Legislatura XLVI - Año III - Período Comisión Permanente - Fecha 19670615 - Número de Diario 68
(L46A3PcpN068F19670615.xml)Núm. Diario:68ENCABEZADO
MÉXICO, D. F., JUEVES 15 DE JUNIO DE 1967
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.
AÑO III.- PERIODO ORDINARIO XLVI LEGISLATURA TOMO I.- NÚMERO 68
SESIÓN
DE LA
H. COMISIÓN PERMANENTE
EFECTUADA EL DÍA 15 DE JUNIO DE 1967
SUMARIO
I. Se abre la sesión. Lectura de la Orden del Día. Lectura y aprobación del Acta de la sesión anterior
II. Se turnan a Comisión las solicitudes de permiso para que los CC. Antonio Carrillo Flores y Víctor Manuel Ruiz Pérez puedan aceptar y usar las condecoraciones que les fueron conferidas por gobiernos extranjeros
III. Escrito del C. senador Luis Gómez Z., comunicando la elección y toma de posesión de las Subcomisiones que integran la Directiva del Congreso del Trabajo, con fecha primero del actual. De enterado
IV.Se turna a Comisión la solicitud de permiso del C. Ignacio Muñoz García, para poder aceptar y usar la condecoración que le fue conferida con el gobierno de la República de Venezuela
V. Dictamen, con proyecto de decreto, en el que se concede al C. Leopoldo Rubio Corona el permiso para que pueda aceptar y desempeñar el cargo de Cónsul Honorario de la República de Chile, en la ciudad de Guadalajara, Jal. Se aprueba. Pasa al Ejecutivo para los efectos constitucionales. Se levanta la sesión
DEBATE
Presidencia del
C. RAFAEL MURILLO VIDAL
(Asistencia de 16 ciudadanos representantes.)
I
El C. Presidente (a las 12.40 horas): Se abre la sesión.
- El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl:
"Comisión Permanente.
Tercer Receso de la XLVI Legislatura.
Orden del Día.
15 de junio de 1967.
Lectura del Acta de la sesión anterior.
Dos oficios de la Secretaría de Gobernación, transcribiendo otros tantos de la de Relaciones Exteriores, relativos a las solicitudes de permiso para que los CC. licenciado Antonio Carrillo Flores y teniente coronel Víctor Manuel Ruiz Pérez puedan aceptar y usar una condecoración que les será otorgada, respectivamente, por los gobiernos de Yugoslavia y Francia.
Escrito del C. Luis Gómez Z., comunicando la elección y toma de posesión de las Subcomisiones que integran la Directiva del Congreso del Trabajo.
El C. Ignacio Muñoz García N. solicita el permiso constitucional necesario para poder aceptar y usar la condecoración 'Orden Francisco de Miranda' de tercera clase, que la ha sido conferida por el gobierno de la República de Venezuela.
Dictamen con proyecto de decreto suscrito por la Comisión de Relaciones Exteriores, en virtud del cual se concede permiso al C. Leopoldo Rubio Corona para que acepte y desempeñe el cargo de Cónsul Honorario de la República de Chile, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco."
"Acta de la sesión efectuada por la Comisión Permanente del XLVI Congreso de la Unión, el día ocho de junio de mil novecientos sesenta y siete.
Presidencia del C. Rafael Murillo Vidal.
En la ciudad de México, a las trece horas del jueves ocho de junio de mil novecientos sesenta y siete, se abre la sesión con asistencia de diecinueve ciudadanos representantes, según declara la Secretaría una vez que pasa lista.
Lectura de la Orden del Día.
Sin discusión se aprueba el Acta de la sesión anterior, celebrada el día primero de los corrientes.
Se da cuenta con los asuntos en cartera:
La Secretaría de Gobernación transcribe un oficio de la de Relaciones Exteriores, relativo a la creación y funcionamiento de dos grupos parlamentarios que se denominarán 'Grupo Anglo - Mexicano' y 'Grupo Mexicano - Británico', tendientes a establecer intercambio de opiniones. Recibo, y túrnese, con base en la fracción III del artículo 79 de la Constitución Federal, a la H. Cámara de Senadores.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, por el conducto debido, envía dos copias certificadas del tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina, firmado en esta ciudad de México el 14 de febrero del año en curso. Recibo, y túrnese, con base en la fracción III del artículo 79 de la Constitución Federal, a la H.
Cámara de Senadores, para los efectos de la fracción I del artículo 76 de la propia Constitución.
Invitación del Departamento del Distrito Federal a la ceremonia que, en conmemoración del X aniversario luctuoso del ingeniero y general Vito Alessio Robles, tendrá verificativo el día 12 del actual, a las 11 horas, en el teatro 29 de Diciembre de esta Capital.
Se designa al C. senador Eulalio Gutiérrez Treviño para que en representación de la H. Comisión Permanente asista a esta ceremonia.
La Legislatura del Estado de Guerrero participa la clausura del primer período ordinario de sesiones, correspondientes al segundo año de su ejercicio, así como la designación de su Diputación Permanente. De enterado.
El C. senador Hermenegildo Cuenca Díaz rinde informe por escrito sobre la comisión que, en representación de la H. Comisión Permanente, asistió al acto conmemorativo del octogésimo aniversario del natalicio del general de división Francisco Villa el día 4 de los corrientes.
Comunicación suscrita por el señor Luis Augusto Dubuc, Presidente del Senado de la República de Venezuela, referente al acuerdo aprobado por ese Cuerpo Legislativo, solicitando la solidaridad de los Parlamentos Latinoamericanos para el Gobierno y el pueblo de Venezuela, con motivo de las agresiones de que han sido víctimas. Recibo, y túrnese, con base en la fracción III del artículo 79 de la Constitución de la República, a la H. Cámara de Senadores.
Dictamen con proyecto de decreto presentado por la Comisión de Puntos Constitucionales, que concede al C. licenciado Francisco Borja Martínez permiso para que acepte y use la condecoración de la Orden Nacional del Crucero del Sur en el grado de Oficial, que le fue conferida por el gobierno de la República de los Estados Unidos del Brasil.
A discusión, no habiendo quien haga uso de la palabra, en votación nominal se aprueba el proyecto de decreto, por unanimidad de veinte votos. Pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
A las trece horas y treinta minutos se levanta la sesión ordinaria y se pasa a sesión solemne."
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa sírvanse manifestarlo levantando la mano. Aprobada.
II
- El C. secretario Bautista O'Farril, Gonzalo:
"Escudo Nacional.- Estados Unidos Mexicanos.- Poder Ejecutivo Federal.- México. - Secretaría de Gobernación.
CC. Secretarios de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión.- Presente.
La Secretaría de Relaciones Exteriores se ha dirigido a ésta de Gobernación, con fecha 1o. de los corrientes, manifestando lo siguiente:
'Ruego a usted muy atentamente se sirva solicitar de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión el permiso a que se refiere la fracción III, apartado B), del artículo 37 de la Constitución Política para que el señor licenciado Antonio Carrillo Flores, Secretario de Relaciones Exteriores, pueda aceptar y usar la condecoración de la Orden de la Bandera Yugoslava con Banda, que le será conferida por el Gobierno de Yugoslavia durante su próximo viaje a ese país.'
Hago del conocimiento de ustedes lo anterior, para los fines legales procedentes, reiterándoles mi consideración distinguida.
Sufragio Efectivo. No Reelección.
México, D. F., a 5 de junio de 1967.- Por Ac. del C. Secretario, el Oficial
Mayor, licenciado Carlos Gálvez Betancourt."
Trámite: Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
"Escudo Nacional.- Estados Unidos Mexicanos.- Poder Ejecutivo Federal.- México. - Secretaría de Gobernación.
CC. Secretarios de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión. - Presente.
La Secretaría de Relaciones Exteriores se ha dirigido a ésta de Gobernación con fecha 22 de mayo próximo pasado, manifestando lo siguiente:
Ruego a usted muy atentamente se sirva solicitar de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión el permiso a que se refiere la fracción III apartado B), del artículo 37 de la Constitución Política, para que el C. teniente coronel de Caballería Diplomado de Estado Mayor Víctor Manuel Ruiz Pérez, Jefe de la Sección Segunda del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, pueda aceptar y usar la condecoración de la Orden Nacional del Mérito que, en el grado de Caballero, le confirió el Gobierno de Francia. En cumplimiento de las disposiciones relativas, anexas al presente oficio, se servirá usted encontrar copia fotostática de la comunicación que el Embajador de Francia en México dirigió al teniente coronel Ruiz Pérez sobre este particular, así como copia fotostática del acta de nacimiento del interesado.'
Hago del conocimiento de ustedes lo anterior, para los fines legales procedentes, acompañándoles con el presente los anexos relativos.
Reitero a ustedes mi atenta consideración.
Sufragio Efectivo. No Reelección.
México, D. F., a 7 de junio de 1967.- Por Ac. del C. Secretario, el Oficial Mayor, licenciado Carlos Gálvez Betancourt."
Trámite: Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
III
- El mismo C. Secretario:
"Congreso del Trabajo.- Oficinas provisionales.- México 1, D. F.- Circular No. 36. C. senador Rafael Murillo Vidal, Vicepresidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.- Donceles y Allende.- Ciudad.
Muy señores nuestros:
Con toda atención nos permitimos informar a ustedes que, como lo establece el Estatuto de nuestro Organismo, en la Asamblea Plenaria de la Comisión Coordinadora, celebrada el día 1o. del actual, fueron electas y tomaron posesión las subcomisiones que integran la Directiva del Congreso del Trabajo, las que fungirán durante el período
correspondiente a los meses de junio al 30 de noviembre del presente año y cuya relación nos permitimos adjuntarles.
Aprovechamos la oportunidad para manifestar a ustedes que el Congreso del Trabajo se ha instalado en sus Oficinas definitivas, sitas en Plaza de la República número 26, esquina con Ignacio Ramírez, teléfonos 46-55-82 y 46-55-88, en donde nos ponemos como siempre a sus respetables órdenes. Sin otro particular, reiteramos a ustedes las seguridades de nuestra distinguida consideración.
