Legislatura XLVIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19700922 - Número de Diario 20
(L48A1P1oN020F19700922.xml)Núm. Diario:20ENCABEZADO
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
XLVIII LEGISLATURA
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921.
AÑO I México, D. F., Martes 22 de Septiembre de 1970 TOMO I. - NUM. 20
SUMARIO
Orden del Día
Se abre la sesión. Lectura del Orden del Día
Acta
Lectura y aprobación del Acta de la Sesión anterior
Colegio Electoral
De conformidad con el artículo 74, fracción I, de la Constitución General de la República, la Cámara de Diputados se erige en Colegio Electoral para conocer el dictamen de la Gran Comisión emitido acerca de la elección que, para Presidente de la República, se efectuó el día 5 de julio del año en curso
DICTAMEN
Elección para Presidente de la República
Dictamen suscrito por los integrantes de la Gran Comisión de la Cámara de Diputados con Proyecto de Decreto por el que se declaran válidas las elecciones para Presidente de la República, celebradas el día 5 de julio del año en curso y Presidente de la República el C. licenciado Luis Echeverría Alvarez, para el período constitucional del 1o. de diciembre de 1970 al 30 de noviembre de1976. A discusión en lo general. Hacen uso de la palabra el C. Juan Barragán Rodríguez, del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana; el C. Jorge Cruickshank García, del Partido Popular Socialista; el C. Hiram Escudero Alvarez, del Partido Acción Nacional; el C. Cuauhtémoc Santa Ana, del Partido Revolucionario Institucional. Se aprueba en lo general. A discusión en lo particular. Se aprueba en lo particular. Pasa el Ejecutivo para los efectos constitucionales. Puestos todos los presentes de pie la Presidencia hace la declaratoria de rigor
Comisiones de Cortesía
La Presidencia designa las Comisiones de Cortesía que deberán participar la Declaratoria anterior, al C. Presidente de la República, al C. licenciado Luis Echeverría Alvarez, a la H. Cámara de Senadores y a la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación
La Presidencia levanta la sesión de Colegio Electoral y cita para la sesión de Cámara
DEBATE
PRESIDENCIA DEL C. OCTAVIO SENTÍES GÓMEZ
(Asistencia de 202 ciudadanos diputados.)
- El C. Presidente ( a las 10:45 horas): Se abre la sesión.
ORDEN DEL DÍA
- El C. secretaria Anderson Nevárez, Hilda:
"Cámara de Diputados. XLVIII Legislatura. Primer Período Ordinario de Sesiones.
Orden del Día
22 de septiembre de 1970.
Lectura del acta de la sesión anterior.
La Cámara de Diputados se constituirá en Colegio Electoral para conocer del Dictamen de la Gran Comisión, relativo a las elecciones constitucionales para Presidente de la República, celebradas el 5 de julio del presente año."
ACTA
- La misma C. Secretaria:
"Acta de la sesión efectuada por la Cámara de Diputados del H. XLVIII Congreso de la Unión, el día dieciocho de septiembre de mil novecientos setenta.
Presidencia del C. Octavio Sentiés Gómez.
En la ciudad de México, a las doce horas y veinte minutos del viernes dieciocho de septiembre de mil novecientos setenta, se abre la sesión con asistencia de ciento ochenta y tres ciudadanos
diputados, según declara la Secretaría después de pasar lista.
Lectura del Orden del Día.
Sin que motive debate, se aprueba el acta de la sesión anterior, efectuada el día once de los corrientes.
Se da cuenta de los documentos en cartera: Oficio del C. licenciado Mario Moya Palencia, Subsecretario de Gobernación, Encargado del Despacho, transcribiendo otro de la de Relaciones Exteriores, por el que se solicita el permiso constitucional necesario para que el C. licenciado Agustín Salvat pueda aceptar y usar una condecoración que le confirió el Gobierno de Marruecos. Recibo, y a la Comisión de Puntos Constitucionales en turno.
Dictamen de la Comisión de Servicio Consular y Diplomático, con proyecto de Decreto, que concede permiso al C. Joel A. Parroquín Gamboa, para que pueda aceptar y desempeñar el cargo de Cónsul Honorario del Gobierno de los Países Bajos, en Veracruz, Ver., con jurisdicción en los Estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca y Tabasco. Primera lectura.
Dictamen de la Comisión de Servicio Consular Diplomático, con proyecto de Decreto, que concede permiso a la C. María Cristina García Ortíz para que pueda prestar servicios administrativos en el Consulado de los Estados Unidos de América, en Veracruz, Ver. Primera lectura.
Dos dictámenes suscritos por la Primera y la Segunda Comisión de Puntos Constitucionales, con proyecto de Decreto, que conceden permiso a los CC. José Trinidad Ávila Irigoyen y Oscar Obregón Salazar para que pueda aceptar y usar una condecoración que les fue conferida, respectivamente, por los Gobiernos de Suecia y de Pakistán. Primera lectura.
Dictamen de la Primera Comisión de la Defensa Nacional, con proyecto de Decreto, que determina que los CC. generales que hayan desempeñado el cargo de Secretario de la Defensa Nacional, tendrán a su disposición y servicio, mientras vivan, un jefe ayudante, dos oficiales ayudantes, un chofer y dos ordenanzas. Primera lectura.
Lectura del Orden del Día para la próxima sesión.
A las doce horas y cincuenta minutos se levanta la sesión y se cita para la que tendrá lugar el día martes veintidós de los corrientes, a las diez horas."
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica, se pregunta si se aprueba. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobada.
COLEGIO ELECTORAL
El C. Presidente: La Cámara de Diputados se erige en Colegio Electoral para conocer el dictamen de la Gran Comisión acerca de las elecciones que para Presidente de la República, se celebraron el día 5 de julio del presente año.
DICTAMEN
Elección para Presidente de la República.
- El C. secretario Altamirano Marín, Ignacio:
"Honorable Asamblea:
Conforme a lo dispuesto por los artículos 74, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 126 y 133 de la Ley Electoral Federal, es facultad exclusiva de esta H. Cámara de Diputados del Congreso de la Unión erigirse en Colegio Electoral para resolver sobre la validez o nulidad de la elección para Presidente de la República y declarar Presidente electo al ciudadano que hubiere obtenido mayoría de votos.
De acuerdo con estos ordenamientos y con los que forman el despacho y trámite de los asuntos de la propia Cámara, fueron turnados a la Gran Comisión los expedientes y los paquetes relacionados con la elección constitucional de referencia, que tuvo lugar el 5 de julio próximo pasado.
El examen detallado y cuidadoso de los documentos enunciados conduce a la Gran Comisión que suscribe a la plena convicción de que todos los actos del proceso electoral, durante su preparación, desarrollo y vigilancia, se ajustaron a las prescripciones de la Ley Electoral Federal, misma que hace descansar nuestro régimen representativo, democrático y federal, en la efectividad del sufragio y que confía la responsabilidad de la correcta realización del mismo proceso eleccionario al Estado, a los partidos legalmente constituidos y a todos los ciudadanos mexicanos.
Guiado certeramente por el camino de su pleno desarrollo, nuestro pueblo ha dado considerables pasos para lograr cada día mejores niveles de civismo y madurez democrática; ha contribuido eficazmente al gradual perfeccionamiento de los instrumentos electorales, y ha intensificado su participación en la tarea cotidiana de fortalecer y enriquecer el estado de derecho que nos permite crecer en la libertad, la cual sólo es posible dentro del orden, y conjugar las garantías individuales con los supremos intereses de la colectividad.
El Presidente Díaz Ordaz afirmó en su Quinto Informe de Gobierno que 'la prueba suprema de una democracia es la función electoral'. A está concurrieron los mexicanos durante los pasados comicios, seguros de que el sentido de su expresión en las urnas estaba firmemente garantizado por el marco institucional en que se desenvuelve la vida de la Nación. El estricto apego a la Ley que caracteriza todos los actos del actual Gobierno, el respeto invariable a la voluntad ciudadana y la atmósfera de confianza ilimitada en los principios que informan la dirección del país, provocaron un aumento sin precedente en el número de ciudadanos empadronados, en relación a la elección anterior.
Con ese espíritu de incesante superación que anima a nuestros compatriotas, el 5 de julio pasado se efectuaron las elecciones más limpias
y copiosas en la historia nacional. En un claro ejemplo de responsabilidad y patriotismo varios cientos de miles de mexicanos, de todas las ideologías y posiciones económicas o culturales, formaron el personal de las mesas directivas de las casillas. La ciudadanía no sólo expresó libremente su decisión, sino que tuvo a cargo la recepción y escrutinio de los sufragios emitidos, garantizando así el absoluto respeto a los resultados obtenidos. Además, los partidos políticos participantes gozaron siempre de las garantías legalmente establecidas y concurrieron, en los términos de ordenamiento de la materia, a la integración de los organismos encargados de la preparación, desarrollo y vigilancia del proceso electoral; en todos ellos, sus representantes tuvieron las máximas facilidades en la defensa de sus particulares puntos de vista.
Constituye para los mexicanos un legítimo orgullo que la pasada campaña electoral se haya desarrollado con un creciente entusiasmo ciudadano, del que estuvieron ausentes la injuria y la violencia; se confrontaron los programas e ideologías de los distintos partidos sin quebrantarse la concordia que permite la convivencia armónica y pacífica de todos los sectores de la población; se realizó la elección sin que, en ningún caso, fuera necesaria la presencia de la fuerza pública para garantizar el orden de establecer en el ejercicio de sus derechos a ningún ciudadano.
