prensa oficiosa de ese país, declaraciones que expresan hechos que no corresponden a la verdad. Tal es la afirmación inusitada y absurda de que el Gobierno mexicano, tras el rompimiento de relaciones diplomáticas, ordenó la movilización de cuerpos militares sobre la frontera de Guatemala y la de elementos de fuerza aérea, con los que no contamos.

Una declaración de esa naturaleza, para una prensa como la del pueblo de Guatemala, sometida a todos los sistemas de censura y de control que se usan en las dictaduras y en los pueblo ajenos al sentimiento democrático que nosotros tenemos, con la tendencia de mantener al pueblo de Guatemala en la ignorancia y en la alarma y para producir un estado de terror que traiga como consecuencia la animadversión popular guatemalteca contra el pueblo mexicano.

Juntamente con esto, el Gobierno de Guatemala ha iniciado una promoción artificiosa de la opinión pública de su país, por medio de esa prensa; la inconcebible falsedad de que estamos movilizando fuerzas militares, es, para los mexicanos, una afirmación que nos hace sonreír. Afortunadamente habitamos en un país lo suficientemente libre como para que todos los ciudadanos sean testigos de los actos de su gobierno; y estoy seguro, y ustedes lo están tanto como yo, que desde esta ciudad hasta la frontera de Guatemala, no hay ningún hombre o mujer que haya visto pasar en estos meses un cuerpo armado, movilizarse un tren militar o volar aviones militares con ánimo de estacionarse en los puertos aéreos desde donde puede controlarse la frontera guatemalteca. Las falsedades del Gobierno guatemalteco han llegado a tal grado, que según informes de la prensa internacional, se ha dirigido a los organismos internacionales de los que formamos parte, como son la Organización de las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos, y a una organización regional de Centroamérica, la ODECA, pidiendo a sus dirigentes que pongan atención en el hecho de que el Gobierno mexicano está acumulando elementos militares en la frontera con Guatemala, amenazándola de agresión. Está claro que se cuida mucho el Gobierno de Guatemala de pedir que se envíe, de alguno de esos organismos, un delegado que venga a cerciorarse de los hechos; y se cuida mucho de hacerlo, porque sabe que está mintiendo y que cualquiera delegación que pudiera movilizarse con ese objeto se daría cuenta fácilmente de que esa afirmación contiene la más grotesca y burda de las mentiras.

Su embajador en la Organización de las Naciones Unidas, solamente ha repetido que ese mensaje tiende a que los dirigentes de las organizaciones internacionales pongan atención en el conflicto de Guatemala con México; es decir, que para pedir que pongan atención en un incidente internacional se recurre a la mentira y a la falsedad.

El pueblo mexicano, al respecto, se encuentra perfectamente tranquilo; es más, el pueblo mexicano sabe que si ha firmado a través de sus Gobiernos los pactos internacionales a que hemos hecho alusión, esos organismos, obrando dentro de sus estatutos y conforme a la ley que nos rige internacionalmente, sin que nosotros pudiéramos objetarlo, podrían enviar a un delegado internacional para comprobar que el Presidente Ydígoras está faltando a la verdad. Pero eso no es necesario, porque el mundo internacional está convencido, asimismo, de que el Gobierno de Ydígoras ha informado falsamente a los representantes de la prensa internacional y éstos conocen que los hechos atribuidos a México son absolutamente falsos, y que México no solamente no ha movido materialmente un elemento de guerra, sino que ni siquiera un sólo pensamiento de guerra ha aparecido en la mente y en el espíritu del pueblo mexicano.

¿Qué es en cambio, señores, lo que ha ocurrido en nuestro país? En nuestro país, el pueblo ha percibido la fina sensibilidad con que el Gobierno Mexicano ha interpretado sus deseos. En nuestro país se ha percatado el pueblo de que este incidente ha sido una prueba en la que el Presidente, Adolfo López Mateos, ha tenido ocasión de poner en práctica una de las normas de gobierno que ofreció a todo lo largo y lo ancho del Territorio Nacional. Todos los mexicanos son testigos de que cuando él se dirigió al pueblo para difundir su pensamiento y expresar la manera en que acometería los problemas nacionales de llegar al gobierno, siempre afirmó: "ustedes y yo, sí ustedes me eligen Presidente, juntos, unidos, podremos acometer los problemas más graves"; siempre dijo: "no hay problemas que no pueda acometer el pueblo y el Gobierno juntos"; siempre afirmó: "si llego a la Presidencia de la República, pondré todo mi empeño en realizar las ideas, los anhelos y los pensamientos de ustedes". Y esta sencilla y profunda norma de gobierno democrático, es lo que el Presidente López Mateos ha realizado con el rompimiento de relaciones con Guatemala, por haber interpretado el deseo de todos y por haber dado una solución, que todos hemos acatado como la única posible ante la necedad y obstinación con que se respondía a las peticiones mexicanas.

Hemos asistido, estamos asistiendo dentro de nuestro país, a una movilización de la opinión pública que se ha operado espontáneamente. Es una movilización moral y cívica, en la que todos dan su adhesión al Presidente, una adhesión sin ningún aspecto bélico, sin ningún resabio, sin ningún resentimiento. En esta movilización simplemente se proyectan el orden y la tranquilidad; la decisión de no recurrir en ningún momento a la violencia. El pueblo mexicano sabe que con las normas de prudencia y serenidad puede sortear este problema que no tiene la gravedad de poner en peligro las bases fundamentales de su vida cívica, política y social. De ese modo, el Gobierno del Presidente López Mateos ha podido recibir manifestaciones escritas y públicas, privadas, verbales, telefónicas, adhesiones personales y hasta gritos del pueblo, en los que se ha puesto de manifiesto que los partidos políticos, todos los partidos políticos del país, han expresado su adhesión al Presidente de la República; se ha puesto de manifiesto que las organizaciones obreras, campesinas, de industriales y patrones, de intelectuales, de estudiantes y de jóvenes, han reiterado su adhesión al Presidente. Es muy importante el que los partidos políticos, todos, hayan coincidido en su manifestación pública, porque han llegado a la postura de todos los pueblos democráticos en los

