Legislatura XLVI - Año III - Período Comisión Permanente - Fecha 19670329 - Número de Diario 57

(L46A3PcpN057F19670329.xml)Núm. Diario:57

ENCABEZADO

MÉXICO, D. F., MIÉRCOLES 29 DE MARZO DE 1967

DIARIO DE LOS DEBATES

DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS

DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS

Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921

AÑO III. - PERÍODO ORDINARIO XLVI LEGISLATURA TOMO I. - NÚMERO 57

SESIÓN

DE LA

H. COMISIÓN PERMANENTE

EFECTUADA EL DÍA 29 DE MARZO DE 1967

SUMARIO

I. Se abre la sesión. Lectura de la orden del Día. Lectura y aprobación del Acta de la sesión anterior

II. Se turna a Comisión una iniciativa de decreto, que envía el C. Presidente de la República licenciado Gustavo Díaz Ordaz, a fin de que se le conceda permiso para ausentarse del territorio nacional, para asistir a la Reunión de Presidentes de las Repúblicas, que forman parte de la organización de Estados Americanos, que se efectuará en la ciudad de Punta del Este, República Oriental de Uruguay. La Presidencia ruega a las Comisiones a las que fue turnada esta iniciativa, se sirvan dictaminarla desde luego

III. Se turna a Comisión la solicitud de permiso, para que el C. licenciado Ramón Ruiz Vasconcelos pueda aceptar y usar una condecoración que le confirió el gobierno de la República Dominicana

IV. Diploma de felicitación otorgado al Congreso Mexicano por la Asamblea Nacional Constituyente de la República del Ecuador, con motivo del cincuentenario de la Constitución de 1917, y al doctor Bernardo Reyes, Embajador de México ante aquella República hermana. De enterado con agradecimiento. La Presidencia contesta la felicitación y hace notar la presencia del C. Embajador Bernardo Reyes, por cuyo conducto fue enviado el diploma de referencia

V. Se turna a Comisión, la solicitud de permiso del C. Leobardo Reynoso para aceptar y usar una condecoración que le fue otorgada por el gobierno de la República de Guatemala

VI. Seis dictámenes, con puntos de acuerdo que ratifican los grados que el Ejecutivo de la Unión expidió en favor de los siguientes Jefes del Ejército y de la Armada Nacional: general Rafael Nieto Hernández, coroneles Víctor Manuel Ruiz Pérez, Salvador López Matamoros y Víctor Flores López; capitanes de navío Eugenio Villalobos Méndez y José Guardado Domínguez. Se aprueban

VII. Dictamen, con proyecto de decreto, que concede permiso al C. licenciado Gustavo Díaz Ordaz, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, para ausentarse del territorio nacional por el tiempo necesario para asistir a la reunión que tendrá lugar el próximo mes de abril en la ciudad de Punta del Este, República Oriental de Uruguay y a la cual han sido invitados los Presidentes de la Repúblicas que forman parte de la Organización de Estados Americanos. Se dispensa la segunda lectura. En votación económica se aprueba en este sentido y se somete a discusión el proyecto de decreto. Para poner de manifiesto la trascendencia de la reunión y en apoyo del dictamen, hacen uso de la palabra los CC. senador Manuel Tello y diputado Alejandro Carrillo. Se aprueba el proyecto de decreto. Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales. Se levanta la sesión

DEBATE

Presidencia del

C. RAFAEL MURILLO VIDAL

(Asistencia de 22 ciudadanos representantes.)

I

- El C. Presidente (a las 13:05 horas): Se abre la sesión.

- El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl:

"Comisión Permanente.

Tercer Receso de la XLVI Legislatura.

Orden del Día.

29 de marzo de 1967.

Lectura del Acta de la sesión anterior.

Solicitud del C. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos para ausentarse del Territorio Nacional por el tiempo suficiente para asistir a la Reunión que tendrá lugar en Punta del Este, República Oriental de Uruguay.

La Secretaría de Gobernación transcribe oficio de la de Relaciones Exteriores, en el cual se

solicita el permiso constitucional necesario para que el licenciado Ramón Ruiz Vasconcelos, Embajador de México, acepte y use la condecoración que le confirió el gobierno de la República Dominicana.

La Asamblea Nacional Constituyente de la República de Ecuador, comunica su acuerdo tomado el próximo pasado mes de febrero.

El C. Leobardo Reynoso, Embajador de México, solicita permiso para aceptar y usar la condecoración que le confirió el gobierno de la República de Guatemala.

Seis dictámenes de la Comisión de la Defensa Nacional con puntos de acuerdo ratificando grados a los siguientes miembros del Ejército y la Armada: general Rafael Nieto Hernández, coronel Víctor Manuel Ríos Pérez, coronel Salvador López Matamoros, coronel Víctor Flores López, capitán de navío Eugenio Villalobos Méndez, capitán de navío José Guardado Domínguez."

"Acta de la sesión efectuada por la Comisión Permanente del XLVI Congreso de la Unión, el día dieciséis de marzo de mil novecientos sesenta y siete. Presidencia del C. senador Manuel M. Moreno.

En la ciudad de México, a las trece horas y quince minutos del jueves dieciséis de marzo de mil novecientos sesenta y siete, se abre la sesión con asistencia de diecinueve ciudadanos legisladores, según consta en la lista que previamente pasa la Secretaría.

Lectura de la Orden del Día y del Acta de la sesión anterior que, sin discusión, es aprobada.

Se da cuenta con los asuntos en cartera:

Las Secretaría de la Defensa Nacional y de Marina envía las hojas de servicios de los siguientes miembros del Ejército y de la Armada: general brigadier Rafael Nieto Hernández, coroneles Pablo Martínez Rioja, Salvador López Matamoros, Guillermo Ruiz Pérez, Víctor Flores López, Luis de la Sota Riva García, Víctor Manuel Ruíz Pérez, capitanes de navío Héctor Elías Robles, José Guardado Domínguez, Agustín Muñoz de Cote Olivares, Eugenio Villalobos Méndez y Roberto Maupome Ruiz. Recibo, y a la Comisión de la Defensa Nacional.

Para representar a la H. Comisión Permanente en las ceremonias que a continuación se enumeran, se designan las siguientes Comisiones:

A la que tendrá lugar el martes 21 de actual con motivo del CLXI aniversario del natalicio del Benemérito licenciado don Benito Juárez, en el hemiciclo erigido a su memoria en la Alameda Central de esta ciudad de México, los CC. senador Jesús Yurén Aguilar y diputado Everardo Gámiz Fernández .

A la guardia de honor que tendrá lugar el domingo 26 de los corrientes, en conmemoración del LIV aniversario de la Proclamación del Plan de Guadalupe, ante la estatua del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista don Venustiano Carranza, ubicada en las calles de Ródano de esta Capital, a los CC. senador Luis González Aparicio y diputado Everardo Gámiz Fernández.