La Gran Comisión considera convenientemente hacer resaltar el hecho de que durante las campañas de los candidatos a la Presidencia de la República, la actividad nacional no se alteró en ninguno de sus muy variados aspectos. El progreso del país continuó ininterrumpidamente sin que se hubiera observado ninguna disminución en el ritmo de trabajo que pueblo y gobierno se han impuesto para alcanzar aceleradamente las metas perseguidas. Sólo los países donde la democracia es norma de vida y la libertad principio irrenunciable, pueden nutrir su acontecer institucional con la expresión de la voluntad popular.
A grandes pasos se ha enriquecido la democracia mexicana: en 1953 se otorga el voto a la mujer y se abren para ella los cargos de elección popular; en 1964 se crea la institución de diputados de partido, permitiendo que las minorías nacionales tengan representación en la Cámara de Diputados; en 1970 se entrega a los jóvenes de 18 años, independientemente de su estado civil, la responsabilidad de contribuir a decidir los destinos de México. La concurrencia de la juventud a esta trascendental tarea es signo inequívoco del avance político que hemos alcanzado. Apoyado firmemente en las realizaciones logradas, nuestro pueblo se prepara a seguir perfeccionando sus prácticas electorales. Estos factores, enriquecieron el caudal cívico que asistió al último suceso electoral.
Los partidos políticos nacionales que satisficieron los extremos de la Ley para actuar en los pasados comicios fueron el Partido Acción Nacional, el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Popular Socialista y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, los que acreditaron, en tiempo y formas, a sus representantes ante los diversos organismos electorales: Comisión Federal Electoral, Comisiones Locales Electorales, Comités Distritales Electorales y Mesas Directivas de las Casillas
Se registraron las siguientes candidaturas: la del C. licenciado Luis Echeverría Alvarez, por el Partido Revolucionario Institucional y posteriormente por los Partidos Popular Socialista y Auténtico de la Revolución Mexicana; y la del C. Efraín González Morfín, por el Partido Acción Nacional.
Los 178 Comités Distritales Electorales desarrollaron su función apegados a lo dispuesto por el artículo 20 de la Ley Electoral Federal, habiendo realizado el cómputo total de los votos emitidos en cada uno de ellos. Las actas de escrutinio y de computación distritales se encuentran, casi en su totalidad, firmadas por los representantes de los partidos contendientes, lo que constituye irrefutable prueba de la legalidad de la elección constitucional.
Los candidatos a Presidente de la República, de acuerdo con el contenido de las 178 actas de cómputos totales de la votación en igual número de distritos electorales, obtuvieron los siguientes sufragios en las elecciones del 5 de julio pasado.
C. Luis Echeverría Alvarez: Por el Partido
Revolucionario Institucional, 11.708,065.00 votos.
Por el Partido Popular Socialista, 120,493.00 votos.
Por el Partido Auténtico de la Revolución
Mexicana, 75,810.00 votos.
Votos personales, 66,525.00
Que sumados hacen un total de 11.970,893.00.
C. Efraín González Morfín,
candidato del Partido Acción Nacional, 1.945,070.00 votos.
Las cifras anteriores fueron precisadas por esta Gran Comisión después de haber efectuado un minucioso análisis de los expedientes y paquetes electorales remitidos a esta Cámara para los efectos constitucionales, por los 178 Comités Distritales Electorales, y resumen las votaciones que, por entidades federativas, arrojan los siguientes resultados.
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De los datos expresados, se aprecia claramente que la ciudadanía participó en la elección materia de este dictamen con la firme convicción de que aquélla constituyó un paso más en el adelanto cívico del país. El aumento de votantes, en relación con los pasados comicios, alcanzó la cifra de 45%, pues en tanto en la elección pasada votaron 9.434,908.00 electores, en la última elección sufragaron 14.065,820.00 ciudadanos.
Nuestras instituciones han pasado una vez más la 'prueba' a que se refirió el C. Presidente de la República. La función electoral es, entre nosotros, firme sostén de nuestro sistema representativo y éste, a su vez, clara expresión de nuestra vocación libertaria.
Por lo expuesto, la Gran Comisión tiene el honor de afirmar ante este H. Colegio Electoral de la XLVIII Legislatura, con base en el estudio de los documentos ya mencionados que se refieren a todas las etapas del proceso electoral, que la elección de Presidente de la República, celebrada el día 5 de julio último, estuvo estrictamente apegada a los mandamientos de la constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y a los de la Ley Electoral Federal, por lo que se está en capacidad fundada para declarar la validez de la elección y reconocer que el C. licenciado Luis Echeverría Alvarez obtuvo la mayoría de los votos emitidos.
En consecuencia, la Gran Comisión que suscribe somete a la elevada consideración de vuestra soberanía el siguiente proyecto de Decreto:
La Cámara de Diputados del Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, en ejercicio de la facultad que le concede la fracción I del artículo 74 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, declara:
Artículo 1o. Son válidas las elecciones para Presidente de la República, celebradas el día 5 de julio del presente año.
Artículo 2o. Es Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, para el período que comienza el primero de diciembre de 1970 y termina el treinta de noviembre de 1976, el C. licenciado Luis Echeverría Alvarez.
Artículo 3o. De Conformidad con lo dispuesto por el artículo 87 constitucional, el Presidente electo, C. licenciado Luis Echeverría Alvarez, se presentará ante el Congreso de la Unión a otorgar la protesta de Ley, el primero de diciembre del año en curso.
Artículo 4o. Publíquese y promúlguese por bando solemne en toda República.
Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión. - México, D. F., a 21 de septiembre de 1970. - La Gran Comisión. - Presidente, Octavio Sentíes G. - Secretario, Luis H. Ducoing Gamba.
Aguascalientes: Luciano Arenas Ochoa. Baja California: Marco Antonio Bolaños Cacho G. Baja California (Territorio): Rafael Castillo Castro. Campeche: Rafael Rodríguez Barrera. Coahuila: Gustavo Guerra Castaños. Colima: José Rivas Guzmán. Chiapas: Máximo Contreras. Chihuahua: Mario Jáquez Provencio. Distrito Federal: Octavio Sentíes G. Durango: Manuel Esquivel Gómez. Guanajuato: Luis H. Ducoing Gamba. Guerrero : Ramiro González Casales. Hidalgo : Darío Pérez González. Jalisco : José Martín Barba. México: Mario Colín. Michoacán: Ildefonso Estrada Jacobo. Morelos: Marcos Manuel Suárez Ruiz. Nayarit: Salvador Díaz Coria. Nuevo León: Arturo de la Garza González. Oaxaca: Rodolfo Alavez Flores. Puebla: Rodolfo Sánchez Cruz. Querétaro : Alfredo V. Bonfil Pinto. Quintana Roo: Hernán Pastrana Pastrana. San Luis Potosí: Ramiro Robledo Treviño. Sinaloa: Alejandro Ríos Espinosa. Sonora: Javier R. Bours Almada. Tabasco: Manuel Piñera Morales. Tamaulipas: Gerardo Ballí González. Tlaxcala: Ma. de los Ángeles Grant Munive. Veracruz: Ignacio Altamirano Marín. Yucatán: Jorge Carlos González. Zacatecas: Raúl Rodríguez Santoyo.
- El C. secretario Altamirano Marín, Ignacio:
Está a discusión el dictamen en lo general.
El C. Presidente: La Presidencia se permite informar a la H. Asamblea que previamente han solicitado hacer uso de la palabra, en relación al dictamen que se acaba de leer, los siguientes ciudadanos diputados: General Juan Barragán Rodríguez, ingeniero Jorge Cruickshank García, licenciado Hiram Escudero Alvarez y licenciado Cuauhtémoc Santa Ana.
Tiene la palabra el señor diputado, general Juan Barragán Rodríguez.
- El C. Barragán Rodríguez, Juan:
"Señor presidente, señoras y señores diputados:
Hoy es día de fiesta para la Revolución Mexicana. Siempre que un mexicano ilustre llega por derecho propio a ocupar el lugar que le corresponde al frente de los destinos nacionales, es día de fiesta para la Revolución Mexicana.
Cuando el que llega es el hijo predilecto, el que ha crecido y se ha nutrido a la sombra del ideal
revolucionario, el que ha bebido de las fuentes mismas de la Revolución Mexicana, con cuánta mayor razón los revolucionarios sentimos llenos de regocijo nuestros corazones y plenas de tranquilidad nuestras conciencias, que ahora como nunca están seguras de que la Revolución Mexicana está en buenas manos y ha de seguir su marcha siempre ascendente en el camino de la realización de la justicia social que todos anhelamos. Cuando siendo jóvenes entregamos nuestra vida a la causa de la Revolución, nos sentimos cobijados bajo la dirección y la regia personalidad de nuestros caudillos. Hoy, viejos ya, pero no cansados de servir y seguir luchando por nuestro ideales, nos sentimos cobijados también por la regia personalidad de un hombre joven en años y vigoroso, pero rico también en experiencia, en su entrega a los ideales de la Revolución y en su amor a México el licenciado Luis Echeverría.
