Legislatura XLIV - Año II - Período Ordinario - Fecha 19591104 - Número de Diario 19
(L44A2P1oN019F19591104.xml)Núm. Diario:19ENCABEZADO
MÉXICO, D. F., MIÉRCOLES 4 DE NOVIEMBRE DE 1959
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.
AÑO II. - PERIODO ORDINARIO XLIV LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 19
SESIÓN
DE LA
H. CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 4
DE NOVIEMBRE DE 1959
SUMARIO
1. - Se abre la sesión. Se da lectura a la Orden del Día. Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior.
2. - Se recibe la visita del excelentísimo señor Embajador de Italia Gyustino Arpesani y del señor diputado italiano Giuseppe Vedovato, quien viene en misión cultural a nuestro país y dirige unas palabras a la Asamblea. A nombre de la Cámara contesta el C. diputado Carlos Hank González.
3. - Cartera.
4. - Estado que manifiesta el número de expedientes tramitados durante el mes de octubre, por las Comisiones Permanentes de esta Cámara. Insértese en el Diario de los Debates.
5. - Se turnan a Comisión las solicitudes de aumento en la jubilación que disfrutan los ex empleados de esta Cámara, Ciro Ugalde, Luis Saldaña, Jesús Echeverría y Egdunio Pimentel, y la solicitud de jubilación del C. José Ortiz, empleado de la Contaduría Mayor de Hacienda.
6. - Segunda lectura al dictamen en que se concede permiso al C. Luis Alva Cejudo para poder aceptar y usar una condecoración que le confirió el Gobierno de la República Árabe Unida. Se aprueba. Pasa al Senado para los efectos constitucionales. Se levanta la sesión y se pasa a sesión solemne.
DEBATE
Presidencia del
C. ENRIQUE GÓMEZ GUERRA
(Asistencia de 118 ciudadanos diputados).
El C. Presidente (a las 13.25 horas): Se levanta la sesión.
- El C. secretario Pérez Ríos Francisco (leyendo):
"Orden del día.
"4 de noviembre de 1959.
"Acta de la sesión anterior.
"La Cámara de Senadores da a conocer su Directiva para el mes de noviembre.
"El Congreso de Chiapas participa su instalación y la apertura del primer periodo ordinario de sesiones.
"El Tribunal Superior de Justicia de San Luis Potosí da a conocer la forma en que se integró.
"Estado que manifiesta el número de expedientes tramitados por las Comisiones de esta Cámara durante el mes de octubre.
"Los ex empleados de esta Cámara Ciro Ugalde, Luis Saldaña, Jesús Echeverría y Egdunio Pimentel, solicitan aumento en la jubilación que disfrutan.
"Solicitud de jubilación del empleado de la Contaduría Mayor de Hacienda, José Ortiz Ortiz.
"Segunda lectura y discusión del dictamen de la Primera Comisión de Puntos Constitucionales en que se concede permiso al C. Luis Alva Cejudo para aceptar una condecoración del Gobierno de la República Árabe Unida.
Sesión solemne.
"Sesión secreta".
"Acta de la sesión celebrada por la H. Cámara de Diputados del XLIV Congreso de la Unión, el día veintinueve de octubre de mil novecientos cincuenta y nueve.
"Presidencia del C. Florencio Barrera Fuentes.
"En la ciudad de México, a las trece horas y cincuenta minutos del jueves veintinueve de octubre de mil novecientos cincuenta y nueve, se abre la sesión con asistencia de ciento veintiún ciudadanos diputados, según declaró la Secretaría después de haber pasado lista.
"Se da lectura a la Orden del Día.
"Sin que motive discusión se aprueba el acta de la sesión anterior celebrada el día veintisiete del mes en curso.
"La Secretaría da cuenta con los asuntos en cartera:
"Circular del Congreso del Estado de Tabasco en que da a conocer la nueva Mesa Directiva para el mes de octubre. De enterado.
"Solicitud de jubilación para los defensores del Puerto de Veracruz, que presenta la Asociación de Supervivientes contra la segunda invasión norteamericana, de abril de 1914. Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.
"Solicitud de pensión de la señora Basilisa Zequera viuda de Alemán G. Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.
"Dictamen de la Primera Comisión de Puntos Constitucionales en que se concede permiso al C. Luis Alva Cejudo para aceptar y usar, sin perder la ciudadanía mexicana, la condecoración de la Orden del Mérito, de tercera clase, que le confirió el Gobierno de la República Árabe Unida. Primera lectura.
"Segunda lectura al dictamen de la Segunda Comisión de Puntos Constitucionales que consulta la aprobación del proyecto de decreto por el cual se concede permiso a la C. Herlinda García Lecuona para poder aceptar y usar sin perder la ciudadanía mexicana la condecoración de Oficial de las Palmas Académicas que le confirió el Gobierno de la República francesa. Puesto a discusión el dictamen y no habiendo quien haga uso de la palabra se vota nominalmente y resulta aprobado por unanimidad de ciento veintiún votos. Pasa al Senado para efectos constitucionales.
"El C. diputado Antonio Castro Leal, miembro de la Comisión creada por iniciativa del C. Presidente de la República para estudiar el problema de la educación primaria en el país, rinde informe pormenorizado de los trabajos realizados, indicando que el día veintisiete del actual dieron término a la elaboración de dicho plan y presentaron el correspondiente informe al señor licenciado Adolfo López Mateos. El diputado Castro Leal propone se recoja la invitación de la Comisión para que el H. Congreso de la Unión estudie la legislación que prevé la Constitución en la fracción VIII del artículo 3o., para establecer la posible cooperación de la Federación, los Estados y Municipios en materia educativa; así como la conveniencia de reformar la fracción XII del artículo 123 constitucional.
"A continuación la Presidencia concede el uso de la palabra al C. diputado Enrique W. Sánchez García quien como representante del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y asesor en la Comisión, apoya el Plan Educativo a nombre del Magisterio del país. Analiza los alcances del plan y elogia a sus autores.
"En seguida hace uso de la palabra la C. diputada Aurora Arrayales de Morales. Señala la necesidad imperativa de dar vigencia legal a determinados sistemas para aumentar el fondo destinado a la educación, mediante la revisión de leyes y a nombre de las ocho diputadas, a fin de estar acordes con la fracción II, del artículo 2o. del decreto que creó la Comisión Nacional "para formular un plan y resolver el problema de la educación primaria en el país", propone:
"1o. Que la Comisión de estudios Legislativos se avoque desde hoy, el estudio y revisión legislativos que en el plan se proponen y entre los que destacan:
"a) La fracción XII del artículo 123.
"b) La fracción VIII del artículo 3o. constitucional.
"c) La fracción VIII del artículo 111 de la Ley Federal del Trabajo.
"2o. Que los miembros de esta honorable Representación nacional, aporten un día de dietas.
"3o. Que las proposiciones anteriores se consideren de obvia resolución".