A la ceremonia de conmemoración del LIV aniversario del Plan de Guadalupe, el día 26 del actual, en el Municipio de Ramos Arizpe, Coah., el C. senador Eulalio Gutiérrez Treviño.

Al cuarto informe de gobierno que rendirá el C. doctor Raymundo Abarca Alarcón, Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero, los CC. senador Hermenegildo Cuenca Díaz, diputado Rafael Camacho Salgado y diputado Manuel Rivera Anaya.

Al homenaje que se rendirá al C. general de división Lázaro Cárdenas, ex Presidente de México, el 18 del presente, en la ciudad de Jiquilpan de Juárez, Mich., la C. diputada Celia Gallardo González.

Al acto luctuoso que en conmemoración del XXXVIII aniversario del fallecimiento del C. Miguel Alemán González, tendrá verificativo el 19 del actual, en el panteón municipal de Acayucan, Ver., el C. diputado Ramiro Leal Domínguez.

La Cuadragesimaquinta Legislatura del Estado de Hidalgo, comunica haber inaugurado su primer período ordinario de sesiones correspondiente al segundo año de su ejercicio y la integración de su Mesa Directiva. De enterado.

La Diputación Permanente de la Cuadragesimasexta Legislatura del Estado de Aguascalientes, invita a su sesión solemne de apertura del segundo período ordinario de sesiones, correspondiente al segundo año de su ejercicio. De enterado.

Los CC. Rómulo O'Farrill Sr. y Nydia Ayala Betancourt de Arreola solicitan el permiso constitucional necesario para poder aceptar y usar condecoraciones que les fueron conferidas por gobiernos extranjeros. Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.

La Comisión de la Defensa Nacional suscribe doce dictámenes con puntos de acuerdo, en virtud de los cuales la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, con base en las nuevas facultades que le confieren la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso, ratifica los grados que el Ejecutivo de la Unión expidió en favor de los siguientes jefes de la Armada Nacional: almirantes Rigoberto Otal Briseño y Antonio J. Aznar Zetina; contralmirantes Angel Ramos Ramírez, Carlos Abaroa Schaufelberger, Homero F. Calles Collado, Ignacio Sáenz Gutiérrez, Humberto Uribe Escandón, José M. Rivas Sanz, Félix Morell Peyreffitte, Carlos Valenzuela Moncayo, Ramón Alcalá Ferrara y Rodolfo Mata Avila.

A discusión en su orden, sin que motive debate ninguno de los casos, en votaciones económicas sucesivas se aprueban los puntos de acuerdo.

Dos dictámenes con proyectos de decreto suscritos por la Comisión de Puntos Constitucionales que conceden permiso, al C. Edmundo Stierle Homsy, para que acepte y use la condecoración de la Orden del Imperio Británico que, en el grado de Comendador Honorario le confirió el gobierno de la Gran Bretaña y, al C. Miguel Díaz Barriga, las Palmas Académicas que, en el grado de Caballero le otorgó el gobierno de la República de Francia.

A discusión en su orden, no habiendo quien haga uso de la palabra, en votación nominal se aprueban por unanimidad de veintiún votos. Pasan al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.

A las catorce horas y quince minutos se levanta la sesión y se cita para el jueves veintitrés de los corrientes, a las doce horas."

Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvase levantar la mano. Aprobada.

II

- El C. secretario Bautista O'Farrill, Gonzalo:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México. - Secretaría de Gobernación.

CC. Secretarios de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión. - Presente.

Para los efectos del artículo 88 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, anexa el presente envío a ustedes iniciativa de decreto por el cual se concede permiso al C. Presidente de la República, para ausentarse del territorio Nacional, a fin de asistir a la Reunión de Jefes de Estado, que próximamente tendrá lugar en la ciudad de Punta del Este, República Oriental de Uruguay.

En esta oportunidad, me es grato reiterar a ustedes las seguridades de mi consideración distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D. F., 28 de marzo de 1967.- El Secretario, licenciado Luis Echeverría."

Trámite: Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Presidencia de la República. CC. Secretarios de la Comisión permanente del H. Congreso de la Unión. - Presente.

En el informe que rendí el 1o. de septiembre del año próximo pasado al H. Congreso de la Unión, hice referencia a que había surgido, durante la sesión que celebró el Consejo Interamericano Económico y Social en marzo de 1965, la idea de un encuentro de los Presidentes de las Repúblicas de este Continente, a fin de dar un impulso político más eficaz hacia los objetivos de la Alianza para el Progreso y acordar los medios más adecuados para acelerar sus realizaciones'. Agregué que había expresado el propósito de asistir a dicha reunión si contaba con la autorización constitucional correspondiente; pero que había advertido, al mismo tiempo, la necesidad de que de la misma salieran frutos importantes, conclusiones claras, medidas concretas y prácticas para elevar el nivel de vida de nuestros pueblos. Recordé que la Carta de Punta del Este recogió, además del objetivo de la integración económica latinoamericana, aspiraciones y principios por los que el pueblo mexicano viene luchando desde la Revolución; razón por la cual México ha apoyado, y apoya, los principios y las normas ahí consignados.

Los Jefes de Estado de varios otros países de nuestro Continente expresaron puntos de vista similares, formándose un verdadero consenso tanto respecto a la conveniencia de la reunión y a la necesidad de que estuviese precedida de una preparación adecuada, como a la aprobación de una Agenda definida, que contuviese temas de verdadera importancia para nuestros pueblos.

Con ese fin, y después de recogerse valiosas opiniones, tanto de los gobiernos como de las instituciones internacionales cuya acción está específicamente vinculada con los problemas económicos y sociales de la América Latina, se convino en realizar en la ciudad de Buenos Aires, en el pasado mes de febrero, una Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la OEA, la que se ocupó de elaborar dicha Agenda y de formularla en proposiciones concretas que se someterían a la consideración de los Jefes de Estado, fijando la sede y las fechas para el encuentro.

Los temas que se abordarán en la Junta de Punta de Este y el trabajo preparatorio efectuado, permiten abrigar la esperanza de que los acuerdos que se logren sean importantes.

No debe olvidarse que todos los asuntos que se van a discutir han sido objeto de estudios, deliberaciones y resoluciones de carácter internacional desde hace mucho tiempo, principalmente desde la terminación de la segunda gran guerra en 1945. No sería lógico, pues, esperar que los Presidentes de las Repúblicas Americanas, por grande que sea su voluntad, abandonen Punta del Este habiendo encontrado solución a todos los problemas.

En cuando a la integración económica de América Latina, tema central de la Agenda, la reunión de Punta del Este debe ser trascendental, fundamentalmente, porque permitirá tomar decisiones al más alto nivel político, acelerando esa integración en forma realista.

A Punta del Este me acompañarán los inconmovibles postulados de la política internacional de México, así como el entusiasmo del pueblo mexicano, que desea que este Continente, como lo soñaron nuestros mayores, sea tierra de paz, de justicia y de progreso.