¿Cómo no iba a dar su apoyo el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana a Luis Echeverría, si forma parte desde siempre , por su nacimiento, por su educación, por sus ideales de joven y por su pensamiento de hombre, por sus antecedentes de funcionario y por su acción como líder de todo un pueblo, de la esencia misma de la Revolución Mexicana? El sabe, y con eso nos basta, que no podía haber sido otro el candidato de nuestro partido. Que fue nuestro candidato, Luis Echeverría, desde el momento mismo en que a escasos doce días de haber tomado posesión del cargo de Secretario de Gobernación, el doce de diciembre de mil novecientos sesenta y cuatro, dijo en el puerto de Veracruz, en ocasión de conmemorarse el cincuenta aniversario de las reformas y adiciones al Plan de Guadalupe: '...A Veracruz, escenario en el que se han escrito capítulos primordiales de la vida nacional, acudimos para rendir fervoroso reconocimiento público a la figura señera de don Venustiano Carranza, y a quienes con él fecundaron la tierra de México con la simiente de sus ideales y con su espíritu de sacrificio. Carranza, al igual que Juárez, estaba dotado de excepcionales cualidades: su austeridad, honradez y patriotismo, su espíritu de legalidad y de justicia social lo condujeron a luchar denodadamente por el triunfo de la Revolución, cuidando tanto el éxito de las armas como de la implantación de las normas jurídicas que consagraron los progresos anhelados. En esta materia estuvo auxiliado por un valioso grupo de mexicanos que dieron forma legal a sus ideas reformistas y cuyos nombres conserva la posteridad...', y siguió diciendo Luis Echeverría en la misma ocasión: '... Carranza, como Juárez, nos ilumina. La fortaleza de carácter, la convicción en los ideales, la limpieza de la conducta y el amor a las instituciones nacionales, perfilan a estos dos grandes conductores de la Nación. Si Carranza fortaleció su espíritu en la inmensidad solitaria de las llanuras del Norte, Juárez templo su carácter impasible y su voluntad prodigiosa en la reciedumbre de sus montañas nativas y en el desamparo del infortunio y la pobreza. Por senderos distintos llegaron a la cima de sus inquietudes y sus aspiraciones ciudadanas para conquistar un puesto en nuestra historia...'
No varió nunca el pensamiento de Luis Echeverría, cómo iba a variar si ha sido la inspiración de toda su vida; tres años después, en Querétaro, al conmemorarse el cincuentenario de la promulgación de la Constitución, el cinco de Febrero de mil novecientos sesenta y siete, como si sus palabras fueran continuación de las pronunciadas en Veracruz tres años antes, y lo fueron, porque ni su pensamiento ni su obra se interrumpió nunca en el camino que he había marcado para servir a México, siguió diciendo: '...La obra de Carranza y de los Legisladores marca el despertar del México moderno. El pueblo ha encontrado en la carta de Querétaro una fiel interpretación de sus anhelos, una certera respuesta a sus demandas, un medio efectivo para dar satisfacción a sus seculares necesidades. Pero seríamos injustos si atribuyéramos la Constitución de mil novecientos diecisiete a un solo grupo de hombres, por grandes que éstos fueran; está presente también en sus páginas el espíritu renovador de Flores Magón, el idealismo de Madero, la combatividad de Villa, el agrarismo de Zapata, y en unión del afán de armonía en la libertad y de fe en el derecho que tenían los hombres que murieron en la Revolución, el institucionalismo social de Carranza y del congreso por él convocado...'
El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana postuló a Luis Echeverría como su candidato porque no era sino lo natural hacerlo, no era sino dar forma legal a lo que teníamos en la conciencia desde años antes, y él lo sabía, y dijo en Compostela, Nayarit, el siete de diciembre de mil novecientos sesenta y nueve: '...He recibido con toda satisfacción la noticia de que, primero, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y luego el Partido Popular Socialista, me han postulado como su candidato a la Presidencia de la República...' El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana cooperó con votos al triunfo del licenciado Luis Echeverría, el dictamen que acaba de someterse a la aprobación de ustedes en cumplimiento de lo dispuesto por la Constitución de la República, da las cifras. Pero los números son fríos y no revelan el calor, el calor revolucionario, el entrañable afecto nacido de la identificación plena en los ideales y en la lucha, con los que mi partido acogió y llevó adelante la candidatura de Luis Echeverría. La declaratoria legal de presidente electo no es sino dar forma a lo que por aclamación decidió el pueblo aún antes de las elecciones. El Partido Auténtico de la Revolución Mexicana desde su modestia, desde su pequeño pero privilegiado sitio de luchador desde mil novecientos diez y hasta la fecha en las trincheras de la Revolución Mexicana, se siente orgulloso de que Luis Echeverría sea Presidente de México. Es una victoria más, definitiva, en el camino de la Revolución Mexicana.
Durante su gira electoral, otra vez en Querétaro, el dieciséis de noviembre de mil
novecientos sesenta y nueve, Luis Echeverría reanudó su ininterrumpido es diálogo con los revolucionarios mexicanos. Dijo: '...Querétaro es un símbolo de México. Aquí rindieron las armas para que se alzara la voz clara del derecho. Aquí se trocó la violencia en ley. Aquí nuestros caudillos convirtieron en normas los ideales por los que lucharon. Aquí encontró México los caminos hacia la paz, la libertad y la justicia social...' Y siguió diciendo ahí en Querétaro en donde inició su gira: '...Inició aquí mi gira como candidato del Partido Revolucionario Institucional a la Presidencia de la República, porque éste es el centro geográfico, histórico y cívico del país. Querétaro es cuna de la segunda Independencia Nacional y es punto de arranque de las instituciones que en la Constitución de mil novecientos diecisiete - promulgada en esta noble ciudad - rigen al país y norman el derecho de nuestra vida Nacional...'
Señores diputados: Sobra decir que mi partido pide a ustedes la aprobación por aclamación del dictamen sometido a vuestra soberanía. Es un simple trámite que nos ordena la Constitución de la República. Es sólo el reconocimiento legal de la voluntad expresada por la inmensa mayoría de los mexicanos en forma abrumadora. Pero es al mismo tiempo el momento solemne que marca una nueva etapa en la historia de la Revolución Mexicana. Es el momento en que nosotros los viejos revolucionarios vemos asumir el mando a un brillante exponente de la nueva generación revolucionaria. Y las lágrimas no pueden menos que asomar a nuestros ojos cansados de ser testigos de las luchas de México, pero son lágrimas de satisfacción y orgullo.
Luis Echeverría será el Presidente de todos los mexicanos, por eso todos los mexicanos, con nuestra Revolución, estamos hoy de fiesta, sin poder olvidar en estos momentos de júbilo al presidente que con su pasión revolucionaria, su entrega al servicio del pueblo y su fe en nuestras instituciones, los hizo posibles, el gran Presidente Gustavo Díaz Ordaz. Muchas gracias." (Aplausos.)
El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al ciudadano diputado Jorge Cruickshank García.
- El C. Cruickshank García, Jorge:
"Señor Presidente:
Compañeros diputados: Hemos conocido el dictamen de la Comisión relativo a la elección presidencial, hemos oído sus fundamentos; nos ha informado la propia Comisión del número de sufragios obtenido por cada uno de los candidatos y, en función de la votación mayoritaria, abrumadoramente mayoritaria, se ha establecido en el dictamen que el Presidente electo de México, para el período constitucional de 1970-1976, es el señor licenciado Luis Echeverría.
Los diputados del Partido Popular Socialista, y creo que los diputados de la corriente revolucionaria que representamos en esta Cámara las fuerzas democráticas, sabemos que el dictamen presentado en un documento elaborado por la Comisión respondiendo a los mandatos constitucionales que señalan que la Cámara de Diputados debe erigirse en Colegio Electoral para conocer la elección del Presidente de la República; pero todos los compañeros diputados saben que antes de elaborarse este dictamen el pueblo de México había decidido, en una movilización pocas veces vista, en un extraordinario plebiscito, el rumbo; había afirmado su decisión de acelerar el paso por el camino revolucionario y, también, había decidido en forma consciente escoger el mexicano que dirija las nuevas batallas por el bienestar del pueblo y por el progreso independiente de la nación mexicana.
Nuestro pueblo nunca ha equivocado el rumbo, el rumbo de su progreso. Por eso nuevamente infligió una derrota contundente, como las del pasado histórico, a las engalladas fuerzas de la derecha que, alentadas por el imperialismo extranjero, quisieran imponer un cambio negativo en la dirección de nuestra política nacional e internacional.
Los mexicanos que integran las vigorosas fuerzas democráticas, patrióticas y revolucionarias, no perdieron la perspectiva, no se dejaron confundir y con su decisión electoral derrotaron a los que quisieron hacer triunfar a la corriente que haría un gobierno reaccionario, intolerante y servil al imperialismo extranjero.
La victoria obtenida por Luis Echeverría es una victoria forjada por las fuerzas fundamentales, democráticas y patrióticas de México, convencidas de que para el progreso de nuestro pueblo y para el avance nacional independiente, no hay otro camino que el de la Revolución Mexicana. Si para el imperialismo y sus aliados nacionales la Revolución Mexicana ha terminado, para la clase trabajadora, para las fuerzas sanas de la nación la Revolución no ha terminado y tiene que seguir adelante no sólo para realizar sus viejos objetivos, tal como inicialmente fueron concebidos, sino para cumplir los viejos y los nuevos anhelos de nuestro pueblo en las condiciones indicadas por el desarrollo de la nación en el momento actual.
