Legislatura XLVIII - Año III - Período Extraordinario - Fecha 19730130 - Número de Diario 2
(L48A3P1eN002F19730130.xml)Núm. Diario:2ENCABEZADO
DIARIO DE LOS DEBATES
DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
XLVIII LEGISLATURA
Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921
AÑO III México, D. F., Martes 30 de Enero de 1973 TOMO III. - NUM. 2
PERIODO EXTRAORDINARIO
SESIÓN DE APERTURA DE CONGRESO GENERAL
SUMARIO
Apertura
Se abre la sesión de Congreso General
Declaratoria
La Presidencia declara abierto el primer período extraordinario de sesiones del tercer receso de la XLVIII Legislatura del Congreso de la Unión, a que fue convocado por su Comisión Permanente
Motivos de la Convocatoria
La Secretaría da lectura al documento suscrito por el C. senador Enrique Olivares Santana, Presidente de la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, por el que, de conformidad con el artículo 69 constitucional, informa a la Asamblea las razones por las cuales se acordó convocar a un período extraordinario de sesiones. Insértese en el Diario de los Debates
Homenaje Póstumo
Para rendir homenaje a Alfredo V. Bonfil, quien fuera diputado federal por el Estado de Querétaro, fallecido trágicamente, hacen uso de la palabra los CC. senador Alejandro Carrillo y diputado Rafael Rodríguez Barrera. Acto seguido se guarda un minuto de silencio en su memoria.
Acta
Lectura y aprobación del Acta de la presente sesión. Se levanta la sesión de Congreso General
DEBATE
PRESIDENCIA DEL C. RAFAEL CASTILLO CASTRO
(Asistencia de 172 ciudadanos diputados y 56 ciudadanos senadores.)
APERTURA
- El C. Presidente (a las 12:05 horas): Se abre la sesión de Congreso General.
DECLARATORIA
El C. secretario Rodríguez Santoyo, Raúl: Se suplica a todos los presentes ponerse de pie.
El C. Presidente: "La XLVIII Legislatura del Honorable Congreso de los Estados Unidos Mexicanos abre hoy, 30 de enero de 1973, el Primer Período Extraordinario de sesiones del Tercer Receso, a que fue convocado por su Comisión Permanente." (Aplausos.)
MOTIVOS DE LA CONVOCATORIA
- El mismo C. Secretario:
"Honorable Asamblea:
Bajo el régimen del Presidente Luis Echeverría la vida nacional se desenvuelto con un excepcional dinámica que tiende a afrontar, para solucionarlas a la brevedad posible y con la mayor eficacia, las necesidades nacionales cada día crecientes y más complejas. Gracias a este ritmo de trabajo, que entraña un profundo reexamen de nuestros problemas, México a logrado avances verdaderamente positivos e irrevisibles que han cambiado ya, en buena parte, las condiciones de vida del país. Por un elevado y comprensible interés nacional, es obvio que la marcha ascendente del país no puede ni debe detenerse, que hace absolutamente necesario, mediante el uso de los mecanismos jurídicos, profundizar y hacer más dinámica esta etapa de la vida nacional.
Inspirado en estos propósitos, el Presidente de la República solicitó de esta H. Comisión Permanente la expedición de la convocatoria a un período extraordinario de sesiones del Congreso de la Unión para estudiar, discutir y aprobar en su caso diversas iniciativas de ley que conciernen a cuestiones vitales de la vida del país, conforme a un diseño muy necesario y útil para resolver, mediante la
acción legislativa, problemas que interesan profundamente a la Nación.
Con base en esta premisa debo informar a esta H. Asamblea, de conformidad con la obligación que me impone el artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de los motivos que tuvo la Comisión Permanente para convocar a período extraordinario de sesiones.
Ya en la sesión de la H. Comisión Permanente, del jueves 25 de los corrientes, las Comisiones Unidas de Gobernación y Puntos Constitucionales emitieron un bien fundado dictamen en el que expusieron las razones que concurren en este caso para convocar al período extraordinario. En apoyo del dictamen el C. diputado Rafael Castillo Castro y el C. senador Enrique González Pedrero analizaron los términos de la proposición presidencial, encontrándolos debidamente justificados para expedir la convocatoria correspondiente. Ambos legisladores tomaron en cuenta la situación nacional y concluyeron que es necesario y altamente conveniente para el país esta nueva etapa de trabajo legislativo a fin de conocer, estudiar y resolver sobre las iniciativas de Ley enlistadas en la solicitud del Presidente de la República, proyectos cuya trascendencia económica y social fue convenientemente destacada por los dos legisladores.
