Legislatura XLV - Año I - Período Ordinario - Fecha 19610907 - Número de Diario 16
(L45A1P1oN016F19610907.xml)Núm. Diario:16ENCABEZADO
MÉXICO, D. F., JUEVES 7 DE SEPTIEMBRE DE 1961
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos. el 21 de septiembre de 1921.
AÑO I. - PERÍODO ORDINARIO XLV LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 16
SESIÓN
DE LA
H. CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 7
DE SEPTIEMBRE DE 1961
SUMARIO
1.- Se abre la sesión. se da lectura a la Orden del Día. Se lee y aprueba el acta de la sesión anterior.
2.- La Presidencia informa que, a solicitud de varios ciudadanos diputados, se hará la glosa del tercer Informe del C. Presidente de la República, leído el día 1o. del actual; y, atendiendo a dicha solicitud, concede el uso de la palabra a los CC. diputados Gonzálo Aguirre Beltrán, que se refiere a la política educativa que ha seguido el régimen; Carlos Loret de Mola, a la política agraria; Carlos Chavira Becerra, habla a nombre de los diputados del Partido Acción Nacional; Alfonso Méndez Barraza, para rectificar algunos conceptos vertidos por el C. diputado Chavira Becerra; Guadalupe Rivera Martín, se refiere a la política obrera y seguridad social; Jesús Reyes Heroles, sobre el desarrollo económico; Jenaro Vázquez Colmenares, sobre la Política Internacional, y Alfredo Ruiseco Avellaneda, sobre la política interior. Se levanta la sesión.
DEBATE
Presidencia del
C. JOAQUÍN NORIS SALDAÑA
(Asistencia de 141 ciudadanos diputados.)
El C. Presidente (a las 12.30 horas): Se abre la sesión.
- El C. secretario Navarro Encinas, Antonio (leyendo):
"Orden del Día.
"7 de septiembre de 1961.
"Acta de la sesión anterior.
"Harán uso de la palabra, para glosar el tercer Informe constitucional del C. Presidente de la República, los CC. diputados: Gonzálo Aguirre Beltrán Carlos Loret de Mola, Carlos Chavira Becerra, Guadalupe Rivera Marín, Jesús Reyes Heroles., Jenaro Vázquez Colmenares y Alfredo Ruiseco Avellaneda".
"Acta de la sesión celebrada por la Cámara de Diputados del XLV Congreso de la Unión, el día cinco de septiembre de mil novecientos sesenta y uno.
"Presidencia del C. Joaquín Noris Saldaña.
"En la ciudad de México, a las trece horas y quince minutos del martes cinco de septiembre de mil novecientos sesenta y uno, se abre la sesión, con asistencia de ciento cincuenta y nueve ciudadanos diputados, según declaró la Secretaría después de haber pasado lista.
"Se da lectura a la Orden del Día.
"Sin que motive debate, se aprueba el acta de la sesión anterior celebrada el día dos del corriente.
"Oficio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con el cual adjunta el ejemplar original de cincuenta y un estados que resumen la Cuenta de la Hacienda Pública Federal por el ejercicio fiscal de 1960. Recibo, y a la Comisión de Presupuestos y Cuenta.
"La Comisión Permanente del XLIV Congreso de la Unión reservó, para esta Cámara de Diputados, lo siguientes asuntos:
"Solicitud de pensión del C. Francisco de Anda, como defensor del Puerto de Veracruz en abril de 1914. A la Comisión de la Defensa Nacional en Turno.
"Comunicaciones de las Legislaturas de los Estados de Tamaulipas, Zacatecas, Nayarit, Sonora Chihuahua, y Colima., aprobando la iniciativa del Congreso de Nuevo León, para que el próximo año 1962 sea declarado "Año de Ignacio Zaragoza". A la Comisión de Gobernación en turno.
"Resolución de la Comisión Permanente que funcionó durante el último receso del Congreso, relacionada con una proposición de los miembros que formaron la Delegación Mexicana, que asistió a la Primera Reunión Parlamentaria México - Norteamérica, celebrada en la ciudad de Guadalajara, en febrero pasado, y, en virtud de la cual se considera conveniente la reunión de una comisión de legisladores guatemaltecos y mexicanos con objeto de discutir los problemas que afecten a los dos países. A las Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Puntos Constitucionales en turno.
"Oficios de las Legislaturas de los Estados de México, Nayarit, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas,
Veracruz, Yucatán y Zacatecas, aprobando la fracción IV, inciso B, del artículo 123 constitucional. Recibo, y a la Segunda Comisión de Puntos Constitucionales que tiene antecedentes.
"Se da cuenta con la designación de los CC. Ernesto Alvarez Nolasco, Leopoldo T. García Esteves y Gerardo Campoy Campoy, como miembros de la Gran Comisión, por los Estados de Sinaloa, Nayarit y Sonora, respectivamente.
"Invitación de la Dirección General de Acción Social del Departamento del Distrito Federal, a la ceremonia de conmemoración del CXIV aniversario de la acción de armas de Molino del Rey y Casa Mata, que tendrá lugar el viernes 8 del actual, a las 11 horas, frente al monumento erigido a la memoria de los héroes de aquella histórica jornada.
"Para asistir a dicho acto, en presentación de la Cámara de Diputados, se designa en comisión a los ciudadanos diputados: Luis Viñals Carsi, Rafael Santibañez Fernández y Carlos Loret de Mola.
"Invitación del C. coronel y licenciado José Ortíz Avila, a la sesión solemne que tendrá lugar el 15 del corriente en la ciudad de Campeche, en la que rendirá la protesta de ley como Gobernador Constitucional del Estado.
"La Presidencia designa, en comisión, para asistir a dicha ceremonia, en representación de la Cámara de Diputados, a los siguientes ciudadanos diputados: Manuel Pavón Bahaine, Carlos Sansores Pérez, Alicia Arellano Tapia, María Guadalupe Rivera Marín, Rómulo Sánchez Mireles, Eduardo Luque Loyola, Amadeo Narcia Ruiz, Manuel Sodi del Valle, Ciriaco Tista Montiel, Carlos Zapata Vela, Antonio Navarro Encinas, Amador Hernández González, Manuel Pasos Peniche, Ezequiel Meza y Zayas y Francisco García Silva.
"Solicitud de jubilación del C. Pascual Horta Rodríguez, jefe del Departamento de Timbrado de la Imprenta de la Cámara de Diputados, por servicios prestados al Poder Legislativo por más de treinta años,. A la Comisión de Hacienda en turno.
"Agotados los asuntos en cartera, se levanta la sesión a las catorce horas y veinte minutos, y se pasa a sesión secreta".
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Aprobado.
El C. Presidente: Se han acercado a esta Presidencia algunos ciudadanos diputados solicitando hacer la glosa del tercer Informe de Gobierno del señor presidente de la República y esta Presidencia ha visto, con satisfacción, esa solicitud. Se han inscrito los ciudadanos diputados Gonzálo Aguirre Beltrán, para hablar sobre la política educativa; Carlos Loret de Mola, quien se referirá en seguida, a la política agraria; Carlos Chavira Becerra; Guadalupe Rivera Marín, hablará sobre política obrera y seguridad social; Jesús Reyes Heroles, sobre el desarrollo económico; Jenaro Vázquez Colmenares, acerca de al política internacional, y Alfredo Ruiseco Avellaneda, sobre política interior.
Tiene la palabra el señor diputado Aguirre Beltrán.
El C. Aguirre Beltrán, Gonzálo: "Honorable Asamblea: El señor Presidente de la República en su Informe del 1o. del corriente, al exponer la acción educativa del régimen, no se limitó a una simple enumeración de las tareas y labores ejecutadas, las obras construidas y las sumas destinadas a esas obras, labores y tareas. Más importante que todo ello consideró necesario hacer explícitos los puntos de doctrina que orientan y dan contenido de propósito, en el momento actual, al proceso educativo puesto en marcha por la Revolución.
Tres son, a nuestro juicio, los postulados presidenciales que, por su trascendencia, requieren la glosa que los refiera ya que representan innovaciones en la filosofía que norma el proceso educativo de la Revolución y tienden a enmarcarlo en la acción general de gobierno dirigido a la consecución del progreso y el bienestar de la nación. Los postulados trascendentes son los que siguen: 1o. La preparación para el trabajo, como una de las finalidades de la enseñanza y el desarrollo de ésta de acuerdo con la exigencias del progreso industrial; 2o. La necesidad de una planeación educativa, como respuesta al desafío que implica el explosivo crecimiento de la población estudiantil y que mantiene, en vigencia, el plan de once años con un programa progresivamente acelerado de construcción de aulas, preparación de nuevos maestros y distribución de libros de texto gratuitos; y 3o. La urgencia de la investigación científica, como instrumento para alcanzar niveles superiores de bienestar, o dicho bellamente, con las propias palabras presidenciales: "En nuestros días la investigación científica forma parte del derecho de los pueblos para organizar, libremente, su progreso social, económico y cultural".
Los tres postulados presidenciales, no obstante sus orientaciones específicas, inciden en señalar la inextricable vinculación que existe entre el proceso educativo de un pueblo y su desarrollo económico. Antes de ahora no había sido expuesto, con tanta claridad, esa conexión; no había sido señalado, con precisión, el importante papel que juega y debe jugar la educación en el progreso social, económico y cultural de un pueblo. Las implicaciones económicas del fenómeno educativo no habían merecido particular énfasis, ni por parte de los economistas, ni por parte de los educadores. La docencia, la investigación y la difusión cultural que, conjuntamente, integran y configuran la función educativa, habían sido sentidas como un consumo de lujo y no como una inversión redituable. De hoy en adelante la educación habrá de ser considerada como un capítulo importante del desarrollo económico y, en todo programa de asistencia técnica o financiera, y en toda planificación general de gobierno, no podrá ya pasarse por alto factor tan importante. No puede haber un sano desarrollo económico sin tomar en cuenta la base que suministra la instrucción primaria, sin el personal que habilita la educación secundaria o media, y sin los técnicos, profesionales e investigadores que producen las instituciones de enseñanza terciaria.