El camino que el pueblo mexicano ha recorrido en el último medio siglo, es el camino del nacionalismo revolucionario, venciendo obstáculos y por encima de los estorbos políticos levantados por los enemigos del progreso independiente de México. El nacionalismo revolucionario, que consiste esencialmente en la nacionalización de las riquezas naturales, en la nacionalización de las diversas ramas de la industria pesada, en la nacionalización de los más importantes transportes y de las comunicaciones, en la implantación y ampliación de los servicios asistenciales y de la seguridad social, en la creación de diversas empresas estatales para mejorar la producción agrícola y aumentar la capacidad adquisitiva de las masas rurales, en la creación de bancos e instituciones de crédito oficiales dedicadas a
fomentar la agricultura, la industria y el comercio exterior. Este camino que ha creado la Revolución Mexicana no debe desandarse para darle el gusto a los sectores reaccionarios de la iniciativa privada.
Todos conocemos que la lucha contra la intervención del Estado es vieja. Mientras en la primera parte del siglo XIX el Estado era una institución todavía subordinada a la Iglesia Católica, todo andaba bien para los elementos conservadores; pero desde que se establecieron las Leyes de Reforma la lucha contra el Poder del Estado se despertó y cada vez que ha asumido nuevas funciones provoca escándalos. En las últimas décadas se ha manejado una variante: la idea de que las fuerzas conservadoras pueden compartir el poder con las fuerzas revolucionarias, manejando el argumento hipócrita de que así se estabilizan las instituciones y no se puede alterar el orden público. Ya no es sólo, en consecuencia, la tesis de la participación de la iniciativa privada en la economía, sino también, su intervención en la vida política.
El Partido Acción Nacional, en esta campaña electoral, manejando planteamientos demagógicos, enarbolando banderas prestadas, trató de obtener la fuerza necesaria para impedir el avance revolucionario de nuestro pueblo y la profundización de las medidas democráticas que las condiciones de nuestro desarrollo actual requieren. Por eso se conjugó con las fuerzas más visibles de provocación y las fuerzas del exterior para actuar como su legítimo brazo electoral e insistir, como siempre, en su actitud de partido antinacional, contrario a los intereses del desarrollo revolucionario de nuestro país.
Le hace el juego a las fuerzas del imperialismo extranjero, porque ése es su papel, tratando de dar una imagen equivocada en cuanto a que el gobierno que encabezará el licenciado Echeverría, será un gobierno contrario a la decisión mayoritaria del pueblo mexicano, producto del fraude, sin apoyo ninguno de las fuerzas esenciales de la nación y, claro, por esta condición, débil ante las presiones y agresiones del exterior y de las fuerzas conservadoras que le sirven nacionalmente. Es por eso que desde antes de las elecciones del 5 de julio, a lo largo de la campaña electoral nacional, el Partido de Acción Nacional ya planteaba sus opiniones respecto a que ésta sería una nueva farsa electoral. Y pasada la contienda electoral, en actitud franca y abierta contra las fuerzas democráticas, ha expresado 'que no reconoce como verdadera expresión de la voluntad popular los resultados parciales de las elecciones ni reconoce como auténticos representantes populares a los que el PAN califica de simuladores de la democracia y usufructuarios del poder'. Pero no tiene empacho en expresar que 'el único dato cierto de estas elecciones ha sido el incremento constante de nuestra votación, que revela el crecimiento de la oposición consciente'. Claro, los datos electorales son para estos señores válidos para negar el creciente desarrollo y la fuerza de los partidos democráticos y también para no reconocer la victoria evidente del candidato de las fuerzas progresistas y revolucionarias que infringieron una nueva y estruendosa derrota a las aspiraciones presidenciales del candidato del Partido - Iglesia.
Acción Nacional no abandona su posición, su actitud, a pesar de su lenguaje demagógico y contradictorio. Sigue siendo, como en el pasado, un instrumento de las diversas agrupaciones manejadas por la alta jerarquía de la Iglesia Católica y, claro, un instrumento más de las fuerzas exteriores que se oponen al progreso de nuestro pueblo.
Los vicios en el proceso electoral, contra los que ha venido luchando durante veintidós años el Partido Popular Socialista son evidentes; pero también hay que afirmar que existen cuestiones más graves que debían considerarse alrededor de la votación obtenida por el Partido Acción Nacional. Para los mexicanos patriotas, progresistas, que nos preocupamos por el desarrollo revolucionario de nuestro país, debe ser motivo de alarma que la votación de Acción Nacional sea una votación obtenida violando flagrantemente el orden constitucional, porque el partido conservador, que como organismo político no tiene organización ni fuerza, obtiene sus votos esencialmente con el apoyo de la actividad sectaria de todos los organismos confesionales ligados y dirigidos por la Iglesia Católica. De otro modo, no nos explicaríamos que este Partido, débil en un gran número de Entidades del país, aparezca con votaciones que no corresponden a su fuerza local.
El pueblo y las fuerzas democráticas debemos dar una contundente respuesta a esta fuerza de chantaje que a toda costa trata de minar el desarrollo democrático e independiente de México; porque Acción Nacional, lo que fundamentalmente desea, es que varíe el rumbo del próximo gobierno, que no se hagan efectivas las promesas hechas al pueblo y a las fuerzas democráticas por el licenciado Echeverría, que no se profundice la Revolución, que se abandone el camino nacional progresista y que se hagan más concesiones a las fuerzas del extranjero. Frente a esta actitud, las fuerzas democráticas, patrióticas, los mexicanos progresistas debemos unirnos para trabajar en común y fortalecer firmemente al gobierno que va a encabezar el licenciado Echeverría. En esta forma superamos los graves problemas de nuestro pueblo y del desarrollo nacional.
Cuando el Partido Popular Socialista habla de la conjunción de fuerzas, de la alianza, no se refiere a alianzas formales, sino de la acción común entre la corriente progresista del PRI y el PPS, los sectores nacionalistas y patrióticos de la burguesía nacional, la corriente limpia de la juventud y los intelectuales que estudian y piensan en el futuro. Hablamos de la acción conjunta ante problemas concretos de las fuerzas y los individuos que quieren el progreso ininterrumpido y acelerado de nuestro país. Por que independientemente de las discrepancias que existen entre la izquierda que el Partido Popular Socialista representa y las fuerzas progresistas de la pequeña burguesía y de la gran burguesía nacional, hay un objetivo común
entre ellas: el mejoramiento de la vida de nuestro pueblo y la independencia económica de la nación. En otras palabras, el olvido del pasado y la superación del presente.
Luis Echeverría, surgido de los elementos progresistas de su Partido y apoyado por sus mejores fuerzas, ha recibido el apoyo consciente de los partidos democráticos y de las mejores fuerzas populares, porque ha hecho planteamientos programáticos de gran significación que tienden a resolver los viejos y nuevos problemas de México y de su pueblo y, porque, además, estos planteamientos públicos representan un claro compromiso con el pueblo de México para conformar una política patriótica, nacionalista, inspirada en los más elevados principios de la lucha revolucionaria de nuestro pueblo. El mismo ha expresado que cuando un pueblo apoya incondicionalmente a su gobierno, el gobierno degenera y no sirve al pueblo.
¿Cuáles son para mi partido las cuestiones esenciales, dentro de las múltiples, planteadas por el licenciado Echeverría que nos indican la dirección de su gobierno y su interés por profundizar nuestra Revolución y acelerar el camino para la solución de los problemas graves que confrontamos los mexicanos? El ha expresado que 'parte de un esquema histórico e ideológico preciso para llegar a la conclusión de que la Revolución Mexicana debe acelerar su marcha y organizar mejor todos sus procedimientos para ser más eficaz en la conquista del bienestar económico para la mayoría de los mexicanos y para convertir la democracia política, lo más pronto posible, en una democracia económica'.
Y ha afirmado también que 'las metas históricas de México están perfectamente definidas: un desarrollo equilibrado y justo que distribuya en forma equitativa los bienes de la nación y el acrecentamiento de nuestra soberanía económica, las cuales habremos de alcanzar con el vigor de todos los miembros de la familia mexicana para el bienestar de los más pobres y para la dignificación de los más humildes".
Asimismo plantea que 'no hay independencia política, no hay soberanía cultural si no existen con prosperidad las bases económicas para esa independencia y esa soberanía'.
También afirma: 'En nuestro país hay injustos contrastes. Además de vivir un mundo frecuentemente amenazado por peligros que tienden a extremarse, a extenderse y a causar desequilibrios sociales, debemos reconocer que la diferencia entre poderosos y desvalidos es todavía demasiado grande y que, a veces, se acentúa a pesar de los esfuerzos por evitarlo. Por eso es doctrina del régimen que nuestro desarrollo sea armónico e integral, evitando que la riqueza se concentre de nuevo en unas cuantas manos y acentúe la pobreza de las mayorías... 'No debemos tolerar que la miseria conviva con la opulencia y que el sacrificio de muchos haga la prosperidad de unos cuantos'.
También define que 'la tecnología contemporánea está proporcionando las bases del progreso, los viajes al espacio exterior, el controlo de las aguas, la desalinización de las aguas marítimas para fines de riego y para fines urbanos, el progreso de la agricultura, el empleo de la electricidad. Todo ello son aspectos técnicos que es preciso que los mexicanos lleguen a dominar. Es imperativo revolucionario prepararnos día a día, minuto a minuto, para superar una situación que signifique dependencia con el extranjero. Es un imperativo para la consolidación de la independencia nacional.