En atención a tales circunstancias los miembros de la H. Comisión Permanente aprobaron por unanimidad de votos, en dicha sesión, el decreto de convocatoria a un período extraordinario de sesiones del H. Congreso de la Unión, a partir del 30 de los corrientes, para ocuparse, en los términos constitucionales respectivos, como ya se indicó, de los asuntos que en el propio decreto se consignan.
Deseo dejar testimonio del alto sentido de responsabilidad y de justa comprensión de los problemas nacionales demostrados por los miembros de la Comisión Permanente, al considerar la proposición del titular del Poder Ejecutivo sobre la necesidad de este período extraordinario. Fueron valoradas en su contenido y proyección todas y cada una de las iniciativas de Ley especificadas en la proposición presidencial, llegando a la conclusión de que los problemas a que se refieren hacen inaplazable la acción legislativa, puesto que se encaminan a resolver cuestiones de gran importancia en la vida institucional del país, de acuerdo con el enfoque que le ha dado a ésta el Gobierno de la República para lograr un desarrollo nacional armónico y equitativo. Estas iniciativas legales son, todas ellas, del más alto interés nacional y representan un innegable propósito de beneficio colectivo.
Bastará señalar, como ejemplo, que la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular la Inversión Extranjera es vital en el desarrollo independiente del país y responde a una demanda nacional. La Ley del Seguro Social tiende a ampliar y perfeccionar el concepto de este importante servicio público. El Código Sanitario se orienta a educar este ordenamiento a las nuevas condiciones del país, sujetas a cambios constantes por obra de la propia acción gubernamental y de la transformación social.
De esta manera, señores diputados y senadores, quedó bien clara y justificada la necesidad de fortalecer y perfeccionar el andamiaje jurídico en que se apoya la actividad del Estado Mexicano, y que sirve de base a la intensa y constructiva labor del Presidente de la República para resolver viejos y nuevos problemas, y es condición indispensable para mantener el ritmo de desarrollo tan alentador de la vida mexicana en esta etapa. Son, repetimos, proyectos de ley que de aprobarse harán más ágil y eficaz los instrumentos legales de que dispone la administración pública para la debida solución de los requerimientos sociales y políticos de la Nación.
Los miembros de la H. Comisión Permanente tienen conciencia, creemos que lo mismo piensa la opinión pública nacional, de que las Cámaras del Congreso de la Unión desplegaron el máximo esfuerzo en su último período ordinario de sesiones, no obstante lo cual algunas iniciativas quedaron pendientes y se suman a las de nueva formulación que exige el desarrollo de México. Esto es un signo altamente estimulante en la vida pública del país. Demuestra que la Nación está en marcha, que sus instituciones, lejos de anquilosarse, cobran cada día mayor vitalidad y de que crece y se generaliza el espíritu creativo de los mexicanos en esta etapa para lograr más altos niveles de existencia y fortalecer la soberanía nacional.
La H. Comisión Permanente tomó también en cuenta el principio constitucional de colaboración entre los Poderes de la Unión. Si esta norma jurídica y política ha sido válida en todo tiempo, desde la creación de la República Federal, con mayor razón lo es en nuestros días, cuando la complejidad de los asuntos nacionales reclama la más estrecha coordinación de los órganos de gobierno para impulsar de manera conjunta y armoniosa el funcionamiento de las instituciones, en bien de un desarrollo que lejos de disminuir su ritmo debe acrecentarlo todos los días, en la medida en que crece la población, se agudizan viejas necesidades o surgen otras nuevas y hay por lo tanto un reclamo incesante de soluciones eficaces, prontas y de conjunto.