Para plasmar esos postulados la Revolución ha tenido un largo camino por recorrer. La educación no es una entelequia aislada de los restantes componentes de la cultura y de la sociedad en que se desenvuelve, es parte conjunta y consubstancial con ellos y, en consecuencia, reflejo fiel de la estructura y de las formas de vida organizadas de un pueblo. Durante el pasado siglo, al emerger México de su dependencia colonial, la sociedad latifundista y semifeudal había quedado estructurada en dos clases perfectamente definidas: la élite dirigente, pequeña e ilustrada, y la enorme masa analfabeta del pueblo, desposeída de la tierra y de sus medios de producción.
Como una imagen de esa estructura dual, el sistema educativo quedó organizado en dos líneas paralelas e independientes: por un lado, las escuelas para el pueblo - las elementales normales, de artes y oficios mecánicos - y, por otro, las escuelas para élite - El liceo, la preparatoria y las facultades universitarias -. El ideal de una educación popular y universal - que habían alcanzado las naciones más desarrolladas - nunca llegó a convertirse en realidad, no obstante los esfuerzos manifiestos de los hombres de la reforma.
Fue la Revolución de 1910 la que, con sus reivindicaciones agrarias y obreras, sentó las bases para una efectiva popularización de la enseñanza. La destrucción de la aristocracia latifundista y el impulso que dio a la urbanización y a la modernización económica permitieron la proliferación, por campos y ciudades, de escuelas rurales - las heroicas escuelas rurales de la Revolución -, primarias urbanas, secundarias, tecnológicas y universidades.
El Congreso pedagógico de 1915, celebrado en el puerto de Veracruz bajo el patrocinio del señor Carranza, marcó las orientaciones de la nueva educación, al estatuir la obligatoriedad de la enseñanza intelectual, "aun en aquellas escuelas donde se enseñan artes mecánicas puras"; su socialización. al darle un claro contenido humano, y su popularización, al determinar la gratuidad de la enseñanza de cualquier tipo, impartida por el Estado. Los regímenes de gobierno, que se sucedieron desde entonces, han tratado de cumplir con los postulados revolucionarios más allá de sus fuerzas. La relación que, en su Informe hizo el señor Presidente, del gasto federal en materia educativa, de 1910 a la fecha, muestra, palpablemente, la magnitud del esfuerzo; en el presente año, el más alto de nuestra historia, alcanza el 20% del presupuesto total.
El cambio de la vieja estructura dual y la acción educación de la Revolución comienza a rendir resultados, objetivamente, mensurables. En 1910 la masa analfabeta representaba el 73.9% de la población; en 1960, sólo el 38%. La diferencia, entre una y otra cifra, manifiesta las oportunidades de educación que la Revolución viene brindando a sectores cada vez más amplios de nuestro pueblo. La meta no ha sido alcanzada del todo; ciertamente, aún queda, en las regiones de refugio del analfabetismo, grupos todavía numerosos de mexicanos que no reciben adecuadamente, los beneficios de la enseñanza; bien, porque los canales de la administración no los alcanzan; bien, porque la atrasada tecnología que disfrutan, los colocan en situación de no hacer uso efectivo de las ventajas de la escolarización. Los métodos ideados por la educación rural y por la educación indígena mexicana, con su acción integral sobre la comunidad, que tanto apoyo han merecido del señor Presidente, concurrirán, sin género de duda, a acotar la distancia que nos separa de la meta.
Esa meta, aún no ha alcanzada, es un poderoso incentivo para redoblar esfuerzos.
Los países en vías de desarrollo, a diferencia de los que han logrado altos niveles de industrialización, deban ejecutar acciones duraderas y renovadas para resolver sus problemas de crecimiento. Los grupos de población menores de 15 años, en México representan el 42% del total, mientras que en los países industrializados sólo constituyen el 25%. Ello quiere decir la necesidad de mayor esfuerzo por parte de la generación adulta para instruir a una población predominantemente joven.
Las medidas adoptadas por el señor Presidente, al implementar el plan de once años y enmarcarlo en el cuadro del desarrollo económico, al propugnar una planificación regional de las Universidades. a modo que actúen como núcleos de desenvolvimiento social, económico y cultural de la provincia, e impulsar la investigación del Instituto Politécnico, en la Escuela de Salud Pública, en el Instituto Indigenista y en el Consejo Nacional de la Investigación y de la Enseñanza Agrícola Superior, son señales evidentes de los esfuerzos que la generación revolucionaria, actualmente en el gobierno, viene haciendo en favor de la generación joven para que disfrute de un México mejor.
Nosotros estamos seguros, con usted señor Presidente, que la juventud mexicana, "insobornable e insospechable", aquilatará, en todo lo que vale, la magnitud del esfuerzo realizado y por realizar y que, al responder a ese esfuerzo, lo hará teniendo siempre en cuenta los deberes, las lealtades y los intereses permanentes de la patria."
El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al ciudadano Carlos Loret de Mola.
El C. Loret de Mola, Carlos: Señor Presidente ciudadanos diputados cuando un régimen entrega diez mil hectáreas diarias a campesinos que carecían de tierras, ese régimen está inspirado, en su acción dinámica, por un ansia de justicia incontenible.
Cuando un régimen, respetuoso de nuestras leyes, impecable en el cumplimiento de sus compromisos constitucionales, sin arrebatar ni despojar a nadie, sin conculcar derechos ni menoscabar principios, lleva adelante la reforma agraria integral y logra que las tierras produzcan más y más, mientras mayor es el número de quienes las poseen, ese régimen es tan sólido como revolucionario y realista.
Y, cuando un régimen, no sólo va borrando de la superficie del país, sin violencias ni transgresiones, toda sombra de latifundio, sino que desarrolla, hacia metas industriales, el ejido; respeta y alienta la pequeña propiedad, y constituye las bases para que los productos íntegros de la tierra
beneficien a los campesinos, y amplía la actividad creadora en ejidos y parcelas, para que crezcan sus posibilidades hasta elevar el nivel de vida de las grandes mayorías, ese régimen no tiene nada que aprender a ningún sistema extraño, y posee, en su dinamismo y en la inspiración propia, las mejores fuentes para garantizar el destino de México. (Aplausos.)
Tal es el cuadro presente de la Revolución Mexicana en materia agraria. La tendencia de la tierra, en manos del campesino, ha conservado el ejido contra todos los peligros de regresión; pero, mucho más que eso: ha multiplicado la producción nacional y está creando las bases para alcanzar la justicia social, vértice de un triángulo revolucionario, cuyos otros ángulos son la libertad segura y la tierra entregada.
Con la tenencia de la tierra, en manos humildes, se ha logrado evitar el comercio de la tierra por manos codiciosas.
Primero, en la etapa de afianzamiento de la Revolución triunfante, que siguió a la Revolución armada, México ha construido sus ciudades a costa del campo. El crecimiento de industrias ciencias, técnicas y artes, que florecen en los centros urbanos, fue posible merced al sacrificio de los campesinos; pero hoy, al abrirse esta nueva etapa de nuestro movimiento social, a la que aludiera el señor Presidente, es el esfuerzo orientador y justiciero de las capas pensantes y de las órbitas de mando, en las ciudades, el que debe dirigir lo mejor de su acción, de su honradez y de sus posibilidades todas, hacia los campos. Ya la reforma constitucional, propuesta por el Ejecutivo Federal para que la fracción II del artículo 107 establezca la suplencia de la queja deficiente en materia agraria, y la no caducidad de la instancia por falta de promoción, equipara derechos legales de los campesinos con los de los obreros, y augura una nueva vitalidad, en la justicia, para las grandes mayorías, las que están en el campo.
La reforma agraria, en nuestro país, jamás ha fracasado; y sus enemigos han esgrimido, contra ella, todas las armas: el cohecho, el desprestigio sistemático, la corrupción, el alcoholismo, el coyotaje, el alquiler ilegal de las parcelas, el fomento de los malestares y de las impaciencias; pero nada ha prevalecido contra la reforma agraria. Está firme o invicta en la cima de las aspiraciones sociales de América. Tiene carta de ciudadanía continental. (Aplausos.)
Mientras la Revolución canaliza ríos, sus enemigos canalizan desordenes e inconformidades; mientras la Revolución marcha, sus enemigos, detenidos en el pasado, le arrojan piedras de escándalo y de calumnia. Mientras los enemigos de la Revolución señalan la pobreza de algunos sectores autóctonos de lenta adaptación, la Revolución crea centros ejidales en puntos neurálgicos de nuestro campo, y fortalece la enseñanza, y apoya la economía de los yaquis de Sonora; de los otomíes de Hidalgo; de los chamulas de Chiapas o de los mayas de Yucatán, que constituyen colectividades, singularmente agredidas por la explotación secular, castigadas por la injusticia, pero sobrevivientes; con su fortaleza física maravillosa y con sus posibilidades espirituales a todos los embates de la Naturaleza y de los hombres.
El actual régimen confrontó, en una revisión a fondo de los hechos, todas las realidades de nuestro campo y de las observaciones negativas que, en contra del movimiento social, se habían formulado; y halló, sin duda, que el mayor problema consistía en la multiplicación, a un ritmo veloz, de la población ejidal. A ese problema orientó el señor Presidente la acción agraria de la Revolución.
Y lo está resolviendo con la creación de unidades industriales en el ejido, que constituyen el paso más serio, hacia la fortaleza económica campesina, que haya dado un régimen en nuestro Continente; y, desde luego, el más fecundo y operante en nuestra historia.
Y no sólo así, sino también con los reacomodos de población para descongestionar las zonas sobrepobladas y colonizar en terrenos nacionales y en latifundios rescatados para el pueblo.
Con la nueva época se nos anuncia el advenimiento de un nuevo Código Agrario que constituye una necesidad inaplazable. Esta Legislatura - estamos seguros -, recibirá el proyecto, a su tiempo, con el mismo fervor patriótico con que se le habrá de enviar; y ese proyecto debe reflejar las nuevas modalidades de la acción revolucionaria en el ejido. Será, - a nuestro juicio -, una de las mayores responsabilidades de la presente Legislatura, el cuidar de que el nuevo ordenamiento establezca medios penales para reprimir los abusos contra el hombre del campo y para salvaguardar sus derechos frente a la infamia de los traficantes, de los malos funcionarios ejidales, de los agiotistas y de los enemigos retrógrados, tradicionales, de la prosperidad de los campesinos. (Aplausos.)