que las disensiones interiores respecto a la política interior del país, no afectan las determinaciones internacionales en las que está en juego la dignidad, el decoro y la vida de todos, y así hemos podido ver que en este caso los cinco partidos legalmente registrados y actuantes de nuestro país, han manifestado abiertamente su adhesión al Presidente de la República respecto a este incidente. Se han empezado a movilizar desde el punto de vista moral, social y ético, como ya dije, los grandes conglomerados de trabajadores del campo y la ciudad; todos los que mantienen la vida activa de nuestra nación, los que son en lo interior soldados de la gran lucha que estamos realizando por alcanzar las metas de nuestro progreso nacional. Esta demostración del pueblo, de unidad con su Presidente, nos ha producido la consecuencia positiva que hemos extraído fácilmente de un hecho negativo. En realidad, esta movilización se ha convertido en un referéndum, ha sido una nueva demostración de que el pueblo de México reitera su apoyo al Presidente de la República, tal como ya lo había dado antes en los comicios interiores, y ello está demostrando que nuestro régimen democrático nos mantiene en un constante esfuerzo por interpretar los anhelos del pueblo y que ese nuevo estilo de política, que consiste en apelar siempre al sentimiento popular, en estar siempre interpretándolo, en llamar a sus intereses, manteniendo la más estrecha relación entre el gobierno y el pueblo, es seguramente lo que constituye el estilo de política que López Mateos está asentando en el país y reafirmando constantemente.

Esta movilización nos da la seguridad de que mediante su libertad, el pueblo puede espontáneamente manifestarse, puesto que para que su espontaneidad se logre, necesita ser libre, pues de otro modo se recurriría al artificio y a todo aquello que es forzado, para poder formar una opinión. Por último, esta movilización se ha realizado en medio de la tranquilidad y del trabajo; reafirma que el pueblo quiere tener a salvo su dignidad, quiere poner a salvo su tranquilidad para seguir trabajando; que no quiere distraerse del esfuerzo diario y constante en sus actividades, ya que después de todo, considera fácil superar el incidente, si su unidad es utilizada en el trabajo, y vive y sigue viviendo su vida normal, sin que ninguno de estos hechos incidentales la haya alterado todavía.

Es necesario recalcar que para los mexicanos existen varios principios que se encuentran en juego en este momento, y es conveniente también destacar que este incidente nos ha dado la oportunidad de hacer ostensible la unidad del pueblo en torno al Presidente, puesto que cada mexicano efectivamente está empeñado en una guerra diaria, que el propio Presidente López Mateos preside y dirige; una guerra contra la ignorancia, contra la miseria, contra la insalubridad, contra la incomunicación, contra todos aquellos enemigos tradicionales que han venido deteniendo los verdaderos cauces de nuestro progreso. Y nosotros sabemos que para esa lucha no hay más que una finalidad, la de pugnar por la elevación constante de los niveles de vida, lo cual se logrará con el trabajo de los mexicanos. Todos unidos, todos acordes y todos tranquilos, sentimos que el ambiente de ese trabajo debe ser de paz interior, tranquilidad, para que nuestro esfuerzo fructifique y para que cada quien reciba los productos a que tiene derecho. Y, por último, del incidente sacamos la afirmación indudable de que México tiene solamente un guía, y ese guía es un Presidente y ese Presidente es sólo un hombre: es Adolfo López Mateos. (Aplausos nutridos y prolongados; el auditorio se pone de pie).

Así, señores diputados y senadores, de pie: no sólo ustedes, que representan al pueblo, sino sus mismos representados, se han levantado como un solo hombre en toda la nación y han repetido ésta consigna: sólo el Presidente López Mateos encarnando, en este instante, la dignidad del país, la fuerza del Derecho, de la Ley y de la razón que nos asiste. Ese aplauso hace expreso el pensamiento; en ese aplauso que enviáis desde este recinto del Poder Ejecutivo en donde el Presidente López Mateos ejerce sus funciones, está repitiendo el sentimiento unánime del pueblo por todo el país.

El incidente, señores diputados y senadores, ha producido, como dije, un resultado positivo surgido de un hecho negativo. Probablemente esto constituye otro de los aspectos más finos del estilo político que el Presidente López Mateos esta imponiendo en su administración: obtener de todos los actos o hechos negativos que se presenten, como es natural en la vida de los hombres y de los pueblos, los resultados positivos que vengan a beneficiar el progreso de todos, para bien del pueblo mexicano.

Porque nuestro pueblo está vivo, y tiene dentro de su ser, problemas diferidos o que nacen continuamente. No podríamos aspirar a la inmovilidad social sino más bien a un equilibrio inestable en que la justicia social sea el fiel de una balanza, en que los intereses diversos de unos y otros alcancen en esa balanza su debida ponderación. Yo siento que en el país se mueven hechos y fenómenos, grupos y tendencias que continuamente demandan deseos, anhelos, realizaciones y obras, y lo único que yo quiero es exhortarlos, desde esta alta tribuna, a que sepan defender sus intereses de grupo, pero no los conviertan en intereses superiores al de la Nación. Cualesquiera que sean los medios de lucha a que recurran, dentro de las leyes, cuiden mucho en esta hora de no dar la sensación de que por una lucha legítima de sus intereses, lleguen a aparecer como peligrosos saboteadores de la unidad nacional, de la tranquilidad y de la paz interior.

Es conveniente que una mayor responsabilidad en esta hora nos una a todos los mexicanos y que nos haga distinguir que si bien todos tenemos algo que pedir, algo que modificar, o un algo nuevo por lo que debemos luchar, recordemos que nuestras leyes son amplias, vastas, generosas, que otorgan cauces y canales para la acción de todos, y que ninguno debe rebasarlos porque entonces llegaríamos fácilmente a lo que nuestros enemigos de dentro y de fuera quisieran crear: la perturbación de nuestra tranquilidad interior, de nuestro trabajo que todos los días debemos realizar sin descanso.

Adolfo López Mateos en su doctrina política significa una revalorización de los principios de la Revolución Mexicana, de los mismos principios del pueblo mexicano: desde el punto de vista internacional está dando el ejemplo de cómo los llamados

pueblos menos desarrollados pueden ascender en el proceso económico general, capacitando mejor a sus hombres, si recurren a sus propias doctrinas. Hoy, para la doctrina de López Mateos, la Revolución Mexicana se identifica con el desarrollo económico general de nuestro país. La doctrina que hemos empleado para desarrollarnos económicamente coincide con los principios básicos y fundamentales de la Revolución y, al fin y al cabo, se expresa en las palabras que todos decimos unidos en la bandera de nuestro partido: democracia y justicia social.