De acuerdo con lo dispuesto por la parte final del artículo 88 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, vengo a solicitar de esa honorable Comisión Permanente permiso para ausentarme, por el lapso necesario, para asistir a la reunión que tendrá lugar en la ciudad de Punta del Este, República Oriental del Uruguay, y a la cual han sido invitados los Presidentes de las Repúblicas que forman parte de la Organización de Estados Americanos, así como el Primer Ministro de Trinidad y Tobago, país este último que acaba de integrar en dicha Organización. Mi ausencia se prolongará durante los días en que tendrá lugar la reunión, además del tiempo que razonablemente se requiera para viajar por la vía aérea a Punta del Este y regresar a la ciudad de México.

En virtud de lo expuesto, ruego a ustedes dar cuenta a esa honorable Comisión Permanente con la siguiente iniciativa de decreto:

Artículo Único. Se concede permiso al ciudadano Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Gustavo Díaz Ordaz, para ausentarse del territorio nacional por el tiempo suficiente para asistir a la reunión que próximamente tendrá lugar en la ciudad de Punta del Este, República Oriental de Uruguay, y a la cual han sido invitados los Presidentes de las Repúblicas que forman parte de la Organización de Estados Americanos y el Primer Ministro de Trinidad y Tobago.

Transitorio.

Único. el presente decreto entrará en vigor en la fecha de su publicación en El Diario Oficial' de la Federación.

Reitero a ustedes las seguridades de mi más atenta y distinguida consideración.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

Palacio Nacional, a 27 de marzo de 1967. - El Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Gustavo Díaz Ordaz."

Trámite: Recibo, y a las Comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Relaciones Exteriores.

Por instrucciones de la Presidencia se ruega a estas Comisiones emitir dictamen de inmediato.

III

- El mismo C. Secretario:

"Escudo Nacional. - Estados Unidos Mexicanos. - Poder Ejecutivo Federal. - México. - Secretaría de Gobernación.

CC. Secretario de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. - Presente.

La Secretaría de Relaciones Exteriores se ha dirigido a ésta de Gobernación, con fecha 15 de los corrientes, manifestando lo siguiente:

'Ruego a usted muy atentamente se sirva solicitar de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión el permiso a que se refiere la fracción III, apartado B), del artículo 37 de la Constitución Política, para que el C. licenciado Ramón Ruiz Vasconcelos, embajador de México, pueda aceptar y usar la condecoración de la Orden al Mérito de Juan Pablo Duarte que, en el Grado de Gran Cruz Placa de Plata, le confirió el gobierno de la República Dominicana.'

Hago del conocimiento de ustedes lo anterior, para los fines legales procedentes, reiterándoles mi consideración distinguida.

Sufragio Efectivo. No Reelección.

México, D. F., a 20 de marzo de 1967. - Por Ac. del C. Secretario, El Oficial Mayor, licenciado Carlos Gálvez Betancourt."

Trámite: Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.

IV

- El mismo C. Secretario:

(Diploma en Pergamino). - "Escudo Nacional de la República del Ecuador. - Escudo Nacional de los Estados Unidos Mexicanos.

La Asamblea Nacional Constituyente considerando:

Que la hermana República de los Estados Unidos de México conmemora con orgullo y con júbilo el 5 de febrero el cincuentenario de la promulgación de la Constitución de 1917, aprobada en Querétaro;

Que en esta Constitución se han cristalizado los ideales de la Revolución Mexicana de enorme repercusión en toda nuestra América;

Que la Carta Magna de 1917 ha dado a México un lugar de preferencia en el concierto de naciones y ha marcado rumbos firmes en el Derecho Constitucional Americano.

Acuerda:

1o. Expresar su fraternal y calurosa felicitación al Congreso de la Unión de los Estados Unidos Mexicanos;

2o. Felicitar con esta ocasión al Excelentísimo señor doctor don Bernardo Reyes. Embajador de México, gran amigo de nuestro país que tanto ha laborado por el acercamiento ecuatoriano - mexicano.

3o. Publicar este Acuerdo por la Prensa.

Dado en el Salón de Sesiones de la H. Asamblea Nacional Constituyente, en Quito, a los dos días del mes de febrero de 1967.

(Firma)

Dr. Gonzalo Cordero Crespo, Presidente de la H. Asamblea Nacional Constituyente.

(Firma)

Dr. Francisco Bolaños R., Secretario General de la H. Asamblea Nacional Constituyente.

Sello. Escudo. - República del Ecuador. - Secretaría. - Asamblea Nacional Constituyente."

El C. Presidente: Esta H. Comisión Permanente agradece al Congreso Nacional Constituyente de la hermana República del Ecuador la cálida felicitación que por conducto de nuestro Embajador en ese país, licenciado Bernardo Reyes, nos envía con motivo del cincuentenario de la Constitución de 1917 y hace los mejores votos porque sus trabajos culminen en una ley suprema que establezca las formas idóneas y naturales del pueblo ecuatoriano para afirmar su espíritu y grandeza alcanzando un porvenir libre de injusticias, desigualdades y carencias.

Se encuentra entre nosotros el señor Embajador, licenciado Bernardo Reyes, a quien tengo el gusto de presentar a ustedes. (Aplausos).

V

- El C. Secretario Lozano Ramírez, Raúl:

"Embajador de México.

C. Pte. de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. - Presente. El gobierno de la República de Guatemala tuvo a bien otorgarme la Condecoración de la Orden del Quetzal en el Grado de Gran Cruz. A fin de dar cumplimiento a lo que establece la fracción III del apartado B), del artículo 37 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, muy atentamente me dirijo a usted a fin de que esa H. Comisión Permanente me otorgue el permiso correspondiente para aceptar y usar la condecoración a que me he referido.

Hago presente, tanto a usted como a ese H. Cuerpo, mi consideración muy atenta y distinguida.

México, D. F., a 14 de marzo de 1967. - Embajador Leobardo Reynoso. Aguilar y Seyjas 140, o Embajada de México en Copenhague, Dinamarca."

Recibo, y a la comisión de Puntos constitucionales.

VI

- El mismo C. Secretario:

"Comisión de la Defensa Nacional.

Honorable Asamblea:

A la suscrita Comisión de la Defensa Nacional fue turnado por acuerdo de vuestra soberanía, para que, con base en las nuevas facultades que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso otorgan a esta comisión Permanente, estudiara y dictaminara el expediente relativo a

la hoja de servicios del C. General Brigadier Intendente Diplomado de Estado Mayor Rafael Nieto Hernández, que la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la de Gobernación, nos enviara para efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional.

Como del estudio de los documentos que forman la mencionada hoja de servicios se desprende que el interesado los ha prestado al Ejército Mexicano, durante treinta y nueve años, tres meses y trece días, y que sus antecedentes, su conducta y capacidad profesional son satisfactorios, la Comisión que suscribe se permite someter a la aprobación de esta honorable Asamblea el siguiente punto de acuerdo:

Único. Se ratifica el grado de General Brigadier Intendente Diplomado de Estado Mayor, que el Ejecutivo de la Unión expidió a favor del C. Rafael Nieto Hernández.