La responsabilidad más alta de nuestra "época - y con ella, sobre todo, de los hombres que trabajamos en las ciudades -, es el campo mexicano. El nos dio libertad, con su sangre; él nos ha dado progreso, con su sacrificio; aplazar, para él, la justicia social, sería una injusticia histórica de las que se pagan con histórica vergüenza. Y hay que abrir y proteger el camino a la justicia social generosa, con la fuerza de una justicia penal implacablemente reglamentada y aplicada. Sólo así podrá ahuyentarse del campo mexicano a los malos elementos, que son tan numerosos como insaciables. (Aplausos.) Para cumplir esa responsabilidad han de fortificarse, también las dependencias ejecutivas, destinadas a aplicar ese Código Agrario nuevo, con presupuestos que permitan usar el mayor número de los mejores hombres, en la tarea de integrar, industrialmente, a los ejidos, y de reacomodar en las tierras que esperan hombres, a los hombres que esperan tierras. Créditos oportunos y sanos a plazos que no ahoguen la pequeña economía campesina, y mercados limpios de voracidad, son indispensables para hacer posible la gran obra de superación agraria que México se propone.
A la visión clara y a la sensibilidad patriótica del Presidente, que está preparando el nuevo Código Agrario, se unirán, en este Congreso, las voluntades y los esfuerzos de legisladores que no
vacilarán en aportarle el acervo de sus experiencias y conocimientos acerca de los problemas agrarios, para que la reglamentación esperada signifique una garantía de los derechos campesinos; un camino seguro al progreso y una eficaz defensa para nuestro pueblo contra sus explotadores y sus envenenadores. Asimismo, la nueva reglamentación agraria, que adviene tras una experiencia larga, tendrá que abarcar todas las modalidades de nuestro país, que ofrece una extensa variedad de condiciones ortográficas, reflejadas en diversidad de cultivos y costumbres, superando la frecuente falla legislativa del pasado, que consistía en afrontar, a veces, los problemas nacionales con mentalidad referida casi exclusivamente al altiplano.
El Informe presidencial nos ratifica lo que el campesinaje mexicano está esperando: la ampliación del régimen de la seguridad social al campo en todo el país. Sólo la seguridad social puede superar la pobreza, combatir la enfermedad, desterrar la angustia por el futuro y convertir la salud, de un privilegio para minorías, en un derecho de todos.
El señor Presidente anunció la demarcación de 50 centros ejidales en la zona henequenera de Yucatán a los que se dotará de equipos desfibradores, ya sea por compra que de ellos se haga, o bien, se construirán nuevas plantas. Seis equipos ya han sido entregados.
Llega a tiempo, a Yucatán, la justicia plena de la Revolución, que tiene que redondear, con el fortalecimiento económico definitivo, la formidable obra agraria, que iniciaron, en aquel Estado, dos grandes revolucionarios: Salvador Alvarado y Felipe Carrillo Puerto. (Aplausos.)
El régimen ejidal ha llegado a hacerse conciencia revolucionaria en el pueblo maya, cuya región henequenera le pertenece en un setenta y cinco por ciento. Las pequeñas propiedades, respetadas en los términos de la ley, También continúan la explotación del agave; pero es ahora cuando, bajo la inspiración presidencial, se aproxima la justicia esperada por los ejidatarios yucatecos.
El plan de fomento agropecuario; el advenimiento del ejido ganadero; las obras de la seguridad social en Yucatán, y la posibilidad cercana de que los terrenos disponibles en las regiones de Temax, Tizimin y Valladolid se apliquen a una colonización bien planeada, auguran, para Yucatán, una era de justicia social, con la culminación de la obra revolucionaria y bajo el signo de un régimen al que los campesinos yucatecos ya han calificado, al declarar públicamente, en junio último, que el Presidente Adolfo López Mateos es el mayor líder agrario de la Revolución Mexicana." (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene el uso de la palabra el diputado Carlos Chavira Becerra.
- El C. diputado Guerrero Briones, Alfonso (desde la curul):
Nada más deseo expresar que la diputación panista ha designado al C. Carlos Chavira Becerra, representante del Estado de Chihuahua, para que, en nuestro nombre y representación, participe en los comentarios y glosa que se hacen en esta honorable Cámara acerca del Informe anual del señor Presidente de la República. Muchas gracias.
El C. Chavira Becerra, Carlos: Honorable Asamblea: hemos glosado, no sabemos si con acierto, pero sí con toda sinceridad, ese documento político importante, que es el Informe del señor Presidente de la República.
En nuestro trabajo encontraréis la aceptación implícita de muchas realizaciones que reconocemos; encontraréis, también, algunas críticas que os parecerán, tal vez, acerbas. En todo caso, es nuestro pensamiento y el pensamiento del partido que representamos.
Nosotros consideramos que, para lograr la definitiva ubicación del progreso de México, necesitamos ir, penetrar hasta lo más profundo de sus males y sacar, de ahí limpia y escueta la verdad.
Voy a dar lectura, pues, a este documento, que hemos formulado los cinco diputados panistas que formamos parte de esta honorable XLV Legislatura del Congreso de la Unión.
"Es difícil comentar el aspecto económico del Informe, por la dispersión de los datos y por falta de precisión y coherencia del programa que en él se menciona.
Se habla de la necesaria "coordinación planeada de las disponibilidades nacionales, al efecto de proscribir la dispersión, la inútil duplicación y pérdida de recursos y energías oficiales, privadas, corporativas e individuales". Sin embargo, hay una peligrosa imprecisión respecto de aspectos muy importantes. ¿Quién va a hacer esa coordinación? ¿El Estado, exclusivamente, y sin más límites que los marcados por los intereses en el Poder? ¿Cuál es el sistema de medidas, que va a tener en cuenta, para la estimación de recursos, posibilidades y necesidades? ¿Cuál y por qué razón el orden de preferencias? ¿Cuáles garantías contra el error? ¿Qué especie de control, sin funcionamiento, de la democracia y sin rendir cuentas?
Es indispensable que se sepa, si la "coordinación planeada" reconocerá el insubstituible valor económico y social de la iniciativa, de la voluntad de creación y de riesgo, de la responsabilidad directa e inmediata, de la capacidad de invención y de trabajo de los mexicanos que no forman parte de los grupos dirigentes y técnicos del Gobierno. De ninguna manera da lo mismo que el plan económico acepte o no la voluntad de los consumidores y de los usuarios y las preferencias y valores de la comunidad.
El sentido del plan, mencionado en el Informe, depende de la respuesta que se dé a las cuestiones anteriores. Así, se podrá saber si se trata o no de una función aceptable del Estado en la economía.
Las cifras aducidas, a propósito de las inversiones públicas, no bastan para servir de base a un análisis y una deliberación justificadas. Normalmente, a esas inversiones de tan grande magnitud, debía corresponder una situación económica general, si no holgada sí, por lo menos, de suficiencia, y los datos aparentes de esa situación económica general no revelan tal suficiencia. Es, además, un dato agravante la falta de unidad de criterio en la dirección oficial de la economía.
Es indudable que se han hecho muchas obras públicas y que tantos miles de millones de pesos
tenían que traducirse en obra material visible. Sin embargo, el mero criterio, de hecho material, nunca es, ni en lo más estrictamente económico, un criterio suficiente. Hechos, obras y programas son o no valiosos o son, más o menos, valiosos según se ajusten al orden superior de los valores sociales y nacionales, que son valores humanos, o sea, finalmente, espirituales.
Salvo la tendencia a una intervención creciente e ilimitada del Estado en la economía, no hay definición en la política económica del Gobierno.
Política Educativa. Es digna de elogio la elevación constante que el Gobierno hace en el renglón relativo al Presupuesto para educación, revelando que es el máximo esfuerzo realizable en la actualidad. Si consideramos el crecimiento demográfico, que, simultáneamente, se viene desarrollando en México, podemos observar que no disminuye el número de niños y jóvenes que no tienen la posibilidad de educarse debidamente (ejemplo de ello es que no llega, actualmente, al 10% de la población infantil el número de niños que termina su instrucción primaria). Se sigue por tanto, la necesidad de que el Gobierno tome las medidas pertinentes para que haya mayor colaboración de todo el pueblo mexicano, para encontrar la solución a este problema básico de nuestra Patria.
Debemos, dejando a un lado sectarismos anacrónicos, comprender que solamente la cooperación de todos puede hacer llegar a feliz término el deseo, intransferible, de educación adecuada para toda la niñez y juventud mexicana. Condición necesaria para esa colaboración es que el Gobierno de México de los Derechos Humanos, en su capítulo referente a educación, que ha suscrito, reformando el artículo 3o. de la Constitución, reconozca el derecho que los padres de familia tenemos de escoger el tipo de educación que más nos convenga para nuestro hijos, sin perjuicio de que el Estado supervise la capacitación técnica del profesorado, la amplitud de los programas y el empleo de los mejores métodos pedagógicos. Con ello se obtendría que el Estado, con una erogación mínima, pudiese ver aumentado notablemente, el número de educandos.
Consideramos, también de importancia la calidad humana de los maestros que, frecuentemente, se convierten en el prototipo ideal para el educando, y la armonía, que debe existir entre ellos y los padres de familia; pues solamente existiendo correspondencia en la escala de valores, que cada uno de ellos ofrece al niño, se puede conseguir que esos valores tengan validez para él y sean normativos de su conducta, debidamente orientada al bien común y no que, por discrepancias definitivas, que desconciertan su criterio, sean motivo de desajustes intelectuales y emocionales, responsables de la inadaptación social que obligadamente les sigue. Los maestros deben ser educadores y no demagogos al servicio de ideologías extrañas.
La Psicología contemporánea estima, debidamente, la influencia de la escuela en la formación de la niñez y juventud; pero, también aquilata, y en ello hay que insistir, la influencia decisiva del medio extraescolar: hogar, conducta de los hombres más destacados, medios de difusión (radio, cine, televisión, revistas, etc.) que deben, también ser motivo de honda preocupación para todos, vigilando que la influencia ejercida sobre esas mentes en formación sea positiva y no que por mala fe, o ignorancia sobre su significado, vayan a desarrollar tendencias frecuentemente lesivas para la salud individual y social.