"La Presidencia, a continuación concede la palabra al C. diputado Blas Chumacero Sánchez, quien informa que los trabajadores del país, afiliados a la Confederación de Trabajadores de México acordaron aportar un día de salario al año para la solución del problema educativo nacional. Y a nombre de los mismos, levanta su voz para felicitar al señor Presidente de la República por intentar resolver el problema fundamental como es el de la educación del niño mexicano.
"La C. diputada Macrina Rabadán Santana de Arenal, en el uso de la palabra, manifiesta que no considera justo que sea el pueblo el que aporte su dinero para la solución del problema a debate, que deben intervenir los industriales y capitalistas puesto que el problema de la educación tiene además otro aspecto, el de la alimentación para los estudiantes hijos de trabajador y campesino y propone se establezca el "Seguro de la Educación", en toda negociación agrícola, industrial, minera o de cualquiera otra índole, en que los patrones sean obligados a proporcionar a los hijos de los trabajadores la educación y la alimentación correspondientes. Y termina censurando a los funcionarios que desdeñan las escuelas del país para enviar a sus hijos a educarse al extranjero.
"La Presidencia manifiesta a la C. diputada Macrina Rabadán que para que su proposición se tome en consideración debe presentarse en los términos reglamentarios.
"Solicita el uso de la palabra el C. diputado Leopoldo González Sáenz, quien analiza el problema educativo y su ejecución en el país de acuerdo con las conclusiones a que la Comisión ha llegado y las proposiciones que se han presentado las que, según su juicio, dejan entrever una esperanza inmediata, dentro del panorama sombrío en nuestro problema educativo, para terminar indicando que: pueblo que siembra escuelas es llamado a cosechar libertades. El C. diputado González Sáenz apoya y pide la dispensa de trámites y la aprobación de las proposiciones de la C. diputada Arrayales de Morales.
"La Secretaría da lectura a las proposiciones antes citadas, que en votación económica la Asamblea considera de obvia resolución. Puestas a discusión las dos proposiciones y no habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se aprueban.
"Se procede a la elección de la Mesa Directiva para el mes de noviembre. El C. diputado José Vallejo Novelo hace uso de la palabra para informar a la Asamblea que los miembros de la Gran Comisión se reunieron para cambiar impresiones y proponen una planilla integrada así: Presidente, C. Enrique Gómez Guerra; Vicepresidentes: CC. Esteban Corzo Blanco y María Guadalupe Martínez de Hernández Loza.
"La presidencia consulta si algún ciudadano diputado desea hacer uso de la palabra, y no habiendo, informa que se entregarán a los representantes la proposición de la Gran Comisión escrita, y una forma en blanco para que anoten los nombres que les parezcan. Decreta un receso de diez minutos para cambiar impresiones.
"A las catorce horas se reanuda la sesión y se procede a la elección, por escrutinio secreto, de la Mesa Directiva para el mes de noviembre, obteniéndose el siguiente resultado: para presidente, C. Miguel Olea Enríquez un voto; C. José Luis Martínez Rodríguez, un voto; C. Enrique Tapia Aranda, un voto; C. José Pérez Moreno, dos votos; C. Arnaldo Gutiérrez Hernández, un voto; C. Sebastián García Barragán, un voto, y C. Enrique Gómez Guerra, noventa votos. Para vicepresidentes: CC. Sebastián García Barragán, un voto; Rubén Marín y Kall, un voto; José R. Castañeda Zaragoza, tres votos; Esteban Corzo Blanco, noventa y dos votos; Andrés Manning Valenzuela, dos votos; Heriberto
Bejar Jáuregui, dos votos; Octaviano Corro Ramos, un voto; Adán Cuéllar Layseca, un voto; Rafael Espinosa Flores, un voto; Antonio M. Garza Peña, un voto; y María Guadalupe Martínez de Hernández Loza, noventa y un votos.
"Se declara que son presidente y vicepresidentes de esta Cámara para el mes de noviembre próximo, a los CC. diputados Enrique Gómez Guerra, Esteban Corzo Blanco y María Guadalupe Martínez de Hernández Loza, respectivamente.
"Ante el hecho de que los CC. diputados Eduardo José Molina Castillo, José Humberto Zebadúa, Germán Brambila Gómez y Antonio López y López, en declaraciones aparecidas en la prensa del día de ayer y en un desplegado que aparece en la prensa de hoy, mantienen el propósito de desorientar a la opinión pública del país sobre las reformas constitucionales aprobadas por esta Cámara en su sesión del día veintidós de este mes, la Presidencia considera necesario hacer la siguiente declaración:
"Primero. No es verdad, y, en consecuencia, es falso que esta Cámara haya reformado la disposición del artículo 42 de la constitución que se refiere a la enumeración de las islas que comprende el territorio nacional, pues, en efecto, no se ha suprimido ni se ha agregado isla alguna al territorio de México, sino simplemente se ha respetado la enumeración que de islas hace el texto vigente de la Constitución.
"Segundo. Esta Cámara, al aprobar las reformas constitucionales respectivas, sostuvo el criterio de respetar el texto actual de la Constitución, porque estima que en sus términos, está debidamente salvaguardada la soberanía nacional, sobre su territorio insular, siendo esta la tesis del propio Constituyente de 1917, la que se originó desde la Constitución de 1857, cuyo texto tampoco enumeraba todas las islas del territorio nacional. Y un siglo de tradición histórica demuestra que nuestro país ha mantenido su dominio sobre dichas islas de nuestro territorio.
"Tercero. La Cámara no es responsable de que los señores diputados ex miembros de Acción Nacional, confundan lamentablemente los términos jurídicos elementales, de mar territorial y mares adyacentes.
"Cuarto. Por otra parte, si los señores diputados antes mencionados, les preocupa en verdad los términos del artículo 42 en vigor y consideran necesario reformarlo, tienen la facultad de promover la iniciativa correspondiente, de la manera formal que la propia Constitución y el Estatuto reglamentario del Congreso establece, y no a título de declaraciones periodísticas o en improvisadas intervenciones en la tribuna, encaminadas a desorientar a la opinión pública.
"Quinto. Esta Cámara no elude ninguna responsabilidad, pero no puede asumir aquella que no le corresponde, en virtud de no haber reformado ni modificado la disposición del artículo 42 constitucional, que contiene la enumeración insular.
"Sexto. El deber de legislar no sólo corresponde a los diputados miembros del PRI, sino a todos los diputados, y nosotros nunca nos rehusaremos a estudiar y discutir iniciativas de ley presentadas por la oposición, si se hacen y formulan en los términos reglamentarios".
"A las catorce horas diecisiete minutos se levanta la sesión y se cita para el próximo miércoles cuatro de noviembre a las doce horas".
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.
El C. Presidente: La Presidencia informa a la Asamblea que se encuentran en el Salón Verde de esta Cámara los excelentísimos señores Gyustino Arpesani, Embajador de Italia y Giuseppe Vedovato, diputado de ese país, que viene en misión cultural a México.
Se nombra en Comisión a los ciudadanos diputados Javier Guerrero Rico, Francisco Pérez Ríos y Secretaria Marta Andrade de Del Rosal, para que los introduzcan a este Salón de Sesiones.