En cuanto a las inversiones extranjeras, Echeverría afirma: 'Consideramos al capital extranjero, como meramente complementario.'
En otro aspecto del desarrollo económico nacional, Luis Echeverría ha expresado: 'Con la nacionalización de la electricidad, del petróleo, los ferrocarriles, de todos los recursos básicos, con la mexicanización de la minería, México acelerará su paso revolucionario hasta el logro de la justicia social.'
Y después señala: 'En una etapa más avanzada deberemos afrontar la formación de la industria de precisión y de la industria pesada hasta llegar a la producción de máquinas - herramientas, o sean las máquinas que sirven para hacer otras máquinas.'
En relación con las empresas del Estado, Echeverría dice: 'En la industria petroquímica, como en otros renglones, el Estado demuestra todos los días su capacidad para administrar empresas de la mayor jerarquía social, a efecto de asegurar un crecimiento armónico que, a su vez, se exprese en beneficio para los mexicanos. El control del Estado, que es el control directo del pueblo sobre sus propios recursos, debe seguir ejerciéndose con patriotismo, con eficacia y responsabilidad en los campos que la Constitución y sus leyes reglamentarias le asignan.'
En otro aspecto afirma el licenciado Echeverría: 'Necesitamos empleos; pero no a costa de la dignidad de los trabajadores. Sé que hay quienes piensan que hay que favorecer la explotación de la mano de obra en aras de una supuesta capitalización. Sé que hay quienes conciben el desarrollo como una prolongación de antiguas prácticas de servidumbre y aun quienes proclaman que para prosperar es preciso sacrificar el esfuerzo de una generación. A quienes así piensan, les respondemos que el régimen de la Revolución no traicionará sus principios y encauzará invariablemente el proceso del desarrollo por el camino de la independencia económica y de la justicia social.'
En cuanto al desarrollo industrial, el licenciado Echeverría ha afirmado: 'Unas cuantas décadas de esfuerzos sostenidos han bastado para probar que los mexicanos teníamos razón cuando decidimos convertirnos en una nación industrializada. Hemos desmentido con hechos las profecías de quienes vaticinaban que nuestro destino económico sería fatalmente el de proveedores de materias primas. El futuro que se nos reserva no era sino fruto negativo de actitudes colonialistas, a pesar de las cuales México está consolidando su independencia económica.'
Del mismo modo, el licenciado Echeverría recuerda que 'de cuando en cuando
algunos factores pregonan y nos quieren convencer de que debemos ser un país productor de materias primas. Sabemos, dice el licenciado Echeverría, que dentro del ámbito nacional los que carecen más de garantías son los campesinos y son, en general, los productores del todo tipo de materias primas. ¡Cómo en el concierto universal se va a resignar México a ser un productor de materias primas!'
Por otra parte expresa: 'En diversas formas he dicho que no podemos aceptar y que no serían viables modelos de crecimiento que prolonguen por más tiempo la pobreza de las mayorías. No creemos en un proceso de industrialización que se realiza a espaldas del pueblo ni tampoco aceptamos la etapa inicial del desarrollo.'
Y sigue afirmando sobre el mismo aspecto de la industrialización: 'Parece evidente la necesidad de modificar la estrategia de un crecimiento cuyo beneficio se ha concentrado alrededor de unas cuantas horas y que se caracteriza por enormes desigualdades en la distribución del ingreso. Las metas que persigue la Revolución Mexicana son irrenunciables. Si nuestro régimen no actuara con mayor vigor en contra de tendencias estructurales que propician el desequilibrio y la injusticia, terminaría perdiendo su autoridad moral y su razón histórica. Todos somos solidarios de la obra de engrandecer a México. Aquellos que más posean están obligados a dar más, porque la propiedad tiene un sentido social en el orden revolucionario mexicano.'
En otro aspecto expresa: 'El desarrollo científico y tecnológico es también el mejor camino para consolidar nuestra independencia. He advertido en otra ocasión que el llamado colonialismo científico se perfila como una nueva forma de dominación internacional.'
En cuanto a la Reforma Agraria, el licenciado Echeverría plantea algunas cuestiones esenciales como las que siguen: 'La cuestión agraria es un problema central de nuestra historia y está en el fondo de las grandes luchas del pueblo. La Reforma Agraria, tal como ha sido trazada por la Revolución Mexicana, es el único camino para resolver los problemas del campo. En su realización no haremos altos ni permitiremos demoras ni claudicaciones.'
Y sigue afirmando el licenciado Echeverría: 'Los gobernantes de afiliación revolucionaria estamos comprometidos a llevar adelante hasta su realización plena la Reforma Agraria, a preservarla de ataques y asechanzas de toda especie a depurarla y sanearla. A combatir con las armas de organización social y política, con la ley y el poder del Estado, a los latifundistas, viejos o nuevos, a los que trafican con la tierra y el trabajo de los campesinos, los intermediarios del interior y del exterior que despojan al hombre del campo de gran parte de lo que les pertenece, a los malos funcionarios o empleados que entorpecen o evitan la aplicación de la justicia agraria. Al crédito tardío, caro o mermado, por deshonestidad, el suministro de semilla de mala calidad o substraída fraudulentamente, al reparto suficiente e inoportuno del agua, la negligencia en la compra de las cosechas y el pago injusto de las mismas que constituyen, cuando ocurre, graves atentados contra los campesinos y la economía nacional...Todavía hay tierras que repartir, aunque no en las proporciones ni en la calidad de hace diez o veinte años. Está por repartirse la tierra de los latifundios abiertos o simulados que subsisten y en las que el gobierno pueda encontrar en condiciones de abrirse al cultivo. Reafirmo lo que ha repetido en varias ocasiones: lo que falta por repartir tendrá que ser pronto repartido.
En el mismo aspecto de la Reforma Agraria, el licenciado Echeverría ha planteado: 'Estoy resuelto a implantar el sistema de trabajo colectivo en los ejidos y en las comunidades donde sea aceptado por los campesinos, donde económicamente sea necesario para elevar la productividad y el rendimiento de la tierra.'
En cuanto a los latifundios, categóricamente ha afirmado: 'Quienes detentan latifundios están en rebeldía contra el derecho constitucional y contra una ley de la historia. Los latifundios que subsisten serán obligados a desaparecer por la acción del gobierno pronto.'
En cuanto al crédito en el campo, el licenciado Echeverría ha dicho que 'proporcionar recursos financieros a los campesinos no es obra de caridad, sino de fomento económico y desarrollo social, con lo cual se vigoriza el movimiento económico en provecho de todos. El dinero público o privado debe prestar un servicio social y de interés público, el ser accesible a quienes lo necesitan para trabajar, abrir fuentes de ocupación, producir y crear riqueza, impulsar la economía nacional generando mejores niveles de vida.'
En relación con la reforma educativa, plantea: 'Debemos apartarnos de los cauces trillados de quienes piensan en forma conservadora y contrarrevolucionaria. En ser simplemente hombres cultos para su propia satisfacción, para su embeleso personal, para que podamos, en cambio, producir jóvenes técnicos y profesionales con profundo sentido social, con convicción revolucionaria, con conocimiento de las posibilidades de su Estado, para que lo desarrollemos económicamente en beneficio de las mayorías.'
En el mismo aspecto del desarrollo educativo el licenciado Echeverría dice: 'Impulsaremos en todas las entidades del país una educación popular inspirada en nuestro humanismo revolucionario y apoyada en la técnica, que vigorice el crecimiento de las actividades productivas y rechace cualquier colonialismo.'
Y señala su decisión, en relación con la enseñanza técnica, afirmando que 'en los años por venir deberá ampliarse el contenido de la enseñanza técnica e incrementarse el contenido científico de la educación general de los mexicanos. Nuestros hijos, dice, perciben por todas partes los efectos de la revolución científica y sus aplicaciones tecnológicas. Enseñémosles a entender la razón y el sentido de esa enorme transformación de la sociedad humana para que sean en
el futuro gestores más activos en el cambio social de nuestro país'.
En sus planteamientos de orden internacional, el licenciado Echeverría ha afirmado y reiterado decididamente los principios históricos que han guiado las relaciones internacionales de nuestra patria. En este aspecto el licenciado Echeverría ha sido categórico diciendo: 'Nuestra doctrina no acepta ni justifica el dominio de un pueblo sobre otro. Condena cualquier tipo de presión internacional. Rechaza toda forma de colonialismo y sostiene que todos los pueblos son iguales y a todos asiste el mismo derecho de integrar libremente su personalidad política'...'No practicamos el nacionalismo con intenciones egoístas. Deseamos la amistad con todos los pueblos y aspiramos a nuevos estadios de superación. Contamos con los recursos humanos para lograrlo y nunca hemos creído que alguien pueda hacer por nosotros lo que a nosotros corresponde hacer'...'Como miembros de una nación soberana e independiente, libérrima en sus decisiones y reacia a cualquier intervención externa, profesamos como norma la solidaridad internacional y el respeto absoluto a todos los pueblos de la tierra'...'El sitio preeminente de México en el exterior y el respeto internacional que ha logrado obedecen a nuestra persistente defensa de la paz y el fomento constante de la solidaridad internacional. Estamos abiertos a toda manifestación civilizada, compatible con nuestra forma de ser, respetuosa, soberana e independiente'... 'Sólo la paz universal permitirá a la humanidad sobrevivir y cumplir su destino; pero la paz sólo podrá encontrarse en la democracia y en la justicia económica.'