La Comisión Permanente, institución de nuestro derecho público es un instrumento jurídico mediante el cual se mantiene ininterrumpidamente vigente la representación popular frente a los Poderes Ejecutivos y Judicial, elementos esenciales de nuestro sistema republicano desde el inicio de la república federal. La H. Comisión Permanente ha sido un órgano imprescindible y de funciones específicas importantes, entre las cuales se incluye precisamente el ejercicio de aquella que nos ha permitido convocar a este nuevo período de sesiones, en uso de la facultad que le concede la fracción IV del artículo 79 de la Constitución, y de conformidad con la proposición que hizo el Presidente de la República con base en sus facultades legales
consideramos que de esta manera hacemos honor a nuestra convicción política y a nuestras obligaciones constitucionales de promover, dentro de los marcos de la ley, mediante la acción legislativa, con una justa noción de los signos y las necesidades de nuestro tiempo, nuevos avances que consoliden una estructura jurídica cada día más operante, dinámica y viva. Así, por otra parte, sobre el principio de la colaboración de poderes, coadyuvamos desde nuestra esfera constitucional al progreso de México.
Me es profundamente satisfactorio dejar constancia de que la H. Comisión Permanente que me honro en presidir, como lo ha hecho en otras ocasiones, ha dado una nueva y positiva demostración de su visión de la vida institucional en marcha ascendente, y de su justa idea de la colaboración de poderes en que se asienta la estructura jurídica de la Nación, como base, y medio, a la vez, del desarrollo nacional en nuestro tiempo, inspirado en los más altos propósitos de progreso, de armonía y de equidad, premisas necesarias para servir pronta y cabalmente a México.
Senador Enrique Olivares Santana, Presidente de la H. Comisión Permanente. (Aplausos.)
-Trámite: Insértese en el Diario de los Debates.
HOMENAJE PÓSTUMO
El C. Presidente: Por un consenso general de los miembros del Congreso de la Unión, se han dirigido a esta Presidencia, los ciudadanos senador Alejandro Carrillo y diputado Rafael Rodríguez Barrera, para rendir homenaje póstumo a nuestro compañero diputado Alfredo V. Bonfil.
Tiene la palabra el ciudadano senador Alejandro Carrillo y se le ruega pasar a la Tribuna.
El C. senador Carrillo, Alejandro: C. Presidente, CC. diputados y senadores, llego a esta tribuna para hacer patente la pesadumbre que embarga a todos y cada uno de los integrantes del Senado de la República por la tragedia que ha conmovido a nuestro país y en la cual perecieron valiosos mexicanos, capitaneados por uno de los combatientes de la causa campesina que más brillantez le han dado a esta lucha en los últimos años.
Alfredo V. Bonfil fue un luchador incansable, comprometido con la causa de la reforma agraria de México, no hay seguramente en la historia de nuestro país un asunto que tenga tanta hondura, que tenga presencia constante a lo largo de la historia patria como el de la lucha por la tenencia de la tierra.
Fue Bonfil un combatiente comprometido con la causa de los campesinos, vivió apasionadamente al servicio de ellos, tenía prisa en servirles, porque sabía bien como lo saben quienes conocen el dolor de los hombres del campo que no puede perderse una hora ni un minuto en tratar de mitigar el dolor casi permanente de los campesinos de nuestro país Patria.
No se puede vivir en un país como el nuestro de espaldas a la angustia de las mayorías que integran la nación y Bonfil así lo entendió, de allí su prisa, su empeño de servir aceleradamente, haciendo caso omiso de los riesgos que este esfuerzo significaba.
No fue Bonfil una flor de invernadero, fue un hombre de carne y hueso que salía al viento, que salía al campo para conocer los problemas y para enfrentarse a distintos puntos de vista de sus moradores.
Pensar que en los problemas campesinos hay una sola solución, siempre es no conocer lo multiforme de la problemática agraria.
Que tuvo enemigos. Enhorabuena que los haya tenido. Los hombres de lucha se miden no solamente por sus amigos y por sus correligionarios, sino por sus adversarios y por sus enemigos.
Pero su compromiso lo cumplió hasta el final, cayó en el cumplimiento del deber, como deben caer todos los que están comprometidos en una lucha de esta naturaleza, si el destino así quiere que ocurra.