(La Comisión cumple su cometido).
La presidencia concede el uso de la palabra al señor diputado del Parlamento italiano, Giuseppe Vedovato. Se servirá hacer la traducción respectiva el excelentísimo señor embajador Gyustino Arpesani.
El C. Vedovato Giuseppe (traducción): Considero hoy un particular honor traer aquí el saludo amistoso del Parlamento italiano.
El ha traído la tarea de parte del Presidente de la República italiana, de encabezar una misión que tiene como programa visitar varios países de América Latina. Y dirige un particular agradecimientos por la acogida cordial que en México se le ha reservado.
En su calidad particular de Secretario de la Comisión para los Asuntos Exteriores de la Cámara de Diputados Italiana, ha tenido la tarea de parte del Presidente de la Cámara, de presentar a todos los colegas de este Parlamento, el saludo más cordial del Parlamento Italiano.
La independencia y la libertad son los dos pilotes sobre los cuales se pone el "arco de la historia". Estos pilotes encuentran su fundamento en el Parlamento. Cuanto más sólido es el Parlamento, más altos son estos pilotes. Y es su deseo que esta solidez, esta fuerza sea siempre más grande en el Parlamento de México, y que de esta fuerza y solidez pueda salir también la unión más estrecha con el Parlamento de Italia; por lo que formula votos que a través de la Unión Parlamental que une a los Parlamentos de todos los Estados -a la cual México pertenece -, se pueda realizar un acercamiento material de una misión de México en Italia.
Las relaciones de México con Italia y de Italia con México, son vitales para determinar las mejores misiones de su colaboración.
Esta visita quiere también significar un agradecimiento muy vivo hacia la opinión pública mexicana, que encuentra en el Parlamento su más alto intérprete, por la cordialidad y simpatía para una colaboración con nuestro país.
Tanto los mexicanos como los italianos, tienen la misma raíz y matriz, que es la latinidad. En consideración de este común matiz, los dos países miran hacia el porvenir con segura confianza.
Es en este sentido que él concluye sus palabras, agradeciendo al Parlamento de México y uniendo en un mismo grito:¡ Viva México ! ¡ Viva Italia ! (Aplausos nutridos)
El C. Presidente: La Presidencia ruega al señor diputado Carlos Hank González contestar en nombre de esta Cámara de Diputados, las palabras del señor diputado de Italia, Giuseppe Vedovato.
El C. Hank González Carlos: Excelentísimo señor embajador. Señor diputado Giuseppe Vedovato: México considera un honor la visita de usted como parlamentario italiano. El pueblo italiano, de vieja tradición cultural, tiene un lugar muy especial en la admiración y el afecto de nuestra patria. La historia nos ha enseñado a amar la cultura italiana, a amar su sentido del arte y de la vida. Lo consideramos, como usted lo dice, como un pueblo hermano en la latinidad. El deseo de México es incrementar esa confraternidad que nos ha unido siempre, más aún, en estos momentos en que se hace indispensable el incremento de las relaciones internacionales, el sentimiento en el hombre de que todos los hombres que habitamos sobre la tierra, somos hermanos y debemos aprender a estimarnos, a amarnos y a respetarnos como tales.
Sólo sobre esas bases es dable la paz universal que todos anhelamos. Agradecemos muy cumplidamente, en nombre de esta XLIV Legislatura, su cordial saludo; lo recibimos estrechándolo en nuestro pecho y le comunicamos a usted que es uno de nuestros más vivos deseos que no sólo las relaciones diplomáticas entre Italia y México se incrementen, sino también que se incrementen nuestras relaciones comerciales, el intercambio económico entre nuestros dos pueblos, que habrá de fundarse sobre las sólidas bases de respeto mutuo.
La Legislatura agradece a usted su mensaje; le ruega encarecidamente llevar un saludo muy cordial del Parlamento y del pueblo mexicano, al pueblo y al Parlamento de Italia; decir a ambos que en México, Italia vive muy cerca de su corazón, siempre respetada, siempre admirada, y que nuestro mayor deseo es y será siempre el de que nuestras relaciones se funden y se incrementen en esa relación recíproca, en ese deseo de italianos y de mexicanos, de comprenderse mejor, y para ello habrá de ser necesario conocernos más, no sólo a través de la historia que nos une, sino a través de intercambios de este tipo.
Agradecemos cumplidamente también su amable invitación para que el Parlamento Mexicano, a través de una representación, visite su patria; deseamos que su estancia en nuestro país sea lo más grata posible; que lleve usted la convicción de que el mexicano es un hombre que se entrega con absoluta sinceridad y franqueza, y que da su mano y su corazón siempre con la certidumbre de que se entrega por entero, sin resabios y sin que nada quede oculto en su espíritu. Gracias por su visita y le rogamos salude efusivamente a su pueblo en nombre del Parlamento de México. (Aplausos).
El C. Presidente: Se nombra la misma Comisión para acompañar a los distinguidos huéspedes hasta las puertas de este recinto.
(La Comisión cumple su cometido).
- El mismo C. Presidente: Se va a dar cuenta con los asuntos en cartera.
- El C. secretario Hank González Carlos (leyendo):
"Estados Unidos Mexicanos. - Cámara de Senadores. - México, D. F.
"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados al Congreso de la Unión. - Presentes.
"Para conocimiento de esa H. Colegisladora, nos permitimos comunicar a ustedes que esta H. Cámara , en sesión ordinaria celebrada hoy, designó la siguiente Mesa Directiva que funcionará durante el próximo mes de noviembre.
"Presidente, C. Eduardo Livas Villarreal; Vicepresidentes: CC. César A. Rojas Contreras y Pablo Aldrett Cuéllar.
"Reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra atenta y distinguida consideración.
"México, D. F., a 29 de octubre de 1959. - Carlos Román Celis, S. S. - Ramón Ruiz Vasconcelos, S. S." - De enterado.
"Tuxtla Gutiérrez, Chis., octubre 31 de 1959.
"Presidente Cámara Diputados. - Congreso Unión. - México, D. F.
Satisfácenos participar Ud. que cuadragésimaséptima Legislatura Estado, conformidad artículo 20 Constitución Política local, quedó instalada hoy y mañana abrirá primer periodo ordinario de sesiones, correspondiente segundo año ejercicio.
"Atentamente.
"Jorge Guillén Ortiz, D. S. - Amador Hernández, D. S. - De enterado.
"Tuxtla Gutiérrez, Chis., 1o. Nov. 1959.
"Presidente Cámara Diputados del H. Congreso de la Unión. - México, D. F.
"Honrámonos participar a usted que H. XLVII Legislatura Estado conformidad artículo 20 Constitución Política local abrió hoy el primer periodo ordinario de sesiones, correspondiente segundo año ejercicio. Respete.
"Jorge Guillén Ortiz, D. S. - Amador Hernández, D. S. - De enterado.
"Estados Unidos Mexicanos. - Supremo Tribunal de Justicia. - San Luis Potosí, S. L. P.