Atentamente.
"Unidad y Justicia Social".
México, D. F., a 2 de junio de 1967.- El Presidente de la Subcomisión. Encargado del Despacho, Luis Gómez Z."
Trámite: De enterado.
IV
- El mismo C. Secretario:
"México, D. F., junio 13 de 1967. C. Presidente de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, Donceles y Allende.- Ciudad.
Tengo a honra dirigirme a usted, de acuerdo con lo establecido en la Constitución de la República, con el propósito de solicitar de ese Alto Cuerpo que usted preside la autorización para aceptar y usar la condecoración 'Orden Francisco de Miranda', en tercera clase, que me ha sido otorgada por el Gobierno de la República de Venezuela.
Esta condecoración se me ha otorgado en vista de que tengo trabajando en la Embajada de Venezuela, en este país, 28 años.
Atentamente.
Ignacio Muñoz. Londres Núm. 167.- México 6, D. F."
Trámite: Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales.
V
- El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl:
"Comisión de Relaciones Exteriores.
Honorable Asamblea:
En escrito fechado el 29 de abril del año en curso, el C. Leopoldo Rubio Corona solicita el permiso constitucional necesario para poder aceptar y desempeñar el cargo de cónsul honorario de la República de Chile, en Guadalajara, Jal.
En sesión efectuada por la Comisión Permanente el día 18 de mayo último, fue turnado a la Comisión que suscribe, para su dictamen, el expediente relativo a esta solicitud.
En virtud de que el solicitante se ajusta a lo establecido por el artículo 37 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su fracción II del apartado B), y condicionando este permiso a que el hecho de aceptar el cargo que se le confiere, no amerite para el ciudadano mexicano peticionario, sujeción de ninguna especie al gobierno otorgante, nos permitimos someter a la consideración de esta honorable Asamblea el siguiente proyecto de decreto:
Artículo Único. Se concede permiso al C. Leopoldo Rubio Corona para que, sin perder la ciudadanía mexicana, pueda aceptar y desempeñar el cargo de cónsul honorario de la República de Chile, en Guadalajara, Jal.
Sala de Comisiones de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
- México, D. F., a 15 de junio de 1967.- Senador Manuel Tello.- Diputado Antonio Martínez Manautou.- Senador Rafael Matos Escobedo."
Está a discusión el proyecto de decreto. No habiendo quien haga uso de la palabra, se va a proceder a recoger la votación nominal. Por la afirmativa.
El C. secretario Bautista O'Farrill, Gonzalo: Por la negativa.
(Votación)
El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl: ¿Falta algún ciudadano representante de votar por la afirmativa?
- El C. secretario Bautista O'Farrill, Gonzalo:
¿Falta algún ciudadano representante de votar por la negativa?
Se va a proceder a recoger la votación de la Mesa.
(Votación.)
El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl: Fue aprobado el proyecto de decreto por unanimidad de 19 votos. Pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
El C. Presidente: Esta Mesa Directiva se permite proponer a la Asamblea, tomando en consideración la importancia de la sesión de Gran Comisión de la H. Cámara de Diputados que tuvo verificativo el pasado martes 13 del actual, se incluya en el Diario de los Debates de esta sesión la versión taquigráfica de dicho acto oficial.
- El C. secretario Lozano Ramírez, Raúl:
La Secretaría, por instrucciones de la Presidencia, pregunta a la Asamblea, en votación económica, si se aprueba la proposición de la Mesa Directiva. Aprobada.
En consecuencia, insértese en el Diario de los Debates del día de hoy la sesión de Gran Comisión de la H. Cámara de Diputados al XLVI Congreso de la Unión que tuvo verificativo el martes 13 de junio de 1967.
Señor Presidente, se informa que se han agotado los asuntos de la orden del día.
El C. Presidente (a las 13.10 horas): Se levanta la sesión y se cita para la próxima que tendrá lugar el jueves 22 de los corrientes a las 12 horas.
SESIÓN SOLEMNE
DE LA
GRAN COMISIÓN DE LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS
EFECTUADA EL DÍA 13 DE JUNIO DE 1967
SUMARIO
I. Se abre la sesión Solemne que tiene por objeto dar a conocer la obra monumental "Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus constituciones", en ocasión del centenario del triunfo de la República y el cincuentenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que se celebra este año de 1967. Se informa de las personas que
acompañan en el presídium al C. diputado Alfonso Martínez Domínguez y de aquellas que asisten por invitación especial
II. El C. diputado Miguel Covián Pérez hace una síntesis del contenido de la nueva obra que hoy se pone en manos del pueblo
III. El C. diputado Alberto Alvarado Arámburu da lectura a un mensaje del Presidente de la República, C. Gustavo Díaz Ordaz
IV. Se da lectura al acuerdo de la Gran Comisión para que una comisión de diputados de la actual Legislatura entregue a cada uno de los ciudadanos diputados constituyentes, supervivientes del Congreso Constituyente de 1916 - 1917, una medalla conmemorativa. Dicho acuerdo lo cumple la comisión designada
V. Otro acuerdo de la Gran Comisión, otorgando al Dr. en Derecho Octavio A. Hernández una medalla en testimonio de sus eminentes servicios por su labor como director del Consejo Técnico que tuvo a su cargo esta obra editorial. Se cumple el acuerdo
VI. El C. senador Jesús Romero Flores, diputado constituyente de 1916-1917, hace uso de la palabra para poner de manifiesto la importancia extraordinaria de la obra, como algo que jamás se había intentado, un trabajo semejante que consiste en estudiar los antecedentes, la evolución, las semejanzas y diferencias de cada uno de los artículos de nuestra Constitución con las otras Constituciones conforme a las cuales se ha gobernado México y con las Constituciones, actualmente en vigor, en otros países, y expresa conceptos elogiosos para la obra que se menciona y que representa el esfuerzo de un grupo de diputados con la colaboración de intelectuales especializados en disciplinas de la historia, la sociología y la jurisprudencia, para que, en un plan coordinado y armonioso, llevaran a feliz término esta obra; menciona, además, a algunos historiadores, como un merecido homenaje a su memoria y que, con su esfuerzo propio, contribuyeron a legar a las generaciones futuras el acervo de sus conocimientos
VII. El C. diputado Alfonso Martínez Domínguez, Presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados, pronuncia un discurso en el que pone de manifiesto que la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, para contribuir a las conmemoraciones del centenario del triunfo de la República sobre la intervención extranjera y en el cincuentenario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, acordó editar dos grandes obras, la primera de ellas "Los Presidentes de México ante la Nación", que ya ha sido puesta en las manos del pueblo, y la segunda, que hoy se le entrega: "Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus Constituciones", donde se condensa la historia de nuestra evolución constitucional para la educación cívica del pueblo y para el mejor conocimiento de sus derechos y la mayor eficacia en su defensa y ejercicio
VIII. Se da lectura al acuerdo de la Gran Comisión, según el cual se pone a disposición de todo el pueblo de México, para su estudio y consulta, la obra antes citada, en todas las bibliotecas del país, donándose, además, a las Universidades e Instituciones de Cultura superior del país, de un número de ejemplares de dicha obra por valor de tres millones de pesos, y en que cada Universidad e Institución determinará el procedimiento para poner a la venta los ejemplares que reciba, cuyo producto ingresará al patrimonio de las instituciones respectivas. Se agradece la asistencia de los señores concurrentes y se levanta la sesión
DEBATE
Presidencia del
C. ALFONSO MARTÍNEZ DOMÍNGUEZ
I
El C. Fuentes Díaz, Vicente (a las 12 horas): Presiden esta sesión solemne el diputado Alfonso Martínez Domínguez, Presidente de la Gran Comisión; el licenciado Agustín Yáñez, Secretario de Educación Pública; el diputado Francisco Villamar, vicepresidente del Congreso Nacional de Guatemala; el licenciado Agapito Pozo, Presidente de la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación; el senador Rafael Murillo Vidal, Presidente de la Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión; el licenciado Antonio Carrillo Flores, Secretario de Relaciones Exteriores, y el ingeniero Javier Barros Sierra, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Son huéspedes de la H. Cámara de Diputados en este acto, y les agradecemos su distinguida presencia, el doctor Angel Gochés Marín, Rector de la Universidad de El Salvador; el doctor William Bauer, Rector de la Universidad de Austin, Texas; el ingeniero Arturo Quezada, Rector de la Universidad de Honduras; el doctor Stanley Ross, decano de la Universidad de Nueva York; el profesor Carlos Monje Alfaro, Rector de la Universidad de San José de Costa Rica; el licenciado Edmundo Vázquez, Rector de la Universidad de San Carlos, de Guatemala, y el doctor William Bork, Director del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Estados Unidos, con sede en la Universidad de Illinois.
La Cuarta Conferencia Regional de la UNESCO nos hizo el honor de designar una comisión especial que encabeza el señor Carlos Martínez Durán, Ministro de Educación de Guatemala.
Agradecemos cumplidamente la asistencia de los miembros del H. Cuerpo Diplomático acreditado ante nuestro gobierno, aquí presentes; de los
senadores y diputados miembros de la H. Comisión Permanente del Congreso de la Unión; de los señores Ministros de la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación; de los ciudadanos Procuradores de la República y del Distrito y Territorios Federales; de los ciudadanos Presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia del Distrito Federal y de los veintinueve Estados de la República; de los ciudadanos Magistrados del Tribunal Fiscal de la Federación y del Supremo Tribunal de Justicia Militar y de los ciudadanos Magistrados de los Tribunales del Trabajo.
Nos complace la asistencia de los Rectores de las Universidades y Directores de los institutos de educación superior de toda la República; del Director del Instituto Politécnico Nacional; del Director del H. Colegio Militar; del Director de la Escuela Superior de Guerra y del Director de la Heroica Escuela Naval de Veracruz.
Es muy honrosa para esta Cámara de Diputados la presencia de los Directores de las Facultades y Escuelas de Derecho de toda la República.
Es también muy grato contar con la distinguida presencia de los directores de periódicos y revistas nacionales.