Seguridad Social. El Seguro Social no es concesión graciosa del Gobierno, no es conquista del partido oficial, es obra del sueño y del anhelo, del esfuerzo doctrinal y técnico de la lucha social y cívica, de la cotización directa o indirecta de toda la comunidad. Más aún, es obra de la comunidad internacional que, arduamente, ha venido trabajando, desde hace un siglo, para formar los conceptos y configurar las técnicas adecuadas, para señalar metas cada vez más altas y crear la necesaria conciencia pública; para hacer posible, en suma que esta gran esperanza humana no sea frustrada.
Reconocemos las realizaciones logradas en esta materia; pero este reconocimiento no implica conformidad con lo que se ha logrado, cuando queda todavía tanto por hacer - como lo reconoce el propio Presidente de la República -, ni significa conformidad con los resultados de verdad obtenidos, aun dentro del concepto y del sistema actuales, puesto que sabemos que esos resultados ha sido y están siendo, infortunadamente, normados por factores ajenos a la técnica de ese sistema.
La institución de la seguridad social es uno de los medios para evitar regresiones impensables y para hacer posible ese mundo nuevo que se anuncia. Aislado, sin sus necesarios complementos, será inútil, si no es que contrario a su propósito. Junto con la ordenación genuina de la vida política, con la formación y el mantenimiento de una economía sana y ágil, con un esfuerzo levantado de educación verdadera, con una lucha incesante y lúcida contra la falsificación, la mentira y la violencia, con una sincera y ardiente proclamación de la primacía de los valores espirituales, la seguridad social dará, cada vez más posibilidades a esa limpieza de la vida colectiva, a esa economía de suficiencia, a esa educación verídica, a esa primacía del espíritu.
En cuanto al campo de afiliación al Seguro Social, parece ya manifiesta la necesidad y la conveniencia de hacerlo, universalmente, obligatorio. Así lo dice, en el Informe que enjuiciamos, el C. Presidente de la República; pero ello requiere un estudio a fondo y a la luz pública de los sistemas seguidos y de las realizaciones logradas en los años que lleva de vigencia en México; que la revisión sea hecha por técnicos y para lograr su mejoramiento técnico y la elevación humana del asegurado, excluyendo, absolutamente, lo que se ha hecho hasta ahora y que ha sido el empleo del Seguro Social como un instrumento en manos del gobierno, utilizado, en ocasiones, con fines políticos, ajenos por completo a su misión.
Agricultura. Reconocemos y aplaudimos el reparto de seis millones seiscientas setenta y cuatro mil hectáreas de tierras a los campesinos, hecho durante el Gobierno del C. Presidente López Mateos,
y, principalmente, de las tierras correspondientes a los latifundios de empresas extranjeras que operaban al amparo de ominosas concesiones. Esperamos que, en los próximos tres años, corran la misma suerte los latifundios de políticos e influyentes logrados a la sombra del Poder. Sin embargo, Acción nacional señala que el problema del campo, no sólo sigue sin resolver, sino que se encuentra, profundamente, agravado con motivo del crecimiento demográfico.
"El reparto de tierras se ha hecho sin la garantía plena de la propiedad al campesino que las trabaja, sin crédito eficiente barato y oportuno; sin dar la oportunidad de capacitación técnica al hombre de campo y sin la mecanización de las áreas de cultivo. Acción Nacional sigue afirmando que los problemas del campo solamente podrán ser resueltos cuando, sinceramente, sean considerados como problemas que necesitan de técnicos capacitados y responsables, y no de políticos que mantienen en sujeción constante al campesino, considerándolo como simple carne de manifestación, para beneficio de un partido, o como carne de exportación para traer dólares.
Los datos de la realidad del campo de México son, francamente, pavorosos; solamente quince ejidatarios, de cada cien, reciben, refacción para sus siembras, y ésta en forma deficiente y no siempre oportuna, como consecuencia de las trabas burocráticas.
El promedio de producción por hectárea, en México, es uno de los más bajos del mundo.
A pesar de que contamos con, aproximadamente, 24 millones de hectáreas arables, sólo han sido abiertas al cultivo alrededor de la mitad y sólo ha sido posible la cosecha en cerca de 8 millones de hectáreas.
El ingreso monetario, por familia de campesinos, está muy por abajo de los niveles que pudieran considerarse humanos.
No obstante que más del 50% de la población de México vive directamente del campo, el número de escuelas de capacitación agrícola es, francamente, ridículo; se gastan solamente cincuenta centavos, por cada diez mil pesos que entran al Presupuesto, en la capacitación técnica del campesino mexicano.
El abuso en las compras de productos agrícolas debe ser frenado sin misericordia. Como ejemplo se cita del frijol, pagado por la extinta CEIMSA con precio de garantía de mil pesos tonelada, que llega a manos del pueblo a más del doble, particularmente, en el interior del país. Este hecho demuestra que el agricultor, no recibe el justo precio de su trabajo ni se beneficia al pueblo con los precios bajos, puesto que éstos son elevados, arbitrariamente, para beneficio exclusivo de los intermediarios en los que se incluyen, entre otros, algunos organismos oficiales.
Por otra parte, aunque México exporta algunos productos del campo, no siempre este hecho indica excedentes de producción. En ocasiones se trata de productos vitales para la alimentación del pueblo, que esté no consume porque no tiene capacidad de compra. es altísima, por ejemplo, la exportación de ganado en pie mientras las estadísticas nos muestran que el promedio de consumo de carne en México es de 12 gramos por persona al día.
En las estadísticas de la Organización de naciones Unidas, relativas a la alimentación de nuestra gente campesina, ocupa el vigésimo cuarto lugar entre un grupo de 27 países de los clasificados como subdesarrollados. Ciertamente, se han alcanzado niveles normales de consumo de algunos artículos y, en otros, por ejemplo el maíz, se han logrado excedentes de producción; pero sigue siendo cierto que muchos otros artículos de consumo indispensable acusan déficit, cada día mayores, para una población que crece aceleradamente.
La inseguridad y el caciquismo, aún no desterrado de nuestro medio rural, son una lacra, que frena la producción y hace sombría la vida del campesino. Extirpar estas lacras debe ser un propósito definitivo y sincero del actual régimen.
La destrucción sistemática de nuestros bosques, sin el aprovechamiento racional indispensable, por culpa de concesionarios sin escrúpulos, que trabajan a la sombra de influencia o apoyos políticos, constituye otro problema que debe ser considerado con toda prontitud, no sólo por la importancia de la riqueza forestal, en sí misma, sino por la necesidad de mantener y repoblar nuestros bosques para favorecer las precipitaciones pluviales y mantener la defensa de la tierra. Los problemas creados por la erosión, que lleva destruidas según estadísticas recientes, más de diez millones de hectáreas, siguen siendo sin solución y no existe ningún problema para remediarlo.
De propósito omitimos referirnos a los problemas creados por el mal manejo de los fondos en los bancos de Crédito Agrícola y Ejidal, a los que la prensa se ha referido con frecuencia, y que han provocado graves quebrantos en la economía nacional, por centenares de millones de pesos, que en el pueblo sufre y paga. La inmoralidad de los funcionarios públicos no debe ser motivo de discusión política sino de lisa y llana aplicación del Código Penal.
Política Obrera. Recogemos, con interés, la declaración presidencial relativa al mejoramiento de las relaciones obreropatronales, al acentuado ambiente de comprensión entre obreros y patrones, a las notorias mejorías en prestaciones que incrementen el valor adquisitivo del salario.
Compartimos la esperanza de que sean realidad las medidas tendientes al abastecimiento de artículos de imperiosa necesidad, a precios que guarden proporción con el ingreso de los sectores más débiles de la población. o sea, que la acción gubernativa confluya a procurar que cada uno y todos los mexicanos de hoy y del futuro disfruten más alto nivel de vida.
También acogemos, con esperanzada simpatía, la declaración presidencial, en el sentido de que es a las organizaciones obreras del país, y sólo a ellas, a quienes competen los asuntos de su vida y su organización interior y que el Estado se concrete a vigilar, dentro de sus facultades, el cumplimiento de las normas estatutarias legales. Pero es imprescindible, además que sea una realidad la democracia sindical para que surja, con auténtica limpieza, y sea recta y fecunda la participación del obrero en política.
Política Interior. En cuanto a política interior, el Ejecutivo Federal se limita a informar, escuetamente, que se celebraron elecciones, tanto federales para renovar esta Cámara, como locales en los Estados que cita. Omite referirse al clima en que las mismas se prepararon y desarrollaron y a la responsabilidad que el Gobierno tiene en sus resultados antidemocráticos; clima de hostilidad o de persecución en varios Estados de la República, la indebida utilización del Ejercito en San Luis Potosí y la ausencia total de ciudadanos en las elecciones locales en Nuevo León.
Debemos hacer hincapié en que la composición unipartidista, tanto en el Congreso como en los demás Poderes, no significa adelanto en la conciencia cívica del pueblo de México, sino, al contrario, estancamiento y retroceso; y el monopolio político, tan ferozmente defendido por el grupo en el Poder, no es, ciertamente, signo de vigor, sino de debilidad. La deserción, en el cumplimiento de sus deberes cívicos, por parte de un gran número de mexicanos, obedece a este monopolio, y el Gobierno tiene grave responsabilidad en esta deserción y en este estancamiento.
En cuanto a la reforma a la legislación electoral, exigida por la opinión pública, para que tenga cauce la auténtica representación popular, al través del correcto funcionamiento de lo partidos políticos, fue, deliberadamente, omitida por el Ejecutivo, pues esta exigencia sigue en pie; y nuestra presencia en esta Cámara no es testimonio de una democracia, que no existe en México, sino de esa exigencia permanente de la opinión pública, para que se haga posible la genuina representación de los diversos grupos y tendencias que integran al país.
Como es costumbre, la contestación que el C. Presidente del Congreso dio al Informe del Presidente de la República, en vez de concretarse a recibir dicho Informe, que la disposición constitucional establece y someter el documento a un análisis del Congreso para emitir en juicio político con conocimiento y reflexión, se limitó a una sucesión de expresiones elogiosas que restan trascendencia al documento presidencial y minimizan la importancia de la función del Congreso; no debe, pues, considerarse como adecuado juicio del Congreso de la Unión sino como personal respuesta del señor Presidente de la Cámara.
Por otra parte, merece atención especial la reiterada afirmación de la supremacía absoluta de la Revolución que anula y substituye al concepto mismo de la Patria.