Sala de comisiones de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

México, D. F., a 18 de marzo de 1967. - Sen. Hermenegildo Cuenca Díaz. - Dip. Gustavo Martínez Trejo. - Sen. Manuel Soberanes Muñoz."

Está a discusión el punto de acuerdo. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse levantar la mano. Aprobado.

"Comisión de la Defensa Nacional.

Honorable Asamblea:

A la suscrita Comisión de la Defensa Nacional fue turnado por acuerdo de vuestra soberanía para que, con base en las nuevas facultades que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso otorgan a esta Comisión Permanente, estudiara y dictaminara el expediente relativo a la hoja de servicios del C. Coronel de Caballería Diplomado de Estado Mayor, Víctor Manuel Ruiz Pérez, que la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la de Gobernación, nos enviara para efectos de la fracción II del artículo 76 Constitucional.

Como el estudio de los documentos que forman la mencionada hoja de servicios, que desprende que el interesado los ha prestado al Ejecutivo Mexicano, durante veintisiete años, 7 meses, 15 días y que sus antecedentes, su conducta y capacidad profesionales son satisfactorios, la Comisión que suscribe se permite someter a la aprobación de esta honorable Asamblea, el siguiente punto de acuerdo:

Único. Se ratifica el grado de Coronel de Caballería Diplomado de Estado Mayor, que el Ejecutivo de la Unión expidió en favor del C. Víctor Manuel Ruiz Pérez.

Sala de comisiones de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

México, D. F., a 18 de marzo de 1967. - Sen. Hermenegildo Cuenca Díaz. - Dip. Gustavo Martínez Trejo. - Sen. Manuel Soberanes Muñoz."

Está a discusión el punto de acuerdo. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse levantar la mano. Aprobado.

"Comisión de la Defensa Nacional.

Honorable Asamblea:

A la Suscrita Comisión de la Defensa Nacional fue turnado por acuerdo de vuestra soberanía para que, con base en las nuevas facultades que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso otorgan a esta Comisión Permanente, estudiara y dictaminara el expediente relativo a la hoja de servicios del C. Coronel de Artillería Diplomado de Estado Mayor, Salvador López Matamoros, que la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la de Gobernación, nos enviara para efectos de la fracción II del artículo 76 Constitucional.

Como del estudio de los documentos que forman la mencionada hoja de servicios, se desprende que el interesado los ha prestado al Ejército Mexicano, durante veintisiete años, 7 meses, 17 días y que sus antecedentes, su conducta y capacidad profesionales son satisfactorios, la Comisión que suscribe se permite someter a la aprobación de esta honorable Asamblea, el siguiente punto de acuerdo:

Único. Se ratifica el grado de Coronel de Artillería Diplomado de Estado Mayor, que el Ejecutivo de la Unión expidió en favor del C. Salvador López Matamoros.

Sala de Comisiones de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

México, D. F., a 18 de marzo de 1967. - Sen. Hermenegildo Cuenca Díaz. - Dip. Gustavo Martínez Trejo. - Sen Manuel Soberanes Muñoz."

Está a discusión el punto de acuerdo. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo levantando la mano. Aprobado.

- El C. secretario Bautista O'Farrill, Gonzalo:

"Comisión de la Defensa Nacional.

Honorable Asamblea:

A la suscrita Comisión de la Defensa Nacional fue turnado por acuerdo de vuestra soberanía, para que, con base en las nuevas facultades, que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso otorgan a esta Comisión Permanente, estudiara y dictaminara el expediente relativo a la hoja de servicios del C. Coronel de Zapadores Víctor Flores López, que la Secretaría de la Defensa Nacional, a través de la de Gobernación, nos enviara para efectos de la fracción II del artículo 76 Constitucional.

Como del estudio de los documentos que forman la mencionada hoja de servicios se desprende que el interesado los ha prestado al Ejército Mexicano durante veintiséis años, siete meses, nueve días y que sus antecedentes, su conducta y capacidad profesionales son satisfactorios, la Comisión que suscribe se permite someter a la aprobación de esta honorable Asamblea, el siguiente punto de acuerdo:

Único. Se ratifica el grado de Coronel de Zapadores que el Ejecutivo de la Unión expidió en favor del C. Víctor Flores López.

Sala de Comisiones de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

México, D. F., a 6 de marzo de 1967. - Sen. Hermenegildo Cuenca Díaz. - Dip. Gustavo Martínez Trejo. - Sen. Manuel Soberanes Muñoz."

Está a discusión el punto de acuerdo. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo levantando la mano. Aprobado.

"Comisión de la Defensa Nacional.

Honorable Asamblea:

A la suscrita Comisión de la Defensa Nacional fue turnado por acuerdo de vuestra soberanía para que, con base en las nuevas facultades que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso otorgan a esta Comisión Permanente, estudiara y dictaminara el expediente relativo a la hoja de servicios del C. Capitán de Navío del Cuerpo General, Eugenio Villalobos Méndez, que la Secretaría de Marina a través de la de Gobernación nos enviara para efectos de la fracción II del artículo 76 Constitucional.

Como del estudio de los documentos que forman la mencionada hoja de servicios, se desprende que el interesado los ha prestado a la Armada Nacional, durante veintisiete años, 4 meses, 25 días y que sus antecedentes su conducta y capacidad profesionales son satisfactorios, la Comisión que suscribe se permite someter a la aprobación de esta honorable Asamblea el siguiente punto de acuerdo:

Único. Se ratifica el grado de Capitán de Navío del Cuerpo General, que el Ejecutivo de la Unión expidió en favor del C. Eugenio Villalobos Méndez.

Sala de Comisiones de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

México, D. F., a 18 de marzo de 1967. - Sen. Hermenegildo Cuenca Díaz. - Dip. Gustavo Martínez Trejo. - Sen Manuel Soberanes Muñoz."

Está a discusión el punto de acuerdo. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo levantando la mano. Aprobado.

"Comisión de la Defensa Nacional.

Honorable Asamblea:

A la suscrita Comisión de la Defensa Nacional fue turnado por acuerdo de vuestra soberanía, para que, con base en las nuevas facultades que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso otorgan a esta Comisión Permanente, estudiara y dictaminara el expediente relativo a la hoja de servicios del C. Capitán de Navío del Cuerpo General, José Guardado Domínguez, que la Secretaría de Marina, a través de la Gobernación, nos enviara para efectos de la fracción II del artículo 76 constitucional.

Como del estudio de los documentos que forman la mencionada hoja de servicios, se desprende que el interesado los ha prestado a la Armada durante veinticinco años, siete meses y veintisiete días y que sus antecedentes, su conducta y capacidad profesionales son satisfactorios, la Comisión que suscribe se permite someter a la aprobación de esta honorable Asamblea el siguiente punto de acuerdo:

Único. Se ratifica el grado de Capitán de Navío del Cuerpo General, José Guardado Domínguez, que el Ejecutivo de la Unión expidió a su favor.