La Reforma Agraria en nuestro país tiene viejas raíces, tan vieja como la historia de México mismo. Cuando Miguel Hidalgo y Costilla que fuera rector del ilustre Colegio de San Nicolás llama al pueblo cuando lanza a rebato las campanas de la Parroquia de Dolores, uno de los primeros Edictos que el cura insurgente da a conocer a su pueblo, es aquel que se refiere al compromiso que adquiere de que habrán de ser devueltos a los naturales, las propiedades que legítimamente les pertenecían.
Cuando más tarde, en otra etapa trascendental de la historia de nuestro país, los hombres de la Reforma terminan con el feudalismo eclesiástico, se piensa también en la necesidad de que se haga justicia a los hombres del campo; pero este empeño de los liberales no tuvo buen éxito porque sólo hubo un solo cambio de signo en el régimen latifundista. Si es verdad que el feudalismo de la iglesia terminó, surgió inmediatamente después para sustituirle el régimen laico que dejaba a los campesinos en las mismas; en idénticas condiciones de servidumbre.
Por eso el estallido popular que se inicia con Francisco I. Madero tiene un contenido y un perfil campesinos que nadie puede discutir. Fueron ellos los que dieron el contingente mayor para las luchas populares que convulsionaron a México; fueron ellos los que exigieron el cumplimiento de la vieja promesa que se les había hecho desde la época de la insurgencia. Los campesinos a pesar de que sabían que no tenían condiciones propicias para cultivar la tierra; a pesar de que México cuando triunfa la Revolución se encuentra en bancarrota económica; con sus comunicaciones ferroviarias destruidas; con muchas de sus minas inundadas; con muchas de las haciendas incendiadas; a pesar de todo ello, los campesinos exigen la tierra porque se las había prometido: primero Zapata en el Plan de Ayala, y después Venustiano Carranza el 6 de enero de 1915.
Los campesinos no han podido resolver integralmente el problema que les afecta. Lo
sabemos todos los que queremos ser sinceros con nosotros mismos. La realidad del campo todavía nos duele a aquellos que queremos apasionadamente al mexicano que integra la mayoría de nuestro país; sabemos perfectamente que hoy se están dando pasos muy importantes para lograrlo. Ya otros han sido dados en el reciente pasado para que la Reforma Agraria no sea simplemente la entrega de la tierra al campesino y este tenga la satisfacción de morirse de hambre en su propia tierra, como antes en la época feudal se moría de hambre en la tierra del hacendado.
No es esto lo que quiere la Revolución Mexicana. Si no se han resuelto de una manera cabal todos los problemas para darle al campesino lo que él merece, no ha sido por falta de voluntad. Se sabe ya y el pensamiento y la acción de un hombre como Luis Echeverría son la mejor demostración de que hay que aunar a la entrega de la tierra a los campesinos, la entrega de recursos que les permita hacerla, hacerla producir para que sea fructífero su trabajo; para que no sigan en la miseria en que han vivido atormentados durante siglos y siglos.
Por esa causa alistarse en las filas de los campesinos aunque no se tenga ese origen desde el punto de vista del lugar donde se nació, es indudablemente una señal de sensibilidad y de sentido de responsabilidad de nuestro tiempo por parte de aquellos que tienen preocupación profunda por el México de nuestros días y Bonfil, en este sentido, se destaca como un combatiente singular. En esta tribuna cuántas veces le escuchamos de una manera vibrante expresar sus puntos de vista en defensa de los campesinos que él representaba y en el extranjero, en la Reunión Interparlamentaria última, fuimos testigos, emocionados testigos de la forma constante y empeñosa en que él dirimió con los colegas norteamericanos, todo aquello que se refería al problema de la salinidad del Río Colorado en Baja California que afectaba a muchos campesinos de nuestro país. Empecinado sí, empecinado en defender sus derechos, por eso, por eso nosotros los integrantes del Senado en esta ocasión que es propicia porque se celebra una sesión de Congreso General, queremos hacerles patente la lamentación profunda que nos causa la muerte de este joven y destacado luchador en favor de los campesinos mexicanos. Fue diputado y como tal cumplió con su deber, pero fundamentalmente fue un combatiente social, fue un hombre que quería ver pronto ya a México transformado, que veía los resplandores de la aurora de una nueva etapa y que quería acelerar el paso con el objeto de que esta aurora se convirtiera en su sol prepotente y brillante lo más pronto posible. Por estas razones los senadores nos unimos a ustedes a rendir homenaje póstumo a un brillante joven mexicano que honró al Congreso de México, al Poder Legislativo en su carácter de diputado y que incuestionablemente dejará una huella muy profunda entre los jóvenes y los que ya no lo son, pero que aceptan tener la obligación insoslayable de servir al sector más desamparado de nuestra patria como es el sector campesino.