Nos es singularmente honrosa la asistencia de las siguientes personas: Salvador Novo, cronista de la ciudad de México; licenciado Antonio Martínez Báez, catedrático de Derecho Constitucional de la UNAM; Francisco Martínez de la Vega, periodista; licenciado Manuel Gómez Morín, catedrático universitario; David Alfaro Siqueiros, pintor, Premio Lenin de la Paz; Sergio Méndez Arceo, Obispo de Cuernavaca y miembro de la Academia Mexicana de Historia; doctor Jaime Torres Bodet, Premio Nacional de Letras 1967; Martín Luis Guzmán, periodista y novelista; Antonio Castro Leal, escritor; licenciado Alberto Vázquez del Mercado, catedrático universitario; Eulalia Guzmán, historiadora; Arturo Arnáiz y Freg, historiador; doctor Alfonso Caso, antropólogo, Director del Instituto Nacional Indigenista: licenciado Emigdio Martínez Adame, funcionario del Fondo de Cultura Económica; licenciado Daniel Cosío Villegas, catedrático e historiador; Carlos Chávez, compositor y director musical; licenciado Mario de la Cueva, ex Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; licenciado Lucio Mendieta y Nuñez, historiador y sociólogo; licenciado Jorge Gaxiola, tratadista de Derecho Constitucional; Ignacio García Téllez, ex Secretario de Estado; licenciado Alejandro Gómez Arias, escritor; Juan González Alpuche, miembro de la Academia de Derecho Internacional; licenciado Luis Garrido, ex Rector de la UNAM; licenciado Agustín García López, ex Secretario de Estado y catedrático universitario; licenciado José Gallástegui, Oficial Mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores; Ramón de Ertze Garamendi, sacerdote y escritor; Luis Herrera de la Fuente, Director de la Orquesta Sinfónica Nacional; José Iturriaga, escritor; Rufino Tamayo, pintor; Leopoldo Méndez, grabador; Edmundo O'Gorman, historiador; José Alvarado, periodista; Manuel Espinosa Yglesias, Director de los Bancos de Comercio; Horacio Labastida, escritor y catedrático; licenciado César R. Sepúlveda, internacionalista; licenciado Gilberto Suárez Torres, Procurador de Justicia del Distrito y Territorios Federales; Luis Spota, novelista; Héctor Mestre, arquitecto; Francisco Monterde, presidente de la Academia Mexicana de la Lengua; licenciado Porfirio Muñoz Ledo, Secretario General del Seguro Social; doctor Jacinto Arturo Sánchez, Presidente de la Academia Mexicana de Cirugía; José Pagés Llergo, director de la revista "Siempre"; licenciado Eduardo García Máynez, catedrático universitario; Alberto Beltrán, grabador; Gabriel Alarcón, director de "El Heraldo de México"; Rómulo O'Farrill, señor, y Rómulo O'Farrill, hijo, directivos de "Novedades" y "Diario de la Tarde"; Luis Cardosa y Aragón, escritor; Manuel Becerra Acosta, director de "Excélsior"; Federico Canessi, escultor; licenciado Miguel Alemán Velasco, periodista y Director de Relaciones Públicas del PRI; doctor Miguel de Albornoz, Director del Centro de Información de la ONU; ingeniero Víctor Bravo Ahuja, Subsecretario de Enseñanza Técnica de la SEP; licenciado Julio Sánchez Vargas, Primer Subprocurador de la República, Encargado del Despacho; Daniel Morales, director de la revista "Mañana"; Onésimo Cepeda Villarreal, directivo de la Barra Mexicana de Abogados; doctor Carlos Campillo Sáenz, director de la Facultad de Medicina de la UNAM; licenciado Ricardo J. Zevada, ex director del Banco de Comercio Exterior; Rafael Jiménez Siles, editor; licenciado Miguel Lanz Duret, hijo, director de "El Universal"; Celerino Cano, presidente de la Academia Nacional de Educación; doctor Rafael Corral, presidente de la Academia Nacional de Medicina; licenciado Raúl Cardiel Reyes, catedrático universitario; Aníbal de Iturbide, Director del Banco Comercial Mexicano; Carlos Denegri, periodista; Joaquín Díaz Cañedo, director de editorial ERA; Justino Fernández, crítico de arte; licenciado Héctor Fix Zamudio, Director del Instituto de Derecho Comparado; Raúl Fournier, doctor y catedrático; Miguel González Avelar, catedrático universitario; Henrique González Casanova, escritor; Pablo González Casanova, escritor y catedrático universitario, ex director de la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; Carlos Forrey, del Instituto Panamericano de Seguridad e Historia; licenciado Juan Pablo García Alvarez, historiador; doctor Octavio A. Hernández, catedrático de Derecho Constitucional; Fernando González Díaz Lombardo, director de "Ovaciones"; Jesús Silva Herzog, escritor y catedrático universitario, decano de la Escuela Nacional de Economía; Santiago Oñate, tratadista de Derecho Constitucional; Jorge L. Tamayo, investigador universitario; Arnaldo Orfila Reynal, director de la editorial Siglo XXI; licenciado Luis I. Rodríguez, ex Secretario de Estado y ex embajador; licenciado Gilberto Loyo, Presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos; licenciado Juan Sánchez Navarro, industrial; doctor Thomas F. Malone, jefe de la delegación de Estados Unidos a la Cuarta Conferencia de la UNESCO; Carlos Trouyet, banquero; licenciado Nicolás Pizarro Suárez, ex Director del ISSSTE y catedrático; licenciado Rafael Preciado Hernández, catedrático y fundador del Partido Acción Nacional; general y diputado Juan Barragán, Presidente del Partido Auténtico de la Revolución; Roberto Ramírez Cárdenas, director de "La Prensa"; diputado Vicente Lombardo Toledano, Presidente del Partido Popular Socialista; doctor Lauro
Ortega, Presidente del PRI; Fernando Salmerón, director del Centro de Estudios Filosóficos de la UNAM; Jacobo Zabludosky, periodista; Carlos Pellicer, poeta; Ernesto Julio Teyssier, periodista; Víctor L. Urquidi, Director del Colegio de México; licenciado Ignacio Lomelí Jáuregui, director de PIMSA; diputado Enrique Ramírez y Ramírez, director de "El Día"; Francisco Cerda, director de "El Porvenir", de Monterrey; Raúl Anguiano, pintor; Agustin Barrios Gómez, periodista; y otras distinguidas personalidades de la cultura, la ciencia y el arte.
Es muy satisfactoria la presencia de los dirigentes de las grandes organizaciones del movimiento obrero, campesino y de la clase media popular.
Recibimos también con satisfacción a los dirigentes de los cuatro partidos políticos nacionales: Revolucionario Institucional, Popular Socialista, Acción Nacional y Auténtico de la Revolución.
Están presentes, y les expresamos nuestro agradecimiento, el Colegio Nacional, el Colegio de México, la Barra Mexicana de Abogados, la Asociación Nacional de Abogados, el Colegio Nacional de Abogados, el Colegio de Notarios, la Academia de Derecho Administrativo, el Instituto Nacional de Derecho Comparado, la Academia Nacional de Medicina, el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros Civiles, el Colegio de Economistas y otras importantes asociaciones de profesionales mexicanos, así como representativos de la industria, el comercio y la banca nacional.
Nos han hecho el honor de asistir los ciudadanos Magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales.
Asisten también, y nos complace recibirlos, un nutrido grupo de diputados del glorioso Congreso Constituyente de 1916-1917. (Aplausos nutridos.)
Por acuerdo de la presidencia se concede el uso de la palabra al diputado y licenciado Miguel Covián Pérez, Presidente de la Comisión de Estudios Legislativos de la Cámara de Diputados.
II
El C. Covián Pérez, Miguel: Señoras y señores: Mis palabras tienen por objeto, exclusivamente, explicar a ustedes con brevedad y sencillez cuál fue la génesis y cuál es el contenido de la obra de "Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus Constituciones", que fue editada por acuerdo de la Cámara de Diputados de la Cuadragésima Sexta Legislatura del Congreso de la Unión.
El 12 de octubre de 1965, a iniciativa del Presidente de la Gran Comisión, diputado Alfonso Martínez Domínguez, fue presentado a la consideración de la Cámara un acuerdo para editar dos grandes obras, por medio de las cuales la representación nacional debía contribuir a las conmemoraciones del presente año de 1967: el centenario del triunfo de la República y el cincuentenario de la promulgación de la Constitución que nos rige.
En la propuesta respectiva, se hacían diversas consideraciones para fundarla. Se hacía notar que la Cámara de Diputados, además de las funciones que le competen en el campo legislativo y en el orden de la representación política, tiene también la facultad y el deber de contribuir a la elevación de la cultura del pueblo, especialmente en los aspectos históricos, jurídico y político.
Las dos obras, cuya edición se proponía, eran la primera, "Los Presidentes de México ante la Nación" que, como es sabido, ha venido circulando ya desde hace varios meses y que, por lo tanto, está ya a disposición del pueblo de México. La segunda: "Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus Constituciones". Respecto de ésta se decía: una Constitución resume la realidad social, la estructura política y los ideales jurídicos de un pueblo. El conjunto de esas Constituciones será, por tanto, el más completo y acabado resumen de la integración y de la evolución nacionales. Una obra en la que se concentren el acervo de doctrinas, principios, postulados y normas que han estado presentes a lo largo de nuestra historia tendrá, a no dudarlo, una importancia positiva dentro de las grandes tareas de la educación cívica del pueblo. Se hacía notar que era ésta una ardua, difícil, pero no imposible labor. Una labor en la que requeríamos el concurso de la inteligencia mexicana.
La propuesta respectiva obtuvo el aplauso y el apoyo unánime de los diputados de los cuatro partidos políticos nacionales, representados en esta Cámara. Todos ellos brindaron, además, su patrocinio económico. Porque hemos de decir que el costo de esta obra se sufragó, fundamentalmente, con aportaciones de la totalidad de los integrantes de la Cámara de Diputados. (Aplausos.) Además de importantes ahorros que derivaron de una sana administración del presupuesto normal de la propia Cámara.