Sala de Comisiones de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.

México, D. F., a 18 de marzo de 1967. - Sen. Hermenegildo Cuenca Díaz. - Dip. Gustavo Martínez Trejo. - Sen. Manuel Soberanes Muñoz."

Está a discusión el punto de acuerdo. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo levantando la mano. Aprobado.

VII

- El mismo C. Secretario:

"Comisiones Unidas; de Puntos Constitucionales y de Relaciones Exteriores:

Honorable Asamblea:

A las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Relaciones Exteriores, fue turnada para dictaminarse en esta sesión, la iniciativa del C. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Gustavo Díaz Ordaz, por la cual solicita el permiso constitucional para ausentarse del territorio nacional por el tiempo necesario para asistir a la Reunión que próximamente tendrá lugar en Punta del Este, República Oriental del Uruguay, a la que han sido invitados los presidentes de las repúblicas que forman parte de la Organización de Estados Americanos y el Primer Ministro de Trinidad y Tobago.

Estas Comisiones, al estudiar la solicitud presidencial, no podemos menos que vincularla con las múltiples declaraciones que ha hecho nuestro Primer Magistrado, especialmente en su último Informe al H. Congreso de la Unión, de las que claramente se desprende cuál será la actitud que asumirá en tan trascendental reunión.

Las Comisiones que suscriben hacen suyas las palabras del C. Presidente Díaz Ordaz, cuando dice que: 'A Punta del Este me acompañarán los inconmovibles postulados de la política internacional de México, así como el entusiasmo del pueblo mexicano que desea que este Continente, como lo añoraron nuestros mayores, sea tierra de paz, de justicia y de progreso'. Estiman, asimismo que, independientemente de los resultados que se obtengan y que desde ahora auguramos favorables, quedará evidenciado el firme propósito de México de contribuir al bienestar de todos, pero especialmente al de los que más lo necesitan, con un claro sentido de los interesados nacionales, pero al mismo tiempo con un afán de cooperación continental exenta de egoísmos estériles.

Estas comisiones confían en que en Punta del Este se fincarán las bases firmes para que, en el transcurso de los próximos años, pueda desarrollarse un programa que acelere la integración económica de nuestro hemisferio y, creando la prosperidad de todos, garantice el progreso dentro de una paz dinámica y de estabilidad política que nos

permita legar a la generaciones futuras un Continente de democracia cada vez más sólida, dentro de las normas impostergables de la justicia social. La labor preparatoria de esta reunión ha sido amplia y minuciosa al grado de que, como ha dicho el C. Presidente de la República, Las grandes metas ya están fijadas.'

En vista de las consideraciones anteriores y de otras que sería prolijo enumerar, los miembros de esta H. Comisión Permanente formulamos fervientes votos por el éxito de la reunión y en uso de las facultades concedidas en el artículo 88 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, las Comisiones que suscriben a la consideración de esta H. Asamblea, el siguiente proyecto de decreto:

Artículo Único. Se concede permiso al ciudadano Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Gustavo Díaz Ordaz, para ausentarse del territorio nacional por el tiempo suficiente para asistir a la reunión que próximamente tendrá lugar en la ciudad de Punta del Este, República Oriental de Uruguay, y a la cual han sido invitados los Presidentes de las Repúblicas que forman parte de la Organización de Estados Americanos y el Primer Ministro de Trinidad y Tobago.

Transitorio.

Único. El presente decreto entrará en vigor en la fecha de su publicación en El Diario Oficial' de la Federación.

Comisión de Puntos Constitucionales: Sen. Rafael Matos Escobedo. - Dip. Ricardo Covarrubías. - Dip. Arturo Domínguez Paulín. - Comisión de Relaciones Exteriores: Sen. Manuel Tello B. - Dip. Antonio Martínez Manautou. - Dip. Augusto Gómez Villanueva."

- El mismo C. Secretario: La Secretaría, por instrucciones de la Presidencia, pregunta a la Asamblea si considera este asunto de urgente resolución y por lo tanto se dispensa la segunda lectura. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo. Se dispensa la segunda lectura del dictamen.

Está a discusión el proyecto de decreto.

El C. senador Tello, Manuel: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el señor senador Manuel Tello.

- El C. senador Tello, Manuel:

"Señor Presidente, señores diputados, señores senadores, señores:

En virtud de las nuevas facultades que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga a la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, nos encontramos ante la ineludible y al mismo tiempo grata obligación de dictaminar sobre la solicitud que el C. Presidente de la República hace para ausentarse del territorio nacional a fin de concurrir a la Reunión de los Jefes de Estado Americanos que tendrá lugar en Punta del Este en abril del presente año.

Para quienes, de manera más o menos superficial, hemos estudiado la trayectoria de nuestro sistema regional, es evidente que, salvo iniciales y justificados escepticismos, que no viene al caso relatar, México le ha venido dando su franco y desinteresado apoyo.

México concurrió al Congreso de Panamá en donde, además de los tratados que se suscribieron, se resolvió que las deliberaciones se continuarían en la vecina Villa de Tacubaya'.

En esta designación podemos encontrar, con un poco de buena voluntad, el origen de la reciente idea de reconocer la internacionalización de la sede en que se reúnen las Conferencias Interamericanas. En efecto, en uno de los documentos aprobados en Panamá se estipula que En el lugar en que reside la Asamblea durante las sesiones, no podrán alojarse tropas ni entrar tampoco autoridad alguna, por eminente que sea, excepto la civil y municipal del territorio.' Esto no hubiera sido posible si, en vez de elegirse a Tacubaya, se hubiera escogido a la ciudad de México.

No viene al caso mencionar los motivos por los cuales el Congreso de Tacubaya no llegó a reunirse, ni los fracasos que sufrieron otros intentos de la misma naturaleza, como - por ejemplo - el de internacionalizar la Doctrina Monroe quitándole su carácter unilateral.

Desde entonces, México ha participado en todas las Conferencias Interamericanas, con excepción de la que tuvo verificativo en Santiago de Chile, del 25 de marzo al 3 de mayo de 1923. Nuestra ausencia se debió a un acto de dignidad, plenamente justificado, que el Presidente Obregón explicó al Congreso en su informe del 1o. de septiembre del mismo año. También hemos concurrido a las Asambleas que, con el título de Reuniones de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, se han venido celebrando a partir de la segunda guerra mundial.

De aquí que no pueda menos que aplaudir las palabras del señor Presidente de la República cuando, en su informe del 1o. de septiembre último, dijo: Por solidaridad con los demás países del Continente, el Presidente de México no puede estar ausente en una reunión a la que concurrirán los otros.' Señalar la contribución de México a los principios rectores de nuestra Organización regional me expondría al riesgo de dejar muchos en el tintero. Básteme decir que probablemente ningún gobierno luchó con tanto tesón, como el nuestro, porque se elevara al rango de derecho positivo y sin limitación alguna el principio de la no intervención, individual o colectiva, en los asuntos internos o externos de otros país.