En efecto, el episodio histórico de la Revolución, transitorio por naturaleza, debe considerarse como un movimiento social, que, en lo que tiene de justo, es obra de todo el pueblo y que, indebidamente, han venido usufructuando los grupos que se han sucedido en el Poder. La Revolución buscó la aplicación de principios y el logro de reivindicaciones sociales y políticas justas y aceptables; pero, categóricamente, rechazamos la pretendida identidad de Revolución y de patria y, con mucha mayor razón, la sustitución de la una por la otra.
Rechazamos, con igual energía, la tesis totalitaria que, absurdamente, expresó el señor Presidente del Congreso al afirmar la ilicitud " de toda oposición por sincera que parezca, pues tal cosa es negar la esencia misma de la democracia que fue limpia bandera de la Revolución.
Muy por encima, y con carácter de permanencia y trascendencia de altísima categoría, está la Patria, a cuyo servicio y grandeza debemos todos los mexicanos entregar nuestros mejores esfuerzos."
El C. Méndez Barraza, Alfonso: Señor Presidente: pido la palabra para una aclaración, apoyándome en el artículo 102 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso.
El C. Presidente: Para una aclaración tiene la palabra el señor diputado Méndez Barraza.
El C. Méndez Barraza, Alfonso: Honorable Cámara de Diputados: al referirse el ciudadano diputado Chavira Becerra al capítulo de la educación, manifestó que en la República Mexicana, al amparo del artículo 3o. constitucional, hay una prohibición a la libertad de enseñanza en México. Y yo me permito contestarle a la honorable diputación del Partido Acción Nacional, que está completamente equivocado.
En México existe una plena libertad de enseñanza, de cátedra y de opinión científica. En México hay tantas escuelas particulares, desde primaria hasta profesionales, como la capacidad económica de los que las fundan. En la República Mexicana existen escuelas particulares desde kinder, primaria, secundaria, preparatoria y universidad, como es el Centro Universitario México.
En la provincia, en Guadalajara, existe la Universidad Autónoma, en la cual se da la educación y se imparte la enseñanza, tan libremente como quieren sus fundadores y sus directores. Y en México, en la capital de la República, existe el Colegio Guadalupe Tepeyac que agrupa a un gran número de estudiantes y del cual es Director nada menos que el padre Plácido. (Aplausos.)
Y en la provincia existe tal número de seminarios como las posibilidades del clero católico está en condiciones de construirlos; y, asimismo, en la ciudad de México, en Tlalpan, a nadie es desconocido que existe un gran número de Conventos y seminarios, en los cuales se imparte una enseñanza estrictamente religiosa, sin ninguna privación de las libertades de su enseñanza. (Aplausos.)
Igualmente, en la ciudad de Monterrey, N. L., y para nadie es un secreto, que funciona el Instituto Tecnológico de Monterrey con una plena libertad de enseñanza y de educación científica. Asimismo, yo, que vengo de la provincia, veo cómo funciona un gran número de seminarios en la ciudad de Zacatecas e, igualmente, los compañeros de Querétaro podrán decir si es o no cierto que funciona un gran número de seminarios. ¿Acaso, en esos seminarios, no se enseña con plena libertad teológica, se les da plena libertad para que imparten su educación a la manera que les convenga? ¿Acaso, allí, tienen, en esos conventos y seminarios, un inspector de la Secretaría de Educación, inspectores de las Direcciones Generales de los Estados que estén revisando los programas de enseñanza y de educación? Entonces, ¿dónde está la carencia de libertad de enseñanza en la República Mexicana? (Aplausos.)
Los señores de Michoacán, igualmente, me darán la razón; en un Estado, eminentemente revolucionario, donde existe un gran número de seminarios y de conventos, lo cual viene a comprobar, señores, que en este renglón, al analizar el Informe del C. Presidente de la República, Acción Nacional ha tergiversado la verdad, porque en México campea una plena libertad de enseñanza. (Aplausos.)
El C. Chavira Becerra, Carlos: Señor Presidente. Pido la palabra para una aclaración. (Voces; No.)
El C. Presidente: En estos momentos no hay debate, ciudadano diputado. Siguiendo el turno de los oradores, tiene la palabra la C. diputada María Guadalupe Rivera Marín.
- La C. Rivera Marín, María Guadalupe: "Honorable Asamblea: cuando el señor licenciado Adolfo López Mateos aceptó su candidatura para la Presidencia de la República mencionó la necesidad de que el país tuviera un desarrollo económico equilibrado, con base en el trabajo agrícola e industrial, a fin de mejorar las condiciones de ocupación y llevar los niveles de vida y de consumo de las clases económicamente débiles de nuestra población: campesinos, obreros, clase media y sector popular. Reiteró, además su respeto al derecho obrero y a la aplicación de normas justas en la solución de los conflictos de trabajo.
"Hace siete días, al rendir su tercer Informe de Gobierno, Ha señalado, de modo preciso, cómo lo que fuera programa del candidato se ha vuelto plena realización del Presidente.
"Así, consideramos que la armonía prevaleciente en las relaciones obreropatronales, obedece no sólo a la aplicación y estricta observancia del artículo 123 constitucional y leyes que de él emanan - Filosofía laboral del pensamiento revolucionario mexicano -, sino de un conjunto de medidas economicosociales que, en forma directa, convergen en el mejoramiento de las condiciones de vida de las clases populares, meta precisa de la política gubernamental del Presidente López Mateos.
"El Informe presidencial, en cuya glosa, ante ustedes, me ha tocado el honor de participar, revela diversas medidas encaminadas a lograr dicho mejoramiento. Son de por sí datos elocuentes, que el costo de la vida, en la ciudad de México, sólo haya aumentado 6% y que los precios de los artículos de consumo de las clases populares se mantuvieron estáticos, evitándose, en la medida de lo posible, las ganancias excesivas de los intermediarios.
Elevar el nivel de vida del pueblo ha sido uno de los objetivos de la planeación nacional y del control de las inversiones públicas, objetivo que se complementa con diversas medidas, entre ellas el financiamiento a la pequeña industria y el artesanado.
En efecto, la promoción de la pequeña y mediana industria y el fomento de las artesanías, dan por resultado, al crearse nuevas fuentes de trabajo, mejores condiciones de vida para los sectores más débiles de la población, así como nuevos estímulos para los pequeños industriales que colaboran al desarrollo económico.
De la revisión de los contratos colectivos de trabajo, en las principales industrias del país, han derivado importantes alzas periódicas de los salarios. Los trabajadores al servicio del estado y las fuerzas armadas, también, han sido beneficiados por esta política económica.
Son, igualmente, importantes las disposiciones complementarias tomadas a fin de proteger el ingreso familiar de las clases trabajadoras. A la luz de la teoría y de la práctica económica, las prestaciones sociales y otras medidas de protección al salario, pueden jugar un papel equivalente al alza nominal del ingreso del trabajador, con respecto a la elevación real del nivel de vida.
La política gubernamental, basada en tales principios, ha destinado un fuerte renglón de las inversiones públicas - 1,810 millones de pesos - a obras básicas de beneficio social: mejoramiento de los servicios públicos urbanos y rurales, construcción de hospitales centros de asistencia, edificación de vivienda popular y obras educativas.
Con la misma idea de defender el nivel de vida de las clases populares, y a fin de evitar que los precios de los artículos de consumo necesario queden sujetos a alteraciones dolosas del libre juego de la oferta y la demanda, la actual administración ha tenido especial interés en impedir especulaciones motivadas en supuesta Escasez de la producción agrícola. A ello obedece la construcción toda una serie de almacenes especiales que permiten mantener una reserva constante y más que sobrada de los artículos básicos para la alimentación del pueblo. Con tal objetivo se han mejorado y se han construido diversas redes de comunicación entre las plazas de consumo y los centros productores agrícolas, favoreciéndose el abasto.
La aplicación de los controles gubernamentales sirvió, asimismo, para mantener los precios de los productos básicos tales como: masa de maíz, tortillas, harina de trigo, pan blanco , leche popular, huevo, jabones y detergentes, refrescos embotellados, petróleo diáfano y diversos. El costo de transportación de éste y otros tipos de carga, que es un factor importante en el precio final de las mercancías, descendió en un 20%. También se registró un ascenso considerable en el precio de algunos productos medicinales indispensables para conservar la salud de nuestro pueblo.
La misma política tuvo por resultado la creación de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares, que maneja, en el Distrito Federal, 50 artículos básicos para hacerlos llegar a 2 millones de habitantes de 246 colonias proletarias. En igual forma puede considerarse la labor del Instituto Nacional de Protección a la Infancia, que, bajo la acertada dirección de la señora doña Eva Sámano de López Mateos, proporciona 200 mil desayunos diarios a otros tantos niños, mejorándoles, considerablemente, sus condiciones de vida.
Mas, no sólo factores de tipo económico han sido tomados en cuenta para elevar el bienestar colectivo. La justicia social, norma del gobierno del Presidente López Mateos, comprende otros factores igualmente dignos de ser mencionados: la educación y la salud pública, justamente, se
consideran en el Informe, fundamento de la estabilidad social en el desarrollo del país.
A tal respecto, el señor Presidente juzga que la independencia del pueblo mexicano, tiene como base más duradera la preparación al trabajo por medio de la enseñanza. El "Plan Educativo de Once Años", no es sino el resultado práctico de su pensamiento.
El aumento en la asistencia a los planteles oficiales, en más de un millón de niños y, muy especialmente, el crecimiento en la población de las escuelas de enseñanza secundaria y técnica y en el número de las mismas, revelan el esfuerzo bien encaminado por lograr un desarrollo paralelo entre la enseñanza media y el progreso industrial del país. Es motivo de orgullo que el 20% del Presupuesto federal se destine a la educación pública, sobre todo si se considera que tal medida favorece, en primer término, a la población de menores recursos. Son los hijos de los campesinos, de los obreros y de los empleados quienes concurren a los planteles sostenidos por la federación y quienes reciben en forma gratuita los libros de texto que habrán de sacarlos de la ignorancia.
El incremento en el presupuesto educativo, la construcción constante de aulas, la creación de nuevas plazas de maestros y la elevación del nivel cultural de los mismos, demuestran que el factor espiritual, en el crecimiento de la nación, no se ha descuidado. Por el contrario, permite a la niñez mexicana aspiraciones máximas en el México del futuro.