Por otra parte, afirma: 'México desea ser un país independiente y soberano, que luchará si es preciso contra ejércitos superiores y mejor armados hasta el mayor de los sacrificios si necesario fuera, con tal de mantener su libertad y su independencia.'
Ha definido la independencia económica diciendo: 'Independencia económica significa el dinamismo y la eficiencia de nuestra economía nos permite competir airosamente en los mercados exteriores, a fin de no depender tan estrechamente de un solo comprador ni estar sujetos a la variación unilateral en la demanda y en el progreso de las materias primas.
En relación con los problemas de América Latina, Echeverría ha afirmado: 'Pienso que México debe incrementar con todos los países del mundo sus relaciones económicas y culturales, por tanto, con Cuba y con Latinoamérica. Con Cuba continuará la intensificación de relaciones comerciales y culturales y el mantenimiento de relaciones diplomáticas en los mismos y buenos planes que hasta ahora se han mantenido.'
En relación con el desarrollo democrático, el licenciado Echeverría ha expresado: 'Hemos afirmado que nos proponemos robustecer la organización municipal respetando su autonomía política. Habremos de estimular su mayor participación en el producto, promover el mejoramiento de su eficacia administrativa y depurar sus métodos democráticos. La función municipal debe tener el decoro y la capacidad de acción compatible con su importancia social. A los cargos municipales, como a toda función pública, deben llegar no los hombres más dispuestos a mandar, sino los más decididos a obedecer al pueblo y a suscitar su entusiasta cooperación.'
Asimismo ha afirmado que 'No concibo la autoridad gubernamental sin la autoridad moral, y la autoridad moral vengo a buscarla en el pueblo. Sólo así concibe la Revolución el poder político, como salido del pueblo y para servir al pueblo'...'Nos ha perjudicado con frecuencia, lamentablemente, el compadrazgo y el compromiso, el interés personal e inconfesable. Pero si de los cargos de dirección pública depende la conducción económica, la formulación de planes educativos, el estímulo a la organización social, el cobro de impuestos, el manejo de los dineros del pueblo, a esos puestos deben ir los más capaces, los más honestos y los más desinteresados'.
Y ha reiterado su decisión de hacer un gobierno honesto, cuando ha afirmado que 'ni compadrazgos ni negocios personales ni amistades inconfesables, ninguna actitud negativa debemos tener si es que realmente queremos ser leales con los principios de orden constitucional'.
En relación con nuestra Constitución nacional, Echeverría ha dicho: 'La Constitución de 1917 no es una Carta hecha y otorgada por el gobierno desde arriba, sino formada y fortalecida por el pueblo desde abajo. La Constitución no es intangible. Se ha reformado, y sin duda se le reformará cada vez que sea necesario, a condición de que permanezcan invariables las estructuras fundamentales que amparan la libertad, la democracia y la justicia.'
En relación con los derechos de la clase obrera, ha sido claro al afirmar: 'Nuevamente queremos expresar que el derecho de huelga será garantizado plenamente, ajustándose a los procedimientos legales, correspondiendo a los trabajadores ejercerlo y al Poder Público respetarlo y hacerlo respetar.'
En relación con el movimiento obrero ha afirmado: 'Para vigorizar nuestro movimiento sindical es preciso mejorar la democracia interna de los sindicatos. Es necesario que los miembros de los sindicatos participen más activamente en su vida sindical a efecto de mejorar todos los procedimientos del mismo, pues rasgo esencial de la Revolución ha sido su obrerismo.'
En relación con la juventud, Luis Echeverría ha planteado: 'Ser joven ha sido y será siempre en la colectividad humana prepararse para renovar la sociedad. Ser joven en México - en el período constructivo de la Revolución Mexicana - es y seguirá siendo prepararse, conocer bien la historia de nuestra patria, saber a fondo los principios de la Revolución, estudiar minuciosamente la Constitución y siempre a la sociedad mexicana con criterio revolucionario. No solamente la aportación biológica y psicológica de las nuevas generaciones es un elemento
determinante para la revolución social: se requiere que ésta se proyecte, que opere y se traduzca en aplicación de una madura reflexión que la juventud haga, plena de responsabilidad, de lo que ha sido nuestro país, de qué es su historia y de lo que el pueblo de México quiere, de acuerdo con los principios de la Revolución.'
Estas son algunas de las cuestiones doctrinarias y programáticas esenciales que en el curso de su campaña ha planteado al pueblo el licenciado Echeverría. Estos planteamientos son los que le han dado fuerza popular a su candidatura. Porque el pueblo mexicano ha encontrado identidad entre los planteamientos hechos por el licenciado Echeverría y sus máximas aspiraciones. De todo esto queda claro, para los mexicanos progresistas, que sabíamos que la Revolución Mexicana no podía superar los problemas fundamentales del pueblo y de la nación sólo impulsando la Reforma Agraria, mejorando y aplicando la legislación del trabajo e impulsando la educación popular.
Para todos era evidente que si la Revolución no establecía las bases para la independencia económica de la nación, todo lo logrado estaba amenazado de muerte, y en lugar de desarrollo de las fuerzas productivas y de posibilidades de relaciones justas en el campo de la producción, el país se podría paralizar ante la intervención sistemática y cada vez más audaz de las fuerzas económicas del extranjero. Estas bases para nuestra independencia económica están nítidamente trazadas en las concepciones de orden económico y social que plantea el licenciado Echeverría.
Por eso creemos, hoy más que nunca, en la necesidad de asociar todas las fuerzas, todas las voluntades de los mejores mexicanos, y estamos totalmente de acuerdo con el planteamiento del licenciado Echeverría cuando expresa que necesita de la unión de todos lo obreros y los campesinos, de los maestros y de los estudiantes, de los industriales y los comerciantes, de los políticos y ciudadanos comunes, de los hombres y mujeres, haciendo un llamado a incrementar esa unidad y afirmando que es el único medio para que continúe la marcha ascendente del país.
Nuestro partido, el Partido Popular Socialista, llama a todos los mexicanos patriotas y revolucionarios a afirmar el nacionalismo planteado por Luis Echeverría. Porque nosotros sabemos distinguir entre el nacionalismo de los fuertes y el nacionalismo de los débiles. El nacionalismo de los fuertes se llama imperialismo - colonización en la forma tradicional - o neocolonialismo, en tanto que el nacionalismo de los débiles significa progreso con independencia, derecho a defender sus recursos físicos que deben ser utilizados para su provecho exclusivo o preferente; derecho a vivir de acuerdo con sus características, resultados de su proceso histórico, que entraña una manera peculiar de entender el mundo y las relaciones humanas.
También debemos fortalecer a Luis Echeverría en su gobierno nacional progresista, para que amplíe las empresas estatales e impulse la nacionalización, la mexicanización de nuestro desarrollo económico. Porque para nosotros la nacionalización de los recursos físicos de la producción económica y de los servicios públicos en los grandes países capitalistas, sirve a los intereses de la minoría propietaria de los instrumentos de la producción y del cambio. Pero la nacionalización de esos recursos y actividades en el nuestro tiene otro carácter: sirve al interés inmediato y futuro del pueblo y de la nación.
Cuando se habla de capitalismo de Estado en un país imperialista, se está diciendo usar el Poder Público para fortalecer a los monopolios privados; pero en un país en desarrollo como México, el capitalismo de Estado representa lo opuesto: descolonializarlo y crear el punto de partida para formas superiores de la vida económica, política y social.
Debemos entender, compañeros diputados, que a pesar de todo el panorama internacional de hoy es propio para que el pueblo de México, y fundamentalmente sus fuerzas democráticas y revolucionarias, no sólo continúen la obra positiva de los gobiernos surgidos del movimiento revolucionario a partir de 1917, sino también para acelerarla y llevarla hacia nuevas y más importantes metas para satisfacción del pueblo.
Es necesario realizar lo que Luis Echeverría desea, cuando dice que: 'Alentemos la imaginación creadora de nuestro hijos enseñándoles que ninguna realidad es irreformable y que ningún conocimiento es el último; pero mostrémosles, como él dice también, la trayectoria de nuestro pasado para que conozcan el esfuerzo que hizo posible llegar al punto en que nos encontramos y para que sepan cómo elevar al país que vamos a entregarles.'
Porque todos conocemos que la naturaleza, de la cual forma parte la sociedad humana, está sujeta a normas que tienen realidad y vigencia por sí mismas. El hombre completa la acción de esas leyes, de las cuales es producto, utilizándolas en provecho de sus propias necesidades y deseos y acelera el progreso haciendo posible que la sociedad alcance nuevas etapas superiores a las precedentes.
El Partido Popular Socialista está de acuerdo con Luis Echeverría cuando plantea que sólo inspirados en los mejores hombres y en las mejores causas de nuestra patria habremos de luchar con eficacia en los próximos años, si es que con claridad y lealtad, compenetrados de esos ejemplos y de esas eternas orientaciones, nos entregamos, como lo pretendemos, al servicio de nuestro pueblo.