"Al H. Congreso de la Unión. - México, D. F.
"Circular No. 6.
"Me es honroso comunicar a usted (es) que de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 68 de la Constitución Política del Estado, hoy se instaló el Supremo Tribunal de Justicia que fungirá hasta el 15 de octubre de 1963 y el cual quedó integrado en la forma siguiente:
"Primera Sala:
"Magistrados: Licenciados Jorge Martínez Ita. Luis Noyola B. y María Dolores Arriaga.
"Segunda Sala:
"Magistrados: Licenciados Francisco Corripio Ahumada, Víctor Manuel Parra y Gabriel Mejía.
"A la vez, me permito hacer de su conocimiento que el suscrito fue electo para ocupar el cargo de Presidente del propio H. Cuerpo.
"Protesto a usted (es) las seguridades de mi atenta consideración.
"Sufragio Efectivo. No Reelección.
"San Luis Potosí, S. L. P., a 16 de octubre de 1959. - El Presidente, licenciado Jorge Martínez Ita". - De enterado.
- El mismo C. Secretario (leyendo):
"De acuerdo con la fracción VI del artículo 25 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General, la Secretaría presenta el estado que manifiesta el número de expedientes tramitados en el mes de octubre de 1959, por las Comisiones Permanentes de la Cámara de Diputados del XLIV Congreso de la Unión.
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"México, D. F., a 31 de octubre de 1959. - Enrique Olivares Santana, D. S. - Marta Andrade de Del Rosal, D. S.". - Insértese en el "Diario de los Debates".
- El mismo C. secretario (leyendo):
"Solicitud de aumento en la jubilación que disfrutan los CC. Ciro Ugalde, Luis Saldaña Colín, Jesús Echeverría y Egdunio Pimentel, empleados de esta H. Cámara". - Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.
"Sindicato Revolucionario de Trabajadores de la Contaduría Mayor de Hacienda. - Por un Estado al Servicio del Pueblo. - F. S. T. S. E. - México, D. F.
"CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados. - Presente.
"José Ortiz Ortiz, empleado de base de la Contaduría Mayor de Hacienda con categoría de maestro mecánico electricista y con sueldo diario de $44.00, ante ustedes con el debido respeto expongo:
"Que habiendo prestado servicios a la Federación en la Contaduría Mayor de Hacienda durante 31 años, 2 meses, 18 días a la fecha.
"Y que encontrándome por lo anterior en lo preceptuado a los Funcionarios y Empleados del Poder Legislativo, vengo a solicitar a esa H. Representación Nacional me conceda jubilación con el sueldo íntegro de mi categoría arriba expresado, en la forma y términos de la mencionada ley, con lo cual se hará justicia.
"Protesto a ustedes las seguridades de mi atento respeto.
"Sufragio Efectivo. No Reelección.
"México, D. F., a 3 de noviembre de 1959. - José Ortiz Ortiz". - Recibo, y a la Comisión de Hacienda en turno.
- El mismo C. secretario (leyendo):
"Primera Comisión de Puntos Constitucionales.
"Honorable Asamblea:
"A través de la Secretaría de Gobernación, la de Relaciones Exteriores ha solicitado el permiso constitucional correspondiente para que el C. Luis Alva Cejudo pueda aceptar y usar la condecoración Orden del Mérito, tercera clase, que le confirió el Gobierno de la República Árabe Unida.
"Atentos a lo que sobre el particular establece el inciso III de la fracción B del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en virtud de que no se afecta la ciudadanía mexicana si se cumple con dicho precepto al aceptar la referida condecoración, nos permitimos someter a la consideración de vuestra soberanía el siguiente proyecto de decreto:
"Artículo Único. Se concede permiso al C. Luis Alva Cejudo para que, sin perder la ciudadanía mexicana, pueda aceptar y usar la condecoración Orden del Mérito, tercera clase, que le confirió el Gobierno de la República Árabe Unida.
"Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión.- México, D. F., a
28 de octubre de 1959. - Enrique Sada Baigts. - Enrique Gómez Guerra. - Fernando Guerrero Esquivel".
Está a discusión el dictamen. No habiendo quien haga uso de la palabra, se va a proceder a la votación nominal del proyecto de decreto. Por la afirmativa.
- La C. secretaria Andrade de Del Rosal Marta: Por la negativa.
(Votación).
El C. secretario Hank González Carlos: ¿ Falta algún ciudadano diputado de votar por la afirmativa ?
- La C. secretaria Andrade de Del Rosal Marta: ¿ Falta algún ciudadano diputado de votar por la negativa ? Se procede a recoger la votación de la Mesa.
(Votación).
El C. Secretario Hank González Carlos: Fue aprobado el proyecto de decreto por unanimidad de 118 votos. Pasa al Senado para efectos constitucionales.
Se comunica a la Presidencia que se han terminado los asuntos en cartera.
El C. Presidente (A las 14.05): Se levanta la sesión pública y se pasa a sesión solemne que tendrá lugar de conformidad con el acuerdo del 22 de octubre último.
SESIÓN SOLEMNE
DE LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 4
DE NOVIEMBRE DE 1959
SUMARIO
1. - Se abre la sesión solemne. Hacen uso de la palabra los CC. diputados José Pérez Moreno y Guillermo Salas Armendáriz, quienes hacen una apología del funcionario público y una reseña biográfica del ingeniero Miguel Angel de Quevedo, "Apóstol del Árbol".
2. - Se lee y aprueba el acta de la presente sesión, levantándose ésta y pasándose a sesión secreta.
DEBATE
Presidencia del
C. ENRIQUE GÓMEZ GUERRA
(Asistencia de 118 ciudadanos diputados).
El C. Presidente (A las 14.05 horas): Se abre la sesión solemne, que tiene efecto de conformidad con el acuerdo de la sesión del 22 de octubre.
Tiene la palabra el C. diputado José Pérez Moreno.
El C. Pérez Moreno José: Honorable señor Presidente. Honorables señoras y señores diputados: "El acceso de un héroe civil a las páginas de la Historia, significa, casi siempre, un acto de paz. Y para un pueblo, como el nuestro, que por voz del propio jefe del Estado Mexicano, acaba de proclamar ante la faz del mundo su indeclinable vocación pacífica; cuando aún están vibrando en el aire las nobles palabras del presidente López Mateos en que el concepto de la relación humana es el de la paz y la justicia, la celebración que hoy hacemos tiene un valor profundo: venimos a hacer justicia a un hombre de paz.
La obra de estos seres eximios, propone, por su naturaleza misma, al servicio de la humanidad. Su actitud se acendra y sublima en la medida de su desinterés, en el calor apostólico que enciende su personalidad y en la proyección de su esfuerzo en la creación de una filosofía o de una doctrina.