Si nuestro país tiene una Constitución en donde están establecidos los principios fundamentales de su doctrina económica y social, como son los artículos 27 y 123; si en ellos se fijan las bases, mediante la justicia de los trabajadores y la justicia agraria, para crear un mayor número de consumidores que multipliquen con su propio esfuerzo el nivel de vida general y que activen el progreso del país; allí están identificados, vuelvo a decir, los principios de la Revolución Mexicana con los principios del desarrollo económicas de nuestro pueblo, entonces, desde el punto de vista internacional debemos darles a otros países una orientación definitiva. ¿Qué daríamos porque el pueblo guatemalteco despertara de la situación en que se le ha tenido tanto tiempo, mediante falsedades y con base de otros recursos que ya son demasiado conocidos? ¿Qué daríamos porque el pueblo guatemalteco exigiera la entrega de sus tierras que detentan grandes terratenientes nacionales y extranjeros en Guatemala? (Aplausos nutridos y prolongados) ¿Qué daríamos porque el pueblo guatemalteco levantara su voz e hiciera efectivas las leyes que un gobierno democrático y revolucionario promulgó transitoriamente en favor de los trabajadores de Guatemala? ¿Qué daríamos porque el pueblo adquiriera esa conciencia de ascenso nacional y que de un golpe pudiera llegar al camino por el que nosotros vamos logrando nuestro progreso? Sabemos bien que la culpa no la tiene el pueblo guatemalteco: el pueblo ha carecido allá de elementos con que nosotros contamos para realizar una de las revoluciones ejemplares en el mundo moderno, que ha marcado para una y otra generación los cauces por donde nuestro país marcha. Nosotros no sólo quisiéramos invitar al pueblo de Guatemala, sino a todos lo pueblos que sufren en su interior, opresión, injusticia y esclavitud de nacionales y extranjeros, a que recuperen su dignidad, su libertad y su justicia. (Aplausos nutridos)

La verdad se abrirá paso; el pueblo guatemalteco sabrá, a su hora, que estuvo su imaginación deformada y su sentimiento alterado por una propaganda artificiosa y perecedera. Esperamos con serenidad y paciencia ese momento. El pueblo despertará y nosotros veremos, como hemos visto en otros pueblos que estuvieron sometidos a dictaduras, como se levantan y vuelven otra vez por sus fueros para seguir el destino de todo pueblo oprimido que es lograr, con sus propias energías y sus propios brazos, su liberación para bien de los hombres.

Ahora quiero simplemente resumir el asunto de la suspensión de relaciones entre México y Guatemala.

No es propiamente un problema, es sólo un incidente. Es grave, sí, en cuanto que ha sucedido entre hermanos, es más grave una injuria ligera que lo es una sangrante herida entre enemigos. Es grave, sí, porque ocurre en América, en este Continente en que nosotros hemos hecho siempre tanto esfuerzo por mantenerlo al margen de la humillación, de la iniquidad, de la violencia y de la fuerza. Es grave, sí, porque presenciamos el caso en que por un esfuerzo artificioso se quiere comprometer la vida de dos pueblos, que cada uno de ellos a para sí y, recíprocamente uno con el otro desean y anhelan justicia, paz y libertad.

Pero la solución no es complicada; tiene la sencillez de todo aquello que puede acometerse con prudencia, buen juicio y serenidad. En último caso se trata de dos pueblos tan vinculados entre sí que más nos asombraríamos de que quisieran ser enemigos, que podríamos alegrarnos de que pretendan, como en otros tiempos, convertirse en hermanos.

Es evidente que este pequeño incidente con Guatemala nos está fijando a nosotros legisladores y al pueblo de México, la conciencia de que nuestras relaciones internacionales con los pueblos de Centroamérica y Sudamérica necesitan ser sometidas a una revisión, en cuanto a que requerimos una diplomacia más activa, más eficiente y más creadora, que afirme entre nosotros la estructura cultural e internacional que hemos anhelado. (Aplausos) Sabemos que si bien es cierto que México muchas veces ha levantado su voz en sus conferencias internacionales por la justicia en favor de los pueblos oprimidos, es preciso que esa declaración la haga conducta de todos los días y sus representantes la practiquen continuamente. Eso no implica intervención en los problemas de los pueblos; debe haber alguna manera de hacerlo, puesto que otros pueblos pueden hacerlo. Difundir entre ellos las metas y los propósitos del gran progreso nacional que nuestro país ha llevado a cabo y referirles las experiencias que pueden ser utilizadas por los pueblos del Sur, para que lleguen a lo que nosotros sin el sacrificio tan grande que hizo nuestro pueblo.

De esta manera, señores diputados y senadores, yo diría que busquemos formas de canalizar, no de promover, porque se promovió espontáneamente la adhesión del pueblo a su Presidente, de canalizar la opinión pública, a fin de lograr que se haga la movilización cívica sin ninguna desviación política, sin ningún resentimiento, sin nada que huela a odio, que sea la manifestación suprema de un pueblo maduro, que siente y sabe cual debe ser su conducta cuando es agredido y cuando el agresor es lamentablemente un hermano.

Un pueblo como el nuestro que ha encontrado en estos tiempos intranquilos del mundo, la firme seguridad de que sus intereses están guiados por una mente educada en la conciencia internacional de nuestro tiempo, asentada en la seguridad de contar con el apoyo popular y recta para aplicar la ley puesto que ha prometido desde esta tribuna que no dejará hacer nada por encima, al margen o fuera de la ley, esa mente, que para satisfacción nuestra, por otros muchos conceptos sentimentales, cívicos y democráticos podemos señalar, es un

hombre que ha reunido en su puño los anhelos del pueblo, es nuestro Presidente López Mateos, a quien nuevamente, como una adhesión firme de esta Comisión, pido que le ofrendemos un aplauso, con la seguridad de que lo hacemos interpretando el sentir del pueblo mexicano. (Aplausos nutridos y prolongados)

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Presidencia del

C. MANUEL MORENO SÁNCHEZ

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El C. Presidente: Tiene la palabra la C. diputada Marta Andrade de del Rosal.