A partir de ese momento, y durante veinte meses que se cumplen precisamente el día de hoy, se emprendió esa ardua tarea de recopilación, investigación y exposición de nuestra evolución constitucional. Colaboraron en ella connotados juristas, historiógrafos, investigadores, sociólogos, maestros y estudiantes de Derecho.
La dirección estuvo a cargo del doctor en Derecho Octavio A. Hernández, y con la supervisión directa de la Gran Comisión de la Cámara. Colaboró también un importante y destacado grupo de diputados de esta Legislatura, pertenecientes a los cuatro partidos políticos nacionales.
La edición ya terminada consta de seis mil ejemplares; 48 mil volúmenes en total, cada uno de ellos aproximadamente de mil páginas.
La obra está dividida en dos partes fundamentales. La parte primera contiene la historia constitucional de México de 1811 a 1917, es decir, una reseña de las circunstancias sociales y políticas en que surgió cada uno de nuestros códigos fundamentales, así como de las ideas dominantes en los respectivos congresos o asambleas constituyentes.
La razón de haber proyectado esta parte primera de la obra es evidente para el elevado criterio de ustedes. La Constitución de cinco de febrero de 1917 es la culminación de un largo proceso histórico, y una continuada evolución jurídica que se iniciaron más de cien años antes.
A lo largo de nuestra historia se descubren claramente las metas cimeras que nuestro pueblo se ha fijado: conquistar la plena libertad del hombre, la justicia en las relaciones humanas, el imperio
del derecho, y consolidar la independencia nacional.
Formular una Constitución no es un trabajo especulativo, alejado, desvinculado de la realidad. Lo determinante en las decisiones del Poder Constituyente no es sólo la ideología de sus integrantes, sino también el choque de las fuerzas sociales; su mayor o menor influencia en la composición del propio Poder Constituyente. Todo esto pretende señalar la primera parte de la obra. Los trabajos que contiene dicha primera parte, son los siguientes:
"La Lucha del Pueblo Mexicano por sus Derechos Constitucionales", que es una exposición de conjunto. Y a continuación, trabajos monográficos referidos en particular a cada uno de los Congresos o Asambleas de las que surgieron nuestras leyes fundamentales.
"Las Cortes de Cádiz", "La Constitución de Apatzingán", "Bosquejo Histórico del Congreso Constituyente de 1822 a 1824", "Centralismo y Federalismo, 1814 a 1843", que contiene, por supuesto, la parte relativa a las leyes constitucionales de 1836. Los tres proyectos de constitución de 1842, el acta de reformas de 1847, las luchas ideológicas del siglo XIX y la Constitución de 1857, Reformas a la Constitución de 1857, y, por último, el Congreso Constituyente de 1917. Se complementa esta parte con la reproducción de importantes documentos entre los que destacan la reproducción facsimilar de los Sentimientos de la Nación. En este documento que nos fue proporcionado para su reproducción facsimilar por quien actualmente lo tiene en sus manos, el señor general Lázaro Cárdenas, se perciben claramente algunos apuntes, algunas notas, algunas enmiendas que al escritor hizo de su puño y letra el gran Morelos. También se reproduce facsimilarmente el Reglamento del Congreso de Chilpancingo. Este documento tiene un particular interés, especialmente para la Cámara de Diputados, porque en él se expresa normas que no están referidas exclusivamente al ámbito de actividad del Congreso de Chilpancingo, sino que señala preceptos a través de los cuales habrá de elegirse a los representantes del pueblo ante dicho Congreso y los subsecuentes, de tal manera que no sería descabellado afirmar que ese documento es la primera ley electoral expedida en México y para México.
También se reproduce en forma facsimilar la Constitución de Apatzingán. El acta constitutiva y la Constitución de 1824, la Constitución de 1857 y la Constitución de 1917. Además se transcriben documentos poco conocidos o de especial relevancia entre los que sobresalen el catecismo político del doctor José María Luis Mora. El dictamen de la Comisión de Constitución de 1847 y el voto particular de Mariano Otero. Dos proyectos de ley de Garantías, uno de José María Lafragua y otro de Mariano Otero. El Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana, que rigió los años 1856 y principios de 57 y un proyecto de constitución, formulado a principios de 1916 por la Secretaría de Justicia, así como las discusiones que suscitó durante su elaboración.
Participaron con valiosísimas colaboraciones en esta primera parte de la obra algunos de los más destacados juristas mexicanos y escritores especializados en la investigación y el estudio del derecho constitucional mexicano: Octavio A. Hernández; Juan Pablo García Alvarez, Alfonso Noriega, Antonio Martínez Báez, Vicente Fuentes Díaz, Manuel Herrera y Lazo, recientemente fallecido, posiblemente participó con su último trabajo y que al publicarse ahora tiene el carácter de póstumo; Jorge Gaxiola y Alejandro González Prieto; Santiago Oñate, Horacio Labastida, Nicolás Pizarro Suárez y Miguel de Lamadrid Hurtado. A todos ellos nuestro reconocimiento. (Aplausos.)
Esta primera parte se inicia con la reproducción del discurso pronunciado el 5 de febrero de 1964, en la ciudad de Querétaro, por el entonces candidato a la Presidencia de la República, licenciado Gustavo Díaz Ordaz, y que contiene definiciones de excepcional valor doctrinario respecto de nuestra Constitución. Concluye con la transcripción de los discursos pronunciados en esta Cámara de Diputados el primero de diciembre de 1966 al conmemorarse el cincuentenario de la iniciación de los trabajos formales del Constituyente de Querétaro, por los jefes de las diputaciones de los Partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional, Popular Socialista y Auténtico de la Revolución. En dichos discursos se puso de manifiesto una importante coincidencia sobre aspectos fundamentales de nuestra vida y nuestras instituciones en torno a los principios constitucionales que nos rigen, por lo que dichos discursos se publican bajo el rubro "La Constitución, factor de unidad nacional".
El hecho de que los colaboradores en esta historia constitucional de México representen las más diversas concepciones doctrinarias y evocaciones opuestas, denota claramente que el propósito de la Cámara de Diputados fue el de mantener al conjunto de la obra, libre de toda tendencia partidarista y hacer de ella la más objetiva e imparcial interpretación de nuestra evolución nacional.
La parte segunda presente, en unidades separadas, la evolución de cada uno de los 136 artículos de la Constitución vigente; su evolución desde 1917, hasta la fecha de la publicación, así como los antecedentes relativos a partir de 1808. Cada artículo constitucional es presentado en la siguiente forma: Primero: su texto actual. Para ello se han tomado en cuenta hasta las más recientes reformas constitucionales aprobadas y promulgadas durante el ejercicio de la presente legislatura.
Caso especial, referencia aparte, merecen las reformas a la estructura y competencias del Poder Judicial de la Federación, cuya declaratoria fue hecha por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, apenas el primero de junio en curso. Aparecen en un apéndice del Tomo VIII.
Segundo: una nota explicativa de su contenido. Aquí se glosa en forma breve y clara, comprensible hasta para los legos en materia jurídica, cuáles son el significado, el contenido y los alcances de cada precepto constitucional. Tercero: sus antecedentes constitucionales e históricos, que se presentan ordenados cronológicamente desde 1808, es decir, las diversas normas que a partir de esa fecha han regido al país.
Es ésta, puede decirse, una forma, una especie de derecho comparado desde el punto de vista histórico o en el ámbito temporal. Se complementa con antecedentes de carácter doctrinario, como los votos de Otero, Rejón o en general, votos particulares producidos por las minorías en las Asambleas Constituyentes.
Cuarto: Los debates que ocurrieron en torno al precepto respectivo en los Congresos Constituyentes de 1856-57 y 1916-17. Este material, de indudable valor, especialmente para la juventud de México, es uno en el que la Cámara de Diputados ha puesto mayor interés, mayor cariño y mayor pasión.
Quinto: Las sucesivas reformas que se han hecho a cada artículo desde 1917 hasta la fecha. Tratándose de las reformas más importantes, se incluyen los debates que se suscitaron en el Senado y en la Cámara de Diputados.
Sexto: Las iniciativas de reforma que no prosperaron, son intentos de modificar la Constitución propiciados por partidos políticos, bloques parlamentarios, diputados o senadores en particular, en los casos más importantes se insertan los debates que se produjeron al ser rechazada la iniciativa, para dejar constancia de los motivos o razones que determinaron esa resolución.
Séptimo: Tesis sobresalientes y jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia, relacionadas con el precepto de que se trate. Este valiosísimo material permite el esclarecimiento de dudas sobre aplicación de un artículo constitucional, ya que, como es bien sabido, el órgano encargado por la Constitución de interpretar la propia Ley Fundamental, es el Poder Judicial de la Federación y concretamente la Suprema Corte de Justicia.
Octavo: Una sección de derecho comparado respecto de las normas vigentes en la actualidad dentro del país y en el mundo entero, derecho comparado en el ámbito especial. Esta sección incluye, primero, el texto de los artículos relativos en todas las Constituciones de la República Mexicana; segundo, el texto de los preceptos correspondientes en las Constituciones de todos los países de América Latina. (A este respecto, cabe hacer mención que la Constitución de Guatemala fue reformada integralmente durante la edición de esta obra, por lo que aparece también íntegramente transcrita, para poner al día nuestra edición, en un apéndice del Tomo VIII); tercero, el texto de las normas que trata sobre la misma materia en las leyes fundamentales de los países clásicos del derecho constitucional, como Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia y Alemania.
Igualmente los preceptos relativos en las Constituciones de países que conservan el régimen monárquico constitucional, como Dinamarca, Noruega y Suecia; lo mismo respecto de países que han adoptado el régimen socialista, como la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, la China Popular, Yugoslavia, Checoslovaquia y Polonia, y países que recientemente han surgido a la vida independiente, como algunos de África.
Debo expresar, a este respecto, el cordial reconocimiento de la Cámara de Diputados al honorable Cuerpo Diplomático que nos ayudó, brindándonos un material inestimable para llevar a cabo esta parte de la obra. (Aplausos.)
Esta parte segunda está asimismo realizada con plena objetividad histórica y jurídica, sin asomo de tendencias partidaristas.