Generalmente esos héroes son colocados por la veneración pública en un sitio más alla de las amargas marejadas de la controversia apasionada. Su estatura se mide hacia lo alto de sus frentes pensativas. Y el campo de su batalla no ofrece el espectáculo de la muerte y la desolación: ese gran combate se ha librado en lo más hondo de su ser, venciendo ambiciones innobles, superando desalientos y desdeñando esa cotidiana propensión a considerar que el triunfo ha de ser resonante y en vida, puesto que en la falsa concepción del alma se cree, a veces, que todo es negación, que en el gran tumulto de la Humanidad dolorida, todo es indiferencia y olvido y que la mejor de las obras está llamada a convertirse en polvo que el viento arremolina y dispersa.
Vencer y domeñar el escepticismo derrotista, alentar la flama de la fe en los destinos de una noble causa llamada a propagar ese mismo incendio del entusiasmo y de la acción creadora, es tarea de hombres de corazón entero. De la Grecia inmortal queda, como su máximo recuerdo, el Siglo de Pericles, etapa de la gloria civil de un pueblo que hizo estremecer los negros velos de la noche, extendiendo la luz de su estética, de su filosofía y de sus inmarcesibles afirmaciones que hicieron despuntar el día del mundo occidental del que nosotros formamos parte.
Esa victoria interior se logra muchas veces dentro de la sencillez de la vida de esos hombres, aparentemente ensimismados, que van mezclados entre sus contemporáneos, quienes a veces los toman como raros y no aciertan a ver que en sus frentes luce una claridad indicadora del poderoso pensamiento. Así debió ser o, más bien dicho, así fue ese héroe civil: don Belisario Domínguez. Y así lo fueron también muchos otros, como Fray Toribio de Benavente, don Vasco de Quiroga, don Francisco Zarco, don Andrés Quintana Roo y tantos que no escalaron las alturas del Poder ni disfrutaron de la riqueza y, sin embargo, lanzaron su centella e iluminaron los caminos de la historia. Fueron inspiración y señal de partida, fueron ejemplo de las generaciones y enriquecieron a sus semejantes haciéndolos herederos de su tesoro moral.
Uno de los héroes civiles fue el ilustre ingeniero don Miguel Angel De Quevedo, quien instituyó en México el apostolado del árbol. Su voz sigue multiplicándose en estentóreos y crecientes diapasones en la protesta de todo el pueblo mexicano ante la destrucción de sus bosques.
Fue, inicialmente, una voz de alerta, como aquellas voces proféticas que anuncian las grandes catástrofes. Pero estaba unida a la resuelta decisión
de un hombre dispuesto a actuar y él actuó a lo largo de su fecunda vida.
Si alguna vez nos hemos entregado a ese delicado placer de viajar por el mundo del pasado, seguramente en lo que respecta a México acudimos a los relatos de aquellos penetrantes antepasados, como García Cubas que nos pintan lo que fue nuestra Patria en los tiempos idos. Hay una obra muy apreciada por los bibliófilos, la de un francés, monsieur Francoís de Tocqueville, que visitó la Nueva España en el último tercio del siglo XVIII.
Cuenta que México es un país llamado a la prosperidad. "He visitado -dice- la región central y llamó mi atención observar la riqueza de sus bosques, la abundancia de sus aguas, la excelencia de sus tierras. Alcancé a llegar al Real de Guadalcázar en Zacatecas. Descendí luego y visité una comarca de lomeríos y valles al pie de una boscosa sierra llamada de Comanja. Vi con mis propios ojos el prodigio de un paisaje sin par. Pequeñas ciudades, villas y aldeas anidaban entre bosques de fresnos, sauces, álamos, y una especie llamada "mezquite", las tierras altas están pobladas con robles y encinos. El agua abunda. Todo es hermoso. Las tierras son gruesas, esponjosas y serán la bendición de quienes las trabajan..."
Si el viajero autor de esta bucólica descripción retornara a esas tierras de los Altos de Jalisco - pues es a ellas a quienes se refiere - volvería el rostro como Dante Alighieri lo hizo al mirar el tremendo torbellino en que iban los amantes infortunados, cuya belleza desaparecía en la infinita niebla de la desventura. Así, la hermosura de esas tierras fue aniquilada por el huracán de la codicia que arrasó los bosques, dejó en la montaña tan sólo el rudo esqueleto de granito de su estructura, puesto que los asentamientos de la tierra vegetal sin la red de las poderosas raíces de los árboles señeros, originó que el viento y las lluvias se llevaran, torrente abajo, hasta el mar, aquel tesoro de la naturaleza. Los ríos se volvieron fieros torrentes. Se secaron los manantiales. Y cuando el áspero temporal azota la región, se mira por ejemplo, en esa comarca de la Tierra Colorada, cómo los arroyos van teñidos de rojo, del rojo vital de las tierras sagradas: los ríos arrastran sangre, la sangre de los Altos de Jalisco.
En los lomeríos apenas si se levantan raquíticos arbustos. El viejo "mezquite" que llamara la atención al viajero francés Tocqueville, resiste aún. Será porque esa especie forestal se parece tanto a hombres y mujeres de los Altos de Jalisco: viven y mueren fieles a la tierra nativa porque allí está la raíz de su ser y la causa verdadera de una vida de amor y abnegación.
Pero este panorama no es privativo de esa región jalisciense: es, lamentablemente, de vastas porciones de nuestro México. La erosión, ese solapado cáncer que afecta al territorio nacional, va exhibiendo la sucia blancura de los tepetates infecundos. La vida paulatinamente se extingue. Huyen las gentes. Su esfuerzo, actualmente, es ominosa mercancía que se cotiza en centavos de dólar, siendo que, en lo suyo, sería alegre posesión de un risueño hogar, rodeado por una parcela a la que se cultivaría y se le vería con el mismo amor con el que se mira a la mujer amada al hacerla fecunda...
El hacha y la sierra mecánica del talador, al que el odio del pueblo llama el "rapamontes", son los instrumentos de la desolación y la ruina. Agentes mecánicos en poder de hombres sin conciencia, son como ellos, insensibles a las tristes señales de su obra. El bosque se transforma en almibarados palacetes citadinos, en afeminados muebles y alfombras, en fuegos fatuos de alcohol y de hembras de aventura, en viajes de un turismo ignorante que tiene como maestro y guía al "cicerone" que recita la lección del folleto de la empresa a la que sirve...
Mientras tanto, la tierra patria se ha quedado desnuda y ha visto partir a los mejores de sus hijos: los hombres del campo que la aman y la veneran.
Allá a fines del siglo pasado, un joven estudiante mexicano fue a Francia a nutrirse con las enseñanzas de los maestros de la ingeniería. Recomendado por el ilustre Gastón Planté, miembro de la Academia de Ciencias, ingresó en la gloriosa Escuela Politécnica. Uno de esos hombres de mentalidad universal, su maestro Paul Laroche, le hizo ver cuánto debía al México lejano. Y cómo, en la proyección de esa misma lejanía, era un país de grandes destinos, de magníficas posibilidades, aquel de donde procedía el joven alumno.