- La C. Andrade de del Rosal Marta: Señor Presidente de la Comisión Permanente. Honorable Asamblea: el pueblo mexicano, unido, se ha solidarizado al vigor patriótico y la serenidad de su Presidente, al enfrentarse a la injusta ofensa que el Gobierno de Guatemala ha inferido a nuestra dignidad nacional.

México como hemos escuchado, procuró, por medios razonables y amistosos, llegar al estudio y entendimiento del problema que causaron la intemperancia y la insensatez del gobernante Ydígoras, quien violó las normas más elementales de las relaciones internacionales.

Ya expresó el señor Presidente de la República, que el rompimiento de estas relaciones no interrumpe, de modo alguno, las relaciones amistosas con el pueblo hermano de Guatemala; por lo tanto y consecuentemente, toca a nosotros, representantes populares, defender a nuestros conciudadanos con el entendimiento perfecto de este elevado y humano juicio.

México, reconocido como el paladín del respeto al derecho ajeno, seguirá fiel a su ideal, pero no vacilará en hacerlo respetar; en esta decisión estamos plenamente unidos pueblo y gobierno.

La mujer mexicana sabe que es su más alto deber inculcar en sus hijos el amor a la patria y el respeto a las instituciones, y que para ello debe llegar hasta el sacrificio, si fuere menester. Mas considera también que es tarea de gran responsabilidad en el hogar y en la comunidad, formar conciencia del valor de la paz y del ejercicio de los derechos humanos. Por eso nos satisface la actitud gallarda y serena de nuestro Presidente, que al defender el decoro nacional defiende también la tranquilidad y bienestar de nuestros hogares y la seguridad de nuestros hijos.

Estamos seguras de que las mujeres guatemaltecas sabrán apreciar en todo lo que vale esta digna postura del Primer Mandatario mexicano, que ha tratado en todo momento de evitar enemistades, de no conseguir odios que pongan en peligro la paz de los hogares de ellas, que seguramente defienden y cuidan con el mismo celo con que lo hacemos las mujeres mexicanas.

La actitud de México en este conflicto es positivamente una honrosa lección para el mantenimiento de la confraternidad de los países americanos y un valioso ejemplo de alto civismo de cómo deben solucionar sus problemas los pueblos de todo el mundo tenemos la certeza de que el verdadero pueblo de Guatemala reprueba la actitud insensata de su torpe mandatario y que, contrariamente, estima la actitud amistosa, digna y serena del Presidente de México.

Guatemala, como México, conoce y sabe de los sufrimientos de los pueblos hermanos que imprudentemente se han lanzado a luchas y violencias, llenando de pena, de miseria y de dolor a miles de hogares. México y Guatemala, pueblos vecinos, pueblos hermanos, se sobrepondrán a este doloroso conflicto y continuarán unidos por su afinidad de origen, por sus tradiciones históricas y por los altos ideales que nos legaron Benito Juárez y Francisco Morazán.

Señores senadores, señores diputados, señores de la prensa: creo en estas sencillas y breves palabras, haber interpretado fielmente el sentir de la mujer mexicana. Hacemos los más fervientes votos porque el conflicto se solucione con paz, con serenidad, con amistad y con la gran dignidad con que México ha sabido solucionar estos problemas; pero debo declarar que la mujer mexicana está y estará con su Presidente en todo momento, y que estamos y estaremos al lado de nuestros compañeros los varones en el momento supremo en que la patria reclame el concurso de todos sus hijos. Muchas gracias. (Aplausos)

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador Fidel Velázquez Sánchez.

El C. Velázquez Sánchez Fidel: Señor Presidente. Honorables miembros de la Comisión Permanente: el movimiento obrero de México, en cuyo nombre hablo en esta tribuna, que se siente identificado con el régimen que preside el señor licenciado Adolfo López Mateos, viene, por mi conducto, a hacer oir su voz en este caso de Ydígoras, y haciendo acopio de serenidad, que es la tónica marcada y no sin dejar esta indignación que nos ha causado a todos los mexicanos la actitud asumida por el Presidente de Guatemala, venimos a expresar que los trabajadores organizados de México se solidarizan con la actitud asumida por nuestro Presidente en el caso ya mencionado, porque consideran que ha estado ajustada en todo a los principios que rigen la convivencia entre todas las naciones y no ha faltado en ningún momento la actitud que todo gobierno fuerte y respetable como es el del señor licenciado López Mateos, debe asumir en estos casos.

Ciertamente, el señor Presidente ha tratado este problema o este incidente, como se ha dicho aquí, con altura de miras, con propósito pacifista, con deseos de evitar cualquier mala interpretación que pudiera variar la política ancestral de México en favor de la paz y la justicia. Y esto que el señor Presidente ha hecho, nos llena de satisfacción, porque una vez más hemos comprobado que México ha superado las épocas anteriores, que está cimentado sobre bases firmes y no teme en ningún caso a sus enemigos, porque es un pueblo respetuoso de los demás, amante de la paz, resulto siempre a defender su dignidad y su soberanía, y también decidido a reclamar sus derechos, como en este caso lo está haciendo.

Qué bien que el señor licenciado Moreno Sánchez haya planteado aquí la necesidad de canalizar el respaldo de nuestro pueblo de México al señor Presidente de la República y de encauzar sus actividades para que en ningún caso haya ausencia de

serenidad y de buen juicio en este incidente, porque esto le da oportunidad al movimiento obrero de mi país para declarar, por mi conducto, que ya se está preparando en estos momentos por las organizaciones obreras, con la cooperación de las campesinas y del sector popular y de todos los demás sectores del pueblo, y con el consentimiento y apoyo del Partido Revolucionario Institucional, en gran acto de masas, para el domingo próximo en la Plaza de la Constitución, donde el pueblo habrá de volcar su entusiasmo, su apoyo y solidaridad al Jefe de la Nación.(Aplausos)

Como lo decía el señor licenciado Moreno Sánchez, es necesario cuidar, sí de que haya serenidad; que haya juicio; pero también hay que darle al pueblo nuestro la oportunidad de manifestarse como lo es; defensor acérrimo de sus derechos, celoso de su autonomía y su libertad y patriota como el que más, dispuesto a repeler cualquier agresión, cualquier ofensa a nuestra patria. Ahora que en la Permanente vuelve a tratarse este problema y se marca a nuestro pueblo lo que puede hacerse en este caso y se trata de canalizar su acción, tengan ustedes la seguridad de que los trabajadores organizadores seremos los primeros en estar al lado del señor Presidente de la República en este problema guatemalteco, como lo hemos estado en todos los problemas nacionales que el señor Presidente ha tenido que afrontar. (Aplausos)