Señoras y señores: Recorrer las páginas de "México a través de sus Constituciones" permite al pueblo de México, especialmente a sus nuevas generaciones, cerrar los ojos definitivamente ante quienes quieren señalar con el índice de sus tendencias deformadas, que nuestra Constitución está plagada de inconsecuencias técnicas o de divorcio de la realidad.
Esta historia de los derechos del pueblo mexicano demuestra que la Carta de Querétaro no surgió de las especulaciones, de los teóricos del gabinete, sino de las aspiraciones de un pueblo en armas. Sus normas son decisiones de ese pueblo, y no fórmulas abstractas, ni declaraciones románticas.
Así rendimos homenaje a una Constitución que sigue siendo viva y actual, después de 50 años de vigencia al pueblo que la concibió y la delineó y al Congreso Constituyente que la precisó en normas muchas de ellas ejemplares.
Esta obra, Derechos del pueblo Mexicano, México a través de sus Constituciones, seguramente no es perfecta, es perfectible. Sus errores, posiblemente muchos, sus omisiones, quizás algunas, son sin duda criticables, lo que nadie podrá criticar es nuestra imparcialidad.
Deseo concluir, repitiendo las frases que Alfonso Martínez Domínguez pone en la dedicatoria que aparece en las primeras páginas de esta obra. No está, dice, dedicada sólo a los jurisconsultos, aunque podrán encontrar en ella muchos motivos de meditación; ni sólo a los profesionales del Derecho, por más que será una fuente valiosa para complementar su cultura jurídica; ni sólo a los maestros y estudiantes de Derecho, no obstante que sus inquietudes hallarán en ella muchas respuestas; ni sólo a los historiadores, sociólogos, investigadores y humanistas, a pesar de que todos ellos sabrán aquilatar sus aportaciones, es una obra dedicada al pueblo de México, que es el personaje que vive y alienta en todas y cada una de sus páginas, porque es el pueblo fuente vital de la historia, impulso y fin de las instituciones. (Aplausos.)
El C. Fuentes Díaz, Vicente: Por acuerdo del Presidente se concede el uso de la palabra al C. diputado Alberto Alvarado Arámburo para dar lectura a un mensaje del Presidente de la República, ciudadano Gustavo Díaz Ordaz.
III
El C. Alvarado Arámburo, Alberto: Respetables señores: El señor Presidente de la República, ciudadano Gustavo Díaz Ordaz, dirigió a la Cámara de Diputados de la Cuadragesimasexta Legislatura del Congreso de la Unión, el siguiente mensaje, por conducto del diputado Alfonso Martínez Domínguez, Presidente de la Gran Comisión:
"Es digna del más amplio reconocimiento y simpatía la decisión de la XLVI Legislatura del Congreso de la Unión de editar una obra completísima y excepcional la "Historia de los derechos del pueblo de México."
El acuerdo, tomado por los diputados de todos los partidos políticos, significará una aportación de especial valor para una mejor educación cívica, necesaria a nuestra democracia.
La de México ha sido la historia de un esfuerzo tenaz en la búsqueda e implantación de una doctrina jurídica que, con la libertad y la justicia, garantice la dignidad del hombre. Generación tras generación de mexicanos han luchado por la independencia, por la soberanía, por la autodeterminación, en síntesis, por la creación de un país plenamente libre.
La culminación de esas largas y muchas veces cruentas luchas se encuentra en la Constitución de 1917, expresión jurídica de la Revolución Mexicana. Este pacto constitucional, en el que la nación concreta sus coincidencias históricas mayoritarias, es síntesis de las demandas de nuestra historia; es fórmula para conciliar las garantías individuales con las sociales y para lograr el desarrollo económico, como medio para alcanzar la justicia social.
La publicación de la obra acordada por la XLVI Legislatura influirá en el mejor conocimiento de nuestras leyes y sus antecedentes, base de su respeto y cumplimiento. Me parece particularmente importante que, a la monografía y a la reseña que se incluyen sobre cada uno de los congresos constituyentes en los que se ha ido dando superada forma jurídica a las instituciones del país, se pretenda ofrecer, sin tendencias partidaristas y con estricto sentido objetivo, una interpretación doctrinal de los preceptos constitucionales. En tal interpretación se apreciará mejor cómo nuestra Carta Magna en la base firme, justa y sabia para la forja de un México moderno: una nación libre y soberana, con una sociedad siempre tendiendo hacia un mayor bienestar colectivo e individual.
Al agradecer su informe sobre este trabajo, le envío mi más sincera felicitación: con obras como ésta se colabora, de modo trascendente y eficaz, a las más nobles tareas nacionales, y se da ejemplo saludable de que, sobre las diferencias que nos separan, están los lazos que nos unen, muy principalmente el de trabajar por México y para México. Gustavo Díaz Ordaz."
IV
El C. Fuentes Díaz Vicente: Se va a dar lectura al siguiente acuerdo de la Gran Comisión: "Los Constituyentes de 1916-1917 aportaron a México la Ley fundamental que rige la vida institucional del país.
En este año de 1967, centenario del triunfo de la República y cincuentenario de la Constitución, la Gran Comisión de la Cámara de Diputados de la XLVI Legislatura del Congreso de la Unión resolvió hacer entrega de una medalla conmemorativa a cada uno de los ciudadanos diputados supervivientes de esa histórica asamblea.
Dicha entrega se llevará a cabo en la sesión solemne que habrá de verificarse el 13 de los corrientes en el salón de sesiones del recinto oficial del H. Congreso de la Unión, con motivo de la presentación al pueblo, de la obra monumental
'Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus Constituciones.' Por lo expuesto, se dicta el siguiente punto de acuerdo:
Único. Una comisión de diputados entregará, a nombre de la Cámara de Diputados de la XLVI Legislatura, a cada uno de los ciudadanos diputados supervivientes del Congreso Constituyente de 1916-1917, una medalla conmemorativa.
Salón Verde de la H. Cámara de Diputados.- México, D. F., a 1o. de junio de 1967.
El Presidente, Alfonso Martínez Domínguez.- El Secretario, Vicente Fuentes Díaz."
El C. Fuentes Díaz, Vicente: La Presidencia ha designado a los CC. Abraham Aguilar Paniagua y Fluvio Vista Altamirano, para hacer llegar la medalla conmemorativa a que se refiere el acuerdo anterior a los Diputados Constituyentes que van a ser mencionados por el Presidente de esta sesión solemne.
El C. Presidente: Juan de Dios Bojórquez, Ignacio Ramos Praslow, Andrés Magallón, Jesús Romero Flores, Fidel Guillén, Julián Adame, Pedro A. Chapa, Donato Bravo Izquierdo, Antonio Hidalgo, Celestino Pérez, Alberto Terrones Benítez, Román Rosas y Reyes, Amílcar Vidal, Adolfo Villaseñor, Dionisio Zavala y José Rodríguez González.
(La comisión cumple su cometido otorgando a cada uno de los diputados constituyentes la medalla correspondiente, en medio de los aplausos de los presentes.)
El C. Vicente Fuentes Díaz: A todos ustedes, señores Diputados Constituyentes, la gratitud del pueblo de México por conducto de la representación nacional. (Aplausos prolongados.)
V
- El mismo C. Secretario:
Se da lectura a otro acuerdo de la Gran Comisión:
"La Cámara de Diputados de la XLVI Legislatura acordó editar la obra monumental Derechos del Pueblo Mexicano. México a través de sus Constituciones', en ocasión del centenario del triunfo de la República y del cincuentenario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que se celebran este año de 1967.
La Dirección del Consejo Técnico que tuvo a su cargo esta obra editorial y de la que formaron parte eminentes juristas e historiadores mexicanos, fue encomendada al Doctor en Derecho Octavio A. Hernández.
Como reconocimiento a su valiosa labor, la Gran Comisión de la XLVI Legislatura del Congreso de la Unión acordó:
Único. Otórguese al Doctor en Derecho Octavio A. Hernández una medalla en testimonio de sus eminentes servicios.
Salón Verde de la H. Cámara de Diputados.- México, D. F., 1o. de junio de 1967.- El Presidente, Alfonso Martínez Domínguez.- El Secretario, Vicente Fuentes Díaz."
Se designa en comisión a los ciudadanos diputados Alejandro Carrillo y Andrés Henestrosa para dar cumplimiento a este acuerdo.
(La Comisión impone la medalla al Doctor en Derecho Octavio A. Hernández.)
- El Presidente de la Gran Comisión: Se concede el uso de la palabra al C. senador Jesús Romero Flores, Diputado al Congreso Constituyente de 1916-1917. (Aplausos.)
VI
El C. Romero Flores, Jesús "Honorable Asamblea. Señoras y señores: Durante poco más de una centuria, tres grandes conmociones bélicas han sacudido el ambiente de nuestra patria. Ellas han marcado tres épocas históricas. En la vida de los pueblos, como en la existencia de los seres humanos, se manifiestan también estas tres etapas; una es el nacimiento, otra el desarrollo y otra la plenitud; nacen a la vida las naciones por la libertad; se afirma después la conciencia cuidadana y se adquiere más tarde el recurso económico indispensable para vivir y prosperar.
¡Con cuánta claridad lo vemos a través de la historia! La Guerra de Independencia nos hizo surgir a la vida; nuestros primeros pasos fueron inciertos e inseguros; tuvimos que despojarnos de las preocupaciones heredadas del antaño; con la Guerra de Reforma arrojamos el lastre de la herencia colonial y abrimos la puerta a las ráfagas luminosas de las ideas modernas, y, finalmente, con la Revolución Democrática no solamente cimentamos nuestra vida institucional afirmando el derecho de elegir y de renovar los cuadros de nuestros mandatarios, sino lo que es más, cimentamos nuestra vida económica afianzando la propiedad de nuestras tierras para los campesinos y las garantías inalineables para los trabajadores asalariados.