Consideramos que junto con él debemos recordar también a jóvenes mexicanos que fueron sus colaboradores, que eran también espléndidas promesas para los que luchan por la causa Agraria y para los que creemos en la necesidad de que los campesinos reciban justicia plena. Nos asociamos también al dolor que embarga a sus familias y a la pesadumbre que tienen los integrantes de la Confederación Nacional Campesina. Y también rendimos homenaje a los pilotos que por causas que solo sabe el destino inescrutable, fallecieron cuando iniciaban la marcha para llevar a Bonfil y a sus compañeros a cumplir un nuevo compromiso y una nueva tarea que habría de realizar para los campesinos el mismo día en que ocurrió la tragedia.
Señores senadores y señores diputados: La clase campesina de México está de luto, pero estamos de luto también todos aquellos que creemos que es indispensable luchar en favor de la masa campesina de nuestro país, para que México sea un país más digno, más libre y más independiente.
El C. Presidente: Se concede el uso de la palabra al C. diputado Rafael Rodríguez Barrera.
El C. diputado Rodríguez Barrera, Rafael: Señores senadores; compañeros diputados: Todos sabemos porqué he solicitado autorización para dirigirles unas cuantas palabras y porqué he venido a esta Tribuna. Embargado de una honda emoción y conmovido como lo estamos todos por el hondo dolor de una tragedia; y es que aunque la naturaleza todavía no ha querido devolvernos la huella física de quien fuera nuestro querido compañero, no podemos ya abrigar ninguna esperanza.
En esta Asamblea, en este Recinto de la Cámara de Diputados hay, al lado del lugar que habitualmente ocupa el compañero Cuauhtémoc Santa Ana, un escaño que permanecerá vacío durante el resto de los trabajos correspondientes a nuestro ejercicio; el escaño que ocupaba nuestro compañero Alfredo Bonfil, desde ahí lo vimos venir muchas veces a esta Tribuna y en ella cobraba siempre una dimensión extraordinaria; en ella su voz estallaba como látigo de fuego para defender con un vigor y un calor extraordinario sus convicciones permanentemente revolucionarias. El era un hombre de dimensión nacional. No solamente por los cargos públicos que ocupaba; era un hombre de dimensión nacional por la naturaleza social de las luchas en las que siempre participó y que tanto interesaba y tanto sigue interesando a nuestra nación. Dentro de esa dimensión Alfredo Bonfil era un hombre permanentemente insatisfecho y permanentemente intransigente. Intransigente porque jamás lo vimos claudicar de sus principios, por que jamás argumento alguno doblegó sus convicciones. Algún revolucionario ha dicho que una revolución que transige pierde y muere, nosotros agradecemos que un revolucionario que transige claudica y en esa medida disminuye su personalidad, pero Alfredo Bonfil era de una verticalidad intransigente que conmovió en innumerables ocasiones a nuestra Asamblea.
Era también un hombre insatisfecho porque sabía y sentía que sus luchas no todos los días alcanzaban lo que sus más íntimos propósitos querían. ¡Qué bueno que así haya sido siempre! Oscar Wilde dijo, dadme un hombre satisfecho y yo les daré un fracasado. Desde este punto de vista Alfredo era siempre un triunfador porque jamás se mostró satisfecho con lo que lograba en la lucha de cada uno de los días de su existencia y cayó en medio de esa lucha tormentosa que animó todas las horas de su vida, cayó en el torbellino de la acción, cayó por su intransigencia y por su insatisfacción. Pero cayó también para dar lustre a la historia, para dar dignidad y decoro a la Confederación Nacional Campesina y respetabilidad y valor a la Asamblea a la que él pertenecía.