Ydígoras es un hombre cuyos antecedentes no pueden ser más negros: fue sicario de Estrada Cabrera y cómplice de Ubico, durante su régimen; autor de matanzas en masa de campesinos inermes que fueron fusilados de acuerdo con los latifundistas de Guatemala; individuo que ha sabido colocarse en todos los gobiernos mediante argucias y mediante maniobras, y que está en el Poder, no por la voluntad del pueblo, sino por virtud de una maniobra de la casta a que pertenece y en contra de las mayorías guatemaltecas que no votaron por él; y actualmente ha provocado, con. toda seguridad, este incidente con México para consolidarse en el Poder, porque ese poder se le va de las manos, porque ni los trabajadores ni los campesinos ni ningún sector del pueblo guatemalteco lo quiere ni lo desea, porque lo tiene sumido en la más completa opresión y la más completa ignorancia.

En Guatemala no hay libertad sindical; los sindicatos frecuentemente son intervenidos; se les impide formar parte de las centrales internacionales; no hay derecho de huelga, el derecho de asociación está restringido, no pueden reunirse libremente para deliberar en sus problemas; el campesinado sigue sumido bajo a potente mano de los latifundistas; no tiene ningunos derechos ni siquiera el de poder disponer de las tierras que ocupan. Es un campesinado amorfo que realmente no puede de ninguna manera considerársele como un núcleo que contribuya al progreso de ese país. No existe libertad de prensa y no existe de ninguna manera facilidad alguna para que el pueblo manifieste su sentimiento y su deseo de superarse.

Es un gobierno el de Ydígoras del corte de los gobiernos de Estrada. Cabrera y de Ubico. El que más sufre las consecuencias de ese gobierno es el pueblo de Guatemala y yo estoy seguro, como lo decía el compañero Moreno Sánchez, que a la sola iniciación que se hiciera a ese pueblo para derrocar a Ydígoras, lo haría, porque está cansado ya ese pueblo de tanta dictadura que ha sufrido por tantos años.

México no puede, desde luego, tener ingerencia en los asuntos de Guatemala; pero si los trabajadores de México que tienen ligas con los trabajadores de Guatemala, que han creado vínculos con ellos desde hace muchos años, sí invitan a estos trabajadores a que luchen porque se acabe este estado de cosas en Guatemala; a que trabajen porque impere la libertad y la democracia, y porque de una vez por todas en Guatemala se vislumbre la justicia a que tanto aspira ese pueblo guatemalteco.

Nosotros, camaradas y compañeros de Cámara estamos listos para cualquier cosa que las circunstancias demanden. Estamos conscientes de que nuestro papel es respaldar al régimen de la República, de actuar consecuentemente con él, porque reconocemos que en esta materia y en cualquiera otra, el único jefe que puede disponer de los destinos de nuestro pueblo y de los destino de México, es Adolfo López Mateos.(Aplausos)

Hacemos un llamado sincero a todos los trabajadores de México para que en estos momentos, no de gravedad, pero sí que requieren unidad, fuerza y decisión, estemos unidos y actuemos siempre de acuerdo con la ley y no cometamos actos que vayan en desdoro de esa unidad y en perjuicio de la integridad de la patria; que trabajemos incansablemente como siempre por el progreso de México; que luchemos hoy más que nunca porque nuestros problemas ancestrales se resuelvan y porque México siga teniendo esa autoridad y ese prestigio internacional que mucho lo enaltece y que ya no está a discusión, y porque en este caso de Guatemala, la razón, la justicia y el derecho de nuestro país prevalezcan sobre las sin razones, la inconsciencia y la irresponsabilidad de un sicario que hoy en mala hora dirige los destinos de un pueblo hermano. (aplausos)

El C. Presidente: Tiene la palabra el señor diputado Salgado Páez.

El C. Salgado Páez Vicente: Honorable Congreso de la Unión: la conducta pertinaz de Ydígoras en el conflicto que lamentablemente hemos sufrido por el ametrallamiento y prisión de pescadores mexicanos que se supone ejercían su trabajo en aguas territoriales de la vecina República de Guatemala, eludiendo que este asunto se dirimiera primero en la organización de las Naciones Unidas y posteriormente en el más alto Tribunal Internacional, como es la Suprema Corte de Justicia de la Naciones Unidas, parece que no obedece solamente a una de oposición sistemática, sino que más bien parece obedecer a un previo proyecto de provocación que afortunadamente el Gobierno de México, consecuente con su conducta internacional, no ha querido corresponder con actos de violencia; Y es así como México sigue considerándose en el concierto de las naciones con derecho a ocupar el justo lugar que le corresponde como un pueblo amante de la paz y que siempre ha

protestado cuando se trata de cometer un atropello a cualquier país, sobre todo si éste es débil.

Los campesinos de México, desde 1810 con el Padre Hidalgo, lo secundaron con las armas en la mano para hacer posible, nuestra Independencia nacional.

En 1856 los propios campesinos cambiaron sus garrochas y sus gorguces por la lanza chinaca y acompañando a Juárez hicieron posible la implantación de las leyes de Reforma.

De 1910 a 1916, también los propios campesinos armados, acompañaron al señor Madero y al señor Carranza para echar abajo, primero, la dictadura, y después convertir en leyes constitucionales las justas aspiraciones del país.

Todavía, hasta 1929 los mismos campesinos armados junto con el Ejército leal, combatieron para no permitir que llegara el Poder algún usurpador que sé hubiera convertido en dictador, como desgraciadamente todavía lo sufren algunos países del Continente; pero una vez que se fincaron los derechos del pueblo, a través de la Constitución del 17, y que fueron recibiendo las tierras que les había ofrecido la Revolución, esos mismos campesinos cambiaron el máuser y el 30 - 30 por los aperos de trabajador, y es así como el lema que actualmente tiene nuestra Confederación, la Nacional Campesina, como símbolo se establece un haz de trigo y una hoz, substituyendo al rifle que aparece en dimensiones más pequeñas.