Se inundó de fervor, por su patria el alma de Miguel Angel de Quevedo. Afanoso adquirió el título de ingeniero. Estudió con vigoroso entusiasmo varias ramas de la ingeniería, como fueron puentes, calzadas, obras portuarias, y, por indicación de sus maestros que sostenían que no era un verdadero ingeniero el que no tuviera conocimientos forestales, se entregó a esta disciplina.
Regresó a México. Su corazón ya no era suyo: era de su patria. Y comenzó a trabajar en diversas obras. Pero hubo una que lo apasionó por riesgosa: la obra del Puerto de Veracruz.
La historia Villa Rica de la Veracruz, azotada por los huracanes, combatida por las olas implacables de un mar adverso, era incapaz de subsistir. Su rada no podía ofrecer abrigo a embarcaciones de regular calado, pues las arenas elevaban su fondo; sus alrededores no eran sino marismas de aguas podridas y los médanos avanzaban como gigantes ineluctables dispuestos a devorarlo todo.
Ya la codicia humana todo lo había previsto. Un grupo de aquellos negociantes de la época porfiriana, conocidos en la historia de nuestro país con el mote de "los científicos", porque poseían la ciencia crematística capaz como en aquel personaje de Shakespeare, el eterno Shylock, de cobrase en sangre el oro de sus inversiones, había decretado la muerte de Veracruz. Se abandonarían las obras portuarias, las cuales se trasladarían a Antón Lizardo donde había comprado grandes terrenos que adquirirían un valor extremado. Pero había que vencer todavía a un puñado de hombres encabezados por un denodado constructor; don Agustín Cerdán, que estaba empeñado en no abandonar sus trabajos en Veracruz.
Don Miguel Angel de Quevedo acudió a servirle. Traía nuevas técnicas de construcción, aprendidas en Europa, entre ellas el del concreto en blocks empleados a fondo perdido. Se llevaron a cabo los trabajos del dique rompeolas del noroeste para dar abrigo a la bahía. La lucha contra los funestos intereses creados creció de punto, y sucumbió, agotado por los disgustos, don Agustín Cerdán. Pero Quevedo continuó. Las maniobras eran maquiavélicas, pues
iban desde el pago de los trabajos en bonos de la Deuda Pública negociables a bajo costo, hasta la amenaza de dar el contrato a una compañía inglesa que por ser extranjera era sin duda mejor, Y asociada a sus enemigos, llegó la peste: el vómito negro, que diezmó las cuadrillas de trabajadores y alcanzó al propio ingeniero Quevedo. Pudo salvarse de la hidra de la peste y de sus adversarios. Las obras continuaron. Quedó concluido el dique Norte y el del Sudeste, y el puerto quedó en condiciones de recibir a los grandes navíos de la época.
Pero en seguida emprendió la batalla contra las arenas insidiosas y los vientos malévolos que las arrastraban dejando los alvéolos de las marismas, focos de infección en donde nacían el paludismo y la fiebre amarilla. Formó las dunas artificiales mediante especies vegetales que las arraigaban e impidió el tétrico avance de los médanos. Veracruz es ahora un puerto que enorgullece a México, rodeado de un ameno cinturón de espléndido arbolado, y si bien esas frondas mecidas por vientos que ya no son adversos a la bella ciudad porteña, siguen acaso cantando la alegría de su lozana vida, los veracruzanos asocian a ese canto su recuerdo al vencedor, en cuya memoria ha sido erigido un monumento.
Pero su destino no era el de un constructor de obras de ingeniería. Estaba llamado por una fuerza superior a la de su propia y natural trayectoria de un profesionista burgués, a seguir el camino de un apostolado: el del árbol.
¿ Acaso lo movió a ello un manso espíritu contemplativo de esas tan hermosas creaciones de la naturaleza ? ¿ O fue acaso un influjo utilitario del que piensa que el árbol es riqueza convertible en dinero ?
No. Era una avasalladora certeza de que el destino lo investía con sus atributos de heraldo y de apóstol. México había ya comenzado la obra de exterminio de sus bosques. Con ellos no nada más se perdería una riqueza pública, sino que representaba aquel funesto empeño, la tristeza y la desolación de un pueblo.
En 1901 comenzó a dar la batalla palaciega de las antesalas, cuyas alfombras disfrazan los pasos de la insidia, pero también entorpecen la marcha de los valerosos. El desdeñoso y a veces impaciente gesto del funcionario que por pereza desecha toda idea nueva; la astuta técnica de la larga espera que extiende sobre los ánimos más esforzados la cortina sombría del desaliento; la acechanza de los intereses creados, y en suma, la inexpugnable muralla de una burocracia sin visión y sin oído, se levantaba ante el ingeniero Quevedo que llevaba una iniciativa: la creación de la Junta Central de Bosques.
Venció, sin embargo. La Junta fue creada. Y al mismo tiempo, dentro del Ayuntamiento de la Ciudad de México, pugnó por reivindicar para la Capital de la República, numerosas plazas y plazuelas en las que se amontonaban jacales inmundos y basuras hediondas y las convirtió en jardines. Dio a la ciudad avenidas arboledas, desecó pantanos, rodeó la Metrópoli de un cinturón de bosques.
Su ímpetu no se detenía ante nada. En terrenos de su propiedad, formó los conocidos Viveros de Coyoacán, que cuidó con un esmero tal, que fue ese lugar uno de los atractivos citadinos: Y una vez que estuvieron en plena producción, los cedió a la Nación.
Era la base para otro de sus planes: la creación de una Escuela Forestal, la primera en México y la primera en América Latina.
Y es la fundación de esa escuela la que significa la iniciación de la enseñanza forestal en México o sea la que constituye el primer paso para edificar la obra por excelencia: la creación del espíritu nacional en defensa de sus recursos forestales, puesto que de ese plantel habrían de salir los seguidores, los cruzados que mantendrían la doctrina de que proteger al árbol es proteger el patrimonio de un pueblo.
Precisamente es ese acontecimiento el que origina esta sesión solemne, pues la Escuela Forestal de Santa Fe, fuente y raíz de la enseñanza forestal en nuestra Patria, se efectuó el año de 1909. Fueron sus primeros profesores, siete ingenieros forestales venidos de Francia. Además de ellos, estableció su residencia en México el célebre botánico Jorge Lapié. Don Miguel Angel de Quevedo había logrado que la generosa Francia nos cediera a ilustres técnicos como eran aquellos pioneros de la Ingeniería forestal en nuestra República.
Las vicisitudes del año 1913 alcanzaron a la Escuela de Santa Fe y a su fundador. Tuvo el ingeniero Quevedo que defender los Viveros de Coyoacán de la rapacidad del siniestro criminal Victoriano Huerta, quien trató de apropiárselos. Fue dictada a otro de sus sanguinarios cómplices, el doctor Urrutia, la orden de asesinar al defensor del bellísimo parque, a quien esperaba, a cambio de salvar su vida, el negro destierro.