Durante su relativamente larga vida, la que ahora es Organización de Estados Americanos ha tenido - como toda otra humana - sus altas y sus bajas, pero puede enorgullecerse de haber contribuido al progreso del derecho internacional y su labor, en el mantenimiento de la paz, acusa un saldo positivo. En cambio, no podemos decir lo mismo respecto a la cooperación económica. El Presidente López Mateos, en el discurso que pronunció en la sesión extraordinaria del Consejo de la O.E.A., el 12 de octubre de 1959, hizo notar '...que la historia de los últimos años es una prueba, en mi concepto irrefutable, de que los resultados de nuestra cooperación, en materia económica, no han correspondido a las legítimas aspiraciones de nuestros pueblos ni a la confianza que han depositado en nuestra Organización.'

Tan es esto cierto, que ya con anterioridad, en 1958, el Presidente del Brasil propuso un plan de

cooperación económica que tituló Operación Panamericana'. Más tarde y como consecuencia de estos mismos anhelos se suscribió en Montevideo el Tratado que dio vida a la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio y posteriormente, el 17 de agosto de 1961, la Carta de Punta del Este establecido la Alianza para el Progreso que, como lo dijo el señor Presidente Díaz Ordaz, en su mensaje del 1o. de septiembre de 1966, 'fue un reconocimiento de lo que la cooperación de todos puede lograr en la lucha contra la pobreza, la enfermedad y la ignorancia', agregando que 'las grandes metas ya están fijadas. Lo que se necesita ahora es traducir los buenos propósitos en normas de acción. Esto es lo que nuestros pueblos esperarían de una Junta de sus Jefes de Estado.'

Esta Reunión de los Jefes de Estado del Continente Americano será la segunda en la historia de las relaciones multilaterales de nuestro hemisferio. Ustedes recordarán que, a iniciativa del Presidente de Panamá, se congregaron en julio de 1956 diecinueve Presidentes Americanos en la Capital de esa República, para festejar el CXXX aniversario de la celebración del Congreso de Panamá.

La Reunión tuvo fundamentalmente un carácter conmemorativo. Ello no obstante, se suscribió una declaración en la que campean los más nobles ideales y se acordó crear una comisión de representantes personales de los Presidentes para que convirtieran en realidad muchos de los principios contenidos en la declaración. Como me tocó la honra de representar al señor Presidente Ruiz Cortines, nada me sería más grato que decir que llevamos a cabo una labor plenamente satisfactoria; pero la verdad me obliga a confesar que el resultado de nuestros trabajos fue muy disparejo. Hubo resoluciones francamente constructivas, y otras muy modestas. Estas se convirtieron en realidad; las otras no lo fueron por falta de fondos para financiarlas.

No es el momento ni la ocasión de señalar las causas ni de buscar a los responsables de que todos los esfuerzos, a que me he venido refiriendo, no hayan satisfecho, sino en forma muy restringida, a la opinión pública continental cuyas ansias de superación son bien comprensibles. Digamos que la responsabilidad es colectiva.

Ojalá que las reformas introducidas a la Carta de la O.E.A., no solamente pongan fin a la crisis por la que ha venido atravesando, desde hace más de dos lustros, sino que le impriman ese ímpetu creador que todos anhelamos.

Paralelamente a estas reformas de la Carta, los Ministros de Relaciones, en su sesión del 26 de febrero del corriente año, fijaron el temario para la Reunión de los Jefes de Estado Americanos y lo desarrollaron en un cuidadoso análisis que no voy a sintetizar para no abusar de vuestra paciencia. Básteme decir que su contenido es rico y promisorio.

Lo que sí quiero decir, puesto que responde a la invariable postura de México y explica en gran medida por qué no nos adosamos al estéril muro de las lamentaciones, es que el temario reconoce que los esfuerzos colectivos deben ser un complemento de los que cada nación emprenda individualmente y que no será posible una integración económica continental si no se tienen en cuenta lo distintos niveles de desarrollo y las diversas condiciones que prevalecen en cada una de las partes que componen el todo.

No podemos aventurar cuáles vayan a ser en definitiva los resultados de la Reunión de los Presidentes. El Secretario de Relaciones Exteriores, Antonio Carrillo Flores, después de uno de sus acuerdos con nuestro Primer Magistrado dijo que 'Es prematuro anticipar desde ahora los frutos que se obtengan, pero el Presidente de México cumplió ya con su responsabilidad ante su pueblo y ante los otros países, diciendo lo que ha expresado, y vamos todos a colaborar, como amigos que somos, para que si esta Reunión - como todo lo indica, por el consenso que hay - se celebra, ojalá los frutos que de ella salgan sean lo más positivos posible'.

Pero si no podemos ser profetas sí hay conclusiones que me parecen apodícticas: en primer lugar es que - descartado de la agenda el proyecto de crear una Fuerza Interamericana de Paz - nada saldrá, por lo menos con el apoyo de México, que pueda perjudicar al respeto y a la amistosa solidaridad que deben normar la acción de los miembros de la O.E.A. Por el contrario, me anima la firme convicción de que nuestro Primer Magistrado propugnará - como lo dijo en su mensaje del 1o. de septiembre de 1966 - que 'salgan frutos importantes, conclusiones claras, medidas concretas y prácticas para elevar su nivel de vida'. Reiteró la tesis básica de México de 'que la tarea de desarrollo económico corresponda a cada país'.

En resumen, personalmente soy optimista, razonablemente optimista, pero optimista al fin y al cabo, respeto a los resultados de la Reunión de los Jefes de Estado.

Pensar que de ella puedan salir milagros que resuelvan a corto plazo los problemas de nuestro hemisferio sería utópico. Por lo que respeta a México ese milagro - si metafóricamente así lo podemos llamar - ese milagro - repito - lo harán, como lo han venido haciendo, los mexicanos; con su fe en México, con su amor a México, con su confianza en los destinos de nuestra patria, con su trabajo de todos los días, con sus anhelos de superación, con su claro sentido de la justicia social, con su respeto a las leyes y a las autoridades legalmente constituidas, poniendo, sin conformismo estéril pero sin precipitaciones destructivas, todo lo mejor de ellos mismos, para que nuestro país siga siendo, como lo es, un ejemplo de estabilidad política. Serán ellos, 'los buenos mexicanos', como tan sencilla y justamente los llamara Juárez, en su manifiesto del 15 de julio de 1867, los verdaderos autores del milagro". (Aplausos.)

El C. diputado Carrillo Marcor, Alejandro: Pido la palabra.

El C. Presidente: Tiene la palabra el señor diputado Alejandro Carrillo.

- El C. diputado Carrillo Marcor, Alejandro:

"Señor Presidente, señores senadores, señores diputados:

El C. Presidente de la República ha solicitado de esta Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, tal como lo mandan los preceptos constitucionales vigentes, la autorización para ausentarse del territorio nacional con el propósito de

concurrir a la Reunión de Jefes de Estado Americanos que habrá de llevarse a cabo en Punta del Este, Uruguay, el próximo mes de abril.