Estas tres grandes Revoluciones han dado origen a los tres Estatutos Jurídicos, a las tres Constituciones conforme a las cuales hemos sido gobernados; la Constitución Federalista del año de 1824 que, estuvo vigente durante treinta y tres años, muy combatida por la fracción centralista, pero siempre enhiesta. La Constitución Liberal de 1857, por la cual se gobernó nuestro país durante sesenta años y la Constitución Democrático - Social, expedida en el año de 1917 y que lleva cincuenta años de vigencia: ayer combatida y hoy aceptada como 'expresión de propósitos fundamentales, largamente perseguidos, para una vida organizada y justa del Pueblo Mexicano', según la acertada expresión del señor diputado, licenciado Christlieb Ibarrola, y afirmo yo: como el faro luminoso que orienta los destinos de México.
No menciono, sino para elogiarlo, el 'Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana', o sea la Constitución sancionada en Apatzingán el 22 de octubre de 1814 y que se debió al tesón inquebrantable del generalísimo don José María Morelos, que supo estimular a aquel grupo de legisladores nómadas que estamparon en el glorioso Código más que su ciencia jurídica, su anhelo de ver a su Patria constituida y de oponer al gobierno tiránico la Ley que debería gobernar a los hombres libres.
¡Qué espectáculo tan hermoso podemos contemplar si dirigimos nuestras miradas al panorama de la Historia Nacional!..., luchas, esfuerzos, sacrificios; pero un día coronados por el triunfo, la paz y el progreso.
Nos encontramos aquí reunidos hombres de todos los confines del país: representantes de sus pueblos, educadores de la juventud, legisladores, magistrados; hombres que luchamos ayer y que seguiremos todavía en la brega; los que hoy llevan en sus manos el timón de nuestra nave y también los jóvenes que nos habrán de suceder en esta lucha que no tendrá fin, porque el progreso de México no tiene límites.
Hacemos un alto en el camino; pero no para descansar, porque somos infatigables, sino para celebrar un acontecimiento que marca un hito glorioso en los anales de nuestra vida parlamentaria, según lo dijo, con acertada frase, nuestro Presidente, don Gustavo Díaz Ordaz; para gozar de un triunfo que nunca había alcanzado otra legislatura como lo obtuvo la que en próximos meses habrá de terminar sus funciones.
Cada Legislatura ha dejado la huella de su paso en las leyes, decretos y disposiciones que han beneficiado al pueblo de México. Bastará leer la historia de cada una de ellas para convencernos de la verdad que encierra la afirmación anterior; pero es más aún, cada Legislatura ha tratado de superar a las anteriores; dígolo con pleno conocimiento, pues, desde el año de 1912, en el que concurría yo a presenciar las sesiones de la XXVI Legislatura, la llamada 'maderista' en la que luchaban los diputados 'renovadores' contra el 'cuadrilátero', los 'porfiristas' y los 'católicos - nacionalistas', pasando por la XXXI, en la que yo tomé parte como diputado, siempre he seguido con interés los trabajos que desarrolla la representación nacional. Muchas legislaturas han extendido su acción fuera de la Cámara, publicando libros y folletos de interés general; la bibliografía a este respecto puede ser ya muy extensa.
Pero hacía falta una obra de mayor envergadura, una obra que solamente podría realizar un grupo de diputados inteligentes, animosos, con la colaboración de intelectuales especializados en las disciplinas de la historia, la sociología y la jurisprudencia; reunir esas inteligencias y hacerlas trabajar bajo un plan coordinado y armonioso, no era tampoco una tarea muy fácil; pero se llevó a término para bien de México.
Pero antes de referirme a las dos obras de grandes proporciones que han sido editadas por la presente Legislatura, séame permitido hacer mención de algunos historiadores que con su esfuerzo propio y muchas veces ajenos a todo estímulo, contribuyeron a legar a las generaciones futuras el acervo de sus conocimientos, adquiridos muchas veces por su propia experiencia, como actores o testigos de los acontecimientos que relatan en sus libros.
Fray Servando Teresa de Mier, antes que se consumara la Independencia, ya había escrito y publicado el libro sobre la lucha por nuestra emancipación.
Lic. don Carlos María de Bustamante, insurgente que militó a las órdenes de Morelos, diputado al Congreso de Chilpancingo y uno de los redactores, aunque no firmante, de la Constitución de
Apatzingán, publicó, entre otras muchas obras, el 'Cuadro Histórico de la Revolución Mexicana', que ha sido guía y consulta para muchos historiadores posteriores.
Don Lucas Alamán, apasionado defensor del partido conservador en el que militó; pero verídico siempre, escribió su 'Historia de México' de acuerdo con las impresiones que recibió de los hechos de que fue actor o testigo.
Lic. don José María Bocanegra, que fue presidente interino de la República, nos dejó dos tomos de sus 'Memorias', que son de gran interés histórico.
Dr don José María Luis Mora, uno de los civiles más grandes de nuestra historia: sabio y erudito, imprimió en Londres varios tomos de sus obras y escritos históricos; él fue uno de los iniciadores de la pre - Reforma de México al lado del presidente Gómez Farías y sus opiniones son de un valor extraordinario.
Don Lorenzo de Zavala, en su libro 'Ensayo Histórico de las Revoluciones de México', nos dejó relatos que son importantísimos.
Don Juan Eusebio Hernández y Dávalos, infatigable coleccionador de documentos para la historia de México, de los cuales logró reunir e imprimir más de veinte tomos, dejó un legado precioso para los investigadores e historiadores.
Lic. don Genaro García, fue otro historiador y coleccionador de documentos históricos, de los cuales dio a luz muchos tomos.
Lic. don Justo Sierra, meritísimo maestro de la juventud, creador de la Secretaría de Educación Pública, historiador y poeta; sus obras sobre historia 'México y su Evolución Social' y Juárez su Obra y su Tiempo, son de una elevación extraordinaria.
'México a Través de los Siglos' fue una obra escrita por un grupo de historiadores entre los que destacaron don Alfredo Chavero, don Juan de Dios Arias, don Vicente Riva Palacio, don José María Vigil y don Julio Zárate. Es ésta una obra monumental, que en su tiempo y todavía al presente es de consulta muy importante.
Don Manuel Orozco y Berra y don José Fernando Ramírez, meritísimos historiadores cuyas obras perdurarán por muchos años.
He citado como un homenaje a su memoria, a unas cuantas personalidades y a quienes con justicia podremos llamar los autores clásicos de nuestra historia; ellos pusieron el cimiento; a sus obras, como a un arroyo de inagotables veneros han venido a abrevar nuestros historiadores posteriores y los estudiosos de nuestro pasado.
También la historia del Derecho Constitucional ha tenido cultivadores eminentes; la lista de sus nombres y de sus obras sería tan extensa que fatigaríamos la atención de nuestros auditorio, siendo, por otra parte, innecesaria, dada la cultura del público que me escucha.
Pero ya que tratamos de elogiar un esfuerzo en favor de las publicaciones históricas, justo es reconocer la magna labor que desde hace catorce años viene desarrollando el Gobierno Nacional al crear y sostener el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, dependiente de la Secretaría de Gobernación y que ha publicado a la fecha cerca de cuarenta obras relacionadas con nuestra Revolución.
El antecedente remoto, por su similitud con las obras que vamos a reseñar, lo encontramos en los tomos de la 'Historia Parlamentaria de México', debida a aquel diligente escritor, el Lic. don Juan A. Mateos: los temas son diferentes, pero el esfuerzo es semejante.
Veamos ahora cuáles son las obras cuya publicación estamos celebrando en esta solemne sesión de nuestra Cámara.
La primera obra editada fue 'Los Presidentes de México ante la Nación. 1821-1966'. Son cinco gruesos volúmenes que contienen los informes que los Presidentes de nuestra República o los encargados del Poder Ejecutivo han rendido ante los diversos Congresos. El mérito de esta obra consiste en poder estudiar la actuación de cada uno de los Presidentes analizando sus informes y pasando las dificultades que tuvieron que vencer, en un país y en épocas en que han sido frecuentes los pronunciamientos y las defecciones. Desde el emperador Iturbide, y las regencias, desde el primer presidente hasta nuestros días. La búsqueda, compilación y notas de cada informe ha sido una labor meritoria.
Pero si esta obra es grande, es superior la que se titula 'Derechos del Pueblo Mexicano.- México a Través de sus Constituciones'. Las dos obras son una aportación cultural de la Cámara de Diputados, que lo dijimos ya, rebasando su labor legislativa hizo grandes esfuerzos por entregar a la nación dos obras de extraordinario interés.
La difusión de la Historia del Derecho Constitucional Mexicano es una necesidad para que las nuevas generaciones y los estudiosos de nuestra época aprecien la verdadera dimensión de las luchas del pueblo de México por alcanzar la estabilidad social y política, también es importante el conocimiento de las Constituciones de los países extranjeros, cuyos textos se contienen en la obra; esto le permitirá al mexicano de hoy apreciar la verdadera dimensión en que vive nuestro país en el mundo actual.
Los dos primeros tomos de la obra que estamos analizando, 'México a Través de sus Constituciones', contienen trabajos de historia constitucional propiamente dicha: son monografías de cada uno de los Congresos que elaboraron los documentos constitucionales que han regido al país en diversas épocas.
Da principio el primer tomo con dos escritos del señor Presidente Díaz Ordaz; el primero es una carta dirigida al señor diputado don Alfonso Martínez Domínguez, Presidente de la Gran Comisión del Congreso de la Unión, carta en la que elogia la publicación de la obra y hace resaltar su importancia.
El otro escrito es el discurso que pronunció en la ciudad de Querétaro en los días de su gira política y constituye el más cálido elogio a las Constituciones Mexicanas y a sus autores; hace resaltar su importancia y ofrece, como la ha cumplido, que la Constitución será su norma: acatarla como Ley y seguirla como programa. Este discurso es el mejor prólogo que podrá llevar la obra.
Se inserta, en seguida, en reproducción facsimilar, 'los Sentimientos de la Nación' del gran Morelos y el Reglamento que escribió para convocar en el año de 1813; siendo ésta, en consecuencia, la primera Ley Electoral de México.
Viene luego un interesante estudio de cerca de 300 páginas debido al talento del señor Lic. Octavio A. Hernández, que título 'La Lucha del Pueblo por sus Derechos Constitucionales'; bello acierto, porque es una historia política de México trazada con fidelidad y con luminosos conceptos.