Por lo que hace a otro capítulo de suma importancia dentro del Informe, puede decirse que los estados modernos han visto, en la aplicación de las normas de la seguridad social, uno de los caminos más efectivos para acercarse a la distribución equitativa del ingreso nacional. Por medio de sus diversas prestaciones, la seguridad social de protección a la salud y mejora las condiciones de vida de quienes, antes, se vieran imposibilitados de obtener habitaciones cómodas e higiénicas, servicios médicos, campos recreativos y otros beneficios sociales y culturales.
Para tales fines, el Instituto Mexicano del Seguro Social incorporó a sus instalaciones el Nuevo Centro Medico Nacional, además de que amplió sus servicios en 33 municipios y edificó 13 hospitales en zonas de capital importancia agrícola, como son Baja California, Sonora y Sinaloa, dando un servicio total a más de 4 millones de personas, con una erogación de 1,120 millones de pesos en el último ejercicio.
El servicio médico se ha completado con diversas prestaciones sociales para la familia del asegurado Mujeres Y jóvenes son, así, encauzados hacia mejores formas de vida familiar y colectiva. Muestra única de ello son las nuevas unidades habitacionales "Independencia" e "Hidalgo", que alojan a más de 2,700 familias obreras en condiciones óptimas de salud y comodidad.
De la misma manera, debemos poner de relieve la labor que, en materia de seguridad y servicios sociales, se realiza en favor de los trabajadores al servicio del estado. A partir del día de su creación el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado ha edificado clínicas regionales y transformado los servicios hospitalarios, poniendo de manifiesto la importancia de la labor avocada por el Gobierno Federal. El nuevo Hospital 20 de Noviembre y cualquiera de las clínicas regionales son instalaciones dignas de compararse con las mejores de su género.
El salario burocrático se ha visto, así, elevado automáticamente; además de que con los aumentos efectivos al monto de las pensiones diarias, el empleado pensionado disfruta ya de una condición digna de vida.
Señores diputados; creemos que es así como el señor Presidente López Mateos ha cumplido con uno de los principios fundamentales de su gobierno; ha servido al pueblo humilde y trabajador, como el más digno de los revolucionarios, colaborando en esta forma, al engrandecimiento de México; porque, en último instancia, México, como nación, no es otra cosa sino México como Pueblo." (Aplausos nutridos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Reyes Heroles.
El C. Reyes Heroles, Jesús: Señor Presidente Honorable Asamblea: el informe rendido por el señor Presidente de la República, el primero de septiembre, no es sólo un balance de lo efectuado en un año; es, también, un balance de lo hecho en casi tres años de labores; en algunos aspectos en un inventario de lo realizado por la Revolución en 50 años de vigencia y, finalmente, constituye una aportación muy sólida de la doctrina de la Revolución Mexicana.
El ideario de la revolución Mexicana se mantiene vivo, porque es ideario abierto y susceptible de ensancharse y perfeccionarse. Nuevos hombres frente a nuevos hechos y el cambio mismo de la perspectiva que, con el transcurso del tiempo, se presenta, permiten ampliar y enriquecer este programa, este ideario y mantenerlo vigente.
México prosigue, empeñosamente, su desarrollo económico. El desarrollo económico de México no se ha emprendido ni se persigue con fines de potencia; en un desarrollo económica, que busca extender el bienestar social para todos los mexicanos, difundir el bienestar social.
Esta idea de un desarrollo económico para incrementar el bienestar social de los mexicanos, necesariamente da, a nuestro desarrollo, ciertas características especiales y obliga a los mexicanos a buscar técnicas e instrumentos para lograr mantenerlo acelerado.
El ciudadano López Mateos, como candidato a la Presidencia de la República, dijo, en Monterrey, que era indispensable que nosotros los mexicanos encontráramos técnicas e instrumentos para mantener y acelerar nuestro desarrollo económico. No es posible importar principios o normas de los países desarrollados, para aplicarlos en un país insuficientemente desarrollado. Este criterio ha sido comprobado, y organismos internacionales, tan serios como la Comisión Económica para la América Latina, han recomendado, precisamente, que los países subdesarrollados busquen sus instrumentos, busquen sus técnicas y elaboren sus propias materias para obtener su desarrollo económico.
En el Informe del primero de septiembre hay un párrafo en que se dan los objetivos que México prosigue con su desarrollo económico, Queremos, se dice, un desarrollo económico para y hacia la justicia social, sin sacrificio de la libertad. Son apreciables todas las tareas, todos los trabajos que tienden a acelerar este desarrollo sin deformarlo; son también de importancia todas las tareas que tienden a corregir los defectos en el desarrollo para lograr un desarrollo equilibrado, para obtener un progreso equilibrado. Es, pues, la idea del desarrollo económico equilibrado, del equilibrio entre el crecimiento de la agricultura y el crecimiento de la industria; entre el crecimiento de la industria productora de bienes secundarios y la industria básica y, sobre todo, equilibrio, proporción entre el crecimiento de la producción industrial y el crecimiento del mercado, del consumo. Esto último, es lo que obliga a seguir una política social de poder adquisitivo, de redistribución del ingreso para mantener un poder de compra en proporción a los incrementos obtenidos en la producción.
Un desarrollo es desequilibrado cuando, hay por ejemplo, una sobreindustrialización en relación con la estructura agrícola o una estructura agrícola muy fuerte en relación con una industria incipiente o escasamente desarrollada.
Se ha dicho que la cojera económica viene tanto de tener la pierna larga de la industria en relación con la pierna corta de la agricultura o, a la inversa, como de tener una pierna corta de la producción industrial y una pierna larga del consumo. El desarrollo equilibrado exige, pues, la coordinación de todos los sectores que forman la economía de nuestro país.
El desarrollo económico equilibrado encuentra su base en nuestro régimen jurídico y en las garantías sociales consignadas por la propia Constitución. Nuestra Constitución prevé una economía mixta: de iniciativa privada y de iniciativa estatal, de complementariedad entre ambas, siempre y cuando una y otra operen subordinadas al interés colectivo, subordinadas al bien común.
Dentro de estas normas el Estado Mexicano alienta, estimula, coordina y substituye a la iniciativa, cuando ésta asume una actitud de omisión.
Por lo consiguiente, el planteamiento de la alternativa, entre iniciativa privada e iniciativa pública, es un planteamiento artificial. En México necesitamos más iniciativa privada y más iniciativa pública, siempre y cuando, una y otra, respeten y prosigan los intereses colectivos.
El Estado Mexicano, no sólo alienta a la iniciativa privada mediante el gasto público, sino, también, mediante otras formas de protección, como aranceles y subsidios, política de materias primas y otra serie de medidas que no es del caso mencionar.
El Estado Mexicano, en el período a que se refiere el Informe del Presidente, ha mantenido un gasto público, que ha creado una expansión en la demanda que no ha sido aprovechada por la iniciativa privada.
El Estado, en su inversión ha cumplido la tarea; pero se ha operado un retraimiento o atonía en la inversión privada. Esta actitud es contraproducente para la propia iniciativa privada: agrava las causas a que, aparentemente, obedece.
El Estado Mexicano ha mantenido su política de alta inversión pública. Es preciso, pues, que la iniciativa privada abandone criterios estériles y una timidez que puede resultar altamente perjudicial para la propia iniciativa privada. Esta, si abandona esta timidez, si prescinde de esos criterios estériles, si toma parte en la tarea de mantener el desarrollo económico de México a su más alto nivel, al mismo tiempo que coadyuva al progreso del país y que responde a los afanes de su pueblo y de su gobierno, garantiza su seguridad y afianza su función social.
En la estructura industrial de México hay huecos, hay lagunas; huecos y lagunas que deben ser llenados rápidamente. Por eso, en el informe se señala que se darán a conocer 600 productos cuya producción es indispensable para el país. Esperamos que la iniciativa privada responda a esta invitación de un Estado que, no sólo no le compite sino que le busca oportunidades para la inversión productiva. (Aplausos.)
La reducción, en la inversión privada, es compensada por la inversión pública; pero la inversión pública, sólo dentro de ciertos límites puede compensar la baja o reducción de la inversión privada. El Estado Mexicano sólo maneja, aproximadamente, el 10 por ciento del ingreso nacional. Por lo consiguiente, es indispensable que la iniciativa privada asuma, con plena responsabilidad, el papel que en el progreso económico de México le corresponde.
El desarrollo económico de México pretende, simultáneamente, crear riqueza y distribuirla lo más equitativamente posible. Se quiere progreso económico con justicia social y con libertad. Dentro de estas normas, nuestro país puede eludir las soluciones desesperadas que, en nuestros días, se presentan en otros países; las soluciones desesperadas que, a nombre de la justicia social, sacrifican la libertad o que, a nombre de la libertad, sacrifican la justicia social. (Aplausos.)
Para nosotros, el progreso debe ser con justicia social. No queremos que el capital que México requiere, que el capital de mañana, sea el fruto de los salarios o de las prestaciones que hoy dejen de percibir los trabajadores. (Aplausos.) El progreso económico se mide por el ingreso por habitante; pero el progreso social se mide por la distribución adecuada del ingreso nacional y, por eso, simultáneamente, se busca la creación de riqueza y el reparto de la riqueza, la distribución equitativa de la riqueza.
La tarea del desarrollo económico es vital para nuestro país y no admite desmayos ni cansancio. Nuestra demografía galopante, nuestro incremento en la población, exige, año, con año, más de 300 mil nuevos empleos, y a ello hay que añadir que tenemos una gran población subocupada o subempleada, que desempeña trabajos poco productivos para el país y poco remunerativos para quienes los realizan. Esta población también exige nuevas fuentes de empleo. Por lo consiguiente, requiere el desarrollo económico de México un esfuerzo redoblado de todos los habitantes del país.
Ya estamos distantes de aquellas épocas en que se pensaba que el mejor Gobierno era el que menos gobernaba. El estado mexicano tiene un papel decisivo en proceso económico, y que bueno que lo tiene.