En un país como el nuestro tan urgido de nuevas estructuras, tan urgido de hombres que luchen todos los días, tiene que haber un profundo dolor por la falta de uno de sus más grandes luchadores. Por esto está de duelo el campo, pero no solamente el campo y los campesinos, está de duelo el país entero, porque la trascendencia de sus empeños, como dije antes, eran y son todavía de una dimensión nacional.
Alfredo pertenece a una nueva generación de nuestro país, una nueva generación que no solamente está compuesta por los hombres jóvenes de edad, está compuesta por los hombres jóvenes de pensamiento, por los que creen en la necesidad de que solo los cambios constructivos llevan a metas fructíferas, de que sola la lucha dentro de la legalidad puede establecer una nueva sociedad más libre de nuestro país. Una generación que piensa y cree como el Presidente de la República. A esta generación es a la que perteneció Alfredo Bonfil y es durante toda su vida y a partir del término de su existencia también, un ejemplo imperecedero para la juventud en especial y para toda esa nueva generación que ve en él a una lucha constante dentro de la legalidad y por los cauces más inteligentes para resolver paulatinamente los grandes problemas que aquejan a nuestro país.
El destino ha querido privarnos de todo esto: del cauce y el canal de sus ideas, de la dimensión de su personalidad, de su figura vigorosa en esta tribuna en la que a su voz y la intensidad de su mirada parecía iluminar los trabajos de nuestra Asamblea, pero queda su huella que recogemos todos y que recogerá también, con marcos esplendorosos, al historia de nuestro país.
Debemos guardar en recuerdo a esta fatalidad un minuto de silencio, pero concretarnos a él, de ninguna manera. Guardaremos eternamente en nuestros corazones el vacío de su presencia. En esta Asamblea un sector de silencio que ya no se llenará más y en la distribución de los lugares de nuestros compañeros un escaño que estará permanentemente vacío.
El C. Presidente: Se ruega a todos los presentes ponerse de pie para guardar un minuto de silencio en memoria de nuestro compañero diputado Alfredo V. Bonfil Pinto.
- El C. Presidente (a las 12:45 horas): Se levanta la sesión de Congreso General y se ruega a los ciudadanos diputados permanezcan en su lugar para continuar la sesión de Cámara de Diputados.
ACTA
- El C. secretario Soto Reséndiz, Enrique:
Acta de la sesión de apertura del H. XLVIII Congreso de la Unión efectuada el día treinta de enero de mil novecientos setenta y tres.
Presidencia del C. Rafael Castillo Castro.
En la ciudad de México, a las doce horas y cinco minutos del martes treinta de enero de mil novecientos setenta y tres, se abre la sesión de Congreso General, con asistencia de ciento setenta y dos ciudadanos diputados y cincuenta y seis ciudadanos senadores, según consta en la lista que previamente pasa la Secretaría.
Puestos de pie todos los presentes, el C. Presidente hace la siguiente Declaratoria:
"La XLVIII Legislatura del honorable Congreso de los Estados Unidos Mexicanos abre hoy, treinta de enero de mil novecientos setenta y tres, el Primer Período Extraordinario de Sesiones del Tercer Receso, a que fue convocado por su Comisión Permanente".
El C. diputado secretario Raúl Rodríguez Santoyo, da lectura al informe suscrito por el C. senador Enrique Olivares Santana, Presidente de la H. Comisión Permanente, por el que da a conocer las razones que hubo para convocar a un período extraordinario de sesiones al H. Congreso de la Unión. Insértese en el Diario de los Debates.
Los CC. senador Alejandro Carrillo Marcor y diputado Rafael Rodríguez Barrera, hacen uso de la palabra, para rendir homenaje póstumo al diputado Alfredo V. Bonfil, recientemente desaparecido. La Presidencia solicita de la Asamblea guardar un minuto de silencio a su memoria.
A las doce horas y cuarenta y cinco minutos se levante la sesión de apertura de Congreso General.
Está a discusión el acta. No habiendo quien haga uso de la palabra, en votación económica se pregunta si se aprueba, los que estén por la afirmativa, sírvanse manifestarlo. Aprobado. Se levanta la sesión de Congreso General.
TAQUIGRAFÍA PARLAMENTARIA Y
"DIARIO DE LOS DEBATES"