'México y las Cortes de Cádiz' es el siguiente estudio debido a la pluma del Lic. don Pablo García Alvarez. Habiendo tomado parte en aquellas históricas Cortes muchos mexicanos que dejaron oír su voz en defensa de los derechos de nuestro país, entonces la Nueva España, no podía faltar en nuestra obra un estudio sobre aquella Constitución, la cual tuvo vigencia desde el año de 1812 hasta que Fernando VII, al recuperar el trono, en mala hora la derogó.
Se publica también en facsímil la Constitución de Apatzingán, expedida en el año de 1814; con una introducción del señor licenciado don Antonio Martínez Báez. Se reproduce el 'Catecismo Político de la Federación Mexicana', seguido de un 'Bosquejo Histórico del Congreso Constituyente de 1822 a 1824', por el señor diputado y distinguido escritor don Vicente Fuentes Díaz. 'Centralismo y Federalismo', necesario estudio para comprender la lucha entre aquellas dos tendencias que estuvieron en pugna durante más de treinta años del siglo pasado. Este escrito es debido a la pluma del notable jurisconsulto don Manuel Herrera y Lasso, es lo último que escribió este gran abogado.
Termina el primer tomo, de más de seiscientas páginas, con un trabajo titulado 'Los Tres Proyectos de Constitución de 1842' debido a don Jorge Gaxiola, con la colaboración de don Alejandro González Prieto.
El segundo tomo da principio con el 'Acta de Reforma de 1847' por don Santiago Oñate, e inserta seis documentos que explican la situación por la que atravesaba nuestro país en aquellos agitados días. Viene íntegro luego el 'Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana', que rigió a la nación en los años de 1856-1857 y que es el antecedente inmediato de nuestra Constitución liberal.
Del maestro universitario Horacio Labastida se publica 'Las Luchas Ideológicas del Siglo XIX' y 'La Constitución de 1857'. Basta enunciar el tema y el nombre del autor para encarecer la importancia del trabajo. Del Lic. don Nicolás Pizarro Suárez se publican 'Reformas a la Constitución de 1857'.
Continúa el tomo segundo: ahora con el estudio sobre la Constitución de 1917 que rige a nuestro país; mas para hacer completo estudio se incluyó el proyecto de Constitución que envió el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, don Venustiano Carranza, al Congreso Constituyente. En seguida un trabajo: 'El Congreso Constituyente', por don Miguel de Lamadrid Hurtado. Se reproduce, en facsímil, la Constitución que nos rige.
Termina este tomo con cuatro importantes discursos pronunciados en la sesión celebrada en la Cámara de Diputados el día 1o. de diciembre de 1966 por los representantes de los cuatro partidos políticos que actúan en el Congreso de la Unión; Alfonso Martínez Domínguez por el Partido Revolucionario Institucional, Lic. Adolfo Christlieb Ibarrola por el Partido de Acción Nacional; el Lic. Vicente Lombardo Toledano por el Partido Popular Socialista y el general don Juan Barragán Rodríguez por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana: importantes discursos por sus patrióticas declaraciones en las que coinciden declarando a nuestra actual Constitución como el más importante factor para la unidad nacional.
Los restantes tomos de la obra monumental a la que someramente nos estamos refiriendo, son de una importancia extraordinaria, porque jamás se había intentado un trabajo semejante que consiste en estudiar los antecedentes, la evolución las semejanzas y las diferencias de cada uno de los artículos de nuestra Constitución, con las otras Constituciones conforme a las cuales se ha gobernado México y con las Constituciones, actualmente en vigor, en los países. Son grandes volúmenes de cerca de 800 páginas cada uno de ellos.
Esta será una obra inmortal que honra a sus iniciadores, a sus animadores, a sus autores y que será indispensable en las bibliotecas de todas las Universidades, de los tribunales y de los centros de estudio jurídicos; ningún hombre dedicado a la ciencia del Derecho puede ignorarla y todos los mexicanos cultos deben admirarla.
Por esta razón nos congregamos hoy, en el supremo recinto parlamentario de México, los Diputados y Senadores, los Rectores de las Universidades, los Directores de las Escuelas de Derecho, Presidente de los Tribunales de Justicia de toda la república, los Diputados supervivientes del Congreso Constituyente de Querétaro, así como las Asociaciones y Barra de Abogados, también de toda la República, y los Magistrados de los Tribunales de Justicia del Distrito, Fiscal de la Federación y del Fuero Común, para congratularnos de que se haya publicado esta obra, para felicitar al C. Presidente de la Gran Comisión, diputado don Alfonso Martínez Domínguez, a los miembros de la XLVI Legislatura, que unánimemente acordaron su redacción y su publicación y a todas las personas que tomaron parte, así intelectual como materialmente, para su debida realización.
¿Y tanto esfuerzo para llevar a término esta obra, qué fin persigue, cuál es su meta, cuál es su destino?
Señores: la ciencia sin la acción no vale nada, es un adorno estéril; la ciencia mejora al ser humano, pero éste tiene la obligación de actuar durante su vida en función del progreso de sus semejantes, del progreso de México, de nuestra Patria.
La Constitución es un libro abierto y una lección permanente para que todos los mexicanos, al conocerla, al entenderla, al sentirla, encuentren el camino para unir sus esfuerzos y procurar con ellos, la grandeza del país."
El C. Fuentes Díaz, Vicente: A continuación hará uso de la palabra el diputado Alfonso Martínez Domínguez, Presidente de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados.
VII
El C. Martínez Domínguez, Alfonso: Distinguidos invitados de las naciones amigas; señoras y señores: México se ha dado a sí mismo, como entidad independiente, una organización política y social construida sobre principios que permanecen como esencia invariable de la voluntad nacional, manteniendo abiertos los caminos de su propia transformación.
Desde el primer documento en que se expresa nuestra autodeterminación jurídica - El Decreto Constitucional para la libertad de la América Mexicana de 1814- hasta la Carta de 1917 que hoy rige la vida de la nación, existe una continuidad histórica que, además de mostrarnos la ruta que ha seguido el país, señala los rumbos de su porvenir.
De Apatzingán partieron muchos caminos; pero sólo uno llevó al pueblo de México hasta Queretaro; el camino de la soberanía y de las luchas por el bienestar y la libertad.
Este año se cumplen cien del triunfo de la República sobre la intervención extranjera y cincuenta de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Para contribuir a la conmemoración de estos fastos nacionales, la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión acordó editar dos grandes obras; la primera de ellas - Los Presidentes de México ante la Nación - ya está en manos del pueblo; la segunda se la entregamos hoy, por el digno conducto de ustedes. Creemos que condensar - así sea en varios miles de páginas - la historia de nuestra evolución constitucional, es contribuir a la educación cívica del pueblo, al mejor conocimiento de sus derechos y a la mayor eficacia en su defensa y ejercicio.
Es, por tanto, aportar algo - eso pretendemos - al cumplimiento cabal de la Constitución; apoyar con los argumentos de la historia su vigencia y coadyuvar a desarrollarla como un sistema de normas operantes. Es, en fin, rendir culto vital a lo que representa como expresión jurídica de la voluntad de la nación.
Debe quedar bien claro que, cuando entregamos esta obra a nuestro pueblo sólo estamos dándole algo de lo que es suyo, ya que forma parte de su patrimonio histórico.
Los diputados de la actual Legislatura no hemos hecho más que concebir el proyecto de esta obra y sentar las bases para su realización. Su verdadero autor - aparte de la meritoria labor de los trabajadores intelectuales y manuales que intervinieron en ella - es el pueblo mismo, en el curso de su esforzada peregrinación por la historia y en la tierra de México. Por eso hablamos de este libro impersonalmente, sin sombra de jactancia, y sí con orgullo por la hazaña de libertad, de independencia y de justicia que en sus páginas se refleja.
Este acto, al que hemos querido darle la solemnidad que corresponde a las ofrendas entrañables, tiene en su severa sencillez el propósito de decirnos a nosotros mismos y decirle a nuestro pueblo: abramos nuestra conciencia a las páginas de la historia mexicana. Porque la historia de las Constituciones de México, la historia de los derechos del pueblo es el retrato mismo de la nación; retrato ideológico, jurídico, conceptual; pero también de sus luchas, sus derrotas y sus victorias.
La Constitución de 1917 surge como natural consecuencia de una revolución social. No es una abstracción, sino que responde a requerimientos de la realidad y a exigencias históricas.
La dictadura, insensible a los cambios del desarrollo social, mantuvo como instrumento de opresión un orden jurídico rígido y estático. La vida fue dejando atrás al derecho. El orden jurídico formal fue ya impotente para regir la realidad. El derecho entró en crisis y cedió el paso a la violencia revolucionaria.
El derecho nuevo creado por la Revolución, trasmutó un orden contrario a las necesidades, la conciencia y las aspiraciones del pueblo.
Así como la violación sistemática del derecho es una forma de opresión, el estancamiento del orden jurídico que se divorcia del desarrollo social, es sin lugar a dudas más opresivo.
Ni la violación ni el anquilosamiento del derecho deben permitirse, porque abrirán la puerta a desgarradoras convulsiones.
En consecuencia, acatamiento cabal, por parte de gobernantes y gobernados a la Constitución y reformas a la misma, cuantas veces se haga necesario, para adaptarla, con sentido dinámico, a las cambiantes condiciones y exigencias de nuestro desenvolvimiento. Tal es la vía pacífica que la misma Constitución propicia, para llevar a debate la Revolución Mexicana.
Hemos de repetir lo que en otra ocasión dijimos y que es nuestra convicción: 'Podrán y deberán reformarse diversos preceptos de la Constitución; pero mientras el pueblo mexicano - en uso de una soberanía que ninguna facción minoritaria podrá usurparle - no diga otra cosa, lo esencial, lo fundamental y medular de esa Constitución, y su cuerpo mismo, continuarán siendo la razón de ser, la armazón, el alma y el baluarte de las instituciones mexicanas y la garantía de que México permanecerá de pie y seguirá adelante, como una comunidad nacional a la que nadie podrá detener en su camino independiente hacia el progreso.