Cuando en virtud de las leyes revolucionarias, de la Ley de 6 de enero de 1915, publicada en Veracruz, y del artículo 27 constitucional, se resolvió el problema de Chiapas, fue necesario constituir una comisión intersecretarial, con objeto de que se examinaran los derechos de los campesinos para recibir la tierra de acuerdo con el Código Agrario ya que éstos deberían ser de nacionalidad mexicana; esta Comisión se encontró que por cuestiones geográficas, muchos hijos de los mexicanos estaban registrados en las oficinas de Guatemala, y que otros hijos de guatemaltecos, por las mismas circunstancias geográficas, se habían inscrito en el registro de México.

El pueblo y el Gobierno de México, para no cometer injusticias a los campesinos que de cualquier manera tienen derecho a la tierra, omitiendo los errores que pudieran cometerse respecto a la nacionalidad, entregó la tierra de México a través de las parcelas ejidales a muchos individuos que quizás sean guatemaltecos.

En contraposición a esa actitud noble del Gobierno de México. el Gobierno de Guatemala ametralla y tiene prisioneros a mexicanos, que es dudoso todavía afirmar si ejercían su trabajo en aguas territoriales y no de Guatemala. Pero esa actitud contradictoria de Guatemala, no es movida por su pueblo, sino por su mal gobierno.

Por eso nosotros queremos recalcar, que la indignación que produce en el campo la actitud de Guatemala, no es en contra del pueblo de Guatemala, sino en contra de su mal gobierno.

México, tradicionalmente, es guerrero, pero hace mucho, como dije antes, que abandonó las armas para dedicarse al trabajo, y en esta época en que se lanzan cohetes a la luna y hay cierta intranquilidad en el mundo, México, dedicado al trabajo, expresa una vez más su criterio pacifista, porque quiere que nuestras mujeres, nuestras madres y nuestros hijos, trabajen en un medio de tranquilidad, y ese deseo de paz, México lo desea no solamente para sus hijos, sino también para sus vecinos, como es indudablemente nuestro hermano el pueblo de Guatemala.

Por eso la compañera Del Rosal manifestaba el propósito de que todas las mujeres de México, unidas con las de Guatemala, harían posible un ambiente favorable para que los errores de su mal gobernante no fueran a traducirse en perjuicio de las familias mexicanas y guatemaltecas.

Coincidiendo con el lema de nuestra Confederación Nacional Campesina y para manifestar el deseo que tenemos de ver a todos los campesinos del Continente como hermanos, debo decir que ese lema lo circunda una leyenda también de la Campesina que debe atribuirse al propio Bolívar que dice esto: "CAMPESINOS DE AMÉRICA, UNIDOS".

Por mi derecho propio, como representante de un sector eminentemente campesino de Guanajuato, y obedeciendo a la recomendación que también me han encomendado algunos compañeros diputados que representan también el mismo sector, tengo la encomienda que desde esta misma tribuna, hagamos presente al señor Presidente de la República. la adhesión sincera de todos los campesinos de México que se ha tenido a través de la auscultación que se ha hecho con las ligas de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de toda la República.

Nos adherimos con todo entusiasmo a la decisión del señor Presidente, de suspender las relaciones diplomáticas con la hermana República de Guatemala, porque de esta manera, en forma inteligente y patriótica, el señor Presidente de la República ha cubierto el decoro de la nación y ha permitido que nuestro país, México, se siga considerando como un paladín de concordia, para que en un ambiente de completa paz, el gobierno que preside nuestro Presidente López Mateos, fuera de inquietudes guerreras, como es su intención, en resolver los problemas interiores de la patria, con un sentido eminentemente social, y que quisiéramos que este propósito se prolongara a todo el Continente, que en este momento se nos antoja como un baluarte de la esperanza para la salvación y la paz del mundo.

El C. Presidente: Tiene la palabra el C. senador Donato Bravo Izquierdo.

El C. Bravo Izquierdo Donato: Honorables miembros de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión:

Como todos sabemos, el 31 de diciembre, día fatídico para la solidaridad continental, fue ametrallado un grupo indefenso de pescadores mexicanos por la aviación militar de Guatemala.

El trágico incidente fue acto culminante de una política de provocación que el Gobierno del Presidente Ydígoras ha seguido en los últimos dos años en contra de México. En noviembre de 1956 también aviones de guerra guatemaltecos agredieron a pescadores mexicanos, hicieron vuelos razantes sobre la ciudad de Tapachula y se internaron sobrevolando nuestras vías férreas. Más aún, soldados de nuestro Ejercicio que se bañaban inermes

en aguas nacionales del Suchiate, fueron asesinados.

Todos estamos enterados de los acontecimientos que siguieron a la cruel agresión. Una protesta verbal de nuestro Embajador fue rechazada. El 7 de enero nuestra Cancillería formuló una nota enérgica, justa y digna, pero también fue rechazado. Entonces, en virtud de que Guatemala no está obligada al arbitraje de la Organización de los Estados Americanos, nuestro Gobierno propuso al Presidente Ydígoras someter la decisión del conflicto a la Corte Suprema de Justicia Internacional. También esta proposición fue rechazada.

Ante tan obstinada línea de conducta el señor Presidente de la República acordó romper nuestras relaciones diplomáticas con el Gobierno de Guatemala, y en su mensaje del día 23 dijo a la nación.

"Al registrarse esta tercera negativa, el gobierno de México ha llegado a la penosa conclusión de que ningún objetivo práctico se lograría manteniendo las relaciones diplomáticas con gobierno que, como el de Guatemala, se ha negado a darnos satisfacción por el grave incidente que él mismo provoco y se ha rehusado, sin proponer ningún otro de los procedimientos para la solución pacífica de los conflictos, a que el más alto tribunal de Justicia Internacional decidida si México se halla en lo justo o no al demandar un desagravio y la compensación moral y material a que se considera con legítimo derecho, así como las seguridades de que el atentado del 31 de diciembre último no se repetirá".

Frente a la grave situación planteada cabe preguntarse, ante todo, ¿quién impulsa al Presidente Ydígoras en contra de México?