El pueblo de México ha sido oportuna y ampliamente informado acerca del significado y alcance de esta Junta al más alto nivel político. Sabe ya que el día 26 del pasado febrero, en Buenos Aires, la Undécima Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores aprobó el Temario a que habrá de sujetarse.

Con profundo interés se ha enterado de que su contenido se ubica en el campo de la economía, tal como se desprende de su Título General que a la letra dice: 'Intensificación de la Cooperación Económica de América Latina y Reafirmación de la Carta de Punta del Este'.

Bien está que éste sea el tópico objeto de estudio y discusión, porque existe, lo sabemos todos, una cada vez mayor toma de conciencia en los pueblos latinoamericanos sobre la importancia cardinal, decisiva, que para su presente y futuro tienen los grandes problemas económicos que confrontan.

Los hombres más lúcidos, los especialistas más capaces de nuestra región hace tiempo hicieron un diagnóstico certero del mal que la aqueja. Haciéndose eco de la angustia que la miseria engendra, ellos han buscado, acuciosamente, fórmulas que nos conduzca por el camino de las soluciones pacíficas, valederas y orgánicas, capaces de evitar las explosiones de violencia que en no pocos sitios se presienten. Ahí donde existen estructuras arcaicas, éstas carecen de consistencia suficientes para contener la marea popular impulsada por la desesperación.

Cada día que transcurre se vuelve más general la opinión de que resulta ya inaplazable transformarlas, modificarlas renovarlas.

El descubrimiento, la conquista y la colonización, incorporaron a nuestro Hemisferio al resto del mundo y sólo entonces el hombre señoreó toda la tierra, sentándose las bases de una economía mundial. América inundó a Europa con metales preciosos y con nuevos frutos y trajo de aquel continente enorme cantidad de mercaderías.

Se aceleró, así, la marcha de la historia. Se antoja pensar, sin embargo, que desde aquellos lejanos siglos, a nuestras tierras y a nuestros pueblos se les asignó, como tarea invariable, la de producir materias primas para trocarlas, a bajo precio, por productos elaborados de alto costo.

Las antiguas colonias inglesas fueron las primeras en rebelarse contra ese trato injusto. Más tarde lo hicieron las colonias de Francia y, finalmente, las del Imperio Español. Desde el advenimiento de nuestros pueblos a la independencia política han luchado denodadamente por superar esa condición de exportadores de productos agropecuarios y mineros y de importadores de bienes industrializados que no producen.

Hace sólo unas horas que el Papa Paulo VI, en su Encíclica 'Sobre el Desarrollo de los Pueblos', ha abogado por la solución del grave problema creado por la desigualdad en el intercambio económico entre los países desarrollados y los subdesarrollados. El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica hace, entre otras afirmaciones trascendentales, las siguientes: 'Las naciones altamente industrializadas exportan sobre todo productos elaborados, mientras que las economías poco desarrolladas no tienen para vender más que productos agrícolas y materias primas. Gracias al progreso técnico, las primeras aumentan rápidamente de valor y encuentran suficiente mercado. Por el contrario, los productos primarios que provienen de los países subdesarrollados, sufren amplias y bruscas variaciones de precio, muy lejos de esa plusvalía progresiva. De ahí provienen para las naciones poco industrializadas grandes dificultades cuando han de contar con sus exportaciones para equilibrar su economía y realizar su plan de desarrollo. Los pueblos pobres permanecen siempre pobres y los ricos se hacen cada vez más ricos.'

El mundo de nuestros días no puede seguir dividido en países opulentos y naciones miserables, entre pueblos que todo lo tienen y aquellos que sufren carencias casi totales. El aislamiento egoísta no puede subsistir por más tiempo. La interdependencia, la cooperación, se vuelven más imperiosas. La autosuficiencia es ya un concepto obsoleto, sepultado por la compleja y explosiva realidad actual.

El Continente Americano está, obvio es decirlo, ante esta encrucijada, frente a este parteaguas histórico.

Los países latinoamericanos, trabados por el subdesarrollo o en vías de desenvolvimiento económico, se enfrentan a muy difíciles situaciones. El ritmo de su crecimiento demográfico supera, en muchos casos, al de sus fuentes de producción. La ciencia, a su vez, prolonga el promedio de la vida humana y este hecho, que deberíamos saludar con alegría, abruma a quienes son incapaces de incrementar los frutos de la economía y, en consecuencia, el número de centros de trabajo.

No es alarmismo infundado afirmar que el espectro del hambre, con su causa de fatídicas consecuencias, se proyecta hoy sobre algunas regiones del Continente Americano.

Este es el panorama que tendrá frente a sus ojos los estadistas que se reunirán en Punta del Este.

En la que ha sido llamada Junta en la Cumbre se requiere visión para observar lo que acontece en el llano, en el arroyo. La reunión cimera de ningún modo debe ser paraje alto hasta donde no llegue el clamoreo de abajo.

Hay, qué duda cabe, quienes confunden a los jefes de Estado con taumaturgos, con hacedores de milagros. Urge destruir tan candorosa creencia: en Punta del Este no se abrirán repentinamente, como por obra de magia, los camiones de la abundancia y del bienestar para nuestros pueblos.

Pero tampoco sería correcto pensar que nada benéfico puede surgir de la inminente reunión continental. A condición, claro está, de que se pongan en marcha, de inmediato y con decisión, los programas cuidadosamente preparados y los estudios realizados hace ya muchos ayeres. Es decir: que se pase de la etapa de las palabras al período de los hechos. Sólo así podrán salvarse los obstáculos, internos y externos, que se alzan en la ruta de nuestros pueblos, frenando su progreso.

'Los temas que se abordarán en la Junta de Punta del Este y el trabajo preparatorio efectuado, permiten abrigar la esperanza de que los acuerdos

que se logren sean importantes', dice la solicitud presidencial que se nos ha presentado esta mañana. Ya antes, el pasado 1o. de septiembre, en este mismo recinto, el Jefe de la Nación había dicho: 'He expresado el propósito de asistir, si cuento con la autorización de este honorable Congreso; pero, al mismo tiempo, he advertido claramente que, como es natural que nuestros pueblos renueven sus esperanzas ante el solo anuncio de una junta al más alto nivel político, sería muy grave que de ella no salieran frutos importantes, conclusiones claras, medidas concretas y prácticas para elevar su nivel de vida. Si los resultados que ahí se obtengan - agregó - no corresponde a las esperanzas despertadas, ello podría traducirse en una 'amarga frustración latinoamericana'. Hasta aquí las palabras presidenciales.

Es renovada tesis mexicana que el progreso económico de una nación es, fundamentalmente, producto del esfuerzo de sus hijos. No es solamente en los gabinetes de estudio donde se ha forjado esta doctrina que preside nuestro desarrollo, sino que es también fruto de la ya larga experiencia de los mexicanos.