Por eso nos satisface la afirmación de Luis Echeverría cuando dice que Benito Juárez es la fuente permanente de su inspiración y de su trayectoria política y de su acción en los cargos públicos desempeñados y lo seguirá siendo si llega a la Presidencia de la República. Porque él mismo ha definido a Juárez como el funcionario público, el magistrado, el gobernante, el paradigma de honestidad inalterable, vocación de servicio, austero por naturaleza, jamás lo perturbaron inquietudes materiales, de espíritu inexpugnable ante embates de la reacción,
predestinado a las más altas responsabilidades y a las más nobles tareas, hizo de su vida cátedra permanente de patriotismo. Su nombre es arquetipo para los justos y reprobable para los claudicantes.
Señores diputados:
En esta hora difícil, en esta ocasión en que conjugaremos las mejores fuerzas para decidir el destino de México, los llamamos a fortalecer esta patria de Cuauhtémoc, de Bartolomé de las Casas, de Sor Juana Inés de la Cruz, de Carlos de Sigüenza y Góngora, de Miguel Hidalgo y Costilla, de José María Morelos, de Benito Juárez, de Valentín Gómez Farías, de Gabino Barreda, de Enrique Flores Magón, de Francisco I. Madero, de Emiliano Zapata, de Francisco Villa y de Vicente Lombardo Toledano. A inspirarnos en esta estirpe de los grandes creadores de México en la que siempre nos hemos inspirado los miembros del Partido Popular Socialista para servir a la patria y contribuir a engrandecerla. Porque somos hijos del pueblo, y hoy más que nunca porque hay que defender con coraje y con decisión nuestra independencia económica y política y también nuestro perfil histórico, nuestro modo de valorizar la existencia, nuestra concepción de las relaciones entre los hombres y entre los pueblos.'(Aplausos.)
El C. Presidente: Tiene la palabra el ciudadano diputado licenciado Hiram Escudero.
El C. Escudero Alvarez, Hiram: Honorable Cámara de Diputados:
"Los diputados miembros de Acción Nacional ratificaremos las declaraciones formuladas por nuestro partido en relación con las elecciones federales; y, en consecuencia, consideramos infundado el dictamen que declara electo Presidente de la República al candidato del Partido Revolucionario Institucional y votamos en contra, esencialmente porque las graves deficiencias del proceso electoral no permiten conocer con certeza el resultado real de los comicios.
Un análisis sereno y objetivo de las elecciones hubieran dado lugar a rectificar resultados notoriamente adulterados y podría haber establecido bases para fundar el Dictamen mencionado.
Desafortunadamente, privó el criterio partidista intransigente y el Dictamen se fundó en datos inaceptables, que no podemos aprobar sin faltar a la verdad.
Hemos sostenido y reiteramos que el desarrollo social y económico es incompleto y carece de consistencia sin un desarrollo político paralelo, fincado en el respeto práctico de los derechos de los ciudadanos a participar eficazmente en la vida pública.
El pueblo ha realizado un esfuerzo decidido y continuado para dar vigencia a las instituciones democráticas; pero el régimen no sólo no ha promovido, sino que ha entorpecido la evolución necesaria para hacer fecundo ese esfuerzo. Corresponde al nuevo Gobierno la responsabilidad de abrir los cauces que hagan posible esa evolución y logren la madurez política de nuestra patria.
Cualquiera que sea la actitud del nuevo Gobierno, Acción Nacional continuará su lucha por la instauración de una auténtica democracia en México.
Diputado licenciado Guillermo Baeza Somellera. - Diputado licenciado Bernardo Bátiz Vázquez. - Diputado Mayo Arturo Bravo Hernández. - Diputado profesor José Blas Briceño. - Diputado licenciado Hiram Escudero Alvarez. - Diputado doctor Roberto Flores Granados. - Diputado licenciado Jorge Garabito Martínez. - Diputado C.P. Magdaleno Gutiérrez H. - Diputado Miguel Hernández Labastida.- Diputado doctor Guillermo Islas Olguín. - Diputado licenciado Juan Landerreche Obregón. - Diputado licenciado Miguel López González. - Diputado doctor Juan Manuel López Sanabria. - Diputado ingeniero José Melgarejo Gómez. - Diputado Alfonso Orozco Rosales. - Diputado licenciado Francisco Peniche Bolio. - Diputado profesor Jesús Rojo Pérez. - Diputado licenciado Guillermo Ruiz Vázquez. - Diputado Inocencio Sandoval Zavala. - Diputado ingeniero Ernesto Velasco Lafarga."
El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al ciudadano diputado licenciado Cuauhtémoc Santa Ana.
El C. Santa Ana Cuauhtémoc: Ciudadanos diputados:
"Asistimos a una de las sesiones más importantes que habrán de celebrarse durante el ejercicio de la XLVIII Legislatura del Congreso de la Unión. Por mandato constitucional este Colegio Electoral califica las elecciones para Presidente de la República y declara electo al ciudadano que haya obtenido mayoría de votos, porque aquí está reunido todo el pueblo de México, a través de sus representantes legítima y libremente elegidos.
La idoneidad jurídica, política y moral de esta honorable Asamblea para ejercer tan importante función, está avalada por el consenso general de la ciudadanía expresado en las urnas electorales.
No podemos aceptar que se hable de graves deficiencias cuando se aceptan los resultados únicamente en cuanto les conviene y les permite su presencia en este recinto. (Aplausos.)
El histórico dictamen presentado a la Consideración de vuestra Soberanía por la Gran Comisión está apoyado, independientemente de los ordenamientos legales conducentes, en verdades incontrovertibles en el terreno de la honestidad personal, innegables por quienes posean un mínimo de ética política.
Las pasadas elecciones constitucionales para Presidente de la República, constituyen una prueba fiel de que seguimos marchando en firmeza por el camino del perfeccionamiento democrático. Si en muchos países el proceso eleccionario provoca graves desajustes en su vida interna y en sus condiciones de convivencia internacional, entre nosotros, la consulta de la voluntad ciudadana y la transferencia de los
cargos de elección popular, consolidan el estado de derecho que garantiza la paz interna y la estabilidad nacional, indispensables para la obra de desarrollo. En el logro y mantenimiento de estas fundamentales conquistas del pueblo mexicano, ha sido factor determinante el partido que encarna las aspiraciones justicieras de las grandes mayorías y recoge los anhelos de superación permanente de todos nuestros compatriotas: el Partido Revolucionario Institucional.
El dictamen que hemos escuchado, no podía tener otro sentido que el expresado por la Gran Comisión. Postulado por el partido mayoritario como candidato a la máxima responsabilidad nacional, de inmediato todos los sectores de la población hicieron suya la candidatura de un hombre que no habla otro idioma que el del pueblo; que no entiende la función pública como privilegio, sino como patriota entrega a la tarea encomendada; que no practica la política como actividad degradante, sino como trabajo que enaltece y honra a quien lo desempeña con pasión de servir. Este mexicano que ha penetrado a las conciencias que tienen fe en el destino de México es Luis Echeverría Alvarez.
El marco institucional celosamente preservado y fortalecido por el gobierno del Presidente Díaz Ordaz ha permitido y garantizado el avance democrático del país. El ejercicio de los derechos políticos no ha tenido otra limitación que el respeto a los derechos de los demás. La misma libertad que fingen reclamar pequeñas minorías disidentes les permite gritar, a veces insultantemente, sus inconformidades y desbordar su sectarismo en grotescas exhibiciones de pobreza ideológica. (Aplausos.)
Con este espíritu de invariable respeto a las normas que rigen la vida del país, el pueblo y los organismos electorales realizaron el pasado 5 de julio, tal como lo expresa el dictamen, las más amplias y copiosas elecciones de la historia patria.
Apoyado sólidamente en los principios de la Revolución Mexicana, Luis Echeverría llevó a todos los ámbitos de nuestro territorio el vigor de su pensamiento y la firmeza de su convicción progresista. Sostiene la vigencia de los principios que informan el histórico movimiento social de 1910 y 1913 al analizar la realidad nacional con un criterio dinámico, que exige la acelerada y permanente transformación del país en beneficio de los más grandes sectores de nuestro pueblo. Afirma que la tarea estará inconclusa en tanto los propósitos de justicia social, que animan la obra revolucionaria, no se hagan realidad en el último ejido, en el último rincón del campo, hasta que no lleguen a los poblados más pequeños las condiciones necesarias que permitan a sus pobladores una vida compatible con la dignidad humana y con el grado de desarrollo básico de las grandes ciudades.
A través de más de 56,000 kilómetros recorridos en una campaña sin precedentes, el candidato de la Revolución Mexicana dialogó con hombres, mujeres y jóvenes de todas las condiciones económicas y culturales: observó personalmente los obstáculos que impiden el desarrollo de muchas áreas de nuestra geografía; escuchó soluciones a los problemas planteados y se comprometió a poner todo su esfuerzo y capacidad al servicio de México, si el voto popular le entregaba la tarea de coordinar los esfuerzos nacionales en los próximos seis años.
¡Cómo no iban a votar por Echeverría los obreros, los campesinos y la clase media progresista, si en él encontraron al seguro continuador de una obra que el país inició hace sesenta años!
¡Cómo no iba a ganar la elección un hombre identificado estrechamente con las metas que el propio pueblo se ha trazado! ¡Cómo no contar con el apoyo de casi todos nuestros compatriotas, si con amplio sentido de autocrítica, que proporciona la fortaleza de los principios que se sustentan, se reconocen las fallas y se convoca a la enmienda!