Dos circunstancias están en relieve: el Presidente Ydígoras no representa la voluntad popular de Guatemala y por eso necesita, el igual que lo hizo Victoriano Huerta, provocar a un país vecino para que su pueblo, sorprendido en su patriotismo, se identifique con él. Pero es claro que no se atrevería a hacerlo con tanta insolencia si detrás de su sillón presidencial no se escondieran poderosos intereses económicos. Es este aspecto el que más debe interesarnos y el que debe ahondar nuestra cautela. Por fortuna la certera conducta de nuestro Gobierno va exhibiendo al Presidente Ydígoras como un enemigo de la solidaridad continental, como un enemigo de la Nación Mexicana y como un enemigo de su propio pueblo.

Durante cinco años fui comandante de la zona militar de Chiapas, conozco a sus hombres y a los de Guatemala y por eso puedo afirmar que, como el tiempo lo demostrará, a pesar del Presidente Ydígoras y del poder de quienes lo estimulan a la provocación, los guatemaltecos y los mexicanos, libres de todo resentimiento, iremos por los campos de la historia hacia el cumplimiento de nuestro común destino.

La Revolución Mexicana se siente orgullosa de haber inspirado una política internacional de lucha constante por la paz, por la justicia y por el respeto recíproco de las naciones, y de que los gobiernos emanados de ella en los graves incidentes que en vida han tenido, hayan asumido la digna actitud que corresponda a pueblos celosos de su independencia y de su soberanía.

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión se adhiere sin reservas a la postura de innegable decoro adoptada por el señor Presidente de la República, y categóricamente afirma que cualesquiera que sean el desarrollo y final de este conflicto, se mantendrá en el plano elevado en que se colocaron siempre los representantes revolucionarios del pueblo mexicano.(Aplausos)

El C. Presidente: Tiene la palabra el senador Brena Torres.

El C. Brena Torres Rodolfo: A lo largo de las intervenciones de los oradores, ha habido diversas proposiciones. Para que esta Asamblea esté en posibilidad de estudiarlas, de discutirlas, y en su caso, dictar las resoluciones que correspondan, me permito sugerir a la Mesa Directiva, designe una comisión que redacte, resumiendo estas proposiciones, y las ordene para someterlas a la consideración de esta asamblea.

El C. Presidente: Atendiendo la proposición el ciudadano senador Brena Torres, me permito designar a la Comisión de Relaciones Exteriores y a Comisión de Gobernación, unidas, de esta Comisión Permanente, para que resuman lo expuesto y formulen puntos de proposición concretos, para lo cual se declara un receso de diez minutos, siendo las catorce horas y cincuenta y cinco minutos durante el cual las comisiones trabajarán para dar cuenta a la asamblea.

(Receso)

El C. Presidente (a las 15.13 horas): Se reanuda la sesión. Tienen la palabra las comisiones unidas de Gobernación y Relaciones Exteriores de la Comisión Permanente.

El señor diputado Emilio Sánchez piedras, en representación de las Comisiones unidas, va a hacer uso de la palabra.

El C. Sánchez Piedras Emilio: Señor Presidente. Señores diputados integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión: por acuerdo de la presidencia se designó a las comisiones de Gobernación y de Relaciones Exteriores de la propia Comisión Permanente, a efecto de resumir las ideas expuestas por los diversos oradores que han intervenido en el desarrollo de esta sesión, en proposiciones concretas que puedan ser motivo de acuerdo por parte de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

Considero de mi deber, también, en mi carácter de Presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados, y recogiendo el anhelo de mis compañeros de Cámara, exponer brevemente las siguientes ideas: "En la ruptura de relaciones entre México y Guatemala, el señor Presidente Adolfo López Mateos, con la serenidad y ponderación que le son características, ha puesto en práctica la medida internacional que exigían el decoro y la dignidad de nuestro país. Su resolución ha sido, por eso, aplaudida, por la nación entera y todos los sectores sociales se han apresurado a manifestarle su simpatía".

La actitud presidencial se finca, por lo demás, en nuestra tradición histórica y en las más

elementales normas del Derecho Internacional. En efecto, el prestigio de México estriba fundamentalmente en su categoría de pueblo libre y soberano y en su airada posición de defensor de las naciones débiles. Su doctrina, en este aspecto, es clara y contundente: proclamación de los derechos del hombre y reconocimiento expreso a la libertad de los pueblos.

México ha sido, exterior e interiormente, amante del progreso y partidario resuelto de la convivencia pacífica entre los pueblos. De ahí que la libertad, la paz y la justicia hayan sido siempre principios motores de su historia y normas esenciales de su vida.

La tradición pacifista de México ha sentado carta de ciudadanía entre los países civilizados. Cuatro principios definen, sobre todo, su posición internacional: paz entre los pueblos, la no intervención en los asuntos internos de un país, sometimiento a los organismos internacionales en caso de conflicto entre naciones y observancia plena de la solidaridad continental. A Través de estos principios cardinales. México ha ido acrecentando su prestigio y consolidando su indeclinable apego a la causa de la dignidad humana.

Sólo mediante la comprensión espiritual y la ayuda mutua pueden superarse los pueblos. Por eso México no es país bélico sino nación pacífica que proclama y reclama el entendimiento espiritual entre los individuos y la convivencia pacífica entre las naciones.

Celoso defensor de la soberanía e independencia de los países, México se ha declarado partidario resuelto del principio de la no intervención. Cada nación puede y debe resolver sus asuntos internos como en justicia corresponda, sin la intromisión de fuerzas extrañas que vulneren su autonomía o atenten contra su dignidad. Tal ha sido la actitud que han adoptado nuestros representantes diplomáticos en el exterior y tal la línea de conducta que han seguido nuestras misiones en las conferencias internacionales en que hemos participado.

En lugar de aconsejar el uso de la violencia o el empleo de la fuerza, nuestro país se ha declarado invariablemente por la autoridad de los tribunales establecidos para el efecto, con el objeto de que se avoquen al conocimiento sereno de los problemas y resuelvan imparcialmente las situaciones. He ahí porqué estamos representados ante la Corte de la Haya y porqué persistentemente nuestros delegados han hecho valer sus opiniones en tal sentido.

A mayor abundamiento, México se ha honrado siempre con ser, en lo geográfico y en lo espiritual, un país americano; y como tal, postula y practica la idea de que la solidaridad continental no debe ser sólo tema para discursos, tratados y conferencias, sino fórmula de obligada referencia y mandato de indeclinable aplicación. El panamericanismo que México postula significa, en consecuencia, que América es una e indivisible y cuya realidad, formada como está por veintiún Repúblicas independientes, puede resumirse en estos términos: Unidad y concordia, paz y libertad.