Torna a la Patria cuando la Revolución entró triunfante a la ciudad de México. Al lado del señor Carranza, trabaja en la elaboración del artículo 27 del Proyecto de Constitución y obtiene que sean declarados los bosques, recursos nacionales. Promulgada en 1917 la Constitución que nos rige, se empeñó en lograr la primera legislación forestal. Al mismo tiempo se ocupa de la promoción de la carrera universitaria forestal, haciendo que en la Facultad de Ingenieros se incluya esa especialidad. Trabaja por la creación de los Parques Nacionales, mediante la declaración legal por la cual aquellos bosques de insustituible belleza, quedan vedados al hacha de los taladores.
Mejora las condiciones de la Escuela Forestal de Santa Fe y la translada a Coyoacán. Los planes de estudios son revisados y perfeccionados. Pero no se detiene esa impetuosa voluntad creadora y establece en Perote, Veracruz, el Instituto de Enseñanza Superior Forestal y de Caza y el de Investigaciones Forestales.
Ocupa, sin percibir sueldo, el puesto de Jefe del Departamento Autónomo Forestal y de Caza. Inicia la reforestación de diversas zonas del país. Establece la mística del árbol, al obtener que se dedique un día de cada año a la plantación de esos amigos del hombre. Las manos de los propios jefes de Estado y de sus ministros, las manos de hombres y mujeres de todas las clases sociales, las manos de los niños, empuñan la pala para ese rito nuevo de plantar un árbol...
Cargado de años, pero fiel a su vocación, confiere a la madre tierra la eterna tarea de convertirlo en polvo fecundo.
En su honor podría repetirse una página de Garlyle: "Ciertamente en la esencia del héroe verdadero es necesario que exista su vocación al martirio y éste será tanto más glorioso cuanto más crueles sean sus verdugos; pero cometeríamos injusticia grave si no advirtiéramos que hay mártires ignorados que ofrendaron su corazón y su pensamiento a la causa del bien. A estos héroes civiles hay que rendirles un género aún más conmovido de culto. Si no alcanzan su cumplida fama, culpa no es de ellos, sino de quienes habiéndolos conocido y habiéndose beneficiado con su labor, se muestran no sólo ingratos sino incapaces de lo mejor del hombre: emocionarse ante la grandeza sencilla, callada y solitaria".
Por fortuna, México llama y seguirá llamando a don Miguel Angel de Quevedo: "El Apóstol del Árbol", porque el pueblo tiene el venero generoso de la sensibilidad pronto a aflorar en manifestaciones de afecto para aquellos en quienes se advierte la señal del auténtico benefactor. Ojalá que renazca con sin igual vehemencia la pasión por el árbol, para preservarlo del fuego y del talador, sus voraces enemigos; para librarlo de las acechanzas de los especuladores y de las torpezas de los insensatos y para hacer de él, lo que lo que siempre debió haber sido: "adorno, decoro y riqueza del México inmortal". (Aplausos).
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado Guillermo Salas Armendáriz.
El C. Salas Armendáriz Guillermo: Señores diputados: Respondiendo a la proposición hecha por el señor diputado José Pérez Moreno, habéis aprobado la celebración de este homenaje a la memoria del señor ingeniero Miguel Angel de Quevedo, como reconocimiento a su labor en beneficio de la Nación.
Acto de justicia es éste, porque la vida de Miguel Angel de Quevedo es un ejemplo constante de fe en México y de amor a México; es la historia del hombre que libra una batalla en la que no hay muertes ni cañones, sólo la lucha que, venturosamente, se repite en nuestra patria todos los días, en el laboratorio, en el estudio, en el aula, en el taller o en el campo, para alcanzar la verdad y la belleza, la salud y la prosperidad, la paz y el bienestar común de los mexicanos; es la lucha por el progreso de México y de ella salen los héroes civiles, título el más elevado a que puede aspirar hombre alguno, pues para ser triunfador en esa lucha, para lograr en ella la heroicidad, no bastan diez minutos de valor para alcanzar la gloria, es necesario el esfuerzo de toda una vida y son suficientes diez minutos de desviación para caer en el olvido.
Múltiples fueron las actividades que llenaron la vida de Miguel Angel de Quevedo, pero en todas ellas fue idea rectora el bien de México; este pensamiento lo acompañó siempre, lo mismo cuando participa en la fundación de la Cruz Roja Mexicana que como director de las Obras Portuarias de Veracruz - a esta ciudad se le quería abandonar como puerto de altura y él, luchando contra fuertes intereses económicos adversos, logra al fin la construcción del puerto artificial que hasta la fecha funciona -, lo acompañó también en el ejercicio de su profesión, siendo su preocupación constante que nuestro país contara para su desarrollo con los últimos adelantos de la ciencia y de la técnica; introdujo el uso del concreto, factor indispensable en las modernas construcciones; introdujo también la Ingeniería Sanitaria, tanto industrial como urbana; fue de los pioneros que trajeron al país los beneficios del aprovechamiento de la energía eléctrica, habiendo dotado de ella a la Ciudad de México, a la región de Orizaba, a la de Tepic y a una parte de Jalisco.
En esta ciudad capital, como Director de las Obras de Ferrocarril del Valle de México, introdujo el primer medio de transporte urbano de tracción no animal, la planificación urbanística técnica, desarrollando la ingeniería sanitaria en las colonias Juárez, Roma y Americana; fue él quien trazó y construyó la avenida de los Insurgentes; desempeñó gratuitamente los cargos de Director de Obras Públicas y la Jefatura de Ingeniería Sanitaria.
Pero donde su amor, su esfuerzo y su visión se concentran y agigantan, es en su lucha por la conservación de la riqueza forestal de México. Amor al árbol es la actividad relevante en el espíritu de Miguel Angel de Quevedo; pero no el amor científico a un maravilloso ser de la Naturaleza, rey en el campo de la botánica; no el amor romántico que canta al adorno del paisaje y a la sombra del caminante, no. Es el amor iluminado de quién sabe que el árbol es esperanza de redención económica y alcancía de días mejores para nuestros hijos; es el amor iluminado de quien siente que el árbol es factor de progreso nacional que debe ser aprovechado y cuidado con todo el celo de lo que es nuestro, pero sin olvidar que pertenece también a otras generaciones que lo necesitarán más, pues cada día son más difíciles los días que vive el hombre.
Fue durante sus trabajos en las obras hidroeléctricas, cuando se percató de que la capacidad del país para producir esta clase de energía peligraba ante la pérdida que representaba la desvastación de la cubierta protectora forestal que condiciona la existencia de corrientes permanentes aprovechables, fue entonces que se apasionó por la causa forestal consagrándose el estudio de todos sus aspectos, hasta lograr, en 1901, la creación de la Junta Central de Bosques, la cual dirigió también gratuitamente.