Vivimos momentos obviamente trascendentales y así como hace cien años la idea liberal se fusionó con la patria, hoy la Revolución se identifica con México, se fusiona con México. El destino de la Revolución es el destino de México. Esto implica graves responsabilidades para quienes militamos en las filas de la Revolución; implica la entrega al trabajo, constante y permanente; implica la honestidad en la conducta personal; implica el poner los mejores esfuerzos al servicio de México; pero, también, implica responsabilidades para la oposición. La línea divisoria entre la oposición al Gobierno y la oposición a la Nación, a la patria, es muy tenue en estos momentos; por lo consiguiente, la oposición debe meditar en los términos de sus actividades para no caer en la oposición a la nación. (Aplausos.)
Señores diputados: Detrás del Informe del señor Presidente López Mateos está la doctrina de la Revolución Mexicana; y detrás de la Revolución Mexicana, está la Historia de México, las luchas seculares de nuestro pueblo, por la independencia, por la unidad indestructible, por el pan y la libertad. (Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. diputado Vázquez Colmenares.
El C. Vázquez Colmenares, Jenaro: Señor Presidente. Señores diputados: lo expresado por el señor Presidente de la República, en materia internacional, en su III Informe de Gobierno al Congreso de la Unión, encierra una formulación sistemática de los lineamientos de nuestra política exterior, cuyas aspiraciones son: mantener la paz universal mediante el fortalecimiento de los sistemas y los procedimientos para lograr la solución pacífica de problemas y conflictos; mediante la preservación de la independencia política, frente a los factores externos que impiden la libre determinación y mediante el aseguramiento del desarrollo económico y social; mediante la acción internacional positiva que auxilie el esfuerzo propio y anule los factores negativos.
La política internacional de México tiene sus raíces en nuestra propia experiencia histórica. Las tesis que, tradicionalmente, hemos defendido, surgieron, como principios de defensa, cuando agresiones extrañas lesionaron la integridad de nuestra soberanía; pero hoy cuando hemos logrado el respeto y la amistad de todos los pueblos del mundo, nuestra doctrina internacional ha superado la etapa de los principios defensivos y, bajo la dirección acertada y patriótica del Presidente Adolfo López Mateos, se convierte en el más elevado principio y en el más alto ideal de solidaridad y convivencia entre los hombres y entre los pueblos.
La política internacional de un país es el resultado de su organización interna y el reflejo de las finalidades que persigue su orden jurídico interior. En el caso de México, la existencia de un sistema político dirigido a realizar el progreso dentro de la justicia social y a preservar las libertades del hombre, alcanza en el ámbito internacional los planes de una política fundada en el mutuo respeto, la cooperación pacífica y el respeto a la autodeterminación.
Para nosotros el Derecho Internacional no es un orden coercitivo formal, carente de contenido; muy por el contrario: nuestra tradicional actitud, de respeto a todas las naciones, implica el reconocimiento a un conjunto de normas jurídicas y morales, cuyo espíritu determina el deber, ser internacional.
Nuestro país sostiene la existencia de un orden ético en el mundo y del valor humano en las relaciones internacionales.
De lo expresado por el señor Presidente de la República, en el Informe que comentamos, concluimos: que el Continente Americano no puede ser, no debe ser el campo donde se dé la batalla decisiva de la guerra fría. Los pueblos latinoamericanos que, como el nuestro, luchamos denodadamente por alcanzar la superación de nuestras carencias y por lograr la transformación de nuestras condiciones sociales, no podemos sumarnos a intereses de poder naturalmente opuestos a nuestras metas históricas.
Reclamamos la paz porque nos es indispensable para lograr la transformación de nuestras condiciones sociales y para dar a nuestros pueblos niveles de vida superiores. Por eso sostenemos la vigencia de un derecho social internacional, como instrumento en la lucha por la justicia y de un derecho económico internacional, como medio regulador de la cooperación entre las naciones con diversos grados de desarrollo.
Basada en esta idea, la delegación mexicana, que concurrió a la reciente Conferencia Económica de Punta del Este, sostuvo que la ayuda financiera exterior, para el desarrollo económico de los pueblos latinoamericanos, no debe ser pretexto para la imposición, en el orden interno, de patrones extranacionales en materia económica y social.
De esta manera, México defendió, nuevamente, su tradicional actitud de no permitir, a ningún precio, la enajenación de la soberanía nacional. (Aplausos.)
La política exterior de México, señores diputados, está inspirada en los principios substanciales del Derecho Internacional. De los expresado por el señor Presidente de la República en su pasado Informe, el día primero del corriente, se desprende que, para nuestro país, la ley internacional no se concreta tan sólo a delimitar, entre sí, los ámbitos de poder de los Estados y a regular sus relaciones sobre las bases de la más estricta reciprocidad. Nuestro país ha sumado a estas metas, las aspiraciones comunes del género humano, las aspiraciones comunes de nuestra especie, que las normas jurídicas internacionales deben propiciar, como expresión de un derecho comunitario cuyo fin último es la cooperación pacífica de los Estados para proteger la existencia de los hombres.
El pueblo de México no concurre a ninguno de los dos grandes bloques en los que, actualmente, se divide el mundo, ni contribuye al fraccionamiento de la Humanidad participando en grupos de naciones neutrales. Esto se debe a que nuestros intereses históricos no son coincidentes con
los intereses hegemónicos de las grandes potencias, ya que estamos decididos a no agravar los factores de la tensión internacional.
Asumimos nuestra responsabilidad ante el mundo reclamando la salvación de la Humanidad, mediante una enérgica y constante denuncia de los peligros que la amenazan, y una apasionada afirmación de los principios que hacen posible la convivencia de los hombres y de los pueblos en los planos de la cultura y de la civilización.
En la hora crítica, que sobrecoge la conciencia de nuestro tiempo, el Presidente López Mateos ha salvado la responsabilidad histórica de México al condenar, enérgicamente, el empleo de la fuerza física como instrumento decisivo de la política, en vez de que se fortalezcan y se enriquezcan los principios más altos del Derecho de Gentes.
Heredero y continuador del humanismo de la Revolución Mexicana, el gobierno de la República ha sostenido que la fuerza moral trasciende y antecede a la fuerza física. Por voz del Jefe del Estado Mexicano, los hombres y los pueblos de todas las latitudes, que no poseen y que condenan los medios de exterminio en masa, han reclamado su derecho a la vida y a al propia existencia, negándose a ser considerados como factores secundarios en las decisiones de las grandes potencias.(Aplausos.)
México, señores diputados, es pacifista por definición. Hemos expresado nuestro respeto a la vida del hombre en todos los principios jurídicos que nos conforman. Por eso, entendemos que el derecho a vivir no debe sustentarse en la fuerza de las armas sino en el enriquecimiento moral de la raza humana. Mientras las grandes potencias aprueban presupuestos de miles de millones de dólares para preparar la guerra atómica, nosotros, con nuestros modestos recursos económicos, destinamos, diariamente, seis millones de pesos a las tareas de la educación nacional, construyendo, para satisfacción del pueblo, como lo ha expresado el Presidente de la República, una aula cada dos horas. (Aplausos.)
La participación de México en las diversas reuniones de los organismos internacionales, ha estado inspirada en el más amplio espíritu de cooperación, indispensable para conservar los principios de la amistad internacional y hacer posible el encuentro de soluciones conciliatorias en los conflictos interestatales. Ello significa que nuestro país va superando el concepto bilateral de las relaciones internacionales y que los principios guías de su política exterior nos ofrecen y nos dan, constantemente, mayores recursos y mejores medios económicos y políticos para acelerar, en forma positiva, nuestro desarrollo económico.
Por vez primera, en la historia de nuestras relaciones internacionales y diplomáticas, México ha dado los pasos tendientes a establecer nexos de amistad con las nuevas repúblicas independientes del África, Asia y Oceanía, apenas desprendidas del mundo colonial.
En medio de difíciles circunstancias, nuestra época ha visto despertar, en aquellos lejanos países, las mismas inquietudes libertarias que, hace 150 años, iluminaron la lucha de los pueblos americanos. Por esa razón, el envió de Misiones de Buena Voluntad a aquellos pueblos, no obedece a un intranscendente afán de cortesía, sino a la inaplazable urgencia de fortalecer la estructura de la comunidad internacional, dándoles el respaldo de México, que en el pasado reciente, ha levantado su voz en defensa de Etiopía, Austria y España Republicana.(Aplausos.)
México, señores diputados, está situado en el vértice de nuestro tiempo. Hoy, más que nunca, las doctrinas de respeto a la soberanía y a la autodeterminación son patrimonio de las naciones que buscan y alcanzan su desarrollo mediante el progreso económico, la independencia política y la justicia social. Congruente con esta idea, el señor Presidente de la República ha reiterado la simpatía del pueblo y del Gobierno de México por las legítimas aspiraciones revolucionarias de Cuba. A este respecto, es preciso señalar que, para México; que para nuestro país, el principio de No Intervención es una norma jurídica de validez universal, que no debe estar sujeta a limitaciones o a casos de excepción. (Aplausos.) El pueblo cubano ha iniciado, como nosotros, hace 50 años, la lucha por alcanzar la definición de su fisonomía nacional y nadie tiene derecho a estorbar el proceso de sus transformaciones sociales. (Aplausos.)
La Revolución Cubana no debe ser pretexto para romper o para menguar la unidad histórica del sistema interamericano.
Señores diputados: el Informe del señor Presidente de la República es la expresión del esfuerzo, realizado por el pueblo de México, para alcanzar las metas que se ha propuesto a lo largo de su historia. Es, para nosotros, satisfactorio concebir aceptar y entender que el pueblo de México, conducido, por un hombre surgido de las filas del Partido Revolucionario Institucional, ha elevado su voz en defensa del hombre, como especie, haciendo un llamamiento a los dirigentes y estadistas de las grandes potencias para que mediten la magnitud de sus decisiones, en esta hora grave para el mundo, y sea la prudencia, y no el afán de predominio, la que inspire sus determinaciones.
Quiero terminar, leyendo ante ustedes un párrafo alentador del jefe de la Nación Mexicana, que encierra todo el contenido de nuestras luchas e ilumina todos los esfuerzos que los mexicanos estamos obligados a realizar para agradecer a nuestra patria.