Todo lo anterior demuestra palmariamente que México ha hecho honor a su ejecutoria institucional y democrática. Jamás ha variado su línea de conducta y puede decirse, en resumidas cuentas, que la libertad ha sido nuestro objetivo la justicia nuestra inspiración, la democracia nuestra conquista y la paz nuestra divisa.

La conducta de México ha sido siempre clara y limpia. Guatemala, en cambio, no puede ufanarse de lo mismo porque, pese a la bondad de su pueblo, tiene algunos paréntesis obscuros en su historia. Es la historia obscura de malos gobernantes que, por desgracia, ha tenido que padecer. Son los puntos negros que no cuentan en su haber sino en su contra y que México, por elemental acto de justicia, es el primero en lamentar.

México y Guatemala han sido tradicionalmente pueblos hermanos; en el triunfo o en la adversidad, en la guerra y en la paz los dos han juntado su espíritu y enlazado sus almas. Nos hemos unido por la fuerza de los brazos y las palpitaciones del corazón; nos hemos identificado históricamente desde los tiempos de Morelos, Bolívar y Morazán, hasta llegar a ser vecinos por la geografía y compañeros por el espíritu.

Las relaciones entre México y Guatemala han sido hasta ahora inmejorables, porque dos principios, sobre todo, nos han aproximado siempre: la democracia y la libertad. Por la vigencia de una y otra hemos peleado juntos. Nuestros pueblos siguen siendo los mismos; pero algo obscuro existe en Guatemala y eso sin duda alguna, es la actitud de su gobierno. El gobierno militarista del General Ydígoras que contrasta abiertamente con el noble pueblo de México y el gobierno democrático del Presidente.

El pueblo de Guatemala merece nuestra admiración y respeto; no así el gobierno arbitrario que ahora padece. Es importante subrayar el contraste que existe actualmente entre México y Guatemala: los mexicanos tenemos, por fortuna, un régimen de derecho que salvaguarda las libertades de la República; los guatemaltecos, en cambio, padecen por desgracia, un régimen militar, que niega todas las aspiraciones democráticas a un país centroamericano.

No deseamos, sin embargo, que esta situación de desprestigio se perpetúe. Ojalá que Guatemala recupere pronto la dignidad oficial y la libertad ciudadana para que alterne con México en la lucha por el ideal de América. Sería absurdo creer que un régimen tan nefasto como el Ydígoras pudiera interferirse siempre entre nuestros pueblo. Lo malo y lo indeseable no pueden perdurar. Además, Ydígoras y sus agentes constituyen grave peligro para la unidad centroamericana por las tendencias imperialistas que los mueven. ¿ Si así se comportan ahora en México, qué no harán mañana con las otras Repúblicas de Centroamérica?

El gobierno de México guardará celoso nuestra soberanía y permanecerá vigilante ante el destino de América. No permitirá intromisiones ni violencias que alteren la paz internacional o que aténte contra la independencia de las necesidades americanas. Hoy más que nunca el Presidente de México encarna la dignidad de la patria. Adheridos a su doctrina y solidarios de su rectitud, nos

reafirmamos orgullosos en nuestra postura de mexicanos y recurrimos sin vacilar al apotegma de Juárez para proclamar la paz entre México y Guatemala mediante el respeto al derecho ajeno"(Aplausos)

Consecuentes las Comisiones de Gobernación y Relaciones Exteriores de la Comisión Permanente, con el encargo que les fue hecho, someten a la consideración de los integrantes de la Comisión Permanente, el siguiente pliego de proposiciones.

"En virtud de lo expuesto por el C. Presidente de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión y de los señores diputados y senadores en esta sesión, en relación con el penoso incidente internacional ampliamente conocido por la opinión pública de nuestro país y que obligó al Gobierno de México al rompimiento de relaciones diplomáticas con el Gobierno guatemalteco, las Comisiones unidas de Relaciones Exteriores y de Gobernación de esta honorable Comisión Permanente acordaron proponer a esta Asamblea lo siguiente:

"1o. Las Comisiones unidas de Relaciones Exteriores y la de Gobernación de este honorable Cuerpo, deberán dirigirse a los Comités Ejecutivos de los Partidos Políticos Nacionales debidamente registrados, y a los de las organizaciones de la Industria, el Comercio, la Banca, instituciones culturales, sociales y agrupaciones estudiantiles femeniles y juveniles, para mantener entre sus miembros la unidad patriótica y la adhesión que todos los mexicanos deben protestar en estos momentos al Presidente de la República.

"2o. Las Comisiones unidas de Trabajo y Previsión Social y de Agricultura y Fomento, deberán hacer lo propio, con los organismos campesinos, obreros y de empleados.

"3o. Las tareas anteriores deberán ejecutarse de inmediato y en un lapso breve y sin demagogia, procurando fijar una orientación clara, serena y pátriotica sobre el problema a fin de que el pueblo mexicano y sus sectores representativos fijen con precisión su criterio sobre la postura de México en este conflicto y no interrumpan sus labores ordinarias para que el país continúe su ritmo de trabajo pacífico y progreso general.

"4o. Pídase a los Presidentes de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores, licenciado Emilio Sánchez Piedras y licenciado Rodolfo Brena Torres que procedan a coordinar tales actividades, solicitando de los CC. diputados y senadores que se trasladen a sus respectivas entidades federativas, a fin de participar en estos trabajos.

"Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Gobernación de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión: Antonio Mena Brito. - Andrés Henestrosa Morales. - Francisco Martínez de la Vega. - Mauricio Magdaleno. - Emilio Sánchez Piedras. - Benito Contreras García. - Fidel Velázquez Sánchez. - Antonio Mena Brito".

El C. secretario Sánchez Celis Leopoldo: Están a discusión las proposiciones presentadas por las Comisiones unidas de Relaciones Exteriores y de Gobernación, de esta H. Comisión Permanente.

No habiendo ningún ciudadano representante que desee hacer uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvase manifestarlo. Aprobadas.

El C. Presidente (a las 15.35 horas): No habiendo ningún otro asunto de qué tratar, se levanta esta sesión y se cita para el jueves 12 de febrero, a las doce horas, en el Salón Verde de esta Cámara.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"