La Constitución nació del pueblo y de la Revolución y debemos mantenerla como escudo del pueblo e instrumento de la Revolución.
A pesar de todas las dificultades y de todas las complicaciones interiores o exteriores, en México viven y seguirán vigentes las garantías de la persona humana, las garantías sociales, las garantías de la nación y las garantías de índole internacional que están consagradas en la Constitución de la República, y que le otorgan a ese Código supremo la categoría de ser uno de los más democráticos, de los más humanos, de los más avanzados en nuestra época.
Puede, repito, reformarse o modificarse la Constitución en varios de sus preceptos. Pero lo que nunca se extirpará de ella, lo que incluso tendría que pasar - hipotéticamente hablando - a a cualquiera nueva Constitución que el pueblo mexicano, por su libre voluntad quisiera darse, serían los
derechos de la persona humana; los derechos de los campesinos, de los obreros, de las clases medias populares; los derechos de los empresarios, que no amasen excesivas fortunas con el trabajo ajeno; los derechos de la esforzada y generosa mujer mexicana; los derechos de una juventud justamente ansiosa de vivir y de florecer en la paz, en el trabajo y en la cultura; los derechos de los intelectuales, artistas y hombres de ciencia, que son la luz y el orgullo de nuestra conciencia nacional.
Lo que no puede desaparecer, ni en la Constitución, ni en las leyes, ni en la vida de México, es el derecho de las grandes mayorías pobres, dolorosamente desamparadas en amplios sectores todavía, a la alimentación y al vestido suficientes, a la vivienda decorosa, a la atención médica responsable y eficaz, a la educación gratuita o barata, en sus diversos grados; y, en suma, a la seguridad social más amplia y efectiva.
Tampoco podrá desaparecer, de ninguna manera, la libertad de conciencia, la libertad de creencias, la libertad de cultos - de todos los cultos -; la libertad de creer en un Dios o de sustentar una filosofiía no religiosa.
Y no podrá haber lugar, mientras haya un latido de vida en el corazón de nuestro pueblo, que es inmortal, para ninguna dictadura, no importa cual sea el signo, la ideología o los pretextos con los que quisiera encubrirse el intento de implantar cualquier tipo de dictadura.
Hoy deseamos agregar:
No sustentamos un nacionalismo estrecho. Si somos ciudadanos de un país enmareado por fronteras y litorales, queremos ser, debemos ser también, hombres de este mundo y de esta época. La geografía limita los territorios; pero la economía, la ciencia, el derecho y la cultura son universales.
Por eso invocamos con satisfacción aquellos preceptos de Nuestra Carta Magna en que se proclama la vocación de solidaridad humana profunda y la voluntad de paz de nuestro país ante todos los pueblos del mundo. Dice nuestro artículo 3o. constitucional que la educación del mexicano debe contribuir a la mujer convivencia humana, tanto por los elementos que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los hombres, evitando los principios de razas, de sectas, de grupos, de sexos o de individuos'.
En consecuencia, no cerramos los ojos, de ningún modo, a la historia de los demás pueblos, nos interesa hondamente, porque es caudaloso manantial de fecundas experiencias.
Es natural, sin embargo, que el clamor justiciero que viene desde hace siglos estremeciendo a los mexicanos, haga que nos aferremos a las traiciones válidas de la nación, que es nuestro ámbito vital, inmediato, donde estamos llamados a realizar principalmente la misión que hemos de cumplir en el mundo.
Nos preocupa, sobre todo, que las nuevas generaciones mexicanas hagan suyo el legado de nuestra historia.
México es ahora, más que nunca, un país de juventud. El promedio de la vida ha aumentado; mas el rasgo sobresaliente de nuestra estructura democrática consiste en que el número de jóvenes es mucho mayor. Son seres nuevos que con toda razón reclaman su sitio en la vida. Jóvenes que a veces se azoran de haber venido a un mundo en el que resuenan a diario las amenazas más sombrías. Jóvenes que quieren paz y lucha viril y creadora. Que desean hogar amoroso, estudio, trabajo seguro y decorosamente remunerado, salud y -¿por qué no? - grandeza, felicidad y gloria.
A esos jóvenes que pululan inquietos en nuestras ciudades y por los campos, queremos decirles: sí, ustedes tienen derecho a todo eso. México trabaja para crear las oportunidades que les permitan alcanzar el bienestar y la dignidad. Ustedes mismos tienen una parte decisiva en esa tarea. Estudien con pasión la historia de México, penetren en su sentido fundamental y en sus lecciones más valiosas; ármense con sus enseñanzas e inspirándose en ella y arrancando de ella, únanse a la gran empresa de crear una historia nueva, la historia de un México superior, cada vez más grande, libre y justo.
De la historia que estos libros reflejan, se desprenden lecciones de alcance actual y futuro, de viva utilidad para la nación mexicana.
Tiene contradicciones, absurdos; pero también hallazgos y realizaciones admirables; y, con todo ello, es nuestra historia. Debemos luchar todos los días por que la historia que se haga en el futuro contenga menos sacrificios inútiles, menos defecciones, menos incomprensiones de la realidad peculiar en que vivimos, menos acciones estériles, más aciertos, más victorias del pueblo y de la nación con el esfuerzo consciente de sus hijos.
Los mexicanos somos rebeldes frente a los capítulos de nuestra historia escritos en lenguaje de tragedia y lágrimas. Hemos alcanzado nuestra libertad y luchamos permanentemente por no perder la esencia de esa libertad en la indigencia, la enfermedad y la ignorancia.
En el mensaje dirigido a la Representación Nacional con motivo de la publicación de esta obra, el Presidente Gustavo Díaz Ordaz, ha dicho: 'La culminación de esas largas y muchas veces cruencas luchas se encuentra en la constitución de 1917, expresión jurídica de la Revolución Mexicana. Este pacto constitucional, en el que la nación concreta sus coincidencias históricas mayoritarias, es síntesis de las demandas de nuestra historia; es fórmula para conciliar las garantías individuales con las sociales y para lograr el desarrollo económico, como medio para alcanzar la justicia social.'
Estos conceptos resumen con pleno acierto el sentido de nuestra evolución constitucional.
Nos hacemos solidarios de ellos y, con nuestro reconocimiento por su apoyo y estímulo tan valioso, los diputados enviamos al Primer Magistrado de la República un respetuoso solidario y cordial saludo.
Señores invitados de naciones amigas: gracias, muchas gracias por su presencia y por el honor que nos otorgan al acompañarnos en este acto de singular significado para la cultura de México.
Los hemos recibido en nuestra casa para rogarles que sean testigos de cómo en un mundo que por desventura se sacude bajo los golpes de la violencia, este país consagra algunos de sus mejores esfuerzos a las tareas de la paz y del derecho.
México cree en el derecho y en la paz y desea acrecentar su amistad con todos los pueblos de la tierra, sobre la base del respeto recíproco y la cooperación, en un esfuerzo común para que prevalezca en el mundo la serena consideración de los más altos intereses humanos.
Entre los forjadores de México contemporáneo los Constituyentes de 1916-17 ocupan un lugar eminente, ¡para ellos, los que ya se fueron y los que nos acompañan, nuestra renovada gratitud!
Señoras y señores:
Más allá de las formas protectolarias, los diputados nos sentimos en verdad complacidos con la presencia de un grupo tan selecto de compatriotas en este recinto.
Aquí se encuentran centenares de los mexicanos más notables y esclarecidos, que son responsables, en los más diversos campos de actividad, de encauzar y hacer más fecundos los esfuerzos del pueblo de México.
En algún instante hubo la idea de establecer parcialidades en cuanto a la asistencia a esta sesión solemne y de este modo se logra celebrar esta asamblea de homenaje al triunfo de la República y a la Constitución de 1917, con un excepcional concurso de mexicanos de todos los sectores sociales y de las distintas tendencias ideológicas.
La Constitución es patrimonio de todos, sin distingos de ninguna clase; la Constitución es patrimonio de México.
Queremos pensar que esta asamblea es como un espejo en que la patria unida puede verse a sí misma, teniendo como fondo su historia, sus luchas y sus anhelos de libertad.
Señoras y señores gracias por su atención.
VIII
El C. Fuentes Díaz, Vicente: Antes de dar fin a esta Sesión Solemne, se va a dar lectura al último acuerdo de la Gran Comisión, dice así:
Considerando:
1o. La obra "Derechos del Pueblo Mexicano.- México a través de sus Constituciones" está destinada fundamentalmente al pueblo de México, al acrecentamiento de su educación cívica, al mejor conocimiento de sus derechos y a reafirmar su amor a la Patria y el respeto a sus instituciones.
2o. El Presidente de la República, ciudadano Gustavo Díaz Ordaz, exhortó a las Universidades del país, a integrar su patrimonio con recursos propios, e invitó a los distintos sectores de la sociedad mexicana a contribuir al logro de ese fin, para consolidar, en beneficio de la juventud estudiosa de México, la solidez económica de las instituciones de cultura superior.
En tal virtud se dicta el siguiente acuerdo:
1o. Se pone a disposición de todo el pueblo de México, para su estudio y consulta, la obra "México a través de sus Constituciones" en todas las bibliotecas del país abiertas al Público, dependan o no de instituciones oficiales.
2o. Se hace donación a las Universidades o Instituciones de Cultura Superior del país, de un número de ejemplares de dicha obra, por valor de tres millones de pesos.
3o. Cada Universidad e Institución de Cultura Superior, determinará el procedimiento para poner a la venta, de inmediato, los ejemplares que reciba, cuyo producto ingresará al patrimonio de la institución respectiva. (Aplausos.)
Salón Verde de la Cámara de Diputados.- México, D. F., a 1o. de junio de 1967.
Señor Presidente, se han agotado los asuntos de la Orden del Día.
La Gran Comisión agradece cumplidamente la asistencia de los señores invitados y damos por terminada esta Sesión Solemne de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados.
(Se levantó a las 13:45 horas.)
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y "DIARIO DE LOS DEBATES"