El ciudadano Presidente de la República ha dicho: "En el escenario de la historia contemporánea la Revolución ocupa un sitio de honor. Fue el primer movimiento popular de este siglo que propugnó la idea de justicia social como el único medio para forjar la verdadera prosperidad y grandeza de las naciones. Esta afortunada circunstancia nos coloca en la vanguardia de las luchas sociales. Los revolucionarios abrigamos la certeza de que, en el mundo del futuro, la Humanidad se verá libre de injusticias desigualdades y discriminaciones; de la miseria y de la guerra. Y a la construcción de esa Era superior, México habrá contribuido con su pensamiento y con el tenaz esfuerzo de sus hombres". (Aplausos nutridos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el C. Ruiseco Avellaneda
El C. Alfredo Riseco Avellaneda: Honorable Asamblea: Frente a los episodios, altamente ejemplares, que ha estado viviendo, en estos luminosos momentos, la Cámara de Diputados de México, sentimos sinceramente que frente a ese mundo tremendamente dividido, tremendamente estrujado, no por las ideas infortunadamente, sino por las ideologías, que desprenden al hombre de su piso natural histórico para envolverlo en esas redes extrañas, que la doctrina social contemporánea conoce como "mundos secundarios", mundos en los que los valores tradicionales del hombre son deformados para convertirlo en ese triste muñón de ser humano que han creado para su uso particular los imperios económicos de todo tipo, presentes en nuestro siglo, México, asentado sobre su cuenca histórica, única y ejemplar, semeja un lago donde la vida remansa ya para siempre sus viejas turbulencias.
Hace apenas ciento y tantos años, un minuto en el acontecer universal del hombre, cuando estas patrias iberoamericanos comenzaban su lucha por sacudir yugos extraños y vivir, auténticamente, su propia historia, afirmada el argentino Montalvo, que las mejores páginas de América eran páginas políticas y hoy hemos venido aquí, orgullosamente, con nuestra de calidad de ciudadanos de México e intachablemente electos,dentro de nuestra honesta, precisa y revolucionaria perfección democrática, como diputados del pueblo mexicano, a comentar, frente a vuestra soberanía, una página más alta, patriótica y solemne como ninguna, que México aporta a la historia de las ideas políticas del mundo, por la voz de su fino y dilecto Presidente, el señor licenciado Adolfo López Mateos.(Aplausos.)
Es menester, a veces, romper el frío estilo de la política, usualmente habitual entre nosotros, para desentrañar la estremecida veneración para México, de este alto político mexicano, apasionadamente enamorado de su patria.
Es necesario señalar cómo él se ha despojado de su austeridad de Presidente, para hablarnos, en tono emocionado y conmovido y formular, para siempre con ese su entrañable fervor por su país, grandes verdades escenciales para la historia futura mexicana.
Tenía razón Reyes Horoles cuando nos decía, al terminar su enjundiosa disertación sobre los caracteres más importantes de la economía mexicana, que,detrás de todos sus problemas, lo que está presente es la Historia de México.
No quiero aparentar que desestimo otros brillantes capítulos de la política interior en el Informe del señor Presidente; ahí quedan, para las más estrictas exigencias ciudadanas, el gigantesco despliegue de la seguridad social, el generoso sistema de la educación mexicana, la incontrastable estabilidad de nuestra moneda, el pago de la vieja y deprimente deuda exterior; ahí está, también, la obra vial más importante de Iberoamérica, que muestra el esfuerzo sobre humano con que el gobierno del pueblo trata de unificar su geografía contrastada; pero sí quiero señalar, para enfatizarlo debidamente, un renglón que, por sí mismo, confiere sentido a nuestra personalidad como nación, explica nuestras contradicciones aparentes y revela el patriotismo y lealtad del señor Presidente a las más auténticas definiciones históricas de México. Me refiero, con esto, a la Reforma Agraria.
Cuando el señor Presidente de la República entrega 6 millones 700 mil hectáreas al pueblo de México, no esta realizando un acto derivado de tal o cual doctrina, económica, política o social, está, simplemente, restituyendo a su vigencia creadora una forma radical de existir. México es hijo de una cultura fundamentalmente agraria y de la forma primordial como el mexicano ha poseído la tierra se derivan todas las demás formas secundarias de nuestra existencia como nación.
En nuestra nacionalidad, perdura, a pesar de la contumacia de quienes no quieren encontrar en la Revolución Mexicana lo más esencial de nuestro ser, nuestra estructuración agraria inmemorial como una verdad que constituye la vía más genuina por donde la revolución se identifica con la patria; porque nosotros somos, radical y fundamentalmente, agrarios; somos hijos de una cultura agraria - socialista y estoy usando la palabra cultura como la ha esclarecido ya la filosofía contemporánea de la Historia. Una cultura no es una dimensión determinable del saber, no es la medida de lo adquirido por las vías del aprendizaje común, sino que es una forma de existir. Es la cultura una categoría del saber.
Por eso, México, que cuenta entre sus experiencias más dolorosas las lesiones aún vivas y tremendas de la conquista y el coloniaje, sabe tanto del drama que deben vivir los pueblos a quienes las valoraciones de su propia cultura, de su forma original de ser, les son sustituidas por las convicciones y las valoraciones provenientes de ámbitos nacionales extraños.
De aquí ha partido el señor Presidente, para señalar el ser irrevocable de México. Ese es el nervio profundo que anima el Informe del señor Presidente en lo que ve tanto a la política interior cuanto a la política exterior. Reclamamos nuestra autonomía para ejecutar nuestras propias valoraciones, para entender la economía y para entender la sociedad, conforme a nuestras propias tradiciones históricas. Y no aceptamos, porque estimamos que es la más trágica y demoledora de las violaciones que pueden cometerse contra un grupo humano, la imposición de concepciones, valoraciones, credos y convicciones, originadas en otra historia y experimentadas en otros ámbitos nacionales.(Aplausos.) México rechaza, firmemente, toda forma posible de coacción que venga de fuera; sabe lo que ha sido y que, por lo mismo, no podrá volver a ser; presiente lo que puede ser y cree en lo que debe ser como una fe inquebrantable en su destino.
Pero lo creo con profunda conciencia de su proyección universal. Ya lo ha dicho el señor Presidente: no somos un islote.
¿Cómo iba a creer eso él, que es heredero y discípulo de aquellas brillantes generaciones de 1900 y 1915, que iluminaron con su claridad universalista, pero tan mexicana, los caminos políticos de México a pesar de sus divergencias personales aparentes?
Entre los primeros de 1900, está un viejo y notable Maestro del Derecho Internacional Revolucionario Mexicano. Ese hombre se llama Isidro Fabela. El ha escrito, hace unos cuantos días, con todo el valor del hombre de ciencia, con el coraje se necesita para señalar las grandes verdades, a pesar de sernos consubstancial ese apetito de independencia económica y libertad política, siempre insatisfecho, que la patria no puede ignorar su circunstancias geopolítica.
Estamos situados en la frontera de uno de los líderes más poderosos de las convicciones que dramáticamente dividen nuestro mundo. Pero siempre hemos sabido lo que, digna e inteligentemente, deberemos hacer en el momento oportuno. Habremos de confiar una vez más en el patriotismo y la inteligencia del pueblo mexicano. El sabrá colocarse en el sitio adecuado para sobrevivir, cuando llegue la hora y ojalá que ese instante temible no acaezca nunca. Mientras tanto seguimos reclamando, para ahora y para siempre, nuestra libertad de continuar siendo como debemos ser.
Rechazamos, con ira, esa duda metódica e intencionadamente ingenua sobre nuestra estructura nacional que, a menudo, pregunta: ¿Qué es México? ¿Cuál es su Revolución? Sólo para responderse, que si la Revolución no fue más que un movimiento asistemático y violento, que no ha hecho que postergar formas tradicionales con posibilidades creadoras todavía, dentro de una libertad limitada o privativa y un orden político irrestricto, debe desaparecer del acontecer histórico mexicano; pero que si es un movimiento realmente con programa concreto y operante, entonces no puede ser sino soviético, que es el signo contemporáneo de lo genéricamente revolucionario y lo que quede fuera y frente a sus regímenes impuestos y espúricos, no sería otra cosa que el "orden" agredido y amenazado por el comunismo. México , por voz de su Presidente, ha rechazado, de una vez para siempre, este pérfido enjuiciamiento.
Tenemos nuestras genuinas doctrinas nacionales, consubstanciales a nuestra vida y a nuestro ser, para poder repudiar, autorizadamente, cualquier conformación acorde con intereses extraños o con teorías abstractas sobre el hombre contemporáneo.
Nos sostiene una experiencia inmemorial sobre la vida y, precisamente, porque México ha aprendido, al través de sus graves peripecias históricas, la diversificación del ser humano y sus agrupamientos, ha ido creando, con sentido humanístico auténtico, una revolución abierta frente al acontecer humano, una revolución que no dogmatiza y que sí pregunta, que sí se informa sobre acervos de experiencia ajenos, obtenidos por otras historias nacionales, para arribar a un criterio comparativo en la evolución de las sociedades. Este es el perfil humanístico de la revolución Mexicana y sobre él se finca nuestra dignidad como patriotas.
Yo quiero recalcar, señores diputados, porque es indispensable que esta Legislatura asuma esa responsabilidad, el deber indeclinable de apoyar a nuestro Presidente en la elevada tarea de defender el decoro de México. De no permitir que sigamos siendo enjuiciados por suspicacias y perfidias internas o externas a nuestro ámbito histórico nacional. Extrañas a nuestro genuino existir, modelado en el alma y con la sangre misma del mexicano. La patria no es susceptible de juicios, así lo declaramos con orgullo. Asumimos nuestro papel en el escenario internacional con la convicción de que, en esta alta meseta de América, aquí donde Alfonso Reyes dijo que existía la región más transparente del aire, nosotros, los revolucionarios mexicanos, afirmamos que es, además, la más luminosa y que, en la lucha, esta lucha feroz entre dos convicciones que dividen al hombre, nuestra conformación histórica, nuestra integración social, ha de ser, dentro del cauce de la historia futura la única solución brillante al problema de nuestro ya pequeño universo. (Aplausos.)
El C. Presidente: Habiéndose agotado el turno de oradores para hacer la glosa del Tercer Informe del Gobierno del señor Presidente de la República, se levanta la sesión y se cita a los señores diputados para el próximo martes a las 11 horas: (14.35).
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y
"DIARIO DE LOS DEBATES"