Pero no hacemos aquí el elogio de un hombre que es ya depositario de la confianza de todos los mexicanos; nos interesa hacer hincapié en el legado ideológico que la campaña electoral del candidato del pueblo de México dejó como línea de conducta a seguir en el próximo sexenio. No anunció una tarea a realizar por la Administración Pública, sino planteó las metas a cuya consecución debe concurrir el esfuerzo de todos. No ofreció soluciones utópicas ni logros sobrenaturales; sino la aplicación de las medidas adecuadas que, unidas al trabajo de los connacionales, nos permitan superar viejas carencias y mejorar los aciertos hasta ahora conseguidos.
Los campesinos del país, están seguros de que en el Gobierno de Luis Echeverría se continuará trabajando por cumplir los objetivos agraristas de la Revolución Mexicana. Diversificación de cultivos donde sea necesario; mejoramiento permanente de los canales de crédito; tecnificación acelerada de las labores agrícolas; comercialización correcta de los productos agropecuarios; racional distribución de la población rural mediante la colonización de grandes extensiones del territorio nacional; organización de la fuerza de trabajo en el campo para que el ejidatario y el auténtico pequeño propietario obtengan mejores utilidades; creación de la infraestructura que lleve capitales al agro para multiplicar las fuentes de ocupación que absorban los excedentes de mano de obra, son algunas de las tareas que habrán de llevarse a cabo, a efecto de asegurar mercados internos que permitan una sana industrialización y un desarrollo equilibrado.
No podemos soslayar los reiterados llamamientos a los inversionistas mexicanos para que con criterio nacionalista pongan sus recursos al servicio del desarrollo del país. Frecuentemente, quienes todo lo poseen son los principales detractores de las obras que tienden a distribuir equitativamente el producto del esfuerzo de la colectividad.
Estamos seguros que se responderá al reclamo del próximo Presidente de México.
La reforma educativa es otro reto a la capacidad de todos nuestros compatriotas. La
preparación de los especialistas que México necesita para impulsar su desarrollo, será consecuencia obligada de la aplicación correcta de tan saludable medida.
En Luis Echeverría han encontrado los jóvenes de todos los rumbos de la geografía patria, un espíritu abierto y un auténtico depositario de sus esperanzas. De la juventud ha reclamado su apoyo para renovar todo lo que en el país sea preciso, con desinterés, con criterio nacionalista y revolucionario; de ella espera una actitud crítica del ambiente social, pero con una base profundamente mexicanista, que sea producto de un análisis riguroso de la realidad social, de lo que la Revolución ha logrado y de lo que necesita lograr en el futuro.
Fueron muchos los temas y variados los problemas sobre los que Luis Echeverría dialogó con los mexicanos; a ellos manifestó su seguridad de que no habrá carencia que no se pueda satisfacer, ni obstáculo que no se pueda remover si persiste la unidad de propósito entre pueblo y gobierno; si se conjugan, cada vez mejor, los esfuerzos de uno y otro; si se armonizan aun más todas las voluntades en torno a los principios de la Revolución Mexicana.
Tenemos fe en que Luis Echeverría será un gran Presidente de México; para ello cuenta con el respaldo absoluto de un pueblo empeñado en alcanzar mejores niveles de desarrollo por el camino trazado por nuestro gran movimiento social. Estamos ciertos de que nuestro mejor instrumento será la Constitución de 1917, norma e ideario de la vida nacional.
Señores diputados:
En medio de las grandes convulsiones que agitan a muchos países del mundo y de las tiranías que oprimen a millones de seres humanos, continuaremos labrando nuestro progreso en la paz, la independencia y la libertad. Estas conquistas son producto de las instituciones que forman el marco dentro del cual se desenvuelve la vida de una nación que aspira a perfeccionar, cada vez más, sus procesos democráticos, y que ha hecho de la consulta de la voluntad popular, el mejor camino para ampliar su horizonte histórico.
Cada seis años, la Revolución Mexicana en su constante devenir, se renueva y vigoriza con la sucesión de sus mejores hombres al servicio de México. En este avance ininterrumpido ha seleccionado siempre al ciudadano idóneo para conducirla acertadamente hacia realizaciones que nos acercan más a las metas trazadas.
Ahora, ha escogido como su nuevo guía a un mexicano que responde cabalmente a las exigencias del momento histórico que vivimos. Nuestro pueblo pone en manos de Luis Echeverría la bandera redentora que un día enarbolaron Madero y Carranza, seguro de que su brillante trayectoria como servidor público, su extraordinaria capacidad de trabajo, su reconocida honestidad pública y privada, su profundo respeto a las normas legales que nos rigen y su acendrada convicción progresista son garantía para continuar aceleradamente la obra de la Revolución Mexicana.
El dictamen de la Gran Comisión es un documento elaborado después de una minuciosa revisión de los documentos electorales que obran en su poder; pero no se limita a la fría exposición de datos numéricos, sino que recoge con gran fidelidad el sentido de la voluntad popular, que en forma abrumadoramente mayoritaria, una vez más ha refrendado su confianza en la doctrina de nuestra Revolución. Votar a favor de este dictamen es sufragar por el progreso de México." (Aplausos.)
El C. Presidente: Consulte la Secretaría si el dictamen se encuentra suficientemente discutido en lo general.
- La C. secretaria Anderson Nevárez, Hilda: Por acuerdo de la Presidencia, esta Secretaría pregunta a la Asamblea si el dictamen se encuentra suficientemente discutido en lo general. Los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Suficientemente discutido.
En consecuencia, se va a proceder a recoger la votación nominal en lo general. Por la afirmativa.
El C. secretario Altamirano Marín, Ignacio: Por la negativa.
(Votación.)
- La C. secretaria Anderson Nevárez, Hilda: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la afirmativa?
El C. secretario Altamirano Marín, Ignacio: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la negativa?
Se va a proceder a tomar la votación de la Mesa.
(Votación.)
- La C. secretaria Anderson Nevárez, Hilda: Señor Presidente: El proyecto de Decreto ha sido aprobado en lo general por 191 votos a favor y 20 votos en contra.
El C. secretario Altamirano Marín, Ignacio: Está a discusión en lo particular. No habiendo quien haga uso de la palabra, se va a proceder a la votación nominal en lo particular. Por la afirmativa.
- La C. secretaria Anderson Nevárez, Hilda: Por la negativa.
(Votación.)
El C. secretario Altamirano Marín, Ignacio: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la afirmativa?
- La C. secretaria Anderson Nevárez, Hilda: ¿Falta algún ciudadano diputado de votar por la negativa?
Se va a proceder a tomar la votación de la Mesa.
(Votación.)
El C. secretario Altamirano Marín, Ignacio: Señor Presidente: fue aprobado en lo particular el proyecto de Decreto por 191 votos afirmativos y 20 en contra.
Aprobado en lo general y en lo particular, pasa al Ejecutivo para sus efectos constitucionales.
DECLARATORIA.
El C. Presidente: Se invita a todos los presentes a ponerse de pie.
La Cámara de Diputados de la XLVIII Legislatura del Honorable Congreso de la Unión, en uso de las facultades que le otorga la fracción
I del artículo 74 de la Constitución General de la República y el 126 de la Ley Electoral Federal, declara:
"Son válidas las elecciones para Presidente de la República celebradas el día 5 de julio del presente año. Es Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos para el período que comienza el 1o. de diciembre de 1970 y termina el 30 de noviembre de 1976, el C. licenciado Luis Echeverría Alvarez."
(Aplausos.)
De conformidad con el artículo 87 Constitucional, el Presidente Electo, Luis Echeverría Alvarez, se presentará ante el H. Congreso de la Unión a otorgar la protesta de Ley el 1o. de diciembre del presente año; publíquese y promúlgase por bando solemne en toda la República. (Aplausos.)
COMISIONES DE CORTESÍA
El C. Presidente: Para notificar la anterior Declaratoria, esta Presidencia designa en comisión a los siguientes diputados:
Al C. Presidente de la República: C. diputado Santiago Roel García, C. diputado Abdón Ortíz Cruz, C. diputado Juan Figueroa Velasco, C. diputado Alejandro Gascón Mercado y C. diputado Fortino A. Garza Cárdenas.
Al C. licenciado Luis Echeverría Alvarez: Encabezados por esta Presidencia, todos los ciudadanos diputados de esta Legislatura.
A la H. Cámara de Senadores: C. diputado J. Jesús Arroyo Alanís, C. diputado Filomeno López Rea, C. diputado Marco Antonio Espinosa Pablos, C. diputado Simón Jiménez Cárdenas y C. diputado Roberto Herrera Giovanini.
A la H. Suprema Corte de Justicia de la Nación: C. diputado Vicente Martínez Santibáñez, C. diputado Roberto Estrada Salgado y C. diputado José Casahonda Castillo.
- La C. secretaria Anderson Nevárez, Hilda: Señor Presidente; la Secretaría informa que se han agotado los asuntos en cartera.
- El C. Presidente (a las 12:55 horas): Se levanta la sesión de Colegio Electoral y se cita a sesión de Cámara para el próximo viernes 25 de los corrientes, a las 11 horas, en la que se tratarán los dictámenes pendientes de discusión sobre permisos constitucionales solicitados.
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y
"DIARIO DE LOS DEBATES"