Cuando el antiguo proyecto de abandonar Veracruz como Puerto de Altura resucitó, ante el peligro que representaban los médanos de arena del norte de la ciudad que invadieron cuatro barrios, las instalaciones de las Compañías Petroleras y del Ferrocarril Mexicano, y en tanto que las obras de contención a base de grandes muros de mampostería resultaron inútiles, pues con el tiempo las arenas pasaban por encima de ellos, el ingeniero De Quevedo se dio a la tarea que habría de salvar nuevamente al heroico Puerto. Investigó y estudió los trabajos de los australianos en Puerto Darkin, de los ingleses y franceses en los desiertos de África, de los belgas en las Ardenas y de los franceses en poblaciones de la Gascuña, hasta lograr la adaptación de la casuarina en Veracruz, emprendiendo con este árbol la labor de las dunas artificiales que fijaron los médanos, circundando a la ciudad con la zona protectora forestal que todavía se admira. Con esta
obra Miguel Angel de Quevedo dio al país un magnífico ejemplo de noble misión del árbol cuando es aprovechado debidamente.
Creó el Vivero Forestal de Coyoacán, donándolo a la nación: fundó la Escuela Forestal de Santa Fe, primera entidad dedicada a la enseñanza forestal en la República; creó el Instituto de Ingeniería Forestal y el de Investigaciones Forestales; la Escuela de Ingenieros Forestales de Perote, Ver. y la Escuela de Guardería Forestal de Tlalpan; todo ello en un gran esfuerzo por dar al país la seguridad de contar siempre con una adecuada cubierta protectora forestal que defendiera el suelo patrio, porque estaba convencido que cuando muere el bosque, muera también la tierra que sustenta al hombre.
Qué sabiamente nuestro pueblo lo ha consagrado como "El Apóstol del Árbol". Qué justo resulta este homenaje que le rinde la Representación Nacional y qué urgente es que recordemos y reavivemos sus afanes, que nuevas manos empuñen la bandera de su apostolado para proseguir su lucha hasta lograr que el árbol, que nuestros bosques, por medio de una explotación racional y una conservación adecuada sean para México lo que él pensaba: factor de progreso y no una amenaza que aumente a cada golpe del hacha voraz, que enriquece a unos cuantos a costa del patrimonio de las nuevas generaciones.
Es necesario percatarnos, definitivamente, del importantísimo papel que nuestros bosques desempeñan en la vida de la nación. No debemos olvidar que el suelo patrio forma en un 70% de bosques y pastizales y que del 30% restante, sólo una tercera parte es aprovechable para la agricultura; consecuentemente, deberíamos dedicar al problema forestal cuando menos la misma atención que damos al problema agrícola y al riego.
"Los bosques son tan fundamentales para la agricultura como lo son la tierra y el agua", afirma el doctor Gil en su obra "La Crisis de la Tierra en México", apuntando que mientras gastamos enormes sumas de dinero en la construcción de obras de irrigación que conviertan nuestras grandes extensiones temporaleras en terreno de riego,..."no se hace caso del hecho supremo de que en tanto no se logre la estabilización de la cubierta forestal, no habrá seguridad para el riego o la agricultura, pues no se tendrá la certeza de los abastecimientos de agua".
Estamos convencidos de que nuestros bosques deben ser explotados; tan perjudicial resultaría no hacerlo como perjudicial es la tala desmedida de que han sido objeto. Pero hemos de empeñarnos en lograr una explotación racional, que no abuse del bosque ni de los trabajadores, que rinda a la nación una justa tributación, que industrialice los productos en el lugar donde se hace, a fin de que rinda máximos beneficios al Municipio y a los Estados, entidades que actualmente casi en nada se benefician, que dé una ganancia al explotador pero que esta sea proporcional a la que reciba el indígena o el ejidatario dueños del bosque; que haga de la reforestación el punto culminante de sus trabajos para no empobrecer la riqueza de las generaciones venideras y para que la reforestación deje de ser sólo una ceremonia más en las fiestas del Día del Árbol.
Es de actualidad el tema forestal: un auténtico clamor nacional demanda el planteamiento del problema y la búsqueda patriótica de nuevas y mejores soluciones. El Poder Legislativo, por medio de la Cámara de Senadores se ha hecho de esa exigencia popular, tomando con gran interés la tarea de aportar una solución legislativa que supere nuestra realidad; abandonando posturas y fórmulas obsoletas ha abierto sus puestas a la opinión pública para conocer el sentir de todos los elementos que intervienen en la explotación de la riqueza forestal, o que tiene interés en la conservación de la misma. Muchos es lo que se ha discutido y muchas las razones expuestas sobre la situación actual y sus causas; no es este el momento de analizarlas detenidamente, pero sí el de afirmar que cualesquiera que éstas sean y donde quiera que éste la culpa, la realidad es que la industria forestal está destruyendo nuestros bosques; que hasta la fecha no ha rendido ninguna obra de beneficio social; que sólo ha enriquecido a unos cuantos, sin mejorar las condiciones de vida ni de los dueños ni de los habitantes del bosque; que con el trato miserable que da a la inmensa mayoría de sus trabajadores, ha creado un problema cuya resolución es de imperiosa justicia social; que ha puesto grandes extensiones en manos extranjeras que se llevan fuera de México los productos o los beneficios de éstos y que lejos de reforestar las áreas explotadas, está colocando al bosque en la condición de un recurso natural no renovable.
Esta es la realidad y por ella el pueblo de México aplaude y ve con esperanza el esfuerzo que realiza el Senado por superarlos: que no se nos diga que no existe la floresta en México; si no existiera no se estarían moviendo tantos intereses ni hubiera tanta oposición a un proyecto que solamente busca asegurar para los mexicanos de hoy y de mañana, el patrimonio de su riqueza forestal. Cuando ese proyecto llegue a ésta Cámara, señores diputados, habrá llegado también el momento de rendir el máximo homenaje a Miguel Angel de Quevedo, el momento de luchar porque el bosque beneficie verdaderamente a todos los mexicanos y el momento de hacer desaparecer para siempre al rapamontes en cuyas manos el hacha se ha convertido en un nuevo caballo de Atila. (Aplausos).
-La C. secretaria Andrade de Del Rosal Marta: (leyendo):
"Acta de la sesión solemne celebrada por la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión el día cuatro de noviembre de mil novecientos cincuenta y nueve.
"Presidencia del C. diputado Enrique Gómez Guerra".
"En la ciudad de México, a las catorce horas del miércoles cuatro de noviembre de mil novecientos cincuenta y nueve, con el mismo quórum que hubo en la sesión ordinaria inmediata anterior se abre esta sesión Solemne en homenaje al C. Ingeniero don Miguel Angel de Quevedo, en el cincuentenario de la Enseñanza Forestal en México y de
conformidad con el acuerdo tomado por esta Asamblea en sesión de veintidós de octubre último.
"Pronuncian discursos alusivos a la labor desarrollada por el ingeniero Miguel Angel de Quevedo, los ciudadanos diputados José Pérez Moreno y Guillermo Salas Armendáriz.
"Se da lectura a la presente acta".
Esta a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobada.
- El C. Presidente (a las 14.42 horas). Se levanta la sesión solemne y se pasa a sesión secreta. Se ruega a las personas ajenas a esta Cámara, se sirvan retirarse del salón. Los señores periodistas, si lo desean, pueden permanecer en sus asientos.
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y
"DIARIO DE LOS DEBATES"