Sin embargo, esta posición no está reñida con la idea de recibir la cooperación económica internacional cuando ésta se nos brinda sobre la base de beneficios recíprocos, sin mengua de nuestra independencia y con estricto apego a nuestras leyes. País el nuestro de escaso ahorro nacional, necesita 'contar con recursos provenientes del exterior, pero debidamente jerarquizados' de conformidad con necesidades y objetivos precisos, como lo afirmara el Primer Magistrado de la República desde esta tribuna, en su Segundo Informe de Gobierno, cuando dio a conocer lo que en estricta justicia podría considerarse como el patriótico Decálogo Mexicano sobre las Inversiones Extranjeras, Directas e Indirectas.

Nuestra patria nunca ha pedido para sí lo que no está dispuesta a conceder a las demás. Prueba rotunda de esta aseveración la tenemos en la conducta observada y en las tesis sustentadas por el Presidente Díaz Ordaz en su visita a las Repúblicas hermanas de Centroamérica y de Panamá.

Sin ser el nuestro un país exportador de capitales, brindó, dentro de sus modestas posibilidades, ayuda financiera al Banco Centroamericano de Integración

Económica, sabedor de que quien coopera de buena fe y con auténtico sentido solidario recibe, indefectiblemente, beneficios por su colaboración. En otras palabras: ayudamos para ayudarnos a nosotros mismos.

La cooperación, cuando se otorga sin subterfugios, sin innobles finalidades ocultas, adquiere un sentido fecundo: auxilia al que la recibe, pero a su vez revierte en favor de quien la brinda.

México concedió, hemos de recordarlo hoy, tarifas preferenciales a productos centroamericanos sin exigir, en cambio, un trato similar para los nuestros, trazando así las normas que regirán nuestras relaciones con países de menor desarrollo económico relativo. Y en las palabras de nuestro Presidente hizo saber que queremos que las relaciones se desarrollen sin presiones políticas en asuntos económicos, sin presiones económicas en asuntos políticos'.

Quedó establecida así, en términos inequívocos, la política de cooperación económica del Estado mexicano. Y si ella tiene indudable importancia, no resulta menor la que se refiere a la posición de nuestro gobierno en lo relativo a la contribución que al desarrollo de nuestras hermanas repúblicas centroamericanas ha prestado y presta el capital privado de nuestro país. Con palabras bien claras nuestro primer mandatario afirmó que es deseo de los mexicanos participar, en forma minoritaria, en las empresas de aquella región y que, además, nuestros inversionistas están dispuestos a que sus capitales puedan retirarse parcial o totalmente en el momento en que así convenga a la nación en que se hayan invertido, mediante las fórmulas de equidad, para resarcir de los perjuicios correspondientes a quienes hayan invertido', según palabras textuales de nuestro Primer Mandatario.

Corolario de estos postulados que enriquecen la tradicional, inquebrantable y respetada política exterior de México, son las declaraciones que el 8 de febrero último formuló el licenciado Carrillo Flores, nuestro Ministro de Relaciones Exteriores, acerca de las inversiones extranjeras y del papel que éstas deben jugar en el proceso de la integración económica latinoamericana. Nuestra Ley Suprema, dijo, rechaza la intervención diplomática en favor de empresas nacionales que tengan socios extranjeros. En consecuencia, México tampoco hará, ni formal ni informalmente, ninguna representación diplomática a favor de empresas extranjeras que tengan socios mexicanos.

Estas palabras adquieren singular relevancia si recordamos que todavía existen en América países que desconocen la validez de la Doctrina Calvo - incorporada como cláusula en nuestra Constitución - como norma de Derecho Internacional.

Es con este rico bagaje de principios sobre los que se sustentan nuestras relaciones con los demás Estados que irá el Presidente Díaz Ordaz a Punta de Este. Llegará a las fraternas tierras uruguayas a participar en amistoso dialogo con sus colegas de América para buscar, con ellos, caminos de limpia cooperación y de creciente solidaridad interamericana que hagan posible un mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros pueblos: grandes o pequeños en extensión territorial, bien dotados de riquezas o escasos recursos, ya que para nosotros rige, inflexiblemente, la tesis de la igualdad jurídica de todos los Estados. Recordará allá lo que declara en la solicitud que hoy está a nuestra consideración y que acabamos de escuchar:

Deseo que este Continente, como lo soñaron nuestros mayores, sea tierra de paz, de justicia y de progreso'.

Con plena confianza veremos partir, hacia las hermanas tierras del sur, al guía de los mexicanos, portador de nuestro mensaje de esperanza. Sabemos que allá defenderá, con la prudencia, la serenidad, la inteligencia, la flexibilidad y la firmeza que constituye el genio del pueblo mexicano, los intereses legítimos de la Patria entrañable y que se esforzará por encontrar, junto con los gobernantes de América que ahí se reúnan, una sana, dinámica y visionaria cooperación hemisférica.

En horas preñadas de peligro como son las que viven el mundo, en las que toda retórica vana es una verdadera amenaza, sabemos que el revolucionario

mexicano Díaz Ordaz, devoto juarista, se inspirará en el ejemplo de aquel que jamás dudó, de aquel cuyo 161 aniversario de su natalicio hemos recordado con unción, hace escasos ocho días; de quien pronto hará un siglo volvió a esta ciudad capital trayendo consigo nuestra sagrada enseña nacional que presidiera cien batallas, contra un invasor - dueño del ejército más poderoso de su tiempo - para plantarla para siempre jamás en el Palacio Nacional; para quien en la hora del triunfo no tuvo encono para sus enemigos de la víspera, ni formuló quejas, ni recordó agravios, sino que hizo un conmovedor llamado a la concordia y a la unidad nacional, restañando heridas para trabajar todos juntos por la grandeza del país; para quien formuló, el 15 de julio de 1867, el histórico Manifiesto a la Nación en el que nos legó su sabio apotegma, la regla de oro de la convivencia nacional o internacional: Que el pueblo y el gobierno respeten los derechos de todos. Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz." (Aplausos.)

El C. secretario Bautista O'Farrill, Gonzalo: No habiendo otro miembro de la Comisión Permanente que desee hacer uso de la palabra, se va a proceder a recoger la votación nominal del artículo único y de su transitorio del Proyecto de Decreto que suscriben las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Relaciones Exteriores. Por la afirmativa.

El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl: Por la negativa.

(Votación.)

El C. secretario Bautista O'Farrill, Gonzalo: ¿Falta algún ciudadano representante de votar por la afirmativa?

El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl: ¿Falta algún ciudadano representante de votar por la negativa?

Se va a proceder a tomar la votación de la Mesa.

(Votación.)

El C. secretario Bautista O'Farrill, Gonzalo: Fue aprobado el Proyecto de Decreto por unanimidad de 28 votos. Pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.

Señor Presidente, se han agotado los asuntos en cartera.

- El C. Presidente (a las 14:20 horas): Se levanta la sesión y se cita para el jueves 6 de abril a las 12 horas.

TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y

"DIARIO DE LOS DEBATES"